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a) Cuando hablamos de institución nos estamos refiriendo a un “sistema3 normativo”, que como tal es un conjunto
de normas concatenadas, imbricadas o relacionadas, que en su conjunto responden a una “finalidad” común.
Pero también podemos referirnos a Institución desde un punto de vista dinámico y estudiarla como
“organización”, que como tal tiene un “función” que se concreta en la vida real. Por ejemplo una sociedad
comercial es un sistema normativo (aspecto estático) que regula las facultades, derechos y obligaciones de sus
miembros de manera coordinada para ordenar las transacciones y contratos en conjunto de la sociedad. Pero
también es una empresa que coloca sus productos concretos en el mercado a través de una logística que es
propia de una organización (aspecto dinámico)
b) Las Instituciones que nos interesan son Públicas, pero no por su dominio patrimonial. No importa si son
propiedad del estado, o de particulares. Lo que les da el carácter de públicas, es su finalidad. Por ejemplo una
escuela o una universidad, pueden ser de gestión pública o privada pero ambas son públicas por la importancia
de la función que cumplen en el seno de la sociedad.
c) Las instituciones que nos interesan, además de ser públicas son “relativamente autónomas”. Uno podría
preguntarse, ¿Autónomas, respecto de quién?: La respuesta es, tanto del Estado como del Mercado. Pero
dijimos “relativamente” NO “absolutamente”. Una universidad estatal, como la Universidad Nacional de
Tucumán tiene por ley un importante grado de autonomía y sus autoridades tiene un amplio margen para
decidir el rumbo académico, político y estratégico del gobierno universitario, sin embargo el estado ha impuesto
un marco Macro Normativo que le fija los límites a la autonomía universitaria, sobre todo desde el punto de
vista presupuestario, ya que, en principio no tiene finalidad de lucro. Un ejemplo inverso lo da una universidad
privada, que presupuestariamente depende de si misma lo que le da una mayor autonomía en este aspecto y se
maneja con los principios del mercado (puede competir con la matrícula frente a otras entidades privadas y es
legítimo que busque un beneficio económico), sin embargo su oferta siempre estará supervisada por el estado
para que responda a parámetros mínimos de seriedad académica, por lo que su participación en mercado está
relativamente condicionada)
d) Muchas Instituciones relativamente autónomas pasan desapercibidas al ciudadano común, que es sujeto de las
decisiones que en ella se toman, siendo su influencia en relación a determinadas asignaciones, más intensa que
la del Estado y la del Mercado.
La última palabra clave que nos queda es “Escasez”. Es fácil comprender que no todos los bienes alcanzan para todas las
personas y por otro lado requieren de un esfuerzo o sacrificio para producirlos. Es por ello que es necesario en alguna
medida organizar el esfuerzo para producir bienes y discernir su distribución. La contrapartida lógica de toda asignación
(distribución de bienes y cargas) es la denegación que está implicada en toda asignación. Si necesito distribuir bienes
escasos, al asignarlos siempre queda alguien a quien se los deniego.
Se ha definido a la Economía como la “ciencia de la escasez” y a la Política como la “ciencia del poder”. Si en un paraíso
hipotético, los bienes tanto necesarios como superfluos para vivir fueran abundantes para todas las personas, no habría
necesidad que los economistas y sociólogos elaboraran teorías para justificar una determinada forma de distribución de
los mismos, ni que los políticos ejercieran su autoridad para decretar en los hechos, de qué forma se operan esas
distribuciones. Sin embargo, el mundo real es regido por la escasez, causa eficiente de todos los conflictos ya sean éstos
políticos, militares, económicos, sociales e incluso muchos de los que se producen a nivel inter-personal. Por su parte, de
la escasez surge la necesidad de arbitrar medios para que cada comunidad humana distribuya los bienes escasos entre
sus miembros.
En general, el problema de las asignaciones puede sintetizarse en algunos interrogantes que formarán parte de nuestro
estudio:
1) ¿Quién distribuye y por qué?
2) ¿A quién se distribuye y porqué?
3) ¿Cómo se distribuye y porqué?
