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RIPS.

Revista de Investigaciones Políticas y


Sociológicas
ISSN: 1577-239X
usc.rips@gmail.com
Universidade de Santiago de Compostela
España

Silva, Manuel Carlos


DESIGUALDAD Y EXCLUSIÓN SOCIAL: DE BREVE REVISITACIÓN A UNA SÍNTESIS
PROTEÓRICA
RIPS. Revista de Investigaciones Políticas y Sociológicas, vol. 9, núm. 1, 2010, pp. 111-136
Universidade de Santiago de Compostela
Santiago de Compostela, España

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Desigualdad RIPS, ISSN 1577-239X.
y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica Vol. 9, núm. 1, 2010, 111-136
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DESIGUALDAD Y EXCLUSIÓN SOCIAL: DE BREVE


REVISITACIÓN A UNA SÍNTESIS PROTEÓRICA

Manuel Carlos Silva*


Universidade do Minho
Departamento de Sociologia

Resumen: En este artículo el autor, empezando por problematizar concepciones co-


rrientes en torno del “fin del trabajo” y de la nivelación social, del aumento de las clases
medias y de la disminución de las desigualdades sociales en la dicha ‘sociedad de la abun-
dancia’, define desigualdad como apropiación o usurpación de bienes, recursos y recom-
pensas, implicando competencia y lucha. Seguidamente, revisita el polisémico concepto
de exclusión social en diversas perspectivas: estructuro-funcional basicamente durkhei-
miana y parsoniana, accionalista (neo)weberiana, simmeliana, interaccionista simbólica y
(neo)marxista. Por fin, en la senda de Bader y Benschop (1988), hace un balance crítico de
las teorías clásicas de los sociólogos fundadores, desconstruye ambiguidades y equívocos
en torno del concepto de exclusión, dando prioridad analítica al concepto de desigual-
dad social, y intenta esbozar una síntesis proteórica mediante una fecunda aproximación
entre la perspectiva marxista y la weberiana, sin menospreciar el importante contributo
de la corriente interaccionista. Buscando una superación del viejo dilema estructura y ac-
ción social pero evitando, simultaneamente, un raciocínio de cariz circular, propone una
jerarquización de niveles de análisis desde el socio-estructural o societal, pasando por
el organizacional, hasta el interactivo. En suma, las desigualdades y exclusiones sociales
son producidas y reproducidas por la acción social de los diversos tipos de actores sociais
y esta, a su vez, es estructurada por las condiciones organizacionales y societales (pré)
existentes de las desigualdades.
Palabras clave: desigualdades y pobreza, exclusión social y los clásicos, estructura-ac-
ción social, estructuración de las desigualdades.

Abstract: In this article, the author, beginning with the questioning of the current
thinking around the “end of labour” and social levelling, the rising of middle classes and
the reduction of social inequalities in an alleged ‘abundance society’, defines inequality
as the appropriation or usurpation of assets, resources and rewards, implying competi-
tion and struggle. Next, he makes a re-visitation of the ambiguous and polysemic concept
of social exclusion in different perspectives: structural-functional especially durkheimian
and parsonian, actionalist and/or (neo) weberian, simmelian, symbolic interactionist and
(neo) marxist. Finally, in the result of the the work from Bader and Benschop (1988), , he
makes a critical assessment of classical theories of the sociology founders, deconstructs
ambiguities and misunderstandings around the concept of exclusion, giving analytical
priority to the concept of social inequality and tries to give a pro theoretical synthesis
through a fruitful approximation between the marxist and weberian perspective, wi-
thout neglecting the important contribution of the interactionist theories. Aiming to
overcome the old dilemma between structure and social action, but avoiding, simulta-

Recibido: 07.01.2010. Aceptado: 15.03.2010


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neously, a circular nature of thought, he suggests a hierarchy of levels of analysis from


the socio-structural or societal, through the organizational, to the interactive. In short,
inequalities and social exclusions are produced and reproduced by social action of the
various types of social actors and this, in turn, is structured by organizational and societal
conditions (pre) existing inequalities.
Keywords: inequality and poverty, social exclusion and the classics, structure-social
action, inequalities structuring

1. INTRODUCCIÓN Y PROBLEMA y política de unas y otras, las cuales, en vez


de afrontar las clases dominantes, denota-
Antiguos y nuevos pregoneros glori- rían capacidad de negociación y concierto
ficadores de la sociedad (post)moderna
por la via institucional.2
apuntan como principales argumentos y
observaciones acerca de la misma los pro- Por fin, un otro tópico frecuente en los
cesos de nivelación social, la equidad y la círculos neoliberales y postmodernos es la
universalidad de los derechos sociales, la afirmación de que en la actual sociedad
mejoría generalizada de las condiciones de postindustrial se caminaría, sino hacia el
vida, la fuerte disminución de obreros en “fin del trabajo”, por lo menos hacia una
los sectores agrícola e industrial y el corre- acentuada desvalorización y descomposi-
lativo crecimiento y/o ensanchamiento de ción del trabajo, obstante la disminución
capas o clases medias designadamente en del tiempo laboral y el aumento exponen-
los servicios, una creciente diferenciación cial de la productividad del trabajo.3
profesional y funcional del trabajo con la
Estas tesis revisten debilidades y con-
correlativa diferenciación en remunera-
tradicciones, siendo, por eso, susceptibles
ción, poder y estilos de vida. De este modo,
de ser en el todo o en parte contestadas,
contrariamente al diagnóstico, y al prog-
como veremos. Sin embargo, ellas son sin-
nóstico marxista alrededor de un proceso
tomáticas de que hay elementos nuevos –
generalizado de proletarización y pauperi-
ni todos ideológicos – a considerar en el
zación, somos confrontados, en la perspec-
análisis de la actual sociedad ajustables en
tiva de estos autores, con una sociedad de
visiones simplistas o esquemáticas. O sea,
bienestar generalizado y la prominencia de
a no ser por ceguera dogmática o rigidez
las clases medias profesionales.1
doctrinaria, no es posible rebatir cabal-
Aun en esta óptica de raciocinio, estos mente ciertos lugares comunes y medias
procesos han venido a ser acompañados, verdades, revestidos de una aureola “cien-
por un lado, por una fragmentación de tífica”, si no reconocemos que el modo de
funciones en el comando empresarial y or- producción capitalista, apesar de mante-
ganizacional, a saber, la de propietario y ner una determinada lógica y estructura
la de gestor y, por otro, por emergentes de funcionaniento – de resto bien anali-
procesos de movilidad social, por parte de zada por Marx (1974) –, ha sufrido consi-
estratos sociales más bajos, gracias sobre- derables cambios que importa registrar
todo al rol de la educación, cuyo efecto y explicar justamente en una perspectiva
final sería el ‘emburguesamiento’ no solo transformadora en sentido emancipatorio.
de las clases medias sino también de las Los cambios tecnológicos y económicos,
propias clases trabajadoras. Así, al revés de sin cambiar el cerno del modo de produc-
la esperada acción colectiva única y con- ción capitalista, han comportado nuevos
ciertada, se verificaria una generalizada elementos que configuran una recom-
apatia, indiferencia y/o integración social posición social de las clases sociales, una

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creciente intervención y regulación del Es- Desigualdad social presupone la apro-


tado y sobretodo de otras instancias políti- piación o usurpación privada de bienes,
cas supraestatales y, por fin pero no menos recursos y recompensas, implicando com-
importante, la sobredeterminancia de las petencia y lucha. De donde, una primera
corporaciones transnacionales operantes a cuestión reside en saber qué objetos son
nivel global, nacional, regional y local. susceptibles de apropiación por parte de
algunos actores en detrimento/prejuicio de
Relevante, aunque aparentemente pa-
otros y cuales los conceptos más adecuados
radójico, es todavía el hecho de los glori-
para el análisis de las situaciones de des-
ficadores de la nueva orden y de la “socie-
igualdad en cuanto a la posesión y distribu-
dad de la abundancia” veniren cada vez
ción de bienes, recursos y recompensas.
más a perorar sobre la exclusión social,
admitiendo que, en el propio corazón de Entre los conceptos utilizados, sea en la
la Europa y sobretodo de la América del vida cotidiana, sea en el léxico de las cien-
Norte, la pobreza es un hecho indesmenti- cias sociales, sobresalen los conceptos de
ble, lo que lleva autores críticos a referirse bienes, capitales, recursos, valores, privile-
al crecimiento de un “Tercero Mundo in- gios, recompensas, oportunidades, servi-
terior” (Almeida 1993:831) o de un Cuarto cios, entre otros. Bader e Benschop (1988)
Mundo en el seno del Primer Mundo: 6 a 10 evidencian las ventajas y los inconvenien-
millones de personas en pobreza absoluta tes de cada uno de ellos. Así, el concepto
y 44 millones en pobreza relativa en 1985, de valores es limitado en la medida en que
equivalente a cerca de 14% de la pobla- remite hacia un significado ora económico
ción (cf. O’ Higgins y Jenkins in González et ora axiológico: el económico en torno del
al. 1992:54). En las últimas décadas, es cada trabajo necesario en la versión marxista o
vez más corriente oir hablar, no solamente de la utilidad marginal en términos (neo)
en los círculos académicos, sino también en liberales, excluyendo objetos centrados
los medios políticos y en el propio lenguaje en el poder o en el prestigio; el axiológico
de la vida cotidiana, de segmentos socia- centrado en las pautas normativas y en
les excluídos. Otros, todavía, sin dejar de las orientaciones éticas, excluyendo así los
utilizar el término de exclusión social, pre- valores materiales. Además de ni siempre
fieren, sin embargo, continuar utilizando ser explícito y claro el significado en cada
el concepto de desigualdad social, cuya una de las acepciones –liberal o marxista –,
temática, remitiendo hacia una vieja cues- cualquiera de uno de ellos es reductor.
tión, se ha vuelto también, con los profun-
En cuanto al concepto de bienes, según
dos cambios en las sociedades capitalistas y
Bader y Benschop (1988), el abarca un gran
con el desmoronamiento de las sociedades
conjunto de objetos; todavia se ha con-
dichas socialistas, una cuestión actual, per-
vencionado que el no envuelve o incluso
sistente y ciertanente controversa desde el
es contrapuesto al concepto de servicios y,
punto de vista científico y político.
aún cuando se asocia al concepto de bie-
Un punto previo concerniente a la pro- nes o de servicios, deja de fuera determi-
blematica de la desigualdad consiste en nados tipos de recompensas no materiales.
sostener que está fuera del objeto de esta A su vez, el término recompensas, si, por
disciplina la diferenciación o la desigual- un lado, incluye las gratificaciones de va-
dad dicha natural. Ni sería deseable que riada orden, no engloba todos los recursos
así fuese, una vez que la diferenciación e incluso es señalado como un concepto
natural es parte integrante de la riqueza ora complementar ora de contraste en re-
de la natureza y de la sociedad. Lo que, lación al de recursos.
con efecto, ha sido objeto de polémica y
Otros conceptos frecuentemente adu-
confrontación a lo largo de los tiempos es
cidos designadamente por Weber (1978)
la desigualdad social.

