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Un universo tan inmenso funciona sin gobierno. Los animales, los árboles, todo
funciona sin gobierno. ¿Por qué necesita un gobierno el ser humano? Algo tiene
que estar jodidamente enfermo. El látigo de la costumbre de la servidumbre
voluntaria le encanta ser gobernada hasta para ser asesinada. ¿Por qué es el
hombre tan enfermo, tan neurótico que no puede vivir sin gobernantes?
Se trata de un círculo vicioso. El ser humano puede vivir sin gobiernos. Pero
nunca se le ha presentado la oportunidad. Los gobiernos no quieren darte esa
oportunidad. Se viene abajo el teatro creado por tanta farsa. Cuando
comprendes que puedes vivir sin dirigentes, ¿quién querría mantenerlos?
¿Quién querría que siguieran ahí mantenidos por usura, la avaricia y el
egoísmo liliputense? Ahora estas manteniendo a unos zánganos vividores que
son quienes te exigen que cumplas sus leyes. Votas una y otra vez a tus jefes,
mandatarios, verdugos, etc. Y todo sigue igual. En la lucha por la presidencia
se enfrentan dos enemigos. Y tú eliges cuál de los dos patanes te dará la mejor
patada en el trasero. Los dos son iguales. Es como si te dieran libertad para
elegir a qué prisión quieres ir. Y tú votas tan contento: me gustaría ir a la
prisión A, o a la B. Creo que en la prisión azul, verde, naranja, amarilla,
blablabla..., pero todas son prisiones y mecanismos de violencia y tortura. Y en
cuanto empiezas a apoyar una prisión, esa prisión tiene su propia inversión. No
te dejará que pruebes la libertad.
Se trata de un círculo vicioso. El ser humano puede vivir sin gobiernos. Pero
nunca se le ha presentado la oportunidad. Los gobiernos no quieren darte esa
oportunidad. Se viene abajo el teatro creado por tanta farsa. Cuando
comprendes que puedes vivir sin dirigentes, ¿quién querría mantenerlos?
¿Quién querría que siguieran ahí? Ahora estas manteniendo a unos zánganos
vividores que son quienes te exigen que cumplas sus leyes. Votas una y otra vez
por jefes, mandatarios, verdugos, presidentes, etc. Y todo sigue igual. En la
lucha por la presidencia se enfrentan dos enemigos. Y tú eliges cuál de los dos
patanes te dará la mejor patada en el trasero. Los dos son iguales. Es como si
te dieran libertad para elegir a qué prisión quieres ir. Y tú votas tan contento:
me gustaría ir a la prisión A, o a la B. Creo que en la prisión azul, verde,
naranja, amarilla, blablabla..., pero todas son prisiones y mecanismos de
violencia y tortura. Y en cuanto empiezas a apoyar una prisión, esa prisión
tiene su propia inversión. No te dejará que pruebes la libertad.
Un niño si quiere abrir el reloj para ver lo que hay dentro, toda la familia se le
echa encima gritando: «¡No! Vas a romper el reloj. Eso es malo». El
niño sólo estaba mirando el reloj, por curiosidad científica. Quería saber
por qué hace tictac. Estaba actuando bien. Y el reloj no es tan valioso
como su curiosidad, como su mente inquisitiva. El reloj no vale nada -
aunque lo destroce-, pero cuando la mente inquisitiva queda destruida, se
ha destruido mucho más: el niño no volverá a indagar para averiguar la
verdad.
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He estado leyendo un libro de R. D. Laing. Me lo envió él: Las
verdades de la vida. En él habla de un experimento en el que un
psicoanalista le preguntó a varias madres: «Cuando su hijo estaba a
punto de nacer, ¿estaba realmente dispuesta a tenerlo, dispuesta a
aceptar al niño?». Presentaba un cuestionario. La primera pregunta era:
«¿Era un niño deseado o vino por casualidad?». El noventa por ciento de
las mujeres contestó: «Vino por casualidad; no lo queríamos». A
continuación preguntaba: «Cuando se quedó embarazada, ¿tuvo dudas? ¿
Quería tener el niño o abortar? ¿Lo tenía claro?». Muchas respondieron
que estuvieron dudando durante semanas enteras entre abortar o tener el
niño. Después el niño nació, y ya no pudieron decidir nada. Quizás hubiera
otro tipo de consideraciones, de tipo religioso, porque eso sería pecado
para ellas, significaría el infierno. Si eran católicas, la idea de que el aborto
es lo mismo que el asesinato les impidió abortar. O quizás existieran
razones de índole social, o el marido quería el niño, o los dos querían el
niño como continuación de su ego. Pero el niño no era deseado. Pocas
madres dijeron: «Sí, quería el niño. Estaba esperándolo y me sentía feliz».
