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Broadcasting

– Enero 2018- Parte 1 y 2


Parte 1

Este es el programa de enero de 2018 de JW Broadcasting.


Bienvenidos.

Como explicó Mark Noumair el mes pasado, el Cuerpo Gobernante ha


aprobado que todos los años se transmita en un programa mensual de
JW Broadcasting la reunión anual de la corporación de Pensilvania.

De ese modo, más equipos de traducción de todo el mundo podrán


hacer disponible el programa en otros idiomas.

Esta reunión anual fue muy especial.


Se celebró el 7 de octubre de 2017. Como también incluyó la dedicación


de muchos edificios de la sucursal de Estados Unidos y de las
instalaciones de la central mundial, se presentó en el auditorio de Betel
de Warwick, en Nueva York.

El presidente fue el hermano Geoffrey Jackson, del Cuerpo Gobernante.


El programa mensual que van a ver contiene las partes relacionadas


directamente con la dedicación.

Estoy seguro de que lo disfrutarán.


Vamos a comenzar haciéndoles una pregunta.


El Cuerpo Gobernante me pidió que les hiciera a los hermanos que


hablan inglés una pregunta.

Es esta: ¿Qué pasaría si, en la oración inicial, el hermano Smalley
hubiera dicho: “Oramos por la vindicación de tu nombre”? ¿Qué habrían
pensado? ¿Habrían dicho: “Ay no, Gene se equivocó”? Bueno, es cierto
que, por muchos años, en inglés nos hemos asegurado de usar las
expresiones “santificar el nombre de Jehová” y “vindicar su soberanía”.
Pero ¿está mal decir que se puede vindicar también el nombre de
Jehová? Bueno, allá en 1965, la ¡Despertad! afirmó que sería un error
decirlo.

Luego, en 1995, La Atalaya destacó, volvió a enfatizar, que nadie está


cuestionando el nombre de Jehová, así que no es necesario vindicar ese
nombre.

Pero, cuanto más estudiamos el tema, más nos damos cuenta de que
hay que corregir este punto de vista, particularmente en inglés.

Así que vamos a pensar un poco más en las palabras relacionadas con
esta cuestión.

Primero, santificar.

¿Qué significa santificar? Significa “hacer santo”, “tratar algo como


sagrado”. Así que ¿verdad que es muy apropiado pedir que se santifique
el nombre de Jehová? Eso es exactamente lo que Jesús dijo que
pidiéramos: “Santificado sea tu nombre”. De modo que pueden estar
tranquilos, eso no va a cambiar.

Pero ¿qué hay de la palabra vindicar? Bueno, a veces, vindicar se


relaciona con librar de culpa a alguien o demostrar que lo que ha hecho
está bien.

Como cuando critican a alguien, y luego se demuestra que esa persona


tenía razón.

¿Y el término nombre? ¿Es solo una palabra para identificar a alguien?


Muchas veces, no se usa así en la Biblia, ¿cierto? Con frecuencia se
refiere a la reputación de la persona, no a la palabra que la identifica.

Por ejemplo, Proverbios 22:1 explica: “Ha de escogerse un nombre más


bien que riquezas abundantes”. En este caso, nombre se refiere a la
reputación de la persona.

Dediquemos unos minutos a esto.


¿Qué es lo que, en realidad, ha estado criticando Satanás a lo largo de


la historia? En primer lugar, la reputación de Jehová, su nombre.

Y, segundo, ha criticado el derecho de Jehová a ser el soberano del


universo, en otras palabras, su forma de gobernar.

De modo que tanto la reputación de Jehová como su forma de gobernar


deben ser vindicadas.

Satanás ha intentado manchar el santo nombre de Jehová de muchas


maneras, lo pinta como un Dios vengativo y severo.

Por otro lado, las iglesias de la cristiandad afirman que Dios quema a la
gente en un infierno de fuego.

Además, en la Biblia vemos que Satanás insinuó que Jehová es un


mentiroso que nos impide disfrutar de cosas buenas.

Bueno, por todo esto, nos damos cuenta de que es necesario limpiar o
vindicar el nombre de Jehová, su reputación.

En resumen, está claro que la soberanía de Jehová tiene que vindicarse,


como siempre hemos dicho, pero también debe vindicarse su reputación
como Dios amoroso.

Así que no está mal que digamos que esas acciones, tanto la vindicación
de la soberanía de Jehová como la vindicación de su nombre, llevarán a
la santificación de su nombre.

Y ahora estarán pensando: “¿Y eso qué significa?”. Muy sencillo, que
no está mal que oremos por la vindicación del nombre de Jehová,
porque sin duda su reputación tiene que ser limpiada.

Y qué honor tenemos de contribuir a ello.


¡Vaya!, la reunión anual comienza fuerte, con una aclaración de


creencias.

Estas son solo unas palabras del presidente de la sesión.


¿Qué más nos espera? Estamos deseando verlo.


Bien, hablemos del programa de dedicación.


Estoy seguro de que comprenden que es imposible contarles cada


detalle de cada historia de cómo han visto la ayuda de Jehová los
hermanos, tanto en sus vidas como durante la construcción.

En unos momentos, tendremos la oportunidad de ver un video que se ha


preparado para contarnos algunas de esas historias.

Este video se ha hecho especialmente para que veamos lo que pasó en


la construcción aquí en Warwick.

Pero, antes de ver el video, el Cuerpo Gobernante me ha pedido que le


transmita su agradecimiento a un grupo en particular de hermanos.

¿De quiénes hablamos? Pues, de los miles de hermanos que trabajaron


en todas las obras de construcción o renovación que se llevaron a cabo
a la vez que la de Warwick.

A veces solo hablamos de Warwick, pero, en las demás obras de


construcción, los hermanos hicieron sacrificios parecidos, y algunas de
esas obras fueron enormes.

Por ejemplo, en Wallkill, se renovaron o construyeron más de


100.000 metros cuadrados (1,1 millones de pies cuadrados) de
instalaciones.

También se hicieron 302 habitaciones más.


Para ello, se colocaron 25.000 paneles de yeso y se instalaron más de


135.000 metros (450.000 pies) de cable.

Además, se hicieron oficinas para 240 trabajadores.


Cuando contaron cuántas personas habían colaborado en la obra de


Wallkill, vieron que habían sido más de 6.000. En cierto momento, los
hermanos pusieron en marcha un programa para trabajar los sábados, y
así avanzar más rápido.

Hubo 1.544 betelitas que, aunque tienen otras responsabilidades, usaron


su tiempo libre para colaborar los sábados.

En total, dedicaron más de 10.000 horas.


Además, 937 voluntarios externos vinieron de 20 estados de Estados


Unidos, y dedicaron unas 18.000 horas a la obra.

De modo que se hizo un enorme esfuerzo para la renovación y la


construcción en Wallkill.

Pero ¿qué hay de la calidad del trabajo allí? ¿También estuvo a la


altura? Claro, de hecho, el edificio de viviendas F y el de oficinas de
Wallkill recibieron en el 2015 el premio más alto, cuatro Globos Verdes,
de la Green Building Initiative (Iniciativa de Edificios Ecológicos, GBI, por
sus siglas en inglés). Una directora de proyectos de la GBI dijo: “De los
23 edificios [en Estados Unidos] que han recibido cuatro Globos Verdes
desde el 2006, el edificio de oficinas de la Watchtower en Wallkill es el
que ha obtenido la puntuación más alta, un 94%”. Por supuesto, desde
ese año, otros edificios también han recibido los cuatro Globos Verdes.

Y hay que recordar que entre ellos están los siete edificios de Warwick.

Podríamos hablar sin parar de cómo Jehová ha bendecido la


construcción de Wallkill.

Por dar solo un ejemplo: en diciembre de 2010, se comenzó a instalar el


enfriador de la imprenta.

Nos cuentan los hermanos que era muy importante que el sistema
estuviera funcionando a más tardar la primera semana de julio.

Pero no era fácil, porque no querían interrumpir el funcionamiento de la


imprenta.

Un hermano nos contó lo que pasó: “Para mediados de junio —


recuerden que tenía que estar listo para julio—, las cosas se empezaron
a complicar, porque los especialistas del fabricante de los enfriadores
no nos atendían.

El Departamento de Compras llamaba al fabricante una y otra vez, pero


no lograba que se comprometiera con nuestros plazos”. Entonces, ¿qué
hicieron los hermanos? Pues, oraron mucho y muy intensamente.

¿Y qué pasó luego? El hermano dijo: “Pocos días después, me llamaron


para avisarme de que había un representante del fabricante
esperándome en la recepción principal.

Quería echarle un vistazo a nuestro calendario de arranque y a lo que ya


habíamos instalado, para darnos una lista de lo que faltaría por hacer.

Pero le explicamos que todo estaba listo y que necesitábamos tenerlo en


marcha en dos semanas.

Entonces, el hombre pasó a la fábrica, y quedó asombrado.


Dijo que, en los 20 años que llevaba haciendo el trabajo, nunca había
visto en una primera visita una instalación que ya estuviera lista para
funcionar”. Sin salir de su asombro, le dijo al hermano: “Dígame quiénes
instalaron el aislante.

Quiero contratarlos”. El hermano, acertadamente, no le dijo hasta


después que gran parte del trabajo lo habían hecho hermanas, y que la
mayoría no tenían experiencia previa.

No se lo contó por si acaso se las quería llevar a trabajar para él.


El hermano continuó contando que al final se armó de valor para


preguntarle al hombre: “¿Y por qué se animó a venir a nuestras
instalaciones hoy?”. El hombre respondió que había recibido una
llamada urgente de otro cliente de una población cercana, así que
decidió pasar por la Watchtower, que le quedaba de camino.

Pero explicó: “Resultó que aquella era una falsa alarma”. En fin, el
enfriador arrancó a tiempo, y todo comenzó a funcionar según lo
planeado.

Y esa es solo una de tantas.


En verdad, me han enviado montañas de papeles con experiencias


como esta.

No las pude contar todas, perdónenme.

Una y otra vez oímos a los hermanos expresar su agradecimiento por la


oportunidad de haber trabajado en la construcción de Wallkill y en las
otras obras.

También cuentan cómo los ha bendecido Jehová. Muchos tuvieron que


vender sus casas, simplificar sus vidas o postergar planes personales
para trabajar aquí. Así que, a todos esos hermanos que trabajaron en las
demás obras de construcción, les decimos: “Gracias.

Gracias, de todo corazón”. Ahora podremos ver un video de una


entrevista que se le hizo al CPC.

¿Qué es el CPC? Es el Comité del Proyecto de Construcción que


organizó las labores en Warwick.

Isaías 40:12 nos deja ver el poder y el alcance de la mano de Jehová.


Ese versículo dice que él mide “las aguas en el simple hueco de su
mano” y que “con un simple palmo” mide el universo.

Y aunque no lo dice en sentido literal, nos da una idea de lo que Jehová


puede hacer para que se cumpla su voluntad.

Al ver lo bien que quedó el proyecto de Warwick, nos damos cuenta de


que la mano de Jehová dirigió los asuntos.

Como recordarán, en la reunión anual del año pasado entrevistamos a


los cinco hermanos que integraron el Comité del Proyecto de
Construcción de Warwick.

Estos hermanos supervisaron y coordinaron los trabajos de construcción,


y aquella vez nos explicaron cómo se realizó la obra.

Pues, como parte del programa especial de dedicación, hoy


entrevistaremos de nuevo a estos hermanos.

Nos hablarán de algunas situaciones en las que vieron la mano de


Jehová dirigiendo el proyecto.

Sí, vamos a relatar algunas historias muy conmovedoras relacionadas


con los grandes sacrificios que hicieron los voluntarios y el apoyo que
recibieron de sus familias.

Les van a encantar.


Y también les contaremos algunas experiencias que demuestran cómo la


mano de Jehová estuvo dirigiendo los trabajos en sí. Por último, veremos
que, por la forma en que se hizo el trabajo, hasta quienes no son
Testigos se dieron cuenta de que Jehová estaba detrás del proyecto.

Comencemos hablando de cómo los que vinieron a trabajar sintieron el


apoyo de Jehová. Richard, tú también comentaste que hubo algo que te
convenció a ti de esto.

A pesar del mal tiempo, de los largos viajes, de no vivir en el lugar ideal y
de trabajar tan duro, los hermanos mostraron el fruto del espíritu; se
percibía en su trabajo.

Se notaba que Jehová estaba con ellos y les daba las fuerzas.

Eso hizo que este proyecto fuera muy especial.


Una pareja había visto que el dinero que tenían solo les daba para venir
a trabajar un máximo de tres semanas.

Y vinieron.

Pero al final de la tercera semana los hermanos les preguntaron si


podían quedarse otra semana.

Así que le pidieron a Jehová que los ayudara a estar contentos y a


no preocuparse por su situación.

Le dijeron: “Aunque nos quedemos sin dinero, queremos estar una


semana más”. Y eso hicieron.

De regreso a casa, cuando estaban en la puerta de embarque del


aeropuerto, la aerolínea anunció que no cabía más gente en el vuelo y
necesitaban voluntarios para viajar más tarde.