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son los de privilegios y oportunidades de sin cualquier tipo de recurso, cuando el


vida, conceptos bastante amplios y gene- número y la organización de estos ciuda-
rales que se refieren a objectos desigual- danos destituídos pueden volverse recur-
mente apropiados por los actores sociales. sos hacia la transformación social.4 Si, por
Estos conceptos son a menudo utilizados un lado, es obvio que en el hay aborda-
por autores como Giddens (1981) que, rei- jes axiológicanente neutros, importa, por
vindicándose de la herencia weberiana, otro, aliar a la necesaria reflexión teórica
los restringe incorrectanente a un sentido conocimientos empíricos actualizados, de
de cariz consumista. Neomarxistas con modo a evitar lugares comunes sobre ricos
fuerte influencia weberiana como Bader y pobres o afirmaciones sostenibles sobre
y Benschop (1988), en una interpretación incluídos y excluídos, asumiendo ante es-
fecunda del legado weberiano, consideran tos últimos actitudes paternalistas, carita-
con todo que tales conceptos, aunque con tivas o asistencialistas.
algunas limitaciones, deberán ser entendi-
dos en sentido lato como oportunidades
socialmente creadas: condiciones de super- II. DE LA VISIÓN (NEO)DURKHEIMIANA A
vivencia, lugares reproductivos y consumo LA PERSPECTIVA ESTRUCTURO-FUNCIO-
de bienes materiales y espirituales, rela- NAL Y (NEO)LIBERAL
ciones sociales, hábitos y estilos de vida,
prestigio, poder. Sin embargo, según estos Para entender la perspectiva durkhei-
últimos autores, el término más adecuado miana sobre la exclusión social, importa
y genérico utilizado para englobar todas tener presente algunos de sus supuestos
las múltiples formas de desigualdad social metodológicos y las tesis presentes en A
es el de ‘objetos de apropiación’ (cosas, Divisão do Trabalho Social de Durkheim
personas, cualificaciones, lugares sociales, (1977) que constituye la principal obra del
posiciones organizacionales, ideas, relacio- autor que intenta dar cuenta no solo de
nes sociales, entre otros), susceptibles de los comportamientos regulares de los in-
ofrecer oportunidades, a fin de satisfacer dividuos sino también de los fenómenos
necesidades físicas, psíquicas, espirituales anómicos y, por lo tanto, perturbadores de
y sociales. las sociedades modernas. Para Durkheim
(1974:35), el objecto de la sociología se-
Una segunda cuestión fulcral que atañe rían los hechos sociales, los cuales, siendo
a la estructuración de las desigualdades se modos de pensar, sentir y accionar, se ca-
relaciona con el sujeto de la apropiación, racterizan por ser coercitivos y exteriores
ya individual, ya colectiva, de los objectos a los individuos. Aunque no sean cosas, los
de apropiación. En este sentido, estamos hechos sociales deben de ser considerados
confrontados con determinados actores como cosas susceptibles de ser medidos y
sociales que se apropian y, eventualmente, establecidos estadísticamente.
monopolizan recursos y excluyen otros
actores que son por aquellos expropiados La preocupación de Durkheim (1974:23
y excluídos. Sea en versiones del sentido ss) en fundamentar metodológica y teo-
común, sea en ciertos trabajos académi- ricamente la formación de una nueva
cos, las cuestiones de la pobreza y de la ciencia sociológica – la cual se destacaría
exclusión social son colocadas de modo y autonomizaría de las demás ciencias, no
dicotómico, dual, bicolor. Así, mientras los solo naturales, sino de otras tales como la
incluídos y, en especial, los ricos serían re- demografía o la psicología – tendría como
presentados como agentes todo-podero- una de sus claves maestras la de explicar
sos y explotadores, los pobres y excluídos lo social por lo social, o sea, los hechos
serían tan solo vistos como víctimas pasi- sociales a partir de la sociedad. Por eso,
vas, totalmente dominadas y/o explotadas para Durkheim (1977 I:98), además del re-
conocimiento de la conciencia individual y

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de la cual se ocuparía la psicología, exis- conozcan un mayor margen de individua-


tiría una conciencia colectiva, la cual, en ción, cooperan, se complementan y, como
cuanto conjunto de valores y normas, sig- partes integrantes del todo, contribuyen
nos y símbolos, sería practicada por todos para el buen funcionanento de la sociedad.
los miembros de determinada comunidad Todavía, si la división del trabajo social es
o sociedad. Y, así, mientras la conciencia generadora de cohesión y solidaridad so-
individual se asociaría a la personalidad ciales, cabrá cuestionar: como comprender
individual, la segunda representaría la y explicar la anomia social, un fenómeno
personalidad colectiva y, en ella, la propia perturbador de la supuesta armonía de
sociedad. Para Durkheim (1977 I:78, 152, las sociedades modernas? Justamente, res-
211 ss), esta conciencia colectiva, siendo ponde Durkheim (1977 II:195), o porque se
común a todos los miembros de la socie- verifica una excesiva y forzada división del
dad, orienta, condiciona e incluso deter- trabajo en que las prestaciones de las es-
mina los comportamientos y las represen- pecializaciones no están conformes con los
taciones individuales. Las representaciones talentos de los individuos – lo que provoca
colectivas son exteriores y constriñientes desajustes entre talentos y/o méritos y los
ante las conciencias individuales, englo- lugares ocupados –, o porque la densidad
ban normas morales traducidas en dos material en los cambios económicos preva-
tipos de sanciones: (i) unas de carácter re- lece sobre la densidad moral, dando lugar
presivo que resultan de desvios de los pro- al culto del individuo, a rupturas anómicas
cesos de semejanza entre los miembros de o crises morales. Tales situaciones ocurren
la comunidad dando lugar a la solidaridad en especial por altura de crisis industriales
mecánica; (ii) otras, de alcance restitutivo, o comerciales, designadamente cuando las
asociadas a la división social del trabajo, funciones económicas se sobreponen y de-
creando la solidaridad orgánica. Mientras jan de ser reguladas por la moral social. La
la primera es una “solidaridad sui generis anomia surge cuando la ausencia o debili-
que, oriunda de las semejanzas, vincula tación de las reglas provocan disfunciones
directanente el individuo a la sociedad” y desregularizaciones sociales, por las cua-
(1977 I:126) y es, en regla, más estable, la les los individuos se sienten desestructu-
segunda, basada en los principios regula- rados, desorganizados o desligados de la
dores de los organismos vivos, es resultado sociedad en cuanto a los códigos sociales y
de la diferenciación, de la especialización morales, situación propicia a la ocurrencia
y de la interdependencia procedente de la del suicidio anómico. En la óptica durkhei-
división de las tareas y de las profesiones. miana, serían estas situaciones anómicas
Así, mientras en las sociedades tradicio- que harían ablandar o incluso disolver los
nales la cohesión social5 deriva de normas lazos sociales a ciertos individuos o grupos
morales de sanción represiva, asienta en la sectoriales, junto a los cuales la conciencia
religión como el más importante soporte colectiva perdería su fuerza persusiava,
y se exprime en la similitud de las con- disminuyendo así los lazos sociales de es-
ciencias, en las sociedades modernas ella tos grupos con la sociedad y las represen-
traduce en normas de sanción restitutiva taciones colectivas.
y resulta de la diferenciación, jerarquiiza-
Aunque recuperando y reincorpo-
ción e interdependencia de las funciones
rando ingredientes de otras proveniencias
y de los roles inherentes a la división del
teóricas, varios científicos sociales, desig-
trabajo social: “Las relaciones reguladas
nadamente Xiberras (1993) y, de cierto
por el derecho cooperativo de sanciones
modo, Castel (1998), retoman las premisas
restitutivas y la solidaridad que exprimem
durkheimianas cuando, por un lado, mues-
resultan de la división del trabajo social”
tran los efectos benéficos de la relación
(Durkheim 1977 I: 148). En esta última, los
salarial y/o participación en la vida econó-
individuos, aunque no sean semejantes y

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mica como precondición de la inserción e la tesis durkheimiana acerca de la división


integración en las variadas redes de socia- do trabajo como generadora de solidari-
bilidad (profesional, familiar)6 y, por otro dad enferma de una petición de principio
lado, alejan la articulación entre la proble- basado en un pacto social resultante de la
mática de la exclusión social y la demarca- complementaridad y de la interdependen-
ción o confrontación de clases y/o demás cia entre los diversos órganos o componen-
categorías sociales (étnicas, sexuales). En tes integrantes de las unidades sociales y
la senda de la visión durkheimiana, la di- económicas designadamente productivas.
ferenciada capacidad económica, aunque Una, la moderna división social del trabajo,
propiciadora de estabilidad o inestabili- cuando no analizada en términos de clases
dad social, no sería con todo el criterio bá- y categorías sociales, es mistificadora en la
sico diferenciador para clasificar incluídos- medida en que no desvela el cierne de las
excluídos, admitiendo así, en el límite, la contradicciones por que atraviesa el modo
existencia de pobres incluídos, desde que de producción capitalista en las sociedades
no disociados o desocializados. Por otras modernas. O sea, la solidaridad existente
palabras, la vulnerabilidad, siempre que discurre de los lazos de cooperación que
reducida o controlada, no amenazaría la los productores van estableciendo entre sí,
estabilidad social, del mismo modo que, pero de modo alguno es extensible al con-
cuando ampliada y descontrolada, sería junto de las clases presentes en cualquier
susceptible de inducir perturbación, ines- empresa u organización y, mucho menos,
tabilidad y, por veces, conflictibidad social. entre las fracciones de la clase burguesa y
Y, mucho menos, el concepto de explota- las varias capas de las clases trabajadoras.
ción constituiría el criterio de filtraje en- Pretender, como lo hace Durkheim (1959),
tre incluídos y excluídos, una vez que los que cada uno se contente con su lugar y
asalariados, manteniendo una relación su suerte significa exprimir y manejar una
vinculada e interdependiente en los cam- forma de legitimación de los interesses de
bios mercantiles, no serían por lo tanto las clases y capas interesadas en la manu-
excluídos, contrarianente a los desemplea- tención del statu quo. Cuando Durkheim
dos que, esos sí, aunque cada vez más nu- (1977 I:149 ss) pugna por el imperativo
merosos, se situarían con todo fuera de los da restauración del orden y de la coope-
sectores productivos y, por lo tanto, serían ración regulares, por la cohesión social y
excluídos. por la moralización de las funciones eco-
nómicas en la sociedad moderna, asume
En un primer balance crítico sobre
como ‘naturales’ y ‘espontáneas’ no solo
la teoría funcionalista de inspiración
las funciones de cohesión social por la vía
durkheimiana, empezaría por observar
de sanciones coercitivas sino también los
que, cuando Durkheim (1974), metodoló-
inherentes procesos de dominación e in-
gicanente, se esfuerza por explicar lo so-
justicia en sociedades tradicionales como,
cial por lo social, cae en un objectivismo
por ejemplo, las esclavistas, feudales o de
sociólogico cristalizado en la conciencia
castas.7 Su preocupación se centra en los
colectiva, de donde emerge una espe-
efectos disruptivos y desagregadores de la
cie de reificación psíquica de la sociedad:
anomía social en las sociedades modernas
“Al agregarse, al penetrarse, al fundirse,
pero menoriza o incluso ignora las causas
las almas individuales dan nacimiento a
económicas y políticas de la anomia y, de
un ser, si así se quiere, psíquico, pero que
modo alguno, desconstruye los mecanis-
constituye una individualidad psíquica de
mos de explotación y dominación en estas
un género nuevo” (Durkheim 1974:116),
sociedades. Si para las sociedades moder-
individualidad psíquica autónoma que
nas, ante la crisis anómica inducida por la
Durkheim (1977 I:98) traduce como “con-
prevalencia de las funciones económicas
ciencia colectiva o común”. Por otro lado,
sobre las morales, apunta la necesidad de

