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MAESTROS

ASCENDIDOS
PLATICAN A LA HUMANIDAD I
MAESTROS
ASCENDIDOS
PLATICAN A LA HUMANIDAD I

EDITORIAL SOLAR
MAESTROS ASCENDIDOS
PLATICAN A LA HUMANIDAD I

EDITORIAL SOLAR Cía. S. en C.


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Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio mecánico o
electrónico sin su debida autorización.
Los caracteres tipográficos de esta obra son de propiedad de
Editorial Solar y Cía. S. en C.

Primera edición Editorial Solar, julio de 2005

Editado y distribuido por:


EDITORIAL SOLAR Cía. S. en C.
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Impreso por:

IMPRESO EN COLOMBIA
PRINTED IN COLOMBIA
GRATITUD ETERNA

A
mado Dios Padre, que habeis permitido que los amados
Maestros Ascendidos hayan realizado este compendio de luz
para lucidez mental y consciencial de toda la humanidad, te
damos gracias, muchas gracias y nuestra eterna gratitud por tan grande
bendición que nos habeis dado. Padre Celestial gracias y permite que
estas sencillas, pero complejas verdades que en este texto se encierran
sean comprensibles y fáciles de discernir para las mentes que les corres-
pondan leer y practicar su contenido lleno de luz y de amor.
Y a vosotros amadísimos Maestros Ascendidos, reciban nuestra eter-
na gratitud envuelta en el amor de nuestros corazones, junto con el deseo
de ponernos incondicionalmente a vuestro servicio; muchas gracias por
el invaluable servicio y entrega amorosa que permanentemente están irra-
diando e impartiendo a toda la humanidad y a nuestro amado planeta
Tierra.
Estaremos eternamente agradecidos y damos nuestra infinita gratitud
a los Maestros Ascendidos que han inspirado este libro de divina sabiduría.
Maestro Ascendido Morya
Maestro Ascendido Pablo el Veneciano
Maestro Ascendido Sanath Kumara
Maestro Ascendido Jesús
Maestro Ascendido Saint Germain
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Maestro Ascendido Miguel Arcángel


Maestro Ascendido Serapis Bey
Maestro Ascendido Kutumi
Maestra Ascendida Mercedes
Maestra Ascendida María
Maestro Ascendido Santo Aeolus
Maestro Ascendido Uriel Arcángel
Maestro Ascendido Zadquiel Arcángel
Maestro Ascendido Gabriel Arcángel
Maestro Ascendido Chamuel Arcángel
Maestro Ascendido Jofiel Arcángel
Maestro Ascendido Rafael Arcángel
Maestra Ascendida Soo Chee
Maestro Ascendido Antony de Melo
Maestro Ascendido Del Silencio
Maestra Ascendida Nada
Maestro Ascendido Dwall Khool
Maestro Ascendido Melkizedec
Maestra Ascendida Kwan Yin
Maestro Ascendido Lanto.

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7
PRIMERA PARTE

PLEGARIAS Y ALABANZAS
AL PADRE NUESTRO

A
1. mada Presencia de Dios YO SOY te amo, te adoro, me vuel-
vo a ti Padre mío, eterno y misericordioso y vuelvo mi humil-
de rostro hacia tu magnificente rostro para con tu refulgente
luz lavar y limpiar mi sencilla y humilde existencia.
¡Oh! Divino Padre Celestial, ¡Qué grande eres! y cuán inmenso es tu
amor por Mí que soy insignificante criatura, obra de tu amor.
Hoy mi pequeño ser se regocija en ti y en tu divino amor.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

¡Oh! Padre de la luz eterna, ven a mí y llena mi pequeño corazón con


tu amor que es la luz fuerte, clara y sencilla que ser alguno haya ema-
nado y que a la vez es todo poderoso, omnipotente, omnisciente.
Padre, en este bello y santo día coloco en tu divina presencia todo lo
que soy y lo pongo a vuestro servicio incondicionalmente y me lleno
de tu amor que hace arder hasta la fibra más sencilla que forma y
estructura mi humilde corazón.
Hoy te bendeciré Padre mío y te ensalzaré con el amor que el amor
me ha dado.
Gracias Padre
2. Mi alma y mi espíritu son uno contigo, Padre mío escucha mi ruego
que es vuestro ruego y mi súplica que es vuestra súplica.
¡Oh! Padre de amor, vivifica mi espíritu con tu Santo espíritu y báña-
me con la luz que ilumina mi ser eternamente.
Padre bondadoso, Dios de amor escúchame y atiende mi humilde
petición, que clama desde mi corazón hasta ti.
Padre misericordioso y amoroso, perdona mis errores y encamíname
por la senda que conduce a Ti, por siempre.
Amén
3. ¡Aleluya! Padre Celestial el universo entero canta a tu nombre, desde
el ruiseñor en la mañana hasta el ocaso, con trinos de amor, alegría y
paz.
Hoy Padre mío, quiero cantar a tu nombre santo y llevar mis alaban-
zas a los confines de la Tierra, porque tu santo nombre resuena en
mis oídos y vibra en mí eternamente.
¡Oh! Padre Divino, recibe mi humilde y sencilla alabanza y haz que se
una al cántico nuevo de cada día y en la noche haz que resuene en
cada estrella.

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LIBRO I

Padre de los universos, recibe mi amor y mi eterna gratitud por haber-


me creado.
Gracias Padre
4. Padre Universal, Padre universal tu poder es muy grande y tu amor
omnipresente.
Te alabo en tu esencia divina y en todo cuanto existe, pues, haz llena-
do tu creación con la fragancia de tu amor que exhala cada criatura
en tu amor.
Hoy te alabo con ardor y lleno mi corazón con el elixir de tu amor que
sacia mi ardiente sed de tu amor.
Padre ¡Cómo te amo! y me uno en alabanza a todas las criaturas que
por tu amor pueblan la Tierra.
Recibe en amor esta alegre alabanza.
Amén
5. Eres el Sol que me guía hasta el edén de tu amor, ¡Oh Padre! llévame
siempre bajo el resplandor de tu luz.
Ilumina, Padre, mi sendero de amor y no permitas que tu luz me aban-
done, pues, sin tu luz la oscuridad me desviaría de la senda que me
conduce a ti.
Padre Mío, humildemente te pido que me llenes siempre bajo tu luz,
para que el espíritu de tu amor viva siempre en mí.
Gracias Padre
6. Padre nuestro recibe mi sincera oración nacida desde mi alma y llena
de amor que mi amor y mi alma añoran vuestra presencia.
Padre bueno, escucha mi sencilla oración en el silencio de mi corazón
y concédeme lo que te pido, si está de acuerdo con tu divina voluntad.
Padre, mi gratitud por todo cuanto me das es eterna, te adoro.
Gracias Padre

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

7. ¡Aleluya!, ¡aleluya!, ¡aleluya!, hoy todos cantamos aleluya al Dios crea-


dor de toda existencia. Entonemos hoy el aleluya que impregne de
alabanza al Dios eterno, Todopoderoso, omnisciente y omnipotente.
Aleluya.
8. En el paraíso de tu amor me extasío y me entrego en arrullo suave en
las delicias que tu presencia divina me da.
Padre, quiero vivir eternamente bajo tu arrullo amoroso y ser eterna-
mente lo que SOY, unidos por siempre.
En la unicidad vivo y en la unicidad he de permanecer, porque tú eres
el amoroso y único Padre que vive por siempre en sus criaturas.
Padre, permanece en mí y haz que yo sea siempre el ser consciente de
ser uno contigo.
Gracias Padre.
9. Magna Presencia YO SOY envuelve mi amor en la refulgente luz de tu
amor y llévame al Nirvana donde mi espíritu se goza y regocija en la
luz ilimitada que emana de tu divino ser.
¡Oh! Padre Celestial envuelve en vuestra luz, todas las familias de nues-
tro planeta y bendícelas por siempre.
Gracias Padre.
10. Amada Presencia divina de Dios, YO SOY, en esta sencilla oración
invoco tu poder para que actúe en mí y sea contigo un solo poder
actuando en ti.
Padre poderoso y eterno os invoco para que vengas y actúes en mi
vida y sea la vida misma, el regalo que tu amor me dio, el canal por
donde vuestra divina presencia actúe.
Padre mío, haz que mi vida sea siempre el reflejo de la vida que tú me
diste con todos tus atributos y comparta con toda la humanidad.
Padre nuestro, enciende hoy en cada vida de nuestro planeta, el cáli-
do fuego del amor.
Gracias Padre.

12
LIBRO I

11. Hoy elevo mi espíritu y me uno a mi creador, mí único refugio y con-


suelo.
Hoy te alabaré Dios mío y mi alma te glorificará por siempre. Que
nada empañe esta unión eterna de amor puro, que como manantial
inagotable se extiende por toda la existencia llenando cada corazón a
su imagen y semejanza.
Mi espíritu hoy se regocija en su creador y la felicidad. ¡Oh! Padre me
asistirá por siempre jamás.
Amén
12. Santo Dios que con tu amor ayudas al desfallecido y con tu paz das al
agotado por el peso de sus cargas, el alivio pronto, te ensalzo y te
glorifico, Dios de los cielos y la Tierra y envuelve en tu divina presen-
cia toda tu creación.
Santísimo Padre, mi corazón evoca tu presencia y se llena de alegría
y dicha y todo cuanto experimenta es la dulzura de tu amor. Padre,
hoy me abrazo en vuestro amor y me afianzo en él, como la hiedra a
la Tierra.
Eres el alimento puro y perfecto, y mi humilde alma se sacia en ti
eternamente. Padre misericordioso, toma mi sencillo ser y úsalo a tu
antojo, pues, sólo lo que soy puedo ofrecerte, porque no tengo nada
más que darte Padre Mío.
Gracias Padre.
13. Hoy te ensalzaré todo el día y te bendeciré con toda la creación, pues,
mi sencilla vida unida a la vida misma de cada una de las criaturas
que conforman tu bella y tierna creación, ora en alabanza a su crea-
dor. Padre, toda criatura es tu presencia en nuestro mundo, por ello te
alabo y te bendigo en cada una de ellas. Eres el presente eterno, lleno
de vida, luz y amor.
Hoy se levanta mi humilde alma en pos de su creador, para que con
la luz de tu espíritu seamos una sola luz resplandeciente con toda la

13
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

santa humanidad obra de tu amor. Padre en vuestro corazón y amor


descansaré eternamente.
Te amo.
Gracias Padre.
14. Hoy te bendeciré desde el amanecer hasta el atardecer y en la noche
dormiré pensando en tu amor, sintiendo tu presencia silenciosa y
confortadora que le dará a mi espíritu la luz inefable y la paz incom-
prensible de tu amor.
Te bendeciré, Padre mío cada momento de mi vida y te alabaré por
siempre, pues, mi alabanza nacida del corazón palpitará en toda la
Tierra como el más sencillo holocausto de amor elevado a su creador
en unidad con toda la humanidad, por lazos de amor.
Gracias Padre.
15. No me cansaré de alabarte y glorificarte, Padre Mío, porque eres en
mí la simiente que germina en cada instante y florece en cada atar-
decer y en la noche se preparan los frutos para por la mañana ofre-
cerlos en el altar de tu amor. Es por eso, Padre mío que hoy sembraré
en el jardín de mi amor, la semilla de paz y amor que se extenderá a
toda la humanidad, para que el holocausto de amor y paz llegue a
todos los confines de la Tierra. Te ensalzaré, Dios mío, por toda la
eternidad.
Gracias Padre.
16. Padre poderoso, paciente y comprensivo, entrego mi alma, vida y co-
razón a vuestro servicio y con humildad profunda, te pido que acep-
tes mi ofrecimiento pequeño y sencillo para bien de toda la humani-
dad y de toda criatura existente en la heredad de vuestro amor. Padre
amoroso, vierte sobre mí y sobre toda la humanidad tu radiante pre-
sencia y consume con tu luz nuestras tinieblas y haz resplandecer el
sol que en el silencio brilla en nuestro corazón.
Gracias Padre.

14
LIBRO I

17. Hoy resplandece en mi corazón el sol de tu presencia y me hallo ple-


tórico de dicha y felicidad.
Gracias señor por tu presencia y llena mi vida con tu santo espíritu
para que mi pequeño ser sea el depositario de tu luz.
Gracias Padre.
18. Amada Presencia de Dios en Mí, te adoro, me vuelvo a ti, ¡Oh! Padre
de todo cuanto existe, mi alma se goza en tu amor y se sumerge en el
mar de tu luz.
Padre, hoy mi corazón vibra al unísono de tu dulce amor, y en cada
nota musical se transporta a los edenes celestiales para compartir tus
delicias.
Hoy es la nota musical de mi existencia, porque tú eres la nota musi-
cal siempre presente. ¡Oh! Padre mío siento en mí el gozo que deja tu
presencia.
19. Cantad alabanzas corazón mío al Dios de amor que llena de alegría
tu existencia y extiende su amor sin medida. Cantad al Dios creador
y a todas sus criaturas el himno de la gracia porque hoy renace en ti
el divino amor y la serena y quieta paz que llena vuestra vida de ar-
monía y luz.
Cantad, cantad himnos de alegría y gratitud por vuestra existencia y
todos cantemos el canto que canta al Dios celestial.
Gracias Padre.
20. Hoy es el día del amor, hoy me lleno del amor de Dios y elevo mi
espíritu al éxtasis que conduce a Dios. Padre de amor, ven, ven y
fusiona mi humilde creación a ti, quiero ser en ti eternamente y llenar
mi existencia con todas las existencias de la gran existencia de tu
divino ser.
Padre mío, hoy enardece mi corazón del fuego de tu amor que consu-
me y purifica mi humilde ser.
¡Cómo te amo! Padre mío, gracias por ser parte de ti.

15
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Te amo.
Gracias Padre.
21. Hoy es el día señalado para bendecir a mi creador.
Hoy en este maravilloso día de amor, beso con el alma al amor de los
amores y me postro humildemente ante su refulgente luz que baña de
paz y amor mi pequeño ser.
Padre Divino, ven a mi vida y actúa en mí, pues, quiero ser el agua
que tu fuerza mueve para lavar junto a ti toda la Tierra.
Padre soy como la hoja seca, que sedienta recorre empujada por el
viento hacia tu presencia luz.
Gracias Padre por haberme creado.
Gracias Padre.
22. En la soledad de la noche busco tu refugio, Padre mío, y me hallo en el
éxtasis de tu amor envuelto, renovado y vivificado.
Gracias Padre, porque tu ternura y tu consuelo son eternos y mi alma
sedienta, bebe incansable de la fuente eterna de tu amor.
En este día, busco en todo tu presencia y reconozco que tú, eres todo
y estás en todo. Cuán grande eres Señor y cuán infinita es tu presencia.
Gracias Padre.
23. Alabarte es poco, Padre mío, porque mi alabanza es la pequeña vi-
bración que canta en el cosmos al gran y único amor; mas, Padre mío
cómo podría expresarte mi amor sino con la pequeña vibración que
soy, de tu amor, Te amo Padre, soy tu pequeña vibración de amor,
únela a todas las vibraciones creadas por ti, para que juntas entone-
mos el canto excelso y alabarte eternamente.
Padre, hoy quiero que el amor cante en mí como canta el pájaro, su
bello trino al amanecer.
Gracias Padre.

16
LIBRO I

24. Salve ¡Oh! Padre amantísimo, reina en mi corazón desde el amanecer


hasta el ocaso y cubre con la luz de tu amor el Sol de mi existencia y
bendice toda la Tierra con el reflejo de tu amor en todo lo que existe.
Padre amoroso, ven a mí como viene la nieve en el invierno y cúbre-
me con el blanco manto de tu luz.
Padre celestial, me postro a vuestra presencia y humildemente me
inclino ante tu magnificencia y cubro mi simple y sencilla existencia
con tu luz eterna.
Padre del amor vive en mí y haz que yo sea el reflejo de tu amor.
Gracias Padre.
25. ¡Oh! Padre mío cuán hermoso y bello es cantar trinos de gloria y ala-
banza a tu nombre. Hoy entono con la música de mi corazón los
cánticos más santos y puros tal cual lirio y lleno de fragancia cada
cántico que tu amor me inspira.
Padre, que mi ser sea siempre el puro recipiente donde vuestro amor
permanezca intacto y siempre eternamente.
Te canto, ¡Oh! Padre esta alabanza que se extiende por todo mi ser y
va con su melodía, alegrando la existencia por el mundo.
Gracias Padre.
26. Te glorifico señor y mi pequeño ser que es la gota de rocío sobre el
extenso pasto, te abraza y te besa con adoración.
Padre, eres el Padre amoroso, compresivo y clemente que escuchas
con oídos nuevos las súplicas de tus hijos aquí en la Tierra.
Padre mío, solamente a ti puedo elevar mi súplica, porque tú eres mi
único y verdadero Padre.
Gracias Padre.
27. Me abrazo a ti Padre mío y siento que vibro en amor y el consuelo
llena mi alma; me reconfortas y veo el camino que he de seguir.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Padre, en estos momentos en que la angustia toca mi corazón, ábrele


tú la puerta para que sea la angustia por estar contigo siempre y la
angustia de mi anhelado corazón por siempre Uno contigo.
Que ningún temor llegue a mí porque tú eres mi divino y comprensivo
Padre por toda la eternidad.
Gracias Padre.
28. Soy tu pequeño hijo, Padre escucha mi plegaria que se eleva al altar
de tu presencia, que deposito con fe y esperanza que muy pronto me
darás lo que te pido.
Confío eternamente en vuestro amor y espero que me concedas lo
que te pido, porque sé que tú eres el Padre poderoso, omnisciente y
omnipresente en quien vivo, me muevo y soy lo que soy.
Por ello, Padre, sigo confiado el camino y no sucumbo ante ninguna
adversidad porque sé que tú eres mi Padre quien todo me lo da.
Gracias Padre.
29. ¡Oh! Padre Celestial que bueno es cantarte himnos de amor y de ale-
gría; hoy el júbilo llena mi corazón porque eres mi Divino Padre, Gra-
cias por ser mi Padre.
Padre, Padre, ¡Qué palabra! ¡Más dulce y tierna que resume el amor
más grande y bello de todo lo que existe!
Padre, hoy reconozco que el Padre siempre está conmigo y siempre
me escucha en mis horas de silencio, en mis horas de angustia y en
mis horas de quietud.
Gracias Padre.
30. Hoy canta el amor en mí y mi espíritu se reconforta y alegra. Hoy el
amor vibra en mi ser y cual campanario tañe por toda la Tierra.
Padre, tú eres el amor que canta en toda la creación y el canto que
endulza con su ternura nuestras amarguras y desengaños.

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LIBRO I

Padre de amor, hoy pongo en tu presencia mi vida y todo lo que soy,


tómalo y haz en mi tu voluntad.
Gracias Padre.
31. Glorioso resplandor inagotable de amor, que eres tú Padre mío, reci-
be mi oración y báñala con la luz de tu amor y envuelve mi ser en tu
presencia.
Purifícame con el fuego de tu amor y santifícame con tu santo espíritu
y permíteme ser el vaso de amor donde pueda beber tu presencia.
Padre cuán inmenso es mi amor por ti, y cuán grande tu presencia,
Padre te amo y me sumerjo en las aguas tranquilas de tu amor y en la
grandeza de tu ser.
Gracias Padre.
32. ¡Aleluya!, ¡aleluya! al Dios creador, mi Padre, que todo lo puede y
presente está en todo.
¡Aleluya!, ¡aleluya! que toda la creación se levante al unísono y cante
el aleluya del amor, a nuestro Padre, Aleluya.
Gracias Padre.
33. Padre mío, mi único ser que me acompaña siempre y sabe de mí todo
cuanto Soy, a él me dirijo en mis aflicciones y pongo en él toda mi fe.
Padre, sé que escuchas mis pensamientos y lees todos mis sentimien-
tos, ayúdame, Padre, en estos momentos, para salir airoso de las difi-
cultades que aparentan atacarme y me encierran en una sin salida,
pero yo Padre confío en ti y espero en mí se manifieste tu divina
voluntad.
Padre generoso y amoroso, Gracias porque sé que me has escuchado.
Te amo.
Gracias Padre.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEGUNDA PARTE

PLEGARIAS DEL HIJO

Plegaria de confusión y desorientación


1Padre, estoy desorientado, 2y me siento aturdido y confundido, 3todo

es oscuro y tenebroso a mi alrededor; 4mi espíritu vaga por senderos de


tiniebla.
5¡Oh!Padre, todo en mí es incierto; 6no sé qué hacer; 7mis ojos sólo
ven la oscuridad; 8y mi lengua es pesada y lenta; 9la soledad me aturde
con su silencio; 10y el grito de mi alma se estrella en la inmensidad; 11ven
Padre mío y da consuelo a tu hijo.

20
LIBRO I

Plegaria de retorno a la casa del Padre


1Padre avergonzado por mi desvío vengo a ti; 2mi corazón lacerado
por mis errores clama a ti; 3y hoy postrado ante tu luz pido perdón por
mis equivocaciones; 4y suplico tu compasión; 5Padre mío, reconoce a tu
hijo; 6que hoy quiere vestirse con la luz de tu amor; 7hoy reconozco mi
necedad; 8y el olvido de mi esencia misma; 9perdóname Padre Santo
10que hoy quiero ver la luz; 11y vivir contigo eternamente.

Plegaria de glorificación por estar en la casa del Padre


1Mi alma canta de alegría; 2y mi espíritu se reconcilia con Dios crea-
dor, 3hoy la felicidad ES eternamente en mí, 4y sello para siempre mi
existencia; 5con el sello del amor que el amor me da; 6hoy he despertado,
7pues, dormía en la ilusión de mi vivencia; 8he vuelto al hogar que mi

Padre me guardaba; 9con amor me ha recibido en sus moradas; 10y aho-


ra soy la felicidad encarnada; 11Gracias Padre, porque soy uno contigo.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

TERCERA PARTE

PLEGARIAS AL ESPÍRITU SANTO

Santo Aeolus

Gracias al Espíritu Santo


1EspírituSanto, en ti vivo, me muevo y tengo mi ser; 2¡Oh! Santo
Espíritu de fuego santo creador; 3emanación divina del Padre; 4y reflejo
santo en el hijo; 5Espíritu de amor, fuego divino; 6que mis ilusiones con-
sumes; 7y bañas mi ser con tus divinos dones; 8gracias te doy desde mi
alma pura; 9y en gratitud divina viviré por siempre; 10te entrego hoy todos
mis errores; 11y consúmelos en el fuego de tu amor.

22
LIBRO I

El Espíritu Santo vive en mí


1Tu santo aliento me da vida; 2tu santo aliento me acompaña siem-
pre; 3eres el soplo divino 4que una mañana encendió mi ser; 5¡Oh! Espíri-
tu Santo fuego sagrado del Padre-Hijo, 6que bañas con tu luz mi alma 7y
haces latir mi corazón, 8con cada aliento inflama mi ser, 9enciéndelo en
tu amor 10para que la llama sagrada de tu presencia sea el sello de cada
acción y 11estés en mí eternamente.

YO SOY Espíritu Divino


1Espíritu Santo que me iluminas; 2que con tu sabiduría me guías, 3con

el entendimiento esclareces mis dudas, 4que me santificas con tu presen-


cia 5y me cubres con tu amor, 6y me haces parte de ti, 7sintiendo que YO
SOY Espíritu divino; 8el Espíritu Santo del Padre; 9que actúa, piensa y
siente a través de mí; 10modulando su aliento en mi palabra; 11y acallan-
do el ego en mi existencia.

23
“Salve, al creador de todo cuanto existe,
salve al Dios del Himalaya;
salve a todo lo creado”.

Introducción

E
n esta breve efeméride espiritual, se hará un recuento de la
historia planetaria y de la historia de la vida,cómo se formó
en sus comienzos y cómo se fue dando su evolución paulati-
namente a través de sus variadas manifestaciones.
En este breve recuento, recordareis que la vida ha sido siempre, pues
YO SOY la vida, por esta razón, este recuento cubrirá una parte úni-
camente del aspecto de la vida como una de las manifestaciones de la
divinidad.
En esta pequeña obra vais a aprender a discernir sobre la vida, ¿Qué
es la vida? ¿Qué pensais que es la vida? ¿Qué es el latir de la vida? Y
también os cuestionareis acerca de vuestro planeta Tierra, que por mu-
chísimos años ha sido creado y puesto a vuestro servicio.
También aprendereis la íntima relación que existe entre la vida y el
planeta Tierra y cómo este es el hábitat propicio para la clase de vida que
en ella se gesta y crece.
Serán temas sencillos y fáciles de comprender para que podais
deleitaros con su lectura.
Gracias.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

PRIMERA PARTE

De la vida
VI-DA es una palabra compuesta por dos partes y cada una de ellas
encierra acción, movimiento como son VI pasado de la acción ver y DA
presente de la acción DAR, con ello podeis comprender claramente, que
la vida desde su concepción conceptual significa acción, movimiento,
por lo tanto, todo cuanto se mueve, todo cuanto respira, todo cuanto
actúa encierra el principio de la vida.
La vida ¿de dónde proviene? Naturalmente que viene de la vida mis-
ma que es el Padre creador de todo cuanto existe, recordad las palabras
del Gran Maestro Jesús cuando dijo: “YO SOY el camino, la verdad y la
VIDA”, con ello os dijo claramente que la vida es acción hay que actuar
porque la misma fuerza intrínseca en ella os impulsa a la acción, por lo
tanto, podemos hacer la ecuación de la vida así: Vida es = Acción.
Cuando actúas movido por la fuerza intrínseca que hay en la vida, tu
vida entra en acción con todo lo que está constituido con el elemento
vida, y es así como la acción y el movimiento entran a formar parte de
este crucigrama de la vida.
Entonces, si la vida, desde su más elemental expresión es acción y
movimiento, ¿por qué no discernís qué es aquello que impulsa la vida a la
acción y al movimiento; acaso esa fuerza impulsadora que abarca todo
movimiento y que está presente en todo, no es la vida misma, aspecto de
la divinidad?
Amado lector de estas sencillas reflexiones, piensa por un momento si
la fuerza que es la misma vida que la impulsa a la acción, no es la misma
vida que os impulsa a obrar. Si es así, no cabe ninguna duda que la
fuerza que impulsa a la vida está intrínsecamente en ti, que sois también
la vida misma y por consiguiente, sois la fuerza impulsora de toda acción.

28
L IBRO II

Con esto os digo, amado hijo de la luz, que sois la vida misma como
acción y fuerza impulsadora y como tal no dejareis de existir jamás, pues
sería imposible atacar o cortar aquello que en el mundo tangible no se
puede palpar, mas, sin embargo, se sabe que existe. Entonces, ¿qué se
puede concluir con todo esto? Que sois la vida misma en acción y movi-
miento permanente, por consiguiente, sois eternos. Por lo tanto, te pre-
guntaría ¿quién puede matar la vida si aquel que la hace es también la
vida misma?
Por lo tanto, mis amados, sois hijos de la vida, lo que quiere decir que
sois hijos inmortales, hijos del Dios creador único, de todo cuanto existe.
Sois eternos inmortales y puros, ya que es vuestra esencia pura y perfecta.
Como os decía, que la vida se manifiesta en movimiento, sea éste
vertiginoso o lento, también es acción, por lo tanto vuestro planeta Tierra
es también vida en acción, es un planeta vivo que siente, piensa y actúa,
como cualquier otro ser viviente. Entonces ya me parece estar escuchan-
do vuestra pregunta: ¿es eterna la Tierra? ella se transforma sin dejar de
existir.
Ahora, os decía también sobre la relación que hay entre la vida y la
Tierra o vuestro planeta, esta relación es coherente y con características
propias de la vida misma con las condiciones planetarias que encierra
vuestro planeta Tierra, son correspondientes cualquier tipo de manifesta-
ción de vida con estas condiciones propias de vuestro planeta, por ello,
perteneceis como individualidad y como vida que sois a este planeta.
Todo, amados míos, está entrelazado y todo está en absoluta perfec-
ción dispuesto por el Dios único.
Como bien sabeis, el universo está compuesto por sistemas solares
con sus propios globos y soles, todo en orden divino, en estos universos la
vida existe y sigue siendo la vida misma, mas sin embargo, presentan
variables condiciones de vida que van acorde con estos sistemas solares,
sin dejar de ser el mismo principio de vida.
Este breve recuento que humildemente, os he hecho de la vida, el
planeta y la relación de estos entre sí, es con el fin de poder adentrar en

29
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

vuestra vida interior, que al fin y al cabo también es vida y por lo tanto
acción, movimiento.
Es nuestra vida interior la acción más bella que vuestro Padre creador
os ha dado, con ella podeis realizar todo cuanto deseeis para cada uno
de vosotros y para con vuestros hermanos en Dios.
Tu vida interior, hermano mío, es el poder más grande que Dios te ha
dado, piensa por un momento acerca de tu filiación con Dios Padre y
reconocerás tu verdadera identidad divina y como tal, todo lo puedes,
entonces, amado mío, te invito a que reflexiones en vuestra vida interior,
esa vida llena de amor, de paz, de sabiduría, de iluminación y dotada de
todo el poder para crear tu propio mundo lleno de todas las cosas buenas
y bellas que vuestro Padre celestial os ha dado anticipadamente con amor.
Hermano hijo de la luz, despierta a la vida que late en vuestro interno
que os espera para que actúes y pongas en movimiento tu poder interior.
Comienza cada mañana reconociéndote tal como eres, el verdadero y
único hijo de Dios, como único heredero de las prevendas de su Padre y
acéptalo y comienza tu día lleno de alegría y felicidad porque eres el
único hijo de Dios, el heredero del mundo y de todo lo creado por vuestro
Padre celestial.
Y ahora verás, cómo vuestra vida interior comienza a actuar en cada
uno de vuestros pensamientos y sentimientos y vereis realizados todos
vuestros deseos.
Si alguna vez, amado mío, os habeis preguntado ¿por qué hay mise-
ria en el mundo?, hoy habeis tenido la respuesta. Reconócete siempre y
acéptate como el hijo de Dios que eres y vereis los resultados.
Una de las maneras como podeis comenzar desarrollando vuestra
vida interior es autoobservándote para que comenceis a conocerte a ti
mismo y podais hacer las correcciones que creais que debeis hacer en
vuestro sentir, es a través de vuestro autocontrol donde hallareis vuestra
santificación porque sólo aquello que se corrige llega a la perfección y la
santidad, es sinónimo de perfección.

30
L IBRO II

Hermano mío vuestra vida interior es tu verdadero tesoro no busqueis


los tesoros fuera de vuestra vida interior, porque estos son fatuos, fútiles y
efímeros, buscad en vuestra vida interior y hallareis los tesoros que os
darán la felicidad y la riqueza que nada ni nadie os podrá quitar.
Si alguna vez disponeis de un momento de vuestra vida para pensar
en estas humildes y sencillas sugerencias, y que a la vez son las verdades
más reales, hazlo y practícalo y entonces vereis el amor de vuestro Padre
arrullándoos y manifestándose en vuestra vida.
A través de estas sencillas palabras os invito a que inicieis una nueva
vida, una vida llena de amor, paz, luz, prosperidad, felicidad y todo lo
que vuestro Padre tiene para daros como reflejo de su amor.
Comienza hoy el cambio en vuestra vida, mira y observa con los ojos
espirituales y observa vuestra alma únicamente tú podrás saber qué sien-
te, qué experimenta y qué desea.
Todo aquello que observes y lo cual estimas que se puede mejorar,
hazlo, es vuestra liberación de aquello que empaña la luz de tu alma.
Cambia aquello que te deprime y busca en tu interior la semblanza lumi-
nosa del Dios Padre en ti y pídele de todo corazón que te ayude a cam-
biar aquello que trae a vuestra vida tristeza y aflicción. Observa tus sen-
timientos, descúbrelos que salgan a la luz, por muy escondidos que estén,
para que puedas verlos tal como son y no te sigan engañando, una vez
que los habeis ubicado consume la imperfección en ellos y sólo el amor
sea el fundamento de cada uno de ellos.
Observa tus pensamientos y detente a mirar qué piensas y cuando a
vuestra mente asomen pensamientos inarmónicos que traigan a vuestra
vida desasosiego en cualquier manifestación, cámbialo inmediatamente
por otro que os traiga paz, alegría, amor. Ciérrate a todo pensamiento
negativo y consúmelo en el sagrado fuego que arde en vuestro corazón.
Tus acciones amado mío, son el resultado de vuestros pensamientos y
vuestros sentimientos. Cuando actuais simplemente estais ejecutando,
poniendo en acción lo que pensasteis y lo que sentisteis, es decir, vues-
tros actos manifiestan tangiblemente, vuestros pensamientos y sentimien-

31
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

tos, por ello, debeis pensar bien y sentir bien para que vuestras acciones
sean buenas, amorosas y alabanzas a Dios.
Además, debeis recordar que toda acción trae una re-acción, o sea la
sagrada e infalible ley del karma está en vuestro poder el manejarla co-
rrecta o incorrectamente, con esto os digo que toda acción es karmática.
Estad siempre alerta, en guardia y así os auguro que entrar al reino de los
cielos.
Ahora veis, amados míos, cuan importante es vuestra vida interior y
hoy habeis comprendido que vuestra vida interior está formada por lo
que pensais, sentís, decís y actuais, por ello hermanos míos, os exhorto a
que os sumerjais en ella y busqueis allí la belleza y la dulzura de la vida
misma.
Pienso que os preguntareis, pero, ¿cómo voy a hacer, si no es fácil
cambiar lo que he pensado, sentido, hablado y actuado durante toda mi
vida? en eso teneis razón, pero, os doy el consuelo si lo aceptais, y es que
los maestros ascendidos estamos deseosos de ayudaros, asistiros y guiaros
en vuestro cambio, si aceptais esta humilde ayuda nosotros nos pondre-
mos a vuestro servicio incondicionalmente, únicamente basta con que
nos llaméis y allí estaremos prestando nuestra humilde asistencia.
También os digo, que presteis atención a vuestras palabras, bien lo
dijo el gran Maestro Jesús: “no es lo que entra por la boca lo que daña
sino lo que sale, porque del corazón proviene”, veis amado, ¿cómo vues-
tra palabra puede atentar o dañar a vuestros hermanos en Dios y ade-
más, cómo puede purificar, limpiar o dañar vuestro planeta? Piensa en
estas verdades y sabreis cuánto estais ayudando a vuestros hermanos y a
vuestro planeta con vuestro verbo ya sea bien o mal usado. Observa cada
palabra que modulas, cada frase que expreses, si es la ola del amor que
baña y limpia vuestro mundo, alégrate porque estais siendo el salvador
del mundo, de lo contrario consúmelo en el fuego sagrado y trata en lo
posible que vuestras palabras sean amorosas, dulces y vuestro acento
suave. Sé, de veras, que no es asunto fácil cuando se ha estado acostum-
brado a determinadas expresiones cambiarlas de un momento a otro,
pero también sé que si nos proponemos al cambio se logrará. Muchas de

32
L IBRO II

vuestras enfermedades, se deben a la energía divina mal usada en pensa-


mientos, sentimientos, palabras y acciones, pues, con vuestro libre albe-
drío calificais mal esta energía pura y perfecta que el amor del Padre os
da; por ello, estad vigilante y también gozareis de una salud perfecta en
vuestro cuerpo físico.
Controlad vuestros impulsos, actuad siempre en forma serena y ecuá-
nime, no tomeis actitud impulsivamente porque no solamente perdereis
energía vital sino que utilizariais mal la energía divina y acumularíais
más energía mal usada en vuestro alrededor y vuestra carga sería más
pesada, por el contrario aligera vuestra carga, para que más pronto entreis
al reino de los cielos.
Estos sencillos y humildes conocimientos, os los doy, amado hijo de
la luz, con el ánimo de que algún día podamos vernos cara a cara y
compartir las bellezas espirituales que por derecho de consciencia os co-
rresponde y nuevamente poder vivir en una edad dorada donde única-
mente la perfección se manifiesta.
Además, es sencillo vivir sin conflictos internos, solamente se necesita
una cordura espiritual, vestida de aceptación y tolerancia, y así, emergerá
de vuestro corazón la paz y el amor. Es muy fácil y sencillo vivir en paz
cuando se comprende que todo cuanto existe en lo creado es perfecto
como su hacedor. Cuando esta luz llega a vuestro interior la oscuridad de
querer transformar lo perfecto se convierte en luz, en la más clara y per-
fecta luz.
Estas pequeñas y sencillas sugerencias os abrirán la puerta de la feli-
cidad que os llevará a la casa del Padre donde cada morada será más
que un palacio de oro y de rubíes, pues, no hay en vuestro planeta nada
con qué comparar estas bellezas que han sido creadas para que el único
hijo de Dios las disfrute y viva en ellas. Por ello, amado mío, retoma vues-
tra vida interior y haz con ella como hace el ingeniero con la construcción
deteriorada y caduca, que la derrumba y luego construye una nueva,
moderna y bella. Así derrumba vuestra vida interior, llevada y guiada por
los errores del mundo y construye vuestra nueva vida interior con nuevas
bases, limpia, renovada y perfecta.

33
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Una vez había en un camino que conducía a la gran ciudad un


mendigo; este mendigo había tenido muchas riquezas que su buen
padre le había dejado por herencia, mas, éste lleno de orgullo y
soberbia dilapidó la fortuna que su buen padre le había dejado,
quedando sin bienes el “pobre mendigo” no tuvo más camino que
mendigar el pan para poder vivir; pensando él en lo que había pa-
sado y meditando su actual estado, estando en esto, pasaba por allí
un viajero quien se detuvo, abrió su cartera y le dio un papelito con
esta leyenda: “Por qué mendigas, santo hijo de Dios, despierta de tu
sueño y ve a casa”. El mendigo asombrado de estas palabras escritas
quiso alcanzar al viajero, pero éste ya había partido. Entonces el
mendigo se puso a pensar en cada una de estas palabras escritas, y
comprendió que su Padre no había muerto, que le aguardaba en su
casa; se llenó de alegría y pensó: que necio he sido si mi Padre vive
en mí y todo lo tengo.
¿Sereis acaso en estos momentos el mendigo del relato?
Amado hijo de la luz, vuestra vida interior es la riqueza, y el más
grande de los tesoros que vuestro Padre os ha dado por ello debeis bus-
carlo y sacarlo para que vuestra vida sea placentera, plena y feliz.
No necesitais, hermano mío de recluiros en grutas, montañas, mo-
nasterios o algo similar para que vuestra vida sea perfecta, la perfección
está dentro de vosotros, haced lo que os dijo el gran Maestro: buscad y
hallareis. Podeis buscarla cada día, momento a momento, en vuestro
corazón, y ella se irá descubriendo poco a poco ante vuestros ojos espiri-
tuales. Recordad las palabras: “Sed perfectos como vuestro padre es per-
fecto”. No veais esto como un imposible, sé que os han enseñado que
sois imperfectos y que eso no se puede cambiar, sin embargo, hoy amado
mío, te digo que sí lo podeis cambiar, que sí podeis lograr la perfección
que fue el ingrediente vital de vuestra creación.
Por lo tanto hermano mío, inténtalo, busca dentro de vuestro corazón
y la hallareis pues se os han dado las herramientas para que como el
minero busques, derrumbes y halles el añorado tesoro, vuestra perfecta
vida interior.

34
L IBRO II

Con esta pequeña plática concluyo mis directrices y orientaciones


para que vuestra vida interior vibre al unísono de la vida interior de vues-
tro planeta, que también, como vosotros está buscando la perfección que
lo llevará a otra dimensión de más luz.
Hermano mío, querido lector, que habeis recibido estas enseñanzas,
contad con mi amorosa ayuda cuando lo deseeis.
Os Amo.

35
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEGUNDA PARTE

Del amor
Roma es una ciudad muy antigua, por todos vosotros, conocida, tuvo
grandes imperios con sus hijos, guerras, conquistas y los grandes amores
de sus emperadores. Hoy me he puesto a pensar sobre la palabra AMOR
y al leer en reversa observo que se forma la palabra ROMA, ¿no es curio-
so? Sí que lo es ¿verdad?
Pues, esto que os estoy diciendo es para daros una parábola entre lo
que fue esa antigua y gran ciudad y lo que ha sido en toda la Tierra el
AMOR.
Al igual que Roma antigua, el amor en vuestros corazones ha sido
construido, con conquistas provenientes de las guerras de vuestros senti-
mientos, trayendo por lo tanto enemigos, emboscadas y dolor. También
con momentos de alegría, festejos que engalanan vuestra vida y además,
habeis llegado a creer que la felicidad es esa y ninguna otra puede ser.
Luego cuando el enemigo del amor os pone una emboscada y sois ataca-
do, llegais al dolor y sufrís. Ahora os pregunto, ¿creeis verdaderamente
que esto es el AMOR? ¿donde los celos, resentimientos, envidias, apegos,
rencores y otros elementos destructivos os llevan al desamor? ¿Veis ama-
dos míos, como lo que hoy pensais que es el amor se enmarca en aquella
vieja ciudad con sus vicios y sus pasiones; en esa guerra de conquistas
permanentes para ser aprobados, pues, de lo contrario seríais rechazado?
Amado mío, hoy con profunda humildad y agradeciendo al Dios crea-
dor que me concedió llevar esta pequeña luz a vuestros corazones, voy a
deciros qué es el AMOR.
¿Qué es el AMOR?
Si te detienes a mirar la ternura de un pajarito, cuando de su boca da
de comer a su cría, sentirás en vuestro corazón la misma ternura; si

36
L IBRO II

observais la humildad que se desprende a cada paso del pasto cuando lo


pisáis que agradecido nuevamente se levanta, sentireis y aprendereis la
humildad del pasto. Cuando observais en lo alto el ave que vuela libre y
tranquila; sentireis en vuestro corazón la libertad que experimenta el ave.
También cuando observais la lluvia que armoniosa y pacífica cae,
experimentais también la paz y la armonía de manera tal que os agrada
dormir cuando llueve. Cuando observais la belleza de la rosa cargada de
rocío al amanecer os llenais de regocijo y admirais la belleza también.
Cuando os deteneis a observar los bosques verdes, frondosos, en si-
lencio y llenos de paz, sentís en vuestro interior ese silencio que os relaja,
y os eleva a la paz. Cuando mirais el atardecer que con su gama de
colores pinta el cielo y lo dibuja en su inmensidad, sentís en vuestro inte-
rior que sois inmensos y deseais valor por la inmensidad. Cuando
contemplais la sonrisa de un niño os sentís también complacidos y con-
tentos. Cuando sentís la caricia del amado os sentís plenos e hinchado el
corazón de complacencia. Cuando observais las estrellas en el firmamen-
to su lejanía y su luz también os sentís lejanos de ellas; vais viendo mis
amados, como vais sintiendo y percibiendo las mismas percepciones y
los mismos sentimientos con toda la creación y además, vais viendo que
cada sentimiento que percibís está entrelazado en los dulces lazos del
amor, donde no hay cabida para el dolor ni para el sufrimiento; es ahí
donde verdaderamente está el amor.
El amor que no distingue, no discrimina, no atrapa, simplemente está
en todo.
Entonces, amado mío, hoy deseo que a través de estas sencillas y
simples palabras sin retórica literaria ni rebuscamientos, comprendais
qué es el amor y como se levanta el Sol naciente cada día, comenceis hoy
a nacer al amor.
Con estas pequeñas orientaciones os quiero llevar a que vivais en
amor, a que vivais lo que sienta el corazón de vuestro hermano en Dios,
así como vibrais de amor al ser correspondido por el ser amado. Uníos
hoy al vibrar del amor en toda la existencia que cada instante vibra en
amor, lo cual siempre lo ha hecho sino que no os habiais dado cuenta.

37
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Es el amor uno sólo, no pueden existir diferentes amores porque sola-


mente se vibra en una sola dirección. Comprended hoy que amar es sen-
tir y vivir lo que el otro siente y vive, es un solo sentimiento.
Ahora me pregunto, ¿habeis amado así alguna vez? Si lo habeis sen-
tido verdaderamente estais amando, o acaso ¿lo habeis sentido hacia
determinadas personas sin importar el sentir y el vivir de los demás?
Amado mío, el amor es bello cuando se comparte sin mezquindad,
cuando se da sin mirar la individualidad, simplemente se da.
Hoy el amor desea entrar en vuestra vida para que entreis a partici-
par en el sentir de este único latido universal.
El amor es la dulzura que con su melodía endulza vuestros oídos cuan-
do escuchas el trinar de un pajarillo; cuando escuchas la palabra amoro-
sa; cuando escuchas la voz que os consuela en la adversidad; cuando
escuchas el murmullo de las olas del mar que te hablan de su amor.
El amor es la paz que rodea la inmensidad, el silencio en que los
bosques os hablan y tranquilizan.
También el amor es la comprensión del por qué son las cosas así, y
también la aceptación de todo como es.
Amor, mi pequeño, es cubrirse con esa radiación, perdonando tam-
bién lo que no comprendes o aquello que crees que te ha herido, porque
en verdad no ha habido tal herida sino que no vibraste al unísono con
vuestro hermano.
Hermano mío, os pido que acepteis mi humilde invitación de que
abrais las puertas de vuestro corazón al amor, al verdadero amor para
que saboreéis sus delicias y dulzuras.
Cuando sintais que en vuestro ser está todo, el sentir de todo lo crea-
do, entonces, verdaderamente estareis amando, libre de egoísmos, egocen-
trismos y discriminaciones. Ese es el amor.
Hoy os exhorto, amado mío a que acepteis este humilde servidor como
vuestra guía para acompañaros a buscar el amor.

38
L IBRO II

De la verdad
Siempre os han enseñado a que digais la verdad, pues, no es bueno
decir mentiras, más sin embargo, observais comportamientos en vues-
tros hermanos en Dios y aún en vuestros hermanos de sangre, que no son
coherentes con lo que os enseñan o dicen. Entonces comienza la gran
tarea de saber cuándo debeis decir la verdad y cuándo no debeis decir la
verdad. Si que es un gran dilema para saber cuál es el momento preciso
para cada situación.
Como veis, amado mío, esta verdad está sujeta a circunstancias, lu-
gar, personas, asuntos. Me pregunto: ¿ésta es la verdad que practicais en
vuestra vida?
¿Es ésta la verdad que os conducirá a la libertad? Recordad bien al
gran maestro cuando os dijo: “Conoced la verdad y ella os hará libres”.
¿O es que existen varias verdades? ¿Qué piensas de todo esto herma-
no mío, no será que el oscurantismo ha envuelto la verdad para opacar
su esplendorosa luz?
Si el gran maestro, quien siempre habló con la verdad, fue la luz del
mundo, ¿podrá la verdad ser oscuridad?
Entonces ¿por qué en vuestro mundo personal la verdad está someti-
da a variantes que impiden que sea una sola?
Amado hijo del Dios creador, creado por el verbo creador que no fue
posible mentir en vuestra creación; ¿creeis aún que pueden haber varias
verdades? ciertamente que no puede ser, por ello, hoy la verdad entrará y
permanecerá en vosotros en la misma medida en que lo permitais.
Cuando se os dijo: “Conoced la verdad y ella os hará libres”, se os
estaba diciendo que la verdad está y ha estado siempre en vosotros des-
de vuestra creación. Pero, con el transcurrir del tiempo os habeis ido
durmiendo en el sueño de la ilusión y habeis ido reemplazando la verdad
por la ilusión; por esto creeis que pueden haber varias verdades. Por lo
tanto, amado mío, hoy deseo que salgas despierto y airoso de todas las
ilusiones que han llenado vuestra existencia y te centreis en la verdad que

39
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

sois y así podais sentir que sois libre sin ataduras que os impidan volar
en vuestra grandeza.
Vuestras mayores ataduras son vuestras propias creencias por ellas
os aprisionais en un mundo de ensueños y si no es así ¿por qué a veces
os inhibís de realizar esto o aquello? Porque teneis en vuestra mente, los
grilletes de las creencias. Hoy os invito a que los solteis y salgais a respi-
rar el dulce aire de la libertad y con ella soltad también todo aquello que
ha conformado vuestra cultura y entonces sí que hallareis la verdad que
palpita en vuestro corazón.
¿Qué es la verdad?
Cuando observas una flor ves en ella su color, su textura, su forma, su
aroma, sus pétalos, sus estambres, el polen, el cáliz y todos aquellos pe-
queños detalles que la conforman, esa es toda la verdad acerca de ella,
igualmente sucede cuando observas una palomita, miras sus plumas, for-
ma, color, ojos, su pico con sus orificios, sus patitas, su andar y todo lo
que la conforma, eso es la verdad acerca de ella.
De la misma manera, si os observarais minuciosamente y vierais
como estais formado, también veriais la verdad acerca de vosotros. Si
observarais vuestra mente, vuestro cuerpo, vuestras emociones, vuestros
sentimientos, el principio de vida latiendo en vuestro corazón de carne,
vuestra procedencia divina, entonces sólo entonces conoceriais la ver-
dad porque la verdad es en vosotros en su totalidad, con esto os digo, que
la verdad que mora en la flor y en la paloma, también mora en vosotros y
esa verdad que mora en vosotros es la que os hará libres, porque de
cierto os digo, que la divina esencia que os creó, mora en vosotros con la
perfección absoluta como fuisteis creados. Esa es la verdad absoluta que
mora en vosotros.
Sois la verdad hecha carne y sois la verdad que engendró vuestro
espíritu por consiguiente sois la verdad pura, latiendo en vuestro corazón.
Dad, al Espíritu Santo la calidad de depositario de todas vuestras
ataduras para que logreis reencontrar la gran verdad que sois y vereis
como os abrazará las alas de la libertad.

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L IBRO II

Amados míos, no continueis buscando afuera de vuestro ser la ver-


dad porque jamás la encontrareis; pensad por un momento ¿cuánto tiempo
habeis perdido buscando la verdad? Cuando pensais que la habeis halla-
do y alguna cosa que aparezca y no os llene vuestras necesidades inme-
diatamente os desilusionais y ya no creeis en la verdad que habías en-
contrado y continuais buscando la verdad una y otra vez y así va pasando
el tiempo, sin lograr llenar vuestra búsqueda.
La gran presencia de Dios que mora en vosotros es la única verdad
que sois a su imagen y semejanza. Piensa en estas palabras. Por lo tanto
sois ilimitados y libres.
“Conoced la verdad y os hará libres”.

41
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la paz
Desde todas las civilizaciones que han existido en la humanidad, de
todas se ha sabido que grandes batallas han realizado que han pasado a
la historia de esas civilizaciones, como también se ha sabido de los trata-
dos de paz que han firmado y durante un largo tiempo se ha mantenido
la paz entre naciones.
Además, como sucede con los tratados de paz por una u otra razón
llegan a quebrantarse y nuevamente se reanudan las guerras. Esto como
es de saberse afecta la economía de las naciones en conflicto, pues,
las guerras causan altísimos costos y además, lamentables pérdidas
humanas.
Estas circunstancias se han venido dando de civilización en civiliza-
ción obteniendo igual resultado, la guerra nunca termina y la paz jamás
llega. Se ha observado, el tiempo y el dinero que se gasta en las llamadas
negociaciones de paz; alguna vez alguien preguntó, ¿cómo es que la paz
se puede negociar?
Y bien, como os venía diciendo, amados míos, ha sido siempre el
interés de la humanidad encontrar la paz entre hermanos y entre nacio-
nes, pero, siempre se llega al mismo resultado: “No hay paz”.
Inclusive, también en los últimos días las civilizaciones todavía siguen
buscando la paz. Hermanos míos, esto que habeis visto a través de la
historia de la humanidad, no creeis que sea merecedor de una reflexión y
deteneros a pensar, ¿el por qué aún no se ha encontrado la paz en el
mundo?
Hoy mis pequeños, deseo llevaros a un lejano bosque donde podais
observar los árboles, las aves, el viento, el Sol, las nubes, la hierba, la
tierra que pisan vuestros pies, las flores y os pido que mireis atentamente
cada una de estas partes que han conformado vuestro bosque. Si observais
bien mirad en los árboles la armonía con que sus ramas se mecen al
arrullo del vientecillo, las aves vuelan tranquilamente y suavemente se
posan en la rama que a su antojo escogen, las nubes caminan lentamen-
te impulsadas por el viento, la hierba crece en el silencio y la armonía, las

42
L IBRO II

flores lucen sus colores armoniosos y bellos. Se observa al rededor de


todo este bosque armonía y paz que estos seres comunican al lugar.
Si veis bien, estos seres poseedores de la paz y la armonía son los que
le transmiten al lugar la paz y muchas veces cuando vosotros os hayais
aturdidos y confusos, vais allí para impregnaros de esa paz que se respira
en ese lugar. Si verdaderamente, os habeis concentrado en esta observa-
ción, habeis notado que no es el lugar el que le comunica la paz a los
árboles, aves, nubes, hierba, flores y viento; sino que es al contrario estos
seres la comunican al lugar.
El maestro bosque con sus bellas criaturas, nos está indicando el lu-
gar donde se encuentra la paz; lo que quiere decir, que si buscais la paz
en entorno de vuestra vida no la vais a encontrar, si la buscais afuera en
el mundo exterior, tampoco la vais a encontrar. Entonces ¿dónde la podeis
encontrar? Aprended del bosque y la hallareis en cada criatura que for-
ma la gran familia humana.
Sí amados míos, es en cada corazón donde habita y podeis hallar la
paz, está tan cerca que no la veis. Sentaos por un momento en el lugar
que escojas y meditad en vuestro interior y observad cuanta turbulencia
os ataca y os roba vuestra paz; cuántas luchas en vuestro corazón y cuánto
desasosiego perturban vuestra paz. Habeis perdido vuestra propia bata-
lla dándole cabida en vuestro corazón a estas situaciones engorrosas y
complejas. ¿No es así amado mío?
Hoy, con mis humildes y sencillas orientaciones, os invito a que os
lleneis de valor y fuerza interior, que bebais del manantial de amor que
permanentemente brota de vuestro corazón y tomeis cada una de estas
situaciones que empañan vuestra paz y las arrojeis en este bello manan-
tial del puro amor divino y poco a poco vayais permitiendo que la luz de
la paz comience a brillar en vuestra vida.
Esta es la única manera que encontrareis la paz en vuestra vida y en
vuestro mundo.
La paz vive en cada uno de vuestros corazones. ¡Oh! corazones atri-
bulados por las guerras internas, sacad la espada del amor y dale muerte

43
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

a vuestros contrincantes y vereis renacer de nuevo la paz que habiais


perdido.
Entended bien, que cada contrincante que os había robado la paz y
había sembrado en vuestro corazón el odio, el rencor, la venganza, la
envidia, los celos, la codicia, el egoísmo, el desamor, la violencia, el deseo
del mal hacia vuestros hermanos y todo aquello que os oprimía, hoy ha
muerto, han sido derrotados, vosotros habeis ganado la batalla porque
habeis conquistado para siempre vuestra paz interior, que como el bos-
que se reflejará en vuestro mundo.
Veis amados, dónde podeis hallar la paz y recordad, todo aquello que
perturbe tu paz es vuestro contrincante.

44
L IBRO II

Del perdón
Amados seres humanos, reciban mi humilde bendición y mi luz
envolvente.
Cuando estais en vuestras actividades cotidianas, os absorbeis en
ellas que os olvidais de muchas otras cosas que pueden estar sucediendo
en vuestro entorno, y esto os hace permanecer serenos y tranquilos sus-
traídos de ésta o aquella situación. Cuando habeis terminado vuestras
labores diarias y más adelante os enterais de lo ocurrido, comienza en
vosotros la angustia, las conjeturas, los pro y los contras, las lamentacio-
nes, las consideraciones, los reproches y un sinnúmero de cosas que os
perturba y os lleva al caos interior.
Cuando iniciais el nuevo día. Con las preocupaciones que ocasio-
nasteis y que conforma vuestro caos interior, os levantais confundido,
estresado y energúmeno. Por consiguiente, todo ese día se fue por la bor-
da, ya que será un día pesado y negativo. Pero, si encontrais en el trans-
curso del día algún hecho, suceso o persona que os traiga un poco de
alegría y logre sacaros de ese estado espiritual en que os encontrais, en-
tonces las cosas cambian y lo que era oscuro y confuso se vuelve claro y
bello. En una palabra se te arregló el día.
Así es todo, hermano mío, cuando permitís que en vuestro corazón
aniden sentimientos negativos de rencor, odio, resentimientos por las co-
sas, hechos o personas que se hallen en vuestro derredor, comienza para
vosotros la experiencia más negativa de infelicidad que podais vivir, el
malestar interior, no se dejará esperar, vuestro genio se descompone y
vuestro estado natural es estar malhumorado. De vez en cuando se esca-
pa de vosotros una pequeña risita y poco compartís con los demás, y
entonces, alegáis que nadie os comprende, sin daros cuenta hasta este
momento la carga pesada que llevais por dentro.
Mas, si alguien os lastima u ofende ahí sí que se forma la gorda, pues,
ya llegasteis al límite de vuestra amargura y llega a lo que es “natural” en
este estado, la explosión, las palabras duras, los insultos y hasta los gol-
pes. Con ello habeis echado una nueva carga a vuestro acumulado espi-
ritual y os sentís desesperado, ofuscado y aburrido.

45
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Con este depósito interior vuestra vida se hace dura y vivís prevenido
de todo y por todo.
Ahora, mi amado lector, deseo que observeis esta escena:
Es una humilde casa donde habitan un hombre solitario y un perro,
por mala fortuna, ese día el hombre solitario, sólo tenía por alimen-
to un pan, el cual ha guardado para comerlo en el atardecer, y de
esta manera disipar el hambre y tener un sueño tranquilo. Al llegar
al atardecer el hombre solitario se dirige al lugar donde había guar-
dado el pan y para colmo de males, el pan no está; por las huellas se
ha dado cuenta que el perro se lo comió, entonces coge a golpes al
perro y lo echa afuera de la casa. El perro se va muy acongojado. Al
día siguiente, regresa el perro a casa y encuentra a su amo tendido
en el suelo echando espuma por la boca, y el bendito animal toma
por el pie a su amo y lo arrastra hasta un arroyuelo cercano, coloca
la cabeza del amo a la orilla del arroyo le lame la espuma y comien-
za a ladrar en señal de auxilio, unos trabajadores que se pasan por el
lugar escuchan los ladridos y se acercan curiosos a ver qué ha pasa-
do allí, ven al hombre y le atienden inmediatamente y se recupera el
hombre solitario del desmayo que había sido preso.
Como veis en esta escena el perro que fue agredido por su amo, no
guardó en su corazón rencor alguno contra él y sí le prestó el auxilio
necesario para que su amo volviera a la vida.
Es la madre naturaleza que hoy nos enseña lo que es el perdón. El
perdón es la liberación divina que consume todas las cargas depositadas
en vuestro corazón y que os ha llevado a vivir en una vida hostil y
mezquina.
El perdón es el agua pura que disuelve las asperezas del alma. El
perdón lava, limpia y sana vuestro corazón.
Perdonar es la más sublime liberación que puede experimentar el que
perdona, es como si estuviese sofocado y una brizna de rocío refresca su
sed.
Cuando decidais perdonar todo cuanto habeis guardado en vuestro
corazón os sentireis como cuando se ha estado aprisionado con cadenas

46
L IBRO II

y habeis logrado romperlas. Es una sensación de alivio, de descanso, de


liberación.
Amado mío, no continueis más amarrado con las cadenas del rencor,
suéltalas, perdona.
Que cada día de vuestra vida sea un culto al perdón, perdona siem-
pre y perdona todo y vivirás libre y feliz, no volvereis a experimentar las
molestias del rencor ni del resentimiento y mucho menos del odio.
Cuando decís: “Yo perdono pero, no olvido”, en verdad que no habeis
perdonado, porque el perdón borra cualquier molestia que pueda pertur-
bar vuestro corazón.
Recordad siempre debeis perdonar todo y así os perdonais a vosotros
mismos.

47
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la castidad
Una vez había en un castillo una bella princesa núbil, que por su
belleza y dulzura había conquistado el corazón de toda la comarca.
Sus padres vivían muy complacidos con la princesa y ella era muy
feliz.
Un día apareció en el castillo un apuesto y joven caballero deseoso
de conocer a la bella princesa que tanto había cautivado los corazo-
nes de los moradores de la comarca. Fue bien recibido por los pa-
dres de la princesa y durante una suculenta cena los padres le pre-
sentaron a la princesa; como es de saberse, el caballero quedó
enamorado de ella y pidió el consentimiento de los padres para ca-
sarse con la princesa.
Todo esto causó un caos en la comarca pues, tenían a bien que la
princesa, pura y casta jamás había tenido pretendiente alguno. Sin
embargo, la boda se realizó con bombos y platillos como toda boda
real.
Al día siguiente de la boda, regresó el caballero con la princesa,
llorosa y adolorida, para devolverla a sus padres porque había bur-
lado su honor de caballero, pues la princesa a su pensar no era ni
pura ni casta y allí la dejó y partió.
Pasado el tiempo, el caballero volvió al castillo y encontró que los
padres de la princesa habían muerto, y la princesa se había dedica-
do a bordar bellísimas telas que daba a los pobres de la comarca.
Cuán grande fue la sorpresa de la princesa al ver de nuevo al caba-
llero, sin embargo, le dio la bienvenida y lo hospedó en su castillo.
El caballero muy apenado se dirigió a ella y arrepentido le pidió
perdón por la actitud que años atrás había asumido, pues, se había
enterado, que la princesa cuando pequeña había sufrido un acci-
dente que le afectó sus genitales. Sabiendo esto el caballero com-
prendió la situación de la princesa y le pidió con llanto que lo perdo-
nara. Ella con su buen corazón lo perdonó y vivieron muy felices.
Amado mío, con este relato que acabais de leer, podeis haber com-
prendido cuán equivocados estais con lo que entendeis de la castidad. Al
igual que el caballero de la historia os dejais llevar por las creencias que

48
L IBRO II

establecen parámetros que no se deben violar. Al igual que el caballero,


actuais de acuerdo a vuestra programación, que ha sido establecida por
vuestro medio social. Y al igual que el caballero, también tendreis que
arrepentiros de lo equivocado que estabais.
La castidad, hermano mío, es un estado de consciencia tan elevada
que sólo aquellos seres que permanecen su sentir y su pensar en lo divino,
pueden percibir. Es el estado de pureza más sublime que sólo consciencias
evolucionadas pueden alcanzar. Con esto os digo, que la castidad es pro-
pia de las grandes almas que llegan a sentir el amor divino, pues, la cas-
tidad es el grado de conciencia que abre la puerta al Divino amor. Por
ello, amados míos, no confundais la castidad con la sexualidad no sola-
mente es aberrante si no dañino para vuestra alma.
Hoy hermanos míos, deseo en esta pequeña plática que comenceis a
buscar la castidad en vuestro corazón para que podais dar paso al Divi-
no amor. Cuando logreis la castidad, vuestro pensamiento y vuestro sen-
timiento serán puros, inmaculados, sin manchas.
Sed castos, amados míos, de mente y de corazón y lograreis ver a
Dios. Como bien lo dicen las bienaventuranzas: Bienaventurados los puros
de corazón porque ellos verán a Dios.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la piedad
Hoy es un día de recogimiento interior, por ello os pido que cerreis
vuestros ojos y os postreis dentro de vuestro corazón y haced esta sencilla
oración:
Padre Celestial, abrígame con el calor de la luz de tu amor, y permite
que hoy permanezca abrazado a ti. Enciende tu presencia en mí y
báñame con tu luz. Amén.
Ahora abrid vuestros ojos y ved ahora todo con ojos nuevos, llenos de
amor, de paz y felicidad, pues habeis bebido del elixir del amor que depo-
sitado está en vuestro corazón.
Cuántas veces habeis escuchado en vuestros hogares que debeis ser
piadosos, rezar, ir a la iglesia y si podeis participar en el óbolo para el
oficio, lo hagais.
¿Cuántas veces ha llegado a fastidiaros esa piedad que en una u otra
ocasión ha sido la causa para no poder compartir un encuentro, una
reunión o una fiesta?
Cuántas veces ha sido la piedad causa de rechazo, pues, os han llega-
do a ver como la rezandera de turno y por consiguiente muy aburrida
para compartir una charla amena o un paseo feliz.
Cuántas veces por no disgustar a vuestros padres, o mayores e inclu-
sive a los demás, os veis presionados a asistir a actos religiosos que no os
agradan, y
Cuántas veces quisierais decir NO a una invitación piadosa y por
pena aceptais.
Veis, amados míos, cómo este concepto que teneis de la piedad os
molesta y a veces es una tortura, un peso que debeis sobrellevar y que no
tiene solución.
Si veis bien, la piedad basada en este concepto a más de ser desagra-
dable, es muy molesta hasta tal punto que puede llegar a perturbar vues-
tra paz.

50
L IBRO II

Os pregunto, ¿podrá ser la piedad esto? ¿Podrá perturbar la piedad


vuestra paz?
Si la piedad perturba vuestra paz, no puede ser nada bueno para
vuestro espíritu, por lo tanto, debeis desecharla o de lo contrario, tendreis
que sufrir siempre.
¿O será que estais equivocado acerca de lo que es la piedad? pues, la
piedad no debe causaros ninguna molestia, por el contrario, si entendeis
bien qué es la piedad, ella os llenará de compasión, pues, cuando sintais
compasión por vuestros hermanos verdaderamente tendreis piedad por
ellos.
Es la piedad la más grande herramienta espiritual para servir a la
humanidad; no penseis que la piedad es sinónimo de rezos, no, jamás, la
piedad es uno de los atributos divinos que poseeis en vuestro corazón, ya
que debeis comprender que sois piadosos cuando vuestros hermanos se
equivocan y en lugar de juzgarlos, criticarlos o condenarlos, sentís pie-
dad, y con la piedad podreis extender vuestra mano para que se levanten
de su equivocación, para que se levanten de sus errores y así caminando
con la piedad podeis servir paso a paso con quien necesite de vuestra
piedad.
Hoy, pequeño mío, os invito a que retomeis el concepto que teniais de
la piedad y traceis vuestra vida con un corazón piadoso.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

TERCERA PARTE

En esta tercera parte del libro, deseo daros algunas pautas que os
lleven a mejores niveles de vida y a un mejor despertar espiritual. Con
esto os digo que estas sencillas pautas, darán a vuestra vida interior un
viraje rápido. No serán pautas largas ni de difícil aplicación en vuestra
vida, simplemente serán orientaciones pequeñas que os guiarán a per-
feccionar vuestra vida y mundo.

Convivencia fraterna
La primera pauta que os doy a conocer es la pauta de la convivencia
fraterna:
Esta pauta de convivencia fraterna, es fundamental y básica para
vuestro crecimiento interior. Porque cuando vosotros decidís vivir como
hermanos, hijos de un mismo padre, por lo menos si no os comprendeis
entre vosotros, os tolerais y os teneis paciencia, estas dos situaciones
permiten que vuestra convivencia con vuestros hermanos sea pacífica y
llevadera.
Ahora, en el caso de que os comprendais con vuestros hermanos, ni
qué decir todo es amor, paz, alegría, solidaridad, ayuda mutua y vivís en
el paraíso terrenal, pues, no hay disgustos ni contratiempos y todo lo
compartís amorosamente y cuando vuestro hermano os solicita, estais
listos inmediatamente a servir con amor.
Veis, amados hermanos, los dos espejos que se pueden ver en una
convivencia fraterna; pero, surge también el caso cuando convivís con
vuestros hermanos, porque no podeis hacer nada más, vivís con ellos
porque la vida os lo ha impuesto y no teneis salida para evadir esta situa-
ción. Entonces surgen circunstancias de enojo, de reproches, de disgus-
tos, en una palabra, sois infelices y amargados, y vuestra vida se vuelve
hostil y sin encantos.

52
L IBRO II

Cuan dura es la vida, hermanos míos, cuando no quereis aprender


las lecciones de la vida, cuando os resistís a recibir lo que la vida os da y
cuan fácil y dulce es cuando aceptais sus enseñanzas y las aplicais en
vuestra vida.
Entonces, ¿qué camino deseais elegir? Es vuestra decisión, amados
míos.
Os he puesto las situaciones que se pueden presentar en una convi-
vencia fraterna, vosotros sereis los protagonistas de vuestra propia expe-
riencia. Con esto os digo, que vuestra convivencia fraterna, con vuestro
hermano, con vuestro vecino, con vuestro compañero de trabajo, con
vuestro jefe, está en vuestras manos, sereis vosotros quienes elegís como
deseais convivir con vuestros hermanos.
Esto os lleva a dos conjeturas y son: o deseais una experiencia de
convivencia fraterna que lleve a vuestro perfeccionamiento interior, o
quereis continuar estancado en vuestras rencillas internas que os atra-
pan y no permiten que salgais de allí.
Pensad bien, amado mío, cada una de estas sencillas sugerencias y
ponte a trabajar.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la luz
De la luz, he aquí, amados hijos de la luz la segunda y sencilla pauta
para vuestro re-nacer espiritual, crecimiento y evolución.
La luz, siempre se os ha hablado de un sendero de luz que debeis
recorrer para llegar al cielo, de no hacerlo, lo más probable es que os ireis
al infierno, sitio tenebroso donde os consumireis en el fuego eterno.
Hoy, mis pequeños seres, os digo, ¿habeis alguna vez preguntado qué
es la luz? ¿a qué luz se refieren cuando os hablan de un camino de luz?
Amados míos, cuando vais caminando por la vida en vuestros quehace-
res, unas veces cansado y agobiado, otras veces lleno de fe y optimismo,
os habeis detenido a pensar ¿si ese es el camino de la luz que debeis
recorrer o existe otro camino diferente de éste? ¡Que buena reflexión se-
ría! mas, sin embargo, vuestra vida transcurre sin meditación, sin re-
flexión y continuais por la vida, cual autómata que se deja llevar incons-
cientemente por las circunstancias, hechos, sucesos o acciones.
Como veis es una vida que transcurre rutinariamente y sin dejar nada
más que cansancio o una felicidad pasajera, que con el primer obstáculo
que encontreis en vuestro camino se derrumba. Entonces, hermano mío,
¿dónde está la luz que debeis buscar y hallar en vuestra vida? ¿será que
os han engañado o estais equivocado en vuestra búsqueda? ¡Piensa! y
¡Reflexiona! por un momento en el silencio de vuestro corazón, donde
únicamente escucheis sus latidos por donde vuestro Padre creador os
escuchará. Y podeis preguntarle algo así; ¿Padre dónde está la luz que
debo seguir, para poder encontrarte y así llegar al cielo?
Y así en el silencio de vuestro interno, Dios os hablará y entonces es
cuando la luz será en vosotros. ¡Oh! hijos de luz, cuando escucheis tan
nítidamente su voz en vuestro interno, comprendereis que la luz de Dios
resplandece en vosotros y esa luz maravillosa alumbrará vuestro camino
y os conducirá al reino de los cielos, a otro estado de consciencia donde
sólo la luz de su amor será vuestra única lámpara que brillará a todo
vuestro mundo.

54
L IBRO II

¿Qué es la luz?, os preguntabais, hoy ya sabeis que la luz sois cada


uno de vosotros que sois chispas resplandecientes del sagrado fuego del
Divino amor, que os creó, sois la luz que os guía, os habla, os orienta y os
consuela, debeis discernir bien sobre estas sencillas palabras, que os pue-
den parecer que se contradicen, pero si reflexionais sobre ellas
comprendereis, que Dios y vosotros son Uno y por consiguiente, sois la
voz de Dios. Cuando se os dijo: “Yo soy la luz del mundo”, a esto era a lo
que me refería, entended, hoy mis amados, que sois la luz que deberá
alumbrar el camino a vuestros hermanos que aún no se han dado cuenta
que ellos también son la luz del mundo.
Recibid, hoy, amados míos estas sencillas verdades que serán de gran
ayuda para vuestro redespertar espiritual.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Despertar espiritualmente
La siguiente pauta es el despertar espiritualmente, muchas veces,
amados míos se os ha dicho que debeis despertar, que la hora del cam-
bio ha llegado, que la Tierra ha comenzado su período de purificación,
que debeis estar preparados porque no se sabe el día ni la hora; pero
realmente ¿qué entendeis por despertar espiritualmente? ¿Que receis más
y oreis con más frecuencia, que os cuideis de los peligros que vuestro
mundo puede daros?
No, amados míos, no confundais el despertar de consciencia, con la
devoción, realmente es muy lamentable esta confusión.
Cuando se os ha hablado de vuestro despertar espiritual, se os ha
querido decir, que asimileis con discernimiento y comprensión la verdad
de vuestra existencia. ¿Quién sois verdaderamente?, ¿a qué habeis veni-
do a este globo? y ¿qué estais haciendo actualmente? Con estas reflexio-
nes ireis dando luz a vuestro entendimiento o ireis asimilando con clari-
dad la verdad acerca de cada uno de vosotros, y al asimilar esta verdad,
estais conociéndoos y ampliando vuestra consciencia y esto a la vez os
va llevando a un cambio interior, cada vez que os habeis dado cuenta de
la realidad de vuestro ser.
Es el despertar en espíritu; cuando sepais con convicción quién sois y
por qué estais aquí habreis despertado a una nueva consciencia y cada
vez, que ahondeis esta verdad ireis ampliando vuestra consciencia y vues-
tro despertar será mayor.
Amado mío, buscad en vuestro corazón la verdad que os llevará al
despertar, a un mundo real, que siempre ha estado ahí, mas, sin embar-
go, vosotros sumergidos en sueños ilusorios no habeis podido disfrutar y
ver la luz que sois.
En este momento de intimidad amorosa, os invito a que desperteis a
vuestro verdadero ser, para que podais ver el camino de la luz que os
espera.

