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Dogmática Reformada

Herman Bavinck

En el Principio:
Fundamentos de la
Teología de la Creación

Traducción de Donald Herrera Terán


La Teología de la creación es la segunda sección de la Dogmática Reformada de Herman
Bavinck. Esta obra en su totalidad existe aun solamente en el idioma holandez con el título
Gereformeerde Dogmatiek, que apareció en los años 1895-1901 con una segunda edición
revisada en 1911. Las referencias a otras partes del Gereformeerde Dogmatiek corresponden
a la cuarta edición de 1928.

Donde aparecen “notas del editor” son las notas de John Bolt, el editor de las traduc-
ciones al inglez de selecciones del Gereformeerde Dogmatiek.
Contenido

1 • La Creación

2 • El Cielo: El Mundo Espiritual

3 • La Tierra: El Mundo Material

4 • Los Orígenes Humanos

5 • La Natura Humana

6 • El Destino Humano

7 • La Providencia
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La Creación
1

La doctrina de la creación, que afirma la dis- aquel por el cual todas las cosas son creadas, y
tinción entre el Creador y su criatura, es el el Espíritu Santo como la causa inmanente de
punto de partida de la verdadera religión. No la vida y el movimiento en el universo. La
hay existencia aparte de Dios, y el Creador Escritura sí relaciona la creación de una
solamente puede ser conocido verdaderamente manera especial con el Hijo por medio de las
a través de la revelación. La religión Bíblica categorías de Sabiduría y Logos. El Hijo es el
rechaza tanto el emanacionismo panteísta lo Logos por quien el Padre crea todas las cosas;
mismo que el dualismo Maniqueísta aunque todo el mundo es la realización de una idea de
cada uno haya tenido partidarios Cristianos Dios. La creación procede del Padre por
y filosóficos. En cuanto a las explicaciones medio del Hijo y en el Espíritu de manera
materialistas del universo éstas no son cientí- que en el Espíritu y a través del Hijo ésta
ficas en carácter sino más bien cosmovisiones pueda retornar al Padre. La creación también
religiosas disfrazadas de ciencia. Los siste- significa que el tiempo tiene un principio:
mas filosóficos sofisticados de Schelling, solamente Dios es eterno. Como criaturas
Hegel, Schopenhauer y otros fracasan al no nosotros nos hallamos necesariamente en el
satisfacer las necesidades religiosas humanas tiempo, y la especulación sobre la realidad
y están plagadas de contradicciones internas. pretemporal o extratemporal es especulación
A ellos toda la iglesia Cristiana confiesa sim- inútil. El propósito y la meta de la creación
plemente “Creo en Dios el Padre, Todopode- han de encontrarse solamente en la voluntad
roso, Creador del Cielo y de la Tierra.” Se dice de Dios y en su gloria. Es especialmente en la
correctamente que esta creación es ex nihilo, tradición Reformada que el honor y la gloria
“de la nada,” preservando así la distinción en de Dios fueron hechos los principios funda-
esencia entre el Creador y el mundo y la con- mentales de toda doctrina y conducta. Una
tingencia del mundo en su dependencia de doctrina de la creación es uno de los bloques de
Dios. El Dios Trino es el autor de la creación construcción básicos de una cosmovisión
más bien que un intermediario. Las obras Bíblica y Cristiana. La creación no ha de ser
activas de Dios son indivisibles aunque es deificada ni despojada sino que, como el “tea-
apropiado distinguir una economía de tareas tro de la gloria de Dios,” ha de ser disfrutada
en la Deidad de tal manera que se habla el y usada con sentido de mayordomía. Es la
Padre como la primera causa, el Hijo como buena creación de Dios.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La realización del consejo de Dios incluyendo al hombre, como aquella rela-


comienza con la creación.1 La creación es el ción entre el Creador y su criatura. La idea
acto inicial y el fundamento de toda la reve- de una existencia separada e independiente
lación divina y, por lo tanto, también el de Dios no sucede en ninguna parte de la
fundamento de toda la vida religiosa y ética. Escritura. Dios es la causa única, total y
La historia de la creación en el Antiguo absoluta de todo lo que existe. Él ha creado
Testamento es de una belleza tan sublime todas las cosas por su Palabra y su Espíritu
que esta no solamente no tiene compara- (Gén. 1:2, 3; Sal. 33:6; 104:29, 30; 148:5;
ción, sino que todos los pensadores, inclu- Job 26:13; 33:4; Isa. 40:13; 48:13; Zac. 12:1;
yendo los científicos naturalistas como Juan 1:3; Col. 1:16; Heb. 1:2, etc.). No había
Cuvier y Von Humbolt compiten los unos sustancia o principio de algún tipo que se le
con los otros en sus elogios para ella. “La opusiera; ningún material que le obligara a
primera página del documento Mosaico hacer algo o le restringiera de hacerlo; nin-
tiene una mayor consecuencia que todos los guna fuerza que limitara su libertad. Él
volúmenes escritos por los científicos natu- habla y las cosas empiezan a existir (Gén.
ralistas y los filósofos” (Jean Paul).2 Más 1:3; Sal. 33:9; Rom. 4:17). Él es, sin nin-
tarde, ese [acto] de creación llega a guna restricción, el poseedor del cielo y de
destacarse vez tras vez a lo largo de la la tierra (Gén. 14:19, 22; Sal. 24:2; 89:12;
historia de la revelación. 95: 4, 5). No hay límites para su poder; Él
hace todo lo que mira apropiado hacer (Isa.
Desde el mismo primer momento, la 14:24, 27; 46:10; 55:10; Sal. 115:3; 135:6).
religión verdadera se distingue de todas las De Él, por medio de Él y para Él son todas
otras religiones por el hecho de que inter- las cosas (Rom. 11:36; 1 Cor. 8:6; Heb.
preta la relación entre Dios y el mundo, 11:3). El mundo es el producto de su volun-
tad (Sal. 33:6; Apoc. 4:11); es la revelación
de sus perfecciones (Prov. 8:22ss.; Job
1. Nota el Editor: La sección inmediata pre-
cedente de la Dogmática Reformada era 28:23ss.; Sal. 104:1; 136:5ss.; Jer. 16:12) y
la conclusión de la doctrina de Dios y tra- encuentra su propósito en su gloria (Isa.
taba con “el Consejo de Dios.” 43:17; Prov. 16:4; Rom. 11:36; 1 Cor. 8:6).
2. Nota del Editor: Jean Paul Friedrich
Richter (1763 – 1825), más comúnmente
conocido simplemente como Jean Paul Sin embargo, esta enseñanza de la
según su héroe Jean-Jacques Rousseau, creación, que ocupa un lugar prominente y
era un popular novelista Alemán quien central en la Escritura, no se presenta como
influenció significativamente al movi- una explicación filosófica del problema de
miento Romántico Alemán lo mismo que
al historiador y escritor Escocés Thomas la existencia. Con toda certeza ésta también
Carlyle (1795 – 1881). En vista de la ten- ofrece una respuesta a la pregunta del ori-
dencia de Jean Paul hacia el panteísmo gen de todas las cosas. No obstante, su sig-
naturalista es más bien notorio que nificado es, primero y ante todo, religioso y
Bavinck lo cite aquí al comienzo de su
sección sobre la creación. Para una discu- ético. No es concebible ninguna relación
sión de Jean Paul como novelista (Pre) correcta con Dios aparte de esta base; ella
Romántico, véase Alan Mehhennet, El nos coloca en la debida relación con Dios
Movimiento Romántico (Londres: Croon (Éxo. 20:11; Deut. 10:12-14; 2 Reyes 19:15;
Helm; Totowa, N.J.: Barnes & Noble,
1981), 172 – 85. Neh. 9:6). Por lo tanto, es de un valor prác-

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tico eminente, y sirve para dejar al descu- doctrina del Judaísmo y del Cristianismo.5
bierto la grandeza, omnipotencia, majestad, Las cosmogonías paganas, las cuales son al
bondad, sabiduría y amor de Dios (Sal. 19; mismo tiempo teogonías, son todas politeís-
Job 37; Isa. 40). Por lo tanto, la enseñanza tas. Todas ellas asumen la existencia de una
de la creación fortalece la fe de la gente, materia primordial, sea que se interprete
confirma su confianza en Dios, y es una como el caos, como un principio personal,
fuente de consuelo en su sufrimiento (Sal. un huevo cósmico, o algo similar. Final-
33:6ss.; 65:6ss.; 89:12; 121:2; 134:5; Isa. mente, tienden a ser o emanacionistas – de
37:16; 40:28ss.; 42:5, etc.); inspira alabanza manera que el mundo es una emanación de
y acción de gracias (Sal. 136:3ss.; 148:5; Dios; o evolucionistas, de manera que el
Apoc. 14:7); estimula a la humildad y la mundo se vuelve cada vez más divino; o
docilidad y hace que la gente sienta su dualista, así que el mundo es el producto de
pequeñez e insignificancia ante Dios (Job dos principios antagónicos.6 Tampoco el
38:4ss.; Isa. 29:16; 45:9; Jer. 18:6; Rom. Génesis Caldeo, que en este sentido ofrece
9:20). paralelos notorios con los del Antiguo Tes-
tamento, es una excepción a esta norma. Es
La Creación y sus Alternativas Religiosas: también una teogonía que tiene a Bel dando
El Panteísmo y el Materialismo forma al mundo a partir de la tiamat que
guarda caóticamente todas las cosas en sí
La doctrina de la creación se conoce misma.7 También la filosofía Griega, de
solo a partir de la revelación y es entendida manera materialista, busca el origen de las
por fe (Heb. 11:3). Se concede que la ense- cosas en un elemento material (escuela
ñanza Católica argumenta que también Eónica; los Atomistas); o, de manera pan-
puede descubrirse a partir de la naturaleza teísta, en el único ser eterno e inmutable
y por medio de la razón,3 y el Concilio Vati- (escuela Eleática), o en la transformación
cano incluso elevó esta doctrina al status de eterna (Heráclito, Stoa). Incluso Anaxágo-
dogma.4 Pero la historia de las religiones y ras, Platón y Aristóteles nunca se alzaron
de la filosofía no apoya esta demanda. El por encima de un dualismo del espíritu y la
Islamismo, efectivamente, enseña una crea- materia. Dios, para ellos, no es un creador
ción de la nada pero tomó prestada esta sino, en el mejor de los casos, un decorador
del mundo (dmiourgos). Aunque los Esco-
3. T. de Aquino, II Sent., dist. 1, qu. 1, art. lásticos afirmaron algunas veces que Platón
2; idem, Contra los Gentiles, II, 15; J.
Kleutgen, Philosophie der Vorzeit verthei-
digt (Münster: Theissing, 1863), II, 5. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen
795s.; M. J. Scheeben, Handbuch der zwichen Theologie und Naturwissenschaft
Katholischer Dogmatik (Freiburg i.B.: (Gütersloh: C. Bertelsman, 1877-99), I,
Herder, 1933), II, 5, 6; J. B. Heinrich y K. 426s.
Gutberlet, Dogmatische Theologie, 2a ed. 6. O. Zöckler, “Schöpfung und Erhaltung
(Mainz: Kircheim, 1881 – 1900), V, 64s. der Welt,” en Realencyklopädie für pro-
4. “Constitución Dogmática, Dei Filius, testantische Theologie und Kirche (PRE),
acerca de la Fe Católica,” cap. 2, can. 2, 3a ed., XVII, 681-704.
en Documentos del Concilio Vaticano I, 7. H. H. Kuyper, Evolutie of Revelatie
1869-1870, seleccionados y traducidos (Amsterdam: Höveker & Wormser,
por John F. Broderich, S.J. (Collegeville, 1903), pp. 37, 38, 117s.; cf. también el
Minn.: Liturgia, 1971). Capítulo 3 más abajo.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

y Aristóteles enseñaban una creación de la en el Cristianismo, alcanzando incluso los


nada, esta opinión fue correctamente Priscilianos en España, saliendo
rechazada por otros – Buenaventura, por nuevamente a la superficie en la Edad
ejemplo.8 Los Griegos sabían de una phusis Media entre los Bogomilos y Cataros.
(naturaleza), un kosmos (mundo), pero no
una ktisis (criatura). El Cristianismo ganó No solamente el dualismo, sino que
una victoria sobre esta teogonía y cosmogo- también el panteísmo, adquirieron sus
nía paganas en su controversia con el Gnos- intérpretes. Bajo la influencia del Neo-Pla-
ticismo que, para explicar el pecado, tonismo el seudo-Dionisio enseñaba que las
predicaba la existencia de un dios inferior a ideas y los arquetipos de todas las cosas
la par de la Deidad suprema, o una hul existían eternamente en Dios, cuya bondad
(materia) eterna. Sin embargo, las explica- superabundante le movió a conferir reali-
ciones paganas del origen de las cosas se dad a estas ideas y a impartirse a Sí mismo
han mantenido saliendo a la superficie tam- a sus criaturas.12 En sus criaturas Dios,
bién en siglos Cristianos. Se declara ya en la digamos, emergió de su unidad, multipli-
Sabiduría de Salomón 11:17 que la mano cándose a Sí mismo y derramándose a Sí
todopoderosa de Dios “creó el mundo a par- mismo en ellos,13 de manera que Dios es un
tir de una materia amorfa” (amorphos ser universal,14 el mismo ser de todas las
hul) y la misma expresión sucede en Jus- cosas.15 Pero añade que Dios, sin embargo,
tino Mártir.9 Pero, en relación con esto, mantiene su unidad16 y es el todo en todos
Justino tiene en mente la posterior así lla- en tanto que Él es la causa de todo.17
mada creatio secunda y en otro lugar tam-
bién enseña expresamente la creación de la Las mismas ideas se repiten en Eri-
materia.10 Igual como el Gnosticismo sur- gena. Aunque repetidamente y de manera
gió en el siglo segundo, así, después del expresa enseña una creación de la nada,18
Concilio de Nicea, surgió el Maniqueísmo, lo que hace panteísta su sistema es la
el cual explicaba el pecado de manera simi- manera en que relaciona las cuatro natura-
lar asumiendo la existencia de un ser mal- lezas las unas con las otras. La primera
vado original además del Dios verdadero.11 naturaleza, la cual crea y no es creada, esto
Este dualismo fue ampliamente diseminado es, Dios, produce de la nada por medio de
pensar, esto es, desde dentro de Sí mismo,
8. Buenaventura, II Sent., dist. 1, p. 1, art. las ideas y formas de todas las cosas en la
1, Q. 1; cf. J. Heinrich y K. Gutberlet, Palabra divina.19 Esta Palabra es la segunda
Dogmatische Theologie, V, 29, 30.
9. Justino Mártir, Apología, I, 10, 59.
naturaleza, que es creada y crea. Esta
10. Justino Mártir, Diálogo con Trifón, 5;
idem, Discurso a los Griegos, 23; K. G. 12. Seudo Dionisio, Los Nombres Divinos,
Semisch, Justino Mártir: Su Vida, Escritos Cap. 4, 10.
y Opiniones (Edinburgh: T. & T. Clark, 13. Ibid., Cap. 2, 10.
1843), II, 336. 14. Ibid., Cap. 5, 4.
11. Véase Agustín, Los Escritos contra los 15. Ibid., La Jerarquía Celestial, Cap. 4, 1.
Maniqueos, en Padres Nicenos y Pos-Nice- 16. Ibid., Los Nombres Divinos, Cap. 2, 11.
nos, primera serie, vol. IV, ed. por Philip 17. Ibid., La Jerarquía Celestial, Cap. 5, 8.
Schaff (Grand Rapids: Eerdmans, 1989 18. John Scotus Erigena, Sobre la División de
[1897]); cf. K. Kessler, “Mani, Mani- la Naturaleza, Libro III, V, 24, 33.
chaer,” PRE3, XII, 193-228. 19. Ibid., III, 14, 17.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

segunda naturaleza es naturaleza creada partir de la forma amorfa (amorphos


(natura creata) cuanto es producida por hul),25 planteando así, de manera
Dios y es creativa (creatrix) cuanto es ella abstracta lo finito y lo infinito a la par y en
misma la causa y potencia del mundo real. contra el uno del otro, que lo primero no
Pues esta segunda naturaleza no es, ni real podía posiblemente ser el efecto de lo
ni sustancialmente, distinta de la tercera segundo.
naturaleza – el mundo de los fenómenos, el
cual es creado y no crea – la primera es la Sin embargo, el panteísmo fue una vez
causa, la otra es el efecto pero es el mismo más restaurado a una posición de honor en
mundo visto en un momento en la eterni- la filosofía moderna por medio de Espi-
dad de la Palabra de Dios y se halla cercano noza. En su criterio la sustancia única es la
a la temporalidad del mundo.20 Es el mismo causa eterna y necesariamente eficiente del
Dios quien primero, en las ideas, se crea a mundo; el mundo es la explicación del ser
sí mismo, luego fluye hacia sus criaturas y divino y los detalles son los modos por los
se vuelve el todo en todos para, finalmente, cuales los atributos divinos de pensamiento
regresar a sí mismo en la cuarta naturaleza, y extensión son determinados de una
que no crea y no es creada.21 Y la causa de manera particular.26
este proceso es la bondad de Dios,22 su
impulso para volverse todas las cosas.23 Hacia fines del siglo dieciocho esta filo-
sofía encontró más y más aceptación y fue
Fuera del mundo Cristiano el pan- elevada por Schelling y Hegel al estatus de
teísmo fue propagado por los filósofos Avi- sistema dominante del siglo diecinueve. La
cenna (1036) y Averroes (1198), [entre los doctrina Bíblica de la creación fue recha-
Musulmanes] por el Sulfismo, que miraba zada in toto. Fichte escribió: “la noción de
el universo como una emanación de Dios, y una creación es el error básico de toda
entre los Judíos por la Cábala.24 Hacia el fin metafísica falsa y de toda enseñanza reli-
de la Edad Media y el alba de la era giosa falsa y es particularmente el archi-
moderna todas estas ideas panteístas, dua- principio del Judaísmo y el paganismo.”27
listas y emanacionistas se entrecruzaban Schelling llamó a la creación de la nada una
libremente entre los místicos, teosofistas y “cruz para el intelecto” y se opuso firme-
Anabaptistas tales como Floris, Amalric de mente a ella.28 En su primer período
Bena, los Hermanos del Espíritu Libre, los enseñó una identidad absoluta entre Dios y
Libertinos, Eckhardt, Tauler, Servetus, el mundo. Los dos están relacionados el
Frank, Schwenkfeld, Bruno, Paracelso, uno al otro como esencia y forma; ellos son
Fludd, Weigel y Böhme. Aún el Socinia- lo mismo, pero vistos desde perspectivas
nismo enseñó solamente una creación a diferentes. Dios no es la causa del Todo,
sino el Todo mismo, y el Todo, por consi-
guiente, no se encuentra en proceso de vol-
20. Ibid., III, 8.
21. Ibid., III, 4, 20.
22. Ibid., III, 2, 4, 9. 25. O. Fock, Der Socinianismus nach seiner
23. Ibid., I, 12. Stellung in der Gesammtentwicklung des
24. A. Stöckl, Philosophie des Mittelalters christlichen Geistes (Kiel: C. Schröder,
(Mainz: Kircheim, 1864-66), II, 28, 92, 1847), 482.
181, 237. 26. B. Espinoza, Ética, Parte I.

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verse sino que es algo que existe en lo finito y accidental mira la apariencia
eternamente, en kai pan.29 Pero en su de lo absoluto, la idea fosilizada, la inteli-
período posterior, gracias a Baader, llegó a gencia congelada.31 Este panteísmo pasó de
estar bajo la influencia de Böhme y así bajo la filosofía a la teología. Schleiermacher
la de la Cábala y el Neo-Platonismo, y rechazó la distinción entre la creación y la
comenzó a buscar el fundamento del providencia y consideraba la cuestión de si
mundo en la naturaleza oscura de Dios. La el mundo era temporal o eterno como un
teogonía y la cosmogonía están muy íntima- asunto de indiferencia, esto si se mantenía
mente relacionadas. Así como Dios surge la absoluta dependencia de todas las cosas
Él mismo desde su estado no diferenciado, en Dios.32 De manera similar, en Strauss,
por la oposición de la principia, la natura- Biedermann, Schweizer y otros, Dios no es
leza (Urgrund, Ungrund, oscuridad) y el más que la causa eterna inmanente y fun-
intelecto (la palabra, la luz), al nivel del damento del mundo.33
Espíritu, el amor y la personalidad, así estos
tres son simultáneamente las potencias del Junto a este panteísmo también emer-
mundo. La naturaleza oscura en Dios es el gió un materialismo que busca los elemen-
principio de la confusión ciega, la materia y tos finales de todo el ser en los átomos
fundamento del mundo creado en tanto que materiales eternos (sin principio) e indes-
éste es caótico y tiene un carácter caótico. tructibles, e intenta explicar todos los fenó-
Pero también se halla en operación en ese menos de todo el universo a la luz de los
mundo la potencia del intelecto divino, el procesos atómicos de separaciones y unio-
que introduce luz, orden y regularidad en nes mecánicas y químicas según leyes fijas.
él. Mientras tanto Dios se manifiesta Él Este materialismo tenía sus raíces en la filo-
mismo como Espíritu en el espíritu de la sofía Griega, y fue reintroducido en los
humanidad y alcanza personalidad plena en tiempos modernos por Gassendi y Descar-
el espíritu de la humanidad.30 tes, y fue apoyado por la filosofía Británica
y Francesa del siglo dieciocho. Apareció en
También Hegel reconoció abierta- el siglo diecinueve, no como fruto del estu-
mente su adhesión al panteísmo, no al pan- dio científico sino como el producto de la
teísmo que considera las cosas finitas en sí
mismas como Dios sino al panteísmo que 28. F. W. J. Schelling, Werke, I/2, 44s., I/8,
62s. Nota del Editor: Las referencias de
27. J. G. Fichte, Die Anweisung zum Seligen Bavinck a obras de Schelling que están
Leben (Londres: Trübner, 1873), 160. incorporadas en la nueva versión, no
Nota del Editor: Una nueva edición Ale- revisada, pero abreviada y re-compagi-
mana de esta obra fue publicada en 1970 nada Ausgewählte Werke (Darmstadt:
por Meiner en Hamburgo. El ensayo Wissenschafliche Buchgesellschaft,
también se encuentra en J. G. Fichte, 1968), serán citadas con el título com-
Características de la Era Presente: El pleto de la obra lo mismo que la referen-
Camino hacia la Vida Bendecida: o, la cia original de Bavinck. Puesto que esta
Doctrina de la Religión (Washington, no es una edición completa de la obra
D.C.: Publicaciones Universidad de Amé- original de Schelling Sämmtliche Werke
rica, 1977). Para una discusión del (Stuttgart & Augsburg: J. G. Cotta’scher,
ensayo de Fichte véase H. Berkhof, Dos- 1856-61), los escritos no incluidos en la
cientos Años de Teología (Grand Rapids: nueva edición serán citados como Werke
Eerdmans, 1989), 26-28. usando la referencia original de Bavinck.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

reflexión filosófica en Feuerbach, quien reemplazar este misterio con una explica-
puede ser llamado e padre el materialismo ción inteligible. Esta demanda puede bien
en Alemania. Después de 1850, como resul- ser hecha con respecto a ambos puesto que
tado e una variedad de causas incidentales, ambos rechazan la doctrina de la creación a
encontró aceptación al menos por un causa de su incomprensibilidad y la ven
tiempo entre científicos naturalistas tales como una “cruz para el intelecto.” ¿Es este
como Vogt, Büchner, Moleschott, Czolbe y realmente el caso, que el panteísmo y el
Haeckel.34 materialismo hacen una mejor labor que el
teísmo satisfaciendo el intelecto y por tanto
Debe decirse, primero que todo, que ni merece preferencia? En realidad, en la his-
el panteísmo ni el materialismo son el toria de la humanidad ambos sistemas han
resultado de la ciencia exacta sino de la filo- hecho su aparición repetidas veces y vez
sofía, de una cosmovisión, de sistemas de tras vez han sido abandonados; han estado
creencias. Tampoco es “conocimiento” en tantas veces sujetos a las críticas más serias
el estricto sentido de la palabra. Claro, el y efectivas que nadie puede ahora aceptar-
materialismo ama hacerse pasar como una los únicamente porque sean tan satisfacto-
ciencia exacta pero puede demostrarse rios para el intelecto. Otros motivos juegan
fácilmente, tanto histórica como lógica- aquí el rol decisivo. Si el mundo no se ori-
mente, que es el fruto del pensamiento ginó por un acto de creación, entonces cier-
humano, un asunto tanto del corazón tamente debe haber alguna otra
humano como de la mente humana. Pues el explicación. Y ese caso – excluyendo al dua-
origen y el fin de las cosas se encuentran lismo – quedan aquí solamente dos opcio-
más allá de los límites de la observación y la nes disponibles: una explica la materia a
investigación humanas. La ciencia presu- partir de la mente o la mente a partir de la
pone la existencia y descansa sobre el fun- materia. El panteísmo y el materialismo no
damento de lo que ha sido creado. En ese son opuestos puros; más bien son dos lados
sentido el panteísmo y el materialismo se de la misma moneda; constantemente se
hallan en la misma posición del teísmo, que mezclan el uno con el otro y difieren sola-
reconoce el origen misterioso de las cosas. mente en que abordan el mismo problema
Por lo tanto, el único cuestionamiento es si
el panteísmo y el materialismo pueden 31. G. W. F. Hegel, Sämtliche Werke, vol. 9
(Stuttgart: F. Frommann, 1958), 49-54
29. F. W. J. Schelling, Ausgewählte Werke, (System der Philosophie: Zweiter Teil. Die
III, 13s. (“Carstellung meines Systems Naturphilosophie, §§247-51, “Begriff der
der Philosophie,” Werke I/4, 117s.); Natur,” Werke, VII, 23s.). Nota del Edi-
idem, Werke, I/5, 24s., 365s., 373s., tor: Cuando sea posible las referencias a
idem, Ausgewählte Werke, III, 698s. (Sys- los escritos de Hegel se citarán de la
tem der gesammten Philosophie und der moderna edición de Stuttgart o de una
Naturphilosophie insbesondere,” Werke, traducción publicada en Inglés. El título
I/6, 174). de la obra de Hegel y la cita original de
30. F. W. J. Schelling, Ausgewählte Werke, Bavinck de la Werke de Hegel serán
IV, 303s. (“Philosophische Untersuchun- dadas entre paréntesis.
gen über das Wesen der menslichen Frei- 32. F. Schleiermacher, La Fe Cristiana, ed.
heit und die damit zusammenhängenden por H. R. MacIntosh y J. S. Steward
Gegenstände,” Werke, I/7, 359s.); idem, (Edinburgh: T. & T. Clark, 1928), §§36,
Werke, II/2, 103s., II/3, 262s. 41.

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desde direcciones opuestas. Así pues, mas de Schelling y Hegel. Ciertamente no


ambos tropiezan con las mismas objecio- hubo carencia de palabras en estos sistemas
nes. [como lo ilustran las siguientes frases carac-
terísticas]: La idea asume forma, se encarna
El panteísmo, al confrontar la transi- ella misma, se hace objetiva ella misma,
ción del pensamiento al ser, de la idea a la pasa a otro modo del ser; se divide y se dife-
realidad, de la sustancia a los modos, no ha rencia a sí misma; decide libremente libe-
producido nada que se asemeje a una solu- rarse y realizarse, volverse en su opuesto.35
ción. De hecho, ha asumido varias formas y
ha descrito esa transición por medio de Esta solución, sin embargo, comprobó
diferentes nombres. Concibe la relación de ser tan insatisfactoria tanto para Schelling
Dios para con el mundo como la de en kai como para Hegel que frecuentemente
pan (“una y muchas”), de la naturaleza hablaban de un “rompimiento” o “deser-
produciendo y la naturaleza ya nacida ción” del absoluto por el cual se originó el
(natura naturans y naturata), de la sustan- mundo.36 Por tanto, no sorprende que
cia y los modos, de la existencia y la apa- Schelling en su segundo período, así como
riencia, de lo universal y lo particular, de también Schopenhauer, von Hartmann, et
las especies y los especimenes, del todo y al., diera primacía a la voluntad y conci-
sus partes, de la idea y la objetivación, del biera principalmente al Absoluto como
océano y las olas, y así sucesivamente; pero naturaleza, voluntad e impulso. La identi-
con todas estas palabras no ha dicho nada dad panteísta del pensamiento y el ser com-
con respecto a la relación. Desde la perspec- probó estar en un error, todo porque la
tiva panteísta es incomprensible cómo el “Sustancia,” la “Idea,” el “Todo,” o cual-
“ser” emergió del “pensamiento,” cómo la quier otra manera en que el panteísmo
multiplicidad surgió de la unidad, cómo la
materia procedió de la mente. Esto se ha
35. F. W. J. Schelling, Ausgewählte Werke, I,
hecho abundantemente claro en los siste- 386s. (“Ideen zu einer Philosophie der
Natur, Einleitung,” Werke, I/2, 62s.);
idem, Ausgewählte Werke, III, 119s.,
33. D. F. Strauss, Die Christliche Glaubensle- 153s. (“Bruno oder über das göttliche
hre (Tübingen: C. F. Osiander, 1840), I, und natürliche Princip der Dinge,”
656s.; A. E. Biedermann, Christliche Werke, I/4, 223s., 257s.); G. W. F. Hegel,
Dogmatik (Zürich: Füssli, 1869), La Enciclopedia de la Lógica (con la
§§649s.; A. Schweizer, Die Christliche Zusätze), trad. por T. F. Geraets et al.
Glaubenslehre (Leipzig: G. Hirzel, 1877), (Indianápolis/Cambridge: Hackett,
§71; O. Pfleiderer, Grundriss der christli- 1991), 306-7; idem, La Filosofía de Hegel
chen Glaubens und Sittenlehre (Berlín: G. respecto a la Naturaleza, trad. por M. J.
Reimer, 1888), §84; J. H. Scholten, Dog- Petry (Londres y New York: Allen
matices Christianae initia, 2ª ed. (1858), Unwin, Humanities Press, 1970). Nota
111; S. Hoekstra, Wijsg. Godsd., II, 174. del Editor: Las referencias de Bavinck
Nota del Editor: Bavinck puede estarse son a Hegel, Werke, VI, 413ss., VII, 23ss.,
refiriendo a S. Hoekstra, Grondslag, que comprende los §§243 y siguientes
Wezen en Openbaring van het Godsdiens- (posiblemente hasta el §252) de la obra
tig Geloof volgens de Heilige Schrift (Rót- de Hegel System der Philosophie, que se
terdam: Altmann & Roosenburg, 1861). encuentra en los volúmenes 8-10 de la
34. F. A. Lange, Geschichte des Materialis- obra Sämtliche Werke de Hegel (Stutt-
mus, 8a. ed. (Leipzig: Baedekker, 1908). gart: F. Frommann, 1958).

11
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

pueda designar el Absoluto, no es una ple- continuaran fieles a esta tesis fundamental
nitud del ser sino pura potencialidad, una suya no tendrían justificación para
abstracción sin contenido, una mera nada. atribuirle a estos átomos una connotación
¡Y esta supuestamente es la explicación de individual metafísica y trascendente.
las riquezas del mundo, la multiplicidad de Acerca de la posición materialista,
lo existente! ¡Que lo crean los que puedan! debidamente considerada, no es permisible
Kleutgen, por consiguiente, está en lo hablar de “eternidad,” de la “calidad de
correcto cuando escribe: “La diferencia increado,” de la “indestructibilidad de los
entre la especulación panteísta y la del átomos,” o incluso de “materia” y
teísta... es esta: mientras el primero, comen- “energía.” Si uno dice que el mundo se
zando con suposiciones – tan oscuras como originó de átomos materiales, uno debiese
improbables – sobre el ser divino, termina permanecer fiel a esa posición. Los átomos,
en abiertas contradicciones; el segundo, después de todo, puesto que son elementos
procediendo de un conocimiento seguro de del mundo empírico, solamente pueden
las cosas finitas, obtiene percepciones de tener propiedades empíricas y no
tipos cada vez más altos, hasta que encuen- metafísicas. El concepto de átomo, por
tra lo Incomprensible, no perdiendo de definición y como tales, en ninguna manera
vista el hecho que Aquel, a quien reconoce implica que es eterno e indestructible.
como el Autor eterno e inmutable de todas Aquellos que consideran los átomos como
las cosas, se halla muy por encima de nues- los “principios” últimos de todo ser se
tros procesos de pensamiento en su esencia extravían del camino rumbo a la
y obras.”37
38. Sobre el panteísmo, véase H. Ulrici,
De manera similar, en el caso del mate- “Pantheismus,” PRE1, 64-77; M. Heinze,
rialismo el origen de las cosas permanece “Pantheismus,” PRE3, XIV, 627-41; J. I.
sin ser explicado. Mientras que el pan- Doedes, Inleiding tot de Leer van God
(Utrecht: Kemink, 1870), 61s.; *C. W.
teísmo presenta al universo como proce- Opzoomer, Wetenschap en Wijsbegeerte
diendo de un principio último, y por tanto (1857), Cap. 1; A. Pierson, Bespiegeling,
se presenta a sí mismo hoy como Gezag, en Ervaring (Utrecht: Kemink,
monismo,38 el materialismo asume una 1885), Cap. 1; L. W. E. Rauwenhoff,
Wijsbegeerte van den Godsdienst (Leiden:
multiplicidad de “principios.” Pero, según Brill & van Doesburgh, 1887), 205s.;
el materialismo, estos “principios” últimos *Hoekstra, Wijsg. Godsd. 11, 73ss. (N. del
de todas las cosas no son otros que las Ed.: véase nota 33, antes); A. Kuyper,
partículas indivisibles de materia. Ahora, si “La Destrucción Panteísta de las Fronte-
ras,” Methodist Review 52 (1893): 520-
los proponentes de esta cosmovisión 35, 762-78; Van Dijk, Aesthetische en
Ethische Godsdienst (1895); Hugenholtz,
36. F. W. J. Schelling, Ausgewählte Werke, Ethische Pantheisme (Ámsterdam: Van
III, 614ss. (“Philosophie und Religion,” Holkema & Warendorff, 1903); Brui-
Werke, I/6, 38s.); G. W. F. Hegel, Confe- ning, “Pantheisme of Theisme,” Teylers
rencias sobre la Filosofía de la Religión, Theologische Tijdschrift (1904): 433-57.
trad. por E. B. Speirs y J. Burdon Sander- N. del Ed.: Bavinck añade que a este
son (Londres: Kegan Paul, Trench, Trüb- último artículo se le opuso De Graaf, op.
ner, 1895), II, 311-12 (Werke, XII, 177). cit., 165-210, la cual es probablemente
37. J. Kleutgen, Philosophie der Vorzeit, II, una referencia a la misma publicación,
884. Teylers Theologische Tijdschrift.

12
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

especulación y la metafísica y deben vía no ha sido resuelta por nadie. Son mate-
explicar empíricamente el mundo riales y (se nos dice) que son al mismo
únicamente a partir de esos átomos tiempo indivisibles, inmutables, infinitos
empíricos. El materialista únicamente en número, eternos e indestructibles. Y
puede decir que la experiencia enseña que además de todo esto, como si la materia
los átomos no llegan a existir o cesan de misma – la materia que se asume como el
existir; sin embargo, no tiene justificación principio que explica todo el universo –
para hablar de la naturaleza metafísica o las ¡fuese solamente conocida y comprensible!
propiedades metafísicas de los átomos. Las Pero exactamente la esencia y naturaleza
ciencias naturales, a la cual apelan siempre de la materia es la cosa más misteriosa de
los materialistas, tienen que ver como tal todas. Elude totalmente nuestra compren-
con lo finito, lo relativo, con la naturaleza y sión cognoscitiva. Es más fácil para noso-
sus fenómenos; comienza siempre desde la tros concebir e imaginar la naturaleza del
naturaleza, la asume como un hecho dado, espíritu que la naturaleza de la materia.
y no puede penetrar a lo que yace detrás de Materia es una palabra, un nombre, pero
ella. En el momento que haga esto deja de no sabemos lo que queremos dar a entender
ser física y se vuelve metafísica. Pero el con ello. Enfrentamos aquí un misterio tan
materialismo no es fiel consigo mismo grande en su tipo como la existencia del
cuando inmediatamente le atribuye a los espíritu que, como explicación de su incom-
átomos toda clase de propiedades que no prensibilidad, es rechazado por el materia-
son parte del concepto mismo y que no son lismo. Sin embargo, si asumimos que los
enseñados por la experiencia. El átomos existen y que son eternos inmuta-
materialismo, por consiguiente, no es una bles, todavía no hemos hecho nada para
ciencia exacta, ni el fruto de una rigurosa explicar el mundo a partir de esa noción.
investigación científica, sino una filosofía ¿Cómo es que el mundo se originó a partir
que está edificada sobre la negación de toda de esos átomos? Si el mundo ahora exis-
filosofía; es inherentemente auto- tente, o el precedente, tuvo un principio,
contradictoria; rechaza todos los absolutos debe haber una causa por la cual los átomos
y hace a los átomos absolutos; niega la fueron puestos en movimiento, y en el tipo
existencia de Dios y deifica la materia. de movimiento que dio como resultado el
mundo presente. Pero esta noción no puede
Uno puede declarar esto incluso en tér- ser explicada a partir de la materia, pues
minos más fuertes: si el materialismo toda materia es por naturaleza inerte y
quiere explicar todas las cosas a partir de la comienza a moverse solamente como resul-
materia, carece de toda justificación para tado de un impulso desde afuera. Sin
hablar de los átomos. Los átomos nunca embargo, el materialismo no puede aceptar
han sido observados; jamás nadie los ha un primer proponente de ese movimiento
visto; la investigación empírica nunca los que exista independientemente de la mate-
ha traído a la luz. Originalmente son de ria. De manera que los materialistas no tie-
naturaleza metafísica y solo por esa razón nen elección sino la de declarar también el
debiesen estar vedados para el materia- movimiento y el cambio como absolutos y
lismo. Es más, como sustancias metafísicas eternos (como el átomo), o como lo hace
están envueltas en una antinomia que toda- Czolbe, incluso a este mundo existente.

13
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

El materialismo se envuelve a sí mismo Creatio ex Nihilo


aún en contradicciones mayores: confunde
lo físico con lo metafísico, el volverse con el En contra de todos estos movimientos
ser, la mutabilidad con la inmutabilidad, el la iglesia Cristiana de manera unificada sos-
tiempo con la eternidad, y habla del espacio tuvo firmemente la confesión: “Creo en
infinito, del tiempo infinito, y del mundo Dios el Padre Todopoderoso, Creador del
infinito como si esto no fuera la más cielo y de la tierra.” Y al decir creación que-
absurda auto-contradicción. Finalmente, se ría dar a entender aquel acto de Dios por el
ha mostrado, repetidas veces y por varios cual, por su soberana voluntad, produjo el
proponentes, que el materialismo perma- mundo entero sacándolo de un estado de no
nece totalmente incapaz de explicar cómo ser hacia el estado de un ser que es distinto
los átomos puramente materiales, y por lo de Su propio ser. Y esta es, de hecho, la
tanto inconscientes, inanimados, faltos de enseñanza de la Sagrada Escritura. La pala-
libertad y sin propósito pudieran producir bra b'r originalmente significa separar, divi-
este mundo espiritual de vida, conciencia, dir, partir o cortar (usada en piel para
propósito, religión, moralidad y así sucesi- referirse a hacer un claro en el bosque, Jos.
vamente, que se lanza a sí mismo sobre 17:15, 18), y luego para formar, producir,
nuestra conciencia interior con no menos crear. Igual que la palabra Holandesa schep-
fuerza que el mundo físico lo hace sobre pen, que originalmente significa “formar”
nuestros sentidos. Y parece que poco a poco (cf. el Inglés “to shape”), la palabra Hebrea
esta crítica está comenzando a tener algún por sí misma no implica que algo fue traído
tipo de impacto sobre los mismos materia- a la existencia de la nada, pues es también
listas. El materialismo que surgió del pan- frecuentemente usada para las obras de la
teísmo en el siglo pasado está volviéndose
más y más al panteísmo e incluso incorpo-
39.Sobre el materialismo, además de “Mate-
rando una variedad de elementos místicos.
rialismus,” de M. Heinze, PRE3, XII,
La “fuerza vital,” que por mucho tiempo 414-24, y la literatura allí mencionada,
fue rechazada, una vez más tiene sus defen- véase K. Gutberlet, Der Mechanische
sores. Los átomos son ahora representados Monismus: Eine Kritik der Modernen Wel-
como si estuviesen vivos y animados. Haec- tanschauung (Paderborn: F. Schöningh,
1893); W. Ostwald, Die Ueberwindung
kel una vez más habla de un “espíritu en des wissenschaftliche Materialismus (Lei-
todas las cosas,” de una “fuerza divina,” un pzig: Veit, 1895); J. Reinke, Die Welt als
“espíritu motor,” un “alma mundial” que That, 4 vols. (Berlín: Paetel, 1905); M.
habita todas las cosas. Él está buscando, en Verworn, Naturwissenschaft und Wel-
tanschauung, (Heidelberg: C. Winter,
este monismo panteísta, la conexión entre 1906); R. Otto, Naturalistische und Reli-
religión y ciencia. Pero al hacer esto el giöse Weltansicht (Tübingen: H. Laupp,
mismo materialismo está admitiendo abier- 1905); A. Kuyper, “Evolución,” Revista
tamente su incapacidad para explicar el Teológica Calvinista 31 (1996): 11-50; H.
Bavinck, “Evolutie,” en Verzamelde Ops-
mundo: en su empobrecimiento el meca- tellen (Kampen: Kok, 1921), 105-20.
nismo de los átomos nuevamente ha cla- Nota del Editor: Una versión en Inglés de
mado pidiendo ayuda del principio las opiniones de Bavinck acerca de la
dinámico.39 evolución puede encontrarse en su
“Creación o Desarrollo,” Methodist
Review 61 (1901): 849-74.

14
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

providencia (Isa. 40:28; 45:7; Jer. 31:22; De cualquier manera, la Escritura no


Amós 4:13). Es un sinónimo de, y también deja duda con respecto a la materia en cues-
alterna con, hrH ycºr v¢H h
 (Sal. 104:30). Pero tión. Aunque ésta no usa el término,
difiere de ellas en que siempre es usada enseña claramente la materia. Debe conce-
para denotar un “hacer” divino y nunca derse que algunos eruditos creen que Géne-
con referencia a la actividad humana; en sis 1:1-3, también, en realidad procedió de
que nunca es acompañada por un acusativo un caos original no creado. Estos eruditos
de la materia a partir de la cual algo es argumentan que debido a que br'št se halla
hecho, y en que, por lo tanto, expresa por en el estado de construcción, los versos 1 a
todas partes la grandeza y el poder de las 3, para ellos, pueden traducirse de la
obras de Dios.40 Lo mismo es cierto de las siguiente manera: “En el principio cuando
palabras del Nuevo Testamento ktizein Dios creó los cielos y la tierra – ahora, la
(Mar. 13:19), poiein (Mat. 19:4), pheme tierra era un vacío sin forma, y así por el
lioun (Heb. 1:10), katartizein (Rom. 9:12), estilo – entonces Dios habló y dijo: Sea la
kataskeuazein (Heb. 3:4) y plassein (Rom. luz.” Por lo tanto, según esta opinión, se
9:20), y de la palabra Latina creare. Tam- presupone en el verso 2 la existencia de una
poco estas palabras, por sí mismas, expre- tierra vacía y sin forma en el acto de Dios
san crear de la nada. La expresión “crear de de la creación.42 Pero esta traducción no es
la nada,” por consiguiente, no se deriva lite- aceptable.43 En el primer caso la oración
ralmente de la Escritura pero ocurre pri- adquiere de esta forma la longitud de un
mero en 2 Macabeos 7:28, donde se declara período, lo cual es raro en Hebreo; es algo
que Dios hizo el cielo y la tierra y al hombre que no se espera, tanto en el estilo como
a partir del no ser (ek ouk ontn epoisen; inmediatamente al principio de Génesis 1;
Vulg. fecit ex nihilo). Algunos eruditos dis- un coloca un acento demasiado fuerte sobre
putan que esta expresión puede entenderse la creación de la luz.44 Además, el estado de
en el sentido estricto y le han dado una construcción de br'št no exige esta
interpretación Platónica. Sin embargo, es traducción porque también ocurre de la
digno de otra que el autor no habla de m misma forma sin sufijo o genitivo en Isaías
onta, es decir, una nada que no pudiese 46:10 (cf. Lev. 2:12; Deut. 33:21). En tercer
existir (nihilum privativum), una materia lugar, sería extraño que, mientras la
desprovista de cualidad y forma, sino de cláusula inicial diría que Dios todavía tenía
ouk onta, una nada que no existe (nihilum que crear el cielo y la tierra, la cláusula
negativum). Además, no es cierto que el
autor del Libro de Sabiduría (11:18) ense- 42. Según Ewald, Bunsen, Schrader,
Gunkel y otros; véase H. Schultz, Alttes-
ñara la eternidad de una materia sin forma; tamentliche Theologie, 5ª ed. (Göttingen:
el pasaje puede muy bien entenderse como Vandenhoeck & Ruprecht, 1896), 570s.
refiriéndose a la “creación secundaria,”41 43. Nota del Editor: Esta es la traducción
tal y como es el caso en Justino Mártir. adoptada por la NRSV (New Revised
Standard Versión).
44. R. Smend, Lehrbuch der alttestamentli-
40. Franz Delitzsch, Un Nuevo Comentario chen Religionsgeschichte (Freiburg i.B.: J.
sobre el Génesis, trad. por Sophia Taylor C. B. Mohr, 1893), 456; J. Wellhausen,
(Edinburgh: T. & T. Clark, 1899), 74. Prolegómenos de la Historia de Israel
41. Agustín et al., en J. B. Heinrich y K. (Atlanta: Eruditos, 1994 [1885]), 387, n.
Gutberlet, Dogmatische Theologie, V, 44. 1.

