Según Llanos et al. (2001), nos dice que en la etapa de
fermentación, que de manera se eleva la cantidad de alcohol y el número de levaduras se disminuye. En fermento de altísima concentración de alcohol (12%) las levaduras prácticamente desaparecen. La concentración de alcohol en las chichas elaboradas a partir de la jora comúnmente oscila entre 4 y 7%, lo cual es superior a cualquier fermentación ocurrida accidentalmente.
Existen dos tipos de fermentación: a) la fermentación baja se
produce en la porción más días: y b) la fermentación alta se activa a temperaturas elevadas, y se realiza rápidamente (entre 4 y 6 días) en la porción superior de las vasijas generando espuma. El sedimento fino que se depositan en el fondo de las vasijas es útil puesto que suele contener las levaduras que han logrado sobrevivir. A menudo este sedimento también es requerido para nuevas chichas o para otros usos culinarios.
Se han realizado estudios de bebida fermentadas a base de maíz
morado y cebada, con el objetivo de obtener un producto funcional. Las investigaciones se realizaron en el Departamento de Nutrición de la Estación Experimental Santa Catalina INIAP (Ecuador) determinar la vida útil, concluyendo que la duración en condiciones ambientales y con sorbato de potasio como preservante dura un mes.
En el Perú se ha aislados diversidad de bacterias tácticas de la
chicha de jora tanto en el norte como en el centro, todos estos trabajos están relacionados a la identificación morfológica y bioquímica, tanto en bacterias tácticas como en levaduras.
La fermentación está mediada por la acción de diferentes
microorganismos, desde las bacterias del ácido láctico hasta las levaduras. Estos organismos que son los encargados de la transformación en alcohol de los compuestos azucarados presentes en el mosto. El alcohol es un azúcar fermentado, y su concentración en las bebidas afecta la permeabilidad de la membrana citoplasmática en las bacterias e inhibe su crecimiento (Renneberg, 2006 citado por Benavides et. al. 2013).