56
L IBRO II

La sabiduría
Esta pequeña pauta es acerca de la sabiduría, que tanto se hace
hincapié en vuestro mundo. Siempre se os habla que debeis estudiar, leer
y aprender para que seais sabio, pues, de otra manera sereis unos
ignorantes y por consiguiente no servireis para nada. Esto, como es ob-
vio os lleva a devorar libros que comprendiéndolos o no, debeis asimilar,
pues, es la única manera de que llegueis a ser sabio y debeis por consi-
guiente someteros a las angustiantes torturas de las previas y evalua-
ciones que vuestro profesor sabiamente os impone, y os sentís acorrala-
do y preocupado cuando para vuestra mala fortuna, no habeis aprobado
las dichosas evaluaciones que a criterio de vuestro profesor no fueron
satisfactorias, os sentís deprimidos y hasta decepcionados, con ánimo
de tirar todo por la borda y no pensar más en estudiar. Pero, luego pen-
sais en ¿qué vais a hacer en la vida sin un título que os acredite como
versado y conocedor de las ciencias? ¿Qué pensarán vuestros amigos?
¿Vuestra familia? Y así, sucesivamente, surgen a vuestra mente un to-
rrente de pensamientos que al fin optas por continuar en la lucha por ser
sabio.
Amado hermano mío, ¿será éste el medio más indicado para encon-
trar la sabiduría? ¿O será esta sabiduría inculcada por vuestros padres y
por la sociedad? ¿Estareis confundiendo el conocimiento de conceptos, y
criterios que otros seres han experimentado y que vosotros asimilais?
¡Oh! amado mío, cuán complicada es la sabiduría que vosotros apren-
déis en vuestro globo, y cómo siente mi humilde corazón lo equivocados
que estais, pues, es tan sencilla la sabiduría y a la vez tan profunda que
no necesita ser escrita en libros ni textos parecidos, pues, la sabiduría
está siempre como libro abierto para que todo aquel que desee aprender
de ella, lo haga.
Acaso no habeis observado cómo el dulce pájaro después de cuidar y
proteger su cría y cuando ésta ya puede por sus propios medios defen-
derse y proveerse su propia comida comprende la sabiduría que da la
libertad y le permite que su vuelo hienda los espacios, para que comience
su propio aprendizaje, que a través de sus experiencias aprenderá e irá

57
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

de esta manera construyendo su sabiduría que le han dado sus propias


experiencias.
Además, amado mío, toda sabiduría como la del pájaro proviene de
vuestras experiencias, que han sido forjadas en vuestro interno, con esto
os digo, que la sabiduría, os la da la vida misma que late en vuestros
corazones. Es vuestra vivencia interior materializada.
Por ello, os digo que sois sabios por naturaleza, por vuestra propia
esencia divina. La sabiduría, hermano mío, no es aprendida, todo lo
contrario es vivida y sentida, es el libro abierto de la vida, donde verda-
deramente aprendéis y os convertís en el ser sabio, cuya sabiduría fluye
por vuestra boca como agua pura y cristalina que brota del manantial.
Amados míos de mi humilde corazón, una vez más reitero mi ofreci-
miento a guiaros para que logreis encontrar el camino que con la sabidu-
ría que ya teneis, podais llegar más pronto al reino de los cielos, el más
sublime grado de consciencia donde todo es paz, dicha y felicidad eterna.
Recordad siempre, que el buen Padre creador, sólo desea para su
hijo, que sea feliz.

58
L IBRO II

El amor al prójimo
Amados hijos de la luz creadora, hoy trataremos una nueva pauta de
vida, donde aprendereis a complementar vuestra vida interior, y es el
amor al prójimo.
Una vez sucedió que un anciano que vivía en la montaña, donde
llevaba una vida austera y solitaria, olvidado del mundo y dedicado
a las cosas del espíritu, salía cada mañana antes de salir el Sol a dar
un paseo a lo largo de la cordillera; un día iba como de costumbre
en su paseo matutino, meditando en todo lo que encontraba a su
paso, encontró a una mujer herida y maltratada por los maleantes
del camino. El anciano de vida austera tomó a la mujer y con gran
esfuerzo la llevó a su casa, allí le curó las heridas, le dio de comer y
la colocó en un sencillo lecho, donde la pobre mujer, pudo descansar.
Al día siguiente, cuando el anciano se levantó para realizar su paseo
acostumbrado, tuvo la sorpresa, que la mujer no estaba en su lecho
sino que había partido silenciosamente, llevándose las pocas perte-
nencias que el anciano poseía en su modesta casa.
Esto llenó de amargura el corazón del anciano, pero, luego reflexio-
nó y pensó: “Esa pobre mujer necesitaba más esas cosas que yo”,
soltó una sonrisa y continúo su marcha por el filo de la cordillera.
Como veis, amados míos, en este relato se presentan dos situaciones
relevantes, la actitud compasiva y generosa del anciano y la actitud ne-
gativa de la mujer hacia su salvador.
Si observais bien, tanto el anciano como la mujer de este relato son
mutuamente prójimos y hermanos en el espíritu, mas sin embargo, los
comportamientos de cada uno de ellos difieren enormemente, pues, el
uno desplaza comportamientos de amor y el otro personaje no.
Os pregunto, ¿quién fue en este relato el que amó a su prójimo? Ob-
viamente el anciano que propició hacia la mujer actos de consideración,
compasión y ayuda.
Y ¿cómo os pareció el comportamiento de la mujer? Obviamente direis
que fue muy ingrato e indolente con su bienhechor.

59
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Entonces, pequeños míos, observad en esta parábola el comporta-


miento de amor que debeis tener siempre con vuestros hermanos, sin
distingos de nada; pues, el amor al prójimo no debe ni puede tener distin-
ciones ni condiciones. Verdaderamente estareis amando cuando sirvais
a vuestro prójimo, sin esperar recompensa y lo hagais únicamente lleva-
do por la fuerza del amor.
Jamás llegueis a asumir el papel, de la mujer del relato, pues, la ingra-
titud, la desconsideración y el desamor sólo llevan al alma a la desolación
espiritual.
Amados míos, reflexionad en esta historia.

60
L IBRO II

La oración
La siguiente pauta para llevar una vida espiritual cada vez mejor es la
oración, pues ésta es la comunicación del hijo con el Padre; es la comu-
nicación del espíritu con Dios.
Hermanos míos, sabed que cuando entrais en estado de oración, todo
el universo entra también en estado oracional y vuestras súplicas y peti-
ciones se elevan en todo el universo en favor de toda la humanidad. Por
esto, amados míos, no puede existir la oración egoísta donde sólo encie-
rra peticiones y súplicas para determinada familia o persona, en verdad,
que esto es imposible, pues, como bien sabeis que estais unidos por lazos
invisibles, que hace que todo funcione al unísono en el universo.
Amados míos, al comienzo de esta sencilla obra, se os ha dado unas
pequeñas pautas de cómo debeis orar a vuestro Padre Celestial, por ello
os invito a que sigais esas pautas y orad así al Dios creador.
Debeis recordar siempre que la oración es universal y es también el
medio por el cual el hijo expresa a su padre su amor, su alabanza, su
gratitud y el medio de ensalzar y glorificarlo también.
Sabed siempre, que debeis orar con más frecuencia de como lo venís
haciendo, pues, la oración es como el “Te amo” que los enamorados le
dicen al ser amado, y que se deleita el corazón al escucharlo y desea que
estas cortas palabras llenas del elixir de amor se pronuncien más frecuen-
temente al oído del ser amado. Es igual con vuestro Padre, oradle con
frecuencia y expresadle vuestro amor que al hacerlo también vosotros os
estais amando.
¿Cuántas veces el amor ha salvado de la turbulencia afectiva o emo-
cional a vuestros hermanos; cuántas veces el amor ha impedido situacio-
nes engorrosas y complicadas. Cuántas veces el amor ha sanado las al-
mas de vuestros hermanos y cuántas veces el amor ha evitado catástrofes
lamentables? de la misma manera, amados míos, la oración encierra
todo eso y mucho más, pues, os dais cuenta que cuando orais os estais
haciendo Uno con vuestro Padre creador y comprended ¿qué significa
esto? Es el poder actuando en vosotros cuando os unís en la oración con

61
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

el verbo creador, por lo tanto, hermanos míos, intensificad vuestra ora-


ción con esta consciencia y sentireis el poder de Dios en vosotros.
Orad, pues, con sinceridad en vuestro corazón, sintiendo cada pala-
bra, cada pensamiento, envolviéndoos y fusionándoos con el más grande
y único amor, Dios, y entonces os sentireis frenéticos y llenos de amor, y
el amor así vivido y sentido con todo su poder cumplirá vuestra plegaria,
manifestándose en vuestro mundo y en toda la humanidad. Orad siem-
pre con sinceridad y jamás en forma mecánica, la oración siempre debe
ser sentida, recordadlo siempre.

62
L IBRO II

La meditación
Finalmente os daré la última pauta para que vuestra vida sea lo que
verdaderamente es, bella y llena de felicidad, la meditación. Éste es otro
medio, muy poderoso de entrar en contacto con la divinidad y también es
muy sencillo. En la meditación lograis dominio de vuestros cuerpos, so-
bre todo el dominio mental, donde podreis escuchar a través de la quie-
tud de vuestra mente, la voz de vuestro maestro interno, que os guía y
asiste siempre, pero, debido a la turbulencia de vuestros pensamientos y
a la confusión de sentimientos en que vivís os perturban esa comunica-
ción, pero, la verdad es que Él siempre os ha estado hablando y siempre
os ha estado asistiendo.
En la meditación entrad en la quietud, en la armonía de vuestros pen-
samientos y sentimientos, abriéndose así la comunicación divina.
Existen muchas técnicas para meditar que se os han dado a través de
los siglos, podeis escoger la que más os complazca.
Este humilde servidor, podría daros pautas muy sencillas para que
podais meditar si es el caso que se os dificulte tener acceso a otras técni-
cas, de ser así aceptad mi humilde orientación: Cerrad vuestros ojos, en
posición adecuada y comenzais observando vuestro aliento y pensad que
el aliento que entra y sale en vuestro cuerpo es vuestro maestro, que está
entrando en el aula de clase para daros una amena charla, y así os
disponeis para escuchar guardando silencio.
Cuando esto suceda podeis decir: Habla maestro que os escuchamos
y él dirigirá, guiará y os asistirá en la meditación, por ello bien, sea dicho
que en la meditación Dios os habla y en la oración vosotros hablais con
Dios.
Lo importante, pequeños míos, es que aquieteis vuestro mundo inter-
no y entreis en el silencio, esa es la clave, pero ahora direis que no es
tarea fácil, claro que no lo es, pero si dedicais un momento cada mañana
seguramente lo lograreis, inténtalo y lo vereis.
También vuestro Padre os habla cuando contemplais su creación,
porque también allí estais meditando, por consiguiente, podreis, además,

63
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

meditar de esta manera cada tarde y así complementareis la meditación


silenciosa que realizasteis por la mañana, con la meditación contemplativa
por la tarde, y entonces, vereis mis amados, como vuestro espíritu se
fortalecerá y comenzareis a vivir en vuestro mundo real, lleno de todas las
cosas buenas que vuestro Padre celestial siempre os ha dado. Sentireis el
gozo que se experimenta al estar con Dios, vuestro Padre. Es como cuan-
do vuestro padre carnal se hubiera ido de viaje y hoy regresara lleno de
amor, alegría e innumerables regalos para daros.
Hoy os exhorto a que entreis a hablar con Dios, vuestro Padre, en la
misma medida que vuestro corazón lo desee.
Gracias por prestar atención a estas sencillas pláticas.

64
L IBRO II

CUARTA PARTE

De la soledad espiritual
Muchas veces os quejais de que os sentís solo, y llevados por esta
percepción os veis inducido a buscar la compañía de vuestros amigos,
parientes y conocidos, u os lanzais a nuevas aventuras para encontrar la
compañía anhelada o el ser que alejará la soledad que rodea vuestro ser.
Otras veces os consolais vosotros mismos, diciéndoos: “más vale solo
que mal acompañado”, pero en realidad estais deseando estar acompañado.
Otras veces decís: “Sociedad, ni en la cama”, pero, también en vues-
tro corazón estais deseando lo mismo.
Mas, sin embargo, continuais buscando muy disimuladamente la
añorada compañía y así seguís buscando, si para vuestra buena fortuna
encontrais al ser que va a llenar de dicha vuestro corazón, os casais con-
vencidos que por fin habeis sacado para siempre la soledad de vuestro
corazón; al comienzo sí que os sentís dichoso y feliz, pero, al transcurrir el
tiempo, y comenzais a conocer a vuestro acompañante, a través de la
convivencia, las cosas empiezan a cambiar y comienzan los trastornos
en el hogar, los disgustos, las frustraciones, esto o aquello, en fin, nueva-
mente os sentís solos.
Pero, para vuestro consuelo a la soledad llegan los hijos, igualmente la
alegría vuelve al hogar, todo es dicha y felicidad, mas, cuando van cre-
ciendo los hijos y sus metas y comportamientos no son los que se espera-
ban o simplemente se van, nuevamente vuelve la soledad y aún no os
habeis dado cuenta que sois ya viejos y todavía os sentís solos.
Amados de mi corazón, veis cómo agotais una existencia vanamente
y esto, sin contar que en la búsqueda de llenar el vacío que os ha creado
la soledad, buscais otros caminos con alucinógenos para llenar de felici-
dad vuestra existencia y así palpar y sentir vuestra vida plena y pletórica
de dicha; creando de esta manera un problema mayor a vuestra vida.

65
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Veis, amados, ¿cómo el ansia de encontrar la manera de no sentiros


solos os lleva al sufrimiento? Y veis ¿cómo podeis frustrar vuestra vida
sumergido en una soledad fría y vacía?
En este bello día, os quiero invitar a que vengais conmigo y os sen-
teis a la orilla de este hermoso lago y contempleis el vaivén de sus
olas, el murmullo de sus aguas que cantan permanentemente, la
fragancia que expiden todo lo que su interior contiene y penseis,
por un momento, este lago que danza y baila constantemente im-
pulsado por el viento, ¿podrá sentirse solo? Este lago que en su
interior da albergue a tantos seres que viven dentro de él y se ali-
mentan dentro de él, ¿podrá sentirse solo? Este lago que se agita al
ser abrazado por la esplendorosa luz de la Luna llena, ¿podrá sentir-
se solo?
¿Qué crees, amado lector? Y este humilde servidor os pregunta:
¿Sois acaso menos que un lago?
Si os comparais con el lago, el viento que impulsa sus aguas a danzar
y bailar, es en vosotros la fuerza del espíritu que os impulsa a actuar. Los
seres que viven en su seno, es la presencia de Dios en vuestro corazón, en
donde vivís, moveis y teneis vuestro ser, pues, sin esa presencia, vuestro
corazón dejaría de latir, y es la exquisita fragancia que exhalan vuestros
actos de amor impregnados por esta presencia y cuando la luz de la luna
llena agita las profundas aguas del lago, es vuestro maestro interno, quien
os habla en vuestro interior.
Aún, amados míos, ¿creeis que estais solos? Os sugiero que desde
ahora busqueis siempre en vuestro corazón la compañía anhelada y la
hallareis, porque ella os espera amorosamente con los brazos abiertos,
para deciros cuanto os ama y escucharos siempre.
Veis, ¿cómo nunca estuvisteis solos, ni abandonados? Volved vues-
tros ojos internos a vuestro corazón y entrégate a esa divina presencia y
cuéntale todas tus cosas, que ella te escuchará y te orientará y os dará el
consuelo y la ternura que necesitais y entonces, sólo entonces apoyado
en su regazo habeis comprendido que la soledad nunca existió.
Danza, baila, amado mío, en la presencia de vuestro divino ser.

66
L IBRO II

No deseeis para vuestros hermanos lo que no deseais


para vosotros
En una tarde de invierno, llovía intensamente, el cielo encapotado
con cargadas nubes de color gris oscuro, bañaban la región.
Unos humildes campesinos pasaban en su borrico por dicha región
llevando un niño enfermo, en los brazos de la mujer campesina.
Al estruendo causado por los truenos, el niño se agitaba y lloraba
inconsolablemente, el padre de la criatura, no sabía qué hacer, pues,
su niño adolecía de una bronquitis aguda, y la lluvia que lo penetra-
ba hasta los huesos, le causaba mucho mal.
Vieron a lo lejos una gran aldea, y decidieron dirigirse allí para pedir
refugio, y así lo hicieron.
Al llegar a la gran aldea, tocaron a la puerta de una gran mansión, el
mayordomo salió a ver quién golpeaba la puerta, al ver los humil-
des campesinos empapados por la lluvia y la criaturita enferma y
que imploraban suplicantes que les dieran albergue donde pudie-
ran refugiarse, el mayordomo les dijo que lo sentía mucho, pero, sus
patrones no se encontraban en casa, por lo tanto él no podía darles
hospedaje y cerró la puerta.
Así fueron tocando de casa en casa y nadie les dio hospedaje; al
amanecer del nuevo día el niño había fallecido.
Pasaron los años, la gran aldea que había sido próspera y abundan-
te en frutos y ganados, fue azotada por un duro verano donde rei-
naba la sequía, el hambre y todos los campos y ganados morían de
sed. Angustiados los pobladores de la aldea, comenzaron a hacer
rogatas a Dios y a la naturaleza para que les bendijera, con el agua,
nuevamente, mas, sin embargo, sus ruegos no eran escuchados y
cada vez más el verano secaba los ríos, quebradas y arroyos de la
región y se desató una epidemia que la mayoría de la población
enfermó y murió.
En esta breve historia, quiero que hagais unas reflexiones acerca de
los personajes y sus comportamientos.
Veamos la familia de campesinos desamparados, soportando la in-
clemencia del tiempo y la circunstancia de su hijito enfermo.

67
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Ahora, observais la conducta del mayordomo y de todos los morado-


res de la aldea.
Y luego mirad cómo, el verano azotó a la aldea y las consecuencias
que trajo.
Pues bien, ahora os pregunto ¿qué hubiese sucedido, en el relato, si
los pobladores hubieran compartido su techo y su comida con aquellos
peregrinos?
¿Qué hubiera sucedido si con una actitud compasiva y amorosa los
pobladores de la aldea se hubieran solidarizado con la humilde familia?
Entonces, amados míos, hoy nuestra enseñanza es simple, únicamente
debeis caminar sobre las huellas de vuestros hermanos y así podeis com-
prender sus necesidades; cuando alguno de vuestros hermanos os pide
una ayuda, un consejo, una orientación, un apoyo, únete y entrégate a la
petición de vuestro hermano, pues, será a ti mismo a quien estareis
uniéndoos y entregándoos, por ello os digo, que lo que hagais con vues-
tros hermanos, con vosotros lo estais haciendo.
Es la ley de la unidad, recordadla siempre, bien sabeis que estais
unidos por hilos invisibles de los cuales no os podeis desprender ni mu-
cho menos escapar. Sois hijos de un mismo padre y todos los seres son
vuestros hermanos, así que no deseeis ni hagais a otro lo que no queráis
que se haga con vosotros.
Sois un solo latido en un solo corazón, y las necesidades de vuestros
hermanos, son vuestras propias necesidades, como también la dicha de
vuestros hermanos es vuestra propia dicha.
Hermanos míos, que esta sencilla enseñanza llene vuestro corazón de
compasión y amor con vuestro prójimo que es vuestro propio hermano.
Cuando se os dijo: “Todo lo que hagais con estos pequeñuelos con-
migo lo estais haciendo”, era a esto a lo que me refería, a la unidad
universal.

68
L IBRO II

De la prosperidad espiritual
Cuando dos seres se unen en lazos matrimoniales, todos se alegran y
se hacen uno en la alegría que el acontecimiento amerita. Todos festejan
la nueva unión y auguran felicidad hasta que la muerte los separe y ade-
más, para completar la dicha, que tengan muchos hijos.
Al pasar el tiempo y al vivir las experiencias que el destino les depara,
poco a poco la alegría va desapareciendo, se van aumentando las pena-
lidades, las situaciones tensas, ya sea por los escasos recursos económi-
cos o por la incomprensión mutua de la pareja, o porque no pudieron
tener los hijos anhelados o porque los hijos que tuvieron salieron díscolos
y arbitrarios, no dejándose someter a las reglas del hogar o por otros
sinnúmero de razones por los cuales la alegría y la felicidad, fueron pa-
sando a segundo plano.
Pues bien, ante este hecho matrimonial que antes fue motivo de tanta
alegría, hoy es motivo de infelicidad, amargura, tristezas, depresiones,
desengaños, arrepentimientos y muchas cosas más que se llevaron la
paz, el amor y la felicidad en este hogar.
A pesar de que durante toda la vida anduvieron buscando no perder
la felicidad que al principio vivieron y disfrutaron, pasó la vida y lo único
que pudieron encontrar fueron mezquinos momentos de felicidad. Y todo
el tiempo transcurrió en la “lucha” con la vida, en la batalla sin fin para
hallar lo deseado.
Este drama, amados míos, es el pan nuestro de cada día del cual se
alimenta la humanidad. ¡Qué lamentable! es ver cómo vosotros pasais la
existencia, buscando la felicidad, la riqueza material, que tanto os ago-
bia, su búsqueda en un mundo material, sin la cual no valeis nada y todo
será pobreza y miseria, y todo aquello que para vosotros pensabais que
sería vuestro bienestar.
Si pudierais contemplar, por un momento la vida, en el más allá, den-
tro de sus profundas aguas, os asombraríais de la belleza exuberante que
se ve con todo su esplendor en la infinitud de sus criaturas, y os asombra-
ríais de la armonía y la paz que allí se vive; también, os asombrariais de

69
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

la abundancia excesiva de riquezas que allí se encuentran y os asombra-


ríais también del amor, la dicha y la felicidad que hay en cada uno de los
seres que habitan allí.
¡Qué hermoso! es vivir en la riqueza que mora en el silencio profundo
del océano; qué hermoso, amados míos, es sentir la felicidad interior,
cuando todo se nos da en armonía y paz.
Amados míos, deseo que comprendais, que cuando buscais la pros-
peridad material, ante todo debeis abrir los tesoros que en abundancia
teneis en vuestro corazón, es allí, hermanos míos, donde está vuestra
verdadera prosperidad; es en vuestro interno donde debeis abrir la puer-
ta, para que toda la opulencia que hay en vuestro corazón, salga a fuera,
a vuestro mundo exterior para deleitaros y agradaros.
Buscad y hallareis, se os dijo, mas, si no encontrais, es porque no
habeis atesorado riquezas espirituales; porque no habeis sabido escu-
char a vuestro maestro interno, y habeis llenado vuestro cofre-corazón de
sentimientos oscuros y penosos que no os dejan ver vuestra verdadera
riqueza que yace allá en el fondo, escondida y olvidada por vuestro sentir
con vuestros hermanos.
Hoy, mis pequeños, debeis pensar sobre el comportamiento que habeis
tenido con vuestros hermanos, no solamente de sangre, sino también con
aquellos que de una u otra forma han llegado a vuestra vida; debeis re-
cordar como habeis pensado y hablado de quienes os rodean, para que
podais medir el grado de riqueza del que podais disponer dentro de vues-
tro corazón.
Hermanos amados, reflexionad y pensad, y además, debeis
cuestionaros para que vayais cambiando vuestro tesoro de cobre que
habeis ido acumulando con vuestro actuar dañino y perverso, por un
tesoro de oro, donde se encuentren las riquezas de amor en abundancia
y de esta manera, también vuestro mundo exterior disfrute de estas
riquezas.
Amados míos, una vez más, os llamo para que cambieis vuestro co-
razón, por un corazón amoroso, listo a perdonar y a servir, sin condicio-

70
L IBRO II

nes ni egoísmos. Es la voz de mi humilde corazón que os llama para que


podais venir conmigo a disfrutar y deleitar las delicias de mi Padre, que
también es vuestro padre.
Además, no hay, ni puede haber cambios, si vosotros no lo deseais,
por ello, debeis hacer un examen de vuestra vida interior y si lo quereis,
según el balance que obtengais, toma la decisión y cambia, recuerda que
cada día debeis ser perfectos, pues, ésta es la verdadera felicidad.

71
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la humildad
Había una vez un príncipe orgulloso y soberbio que sometía a sus
vasallos a dolorosas y crueles torturas y el trato para con ellos era
tosco, duro y despectivo.
Todos en el imperio, le obedecían ciegamente, pues, temían ser
castigados.
Una vez una de las doncellas de palacio, se acercó al orgulloso prín-
cipe y le dijo: “Majestad si observais por un momento las flores de
vuestros jardines, os deleitariais y podríais daros un apacible paseo
por sus fragantes caminos”. El príncipe, mandó a azotar a la donce-
lla, por semejante atrevimiento, al sugerirle que paseara por sus
jardines.
Pasaron los días y el príncipe pensativo meditaba las palabras de la
doncella. Una tarde de esplendorosa primavera, el príncipe salió de
palacio y se dirigió a los bellos jardines cargados de bellísimas flores,
en el camino tuvo la mala fortuna de pisar un charco que le salpicó
su impecable vestidura, esto enojó mucho al príncipe y se lamentó
no poder mandar azotar al charco; mas, sin embargo, continuó el
camino que conducía a los jardines cuando de repente posaba una
paloma en uno de los árboles que bordeaban el camino y con su
excremento ensució la rubia y hermosa cabellera del príncipe, y voló,
energúmeno el príncipe sacó su blanco pañuelo y limpió su cabeza.
Más adelante, el vientecillo, que hasta ese momento acariciaba su
rostro, se fue volviendo más fuerte que comenzó batiendo la copa
de los árboles, tan fuertemente que ya se doblaban hasta el suelo y
para mala fortuna del príncipe, se partió una rama cayéndole enci-
ma y lo dejó aprisionado; luego, se arreció un gran aguacero, que el
infeliz príncipe aprisionado y herido por la pesada rama quedó en-
vuelto en un denso manto de lluvia que salpicaba del suelo y la
tierra mojada manchaba su ropa y su rostro.
Sintiéndose el príncipe humillado y acongojado lloró amargamente
y se dijo: si llego a salir vivo de esta situación, juro por Dios que
nunca más le daré maltrato a mis vasallos y doncellas. Terminaba de
decir esto cuando aparecieron dos granjeros grandes y fuertes, ad-
mirados de ver aquel joven en esas condiciones presurosamente le-

72
L IBRO II

vantaron la pesada rama y la colocaron a lo largo del camino, el


príncipe cansado e irreconocible como tal agradeció profundamen-
te a los granjeros, quienes siguieron su camino.
Cuenta la historia que el orgulloso príncipe, desde ese día mejoró las
condiciones de vida de sus vasallos y con humildad escuchaba sus
sugerencias.
Amado lector, que atentamente, habeis leído esta historia y habeis
comprendido la soberbia y el orgullo del príncipe, como también habeis
comprendido la crueldad y la dureza que estas encierran.
Pequeños míos, ¿cuántas veces en vuestra vida habeis cometido ac-
tos atroces y crueles con vuestros semejantes llevados por el orgullo,
creyéndoos que sois superiores o más, que los demás? ¿Y por ello habeis
hecho sentir mal a vuestros hermanos? ¿Cuántos azotes habeis dado a
vuestros padres, hermanos, amigos, compañeros de trabajo, colabora-
dores y servidores, empleados y parientes, por vuestra soberbia y orgullo
que son el plato predilecto del ego?
Hermanos míos de mi corazón, no continueis llevando vuestra vida
de crueldad, de resentimiento con vuestros hermanos, de lastimar sus
corazones, de sentiros más grandes que todos, de vuestra prepotencia
que hiere y corta los sentimientos de vuestros hermanos.
Pensad, amado mío, y recapacitad, sobre lo que estais haciendo, y
cambia vuestro corazón por un corazón humilde, pues, sabeis que la
humildad es el camino dorado más corto para llegar al reino de los cielos.
Recibe hoy en vuestro corazón a la humildad y que sea ella quien os
dirija en vuestros actos, que penseis bien y comprendais a vuestros her-
manos, que los considereis tal como son, parte de vosotros, y así lejos del
orgullo crecereis en humildad y vuestra vida cambiará y entonces, sí que
estareis dentro de los grandes en espíritu.
Amado, vive y practica la humildad que es el tesoro invaluable que
ser en la Tierra puede poseer.

73
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la felicidad
En un lejano país vivía un pequeño enano con su familia, también
enanos, vivían felices, en armonía, compartiendo y haciendo las la-
bores diarias.
Contentos disfrutaban de las bellezas que la naturaleza les daba,
cultivaban la tierra que les proveía su alimento. Todo era paz, amor
entre los miembros que formaban la familia incluyendo los parien-
tes más lejanos. Era una gran familia de enanos.
Una vez estando el padre en el bosque cortando la leña, observó
que aquel árbol, el cual, cortaba, para llevar la leña a su casa, lo
miraba, el padre de los enanitos, sintió la mirada del árbol y pensó:
“Este árbol me está mirando, y he percibido que mi hacha, entra
muy fácil en su tronco”. Estaba pensando en esto cuando sintió que
unos cazadores se acercaban al lugar donde él se hallaba, se aproxi-
maron y él quedó absorto y admirado de ver esos cazadores tan
altos y fornidos.
Ellos al ver al padre enanito, se miraron unos a otros y se echaron a
reír estrepitosamente. El padre se sintió muy mal, por la actitud de
los cazadores y echó a correr, sin terminar de cortar la leña.
Llegó a su casa muy triste y desconsolado y desde ese momento su
alegría y su felicidad se fueron de su vida. La esposa y los hijos,
además, de los parientes, no comprendían qué le había sucedido al
padre, ni cuál era la razón de su sufrimiento.
Pasaron los días y el padre seguía triste e infeliz, todo aquel mundo
que para él había sido su felicidad, hoy era tristeza, melancolía e
infelicidad.
Permaneciendo en este estado de infelicidad, generalmente, lo pa-
saba retirado del grupo familiar, haciendo labores en silencio solo y
cabizbajo, mientras él estaba en estos menesteres, pasaban por el
frente de la casa, los cazadores que venían nuevamente del bosque
con su presa, ellos se sorprendieron de ver tantos enanitos y se echa-
ron a reír a carcajadas burlándose de los enanitos. Pasaron de largo
y se perdieron en el camino.
En este momento comprendieron los miembros de la familia, el
motivo de la congoja de su padre. Fueron al lugar donde él se en-

74
L IBRO II

contraba y con caras alegres y felices lo tomaron de las manos, lo


llevaron debajo de un frondoso árbol y le dijeron:
Padre hoy hemos comprendido la razón de tu tristeza la cual no
tuvo ningún fundamento, pues, la burla que te hicieron, los cazado-
res, no tiene ninguna razón para incomodarte, pues, así como ellos
por su naturaleza tienen una gran estatura, nosotros también por
nuestra naturaleza tenemos nuestra propia estatura, ves, entonces,
padre, ¿que esa burla no tiene razón de ser?
El padre comprendió lo que su familia le decía y volvió nuevamente
la alegría y la felicidad a latir en su corazón. Y cuenta la historia que
vivieron felices y contentos como lo habían estado siempre.
Amados hijos de la luz, en este sencillo relato, deseo daros mis humil-
des orientaciones acerca de lo que es la felicidad, cómo encontrarla y
cómo no perderla jamás.
Como el personaje del cuento, la felicidad es un estado innato en el
ser; por lo tanto, al ser un estado innato no hay porque buscarla, simple-
mente Es en el ser, simplemente está ahí intrínsecamente; ahora bien, si
la felicidad ha estado y está siempre en el ser, no debeis permitir que
agentes externos empañen vuestra felicidad, al igual que la burla de los
cazadores del relato, que en vuestra vida son las circunstancias, las situa-
ciones, las actitudes de las personas que vienen a quitaros vuestra felici-
dad; que en verdad no os la quitan, pues, ésta permanece siempre en
vosotros, pero, sí logran empañar y opacar esa luz que brilla en vuestro
corazón. No le permitais, amados míos, no deis entrada en vuestro cora-
zón a nada que os perturbe e interrumpa vuestra felicidad, pues, ésta es
siempre en vosotros y está implícita en vuestra esencia divina.
No permitais que agentes externos logren que os olvideis de quién
sois, cómo fuisteis creados y quién os creo.
Así como en el relato, vuestra naturaleza que es la felicidad está en
todos los seres, sin mirar ningún distingo ¡Cuida! y ¡Vigila! la luz de tu
felicidad; para que siempre resplandezca en el tesoro de vuestro corazón.

75
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

De la devoción
Cuando se os dice que debeis ser devoto ya sea de un santo, de una
religión o de cosa parecida, entendeis que debeis ser fiel a ese santo o a
esa creencia de la cual habeis escogido para ser su devoto.
Además, siempre se os llama “devoto” a los feligreses de una comuni-
dad. Y es obvio, que a esos devotos de cualquier índole, tienen sus pro-
pias obligaciones con su “santo de devoción”, tanto es así, que se ha
generalizado en vosotros el dicho “como no soy su santo de devoción”,
refiriéndoos a alguna situación en la cual no os fue muy bien respecto a
la persona involucrada, en dicha situación.
Además, ya en nuestro mundo se ha establecido una clasificación en
las comunidades de los “devotos” y los “no devotos”, para distinguir los
deberes que le corresponden al “devoto”, que obviamente, no son los
mismos deberes que le corresponden a los “no devotos”.
También, entendeis ser devoto, frecuentar sitios y lugares que os llamen
la atención, como iglesias, parques, centros de diversión, y en fin todos
aquellos lugares donde tomais la disciplina de visitarlos frecuentemente.
Así, la devoción entendida unas veces la sentís como carga y otras
veces la llevais a la práctica automáticamente, sin pensarlo, sin conciencia.
Amados del amor, hoy es el día en que vais a comprender la verdade-
ra devoción que os ha asistido y es la devoción que impregna cada uno
de vuestras actividades diarias, por pequeñas que estas sean.
Es la dedicación y la concentración con que hagais las pequeñas y
grandes cosas que cada día debeis hacer, pues, de hacerlo con la santa
devoción, estais elevando una plegaria a vuestro Padre Celestial, ya que
la energía que estais usando en cada quehacer diario es la misma ener-
gía divina que vuestro Padre os da amorosamente. Luego, cada acción
que realiceis en cada momento, es la oración de gratitud al Padre y por
consiguiente, debe estar llena de devoción.
La devoción es, entonces, amados míos, la dedicación amorosa en
todas las circunstancias de la vida a todas las actividades que desarrolleis,

76
L IBRO II

siendo conscientes de que en cada una estais sirviendo y alabando al


Dios creador.
Recordad amados, cómo la Madre María, vivió una vida terrenal de
devoción perenne, que era el sabio manto con que ella cubría su oración
y su meditación, en una vida silenciosa y de recogimiento espiritual. Fue
la más devota hija de Dios y la más devota madre de su amado hijo
Jesús.
He ahí, amados míos, el modelo perfecto de la devoción.
Hoy os invito a que acepteis esta sencilla verdad y aprendais de la
Madre María la devoción perfecta, tal como ella la vivía en su última
existencia terrenal.
Amados míos, vivid siempre con devoción vuestra vida con todas las
pequeñas cosas que la forman.

77
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Del regocijo interior


Cuando vuestras faenas diarias las realizais con gusto y agrado, ya
sea porque ese día amanecisteis contentos, o porque el jefe os ha estimu-
lado con algún premio, con una palabra de reconocimiento por vuestros
servicios, o porque como decís, “me siento feliz porque todo me está
saliendo bien” o porque aquella deuda que tanto os mortificaba fue can-
celada, o porque al fin pudisteis comprar la casa anhelada o porque al fin
llegó el carro a la casa y ahora si que vais a poder estar feliz porque
podeis pasear todo cuanto os antoje.
En fin hay un sinnúmero de razones para estar contentos y regocija-
dos, pero, cuando ha pasado el momento de la emoción y las cosas van
cambiando, vuestro regocijo se disipa y vuelves a caer en vuestra acos-
tumbrada rutina, donde todo es monótono y os encasillais nuevamente
en los quehaceres de vuestra vida diaria, ya sin euforia y sin regocijo,
hasta cuando un nuevo evento venga a alegrar vuestra vida, en una pala-
bra amados míos, vuestro regocijo depende de los sucesos y aconteci-
mientos que a vuestra vida lleguen, por lo tanto, vuestro regocijo es por
períodos que las circunstancias os dé o como decís, sentís el regocijo a
ratos.
Amados de mi humilde corazón, cuán lamentable es el regocijo que
experimentais, porque en verdad os digo que todo regocijo que no llene
vuestra alma de felicidad completa y duradera, no es el verdadero regoci-
jo; pues, el verdadero regocijo no tiene causa aparente, ya que todo cuanto
existe en vuestro mundo que vuestro Padre Creador os ha dado, debe ser
causa de regocijo, perenne, pues, debeis comprender que todo ha sido
creado para regocijaros y agradaros, ¿es que cuando observais una flor
vuestro corazón no se regocija?
Ciertamente que sí, igualmente cuando escuchais el trino de un paja-
rito, o cuando observais la grandeza y la inmensidad del océano, sentís
cómo vuestro corazón se llena de júbilo y regocijo, igualmente, cuando
contemplais un amanecer bañado de coloridos, o cuando disfrutais bajo
los árboles sintiendo llenos de paz y alegría vuestro corazón.

78
L IBRO II

O cuando escuchais palabras dulces que os hablan del amor que os


tienen los seres que os aman, sentís vuestro corazón pletórico de regocijo
y dicha.
Y bien, amados míos, ved cómo este regocijo que sentís en vuestro
corazón, despierta en vuestro interior, el regocijo interior que sin motivo
aparente, os hace sentir regocijados y alegres.
Luego, no recordais que muchas veces habeis experimentado dicho
regocijo en vuestro corazón y decís siento una alegría y un regocijo en mi
corazón y no sé por qué. Comprended ahora, amados míos, que el amor
de Dios – Padre, que se refleja en toda la creación, llena vuestro corazón
de regocijo y dicha.
Por lo tanto, pequeños míos, no busqueis el regocijo en aquello que es
pasajero y después de la dicha que experimenteis os va a traer desenga-
ño y dolor; buscad vuestra dicha y vuestro regocijo en el amor de vuestro
Padre, que está presente en toda su creación.
Con profunda humildad, deseo que acepteis estas sencillas orienta-
ciones, para que vuestra vida en la Tierra sea feliz y duradera.

79
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

QUINTA PARTE

En esta parte, amados lectores, vamos a dedicarlo a nuestro progreso


espiritual, el cual cada día debeis ir ascendiendo en forma de espiral
hacia nuevos niveles de conciencia, para que vuestro espíritu resplan-
dezca cada vez más en sabiduría y llegueis a la luz de la iluminación.
En este capítulo, deseo que os concentreis en vuestro corazón y
permanezcais centrados en él, pues, será de luz tan resplandeciente que
os puede encegueceros.

Práctica espiritual I
Cerrad vuestros ojos por un momento, tratad de escuchar los latidos
de vuestro corazón, ahora bien, pensad por un momento que estos lati-
dos son como el sonido que tañen las campanas lejanas de un viejo cam-
panario, permitid que estos sonidos cada vez más vayan penetrando vues-
tros oídos y cada vez más los vais percibiendo más nítidamente.
Observad cómo cada sonido que penetra por vuestros oídos, se ex-
pande hacia vuestra cabeza, llenando de sonidos todo vuestro cerebro.
Ahora retornad los sonidos a vuestro corazón y despertad suavemente.
Con este breve ejercicio, que si lo aceptais, podeis lograr poco a poco
controlar vuestra atención, para que finalmente llegueis a la concentra-
ción. Pero, esto requiere que lo practiqueis las veces que lo deseeis.

Práctica espiritual II
Otro ejercicio podrá ser, cerrando vuestros ojos, ubicándoos en el
centro de vuestro corazón, y observais el flujo sanguíneo, como se mueve
con perfección impulsando la sangre a todas las partes de vuestro cuer-
po, y podeis daros un viaje por todo vuestro cuerpo, impulsado por la
corriente sanguínea y así podeis observar las células y cómo trabajan en
vuestro cuerpo. Luego podeis abrir vuestros ojos lentamente.

80
L IBRO II

También, este ejercicio os lleva a que mantengais vuestra atención


centrada en un solo objetivo y poco a poco ireis obteniendo el poder de la
concentración.

Práctica espiritual III


Otro ejercicio; cerrad vuestros ojos y ubicaros en los alvéolos
pulmonares, observad el movimiento que causa, a vuestros pulmones, la
acción de inhalar y exhalar y además, podeis observar el tiempo que
vuestros pulmones requieren para realizar esta actividad, de paso, podeis
mirar, que tan saludable están, vuestros pulmones, y también, podeis
recrearos un poco meciéndoos en los alvéolos al vaivén de la salida y
entrada del aire. Luego, nuevamente, abrid vuestros ojos lentamente.
Estos sencillos ejercicios, si los practicais con dedicación, seguramente
que van a ser de gran provecho espiritual, para vosotros, solamente
necesitais practicar.

Práctica espiritual IV
Una vez, que hayais practicado y tengais el dominio de vuestra aten-
ción, podeis realizar el siguiente paso; cerrad vuestros ojos y ahora os
vais a ubicar en un espacio de vuestra mente, donde sólo hay vacío,
silencio y quietud, ahí permaneceis el tiempo que deseeis y finalmente
abrid vuestros ojos lentamente.
Este segundo paso es un poco más difícil, pero, al igual que los ante-
riores debeis practicarlo, hasta que lo logreis.
Por eso, mis amados, es importante, que os asegureis bien de estar
completamente seguros que dominais los primeros ejercicios; no debeis
apresuraros por nada, pues, debeis comprender que cada uno de voso-
tros tiene su propia medida de aprendizaje.
Os preguntais y ¿para qué sirven estos ejercicios, una vez que haya
logrado controlar la atención? Es muy interesante vuestra pregunta, pues,
una vez que hayais logrado el control de vuestra atención, y, además, que
podais sostenerla en el espacio vacío y silencioso de la mente; entonces,

81
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

debeis prepararos para la sorpresa que se os tiene y es que desde ese


mismo instante vais a comenzar vuestras conversaciones con vuestro
maestro interior, porque únicamente en el silencio, en el vacío y en la
quietud podeis encontraros con él, como cuando os veis a hurtadillas y
en silencio con vuestro enamorado.
Amados míos, cuando logreis este estado de consciencia, vuestra
vida cambiará tan positivamente, que sólo entonces descubrireis lo bella
y hermosa que es la vida.
Por todo esto, pequeños míos humildemente os invito a que comenceis
a subir por la espiral.

82
L IBRO II

La presencia del Padre Creador


Hoy vas a realizar una actividad muy sencilla, tomad, mentalmente y
con los ojos cerrados, de vuestro corazón un latido, el que más os llame
vuestra atención, ahora que lo teneis en vuestras manos, observadlo y
analizais que fuerza lo impulsa en su interior para que continúe su latido
incesantemente.
Ahora observad cómo el movimiento que se forma impulsado por la
fuerza va creando ondas de sonido que se van expandiendo al rededor
de vuestras manos y estos a su vez empiezan a vibrar haciéndose una
sola vibración, con la vibración producida por el latido que habeis
escogido.
Nuevamente, amados míos, abrid vuestros ojos lentamente y centraros
en vuestro espacio y en vuestro tiempo.
Este ejercicio os lleva a dos sencillas reflexiones, pero, que a la vez
son muy profundas. La primera es, ¿de dónde proviene la fuerza que
impulsa a que vuestro corazón emita constantemente latidos, si aparen-
temente, no existe ninguna causa externa que lo impulsa al movimiento?
La segunda reflexión es, ¿cómo puede ese impulso crear vibraciones
de sonidos que con toda claridad alcanzais a percibir en cada latido, el
cual se acentúa, cuando estais agitados?
¿Qué pensais de todo esto, amado lector? O quizás, no os habiais
detenido a pensar en esto, ¿qué sucede en vuestro corazón?
Amados de mi humilde corazón, sólo la presencia invisible de vuestro
Padre creador, puede hacer estas cosas, es la más clara evidencia que la
fuerza que impulsa a vuestro corazón, es la fuerza de la vida misma que
os ha creado. Es la fuerza de la esencia divina que como un sello, está
presente en vuestra existencia.
Es la más palpable realidad de la presencia de Dios Padre en cada
uno de vosotros. Es la energía divina asistiéndoos permanentemente y
lista para escucharos y daros el consuelo, que necesitais. Por esto ama-
dos míos, buscad, siempre en vuestro corazón lo que necesiteis, que vuestro

83
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Padre, que os alimenta cada instante, dándoos el hálito de vida, os escu-


chará y os consolará dándoos lo que necesiteis, como cuando un padre
carnal, escucha a su hijo, quien le manifiesta todo cuanto desea y todo
cuanto necesita y presto, busca dar solución a lo que su hijo le implora.
Con más razón, vuestro Padre celestial, que no tiene la personalidad
que vosotros teneis, sino que es esencia pura y divina os consolará y
dará a su hijo todo cuanto sea necesario para ser feliz
Amados de mi corazón, buscad siempre en vuestro corazón a vuestro
Padre, buscad allí su presencia y uníos como vibraciones pequeñas de
amor, que sois, a la Única y pura vibración que sois parte por derecho de
consciencia y sentíos Uno con vuestro Padre celestial.
Regocijaos en Él y vuestro Padre se regocijará en su hijo. Es allí don-
de las penas y los dolores terminan y la dicha y el consuelo renacen en
vuestra vida.

84
L IBRO II

El cuerpo físico
Todo esto que en esta parte del libro, os he indicado os ayudará a
vuestro adelanto en el camino del espíritu, pues, vais poco a poco,
encontrándoos con vosotros mismos, con vuestro verdadero ser, con vues-
tra esencia divina, como chispas emanadas del Padre, y vais compren-
diendo, cada vez con más claridad, que no sois el ropaje de carne que os
cubre, sino que sois espíritus puros dentro de un cuerpo.
Y vais comprendiendo que vuestro cuerpo es el servidor de vuestro
espíritu y que debeis cuidar para que su servicio sea eficaz y duradero, al
igual que hace el patrón con sus servidores, que los afilia a una entidad
de salud, para que cuide y proteja la salud de sus servidores y puedan
servir con un cuerpo sano y fuerte.
Así amados míos, también vosotros debeis cuidar vuestro cuerpo físi-
co, pues, es el vaso que contiene vuestro espíritu. Por lo tanto, debeis
procurarle alimentos sanos, ejercicios físicos que no sean para el cuerpo
motivo de tortura, tener contacto con la naturaleza, para que respireis
aire puro y podais tomar el Sol cada mañana y lo más importante, dadle
a vuestros cuerpos pensamientos y sentimientos sanos, puros y amoro-
sos y de esta manera reflejaréis salud y bienestar.
Amados míos, deseo que comprendais y que quede bien claro en
vuestra conciencia, que sois espíritu en un cuerpo, jamás os aparteis de
esta gran verdad, no os confundais con vuestro cuerpo de carne que es
mortal y se corrompe. Recordad siempre que sois inmortales y por con-
siguiente incorruptibles. Estais creados de la esencia misma del Dios
creador.
Eres espíritu puro, al igual que vuestro Padre, no lo olvideis.
Una vez, que hallais, tomado consciencia de esta gran verdad, estareis
preparado para escuchar vuestra voz interna, que a la vez es vuestra
propia voz que os habla desde vuestro propio ser, puro y perfecto.
En esos momentos os habeis sustraído de la carne y estais en vuestro
verdadero cuerpo, el cuerpo espiritual.

85
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Hablar con Dios


No veais inalcanzable la posibilidad de hablar con Dios, muchas ve-
ces os habeis enterado que existen seres que se comunican con Dios,
pero, generalmente creeis, que esto sólo, pueden hacerlo aquellos seres
que han dedicado su vida a Dios ya sea en conventos, monasterios, aba-
días, o retirados en ermitas, montañas o lugares similares y que por lo
tanto vosotros que no figurais en la lista de estos seres, no podeis hablar
con Dios.
Eso no es verdad, no solamente aquellos que han llevado una vida de
recogimiento espiritual pueden hablar con Dios; vosotros ¡Oh! hijos de la
luz que estais en el mundo, pero, que no perteneceis a él, también podeis
hacerlo, pues, vuestro Padre Celestial está listo a escuchar a sus hijos,
aquellos hijos que lo buscan alejándose en la soledad de su alcoba y en el
silencio de sus corazones. Porque, como os he dicho, es allí donde el gran
encuentro con Dios se hace realidad. Buscad siempre en la soledad y en
el silencio. No os lamenteis de la soledad, pues, ella es la puerta que os
conduce al encuentro con Dios y el silencio es el lugar donde podeis com-
partir, hablar y escuchar con el amor de los amores.
Por lo tanto, proponte desde ahora retiraros de la vida ruidosa, aléjate
de los sonidos estridentes, que vuestro hogar, vuestra casa o recinto don-
de permanezcais, sea un lugar de paz, de armonía, silencioso y si deseais
escuchar alguna melodía que sea relajante y eleve a vuestro espíritu, bus-
ca una música suave que llene de regocijo a vuestra alma.
No temais encontraros con vosotros mismos, en la soledad, en la quie-
tud, y en el silencio, eso sería como si le temierais a vuestra propia som-
bra. Lo que no es cierto, pues, cuando teneis la oportunidad de verla la
disfrutais, la observais y hasta le buscais parecido a aquel o aquello que
os agrada.
Amados míos, si teneis a bien, apoyaros de mi brazo y caminad con-
migo yo el más humilde de los humildes os conduciré a la casa del Padre.

86
L IBRO II

SEXTA PARTE

De las religiones
Todos vosotros, en vuestro globo, teneis un credo y una religión en la
cual os afianzais, creeis y seguís, son muy pocos entre vosotros que no
perteneceis a alguna agrupación religiosa que os dirija espiritualmente.
Cada una de estas agrupaciones religiosas o espirituales cumplen en
parte su misión de guiadoras y orientadoras de todos sus seguidores.
Mas, también habeis visto los genocidios que se han cometido, debido a
algunos líderes espirituales confundidos en su fe y en sus creencias.
Por ello, os decía que en parte estas agrupaciones de carácter religio-
so cumplen su objetivo.
Además, se ha observado que dirigentes y guías espirituales, han caí-
do en contradicción, lo cual os ha llevado a que perdais vuestra fe en lo
que creiais. Otros comportamientos que a vuestro aprecio, estimais que
no son los más adecuados de vuestros guías espirituales, también os des-
animan, y esto os impulsa a pasaros a otras agrupaciones religiosas. O
porque también estimais que vuestra vida no ha tenido ningún cambio
desde que estais perteneciendo a ésta o aquella agrupación religiosa. En
fin, son muchos los motivos que teneis para estar cambiándoos de reli-
giones y creencias.
En estos momentos de cambio planetario, es cuanto más sentís que
han pululado credos, grupos, religiones, lo que llaman la evangelización
en todas sus formas. Hasta habeis llegado al punto que podeis asistir a
todos, porque todos desembocan al mismo punto.
Además, amados míos, no sólo vivís cada uno de vosotros esta maratón
espiritual sino que también pretendeis involucrar vuestra familia, ami-
gos, vecinos y conocidos, pues, pensais que vuestra búsqueda es la mis-
ma búsqueda que cada uno de ellos necesita y os sentís que verdadera-
mente, estais haciendo el papel del “buen samaritano” pero, para vuestro

87
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

desconsuelo, veis que aquellos a quienes con entusiasmo invitasteis y


tratasteis de convencer no manifestaron el interés que vosotros espera-
bais, y así, os desanimais y hasta tratais de ofenderos y poneros molestos
con vuestros hermanos.
Pequeños de mi humilde corazón, haciendo este breve bosquejo de lo
que es vuestra fe, se presentan varias situaciones que como tales unas os
llevan a la rutina espiritual, otras os llevan a la incredulidad de vuestros
guías y pastores espirituales. Otras os conducen a que os declareis ateos
porque considerais que es mejor vivir sin Dios, y os llenais de argumen-
tos filosóficos para convenceros que no hay Dios y así os sentís libres de
todo compromiso con estas agrupaciones religiosas.
¡Oh! hermanos míos, en que laberinto de ideas, credos, y religiones
os habeis metido, cuan compleja vais haciendo vuestra vida, cuando
comenzais a inquietaros por los asuntos del espíritu, en otras palabras
cuando comenzais a inquietaros por buscar vuestra verdadera identidad.
Cuán difícil y complicada es vuestra búsqueda del camino que os
conduce a la verdad de vuestro real ser y cuán compleja y complicada es
llegar a reconocer la esencia divina de que habeis sido creados.
¡Oh! hijo de la luz, enciende la luz que eres, con la chispa de vuestra fe
y entonces, vereis, de veras que vereis el ser de luz que sois. Vereis que la
luz que os ha creado y que sois siempre ha estado allí, intacto, perfecto y
resplandeciente.
Entonces, mis amados, ¿por qué os complicais con filosofías, teorías
y conceptos que algunas veces os confunden y os llenan de desasosiego
espiritual? Es tan simple la verdad y tan profunda, que debeis pedir la luz
de la iluminación para que la comprendais con claridad, pues, la luz de la
verdad os puede deslumbrar.
Amados de mi corazón, que esta pequeña plática os lleve al reconoci-
miento que la verdad sobre cada uno de vosotros es simple y sencilla, y
además, que no sea lo externo motivo para confundiros y angustiaros.
Pensad bien en lo que sois y vereis entonces cuán simple y bella es la vida
y cuán perfectos sois en espíritu.

88
L IBRO II

SÉPTIMA PARTE

De los convenios espirituales


En vuestras naciones, en las que estais divididos, vuestros dirigentes
en sus funciones de gobernadores celebran muchos convenios, según el
Presidente de la nación lo considere necesario y en beneficio de sus
gobernados.
Muchas veces esos convenios duran por mucho tiempo, y en el caso
que se llegue a incumplir algunas de sus cláusulas puede traer trastorno
internacional y desatar la guerra.
En vuestras empresas de trabajo, que también se firman convenios,
entre patronos y trabajadores; en las entidades públicas y privadas tam-
bién se firman convenios; además, en las familias, también se hacen con-
venios, entre padres e hijos. Entre vecinos de un mismo barrio, también
se hacen convenios.
En fin los convenios son herramientas que la humanidad utiliza para
un vivir mejor.
Cuentan que una vez un gobernante de una gran nación, próspera
y rica de tierras fértiles, gobernaba con sabiduría y cierto tino a sus
gobernados; todos los pobladores de aquella nación llevaban una
vida holgada económicamente que les permitía vivir con ciertas co-
modidades, pues, sus trabajos y empresas desarrollaban actividades
de muy buena prosperidad. La afluencia de dinero era enorme, la
cual permitía que la calidad de vida de cada uno de sus pobladores
vivieran bien.
Un día el gobernador de esta próspera nación, decidió firmar un
convenio con otra nación donde se estableció el libre intercambio
de productos de ambos países, y además, el tránsito libre de los
nacionales del otro país por el territorio de la nación próspera. Se
firmó el convenio y comenzó el comercio de los productos que cada
país producía y los extranjeros comenzaron a invadir la nación prós-

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

pera con su propio comercio, reduciendo precios, que incrementaban


sus ventas. Poco a poco se fueron organizando los extranjeros for-
mando firmas comerciales, entidades financieras, en fin, un sinnú-
mero de organizaciones y cooperativas y cada día los extranjeros se
iban enriqueciendo más y el país próspero iba poco a poco empo-
breciéndose cada día más y más.
Estando el gobernador reunido con sus colaboradores y economis-
tas analizaron la economía de su país y decidieron revisar el conve-
nio que habían firmado entre naciones.
Decidió el gobernador con sus colaboradores y economistas reunir-
se con el gobernante del otro país y así fue, se reunieron en un
punto de encuentro para dialogar sobre el convenio firmado.
Dialogaron, discutieron y al final no se pusieron de acuerdo y se
rompieron las relaciones. Como es de saberse comenzaron las lu-
chas internas en cada país y más adelante la lucha entre naciones.
Como veis, amados míos, que delicados y dispendiosos son los con-
venios entre los hombres, cuán conflictivos y lo que comienza con el fin
de un “vivir mejor” se puede cambiar por un “vivir peor”.
Amados de mi corazón, con este relato os he querido dar a entender
que cuando deseeis convenir con Dios, un cambio en vuestra vida espi-
ritual con el fin de vivir mejor, no permitais que agentes extranjeros inter-
fieran en vuestro convenio, pues, pueden perturbar vuestra paz y armo-
nía interior.
No permitais, amados míos, que el odio, el rencor, los celos, los resen-
timientos, la ira, la ambición, el egoísmo y otros extranjeros enemigos de
vuestro progreso y prosperidad espiritual entren en vuestra nación, vues-
tro corazón; y así vuestro santo convenio arrojará los frutos de riqueza
espiritual en abundancia que podreis compartir, con todos los poblado-
res que son vuestros hermanos.
Amados míos, os exhorto a que firmeis el convenio con Dios dando
vuestra vida al Dios creador para que Él con su sabiduría infinita, os guíe
y os guarde, no firmeis hermanos míos, convenios con los extranjeros del
alma. Que vuestra vida espiritual siga siendo siempre próspera y rica como
la nación próspera, del relato, en sus comienzos rica y próspera en virtudes.

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91
PRIMERA PARTE

El hombre solitario

¡S alve oh! hijos de la luz en este nuevo día de paz y amor vengo
a reuniros con vosotros para que compartais todo el saber
que hay en vuestro entorno y que muchas veces pasais
inadvertido.
Cuando se os dijo que la sabiduría está en los templos sagrados y
amorosos de la naturaleza, fue una gran verdad. Aunque muchas veces
en vuestra vida tomais, la naturaleza para vuestra recreación y descanso;
en verdad, que aunque no lo penseis, cuando os retirais ya sea sólo o
acompañado, estais aprendiendo de ella, en una manera inconsciente.
En vuestra vida cotidiana surgen situaciones poco placenteras que os
llevan a tensionaros y hasta alterar vuestro buen genio y estais preocupa-
dos y malhumorados, os volveis impacientes, en una palabra, intoleran-
tes con quienes compartís en vuestro alrededor.
Al finalizar vuestras actividades diarias, sentís la necesidad de des-
cansar, para relajaros y distensionaros, entonces buscais lugares que os
lo propicien o actividades distintas a las que realizais diariamente. Os
vais a los parques, a escalar montañas, a paseos donde podais estar
rodeado de agua, árboles y paz.
Percibís que al finalizar el día, retornais a vuestro hogar lleno de tran-
quilidad, de paz y comenzais a actuar más acordemente, con cordura y
comprensión, os sentís bien, de tal manera que cuando reanudais vues-
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

tras labores cotidianas, las comenzais a optimistas y contentos, hasta


que nuevamente caeis en la rutina, en las sin salidas y otra vez llegais a
tensionaros y vuelve y se repite el tratamiento. Luego, deseais ansiosos
que lleguen vuestras vacaciones, pues, ya no es suficiente el corto tiempo
de descanso, del que disponeis vas, disfrutais de vuestras vacaciones,
regresais un poco cansado, pero, contento.
Si os deteneis a observar, este ciclo es permanente en vuestra vida,
mas sin embargo, no sois consciente de ello.
Amados míos de mi humilde corazón, venid a mi regazo, aquietad
vuestra mente y escuchad:
Había una vez un ser que vivía en un bosque cerca de una monta-
ña; los pobladores que habitaban en las faldas de la montaña, lo
observaban y vigilaban, y se preguntaban por qué este ser prefirió
vivir tan solitario y en ese bosque, tan adentrado en la montaña,
que por su espesura y su terreno muy pendiente, nadie asomaba
por allá.
Un día pasaron por este bosque un grupo de caminantes alpinistas y
hallaron aquel ser hablando con los pajarillos. Estos se escondieron
detrás de una arboleda y observaron a este hermano. Asombrados
cada vez, lo seguían sin hacer ruido y vieron como los pajarillos, le
obedecían y le traían en sus picos ricas frutas y plantas que el recibía
y comía.
Continuaron observándolo y vieron cómo los árboles se inclinaban
y colocando sus ramas al suelo le facilitaban la manera para que él
subiera a sus copas. El viento, con su suave soplo limpiaba el lugar
donde él habitaba y el agua que corría de una cascada lo absorbía
con su ruido sonoro, que este ser disfrutaba.
Estando el grupo de caminantes alpinistas en esta observación mi-
nuciosa, vino una bandada de pajarracos que con su algarabía los
asustó y salieron corriendo hacia donde estaba aquel ser. Asombra-
dos y apenados le pidieron excusas por perturbar su tranquilidad. El
hombre que les escuchaba, tenía un aspecto sereno, lleno de paz y
con acento tranquilo y amoroso les obsequió moras y cerezas para
que comieran, se sentaron a su entorno y comenzaron a preguntar-

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LIBRO III

le, ¿cómo era que pudiera vivir así solitario y lleno de paz y sereni-
dad? Y él les respondió: este lugar es la escuela donde tanto he
aprendido. He aprendido de todos y cada uno de los maestros que
moran aquí y cada uno de ellos es especializado y versado en su
saber. De los maestros pájaros he aprendido la libertad que cada día
me van enseñando los distintos vuelos que debo aprender. De los
árboles he aprendido la generosidad y la incondicionalidad, pues,
me dan sus frutos sin mezquindad y me protegen de la lluvia y del
sol. Del agua, que ha sido mi maestra de música, he aprendido a
estar en actividad siempre contento y alegre cantando los sonidos
que me enseña noche y día; del maestro sol he aprendido que la luz
está dentro de mí, así como él resplandece con luz propia, mi propia
luz resplandece dentro de mí. Así que no estoy solo, pues, mis maes-
tros siempre me acompañan y esto me da paz y tranquilidad. El
grupo de caminantes alpinistas, salieron pensativos y reflexivos, se
despidieron y se marcharon.
Amados de mi humilde corazón, en verdad os digo, que busqueis
vuestro sosiego y vuestra paz en el bosque silencioso de vuestro interior,
donde los maestros de luz, os esperan, al igual que el bosque del relato,
para asistiros y daros el descanso y la paz que andais buscando en vues-
tro mundo exterior y que no habeis logrado hallarlos en forma permanen-
te; nosotros, amados, vuestros maestros de luz, al igual que los maestros
del bosque, estamos siempre presentes esperándoos con los brazos abiertos
para recibiros y daros nuestras humildes enseñanzas para que lleveis una
vida espiritual sana, pura y perfecta.
Invocad nuestra presencia, amados míos, cuando lo deseeis, y allí
estaremos humildemente amorosos para daros nuestros sabios consejos.
Recibid en vuestros corazones, amados míos, este ofrecimiento amo-
roso que hoy los Maestros de luz, os hacemos con sencillez y humildad y
aligeraremos vuestra carga para que vuestro paso sea rápido y seguro
por el sendero del amor.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEGUNDA PARTE

El niño interior
Amados hijos de la luz, la paz sea con cada uno de vosotros. Inicia-
mos nuestra plática de hoy con el siguiente diálogo:
En la escena aparece un hombre viejo, gruñón y quejumbroso; un
niño de aproximadamente unos doce años de edad y un leproso
joven, marcado por el sufrimiento de su enfermedad.
– El viejo sentado sobre un taburete de cuero, reclinado en el es-
paldar del asiento, observa el cielo azul.
– El niño juega sobre un gráfico que ha trazado en el suelo forma-
do de tres cuadros a lo largo, un cuadro más del cual se des-
prenden dos cuadros más a los lados de éste, más arriba hay
otro cuadro encima del cuarto cuadro y un nuevo cuadro enci-
ma del anterior que termina, también, con dos cuadros a los
lados y en la parte superior se cierra con una semicircunferencia.
El niño va dando saltitos en cada cuadro y llega hasta la semicir-
cunferencia y regresa nuevamente a los primeros cuadros.
– El leproso sentado a la sombra de una acacia, permanece absor-
to y silencioso.
Y comienza el viejo diciendo:
Viejo –Qué vida más tranquila y sosegada he tenido.
Niño –Cierto abuelito, pero, nunca es tan bonita como la mía.
Leproso –¿Qué es lo que estais diciendo? (interrumpiendo su
silencio).
Viejo –Que la vida es tan apacible, que hace sentir bien.
Leproso –Abuelo, ¿llamas apacible y bueno, el hecho de que ya no
os podais mover con la agilidad con que lo haciais tiempo atrás?

96
LIBRO III

Leproso –¿O es que los años han afectado vuestra memoria y no


recordais que fuiste hombre vigoroso, fuerte y ágil?
Viejo –No lo he olvidado, aunque aquellos tiempos fueron muy bue-
nos para mí, estos también lo son.
Leproso –¡Cómo! decís eso, ¿no veis que por vuestra actitud e inse-
guridad debeis pasar muchas horas sentado en ese taburete?
Viejo –Lo decís porque hoy estoy viejo y mi cuerpo adolece algunos
malestares, pero, comprendo que esto es natural, pues, mi viejo
cuerpo ha trajinado mucho y es justo que se sienta cansado y agotado.
Viejo –Pero tú, ¿qué decís? Sois joven, mas, sin embargo, vuestro
cuerpo no tiene el vigor y la agilidad que por la edad que teneis
debería manifestar.
Leproso –Cuán injusto y malvada es la vida, que me ha dado esta
enfermedad que me arrastra al aislamiento y a la soledad.
Niño –(dejando de saltar) no digais eso, señor, porque la vida es
buena sin ella ya no podría jugar y ser feliz.
Leproso –(mira asombrado al niño) Dichoso tú, niño que tienes lo
que el viejo y yo no tenemos
Leproso –Teneis juventud, vigor, sois fuerte y vuestro cuerpo es sano
¡cuánto diera! por volver a ser niño.
Hermanos de mi humilde corazón, habeis prestado atención al diálo-
go que estos personajes han entablado en esta escena y habeis compren-
dido como se presenta la vida en diferentes formas o aspectos, frente a
los cuales, tomais comportamientos distintos, unas veces renegais, otras
veces aceptais y otras veces optais por disfrutar la vida, en este caso, actu
como el niño del diálogo.
Amados míos, muchas veces vuestro corazón, como el leproso, se
llena de heridas con hedor de rencor, odio y resentimientos, otras veces
aceptais en vuestro corazón vuestras adversidades, como el viejo de la
escena y muy pocas veces comprendeis que ni las heridas, ni la adversi-
dad llegan a nublar vuestra existencia.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Hermanos, aprended que vuestra vida interior es el niño que llevais


por dentro; es el niño interior que equilibra vuestra existencia; es el niño
que juega, ríe, se deleita y disfruta con lo que la vida misma le da.
Sed, entonces, amados míos, el niño que teneis en vuestro corazón, el
niño que vive en vuestro corazón esperando que lo inviteis a expresarse
en vuestro mundo exterior, y sereis los niños en espíritu que podrán en-
trar al reino de los cielos.
Cuando se os dijo: que debiais haceros como niño para que pudie-
rais entrar al reino de los cielos; era a esto a que me refería.
Abrid la puerta de vuestro corazón, para que salga vuestro niño inte-
rior a jugar en el mundo de las formas, déjalo que se exprese y de esta
manera os volveis hacer como niños, porque sólo con la inocencia del
niño, podreis ver a Dios.
Amados míos, meditad en esta sencilla plática, que mis humildes pa-
labras han pronunciado y fortaleceos en vuestro espíritu.

98
LIBRO III

TERCERA PARTE

El hortelano y las golondrinas


En estas bellas páginas vais, amados lectores, a recibir la luz de la
verdad acerca de lo que sois.
Había una vez un hortelano, cultivando su pequeña huerta en su
heredad, en la que reinaba paz, tranquilidad y el arrullo y el consue-
lo que la naturaleza le brindaban conformaban su felicidad.
Estando una vez en su huerto, observó, cómo de la tierra brotaban
y brotaban una especie de gusanos que se iban expandiendo por
toda la huerta. Asombrado el hortelano, vio como aquella plaga se
comía sus cultivos. No sabía qué hacer, confundido y aturdido, se
dirigió a su casa, tomó un machete y volvió a la huerta; desesperado
comenzó a darle machete a los gusanos, pero, con la mala fortuna,
que a cada machetazo, cortaba una hortaliza, ofuscado el hortelano
seguía dando machete a la huerta y cuando detuvo el machete, ya
había arrasado todo el cultivo.
Apesadumbrado y muy molesto consigo mismo regresó a su casa y
lloró amargamente, porque había acabado el trabajo de varios me-
ses. Pensaba que iba hacer, pues, había invertido el dinero que tenía
en esa pequeña huerta. Se fue, en busca de unos vecinos para que
le prestaran algún auxilio, pero los vecinos no estaban en casa. Lue-
go pensó, y se fue en busca de unos parientes, quienes lo recibieron
amablemente, les contó su percance, los parientes, le dijeron que lo
lamentaban profundamente, pero, que no podían ayudarle; el hor-
telano triste y abatido se despidió y se fue cabizbajo.
Desconcertado, sin saber qué hacer, regresó a su casa, sacó un asiento
y se sentó frente de su casa. En silencio y en su soledad, se puso a
contemplar el paisaje, y pensaba estoy derrotado, estoy acabado,
pensando esto, apareció una golondrina en el alero de la casa, que
con su trino llamó su atención, el hortelano se quedó mirando la
golondrina, ya no pensaba y mientras la miraba, aparecieron cien-

99
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

tos y cientos de golondrinas que traían en sus picos semillas, ramas y


raíces de diferentes clases de matas. Las fueron colocando en el ale-
ro de la casa y luego con un estruendoso trino se marcharon.
El hortelano, asombrado, subió al alero y cogió todo aquello que las
golondrinas habían depositado en el alero de la casa, y nuevamen-
te, se llenó de esperanza y alegría y regresó al campo, aró de nuevo
la tierra y sembró las semillas en un lado, al otro lado las ramas y al
otro espacio que quedaba sembró las raíces.
El hortelano muy cuidadoso y vigilante, se dedicaba a la huerta y al
poco tiempo florecieron los cultivos, llegó el tiempo de la cosecha y
la prosperidad y el bienestar volvieron a acompañar al hortelano.
Amados de mi humilde corazón, ya que habeis seguido muy atentos
este sencillo relato, deseo que os centreis en nuestro personaje, el hortela-
no. Si observais bien en su dificultad el hortelano, confundido por las
circunstancias propició su propia desgracia, la cual lloró amargamente;
pregunto, ¿cuántas veces, amados míos, habeis cometido errores que
como el hortelano os ha llevado al sufrimiento y a la desgracia?
También pensad, en que como el hortelano, en vuestras tribulaciones,
¿habeis buscado consuelo aún en los alucinógenos y no lo habeis hallado?
Y hoy mis amados, os exhorto a que cuando os halleis sumidos en la
confusión y ofuscación por vuestros errores, recogeros en vuestra casa,
como hizo el hortelano, del relato, que es vuestro corazón y presta aten-
ción a la voz de vuestro Padre, como lo hizo el hortelano con la golondri-
na y esperad de Él el consuelo que buscais. Debeis fijaros, que cuando el
hortelano vio la golondrina, dejó de pensar; vosotros, amados míos, igual
que el hortelano, cuando dejais de pensar os abrís a vuestro propio poder
creador y el universo en su abundancia infinita se manifestará en vuestra
vida.
Eso sois, amados míos, poderosos y creadores a semejanza de vues-
tro Padre creador.
Sed como el hortelano escuchad la voz y manifestad vuestro propio
poder.