15
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

intermedia ya designara al caos con el de Él, por medio de Él y para Él (Rom.


nombre de “tierra” y no hiciera mención 11:36). Además, en ningún momento o
del estado del cielo cualquiera que este lugar se encuentra la más mínima
fuera. A esto debemos añadir que esta referencia a alguna materia eterna sin
traducción, aún si fuera correcta, de forma. Solo Dios es el Eterno y el
ninguna manera enseña la eternidad de Imperecedero. Solo Él se levanta por
esta tierra desolada sino que, en el mejor de encima de los procesos de transformación y
los casos, deja abierto este asunto. cambio. Las cosas, en cambio, tienen un
principio y un fin y están sujetas al cambio.
Esta visión global milita en contra de [En la Escritura] esto se expresa en un
todo el espíritu de la narrativa de la crea- lenguaje antropomórfico. Dios estaba allí
ción. En Génesis 1 Elohim no es presen- antes que las montañas emergieran y sus
tado como un escultor cósmico que, a la años nunca llegan a un fin (Sal. 90:2; Prov.
manera humana, con material preexistente, 8:25, 26); Él eligió y amó [a los suyos] desde
produce una obra de arte, sino como Uno la fundación del mundo (Efe. 1:4; Juan
que solamente por hablar, con proferir una 17:24; cf. Mat. 13:35; 25:34; Luc. 11:50;
palabra de poder, llama todas las cosas a la Juan 17:5; Heb. 4:3; 9:26; 1 Ped. 1:20;
existencia.45 Y toda la Escritura resuena Apoc. 13:8; 17:8). Y aunque en Romanos
con esa visión. Dios es el Todopoderoso 4:17 no hay una mención expresa de la
quien es infinitamente superior a todas las creación, este versículo sí enseña que Dios
criaturas y quien trata con sus criaturas de llama y convoca ta m onta, la cosas que
acuerdo con su buena voluntad soberana. posiblemente aún no existen como si
Él es el dueño absoluto, el qOnEh del cielo y existieran, hs onta. Para Él la existencia y
de la tierra (Gén. 14:19, 22), quien hace lo la no-existencia son cosas similares.
que le place y cuyo poder no tiene límites. Hebreos 11:3 anuncia aún más claramente
Él habla y las cosas llegan a ser, Él ordena y que Dios ha hecho el mundo de manera que
todo surge (Gén. 1:3; Sal. 33:9; Isa. 48:13; lo que se ve no es hecho ek phainomenn,
Rom. 4:17). Además, todas las cosas en la de aquello que se presenta ante nuestros
Escritura son descritas una y otra vez como ojos. Por medio de esta revelación la
habiendo sido hechas por Dios y como “materia amorfa” queda totalmente
absolutamente dependientes de Él. Él ha excluida; el mundo visible no procedió de lo
creado todas las cosas, el cielo, la tierra, el que es visible sino que depende de Dios
mar y todo lo que hay sobre ellos y en ellos quien llamó todas las cosas a la existencia
(Éxo. 20:11; Neh. 9:6, etc.). Todo ha sido por su palabra.
creado por Él (Col. 1:16, 17), todo existe
solo por su voluntad (Apoc. 4:11), y todo es Esta enseñanza de la Escritura fue
expresada con intencionadamente en las
palabras ex nihilo (“de la nada”) y fue
45. Reinke, Die Welt als That, 481ss.,
afirma erróneamente que Moisés no entendida de esta manera y traspasada por
tenía ningún conocimiento de una crea- la teología Cristiana desde el principio.46
ción a partir de la nada y que tal creación Pero entre los Gnósticos y los Maniqueos,
de la nada sería, en cualquier caso, una los teosofistas y los naturalistas, los pan-
variación de la ley de la constancia de
energía. teístas y los materialistas, esta enseñanza

16
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ha sido cuestionada en todos los tiempos. con seriedad en la teología Cristiana solo
Especialmente la máxima de Aristóteles, ex porque era admirablemente conveniente
nihilo nihil fit (“nada es hecho de la nada”), para cortar todo tipo de errores desde la
ha sido usada en su contra. Pero esta polé- raíz. En primer lugar, servía como una
mica es totalmente infundada. En primer defensa contra la noción pagana de una
lugar, esta norma de Aristóteles no es, en lo sustancia amorfa (amorphos hul), de la
absoluto, tan simple como parece. A cada que ni siquiera Platón o Aristóteles fueron
momento del día enfrentamos fenómenos capaces de librarse. En el paganismo el ser
que no son reducibles a factores presentes: humano está atado por la materia, sujeto a
la historia no es un simple problema de arit- la sensualidad y a la adoración de la natura-
mética; la vida no es solamente el producto leza; no puede comprender la idea de que la
de combinaciones químicas; el genio es algo mente es libre y que se encuentra por
más que el niño de su tiempo y cada perso- encima de la materia, y aún mucho menos
nalidad es original. Pero aparte de estas que Dios es absolutamente soberano, defi-
cosas y tomada con un poco de reserva, esta nido por ninguna otra cosa más que por su
norma de Aristóteles no es inaceptable. La propia esencia. En contra de esta visión la
teología nunca ha enseñado que el no ser doctrina de la creación a partir de la nada
sea el padre, fuente y principio del ser. Qui- enseña la absoluta soberanía de Dios y la
zás de manera redundante, ha añadido absoluta dependencia del hombre; si solo
repetidamente que la expresión ex nihilo no una simple partícula no fuese creada de la
era la descripción de una materia preexis- nada Dios no sería Dios. En segundo lugar,
tente de la cual fue hecho el mundo, pero esta expresión elimina toda emanación,
quería decir solamente que aquello que toda insinuación de alguna identidad esen-
ahora existe no existía una vez y que fue cial entre Dios y el mundo. Claro, los Esco-
llamado a la existencia solamente por el lásticos escribieron en repetidas ocasiones
poder del Dios Todopoderoso. De allí que, sobre una emanación o procesión de toda la
la expresión ex nihilo se halle al nivel del existencia a partir de una causa universal y
término post nihilum: la preposición ex no también ocasionalmente de la participación
designa [la causa] sino que solamente de la criatura en el ser y vida e Dios. Pero al
excluye una causa material; el mundo tiene decir esto no estaban significando “emana-
su causa, no en sí mismo, sino solamente en ción” en el sentido estricto, como si el pro-
Dios.47 pio ser de Dios fluyera hacia sus criaturas y
se desenvolviera así en ellos, como la clase
La expresión ex nihilo fue preservada en sus especies. Solamente quisieron decir
que Dios es un ser auto-subsistente y nece-
46. El Pastor de Hermas, I, 1; De Teófilo a sario (ens per essentiam) pero que la cria-
Autólico, II, 4; Tertuliano, La Prescrip- tura es existente por participación (ens per
ción contra los Herejes, 13; Ireneo, Contra participationem). Ciertamente las criaturas
las Herejías, II, 10.
47. Ireneo, Contra las Herejías, II, 14; Agus- tienen un ser que les es propio, pero este
tín, Confesiones, XI, 5: XII 7; idem, El Sig- ser tiene su eficiencia y causa ejemplar en
nificado Literal del Génesis, I, 1; el ser de Dios.48
Anselmo, Monologion, Cap. 8; T. Aquino,
Summa Theologica, I, par. 45., art. 1, y así
sucesivamente. La enseñanza de la creación a partir de

17
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la nada mantiene que hay una distinción en mente un tipo de ser y un ser que es simul-
esencia entre Dios y el mundo. La creación táneamente no-ser,” una condición de nada
no existe como resultado de un traspaso del que es al mismo tiempo todo, es decir, en
mundo del ser en Dios al ser fuera de Dios, potencialidad y nada específico concreta-
ni del ser sin Dios al ser por Dios, sino de la mente.50
no-existencia a la existencia. El mundo
ciertamente no es anti-Dios; no tiene una La teología Cristiana es diametral-
existencia independiente, y permanece en mente opuesta a esta confusión conceptual
Dios como su continua causa inmanente, en la filosofía. Entiende la “nada” como
como tendrá que ser demostrado más tarde algo que es puramente negativo y rechaza
en la enseñanza de la preservación contra toda emanación. No obstante, incluso en la
el Maniqueísmo y el Deísmo. Pero según la emanación hay un elemento de verdad que,
enseñanza de la Escritura el mundo no es sin violar la esencia de Dios, es especial-
una parte o una emanación del ser de Dios. mente sostenido por la doctrina bíblica de
Tiene un ser y una existencia que le son la creación mucho mejor que en la filosofía.
propias, una que es diferente y distinta de La doctrina de la creación de la nada, de
la esencia de Dios. Y eso es lo que es expre- hecho, le da a la teología Cristiana un lugar
sado con el término ex nihilo. Sin embargo, entre el Gnosticismo y el Arrianismo, esto
este término también ha sido mal usado por es, entre el panteísmo y el Deísmo. El Gnos-
la filosofía. Igual como Platón entendía m ticismo no conoce creación sino solamente
on (el no-ser) como una sustancia eterna y emanación y por lo tanto convierte al
sin forma, así Erigena incluso describió a mundo en el Hijo, la sabiduría, la imagen
Dios como nihilum en tanto que Él tras- de Dios en un sentido anticuado. El arria-
ciende todas las categorías y limitaciones, nismo, por otro lado, no sabe nada de ema-
toda existencia y ser; “por lo tanto, enton- nación sino solo de creación y por lo tanto
ces, se entiende que él es incomprensible, convierte al Hijo en una criatura. En el pri-
no es llamado ‘nihilum’ sin razón a causa mer caso el mundo es deificado; en el
de [su] excelencia superior” (dum ergo segundo Dios es hecho mundano. Pero la
incomprehensibilis intelligitur, per excellen- Escritura, y por lo tanto la teología Cris-
tiam nihilum non immerito vocitatur). Y si tiana, conoce tanto la emanación como la
Él produce todo de la nada, entonces eso creación, una doble comunicación de Dios
significa que Él “produce esencia a partir – una dentro de y la otra por fuera del ser
de la suya propia –digámoslo así – ‘supere- divino; una hacia el Hijo quien estaba en el
sencialidad,’ y vive de su propia ‘supervita- principio con Dios y era él mismo Dios, y
lidad.’”49 Incluso más rara era la manera en otra a las criaturas quienes se originaron en
que Hegel en su Wissenschaft der Logic el tiempo; una desde el ser y otra por la
trató con este concepto como definió la voluntad de Dios. La primera es llamada
“nada” como “un no-ser que es simultánea-
50. G. W. F. Hegel, La Enciclopedia de la
48. T. Aquino, Summa Theologica, I. Par. Lógica, 139-45 (Wissenschaft der Logik,
45, art. 1; J. Kleutgen, Philosophie der Sämtliche Werke, IV, 87-118; Nota del
Vorzeit, II, 828ss., 899s. Editor: La propia paginación de Bavinck
49. Erigena, Sobre la División de la Natura- en su nota es hacia Werke, III, 64, 73s.,
leza, III, 19, 20. cuando debería ser Werke, III, 77-108).

18
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

generación; la segunda, creación. Por gene- alguna persona, no a través de él como


ración, desde toda la eternidad, la plena ‘autor’ sino como ministro con quién y en
imagen de Dios es comunicada al Hijo; por quién Él obraba.”52 Algunos, tales como
la creación se comunica a la criatura sólo Durand, Suárez, Buenaventura, Richard, y
una débil y pálida imagen de Dios. Sin otros, disintieron.53 Los teólogos Reforma-
embargo, las dos están conectadas. Sin la dos que resistían, más que los eruditos
generación la creación no sería posible. Si Católicos y Luteranos, cualquier tendencia
en un sentido absoluto Dios no pudiera a mezclar al Creador y a la criatura, concor-
comunicarse Él mismo al Hijo, él sería daron con lo último.54 La Escritura le
incluso menos capaz, en un sentido rela- atribuye exclusivamente a Dios el acto de la
tivo, de comunicarse Él mismo a su cria- creación (Gén. 1:11; Isa. 40:12s.; 44:24;
tura. Si Dios no fuera trino, la creación no 45:12; Job 9:5-10; 38:2s.). Es lo que le
sería posible.51 distingue de los dioses falsos (Sal. 96:5, Isa.
37:16; Jer. 10:11, 12).
El Creador es el Dios Trino
Crear es una obra divina, un acto de
Por consiguiente, la Sagrada Escritura poder infinito y por lo tanto es incomunica-
enseña que el Dios Trino es el autor de la ble, ya sea en lo natural y en la gracia a
creación. La Escritura no conoce seres cualquier criatura, cualquiera que esta sea.
intermedios. En el caso el plural en Génesis Pero la teología Cristiana atribuyó de la
1:26 los Judíos pensaban en ángeles. Los manera más unánime la obra de la creación
Gnósticos miraban, procediendo de Dios, a todas las tres personas en la Trinidad. La
una serie de eones que jugaban un rol crea- Escritura no dejaba dudas en este punto.
tivo. Los Arrianos convertían al Hijo en un Dios creó todas las cosas por medio del Hijo
ser intermedio entre el Creador y la cria- (Sal. 33:6; Prov. 8:22; Juan 1:3; 5:17; 1 Cor.
tura quien, aunque creado, no obstante 8:6; Col. 1:15-17; Heb. 1:3) y a través del
también creaba. En la Edad Media muchos Espíritu (Gén. 1:2; Sal. 33:6; Job 26:13;
[eruditos] estaban preparados para aceptar 33:4; Sal. 104:30; Isa. 40:13; Luc. 1:35). En
un rol cooperativo para la criatura en el este contexto el Hijo y el Espíritu no son
acto de la creación. Llegaron a esta tesis vistos como fuerzas secundarias sino como
porque en la iglesia el perdón de pecados y agentes independientes o “principios”
la dispensa de la gracia eran inherentes en (principia), como autores (auctores) quie-
el oficio [eclesiástico] de manera que un nes con el Padre realizan la obra de la crea-
sacerdote que oficiaba la Misa podía trans-
formar el pan en el cuerpo de Cristo y así se 52. P. Lombardo, IV, Sent., dist. 5, n. 3.
convertía en “un creador de su propio crea- 53. T. Aquinas, Summa Theologica, I, par.
dor” (creator sui creatoris) (Biel). Es por 45, art. 3; J. Kleutgen, Philosophie der
esta razón que Pedro Lombardo dice en su Vorzeit, II, 849s.; J. Heinrich y K. Gut-
berlet, Dogmatische Theologie, V, 89s.
doctrina de los sacramentos que Dios podía 54. G. Voetius, Select Disp., I, 556s.; Synop-
también “crear algunas cosas a través de sis Purioris Theologiae, X, 14; Turretin,
Institutes of Elenctinc Theology, V, qu. 2;
J. H. Heidegger, Corpus Theologiae, VI,
51. Atanasio, Contra los Arrianos, I, 12; II, 14; P. van Mastricht, Theologia, III, 5, 20;
56, 78. C. Vitringa, Doct. Christ., II, 81-82.

19
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ción, como con quien también constituyen creación lleva la huella de la Trinidad (ves-
el único Dios verdadero. tigium trinitatis).58 Esta enseñanza se ha
convertido entonces en la propiedad común
Esta doctrina de la Escritura no llegó a de la teología Cristiana como un todo59 y
establecerse y a ser reconocida de manera también de las varias confesiones.60 Esta
inmediata en la iglesia Cristiana. Inicial- enseñanza fue contradicha solo entre aque-
mente el Logos era visto con demasiada fre- llos que también rechazaban el dogma de la
cuencia como un ser intermedio que iglesia de la Trinidad y creían, en el mejor
realizaba la vinculación entre Dios y el de los casos, en una creación por parte del
mundo mientras que la persona y obra del Padre a través del Hijo pero que de ninguna
Espíritu Santo inicialmente se puso por manera reconocían en aquella creación la
completo tras bambalinas. Pero Ireneo ya obra común de las tres divinas personas.
había señalado que en el acto de crear Dios Entre quienes disentían estaban los Arria-
no había necesitado instrumentos ajenos, nos, los Socinianos, los Remonstrantes, los
ni usó a los ángeles para ese propósito, sino Racionalistas y, en tiempos más recientes,
que tenía sus propias manos: el Logos y el Martensen, Van Oosterzee, y particular-
Espíritu Santo por quienes y en quienes Él mente Doedes.61
creó todas las cosas.55 La doctrina de la
creación como la obra de toda la Trinidad Los dos dogmas se levantan y caen jun-
fue desarrollada claramente por Atanasio y tos. La confesión de la unidad esencial de
los tres Capadocios en el Este, y por Agus- las tres personas tiene como corolario que
tín en el Occidente. Ninguna criatura, dice todas las obras externas de Dios (opera ad
Atanasio, puede ser la causa eficiente extra) son comunes e indivisibles (comuna
(poitikon aition) de la creación. Así et indivisa). De manera inversa toda oposi-
entonces, si el Hijo junto con el Padre crea ción a la obra trinitaria de la creación es
el mundo, no puede ser un demiurgo prueba de una desviación en la doctrina de
creado extradivino, como piensa Arrio, la Trinidad. El punto crucial aquí es que,
sino que tiene que ser el mismo Hijo propio junto con la Escritura y los padres de la
del Padre, la “descendencia propia de su Iglesia, como Atanasio, hacemos una aguda
propio ser” (idion genna tes ousias distinción entre el Creador y la criatura y
autou).56 Pero donde está el Logos, allí evitamos toda mezcla Gnóstica. Si en la
también está el Espíritu, y así “el Padre a Escritura el Hijo y el Espíritu actúan como
través de la Palabra y en el Espíritu crea agentes independientes (principia) y “auto-
todas las cosas” (ho pater dia tou logou en res” (auctores) de la creación, entonces son
to pneumati ktizei ta panta).57 Agustín lo participantes del ser divino. Además, si
dice aún más fuerte: “por esta buena Trini- ellos son verdaderamente Dios, entonces
dad, suprema, igual e inmutable, son crea-
das todas las cosas” (ab hac summe et 58. Agustín, Enchiridion, 10; Sobre la Trini-
dad, VI, 10; La Ciudad de Dios, XI, 24;
aequaliter et immutabiliter bona trinitate Confesiones, XIII, 11.
creata sunt omnia) de manera que toda la 59. Juan de Damasco, Exposición de la Fe
Ortodoxa, I, 8; T. Aquino, Summa Theol.,
55. Ireneo, Contra las Herejías, IV, 20. I, qu. 45, art. 6; M. Lutero, Los Artículos
56. Atanasio, Contra los Arrianos, II, 21s. de Esmalcalda, I.1; J. Calvino, Institución,
57. Atanasio, Ad Serap., III, 5. I. xiv, xx.

20
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

verdaderamente toman parte también en la de los cuales realiza una tarea que le es pro-
obra de la creación. La doctrina Arriana, pia en esa obra única de creación. No en el
por otro lado, se envuelve a sí misma en sentido que la creación sea principalmente
dificultades insolubles. No se puede negar atribuible al Padre y menos al Hijo y al
que la Escritura enseña que la creación es Espíritu, ni en el sentido que las tres perso-
una obra del Padre por medio del Hijo. nas trabajen independientemente lado a
Ahora, si el Hijo es visto como una persona lado, complementando la obra de cada una
externa al ser divino entonces hay validez y constituyendo tres causas eficientes sepa-
para la objeción de que no se le puede radas de la creación. Por lo tanto, la prác-
anexar ningún significado a la creación por tica de hablar de tres causas asociadas (tres
parte del Padre a través del Hijo. La Escri- causae sociae) encontró amplia resisten-
tura lo dice, pero ¿qué puede significar? cia.63 Aunque hay cooperación no hay divi-
¿Encomendó el Padre al Hijo para que éste sión de trabajo. Todas las cosas se originan
creara? Pero entonces el Hijo es el Creador simultáneamente del Padre por medio del
real. ¿Crearon el Padre y el Hijo conjunta- Hijo en el Espíritu. El Padre es la primera
mente todas las cosas? Pero entonces no es causa; la iniciativa de la creación procede
creación por parte del Hijo.62 de Él. Por consiguiente, en un sentido
administrativo, la creación es atribuida
La doctrina de la Trinidad provee aquí específicamente a Él. El Hijo no es un ins-
verdadera luz. Igual como Dios es uno en trumento sino la sabiduría personal, el
esencia y distinto en personas, así también Logos, por quien todo es creado; todo des-
la obra de creación es una y completa mien- cansa y encuentra su coherencia en Él (Col.
tras que en su unidad todavía es rica en 1:17) y es creado por Él (Col. 1:16), no
diversidad. Es Un Dios quien crea todas las como su meta final sino como la cabeza y
cosas y por esa razón el mundo es una uni- maestro de todas las criaturas (Efe. 1:10). Y
dad, igual como la unidad del mundo el Espíritu Santo es la causa personal inma-
demuestra la unidad de Dios. Pero en ese nente por el cual todas las cosas viven y se
Un ser divino hay tres personas, cada uno mueven y tienen su ser, reciben su propia
forma y configuración, y son conducidas a
60. Cf. Denzinger, Enchiridion, nos. 202,
su destino, en Dios.64
227, 231, 232, 355, 367, 598; H. A. Nie-
meyer, Collectio cofessionum in ecclesiis
reformatis publicatorum (Leipzig: 61. H. Martensen, Dogmática Cristiana,
Sumptibis Iulii Klinkhardti, 1840), 87, trad. por W. Urwick (Edinburgh: T. & T.
331, 341. N. del E.: Además, Bavinck cita Clark, 1871), §61; J. J. Van Ooserzee,
aquí a J. T. Müller, Die Symbolischen Dogmática Cristiana, trad. por J. Watson
Bücher der Evangelisch Lutherschen y M. Evans (New York: Scribner, Arms-
Kirche5, 38, 299. Posiblemente se esté trong, 1874), §56; J. I. Doedes, De Neder-
refiriendo a la Confesión de Ausburg, landsche Geloofsbelijdenis (Utrecht:
art. III, y a los Artículos de Esmalcalda, Kemink & Zoon, 1880-81), 121ss.
art. IV, que se encuentran en el Libro de 62. J. I. Doedes, Nederlandsche Geloofsbeli-
Concordia: o los Libros Simbólicos de la jdenis, 128.
Iglesia Evangélica Luterana, trad. por 63. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen
Henry Jacobs (Philadelphia: The United zwischen Theologie und Naturwissens-
Lutheran Publications House, 1908), I, chaft, 2 vols. (Gütersloh: C. Bertelsmann,
38, 311. 1877-79), I, 621s., 679s.

21
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Aún así, aunque la creación es un obra cosas han sido creadas (Col. 1:16), con el
de toda la Trinidad, no puede negarse que propósito de ser otra vez reunidas en Él
en la Escritura esta permanece en una rela- como la cabeza (Efe. 1:10). En todos estos
ción peculiar con el Hijo, una que merece pasajes Cristo tiene tanto significado sote-
una discusión independiente. El Antiguo riológico como cosmológico. Él no es sola-
Testamento repetidas veces declara que mente el mediador de la re-creación sino
Dios creó todas las cosas por su Palabra también de la creación.
(Gén. 1:3; Sal. 33:6; 148:5; Isa. 48:13), que
Él estableció la tierra con Sabiduría y con Los Apologistas, no obstante, no
su entendimiento extendió los cielos (Sal. sabían qué hacer con estas ideas de la Escri-
104:24; Prov. 3:19; Jer. 10:12; 51:15). Pero tura. Sujetos como se encontraban a la
esa Sabiduría también es representada per- influencia Platónica frecuentemente mira-
sonalmente como la consejera y obrera ban en el Logos poco más que el “mundo
maestra de la creación. Dios la adquirió y la inteligible” (kosmos notos). Asociaban al
poseía, la organizó y la buscó, para que por Logos más íntimamente con el mundo,
medio de ella como el principio de su miraban su generación como siendo moti-
camino, como el primer principio de su vada por la creación, y distinguieron inade-
obra, Él pudiera crear y organizar el cuadamente el nacimiento del Hijo de la
mundo. Y de esa manera estuvo con Él creación del mundo. Todavía batallaban
incluso antes de la creación, trabajó junto con la idea Gnóstica de que el Padre es en
con Él en el proceso de crear, y se deleitó en realidad la Deidad secreta e invisible quien
las obras de las manos de Dios, especial- se hace manifiesta solamente por el Logos.
mente en los hijos de los hombres (Prov. Ahora, aunque este elemento Gnóstico fue
8:22-31; Job 28:23-27). Esta enseñanza es desterrado de la teología por los antiguos
elaborada más adelante en el Nuevo Testa- padres de la iglesia, de manera notable por
mento. Allí leemos no solamente que Dios Atanasio y Agustín, se mantuvo apare-
creó todas las cosas por el Hijo (Juan 1:3; 1 ciendo en repetidas ocasiones. La raíz de
Cor. 8:6; Col. 1:15-17), sino que allí Cristo donde brotó esta idea es siempre un cierto
es llamado “el primogénito de toda la crea- dualismo, una oposición más o menos
ción” (prtotokos pass ktises, Col. 1:15), aguda entre el espíritu y la materia, entre
“el origen de la creación de Dios” (arch ts Dios y el mundo. Dios es invisible, inaccesi-
ktises tou Theou, Apoc. 3:14), el Alfa y la ble, oculto; el mundo, si no es que es anti-
Omega, el principio y fin de todas las cosas Dios, es sin embargo “impío,” “carente de
(Apoc. 1:17; 21:6; 22:6), por quien todas las Dios,” desprovisto de deidad. Lo que se
necesita para reconciliar esta oposición
64. F. H. R. Frank, System der christlichen básica es un ser intermedio y ese ser es el
Wahrheit, 3a ed. rev. (Erlangen y Lei- Logos. Con relación a Dios él es la idea cós-
pzig: A. Deichert, 1894), I, 328s.; A. mica, la imagen del mundo, el mundo inte-
Kuyper, La Obra del Espíritu Santo, trad.
por H. De Vries (Grand Rapids: Eerd- ligible (kosmos notos); y en relación con el
mans, 1941 [1900]), 21; cf. H. Bavinck, mundo él es el Creador real, el principio de
La Doctrina de Dios, trad. por W. Hen- la posibilidad de que un mundo esté gestán-
driksen (Grand Rapids: Eerdmans, dose. Entre los Hernhúteros esta noción
1951), 319 (Gereformeerde Dogmatiek
[Kampen: Kok, 1928], II, 285s.). resultó en el eclipse del Padre y la idea de

22
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Cristo como el Creador real. La re-creación El Gnosticismo solo puede ser vencido
absorbe a la creación y la gracia nulifica la fundamentalmente cuando todo dualismo
naturaleza. Varios teólogos en el medio entre Dios y el mundo es cortado de raíz.
enseñan que el Logos es el mundo en su La creación, como una obra de Dios, no es
idea básica y que “pertenece al mismo ser inferior a la re-creación; la naturaleza no es
del Hijo el tener su vida no solamente en el de un orden inferior a la gracia; el mundo
Padre sino también en el mundo; como el no es profano por sí mismo. Por consi-
corazón del Padre él es simultáneamente el guiente, no había necesidad que un ser
corazón eterno del mundo, el eterno divino inferior capacitara al Padre para
Mundo-logos.”65 crear al mundo. La iglesia Cristiana cree en
Dios el Padre, Todopoderoso, Creador del
Entonces, esta noción conduce auto- cielo y de la tierra. La creación no es – en lo
máticamente a una doctrina de la encarna- absoluto – más la obra del Hijo que del
ción aparte del pecado. El mundo como tal Padre. Todas las cosas proceden de Dios. Y
es profano; la creación no es realmente una con respecto al Hijo la iglesia Cristiana con-
obra divina. Para que Dios sea capaz de fiesa que él no es inferior al Padre, ni más
crear y para que el mundo y la humanidad cercano a las criaturas, sino que es de una
le agraden debemos verlos en Cristo. Dios sustancia con el Padre y el Espíritu, y que
solamente podía haber deseado al mundo juntos son el único Dios verdadero y
en Cristo y para Cristo. Es solo en Cristo eterno, Creador del cielo y de la tierra. Pero
como cabeza e individuo central de la raza es verdad que el Hijo juega un rol que le es
humana que podemos agradar a Dios. En propio en la obra de la creación, algo que
esta perspectiva la encarnación es necesaria especialmente Agustín subrayó. Aunque no
para la revelación y la comunicación de equiparó las ideas de las cosas con el Logos
Dios y del Dios-hombre es la meta suprema como los Apologistas lo habían hecho, sí se
de la creación.66 En última instancia este sintió obligado a relacionarlas con el Logos.
curso en el pensamiento culmina en la teo- Cierto: el mundo no era eterno pero sin
ría que la creación es necesaria para Dios embargo la idea del mundo se encontraba
mismo. De hecho, Dios como tal es natura- eternamente en la mente de Dios. El Padre
leza, el terreno original, la dimensión de expresa todos sus pensamientos y su ser
profundidad y el silencio original del
mundo (buthos y sig), pero para conver- 66. I. A. Dorner, Historia del Desarrollo de
tirse en personalidad y en espíritu él nece- la Doctrina de la Persona de Cristo (Edin-
sita la creación. La creación es la propia burgh: T. & T. Clark, 1868), III, 229-48;
C. I. Nitzsch, System der Christlichen
historia de Dios; la cosmogonía es teogo- Wahrheit, 5ª ed. (Bonn: Adolph Marcus,
nía.67 1844), 195; J. P. Lange, Christliche Dog-
matik, 3 vols. (Heidelberg: K. Winter,
1852), II, 215; y especialmente P. F.
65. H. Martensen, Dogmática Cristiana, Keerl, Der Gottmensch, das Ebenbild
§125; H. A. W. Meyer, Manual Crítico y Gotees, vol. 2 en la serie De Mensch, das
Exegético de las Epístolas a los Filipenses y Ebenbild Gottes (Basel: Bahnmeier,
a los Colosenses, trad. por John C. Moore, 1866), 1ss. N. del E.: Bavinck solamente
rev. y ed. por William P. Dickson (Edin- cita el título de la serie y el número del
burgh: T. & T. Clark, 1875), 281-87 volumen en su referencia.
[sobre Col. 1:16]. 67. F. W. J. Schelling, Werke, II, 2, 109.

23
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

entero en la única Palabra personal, y la mental (forma principalis) del mundo


idea del mundo, por consiguiente, se mismo. Por esa razón el Hijo es llamado el
encuentra contenida en el Logos. En conse- principio (arch), el primogénito
cuencia, el Logos puede ser llamado “un (prtotokos), el origen de la creación (arch
cierto tipo de forma, una forma que no es ts ktises), el primogénito que sustenta la
en sí misma formada sino la forma de todas creación, de quien ella surge como su causa
las cosas que han sido formadas” (forma y ejemplo, y en quien descansa. Por tanto,
quaedam, forma non formata sed forma la palabra que el Padre profiere en la crea-
omnium formatorum).68 Con esta línea de ción y por la cual llama a las cosas de la
pensamiento se puede establecer el nada a la existencia es también efectiva,
significado del Hijo para la creación. pues es hablada en y a través del Hijo. Y
Primero está el Padre de quien procede la finalmente el Hijo es, en un sentido, tam-
iniciativa para la creación, quien piensa la bién la causa final (causa finalis) del
idea del mundo; pero todo lo que el Padre es mundo. Porque en Él tiene su fundamento
y tiene y piensa lo imparte y lo expresa en y modelo, también es creado para él, no
el Hijo. En él el Padre contempla la idea del como su meta última, sino todavía como la
mundo en sí mismo, no como si fuese cabeza, el Señor y heredero de todas las
idéntico con el Hijo, sino de manera que lo cosas (Col. 1:16; Heb. 1:2). Contadas en el
visiona y se encuentra con él en el Hijo en Hijo, reunidas bajo Él como cabeza, todas
quien habita Su plenitud. Contenida en la las criaturas regresan otra vez al Padre de
sabiduría divina, como parte y como suma quien se originan todas las cosas. De esta
total, se encuentra también la sabiduría que forma el mundo encuentra su idea, su prin-
será realizada en las criaturas [por venir]. cipio (arch) y su meta final (telos) en el
Él es el Logos por quien el Padre crea todas ser trino de Dios. La palabra que el Padre
las cosas. pronuncia en el Hijo es la plena expresión
del ser divino y por lo tanto también de
Así pues, el mundo entero es la realiza- todo aquello que llegará a existir por esa
ción de una idea de Dios; un libro que con- palabra como criatura exterior al ser
tiene letras, grandes y pequeñas, y desde el divino. Y la procesión (spiratio) por la cual
cual puede conocerse su sabiduría. Sin el Padre y el Hijo son las “bases activas”
embargo, Él no es meramente la “causa (principium) del Espíritu también contiene
ejemplar”; Él es también el “agente crea- en sí misma la disposición de deseo de ese
tivo” (arch dmiourgik). La palabra que mundo, la idea que se halla comprendida en
Dios habla no es un sonido sin contenido; la sabiduría divina.69 Así pues, la creación
es enérgica y viviente [que realiza el hecho procede del Padre por medio del Hijo en el
por declaración]. La idea del mundo que el Espíritu con el propósito que, en el Espíritu
Padre pronuncia en el Hijo es una palabra y por medio del Hijo, pueda retornar al
seminal (ratio seminalis) una forma funda- Padre.

68. Agustín, Sermón 117; La Libertad de la


Voluntad, III, 16, 17; Sobre la Trinidad,
XI, 10; XV, 14; cf. Anselmo, Monologion,
34; T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 34, 69. J. Kleutgen, Philosophie der Vorzeit, II,
art. 3; qu. 44, art. 3. 870.

24
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Creación y Tiempo nidad? ¿Cómo ha de encontrarse, en toda


aquella eternidad que trascendía el tiempo,
Desde esta perspectiva podemos tam- un momento en el que Dios pasara del no-
bién derivar algún entendimiento sobre el crear al crear? ¿Y por qué escogió precisa-
difícil problema de la creación y el tiempo. mente ese momento; por qué no comenzó a
La Escritura nos dice en simple lenguaje crear el mundo muchos eones antes?
humano que todas las cosas tuvieron un
principio. Habla de un tiempo antes del Todas estas preguntas han provocado
nacimiento de las montañas, antes de la una variedad de respuestas. El panteísmo
fundación del mundo, antes que los eones intentó proporcionar una solución ense-
comenzaran (Gén. 1:1; Sal. 90:2; Prov. ñando que en Dios el ser y el actuar son
8:22; Mat. 13:35; 25:24; Juan 1:1; 17:24; una sola cosa; que Dios no se volvió un
Efe. 1:4; 2 Tim. 1:9; Heb. 4:3; 1 Ped. 1:20; Creador sino que la creación misma es
Apoc. 13:8). En nuestro propio pensa- eterna. El mundo no tuvo principio; es la
miento y hablar tampoco podemos evitar la eterna auto-revelación de Dios. Además,
forma temporal. De hecho, a partir de esta Dios no precedió al mundo en duración,
limitación humana surgen todas las obje- sino solamente en un sentido lógico, en
ciones que brotan una y otra vez en contra tanto que Él es la causa de todas las cosas.
de una creación en el tiempo. Yendo hacia La naturaleza productora (natura natu-
atrás en nuestro pensamiento finalmente rans) no puede ser concebida aparte de la
llegamos al primer momento en el cual naturaleza habiendo sido producida
todas las cosas tienen un principio. Antes (natura naturata), ni la sustancia aparte de
de ese momento no hay nada sino un pro- los modos y atributos, o la idea aparte de la
fundo silencio de eternidad. Pero inmedia- manifestación.70 La solución de Orígenes
tamente una multitud de preguntas surgen está asociada con esta opinión: rechazando
en nuestra mente. ¿Con qué imágenes lle- la eternidad de la materia enseñaba que
naremos esa eternidad y qué tipo de activi- todas las cosas fueron creadas de la nada
dad puede haber si toda la obra de la por el Logos pero que Dios no puede ser
creación y la providencia es eliminada de concebido como desocupado. Su omnipo-
consideración? Las doctrinas de la Trinidad tencia es tan eterna como Él es y así Él
y de los decretos nos ofrecen una pista para comenzó a crear desde toda la eternidad.
responder pero, separada del mundo ya no No que el mundo presente sea eterno, sino
proveen contenido para nuestras ideas. que precediéndolo hubo incontables mun-
¿Qué hacía Dios antes del acto de la crea- dos, así como habrá muchos después de
ción – Él, que no puede concebirse como un él.71 Esta visión, que en realidad proviene
Dios ocioso (Deus otiosus) y que está siem- de los Stoa,72 fue condenada por la iglesia
pre trabajando (Juan 5:17)? ¿Cambió Él?
¿Pasó de la desocupación a la actividad, del 70. Erigena, La Naturaleza Divina, I, 73,
74; III, 8, 9, 17; B. Espinoza, Los Princi-
descanso al trabajo? ¿Cómo puede la crea- pios de la Filosofía de Descartes (Cogitata
ción, la transición al acto de crear, ser Metaphysica), trad. por Halbert Haine
reconciliada con la inmutabilidad de Dios? Briton (Chicago: Open Court, 1905), II,
¿Y por qué procedió a la obra de la creación cap. 10; G. W. F. Hegel, Werke, VII, 25.
71. Orígenes, Sobre los Primeros Principios,
después que había ya pasado toda una eter- I, 2; II, 1; III, 5.

25
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

en el Concilio de Nicea pero ha hecho debemos decir, es imposible, pues eternidad


numerosas reapariciones.73 En relación y tiempo difieren esencialmente. Kant
con esto debemos también mencionar la miraba una antinomia insoluble en el
pregunta – una frecuentemente tratada en hecho que por un lado el mundo debía
el Escolasticismo – de si el mundo pudo haber tenido un comienzo porque un
haber sido eterno. En defensa de Aristóte- tiempo infinitamente pasado es inconcebi-
les, quien enseñaba la eternidad del ble, y por el otro lado no pudo haber tenido
mundo,74 algunos respondieron esta pre- un principio porque un tiempo vacío es
gunta en sentido afirmativo.75 Pero otros igualmente inconcebible.80 Sin embargo, la
como Buenaventura, Albertus Magnus, segunda parte de la antinomia no es válida:
Henry de Ghent, Richard, Valentia, Tole- en ausencia del mundo no hay tiempo, y
tus,76 los Luteranos77 y los Reformados,78 por lo tanto, no hay tiempo vacío.81 El
rechazaron firmemente esta tesis. Sola- hecho que no podamos imaginar esto y que
mente unos pocos consideraron una crea- vayamos a necesitar siempre tal noción
ción eterna como una posibilidad.79 auxiliar de un tiempo antes del tiempo es
irrelevante y se deriva solamente de la
Sin embargo, todas estas respuestas no necesidad de nuestro pensamiento en una
pueden satisfacer la mente. Por supuesto forma temporal. Eliminar el tiempo de
no hay diferencia sobre si en este momento, nuestro pensamiento es eliminar nuestro
en lugar de por miles de años, el mundo pensamiento, de allí que esto sea imposible.
pudo haber existido por millones de centu-
rias. Nadie niega esto en lo abstracto. Pero Esto nos deja solamente con la primera
es una pregunta muy diferente si el mundo parte de la antinomia de Kant: a saber, que
pudo haber existido eternamente en el el mundo debe haber tenido un comienzo.
mismo sentido en que Dios es eterno. Esto,
75. Por Durandus, Occam, Biel, Cajetan y
72. E. Zeller, Bosquejos de la Historia de la también por Tomás de Aquino, Summa
Filosofía Griega, 13ª ed., rev. por Wil- Theol. I, qu. 46 art. 1, 2; idem, Contra los
helm Nestle y trad. por L. R. Palmer Gentiles, II, 31-37; según T. Esser, Die
(Londres: Routledge & Kegan Paul, Lehre des heiligen. Thomas von Aquino
1969), §61, pp. 215-17. ubre die Möglichkeit einer anfanglosen
73. R. Rothe, Theologische Ethik, 2a ed. rev. Schöpfung (Münster: Aschendorff,
(Wittenberg: Zimmerman, 1867-71), 1895). *Rolfes, Philos. Jahrbuch 10
§§61s.; H. Ulrici, Gott und die Natur (1897), heft 1; J. Heinrich y K. Gutberlet,
(Leipzig: T. O. Weigel, 1862), 671s.; H. Dogmatische Theologie, V, 134s.
Martensen, Dogmática Cristiana, §§65, 76. Buenaventura, I, Sent., dist. 44, art. 1,
66; J. A. Dorner, Historia del Desarrollo qu. 4; cf. Petavius, “de Deo,” III, cap. 5,
de la Doctrina de la Persona de Cristo 6.
(Edinburgh: T. & T. Clark, 1868), III, 77. J. Quenstedt, Teología, I, 421; D. Hollaz,
229-48; Wetzel, “Die SEIT der Welts- Examen Theol., 358.
chöpfung,” Jahrbuch für die Theologie 1 78. J. Zanchi, Op. Theol., III, 22; G. Voetius,
(1875): 582s. Select. Disp., I, 568; M. Leydecker, Fax.
74. E. Zeller, Aristóteles y los Primeros Peri- Verit., 140; J. Cocceius, Summa Theol.,
patéticos (que es una traducción de la cap. 15; B. De Moor, Comm. Theol., II,
Filosofía de los Griegos de Zeller) por B. F. 179; C. Vitringa, Doctr. Christ. II, 83;
C. Costello y J. H. Muirhead (Londres, Turretin, Institutes of Elenctic Theology,
Nueva York y Bombay, 1897), I, 469-77. V, qu. 3.

26
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

No importa cuán largamente se extienda el cuestión procede de la noción de que Dios


tiempo sigue siendo tiempo y nunca se con- existe en el tiempo y que la creación y la
vierte en eternidad. Hay una diferencia providencia son para Él la labor tenaz de
esencial entre los dos. El mundo no puede cada día. Pero Dios habita en la eternidad.
concebirse aparte del tiempo; la existencia Él es actualidad pura (actus purissimus),
en el tiempo es la forma necesaria de todo una plenitud infinita de vida, bendecida en
lo que es finito y creado. El predicado de la Él mismo. Sin la creación Él no está desocu-
eternidad nunca puede, estrictamente pado y el involucrarse en ella no le agota.
hablando, ser atribuible a las cosas que “Por lo tanto, en su ocio no hay pereza,
existen en la forma del tiempo. De manera indolencia, inactividad; así como en Su
similar, la pregunta de si Dios pudo no labor no hay trabajo, esfuerzo o laboriosi-
haber creado desde toda la eternidad se dad. Él puede actuar mientras reposa, y
basa en la identificación de la eternidad con reposar mientras actúa.”83
el tiempo. En la eternidad no hay “antes” o
“después.” Dios sí creó eternamente el Es el mismo caso con el panteísmo. No
mundo: esto es, en el momento en que el es, con seguridad, tan superficial como el
mundo llegó a existir Dios era, y siguió Socinianismo y el materialismo que simple-
siendo, el Eterno y como el Eterno creó al mente transmuta la eternidad en un tiempo
mundo. Aún cuando el mundo hubiera que es extendido interminablemente hacia
existido por una sucesión interminable de atrás y hacia delante e ignora la distinción
centurias, y aunque millones de mundos entre lo que no tiene fin y lo infinito. No
hubieran precedido al mundo presente, sostiene que Dios es todas las cosas y que
sigue siendo temporal, finito, limitado y por todas las cosas son Dios. Hace una distin-
lo tanto tuvo un comienzo. La hipótesis de ción entre el “ser” y el “convertirse,” la
Orígenes de ninguna manera comienza a naturaleza que está produciendo y la natu-
resolver el problema: la cuestión continúa raleza que ha sido producida (natura natu-
absolutamente siendo la misma; solamente rans y natura naturata), entre la sustancia
es movida hacia atrás unos pocos millones y sus modos, el Todo y todas las cosas, la
de años. idea y su manifestación, esto es, entre la
eternidad y el tiempo. Pero en cuanto a las
Aún más infundada es la cuestión de preguntas “¿En dónde, entonces, existe la
qué hacía Dios antes de que creara. Agus- diferencia?”; ¿Qué relación hay entre las
tín, Lutero y Calvino la contestaron en el dos?”; “¿Cómo pasa la eternidad a ser
espíritu de Proverbios 26:5 [“Responde al tiempo?” el panteísmo no tiene respuestas.
necio como merece su necedad...”].82 Esta Ciertamente provee suficientes palabras e
imágenes, pero no permiten algún pensa-
79. F. Burmann, Syn. Theol., I, 24, 41. miento real. El teísmo, no obstante, mira la
80. I. Kant, Crítica de la Razón Pura, trad. eternidad y el tiempo como dos magnitudes
por Norman Kemp Smith (Nueva York:
St. Martín, 1965 [1929]), 396-402.
81. Ireneo, Contra las Herejías, III, 8; Ata- 82. Agustín, Confesiones, XI, 2; J. Calvino,
nasio, Contra los Arrianos, I, 29, 58; Ter- Institución, I. xiv. 1.
tuliano, Contra Marción, II, 3; idem, 83. Agustín, La Ciudad de Dios, XII, 17;
Contra Hermógenes, 4; Agustín, Ciudad trad. por Marcus Dods (New York:
de Dios, XI, 6. Modern Library, 1950), 400.

27
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

inconmensurables. No podemos ni debe- Filón y Tertuliano86 lo habían dicho antes


mos descuidar a ninguno de ellos; ambos se que él y todos los teólogos desde entonces lo
impulsan hacia nuestras conciencias y han repetido. Es inconcebible un tiempo de
poderes de reflexión. Pero no podemos desocupación, ni hubo un tiempo antes que
entender claramente su interconexión. el mundo existiese. El tiempo es la forma
Como seres vivientes y pensantes en el necesaria de la existencia de lo finito. No es
tiempo nos hallamos ante el misterio y una creación separada sino algo automáti-
maravilla del ser eterno increado. Por un camente dado con el mundo, co-creado con
lado, es cierto que Dios es el Eterno: en Él él como el espacio. En un sentido, por lo
no hay pasado o futuro, ni está transfor- tanto, el mundo siempre ha existido, en
mándose o cambiando. Todo lo que Él es es tanto que el tiempo haya existido. Enton-
eterno: su pensamiento, su voluntad, su ces, todo cambio ocurre en él, no en Dios.
decreto. Eterno, en Él, es la idea del mundo El mundo se halla sujeto al tiempo, esto es,
que Él piensa y profiere en el Hijo; eterna, al cambio. Está constantemente transfor-
en Él, es también la decisión de crear al mándose, en contraste con Dios quien es
mundo; eterna, en Él, es la voluntad que un ser eterno e incambiable. Ahora, estos
creó al mundo en el tiempo; eterno es tam- dos, Dios y el mundo, la eternidad y el
bién el acto de crear como un acto de Dios, tiempo, están relacionados de tal manera
una acción tanto interna como inma- que el mundo es sustentado en todas sus
nente.84 Pues Dios no se convirtió en partes por el poder omnipresente de Dios y
Creador, de manera que primero, por el tiempo, en todos sus momentos, se halla
mucho tiempo, Él no creó y entonces impregnado del ser eterno de nuestro Dios.
después sí creó. Más bien, Él es el Creador La eternidad y el tiempo no son dos líneas,
eterno y como Creador él era el Eterno y la más corta de las cuales corre por un
como el Eterno creó. Por lo tanto la tiempo paralela a aquella extendida infini-
creación no produjo ningún cambio en tamente; la verdad es que la eternidad es el
Dios; ésta no emanó de Él y no es parte de centro inmutable que envía sus rayos a toda
su ser. Él es, incambiablemente, el mismo la circunferencia del tiempo. Para el ojo
Dios eterno. limitado de la criatura ésta revela sucesiva-
mente su infinito contenido en la anchura
Por otro lado, es cierto, también para el del espacio y en la longitud del tiempo para
pensamiento humano, que el mundo tuvo que esa criatura pueda entender algo de la
un principio y fue creado en el tiempo. grandeza insondable de Dios. Pero en
Agustín declaró correctamente que el cuanto a todo esto, la eternidad y el tiempo
mundo no fue hecho en el tiempo sino siguen siendo distintos. Todo lo que quere-
junto con el tiempo,85 como ya Platón, mos confesar es que la disposición volunta-
ria de Dios puede, y de hecho lo hace, sin
84. Agustín, La Ciudad de Dios, XII, 17; P. dejar de ser eterna, producir efectos en el
Lombard, II, Sent., dist. 1, n. 2; Buena-
ventura, II, Sent., dist. 1, art. 1, qu. 2; T. tiempo, igual como su pensamiento eterno
Aquino, Contra los Gentiles, I, 82; Peta-
vius, “de Deo,” V, 9, 9 y 13, 5; G. 85. Agustín, Confesiones, XI, 10-13; idem,
Voetius, Select. Disp. I, 565; Turretin, Ciudad de Dios, VII, 30; XI, 4-6; XII, 15-
Institutes of Elenctic Theology, V, qu. 3, 17.
16. 86. Tertuliano, Contra Marción, II, 3.

28
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

puede tener a los objetos temporales como La Meta de la Creación


su contenido.87 El poder de la voluntad de
Dios, el cual es eternamente uno, hizo que Ahora, si este mundo, que se originó y
las cosas que antes no existían llegaran a existe en el tiempo, es distinto en esencia
existir, aún así sin producir ningún cambio del ser eterno e incambiable de Dios, uno es
en Él. Dios desea eternamente cosas que insistentemente confrontado por la cues-
solamente ocurrirán después de siglos o que tión de qué movió a Dios a llamar este
ocurrieron siglos antes. Y en el momento mundo a la existencia. La Escritura conti-
en que ello ocurre hay cambio en las cosas nuamente traza toda la condición de “ser” y
pero no en Él. [Como Agustín ha dicho:] de “tales” de las criaturas de Dios de
regreso a su voluntad (Sal. 33:6; 115:3;
Pero cuando uno habla de Su 135:6; Isa. 46:10; Dan. 4:35; Mat. 11:25;
anterior reposo y subsiguiente Rom. 9:15s.; Efe. 1:4, 9, 11; Apoc. 4:11).89
operación (y no sé cómo los hom- Para nosotros ese es el último motivo, el fin
bres pueden entender estas cosas), de toda contradicción. “La voluntad de
estos “anterior” y “subsiguiente” Dios es la ley suprema. La 'naturaleza' de
son aplicables sólo a las cosas cualquier cosa creada en particular es preci-
creadas, las que anteriormente no samente la que el creador supremo de esa
xistían, y llegaron a existir subsi- cosa quiso que fuera.”90 A la pregunta de
guientemente. Pero en Dios el por qué existen las cosas y por qué son
anterior propósito no es alterado como son no hay otra respuesta, y más pro-
ni borrado por el propósito subsi- funda, que Dios así lo quiso. Entonces, si
guiente y diferente, sino [realiza- alguien preguntase: ¿Por qué lo quiso
dos] por la única y la misma Dios?, “está preguntando algo que es más
voluntad eterna e incambiable. Él grande que la voluntad de Dios pero no se
efectuó, con respecto a las cosas puede encontrar nada más grande.”91 Y
que creó, tanto eso anterior, en esta ha sido la posición de toda la iglesia
tanto que ellas no existían, ni Cristiana y de la teología Cristiana.
habrían llegado a existir, y aquello
subsiguiente, cuando comenza- Sin embargo, el panteísmo no está
ron a ser, cuando llegaron a exis- satisfecho con esta respuesta y busca un
tir. Y así, quizás, Él mostraría de motivo más profundo. Entonces, intenta
manera notoria, a aquellos que
tienen ojos para tales cosas, cuán 88. Agustín, Ciudad de Dios, XII, 17; trad.
por Marcus Dods (Modern Library), 400;
independiente Él es de lo que Él nota del editor: La cita aquí incluida es
hace y cómo es Él, como creador, más extensa que la original de Bavinck.
en Su bondad gratuita, puesto que 89. En Apoc. 4:11 la preposición dia es
desde la eternidad Él habitó sin seguida por un acusativo y de allí que en
realidad signifique “debido a que.” Pero
criaturas en una bendición no aquí y en cualquier otra parte (Apoc.
menos perfecta.88 12:11; Juan 6:57; Rom. 8:10, 20; 2 Pedro
3:12) este significado pasa a ser el de
“mediante, a través de” o el de un dativo.
87. Tomás de Aquino, en Kleutgen, Philoso- 90. Agustín, Ciudad de Dios, XXI, 8.
phie der Vorzeit, II, 871. 91. Agustín, de Gen c. Manich, I, 2.

29
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

especialmente de dos maneras explicar el embargo, como norma, la teología Cristiana


mundo desde el ser de Dios. O presenta ese ha evitado esta posición extrema y ha ense-
ser como tan sobreabundantemente rico ñado que, aunque la voluntad de Dios en la
que el mundo automáticamente fluye de él creación era totalmente libre y toda coer-
y, en la medida en que el mundo se distan- ción y necesidad quedan excluidas, esa
cia de Él, se aproxima al no-ser (el m on) y voluntad divina tuvo sus motivos y Dios, al
se solidifica transformándose en materia realizar sus obras externas, tuvo sus propó-
sensible. Esta es la teoría de la emanación sitos altos y puros.92
que se originó en el Oriente, se propagó
especialmente en Persia y la India, y enton- De manera que queda espacio para la
ces, penetró también en Occidente a través cuestión de qué movió a Dios a crear el
de los sistemas del Gnosticismo y el Neo- mundo; en otras palabras: ¿qué propósito
platonismo. O intenta explicar el mundo a tenía en mente para la creación? Las res-
partir de la pobreza de Dios (penia tou puestas a esta pregunta han sido variadas.
Theou), no a partir de su riqueza (ploutos). Muchos teólogos han visto una explicación
Dios se halla tan necesitado y falto de dicha adecuada para el mundo en la bondad y el
que necesita al mundo para su propio desa- amor de Dios. También la Escritura habla a
rrollo. En sí mismo él es potencialidad menudo del hecho de que Dios es bueno,
pura, quien es nada pero puede volverse que su bondad se manifiesta en todas sus
cualquier cosa. Tiene que objetivarse a sí obras, que Él ama a todas sus criaturas y
mismo y, al contrastarse a sí mismo con el desea su salvación. Además, Dios no puede
mundo, se vuelve “espíritu” o “personali- ser concebido como necesitando algo; él no
dad” en el hombre. En sí mismo Dios no es podía haber creado al mundo para recibir
todavía el Absoluto; él alcanza este status algo de él sino solamente para darse y
solamente a través del proceso del mundo. comunicarse a Sí mismo. Por lo tanto, su
Siendo inicialmente el Dios implícito (Deus bondad fue la razón para la creación. Pla-
implicitus), gradualmente se vuelve explí- tón, Filón y Séneca ya habían hablado en
cito (Deus explicitus). El mundo, por consi- esta línea,93 y los teólogos Cristianos tam-
guiente, es necesario para Dios; es un bién dijeron a menudo que Dios no creó al
componente necesario de desarrollo en su mundo por necesidad sino por la bondad,
ser. “Sin el mundo Dios no es Dios.” En no para sí mismo sino para los seres huma-
contra de este panteísmo, que suprime la nos. “Dios hizo el mundo no para sí mismo
personalidad de Dios y deifica el mundo, el sino para el hombre.”94 “Si Él no fuese
teísmo mantiene la enseñanza de que la capaz de hacer cosas buenas, no poseería
creación es un acto de la voluntad de Dios. ningún poder en lo absoluto; sin embargo,
Pero esa voluntad no ha de ser interpretada
como volición arbitraria. La voluntad de
92. Cf. H. Bavinck, La Doctrina de Dios,
Dios ha sido vista de esta manera en la teo- 232-41 (Gereformeerde Dogmatiek, II,
logía Islámica y en el pensamiento de los 207-15).
Nominalistas, los Socinianos y los Cartesia- 93. Platón, Timaeus, 29 D; Séneca, Cartas,
nos. Allí, el mundo es producto del puro 95; para Filón, véase Zöckler, art. PRE3,
capricho. Existe, pero podría bien no haber XI, 643.
94. Tertuliano, Contra Marción, I, 43; Con-
existido o haber sido muy diferente. Sin tra Praxeas, 5.