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una ‘nueva moral’ conciliadora de los dife- Las viejas justificaciones teórico-ideoló-
rentes protagonistas y sus intereses,8 en las gicas vendrían a reforzarse y con las premi-
sociedades tradicionales, de resto aprioris- sas estructuro-funcionales elaborados por
ticamente asumidas como cohesas e in- Parsons (1967,1988) y Davis y Moore (1976),
tegradas por fuerza de los imperativos e entre otros, para quien las diferenciacio-
interdichos religiosos, prevalece el sentido nes socio-estructurales, correspondiendo
de partija, comunión y solidaridad en la de modo muy genérico a las pautas cultu-
base de la similitud de las conciencias. En rales, resultarían de la integración de las
ningun momento, sin embargo, se cues- pautas de valor con otras componentes del
tiona Durkheim sobre quién fabrica y de sistema: “De un modo general, las diferen-
qué modo se cimientan y difunden ideas, ciaciones entre los tipos de sistema social
signos y símbolos inherentes a dicha “con- no tienen correspondencia a esta orden de
ciencia colectiva” ni tampoco escudriña las diferenciación de pautas de valor cultural,
contradicciones derivadas de las relaciones a no ser de un modo muy genérico. Las ac-
de explotación y opresión de determina- tuales estructuras sociales no son tipos de
das clases por otras en términos econó- pautas de valor, sino antes resultados de la
micos, políticos, religiosos. La perspectiva integración de pautas de valor con otros
durkheimiana ignora, por un lado, las componentes del sistema social” (Parsons
‘camisas de fuerza’ impuestas a las clases 1988:111). Contrarianente a los supues-
dominadas; por otro, aún cuando atribuye tos weberianos y marxistas que asumen el
con alguna justicia la función estructurante conflicto como una componente regular o
de la religión sobretodo en las sociedades incluso prevaleciente de las sociedades, el
antiguas, medievales y pre-modernas, no acento tónico de la perspectiva (estructuro)
desvela, al revés de Marx y Engels (1976) y funcional incide en la interdependencia
de Weber (1978), el rol mistificador y legi- orgánica de las instituciones, de los grupos
timador de las religiones y de las diversas o cuerpos sociales y de los individuos, los
iglesias que respectivanente las soportan. cuales, llenando sus respectivas funciones
Tampoco conecta las doctrinas y las ideo- y papeles, visan la consecución del ya refe-
logías religiosas con los intereses materia- rido objectivo común: el funcionamiento
les de las clases sociales, así como analizar coheso y armónico de la sociedad, basado
las prácticas y visiones diferenciadas de los en funciones culturales designadamente
diversos grupos sociales en el seno de la religiosas (creencias, rituales), políticas
misma religión y, eventualmente, iglesia. sobretodo gubernanentales (legalidad,
Por fin, el funcionalismo durkheimiano, autoridad, regulación social, control por
tal como el estructuralismo funcionalista la fuerza), económicas (propiedad privada
em Malinowski (1944) y, más tarde, en Par- de bienes) y, aunque de modo secundario,
sons (1988), pierde de vista la perspectiva científico-técnicas (conocimiento).
histórica.9
La sociedad, a fin de integrar los indi-
Aunque Durkheim (1959) haya ma- viduos, deberá satisfacer sus necesidades
nifestado algunas reservas sobre el libe- y deseos a través de la realización de las
ralismo económico, nunca ha llegado a funciones sociales, de modo que se obten-
cuestionar los principios liberales desig- gan los necesarios equilibrios y consensos.
nadamente los relativos a la teoría de los Sin embargo, mientras para el estructuro-
dones y a la meritocracia, en los cuales se funcionalismo absoluto defendido por
basa también la ideología de la moderna Parsons (1988), los prerequisitos, las ne-
sociedad industrial capitalista que, como cesidades y acciones son universalmente
veremos, no cuestiona las desigualdades funcionales e indispensabables, para el es-
sociales estructurales. truturo-funcionalismo moderado de Mer-
ton (1970), a la par de las funciones como

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efectos observados que contribuyen para teórico clásico de la acción social, asume
el ajuste y la integración de los individuos las desigualdades sociales como resultan-
en la sociedad, hay también efectos dis- tes no tanto de los lugares ocupados en
funcionales que “disminuyen la posibili- los procesos productivos a buena manera
dad de adaptación o de ajuste al sistema” marxista, sino más bien como efectos de-
(Merton 1970:51). En efecto, la tesis del rivados de las posiciones relativas en los
equilíbrio, de la cohesión y de la armonía diversos tipos de mercados y sobretodo de
sociales, defendida por el estructuro-fun- las acciones estratégicas, una colectivas,
cionalismo parsoniano, volviéndose ana- otra individuales, en contexto organiza-
crónica porque incapaz de comprender y cional y de poder.
explicar la realidad social impregnada por
Autores como Xiberras (1993) intentan
el conflicto, obligó a una reformulación,
establecer puentes de unión y comple-
por parte de Merton (1970), para explicar
mentaridad entre la teoría durkheimiana
las ‘disfunciones’ o los corto-circuitos so-
y la teoría weberiana sobre el problema
ciales.
de la cohesión versus exclusión social, re-
Una de las contradicciones del estruc- duciendo sus diferencias a una cuestión de
turo-funcionalismo reside en afirmar, por óptica de lectura sobre el carácter del lazo
un lado, la determinación social de los com- social: horizontal en Durkheim, porque
portamientos sociales y, por otro, sostener basado en la diferenciación interdepen-
que el sistema premia o penaliza los acto- dente, cohesa y armoniosa de la división
res sociales de acuerdo con el principio de del trabajo social; vertical en Weber, por-
la capacidad y del mérito de los individuos, que asiente en una relación vertical jerár-
remetiendo de modo implícito el suceso o quica que somete, independentemente
el insuceso de su respectiva posición a los de la base en que asienta la legitimidad
méritos a los desajustes de personalidad al (carismática, tradicional, legal), los indi-
sistema, respectivamente. viduos a la autoridad con un mínimo de
consentimento. Si este aspecto resalta con
evidencia, sería demasiado reductora esta
III. EL ABORDAJE (NEO)WEBERIANO interpretación de Weber (1978) sobre el
problema de la exclusión social.
Se Durkheim (1977 II:205 ss) define la
exclusión social como fenómeno social per- El modo de mirar weberiano en re-
turbador resultante de la división forzada lación a la exclusión social ofrece, toda-
del trabajo social y, en esa óptica, como vía, un fuerte contraste en relación a la
una forma patológica de una sociedad perspectiva durkheimiana, en la medida
moderna en crisis, enferma y desprovista en que Weber (1978) concibe la sociedad
de valores y referencias morales por parte como algo resultante de la lucha por el po-
de sus miembros, Weber (1978) presenta der entre clases, grupos o categorías socia-
otro punto de partida, en el cual muestra les en tres planes, interdependientes: eco-
tener una visión más amplia em términos nómico, social y político. O sea, la división
de desigualdades sociales, basadas en tres del poder conoce una tridimensionalidad,
ejes:10 lo económico (la clase), lo social (el en que cada una de las formas de poder
estatuto) y lo político (el partido). O sea, representa una base distinta de soporte
sin dejar de referir otros tipos de conflic- para la reivindicación de poder de dispo-
tos designadamente étnicos, religiosos sición sobre recursos y recompensas, sea
(y en el seno de cada religión), admite la materiales, sea simbólicas. De esta división
conflictividad social resultante de diversas tridimensional del poder Weber (1978) no
formas de desigualdad que se manifies- tiene todavía una visión compartimentada,
tan económica, social y políticamente. Por o sea, quien detenga una posición venta-
otro lado, Weber (1978), como eminente josa en la esfera económica la podrá con-

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 119

vertir en la esfera social y/o política y vice- parte de los neoweberianos, acerca de las
versa. Si los teóricos del poder y de las élites desigualdades y de la exclusión social, hay
relevan de Weber (1978) la concepción de una clara tentativa de eliminar de la teoría
poder por la vía partidaria, estatal y buro- de Weber la dimensión económica en la
crática, los teóricos de la estratificación y esfera productiva e incluso la dislocación
de las clases sociales subrayan, respectiva- de la conflictibidad social hacia el exterior
nente, la importancia del status y/o de la del proceso productivo, lo que, sin dejar de
clase como bases y formas de obtención de ser correcto cuando amplio, se vuelve inco-
prestigio y poder. Sin embargo, el método rrecto cuando se asume tan solo una parte
pluricausal weberiano no se presta a este (lo no económico) por el todo (lo econó-
tipo de reducionismos, constituyendo, por mico, lo social y lo político). Por ejemplo,
el contrario, un abordaje multifacético que si es evidente que hay nuevas formas de
permite hacer puentes y mediaciones con conflictividad social más allá de las clases
diversas corrientes y autores. Así, al definir, (vg. étnicas, género, regionales), ya será
analizar y ordenar las clases sociales, We- todavia abusivo interpretar Weber como
ber (1978) presenta ciertas afinidades con anulando, dislocando o superando el con-
la visión marxista, aunque la propia defi- flicto de clases hacia fuera de la empresa o
nición restricta de clases en Weber (1978) de los sindicatos o reduciendo la conflicti-
coloque menos el acento tónico en el lugar bidad entre los detentores de poder y los
ocupado por cada grupo de actores socia- destituídos de poder, entre los tecnocratas
les en la producción y más en el poder de o gestores y los subordinados jerárquicos
control (verfugunsgewalt), o sea, la pose- (cf. Touraine 1970) o entre los detentado-
sión de recursos en los diversos tipos de res de conocimiento o credenciales escola-
mercados, como veremos. De donde, en res y los desprovisdos de tal.
una concepción amplia de clases, Weber
Si los mencionados neoweberianos
(1978) no se limita a una visión basada en
operan un sesgado reducionismo de las
el criterio económico productivista, sino
teorías del conflicto en Weber (1978),
abarca en este los aspectos (re)distributivos
estructural-funcionalistas como Parsons
y de consumo y, además de eso, articula lo
(1947) van aún más lejos en la deforma-
económico con la vertiente social y la di-
ción del pensamiento de Weber (1978),
mensión de la autoridad y del poder.
cuando extienden el análisis weberiano
En una línea interpretativa algo más centrado en el concepto de status, ignoran
resctrita, neoweberianos como Dahren- (casi) totalmente el concepto weberiano
dorf (1959), Parkin (1979) y Touraine de clase y circunscriben a una concepción
(1970) definen y analizan las formas de generalista de estratificación, presentada,
exclusión social a partir del campo organi- como teoría opuesta y alternativa a la teo-
zacional y de poder, siendo este, en última ría marxista de clases.
instancia, el eje estructurante e incluso ex-
Estrictamente, la exclusión social para
clusivo en la explicación de los diversos ti-
Weber (1978) es, por eso, resultante sea de
pos de desigualdades. O sea, estos autores
las formas de competición en los diversos
neoweberianos tienden a reforzar la im-
tipos de mercados, sea de las relaciones ce-
portancia del poder en la formación de las
rradas propias de ciertos círculos, cuyos ac-
desigualdades, destacando como principal
tores monopolizan y/o restringen el acceso
contradicción los que detienen y lo que
a determinados bienes, saberes y estilos de
no detienen poder, concepto este que, tal
vida, sea aún de la desigual atribución de
como referí, sería crucial para explicar las
funciones y distribución de poderes y re-
propias desigualdades sociales y económi-
compensas por la vía político-partidaria.
cas, incluyendo las luchas de clases. En la
interpretación de la teoría weberiana, por

