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Material básico
Ideas clave
1.1. ¿Cómo estudiar este tema?
1.2. Concepto de contrato. Elementos
1.3. Ineficacia del contrato: nulidad y anulabilidad
1.4. Examen de un documento contractual arquetípico
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
1
TEMA
1
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Un contrato es un acto jurídico que consiste en una declaración que produce efectos
reconocidos por el ordenamiento.
Por otra parte, la inmensa mayoría de los contratos suelen formalizarse y, ya sean
públicos o privados, adoptan una estructura similar. En este tema, que tiene carácter
preliminar, veremos estos dos aspectos: por una parte, se repasarán los elementos
esenciales de todo contrato y, por otra, se examinará esta estructura formal a
la que, convencionalmente, reconocemos y denominamos como contrato.
El objetivo del tema es que el alumno domine y sepa aplicar los siguientes conceptos:
1 El propio de contrato
El estudio del tema debe partir del conocimiento de la legislación básica que regula
la materia: artículos 1.261 y siguientes del Código Civil. Asimismo, es
fundamental el estudio de la jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la
materia y la doctrina propuesta.
El consentimiento
El objeto
El objeto se trata en los artículos 1.271 a 1.273 CC, según los cuales, debe de ser
posible, lícito y determinado.
frustración (teoría del Aliud pro alio). A este respecto, hay que señalar que el Código
Civil establece en su artículo 1.116 que: «El deudor de una cosa no puede obligar a su
acreedor a que reciba otra diferente, aun cuando fuere de igual o mayor valor que la
debida». La entrega de cosa distinta a la pactada, conduce a la anulación del
contrato por falta de objeto y es de aplicación pacífica por la jurisprudencia, una vez
que se pruebe su concurrencia.
La causa
Artículo 1274. En los contratos onerosos se entiende por causa, para cada parte
contratante, la prestación o promesa de una cosa o servicio por la otra parte; en los
remuneratorios, el servicio o beneficio que se remunera, y en los de pura
beneficencia, la mera liberalidad del bienhechor.
Artículo 1275. Los contratos sin causa, o con causa ilícita, no producen efecto
alguno. Es ilícita la causa cuando se opone a las leyes o a la moral.
Artículo 1276. La expresión de una causa falsa en los contratos dará lugar a la
nulidad, si no se probase que estaban fundados en otra verdadera y lícita.
Esta causa objetiva, que se dibuja como el fin del contrato, tal y como la recoge el
artículo citado, se interpreta, sin embargo, por la jurisprudencia, ya desde la
segunda mitad del siglo pasado, no solo atribuyéndole esta naturaleza objetiva; sino
otorgándole (además del carácter objetivo que se dice) otro subjetivo, pero igualmente
esencial: la finalidad buscada por las partes.
De esta manera, la imposibilidad de cumplir la finalidad buscada por las partes, tiene
una decisiva trascendencia jurídica, ya que significa, en definitiva, ausencia de causa
y, por lo tanto, conduce a la nulidad radical del negocio.
1
Que estos motivos hayan sido el motor de contrato
2
Que estén reconocidos por las partes contratantes
3
Que se encuentren documentados
Esta corriente jurisprudencial es, por otra parte, la que siguen las nuevas tendencias
encaminadas a la unificación del Derecho de contratos europeo, así como las que, en
esa misma línea, se ocupan de normalizar las relaciones mercantiles internacionales
(Unidroit, UNCITRAL) y la compraventa mercantil internacional. En estos textos, la
causa objetiva, propia de los contratos de raíz romana, ha desaparecido, fundiéndose
con la intención de los contratantes.
La forma
Como es sabido, el Código Civil no exige forma determinada para la existencia del
contrato, salvo en casos excepcionales, en los que su publicidad resulta esencial.
Las partes, entonces, escogen la que tengan por conveniente. Hay que notar que, desde
ese momento, esa forma escogida sí será requisito del contrato, de tal manera que su
incumplimiento por una parte, dará acción a la otra para instar su invalidez.
Los contratos serán obligatorios, cualquiera que sea la forma en que se hayan
celebrado, siempre que en ellos concurran las condiciones esenciales para su
validez.
Sin embargo, a este respecto, hay que tener en cuenta que, al requerirse la forma escrita
por ley, estos contratos serán válidos entre las partes en todo caso; pero solo lo serán
ante terceros si se otorgaron en documento público.
Por último, cabe recordar que en materia de derecho de los consumidores, se exige
la forma escrita como medio de prueba de la voluntad de las partes. Sin embargo, su
falta no lleva consigo, generalmente, la nulidad de pleno derecho, sino la mera
anulabilidad, siempre, desde luego, a instancia del consumidor.
A partir de este punto, la doctrina se divide entre los que, como Lacruz Berdejo (2009),
distinguen entre eficacia e invalidez (un contrato sería ineficaz cuando no
produjera efectos y sería inválido cuando careciera de valor como contrato por sus
defectos intrínsecos) y los que, como Díez-Picazo (2003), entienden que esta
distinción es indiferente, ya que basta para recoger los supuestos legales el
concepto de ineficacia, desdoblado en sus dos grandes consecuencias: nulidad y
anulabilidad.
El Código Civil no regula la invalidez como tal. En rigor, el Código Civil se limita a
articular la nulidad de pleno derecho y la anulabilidad, dependiendo del mayor o
menor grado de infracción de la ley. No hay que olvidar, además, lo que dispone el
artículo 6.3: «Los actos contrarios a las normas imperativas y a las prohibitivas son
nulos de pleno derecho». Norma que, según reiterada doctrina del Tribunal Supremo,
solo contiene una norma general, de interpretación obligatoriamente flexible.
Anulabilidad
Dentro del concepto general de ineficacia, la anulabilidad permite que una de las
partes del contrato inste su nulidad, basándose en defectos legalmente previstos
(art. 1.301 CC) y siempre que existan previamente los elementos esenciales del artículo
1.261 del Código Civil. El régimen legal de la anulabilidad está recogido en los artículos
1.300 a 1.314 del Código Civil.
Nulidad
Hay causa de nulidad cuando falta uno de los requisitos del artículo 1.261 del Código
Civil. En estos casos, el particular interesado —generalmente uno de los contratantes,
aunque también puede serlo un tercero con interés legítimo— se dirige contra todos los
contratantes, ya que la nulidad les afectará a todos. La acción de nulidad, por su
naturaleza, no está sujeta a plazo de caducidad ni de prescripción.
Como acabamos de ver, el Código Civil no determina la forma del contrato. Menos aún,
entonces, está establecida la disposición o el contenido mínimo del documento que,
fijándonos ahora en la forma y no en su significado de acuerdo, entendemos por
contrato escrito.
Sin embargo, el uso del foro ha consagrado un arquetipo que conviene conocer, ya que
a él se acomodan, por regla general, todos los contratos. En definitiva, la naturaleza y la
finalidad del contrato exigen que el documento tenga un contenido mínimo.
El encabezamiento
Las cláusulas
El encabezamiento
Encabezamiento
La parte expositiva
En rigor, esta llamada parte expositiva, muchas veces es superflua. Sirve para
determinar los antecedentes que permiten llevar a cabo el contrato (que la vendedora
es propietaria de un coche marca SEAT, modelo Toledo, etc.). Sin embargo, no debe
desdeñarse en todo caso, ya que a veces puede ser útil para expresar el motivo por el
cual se lleva a cabo el contrato o el título jurídico que permite otorgarlo. Por lo que, lo
que se exponga debe de responder a la realidad (al menos, a la reconocida por las
partes). También es frecuente que ambas partes se reconozcan capacidad para
contratar, aunque este punto es más formulario que sustantivo (si no se la
reconocieran, no contratarían).
Las cláusulas
Es, obviamente, la parte nuclear del contrato. Aquí se establecen las condiciones en
las que las partes contratan. Usualmente, se empieza por el objeto, que debe describirse
con el detalle preciso e, incluso, incorporarse a un anexo (casi con toda seguridad lo
encontraremos así en contratos de comercio exterior).
Por último, es muy frecuente que las partes acuerden una cláusula de arbitraje o
una cláusula de sumisión expresa a un tribunal determinado. El arbitraje —
generalmente a cámaras de comercio de solvencia acreditada (Nueva York, París,
Frankfurt) — es de uso frecuentísimo en el comercio exterior y cada vez más en el
Derecho mercantil nacional, en el que suelen determinarse órganos arbitrales estables,
llamados «Cortes», por traslación —innecesaria— del término anglosajón Court. La
segunda, aparece en todo tipo de contratos.
Hay que tener en cuenta, a efectos de posible impugnación de estas cláusulas por
abusivas, el artículo 90 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por
el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los
Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias:
Legislación
Artículo 1.261
Artículo 1.300
Artículo 1.301
Artículo 1.302
Doctrina
Jurisprudencia
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(www.aranzadidigital.es), con tus claves y el número de RJ de la sentencia
Formularios
Contrato de Factoring
Material complementario
Lecturas
El negocio jurídico
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http://es.scribd.com/doc/40636375/El-Negocio-Juridico-Federico
Diez- Picazo, L., y Gullón, A. (2003). Vicios de los elementos esenciales del contrato.
En Sistema de Derecho Civil. Vol. II (pp. 523-576). Madrid: Editorial Tecnos.
Casos prácticos
Test
2. En los contratos onerosos, ex artículo 1.274 del Código Civil, la causa es:
A. El motivo que las partes exponen para contratar.
B. La apariencia jurídica que surte los efectos deseados por los contratantes.
C. Para cada parte, la promesa de una cosa por la otra.
TEMA 1 – Test 19
La Contratación y su Práctica Profesional
7. El vendedor de la cosa nos pregunta si puede instar la acción del 1.300 del Código
civil contra el comprador incapaz.
A. Solo si la ejercita dentro del plazo legalmente establecido.
B. De ninguna manera, porque eso está prohibido por el Código civil.
C. Si hay un motivo -error, violencia, dolo o intimidación- desde luego que sí.
8. Se donó una cantidad por error. Instada la nulidad, ¿podemos pedir tmbién la
devolución de los intereses?
A. En todo caso, por la aplicación del artículo 1.124 del Código civil.
B. Solo si se han generado.
C. Sí, pero si el donatario era incapaz, habrá que probar el enriquecimiento.
10. Se celebró un contrato por persona incapaz de prestar consentimiento. Una vez que
recupera esa capacidad, ¿puede confirmarlo?
A. En todo caso, siempre que no se haya declarado la anulabilidad.
B. No, porque estamos ante un acto nulo de pleno derecho.
C. Siempre que se cuente con el consentimiento de la otra parte, sí.
TEMA 1 – Test 20
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta A C B B A A B C C A
TEMA 1 – Test 21
Instrumentos públicos
Material básico
Ideas clave
2.1. ¿Cómo estudiar este tema?
2.2. Introducción
2.3. El instrumento público
2.4. Las actas notariales
2.5. Copias notariales
2.6. Legalizaciones: la Apostilla de La Haya
2.7. Actuaciones notariales en nombre ajeno
2.8. Referencias bibliográficas
Legislación
Jurisprudencia
Formularios
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
2.2. Introducción
Concepto y clases
En una primera división esencial, los instrumentos públicos pueden ser escrituras y
actas. Esta distinción fundamental, se recoge tanto en la Ley de 28 de mayo 1862,
Orgánica del Notariado (LON) como en el Decreto 2 junio 1944, por el que se aprueba
con carácter definitivo el Reglamento de la organización y régimen del Notariado (RN).
Escrituras Actas
Además de escrituras y actas, hay otros documentos notariales que tiene también
el carácter de instrumento público.
Las pólizas intervenidas tienen como contenido exclusivo los actos y contratos
de carácter mercantil y financiero que sean propios del tráfico habitual y
ordinario de al menos uno de sus otorgantes, quedando excluidos de su ámbito
los demás actos y negocios jurídicos, y en cualquier caso todos los que tengan
objeto inmobiliario; todo ello sin perjuicio, desde luego, de aquellos casos en
que la Ley establezca esta forma documental.
Todo instrumento público debe contener una serie de menciones, indispensables para
su validez, según se desprende de lo establecido en los artículos 147 y siguientes
del RN:
Que se ha leído el documento a todos y públicamente, aunque ese derecho puede ser
renunciado por las partes, una vez que el notario haga el ofrecimiento de leerlo.
Nótese, sin perjuicio de lo anterior, que en las actas notariales (a diferencia de las
escrituras) no es necesario que se hallen presentes los intervinientes, ni que se lea el
contenido del documento. Así, por ejemplo, cuando se requiere a un notario para que
envíe una carta, el requirente se limita a entregarla. Posteriormente, es el notario el que
lleva a cabo la diligencia y firma el acta que entrega, una vez firmada, al requirente.
Además, hay que tener en cuenta que, en los contratos que contengan contratos a
título oneroso, el notario, tras la modificación de la LON por la referida Ley
36/2006, de 29 de noviembre, de medidas para la prevención del fraude fiscal, debe
hacer constar los medios por los que se llevó a cabo el pago. Esto, en realidad, es una
obligación para los otorgantes, ya que no se autorizará la escritura si no se documenta
correctamente el pago.
Artículo 24 LON:
[…] En las escrituras relativas a actos o contratos por los que se declaren,
transmitan, graven, modifiquen o extingan a título oneroso el dominio y los
demás derechos reales sobre bienes inmuebles se identificarán, cuando la
contraprestación consistiere en todo o en parte en dinero o signo que lo
represente, los medios de pago empleados por las partes. A tal fin, y sin
perjuicio de su ulterior desarrollo reglamentario, deberá identificarse si el
precio se recibió con anterioridad o en el momento del otorgamiento de la
Por otra parte, no hay que olvidar que el artículo 317 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,
además de los notariales, enumera una serie de documentos que, a efectos de prueba,
considera públicos:
Por último, hay que tener en cuenta que la LEC señala en su artículo 319 que los
documentos públicos hacen prueba del hecho, acto o estado de cosas que documenten,
de su fecha y de la identidad de los intervinientes, siempre que se lleven al juicio por
original o por copia fehaciente o si se hubiera llevado en copia simple, no se hubiera
impugnado el original.
Sin embargo, en primer lugar hay que señalar el requisito que establece el mismo
artículo: el reconocimiento legal, es decir, en sede judicial, por aplicación del
artículo 319.1 LEC:
(Nótese, a este respecto, que un documento privado que hubiera sido reconocido en
acta notarial, necesitaría igualmente cumplir el requisito de la no impugnación en sede
judicial, para hacer prueba en juicio).
Por otra parte, el documento privado no prueba la fecha, según el artículo 1.227
del Código Civil:
Y, aun cuando haya sido reconocido judicialmente, ello no impide que pueda
impugnarse su contenido (como el hecho de que no se haya reconocido, no priva al
documento privado de todo su valor, ya que el juez puede darle crédito, si así lo
considera).
Esto quiere decir que la escritura pública, en los negocios jurídicos de naturaleza
contractual solo será declarativa, salvo que:
La ley exija el otorgamiento de escritura pública para la validez del negocio, como
sucede en la constitución de un préstamo hipotecario.