30
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

si fuese capaz, pero no lo hiciera, allí habría impartir realidad a la idea del mundo que él
una gran culpa.”95 Pero el Dios de todo es considere necesaria, pues de otra manera Él
bueno y excelente por naturaleza. Pues un sería egoísta y no tendría el amor más
ser bueno no tendría envidia de ninguno, grande. Debido a que Él es bueno, él no
de manera que Él no envidia la existencia quiere solo ser bendecido por él mismo,
de nadie sino que más bien desea que todos sino que establece un reino de amor y persi-
existan con el propósito de ejercer Su bon- gue la bendición de sus criaturas, lo cual
dad.96 para Él es su meta última.98

Sin embargo, estos pronunciamientos Sin embargo, desde una perspectiva


se alternaban repetidamente con otras Cristiana, esta doctrina del hombre como
declaraciones en los que Dios mismo y su Selbstzweck es inaceptable. Por supuesto
honor fueron designados como la causa y que la bondad de Dios también se torna
propósito de la creación. Pero el huma- manifiesta en la creación, como la Escritura
nismo colocó al hombre en primer plano. El repetidamente afirma. Sin embargo, no es
Socinianismo no buscó la esencia del hom- correcto decir que la bondad de Dios
bre en la comunión con Dios sino en su requiere la creación o sino Dios sería
dominio sobre la tierra. La doctrina de la egoísta. Recuerde, Dios es el Ser todo-
ley natural, la de la moralidad natural, y de bueno, el amor perfecto, hay total bendi-
la religión natural hicieron al hombre autó- ción en sí mismo, y por lo tanto no necesita
nomo e independiente de Dios. Leibnitz al mundo para hacer madurar su bondad o
enseñaba que por su bondad, sabiduría y amor, más de que lo necesita para alcanzar
poder Dios estaba moralmente obligado a auto-conciencia y personalidad. Además, es
escoger el mejor de los muchos mundos por la naturaleza del caso, que Dios no
posibles y traer ése a la existencia. Kant, existe por causa del hombre y que el hom-
sobre el terreno de la razón práctica, solo bre existe por causa de Dios. Pues aunque
apeló a Dios para que ayudara al hombre el hombre puede, en un sentido, ser lla-
supliéndole la vida eterna en el más allá, mado Selbstzweck en tanto que él, como ser
siendo su virtud lo que le otorgaba tal dere- racional, como ser moral, no puede nunca
cho. Y así, en el racionalismo del siglo die- ser degradado en un instrumento “sin
ciocho, el hombre se convirtió en la más voluntad,” sin embargo se halla fundamen-
interesante de las criaturas: todo lo demás talmente dependiente de Dios y no posee
existía para él y existía para servirle en su nada que no haya recibido. Solo Dios es
perfección. El hombre era su propio fin Creador; el hombre es un ser creado y solo
(Selbstzweck) y todo lo demás, incluido por esa razón él no puede ser la meta de la
Dios, era solamente un medio.97 Y aún hoy creación. En tanto que él tenga su origen en
muchos pensadores enseñan que Dios debe
97. K. G. Bretschneider, Systematische Ent-
95. Agustín, El Significado Literal del Géne- wicklung aller in der Dogmatik (Leipzig: J.
sis, IV, 16. A. Barth, 1841), 442s.; idem, Handbuch
96. Atanasio, Contra Gentes, 41; Juan de der Dogmatik (Leipzig: J. A. Barth,
Damasco, Exposición de la Fe Ortodoxa, 1838), I, 669; J. A. L. Wegschneider, Ins-
II, 2; T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 19, titutiones theologiae christianae dogmati-
art. 2; G. Voetius, Select. Disp., I, 558. cae (Halle: Gebauer, 1819), §95.

31
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Dios, puede también tener su destino sola- rior. Dice que toda la naturaleza es una
mente en Dios. Y, finalmente, la teoría de revelación de los atributos de Dios y una
que la creación se fundamenta en la bondad que proclama su alabanza (Sal. 19:1; Rom.
de Dios y que tiene como su finalidad la sal- 1:19). Dios creó al hombre según su imagen
vación del hombre tampoco cuadra con la y para su gloria (Gén. 1:26; Isa. 43:7). Se
realidad. Ciertamente, el universo no se glorificó a Sí mismo en el Faraón del Éxodo
agota por su servicio a la humanidad y (Éxo. 14:17), en el hombre que nació ciego
debe, por lo tanto, tener alguna otra meta (Juan 9:3), e hizo al impío para el día malo
además de la utilidad al hombre. El utilita- (Prov. 16:4; Rom. 9:22). Cristo vino para
rismo falto de imaginación y la teleología glorificar a Dios (Juan 17:4) y él otorga
auto-centrada del siglo dieciocho han sido todos los beneficios de gracia por causa de
refutados suficientemente. El sufrimiento y su nombre: redención, perdón, santifica-
el dolor que son la suerte diaria de la huma- ción, y así sucesivamente (Sal. 105:8; 78:9;
nidad no pueden ser explicadas en térmi- Isa. 43:25; 48:11; 60:21; 61:3; Rom. 9:23;
nos de la bondad de Dios solamente. Y el Efe. 1:6s.). Dios no da su gloria a otro (Isa.
resultado final de la historia del mundo, 42:8). La meta final es que todos los reinos
que nos habla no solamente de la salvación estén sujetos a Él y toda criatura se rinda
de los elegidos sino también de un triunfo ante Él (Dan. 7:27; Isa. 2:3-13; Mal. 1:11; 1
final sobre los impíos, revela atributos de Cor. 15:24s.). Aún en la tierra a Él ya se le
Dios enteramente diferentes de su bondad da gloria por parte de todo su pueblo (Sal.
y amor. 115:1; Mat. 6:13). Algún día sólo Dios será
grande (Isa. 2:3-13) y recibirá gloria de
Por consiguiente, la Escritura toma todas sus criaturas (Apoc. 4:11; 19:6). Él es
otra posición y señala hacia una meta supe- el Primero y el Último, el Alfa y la Omega
(Isa. 44:6; 48:12; Apoc. 1:8; 22:13). De Él,
por medio de Él y para Él son todas las
98. R. Rothe, Theologische Ethik, §49; I.
Dorner, Christian Faith, I, II, 29-34; H. cosas (Rom. 11:36). Sobre esta base la teo-
Martensen, Christian Dogmatics, §59; J. logía Cristiana enseña casi unánimemente
C. C. Von Hofmann, Der Schriftbeweis, 2a que la gloria de Dios es la meta final de
ed., I, 205s.; F. A. Kahnis, Die Luthersche todas las obras de Dios. Aunque en sus pri-
Dogmatik (Leipzig: Dorfflung &
Francke, 1861-68), I, 428; J. Müller, Die meros años la bondad de Dios especial-
Christliche Leher von der Sunde (Bremen: mente fue presentada como el motivo para
C. Ed. Muller, 1889), II, 187s.; L Schö- la creación, aún así el honor de Dios como
berlein, Prinzip und System der Dogmatik la finalidad de todas las cosas no se halla
(Heidelberg: C. Winter, 1881), 628; G.
Thomasius, Christi Person und Werk ausente. Atenágoras, por ejemplo, escribe
(Erlangen: A. Deichert, 1888), I, 44; que “Dios hizo al hombre por Su propia
James Orr, La Visión Cristiana de Dios y causa y con el propósito de mostrar que su
el Mundo, 7a ed. (Edinburgh: A. Elliot, bondad y sabiduría habían sido expresadas
1904), 155; A. Ritschl, La Doctrina Cris-
tiana de la Justificación y la Reconcilia- en todas sus obras.”99 Tertuliano dice que
ción, trad. y ed. por H. R. MacIntosh y A. Dios creó al mundo “para el embelleci-
B. MacCaulay (Edinburgh: T. & T.
Clark, 1900), 290-96; también Hermes y
Günther, según Kleutgen, Theologie der 99. Atenágoras, La Resurrección de los Muer-
Vorzeit, I, 642. tos, 12.

32
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

miento de su majestad.”100 Este [énfasis en los confesores de la religión Reformada.


la] “gloria de Dios” llegó a realizarse más y
más, especialmente en la teología medieval Pero se ha registrado una doble obje-
de Anselmo, quien hizo del honor de Dios ción contra la gloria de Dios como la meta
el principio fundamental de su doctrina de final de todas las criaturas. Primero, en esta
la encarnación y de la expiación,101 pero visión Dios se hace auto-centrado, el que
también en Lombardo, Thomas, Buenaven- busca a favor de sí mismo, devaluando a sus
tura, y otros.102 Y encontramos la misma criaturas, específicamente a los seres huma-
enseñanza en el pensamiento de los poste- nos, convirtiéndolos en medios. Ya con-
riores teólogos Católicos Romanos,103 en la frontamos esta objeción antes y
de los Luteranos,104 y final y particular- demostramos que como el Dios bueno y
mente en la teología de los Reformados.105 perfecto puede descansar en nada más que
La diferencia entre los Reformados por un en sí mismo y no puede ser satisfecho en
lado y los Luteranos y Católicos Romanos nada menos que Él mismo. Él no tiene
por el otro no es que los primeros alternativa sino buscar su propio honor.
postularon el honor de Dios, mientras que Igual como un padre en su familia y un
los últimos escogieron al hombre como la gobernante en su reino deben buscar y
meta final de la creación. Es más bien que demandar el honor que se les debe en esa
la tradición Reformada hizo del honor de capacidad, así es con el Señor nuestro Dios.
Dios el principio fundamental de toda Ahora, un ser humano puede pedir el
doctrina y conducta, de la dogmática y de la honor que se le debe en el nombre de Dios y
moralidad, de la familia, la sociedad y el por causa del oficio al cual Dios le ha lla-
estado, de la ciencia y el arte. En ninguna mado, pero Dios pide y busca ese honor en
otra parte este principio de la gloria de Dios su propio nombre y para su propio ser. En
fue más universalmente aplicado que entre tanto que Él sea el supremo y el único
bueno, la perfección misma, es el más alto
100. Tertuliano, Apología, 17. tipo de justicia que en todas las criaturas Él
101. Anselmo, Cur Deus Homo, 11. busque su propio honor. Y así, muy poco
102. P. Lombardo, II, Sent. dist. I; T. tiene en común esta búsqueda de Su propio
Aquino, Summa Theol., I, qu. 44, art. 4, honor con el egoísta auto-interés humano
qu. 66, art. 2, qu. 103, art. 2; idem, Con-
tra los Gentiles, III, 17, 18; idem, II, Sent., que, al serle erróneamente negado, Dios
dist. 1, qu. 2, art. 2; Buenaventura, II, reclamará, por el camino de la ley y la justi-
Sent., dist. 1, 2. cia, aún más urgentemente ese honor.
103. M. J. Scheeben, Handbuch der Katholis- Voluntaria o involuntariamente, toda cria-
chen Dogmatik (Freiburg i.B.; Herder,
1933), II, 31s.; H. Th. Simar, Lehrbuch tura algún día doblará su rodilla ante Él. La
der Dogmatik (Freiburg i.B.; Herder, obediencia en amor o la sujeción por la
1879-80), 234s.; Kleutgen, Theologie der
Vorzeit, I, 640-92, Schwetz, Theol. Dogm.
I, 396s.; J. B. Heinrich y K. Gutberlet, 105. Por ejemplo, Jonathan Edwards,
Dogmatische Theologie, V, 151s.; G. M. “Disertación con Respecto al Fin por el
Jansen, Praelectiones Theologiae Funda- cual Dios creó el Mundo,” en Paul Ram-
mentalis (Utrecht, 1875-77), II, 319s. sey, ed., Escritos Éticos, vol. 8, Las Obras
104. J. Gerhard, Loci. Theol., V, cap. 5; J. de Jonathan Edwards (New Haven,
Quenstedt, Theologia, I, 418; D. Hollaz, Conn.: Yale University Press, 1989),
Ex. Theol., 360. 399-536.

33
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

fuerza es el destino final de todas las criatu- criatura como si esa criatura fuera capaz de
ras. darle algo de lo que Él carezca o para
quitarle algo de lo que posee. Él no busca a
Otra objeción es que, al buscar su la criatura [como un fin en sí misma] sino
honor, Dios sí necesita a su criatura des- que a través de la criatura se busca a Sí
pués de todo. Puesto que el mundo sirve mismo. Él es y sigue siendo su propio fin.
como un instrumento de su glorificación Su esfuerzo es siempre – también en y a
hay algo que falta en su perfección y dicha. través de sus criaturas – un auto-disfrute y
La creación llena una necesidad en Dios y una felicidad perfectas. El mundo, por
contribuye a su perfección.106 Esta consiguiente, no surgió de una necesidad
objeción parece irrefutable, aunque en en Dios, de su pobreza o falta de felicidad,
todos los tipos de labor humana hay una pues lo que busca en una criatura no es a la
analogía que pueda clarificar la actividad criatura sino a Él mismo. Ni es su origen
creadora de Dios para nosotros. En un debido a una plenitud (pleroma)
nivel más bajo los humanos trabajan incontrolable en Dios, pues Dios usa a
porque tienen que hacerlo; están obligados todas las criaturas para su propia
a trabajar por necesidad o por fuerza. Pero, glorificación y las hace útiles para la
mientras más refinado se hace el trabajo, proclamación de sus perfecciones.
menos espacio queda para la necesidad o la
coerción. Un artista crea su obra de arte no Una Cosmovisión Basada en la Creación
por necesidad o coerción sino impelido por
los libres impulsos de su genio. “Derramo A partir de esta perspectiva surge una
mi corazón como un pequeño pinzón en los cosmovisión muy particular. La palabra
álamos; canto y no conozco otra meta” “creación” puede denotar ya sea el acto o el
(Bilderdijk). Una persona devota le sirve a producto de la creación. A partir del enten-
Dios, no por coerción o con la esperanza de dimiento que uno tenga sobre el acto fluye
recompensa, sino por un amor que fluye la visión de uno con respecto al producto.
libremente. Así también hay un deleite en El panteísmo intenta explicar el mundo
Dios que es infinitamente superior a la dinámicamente; el materialismo intenta
necesidad o la fuerza, a la pobreza y las hacerlo mecánicamente. Pero ambos se
riquezas, que encarna sus ideas artísticas esfuerzan para ver el todo gobernado por
en la creación y que encuentra un placer un simple principio. En el primero el
intenso en ella. En realidad, lo que en el mundo puede ser un organismo viviente
caso del hombre es nada más una débil (zon), del cual Dios es el alma; en el
analogía se halla presente en Dios con segundo es un mecanismo que es producido
absoluta originalidad. Una criatura, como por la unión y la separación de átomos.
la creación de un artista, no tiene Pero en ambos sistemas un destino ciego e
independencia aparte de y en oposición a inconsciente es elevado al trono del uni-
Dios. Por lo tanto, Dios nunca busca una verso. Ambos dejan de apreciar las riquezas
y diversidad del mundo, borran las fronte-
106. D. F. Strauss, La Fe Cristiana, I, 633; ras entre el cielo y la tierra, la materia y el
E. Von Hartmann, Gesammelte Studien espíritu, el alma y el cuerpo, el hombre y el
und Aufsätze (Leipzig: Friedrich, 1891),
715.
animal, el intelecto y la voluntad, el tiempo

34
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

y la eternidad, el Creador y la criatura, el distintas, no están separadas. Hay una


ser y el no-ser, y disuelven todas las distin- amplia gama de conexiones entre ellas; un
ciones en un baño de uniformidad fatal. vínculo orgánico, o, si lo prefiere, un vín-
Ambos niegan la existencia de un propósito culo ético las mantiene a todas unidas.
consciente y no pueden señalar hacia una
causa o destino para la existencia del La Escritura señala claramente [a este
mundo y su historia. vínculo] cuando no solamente resume el
universo bajo el nombre de cielos y tierra
La cosmovisión de la Escritura es radi- sino que también lo llama v¡ wlm, esto es, un
calmente diferente. Desde el principio el tiempo indefinido en el pasado o futuro,
cielo y la tierra han sido distintos. Todo ha oculto, invisible, un eón, la eternidad, el
sido creado con una naturaleza propia y mundo (Ecle. 1:4; 3:11); y en el Nuevo Tes-
descansa sobre ordenanzas establecidas por tamento el kosmos (Juan 1:10); ta panta (1
Dios. El sol, la luna y las estrellas tienen su Cor. 8:6; 15:25s.); ktisis (Mar. 10:16);
propia tarea única; las plantas, los animales aines (Heb. 1:2), duración, tiempo de vida,
y los humanos son distintos en naturaleza. edad, mundo (cf. seculum en conexión con
Existe la más profusa diversidad y no obs- sexus), el período de una vida humana, el
tante, en esa diversidad se encuentra tam- mundo, y nuestra palabra “mundo”. Las
bién un tipo superlativo de unidad. El palabras ¡vwlm y aines asumen la idea de
fundamento tanto de la diversidad como de que el mundo tiene duración, o edad, que
la unidad se encuentra en Dios. Es Él quien una historia toma lugar en él y que culmina
creó todas las cosas según su insondable en una meta específica. La palabra Griega
sabiduría, quien continuamente las sos- kosmos y la Latina mundus, por otro lado,
tiene en sus naturalezas distintivas, quien recalcan la belleza y armonía el mundo. Y
las guía y gobierna de acuerdo con sus pro- de hecho el mundo es ambas cosas. Igual
pias leyes y energías increadas, y quien, como Pablo compara simultáneamente a la
como el bien supremo y meta última de iglesia con un cuerpo y un edificio y habla
todas las cosas, es buscado y deseado por de un templo en crecimiento (Efe. 2:21) y
todas las cosas en su medida y manera. He Pedro llama a los creyentes piedras vivas (1
aquí una unidad que no destruye sino que Ped. 2:5), así también el mundo es tanto
más bien mantiene la diversidad, y una una historia como una obra de arte. Es un
diversidad que no existe a expensas de la cuerpo que crece y un edificio que está
unidad sino que más bien la revela en sus siendo erigido. Se extiende en la “anchura”
riquezas. En virtud de esta unidad el del espacio y se perpetúa en la “longitud”
mundo puede, metafóricamente, ser lla- del tiempo. Ni el principio mecánico del
mado un organismo en el que todas las par- materialismo, ni el principio dinámico del
tes están conectadas las unas con las otras y panteísmo son suficientes para explicarlo.
se influencian unas a otras recíprocamente. Pero cualquier cosa que sea válido en
El cielo y la tierra, el hombre y el animal, el ambos se reconoce en la doctrina del
alma y el cuerpo, la verdad y la vida, el arte mundo tal y como las Escrituras la ense-
y la ciencia, la religión y la moralidad, el ñan. Ha de ser considerado tanto horizon-
estado y la iglesia, la familia y la sociedad, y talmente como verticalmente. Desde las
así sucesivamente; aunque todas ellas son formas más inferiores de vida se esfuerza

35
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

hacia arriba, hacia donde se encuentra la cosas por medida, número y peso,” 11:20),
luz y la vida de Dios, y al mismo tiempo se Agustín declara que todas las cosas son dis-
mueve hacia delante hacia un fin que glori- tintas en modo, especie, número, grado y
fica a Dios. De esa manera exhibe los atri- orden. Y precisamente por estas cualidades
butos y perfecciones de Dios, en principio ellas producen el mundo, ese universo, en
ya en el comienzo, en un grado creciente a el que Dios, en su buena voluntad, distri-
medida que se desarrolla, y de manera per- buye cosas buenas, y que por esa razón es
fecta al final de las edades. una manifestación de sus perfecciones.111
Pues toda esa diversidad solamente puede
Agustín, el padre de la iglesia que más ser atribuida a Dios, no a los méritos de sus
profundamente entendió estas ideas, tam- criaturas. “No hay naturaleza incluso entre
bién presentó el informe más elaborado de la más pequeña e inferior de las bestias que
ellas. En La Ciudad de Dios (de civitate Dei) Él no haya formado... propiedades sin las
ofrece una filosofía Cristiana de la historia, cuales nada puede existir o ser conce-
demuestra cómo la cosmovisión Cristiana bido.”112
encuentra su verdad y prueba en la histo-
ria, y bosqueja el origen y esencia de la ciu- Esta cosmovisión ha sido la de la teolo-
dad celestial (civitas coelestis), tanto en su gía Cristiana en su integridad. El mundo es
desarrollo como su relación con la ciudad un cuerpo con muchos miembros. En las
terrenal (civitas terrena), en su fin lo obras de los padres de la iglesia, la unidad,
mismo que su meta.107 Pero al mismo el orden y la armonía exhibidas en el
tiempo incluye en ella una explicación del mundo son una prueba poderosa para la
universo como una armonía espléndida. En existencia y unidad de Dios.113 Dios es el
Agustín el mundo es una unidad. El uni- centro y todas las criaturas están agrupadas
verso deriva su nombre de la palabra “uni- en círculos concéntricos y en un orden
dad.”108 Sin embargo esa unidad no es una jerárquico alrededor de Él.114 Santo Tomás
uniformidad sino una diversidad infinita- compara al mundo con la música de cuer-
mente variada.109 Pues Dios es el ser das perfectamente afinada cuyas armonías
supremo: supremamente verdadero, supre- interpretan para nosotros la gloria y la
mamente bueno, y supremamente bello. dicha de la vida divina. “Se halla que sus
Por esa razón Él creó muchas criaturas que
en varios grados participan de su ser, ver- 111. Agustín, de diversis quaestionibus octo-
dad, bondad y belleza. “A algunas cosas les ginta, qu. 41; idem, La Divina Providen-
dio más del ser y a otras menos y de esta cia y el Problema del Mal, I, 19; idem, El
Significado Literal del Génesis, I, 9; II, 13;
manera dispuso un orden de naturalezas en idem, Confesiones, XII, 9; idem, La Ciu-
una jerarquía del ser.”110 Apelando al dad de Dios, XI, 33.
Libro de Sabiduría (“has dispuesto todas las 112. Agustín, La Ciudad de Dios, XI, 15; cf.
*Scipio, Des Aurelius Augustinus Meta-
physik (Leipzig: Breitkopf und Hartel,
107. J. Biegler, Die Civitas Dei des heiligen 1886), 31-80.
Augustinus (Paderborn: Junfermann, 113. Atanasio, Contra los Arrianos, II, 28,
1894). 48; idem, Contra los Paganos, cap. 39.
108. Agustín, de Gen. Constr. Manich., I, 21. 114. Seudo Dionisio, en sus escritos, Jerar-
109. Agustín, La Ciudad de Dios, XI, 10. quías Celestiales y Jerarquías Eclesiásti-
110. Ibid., XII, 2. cas.

36
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

partes han sido dispuestas como las partes En un momento el hombre se considera él
de un animal completo, las cuales se sirven mismo como infinitamente superior a la
las unas a las otras recíprocamente.”115 naturaleza y cree que ya no tiene secretos
“No hay punto en el universo,” dice Cal- para él. Al siguiente momento experimenta
vino, “en el que no se puedan discernir al la naturaleza como un poder oscuro y
menos algunos vislumbres de su gloria.”116 misterioso que no entiende, cuyos enigmas
Nada en todo el mundo es más excelente, no puede resolver, y de cuyo poder no
más noble, más bello, más útil y más divino puede liberarse él mismo. Se alternan el
que la diversidad de sus muchos elementos, intelectualismo y el misticismo. La
la distinción y ese orden en el que uno es incredulidad le abre paso a la superstición y
más noble que otro y uno depende de otro, el materialismo se convierte en ocultismo.
uno está sujeto a otro, y uno recibe obe- Pero el Cristiano mira hacia arriba y
diencia de otro. De allí surgen sus muchos confiesa a Dios como el Creador del cielo y
usos, su utilidad y beneficios para nosotros. de la tierra. En la naturaleza y en la historia
De allí la misma bondad, gloria, sabiduría y observa lo insondable de los caminos de
poder de Dios resplandecen y él es revelado Dios y lo inescrutable de sus juicios pero no
de manera brillante.”117 Y para todos ellos se desespera, pues todas las cosas están
el mundo es un teatro, un “espléndido sujetas al gobierno de un Dios omnipotente
espejo limpio de su gloria divina.”118 y de un Padre lleno de gracia y por lo tanto
ayudarán para el bien de aquellos que aman
Como resultado de esta cosmovisión el a Dios. Aquí, por consiguiente, hay espacio
Cristianismo ha vencido tanto el desprecio para el amor y la admiración por la
por la naturaleza como su deificación. En el naturaleza, pero queda excluida toda
paganismo el ser humano no se encuentra deificación. Aquí el ser humano es colocado
en la correcta relación con Dios y por lo en la correcta relación con el mundo
tanto tampoco se encuentra en la correcta porque ha sido puesto en la correcta
relación con el mundo.119 Igualmente, en el relación con Dios. Por esa razón también la
panteísmo y en el materialismo la relación creación es el dogma fundamental: a través
de los seres humanos con la naturaleza se de la Escritura se halla en primer plano y es
encuentra fundamentalmente corrompida. la piedra angular sobre el cual descansan el
Antiguo y el Nuevo Testamento.
115. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 25,
art. 6; idem, II Sent., dist. 1, qu. 1, art. 1.
116. J. Calvino, Institución, I. v. 1. 9. N. del 119. R. Smend, Alttestamentlichen Religio-
E.: La traducción es de la edición de Batt- nsgeschichte, 458: “El hombre Hebreo
les/McNeill (Philadelphia: Westminster, enfrenta al mundo y a la naturaleza con
1960). una soberana auto-conciencia. No tiene
117. J. Zanchius, Opera, III, 45. temor del mundo. Pero esa postura está
118. Cf. también Armin Reiche, Die küns- asociada con el sentido más fuerte posi-
terlichen Element in der Weltund Leben- ble de responsabilidad. Como represen-
sanschauung des Gregor von Nyssa (Jena: tante de Dios, pero sólo como tal, está a
A. Kámpte, 1897), 221s.; Otto Gierke, cargo del mundo. No puede seguir sus
Johannes Althusius (Breslau: W. Koeb- propios impulsos arbitrarios sino solo la
ner, 1880), 60s.; Pesch, Die Welträthsel, voluntad revelada de Dios. El paganismo,
I, 135s.; M. Scheeben, Dogmatik, II, 94s.; por otro lado, oscila entre el abuso pre-
J. Heinrich y K. Gutberlet, Dogmatik, V, suntuoso del mundo y un terror infantil
173s. ante sus poderes.”

37
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Finalmente, esta doctrina excluye a día de la cítara es arruinada.” Pero también


una teología egoísta y a un falso optimismo. añadió: “Sin embargo, Dios podría hacer
Ciertamente hay un elemento de verdad en otras cosas o añadir otras cosas a las cosas
la visión de que todas las cosas existen por que han sido hechas y ese otro universo
causa del hombre, o más bien por causa de sería mejor.”121 La naturaleza de una cria-
la humanidad, la iglesia de Cristo (1 Cor. tura es tal que tanto en su “existencia”
3:21-23; Rom. 8:28). Pero esa humanidad como en su calidad de “tal” solo se puede
tiene su propósito último, junto con todas pensar de ella como contingente. Pero para
las otras criaturas, en la glorificación de Dios esta cuestión no existe. Este mundo es
Dios. Todas las cosas están subordinadas a bueno porque responde al propósito que Él
ese fin. Todas las cosas operan juntas, ha establecido para él. No es ni el mejor ni
incluso el pecado y el sufrimiento, hacia ese el peor, sino que es bueno porque Dios lo
fin. Y el mundo se halla funcionalmente llamó así. Es útil porque es utilizable, no
bien organizado en vista de ese fin. En el para el ser humano individual, sino para la
Escolasticismo algunas veces se planteaba revelación de las perfecciones de Dios. Y es
la pregunta de si Dios podía hacer algo también bueno para la persona que así lo
mejor de lo que actualmente había hecho. considere, porque le da a conocer al Dios, y
Abelardo dijo que no, porque la bondad de conocer a Dios es vida eterna. Lactancio,
Dios requería que Él siempre deseara lo por consiguiente, habló verdaderamente
mejor, de otra manera Él sería egoísta120 y cuando dijo: “El mundo fue hecho por esta
Leibnitz razonó más tarde siguiendo la razón, para que pudiéramos nacer. Por lo
misma línea. Pero en Dios no podemos for- tanto, nacemos para que podamos conocer
mular ninguna incertidumbre o preferen- al Hacedor del mundo y nuestro Dios. Le
cia. Él no escogió el mejor de entre muchos conocemos para que podamos adorarle. Le
mundos posibles. Su voluntad es fija desde adoramos para que podamos obtener
la eternidad. Una criatura como tal siempre inmortalidad como recompensa por nues-
puede ser concebida como mejor, más tras labores, dado que la adoración a Dios
grande o más bella de lo que en realidad es, descansa sobre labores muy grandes. Por
porque una criatura es contingente y capaz tanto, somos recompensados con inmortali-
de desarrollo y mejoramiento. Y aún el uni- dad para que, hechos como los ángeles,
verso, como una entidad contingente, podamos servir al Padre y al Señor Altísimo
puede ser concebido de manera diferente y por siempre y ser un reino perpetuo para
mejor para nosotros los seres humanos. Dios. Esta es la suma de todo; este es el
Santo Tomás ciertamente dijo: “el universo secreto de Dios; este es el misterio del
no puede ser mejor a causa del orden ideal mundo.”122
atribuido a estas cosas por Dios en quien
consiste el bien del universo; si algunas de
estas cosas fuesen mejores, la proporción 121. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 25,
art. 6, ad. 3; cf. P. Lombardo, I, Sent.,
del mundo sería arruinado igual como dist. 44; Buenaventura, I, Sent., qu. 44,
cuando se exagera de una cuerda y la melo- art. 1, qu. 1-3; Hugh de St. Victor, Sobre
los Sacramentos, II, cap. 22; G. Voetius,
Select. Disp., I, 553; P. Van Mastricht,
120. Abelardo, Introducción a la Teología, Theologia, III, 6, 11; J. H. Heidegger, Cor-
III, cap. 5. pus Theologiae, VI, 21.

38
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

122. Lactantius, Los Institutos Divinos, VII,


6; traducción por Sister Mary Francis
McDonald, O.P., vol. 49, Los Padres de la
Iglesia (Washington, D.C.: Catholic Uni-
versity Press, 1964), 488.

39
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

El Cielo: El Mundo Espiritual


2

La Biblia se une a todas las religiones del corpóreos, limitados al tiempo y al espacio.
mundo al reconocer un ámbito espiritual, no Pero aunque los ángeles siempre se aparecen
material e invisible. Aunque algunos (los ante los humanos en forma corpórea visible y
Saduceos, los modernistas) niegan la existen- son representados simbólicamente de esta
cia de ángeles, el interés excesivo y poco sano manera, es mejor no atribuirles corporeidad a
en los espíritus o la especulación con respecto los ángeles para evitar todas las formas de
a ellos es un problema mayor. La creencia en identidad y filosofía panteístas que mezcla el
un mundo espiritual no puede ser demostrada cielo y la tierra, la materia y el espíritu, y
filosóficamente; se halla enraizada en y borra la distinción entre ellos. Aunque son
expresa profundamente la verdad de la reve- criaturas finitas los ángeles se relacionan
lación. Los humanos no podemos cruzar la más libremente con el tiempo y el espacio que
frontera entre este mundo y el que se encuen- como lo hacen los humanos. Las analogías
tra más allá; solo Dios puede dárnoslo a cono- modernas de la luz y la electricidad nos ayu-
cer, y lo ha hecho en la Escritura. El mundo dan en esto. Hay una unidad entre los ánge-
de los ángeles es tan ricamente variado como les: como los humanos todos ellos son seres
lo es el mundo material, y existen en distintos creados, espirituales, racionales y morales,
tipos y clases. La Escritura también enseña pero solamente los humanos son portadores de
que entre los ángeles hay distinciones de la imagen de Dios, unidos en una humanidad
rango y de status, de dignidad y ministerio, común y constituyendo la iglesia. El ministe-
de oficio y honor. Sin embargo, la elaborada rio extraordinario de los ángeles es acompa-
clasificación jerárquica del Seudo-Dionisio ñar la historia de la redención en sus puntos
excede en mucho lo que se conoce a partir de la cardinales; su ministerio ordinario es alabar
revelación. La especulación acerca del número a Dios día y noche. Aunque los ángeles son
de ángeles o el momento de su creación es usados por Dios para cuidar de los creyentes,
inútil. Aunque no sabemos detalles exactos no hay fundamento para creer en ángeles
acerca de su naturaleza, la Escritura sí guardianes individuales o nacionales. Se debe
indica que, a diferencia de Dios mismo, los tener cuidado para evitar la veneración y la
ángeles no son simples, omnipresentes o eter- adoración de los ángeles, solamente Dios ha
nos. Esto ha llevado a muchos a concluir que de ser adorado.
los ángeles – en su propia manera etérea – son

40
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Según la Sagrada Escritura, la creación de la Zendavesta (1893) afirmó, en oposi-


se divide en un ámbito espiritual y un ción a la teoría prevaleciente, que la doc-
ámbito material, en cielo y tierra, en “las trina Persa de los ángeles se derivaba del
que hay en los cielos y las que hay en la tie- Judaísmo.3
rra, visibles e invisibles” (Col. 1:16). La
existencia de tal ámbito espiritual es reco- Esta opinión, claro está, no encontró
nocida en todas las religiones. Además de mucha aceptación pero Schürer todavía fue
los dioses reales, toda una variedad de semi- capaz de escribir solo unos pocos años des-
dioses o héroes, demonios, genios, espíri- pués: “Un estudio cuidadosamente deta-
tus, almas y así sucesivamente, han sido los llado, especialmente de la influencia del
objetos de veneración religiosa. Hubo un Parsismo, todavía no se ha realizado hasta
desarrollo vigoroso, especialmente en el ahora. Los eruditos probablemente tendrán
Parsismo, de la doctrina de los ángeles. En que reducir la extensión de esta influencia
ella una hueste de ángeles buenos, llamada a una medida relativamente pequeña.”4
Jazada, rodean a Ahuramazda, el Dios de la Pero según Hechos 23:8, la existencia de los
luz, igual como Ahriman, el Dios de la ángeles fue negada por los Saduceos quie-
oscuridad, se halla rodeado por una canti- nes, por tanto, probablemente considera-
dad de ángeles malos, llamados Dewas.1 ban las apariciones de ángeles en el
Según Kuenen,2 y también muchos otros Pentateuco como teofanías momentáneas.
eruditos, los Judíos derivaron su visión de Josefo deja muchas apariciones de ángeles
los ángeles especialmente de los Persas des- sin mencionar e intenta explicar otros
pués del exilio Babilónico. Pero esta hipóte- naturalmente.5 De acuerdo a Justino,6 algu-
sis es enormemente exagerada. En primer nos sostenían que los ángeles eran las ema-
lugar, aún Kuenen reconoce que la creencia naciones temporales del ser divino,
en la existencia y la actividad de seres supe- quienes, después de completar sus tareas,
riores estaba presente en el antiguo Israel regresaban nuevamente a Dios. En un
[del tiempo anterior al exilio]. En segundo tiempo posterior la existencia de los ángeles
lugar, hay una gran diferencia entre la fue negada por los seguidores de David
angelología de los escritos canónicos y el de Joris,7 por los Libertinos,8 por Espinoza9 y
la religión popular Judía. Y finalmente hay por Hobbes,10 quienes simplemente los
todavía tanta incertidumbre con respecto a consideraban como revelaciones y obras de
la relación entre el Judaísmo y el Parsismo Dios. Baltasar Bekker, en su obra El Mundo
que James Darmesteter en su obra acerca Encantado (Betoverde Werelt), no llegó tan
lejos pero sí limitó la actividad de los ánge-
1. Según Lehmann, en P. D. Chantepie de les, considerándolos humanos en muchos
la Saussaye, Lehrbuch der Religionsgeschi-
chte (Tübingen: J. C. B. Mohr [Paul Sie-
beck], 1905), II, 188-99. N. del E.: La 3. Cf. W. Geesink, “De Bijbel en het
sección sobre la religión Persa en el Avesta,” De Heraut 830 (Noviembre
manual de de la Saussaye fue escrita por 1893); contrario a Darmesteter, C. P.
el Dr. Edv. Lehmann. Tiele, “Iets over de oudheid van het
2. Abraham Kuenen, La Religión de Israel Avesta,” Verslagen en Mededeelingen der
hasta la Caída del Estado Judío, trad. por Concluye Akademie van Wetenschappen
Alfred Heath May (Edinburgh: Williams (1895): 364-83; Lehmann, en de la Saus-
& Norgate, 1883), III, 37-44. saye, Lehrbuch, 190.

41
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

casos. Como Espinoza, enseñó que en su hizo el siglo diecinueve con la distinción
doctrina de los ángeles Cristo y sus apósto- entre humanos y animales. Swedenborg,
les se acomodaron a las creencias de sus por ejemplo, había aprendido de los ángeles
contemporáneos.11 Leibnitz, Wolf, Bonnet, mismos que eran realmente humanos; la
Euler y los sobrenaturalistas intentaron esencia interior de un ser humano es un
mantener su existencia especialmente ángel y el hombre está destinado a volverse
sobre fundamentos racionales, asegurando angélico.14
que comenzando con los seres humanos no
podía haber una irrupción (vacuum forma- Sin embargo, en la teología moderna,
rum) ya fuera hacia arriba o hacia abajo en se deja solo un poco espacio para los ánge-
la escala ascendente de las criaturas.12 les. Los racionalistas como Wegschneider,
Incluso Kant no descartó la existencia de aunque no niegan la existencia de los ánge-
otros eres pensantes aparte de los huma- les, sí niegan su manifestación.15 Marhei-
nos.13 El siglo dieciocho borró la distinción neke, en la segunda edición de su
entre los ángeles y los humanos, como lo dogmática, omitió la sección sobre los ánge-
les. Strauss razonaba que la cosmovisión de
la modernidad le había robado a los ángeles
4. Nota el Editor: La oración citada por
Bavinck viene de la tercera edición Ale- su lugar de morada: le deben su existencia
mana de Geschichte des jüdischen Volkes únicamente a las epopeyas populares, al
im Zeitalter Jesu Christi de Shürer. La deseo de balancear la gran masa de materia
edición revisada en Inglés (1979), que en el mundo con una mayor cantidad de
incorpora información a partir de los
descubrimientos de Qumram y por lo espíritu.16 En el pensamiento de Lipsius
tanto se enfocan en la angelología de la son meramente “ilustraciones gráficas de
secta Esenia, dice lo siguiente: las obras vitales de la divina providencia” y
En estas circunstancias, el asunto de pertenecen únicamente al dominio del sim-
las influencias externas que ejercieron
un gran peso sobre la erudición pre- bolismo religioso.17 También Schleierma-
Qumram, se tornan bastante secunda- cher, aunque no descartó la posibilidad de
rias. La información que se ha tomado
prestada del Budismo y del Hinduismo 5. F. Josefo, Antigüedades, VIII, 13, 17.
debe ahora ser considerada con más pro- 6. Justino Mártir, Diálogo con Trifón, 128.
babilidad. El impacto Persa sobre el dua- 7. Según J. Hoornbeek, Summa Contr. 413.
lismo y la angelología Esenia es probable 8. Juan Calvino, Tratados contra los Ana-
pero se deriva sin duda de las influencias baptistas y contra los Libertinos, ed. y
Iraníes sobre el Judaísmo como tal, en trad. por Benjamín Wirt Farley (Grand
lugar de directamente sobre la secta Rapids: Baker, 1982), 230-33.
misma. 9. Baruch Espinoza, Tractatus Theologico-
(Emil Schürer, La Historia el Pueblo Politicus, II, 56.
Judío y en la Época de Jesucristo [175 B.C. 10. Thomas Hobbes, Leviatán, ed. Ar. R.
– A.D. 135], rev. y ed. por Geza Vermes, Waller (Cambridge: Cambridge Univer-
Fergus Millar y Matthew Black [Edin- sity Press, 1935), 285-96 (III, 34).
burgh: T. & T. Clark, 1979], II, 589.) 11. Balthasar Bekker, De Betoverde Wereld
Bavinck también añade, cf. Eric Stave, (Amsterdam: D. van den Dalen, 1691),
Ubre den Einfluss des Parismus auf das II, 6-15.
Judentum (Haarlem: E. F. Bohn, 1898); 12. Franz V. Reinhard, Grundriss der Dog-
B. Lindner, “Parsismus,” Realenencyclo- matik (Munich: Seidel, 1802), 184; K. G.
pädie für protestantische Theologie und Bretschneider, Handbuch der Dogmatik
Kirche, 3ª ed. (PRE3), XIV, 699-705. (Leipzig: J. A. Barth, 1838), I, 746s.

42
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

su existencia, juzgó que Cristo y su apósto- rió una noción vaga de los espacios asom-
les no habían enseñado alguna cosa posi- brosos del universo, la idea de que los
tiva acerca de los ángeles, puesto que se planetas, además de la tierra, estaban tam-
habían acomodado a la imaginación popu- bién habitados ganó otra vez aceptación
lar y hablaron de los ángeles como nosotros con Descartes, Wittichius, Allinga, Wil-
lo hacemos de las hadas y duendes; y que kins, Harvey, Leibnitz, Wolf, Bonnet, Kant,
los ángeles no tenían para nosotros ningún Reinhard, Bretschneider, Swedenborg,20 y
significado teológico o religioso.18 Además, muchos otros hasta nuestros propios tiem-
aquellos que sostenían la existencia de pos.21 Algunos teólogos también unieron
ángeles frecuentemente alteraban su natu- esta visión con la idea de que los habitantes
raleza. Schelling, por ejemplo, sostenía que de las estrellas eran ángeles.22 Además, en
los ángeles buenos eran potencialidades oposición al materialismo, alrededor de la
que, por causa de la caída, no se habían mitad del siglo diecinueve surgió una reac-
convertido en realidades y que ahora no ción en forma de espiritismo que no sola-
son más que la idea o el poder de un indivi- mente reconoce la existencia de espíritus ya
duo o grupo de personas.19 fallecidos sino que también admite la posi-
bilidad de comunión entre ellos y los seres
Otros transformaron a los ángeles en humanos que están en la tierra. Por sus
habitantes de los planetas. En una etapa sensacionales sesiones espiritistas y su
temprana—ocurre ya en Jenofanes y en amplia literatura el espiritismo ha ganado
algunos de los Estoicos—encontramos la miles de miles de adherentes.23
opinión de que los planetas estaban habita-
dos. Después que la astronomía moderna Yendo Más Allá del Límite
abandonó la posición egocéntrica y adqui-
La existencia de los ángeles no es
demostrable filosóficamente. El argumento
13. Otto Zöckler, Geschichte der Beziehungen
zwischen Theologie und Naturwissenschaft
de Leibnitz que comenzando con el hom-
(Gutersloh: C. Bertelsman, 1877-99), II, bre, tanto hacia abajo como hacia arriba,
69, 249. sobre la escala de la existencia, tiene que
14. Emanuel Swedenborg, La Verdadera
Religión Cristiana Conteniendo la Teolo-
gía Universal de la Nuevo Iglesia (New 17. Richard A. Lipsius, Lehrbuch der evange-
York: Swedenborg Foundation, 1952), lisch-protestantischen Dogmatik (Brauns-
29 (n. 20), 176 (n. 115), 179 (n. 118), chweig: C. A. Schwetschke, 1893),
183 (n. 121). N. del E.: Estos son los §518s.; A. E. Biedermann, Christliche
pasajes donde Swedenborg trata con los Dogmatik.2 (Berlín: Reimer, 1884-85), II,
humanos y los ángeles como seres espiri- 550s.
tuales; Bavinck cita la segunda edición 18. F. Schleiermacher, La Fe Cristiana, ed.
Alemana (1873), pp. 42, 178. por H. R. MacIntosh y J. S. Steward
15. Julius A. L. Wegschneider, Instituciones (Edinburgh: T. & T. Clark, 1928), §42;
theologiae christianae dogmaticae (Halle: cf. J. Bovon, Dogmatique Chrétienne, 2
Gebauer, 1819), 102. vols. (Lausanna: Georges Bridel, 1895-
16. David F. Strauss, Die Christliche Blau- 96), I, 297.
benslehre in ihrer geschichtlichen Entwic- 19. F. W. J. Schelling, Werke, II, 4, 284; cf.
klung und im Kampfe mit der moderne H. l. Martensen, Dogmática Cristiana,
Wissenschaft, 2 vols. (Tübingen: C. F. trad. por W. Urwick. (Edinburgh: T. &
Osiander, 1840-41), I, 671s. T. Clark, 1871), §§68-69.

43
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

haber todo tipo de criaturas, de manera que simbólicos en dos direcciones, llegando así
no habría ningún vacuum formarum (un a la idea de los ángeles lo mismo que de los
vacío de formas), y tampoco un salto de demonios.24
naturaleza es aceptable porque por implica-
ción borraría la distinción entre el Creador La creencia en un mundo espiritual no
y la criatura y conduciría al panteísmo es filosófica sino religiosa por naturaleza.
Gnóstico. Sin embargo, aún mucho menos Está íntimamente ligada con la revelación y
la filosofía puede hacer avanzar cualquier el milagro. La religión es inconcebible
argumento contra la posibilidad de tal exis- aparte de la revelación, y la revelación no
tencia. Pues en tanto que nosotros mismos puede ocurrir aparte de la existencia de un
somos seres físicos y no podemos explicar mundo espiritual que se halle por encima y
la vida del alma a partir del metabolismo por detrás de este mundo visible que, un
sino que tenemos que implicar una sustan- mundo espiritual en comunión con el
cia espiritual subyacente para esa vida, una mundo visible. Que en todas las religiones
vida que incluso continúa después de la los ángeles no son factores en la vida misma
muerte, en esa medida también la existen- de la religión y la ética tanto como en la
cia de un mundo espiritual no es inconsis- revelación sobre la cual se edifica esta vida.
tente con cualquier argumento de razón o Algo que se da por sentado con el hecho de
cualquier hecho de la experiencia. No sola- la religión es la misma creencia de que sus
mente Leibnitz y Wolf sino también causas más profundas no se hallan dentro
Schleiermacher y Kant han reconocido del círculo de las cosas visibles. El bien el
rotundamente la posibilidad. Es más, la vale, tanto en un sentido religioso como
universalidad de la creencia en tal mundo ético, se hallan arraigados en un mundo
espiritual comprueba que inherente a tal que está más allá del que aparece ante nues-
reconocimiento hay algo más que capricho tros sentidos. La creencia en los ángeles da
y casualidad. La observación de Strauss que expresión a ese otro mundo. Aunque ella
el mundo de los ángeles es una compensa-
ción por la cantidad de materia en la crea- 21. *C. Du Prel, Die Planetenbewohner; C.
ción, aunque implica la admisión de que Flammarion, La Pluralite des Mondes
una cosmovisión materialista no es satisfac- Habités (París: Didier, 1875); L. Büch-
ner, Kraft und Stoff (Leipzig: Theod.
toria para la mente humana, es inadecuada Thomas, 1902), 80-88; E. Haeckel, El
como explicación de la creencia en los ánge- Enigma del Universo, trad. por Joseph
les. Insuficiente para ese fin es también el McCabe (New York y Londres: Harper &
razonamiento de Daub de que los seres Brothers, 1900), 368-72; O. Liebmann,
Zur Análisis der Wirklichkeit: Eine Erör-
humanos, situados como están entre el bien terung der Grundprobleme der Philosophie,
y el mal, [imaginativamente] crearon tipos 3ª ed. (Strassburg: K. J. Trübner, 1900);
F. Bettex, Het Lied Schepping (Rotter-
dam: Wenk & Birkhoff, 1901), 227s.; C.
20. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen, Snijders, “De Bewoonbaarheid der
II, 55s.; F. A. Lange, Geschichte des Mate- Hemellichamen,” Tijdspiegel (Febrero
rialismus und Kritik seiner Bedeutung in 1898): 182-204; Pohle in Der Katholiek
der Gegenwart, 8a ed. (Leipzig: Baede- (1884 y 1886), citado por J. B. Heinrich y
kker, 1908), 431; David F. Strauss, La K. Gutberlet, Dogmatische Theologie, 2ª
Antigua y la Nueva Fe, trad. por Mathilde ed., 10 vols. (Mainz: Kircheim, 1881-
Blind (New York: Holt, 1873), 189-92. 1900), V, 236.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

no constituye la esencia y centro de la reli- villosos a los cuales apela el espiritismo y la


gión, la creencia en los ángeles se halla rela- explicación que da para esos fenómenos.
cionada con ella. La trascendencia de Dios, Muchos de estos fenómenos pueden ser
la creencia en la revelación y el milagro – explicados adecuadamente en términos de
todo esto automáticamente conlleva la la sicología; pero con respecto al resto es
creencia en seres espirituales. El mundo absolutamente incierto si deben ser atribui-
que se presenta ante nuestros sentidos no dos a las obras de humanos fallecidos, o a
satisface a los seres humanos. Una y otra espíritus demoníacos, o a los poderes ocul-
vez sentimos la sed por otro mundo que es tos de la naturaleza.25
no menos rico que este. A manera de reac-
ción el materialismo evoca al espiritua- Una cosa es cierta: en numerosos casos
lismo. Pero el espiritismo con el que este el espiritismo tiene un efecto muy perjudi-
espiritualismo se manifiesta hoy en las cial sobre la psiquis y la salud física de sus
vidas de muchas personas no es otra cosa practicantes,26 y sigue un sendero que está
que una nueva forma de superstición. Es prohibido por la Escritura (Deut. 18:11s.).
difícil de probar si hay alguna realidad que Entre este mundo y el mundo del más allá
subyace a ella. Pues la historia del espiri- hay una brecha que los humanos no
tismo no sólo se halla llena de todo tipo de pueden cruzar. Sin embargo, si aún así
engaños y desenmascaramientos, sino que intentan cruzarlo, se deslizan hacia la
no hay manera de comprobar que los espíri- superstición y se vuelven presas de los
tus, que se dice que han aparecido, son real- mismos espíritus que han conjurado.
mente las personas que afirman ser. Por lo
tanto, siempre queda una enorme distin- E igual que como entre el mundo de
ción entre los fenómenos extraños y mara- este lado de la tumba y aquel del otro lado
hay una frontera que los humanos deben
respetar, así también nosotros los humanos
22. J. H. Kurtz, La Biblia y la Astronomía:
Una Exposición de la Cosmología Bíblica y aquí en la tierra no tenemos conocimiento
sus Relaciones con la Ciencia Natural, de lo que ocurre en otros planetas. Bajo la
trad. por Thomas Davis Simonton (Phi- influencia de la cosmovisión Copernicana,
ladelphia: Lindsay & Blakiston, 1857), algunas personas, pensando que la tierra
222-28; 456-61.; K. Keerl, Der Mensch
das Ebenbild Gotees (Basel: Bahnmeier, había perdido su significado central para el
1866), I, 278s.; F. J. Splittgerber, Tod, universo, encontró placer en poblar otros
Fortleben und Auferstehung, 5ª ed. planetas no solo con seres orgánicos e inte-
(Halle: Fricke, 1879), 150; J. H. Lange, ligentes sino también con criaturas sobre-
Christliche Dogmatik, 3 vols. (Heidel-
berg: K. Winter, 1849-52), II, 362s.; K. humanas. Pero otros ahora se están
Keerl, “Die Fixsterne und die Engel,” retractando de estas especulaciones fantás-
Beweis des Glaubens 32 (Junio 1896):
230-47.
23. H. N. De Fremery, Handleiding ot de 25. O. Zöckler, “Spiritismus,” PRE3, XVIII,
Kennis van het Spiritisme (Bussum, 654-66; Traub, “Der Spiritismus,” en
1904); idem, Een Spiritistische Levensbes- Ernst Kalb, Kirchen und Sekten der
chouwing (Bussum, 1907). Gegenwart (Stuttgart: Buchhandlung der
24. I. A. Dorner, Un Sistema de Doctrina Evangische Gesellschaft, 1907), 485-549.
Cristiana, trad. por A. Cave y J. S. Banks 26. Zeehandelaar, “Het spiritistisch
(Edinburgh: T. & T. Clark, 1891), II, 98. Gevaar,” Gids (Agosto 1907); 306-37.