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120 Manuel Carlos Silva

Independientemente de las diversas bastar para haber lugar a la exclusión”


formas, el concepto de exclusión implica, (1978:342). Para la exclusión de lo dife-
sino la eliminación, por lo menos la discri- rente o del extraño se apunta o reinventa
minación o alejamiento del otro, dando cualquier característica:“no importa que
lugar a la formación de grupos económi- característica, en cada caso concreto es pre-
cos, sociales y políticos que tienden a limi- ferida la que más facilmente lo identifica”
tar la competición a través de la creación (Weber 1978:342). Si en el passado, sobre-
de monopolios. Son estos procesos de todo en sociedades socialmente más ce-
cierre que están en el origen de la pose- rradas designadas de esclavitud, feudales,
sión y/o propiedad territorial, así como de despóticas, de castas, colonialistas-racistas
asociaciones de tipo corporativo, sea de y elitistas, los criterios utilizados eran los
carácter compulsivo tales como el Estado de descendencia, linaje, sexo, casta, raza o
o la Iglesia, sea de tipo relativanente vo- capacidad tributaria, en las sociedades mo-
luntario, tales como asociaciones profe- dernas los criterios severanente restrictivos
sionales, sindicatos, partidos o clubes. Su han sido, en gran medida, abandonados,
objetivo es, por lo tanto, restringir o cerrar pero vienen siendo sutilmente sustituídos
el acesso y/o la oportunidad de otros de por otros de carácter económico, político,
extraer ventajas sociales y económicas. Tal socio-educativo, cultural (por ejemplo,
no excluye, según Weber (1978:343), la po- textos, estagios, examenes, certificados,
sibilidad de verificarse ‘relaciones abiertas’ diplomas). Aunque en moldes diferentes
y surgir la correlativa competición entre y bajo ciertas restricciones legalmente san-
los miembros de la respectiva asociación. cionadas, viejos o nuevos criterios e instru-
Sin embargo, aun cuando sean admisibles mentos selectivos visualizan un objetivo
formas de competición interna, en estas semejante: el de preservar territorios,11 o
organizaciones y asociaciones societales de limitar la oferta de candidatos, o de
operan mecanismos y reglas que, indepen- monopolizar lugares o restringir el acceso
dientemente de los fines en vista, visan, a determinados recursos, recompensas o
en nombre de ciertas reglas internanente privilegios. Se trata, en fin, de implemen-
definidas, excluir del juego y de las venta- tar mecanismos de cierre social adscripti-
jas de este personas y/o grupos que sean vos, implicando una relación antagónica
exteriores o se incompatibilicen con los de- entre incluídos y excluídos, lo que ocurre
tentadores del poder organizacional. Para en situaciones de competición entre ac-
Weber (1978), el cierre social es el proceso tores sociales individuales y colectivos en
por el cual los diversos tipos de grupos o base clasista, racial o étnica, sexual, nacio-
categorías sociales intentan sea elevar su nal, religiosa o política.12
nivel social sea, no raro, monopolizar re-
Entre los neoweberianos designada-
cursos, recompensas y privilegios a través
mente Parkin (1979:44 ss) el concepto
de la restricción a un círculo limitado de
weberiano nuclear más destacado y desa-
personas. Para tal el grupo o categoría
rrollado para explicar el concepto general
social dominante destaca determinados
de desigualdades sociales es el de cierre
atributos físicos o características sociales
social, el cual se define como “el proceso
para definir criterios de (in)elegibilidad, de
por el cual colectividades sociales buscan
pertenencia. La limitación del acceso, por
maximizar recompensas por el acceso
parte de otros competidores, a ciertos re-
restringido a recursos y oportunidades a
cursos, lugares y recompensas es concreti-
un círculo limitado de elegidos” (Parkin
zada mediante determinados mecanismos
1979:44). El cierre social puede ser creado,
y características exteriores de cada real o
sea por la posesión de la propiedad o de
potencial candidato tales como “la raza, la
la riqueza, sea por las diferencias de sta-
lengua, la religión, el lugar de nacimiento,
tus, sea aun por el origen étnico, diferen-
la clase social, el domicilio y que pueden

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 121

cia linguística o religiosa. El cierre social clases medias. Por otro lado, no obstante
comprendería, conforme los contextos la mejoría de las condiciones de vida de
espacio-temporales, las estrategias y el po- las clases trabajadoras por comparación
sicionamiento de cada individuo o grupo al siglo XIX, es profundanente ideológico
ante los demás, tres tipos de procesos y as- afirmar que la movilidad social de los in-
pectos: (i) el de exclusión social en cuanto dividuos por la educación pueda cons-
concepto denotativo de las estrategias de tituir la panacea para las desigualdades
demarcación, separación o alejamiento ex- sociales o que hoy se asista a un proceso
traños en el acceso a determinados recur- de nivelamiento o equidad social, cuando,
sos; (ii) el de usurpación, que consiste en en realidad, a nivel global, el foso de las
extraer recursos o recompensas de parte desigualdades sociales aumentó, al mismo
de quien los detienen o usufructan; (iii) el tempo que surgieron nuevos procesos de
cierre dual, que representa la combinación segmentación, dualización o polarización
de un proceso de usurpación en relación a social en el trabajo (por ejemplo, trabaja-
los grupos dominantes y otro de exclusión dores centrales y seguros versus trabaja-
ante los grupos considerados inferiores dores periféricos e inseguros, descalifica-
con base en criterios sociales de clase, étni- ción o incluso proletarización de estratos
cos o de género (cf. Parkin 1979:45, 89 ss). intermedios, precarización del empleo
entre diplomados). Y, por fin, aunque se
Otro neoweberiano relevante es sin
haya conocido en las últimas décadas la
duda Darhendorf (1959), el cual, en el en-
prevalencia de los procesos de negocia-
tender de Ferreira et al. (1995:387), debe
ción, concertación sobre la confrontación
ser considerado um de los teóricos más
abierta de los conflictos de clase designa-
inovadores en la medida en que reinter-
danente por la regulación institucional del
pretó las nuevas realidades del capitalismo
Estado-providencia y/o por la intervención
del siglo XX en contrapunto al capitalismo
institucionalizada de los sindicatos, no re-
del siglo XIX. Si es cierto que Darhendorf
presenta ni la prueba ni mucho menos la
(1959) relevó con justecia ciertos trazos
garantía histórica de la disolución de los
del capitalismo actual (distinción entre
antagonismos de clase.
propiedad económica y jurídica de los ac-
cionistas y control político-administrativo
de los gestores, recomposición de las cla-
IV. DE LA VISIÓN SIMMELIANA AL INTE-
ses trabajadoras, en particular una mayor
RACCIONISMO SIMBÓLICO
diferenciación funcional interna y un au-
mento de los trabajadores del comercio y La concepción de Simmel (1977) sobre
servicios en detrimento de la clase obrera los fenómenos de exclusión social y su con-
fabril), ya, todavia, algunos de sus supues- trapunto – la cohesión social –, aunque sea
tos y conclusiones son, además de polémi- más afin a la posición weberiana, ella pre-
cos y discutibles, fuertemente movidos por senta alguna especificidad que hace singu-
la necesidad ideológica de refutación del lar y relevante su atributo. A nivel de los
marxismo, pudiendo incluso considerarse supuestos teórico-metodológicos genera-
un retroceso reduccionista y sesgado en les, Simmel (1977), si, por un lado, se aleja
relación a la propia teoría weberiana que de la visión holística, estructural y organi-
reivindica como inspiradora. Así, el hecho cista, tal como la conocimos en Durkheim
de verificarse una mayor diferenciación y (1977), por otro tan poco alinea incondi-
descomposición internas del trabajo no cionalmente en una visión opuesta que se
significa ni la disolución de la clase obrera cifraría en concebir la sociedad como una
ni que los emergentes segmentos de las entidad resultante de un contrato social a
clases trabajadoras en el comercio y en los la buena manera de Rousseau (1974), para
servicios puedan ser consideradas nuevas quien la sociedad y el Estado serían un

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122 Manuel Carlos Silva

producto de la voluntad libre de los indi- los restantes miembros del propio grupo.
viduos. Para Simmel (1977), la sociedad no Del mismo modo y en sentido opuesto, el
constituye una entidad preexistente a los aumento del número de miembros en de-
individuos, pero tan poco es simplemente terminado grupo o asociación puede en-
resultado de la voluntad de los individuos; flaquecer las relaciones de individualiza-
ella es un proceso continuo de flujos e in- ción, pero aumentar el grado de cohesión
teracciones entre individuos y grupos que asociativa.
en contexto de la sociabilidad microsocial
La cohesión de un grupo depende
se asocian o disocian. Con esta visión Sim-
del modo como se relaciona con el exte-
mel (1977) admite obviamente situaciones
rior. Una forma interesante para ‘medir’
o formas sociales en que los individuos vo-
el grado de cierre o apertura de una so-
luntarianente contractualizan sus relacio-
ciedad reside en el modo como los autóc-
nes pero, por otro lado, no excluye modos
tonos se relacionan con los foráneos, los
de socialización institucionalizados que ni
estranjeros. Si uno o varios miembros de
siempre ni necesarianente resultan de la
la colectividad autóctona entablan una
voluntad de los individuos sino de entida-
interacción con el estranjero, que pueda
des tales como el Estado, la familia o los
parecer extraño, facilita su entrada en la
grupos sociales.13 En todo caso, cualquier
colectividad, provocando así la apertura
contrato o institución nace, en última ins-
de ésta. El estranjero se siente y es sen-
tancia, de las formas de sociabilidad, de las
tido como menos extraño, empezando a
interacciones ocurridas a nivel microsocial
ser relevadas no tanto sus diferencias sino
que, una vez vueltas regulares y cristaliza-
más bien sus semejanzas y, a partir de ahí,
das, desembocan en la formación de gru-
a ser integrado en la colectividad o grupo
pos sociales o instituciones: “La sociedad
de acogida, el cual empieza a alterar sus
existe donde quiera que varios individuos
representaciones acerca del estranjero, tal
entran en interacción” (1983:59). Aun
como refiere Xiberras: “ La comunidad se
cuando releva la importancia de las aso-
diluye en la medida en que el grupo de se-
ciaciones, colectividades y de las propias
mejantes de ensancha” (1977:71). Importa
instituciones incluyendo el propio Estado,
acrecer que el cosmopolitismo, si, por un
Simmel (1977) no deja de concebir esas en-
lado, amplia los horizontes en la acepta-
tidades como resultados de las relaciones
ción de las diferencias culturales y religio-
e interacciones sociales: “El Estado es uni-
sas, contribuye para debilitar los lazos so-
dad, porque entre sus concidadanos existe
ciales y morales, del mismo modo que el
correspondiente relación de acciones mu-
aumento de la densidad material y demo-
tuas” (1977:60).
gráfica provoca pierda de densidad moral,
Teniendo presente los supuestos de Si- idea de resto ya defendida por Durkheim
mmel (1977), sea la cohesión, sea la exclu- (1977 II:206). Si con esta idea Simmel (1977)
sión social deben ser analizadas, tomando converge en esta problemática con la posi-
como punto de partida las relaciones dua- ción de Durkheim (1977), de ella se aleja al
les que permiten detectar la razón y el considerar que el cosmopolitismo presente
modo de formación de los lazos sociales en la vida urbana de las medias y grandes
entre los grupos y en el seno de los grupos ciudades tiene la ventaja de potenciar una
sociales. O sea, el análisis de las relaciones mayor individualización y excentricidad en
entre grupos sociales se hará por el modo los comportamientos, o sea, una liberación
como los individuos se relacionan entre de sofocantes vínculos y de inhibidores con-
sí, a empezar por las relaciones diádicas, troles sociales presentes en pequeños me-
las cuales, acentuando relaciones duales dios sobretodo rurales. O sea, en cuanto a
fuertes, pueden contodo debilitar la so- la comunidad aldeana, aun cuando tolera
lidaridad con otros grupos e incluso con la excentricidad, estigmatiza el individuo