En compensación, estaban ofreciendo una cantidad de dinero


importante.

Pues ellos aceptaron la oferta y así se recuperaron en sentido


económico.

Pero no fue en ese momento cuando vieron la mano de Jehová, sino


durante esa última semana, ya que pudieron trabajar felices y sin
preocuparse por nada.

Nunca olvidaré la noche en que Troy me llamó para decirme lo que le


había pasado a uno de los voluntarios que iba a venir.

Él y su esposa estaban reparando la rueda del auto junto a la carretera


allí donde vivían.

Y mientras ella sostenía una linterna, vino un auto, se salió de la


carretera y mató a la chica justo delante de él.

Sí, lo habíamos invitado y ya tenía fecha para venir.


Pero, después de eso, la verdad es que no esperábamos que viniera.


Le dijimos que podía quedarse en casa para atender sus asuntos, pero
él quería venir.

Y fue impresionante ver cómo Jehová lo ayudó. Sus superintendentes,


que habían sido asignados a cuidarlo, y los hermanos de su
departamento le dieron mucho ánimo.

Al final, él dijo que trabajar en el proyecto lo había ayudado a


recuperarse en sentido emocional y espiritual, y había sido una
expresión del cariño de Jehová. Le mostró con toda claridad que las
promesas de Jehová siempre se cumplen.

Otro hermano, que vino por una semana, tenía a su esposa muy
enferma en casa.

Aun así, ella le dijo: “Quiero que vayas.


Dejarte ir será mi sacrificio, mi aportación al proyecto”. Fue muy bonito


ver cómo Jehová se valió de hermanas tan abnegadas como ella.

Para nosotros, fue como si estuvieran aquí echando una mano.


A medida que avanzaba el proyecto, al ver que solo podríamos


terminarlo con la ayuda del espíritu de Jehová, vimos una transformación
en los hermanos.

Nos dimos cuenta de que lo más importante era que fuéramos personas
espirituales y de que necesitábamos la bendición de Jehová. Así que,
antes de cada reunión, los hermanos hacían una oración.

Todos teníamos muy claro que el éxito de este proyecto dependía de que
contáramos con el espíritu de Jehová. Los superintendentes se ganaron
la reputación de ser buenos pastores y no solo buenos trabajadores.

Cuidaron a los hermanos con mucho cariño.

Los del Comité nos encargamos de hacer visitas de pastoreo, tres o


cuatro al mes, y había otros hermanos que hacían lo mismo en los
distintos departamentos.

Los voluntarios venían a su cita al final del día cubiertos de grasa o de


polvo, con frío —con guantes y orejeras—, pero con una enorme sonrisa.

Era evidente que Jehová nos estaba dando las fuerzas para seguir
adelante día tras día.

Fue maravilloso.

Parecía que Jehová nos estaba diciendo: “La salud espiritual y las
personas son más importantes que el trabajo”. Verlo así nos ayudó a
tener las prioridades claras.

Vimos que, si hacíamos todo lo posible por cuidar a los hermanos en


sentido emocional y espiritual, lograban mucho más de lo que
hubiéramos podido imaginar.

Fue un gran ejemplo de lo que se puede lograr en un ambiente espiritual.


Troy, los hermanos de la zona también ayudaron muchísimo, ¿verdad?


Sí. Los hermanos de las congregaciones cercanas hicieron un trabajo
impresionante.

Muchos venían temprano por la mañana para dirigir el tráfico, guiar a los
autobuses al estacionamiento y dar paso a los peatones.

Tenían que madrugar, y muchas veces el frío era intenso.


Hacían su trabajo, desayunaban y luego se iban a su lugar de empleo o


a atender sus asuntos personales.

Eran hermanos sumamente abnegados.


Otro trabajo sobresaliente que hicieron fue ayudarnos con los más de
700 viajes al aeropuerto que se debían hacer cada fin de semana para
llevar y traer a los voluntarios.

Esto se tuvo que hacer por varios años, y la mayoría de las veces lo
hicieron hermanos de la zona, incluso usando sus propios vehículos.

Sabemos que ustedes pusieron toda su energía en el proyecto y vieron


la mano de Jehová en acción justo cuando más lo necesitaban.

¿Qué nos pueden contar sobre eso? Recuerdo una ocasión en particular
en la que nos reunimos con un miembro del Cuerpo Gobernante.

Durante la conversación, le preguntamos por qué estaban él y el resto


del Cuerpo Gobernante tan seguros de que el proyecto se iba a terminar
a tiempo.

Él nos explicó que, cuando iban a comprar la propiedad, escribieron en


el contrato una serie de condiciones que fueron como aquella prueba del
carbón de 1918. Y Jehová les dio una señal muy clara.

Desde ese momento en adelante, tanto él como los demás miembros del
Cuerpo Gobernante no tuvieron absolutamente ninguna duda de que la
voluntad de Jehová era que se mudaran de Brooklyn a Warwick.

Yo tenía que transmitirles esa misma convicción a los hermanos.


Llegamos a un punto en el que íbamos a tener que tomar decisiones


muy importantes, y ya no habría vuelta atrás.

Había que invertir mucho dinero en materiales que no podríamos
devolver.

Necesitábamos más fe.


Hubo un par de ocasiones en las que yo me sentía muy desanimado, y


veía que los demás voluntarios se sentían igual.

Pues en ambos casos se presentó sin avisar un miembro del Cuerpo


Gobernante y nos dirigió palabras de ánimo a nosotros y al grupo entero
de voluntarios.

Eso era justo lo que necesitábamos para seguir adelante.


Cambiando un poco de tema, hablemos ahora de cómo vieron ustedes la


mano de Jehová dirigiendo el trabajo.

Con la ayuda de Jehová, los hermanos no solo se convirtieron en


buenos trabajadores, sino en expertos de primera categoría.

Muy a menudo podías ver a un grupo de hermanos que se habían


quitado los cascos para hacer una oración.

Sabían que su trabajo era parte de su adoración y al orar estaban


dejando que Jehová los dirigiera.

Veíamos que sentían la necesidad de contar con el espíritu de Jehová


para cumplir con sus labores.

Por eso oraban antes de emprender cualquier tarea.


Por su manera de trabajar y por lo mucho que oraban, demostraban que


el trabajo les importaba y que lo veían como parte de su adoración.

Muchas veces les comentábamos a los voluntarios que el Comité tenía
un problema con el proyecto y les pedíamos que incluyeran el asunto en
sus oraciones.

Luego, ellos venían a decirnos que habían estado orando sobre el tema
y que les habían pedido a sus familias que hicieran lo mismo.

Además, no dejábamos de recibir cartas, tarjetitas y dibujos que los


niños habían hecho en la adoración en familia.

Nos mandaron cientos de paquetes con regalos.


Llegaron cartas de todas partes del mundo.


.. ¡hasta de Japón, Australia y Europa! De hecho, una hermana de


Europa envió 30 kilos de chocolate suizo para los voluntarios.

Enrique, ¿te acuerdas de las famosas reuniones de diseño, coordinación


y construcción de los viernes por la tarde? Después de la oración,
siempre empezábamos igual: “No tenemos lo necesario para la semana
que viene; nos hacen falta más planos”. Y ahí se ponía Enrique a
mandar correos y a recibir información de los hermanos.

Para cuando acababa la reunión, a las 5:00 de la tarde, decíamos:


“Pues, mira, ya tenemos suficiente hasta el viernes de la semana que
viene”. Y llegaba el siguiente viernes, y otra vez lo mismo.

.. ¡Pobre Enrique! Pero Jehová siempre nos dio lo que necesitábamos.


Era como si nos estuviera diciendo: “Tranquilos, tengo todo bajo control.

Ustedes sigan trabajando”. Ahora, cuéntennos sobre cómo surgió la idea


de los grupos de construcción y cómo los organizaron.

.. Bueno, contábamos con la gente más preparada que puede haber, y
estaban listos para trabajar.

Pero no eran suficientes, necesitábamos más voluntarios.


Así que el Comité decidió que un par de nosotros buscara una manera
ordenada de reclutar a hermanos de todo el país.

Y, para ello, solo tendríamos un sábado por la tarde.


Yo pensé: “Una tarde no da para organizar algo así”. Pero nos sentamos
a la 1:30 y para las 3:00 de la tarde ya teníamos las bases de lo que
llegó a conocerse como los grupos de construcción para Warwick.

¡Fue Jehová! Él nos mostró lo que había que hacer para completar cada
edificio.

Es verdad que tuvimos que cambiar algunas cosas más adelante, pero
por lo menos teníamos las bases.

Dividimos el país en 11 secciones y asignamos tres hermanos a cada


una para reunir voluntarios.

Había que contactar con ellos, decirles que los necesitábamos y


explicarles en qué consistiría el trabajo.

El sistema era una maravilla.


De los 27.000 voluntarios que llegaron a venir a Warwick, 21.000 se


consiguieron gracias a esos 11 grupos.

Ellos les daban la capacitación necesaria y lo organizaban todo para


que, en cuanto llegaran a Warwick, pusieran manos a la obra.

¿Y te acuerdas del problema que tuvimos con el aislamiento de las
tuberías? ¿Cuántos kilómetros de tuberías eran? Sí, había que aislar
cientos de kilómetros.

Pero no había muchos hermanos en Estados Unidos que supieran


hacerlo, por lo menos no tantos como los que necesitábamos.

Así que los hermanos de los grupos de construcción dijeron: “No puede
ser tan difícil.

¿Por qué no les enseñamos nosotros?”. Creo que vinieron uno o dos
hermanos a Betel para aprender cómo se hacía, y luego se organizaron
talleres en Salones del Reino y en casas de hermanos.

Cerca de 2.000 voluntarios —la mayoría hermanas— aprendieron a


aislar tuberías y se encargaron de hacer todo ese trabajo.

Y lo hicieron muy bien.


Y eso destaca el papel que desempeñaron las hermanas en la


construcción.

Tanto las que fueron asignadas al proyecto como las que vinieron de
afuera hicieron una enorme aportación.

El espíritu de Jehová las capacitó para que nos ayudaran a terminar el


trabajo y a resolver ciertos problemas.

Gracias a esos programas de capacitación, los hermanos entendieron


rápidamente que el amor a Jehová impulsa a las personas espirituales a
velar por la seguridad.

Los cristianos le damos mucha importancia a la seguridad.



Lo hacemos por amor a los hermanos, a nuestras familias y a Jehová,
quien es la fuente de la vida.

Muchos que no son Testigos participaron en el proyecto.


¿Se dieron cuenta ellos también de que Jehová estaba detrás de todo?
En una reunión que tuvimos con algunos funcionarios para hablar sobre
un aspecto particular del proyecto, hubo un pequeño desacuerdo y
no hallábamos la manera de resolverlo.

Entonces, nos dimos cuenta de que, si abordábamos el asunto desde un


punto de vista técnico, no íbamos a llegar a ninguna parte.

Así que dejamos a un lado todo, hicimos una oración en silencio y luego
les preguntamos: “¿Qué podemos hacer para que estén tranquilos?
¿Qué preferirían ustedes?”. Eso enseguida cambió el tono de la
conversación, pues nos olvidamos de los aspectos técnicos y les hicimos
ver que, como buenos vecinos, queríamos colaborar con ellos y llegar a
un acuerdo.

Y por fin encontramos una solución aceptable para todos.


Unas semanas después, tuvimos que ir a hablar con ellos sobre otro
tema, pero antes de que pudiéramos explicarles por qué estábamos allí,
nos felicitaron por lo bien que había salido la reunión anterior.

Nosotros nos miramos extrañados, porque no pensábamos que hubiera


ido tan bien.

Pero dijeron que agradecían mucho que los hubiéramos tratado con
dignidad.

Aquello nos hizo ver que lo más importante en este proyecto no serían
los aspectos técnicos, sino dejar claro, por nuestra forma de manifestar
el fruto del espíritu al tratar con los funcionarios, que Jehová nos estaba
guiando.

El camión de combustible estaba en un taller del pueblo.


Ese camión era muy importante porque lo usábamos todos los días, a
las 4:00 o 4:30 de la mañana, para ponerles combustible a las máquinas
y los vehículos.

Así que los hermanos llamaron al taller para ir a buscarlo, pero el señor
les dijo: “Lo siento, está cerrado.

Pero ¿de dónde llaman?”. Al decirle que eran del proyecto de Warwick
de los testigos de Jehová, él les dijo: “Ah, los Testigos.

.. Bueno, por ser ustedes, les voy a dejar abierto el portón y les digo
dónde están las llaves del camión.

Estará listo cuando lleguen”. Una mañana, el conductor de uno de los


autobuses llegó tarde.

Explicó que le habían asignado un autobús equivocado y tuvo que


regresar a cambiarlo.

Estaba muy enojado y le dijo a su compañero: “Ellos trabajan para Dios.


Nadie les paga, y tienen que llegar a tiempo”. Luego les dijo a los
hermanos: “Un día me haré Testigo y serviré a mi Dios, Jehová”.
Entonces se puso al volante y los llevó al trabajo.