En general somos bastantes conscientes de las distribuciones o asignaciones que se generan desde el estado o en el
mercado, y no es el propósito de este ensayo ocuparse de las mismas. Sin embargo existe un tercer ámbito que es casi
invisible al entendimiento del ciudadano común en el cual se deciden muchos aspectos importantes de su vida.
El sociólogo noruego Jon Elster en su ensayo titulado “Justicia Local” conjetura que, si se pudiera escribir una biografía
imaginaria de un ciudadano común, descubriríamos que su vida ha sido “moldeada” desde su nacimiento por decisiones
que se toman en algunas instituciones que tienen el poder de otorgarle o negarle algunos bienes esenciales y escasos.
Tal vez no seamos conscientes de cómo estas instituciones, que en su momento nos han otorgado o negado esos bienes,
han prefigurado el destino personal de cada uno de nosotros. Por ejemplo, imaginemos por un momento cómo sería
nuestra vida si nos hubieran impedido el ingreso al establecimiento educativo al que concurrimos ya sea en la escuela
primaria, en la secundaria o en la universidad, o si nos hubieran asignado otro diferente y tendremos consciencia de la
significativa influencia que ha tenido una decisión institucional (consistente en otorgarnos o negarnos un asiento), al
determinar en nuestro círculo de amigos, vida personal, e incluso éxito o fracaso profesional.
Los ejemplos pueden multiplicarse. Una obra social o servicio de salud, definen el acceso al tipo de cobertura sanitaria
que tendrá una persona al momento de nacer, según una escala de prestaciones que ha sido diseñada a partir de
parámetros establecidos por estas mismas instituciones. Al mismo tiempo se han determinado al momento de nacer
(con la asignación o denegación de prestaciones de medicina preventiva o curativa), muchas situaciones hipotéticas, que
de ocurrir, definen la supervivencia o no de la persona o su calidad de vida futura. Una guardería infantil, un club social,
un banco que ofrece un servicio de tarjetas de crédito, una agencia de empleos, un organismo encargado de reglar los
transplantes de órganos, un hogar de ancianos, un servicio de sepelios, etc., son todas instituciones que asignan o
niegan bienes escasos desde los más triviales a los más importantes que afectan, determinan y orientan la vida de las
personas de manera tan intensa o más que el Mercado o el Estado.
Existen una multitud de “pequeñas decisiones administrativas” que son equivalentes al “aleteo del ala de mariposa”
(imaginado por el matemático Edward Lorenz), que pueden ser el factor causal del “tsunami” de nuestra vida posterior.
Esta terrorífica posibilidad, la ocurrencia de esta suerte de “efecto mariposa” personal, justifica el estudio del tema
propuesto.
Teniendo en cuenta que las asignaciones de bienes y cargas se instrumentan prescriptivamente, alcanzan una dimensión
que excede lo meramente especulativo o teórico, integrando una rama de lo que se denomina “conocimiento aplicado”
en el ámbito de la Teoría de la Decisión, dado que está orientada a entender y resolver problemas prácticos.
Por último deseo remarcar quela experiencia histórica y los datos constatables de la realidad demuestran que las
comunidades enfrentan la escasez de recursos, mediante asignaciones cuyo destino siempre excluye a parte de la
misma. Estas asignaciones por lo general responden a ciertos parámetros o lógica, salvo que la comunidad se encuentre
colapsada. Podemos advertir que, cuando una comunidad colapsa al punto de su disolución, rige entre sus miembros la
violencia inorgánica probablemente basada en la más cruda relación de fuerzas. En este contexto, la distribución de
bienes escasos, al basarse en la fuerza, es anárquica, primaria y asistemática.
La referencia a la hipótesis de una sociedad en colapso, permite hacer una nueva delimitación del campo de estudio que
nos ocupa, ya que los conceptos de organización y distribución implicados en la temática de la asignación de bienes y
cargas, se inscriben como parte esencial de lo que vamos a denominar una “sociedad o comunidad organizada”, ámbito
en el que vamos a enfocar el análisis propuesto. Una primera respuesta a la pregunta ¿Cómo son estas distribuciones?