45
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ticas. Hace algunos años el bien conocido ble puesto que no tiene ni agua ni atmós-
científico Británico Alfred R. Wallace fera; el sol no lo es, porque es mayormente
demostró que ningún planeta es habita- un cuerpo gaseoso; Júpiter, Saturno, Urano
ble.27 Basó sus argumentos no en y Neptuno no lo son, porque se encuentran
razonamientos filosóficos sino en hechos todavía en un estado de hervor; Mercurio y
promocionados por la astronomía, la física, Venus no lo son, porque no rotan y son por
la química y la biología recientes, y lo tanto intolerablemente calientes en un
simplemente plantea la cuestión de lo que hemisferio e intolerablemente fríos en el
estos hechos nos dicen de la incapacidad de otro. Nos queda solamente Marte. Este pla-
los planetas para ser habitados y, si no neta en verdad tiene día y noche, verano e
proveen una prueba absoluta de una invierno, tiempo bueno y malo, niebla y
manera u otra, lo que sugieren es la más nieve, pero la atmósfera que hay es tan rara
grande de las posibilidades. Ahora los como la atmósfera que hay en la tierra a
análisis espectrales han mostrado que el 12,500 metros sobre el nivel del mar, mien-
universo visible consiste de los mismos tras que el agua es escasa y los mares presu-
componentes químicos de la tierra, que las miblemente no existen. Así que, aunque
mismas leyes de la naturaleza prevalecen Marte no es exactamente no habitable, las
en todas partes, y, por consiguiente, que condiciones allí apenas pueden ser conside-
también el desarrollo de seres animados se radas favorables para los seres animados.
halla muy probablemente vinculado a las Por supuesto, fuera de nuestro sistema
mismas leyes universales. Los seres solar hay adicionalmente numerosas estre-
animados, aunque puedan diferir en clases llas oscuras y brillantes, pero también con
entre ellos mismos, sin embargo sí tienen respecto a ellas no puede probarse que lle-
muchas cosas en común: todos necesitan nen las condiciones bajo las cuales es posi-
nitrógeno, oxígeno, hidrógeno y carbono, ble la vida orgánica. Así pues, Wallace llega
temperaturas moderadas y la alternancia de a la conclusión de que la tierra es un cuerpo
día y noche. Se deben cumplir, por lo tanto, celeste altamente privilegiado. Según él el
incontables condiciones antes que los mundo estelar en su totalidad no es infini-
planetas puedan ser considerados tamente grande sino que tiene la forma de
habitables para los seres animados. una esfera y está rodeado por un cinturón,
la Vía Láctea, que es más grueso en el cen-
Ahora, Wallace demuestra extensa- tro, y así, en conjunción con la esfera, for-
mente cómo estas condiciones se cumplen man un esferoide. En esa Vía Láctea hay
solamente en la tierra. La luna no es habita- todavía tormentas y trastornos pero en la
esfera las cosas están relativamente quietas
27. Alfred R. Wallace, El Lugar del Hombre y prevalecen condiciones que hacen a la tie-
en el Universo: Un Estudio de los Resulta- rra habitable y también hacen posible la
dos de una Investigación Científica en existencia para los seres animados, específi-
Relación a la Unidad o Pluralidad de los
Mundos (New York: McClure, Phillips, camente también los seres humanos. Aún
1903); cf. H. H. Kuyper, De Heraut si es verdad que el mundo estelar en su
(Octubre 1904), y ediciones subsecuen- totalidad no constituye una unidad sino
tes; idem, “s-Menschen Platas in het que, como afirma el Prof. Kapstein, hay dos
Heelal,” Wetenschappelijke Bladen (Abril
1904): 67-78. “universos de sistemas estelares” distin-

46
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tos,28 o que la condición presente de las especialmente la de ángeles malos, esto es, a
estrellas como no-habitables todavía no des- partir de oráculos, apariciones, fantasmas,
carta su capacidad de haber sido habitables de poseídos de demonios, etc.30 Pero estas
en un tiempo anterior o posterior,29 sin pruebas no eran más convincentes que
embargo esto es cierto: la creencia en la aquellas que se basaban en la razón. En la
existencia de seres animados racionales en Escritura, por otro lado, la existencia de los
otros planetas además de la tierra pertenece ángeles se enseña muy claramente. Espi-
totalmente al ámbito de la conjetura y es noza y Schleiermacher, claro está, formula-
contradicha, más bien que confirmada, por ron contra esta enseñanza la idea de que
la ciencia de nuestro tiempo. Cristo y los apóstoles hablaron con respecto
a los ángeles desde una postura de acomo-
Como resultado de este pronuncia- damiento a la creencia popular y que ellos
miento de la ciencia la doctrina de los ánge- mismos no enseñaron nada positivo acerca
les, tal y como la Escritura nos la presenta, de ellos. Pero Jesús y los mismos apóstoles
gana terreno en valor y significado. Filosó- abierta y repetidamente expresaron su
ficamente no hay nada que pueda ser for- creencia en los ángeles (e.g., Mat. 11:10;
mulado en su contra. La idea de la 13:39; 16:27; 18:10; 24:36; 26:53; Luc.
existencia de otros seres racionales superio- 20:36; 1 Cor. 6:3; Heb. 12:22; 1 Ped. 1:12,
res, además de los humanos, tiene más a su etc.). Cuando nosotros hablamos de duen-
favor que en su contra. En las religiones, la des y hadas todos saben que esto lo hace-
creencia en tales seres superiores es un mos en sentido figurado; pero en el tiempo
componente más que accidental. Y la reve- de Jesús la creencia en los ángeles era uni-
lación que involucra esta creencia gana en versal. Cuando Jesús y los apóstoles habla-
realidad y viveza. Pero, mientras en las ban de los ángeles, todos en su radio de
varias religiones y las teorías espiritistas alcance tenían que pensar que ellos mismos
esta doctrina de los ángeles es distorsio- creían en ellos. El motivo final de nuestra
nada, mientras la frontera entre Dios y sus creencia en los ángeles, por consiguiente,
criaturas es borrada, y la distinción entre la yace también en la revelación. La experien-
revelación y la religión es negada, en la cia Cristiana como tal no nos enseña nada
Escritura esta doctrina sale a la superficie sobre este tema. El objeto de la fe verdadera
otra vez de una manera que no le roba a es la gracia de Dios en Cristo. Los ángeles
Dios su honor y deja intacta la pureza de la no son factores en nuestra vida religiosa, y
religión. Para el Cristiano la revelación tampoco son objetos de nuestra confianza y
dada en la Escritura es también el funda- adoración. En ninguna parte de la Escritura
mento seguro de la creencia en los ángeles. son ellos tales objetos, y por lo tanto tam-
Al principio la gente buscaba probar histó- poco pueden ser eso para nosotros. Por lo
ricamente la existencia de ángeles buenos y tanto, en las confesiones Protestantes hay
muy poca mención de los ángeles.31
28. H. H. Turner, “El Lugar del Hombre en Especialmente los Reformados, en relación
el Universo,” Fortnightly Review (Abril
1907): 600-610. 30. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 50, art.
29. Alfred. H. Kellogg, “La Encarnación y 1; J. Zanchi, Op. Theol. II, 2; G. J. Vos-
Otros Mundos,” Princeton Theological sius, De orig. Et prog. Idol. I, 6; G.
Review 3 (Abril 1905): 177-79. Voetius, Select. Disp., I, 985-1017.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

con esto, tuvieron la tendencia a pecar más (Job 1:6; 2:1; 38:7; Sal. 29:1; 89:7); “espíri-
por defecto que por exceso. En el tus” (1 Rey. 22:19; Heb. 1:14); “santos”
Catolicismo Reformado la angelología (Sal. 89:5, 7; Zac. 14:5; Job 5:1; 15:15; Dan.
ocupa un lugar mucho más grande, pero 8:13); “vigilantes” (Dan. 4:13, 17, 23).
también allí el tema distorsiona la religión y
oscurece la gloria de Dios. En resumen, Hay distintos tipos y clases de ángeles,
aunque los ángeles no son un factor o un cada uno de los cuales tiene su propio nom-
objeto de nuestra religión, sin embargo, en bre. El mundo de los ángeles es tan rica-
la historia de la revelación son de gran mente variado como lo es el mundo
importancia y especialmente a partir de material, e igual que en el mundo material
este hecho derivan su valor para la vida hay un amplio surtido de criaturas que no
religiosa. obstante forman conjuntamente un todo
simple, así es también en el mundo de los
Los Ángeles en la Escritura espíritus. Los primeros en ser mencionados
en la Escritura son los cherubim. En Géne-
El nombre “ángel,” bajo el cual usual- sis 3:24 actúan como guardianes para pro-
mente incluimos a toda la clase de seres teger el huerto. En el tabernáculo y en el
espirituales superiores, no es un nombre templo son representados con rostros que
que se derive de su naturaleza (nomen natu- ven hacia el propiciatorio y con alas que lo
rae) sino de su oficio (nomen officii). El cubren (Éxo. 25:18ss.; 37:8, 9; 1 Crón.
Hebreo ml'K simplemente significa “mensa- 28:18; 2 Crón. 3:14; Heb. 9:5), entre los
jero,” “enviado,” y también puede signifi- cuales el Señor se siente entronizado (Sal.
car un ser humano enviado ya sea por otros 80:2; 90:1; Isa. 37:16). Cuando Dios baja a
humanos (Job 1:14; 1 Sam. 11:3, etc.) o por la tierra es representado como cabalgando
Dios (Hag. 1:13; Mal. 2:7; 3:1). Lo mismo en los querubines (2 Sam. 22:11; Sal. 18:10
es cierto de angelos, el cual se usa repetida- o Sal. 104:4; Isa. 66:15; Heb. 1:7). En Eze-
mente para denotar humanos (Mat. 11:10; quiel 1 y 10 aparecen bajo el nombre de
Mar. 1:2; Luc. 7:24, 27; 9:52; Gál. 4:14; “criaturas vivientes,” cuatro en número, en
Sant. 2:15). En algunas traducciones es forma de humanos, cada uno con cuatro
erróneamente reproducido como “ángel” alas y cuatro rostros, a saber, la de un
en lugar de “mensajero” (e.g., Gál. 4:14; humano, de un león, de un buey y de un
Apoc. 1:20 en la KJV). En la Escritura no águila, mientras que en Apocalipsis 4:6s.,
hay un nombre común que distinga a toda como las cuatro criaturas vivientes (za),
la clase de seres espirituales, aunque fre- cada uno tiene un rostro y seis alas, rodean
cuentemente son llamados “hijos de Dios” el trono de Dios y cantan el tres veces santo
noche y día. El nombre kerbîm es derivado
31. Confesión Belga, art. 12; Catecismo de de diversas maneras, algunas veces de KeB y
Heidelberg, Día del Señor 49 (N. del E.: la de rôB significando “muchos” (Hengsten-
propia referencia de Bavinck es a las pre-
guntas 112, 117; la primera hace referen- berg), luego de rKyB significando “vagón,”
cia al diablo, pero la segunda no hace o también de KrB (Árabe), significando
ninguna referencia a seres espirituales); “asustar,” y de allí “seres horribles,” pero
H. A. Niemeyer, Collectio confessium in mayormente de una raíz que significa
ecclesiis reformatis publicatorum (Leipzig:
Klinkhardt, 1840), 315, 316, 476. “asir,” “agarrarse” (cf. grups32).

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Hay un desacuerdo similar sobre la Luego, en Isaías 6, se menciona a los


naturaleza de los querubines. Algunos exe- seraphim (WeramPîm), una palabra que pro-
getas los consideran seres míticos, otros bablemente se derive de la raíz Árabe
como figuras simbólicas, y aún otros como sarufa (“era noble”). En este pasaje son
fuerzas divinas en la creación, o como el también simbólicamente representados en
término original para los truenos o las tor- forma humana, pero con seis alas, dos de
mentas.33 Pero en Génesis 3:24, Ezequiel 1 ellos para cubrir el rostro, dos para cubrir
y Apocalipsis 4 son claramente representa- los pies, y dos para la veloz ejecución de los
dos como seres animados personales. mandamientos de Dios. A diferencia de los
Incluso la forma humana en ellos es predo- querubines, permanecen como siervos alre-
minante (Eze. 1:5). Pero, ya que son seres dedor del rey quien está sentado en su
de extraordinaria fuerza y gloria humanas, trono, aclamando su gloria y esperando sus
la Escritura hace uso de la representación mandatos. Los serafines son los nobles, y
simbólica para darnos una idea de su natu- los querubines son los poderosos, entre los
raleza espiritual. Son representados como ángeles. Los últimos guardan la santidad de
“seres vivientes” (za) en quienes el poder Dios; los primeros sirven al altar y efectúan
y la fuerza de Dios llegan a expresarse con la expiación. Finalmente, en Daniel encon-
mayor intensidad que en un frágil ser tramos además dos ángeles con nombres
humano. Tienen el poder de un buey, la propios: Gabriel (8:16; 9:21) y Miguel
majestad de un león, la velocidad de un (10:13, 21; 12:1). Contrario a la opinión de
águila, y por encima de todo esto, la inteli- muchos intérpretes primeros y postreros,
gencia de un ser humano. Las alas con las como los Van den Honerts, Burman, Wit-
que vuelan y la espada con la que guardan sius, Hengstenberg, Zahn (et al.) han de ser
el huerto señalan a los mismos atributos. A considerados ángeles creados y no deben
partir de esta representación, que no es un ser identificados con el Hijo de Dios.35
retrato sino un símbolo, aprendemos que
entre los ángeles los querubines son tam- Según el Nuevo Testamento hay varias
bién seres altamente posicionados quienes, clases de ángeles. El ángel Gabriel aparece
más que cualquier otra criatura, revelan el en Lucas 1:19, 26. Miguel ocurre en Judas
poder, la majestad y la gloria de Dios y se 9, Apocalipsis 12:7 y I Tesalonicenses 4:16.
les encarga, por tanto, la tarea de guardar la Incluidos entre los ángeles se hallan tam-
santidad de Dios en el huerto de Edén, en el bién los principados y potestades (Efe. 3:10;
tabernáculo y en el templo, y también en el Col. 2:10); dominios (Efe. 1:21; Col. 1:16);
descenso de Dios a la tierra.34 tronos (Col. 1:16), poderes (Efe. 1:21; 1
Ped. 3:22), siendo todos ellos términos que
32. F. Delitzsch, Un Nuevo Comentario del señalan a una distinción en rango y digni-
Génesis, trad. por Sophia Taylor (Edin-
burgh: T. & T. Clark, 1899), I, 73-76
(sobre Génesis 3:24); idem. Comentario 34. *Johannes Nikel, Die Lehre des A.T. über
Bíblico de los Salmos, trad. por Francis die Cherubim und Seraphim (Breslau,
Bolton (Edinburgh. T. & T. Clark, 1871), 1890).
I, 256-57 (sobre el Salmo 18:11). 35. *W. Leuken, Michael, eine Darstellung
33. R. Smend, Lehrbuch der alttestamentli- und Vegeleichung der jüd, und der mor-
chen Religiongeschichte (Freiburg i.B.: J. gentl.- christl. Tradition (Göttingen,
C. B. Mohr, 1893), 21ss. 1898).

49
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

dad entre los ángeles, mientras que en el cidad, enseña que todas las cosas proceden
Apocalipsis de Juan, finalmente, siete ánge- de Dios en una serie siempre descendente y
les repetida y claramente aparecen en pri- así, sucesivamente y una y otra vez, retor-
mer plano (8:2, 6; 15:1, etc.). Añada a esto nan a él. Hay una doble jerarquía de las
que el número de ángeles es muy elevado. cosas, una celestial y la otra eclesiástica. La
Esto está indicado por las palabras Sabaoth jerarquía celestial está formada por tres cla-
[huestes] y Mahanaim [campamentos] ses de ángeles. La primera clase, y la más
(Gén. 32:1, 2), legiones (Mat. 26:53), multi- alta, sirve exclusivamente a Dios; abarca a
tud (Luc. 2:13), y el número de millones de los serafines, quienes contemplan incesan-
millones (Deut. 33:2; Sal. 68:17; Dan. 7:10; temente el ser de Dios; los querubines,
Judas 14; Apoc. 5:11; 19:14). quienes meditan en sus decretos; y los tro-
nos, quienes adoran sus juicios. La segunda
Tales números grandes requieren dis- clase sirve a la creación visible e invisible;
tinción en orden y rango – mayormente abarca los dominios quienes ordenan las
porque los ángeles, a diferencia de los cosas que deben pasar según la voluntad de
humanos, no están relacionados por lazos Dios; los poderes, quienes ejecutan las
familiares y son por lo tanto más similares cosas decretadas, y las autoridades, quienes
en muchos aspectos. Por consiguiente, la completan la tarea. La tercera clase le sirve
Escritura enseña claramente que entre los a la tierra, tanto a los individuos como a los
ángeles hay todo tipo de distinciones de pueblos; abarca los principados, quienes
rango y status, de dignidad y ministerio, de fomentan el bienestar general de los seres
oficio y de honor, incluso de clase y tipo. humanos; los arcángeles, quienes guían a
Esta espléndida idea de diversidad en la naciones particulares; y los ángeles quienes
unidad no puede ser abandonada, a pesar velan sobre personas individuales. La jerar-
de haber sido elaborada sobre una escala quía eclesiástica es un espejo de esa jerar-
fantástica por Judíos y Católicos, Los Judíos quía celestial: en sus misterios (bautismo, la
hacían todo tipo de distinciones entre los Eucaristía, la ordenación), sus funcionarios
ángeles.36 Inicialmente, en la iglesia primi- (el obispo, el sacerdote, el diácono), y su lai-
tiva, las personas estaban satisfechas con cado (catecúmenos, Cristianos y monjes).
los datos provistos por la Escritura.37 Agus- Esta jerarquía como un todo tiene su origen
tín todavía sostenía que no sabía cómo y cabeza en Cristo, el encarnado Hijo de
estaba organizada la sociedad de los ánge- Dios, y su meta en la deificación. Esta clasi-
les.38 Pero el Seudo-Dionisio, en su obra La ficación del Seudo-Dionisio, que divulga las
Jerarquía Celestial y La Jerarquía Eclesiás- jerarquías celestial y eclesiástica como una
tica, ofreció una división esquemática. Par- idea estrechamente ligada al sistema Cató-
tiendo de la idea de que en la creación Dios lico Romano, halló terreno fértil y fue gene-
dejó atrás su unidad y entró en la multipli- ralmente aceptada.39

36. F. W. Weber, System der altsynagogalen 39. Juan de Damasco, Exposición de la Fe


palastinischen Theologie (Leipzig: Dör- Ortodoxa, II, 3; P. Lombardo, II, Sent.,
fflung & Franke, 1880), 161s. dist. 9; T. Aquino, Summa Theol., I, qu.
37. Ireneo, Contra las Herejías, II, 54; Oríge- 108; Petavius, “de angelis,” II; J. H.
nes, Sobre los Principios, I, 5. Oswald, Angelologie (Paderborn: Ferdi-
38. Agustín, Enchiridion, 58. nand Schöningh, 1883), 57s.

50
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Ahora, la Escritura enseña también que el número de ángeles era infinito; o el


claramente la distinción y categorización de de Hilario y muchos otros, quienes, sobre la
los ángeles. Algunos eruditos piensan erró- base de Mateo 18:12 pensaban que la pro-
neamente que, aunque se usan diferentes porción del número de humanos con el de
nombres, la referencia siempre es a los mis- los ángeles era de 1 a 99;44 o el de G. Schott,
mos ángeles, vistos solamente desde un quien estableció el número de ángeles en
ángulo diferente en cada ocasión.40 Debe mil billones.45 Ni estaban muy interesados
incluso reconocerse que esta categorización en la cuestión de si los ángeles, entre ellos
no ha llegado a afirmarse suficientemente mismos, se diferenciaban en esencia y espe-
por sí misma en la teología Protestante. cies. Tomás era muy firme en esta ense-
Hay orden y rango entre esos miles de ñanza,46 pero la mayor parte de los padres
seres. Dios es un Dios de orden en todas las de la iglesia eran de una opinión dife-
iglesias (1 Cor. 14:33, 40). El reino de los rente.47 Sin importar cuántas distinciones
espíritus no es menos rico y espléndido que pueda haber entre los ángeles la Escritura
el reino de los seres materiales. Pero la no las discute y ofrece solamente una
jerarquía de la doctrina Católica Romana información escasa. Con relación a
rebasa en mucho la revelación de Dios en nosotros los humanos su unidad empieza a
su Palabra. Por lo tanto, fue repudiada uná- destacar mucho más que su diversidad:
nimemente por los Protestantes.41 Igual- todos ellos tienen una naturaleza espiritual,
mente, todos los cálculos concernientes al todos son llamados “espíritus minis-
número de ángeles eran considerados fúti- tradores,” y todos encuentran su actividad
les e infructuosos, como por ejemplo, los de primaria en la glorificación de Dios.
Agustín, quien complementaba el número
de ángeles, después de la caída de algunos, La Naturaleza Angélica: Unidad y Corpo-
con el número de humanos predestina- ralidad
dos;42 o el de Gregorio, quien creía que el
número de personas salvadas sería igual al Esa unidad surge, en primer lugar, en
número de ángeles que permanecieron fie- el hecho que todos ellos son seres creados.
les;43 o el de William de Paris, quien dijo Schelling pudo decir que los ángeles bue-
nos, como potencias puras, son increa-
dos,48 pero la creación de los ángeles es
40. J. C. C. Von Hofmann, Der Schriftbeweis,
3 vols. (Nördlingen: Beck, 1857-60), I, claramente expuesta en Colosenses 1:16 e
301.
41. J. Calvino, Comentario a las Epístolas de
Pablo el Apóstol a los Gálatas, Efesios, 43. P. Lombardo, II, Sent., 9.
Filipenses y Colosenses, trad. por T. H. L. 44. D. Petavius, Theol. Dogm., “de angelis,”
Parker, ed. por David W. Torrance y I, 14.
Thomas F. Torrance (Grand Rapids: 45. C. Busken, Huet, Het Land van Rem-
Eerdmans, 1965), 137 [comentario sobre brandt, 2a ed. rev., 2 vols. (Haarlem: H.
Efesios 1:21]; G. Voetius, Select. Disp., I, D. Tjeenk Willink, 1886), II, 2, 37.
882s.; A. Rivetus, Op. Theol., III, 248s.; J. 46. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 50, art.
Quenstedt, Teología, I, 443, 450; J. Ger- 4.
hard, Loci Theol., V, 4, 9. 47. Juan de Damasco, Exposición de la Fe
42. Agustín, Enchiridion, 29; idem. Ciudad Ortodoxa, II, 3; Petavius, “de angelis,” I,
de Dios, XXII, 1; Anselmo, Cur Deus 14; G. Voetius, Select. Disp., V, 261.
Homo, I, 18. 48. F. W. J. Schelling, Werke, II, 4, 284.

51
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

implicada en la creación de todas las cosas como los cielos estelares (Deut. 4:19; Sal.
(Gén. 1:4; Sal. 33:6; Neh. 9:6; Juan 1:3; 8:4; Mat. 24:29); y finalmente como la
Rom. 11:36; Efe. 3:9; Heb. 1:2). Sin morada de Dios y sus ángeles (Sal. 115:16;
embargo, con respecto al tiempo de su crea- 2:4; 1 Rey. 8:27; 2 Crón. 6:18; Mat. 6:19-21;
ción se puede decir poco con certeza. Heb. 4:14; 7:26; 8:1, 2; 9:2s., etc.). Ahora,
Muchos padres de la iglesia, apelando a Job igual que el cielo de las nubes y de las
38:7, creían que los ángeles fueron creados estrellas llegó a existir solamente en el
antes de todas las [otras] cosas.49 Los Soci- curso de seis días, es posible e incluso
nianos50 y los Remonstrantes51 concorda- probable que también el tercer cielo con sus
ron y de esta manera debilitaron la habitantes haya sido formado en etapas. En
distinción entre el Logos y los ángeles. Pero la medida en que pensemos de ese ámbito
esta idea no tiene apoyo en la Escritura. espiritual como más plenamente preparado
Nada es anterior a la creación del cielo y la y poblado, incluso sobrepasando en mucho
tierra, de lo cual habla Génesis 1:1. Job 38:7 al mundo material en diversidad, es
realmente enseña que, como las estrellas, bastante plausible postular también un
estaban presentes al momento de la crea- cierto intervalo de tiempo para la
ción pero no que ya existían antes del prin- preparación de ese cielo, aún cuando la
cipio de la creación. Por otro lado, es cierto historia de la creación no diga una palabra
que los ángeles fueron creados antes que el sobre ello.
séptimo día cuando el cielo y la tierra y
todo el ejército de ellos estuvieron termina- Segundo, la unidad de los ángeles es
dos y Dios reposó de su labor (Gén. 1:31; evidente a partir del hecho que todos son
2:1, 2). En cuanto al resto estamos en la seres espirituales. Sin embargo, sobre este
oscuridad. Sin embargo, se puede conside- tema, ha habido en todos los tiempos
rar como probable que, al igual que en mucha diferencia de opinión. Los Judíos les
Génesis 1:1 la tierra fue creada como tal atribuían cuerpos que eran, en cuanto a su
pero todavía tenía que ser preparada y naturaleza, inmateriales o similares al
adornada, así también el cielo no fue com- fuego,53 y eran seguidos en este aspecto por
pletado de un solo golpe. La palabra “cielo” la mayoría de los padres de la iglesia.54 En
en el versículo 1 es una prolepsis. Solo más el Segundo Concilio de Nicea (787), el
tarde en la historia de la revelación se hace patriarca Tarasio leyó un diálogo com-
evidente lo que estaba implicado en ella.52 puesto por un cierto Juan de Tesalónica en
La Escritura algunas veces habla del cielo el que éste último afirmaba que los ángeles
como el lugar del mismo nombre con sus
nubes (Gén. 1:8, 20; 7:11; Mat. 6:26); luego 52. *Gebhardt, “Der Himmel im N.T.,” Zei-
txchrift fur Kirchliche Wissenschaft und
49. Orígenes, Homilía sobre el Génesis 1; Kirchliche Leben, 1886; Cremer, “Him-
Basileo, Hexaemeron, homilía 1, Gregorio mel,” PRE3, VIII, 80-84.
de Nazianzen, Orations, 38; Juan de 53. F. W. Weber, System der altsynagogalen
Damasco, Exposición de la Fe Ortodoxa, palastinischen Theologie, 161s.
II, 3; Dionisio, Los Nombres Divinos, 5. 54. Justino Mártir, Diálogo con Trifón, 57;
50. J. Crell, Opera Omnia, “liber de deo,” 1, Orígenes, Sobre los Primeros Principios, I,
18. 6; Basilio, Sobre el Espíritu Santo, 16;
51. S. Episcopius, Inst. Theol., Iv, 3, 1; P. Tertuliano, Sobre la Carne de Cristo, 6;
Van Limborch, Theol. Christ., II, 210, 4. Agustín, Sobre la Trinidad, II, 7.

52
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tenían cuerpos delicados y refinados y espiritual e incorpórea es metafísicamente


podían, por lo tanto, ser pintados, aña- inconcebible lo mismo que incompatible
diendo que eran espacialmente definidos y con el concepto de “criatura.” Dios es pura-
habían aparecido en forma humana y eran mente Espíritu pero Él también es simple,
por lo tanto describibles. El sínodo registró omnipresente, eterno. Pero los ángeles
su acuerdo con esta opinión.55 Pero gra- están limitados con relación al tiempo y al
dualmente, a medida que la línea entre el espacio; si realmente se mueven de un lugar
espíritu y la materia se hizo más aguda, a otro tienen que ser – de su propia manera
muchos autores les atribuyeron a los ánge- – corpóreos. De manera similar, los ángeles
les una naturaleza puramente espiritual.56 no son simples, como Dios, sino compues-
El Cuarto Concilio Lateranense de 1215 tos de materia y forma. También por esa
llamó “espiritual”57 a la naturaleza de los razón se les ha de atribuir una cierta corpo-
ángeles y la mayoría de teólogos Católicos y ralidad material – precisamente etérea, con
Protestantes estuvieron de acuerdo en este seguridad. Añadida a esta línea de pensa-
juicio. Sin embargo, también más tarde se miento estaba la exégesis que al considerar
enseñó una cierta corporeidad de los ánge- los “hijos de Dios” en Génesis 6 miraba en
les de tiempo en tiempo por parte de los ellos ángeles. Esta exégesis de Filón, Josefo,
Católicos, tales como Cajetan, Eugubinus, los Judíos, la Septuaginta, fue asumida por
Bañes, lo mismo que por teólogos Reforma- muchos padres de la iglesia,60 Justino,
dos tales como Zanchius y Vossius;58 y por Ireneo, Clemente, Tertuliano, Lactancio,
Episcopius, Vorstius, Poiret, Böhme, Leib- Cipriano, Ambrosio (et al.); también fue
nitz, Wolf, Bonnet, Reinhard y así sucesi- adoptada por Lutero y otra vez defendida
vamente; en tiempos modernos por Kurtz, en tiempos modernos por Ewald,
Beck, Lange, Kahnis, Vilmar y otros.59 La Baumgarten, Hofmann, Kurtz, Delitzsch,
principal razón para esta opinión es que el Hengstenberg, Köhler y Kübel (et al.).
concepto de una naturaleza puramente Además, al argumentar por la corporalidad
de los ángeles, la gente apela a sus
55. J. Schwane, Dogmengeschichte, 4 vols. apariciones, a ciertos textos especiales en la
(Freiburg i.B.: Herder, 1882-95), II, 235. Escritura, como el Salmo 104:4; Mateo
56. Juan de Damasco, Exposición de la Fe 22:30; Lucas 20:35; 1 Corintios 11:10; y
Ortodoxa, II, 3; T. Aquino, Summa
Theol., I, qu. 50, art. 1., qu. 51, art. 1. algunas veces también al hecho de que
57. Denzinger, Enchiridion, 355. como habitantes de las estrellas tienen que
58. J. Zanchi, Op. Theol., 69; G. J. Vossius, ser corpóreos.
de idol. I, 2, 6.
59. J. H. Kurtz, La Biblia y la Astronomía,
191-207; *Beck, Lehrewissenschaft, I, Sin embargo, en contra de todos estos
176; P. Lange, Christliche Dogmatik, II, argumentos, se levanta el claro pronuncia-
578; F. A. Kahnis, Die Luthersche Dog- miento de la Sagrada Escritura de que los
matik (Leipzig: Dorfflung & Francke, ángeles son espíritus (pneumata; Mat. 8:16;
1861-68), I, 443; A. F. C. Vilmar, Hand-
buch der evangelischen Dogmatik (Güters- 12:45; Luc. 7:21; 8:2; 11:26; Hch. 19:12;
loh: Bertelsmann, 1895), I, 306; K. Keerl,
“Die Fixstern und die Engel,” 235-47; cf. 60. Justino Mártir, Segunda Apología, 5 [N.
F. Delitzsch, Un Sistema Bíblico de Psico- del E.: Bavinck cita erróneamente aquí
logía, 2ª ed. (Edinburgh: T. & T. Clark, Apol. I, 1]; Ireneo, Contra las Herejías,
1875), 78-87. IV, 16, 2; V, 29, 2.

53
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Efe. 6:12; Heb. 1:14), que no se casan (Mat. simbólicas siempre muestran a los ángeles
22:30), son inmortales (Luc. 20:35, 36) e también en formas visibles. Pero esto toda-
invisibles (Col. 1:16), puede haber una vía no implica nada a favor de su corporali-
“legión” en un espacio restringido (Luc. dad. Dios, recuerde, es espíritu y sin
8:30), y, como espíritus, no tienen carne ni embargo es visto por Isaías (Cap. 6) como
huesos (Luc. 24:39). Además, la concep- un Rey sentado en Su trono. Cristó apare-
ción de que los “hijos de Dios” (éběně- ció en carne y aún es verdaderamente Dios.
hâělõhîm) en Génesis 6:2 son ángeles y no Tanto en sus apariciones como en su sim-
hombres es insostenible. Aunque esta bolismo los ángeles continuamente asumen
designación se usa repetidamente para formas diferentes. Las representaciones de
ángeles (Job 1:6; 2:1; 38:7), también puede los querubines en Génesis 3:24, sobre el
muy bien denotar humanos (Deut. 32:5; arca el pacto, en Ezequiel y en Apocalipsis,
Ose. 2:1; Sal. 80:16; 73:15), y es en cual- son todas diferentes; y las formas en las que
quier caso inaplicable a los ángeles malos, aparecen están lejos de ser idénticas (Gén.
quienes deben haber cometido su pecado en 18; Jue. 6:11, 12; 13:6; Dan. 10:11; Mat.
la tierra. Además, la expresión “tomar 28:3; Luc. 2:9; Apoc. 22:8). Cómo se han de
mujer”, lqh 'šh, en Génesis 6:2 es siempre concebir estos cuerpos es otra cuestión.
usada con referencia a un matrimonio legal Uno no puede decir con certeza si fueron
y nunca a fornicación. Finalmente, el cas- reales o solamente cuerpos aparentemente
tigo del pecado es impuesto solamente a los reales.61
humanos, pues ellos son la parte culpable y
no hay mención de ángeles (Gén. 6:3, 5-7). La prueba más fuerte a favor de la cor-
Tampoco los otros pasajes de la Escritura poralidad de los ángeles, como se declaró
comprueban la corporalidad de los ángeles. antes, se deriva de la filosofía. Pero en rela-
El Salmo 104:4 (cf. Heb. 1:7) solamente ción con esto hay una variedad de malen-
dice que Dios usa a sus ángeles como minis- tendidos que juegan sus roles. Si la
tros, tal como el viento y el fuego sirven corporalidad quisiera decir solamente que
para cumplir sus mandamientos, pero no los ángeles se hallan limitados tanto al
dice en lo absoluto que los ángeles sean tiempo como al espacio, y no son simples
transformados en viento y fuego. Mateo como Dios, en quien todos los atributos son
22:30 afirma que después de la resurrec- idénticos con su esencia, entonces se ten-
ción los creyentes serán como los ángeles dría que atribuir un cierto tipo de corporali-
en el hecho que no se casarán, pero no dice dad a los ángeles. Pero generalmente la
nada acerca de la corporalidad de los ánge- corporalidad no acarrea una cierta materia-
les. Y cuando en I Corintios 11:10 dice que lidad, incluso si ésta fuera de una natura-
las esposas, como señal de su subordinación leza más refinada que en el caso del hombre
a sus esposos, debiesen cubrir sus cabezas y los animales. Y en ese sentido no puede,
en la iglesia, no hay razón para pensar aquí ni debe, atribuírsele a los ángeles un
en ángeles malos quienes de otra forma cuerpo. La materia y el espíritu son mutua-
serían seducidos por las mujeres. En cuanto
a las apariciones de ángeles, es en verdad 61. Juan de Damasco, Exposición de la Fe
cierto que siempre ocurrieron de forma cor- Ortodoxa, II, 3; T. Aquino, Summa
Theol., I, qu. 51, arts. 1-3; F. Turretin,
poral visible, igual que las representaciones Institutes of Elenctic Theology, VII, 6, 5.

54
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mente excluyentes (Luc. 24:39). Es una manifiesta en el hecho que todos son seres
forma de identificación y de filosofía pan- racionales, dotados de intelecto y voluntad.
teístas el mezclar las dos y borrar la distin- Ambas facultades son repetidamente atri-
ción entre ellos. Y la Escritura siempre buidas en la Escritura tanto a los ángeles
sostiene la distinción entre el cielo y la tie- buenos como a los malos (Job 1:6s.; Zac.
rra, ángeles y humanos, lo espiritual y lo 3:1s.; Mat. 24:36; Mat. 8:29; 18:10; 2 Cor.
material, las cosas invisibles y las visibles 11:3; Efe. 6:11, etc.). Todo tipo de atributos
(Col. 1:16). Entonces, si los ángeles han de y actividades personales ocurren en su exis-
ser concebidos como espíritus, se relacio- tencia, tales como autoconciencia y len-
nan de manera diferente – más libremente guaje (Lucas 1:19), deseo (1 Ped. 1:12),
– con el tiempo y el espacio que los huma- regocijo (Lucas 15:10), oración (Heb. 1:6),
nos. Por un lado, no trascienden todo el creer (Santiago 2:19), mentir (Juan 8:44),
espacio y el tiempo como lo hace Dios, pues pecar (1 Juan 3:8, etc.). Además, se les atri-
son criaturas y por lo tanto son finitos y buye gran poder; los ángeles no son seres
limitados. El de ellos no es un espacio que tímidos sino un ejército de héroes podero-
esté completamente lleno (ubi repletivum), sos (Sal. 103:20; Luc. 11:21; Col. 1:16; Efe.
no son omnipresentes o eternos. Tampoco 1:21; 3:10; 2 Tes. 1:7; Hch. 5:19; Heb.
ocupan un espacio circunscrito (ubi cir- 1:14). Sobre esta base es incorrecto, como
cumscriptivum) como nuestros cuerpos, lo hacen Schelling y otros, ver a los ángeles
pues los ángeles son espíritus y por lo tanto como cualidades o fuerzas. Y aún así es
no tienen dimensiones de longitud y deseable, en nuestra descripción de la per-
anchura, y por lo tanto no tienen extensión sonalidad de los ángeles, aferrarse a la sim-
o difusión a través del espacio. Por tanto, se plicidad de la Sagrada Escritura. Agustín
decía generalmente que el espacio de ellos distinguía dos tipos de conocimiento en los
era definido o determinado (ubi definiti- ángeles: uno que adquirieron, por así
vum). Esto es, como seres finitos y limita- decirlo, al alba de la creación, a priori, vía la
dos siempre están en alguna parte. No visión de Dios, y otro que adquirían, digá-
pueden estar en dos lugares a la vez. Su pre- moslo así, al atardecer de la creación, a pos-
sencia no es extensiva sino puntual; y son teriori, de su contemplación de la
espacialmente tan libres que pueden creación.63 Los Escolásticos no solamente
moverse a la velocidad del relámpago y no adoptaron esta distinción sino que trataron
pueden ser obstruidos por objetos materia- de definir la naturaleza y extensión de ese
les; su traslado de locación es inmediato. conocimiento de manera más precisa. Ese
Claro, tal velocidad de movimiento y tal conocimiento no es, como en el caso de
libertad temporal y espacial, que sin Dios, idéntico son su ser y sustancia. Ni es
embargo no es atemporal y no-espacial, es
inconcebible para nosotros. Pero la Escri- 62. Agustín, Ciudad de Dios, XI, 9; Juan de
tura se refiere claramente a ello; y en la Damasco, Exposición de la Fe Ortodoxa,
II, 3; T. Aquino, Summa Theol., I, qus.
velocidad del pensamiento y la imagina- 52-53; G. Voetius, Select. Disp., V, 252s.;
ción, de la luz y la electricidad, tenemos F. A. Philipi, Kirchliche Glaubenslehre
analogías que no han de ser despreciadas.62 (Gütersloh: Bertelsmann, 1902), II, 302;
J. H. Oswald, Angelologie, 23-43.
63. Agustín, El Significado Literal del Géne-
La unidad de los ángeles es además sis, V, 18; idem. Ciudad de Dios, XI, 29.

55
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

su conocimiento adquirido a través de la llegamos al conocimiento. ¡Cuánto más eso


percepción por los sentidos. La distinción sería verdad con respecto a los ángeles!66
entre entendimiento potencial y activo no Uno solamente puede decir que están más
se aplica a ellos. Su poder para entender ricamente dotados de conocimiento de lo
nunca es puramente una facultad, nunca que estamos nosotros en la tierra (Mat.
está en reposo sino siempre activo. No pue- 18:10; 24:36). Ellos adquieren su conoci-
den existir sin conocimiento: se conocen a miento de su propia naturaleza (Juan 8:44),
sí mismos, su propio ser, por ellos mismos, de la contemplación de las obras de Dios
de manera completa e inmutable. Conocen (Efe. 3:10; 1 Tim. 3:16; 1 Ped. 1:12), y de
las cosas creadas, no por sus apariencias, las revelaciones impartidas a ellos por Dios
sino a través de las ideas innatas, no por (Dan. 8:9; Apoc. 1:1). Sin embargo, están
abstracción o a partir de razonamientos, limitados a objetivos (Efe. 3:10; 1 Ped.
sino de manera intuitiva e intelectual. Y 1:12). No conocen ni los pensamientos
aunque los ángeles no conocen [las cosas] secretos de nuestros corazones y los de ellos
inmediatamente a través de sus poderes entre sí (1 Rey. 8:39; Sal. 139:2, 4; Hch.
naturales, sino por tener la forma estam- 1:24), de manera que también entre ellos
pada sobre ellos (per speciem impressam) necesitan un lenguaje para comunicar sus
por medio de, y simultáneamente con, su pensamientos (1 Cor. 13:2) y en general
propio ser, todavía, en el orden sobrenatu- para ser capaces, de su propia manera y en
ral al cual los ángeles han sido elevados, concordancia con su propia naturaleza, de
conocen a Dios por medio de una visión glorificar a Dios con palabras y con can-
inmediata.64 Algunos incluso pensaron – tos.67 No conocen el futuro, ni las contin-
con el interés de defender la oración diri- gencias futuras, sino que pueden solamente
gida a los ángeles y a los santos – que los conjeturar (Isa. 41:22, 23). No conocen el
ángeles, viendo a Dios quien ve todas las día del juicio (Mar. 13:12). Y su conoci-
cosas, miraban todas las cosas en Él y por lo miento es capaz de expansión (Efe. 3:10). A
tanto conocían todas nuestras aflicciones y esto podemos ciertamente añadir que el
necesidades.65 conocimiento y el poder de los ángeles varía
grandemente entre ellos mismos. También
Los Protestantes, por otro lado, fueron en este aspecto hay variedad y orden. A
más cautelosos, advirtiéndole a las personas partir e los pocos nombres angélicos que
que fueran modestas. Hay mucho de miste- ocurren en la Escritura podemos incluso
rioso en la manera en la cual los humanos inferir que los ángeles no son solamente
miembros de clases distintas sino que son
64. T. Aquino, Summa Theol., I, qus. 54-58; también distintos como personas. Cada
idem, Summa Contra Gentiles, II, 96-101, ángel como tal posee una individualidad
II, 49; Buenaventura, II Sent., dist. 3, art. que le es propia, aún cuando debemos
4 y dist. 4, art. 3; Petavius, “de angelis,” rechazar la opinión de algunos Escolásticos
Op. Theol., I, 6-9; Kleutgen, Philosophie
der Vorzeit, I, 196s.; Oswald, Angelologie,
43-51. 66. J. Zanchi, Op. Theol., III, 108s.; G.
65. Gregorio el Grande, Moralia in Iob., 12, Voetius, Select. Disp., V, 267; J. Gerhard,
13; T. Aquino, Summa Theol., II, 2, qu. Loci Theol., V, 4, 5.
83, art. 4; III, qu. 10, art. 2; Bellarmine, 67. Petavius, Opera Omnis, “de angelis,” 1,
“de sanct. beat.,” Controversiis, 1, 26. 12.

56
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

de que cada ángel constituye una especie recibieron la ayuda de la gracia real. Pero
particular.68 Tomás junto con otros creía que la distin-
ción entre la naturaleza y la gracia podía
Finalmente, los ángeles están unifica- solo ser entendida lógicamente y que la gra-
dos por el hecho que todos ellos son seres cia para permanecer firme fue otorgada a
morales. Esto es evidente a partir de los los diferentes ángeles en varias medidas.71
ángeles buenos quienes sirven a Dios noche Equipados con esa gracia, los ángeles
y día, lo mismo que por los ángeles malos podían merecer la bendición suprema e
quienes no permanecieron en la verdad. La inadmisible que consiste en la visión de
Escritura dice muy poco acerca del estado Dios.72 En lo que se refiere al hombre la
original de los ángeles. Solamente testifica doctrina de los dones sobreañadidos reque-
que al final de la obra de creación Dios vio rirá nuestra especial atención. Aquí debe-
todas las cosas y he aquí que todo era muy mos limitarnos nosotros mismos a señalar
bueno (Gén. 1:31). Por otra parte, en Juan que, al menos en el caso de los ángeles, esta
8:44, Judas 6 y 2 Pedro 2:4 se asume el doctrina carece de toda base en la Escritura.
estado de integridad de todos los ángeles. La teología Protestante, por consiguiente, la
La misma visión es demandada por el rechazó unánimemente. Estaba satisfecha
teísmo de la Escritura que elimina comple- con decir que los ángeles que permanecie-
tamente todo Maniqueísmo. Sin embargo, ron firmes fueron confirmados en el bien.
la imaginación y el razonamiento tuvieron Y, junto con Agustín y los Escolásticos, sos-
un amplio espacio, precisamente porque la tenía esta posición en contra de Orígenes,73
Escritura revela tan poco. Agustín creía y contra los Remonstrantes quienes
que en el mismo momento de su creación consideraban la voluntad de los ángeles
algunos de los ángeles habían caído y otros buenos como todavía mutable. De hecho,
habían permanecido firmes. A estos últi- en la Sagrada Escritura los ángeles buenos
mos, por tanto, Dios otorgó la gracia de la siempre nos son presentados como una fiel
perseverancia junto con su naturaleza, compañía que hace invariablemente la
“constituyendo simultáneamente su natu- voluntad del Señor. Son llamados “ángeles
raleza y generosa gracia sobre ellos.”69 El del Señor” (Sal. 103:20; 104:4); “elegidos”
Escolasticismo apeló más tarde a esta visión (1 Tim. 5:21); “santos” (Deut. 33:2; Mat.
para su doctrina de los dones sobreañadi- 25:31); “ángeles de luz” (Lucas 9:26; Hch.
dos, también en el caso de los ángeles. 10:22; 2 Cor. 11:14; Apoc. 14:10).
Según Buenaventura,70 Alejandro de Diariamente contemplan el rostro de Dios
Hales, Pedro Lombardo, Duns Scotus (et
al.), los ángeles existieron primero por un 71. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 62,
tiempo como naturalezas puras y más tarde arts. 3, 6.
72. Petavius, Opera Omnia, “de angelis,” I,
16; Becanus, Theol. Schol., “de angelis,”
68. Buenaventura, II, Sent., dist. 4, art. 2; T. 2, 3; Teología Wirceburgensis, III (1880):
Aquino, Summa Contra Gentiles, II, 52. 466s.; C. Pesch, Praelectiones Dogmati-
69. Agustín, Ciudad de Dios, XII, 9; cf. cae, 9 vols. (Freiburg: Herder, 1902-10),
idem, Sobre la Reprensión y la Gracia, 11, III, 204s.; Oswald, Angelologie, 81s.; Jan-
32. sen, Prael., II, 361s.
70. Buenaventura, II Sent., dist. 4, art. 1, qu. 73. Orígenes, Sobre los Primeros Principios,
2. 1, 5, y 3, 4.