Un hermano estaba predicando y, al tocar en una puerta, le salió un


señor.

El hermano empezó a hablar, pero el hombre lo interrumpió y le dijo:


“¿Usted ha ido a Warwick?”. Sorprendido, le contestó: “No, nadie puede
ir.

Aún está en construcción”. El señor le dijo: “Pues yo sí. Fui a trabajar.


Es un sitio muy limpio y organizado.


Son las personas más amables que he conocido.


Trabajar allí ha sido la mejor experiencia de mi vida”. Había que instalar


la línea principal de alimentación eléctrica, un trabajo muy especializado.

Lo programamos para el 24 de diciembre, pero el contratista quería


hacerlo otro día para supervisarlo.

Le dijimos que necesitábamos hacerlo ese día porque teníamos una


fecha límite que cumplir.

Él nos preguntó: “¿Y quién lo va hacer?”. Le dijimos: “Pues unas


hermanas, ya sabe que aquí tenemos muchas voluntarias”. Él no lo
podía creer y dijo: “El cable pesa mucho y no puede estar golpeando el
piso.

Hay que tener cuidado con él mientras está fuera del conducto”. Y
añadió: “Yo no iba a trabajar mañana, pero hablaré con mi esposa y nos
vemos allí”. Así que el hombre vino y se quedó un par de horas.

Las hermanas, como siempre, hicieron un trabajo tremendo.


Instalaron la línea sin ningún problema.


¿Y recuerdas cuánto tardaron en hacerlo? ¡Dos horas! Fue


impresionante.

Instalaron la línea en solo dos horas.


El hombre se fue a su casa sin poder creerlo.


Encargamos una gran parte del trabajo a la compañía de construcción


más grande de la zona.

Y cuando ya estábamos terminando, el director de la empresa nos dijo:


“Cuando nos visitaron por primera vez y nos contaron los planes que
tenían, que querían construir algo de ese tamaño con un programa tan
apretado y con voluntarios, nos dio risa.

No nos molestaba quedarnos con su dinero, pero la verdad es que,


cuando se fueron, nos reímos mucho de ustedes.

Pensamos que jamás podrían construir algo así en tan poco tiempo, y
encima con voluntarios.

Creíamos que sería un desastre.


Pero lograron lo imposible”. De modo que pudieron ver que Jehová


estaba detrás del proyecto.

¡Muchas gracias por habernos contado estas experiencias tan


animadoras! Nos han hecho recordar que, como dice Isaías 59:1, la
mano de Jehová no se queda corta a la hora de cumplir su voluntad.

Y este proyecto así lo demuestra.


Sé que tanto ustedes como nosotros agradecemos la labor de todos los


voluntarios, de los hermanos de la zona que vinieron a ayudar, así como
el apoyo que tantos nos brindaron desde sus casas con sus oraciones.

Estamos muy agradecidos.



Y también queremos darles las gracias a ustedes cinco y a sus esposas
por todos los sacrificios que hicieron a favor del proyecto.

Otra prueba de que Jehová ha bendecido este proyecto es que los cinco
siguen siendo amigos.

Al estar con ustedes y ver que se llevan tan bien, uno puede percibir que
es gracias al espíritu de Jehová. Y, sobre todo, le damos las gracias a
Jehová, pues sabemos que él es el responsable del éxito de este
proyecto.

Nos sentimos muy agradecidos por haber tenido la oportunidad de ver la


mano de Jehová en acción.

La verdad es que fue una magnífica entrevista.


Y, a los que están de visita, los animamos a preguntar a los que


trabajaron en la obra: “¿De qué manera viste la ayuda de Jehová, tanto
personalmente como en la construcción?”. Y les sorprenderá oír las
cosas que les pasaron.

Bueno, ahora vamos a hacer algo nuevo, un examen interactivo.


Así veremos quién califica para permanecer en este auditorio.


Lo primero que les vamos a pedir es que respondan la siguiente


pregunta: ¿cuántos edificios vamos a dedicar hoy? Díganlos en orden
alfabético.

.. No, ¿cómo creen?, no les vamos a pedir eso.


Se les pasará este pequeño susto después de ver otro video, que
muestra todas las instalaciones que se van a dedicar.

Con el fin de apoyar la obra del Reino, recientemente se ha llevado a
cabo una expansión de nuestras instalaciones en Estados Unidos.

Esto ha implicado la construcción de la nueva central mundial en


Warwick y de otros 15 edificios, dedicados en la reunión anual de 2017.
Visitemos cada una de estas instalaciones, descubramos el impacto que
tienen en la obra del Reino y veamos cómo estos edificios honran a
Jehová. Los videos han cobrado mucha importancia en nuestra
adoración, así que hay una gran necesidad de producirlos cada vez más
rápido y con mayor calidad.

Hace cinco años, el departamento producía una película y unos cuantos


videos cortos al año.

En el 2016, la cantidad de videos que se produjeron superó la cifra de


350. En Patterson había tres estudios de grabación pequeños.

Pero, para producir más contenidos a la vez, necesitábamos un espacio


mayor, con varios escenarios.

A principios del 2015, se compró un gran edificio en la calle Mount Ebo, a


menos de ocho kilómetros (cinco millas) de Patterson.

El edificio había sido un almacén de productos farmacéuticos y tenía


más de 6.500 metros (70.000 pies) cuadrados de espacio disponible.

Hubo que convertir el almacén en un gran estudio de grabación y dos


escenarios más pequeños.

Los trabajos finalizaron en diciembre de 2016. La demanda de videos no


disminuye, sino que aumenta.

Para el año 2017, se programaron unos 420 videos, que se usarán en la


organización con diversos propósitos.

Así que hemos tenido que aumentar el personal y el espacio para poder
atender toda esta demanda.

Y Jehová se ha encargado de que tengamos “dádivas en hombres” y


mujeres, que nos han permitido producir la hermosa música que
disfrutamos y tantos videos que están llegando al corazón y la mente de
las personas.

A poco más de un kilómetro (una milla) de Mount Ebo, se compró otro


edificio, de 1.114 metros (12.000 pies) cuadrados, que se convirtió en un
taller de carpintería para la utilería y escenografía.

También se adquirieron y renovaron los apartamentos Mountain View,


que dan alojamiento a 100 betelitas.

El Comité de Sucursal dirige las actividades teocráticas.


Con la ayuda del Departamento de Servicio, supervisa la organización


de las congregaciones, las reuniones, la asignación de territorios y otros
aspectos de la predicación.

Fue necesario ampliar las instalaciones de la sucursal de Estados


Unidos para trasladar estos departamentos a Wallkill.

Las obras de ampliación de Wallkill quedaron prácticamente terminadas


en noviembre de 2015. Se renovaron algunos edificios de viviendas y se
construyeron el estacionamiento F y el nuevo edificio de oficinas.

Fueron más de 103.000 metros (1.110.000 pies) cuadrados entre


edificios nuevos y renovados.

Hay que recordar que todos los departamentos seguían funcionando


durante las obras mientras todos estos edificios iban creciendo a nuestro
alrededor.

Estoy seguro de que los que trabajaban en la obra no se daban cuenta,
pero para nosotros era como ver un video de imágenes aceleradas.

¡Era increíble! Estos hermanos eran profesionales y tenían una gran


capacitación, pero sobre todo tenían entusiasmo y eran felices.

Supieron mantener una actitud positiva a pesar de la gran carga de


trabajo que tenían.

Y nos contagiaron a todos los que estábamos cerca su entusiasmo y


agradecimiento.

Muchos están aprovechando las aplicaciones JW Library y JW Language


para leer, estudiar y enseñar a otros sobre la Biblia.

En vista de que cada vez se utiliza más este tipo de tecnología, se


necesitan más ingenieros informáticos y más personal para diseñar,
desarrollar y probar las aplicaciones.

Estos hermanos viven y trabajan en los apartamentos Rivercrest,


situados en Fishkill.

Además, los hermanos de la sucursal de Estados Unidos están muy


interesados en cuidar a los betelitas de mayor edad.

Para lograr este objetivo, se edificaron las Residencias Norte y Sur, que
se terminaron en el 2016. Estos edificios son auténticas residencias para
mayores, ya que cuentan con lo necesario para cuidar a los miembros
más valiosos de la familia Betel.

Estamos rodeados de hermanos maravillosos, muy trabajadores y que


nos atienden muy bien.

Su cariño me conmueve.

Es toda una bendición pasar tiempo con amigos de toda la vida como si
estuviéramos en una reunión sin fin, y ver que Jehová realmente los ha
cuidado mucho.

La atención que reciben nuestros hermanos mayores es extraordinaria.


Y, sí, se les cuida con mucho amor, pero hay una razón para ello: vemos
a los mayores como los ve Jehová. Isaías 46:4 indica que él no nos
abandona en la vejez.

Por eso, los que hemos aprendido de Jehová cuidamos a las personas
mayores.

Y esa es la razón por la que reciben tanto cariño.


En el 2014, se compró un almacén en Montgomery (Nueva York), de


unos 20.500 metros (220.000 pies) cuadrados, para recibir y guardar
materiales de construcción.

Allí se organizaban los materiales y se prefabricaban los baños de las


habitaciones de Warwick, lo que permitió ahorrar tiempo.

El almacén de Montgomery se sigue utilizando como depósito para la


sucursal de Estados Unidos y para la central mundial.

En el 2014, también se compraron dos hoteles: el Newburgh Center A y


el Newburgh Center B.

Debido a su céntrica ubicación con respecto a las tres localizaciones de


Betel, estos hoteles han resultado ideales para alojar a los voluntarios
temporales y a los visitantes.

Estos hoteles fueron de gran ayuda para los voluntarios, pues estaban
más cerca de la obra.

Antes tenían que viajar mucho tiempo en autobús desde Brooklyn, así
que, antes de empezar, ya estaban cansados.

Pero ahora podían descansar un poquito más por las mañanas y por las
tardes, y ser más productivos.

Cuando conoces a estos hermanos, los tienes que querer.


Hicieron un montón de sacrificios: dejaron sus casas o las vendieron;


dejaron sus trabajos, sus negocios, su familia, sus amigos, sus
mascotas.

.. Y uno se lo agradece, pero ellos también están agradecidos.


Consideran un honor haber estado aquí, aunque son ellos los que
hicieron todos esos sacrificios.

Son un ejemplo para todos nosotros.


Los planes para trasladar la central mundial a Warwick comenzaron hace


más de ocho años, cuando compramos una propiedad de 102 hectáreas
(253 acres), a 80 kilómetros (50 millas) al noroeste de Brooklyn.

Algunas de las ventajas que ofrecía estar en Brooklyn ya no eran


importantes para nosotros.

Es más, al vivir en una ciudad que no para de crecer, teníamos cada vez
más complicaciones y más costos.

Aun así, muchas veces pienso que la auténtica razón por la que nos
mudamos de Brooklyn es la que dijo el Cuerpo Gobernante desde el
principio: ellos están convencidos de que fue el espíritu santo el que los
guió para salir de Brooklyn y mudarse a Warwick.

Y estamos deseando que llegue el momento en que miremos atrás en el
tiempo y comprendamos todas las razones por las que Jehová hizo que
esto ocurriera.

La propiedad de Warwick tenía edificios abandonados que había que


demoler.

Una vez que se limpió el terreno y se aprobó el proyecto, el 29 de julio


de 2013 comenzó la construcción, que avanzó a un ritmo impresionante.

Cada día venían a la obra unos 4.000 voluntarios.


En total han trabajado aquí más de 27.000 hermanos.


En Betel, todos estuvieron unidos para que este proyecto fuera un éxito:
el Cuerpo Gobernante y cada uno de los departamentos.

Claro que hubo dificultades, pero se resolvieron en paz, con amor y con
las demás cualidades del espíritu de Jehová. Esto es un milagro de
nuestros días, sobre todo cuando piensas que el mundo está tan
dividido, que hay tanta falta de unidad.

.. Y, cuando ves lo que hay aquí, te sientes orgulloso de ser parte de esta
organización.

Recuerdo la primera vez que visité Warwick después de las obras.


Diría que fue un momento alegre y triste a la vez: alegre porque ya se


podían usar los edificios para lo que se habían diseñado, pero triste
porque ya no se veían chalecos de seguridad.

Era muy bonito ver a todos esos chalecos de colores, pero ya no


estaban, y te daba tristeza.

Se te hacía un nudo en la garganta, porque debajo de cada chaleco
había un hermoso ejemplo de fe.

Se les extraña.

El entorno de Warwick es precioso; es tranquilo y relajante.


Me hace valorar más la creación de Jehová. Estar aquí es hermoso; le


agradezco a Jehová esta bendición.

Warwick es un complejo de ocho edificios que en total tiene unos


140.000 metros (un millón y medio de pies) cuadrados.

La familia Betel se aloja en cuatro edificios de viviendas, que tienen un


total de 569 habitaciones, y también en un edificio cercano de 21
habitaciones, en Sterling Forest.