Las partes hayan establecido que la validez del negocio comenzará cuando se
otorgue escritura.
Pero también tiene carácter constitutivo, aunque en este punto hay discrepancias
doctrinales, la elevación a público de documentos privados, en su doble vertiente: la
elevación propiamente dicha y la protocolización de documentos privados.
En ocasiones, las partes que han firmado un contrato privado otorgan una escritura en
la que se recoge el contenido del contrato. El notario le reescribe, manteniendo las
condiciones y, desde luego, los intervinientes (aunque cabría, en este punto, que los
intervinientes en el contrato privado pudieran actuar en la escritura por medio de
representantes o, en su caso, sus herederos). En este caso, el contrato privado se
sustituye por el instrumento público, pero la eficacia de la escritura no es
constitutiva, porque los efectos del contrato se extienden desde que este se celebró en
su forma primitiva (Cfr. art. 1.279 CC).
Como ya sabemos, las actas notariales son los documentos en los que el notario
consigna, para su protocolo y a instancia de parte, «hechos y circunstancias que
presencia y le constan», siempre que no sean materia de contrato. El campo contractual
es propia de la escritura (Cfr. art. 197 RN).
No obstante, dependiendo del tipo de actas, los puntos 3 a 5 se sustituyen por una
diligencia posterior, en la que el notario redacta el hecho. Así, en un acta de
requerimiento por carta, el requirente se limita a llevar la carta firmada al notario y a
solicitarle que la envíe a quien vaya destinada. Posteriormente, en el acta de
requerimiento, el notario hará constar la fecha y la hora en la que se personó en una
oficina de correos para diligenciar el envío y, por fin, incorporará el acuse de recibo,
quedando completa el acta tras su firma y rúbrica.
De protocolización De notoriedad
De depósito, que son aquellas en las que el notario recoge en el acta que ha recibido
en depósito cantidades de dinero, objetos o, en general, cualquier bien depositable,
con la finalidad que sea (entregarlo a un tercero, consignarlo, etc.).
Además, existe también la copia simple, que es la reproducción total o parcial de una
matriz, con carácter exclusivamente informativo, que el notario expide a petición de
parte interesada.
Artículo 265:
Pueden legalizarse mediante este Real Decreto los documentos públicos, no los
privados (Cfr. art. 6 RD 1497/2011). No obstante, sí podrán ser objeto de apostilla los
documentos privados protocolizados. La ventaja de la apostilla es que no es
necesario acudir a las autoridades consulares para darle validez al documento. No
obstante, hay que tener en cuenta que la apostilla solo desplegará validez en los Estados
miembros del Convenio.
Para docume ntos Para documentos Para docume ntos Para documentos públicos
e mitidos por autoridades notariale s públicos e mitidos emitidos por las
judiciales por la administraciones autónomas
administración de l o locale s
Estado
Generalidades
La representación
puede ser de dos clases: En nombre e interés ajeno, como la de los
representantes legales de las sociedades
mercantiles o, en el ámbito estrictamente
civil, la del tutor respecto del tutelado o la
de los padres en nombre del hijo menor de
edad.
En todo caso, debe quedar patente el concepto por el cual una persona comparece para
otorgar un acto o negocio jurídico.
Nota. Aunque, por la naturaleza de estas notas, se está haciendo referencia a contratos
o actos notariales, lo que se dice aquí, mutatis mutandis, es perfectamente aplicable a
cualquier acto o contrato, público o privado, en el que uno de los contratantes actúe
como representante y también a lo relativo a un proceso judicial (representatio ad
processum). Nótese que, en todos los caso, el defecto de capacidad acarreará, al menos,
la anulabilidad del acto, por afectar al consentimiento (Cfr. Art. 1.261 CC).
El artículo 164 RN permite, además, en los casos en los que la representación esté
otorgada por la ley, que no se exhiba prueba documental, si al notario le consta
tal representación. Por ejemplo, el alcalde tiene atribuida la representación legal del
municipio.
Representación de sociedades
Legislación
Artículo 17
Artículo 24
Publicado en el BOE nº189 de 7 de julio de 1944. Esta norma desarrolla todo lo relativo
a los instrumentos públicos. Debe concederse especial importancia a los siguientes
artículos:
Artículo 144
Artículo 164
Artículo 168
Artículo 202
Artículo 209
Artículo 209 bis
Artículo 221
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Jurisprudencia
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Formularios
Se denomina así al que otorga facultades plenas al apoderado sobre el patrimonio del
poderdante. Se usa con frecuencia para prevenir situaciones de incapacidad
sobrevenidas.
Las personas jurídicas, como es obvio, necesitan otorgar poderes muy diversos, ya que
actúan por medio de órganos de representación.
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formulario
Material complementario
Doctrina
Lecturas
Castañán, J. (2007). Derecho civil español común y foral. Tomo I, Volumen II. (15ª
ed.) (pp. 837 y ss.). Madrid: Reus.
Esta obra se cita como lectura recomendada, para enriquecer los conocimientos del
alumno sobre la materia objeto de estudio. No obstante, debe tenerse en cuenta que, en
algunos puntos, será necesaria la adaptación a las modificaciones legislativas vigentes.
Test
1. Los herederos han llevado al notario un cuaderno particional para que lo incorpore a
un instrumento público, que será:
A. Un acta.
B. Una escritura.
C. Una legalización.
5. El documento privado:
A. Tiene el mismo valor que el público.
B. Tiene el mismo valor que el público, pero solo entre las partes.
C. Tiene un valor inferior que el público.
TEMA 2 – Test 26
La Contratación y su Práctica Profesional
TEMA 2 – Test 27
La Contratación y su Práctica Profesional
10. ¿Ante quién se legaliza un documento para que haga fe en el extranjero, si el país en
cuestión no es parte del Convenio de La Haya?
A. Ante un notario con capacidad para legalizar documentos de esta naturaleza.
B. Ante el consulado del país donde se pretende que el documento haga fe.
C. Ante el consulado del país del otorgante.
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta A C C C B A C B A B
TEMA 2 – Test 28
Los tratos preliminares
Material básico
Ideas clave
3.1. ¿Cómo estudiar este tema?
3.2. La fase precontractual
3.3. Las cartas de intenciones
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
3
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Por su parte, la doctrina científica, en general, se inspira para modular esta figura en
el Derecho comparado y también en el internacional. Es decir, se aproxima a la
solución del Common Law, de no considerarlas sino como invitaciones a negociar.
En este tema se analiza esta cuestión. Empezaremos por situar la fase precontractual en
su lugar histórico; posteriormente, se examinará su tratamiento en el Derecho positivo,
nacional e internacional; y, por último, veremos las llamadas Letter of intentions, o
Cartas de intenciones.
La moderna doctrina le da una gran importancia a los actos llevados a cabo por las
partes en la fase precontractual y, poco a poco, se va imponiendo la idea de que las
negociaciones, si bien hay que situarlas en el ámbito extracontractual y, por lo tanto,
en principio no deben producir efectos jurídicos, tampoco son, en todo caso, actos
inocuos.
Hay dos áreas del Derecho en la que estos actos precontractuales están ya positivizados
y a los que el ordenamiento les atribuye efectos jurídicos: el Derecho del Consumo y el
Derecho del Comercio Exterior, en materia de contratos internacionales, donde tanto la
Convención de Viena como los principios Unidroit se refieren, con más o menos
precisión, a ellos.
A B
Así, el artículo 60 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que
se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios y otras leyes complementarias, bajo el título Información previa al contrato,
señala lo siguiente:
Para determinar la intención de una parte o el sentido que habría dado una
persona razonable deberán tenerse debidamente en cuenta todas las
circunstancias pertinentes del caso, en particular las negociaciones,
cualesquiera prácticas que las partes hubieran establecido entre ellas, los usos
y el comportamiento ulterior de las partes.
Y, de manera más concreta, el artículo 14 concreta los requisitos de la oferta para que
pueda considerarse como tal. Es decir: la Convención, en la línea del Common Law,
distingue con claridad entre oferta —propuesta precisa, determinada y con intención
de obligarse— e invitación a hacer ofertas —esto podría ser una carta de
intenciones— que se caracteriza, sobre todo, porque no va dirigida a nadie en
particular.
Los Principios Unidroit 2010, vigentes desde el 1 de enero del 2011, por último, tras
definir la oferta en los mismos términos que la Convención (Cf. Art. 2.1.2), establecen
que nadie está obligado por una negociación, hasta en tanto no se perfeccione el
contrato; pero reconoce la capacidad de reclamar daños si una parte resultó
perjudicada por una negociación de mala fe (Cf. art. 2.1.15).
Sin embargo, la práctica ha introducido, y cada vez con más frecuencia, prácticas
negociales propias de los países anglosajones y, entre ellas, algunas que se
refieren a estos momentos. Entre ellas sí está la carta de intenciones —letter of
intents— que se presenta como un documento previo, mediante el cual una parte invita
a la otra a iniciar conversaciones sobre un posible y futuro objeto negocial. El objetivo
de la carta de intenciones no es vincularse, ni siquiera establecer bases de negociación,
sino, simplemente, declarar su voluntad de empezar unas negociaciones y
solicitar de la otra esa misma voluntad. Su ámbito natural es el de la empresa.
Oferta
La carta de Diferenciación
intención
Precontrato
Por lo que respecta a la oferta, es sabido que para que exista, esta ha de contener todos
los elementos propios del contrato, de tal manera que al receptor le baste con asentir
para que se perfeccione el contrato.
Y el mismo autor trata, a continuación, de señalar las diferencias con otras figuras
semejantes, propias del Derecho anglosajón, como son los llamados memoranda of
understanding y los compromisos o acuerdos de intenciones. Lo cierto es que,
en Derecho español, estos pactos tienen, por lo menos en la actualidad, un tratamiento
jurisprudencial indistinto. Ante la falta de soporte positivo, el Tribunal Supremo tiende
a examinar cada caso para separar las cartas de intenciones de los tratos preliminares,
del precontrato, de la oferta e, incluso, del contrato definitivo. El carácter vinculante
o no de la carta dependerá, entonces, de la mayor o menor extensión de la
propuesta.
Es decir, para esta sentencia, las cartas de intenciones serían tratos preliminares,
lo cual traería como consecuencia que obligarían a las partes. Pero la realidad es
que el documento en cuestión detallaba con mucha precisión el objeto —una venta de
acciones— señalando su precio y las condiciones de venta. Al aceptarla la parte
vendedora, el TS estima que se trata de un acuerdo vinculante, pero solo en referencia a
este caso, naturalmente.
Otra sentencia importante en esta materia, de la Sala Primera del TS, dictada en
fecha 11 de abril del 2000, sobre un asunto de opción de compra de derechos de
propiedad industrial. Esta señala que lo que la compradora estima contrato «no es más
que un acuerdo para una futura transmisión, que no han perfilado con el detalle
mínimo que sería preciso para ser considerado algo más, jurídicamente, que tratos
preliminares, puesto que el objeto no está perfectamente determinado».
Legislación
Artículo 1.254
El contrato existe desde que una o varias personas consienten en obligarse, respecto
de otra u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio.
Artículo 1.258
Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan,
no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las
consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y a la
ley.
Artículo 1.262
El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación sobre
la cosa y la causa que han de constituir el contrato.
Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay
consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que,
habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena fe. El
contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la oferta.
En los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos hay consentimiento
desde que se manifiesta la aceptación.
Artículo 1.281
Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los
contratantes se estará al sentido literal de sus cláusulas.
Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes,
prevalecerá ésta sobre aquéllas.
Artículo 1.282
Para juzgar de la intención de los contratantes, deberá atenderse principalmente a
los actos de éstos, coetáneos y posteriores al contrato.
Artículo 14
Accede a la Convención a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.wipo.int/wipolex/es/other_treaties/text.jsp?file_id=209371
Accede al artículo recomendado a través del aula virtual
(3) En particular, se considera mala fe que una parte entre en o continúe negociaciones
cuando al mismo tiempo tiene la intención de no llegar a un acuerdo.
Accede a los Principios a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.unidroit.org/spanish/principles/contracts/principles2010/blackletter2010
-spanish.pdf
Accede a los artículos recomendados a través del aula virtual
Doctrina
Jurisprudencia
«…el acuerdo existente entre las partes se reduce al deber de negociar sobre
unas determinadas bases y con la concreta finalidad de mantener la empresa
en su independencia y en su dimensión. Los citados acuerdos, «con la eficacia
de lo acordado en convenio» según la expresión del legislador, no hacen otra
cosa que reproducir la obligación establecida en el artículo 89.1 del Estatuto de
los Trabajadores. Existe, de conformidad con dicho precepto, y lo imponen los
acuerdos que nos ocupan, el deber de negociar, que ha de efectuarse bajo el
principio de la buena fe, pero no se impone en el Estatuto ni se puede exigir en
los acuerdos a los que se refieren las actuaciones, que se alcance un consenso
de voluntades.
«…dejando aparte las discusiones doctrinales sobre las modalidades que puede
revestir este contrato de promesa de venta y si debe ser considerado solamente
como contrato preparatorio o precontrato, es incuestionable que la dicha
convención, al reunir los requisitos del artículo 1261 del Código Civil, es por su
naturaleza un contrato consensual y bilateral con vida y entidad propias,
corroborándolo la doctrina jurisprudencial -Sentencia de 28 de marzo de 1944
citada en el recurso- la que afirma que en la legislación patria no se identifican
los contratos de promesa de venta y de compraventa sino que son dos figuras
jurídicas diferentes de acusado matiz distinto, y precisamente por esa
característica de independencia y constituyendo ese aludido matiz diferencial,
la voluntad expresada para perfeccionar el dicho contrato de promesa de venta
proyecta su eficacia no sólo en la constitución del círculo jurídico que sujeta a
las partes sino sobre el objeto de la convención…».
«a) aun siendo frecuente que el proceso formativo del contrato se inicie con
manifestaciones de voluntad, o mejor exploraciones, contenidas en tratos
preliminares o conversaciones previas que los interesados mantienen sin
fuerza vinculante antes de decidirse a la celebración del negocio y mediante las
cuales se comunican sus respectivas aspiraciones, tal fase preparatoria es bien
distinta de la oferta en cuanto declaración de voluntad de naturaleza
recepticia, como tal dirigida al otro sujeto y emitida con un definitivo
propósito de obligarse si la aceptación se produce, surgiendo en consecuencia
el consentimiento por la coincidencia de esas declaraciones de los contratantes
en que la oferta y la aceptación consisten, de donde se sigue que encaminados
los tratos preliminares a la formación de la primera, desaparecerán una vez
cumplida su misión en el momento que en el «iter» contractual se llegó a
formular una proposición final, con todas las notas de una verdadera oferta…»
«El CC, en uno de los preceptos mediante los que regula la responsabilidad
contractual, que han sido extendidos por la jurisprudencia a la responsabilidad
extracontractual, dispone que, mientras el deudor de buena fe responde de los
«daños previstos» y de los «daños previsibles» (artículo 1107 I CC), el deudor
en caso de dolo responde de los daños «que conocidamente se deriven del
hecho generador» (artículo 1107 II CC). Interpretando este precepto, la
jurisprudencia (SSTS de 23 de febrero de 1973, 16 de julio de 1982 (RJ 1982,
4249) y 23 de octubre de 1984 ( RJ 1984, 4971) ) ha centrado el ámbito de la
responsabilidad del deudor doloso en el nexo de causalidad, privándole de
toda limitación o moderación legal, convencional o judicial de la
responsabilidad».