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LIBRO III

La abdicación del Rey


Amados hijos de la luz, nuestra plática de hoy se centra en lo que sois
frente al mundo. En verdad que es muy compleja, y difícil de entender,
por qué, siendo cada uno de vosotros, hijos únicos de Dios Creador;
entrais en un mundo que únicamente os crea limitaciones y ataduras.
Es imposible que el hijo creador se vea atrapado en sus propias crea-
ciones, mas, sin embargo, ésta es la verdad.
Cuando vosotros hermanos míos, entreis conscientemente al nivel de
consciencia de que sois hijos de Dios Creador y lo reconozcais como tal,
y os acepteis como verdaderamente sois, todo vuestro mundo cambiará,
pues, dejareis de vivir en un mundo de ilusiones, de limitaciones y de
zozobras por alcanzar, dinero, éxito, bienestar, amor, paz, felicidad, por-
que entonces, comprendereis que ese mundo que percibís por vuestros
sentidos es ilusorio, y todo lo que el mundo os muestra y os da, también
es transitorio, fútil y efímero.
Cuentan que había una vez un Rey cuyo imperio se extendía por
toda la comarca y sus conquistas por otras tierras eran extensas. Su
poder era grande y sus súbditos le obedecían con lealtad.
Estando en los atrios y patios ricamente adornados, el rey en com-
pañía de la reina, se satisfacía y complacía viendo cuán rico y exten-
so era su imperio y con él su poder sobre él. Se sentía poderoso,
fuerte, pues su ejército era invencible y triunfador.
Una mañana, mientras dormía entraron a palacio muy cautelosa-
mente, una pandilla de aventureros rapazuelos y en silencio, poco a
poco fueron aniquilando a todos aquellos que formaban el grupo
de centinelas que vigilaban el aposento del rey. Entraron al lugar
donde dormía el rey con la reina, los amordazaron y los obligaron a
que firmara su abdicación, y así, de esta manera, pudiese el líder de
la pandilla, asumir el cargo que el rey ejercía.
No tuvo más alternativa, el rey que firmar el escrito, y así le perdo-
naron la vida junto con la reina, quienes salieron de palacio hacia
tierras lejanas.

101
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, vosotros sois los reyes de la creación y como el rey del
relato, vuestro imperio se extiende, en la omnipresencia de Dios creador,
pero debeis estar alerta para que ningún intruso, que en vuestro caso, es
el mundo, que os aniquila con sus engaños y ardides os derrota y sea él
quien reine y gobierne vuestras vidas.
No os suceda, como el rey, estad despiertos y vigilantes para que
cuando lleguen las ilusiones que os da el mundo podais rechazarlas y no
tengais que abdicar, como muchos de vosotros lo habeis hecho,
sumiéndoos en la somnolencia del mundo irreal que percibís por vuestros
sentidos.
Siempre se habla del mundo, pero, hoy deseo deciros que como crea-
dores que sois, podeis dejar el mundo limitado e ilusorio por vuestro ver-
dadero mundo real donde lo percibís tal como él es y la luz que lo circun-
da, pues, éste es el único mundo que puede ser afín con vosotros que sois
seres de luz.
No os durmais ni permitais que la oscuridad cubra vuestra propia luz
que siempre ha sido en cada uno de vosotros.
Se ha dicho que el mundo os daña y os hace sufrir, después que os ha
engañado con halagos materiales, ya sean riqueza, poder, posición so-
cial, éxito en vuestras empresas, conquistas románticas, y como todo es
transitorio, todo al final se va al traste y el sufrimiento y la decepción,
para completar, invadirán vuestro corazón.
Hoy amados míos, deseo que penseis y reflexioneis acerca del mun-
do que os rodea y seais vosotros mismos que dilucidais que tan dormidos
estais abrigados por las sábanas de la ignorancia y de la oscuridad acer-
ca de lo que sois frente al mundo.

102
LIBRO III

La voz en el silencio
“Amados míos de mi corazón, entrad, en el silencio de vuestro cora-
zón y escucharéis mi voz”.
Éste es el pensamiento que hoy nos vamos a ocupar. Cuando estais
en vuestras actividades cotidianas y en las ocupaciones que vuestro mundo
os impone, de verás, que estais muy abstraído y sumido en la turbulencia
de vuestro entorno, los ruidos, las voces, las interpelaciones de vuestros
hermanos, y estais tan ocupados que si en ese momento os llaman, lo
más probable es que no escucharéis, pues, la bulla que os rodea os impe-
dirá hacerlo.
Luego, que terminais, vuestra jornada os trasladais a vuestro hogar y,
en el camino de regreso también la turbulencia de ruidos os circunda y
llegais a casa y encontrais y hallais la misma cosa, los ruidos, el televisor
prendido y los comentarios de vuestros seres queridos que os hacen de
las faenas que han realizado durante el día.
Hasta que por fin llega la hora del descanso y caeis rendido en vues-
tro lecho para nuevamente en el nuevo día reanudar vuestros quehaceres
rutinarios.
Y así van pasando los días, meses y años y vuestra vida agitada se ha
ido desenvolviendo en las carreras, los afanes, la turbulencia, las tensio-
nes, el nerviosismo y hasta podeis ganaros una enfermedad.
Si bien, amados míos, observais en este breve recuento de lo que es
vuestra vida diaria, encontrareis que no habeis tenido un momento para
poder sosegar vuestro espíritu, para daros un poco de paz y quietud,
pues, más bien preferís la turbulencia que vuestro mundo circundante os
da, que la quietud y el silencio, porque temeis encontraros con vosotros
mismos. Y es por ello que si llegais a vuestra casa y la encontrais en
silencio inmediatamente, prendeis el televisor, el radio, o tomais el perió-
dico para leer las noticias, es decir, continuamente os estais rodeando de
ruidos, de información y de actividades que os impiden estar en la quie-
tud y en el silencio.

103
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, tal vez, hagais esto en forma automática o inconscien-


te y se os ha pasado gran parte de vuestra vida sin daros la oportunidad,
de encontraros con vosotros mismos y sí habeis dedicado gran parte de
vuestra vida buscándoos en vuestro mundo exterior.
No amados, no es en la turbulencia donde vuestro espíritu divino se
deleita, pues, ya sabeis muy bien que sois espíritu dentro de un cuerpo y
que como espíritu que sois de la esencia misma del Padre Creador no
podeis hallar el verdadero deleite para vuestro espíritu en el mundo mate-
rial, pues, éste no corresponde, ni pertenece a la misma esencia de que
estais formados.
Hoy, mis amados hijos de la luz, os ofrezco mi humilde invitación,
para que a partir de hoy se dé en vuestra vida diaria un cambio radical.
Que en vuestra vida tengais y dispongais de un tiempo donde podais
quedaros solos, entrar en la quietud y acallar vuestro entorno y vuestra
mente.
Una vez que logreis esto, entonces, podreis escuchar con nitidez vues-
tro verdadero ser y será entonces la realización del encuentro con voso-
tros mismos.
Es conveniente disponer de un recinto o lugar donde podais retiraros,
para que asistais al más maravilloso de los encuentros, el encuentro con
vosotros mismos.
Ya se os han dado orientaciones para que logreis, vuestro silencio
interno, detener los procesos de pensamiento y pueda vuestra mente en-
trar en el silencio.
Tratad amados míos de rodearos de ambientes serenos, tranquilos
adornados con bellas flores y si lo deseais disponed música suave que
eleve vuestro espíritu y si permaneceis con frecuencia en estos ambientes
será mucho más fácil vuestro encuentro con vosotros mismos, buscad
siempre la armonía y la paz en vuestra vida y podreis como dice el maes-
tro “salvar una ciudad”.

104
LIBRO III

CUARTA PARTE

En esta parte vamos a iniciar una serie de sugerencias y ejercicios


que si teneis a bien, amado lector, podeis llevarlas a vuestra vida y os
aseguramos que será de gran ayuda para vuestro cambio espiritual.

El agua
Empecemos con la sugerencia del agua. El agua como bien es sabido
en vuestro globo, abarca las tres cuartas partes de éste, lo cual significa
que es más agua que tierra y también vosotros en vuestros cuerpos teneis
la misma proporción de agua. También sabeis que el agua es la vida, es
el elemento importante para que la vida se manifieste en todas sus expre-
siones. Observais con regocijo, por ejemplo, el verdor de la naturaleza
después de la lluvia y la belleza y la vida que reflejan. Además, también
observais, vuestro cuerpo, después que os habeis bañado, como resplan-
dece en frescura y os veis rejuvenecidos y bellos. También habeis percibi-
do la sensación placentera que experimentais cuando estando sediento,
os tomais un vaso de agua fresca. Como también habeis experimentado
cuando por alguna razón se os escasea el agua momentáneamente y os
sentís preocupados y estais pendientes de su llegada.
Entonces, amados seres hijos de Dios Padre, sabeis muy bien de lo
importante que es el agua en vuestro planeta y en vuestra vida, pues, sin
ella os “moririais”.
Por todo esto, amados míos, he pensado que sería éste un buen tema,
para que podais comprender cómo vosotros no podriais existir sin el agua
de la vida que vuestro Padre Creador os da permanentemente sin cesar, y
por esta razón, mis amados, debeis agradecer con gratitud eterna al Dios
Padre, por daros la vida y por haberos creado porque sin él no existiriais.
¿No os parece maravilloso tener un padre que constantemente está
en sus hijos pensando y sintiendo con ellos, lo que estos piensan y sien-

105
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

ten? Y así de esta manera daros todo cuanto necesitais en el momento


indicado.
Amados de mi corazón, pensad en esta sencilla verdad y sentirá vues-
tro corazón que la gratitud que emana de él es la misma gratitud que su
Padre Creador siente por su hijo, y esa gratitud que es una sola os forta-
lece recíprocamente. Además, el amor que vuestro corazón siente hacia
su creador es la manifestación sentida de la Presencia infinita del Eterno
en vuestro ser, pues Él es el amor que vibra en vuestros corazones.
Por lo tanto, amados míos, comprended que cuando estais amando
estais siendo lo que verdaderamente sois, y lo único que podeis dar. Por
ello comprended que debeis amar permanentemente siempre, no permitais
que nada empañe vuestra verdadera esencia del Divino amor y traedlo a
la manifestación en todo momento. Y entonces, sí que vereis con ojos
claros la presencia de Dios Padre en toda su creación.
Recordad, siempre, mis amados que todo cuanto existe es obra del
amor y por lo tanto todo cuánto os rodea es amor. ¿Es que acaso os es
muy difícil comprender esta simple verdad?
Hoy os insisto que así como el agua es indispensable en vuestra vida
carnal, también la vida que late en vuestro corazón es vital para vuestro
existir.
Por lo tanto, os exhorto a que ameis por encima de todo a esa Energía
Superior, Sublime y Perfecta que os ha dado la vida, en un acto de amor.
Sed gratos y amorosos con vuestro creador, que a través de la existencia
ha permanecido siempre en cada uno de vosotros, amadlo siempre y
eternamente.
Con esta sencilla plática deseo que hayais comprendido cuán inmen-
so debe ser vuestro amor por Dios Padre.
Os amo.

106
LIBRO III

La vejez
En el atardecer de vuestra vida, todo es sabiduría, pues, habeis apren-
dido de las faenas del día y de ellas habeis sustraído las enseñanzas que
os han dejado. Esto en cada atardecer de vuestra vida va acrecentando
vuestro acerbo espiritual y con los años llegais a ser un libro viviente de la
sabiduría.
Esto os hace entender muchos aspectos de vuestra vida, que aunque
os parezca que no habeis aprendido nada, sin embargo, estais apren-
diendo. Cuando por circunstancias de la vida os quejais por ésta u otra
razón o porque las cosas no arrojaron el resultado esperado, lo único que
estais haciendo es quejándoos de que no habeis aprendido a extraer de
estas circunstancias la sabiduría que éstas encierran.
Cuando llegais, entonces, al ocaso de vuestra vida, mis amados y que
ya os sentís cansado y agotado por los años, es el momento de más luz en
vuestra existencia; pues, a esta altura de vuestra experiencia, por la vida,
sois sabios, y además, disponeis de tiempo, que antes no teniais para dar
la sabiduría que habeis aprendido.
Veis entonces, mis amados hijos de la luz que interesante se vuelve
vuestra existencia cuando llegais a esta etapa de vuestra vida y que voso-
tros llamais la “vejez”.
Por tanto, mis amados, hoy podríamos hablar de la vejez como el
postgrado que la vida os da que contiene todo cuanto habeis aprendido
en vuestra vida. Qué bella es la “vejez”, pues, es el resumen de todo
cuanto habeis aprendido. Y con este diploma de sabiduría comenzais
una nueva experiencia que comienza a partir desde este conocimiento
sabio hacia nuevos aprendizajes en otra existencia. Observad, amados
míos, que la maravillosa vejez es el pasaporte para que podais ingresar a
nuevos estadios de conciencia.
Por todo esto mis amados, debeis comprender qué hermoso y bello es
vivir y llegar a esta etapa de vuestra vida terrenal, por tanto no mireis la
vejez como aquello que es lo caduco e inservible y que sólo es un estorbo.
¡Jamás! Amados míos, alabad a vuestro Padre porque os permite que

107
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

llegueis a este estado de sabiduría, donde os volveis omniscientes en vues-


tra individualidad, como parte de la omnisciencia del Padre Celestial.
¿No os parece interesante? Entonces, amados míos, que desde ahora
os libereis del concepto detestable y miedoso que teneis de la vejez, que
como bien habeis observado, que cuando me he referido al término de
“vejez” lo he colocado entre comillas, y es para indicaros que sólo la
materia se envejece, y nunca vuestro espíritu, por lo tanto para vuestro
espíritu no existe la “vejez” como tal sino como el momento de vuestra
vida, que sintetiza vuestra sabiduría obtenida a través de vuestras viven-
cias en esa existencia.
Entonces, amados míos, que desde hoy comenceis comprendiendo
estas sencillas verdades para que cada vez seais más libres en conciencia
y, además, para que veais en cada atardecer de vuestra vida el regalo
que la vida os ha dado cada día y lo podais apreciar y valorar y compar-
tir con vuestros hermanos en Dios.
Seguid adelante, amados, en vuestro aprendizaje, cosa que a la pues-
ta del Sol, vuestra luz sea tan resplandeciente y bella como el Sol de los
venados, el Sol del crepúsculo.
“El sabio vive en la sabiduría de sus propias experiencias”.

108
LIBRO III

La luz eterna
“Amados hijos de la luz, el Sol de vuestra existencia alumbra en este
día vuestro esplendoroso mundo”.
Había una vez en un lejano país un Sol radiante que permanecía
día y noche con su refulgente luz, por lo tanto, la noche no existía,
sólo un día perenne, la vida allí era totalmente distinta a los demás
países, sus costumbres variaban y sus moradores no dormían y per-
manecían laboriosos, lozanos y fuertes, por lo tanto ese país era
muy rico en abundancia.
Todos los días que eran de Sol resplandeciente, y, además no que-
maba, ni insolaba sus cuerpos, eran de amor y paz. Entre sus pobla-
dores se trataban amorosamente y se ayudaban como miembros de
una gran familia. Este país lo llamaban, el país de la luz eterna. Sus
moradores que nunca habían conocido la oscuridad de la noche
vivían como seres dorados en medio de la luz eterna.
Una vez, por razones cósmicas, un pequeño meteoro pasó por ese
país y por unos momentos se oscureció el Sol, y los moradores de
aquel país confundidos y desesperados por miedo a la oscuridad,
buscaban angustiados lugares donde pudieran hallar luz, lo cual fue
en vano.
Entonces, resolvieron agruparse y consolarse mutuamente y acep-
taron la oscuridad. Cuando nuevamente el Sol volvió a resplande-
cer salieron huyendo de la luz del Sol y buscaban refugios donde la
luz no los alcanzara y así sumidos en la oscuridad pasaron su exis-
tencia bajo un Sol que no volvieron a reconocer ni a aceptar.
Pasaron los años, y llegó a ese país de luz eterna un caballero de
buena estirpe que resplandecía de amor y paz, construyó su vivien-
da y se estableció allí, solitario llevando una vida sosegada y trataba
con amor y afabilidad a los moradores de la oscuridad, hasta que un
día invitó a los habitantes a compartir con él en su casa, pues, él
celebraba en ese día su llegada al país de la luz eterna, después de
haber estado sumergido por años en la oscuridad de donde venía.
Los moradores al escucharlo se admiraron y aceptaron la invitación
salieron de sus lugares apartados y oscuros y un poco temerosos se
dirigieron a la casa del caballero, y así, fue como nuevamente estos

109
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

moradores volvieron a retornar a la vida que anteriormente lleva-


ban en su país de la luz eterna. Volvieron a reconocerse como oriun-
dos de ese país y vivieron feliz para siempre.
Amados míos, como el relato que acabais de leer atentamente, sois
vosotros nacionales del gran país de la luz amor, donde habeis nacido y
vivido, donde cada uno de vosotros sois pequeños soles, desenvolviéndoos
en un eterno día de luz, vuestra existencia. Teniendo todo cuanto deseais,
y siendo eternamente felices, pues, habeis nacido en el país de la “luz
eterna” que encierra todas las luces que alumbran todas vuestras oscuras
y confusas necesidades. Y además, sois soles de resplandeciente luz, que
teneis en vuestra luz el consuelo a vuestras propias necesidades. Enton-
ces, amados míos, no permitais que ningún meteoro venga a opacar vues-
tra luz, ni mucho menos consintais dormiros y refugiaros en la oscuridad
que el ego, traiga a vuestra luz. Rechazad todo aquello que os impide
mostrar la luz del Sol que resplandece en cada uno de vosotros.
No durmais, pues, si permaneceis en vuestra luz su resplandor no os
permitirá que durmais, por lo tanto, debeis permanecer vigilantes, bien
despiertos para que no os sorprendan los amigos de la oscuridad y os
engañen y os lleven al letargo y a la somnolencia espiritual.
Amados de mi corazón, hoy os exhorto a que permanezcais atentos
en vuestro pensar y sentir, para que cada pensamiento y cada sentimien-
to, sean chispas que se desprendan de vuestra propia luz, la luz del amor.
Continuad viviendo en vuestro país de origen el país de la luz amor.
“La luz que brilla en ti, es la luz del amor”.

110
LIBRO III

La familia del bosque


Amados lectores de estas sencillas páginas de luz espiritual. En este
día os hablaremos sobre lo que es la “vida interior” de que tanto se os ha
hablado.
Había una vez una sencilla familia que vivía en un bosque solitario,
lleno de paz y tranquilidad, como suelen ser estos parajes. Esta sen-
cilla familia se dedicaba a las actividades del campo, cultivaban la
tierra y sus productos los vendían. Trabajaban con ahínco e interés
sus cultivos, que eran los mejores de la región. Eran entregados y
dedicados en sus quehaceres, que pocas veces se les veían descan-
sando. Permanecían en actividad constante, unos arando la tierra,
otros sembrando, otros se encargaban de regar los sembrados y así
sucesivamente, permanecían activos, y al llegar el tiempo de la cose-
cha la abundancia era total. Allí en el interior del bosque, se realiza-
ban estas faenas agrícolas que traían prosperidad, paz y tranquilidad
a aquella familia sencilla.
Una vez el hijo mayor de esta familia, resolvió abandonar su familia
e ir a tierras lejanas, aunque sus padres le pidieron que no se fuera,
él no prestó atención a las súplicas y marchó.
Había pasado cierto tiempo y no recibían noticias del hijo mayor, los
padres preocupados decidieron ir en su búsqueda. Abandonaron el
bosque y se fueron al pueblo, buscaron por aquí, por allá; pregun-
taban, aquí y allá y no tenían razón alguna de su hijo. Hasta que un
buen día, ya cansados y agotados los padres de la infructuosa bús-
queda decidieron regresar al bosque a su sencilla casa y cuán gran-
de fue su sorpresa al encontrar al hijo mayor reunido con sus her-
manos, triste y arrepentido por haberlos abandonado, los padres al
ver al hijo mayor lo abrazaron, lo besaron y lloraban de felicidad. El
hijo, avergonzado del dolor que había causado a su familia, les pe-
día perdón una y otra vez.
Así fue, amados míos, como nuevamente esta familia restableció la
paz y la tranquilidad en su hogar en el interior del bosque.
Amados hijos de la luz, sea este breve relato una réplica de cómo
debe ser vuestra “vida interior”.

111
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Si observais la ubicación de la familia del relato, está en un bosque,


que refleja paz y tranquilidad, así sois vosotros, la gran familia hijos del
Dios Padre Madre quien os ha ubicado dentro de una estructura intangi-
ble e invisible en el mundo material, y dicha estructura os rodea de paz y
tranquilidad, dentro de esa estructura se encuentra la vida misma que os
mueve y que es como en el relato la actividad permanente que os mueve
hacia vuestras vivencias y acciones que sembrais con pensamientos y
semillas de sentimientos para que la cosecha de vuestros actos sean fruc-
tíferos y buenos para que con quien los compartais disfruten y se deleiten
en ellos. Esto sería, la vida o sea aquellas actividades, que en el relato
desempeñaban la familia.
Veis amados míos, cómo vuestra vida interior que late en vuestro
corazón, puede ser tan fructífera y buena en la medida en que esteis
atentos de desarrollar vuestras actividades, que son vuestro sentir con
alegría, paz y amor. Y debeis evitar como en el relato, de retiraros de
vuestra vida interior, y alejaros de ella, atraídos por un mundo externo
frívolo y efímero, para que no os suceda como el hijo mayor del relato y
tengais que regresar arrepentido y lleno de remordimiento a vuestro Padre-
Madre.
Amados hijos del mismo Padre, que estas sencillas orientaciones os
lleven a actuar en vuestra vida, siempre en la presencia y compañía de
vuestra familia celestial, que siempre presente está y no la abandoneis,
pues, su amor por vosotros es eterno.
“Vivid vuestra vida interior activamente escuchando a vuestro Padre
Madre”.

112
LIBRO III

QUINTA PARTE

Signos y símbolos
Amados hermanos en la luz, vamos a iniciar esta parte con algunos
signos y símbolos que debeis recordar para que se os facilite vuestro ade-
lanto en la luz.
El primer signo que vais a visualizar es el del triángulo, que conoceis
muy bien, por vuestros sencillos conocimientos geométricos. Además, en
el campo espiritual, se os ha dado a conocer el triángulo y en la parte
superior un ojo, que es el símbolo del amado Elohim Vista, el ojo avizor
de Dios que todo lo ve, con este signo, representais en vuestro globo la
Presencia de Dios creador, omnipotente, omnisciente y omnipresente.
Además, de esta sabiduría que se os ha dado, sobre este signo, debeis
saber que también abarca la tríada divina, o sea la trinidad del Padre,
Hijo y Espíritu Santo, lo que equivaldría decir, poder, luz y amor, lo cual
forma el sagrado fuego que está presente en el corazón de cada uno de
vosotros.
Esta tríada divina, es también la Santísima Trinidad unificada en un
solo espíritu, es la unidad de la tríada divina que unifica los atributos de
la divinidad en el ser. Este signo podeis visualizarlo en el inicio de vuestra
meditación, en el momento en que entreis en el silencio, para, que este
fuego sagrado impreso en la trinidad divina os guíe y llene de luz vuestra
mente, y podais de esta manera soportar la luz de vuestro verdadero ser,
y así compartais de la plática de vuestro maestro interior. Es muy impor-
tante este signo, el cual debeis visualizar con nitidez, porque es el signo
que también os abrirá la puerta de la gruta de los símbolos.
El siguiente signo es la estrella de David, que como bien sabeis la
forman dos triángulos superpuestos formando la estrella de seis puntas,
es la estrella de la perfección, es el símbolo de la unidad de lo humano

113
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

con lo divino; un triángulo inferior lo constituye, más otro superior, que al


unirse establece el equilibrio del ser.
Una vez que hayais entrado a la gruta de los símbolos, tomad el sím-
bolo de la estrella de David y ubicaros en el centro de ésta y permaneced
allí sintiéndoos Uno con la divinidad y visualizaros llenos de luz; este
momento es de gran luz, por lo tanto, disponeos con profunda humildad
a sentiros como realmente sois, puros y perfectos. En estos momentos de
unión, vibrareis en la luz que sois. Este símbolo tiene la peculiaridad de la
radiación real que encierra.
Otro símbolo también de una fuerte radiación es el que está formado
por la pirámide, que tanto conoceis, no solamente con vuestros conoci-
mientos de geometría sino como símbolo de poder y sabiduría. Civiliza-
ciones anteriores, dejaron en vuestro globo señales muy protuberantes de
este signo piramidal.
La gran radiación de este signo está en la unidad de las fuerzas que la
componen que irradian en cada una de sus caras y convergen en un
mismo punto centrándose esas fuerzas en la parte superior. Estas radia-
ciones unificadas constituyen un gran poder que si son usadas positiva-
mente, os traerán a vuestra vida todo su poder para vuestro bien, de lo
contrario, será una radiación tan negativa que os puede destruir.
En la gruta de los símbolos, la pirámide, además, de ser utilizada para
protección, pero, aclaro, hermanos míos que la useis solamente en esta-
dos de paz, amor, y armonía, también se utiliza para que cada destello
que se desprende de las radiaciones que la forman, limpien, purifiquen
cualquier energía o fuerza que no armonice con esta radiación. Ahora,
os preguntais, ¿cómo es esto si habeis dicho que debeis emplear este
símbolo positivamente únicamente? Así es amados míos, pues, de ser de
otra manera os estrangularía esta poderosa radiación, debeis tener esto
muy claro, con esto os digo, el uso de este símbolo requiere dominio espi-
ritual, en cuanto al manejo de la radiación que irradia desde su cúspide
donde se concentra la gran fuerza.
Por ello, cuando os llama la atención de colocar vuestro recinto o
morada dentro de este símbolo, debeis saber que vuestro interno debe ser

114
LIBRO III

un remanso de paz y amor, pues, de lo contrario trae consecuencias


lamentables.
Otro signo geométrico es el prisma, que simboliza las fuerzas parale-
las que se elevan al infinito en ambas direcciones. Este símbolo encierra
una gran verdad, la infinitud de las fuerzas reales que existen en el cos-
mos, que de no ser dirigidas por inteligencias superiores, podría ocurrir
un caos cósmico. Al igual que los símbolos anteriores su radiación es
muy fuerte y debeis emplearlo únicamente positivamente, pues, se os ha
advertido que de lo contrario su radiación podría traer a vuestras vidas
consecuencias funestas, porque al igual que la pirámide sus caras con-
centran fuerzas de gran poder dispuestas a servir en la dirección en que
sean utilizadas.
Otro signo, geométrico, muy conocido es el círculo, que en el campo
espiritual, también representa al todopoderoso que todo lo abarca. Es el
principio y el fin de todo cuanto existe; es el punto de partida y a la vez es
el punto de llegada formado por la misma línea; la cual simboliza vuestra
partida desde el seno de vuestro Padre creador, como también simboliza
vuestra llegada de regreso a vuestro Padre creador. Es el símbolo, que
también os señala vuestro recorrido en cada experiencia que conforma
vuestra existencia y de regreso a la casa del Padre llegais cargados de
sabiduría.
Este símbolo en la “gruta de los símbolos” encierra el todo, por lo
tanto, cuando os ubicais dentro de él sois el todo. Es de tanta luz este
símbolo que ya habeis observado la forma que tiene vuestro Sol y vuestra
Luna.
Y para no hacerme tan extenso os daré un último signo geométrico, el
poliedro, como los anteriores, es muy fuerte en su radiación ya que cada
una de sus caras sintetiza la fuerza de la anterior, más su propia fuerza,
por ello, debe tenerse igual cuidado para su empleo.
Si la utilizais correctamente vuestros beneficios recibidos por esta ra-
diación son incalculables, pero, de la misma manera operará si se usa en
sentido contrario.

115
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Este símbolo sintetiza la suma de poderes acumulados en una sola


existencia, representados en tantas caras cuantas tenga vuestro poliedro.
Amados hermanos en la luz, esta sencilla plática, si la aceptais os
digo con profunda humildad, que os dará mucha luz en vuestra vida
espiritual y si lo deseais, cuando necesiteis alguna ayuda en el empleo de
estos símbolos, pedidla, allí estaré para asistiros con todo mi amor.

116
LIBRO III

SEXTA PARTE

Sol radiante
Amadísimos hermanos es muy placentero llevar a vosotros estas be-
llas páginas, llenas de amor y sabiduría. Hoy mi humilde ser se centrará
en daros la luz de la verdad acerca del “Sol radiante”. Este sencillo tema
abarcará unas pocas páginas, pero, sé que vuestro espíritu se recreará y
brillará en su luz.
“La luz del Sol radiante, es la luz del Sol viviente que sois”.
Había una vez en un lugar del mundo unos pequeñuelos felices,
que compartían con sus amigos sus juegos infantiles. Cada uno de
estos pequeñuelos vivían en casas separadas. Era muy común entre
ellos una vez que otra, se quedaran una noche en la casa del otro.
Así pasaban la vida estos pequeñuelos jugando, riendo y compar-
tiendo, también por las noches de su compañía.
Estando una vez uno de ellos en el jardín de su casa vio con tal
interés, el proceso de polinización que se daba en las flores y curioso
fue y llamó a la casa del otro pequeñuelo, para que también viniera
a su jardín y observara lo que había mirado. Estando los peque-
ñuelos concentrados en su observación, fueron sorprendidos por
sus padres, quienes les preguntaron qué estaban haciendo allí, ellos
les dijeron que estaban asombrados de ver cómo por la acción de
dos reinos de la naturaleza se realizara la polinización, y también
observaban y pensaban en la colaboración que el reino tanto ani-
mal como vegetal se prestaban entre sí.
Los padres admirados de las conclusiones de los pequeñuelos se
retiraron a sus casas y pensaban cuán importante es detenerse a
observar la naturaleza, pues, es mucho lo que se puede aprender
de ella.
Y así los pequeñuelos, seguían en sus juegos, risas y compartiendo
por las noches su compañía.

117
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Una noche miraban por la ventana de su alcoba las estrellas del cielo
extasiados contemplaban la cantidad de luceros que titilaban en el
firmamento, eran tantos que no terminaban de contarlos y se pre-
guntaban de donde recibirían esta luz, cada lucero, pues, eran mu-
chísimos y no dejaban de irradiar su luz. Estando en estas reflexio-
nes, vieron, para su asombro, descender uno de esos luceros que se
dirigía hacía la ventana del aposento, donde estaban los pequeñuelos,
aterrados con los ojos bien abiertos esperaron que el lucero llegara
hasta ellos.
Descendió el lucero y le habló a sus mentes así:
Amados hermanitos vengo del infinito del gran silencio para daros
las respuestas a vuestras reflexiones, os preguntabais, de dónde pro-
cede la luz que emana cada lucero, también os admiraba la cantidad
infinita, que se os dificultaba contarlos y también os asombrasteis
cuando visteis que me aproximaba hacia vosotros. Yo os digo
pequeñuelos, que la luz que da los destellos que mirais es la luz que
emana de nosotros mismos y con esta luz alumbramos vuestro mundo
para que no os tropeceis en la oscuridad de la noche. Y somos difícil
de contar porque somos innumerables e infinitos porque procede-
mos de la luz mayor que permanentemente emana pequeños luce-
ros ubicándolos en el lugar que deben estar, diciendo esto el lucero,
se desplazó vertiginosamente por el espacio. Los pequeñuelos no
tuvieron tiempo de decir nada, y silenciosos se dirigieron a sus ca-
mas y se durmieron profundamente.
Como veis, amadísimos hermanos, en este sencillo relato, aparecen
varias situaciones que debeis reflexionar. La primera, los personajes: los
chicuelos y los padres, además, del lucero. Los pequeñuelos, se podría
decir, que es la humanidad, sedienta ávida de descubrir su propio mun-
do, su mundo interior y los padres, podrían ser vuestros hermanos mayo-
res, los maestros que os vigilan y os observan. El lucero, podría ser vues-
tro maestro interior, que desde el silencio os habla y os recuerda que sois
chispas divinas emanadas del padre creador, la luz mayor, y además que
como tales teneis vuestra propia luz. Además, observad también la frater-
nidad y la unidad latente, en toda la creación, como también la coopera-
ción y la ayuda mutua en toda la naturaleza, que es el reflejo de vuestra

118
LIBRO III

verdadera fraternidad universal, por ser chispas emanadas de la misma


luz.
Amados hermanos, reflexionad en esta sencilla verdad. “Sois luceros
con luz propia”, que como sol radiante alumbra vuestro sendero espiri-
tual e igualmente, sois infinitos como lo es la luz de donde procedeis.
Mis pequeñuelos, que desde vuestra ventana interior mirais la luz que
resplandece en el firmamento de vuestro ser, os digo que no debeis
asustaros con vuestro propio resplandor, pues, vuestro resplandor es la
esencia de la cual estais formados. Todo vuestro ser es un Sol tan radian-
te, luminoso que no puede haber oscuridad que nuble vuestra luz.
Amadísimos míos, pensad en el Sol radiante que mora dentro de cada
uno de vosotros y vuestra propia luz será el lucero que iluminará vuestro
sendero espiritual. Despertad, amados míos, al nuevo día, que con su
fulgurosa luz hallareis la verdad dentro de vosotros. Además hermanos
míos, este humilde servidor, se une a vuestro despertar si aceptais mis
sencillas orientaciones, para ayudaros en el camino que conduce a vues-
tro encuentro. Recordad siempre que sois Sol radiante.

119
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Semillas de pensamiento y sentimiento


Amados míos, en la plática de hoy os centrareis en vuestro corazón, y
vais a permanecer allí todo el tiempo, pues, será necesario que perma-
nezcais concentrados.
Con vuestros ojos abiertos observad el ritmo de vuestro corazón y
comparadlo con el latir o palpitar que produce cada movimiento de vues-
tro globo. Ahora, procurad que cada palpitar vuestro, os lleve a sentir y
percibir los movimientos de vuestro planeta y vais intensificando vuestra
percepción hasta que os sincroniceis con las ondas de sonido que va
dejando el movimiento y lo vais uniendo al sonido que el movimiento de
vuestro corazón va produciendo en cada palpitar.
Y ahora sois un solo movimiento, un solo sonido y un solo palpitar.
Amados hermanos en la luz, como os habeis dado cuenta esto sucede
permanentemente en cada corazón con respecto a vuestro globo, aunque
vosotros no hayais tomado consciencia de esto, es real y siempre estais
comunicados con vuestro globo. Por esta razón permaneceis ligado al
planeta donde os corresponde estar.
Por lo tanto, cada uno de vuestros pensamientos, cada uno de vues-
tros sentimientos, cada una de vuestras palabras y cada uno de vuestros
actos están fuertemente ligados a vuestro globo. Con ello os digo, que sois
canales proveedores de movimiento y sonido para vuestro planeta.
Esto, carísimos hermanos, os debe llevar a pensar, y a que vigileis
cada uno de vuestros pensamientos, sentimientos, palabras y cada una
de vuestras acciones, porque bien sabeis que van a repercutir en vuestro
globo. Lo cual lleva a concluir que como creadores que sois continua-
mente estais creando un planeta puro y perfecto o puede ser todo lo con-
trario. Con esto os digo, que lo que estais viviendo en vuestro globo en
estos tiempos es el resultado de cada pensamiento, sentimiento, palabras
y acciones que habeis emitido en vuestras vidas.
Recordad que sois hijos de la Energía Eterna y como tal sois. Por lo
tanto, amados míos, estad atento de la energía que emitís con vuestros
pensamientos, con vuestros sentimientos, con vuestras palabras y con
vuestras acciones.

120
LIBRO III

Que vuestro pensamiento desde hoy, emita solamente pensamientos


de amor, de compasión, de perdón, de justificación, de comprensión, de
cooperación, de ayuda y de solidaridad para con vuestros hermanos.
Que vuestros sentimientos, sea el sentir de vuestros hermanos, pues,
debeis recordar que sois un solo corazón.
Que vuestras palabras sean suaves, dulces, amorosas, comprensivas,
con las cuales vuestro hermano encuentre el consuelo y el apoyo espe-
rado. Y cuando la ira os aceche, aguardad un momento para que con
vuestra mente la despidais y así podais dirigiros a vuestros hermanos
amorosamente.
Pensad amados míos, que una palabra amorosa, que una palabra de
consuelo y que una palabra de solidaridad puede ser de mucha ayuda
para vuestro hermano. Por lo tanto, amados, desde hoy, vais a procurar
mejorar vuestro vocabulario y lo vais enriqueciendo con palabras agra-
dables y reconfortadoras, que todas aquellas palabras que afean vuestro
vocabulario, vayan desapareciendo y sean reemplazadas por palabras
nuevas cargadas de energía de amor.
Lo mismo os digo respecto a vuestras acciones, que son la síntesis de
vuestro pensar y vuestro sentir. Por ello, muy bien decís “Vale más un
hecho que mil palabras” o lo que equivale a lo mismo “Obras son amo-
res y no buenas razones”. Veis amados míos, que esto ya lo sabíais, pero,
no lo habiais comprendido, por ello, amadísimos míos, hoy en esta senci-
lla plática deseo llevaros a que penseis y caigais en cuenta que es, en
vuestra vida diaria, donde debeis aprender la sabiduría de estas palabras.
Son las acciones quienes os conducirán por caminos de paz y felici-
dad, o las que os harán llevar una vida de desasosiego e intranquilidad.
Pensad y meditad en la plática de hoy, acerca de las semillas de pen-
samiento y sentimiento que sembrais diariamente en vuestro mundo, ya
sean de excelente calidad o lo contrario.
Que seais sembradores de buenos pensamientos y sentimientos para
que podais vivir en jardines de amor, paz y felicidad. Y que vuestras
acciones sean las flores que exhalen exquisita fragancia.

121
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El devenir de las edades


Amados hijos de la luz eterna, nuestro tema de hoy traerá regocijo en
vuestro mundo interno y externo, trataremos sobre el devenir de las eda-
des, en las cuales os estais desenvolviendo permanentemente.
Imaginad cuando estais en un parque de diversiones, observais pri-
mero todo lo que en el hay para recrearos, después de esta inspección
atenta, elegís los lugares y aparatos donde deseais estar y disfrutar.
Una vez hecha la elección, os decidís a comprar el boleto, que os
autoriza para que podais trasladaros y subiros a disfrutar lo que habeis
elegido. Y es así como entrais en el disfrute y deleite de vuestra diversión,
os emocionais y dais salida a todas vuestras emociones y así, sucesiva-
mente, vais disfrutando las diferentes dependencias y diversas recreacio-
nes de que dispone el parque de diversiones.
Una vez, terminada la jornada, retornais a vuestro hogar y compartís
con vuestros familiares vuestras experiencias vividas en el parque de
diversiones.
Luego, debeis esperar un tiempo para volver a visitar el parque donde
os divertís, pero, que además, os cuidais, para que ningún accidente os
vaya a ocurrir, permaneceis alerta y listo para actuar acertadamente en
el momento que sea necesario.
Amados míos, cada uno de vosotros venid y sentaos conmigo en el
centro del parque de diversiones y pensad, ¿qué significaría para voso-
tros en vuestra vida, el parque de diversiones? ¿Qué pensais acerca de
las diversas partes de que está formado el parque de diversiones? ¿Qué
pensariais acerca de la elección que haceis y la decisión que tomais para
entrar a participar de la diversión? Y ¿qué pensais acerca de vuestro
retorno a casa y compartir vuestras experiencias?
Comencemos con la primera pregunta: ¿Qué significaría para voso-
tros, en vuestra vida, el parque de diversiones? Ciertamente, que el par-
que está delimitado por su área, linderos y su espacio, puede ser grande
o pequeño, según lo escojais, así, amados míos, es cada una de vuestras

122
LIBRO III

existencias, larga o corta según la escojais determinada y delimitada por


las experiencias que vais a realizar y por el aprendizaje que vais a com-
prender. En términos generales éste sería vuestro parque de diversiones.
La segunda pregunta: ¿Qué pensais de las diversas partes de que está
formado el parque de diversiones? En vuestra vida se van presentando
ciclos pequeños de experiencias, desde el momento en que llegais a vues-
tro mundo, hasta el momento en que partís de él. Teneis el ciclo de recién
nacidos, el ciclo de bebés, el ciclo de infante, el ciclo de púber, el ciclo de
adolescente, el ciclo de adulto y el ciclo de vejez. Veis entonces, pequeños
míos, que a semejanza del parque, vuestra vida, también está formada
por partes.
En la tercera pregunta: ¿Qué pensariais acerca de la elección que
haceis y la decisión que tomais para entrar a participar de la diversión?
Amados míos, cuando estais pequeños os divertís, con vosotros mismos,
descubriendo vuestro cuerpo, en la medida que vais creciendo, os diver-
tís con amiguitos con quienes compartís vuestros juegos infantiles y deci-
dís qué clase de juego deseais jugar y con quiénes quereis jugar.
Más adelante, vuestra elección y decisión se va haciendo más seria y
es entonces, cuando decidís, en la medida que vais creciendo, que vues-
tras experiencias sean de mayor responsabilidad y envergadura, y de
esta manera entrais a participar de la diversión, las experiencias que
vivís en vuestra vida. Muchas veces vuestra elección y decisión es la más
acertada con respecto a vuestra participación en el Plan Divino, otras
veces tomais decisiones y haceis elecciones que se apartan de este Plan
Divino, cuando os distraeis en las mecánicas diversiones de la vida y os
dejais llevar por las experiencias emocionales, que no podeis controlar, y
que os llevan, a que hagais elecciones y tomeis decisiones erróneas y
contrarias al Plan de Dios.
Por ello, mis pequeños, pedid de lo alto la luz en cada experiencia y en
cada decisión que tomeis y vivais en vuestra vida, para que podais entrar
a participar en la diversión que la vida os tiene preparada y podais dis-
frutarla y deleitarla tal como ella es, podais dentro de vuestra propia vida
permanecer felices hasta vuestra salida del parque.

123
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Y finalmente, la pregunta: ¿Y qué pensais acerca de vuestro retorno a


casa y compartís vuestras experiencias? Una vez que finalizais vuestra
permanencia en el parque, es apenas natural que regreseis a casa, pues,
en el parque todo ha concluido al igual que las experiencias que en él
habeis vivido, de igual manera vosotros, amados míos, debeis regresar a
la “casa del Padre” con todas vuestras experiencias aprendidas y que
compartireis con los seres de luz que allí moran. Pero, cuando os habeis
equivocado en la elección de la diversión que decidisteis tomar; regresais
nuevamente al parque para que esta vez vuestra elección sea certera y
perfecta.
Así que, amados míos, vivid vuestra vida feliz, aprendiendo y
deleitándoos en cada una de las circunstancias que la vida os brinda y
recrearos en ella. ¡Sé Feliz!

124
LIBRO III

La vida misma
Amados hijitos míos, en este espacio, vamos a platicar sobre lo que
es la vida misma.
Muchas veces hablais sobre la vida, decís que la vida es dura, que se
lucha permanentemente, que todo es una brega, que todo requiere es-
fuerzo, que nada es gratuito y hasta llegais a pensar que vuestro Padre
celestial es injusto, al daros una vida de angustias, sufrimientos, zozobras
y dolorosa.
Ante esta percepción que hasta hoy habeis tenido de la vida, sí que
verdaderamente es desastrosa y llena de calamidades. Pero, amaditos
míos, os voy a referir una historia para que juntos dilucidemos su conte-
nido y sus enseñanzas.
En un restaurante donde se expendían ricas comidas y exquisitas
bebidas, ubicado en el sector más elegante de la ciudad, el cual era
muy concurrido por sus deliciosas comidas, y bebidas, y además,
por el excelente trato que los servidores daban a las personas que
allí iban.
Una vez llegó al restaurante de ricas comidas y exquisitas bebidas
una familia integrada por el padre, la madre, sus dos hijitos que eran
una bella niña y su joven hermanito. Entraron al restaurante, inme-
diatamente el servidor los recibió y los ubicó en el mejor de los pues-
tos que había, donde podrían apreciar un hermoso paisaje, buena
luz y respirar aire puro. La mencionada familia tomó la carta para
ver y escoger el menú del día.
Entre ellos intercambiaron opiniones y por fin se pusieron de acuer-
do, entonces, llamaron al servidor y le pidieron las ricas comidas y
las excelentes bebidas que habían seleccionado. El servidor recibió
el pedido y se retiró.
Mientras esto sucedía dentro del restaurante, en la parte de afuera,
había a la entrada del restaurante una humilde familia desarrapada,
sucia y hambrienta. Como es de suponerse, el portero que cuidaba
la entrada les ordenó que se retiraran de la entrada del lujoso hotel,
pues, estaba prohibido que personas de esa índole perturbaran con
su presencia la llegada de quienes entraban al restaurante.

125
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La humilde familia andrajosa y hambrienta suplicaba al portero que


por favor, aunque fuera, les permitiera que les dieran un poco de las
sobras de aquellas ricas comidas y exquisitas bebidas. El portero,
que era un hombre de buen corazón, llamó al cocinero y le pidió
que le enviara a la puerta de entrada del restaurante los desperdi-
cios que hasta el momento se encontraban allí, con el fin de dárselos
a unos andrajosos y hambrientos que estaban allí.
A la petición del portero, le fue enviado lo que había pedido y se los
entregó con la condición que se fueran de por ahí y nunca más
volvieran a molestar. La familia con expresión alegre tomaron las
sobras y se retiraron.
Dentro en el gran comedor, de amplios ventanales, la familia espe-
raba ser atendida y así fue, el servidor apareció con los excelentes
platos pedidos, presentados en finas fuentes, puso la mesa con muy
buen gusto y nuestros comensales comenzaron a disfrutar los exqui-
sitos platos que habían pedido; con una suave y bella melodía que
se expandía por todo el salón comedor.
La familia, mientras comían, hablaban, comentaban, reían y muy
contentos disfrutaban las ricas comidas y exquisitas bebidas.
Una vez terminada la comida, el servidor retiró la loza y muy ama-
blemente, les dijo que si deseaban alguna cosa más, con mucho
gusto él los atendería y les ofreció unos deliciosos manjares que se-
rían maravillosos para después de la comida. La familia aceptó y les
trajeron los deliciosos manjares. Luego de haber terminado escu-
charon un rato música y finalmente pagaron la cuenta y se fueron
contentos y satisfechos.
Amaditos de mi corazón, como visteis en esta historia se presentan
dos situaciones que al tiempo son contrarias, aparentemente, pero, son
iguales. Ahora preguntais, ¿cómo es esto que estas situaciones son con-
trarias pero son iguales?
Veamos, se presentan en el relato una familia opulenta y rica y otra
pobre, humilde, harapienta y hambrienta. Aparentemente, no pueden ser
iguales, mas, sin embargo, si analizais, el elemento familia en las dos
situaciones es la misma familia en sí. Ahora, miremos el elemento ham-

126
LIBRO III

bre, es también igual para ambas familias. Y observamos el elemento


comida, en el relato, fue la misma rica comida y exquisita bebida para
ambas familias o sea lo que equivale a decir igual.
Amados hijitos de mi corazón, como veis en este relato, la comida es
la fuente de energía que da vida al cuerpo, no importando la forma como
ésta se presente a los ojos del ser que la consume. Igualmente, es la vida
misma que late en vuestro corazón, la que alimenta vuestra alma, sin
importarle si sois “ricos” o “pobres”. Es la vida misma que vuestro servi-
dor, el más grande de los servidores, os la da, para que os fortalezcais y
podais caminar seguros y sin fatigas por vuestro trasegar en el mundo.
Es la vida misma, la comida que Dios os da, sin discriminación, sea
cual fuere, la experiencia que esteis viviendo en esta existencia. Pues,
vuestro Padre Celestial os da la vida y vosotros escogeis la forma como
vais a emplear la vida misma. Con esto os digo, hijitos, que la vida mis-
ma sencillamente es en cada ser, siempre, eterna, e inmodificable, no
cambia, por lo tanto pensad, cuando dais a la vida misma calificativos
negativos y desastrosos, estais equivocados, pues, ahora sabeis qué es la
vida misma y por lo tanto, os dais cuenta y habeis comprendido que
vuestro Padre creador, jamás ha sido injusto, pues, Él en su amor infinito
os ha dado la vida misma eternamente, como la vida eterna que vuestro
Padre Es. ¿Comprendeis ahora hijitos míos, que es la vida misma en el
Ser? Está ahí siempre alimentándoos, para que en cada existencia podais
caminar a lo largo de vuestras experiencias, las fatigas y los sufrimientos
los poneis vosotros.
Esto es la vida misma, amaditos míos, no confundais la vida misma
con vuestras experiencias. Recordad la vida simplemente Es en cada uno
de vosotros.

127
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SÉPTIMA PARTE

El tren de los siete vagones


Salve, amados hijos de la luz, reciban mi radiación de amor y paz. En
esta humilde y sencilla plática os llevaré a daros un paseo interior, donde
podais reconocer y disfrutar verdaderamente, vuestras bellezas espirituales.
Asomaos, por unos momentos en el interior de vuestro corazón y
observad su movimiento, escuchad extasiadamente sus sonidos y
dejaros envolver por las ondas sonoras, que poco a poco os va con-
duciendo a una suave somnolencia que os va transportando poco a
poco a un éxtasis donde os vais elevando lentamente y os encontrais
en un lugar lleno de personas, carruseles, fuegos pirotécnicos, luces
de todos los colores, jardines que adornan el lugar con exquisito
gusto, el ir y venir de la gente trae una gran actividad en el lugar que
llama la atención y os deteneis a mirar ésta o aquella persona con
sus coloridos y bellos vestidos y atuendos.
El lugar es muy vistoso, alegre y concurrido. Ahora entrais cada uno
de vosotros a este lugar y formais parte de él, incorporándoos al
ambiente alegre y colorido de los seres que van y vienen en el lugar.
Todo es armonía, colorido y paz.
Observad a lo lejos que se acerca un tren con siete vagones, se esta-
ciona frente al lugar y os subís en el primer vagón que es el vagón de
primera clase, acogedor, lujoso, con todo lo que necesiteis, con to-
das las comodidades, os sentais donde creeis que vais a estar cómo-
dos y tranquilos. También los demás pasajeros abordan el tren y se
instalan en sus respectivos vagones.
El tren se pone en marcha y se inicia el viaje. Rueda lentamente el
tren sobre su carrilera, atravesando bellos paisajes, unas extensas
laderas cuya belleza es abrumadora; otros montañosos, imponentes
y atractivos, os vais envolviendo en esos parajes que vuestra vista
disfruta y se regocija vuestro corazón.

128
LIBRO III

Disfrutais de lo confortable que es este primer vagón y lo bien que


os sentís, mas, sin embargo, sentís en vuestro corazón un intenso
deseo de husmear en el siguiente vagón del cual percibís que de él
se expiden periódicamente aromas muy exquisitas y decides entrar
en el segundo vagón. ¡Y sorpresa! Veis jardines bellísimos que exha-
lan perfumes jamás percibidos y muchos seres de radiante luz y as-
pecto, que se deslizan suavemente por los jardines de exquisitos
perfumes; os sentís maravillados y fascinados de la belleza que está
abierta a vuestros ojos, deseais cambiar de vagón, pero, ya no lo
podeis hacer, pues, todos los puestos están ocupados.
Siguiendo el impulso de vuestro corazón, avanzais al tercer vagón,
y quedais deslumbrado por las fuentes de aguas cantoras que saltan
por aquel vagón y quedando extasiados de la música que se oye en
aquel vagón. Habeis sentido, que vuestro espíritu se complace y
deleita en cada nota que expiden estas fuentes cantoras, vibrais de
emoción y alegría, os sentís transportados en cada nota musical que
las fuentes saltarinas emiten a vuestro paso. Esto os parece fantástico
y estupendamente maravilloso y veis seres de radiante luz y aspecto
que se sumergen en las fuentes cantoras.
Con profunda curiosidad, seguís avanzando al cuarto vagón, vais
llegando silenciosamente y hayais un lugar plácido formado por in-
mensas torres de luz que os enceguecen, colocais vuestras manos a
la altura de vuestros ojos para poder ver, pues, la resplandeciente
luz no os permite ver, y así poco a poco vais viendo a través de la
resplandeciente luz y ahora sí no sabeis qué decir, pues, la luz que
despiden las torres son verdaderamente seres de luz que os dan la
bienvenida al cuarto vagón, estais aturdido, sin saber qué hacer,
mas sentís en vuestro corazón paz, demasiada paz y tranquilidad.
Saludais a estos espectaculares seres de luz y continuais avanzando
al quinto vagón y una inmensa ola de amor os envuelve y os sentís
profundamente amado, llorais, estais llorando de amor es increíble,
todo el vagón esparce amor, pero, no veis a nadie ni a nada, quisie-
rais abrazar al amor, que os está amando, mas, únicamente lo sentís.
Y en este estado de amor, decidís entrar al sexto vagón y allí veis
todo dispuesto para que descanseis de vuestro recorrido y así lo
haceis os acostais en una confortable cama suave que os acaricia y
permaneceis dormido en un sueño relajado y sereno, luego os

129
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

despertais muy descansado y resuelves llegar al último vagón, el


séptimo vagón, al entrar en él no veis nada, absolutamente, nada, y
os quedais allí pensando.
Veis amados lectores, en este bello paseo como se desplaza vuestra
vida en los diferentes niveles, por donde vais pasando, para finalmente
llegar al punto de partida y observad que cada nivel que vais ascendien-
do es de mayor sutileza y también vuestros cuerpos se van sutilizando
cada vez que os vais adentrando a nuevos niveles de consciencia, pues,
deben ir acorde con la vibración de cada nivel.
Toda vuestra vida, amados míos, transcurre en ascensión permanen-
te, con esto os digo, que en la medida que vais adquiriendo el conoci-
miento en un nivel, inmediatamente vais acercándoos al próximo y así
sucesivamente y una vez, terminado el recorrido llegais al seno del Infini-
to, Dios que es el todo y la nada.
Como veis, amados lectores, habeis podido percibir en esta sencilla
comparación los pasos que debeis realizar en vuestro recorrido por la
existencia. Por ello, debeis pensar en estos momentos en qué vagón de
vuestra vida os encontrais ubicados para que conscientemente os prepa-
reis para entrar al siguiente vagón.
Reflexionad en estas sencillas palabras para que hagais una
autoevaluación interior.
Es que amados míos, ¿aún no creeis que sois inmortales y eternos?
Que una vez que esteis en el seno de Dios Creador, podeis retornar, si
quereis al primer vagón del tren de nuevo.
“Sois hijos de Dios creados a su imagen y semejanza”.

130
LIBRO III

El lago y el visitante
Abrid vuestro corazón, amados lectores de estas sencillas páginas de
amor y enciende la luz de vuestro corazón, para que veais con claridad y
podais comprender las pequeñas verdades que hoy vais a recibir.
Amados míos, dispuestos con un corazón encendido en amor, ini-
ciaremos la plática de hoy con el tema más bello y perfecto como es el
AMOR.
Estais sentados a la orilla de un lago, apoyados en un frondoso ár-
bol, que os sirve de asiento y a la vez de parasol; os sentís rodeados
de paz, tranquilidad y armonía; observais el lago que al contacto
con el viento, se mueven sus aguas en un vaivén suave y tranquilo,
y el vientecillo acaricia vuestro rostro. A lo lejos veis una bandada de
pájaros que cruzan el espacio y os saludan con sus trinos armonio-
sos. El vaivén, de las olas, llama vuestra atención y pensais en el
movimiento permanente, día y noche de las olas del lago. Pensais
también en la vida que en su seno, se gesta, se desarrolla, se multi-
plica y se extiende en toda la inmensidad del lago. Pensais también
en el alimento que el lago en sus entrañas encierra para la humani-
dad, no solamente contiene vida que puede ser alimento para el
hombre, sino también curación para sus enfermedades. Pensais tam-
bién en el comportamiento del hombre, frente o con respecto al
lago; pensais, además, que el agua es el símbolo de la vida, que sin
ella moriríais y toda la vida que él contiene.
En estos pensamientos estais sumergidos, cuando de repente se os
aparece un gallardo hombre, con sonrisa afable y después de un
afectuoso saludo, se sienta a vuestro lado, también apoyándose de-
bajo del árbol.
Vosotros estais asombrados de la llegada de este visitante, pues, no
lo esperabais, y comienza el siguiente diálogo.
Visitante –Que tranquilidad se siente en este bello lugar, se respira
aire puro, paz y nos lleva a profundizar en reflexiones, que lejos de
aquí no ocuparían espacio en nuestra mente. Pues, generalmente se
dedica la mente a pensar en aquello que cotidianamente experimenta.

131
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Ahora vosotros interesados en lo que el visitante ha dicho, lo rodeais


y le decís que continúe hablando, pues, os parece muy interesante
lo que el piensa respecto al lugar; y el visitante continúa. “Cuando
me acerqué a vosotros estabais en profundo silencio y meditabais
sobre el lago, pensabais y pensabais, pero, no llegaste a ninguna
conclusión. Pues, este humilde servidor os diría a vosotros que debe-
riais compararos con el lago de la siguiente manera:
Vosotros sois el lago, que se mueve y respira impulsado por el vien-
to. El viento es la fuerza impulsadora que os lleva al movimiento y
con éste a la acción, que es tan poderosa, que podeis transportar
embarcaciones de un lugar a otro, y que sin, esa fuerza impulsadora
no podriais hacerlo. En vuestro interior, al igual que el lago estais
llenos de alimento que podeis dar de comer a vuestros hermanos,
alimento espiritual, con el que podeis saciar el hambre para siem-
pre, de vuestros hermanos. Este alimento que teneis en vuestro in-
terior, es el pan del amor y con este pan también podeis sanar sus
cuerpos. El pan del amor que en abundancia lo teneis en vuestro
corazón, a semejanza del lago debeis darlo sin distinción, y siempre
que venga a vosotros aquel hermano hambriento de amor, haced
como el lago que no niega a nadie su comida y la da en abundancia.
De la misma manera, que sucede en el lago, en vuestro interior se
gesta la vida que se desarrolla y se multiplica y es vuestra vida inte-
rior que una vez desarrollada por el amor en todas sus facetas: com-
prensión, aceptación, perdón, ayuda, solidaridad, fe, paciencia, to-
lerancia, justificación, consideración, compasión, se multiplica dándola
a vuestros hermanos.
También, si os deteneis a pensar en este árbol, observad que él es el
pan de amor, pues, os permite que descanseis bajo su sombra, cuando
lo deseeis y el tiempo que deseeis. Es el amor actuando en él.
Además, también pudisteis observar la bandada de pájaros que con
sus trinos alegres os saludaron a todos sin excepción; es el cántico
del amor que vive en ellos.
Y continúa el visitante: Todo el amor de Dios está reflejado en todas
sus obras y también en vosotros, únicamente debeis, reflejarlo al
igual que el lago, el árbol, y la bandada de pájaros. Diciendo esto el
visitante se alejó perdiéndose en la distancia.

132
LIBRO III

Amados míos, pienso que habeis comprendido las palabras del visi-
tante, quien al comienzo de la plática os dijo que encendierais la luz del
amor en vuestro corazón, pues, solamente el amor que deis podrá ali-
mentar con una palabra de consuelo, de apoyo, de comprensión, a vues-
tros hermanos; como también el amor podrá curar las enfermedades del
alma y del cuerpo de vuestros hermanos.
Deseo, amados míos, que con esta sencilla plática, a partir de hoy
abrais vuestro corazón y encendáis la luz del amor para que seais las
lámparas vivas que alimenten y curen con su amor a quienes os rodeen,
que os deis como lo que sois el dulce pan del amor.
Amad, amad siempre en todo momento y en cada lugar sin
discriminación.
“El amor es eterno”.

133
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La Madre Tierra
Amados hermanos en la luz, levantad vuestro corazón y elevad una
oración por vuestro Planeta, decid:
“Amado planeta Tierra, te amo, te bendigo y te envuelvo en mi amor
divino y te doy gracias por el servicio que nos has prestado y nos
sigues prestando, por vuestra acogida en cada una de nuestras exis-
tencias y porque siempre teneis abiertas las puertas de vuestra es-
cuela de donde, cada vez aprendemos más. Gracias planeta Tierra
por vuestro servicio incondicional.
Y a la vez os pedimos perdón por el mal uso que hemos hecho de la
energía divina, presente en vuestro ser y en todos vuestros reinos.
Le pedimos perdón a todas y cada una de las criaturas que confor-
man vuestros reinos y desde ahora nos proponemos a enmendar el
daño que hayamos causado consciente e inconscientemente.
Gracias Planeta Tierra”.
Con esta pequeña y sencilla oración, habeis reconocido vuestro pla-
neta como una creación más de vuestro padre creador, como también
habeis reconocido y aceptado que debeis gratitud a vuestro globo, y ade-
más, que también sabeis del gran daño que estais causándole con vues-
tros pensamientos negativos y destructivos y con vuestros sentimientos
tan pesados y hostiles capaces de generar guerras y conflictos en vuestras
vidas en vuestras familias, con vuestros vecinos y amigos y con toda la
humanidad. También en esta oración os habeis comprometido a borrar
el daño que le habeis hecho, lo cual ha traído graves y delicadas conse-
cuencias. Por ello mis amados, desde ahora, vuestros actos, si os com-
prometeis de corazón, deberán ser amorosos.
Con estos pequeños parámetros vamos a dar comienzo a nuestra plá-
tica de hoy: La Madre Tierra.
En un poblado no muy lejano, vivía un zapatero y un carpintero
que cotidianamente prestaban alegres y contentos sus servicios a la
gente del poblado. Los pobladores unas veces llevaban sus zapatos
desgastados para que fueran arreglados en la zapatería del poblado.
Otras veces se dirigían a la carpintería para que les hicieran algún
mueble de tal o cual madera.

134
LIBRO III

Así pasaba la vida en este poblado tranquilo, y el zapatero y el car-


pintero trabajaban alegres y contentos sus encargos.
Un buen día estaba el zapatero, como de costumbre arreglando los
zapatos que le habían encargado, cuando sin darse cuenta se cortó
con la navaja y aterrado vio como la sangre se deslizaba por sus
dedos y a lo largo de la mano caía a la tierra, prontamente, fue
curado y la hemorragia terminó.
Después de este pequeño accidente, las actividades del zapatero
continuaron, pero, él quedó muy pensativo. Por las noches solo en
su habitación meditaba en el pequeño accidente y lo asociaba con la
muerte de Jesús Nazareno. Pensaba en la poca sangre que había
perdido y cómo la tierra, abajo de sus pies, la absorbía, entonces,
comprendió muchas cosas acerca de la pasión y muerte de Jesús
por la humanidad.
Algunos días después, fue a visitar a su amigo el carpintero, le contó
lo que le había sucedido con la navaja cuando estaba trabajando y
los pensamientos que se le venían a la mente por las noches.
Entonces, el carpintero asombrado al escucharlo, le dijo que a él le
estaba sucediendo algo parecido, pues, cada vez que el cogía el ce-
pillo para cepillar la madera, se le venía a la mente el recuerdo, de la
crucifixión de Jesús, pensaba en la cruz pesada que el arrastraba
hacia el calvario, y decía que no podía comprender, cómo un árbol
que presta tantos beneficios a los hombres, hubiera sido empleado
para esta crueldad.
Los dos amigos decidieron reunirse cada noche antes de irse a dor-
mir, para meditar sobre la pasión y muerte de Jesús de Nazareth.
Pasaron los días y estando ellos en su meditación vieron cómo la
tierra desde lo alto era bañada con sangre, que la lavaba dejándola
limpia, purificada y convirtiendo toda su oscuridad en una bella luz
que se expandía hacia toda la humanidad que también resplandecía
en luz.
Terminada su meditación se preguntaban, por qué después que Je-
sús con su purísima sangre había lavado todas las iniquidades de los
seres en la Tierra, dejándolo purificado y redimido, el hombre con-

135
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

tinuaba contaminándose y contaminado la Tierra, después de haber


sido redimida de toda contaminación espiritual emanada por ese
entonces por toda la humanidad.
Con estas reflexiones continuaron sus labores cotidianas.
Amados míos, que bello es cuando amorosamente, se presta un ser-
vicio planetario desinteresadamente, pero, cuán lamentable es subesti-
mar el servicio prestado, es como cuando vuestra servidora doméstica,
barre, limpia y asea vuestra casa y al momento vosotros la ensuciais
indolentemente.
Hermanos de la luz, esto es lo que vosotros haceis con vuestros pen-
samientos, con vuestros sentimientos, con vuestras palabras y con vues-
tras acciones, nuevamente teneis vuestra casa sucia y desaseada. ¿Por
qué, amados míos, no os deteneis y pensais en esto? En verdad que es
muy apremiante que tomeis la escoba del buen pensar, el buen sentir, el
buen hablar y el buen actuar y comenceis a barrer y a asear vuestro
planeta que tanto os ha servido, mas, sin embargo, lo estais destruyendo
con tanta basura que le arrojais desde dentro de cada uno de vosotros.
Hoy, amados hermanos, deseo suplicaros que seais conscientes de
esto, por favor y comenceis a cambiar vuestra actitud hacia vuestro glo-
bo, pues, no contaminan tanto los tanques de guerra, como vuestras ac-
ciones contaminan a vuestro planeta. Despertad amados míos y comien-
za a caminar despierto por vuestro globo.
“Las acciones, las palabras, los sentimientos y los pensamientos amo-
rosos purifican vuestro globo”.

136
137
PRIMERA PARTE

A los padres carnales

E ste capítulo se lo dedico a todos los padres del mundo.


Amados hijitos de mi amor, os envuelvo en mi manto maternal y os
cubro con mi amor de madre.
En estos momentos deseo que cerreis vuestros ojos carnales y abrais
vuestros ojos espirituales.
Entrad ahora en el recinto de mi amor y ubicaros al pie de mi regazo.
Descargad allí todas vuestras cargas que mi amor os dará alivio y
paz. Ahora que estais más ligero y descansado vais a escuchar esta hu-
milde plática que la más humilde de las madres os puede dar. Escuchad
atentamente.
Había en un sencillo y tranquilo lugar una aldea habitada, por al-
deanos oriundos de la región, todos sus ancestros venían de esa
región, lo cual hacia muy fácil la relación entre los aldeanos, pues,
conocían muy bien, de donde descendían cada familia e inclusive
tenían cierto parentesco entre sí.
Laboraban en las diversas actividades que les permitían tener una
economía estable y equilibrada.
Entre estas conocidas y tranquilas familias, existían familias más
acomodadas que otras, pero, igual el trato entre ellos era cordial y
fraternal.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Una vez a una de las familias acaudaladas se les presentó a su casa


un extranjero con su familia pidiendo que le dieran trabajo, pues, de
la región de donde venía, no había podido conseguir y su familia
estaba muy necesitada. Los padres de la familia acaudalada accedie-
ron a la petición de los padres de la familia extranjera, los instalaron
y le asignaron a los padres las tareas que debían hacer. Así comenzó
en esta familia acaudalada toda una nueva experiencia con los re-
cién llegados.
Todo al comienzo estuvo muy bien, pues, los padres de la familia
extranjera, eran muy laboriosos y sumisos a las órdenes que les eran
impartidas, mientras sus pequeños hijos jugaban con los hijos de sus
patrones.
Sucedió, una vez, estando los niños jugando, el menor de los hijos
de los servidores golpeó, al menor de los hijos de los patrones, el
niño golpeado, sin intención obviamente, salió corriendo hacia la
casa de sus padres, contándoles entre lágrimas y llanto lo sucedido.
Los padres furiosos con el pequeño de los servidores, le llamaron y
lo reprendieron fuertemente, luego llamaron a los padres servido-
res, le informaron lo sucedido y estos avergonzados por lo sucedido
pidieron disculpas a los patrones, y le dieron una severa paliza al
menor para que no lo volviera hacer, el menor lloró amargamente
por la paliza recibida y por el regaño de los patrones.
A partir de ese momento, la carita del niño dejó de sonreír y perma-
necía con una expresión severa y dura. Pasaron los días y volvieron
los hijos de los patrones a invitarlo a que jugaran de nuevo, el niño
resentido y adolorido les dijo que el no quería volver a jugar porque
después sus papás le pegaban.
Sin embargo, tanto le insistieron que lo convencieron y se fue a
jugar con sus amigos. Estaban jugando a las escondidas y uno de los
hijitos mayores de los padres servidores se escondió en un hueco
formado por enramadas y árboles, para que no lo encontraran, pero,
lastimosamente el niño no se dio cuenta y cayó en una alcantarilla,
gritó desesperadamente para que lo fueran auxiliar, pero, fue en
vano, pues, cuando lograron encontrarlo, ya se había ahogado. Esta
dolorosa tragedia enlutó los corazones de los padres servidores y
creció en ellos odio y rencor contra los hijos de sus patrones, quie-

140
LIBRO IV

nes habían comprendido que esto había sido un accidente y que no


había que culpar a nadie. Pasó el tiempo, los padres servidores se-
guían trabajando muy laboriosos y el hijo menor crecía y cada vez
su expresión era más melancólica y austera. Sus padres no perdían
oportunidad en recordarle el suceso con su hermano haciéndole
sentir cada vez más culpable de la muerte de su hermano, pues, le
decían: si usted no se hubiera ido a jugar con su hermano él tampo-
co hubiera ido y aquí estaría con nosotros; usted no ha hecho sino
causarnos problemas; nos tiene aburridos.
Esta cantaleta resonaba cada vez en la mente del hijo y desesperado
un día resolvió tirarse de un barranco y murió.
Amados hijos-padres de mi corazón, esto que tan atentamente ha-
beis leído es un diminuto ejemplo de los millares de casos que vosotros
padres de familia experimentais en vuestro globo, en infinitud de casos
diferentes, donde os quejais del comportamiento de vuestros hijos, que
os llenan de angustias, problemas y perdeis la tranquilidad. Muchas ve-
ces teneis que ir a las cárceles para poder llevarles un pan; otras veces los
veis vagando por las calles desquiciados y enfermos; otras veces los veis
involucrados en la delincuencia y en la prostitución femenina y masculi-
na. Y otras veces os quejais de la ingratitud con que vuestros hijos os
pagan, cuando ya se van del hogar materno, pues, pensais que es injusto
que después que habeis dedicado los mejores años de vuestra vida terre-
nal en el sostenimiento, crianza y educación se vayan y no los volvais a
ver; o verlos de vez en cuando.
Amados hijitos-padres, os dije al comienzo que dejarais vuestras car-
gas al pie de mi regazo y ahora os digo que esa carga tan pesada que
habeis cargado por años ha sido en gran parte acumulada por vuestro
proceder con vuestros hijos, pues, pensad hoy, ¿cuántas veces desespe-
rado por los asuntos monetarios os desesperasteis y en un ímpetu de
explosión de ira agredisteis a vuestros hijos de palabra haciéndolo sentir
mal y angustiado? o ¿cuántas veces los agredisteis con golpes
justificándoos con la palabra “corrección”; u otras veces cuando lo san-
cionabais prohibiéndole la comida, que para vosotros es fuente de vida y
energía?

141
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados hijitos, no deseo que os sintais culpables, no, solamente de-


seo que reflexioneis en estas palabras, y os hagais un autoexamen, de
vuestro comportamiento con vuestros hijos.
Es natural que debais corregir vuestros hijos, orientarlos y guiarlos,
pues, ese es vuestro compromiso, desde el momento en que elegisteis ser
padres, pero, ¿en qué habeis fallado? Habeis fallado en la forma en que
lo hicisteis, en vez de sembrar en el corazón de vuestros hijos, la correc-
ción amorosa, la comprensión de las cosas; la orientación oportuna; el
compartir con vuestros hijos vuestro tiempo libre; disfrutar con ellos sus
pequeñas e infantiles experiencias; sembrasteis en ellos la semilla de la
violencia, el rencor, el resentimiento y la decepción por la vida.
Entonces, hijitos-padres míos, hago este amoroso llamado a aquellos
padres que aún están sosteniendo y guiando a sus pequeños hijos para
que cada acción frente a sus hijos, esté llena de amor y comprensión y os
sugiero que pidais de lo alto la iluminación y la sabiduría para que podais
recorrer el camino, cogidos de las manos de vuestros hijos, confiados y
seguros de la obra interna que estais construyendo en ellos.
Para aquellos padres, que con acierto amoroso guiaron y apoyaron a
sus hijos hoy debeis estar disfrutando de las delicias del amor que vues-
tros hijos os dan; pues es una ley universal “cosechais lo que sembrais”.
Amados hijitos-padres de mi corazón, hoy deseo darles el consuelo
amoroso a aquellos padres que sufren por sus hijos y os digo que el amor
de vuestro Dios Padre es tan misericordioso que os ha dado la dádiva
divina de más fuerte poder, para que os libreis del sufrimiento y es el
“Perdón”.
Tomad esta dádiva divina y perdonaos entre padres e hijos, para que
deis paso al amor en vuestros corazones y así continueis una vida de
amor, gratitud y paz con vuestros hijos; y los hijos con vuestros padres.
Es el deseo de mi corazón que os perdoneis y seais felices.
Amados hijitos que estais viviendo vuestra experiencia de padres no
entorpezcáis las experiencias de vuestros hijos, con vuestras creencias,
tradiciones de familia o costumbres, aceptad que cada hijo viene al mun-

142
LIBRO IV

do con una participación distinta en el plan divino que debeis respetar y


no debeis imponer vuestra pequeña voluntad, ni obligar a vuestros hijos
que hagan lo que vosotros hicisteis con vuestros padres cuando toda vía
estabais viviendo vuestra experiencia de hijos. Recordad que cada ser
que viene a vuestro globo es único hijo del Padre Creador, por lo tanto, no
penseis sacar de cada hijo un molde de vuestra experiencia.
Recordad siempre mis amados hijitos-padres, que solamente el amor
hace obras perfectas y eternas; observad el amor del Padre Celestial en
todas sus obras e imitadle para que seais reflejo de su amor frente a
vuestros hijos terrenales. Padres terrenales sed perfectos como vuestro
Padre Celestial lo Es.