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 123

de comportamiento desviante, la ciudad liticamente construído por la correlación


metropolitana no solo acepta tales com- de las respectivas fuerzas en presencia, es
portamientos como no raro los incentiva y con todo injustanente rotulado de social-
apremia.14 Es, todavia, la individualización darwinista15. En, efecto, Park (1952-1987),
y la exacerbación de las diferencias étnicas a pesar de no aplicar a la comunidad ur-
y culturales, sobretodo cuando asociadas a bana la idea de la selección de las especies,
formas de nacionalismo y etnocentrismo, le atribuye añgunas ideas de tipo darwi-
que provoca quiebras de los lazos sociales niano: la competición y la lucha por la exis-
y, de ahí, los sentimientos de desconfianza, tencia, la diferenciación y la preservación
discriminación y exclusión social. del equilíbrio entre población y recursos,
la necesidad de adaptación del hombre a
A la par de Durkheim (1977), Simmel
su habitat y la simbiosis entre la cultura ur-
(1987), en otro registro, fue uno de los
bana y las ‘fuerzas vitales’ operantes en las
autores inspiradores de la Escuela de Chi-
respectivas ‘areas naturales’.
cago, cuyos principales autores (Park 1987,
Wirth 1987) han sufrido su influencia de- No obstante el hecho de las referidas
signadamente en el contraste entre los dicotomias entre lo rural y lo urbano habe-
modos de vida rurales imbricados por re- ren sido puestas en causa posteriormente
laciones primarias de interconocimiento, en los años sesenta por autores como Gans
proximidad y afectividad y los modos de (1962) y Pahl (1966), las categorías y los
vida urbanos, caracterizados por el ano- cuadros conceptuales avanzados por We-
nimato, la atomización, la heterogenei- ber (1978), Simmel (1977) y proseguidos en
dad y la segmentación de roles. El modelo la Escuela de Chicago, vendrían a ser des-
interpretativo de ciudad en Park (1952), sarrollados y aplicados en el terreno por el
además de geo-cultural, es precisamente interaccionismo simbólico, entre cuyos re-
designado de bio-ecológico en la medida presentantes se cuentan Mead (1934), Bec-
en que el orden ecológico de la ciudad es ker (1968), Mead (1934) y Goffman (1974).
visto, a la semejanza de la vida vegetal y Aunque estas influencias anteriores y,
animal, como una constelación funcio- particularmente, los fundamentos filosó-
nal de “áreas naturales”, el producto de ficos y epistemológicos de Mead (1934)
un conjunto de procesos de competición constituyan referencias incortornables en
y dominación, conflictibidad y acomoda- el origen del interaccionismo simbólico,
ción, invasión y sucesión , adaptación y sería con todo en los años sesenta que esta
asimilación por parte de los miembros de corriente, contraponéndose a las teorías
la población urbana en su relación con la estructural-funcionalistas, desarrollaría di-
teccnología, el medio ambiente y los di- ferentes objetivos y perspectivas sociológi-
versos grupos entre si. Es, por lo tanto, a cas designadanente sobre la delincuencia y
través de estos procesos que determinadas demás comportamientos desviantes, sobre
áreas urbanas son ocupadas y/o controla- estereótipos y estigmas de variado orden
das por determinadas industrias o comer- (físicos, de personalidad, tribales) en rela-
cios, grupos sociales o étnicos dominan- ción a los deficientes, alcohólicos, homo-
tes, empujando hacia zonas de transición sexuales, prostitutas, enfermos mentales,
o hacia la periferia los residentes menos toxicodependientes, desempleados, entre
proveídos, despersonificados, enclavados otros. Esta elaboración teórica es cono-
o segregados (barrios de lata, ghetos). Es cida como teoría de la rotulación, así de-
en este ámbito que el paradigma de la signada por englobar modos de sancionar
competitividad urbana sostenido por Park negativamente los individuos de compor-
(1952), si, por un lado, suscita y con justi- tamientos desviantes por ellos transgedir
cia críticas por designar ‘áreas naturales’ las reglas aceptadas en la sociedad y, por
lo que es producto social, económica y po- norma, producidas por los grupos domi-

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124 Manuel Carlos Silva

nantes que Becker (1968) denominó como son sujetas a la lógica de la designación y
“empresarios de la moral”. catalogación pública e institucional es que
los respectivos autores hacen ‘carrera’ des-
La interpretación interaccionista sim-
viante y, aunque negociando su rol con los
bólica representó un importante avance
interlocutores institucionales, sufren con-
complementario del abordaje sociológico
todo la violencia simbólica del estigma por
en la medida en que, en cuanto las inter-
parte de los ‘normales’, de las ‘institucio-
pretaciones estructuro-funcionales, en su
nes’, de la ‘sociedad’. Los pobres y excluí-
vertiente más relativizada, atribuían las
dos se vuelven, en términos goffmianos,
razones de comportamiento desviante sea
objeto de exposición y rotulación sociales,
a las disfunciones de la estructura social,
de desvaloración ceremonial de su condi-
sea, con cierta carga psicologica, a las per-
ción o estatuto con el agravante de la bio-
sonalidades o atributos caracteristicos de
grafía de su vida privada o íntima, además
los individuos, los interaccionistas simbó-
de eventualmente policiada, perscrutada,
licos, designadamente Goffman (1988) y
diagnosticada y sancionada por los media-
Becker (1968), analizaban la doble mirada
dores institucionales (asistentes sociales,
sobre el comportamiento desviante: el de
terapeutas, psicólogos, médicos).16
la sociedad o de los individuos dichos nor-
males y el de los estigmatizados o margi- En suma, se podrá decir que las pers-
nalizados. Estos, aunque con frecuencia in- pectivas simmeliana e interaccionista sim-
teriorizen, sobretodo en una primera fase bólica, aun cuando discurren, en mayor
de desvio ocasional o clandestino, la per- medida, los constreñimientos estructura-
cepción de los ‘normas’, en una segunda les, son de gran importancia en cuanto
y sobretodo en una tercera y consolidada destacan la interacción social como un
etapa del ‘desvio’ desarrollan su propia mi- componente crucial en la estructuración
rada sobre su modo de vida estigmatizado de la pobreza y de la exclusión social, pers-
y el de los ‘normales’. Este abordaje, que pectivas que han sido indebida e injusta-
parte de los significados atribuídos por los mente menospreciadas por los tradiciona-
actores sociales en las micro-interacciones, les abordajes estructuralistas.
es, como refieren Paugan (1991:29 ss) y
Xiberras (1993:115 ss), innovadora y pre-
senta la ventaja de relevar procesos y no V. LA VISIÓN (NEO)MARXISTA
estados o atributos de los individuos, de
llevar en línea de cuenta sea las percep- Según el marxismo, a empezar por sus
ciones de los “normales”, sea las de los fundadores Marx y Engels (1974, 1976) y
“desviantes” y, de este modo, evitar fijarse principales teóricos subsecuentes (Lenin
tan solo en las miradas dominantes o in- 1970, 1977), las desigualdades son analiza-
cluso hasta etnocentricos sobre los grupos das con base en las estructuras económicas,
de pobres, marginalizados, discriminados, las cuales, en el entender de marxistas más
excluídos. El ‘desvio’ es así visto no como recientes tales como Althusser (1972, 1980),
cualidad del individuo desviante sino más Althusser y Balibar (1973), Poulantzas (1975,
como consecuencia de la interacción, en 1975a), deberán ser combinadas con las (su-
doble sentido, entre insiders y outsiders, per)estructuras políticas e ideológicas.
de la (re)acción de los ‘normales’ faz a Para los fundadores del marxismo la
los transgresores y de estos en relación a lucha de clases constituye el “motor de la
aquellos. Estas dos miradas, miradas o se historia” y de la evolución de los sucesivos
interpenetran e incluso se sobreponen, o modos de producción a lo largo de la his-
se demarcan e incluso se hostilizan. Del toria. En efecto, es el modo de producción
resto, solo cuando las prácticas desviantes infraestructural que determina la superes-
dejan de ser clandestinamente privadas y tructura jurídica, político-estatal, religiosa,

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 125

cultural, relevando, en última instancia, el también una mercadoría, cuyo precio co-
factor económico.17 rresponde al trabajo socialmente necesa-
rio, capaz de asegurar la subsistencia del
Cada modo de producción comporta
trabajador y de su fanília. El diferencial en-
en su seno las relaciones sociales antagó-
tre el valor de la fuerza de trabajo y el va-
nicas en el respectivo sistema productivo,
lor del producto realizado en el mercado
por lo que las clases no existen aisladas
constituye la plusvalía que es repartida por
unas de las otras o fuera de esas relacio-
las diversas fracciones de la clase burguesa:
nes: en la esclavitud el antagonismo en-
la renta para el propietario fundiario, el
tre esclavos y patricios; en el feudalismo
interés para el banquero y el lucro para el
entre siervos y señores; en el capitalismo
empresario agrario, industrial, comercial
entre proletarios y burgueses. Es esta rela-
o de servicios. Donde se infiere que, en la
cional recurrencia histórica de la lucha de
óptica de Marx (1974), la línea divisoria
clases en torno del control de los medios
entre incluídos y excluídos residirá basica-
de producción y de la manutención de los
mente en la contradicción entre miembros
privilegios de clase que lleva Marx y Engels
de las clases que detienen el control de los
(1998) a afirmar, en 1848, en el Manifesto
medios de producción y miembros de las
del Partido Comunista: “La historia de
clases que, desposeídas de medios de pro-
toda la sociedad hasta hoy es la historia de
ducción, tan solo disponen de su fuerza
la lucha de clases” (1998:1). Todavía, más
de trabajo para vender en función de su
allá de la posesión de los medios de pro-
subsistencia.
ducción, las clases dominantes controlan
y dominan también los aparatos políticos Según Marx (1974), el capitalismo
e ideológicos, alimentando y difundiendo tiende hacia la concentración de las gran-
las ideas, las doctrinas e ideologías que les des empresas y para la fusión del capital
son favorables. industrial y bancario, dando lugar al capi-
tal financiero, tesis más tarde desarrollada
La emergencia del modo de producción
por Lenine (1970) y Luxemburgo (1967).
capitalista significó una radical liberación
Quiere se asuma la tesis de Rosa Luxem-
de servitudes, vínculos y cadenas presentes
burg (1967) que sostiene ser el imperia-
bajo el feudalismo y, como tal, representó
lismo un proceso inherente e indispensa-
un enorme potencial del desarrollo de
ble al propio capitalismo para realizar la
fuerzas produtivas. Todavía, el aumento
plusvalía, quiere se suscriba la tesis de Le-
de la capacidad productiva de la sociedad
nin (1970) para quien el imperialismo sería
y el lucro de ahí extraído en beneficio de
el estadio superior del capitalismo, para la
la emergente clase burguesa representó la
mayor parte de los marxistas el capitalismo
expropiación de productores autónomos
monopolista constituye el origen del pro-
artesanales y campesinos, así como la sub-
ceso de la actual globalización y se carac-
secuente explotación, alienación y domi-
teriza, en la estera de Marx (1974) y Lenin
nación de las clases trabajadoras.
(1970), por la (i) concentración de la pro-
En el ámbito del modo de producción ducción y del capital em monopólios; (ii)
capitalista los medios de producción son la fusión del capital bancario e industrial
centralizados y monopolizados por una (multinacionales, carteles); (iii) exporta-
minoria – la clase burguesa – la cual, com- ción del capital, más allá de la tradicional
puesta de diversas fracciones (agraria, in- exportación de mercadorías; (iv) división
dustrial, comercial y financiera), crece y se del mundo en zonas de influencia; y (v) la
desarrolla a cuesta de la explotación de las práctica consumación de la división terri-
diversas fracciones de las clases trabajado- torial del mundo por los monopolios.18
ras: proletariado agrícola, industrial y de
El desarrollo del capitalismo conduciría
los servicios. La fuerza de trabajo se vuelve
a crises provocadas por la contradicción

