You are on page 1of 3

LA PREDICACIÓN DE JUAN CALVINO

La predicación de Martin Lutero promovió la Reforma Protestante a nivel nacional,


afectando a Alemania y luego a los países escandinavos.

Juan Calvino sirvió a Dios predicando en la ciudad de Ginebra. Su predicación


transformó esa ciudad, pero al mismo tiempo sirvió como semillero para una serie de
predicadores que afectaron a otros países, especialmente Escocia (John Knox) e
Inglaterra (los Puritanos).

DATOS BIOGRÁFICOS

Nació en Francia en 1509, así que cuando Lutero clavó las 95 Tesis, Calvino tenía
apenas ocho años. Era de una familia sencilla. Su padre era un abogado y quiso que su
hijo también lo sea, por eso Juan Calvino primero estudió derecho en Orleans. Era
católico, pero comenzó a leer la Biblia. Fue convertido entre 1529 y 1530, quizá por
medio de su lectura de obras de Lutero a quien describió como “padre”.

Era un hombre tímido y no le gustaba estar mucho con las personas. Cuando se dio
cuenta que gente le comenzó a buscar para conversar con él, decidió retirarse. En vez
de hablar con las personas, prefirió escribir. Por eso compuso “La Institución de la
Religión Cristiana” cuando tenía apenas 27 años y unos seis de creyente. Inicialmente
era una obra relativamente breve, que fue creciendo en las siguientes ediciones.

Inmediatamente, fue un éxito, cosa que le causó cierta vergüenza y Calvino trató de
evitar que se conociera donde vivía. Esa obra la ganó fama, y resultó en su llamado a
pastorear la iglesia en Ginebra, con el fin de reformarla y reformar también la ciudad de
Ginebra. No quiso esa responsabilidad, porque era tímido y frágil físicamente. Tampoco
le gustaba debates públicos. Sin embargo, Dios le usó a pesar de sus limitaciones
humanas.

LA PREDICACIÓN DE JUAN CALVINO

Calvino es conocido hoy más como teólogo que como predicador, pero él se consideraba
a sí mismo un evangelista y predicador.

Calvino dedicó mucho tiempo a la predicación. Predicaba dos veces cada domingo, y
cada día de la semana, dejando una semana. La semana que no predicaba, enseñaba la
Biblia a estudiantes y pastores. Esas clases dieron lugar a sus comentarios bíblicos que
cubren casi toda la Biblia.

Calvino predicaba sistemática y minuciosamente. Por ejemplo, pasó un año exponiendo


el libro de Job y tres años predicando sobre Isaías. Se calcula que predicó más de 4,000
sermones.

Para Calvino la tarea del predicador era vital:

“La Palabra sale de la boca de Dios, pero lo hace en tal manera que sale de la boca de
los hombres; porque Dios no habla directamente sino por intermedio de los hombres. Él
usa a los seres humanos como Sus instrumentos para que por medio de ellos Él haga
conocer Su voluntad” (comentando sobre Is. 55:11).
Fue por eso que Calvino dedicó tanto tiempo a la predicación. En su entendimiento,
Dios iba a efectuar la reforma de Ginebra no tanto por la imposición de leyes sino por
medio de Dios hablando a los ciudadanos por medio de sermones.

¿Cuáles eran las características principales de sus sermones? ¿Qué podemos aprender
de él?

1. Predicaba Sistemáticamente

Calvino era muy ordenado y sistemático en sus prédicas. Cuando volvió a Ginebra
después de una ausencia de tres años, retomó su ministerio de la Palabra predicando
del siguiente versículo del libro que venía exponiendo antes de salir de la ciudad.

Durante su ministerio expuso varios libros de la Biblia. Por ejemplo, predicó 123
sermones sobre Génesis; 200 sobre Deuteronomio; 159 sobre Job; 174 sobre Ezequiel;
189 sobre Hechos; y 350 sobre Isaías.

2. Exponía la Biblia

La Biblia dominaba su ministerio. No se dejaba controlar por ninguna otra cosa. No se


preocupaba mucho por tener una estructura homilética, así que sus sermones parecían
más un comentario sobre la Biblia verso por verso, que un sermón. Sin embargo,
constantemente ilustraba y aplicaba las enseñanzas bíblicas.