143
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEGUNDA PARTE

A los hijos de la Luz


Amados hijos de la luz, la paz sea con vosotros.
En este bello y resplandeciente día del luz amor voy a hablaros de
vosotros. Pues, como os habeis dado cuenta en mi humilde saludo los he
llamado HIJOS de la luz, ese será nuestro sencillo tema a tratar.
Permaneced por unos momentos sosegados y tranquilos recordando
aquellos ejercicios respiratorios y en estado de relajamiento y paz, escuchad.
En un sendero que conducía a una gran ciudad vivían dos campesi-
nos con sus hijos a quienes amaban y educaban, todos realizaban
sus sencillas labores en el campo y así pasaban sus vidas en el labo-
reo de la tierra y los quehaceres domésticos. Sus experiencias senci-
llas aprendidas en el diario vivir los enriquecían en sabiduría.
Sus hijos que eran en número siete, cada vez más iban aprendiendo
a cultivar la tierra, y luego al momento de la cosecha ayudaban en la
recolección de los frutos, que luego los padres vendían en la gran
ciudad.
Los siete hijos, bajo el cuidado y protección de sus padres, unos
acataban las sugerencias de sus padres, otros obedecían a
regañadientes y otros eran díscolos y muy desobedientes a las suge-
rencias de los padres.
Los padres a pesar de su escasa preparación académica, pues, no
alcanzaban a tener los estudios primarios, trataban de comprender
y justificar a sus hijos, especialmente aquellos que eran díscolos y
desobedientes.
Una vez, estando laborando en el campo, una serpiente venenosa
mordió al padre de familia y con él se encontraban los tres hijos
menores que eran los díscolos y desobedientes, al ver lo ocurrido a

144
LIBRO IV

su padre, se llenaron de susto y nerviosismo y rápidamente amarra-


ron la parte afectada por la mordida de la culebra y lo llevaron a
casa, lo dejaron con la madre y los cuatro hermanos mayores, y
estos se dispusieron y partieron para la gran ciudad en busca de un
doctor, así fue, trajeron el médico le aplicaron el suero y el peligro
pasó.
Después de esta experiencia los tres hijos menores comenzaron a
cambiar y se volvieron más amorosos y comprensivos con sus pa-
dres. Los cuatro hijos mayores trabajaban sumisos a la palabra de
los padres. Pasaron los años, los hijos mayores, unos se casaron, y
los otros se fueron a la gran ciudad en busca de una mejor vida.
Los hijos menores que ya habían crecido se dedicaron a cuidar a sus
padres ya viejos y a cultivar la tierra.
Los hijos casados venían a visitar a sus padres ancianos y le traían a
los nietecitos con quienes se sentían muy contentos y los hijos que
estaban en la gran ciudad continuamente, le mandaban alimentos y
bebidas a los ancianos padres, para que no les faltara nada.
Cuando los padres ancianos fallecieron, fue para ellos muy doloro-
so pero comprendieron que habían tenido los padres más maravi-
llosos del mundo y daban gracias a Dios por ello.
Amados lectores, que atentamente habeis seguido esta historia, os
invito a que escudriñeis en vuestra vida como hijos que sois o como hijos
que fuisteis y hagais remembranza de cómo fue vuestro comportamiento
o cómo es actualmente vuestro comportamiento con vuestros padres
terrenales.
Como os disteis cuenta en el relato, los personajes hijos menores cuan-
do comprendieron que podían perder al padre optaron por cambiar de
comportamiento y decidieron ser colaboradores, amorosos y quedarse
en la casa paterna para cuidarlos hasta su vejez.
¿Acaso alguno de vosotros como hijos que sois de vuestros padres
terrenales os habeis negado de amar y cuidar de vuestros padres, cuando
lo han necesitado?

145
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

¿O acaso alguna vez, cuando os habeis ausentado os olvidasteis de


vuestros padres y nunca más les enviasteis un comunicado o una ayuda
amorosa?
¿O cuando estuvieron enfermos y solos y os llamaron pidiendo vues-
tra ayuda os hicisteis los sordos?
¿O llegasteis a pensar que vuestros padres ancianos eran una carga
para vosotros? ¿O es más ni siquiera volvisteis a pensar en ellos?
¿O les colaborasteis de vez en cuando, pues, lo hicisteis porque os
sobraba algo para darles?
Amados hijos de la luz, eternamente hijos del Padre Eterno, en estas
pequeñas experiencias que vivís como hijos de padres terrenales, debeis
comprender que es de alta responsabilidad cumplir con vuestros deberes
con ellos, pues, es una ley universal, la ley de la retribución que de no
hacerlo la estaríais violando en sus principios universales y además debeis
recordar también la ley de causa efecto y la ley del Karma, que dice que
cada acción trae una reacción, en otras palabras, recogereis lo que habeis
sembrado y se os pagará con la misma moneda.
Esto amados míos, no es para que os lleneis de miedos ni temores,
sino únicamente para que tengais conocimiento de las consecuencias
que encierran cada uno de vuestros actos. Por ello os decía que es de alta
responsabilidad vuestros deberes con vuestros padres terrenales.
Y ahora, pensad acerca de vuestros deberes con vuestro Padre Crea-
dor. Se os dio un mandamiento “Amar a Dios sobre todas las cosas”. Es
el mandamiento más importante y el primero de los diez.
Os pregunto: ¿estais cumpliendo con este sagrado mandamiento de
amar por encima de todas las cosas al Dios-Padre que os ha dado la
existencia y lo que sois?
Amar a Dios sobre todas las cosas es entender que sois, parte de Él y
por consiguiente debeis amarlo como os amais a vosotros mismos, pues,
al hacerlo estais reconociendo que estais amando al que os ha creado y
a quien os ha dado la vida, la vida eterna. Que si no fuera por el amor

146
LIBRO IV

que vuestro Padre Celestial os tiene, no habríais existido, pues, fuisteis


creados en un acto de amor del Padre Eterno y por ello sois hijos eternos
del Padre Creador.
¿Es que se pueden amar otras cosas más que aquel ser que nos ha
dado la existencia eterna a su imagen y semejanza?
Pensad amados míos, en este primer mandamiento y tomad concien-
cia de lo que se os está mandando, y pensad si verdaderamente lo estais
cumpliendo, si verdaderamente estais cumpliendo con vuestro deber de
“Amar a Dios sobre todas las cosas”; este mandamiento encierra la ley
de la gratitud eterna para con quien nos ha creado.
Por ello, mis amados hermanos, hoy es un día de reflexión si no amais
a quien os ha creado, ¿a quién podrías amar? Pues, sin vuestro creador
no existiríais.
Hijo “Ama a Dios sobre todas las cosas”.

147
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

TERCERA PARTE

La naturaleza y la abundancia
En esta corta y breve plática os traigo uno de los regalos más grandes
que el universo os ha dado y es la prosperidad.
Ubicaos, amadísimos hermanos, en el centro de un jardín donde hay
flores de todos los colores, de todas las fragancias, de todos los tamaños
y de todas las formas. Ahora, tomad en vuestras manos, un ramillete de
flores de este jardín. Observadlas y mirad la belleza que exhalan cada
una de ellas; ahora mirad en cada una de ellas las partes que las compo-
nen y vais a tratar tomando los elementos que la componen, de formar
una flor parecida a las que teneis en vuestras manos. Como veis bien mis
amados hermanos, cuán os ha parecido difícil elaborar una flor, mas,
para la naturaleza es algo sencillo.
Ahora intentad de nuevo elaborar ya no una flor, sino una sola parte
de ella, la que deseeis, obviamente que será más difícil, pues, no sabeis
donde encontrar el material de que está formada esa parte de la flor y
mucho menos como hacer el material de que está constituida, por ejem-
plo, cómo podrías elaborar un pétalo, sin embargo cuando tomasteis el
ramillete de flores no pensasteis en esto, simplemente lo tomasteis y dis-
frutasteis de la belleza y el regocijo que os proporcionó.
Carísimos hermanos, los he llevado a esta pequeña experiencia, para
que os detengais a pensar en la abundancia que se expresa a través de la
naturaleza, y como bien sabeis, es el templo de mayor sabiduría que
teneis a vuestra disposición, y habeis observado también la abundancia
en número y especie de los diferentes tipos de animales que se encuen-
tran en ella, todo si observais bien os muestra la abundancia.
Además, si os deteneis a mirar el océano es muy grande y la cantidad
de agua que contiene al igual que los ríos y las quebradas, los lagos y las

148
LIBRO IV

lagunas también acumulan cantidades de agua en este aspecto, también


la naturaleza os muestra la abundancia.
Pero al igual que la flor, no podeis elaborar una parte de estos, pero,
sin embargo sabeis que ahí está a vuestro servicio.
Os pregunto, carísimos hermanos, si la naturaleza es abundante en
todos sus aspectos ¿por qué vosotros muchas veces escaseais de lo nece-
sario para vuestra vida?
Y es más recordad que se os dijo: “Mirad los lirios del campo que no
tejen ni hilan, mas sin embargo ni Salomón con todas sus riquezas no
pudo vestir como uno de ellos”.
Luego si analizais bien, por vuestra esencia misma de que habeis
sido creados, sois abundantes por naturaleza, tomad conciencia de esto,
pues, a través de vuestros pensamientos, que es la fuerza creadora al
igual que vuestros sentimientos, podeis traer a vuestra vida todo cuanto
necesiteis para que podais realizar vuestra experiencia. Recordad que
sois creadores como vuestro Padre Celestial lo Es, pero como tal, única-
mente creais vuestra propia escasez cuando os dedicais a emitir pensa-
mientos y sentimientos de pobreza y miseria, rodeando vuestra vida de
estrechez que os puede llevar a la desesperación.
¡Oh! Amados míos, si vuestra riqueza está en el poder precipitador de
vuestra conciencia, ¿por qué no cambiais de actitud y poneis a vuestra
disposición ese poder?
Amados míos, comenzad desde hoy a anular todo pensamiento y todo
sentimiento que no sea de prosperidad, de bienestar, de felicidad y dicha.
Procurad rodear vuestra vida de pensamientos y sentimientos bellos y
puros y entonces tendreis al alcance de vuestras manos todo lo bueno de
la vida y os convertiréis en imanes de prosperidad.
Por ley de prosperidad no debeis escasear de nada, luego, ponte des-
de ahora a trabajar una mente y un sentir positivo y vereis la prosperidad
circundando vuestro mundo.

149
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La bella princesa
Amados míos, vamos a disponernos para iniciar esta sencilla y bella
plática que traerá a vuestra vida consuelo y amor.
Cerrad vuestros ojos, ubicaros en el centro de vuestro corazón, mirad
allí la resplandeciente presencia de Dios, contempladla por unos momen-
tos y suavemente abrid vuestros ojos.
Había una vez en un país lejano una bella princesa que su fama se
extendía por todo el territorio por su belleza física; era tan bella y
resplandecía tanto su belleza que viajeros de toda estirpe venían a
aquel país para conocerla y poder aunque fuera por unos momen-
tos deleitarse de la belleza de la princesa.
Una vez estando la princesa sentada a la orilla del estanque en los
jardines de su palacio se miró en la superficie del agua del estanque
y vio cómo su bello rostro se retrataba en las aguas y con el movi-
miento del agua su rostro se desdibujaba, y unas veces su rostro era
alargado, otras veces se veía ancho y achatado y otras veces lo veía
ondulante y deforme. Esto causó en la princesa una profunda an-
gustia, pues, jamás había visto su bellísimo rostro desfigurado. Muy
apesadumbrada la princesita le preguntó al agua del estanque por
qué en el no se reflejaba la belleza que todos veían en ella. El estan-
que, con sus aguas tranquilas y armoniosas le respondió de esta
manera:
Princesita, habeis buscado la belleza que todos admiran, en la pro-
fundidad de mis aguas, pero, como habeis visto se ha presentado a
vuestros ojos desfigurada de tal manera que no concuerda con la
belleza que vuestro rostro irradia fuera de la profundidad de mis
aguas. Veis, amada princesita, ¿que fácil es distorsionar la realidad
cuando la buscais afuera y no en la profundidad de vuestro ser,
donde verdaderamente os vereis tal como sois?
Al escuchar esto la princesa corrió al palacio llorando.
Amados míos de mi corazón, ¿cuántas veces en vuestra vida habeis
hecho el papel de la bella princesa, cuando sois aplaudidos por esto o
aquello que a los ojos de los demás es merecedor de aplausos y adulacio-
nes, y entonces os creeis irresistibles, orgullosos y arrogantes?

150
LIBRO IV

O cuántas veces os ha sucedido lo contrario, habeis realizado gran-


des faenas, para vuestro parecer, y para los ojos de los demás, pasan
desapercibidos o simplemente les parecen normales y entonces, os sentís
defraudados porque esperabais el reconocimiento que jamás os fue dado,
pero, que bien sabeis que todo lo habeis hecho muy bien, poniendo vues-
tro esfuerzo e interés.
Amados de mi corazón, deseo que llegueis a la comprensión de los
anteriores planteamientos y entendais, que cuando habeis estado bus-
cando el reconocimiento de los demás, habeis demostrado claramente
vuestra inseguridad, estais demostrando vuestra necesidad de ser aplau-
didos para sentiros bien y cuando esto no sucede, entonces sufrís.
Por esto os deseo que mireis en el fondo, del estanque de vuestro
corazón y os veais realmente como sois sin apariencias que lo único que
han hecho es empañar la realidad de vuestro ser y vuestra belleza interior.
Buscad siempre hermano mío, en vuestro interior, para que veais la
realidad tal como es y os veais despojado del ropaje del ego que única-
mente os da engaño, desilusiones y sufrimiento; a partir de hoy busca tu
verdadero ropaje de luz que siempre habeis vestido y que sólo el ego
había opacado, que eternamente ha resaltado vuestra belleza.
“Vuestra belleza resplandece por siempre en vuestro verdadero ser”.

151
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Servicio a la humanidad
¡Alegraos! Hoy amadísimos hijos de la luz, pues, ha llegado la hora de
servir.
Disponeos mentalmente para este servicio que vais a realizar hoy con
vuestros hermanos, la humanidad.
Siempre se os ha hablado que debeis servir a vuestros hermanos,
padres y parientes, a vuestros vecinos y amigos, pero, muy pocas veces
se os ha hablado de servir a vuestro planeta Tierra, pues bien, hoy mis
amados y carísimos hermanos, vais a realizar un servicio universal de los
tantos que hay, con vuestro planeta.
Este servicio lo podeis realizar desde vuestro humilde hogar solo o en
compañía.
Con los ojos de la mente abiertos, mirad vuestro corazón y la luz que
en él resplandece, introducíos en ella y fusionaos en esa luz, ahora que
sois lo que realmente sois, ved vuestro planeta azul flotando en el cosmos
infinito y deslizándose vertiginosamente por la órbita marcada por el amor
del Padre Creador.
Ahora, vosotros como luz os vais a expandir por todo el cosmos infi-
nito y vais a irradiar vuestra luz vuestro planeta, cubridlo con esa radia-
ción de colores semejante a los colores que observais cuando contemplais
el arco iris; y vais a depositando al rededor de vuestro planeta una franja
de luz de cada color del iris, de tal forma que veais vuestro planeta des-
plazándose en el espacio en medio de siete franjas de color blanco, viole-
ta, rosa, dorado, anaranjado, verde y azul, de cada franja veis como de
su luz van descendiendo legiones de ángeles guiados por sus arcángeles
que a la cabeza de éstos van llegando a la Tierra envolviéndolo con las
características propias de cada franja, así los ángeles de la franja blanca
irradian pureza, resurrección a cada ser que mora en el planeta y al pla-
neta mismo, para que la luz de la pureza limpie cada mente y cada cora-
zón de sus pobladores y del planeta, que la luz pureza y resurrección
irradiada, lleve al despertar espiritual y asciendan a otro nivel superior de
conciencia.

152
LIBRO IV

Los ángeles de la franja violeta impregnan cada corazón de arrepen-


timiento y perdón para que cada ser sea purificado y liberado de sus
errores y ataduras, y logren la libertad espiritual.
Los ángeles de la franja rosa, envuelven en amor divino todas las
mentes y los corazones de todos los seres y al planeta, para que única-
mente el amor divino sea el sentimiento y el pensamiento que dirija a
todos los pobladores y a la Tierra misma, para que se amen los unos a los
otros como se aman ellos mismos.
Los ángeles de la franja dorada irradian la luz de la iluminación y la
sabiduría que se extenderá a toda la humanidad, para que la ilumina-
ción señale a cada ser su sendero, y la sabiduría los convierta en sabios
para que elijan con sabiduría el camino correcto.
Los ángeles de la franja anaranjada irradian la gracia de la abundan-
cia espiritual y material, para que cada ser la ponga al servicio de vues-
tros hermanos y de su propio globo.
Los ángeles de la franja verde dan su abundante irradiación para que
resplandezca la verdad en cada mente y en cada corazón, que una vez
que la conozcan serán totalmente libres.
Los ángeles de la franja azul irradian la luz de la fe iluminada en cada
corazón y la divina protección para que los moradores del planeta per-
manezcan bajo la voluntad divina que los guiará por el sendero de la
felicidad eterna.
Mantened este cuadro en vuestra mente por unos momentos y luego
vais poco a poco recogiendo vuestra propia luz y con ella las siete franjas
de luz, retornad a vuestro corazón y regresad a vuestro tiempo y lugar.
Amados carísimos hermanos, el servicio que acabais de prestar a
vuestro planeta y a la humanidad ha sido de gran ayuda, pues, habeis
logrado llegar al corazón que palpita en el planeta y en cada ser y en
muchos la semilla de luz que habeis esparcido germinará, con esto os
digo, que muchos seres despertarán sus conciencias y volverán al cami-
no correcto en sus vidas y enmendarán los errores cometidos.

153
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

“Gracias hermanos por este servicio que habeis prestado”.


Os ruego hermanos, que cada vez que podais servir a la humanidad
y a vuestro planeta, lo hagais impulsados por el amor que resplandece en
vuestros corazones. Siempre que podais servir debeis hacerlo, pues, en
verdad que os estais sirviendo a vosotros mismos; lo que dais a la huma-
nidad os lo estais dando a vosotros mismos.
Por esto amados de mi corazón, os exhorto a que sirvais con más
frecuencia y de esta manera os unais al servicio que nosotros los Maes-
tros, prestamos a vuestro planeta perennemente.

154
LIBRO IV

CUARTA PARTE

Por el sendero del silencio


Amados hijos de la luz os saludo amorosamente y os envuelvo en mi
luz.
Entraremos hoy a un espacio donde el silencio y la paz serán quienes
dirigirán la plática de hoy.
Recogeros por un momento y entrad en el espacio infinito de vuestro
ser, allí ubicaros en el centro de vuestra luz y ahora avanzad lentamente
hacia el silencio y la paz que os rodean, centraos allí y esperad.
Ahora amados míos, escuchad silenciosamente con vuestros oídos
internos los sonidos que emiten el silencio y con vuestro ojo interno mi-
rad la luz que emana de la energía de la luz paz.
Vais desplazándoos, en estos momentos por un sendero silencioso y
lleno de paz; adentrándoos en el sendero cada vez más os vais armoni-
zando acallando vuestro ser y llenándoos de paz. Ahora veis el sendero
silencioso que se abre y os lleva aun lugar donde el sonido no emite soni-
do, mas, sin embargo lo percibís y sabeis que allí está. Entrais a este lugar
y observais que todo vuestro ser ya no emite sonidos y sois cada vez más
silenciosos y quedais sosegados y llenos de paz. Vais adentrándoos cada
vez más en este lugar que os ubica en el gran silencio y allí permaneceis
sumidos en el profundo gran silencio.
Permaneceis allí mientras veis que del gran silencio se van desplazan-
do seres de gran luz que se dirigen a vosotros, os toman de las manos y os
llevan a un lugar de quietud y silencio rodeados de estos seres de luz
sentís que habeis comenzado a aprender de los Maestros del silencio.
Todo en vosotros se ha callado, todo es silencio. En estos momentos
estais asimilando la sabiduría de los Maestros del silencio, sin tiempo ni
espacio.

155
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Regresad ahora al lugar donde el camino se abrió y volved por el


sendero silencioso tomando conciencia de vuestros cuerpos sus sonidos
y volved al estado de vigilia.
Amados lectores, de mi humilde corazón, este pequeño ejercicio que
habeis realizado, es sencillo y podeis practicarlo cada vez que lo deseeis
que os será de mucha ayuda para que logreis aquietar vuestra mente que
es el sendero que debeis caminar en el silencio hasta que llegueis al gran
silencio de vuestra mente y así llegar a la conciencia pura, donde todo
absolutamente todo es posible y lo podais traer a la manifestación.
Comenzad desde ahora, amados de mi humilde corazón, a practicar
y comprobareis esta pequeña verdad, pero debeis recordar siempre que
empleeis esta verdad únicamente para vuestro bien y el de vuestros her-
manos, pues, de lo contrario también como un bólido se volverá contra
vosotros. Bien sabeis que todo lo que sale regresa al punto de partida es
una ley cósmica inexorable, por lo tanto debeis estar atentos a estas hu-
mildes recomendaciones.
Es mi deseo que esta corta plática sea del gran ayuda para vuestro
despertar espiritual.
Maestro del silencio.

156
LIBRO IV

La gratitud
En este día de paz y de amor, con infinito amor y profunda humildad,
vengo cargado de flores de amor que colocaré en vuestras existencias.
Hoy iniciaré mi sencilla plática, que llenará vuestra alma de regocijo y
esperanza. Vamos a cantar al Sol radiante, que sois el himno de la gratitud.
Una vez en un puerto lejano, donde buques de pesada carga carga-
ban y descargaban sus mercancías, como de costumbre los braceros
del puerto a las cinco de la tarde terminaban sus labores y se dirigían
a sus casa cansados del duro trabajo que durante el día realizaban.
Estando una vez uno de los braceros absorto en su trabajo no escu-
chó la alarma que sonaba indicando que el día de trabajo había
terminado y así fue que partieron los compañeros de trabajo y el
quedó muy entretenido bajando una carga que había llamado su
atención por lo ligero y suave, pues, el esfuerzo que había hecho
para transportarlo era muy poco. Lleno de curiosidad, pegó el oído
muy cerca de la carga para ver si podía percibir algo que le indicara
el contenido de la carga; pero fue en vano, pues, no lograba escu-
char nada, ni una pista que le diera indicios de tal contenido.
Cuando terminó de colocar la carga en su lugar, sintió un poco de
sueño se recostó sobre la carga y se quedó profundamente dormido.
Y soñó que de la carga donde él estaba recostado, salía un resplan-
dor que cada vez se hacía más intenso y se expandía conformando
una figura de resplandeciente luz, la figura, que ya había tomado la
forma de un hombre apuesto de facciones serenas y bellas se le
acercó y le dijo:
Todo el día he estado cargando tu pesada carga para que vuestros
hombros no se lastimaran, ni tu cuerpo sintiera cansancio, he pasa-
do todo el día realizando vuestras labores para que al llegar a vues-
tra casa, podais compartir con vuestra esposa y con vuestros hijos,
sin que el cansancio os perturbe, para hacerlo. He pasado todo el
día, llevando a mi espalda el ardiente Sol, para que no sufrieras las
quemaduras y el sofoco que éste os ocasiona.
He pasado todo el día soportando vuestra sed, para que no sintieses
la tortura de la sed y he pasado todo el día cantándoos mi canción
de amor para que no os sintieseis solo.

157
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Diciendo esto resplandeció la carga y el hombre desapareció.


Asombrado el bracero por el sueño que tuvo despertó pensativo y
se dio cuenta que había oscurecido. Regresó a casa y tal como soñó,
la esposa y los hijos habían preparado una exquisita comida, por-
que justamente ese día era el cumpleaños del bracero, quien com-
partió con su familia amoroso y alegremente.
Amados míos, ¿qué hariais si en vuestra jornada de trabajo, encon-
trarais un amigo, que permaneciere a vuestro lado en vuestros momentos
difíciles, en los momentos que tuviereis excesivo trabajo y él junto conti-
go saldría tarde del trabajo, por ayudaros a que termineis vuestro excesi-
vo trabajo? ¿Qué hariais, si vuestro amigo de trabajo una vez que no
pudisteis ir almorzar porque no teníais tiempo para hacerlo, te compartió
el suyo? Y ¿qué hariais con el amigo de trabajo, que cuando os enferma-
bais adelantaba vuestro trabajo?
Obviamente que tendriais por él una gran estimación y sentiriais por
él una gran gratitud y estarías presto a ayudarle cuando él lo necesitara,
¿no es cierto?
Pues, bien amados míos si eso hariais. Os pregunto ¿creeis que la
gratitud se debe solamente para aquel que os ha ayudado en vuestra
vida? Ciertamente que no, pues, si os deteneis a pensar todo cuanto Dios
Padre ha creado os ha ayudado en vuestra vida y os ha servido sin con-
diciones. Por ello, hoy os llevo a que reflexioneis, ¿si habeis sido gratos
con todo aquello con lo que el buen Dios os ha dado? ¿Si habeis sido
gratos con el amor de Dios que ha estado siempre presente en todas sus
criaturas? ¿Si habeis sido gratos con Dios Padre por haberos creado y
daros la vida? ¿Si habeis sido gratos con todos los seres que os rodean?
La gratitud, hermanos míos es inherente a vuestra esencia, por lo
tanto, no permitais que se recubra con el olvido y la ingratitud. Descubre,
carísimo hermano en la luz, la gratitud que resplandece en vuestro cora-
zón y permite que fluya a través de vuestros actos.
Sed gratos amados, que la gratitud esté a partir de esta sencilla pláti-
ca presente en vuestra mente y en todos vuestros actos.
Os amo.

158
LIBRO IV

Disciplina y constancia
Amados hijos de la luz, os envuelvo en mi luz y os doy mi amor.
Abrid vuestros ojos internos porque vais a leer en vuestra alma el
sencillo mensaje que esta pequeña plática encierra.
Todos los días al amanecer, las aves del mundo entero, elevan al espa-
cio trinos diversos, que conforman un concierto de trinos, que se podría
decir, que es una pieza musical entonada por un coro de aves de diferen-
tes especies, mas, sin embargo, se unen para entonar la misma página
musical.
Hoy amados míos, os invito a que percibais con vuestros propios
oídos los trinos que en cada amanecer cantan las aves sonoras. Como
también os invito a que trateis de identificar el trino que corresponde a
determinada especie de aves. Obviamente, que si estais versado en el
conocimiento acerca de las aves se os será mucho más fácil identificarlos
que aquellos seres que no lo tienen, mas también podrán identificar uno
que otro trino.
Una vez que hayais realizado esto, comienza a deleitaros en aquellos
trinos que lograste identificar y que son agradables a vuestros oídos.
Dejaros llevar por estos musicales trinos y tratad de darle sentido a cada
uno de ellos, hasta que logreis interpretar en vuestro idioma cada trino.
Tan pronto lo interpreteis comenzad a hilvanar los cantos para que ar-
méis en vuestro idioma la página musical que interpretan las aves sono-
ras cada amanecer al comenzar el día.
Estos trinos cuando lo descubrais, vais a quedar extasiados del men-
saje que cantan las aves sonoras.
Amados míos, hoy deseo que penseis en la oración musical que cada
mañana las aves cantan al nuevo día y que penseis si vuestra oración al
nuevo día se une a la oración de las aves sonoras con tal disciplina y con
tal constancia.
Pues, de no ser así, hoy os invito a que os detengais a pensar en esto
y aprendais de las aves sonoras ser disciplinados y constantes en cada

159
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

una de las actividades que la vida os presenta cada día, pues, esa es la
oración que todos los seres que pueblan la Tierra entonan cada día en
sus labores cotidianas.
Amados míos Yo soy el Maestro de la Disciplina, por lo tanto os ex-
horto a que comenceis desde ahora a llevar una vida disciplinada y con
la perseverancia cogida de la mano muy pronto estareis caminando en el
sendero de la perfección.
Cuidaros, amados míos, de una vida indisciplinada y desordenada y
también cuidaros de vuestra inconstancia y abandono, pues, son los más
acérrimos enemigos para la evolución del alma.
Tomad pues, estas pequeñas y humildes orientaciones y llévalas como
el más valioso tesoro a vuestra vida práctica.
Recordad siempre, que además, con la disciplina y la constancia todo
lo lograreis.

160
LIBRO IV

Libérate de las ilusiones


Amados hijos de la luz, mi corazón se complace al darme vosotros la
alegría de poderos servir con mis humildes orientaciones.
Hoy os traigo una bella historia que sé que os va agradar. Centraos
en vuestro templo corazón.
Había una vez un niño díscolo y retraído, que en la escuela, era el
niño que más problemas causaba, tanto a los profesores, como a los
compañeros de clase. Estando una vez jugando en el patio de la
escuela rompió un vidrio del gran ventanal que colindaba con el
patio; el niño se asustó mucho, pero, al momento los compañeros
de clase fueron donde el profesor y se quejaron del incidente del
vidrio roto.
El profesor mandó llamar al niño, quien a regañadientes se dirigió a
donde se hallaba el profesor. Éste muy indignado lo reprendió por
su falta de precaución y lo comprometió para que repusiera el vidrio
roto. El niño un poco apenado tomó sus libros y llegó a su casa,
contándole a sus padres lo sucedido en la escuela y el compromiso
con el profesor. Los padres agradecieron que no hubiera pasado
ningún accidente con el vidrio y le dijeron que al día siguiente lleva-
rían el dinero para que comprara el vidrio y se instalara en el venta-
nal de la escuela.
Al día siguiente, el niño díscolo llegó a la escuela y notó que el vidrio
del ventanal no estaba roto, admirado no podía comprender lo que
sucedía, pues, él estaba seguro que el día anterior jugando lo había
roto. Entró al aula de clases y todo parecía normal, nadie le hablaba
del vidrio roto, ni el profesor, lo llamó para que cumpliera el com-
promiso de reponer el vidrio roto.
Transcurrió el día en forma natural, común y corriente, nadie se
refirió al incidente del vidrio roto; así que terminaron las clases y
todos salieron para sus casas.
Por la noche, al recluirse en su cama para iniciar su descanso se puso
a meditar a cerca de lo que le había sucedió ese día en la escuela y
meditando en esto se quedó dormido. Mientras dormía escuchó una
voz que le decía:

161
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Las apariencias engañan, por esto debeis ver con ojos abiertos la
realidad, pues, de lo contrario estariais atrapado en un mundo irreal
que os traeriais confusión y equivocaciones.
Entonces, comprendió el niño, que el incidente del vidrio roto, ha-
bía sido un sueño.
Amados lectores de mi corazón, deseo que penseis en estos momen-
tos ¿cuántas veces habeis realizado un hecho y después no os acordais o
simplemente creeis que no lo habeis hecho? o ¿cuántas veces creeis que
habeis hecho esto o aquello y cuando vais a ver no habeis hecho nada?
Esto os puede ocurrir con mayor o menor frecuencia, pero, lo cierto
es que habeis tenido esta clase de experiencia.
Ahora mis amados pensad si eso que creeis que habiais hecho o no
son situaciones reales o son situaciones con apariencia de realidad, pero,
que jamás han existido y por lo tanto cuando caeis en la cuenta sí que lo
haceis realmente.
Todo ha sido un sueño o una jugarreta que vuestra mente os hace
para que creais que lo irreal es real, pero, que cuando despertais u os
dais cuenta lo haced con perfección y consciente de lo que estais haciendo.
De la misma manera, hermanos en la luz, es vuestra vida en el espíri-
tu, habeis olvidado quien sois realmente y por consiguiente no recordais
quien sois y os parece que ya lo sabeis y tomais como real un mundo
inverosímil e irreal y estais tan convencido de que ese mundo que perci-
bís es el mundo real, como el niño de la historia y el incidente del vidrio
roto.
Hermanos míos, hoy deseo que cada uno de vosotros dedique un
tiempo cada día a pensar y reflexionar en esta sencilla verdad, pero, que
a la vez es tan profunda que os llevará a liberaros de las ilusiones en que
vivís y os llevará al mundo real al cual perteneceis, el mundo del espíritu;
Debeis recordar que sois espíritu en un cuerpo, carnal, y por lo tanto
perteneceis al mundo espiritual.
“El espíritu divino que sois recorre en el cuerpo físico su camino por
la vida”.

162
LIBRO IV

El mundo real
Salve ¡oh! hijos amadísimos del Dios Padre Madre, en este bello y
pacífico día nos vamos a concentrar en una pequeña plática, donde el
éxtasis y el amor os llevaran a vuestro mundo real. Debeis ubicaros den-
tro de la luz que brilla en cada uno de vuestros corazones y abierta vues-
tra mente tomaos de mis manos y venid conmigo.
Agobiado por el cansancio, el calor y la sed los caminantes de una
caravana, se desplazan por el gran desierto árido, van empolvados,
sucios por las arenas que el viento arrastra, sus labios resquebraja-
dos y resecos ansían una gota de agua; pero, todo es cielo y arena;
un cielo totalmente despejado con un Sol radiante y brillante.
Con pasos pausados y lentos van avanzando los caminantes de la
caravana; por las noches tiritan de frío y se detienen un poco para
descansar y pasar la noche con la esperanza que el nuevo día traiga
su amoroso consuelo que tanto necesitan.
Al siguiente día, continúa la caravana su lento camino y solo se ve a
lo lejos dunas, desierto y sol. Avanzando el día y con el sol cada vez
más resplandeciente, se sienten perdidos, perdidos, desubicados, des-
orientados sin saber que hacer. Pues, ven todos los paisajes iguales y
han perdido la noción del camino que debían seguir, unos han per-
dido ya sus fuerzas, casi no pueden andar y se apoyan en aquellos
que aún están más resistentes, las horas no existen, pues, han perdi-
do la noción del tiempo y únicamente desean llegar al lugar que se
les ha perdido, pero están seguros que al encontrarlo van a aliviar
sus apremiantes necesidades.
A lo lejos alcanzan a ver, por fin, una avecilla que vuela a lo alto
haciendo giros y batiendo sus alas declina, lo que hace pensar a los
viajeros que en algo se ha pasado esta ave. Siguen avanzando con
la esperanza de hallar donde se ha posado el ave; unos ya van arras-
trándose, pues, no pueden caminar, sus piernas no los sostienen,
han perdido toda la fuerza y han decidido haciendo un último es-
fuerzo llegar aunque sea arrastrándose. Otros se quedaron en el de-
sierto fallecidos por la sed; y los últimos caminantes tratan heroica-
mente ayudar a los caminantes que con vida no pueden caminar, ni
arrastrarse.

163
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Por fin llegó el consuelo y la alegría a los corazones de aquellos


caminantes cuando vieron que se acercaban a una cascada de aguas
cristalinas, de exuberante vegetación y exquisita belleza, rodeado el
lugar por esbeltas palmeras que mecidas por el viento abanicaban el
lugar y los caminantes metidos en la cascada, gritaban, lloraban, y se
abrazaban unos con otros y ayudaban a aquellos caminantes que
no podían aproximarse a la cascada.
Después de estos momentos de felicidad vieron en el lugar tiendas
de diversos colores y ricamente puertas que formaban calles amplias
y arenosas que conducían a la plaza central del lugar, donde había
abundancia de frutas, pan, bebidas y todo cuanto apetecía a los
viajeros, se dirigieron allí y saciaron su hambre con plenitud.
Luego preguntaron a los moradores de aquel lugar, que les infor-
maran acerca de ese bello lugar y ellos les respondieron que era un
oasis que quedaba a unos kilómetros de distancia de la gran ciudad,
esa noche los viajeros se quedaron en ese lugar, les dieron albergue
y fueron bien recibidos.
Al día siguiente, reconfortados partieron a la metrópolis.
Amados míos, que conmigo habeis caminado el recorrido de la cara-
vana y habeis participado de las adversidades de cada uno de los viaje-
ros, os invito a que juntos meditemos este paraje de vida que habeis leído
atentamente.
Vosotros, mis pequeños, sois los viajeros que os desplazais en la ca-
ravana de vuestras vidas, por el desierto de vuestra existencia y vais avan-
zando lentamente, pero al igual que en el desierto, os cansais y decidís
devolveros, al igual que aquellos en la caravana fallecieron de sed; otras
veces seguís avanzando poco a poco, pero, los espejismos de la vida os
atrae hasta haceros arrastraros creyendo que estos son reales y es enton-
ces cuando sois presa de los vicios y pasiones; al igual que aquellos via-
jeros que se arrastraban, en la caravana del desierto y los otros fuertes
que aún resistían, sois también vosotros cuando teneis la certeza que
debe haber algo más allá del mundo que os rodea y debeis ayudar a
aquellos que también quieren llegar a ese mundo que creen que existe
aunque no lo ven pero, no tienen la fuerza para llegar.

164
LIBRO IV

Amados de mi corazón, hoy os doy la alegría de que como los viaje-


ros de la caravana, el mundo que buscais, es el oasis de amor que os
espera y es real; es el lugar donde podeis descansar y ser feliz eternamen-
te. Pues, el mundo real es eterno y nunca ha dejado de existir, únicamen-
te vosotros atrapados por los espejismos de la vida os habeis desviado de
vuestro verdadero mundo real al cual habeis pertenecido en toda vuestra
existencia.
Hermanos míos, cuidad desde ahora y no os aparteis de vuestro mundo
real, es mi humilde recomendación.

165
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Parálisis espiritual
Amados hijos de la luz, os saludo amorosamente y con profunda hu-
mildad me inclino ante vuestra luz.
Nuestra plática de hoy ha sido bastante controvertida entre los maes-
tros ascendidos y más adelante comprendereis la razón.
En un recodo del camino se hallaba un paralítico sentado a la orilla
con su mano extendida para que cualquier caminante le diera una
moneda. Así pasaba la vida cada día el paralítico.
Una mañana pasaba por el camino un caballero muy apuesto de
ricas vestiduras al ver al paralítico le arrojó una moneda y continúo
su camino, al poco rato pasó una mujer viuda con cinco hijos y al
verlo se compadeció de él y junto con sus hijitos lo arrimó a un
arroyuelo que pasaba cerca de allí, lo bañaron y le dieron de comer
de las provisiones que ellos llevaban y nuevamente lo pusieron en el
recodo del camino. El paralítico se mostró muy agradecido y partió
la viuda con sus cinco hijos.
Otro día pasaba por el camino un maestro de la divina sabiduría y al
ver al paralítico le dijo: que más riqueza que la que estais viviendo,
¡disfrútala! Y pasó de largo sin darle moneda alguna.
El paralítico asombrado de la actitud del Maestro de la Divina Sabi-
duría, pensaba en las palabras que éste le había dicho y no alcanza-
ba a comprenderlas.
Transcurrieron los días y nuevamente pasaba por el camino el Maes-
tro de la Divina Sabiduría y al ver de nuevo al paralítico le dijo
nuevamente las mismas palabras y pasó de largo; el paralítico que
no podía caminar para alcanzarlo le gritaba confundido que por
qué le decía esas palabras, pero, el maestro no lo escuchó y así fue
que un día lleno de sol, de trinar de aves, de viento fresco se acerca-
ban por el camino un grupo de pequeñuelos que, retozaban y sus
risas se esparcían por el lugar y uno de aquellos niños al ver al para-
lítico se acercó y le dijo muy risueño, esa parálisis es vuestra fortuna,
pues, siempre, tendreis quien os de lo que necesitais sin tener que
trabajar, el resto del grupo soltaron la carcajada alejándose del lugar.

166
LIBRO IV

Comprendió entonces el paralítico las palabras del Maestro de la


Divina Sabiduría y lloró amargamente, porque el precio que había
pagado por no haber trabajado era su parálisis.
Amados míos de mi amoroso corazón, ¿veis por qué ha sido contro-
vertida esta plática?
Mas, sin embargo, después de un planteamiento y otro se concluyó
con los maestros ascendidos lo siguiente: que la parálisis espiritual es
aquella que lleva al ser a la mendicidad de su propia escoria, pues, úni-
camente el la ha creado y esta parálisis creada por el mismo, indiscutible-
mente busca la dádiva espiritual de sus hermanos porque ya por el mis-
mo no puede caminar, esta parálisis creada por el oscurantismo de su
propio mundo lo ha llevado al aquietamiento de su evolución espiritual.
A las palabras del maestro de la divina sabiduría, del relato, debeis
entenderlas en el sentido que cuanto más mendigueis asistencia espiri-
tual muy difícilmente dejareis la parálisis de que adolece vuestra alma y
comenzareis a caminar por vosotros mismos.
Por esto, mis amados, he colocado hoy en vuestra alma esta verdad,
para que reflexioneis y dejeis atrás vuestra parálisis espiritual y comenceis
a caminar hacia vuestro despertar.

167
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

QUINTA PARTE

La óptica espiritual
Amados hermanos en la luz, ¡salve! mi amor y mi luz os envuelven. En
este amanecer del nuevo día sentaos en el centro de vuestro corazón y
escuchad con oídos atentos la música que emana de vuestro propio ser.
Hoy estais dispuestos y preparados para recibir esta sencilla plática
que será el pequeño peldaño que os ayudará ascender en vuestra vida
espiritual.
Ubicaos en la entrada principal que conduce a vuestra metrópolis,
observad el camino lleno de gentes, vendedores, vehículos de toda clase y
un sin número de objetos para la venta que llaman vuestra atención y
todos os parecen tan interesantes que no sabeis cual de todos es el mejor.
Todo en esta entrada parece una feria. Hay mucho alboroto y mucho
ruido que os trata de atolondrar.
Os decidís a avanzar por la entrada que os llevará a la metrópolis, y
así lo haceis, llegais a las puertas de la ciudad que en estos momentos
están abiertas. Entrais y observais que hay un grupo de personas
aglutinadas en la plaza principal, esto os llena de curiosidad y avanzais
hacia allá.
Por medio de la gente tratais de mirar, aquello por lo cual se aglutinan
y están embebidos y por fin lograis ver un anciano de barba blanca que
está hablando a la multitud y alcanzais a escuchar que dice:
“Si tu ojo es causa de escándalo, no rechaceis lo que vuestro ojo ve,
pues, seguramente aquello que habeis visto no es tan escandaloso
como vosotros habeis pensado, más bien ¿será que habeis dado a
eso que visteis una errónea interpretación?…”.
Después de que habeis escuchado estas palabras os retirais del lugar
y os dirigís a la plaza de mercado donde la actividad de comercio es

168
LIBRO IV

intensa y observais la variedad de productos que allí se venden, vais ob-


servando los negocios que hay en cada dependencia, las personas que
atienden estos negocios y la variedad de ellos. Pensais en la abundancia
de comida que hay concentrada en este lugar y que es distribuida a otros
lugares de la ciudad.
Salís de la plaza de mercado y os dirigís a un templo cuyas campanas
tañen en estos momentos invitando a la hora de la oración. Llegais allí y
veis que es un templo totalmente distinto a los que estais acostumbrados,
es un salón amplio con fuertes columnas en la parte superior observais
una cúpula en forma de pirámide por donde pasa la luz del sol e irradia
todo el recinto, no hay sillas, ni bancas y todos los que han llegado se han
sentado en el piso en posición de meditación. Entrais y también al igual
que los demás os sentais en posición de meditación. Al poco rato llega un
anciano de barba blanca se ubica en el centro del recinto y dice:
“Hermanos no todo lo que vuestros ojos ven es motivo de escándalo”
y al escuchar esto acabais de recordar al anciano de la plaza principal y
ahora sí que verdaderamente estais interesado en escuchar al anciano y
prosigue el anciano:
“como sabiamente decís todo depende con el cristal con que se mire,
por ello mis hermanos lo único que debeis saber es escoger el cristal
por el cual vais a mirar, en otras palabras escogereis el pensamiento
con el cual interpretareis lo que estén viendo, si buscais un cristal
empañado y deteriorado probablemente lo que esteis viendo no es
muy nítido ni perfecto, sucederá al contrario si lo escogeis con preci-
sión y perfecto”.
Con estas palabras retornad al centro de vuestro corazón y juntos
amado mío, escudriñemos el mensaje del anciano de barba larga.
Cuando hicisteis el recorrido por la entrada que conducía a la metró-
polis os quedasteis absortos de todo cuanto objeto se vendía en el lugar
que no sabías cuál será mejor, o más bello o más útil que otro. Igualmente
os quedasteis admirado de la abundancia de productos de la plaza de
mercado. Todo esto lo estais viendo de una manera grata y agradable,

169
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

pero, también lo podeis ver como algo normal, rutinario y hasta de pre-
cios muy caros, “todo depende del cristal con que se mire”.
De la misma manera, amado mío, sucede en vuestra vida espiritual,
pues, si veis con ojos nuevos la esencia de vuestro ser, podreis ver la
perfección en él pero, si veis con ojos empañados y deformes, solamente
vereis en el imperfección y así vais a creer que sois. Por esto amado mío,
os invito a que desde ahora comenceis a veros tal como sois, espíritu
puro y perfecto emanado del gran espíritu puro y perfecto creador de
toda existencia.
Amados de mi corazón, solo buscando en la óptica de vuestro cora-
zón podreis conseguir los cristales que os permitan ver tal como sois, y
únicamente allí lo hallareis.

170
LIBRO IV

El rico carruaje
Hoy amados míos, os voy a contar una historia que os dejará perple-
jos, pues es un poco singular.
Había una vez una doncella de gran estirpe, de exquisita belleza y
de considerable fortuna. Por estas razones, la doncella era pretendi-
da para matrimonio por muchos caballeros apuestos y también de
gran fortuna. Aún entre sus vasallos no faltaba quien soñara tomar a
la doncella por esposa.
Una vez estando la bella doncella sentada con sus damas de compa-
ñía en los balcones de su palacio, quienes bordaban sus pañuelos
entre conversaciones y risas, vieron pasar un carruaje ricamente ves-
tido, llevado por finos corceles que eran conducidos por un servi-
dor, este carruaje llamó la atención de la doncella, miró atentamen-
te, pero, no podía ver el interior del carruaje, porque las ricas cortinas
que cubrían las ventanas lo impedían. El carruaje pasó al ritmo del
trotecillo de los corceles. Lo vio alejarse hasta que se perdió en la
distancia.
Pasaron los días y la doncella pensaba en aquel rico carruaje en el
que no pudo mirar a quien transportaba en su interior.
Una tarde estaba asomada por la ventana de su habitación donde
podía mirar el camino cuando de repente apareció el rico carruaje y
ella emocionada abrió la puerta de la ventana para verlo de cerca, al
pasar por el frente de su palacio; sorprendida vio que el carruaje se
detenía y de su interior lanzaron un fino pañuelo que ella recibió un
poco confundida, abrió el pañuelo y en letras doradas decía: “Yo
soy quien te ama”. Cuando la doncella quiso mirar quien le había
lanzado el fino pañuelo ya el carruaje había desaparecido en la
distancia.
La doncella colocó el fino pañuelo en un cofre de oro y en sus mo-
mentos de soledad, abría el cofre, sacaba el pañuelo y lo contem-
plaba, pensando quien sería ese enamorado oculto que le amaba,
sin decir quien era.
Un día enfermó la doncella y en un delirio que le producía la fiebre
que la consumía, vio descender del carruaje una gran luz dorada

171
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

que de cada destello se iba formando una figura dorada que per-
manecía en el centro de la luz dorada, era un ser bellísimo y exten-
diendo sus manos como para asirla hacia él le dijo:
“Yo soy quien te ama y te he amado eternamente, he estado tan
cerca de ti, todo el tiempo, qué no me habeis visto, he llamado tu
atención varias veces, mas sin embargo, no te habías fijado en mi,
como ya sé que al fin me habeis mirado, os mostraré mi palacio
donde he morado toda vuestra vida y diciendo esto salía de sus
manos una luz intensa que penetraba el corazón de la doncella y
ella sentía abrírsele en el corazón”, la fiebre fue bajando y la doncella
quedó sumergida en un sosegado y tranquilo sueño.
A la mañana siguiente se levantó totalmente restablecida y con un
corazón nuevo.
Como veis amados míos, en esta historia, deseo que comprendais
dos situaciones: la primera situación es que cuando todo lo teneis es
poco el valor que dais a lo que teneis y os sentís insatisfechos y conti-
nuais buscando más cosas de las que poseeis, aún sin saber porque las
buscais y una vez que la encontrais, tendreis otra razón para estar insa-
tisfecho y así justificais vuestra insatisfacción. Que en vuestra historia
sera el caso de todos los dones y riqueza que poseía la doncella y de
todos los pretendientes, caballeros y vasallos que le manifestaban su amor,
mas, sin embargo teniendo tantos enamorados, puso su atención en el
enamorado del carruaje.
Os pregunto ¿cuándo vuestro Padre Creador podrá satisfaceros ple-
namente? ¿Cuánto tardareis en comprender que Dios Padre, siempre os
da lo que necesitais? Y ¿cuándo llegareis a comprender que únicamente
con lo necesario que vuestro creador os da podeis realizar lo que estais
haciendo?
Amado de mi humilde corazón, empieza desde ahora a desechar los
deseos ilusorios que os llevan a vuestras infelicidad y a vuestra insatisfac-
ción permanente, vivid feliz y satisfecho con lo que vuestro Padre Celes-
tial os ha dado, que en la medida en que vayais necesitando El os lo irá
prodigando con su infinito amor. Confiad en vuestro Dios creador que os

172
LIBRO IV

ha dado la vida y también os dará todo lo que necesiteis en cada existen-


cia. No ambicioneis ni atesoréis tesoros que los ladrones pueden quitaros.
La segunda situación, respecto a la historia, es el descubrimiento que
a través de un delirio febril el caballero del carruaje se hizo presente. Esta
situación, amados míos, la habeis vivido por mucho tiempo, pues, se os
ha pasado la vida buscando el amor, y lo teneis tan cerca que no lo veis.
Comprended, amados míos, que dentro del carruaje de vuestro cora-
zón está viviendo el amor desde que existes y ¿por qué lo buscais, si ya lo
teneis eternamente?
No olvides que vuestro Padre Creador os da lo que necesitais en el
momento preciso.

173
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El Sol galáctico
Salve ¡Oh! hijos de la luz, los envuelvo en mi amor y en este bello día
de cantos y trinos de toda la creación vengo muy alegre para daros mi
humilde asistencia en esta sencilla plática que si la aplicais a vuestra vida
diaria os ayudará en vuestra vida espiritual.
Recogeos, unos momentos en el interior de vuestro corazón y ubica-
dos allí, elevad vuestra mente y vuestro corazón al Dios Creador de todo,
cuanto existe, pedid su iluminación y comprensión divina.
Ahora, amados míos, este humilde servidor, os va a narrar una histo-
ria que en tiempos muy lejanos ocurrió en un lugar cósmico, donde se
habían unido dos radiantes soles de una misma galaxia, para conjunta-
mente prestar mejor servicio a los sistemas que en ese momento consti-
tuían la galaxia que fue conocida como la “galaxia de dos soles”.
El resplandor que emitían era refulgente y su calor irradiaba toda la
galaxia, dando energía y luz a todo aquello que contenía la galaxia de los
dos soles. Estos dos refulgentes soles, se cooperaban y ayudaban en su
servicio cósmico y el equilibrio y el orden divino se manifestaba con per-
fección. En esta perfecta armonía iban pasando los siglos, la galaxia cre-
cía y todo era luz, paz, servicio, amor y armonía, pero, un buen día deci-
dió uno de los soles ubicarse en otra galaxia, porque pensó que en ésta
todo estaba bien y que con un solo Sol sería suficiente y él serviría mejor
en otra galaxia que se hallaba sumido en gases y oscuridad.
Así fue que el sol le dijo al otro que se marcharía a otra galaxia donde
también podría prestar un servicio y que tal vez lo necesitaban más que
en ésta donde juntos habían servido. Marchó el sol a la galaxia de gases
y oscuridad y allí se instaló, al comienzo su luz era opacada por la gruesa
y pesada capa de gas que cubría la galaxia, y el sol tuvo que intensificar
su radiación para que algo de su luz que se irradiaba muy tenue pudiera
ir penetrando poco a poco la nueva galaxia.
Pasaron los siglos y fue, la galaxia organizando sus sistemas solares
que se habían formado de chispas desprendidas del sol galáctico y co-
menzó la nueva galaxia a formar parte activa del conglomerado cósmico.

174
LIBRO IV

Mientras tanto la vieja galaxia llamada de los dos soles había crecido
tanto que el solitario sol se veía a veces en apuros para emanar de su luz
nuevos pequeños soles, pero, se sentía feliz, por el servicio que se estaba
prestando a su galaxia.
El sol de la nueva galaxia resplandecía cada vez más y sus sistemas se
alimentaban de él constantemente. Una vez estando el sol dando energía
y vida a su galaxia, como de costumbre observó que una estrella fugaz
venía directo contra uno de sus globos, pero, fue esto tan rápido que el
Sol no pudo hacer nada y la estrella fugaz se estrelló contra un globo de
un sistema que voló en pedazos creando un cataclismo universal. Esto
llamó la atención de la junta de soles mayores quienes en unión con los
ingenieros cósmicos tomaron cartas en el asunto y se declaró una emer-
gencia cósmica movilizándose los colaboradores cósmicos para ayudar
en el desastre planetario.
El sol de la galaxia se afligió mucho por lo sucedido y dicen que enve-
jeció y no volvió a dar más luz.
Amados hermanos en la luz, os invito humildemente a que reflexioneis
sobre esta historia. En el comienzo de la historia los soles siendo indivi-
dualmente cada uno, permanecían juntos sirviendo.
Luego decide uno de los dos soles separarse e irse a otra galaxia.
Más tarde las dos galaxias por separado prosperan en la luz y en sus
globos.
Pero, más adelante surge un cataclismo en la nueva galaxia que en-
tristeció al sol galáctico y desapareció.
Como veis amados míos, en esta historia deseo que os veveais como
los soles que servían juntos, unidos en una sola radiación, como cuando
estabais en la radiación de luz amor del todo poderoso creador y luego
decidisteis partir para servir y aprender en una nueva existencia, lo haceis
con entusiasmo y alegría y brilláis en vuestra experiencia y mientras todo
esté bien os sentís felices, radiantes, positivos y optimistas. Pero, cuando
os asalta la adversidad, cuando las cosas no resultan como esperabais,

175
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

cuando todas vuestras esperanzas se derrumban os sentís acabados, arrui-


nados y derrotados y morís espiritualmente como el sol de la historia,
olvidándoos del sol de la primera galaxia que aún sigue resplandeciendo
y aún os sigue esperando para recibiros en su galaxia ¡Dios!
Hermano de mi corazón, pensad acerca de estas sencillas reflexiones
que os sirvan, para recordaros que vuestro Padre Creador siempre está
presente en vuestras vidas esperándoos. Volved siempre vuestro rostro
hacia Él que como el buen padre espera el regreso de su hijo a casa.
Recordad que siempre Dios Padre ha estado presente en toda vuestra
existencia y que jamás se ha separado de vosotros. Mas, sin embargo,
vosotros sí os olvidais de Él y os sumís en las redes con que os atrapa la
adversidad y las decepciones.
Que hoy comprendais cuán grande es el amor del Padre Creador que
a pesar de vuestro olvido, que a pesar de vuestros errores siempre está
listo a recibiros en sus abrazo amoroso. Búscalo en la soledad y en el
silencio y lo encontrareis.

176
LIBRO IV

La libertad mental
Salve ¡oh! hijos de la luz, mi luz os envuelve; hoy os traigo un bello
tema para que platiquemos de un modo ameno y agradable.
Buscad un puesto donde os sintais cómodos y en principio vamos a
elevar al creador la siguiente oración:
Padre mío y de todo cuanto existe pongo a vuestro pies mi pequeña
existencia que en un acto de vuestro amor, me la disteis. Bendíceme
y derrama tu luz de la verdad sobre mi y muéstrame el camino por
donde puedo caminar bajo su luz. Me pongo a vuestra disposición y
haz en mi tu voluntad.
Gracias Padre.
Ahora, mis amados hermanos, disponeos a escuchar la historia más
insólita que ha podido suceder.
En un castillo medieval vivía un príncipe rodeado de lujos, belleza y
el amor de sus padres, hermanos y amigos. Todo se lo había dado el
buen Dios en abundancia, el príncipe al parecer, no era tan feliz
como aparentaba ser.
Un día se paseaba por los alrededores de su palacio seguido de su
séquito en busca de algún ave para cazar, pues, era la caza el depor-
te favorito del príncipe. Entusiasmado el príncipe con su deporte se
fue alejando de su séquito y adentrándose más y más al bosque
espeso de gigantescos árboles, atraído por el canto de los pájaros y
susurros de aves, no se había dado cuenta que se había alejado de
su palacio y se encontraba bien adentro del bosque.
Estando allí, le pareció que un concierto de trinos llegaba de lo alto
y era tan suave y agradable la melodía que escuchaba que quedó
en estado de éxtasis y escuchó una voz que decía:
“Estamos cantando a la vida, porque nos ha dado la existencia y
con nuestro canto llevamos la alegría que sentimos en nuestros co-
razones a todos los seres que nos aman y desean nuestra presencia.
Cantamos a la vida por la libertad que nos ha dado y así poder
llevar nuestro canto a todos, en nuestro vuelo”.
Cesó la voz y el concierto terminó. Nuevamente volvió el silencio al
bosque y solamente se escuchaban uno que otro trino, a lo lejos.

177
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El príncipe reaccionó, sintió miedo al verse solo y se dispuso a regre-


sar al palacio.
El príncipe absorto en sus pensamientos pensaba en lo sucedido en
aquel bosque y en las palabras de la voz que hablaba en el concierto
del bosque. No le contó a nadie lo sucedido, pero, cada día medita-
ba en esto. Por fin un día de tanto pensar y meditar comprendió que
era aquello que le faltaba para ser verdaderamente feliz y dijo: ¡La
libertad!, el príncipe enardecido por el descubrimiento tomó su equi-
paje, para partir del palacio, pero, como en el bosque sintió miedo y
no pudo partir.
Hermanitos míos en la luz, como os decía al comienzo, es un caso
insólito lo sucedido al príncipe, pues, después de que encuentra la razón
de su infelicidad, por miedo decide seguir viviendo infeliz.
Cómo os parece esto, amados míos, verdaderamente insólito, mas,
sin embargo ¿cuántas veces vosotros habeis asumido la actitud miedosa
cuando la vida os ha dado la oportunidad de volar?
¿Cuántas veces os quejais de vuestras ataduras que os impiden ser
libres, pero, sin embargo os da miedo romperlas? Veis, hermanos ¿cómo
os identificais con el príncipe de la narración?
Pues os da miedo liberaros de creencias que os encierran en un mar-
co de conductas que se han cristalizado; como también os da miedo
romper con una tradición de familia porque pensais, “qué dirán vuestras
familias”. Os da miedo no someteros a las normas que vuestra sociedad
os ha impuesto, pues, sois temerosos “del que dirán” y también os da
miedo liberaros de los parámetros que vuestra cultura os ha impuesto.
Entonces, de la misma manera que el príncipe, decidís quedarte pri-
sionero en el palacio.
Hermanos míos, deseo que comprendais que la única manera de que
puedas ver el ser que verdaderamente sois es liberándoos de todas vues-
tras ataduras que únicamente están en vuestra mente, pues, de la libertad
de que se os hablais es mental.
Si lograis, amados míos, romper vuestras ataduras resplandecerá el
sol de vuestro ser en todo su esplendor.

178
LIBRO IV

Las ostras marinas


Bienvenidos hermanos hijos de un mismo Padre, a esta sencilla pláti-
ca que llevará alegría y consuelo a vuestra alma. Regocijaos porque hoy
es un día de gracia y prosperidad.
Recogeos unos momentos y centrados en el altar de vuestro corazón
entonad el siguiente himno de gratitud:
Gracias Padre por este nuevo día en la existencia que llena mi vida
de esperanzas, de consuelo y de alegría, porque es un día que me
acerca más a ti.
Gracias Padre por el pan que este día nos das, a toda la humanidad
y a todas las familias de este planeta.
Gracias Padre por habernos creado.
Ahora hermanos escuchad con atención:
En un puerto lejano ubicado en una bella isla, vivía un pescador
solo con su atarraya y en su bahía. Pasaba las horas del día remen-
dando la atarraya, luego poniéndole al sol para que por la noche
estuviera lista para la nueva pesca. El pescador dormía en el día,
pues, a la media noche tomaba su bote y su atarraya y se iba a
pescar mar adentro, llevaba muchos años en esta actividad y cono-
cía muy bien el mar.
Una noche de estrellas, como de costumbre, el pescador, salió de
pesca contento cantaba mientras remaba y llegaba al lugar donde
entraba en profundo silencio, para realizar la pesca.
Comenzó la paciente espera, tiró la red y al halarla para sacarla a la
superficie notó que la red estaba atascada, que algo impedía que el
pudiera sacarle a la superficie. Insistió, haló y haló por un lado y por
otro y nada, no podía sacar la red, pensó el pescador muchas cosas
que fueran posible para que esto sucediera, sin embargo, tiraba por
todos los lados pero no era posible sacar la red. Estaba el pescador
aturdido y confundido porque no podía sacar la red. Estando en
esta angustia apareció otro bote remado por otro pescador que se le
acercó y muy sonriente le preguntó que le sucedía, y él de dijo que

179
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

no podía sacar la red que estaba atascada, el otro pescador acercó


su bote y juntos comenzaron la tarea hasta que por fin salió la red
hacia la superficie con un cargamento de ostras marinas que los pes-
cadores se quedaron asombrados de la cantidad de ostras marinas
que habían atrapados en la red del pescador. Subieron la red al
bote y se alejaron hacia la playa.
Amarraron los botes y sacaron la red cargada de ostras marinas y la
llevaron a la bahía del pescador. Allí por curiosidad abrieron una
ostra marina y ¡Sorpresa! dentro de ella había una perla muy fina y
comenzaron a abrir ostra por ostra y todas contenían en su interior
perlas de muy alto valor.
Lleno de regocijo y alegría el pescador por la rica fortuna que había
encontrado, le obsequió unas ostras marinas al pescador que le ha-
bía ayudado a tirar la red y con su cargamento de ostras se fue para
el pueblo, allí las vendió a buen precio y la vida de pobreza y escasez
que el pescador llevaba, la cambió por una vida opulenta, feliz y
dichosa.
Amados míos, en este breve relato deseo que comprendais dos situa-
ciones: la primera es que el universo, tiene todo cuanto deseeis en abun-
dancia y la tiene igualmente para todos, que en el caso del relato sería el
mar que en su fondo alberga un gran número de riquezas y al igual que el
universo siempre está ahí; disponible a vuestras manos.
La segunda situación es qué debeis hacer, como el pescador del rela-
to, tirar la red para que podais sacar de él lo que deseeis, pero también
como el pescador, debeis tender la red en silencio, en vuestro silencio
mental, debeis acallar vuestra mente para que podais extraer los tesoros
que necesiteis en vuestra existencia, porque habeis penetrado en la casa
del Padre donde todo lo hay en abundancia infinita. Pues, vuestro Padre
Celestial tiene todo cuanto deseeis y necesiteis y os lo da amorosamente
para que seais felices siempre y que vuestra vida no escasee de nada, ni
material ni espiritual, pues en la casa del Padre Celestial todo está dis-
puesto para que lo tomen cuando lo deseeis al igual que el pescador.
Amados míos, si esta pequeña verdad que hoy os doy la practicais,
en vuestra vida, seguramente, que no vais a escasear de paz, amor, per-

180
LIBRO IV

dón, compasión, opulencia, felicidad, comprensión ni nada que sea ne-


cesario para que seais felices. Por lo tanto con todo mi amor deposito
esta pequeña perla de verdad en vuestro corazón para que la extraigais
de allí cuando lo deseeis y no olvideis que cuando necesiteis ayuda para
extraer vuestro tesoro allí estaré, como el pescador que ayudó a tirar la
red.

181
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEXTA PARTE

La sirena y el pescador
Amados hijitos míos, hoy deseo iniciar esta sencilla plática con un
corazón amoroso y lleno de paz que deposito en cada mente y en cada
corazón de los lectores de estas humildes páginas.
Por un momento os vais a inclinar ante la Poderosa y Eterna Presen-
cia de Dios y con todo el amor dad gracias por estos instantes de luz que
vuestra alma recibirá como una dádiva de su amor por vosotros.
Ahora con vuestra alma tranquila y sosegada disponeos en un lugar
cómodo a escuchar.
En una bahía de playas muy bellas donde un mar azul apacible y
sereno entregaba sus aguas, vivían unos pescadores que se coope-
raban y ayudaban mutuamente, pues, formaban una especie de
fraternidad de pescadores; tenían sus actividades de pesca en co-
mún, las cuales alternaban y compartían. En sus horas de descanso
compartían sencillas tertulias familiares, jugaban a las cartas, referían
chistes y de esta manera hacían su vida amena y agradable.
Las playas de la bahía eran amplias, limpias y de vez en cuando uno
que otro pescador paseaba por las playas con sus familias. Disfruta-
ban de la puesta del sol mientras esperaban las noches para pescar.
Una vez estando sentado a la orilla del mar un pescador de la frater-
nidad, contemplando el bello paisaje que el mar, en lontananza di-
bujaba observó que del fondo del mar emergió una sirena muy
bella que rápidamente se dirigió hacia el y se le acercó.
El pescador anonadado, no podía salir de su sorpresa y fue enton-
ces, la sirena quien habló y le dijo:
“Cada vez que vienes a este lugar te observo pensando y creo que si
pudieras ver, lo que yo veo en las profundidades del mar, quedariais

182
LIBRO IV

maravillados, pues, si os complaceis tanto únicamente, mirando la


superficie, cuánto más disfrutaríais si contemplarais su interior, pues,
allí es donde verdaderamente está viva y respirante la belleza, el
colorido, el sonido, y todas las riquezas que el mar contiene”.
Diciendo esto la sirena en un santiamén ya estaba en el fondo del
mar, el pescador quedó aturdido y todo fue tan rápido que no al-
canzó a modular palabra y muy pensativo se fue a su casa.
Hermanos carísimos, que habeis leído atentamente este relato, deseo
que en este bello día os detengais a pensar en la sirena y en sus palabras.
Observad que el pescador de la historia contemplaba la belleza del
paisaje en silencio, cuando emergió la sirena. Igualmente, amados míos,
cuando entrais en el silencio y contemplais con vuestro ojo interno el
paisaje, emergerá del silencio vuestro Cristo Interno y al igual que la sire-
na os hablará e invitará a que entreis al fondo del mar, la profundidad de
vuestra conciencia para que descubrais vuestro propio mundo cargado
de sonido y color; de bellezas y riquezas puestas allí a vuestra disposición.
Amados míos, no os quedeis mirando la superficie de vuestra vida,
como el pescador del relato, entrad a través de la puerta de la meditación
y la contemplación a vuestro interior en el silencio y entonces podreis
hablar con vuestro maestro interior que esperándoos ha estado siempre
para asistiros, enseñaros y conduciros al mundo que perteneceis.
Hoy, pequeños míos, os invito a que comenceis a practicar la medita-
ción contemplativa en vuestro interior, sé que necesitareis disponer de
vuestro tiempo, una pequeña parte, pero, os pregunto ¿qué significa una
pequeña parte, frente a la dicha que experimentais al conocer un mundo
que a pesar que siempre habeis pertenecido a él, mas sin embargo no lo
habiais descubierto?
Por ello amados, deseo que el día de hoy, sea el más indicado para
que inicieis vuestra meditación y escucheis a vuestro maestro que os
ama y siempre ha estado dispuesto para daros sus sabias enseñanzas.
Buscad, pues, un lugar apartado y silencioso y entra a dialogar con vues-
tro maestro interno.

183
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La rosa y el anillo
Amadísimos hermanos, hoy traigo el corazón cargado de amor y paz
para daros en abundancia.
Del jardín de vuestro corazón tomad una rosa roja y deteneos a mi-
rarla, obsérvala minuciosamente y quedaos fijamente viendo el centro
donde se forman los estambres y el polen que emana de ellos. Ahora vais
a tomar el polen de color amarillo y observad y palpad su textura, su
suavidad y su color.
Después que habeis realizado esta observación, cerrad vuestros ojos
y llevad a vuestra mente todos los detalles que hubisteis observado en la
rosa roja. Nuevamente colocais la rosa en el jardín de vuestro corazón.
Ahora vais a dar un paseo matutino por este bello jardín y con paso
lento vais avanzando por éste donde aspiráis una exquisita fragancia
que llena de regocijo y felicidad vuestro ser.
Estais caminando y decidís sentarte en medio del jardín, donde podeis
observar las variedades de rosas, de colores y de fragancias. Estais ab-
sorbido en esta meditación que os transporta al éxtasis os sentís infini-
tos, omnipresentes y llenos de paz tanto que preferiríais no moveros de
allí, porque allí sentís que todo lo teneis y por lo tanto no necesitais nada.
Ahora sabeis que teneis que regresar y os colocais de pie y comenzais a
andar muy serenamente, feliz y lleno de paz y de amor, hasta que nueva-
mente logreis ver nuevamente la rosa roja que observasteis atentamente
y comenzais el regreso a vuestro espacio y a vuestro tiempo, a la concien-
cia de vigilia.
Amados míos, este sencillo ejercicio que habeis realizado es el
abrebocas para que os vayais adentrando cada vez más en el disciplina-
do proceso de la meditación. Podeis practicarlo cuantas veces lo deseeis
y de esta manera comenceis a disciplinar vuestra mente, pues, no será
muy fácil controlarla. Pero si practicais cada día lograreis el dominio de
vuestra mente y podeis entrar al silencio puro.
Otro ejercicio, que este humilde servidor os da, es el del anillo, el cual
os debeis, después, que lo visualiceis ubicaros en su borde y comenceis a

184
LIBRO IV

caminar muy cuidadosamente, con tal precaución que no vayais a saliros


del anillo y vayais a caeros, hasta cerrar el primer círculo formado por la
primera vuelta que habeis dado al contorno del anillo, allí os deteneis y
mirad la distancia recorrida en metros y nuevamente iniciais el segundo
recorrido como el anterior y al llegar al punto de partida, volveis a deteneros
nuevamente y sumad al anterior la distancia recorrida en esta segunda
vuelta y continuad así hasta que cerreis la séptima vuelta en la que
terminareis el ejercicio y regresareis nuevamente a vuestro tiempo y
espacio.
Este ejercicio os llevará a lograr la concentración y la atención
autosostenida.
Esta, amados míos, es mi humilde asistencia que os presto con todo
mi amor y pienso que os será de gran ayuda para vuestra evolución
interior.