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Material complementario
Lecturas
Interesante y ameno trabajo que aborda una cuestión cada vez más importante en la
moderna contratación mercantil: la posible culpa por omisión de la parte que no da
toda la información a la otra, faltando a la buena fe y, por lo tanto, proporcionando una
posibilidad de instar la ineficacia del contrato.
Test
1. De los elementos de los contratos del 1.261 del Código Civil, ¿cuál parece que ocupa
el lugar central?
A. La causa.
B. El consentimiento.
C. El objeto.
6. El precontrato se caracteriza:
A. Porque no se necesita una declaración de voluntad posterior.
B. Por lo contrario. Si no, sería ya un contrato por sí mismo.
C. Siempre habrá que estar al caso concreto.
TEMA 3 – Test 20
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta B C B C A A B B A C
TEMA 3 – Test 21
La compraventa (I)
Material básico
Ideas clave
4.1. ¿Cómo estudiar este tema?
4.2. La compraventa: cuestiones generales
4.4. Obligaciones de los contratantes (primera parte)
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
4
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Configurado en sus orígenes como uno de los seis contratos de buena fe (junto con el
arrendamiento, el depósito, el mandato, la fiducia y la sociedad), en la actualidad la
doctrina está de acuerdo en entender que la compraventa es un contrato
consensual, bilateral, oneroso y traslativo de dominio, en cuanto que sirve de
título para reclamar la cosa objeto del contrato. Los contratos de buena fe estaban
protegidos por las acciones del mismo nombre.
En resumen, puede decirse que, a la luz del Código de comercio, será mercantil la
compraventa en la que la cosa objeto del contrato se adquiera para la reventa o para su
introducción en un proceso productivo cualesquiera. Por otra parte, con el desarrollo
del llamado Derecho del consumo, la compraventa mercantil ha encontrado un nuevo
terreno en el que desarrollarse, terreno en el que los protagonistas —empresario y
consumidor— han visto delimitados sus respectivas capacidades. Y no puede olvidarse
En este tema haremos, además de un primer repaso sobre algunos los conceptos
esenciales de la compraventa, incidencia en uno de estos aspectos: la entrega de la
cosa.
Como todos los demás, este tema repasa los puntos esenciales del contrato del que
trata, en este caso la compraventa; y examina la casuística jurisprudencial, y el punto
de vista doctrinal.
Para estudiarlo, se recomienda leer las notas, apoyar la lectura con las sentencias que se
aportan, y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita, tanto la básica como la
recomendada.
Naturaleza jurídica
Elementos
El consentimiento El precio
El objeto
El consentimiento:
Por lo que respecta a la tutela, es importante tener en cuenta el artículo 271.2 del
Código civil:
Artículo 271.
El tutor necesita autorización judicial:
2. Para enajenar o gravar bienes inmuebles, establecimientos mercantiles o
industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios de los menores o
incapacitados, o celebrar contratos o realizar actos que tengan carácter
dispositivo y sean susceptibles de inscripción. Se exceptúa la venta del derecho
de suscripción preferente de acciones.
El objeto:
Respecto del objeto, es importante recordar que pueden ser objeto de compraventa
todas las cosas que estén en el comercio, incluidas las cosas futuras (Cf. Art.
1.271 Cc). En este caso, hay que distinguir entre la compraventa de cosa futura estricto
sensu, que genera la obligación por parte del vendedor de llevar a cabo las acciones
necesarias para que la cosa exista (por ejemplo, la compra de un inmueble sobre plano)
y la compra de esperanza, que es un contrato aleatorio, ya que se contrata sobre algo
cuya existencia no puede garantizar el vendedor (compraventa de cosechas, por
ejemplo). En el Derecho mercantil es habitual la compra de bienes futuros, como es
fácil de entender.
Distinguir entre:
Por lo demás, la venta debe ser determinada y lícita (Cf. Art. 1.445 y ss. del Cc).
El precio:
El precio debe ser, en la compraventa, cierto y determinable (Cf. Art. 1.445 Cc). Ha
de tenerse en cuenta que es un elemento imprescindible de este contrato y que, de
faltar, el negocio será nulo por falta de causa, como señala la jurisprudencia (en los
negocios onerosos, la causa es el beneficio que cada parte espera de la otra, Cf. Art.
1.273 y ss. Cc). En este sentido, el precio irrisorio, es decir, el precio notoriamente
por debajo del valor de mercado, puede interpretarse como falta de precio, supuesto
muy corriente en casos de donación encubierta; aunque, en rigor, el Código no exige
como requisito que el precio sea justo y la jurisprudencia opta por enjuiciar sobre esta
base el caso concreto.
Obligaciones
La entrega de la cosa:
Por otra parte, en cuanto a qué debe entregarse con la cosa, es claro que también
las accesorias a la principal, por aplicación del artículo 1.097, Cc; así como los frutos
(Cf. Art. 1.095 Cc). Respecto de los llamados inmuebles por pertenencia, del
artículo 334.4, 5, 6, y 7 del Código civil, señalan Díez-Picazo y Gullón (2007) lo
siguiente:
El saneamiento:
Nótese que, en ninguno de los dos casos, es relevante, a efectos de que existan, la
buena o mala fe del vendedor. Nótese igualmente que si lo que se entregó no
responde a lo que se pactó porque no satisface el interés objetivo del adquirente, es de
aplicación la doctrina del Aliud pro alio, que conduce, por los trámites del artículo 1.124
del Código civil, a solicitar la resolución del contrato o su cumplimiento obligatorio,
como ya vimos en el Tema 1.
Saneamiento:
Como vemos en este artículo 1.475, es posible, y de hecho se hace con frecuencia,
eliminar la evicción por renuncia, al amparo del artículo 6.2, aunque hay que tener
en cuenta que si hay mala fe por parte del vendedor, esta renuncia no será atendida
(Cfr. Art. 1.476 Cc). Y también modularla, aumentándola o reduciéndola en su alcance.
El artículo 1.477, por su parte, establece las consecuencias de la renuncia:
Artículo 1.477
Cuando el comprador hubiese renunciado el derecho al saneamiento para el
caso de evicción, llegado que sea éste, deberá el vendedor entregar únicamente
el precio que tuviere la cosa vendida al tiempo de la evicción, a no ser que el
comprador hubiese hecho la renuncia con conocimiento de los riesgos de la
evicción y sometiéndose a sus consecuencias.
En cuanto a los requisitos, es obvio que para que entre en juego la evicción, debe de
haberse producido el hecho que la causa: la pérdida de todo o parte de la cosa
vendida a manos de un tercero, por sentencia firme. Además, se exige que el
comprador hubiera notificado fehacientemente al vendedor la demanda hecha por el
tercero.
Artículo 1.480
El saneamiento no podrá exigirse hasta que haya recaído sentencia firme, por
la que se condene al comprador a la pérdida de la cosa adquirida o de parte de
la misma.
Por lo demás, la jurisprudencia del Tribunal Supremo es constante en señalar que para
que se produzca la evicción, es preciso que la pérdida se refiera, no a un derecho
cualquiera, sino al dominio y que es necesario la condena efectiva. Y que no
surgiría el derecho en caso de allanamiento del comprador, porque, en tal caso, el
vendedor no habría tenido posibilidad de intervenir (Cfr. STS de 26 de junio de 1913).
Por último, es claro que el derecho del tercero debe de haberse originado con
anterioridad a la compra, aunque el juzgador es libre de interpretar, con flexibilidad,
este requisito, para el que no basta una mera razón cronológica.
Artículo 1.478
Cuando se haya estipulado el saneamiento o cuando nada se haya pactado
sobre este punto, si la evicción se ha realizado, tendrá el comprador derecho a
exigir del vendedor:
El saneamiento por vicios ocultos procede directamente de las acciones edilicias del
Derecho romano republicano. La idea fundamental es que la presencia de defectos
en la cosa vendida, con independencia de que el vendedor los conozca o no (es decir,
con independencia de su culpa), desata —durante un tiempo breve— una obligación de
responsabilidad.
Como vemos, se trata, como en la evicción, de derecho dispositivo, por lo tanto, las
partes pueden renunciar a esta obligación, aunque permanecerá la responsabilidad si el
vendedor conociere los defectos (obligación de buena fe).
Los requisitos para que surja esta obligación están en el artículo 1.484 del Código
civil:
Es decir: se precisa que la cosa tenga defectos, pero que no sea completamente
inútil para el adquirente desde el punto de vista funcional; que sean defectos realmente
ocultos (que no estén a la vista y no sea reconocible, razón por la que se excluyen los
vicios si el adquirente fuera un perito); que el vicio sea grave, siendo indiferente que sea
reparable, según ha precisado la jurisprudencia.
Los efectos se recogen en el artículo 1.486, que distingue entre el supuesto de que el
vendedor hubiera actuado de buena o de mala fe:
Artículo 1.486
En los casos de los dos artículos anteriores, el comprador podrá optar entre
desistir del contrato, abonándosele los gastos que pagó, o rebajar una cantidad
proporcional del precio, a juicio de peritos.
La opción del párrafo primero es excluyente, como señala Lacruz (2002) y recoge, en
definitiva, las dos acciones edilicias del Derecho romano: la redhibitoria y la llamada
Quanti minoris.
Artículo 1.490
Las acciones que emanan de lo dispuesto en los cinco artículos precedentes se
extinguirán a los seis meses, contados desde la entrega de la cosa vendida.
Legislación
Código Civil: arts. 1.445 a 1.460 en cuanto a los elementos del contrato de
compraventa. Y 1.461 a 1.499 en cuanto a la entrega de la cosa y la
obligación de saneamiento.
Artículo 1.445
Por el contrato de compra y venta uno de los contratantes se obliga a entregar una cosa
determinada y el otro a pagar por ella un precio cierto, en dinero o signo que lo
represente.
Artículo 1.450
La venta se perfeccionará entre comprador y vendedor, y será obligatoria para ambos,
si hubieren convenido en la cosa objeto del contrato, y en el precio, aunque ni la una ni
el otro se hayan entregado.
Artículo 1.461
El vendedor está obligado a la entrega y saneamiento de la cosa objeto de la venta.
Artículo 1.462
Se entenderá entregada la cosa vendida, cuando se ponga en poder y posesión del
comprador.
Cuando se haga la venta mediante escritura pública, el otorgamiento de ésta equivaldrá
a la entrega de la cosa objeto del contrato, si de la misma escritura no resultare o se
dedujere claramente lo contrario.
Artículo 1.473
Si una misma cosa se hubiese vendido a diferentes compradores, la propiedad se
transferirá a la persona que primero haya tomado posesión de ella con buena fe, si
fuere mueble.
Si fuere inmueble, la propiedad pertenecerá al adquirente que antes la haya inscrito en
el Registro.
Cuando no haya inscripción, pertenecerá la propiedad a quien de buena fe sea primero
en la posesión; y faltando ésta, a quien presente título de fecha más antigua, siempre
que haya buena fe.
Artículo 1.474
Doctrina
El contrato de compraventa
Jurisprudencia
«[…] de acuerdo con las normas de los artículos 1278 y 1279 del Código Civil
las del 1280 no comporta la exigencia de formalidades «ad solemnitantem»
sino tan solo «ad probationem», de suerte que puede pronunciarse la
existencia de un contrato sin que imperiosamente tenga que basarse en una
constatación escrita, lo que como es de rigor conlleva la consecuencia de que
con mayor razón la circunstancia de que la adquisición del dominio de un
inmueble no pueda tener constancia en los libros del Registro, signifique la
invalidez de la escritura pública en que dicha adquisición se constató pues ello
equivaldría a negar la posibilidad de la existencia de una realidad jurídica
extrarregistral que los artículos 1, 2 y 20 de la Ley Hipotecaria no proscriben».
«[…] en igual sentido dice la sentencia de 9 de octubre de 1997 (RJ 1997, 7065)
que «para la adquisición del dominio y demás derechos reales el Código Civil,
a diferencia de otros ordenamientos jurídicos extranjeros, inspirado en el
sistema romano, estima indispensable la concurrencia del título y el modo
(arts. 609 y 1095); no bastan las declaraciones de voluntad generadoras del
contrato, sino que es preciso, además, la tradición o entrega de la cosa, si bien
admite éstas en formas espiritualizadas, como es la prevista en el párrafo
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Formularios
Las arras son muy frecuentes en los contratos de compraventa, para que ambas partes
se comprometan a perfeccionar el contrato.
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Material complementario
Lecturas
Lacruz, J. L., et al. (2002). Elementos de Derecho Civil. Tomo II. Volumen Segundo:
Contratos y cuasicontratos. Delitos y cuasidelitos (2ª ed.) (pp. 3-20 y 29-53).
Madrid: Dykinson.
El profesor Roca, una autoridad en la materia, aborda en esta obra, a la luz de doctrina
y jurisprudencia, una de las cuestiones candentes de la compraventa: ¿qué solución
ofrece el ordenamiento en los supuestos en los que, vendida una cosa ajena, esta perece
o se deteriora?
Casos prácticos
Este caso plantea una compraventa de terrenos, en las que concurren posibles vicios del
consentimiento: error, dolo, modificación del objeto… En definitiva, la pregunta es:
¿podemos convertir en ineficaz esta compraventa?
Siendo un caso realmente complicado, sin embargo se nos abren tres vías, si lo
analizamos desde el punto de vista de los elementos propios de un contrato de
compraventa, y aplicamos, como es lógico, la teoría general del contrato.
Actividades
1. Los hechos
La operación se hizo sobre plano. Los compradores hicieron un primer pago y, durante
dos años (el plazo previsto) fueron haciendo los abonos correspondientes. El plazo
previsto para la entrega, que se haría mediante otorgamiento de escritura pública, se
pactó en dos años. En esta firma, se entregará el último plazo y cada uno de los
compradores se subrogará en la hipoteca que, para la construcción de la finca, había
constituido en su momento la promotora. Entretanto llegara ese momento, la
promotora se reservaba el dominio. En la cláusula correspondiente se establecía que, en
caso de que el comprador «no cumpliera con sus obligaciones», la promotora «podría
resolver el contrato y hacer suyas las cantidades abonadas hasta el momento, sin
perjuicio de la responsabilidad que, por daños y perjuicios, pudiera corresponderle».
Sin embargo, los dos hermanos cumplieron religiosamente su parte del contrato en
todo momento.