Podrá estar orientada al estado en que se encuentre la comunidad. Si está sumida en el caos, la respuesta ya fue dada
(son anárquicas, primarias, asistemáticas, basadas en la cruda relación de fuerza), la hipótesis contraria es mucho más
compleja y constituye nudo de la cuestión que se analiza y una razón que explica y justifica la existencia del estudio del
derecho.
1) Un ciudadano moderno se encuentra supeditado a dos importantes ámbitos de influencia: El Estado y El Mercado.
2) En el mercado prevalece en alguna medida la “Ley de la oferta y la demanda” y el “Principio de autonomía de la
voluntad”; por su parte, las decisiones del gobierno se basan en el “Principio de autoridad” y el “Bien Común”.
3) Existen asignaciones que son realizadas por instituciones relativamente autónomas tanto respecto del Estado como
del Mercado.
4) Las decisiones que se toman en estas instituciones son tan importantes, que determinan en algunas circunstancias, la
vida y el destino de las personas que dependen de ellas.
II Justicia Local: La cuestión que se analiza (asignación de beneficios y responsabilidades o cargas) se inscribe en la
categorización propuesta por Jon Elster como “Justicia Local”, por lo que es necesario precisar el alcance dado por el
autor citado, a la terminología utilizada. Una primera aproximación al significado del concepto del vocablo “local” está
relacionada con institucionales que asignan bienes y cargas en algunos sectores y que utilizan principios sustantivos de
distribución. Estas instituciones serían por ejemplo entidades cuya función consiste en organizar la distribución de
órganos para transplante, la admisión universitaria o los despidos laborales. Este tipo de instituciones además de
caracterizarse por aplicar los referidos principios sustantivos y particulares de distribución, agregan una nota distintiva al
concepto “local” relacionada con las peculiaridades de las diferentes regiones, países o escenarios geográficos en los
que se desenvuelven.
Por lo tanto, el concepto “local” se define no sólo por las instituciones que practican las referidas formas de asignación,
sino también por el lugar en el que se desenvuelven. Un tercer sentido del vocablo “local”, se advierte en el hecho que
muchas de estas instituciones, sin perjuicio de que haya un marco general de asignación prestablecido, pueden aplicar
sus propias variantes del plan general. Por ejemplo algunas universidades privadas difieren ampliamente en sus políticas
de admisión y en el modo de implementarlas. En relación a la noción de “justicia”, cabe aclarar que no se utiliza con un
sentido normativo sino explicativo, ya que no es objetivo de este análisis valorar prácticas de distribución que realizan
las instituciones examinadas mediante algún criterio especial de justicia, sino entender su mecánica y a tal efecto se
consideran objetivamente los conceptos particulares y/o concretos de justicia aceptados por quienes están en posición
de influir en la elección de principios, procedimientos y criterios para distribuir los bienes o recursos en cada una de
estas instituciones.
Es importante distinguir el concepto de justicia local y el de justicia global. Las políticas globalmente distributivas
presentan tres características que las diferencias de la justicia local:
III Actores que definen en concreto el contenido de la Justicia Local: Teniendo en cuenta que el concepto de justicia
adoptado para determinar la forma y los procedimientos de las asignaciones que realizan las instituciones, no se
relaciona con la idea de justicia abstracta y normativa, sino con procedimientos concretos de asignación con el alcance
que fuera establecido para el término “local”, queda por preguntarse quiénes son los actores o agentes que definen su
contenido concreto. Jon Elster distingue entre éstos actores a cuatro grupos principales:
1) Individuos encargados de la tarea concreta de distribución: Son aquellas personas que están en el núcleo del
proceso y que poseen la formación profesional y técnica necesaria para conocer cómo se hace una distribución
justa u óptima desde los parámetros de su formación especializada (Ej.: médicos encargados de transplantes de
órganos, oficiales de admisión que seleccionan estudiantes para el ingreso universitario, etc.) y que son
conscientes de las dificultades prácticas (costos, problemas de información, oposición de otros actores, etc.),
que pueden impedirla.
2) Los Agentes Políticos, también influyen en la determinación de los principios de distribución mediante el control
de los recursos asignados a la institución. Apuntan a una gestión eficaz desde una perspectiva diferente de los
agentes directos de distribución, eficacia que puede reposar en intereses extraños a la institución.