3. Predicaba Metódicamente

Cada vez que predicaba procuraba hacer tres cosas:

i. Explicaba las palabras del texto, procurando explicar la intención del autor al
escribir. En esta parte del sermón los verbos que frecuentemente usaba
eran: “exponer”, “explicar”, “tratar”, “deducir” y “resolver”.

ii. Enfatizaba la importancia de entender y retener la enseñanza bíblica en la


mente y el corazón. Aquí los verbos que usaba eran: “observar”, “retener”,
“aprender”, “notar” y “recordar”.

iii. Procuraba aplicar el mensaje de ese texto. Al hacerlo, apuntaba no tanto a


su comportamiento sino a sus mentes y corazones. Su criterio era que, si el
mensaje impactaba sus mentes y corazones, automáticamente se reflejaría
en el comportamiento correcto.

4. Predicaba al Pueblo en General

En sus conferencias bíblicas, Calvino hacía muchas referencias a la literatura clásica, y


frecuentemente citaba los “padres” de la iglesia, especialmente Ambrosio, Augustín,
Cipriano y Jerónimo. Contrastaba su interpretación del texto con la de herejes de
antaño, personas como los pelagianos, los maniqueos, los arrianos y los marcianos.
Además, sus exposiciones indican que esperaba que sus oyentes dominaran los idiomas
clásicos y bíblicos: latín, griego y hebreo.

Sin embargo, cuando predicaba Calvino parecía otro hombre. Era sencillo y práctico, y
nunca citaba palabras en los idiomas originales. Sin embargo, sus sermones eran más
extensos. Por ejemplo, aunque dio 35 conferencias sobre el libro de Efesios, predicó 48
sermones sobre la misma carta. Predicaba más, porque tenía que aplicar las Escrituras
a los oyentes, considerando sus diversas necesidades.
5. Procuraba Glorificar a Dios en Sus sermones

Esto Es lo que más resalta de sus sermones, el deseo de que Dios sea glorificado en
todo. “El propósito de Dios”, dijo Calvino, “no es que la iglesia sea un lugar para que la
gente se divierta y se ría, como si se estuviese presentando una comedia. Debe haber
tal majestad en la predicación de la Palabra de Dios que la gente se sienta conmovida y
afectada”.

Calvino muchas veces hablaba de Dios como “La Majestad”.

6. Predicaba el evangelio

Muchos lo critican por enfatizar la doctrina de la elección y argumentan que él no


amaba las almas. Pero sus sermones indican lo opuesto. Predicaba para que la gente se
convierta a Dios.

Sin embargo, entendía el método divino de humillar al hombre y hacerle sentir su


pecaminosidad, para que entienda y valore la gracia de Dios. Ese concepto determinaba
cómo predicaba el evangelio. Constantemente hablaba del problema del pecado y de la
necesidad que el ser humano tenía de la gracia y la misericordia de Dios.

7. Predicó en medio de muchas dificultades

La vida no era fácil para Calvino. Sufrió de varias enfermedades a lo largo de su vida.
Tenía una mala digestión y solo comía una comida al día. Además, sufría de la migraña,
tenía asma crónica, la gota y quizá tuberculosis. Se casó y tuvo varios hijos, pero tres
de ellos murieron en la infancia, y luego de nueve años de matrimonio, su esposa
murió. Quedó soltero el resto de su vida.

Como pastor y líder en Ginebra se ganó muchos enemigos y tuvo que lidiar con muchas
tensiones internas y externas que le generaron mucha preocupación. Por eso sus
prédicas no eran todas de la misma calidad.

Sin embargo, seguía predicando; y cuando no podía caminar, lo cargaban al púlpito en


una silla para que pueda predicar. Su último sermón fue sobre la unidad y armonía
entre los tres evangelios.

Conclusión

Calvino consideraba que la predicación era un sacramento. Dios comunicaba Su gracia


al pecador por medio de ella. Por eso, la tarea principal del pastor era predicar la
Palabra de Dios y confiar que ella efectuaría los cambios necesarios en la vida de
pecadores y creyentes.

Pero por ser un sacramento, no funciona automáticamente, ex opere operato; se


requiere mezclar el oír con fe para que tenga efecto. Por eso, la predicación exige
mucho del predicador y de los oyentes.

Procuremos predicar en tal manera que Dios sea glorificado en la predicación y que la
gracia de Dios sea manifestada en los oyentes. Y procuremos acercarnos a la
predicación en tal manera que encontramos la gracia de Dios en ella.

You might also like