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DOCTRINA:
Unas de las doctrinas principales del hinduismo es la creencia en la reencarnación,
que está muy ligada al sistema de castas. Según esta, cada ser humano que muere
se reencarna en otro, ya sea humano o animal, y este ciclo se repite eternamente.
Si alguien se reencarna en una persona perteneciente a un casta inferior o a un
intocable es debido a que su comportamiento (karma) no fue bueno en su vida
anterior. Y como no es posible recordar las vidas anteriores, los hindúes aceptan su
suerte resignadamente sin siquiera pensar en revelarse, puesto que ellos creen ser
los únicos responsables de su precaria situación.
Judaísmo
1. Profesión de fe (chaada)
2. Oración (salat)
3. Ayuno (savn)
4. La limosna (zekat)
5. Peregrinación (hadj)
Budismo
La Doctrina
Una de las características que más distingue al Budismo es que no maneja el
concepto de un dios creador. Esto no significa que se trate de ateísmo o
agnosticismo. La meta espiritual del Budismo no se describe en los términos de un
dios personal ni de primera causa.
El Dharma es la suma total de todas las doctrinas. En el mundo todo es dolor y
sufrimiento. La causa del dolor son los deseos y pasiones del hombre. Para
superarlo es preciso eliminar los deseos. Esto permite alcanzar la paz. Este estado
se llama nirvana. Los cristianos piensan que también hay alegría y cosas buenas en
la tierra y que no es bueno depender mucho de los bienes materiales. Los budistas
creen en la reencarnación después de la muerte. Mediante ésta alcanzan la
purificación que no han logrado en sus vidas. En el cristianismo solo hay una vida
eterna en la que el cuerpo muere y el alma va al cielo o el infierno.
Doctrina Cristiana: Lo Básico de las Escrituras
La doctrina cristiana puede ser resumida de la siguiente manera: "Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en Él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3:16).
Somos justificados delante de Dios cuando confiamos en Jesucristo para que quite
nuestros pecados. Y todos podemos ser salvos de esta misma manera, sin importar
quiénes somos o lo qué hayamos hecho. Por cuanto todos hemos pecado; y no
cumplimos con los gloriosos estándares de Dios. Aún así, ahora Dios, por su bondad
llena de gracia, nos declara inocentes. Él ha hecho esto a través de Jesucristo, quien
nos liberó al limpiarnos de nuestros pecados. Porque Dios envió a Jesús a sufrir el
castigo por nuestros pecados y a soportar el enojo de Dios contra nosotros. Somos
justificados delante de Dios cuando creemos que Jesús derramó su sangre,
sacrificando su vida por nosotros (Romanos 3:22-25) y resucitando de entre los
muertos tres días después.