Pasado el tiempo fijado, la vendedora se puso en contacto con cada uno de los
compradores, citándoles mediante burofax (así estaba acordado en el contrato privado)
en una notaría. Ambos hermanos se personaron en la notaría un día antes para leer la
escritura. A ambos les sorprendió desagradablemente la siguiente cláusula:
ninguna está terminada. Faltan los rodapiés; el aire acondicionado está sin recibir (solo
existe el espacio y no se han encastrado los cables ni la salida de vapor); las cocinas no
están terminadas (faltan las encimeras y los electrodomésticos); no hay persianas…
Incluso, en la casa de Francisco, hay pintores trabajando. Envían un nuevo burofax, en
el que anuncian que, en esas condiciones, no firmarán la escritura. La promotora
responde por el mismo medio, reiterando la hora y el lugar de la firma.
Al día siguiente, Francisco acude al notario, pero se niega a firmar. En su lugar, solicita
al notario que haga un acta de comparecencia, en la que manifiesta:
2. Preguntas
3. Criterios de evaluación
Se valorará, sobre todo, que las respuestas estén basadas en la legislación vigente, así
como en la jurisprudencia aplicable. También que el razonamiento sea coherente y
dirigido a la solución del problema, en la medida de lo posible: eres es abogado de
Francisco R. y como tal debes actuar. No basta, en consecuencia, con anunciar «una
demanda» o señalar «la responsabilidad de este o aquel». Deberá concretarse la acción
y los motivos que la sustentan.
La extensión máxima del trabajo es de dos páginas. Georgia 11, interlineado 1,5 y la
alineación del texto justificada.
Test
1. La compraventa es un contrato:
A. Conmutativo y traslativo de dominio per se.
B. Traslativo de dominio en cuanto sirve de título para adquirir la propiedad.
C. Ambas son ciertas.
TEMA 4 – Test 30
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta B C B A C A A C A C
TEMA 4 – Test 31
La compraventa (II)
Material básico
Ideas clave
5.1. ¿Cómo estudiar este tema?
5.2. Obligaciones de los contratantes (segunda parte)
5.3. La compraventa con pacto de retro
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
5
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Este tema contiene los puntos esenciales del contrato del que trata, en este caso la
compraventa y examina la casuística jurisprudencial y el punto de vista doctrinal, tanto
la básica como la recomendada.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
Además, existen otras cuestiones relacionadas con el comprador, a las que se hará
mención a lo largo de este epígrafe.
Normas generales:
Artículo 1.169:
Sin embargo, cuando la deuda tuviere una parte líquida y otra ilíquida, podrá
exigir el acreedor y hacer el deudor el pago de la primera sin esperar a que se
liquide la segunda.
Artículo 1.170:
Y las del artículo 1.500, por lo que respecta al momento en el que ha de hacerse el
pago:
Nótese que este artículo 1.500, altera la norma general del pago de las
obligaciones, del artículo 1.171:
En cualquier otro caso, el lugar del pago será el del domicilio del deudor.
Señala acertadamente Lacruz (2002, p. 55) que, en el supuesto del número 3 de este
artículo, no habrá derecho a reclamar frutos si, en el caso concreto, no los produjera y
así se manifestó la STS de 26 de abril de 1994.
Estas dos normas responden a dos principios correlativos: el de que en las obligaciones
bilaterales ninguno de los obligados está obligado a cumplir en tanto el otro no cumpla;
y el de la exceptio non adimpleti contractus o excepción de contrato no cumplido.
Por su parte, el artículo 1.467 permite retrasar la entrega del precio si existen dudas
fundadas, sobrevenidas, de la solvencia del comprador:
A los ya dichos, hay que añadir el importante supuesto del artículo 1.502 del Código
Civil. Si se admite que la obligación principal del vendedor es entregar el uso pacífico
de la cosa, es razonable que se le permita suspender su obligación —pagar el precio— en
caso de que este uso pacífico esté en peligro por razón de que concurra sobre ella un
mejor derecho de un tercero.
Para poder servirse de este mecanismo de protección, naturalmente, es preciso que nos
hallemos ante un contrato perfeccionado, con precio aplazado y conforme al
que se haya entregado la cosa, como señala una constante y antigua,
jurisprudencia. También, como se desprende del artículo, que exista una perturbación
cierta o, incluso, el temor cierto de sufrirla.
autor citado [García Cantero] incluye entre las perturbaciones eficientes a este
efecto la acción declarativa de dominio, la revocación de donaciones, el
ejercicio del retracto y los interdictos, y, con menor seguridad, la acción real de
servidumbre.
C Facultades resolutorias:
Estas situaciones se regulan expresamente en los artículos 1.503, 1.504 y 1.505 del
Código Civil.
Artículo 1.503:
Artículo 1.504:
El artículo 1.504 contempla una variante del llamado pacto comisorio: es decir, aquel
por el cual, en la venta a plazos, el incumplimiento resuelve automáticamente la
resolución del contrato. En este caso, como vemos, la resolución no es ipso iure, sino
que precisa de un requerimiento. La resolución del artículo 1.504 solo cabe en las
compraventas perfectas.
Hay, incluso, sentencias que defienden que el artículo 1.504 se aplique incluso aunque
no se haya pactado, como la STS de 10 de noviembre de 1982. Por su parte, buena parte
de la doctrina (García Cantero, Díez Picazo, Roca Sastre) ha sostenido, en esta línea,
que el artículo 1.504 es complementario del 1.124.
Lacruz (2002, p. 58), sin embargo, estima que no lo parece, al menos desde un
punto de vista literal. Para este autor, el artículo 1.124 permite a cualquiera de las
partes del contrato resolverlo en caso de incumplimiento de la otra; y el 1.504 se
circunscribe a la compraventa y rige solo en caso de que esta cláusula se hubiera
pactado en sus términos, por lo que opera exclusivamente a favor del vendedor. Se
trata, entonces, en sus palabras, de una condición:
Otra cuestión debatida al respecto del artículo 1.504, pera esta ya resuelta por la
jurisprudencia, es si es preciso para que se pueda esgrimir por el vendedor la
mala fe del comprador: es decir, una conducta obstativa al pago. El Tribunal
Supremo ha optado por un criterio objetivo: será ejercitable la resolución cuando
concurra un elemento de tal importancia que haga imposible el cumplimiento, sin que
necesariamente tenga que originarse en una conducta rebelde del comprador.
El efecto de la acción es, obviamente, resolver el contrato, que es solo posible con el
requerimiento anterior. Una vez hecho, ya no le cabe al comprador pagar, ni al
vendedor exigir el cumplimiento.
Decimos que no siempre se usa en el sentido recogido en el Código, porque con cierta
frecuencia encubre un negocio fiduciario, generalmente un préstamo con garantía
inmobiliaria que pretende, en última instancia, burlar la prohibición de pacto
comisorio.
Nota: El pacto comisorio se entiende prohibido por el artículo 1.884 del Código Civil,
aunque sí parece admitirse en su variante de pacto marciano. Es decir, cuando se pacta
que ante un incumplimiento de la obligación de pago, en el momento del vencimiento
de la obligación principal, el acreedor podría quedarse en propiedad con la cosa objeto
de la garantía, previa su justa valoración y con el deber de reintegrar su excedente, en
relación con el importe de la deuda ejecutada. De hecho, la publicación del Real
Decreto Ley 5/2005, de 11 de marzo, sobre medidas de impulso a la productividad,
viene a consagrar una solución de este género, cuya aplicación se ha solicitado desde
varios sectores profesionales —notarios y registradores— para el problema de los
desahucios por impago de la hipoteca. (Vid. Redondo, F (2009, 9 de marzo). El pacto
marciano, el pacto ex intervallo y la fiducia cum creditore en la garantías financieras del
Real Decreto Ley 5/2005. Cátedra José María Cervelló).
La compraventa con pacto de retro se recoge en el artículo 1.507 del Código Civil:
El pacto de retro es, en todo caso, y simplemente, una condición resolutoria, algo
admitido desde siempre. El comprador adquiere la propiedad de la cosa y se subroga en
la posición jurídica del vendedor a todos los efectos. Pero su adquisición está
condicionada a que el vendedor pueda recuperarla, siempre que ejerza su derecho
dentro del plazo que se establezca. En ese caso, la venta se resuelve y, en consecuencia,
las partes se devuelven las prestaciones recíprocas, como señala el artículo 1.518:
En cuanto a quién pude ejercitar el retracto, el Código señala dos casos especiales:
Artículo 1.514:
Y otro que hay que considerar como una excepción: la legitimidad que otorga a los
acreedores del vendedor, una vez que hayan hecho excusión de los bienes del deudor:
Artículo 1.512:
Los acreedores del vendedor no podrán hacer uso del retracto convencional
contra el comprador, sino después de haber hecho excusión en los bienes del
vendedor.
Artículo 1.517:
Por lo que respecta a su ejercicio, es claro que el retracto se ejercitará mediante una
declaración fehaciente, que tiene carácter recepticio, dentro del plazo legal
establecido. Quien ejerce el retracto, se denomina retractante y quien debe retrotraer la
cosa, retraído.
El retractante deberá, naturalmente, reembolsar el precio que recibió por la cosa, como
se establece en el artículo 1.518 del Código Civil:
1. º Los gastos del contrato y cualquier otro pago legítimo hecho para la venta.
2. º Los gastos necesarios y útiles hechos en la cosa vendida.
Por una parte, entonces, hay que reembolsar, además del precio de la venta (el de la
venta, no su revalorización posterior) los gastos efectivamente realizados para la
celebración del contrato y los útiles; no de los suntuarios, sin perjuicio de su
derecho a retirarlos, conforme al régimen general de los artículos 453 y 454 del Código
Civil.
Legislación
Real Decreto de 6 de octubre de 1889, texto de la edición del Código Civil mandada
publicar en cumplimento de la Ley de 26 de mayo último (Vigente hasta el 22 de julio
de 2014) publicado en Gaceta de 25 de julio de 1889. Se trata de los artículos donde se
regulan aspectos relativos a la celebración de los contratos, y a su interpretación en
caso de discrepancia. En cuanto a las obligaciones del comprador, los artículos 1.500 a
1.505 y con respecto al retracto convencional, del 1.507 al 1.520. Debe concederse
especial importancia a estos artículos:
Artículo 1.500
Artículo 1.502
Artículo 1.503
Artículo 1.504
Artículo 1.506
Artículo 1.507
Artículo 1.508
Artículo 1.509
Artículo 1.510
Artículo 1.518
Doctrina
Díez-Picazo, L., y Gullón, A. (1992). Sistema de Derecho Civil. Vol. II. Madrid:
Editorial Tecnos.
Jurisprudencia
[…] para tener éxito la acción resolutoria regulada en el artículo 1504, deben
de concurrir los requisitos que para el ejercicio del 1.124 considera
indispensable la doctrina de esta Sala, y entre ellos, como principal, el de que
quien insta la resolución haya cumplido por su parte las obligaciones que le
incumbían.
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(www.aranzadidigital.es), con tus claves y el número de RJ de la sentencia
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Material complementario
Lecturas
Lacruz, J. L., et al. (2002). Elementos de Derecho civil. Tomo II. Contratos y cuasi
contratos. Delitos y cuasi delitos (2ª ed.) (pp. 53-77). Madrid: Editorial Dykinson.
El retracto convencional
Comentario a los artículos 1.445 a 1.541 del Código Civil. La obra científica del profesor
Albaladejo es suficientemente conocida. Quizás, junto con su manual, sea en estos
comentarios, editados bajo su dirección, donde mejor se comprueba la gran
importancia de sus aportaciones. El profesor Gabriel García Cantero, por su parte, otro
eximio jurista, analiza en este comentario, artículo por artículo, la regulación del
contrato de compraventa del Código civil.
Casos prácticos
Análisis del supuesto y propuestas de solución para las cuestiones de capacidad que
plantea el supuesto; así como la introducción en el contrato de garantías que prevean
una posible ineficacia.
Test
4. A recibe por venta la cosa de la que B era propietario por herencia pero, antes de
entregar el precio, se entera de que el causante de B tenía un hijo, que resultó preterido
en su testamento.
A. Puede retener el precio, hasta que cese el riesgo.
B. Tiene que entregarlo y reclamar el saneamiento por evicción, en su caso.
C. Es el típico supuesto de vicios ocultos, por lo que A solo puede reclamar en
consecuencia.
TEMA 5 – Test 25
La Contratación y su Práctica Profesional
5. A vende una casa a B, con pacto resolutorio expreso. Vencido el término, ¿puede
ejecutar la resolución?
A. Sí, porque se pactó la resolución expresa.
B. Puede instar la nulidad, por falta de precio (Cfr. Art. 1.261 CC).
C. Puede, pero tiene que requerir a B.
TEMA 5 – Test 26
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta A A B A C A C B C C
TEMA 5 – Test 27
La contratación mercantil
Material básico
Ideas clave
6.1. ¿Cómo estudiar este tema?
6.2. Contratos civiles y contratos mercantiles
6.3. Obligaciones civiles y obligaciones mercantiles
6.4. La prescripción en las obligaciones mercantiles
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
6
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Como todos los demás, este tema repasa los puntos esenciales de la cuestión de la que
trata, en este caso las especialidades de la contratación mercantil; y examina la
casuística jurisprudencial, y el punto de vista doctrinal.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
deslindar unos de otros, de calificarlos, ya que, entre otras cosas, cada uno tiene su
propia regulación. Esta tarea no siempre es sencilla, ya que ni el propio Código de
Comercio (Ccm, de aquí en adelante) aclara con precisión —antes al contrario— cuáles
pertenecen a una categoría y cuáles a otra: el punto de partida del Ccm para
mercantilizar los actos jurídicos es el del artículo 2 (se reputan actos de comercio los
comprendidos en el Ccm «y cualesquiera otros de naturaleza análoga»), ni excluye ni
incluye, de partida, contrato alguno de su regulación.
Por otra parte, el Ccm y las leyes especiales posteriores hasta la actualidad, centran la
cuestión de la mercantilidad en la presencia en la relación de un empresario,
social o individual. Y esto tanto directamente, como derivado de la fuerza de las cosas.
Por ejemplo, es imposible que en una compraventa mercantil, caracterizada por la
habitualidad de la reventa (Cfr. Art. 325 Ccm) no intervenga un empresario.
Artículo 50
Los contratos mercantiles, en todo lo relativo a sus requisitos, modificaciones,
excepciones, interpretación y extinción y a la capacidad de los contratantes, se
regirán en todo lo que no se halle expresamente establecido en este Código o
en Leyes especiales, por las reglas generales del Derecho común.
Contratos de consumo:
Los principios generales de la contratación se ven afectados, en buena medida, por las
normas de consumo, siendo la principal, el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16
de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la
Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias (LC, de
aquí en adelante).
En principio, en esta materia rige el régimen general del artículo 1.262 del Código
Civil:
Artículo 1.262
El consentimiento se manifiesta por el concurso de la oferta y de la aceptación
sobre la cosa y la causa que han de constituir el contrato.
Nótese, sin embargo, que en esta redacción se ha alterado el texto in fine, por
aplicación de la Ley 34/2002, 11 julio, de servicios de la sociedad de la
información y de comercio electrónico.