57
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

(Mat. 18:10), se nos presentan como tigo. Las almas fueron específicamente uni-
ejemplos (Mat. 6:10), y algún día los das a cuerpos. De allí que el mundo
creyentes serán hechos como ellos (Lucas material completo, y toda la diversidad pre-
20:36). sente en él, se deba al pecado y a los dife-
rentes grados de pecado.74 Ahora, la iglesia
Los Ángeles, la Humanidad y Cristo rechazó esta enseñanza de Orígenes y la
teología mantuvo la diferencia específica
En todas estas cualidades de ser seres entre humanos y ángeles.75 Sin embargo,
creados, espiritualidad, racionalidad y persiste la idea – en un grado – de que los
moralidad los ángeles son similares a los ángeles, dado que son exclusivamente espi-
humanos. Ahora, precisamente porque en rituales, son superiores a los humanos y
la Escritura la unidad de los ángeles es por lo tanto tienen por lo menos tanto o
subrayada y su diversidad es colocada al incluso igual derecho de ser llamados “por-
fondo del escenario hay un peligro de que tadores de la imagen de Dios.”76 En la
descuidemos la diferencia entre los ángeles jerarquía de las criaturas los ángeles, como
y los humanos. Su similitud parece sobrepa- seres puramente espirituales, son los más
sar en mucho las diferencias entre ellos. cercanos a Dios. “Tú estabas y nada más
Ambos, humanos y ángeles, son seres per- estaba allí además de aquello con lo cual
sonales, racionales y morales; ambos fueron hicisteis el cielo y la tierra; las cosas eran de
originalmente creados en conocimiento, dos tipos: unas cercanas a ti y las otras cer-
justicia y santidad; a ambos les fue dado canas a la nada; unas de las cuales solo tú
dominio, inmortalidad y bendición. En la serías superior; las otras a la cual nada sería
Escritura ambos son llamados los hijos de inferior.”77 “Entonces, necesariamente, Él
Dios (Job 1:6; Luc. 3:38). No obstante, la [Dios] produjo no solamente la naturaleza
diferencia entre ellos es sostenida rigurosa- que se encuentra a la mayor distancia de Él
mente en la Escritura por el hecho que se – lo físico – sino también lo muy cercano a
dice que los humanos son creados a la ima- Él, lo intelectual y lo incorpóreo.”78 Pero
gen de Dios, pero de los ángeles nunca se los teólogos Luteranos y Reformados a
dice lo mismo. En la teología esta distinción menudo también han perdido de vista esta
es mayormente descuidada. Según Orígenes distinción entre humanos y ángeles, y han
los ángeles y las almas de los humanos son llamado a los ángeles “portadores de la ima-
de la misma especie; la unión del alma con
el cuerpo es un castigo por el pecado y por
74. T. Aquino, Summa Theol., I, qu, 47, art.
lo tanto algo realmente accidental. Orígenes 2; J. B. Heinrich y K. Gutberlet, Dogma-
llegó a esta posición porque pensaba que tische Theologie, 10 vols., 2a ed. (Mainz:
todas las diferencias se originaban con la Kircheim, 1881-1900), V, 177.
criatura. En el principio Dios creó todas las 75. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 75, art.
cosas iguales; es decir, Él solamente creó 7.
76. Juan de Damasco, Exposición de la Fe
seres racionales y todos estos, ángeles y Ortodoxa, II, 3; T. Aquino, Summa
almas, eran iguales. Las diferencias se origi- Theol., I, qu. 93, art. 3; idem, Comentario
naron entre ellos por el libre albedrío. Algu- sobre II Sent., dist. 16; Oswald, Angelolo-
nos permanecieron fieles y recibieron una gie, 25.
77. Agustín, Confesiones, XII, 7.
recompensa; otros cayeron y recibieron cas- 78. Buenaventura, Breviloquiam, II, 6.

58
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

gen de Dios.”79 Solo un puñado, tales como sobre la tierra es parte integral del ser
Teodoreto, Macario, Metodio, Tertuliano humano, una parte de la imagen de Dios, y
(et al.), se opuso a esta confusión.80 Agus- por lo tanto es restaurada por Cristo como
tín declara expresamente: “Dios no le dio a algo que le es propio al hombre, a quien Él
ninguna otra criatura más que al hombre el no solamente ordena como profeta y sacer-
privilegio de ser según Su propia ima- dote, sino también como rey. Pero un ángel,
gen.”81 a pesar de lo fuerte y poderoso que pueda
ser, es un siervo en la creación de Dios, no
A pesar del gran parecido que pueda un amo sobre la tierra (Heb. 1:14).
haber entre humanos y ángeles, la diferen-
cia es no menos grande. De hecho, existen Segundo, como seres puramente espiri-
en los ángeles varios rasgos de la imagen de tuales, los ángeles no están vinculados los
Dios pero solo el hombre es la imagen de unos a los otros por lazos de sangre. Entre
Dios. Esa imagen no reside solo en lo que ellos no hay relaciones de padre a hijo, no
humanos y ángeles tienen en común, sino hay lazos físicos, no hay sangre común, no
en aquello que los diferencia. Los principa- hay consanguinidad. Sin importar cuán
les puntos de diferencia son estos: primero, íntimamente puedan compartir un vínculo
un ángel es espíritu y como espíritu el ángel ético, son seres desconectados, de manera
está completo; el hombre, por otro lado, es que cuando muchos cayeron, los otros
una combinación de alma y cuerpo; el alma podían permanecer en su lugar. En el hom-
sin el cuerpo está incompleta. El hombre, bre, por otro lado, hay un bosquejo en som-
por consiguiente, es un ser racional pero bra del ser divino, en el que hay también
también sensual (que percibe a través de los personas, unidas no solamente en voluntad
sentidos). Por el cuerpo el hombre está y afecto, sino también en esencia y natura-
limitado a la tierra, es parte de la tierra, y la leza.
tierra es parte del hombre. Y de esa tierra el
hombre es cabeza y amo. Después que los Tercero, hay por consiguiente algo lla-
ángeles ya habían sido creados, Dios dijo mado “humanidad” en ese sentido, pero no
que planeaba crear al hombre y darle domi- “angelidad”. En un hombre todos los huma-
nio sobre la tierra (Gén. 1:26). El dominio nos cayeron, pero la raza humana también
es salvada en una persona. En la humani-
79. Juan Calvino, Institución, I. xiv. 3; A. dad podía haber un Adán y, por lo tanto,
Polanus, Syn. Theol., V, 10; Sinopsis también un Cristo. Los ángeles son testigos,
Purioris Theologiae, XII, 7 y XIII, 17; A. pero los humanos son objetos, de los
Comrie y N. Holtius, Examen van het
Ontwerp van Tolerantie, vol. 9, Over de hechos más maravillosos de Dios, las obras
staat des rechtschapen Mensch (Ámster- de su gracia. La tierra es el escenario de los
dam: Nicolaas Byl, 1757), 187; B. De hechos milagrosos de Dios: aquí se pelea la
Moor, Comm. Theol., II, 335; J. Gerhard, guerra, aquí es ganada la victoria del reino
Loci Theol., V, 4, 5; F. Delitzsch, Un Sis-
tema de Psicología Bíblica, 78. de Dios, y los ángeles vuelven sus rostros a
80. D. Petavius, Opera Omnia, “de sex la tierra, deseando investigar los misterios
dierum opif.,” II, 3, §§4-8. de la salvación (Efe. 3:10; 1 Ped. 1:12).
81. Citado por T. Aquino, Summa Theol., I,
qu. 93, art. 3; cf. S. Maresius, Syst..
Theol., V, 37. Cuarto, los ángeles pueden ser espíri-

59
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tus más poderosos pero los humanos son Pues Dios reconcilió todas las cosas consigo
los más ricos de los dos. En intelecto y por medio de Cristo y las reúne bajo Él
poder los ángeles sobrepasan en mucho a como cabeza. Por supuesto – no es que la
los humanos. Pero en virtud de las relacio- relación consista, como muchas personas
nes maravillosamente ricas en las que los han pensado, en que Cristo ha adquirido
humanos se hallan para con Dios, el mundo gracia y gloria para los ángeles buenos,82
y la humanidad, son psicológicamente más ni, como otros han juzgado, que los ángeles
profundos y mentalmente más ricos. Las podrían ser llamados miembros de la igle-
relaciones que la sexualidad y la vida fami- sia.83 Sino que consiste en el hecho de que
liar traen consigo, vida en la familia, el todas las cosas, que han sido trastornadas y
estado y la sociedad, vida dedicada al tra- desgarradas por el pecado, han sido
bajo, el arte y la ciencia, hacen de cada ser nuevamente unidas en Cristo, restauradas a
humano un microcosmos, que teniendo su relación original, y son reunidas
multitud de facetas, en profundidad y en totalmente bajo Él como cabeza. Así,
riqueza, superan en mucho la personalidad aunque Cristo es en verdad el Señor y la
de los ángeles. Por consiguiente, también cabeza, él no es el Reconciliador ni el
los atributos más ricos y más gloriosos de Salvador de los ángeles. Todas las cosas han
Dios son conocibles y disfrutados solo por sido creadas por Él y por lo tanto también
los humanos. Los ángeles experimentan el son creadas para Él para que pueda
poder, sabiduría, bondad, santidad y majes- devolverlas, reconciliadas y restauradas, al
tad de Dios; pero las profundidades de la Padre. Pero sólo los humanos constituyen
compasión de Dios solo se revelan a los la iglesia de Cristo; solo ella es su
humanos. Por tanto, la plena imagen de prometida, el templo del Espíritu Santo, la
Dios es únicamente revelada de forma ade- morada de Dios.
cuada a la criatura en los humanos – mejor
aún, en la humanidad. El Ministerio de los Ángeles

Finalmente, permítanme añadir que Correspondiéndose con esta natura-


los ángeles, por tanto, también se hallan en leza angélica se hallan su ministerio y acti-
una relación totalmente diferente para con vidad. En relación con esto la Escritura
Cristo. No puede dudarse que existe una hace una distinción entre el ministerio
relación entre Cristo y los ángeles. En pri- extraordinario y el ministerio ordinario de
mer lugar, varios pasajes de la Escritura los ángeles. El ministerio extraordinario no
enseñan que todas las cosas (Sal. 33:6; comienza sino hasta después de la caída,
Prov. 8:22s.; Juan 1:3; 1 Cor. 8:6; Efe. 3:9; habiéndose necesitado por el pecado. Es un
Heb. 1:2) y específicamente también los
ángeles (Col. 1:16) fueron creados por el 82. Cf. G. Voetius, Select. Disp., II, 262s.; J.
Hijo, y así Él es el “mediador de unión” de Gerhard, Loci Theol., 4, §42; y más tarde
en nuestra discusión acerca e la consu-
todo lo que fue creado. Pero, en segundo mación (N. del E.: véase Herman
lugar, Efesios 1:10 y Colosenses 1:19, 20 Bavinck, Las Últimas Cosas: Esperanza
contienen la profunda idea que todas las para este Mundo y para el Siguiente, ed.
cosas también permanecen en relación con por John Bolt, trad, por John Vriend
[Grand Rapids: Baker, 1996], 142).
Cristo como el mediador de reconciliación. 83. J. Gerhard, Loci Theol., XXII, 6, 9.

60
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

componente importante en la revelación ducen salvación pero sí participan de su


especial. Vemos primero que los ángeles historia. Transmiten revelaciones, protegen
juegan un rol en guardar el huerto de Edén al pueblo de Dios, se oponen a sus enemi-
(Gén. 3:24); pero luego se presentan comu- gos, y realizan una serie de servicios en el
nicando revelaciones, actuando para bende- reino de Dios. Con relación a esto siempre
cir o para castigar en la historia de los están activos en el área de la iglesia. Tam-
patriarcas y de los profetas y a través de bién, donde reciben poder sobre las fuerzas
todo el Antiguo Testamento. Se aparecen a de la naturaleza (Apoc. 14:18; 16:5), o
Abraham (Gén. 18), a Lot (Gén. 19), a intervienen en los asuntos de las naciones,
Jacob (Gén. 28:12; 32:1); funcionan en la esta actividad ocurre en interés de la igle-
entrega de la ley (Heb. 2:2; Gál. 3:19; Hch. sia. En este ministerio nunca hacen a un
7:53); toman parte en las guerras de Israel lado la soberanía de Dios, y tampoco son
(2 Rey. 19:35; Dan. 10: 13, 20); anuncian el los mediadores del compañerismo de Dios
consejo de Dios a Elías y a Eliseo, a Eze- con los seres humanos. Sino que son espíri-
quiel, Daniel y Zacarías. Como para probar tus ministradores al servicio de aquellos
que no son remanentes de politeísmo y que que han de heredar la salvación. Sirven
no pertenecen a una época prehistórica, su especialmente a Dios en el ámbito de la gra-
extraordinario ministerio incluso se ensan- cia, aún cuando el ámbito de la naturaleza
cha en los días del Nuevo Testamento. no es totalmente excluido en el proceso.
Están presentes en el nacimiento de Jesús Por consiguiente, este ministerio extraordi-
(Luc. 1:13; 2:10) y en su tentación (Mat. nario cesó automáticamente al completarse
4:11); le acompañan a lo largo de toda su la revelación. Mientras antes tenían cons-
vida terrenal (Juan 1:51) y aparecen espe- tantemente que transmitir revelaciones
cialmente en el momento de su sufrimiento especiales y descender a la tierra, ahora
(Luc. 22:43), resurrección (Mat. 28), y más bien nos sirven como ejemplos y nos
ascensión (Hch. 1:10). Posteriormente levantamos a la altura de ellos. En tanto
reaparecen de tiempo en tiempo en la histo- que la revelación especial no había sido aún
ria de los apóstoles (Hch. 5:19; 12:7, 13; completada el cielo se aproximaba a la tie-
8:26; 27:23; Apoc. 1:1); luego cesan su rra y el Hijo de Dios descendió hacia noso-
extraordinario ministerio y solamente rea- tros. Por consiguiente ahora los ángeles
sumirán un rol público en el retorno de miran hacia la tierra para aprender de la
Cristo (Mat. 16:27; 25:31; Mar. 8:38; Luc. iglesia la multiforme sabiduría de Dios.
9:26; 2 Tes. 1:7; Judas 14; Apoc. 5:2, etc.), ¿Qué nos darían aún los ángeles ahora que
cuando presentarán batalla contra los ene- Dios mismo nos dio a su propio Hijo?
migos de Dios (Apoc. 12:7; 1 Tes. 4:16;
Judas 9), reunirán a los elegidos (Mat. Pero la Escritura también habla de un
24:31), y echarán a los impíos al fuego ministerio ordinario de los ángeles. La
(Mat. 13:41, 49). característica principal de ese ministerio es
que alaban a Dios día y noche (Job 38:7;
Por consiguiente, el ministerio Isa. 6; Sal. 103:20; 148:2; Apoc. 5:11). La
extraordinario de los ángeles consiste en Escritura transmite la impresión de que
acompañar la historia de la redención en hacen esto con sonidos audibles, aún
sus puntos cardinales. Ellos mismos no pro- cuando no podemos imaginarnos como son

61
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

su lenguaje y sus canciones. Pero parte de justicia y el otro para el mal,” y más ade-
este ministerio ordinario es también el lante colocó toda la creación y toda la for-
hecho de que se regocijan por la conversión mación de la iglesia bajo la tutoría
de un pecador (Luc. 15:10), cuidan a los guardiana de los ángeles.86 Orígenes tenía
creyentes (Sal. 34:8; 91:11), protegen a los una afición especial para desarrollar esta
pequeños (Mat. 18:10), están presentes en doctrina de los ángeles guardianes. Algunas
la iglesia (1 Cor. 11:10; 1 Tim. 5:21), la veces – en sus escritos – cada humano tiene
siguen en sus viajes a través de la historia un ángel bueno y un ángel malo; algunas
(Efe. 3:10), permiten el ser enseñados por veces añade que solamente los ángeles bue-
ella (Efe. 3:10; 1 Ped. 1:12), y llevan a los nos de los Cristianos bautizados ven el ros-
creyentes al seno de Abraham (Luc. 16:22). tro de Dios; algunas veces también dice que
También están activos “estando en la pre- solamente los Cristianos y las personas vir-
sencia e Dios, asistiendo a los humanos tuosas tienen un ángel guardián y que,
devotos y resistiendo a los demonios y a las dependiendo de sus méritos, reciben ya sea
personas impías.”84 un ángel de alto rango o uno de bajo rango
como su guardián. Pero también asume que
La Escritura generalmente se limita a hay ángeles especiales para las iglesias, paí-
sí misma a esta descripción general del ses, pueblos, las artes y la ciencia, las plan-
ministerio ordinario de los ángeles y no tas y los animales. Rafael, por ejemplo, es el
entra en detalles. Pero la teología no estaba ángel e la sanidad; Gabriel, el ángel de la
contenta con detenerse allí. De todo tipo de guerra; Miguel, el ángel de la oración, y así
maneras ha elaborado esta explicación, sucesivamente.87
especialmente en la doctrina de los ángeles
guardianes. Los Griegos y los Romanos En sustancia todos los padres de la
tenían en vista algo similar cuando habla- iglesia enseñaban esto, aunque había dife-
ban de daimones (seres semi-divinos) y rencias de opinión con respecto a si todos
genii. Ellos no solamente le atribuyeron a los humanos o solamente los Cristianos
cada humano un genio bueno o malo sino tenían un ángel guardián; de si cada
que también hablaban de los genii de las humano tenía solamente un ángel bueno o
casas, las familias, asociaciones, ciudades, también un ángel malo, cuándo el ángel
países, pueblos de la tierra, el mar, el guardián le era dado a un humano, en el
mundo, y así sucesivamente. Los Judíos, nacimiento o en el bautismo; cuándo le era
apelando a Deuteronomio 32:8 y a Daniel retirado, si al alcanzar la perfección o solo
10:13, asumían la existencia de setenta al momento de la muerte. Todos estaban
ángeles de las naciones y luego le asignaron convencidos que había ángeles guardianes
un ángel acompañante a cada Israelita.85 no solamente para los humanos sino tam-
Pronto la teología Cristiana adoptó esta opi- bién para los países, los pueblos, las iglesias,
nión. El Pastor de Hermas le asignaba dos las diócesis, las provincias, y así sucesiva-
ángeles a cada ser humano, “uno para la
86. Pastor de Hermas, Mandamientos, VI, 2;
84. D. Hollaz, Examen theologicum acroa- Visiones, III, 4.
maticum, 390. 87. Orígenes, Sobre los Primeros Principios,
85. F. W. Weber, System der altsynagoalen I, 8, III, 3; idem, Contra Celso, V, 29; VIII,
palastinischen Theologie, 161s. 31.

62
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mente.88 En parte esta protección angélica humanos.97 En tiempos modernos la doc-


fue más tarde restringida y en parte fue trina de los ángeles guardianes halló nueva-
ampliada. Fue restringida en tanto que mente apoyo en Hahn, Weiss, Ebrard,
algunos de ellos, siguiendo al Seudo Dioni- Vilmar, Martensen y otros.98 El ministerio
sio,89 enseñaban que las tres clases mayo- ordinario de los ángeles fue además refi-
res de ángeles (querubines, serafines y nado con la opinión de que con su interce-
tronos) servían solamente a Dios en el sión a favor de los creyentes en la tierra
cielo,90 y se amplió en tanto que el Escolas- estaban activos para el bien en el cielo. Esto
ticismo imaginaba que toda la providencia también había sido ya enseñado por los
de Dios en la naturaleza y en la historia, Judíos lo mismo que por Filón, asumido por
particularmente en el movimiento de las Orígenes99 y los padres de la iglesia, y
estrellas, era mediada por los ángeles.91 Los expresado en los símbolos Católico Roma-
ángeles guardianes para los humanos fue- nos.100 Los escritos confesionales Lutera-
ron universalmente aceptados por los teólo- nos,101 lo mismo que los dogmáticos
gos Católicos Romanos y también Luteranos, todavía hablan de esta interce-
reconocidos en el Catecismo Romano IV, sión.102 En contraste, es rechazada
cap. 9, preguntas 4 y 5. Pero en cuanto al unánimemente por los Reformados.
resto hay mucha diferencia de opinión
entre ellos sobre todos los puntos anterio- Para este ministerio especial de protec-
res.92 Encontramos la misma enseñanza en ción e intercesión angelicales se hace una
Lutero,93 pero los teólogos Luteranos solían apelación a una cantidad de pasajes de la
ser más cautos.94 Calvino rechazó la noción Escritura, especialmente Deuteronomio
de ángeles guardianes95 y la mayoría de 32:8; Daniel 10:13, 20; Mateo 18:10; Hch.
eruditos Reformados siguieron su ejem- 12:15; Hebreos 1:14; Apocalipsis 1:20; 2:1;
plo;96 solo unos pocos de ellos asumieron la y así sucesivamente; Job 33:23; Zacarías
existencia de ángeles guardianes para los 1:12; Lucas 15:7; Apocalipsis 18:3 y espe-
cialmente Tobías 12:12-15. En sí misma
88. J. Schwane, Dogmengeschichte, II, 244. esta doctrina de la protección e intercesión
89. Dionisio, Las Jerarquías Celestiales, 13. de los ángeles no es censurable. Que Dios a
90. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 112. menudo e incluso regularmente emplea
91. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 70, art.
3, qu. 110, art. 1; idem, Summa Contra ángeles, en la revelación especial lo mismo
Gentiles, III, 78s.; Buenaventura, II, que en la revelación general, no es imposi-
Sent., dist. 14, p. 1, art. 3, qu. 2.
92. Cf. D. Petavius, Opera Omnia, “de ange-
lis,” II, 608; Becanus, Theol. Schol., “de 95. J. Calvino, Institución, I.xiv.7; Comenta-
angelis,” Tr., 6; Theol. Wirceburgensis rio sobre el Salmo 91; Comentario sobre
(1880), III, 480; C. Pesch, Prael. Dogm., Mateo 18:10.
III, 210; Oswald, Angelologie, 120s. 96. G. Voetius, Select., Disp., I, 897.
93. J. Köstlin, La Teología de Lutero en su 97. J. Zanchi, Op. Theol., III, 142; G.
Desarrollo Histórico y Armonía Interna, Bucanus, Inst. Theol., VI, 28; Maccovius,
trad. por Charles E. Hay, 2 vols. (Phila- Loci. Comm., 394; A. Rivetus, Op. Theol.,
delphia: Lutheran Publications Society, II, 250; cf. H. Heppe, Dogmática Refor-
1897), II, 345. mada, rev. y ed. por Ernst Bizer, trad.
94. J. Gerhard, Loci Theol., V, 4, 15; J. por G. T. Thompson (Londres: George
Quenstedt, Theologia, 1450; D. Hollaz, Allen & Unwin, 1950), 212-13; C.
Syst. Theol., 390. Vitringa, Doctr. Christ., II, 117.

63
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ble. Ni es absurdo pensar que un ángel al príncipe de Persia y, ayudado por Miguel
eleva oraciones a Dios a favor de los huma- quien es llamado “uno de los principales
nos, en la medida en que estén interesados príncipes” (v. 13), el “gran príncipe” y pro-
en su destino y en el progreso del reino de tector de los hijos de Israel (12:1; 10:21),
Dios en la historia de la humanidad. Pero, alejó al príncipe de Persia y tomó su lugar
sin importar cuán poco censurables puedan entre los reyes de Persia. Calvino y los exe-
ser tales enseñanzas, la Escritura observa getas Reformados después de él general-
una sobriedad con relación a la protección e mente identificaban a aquel príncipe de
intercesión de los ángeles que también debe Persia con los reyes Persas. Pero parece que
ser normativa para nosotros. En Deutero- debemos interpretar que ese príncipe es
nomio 32:8, 9 leemos que Dios, al repartir alguien más, a saber, el espíritu guardián de
las naciones y dividir la humanidad, ya Persia. Pues, primero, no puede haber duda
había pensado en su pueblo Israel y deter- que Israel tiene tal ángel guardián en
minó su morada “según el número de los Miguel, quien es llamado “vuestro prín-
hijos de Israel” (lEmisPPar BEnE'’ yiW≤rAEâlç ) cipe” (10:13; 12:1). Segundo, los reyes de
de manera que Israel recibiría una herencia Persia son distinguidos claramente en
suficiente para acomodar su número. Sin 10:13 de ese otro príncipe. Y tercero, la
embargo, la LXX tradujo estas palabras así analogía requiere que el poder espiritual de
“de acuerdo al número de ángeles” (kata un lado pelee contra un poder espiritual del
arithmon angelOn) y ocasionó así la doc- otro lado. Por consiguiente, el libro de
trina de “los ángeles de las naciones.” Daniel realmente transmite un cuadro en el
Mientras tanto, el texto original no dice cual la guerra entre el reino de Dios y los
una palabra acerca de esto y por lo tanto reinos del mundo no es solamente condu-
pierde totalmente su función como texto cida hacia acá, a la tierra, sino también en
probatorio. El caso es algo diferente con el ámbito de los espíritus, entre ángeles. Y
Daniel 10:13, 20. Allí leemos que la figura eso es todo lo que podemos inferior de allí.
que apareció a Daniel en el verso 5 se opuso No hay absolutamente ninguna afirmación
aquí de que cada país y pueblo tengan sus
98. *J. Weiss, Bibl. Theol. des N. T., 594; J. propios ángeles. Pero en la batalla colosal
H. A. Ebrard, Christliche Dogmatik, 2a
ed. 2 vols. (Königsberg: A. W. Unzer,
realizada entre Israel y Persia, esto es, entre
1862-63), §239; A. F. C. Vilmar, Hand- el reino de Dios y el de Satanás, hay ángeles
buch der evengelischen Dogmatik (Güters- en ambos lados quienes toman parte en la
loh: C. Bertelsmann, 1895), I, 310; H. batalla y apoyan a los pueblos [opuestos].
Martensen, Dogmática Cristiana, trad.
Por W. Urwick (Edinburgh: T. & T.
Aún menos puede deducirse de Apocalipsis
Clark, 1871), §69; Abraham Kuyper, De 1:20 (etc.), que cada iglesia tiene su ángel,
Engelen Gods (Ámsterdam: Höveker & pues los “ángeles” de las siete iglesias no
Wormser, sin fecha) 279; Cremer, son otros que sus ministros: son totalmente
“Engel,” PRE3, V, 364-72. vistos como los representantes de las igle-
99. Orígenes, Contra Celso, VIII, 64.
100. Catecismo Romano, cap. 12, pr. 5, no. sias. Son sus obras las que son alabadas o
2. censuradas. Son a ellos que las cartas están
101. Apol. Conf., art. 21; Artículos de Esmal- dirigidas.
calda, II/2.
102. F. Philippi, Sirchliche Glaubenslehre
(Güersloh: Bertelsmann, 1902), II, 324. El mayor apoyo para la doctrina de los

64
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ángeles guardianes viene de Mateo 18:10, siervo; él no edifica el altar; él mismo no


un texto que indudablemente implica que a prepara el incienso sino que lo recibe y
una cierta de ángeles se le encarga la tarea solamente deja que las oraciones, junto con
de proteger a “los pequeños.” Sin embargo, la fragancia del incienso, se eleven hacia
no hay aquí ni siquiera una alusión de que Dios. El ministerio que realiza es como el
a cada persona elegida se le asigne su pro- de los serafines en Isaías 6:6, 7.
pio ángel. Esta idea se halla solamente en el
libro apócrifo de Tobías. Pero por ese La Veneración de Ángeles
mismo hecho esta doctrina de los ángeles
guardianes también delata su origen. La Finalmente, esta doctrina de los ánge-
doctrina es esencialmente de origen pagano les guardianes y su intercesión también
y conduce a todo tipo de preguntas ingenio- tuvo el inconveniente de que en la práctica
sas y asuntos vanos. No sabemos si a cada pronto condujo a una veneración y adora-
humano se le asigna un ángel, o incluso al ción de los ángeles. Colosenses 2:18 nos
anti-Cristo, como pensaba Tomás,103 o dice que tal “adoración de ángeles”
solamente a los elegidos, y tampoco si sólo (threskeia tOn angelOn) ya ocurría en tiem-
un ángel bueno o un ángel malo acompaña pos apostólicos. En su comentario sobre
a cada uno. Tampoco sabemos cuándo tal este pasaje Teodoreto comenta que en su
ángel es dado a una persona o cuándo le es día tal adoración de ángeles todavía estaba
quitado; o cuál es el ministerio preciso del siendo practicada en Frigia y que el Sínodo
ángel. Por consiguiente, todo lo que de Laodicea la había prohibido, para que
podemos decir es que a cierta clase de Dios no fuese abandonado.104 Muchos
ángeles se les encarga la promoción de padres de la iglesia amonestaron contra la
ciertos intereses en la tierra. Es lo mismo veneración y adoración de ángeles.105 En
con la intercesión de los ángeles que se ese tiempo la convicción de que solamente
enseña en Tobías 12:16 pero que no ocurre Dios puede ser adorado y que los ángeles
en la Escritura. En Job 33:23 hay una solo tienen derecho de “honor civil” era
referencia al “Ángel increado.” Lucas 15:7 aún universal. “Les honramos con nuestro
también enseña que los ángeles se regocijan amor, no con nuestro servicio.”106 Han de
por el arrepentimiento de un pecador, lo ser “más bien imitados antes que invoca-
cual en verdad presupone que los ángeles dos.”107 En su comentario del Cantar de los
desean ese arrepentimiento, pero no habla Cantares de Salomón, capítulo 8, Gregorio
de intercesión en el estricto sentido de la el Grande todavía dice que, puesto que
palabra. Y aunque en Apocalipsis 8:3 un Cristo ha venido a la tierra, “la iglesia es
ángel de hecho recibe un incensario con
incienso para hacer que las oraciones de los 104. J. Schwane, Dogmengeschichte, III, 245.
santos—inherentemente pecaminosos— 105. Ireneo, Contra las Herejías, II, 32; Orí-
sean preciosas y que agraden al Señor, el genes, Contra Celso, V, 4, 5; VIII, 13; Ata-
nasio, Contra los Arrianos, II, 23;
texto no dice una palabra acerca de Agustín, Sobre la Verdadera Religión, 55;
intercesión. El ángel es simplemente un idem, Confesiones, X, 42; Ciudad de Dios,
VIII, 25.
106. Agustín, Sobre la Verdadera Religión,
103. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 113, 55.
art. 4. 107. Agustín, Ciudad de Dios, X, 26.

65
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

honrada aún por aquellos mismos ángeles.” [dirigidas a los ángeles] en la Fiesta de los
En la dispensación del Antiguo Testamento Ángeles y los dogmáticos Católicos Roma-
Josué adoró al ángel (Jos. 5:14) pero en el nos las defendían unánimemente,112
Nuevo Testamento el ángel rechazó la ado- aunque más tarde generalmente las
ración de Juan (Apoc. 19:10; 22:9) porque trataban bajo el encabezado de “la
los ángeles, aunque elevados en rango, son veneración de los santos” (cultus
sin embargo “consiervos.” Aún más, estas sanctorum).
advertencias sirven como prueba que en la
práctica los límites entre la adoración a Sin embargo, los Luteranos y los
Dios y el respeto debido a los ángeles esta- Reformados y virtualmente todos los Pro-
ban siendo borrados. La invocación de testantes se hallaban sobre terreno sólido
ángeles fue primero mencionada clara- cuando rechazaron la veneración religiosa
mente por Ambrosio: “Nosotros, a quienes de los ángeles junto con la de los santos.113
se nos han dado los ángeles para auxilio y Pues, en primer lugar, no hay un solo ejem-
protección, deberíamos rogarles.”108 plo de ella en la Escritura. Cierto, los Católi-
cos Romanos basan su posición en ciertos
Eusebio ya había hecho la distinción pasajes del Antiguo Testamento como
entre la “veneración” (timan) que es ade- Génesis 18:2; 32:26; 48:16; Éxodo 23:20;
cuada para que la ofrezcamos a los ángeles, Números 22:31; Josué 5:14; Jueces 13:17,
y la “adoración” (sebein) a la cual sola- pero en todos estos pasajes estamos tra-
mente Dios tiene derecho.109 Agustín la tando no con ángeles creados sino con “el
adoptó como una estrategia para impedir la ángel del Señor,” y en el Nuevo Testa-
veneración religiosa de los ángeles.110 Pero mento no hay siquiera una señal mínima de
no mucho después esa distinción fue usada prueba para ello. Pero eso no es todo: la
para sancionar la invocación de ángeles. veneración de los ángeles no se halla sola-
Esto ocurrió ya en el [Segundo] Concilio de mente falta de precepto o de ejemplo en la
Nicea (787) y luego también entre los Esco- Escritura, de manera que Roma podría ser
lásticos.111 El Concilio de Trento llamó a capaz de decir con alguna apariencia
tal invocación “buena y provechosa” (Sess. mínima de razón que la veneración de los
25). El Catecismo Romano (III, cap. 2, qu. 4, ángeles y de los santos no está prohibida en
no. 3) encontró justificación para ella sobre la Escritura y por lo tanto es permitida y
la base que los ángeles siempre contemplan
el rostro de Dios y han asumido sobre sí 112. Bellarmine, Controversiis, “de sanct.
mismos “el patrocinio de nuestra salva- beat.,” I, 11-20; D. Petavius, Opera
Omnia, “de angelis,” II, 9, 10.
ción” (patrocinium salutis nostrae). El Bre- 113. Lutero, según J. Kösten, La Teología de
viario Romano incorporó oraciones Lutero, II, 23ss.; U. Zwinglio, Opera, I,
268s.; 280s., III, 135.; J. Calvino, Institu-
ción, I,xiv.10-12; cf. III.xx.20-24; J. Ger-
108. Ambrosio, De Viduis, cap. 9, §55. hard, Loci Theol. XXXVI, §§370-480
109. Eusebio, Praep. Ev.; Orígenes, Contra (sobre los ángeles, esp. §427); J. Quens-
Celso, VIII, 13, 57. tedt, Teología, I, 486; F. Turretin, Institu-
110. Agustín, Ciudad de Dios, V, 15; VII, 32; tes of Elenctic Theology, VII, qu. 9; idem,
X, 1. De Necessaria secessione nostra ab ecclesia
111. P. Lombardo, III, Sent., dist. 9; T. Romana (Ginebra, 1692), disp. 2-4, “de
Aquino. idolatria Romana,” 33-109.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

por tanto, aunque en realidad no la impone referencia a Dios (Mat. 6:24; Rom. 7:6;
ni la requiere, solamente la permite y la 14:18; 16:18; Gál. 4:9; Efe. 6:7; Col. 3:24; 1
considera como provechosa.114 El hecho es Tes. 1:9); y latreuein también es usada con
que la Escritura la prohíbe con claridad respecto al servicio rendido a humanos. Ni
(Deut. 6:13; 10:20; Mat. 4:10; Col. 2:18, 19; etimológicamente ni Escrituralmente las
Apoc. 19:10; 22:9). Según la Escritura el dos palabras conllevan las distinciones que
honor religioso puede ser otorgado el Catolicismo enseña. La distinción
solamente a Dios y ninguna criatura está completa es arbitraria.
acreditada para recibirlo. Los Católicos
Romanos no han tenido el valor para negar En cualquier caso, la implicación del
esto del todo pero, por la distinción entre monoteísmo es que hay, y solamente puede
adoración (latria) y homenaje (dulia), han haber, un tipo de veneración religiosa.
buscado no obstante justificar la Toda veneración de criaturas es o exclusi-
veneración de ángeles. Ahora, en el vamente civil o viola el monoteísmo atribu-
Catolicismo esta no es una distinción entre yéndole carácter divino a las criaturas. Esta
el honor religioso y el civil, lo cual sería realidad emerge fuerte y claro en la prác-
considerado razonable; no: en el tica. Aún cuando regularmente se nos dice
Catolicismo la veneración de ángeles y de que los ángeles y los santos son solamente
santos definitivamente tiene un carácter intermediarios; que ellos mismos no están
religioso aunque es relativo. La dulia es siendo invocados directamente sino que
adoración religiosa. Pero entendida de esta Dios está siendo invocado en ellos; que, por
manera es condenada tanto por la Escritura nuestra invocación el honor de Dios no es
como por la práctica. La Escritura no disminuido sino incrementado—todo esto
conoce de una doble veneración religiosa, es irrelevante, pues la experiencia muestra
una de un tipo inferior y la otra de un tipo con demasiada claridad que los Cristianos
superior. Por consiguiente, los Católicos Católicos Romanos ponen su confianza en
Romanos admiten que la adoración (latria) las criaturas. Además, aún si la distinción
y el homenaje (dulia) no se distinguen en la per se fuese correcta, todavía no podría ser-
Escritura como ellos las distinguen, y vir como justificación para la veneración
también que estas palabras no suministran religiosa de los ángeles. Pues si este razona-
ningún apoyo etimológico para la manera miento fuese una defensa suficiente de la
en que son usadas. La palabra Hebrea'br es práctica, ninguna idolatría y ninguna ado-
algunas veces traducida por douleia, y ración de imágenes podría ser ya más con-
algunas veces por latreia (cf. Deut. 6:13 y 1 denada. Los Gentiles, quienes oraban a
Sam. 7:3; 1 Sam. 12:20 y Deut. 10:12); y a animales e imágenes, sabían muy bien que
Israel se le ordena abstenerse tanto de estos animales e imágenes no eran idénti-
douleuein como de latreuein a otros dioses cos con los dioses mismos (Rom. 1:23). Los
(Éxo. 20:5; Jer. 22:9). De manera similar la Judíos no consideraban idéntico al becerro
palabra Hebrea šrt es traducida por ambas de oro con el mismo YHWH (Éxo. 32:4, 5;
palabras Griegas (Éxo. 20:32; Isa. 56:6). 1 Rey. 12:28). Cuando Satanás tentó a
Douleuein es usada repetidamente con Cristo ciertamente no demandó que Cristo
le considerara como Dios (Mat. 4:9). Y
114. Jansen, Prael., III, 1008. Juan en ningún sentido creía que el ángel

67
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

que se le apareció fuese Dios (Apoc. 19:10). con quien entramos en comunión. Ni
Sin embargo, Jesús aún contestó: “Al Señor siquiera se nos aparecen ya más el día de
tu Dios adorarás y a Él solo servirás.” Este hoy y toda revelación especial por medio de
solo es exclusivo, igual como el único los ángeles ha cesado. En las iglesias y con-
Mediator Jesucristo excluye a todos los fesiones Protestantes los ángeles no pue-
otros ángeles o humanos como mediadores. den, ni deben, ocupar el lugar que se les ha
Pero este es precisamente el punto que el asignado en las iglesias y credos Católicos
Catolicismo Romano niega. Igual como Romanos. Aún así, esto no es negar la
Mateo 19:17; 23:8; Juan 9:5; 1 Timoteo 2:5; importancia que para la religión tiene el
6:16, y otros similares no descartan que mundo de los ángeles. Esta importancia es,
también los humanos puedan ser llamados primero que todo, sostenida en el hecho
“buenos,” “maestros,” “luz,” “mediador,” e que Dios, en su obrar en la esfera de la gra-
“inmortal,” así también – dice Roma – cia, escoge hacer uso del ministerio de los
Mateo 4:10 no prueba que solo Dios pueda ángeles. Los ángeles son de importancia
ser adorado. Ángeles y santos, según la extraordinaria para el reino de Dios y su
enseñanza Católico Romana—participan historia. Los encontramos en todos los pun-
de la misma naturaleza de Dios. Los dones tos cruciales en su historia: son los media-
sobrenaturales, aunque dados y derivados, dores de la resurrección y testigos de los
son de la misma naturaleza como el mismo poderosos hechos de Dios. Su importancia
ser divino. Y allí yace, según la enseñanza es de naturaleza más objetiva que subjetiva.
de Roma, la base más profunda para la ado- En nuestra experiencia religiosa no sabe-
ración de santos y ángeles. En la justicia mos nada de comunión con el mundo de los
sobrenatural (justitia supernaturalis) Dios ángeles. Tampoco en nuestra vida religiosa
imparte su propia esencia a las criaturas; y y moral tienen los ángeles una influencia
por esa razón también se les puede otorgar que pueda ser claramente expresada. Por
veneración religiosa. La idea dominante del supuesto, las influencias y operaciones de
Catolicismo aquí es: “hay tantas especies de los ángeles nos impactan, pero puesto que
adoración como hay especies de excelen- ya no se nos aparecen visiblemente, no
cia.”115 podemos seguirles el rastro a esas operacio-
nes hasta llegar a normas concretas. Su
El Protestantismo, por su rechazo de la valor reside en la historia de las revelacio-
veneración religiosa de los ángeles, ha reco- nes, como la Escritura nos las da a conocer.
nocido que los ángeles no son un elemento
indispensable en la vida religiosa de los En segundo lugar, por tanto, los ánge-
Cristianos. Ellos no son los agentes efecti- les no pueden ser objeto del homenaje res-
vos de nuestra salvación, ni son la base de petuoso que le rendimos a los humanos.
nuestra confianza ni el objeto de nuestra Con mucha certeza hay un honor civil que
veneración. No es con ellos sino con Dios estamos obligados a otorgarles. Pero este es,
no obstante, diferente una vez más del
115. T. Aquino, Summa Theol., II, 2, qu. honor que le otorgamos a los humanos a
103, art. 3; Bellarmine, Controversiis, “de quienes conocemos y hemos encontrado
sanct. beat.,” I, 12; D. Petavius, Prael personalmente. Los Católicos Romanos
Theol., III, 1017; J. A. Möhler, Symbolik
(Regensberg: G. J. Manz, 1871), 52, 53. fundamentan la veneración de los ángeles

68
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

especialmente con el argumento que como Y si estas cosas son entendidas correc-
enviados del Altísimo tienen el derecho de tamente, entonces, en cuarto lugar, la doc-
recibir nuestro homenaje, como cuando al trina de los ángeles puede también
honrar a los embajadores honramos a los servirnos como consuelo y estímulo. Dios
gobernantes mismos. Y como tal esto es también nos ha revelado esta enseñanza
perfectamente apropiado. Si un ángel se para fortalecernos en nuestras debilidades
nos apareciera, sería totalmente adecuado y para levantarnos de nuestro desaliento.
para nosotros darle la bienvenida con un No estamos solos en nuestra batalla espiri-
homenaje profundamente reverente. Y esto tual. Estamos conectados con una gran
es precisamente lo que pasó cuando los nube de testigos presentes en todo nuestro
ángeles se les aparecieron a seres humanos alrededor. Hay todavía otro mundo, uno
en los días de la revelación. Solo que tales mejor que este, uno en el que Dios es ser-
apariciones ya no ocurren más. En nuestro vido con perfección. Este mundo es un
caso no puede haber el tipo de homenaje modelo para nosotros, un estímulo, una
que patriarcas, profetas y apóstoles otorga- fuente de ánimo y aliento; al mismo tiempo
ron a los ángeles que se les aparecieron. despierta nuestra nostalgia e incita nuestra
Simplemente no es posible ofrecerles tales conciencia de la meta final. Justo como en
reverencias y homenajes. la revelación el mundo de los ángeles ha
descendido a nosotros, así en Cristo la igle-
Sin embargo, en tercer lugar, hay un sia se eleva para encontrarse con ese
tipo de honor que estamos obligados a mos- mundo. Seremos como los ángeles y vere-
trarles a los ángeles. Pero ese honor no es, mos diariamente el rostro de nuestro Padre
en ningún sentido, religioso sino civil en que está en el cielo.116
naturaleza; es esencialmente el mismo tipo
de honor que les otorgamos a los seres
humanos y a otras criaturas. Este honor
civil (honor civilis) consiste en pensar y
hablar de ellos con respecto; en no despre-
ciarles en nuestros pequeños (Mat. 18:10);
en ser concientes de su presencia (1 Cor.
4:9; 11:10); en proclamarles la multiforme
sabiduría de Dios (Efe. 3:10); en darles atis-
bos de los misterios de la salvación (1 Tim.
5:21); en darles gozo por nuestro arrepenti-
miento (Lucas 15:10); imitándolos en el
cumplimiento de la voluntad de Dios (Mat.
6:10); sintiéndonos a nosotros mismos ser
uno con ellos y vivir en la expectativa de
116. P. Van Mastricht, Theologia, III, 7, 25;
juntarnos con ellos (Heb. 12:22); en formar Amor, Theol. Practica, 205; Philippi, Kir-
con ellos y todas las otras criaturas un coro chliche Glaubenslehre, II, 320s.; Frank,
para la glorificación del nombre del Señor Christliche Wahrheit, I, 353. J. Van Oos-
(Sal. 103:20, 21). En estas cosas yace la ver- terzee, Dogmática Cristiana, trad. por J.
Watson y M. Evans, 2 vols. (New York:
dadera veneración de los ángeles. Scribner, Armstrong, 1874), §57, 10.

69
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La Tierra: El Mundo Material


3

Una perspectiva teológica del mundo mate- la tierra (con la humanidad) es el centro del
rial difiere, pero no debiera estar aislada, de universo. La información de las ciencias
una que fuese filosófica/científica. Todas las naturales debe ser tomada muy en serio por
religiones tienen historias de la creación; parte de los Cristianos como revelación gene-
todos los sistemas científicos se arraigan en ral, pero solamente la revelación especial, la
creencias religiosas. Todo esfuerzo por basar bíblica, puede describir el verdadero estado
la historia bíblica de la creación en fuentes del mundo. La cronología bíblica y el orden
externas tales como los mitos Babilónicos no que nos presenta de la creación parecen, a pri-
permanece bajo el más cercano escrutinio. La mera vista, reñidos con los informes dados
narrativa de la creación en el Génesis es total- por la geología y la paleontología, y los varios
mente única; está desprovista de teogonía y es intentos por armonizarlos solamente consi-
rigurosamente monoteísta. La interpretación guen resultados modestos y no finalmente
de Génesis 1 – 2 tiene una historia rica y satisfactorios. Sin embargo, es importante
diversa. Para entender la “semana” y los insistir en el carácter histórico, antes que
“días” de la creación es importante distinguir mítico o visionario, de la historia de la crea-
el primer acto de la creación – como la pro- ción en el Génesis. La ciencia de la geología
ducción inmediata del cielo y de la tierra a todavía es joven y enfrenta muchas preguntas
partir de la nada – de la separación y forma- sin contestar. La realidad de un diluvio cata-
ción secundaria de los seis días que comien- clísmico que produce cambios inmensos en el
zan la preservación y gobierno del mundo por mundo – una historia tradicional que se
parte de Dios. El período de seis días es divi- halla virtualmente en todos los pueblos – com-
dido mejor en tres partes: creación, separa- plica el asunto considerablemente. La teología
ción, adorno. La iglesia Cristiana no está no debiera ni temer los seguros resultados de
confesionalmente ligada a una cosmovisión la ciencia ni, con ansiedad desmesurada,
específica de manera que el traslado de una hacer concesiones prematuras ante las opinio-
cosmología Aristotélica a una Ptolemaica no nes del día. Como la ciencia de lo divino y de
es un problema para la teología Cristiana. La las cosas eternas, debiese sostener sus convic-
Biblia no nos provee de una cosmología cientí- ciones confesionales con dignidad, honor y con
fica – usando el lenguaje de la experiencia paciencia.
ordinaria – sino que, espiritual y éticamente,

70
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Además del mundo espiritual también sus cosmogonías, cosmogonías que no


existe un mundo material. Pero, mientras surgieron del razonamiento intelectual sino
que la existencia y ser de los ángeles nos que están, al menos en parte, basadas en la
son conocidos solo a partir de la revelación tradición y representan un interés
y están ocultos de la razón y de la ciencia, el religioso. Aún la historia de la creación en
mundo material es visible para todos y se Génesis 1 no pretende ser una cosmovisión
muestra para su consideración en la filoso- filosófica sino que se presenta a sí misma
fía lo mismo que en la teología; en la reli- como una narrativa histórica que se basa en
gión y también en la ciencia. Por esta causa, la tradición y en algunos aspectos
por tanto, las diferencias y choques son concuerda con las cosmogonías de otras
posibles en todos los tiempos. Es verdad religiones pero de muchas maneras, otra
que la filosofía y la teología hablan acerca vez, exhibe diferencias extraordinarias con
del mundo material de diferentes maneras. ellas.
La primera investiga el origen y la natura-
leza de todas las cosas pero la segunda En tiempos recientes es la afinidad
comienza con Dios y rastrea todas las cosas entre la historia de la creación Bíblica y la
hasta llegar a Él. La teología trata con las Babilónica la que ha atraído especialmente
criaturas solo en tanto que son las obras de la atención. Esta historia, que había sido
Dios y revelan algo de sus atributos. De allí antes conocida a partir de fragmentos de
que también cuando trata con las criaturas Berossus,2 fue redescubierta y publicada en
es y sigue siendo teología.1 Aún cuando hay 1875 por George Smith. Llegó a ser promi-
una importante distinción entre las dos, no nente nuevamente cuando por excavacio-
obstante, la teología y la filosofía tratan con nes en Asiria y el descubrimiento de las
el mismo mundo. Para evitar un choque cartas de Tell-el Amarna se colocó en gran
entre ellas la gente a menudo ha propuesto relieve el importante significado histórico y
una división de labores. La ciencia, han cultural que Babilonia poseía en la antigüe-
dicho, debiese estudiar las cosas que son dad. Considerando el alto nivel de civiliza-
visibles, y dejarle a la religión y a la teología ción que se hallaba en Babilonia siglos
nada más que el mundo de la ética y de la antes del surgimiento del pueblo de Israel,
religión; o, aún más rigurosamente, todo lo muchos eruditos se preguntaron si todo lo
que existe debiese ser para que la ciencia lo que era característicamente Israelita no
explore y a la religión se le debería dejar podía explicarse en términos de Babilonia.
que hable solo en el tema de los juicios de Por años los críticos asumieron que el
valores. Pero, en teoría lo mismo que en la impacto cultural de Babilonia sobre los
práctica, tal división es imposible. Así como Judíos ocurrió poco antes, durante y des-
todo sistema científico está arraigado, en pués el exilio. Pero este cuadro de la situa-
última instancia, en convicciones ción no podía ser sostenido: las
religiosas, así no hay una sola religión que excavaciones aclararon como el día que
no traiga consigo una cierta visión del todos los pueblos circundantes en la anti-
mundo creado. Todas las religiones tienen güedad habían sido dominados por la cul-

2. N. del E.: Berossus (b. 340 A.C.), era


1. T. Aquino, Summa Contra Gentiles, II, autor de una historia Griega de Babilonia
2ss.; A. Polanus, Syn Theol., V, 7. en tres volúmenes.