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126 Manuel Carlos Silva

antagónica entre las fuerzas productivas ningun control sobre los medios de pro-
que detienen un carácter social y la apro- ducción.
piación privada de los medios de produc-
A modo de síntesis, si es cierto que el
ción y del producto del valor realizado por
abordaje marxista tradicional tiende a
los trabajadores.
exacerbar la visión estructuralista y la di-
La visión marxista, si converge con la mensión economicista, ni todas las varian-
perspectiva durkheimiana en un abordaje tes interpretativas en el seno del marxismo
holístico centrado en el todo societal, di- se pautan por esta perspectiva, habiendo
fiere diametralmente de la durkheimiana mismo neomarxistas que tienen desarro-
en la medida en que la base material de llado una interpretación más dialéctica de
la concepción marxista de estructura se la relación infraestrutura-superestructura
halla en los antípodas de una concepción y otros que incluso abandonan este par
durkheimiana de estructura definida en analítico por considerarlo ultrapasado. En
términos normativo-axiológicos. O sea, si todo caso, en la matriz del método y de la
para Durkheim (1977) estructura es con- teoría marxista se mantienen importantes
ceptualizada como un organismo imbri- líneas de interpretación que constituyen
cado de un cuerpo de representaciones, puntos de partida analíticos fecundos, los
normas y valores comunes corporizados en cuales deberán con todo ser articulados y
el concepto de conciencia colectiva, para complementados con otras perspectivas
Marx (1974) estructura remite para el con- designadamente la weberiana y la interac-
junto de las fuerzas productivas y de las re- cionista simbólica, como veremos a conti-
laciones de producción. Además, mientras nuación en una especie de balance crítico.
para Durkheim (1977) la división del tra-
bajo social produce, en principio, solidari-
dad orgánica, para Marx y Engels (1998), VI. ESTRUCTURACIÓN DE LAS DESIGUAL-
como para Weber (1978) y otros autores DADES Y EXCLUSIONES SOCIALES: BA-
no marxistas,19 ella genera conflicto y lu- LANCE CRÍTICO Y SÍNTESIS
cha de clases.
Sobre los orígenes de las desigualdades
Focalizándonos en la cuestión relativa se apuntan diversas causas histórico-socia-
a la designada exclusión social, para Marx les que van desde las teorías de la apropia-
(1974) este concepto debrá ser entendido ción privada del sobretrabajo y del inicio
de modo diametralmente opuesto al con- de la propiedad privada, pasando por las
cebido por Durkheim (1977) y, en bastante de la división del trabajo (manual-intec-
menor medida, algo más lato que el de tual, masculino-feminino), hasta las teo-
Weber (1978). En la estera de la visión rías de la coerción o violencia y aun incluso
marxista y reportándonos a la situación en a las explicaciones de tipo valorativo-nor-
las modernas sociedades capitalistas, serán mativo. En la búsqueda de las causas de las
excluídos no solo determinados grupos desigualdades sociales, importa, todavía,
sociales más desfavorecidos o vulnerabili- en esta materia, distinguir, en la senda
zados y afectados por el proceso de meca- de Bader y Benschop (1988), la dimensión
nización y modernización (los campesinos histórica de la teleológica, los procesos
y artesanos pobres, las familias monopa- iniciales de su génesis y los procesos de su
rentales, minorías étnicas desprovistas, reproducción. Aún así y atendiendo a que,
subsídiodependientes, los sin abrigo, los contrarianente a los supuestos positivistas,
descalificados y desempleados), sino tam- las teorías, aunque de modo mediado, son
bién, en mayor o menor grado conforme inseparables de los intereses, no solo los
el grado de explotación, todos los asala- diagnósticos como las perspectivas de su-
riados dependientes que no tienen (casi) peración de los actuales problemas de las
desigualdades sociales difieren entre sí.

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 127

Hoy una buena parte de los autores ciales-demócratas, de cualquier veleidad


utiliza el término exclusión social y evitan de utopia igualitaria, socialista. A estas
el concepto de desigualdades, posiciona- teorías subyace la moderna concepción
miento ambíguo pero susceptible de en- meritocrática que, además de no cuestio-
cuadrarse, sea en una visión (estructuro) nar los propios criterios de los méritos y de
funcionalista, sea en una perpectiva sim- la atribución de las recompensas, evacua
meliana e interaccionista simbólica, sea de la discusión las diferenciadas condicio-
aun en una perspectiva pseudoweberiana nes que permiten justamente un diferente
a través de la utilización dominante o ex- grado de acceso y control sobre los recur-
clusiva del concepto de status. No es difícil sos, quedándose solo en las clasificacio-
vislumbrar el objetivo de estas concepcio- nes de tipo profesional, las cuales serían,
nes que pretenden contornar las raízes cuando mucho, resultado de estrategias
estructurales de la desigualdad, relevar de lucha entre actores sociales. Cristali-
un concepto restricto de exclusión y fijarse namente transparentes, estas teorías con
más en los aspectos más visibles de la po- algun sabor social-darwinista aún no des-
breza, así como en específicos grupos-alvo aparecieron del mapa teórico-ideológico,
de exclusión social: desempleados, mino- social e incluso estatal y vuelven de modo
rías étnicas, famílias monoparentales, des- recurrente, sobretodo y cuando las crisis
calificados. sociales y económicas se agudizan. Más,
no solo las prácticas como las propias re-
A pesar de la desigualdad y la exclusión
tóricas e torno de la modernización y de
que son inherentes a la actual sociedad
la competitividad, a menudo presentes en
moderna, ambas son consensualmente
el discurso político e incluso retraducidas
reconocidas y clasificadas por numerosos
en ciertas leyes, asumen, sino tanto la ex-
cientistas sociales, por lo menos al nivel
clusión social, por lo menos la desigualdad
discursivo-retórico, como «no legítimas».
como un prerequisito de funcionamiento
Hay, todavía, teóricos que asumen no
de las sociedades modernas, cuyas con-
solo como inevitables sino también como
secuencias negativas se podrán minorar
positivas y funcionales las desigualdades
pero nunca eliminar. Si, por un lado, como
sociales. Si es cierto que algunas teorías
refiere Santos (1993), el Estado, siendo la
desde Rousseau (1995) y demás autores
condensación de contradicciones sociales
iluministas abalaron la creencia en ‘natu-
y económicas y manteniendo una relativa
ral’ jerarquía de clases, razas o géneros
autonomía ante estas, necesita ‘salvar la
y si, por otro lado, algunas teorías neo-
faz’ y legitimarse ante los ciudadanos y,
institucionales reformadoras, asumiendo,
por lo tanto, asumir contra la exclusión so-
por lo menos retoricamente, la defensa de
cial, por otro, no puede dejar de crear las
la igualdad de oportunidades, consideran
condiciones necesarias a la acumulación
como disfuncionales e incluso ilegítimas
del capital y, consecuentemente, reprodu-
ciertas formas de desigualdad y exclusión
cir o hasta (re)crear las desigualdades so-
sociales, otras hay –como podemos ve-
ciales, viejas o nuevas. Por eso, entiendo
rificar, aun bien hondas – para las cuales
que sea imprescindible articular analitica-
la desigualdad social designadamente la
mente exclusión social y desigualdad so-
propia estratificación social es algo de ‘na-
ciales. La distinción se podrá obviamente
tural’, de intrínseco a cualquier sociedad,
hacer; con todo, conviene, antes de nada,
inevitable y, por lo tanto, teórica y social-
subrayar que, en vez de estar ante dos ti-
mente legítima. Esta concepción, además
pos-ideales de nivel analítico equivalente,
de estar imbricado en el sentido común,
como pretende Santos (1995), se trata más
constituye la base ‘teórica’ justificativa del
bien de dos niveles diferenciados de abs-
statu quo y de la consecuente refutación,
tracción que, aunque se puedan reforzar
por parte sea de (neo)liberales sea de so-
mutuamente, presuponen, en mi entender

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128 Manuel Carlos Silva

y siguiendo aquí Bader y Benschop (1988), nadamente de los medios de producción;


que la desigualdad detenga prioridad ana- y, por otro, se consideran excluídos, desde
lítica sobre la exclusión social. Aunque la el punto de vista durkheimiano, individuos
exclusión recree e incluso refuerze ciertas y grupos sociales que, aunque económica-
formas de desigualdad, ella propia es, an- mente pertenecientes a clases pudientes,
tes de nada, un producto, un corolario del no estén ni se sientan, por la disolución o
propio sistema de desigualdades sociales. fragilización del lazo social, integrados en
Es este que no solo provoca integración la sociedad vistos desde un ángulo social y
subordinada sino también situaciones de sobretodo axio-normativo. Aunque “el es-
exclusión por alejamiento, expulsión o eli- tar o no integrado” en relación a los dere-
minación del grupo minoritario, de lo dife- chos sea un enfoque defendible e incluso
rente, presentándose a menudo las situa- pertinente a un nivel de análisis organiza-
ciones de desigualdad con mayor grado cional e interactivo, como lo hacen diversos
de sofisticada sutileza y las exclusión con autores desde Castel (1998), Costa (1998),
eventual mayor grado de crueldad (v.g. Capucha (1998), el es insuficiente. Por otro
el masacre de los indios, el nazismo, el lado, es inadecuado sostener – salvo por
apartheid). Se trata con todo de procesos un enviesamiento neodurkhemiano o en
que, aunque diferenciados, se imbrican y una perspectiva alegadamente neowebe-
exigen una perspectiva sintética en la re- riana pero truncada en relación a la propia
lación entre estructura y acción. Ni se diga visión weberiana – que el viejo antago-
que, mientras la desigualdad sería más un nismo entre los explotadores dominantes
fenómeno socio-económico, la exclusión y asalariados dominados sea sustituido por
sería más socio-cultural. Porque el estar dualismo entre integrados (“los que están
dentro como integrado o fuera como ex- dentro”) y desintegrados (“los que están
cluído depende fundamentalmente del fuera”) en lo tocante al sistema de trabajo,
ángulo o de la perspectiva teórica en que a la sociabilidad familiar, al acceso al con-
cada uno se coloca. O sea, el problema de sumo, tendiendo a asumir como incluídos
la exclusión obtendrá obviamente, por los asalariados con capacidad adquisitiva
lo menos, tres respuestas diferentes con- de bienes de consumo.
forme el analista social se coloque en una
Sobre exclusión y desigualdades socia-
perspectiva durkheimiana (exclusión como
les, la concepción weberiana se presenta
pérdida del lazo socio-moral), weberiana-
extremanente fecunda, siendo de regis-
interaccionista (exclusión como cierre so-
trar, antes de nada, que el propio con-
cial o usurpación de recursos por parte de
cepto de exclusión social es tributario, en
determinado grupo estatutario cara los
primera instancia, del legado teórico we-
demás) o marxista (exclusión como des-
beriano. En efecto, el concepto de exclu-
apropriación de los medios de producción
sión, siendo un concepto originariamente
y demás recursos políticos y simbólicos,
weberiano, en términos estamentales y
incluyendo la no participación en los pro-
estatutarios, representa, de hecho, el lado
cesos de decisión política), visión esta que
‘social’ de la exclusión. Sin embargo, aten-
ciertos autores como, por ejemplo, Xibe-
diendo a la amplia y reversible concepción
rras (1993) incomprensiblemente ignora.20
tridimensional del poder en Weber (1978),
El concepto de exclusión social se presta el concepto de exclusión social, más aso-
a un doble equívoco: por un lado, se asume ciado al concepto de status, no puede ni
como incluída una gran parte de clases y ca- debe ser desligado, sea del concepto de
tegorías sociales que, desde punto de vista clase en la estricta esfera económica, sea
marxista e incluso weberiano, son efecti- del concepto de partido o del Estado en
vamente explotados y dominados porque la esfera propiamente política. Solo una
excluídos del control de los recursos desig- concepción restricta y algo truncada de