Por último, cabe señalar que existen en la legislación mercantil dos supuestos
especiales de perfección de los contratos mercantiles: los relativos a la contratación
por medio de agente o corredor y la contratación en pública subasta.
Artículo 55
Los contratos en que intervenga Agente o Corredor quedarán perfeccionados
cuando los contratantes hubieren aceptado su propuesta.
Artículo 54
Hallándose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay
consentimiento desde que el oferente conoce la aceptación o desde que,
habiéndosela remitido el aceptante, no pueda ignorarla sin faltar a la buena fe.
El contrato, en tal caso, se presume celebrado en el lugar en que se hizo la
oferta.
Hay que tener en cuenta a este respecto que, por lo que vemos y a tenor de la norma,
el medio por el que se lleve a cabo la contratación no tiene importancia a
la hora de aplicar este régimen.
No obstante, no hay que interpretar este precepto contra legem del sistema establecido.
Un contrato de consumo que no respete este requisito será, únicamente
anulable (Cfr. Art. 63 LC).
Artículo 57:
Artículo 58:
Artículo 59:
Esta norma ha dado lugar a una rica jurisprudencia, que se resume en los siguientes
puntos:
La cláusula penal es una obligación accesoria a cargo del deudor y no una obligación
alternativa (STS de 22 de enero de 1999).
Sí lo es, sin embargo, para el acreedor, ya que puede optar, en caso de
incumplimiento, por exigir la prestación o la pena, que así se perfila como una
previsión del perjuicio causado por el incumplimiento (STS de 12 de enero de 1999).
La opción que se otorga al acreedor tiene naturaleza extintiva, como se deduce del
propio texto del artículo 59 Ccm.
La pena pactada no puede aplicarse cuando falten los supuestos en cuya virtud se
estableció (STS de 30 de marzo de 1999).
Al igual que ocurre con los contratos, las obligaciones que dimanan de estos presentan
también especialidades en el Derecho Mercantil, en concreto en los artículos 61, 62 y 63
del Ccm. Para todo lo demás, rige el régimen general de los artículos 1.094 y siguientes
del Código Civil.
Las obligaciones que no tuvieren término prefijado por las partes o por las
disposiciones de este Código, serán exigibles a los diez días después de
contraídas si sólo produjeren acción ordinaria, y al día inmediato, si llevaren
aparejada ejecución.
Por último, también modifica el Ccm el régimen de la mora del deudor, del
artículo 1.100 del Código Civil, al eliminar el requerimiento:
Artículo 63
El primero, como vemos, remite al Código Civil para todas las acciones que no
tengan previsto un plazo expreso en el Ccm; el segundo, se distingue del
precepto de Derecho común (el artículo 1.973 del Código Civil) en que no parece
admitir la reclamación extrajudicial como medio de interrupción de la prescripción.
Legislación
Artículo 50
Artículo 54
Artículo 57
Artículo 61
Artículo 62
Artículo 63
Artículo 943
Artículo 944
Accede al Código de Comercio a través del aula virtual o desde la siguiente dirección
web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/ccom.html
Accede a los artículos recomendados a través del aula virtual
Publicado en el BOE 287 de 30 de noviembre del 2007. Se trata de normas que alteran
el régimen tradicional del Derecho Civil y Mercantil sobre contratación. Los artículos
60 a 66, sobre aspectos generales de la formación de los contratos de consumidores;
artículos 68 a 80, sobre el desistimiento; y artículos 82 a 95, sobre cláusulas abusivas.
Debe concederse especial importancia a estos artículos:
Accede a la ley a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/rdleg1-2007.html
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Doctrina
El contrato mercantil
Jurisprudencia
El motivo cuarto del recurso -al amparo del artículo 1692.4 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil por inaplicación de los artículos 6 de la Ley 12 de 27 de
mayo de 1996 SIC, del Contrato de Agencia, 2.1 de la Ley 9/1992, de 30 de
abril, de Mediación de Seguros Privados, en relación con la infracción del
artículo 55 del Código de Comercio, el artículo 6 de la Ley de Contrato de
Seguro y el artículo 1259 del Código Civil, debido a que, según censura, la
sentencia de apelación no ha advertido que tanto el agente de seguros como el
actor tienen la condición de comerciantes y, por consiguiente, debió aplicar las
especialidades de la contratación mercantil, con independencia de la
calificación del contrato de seguro como civil o mercantil- se desestima porque
constituye doctrina jurisprudencial la concerniente a que ha de reputarse
vinculante para la demandada la proposición de seguro suscrita, ya que el
actor proponente no viene obligado a conocer la relación contractual que
pudiera mediar entre el que se atribuye la condición de agente de la
aseguradora y esta misma entidad, siendo presumible la buena fe con que
aquél actuó ante las apariencias formales de legitimidad que rodearon a la
suscripción de la propuesta de seguro, extendido en modelo de la compañía
demandada (por todas, STS de 23 de junio de 1986).
En el sexto y último motivo del recurso, por la vía del ordinal 5.º del artículo
1692 de la Ley de Enjuiciamiento Civil se tacha a la resolución combatida de
haber infringido por inaplicación lo dispuesto en el último inciso del artículo
1593 del Código Civil, en relación con la cláusula octava, párrafo último del
Contrato de 26 de julio de 1978, por entender la recurrente que los «trabajos
adicionales» cuyo importe de 1.120.975 pesetas se había reclamado por la
actora, habían sido ejecutados sin la previa autorización por escrito del Jefe de
la obra, que la meritada cláusula imponía. El motivo ha de ser desestimado al
ser obvio que la autorización por escrito del Jefe de la obra, en el caso un
dependiente de la demandada, puede ser sustituida por la de mayor vigor que
representa el consentimiento tácito prestado por la misma y que la sentencia
recurrida proclama existió en el caso aquí enjuiciado, autorización del dueño
de la obra que como sancionaron las Sentencias de esta Sala de 8 de enero y 2
de diciembre de 1985 y 28 de febrero de 1986 no requiere constancia de forma
determinada, siendo suficiente la verbal e incluso la tácita.
Con ello el juzgador «a quo» no ha hecho otra cosa que aplicar correctamente
el artículo 1281.1 del Código Civil, pues no sólo, ha partido de la claridad de los
términos del referido contrato sino que a través de ello ha logrado
correctamente buscar y ha encontrado cuál es la verdadera voluntad de los
contratantes. Sobrepasando incluso lo que dicen las Sentencias de esta Sala de
1 y 23 marzo 1993 ( RJ 1993\2023, RJ 1993\2544), cuando en ellas se dice que
las normas de interpretación contenidas en los artículos 1281 a 1289 del
Código Civil, constituyen un conjunto o cuerpo subordinado y complementario
entre sí, de las cuales, tiene rango prioritario la correspondiente al párrafo
primero del artículo 1281, de tal manera que si la claridad de los términos de
un contrato no dejan duda sobre las intenciones de las partes, no cabe la
posibilidad de que estén en juego las restantes reglas de los artículos vigentes,
que vienen a funcionar con carácter subsidiario, respecto a la que preconiza la
interpretación literal.
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Formularios
Contratación mercantil
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Material complementario
Lecturas
Don Fernando Sánchez Calero tomó parte en esta obra colectiva que
conmemoraba el centenario de la publicación del Código de
Comercio, comentando, precisamente, aspectos generales de la
regulación que en él se establece de los contratos mercantiles, por lo
que su lectura tiene, en este punto del curo, sumo interés.
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http://books.google.es/books?id=7cIbGUQqreMC&lpg=PP1&hl=es&pg=PP1#v=onepa
ge&q&f=false
Casos prácticos
Ante este problema, procede, ante todo, calificar el contrato; identificar los
incumplimientos y a sus responsables y, por último, diseñar una estrategia procesal. La
Ley de Consumidores vigente ofrece una serie de posibilidades.
Test
2. Según el artículo 61 de la LC, la expresión «Crucero por el Nilo desde 340 euros» es:
A. Una simple publicidad, sin contenido contractual alguno.
B. Ilícita, porque no concreta el precio del contrato.
C. Perfectamente lícita, en tanto se pueda hacer ese crucero por ese precio.
TEMA 6 – Test 28
La Contratación y su Práctica Profesional
7. En los contratos mercantiles, las normas de prueba son las mismas que en los
contratos civiles.
A. Sí, en el sentido de que tienen primacía las de la LEC.
B. No. El Ccm tiene sus medios de prueba y el Código Civil, los suyos. Por lo
tanto, hay que estar a la ley vigente.
C. Ninguna de las respuestas es correcta.
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta C C B B A B A B A C
TEMA 6 – Test 29
La contratación mercantil internacional
Material básico
Ideas clave
7.1. ¿Cómo estudiar este tema?
7.2. Comercio internacional. Principios generales
7.3. El contrato internacional
7.4. Especialidades del contrato internacional de compraventa de
mercaderías, según la Convención de Viena de 11 de abril de 1980
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
7 TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
De carácter formal: en este punto hay que preguntarse a qué ley se somete el
contrato. Y la respuesta la da el llamado Derecho Internacional Privado, mediante la
norma de conflicto. Es frecuente que la norma a la que remita el Derecho
Internacional Privado sea un convenio internacional, ya que, por razones de
operatividad y de seguridad, estas relaciones se encauzan a través de este tipo de
norma acordada de común acuerdo entre los Estados.
El Convenio de Viena
Una vieja aspiración del Derecho Internacional ha sido disponer de una normativa
uniforme, que agilice el tráfico mercantil internacional y evite problemas de
interpretación y de cumplimiento.
Esta convención trata, y en buena parte lo consigue, de unificar los dos principales
sistemas jurídicos que rigen en los Estados miembros de la sociedad internacional: el
Civil Law de los países europeos y el Common Law del ámbito anglosajón.
Civil Law
Convención de
unifica
Viena
Common Law
Los Incoterms
E: Término por el que el vendedor pone las mercancías a disposición del comprador
en su local. Se refiere siempre a la salida de la mercancía.
o EXW (a veces se enuncia simplemente EW): Ex Work: En fábrica.
o CFR: Cost & Freigth: Coste y flete. Exclusivo para transporte marítimo o
vías interiores de agua.
o CIF: Cost, Insurance & Freight: Coste, flete y seguro. Exclusivo para
transporte marítimo o vías interiores de agua.
o CPT: Carried paid to porte…: Transporte pagado hasta…
o CIP: Carrier & Insurance paid to port…: Transporte y seguro pagados hasta…
D: El vendedor soporta todos los gastos y asume todos los riesgos que implique
transportar la mercancía al lugar de destino. Se refiere a la llegada y entrega
(delivered).
Junto a los Incoterms y en esta línea de unificación de usos, tienen importancia estos
corpora de normas unificadas:
Sujeto Contenido
Objeto Forma
Objeto. Como señalan los artículos 1.271 a 1.273 del Código civil, el objeto de todo
contrato ha de ser posible y lícito y estar determinado o ser, al menos, determinable.
Puede pasar que el contrato no especifique la calidad de los objetos que constituyen
la prestación. En ese caso, los principios de Unidroit —siguiendo la estela de los
códigos europeos— establecen que esta calidad se mida en términos de
razonabilidad. Es decir: que ni el deudor cumple dándola de una calidad inferior, ni
el acreedor puede exigirla de la superior. En cuanto al precio, será el que las partes
especifiquen, naturalmente pero si no se hubiere especificado, Unidroit establece la
presunción de que las partes pactaron el que se suele pagar por negocios similares y
si no, un precio razonable.
1 2 3
1. Fase preliminar. A partir del principio de la buena fe, Unidroit señala que si una
de las partes hubiera procedido a entablar negociaciones de mala fe —por ejemplo,
para forzar un acuerdo con un tercero— sí incurrirá en responsabilidad. Por otra
parte, también establece que la posible información obtenida en esta fase tiene
carácter confidencial, por lo que las partes tienen obligación de no revelarla, so pena
de restituir a la perjudicada el lucro obtenido gracias a ella.
o Si la oferta era irrevocable, deja de serlo si la parte oferente la revoca antes de que
llegue a conocimiento del destinatario.
o Si no se dice nada al respecto, puede revocarse antes de que llegue al oferente la
aceptación.
Causas:
Causas:
Error De sproporción
Dolo Intimidación
La voluntad de las partes. La primera causa es el mutuo disenso (Cfr. artículo 3.1.2
PU), precepto coherente con el principio de que en la base de todo contrato se
encuentra la voluntad de las partes. Desaparecida esa voluntad, desaparece también
el contrato.
Los vicios del consentimiento. Claro es que, en esta voluntad, pueden aparecer vicios
de tal naturaleza, que hagan razonable pensar que, de haberse conocido por alguna
de las partes, o por las dos, no se hubiera celebrado el contrato. Así, son vicios del
consentimiento el error (Cfr. arts. 3.2.1 a 3.2.4 PU), el dolo (Cfr. art. 3.2.5 id) y la
intimidación (Cfr. art. 3.2.6 id). También la desproporción. Es de Derecho de gentes
la excepción denominada non adimpleti contractus. Es decir, la plasmación en un
contrato de una situación de grave desproporción, sobre todo si ésta tiene su causa
en circunstancias especiales para una de las partes. En estos casos, se tiende, en
primera instancia, a intentar equilibrar el contrato; si no es posible, puede llegarse a
la anulación (Cfr. art. 3.2.7).
Efectos:
Los efectos de la nulidad, llegado el caso, se pueden resumir, a partir de los Principios
Unidroit y la Convención de Viena, en los siguientes:
La primera regla de interpretación es la voluntad de las partes, que resulte del texto
del convenio, y de su interpretación conforme a los principios de la recta razón. (Cfr.
arts. 4.1, 2 y 3 id).
Rige siempre el principio del favor negotii (Cfr. Arts. 4.4 y 4.5 y 4.8 id).
Si alguna disposición del contrato resultara oscura o de difícil interpretación, el
proceso de aclaración no podrá favorecer a la parte que hubiere sido causante de la
oscuridad. En caso de que la discrepancia provenga de la traducción del contrato, se
acudirá a la versión original (Cfr. arts. 4.6 y 4.7 id).
Tiempo Forma
En este punto nos referiremos a cuatro aspectos: tiempo, forma, lugar del
cumplimiento y modificación del contrato por alteración de las circunstancias.
Por lo que respecta al tiempo, el contrato se cumple, en los plazos establecidos, pero
se pueden cumplir también de manera anticipada (Cfr. art. 6.1.1 id y 58 y 59 de la
CV).
El lugar del cumplimiento es el establecido en el contrato. Si no se hubiera
establecido, el cumplimiento de las obligaciones que consistan en dar una cantidad
de dinero se hará en el establecimiento del acreedor; y si consiste en otra cosa la
prestación, se cumplirá en el del acreedor (Cfr. art. 6.1.6 id).
Incumplimiento voluntario:
Los Principios Unidroit regulan esta situación mediante las siguientes normas:
No existe incumplimiento de una parte si este fue causado por actos u omisiones de
la otra (compensatio morae, Cfr. art. 7.1.2 id).