Nace un niño no deseado; desde el principio la madre ha dudado
entre tenerlo y no tenerlo. Tiene que haber repercusiones. El niño notará
esas tensiones. Cuando la madre pensaba en abortar, el niño debió de
sentirse herido. El niño forma parte del cuerpo de la madre, y cada una de
las vibraciones de la madre le llega a él. O cuando la madre piensa, duda
y está en una especie de limbo, sin saber qué hacer, el niño también
temblará, agitado, entre la vida y la muerte. Después el niño nace y la
madre piensa que ha sido por casualidad -habían intentado el control de
natalidad, habían intentado esto y lo de más allá; todo falló y de repente
ahí está el niño- y hay que aguantarlo.
Aguantar no es amar. El niño echa en falta el amor desde el
principio. Y la madre sé siente culpable porque no le da tanto amor como
hubiera sido lo natural. Por eso empieza con los sucedáneos. Obliga al
niño a comer demasiado. No puede colmar el alma de su hijo con amor y
llena su cuerpo de comida. Es un sucedáneo. Podéis ver lo obsesivas que
son las madres. El niño dice: «No tengo hambre», pero la madre sigue
obligándolo a comer. No tienen nada que ver con el niño, no le hacen
caso. Le dan sucedáneos: como no pueden darle amor, le dan comida. El niño
crece; como no pueden quererlo, le dan dinero. El dinero se convierte
en un sucedáneo del amor.
Y el niño también aprende que el dinero es más importante que el
amor. Si no tienes amor, no hay de qué preocuparse, pero tienes que
tener dinero. Con el tiempo se hará avaricioso. Irá en pos del dinero como
loco. El amor le dará igual. Dirá: «Lo primero es lo primero. Lo primero es
tener una buena cuenta corriente. Necesito todo ese dinero; después
podré permitirme el lujo del amor».
Pero el amor no necesita dinero; puedes amar tal y como eres. Y si
piensas que el amor necesita dinero y vas en su busca, un día quizá lo
tengas; pero entonces te sentirás vacío, porque has desperdiciado muchos
años en acumular dinero. Y no sólo los has desperdiciado; en todos esos
años no ha habido amor, no has practicado el amor. Ahí tienes el dinero,
pero no sabes amar. Has olvidado el lenguaje de los sentimientos, el
lenguaje del amor, el lenguaje del éxtasis.
Saabee! II
Sé más corazón y menos cabeza. La cabeza es solamente una parte
de ti; el corazón, en el sentido que yo le doy a la palabra, es todo tu ser.
Una puerta tiene que ser no objetiva, tiene que tener un vacío. Una
puerta significa que no hay nada que te impida entrar.
Y porque nos han condicionado a creer que el vacío es malo, que la
nada es mala, ese condicionamiento nos impide abandonar la desdicha, la
angustia, el sufrimiento, y nos limita a no ser nada.
En el momento en que no eres nada, te transformas en una puerta,
una puerta que da acceso a lo divino, acceso a tu casa, una casa que te
devuelve la conexión con tu naturaleza intrínseca. Y la naturaleza
intrínseca del hombre es la dicha.
La dicha no es algo que se pueda alcanzar. Ya está ahí; nacemos en
ella.
No es que la hayamos perdido, sino que nos hemos alejado de ella al
darnos la espalda a nosotros mismos.
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07 octubre-2016
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Sin palabras.
DEL LIBRO DEL AMOR.
PASIÓN
Entre tus pechos hay aldeas incendiadas,
millones de fosas,
restos de barcos hundidos
y armaduras de hombres asesinados.
Ninguno de ellos han regresado.
Todos los que pasaron por tu pecho
desaparecieron
y los que permanecieron hasta el alba
se suicidaron.
SIN MANOS
No esperaba
que me atravesaras cual flecha pagana
No esperaba
que entraras en mi lenguaje, en mis palabras
y en los gestos de mis manos.
No esperaba
que te volvieras culta
No esperaba
perder la corona y mi derecho de sucesión:
era fuerte y famoso,
mis soldados llenaban la tierra y el mar
y mis banderas cubrían los orientes.
No esperaba
cuando te besé, olvidarme los labios.
No esperaba
cuando te abracé, volver sin manos.
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Poema Surrealista
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Te quiero
He escrito que te quiero
amor, y en el destino.
Que te quiero muchísimo.
Amor, tú no lo viste
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Conflicto mental, dolor corporal
Publicado por VerFractal
El estudio del poder de la intención tiene miles de años en sus espaldas, pero
un instituto surgió para recopilar todos los datos y poder darnos respuestas
claras. Se trata del IONS, instituto para el estudio de las ciencias noéticas,
creado en el año 1973 por Paul Temple y Edgar Mitchell, astronauta del
Apollo XIV.
La próxima vez que vayas a contarte a tí mismo y los demás una historia
interesante acerca de la ausencia de resultados en tu vida lee esto:
Me he meado encima porque... (completa la frase):
¿Con qué frecuencia utilizas estas frases en otras situaciones, de las que
depende tu éxito?