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 129

exclusión en Weber y sobretodo una visión de las desigualdades sociales, el abordaje


durkheimiana podrán comportar equívo- marxista se vuelve igualmente imprescin-
cos en torno del concepto de exclusión, los dible, sea para el análisis y la explicación
cuales se traducen y no de modo inocente de las desigualdades sociales, sea para la
en bieses ‘científicos’, acaban por ser ideo- desconstrucción de las vertientes ideo-
lógicanente asumidos por ciertos políticos lógicas de las teorías meritocráticas y de
y por el sentido común: excluídos serían la igualdad de oportunidades. Mientras
tan solo una minoría de pobres, de mar- ciertas clases y grupos – unos emergentes,
ginalizados, de minorías étnicas, de be- otros ya instalados y reconvertidos – con-
neficiarios de la renta mínima, habiendo siguen aprovechar las nuevas condiciones
quienes hoy proclamen que con la renta políticas para firmar o mejorar sus posicio-
mínima ya no habría excluídos!21 nes, otros se ven apartados de los recursos,
recompensas y privilegios, sea del viejo,
Algunos neoweberianos designada-
sea del nuevo orden burgués.
mente los referidos, tal vez inducidos por
la obsesión de refutar la tesis marxista, ya Las luchas entre grupos sociales, sean de
referidos, discurran contodo bastantes de clase o estamentales, así como las diversas
las convergencias entre Weber (1978) y estrategias para hacer eficaz el cierre social
Marx (1974), tal como de resto han sido tienen lugar en el seno de dicha sociedad
explotadas y desarrolladas por diversos civil. Si bien que el Estado aparentemente
autores tales como Bourdieu (1979, 1980) se ajene de estas luchas, no es indiferente
y sobretodo Bader y Benschop (1988) y, en a las polarizaciones sociales, sea de modo
Portugal, en el análisis de la sociedad por- activo, a través de las funciones legislativa
tuguesa por Martins (1998). Para ambos y judicial, en la defensa de prerequisitos y
clásicos de la Sociologia, la relación entre supuestos - que, independientemente de
clases propietarias y otras detentadoras de los individuos querer o no (volens-nolens),
recursos, obtenidos sea por la vía de la he- conducen a la asimetría de recursos entre
rencia, sea por la capacidad de adquisición los grupos-, sea de modo omiso, al no in-
en el mercado, y las clases destituídas de tervenir en defensa de grupos o categorías
recursos comporta un proceso conflictual sociales desproveídas.
que es inherente al propio sistema capi-
Al nivel de la estructuración de las po-
talista. La diferencia entre ambos autores
siciones sociales objetivas no es posible
residirá más en el hecho de que, mientras
entender los excluídos como aquellos que
Marx (1974) tiende a remetir todos los ti-
están fuera del sistema o de la sociedad,
pos de conflicto a lo económico, a la lucha
una vez que su posición es también ella
de clases, Weber (1978) asume la propie-
resultante de los mecanismos de funcio-
dad privada no como la única fuente de
namiento injusto del respectivo sistema
división y desigualdad entre los grupos e
social en que tales exclusiones ocurren. O
individuos sino que enumera una serie de
sea, la exclusión social es segregada, en
conceptos relevantes para entender las
primera y última instancia, por el propio
variadas formas de conflictualidad y ex-
sistema social.
clusión social. En este sentido, mientras
proliferan recientes definiciones y teori- Las desigualdades y exclusiones socia-
zaciones sobre la exclusión social como si les son producidas y reproducidas por la
de la descubierta del huevo de Colombo se acción social de los diversos tipos de acto-
tratase, creo ser justo y necesario señalar res sociales y esta, a su vez, es estructurada
el rico contributo analítico de Weber en el por las condiciones (pre)existentes de las
abordaje de la exclusión social. desigualdades. Sin embargo, a fin de evi-
tar cualquier raciocinio de tipo circular, se
A la par del polifacetico, rico y fecundo
impone una jerarquización de los niveles
paradigma weberiano para la explicación

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130 Manuel Carlos Silva

de análisis. Así, aunque cada uno de los BADER, Veit e BENSCHOP, Albert (1988),
niveles posea su relativa autonomia, lógica Ongelijkheden, Groningen: Wolters En
y campo específicos, se deberá mantener, elordhoff.
en la senda de Bader y Benschop (1988), la BAPTISTA, Isabel, PERISTA, Isabel, REIS,
siguiente jerarquía de niveles de compren- Ana Luzia (1995), A pobreza no Porto:
sión-explicación: el nivel socio-estructural, representações sociais e práticas insti-
aunque no determine totalmente, estruc- tucionais, Porto:Rede Europeia Anti-
tura e integra lo organizacional y este, a Pobreza.
su vez, lo interaccional, alejándose esta BRAVERMAN, Harry (1974), Labour and
posición de cualquier alineamiento incon- Monopoly Capital. The Degradation of
dicional, en relación sea a las teoría orga- Work in the Twentieth Century, Nueva
nizacional y de las elites, sea a la teoría in- Iorque, Londres.
teraccionista simbólica, sea aún de la teoría BECKER, Howard S. {1968(1963)}, Outsiders
de los juegos o de las redes que olvidan o – Studies in the Sociology of Deviance.,
subalternizan los aspectos estructurales. Nueva Iorque e Londres: The Free Press
Todavía, por otro lado, la inclusión del ní- of Glencoe.
vel organizacional e interactivo permite BERNSTEIN, Eduard {1964(1899)}, So-
evitar caer en las posiciones rígidas del cialismo revolucionário, Rio de
estructuralismo marxista tradicional que, Janeiro:Zahar.
como referí, subestima las componentes BERTINOTTI, Fausto (2000), Ces idées qui
organizacionales y sobretodo interactivas. ne meurent pas, Paris: Le Temps des
En suma, en relación al viejo dilema estruc- Cerises.
tura-acción, se vuelve cada vez más insoste- BOURDIEU, Pierre (1979), La distinction.
nible, en términos exclusivos o unidimen- Critique sociale du jugement, Paris: Mi-
sionales, la defensa de uno de los polos de nuit.
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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 133

TOURAINE, Alain (1970), A Sociedade Post- da por diversos autores de diversas orientacio-
Industrial, Lisboa: Moraes. nes teóricas, cf. Schnapper (1998), Fernandes
WEBER, Max (1972),“Classe, ‘status’, parti- (1997:67), Sen (2000), Silva (2001), M.C.Silva
do” in O Velho et al (orgs), Estrutura de (2002). Estos últimos, con base en estudios em-
píricos, tiene revelado en cierto modo como los
classes e estratificação social:61-83, Rio
trabajadores, desde el início do siglo XX, vienen
de Janeiro:Zahar Editores.
a ser cualificados y su trabajo revalorizado, no
WEBER, Max [1978(1920)], Economy and obstante hay marxistas que, reafirmando la cen-
Society, editado por G.Roth e C. Wit- tralidad del trabajo, sustentan con todo, debido
tich, Berkeley e Londres: University of a las nuevas tecnológicas, una progresiva des-
California Press. calificación, desvalorización y degradación del
WIRTH, Louis [1987(1938)], “O urbanismo trabajo (cf. Braverman 1974, Bertinotti 2000).
como modo de vida” in O. G. Velho Sobre esta problemática, cf. Giddens 1997:61,
(org) O fenómeno urbano:90-113, Rio Ferreira et al. 1995:389 ss.
de Janeiro:Guanabara. 4 Si los ricos no detienen la totalidad de
XIBERRAS, Martine (1993), As teorias da los recursos en absoluto, a los pobres excluídos
restan, en regla, algunos recursos, aunque me-
exclusão. Para uma construção do ima-
nores o ínfimos, a empezar por el no consenti-
ginário do desvio, Lisboa: Instituto Pia-
miento y por la disidencia cara sus explotadores
get. y/o dominadores, por no hablar en la acción co-
lectiva organizada, capaz de alterar la relación
de fuerzas de determinado statu quo. Importa,
Notas todavia, no sobrestimar o supervalorizar el es-
* Departanento de Sociología, Institu- pacio de maniobra del pobre o del excluído,
to de Ciencias Sociales, Universidad de Minho tal como lo tienden a hacer Rodrigues et al.
(mcsilva@ics.uminho.pt). Este texto es basicamen- (1999:79).
te extraído del relatorio de la Disciplina Solidarie- 5 La cohesión social es aquella que, en el
dad y Exclusión Social para efecto de pruebas de âmbito tradicional, se forma y refuerza “alre-
agregación (Silva 2003) (policopiado). dedor de los valores, interdichos o imperativos
1 Cf., a este respecto, entre otros, Berns- sagrados, que liga los individuos al todo social”
tein (1964), Soares (1972), Dahrendorf (1959:36 (Durkheim 1974) y, en el contexto de la sociedad
ss), Cohen (1997:72). Para una exposición y moderna, es resultante de la interdependencia
comentario crítico acerca de estos tópicos, y de la cohesión de las representaciones sociales
cf. Almeida et al (1995:131 ss), Ferreira et al colectivas y de un alto grado de adhesión por
(1995:387-400). parte de los individuos.
2 Cf. Dahrendorf (1959:225). Por eso, no 6 Si, por un lado, las reflexiones de Xiber-
solo en el cuadrante estructuro-funcionalista, ras (1993) y sobretodo de Castel (1998) conver-
sino también entre algunos neoweberianos y, gen a primera vista con la centralidad del valor
por lo tanto, no funcionalistas, se ha difundido, del trabajo subrayada por (neo)marxistas, por
a partir de los años sesenta, la idea de que, de otro, al exaltar la centralidad y la relevancia de
haber algun potencial de conflictualidad mani- la “sociedad salarial” como la base de integraci-
festa anticapitalista, el dejaría de tener como ón social, lo hacen en una perspectiva diferente
suporte o centro neurálgico la clase obrera y el de la de los (neo)marxistas. Tomado a la letra
movimiento sindical para dislocarse hacia otras este principio, sería pertinente suscitar la si-
esferas y actores: el movimiento estudiantil, el guiente cuestión, aparentemente ingenua pero
campesinado, el movimiento ecologista o el algo incómoda: “Si así es, entonces por que es
movimiento feminista: cf., entre otros, Tourai- que los detentores del capital no se asalarían o,
ne (1970). También entre autores de la teoria de otro modo, no se movilizan en el sentido de
crítica de la Escuela de Francoforte como Mar- obtener el ‘estatuto’ de asalariados para sentir-
cuse (1968) se verifica esta ligera dislocación- se socialmente integrados?”
sustitución de sujetos portadores del potencial 7 A respecto de la división forzada del
contestatario o revolucionario. trabajo en la sociedad de castas, se observa el
3 Cf. Rifkin 1996, Gorz 1997, Méda comentario pragmático, ideológico y aparen-
1999:19. Esta tesis ha sido largamente refuta- temente cínico de Durkheim: “Esta institución