185
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El lago y la barca
Salve ¡Oh! hijos de la luz, bendecidos sois en este día primaveral. En
este día, con todo mi amor, iniciaré una sencilla plática que pienso será
de mucha ayuda para vosotros.
Hermanos míos, vamos a trasladarnos a una barca que empujada
por vuestros remos sobre el inmenso lago se desplaza al vaivén de
las pequeñas olas que el vientecillo y el correr de la barca produce.
Vosotros os sentís muy contentos por la novedosa experiencia que
estais viviendo sentados en la barca que se desplaza sobre las aguas
del lago. En este corto viaje vais presurosos para llegar a la orilla del
lago que está bastante distante desde donde venís. Observais que
cada uno de los remos que moveis con destreza van a un mismo
ritmo y a un mismo compás, se ven totalmente sincronizados los
movimientos de los remos, que van conduciendo cada uno de vo-
sotros, llevando la dirección de la barca hacia la meta establecida.
Todo el lago está sereno y tranquilo, pero, de pronto comienza a
soplar más fuerte el viento y la barca empieza a tambalear de un
lado a otro golpeado por las olas que cada vez son más altas y más
continuas. Os angustiais y por el nerviosismo soltais los remos y que-
da la barca sin dirección, unos desesperados y llenos de miedo pre-
fieren tirarse a las agitadas aguas del lago, otros se aferran a los bor-
des de la barca para no caer al agua, unos gritan, otros piden auxilio
y lo que unos momentos antes era felicidad y alegría se ha tornado
en angustia, miedo y terror.
Comienza a disminuir la fuerza del viento, las olas disminuyen su
tamaño y su frecuencia y aquellos que se echaron a las aguas vuel-
ven a la barca y los que se quedaron dentro de ella, toman nueva-
mente los remos, ya restablecidos y serenos.
Por fin llegan a la orilla donde descansan y se sientan seguros recu-
perando su tranquilidad y su paz.
Hermanos, amados de mi amor, ¿cómo os pareció el sustito que os
llevasteis? Pues, bien analicemos este pasaje que habeis vivido intensa-
mente. Podeis comparar el lago con la vida que simplemente ES, la barca
con la experiencia que estais viviendo en esta existencia y como veis,

186
LIBRO IV

aunque sois individuales, vais remando al mismo compás, es decir, como


individualidades sois únicos con vuestras propias experiencias, mas, sin
embargo, vais unidos en un solo compás, y así juntos podeis llegar a la
meta final de vuestras existencias.
Aunque cuando en vuestras experiencias aparecen algunas adversi-
dades, como el ventarrón del pasaje descrito, cada uno de vosotros actuais
de diferentes maneras, pero al final todos llegais a la misma meta ¡Dios!
el absoluto donde os sentireis felices, seguros y llenos de paz, pues, en la
meta lograda sois la felicidad, sois la confianza, sois la paz, sois uno con
Dios.
Por esto carísimos hermanos deseo que comprendais la unidad que
sois todos, que estais unidos y cada experiencia que vivais será la expe-
riencia del otro, todo cuanto hagais lo estais haciendo al otro, que es la
humanidad.
Recordad, amados que en vuestro recorrido por la vida, la barca que
son vuestras experiencias están entrelazadas y unidas por los lazos del
amor. Al igual que en la barca debeis remar juntos, pues, solos no podreis
llegar a la meta, la casa del Padre, pues, los hilos que os unen no lo
permitirían.
Por ello, todo cuanto hagais por vuestros hermanos lo estais haciendo
por vosotros mismos; todo cuanto deis, lo estais dando a vosotros mis-
mos. Hoy os exhorto a que intensifiquéis vuestra ayuda a la humanidad
con vuestra sencilla y sincera oración continua, para que juntos podais
escalar un nuevo nivel de conciencia, la casa del Padre.

187
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Las clases sociales


Salve hijos de la luz, en esta mañana resplandeciente os convoco
para que en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo os reunais en
vuestro corazón y contempleis con adoración la sagrada presencia de la
Santísima Trinidad que mora en vosotros, postraos con infinito amor y
reconoced su amor, su luz y su poder.
Amados de mi sencillo y humilde corazón con profunda reverencia
me inclino ante vuestra luz y muy complacido por tener discípulos tan
dedicados, vamos a comenzar este bello y feliz día con la siguiente
narración.
En un pueblo, no muy lejano, donde vivían seres de todas las creen-
cias y compartían sus vidas en labores rutinarias, todos con mira a la
consecución del dinero para llevar una vida holgada y halagüeña.
Entre estas familias existían clases sociales que las diferenciaban unos
de otros por sus ingresos económicos, lo cual establecía desde clases
sociales menos opulentas hasta aquellos donde irradiaba la opulen-
cia con todo su esplendor.
Aunque había comunicación entre las personas de distintas clases
sociales, existían restricciones para los seres que no eran opulentos,
y de esta manera les estaba vedado a concurrir a determinados lu-
gares donde los seres opulentos asistían y el medio de vida de cada
clase concordaba con la entrada económica de cada familia.
En esta organización de escala social se desenvolvía esta pequeña
civilización. Una vez estando un miembro de una de las familias no
opulentas en su trabajo, como era su costumbre, tuvo un accidente,
pues, con una máquina cortadora de cuero se cortó, inmediata-
mente fue atendido y llevado al lugar que le correspondía para ser
curado. Estando en su casa recuperándose del accidente pensaba
por qué le había sucedido esto, pues, sin el trabajo su familia co-
menzaba a padecer necesidades que en esos momentos él no podía
suplir, por estar impedido para trabajar.
Estando en este pensamiento se desesperó y lloró por la situación
en que se encontraba él y su familia, se llenó de ira y rencor y pen-
saba en los dueños de la empresa que disponían de toda la riqueza

188
LIBRO IV

y jamás padecían necesidades. Desesperado por todo esto decidió


partir a otro lugar donde pudiera conseguir el dinero suficiente para
que él y su familia no pasaran necesidades y así fue, partió, pero,
jamás regresó, cuentan que se involucró en malas compañías y murió.
Amados míos, después que habeis leído este deprimente episodio, os
llamo con mi amor para que os senteis junto a mí y dilucideis acerca de
esta narración. Se puede ver con toda claridad que si comparamos las
clases sociales de la narración con los niveles de conciencia de cada ser
al igual que en la narración no existe igualdad de niveles de conciencia
en cada ser, aunque se agrupen en una sola escala, es decir que a nivel
espiritual también existe esta diferencia entre los hermanos, la humani-
dad, esa gran sociedad clasificada por niveles de conciencia al igual que
el episodio narrado y además, debeis comprender que cada ser está ubi-
cado en el lugar (clase social) que le corresponde.
Amados míos, deseo que penseis, acerca de vuestras inconformidades
en la vida, de las cuales habeis llegado a rebelaros y habeis tomado deci-
siones que no son las más acertadas y que os pueden llevar a un fracaso
mayor, al igual que el personaje de la narración.
Todo esto, os puede suceder, amados míos porque no habeis com-
prendido que por ley cósmica cada uno de vosotros está donde debe
estar, mas cuando esto no es comprendido se viola esta ley cósmica que
os llevará a vivir experiencias más duras hasta que logreis aprender que
las leyes universales son perfectas y que solamente cuando comprendais
y aceptais estas leyes podeis ir ascendiendo a un nuevo nivel de concien-
cia, en este caso, el aprendizaje y la comprensión, serán el dinero en el
episodio, que os lleve a una mejor clase social.
Hermano mío, permitid que la luz que irradia vuestro ser os ilumine
para que podais comprender el camino de ascensión que abierto está a
vuestros pies con el manejo acertado de estas leyes universales. Que vues-
tro Padre Celestial con su infinito amor ha creado para que muy pronto
llegueis a ÉL, el Eterno, el Absoluto.
Orad hermanos míos, en el altar de vuestro corazón y pedid a la trini-
dad en vosotros que os dé la iluminación y sabiduría, para que subais

189
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

con paso firme cada nivel de vuestra conciencia, no os desanimeis, como


el personaje de la narración, vivid con alegría todas las situaciones que la
vida os da que por muy difíciles que aparenten ser, son dádivas divinas
para vuestro enriquecimiento espiritual. Seguid adelante con decisión.
Acepta, a partir de hoy, todos los eventos que se presenten en vuestra
vida y aprende de ellos y entonces si que estareis creciendo espiritual-
mente, no renegueis, hermano mío, por nada, acepta todo y comprénde-
lo todo y así no sufrireis. Confiad en vuestro Padre Celestial que os ama y
os ha creado por amor.

190
LIBRO IV

El crudo invierno
Amados hermanos en la luz, desde la luz de mi presencia os envuelvo
y os irradio con todo mi amor. Hoy hermanos vais a comenzar este nue-
vo día con la plegaria del amor que dirigís a la fuente todo-amor agrade-
ceréis vuestra existencia en esta experiencia de vida actual. Cerrad por
un momento vuestros ojos y repetid:
Padre del amor y de la vida, poderoso Señor Creador y Padre de
todo cuanto existe me postro humildemente a vuestra majestuosa
presencia y os doy mi amor y mi gratitud eternamente. Amén.
Ahora amados os voy a dar una pequeña plática que alegrará vuestra
alma y vuestra existencia. Escuchad.
Había una vez en el polo sur una nevada muy fuerte por el crudo
invierno que azotaba toda esta parte de vuestro globo y los habitan-
tes de esta región morían por el exceso de frío. Mas, sin embargo, la
nevada que insistentemente caía, causaba cada vez más estragos y
más pérdidas de toda índole, las autoridades del lugar no sabían
que hacer, afanados y confundidos emitieron un S.O.S a todas las
naciones para que les prodigaran ayuda, pues, escaseaban de todo
lo necesario para atender las emergencias que continuamente esta-
ban presentando. Así fue que la hermandad internacional tomó car-
tas en el asunto y enviaron toda clase de ayuda para solucionar la
emergencia que se estaba viviendo en esa región del globo.
Por fin ceso la nevada y comenzó a armonizarse la situación y los
habitantes sobrevivientes a la tragedia restablecieron la calma e ini-
ciaron la recuperación de las pérdidas materiales que había causado
la fuerte nevada, ya que respecto a las pérdidas humanas fue muy
poco lo que pudieron hacer.
Pasó el tiempo y los habitantes aún seguían recordando la experien-
cia vivida con la fuerte nevada de ese crudo invierno. Un día pasó
por esta región un Maestro de Sabiduría que hablaba a los habitan-
tes de las bendiciones y prodigios con que la naturaleza ofrecía a los
hombres, pero, los habitantes se sorprendían de estas palabras, pues,
recordaban muy bien la experiencia tan difícil que habían vivido por
el crudo invierno, por ello, no podían comprender que la naturaleza

191
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

en esos momentos los hubiera bendecido y mucho menos que hu-


biera hecho prodigios con ellos.
El Maestro de Sabiduría que conocía el sentir de los moradores de
la región les dijo:
Creeis que por aquella fuerte nevada que os azotó, la naturaleza no
os ha bendecido, sino que fue una maldición que os sobrevino por
medio de la naturaleza y por ello no creeis en mis palabras, pero si
pensais, que de no ser por esa nevada, el mundo no hubiera puesto
sus ojos en vosotros y mucho menos os hubiera brindado su ayuda
y daros a través de la hermandad internacional, la hospitalidad que
requeristeis en esos momentos de confusión y dolor, no pensaríais
así.
Diciendo esto se alejó el maestro internándose en la espesura.
Amados hermanos, como habeis podido observar en esta historia se
presentan las siguientes situaciones: la primera la terrible nevada que
ocasionó el caos y el trastorno entre los habitantes, si analizamos esta
situación se podría decir que cuando en vuestro corazón entra la nevada
de la frialdad espiritual os sentís confundidos, pues, no sabeis que hacer
ni que creer y os congelais y hasta os cristalizais interiormente y cuando
os sentís sumergidos en la soledad del alma que os azota inclementemente,
pensais en buscar alguna ayuda que pueda sacaros de ese enfriamiento
interior, de la misma manera como los habitantes del relato, pidieron la
ayuda a la hermandad internacional, sería ésta la segunda situación que
se presentaría en vuestra vida.
Otra situación es la ayuda oportuna de la hermandad, que es aquella
que los hermanos mayores, os prestan constantemente, es decir nosotros
vuestros humildes servidores, los Maestros Ascendidos, que siempre es-
tamos dispuestos a asistiros cuando nos lo pidais. Y por último es la
aparición en la narración del Maestro de Sabiduría, que en vuestra vida
espiritual es vuestro maestro interior quien os señala cuando habeis ac-
tuado erróneamente y os sentís arrepentidos o cuando os consuela cuan-
do estais afligidos.
Amados míos, si os poneis a pensar acerca de los nevadas que han
endurecido vuestro corazón por vuestra frivolidad espiritual y que poco a

192
LIBRO IV

poco han ido sepultado en el olvido ¿Quién sois? Y vais aumentando en


vuestro corazón el crudo invierno del desamor y la indolencia con vues-
tros hermanos en Dios sería una gran reflexión.
Reflexionad amados míos y no permitais que vuestro corazón se abra
a estos sentimientos, pues, debeis pensar que es a vosotros mismos a
quienes os estais negando el amor.
Si alguna vez, amados míos a vuestro corazón llega la nevada espiri-
tual, pedid la ayuda y entonces bendecireis la nevada, pues, de no ser por
ello no lograreis reconciliar nuevamente vuestros sentimientos de amor y
disponer de nuestra humilde asistencia.

193
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El recorrido en la playa
Amados hijos de la luz hoy es el día de la fraternidad de amor puesta
al servicio de la humanidad.
Cerrad vuestros ojos por un momento y haced silencio mental.......,
ahora abridlos y vamos a dar un paseo a lo largo de las playas de un
cristalino mar bordeando sus playas y dejando que la salada agua lave
vuestros pies, al vaivén de las olas que entregan sus aguas a la playa,
sentís la caricia en vuestros pies, que os relaja y libera del cansancio,
estimulándoos para continuar vuestra caminata. Recibís el olor marino
que exhala vuestro mar, os deleitais observando las gaviotas y pelicanos
en su manera de atrapar su presa que pesca del mar; sentís la brisa que
os envuelve y refresca bajo el ardiente sol. Os sentís muy bien y una
sonrisa se dibuja en vuestros rostros.
Vais avanzando lentamente disfrutando el paisaje, una vez que otra
os agachais y recogeis algún caracol o alguna conchita de mar, que ha
llamado vuestra atención, seguís caminando y veis que el camino que
vais recorriendo es largo, mas, sin embargo debeis continuar y avanzar
aun sin saber donde terminarán las playas que bordean la orilla del mar,
pero, estais tan bien que el cansancio no lo sentís y continuais avanzan-
do, disfrutando de la belleza del paisaje, de las aves pasajeras que se
posan en las esbeltas palmeras cargadas de frutos ubicados tan arriba,
que pareciera un ofrecimiento a Dios Creador, vais avanzando, obser-
vando, mirando cada detalle de este paseo por la orilla del mar.
Ahora os deteneis y decidís sentaros bajo una palmera que os cubre
con su sombra y allí os quedais profundamente dormidos y soñais que
entrais por una puerta tridimensional que os conduce a un paraíso, que
lo llamais así por su belleza y esplendor y allí observais que los seres que
habitan el paraíso son seres de excelente belleza, jamás vista y difícil de
describir, ellos al veros os reciben y os invitan a que participeis de la
celebración que en estos momentos están realizando, entrais y allí os que-
dais participando de la celebración, luego después de unos momentos os
despertais y continuais vuestro camino.

194
LIBRO IV

Amados hermanos en la luz, a través de esta experiencia que habeis


vivido a lo largo de esta sencilla lectura, deseo que os detengais y penseis
un momento la similitud de este paseo por la orilla del mar y vuestro
recorrido por la vida. Cuando llegais a las playas de la vida iniciais un
recorrido de pequeñas experiencias, de las cuales vais aprendiendo, como
en el paseo, aprendiais de todo cuanto atentamente observabais y en
todo vuestro camino por la vida vais viviendo cada momento que la vida
os da con su respectiva experiencia, y en verdad, amados míos, que no
sabeis, cuán tan corta o cuán tan larga es vuestra estadía de aprendizaje
en la vida, igualmente como el recorrido por las playas, sin que esto os
preocupe, pues, cuando estais en el recorrido por las playas, sin que esto
os preocupe, pues, cuando estais en el recorrido por la vida, no os pre-
ocupa ni siquiera pensais que vuestro camino puede terminar hoy o
mañana, simplemente os dedicais hacer lo que la vida os señala que
debeis hacer cada día y así continuais hasta que sin terminarse el cami-
no que, habeis estado recorriendo, tomais un descanso a la sombra del
Dios Omnipotente y llegais al paraíso, a una conciencia superior donde
participais de la compañía de otros seres afines con vosotros.
Luego deseais regresar nuevamente a las playas para continuar el
camino en el mismo punto donde lo dejasteis anteriormente, que en nuestro
paseo fue debajo de la sombra de una palmera.
Como veis amados míos, vuestro recorrido en el sendero de la luz
amor es eterna y sois vosotros quienes decidís que tanto avanzais en
cada jornada de vuestra vida a través del aprendizaje de vuestras pro-
pias vivencias.
Hoy hermanos míos, os invito a que no perdais un instante de vuestra
vida en cosas vanas, pues, con ello sólo lograriais alargar el camino, que
si lo recorreis bajo la luz de la verdad cada día creceriais en sabiduría y
en la maestría espiritual de vuestra vida.
Amados míos, no os distraigais de la meta que como espíritus divinos
e hijos de Dios que sois debeis alcanzar en cada existencia. Recordad
que cada existencia que vivís es la oportunidad que la ley divina os da
para que a través de vuestro servicio ayudeis al despertar espiritual de la
humanidad, por lo tanto, amados míos, no la desperdicieis en cosas vanas.

195
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Un lugar perdido
Hermanos en el amor del mismo Padre, os saludo fervientemente y en
mi luz los envuelvo.
Hermanos, en esta mañana de luz celestial les traigo mi sencilla pláti-
ca que llenará vuestros corazones de gozo y paz en el amor de Dios Pa-
dre. Venid conmigo a la morada del altísimo en vosotros y allí anclados
en su amor vais a recordar este pasaje que alguna vez vivisteis.
En un lugar lejano de las actuales civilizaciones, se tejían entre sus
habitantes situaciones angustiosas de envidia, rencores, venganzas,
egoísmos, sexualidad aberrante, y un sinnúmero de pasiones que
únicamente iban llevando a los habitantes a la destrucción; los vicios
aumentaban cada vez más y la delincuencia estaba en su apogeo. El
más astuto envolvía en sus redes al más incauto y así vivían
devorándose como entre fieras.
En este estado de depreciación de valores, de normas y reglas viola-
das permanentemente se iba desenvolviendo esta civilización hasta
que un buen día llovió fuego del cielo que consumió este lugar y lo
sumergió en el olvido.
Amados míos, este breve relato, que fue verídico, continuamente se
está repitiendo en las existencias en todo tiempo y lugar, tanto en el plano
físico como en el plano espiritual.
En lo físico, pues, permanentemente estais percibiendo a través de
vuestro mundo los dramas que se originan por las actitudes que muchos
seres despliegan contra sus hermanos ya sean en espíritu o carnales; dra-
mas tan espantosos que únicamente una mente demente puede causar.
Y en el plano espiritual, el cual no se puede desligar del plano físico,
debido a que éste lleva en sí el aspecto espiritual.
Cuando os ubicais en el tiempo y en el lugar narrado al comienzo de
la plática, podeis palpar claramente cuales son los sentimientos que al-
bergaban en cada corazón los seres que habitaban ese lugar en aquel
momento, lo que os debe llevar a pensar, si ciertamente en esos momen-
tos estos seres estarían actuando en amor con sus hermanos; ciertamen-

196
LIBRO IV

te que no, por lo tanto, se habían sumergido en el olvido de su verdadero


ser, no recordaban su origen divino y como tal actuaban dementemente.
Amados míos, deseo que reflexioneis, acerca de cada uno de voso-
tros, que atentamente estais concentrados leyendo estas sencillas pági-
nas, si aún en vuestro corazón existen sentimientos borrascosos, que per-
turben vuestra alma; si aún no os sentís sosegados por el peso de cargas
pesadas del pasado.
Si es así, amados míos, estais a tiempo para que cambies todas vues-
tras cargas espirituales por el refrescante alivio que os da el perdón y así
podais dar paso al amor en vuestra vida y volvais a recordar vuestro
origen divino y vivais como los hijos únicos que sois del Dios Padre Madre.
Amados míos, no olvideis vuestra propia identidad, para que no os
sumerjais en el olvido de las ilusiones, donde os sentireis perdidos y
confundidos.
Comienza desde ahora a sacar de vuestro corazón aquellos visitantes
que muy quedamente han entrado allí, para perderos vuestra paz y haceros
olvidar quien sois.

197
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SÉPTIMA PARTE

La fuente proveedora
En mi corazón hay un lugar para cada uno de vosotros, amados lec-
tores, por eso hoy os invito a que vengais a mi corazón y ocupeis este
lugar y allí abrazados a mi amor recibais esta humilde plática que amo-
rosamente he preparado para cada uno de vosotros.
“El universo es la despensa de Dios”.
Empezamos hoy con este pensamiento pues, os vemos siempre an-
gustiados y preocupados por la consecución del dinero, que para voso-
tros es el símbolo que abre las puertas de la opulencia y la abundancia en
vuestro mundo. Pero, como os digo, el dinero que para vosotros es aque-
llo que os prodiga todo cuanto necesitais no deja de ser un símbolo y por
ello se os ha dicho que los símbolos son ilusiones que os conducen a un
mundo de ilusiones, que os atrapan y os envuelven hasta tal punto que os
olvidais de vuestro mundo real.
El dinero, hermanos míos, es una ilusión de la mente y muchas veces
lo percibís como tal, y por eso decís “el dinero es una ilusión”, mas sin
embargo, lo decís, pero no lo creeis y continuais en la rueda de las ilusiones.
Os daba al comienzo el pensamiento “El universo es la despensa de
Dios”, pensad, amados míos, cuán inmenso es el universo y cuán inmen-
so será todo lo que contiene para satisfaceros, únicamente podeis tomar
de él lo que necesiteis, es como cuando llegais a casa hambrientos y os
dirigís a la despensa doméstica para sacar de allí lo que necesitais para
saciar vuestra hambre, al dirigiros a la despensa sabeis que allí
encontrareis lo que buscais, pero no lo tendreis en vuestras manos hasta
que abrais la despensa y saqueis de su interior lo que necesitais.
De la misma manera, amados míos la energía vital todo lo tiene para
satisfacer vuestras necesidades, ella es la verdadera fuente proveedora

198
LIBRO IV

en vuestra existencia y esta provisión es autosostenida y la tendreis siem-


pre, lo que no sucede con el dinero que es fugaz y efímero.
Hoy, amados lectores, deseo llevar hasta ustedes esta humilde invita-
ción que busqueis en la fuente eterna la provisión necesaria para vuestra
existencia y esta fuente proveedora y eterna es inagotable e infinita, por
ello, hoy os exhorto a que hagais la prueba y abrais las puertas de la
fuente proveedora eterna que es el Absoluto, listo para saciar las necesi-
dades de sus hijos.
Amados míos, que esta sencilla plática os de la luz para que halleis la
opulencia y la prosperidad en vuestras vidas y cese en vosotros las pre-
ocupaciones y las angustias que os trae cuando os sentís sin el símbolo
del dinero. Buscad y hallareis, no lo olvideis y recordad siempre que todo
cuanto os propicia el dinero son ilusiones.

199
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Reliquias y antigüedades
Amados hijos del amor, os envuelvo en mi amor maternal y os envío
mi luz. Recibid en vuestro corazón esta sencilla y breve plática que os
traigo hoy para daros.
En medio del silencio de este bello amanecer os llevo de la mano
hacia un lugar que lleno de esplendor, la luz, amor y alegría os vais a
ubicar donde os sintais cómodos y tranquilos, ahora disponed vuestros
oídos y escuchad.
Había una vez un príncipe muy apuesto, de riquezas considerables,
poseía una gran fortuna en reliquias y antigüedades reales, tenía
una legión de vasallos que le servían fielmente y una bella esposa
con quien compartía dulces momentos de su vida.
Tenía el príncipe en su lujoso castillo un lugar muy especial que él
había ordenado que se dispusiera y utilizara únicamente para colo-
car y exhibir allí las reliquias de la familia real y las antigüedades que
habían pertenecido a sus antepasados.
Este lugar era muy apreciado por el príncipe y el predilecto para
mostrarlo a sus nobles visitantes que con frecuencia asistían a palacio.
El príncipe se sentía orgulloso de ser poseedor de tan grande riqueza.
Un día estando él contemplando las reliquias y antigüedades de sus
antepasados, comenzó a recordar y atraer a su mente los recuerdos
que cada pieza de esta colección significaba para él, unos recuerdos
le traían alegría otros le traían tristezas y otros le ocasionaban arro-
gancia, otros le traían satisfacciones y así acariciaba el príncipe cada
pieza coleccionada y una vez que terminó de mirar la colección se
retiró a su aposento lleno de sentimientos y emociones encontradas,
que no podía dormir. Pasó la noche en vela y al otro día malhumo-
rado por la mala noche que había pasado se fue a los jardines de su
palacio para relajarse un poco. Paseando por las bellos jardines se
dirigió a una pequeña cascada que se desprendía de unos peñascos
y con su murmullo alegraba el lugar; se sentó sobre una peña a
observar el correr del agua y a escuchar su murmullo, estando en
esta contemplación vio venir a uno de sus vasallos que con profun-
do respeto y humildad se dirigió a él, para llevarle una taza de té, el

200
LIBRO IV

príncipe la aceptó y mientras tomaba la taza de té y bebía de ella,


invitó al vasallo que se sentara a su lado. El vasallo con profunda
humildad y obediencia acepto. Éste, muy complacido por la invita-
ción del príncipe comenzó a hablar y dijo: “Majestad, os he visto,
muy desmejorado, ¿es que no habeis podido dormir bien?”. El prín-
cipe le contó que efectivamente había pasado una mala noche y le
explicó el motivo que había causado el insomnio, el vasallo con pro-
funda humildad y respeto le dijo al príncipe: “Majestad si esa colec-
ción de piezas de reliquias y antigüedades son la razón de vuestro
desasosiego ¿por qué no lo tirais y mandad cerrar el lugar?”, el prín-
cipe muy compungido no pudo escuchar a su vasallo, pues, el solo
hecho de pensar tirar esa fortuna lo entristecía y así pasó la vida del
príncipe a lo largo de los años.
Amados hijitos de mi maternal corazón, como habeis observado en
esta narración deseo que os concentreis y mireis con los ojos del alma, la
experiencia que se desarrolló en este episodio, que como veis en el episo-
dio de vida de muchos seres, mis hijitos, que experimentais en vuestra
existencia.
Si pensais bien, sois vosotros el apuesto príncipe, rodeado de todo
aquello que necesita para ser feliz, como vuestro Padre Celestial quiere
que seais. Mas sin embargo, siempre estais guardando una parte de vues-
tra vida para coleccionar vuestra infelicidad, esto sucede cuando os aferrais
a recuerdos que traen dolor y sufrimiento a vuestro corazón, y además,
cuando atesorais en vuestra mente recuerdos de venganza, de rencores
de odios y desamor y que al igual que el príncipe acariciais día a día,
cuando contemplaba su colección. Y sentís amados míos, vuestra alma
cargada por el peso de estas energías que os agobian y os arrastran en
vuestro interior, mas sin embargo, al igual que el príncipe no quereis
desprenderos de ellos, seguís aferrados a un pasado y atados con fuertes
cadenas que os impiden soltaros.
Amados hijitos, no sigais pegados en lo que no es real, el pasado ya
pasó, soltadlo y vive el presente que es vuestro mundo real, donde hallais
la felicidad y no la desperdicieis añorando o torturándoos en un pasado
que no existe, cerrad la puerta a esa parte de vuestra vida que está

201
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

ocasionándoos dolor y sufrimiento y entra a disfrutar de todas las como-


didades y bellezas del palacio que el presente os da.
Hijitos, una vez os dije que solteis los recuerdos y sed libres y felices
es lo que mi corazón maternal desea para sus hijos. No guardeis más
reliquias ni antigüedades, en vuestro corazón que no son más que
torturadores de vuestra alma.
Amados míos, que desde hoy comenceis a sacar por la ventana de
vuestro corazón aquellas añoranzas del pasado y aquellos recuerdos que
os hacen sufrir, sella hoy para siempre todo esto y empieza a vivir cada
momento que la vida os proporcione, vive el presente y sereis felices siem-
pre y o hagais lo que hizo el príncipe de la historia.

202
LIBRO IV

Una historia de amor


Salve ¡Oh! hijos del amor de Dios y hermanos míos, os envuelvo en
mi humilde luz y os irradio en mi amor.
Hermanos míos, recogeos unos momentos en vuestro corazón, y con
infinito amor orad al Padre Celestial, por vuestros hermanos en la luz así:
Padre nuestro que estais en el altar de cada corazón de tus hijos en
la Tierra, concédenos la conciencia de la prosperidad espiritual para
que podamos ascender hacia ti y la prosperidad material para que
todo cuanto necesitamos se nos sea dado en abundancia y vivamos
en la Tierra rodeados de la opulencia divina en todas sus manifesta-
ciones. Perdónanos Padre Celestial, nuestro errores cometidos con-
tra la ley del amor y haz en nosotros tu divina voluntad, que es el
bien y la felicidad para nosotros tus hijos. Amén.
Ahora amados después de esta sencilla súplica vais a entonar un can-
to de amor que solo las almas puras pueden cantar, como es “el canto al
amor”.
Había una vez una núbil doncella preparada por sus padres para la
administración del hogar, pues, había sido educada en las activida-
des hogareñas tales como culinaria, bordados, decoración hogare-
ña, tejidos, exquisitos modales y muy buen porte en su apariencia
personal. Estaba ya en edad casadera y sus padres hacían todo lo
posible para que esto sucediera, para ello realizaban reuniones so-
ciales frecuentemente, paseos, diversiones con el fin de que la núbil
doncella consiguiera el consorte deseado.
Después de tanta insistencia en las tertulias sociales, por fin llegó el
esperado ser que posiblemente haría feliz a la núbil doncella y llegó
el gran momento tan esperado del matrimonio, evento que se reali-
zó con gran celebración religiosa y una pomposa reunión social.
Pasaron los días, pero, en el rostro de la núbil doncella se dibujaba
melancolía y tristeza, lo que hacía pensar que no era feliz, mas sin
embargo no se explicaban la infelicidad de la núbil doncella, ya que
disponía de todo para ser feliz.
Una vez estando sentada al frente de la ventana de la gran mansión
donde vivía vio pasar en un corcel a un apuesto caballero, que al

203
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

mirarlo le robó el corazón, pues, sintió un inmenso y gran amor


hacia el caballero, cuando sintió su mirada llena de amor que le
embargaba el corazón, el cual palpitaba alteradamente casi sin po-
der controlarlo, pasó el caballero y siguió su camino, sin decir una
palabra, únicamente aquella mirada que estremeció su corazón.
La núbil doncella había sentido por primera vez el amor en su cora-
zón y comenzó a sentir la felicidad y la alegría que la llenaban e
invadían día a día, suspiraba en silencio por aquel caballero del cor-
cel de la mirada amorosa, comenzó a ordenar y arreglar su hogar
con detalles de amor de tal manera que de la gran mansión hizo un
bello palacio. Se sentía motivada por la vida misma y siempre a la
hora acostumbrada se sentaba frente a la ventana en espera de la
llegada del caballero de la mirada amorosa; en una de esas tardes
en que solía solitaria y silenciosa entregarse a la dulce espera vio
venir de nuevo el caballero de la mirada amorosa y quiso colocarse
de pie para saludarlo, pero, el caballero, sin palabras la envolvió con
sus ojos cargados de amor y se perdió en el camino. Despertándose
de su dulce sueño sintió la núbil doncella que algo había cambiado
en su corazón y desde ese día comenzó a ser feliz.
Amados míos, en esta narración deseo que os concentreis en los si-
guientes aspectos: primero en el personaje de la historia como un ser
preparado para realizar una experiencia que se consideraba que de an-
temano iba a ser feliz en la vivencia de ésta. Segundo en las circunstan-
cias que se presentan con ayuda de los padres para que este evento suce-
da y tercero la aparición del caballero de mirada amorosa.
Si veis bien, amados míos, cada experiencia que vivais, por muy ca-
pacitado que esteis únicamente sabreis que lo habeis aprendido a través
de su vivencia y únicamente sereis feliz si la aceptais y la comprendeis;
para que no os suceda como a la núbil doncella que creía estar ya prepa-
rada para vivir su nueva experiencia.
Debeis saber que solamente a través de la experiencia podeis llegar a
la maestría en cualquier campo que fuese y cuando el amor llega, cuando
acompañais la experiencia con el amor, de veras, que vuestra vida cam-
bia llenándose de felicidad y alegría permanente; como en la historia

204
LIBRO IV

cuando apareció el caballero de la mirada amorosa en la vida de la núbil


doncella.
Por esta razón amados míos, hoy deseo que cada uno de vosotros a
partir de ahora cambieis aquellas vivencias que estais realizando con
desgano y mala voluntad, las realiceis con amor para que vuestra vida
formada por aquellas pequeñas experiencias sea cambiada por expe-
riencias de amor y felicidad.
Pensad siempre, y no lo olvideis que el amor es el ingrediente indis-
pensable para vuestra felicidad.
“Amad siempre y amad todo cuanto hagais”.

205
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Los maestros hablan


¡Salve! hermanos en la luz mi amor os entrego junto con mi luz; en el
día de hoy nuestra plática será muy sencilla y halagadora.
Permitidme, amados míos que inclinándome ante vuestra luz os de
mi humilde asistencia. Recibid de mi ser el aliento de amor que os dará
fortaleza espiritual.
Centrados como estais en estas sencillas páginas de amor os digo que
en estos momentos el Espíritu Consolador, el Santo Aeolus, está irradian-
do su luz, por encima de vosotros para que esta sencilla plática sea com-
prendida, por vosotros amados lectores. Después de haber recibido esta
gran radiación del Espíritu Santo Cósmico, vais a entablar un diálogo
con algunos maestros de la luz divina que se encuentran presentes en
esta plática que este humilde servidor expondrá.
Estando con vuestra mente tranquila serena poco a poco vais sintien-
do la radiación de amor que cada maestro os está enviando y cada vez
más vais percibiendo en vuestra mente con más nitidez su presencia, que
poco a poco va tomando una figura luminosa llenando vuestra mente de
luz. Ahora os sentís rodeados de estos maestros de la luz divina que en su
infinito amor han querido participar en esta sencilla plática. El primer
maestro de la luz divina os saluda sonrientemente y llena de amor vues-
tros corazones. Este maestro comienza a hablaros:
Amados hermanos míos en el Padre Supremo, fuente de amor eter-
no he venido de mi mansión de luz, impulsado por el amor que mi
humilde corazón siente por vosotros. No soy ninguna fantasía de
vuestra mente soy real como también lo es mi amor por vosotros.
Deseo en esta mañana de luz deciros que mi corazón que está abier-
to emanando permanentemente luz amor a vosotros y a vuestro
globo cada vez se ensancha más en la dulzura del amor que os da,
os amo y por ello he bajado para manifestaros directamente y deciros
que el amor que brota de mi es el mismo amor que brota de voso-
tros, porque es en el amor donde se origina la creación, es la única
fuente que emana eternamente en el universo. Por ello amados en
mi luz hoy tomo un rayo de mi amor y lo deposito en vuestros

206
LIBRO IV

corazones como señal de la fraternidad divina que nos une. Esta


radiación que hoy con profundo amor y humildad os he dado in-
tensificará en vosotros el divino amor, lo cual permitirá que se facilite
el contacto de vuestros corazones con mi rayo personal y así conec-
tados podais dialogar y entrar en mi radiación. Me declaro desde
ahora vuestro humilde servidor eterno, YO SOY el Maestro del Amor.
Mi saludo luminoso os envuelve y mi radiación dorada os cubre,
amados hijos de la luz. Con mi radiación dorada, quiero daros las
pautas que debeis seguir en el camino dorado que habeis escogido
y que os llevará a la luz que sois. Hoy resplandecerá vuestro ser,
porque amorosamente habeis aceptado mi humilde radiación, la
cual os entrego en amor divino para que dispongais de ella cuando
lo deseeis. Amados míos desde la Sol-Mansión donde permanezco
cuando no estoy en retiro, os he observado atentamente y muy
deseoso que me pidais mi humilde asistencia, pues, mi naturaleza es
la luz que posee el más humilde de los humildes servidores. En la
Sol-Mansión se realizan oficios de iluminación y sabiduría a los cua-
les estoy deseoso que asistais por las noches en las horas en que
vuestros cuerpos descansan. Allí una legión de ángeles de sabiduría
e iluminación os explicaran y os enseñaran el manejo de esta radia-
ción dorada.
Creedme, amados míos que estoy ansioso de que vayais a visitar a
este humilde servidor. Os espero esta noche.
Pregunta: ¿Cómo hacer Maestro para llegar a la Sol-Mansión?
Respuesta: Simplemente pensad, cuando estais en vuestro lecho
dispuestos a dormir con la protección de la radiación dorada me
dirijo a la Sol-Mansión y allí os recibiré.
Pregunta: ¿Cómo saber que se estuvo en la Sol-Mansión?
Respuesta: Por las señales de sabiduría e iluminación en que a veces
entreis en determinados estados mentales que serán tan palpables
que no habrá duda en vosotros
Gracias Maestros.

207
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La luz eterna
Amados hijos de la luz, hoy comienza el nuevo día con cánticos uni-
versales, pues, ha llegado la hora en que toda la humanidad entone des-
de su alma el cántico del amor universal, por ello mis amados a través del
cántico de mi amor os envuelvo con las notas musicales que lo forman
para que hoy la música del amor os acompañe todo el día.
En la plática de hoy os vais a centrar en vuestro centro energético
frontal, allí donde la luz divina se concentra y alimenta y da vida a vues-
tros pensamientos y a vuestro cuerpo mental. Ahora ubicados allí os vais
a visualizar dentro de un resplandor luminoso que os conduce por un
sendero que os lleva hacia el Portal de luz, el cual se abre para que entreis
en él.
Veis solamente luz, y seguís avanzando hasta donde encontrais una
bella fuente de luz dorada que se alza hacia lo alto en su esplendorosa luz,
os quedais absortos contemplando esta llama de luz dorada y observais
como a través de su movimiento se va conformando una mansión de luz
dorada, entrais en ella y os sentais en cómodos sillones que están dis-
puestos al rededor de un espacio donde se observan potentes columnas
de mármol. Veis que del interior del salón se desplazan seres amorosos y
sonrientes que os abrazan y os invitan a sentaros junto a ellos, ved ahora
que de lo alto del recinto se desprende un rayo dorado que alumbra el
recinto y veis que de él desciende el Maestro de luz dorada que
sonrientemente os habla de esta manera:
Amados hermanos en la luz, en este bello y esplendoroso día os
envuelvo en mi luz y deseo que en el día de hoy comprendais el
motivo que os lleva a estar presentes en esta mansión-luz en estos
momentos, pues, como parte importante que sois de la LUZ ETER-
NA debeis saber que todo cuanto sois es luz. Por esta razón, herma-
nos míos, sois multiplicadores de haces de luz en vuestro mundo,
para que los otros haces de luz opacados por la ensoñación, tam-
bién resplandezcan y formeis la nueva edad dorada, que se avecina.
Hoy estoy intensificando en vuestros corazones mi luz dorada para
que la useis en vuestras vidas con tino y acierto para vuestro bien y
el de toda la humanidad.

208
LIBRO IV

Hermanos carísimos, recordad que aquel que a la fuente viene y


bebe de ella se fortalece y vivifica, así que deseo que vengais a la
fuente eterna que resplandece en vosotros eternamente y bebais de
ella para que fortalecido deis también a beber a aquellos que han
permitido que su fuente se disminuya por el olvido, de su Presencia
en cada uno de estos.
Hoy mi radiación dorada los acompañará y os dará el discernimien-
to a vuestras mentes para que no os equivoqueis con pensamientos
erróneos y la luz de la sabiduría os lleve de la mano.

209
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La estrella y el Sol
Salve hijos de amor del Padre cuya presencia resplandece entre voso-
tros os envuelvo en mi amor y mi luz. En este día sereno y tranquilo os
voy a dar mi humilde plática que será mi pequeño aporte en vuestro
crecimiento espiritual.
En un punto del cosmos había una estrella que sobresalía su excesi-
vo resplandor, era tal su luz que llegaba a opacar las estrellas que
alumbran en su entorno. Su luz era brillante, refulgente y luminosa,
alumbraba toda su galaxia y resplandecía día y noche. Estando una
vez muy concentrada en la emisión de su luz, apareció un Sol que
venía de otra galaxia y al encontrarse con la estrella resplandeciente
se eclipso ante su luz y el sol salió muy mal logrado de su primer
encuentro. Regresó el sol a su galaxia desconcertado y pensativo
acerca de aquella estrella refulgente que había logrado eclipsarlo.
Pasaron los días y el tiempo avanzaba en su vertiginosa carrera y
estando el Sol más fortalecido en su radiación, decidió visitar por
segunda vez a la estrella refulgente pero, esta vez no salió mal libra-
do, pues, la refulgente estrella había envejecido y de ella no queda-
ba sino una tenue luz. El Sol compadecido por ella la tomó entre
sus destellos la envolvió y comenzó a irradiarla de tal manera que la
estrella de tenue luz comenzó a brillar.
Agradecida la estrella con el Sol le prometió que nunca más volvería
a usar su luz para eclipsarlo y que desde ahora permanecería en su
luz brillante eternamente.
Amadísimos, lectores de mi corazón os he narrado esta sencilla histo-
ria para llevaros a que penseis, en dos situaciones que os ha venido
agobiando y algunas veces no os dais cuenta. Una, es aquella cuando
llenos de sabiduría por vuestras experiencias vividas, os llenais de arro-
gancia y anulais con ella a quienes buscan vuestra luz del saber y enton-
ces os ufanais y os sentís superiores a ellos, lastimándolos con vuestra
arrogancia, petulancia y creimiento y se los dais, pero, al mismo tiempo
los estais eclipsando como la estrella refulgente de la narración. Muchas
veces amados míos vuestra soberbia es causa de dolor para vuestros
hermanos.

210
LIBRO IV

Vivid en la luz, hermanos míos, y dadla sin medida a vuestros herma-


nos y con indecible amor; que vuestros sabios conocimientos no sean
causa de desamor cuando sintais que los estais dando. Si algún hermano
os busca sediento de vuestra sabiduría permítele que beba hasta la sacie-
dad sin reparos ni restricciones.
La otra situación es que comprendais que todo tiene su momento y
por lo tanto cada momento de vuestra vida debeis vivirlo con plenitud,
pues, es, ese momento y no otro el que debeis vivenciar, así que cuando
aquellos que os busquen, para que los guieis, asistais, ayudeis y orienteis
recordad que ese es el momento para que lo hagais y no os suceda, como
la estrella de la narración que vuestra luz se apague con el transcurrir de
los años, mas si esto, pequeños míos os llegase a ocurrir, recordad siem-
pre que la Eterna Luz, siempre está dispuesta para recibiros en sus bra-
zos y daros la resplandeciente luz de su amor.
Amados míos, que vuestra luz sea la estrella fulgurante que alumbre
las conciencias de aquellos que sumergidos en la ignorancia y la mala
voluntad han opacado su propia luz en el olvido.
No olvideis que la fuente luminosa de donde procedisteis está lista
para encender vuestra luz.

211
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La jornada matutina
Hoy es el día de la reconciliación espiritual y del amor yacente en
nuestros corazones, listos a entrar a participar en la actividad amorosa
que la vida os presenta. Os envuelvo en mi actividad amorosa y entrego
mi luz a vuestra luz.
Amados míos, en la sencilla plática de hoy vais a recibir de lo alto el
candor que emana del corazón del Eterno, para que vayais siendo en
cada momento el Sol naciente en cada día del corazón-luz, como lo es
vuestra presencia YO SOY.
El sol que emana permanentemente, emite su luz electrónica con pu-
reza y perfección a vuestra mente y a vuestro corazón, dándoos su ener-
gía vital para que podais moveros, pensar, hablar, actuar y a través del
movimiento desplaceis todas las experiencias que vinisteis a realizar y a
través de ellos lograr el aprendizaje de todo cuanto habeis vivido. Esa
poderosa energía vital que es la que os da su amor permanentemente, es
la que viene de lo alto a darse a los pequeños soles nacientes que resplan-
decen en cada corazón.
Es a esa resplandeciente presencia a quien debeis adorar y agradecer
permanentemente vuestra existencia. Es esa presencia YO SOY quien os
permite estar donde debeis estar. Es esa poderosa presencia YO SOY que
continuamente os está irradiando para que no os falte nada, pues, todo
os lo da en su infinito amor.
Hoy amados míos vamos a comenzar nuestra acostumbrada plática
con la jornada matutina que se realiza en los templos de luz; por lo tanto,
os pido amorosamente que os visualiceis de pie al igual como lo hacen
los maestros que pertenecen a estos templos y entonad el canto de la
jornada matutina que los directores entonan.
Ahora que el director del oficio de la jornada matutina ha llegado
tomad asiento y escuchad:
Amados hijos de mi sencillo y humilde corazón, bienvenidos a este
humilde oficio de luz donde todos los maestros se reúnen en silen-
ciosa devoción para dar gracias por esta jornada en todos los tem-

212
LIBRO IV

plos de luz que permanecen abiertos todo el año. Amados míos,


hoy este humilde servidor os implora que la jornada que iniciais en
este día sea la esplendorosa realización del Cristo Interno en voso-
tros, que el Santo Cristo se manifieste en su perfección a través de
vosotros y únicamente el amor tenga lugar en vuestro corazón para
que todos vuestros actos en este bello día vayan envueltos en la luz
amor. Además, mis amados hermanos, que el resplandor de vuestra
presencia, consuma las tinieblas que circundan el espacio y el lugar
donde la eterna luz os permita caminar. Seguid siempre en esta jor-
nada las directrices que de lo alto os son dadas y confiad en la Divina
Luz que os guía. En esta jornada abríos a todo cuanto se os presen-
te, pues, la Presencia Universal hoy se abre en luz amor a vuestro
pequeño Sol para que caminéis por senderos seguros. Alabad en
todo momento su presencia en vosotros y dad gracias con profunda
gratitud.
Después de terminado el oficio os vais desplazando al aquí y al ahora.
Hermanos amados, a las luminosas palabras del director, únicamen-
te, me atrevo con profundísima humildad a deciros que tengais en cuenta
el mensaje que se os ha dado hoy en la jornada matutina y en lo posible
lo cumplais estrictamente.
Además hermanos míos, que en cada jornada de vuestra vida las
directrices seguidas sean las que el sol que resplandece en vosotros os
señala, escuchad siempre con vuestro oído interno la voz que os habla
desde ese pequeño sol, para que así no os equivoqueis del camino que de
lo alto se os ha señalado y permanentemente esteis recibiendo la luz amor,
fuente de toda riqueza en sus infinitas manifestaciones y podais ser feli-
ces siempre.

213
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La ardilla y la garza
Salve ¡Oh! hijos de la luz, os envuelvo en mi luz y os cubro con el
resplandor de mi amor. Amados de mi humilde corazón disponed vuestra
mente y vuestro corazón para que esta sencilla plática tenga los efectos
que este humilde servidor desea en vuestro ascenso en la luz.
Hoy trataremos un tema de por sí muy conocido por vosotros, pero,
al mismo tiempo poco comprendido. Leed atentamente.
Había una vez en una isla próspera, en vegetación, en frutales, en
colorido de jardines, en aves y toda clase de animales de distintas
especies que en sus características similares se agrupaban y vivían
una vida laboriosa y tranquila. Esta isla que estaba rodeada por un
mar azul verde marino y sus aguas transparentes y límpidas resalta-
ban su belleza y llenaba el corazón de la madre Tierra de regocijo.
Una vez estando una ardilla escalando las altas palmeras, para dis-
frutar de sus deliciosos frutos, vio a lo lejos que se acercaba una
caravana de impecables aves garzas que con su blanco plumaje da-
ban la impresión de resplandor luminosos que avanzaba sobre la
isla. Absorta la ardilla contempló silenciosa la bandada en caravana
y observó detenidamente el ave guía de aquella bella bandada, vio
que se detuvieron en la playa a descansar de un largo vuelo. La
ardillita quiso aproximarse para ver mejor al grupo de garzas, bajó
rápidamente de la palmera y escondida por entre la espesa vegeta-
ción se fue acercando hasta que pudo apreciar de cerca la belleza de
las aves, pero, en especial del ave que guiaba la bandada, su peque-
ño corazón ardió de amor por él y quiso aproximarse aún más,
pero, no fue posible, pues, la bandada, levantó vuelo y partió. La
ardillita entristeció al ver que la bandada se alejaba. Al llegar a casa,
mamá ardilla le preguntó cual era el motivo de su tristeza y ella le
contó entre sollozos su efímero amor, la mamá ardilla le dijo:
“Hijita mía, cuánto no diera por veros feliz, pero, debeis comprender,
que esa ave cuya belleza ha robado vuestro corazón, no es quien
podrá compartir su existencia contigo, pues, veis bien que tú habeis
nacido para correr con gran agilidad, mas, no podeis volar como el
ave garza, y pensad ¿cómo podriais compartir con él sin poder volar
y cruzar el ancho cielo como él lo sabe hacer? Además, también

214
LIBRO IV

debeis pensar en que no podríais compartir tampoco vuestro ali-


mento, pues, os alimentáis diferentemente, es más, ni siquiera po-
dríais compartir la misma vivienda, pues, son muy distintas”, termi-
nando estas palabras la ardilla madre partió a sus quehaceres y la
ardillita comprendió su efímera ilusión.
Amados lectorcitos de mi corazón, deseo reflexioneis sobre este pe-
queño relato y os centreis en vuestro personaje de hoy, la ardilla; en vues-
tra vida todo lo teneis para ser feliz mas, sin embargo, muchas veces
voláis en el mundo de los sueños y os dejais llevar hasta que os conduzca
al sufrimiento y a la desolación espiritual. Otras veces, estais disfrutando
de vuestra bella realidad, pero, se llega aparecer el ave garza, ya sea en
situaciones, circunstancias, personas o cosas y os aferrais a ella, como le
sucedió a la ardilla del cuento, que terminais en la decepción y el
desequilibrio.
Amados míos, no trateis de dar saltos en vuestra conciencia, ya que
debeis ir paso a paso en vuestra evolución de conciencia, pues, os puede
suceder como la ardillita y sumiros en un sufrimiento porque os podeis
estancar y perder la continuidad que se os marcado, con esto os digo,
que no mireis más allá de lo que os corresponde, pues, el camino que
vais recorriendo es perfecto y no presenta saltos, seguid avanzando ama-
dos míos al ritmo de vuestro propio esfuerzo y no pretendais jamás que
otros os lleven en sus alas.
Amados míos, que estas sencillas reflexiones den luz a vuestro ser y
sigais pacientemente cada una de vuestras experiencias.

215
PRIMERA PARTE

Ejercicios espirituales

A
mados míos, iniciaremos este bello día con la luz del Espíritu
Santo Cósmico y con el amor de nuestro Padre Celestial.
De este humilde servidor recibid mi amor eterno.
En la plática de hoy vamos a realizar unos ejercicios de relajación
espiritual, que os serán de gran ayuda para el control de vuestros cuerpos
inferiores, es decir vuestros cuerpos físico, etérico, mental y emocional.
El primer ejercicio se basa en vuestro propio ser, con esto os digo, que
debeis concentraros visualizando vuestra Presencia Divina, ubicada en
vuestra llama incandescente e inmortal de vuestros corazones. Allí vais a
mirar fijamente la llama que arde a vuestro lado izquierdo y quedaros allí
por unos momentos, luego que sintais que vuestro cuerpo se ha impreg-
nado de ese sagrado fuego de poder y protección, pasad al fuego amari-
llo-dorado que flamea en el centro y quedaos allí en éxtasis contemplan-
do esta llama, también por unos momentos hasta que os sintais parte de
esta llama y os veais impregnados de este fuego sagrado y avanzad aho-
ra a la llama roja que arde a vuestras derecha y allí como fuego azul y
amarillo que sois entregaos fijamente a este fuego y allí debeis sentir que
ardeis en el Divino Amor y en la medida que vais sintiendo el divino
amor vais viendo que el fuego rojo se va tornando color rosado brillante,
dejad que este sagrado fuego del amor divino os envuelva y os trascienda
e impregnados con el fuego del amor divino vais retornando al aquí y al
ahora.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Otro ejercicio es la contemplación de vuestros pensamientos.


Visualizad un lago del tamaño y extensión que vuestra mente sea capaz,
sentaos frente a él y mirad detenidamente cada una de sus olas, observad
su movimiento hasta tal punto que podais medir sus vibraciones, obser-
vad también, la espuma que se forma al entregar la ola sus aguas a la
playa, observad su color la manera como se desvanece al calor del sol y
al contacto con la arena, además, debeis fijaros en el viento que agita las
aguas del lago y podeis hasta medir los nudos de fuerza que impulsan su
velocidad y por consiguiente la altura de las olas que se levantan en el
lago; sentid la sensación que percibís al tocar el viento vuestro cuerpo,
también detened vuestra atención en el olor que el lago esparce en su
entorno y notad qué sensaciones percibís en vuestro corazón, luego re-
tornad al aquí y al ahora.
Y otro ejercicio es que os ubiqueis en vuestro corazón de carne y os
dejeis llevar por el sonido que produce cada latido y concentrado allí,
agudizando vuestro oído, tratad de percibir cual de las siete notas musi-
cales de vuestro pentagrama está sonando y una vez que lo habeis iden-
tificado con precisión, comenzad a repetirla en vuestra mente hasta que
sintais que esta nota musical es vuestra propia nota de la escala musical,
la cual debeis guardar en silencio, pues, más adelante os hablaré de vues-
tra nota musical, ahora retronad al aquí y al ahora.
Con estos sencillos ejercicios vuestra percepción y visualización se
van afinando y se os va haciendo más fácil entrar al mundo espiritual.
Amados míos, os invito a que os comprometais a practicar estos sen-
cillos ejercicios que serán de gran ayuda espiritual; más adelante, este
humilde servidor os platicará sobre la nota musical de la que os hablé
anteriormente. Es mi deseo que avanceis más rápido en vuestro sendero
de luz.

220
L IBRO V

El Padre Celestial
Salve ¡Oh! hijos de la luz en esta mañana de luz y esplendor dispo-
neos para esta sencilla plática de amor que os traigo con la luz de mis
rayos personales.
Amados míos, sentaos en mi regazo y escuchad con oídos nuevos.
En un país lejano y próspero y abundante, vivía una familia muy
opulenta que compartía con su amigos y familiares su bienestar y
dicha. Un día estando el padre de la familia compartiendo con sus
hijos de un gran banquete, que se realizaba en la opulenta mansión,
debido a la llegada del hijo mayor que venía de lejanas tierras, lleno
de gloria, pues, el triunfo profesional había sido tal que el éxito y la
fama lo rodeaban. Así que el regocijo era total; todos departían feli-
ces entre risas y carcajadas, comentaban acerca de los triunfos del
homenajeado y toda la familia se sentía muy orgullosa y contenta.
Estando en esta celebración, se acercó al establo de la mansión un
pordiosero, pidiéndole al mayordomo un poco de pan, el mayordo-
mo se acercó y al mirarlo, cual sería su sorpresa cuando vio que
aquel pordiosero era su hijo mayor, que había partido de casa y
nunca más se supo de él; el mayordomo abrazó amorosamente a su
hijo, con los ojos cubiertos por el llanto y el hijo aún más sorprendi-
do se arrojó a los brazos de su padre. El mayordomo tomó al por-
diosero y lo entró a su habitación y le proporcionó todo para que se
bañara, se cambiara de ropa y le dio una excelente comida, el hijo
del mayordomo, que era en verdad el mayor y único hijo después
de reconfortado, contaba a su padre todos los sinsabores que la vida
le había dado, todas las penalidades y fracasos por los que había
pasado y la gran decepción de que había sido víctima, el mayordo-
mo, escuchaba a su hijo con dolor en su corazón.
Después de terminado el banquete de celebración de los dueños de
casa, el mayordomo contó al patrón lo sucedido con su hijo y éste
que era de buen corazón le dio albergue y trabajo en la opulenta
mansión.
Amados míos, como veis en esta narración se presentan dos situacio-
nes totalmente opuestas, en una se refleja la opulencia, el bienestar y la
felicidad y en la otra el dolor, la miseria y el sufrimiento.

221
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Os pregunto, amados míos, ¿en cuál de las dos estais? Pues, en ver-
dad, os digo que aquel que busca a su padre, siempre lo encontrará ya
sea en la opulencia o en la pobreza, pues, el Padre Celestial siempre está
dispuesto a recibiros en su amor ya sea para alegraros con vosotros o
para consolaros en vuestras adversidades.
Amados míos, en estos días en que os habeis dedicado a leer estas
páginas de amor, os exhorto a que permanezcais unidos en mente y co-
razón con vuestro Padre Celestial, que es el Padre amoroso dispuesto
siempre a vuestro servicio y a exaltar vuestros pequeños sacrificios como
el más valioso tesoro, porque el ama a sus hijos y se da a ellos permanen-
temente en todo cuanto existe. Recordad, hermanos míos, que teneis un
padre, un padre que vive y siente en cada uno de vosotros y que os sigue
a todas partes donde vayais, y que silencioso espera que lo busqueis y lo
reconozcais como vuestro padre, tal como ES.
Amados míos, no os desconsoléis en vuestros infortunios, contad siem-
pre con el Padre Celestial, que es Amor, Amor Eterno, no lo olvideis, que
vuestro Padre que está presente en todo, también está en su hijo único y
amado, y ÉL os dará todo cuanto necesiteis para ser feliz.
Hermanos en la luz, hoy os hago mi humilde invitación que no os
olvideis de vuestro Padre Omnipresente, ni por las riquezas que preten-
dan alejaros de Él, ni tampoco por vuestros desaciertos en que renegueis
de ÉL. Pensad siempre que vuestro Padre Misericordioso, siempre está
esperándoos y siempre está amándoos en cualquier circunstancia de
vuestra vida, listo para celebrar o listo para consolar a su hijo único.
Volved vuestra alma siempre hacia ÉL.

222
L IBRO V

La flor multicolor
¡Salve! hermanos de la luz, mi amor y mi luz os envuelven fraternal-
mente. En este día de sol amor os vengo con una sencilla plática para que
os animeis a caminar por el sendero del amor.
Envolveos por un momento en el fuego que alumbra en vuestro cora-
zón y permaneced allí por unos momentos. Ahora purificados y santifica-
dos en este fuego divino entrad en el silencio de vuestro corazón y despla-
zaos a un sendero que os conduce a un gran templo de luz resplandeciente
cercado por legiones de seres de exquisita belleza que tienen como fun-
ción la custodia del lugar, ellos amorosamente os reciben y permiten vues-
tra entrada al resplandeciente lugar. Allí todo es luz, paz, amor y armonía
tal que no podeis explicar lo que en estos momentos sentís, estais deslum-
brado de tanta belleza y de tanto esplendor que percibís dentro de vosotros.
Ahora vais desplazándoos por el interior de este recinto y os ubicais,
en un lugar donde están colocados varios escaños dorados en forma trian-
gular, teniendo cuidado de no sentaros en el escaño de la punta superior
del triángulo, pues, allí se sentará el guía espiritual que os asistirá con su
humilde sabiduría y amor.
Ahora visualizad vuestro maestro guía que en su cuerpo luminoso
hace su entrada en el sagrado recinto, os colocais de pie y entonad la
oración de la fraternidad:
“Hermanos elevemos nuestra plegaria al Dios Creador que presente
está en cada uno de vosotros y por su divino amor ha permitido este
encuentro de luz en este humilde recinto. Alabemos su santo nombre y
postrémonos en adoración eterna ante su presencia omnipresente”. Aho-
ra hermanos podeis sentaros y con el corazón dispuesto escuchad las
palabras de este humilde servidor:
Hermanos en Dios, me inclino con profunda humildad ante vuestra
luz y doy gracias a Dios Padre por haberme escogido para este servi-
cio de amor. Hoy hermanos míos deseo darle a cada uno una flor
que por mi amor hacia vosotros tomo del éter y os la entrego inme-
diatamente, con esta flor que habeis recibido, deseo que observeis

223
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

su variedad de colores incrustados en cada pétalo, que casi no los


podeis distinguir por la cantidad de visos multicolores que se en-
cuentran allí, y más adelante observad el conjunto de pétalos, para
que podais ver con más claridad esta variedad de tonos y coloridos
que os asombrais, pues, estais viendo colores que antes no habiais
observado en ninguna otra flor.
Estos colores que estais observando son una minúscula parte de la
infinita variedad que el universo guarda en su seno. Estos colores
que jamás antes habeis visto es la gama universal que corresponde a
cada uno de vosotros en su tono y colorido peculiar, acorde con la
vibración de vuestro ser. Así que en estos momentos de observación
concentrada podeis seleccionar el tono y el colorido que correspon-
de a cada uno de vosotros. Una vez que lo hayais escogido guardadlo,
en vuestra mente y en vuestro corazón, pues, con vuestra nota musical
y con vuestro tono y color podeis entrar al reino de vuestro propio
ser, pues, son las llaves que teneis desde siempre para que conozcais
este reino.
Hermanos míos, con esta pequeña asistencia y orientación espero
que os animeis a continuar en vuestro sendero de amor, una vez, que
encontreis las llaves para que podais entrar al camino que os conduce a
la luz eterna.
Ahora hermanos míos, me retiro muy complacido, pero antes os digo
que debeis buscar hasta que encontreis las llaves de vuestro reino interior.

224
L IBRO V

Un paseo por tren


Amados hermanos en el amor os saludo y en mi luz os envuelvo.
Este resplandeciente día de abundancia y prosperidad inagotable lo
iniciareis con el cántico de aves, de gratitud a vuestro Padre Celestial que
os ha dado la vida eterna y la gracia que os envuelve en este bello día.
Hermanos la plática de hoy será muy bien amada por vosotros, toda
vez que os llevará a mundos de luz que aunque no los veais con los ojos
de vuestro cuerpo carnal, son reales y existen en el universo, aunque a
veces, penseis que son irreales y fantásticos.
En una estación de tren había una familia esperando con alegría la
partida del tren que los llevaría al lugar para el cual se habían prepa-
rado para visitar, con maletas y entusiasmo abordaron el tren y con
su sonido característico y el humo que despedían sus calderas se
alejaba de la estación con los adioses que con la mano y algunos
pañuelos se batían desde la estación de partida. Se perdió en la
lejanía el tren, hasta donde los espectadores del tren no podían ver.
El tren se desplazaba lentamente y con gran alegría por parte de los
viajeros, llegaron al lugar añorado, descendieron de los vagones, y
allí seres queridos los esperaban entre abrazos y besos, después del
amoroso encuentro, la familia pletórica de alegría que produce el
encuentro con los seres amados después de un largo tiempo de no
verse subieron al vehículo que debería llevarlos al destino final. Lle-
garon a una plácida y bella mansión, de exuberantes jardines y es-
pesos bosques que lo rodeaban, era la mansión del pariente más
cercano y más acomodado económicamente.
Toda la algazara que se formó con los encuentros de amigos y pa-
rientes se resumían en esta visita, se instalaron en sus respectivas
habitaciones y la alegría reinaba en el lugar. Todos querían charlar y
contar sus experiencias pasadas, vividas en la ausencia de sus pa-
rientes amados.
Pasaron, de esta manera, los días en la mansión felices y alegres,
pero, a medida que se acortaban los días en la mansión, comenzó
en aquella familia la nostalgia por el retorno al lugar de donde ha-

225
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

bían venido, sin embargo, tenían el consuelo que volverían en el


próximo verano. Y así fue que llegó el día de la despedida y un poco
apesadumbrados nuevamente tomaron el tren y volvieron a su lugar.
Hermanos en Dios, con este sencillo relato que habeis leído muy de-
tenidamente deseo que penseis en las situaciones que allí se presentan.
La primera situación es la espera para abordar el tren. La segunda es el
desplazamiento para llegar al lugar deseado; la tercera situación es la
llegada y el recibimiento amoroso; la cuarta es el arribo a la bella man-
sión y su estadía en ella y finalmente la partida. Pues, bien hermanos
míos, dilucidad una por una de estas situaciones que se presentan en
vuestra vida espiritual.
Cuando estais en la estación del tren es porque habeis hecho un alto
en vuestras jornadas que dejais por un momento atrás y decidís abordar
el tren del descanso que os conducirá a la gran Mansión de Luz donde
todo es belleza, alegría y felicidad; es el lugar donde seres de luz que
siendo vuestros hermanos en Dios, no habiais visto por mucho tiempo.
Estos hermanos en Dios, que es la jerarquía espiritual que amorosamen-
te os recibe en la morada de luz para que os recreeis y seais felices. Allí os
instalais y vivís una vida paradisíaca y allí contais todo cuanto hubisteis
aprendido en la jornada que acabasteis de realizar, a través de las expe-
riencias que ejecutasteis en aquella jornada de vida. Permaneced allí,
hasta que vuestra estadía se agote y nuevamente retornéis a continuar
con la jornada que estabais realizando, cuando hicisteis el alto y abor-
dasteis el tren. Ahora regresais de nuevo en el tren, que en principio os
trajo a la mansión-luz donde vuestros hermanos, y que ahora os lleva de
regreso a la existencia para que continueis aprendiendo de las nuevas
vivencias que vais a experimentar.
El primer tren que tomais lo llamais muerte y el segundo, tren lo lla-
mais vida, he ahí la unidad de los contrarios que se complementa a lo
largo de las existencias, ésta es la ley de los opuestos o de la polaridad
que se unifica cuando comprendeis que el uno es el complemento del
otro; y esta ley os va rigiendo, como en la narración, hasta el próximo
verano, el regreso de nuevo a la Mansión-luz.

226
L IBRO V

Veis amados míos, como se manifiesta en vosotros la inmortalidad


espiritual, pues, permanentemente estás entrando y saliendo en la mate-
ria aprendiendo y acumulando experiencias que son vuestros maestros
en cada existencia.
Así, que amados míos, deseo que hoy comprendais la esencia misma
de inmortalidad que mora en vosotros y no tengais más miedos cuando
vayais a terminar una experiencia de vida. Comenzad desde hoy a asi-
milar esta verdad.

227
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El tiempo presente
Amados hermanos en la luz, mi sencillo y humilde corazón os irradia
con su amor.
Hoy comenzaremos nuestra plática con un rosario de luz amor, don-
de cada rosa que forme parte de él resplandecerá en amor divino, con
esto os digo, que ireis formando este rosario al paso de vuestra experien-
cia por la vida. Por esta razón hermanos míos, vais a partir de hoy a
colocar cada día en vuestra jornada rutinaria un pensamiento de amor a
vuestras acciones, que poco a poco irán conformando el rosario de amor
divino que terminareis de elaborar el día que cerreis vuestra experiencia
en esta incorporación; para que una vez que hayais partido lo lleveis
como el presente más preciado a vuestro Padre Celestial.
Amados míos, con esta pequeña introducción, vais a ubicaros en la
flor tripartita que flamea en vuestro corazón y allí recogidos con suma
reverencia os inclinais ante la Poderosa Presencia del Dios Padre Madre
y con profundo amor pronunciad su nombre “YO SOY” haced esto por
tres veces y retornad a vuestro estado de vigilia.
Ahora bien, carísimos hermanos vais a trasladaros a un lugar tran-
quilo apacible, rodeado de toda la belleza de la naturaleza, del murmullo
de las aguas que se deslizan por el lugar, del suave calor que emana de un
Sol radiante, del alegre canto de las aves, en sus diferentes trinos, de un
delicado vientecillo que roza vuestro rostro y os vais a sentar en un sitio
donde os sentís tranquilos y llenos de gozo por la belleza y la paz que allí
se vive.
Estais sumergidos en esa paz que suscita en vosotros un relajamiento
total, os sentís, libres de toda preocupación, de tensiones y respirais el
aire que armoniza vuestro cuerpo. En este estado de apacibilidad veis
todo con agrado, con regocijo y entusiasmo interior. El silencio del lugar
os va llevando al éxtasis y os sentís que vais siendo transportados a un
sopor que os quedais profundamente dormidos. Soñais que estais en el
paraíso, pues, así lo experimentais y os veis con un resplandeciente ves-
tido que alumbra toda la estancia, y llama vuestra atención, que allí se

228
L IBRO V

encuentran seres que igual que vosotros, también visten trajes de luz, os
acercais a ellos y sentís que al aproximaros os llenais de paz y de amor, es
tal esta sensación que casi creeis que no lo podeis resistir, mas, sin em-
bargo, la disfrutais; os tomais de las manos y sois conducidos al eterno
presente y allí veis y palpais la felicidad, pues, en realidad os sentís muy,
muy felices, que ni siquiera podeis explicar con palabras la felicidad que
experimentais, es un estado en que os encontrais tan plenos que no
añorais, absolutamente nada. Después de esta breve experiencia os
despertais de este dulce sueño.
Amados míos, al comenzar la plática de hoy os dije que ibais a elabo-
rar un rosario de amor divino, pues, bien, por la experiencia que habeis
vivido, pudisteis haber comprendido el origen de vuestra felicidad y el
momento de vuestra felicidad. Con esto os digo que vuestra felicidad está
en la paz interior que siempre debeis experimentar, como la que experi-
mentasteis en el lugar apacible y si os disteis cuenta, no necesitasteis de
equipajes ni boletos para trasladaros al lugar apacible, lo que quiere de-
cir, que en vosotros está el lugar donde deseeis experimentar la paz inte-
rior, sencillamente buscad en vuestra menta la paz y la hallareis en el
lugar apacible de vuestros sentimientos. Además, si comprendisteis tam-
bién, el momento para ser feliz, es simplemente vivir con intensidad el
aquí y el ahora, es decir, el momento presente, entonces, amados míos,
¿por qué teneis que preocuparos por el pasado y escudriñar en él, pues,
solamente os traerá recuerdos que empañaran vuestra felicidad o por
qué preocuparos por lo que ha de venir que os traerá zozobras y os man-
tendrá en ascuas por aquello que aún no es real, pues, está ubicado en
un futuro lejano, que es todavía incierto, y este futuro también es motivo
de sufrimiento para vosotros, por qué no esperais que ese futuro llegue
hacer presente?
Por esto hermanos, deseo que hoy tomeis conciencia que la verdade-
ra felicidad está en vuestro presente, que es la rosa que debeis ir introdu-
ciendo cada momento para que formeis el rosario de amor divino, pues,
es allí en el presente que sois felices, alegres y amorosos. Si hasta este
momento no habiais caído en cuenta, os invito a que observeis en cada

229
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

momento de vuestra vida lo que estais experimentando y pensad qué


necesitais en ese momento y en vuestro corazón hallareis la respuesta.
Amados hermanos, que esta sencilla plática os lleve a reflexionar acer-
ca de dónde encontrareis vuestra felicidad.

230
L IBRO V

La yegua briosa
Salve ¡Oh! hijos de la luz, mi amor os envuelve y mi luz os guía.
Hoy es un gran día de regocijo por tanto debeis disponeros para esta
amena plática que os reconfortará.
En un establo donde se hospedaban bestias de toda clase, y donde
el olor a heno era lo habitual, había en particular una yegua briosa
de piel brillante y de esbelto andar, que con su trotecillo cautivaba el
corazón de quienes tenían la oportunidad de mirarla. Un día estan-
do la yegua echada sobre el heno en el establo rumiando sus pensa-
mientos se detenía en aquellos con los cuales se divertía y un reflejo
de picardía se manifestaba en su cara. Divirtiéndose con sus pensa-
mientos llegó el servidor del establo y asombrado de lo apacible y
sonriente que aparentaba estar la yegua, se le acercó, un poco te-
meroso y extendió su mano para acariciar su lomo, mas asombrado
aún, observó que la briosa yegua se dejaba acariciar y aún más,
sentía que le agradaba que pasara la mano por su cuerpo.
El servidor del establo se fue muy pensativo, pues, no era común
que la yegua briosa se dejara tocar, excepto de su propio amo. Así
pasó ese bello día, la yegua, feliz, sonriente y tranquila. A la mañana
siguiente muy de madrugada, la yegua salió del establo sin rumbo
fijo, corría y corría sin detenerse, ya cansada de tanto andar y
desubicada de su propio establo echó andar muy despacio por ve-
redas y cañadas, estaba confundida y lo que al comienzo inició como
una pequeña picardía, ahora se tornaba difícil y preocupante, pasó
el día vagando de aquí para allá, sin rumbo.
Entrada la noche se acogió a la sombra de un arbusto donde se
reclinó y pensaba en su establo lleno de tibio heno y abundante
comida, lloró muy arrepentida de lo que había hecho y ahora no
sabía qué hacer. Amaneció en el solitario sitio donde casi no pudo
dormir. Al alba vio que venían un grupo de personas que le hicieron
pensar que la buscaban, pero, fue un vano pensamiento, pues, pa-
saron de largo sin fijarse en ella; esto aumentó la angustia en la
yegua y echó a correr desbocadamente y muy desconsolada cayó a
una hondonada donde no podía salir a pesar de todos sus esfuer-
zos, se sentía que ya iba a desfallecer cuando aparecieron el servidor
y el amo a rescatarla.