A poca distancia está el edificio de Tuxedo.


Allí está el equipo de ingeniería de redes del Departamento de


Computación y el estudio de JW Broadcasting, donde se produce el
programa mensual, que ahora está disponible en más de 130 idiomas.

El edificio de oficinas y de servicios sirve principalmente como enlace


para las diferentes labores que se realizan en la central mundial.

En este edificio también se encuentran tres exposiciones, en las que se


pueden realizar visitas autoguiadas: “La Biblia y el nombre divino”, que
muestra ejemplares poco comunes de la Biblia y destaca cómo el
nombre de Jehová se ha conservado en las Santas Escrituras; “Un
pueblo para el nombre de Jehová”, que es una exposición histórica de
los testigos de Jehová, y “La central mundial: un modelo de fe en
acción”, que explica cómo se organizan los Testigos para estudiar,
enseñar y vivir según lo que aprenden en la Biblia.

Cuando viajas por el territorio de la sucursal de Estados Unidos o vas a
otros países, siempre te encuentras con alguien que ha trabajado en
Warwick.

Y la sensación que te da es que Warwick no es la central mundial, sino


que es nuestra central mundial.

Algunos me dijeron que, cuando volvieran a casa, ya no serían los


mismos.

Unos han simplificado su vida y se han mudado de una casa grande a un


apartamento.

Otros han decidido ser precursores.


Ha sido un testimonio para nosotros los Testigos.


Jehová busca ocasiones para bendecir a su pueblo.


Esto lo hace feliz.


Y, cuando miras atrás y te fijas en todo el trabajo que se ha hecho.


.., cuando Jehová ve a todos los que se ofrecieron para participar en el


proyecto, a todos los que lo apoyaron por todo el mundo con sus
donaciones, a los que oraron para que tuviera éxito, a los que ayudaron
a otros para que pudieran venir.

.., ¡qué orgulloso debe de sentirse! Él está deseando bendecirlos.


A veces me imagino las conversaciones entre los ángeles y los que


están reinando en el cielo, y cuán orgullosos deben de estar de todos los
que trabajaron aquí en la Tierra.

Sin duda, ellos también se involucraron en el proyecto.

Y, aunque solemos pensar solo en los que trabajaron en la Tierra, ¿qué


hay de quienes lo hicieron desde el cielo? Seguro que más de una vez
colaboraron en asuntos legales o de seguridad.

Así que Jehová está orgulloso de toda su familia universal, tanto en el


cielo como en la Tierra.

Creo que los hermanos que vengan a visitar Warwick se van a fortalecer
espiritualmente.

Como sabemos, están viniendo de todas partes del mundo, y esto va a


acelerar la obra del Reino.

Estos edificios son hermosos y están en un sitio precioso.


Por supuesto, eso le da honra a Jehová. Pero lo que le traerá aún más
honra es que estos edificios se usarán para alabar su nombre, atraer a
las personas hacia su Reino y dirigir la predicación por toda la Tierra.

De modo que estos edificios ayudarán al Cuerpo Gobernante a darle la


mayor honra a Jehová. Así que ahora vamos a repartir las hojas del
examen.

.. No.

Más bien, hemos llegado a una parte del programa en la que todos
podemos participar.

Lo haremos usando nuestras voces para alabar a Jehová. Así que, si lo


desean y pueden hacerlo, los invitamos a ponerse de pie para cantar la
nueva canción de dedicación.

Se titula: “Un lugar que te honrará”. Qué bonita canción, y qué bien sonó.
Ahora pueden sentarse.

A continuación disfrutaremos de uno de los platos fuertes del programa,


el discurso de dedicación.

Lo va a presentar el hermano que lleva más tiempo en el Cuerpo


Gobernante, el hermano Gerrit Lösch.

El título del discurso es: “Una expansión que da gloria a Jehová”.


La adoración a Jehová en tiempos modernos tuvo un comienzo
pequeño.

Nos hace pensar en lo que dice Zacarías 4:10: “¿Quién ha despreciado


el día de las cosas pequeñas [o comienzos pequeños]?”. ¿Cuál es el
contexto de este versículo? En el año 537 antes de nuestra era, Jehová
impulsó al rey persa Ciro, que había conquistado Babilonia, a liberar a
los israelitas que habían estado cautivos allí durante 70 años.

Así pudieron regresar a Jerusalén y Judá. Tenían que restaurar la


adoración verdadera y reconstruir el templo que Nabucodonosor había
destruido.

¿Y cuántos desterrados salieron de Babilonia y regresaron a Jerusalén


en aquel año, el 537? Según Esdras 2:64, unos 50.000. Una nota a pie
de página de la sexta edición de la traducción de la Biblia de Isaac
Leeser dice que, en total, acabaron regresando unas 200.000 personas,
mujeres y niños incluidos.

Entonces, en el mes séptimo del año 537 antes de nuestra era, los
israelitas edificaron el altar.

Y, al año siguiente, el 536, colocaron los cimientos del templo.


Pero después se despreocuparon y no reconstruyeron el templo sobre


esos cimientos.

Los enemigos que vivían cerca también los presionaron para que
pararan la construcción.

Lograron prohibirla unos 15 años después, en el 522 antes de nuestra


era.

Dos años después, en el 520, el gobernador Zorobabel y el sumo


sacerdote Josué reiniciaron con valor la construcción del templo a pesar
de la prohibición.

Fue gracias a la motivación de los profetas Ageo y Zacarías.


Jehová predijo: “Las [...] manos de Zorobabel han colocado el


fundamento de esta casa, y sus propias manos la terminarán [...].
Porque, ¿quién ha despreciado el día de las cosas pequeñas?”
(Zacarías 4:9, 10). La reconstrucción del templo de Jehová en Jerusalén
tuvo un pequeño comienzo, pero no había que menospreciarlo.

Después de todo, tenía que ver con la adoración verdadera, la adoración


a Jehová. Estos comienzos pequeños ocurrieron en el año 520 antes de
nuestra era, y ya para el año 515, o sea, 22 años después del regreso de
Babilonia y 5 años después de reiniciarse la construcción, el templo
quedó terminado.

Los que habían estado desterrados ahora celebraban con gozo la


inauguración, o podríamos decir, la dedicación, de aquella casa (Esdras
6:13-16). Esto le trajo honra a Jehová. El templo reconstruido le dio
gloria.

La congregación cristiana también tuvo comienzos pequeños en el


Pentecostés del año 33 de nuestra era.

Jesús hizo una comparación en Mateo 13, en los versículos 31, 32: “El
reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre
tomó y sembró en su campo; la cual es, de hecho, la más pequeña de
todas las semillas, pero cuando ha crecido es la más grande de todas las
legumbres, y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo y
hallan albergue entre sus ramas”. ¿Qué significa esa comparación de la
semilla de mostaza que mencionó Jesús? El grano de mostaza
representa el mensaje del Reino, así como el resultado de predicar ese
mensaje, es decir, la congregación cristiana.

Igual que el grano de mostaza es “la más pequeña de todas las


semillas”, la congregación cristiana tuvo un comienzo pequeño en el
año 33. Sin embargo, en pocas décadas, creció rápidamente.

Se expandió más allá de lo que nadie podía imaginar.


Jesús dice que “las aves del cielo” hallan “albergue entre sus ramas”.
Estas aves simbólicas representan a las personas de buen corazón que
encuentran alimento espiritual, sombra y refugio dentro de la
congregación cristiana.

También hubo comienzos pequeños en la época moderna.


Pensemos en nuestra primera sede.


En nuestros tiempos, los Estudiantes de la Biblia (así se nos conocía), al


principio tenían sus oficinas centrales en la Quinta Avenida de
Pittsburgh, número 101, y luego en la calle Federal, número 44, en
Allegheny (Pensilvania). A finales de la década de 1880, construyeron su
propio edificio, que terminaron en 1889. Estaba en la calle Arch, y llegó a
conocerse como la Casa Bíblica.

Pero la obra siguió creciendo, así que hubo que mudar las oficinas
centrales a Brooklyn, en Nueva York, entre 1908 y 1909. En 1908, se
compró el antiguo Betel de Plymouth, que abarcaba los números 13 a 17
de la calle Hicks, en Brooklyn.

Había pertenecido a la Iglesia Congregacional Plymouth.


También se le compró a esa Iglesia otro edificio cercano, en la calle


Columbia Heights, 124. Pronto llegó a ser la nueva vivienda de los 30
miembros del personal de la sede en aquel entonces.

La llamaron Betel, que significa “Casa de Dios”. Betel era el nombre que
la Iglesia Plymouth le había dado a su edificio de la calle Hicks.

Luego se remodeló este edificio, y se le llamó el “Tabernáculo de


Brooklyn”. Tenía oficinas y un auditorio.

El 31 de enero de 1909, se celebró la dedicación de la nueva sede, y


asistieron 350 personas.

Pero en 1919 también hubo un comienzo pequeño en otro sentido.


Lo que decía Zacarías 4:10 sobre “las cosas pequeñas” se cumplió


después de que los israelitas salieran de Babilonia.

¿Tiene eso un paralelo en nuestros días? Sí, los cristianos ungidos


tuvieron un comienzo pequeño en 1919, cuando fueron librados por
completo de la dominación de Babilonia la Grande, el gran conjunto de
religiones falsas, para restaurar la adoración verdadera.

Ya en los años anteriores se habían ido librando de la influencia de


Babilonia.

Entre 1914 y 1919, los hermanos pasaron por muchas crisis y pruebas,
pero en 1919 las superaron del todo.

Cuando se celebró la Conmemoración de la muerte de Cristo el domingo


13 de abril de 1919, asistieron un total de 17.961 personas en muchos
países.

Por supuesto, eran muchas menos que las que salieron de la Babilonia
literal.

Y, de esas 18.000, unas 4.000 entregaban informes de su predicación.


Mucha gente menospreciaba a estos hermanos.


Es cierto, era de nuevo un comienzo pequeño, pero tenían la aprobación


de Jehová, y él hizo que aumentara la obra desde entonces en adelante.

También hay crecimiento en sentido físico.


Con el fin de celebrar reuniones para adorar a Jehová, en el 2016 se


compraron 1.000 terrenos en donde se construyeron Salones del Reino.

Además, se hicieron muchos trabajos de remodelación, grandes y


pequeños.

Hay trabajos de expansión de sucursales y se construyen nuevas


oficinas remotas de traducción, locales para escuelas bíblicas y Salones
de Asambleas.

En Estados Unidos tenemos en uso 47 Salones de Asambleas.


También se ve el aumento en las cifras.


En la República Democrática del Congo, este año hubo casi 1,2 millones
de asistentes a la Conmemoración.

En México, asistieron unos 2,2 millones, eso sin incluir otros países de
Centroamérica.

Por todo el mundo, unos 20 millones de personas asistieron a la


Conmemoración de la muerte de Cristo en el 2016. Y cada fin de
semana se bautizan 5.300 personas, que llegan a ser nuestros
hermanos.

Nuestra familia mundial sigue creciendo.


Pero el crecimiento que se ve en cifras no prueba por sí mismo que


tengamos la verdad.

Otras religiones tienen más integrantes, y algunas crecen rápido.


Por ejemplo, hay unos 1.500 millones de musulmanes en el mundo,


cantidad solo superada por el número de quienes afirman ser cristianos.

Pero los números por sí solos no prueban nada.


La verdad no se mide en cifras.


Es la combinación de enseñanzas verdaderas, amor genuino, elevadas


normas morales, neutralidad, llevar y santificar el santo nombre de Dios,
además del crecimiento, lo que prueba más allá de cualquier duda que
Jehová nos ha elegido para ser su pueblo.

En Isaías 60:22, encontramos una profecía que dice: “El pequeño mismo
llegará a ser mil, y el chico una nación poderosa.

Yo mismo, Jehová, lo aceleraré a su propio tiempo”. ¿Cuál es esa


“nación poderosa”? Es la gran muchedumbre junto con los ungidos.

En conjunto, forman “una nación poderosa”, aunque sean relativamente


pocos en comparación con la actual población mundial, de más de
7.500 millones de habitantes, para marzo de este año.

Muchos que nos visitan en Warwick, en Wallkill o en Patterson dicen:


“Ustedes viven en un paraíso”. Los que lo dicen quizá se refieren al
compañerismo y el cariño que se respira, así como a los alrededores
hermosos.

Y el hecho es que sí vivimos en un paraíso, un paraíso espiritual.


Pero ¿qué se puede decir de quienes nos visitan y de los que están
viendo o verán este programa por Internet? La buena noticia es que
ustedes también viven en un paraíso espiritual.

Toda la hermandad mundial vive en un paraíso espiritual.


Pero ¿qué es el paraíso espiritual? Abarca nuestra relación con Jehová y


el alimento espiritual que disfrutamos gracias al esclavo fiel.

También incluye el amor que mostramos en la congregación y a la


hermandad mundial.

Abarca, además, las bendiciones que Jehová nos da a cada uno en


nuestra vida diaria.