La parte que incumplió corre con los gastos que ocasione el incumplimiento, aunque
luego lo subsane (Cfr. Art. 7.1.4 id).
En caso de incumplimiento, el acreedor puede conceder una moratoria
(aplazamiento) o suspender a su vez el cumplimiento de sus obligaciones y reclamar
el resarcimiento. No puede, sin embargo, emprender otra acción —la de resolución,
por ejemplo— a menos que la parte que incumplió le comunique que no va a cumplir
o transcurra el nuevo plazo sin cumplimiento (Cfr. art. 7.1.5 id).
Si la parte que incumple lo hace movida por circunstancias ajenas a su voluntad y que
razonablemente no pudieron preverse, debe comunicarlo a la otra parte; si no lo
hace así, será responsable de las consecuencias. También lo será si la comunicación se
demoró de manera injustificada. La otra parte podrá suspender sus obligaciones o,
incluso, dar por terminado el contrato y reclamar lo entregado, sin perjuicio de las
demás reclamaciones a las que pudiera tener derecho (por ejemplo, los intereses de
demora). Si la causa mayor fuera temporal, el contrato se suspenderá hasta que cese la
causa impeditiva, si fuera posible sin perjuicio para la parte que sufre el
incumplimiento (Cfr. 7.1.7 id).
El incumplimiento hace que nazca, a favor del perjudicado, el derecho a exigir una
indemnización por daños y perjuicios, sin que ello suponga la renuncia a
reclamar cualesquiera otras pretensiones. Los daños y perjuicios se desglosan en
daño emergente —lo que se perdió, efectivamente—; lucro cesante —lo que se dejó de
ganar—y daño moral.
Lucro
cesante
El derecho a dar por terminado el contrato se ejerce por la parte que lo impetre
mediante comunicación fehaciente. Para casos de mora, se prevé un plazo
adicional, terminado el cual, puede la otra parte reclamar la terminación y los daños y
perjuicios causados.
Introducción
La compraventa, en el ámbito del comercio exterior, es, sin duda, el medio idóneo para
el intercambio comercial de exportación e importación. Como ocurre en el Derecho
interno, es el contrato paradigmático.
Aunque la compraventa existe en todos los ordenamientos jurídicos, lo cierto es que las
legislaciones nacionales precisan de una norma uniformadora, ya que existen
desviaciones en puntos importantes de su desarrollo. Como sabemos, es la
Convención de Viena de 11 de abril de 1980 —a la que España se adhirió en 1991
(BOE nº 26 de 30 de enero de 1991)— el instrumento que ha intentado esta
aproximación que, aunque no se haya conseguido en su totalidad, sí ha supuesto un
avance muy importante para allanar las diferencias que separan las distintas
regulaciones nacionales.
Nota. La Convención de Viena regula este contrato en su Parte III, bajo el título
«Compraventa de mercaderías». Esta parte está dividida en cinco capítulos, aunque el
núcleo de la cuestión se reduce a los numerados bajo los ordinales II y III, que
contienen las obligaciones de las partes. Los capítulos I y V se ocupan de cuestiones
generales y el número IV, se refiere a la cuestión de la transmisión del riesgo.
La transmisión de la propiedad:
Pero esto es solo una apariencia. El artículo 4, b) excluye todo lo que se relaciona con la
titularidad de las cosas objeto de la compraventa, sin perjuicio de que el comprador
pueda reclamarlo en virtud de otras normas y conforme al procedimiento que tenga por
conveniente. (Cfr. Tomás Vázquez Lépinette. Op. Cit. p. 182).
Lo que quiere decir la Convención es, simplemente, que en caso de que el vendedor
no transmita la propiedad, el comprador podrá ejercer los derechos que le
parezcan en salvaguarda de sus derechos y que se recogen en la propia Convención,
como veremos. Que la cosa sea propiedad del vendedor, por ejemplo, no es una
cuestión en la que se pueda esgrimir la Convención, sino el derecho nacional
correspondiente.
Como sabemos, es obligación del vendedor entregar las mercancías de conformidad con
lo establecido en el contrato, obligación que se reitera en el artículo 35 de la
Convención, una norma de difícil interpretación.
Así, respecto de la aptitud para el uso al que habitualmente se las destina, el Tribunal
de Apelación (Cour d’appel) de Grenoble (Francia), en sentencia de 15 de mayo de
1996, señaló (Caso «Thermo King») que —dado que la convención de Viena no recoge
la figura de los vicios ocultos— hay que entender que un frigorífico industrial no puede
estropearse a los quince días de su compra, como había sucedido, por lo que era
menester dictaminar la existencia de un defecto de conformidad, a tenor del artículo
35.2 de la Convención, sin que importara la naturaleza del defecto.
En cuanto a la segunda garantía, el uso para cualquier fin especial que se haya hecho
saber al vendedor, la jurisprudencia lo interpreta en sentido amplio y, así, en el caso
«Tomatopasta», en el que una empresa italiana surtía de queso parmesano a otra
francesa, se estimó por el mismo Tribunal de Grenoble que no era conforme con las
garantías del artículo 35.2 el hecho de que el etiquetado infringiera las normas
administrativas que sobre este aspecto eran imperativas en Francia; pero no que una
partida de mejillones envasados superaran los niveles de cadmio recomendados por la
legislación alemana, precisamente por no infringirse una norma imperativa (Sentencia
del Tribunal de Düsseldorff , de 8 de marzo de 1995, muy contestada por la doctrina).
Causas de exoneración:
Obviamente, este precepto está pensado para aquellos supuestos en los que el
comprador ha podido examinar las mercancías antes de adquirirlas. Por lo
demás, no se aplicará en caso de actuación dolosa por parte del vendedor.
recibir la mercancía
El comprador tiene la
obligación de:
pagar el precio
La obligación de pagar el precio comprende, además, por mor del juego de la buena fe,
la de llevar a cabo todos los trámites administrativos para ello, como, por ejemplo,
obtener una carta de crédito.
Enderlein, F. (1985). Rights and obligations of the seller under the UN Convention on
Contracts for the International Sale of Goods. En P. Volken y P. Sarcevic (Coord.),
International sale of goods. New York – London – Roma: Sarcevic & Volken Editors.
Legislación
(2) A petición de la parte legitimada para anular el contrato, el tribunal podrá adaptar
el contrato o la cláusula en cuestión, a fin de ajustarlos a criterios comerciales
razonables de lealtad negocial.
(3) El tribunal también podrá adaptar el contrato o la cláusula en cuestión, a petición
de la parte que recibió la notificación de la anulación, siempre y cuando dicha parte
haga saber su decisión a la otra inmediatamente, y, en todo caso, antes de que ésta obre
razonablemente de conformidad con su voluntad de anular el contrato. Se aplicarán,
por consiguiente, las disposiciones del Artículo 3.13 (2).
Artículo 5.1.6 (Determinación de la calidad de la prestación)
Cuando la calidad de la prestación no ha sido precisada en el contrato ni puede ser
determinada en base a éste, el deudor debe una prestación de una calidad razonable y
no inferior a la calidad media, según las circunstancias.
Artículo 6.2.1 (Obligatoriedad del contrato)
Cuando el cumplimiento de un contrato llega a ser más oneroso para una de las partes,
esa parte permanece obligada, no obstante, a cumplir sus obligaciones salvo lo previsto
en las siguientes disposiciones sobre “excesiva onerosidad” (hardship).
Artículo 6.2.2 (Definición de la «excesiva onerosidad» [hardship])
Hay “excesiva onerosidad” (hardship) cuando el equilibrio del contrato es alterado de
modo fundamental por el acontecimiento de ciertos eventos, bien porque el costo de la
prestación a cargo de una de las partes se ha incrementado, o porque el valor de la
prestación que una parte recibe ha disminuido, y:
(a) dichos eventos acontecen o llegan a ser conocidos por la parte en desventaja
después de la celebración del contrato;
(b) los eventos no pudieron ser razonablemente tenidos en cuenta por la parte en
desventaja en el momento de celebrarse el contrato;
(c) los eventos escapan al control de la parte en desventaja; y
(d) el riesgo de tales eventos no fue asumido por la parte en desventaja.
Accede a los Principios a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.unidroit.org/spanish/principles/contracts/principles2010/blackletter2010
-spanish.pdf
Accede a los artículos recomendados desde el aula virtual
Artículo 1
1) La presente Convención se aplicará a los contratos de compraventa de mercaderías
entre partes que tengan sus establecimientos en Estados diferentes:
a) cuando esos Estados sean Estados Contratantes; o
b) cuando las normas de derecho internacional privado prevean la aplicación de la ley
de un Estado Contratante.
Artículo 4
La presente Convención regula exclusivamente la formación del contrato de
compraventa y los derechos y obligaciones del vendedor y del comprador, dimanantes
de ese contrato. Salvo disposición expresa en contrario de la presente Convención, ésta
no concierne, en particular:
a) a la validez del contrato ni a la de ninguna de sus estipulaciones, ni tampoco a la de
cualquier uso;
b) a los efectos que el contrato pueda producir sobre la propiedad de las mercaderías
vendidas.
Artículo 9
1) Las partes quedarán obligadas por cualquier uso en que hayan convenido y por
cualquier práctica que hayan establecido entre ellas.
2) Salvo pacto en contrario, se considerará que las partes han hecho tácitamente
aplicable al contrato o a su formación un uso del que tenían o debían haber tenido
conocimiento y que, en el comercio internacional, sea ampliamente conocido y
regularmente observado por las partes en contratos del mismo tipo en el tráfico
mercantil de que se trate.
Artículo 14
1) La propuesta de celebrar un contrato dirigida a una o varias personas determinadas
constituirá oferta si es suficientemente precisa e indica la intención del oferente de
quedar obligado en caso de aceptación. Una propuesta es suficientemente precisa si
indica las mercaderías y, expresa o tácitamente, señala la cantidad y el precio o prevé
un medio para determinarlos.
Artículo 18
1) Toda declaración u otro acto del destinatario que indique asentimiento a una oferta
constituirá aceptación. El silencio o la inacción, por sí solos, no constituirán aceptación.
Artículo 38
1) El comprador deberá examinar o hacer examinar las mercaderías en el plazo más
breve posible atendidas las circunstancias.
Artículo 60
La obligación del comprador de proceder a la recepción consiste:
a) en realizar todos los actos que razonablemente quepa esperar de él para que el
vendedor pueda efectuar la entrega; y
b) en hacerse cargo de las mercaderías.
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Doctrina
El contrato internacional II
Jurisprudencia
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Con carácter previo hay que dejar sentado, que a la cuestión planteada en la
presente litis, reclamación de cantidad por indemnización de daños y
perjuicios derivada de incumplimiento contractual, le es de aplicación la
Convención de las Naciones Unidas sobre contratos de compraventa
internacional de mercaderías, de Viena de 11 de abril de 1980, aceptándose los
razonamientos que se exponen en el fundamento de derecho primero de la
sentencia de instancia
***
***
QUINTO
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PRIMERO
Por todo ello, no concurre infracción de los preceptos del enunciado del
motivo, y éste decae.
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Formularios
Material complementario
Lecturas
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http://www.uncitral.org/pdf/spanish/clout/Second_edition_spanish.pdf
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http://www.uncitral.org/uncitral/es/case_law/digests/cisg.html
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http://www.uncitral.org/uncitral/es/case_law.html
Casos prácticos
Un cliente nos pide ayuda para redactar un contrato de compraventa. ¿Cuáles son los
puntos clave de este documento?
Test
TEMA 7 – Test 40
La Contratación y su Práctica Profesional
9. Tras una catástrofe natural en el país de la empresa A, el gobierno decidió doblar los
tipos arancelarios para determinados productos, entre los que se encuentra los que la
empresa B suministraba a A.
A. Pacta sunt servanda: no hay nada que hacer, porque debió preverse.
B. B podría acogerse a la Exceptio non adimpleti contractus.
C. Es correcta B, pero si rigen los Principios Unidroit, puede acogerse a la llamada
hardship.
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta A A B C C B A B C B
TEMA 7 – Test 41
Arrendamientos urbanos
Material básico
Ideas clave
8.1. ¿Cómo estudiar este tema?
8.2. El arrendamiento: teoría general
8.3. Los arrendamientos urbanos
8.4. Referencias bibliográficas
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
8
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Esta lección repasa los puntos esenciales del contrato que se examina, en este caso, el
arrendamiento y, en particular, el urbano, así como su casuística jurisprudencial y
el punto de vista doctrinal.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
Y el 1.544 que:
Y el 1.547 que:
Los preceptos del Código Civil, en todos estos supuestos, actuarán como supletorios, en
lo que sean de aplicación.
Desde 1946, el arrendamiento de viviendas urbanas está reglado por una ley especial.
La vigente es la Ley 29/1994, de 24 de noviembre, de Arrendamientos
Urbanos (LAU). Pero no puede olvidarse que los arrendamientos celebrados de
acuerdo con otras normas anteriores, se rigen por aquellas, aunque siempre en función
de lo que establezca el régimen transitorio de la de 1994.
Contenido y ámbito
Es decir:
Tanto los arrendamientos de vivienda como los de local para uso distinto al de
vivienda, están sometidos, de manera imperativa, a los títulos I y IV de la ley. Es
decir, las disposiciones generales del título I y a las comunes del título IV.
Los de vivienda, además, a los pactos entre las partes suscritos al amparo del título
II («De los arrendamientos de vivienda») y al Código Civil como supletorio.
Los de uso distinto, por los pactos, el Código Civil y lo establecido en el título III
(«De los arrendamientos para uso distinto de vivienda»).
Por último, el título V se dedica a cuestiones procesales, en las que habrá de estarse,
también, a las posibles modificaciones que introdujo la Ley de Enjuiciamiento Civil,
vigente desde el año 2000.
El arrendamiento de vivienda
La regulación del arrendamiento de vivienda (título II) empieza con unas normas
generales, de las cuales la contenida en el artículo 6 tiene particular importancia, ya
que consagra el principio de irrenunciabilidad de los derechos atribuidos al
arrendatario:
Como ya vimos en el apartado anterior, la ley (Art. 7.2) mantiene lo que decía su
antecesora en referencia a la protección del arrendamiento inscrito:
En todo caso, para que los arrendamientos concertados sobre fincas urbanas,
surtan efecto frente a terceros que hayan inscrito su derecho, dichos
arrendamientos deberán inscribirse en el Registro de la Propiedad.
Precepto que hay que completar con el artículo 14, referido a la misma cuestión:
La renta:
La primera cuestión que hay que tener en cuenta respecto de la renta es que su
fijación es libre, según el artículo 17 de la ley. También según esta norma, se
pactará por mensualidades, salvo que se establezca lo contrario.
1. Durante la vigencia del contrato, la renta solo podrá ser revisada por el
arrendador o el arrendatario en la fecha en que se cumpla cada año de vigencia
del contrato, en los términos pactados por las partes. En defecto de pacto
expreso, no se aplicará revisión de rentas a los contratos.