231
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, que muy atentos habeis leído estas páginas deseo que
hagais algunas reflexiones acerca de esta sencilla narración.
En vuestras vidas, habeis tenido espléndidas situaciones en las que
os habeis sentido dichosos, plenos y habeis experimentado la felicidad
que da el bienestar, pero, también habeis experimentado el abandono
hacia aquello que os proporciona esa felicidad, como un sutil rechazo a
lo que os hacía felices y entonces deseais buscar experiencias diferentes
y nuevas que os saquen del contexto donde habeis encontrado la felici-
dad verdadera y os dirigís hacia un mundo oscuro, solitario, frío disfraza-
do de nuevas y felices aventuras, al igual que la yegua de la narración y
cuando os sentís confundidos por vuestras propias equivocaciones os
deprimís y angustiais. Eso es, amados míos, lo que vuestra alma experi-
menta cuando se dirige a un mundo irreal lleno de ilusiones que os atraen
engañosamente, para después haceros sufrir, pero, os digo que aun cuan-
do os sentís atrapados y sin salida siempre llegará en vuestra búsqueda
vuestro ángel guardián (el servidor) y vuestro Padre Celestial (el amo) a
rescataros de las garras de las ilusiones para que volvais a vuestro mun-
do real, donde todo lo teneis y en opulencia y abundancia.
Amados míos despertad del sueño de aventuras por un mundo que
no existe sino en vuestra mente, despertad y recordad quien sois.

232
L IBRO V

El labrador y la era
En esta mañana llena de paz y amor os saludo y os envuelvo en mi
luz. Entrad por unos momentos a la morada del Padre Celestial en voso-
tros y llenaos de todo el resplandor de su presencia, dad gracias por este
día.
Hoy comenzaremos una nueva jornada espiritual guiada por los siete
arcángeles que ansiosos, están de participar en estas páginas de luz y
amor.
En la plática de hoy vais a disponeros a recibir la luz que emana de
cada arcángel que en estos momentos están irradiándoos; ahora entrad
en un profundo silencio mental y escuchad.
“En una bella y fértil vereda había un labrador muy trabajador y
asequible con todos sus hermanos, era estimado y apreciado por la
comunidad y su vida sencilla se desenvolvía en la labranza y en los
cultivos a los cuales les dedicaba su tiempo y su trabajo.
Estando un día como de costumbre laborando en la tierra vio en el
cielo siete aves de diversos colores que volaban al rededor de su era,
intrigado el labrador por la insistencia de estas siete aves en sobrevo-
lar sobre su terreno, detuvo su trabajo y se puso a mirarlas, cual
mayor fue su asombro cuando vio que del pecho de cada ave se
desprendía una luz que era intensa de colores diferentes en cada
ave, fascinado el labrador, buscó un sitio donde sentarse para poder
contemplarlas con más comodidad. Estando en esta observación
vio que de sus picos fluían un torrente de semillas que iban espar-
ciendo por toda la era en distintas direcciones, esto fue tan rápido
que al momento se perdieron en el espacio infinito. El labrador des-
pués que volvió de su asombro, observó que en la era habían siete
surcos y cada surco tenía una siembra distinta que se diferenciaba
notoriamente de sus pequeños cultivos. Asombrado se acercó a cada
uno de los surcos y vio que en el primer surco florecían plantas de
floración morada, en el segundo surco florecían plantas de color
azul, en el tercer surco florecían plantas de color amarillo; en el cuar-
to surco florecían plantas de color rosado; en el quinto surco flore-
cían plantas de flores blancas; en el sexto surco florecían las plantas

233
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

de flores verdes y en el séptimo surco las plantas eran de color ana-


ranjado, admirado el labrador de lo que estaba experimentando
contemplaba minuciosamente cada surco, más y más, hasta que ya
calmado y pensativo se dirigió a su humilde morada.
Pasó el día meditando sobre esta situación y al día siguiente cuando
se disponía a partir para la era vio a lo lejos que siete pajarillos se
comían las espigas que habían brotado en los siete surcos, angustia-
do sin saber que hacer, trataba de espantarlos, pero, fue en vano,
los pajarillos arrasaron con todo.
Había sido todo tan rápido que el labrador quedo compungido y
triste.
Amados hermanos míos, hoy deseo que a través de este breve relato
llegueis a comprender la esencia misma de esta narración y la apliqueis
en vuestra vida. Pensad por un momento en el personaje de la narración,
el labrador, vosotros amados míos, sois los labradores en las eras de vues-
tros mundos, cada día de vuestra vida es el surco en el que laborais cada
semana; y es de lo Alto, amados míos, de donde recibís la ayuda para
que podais realizar vuestra jornada diaria, pues, sin ella, nada podriais
hacer, pues, únicamente de la primera Causa recibís la Energía vital que
os da la vida. Las siete radiaciones que se generan en el corazón del
Padre envuelven cada día de vuestra existencia su propia radiación que
fluye permanentemente, pero, que vosotros no sois conscientes de ello;
que en la narración fueron las siete aves que irradiaban luz de sus pe-
chos; estas radiaciones que os envuelven diariamente tienen sus propias
directrices y orientadores que están allí esperando que como el labrador
los contempleis y os deis cuenta que allí están para serviros.
Cada día trae su propia radiación, por consiguiente cada día tienen
su propio color al igual que cada uno de vosotros, pero, por favor herma-
nos míos, no permitais que la ignorancia y la poca buena voluntad os
mantengan alejados de esta sencilla verdad, que serían como en la na-
rración los pajarillos que se comieron las espigas; que la luz de vuestra
mente, amados míos, sea la que consuma la ignorancia y la poca buena
voluntad; para que esteis conscientes de la luz que irradia a cada día y la
podais disfrutar conscientemente.

234
L IBRO V

Como os decía al principio de la plática los siete arcángeles, hoy a


una sola voz, desean que desde ahora los tomeis cada día a vuestro ser-
vicio en su radiación correspondiente, para daros en la era de vuestro
mundo los frutos más exquisitos que os traigan abundancia y opulencia
espiritual y material.
Amados míos, deseo que vuestro compromiso a partir de hoy sea
muy serio y comenceis a practicar conociendo ya las radiaciones corres-
pondientes a cada día.
No dejeis pasar cada día de vuestra vida sin usar la radiación corres-
pondiente para vuestro bien y el de toda la humanidad y en verdad que
estariais prestando un servicio planetario.

235
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SEGUNDA PARTE

El profeta
Amados hermanos en la luz, mi amor os envuelve y mi luz os guía en
esta sencilla plática de amor, que este humilde corazón os trae con suma
devoción.
Hermanos carísimos, hoy en este bello día iniciaremos nuestra pláti-
ca con frenética alegría, porque ha llegado la hora del amor que es el
dador de dicha felicidad. Comenzamos esta plática en nombre del Pode-
roso YO SOY y bajo la radiación de vuestro Cristo Interno.
Amados de mi corazón, “había una vez un soldadito de una legión
de seguidores del profeta que cada vez, como legionario de esta
agrupación compartía con el profeta su doctrina y sus vaticinios. Al
soldadito le llamaba la atención todo aquello que el profeta predica-
ba a sus seguidores y era su más fiel servidor.
Una noche mientras el profeta oraba, el soldadito, muy escurridizo,
se desplazó entre las sombras, para escuchar la oración del profeta,
pero, por mucho esfuerzo que hizo, no podía oír nada de la oración
que el profeta balbuceaba entre sus labios. Intrigado el soldadito se
acercó más aún, hacia el lugar donde el profeta oraba y sin darse
cuanta tropezó con una piedra y aquel ruido llamó la atención del
profeta, que preguntó, quién andaba allí, el soldadito, muy apena-
do, se dejó al descubierto y de rodillas pedía perdón por la osadía, el
profeta le preguntó el por qué husmeaba a hurtadillas y él le contes-
tó porque quería saber cómo era la oración que hacía un profeta,
pues, él deseaba orar como oraban los profetas.
El profeta enternecido en su divino amor, pasó su brazo por los
hombros del soldadito y caminando con paso lento lo llevó a un
riachuelo que pasaba cerca del lugar y a medida que se aproxima-
ban al riachuelo más intensamente percibían el murmullo del agua,
que casi el soldadito no alcanzaba a escuchar la voz del profeta.

236
L IBRO V

Una vez que estuvieron frente al riachuelo, el profeta comenzó a


orar al Dios Padre Madre dando gracias por toda la creación, mas, el
soldadito a pesar de estar tan cerca del profeta, tampoco esta vez,
pudo escuchar la oración que salía de boca del profeta. Afligido el
soldadito se retiró del profeta y corrió desesperado. Lo cogió de la
mano el profeta, lo llevó a un lugar apacible y se sentaron bajo un
frondoso árbol y le dijo:
Hermano mío, creo que deberiais haber comprendido que cuando
juntos estuvimos en el riachuelo y no pudisteis tampoco escuchar la
oración del profeta, fue porque el riachuelo también entonaba su
oración al Dios Creador en su propio lugar, donde nadie le podría
interrumpir y si aún así, alguien lo intentara no podría lograrlo, pues,
la fuerza de su murmullo lo impediría. Comprended ahora mi pe-
queño legionario ¿por qué no pudisteis escuchar mi oración? En-
tended que todo ser tiene su propio espacio y lugar donde elevar su
oración a Dios Padre Madre, y para Él no existe distingo entre sus
hijos cuando se dirigen a ÉL en oración, así como ora el riachuelo,
como también, cuando ora este frondoso árbol batiendo sus copas
en alabanza a su creador y Él escucha a sus criaturas amorosamen-
te, de la misma manera escuchará vuestra oración sin que necesiteis
aprender la oración del profeta”.
Diciendo esto, se alejó y el soldadito lo vio partir con ojos de
complacencia.
Amados míos, después de escuchar las sabias palabras del personaje
de la narración deseo que reflexioneis en dos situaciones: la primera es
que no trateis de imitar a ninguno de vuestros hermanos en la luz, sed
genuinos y auténticos, pues recordad que cada uno de vosotros sois,
hijos ÚNICOS, por lo tanto no debeis ser plagios de ninguno como el sol-
dadito que quería aprender a orar como lo hacía el profeta.
Vuestra vida hermanos míos, está conformada de experiencias que
nadie, absolutamente nadie, puede vivir sino únicamente cada uno de
vosotros, por tanto, no imiteis a nadie sed como sois para que así permitais
que fluya el plan divino en vosotros.
La segunda situación, que debeis reflexionar es que cuando deseeis
dirigiros a Dios Creador buscad un lugar solitario y tranquilo y postraos

237
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

en la presencia que permanentemente fluye como fuego sagrado dentro


de vuestros corazones, jamás busqueis los riachuelos, que son vuestros
pensamientos, que al igual que el riachuelo sus murmullos o turbulencia
no permitiría que vuestra oración sea escuchada. Siempre buscad en el
silencio y la quietud la voz interna que habla por Dios.
Amados míos, deseo que esta sencilla verdad os lleve a intimar cada
vez más con vuestro verdadero ser.
No olvideis, sed auténticos y buscad a vuestro Padre en el altar de
vuestro corazón que Él aceptará amorosamente vuestra oración y entra-
rá en un diálogo apacible y sereno con su hijo único amado.

238
L IBRO V

El vuelo a la gran ciudad


Con este bello y esplendoroso día donde los hermanos silfos han di-
bujado un encantador amanecer, os saludo, amados míos envolviéndoos
en mi amor y en la luz de mi ser.
Hermanos míos, deseo que también en vosotros este nuevo día de
vuestra existencia sea feliz, alegre y de mucha prosperidad. En la plática
de esta espléndida mañana tomaremos un vuelo con rumbo a una gran
ciudad luz que aquellos que ya han viajado allí hablan de su esplendor y
belleza por su construcción arquitectónica y acogedor ambiente que pro-
porcionan sus habitantes.
Estais en el aeropuerto listos para abordar el avión que os conducirá
a la gran ciudad luz. Os encontrais un poco nerviosos, pero conten-
tos. El vuelo es anunciado y subid por la escalerilla al avión que os
corresponde y buscais el puesto que se os ha asignado en vuestro
boleto de viaje. Se prenden los motores del avión, se os dan a cono-
cer los seres que forman la tripulación y el encargado de ellos os dan
instrucciones que debeis seguir en caso de emergencia. Escuchais
atentamente y luego el avión se pone en marcha alzando vuelo por
el ancho espacio, una sensación de frío percibís en vuestros estóma-
gos y ya tomando altura se estabiliza el vuelo y todos volveis a la
serenidad, observais por la ventanilla del avión el cielo azul, las in-
mensas nubes que una y otra vez cubren el avión como una sábana
de gaza y otras veces observais el radiante Sol que os acompaña en
el cenit despejado puro y límpido de vez en cuando percibís algunos
vacíos en vuestros cuerpos, cuando el avión realiza alguna sacudida.
Uno de los servidores, pasa por vuestros puestos, ofreciéndoos un
pequeño refrigerio que recibís con agrado y con una sonrisa que
dibuja en vuestros labios y en el rostro del servidor. Todo es regocijo
y tranquilidad, se han estabilizado los nervios; cuando todo está apa-
cible, donde sólo se escucha el ruido que por su velocidad emite el
avión os entrais en un ligero sueño y quedais profundamente dor-
midos. En este momento de abandono a toda sensación de miedo,
temor o angustia, os habeis olvidado que vais volando a grandes
alturas y a alta velocidad y cuando despertais os dais cuenta que el
servidor os está anunciando el arribo a la gran ciudad luz.

239
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Tratais de prepararos para estar listos a desembarcar cuando se os


dé la señal, bajais del avión por la escalerilla que otros seres han
colocado para que bajeis sin temor a plataforma; ahora estais frente
a la gran ciudad luz a vuestro destino final.
Amados hermanos que habeis realizado este vuelo atentamente y que
habeis experimentado las sensaciones y las experiencias vividas en cada
situación, deseo que os detengais a dilucidar los pormenores de esta vi-
vencia en vuestra vida.
Cuando abordais el vuelo que os conducirá a la gran ciudad luz, es
justo el momento cuando entrais al mundo material, después de una es-
pera para que se os anuncie la hora de la partida del avión a su destino.
La diferencia de la duración del vuelo de la narración, es que vuestro
vuelo para llegar a su destino y misión dura aproximadamente de nueve
a diez meses viajando en un mundo interno, viviendo y aprendiendo de él
durante ese tiempo. Y muy complacido recibís el refrigerio que la madre
naturaleza y el Padre Celestial, que en esos momentos son vuestros servi-
dores, os ofrecen para fortaleceros en vuestra llegada al mundo material,
vuestro destino y misión que desarrollareis en la gran ciudad luz, vuestro
planeta Tierra.
Por otra parte, durante vuestro propio vuelo os sentís regocijados y
tranquilos, salvo, que la nave donde os encontrais acogedoramente ubi-
cados sufra algún pequeñísimo percance y os incomodeis un poco; cuan-
do todo vuelve a la normalidad, perdeis todo temor y cuando menos pen-
sais llegó la hora de dejar la nave que os conducía a vuestro destino
formado de experiencias y aprendizajes. Y así de esta manera tomais
vuestro cuerpo físico, que es la vestidura de carne que llevareis puesta
todo el tiempo que dure vuestra estadía en el planeta Tierra.
Veis amados míos, cómo el divino amor del Padre Celestial, compren-
sivo y amoroso os permite que vayais a la escuela (la Tierra) a aprender,
y ha enriqueceros con las experiencias vividas bajo su vigilancia divina y
su protección eterna. Por lo tanto, amados, deseo que comprendais una
vez más que sois espíritus en un cuerpo carnal y como tal nada ni nadie
podrá haceros daño, por consiguiente, si comprendeis esta verdad, ¿por

240
L IBRO V

qué sentís miedo? Despertad de esa ensoñación y comprended que sois


inmortales como vuestro Padre Creador lo Es.
No volvais, a partir de hoy, a identificaros con la materia que reviste
vuestra verdadero ser y consideradlo tal como es, un traje de carne con el
que únicamente podríais entrar a actuar dentro de un mundo material,
pues, sin él sería imposible formar parte de este mundo material que aho-
ra percibís a través de vuestros sentidos.
Amados míos, que esta sencilla verdad penetre en vuestras
consciencias y deis la aceptación y el reconocimiento a vuestro verdade-
ro ser.
“Sois espíritus en un cuerpo de carne”.
Además, también deseo que reflexioneis acerca del vuelo que esco-
gisteis entre los vuelos relacionados en el itinerario, pues, como bien po-
deis ver únicamente un solo vuelo os servía para llegar a vuestra ciudad
luz, ningún otro, lo que quiere decir, que los medios a través de los cuales
llegasteis a la gran ciudad luz son los perfectos y conscientemente escogi-
dos para vuestro arribo a la gran ciudad; pues, vuestro Padre Celestial
todo lo abarca dentro de un perfecto orden divino y por consiguiente
nada es casual y mucho menos echado al albur. Siempre habeis tomado
el vuelo perfecto en cada incorporación para que realiceis vuestra parte
en el plan divino trazado por El absoluto y cumplais con el destino y la
misión que os corresponde y que ningún otro puede realizar.
“Todo está dentro del orden divino”.

241
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El estanque
Salve ¡Oh! hijos del amor, os envuelvo en mi luz y en mi amor. Es muy
maravilloso traeros en el día de hoy un nuevo y sencillo tema de luz en la
plática que este servidor os dará. Centraos por unos momentos en la
Presencia Divina de vuestro ser que flamea ardorosamente en vuestro
corazón, allí permitid que esta Presencia Divina os trascienda y os lleve
al palpitar de vuestro verdadero ser, y allí anclados en el divino amor
retornad nuevamente al estado de vigilia y escuchad.
En un pequeño estanque donde una población se proveía del ele-
mento agua para su diario vivir, cubriendo con éste sus necesidades
para saciar la sed y realizar sus actividades domésticas que requerían
del preciado líquido que cada vez agotándose debido al exceso con-
sumo de agua por parte de los pobladores y de un intenso verano
que azotó al lugar. Preocupados los pobladores por esta situación,
comenzaron a inquietarse y resolvieron hacer un nuevo estanque
en otro lugar más lejano de la población, pero, fue inútil, pues, por
el verano la tierra estaba seca y árida. Los pobladores que veían que
día a día el estanque agotaba sus aguas, resolvieron establecer cier-
tas normas de horarios y de la cantidad de agua que cada familia
debía proveerse con el fin de evitar el agotamiento total del agua del
estanque y de esta manera prolongar el tiempo para ver qué solu-
ción podrían dar a este serio problema. Así fue, que los pobladores
se sometieron a las horas establecidas y a la cantidad de agua que
cada familia podía disponer. Transcurrieron los días y el verano no
terminaba de pasar y día a día el agua disminuía; estando ya los
pobladores al punto de desfallecer, llegó el invierno cargado de agua
que reverdeció los prados, el estanque se desbordó en abundancia
de agua, los ríos y las quebradas crecieron, los cultivos prosperaron
y nuevamente retornó la paz y la tranquilidad a la población.
Amadísimos hermanos míos, en este sencillo relato deseo llevaros a
que penseis en dos situaciones; la primera situación en el relato es estan-
que como proveedor, en vuestra vida, el Estanque, que es el universo que
todo os lo provee para que podais actuar dentro de cada una de las
experiencias que vais a realizar, él os da todo lo necesario, pero, cuando
dilapidais o dais el uso indebido a la provisión, ésta se escasea llevándoos

242
L IBRO V

a la preocupación del no tener para hacer, pero, después que habeis caí-
do en la cuenta de vuestra equivocación y comenzais a corregir vuestro
actuar como lo hicieron los pobladores, cuando establecieron horas y
cantidad para proveerse del agua, entonces, aparece la segunda situa-
ción que es, en el momento justo cuando aparece nuevamente el equili-
brio universal, que en este caso de la narración fue el invierno, con su
abundancia y opulencia.
Amados míos, vigilad en todo momento vuestros pensamientos, vues-
tros sentimientos, vuestras palabras, y vuestros actos que son la
concretización o materialización de los anteriores para que jamás ago-
téis el estanque de vuestras provisiones, pues, únicamente el equivocado
manejo de éstos podrá lograrlo. Recordad siempre que todo lo teneis y
además, todo os llega en el justo momento; por lo tanto amados míos, no
os desespereis en los momentos en que os encontreis aprisionados por la
escasez, más bien revisad qué está pasando en vuestro actuar y observa-
reis cómo el universo, el Gran Absoluto se abrirá para daros todo cuanto
necesiteis en el momento justo.
Es mi humilde deseo que esta pequeña verdad sea de gran importan-
cia para vuestra vida espiritual.

243
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El mundo luz iris


Amados hijos de la luz os irradio amorosamente y mi luz radiante os
envuelve.
En este bello día de primavera y Sol deseo que os ubiqueis en el cen-
tro de vuestra luz triple y allí permanecereis mientras leeis estas líneas de
amor que he hilvanado con los hilos de mi humilde luz amor.
“Recostaos en la luz que escojais en vuestro corazón y desde allí
entrad a un mundo de luz iris que os llevará a nuevas experiencias
que encenderán de luz amor vuestro ser. En la medida en que avan-
zais hacia el mundo iris vais sintiendo que os desprendeis de toda
materia por sutil que ésta sea y os vais viendo como destellos lumi-
nosos que os envuelven y trascienden hasta tal punto que no veis
rastro de cuerpo material en vosotros, en estos momentos sois pe-
queños soles que se desplazan vertiginosamente por las rutas siderales
de un mundo de luz iris, vais viendo colores incandescentes, brillan-
tes, que os van señalando la ruta que os llevará al contacto directo
con el mundo luz iris. Ahora os veis llegando a una pradera de luz
donde todos sus elementos son de color luz iris multicolor y allí os
deteneis y con vuestro propio resplandor intensificáis este bello lu-
gar. Os sentís presente en todo, al fundiros con la luz que emana de
todos los elementos del lugar. Os veis en cada partícula luminosa
que despide vuestro propio Sol y que se fusiona con la luz que se
desprende de todos y cada uno de los elementos que allí forman el
paisaje. En este cuerpo de luz os comunicais con todos los seres que
allí se encuentran y quienes a su vez os saludan amorosamente,
porque sienten en cada uno de ellos vuestra presencia, os sentís en
estos momentos presentes en todo cuanto os rodea y percibís la
interacción de todo con todo. En cada haz de luz veis a todos y
sentís que todo y cada elemento del lugar está en vosotros.
Ahora comenzais un diálogo con los seres del lugar y a la vez os dais
cuenta que hablais con vosotros mismos, es una experiencia jamás
vivida, pues, nunca os habiais permitido sentiros como lo que real-
mente sois, “Uno con todo”. Ahora notais que cada pensamiento
que emitís para comunicaros es el pensamiento del otro y el ‘pensa-
miento de aquel es vuestro propio pensamiento, os sentís maravilla-

244
L IBRO V

dos por esta perfección y vivís y experimentais en estos momentos


un aspecto de la divinidad, la omnipresencia. Y os veis unidos y
entrelazados con todos los elementos del lugar.
Vuestro diálogo que se manifiesta en vibraciones de amor resuena
en toda la inmensidad y descubrís que no hay secretos en este esta-
do de consciencia, que todo cuanto pensais se extiende a todo cuanto
existe”.
Después, amados míos, de esta breve experiencia retornad a estas
bellas páginas y pensad en la experiencia vivida y llevadla a vuestro dia-
rio vivir, para que analiceis si todo cuanto haceis, pensais y sentís va
acorde con el mundo luz iris que acabais de experimentar. Y si vuestros
pensamientos y sentimientos están vibrando de tal manera que puedan
ser conocidos por todos los seres que os rodean, sin ruborizaros. Pensad,
además, ¿si todo cuanto hablais podrá ser escuchado por todos vuestros
hermanos sin distingos, si todo cuanto haceis puede ser conocido por
quienes os rodean?
Amados hermanos en la luz, reflexionad sobres estos interrogantes y
sabed bien que sois como un libro abierto donde cada pensamiento, cada
sentimiento, cada palabra y cada acción están registrados en vuestro
cuerpo espiritual que la jerarquía espiritual puede ver claramente. Por
consiguiente, nada podeis esconder ante los ojos de la jerarquía divina.
Tened esto presente y os invito, humildemente, que desde este momentos
seais conscientes de toda vibración que emane de vuestro ser, pues, ésta
será el diálogo que compartireis con los demás elementos del lugar, que
serán vuestros hermanos en la luz, es decir, la humanidad.
Hermanos míos, que a partir de hoy todos vuestros pensamientos,
sentimientos, palabras y acciones sean vibraciones del puro amor divino.

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MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El lugar del lejano país


Salve ¡oh! hijos de la luz, entonad en esta mañana un canto de ala-
banza al creador que os da este nuevo día de vivencias y crecimiento
espiritual. En esta bella jornada que iniciais hoy os invito amorosamente
que os ubiqueis en un espacio sereno y tranquilo donde os sintais cómo-
dos y escucheis con oídos nuevos y leais con ojos nuevos.
En un lugar de un lejano país donde todos sus habitantes se distin-
guían del resto del país por su tesón en el trabajo, su dedicación y
constancia en sus labores de toda índole, se manifestaba y vivía un
ambiente de prosperidad, cordialidad y armonía entre los habitan-
tes del lugar del lejano país. Todo funcionaba muy bien y la paz
reinaba en todo su esplendor.
Un día llegó de otro lugar del mismo país, un ser con su familia, a
este sitio próspero del lejano país, quienes fueron recibidos como se
debía esperar, con acogedora familiaridad y le proporcionaron to-
das las comodidades y cubrieron todas las necesidades del ser y su
familia. Esta familia muy agradecida, quiso involucrarse en las activi-
dades que en ese lugar desarrollaban sus habitantes.
Así fue, que los extranjeros se incorporaron en las labores y también
comenzaron a prosperar al igual que todos los habitantes del lugar,
pues, de donde procedían la escasez y las necesidades merodeaban
por todas partes. Un día estando esta familia foránea, laborando en
sus quehaceres, se presentó en el lugar del trabajo uno de los miem-
bros del próspero lugar con el fin de supervisar el trabajo que reali-
zaba la familia foránea, pero, para su sorpresa se dio cuenta que
esta familia sacaba el producto laborado y lo escondía con el fin de
sacarlo del lugar y venderlo al mejor postor para su propio benefi-
cio. El miembro supervisor informó a la autoridad competente y la
familia fue arrojada del lugar.
Amados lectores de mi humilde corazón, os envuelvo en mi luz y de-
seo que este breve relato sea motivo de meditación y raciocinio, pues,
como habeis visto en la primera parte del relato, todo es prosperidad,
paz, armonía y bienestar total y en la segunda parte con la llegada de la
familia foránea cambian las situaciones en el lugar próspero al recibi-

246
L IBRO V

miento de la nueva familia. Esto os debe llevar a pensar en que todo


cuanto os rodea es prosperidad, paz, armonía y bienestar, pero, como la
familia foránea os sentís oprimidos, escasos e infelices y llevais tan meti-
do en vuestro corazón esto, que ni aunque esteis rodeado de tanta abun-
dancia y bienestar podeis comprender y continuais robando vuestro pro-
pio bienestar, pues, os seguís sintiéndoos pobres y miserables en vuestro
interior.
Amados míos, reflexionad en cada instante de vuestra vida, pensad
que Dios Padre Madre siempre os ha rodeado con su infinito amor y está
presente en todo y en todos con su abundancia de amor, perdón, compa-
sión y comprensión, entonces, ¿por qué os obstinais en querer permane-
cer en el odio, el rencor, el resentimiento que os llevan a que robeis de
vosotros mismos el amor y la felicidad?
Pensad bien, amados míos, y reflexionad, no os pase como la familia
del relato que fue arrojada fuera por la autoridad competente, nueva-
mente a un mundo de escasez y necesidades, o sea a un mundo de amar-
guras, sufrimientos y de dolor.
Que hoy, mis amados sea, el día en que saqueis de vuestros corazo-
nes aquellos viejos rencores y resentimientos que todavía viven en vues-
tros corazones y arrójalos en el sagrado fuego que arde allí, consúmelos
en el fuego que es la presencia del Dios Padre en vosotros y purifícalos
con la luz divina del perdón, y no volvais a traer nunca más estos senti-
mientos a vuestras memorias. Es mi humilde deseo que os libereis hoy de
esta pesada carga, que llevais por dentro y empeceis a formar parte de
los habitantes del lugar próspero, pacífico y feliz.

247
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El pescador de río
Amados hermanos que atentamente leeis estas sencillas páginas de
amor, os saludo y me inclino con profunda humildad ante vuestra res-
plandeciente luz.
En la plática de hoy nuevos sueños se derrumbarán para dar paso a
vuestro mundo real donde mora vuestro verdadero ser. Inclinaos por un
momento ante vuestra luz y con el corazón y la mente en la Presencia
Divina disponeos a recibir este pequeño destello de luz.
Había una vez un pescador de río donde solía pescar todas las
noches en medio del silencio y debajo de la luz de la Luna. Era un
hombre humilde y sencillo y mientras llegaba la hora de pescar,
sentado en su canoa contemplaba el ancho río de aguas apacibles y
pensaba en el silencio que rodeaba el lugar como en el suave
murmullo que el agua producía. Pensaba en la inmensidad y exten-
sión del río, en la fuerza que de él emanaba impulsando el agua
permanentemente.
Una vez estando en esas reflexiones vio que de las pequeñas olas,
que el viento producía en el río, se desprendían destellos de luz
plateada reflejos de la luz de la resplandeciente Luna llena, se detu-
vo con su mirada escrutadora sobre aquellas olas y vio que peque-
ños seres se desprendían de ellas y formando círculos danzaban y
bailaban alegremente eran seres como chispitas de colores de forma
bellísimas y sus delicados cuerpecitos estaban formados de una sola
luz. Admirado el pescador del río, aproximó su canoa muy sigilosa-
mente y escuchó en su mente serena este diálogo:
Chispita dorada –¿Cómo os ha parecido el resplandor de la Luna
llena, hermana?
Chispita violeta –Para mi parecer ha estado fuerte la intensidad de
su luz que parece un Sol.
Chispita dorada –En esta noche de espectacular esplendor, os invito
a que naveguemos el gran río bajo la luz de la Luna, pues, ella
disipará las tinieblas que noches oscuras, no nos permitían navegar
el río.

248
L IBRO V

Chispita violeta –Ven vamos danzando y cantando a lo largo del río


y disfrutaremos de este bello paseo.
Avanzaron las chispitas seguidas de un sinnúmero de chispitas de
colores danzando y cantando bajo la luz de la Luna.
Amados seres de amor que resplandeceis como las chispitas de colo-
res que danzaban y cantaban en nuestra narración, amorosamente os
invito a que reflexioneis en esta escena que se compara con la escena de
vuestra vida. El río es la vida, a lo largo de éste realizais vuestro destino,
en el caso de la narración es la pesca, vosotros sois los pescadores que
día a día pescais nuevas experiencias en el río de la vida. Los seres pe-
queños luminosos o chispitas de la narración son vuestros guías espiri-
tuales que aparecen para daros alguna luz y para enseñaros que bajo el
gran Sol – Luna podeis recorrer el camino por la vida seguros y confia-
dos, pues, vuestro Padre Celestial será el Sol-Luna que alumbrará vuestro
camino, dándoos la luz en cada pesca o experiencia que realiceis a lo
largo de la vida.
Confiad como las chispitas y lanzaos a la vida con alegría, danzando
y cantando con el aprendizaje que cada experiencia os dé. No temais a
las noches oscuras que solamente son ensoñación que a la luz del crea-
dor se desvanecen.
¡Ved! danzando y cantando con la sinfonía de la vida y disfrútala aún
en aquellos momentos en que aparezcan las noches oscuras, o sea aque-
llas momentos en que os sintais desolados, tristes y solos, pues, debeis
recordar, entonces, que el Dios Creador os dará la luz para que en vues-
tra mente y en vuestro corazón nuevamente resplandezca la Luna llena
del amor y del consuelo.
“Danzad y cantad en la sinfonía de la vida”.

249
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Los símbolos del amor


Amados hijos del amor, os envuelvo en mi luz y mi amor a vuestros
pies. En esta resplandeciente mañana vengo a vosotros con mis manos
llenas de luz para escribir en estas sencillas páginas la luz de mi amor y
mi humilde guía espiritual.
Amados hermanos en la luz, hoy iniciaremos esta plática con los sím-
bolos del amor que habitan en vuestro corazón y es mi deseo que hoy
comenceis a visualizarlos para que le deis vida con vuestra energía y
empiecen a reactivarse para que a través de ellos desarrolleis el amor
divino que es la energía pura y perfecta que todo lo puede y además, la
energía invencible a toda creación. Por consiguiente, adentraos poco a
poco en vuestro interior y ubicaros en el centro de vuestra llama
tripartita, ahora bien, mirad detenidamente las ondulaciones que este
fuego sagrado emite y vais viendo como de cada llama se van despren-
diendo chispas de luz rosa, luz dorada, luz azul, luz verde, luz anaranjada
que se encierran en un circulo de luz blanca que se va expandiendo abar-
cando todas las luces anteriores formando cada una un pequeño círculo
que van girando rotativamente de izquierda a derecha, permaneced en
esta visualización por unos momentos.
Ahora vais tomando cada uno de los círculos luz del centro del gran
círculo blanco que los abarca a todos y los vais colocando uno por uno
entorno a vuestro cuerpo sintiendo como os penetra cada radiación has-
ta visualizaros como una radiación de círculos concéntricos que os va
llevando hacia una vibración más fuerte de amor y allí quedaos el tiempo
que deseeis. Y nuevamente retornais lentamente a vuestro estado de vigilia.
Ahora con vuestros ojos físicos centrados vais a vuestro interior to-
mando de vuestro corazón una llave luz con la radiación dorada, azul y
rosa; con esta llave de radiación tripartita vais abriendo primero la puer-
ta que sella la entrada a vuestro cuerpo físico; luego vais abriendo la
puerta que sella la entrada a vuestro cuerpo etérico; luego vais abriendo
la puerta que sella vuestro cuerpo mental y finalmente, abrís la puerta que
sella vuestro cuerpo emocional y estando todo el recinto dispuesto a la luz
con vuestro cuerpo de radiación de círculos concéntricos vais limpiando

250
L IBRO V

y consumiendo con vuestra propia luz todo aquello que sea menor que la
luz que irradiais y os vais expandiendo con vuestra propia radiación por
todo el recinto que conforma vuestra alma y la bañais con esta radiación
intensificándola donde lo creais necesario. Ahora veis el recinto alma
resplandeciente y os quedais en el centro en vuestra vibración más fuerte
de amor divino, allí podeis quedaros el tiempo que deseeis. Luego lenta-
mente retornad al estado de vigilia.
Otro símbolo de amor divino es la rosa de amor divino visualizad
una rosa formada por un triángulo que abarca la corola de pétalos color
luz rosa; otro triángulo color luz verde que abarca el cáliz y otro triángulo
color luz dorada que forma el pistilo, concentraos en esta rosa de amor
divino y poco a poco os vais entrando en ella primero os ubicais en el
centro del triángulo corola, luego pasais y os ubicais en el centro del trián-
gulo cáliz y finalmente os ubicais en el centro del triángulo pistilo. Luego
tomais los tres triángulos y fabricais la rosa más bella que os podais ima-
ginar y sembradla en el centro de vuestro corazón.
“La fragancia de la rosa del amor divino se extiende a toda la creación”.

251
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

TERCERA PARTE

El servicio cósmico
En estos momentos en que mi amor os baña de luz y de amor, humil-
demente desciende mi radiación sobre cada uno de vosotros, amados
lectores de estas sencillas páginas de luz, para vuestro espíritu y así daros
mi más simple asistencia y orientación en la plática que el gran Dios del
Universo me ha concedido hoy.
Con mi corazón puesto a vuestro servicio inicia esta plática ubicando
a cada uno de vosotros en mi humilde corazón donde siempre he guar-
dado un lugar para vosotros.
Envueltos en el fuego trino de mi corazón iniciais un viaje hacia las
nuevas constelaciones creadas por el Dios Padre Madre creador de
todo cuanto existe, protegidos con mi sagrado fuego os vais despla-
zando como estrellas fugaces por el infinito cosmos, libres sin atadu-
ras y con el pensamiento de eternidad en vuestra conciencia. Así
vais avanzando hasta llegar aquel punto más resplandeciente de es-
tas constelaciones donde todo es luz, paz, silencio y belleza, Ahora
vosotros, pequeñas estrellas fugaces, deteneos en este punto y
sumaros a este punto más resplandeciente y visualizaros fundidos
con este punto. Ahora experimentais la luz que sois, sólo luz y nada
más que luz; luz resplandeciente que se intensifica con la fusión con
este punto más resplandeciente de las nuevas constelaciones. Aho-
ra, fortalecidos en vuestra luz os desplazais a la antigua constelación
de Sirio y allí vibrando el puro amor divino os unid con los seres
solares para participar por unos momentos de las actividades cósmi-
cas de amor que estos Seres Cósmicos realizan permanentemente;
en estos momentos sois colaboradores activos de la divinidad; ahora
después que sentís que vuestro servicio a la luz ha terminado, regre-
sad lentamente a vuestro espacio en el aquí y en el ahora.
Amados hijos de la luz, esto que habeis realizado es lo que, os suplico,
que lo hagais frecuentemente, pues, es la más grande ayuda que podais

252
L IBRO V

prestar a la divinidad y a toda la humanidad. Recordad que cada vez que


luzcais vuestro vestido de luz resplandeciente bajo la protección de la
radiación divina podeis convertíos en los más eficientes servidores de los
Seres Ascendidos y Solares Cósmicos, quienes permanentemente están
al servicio de sus hermanos en la luz, que moran en diferentes globos de
sistemas solares diversos.
Es apremiante hijos del amor, que entreis a partir de ahora a par-
ticipar del trabajo y ayuda espiritual que la divinidad desarrolla
permanentemente.
En estos momentos, amados lectores, habeis prestado una valiosa
ayuda a la divinidad y a vuestros hermanos en la luz. No olvideis mi
humilde sugerencia acerca de vuestra participación en el servicio cósmico.
Este servicio, amados míos, ayudará a vuestro planeta y a la humani-
dad que en él mora, a evolucionar rápidamente y a entrar a una nueva
dimensión de consciencia. Recordad que solos no podeis avanzar, pues,
estais unidos entre sí por los hilos dorados que el amor de Dios Padre ha
colocado entre todos y cada uno de vosotros y por consiguiente, debeis
saber que sois los salvadores del mundo.

253
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La mente positiva
Desde un pequeño ángulo de mi ser os veo tal como sois, radiantes,
puros y perfectos y con profunda humildad me inclino ante vuestra luz y
os envuelvo en mi tierno amor.
En esta mañana de resplandeciente Sol abro mi corazón para que su
luz sea la pluma con que se escriban estas páginas. Amados míos, la
plática de hoy os traerá paz y regocijo interior.
En una aldea, cerca a un espeso bosque vivían los aldeanos desa-
rrollando sus labores cotidianas las cuales compartían afablemente.
Del espeso bosque extraían la madera la cual comercializaban tra-
yéndoles una vida sosegada, sin apuros económicos, pues, el traba-
jo que realizaban en compañía les proporcionaba bienestar y vivían
en armonía y paz, así pasaban la vida entretenidos en sus quehace-
res diarios.
En una ocasión uno de los pobladores de la aldea se retiró al bos-
que con el fin de sentirse solo en medio de la vegetación que pobla-
ba el bosque y meditar acerca de su vida y todo lo que él recordaba
que había experimentado a lo largo de ésta. Se internó en el bos-
que solitario y silencioso buscó un frondoso árbol y se sentó sobre
su gruesa raíz. Allí comenzó a mirar y a observar las ramas de los
árboles, las flores, las aves que caprichosamente se posaban en uno
y otro árbol; estando en esta observación vio que de la copa del
árbol donde él descansaba descendía un ser muy pequeño que se le
figuraba a un enano, asombrado el aldeano se puso de pie, pero el
pequeño ser comenzó a jugar corriendo por el entorno del aldeano
e invitándolo a que también corriera tras él, el aldeano no sabía qué
hacer, estaba atolondrado con ese pequeño ser que lo invitaba a
jugar y además no experimentaba miedo ni temor ante aquel ser
sino por el contrario sentía que su corazón se llenaba de ternura y
amor hacia él.
El aldeano trató de cogerlo, pero, fue en vano, pues al tiempo que
estiró la mano para tocarlo, el pequeño ser desapareció y apareció
en otro lugar. El aldeano le dijo: eso que acabas de hacer es fantás-
tico, dime ¿cómo lo haces? El pequeño ser le contestó: es muy fácil
simplemente piénsalo y se dará, diciendo estas palabras desapareció
en la espesura del bosque.

254
L IBRO V

Amados hermanos en el amor, sentaos en mi regazo y os invito a que


reflexioneis en este breve relato que acabais de leer atentamente. Deseo
que comprendais toda la enseñanza que encierra cada situación. La la-
dea es el lugar donde estais ubicados y realizais vuestras tareas cotidia-
nas en permanente interacción con los seres que os rodean. El bosque
podreis considerarlo, como la fuente de riqueza que es vuestro trabajo, en
el que permaneceis el mayor tiempo de vuestra vida con sus variadas
facetas, al igual que el bosque. El ser pequeño, de la narración, es vuestro
cuerpo mental que cuando menos pensais os hace alguna jugarreta que
os puede llevar a la melancolía y a la desesperación, por ello debeis dis-
cernir muy bien sus juegos que son aquellos pensamientos que llegan a
inquietaros, pero, que a la vez si los dirigís serán amorosos y tiernos.
Además si llegais a controlarlos podeis traer a la manifestación vues-
tros deseos tal como el pequeño ser de la narración. Por lo tanto, amados
míos, si quereis una vida sosegada y apacible ésta nacerá de vuestra
propia mente, pues, todo cuanto penseis se os dará, por consiguiente, os
exhorto a que a partir de hoy penseis siempre todo lo bueno para que se
manifieste en vuestra vida, por lo tanto, debeis desechar todo pensamien-
to negativo.
Si deseais vivir en paz y felicidad, entonces, que vuestra mente alber-
gue sólo pensamientos de paz y felicidad.
Traed siempre a vuestra mente pensamientos positivos y vereis flore-
cer todo lo bueno en vuestro mundo, no lo olvideis.

255
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Alta temperatura
Salve amados hermanos en la luz, mi amor os lo doy y os entrego mi
luz. En esta mañana fresca y bañado de rocío os invito a pasear sobre la
hierba mojada y percibais a través de vuestros pies descalzos la Presen-
cia del Todopoderoso confortándoos y llenándoos de energía y vigor al
mismo tiempo que vais escuchando mi sencilla plática de amor que dará
consuelo a vuestra alma.
“En un lugar lejano donde el Sol del medio día sofocaba por su
intenso calor, vivían seres muy particulares, pues, su constitución
soportaba intensos grados de calor. Eran seres propios de ese lugar,
por lo tanto, nadie que no fuera originario de allí podía vivir en ese
lugar. El medio propio para estos seres era el calor en alto grado, lo
cual les permitía llevar una vida acorde, estable y tranquilo; el Sol de
este lugar tenía la peculiaridad que era tres veces más grande que el
Sol de la galaxia a que pertenecía este lugar, por lo tanto, la radia-
ción solar era mucho más fuerte de lo común, sin embargo, estos
seres eran felices en el intenso calor.
Pasaron los años y todo esto era normal y tranquilo hasta que se
presentó un eclipse que oscureció aquel lugar lo cual permitió, ob-
viamente, el enfriamiento y sus moradores empezaron a enfermar
por la baja temperatura hasta llegar a la muerte.
Cuando se restableció nuevamente la alta temperatura del lugar, los
seres sobrevivientes al eclipse se recuperaron y volvió la calma y la
tranquilidad en aquel lugar”.
Amados hermanos en la luz, con este breve episodio os traigo dos
sencillas reflexiones: todos sois seres de alta vibración, pues, procedeis
de la magna vibración energética creadora, de todo cuanto existe, sois
seres originarios de la luz amor que arde permanentemente en vuestro
corazón, que es la llama del fuego eterno del amor divino y que os hace
seres especiales de una constitución muy particular, a semejanza de los
seres del relato. Pero, cuando olvidais vuestra esencia y os alejais del
fuego del amor del Padre, vuestra vida se eclipsa y os abate un cruel
enfriamiento espiritual que os puede llevar a vuestra propia destrucción,
debido a los desengaños que experimenteis al estar lejos del amor de

256
L IBRO V

Dios. Cuando atraído por las cosas vanas os entregais a ellas, para luego
sentir el vacío espiritual vuestro interno comenzais la búsqueda en medio
de ilusiones y cosas vanas, lo que permite que aumenteis vuestra soledad
y vuestra ansia de felicidad, en estos estados emocionales os hallais hue-
cos por dentro, sin saber qué hacer y aún así seguís creyendo que en el
mundo material encontrareis vuestra felicidad, pero, solamente, amados
míos, cuando nuevamente desperteis de la ensoñación que os ofrece el
mundo y recordareis el fuego de amor que sois y que mora en vosotros
entonces, sereis felices y pletóricos de todo lo bueno que la vida os tiene
reservado.
Amados míos, os ruego humildemente que no os dejeis deslumbrar
por cosas vanas, fútiles y efímeras, buscad siempre lo eterno y verdadero
que flamea por siempre dentro de vosotros. Huid, amados míos, del en-
friamiento espiritual. Estad alerta y en expectativa del mundo que os ro-
dea. No os aparteis de la Presencia Divina Todopoderosa que mora en
vosotros, amadla siempre y permaneced en su abrazo amoroso, asidos
fuertemente.

257
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Cenizas espirituales
Hoy es el día de la ceniza espiritual, Salve ¡oh! hermanos en la luz y
recibid mi calurosa luz y ardiente amor. He comenzado mi sencilla pláti-
ca dándoos el pensamiento central de ésta. Pues, ciertamente que cuan-
do hablais de cenizas, comprendeis por tal lo que queda después que el
fuego ha consumido todo lo que se le proporcionó para alimentar la ho-
guera y extinguida la llama sólo quedan cenizas que si están calientes son
riesgosas, pues, pueden quemar como el fuego encendido, pero, cuando
ha pasado un tiempo se enfrían y entonces las podeis coger y botar o
darle cualquier uso que creais conveniente.
Igualmente, amados hermanos en la luz, sucede en vuestra llama inte-
rior sino la avivais permanentemente, con sentimientos y pensamientos
de amor, lo más probable es que se vaya extinguiendo poco a poco y el
fuego devorador que el Dios amor puso en vuestro corazón se apagará y
al principio aún tendreis un poco de fuego amor en lo que quede después
de extinguirse, pero, al final se apagará y todo sentimiento de amor será
reemplazado por los fríos sentimientos que abarca el desamor. Y es allí,
hermanos míos, donde comienzan para vosotros las dificultades al emitir
sentimientos y pensamientos ajenos totalmente al amor, pues, ya habeis
comprendido hasta esta parte de las pláticas recibidas, que todo lo que
sale regresa al mismo punto de partida y es así como vuestra vida se
convierte en dureza, dificultades y todo lo que comprende el desamor.
Al llegar a este momento espiritual es cuando os sentís decepciona-
dos, tristes y aburridos, pues, el ingrediente más importante de vuestra
vida lo habeis consumido y permitido que se enfriara, el AMOR. Amados
hermanos en el amor, no acepteis que el fuego divino de amor que arde
en vosotros se apague, más bien, procurad desde ahora avivarlo cons-
tantemente con leña de paciencia, tolerancia, comprensión, perdón, com-
pasión, apoyo, ayuda, servicio y todas las manifestaciones que contiene
el amor.
Amados míos, no permitais que llegue ese gran fuego de amor redu-
cirse a cenizas de amor divino y os salvareis de vivir una vida tormento-
sa, mezquina y desagradable.

258
L IBRO V

Cada vez que vuestros pensamientos y sentimientos atizan el fuego


del amor divino vais descubriendo, vuestro mundo real y vuestra verda-
dera esencia divina que permanentemente consume todo aquello que
sea menor en perfección y en amor.
Hermanos amados, hoy os exhorto a que esteis vigilantes de vuestro
fuego de amor divino para que en ningún momento o circunstancia, se
apague.
“Vivid en el amor y sereis felices”.

259
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La paloma rosa
Salve amados hermanos en el amor, os envuelvo en mi luz y en mi paz
y amorosamente me pongo a vuestra disposición en esta sencilla plática
que traerá en vuestro mundo nuevos lineamientos de vida para que los
practiqueis cuando deseeis.
Hoy os traigo en el amor una blanca paloma dibujada en el centro de
la llama rosa del amor divino que arde en vuestros corazones. Centrad
allí vuestra atención y visualizad en el corazón de la paloma una pequeña
llamita rosa que arde y flamea armoniosamente abriendo a su paso un
suave latido de luz rosa que se intensifica dando a la blanca paloma
matices de color rosado brillante. Ahora soltad a esta bella paloma rosa
al espacio infinito y vedla como se desplaza llevando a lo largo de su
recorrido su luz rosa de amor divino. Además, vais en estos momentos a
identificaros con esta paloma y vais a analizar todos y cada uno de sus
partes, tal como sus alas que le permiten volar como lo es en vosotros la
imaginación, su pico con el cual susurra y alimenta su cría, como es en
vosotros vuestra boca que habla y con la palabra alimenta a quienes os
rodean, sus ojos inquietos que buscan el alimento azoradamente, como
cuando vosotros escudriñais con la mirada en el interior de vuestros her-
manos para conocerlo y así podais con una palabra oportuna dar el ali-
mento que su alma necesita para fortalecerse interiormente; sus patas
aunque pequeñas son lo suficientemente fuertes como para sostener su
cuerpo y caminar en tierra en busca de alimento, como cuando vosotros
caminais seguros y tranquilos llevando vuestros pies por senderos de paz
y sabiduría, alimento predilecto para el alma y al igual que la paloma
rosa irradiais a vuestro paso la radiación brillante de vuestra luz rosa que
arde en vuestros corazones.
Amados míos, esta sencilla y simple comparación es para que com-
prendais que la mano amorosa del Padre Creador hizo todas las cosas
dentro de un diseño universal genérico, que es el Divino Amor. Si observais
cualquiera de las criaturas que os rodean ya sean de índole vegetal, mi-
neral o animal, vereis en ellas el diseño universal presente en cada una,
pues, han sido creadas por amor.

260
L IBRO V

Deseo, amados míos, que en el día de hoy os detengais a observar


cualquier criatura en vuestro entorno que os llame vuestra atención y
descubrais el diseño universal único que lo identifica con todo lo creado
para que os deis cuenta que la Mano del Padre Creador está presente en
todo cuanto existe, pues, su mano es la mano del amor con que ha pinta-
do su amor en ella. Descubridlo, amados míos, y vivid como la paloma
rosa, irradiando vuestra luz rosa de amor que flamea también en vosotros.
Os invito con profunda humildad que mediteis en esta sencilla verdad
y la practiqueis en vuestra vida y os dareis cuenta una vez más de la
unidad que existe con todo lo creado por los lazos invisibles del amor.
“El amor es el lazo que os une con toda la Creación”.

261
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Reflexiones acerca de la oración


Salve, amados hermanos en el amor, en este hermoso día os envuelvo
en mi luz y pongo mi amor a vuestra disposición. Iniciaremos esta pláti-
ca, elevando al creador una sencilla oración, disponeos:
Padre Celestial, amoroso padre de todo cuanto existe recibe en este
día mi amor y mi adoración. Soy tu hijo amado y por ello, te pido
en este día que me concedas lo que tienes para darme y que tu hijo
no sabe pedirte. Fortaléceme en mi fe y a toda la humanidad, per-
mite que la luz de tu amor refulge en este día en cada corazón de los
seres que pueblan la Tierra. Haz que hoy no haya una sola discordia
en las familias del mundo, que reine la paz y el amor. Amén.
Amados hermanos, hoy deseo que os dediqueis a la reflexión de esta
sencilla oración, pues, bien sabeis que todo cuanto pedís en oración se
os concederá.
Se ha dicho en esta oración en su comienzo: “Padre Celestial, amoro-
so Padre de todo cuanto existe”.
Como bien sabeis el Padre es aquel ser de suma autoridad en la fami-
lia que ha engendrado en unión con la madre su familia, por tanto, pen-
sad si merece amor y respeto un padre carnal, ¿cuánto más merecerá
vuestro Padre Celestial que os ha creado a su imagen y semejanza dándoos
todos sus atributos divinos? Y es más, no solamente os ha creado a voso-
tros sino, también, todo cuanto os rodea y todo cuanto hay más allá de
donde vuestros sentidos no pueden captar. A ese Poderoso Padre de quien
sois hijos únicos ¿podrá mezquindársele amor? Ciertamente que no, pues,
siendo Él el amor de los amores y vosotros pequeñas partículas de su
amor, todo el amor que le deis será el mismo amor de Él reflejado en
vosotros. Por tanto, hermanos míos, comprended qué es lo que las pala-
bras “Padre Celestial” encierran en su significado y creedlo, amados míos,
creed que verdaderamente sois hijos de ese Padre que ha creado todo,
absolutamente todo lo que existe.
“Recibe en este día mi amor y mi adoración”.
¿Qué otra ofrenda podeis dar a vuestro creador? Ninguna, única-
mente podría retribuirse el inmenso amor del padre celestial para con su

262
L IBRO V

hijo, con amor y adoración. Recordad bien el primer mandamiento que


os dieron a través del maestro de luz Moisés, “Amar a Dios sobre todas
las cosas” pues, este mandamiento encierra la más grande ofrenda que el
hijo pueda hacerle a su padre.
“Soy tu hijo amado”.
Es una verdad absoluta, os ha amado tanto vuestro Padre Celestial
que os creó a su imagen y semejanza, dándoos una identidad única, una
sola filiación divina; ¿podrá haber mayor amor que éste? Claro que no, el
Padre que es el TODO se ha dado todo en sus pequeños todo.
“Y por ello, te pido en este día que me concedas lo que tienes para
darme”.
Amados míos, solamente vuestro Padre Celestial sabe cuánto tiene
para daros en su infinito amor y por ello es muy acertada la forma como
habeis hecho la petición, pues, bien sabeis que al pedir específicamente
cualquier cosa, a vuestro padre, puede ser que no esté dentro del plan
divino para vosotros o simplemente os cerráis a la opción que teneis a
todas las posibilidades que se os pueden dar, entonces, amados míos,
que vuestra petición siempre sea abierta a la voluntad de Dios.
“Fortaléceme en mi fe y a toda la humanidad”.
Sólo aquel que tiene el verdadero poder puede daros la fortaleza en
vuestra fe, siendo la luz de la fe la manifestación de vuestros deseos,
únicamente la luz de luz podrá alimentaros y fortaleceros para que esta
luz se encienda cada vez más en vuestros corazones. El Padre Celestial
que todo lo puede os dará esta luz en abundancia y como hermanos que
sois, hijos de un mismo Padre, es obvio que también pidais esta luz para
toda la humanidad, pues, como se os ha dicho estais unidos por los hilos
dorados del amor del Padre.
“Permite que la luz de tu amor refulge en este día en cada corazón
de los seres que pueblan la Tierra”.
Amados hermanos, este sencillo permiso que le pedís a vuestro Padre
Celestial es el amor en vosotros que os hace anhelar que la luz amor del

263
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Padre actúe y se perciba tranquilamente a través de las acciones de vues-


tros hermanos en el amor para palpar con certeza la filiación amorosa
que os une con toda la humanidad.
“Haz que hoy no haya una sola discordia en las familias del mundo”.
En este otro deseo que pedís para la humanidad se concretiza una
vez más vuestra hermandad universal y que vuestro hacedor acoge amo-
rosamente y si esto lo creeis firmemente se manifestará y entonces, sí que
verdaderamente habreis sido salvadores del mundo en ese día de toda
discordia familiar planetaria.
“Que reine la paz y el amor”.
Este mandato se cumplirá si vuestro deseo es intenso y verdadera-
mente lo sentís de corazón y así podreis vivir en un mundo sosegado y
apacible lleno de paz y amor. Amén

264
L IBRO V

Los súbditos del Rey


Salve ¡oh! amados de mi corazón, reciban en este plácido día la luz
de mi amor y mi paz eterna.
Hoy iniciaremos esta plática con el cántico de alabanza a vuestro
padre creador, cerrad vuestros ojos y ubicados frente al altar de vuestro
corazón decid:
Alabado seas por siempre señor mío, Dios creador de todo cuanto
existe. Elevo hasta ti mi sincera alabanza y te ensalzo señor con mi
gratitud y amor eterno por haberme creado. Alabamos toda la crea-
ción del Dios Padre, y cantemos cánticos nuevos de gloria y alaban-
za porque El nos ha dado la vida, ¡aleluya! ¡aleluya!, alabamos por
siempre al padre creador. Amén.
Ahora, amados hermanos estad cómodos y con el corazón alegre y
lleno de júbilo, después, de haber alabado a vuestro creador, escuchad:
Había una vez en un país lejano un rey cuyas extravagancias lleva-
ban a sus súbditos a la pobreza y al cansancio, pues, los hacía traba-
jar duramente y el dinero que se producía a través del fuerte y pesa-
do trabajo era utilizado en extravagancias y lujos del rey. Agotados y
cansados por el mal trato que su rey les daba decidieron un día,
reunirse y dialogar sobre aquella situación que oprimía a todos los
habitantes del reino. Clandestinamente se reunían, para evitar que
fueran castigados severamente. Luego después de largas cavilacio-
nes, resolvieron armarse y enfrentar al ejército del rey. Estando en
estas conclusiones, apareció entre los súbditos un pequeño, hijo de
unos artesanos del reino; el pequeño dirigiéndose hacia los mayores
que presidían la asamblea tomo asiento en medio de ellos y dijo
estas palabras: “He observado a través de mis padres vuestros es-
fuerzos para que tengais el pan de cada día, como también he visto
la dureza con que el rey os trata, pero, hermanos quiero que com-
prendais, que si tomais las armas para enfrentar el ejército real, no
vais a lograr nada positivo, únicamente vais a empeorar las cosas,
pues, el ejército del rey es más fuerte y mejor armado que vosotros,
son hombres adiestrados para la guerra y vosotros estais adiestrados
para el trabajo, por lo tanto, debeis pensar con serenidad la posición
que vais a tomar frente a esta situación” diciendo esto se levantó el

265
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

pequeño, y se dirigió a la salida del recinto. Quedaron absortos y


pensativos con las palabras pronunciadas y pensaron que el niño
tenía razón y resolvieron construir un plan que no fuera violento ni
agresivo contra su rey y que pudiera tocar su corazón y cambiara
sus políticas gobernativas y económicos.
Amados hermanos en la luz, en este corto relato deseo que os lleve a
razonar a cerca de las aparentes injusticias que en vuestra vida se os
presentan y de la actitud que debeis tomar frente a cada una de ellas.
Cuando estais en vuestro trabajo son muchas las situaciones que se pre-
sentan que os pueden incomodar e inquietar y producir en vosotros ma-
lestar ya sea con el jefe o el superior que está al frente de las actividades
de trabajo o con vuestros compañeros de trabajo también se pueden
experimentar situaciones complicadas que hagan vuestro trabajo difícil
que os lleven a angustiaros y perturbaros.
Amados, hoy deseo que comprendais que vuestro globo, es un plane-
ta de trabajo, al cual habeis llegado para laborar permanentemente a
través de las experiencias vividas en cada existencia y que por muy duras
que os parezcan no debeis renegar ni lamentaros de la vida, pues, cada
experiencia aprendida es el ascenso que el padre de amor da para que os
aproximeis cada vez a la perfección. Amad cada aprendizaje nuevo que
la vida os presente en cada vivencia, con la conciencia que estais avan-
zando en línea ascendente en el campo espiritual.
Además, según las palabras del niño de la narración, cómo vais a
pretender enfrentaros al universo mismo al resistiros a aceptar las expe-
riencias que se os presentan, pues, en estos momentos de vuestra vida
son para vosotros los maestros. Por lo tanto, amados míos, aceptad con
regocijo y alegría las enseñanzas que cada experiencia os da y habreis
aumentado vuestro acumulado tesoro de sabiduría.
Reflexionad en esto y tratad de vivir en paz y cada vez que sintais que
la perdisteis retomadla de nuevo y anclaos en ella procurando no volver a
perderla.
“En el remanso de la paz sereis felices”.

266
L IBRO V

CUARTA PARTE

El príncipe pescador
Amados hermanos en la luz, en esta mañana de amor os envuelvo en
mi luz y mi amor. Hoy estaremos muy concentrados en esta plática que
traerá a vuestros corazones un consuelo celestial. Estad atentos:
“Había un príncipe opulento, que por su afición gustaba de la pesca;
con sus amigos de la realeza solía salir frecuentemente a los bellos
amplios lagos para pescar era un excelente pescador, pues, lograba
con precisión mandar el anzuelo y preciso que un pez grande y
gordo mordía su anzuelo. Por esta razón era muy admirado entre su
círculo real y era el preferido de sus padres. El príncipe orgulloso
por su pericia en la pesca había competido con otros príncipes de
otras comarcas y siempre era el triunfador.
Un día, pescando en un profundo lago cerca de palacio, junto con
su séquito, se retiró un poco más de la orilla del lago y se fue inter-
nando lentamente en su yate lago adentro, se detuvo en el centro
del lago donde el silencio era más profundo y la quietud de las aguas
sostenían su yate. Estando allí con el anzuelo y su equipo de pesca,
preparó la carnada y arrojó el anzuelo al fondo del lago, como de
costumbre esperó en el silencio y la quietud, después de un largo
rato sintió que algo había mordido la carnada y tiró rápidamente del
anzuelo, pero al sacar el anzuelo del agua vio un ser que tomando el
anzuelo en sus manos salió del fondo del lago, el príncipe se asustó
y el ser le habló así:
“Príncipe amado, ¿por qué os asustais?, no tengais miedo, pues, siem-
pre he estado acompañándoos en todo momento y he sido yo quien
os ha dado del fondo del agua los más gordos y grandes peces que
han sido vuestra vanagloria y hoy deseo que sepais que siempre
estaré dispuesto para ayudaros, cuando me lo pidais”; diciendo esto
desapareció el ser y el príncipe quedó admirado y regresó a la orilla
en busca de su séquito, pero profundamente pensativo.

267
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos hoy con este breve relato he querido que os deis cuenta
y traigais a la memoria, todas aquellas situaciones que os han llenado de
triunfos y éxitos en vuestra vida, en que fuisteis ovacionados por vuestros
amigos, padres, conocidos y superiores, que además, os sentisteis felices
y orgullosos por los triunfos que os proporcionaron trofeos, premios y
estímulos en vuestra vida y que pensasteis que tú sólo tú los habiais
logrado.
Hoy amados míos, os habeis dado cuenta que nunca estuvisteis solos
y que únicamente con la Presencia Divina pudisteis realizar esas proe-
zas, que trajeron felicidad y satisfacciones a vuestra vida, pero, también
os habeis dado cuenta que nunca lo reconocisteis.
Deseo amados míos, que comprendais que la Presencia de Dios está
en todas partes y que todo cuanto haceis, sin Él nada podrías realizar,
pues, Él es la energía misma que os mueve y permite que actueis, por lo
tanto, hermanos carísimos, que a partir de hoy vuestra gratitud por el
Poderoso Dios, sea siempre y eterna, pues, Él es omnipresente y todo lo
abarca.
Reconoced siempre su presencia en vuestra vida y amadlo sobre to-
das las cosas, ya que es vuestro padre creador y es todo PODEROSO.

268
L IBRO V

El velero
Hermanos en la luz con mi amor os envuelvo y me inclino ante vues-
tra poderosa luz.
Hoy es el día de la espectativa en la plática que vamos a iniciar en un
pequeño velero, que aunque pequeño tiene todo lo necesario para nave-
gar por un mar azul tranquilo de aguas claras y transparentes.
Vosotros vais al timón del velero orientados por una brújula que os
señala el punto cardinal por el cual os vais dirigiendo para llegar al
lugar que deseais y que habeis escogido en vuestro rumbo. Es un
mar maravilloso que se abre a vuestro paso, dejando atrás un cami-
no de blanca espuma formado por las olas que se abren al paso del
velero, a lo lejos alcanzais a ver el lugar a donde vais, vislumbrais
unas bellas y esbeltas palmeras que bordean una hermosa isla de
arenas blancas; llegais a la isla os bajais del velero y comenzais a
caminar en aquel lugar formado de Sol, arena, palmeras y brisas
marinas que lo refrescan. Os sentís plenos de alegría, felices y os
sentais a la sombra de una de esas esbeltas palmeras y os deteneis a
observar ese paisaje que a vuestra vista se muestra con toda su be-
lleza y estais tan absortos en esta observación que vais compene-
trándoos cada vez más con la inmensidad del cielo azul que cubre el
tranquilo mar y percibís en vosotros la sensación de un vuelo hacia
lo infinito que hiende el espacio azul y os sentís libres y en vuestro
corazón la alegría que da la libertad. Ahora tratais de ver el Sol por
entre las palmas que se mecen como abanicándoos y veis un Sol
con destellos del iris que os va absorbiendo en su luz y en estos
momentos vuestra alma se desplaza por los múltiples rayos iris que
forman los destellos del Sol, allí caminando por senderos de luz
avanzais hacia el centro solar y allí os quedais inmersos en esa pode-
rosa fuente de energía.
Después de un momento en que os sentís fortalecidos retornad a
vuestro sitio debajo de la palmera y comenzais a caminar hacia el
velero para regresar a vuestro entorno.
Amados hijos de la luz, con esta experiencia que habeis vivido podeis
sacar algunas conclusiones que podrán ser de gran ayuda en vuestra
vida interior. La primera es que debeis tener muy claro que vosotros sois

269
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

los que dirigís los derroteros de vuestra propia vida, nadie ni nada puede
hacer que os desvieis del camino señalado si vosotros no lo quereis. Se-
gunda conclusión, el camino que recorreis será para otros directrices que
podrán serles útiles en algunos aspectos para su propio recorrido por la
vida. Es el camino que vais abriendo con vuestras experiencias dejando
la esquela de la enseñanza para otros.
Tercera: vuestra vida tiene una meta a la que debeis llegar, si aún no
la habeis hallado búscala en la fuente de Energía Amor en vuestro cora-
zón y pedid allí la luz, para encontrarla, pues, una vez que logreis encon-
trar vuestra propia meta experimentareis la felicidad que da la seguridad
de saber para dónde vais y ahora sí que desplegareis vuestro vuelo para
realizar con perfección todo aquello que conforme vuestra meta.
Amados míos, no olvideis que sois los que llevais el timón de vuestra
propia vida, pedid de lo alto la luz para que ilumine vuestro sendero y así
no os equivoqueis ni os desvieis de la ruta señalada.

270
L IBRO V

El Paraíso
Salve amados hermanos en el amor. Es muy grato y placentero iniciar
este bello día con el esplendor de vuestra presencia YO SOY flameando
en vuestro corazón.
Disponeos, amados míos y encended la luz del entendimiento, para
que podais comprender cada una de mis sencillas palabras.
Estais en un paraíso donde todo fluye en exuberantes belleza, allí
teneis todo lo que deseais y en estos momentos os sentís inmensa-
mente plenos de felicidad y alegría. Pues esta vida paradisíaca que
estais viviendo nunca la habiais experimentado; en este paraíso tal
cual como lo percibís en vuestra mente es realmente maravilloso y
allí lo inesperado y lo nuevo son cosas normales aunque sean inau-
ditas para vuestro parecer.
Por consiguiente, ahora estais sentados a la orilla de una fuente que
canta canciones de amor y danza desplazándose por su pequeño
cauce. Los pájaros os hablan de sus inquietudes y metas, los árboles
os saludan y os cuentan de sus experiencias vividas por siglos, el aire
os abraza y juntos caminais por los suaves y livianas nubes que os
transporta de un lugar a otro. Los insectos os asedian y amorosa-
mente forman sobre vuestras cabezas coronas de mariposas de to-
dos los coloridos y os hablan de su amor; el Sol radiante se inclina a
vuestro paso y os saludan con profunda reverencia; las flores se
unen en suave perfume y ungen vuestros cuerpos y todo aquello
que se encuentre en vuestro camino. En verdad que os sentís mara-
villados de lo insólito del paraíso.
Ahora decidís acostaros en las suaves y puras gazas que forma la
espesa niebla que lentamente pasa por aquel lugar paradisíaco, en
brazos del viento y dormís un sueño liviano y ligero que os entrega
a la fantasía y allí despertais a un mundo verdaderamente fantástico
y en este estado comprendeis que ese mundo paradisíaco y fantás-
tico es el que habeis añorado y donde deseabais estar.
Amados hijos de la luz, ¿cómo os pareció esta experiencia? Bella ¿es
verdad?, pues, sentaos a mi alrededor y escuchad: todos vosotros llevais
el paraíso en vuestro corazón donde tiene lugar lo insólito y lo inespera-

271
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

do, donde pueden suceder los eventos más maravillosos que ni espera-
bais y mucho menos comprendeis, pero, lo cierto es que suceden. Ese
paraíso está siempre abierto esperándoos pero para llegara a él debeis
tener un buen llavero donde coloqueis la llave de la paz, la llave de la
comprensión, la llave del perdón, la llave de la tolerancia, la llave de pa-
ciencia, la llave de la negación de vosotros mismos, la llave de la compa-
sión, para que con este manojo de llaves podais abrir las puertas del
paraíso y entreis a disfrutarlo en su plenitud.
Os invito, hermanos míos, que empeceis a formar vuestro llavero con
vuestros hermanos en la luz y juntos participeis de la pletórica felicidad
que experimentareis viviendo en el amor, que es el paraíso, que vuestro
padre celestial os ha dado por herencia.
“Amados los unos a los otros como YO los he amado”.

272
L IBRO V

El escritor
Hermanos en la luz os envuelvo en mi amor y en mi luz y con profun-
da humildad os invito a que esteis muy atentos en esta sencilla plática
que comenzaremos con el nuevo día para alabanza y gloria del Dios
Padre Madre.
Había una vez en una pequeña aldea un humilde escritor que había
pasado su vida, anhelando escribir un libro que fuera tan interesan-
te que lo llevara a la fama y a la gloria. Sus anhelos estaban ahí
latentes, pues, en realidad todo lo que había escrito no era de gran
significación para el mundo y por esta razón se sentía frustrado y
fracasado, mas, sin embargo, continuaba escribiendo, pero, sin éxito
alguno que ya ni siquiera conseguía quien se interesara en sus escri-
tos para ser publicados, parecía que la musa de su inspiración no
tenía el encanto para cautivar el corazón de sus lectores. Así transcu-
rrieron los años y en una ocasión apesadumbrado se alejó hacia los
cerros que rodeaban la pequeña aldea en busca de sosiego y paz
para su alma abatido por el fracaso y la frustración; decepcionado
con la vida, pues, pensaba que todos los intentos realizados no va-
lieron la pena y que todo había sido infructuoso. Estando en estas
cavilaciones se internó en la montaña y se ubicó en medio de unos
zarzales y espinos para no sentirse cómodo y evitar que se durmie-
ra, pues, deseaba estar despierto para seguir en sus cavilaciones.
Estando en estas circunstancias, muy deprimido se puso a llorar y
observó cómo de cada una de sus lágrimas que brotaban torren-
cialmente al caer en los zarzales y espinos se iban formando letras y
una por una unidas formaron el siguiente pensamiento: “no sois
un fracasado todo cuanto habeis escrito es lo que debisteis
haber escrito, únicamente que vuestra fama y gloria no las
hallareis donde la buscais”. Sorprendido el escritor notó que de
los zarzales se formaban bellísimas plantitas de variados colores y de
los espinos se formaban delicadas rosas. Tomó una de esas plantitas
con unas cuantas rosas y formó un ramillete y lleno de regocijo re-
gresó a casa.
Amados de mi humilde y sencillo corazón que atentamente habeis
leido esta narración, pensad en vuestras vidas, cuántas veces os habeis

273
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

sentido deprimidos, frustrados, y fracasados porque lo que deseais con


tanto anhelo y añoranza no se manifiesta en vuestro mundo y creeis, al
igual que el escritor, que no habeis hecho nada meritorio en la vida y por
eso vivís amargados e inconformes con lo que teneis y con todo cuanto
os rodea. Amados míos, deseo que hoy comprendais que toda vuestra
experiencia por simple que sea forma parte de vuestra vida y por consi-
guiente es tan válida y meritoria como aquellas que otros hermanos de-
sarrollan y que son conocidas por todo vuestro planeta. Cada acción que
realiceis es una experiencia más que acumulais en vuestro archivo y que
al final de la jornada os darán la gloria y la fama que siempre añorasteis.
Por lo tanto, amados míos, no despreciéis ninguna de vuestras experien-
cias por insignificantes que os parezcan, pues, debeis recordar las pala-
bras del maestro “Las pequeñeces hacen lo grande”.
De tal manera, hermanos míos, que a partir de ahora desempeñad
con amor y perfección todas vuestras actividades por simple que sean y
vereis poco a poco crecer vuestra gloria y fama eternamente. Pues, sola-
mente la gloria y la fama espiritual serán por siempre y por toda la
eternidad.
Que cada día sea una bella página de vuestra vida escrita por las
vivencias diarias hasta que termineis de escribir el libro de vuestra vida
que será la obra más famosa que podais escribir y que os dará la gloria
eterna. Recordad que cada incorporación es un tomo que escribís y agre-
gais a la gran enciclopedia de vuestra larga existencia.