Este paraíso es el ambiente de actividad espiritual seguro y próspero en


el que adoramos a Jehová. No importa dónde vivamos en el mundo,
podemos estar en el paraíso espiritual siempre que participemos en
apoyar la adoración a Jehová y nos esforcemos por desarrollar la nueva
personalidad.

El paraíso espiritual tuvo un comienzo limitado en el año 33, en el


Pentecostés.

Pasó por muchos cambios en el transcurso de los siglos, pero al final fue
restaurado en 1919. En ese año, se hizo evidente que Dios había
aprobado a los ungidos.

Esa aprobación también se relaciona con el paraíso espiritual.


A partir de entonces, los ungidos han disfrutado de cada vez más


prosperidad espiritual, aun mayor que la que tenían en el siglo primero.

Y, desde los años treinta, los que tienen la esperanza de vivir en la Tierra
también han entrado en el paraíso espiritual.

Al final, este paraíso llegará a su nivel pleno, perfecto, en el nuevo


mundo.

¿Estamos agradecidos por el paraíso espiritual? Sin embargo, Satanás


trata de destruir ese paraíso.

Y cree que lo puede lograr, porque parecemos indefensos.


Intenta interrumpir el flujo de alimento espiritual, romper nuestra unidad y


detener la predicación, cosas que componen el paraíso espiritual.

También usa gobiernos humanos para borrar de la Tierra la adoración


verdadera y a quienes la practican.

Pero no lo conseguirá. Al contrario, será arrojado al abismo y estará allí


por mil años.

Después, será completamente destruido.


¿Y qué hay de los gobiernos que él controla hoy? Esos serán destruidos
en Armagedón, para siempre.

El Reino mesiánico tomará el control de la Tierra, y esta se convertirá


poco a poco en un paraíso perfecto en sentido literal.

Entonces el paraíso espiritual y el físico existirán al mismo tiempo.



El crecimiento del paraíso espiritual a partir de 1919 estuvo acompañado
de crecimiento en sentido físico.

Permítanme contarles un poco de historia.


Primero, hablemos de las imprentas.


En 1920, comenzamos a usar una imprenta rotativa en la avenida Myrtle,


en Nueva York.

En 1922, la imprenta se mudó a la calle Concord, número 18. Entre 1927


y 1986, se compraron o construyeron en la calle Adams más edificios
para las imprentas.

¿Y la ampliación de viviendas y oficinas? El 10 de octubre de 1960, se


celebró la dedicación de un nuevo edificio de viviendas y oficinas en la
calle Columbia Heights, número 107. Se efectuó en el Salón del Reino
de la planta baja y tuvo una asistencia de 630 hermanos.

En esa ocasión, el hermano Franz dijo que el nuevo edificio hacía


recordar las palabras del salmista de que todos en el templo de Jehová
hablarían de Su gloria.

En 1969, se construyeron las viviendas de la calle Columbia Heights,


número 119, que se dedicaron el 2 de mayo.

En ese mismo año, se compró un complejo de edificios a la compañía


farmacéutica Squibb, y allí estuvo ubicada la central mundial hasta que
nos mudamos aquí a Warwick.

Abarcaba los números 25 a 30 de la calle Columbia Heights, y se dedicó


el 15 de marzo de 1982. Más adelante se hizo una conexión entre el
edificio 30 y los números 48 y 50. Allí cerca está la propiedad de la calle
Jay, número 85, una manzana completa que se usaba para
estacionamiento.

Después, el 18 de septiembre de 1995, se celebró otra importante


dedicación.

Se han añadido diecisiete edificios de viviendas desde aquella


dedicación de Betel, el 2 de mayo de 1969. Por ejemplo, estaban el
Hotel Towers, que se compró en 1975; el Hotel Bossert; el Hotel
Standish; el edificio Sliver; el de la calle Joralemon, número 108; el
edificio de 30 pisos de la calle Sands, y el de la calle Columbia Heights,
número 97, en donde antes se encontraba el Hotel Margaret.

El 15 de marzo de 1983, también compramos el edificio de la calle


Furman, número 360. Allí se ubicaron el Departamento de Envíos y otros
departamentos.

Habíamos remodelado por completo ese edificio.


Tenía 93.000 metros cuadrados (un millón de pies cuadrados) de


superficie.

Para esta fecha, hemos vendido la mayoría de estas instalaciones, casi


todas.

El dinero de la venta fue más que suficiente para cubrir los gastos de la
construcción de esta nueva sede.

¿Y qué hay de la expansión de Wallkill? La granja que estaba en Wallkill


se compró a unos hermanos en 1963. Se encuentra a 120 kilómetros, o
75 millas, de la ciudad de Nueva York.

Luego se construyeron allí nuevas viviendas en 1968, 1971 y 1973. Ese


mismo año se construyó una gran imprenta, que se agrandó en 1975. En
2004, finalizó el trabajo de impresión en Nueva York, y se concentró en
Wallkill.

El 15 de mayo de 2005, se celebró la dedicación de la ampliación de
Wallkill.

Hoy dedicamos también un nuevo edificio de viviendas, un


estacionamiento nuevo y un edificio de oficinas nuevo, que se
construyeron en Wallkill, así como el almacén de Montgomery, dos
hoteles cercanos y el comedor que vieron antes en el video.

Wallkill es ahora la sede nacional, la sucursal de Estados Unidos, y la


mayoría de los integrantes del Comité de Sucursal viven allí. Por otro
lado, en Warwick está la central mundial, esa es la diferencia.

A mediados de los años noventa, también se construyeron las


instalaciones de Patterson, en las que hay oficinas, viviendas y escuelas
teocráticas.

La dedicación fue el 19 de mayo de 1999. Cerca de Patterson se


añadieron hace poco los estudios de Mount Ebo, en la carretera 22, así
como otro edificio.

Actualmente se considera Patterson parte de la central mundial.


También se compró el edificio de Tuxedo a una empresa papelera; ahora


se encuentra allí el estudio de JW Broadcasting, que también es parte de
la central mundial.

Está a solo 10 minutos de aquí en la misma carretera que Warwick.


Y, por último, también vamos a dedicar los apartamentos Rivercrest, que


se compraron en Fishkill, y en donde viven varios cientos de betelitas.

Pero hoy nos centramos en la dedicación de las hermosas instalaciones


de la central mundial, en Warwick.

¿Por qué se construyeron aquí? Creemos que Jehová quería que las
construyéramos en este lugar.

2 Reyes 23:27 nos indica que en tiempos antiguos fue Jehová quien
eligió Jerusalén como centro de su adoración.

En nuestros tiempos, esta central mundial es un lugar que promueve la


adoración verdadera por todo el mundo, así que también creemos que
Jehová decidió que fuera así. Y toda la expansión de la que hemos
hablado glorifica a Jehová. El apóstol Pablo tenía la actitud correcta.

En 1 Tesalonicenses 2:6 escribió que él no había buscado “la gloria de


los hombres”. Así es, buscamos la gloria de Jehová, no la nuestra.

Es él quien ha promovido y bendecido esta construcción.


Y estoy seguro de que ustedes están de acuerdo.


También fue Jehová quien bendijo la reconstrucción del templo físico en


los días de Zorobabel.

En aquel tiempo, Jehová dijo lo que leemos en Isaías 60:7: “Yo


hermosearé mi propia casa de hermosura”. En nuestros tiempos, esa
profecía sobre la “casa de hermosura” no se refiere a las estructuras
literales de la central mundial, sino al templo espiritual.

Tal como se predijo, muchos vendrían a adorar a Dios en ese templo.


Sería una “casa de oración” simbólica para todas las naciones, como
menciona Isaías 56:7. Revelación 7:9 predijo que habría “una gran
muchedumbre [...] de todas las naciones”. ¿Qué hace y dónde?
Fijémonos de nuevo en lo que dice la Biblia ahí, en Revelación, capítulo
7. En el versículo 9 dice: “Después de estas cosas vi, y, ¡miren!, una
gran muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las
naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante
del Cordero, vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de palmera
en sus manos”. Ahí dice que están “delante del trono” de Dios.

¿Significa eso que van al cielo? No.


Isaías 66:1 dice que la Tierra es el “escabel” de Dios, o su reposapiés.


Así que, aunque se encuentra en la Tierra, la gran muchedumbre está de


pie delante del trono de Jehová. La componen cristianos que esperan
vivir para siempre en el Paraíso en la Tierra.

En cuanto a ellos, Revelación 7:15 dice que “están rindiendo servicio


sagrado [a Dios] día y noche”. ¿Dónde? ¿Enfrente del templo? No, más
bien, dice: “En su templo”. Entonces, ¿en qué lugar, exactamente?
Bueno, no importa la esperanza que tengamos, todos servimos a Jehová
en el templo espiritual, porque adoramos a Jehová sobre la base del
sacrificio de Jesús.

Entonces, ¿qué dirían? ¿Cierto o falso? ¿Es lo mismo el templo


espiritual que el paraíso espiritual? Falso.

¿Se refiere a los cristianos ungidos? De nuevo, falso.


Los templos de los tiempos bíblicos eran un medio, o un sistema, para


adorar a Jehová. Así que el templo espiritual es también un medio para
adorar a Dios, basado en el rescate perfecto que pagó Jesús.

Todos los que adoran a Jehová sobre la base de ese sacrificio están en
el templo espiritual.

Por otra parte, el paraíso espiritual se refiere a la condición que nos


permite adorar a Jehová, tener su aprobación y estar en paz con los
hermanos.

Podemos embellecer más el paraíso espiritual y ampliar sus fronteras si


hacemos discípulos y si tenemos la personalidad cristiana.

Todos los que estamos en el paraíso espiritual cantamos alabanzas a


Jehová sin cesar.

Es como si predicáramos día y noche.


Isaías 62:6 dice: “Todo el día y toda la noche, constantemente, que no se


queden callados.

Ustedes, los que están haciendo mención de Jehová, no haya silencio


por parte de ustedes”. Así es, estamos resueltos a no permanecer
callados, a no dejar de hablar de Jehová. Y, en el capítulo 60 de Isaías,
en el versículo 6, dice que anunciaríamos “las alabanzas de Jehová”.
Contribuimos a alabar a Jehová cuando predicamos las buenas noticias
y damos nuestros comentarios en las reuniones.

Alabar a Jehová es una de las razones más importantes para asistir a las
reuniones y predicar.

Sabemos que el motivo principal por el que predicamos no es para


salvar las vidas de las personas.

Alabar a Jehová es más importante que salvar la vida de la gente.


¿Por qué? Porque Jehová es más importante que la gente.


En Hebreos 13:15 dice: “Mediante él [Cristo] ofrezcamos siempre a Dios


sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración
pública de su nombre”. Nadie puede detener la expansión.

Ni siquiera las dictaduras, incluidos los gobiernos comunistas, han


podido detener el crecimiento de la organización de Dios.

Hitler no pudo; Stalin, tampoco; Trujillo, en la República Dominicana,


no pudo; Mussolini, en Italia, no pudo; Ceausescu, en Rumania, no pudo;
Mao Tse-Tung, no pudo; tampoco pudo Enver Hoxha, el dictador de la
Albania comunista.

Nadie puede, porque Jehová está con nosotros.


¿Y qué diremos de la antigua Unión Soviética, que incluía Ucrania,


Moldavia, Bielorrusia y Rusia? En 1991, había menos de 50.000
publicadores en la Unión Soviética.

Ahora son casi 400.000. Piensen en todo ese crecimiento.


Entre 1991 y 1998, se bautizaron 220.492 personas en aquellas


repúblicas.

En 1990, en Kiev, la capital de Ucrania, había solo una congregación.


Ahora hay unas 75. Y en 1993 se efectuó el bautismo más numeroso de


la historia de los cristianos verdaderos.

Se llevó a cabo también en Kiev, en la asamblea de distrito; hubo 7.402


bautizados.

Las prohibiciones no pueden detener la obra.


Jehová ha prometido: “Contra cualquiera que contienda contra ti yo


mismo contenderé, y a tus propios hijos yo mismo salvaré”, según Isaías
49:25. Las profecías también muestran que, poco antes de Armagedón,
seremos atacados por una coalición de naciones o gobiernos dirigida por
Satanás y sus demonios.

Pero no tenemos nada que temer.


Jehová protegerá a su pueblo durante la gran tribulación, y es razonable


pensar que también protegerá la central mundial en sentido físico.

En Zacarías 2:8, él dice: “El que los toca a ustedes está tocando el globo
de mi ojo”. Y en Zacarías 2:5 leemos: “Yo mismo llegaré a ser para ella
—es la expresión de Jehová— un muro de fuego todo en derredor [para
protegerla], y una gloria es lo que llegaré a ser en medio de ella”. Así es.

La central mundial le da gloria a Jehová. Estas instalaciones y los


edificios relacionados con ellas se han construido para dar gloria y
alabanza a Jehová. Isaías 43:21 habla del pueblo a quien Jehová ha
formado para él mismo.

¿Con qué propósito? Dice: “Para que relate la alabanza mía”. Isaías
43:21. Es bueno recordar ese versículo.