En caso de pacto expreso entre las partes sobre algún mecanismo de revisión
de valores monetarios que no detalle el índice o metodología de referencia, la
renta se revisará para cada anualidad por referencia a la variación anual del
Índice de Garantía de Competitividad a fecha de cada revisión, tomando como
mes de referencia para la revisión el que corresponda al último índice que
estuviera publicado en la fecha de revisión del contrato.
2. La renta actualizada será exigible al arrendatario a partir del mes siguiente a
aquel en que la parte interesada lo notifique a la otra parte por escrito,
En cuanto al mantenimiento,
está claro que corresponde al
arrendador llevar a cabo las
reparaciones para que la vivienda
responda al uso al que se le ha
destinado, tal como señala el
artículo 21 de la LAU. Esto abarca
tanto a los deterioros por el paso
del tiempo, como a las averías
sobrevenidas. La regla general es la de que el arrendatario debe permitir, a su vez, que
el arrendador cumpla con esta obligación, informándole puntualmente de los
desperfectos que puedan producirse y poniendo de su parte lo necesario para que los
arregle (por ejemplo, dejándole paso franco). En caso de que la avería sea de urgente
reparación, el arrendatario podrá repararla, avisando al arrendador de manera
fehaciente. Es obvio que la reparación será (Cf. Art. 21.3) a costa del arrendador. Lo
habitual es que el importe se descuente de la renta. Por último, las reparaciones que se
hayan producido por culpa del arrendatario, serán de su exclusivo cargo (Cf. Art. 21.1
LAU).
Adquisición preferente:
La LAU vigente reconoce el tradicional derecho de adquisición preferente por parte del
arrendatario en el artículo 25. Este derecho se articula por el derecho de tanteo y
retracto:
Este derecho tiene dos excepciones, en los números 6 y 7 del artículo 25:
En los casos en los que se haya pactado dicha renuncia, el arrendador deberá
comunicar al arrendatario su intención de vender la vivienda con una
antelación mínima de treinta días a la fecha de formalización del contrato de
compraventa.
Fianza y formalización
Las normas reguladoras de la fianza se han visto afectadas por varias reformas
legislativas, la última de las cuales ha sido la Ley 4/2013. En la actualidad, el
precepto dice así:
2. Durante los tres primeros años de duración del contrato, la fianza no estará
sujeta a actualización. Pero cada vez que el arrendamiento se prorrogue, el
arrendador podrá exigir que la fianza sea incrementada, o el arrendatario que
disminuya, hasta hacerse igual a una o dos mensualidades de la renta vigente,
según proceda, al tiempo de la prórroga.
5. Las partes podrán pactar cualquier tipo de garantía del cumplimiento por el
arrendatario de sus obligaciones arrendaticias adicional a la fianza en
metálico.
En cuanto a la forma, rige el principio aformalista, sin perjuicio de que las partes se
podrán compeler a trasladar los acuerdos a un escrito, práctica, por otra parte, tan
común como aconsejable (Cf. Art. 29 LAU). Si se desea, evidentemente, inscribir el
contrato, es ineludible la escritura pública.
Legislación
Artículo 1.542:
Artículo 1.543:
Artículo 1.544:
Artículo 1.545
Los bienes fungibles que se consumen con el uso no pueden ser materia de este
contrato.
Accede a la ley a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/l29-1994.html
Accede al RDL a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Fiscal/rdl2-1985.html
Publicado en el BOE número 312, de 29 de diciembre de 1964. Este texto legal, vigente
hasta la entrada en vigor de la LAU de 1994, se aplica aún a los contratos celebrados
entonces. Se recomienda su consulta para los casos en los que pudiera proceder, de
acuerdo con el derecho transitorio, su aplicación.
Accede al decreto a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Derogadas/r0-d4104-1964.html
Doctrina
El arrendamiento de cosas
Jurisprudencia
La jurisprudencia […] viene acogiendo una postura contraria, pues dado que
ha declarado que solo la constancia registral permite que el tercer adquirente
no tenga la consideración de tercero hipotecario al poder conocer la causa de la
resolución posterior, ha de entenderse que incumbe al registrador que conoce
de la existencia de una adquisición por tanteo dejar constancia de esta
circunstancia en el registro. En este caso, está probado que el registrador
conoció que la vivienda se adquiría por los arrendatarios en virtud de su
derecho de tanteo, pese a lo cual omitió dejar constancia de esa circunstancia
en la inscripción. Y fue la omisión del registrador la que determinó que el
tercero lo fuera de buena fe.
El artículo 16 LAU 1994, no solo fija un plazo sino también las personas que
están legitimadas para subrogarse y su orden de prelación. Esta conclusión,
impide que pueda considerarse que el conocimiento del fallecimiento del
arrendador y de que la vivienda está siendo ocupada por un familiar con
derecho a ejercer la subrogación, pueda ser considerado como un
consentimiento tácito a la continuación del contrato arrendaticio.
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Formularios
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Material complementario
Lecturas
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.notariosyregistradores.com/doctrina/resumenes/2013-reforma-ley-
arrendamientos-urbanos.htm
Este boletín editado por el prestigioso despacho del profesor Garrigues, pone a
disposición un útil prontuario de los puntos principales de la reforma de la LAU, desde
un punto de vista de los litigios.
Accede al documento a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.garrigues.com/es/Publicaciones/Novedades/Documents/Novedades-
Mercantil-Litigacion-2-2013.pdf
El contrato de aparcamiento
Vídeos
Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.youtube.com/watch?v=j16HSJu9FDg
Casos prácticos
La subrogación: planteamiento
La subrogación: solución
Quien pretende subrogarse debe probar que reúne las condiciones para ello. Si no, la
solución es oponerse mediante comunicación fehaciente y, si llega el caso, plantear la
demanda de desahucio correspondiente.
Actividades
1. Los hechos
Era arrendatario de una vivienda, desde hace más de veinte años. Concretamente,
desde enero de 1982. Había pagado las rentas puntualmente y todo iba sobre ruedas,
hasta que, un día, en 1993, recibió una comunicación de su arrendador, en la que le
requería para que abandonara la vivienda, ya que la necesitaba para necesidades
familiares.
Como se opusiera, el arrendador planteó litigio ante los juzgados de primera instancia.
Y, a partir de ese momento, dejó de pasarle los recibos mensuales.
El contrato decía, textualmente:
Nuestro cliente, entonces, remitió por giro postal hasta tres mensualidades. El
arrendador las devolvió las tres. Ante eso, le requirió por conducto notarial,
ofreciéndole el pago. El arrendador no contestó.
Pero nos consulta hoy porque hace tres días recibió un emplazamiento de su antiguo
arrendador, reclamándole las rentas impagadas. Concretamente, se trata de nueve
anualidades, más los intereses correspondientes.
2. Preguntas
¿En qué basarías la defensa de nuestro cliente, si es que tiene defensa? Recuerda que
no todos los asuntos la tienen y que, a veces, la mejor posición es intentar una
negociación.
3. Criterios de evaluación
Se valorará, sobre todo, que las respuestas estén basadas en la legislación vigente, así
como en la jurisprudencia aplicable. También que el razonamiento sea coherente y
dirigido a la solución del problema, en la medida de lo posible. Eres el abogado de tu
cliente. No basta, en consecuencia, con anunciar «una demanda» o señalar «la
responsabilidad de este o aquel». Deberá concretarse la acción y los motivos que la
sustentan.
La extensión máxima del trabajo es de dos páginas. Georgia 11, interlineado 1,5 y la
alineación del texto justificada.
Test
1. Pueden arrendarse:
A. Las cosas consumibles y las no consumibles.
B. Bienes y derechos.
C. Los títulos nobiliarios.
TEMA 8 – Test 33
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta B B C A A B B C B C
TEMA 8 – Test 34
Contratos de garantía
Material básico
Ideas clave
9.1. ¿Cómo estudiar este tema?
9.2. Derechos de garantía real y sus distintas formas y creación
9.3. Aspectos esenciales de la hipoteca
9.4. La prenda
9.5. Prenda sobre derechos y prenda irregular
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
9 TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Como todos los demás, este tema repasa los puntos esenciales de los contratos de
garantía, es decir, la hipoteca y la prenda; y examina la casuística jurisprudencial y el
punto de vista doctrinal.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
Generalidades
Garantías personales
(fianza, arras, cláusulas Garantías reales
penales…)
Las garantías reales son las que recaen sobre cosas determinadas y son oponibles
erga omnes. Están constituidas por tres figuras:
La prenda: garantía real que recae sobre bienes muebles y lleva consigo el traslado
de la posesión de la cosa gravada al acreedor pignoraticio.
La hipoteca: recae sobre bienes inmuebles y no hay traspaso posesorio. Esta nota
es la razón de que la hipoteca precise para su constitución que se inscriba en el
Registro de la Propiedad, para que la publicidad registrar supla a este
desplazamiento.
A este cuadro hay que añadirle, además, la hipoteca mobiliaria y la prenda sin
desplazamiento de la posesión, figuras reguladas en la Ley de 16 de diciembre de
1954.
Prenda e hipoteca
Estos dos derechos de garantía, junto con la anticresis, están regulados en el Título XV
del Libro IV del Código Civil, artículos 1.857 a 1.876. Es interesante establecer las
diferencias y las analogías entre la prenda y la hipoteca.
Analogías:
Tanto la hipoteca como la prenda son derechos reales. Aunque no han faltado
autores que hayan negado este carácter, porque el acreedor hipotecario no puede
acceder directamente a la cosa hipotecada o pignorada, sino que debe realizarla en
juicio de ejecución (es decir, el acreedor no tiene un poder directo e inmediato sobre
la cosa, como es propio en los derechos reales) si nos fijamos en las facultades de
preferencia y en la oponibilidad erga omnes el carácter real de hipoteca, prenda y
anticresis no ofrece duda.
Ambos son derechos reales sobre cosa ajena y derechos reales limitados
porque no absorben, sino que solo restringen las facultades del dominio.
Y el 1.861 que:
Atribuyen a su titular el ius distrahendi, con exclusión del pacto comisorio, como
indican los artículos 1.858 y 1.859 del Código Civil.
Artículo 1.859:
No podrá, por tanto, el heredero del deudor que haya pagado parte de la deuda
pedir que se extinga proporcionalmente la prenda o la hipoteca mientras la
deuda no haya sido satisfecha por completo.
Se exceptúa de estas disposiciones el caso en que, siendo varias las cosas dadas
en hipoteca o en prenda, cada una de ellas garantice solamente una porción
determinada del crédito.
Diferencias:
La prenda recae sobre bienes muebles y la hipoteca sobre inmuebles. Con las
excepciones a que antes hemos aludido de la hipoteca naval y la hipoteca mobiliaria.
La prenda se puede constituir de cualquier forma, incluso verbal (aunque hay que
tener en cuenta que, según el artículo 1.865 «no surtirá efecto frente a tercero si no
consta en instrumento público la certeza de su fecha». La hipoteca, en cambio,
requiere para su existencia, la escritura pública y la inscripción en el registro (como
se ha dicho, hay algunas excepciones, como la de la hipoteca naval que puede
constituirse incluso en documento privado; o la prenda sin desplazamiento, que
exige escritura o póliza [artículo 3 LHM]).
Prenda Hipoteca
Concepto
La hipoteca es un derecho real por el cual un bien inmueble se presta en garantía del
cumplimiento de una determinada obligación, de modo que si esta resulta impagada, el
acreedor puede vender el bien y cobrar su deuda con el producto de la venta.
Sujetos
Forma
Contenido
Generalidades:
El acreedor hipotecario tiene una serie de acciones, típicas de este contrato, para
garantizar la integridad de la cosa. Así, la acción de devastación, del artículo 117
de la Ley Hipotecaria, señala:
La ejecución de la hipoteca:
A este respecto hay que tener en cuenta que el acreedor hipotecario puede reclamar
contra el deudor en su doble condición de acreedor y de acreedor hipotecario. Es decir,
puede proceder contra el patrimonio del deudor, presente y futuro; y, también,
directamente, sobre el bien hipotecado. Cuenta, entonces, con una acción personal y
con una acción real.
En todo caso, este aspecto es propio del Derecho procesal, por lo que nos remitimos a
esta disciplina, no sin señalar que el procedimiento de ejecución ha sido recientemente
9.4. La prenda
Generalidades
El Código regula la prenda en los artículos 1.863 a 1.874. Además, le son aplicables
las disposiciones comunes a ella y a la hipoteca: artículos 1.857 a 1.862.
Elementos personales:
El deudor Un tercero
Respecto a los requisitos de capacidad, nos remitimos al artículo 1.857 del Código
Civil, ya citado.
Elementos reales:
Pueden darse en prenda todas las cosas muebles que están en el comercio, con
tal que sean susceptibles de posesión.
Elementos formales:
Este artículo trata de evitar que se simulen por el deudor prendas fraudulentas en
perjuicio de acreedores, que verían así disminuido el patrimonio sobre el que dirigir
sus acciones.
Por otra parte esa extensión del derecho de retención se refiere a las deudas
que se hubieren contraído después de la constitución de la prenda, que sean
exigibles antes de haberse pagado la primera y que además no estén garantizadas.
Y el 1.868, que:
Si la prenda produce intereses, compensará el acreedor los que perciba con los
que se le deben; y, si no se le deben, o en cuanto excedan de los legítimamente
debidos, los imputará al capital.
Extinción
Se extingue la prenda:
Por extinción de la obligación asegurada, pues la prenda es accesoria de esta, sin que
al contrato, la extinción de la prenda lleve consigo la pérdida de la obligación.
Por la pérdida de la cosa pignorada, en cuyo caso si esta estaba asegurada la prenda
pasará a recaer sobre la indemnización.
Por renuncia del acreedor y en general por los modos generales de extinguirse las
obligaciones. Establece el artículo 1.191 del Código civil que:
La prenda irregular
Legislación
Artículo 1.857
Artículo 1.858
Artículo 1.859
Artículo 1.860
Artículo 1.861
Artículo 1.862
Publicado en BOE núm. 79, de 1 de abril de 2009. Norma del ámbito de la protección
de consumidores y usuarios, cuyo ámbito alcanza a todos aquellos empresarios cuyo
objeto social es medir en el crédito. Debe prestarse especial importancia a estos
artículos:
Doctrina
Peña, M. (2001). Derechos reales. Derecho hipotecario (4ª ed., Vol. II). Madrid:
Tecnos.
Con relación a los conceptos expuestos en este tema, recomendamos la lectura de las
páginas 57-79.
Jurisprudencia
[…] procede declarar que un régimen procesal de este tipo, al no permitir que
el juez que conozca del proceso declarativo, ante el que el consumidor haya
presentado una demanda alegando el carácter abusivo de una cláusula
contractual que constituye el fundamento del título ejecutivo, adopte medidas
cautelares que puedan suspender o entorpecer el procedimiento de ejecución
hipotecaria, cuando acordar tales medidas resulte necesario para garantizar la
plena eficacia de su decisión final, puede menoscabar la efectividad de la
protección que pretende garantizar la Directiva.