71
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tura de Babilonia. En Canaán, gracias a los Éufrates, es solo una pequeña parte de este
Cananitas, o incluso mucho antes, en la pan-Babilonismo. Con lo que tratamos aquí
época de los patriarcas, los Israelitas tam- no es con un ejemplo aislado sino con una
bién se habían familiarizado con ella y se tendencia general intelectual que, después
apropiaron de una variedad de cosas que que la escuela crítico-literaria hubo exhi-
más tarde remodelaron de conformidad con bido su impotencia, intentó explicar el pro-
su perspectiva Yahvista. Muchos eruditos blema de la Biblia a partir de líneas
creen que todo lo que es peculiarmente histórico-religiosas. La clasificación y sepa-
Israelita, como por ejemplo el nombre ración de los documentos no tiene ningún
YHWH, el monoteísmo, las historias de la provecho si la religión misma permanece
creación, la caída, el diluvio, la construc- tras ellos como una esfinge enigmática. Por
ción de una torre, la semana de siete días, el lo tanto pareció como algo llovido del cielo
Sabbath y así sucesivamente, tiene su ori- cuando el Oriente comenzó a develar sus
gen en Babilonia. Pero esto no es todo. Los tesoros. Desde el Oriente la luz parecía ilu-
hechos e ideas del Cristianismo, la preexis- minar la religión de Israel y también todo el
tencia, nacimiento sobrenatural, milagros, fenómeno del Cristianismo. Pero incluso
muerte expiatoria y sufrimiento de Cristo, ahora la investigación posterior está mos-
la resurrección, ascensión y el regreso de trando, y más y más trayendo a la luz, la
Cristo; la idea de María como la madre de vanidad de este intento de interpretación.
Dios; la doctrina del Espíritu Santo como En el caso de la historia de la creación en el
consolador, y de la Trinidad – esto y mucho Génesis la aseveración de que se originó en
más se dice que se arraigan en la cosmovi- Babilonia se basa principalmente en los
sión astral que desde tiempos antiguos era indicios de un origen mitológico que, se nos
la posesión característica de los Babilo- dice, todavía puede encontrarse en historia
nios.1 Según Jensen, toda la historia del bíblica a pesar del proceso de edición: (1) la
evangelio está entretejida con sagas, de representación del caos bajo los términos
manera que no hay razón para considerar antiguos de těhôm y tôhû wâbôhû y la noción
cualquier cosa que se haya dicho sobre de que Dios formó al mundo presente del
Jesús como histórica; la saga de Jesús es una caos; (2) la referencia al Espíritu y como
“saga Israelita de Gilgamesh” y como tal “es éste se movía sobre las aguas, lo que implica
una saga hermana de numerosas sagas, esto aquí que el mundo es concebido, como en
es, de la mayor parte de las sagas del Anti- muchas mitologías, como un huevo; (3) el
guo Testamento.”2 hiato que existe en Génesis 1 entre los ver-
sículos 2 y 3 y que fue anteriormente relle-
Por lo tanto, la derivación de la histo- nado con la teogonía; (4) el rasgo de que la
ria de la creación de la tierra del Tigris y el oscuridad no fue creada por Dios ni fue lla-
mada “buena,” mientras que, en la ense-
1. P. Biesterveld, De Jongste Methode voor ñanza Israelita Dios es el creador de la luz y
de Verklaring van het Nieuwe Testament
(Kampen: Bos, 1905); cf. H. Bavinck, de las tinieblas (Isa. 45:7); (5) el dicho de
Gereformeerde Dogmatiek, I, 148. que el sol, la luna y las estrellas fueron colo-
2. P. C. A. Jensen, Das Gilgamesch-Epos in cadas [en el firmamento] para “gobernar”
der Weltliteratur (Strassburg: Trubner, el día y la noche; (6) la forma plural en la
1906); cf. H. Schmidt, Theologische
Rundschau (1907): 189ss. que Dios habla de sí mismo en la creación

72
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

del hombre; la idea de que el hombre es la cido por Dios, y en Ezequiel 29:3; 32:2 se
imagen de Dios y que porta su semejanza y usa como una metáfora para Egipto. En Job
que, al completar la semana de la creación, 3:8 el Leviatán es el dragón celestial que
Dios descansa en el Sabbath.1 devora la luz del sol y las estrellas, como lo
hace el Nahash en Job 26:12, pero en Isaías
De todos estos comentarios solamente 27:1 el profeta emplea ambas imágenes para
el primero tiene alguna importancia porque describir futuros poderes mundiales. Todo
el těhôm en Génesis 1:2 realmente se corres- esto es prueba que las palabras Rahab, y así
ponde con el término Babilónico tiamat, y sucesivamente, cualquiera que haya sido su
en otras partes del Antiguo Testamento significado originalmente, son usadas como
también nos encontramos con la idea de imágenes para cosas diferentes.
que Dios desde tiempos antiguos peleó una
batalla contra un poder natural. En algunos Segundo, cuando estas palabras son
textos se hace mención de Rahab (Job 9:13; usadas como descripciones de poderes natu-
26:12;Sal. 40:5; 87:4; 89:10s.; Isa. 30:7; rales, nunca en la Escritura se refieren al
51:9s.); Leviatán (Job 3:8; 40:25s.; Sal. poder natural que en la historia de la crea-
74:12s.; 104:26; Isa. 27:1); el dragón Tan- ción Babilónica se presenta como el Tia-
nin (Job 7:12; Isa. 27:1; 51:9; Eze. 29:3; mat, sino a varios poderes naturales que
32:2); la serpiente Nahash (Job 26:13; Isa. estaban ya sea en el pasado, especialmente
27:1; Amós 9:2) – siendo todos ellos pode- en la salvación de Israel de Egipto y el paso
res a los que Dios se opuso venciéndolos. a través del Mar Rojo (Sal. 74:13, 14; 89:11;
Pero después de una lectura cuidadosa nin- Isa. 51:9, 10), o se hallan todavía en el pre-
guno de estos pasajes establece virtual- sente (Job 3:8; 9:13; 26:12, 13) siendo
mente ninguna base para la afirmación de enfrentados y vencidos por Dios. Pero en
que la creencia en la creación en Israel con- ninguna parte e nos dice que en la creación
lleva todavía, en muchos aspectos, un había un poder natural opuesto a Dios que
carácter mitológico. Pues, en primer lugar, Él tuviese que vencer. No hay absoluta-
no puede negarse que estas representacio- mente ninguna prueba para la identifica-
nes sirven para describir cosas muy dife- ción de Rahab, Leviatán, y así
rentes. En Job 9:13; 26:12, 13, Rahab es sucesivamente, con el Tiamat Babilónico.
ciertamente un monstruo marino, pero en Tercero, la noción de que Dios sojuzga y
los Salmos 87:4; 89:11; Isaías 30:7; 51:10 es vence a los poderes naturales es una des-
indudablemente una metáfora para Egipto. cripción poética que no puede de ninguna
En Job 7:12 e Isaías 51:9 Tannin es un dra- manera servir como apoyo para la asevera-
gón marino pero en Isaías 27:1 sirve como ción de que los poetas y profetas de Israel
símbolo de un poder futuro que será ven- dieran credibilidad a la mitología pagana.
Es en verdad posible que en algunos casos
1. H. Gunkel, Die Genesis übersetzt und los términos “Tannin” y “Leviatán” (Sal.
erklärt (Göttingen: Vandenhoeck und
Ruprecht, 1902), 109 (Trad. al Inglés 74:13, 14; 104:26; Job 7:12; 40:20) se refie-
Genesis, trad. por Mark E. Biddle ran a monstruos marinos reales. Pero aún
[Macon, Ga.: Mercer University Press, donde este no sea el caso, y algún poder
1997]); cf. V. Zapletal, Der Schöpfungsbe- natural, como por ejemplo la oscuridad que
richt der Genesis, 2a ed. (Regensburg: G.
J. Manz, 1911), 62-63. devora la luz, sea representado como un

73
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Rahab o Leviatán o Nahash (Job 3:8; 9:13; palabra divina de poder, y después el Espí-
26:12, 13), la poesía Hebrea está ritu de Dios se mueve sobre la faz de las
empleando una imagen de la misma manera aguas; en la mitología Babilónica el caos
que nosotros aún en la actualidad hablamos existía originalmente por sí mismo y a par-
del Zodíaco, la Osa Mayor (Ursa mayor) y tir de sí, de una manera incomprensible, los
la Osa Menor (Ursa menor), el Cáncer o dioses surgieron, contra quienes después el
Cangrejo (el cuarto signo del zodíaco) y el caos se rebela. En la Biblia, después de la
Escorpión (el octavo signo del Zodíaco), o mención del estado sin forma de la tierra
Minerva y Venus. Tal uso de imágenes primero sigue la creación de la luz, pero
mitológicas de ninguna manera constituye esto último está completamente ausente en
una prueba de creencia en su realidad. Este la historia Babilónica. En la primera la pre-
es el caso aún más evidente porque el Anti- paración de la tierra en orden regular se
guo Testamento muy a menudo se refiere al completa en seis días; en la última tal orden
mar como un enorme poder natural que es es absolutamente inexistente. El único
reprendido por Dios (Job 12:26; 38:11; Sal. parecido entre ellos en realidad consiste en
18:16; 65:8; 93:4; Jer. 5:22; Nah. 1:4). esto, que en ambas historias un caos pre-
Finalmente, la palabra těhôm como tal no cede a la formación del cielo y de la tierra.
prueba nada. Pues aún si este es idéntico Interpretar a partir de este paralelo una
con el tiamat Babilónico, uno no puede identidad común u origen común para las
inferir nada de ella para la identidad de las dos historias es prematuro e infundado. La
ideas que están asociadas con estas palabras narrativa de la creación en Génesis es total-
en la historia de la creación Babilónica y en mente única; carece de cualquier rastro de
la Escritura. Sin embargo, estas ideas no una teogonía, es rigurosamente monoteísta,
son de hecho las mismas sino, por el contra- enseña una creación de la nada, y no
rio, están muy separadas la una de la otra. conoce nada de una materia primaria. Es
Pues aunque el Tiamat es el único caos por lo tanto increíble que los Judíos, en el
existente cuya existencia precede a la crea- exilio o incluso al principio en Canaán,
ción de los dioses y posteriormente se tomara prestada esta historia de los Babiló-
rebela contra los dioses, el těhôm en Génesis nicos. En primer lugar, la creación era
1:2 es simplemente la designación del conocida de los Israelitas aún antes del exi-
estado sin forma en el que existía la tierra lio. Esto también era verdad de la semana
originalmente, igual como la frase tôhû de siete días, la cual se basa en los días de la
wâbôhû sirve para este propósito sin nin- creación. Es improbable, además, que los
guna asociación mitológica. Judíos pudiesen haber tomado tan impor-
tante pieza de su doctrina de los Babilóni-
En realidad las historias de la creación cos o de los Cananitas. Y, finalmente, las
en el Génesis y la de Babilonia son muy cosmogonías paganas eran tan completa-
diferentes en todos los puntos. Según el mente politeístas que tenían que repeler
Génesis, la existencia de Dios es anterior a más que atraer al pueblo monoteísta de
todas las cosas; en la historia de la creación Israel; por lo tanto, no eran apropiadas para
Babilónica los dioses nacen después y a par- ser fácilmente transformadas en una her-
tir del caos. En la Escritura el cielo y la tie- mosa narrativa monoteísta como la de
rra son llamados a la existencia por una Génesis 1. Todo apunta más bien hacia el

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

supuesto de que en Génesis 1 tenemos una de la tierra en Génesis 1:2 no es el de una


tradición que se deriva de los tiempos más destrucción positiva sino como uno en el
antiguos, fue gradualmente adulterada en el que todavía no se le ha dado forma. No hay
caso de otros pueblos, y preservada en su luz, ni vida, ni criaturas orgánicas, ni forma
pureza por Israel.1 y configuración en las cosas. Esto es ade-
más explicado por el hecho de que era un
La Semana de la Creación těhôm, una masa de materia hirviente que
está envuelta en la oscuridad. La tierra
En la narrativa de Génesis 1 el primer “proviene del agua y por el agua subsiste”
versículo necesita leerse como el registro de (2 Ped. 3:5; Sal. 104:5, 6). Este estado sin
un hecho independiente. En el verso 2 ya forma, sin desarrollar, de acuerdo al Géne-
existe la tierra, aún cuando está en un sis, ciertamente duró por algún tiempo,
estado desordenado y vacío. Y el verso 1 aunque corto. No hay una descripción aquí
reporta el origen de la tierra; desde el de una noción puramente lógica sino más
mismo principio fue creada por Dios como bien de un estado factual. Y esta cuestión
tierra. Después de una breve referencia al es, nuevamente, totalmente dependiente de
cielo en el verso 1, el verso 2 inmediata- si la creación del cielo y de la tierra de la
mente comienza a hablar acerca de la tierra: que habla Génesis 1:1 ocurrió antes o den-
la cosmogonía se vuelve geogonía. Y desde tro del lapso del primer día. El Génesis no
el primer momento esa tierra es tierra: no deja otra impresión sino que la creación del
hul (materia) en un sentido Aristotélico, cielo y de la tierra en el verso 1 y que el
ni materia prima, ni caos en el sentido de estado no formado de la tierra en el verso 2
las cosmogonías paganas. “Un caos creado son anteriores al primer día. Después de
es un absurdo” (Dillmann). Cierto: la tierra todo, en el verso 2 todavía prevalece la
nos es ahora descrita como tôhû wâbôhû, oscuridad y no hay luz. Ahora, el caso es
como una těhôm la cual estaba cubierta por que el día no es oscuridad y no comienza
la oscuridad. Pero esto significa algo muy con oscuridad sino con luz. Es solamente la
diferente de lo que usualmente se entiende creación de la luz (v. 3) lo que hace posible
por caos. La palabra těhôm ocurre repetida- el día. Dios, por consiguiente, no llama a la
mente, especialmente en Isaías, y consis- oscuridad “día” sino a la luz, y a la oscuri-
tentemente nos mueve a pensar en un dad la llamó “noche” (v. 5). La alternación
espacio vacío (cf. Isa. 45:18), un área en la de luz y oscuridad podía comenzar sola-
que todo se encuentra fuera de su pista y mente con la creación de la luz. Solo des-
sin desarrollar. La palabra bôhû también se pués que hubiera luz podía una vez más
encuentra en Isaías 34:10 y en Jeremías haber tarde y enseguida la mañana, y con
4:23, en ambas ocasiones en conjunción esta mañana finalizó el primer día, pues
con tôhû, y expresa la misma idea. El estado Génesis 1 calcula el día desde la mañana a
la siguiente mañana. De allí que la obra del
1. F. Delitzsch, Una Nuevo Comentario del primer día no consistió en la creación del
Génesis, trad. por Sophia Taylor (Edin- cielo y de la tierra, ni en la perpetuación de
burgh: T. & T. Clark, 1899), 60-61; H. H. un estado sin forma, sino en la creación de
Kuyper, Evolutie of Revelatie (Ámster- la luz y la separación de la luz y las tinie-
dam: Höveker & Wormser, 1903), esp.
117-23. blas.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Ahora, no habría en absoluto ninguna emergieron por fuerzas inmanentes de


objeción a esta exégesis si no leyéramos en acuerdo con leyes fijas a partir de la mate-
otro lado que Dios creó el cielo y la tierra ria disponible a la manera de la evolución.
en seis días (Éxo. 20:11; 31:17). Sin Esa materia era en sí misma incapaz de pro-
embargo, esto solo puede entenderse, con ducir todo esto sola, por medio de la progre-
respecto a la segunda creación (creatio sión natural y el desarrollo inmanente. En
secunda). De hecho, en ambos textos el sí misma no tenía la capacidad para ello;
énfasis no recae sobre el hecho que Dios solamente poseía una capacidad para la
hizo brotar todas las cosas de la nada sino obediencia (potentia obedientialis). A partir
del hecho que estuvo ocupado por seis días de la materia prima de Génesis 1:1, Dios,
con la formación del cielo y de la tierra, y por medio de hablar y crear, produjo el cos-
esto se nos ofrece como un paradigma. Hay mos entero. Mientras que en cada nuevo
claramente una distinción entre lo que Dios acto de formación Él lo vinculaba con lo
hizo “en el principio” (Gén. 1:1; cf. Juan que ya existía, la fase superior no procedió
1:1) y lo que hizo “por las palabras de su por sí sola por medio de una fuerza inma-
boca” en seis días (Gén. 1:3ss.). El estado nente desde lo inferior. En cada fase se
sin forma de Génesis 1:2 separa a los dos. necesitaba una palabra creadora de la omni-
La primera creación (creatio prima) es potencia de Dios.
inmediata, un acto de hacer brotar el cielo y
la tierra de la nada. No presupone en lo Los Seis Días de la Creación
absoluto la existencia de un material dispo-
nible sino que ocurrió “con el tiempo” (cum Herder y otros dividieron la obra de la
tempore). Pero la segunda creación que creación en dos ternas, de manera que las
comienza con el versículo 3 no es directa e obras de la segunda terna se corresponden a
inmediata; presupone el material creado en las de la primera. Hay en verdad una
el verso 1 y se relaciona con él. Ocurre correspondencia entre la obra del primero y
específicamente “en el tiempo” (in tempore) la del cuarto día; pero los días segundo y
y ese tiempo es de seis días. De allí que esta quinto, y de manera similar los días tercero
segunda creación ya anticipe las obras de y sexto, no se ajustan exactamente a este
preservación y de gobierno. En parte es ya patrón paralelo. Después de todo al quinto
preservación y ya no es meramente crea- día fueron creadas no solo las aves en el fir-
ción. En ese sentido en el mismo momento mamento sino también los peces y los ani-
cuando el cielo y la tierra fueron creados males acuáticos, lo cual se ajusta más bien
por Dios estaban también siendo preserva- con la obra del tercer día. Sin embargo, en
dos por Él. La creación pasa, inmediata e las obras de la creación sí observamos una
instantáneamente, hacia la preservación y clara progresión de un nivel más bajo a un
el gobierno. Sin embargo, la obra de los seis nivel más alto, de las condiciones generales
días (Gén. 1:3ss.) debe todavía ser contada para la vida orgánica a esta vida orgánica
como perteneciendo a la creación. Pues, en sí misma en sus varias formas. Por lo
según el Génesis, todas las criaturas que tanto, es preferible la antigua división de la
fueron producidas en esos seis días (la luz, obra general de la creación en tres partes:
el firmamento, el sol, la luna, las estrellas, creación (Gén. 1:1, 2); separación en los tres
las plantas, los animales, el hombre) no primeros días de la luz de las tinieblas, el

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

cielo de la tierra, la tierra del mar; y la orna- de hoy – no es una sustancia, ni una ondu-
mentación del cuarto al sexto días, la pobla- lación enormemente rápida, como Huy-
ción de la tierra preparada con toda clase de gens, Young y Fresnel asumían, sino que
entidades vivientes.1 Aún así esta división consiste, según la teoría de Maxwell, y más
tampoco tiene la intención de ser una tarde confirmada por Hertz, Lorentz y Zee-
aguda demarcación dado que las plantas, man en vibraciones eléctricas y es, por lo
creadas al tercer día, también sirven como tanto, un fenómeno eléctrico.3 Por consi-
ornamentación.2 La separación y la guiente, ha de distinguirse de los emisores
ornamentación señalan la cancelación de la de luz, el sol, la luna y las estrellas, y según
condición tôhû de la tierra. Sin embargo no el Génesis los precede. La luz es también el
se puede pensar del estado no formado y no prerrequisito más general para toda la vida
desarrollado de la tierra, del cual se hace y el desarrollo. Mientras que la alternación
referencia en el verso 2, como un estado del día y la noche es necesaria solamente
pasivo. Pues, sin importar cuán extenso o para los animales y los humanos, la luz
corto pueda haber sido el período que haya también cumple una necesidad del mundo
existido, había poderes y energías que de las plantas. Además, le da forma, figura
estaban en operación en él. Leemos, y color a todas las cosas. En el segundo día
después de todo, que el Espíritu de Dios se se hace una separación entre el firma-
movía sobre las aguas. El verbo rxT significa mento, la bóveda celeste y las nubes, el
“revolotear sobre” (cf. Deut. 32:11) y el uso cual, en su apariencia ante nuestros ojos a
de esta palabra prueba que en el caso de menudo es a menudo presentado como una
rûah elôhîm no debemos pensar sobre el tienda (Sal. 104:2), una cortina (Isa.
viento sino más específicamente del 40:22), un embaldosado de zafiro (Éxo.
Espíritu de Dios a quien, en otros lugares,
también se le atribuye la obra de la creación 2. V. Zapletal, Der Schöpfungsbericht,
(Sal. 33:6; 104:30). El Espíritu de Dios, 107ss. por lo tanto escoge una división
diferente y la basa en Gén. 2.1. Allí lee-
como el principio del ser y de la vida de las mos que el cielo y la tierra, y toda la mul-
criaturas, impacta la masa acuosa de la titud de ellos (huestes), fueron
tierra de una manera formativa y completados. De manera que se hace una
vivificante y anticipa así las palabras distinción entre el cielo y la tierra, el
lugar de la morada, por un lado, y las
creativas de Dios que en seis días, multitudes que habitan el cielo y la tierra
siguiendo a la ya existente condición de la por otro. Por lo tanto, hay una distinción
tierra, llamó a la existencia a las varias entre el productio regionum y el productio
órdenes de las criaturas. excercituum. La primera ocurre durante
los primeros tres días, la segunda en los
siguientes tres. El sol, la luna y las estre-
La obra del primer día consiste en la llas son las multitudes (huestes) del cielo;
creación de la luz, en la separación de la luz los peces y las aves lo son del agua y del
y las tinieblas, en la alternación del día y la aire; los animales y el hombre, de la tie-
rra. Por esta razón, la creación de las
noche, de allí también en movimiento, cam- plantas ocurre al tercer día – las plantas
bio, transformación. La luz – según las no pertenecen a las multitudes (huestes)
hipótesis más ampliamente aceptadas el día de la tierra, sino a la tierra como lugar de
habitación y son la condición necesaria
para la vida de los animales y del hom-
1. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 74. bre.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

24:10; Eze. 1:22), un espejo fundido (Job verde con vegetación que se halla dividida
37:18), un techo o domo extendido sobre la en dos tipos, hierbas y árboles, cada una de
tierra (Gén. 7:11; Deut. 11:17; 28:12; Sal. ellos teniendo semilla según su género y
78:23, etc.),1 y la tierra con sus aguas (Sal. propagándose así ellas mismas. Este mundo
24:2; 136:6). La obra de separación y de vegetación podía habérselas sin el sol
demarcación comenzada en el primer día pero no sin luz.
continuó en el segundo. La distinción entre
la luz y las tinieblas, del día y la noche, es Pero eso no se aplica al mundo animal
ahora puesta al servicio de la separación del y al humano. Antes de ser creados debe lle-
cielo y la tierra, del aire y las nubes arriba y gar el cuarto día y el sol, la luna y las estre-
la tierra y el agua abajo. Al final del llas deben estar preparados. Esto no implica
segundo día no leemos que vio Dios que era que las masas de materia de la que están
bueno. A partir de esta omisión algunos compuestos los planetas fueron hasta
lectores han concluido que el número dos entonces llamados a la existencia, sino que
era un número de mal agüero o que el todos estos planetas llegarían a ser, en este
infierno fue creado ese día, pero la razón es día, lo que serían de allí en adelante para la
que probablemente la obra del segundo día tierra. Juntos asumirían el rol de la luz y
está muy íntimamente ligado con la del serían señales del viento y el tiempo atmos-
tercer día y fue completado únicamente en férico, de sucesos y de juicios, para la tierra.
la separación de las aguas. La aprobación Servirían para regular las estaciones para
divina siguió al fin del tercer día, pues en agricultura, la industria de la navegación,
ese día la separación entre la tierra y el los días festivos anuales, la vida del hombre
agua, la tierra firme y el mar, es completada y la del animal, y finalmente proveerían
y la tierra se vuelve un cosmos con una base para el cálculo de días, meses y
continentes y mares, montañas y valles, años. Por lo tanto, el cuarto día cuenta nue-
campos y arroyos. Indudablemente todas vamente la aparición de los cielos estrella-
estas formaciones ocurrieron bajo el dos en relación con la tierra. De ahora en
impacto de procesos mecánicos y químicos adelante el día y la noche, y así sucesiva-
colosales inherentes en la naturaleza. Estos mente, son regulados por el sol; la tierra se
procesos fueron incitados por la palabra vuelve una parte integrante del universo;
divina de poder y la animación del Espíritu está ubicado en armonía con todos los otros
y le han dado a la tierra su forma y figura planetas. Ahora la tierra ha sido preparada
cósmica. De este punto en adelante también como el domicilio de seres vivos animados,
otras fuerzas, de tipo orgánico, hicieron su de animales y de humanos.
aparición. La tierra todavía está desnuda y
sin facciones. Por esa razón este día no Al quinto día, por una palabra divina
termina hasta que la tierra está vestida de de poder, las aguas mismas hacen brotar
todos los animales acuáticos, y el cielo se
3. J. D. Van der Waals, “Het Zeeman-vers- llena con un surtido de especies de aves.
chijnsel,” De Gids 67 (Marzo 1903): 493- Luego, al sexto día, sigue la creación de los
512. animales terrestres quienes, al manda-
1. Cf. G. V. Schiaparelli, Astronomía en el miento de Dios, brotan de la tierra – especí-
Antiguo Testamento (Oxford: Clarendon,
1905). ficamente de tres clases: animales salvajes,

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ganado y cosas que se arrastran; y final- pero especialmente por Basileo, Gregorio de
mente también la creación del hombre Nyssa, y Juan de Damasco en el Oriente,2 y
quien, según un consejo específico de Dios, en Occidente por Lactancio, Ambrosio y
fue formado de la tierra en cuanto a su Agustín.3 Estas obras fueron utilizadas por
cuerpo y en cuanto a su alma fue creada Isidoro, Beda, Alcuin y otros y continúan
directamente por Dios. De esta manera sirviendo como la base para la discusión del
toda la creación fue completada. Dios vio período de seis días en el Escolasticismo
todo lo que había hecho y de veras que era por Lombardo, Tomás, Buenaventura y
muy bueno. Se deleitó en gran manera en otros.
su propia obra y por esa razón descansó al
séptimo día. Este descanso es una conse- La misma cosmovisión y la misma
cuencia de la satisfacción de Dios con sus perspectiva del período de seis días, tanto
obras y su deleite en ellas, que están ahora en la teología Católica Romana como en la
completas como las obras de la creación. Al Protestante, son mantenidas después de la
mismo tiempo es un acto positivo de bendi- Reforma. Del lado del Catolicismo los trata-
ción y santificación del séptimo día de mientos más importantes son los de Caye-
manera que la creación, en su existencia tano en su comentario sobre el Génesis,
continuada al séptimo día, habiendo sido Eugubinus en su Cosmopoeia (1535), Cata-
bendecida con todo tipo de fuerzas y consa- rino en su comentario sobre los primeros
grada por Dios a su servicio y honor, se cinco capítulos del Génesis, Pererio en su
desarrollaría de allí en adelante bajo el cui- obra de cuatro partes sobre el primer libro
dado providencial del Señor y respondería a de Moisés, Lapide en su bien conocido
su destino. comentario, Molina en su tratado De opere
sex dierum, Suárez en su comentario de la
La teología Cristiana siempre ha tra- primera parte de la Summa, Petavio,
tado este período de seis días con especial Becanus y otros. Del lado del Luteranismo
cariño. La literatura sobre el tema es asom- los siguientes merecen ser listados: el
brosamente rica pero ha sido casi exhausti- comentario de Lutero sobre el Génesis, las
vamente procesada en la obra de Zöckler anotaciones de Melanchton sobre Génesis
sobre la historia de las relaciones entre la 1-6, y las discusiones de Chemnitz, Quens-
teología y la ciencia natural.1 La interpreta- tedt, Hollaz y otros en sus obras sistemáti-
ción Cristiana más antigua del período de cas. Aún más rica es la literatura producida
seis días ha sido preservada en el segundo
libro de Teófilo Ad Autolycum (caps. 9-38). 2. Tertuliano, Contra Hermógenes, 19ss.;
Orígenes, en su homilía sobre el Hexa-
Es también tratada más o menos extensa- merón al principio de sus diecisiete
mente en la obra de Tertuliano y Orígenes, homilías sobre el Génesis; Basileo, Homi-
lía sobre el Hexamerón, IX; Gregorio de
Nyssa, Apología en el Hexamerón; Juan
1. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen de Damasco, Exposición de la Fe Orto-
zwischen Theologie und Naturwissen doxa, II.
schaften mit besonderes Rucksicht auf die 3. Lactancio, Los Institutos Divinos, II, 8-
Schöpfungsgeschichte, 2 vols. (Gütersloh: 12; Ambrosio, Hexamerón, VI; Agustín,
C. Bertelsmann, 1877-79); cf. idem, El Significado Literal del Génesis, 1, XII;
“Schöpfung und Erhaltung der Welt,” idem, La Ciudad de Dios, XI, 4; idem,
PRE3, XVII, 681-704. Confesiones, XI-XII.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

sobre el tema por los eruditos Reformados. posiciones fueron rechazadas.


Este material es considerado en los comen-
tarios de Calvino, Zwinglio, Oecolampad, Por supuesto, esta cosmovisión Ptole-
Musculus, Mártir, Piscator, de Dieu, Cocce- maica también influenció la exégesis del
jus y otros; en obras de dogmática como las período de seis días. En este aspecto uno
de Polanus, Gomarus, Heidegger, Mastri- puede discernir con claridad dos escuelas
cht, Maresio, De Moor; pero además de distintas de pensamiento. Uno rechaza el
comentarios y de reflexiones sistemáticas carácter temporal de los seis días, en su
también son dedicados al tema numerosos mayor parte se les atribuye un significado
tratados separados, como los de Capito, visionario, mira al mundo completo como
Danaeus, Voetius, Rivet, Hottinger y así siendo creado simultáneamente de un solo
sucesivamente.1 golpe, y frecuentemente llega a una varie-
dad de interpretaciones alegóricas. Fue ya
Todas estas obras surgen a partir de representado por Filón y más tarde, en la
una cosmovisión Aristotélica-Ptolemaica. iglesia Cristiana, por Clemente, Orígenes,
La tierra se ubica inmóvil en el centro del Atanasio, Agustín, Erigena, Abelardo,
universo; todas las estrellas y toda la expan- Cayetano, Canus, González y otros, lo
sión de los cielos rotan alrededor de ella. mismo que por Moisés Maimonides.2 La
Los autores no podían concebir aquellas otra escuela se adhiere al sentido literal de
estrellas moviéndose libremente en el espa- la narrativa de la creación, incluyendo la de
cio, sino que se imaginaban que cada estre- los seis días. Fue seguida por Tertuliano,
lla estaba fija en una esfera particular. Por Basilio, Gregorio de Nyssa, Efraín, Juan de
lo tanto, tuvieron que asumir la existencia Damasco. Más tarde alcanzó un dominio
de tantas esferas celestiales mientras obser- casi exclusivo en el Escolasticismo, lo
vaban las estrellas y sus movimientos y mismo que en el Catolicismo Romano y la
tiempo rotacional diferentes. Para ellos no teología Protestante, aunque la exégesis
eran las estrellas sino las esferas las que se alternativa de Agustín fue discutida consis-
movían, llevando consigo sus estrellas. tentemente con respeto y nunca fue tildada
Entonces, la bóveda de los cielos consistía de herética.3
de un sistema de o más esferas concéntricas
ajustadas fuertemente una dentro de la Sin embargo, a pesar de este impor-
otra. La esfera más externa es la de las tante desacuerdo en la exégesis había un
estrellas fijas, el “primer cielo,” como lo acuerdo perfecto en el tema de la cosmovi-
llamó Aristóteles. La tierra era represen- sión. El sistema Ptolemaico se mantuvo
tada como una bala o disco rodeado de firme incluso entrados los tiempos moder-
agua. Solo unos pocos autores asumían que nos mucho después que Copérnico hubo
podía haber lugares diametralmente opues- entrado en la escena con su explicación del
tos en el disco y que había tierra también al movimiento de los cuerpos celestes. No fue-
otro lado del océano. Como norma, ambas
2. M. Maimonides, More Nebochim (War-
1. Además de O. Zöckler, véase también J. saw: Goldman, 1872), II, 30.
G. Walch, Bibliotheca Teología selecta, 4 3. P. Lombardo, Sentencias, II, dist. 15, 5;
vols. (Jenae: Croecker, 1757-65), I, 242; T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 74, art.
C. Vitringa, Doctr. Crist., II, 93. 2.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ron en lo absoluto ni la iglesia ni la ortodo- la Biblia. Incluso se puede admitir rotunda-


xia como tales las que se opusieron a la mente que los escritores de la Biblia no
cosmovisión más nueva, como le encanta a tenían otra cosmovisión que aquella que
la gente presentar la situación.1 En lugar de era asumida universalmente en sus días.
ello fue el Aristotelismo que en cada Después d todo hay una diferencia entre la
campo, tanto en el de la ciencia como en el autoridad histórica (auctoritas historiae:
de la religión, el de las artes y el de la igle- “descriptiva”) y la autoridad normativa
sia, buscó mantenerse a sí mismo de cara a (auctoritas normae: “prescriptiva”).3 Desde
la modernidad.2 Esa es la razón por la cual la perspectiva de este lenguaje empleado
la iglesia Cristiana y la teología Cristiana, por la Escritura podemos explicar como los
aunque hoy han cambiado generalmente la milagros narrados en Josué 10:12, 13; 2
hipótesis Ptolemaica por la de Copérnico, Rey. 20:9 e Isaías 38:8 son descritos en tér-
han continuado existiendo hasta el día de minos del sol quedándose quieto y su som-
hoy y no están de ninguna manera muertas bra devolviéndose sobre el dial. De ninguna
aún en este siglo. Esta es una prueba de que manera se establece, por medio de esta
la iglesia y la teología no están tan fuerte- explicación, que el milagro en sí consistió
mente ligadas con estas cosmovisiones en un “quedarse quieto” objetivo del sol y
como para que se levanten o caigan con en un “regreso” de su sombra. El milagro
ellas. De hecho, no es del todo obvio que la puede ser, y de hecho ha sido, interpretado
hipótesis de Copérnico, si explica de hecho de varias maneras por los eruditos4 quienes
adecuadamente los fenómenos astronómi- no hicieron una exégesis racionalista
cos, tendría que ser, como tal, rechazada echándolo al olvido. Incluso hoy
por la teología Cristiana. Pues la Escritura describiríamos el mismo fenómeno de la
siempre habla en verdad de manera egocén- misma manera: La Escritura reporta el
trica y también explica el origen de las milagro como un hecho; no nos dice cómo
cosas desde un punto de vista egocéntrico, ocurrió.
pero en este asunto usa el mismo lenguaje
de la experiencia ordinaria diaria como Pero debemos afirmar el asunto aún
aquel en el que todavía hablamos hoy, aún más fuertemente: aún si, en un sentido
cuando tenemos un cuadro muy diferente astronómico, la tierra ya no es central para
del movimiento de los cuerpos celestes de nosotros, es aún definitivamente central en
aquel que generalmente prevalecía en el un sentido religioso y ético, y así sigue
tiempo cuando fueron escritos los libros de siendo central para toda persona sin distin-

1. Cf., e.g., J. W. Draper, Historia del Con- 3. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
flicto entre la Religión y la Ciencia (New tiek, I, 427.
York: D. Appleton, 1897). 4. F. W. J. Dilloo, Das Wunder an den Stu-
2. E. Dennert, Die Religion der Naturfors- fen des Achas (Amsterdam: Hoveker,
cher, 4a ed. (Berlín: Buchhandlung der 1885); G. F. Wright, Wetensch. Bijdragen
Berliner Stadtmission, 1901), 13; R. Sch- tot Bevest. Der Oud-Test. Geschiedenis,
mid, Das Naturwiss. Claubensbekenntnis trad. por C. Oranje (Rotterdam: D. A.
eines Theologen (Stuttgart: n.p., 1906), Daamen, 1907), 63ss. (Confirmaciones
38-42 (El Credo Científico de un Teólogo, Científicas de la Historia del Antiguo Tes-
trad. por J. W. Staughton, 2ª ed. [New tamento [Oberlin: O. Bibliotheca Sacra,
York: A. C. Armstrong, 1906]). 1906]).

81
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ción, y no hay nada que la ciencia pueda se equipe a sí mismo con el mejor telescopio
hacer para cambiar eso. El hombre, en un que el dinero pueda comprar.2
sentido, es la más débil de todas las criatu-
ras; el poder de la naturaleza, el poder de La Hipótesis de las Ciencias Naturales
muchos de los animales, le superan en
mucho. Aún así el hombre es el rey de la Entonces, la teología Cristiana no tiene
tierra, la corona de la creación. Puede que objeciones para la cosmovisión Coperni-
sea frágil como una caña, pero es una caña cana. Sin embargo, la situación es muy dife-
pensante (roseau pensant). Puede que la tie- rente con las hipótesis asumidas hoy en día
rra sea miles de veces más pequeña que por la ciencia con respecto al génesis de
muchos de los otros planetas; en un sentido nuestro sistema solar y nuestra tierra. Con
ético es y sigue siendo el centro del uni- respecto a lo primero Kant y Laplace postu-
verso. Es el único planeta adecuado para laron la hipótesis de que nuestro sistema
ser el lugar de habitación de seres superio- solar, y en realidad incluso todo el uni-
res.1 Es aquí donde el reino de Dios ha sido verso, era originalmente una vasta gota de
establecido; es aquí donde está siendo caos gaseoso, caracterizada por una tempe-
peleada la batalla entre la luz y las tinieblas; ratura extremadamente alta y girando
aquí, en la iglesia, Dios está preparando, sobre su propio eje de oeste a este. Esta
para sí mismo, una morada eterna. Por rotación se movía con tal fuerza que partes
tanto, desde esta tierra continuaremos de su masa gaseosa se desprendían y, dado
mirando hacia arriba, desde donde, tanto que continuaban moviéndose en la misma
en un sentido físico como ético, tendrán dirección, tomaban una forma esférica.3
que venir la lluvia, el sol y el crecimiento,
sin imaginar que estamos – de esta manera Ahora, debemos notar primero que
– determinando el lugar del cielo en un sen- todo que esta hipótesis, no importa cuanto
tido astronómico o conociendo su locación
precisa en el universo. Sin embargo, decir 2. J. H. A. Ebrard, Der Glaube an die H.
que la investigación científica le ha quitado Schrift und die Ergebnisse der Naturfors-
a Dios y a los ángeles su lugar de residencia chung, trad. por A. v. d. Linde (Amster-
dam: n.p., 1862); *P. Wigand, Die Erde
es absurdamente superficial. Pues aunque der Mittelpunkt der Welt, Heft 144 de
Lalande presumía de decir que había inves- Zeitfragen des Christlichen Volkslebens; H.
tigado a través de todo el universo y no Schell, Der Gottesglaube und die
había encontrado a Dios, la verdad es que, Naturwissenschaftliche Welterkenntniss2
para nuestra visión limitada, el universo (Bamberg: Schmidt, 1904) escribe:
“Como resultado de la cosmovisión
con sus espacios inmensurables es todavía Copernicana la tierra se ha vuelto
un vasto misterio; y uno que no encuentra pequeña, pero no así el hombre: Pues
a Dios en su presencia inmediata, ni en su mientras que la magnitud de la tierra
corazón ni en su conciencia, en la palabra y consiste de su materialidad masiva, la de
la humanidad consiste de su espíritu” (p.
en la comunidad Cristiana, no le encon- 12); También cf. R. Schmid, Das
trará tampoco en el universo, aún cuando Naturwissenschaftliche Glaubensbekennt-
nis eines Theologen (Stuttgart, 1906), 42.
1. Cf. Alfred R. Wallace, El Lugar del Hom- (Traducción al Inglés, El Credo Científico
bre en el Universo (New York: McClure, de un Teólogo, trad. por J. W. Stoughton
Phillips, 1903). [Londres: Hodder & Stoughton, 1906]).

82
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

se conciba de manera deísta, no tenía en lo manera eternizar a la materia y al movi-


absoluto, por parte de Kant, la intención de miento.1 Además, esta hipótesis está
eliminar a Dios. Sin embargo, era su juicio abierta a muchas objeciones y no explica
de que esta caótica condición de toda la los fenómenos. Todas ellas no necesitan ser
materia era el estado más elemental que aquí discutidas: podemos, por ejemplo,
podía seguir a la nada y que todos estos pasar por alto la objeción de que hay tam-
materiales fueron modelados así por Dios bién cuerpos celestes que hacen un movi-
como la primera causa y no por fuerzas miento retrógrado y que no giran de oeste a
inmanentes y de acuerdo con leyes fijas que este sino de este a oeste. Sin embargo, las
podían producir el actual sistema del objeciones anteriores son tan significativas
mundo sin ninguna intervención milagrosa que incluso Haeckel las reconoce. Y quere-
por parte de Dios. Pero, en nuestra opinión, mos señalar que, dada esta nebulosa
está hipótesis es insuficiente para explicar gaseosa y dado el movimiento mecánico,
el origen del universo, o del movimiento y esta hipótesis, en ningún sentido, es capaz
de los seres orgánicos. En general se nece- de explicar este sistema del mundo. Pues el
sita decir que, sin importar cuán caótico y movimiento y la materia, por sí solos, no
primitivo se piense que pueda haber sido son suficientes para explicarlo. Debe haber
aquel primer estado de toda la materia y sin dirección en ese movimiento, y aparte de la
importar cuántos millones de años puedan materia debe haber todavía algo más para
proyectarse en retrospectiva, esto no pro- explicar el mundo de los fenómenos espiri-
vee descanso para nuestro pensamiento. tuales y mentales. ¿Por qué es que nuestro
Pues uno tendrá que reconocer ya sea con presente sistema del mundo, que en cual-
Kant de que este estado original de la crea- quier otro lugar exhibe orden y armonía y
ción depende en su totalidad inmediata- que haría implosión o colapsaría a la menor
mente de Dios y sigue a la nada, o uno desviación de ese orden, surgió de esta
tendrá que ver aquel estado caótico no solo masa nebulosa? ¿Cómo pudo un movi-
como el principio del presente sistema del miento, inconsciente y sin propósito, de
mundo sino también como el fin y la des- átomos resultar en la formación del uni-
trucción de un mundo precedente y así verso? La probabilidad de que tal todo orde-
sucesivamente ad infinitum y de esta nado se originase de tal estado caótico es
altamente improbable y en realidad bas-
3. E. Haeckel, Naturliche Schöpfungs-
tante imposible. “Es exactamente tan sim-
Geschichte5 (1874), 285ss. (9a ed. [Ber-
ple considerar la creación como un
lín: G. Reimer, 1898]); E. Haeckel, El capricho travieso del azar como explicar
Enigma del Universo al Final del Siglo una sinfonía de Beethoven diciendo que
Diecinueve, trad. por Joseph McCabe son marcas y puntos que han aparecido por
(New York: Harper & Brothers, 1900),
239-40; L. Büchner, Kraft und Stoff, 17c
1. F. A. Lange, Geschichte des Materialis-
A. (1888), 130ss. (Fuerza y Materia, 4ª
mus und Kritik seiner Bedeutung in der
ed. trad. de la 15va ed. Alemana [New
Gegenwart, 8a ed. (Leipzig: Baedekker,
York: P. Eckler, 1891]); F. Pfaff,
1908), II, 522; D. F. Strauss, Der alte und
Schöpfungsgeschichte3 (Heidelberg: C. der neue Glaube (Leipzig: Hirzel, 1872),
Winter, 1881), 190ss.; O. Liebmann, Zur 225; Büchner, Kraft und Stoff, 133
Analysis der Wirklichkeit3 (Strassburg: [Fuerza y Materia]; Haeckel, El Enigma
K. J. Trübner, 1900), 389ss. del Universo, 249-50.

83
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

casualidad sobre una pieza de papel.”1 seau del cual, por medio de un contrato
social, se supone que el estado se haya origi-
Añada a esto que esta hipótesis, aún nado. Quizás todas estas hipótesis puedan
cuando explicara los fenómenos, no sería ser de algún uso como teorías, como las
nada más que una hipótesis. Pues, ¿qué líneas de construcción en las matemáticas,
conclusión puede sacarse para la realidad a pero aún así eso no las convierte en las
partir de una posibilidad? Las consecuen- explicaciones reales de la realidad exis-
cias no validan el movimiento de la posibili- tente.
dad a la existencia (A posse ad esse non valet
consequentia). ¿Qué prueba podría citarse Finalmente, lo que ninguna ciencia
de que el sistema del mundo no solamente natural puede enseñarnos nos es dado por
podía sino que en realidad se originó de esa revelación, lo cual es además confirmado
manera? Hay una gran diferencia entre una por la tradición de todos los pueblos. Nos
suposición lógica y un estado presente de enseña que le ha placido a Dios, al formar
asuntos que pudieron haber existido en un el mundo, proceder de lo imperfecto a lo
tiempo. Cuando la ciencia natural investiga perfecto, de lo simple a lo complejo, de lo
los fenómenos intenta seguirles el rastro inferior a lo superior. Hay un elemento de
hasta sus formas más simples. Por consi- verdad en la teoría de la evolución que es
guiente, finalmente asume la existencia de reconocido en la Escritura, como Génesis
elementos extremadamente primitivos y 1:2 muestra claramente. Pero allí el estado
simples tales como los átomos, los dinamis- de creación es real; no hay caos en el verda-
mos, las energías, el éter, el caos y así suce- dero sentido, no hay hul (materia) en el
sivamente. Pero estas son suposiciones sentido Aristotélico, no hay materia primi-
lógicas a las cuales llega. La idea de que genia sin forma, no hay masa inconcebible
tales átomos existieron en un tiempo como de átomos puros, sino un estado de sin
átomos puros en un estado primordial, uno forma cósmica que existió por un tiempo,
que siguió con posterioridad a un estado de sobre el cual el Espíritu de Dios se movía y
la nada, de ninguna manera se comprueba sobre el cual aquel Espíritu anidó. Simple-
por tales suposiciones. Igual que los ele- mente no será posible, como muchos apolo-
mentos originales de las cosas (átomos, gistas Cristianos, adoptar la hipótesis de
dinamismos, mónadas), así también los Kant-Laplace sin ninguna forma de crítica
estados primordiales que los científicos pos- y luego estar agradecidos que se las hayan
tulan como habiendo precedido los proce- arreglado tan maravillosamente como para
sos de transformación no son sino teorías, ajustarla a Génesis 1:2. La verdad es más
no realidad. Su status es como el de un bien que la Escritura nos cuenta la historia
estado que se afirma sin religión que es de un estado real, mientras que la ciencia
ahora asumido en la investigación que natural nos está ofreciendo suposiciones
inquiere acerca del origen de la religión, o que no son sostenibles científicamente.2
como el estado de la naturaleza según Rous-
Por consiguiente, en años recientes
esta hipótesis ha sido abandonada por
1. Oswald Heer, según E. Dennert, Moses
muchos científicos y cambiada por la hipó-
oder Darwin?2 (Stuttgart: Kielman,
1907), 50. tesis del “meteorito” de Lockyer. Y así, Sir

84
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

G. H. Darwin, hijo del afamado naturalista, dos de Laplace, hay razones matemáticas
en una reunión de la Asociación Británica para dudar de si a partir del postulado
celebrada en Johannesburgo el 30 de estado primordial tenía que surgir un sis-
Agosto de 1905, dio una conferencia en la tema de planetas y satélites en lugar de un
que habló sobre los resultados de sus estu- enjambre de asteroides o incluso cuerpos
dios con respecto a la así llamada teoría celestes más pequeños. Por tanto, el Prof.
nebular del origen el mundo y expresó sus Darwin está intentando reemplazar la hipó-
graves dudas sobre la certeza de esta teoría. tesis de Kant-Laplace por otra. Si uno
La “evidencia” principal a favor de esta teo- dibuja un planeta girando alrededor de un
ría era la observación de que todos los pla- sol e inserta en este sistema una serie e
netas, tanto grandes como pequeños, se cuerpos meteóricos más pequeños, enton-
movían en la misma dirección alrededor del ces estos meteoros (asumiendo que son tan
sol junto con sus satélites. Pero en años pequeños que sus fuerzas gravitacionales
recientes los astrónomos han descubierto mutuas puedan ser pasadas por alto) descri-
un satélite de Júpiter y un nuevo satélite de birán cursos extraordinariamente compli-
Saturno cuyo movimiento no es congruente cados. Pero después de un período ya sea
con el de sus planetas. También parece largo o corto la mayoría de ellos o llegarán a
dudoso si una de las dos lunas reciente- descansar en el sol o en un planeta y sola-
mente descubiertas de Júpiter realmente se mente unos pocos, que desde el principio
está moviendo en la misma dirección de la disfrutaban de las condiciones más favora-
otra. Pero incluso si uno acepta los postula- bles de velocidad y dirección, habrán pre-
servado su existencia independiente
2. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte (Frankfurt original y aumentado de tamaño. De allí
a.M.: Heyder & Zimmer, 1877), 731ss.; que, si uno acepta un sol ya existente y un
H. Ulrici, Gott und die Natur (Leipzig: T. planeta, la teoría de Darwin solamente
O. Weigel, 1862), 334-53; F. H. Reusch, asume una suficiente cantidad de materia
La Naturaleza y la Biblia, trad. por
Kathleen Lyttelton de la 4a ed. Alemana, meteórica para explicar el presente sistema
2 vols. (Edinburgh: T. & T. Clark, 1886), solar. Pero la teoría no dice nada sobre el
II, 31; T. Pesch, Die Grossen Welträthsel, origen del sol y del primer planeta.1
2a ed., 2 vols. (Freiburg i.B.; Herder,
1892), II, 326-52; D. G. Braun, “Die
Kant-Laplace´’sche Weltbildungs- 1. Handelsblad, Noviembre 17, 1905. La
theorie,” Neue Kirchliche Zeitschrift 3 conferencia de Darwin titulada “Evolu-
(Septiembre, 1903): 672-704; E. G. ción Cósmica” ha sido incluida en
Steude, Christentum und Naturwiss Wis- Wetenschappelijke Bladen (Junio 1906):
senschaft (Gütersloh: n.p., 1895), 142ss.; 406-34. Un juicio similar ha sido expre-
P. Schanz, Uber neue Versuche der Apolo- sado por Fr. Ratzel en E. Dennert, Glau-
getik Gegeneuber dem Natural und Spiri- ben und Wissen (Septiembre, 1906): 304;
tual. (Regensburg: Nat. Verl-Anst., y por Riem, Glauben und Wissen (1905):
1897), 211ss.; C. Gutberlet, Der Mecha- 228; cf. también E. Dennert, Die Wel-
nische Monismus (Paderborn: F. Schö- tanschauung des Modernen Naturforsche-
ningh, 1893), 28ss.; W. Hahn, Die res (Stuttgart: M. Rielmann, 1907), 64;
Entstehung der Weltkörper (Regensburg: R. Schmid, Das Naturwissenschaftliche
Pustet, 1895), 6ss.; A. Dippe, Naturphi- Glaubensbekenntnis, 49, 59 [El Credo
losophie (München: C. H. Beck, O. Beck, Científico]; Stölzle, “Newtons Kosmogo-
1907), 238; W. H. Nieuwhuis, Twee Vra- nie,” Philosophisches Jahrbuch 20 (1907):
gen des Tijds (Kampen: Kok, 1907), 73. 54.