Nos muestra que la razón por la que Jehová nos ha hecho su pueblo es
para glorificarlo, para alabarlo.

Y, por cierto, ¿cuál es la razón de ser de la congregación cristiana?


Bueno, igual, para alabar a Jehová. ¿Y el objetivo de la central mundial
de Warwick? Alabar a Jehová. Efesios 1:12 nos anima a servir a Jehová
“para la alabanza de su gloria”. Que estas nuevas instalaciones y los
demás edificios que dedicamos hoy sirvan para glorificar y dar alabanza
a nuestro amado Padre, Jehová. Ahora es apropiado que hagamos una
oración para dedicar todos los edificios que no se han dedicado a
Jehová todavía.

El hermano Leon Weaver, del Comité de Sucursal de Estados Unidos,


hará esta oración en nombre de todos.

Con esta oración y con el consentimiento de ustedes, declaro que todos


estos edificios están dedicados a Jehová. Y les agradecemos a todos
ustedes lo mucho que han contribuido: tanto con su trabajo, como con
dinero y oraciones.

Ahora, ¿qué es lo contrario del día de pequeños comienzos? ¿Será el
día del gran final? Bueno, ¿es la dedicación de esta central mundial el
gran final? No hay ningún final a la vista.

Todo es relativo.

En el nuevo mundo, quizá hasta consideremos que la dedicación de


Warwick fue un pequeño comienzo en relación con el enorme trabajo
que se logrará en el Paraíso, de enseñar la verdad a las miles de
millones de personas que resucitarán.

Isaías 11:9 dice: “La tierra ciertamente estará llena del conocimiento de
Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar”. No hay duda,
tenemos un Dios glorioso, con un nombre glorioso, Jehová. Tenemos
buenas noticias gloriosas y una gloriosa esperanza para el futuro.

Cuando Salomón inauguró el templo, la gloria de Jehová llenó el edificio.


Hoy en día, el templo espiritual en el que estamos millones de nosotros


también está lleno de la gloria de Jehová. En Isaías 26:12, dice: “Oh
Jehová, tú nos adjudicarás paz, porque aun todas nuestras obras nos las
has ejecutado”. Queremos darle el reconocimiento y la alabanza a
Jehová. Hasta nuestros adversarios se dan cuenta de que Jehová
bendijo la construcción, como ocurrió en los días de Nehemías.

Nehemías 6:16 dice que los enemigos “llegaron a conocer que de parte
de nuestro Dios esta obra se había hecho”. Eso está de acuerdo con lo
que dice 1 Pedro 4:11: “Para que en todas las cosas Dios sea glorificado
mediante Jesucristo.

De él son la gloria y la potencia para siempre jamás.


Amén”. Revelación 5:13 expresa una idea similar, porque dice: “Al que
está sentado en el trono y al Cordero sean la bendición y la honra y la
gloria y la potencia para siempre jamás”. ¡Aleluya! Muchas gracias,
hermano Lösch, por ayudarnos a concentrarnos en el verdadero
significado de la dedicación de estas instalaciones.

Miles de asistentes disfrutaron de este programa en persona o por


Internet desde otros lugares.

Y ahora millones de ustedes han podido disfrutar de esta misma


experiencia.

Lo sé, lo sé, están impacientes por ver el resto de la reunión anual.


Pues, me alegra anunciarles que lo que queda del programa se colgará


este mes en JW Broadcasting.

Lo encontrarán en dos partes, en la sección Videos.


La segunda parte se colgará el lunes 15 de enero.


La tercera parte se colocará el lunes 29 de enero.


De modo que, para fin de mes, habrán podido oír los discursos de cinco
miembros del Cuerpo Gobernante.

Tenemos mucho alimento espiritual, no hay duda.


Eso es todo por ahora.


Este programa se transmitió desde nuestro estudio de JW Broadcasting,


en la central mundial de los testigos de Jehová.










Broadcasting – Enero 2018


Parte 2

¿Qué vendrá a continuación? Bueno, cinco hermanos del Cuerpo


Gobernante presentarán un discurso cada uno.

Presten atención, pues en uno de ellos se va a revelar una explicación


actualizada, en otro, el texto del año.

Otros discursos serán muy motivadores y el último nos informará de un


cambio en nuestra manera de predicar.

¿Los he dejado intrigados? Pues, para comenzar esta serie de discursos


tan fascinante, vamos a invitar a la plataforma al hermano David Splane,
quien nos presentará el discurso “La visión del templo de Ezequiel y lo
que significa para nosotros”. Bueno, ¿disfrutaron de su visita? No la
visita a Warwick, Wallkill o Patterson, sino la que hicimos al templo de
Ezequiel durante nuestra lectura semanal con la congregación.

¡Qué impresionante fue! Imagínense, se nos llevó a una montaña


altísima y vimos el imponente recinto del templo de la visión de Ezequiel.

¿Y qué me dicen del guía? Fue nada menos que un ángel, de apariencia
como de cobre, que nos mostró cosas increíbles.

Todo eso es muy interesante, pero ¿qué significa? Durante muchos


años, nuestras publicaciones explicaron que el templo que Ezequiel vio
era el gran templo espiritual de Jehová. Llegamos a esa conclusión
porque, sin duda, hay ciertas similitudes entre el tabernáculo de la época
de Moisés y el templo de Ezequiel.

Y pensábamos que el templo de Ezequiel y el tabernáculo representaban


lo mismo.

Sabemos que el tabernáculo representa el templo espiritual, porque lo


dijo el apóstol Pablo.

Y, bueno, aunque es verdad que hay similitudes entre el tabernáculo y el


templo de Ezequiel, también hay grandes diferencias entre ellos.

Por ejemplo, el tabernáculo se centra en el sumo sacerdote y en el


sacrificio que este hacía en el Día de Expiación.

Así que podemos afirmar que apuntaba a lo que Jesús haría en el futuro
en su papel de gran Sumo Sacerdote y al sacrificio que él haría.

Pero ¿qué hay del templo que vio Ezequiel? ¿Hay un sumo sacerdote?
No.

¿Hay un Día de Expiación? ¿Se habla del Día de Expiación? No, ni se


menciona.

Como vemos, hay ciertas diferencias entre el tabernáculo y el templo de


Ezequiel.

Bueno, aclaremos algo desde el principio: lo que Ezequiel vio no era el


templo espiritual.

Veamos por qué. Pero antes repasemos lo que el hermano Lösch dijo
acerca del templo espiritual.

¿Qué dijo? Mencionó que se trata de un medio para algo.



¿Para qué? Él dijo que es el medio por el cual adoramos a Jehová en
virtud del sacrificio de Jesús.

¿Y qué sabemos del sacrificio de Jesús? Vayamos a la Biblia, al libro de


Hebreos, capítulo 9. Hebreos, capítulo 9, y vamos a leer los versículos
11 y 12. En Hebreos 9:11, 12, Pablo dice: “Sin embargo, cuando Cristo
vino como sumo sacerdote de las cosas buenas que han llegado a
realizarse [...]”. Así que el templo espiritual ya existía en el tiempo de
Jesús porque esas cosas ya habían “llegado a realizarse”. Sigue
diciendo que entró en “la tienda más grande y más perfecta no hecha de
manos, es decir, no de esta creación” y que entró en el lugar santo “—
no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia
sangre— una vez para siempre”. ¿Qué aprendemos? Aprendemos que
el sacrificio de Jesús se ofreció “una vez para siempre” y que la sangre
de toros y cabras ya no es necesaria.

Un sacrificio, y ya.

Después de él, ya no hacen falta ofrendas de grano, ofrendas por la


culpa, ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado, porque el sacrificio
de Jesús cubre todo.

El templo espiritual se centra en el sacrificio de Cristo.


Pero ¿qué fue lo que vimos al recorrer el templo de Ezequiel? Ofrendas


de grano, ofrendas por el pecado, ofrendas por la culpa, la sangre de
toros y cabras.

.. y hasta la purificación de los sacerdotes, que de ningún modo se ve


que hayan sido declarados justos mediante su fe en la sangre de Cristo.

Así que hay algo diferente en cuanto al templo de Ezequiel.


Lo cierto es que Ezequiel y Pablo hablan de cosas distintas.



Si están tomando notas, ahora es el momento de que hagan un pequeño
apunte.

Pablo nos enseña acerca del medio que Jehová ha puesto para que lo
adoremos.

Ezequiel nos enseña acerca de.


.. allá voy.

.. las normas que Jehová ha puesto para que lo adoremos.


Ezequiel nos enseña acerca de las normas que Jehová ha puesto para
que lo adoremos.

¿Y qué aprendemos en esos nueve capítulos de Ezequiel sobre las


normas de Jehová? Pues que son elevadas.

Sus normas son muy elevadas.


Ahora bien, pensemos en esto: ¿dónde estaba el templo de Ezequiel?


¿Estaba en un monte de altura media, como el monte Moria o el monte
de los Olivos de Jerusalén? No, estaba “sobre una montaña muy alta”.
Un templo situado en “una montaña muy alta”... la casa de Jehová en
“una montaña muy alta”... tal vez por encima de la cumbre de las
montañas.

¿No les suena familiar? ¿Dónde dice la Biblia algo parecido? Ah, sí... en
Isaías 2:2. Vamos a leerlo.

Isaías 2:2 dice: “En la parte final de los días [...]”. Eso no es el año 29,
¿verdad? “En la parte final de los días tiene que suceder que la montaña
de la casa de Jehová llegará a estar firmemente establecida por encima
de la cumbre de las montañas, y ciertamente será alzada por encima de
las colinas; y a ella tendrán que afluir todas las naciones”. De modo que
esta profecía nos ayuda a entender cuándo se cumple a mayor escala la
visión del templo de Ezequiel.

No fue en el año 29 de nuestra era, cuando llegó a existir el templo


espiritual, sino que es “en la parte final de los días”. Y ¿qué se establece
“por encima de la cumbre de las montañas”? Sabemos que es la
adoración a Jehová. Así que, como la adoración a Jehová se establece
“por encima de la cumbre de las montañas” “en la parte final de los días”,
la visión del templo de Ezequiel debe cumplirse “en la parte final de los
días”, no en el año 29. Pero la montaña que vio Ezequiel no es lo único
que es alto.

Él también vio unas puertas que daban paso al área del templo.

Esas puertas medían unos 30 metros de altura.


También había cámaras (o cuartos) de la guardia en las distintas


entradas para que ninguna persona impura pudiera entrar.

¿Por qué? Porque hay que respetar las elevadas normas morales de
Jehová. El templo de Ezequiel tenía otro detalle que llama la atención, y
es que había un muro que rodeaba el templo, todo el recinto del templo.

Cada lado medía más de un kilómetro y medio, mientras que cada lado
del templo era de 260 metros.

Así que el templo ocupaba una superficie relativamente pequeña en


comparación con todo el espacio que había alrededor.

Lo vemos en la imagen.

Tal vez así nos hagamos una idea.


¿Ven el templo en el centro, todo ese espacio y luego el muro alrededor?


¿Por qué será así? Jehová da la respuesta en Ezequiel 43:9: “Alejen de
mí su fornicación [espiritual]”. Cualquiera que supiera cómo era la
antigua Jerusalén entendería esto, porque en aquel tiempo solo había un
muro que separaba el templo de las casas.

De modo que, cuando la gente se puso a adorar a dioses falsos y a


cometer inmoralidad y todo tipo de cosas horribles en las casas, era
como si estuvieran llevando esas cosas justo hasta el muro del templo.

Por eso dice Jehová: “¡Se acabó! ¡Basta! No quiero esas cosas cerca de
mí”. La visión del templo de Ezequiel tiene un cumplimiento a mayor
escala y otro a menor escala.

Empecemos hablando del cumplimiento a menor escala.


En el capítulo 8, Ezequiel describió la situación que había en el templo


de su día, el que Salomón había construido.

Había 70 hombres ofreciéndoles incienso a “cosas que se arrastran y


bestias asquerosas”, 25 hombres inclinándose al sol y mujeres “llorando
por el dios Tamuz”. Pero, para alivio suyo, Ezequiel no vio ninguna de
estas cosas en el templo de la visión.

Lo que vio fue que se adoraba a Jehová de manera pura, de la manera


que Jehová había dicho y que él aprobaba.

De modo que, después de que los judíos fueran liberados del cautiverio
en Babilonia, podrían adorar a Jehová de manera aceptable.

Así es, después de que los judíos fueran liberados del cautiverio en
Babilonia, podrían volver a adorar a Jehová de la manera correcta.

Pero, recuerden, el título del discurso es: “El templo de Ezequiel y lo que
significa para nosotros”. Entonces, ¿qué tiene que ver con nosotros?
Bueno, dicho sencillamente, ahora estamos viviendo en el tiempo en que
se cumple a mayor escala la visión del templo de Ezequiel, y la
adoración verdadera ha sido restablecida.

¿Desde cuándo? Bueno.