274
L IBRO V

La vieja casona
Amados hermanos carísimos, en mi silenciosa paz os envuelvo y mi
luz os alumbra con amor.
Disponeos hermanos míos a recibir estas sencillas verdades que se-
rán luz para vuestro espíritu.
En una vieja casona donde por muchos años se albergaron muchas
familias, hoy vieja y solitaria sin huésped alguno, solamente el silen-
cio, la quietud, la soledad y oscuridad y uno que otro roedor o cual-
quier otro animalito estableciera allí su estadía; transcurrían los días
que al paso del tiempo aumentaban más su deterioro. En aquellas
olvidadas paredes yacían impregnadas las voces de aquellas familias
que alguna vez pasaron por allí siendo este el hogar de ellas, en esos
momentos. Hoy únicamente los recuerdos eran sus moradores
actuales.
Los ruidos y algazara que fueron alegrías en tiempos pasados, se
trastocaron en miedosos y lastimeros lamentos, hasta tal punto, que
nadie quería entrar allí. La triste y polvorienta casona cada vez se
derrumbaba más y sus bellos colores de algún tiempo habían
empalidecido de tal manera que apenas se percibía que alguna vez
había sido pintada y engalanada con bellos jardines. El espíritu de la
vieja casona, que había nacido poco a poco en la medida en que la
vieja casona se iba construyendo por expertos arquitectos, hoy se
sentía solo y acongojado por el abandono y la soledad, después que
durante muchos años había compartido las dichas y tristezas de sus
moradores. Pasaban por su mente los recuerdos a granel que lo
perturbaban y veía pasar a los peregrinos indiferentes a su presen-
cia, pues, lo que había sido su cuna y su casa había sido destruida
por los años. Unicamente quedaba él como habitante en ese lugar.
Se sitió abatido por el olvido y la soledad; suavemente penetraba
por la vieja casona un vientecillo, en estos momentos de tristeza del
espíritu, cuando de pronto fue el vientecillo aumentando su fuerza
hasta tal punto que arrasó con la casa que voló en pedazos quedan-
do en ruinas y escombros lo que una vez había sido la casa más
grande y bella de la región.

275
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Hermanos carísimos, cuan lamentable es ver aquellos seres que como


la vieja casona se dejan derrumbar por creer que están solos y olvidados.
Cuando os sumergís en el pasado y os dejais llevar por los recuerdos que
como las voces de las paredes de la vieja casona, resuenan en vuestras
mentes enmohecidas por el tiempo. Amados míos hoy deseo que os solteis
del pasado y no permitais que las voces del pasado os torturen, pues,
bien sabeis que siempre, aunque no lo creais; estais acompañados y nunca
habeis estado solos y además, los recuerdos de los seres que ya partieron
de vuestra vida, después que pasaron y compartieron con vosotros, úni-
camente vivieron en esos momentos, ahora ya no están, pues, el pasado
no existe, pero, si en vuestro eterno presente habeis estado asistido y
orientado permanentemente por vuestros maestros guías espirituales, que
por estar lamentándoos como el espíritu de la vieja casona, no habeis
escuchado sus sabias y divinas orientaciones y sí habeis permitido que
entraran en vosotros bichos y roedores como en la vieja casona que per-
turbaran vuestra paz, como la tristeza, la soledad, la oscuridad y el aban-
dono, que no han hecho más que deprimiros acabando con la alegría y la
dicha que siempre han estado presentes en vuestra vida, pero, que hoy
por vuestros lúgubres recuerdos habeis opacado.
Hermanos míos, que desde hoy recordeis siempre la vieja casona,
cuando lleguen a vuestras mentes pensamientos negativos y permitais, al
igual que el vientecillo fuerte, que sean derrumbados y terminados para
siempre.
¡Destruid! la vieja casona que aún existe en vuestra mente y vive ale-
gre y feliz, sin los recuerdos del ayer, recordad que en el presente esta la
felicidad.

276
L IBRO V

La bella pradera
En este bello día de paz y de amor os envío mi amor y mi luz para que
os envolvais y recibais la radiación que emana de mi humilde corazón.
En la plática de hoy estaremos conectados con los mundos de luz donde
nos permitirán incursionar y podais ver con la luz de vuestros ojos espiri-
tuales la luz que sois y el mundo a que perteneceis.
Cerrad vuestros ojos físicos y dejad que vuestra imaginación os tras-
lade a una bella pradera donde la luz que desciende de lo alto la
cubre bañándola en su resplandeciente luz, toda la pradera es luz
desde donde colocais vuestros pies hasta el más pequeño de los
insectos que vuelan en el espacio, los árboles frondosos formados
también de luz y esta luz os envuelve y os veis como pequeños eres
dorados que se van desplazando por esta bella pradera de luz, se-
guís avanzando y visualizáis una gruta de luz custodiada por seres
resplandecientes de belleza y porte excepcional, increíblemente be-
llos, os dirigís allí, y estos seres de exquisita belleza y esplendor os
conducen con todo su amor y alegría al interior de la gruta donde la
luz es más intensa que la luz que bañaba la bella pradera.
Ahora estais dentro de esta gruta de resplandeciente luz y vosotros
sois en estos momentos pequeños soles que compagináis con el
ámbito y el esplendoroso ambiente ricamente decorado. Os sentais
sobre un elegante y radiante sillón ubicado en una gran sala de lu-
minosidad esplendorosa y allí reunidos con los seres de exquisita
belleza y esplendor os sentís llenos de una profunda paz e infinito
amor.
Vuestra luminosidad cada vez se intensifica más y os fundís con la luz
de vuestros maestros de luz y escuchais en vuestros corazones la voz
de ellos que os hablan en vuestro interior y vosotros también podeis
hablar con ellos y de esta manera iniciais una amena y agradable
conversación.
Estais en una de las más sencillas mansiones donde los seres solares
se reúnen una vez al mes, con el objeto de dilucidar y además, infor-
mar sobres las actividades que en servicio, prestan a los globos que
por ley les ha correspondido proteger y asistir. Os damos la bienve-
nida y deseamos que manifestéis vuestras inquietudes acerca de este
lugar luz.

277
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Maestro ¿por qué si existen estos lugares de luz, en nuestro globo


no tiene el conocimiento, la mayoría de la humanidad de la existen-
cia de ellos?
Hermano, sí poseen el conocimiento y siempre lo han tenido, pero,
con el tiempo se han ido dejando llevar por los sueños ilusorios y lo
han olvidado, mas, si llegaren a despertar de su ensoñación nueva-
mente lo recordarán.
Maestro ¿en esa asamblea que decís que los seres solares realizan en
esta mansión tiene alguna consecuencia para nuestro globo?
Claro que sí, amados míos, pues, la radiación que imparten estos
seres en asamblea es de tal magnitud que a cada ser de vuestro
planeta llega una pequeña luz a sus consciencias y algunos la detec-
tan y se obra en ellos un cambio espiritual, otros aunque les llega la
radiación siguen sumergidos mentalmente en la ensoñación de las
ilusiones. Lamentablemente la mayoría de los seres permanecen en
esta profunda ensoñación. Además, en las asambleas se informa de
los esfuerzos que los seres de luz hacen para evitar que algún ser ya
consciente de su realidad, no vaya, atraído por el mundo ilusorio
volver a él.
Maestro ¿cómo hacer para permanecer en esta consciencia sin des-
viarnos por caminos extraviados?
Amados míos, recordándole siempre a vuestra mente que sois seres
de luz en misión especial y única en vuestro globo, debeis hacerlo
con frecuencia y de esta manera no permitireis entrar al mundo
ilusorio.
Maestro ¿cómo saber, estando en nuestro globo, que estamos en el
camino correcto lejos del mundo ilusorio?
Es sencillo, amados míos, pues todo lo que eleve a vuestro espíritu,
serán indicativos que estais actuando de acuerdo al plan divino que
se os ha trazado para cumplir en vuestro globo. Todo está en vues-
tro corazón y si alguna vez percibís inquietudes y desasosiego inte-
rior será una buena señal, para que os deis cuenta y observeis el
camino que en esos momentos estais recorriendo. Ahora, pequeños
míos, retornad a vuestro estado de vigilia.

278
L IBRO V

El recinto y la aldea
En este bello amanecer que nos trae un nuevo día de esperanzas y
consuelos, vamos a iniciar esta sencilla plática con la asistencia ilumina-
da del Espíritu Santo Cósmico.
Amados hermanos en la luz mi pequeño ser los saluda y los envuelvo
en la luz de mi amor.
Estais en un recinto donde todo es paz y quietud, desde este recinto
donde sentís que todo a vuestro al rededor es armonía, vais a con-
templar una pequeña aldea donde todos sus habitantes van y vie-
nen en todas direcciones ocupados y abstraídos en sus propios pen-
samientos desplazándose a sus lugares de trabajo y otros a cumplir
con una u otra diligencia.
Todos van acompasados por el ritmo de la vida, unos con el corazón
alegre y optimista, otros apesadumbrados y pensativos, otros
malgeniados, otros sin motivación por la vida y de esta manera van
viviendo los días de su existencia. Más adelante, observais otra parte
de la aldea, apacible y laboriosa, es la parte donde están ubicadas,
las empresas, fábricas e industrias de toda clase, donde los habitan-
tes laboran, silenciosamente y en forma continua. Allí el trabajo es
productivo, lo cual, mantiene la prosperidad tanto en las empresas
como en la aldea. En este lugar no es permitido que se hable o inter-
cambien palabras entre uno u otro compañero de trabajo y durante
la jornada de trabajo se escucha de fondo una música delicada y
suave que armoniza el lugar.
Amados míos, que habeis sido los espectadores de esta escena deseo
que os detengais y observeis la primera parte de la narración, donde
percibís la turbulencia que el propio ser vive por sus propios pensamien-
tos. Y en la segunda parte de la escena veis claramente que al mantener
los pensamientos concentrados en una actividad vuestra mente se relaja
y se entretiene de tal manera que os da la prosperidad interior represen-
tada en paz y armonía, que irradiais a todos aquellos que os contacten.
Pero, para que esto suceda debeis entrar en el silencio y no permitir que
se encuentren, ni hablen un pensamiento con otro; Amados míos, que la
música que emana vuestro propio ser sea el fondo musical que amenice
vuestra propia vida, con las suaves notas que sólo el amor sabe interpretar.

279
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Buscad amados míos, en el silencio de vuestra mente toda la riqueza


y la prosperidad que sólo el espíritu sabe dar, entrad en el silencio y dejad
que fluya el manantial eterno del amor, que es la fuente de toda riqueza.
Alejaos vuestra mente de la turbulencia y hallareis un reino apacible y
próspero donde encontrareis la verdadera paz.
Observad que en el relato la aldea es vuestra mente, que si le permitís
permanecerá como los aldeanos, que son los pensamientos, en la prime-
ra parte de la narración, os traerán turbulencia, pero, si os aquietais y
entrais en un estado de quietud y silencio, como en la segunda parte de la
narración, donde los habitantes no podían hablar que en nuestro caso
son los pensamientos lograreis llegar a vuestra riqueza interior y así de
este modo, llegar a compartirla con quienes os rodean.
Buscad vuestro verdadera prosperidad y opulencia que da la riqueza
interior y sereis prósperos por siempre.

280
L IBRO V

QUINTA PARTE

Macrocosmos y microcosmos
Salve, amados hijos del amor, os envuelvo en mi luz y en mi amor
eterno.
En esta soleada mañana con el resplandor de mi amor os invito con
profunda humildad a esta sencilla plática que llenará vuestros corazones
de amor y paz.
Estando una vez con mis compañeros de viaje realizando una dulce
y tierna experiencia en el campo infinito cósmico, hallé en el camino
hacia la misión celeste un pequeño meteoro que flotaba por el espa-
cio cósmico sin rumbo definido. Decidí tomarlo entre mis manos y al
tocarlo percibí la intensidad de su calor que ardía en mis manos,
pensé en la manera de cómo poder ayudar a este pequeño ser para
que no padeciera de tanto calor y se ubicara dentro de un rumbo
determinado, pensando en esto vi venir hacia mi un gran globo que
se desplazaba vertiginosamente, me aproximé hacia él con el me-
teorito en mis manos y colocándolo entre la órbita del gran globo vi
como se enfriaba y entraba en el estado de congelación al igual que
el gran globo.
Proseguí en mi misión cósmica y más adelante hallé un pedazo de
pesado granito cósmico que se desplazaba velozmente hacia uno de
los soles de la galaxia de Sirio, apresuradamente envié mi rayo per-
sonal y lo atrapé en el rayo y allí quedó aprisionado eternamente.
Luego de haber inspeccionado que los universos estuvieran en per-
fecto orden divino, me desplacé a mi mansión de luz.
Amados hermanos, les he querido contar esta pequeña experiencia
para que sepais que también el cosmos infinito es un lugar de trabajo,
donde constantemente se están desarrollando trabajos de prevención y
protección cósmica, pues, bien es sabido que todo cuanto el buen Dios
Padre ha creado lo ha puesto a nuestro servicio y por lo tanto hay que

281
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

estar permanentemente vigilando y cuidando nuestra gran heredad


cósmica.
Carísimos hermanos, deseo que comprendais, que también vosotros
debeis vigilar y cuidar vuestra pequeña heredad que vuestro Padre Celes-
tial os ha dado, pues, tal como el padre carnal deja a su hijo sus propie-
dades, así vuestro Padre Celestial deja a vosotros, sus únicos hijos, toda
su creación, si la dilapidais os quedareis sin nada, como cuando el here-
dero tira y derrocha su herencia paterna.
Igualmente, amados míos, debeis estar en guardia y vigilantes para
que todo aquello que os ha dado vuestro Padre Celestial permanezca
dentro del orden y la perfección divina.
Sabed que vuestro trabajo, también consiste en cuidar lo que real-
mente sois protegiéndoos de los meteoros que la vida os presente y os
desvíen de vuestro rumbo señalado a otros inciertos e indeterminados.
Recordad la ley “Como es arriba es abajo” todos estamos compro-
metidos con nuestro trabajo tanto en el cosmos infinito como en el pe-
queño cosmos que sois cada uno de vosotros. Por lo tanto, pequeños
míos, humildemente y muy de veras deseo que cumplais vuestro compro-
miso de cuidar, vigilar y proteger todo lo que el Buen Dios Creador os ha
dado, ya que todo forma parte del TODO.

282
L IBRO V

La Santísima Trinidad
Amados hermanos en el espíritu, os envuelvo con la luz de mi amor y
os ilumino con la luz de mi corazón. Hoy comenzaremos esta sencilla
plática guiada de lo alto con la luz de la tríada divina que en forma de
lenguas de fuego flamea en vuestros corazones.
Ubicaos en el centro de vuestro corazón y visualizad allí tres sende-
ros de luz que os conducen a un templo luz que abre su entrada a
vuestra llegada. De los tres senderos que escogisteis al final todos
llegarán a la misma entrada del templo luz. Ahora veis a la entrada
una portentosa llama de visos azul, dorada y rosa y os sentís profun-
damente atraído hacia ella y sin poder deteneros entrais en ella,
pasando por cada uno de sus visos y os vais impregnando de fuerza
interior y poder; de sabiduría e iluminación y del divino amor. Os
sentís en estos momentos como pequeñas partículas de aquella por-
tentosa llama, vais ahora, desplazándoos hacia el interior del templo
luz y veis la belleza manifiesta en este reciento, ricamente decorada
y todo resplandeciente y tallado con pequeñas llamas de colores en
toda su decoración, va a iniciarse el oficio de la trinidad sagrada y os
ubicais en los puestos que se os ha señalado por los maestros de luz
guías de esta ceremonia. El director entra y todos os poneis de pie.
Entonad el canto de entrada y recitad la oración convenida. Ahora
os sentais y el director de la ceremonia comienza diciendo:
“Carísimos hermanos, hoy la Divina luz de sabiduría, La Divina luz
de la voluntad del absoluto y la Divina luz del Amor Divino os ha
reunido aquí para que recibais la triple presencia de la Santísima
Trinidad y tomeis conciencia que cada uno de vosotros sois la Santí-
sima Trinidad en acción, pues, es en vosotros donde Ella puede
manifestarse en el mundo material. Bien sabeis que en vuestros co-
razones está el Poder del Altísimo esperando que lo invoqueis a ac-
tuar en vuestras vidas, y que este poder actuará en la medida en
que confiéis en él y le ordeneis que actúe.
Además, hermanos en la luz, la Presencia Trinitaria es la esencia
divina de que estais formados, observaros y vereis como esta pre-
sencia se manifiesta en vosotros constantemente en el fluir de sabios
pensamientos iluminados con la luz del espíritu y con sentimientos
de amor que os hacen actuar con misericordia y compasión con

283
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

vuestros hermanos. Ésta es la manera, amados míos, como se mani-


fiesta la Santísima Trinidad en vosotros. Por consiguiente ésta fluirá
al mundo material si sois consciente de esto y permitais que actúe
bajo la presencia permanente del Poder Divino, la Sabiduría ilumi-
nada y el Divino amor.
Cuando traeis a la manifestación estos atributos divinos estais siendo
la Santísima Trinidad en acción. Por lo tanto, vigilad y controlad vues-
tro libre albedrío para que sea solidario con este fluir divino y pueda
brotar abundantemente en vuestros actos la Presencia de la Santísi-
ma Trinidad.
Que en este esplendoroso día dejeis que la llama de la Santísima
Trinidad, flamee en vuestra vida a través de vuestros actos”.
Amados míos después de haber escuchado las palabras del director,
deseo que comprendais que sois vosotros los templos de luz, donde se
encuentran todos los tesoros que engalanan con ricas decoraciones vues-
tro templo luz y allí es el lugar donde la trinidad en vosotros actúa. Por lo
tanto, amados míos, debeis cuidad celosamente vuestro templo luz para
que no se deteriore con pensamientos negativos ni sentimientos de
desamor.
Pensad siempre que sois templos luz en acción y debeis permanecer
en adoración constante a la Santísima Trinidad que mora en vosotros.

284
L IBRO V

Los seres especiales


Amados hermanos en el amor, os saludo y pongo a vuestra disposi-
ción mi humilde ser que os ama y envuelve en su luz.
Amados míos, hoy iniciaremos nuestra sencilla plática con una rosa
en vuestras manos y que depositareis en el altar sagrado de vuestro cora-
zón, con esa rosa saldreis al espacio cósmico y llenareis el espacio sideral
con su fragancia que será la transmutación que prestareis a vuestro pla-
neta de la efluvia que lo envuelve. Toda la energía que sus habitantes
producen y que van acumulando la energía mal usada al rededor de vuestro
planeta, con esta fragancia que vais esparciendo, va siendo disuelta y un
nuevo azul límpido y transparente rodeará vuestro globo.
Con este sencillo servicio que acabais de prestar al planeta continua-
remos la plática de hoy.
En un lugar de vuestro planeta vivían seres de características muy
especiales que los hacían ver ante los demás, como seres diferentes
y poco comunes en relación con los otros seres del lugar. Había en
ellos una armonía permanente en su trato y una paz que llenaba
todo el lugar por donde pasaban. Esto llamaba la atención del resto
de los moradores, pues, jamás los oían discutir y mucho menos ene-
mistarse ni tratarse mal entre ellos.
Por estas razones eran observados por los otros seres quienes lleva-
ban una vida de conflictos y perturbaciones, que los hacían vivir
dentro de una vida caótica y difícil. Ellos a través de su observación
iban comprendiendo poco a poco la razón de su perturbación e
intranquilidad que los acechaba constantemente.
Una vez estando los seres de características especiales reunidos en el
comedor dispuestos a compartir una sencilla y nutritiva cena, des-
pués de haber agradecido al Dios Creador por las provisiones con
que llenaba su mesa, aparecieron unos de los otros seres en conflic-
to y perturbación, para contarles como ellos se habían dedicado a
observarlos atraídos por la manera amorosa y pacífica con que com-
partían sus vidas, y además, como deseaban saber para también
tener una vida serena, pacífica y feliz.

285
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Los seres de características especiales sonrientes invitaron a los visi-


tantes para que compartieran la cena que estaba preparada sobre la
mesa, quienes aceptaron gustosamente. Entonces ellos le dijeron
que la respuesta a la pregunta era muy sencilla, pues, consistía en
dar todo lo mejor a los demás. Los seres conflictivos y perturbados
comprendieron la razón de sus conflictos y de las perturbaciones
que rodeaban sus vidas.
Amados hermanos en espíritu, hoy deseo que comprendais a través
de este breve relato la clave para que vivais en paz, armonía y en amor.
Si dais amor será eso lo que recibireis de quienes se lo deis, igualmente si
dais paz eso recibireis, como si dais afecto y comprensión. Pero, también
si dais hostilidad, incomprensión, ofensas y todo aquello que coloque a
los demás seres en situaciones desagradables e incómodas, eso mismo
recibireis y de esta manera vivireis en un mundo de discordia y dificultad.
Por ello amados míos grabad en vuestros corazones que lo que deis
eso mismo recibireis y lo que recibireis será lo que formará vuestro mun-
do, por lo tanto, hermanos, si quereis ser felices dad la felicidad a otros
dando a vuestros hermanos los mejores tesoros que guardais en vuestro
corazón.

286
L IBRO V

Un bello y tierno niño


En esta mañana de abril, os saludo con mi amor y lleno con mi luz
vuestros corazones.
Amados hermanos en la luz, con profunda humildad daré esta peque-
ña plática impregnada de mi deseo que sea de alguna utilidad para vues-
tra vida.
Había una vez un niño de muy tierna edad que conquistaba los
corazones por su inocencia y candidez. Este bello y tierno niño
deambulaba por las calles de su barrio, sembrando en cada corazón
una esperanza, o una alegría, o un consuelo a quienes por una u
otra razón se encontraban con él. Era en verdad un personaje en
ese lugar, su hogar era humilde y de escasa opulencia, sus padres
humildes artesanos laboraban para conseguir el sustento diario, por
lo tanto, permanecían la mayor parte del tiempo ocupados sin que
pudieran dedicar su atención al bello y tierno niño.
Así pasaban los días y el niño de casa en casa compartía su ternura
con aquellos seres sin que sus padres se percataran de las prolonga-
das ausencias en su hogar, hasta que un día no regresó, pues, un
extranjero que pasaba por allí, se enamoró del niño y se lo llevó.
Amados hermanos en el amor, hoy deseo que os senteis en mi regazo
y juntos analicemos parte por parte el relato anterior. Dice el relato que
había un bello y tierno niño que deambulaba por las calles de su barrio.
Detengámonos hasta aquí y quiero que observeis que un niño de tierna
edad es un capullo de amor, y ese capullo de amor es parte muy íntima de
vosotros, porque en vuestro verdadero ser sois inocentes y puros.
Continúa la narración diciendo que aquel con quien se encontrara le
daba esperanza, consuelo o alegría, les preguntó: ¿amados míos, a quién
no enternece un niño y a quién no le abre su corazón al contacto con él?
Ciertamente que a todos y de esta manera, vuestro ser, trae toda la ale-
gría, el consuelo y la esperanza que le permitais dar a vuestros hermanos
y así compartir toda su ternura y su dulzura.
Dice, además, la narración que los padres del niño estaban tan ocu-
pados que no permitían sus labores dedicarle atención al niño, he aquí

287
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

algo muy importante, pues, podeis considerar vuestro albedrío como los
padres cuando por vuestra propia decisión tomais actitudes que no os
permiten dar a conocer a vuestro niño interior, hasta llegar a olvidaros de
él y cuando lo echeis de menos ya será tarde, pues, su inocencia y ternu-
ra habrán sido robadas por los agentes extranjeros que merodean la casa
tales como la malicia, la dureza, la amargura, la tristeza donde vuestro
niño se disipará y esfumará.
Por ello amados de mi sencillo corazón, hoy os pido de todo corazón
que rescateis el niño que deambula en vuestros corazones y dediqueis la
atención a ese ser que es dulzura, pureza e inocencia para que actúe en
vosotros por siempre.

288
L IBRO V

Las moradas luz


Hoy os envuelvo en la luz del amor y mi luz que se une a vuestra luz
será en esta mañana el faro que os guiará en esta plática de amor.
Amados míos con la luz de mi amor inicio esta plática con la jornada
matutina que se abre hoy a vuestro paso para conduciros al lugar de
amor y de oración que hay en vuestro corazón. De hinojos ante esa
poderosa presencia creadora fuente de vida eterna recibid de lo alto
la iluminación y la purificación de vuestras inarmonías y disponeos
para entrar por el portal de luz a vuestro mundo, al que habeis
pertenecido siempre; estais en un lugar apacible lleno de flores de
murmullo que proviene de cascadas coloreadas por la luz del Sol,
de aves, de cantos, aire, paz y amor, este lugar es un pequeño espa-
cio por donde entrais a un espacio mayor cuya inmensidad no po-
deis medir, allí esparcís vuestra luz y sentís vuestra presencia en cada
haz de vuestra luz. Cubrís el espacio infinito con vuestra presencia y
estais al mismo tiempo en todo lugar, hasta en el más recóndito
espacio del cosmos infinito. Ahora experimentais vuestra propia gran-
deza, vuestro propio y verdadero ser.
En esta expansión del ser, os fundís con la expansión del todo y con
cada parte del todo y la unidad la vivís tal como es, no existen divi-
siones, ni separaciones, ni distancias, solamente la unidad.
Enriquecidos con el amor de cada luz de la luz mayor formais el
único amor que es, ha sido y será, el Divino Amor, sin medida, ni
grados que lo clasifiquen en fragmentos de amor diferentes en cada
ser. No, no es posible, es la unidad del amor manifestada en todo el
cosmos infinito. Donde no necesitais nada, donde TODO lo teneis y
donde la eternidad es vuestro tiempo. Ahora que estais en todo lu-
gar y en todo momento podeis asistir a vuestras mansiones luz que
vuestro Padre Celestial os tiene preparadas y estar al tiempo en to-
das realizando las actividades en cada morada de luz y veis que aún
lo que haceis es poco para las actividades que debeis prestar en
servicio del cosmos. Experimentais el servicio universal en vuestro
ser como hijos que sois de Dios omnipresente. Ha llegado la hora de
retornar al mundo material y ubicaros en el lugar que por ley os
corresponde.

289
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, esta pequeña experiencia que habeis vivido es una


sencilla muestra de vuestra propia grandeza que depositais en vuestro
vaso de carne cuando estais en vigilia, únicamente en vuestro verdadero
ser espiritual podeis entrar a los reinos de luz, pensad bien en esta senci-
lla verdad, para que desde hoy os libereis de miedos y temores al
desprenderos de la carne. Que a partir de aquí y ahora vuestra conscien-
cia asimile con perfección esta verdad y no volvais a sufrir más por vues-
tra partida o la de algún familiar del mundo de la materia, pues, hoy
habeis comprendido un poco de vuestra propia grandeza.
Amados hermanos deseo que hoy retomeis de nuevo vuestra cons-
ciencia espiritual y no tengais más miedos.

290
L IBRO V

La familia de luz
En este día de luz comenzaremos una sencilla plática de amor.
En una aldea del sur del globo galáctico existía una familia de espe-
ciales condiciones físicas que aunque eran similares a sus congéneres
discrepaban en algunos rasgos que los hacían diferentes del común
de los demás. Esta familia del globo galáctico, no consumían alimen-
tos físicos, no necesitaban dormir y laboraban día y noche en su
propia empresa, eran prósperos y ricos y toda su riqueza la distri-
buían en centros de ayuda para seres enfermos o que sufrieran al-
gún impedimento físico o espiritual que no les permitiera llevar una
vida normal; también repartían alimentos a centros de albergues y
todo lo producido de su trabajo lo destinaban al servicio de los al-
deanos. Únicamente disponían de lo esencial para hacer su trabajo
que les arrojaba ganancias abundantemente.
Por esta razón eran muy amados en la aldea y respetados aunque la
gente no comprendía, el sistema de vida que ellos vivían, les visita-
ban frecuentemente y les llevaban pequeños regalos.
Así se desenvolvía la vida de esta familia generosa que se dedicaba
únicamente a servir aliviando las necesidades de aquellos seres.
Amados hermanos míos, he iniciado hoy nuestra humilde plática con
este corto relato para que hoy llegue a vuestro entendimiento la luz acer-
ca del servicio que permanentemente están prestando los seres de luz a
vuestro planeta.
Los seres de luz, los seres solares y los maestros ascendidos son la
familia de los que os hablaba en la narración que viven en el globo infini-
to en sus mansiones doradas y desde allí os sirven permanentemente.
Esta jerarquía de luz siempre está dándoos su riqueza que es su asisten-
cia, su guía y orientaciones y todo cuanto necesiteis tanto para vuestro
bienestar físico como espiritual.
Son la familia de amor que únicamente viven para servir a sus her-
manos enfermos de oscuridad espiritual dando, cuando lo pidais la luz
para que no tropeceis y caigais en abismos de ilusiones, donde no podais
salir. Esta jerarquía de luz permanentemente está lista y dispuesta para

291
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

servirnos; amados míos, deseo que hoy en un momento silencioso os


visualiceis rodeados de esta jerarquía de luz y recibais en estos momen-
tos su radiante luz y amor y sean suplidas vuestras necesidades que están
rodeando vuestras vidas. Recibid esta luz con la seguridad que todas
vuestras necesidades han sido resueltas y os invito amorosamente que
contéis con la familia luz, siempre, pues, son seres de amor que existen
para amar.
Acerca de esta jerarquía ya teneis suficiente información de su exis-
tencia, pues, son los seres que por sus obras en alguna existencia en
vuestro planeta los habeis conocido o también a través de libros y escri-
tos que cuentan sus vidas y obras universales llevando a la humanidad
con sus enseñanzas, al camino del amor y aún siguen realizando obras
de amor en otras dimensiones de luz con sus hermanos espirituales.
Hoy os exhorto, amados míos, a que os mantengais más unidos con
esta familia de luz que os ama y sólo desea serviros.

292
L IBRO V

El rosal
Hoy es un día para la reflexión, amados hermanos míos, os envuelvo
en mi amor y en mi bendición.
En esta bella mañana entramos tomados de las manos al sagrado
recinto del amor ubicado en vuestro corazón y allí con suma reverencia
nos inclinamos ante esta poderosa luz llenándoos de sus atributos divi-
nos y oramos algo así:
Padre nuestro fuente de manantial luz que refulges con tu intenso
amor en mí, te adoro y me postro ante ti con todo mi amor y vene-
ración, me envuelvo en tu divino amor y allí quiero permanecer
siempre, recibiendo de tu amor el consuelo que necesito para saciar
de esta manera la ansiedad por tu amor y tu presencia. Gracias
Padre.
Ahora amados míos entrad en el recinto sagrado de vuestra llama
triple y ubicaros como pequeñas llamas de luz en el centro y escuchad
bien.
En un rosal de silvestres rosas y flores se anidaban con su familia una
especie de aves cantoras que permanecían laborando en sus queha-
ceres, también vivían en este rosal de flores y rosas silvestres un
enjambre de abejas que laboriosamente, también trabajaban en el
proceso de la miel.
Todos los miembros de aquellas familias permanecían entretenidas
en sus diversos trabajos; entre ellos reinaba la armonía y el orden
perfecto en la distribución de los pequeños trabajos que compren-
dían la jornada. Estando en sus actividades cotidianas una de las
más pequeñas de las abejas, dentro de su jerarquía de especie, esta-
ba extrayendo el polen cuando la flor de habló así:
“Hermanita abeja, me siento feliz porque me haceis sentir útil y ne-
cesaria para la elaboración de vuestro trabajo y por ello muy con-
tenta trabajo fabricando mi polen, para cada mañana, poder ofre-
cértela con alegría y amor. Hoy deseo que bebas del dulzor que
para ti he preparado y que sea éste el fundamento para que lleveis
a todos, mi amor transformado en miel”.

293
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La abejita voló asustada a su panal llevando a conocer la experien-


cia vivida a sus hermanas.
Amados míos, en el rosal de nuestras vidas, son muchas las faenas
que debeis desempeñar y por muy difíciles y duras que os parezcan, de-
beis realizar en paz con armonía y amor. Debeis pensar que cada faena
es una flor que tiene su propio dulzor y que vosotros como la pequeña
abeja, extraeis; para que esa aparente faena dura y difícil la transformeis
y la proceseis en las mieses del amor.
Hermanos, cada faena de vuestra vida es una dulce experiencia que
enriquece el rosal de vuestras existencias. Y estas faenas están presentes
en cada vida y en cada corazón de cada uno de vuestros hermanos, la
humanidad. Deseo, amados míos, que aprendais de cada flor que enga-
lana y embellece el rosal de vuestra existencia y busqueis cada día el
dulce amor que ella encierra aunque aparente lo contrario.
Cada faena tienen su propio polen, extráelo y procésalo en vuestro
corazón que es el panal donde se fabrica la miel pura del amor. Cuando
os parezca que vuestra jornada diaria, con sus faenas, es difícil, creando
en vosotros inconformidad, desaliento y rutina, recordad la dulzura em-
pírica que ella encierra y que debeis transformar.
Sé, amados míos, que no es asunto fácil, cuando se está en la carne,
pero, si pedís nuestra ayuda haremos vuestra carga más ligera y suave
para que podais continuar en la jornada de vida, realizando vuestras
faenas diarias dulcificadas con la miel del amor.
Mis pequeños hermanos, tended a bien esta sencilla verdad que
dulcificará vuestra vida en los momento caóticos y de desaliento espiritual.
El rosal es el camino por vuestra vida y las flores las faenas que habeis
de desempeñar.

294
L IBRO V

SEXTA PARTE

La verde pradera
En esta mañana de luz os saludo, y os envuelvo en mi amor eterna-
mente. Amados hermanos venid y escuchad mi sencilla plática la cual he
elaborado con mi pequeña luz de la verdad.
Recibid desde lo alto la luz de la verdad que os da el Espíritu Santo
Cósmico y de esta manera sea más entendible para vosotros esta peque-
ña verdad.
Amados, purificados con el resplandor divino desplazaos por la luz
de la verdad que mora en vuestro corazón y visualizaos en una
pradera de luz verde, donde toda ella canta a la verdad que se refle-
ja en sí. En esta verde pradera, las plantas manifiestan su verdad, las
flores manifiestan su verdad, los árboles manifiestan su verdad, las
aves manifiestan su verdad, los montes manifiestan su verdad, la
hierba manifiesta su verdad, el agua que en su cauce bordea la pra-
dera también manifiesta su verdad. El cielo despejado y azul mani-
fiesta su verdad, el Sol brillante y radiante también manifiesta su
verdad.
Y allí vosotros incursionando en esta verde pradera os vais impreg-
nando de este ambiente límpido y transparente. Avanzais con pie
firme y con el alma llena de paz y de júbilo. Ahora penetrais en el
interior de un robusto y alto árbol, entrais en el, allí comenzais a
andar a través de su sabia que os va llevando cual góndola que se
desplaza armoniosamente por un tranquilo río, así vais observando
detenidamente los tejidos internos que a vuestro paso veis de cerca,
además observais las células vegetales que en trabajo rítmico y cons-
tante permanecen desarrollando su actividad con sabiduría y per-
fección, os asombrais de la perfección cómo cada célula entrelaza
sus funciones con todas las demás y veis la armonía con que se en-
tretejen dichas funciones, seguís avanzando a lo largo del árbol y
vais a cada rama en cuyo interior observais la inteligencia que actúa

295
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

allí silenciosamente sacando del tronco principal retoños que más


adelante serán las poderosas ramas, donde os podeis subir y que
muy fuertemente os sostendrán. Continuad vuestro viaje, en el inte-
rior del árbol, cuya savia os va llevando a que observeis también, el
proceso interno de florecimiento y fructificación, ahora os desplazais
hacia las raíces y os admirais de lo entretejidas que están y como se
sostienen unas con otras, entrais en este laberinto donde quizás lle-
gueis a pensar que estais atrapados, pero, finalmente os desplazais
por la raíz principal que os conduce al interior del suelo, donde por
mucho tiempo ha estado plantado. Allí observais el proceso de ab-
sorción de alimentos que el robusto árbol realiza para sustraer de la
Tierra su alimento y veis la abundancia con que la Tierra provee a
este robusto y alto árbol, como también observais que toda la ener-
gía se transforma en alimento que se manifiestan como infinitos
puntitos de luz. A través de esta sencilla observación vais regresando
nuevamente a la pradera y es mi deseo, amados míos, que hoy
comprendais de esta corta experiencia lo siguiente: Primero que en
la pradera de la vida todos y cada uno de vosotros teneis partes de
la verdad al igual que las partes que componen la pradera; segundo,
también debeis comprender que con la parcela de verdad que poseeis
podreis, a través de ella, profundizar y recibir mayores luces acerca
de vuestra verdad, como fue el caso de haber entrado en el árbol
descubriendo en esta pequeña parte de la pradera, y profundizan-
do en esta pequeña verdad otras verdades complementan vuestra
parcela de verdad.
Por esto amados míos, os invito a que reflexioneis en esto y no trateis
de discutir vuestra verdad con las parcelas de verdad de otros hermanos,
más bien, tratad de profundizar en vuestra pequeña verdad que dará
mayor luz a vuestro espíritu y os afianzará aún más en vuestro sendero
espiritual, al igual como escudriñasteis en la manifestación de la verdad
del robusto y alto árbol.
Amados hermanos, escudriñad y buscad en vuestra propia parcela
de verdad.

296
L IBRO V

La diadema
Salve o hijos de la luz, mi amor os envuelve y os bendice. En este día
de luz resplandeciente y de infinito amor, os ruego que os dispongais
para que recibais mi humilde y sencilla plática que será mi pequeño aporte
a vuestra vida en el espíritu.
Amadísimos hermanos con alegría y amor hoy doy a cada uno de
vuestros corazones la diadema de doce estrellas que coronará y llenará
de gloria vuestra resplandeciente corazón; ahora que disponeis de la dia-
dema de las doce estrellas deseo que comprendais el significado de cada
una de las doce estrellas que la conforman. Tomad en vuestras manos la
primera estrella de color azul marino, esta estrella es la luz que os lleva a
la firmeza y fuerza interior y cada vez que deseeis fortaleceros, concen-
traos en esta estrella luz y os vigorizareis espiritualmente, cuando os sintais
débiles y flaqueeis en vuestros propósitos, recordad que en la diadema
hallareis la estrella de luz azul marino.
La segunda estrella es la estrella que con su radiación desarrollará en
vuestro corazón el amor divino es el rojo intenso que son su esplendor
consumirá todo aquello que no brote del divino amor, cuando experi-
menteis el desamor de vuestros hermanos mirad y fijais vuestra atención
en la estrella del amor para que revivais, vuestro divino amor, pues, será
la señal que estais dejando de amar y allí bajo la luz de la estrella, del
amor nuevamente, vuestro corazón se revitalizará y crecerá de nuevo la
luz del divino amor.
Cuando observeis la tercera estrella, hallareis allí la luz de la adora-
ción a la deidad, que encenderá en vosotros la luz dorada cristal, a través
de la cual todas las deidades descenderán a vuestro mundo, para recibir
vuestra adoración e irradiar vuestro hogar con su divina Presencia.
Con la cuarta estrella podreis hallar el consuelo que sentís cuando se
os da lo que pedís, es la estrella de la provisión espiritual, esta luz verde
esmeralda os dará, lo que necesiteis, al contemplarla fijando vuestra aten-
ción en ritmo permanente, podeis tomarla en vuestras manos y contem-
pladla fijamente y la provisión se dará en el momento justo.

297
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La quinta estrella es la luz del nacimiento espiritual, esta luz cristalina


y transparente os permitirá nacer cada momento, en espíritu a un nuevo
estadio de conciencia, cada vez que lo observeis una nueva luz os ilumi-
nará y vuestro renacer será permanente y continuo.
Cuando detengais vuestra atención en la sexta estrella estareis reci-
biendo la luz dormida, quieta y apacible de la paz, esta luz blanca cristal
os llenará de incomprensible paz que os trasladará a un mundo interior
de felicidad y amor.
Al fijar vuestra atención en la séptima estrella, ireis tras la radiación
blanca con visos dorados que os dará la luz iluminada de la sabiduría
y de esta manera, vuestras decisiones serán sabias y acertadas de acuer-
do al plan divino y la voluntad del Eterno, se manifestará para vuestro
bien.
Las octava estrella es la luz de oro bruñido, que os dará con su es-
plendor la salud de vuestra alma y de vuestro cuerpo, pues, su radia-
ción sanadora no tiene límites, así, que podeis utilizarla siempre que
lo deseeis y vereis en vuestro mundo los prodigios de esta sagrada
radiación.
La novena estrella luz rosada con destellos blancos, cuando la tomeis
en vuestras manos y fijeis en ella vuestra atención, trascenderá vuestro
espíritu a dimensiones de luz amor que os hará vibrar al unísono de la
más grande vibración que puede existir, el Divino amor y sentireis que
vuestro espíritu se hace uno con todo y volareis al reino de los cielos,
hendiendo los espacios infinitos, transportados por la deidad.
Con la décima estrella de luz Sol radiante, os concentrareis en ella
cada vez que deseeis prestar un servicio a vuestro planeta, podeis tomar
esta estrella luz y colocarla al polo norte de vuestro planeta y desde allí
ubicados en el centro de la estrella podeis envolverlo con la luz Sol ra-
diante y lograreis, de este modo, encender el Sol que habita en el corazón
de vuestro globo y el de sus pobladores.
Con las dos últimas estrellas podeis establecer el equilibrio a cual-
quier situación ya sea planetaria o en vuestra vida individual, tomando

298
L IBRO V

estas estrellas luz-Luna, ubicándolas una a cada extremo de la situación


que deseeis poner en equilibrio perfecto y se hará inmediatamente pre-
sente el equilibrio divino en la situación deseada.
Hermanos míos, recibid de este humilde ser esta diadema, que será
un pequeño faro que os alumbrará cada vez que os fijeis en él.

299
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El campo de concentración
Hoy es el gran día de la luz gracia que se reflejará en vuestras vidas y
mundo. Hijos amados, os envuelvo en la luz de la verdad y de la ilumina-
ción, que esta sencilla plática profundice en vuestra propia verdad.
Había una vez un campo de concentración militar, donde eran lle-
vados todos los seres que se consideraban rehenes de las fuerzas
triunfadoras, en este campo de concentración se desarrollaban acti-
vidades desastrosas, que hacían muy difícil la estadía de los seres,
que se hallaban en ese lugar. Los trabajos pesados y forzosos, au-
mentaban cada día más y el número de víctimas que morían por el
mal trato, la mala alimentación y agotamiento físico se incrementaba
cada vez más.
En estas circunstancias tan críticas y sin ninguna esperanza de mejo-
ramiento de las condiciones de vida de estos seres, pasaban la vida.
No se hicieron esperar las enfermedades y las epidemias, que tam-
bién contribuían a la disminución del número de rehenes.
Pero, cuando todas las esperanzas de liberación de esta forma de
vida se habían perdido, llegó la gran noticia de la derrota de los que
anteriormente habían triunfado; por consiguiente, la alegría volvió a
los corazones y con ella el retorno a casa, a la patria que los había
visto nacer.
Amadísimos corazones, reflexionad sobre esta brevísima narración
que encierra pequeñas verdades que se revelan en vuestra vida interior.
Si pensais bien, el mundo con sus aparentes atracciones os seducen y os
llevan a la destrucción de vuestro ser, al igual que en el campo de concen-
tración, llegais allí atraídos por la efímera y temporal felicidad que el mundo
os ofrece, el dinero fácil, el engaño, la envidia, la drogadicción, el abuso
del sexo, el alcoholismo, la extorsión, todo aquello que pensais debe traeros
la alegría y la felicidad y una vez que entrais en ello comienza para voso-
tros la experiencia de dolor y sufrimiento, de desasosiego e impotencia
para salir adelante. Os sentís perdidos sin esperanzas al igual que los
seres del campo de concentración militar; todo esto llevados por las ilu-
siones que os ofrece el mundo material, que en estos momentos es el
triunfador en vuestras vidas.

300
L IBRO V

Mas sin embargo, cuando os creeis perdido, sin esperanzas, vuestro


padre creador os envía una luz de amor, para que desperteis de esa enso-
ñación y volvais a casa de retorno al hogar, al corazón de Dios, donde
todo es paz, amor y felicidad eterna, no como la da el mundo.
Por ello, amados míos, mi humilde corazón hoy desea que hagais un
análisis retrospectivo de vuestra vida y os deis cuenta qué tanto estais
viviendo en el mundo de los sueños, analizad una por una vuestras expe-
riencias y concluid si vuestra vida verdaderamente se está desenvolvien-
do en el mundo real del espíritu o está enmarañada y atrapada en el
mundo de las ilusiones.
Amados míos, espero que estas sencillas reflexiones generen algún
cambio en vuestro corazón.

301
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La fe iluminada
Hermanos en la fe iluminada les doy mi humilde protección y mi luz
de fe iluminada. En estos días en que vuestro planeta y sus moradores se
encuentran convulsionados por el gran cambio que se avecina, os ruego,
que me permitais daros estas directrices espirituales, para que podais
sosteneros de las sacudidas que os dará vuestro planeta y que os está
dando, y así podais superar vuestra crisis espiritual y la de vuestro planeta.
Todo cuanto hagais a partir de estos momentos por crear en vuestro
mundo, un mundo de paz, de amor, de perdón, de reconciliación, deten-
drá poco a poco las grandes sacudidas que están previstas para vuestro
globo. Por esta razón, es de vital importancia que inicieis desde hoy vues-
tro cambio interior, que todo aquello que venía dándose en vuestro cora-
zón, perturbando vuestra paz interior, sea hoy sacado a fuera y arrojado
de vuestra consciencia y de esta manera comenceis a resembrar la per-
fección y el amor en vuestro interior. El cambio de que os he hablado,
comienza en vuestro corazón, pues, así de esta manera lograreis también
el cambio de vuestro globo, atacado en este momento por tanta turbulen-
cia espiritual emanada desde vuestros corazones.
Hermanos carísimos, hoy os he dado mi fe iluminada y deseo que
comprendais el valor espiritual que ella contiene, pues, sin la fe ilumina-
da difícilmente lograríais un cambio radical interior. Por ello, hermanos,
sé que si acudís a mi pequeña ayuda, grandes logros internos alcanza-
riais, por lo tanto, hoy me pongo incondicionalmente a vuestro servicio,
para daros siempre que lo pidais mi luz, de la fe iluminada y que será el
báculo fuerte y poderoso que os llevará al cambio interior dejando atrás
todas vuestras limitaciones, que han hecho de vosotros, seres confundi-
dos, convulsionados e inseguros.
Tomad, hoy hermanos, mi humilde regalo de la fe iluminada que ella
os llevará a experimentar la perfección necesaria para el cambio y con
vosotros, el planeta Tierra, también lo experimentará, recordad la uni-
dad, por esta razón este humilde servidor estará siempre dispuesto y pre-
sente cuando me invoqueis.

302
L IBRO V

Además podeis venir en vuestras meditaciones a mi mansión de luz y


yo os explicaré una y otra vez acerca del uso de la luz fe iluminada y me
sentaré con vosotros, etéricamente, a orillas del lago Banff y les platicaré
en compañía de los ángeles del fuego azul y entonces conoceréis del po-
der de su protección.
Hoy cada uno de los ángeles del fuego azul os regalan una esfera de
luz azul para la protección individual y planetaria que podeis disponer de
ella cuando lo deseeis.

303
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El sismo
Amados hermanos en la luz, mi amor os envuelve y en este resplande-
ciente día será la luz que hollará vuestros pies. Hoy iniciamos nuestra
plática ubicados dentro de vuestra llama pura y perfecta que arde en
vuestros corazones y desde allí comenzais un cántico de alabanza al
creador.
Te alabo, ¡oh! Padre de amor, en la esencia de mi ser, porque es allí
donde soy uno contigo, tu hijo amado, te alabo y te glorifico Padre
Dios Creador, de todo lo que existe, por tu infinito amor, recibe mi
pequeña alabanza que es el cántico nuevo que entono en este día a
mi Padre quien amo por encima de todas las cosas y a quien hoy
honraré y bendeciré por siempre. Amén.
En un lugar donde únicamente pueden llegar seres de condiciones
únicas, debido a las condiciones atmosféricas, ambientales y físicas,
existía una población muy reducida en número, pero, muy admira-
da por el resto del mundo por sus condiciones de vida, que hacían
de ellos seres especiales, que aquellos quienes los conocían queda-
ban arrobados por tanta comprensión y ternura. Una vez estando
estos habitantes absorbidos en sus labores, se presentó en el lugar
un movimiento telúrico que alcanzó a ocasionar algunos daños ma-
teriales. Los habitantes serenos y tranquilos asumieron con respon-
sabilidad los daños causados y los repararon en la medida en que les
fue posible hacerlo. Después de esta pequeña calamidad, se reunie-
ron para dilucidar acerca de las causas de lo sucedido, no encontra-
ban razón alguna, aparentemente, pues, según el estudio que los
expertos hicieron del lugar no había motivo aparente que hubiera
ocasionado ese desequilibrio. Así, que buscando, investigando y ana-
lizando, después de hacer un minucioso examen de todos y cada
uno de sus moradores hallaron que uno de ellos había sentido en su
corazón, ese día, un sentimiento de orgullo, pues, había inducido a
un compañero de trabajo que se inclinara ante el cuando lo fuera a
saludar. Esta actitud generó una energía tan fuerte que logró que se
produjera el sismo que vivieron.
Llamaron al hermano que había generado ese trastorno en el lugar
y fue reprendido y aislado de la hermandad por un tiempo.

304
L IBRO V

Amados míos esto que habeis leído con mucho interés, es una re-
flexión que debeis hacer cada momento que vivais, pues, sois vosotros
esos seres únicos, hijos únicos de Dios Padre y como tal, debeis expresarlo
continuamente con vuestros actos amorosos y comprensivos, que quie-
nes os traten sientan vuestra ternura, para que no seais autores de cata-
clismos internos en la vida espiritual de vuestros hermanos en la luz, como
sucedió con el ser de la narración.
Debeis recordad siempre que como hijos únicos del Dios Padre,
disponeis de todo el poder que el Padre Dios os ha dado y si lo usais de
manera egoísta, dañais y perjudicais a todo vuestro mundo. Por ello, os
digo, amados míos, que no seais de esos que con sus actos ocasionan
malestar a quienes os rodean, pues, se lo estariais haciendo a todo vues-
tro globo. Por esto debeis mediros antes de actuar y pensar y sentir bien
para que vuestros actos sean siempre de amor.
No olvideis que sois los ciudadanos únicos que habitáis en un lugar
especial, que es vuestro globo, por lo tanto ámalo con vuestros actos.
Que ésta sea la reflexión de hoy que este humilde servidor os invita a que
hagais.

305
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

La estancia
Hermanos carísimos, reciban mi humilde luz de paz y de amor. En
este bello día preparaos para escuchar la sencilla plática que de lo alto
me ha sido permitido llevarla hacia vosotros.
En una estancia cómoda y dotada de confortables y ricos enseres
que resaltaban su confort y belleza, vivía una familia sencilla de co-
razón, aunque rodeada de riquezas y opulencia. En esta lujosa es-
tancia se realizaban semanalmente grandes encuentros y eventos
sociales donde se reunían los más opulentos del lugar.
En estos encuentros y eventos se intercambiaban conceptos, opi-
niones, puntos de vista respecto a los eventos que se desarrollaban
en ese momento, compartían alguna bebida y finalmente un peque-
ño ágape.
Cotidianamente resultaban de estos encuentros, nuevos planes para
la próxima reunión y así siempre se preparaba la actividad que se
realizaría la próxima semana.
Cada vez más aumentaban los participantes conocidos en los en-
cuentros y eventos, lo cual traía más opiniones y puntos de vista
para compartir. Se enriquecía con ello, las charlas y conversaciones
amenas lo cual daba un matiz de cordialidad y familiaridad.
Estando en uno de esos encuentros apareció entre ellos un nuevo
participante que los dejó perplejos por su rica vestidura y por su
porte elegante y distinguido, todos admirados y a la vez llenos de
curiosidad por saber quién era ese caballero, se acercaron a él y
comenzaron a hacerle preguntas con el fin de conocer su proceden-
cia; el elegante y apuesto caballero con una sonrisa de complacencia
respondía cortésmente sus preguntas. Entrada la noche y para fina-
lizar la reunión el apuesto y elegante caballero tomó un instrumento
musical de la orquesta que amenizaba el acto y comenzó a entonar
la siguiente canción:
“Hoy estoy aquí cantando en este lugar, con el corazón alegre y el
pensamiento feliz. Mañana en otro lugar llevaré también el son de
mi amor y a todos diré que aquí volveré, Yo soy el que canto el trino
del amor en todo lugar”.

306
L IBRO V

Terminada esta canción partió de aquella reunión dejando a todos


los asistentes desconcertados.
Amados míos, si bien sabeis en la Estancia de vuestra vida, todo lo
teneis, en ese corazón sencillo, donde los moradores del amor os visitan y
otros viven en él.
Cada oración y cada meditación, son los encuentros y los eventos
que realizais con vosotros mismos, para encontraros con el Poderoso YO
SOY que entre vosotros llega como dador de toda la opulencia y riqueza
que necesitais. Es el personaje central de los encuentros y de los eventos
de vuestra vida, por esta razón es con ÉL con quien podeis conversar
para que podais conocer vuestra procedencia y Él os dirá como en el
canto de la narración: “¡Hoy estoy aquí, Yo estoy allá!, Yo soy el que
canta en todo lugar”.
Analizad, amados míos, cada palabra de la canción y así
comprendereis la omnipresencia de Dios Padre en vosotros.
Reflexionad en esta pequeña verdad que será luz para vuestra
consciencia.

307
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El leñador y el bosque
Amados hermanos en la luz, en este bello día os saludo con amor y mi
luz se une a vuestra luz en esta pequeña plática que encierra una verdad
que deseo germine en vuestros corazones.
En Atlanta había, hace muchísimos años, un leñador que pasaba su
vida cortando los árboles de los espesos bosques para extraer la leña
y la madera que vendía a los pobladores de la ciudad más cercana,
lo cual le representaba a él los dineros para su sustento y el de su
familia. El leñador de Atlanta, por las noches cuando no podía dor-
mir, cavilaba sobre su situación acerca del oficio que desde joven
desempeñaba y aún en la edad madura, en que se encontraba,
continuaba realizando. También pensaba sobre lo que para él era la
materia prima de su trabajo, como eran los árboles, qué sería de él y
su familia sin los árboles que le proveían el sustento, y a la vez pen-
saba en cómo la Tierra le colaboraba dando cada vez más y más
árboles maderables que le habían permitido vivir de ellos. Estando
en estas reflexiones, se durmió y en su profundo sueño, vio cómo se
levantaba en el bosque, una hoguera que poco a poco consumía los
árboles y toda la vegetación, dejando arrasado el bosque en la de-
solación sin ningún vestigio de vida y vio como su familia se empo-
brecía padeciendo necesidades que no podían suplir. Sobresaltado
el leñador, de un salto salió de la cama y se dirigió al bosque, y sintió
un profundo alivio al ver el bosque verde en su espesura con sus
gigantescos árboles. Luego arrodillándose en medio de la vegeta-
ción lloró y dio gracias a Dios por todo cuanto le había dado.
Amados míos, así como al leñador, la madre Tierra le proveía su sus-
tento, a través de los árboles del bosque, de la misma manera vuestro
Padre Celestial os provee de todo cuanto necesitais, pues, Él es la verda-
dera fuente de provisión, no hay otra, aunque algunas veces llegueis a
pensar que esto no es así, ya sea, porque muchas veces recibís la provi-
sión necesaria de los seres que os rodean, de vuestro trabajo, como el
leñador, o de vuestros parientes y amigos, pero, en verdad que estos seres
solamente han sido los medios a través de los cuales Dios Padre os ha
hecho llegar la provisión que necesitais en el justo momento, para que su
hijo no sufra y tenga lo necesario para su subsistencia, pues, el amor de

308
L IBRO V

Dios por sus hijos es eterno y por tanto en todas las circunstancias de
vuestra vida Él está presente y atento para consolaros.
Amados míos, cuando perdeis la fe en Dios Creador es como el in-
cendio que soñó, el leñador, todo en vuestro corazón es desolación y
tristeza, pero, al igual que el relato, Dios creador siempre está presente,
como le sucedió al leñador al ver el bosque en su verde espesor y gigan-
tescos árboles, de la misma manera, vuestro Padre Celestial siempre está
presente esperándoos para daros vuestra provisión.
Pensad siempre que vuestro Padre Celestial jamás os abandona sino
que sois vosotros quienes os apartais de Él, ya sea porque os impacien-
tais al creer que vuestra petición no ha sido escuchada y entonces perdeis
la fe y os olvidais de Dios Padre o porque os sumergís en el sueño de las
ilusiones que también os apartan de Él.
Amados míos, si hoy os habeis alejado de vuestro Padre creador,
retornad a Él y dadle gracias por estar siempre con vosotros para darse
en su eterno amor.
Recordad hermanos míos, que el bosque de la narración representa
al Buen Dios listo siempre para daros vuestro sustento físico y espiritual.

309
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

SÉPTIMA PARTE

La ladera
Amados hermanos en la luz eterna, os doy mi amor y me fundo en el
amor de cada uno de vuestros corazones y deseo que esta plática de
amor encienda en vosotros el amor divino.
Hermanos, en esta soleada y tranquila mañana os vais a trasladar a
una inmensa y extensa ladera donde os sentais, después de haber
realizado una larga caminata y allí descansando sobre el verde pasto
os acostais con vuestra mirada al cielo y allí os extasiais y os dormís
apaciblemente, permitiendo que vuestro ser se relaje y se expanda
por todo el lugar, ahora os dirigís al ser regente de la ladera, quien
envuelto en su resplandeciente luz con todos los seres que allí mo-
ran os reciben con amorosa bienvenida, dándoos la entrada a sus
reinos de luz que yacen en el interior de la ladera. Allí os quedais
muy perplejos, por la belleza de estos reinos que jamás habiais visto
y que ahora están expuestos a vuestros ojos, estais maravillados del
encanto y la hermosura presente en ese lugar. Otros seres guardia-
nes de los reinos internos os guían llevándoos a todos los espacios
del reino, dándoos a conocer todas sus riquezas y todos los tesoros
acumulados por muchísimo tiempo.
Vais, avanzando cada vez más, y vais asombrándoos más y más al
ver la grandeza que allí se encierra y que nunca habiais pensado
que existieran realmente. Estos seres amorosos, guardianes del rei-
no, os invitan a continuar la inspección del lugar donde ellos han
vivido por siempre y hoy desean que vosotros participeis de su mo-
rada; vais avanzando lentamente, observando cada detalle que os
va llenando de regocijo y paz.
Terminado el recorrido os sentais en el lugar que más os agrada y
por sugerencia del ser guía, veis venir al ser regente que se ubica
muy cerca de vosotros, y os saluda así:

310
L IBRO V

“Amados hermanos, nosotros los pequeños, inclinamos nuestro ser


ante vosotros y con la más simple sencillez que es la esencia de nues-
tros seres, rendimos veneración profunda a vosotros. Hermanos,
estamos muy complacidos por vuestra visita, pues, son pocos los
hermanos que vienen a visitarnos y conocer de nuestro silencioso y
permanente trabajo que hacemos para nuestro globo y para voso-
tros. Hoy que estamos reunidos, deseo pediros más consciencia acerca
de nuestra existencia y nos colaboréis en nuestro trabajo, cuidando
a todas y cada una de nuestras criaturas, que esmeradamente desa-
rrollan su tarea cotidiana. Estoy al servicio de vosotros, hermanos, y
en nombre de todos nosotros les deseamos que todo cuanto hagais
por la protección de nuestros reinos, lo hagais por vosotros mismos.
Estamos muy agradecidos”.
Después de estas palabras, regresad a vuestros cuerpos físicos y sen-
taos sobre el verde pasto para que dilucideis acerca de la experiencia
vivida. ¿Qué pensais de los seres que habitan en la ladera? ¿Qué pensais
de los reinos que ella contiene? ¿Qué pensais de los guardianes del rei-
no? Y ¿qué pensais de las palabras del ser regente de la ladera? Son
pequeños interrogantes que en vuestro corazón hallareis las respuestas.
Ahora si observais, vosotros también podriais ser como la ladera que
guarda en su interior los tesoros más preciados, que son los atributos
divinos que a semejanza del Dios Creador, teneis y vuestros guardianes
divinos custodian cuidadosamente. También podría ser el ser regente de
la ladera, vuestra poderosa y mágica presencia YO SOY que os habla de
su presencia en todas las criaturas y de la protección y cuidados que
deben dar a vuestros tesoros internos, que conforman vuestros reinos
interno de luz.
Veis amando míos, como es arriba es abajo y como es por dentro es
por fuera, con esto os digo, que veais la misma inteligencia actuando en
TODO y comprendais que sois parte de esa inteligencia presente en TODO.
Observad y meditad en la poderosa mano que ha hecho una creación,
con los mismos rasgos divinos dejando impreso en ella su amor.

311
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Un día en la playa
Amados hermanos míos, hoy vierto sobre vosotros mis rayos de luz
oro amor y os envuelvo con mi humilde radiación de paz.
Paseando por la playa, un día de verano, observaba no solamente el
paisaje que a mi vista se alzaba, sino también el actuar de las innu-
merables familias y seres que allí se hallaban. Me llamó mucho la
atención dos seres, que complacidos y conversadores exponían sus
cuerpos al Sol para darle a su piel un color dorado que a su pensar,
se verían más bellos aún. Me detuve en estos seres y analizaba la
complacencia con que disfrutaban su exposición al Sol y lo alegre
de su conversación, pues, reían y hacían gestos que manifestaban
alegría y felicidad. Entre ambos se turnaban para untar en sus cuer-
pos los aceites que ayudaran a aligerar el proceso de doración de la
piel.
Cuando consideraron que habían tomado el Sol necesario para dorar
sus pieles, se retiraron del Sol, se sumergieron al agua y luego retor-
naron a sus lugares de alojamiento. Contentos y satisfechos por ha-
ber logrado broncear sus cuerpos, que al parecer los hacía más her-
mosos y atractivos.
Amados hermanos, de este momento en que me detuve a observar en
la playa a estos seres, pude considerar lo siguiente: Que la playa es el
sendero por donde los hijos de Dios transitan por la vida, acompañados
siempre por el gran Dios, que en mi observación la compararía con el Sol
de verano, radiante y resplandeciente, dando el calor de su amor para
todos sus hijos.
Que unos seres en el recorrido por la vida, no se percatan totalmente
de la presencia de este Sol amor, que baña constantemente sus existen-
cias y pasan a lo largo de la playa recibiendo el Sol amor sin prestarle
mayor atención.
Que sin embargo, también hay otros pocos seres, que buscan el Sol
amor, como los seres de mi observación, y se recrean y deleitan en El
hasta sentirse saciados y satisfechos de su Presencia y de su amor hasta
sentirse renovados y fuertes interiormente para traer a su entorno su atrac-
ción espiritual.

312
L IBRO V

Amados míos, estas sencillas consideraciones deseo que las tomeis


en cuenta y trateis de ubicaros con toda sinceridad, a la que perteneceis,
pues, sería un buen indicativo qué tan lejos o qué tan cerca estás cons-
cientemente de la Presencia de Dios en vuestra vida y en todo vuestro
entorno. Y seais cada uno de vosotros los que sepais que actitud de cam-
bio o de perfección debeis hacer.
Recuerda que el Sol amor, siempre ha estado presente en toda su
creación y vosotros en vuestra inconsciencia no os habeis dado cuenta.
Amados míos, que en este día reflexioneis y trateis de buscar el Sol de
verano que resplandece en vuestros corazones y bronceados con la luz de
su amor vayais a vuestros hospedajes, al igual que los seres del relato, a
irradiar vuestra belleza y encanto con el dorado que el amor del Padre
Eterno ha bronceado vuestro corazón.

313
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El plantío
Amados hermanos de mi corazón hoy les doy mi amor y mi luz para
que enciendan vuestro amor y luz por siempre.
En un rincón muy apartado de vuestro globo se desenvolvía la vida
misma, en un plantío lleno de árboles frutales de variadas especies.
En el silencio de la naturaleza, se ensanchaba día a día la vida en
cada uno de los árboles que trabajaban constantemente impulsados
por el principio vida en la elaboración de los procesos necesarios
para el desarrollo de cada ser que formaba el plantío. Con ahínco y
tenacidad crecían y se iba manifestando poco a poco la vida útil de
cada árbol, con la ayuda de los demás seres que habitaban el lugar,
el plantío fue aumentando y su follaje cada vez era más espeso y su
ramaje fuerte y grande, de un brillante verdor. El plantío que traba-
jaba incesantemente le llegó al fin la hora del florecimiento, lo cual
engalanó el lugar de exquisita aroma y belleza; su colorido atraía
insectos y pájaros, formándose de esta manera un concierto de cán-
ticos y sonidos.
Pasado el florecimiento la alegría fue mayor aún, pues, comenzaron
a brotar los frutos en cada árbol y la expectativa fue mayor y se
intensificaron los cuidados y la vigilancia del plantío por parte de los
dueños, y así pasaban los días en espera de la llegada del día de la
gran cosecha, la cual representaría riqueza y bienestar. Así, fue que
llegó el día deseado, se hizo la recolección y los productos fueran
llevados al mercado para ser vendidos y comprados por otros seres
que probablemente tomarían sus semillas para hacer otro plantío.
Amados míos, en el relato que acabais de escuchar deseo que anali-
ceis junto con este humilde servidor, ¿qué sería el plantío en vuestra vida?
Podrían ser vuestras obras o acciones, que en el silencio de vuestros pen-
samientos y sentimientos se van gestando poco a poco con los morado-
res que allí habitan, y cuando afloran a vuestra consciencia esparcen su
aroma sean agradables o no y son percibidas por los seres que os rodean
a quienes alegrarán o no y luego aparece el fruto que habreis sembrado
en el sentir de vuestros hermanos y entonces, recogereis la cosecha de
cada corazón, que unas veces os enriquecerán con el amor y la gratitud
de vuestros hermanos, o podrá ser lo contrario y estas acciones u obras

314
L IBRO V

que habeis realizado con vuestros hermanos, serán comunicadas a otros


hermanos que serán semillas de ejemplos que podrán formar parte de un
nuevo plantío, es decir, de modelo para imitar vuestras acciones, según
sean benéficas o no para vuestros hermanos, en la luz, que os rodean.
Amados hermanos, que esta sencilla plática tenga alguna significa-
ción en vuestras vidas y en vuestro proceder con vuestros hermanos, es
mi sincero y humilde deseo.

315
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Una nueva civilización


Amados hermanos en la luz, mi amor os envuelve y mi luz os acoge
con su esplendor.
En esta tibia y reconfortante mañana iniciaremos esta pequeña pláti-
ca con un corto y bello paseo que vais a realizar con todos vuestros her-
manos del globo a que perteneceis. Todos como hermanos que sois, hijos
del único Dios Padre tomados de las manos os desplazais lentamente
hacia una nueva dimensión de luz, donde hallais una civilización de de-
sarrollo tecnológico avanzado, y la ciencia con portentosos descubrimien-
tos realizados que os dejan sorprendidos. Esta civilización está integrada
por pequeños núcleos familiares que os llaman la atención por su estatu-
ra y belleza. Observais que trabajan incesantemente con amor y en sus
rostros se reflejan la paz y la armonía interior.
Descendeis a esta dimensión de luz y os saludais con esos nuevos
hermanos que os reciben armoniosamente y con sonrisas muy amorosas
que os dan confianza y seguridad que sois bien recibidos. En este lugar
las vibraciones son menos pesadas que los de vuestro globo y por lo tan-
to, os sentís muy livianos y ligeros en vuestros movimientos y mucho más
ágiles. Os sentís con mayor energía y no necesitais mayor esfuerzo para
desplazaros. Hay espacio para todos y muy amablemente os llevan a los
distintos lugares y os dan a conocer los avances científicos y tecnológicos
que hasta ese momento han logrado; se comunican con vosotros
telepáticamente e iniciais el siguiente diálogo:
– Civilización: Bienvenidos a casa, hermanos de otras dimensio-
nes, nos complace tenerlos aquí con nosotros para poder com-
partirles nuestros pequeños adelantos científicos y tecnológicos
y para estrechar nuestros lazos de amor que el Espíritu Creador
de todo cuanto existe, fortalece con su amor.
– Globo: Agradecemos vuestra hospitalidad y les manifestamos
nuestro agrado en esta dimensión que antes nos era desconoci-
da y deseamos conocer sobre ustedes
– Civilización: Nosotros hemos venido de otra galaxia, a este siste-
ma donde las vibraciones de amor son mayores y debido a esta
alta vibración de luz amor, hemos podido desarrollar los avan-

316
L IBRO V

ces científicos y tecnológicos que estais apreciando, ya que en la


galaxia de donde provenimos las vibraciones de amor eran me-
nores, tuvimos que salir de allí para ubicaros en esta galaxia.
Todos aquellos seres que veis aquí, han tenido un largo recorri-
do para poder haber logrado tal vibración de luz amor. Herma-
nos, os digo que creais que es el amor quien eleva vuestra tasa
vibratoria y ésta os ubica en una dimensión de luz donde el
amor os abre las puertas a todo progreso espiritual y de esta
manera podais traer a la manifestación los alcances más desa-
rrollados de la ciencia y la tecnología.
– Globo: ¿Cómo podemos aumentar nuestras vibraciones de amor
en nuestro planeta para lograr entrar en una dimensión de luz
mayor en la que actualmente vivimos?
– Civilización: Es muy sencillo, conociéndoos a vosotros mismos,
pues, de esta manera podeis conocer a vuestros compañeros de
globo y así lleveis una vida de comprensión y compasión con
todos quienes os rodean. Además, en la medida que os vayais
conociendo, en esa misma medida vais comprendiendo quiénes
sois y quiénes os rodean y cuando lo descubrais, el amor irrumpirá
del manantial de vuestros corazones y la transformación de vues-
tro globo también fluirá y os hallareis en una dimensión de luz
superior a la actual.
– Globo: Nos vamos con el corazón lleno de esperanzas, de que
también podamos llegar a una nueva dimensión, poniendo en
práctica vuestras sabias palabras.
Ahora hermanos retornad a vuestro propio planeta y deseo que
discernáis acerca de esta experiencia. Si teneis las palabras claves que
escuchasteis por parte de la civilización, es menester que os senteis a
pensar seriamente a conoceros a vosotros mismos, pues, bien sabeis ya
la unidad que existe en todo lo creado, por consiguiente, si llegais a
conoceros descubrireis esta gran verdad, que sois todos creados por la
misma esencia del Dios Creador y por lo tanto, conociéndoos conoceriais
todo, despertando en vosotros la omnisciencia como uno de los atributos
que Dios Padre os ha dado. Por consiguiente, hermanos os invito que
desde hoy comenceis a conoceros a vosotros mismos, ¡comenzad ahora!