85
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La Formación de la Tierra pués de la Era del Hielo, en el Período


Cuaternario.3 No hay duda de que esta
Una diferencia similar a la que encon- teoría de los períodos geológicos está
tramos en relación con la formación de mucho más firmemente encallada que la
nuestro sistema solar ocurre también en hipótesis Kantiana; está basada en datos
relación con la historia del desarrollo de la provistos por el estudio de los estratos de la
tierra. La geología, basándose en los estra- corteza terrestre. Por tanto, aquí el
tos de la corteza de la tierra y los fósiles de conflicto entre la revelación y la ciencia
plantas, animales y humanos encontrados tiene un carácter mucho más serio. En
en esos estratos, ha formado una hipótesis muchos puntos hay diferencias y
acerca de los diferentes períodos del desa- contradicciones, primero que todo, en el
rrollo de la tierra. Según esa hipótesis el tiempo y, segundo, en el orden en el que se
período más antiguo es el Azoico,1 o el de la originaron las varias criaturas.
formación Primigenia, en el que fueron for-
madas especialmente las rocas de tipo erup- En cuanto al tiempo la diferencia es
tivo y no se encuentra ningún trazo de vida notoria. Sabemos que la cronología de la
orgánica. Luego siguió la Era Paleozoica o LXX difiere sustancialmente de la del texto
de la formación primaria en la cual, además Hebreo. Los padres de la iglesia, quienes
de varios tipos de rocas, especialmente tam- frecuentemente siguieron la traducción
bién fue formado el carbón e incluso plan- Griega, calcularon el tiempo entre la crea-
tas del tipo más simple y se encuentran ción del mundo y la captura de Roma por
todas las clases de animales excepto aves y los Godos en 5611 años.4 En tiempos poste-
mamíferos. En la tercera, la Era Mesozoica riores, especialmente después de la
o de la formación secundaria, sucedió la Reforma, los estudiosos dieron preferencia
formación de la piedra caliza (entre otras a la cronología del texto Hebreo y sobre esa
cosas) y se encuentran diferentes tipos de base calcularon que la creación del mundo
plantas y animales, incluyendo los prime- ocurrió en el 3950 A.C. (Scaliger), 3984
ros animales ovíparos y mamíferos. La (Kepler, Petavius), 3943 (Bengel), o el 4004
siguiente, la Era Terciaria o Cenozoica, va (Ussher). Los Judíos actualmente cuentan
desde la formación de la piedra caliza hasta los años hasta el 5689.5 Pero algunos busca-
la Era del Hielo y, aparte de las plantas, los ron un cálculo más preciso. Hubo una seria
campos y los animales de agua dulce, fue
testigo especialmente del surgimiento de los 2. Por ejemplo, H. Burmeister, Geschichte
depredadores y muchos de los mamíferos der Schöpfung, 7ª ed. (Leipzig: C. G. Gie-
bel, 1872), 612; L. Reinhardt, Der Men-
ahora extintos. Según algunos eruditos,2 en sch zur Eiszeit in Europa und Seine
el Período Terciario los humanos ya vivían kulturentwicklung bis zum Ende der Stein-
también al lado de estos animales, pero zeit (München: Ernst Reinhardt, 1913),
según la mayoría, los humanos no aparecie- 1ss.
3. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 485ss.;
ron en escena hasta al final de esta era, des- Ulrici, Gott und die Natur, 353ss.;
Reusch, La Naturaleza y la Biblia,
1. Nota del Traductor: El término “Azoico” 265ss.; K. A. von Zittel, Aus der Urzeit,
ya no se encuentra en uso hoy; equivale 2ª ed. (Munchen: R. Oldenbourg, 1875),
aproximadamente al período Precám- 537.
brico. 4. Agustín, Ciudad de Dios, XII, 10.

86
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

controversia sobre si la creación ocurrió en millones de años.2


la primavera o en el otoño del año. La pri-
mera era la opinión de Cirilo, Basilio, Beda, Pero, en segundo lugar, también hay
Cayetano, Molina, Lapide, Lutero, Melan- una gran diferencia entre la historia de la
chthon, Gerhard, Alsted, Polanus, G. J. creación en el Génesis y la opinión de
Vossius, y otros; la segunda fue defendida muchos estudiosos con respecto al orden en
por Petavius, Calvisius, Calov, Danaeus, que se originaron los seres creados. Para
Zanchius, Voetius, Maresius, Heidegger, mencionar solo unos pocos puntos: según la
Turretin entre otros. Algunas veces incluso Escritura la luz fue ciertamente creada el
se llegó a determinar la fecha exacta: 25 de primer día, pero nuestro sistema solar no
Marzo o 26 de Octubre.1 En contraste, los llegó a existir hasta el cuarto día, después
geólogos y los científicos naturales de nues- que la tierra hubo sido preparada los días
tro día postulan cálculos basados en la rota- segundo y tercero y cubierta con un exube-
ción de la tierra en relación con el rante crecimiento de plantas. Sin embargo,
aplanamiento de sus polos, la constante según los geólogos, el orden es precisa-
caída en la temperatura de la tierra en la mente el opuesto. Según el Génesis, el reino
superficie, la formación de los deltas del de las plantas fue creado al tercer día, pero
Nilo y del Mississippi, la formación de los los animales no fueron creados hasta el
estratos de la tierra, los varios tipos de roca, quinto; sin embargo, la geología nos dice
especialmente el carbón, y así sucesiva- que en la Era primaria o Paleozoica podían
mente. Las cifras asumidas para la edad de ya encontrarse animales del tipo inferior lo
la tierra son fabulosas – como entre algunos mismo que los peces. El Génesis relata que
pueblos paganos: Cotta habla de un ilimi- todos los animales acuáticos y todas las
tado espacio de tiempo, Lyell de 560 millo- aves fueron creados el quinto día y que
nes, Klein de 2000 millones, Helmholtz de todos los animales terrestres, además del
80 millones, e incluso Pfaff de al menos 20 hombre, aparecieron el sexto día, pero
según la geología ciertos mamíferos ya
5. O. Zöckler, Die Lehre vom Urstand des están presentes en la Era secundaria o
Manschen (Gütersloh: C. Bertelsmann, Mesozoica. Así pues hay claras diferencias
1870), 289ss.; P. Schanz, Das Alter des sobre muchos puntos significativos entre la
Menschengeschlechts nach der Heiligen
Schrift, der Profangeschichte und der Vor- Escritura y la ciencia.
geschichte (Freiburg i.B.: Herder, 1896),
1ss.
1. G. Voetius, Select. Disp., I, 587; K. R. 2. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 640-66; F.
Hagenbach, Lehrburch der Dogmengeschi- Pfaff, “Das Alter der Erde,” Zeitfragen
chte (Leipzig: Hirzel, 1888), 630 nota. des Christlichen Volkslebens, VII; O. Pes-
Un paralelo de tal credulidad en los tiem- chel, Abhandlungen zur Erd und
pos modernos ocurre en Sigmund Völkerkunde5 (Leipzig: Duncker & Hum-
Wellisch quien, en su Das Alter der Welt boldt, 1878), 42-52; E. Haeckel, Natürli-
und des Menschen (Viena: Hartleben, che Schöpfungsgeschichte (Berlín: G.
1899), nos asegura que la tierra tiene Reimer, 1889), 340ss. [Trad. en Inglés
9,108,300 años de edad, y la luna tiene por E. Ray Lankester, La Historia de la
8,824,500, el hombre en su estado ani- Creación ó, El Desarrollo de la Tierra y
mal tiene 1,028,000, y el hombre como sus Habitantes por la Acción de Causas
un ser cultural tiene 66,000 años; cf. Der Naturales (London: Henry S. King,
Beweis des Glaubens (Mayo 1900): 164. 1876)].

87
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Armonizando la Ciencia con la Escritura espiritualizaciones. Similares interpretacio-


nes alegóricas, mitológicas y racionalistas
Naturalmente se han hecho varios de la historia de la creación florecieron
intentos de reconciliación. Está, primero especialmente después del despertamiento
que todo, la teoría ideal, llamada así porque de la ciencia natural y fueron aplicadas por
se adhiere solamente a la idea y no a la letra Hobbes, Espinoza, Beverland, Burnet,
de la historia de la creación. No mira Géne- Bekker, Tindal, Edelmann, J. L. Schmidt,
sis 1 como un registro histórico sino como Reimarus y otros. Herder consideraba
una descripción poética de los actos creati- Génesis 1 como un poema espléndido de la
vos de Dios. Los seis días no son vistos humanidad más antigua que, procediendo
como períodos ordenados cronológica- desde los días del alba, celebraba las alaban-
mente de una duración más larga o más zas de la semana de siete días.1 La filosofía
corta, sino solamente como perspectivas y la teología modernas han ido más allá en
diferentes desde las cuales puede verse el este camino rechazando incluso el concepto
mundo creado cada vez con el propósito de de creación junto con la historia de la crea-
darle al limitado ojo humano una mejor ción y considerando Génesis 1 como un
visión de conjunto. Por lo tanto, se le deja mito que, en el mejor de los casos, tiene un
completamente a la paleontología determi- núcleo religioso. Los teólogos Cristianos no
nar el tiempo, la manera y el orden de ori- han llegado tan lejos, pero, en el interés de
gen de los diferentes períodos. Se puede reconciliar la religión con la ciencia, fre-
reconocer que esta teoría tuvo su precur- cuentemente han retornado a la concepción
sora en la exégesis alegórica que desde ideal de Agustín y han abandonado la inter-
tiempos antiguos se había seguido en la pretación histórica y literal de Génesis 1.2
iglesia Cristiana con respecto a Génesis 1. Íntimamente relacionada con esta teoría
Siguiendo el ejemplo de Filón y apelando a ideal está la teoría visionaria que fue com-
Sirac 18:1 (“Dios creó todas las cosas de puesta por Kurtz y que fue más tarde, des-
una vez”), Orígenes, Agustín y muchos pués que otros intentos de reconciliación
otros enseñaban que Dios había creado (véase más adelante) fallaron en producir
todas las cosas de una vez y de manera una solución satisfactoria, asumida por
simultanea; los seis días no son en realidad muchos otros. Según esta hipótesis en la
períodos sucesivos sino que se refieren historia de la creación estamos tratando
solamente a la relación causal y al orden con un cuadro histórico-profético que Dios
lógico de los seres creados y describen cómo
en períodos sucesivos los ángeles obtuvie-
1. J. G. Herder, Aelteste Urkunde des Mens-
ron conocimiento de toda la creación. chengeschlechts (Riga: Hartknoch, 1774-
Incluso entre aquellos que se apegaron al 76); Bishiop W. Clifford también soste-
sentido literal de la historia de la creación, nía que Génesis 1 era un himno a la
la alegoría no obstante todavía jugaba un semana de siete días; V. Zapletal, Der
Schöpfungsbericht, 88; J. B. Heinrich, y C.
gran rol. El caos, la luz, el término “un día” Gutberlet, Dogmatische Theologie, 10
en lugar del primer día, la ausencia de la vols., 2ª ed. (Mainz: Kircheim, 1881-
aprobación divina al final del segundo día, 1900), V, 206; cf. la opinion – que está
el paraíso, la creación de Eva, y así sucesi- relacionada con la teoría de Clifford – del
Prof. De Grijse en P. Mannens, Theologie
vamente – todo esto dio lugar a ingeniosas Dogmaticae Institutiones, II, 239.

88
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

le mostró al primer ser humano en visión, 1:3, e inserta todos los eventos y los fenó-
de la misma manera en que este último fue menos que la teología nos ha enseñado en
instruido sobre la creación de la mujer en el período antes del caos mencionado en el
una visión, que después traspasó en una verso 2. No mira la tôhû wâbôhû como la
historia regular. En ese caso Génesis 1 no descripción de un estado puramente nega-
es historia real sino “una profecía en retros- tivo aún sin formar, sino el término que
pectiva en la forma de una presentación describe la destrucción causada por las
visionaria” que conlleva un carácter revela- grandes catástrofes precedentes. Así pues,
torio en tanto que conduce hacia la historia la unidad de seis días que comienza con el
de la salvación.1 verso 3 relata nuevamente la restauración
de aquel estado de destrucción y la prepara-
Un segundo intento de reconciliación ción de la tierra como un lugar que sirviese
es la así llamada teoría de la restitución. de morada para la humanidad. Los propo-
Trata de producir un acuerdo entre la reve- nentes de esta teoría creen que por medio
lación y la ciencia de la siguiente manera: de ella pueden resolver cualquier conflicto
Hace una separación entre Génesis 1:2 y concebible entre la Biblia y la geología y
mantener el significado literal e histórico
2. F. Michelis, Entwicklung der beiden ers- de la obra de los seis días de la creación.
ten Kapitel der Genesis (Münster: Theis-
sing, 1845) y en varios ensayos de su
periódico Natur und Offenbarung, Mientras que la primera teoría mencio-
1855ss.; Reusch, La Naturaleza y la nada podría apelar al ejemplo de los padres
Biblia, I, 348-75; P. Schanz, Apologie des de la iglesia, el surgimiento de esta segunda
Christenthums, 3 vols. (Freiburg i.B.:
Herder, 1887-88), I, 293ss. [Traducción teoría ocurrió sólo considerablemente más
al Inglés por el Rev. Michael F. Glancey y tarde. Los Remonstrantes (Disidentes)
el Rev. Victor J. Schobel, Una Apología Episcopius y Limborch ya habían postulado
Cristiana, 4ª ed. rev. (Ratisbon: F. Pus- un espacio de tiempo más largo entre Géne-
tet, 1891)]; M. J. Scheeben, Handbuch der
Katholischer Dogmatik, 4 vols. (Freiburg sis 1:1 y 2 para hacer espacio para la caída
i.B.: Herder, 1933), II, 105ss.; Heinrich y de los ángeles.2 En el siglo dieciocho la teo-
Gutberlet, Dogmatische Theologie, V,
234ss.; H. Lüken, Die Stiftungsurkunde 1. J. H. Kurtz, La Biblia y la Astronomía,
des Menschengeschlechts (Freiburg i.B.: trad. por T. D. Simonton, 3ª ed. (Phila-
Herder, 1876); F. Hettinger, Apologie des delphia: Lindsay & Blakiston, 1857) 112-
Christenthums, 4 vols., 7a ed. preparada 17; O. Zöckler, art. Geschichte der Bezie-
por Eugen Muller (Freiburg i.B.: Herder, hungen zwischen Theologie und Naturwis-
1895-98), III, 206. Pertenecientes a esta sen schaften mit besonderes Rucksicht auf
escuela del lado Protestante estàn T. die Schöpfungs geschichte, 2 vols. (Güters-
Zollman, Bibel und Natur in der Harmo- loh: C. Bertelsmann, 1879); Dennert,
nie ihrer Offenbarungen (Hamburg: n.p., Moses oder Darwin, 9ss.; F. Húmmelauer,
1869), 52ss.; G. Riehm, Christentum und Der biblische Schöpfungsbericht ein exege-
Naturwissenschaft, 2a ed. (Leipzig: J. C. tischer Versuch (Freiburg i.B.: Herder,
Hinrichs, 1869); Steude, Christentum 1877); idem, Nochmals der biblische
und Naturwissenschaft (Gütersloh: C. Schöpfungsbericht (Freiburg i.B.: Herder,
Bertelsmann, 1875); A. Dillmann, Gene- 1898); B. Schäfer, Bibel und Wissenschaft
sis (Edinburgh: T. & T. Clark, 1897); (Münster: Theissing, 1881); M. Gander,
Vuilleumier, “La première page de la Naturwissenschaft und Glaube. Benzigers
Bible,” Revue de théologie et de philosophie Naturwissenschaftliche Bibliothek (New
(1896): 362ss., 393ss. York: Benziger Bros., 1905), 117.

89
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ría de la restitución fue defendida por J. G. obra de cada día de la creación fue comple-
Rosenmuller, J. D. Michaelis y Reinhard; tada en un solo momento o si se extendía
los teosofistas Oetinger, Hahn, St. Martín, sucesivamente a lo largo del curso completo
von Baader, Schelling, Fr. von Meyer, Ste- el día. Descartes, después de todo, había
ffens, Schubert, Keerl, Kurtz, Delitzsch y dicho que las cosas puramente naturales
otros, la unieron a la idea de que la primera (res pure naturales) pudieron haber surgido
tierra, creada en Génesis 1:1, era en reali- del caos existente sin ningún acto divino de
dad la habitación de los ángeles y fue arrui- creación. Esto sugería la idea del desarrollo
nada de manera catastrófica por su caída.1 natural. Unos pocos teólogos Cartesianos,
Sin esta asociación teosófica también fue tales como Wittichius, Allinga y Braun, teo-
aceptaba por Chambers, Buckland, el carde- rizaron por tanto que cada una de las obras
nal Wisemann y unos pocos otros, pero de la creación necesitó de todo un día para
encontró poca aceptación.2 completarse.5 Y Whiston ya había dicho
que los días tenían que verse como años,
Una tercera teoría, la así llamada teo- una teoría también adoptada por otros.
ría de concordia, busca lograr una armonía Pero el padre de la teoría de concordia es el
entre la Escritura y la ciencia viendo los abad de Jerusalén. Fue retomada por los
días de la creación como períodos de dura- científicos naturalistas tales como de Luc,
ción más larga. Ya a inicios de la historia Cuvier, Hugh Miller, Pfaff y similares; por
Cristiana la exégesis de los seis días suscitó teólogos como Lange, Delitzsch, Louge-
problemas. El sol, la luna y las estrellas no mont, Godet, Ebrard, Luthardt, Zöckler y
fueron creadas sino hasta el cuarto día; por otros,6 lo mismo que por Católicos como
lo tanto, los tres días precedentes – en cual- Heinrich, Palmieri, Simar, Pesch y así suce-
quier caso – debían ser diferentes del sivamente.7 Muchos estudiosos combina-
segundo conjunto de tres días. La explica- ban esta opinión con la teoría de la
ción de Basilio era que lo que Dios efectuó restitución y se contentaban estando de
en los primeros tres días lo hizo por medio
de la emisión y contracción de la luz creada
5. Cf. C. Vitringa, Doctr. Christ., II, 95; B.
el primer día.3 Pero esta explicación no era de Moor, Comm. Theol., II, 212.
satisfactoria para todos, por ejemplo, no 6. J. Ebrard, Der Glaube an die H. Schrift
para Agustín, quien a veces se desviaba de und die Ergeb. Der Naturforsch., trad. por
su propia teoría de la simultaneidad.4 Ade- A. v.d. Linde (Ámsterdam: n.p., 1861);
C. E. Luthardt, Apologetische Vorträge
más hubo un mayor desacuerdo sobre si la uber die Grundwahrheiten des
Christenthums8 (Leipzig: Dörffling und
2. S. Episcopius, Instit. Theol., IV, sect. 3, 3; Franke, 1878); O. Zöckler, “Schöpfung,”
P. van Limborch, Theol. Christ. (Amster- en PRE2, XIII, 647; Brandt, Der Beweis
dam: n.p., 1735), II, 19-21. des Glaubens (1876): 339ss.; E. W.
1. Cf. más abajo en relación con la caída de Hengstenberg, “Biblischen Kosmogenie
los ángeles. und Kosmogenischen Wissenschaft,”
2. N. Wisemann, Zusammenhang zwischen Beweis des Glaubens 3 (1867): 400-18; cf.
Wissenschaft und Offenbarung (Regens- G. F. Wright, Wetenschappelijke Bijdra-
berg: Manz, 1866), 263ss. gen, 304ss. (Original en Inglés: Confir-
3. D. F. Strauss, Chr. Dogm., I, 621. maciones Científicas de la Historia del
4. Agustín, El Significado Literal del Géne- Antiguo Testamento [Oberlin, Ohio:
sis, I, 16. Bibliotheca Sacra, 1907]).

90
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

acuerdo en los puntos esenciales. Hugh vera, la fecundidad abundante y a la


Miller, por ejemplo, hizo coincidir el extraordinaria longevidad de las personas
período Azoico con Génesis 1:3; el Paleo- que vivieron antes de ese tiempo y cambió
zoico con Génesis 1:6-13; el Mesozoico con especialmente el eje de la tierra, el cual se
Génesis 1:14-23; y el Cenozoico con Géne- hallaba anteriormente paralelo al del sol, de
sis 1:24.1 manera que ahora se halla ubicado oblicua-
mente con relación a la órbita de la tierra.
Finalmente, la cuarta teoría, la llamada Esta teoría totalmente nueva, aunque fue
algunas veces la teoría “anti-geológica,” resistida vehementemente, entre otros por
continúa sosteniendo el significado literal e Spanheim y Leydecker, fue no obstante
histórico de Génesis 1, y trata de colocar los más desarrollada por Whiston, Clüver y
resultados de la geología en parte en los seis muchos otros.3 Hacia fines del siglo diecio-
días de la creación, en parte también en el cho esta teoría diluvial fue más y más aban-
período entre Adán y Noé, y especialmente donada pero seguía siendo tenida en alta
durante el tiempo del diluvio. Ya desde estima entre muchos teólogos Católicos
tiempos antiguos el diluvio era considerado ortodoxos y Protestantes.4
como muy importante en relación con esto.
Los exegetas argumentaban sobre un dilu- Los proponentes de este intento de
vio parcial versus un diluvio universal – un reconciliación continuaron equiparando el
asunto que ha estado siempre en discusión diluvio bíblico con el diluvium o Era del
– sobre la construcción del arca y sobre la Hielo de la geología y en ese sentido juzga-
altura del diluvio.2 Pero el diluvio adquirió ban que el diluvio fue universal y que por lo
significación geológica solo después de tanto se extendió sobre la toda la tierra. En
Newton. En 1682 Thomas Burnet publicó tiempos recientes la mayoría de geólogos y
su Teoría sacra telluris y en ella postuló una teólogos, tales como Sedgwick, Greenough,
diferencia muy grande entre el tiempo Buckland, Hitchcock, Hugh Miller, Barry,
antes y el tiempo después del diluvio. Para Dawson, Diestel, Dillmann, Pfaff, Kurtz,
el diluvio se convierte en el fin de un anti- Michelis, Reusch y Guttler,5 creen que el
guo mundo y en el nacimiento de un diluvio bíblico fue muy diferente del dilu-
mundo totalmente nuevo. Fue una catás- vium de la geología y por tanto también
trofe tremenda que alteró toda la superficie tenía que ser visto como parcial. Solamente
de la tierra, creó océanos y montañas, puso puede ser llamado universal en tanto que
fin al prevaleciente clima suave de prima- toda la raza humana haya perecido como
resultado, aunque este punto es otra vez
7. Heinrich y Gutberlet, Dogmatische Theo-
logie, V, 234, 256: H. Th. Simar, Lehr- 3. Ibid., II, 143-92.
buch der Dogmatik, 2 vols. (Freiburg i.B.: 4. C. F. Keil y F. Delitzsch, Comentario
Herder, 1879-80), 249; C. Pesch, Praelec- sobre el Génesis, vol. 1 (Edinburgh: T. &
tiones Dogmaticae (Freiburg i.B.: Herder, T. Clark, 1864-1901) y otros por Zöckler,
1916-25), III, 40; P. Mannens, Theologiae Geschichte er Beziehungen, II, 420-82,
Dogmaticae Institutiones, II, 233. 288.
1. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen 5. Cf. también A. Kuyper, De Heraut, 929
zwischen Theologie und Naturwissens- (13 de Octubre 1895): 1; 930 (20 de
chaft, 544. Octubre 1895): 1; 962 (31 de Mayo
2. Ibid., II, 122ss. 1896): 1.

91
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

negado por algunos, tales como Cuvier. haber terminado, y los estudios más recien-
Otros también han expresado dudas acerca tes parecen más bien sostener la antigua
de la realidad de tal diluvio enorme, sea opinión diluvial del diluvio. G. F. Wright lo
universal o parcial, pero entonces tuvieron considera un desastre en el Asia Central
que enfrentarse a la cuestión de si en las que concluyó una serie de desastres en la
historias del diluvio estaban tratando con Era del Hielo y que, excepto la familia de
sagas o mitos, o si la premisa subyacente Noé, destruyó a los miembros de la raza
era un hecho o una idea. El geólogo Vienés humana que aún quedaban allí.7
Suess asumía que una horrenda inundación
de los valles del Éufrates y el Tigris consti- La Semana de Seis Días de la Creación
tuía el núcleo de la historia.1 Aunque al
principio esta hipótesis halló amplia acepta- Estos cuatro intentos por armonizar la
ción fue luego fuertemente resistida, entre Escritura y la ciencia no se hallan, en todos
otras cosas, con el argumento de que las los sentidos, opuestos el uno al otro. Hay
historias del diluvio se encuentran no sola- un elemento de verdad incluso en la teoría
mente en Babilonia e Israel sino también en ideal mencionada antes. Cada una de ellas
Egipto y a través del mundo, entre los concuerda, después de todo, que la Escri-
Esquimales, entre los varios pueblos de las tura no habla el lenguaje de la ciencia sino
Islas del Mar del Sur, y así sucesivamente. el de la experiencia diaria; que también al
Esta distribución de evidencia parecía no contar la historia de la creación asume un
ser explicada por las memorias de un gran punto de vista geocéntrico o antropocén-
diluvio en Babilonia.2 Por esa razón otros trico; y que, en relación con esto, no está
comenzaron a coleccionar, comparar, orde- intentando dar una lección de geología o de
nar y clasificar las varias historias del dilu- alguna otra ciencia sino que, también en la
vio3 y llegaron a pensar ya sea otra vez en historia del génesis de todas las criaturas,
cierto hecho histórico, como por ejemplo permanece como el libro de religión, la
un diluvio en Mongolia,4 o de varias inun- revelación y del conocimiento de Dios. “No
daciones en diferentes países,5 o de un mito leemos en el Evangelio que el Señor dijera:
en el que se narraba el nacimiento y ascen- '¡Les enviaré un Paracleto quien les ense-
sión de un dios-luz.6 Como es claro a partir
de esta breve inspección, el debate sobre 3. R. Andree, Die Flutsagen, ethnographisch
este importante y difícil asunto está lejos de betrachtet (Braunschweig: F. Vieweg,
1891); F. v. Schwarz, Sintfluth und
1. E. Suess, Die Sintfluth (Leipzig: G. Frei- Völkerwanderungen (Stuttgart: Enke,
tag, 1883). 1894); H. Usener, Die Sintflutsagen, vol.
2. Sobre la comparación de la historia del 3 de Religionsgeschichtliche Untersuchun-
diluvio, la Bíblica con la Babilónica, uno gen (Bonn: Cohen, 1899); Winternitz,
puede consultar (inter alia) las siguientes Die Flutsagen des Altertums und der
fuentes: Kosters, “De Bijbelsche Zond- Naturvölker (Wien, 1901).
vloedverhalen met de Babyl. vergele- 4. Así, Schwarz, Sintfluth und Völkerwan-
ken,” Theol. Tijdschr. (1885): 161ss., derungen.
321ss.; J. S. Nikel, Genesis und Keilschrif- 5. *Winternitz, Die Flutsagen des Alter-
tforschung (Freiburg i.B.: Herder, 1903), tums, también sostenía esta opinión,
173ss.; H. H. Kuyper, Evolutie of Revela- como lo hizo también L. von Ranke.
tie (Amsterdam: Höveker & Wormser, 6. Así, H. Usener, Die Sintflutsagen; Win-
1903), 123ss. ternitz, Die Flutsagen des Altertum.

92
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ñará sobre el curso del sol y de la luna!' excepciones, continúa sosteniendo la visión
Pues Él deseaba hacer Cristianos, no mate- histórica y literal de la historia de la
máticos.”1 “Moisés, acomodándose él creación.
mismo para las personas no educadas,
siguió las cosas tal y como aparecen ante los Sin embargo, es notorio que ni una
sentidos.”2 “La Escritura intencional- sola confesión hiciera un pronunciamiento
mente no trata las cosas que sabemos en la fijo sobre el período de los seis días como
filosofía.”3 Pero cuando la Escritura, desde un todo y que también en la teología se
su propia perspectiva precisamente como el dejara que existiera, conviviendo lado a
libro de religión, entra en contacto con lado, una variedad de interpretaciones.
otras ciencias y también arroja su luz sobre Agustín ya animaba a los creyentes a no
ellas, no deja para nada de ser la Palabra de considerar rápidamente una teoría que
Dios sino que sigue siendo esa Palabra. estuviese en conflicto con la Escritura, a
Aún cuando habla sobre el génesis del cielo entrar en la discusión de estos temas difíci-
y de la tierra, no presenta una saga o un les solo después de un estudio serio, y a no
mito o una fantasía poética sino que ofrece, ponerse ellos mismos en ridículo por su
en concordancia con su clara intención ignorancia ante los ojos de la ciencia incré-
propia, historia, la historia que merece dula.4 Esta advertencia no siempre ha sido
crédito y confianza. Y por esa razón la fielmente seguida por los teólogos. La
teología Cristiana, con solo unas pocas geología, debe decirse, puede rendirnos un
excelente servicio en la interpretación de la
7. Además, cf. Diestel, “Die Sintflut,”
historia de la creación. Igual como la
Deutsche SEIT und Streitvragen, vr. 137; cosmovisión Copernicana ha presionado a
Reusch, Bibel und Natur4, 289ss. [Natu- los teólogos a dar otra interpretación, y
raleza y Biblia]; P. Schanz, Apologie des mejor, al “quedarse quieto” del sol de Josué
Christentums, I, 341ss. [Una Apología 10; como la Asiriología y la Egiptología
Cristiana]; F. G. Vigouroux, Les Livres
Saints, 4 vols. (París: A. Roger & F. forman fuentes preciosas de información
Chernoviz, 1886-90), IV, 239; Jürgens, para la interpretación de la Escritura; y
“War die Sintflut eine Erdbebenwelle?” como la historia frecuentemente, y
Stimmen aus Maria-Laach (1884); H. H. finalmente, nos capacita para entender una
Howorth, El Mamut y el Diluvio (Lon-
dres: S. Low, Marston, Searle & Rivin- profecía en su verdadero significado, así
gon, 1887); R. Girard, Etudes de Géologie también las investigaciones geológicas y
Biblique, I (Freiburg: Fragnière, 1893); paleontológicas nos ayudan en este siglo a
C. Schmidt, Das Naturereignis der Sin- obtener un mejor entendimiento de la
tflut (Bazel: n.p., 1895); *O. Zöckler,
Neue Jahrb. F. d. Theol., 3-4 (1895); M.
Gander, Die Sündflut in ihrer Bedeutung 1. Agustín, Procesos Contra Félix el Mani-
für die Erdgeschichte (Münster: Aschen- queo, I, 10.
dorff, 1896); A. Trissl, Sündflut oder 2. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 70, art.
Gletscher? (Regensburg: G. J. Manz, 4.
1894); Th. Schneider, Was ist's mit der 3. J. Alsted, Theol., I-II, 181; cf. G. Voetius,
Sintflut? (Wiesbaden, 1903); J. Riem, Die Select. Disp., V, 131; Hettinger, Apologie
Sintflut in Sage und Wissenschaft (Ham- des Christenthums, III, 196.
burg: Rauhe Haus, 1925); G. F. Wright, 4. Agustín, El Significado Literal del Géne-
Wetensch. Bijdragen, 164, 287 [Confir- sis, I, 18, 19, 20, 21; cf. T. Aquino,
maciones Científicas]. Summa Theol., I, qu. 68, art. 1.

93
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

historia de la creación. Debemos recordar practicar la paciencia por un largo período


que la creación y la preparación del cielo y de tiempo antes que sea competente y se
de la tierra son una obra divina por halle equipada para hacerlo.
excelencia, un milagro en el sentido
absoluto de la palabra, lleno de misterios y Ahora, si estos comentarios provisio-
secretos. Sin embargo, Génesis relata la nales han sido considerados seriamente,
historia de esta obra de una manera tan diría que es probable, en primer lugar, que
simple y sobria que casi parece ser una la creación del cielo y de la tierra en Géne-
contradicción entre el hecho mismo y su sis 1:1 precedió a la obra de los seis días de
descripción. Detrás de cada rasgo en la los versículos 3 en adelante por un período
historia de la creación yace un mundo de de tiempo más largo o más corto. La teoría
maravillas y hechos poderosos de Dios que de la restitución ciertamente erró cuando
la geología ha puesto de manifiesto ante colocó la caída de los ángeles y la devasta-
nuestros ojos en una serie virtualmente ción de la tierra en Génesis 1:2. No hay
interminable de fenómenos. Por nada en este versículo que respalde esta
consiguiente la Escritura y la teología no posición. El texto no dice que la tierra llegó
tienen nada que temer con respecto a los a estar desordenada y vacía sino que estaba
hechos traídos a la luz por la geología y la así y que así fue creada. Este vacío sin his-
paleontología. El mundo, también, es un toria previa de ninguna manera implica que
libro cuyas páginas han sido escritas por la la tierra había sido devastada, sino sola-
mano del Dios todopoderoso. El conflicto mente que aunque ya era tierra, estaba
surge solo porque tanto el texto del libro de todavía sin haber sido desarrollada, sin con-
la Escritura como el texto del libro de la figuración o forma. En cuanto al resto es
naturaleza son a menudo tan mal leídos y cierto que la creación del cielo y de la tierra,
pobremente entendidos. En relación con y el estado vacío y sin historia previa de la
esto los teólogos no quedan sin culpa pues tierra, no pueden ser colocados dentro de
frecuentemente han condenado a la las fronteras del primer día. Este último
ciencia, no en nombre de la Escritura sino comenzó, y por la naturaleza del caso podía
en nombre de sus propias opiniones solamente comenzar, con la creación de la
incorrectas. Los científicos naturales han luz. El primer día no fue formado por una
interpretado repetidamente los hechos y los combinación de oscuridad original y poste-
fenómenos que han descubierto de una riormente de luz creada, sino que fue for-
manera, y en apoyo de una cosmovisión, mado por la primera alternación de tarde y
que no estaba justificada ni por la Escritura mañana la cual fue iniciada después de la
ni por la ciencia. Por motivo del tiempo creación de la luz. La oscuridad mencio-
parecería conveniente que la geología – la nada en Génesis 1:2 no era la primera
cual es una ciencia relativamente joven y, tarde; solo después de la creación de la luz
aunque ya ha logrado mucho, todavía tiene hubo una tarde y luego una mañana. Y esa
una gran cantidad de trabajo que hacer – se mañana completó el primer día que había
limitara a la recolección de material y se comenzado con la creación de la luz. Un día
abstuviera de formar conclusiones y en el Génesis comienza y termina con la
formular hipótesis. Es aún completamente mañana.1 Agustín, Lombardo, Tomás,
incapaz de hacer esto último y debe todavía Petavius y muchos otros juzgaron de

94
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

manera correcta que la creación del cielo y hubiera habido oscuridad por un tiempo y
de la tierra, y el estado tôhû wâbôhû de la hubiese comenzado con una larga noche
tierra, ocurrieron antes que cualquier día (Gén. 1:2), una situación que es difícil de
existiera (ante omnem diem).1 Solamente de ajustar con Génesis 1:3-5.
esta manera puede uno hacer justicia al
hecho de que la creación en Génesis 1:1 Algo similar ocurre con los días en los
está siendo simplemente relatada como un que la tierra fue formada y convertida en
hecho sin ninguna descripción adicional habitación para los humanos. En todos los
sino que la preparación de la tierra (Gén. tiempos la gente ha abrigado diferentes opi-
1:3ss.) es relatada con mayor amplitud. niones sobre este asunto, y Tomás afirma
Génesis 1:1 solo declara que Dios es el crea- correctamente que en las cosas que no per-
dor de todas las cosas pero no nos dice que tenecen por necesidad a la fe se permiten
Dios las creó por su Palabra y por su Espí- varias opiniones.3 Agustín creía que Dios
ritu. Claro está, no se niega este último creó todas las cosas simultáneamente en un
punto, pero tampoco es declarado, ni se nos solo instante, de manera que los días de los
dice en cuanto tiempo ni de qué manera que habla Génesis 1 nos hacen conocer no
creó Dios el cielo y la tierra o cuánto duró el orden temporal sino solamente el orden
el estado no formado de la tierra. Es solo causal en el que las partes de la obra de la
cuando comienza la obra de los seis días creación se hallan unas con otras. Y en los
que se nos dice que también esa tierra sin asuntos oscuros, advirtió a los creyentes en
formar es sostenida y que se le hace fructifi- contra de tomar una posición tan firme a
car por el Espíritu de Dios (Gén. 1:2) y que favor de una cierta interpretación de la
todas las cosas sobre y en esa tierra han Escritura que, cuando una luz más clara
sido producidas por la Palabra de Dios fuese arrojada sobre un pasaje, más bien
(Gén. 1:3ss.). La sabiduría de Dios se mani- nos encendamos defendiendo nuestra pro-
fiesta en el ordenamiento y en la ornamen- pia opinión que luchar por el significado de
tación de la tierra durante los seis días.2 la Sagrada Escritura.4 Esto ha ocurrido, por
Pero aún si uno quisiera, con una mirada ejemplo, cuando al principio se consideró
en Éxodo 20:11; 31:17, incluir la historia de que la cosmovisión Copernicana estaba en
Génesis 1:1 y 2 en el primer día, eso conflicto con Josué 10:12 y fue por lo tanto
solamente habría dado como resultado que rechazada sobre la base de una exégesis
el primer día fuera el más inusual de todos. incorrecta. Pero la advertencia de Agustín
Entonces hubiese comenzado en el se aplica tanto a la derecha como a la
momento de la creación e inicialmente izquierda. Hace unos pocos años la teoría
de concordia mencionada antes fue
1. Cf. Comentario sobre el Génesis de C. F. ampliamente aceptada porque parecía
Keil y F. Delitzsch. producir un acuerdo entre la historia
1. Agustín, Confesiones, XII, 8; P. Lom- bíblica de la creación y los períodos de la
bardo, Sent., II, dist. 12, 1, 2; T. Aquino,
Summa Theol., I, qu. 74, art. 2; D. Peta- geología. Pero también se han levantado
vius, Opera Omnia, “De sex dier. Opif.,” objeciones muy serias contra esta teoría,
I, 9, n. 2; W. G. T. Shedd, Teología Dog- dos de las cuales merecen atención en
mática, 2 vols. (New York: Charles Scri-
bner’s Sons, 1888-89), I, 474.
2. J. Calvino, Comentario del Génesis, 1:3. 3. T. Aquino, Sent., II, dist. 2, qu. 1, art. 3.

95
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

particular. En primer lugar, en cuanto a su concordia todavía está siendo defendida


orden y duración, los períodos geológicos, por muchos estudiosos,1 otros la han aban-
como se verá más tarde, no son tan donado completamente, por cierto no para
invulnerables a la objeción de que en ellas retornar a la visión histórica antes acep-
estamos tratando con un resultado tada, sino por el contrario para moverse
establecido de la ciencia. Y aún si ese fuese hacia la teoría ideal, visionaria y hasta mís-
el caso, la armonía entre la geología y la tica.2 La opinión de Agustín, la cual él
Escritura todavía no se alcanza por la teoría mismo en realidad presentó solamente
de concordia porque permanecen varios como algo posible, no como una interpreta-
puntos de diferencia. El principal propósito ción indubitable,3 generalmente fue discu-
para el cual fue propuesta y recomendada, a tida por los teólogos con aprecio pero no
saber, el acuerdo entre la Escritura y la obstante fue generalmente bastante recha-
ciencia natural, no pudo ser alcanzado por zada porque parecía violentar el texto de la
su medio y por consiguiente fue decayendo Sagrada Escritura. Y este, incluso, es
más y más en significado e influencia. mucho más el caso con respecto a la teoría
visionaria y mítica. Concedido: la revela-
Una objeción adicional, a saber, que ción puede explotar todos los tipos y géne-
los días en Génesis 1 no son períodos en los ros de la literatura, incluso la fábula;4 pero
que ocurren alternaciones diarias repetidas si una sección dada de la Sagrada Escritura
de luz y tinieblas sino días en los que, en contiene una descripción poética, una
cada caso, están formados por una alterna- parábola o una fábula, no es asunto de
ción individual de oscuridad y luz y que es nosotros determinar de manera arbitraria
definida como [una] tarde y una mañana. Y sino que debe ser claro a partir del mismo
aunque a pesar de esta objeción la teoría de texto. Sin embargo, el primer capítulo del
Génesis apenas contiene alguna base a
4. Agustín, El Significado Literal del Géne- favor de la opinión de que aquí estamos
sis, libro 1, capítulo 18, en el vol. 41 de
Antiguos Escritores Cristianos (New tratando con una visión o un mito.
York: Newman, 1982), 41: “En asuntos Claramente conlleva un carácter histórico y
que sean oscuros y que se hallen más allá forma la introducción a un libro que se
de nuestra visión, aún en la manera en presenta a sí mismo, de principio a fin,
que los encontremos tratados en la
Sagrada Escritura, algunas veces son como historia. Tampoco es posible separar
posibles diferentes interpretaciones sin los hechos (el contenido religioso) de la
perjuicio de la fe que hemos recibido. En manera en la cual son expresados. Pues si
tal caso, no deberíamos apresurarnos
para así tomar firmemente nuestra posi-
ción en un lado de manera que, si un pro- 1. E.g., Heinrich y Gutberlet, Dogmatische
greso adicional en la búsqueda de la Theologie, V, 256; F. P. Kaulen, Der
verdad socava justamente esta posición, biblische Schöpfungsbericht (Freiburg i.B.:
nosotros también caigamos con ella. Eso Herder, 1902); P. Mannens, Theologie
sería batallar no por la enseñanza de la Dogmaticae Institutiones, II, 233; F. Bet-
Sagrada Escritura sino por la nuestra, tex, en varias obras; A. Gnandt, Der
deseando que su enseñanza se conforme mosaische Schöpfungsbericht in seinem
a la nuestra, mientras que deberíamos Verhältnis zur modernen Wissenschaft
desear que la nuestra se conforme a la de (Graz, 1906); G. F. Wright, Wetensch.
la Sagrada Escritura.” Cf. T. Aquino, Bijdragen, 332ss. [Confirmaciones Cientí-
Summa Theol., I, qu. 68, art. 1. ficas].

96
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

con Lagrange, por ejemplo, la creación comenzar después que la luz fue creada y
misma es considerada como un hecho pero hubo brillado por un tiempo. De allí que el
los días de la creación como y forma y primer día comenzó con la creación de la
modo de expresión, entonces todo el orden luz; luego que hubo brillado por un tiempo
en el cual la creación llegó a existir colapsa cayó la tarde y llegó la mañana. En ese
y hemos removido el fundamento para la punto terminó el primer día: Génesis cal-
institución de la semana y del Sabbath el cula el día desde la mañana hasta la
cual, según Éxodo 20:11, se halla mañana. En segundo lugar, la primera
decididamente fundado en el período de tríada de la “segunda creación” es formada
seis días de la creación y en el subsiguiente y calculada en la historia bíblica de una
Sabbath de Dios. manera que difiere de la segunda tríada. La
esencia de un día y una noche no consiste
Así, aunque por las razones anteriores de su duración (más corta o más larga) sino
los días de Génesis 1 han de ser considera- en la alternación de luz y oscuridad, como
dos días y no han de ser identificados con Génesis 1:4 y 5a enseñan claramente. En el
los períodos de la geología, sin embargo – caso de la primera tríada esta alternación
como la obra de la creación como un todo – no fue efectuada por el sol, que hizo su apa-
tienen un carácter extraordinario. Esto es rición solo al cuarto día, sino que se pro-
evidente a partir de lo siguiente. En primer dujo de una manera diferente: por la
lugar, no dará resultado, como se dijo antes, emisión y contracción de la luz creada en el
colocar la “primera creación” (Gén. 1:1) y versículo 3. Si este es el caso, los primeros
el estado no formado de la tierra (Gén. 1:2) tres días, no importa cuánto puedan pare-
en el primer día. Pues la primera tarde cerse a nuestros días, también difieren sig-
(Gén. 1:5), que no coincide con la oscuri- nificativamente de ellos y por tanto fueron
dad de Génesis 1:2, comenzó y solo podía días cósmicos extraordinarios. En tercer
lugar, no es imposible que la segunda tríada
2. E.g., O. Zöckler, Beweis des Glaubens aún participara también de este carácter
(1900): 32-39 y art. “Schöpfung” en extraordinario. Pues aunque es cierto que
PRE3; Bachmann, “Der Schöpfungsberi- el sol, la luna y las estrellas fueron creados
cht und die Inspiration,” Neue Kirchliche en el cuarto día, y es concebible por tanto
Zeitschrift (Mayo 1906): 383-405, Cf.
también Neue Kirchliche Zeitschrift que la segunda tríada estuviese determi-
(Octubre 1907): 743-762; Urdritz, Neue nada por la rotación de la tierra con rela-
Kirchliche Zeitschrift (Octubre 1899): ción al sol, no se concluye a partir de la
837-52; Schmid, Das Naturwiss. Glau- formación del sol, la luna y las estrellas al
bens., 26ss. [El Credo Científico]; J.
Reinke, Die Welt als That: Umrisse Einer cuarto día que las relaciones astronómicas
Weltansicht auf Naturwissenschaftlicher y terrestres fuesen las mismas entonces
Grundlage, 4 vols. (Berlín: Gebruder Pae- como lo son ahora. La misma Escritura nos
tel, 1905), 481ss.; C. Holzhey, Schöpfung, muestra que como resultado de la caída y el
Bibel und Inspiration (Mergentheim: Carl
Ohlinger, 1902); F. Hümmelauer, Noch- diluvio sucedieron cambios cataclísmicos,
mals der bibischen. Schöpfungsbegriff; M. no solamente en el mundo humano y ani-
Gander, Naturwissenschaft und Glaube
(New York: Benziger Bros., 1905): 117.
3. Agustín, El Significado Literal del Géne- 4. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
sis, IV, 28. tiek, I, 418-20.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mal, sino también en la tierra y su atmós- turas de las cuales nada se dice en el Géne-
fera;1 y el período de la creación, por la sis. Una amplia variedad de componentes
naturaleza del caso, existió bajo de cuerpos celestes, numerosos minerales,
circunstancias muy diferentes de aquellas plantas y especies animales se dejan sin
que prevalecieron después de haberse reportar en el Génesis. Sin embargo, deben
completado la creación. En cuarto lugar, es haber sido creados y ocupado su lugar entre
muy difícil para nosotros encontrar espacio las obras de la creación de los días. La obra
en el sexto día para todo lo que Génesis 1 – de creación en cada día ciertamente debió
2 dice que ocurrió en ellos si ese día era, en haber sido mucho más grande y más rica-
todos los aspectos, como nuestros días. mente entretejida de lo que el Génesis resu-
Pues ocurriendo en ese día está la creación midamente reporta en su sublime
de los animales (Gén. 1:24, 25), la narrativa. Por todas estas razones, “día,” en
formación de Adán (Gén. 1:26; 2:7), la el primer capítulo de la Biblia, denota el
plantación del huerto (Gén 2:8-14), el tiempo en el que Dios estaba trabajando,
anuncio del mandamiento probatorio (Gén. creando. Con cada mañana él producía un
2:16, 17), la conducción de los animales nuevo mundo; la tarde comenzaba cuando
hacia Adán y el proceso de nombramiento Él lo terminaba. Los días de la creación son
de ellos por el mismo Adán (Gén. 2:18-20), los días laborales de Dios. Por medio de un
el profundo sueño de Adán y la creación de trabajo, continuado y renovado seis veces,
Eva (Gén. 2:21-23). Él preparó toda la tierra y transformó el
caos en un cosmos. En el mandamiento del
Ahora, puede ser posible que todas Sabbath este patrón también nos es pres-
estas cosas ocurrieran en el lapso de unas crito. Como lo hicieron con respecto a Dios,
pocas horas, pero eso no es probable. En así también para el hombre seis días de
quinto lugar, ocurrió mucho más en cada labores son seguidos por un día de des-
día de la creación de lo que las sobrias pala- canso. Las divisiones del calendario litúr-
bras del Génesis pudieran llevarnos a sos- gico en Israel estaban todas basadas sobre
pechar. La creación fue una serie de ese tiempo de creación. Y para todo el
milagros imponentes que la historia bíblica, mundo permanece como un símbolo de los
que es tanto sublime como simple, nos des- eones (edades) de esta dispensación que
cribe cada vez con una simple pincelada sin culminarán algún día en un reposo eterno,
entrar en detalles. Igual como en el decá- el Sabbath cósmico (Heb. 4).
logo un solo pecado representa muchos
otros pecados, así en la historia de la crea- Hechos e Interpretaciones
ción de cada día solo se nos presenta el
asunto característico más prominente: Ahora que hemos llegado a conocer de
aquel que era el más importante y necesario manera básica el contenido de la historia
para el hombre como señor de la tierra y la bíblica de la creación es de alguna impor-
imagen de Dios. La ciencia natural, por tancia enfocar también nuestras mentes
consiguiente, nos revela toda clase de cria- por un momento en los hechos y fenóme-
nos traídos a la luz por la investigación geo-
1. Cf. A. Kuyper, De Gemeene Gratie in lógica. Nadie tiene ninguna objeción, nadie
Wetenschap en Kunst (Amsterdam: Höve-
ker & Wormser, 1905), I, 10ss., 84ss.
puede tener alguna objeción, a los hechos

98
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

presentados por la geología.1 Estos hechos una ciencia joven merece consideración.
son tan palabra de Dios como el contenido Todavía no tiene cien años. En la primera
de la Sagrada Escritura y deben, por tanto, mitad de su existencia, en el caso de hom-
ser confiadamente aceptados por todos. bres como von Buch, de Saussure y así
Pero estos hechos deben ser rigurosamente sucesivamente, no fue en lo absoluto hostil
diferenciados de la exégesis de estos hechos a la Escritura. Fue solo cuando Lyell y otros
que los geólogos presentan. Los fenómenos la vincularon con la doctrina de la evolu-
que la tierra muestra son una cosa; las ción que se volvió un arma en la guerra
combinaciones, hipótesis y conclusiones contra la historia bíblica de la creación.
que los estudiantes de la ciencia de la tierra Solo esta consideración nos habla de ser
asocian con estos fenómenos son otra cautelosos; a medida que la ciencia geoló-
totalmente diferente. Ahora, sin consi- gica crezca en edad y se torne más rica pro-
deración a la posibilidad absolutamente no bablemente se revise a sí misma con
imaginaria de que también la observación, respecto a este punto.
identificación y descripción de los hechos y
fenómenos geológicos son algunas veces Segundo, uno puede llamar geología a
decididamente teñidos por una cosmo- la arqueología de la tierra. Nos familiariza
visión a priori, la geología contemporánea con las condiciones en las que existía la tie-
reconoce que la corteza de la tierra está rra en los primeros tiempos. Pero claro, no
compuesta de diferentes capas, cada una de nos dice virtualmente nada sobre la causa,
las cuales muestra claramente las huellas de el origen, la duración, etc., de estas condi-
haber sido depositada en agua; que estas ciones. El deseo de reconstruir la historia
capas, todas y cada vez que se presentan, de la tierra a partir de los fenómenos de la
siempre ocurren en un cierto orden, de tierra parece ser un proyecto tan a priori
manera que, digamos, una formación más como precario como el deseo de reconstruir
baja nunca ocurre entre dos superiores; y, la historia de un pueblo a partir de sus arte-
finalmente, que estas capas terrestres factos arqueológicos. Como una ciencia
contienen una gran masa de fósiles que, auxiliar la arqueología puede ser muy útil,
una vez más, no se hallan indiscri- pero no puede reemplazar a la historia. La
minadamente esparcidos por todas las geología ofrece datos importantes pero, por
capas sino que se hallan en los sedimentos la naturaleza del caso no puede nunca pro-
más bajos, en el grado en que son más bajos ducir una historia de la creación. Cual-
en tipo. Estos son los hechos, y sobre esa quiera que intente escribir tal historia debe
base los geólogos han construido todos esos recurrir continuamente a conjeturas. Todo
prolongados períodos geológicos que nacimiento, dijo Schelling, sucede de las
enumeramos antes. tinieblas a la luz. Todos los orígenes están
envueltos en la oscuridad. Si nadie nos dice
Pero existen muy serias objeciones quienes son o fueron nuestros padres y
precisamente a estos largos períodos. En abuelos, nosotros sencillamente no lo sabe-
primer lugar, el hecho de que la geología es mos. Si la historia de la creación está
ausente, la historia de la tierra se encuentra
y permanece desconocida para nosotros.
1. Ya ocurría así con Agustín, El Signifi-
cado Literal del Génesis, I, 21.