.. ¿desde cuándo concretamente está la montaña de la casa de Jehová


por encima de las cumbres de las montañas? Desde 1919. ¡Qué
coincidencia! En ese mismo año el pueblo de Jehová fue liberado de
Babilonia la Grande.

Después de esa liberación, vemos que la adoración verdadera va


refinándose, haciéndose cada vez mejor.

Y, desde ese momento, Jehová nos ha ido dirigiendo para que


obedezcamos sus elevadas normas.

Pensemos, por ejemplo, en sus elevados requisitos morales.


Nadie puede llegar a formar parte de la organización hasta que los


ancianos se aseguren de que es aceptable a la vista de Jehová. Hace
sesenta y cinco años, cuando yo empecé a predicar.

.. Bueno, ya sé que algunos de ustedes empezaron a predicar antes que


yo.

Pero yo recuerdo que, hace sesenta y cinco años, solo tenías que
entregar el informe para empezar a predicar, nadie te hacía preguntas.

No tenías que recibir ninguna aprobación.


Y, antes de bautizarte, los ancianos tampoco te hacían preguntas.


¡Ni siquiera había ancianos! Pero eso ha cambiado.


Vemos que Jehová ha ido elevando los requisitos.


¿Y qué hay de quienes cometen pecados y no se arrepienten? Hoy


dejan de ser parte de la congregación, pero no siempre fue así. Como
vemos, Jehová nos ha ido dirigiendo de forma progresiva, nos ha ido
guiando, para que tengamos una amistad más estrecha con él.

Pero Jehová también ha purificado a su pueblo en sentido espiritual.


Pensemos en cuánto se ha esforzado el pueblo de Jehová desde 1919


para mantener la adoración pura lo más lejos posible de cualquier fuente
de contaminación espiritual.

Ha rechazado doctrinas falsas y costumbres con raíces paganas e


idolátricas.

¿Y cuál ha sido el resultado? Que ha recibido la bendición de Jehová, y


tenemos prueba innegable de ello.

Muchas naciones están acudiendo a “la montaña de la casa de Jehová”


porque han oído que Dios está con su pueblo.

Bueno, ¿qué hemos aprendido en este discurso? Esto: que el templo


espiritual es el medio por el cual adoramos a Jehová, mientras que el
templo de Ezequiel destaca las normas que Dios ha puesto para que lo
adoremos.

¿Y qué más hemos aprendido? Esto: que el templo espiritual entró en


funciones en el año 29, mientras que la visión del templo de Ezequiel se
empezó a cumplir en el año 1919. ¡Qué agradecidos estamos al ángel
que nos sirvió de guía en esta impresionante visita al templo! Pero sobre
todo, le damos las gracias a Jehová por ayudarnos a ver lo que esta
impresionante visión significa para cada uno de nosotros.

Muchísimas gracias, hermano Splane, por esa explicación tan buena.



Y, aunque estuvo más clara que el agua, seguro que veremos el discurso
de nuevo, ¿verdad? Así captaremos mejor todos los detalles del
discurso, que fue tan interesante y emocionante.

Bueno, a continuación, el hermano Mark Sanderson, del Cuerpo


Gobernante, nos presentará el discurso titulado “Jamás pierda la
esperanza”. La esperanza es esencial para ser cristianos fuertes.

Sin esperanza, no tendremos fuerzas.


Proverbios 18:14 dice que “el espíritu de un hombre puede soportar su


dolencia”, pero que si tenemos un “espíritu herido”, o como dice la nota
en la revisión en inglés, si perdemos la esperanza, será difícil aguantar.

¿Cuál es la idea? Que sin esperanza no tendremos fuerzas.


Y con poca esperanza, tendremos pocas fuerzas.


Proverbios 24:10 dice: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la


angustia? Tu poder será escaso”. Poca esperanza, pocas fuerzas.

Así que vemos que es muy importante que jamás perdamos la


esperanza.

Hebreos 6:19 dice que la esperanza es el “ancla del alma” o de la vida.


Ahora bien, ¿qué es la esperanza? Es una palabra que usamos a diario,


pero ¿qué significa? En los idiomas en que se escribió la Biblia, las
palabras que se traducen “esperanza” comunican la idea de esperar con
anhelo y tener la expectativa de que algo bueno suceda.

La persona con esperanza no solo desea algo bueno, sino que tiene
razones para creer que eso que espera se hará realidad.

Pongamos un ejemplo para entenderlo.

Cuando estamos en una situación difícil, todos deseamos que aparezca


alguien que nos tienda una mano.

Pero ¿y si tenemos un amigo que nos ha ayudado muchísimas veces?


Ahora la cosa cambia, ¿verdad? Esa esperanza deja de ser un simple
deseo, porque tenemos razones para creer que ese amigo nos ayudará.
Así es la verdadera esperanza: no es solo desear que algo bueno
suceda, sino tener razones de peso para creer que sucederá. Pero ¿qué
podría hacer que empecemos a perder la esperanza? Todos estarán de
acuerdo conmigo en que vivimos en un mundo lleno de dificultades y
problemas.

No hace falta que se lo diga.


Muchos de nosotros estamos empezando a sentir los achaques de la


vejez.

Si usted tiene más de 50 años, seguro que ha tenido que aprender un


nuevo vocabulario: electrocardiogramas, tomografías, triglicéridos,
lipoproteínas, y la lista sigue.

Bueno, si no sabe qué son esas cosas, ahí lo dejo.


Y, además de su propia salud, puede que también le preocupe la salud


de algún miembro de su familia inmediata, de su cónyuge, de sus padres
mayores y de otros.

Quizás hasta se le haya muerto recientemente algún amigo o algún


familiar.

¿Y si usted vive en Venezuela? Se nos ha informado que, debido a los


conflictos que hay en ese país, para el 10 de agosto, 47 de nuestros
hermanos, 47, habían sido asesinados.

Y muchos otros han sido víctimas de terribles actos delictivos.


Nos duele mucho lo que les está sucediendo a los hermanos de


Venezuela.

¿Y si vive en Texas, México o el Caribe? Seguro que todos se habrán


enterado de los desastres naturales tan devastadores que ha habido allí.
Algunos de nuestros hermanos han perdido sus Salones del Reino, sus
casas y, básicamente, todo lo que tenían.

¿Y si vive en Rusia? Los 175.000 Testigos de ese país ya no pueden


adorar a Jehová en libertad.

Bueno, si siguiéramos hablando de todas estas cosas, este no sería el


Salón del Reino, sería el Salón de los Lamentos, ¿no es cierto? Pero
usted y yo sabemos que esa no es la actitud del pueblo de Jehová. Esa
no es la actitud de quienes nos encontramos aquí hoy.

De hecho, no es la actitud de ningún siervo de Jehová en ningún lugar


del mundo.

Sin importar cuántos problemas nos toque enfrentar, ¡nosotros nunca


nos rendimos! ¿Verdad que no? ¿A qué se debe esto? El capítulo 40 de
Isaías nos da la respuesta.

Comencemos leyendo el versículo 26. Ahí el profeta nos invita a mirar al


cielo y dice: “Levanten los ojos a lo alto y vean.

¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que saca el ejército de ellas


aun por número, todas las cuales él llama aun por nombre.

Debido a la abundancia de energía dinámica, porque él también es


vigoroso en poder, ninguna de ellas falta”. ¿Cuál es el punto? Pues que
la fuente de nuestra esperanza, aquel en quien confiamos —Jehová—,
tiene “energía dinámica” en abundancia y es “vigoroso en poder”. El
versículo 28 añade: “¿No has llegado a saber, o no has oído? Jehová, el
Creador de las extremidades de la tierra, es un Dios hasta tiempo
indefinido.

Él no se cansa ni se fatiga.

No se puede escudriñar su entendimiento”. Así es, Jehová es la fuente


de poder por excelencia.

Él no se cansa ni se fatiga.

¿Nos beneficia eso a nosotros? Sí, porque ponemos nuestra esperanza


en él.

Sigamos leyendo en el versículo 29: “Está dando poder al cansado; y


hace que abunde en plena potencia el que se halla sin energía
dinámica”. ¿Tiene esto algo que ver con adquirir fuerza física? ¿Quiere
decir que Jehová renueva nuestras fuerzas en sentido físico? La realidad
es que no, pues el versículo 30 declara: “Los muchachos se cansan y
también se fatigan, y los jóvenes mismos sin falta tropiezan”. Por tanto,
el poder que nos da Jehová no es físico.

No se trata de tener la energía de una persona joven.


Entonces, ¿cuál es el secreto para obtener esa fuerza de parte de


Jehová, la fuente inagotable de poder? El versículo 31 lo dice: “Los que
estén esperando en Jehová [los que pongan su esperanza en él]
recobrarán el poder”. Estas palabras son muy interesantes.

Problemas, tensiones, persecución, encarcelamiento, desastres


naturales.

.. la lista parece no tener fin.



¿Qué pasa cuando centramos nuestra atención en todos esos
problemas y dificultades? Pues que empezamos a sentir que se nos
agota la batería, que nos quedamos sin energía.

Pero ¿qué pasa cuando fijamos la atención en Jehová, nuestro


magnífico Dios? ¿Qué pasa cuando pensamos en cuánto nos quiere?
¿Qué pasa cuando recordamos todas las veces en las que Jehová nos
dio justo lo que necesitábamos en el momento preciso? Como dice el
versículo 31, enseguida empezamos a sentir que recobramos el poder,
que se nos va recargando la batería.

Y, aunque nos hayamos sentido como un arbolito seco y deshojado y a


punto de morir, ¿qué pasa ahora? Que es como si echáramos hojas
nuevas.

Ese poder que viene de Jehová nos revive.


Miren lo que dice el final del versículo: “Se remontarán con alas como
águilas.

Correrán, y no se fatigarán; andarán, y no se cansarán”. ¿Cuál es el


punto, hermanos? Sin esperanza, no tendremos fuerzas.

Con poca esperanza, tendremos pocas fuerzas.


Pero si esperamos en Jehová, ¡tendremos fuerzas ilimitadas! ¿No es


así? Si seguimos esperando en Jehová y no perdemos la esperanza,
podremos caminar, correr, volar y hasta remontarnos como águilas.

Quiero dejar claro, hermanos, que esto no es psicología barata.


No estamos hablando del poder de los pensamientos positivos.


He visitado muchos lugares en este hermoso planeta y dondequiera que


voy veo con mis propios ojos que Jehová no deja de renovar el poder de
sus siervos.

Nunca se dejan vencer por los problemas.


El poder que Jehová les da los ayuda a aguantar.


Pensemos, por ejemplo, en nuestros hermanos de Venezuela.


Están teniendo muchos problemas y dificultades debido a los disturbios


civiles que hay en el país.

Pero, fíjense, en el 2014 había 26.252 precursores regulares.


Y, a pesar de todos los problemas que tienen, en mayo de 2017 se


registró una cifra récord de precursores regulares: 34.353, un aumento
de más de 8.000. ¿Qué les parece? Nuestros queridos hermanos no
están alcanzando estos logros por sus propias fuerzas.

Están recobrando el poder —o las fuerzas— gracias a que ponen su


esperanza en Jehová. ¿Y qué hay de los hermanos en las zonas
afectadas por catástrofes? ¿Recuerdan lo que dijo el hermano Breaux en
el informe que presentó en JW Broadcasting sobre lo que pasó en la isla
de Tórtola? El Salón del Reino que los hermanos habían estado usando
por décadas quedó totalmente destruido.

Pero ¿qué hacían ellos? Todos los días iban y se sentaban a esperar en
el estacionamiento del Salón del Reino.

¿Lo recuerdan? ¿Y por qué lo hacían? Porque sabían, es más, estaban


seguros, de que de allí saldría la ayuda de parte de Jehová. Y tenían
razón; así ha sido.

El hermano Breaux me ha confirmado que el Salón del Reino se va a


reconstruir a fin de que nuestros queridos hermanos puedan volver a
usarlo.

¿Y qué podemos decir de los hermanos de Rusia? ¿Qué hizo Jehová


para renovar las fuerzas de estos hermanos y hacer que remontaran
como águilas en medio de los problemas tan difíciles que enfrentaban?
Veamos.

Desde niños muy pequeñitos hasta ancianos, personas de toda clase y


de todas partes del mundo, quisieron expresarles a las autoridades rusas
lo que opinan sobre lo que está sucediendo con el pueblo de Jehová. Y
esto fortaleció los vínculos de nuestra hermandad.

Yo no sé qué va a hacer el presidente Putin cuando reciba todas estas


cartas, no solo la mía.

Con estas cartas, la organización entera ha demostrado que está


apoyando la soberanía de Jehová durante estos últimos días.

En cuanto al privilegio, agradecidísima de que Jehová nos haya


concedido participar en esta campaña, porque aunque nos separan el
idioma y la distancia, nos sentimos unidos a los hermanos de Rusia por
el amor que sentimos por Jehová Dios.

A los siervos de Jehová tal vez se nos considere una minoría en Rusia,
pero somos parte de una hermandad mundial y, como parte de esa
hermandad, yo quería participar en la campaña para escribir cartas.

