Este documento resume los siete caracteres básicos de la novela morisca de tema granadino según Luis Morales Oliver. Estos incluyen un optimismo idealista sobre la colaboración entre moros y cristianos, una condensación argumental en historias cortas, un estilo clasicista y estilizado, el uso del lenguaje para construir la ambientación cultural mixta, un énfasis en la belleza decorativa y el preciosismo estilístico, la amplitud del alma para promover la convivencia intercultural, y la singularidad de reconocer las
Este documento resume los siete caracteres básicos de la novela morisca de tema granadino según Luis Morales Oliver. Estos incluyen un optimismo idealista sobre la colaboración entre moros y cristianos, una condensación argumental en historias cortas, un estilo clasicista y estilizado, el uso del lenguaje para construir la ambientación cultural mixta, un énfasis en la belleza decorativa y el preciosismo estilístico, la amplitud del alma para promover la convivencia intercultural, y la singularidad de reconocer las
Este documento resume los siete caracteres básicos de la novela morisca de tema granadino según Luis Morales Oliver. Estos incluyen un optimismo idealista sobre la colaboración entre moros y cristianos, una condensación argumental en historias cortas, un estilo clasicista y estilizado, el uso del lenguaje para construir la ambientación cultural mixta, un énfasis en la belleza decorativa y el preciosismo estilístico, la amplitud del alma para promover la convivencia intercultural, y la singularidad de reconocer las
Edición de Víctor de Lama y Emilio Peral, Castalia didáctica, 2010
En la narrativa de los Siglos de Oro merece especial atención la novela morisca
de tema granadino, representada por tres obras: Historia del Abencerraje y la hermosa Jarifa, de temática fronteriza; Historia de Ozmín y Daraja, inserta en la primera parte del Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán; y Guerras civiles de Granada, de Ginés Pérez de Hita. Las tres novelas se caracterizan por constituir cantos a la generosidad y la humanidad, con gran preciosismo formal. Sus protagonistas actúan movidos por dos máximas: un comportamiento virtuoso, de acuerdo con las premisas caballerescas, y una exaltación del amor como verdadero guía de la esencia humana. Luis Morales Oliver señala siete caracteres básicos en su monografía La novela morisca de tema granadino:
1. Optimismo idealista. Colaboración idílica entre moros y cristianos, dentro de
la natural rivalidad subyacente. Su grado más alto lo adquiere en El Abencerraje, aunque en ningún momento se habla de la conversión al cristianismo de los dos enamorados; la ejemplaridad del comportamiento es notable, porque se asume la diferencia del otro, sin intentar convertirlo a una fe distinta de la suya. El amor aparece como el más elevado sentimiento, capaz de superar todos los obstáculos. Los protagonistas muestran un enorme espíritu de sacrificio, anteponiendo su necesidad de amar a cualquier otro interés.
2. Condensación argumental: corta extensión. “Arte en miniatura” que exige
labrar la palabra con mimo exquisito para conseguir el deleite del lector. El Abencerraje es un relato inserto en una obra de mayor envergadura, pues forma parte de una miscelánea, si consideramos la versión del Inventario de Villegas, y de una novela pastoril, si tomamos la que contiene la Diana de Montemayor.
3. Estilización clasicista. El estilo desempeña una función privilegiada, pues la
obra se concibe como un ejercicio lingüístico, un extenso poema en prosa, de ahí la importancia de la elección de palabras y la abundancia de figuras literarias.
4. Ambientación lingüística. Se recurre al lenguaje para construir ese universo
de armónica mixtura entre la cultura mora y la cristiana, de ahí que, junto a términos patrimoniales, proliferen los vocablos de origen árabe asumidos por nuestra lengua. En El Abencerraje se usan términos como “marlota”, “carmesí”, “albornoz” o “cimitarra” para describir a Abindarráez.
5. Belleza decorativa. Destaca el gusto por el preciosismo estilístico (“arte en
miniatura”), apreciable en la descripción y creación de ambientes donde desarrollar la acción: jardines, torneos, fiestas, etc; cada detalle adquiere significación prioritaria, como en el pasaje que relata cómo Abindarráez halla a Jarifa sentada en la huerta de los jazmines. La maestría también se evidencia en la descripción de sensaciones y reacciones internas de los protagonistas, y en la pintura de vestimentas y costumbres de los moros.
Literatura española del Renacimiento, UNED-A Coruña, J. Félix Neira Pérez 1
6. Amplitud del alma. La novela morisca se propone, ante todo, ser una lección de convivencia entre dos culturas dispares. El Abencerraje constituye el mayor testimonio de la abnegación que debe presidir dicha convivencia, pues se llega a un grado de entrega a la vez utópico e idílico.
7. Singularidad peninsular. El reconocimiento de las virtudes del vencido y la
ayuda prestada a este deben ser considerados como rasgos peculiares de nuestra literatura. La apreciación de la valía del vencido implica un aumento de la calidad humana del vencedor. Hay que tener en cuenta la idealización del “moro” que, tras la conquista de Granada, pasó a asumir su estatus de “vencido”.
Literatura española del Renacimiento, UNED-A Coruña, J. Félix Neira Pérez 2