Professional Documents
Culture Documents
Hoy en día, estando conviviendo con los alumnos de secundaria ellos preguntan
¿porque nos dan historia? O tienen expresiones como de que no les gusta esta
clase, materia, maestro. Siempre que en lo personal alguno de ellos hace esa
pregunta, contesto, la historia nos sirve para comprender el presente, ¿por qué?
Simplemente porque todo lo que hasta ahora esta logrado como la educación
gratuita, nuestra infraestructura, nuestras costumbres, tradiciones. Todo es
historia, ya que todo lleva un pasado, sin un pasado nosotros no existiéramos. Es
algo muy extenso que tomaría años y años de explicación, una clase no basta
para comprender y analizar los hechos históricos, que gracias a algunos
acontecimientos hoy somos un México “libre” también gracias a algunos
acontecimientos, sabemos leer, escribir. No basta un escrito para explicarlo.
Pero no sólo eso Para el historiador mismo, su trabajo no está limitado nada más
por niveles teóricos ajenos a la lucha social, pues si bien, piensa Pereyra en
Historia ¿para qué?, el estatuto científico de aquellos no lo da su función en éstas,
tampoco debe dejarse de lado la importancia de la historia en las luchas
ideológicas: “las fuerzas políticas se definen también por su comprensión desigual
y contradictoria del desarrollo de la sociedad” Una historia así, en la que
prevalecieron indiscriminadamente la neutralidad, la objetividad, la enseñanza
sumisa y las “imágenes publicitarias” hizo que hasta 1968 la historia en México
desembocara, según Carlos Monsiváis, en la “parálisis”; y los historiadores “en el
papel no de intérpretes sino de notarios públicos”
Resulta cierto que es urgente una renovación y cambio del sentido y significado de
la historia y de las tareas de los historiadores De la historia mexicana para
entender la necesidad de que habla Héctor Aguilar Camín, de documentar,
explicar e interrogar obsesivamente esa “carga profundamente popular” del
proyecto histórico de “una enorme masa de trabajadores, campesinos,
funcionarios e intelectuales que no quisieron dar por muerta a la Revolución
Mexicana y para lograrlo se apoyaron en lo que ella empezaba a descartar para
mejor oponerse a la organización política y a la realidad económica que ella había
producido” (pp 167-168) De las historias de los pueblos indios de México, para
saber, dice Guillermo Bonfil Batalla, que su historia está aún pendiente porque la
actual es sólo la visión del colonizador y porque la vida de esos pueblos no ha
terminado: las suyas son “historias abiertas, en proceso, que reclaman un futuro
propio” De la historia de la Revolución Mexicana, escribe Arnaldo Córdova, para
estar conscientes de que las grandes masas populares de 1910 están siempre
presentes, capaces de construir “un verdadero poder político” y de “dictar el rumbo
de su destino” Por el otro lado, los cambios en el quehacer histórico implican
ubicar el trabajo del historiador dentro del “sistema productivo” y de la “pluralidad
social” en que se genera para así, de acuerdo con Florescano, “politizar la
investigación a través de la participación representativa y democrática de quienes
la realizan”
Mexico, E. (10 de enero de 1981). Revista Proceso. Recuperado el 6 de Enero de 2018, de Proceso:
http://www.proceso.com.mx/130234/historia-para-que