Le escribí al primer ministro para que deje que los hermanos vayan al
Salón del Reino.

Le escribí esta carta al gobierno ruso para decirles que los Testigos son
buenos y para pedirles que los dejen adorar a Jehová con sus hijos.

“Se nos oprime de toda manera, mas no se nos aprieta de tal modo que
no podamos movernos; nos hallamos perplejos, pero no absolutamente
sin salida; se nos persigue, pero no se nos deja sin ayuda; se nos
derriba, pero no se nos destruye”. Hermanos, no sabemos lo que nos
espera en el 2018. Sin embargo, estamos seguros de que, si seguimos
esperando en Jehová y jamás perdemos la esperanza, recobraremos el
poder.

Por eso es tan apropiado que el Cuerpo Gobernante haya elegido Isaías
40:31 para que sea el texto del año 2018: “Los que estén esperando en
Jehová recobrarán el poder”. Así es, queridos hermanos siempre
tendremos acceso a la fuente de poder por excelencia si seguimos
esperando en Jehová, nuestro magnífico Dios.

Muchas gracias, hermano Sanderson.


¡Qué bueno que el texto del año nos recordará la importancia de no


perder la esperanza! Ahora, escucharemos al hermano Samuel Herd, del
Cuerpo Gobernante.

Su discurso se titula “La obediencia nos protege”. Si en este discurso


escuchan algo que parece ser una explicación actualizada, ignórenlo.

No voy a contarles nada nuevo.


La mamá venado deja a su bebé escondido entre la hierba y le dice que


no se mueva.

El cervatillo obedece.

Ella se va y lo deja solo varias horas.


El chiquitín únicamente se mantendrá a salvo si la obedece.


Ahora, piensen en cuando ustedes eran niños.


¿Verdad que sus padres les pusieron algunas reglas para protegerlos y
tenían que obedecer? Acompáñenme a la Biblia.

Vayamos a Efesios, al capítulo 6, y leamos los primeros versículos.


Ahí dice: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor,
porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer
mandato con promesa: ‘Para que te vaya bien y dures largo tiempo
sobre la tierra’”. Todos, aunque seamos adultos, somos hijos de nuestro
Padre celestial, Jehová. Y, comparados con él, siempre seremos como
niños.

Él espera que le obedezcamos, al igual que usted esperaría, si tiene


hijos, que ellos lo obedecieran, siguieran sus consejos y cumplieran sus
normas.

Cuando obedecemos a Jehová en todo, estamos protegidos.


Aquel versículo que leímos sobre los niños, esa parte que dice “para que
te vaya bien”, también es aplicable a nosotros.

Queremos que nos vaya bien; ese es nuestro objetivo.


Queremos ser leales y fieles a Jehová, a fin de que nos diga: “Bien
hecho”. Pero a veces, igual que los niños, preguntamos: “¿Por qué?”.
¿Verdad que los niños preguntan mucho por qué? “¿Por qué cantan los
pájaros?”. “¿Por qué el cielo es azul?”. No paran de preguntar por qué. Y
usted tal vez ha tenido que decirle a un niño en alguna ocasión: “Porque
lo digo yo”. Esa respuesta es un tanto seca y directa, sin duda.

Pero ¿por qué tuvo que responderle así? Tal vez por lo que estaba
detrás de la pregunta, detrás de ese por qué. Quizás pensó que el niño
era muy pequeño para entender la explicación.

Ahora, imagínense, por ejemplo, la siguiente situación: una niñita de


cinco años le pregunta a su mamá: “¿Por qué deja Jehová que los niños
se mueran de hambre?”. La niñita acaba de escuchar en la televisión
que hay bebés muriéndose de hambre.

Entonces, su madre la rodea con el brazo y le dice: “Bueno, mi niña, eso


tiene que ver con el asunto de la soberanía que se planteó hace mucho
tiempo”. Algunos de ustedes tal vez se hacían esa misma pregunta
cuando eran pequeños.

Y aun de adultos, cuando no sabían nada de la Biblia, tal vez se


preguntaban: “¿Por qué Dios.

..?”. (Aún no le llamaban Jehová). “¿Por qué Dios deja que los niños se
mueran de hambre?”. Al ver en televisión o en el cine imágenes de niños
tratando de alimentarse del pecho de su madre sin que saliera una triste
gota, ni una sola, quizás se preguntaban: “¿Por qué?”. Pero ahora ya
saben por qué y también ayudan a otros a entender la razón.

Les explican que Jehová no es culpable de la muerte de esos niños, que


el culpable es otro.

¿Y por qué Dios no ha hecho nada? Pues por el asunto que se planteó
hace tantos años y que tiene que zanjarse de una vez por todas, y que
va a zanjarse de una vez por todas.

Pensemos en esto: Jehová les ordenó a los israelitas que mantuvieran


represados los manantiales de agua.

¿Por qué? Él no se lo dijo, pero sabemos que los microbios podrían


contaminarla, aunque no los pudieran ver.

No había microscopios.

Se vinieron a inventar a finales del siglo dieciséis.


Pero, si confiaban en Jehová y lo obedecían, estarían protegidos.


También nosotros tenemos que confiar en Jehová para estar protegidos.


Cuando obedecemos a Jehová, recibimos bendiciones.


Y lo cierto es que queremos obedecerlo por muchas razones.


Él es nuestro Creador, quien nos dio la vida y quien nos mantiene vivos.

Si no fuera por él y por el amor que nos tiene, no estaríamos aquí, nos
moriríamos.

Todos sabemos eso.


Él nos ama.

Y tenemos otra razón: ha vivido mucho más tiempo que nosotros.


Aun cuando vivamos para siempre, nunca habremos vivido tanto como
él.

Jehová ha visto mucho más de lo que nosotros jamás veremos.


Tiene más experiencia.


Ha hecho cosas que nosotros nunca hemos hecho y que tal vez nunca
podremos hacer.

Les voy a contar algo que me pasó cuando era pequeño.


Vivíamos en una casita que tenía chimenea y, en el invierno, nos


juntábamos todos en la sala al lado de la chimenea y le echábamos
carbón y algunos troncos.

Pues, a veces, se salía alguna brasa de la chimenea y daba a parar a la
alfombra o al piso.

Entonces, mi padre la agarraba con la mano y la echaba de vuelta al


fuego.

Y yo pensaba: “¡Mira, qué cosa! ¡Yo lo quiero hacer!”. Así que, un día,
cuando se volvió a salir otra, la agarré. Nunca más.

Aprendí la lección.

Las manos de mi padre estaban curtidas porque él conducía mulas y


tiraba de aquellas riendas todos los días, y lo hizo por muchos años.

Así que tenía esa piel como el cuero.


Por eso él sabía que podía agarrar esa brasa unos instantes y soltarla
sin quemarse.

Yo no sabía eso.

No había vivido tanto tiempo como para saberlo, pero mi padre sí.
¿Saben? Mi padre tenía 56 años cuando yo nací y, si todavía viviera, hoy
tendría 138 años.

Así que yo nunca conocí a mi padre de joven, pero fue un buen padre.

Y también era un hombre fuerte.


Jehová creó el Sol.


¿Cuál es la temperatura del Sol? Bueno, dicen que en la superficie la


temperatura es de 10.000 grados Fahrenheit o 5.600 grados Celsius.

En el núcleo, en el centro, es de 27 millones de grados Fahrenheit o 15
millones de grados Celsius.

Para incinerar un cuerpo humano, el horno tiene que estar entre unos
760 y 980 grados Celsius.

Pues, pensemos en esto por un momento.


(Tan solo para tener una idea de la grandeza de Jehová, no es que esto
sea cierto, porque no lo sabemos, lo único que sabemos es que él creo
el Sol). Pero para hacernos una idea de la grandeza de Jehová,
podríamos decir que él puede hacer malabares con el Sol.

Ese es nuestro Dios, Jehová. Sabemos que la Nueva Jerusalén no


necesitará el Sol para tener luz.

La Biblia dice en Revelación 21:23 que “la gloria de Dios” la alumbrará.


Obedecer las instrucciones de Jehová nos protege.

Por eso no nos preocupa la gran tribulación.


Lo que nos tiene que preocupar es lo que venga antes de la gran


tribulación, pues el Diablo va a hacer todo lo posible por acabar con
nuestra relación con Dios.

De eso pueden estar seguros.


Y va a intentarlo con cada uno de nosotros.


Él no va a elegir a unos cuantos, porque lo que quiere es que todos nos


pongamos de parte suya.

De modo que no va a perdonar a nadie.



Todos vamos a ser probados.

Quizás algunos ya han sido probados hasta el límite.


No lo sabemos, pero Jehová sí. Si ese es su caso, no se le va a probar


más allá de ese límite.

Puede que tenga otra prueba, pero ha demostrado que podrá soportar
esa prueba.

Lo que tenemos que hacer ahora es aprender a obedecer las normas de


Jehová. La Biblia dice que la humanidad solo puede ir por dos caminos.

Vamos a leerlo.

Mateo 7:13, 14 dice: “Entren por la puerta angosta; porque ancho y


espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los
que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el
camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan”. Nosotros
no vamos por el camino ancho, no.

Son los desobedientes los que van por él, los que hacen lo que les da la
gana.

Muchísimas personas van felices de la vida por ese camino que lleva a
la destrucción.

Pero nosotros hemos elegido el camino estrecho, y ese es el camino por


el que Dios nos ha dicho que vayamos.

Jehová nos ha atraído hacia él porque ve los corazones.


Nosotros tal vez no podamos ver lo que Jehová ve en los corazones.



Y eso puede ir en contra nuestra si no tenemos cuidado, porque
podríamos empezar a criticar a un hermano por lo que sí vemos.

Pero Jehová perdona eso, deja que la sangre de Jesús lo cubra.


Él busca lo bueno en nosotros y se centra en eso.


Quiere que esa persona tenga vida eterna y la va a ayudar, aunque


nosotros no veamos lo bueno que él le ve.

Hermanos, puede que dentro de poco nuestra obediencia se ponga a


prueba como nunca antes.

No pensemos que, porque hayamos aguantado en el pasado, tendremos


éxito ahora.

Tampoco deberíamos pensar que somos tan espirituales y tan santos


que nunca vamos a ceder bajo presión.

Ahora es el momento de acostumbrarnos a obedecer; no esperemos a


que vengan las pruebas.

Pedro, uno de los apóstoles más fuertes de Jesús, salió huyendo con los
demás apóstoles la noche en que arrestaron a su Maestro.

Y, aunque sabemos que Pedro lo siguió a escondidas desde lejos, desde


una distancia considerable, cuando le preguntaron si lo conocía,
comenzó a maldecir y a jurar: “No conozco a este hombre de quien
hablan”. Eso dice Marcos 14:71. Eso lo dijo Pedro.

¿Somos nosotros tan fuertes como él? Tal vez sí, tal vez no.

Y es ese tal vez no lo que nos preocupa.



Así que no nos confiemos pensando que llevamos muchos años en la
verdad, quedémonos en la verdad, y la única manera de lograrlo es
permaneciendo cerca de Jehová. Él nos ha ayudado a alcanzar el
equilibrio espiritual, y queremos hacer todo lo que podamos por
conservar ese equilibrio para nunca tropezar y caer.

Es gracias a Jehová y Jesús que estamos en la verdad, así que


confiemos en Jehová de todo corazón.

La Biblia dice: “El que confía en Jehová será protegido”. Y de eso trata
este discurso: de la obediencia y de pedirle a Dios que nos proteja.

Necesitamos ayuda para seguir despiertos en sentido espiritual.


Y recibimos esa ayuda mediante los hermanos.


La Biblia dice: “Considerémonos unos a otros para incitarnos al amor y a


las obras excelentes, sin abandonar el reunirnos, como algunos tienen
por costumbre, sino animándonos unos a otros, y tanto más al
contemplar ustedes que el día se acerca”. Pongamos un ejemplo: usted
va conduciendo de noche y está lloviendo.

Va escuchando la lluvia caer sobre el auto y el ruido de los


limpiaparabrisas, que van de un lado al otro del cristal.

Las luces de los demás autos hacen que se le cierren los ojos, y le está
entrando sueño.

Da una cabezadita; está a punto de quedarse dormido.


¡Su esposa le da un manotazo! Va en el asiento de al lado.


Su esposa le da un manotazo, y usted se despierta.



¿Se alegra de que le hayan pegado? Ella sí. Cada reunión a la que
vamos es como un manotazo que nos da alguien que nos quiere para
que no nos durmamos.

Así que seamos obedientes, no faltemos nunca y estaremos protegidos.


Nuestra vida depende de eso.


Muchas gracias, hermano Herd.


Bueno, no sé ustedes, pero yo he apuntado por lo menos dos puntos


nuevos: tenemos que tener la piel de elefante y dejar que nos den
manotazos.

¿Saben qué? A mí me encantó el discurso.


Yo daba discursos así antes, pero me dieron este trabajo.


Lo siento, hermano Herd, he esperado doce meses para decírtelo.

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