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Los que hacen ciencia y, agregaríamos, todos los que hacen conocimiento, lo
sepan o no, se adhieren y se alinean a algún tipo de saber científico.
Lamentablemente, la mayoría de lo científicos no lo saben y es por eso, que el
epistemólogo del psicoanálisis José Perrés, crea el concepto de “epistemología
espontánea del científico”, para dar cuenta de lo que sucede en el sujeto de la
ciencia, en el momento de generar algún tipo de conocimiento, pero con la
particularidad de que ésta sea espontánea o que es lo mismo, que no tenga
ninguna intención racional, dejando a la deriva epistemológica un tipo de
formulación de conocimiento. Cuando el científico está haciendo ciencia no puede
dejar a un lado ciertos prejuicios, los cuales, se podría decir, son un tipo de saber
no sabido, inconscientes, que tendrán injerencia en el momento de una
investigación, por ejemplo, en la psicoanalítica, como se verá más adelante.
Los prejuicios no sólo los hay morales, los cuales no dejan de tener relevancia,
pero también tenemos los prejuicios científicos, que en el siglo XX, han tenido una
gran influencia cultural en occidente, según el psicoanalista Alfredo Eidelsztein,
quien diagnostica la cultura de este siglo, como una cultura del saber, el sujeto de
la ciencia. Por lo tanto, al estar inmersos en esta cultura, un tipo de ciencia ya
formuló certezas, que se han ido arraizando en la subjetividad de los sujetos de
occidente y que, por lo tanto, ya se toman como certezas, a pesar de nunca
haberlas cuestionado o nunca haberlas hecho pasar por el rasero de la crítica.
Este saber tendrá infiltraciones en la subjetividad del sujeto del la ciencia.
Tampoco hay que olvidar los prejuicios de carácter social o político, pero que no
serán tratados en este análisis.
“Las teorías no caen del cielo, y con mayor justificación todavía deberán ustedes
desconfiar si alguien les ofrece ya desde el comienzo de sus observaciones una
teoría redonda y sin lagunas. Es que esta última sólo podría ser hija de la
especulación y no el fruto de una exploración de los hechos sin supuestos
previos” (Cinco conferencias sobre psicoanálisis (1910 [1909]), Tomo XI, pág. 17 )
“Se había sentido impresionado por la descripción que había hecho Charcot de su
propia manera de trabajar: contemplar los hechos una y otra vez hasta que éstos
mismos comenzaban a hablarle. Hay en esto algo de la propia actitud de Freud”
(Vida y obra de Sigmund Freud, Tomo I, pág. 242)
“Freud estaba, por otra parte, profundamente imbuido de los principios de
casualidad y determinismo, tan prominentes en la escuela de Helmholtz, que
imperó en su disciplina científica de los primeros años” d
(Vida y obra de Sigmund Freud, Tomo I, pág. 247)
Hay una cita que brinca, más que las otras en este recorrido de citas, y es una de
las citas más famosas, tanto que es considerada la plataforma epistemológica del
psicoanálisis y la encontramos en el texto de “Pulsión y Destinos de Pulsión”en el
cual tenemos una concepción de la ciencia desimétrica a la de su tiempo, al hablar
de los conceptos:
Sin embargo, no hay que olvidar que el psicoanálisis no sólo tiene esta vertiene
teórica que permite configurar varios los datos de la clínica, porque Freud no
puede ser visto meramente como un puro teórico sino que la dimensión clínica-
técnica-empírica le es fundamental. Para ser más estricto se podría decir que se
ven en él una compleja articulación e interdependencia entre las dimensiones
clínica y teórica, lo que configura la originalidad y la especificidad epistemológica
del psicoánalisis y de su epistemología. La postura de Assoun nos señala, la
misma situación de las cosas, cuando muestra que el psicoanálisis no necesita de
una epistemología salvadora sino que tiene la propia, la que debe ser teorizada
desde adentro mismo del psicoanálisis freudiano y no desde criterios generales
externos a modo de Teoría de Conocimiento o epistemología generales. No se
puede separar en él la dimensión clínica y la dimensión teórica, ni el método de la
doctrina tal como pretende dar cause este trabajo. Por lo tanto tenemos dos
posturas igual de validas y que en realidad, en vez de ser excluyentes, son en
realidad incluyentes, esto proporcionaría un panorma más basto en el ámbito de la
investigación del psicoanálisis y su epistemología. Es cierto que, tenenos dos
teorías epistemológicas que nunca podran ser sorteadas exitosamente, por lo que
tendrán que ser analizada la potura de las tres dimensiones, la clínica-técnica-
empirista bajo las reglas del inductivismo.
Conclusiones.
Esta diferencia tendrá que ver justamente con el cambio de epistemológico que se
juega entre Freud y Lacan, que a pesar de que sus teorías son tomadas como
psicoanalíticas, de esto no se puede inferir que partan del mismo postulado de la
ciencia. Por eso la tarea de construir una epiestemología total del psicoanálisis
pareciera una tarea, un tanto imposible de cumplir, ya que tendríamos que
considerar hacer una generalidad, que al final del día nunca podrían ser
compatibles entre sí. Como ya vimos, el orden en los que se trabaja una idea
científica, no concuerda con la forma de plantearlo en la otra. Tal vez, lo
importante, al final, no es hacer una guerra de citas o bien una guerra
argumentativa sobre estas posturas epistemológicas, sino que las dos
comprenden, y son parte, del cúmulo de ideas que Freud planteó a lo largo de
toda su obra. Las dos son totalmente válidas dentro de las investigaciones de la
disciplina psicoanalítica. Pero esto no quiere decir que los dos caminos llevan al
mismo lugar, las diferencias que existen entre una y otra que quiarán tanto las
búsquedas de investigación como la clínica-práctica, La versión subversiva, de la
epistemología freudiana, dara pauta a un mayor grado de dificultad teórica pero
con dara la posibilidad de escuchar más cosas de las que pensamos que dicen
nuestros pacientes.
Bibliografía.