3) Los potenciales receptores de los beneficios y cargas, conforman el tercer grupo que influye en el diseño
mediante sus reclamos, presiones e invocaciones a la justicia y la equidad. Este reclamo muchas veces no es más
que una racionalización de sus propios intereses particulares, pero en general encarna un ideal de buena fe de
justicia distributiva.
4) La opinión pública intensa,
penetrante y temporal, que a Operadores
diferencia de los tres agentes directos
precedentes es difusa, intensa,
penetrante y temporal. La
conformación de este cuarto factor Agentes políticos Procedimientos Receptores
de influencia es la resultante del Asignación
nivel de participación que logren en
su formación los tres grupos
anteriores. A veces su formación es Opinión pública
espontánea y en otras
oportunidades es digitada y los
principios de distribución.
IV Problemas de asignación en relación a los bienes: El problema central planteado consiste en hacer corresponder
beneficios (incluyendo entre los mismos a la exención de obligaciones) y cargas necesarias a receptores; sin perjuicio de
que no siempre queda claro si determinada asignación es un beneficio o una responsabilidad ya que muchas veces ello
depende de la percepción subjetiva de los receptores.
En relación a los bienes, los problemas de asignación dependen de la presencia o ausencia de las propiedades que
ostenten en relación a su escasez, indivisibilidad u homogeneidad.
1) Escasez: Un bien es escaso cuando no hay cantidad suficiente como para satisfacer a todos los individuos. Pero
existen diferentes formas de escasez. Para Jon Elster la escasez puede ser:
▪ Natural: Ocurre cuando no hay nada que alguien pueda hacer para aumentar la oferta. Ejemplo: Un
superintendente de museos, no puede hacer nada al asignar a un museo (entre varios) “Los mirasoles” de
Vincent Van Gogh.
▪ Natural débil: La oferta del bien tiene un techo (petróleo), y/o no se puede hacer nada para aumentar la
oferta sustantiva del bien (no se pueden fomentar accidentes para que haya más los órganos para transplante)
Sin perjuicio de ello algunas acciones pueden aumentar limitada y temporalmente mente su disponibilidad
(por ejemplo: consumo de reservas en el caso del petróleo o promover la donación de órganos en el segundo
caso)
▪ Escasez casi natural: Reposa en causas objetivas independientes en su origen de la voluntad humana, pero la
oferta podría incrementarse hasta la satisfacción general, mediante acciones voluntarias de los individuos.
Ejemplo: oferta hogares para adopción, oferta de esperma para inseminación artificial.
▪ Escasez artificial: Es aquella cuya demanda puede ser satisfecha por acciones concretas del gobierno.
Ejemplo: Exención del servicio militar, vacantes en educación inicial.
2) Indivisibilidad: Un bien es indivisible cuando es imposible que lo recepte más de una persona o cuando su
división destruye virtualmente su valor (recepción de un órgano compatible con una persona o de una prenda de
vestir)
3) Homogeneidad: Es una propiedad, respecto de bienes indivisibles, que implica que cada una de sus unidades son
indistinguibles en los rasgos que lo hacen deseable y para el caso de los bienes divisibles, que dos cantidades
cualesquiera de igual tamaño son análogamente indistinguibles.
Sin embargo a veces no existe escasez ni heterogeneidad y lo mismo se administra alguna restricción que genera un
problema de justicia local pero fundada en razones diversas a las propiedades intrínsecas de los bienes, que podemos
indicar como razones de oportunidad y conveniencia. Por ejemplo no existen problemas de escasez para otorgar el
derecho de sufragio a una fracción de la población y no a otra; pero razones basadas en la experiencia común indicarían
que es prudente evitar que ejerzan el voto niños de 4 años o extranjeros que fueren transeúntes ocasionales del país. En
este contexto corresponde abordar la problemática de la instrumentación de la tarea de asignar los beneficios y las
cargas, para lo cual corresponde hacer una clasificación de los procedimientos requeridos a tal fin.
V Principios y Procedimientos de Justicia Local: Son parámetros generales que indican cómo se asigna un bien escaso o
una carga necesaria.