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(de las castas) no es siempre, ni por todo lado, modo redundante “como un produto de un
arbitraria. Cuando funciona en una sociedad de déficit de cohesión social global” (1999:65), el
una manera regular y sin resistencia, es porque resto en la secuencia del concepto de sabor neo-
exprime, por lo menos a grosso modo, la ma- durkheimiano como el profesado por Rosanva-
nera inmutable de como se distribuyen las ap- llon (1981:204): “Los excluídos no constituyen
titudes profesionales” (Durkheim 1977 II:172), una orden, una clase o un cuerpo. Ellos indican,
justificando así la dominación por una ideología antes, una falta, una falla de la trama social”.
ahistórica y metafísica de las aptitudes y de los Para una crítica más desarrollada a la pers-
dones (!). Si, en cuanto a las sociedades moder- pectiva ahistórica del funcionalismo cf. Pinto
nas, Durkheim (1977 II:175) reconoce que “toda (1977:818 ss). Y, aun cuando Durkheim (1977 II:
la desigualdad exterior compromete la solidari- 176 ss) admite en las sociedades modernas una
dad orgánica, este resultado no tiene nada de cierta evolución en el sentido de mayor equidad
muy pernicioso para las sociedades inferiores, y nivelación social, por lo menos en lo que el
donde la solidaridad es sobretodo asegurada designa “las condiciones exteriores de lucha”,
por la comunidad de las creencias y de los sen- lo hace por concesión a las mayores exigencias
timentos...El malestar que resulta de las aspira- de la sociedad moderna, admitiendo, de modo
ciones contrariadas no es suficiente para dar la etnocéntrico, las profundas desigualdades so-
vuelta a aquellos que con eso sufren contra el ciales de las dichas “sociedades inferiores”.
orden social que es de eso la causa, porque ellos 10 Aunque de modo no tan desarrollado,
están a ella apegados, no porque ahí encuen- también Sorokin (1971:85) ha distinguido tres
tren el campo necesario al desarrollo de su acti- tipos de estratificación social: económica, polí-
vidad profesional, sino porque ella resume a sus tica y ocupacional, esta última remetiendo para
ojos una infinidad de creencias y prácticas de el criterio de prestígio, que en Weber (1972) sur-
que viven..., porque ella les surge como sagra- ge asociado al status.
da... Las perssonas se le adaptan sin dificuldad; 11 A este respeto, la idea de demarcación
consideran incluso que estas desigualdades no de territorios y apropiación/uso de recursos es
son tan solo tolerables, sino naturales”. bien evidente en el trabajo pionero de Elias y
8 Atentese en el diagnóstico y en la tera- Scotson (1969) acerca de las tensiones y conflic-
péutica durkheimiana de este relajamiento, de tos entre establecidos y foráneos a residir en
esta crisis anómica: “Se dice, con razón, que la una comunidad, lo que aun es a veces visible
moral – y, por eso, debe entenderse no solo las entre viejos moradores y neorurales.
doctrinas, sino las costumbres – atraviesan una 12 En la dinámica de los procesos de cie-
crisis terrible... Nuestra fe fue abalada; la tradi- rre y exclusión social y no obstante el elogio y
ción ha perdido su dominio; el juicio individual fuerte empeño de Weber en la consolidación de
se emancipó del juicio colectivo. Sin embargo, las instituciones democráticas designadamente
por otro lado, las funciones que se disociaron en parlamentarias, Weber (1978) tiene plena con-
el decurso de la tormenta no tuvieron tiempo ciencia de los límites, de las incertezas e inclu-
de ajustarse unas a las otras... Lo que es preciso so de las perversiones del sistema democrático,
es hacer cesar esta anomia, es hallar los medios sobretodo gracias al proceso de racionaliza-
de hacer concurrir armonícanente estos órga- ción, burocratización y tecnocratización de la
nos, que se chocan en movimientos discordan- vida económica, social y política, cuya lógica de
tes...Nuestro malestar no es, por lo tanto, como dominación es imparable. Para un mayor desa-
parece a veces creerse, de orden intelectual... rrollo de la cuestión de la burocracia, cf. Rabot
En una palabra, nuestro primer deber es ac- (2001) que, contrariando la preconcebida y di-
tualmente elaborar una moral (Durkheim 1977 fundida idea de que Weber sería un defensor
II:206-207). de la burocracia, muestra justamente como We-
9 La naturalización de la estratificación ber era crítico y pesimista sobre la burocracia,
social es también asumida, en el contexto por- consciente del dilema entre la superioridad y la
tugués, no solo en sentido común y en la retóri- eficacia de la burocracia y la perversión de la
ca política dominante, sino también practicada democracia por la vía burocrática en las socie-
por algunos autores que se han focalizado so- dades modernas.
bre la exclusión social, designadamente Rodri- 13 Es en este sentido que Paugam (1991:23
gues et al. (1999:64 ss), que, en una perspectiva ss), al comentar la ambiguidad del concepto de
(neo)durkheimiana, ve la exclusión social de pobreza a partir de la perspectiva simmeliana

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Desigualdad y exclusión social: de breve revisitación a una síntesis proteórica 135

(cf. Simmel 1971:177), subraya que alguien es diciones de vida decentes, las transferencias so-
pobre no tanto ni sobretodo a partir de crite- ciales tienen por efecto perverso dar a sus bene-
rios objetivos de orden cuantitativa, sino antes ficiarios el estatuto de asistidos y de consagrar
como resultado, sea de las interacciones sociales, su fracaso... Como salir del dilema que vivieron
sea sobretodo de las designaciones categoriales todas las políticas de lucha contra la pobreza en
oriundas de las actitudes grupales o colectivas todas las sociedades históricas concretas conoci-
presentes en las instituciones sociales, las cuales das: aliviar el pobre o el excluído sin consagrarlo
definen y subsumen ciertos actores sociales en como pobre o excluído y volver inmediatanen-
la categoría de pobres socialmente asistidos. te difícil escapar a su condición?” (Schnapper
14 Simmel (1987) enfatiza, en contraposi- 1996:30). Sobre la condición degradada, infe-
ción con la mezquindad tacaña y sofocante de riorizada y dominada de los asistidos, cf. tam-
la colectividad rural, o carácter simultáneamen- bién Queiroz y Gross (1996:7), cuestión esta que
te alienatorio y emancipador de la ciudad, cuyo se prende con nuevas formas de dependencia
ambiente anónimo permite la relativa libertad clientelar a que corresponden formas menos
del individuo mediante el control y las censuras personalizadas pero reales de dominación (Silva
sociales propias de las pequeñas comunidades 1998). Será ciertanente el rechazo en ser catalo-
rurales, una idea que vendrá a ser retomada por gados y rotulados que induce varias personas a
algunos autores de la Escuela de Chicago desig- ocultar su situación de pobreza, dando así lugar
nadamente Park (1987) e Wirth (1987). a la “pobreza avergonzada”, a que se refieren
15 Con efecto, en la óptica físico-ecológica I.Baptista et al (1995:50) en su estudio sobre re-
de Park (1952, 1987), la ciudad, a la semejanza presentaciones de pobreza en el area de Opor-
del medio físico en la vida vegetal y animal, se- to. Cf. también I. Dias (1998:198), respecto de la
lecciona y discrimina a los individuos que más vergüenza de las víctimas, por publicitación, de
adecuadanente se adapten al territorio urba- la violencia doméstica, además de los recelos de
no, ocasionando el descubrimiento no solo de retaliación.
normas ‘tipos vocacionales’ (operario, bombero, 17 El propio Engels (1942) convoca la ra-
funcionario), como de personalidades excéntri- zón por que es que Marx y él propio colocaron
cas, ‘marginales’ y ‘esquizofrénicas’. Por lo tan- el acento tónico en la dimensión económica en
to, no obstante estas concepciones ‘naturalistas’ su lucha contra los adversarios idealistas y como
y funcionales seren obviamente susceptibles de no les restó tiempo para incidir sobre otros
crítica, Park no es, con todo, movido por cual- factores: “Nosotros tuvimos que enfatizar este
quer intencionalidad de limpieza de los grupos principio principal por oposición a nuestros ad-
sociales marginalizados o más débiles. Se clasi- versarios que lo negaban y ni siempre tuvimos
fica a los grupos y a los individuos excentricos y el tiempo, el lugar o la oportunidad de recono-
marginales como elementos ‘naturales’ e propios cer a los otros elementos envueltos en la inte-
del medio urbano, no es para legitimar su con- racción su propio lugar...” Y insurgese contra
dición marginalizada. Por el contrario, preocu- los que utilizan la fraseologia materialista para
pado con a necessidad de rehabilitar el ‘orden dispensar de estudiar historia: “La concepción
moral’ y evitar el caos social, Park (1952, 1987) materialista de la historia tiene hoy una serie de
denota un propósito reformador en el sentido amigos, a quienes tal sirve de disculpa para no
de superar la ‘desorganización social’ provocada estudiar historia...En general, la palabra mate-
por la densidad material, por la diferenciación rialista sirve a muchos de los más jovenes escri-
funcional y por la movilidad geo-social y, de este tores en la Alemania como mera frase para toda
modo, mejorar las condiciones de vida, integrar y cualquier cosa: ellos se fijan en esta etiqueta
socialmente a lo grupos desfavorecidos y refor- y se dispensan de pensar la cuestión...Todavia
zar la cohesión social en los barrios. nuestra concepción de historia es, encima de
16 Es teniendo en cuenta esta perspecti- todo, un guía para estudio, no una base para
va en confrontación con las concepciones do- la construcción a la manera de los hegelianos.
minantes neoliberales que Schnapper (1996) Toda la historia debe ser estudiada con frescura,
resume las ambiguidades y los dilemas de las las condiciones de existencia de las diferentes
políticas sociales: “la política social desvalora y formaciones sociales deben ser individualmen-
descalifica aquellos a quien da su apoyo... Aun- te examinadas antes de tentar hacer deducir
que se fundan no sobre la caridad pero sobre el de ellas las nociones políticas, cívico-legales,
derecho de todo ciudadano a beneficiar de con- estéticas, filosóficas correspondientes...(Engels

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1942:472-73, 477). Si bien que, en varias de sus (1999) al pretender que el debate en las socie-
obras, Marx (1974, 1975, 1998) hizo, directa o dades actuales ya no se centra en las desigual-
indirectamente, divrsas referencias a las clases dades sociales ni en carácter inigualitario de la
sociales, es bien conocido su prograna iniciado sociedad, sino en la noción de exclusión , la cual,
pero no acabado en El Capital en el sentido de estando ligada no a la oposición de intereses
teorizar en torno de las clases sociales. mas a la fragilidad, “ultrapasa a de la desigual-
18 Aunque esta última característica po- dad” (1999:70).
drá considerarse datada y nuevos análisis sobre 21 No es por acaso que no solo ciertas
la actual globalización se imponen y emergen, fuerzas políticas y sus representantes, como in-
hay en los análises de Marx (1974) y Lenin (1970) cluso algunos cientistas sociales asumen como
sobre la centralización y la concentración de ca- no excluídos a los que usufructan de un ren-
pital en la fase imperialista ideas-clave que aún dimento o salário y como excluídos solo a los
hoy tienen, en lo global, ajustada aplicación. que sean vítimas de ciertos efectos mas dramá-
19 Por ejemplo, también para Weber ticos o chocantes del sistema económico: de-
(1978:114 ss) la división del trabajo, entendida sempleados, descalificados, minorias étnicas,
en las dimensones técnica, social y económica, mayores. Por ejemplo, el libro de Lenoir (1974)
constituye una de las fuentes de estratificación titulado “Les exclus: un sur dix françales” es
y desigualdad social. elucidativo. En Portugal, la idea de que los ex-
20 Xiberras (1993) no solo ignoró Marx e cluídos serán una parte minoritaria arredrada
los contributos (neo)marxistas como deformó de los benefícios de bienestar y del progreso
y transformó el pensamiento weberiano, asu- impregna el raciocínio de varios autores, entre
miéndolo tan sólo como una forma vertical los cuales M. Silva (1996:234), Capucha (1998),
de analizar el lazo social, asumiendo que to- Costa (1998) y Rodrigues et al. (1999:65) que,
dos los padres fundadores de la Sociologia se en la senda de Castel (1998), consideran ex-
habrían ocupado primordialmente del orden y cluídos a los proletarios del siglo XIX pero ya
de la cohesión social, en cuanto características no a la gran parte de los asalariados actuales,
preexistentes en la sociedad y princípios orde- porque ya son sujetos de derechos sociales y la-
nadores de la organización social. Es esta una borales. En contraposición de la exclusión, cf.,
vieja idea retocada que hace surgir posiciones sobre ciudadania y derechos, Marhall (1967),
neodurkheimianas como la de Rodrigues et al. Cabral (1997).

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