En el caso presente existía una anotación registral previa sobre el carácter del
bien hipotecado que, según el artículo 56 de la Ley Concursal , impedía de
momento la continuación de la ejecución hipotecaria, por lo que la actuación
del registrador se ajustó a la legalidad y por ello fue confirmada por la
Resolución de la D.G.R.N hoy impugnada, siendo así que los autos dictados
por la Audiencia Provincial se limitan a precisar la competencia objetiva de los
Juzgados en conflicto pero en absoluto predeterminan la actuación del
registrador de la propiedad en el ejercicio de las competencia que la ley de
atribuye, por lo que no se ha interpretado erróneamente por la sentencia
recurrida el contenido de dichas resoluciones.
[…] la imposición del valor razonable como criterio a seguir es una opción
legislativa que no cabe tachar de contraria a los principios generales del
derecho societario cuando resulta que los estatutos de las sociedades anónimas
gozan de publicidad registral y, como sucede en el presente caso, permiten
tanto al acreedor que acepta la prenda de acciones como garantía cuanto al
socio deudor conocer los riesgos que asumen en caso de ejecución forzosa de la
prenda y adjudicación final al acreedor por la totalidad del importe del crédito.
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Material complementario
Lecturas
La prenda de acciones
La prenda de créditos
Test
TEMA 9 – Test 23
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta C C C A B B A C C B
TEMA 9 – Test 24
Los contratos de financiación
Material básico
Ideas clave
10.1. ¿Cómo estudiar este tema?
10.2. Los contratos de financiación
10.3. El crédito documentario
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
10
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Este tema repasa los puntos esenciales de los contratos bancarios de financiación;
desarrolla algunas de las figuras que constituyen su contenido y examina la casuística
jurisprudencial y el punto de vista doctrinal.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
En el ámbito empresarial, son muy frecuentes los contratos mediante los cuales los
empresarios adquieren crédito de las entidades bancarias para financiar operaciones
muy diversas. Puede tratarse de adquirir bienes de equipo —y de renovarlos
periódicamente— como ocurre en el leasing y el renting o, también, de garantizarse
liquidez aprovechando derechos de crédito no vencidos, como ocurre en el factoring, el
confirming o el forfaiting.
El contrato de leasing
Por su parte, la Ley del Impuesto de Sociedades, en el artículo 128, señala una serie de
requisitos, relacionados con el tratamiento fiscal del contrato. Esencial es, desde
este punto de vista, que el contrato exprese, claramente diferenciado en las cuotas, qué
parte corresponde a la recuperación del coste del bien por la entidad arrendadora,
excluido el valor de la opción de compra y cuál a la carga financiera exigida, todo ello
sin perjuicio del gravamen indirecto del cual le corresponda.
El contrato de leasing se lleva a cabo entre una entidad financiera autorizada para
llevarlo a cabo (bancos, cajas de ahorros, cooperativas de crédito y establecimientos
financieros de crédito), que denominamos arrendador; un proveedor, que es el que
El contrato de leasing
Otra cuestión, esta jurídica, es qué ocurre en caso de concurso. La Ley Concursal
de 9 de junio del 2003 se refiere a estos supuestos en sus artículos 56.1.a) y 90.1.4, que
El contrato de factoring
Las ventajas del factoring son evidentes, ya que, por una parte, mejoran la liquidez
de la empresa y, por otra, permiten desentenderse de las operaciones de cobro. En la
parte negativa, hay que apuntar que el factoring es un contrato caro.
El confirming consiste en externalizar los pagos (no los cobros) a una empresa
especializada. Es un factoring inverso (inverse factoring, denominado así
comúnmente) en el que la empresa compradora obtiene crédito de la entidad
financiera, para adquirir de un proveedor. La entidad financiera confirma al
proveedor que se atenderá su pago y, por parte de la compradora, evita los
problemas derivados de la obligación de pago inmediato o a plazos pero con peores
condiciones.
Forfaiting Factoring
Plazos Puede llegar hasta 7 años Rara vez excede de 180 días
Relación con el
Esporádica o nula Habitual
exportador
Forma de Por todo el importe o por una Flexible: una vez cedido el crédito puede
disponer de la parte del mismo, fijado disponerse de financiación en el momento
financiación previamente que desee y por el importe elegido
Fuente: La Caixa.
Este modelo (cuyo croquis figura a continuación), puede ser más complejo, si actúan
como avisadores más bancos o uno como reembolsante. O más simple, si es el mismo
banco el que opera para los dos intervinientes.
A
D
(4) (11)
U
Exportador A Importador
N
(12)
A
S
(3) (5) (6) (1)
(9) (10)
(2)
(7)
Banco del
Banco emisor
exportador
(8)
revocable es poco seguro y no debe emplearse salvo que haya alguna razón poderosa
para ello. En realidad, el crédito revocable no es una garantía.
Crédito Stand-by letter. En esta modalidad, se pacta como garantía un aval, para
el caso de que el ordenante (el importador) incumpliera su obligación.
Frecuentísimo en el Derecho anglosajón, sobre todo en Estados Unidos.
Red Ink y Green Ink. En el primero, el exportador puede obtener importes del
banco avisador; en el segundo, no, salvo que justifique que las mercancías ya están
despachadas.
Legislación
Publicada en el BOE núm. 164 de 10 de julio de 2003, esta ley se hace mención
indirecta al leasing, en los siguientes artículos:
Accede a la Ley Concursal a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/l22-2003.html
Accede a los artículos recomendados a través el aula virtual
Publicada en el BOE núm. 167 de 14 de julio de 1998, esta ley se refiere al leasing en su
Disposición Adicional Primera.
Accede a la ley a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/l28-1998.html
Accede a la Disposición Adicional Primera a través el aula virtual
Accede a la ley a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Fiscal/l44-2002.html
Accede al artículo a través el aula virtual
Doctrina
Broseta, M., y Martínez, F. (2009). Manual de Derecho Mercantil. Vol. II (16ª ed.)
(pp. 250-280). Madrid: Tecnos.
Jurisprudencia
La jurisprudencia de esta Sala […] ha puesto de relieve que [el leasing] se trata
de un contrato jurídicamente distinto de la compraventa a plazos de bienes
con reserva de dominio, para cuya calificación y diferenciación habrá de
atenderse al contenido del contrato y, en concreto, a la cláusula que establezca
la opción de compra a favor del usuario y al precio de la misma.
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Formularios
Contratos bancarios
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formulario
Material complementario
Lecturas
El contrato de «lease-back»
El factoring de exportación
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Casos prácticos
Un cliente nos pregunta cuáles son las cláusulas más frecuentes de un contrato de
leasing.
Se repasan los elementos esenciales del leasing: la descripción del bien, reparto de
gastos, garantías, opción de compra, etc.
Test
1. Según la legislación española actual, ¿el contrato de leasing se ve afectado por la Ley
de Condiciones Generales de la Contratación, aunque se trate de un contrato entre
empresarios?
A. No le afecta, porque el arrendatario nunca será consumidor.
B. Le afecta evidentemente, porque esa norma regula las cláusulas predispuestas
en todos los contratos.
C. Habrá que ver si la empresa es perita en el asunto.
TEMA 10 – Test 21
La Contratación y su Práctica Profesional
7. La empresa A nos visita y nos plantea que una empresa B pretende cobrar unas
facturas giradas por su proveedor C. Sin embargo, A no le ha comunicado nada al
respecto y teme que, si paga, no salde la deuda. Le diremos:
A. Que no pague hasta que no le notifiquen la cesión.
B. Que no pague si las facturas no están endosadas.
C. Que pague, porque es el deudor y que la liberación de la deuda está amparada
por el Código Civil.
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta B A B A C B A B C A
TEMA 10 – Test 22
El contrato de seguro
Material básico
Ideas clave
11.1. ¿Cómo estudiar este tema?
11.2. Contratos aleatorios: teoría general
11.3. El contrato de seguro
11.4. Referencias bibliográficas
Legislación
Doctrina
Jurisprudencia
Formularios
11
TEMA
La Contratación y su Práctica Profesional
Material básico
Ideas clave
Este tema, dedicado al contrato de seguro, repasa los puntos esenciales de su contenido
y examina la casuística jurisprudencial y el punto de vista doctrinal de esta figura.
Para estudiarlo, se recomienda leer las ideas clave, apoyar la lectura con las sentencias
que se aportan y, todo ello, a partir de la doctrina que se cita.
Los contratos aleatorios son los que se someten, voluntariamente por las partes, a un
suceso incierto o indeterminado en el tiempo, que será el que determine la
prestación. Según el artículo 1.790 del Código Civil: «Por el contrato aleatorio, una
de las partes o ambas recíprocamente, se obligan a dar o hacer alguna cosa en
equivalencia de lo que la otra parte ha de dar o hacer para el caso de un acontecimiento
incierto, o que ha de ocurrir en tiempo indeterminado».
Esta definición es, como se ve, muy mejorable, porque no deja clara la diferencia
con los contratos condicionales que, sin embargo, es muy clara: en los
condicionales, la condición afecta al nacimiento o a la extinción del contrato; en los
aleatorios, el contrato existe en todo caso y lo que depende es su desarrollo; las
obligaciones de las partes.
El contrato aleatorio es bilateral, aunque hay casos en los que puede ser
unilateral; es oneroso, sinalagmático y se perfecciona por el
consentimiento.
El contrato de juego y apuesta (art. 1.798-1801 CC), que presenta una fuerte
intervención administrativa y que el Código no regula en realidad, limitándose a
establecer normas sobre su licitud, hoy ya muy superadas por normas de carácter
administrativo.
El de la ordenación privada, que regula las relaciones entre los asegurados y los
aseguradores. Está regulado el contrato de seguro en este aspecto por Ley 50/1980,
de 8 de octubre, de Contrato de Seguro (LCS). Pero hay que tener en cuenta, de
nuevo, que el contrato de seguro se hace por medio de cláusulas predispuestas, por
lo que será de aplicación la Ley de condiciones generales de los contratos y que,
cuando el asegurado sea un consumidor, habrá de estarse a lo establecido en la
normativa de protección. La propia ley ya lo prevé en su articulado (Cfr. Art. 2 LCS).
En la definición ya están comprendidos las dos grandes clases de seguros que hay
que distinguir: los de daños y los de personas. En ambos casos, se trata de figuras de
naturaleza indemnizatoria, que despliegan su obligatoriedad para el asegurador en
caso de producirse el riesgo. No obstante, un sector de la doctrina entiende que los
seguros de vida no tienen este carácter, porque no hay relación entre la obligación del
asegurador y las consecuencias del siniestro. (Broseta y Martín, 2006, p. 360).
Clases de seguros
El contrato tiene:
Un asegurador
2
Un tomador
3
Un asegurado
Es perfectamente posible que una única persona sea, a la vez, tomador, asegurado y
beneficiario; pero también es posible que sean distintas personas las que ocupen cada
una de las posiciones. El artículo 7.2 LCS se ocupa de estos supuestos.
El riesgo
constitución, o ya se hubiera producido, el contrato será nulo (Cfr. Art. 4 LCS). Por ello,
deben constar en la póliza todos los riesgos asegurados (Cfr. Art. 8 LCS) y
deben comunicarse las modificaciones acaecidas que aumenten o disminuyan el riesgo,
a efectos de lo previsto en los artículos 11, 12 y 13 de la LC).
El interés asegurado
Es la valoración del riesgo, hecha en función del interés del beneficiario por la cosa
o derecho asegurado.
La prima
La indemnización
Importa recordar que en este interés asegurado puede examinarse desde tres
puntos de vista: el inicial, en el momento en el que se contrata el seguro; el final (en
el momento inmediatamente anterior al daño); y el residual (el valor que queda
después del siniestro). Solo los dos últimos sirven para calcular la indemnización, que
es el resultado de comparar los dos valores (Cfr. Art. 26 LCS). Pero, en este punto, hay
que tener en cuenta también la suma asegurada, esto es: la cantidad que las partes han
consignado en la póliza y que marca el máximo de la indemnización (Cfr. Art. 27 LCS).
Seguro pleno
La suma asegurada coincide con la del interés asegurado (Cfr. Art. 29 LCS)
Infraseguro
Sobreseguro
La suma asegurada es superior al interés asegurado. Se regula en el artículo 31.1
de la LCS, que distingue entre que el sobreseguro sea de mala o de buena fe.
Seguros de personas
Se regulan en los artículos 80 a 106 de la LCS. Según esta norma, hay dos tipos
de seguros de persona: individual o de grupo (colectivo, Cfr. Art. 81 LCS). En este
caso, el tomador actúa en interés del grupo asegurado.
De vida
Broseta, M., y Martín, F. (2006). Manual de Derecho Mercantil (16ª ed.). Madrid:
Tecnos.
Legislación
Artículo 1.790
Artículo 1.791
Artículo 1.797
Artículo 1.802
Artículo 1.804
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http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/rdleg6-2004.html
Accede a los artículos recomendados desde el aula virtual
Publicada en el BOE de 17 de octubre de 1980, se trata de la ley que regula los aspectos
privados del contrato de seguro. Debe prestarse especial atención a los siguientes
artículos:
Artículo 1
Artículos 3 a 5
Artículo 10
Artículo 14
Artículo 17
Artículos 25 a 28
Artículo 80 y 81
Accede a la ley a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://noticias.juridicas.com/base_datos/Privado/l50-1980.html
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Doctrina
Uría, R., Menéndez, A., y Alonso, R. (2007). El mercado del riesgo. En Uría, R., y
Menéndez, A. et al., Curso de Derecho mercantil. Tomo II (2ª ed.) (pp. 565-650).
Madrid: Civitas.
Jurisprudencia
Dado que al contrato se llega desde el conocimiento que el asegurado tiene del
riesgo cubierto y de la prima, según la delimitación causal del riesgo y la suma
asegurada con el que se da satisfacción al interés objetivo perseguido en el
contrato, resulta esencial para entender la distinción anterior comprobar si el
asegurado tuvo un exacto conocimiento del riesgo cubierto. Y como toda la
normativa de seguros está enfocada a su protección, han de resolverse a su
favor las dudas interpretativas derivadas de una redacción del contrato o sus
cláusulas oscura o confusa.
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Formularios
La renta vitalicia es uno de los tipos más frecuentes de contrato aleatorio, que ha ido
adquiriendo una gradual importancia económica.
Ejemplo de una póliza de seguro de accidentes, una de las más frecuentes del ramo.
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formulario
Material complementario
Lecturas
Veiga, A. (2012). Caracteres del contrato de seguro. En, Tratado del contrato de
seguro (pp. 29-124). Madrid: Civitas.
El profesor don Abel Veiga ha escrito una obra monumental y exhaustiva, de gran
interés para acercarse con garantías al contrato de seguro. Se recomienda en especial la
lectura del capítulo 2: Caracteres del contrato de seguro.
Test
TEMA 11 – Test 19
La Contratación y su Práctica Profesional
Soluciones
Pregunta 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respuesta B B C A C C B A B C
TEMA 11 – Test 20