Principios
a) Criterios: Son parámetros que se basan en propiedades reales de los individuos receptores. Ello ocurre cuando
se distribuye un bien teniendo en cuenta la necesidad del receptor. Por ejemplo, los privilegios que se otorgan a
las personas con discapacidad o a las madres con hijos pequeños (por ejemplo no hacer cola en un banco), entre
muchos otros. Son relativos y variables y toda lista que se haga de ellos es siempre enunciativa.
b) Mecanismos: Son parámetros que prescinden de las características o propiedades del receptor potencial y no
requieren un conocimiento individualizado del mismo. Por ejemplo la división equitativa, los sorteos, las colas,
etc.
Frente a los principios referidos se encuentran los Procedimientos que son la versión operacional de los mismos. Cada
principio (ya sea un mecanismo o un criterio) puede requerir para su implementación diferentes procedimientos, dado
que, muchas veces no pueden determinar por sí solos quiénes han de ser los receptores.
Procedimientos
a) Selección: Compara a los individuos entre sí, generando un orden de méritos para otorgar el bien hasta que se
acabe.
b) Admisión: Compara a los individuos entre sí teniendo como parámetro un umbral absoluto para generar un
orden de méritos y ofrecer el bien sólo a aquellos que traspasan ese umbral. Este procedimiento puede ser:
1- Puro – El umbral elegido en algún sentido es adecuado
2- Impuro – Se utiliza como sustituto de la selección para de alguna manera hacer coincidir la cantidad de bien
asignado con cada receptor calificado.
c) Colocación: Regula la distribución de bienes no escasos y heterogéneos haciendo que cada individuo termine
con alguna unidad del bien.
La asignación de bienes o cargas basada en cualquiera de ambos principios, puede demandar la aplicación de cualquier
procedimiento.
La clasificación precedente debe ser completada por procedimientos de asignación que utilizan principios mixtos o
combinados entre los enunciados. Como la enumeración de los principios y mecanismos es meramente enunciativa, no
pretende agotar el repertorio de criterios y mecanismos que puede implementarse en los procedimientos de asignación.
VII Dinámica de la implementación de los principios y procedimientos: Para entender la dinámica de la asignación de
bienes escasos y cargas necesarias, resulta idóneo el ejemplo de la admisión universitaria en Estados Unidos. En algunas
de estas universidades se ha implementado el principio del mérito académico como parámetro para el ingreso de
estudiantes o profesores, principio que constituye un “criterio” por referirse a cualidades propias del receptor (que en
este caso se refiere a sus condiciones y antecedentes académicos) que aspira al beneficio (que está representado por la
posibilidad de ingresar a una institución que se presume de calidad).
¿Cómo se implementa este principio? Es evidente que es insuficiente por sí mismo para determinar el ingreso. Este
principio-criterio me indica qué es lo que debo tener en cuenta para asignar la vacante, pero sólo el procedimiento me
indicará cómo hacerlo y su elección depende de las condiciones particulares de la problemática de asignación, ya que
pueden darse diferentes hipótesis que requerirán diferentes formas de implementación.
Supongamos que existen dos vacantes para cubrir cargos de profesor, un procedimiento idóneo podría ser el de
selección que podrá implementarse mediante un concurso de antecedentes. Con los aspirantes se conformará un orden
de méritos y el cargo se asignará al docente que reúna más antecedentes en comparación con los otros aspirantes.
Podrá ocurrir que se presenten personas con muchísimos antecedentes o no, pero siempre el resultado dependerá solo
de la comparación entre los aspirantes que se presenten. La elección de este procedimiento debiera haber sido el
resultado de una correcta lectura de los datos necesarios para diseñarlo (por ejemplo una estimación previa de
aspirantes mediante una preinscripción o un relevamiento)
Siguiendo con el mismo ejemplo, supongamos que, al inicio del año académico, se abren las inscripciones de aspirantes
para cursar la carrera de economía. Se conoce el dato que la cantidad de aspirantes inscriptos es de 100 (cien)
estudiantes. Teniendo en cuenta las circunstancias descriptas y que el principio que se desea aplicar es el de mérito
académico, un procedimiento viable podrá ser el de admisión, para lo cual se establece cómo parámetro un examen,
exigiéndose que el promedio mínimo para el ingreso sea de 7 puntos sobre 10. Éste es el umbral absoluto que se va a
aplicar y entre quienes rindan la prueba se generará un orden de mérito y se asignarán las vacantes a todos aquellos que
alcancen el umbral.