317
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El portal y los excursionistas


Amados hijos de la luz en este tranquilo y bello amanecer, alegrando
con el sonoro canto de los pájaros, os saludo y os envuelvo con mi amor
y mi luz.
En un portal donde las personas se ubicaban para esperar la llegada
de sus amigos y seres queridos, fluía la alegría del reencuentro, como
también la impaciencia de la espera, y además, la desilusión del que
no llegaba a la hora y cita convenida. En este laberinto de pensa-
mientos y sentimientos iban y venían las gentes allí ubicados en la
expectativa. Estando el portal en esta incesante actividad de conglo-
meración y congestión se detuvieron en el centro de éste, una ex-
cursión de estudiantes que venían de un lejano lugar, pero, sus ves-
tidos eran al parecer extraños para los demás que se hallaban en el
portal, que llamó su atención y todos los miraban con asombro y
extrañeza. La excursión de estudiantes se desplazaba por medio de
la conglomeración dándose por desapercibidos de la curiosidad del
resto de gente que allí se encontraban. Una vez que llegaron a la
salida del portal dirigiéndose a sus destinos se sonrieron y saludaron
con sus manos en alto a la muchedumbre, que desconcertada se
preguntaban unos a otros quiénes serían aquellos excursionistas de
vestidos extraños. Así, fue que los viajeros de vestidos extraños par-
tieron del portal.
Amados hermanos de mi corazón, deseo que en este sencillo relato
observeis lo siguiente: El portal podríamos compararlo con vuestro globo,
como el sitio donde vosotros os reunís. La conglomeración que podría
ser la humanidad, con todas sus experiencias vividas y sentidas de ale-
grías, de tristezas, de impaciencia, de espera y de expectativas. La excur-
sión de estudiantes de vestidos extraños, se podría comparar con aque-
llos hermanos, que han abierto un estadio más en sus consciencias y han
comprendido quiénes son y por lo tanto, han dejado que su verdadero
Ser con su refulgente luz los cubra, esa luz de amor que resplandece a
través de sus cuerpos físicos, llevando a su paso la luz del perdón, de la
comprensión, de la tolerancia, de la compasión, de la paciencia y todos
los destellos que sólo el amor puede dar y esto sería lo que conformaría
los vestidos extraños de los excursionistas, pues, ciertamente que en vues-

318
L IBRO V

tros tiempos, son muy escasos los seres que visten ropajes de luz amor
para lucir a los demás. Hermanos, que hoy sea el día en que os cambieis
de vestidura, dejad a un lado aquellos vestidos que hasta hoy habeis
llevado puestos, tales como el desamor, el resentimiento, el odio, el ren-
cor, la envidia, los celos y todas aquellas bajas vibraciones que única-
mente la falta de amor puede dar y os coloqueis los vestidos de la luz
eterna del amor.
Recordad en cada momento que las circunstancias en vuestra vida lo
requieran, a los excursionistas del relato. Despertad, hoy al amor, ama-
dos míos y vestíos con su luz para que la irradieis en todos vuestros actos.
Haz que todos vean vuestros vestidos de amor.

319
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El hermano y el ruiseñor
En este esplendoroso día, os doy mi amor y mi luz envolvente.
Había una vez un ruiseñor que todas las mañanas se posaba a can-
tar en lo alto de un cerezo que bordeaba el contorno de la casa,
donde vivía un hermano solitario y aislado del mundo exterior. El
ruiseñor con su alegre canto despertaba al hermano diariamente
para iniciar sus labores diarias, era ya costumbre esperar el cántico
trinar para despertar al nuevo día lleno de actividades y alegría.
Estando el hermano, una vez profundamente dormido, fue arreba-
tado por sus guías guardianes y lo llevaron a un espléndido y con-
fortable lugar, donde el trinar de ruiseñores formaban una pieza
musical fascinadora que éste vibraba de emoción al escucharla y
estando en este éxtasis el ruiseñor mayor le habló así:
“Hermano mío a quien he acompañado por muchos años y a quien
de cerca he vigilado día tras día, os digo, que en todo ese tiempo en
el cual os he acompañado, me he sentido complacido por atender
mi llamado al nuevo día, cada mañana y de veros trabajar silencio-
samente, escuchando únicamente mi trinar. Hoy mi trinar se queda-
rá por siempre en vuestro corazón, pues, no volveré al cerezo a
cantar sino que lo haré en vuestro corazón”.
Después de estas palabras escuchadas por el hermano, se despertó y
asombrado vio que el ruiseñor no había ido al cerezo esa mañana.
Amados hermanos míos, este bello relato os debe llevar a que
descubrais y escucheis la voz interior que os habla permanentemente.
Que permitais en el silencio, al igual que el personaje del relato, escuchar
el canto del ruiseñor, que desde el cerezo de vuestra mente os ha estado
cantando, para que le permitais entrar y cantar desde dentro.
Amados míos, hoy os exhorto a que abrais vuestro corazón a la luz de
Dios y pueda cantar su amor a todas las criaturas; a que escucheis la voz
de Dios, cada día del nuevo amanecer y podais saber vuestra participa-
ción en el plan divino hoy; a que busqueis el silencio, pues, únicamente
allí podeis escuchar la voz de Dios, para que como el ruiseñor del relato,
Dios se sienta complacido por que habeis escuchado su voz y atendais
su llamado.

320
L IBRO V

Hermanos míos, aceptad hoy en vuestro corazón la Presencia Divina


e invítala a que entre y se quede para siempre cantando melodías de
amor dentro de vosotros y así, amados míos, habeis reconocido la uni-
dad espiritual con todos los seres. Hermanos, despertad vuestras
consciencias a esta sencilla verdad, pues, vuestro Padre Celestial, al igual
que el ruiseñor siempre ha estado a vuestro lado vigilándoos, protegiéndoos
y asistiéndoos y siempre os ha estado llamando en el silencio para que
compartais en Él toda existencia.
Hoy amados, es mi deseo sincero que acepteis de corazón esta ense-
ñanza y la lleveis a la práctica cada día. Dejad que el Dios amor cante en
vuestro corazón.

321
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Remembranzas
Amados hermanos, todos en este día vamos a ofrecer al Dios creador
nuestro cáliz de amor y entonemos desde nuestros corazones, los más
dulces cantos para ensalzar a Dios en su creación.
Hoy es el día de las remembranzas, por ello, vais a recordad algunos
episodios de vuestra vida en sus diferentes etapas de experiencias, hoy
traeréis a vuestra memoria aquellos recuerdos de infancia que os hicie-
ron felices y que aún cuentas a quienes os rodean, la dicha que experi-
mentasteis en esos momentos, y todo aquello que sentisteis que llenó vuestro
mundo de alegría y felicidad. También vais a recordar aquella experien-
cia en el colegio, cuando vuestros superiores alguna vez reconocieron
vuestros esfuerzos y os sentisteis halagados y contentos frente a vuestros
compañeros de clase. Y ahora vais a recordad, cuando entrasteis a la
juventud, aquellas experiencias que aún están grabados en vuestras me-
morias por el impacto feliz que recibisteis de ellas, y así, amados míos,
podriais traer a vuestra memoria muchísimos recuerdos que han alegra-
do vuestra existencia y que os han hecho muy feliz.
Hoy hermanos, he deseado que penseis que vuestro padre celestial
que os ha dado la vida y os ha creado con su amor y jamás ha querido
para sus hijos sufrimiento y dolor, por eso con esas remembranzas que
habeis hecho de vuestras experiencias que han traído dicha y felicidad a
vuestras vidas han sido señales muy tangibles y concretas del deseo de
vuestro Padre Celestial, que seais felices y que lo seais siempre.
Por esto amados míos, hoy deseo que reflexioneis acerca de aquellas
experiencias que trajeron a vuestra vida alegría y felicidad y penseis ¿qué
fue aquello que verdaderamente motivó ese estado de alegría y felicidad
en esos momentos? ¿De dónde procedió ese sentir alegre y feliz? Después
de estos sencillos interrogantes os pregunto ¿podeis nuevamente traer a
vuestro mundo la alegría y la felicidad en todas las experiencias de vues-
tra vida?
Si de vuestros corazones provienen la alegría y la felicidad ¿será posi-
ble que en este manantial de luz se dé únicamente en determinadas expe-
riencias y otras no?

322
L IBRO V

Hermanos, buscad en vuestros corazones y hallareis la luz de la ver-


dad que os llevará al discernimiento puro y cuando comprendais aflorará
la alegría y la felicidad en vuestras vidas y será entonces, cuando llegueis
a entender el amor de vuestro Padre Celestial y su eterno deseo de felici-
dad para sus hijos.
Por lo tanto, amados míos, os exhorto a que dejeis atrás el dolor y el
sufrimiento y seais alegres y felices como es el deseo de vuestro Padre
Madre; que hoy vuestra vida que había sido hasta ahora de sufrimientos
y penas reciba estas sencillas verdades y abra paso a la alegría y la felici-
dad que mora en vuestros corazones.

323
La paz sea con vosotros

E
n estos días de reflexión y meditación a lo largo de las plá-
ticas recibidas, os doy mi saludo de paz y deseo que estas
sencillas palabras lleguen a vuestros corazones, como han lle-
gado las sencillas verdades que mis hermanos ascendidos, han dado a
vuestras mentes y corazones de quienes han seguido abiertamente las
lecturas y prácticas diarias de cada plática.
Amados míos, me he reservado este espacio en este pequeño com-
pendio de verdades, para deciros que como vuestro hermano mayor que
SOY de ustedes deseo que os apresureis a tomar las riendas de vuestras
vidas, pues, ha llegado la hora del cambio, del cambio no solamente de
vuestro planeta, o lo que llamais el final de los tiempos, sino también el
cambio en cada corazón, pues, es la hora de decidir si deseais seguir
adelante para lograr la cruz de la victoria o quedaros en mitad del cami-
no cansados y sedientos.
Hermanos míos, ha llegado la hora del despertar espiritual, abrid los
ojos del alma y ved con ojos nuevos la realidad de vuestro ser; que
hoy, amados míos, caiga el velo que ha nublado vuestra visión interior y
os ha llevado a la confusión, a la incertidumbre, a la duda y hasta a la
incredulidad.
¡Despertad!, hoy deseo hablaros del Reino de los Cielos, el cual en mi
última encarnación os hablé tanto de ello y si bien pudisteis comprender,
el Reino de los cielos es un estado de consciencia donde el ser debe lle-
gar; es el estado de perfección, pues, si analizais las comparaciones que
se hacían con el Reino de los cielos todas concluían en perfección, es
decir, en todo aquello que llevará al ser a realizar comportamientos bue-
nos, sanos, justos y de amor.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Por consiguiente, amados míos, no busqueis el Reino de los Cielos


como un lugar fuera de la atmósfera de vuestro planeta, sino buscadlo en
vuestras conciencias, esa búsqueda que únicamente lograreis limpiando
vuestro corazón de toda negatividad a lo bueno, santo y justo. Que sólo lo
lograreis limpiando vuestra mente de todo aquello que conlleve turbulen-
cia, miedo y desamor; cuando dije en aquel tiempo a mis amados discí-
pulos: “No pudisteis orar conmigo ni siquiera una hora”, me refería a
que en tan corto tiempo no pudiereis elevar vuestra mente y estar conec-
tado con el Padre Nuestro que está en las consciencias de vuestro ser;
que en tan corto tiempo, no podais concentraros y poner vuestra aten-
ción en las cosas de Mi Padre que es vuestro Padre; y cuando os dije
“Velad y vigilad...” me refería a esto, a que esteis despiertos en espíritu a
que no sigais en la somnolencia del espíritu, a que esteis vigilantes para
que podais evitar cualquier ladrón que quiera robaros vuestra riqueza
espiritual. Veis, amados míos, como hoy al igual que aquel tiempo, aún
permaneceis dormidos y alejados de Nuestro Padre, porque en verdad os
digo, que estais alejados de Nuestro Padre, porque no permaneceis en
guardia y durante el día por lo menos, cada hora, lo penseis y le deis las
gracias por la faena que estais realizando. Por eso, amados míos, os digo
nuevamente velad y vigilad vuestras mente, de tal manera que vuestros
pensamientos sean puros y cada hora recordeis a vuestro Padre celestial
que está en cada uno de vuestros pensamientos.
Cuando os dije el Reino de los Cielos está cerca, me refería a que a
través de mi experiencia de vida, muchos despertarían a una nueva con-
ciencia, como así sucedió con mis discípulos y seguidores que después
de mi muerte y luego después de mi resurrección creyeron y tuvieron un
cambio interno tan sincero y profundo que lograron, también al igual que
YO la ascensión.
Por ello amados míos, en verdad os digo que hoy el Reino de los
Cielos lo teneis más cerca de lo que imaginais y por esto os invito a que
desperteis y entreis a compartir con vuestros hermanos mayores el Reino
de Dios.

328
LIBRO VI

YO SOY la resurrección y la vida


En aquel tiempo, durante mi experiencia en vuestro globo, ciertamen-
te que tuve dificultades para el logro de mi victoria, pero, con la ayuda del
Gran Maestro Divino pude vencer los obstáculos que en aquella época
aparecían en mi camino, tratando de perturbar mi misión mesiánica.
Igualmente, amados míos, hoy nosotros los maestros ascendidos que
hemos hollado el camino hacia la libertad, deseamos serviros y asistiros
para que también vosotros logreis el estado ascendido, permitidnos
ayudaros para que caminéis el sendero que ya nosotros recorrimos y
llegueis al logro victorioso.
Cuando os dije YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA, en verdad que
este impulso emanado de mi Magna Presencia YO SOY, me llevó a la
comprensión de mi misión que en verdad llevaría a la humanidad, este
pequeño servidor, a resucitar a los muertos vivos de sus sueños ilusorios
atrapados y sepultados por mucho tiempo. Comprendí, amados míos,
que había sido escogido de lo alto para despertar a la humanidad de la
somnolencia espiritual que estaba viviendo en aquel tiempo, con mi pa-
labra y milagros para que creyeran y cambiaran, tomando el camino que
verdaderamente los llevara a su realización interior, a la vida eterna, a la
vida del espíritu que no es la vida del cuerpo que se corrompe, sino que
éste vive por que el Espíritu lo vivifica con su energía de vida. Cuando
comprendí que mi Poderosa Presencia YO SOY me había tomado como
su humilde instrumento, para dar a conocer esta verdad, fue entonces
cuando de mi salió esa fuerza interior y ese poder emanado de mi YO
SOY que me impulsó y me sostuvo hasta el final, pues, de no ser así, por
mi mismo no lo hubiera podido lograr. Por ello, amados míos, como uno
de vuestros hermanos mayores, os digo, que vosotros hoy teneis más
oportunidades de llegar al logro victoriosos, pues, teneis nuestra ayuda si
la pedís y la aceptais; estamos siempre dispuestos a asistiros hasta que
llegueis a haceros UNO con vuestra presencia YO SOY que es la misma
presencia YO SOY en mí.
Amados míos, debeis recordar siempre que en vosotros mora el mis-
mo poder y la misma fuerza que me llevó a la victoria final. En verdad os

329
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

digo que únicamente reconociendo este poder y esta fuerza en vuestro


interior podreis y con nuestra humilde ayuda, lograr la ascensión. Hoy
vosotros, hermanos míos, contais con muchos medios, que os facilitan el
acceso a estas verdades, aún más, la actual tecnología que teneis, aun-
que un poco rudimentario y los pocos avances científicos de que disponeis,
son de gran ayuda para vuestra resurrección y vida y llegueis al logro
victorioso.
Amados míos, en este sencillo decreto YO SOY LA RESURRECCIÓN Y
LA VIDA, se encierra una gran verdad que deseo reflexioneis y mediteis,
como también os invito a que lo repitais cuantas veces lo deseeis, para
que vayais abriendo cada vez un poco más vuestras conciencias y asimileis
esta pequeña verdad, pero, de gran envergadura.

330
LIBRO VI

YO SOY la luz del mundo


La luz que veis en vuestro interior cuando enfocais vuestra atención
en el ser que brilla resplandecientemente en vuestro corazón, es la luz que
brilla y resplandece en vuestro mundo, en verdad os digo, que cada uno
de vosotros sois la luz del mundo, no solamente sois la luz de vuestros
propios mundos sino también del mundo de todos, pues, vuestra luz es la
luz de vuestro hermano, al que debeis amar como a vosotros mismos.
Recordad cuando en aquel tiempo os di un nuevo mandamiento que “os
ameis unos a otros como YO os he amado” con este mandamiento os
quise decir que sois cada uno de vosotros la luz amor del otro, que al
amaros vosotros mismos estais amando a vuestros hermanos, pues, en
verdad que sois también parte de mí, pues, cuando os dije: “... como yo
os he amado” me refería a la luz amor que resplandece en mi que es la
misma que resplandece en vosotros, así como YO los he amado, me he
amado al mismo tiempo. Por esto, hermanos míos, cuando os dije YO
SOY LA LUZ DEL MUNDO, era mi poderosa presencia la que hablaba y no
era yo por mi propia cuenta, que es la misma Presencia que mora en
cada uno de vosotros.
Por lo tanto amados míos, YO SOY LA LUZ DEL MUNDO en vosotros,
quien resplandecerá vuestra consciencia haciendo resplandecer también
la de vuestros hermanos. En verdad os digo, que sois la luz del mundo
como embajadores que sois del Reino de la luz. No penseis amados míos,
que éste es un privilegio especial de determinados seres, no hermanos
míos, esto es un privilegio divino que poseen todos los hijos del Padre
Celestial, pues el no estableció diferencias ni distingos al legar en sus
hijos sus atributos divinos. Por esta razón, todos unidos en la luz del amor,
debemos ayudarnos mutuamente para que llegueis a la casa del padre.
Tomad esto que os digo muy en serio, pues, ésta es la verdad, por lo tanto
amados míos, amaos los unos a los otros para que vuestro retorno se
aligere a la unión eterna con vuestro Padre amor.
En verdad os digo que si amais a todos mis pequeños a mi me estais
amando, pues, moro en cada uno de mis hijos.

331
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

YO SOY la puerta abierta que ningún hombre


puede cerrar
Amados míos, como bien sabeis toda puerta conduce a la entrada de
un determinado lugar y YO SOY ES LA PUERTA que os conduce al Reino
de los Cielos, a ese estado de consciencia pura y perfecta que os permite
entrar a vuestro mundo real. Y en verdad os digo, que ningún hombre
podrá cerrar esa puerta, pues, vosotros y nadie más, sino cada uno de
vosotros, sois la puerta abierta, y os digo que no podrá cerrarse, pues, es
eterna su apertura que va de despertar en despertar consciencias, hasta
que llegueis a vuestro reino interior.
Amados míos, cuando se os digo YO SOY LA PUERTA ABIERTA QUE
NINGÚN HOMBRE PUEDE CERRAR, era eso a que me refería, a las con-
ciencias que permanecen abiertas al cambio en cada aprendizaje vivido;
a las consciencias por donde permanentemente estais entrando a nuevos
niveles y estadios que os van perfeccionando cada vez más; veis enton-
ces, amados míos, ¿cómo es imposible cerrar esa puerta y cómo tampo-
co ningún hombre puede cerrar? Pues, como os dije, cada uno de voso-
tros sois puertas abiertas que ningún hombre puede cerrar.
En aquel tiempo se creyó que yo hablaba por mi propia cuenta y por
ello fui incomprendido, amenazado y perseguido, aunque muchas veces
dije que era Mi Padre quien hablaba a través de Mí, sin embargo, no
entendían mis palabras, hoy, en estas sencillas páginas deseo que
comprendais el sentido de aquellas palabras que en ese momento crea-
ron confusión y conflictos en quienes me escucharon, hoy, amados míos,
deseo que comprendais que todos vosotros estais obligados por ley cós-
mica a ser puertas abiertas al cambio interior escalando peldaño por
peldaño la escalera de la pureza y de la perfección que cada día subís a
través de las actividades que realizais que os va dejando una nueva ense-
ñanza que de no asimilarla tendreis que repetir hasta que aprendais y
poder así ir ascendiendo en el camino de la perfección. Por eso os digo
que sois puertas abiertas, deseo con todo mi amor, hermanos míos, que
penseis en esto que os estoy diciendo y tomeis consciencia de esta ver-

332
LIBRO VI

dad que momento a momento se revela en vuestra vida, pero, que vues-
tra inconsciencia no permite ver.
Despertad amados míos, y venid conmigo que os estoy esperando
con los brazos abiertos, venid a Mí ¡oh! ¡puertas abiertas! para que sintais
cuanto os amo.

333
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

YO SOY el camino, la verdad y la vida


Amados míos en esta reflexión, en el día de hoy deseo que la considereis
muy atentos y con el buen uso del discernimiento, pues, si ya sabeis bien
el nombre de Dios YO SOY, debeis entender que es a ÉL a quien en aquel
tiempo me referí, por lo tanto, ¿quién sino, el Dios Padre es el camino,
quién sino él Dios Padre es la verdad y quién sino el Dios Padre es la
vida?
Amados míos, el camino os ha sido trazado desde vuestra creación
por vuestro creador, el Padre de Amor, os ha trazado el camino del amor
para que le recorrais sin tropiezos, mas, sin embargo, sois vosotros quie-
nes con vuestro albedrío os tropezais y caeis y muchas veces no os
levantais de vuestras caídas y permitís permanecer en ellas agotando una
existencia la cual os ha llevado a un letargo espiritual y lerdos en el avan-
ce del camino del amor. Hermanos míos, no tropeceis más y para ello,
buscad al Espíritu Consolador para que os guíe y así eviteis caeros de
nuevo. Tomados de las manos de la luz Eterna no temereis caeros y podreis
avanzar con más rapidez en el camino del amor.
Y esto amados míos, también os conducirá a la verdad de vuestro
ser; a la verdad de quién sois y a la verdad del mundo a que perteneceis,
pues, os habeis atrapado en un mundo ilusorio, donde todo es fugaz y
aún así no os dais cuenta de ello, porque os hallais enceguecidos con las
ilusiones que el mundo material os ofrece, lo cual como una barrera os
separa de vuestra realidad.
También amados míos, YO SOY es la VIDA, la vida que late en todo
cuanto existe, la vida que vibra en vuestros seres y en todo cuanto os
rodea, por lo tanto, vosotros sois la vida en pequeñas gotas emanados de
la gran fuente de la vida YO SOY.
Cuando en aquel tiempo os dije: “El que cree en mí tendrá vida eter-
na”, era a esto a lo que me refería, a esta sencilla y gran verdad, YO SOY
es la vida y ésta como atributo divino del padre creador, también es eter-
na, la vida que se os ha dado es eterna, como eterno es vuestro creador.
Amados míos, pensad detenidamente esta verdad que se os ha revelado

334
LIBRO VI

de tiempo atrás y no permitais que la oscuridad espiritual os lleve por


caminos equivocados, que puedan traer a vuestra alma angustias y te-
mores infundados.
Hermanos míos, en verdad os digo que YO SOY ES EL CAMINO, LA
VERDAD Y LA VIDA.

335
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Toma tu cruz y sígueme


Amados míos, en aquel tiempo cuando se os dijo: “Toma tu cruz y
sígueme” no me refería a que tomarais una cruz de madera y la cargarais
sobre vuestros hombros, a lo que me refería era todo aquello que implica
para vosotros una carga o aquello que os pareciera difícil de hacer, es
decir, me refería a que tomarais la pesada cruz del perdón, porque en
verdad os digo, cuán difícil es perdonar a quienes os han causado daño
o a quienes considerais que son vuestros enemigos; a que tomarais la
cruz del amor, que se hace cada vez más pesada cuando teneis que amar
a quienes no os aman; a que tomarais la cruz de la tolerancia que se hace
muy pesada con aquellos con quienes tratais y que no se comportan
como vosotros lo deseais; a que tomarais la pesada cruz de la paciencia
que se hace más pesada en la medida en que las cosas no llegan cuando
se esperan ni de la manera deseada; a que tomarais la pesada cruz de la
comprensión con vuestros hermanos que se os hace más pesada cuando
no entendeis por qué las cosas suceden de ésta o aquella manera; a que
tomarais la pesada cruz de la aceptación de todos los sucesos que la vida
os va presentando en cada una de sus experiencias; a que tomarais la
pesada cruz de la misericordia con aquellos hermanos que han tomado
caminos equivocados, en lugar de criticarlos y juzgarlos. A esta cruz,
amados míos, era a la que me refería, porque sólo a través de ella po-
dríais seguir al Perfecto, al Eterno, al Absoluto y al Poderoso YO SOY. Por
lo tanto, únicamente cargando esta cruz podriais vencer y ser victoriosos
en el logro del amor divino y llegar así al logro victorioso de la perfección.
Por esto, hermanos míos, os vuelvo a decir, como en aquellos tiempos
“Toma tu cruz y sígueme” que atrás de esa negación que hagais de cada
uno de vosotros, hallareis la felicidad eterna.
Amados hermanos, ésta es mi humilde invitación en el día de hoy,
que tomeis la cruz que os llevará de logro victorioso.

336
LIBRO VI

No es lo que entra por la boca lo que contamina


sino lo que sale, pues, del corazón procede
En verdad os digo, que aquello que consumís por vuestras bocas si
son alimentos vivos, estais dando vida a vuestro cuerpo, pero, si lo que
consumís son alimentos muertos, estareis dando enfermedad y muerte a
vuestro cuerpo, simplemente eso es lo que sucede con todo aquello que
lleveis a vuestras bocas, mas, no sucede así con lo que sale por ellas
porque todo cuanto hableis nace de vuestros corazones, lo que implica
que todo aquello que esté despojado del amor dañará vuestro mundo, ya
que herirá no solamente a vuestros familiares, a vuestros amigos o quie-
nes por una u otra circunstancia os rodean sino también dañais el lugar
donde os encontrais, vuestro entorno, vuestro mundo y también a vuestro
globo. Porque en verdad os digo, que lo que sale por la boca toca la parte
espiritual del ser, lo cual no sucede con aquello que entra en ella. Con
aquello que profiráis, podeis contaminar a los corazones de quienes os
rodean, con odios, rencores, resentimientos y crear en ellos confusión y
conflictos internos y es allí donde la contaminación abarca más allá de lo
que pensais, pues, se extiende por todo el ambiente afectando toda la
creación.
Por esto, amados míos, os recuerdo todo cuanto de vuestras bocas
sale es como una espada de doble filo, que puede dañar a vuestro con-
trincante y a vosotros al mismo tiempo. Por eso, hermanos míos, se os ha
dicho que la lengua es el arma más poderosa, pues, con ella podeis
edificar o podeis destruir, ¿cuántas veces amados míos habeis destruido
esperanzas en vuestros hermanos? ¿Cuántas veces habeis destruido la
inocencia, el amor, la paz, la armonía en vuestros hermanos? Por eso
hoy, mis amados, deseo en verdad que os hagais el firme propósito de
estar alerta con vuestros sentimientos, para que cuando os expreseis no
contamineis ningún corazón. Que si vuestros sentimientos permanecen
armoniosos y amorosos así serán vuestras palabras y eso será lo que
dareis a vuestros hermanos y a toda la creación y con ellos a vosotros
mismos.

337
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Que desde hoy amados míos, cambieis aquellas palabras sarcásticas


e hirientes, por palabras de comprensión y compasión y de esta manera
ayudareis a vuestros hermanos y a vuestro globo.
De cierto os digo, que aquello que entra por la boca llega al cuerpo y
lo que sale llega al alma.

338
339
M
is amados hermanos en la luz, os traigo en este día un
ramillete de flores que he fabricado para vosotros y para
que las guardeis en vuestros corazones y las coloqueis
en el altar de vuestra poderosa presencia YO SOY.
Es muy placentero para mí tener estudiantes consagrados como vo-
sotros, pues, el haber llegado a esta parte de la lectura y práctica reflexiva
de estas bellas páginas, me han señalado vuestra dedicación y atención
a estas sencillas enseñanzas que han fortalecido vuestra vida espiritual.
En mis anteriores enseñanzas, os he dado una serie de decretos para
que en cada situación determinada las useis y así os podais dar cuenta
del Poder que teneis dentro de vosotros y de esta manera lo pongais a
actuar cuando lo necesiteis. Pero, es importante que los estudieis, los
aprendais y así, de este modo los podais aplicar en vuestra vida; aquellos
que los han comprobado habrán visto los poderosos resultados.
Mis humildes orientaciones y asistencia siempre se han enfocado a
llevaros una pequeña luz en vuestra vida, para que creais realmente lo
que sois y creais que también vosotros podeis lograr la ascensión, como
innumerables seres lo han hecho y en la Tierra no han tenido conoci-
miento de ello. Siempre, amados míos, os he dado las herramientas para
que trabajeis en los asuntos espirituales y logreis los ascensos poco a
poco, de acuerdo a vuestro propio ritmo, hasta que llegueis a la ascen-
sión. Se han escrito muchos libros donde la guía y la orientación al res-
pecto ha sido abundante.
Vosotros, amados míos, que estais aún en las octavas no ascendidas,
teneis como mayor preocupación, el dinero, mas, personalmente os he
dado decretos para que lo traigais a la manifestación, únicamente debeis
practicar con ritmo constante.
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Los decretos que os he dado son palabras de gran poder que debeis
utilizar con frecuencia en forma repetitiva comprendiendo cada una de
ellas, hasta traerlas a la manifestación. Voy a daros unos nuevos decretos
para que los afirmeis con ritmo constante y de esta manera os convenzais,
primero, que teneis el poder de precipitar lo que deseeis y segundo, si
escaseais es resultado de vuestro propio poder.

Decretos
En esta soleada mañana con el Sol de mi luz os envuelvo y os digo
que YO SOY EN VOSOTROS COMO VOSOTROS SOIS EN MÍ.
Deseo, amados estudiantes de la luz, que memoricéis estos sencillos
decretos que darán a vuestra vida el verdadero sentido de ella.
– YO SOY LA LUZ ILUMINADA ACTUANDO SIEMPRE EN TODO.
– YO SOY EL SILENCIO PRESENTE LLEVANDO MI VOZ VIBRANTE EN
TODO.

– YO SOY EL SOL RADIANTE QUE OS ALUMBRA SIEMPRE Y OS DA SU


LUZ.

– YO SOY EL PENSAMIENTO PURO EN CADA MENTE.


– YO SOY, YO SOY, YO SOY EL QUE VIVE Y ACTÚA EN TODAS VUES-
TRAS ACCIONES.

– YO SOY EL ÍNTIMO QUE PERMANECE EN VOSOTROS ETERNAMENTE.


– YO SOY LA LUZ ETERNA QUE ABARCA TODO CUANTO EXISTE.
– YO SOY LA SENDA TRAZADA POR DONDE OS DESPLAZAIS Y TODO
CUANTO EXISTE.

– YO SOY LA FUERZA INVENCIBLE ESPERANDO SER INVOCADA A LA


ACCIÓN.

– YO SOY EL CORAZÓN UNIVERSAL PRESENTE SIEMPRE.


– YO SOY TODO CUANTO EXISTE EN ESTE HERMANO.

342
L IBRO VII

– YO SOY LA VIDA ETERNA EXPANDIENDOSE EN LA EXISTENCIA.


– YO SOY EL SENSITIVO QUE PERCIBE TODO Y ACTÚA EN TODO.
– YO SOY EL DESEO EN TI EMANADO DE MI AMOR.
– YO SOY EL RESPLANDOR NACIENTE EN CADA DÍA QUE BAÑA VUES-
TRO SER.

– YO SOY LA ABUNDANCIA INFINITA PRESENTE EN TODO LUGAR.


– YO SOY LA MENTE PODEROSA ACTUANDO PERMANENTEMENTE.
– YO SOY LA ILUMINACIÓN CREADORA EN ESTE HERMANO.
– YO SOY LA LUZ QUE TODO LO PENETRA.
– YO SOY LA ENERGÍA PURA Y PERFECTA QUE ACTÚA EN ESTE SER.
– YO SOY LA VIDA PERMANENTE FLUYENDO EN TODA EXISTENCIA.
– YO SOY EL SENTIR EN CADA CORAZÓN.
– YO SOY LA PAZ EN CADA MENTE Y EN CADA CORAZÓN QUE HABITA
EN EL PLANETA TIERRA.

– YO SOY LA LUZ QUE EMANAN VUESTROS OJOS.


– YO SOY EL SONIDO QUE PERCIBEN VUESTROS OÍDOS.
– YO SOY LA PRESENCIA SIEMPRE PRESENTE EN TODO.
– YO SOY LA ENERGÍA EQUILIBRADA QUE OS DA LA SALUD.
– YO SOY EL CONTROL DE MI CUERPO Y DE TODA SENSACIÓN.
– YO SOY EL PODER EN TODO Y TODO LO PUEDO.
– YO SOY LA JUVENTUD SIEMPRE Y LA BELLEZA ETERNA.
– YO SOY Y ESTOY EN EL MUNDO DE ESTE SER.
– YO SOY A QUIEN LLAMAS EN LA DESOLACIÓN DE ESTE SER.
– YO SOY EL IMPULSO ACTIVO EN ESTE SER.
– YO SOY LA PRESENCIA QUE ME GUARDA DE TODO MAL Y PELIGRO.

343
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, en estos sencillos decretos hallareis la grandeza de vues-


tro ser y lograreis poner en acción todo el poder de Dios que teneis por
derecho de consciencia.
Hoy amados estudiantes de la luz, habeis iniciado un nuevo ciclo de
luz para vuestras consciencias, si aplicais con severidad las enseñanzas
que se os han dado, pues, todo cuanto este humilde y amoroso servidor
os da es con el deseo de que progreseis rápidamente en vuestra vida
espiritual, ya que si seguís el camino que se ha hollado, será más fácil
para vosotros llegar al estado ascendido.
Amados míos, ya se ha hablado a través de muchos escritos acerca
de estas verdades del YO SOY, pero, os digo que nunca será suficiente
para que podais entender la inmensidad y grandeza que ésta contiene y
el significado que encierra; os invito a que mediteis en ello cada día y en
la medida en que vuestro corazón vaya despertando en el Divino Amor,
ireis poco a poco entrando en la comprensión del YO SOY. Por consi-
guiente, el primer paso que debeis dar es abrir vuestro corazón al amor
divino, para que más adelante, llegueis a la comprensión de este sagrado
nombre.
Hoy os insto a que practiqueis en forma silenciosa los decretos da-
dos, que en la manera que lo hagais se os irán dando las pautas de com-
prensión y aplicación en la situación respectiva. Por esto, amados estu-
diantes deseo que comenceis aquí y ahora, pues, es el momento que
realmente existe y que debeis emplear para vuestro divino aprendizaje.
Este humilde y amoroso servidor en su abrazo fraterno os manifiesta su
deseo sincero. YO SOY CON USTEDES SIEMPRE.

344
L IBRO VII

El poder precipitador
En este día primaveral os saludo y me inclino ante vuestra luz. Her-
manos, cuando deseeis podeis traer a vuestra memoria uno de los decre-
tos que os he dado, aplicadlo a cualquier condición que os esté inquie-
tando o incomodando, para que manifieste el equilibrio y la perfección,
pues, se os ha dicho que teneis todo el poder de manifestar en el mundo
material lo que deseeis.
Ahora deseo que comprendais que este poder es ilimitado y está siem-
pre latente en vuestros corazones, de manera, que no podeis decir que no
lo vais a usar, pues éste actúa permanentemente en vuestras vidas. Lo
que estais viviendo hoy es el resultado de vuestro poder en acción, es
aquello que habeis pensado y sentido trayendo a la forma vuestro deseo.
Meditad, amados míos y observad como habeis traído al mundo de
las formas cuanto os rodea y os convencereis que habeis sido vosotros
con vuestro poder interior quienes lo habeis precipitado, entonces, pen-
sad en aquellas circunstancias que os han traído malestar y molestias y,
juzgasteis que por ésta o aquella razón os aconteció y comprendereis
hoy, de dónde procedieron.
Todo esto, amados hermanos, os debe llevar a la reflexión y comenceis
a invertir vuestro sistema de pensamiento y sentimientos y de esta mane-
ra podais precipitar un mundo de amor y paz. En cada momento de
vuestra vida, estais poniendo en acción este gran poder precipitador que
está en cada latido de vuestros corazones. Por lo tanto, estad alerta para
que este poder lo utiliceis bien, para vosotros como para con vuestros
hermanos en espíritu.
Observad por unos momentos todo cuanto os rodea y reconoced que
esto es lo que habeis precipitado. Con esto os digo que no culpeis nadie
de cuanto os acontece y sucede, pues, el poder precipitador está dentro
de cada uno de vosotros. Que hoy, amados hermanos, mediteis esta sen-
cilla verdad, pero, que al mismo tiempo debeis prestar vuestra vigilante
atención y podais llevar a vuestro mundo todo lo bueno que el Padre
Creador desea para vosotros. No continueis precipitando más limitacio-
nes con vuestro cuerpo mental, comenzad el cambio ahora.

345
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

El precipitar y traer al mundo de las formas es un atributo divino que


se os ha concedido por vuestro propio origen, tened esto muy presente,
por consiguiente, tomad esta verdad en vuestras conciencias y actuad
con vuestro verdadero ser, pues, ya se os ha dicho que no sois el cuerpo
material que os reviste y por lo tanto, no debeis identificaros con él.
De esta manera, amados hermanos, comenzad a tomar consciencia
de este atributo a vuestra disposición y usadlo con perfección.

346
L IBRO VII

El poder transmutador mora en vosotros


Amados estudiantes de la luz os doy en este bello día mi amor eterno
y mi luz os envuelve. Como decía en la plática anterior, el Poder de Dios
Todopoderoso actúa en vosotros permanentemente y vosotros sois los
ejecutadores de este poder. Hoy os vais a centrar en el poder de transmu-
tación, que disponeis al igual que el poder que en aquel tiempo el Gran
Maestro de Maestros manifestó en presencia de todos, en las renombra-
das bodas de Canán, cuando transmutó el agua en vino, que según los
textos sagrados fue uno de los primeros “milagros” que realizó, y deseo
que comprendais, que también vosotros teneis ese poder transmutador
como herencia de vuestro origen divino. Podeis disponer libremente de
este poder, únicamente aceptándolo y reconociendo vuestra procedencia
divina y de esta manera pondriais en ejecución este poder. Si llegais a
asimilar esta sencilla verdad, gran parte de vuestras preocupaciones des-
aparecerán, ya que vuestra mente objetiva se convencería de vuestro
poder y la comunicaría inmediatamente a vuestra mente subjetiva y
automáticamente se manifestaría el milagro con sólo desearlo.
Veis hermanos míos, ¿cómo se manifiesta la grandeza del Padre Crea-
dor en sus criaturas, hijos únicos del Dios Padre Madre? Pues, por genética
divina llevais en vuestro ser la esencia pura y perfecta con que el Padre
Celestial, el Eterno y el Todopoderoso os creó. Ésta es la alquimia divina
que obra en vosotros cuando poneis en marcha este poder de la transmu-
tación, entonces, podeis por vosotros mismos liberaros de todas las limi-
taciones que vuestra mente objetiva ha creado y vosotros aceptais, como
la fábula aquella del águila que se crió con las gallinas y se convenció que
era también una gallina, de igual manera os ha sucedido a vosotros,
cuando habeis aceptado las limitaciones de vuestra mente, hoy deseo,
que sacudais vuestras alas de águila y comenceis vuestro vuelo por enci-
ma de las limitaciones e inicieis el vuelo hacia la libertad, pues, sabiendo
que todo lo podeis, las limitaciones dejarán de ser y con ellas todo pesar,
preocupaciones y sufrimientos.
Comenzad desde ahora, a poner en acción vuestro poder transmutador
en vuestras vidas, para que transmuteis toda situación inarmónica y que

347
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

esté impidiendo vuestra paz y felicidad en vuestro mundo y soltad poco a


poco tantas limitaciones que habeis aceptado y donde os encontrais
atrapados.
Estais en un planeta de trabajo, comenzad vuestro trabajo con voso-
tros mismos, excavando en vuestro interior hasta que encontreis el gran
tesoro poderoso, tapado por capas y capas de olvido, por mucho tiempo
donde ha permanecido oculto a vuestra mente superior, como una mura-
lla impidiendo lo que pertenece a ese lugar. Derribad esa muralla de olvi-
do y reconócete tal como eres. ¡Sed libres!

348
L IBRO VII

El poder liberador
En mi luz y mi amor os envuelvo, hermanos, a través de estas sencillas
pláticas que los maestros ascendidos os han dado en estas páginas, habeis
recordado la Presencia de Dios Trino en vosotros, la presencia de la trini-
dad Padre, Hijo y Espíritu Santo en vuestros corazones representados en
el fuego sagrado de la llama tripartita simbolizando el amor, la luz y el
poder que mora en vosotros.
En estas pláticas me he dedicado a explicaros con profunda humil-
dad, la Presencia Poderosa que poneis a actuar incesantemente en vues-
tras vidas con vuestro Poder interior, que es el verdadero Poder, Eterno,
Poderoso e invencible.
Hoy quiero hablaros de vuestro poder liberador que yace y actúa
cuando decidís ponerlo en acción. Este poder liberador lo empleais con
el simple hecho de tener conocimiento de la llama violeta, porque por
medio de la llama violeta podeis liberar toda situación o toda acción
humana inarmónica en vuestro mundo. Con esto os digo, que con el uso
frecuente de la llama violeta podeis prestar un valioso servicio a la huma-
nidad liberándola de toda atadura.
Amados hermanos estudiantes de la luz, hoy deseo que aprendais a
usar la llama violeta, pues, aún son pocos quienes conocen y usan esta
alquimia divina. Se os han dado muchos decretos para poner en acción
la llama violeta y de esta manera libereis energías a vuestro paso, mas,
sin embargo, hoy os doy uno más para que lo utiliceis en la liberación de
energías que están perturbando vuestra paz o la de vuestros hermanos
“YO SOY LA PODEROSA Y LIBERADORA LLAMA VIOLETA QUE LIBERA A
ESTE SER O CONDICIÓN DE ESTA SITUACIÓN”.

De esta manera, amados míos, prestais un servicio de liberación a


vuestros hermanos y experimentareis en vuestros corazones la alegría de
servir. Podeis también aplicar este decreto a sucesos que se os dé a cono-
cer, por los medios de comunicación que estén perturbando a personas,
lugar o condición ya sea individual o colectiva.

349
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Amados míos, ¡Qué alegría! Es liberar energías por el mundo con


vuestro poder liberador puesto en marcha con vuestros hermanos, aque-
llos que han olvidado que ellos también lo poseen.
Hoy deseo, de todo corazón que os unais a las filas de liberadores de
energías, con el uso constante de la llama violeta.
Todo aquello que perturbe la paz y la armonía está suplicando ser
liberado, recordadlo.

350
L IBRO VII

El poder de la invocación
YO SOY, YO SOY, YO SOY, quien os impulsa a la invocación. Amados
hermanos estudiantes de la luz, me inclino ante vuestra poderosa presen-
cia YO SOY y con profunda humildad os hablaré del poder de invocación
que teneis en vuestros corazones. Algunas veces en vuestras oraciones y
plegarias invocais al Dios Padre Madre o algún ser de luz de quien seais
devotos y le implorais que os conceda éste o aquel favor que en ese mo-
mento esteis necesitando y observais al poco tiempo el “milagro” realiza-
do y dais gracias a este ser de luz por la gracia que os concedió.
Esto lo habeis experimentado en muchas ocasiones a lo largo de vuestra
vida. Hoy, amados míos, deseo daros una nueva luz a vuestras conscien-
cias acerca del uso del poder de la invocación. Generalmente, cuando
invocais la ayuda o la asistencia de algún ser de luz, vuestro corazón está
lleno de fe y de esperanza que lo que necesitais os será concedido, esa
energía divina que en esos momentos estais sintiendo, acompañada de
la invocación, trae a la manifestación lo que habeis perdido. Por esta
razón es de suma importancia que practiqueis la invocación con ritmo
constante, que unida a vuestro deseo se precipitará en el mundo de las
formas.
La invocación hecha conscientemente es de gran poder y ese poder
que os pertenece a cada uno de vosotros lo estais utilizando sin daros
cuenta, pues, en muchas oportunidades haceis invocaciones, que ya no
son plegarias, sino tal vez llevados por la ira, traen a vuestras vidas des-
equilibrio y descalabros. Estad alerta, estudiante de la luz, en las
invocaciones que haceis, pues, debeis recordar que también es un poder
del que el Padre Creador os ha dado como herencia divina.
Cuando invocais en el nombre de vuestra Poderosa Presencia YO
SOY, estais poniendo en acción este gran poder, de esto no os debe que-
dar la menor duda, por esto, amados míos, deseo que toda invocación
que hagais, sea con la convicción que sois vosotros mismos quienes es-
tais poniendo en movimiento el poder de invocación, por ello, hoy os
invito a que toda invocación sea hecha con sumo cuidado y consciente

351
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

de lo que se está invocando, ya que este poder actúa en la dirección que


lo useis.
Invocad bien y vuestro poder os traerá bienestar o también os traerá
lo contrario. Como todos los atributos divinos, el poder de la invocación
es espada de doble filo; pedid, por consiguiente, la luz para que podais
manejar acertadamente estas dádivas divinas que el Padre Creador os
ha dado.
INVOCO LA PRESENCIA YO SOY A LA ACCIÓN.

352
L IBRO VII

Plegaria de apertura a la luz

Padre celestial, bondadoso y misericordioso, creador de todo cuanto


existe, te damos gracias por todo cuanto nos habeis dado a lo largo de las
enseñanzas transmitidas en estos textos de divina sabiduría y con amor
filial adquirimos hoy el compromiso espiritual de seguir estrictamente estas
verdades recibidas. Desde hoy comenzaremos a escalar, este primer paso
en la escalera de la luz, tema por tema con discernimiento y compren-
sión. Hoy es la apertura que el alma hace a la luz, después de largo tiem-
po de oscuridad y confusión.
Padre que estás en TODO y ves perfectamente la sinceridad de cora-
zón con que os hablamos en esta plegaria. Hoy es el día del compromiso
espiritual que contraemos contigo, lo que es igual, con nosotros mismos.
Colocamos este compromiso ante tu luz y con la ayuda de los Maestros
Ascendidos podremos llegar al final, al encuentro conmigo mismo. Amén

353
MAESTROS ASCENDIDOS PLATICAN A LA H UMANIDAD I

Inicio al sendero de luz

Amados estudiantes de la luz, se ha realizado un pequeño recorrido


por senderos de luz a través de este sencillo texto y las sencillas verdades
aquí plasmadas, que es nuestro deseo que os conduzcan a la apertura del
reconocimiento de vuestro verdadero ser, por consiguiente, no conside-
ramos que éste sea el final, sino el inicio en vuestro sendero de luz.
Como se os dijo a través de la lectura reiteramos nuevamente nuestro
deseo de serviros y asistiros cuando lo deseeis, pues, esa es nuestra razón
de ser.
Esperamos que nuestras humildes enseñanzas, dadas por estos ser-
vidores de luz, sean de utilidad para vuestras almas y luz para vuestro
espíritu.
Una vez más, los irradiamos con la luz de vuestro amor y os decimos
que siempre estaremos con vosotros eternamente unidos en el amor uni-
versal que fluye permanentemente desde el corazón de Dios.

“YO SOY LA PUERTA ABIERTA. SIEMPRE A LA LUZ”

354
ÍNDICE GENERAL

Gratitud Eterna ................................................................................... 5

LIBRO I .................................................................................. 7
Primera Parte. Plegarias y Alabanzas al Padre Nuestro ................... 9
Segunda Parte. Plegarias del Hijo ................................................... 20
Plegaria de confusión y desorientación ..................................... 20
Plegaria de retorno a la casa del Padre ...................................... 21
Plegaria de glorificación por estar en la casa del Padre .............. 21
Tercera Parte. Plegarias al Espíritu Santo ........................................ 22
Gracias al Espíritu Santo ........................................................... 22
El Espíritu Santo vive en mí ...................................................... 23
Yo Soy Espíritu Divino .............................................................. 23

LIBRO II ................................................................................. 25
Introducción .................................................................................. 27
Primera Parte ................................................................................. 28
De la vida .................................................................................. 28
Segunda Parte ................................................................................ 36
Del amor ................................................................................... 36
De la verdad ............................................................................. 39
De la paz ................................................................................... 42
Del perdón ................................................................................ 45
De la castidad ............................................................................ 48
De la piedad ............................................................................. 50
Tercera Parte .................................................................................. 52
Convivencia fraterna ................................................................. 52
De la luz .................................................................................... 54

355
Despertar espiritualmente .......................................................... 56
La sabiduría .............................................................................. 57
El amor al prójimo .................................................................... 59
La oración ................................................................................. 61
La meditación ........................................................................... 63
Cuarta Parte ................................................................................... 65
De la soledad espiritual ............................................................. 65
No deseeis para vuestros hermanos lo que no deseais para
vosotros .................................................................................... 67
De la prosperidad espiritual ...................................................... 69
De la humildad ......................................................................... 72
De la felicidad ........................................................................... 74
De la devoción .......................................................................... 76
Del regocijo interior ................................................................... 78
Quinta Parte ................................................................................... 80
Práctica espiritual I .................................................................... 80
Práctica espiritual II ................................................................... 80
Práctica espiritual III .................................................................. 81
Práctica espiritual IV .................................................................. 81
La presencia del Padre Creador ................................................ 83
El cuerpo físico .......................................................................... 85
Hablar con Dios ........................................................................ 86
Sexta Parte ..................................................................................... 87
De las religiones ........................................................................ 87
Séptima Parte ................................................................................. 89
De los convenios espirituales ..................................................... 89

LIBRO III ................................................................................ 91


Primera Parte ................................................................................. 93
El hombre solitario .................................................................... 93
Segunda Parte ................................................................................ 96
El niño interior .......................................................................... 96
Tercera Parte .................................................................................. 99
El hortelano y las golondrinas ................................................... 99
La abdicación del Rey ............................................................... 101
La voz en el silencio .................................................................. 103
Cuarta Parte ................................................................................... 105
El agua ...................................................................................... 105

356
La vejez ..................................................................................... 107
La luz eterna ............................................................................. 109
La familia del bosque ................................................................ 111
Quinta Parte ................................................................................... 113
Signos y símbolos ...................................................................... 113
Sexta Parte ..................................................................................... 117
Sol radiante .............................................................................. 117
Semillas de pensamiento y sentimiento ..................................... 120
El devenir de las edades ............................................................ 122
La vida misma ........................................................................... 125
Séptima Parte ................................................................................. 128
El tren de los siete vagones ....................................................... 128
El lago y el visitante ................................................................... 131
La Madre Tierra ........................................................................ 134

LIBRO IV ................................................................................ 137


Primera Parte ................................................................................. 139
A los padres carnales ................................................................. 139
Segunda Parte ................................................................................ 144
A los hijos de la Luz ................................................................... 144
Tercera Parte .................................................................................. 148
La naturaleza y la abundancia ................................................... 148
La bella princesa ....................................................................... 150
Servicio a la humanidad ............................................................ 152
Cuarta Parte ................................................................................... 155
Por el sendero del silencio ......................................................... 155
La gratitud ................................................................................ 157
Disciplina y constancia ............................................................... 159
Libérate de las ilusiones ............................................................. 161
El mundo real ........................................................................... 163
Parálisis espiritual ....................................................................... 166
Quinta Parte ................................................................................... 168
La óptica espiritual .................................................................... 168
El rico carruaje .......................................................................... 171
El Sol galáctico .......................................................................... 174
La libertad mental ..................................................................... 177
Las ostras marinas ..................................................................... 179

357
Sexta Parte ..................................................................................... 182
La sirena y el pescador .............................................................. 182
La rosa y el anillo ...................................................................... 184
El lago y la barca ...................................................................... 186
Las clases sociales ...................................................................... 188
El crudo invierno ...................................................................... 191
El recorrido en la playa ............................................................. 194
Un lugar perdido ...................................................................... 196
Séptima Parte ................................................................................. 198
La fuente proveedora ............................................................... 198
Reliquias y antigüedades ........................................................... 200
Una historia de amor ................................................................ 203
Los maestros hablan ................................................................. 206
La luz eterna ............................................................................. 208
La estrella y el Sol ..................................................................... 210
La jornada matutina .................................................................. 212
La ardilla y la garza ................................................................... 214

LIBRO V ................................................................................. 217


Primera Parte ................................................................................. 219
Ejercicios espirituales ................................................................. 219
El Padre Celestial ...................................................................... 221
La flor multicolor ...................................................................... 223
Un paseo por tren ..................................................................... 225
El tiempo presente .................................................................... 228
La yegua briosa ......................................................................... 231
El labrador y la era ................................................................... 233
Segunda Parte ................................................................................ 236
El profeta .................................................................................. 236
El vuelo a la gran ciudad ........................................................... 239
El estanque ............................................................................... 242
El mundo luz iris ....................................................................... 244
El lugar del lejano país .............................................................. 246
El pescador de río ..................................................................... 248
Los símbolos del amor .............................................................. 250
Tercera Parte .................................................................................. 252
El servicio cósmico .................................................................... 252
La mente positiva ...................................................................... 254
Alta temperatura ....................................................................... 256
Cenizas espirituales .................................................................... 258

358
La paloma rosa ......................................................................... 260
Reflexiones acerca de la oración ............................................... 262
Los súbditos del Rey ................................................................. 265
Cuarta Parte ................................................................................... 267
El príncipe pescador .................................................................. 267
El velero .................................................................................... 269
El Paraíso .................................................................................. 271
El escritor .................................................................................. 273
La vieja casona .......................................................................... 275
La bella pradera ........................................................................ 277
El recinto y la aldea ................................................................... 279
Quinta Parte ................................................................................... 281
Macrocosmos y microcosmos .................................................... 281
La Santísima Trinidad ................................................................ 283
Los seres especiales ................................................................... 285
Un bello y tierno niño ............................................................... 287
Las moradas luz ........................................................................ 289
La familia de luz ........................................................................ 291
El rosal ...................................................................................... 293
Sexta Parte ..................................................................................... 295
La verde pradera ...................................................................... 295
La diadema ............................................................................... 297
El campo de concentración ....................................................... 300
La fe iluminada ......................................................................... 302
El sismo ..................................................................................... 304
La estancia ................................................................................ 306
El leñador y el bosque .............................................................. 308
Séptima Parte ................................................................................. 310
La ladera ................................................................................... 310
Un día en la playa ..................................................................... 312
El plantío .................................................................................. 314
Una nueva civilización ............................................................... 316
El portal y los excursionistas ...................................................... 318
El hermano y el ruiseñor ........................................................... 320
Remembranzas ......................................................................... 322

LIBRO VI ................................................................................ 325


La paz sea con vosotros ................................................................. 327
YO SOY la resurrección y la vida .................................................... 329

359
YO SOY la luz del mundo ............................................................... 331
YO SOY la puerta abierta que ningún hombre puede cerrar .......... 332
YO SOY el camino, la verdad y la vida ........................................... 334
Toma tu cruz y sígueme .................................................................. 336
No es lo que entra por la boca lo que contamina sino
lo que sale, pues, del corazón procede .......................................... 337

LIBRO VII .............................................................................. 339


Decretos ......................................................................................... 342
El poder precipitador ..................................................................... 345
El poder transmutador mora en vosotros ...................................... 347
El poder liberador .......................................................................... 349
El poder de la invocación .............................................................. 351
Plegaria de apertura a la luz ........................................................... 353
Inicio al sendero de luz ................................................................... 354

360
COLECCIÓN SOLAR

MEDICINA ALTERNATIVA
TÍTULO AUTOR
100 PLANTAS MEDICINALES WANDER
AIKIDO CURSO BÁSICO WAGNER
CIENCIA DE LA SALUD RAMACHARAKA
CURAS DE URGENCIA WANDER
EMBARAZOYNACIMIENTO LEINGTH
ENFERMEDADES DE LA MUJER CALDUCH
FALUN GONG HONGZHI
FISICOCULTURISMO MATHUSCOOK
GUARDIÁN DE LA SALUD SWARTOUTH
GUÍA PRÁCTICA DE PRIMEROS AUXILIOS CAPO
IRIS DE TUS OJOS REVELA TU SALUD LEZAETA
LASFRUTAS WANDER
LIBRO DE LAS DIETAS ATKING
LIMÓN, EL AJO Y LA CEBOLLA CAPO
MANUAL DE URINOTERAPIA ATOM INQUE
MANUALESOTÉRICO BLANCO
MASAJE ZONAL EN LOS PIES EREDE
MEDICINAS SAGRADAS BRELET
PLANTAS MEDICINALES WANDER
REIKI, SANACIÓN DEL MILENIO VELÁZQUEZ
SALUD DEL NIÑO COL. FAMILIAR
TRATADO DE MEDICINAOCULTA SAMAEL
VISIÓN DE SALUD JENSEN
YOGUI CIENCIA HINDÚ DE LA RESPIRACIÓN RAMACHARAKA
ZÁBILA GUZMÁN

ASTROLOGÍA Y MÉTODOS
DE INDAGACIÓN
TÍTULO AUTOR
ARQUEÓMETRO ALVEYDRE
ASTROLOGÍACEREMONIAL T. III FORERO
BREVARIO DETU ZODIACO INTERNO SAMAEL

361
CIENTO SETENTAHORAS CON LOS EXTRATERRESTRES VITKONOVI
CLAVE MAYOR DELREYSALOMÓN GREGOR
GALAXIA X-9 VITKONOVI
GENIALIDAD DE LA ASTROLOGÍA BLUGNER
GUÍA FÁCIL DEL FENG SHUI KOPPEL
GUÍA FÁCIL DEL FENG SHUI PARA NEGOCIOS KOPPEL
I CHING CÓMO CONSULTAR DOUGLAS
I CHING EL LIBRO DE LAS MUTACIONES WILHEM
LIBRO DELTAROT QUEROL
TAROTANGÉLICO ELYAZAY
TAROTEGIPCIO EGIPCIOS
TAROTDE LAS GALAXIAS ELYAZAY
TAROT DE LAS HADAS ELYAZAY
TAROTDE MARSELLA ANÓNIMO
TAROTDE SAINTGERMAIN SAINTGERMAIN
TAROTI CHING HOLITZKA
TAROTRIDERWAITE ANÓNIMO
PARASICOLOGÍAYPODERES EXTRASENSORIALES VLENTE
PODER DE LOS CRISTALES RIVAS
SAGA DE LOS MAHAS NUMA PERSEU
TRATADO DE QUIROLOGÍAPRÁCTICA SOLAR

AUTOAYUDA Y SUPERACIÓN
TÍTULO AUTOR
A LOS PIES DEL MAESTRO KRISHNAMURTI
ADIVINACIÓN Y TRASMISIÓN DEL PENSAMIENTO ANÓNIMO
ARTE DE LAGUERRA SUNTZU
ARTE DE SER UNO MISMO LEVI
BRUJOSHABLAN BAINES
CIENCIA DEL AMOR BAINES
CIENCIA DEL SER Y ELARTE DE VIVIR MAHARISHI
CÓMO ADQUIRIR UNA SUPER MEMORIA LORAINE
CÓMO DISCIPLINARYAUMENTAR TU MEMORIA LEONARDO
¿CÓMO ES LA MOVIDA CHUECA? BRENSON
CÓMO SUPRIMIR LAS PREOCUPACIONES CARNEGIE
DEFIENDE TUS ENERGÍAS MARDEN
EJERCICIOS PARADESARROLLAR FACULTADESEXTRASENSORIALES BENAVIDES
HOMBRE ESTELAR BAINES
ILUSIONISMO ANÓNIMO
LLAVE DE LAVIDAY EL ÉXITO TORRES
LUZ, PODER Y SABIDURÍA BENNER
MIRADA INTERNA SILO
MORAL PARAEL SIGLO XXI BAINES

362
PENSAMIENTO Y SU PODER SIVANANDA
PERFECCIONAMIENTO DE SÍ MISMO WOOD
PODER DEL PENSAMIENTO MARDEN
PODER DEL PENSAMIENTO HAMBLIN
PODER ESTÁ EN TI ADOUM
PSICOLOGÍA DE LA POSIBLE EVOLUCIÓN DEL HOMBRE OUSPENSKY
REGRESO DEL INFIERNO TRUJILLO
REINO DE LO NUESTRO BRENSON
SIEMPRE ADELANTE MARDEN
SU PASAPORTEALÉXITO CLARK
TÉCNICASEXUALADULTA BAUMER
VUELO DEL ÁGUILA KRISHNAMURTI

ESOTERISMO Y METAFÍSICA
TÍTULO AUTOR
A LOS QUE LLORAN LAMUERTE DE UN SER
QUERIDO LEADBEATER
ACLARACIÓNALADOCTRINASECRETA BLAVATSKI
AMOR Y PODER O SEXUALIDAD EN LAPAREJA CARULLA
ARPAS ETERNAS TOMO I LUQUE
ARPAS ETERNAS TOMO II LUQUE
ARPAS ETERNAS TOMO III LUQUE
ARPAS ETERNAS TOMO IV, cumbres y llanuras LUQUE
ARPAS ETERNAS TOMO V, cumbres y llanuras LUQUE
ARTE DE HACER ELAMOR ANÓNIMO
AURA HUMANA KUTHUMI
ASCENSO DEL DR. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ DÍAZ
AUTOBIOGRAFÍA DE UN YOGUI YOGANANDA
BHAGAVAD GITA APÓCRIFO
CIENCIADE LAMEDITACIÓN SARAYDARIAN
CIENCIA DEL AURA OUSELEY
CINTURÓNFOTÓNICO ARROYO
CÓMO CONVERSAR CON DIOS YOGANANDA
CONCEPTO ROSA CRUZ DEL COSMOS MAX HEINDEL
CONCIENCIA INTERNA ATKINSON
CORAZÓN DE LA CONCIENCIA DIVINA CELTIN
CORDÓN DE PLATA RAMPA
CORONAMÍSTICA VARIOS
CUARTOCAMINO ORIÓN - OM
DIOSESATÓMICOS HORUS
DISCURSOS DEL YO SOY SAINTGERMAIN
DRAMÁTICAS PROFECÍAS DE LA GRAN PIRÁMIDE BENAVIDES
ENCUENTRO CON HOMBRES NOTABLES GURDJIEFF

363
ENERGÍA CREADORA SIEGMEISTER
ESDRASRASIT MEJIA
ESTUDIOS SOBRE ALQUIMIA VOL. I SAINTGERMAIN
ESTUDIOS SOBRE ALQUIMIA VOL. II SAINTGERMAIN
EVANGELIO DEACUARIO DE JESÚS EL CRISTO LEVI
EVANGELIO DELTAO TE CHING
EVANGELIOSAPÓCRIFOS (DOSTOMOS) ANÓNIMO
FALUN GONG LI HONGZHI
GHERANDASAMHITA ANÓNIMO
GRANDES INICIADOS SCHURE
HACIA MI MÁGICA PRESENCIA SAINTGERMAIN
HOMOSEXUALIDAD Y EL KARMA YAZAY
IMITACIÓNDECRISTO KEMPIS
INCERTIDUMBRESHUMANAS SARMIENTO
INICIACIÓN ALFONSO
INICIACIONES SECRETAS DE JESÚS SCHURE
INTRODUCCIÓN A LA GNOSIS SAMAEL
KYBALIÓN TRES INICIADOS
LABORATORIO DELALMA FRÍAS
LECCIONES ACERCA DE LA VERDAD KADY
LECTURADELTABACOY LACENIZA AKSAKOW
LIBRITO AZUL DEL ARCÁNGEL MIGUEL LADY NADA
LIBRITO AZUL DEL ESPÍRITU SANTO LADY NADA
LIBRO DE CEREMONIA T. I SAINTGERMAIN
LIBRO DE CEREMONIA T. II SAINTGERMAIN
LIBRO DE HENOCH ANÓNIMO
LIBRO DE LALLAMAVIOLETA SAINTGERMAIN
LIBRO DE LOS DECRETOS DIAZ
LIBRO DE LOS SÍMBOLOS KOCH
LIBRO DE ORACIÓN SILENCIOSA FILLMORE
LIBRO DE ORO SAINTGERMAIN
LIBRO MAGNO DE SAN CIPRIANO ANÓNIMO
LIBRO SIN TÍTULO DE UN AUTOR SIN NOMBRE ADOUM
LIBROTIBETANO DE LOS MUERTOS BENNER
LIBROS DE HERMES TRISMEGISTO TRISMEGISTO
LOS 12 TRABAJOS DE HÉRCULES BAYLE
MAESTROS Y EL SENDERO LEADBEATER
MAGIA DE LA PALABRA PASCUAL
MAGIA SEXUAL PREINCAICA LEAL
MÁGICO Y MISTERIOS LENGUAJE DE LOS SUEÑOS C.D FRISCH
MANTO AMARILLO RAMPA
MARÍAROSAMÍSTICA WHITE
MATRIMONIOPERFECTO SAMAEL
MÉDICO DEL TÍBET RAMPA
MEDITACIÓN EN LALUZ SAI BABA

364
MEDITACIÓNMÉTODOYPRÁCTICA VARIOS
MEDITACIONES DIARIAS PRINTZ
MEDITACIONES METAFÍSICAS DESCARTES
MEDITACIONES PARALA ERA DE LA LUZ WHITE
METAFÍSICAPREYPOST DEL UNIVERSO HERNÁNDEZ
METAFÍSICA T. I SAINTGERMAIN
METAFÍSICA T. II SAINTGERMAIN
METAFÍSICAYARMONÍA WHITE
MI PREPARACIÓN PARAGANÍMEDES IBRAHIM
MI VIDA CON EL LAMA RAMPA
MISTERIO DEL ÍDOLO DE ORO IBRAHIM
MOISÉS, EL VIDENTE DEL SINAÍ LUQUE
MÚSICA PARAEL CUERPO, SENSOTERAPIA RAMÍREZ
NAVES DE CRISTO, LAPROFECÍA BEDOYA
NUESTRAS FUERZAS OCULTAS LEADBEATER
OCULTISMOPRÁCTICO FORTUNE
ORACIONES PODEROSAS LADY NADA
ORARÁSAL PADREASÍ ANÓNIMO
PALABRA DE DIOS SAINTGERMAIN
PARACOMPRENDER LAMUERTE LADY LAZO
PLEGARIAS DEL ARCÁNGEL MIGUEL LAZO
PODER DE LA FE EN LA ORACIÓN BARRIOS
PODER MARAVILLOSO DE LAS MANOS LADY LAZO
PRÁCTICA DE LAS LLAMAS SAINTGERMAIN
PROFECÍAS DE LOS MAYAS GALÁCTICOS GALLEGO
PROFECÍAS SOBRE EL KARMA DE LA TIERRA SAINTGERMAIN
PROFETADE LA EDAD DE HIERRO WAGNER
PSICOLOGÍA Y ALQUIMIA JUNG
REENCARNACIÓN O LA LEY DEL KARMA ATKINSON
RELATOS DE BELCEBUA SU NIETO (2 TOMOS) GURDJIEFF
RELIGIÓN PSÍQUICA DOYLE
RUNAS, ELPORTAL MÁGICO JUNCAL
SABIDURÍA DE LAS EDADES KUTHUMI
SANTACRUZ DE CARAVACA ANÓNIMO
SANTERÍA YORUBA BLANCO
SANTÍSIMATRINOSOFÍA SAINTGERMAIN
SECRETO DE LA FLOR DE ORO EDIC. OJEDA
SECRETO DE LOS SALMOS SELTO
SECRETOS DEALTAMAGIA YAZAY
SÉPTIMORAYO SAINTGERMAIN
SERMÓN DEL MONTE EMMETFOX
SEXO BAYLE
SEXO OSHO
SIDDARTHA HESSE
SIETE LEYES ESOTÉRICAS WHITE

365
SIGNIFICADO ESOTÉRICO DELPENTAGRAMA SAMAEL
TABLAS ESMERALDA TRISMEGISTRO
TAOTE KING LAOTZU
TEAMO MIRANDA
TERCEROJO RAMPA
TESORO ESPIRITUAL SIVANANDA
TESOROS DEL CIELO SAINTGERMAIN
TESTAMENTO RAMPA
TIERRAPLANETAPRISIÓN SUCKRA
TODOS SOMOS UNO RAMÍREZ
ULISES JOYCE
UN CURSO DE MILAGROS INNER PEACE
URANTIA FUND. URANTIA
USTED Y LA ETERNIDAD RAMPA
VIAJANDO HACIA LA LUZ PALACIOS
VIDA IMPERSONAL BENNER
VISUALIZACIÓN CON ÁNGELES ORTEGA
VOZ DELDESIERTO VIVEKA
YO SOY J. ADOUM
YO SOY EL CAMINO SAINTGERMAIN
YO SOY LA MÁGICA PRESENCIA SAINTGERMAIN
YO SOY LA PUERTAABIERTAAL INFINITO OSHO
YO VISITÉ GANÍMEDES IBRAHIM

REVISIONISMO HISTÓRICO
TÍTULO AUTOR
150 GENIOS OPINAN SOBRE LOS JUDÍOS RECOPILACIÓN
ABSOLUCIÓN PARAHITLER HONSIK
ADOLFO HITLER GOEBELS
ADOLF HITLER ELÚLTIMOAVATARA SERRANO
ADOLFO HITLER GENIAL ARQUITECTO DEN LINDEN
CONTRA LA USURA SERRANO
CONVERSACIONES ENTRE HITLER Y YO LENIN
CONVERSACIONES SOBRE LAGUERRAY LAPAZ T. I ADOLFO HITLER
CONVERSACIONES SOBRE LAGUERRAY LAPAZ T. II ADOLFO HITLER
CORDÓNDORADO SERRANO
ELANTICRISTO NIETZSCHE
ENCUENTROS CERCANOS CON JEHOVÁ FIERRO
¡GOD SAVEAMERICA! VALENZUELA
GOOD MORNING CALÍGULA VALENZUELA
HIJO DEL VIUDO SERRANO
HITLER PARAMILAÑOS DE” GRELLE
HITLER Y SUS FILÓSOFOS EDIC. OJEDA

366
INFORME LEUCHTER LEUCHTER
JUDÍO INTERNACIONAL FORD
LA OTRA CARA DEL CHE M.BRAVO
MANÚ SERRANO
MEMORIAS DE ÉLYYO T. I SERRANO
MEMORIAS DE ÉLYYO T. II SERRANO
MEMORIAS DE ÉLYYO T. III SERRANO
MEMORIAS DE ÉLYYO T. IV SERRANO
MI LUCHANUEVAEDICIÓN HITLER
MI LUCHA PEQUEÑO HITLER
NACIONAL SOCIALISMO ANÓNIMO
NADIE SEATREVEALLAMARLE CONSPIRACIÓN ALLEN
OPUS JUDEI ESCRIBA
OVNIS DE HITLER SERRANO
PEORES ENEMIGOS DE NUESTROS PUEBLOS BOYER
PROLONGADA GUERRA VALENZUELA
PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN JOUIN
REALIDADES DEL III REICH HANS KEHRL
RECUERDOS Y REFLEXIONES SAVITRIDEVI
RESURRECCIÓN DEL HÉROE SERRANO
RUDOLF HESSE, LUGARTENIENTE DE HITLER J.MOTA
SUMERIA, CUNA DE LA CIVILIZACIÓN J.JFIERRO
TALMUDDESENMASCARADO PRANAITES
ÚLTIMOANATEMA ITALICUS
UN DIÁLOGO ENTRE HITLER Y YO ECKART
VENDA SOBRE LOS OJOS J.J. FIERRO

POSTERS
TÍTULO AUTOR
LÁMINA DE GANESHA SOLAR
LÁMINA DE JESÚS SOLAR
LÁMINA ÁRBOL DE LA VIDA SOLAR
LÁMINA DEL ARCÁNGEL MIGUEL SOLAR
LÁMINA DEL YO SOY SOLAR
LÁMINA DEL DIAGRAMA DE ACUPUNTURA SOLAR
LÁMINA GUÍA FÁCIL DEL FENG SHUI SOLAR
LÁMINA KUNDALINI Y LOS CHAKRAS SOLAR
LÁMINAKUTHUMI SOLAR
LÁMINAMORYA SOLAR
LÁMINA IRIDIOLÓGICA SOLAR
LÁMINAOCTAGRAMA(BAGUAS) SOLAR
LÁMINADELPENTAGRAMAEXPLICATIVO SOLAR
LÁMINA DE REFLEXOLOGÍA SOLAR

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LÁMINA DE SAINT GERMAIN SOLAR
LÁMINASANATKUMARA SOLAR
LÁMINAVENUS SOLAR

NARRATIVAS DE ORO
Y AUTORES COLOMBIANOS
TÍTULO AUTOR
ÁNGELTRISTE NEGRETE
BAJO UN MANTO DE ESTRELLAS ROJAS
CIUDAD DE GIGANTES BERNAL
CONCIENCIADE VALDEZ NEGRETE
CUANDO LLEGA LA NOCHE NEGRETE
FABULISMOSYREALIDADES DE ÁLVARO PÁEZ
GIGANTES EN SURAMÉRICA BERNAL
HOMBRES DE GOMA NEGRETE
LA TIERRA HUECA R.BERNARD
PLANETAMEDIEVAL HERNÁNDEZ
POEMAS DE AYER, DE HOYY DE SIEMPRE PÁEZ
PRINCIPITO SAINT EXUPERY
ÚLTIMAESPERANZA NEGRETE
VERSO Y PROSA EN EL MUNDO DE LOS ANIMALES PÁEZ
VERSOS DE PROVINCIA PÁEZ
VIEJO PLEITO DE LA NOBLEZA CRIOLLA OVIEDO

LIBROS UNIVERSITARIOS
Y DE CONSULTA
TÍTULO AUTOR
CEREBRO DEL MUNDO SALBUCHI
COLECTORES SOLARES VARIOS
DEL TRANVÍA AL TRASMILENIO GUZMÁN
OTRA CARA DEL CHE BRAVO
MANUAL DE PROPIEDAD HORIZONTAL SÁNCHEZ
500 SECRETOS INDUSTRIALES WOLMANN
ULISES JOYCE

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