Este sería un caso de la aplicación del procedimiento de admisión pura si ha sido adecuadamente elegido. Ello ocurre
cuando la adecuación es bilateral. Por ejemplo en relación a la universidad si las exigencias mínimas requeridas (aprobar
con 7) son las necesarias para que el desempeño del aprendizaje del alumno sea acorde al nivel de la universidad. Con
relación a los aspirantes, si la universidad tiene la capacidad para absorber la a totalidad de los aspirantes, si se
produjera la circunstancia que las cien personas que han rendido aprueben con 7 ó más nota.
El procedimiento a implementar podrá ser de admisión impura cuando se utiliza como sustitución al de selección para
hacer coincidir la cantidad de receptores con el bien asignado. En el ejemplo dado se daría si la cantidad de vacantes es
menor a la cantidad de aspirantes y la calificación del examen se utiliza para hacer coincidir los alumnos aprobados con
la cantidad de asientos disponibles.
Por último y a los efectos de entender el procedimiento de colocación, en el ejemplo dado una vez ingresados los
estudiantes podrán asignárseles comisiones distintas según cuantos docentes dicten una misma materia, ubicaciones
físicas diferentes, horarios vespertinos o matutinos, etc. pero todos y cada uno de ellos serán destinatarios de la unidad
del bien que se distribuya dado que en esta hipótesis el problema no es de escasez sino en todo caso de cierta
heterogeneidad que no desvirtúa las propiedades del bien principal asignado consistente en el ingreso universitario. Si
bien es un problema de asignación, éste no radica en la determinación de los destinatarios de bienes escasos (los bienes
ya están asignados), sino en un problema de organización con alguna nota de heterogeneidad.
Los procedimientos explicados (selección, admisión en sus dos variantes y colocación) pueden ser clasificados en dos
grupos, según su implementación requiera o no discrecionalidad. Por ejemplo en el de selección podrá otorgarse puntos
por antecedentes de grado y post-grado predeterminados, lo que excluye la discrecionalidad. En el de admisión, si la
prueba consiste en un examen de opciones múltiples, se excluirá la discrecionalidad, si contiene preguntas de opinión
dejará un margen de discrecionalidad. El de colocación podrá inspirarse en un mecanismo de sorteo y no será
discrecional, etc.
VIII El problema de la distribución de beneficios y cargas en el contexto general la materia: La relación entre la materia
que nos ocupa a la que denominamos “Teoría de la Decisión” y la problemática planteada es la que, en lógica clásica,
existe entre las categorías genéricas y específicas. Ambas áreas disciplinares se inscriben en un paradigma epistémico
que propone el estudio de diferentes aspectos de la realidad como fenómenos dinámicos y evolutivos.
La materia “Teoría de la Decisión” es una disciplina de carácter general que tiene como finalidad el estudio sistemático
de métodos y procedimientos utilizados cuando se toman decisiones en diferentes contextos.
IX Conclusión de la clase
Podemos extraer del tema expuesto, algunas conclusiones. En primer lugar, su carácter descriptivo, permite con
elegante simplicidad adentrarnos en las motivaciones de las decisiones humanas tomadas en el contexto estudiado. La
clasificación que propone sobre los criterios y mecanismos, descorre el velo que facilita la comprensión de las
verdaderas razones que inspiran las asignaciones de beneficios y cargas, a la par que permite separar o identificar la
carga emotiva e ideológica con la que los encargados de estas decisiones pueden encubrir sus intereses.
Al prescindir de valoraciones y en todo caso tomar las expuestas por los operadores directos de la “Justicia Local”, como
dato informativo sobre los diferentes conceptos de justicia, permite analizar estas decisiones desde una perspectiva que
se acerca a la idea de eficiencia o practicidad.
En su faz prospectiva, el estudio de la problemática, proporciona una herramienta de gran utilidad que facilita el diseño
de un plexo normativo que permita anticipar, prever las consecuencias y calcular riesgos y costos de la decisión que se
tome.