99
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Tercero, por lo tanto, la geología turas y errores. Como los mismos geólogos
nunca puede elevarse hasta el nivel de la reconocen, se requiere de mucha paciencia
historia de la creación; opera sobre el fun- y de un esfuerzo esmerado para establecer
damento de lo que ha sido creado y no se al verdadero orden de las capas de la tie-
acerca al nivel de Génesis 1. Puede identifi- rra.3
car lo que observa pero solo puede conjetu-
rar acerca de sus orígenes. El geólogo Ritter Quinto, solo una pequeña parte de la
von Holger señala de manera correcta y superficie de la tierra ha sido, hasta aquí,
maravillosa: “Hemos de lidiar con el hecho investigada, de manera notable Inglaterra,
desagradable de que hemos llegado al teatro Alemania y Francia. Muy poco se sabe
solo después que el telón ya había caído. sobre las otras partes de Europa, virtual-
Debemos intentar adivinar cuál fue la obra mente nada sobre el porcentaje más grande
presentada a partir de la decoración, las pie- de Asia, África, Australia y así sucesiva-
zas de colección, armas, etc., que han sido mente. Incluso Haeckel admite que apenas
dejadas en el escenario (estos son los descu- una milésima parte de la superficie de la tie-
brimientos paleontológicos o fosilizacio- rra ha sido examinada de manera paleonto-
nes); de allí que sea totalmente disculpable lógica.4 Y este cálculo ciertamente no es
si cometemos errores.1 demasiado bajo. De allí que posteriores
investigaciones pueden todavía traer a la
Cuarto, aunque las capas de la tierra, luz una colección de otros hechos. En
toda vez que ocurren en una locación dada, cualquier caso, las hipótesis y conclusiones
están situadas en un cierto orden, es igual- de la geología han sido construidas sobre un
mente cierto que en ninguna parte ocurren fundamento factual muy delgado.
todas juntas y de manera completa, puesto
que algunas se hallan en un lugar y otras en Sexto, es un hecho, uno que es recono-
otras partes. “En ninguna parte poseemos cido cada vez más desde el lado de la misma
una copia completa del libro de la tierra; lo geología, que el tiempo de la formación de
que tenemos, esparcido sobre la faz de ella, las capas de la tierra no pueden ser determi-
es una cantidad enorme de copias defectuo- nadas, de manera absoluta, a partir de la
sas de los tamaños y formatos más diversos naturaleza y calidad de esas capas. “La
y en materiales muy diferentes.”2 La suce- composición de las capas,” escribe Pfaff5
sión y orden de las capas de la tierra, y de “generalmente no arroja ninguna pista
allí también los períodos geológicos basados sobre la cual basar una conclusión con res-
en ellas no nos son, por lo tanto, inmediata- pecto al tiempo de su formación.” Bajo la
mente comunicados por los hechos, sino influencia del Darwinismo, que ha buscado
que descansan sobre una combinación de explicarlo todo en términos de cambios
hechos que está abierta a todo tipo de conje- infinitamente pequeños a lo largo de perío-

1. En A. Trissl, Das Biblische Sechstagewerk 3. A. S. Geikie, Geología (New York: D.


vom Standpunkle der Katholischen Exe- Appleton, 1880), 74-82; F. Pfaff,
gese und vom Standpunkle der Naturwis- Schöpfungsgeschichte, 5.
senschaften, 2a ed. (Regensburg: G. J. 4. Haeckel, Naturliche Schöpfungsgeschi-
Manz, 1894), 73. chte, 355.
2. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 5. 5. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 5.

100
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

dos de tiempo infinitamente largos, los diferentes ubicaciones, y capas similares en


científicos han hablado de millones de momentos diferentes.”3 Las capas que se
años. Pero esas no son más que cifras mito- fechan hasta los así llamados diferentes
lógicas que en realidad carecen de toda períodos no son consistentemente diferen-
base.1 Los geólogos no saben en lo absoluto tes y aquellas de las que se afirma son igual-
si en los tiempos antiguos prevalecían las mente antiguas no son siempre
mismas o diferentes circunstancias. Y aún 4
cualitativamente idénticas. En el mismo
cuando las circunstancias sean idénticas, período de tiempo, en diferentes partes de
todo crece mucho más rápida y vigorosa- la tierra, pueden haber ocurrido
mente durante la juventud que en los años formaciones similares, como
posteriores. Además, todas los fundamen- frecuentemente ocurre todavía hoy.
tos sobre los que los geólogos han basado
sus cálculos han probado ser insostenibles. Octavo, por tanto, el tiempo de la for-
La formación de los deltas, el surgimiento y mación de las capas de la tierra y el orden
hundimiento de las masas continentales, de su posición se hallan casi exclusiva-
las formaciones de carbón, y así sucesiva- mente determinados en términos de los
mente, han sido todas – otra vez – abando- fósiles hallados en ellos. La geología se ha
nadas como base para el cálculo. Los vuelto dependiente de la paleontología y
científicos naturalistas sensatos, por consi- hoy, esta última, se halla casi totalmente
guiente, hablan hoy un lenguaje muy dife- cautiva de la teoría de la evolución. Se
rente. “Carecemos de cualquier estándar
preciso para el cálculo de los eventos o pro-
2. A. Zittel, Aus der Urzeit: Bilder aus der
cesos prehistóricos.”2 Schöpfungsgeschichte (München: R.
Oldenburg, 1875), 556. También Sir G.
Séptimo, aún el orden en que suceden H. Darwin, en su conferencia antes
las capas terrestres no puede ser un están- citada, dijo que no podemos usar ni la
hipótesis nebular ni la meteórica para
dar para calcular el tiempo y la duración de estimar el tiempo que se necesitó para el
su formación. Naturalmente, en un lugar desarrollo del sistema solar. Él sí cree
dado la capa más baja es más antigua que la que los geólogos con sus cálculos, que
capa superior, pero se carece de cualquier sugieren un tiempo entre 50 millones y
un billón de años, están más cerca de la
justificación para combinar las diferentes verdad que los físicos con su período de
capas terrestres de diferentes lugares y for- tiempo más corto (como norma) de casi
mar así una serie esquematizada de forma- 20 millones de años. Pero, continúa
ciones y períodos. “Igual que en nuestros diciendo, en tiempos recientes se ha aña-
dido un nuevo elemento: la radioactivi-
lagos de hoy los depósitos de piedra caliza dad. Un pequeño porcentaje de radio en
se acumulan en ciertas locaciones mientras el sol sería suficiente para explicar su
que al mismo tiempo, en otras ubicaciones, radiación presente. Esta rama de la cien-
se depositan capas de arena o arcilla, así cia aún es joven pero podemos aprender
de ella cuán peligroso es determinar, a
también en los primeros tiempos se acumu- partir de nuestras nobles posiciones, lo
laron diferentes capas simultáneamente en que es posible y lo que no lo es. La dura-
ción de los períodos geológicos sigue
siendo desconocida para nosotros
1. Cf. ya F. W. J. Schelling, Werke, II, 1, (Wetenschappelijke Bladen [Junio 1906]:
229. 425ss.).

101
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

asume a priori, como un hecho compro- Vivían en lugares y zonas diferentes y por
bado, que los seres orgánicos se han desa- tanto también tuvieron que petrificarse en
rrollado de lo inferior a lo superior; y los diferentes sedimentos que se formaron
entonces, sobre esta base, se determinan el en esos variados lugares. Por consiguiente,
orden y la duración de la formación de sedi- los fósiles no son los representantes del
mentos. De manera inversa, los científicos tiempo en el que estos seres orgánicos se
luego usan el orden de la sedimentación originaron sino de las zonas más altas o
como una prueba a favor de la teoría de la más profundas en las que vivían. Suponga
evolución, siguiendo así un círculo vicioso. que las plantas y los animales que ahora
La verdad es que la paleontología tiende a viven por todo el mundo fueran de pronto
contradecir más que a favorecer la teoría de enterrados en las capas de la tierra y se
la evolución, a medida en que se encuen- petrificaran. En tal caso no se podría tomar
tran en las diferentes capas diferentes fósi- ninguna decisión con respecto al tiempo de
les de plantas y animales, no solo unos sus orígenes ya sea a partir de los varios
pocos especimenes y unas pocas especies, tipos de fósiles que se produjeron o de los
sino grandes cantidades. En cada estrato la diferentes estratos en los que aparecieron.
geología es súbitamente confrontada por un Añada a esto los factores que hacen que sea
reino incalculablemente rico de vida orgá- virtualmente imposible la división y el
nica, diferenciadas en tipos pero no incre- fechado de los períodos geológicos. Los
mentándose en formas de transición. Se ha ejemplos son que en los tiempos primitivos
encontrado que los fósiles de plantas y ani- las diferentes especies de plantas y anima-
males que han estado extintos desde enton- les no se hallaban tan ampliamente distri-
ces sobrepasan a todas las formaciones buidas sobre la tierra como lo estaban
posteriores en tamaño y fortaleza, como si posteriormente; que de buen número de
revelaran la naturaleza en su poder crea- plantas y animales no se ha preservado nin-
tivo original y exuberante fecundidad.1 gún fósil en las diferentes capas; que una

Noveno, ahora es verdad que los fósi- 1. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 667-709.


les no se hallan esparcidos indiscriminada- Según Glauben und Wissen (Marzo
mente por todas las capas y que en ciertos 1906): 104-5, G. H. Darwin en su confe-
rencia en Sudáfrica también declaró lo
estratos generalmente también se encuen- siguiente: “Podemos comparar los
tran fósiles de ciertas plantas y animales. hechos sobre los que se basan las teorías
Pero también, a partir de estas condiciones, de la evolución con una pila de cuentas
nada puede inferirse con certeza, ya sea a de cristal de diferentes colores y revuel-
tas entre sí – de la cual, una astuta per-
favor de la teoría de la evolución o de los sona, en busca de la verdad, escoge unas
períodos geológicos. Las diferentes especies cuantas las cuales arregla entonces en un
de plantas y animales, después de todo, hilo, notando incidentalmente que estas
estaban y están distribuidas sobre la super- cuentas se ven algo parecidas... pero el
problema de introducir orden en esa pila
ficie de la tierra según su naturaleza y las de cuentas probablemente siempre pon-
correspondientes condiciones de vida. drá en vergüenza a la astucia del investi-
gador... la inmensurable magnitud de lo
3. F. Praff, Schöpfungsgeschichte, 5. no descubierto estará por siempre allí
4. A. Trissl, Das Biblische Sechstagewerk, para humillar el orgullo de los huma-
61. nos.”

102
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

amplia variedad de causas pueden haber relación a esto el hecho que el desplaza-
enviado a ciertas plantas y animales hacia miento de los glaciares desde el norte hacia
lugares y zonas de las que no eran origina- el centro de Europa requiera una altura de
rios; que las mismas capas de la tierra, cier- 44,000 metros para las montañas de Escan-
tamente como norma pero lejos de serlo dinavia arroja una objeción virtualmente
siempre, contenían las mismas especies de insuperable.
fósiles, y que por lo tanto las capas de la tie-
rra que son cualitativamente las mismas y El Factor Diluvio
que se hallaban una vez ubicadas en el
mismo período fueron más tarde identifica- Finalmente, añadido a todo esto, está
das como pertenecientes a otro período el hecho que la Escritura y la tradición de
debido a que se hallaron en ellas fósiles virtualmente todos los pueblos narran la
nuevos y diferentes. historia de un diluvio cataclísmico que pro-
dujo cambios inmensos en el estado total de
Finalmente, los mismos geólogos admi- la tierra. Según la Escritura, apareció todo
ten frecuentemente que los períodos geoló- un nuevo conjunto de condiciones para la
gicos no pueden distinguirse claramente. humanidad y para la tierra después del dilu-
Esto es especialmente evidente en el caso vio. Antes del diluvio la humanidad se dis-
de los períodos Terciario y Cuaternario. tinguía por un gran intelecto, un espíritu
Aquí virtualmente todo es aún incierto. La vigorosamente emprendedor, una valentía
incertidumbre se aplica a los límites, al titánica, una expectativa de vida grande-
principio y al fin, de esos dos períodos lo mente extendida, cuerpos físicos suma-
mismo que a la causa, extensión y duración mente fuertes y una terrible maldad. E
de la así llamada Edad de Hielo. Hay des- indudablemente la naturaleza, el reino de
acuerdo sobre si debemos asumir una o más las plantas y los animales, concordaba con
Edades de Hielo. Incluso el acontecimiento esa humanidad. Pero en el diluvio perecie-
en sí de alguna Edad de Hielo se halla toda- ron casi todas las personas, se extinguieron
vía sujeto a serias dudas. Hay incertidum- numerosas especies de plantas y animales,
bre acerca de la causa, lo mismo que sobre la naturaleza fue refrenada y se inauguró
el tiempo y la manera, en la que perecieron una dispensación más moderada, aquella en
los grandes animales prehistóricos, anima- la que vivimos. Estos testimonios de la
les cuyos fósiles, en muchos casos, han sido Escritura están siendo confirmados actual-
preservados totalmente intactos. Hay incer- mente desde todas las direcciones por la
tidumbre sobre el debut del hombre, antes o geología. No se han encontrado aún ningu-
después de la Edad de Hielo, en el Terciario nos restos humanos del período Terciario;
o en el período Cuaternario, simultánea- y no es probable que tales restos sean
mente con el mamut, el mastodonte y el alguna vez encontrados. Antes del diluvio
rinoceronte, o después de ellos. La incerti- la humanidad probablemente no se había
dumbre se aplica a la causa de las formacio- aún esparcido sobre la tierra. El diluvio
nes diluviales y a su distribución sobre el explica porqué no hay restos de fósiles
globo terrestre. Los científicos no están humanos antes de ese tiempo. Los cráneos
seguros sobre la causa y el tiempo de la for- y huesos humanos encontrados aquí y allá
mación de las montañas y los glaciares. Con se originaron todos en el período Cuaterna-

103
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

rio y no difieren de los nuestros. La geolo- la opinión antes citada.


gía además enseña claramente que los
humanos fueron contemporáneos de los Si resumimos ahora lo anterior y lo
mamuts, el Hebreo “behemoth” (Job tomamos todo en cuenta, podemos decir
40:10), y que por lo tanto los mamuts se que desde el momento de la creación en
ubican en el tiempo histórico. La universa- Génesis 1:1 hasta el diluvio la Escritura
lidad de las formaciones diluviales com- ofrece un lapso de tiempo que puede fácil-
prueba que el diluvio debió haberse mente acomodar todos los hechos y fenó-
extendido sobre toda la tierra. Las monta- menos que la geología y la paleontología
ñas, en gran arte, se originaron en el han traído a la luz en este siglo. Es difícil de
tiempo histórico. Las causas de la Edad del ver porqué no podrían todos estos ser ubi-
Hielo, si alguna vez existió, son totalmente cados en ese marco de tiempo. En este
desconocidas y por lo tanto pueden muy punto esto es todo lo que la teología tiene
bien trazarse hasta el diluvium y al subsi- que hacer. No tiene que envolverse ella
guiente descenso de la temperatura. Es solo misma en el asunto de lo que ha causado
para cuando el diluvio, y después de él, que estos fenómenos. ¡Que la geología explique
la tierra adquirió su forma presente.1 Hay los hechos! Pero, en relación con esto, la
en realidad solamente una objeción seria a Escritura puede quizás rendir más servicio
la identificación del diluvium con el dilu- que lo que las ciencias naturales general-
vio, y esa es el tiempo. La geología general- mente sospechan. Después de todo, la
mente coloca la Edad de Hielo y el diluvium Escritura señala que la creación es una obra
varios miles de años antes de Cristo. Pero divina por excelencia. En el origen y forma-
se puede señalar, en contra de esa objeción, ción de las cosas han estado en operación
por un lado, que la cronología de la Escri- fuerzas, y han existido hasta las condicio-
tura tampoco ha sido todavía establecida de nes del diluvio, y en ese diluvio ha ocurrido
ninguna manera. Uno no necesita llegar tan una catástrofe, tal que nunca se ha visto
lejos como de Sacy, quien escribió “no desde entonces. El génesis de las cosas es
existe la cronología bíblica,” o incluso argu- siempre controlado por otras leyes además
mentar con Voetius quien declaró: “No de aquellas de su desarrollo subsiguiente.
puede derivarse un cálculo exacto a partir Las leyes emitidas por la criatura no son la
de la Sagrada Escritura.”2 No puede norma de la creación, mucho menos la del
descartarse que a veces algunas Creador. Además, la teología estará bien
generaciones han sido salteadas y que los recomendada si se apega solamente a los
nombres personales han sido usados hechos indisputables que la geología ha des-
intencionalmente como los nombres cubierto, y a estar vigilante contra las hipó-
colectivos de los pueblos. Y, por otro lado, tesis y conclusiones que la geología haya
como dijimos antes, los cálculos de la añadido a la mezcla. Por esa razón la teolo-
geología son también muy inciertos para gía debería abstenerse de hacer cualquier
derivar de ellos una objeción sólida contra intento de igualar los así llamados períodos
geológicos con los seis días de la creación.
1. Para la literatura sobre el diluvio, cf. las Después de todo, no es más que una opi-
notas anteriores 37-53. nión indemostrable el que estos períodos se
2. G. Voetius, Select. Disp, V, 153; cf. p.
113, n. 33 antes. han desarrollado sucesivamente y en ese

104
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

orden. Esto no es negar que, digamos, las Solo necesita estar vigilante en contra de
formaciones Azoicas comenzaron ya a ocu- concederle demasiado valor a un estudio
rrir desde el momento de la creación. Pero que es aún completamente nuevo, impre-
la geología no puede en ninguna manera ciso e incompleto, y que por lo tanto está
saber si estas formaciones no ocurrieron siendo aumentado constantemente con
también después en conjunción con las for- conjeturas y sospechas. Necesita estar pre-
maciones Paleozoicas, y así sucesivamente, cavida en contra de dar concesiones prema-
y solo conjetura sobre las causas y la turas, y de buscar acuerdo, con los así
manera de su origen. Lo mismo es cierto de llamados resultados científicos que pueden,
todos los otros períodos. Es muy probable en cualquier momento, ser derribados y
que el así llamado período Terciario se expuestos en su calidad de indefendibles
extienda hasta el diluvio y que el diluvium por una investigación más cuidadosa. Como
y la Edad de Hielo coincidan con esta catás- la ciencia de las cosas divinas y eternas la
trofe. Además, nada se ha fijado definitiva- teología debe ser paciente hasta que la cien-
mente en el así llamado período Paleozoico cia que contradiga haya hecho un estudio
por la ocurrencia simultánea de fósiles de más profundo y más amplio de su caso y,
plantas y animales con respecto al orden en como ocurre en la mayoría de los casos, se
el que se originaron estas especies. Pues la corrija a sí misma. De esa manera la teolo-
geología no sabe lo primero sobre el origen gía conserva su dignidad y honor más efec-
de estos seres orgánicos; los encuentra pero tivamente que por ceder y adaptarse
no puede penetrar el misterio de su origen. constantemente a las opiniones de su
Y también debe asumir que el reino vegetal tiempo.2
se originó antes del reino animal, por la
simple razón de que los animales viven de
las plantas. Si es hasta aquí que la geología
llega al decir una palabra sobre el origen de
las cosas entonces está en perfecto acuerdo
con la Escritura. Primero fue la creación
inorgánica; luego vino la creación orgánica,
comenzando con el reino de las plantas;
luego siguió el reino animal, y este otra vez
en el mismo orden, primero los animales
acuáticos, luego los terrestres, y entre ellos
especialmente los mamíferos.1

Así que, como Cristianos y como teólo-


gos, aguardamos con algo de confianza los
resultados ciertos de las ciencias naturales.
La teología no tiene nada que temer de la
investigación cuidadosa y multifacética.

1. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 742; G. F. 2. Cf. Howorth, El Mamut y el Diluvio;


Wright, Wetensch. Bijdragen, 304ss. Enz. idem, La Pesadilla Glaciar y el Diluvio
[Confirmaciones Científicas]. (Londres: S. Low, Marson, 1893).

105
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Los Orígenes Humanos


4

La humanidad, donde se unen el mundo rrota espiritual, una nueva espiritualidad


material y el mundo espiritual, es la culmi- mística, e incluso panteísta, atraía a muchos,
nación máxima de la creación. Esto es afir- desacreditando aún más al Darwinismo. Los
mado por los dos registros de la creación en argumentos contra el Darwinismo en general
Génesis 1 y 2. De las muchas conjeturas alter- son importantes, con el problema de los oríge-
nativas con respecto a los orígenes humanos nes humanos y las transiciones de una especie
que se han ofrecido aparte de la revelación a otra particularmente insoluble. La teoría de
escritural, la hipótesis del evolucionismo la evolución también choca con la Escritura
Darwinista a través de la selección natural es con respecto a la edad, la unidad y la habita-
dominante en el mundo contemporáneo. La ción original de la humanidad. Sobre todo, es
objeción Cristiana no es contra la idea del esencial sostener la unidad fundamental de la
desarrollo como tal, la cual regresa a la filoso- raza humana; esta convicción es la presuposi-
fía Griega, sino contra el naturalismo y el ción de la religión y de la moralidad. La soli-
materialismo de la hipótesis Darwinista. daridad de la raza humana, el pecado
Esta teoría ha sido seriamente resistida, no original, la expiación en Cristo, la universali-
solo por los creyentes en la Biblia sino tam- dad del reino de Dios, la catolicidad de la
bién por los científicos naturales y los filósofos iglesia, y el amor al prójimo se hallan todos
en general. Mientras el naturalismo y el cimentados en ella.
materialismo dejaban demostrada su banca-

106
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La creación culmina en la humanidad, El primer capítulo ofrece una historia gene-


donde se unen el mundo espiritual y el ral de la creación que tiene su meta y fin en
material. Según la historia de la creación en la humanidad, mientras que la segunda
Génesis 1, el “hombre,” el hombre y la trata especialmente con la creación humana
mujer, fue creado en el sexto día (Gén. y con la relación en la que se ubican las
1:26s.), después de la creación de los ani- otras criaturas con respecto al hombre. En
males terrestres. Por esta disposición la la primera crónica el hombre es el fin de la
Escritura también enseña la existencia de naturaleza; en la segunda, el hombre es el
un parentesco cercano entre el hombre y el principio de la historia. El primer registro
animal. Ambos fueron creados el mismo muestra cómo todas las otras criaturas pre-
día; ambos fueron formados del polvo de la paran el advenimiento de la humanidad; el
tierra. Pero junto con este parentesco hay segundo introduce la historia de la tenta-
también una gran diferencia. Al manda- ción y la caída y para tal fin describe espe-
miento de Dios los animales fueron produ- cialmente el estado original del hombre.
cidos por la tierra (Gén. 1:24); el hombre, Por tanto, en el primer capítulo, la historia
sin embargo, fue creado, después de la deli- de la creación de todas las cosas (el cielo, la
beración divina, a la imagen de Dios, para tierra, el firmamento, etc.) es narrada con
ser el señor sobre todas las cosas. Estas bre- alguna extensión y con un orden regular,
ves descripciones son clarificadas y expan- pero la creación de la humanidad es
didas en el segundo capítulo del Génesis.1 narrada de manera sucinta; el segundo
capítulo presupone la creación del cielo y la
tierra, no sigue una cronología sino sola-
1. Según algunos exegetas, la así llamada
historia de la segunda creación comienza mente un orden tópico, y no dice cuándo
en Génesis 2:4; según otros, en Gén. son creadas las plantas y los animales sino
2:4b; y aún otros piensan que en Gén. que solamente describe la relación en la que
2:5. H. Gunkel se inclina a la opinión de básicamente se ubican respecto a los seres
que Gén. 2:4a originalmente precedía a
Gén. 1:1 (H. Gunkel, Génesis, trad. por humanos. Génesis 2:4b-9 no implica que las
Mark E. Biddle [Macon, Ga.: Mercer plantas fueron formadas después de la crea-
University Press, 1997], 103); V. Zaple- ción humana, sino solo que el jardín del
tal (Der Schöpfungsbericht der Genesis Edén fue plantado después de ese evento.
[Regensburg: G. J. Manz, 1911]) consi-
dera Gén. 2:4 como una interpolación. El autor indudablemente pensaba con res-
En opinión de muchos estudiosos, Gén. pecto a la creación de las plantas que esta
2:4b no puede ser un colofón de la histo- ocurrió entre los versículos 6 y 7. Del
ria precedente puesto que toledoth no se mismo modo, en Génesis 2:18s., aunque la
refiere al origen, sino a la ascendencia y
procreación de las criaturas; y según creación de los animales es de hecho rela-
otros no puede ser el título de la tada después de la del hombre, la idea no es
siguiente historia en vista del hecho que describir así el curso objetivo de los eventos
los Yahvistas nunca usan esta fórmula. creativos sino solamente mostrar que no se
Aún así, Gén. 2:4b probablemente tiene
el propósito de ser una transición y un iba a encontrar una ayudante para el hom-
título de lo siguiente en el sentido de que bre entre los animales sino solo en un ser
lo que continúa contiene una historia del como él mismo. Finalmente, el registro de
desarrollo del cielo y de la tierra, espe- la creación de la mujer no entra en ningún
cialmente de la tierra, pues en el v. 4b es
mencionada antes que el cielo. conflicto, de ninguna manera, con el regis-

107
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tro de Génesis 1 sino que es una mayor los filósofos Griegos. La encontramos entre
explicación de él.2 los filósofos Jonianos de la naturaleza, espe-
cialmente en Anaxímenes, elaborada en un
Creación y Evolución: el Darwinismo sentido panteísta por Heráclito, y presen-
tada en su forma materialista por los Ato-
Este origen divino del hombre nunca mistas. También Aristóteles la incorporaba
ha sido cuestionado en la iglesia Cristiana y en su sistema pero le atribuía un carácter
en la teología Cristiana. Pero fuera de la orgánico y teleológico: por la vía del desa-
revelación especial se han presentado todo rrollo la potencialidad se torna en actuali-
tipo de conjeturas con respecto a los oríge- dad. Desde la posición Cristiana no hay la
nes humanos. Muchas sagas paganas le atri- menor objeción a la noción de evolución o
buyen la creación humana a los dioses o a desarrollo tal y como es concebida por Aris-
semidioses.3 También la filosofía, especial- tóteles; por el contrario, es solo la creación
mente la de Sócrates, Platón y Aristóteles, la que hace posible tal evolución.5 Pero en
generalmente reconocían, en su evaluación el siglo dieciocho la evolución fue separada
del hombre como un ser hecho del polvo de violentamente de sus bases en el teísmo y la
la tierra, un principio racional que se deri- creación y fue puesta al servicio de un sis-
vaba de los dioses. Sin embargo, tanto en la tema panteísta o materialista. Algunos
religión como en la filosofía, se han consi- Enciclopedistas Franceses intentaron expli-
derado también muy diferentes ideas sobre car la humanidad completamente – y tam-
el origen el hombre. Algunas veces el hom- bién psicológicamente – en términos de la
bre es visto como un ser que emergió autóc- materia. Bodin, Hobbes, Montesquieu,
tonamente de la tierra; luego, como Rousseau, Voltaire, Kant, Schiller, Goethe,
habiéndose desarrollado de algún otro ani- y Hegel todos promovieron esta tendencia
mal, o como el fruto de algún árbol, y así en tanto que revertían el orden antes gene-
sucesivamente.4 Por consiguiente, la idea ralmente aceptado y pensaban con respecto
de desarrollo o evolución no es un producto a la humanidad como comenzando en un
de la modernidad sino que se daba ya entre estado animal. Sin embargo, el hombre aún
era visto como encontrándose en una clase
2. Cf. E. W. Hengstenberg, Authenthie des que le era propia, producida no por una
Pentateuchs en Beiträge zur Einleitung in
Alte Testament, 2 vols. (Berlín: Oehmi- evolución gradual a partir de un animal,
gke, 1836-39), I, 306ss. Nota del Editor: sino por la omnipotencia creativa de la
Traducción al Inglés por J. E. Ryland, 2 naturaleza. La evolución era aún concebida
vols. Disertaciones sobre la Autenticidad como orgánica y teleológica. Pero paso a
del Pentateuco (Edinburgh: John D.
Lowe, 1847); G. F. Oehler, Teología del paso esta teoría evolutiva fue tan readap-
Antiguo Testamento, trad. por Ellen D.
Smith y Sophia Taylor (Edinburgh: T. & 4. Cf. A. Lang, Onderzoek naar de Ont-
T. Clark, 1892-93) §18; *Köhler, Lehr- wikkeling van Godsdienst, Kultus en
buch d. Bibl. Gesch. D. A. T., I, 24; Chr. E. Mythologie, I, trad. por L. Knappert
Baumstark, Christliche Apologetiek, II (Haarlem: F. Bohn, 1893), 143, 275.
(Frankfurt a.m., 1872), 458ss.; H. van 5. Cf. M. Heinze, “Evolutionismus,” PRE3,
Eyck van Heslinga, De Eenheid van het V, 672-81; y H. Bavinck, “Creación o
Schepingsverhaal (Leiden, 1896). Desarrollo,” The Methodist Review 60
3. Hesíodo, Obras y Días, I, 23-25; Ovid, (1901): 849-74; idem, “Evolutie,” en Pro
Metamorphoses, I, 82ss., 363ss. en Contra (Baarn: Hollandia, 1907).

108
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tada que condujo al descenso de la humani- divididas no poseen propiedades constantes


dad a partir de una ascendencia animal. sino que son mutables; que los seres orgá-
Lamarck (1744-1829), Saint Hilaire (1772- nico superiores se han desarrollado a partir
1844), Oken (1779-1851), Von Baer de los inferiores y que el hombre en parti-
(1836), H. Spencer (1852), Schaafhausen cular ha evolucionado gradualmente, en el
(1855), Huxley (1859), Nägeli (1859) ya curso de los siglos, a partir de un género ya
habían tomado esta posición antes de la extinto de simio; que lo orgánico, a su vez,
aparición en la escena mundial de Charles emergió de lo inorgánico, y que la evolu-
Darwin. Sin embargo, su derecho a la fama ción es, por lo tanto, la manera en la cual,
estuvo en que hizo un enorme número de bajo el influjo de leyes puramente mecáni-
observaciones que se relacionaban con la cas y químicas, el mundo presente ha lle-
vida de la humanidad y de los animales y gado a existir. Esa es la tesis, o más bien, la
trajo a la luz el parentesco entre ellos. Se las hipótesis. Darwin trata de hacer que esta
arregló para combinarlos de una manera teoría de la evolución sea convincente por
poco usual y para ponerlos al servicio de las siguientes consideraciones: primero, la
una hipótesis que era ya dominante, y mos- naturaleza por todas partes pone de mani-
tró una manera en la que el descenso fiesto una batalla por la vida en la que parti-
humano a partir de ancestros animales cipa cada ser, y por la cual es forzado a
pareció haber sido posible.6 Una legión de desarrollarse y a perfeccionarse o sino pere-
estudiosos, incluyendo a Lyell, Owen, Lub- cer; segundo, de las incontables plantas,
bock, Tylor, Hooker, Tyndall, Huxley, animales y gentes la naturaleza selecciona,
Moleschott, Haeckel, Hellwald, Büch- para la supervivencia y la reproducción
ner,Vogt, Bölsche, y otros creían que la pri- (“selección natural”), a las que estén mejor
mera hipótesis era virtualmente organizadas; esta selección natural es refor-
comprobada por la investigación de zada por la selección sexual, un proceso en
Darwin, y la hicieron pasar como el resul- el cual cada hembra da preferencia al
tado indisputable de la ciencia natural.7 macho mejor organizado; tercero, las pro-
piedades favorables adquiridas por la bata-
Ahora, por Darwinismo debemos lla y la selección pasan de los padres a los
entender la teoría de que las especies en las hijos o incluso a los nietos (atavismo) y por
cuales las entidades orgánicas solían estar mutaciones acumulativas perfeccionan
cada vez más al organismo. Estas no son
pruebas, claro está, sino suposiciones e
6. C. Darwin, Sobre el Origen de las Especies interpretaciones de cómo la evolución es
por Medio de la Selección Natural (Lon-
dres: J. Murray, 1859); idem, La Ascen- posible, según Darwin. Las pruebas para la
dencia del Hombre (New York: D. hipótesis en realidad han sido derivadas
Appleton, 1871). exclusivamente del parentesco que puede
7. E. Haeckel, por ejemplo, escribe: “Por lo observarse entre entidades orgánicas y que,
tanto, la monofílética u origen común de
todas las clases de mamíferos es ahora tanto física como psicológicamente, existen
considerado un hecho firmemente esta- también entre el animal y el hombre; de la
blecido por todos los estudiosos bien mutación y transmisión de propiedades que
informados en el campo” (Der Kampf um observamos una y otra vez en el mundo de
den Entwickelungs-Gedanken [Berlín: G.
Reimer, 1905], 56, 70). los humanos y de los animales; de los órga-

109
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

nos rudimentarios que quedan en los misterios del mundo que no podían ser
humanos de su anterior estado animal; de resueltos por la ciencia natural y unos
la embriología, según la cual los organismos pocos años antes de su muerte en Diciem-
superiores repiten, como embriones, los bre de 1896 escribió: “parece que la única
grados de desarrollo de los organismos infe- opción que queda es lanzarse uno mismo en
riores; de la paleontología, que estudia los los brazos de lo sobrenatural.”11 En 1890
huesos y cráneos fosilizados y busca inferir, Renan reconsideró las grandes expectativas
a partir de ellos, la gran diferencia entre el que había acariciado con relación a la cien-
estado primitivo y el actual de los humanos; cia en sus primeros años.12 En 1895 Brune-
del mimetismo según el cual algunos ani- tière habló de la bancarrota de la ciencia y,
males asumen la forma, complexión o el aunque no estaba negando de esa manera
color de algún otro objeto en la naturaleza sus descubrimientos, intentaba mostrar que
para así protegerse de sus enemigos; de la no era el único medio por el cual la huma-
relación sanguínea que, de acuerdo a los nidad podía mejorar su destino.13 Roma-
exámenes de transfusión, especialmente los nes, quien era un Darwinista resuelto,
de H. Friedenthal, se alega que ha existido murió en 1895, habiéndose reconciliado
entre los humanos y los simios superiores.8
9. Además de los títulos siguientes, enume-
rados en la bibliografía – H. Lüken J. S.
Ocasionalmente, no obstante la mucha Nikel, H. Lotze, A. R. Gordon, B. Platz,
autoridad con la cual esta teoría de la des- O. Zöckler, Pressensé, J. Buibert, C.
cendencia súbitamente nos ha llegado, Hodge, D. Gath, Whitley, J. Orr, Geesink
encontró desde el principio una contradic- – vea también los comentarios al Génesis
de F. Delitzsch, H. Gunkel, et al.; cf. H.
ción muy seria, no solamente entre teólogos Ulrici, Gott und die Natur (Leipzig: T. O.
y filósofos,9 sino también entre científicos Weigel, 1862); idem, Gott und der Mensch
naturales;10 y esa contradicción, lejos de (Leipzig: T. O. Weigel, 1874); ed. Von
haber sido cambiada a lo largo de los años, Hartmann, Wahrheit und Irrthum im
Darwinismus (Berlín: C. Duncker, 1875)
se ha hecho escuchar con más volumen y reimpreso en Philos. Des Unbew. 11a ed.,
vigor. En casi cada conferencia anual de III (1904); B. Carneri, Sittlichkeit und
científicos naturales, Virchov repetía su Darwinismus (Wien: W. Braumüller,
protesta contra aquellos que hacían pasar el 1903); G. P. Weygoldt, Darwinismus,
Religion, Sittlichkeit (Leiden: E. J. Brill,
Darwinismo como un dogma establecido. 1878); E. G. Steude, Christentum und
Dubois Reymond habló en 1880 de siete Naturwissenschaft (Gütersloh: C. Bertels-
mann, 1895), 148ss. (N. del E.: cf. E.
Gustav Steude, Der Beweis für die Wahr-
8. G. J. Romanes, Las Evidencias Científi- heit des Christentums [Gütersloh: C. Ber-
cas de la Evolución Orgánica (Londres: telsmann, 1899]); T. Pesch, Die Grossen
Macmillan, 1882). Sobre el mimetismo, Welträthsel, 2 vols., 2a ed. (Freiburg i.B.:
cf. C. Gutberlet, Der Mensch (Paderborn: Herder, 1892), II, 147-71ss.; F. H.
Schöningh, 1903), 106ss. Sobre la rela- Reusch, La Naturaleza y la Biblia: Confe-
ción sanguínea entre el hombre y el rencias sobre la Historia Mosaica de la
simio, vea E. Wasmann, La Biología y la Creación en su Relación con la Ciencia
Teoría de la Evolución, trad. por A. M. Natural, trad. por Kathleen Lyttelton,
Buchanan, 3ª ed. (St. Louis: B. Herder, vol. II, 4ª ed. (Edinburgh: T. & T. Clark:
1923) 456-61; E. Dennert, Die Weltans- 1886) 32-120; R. Otto, Naturalistische
chauung des modernen Naturforschers und Religiose Weltansicht (Tübingen: H.
(Stuttgart: M. Rielmann, 1907), 21ss. Laupp, 1905) enz.

110
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

con la fe de la Iglesia Anglicana.14 A fines rialismo, luego de un continuado escruti-


del siglo diecinueve la vida intelectual de la nio, probó ser completamente insostenible.
gente pasó por un cambio notable. Aunque El concepto del átomo, que era su premisa,
se había logrado un despliegue de brillantes no podía soportar la prueba de una crítica
resultados en las ciencias naturales, en la lógica. La física fue obligada a abandonar el
cultura y en la tecnología, el corazón concepto de una acción a la distancia y con-
humano había quedado insatisfecho, y así cebía a todo el espacio como lleno de un
las personas se volvieron del intelectua- éter cósmico. El descubrimiento de los
lismo al misticismo, de la ciencia exacta a la rayos X condujo a una divisibilidad de la
filosofía, del mecanicismo al dinamismo, de materia hasta entonces insospechada. El
la materia muerta a la fuerza vital, del pensamiento monista llegó a reconocer que
ateísmo de regreso al panteísmo. El mate- incluso el materialismo con su materia y
fuerza no había vencido al dualismo, y el
idealismo filosófico produjo la percepción
10. L. Agassiz, Ensayo sobre la Clasificación,
ed. por Edward Lurie (Cambridge: Belk- de que la materia y toda la naturaleza nos
nap Press of Harvard University Press, son dadas solamente en la forma de una
1962); J. W. Dawson, La Naturaleza y la idea. Todas estas consideraciones pavimen-
Biblia (New York: Wilbur B. Ketcham, taron el camino para el panteísmo de Espi-
1875); Dana (cf. F. Wright, Wetenschap-
pelijke Bijdragen tot Bevestiging der Oud- noza o Hegel y ejercieron tal influencia que
Testamentische Geschiedenis, enz. 306 incluso Haeckel no pudo escapar de ella,
[Confirmaciones Científicas de la Historia dando lugar para que elevara su monismo
del Antiguo Testamento (Oberlin: O. materialista al nivel de una nueva reli-
Bibliotheca Sacra, 1906)]); C. Nägeli,
Entstehung und Begriff der Naturhistoris- gión.15
chen (Müchen: Köningliche Akademie,
1865); C. Nägeli, Una Teoría Mecánico- Este cambio de ambiente también
Fisiológica de la Evolución Orgánica (Chi- minó la creencia en la verdad del
cago: Open Court, 1898); A. Wigand, Der
Darwinismus und die Naturforschung Darwinismo. Sin embargo, en relación con
Newtons und Cuviers, 3 vols. (Brauns- esto, se ha de hacer una distinción entre el
chweig: F. Vieweg und Sohn, 1874-77); Darwinismo en un sentido más restringido
J. Ranke, Der Mensch, 2a ed. (Leipzig: y el Darwinismo en un sentido más amplio.
Bibliographisches Institut, 1894); *G.
Beck, Der Urmensch (Basel: A. Gaering,
1899); F. Bettex, Naturstudie en Christen- 11. Cf. D. Reymond, Beweis des Glaubens 31
dom, 4a ed. (Kampen: J. H. Kok, 1908); J. (Febrero 1895): 77-78.
Reinke, Die Welt als That, 4 vols., 3a ed. 12. E. Renan, L’avenir de la science
(Berlín: Gebruder Paetel, 1905); J. (París:Calmann-Levy, 1890).
Reinke, Die Natur und Wir (Berlín: 13. F. Brunetière, La Science et la Religión
Gebruder Paetel, 1908); E. Dennert, En (París: Firmin-Didot, 1895).
el Lecho de Muerte del Darwinismo, trad. 14. G. J. Romanes, Pensamientos Acerca de
por E. V. O'Harra y John H. Peschges la Religión, ed. por Charles Gore, 6ª ed.
(Burlington, Iowa: German Literary (Chicago: Open Court, 1911).
Board, 1904); E. Dennert, Die Weltans- 15. E. Haeckel, Der Monismus als Band
chauung des modernen Naturforschers zwischen Religion und Wissenschaft, 6a
(Stuttgart: M. Rielmann, 1907); A. ed. (Leipzig: A. Kroner, 1908); idem, El
Dippe, Naturphilosophie (München: C. Enigma del Universo a Fines del Siglo Die-
H. Beck, O. Beck, 1907); E. Wasmann, cinueve, trad. por Joseph McCabe (New
Biología Moderna. York: Harper & Brothers, 1900), 331-46.

111
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

El Darwinismo, en un sentido más amplio, idea del origen de las entidades orgánicas
esto es, la opinión de que los organismos por una combinación accidental de materia-
superiores evolucionaron a partir de los les inorgánicos. Cuando las investigaciones
organismos inferiores y que luego la especie de Pasteur comprobaron lo infundado de la
humana evolucionó gradualmente a partir idea se aferraron a la suposición de que los
de una ascendencia animal, todavía dis- protoplasmas o gérmenes de la vida habían
fruta de mucha aceptación, como lo hizo al sido traídos a la tierra por meteoritos desde
principio. El Darwinismo en el sentido más otros planetas (Helmholtz, Thomson).18
restringido, esto es, la explicación peculiar Cuando esta hipótesis también probó ser
que Darwin, con su teoría de la selección una mera inspiración mental anunciaron la
natural, ofrecida para el origen de las espe- teoría de que las células y gérmenes de la
cies, cayó en descrédito entre muchas per- vida siempre habían existido al lado de lo
sonas o fue incluso completamente inorgánico y por lo tanto, como la materia,
abandonado. Sin embargo, el Darwinismo la fuerza y el movimiento, eran eternos.
en un sentido está ligado con el Pero al decir esto los mismos proponentes
Darwinismo en el otro. Para el mismo de la teoría evolucionista reconocían la
Darwin la verdad de su teoría de la ascen- ineficiencia de ella: aquellos que hacen
dencia dependía de la posibilidad de expli- eterna a la “materia,” al “movimiento” y a
carla;16 cuando la explicación intentada la “vida” no resuelven el dilema sino que
comprueba no ser articulada la teoría han perdido la esperanza de encontrar una
también comienza a tambalearse y se solución.19 Muchos científicos naturales,
hunde hasta el nivel de una suposición que incluyendo a Rindfleisch, Bunge,
tiene tanto o menos derecho de existir Neumeister, Merkel y otros, han retornado
como cualquier otra. De hecho, entonces, por lo tanto al vitalismo.
también los argumentos que se pueden
impulsar contra la teoría de la ascendencia
17. O. Hertwig, Die Entwicklung der Biologie
humana no son de menos fuerza y de im neunzehnten Jahrhundert, 2a ed. (Jena:
menor peso que aquellos que son dirigidos G. Fischer, 1908); E. Von Hartmann,
contra la explicación de Darwin. “Mechanismus und Vitalismus in der
mod. Biologie.” Archiv für Systematische
Philosophie (1903): 139-78, 331-77; R.
Crítica del Darwinismo Otto, “Die mechanist. Lebenstheorie und
die Theologie,” Zeitschrift fur Theologie
Esos argumentos son, en general, los und Kirche (1903): 179-213; idem, Natu-
siguientes: en primer lugar, hasta ahora la ralistische und religiöse Weltansicht, 2a
ed. (Tübingen: J. C. B. Mohr [Paul Sie-
teoría de la ascendencia se ha mostrado beck], 1909), 145ss.; trad. al Inglés por J.
incapaz de hacer un tanto entendible el ori- Arthur Thomson y Margaret R. Thom-
gen de la vida.17 Inicialmente los científicos son (Londres: Williams & Norgate; New
recurrieron a la noción de una “generación York: Putnam, 1907); R. P. Mees, De
Mechanische Verklaring der Levensvers-
ambigua” (generatio aequivoca), esto es, la chijnselen (‘s Gravenhage, 1899); J. Gras-
set, Les limites de la biologie (París:
16. Cf. J. Orr, La Imagen de Dios en el Hom- Alcan, 1902).
bre y su Negación a la Luz de los Rechazos 18. Cf. también *Mac Gillavry, De Conti-
Modernos (Londres: Hodder & Stoug- nuïteit an het Doode en het Levende in de
hton, 1906), 99. Natuur (Leiden, 1898).

112
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

de las criaturas, específicamente de las enti-


En segundo lugar, el Darwinismo tam- dades orgánicas, siguen siendo un enigma.
bién ha probado ser incapaz de explicar el Si los humanos descendieron de los anima-
desarrollo adicional de las entidades orgáni- les, precisamente la enorme diferencia que
cas. La Escritura, por un lado, reconoce la existe entre ellos y que se manifiesta en el
verdad inherente a la evolución cuando organismo total seguiría siendo un enigma
dice que las plantas y los animales brotaron sin solución. Hoy se reconoce casi univer-
de la tierra al mandamiento de Dios (Gén. salmente que las numerosas especies de
1:11, 20, 24). Por otro lado, no obstante, plantas y animales no pueden inferirse de
dice que la tierra pudo producir estas enti- un solo organismo o incluso de cuatro o
dades orgánicas solamente por una palabra cinco organismos originales.22 Tanto mor-
de omnipotencia divina y que estas entida- fológica como fisiológicamente las especies
des orgánicas existían lado a lado desde el son demasiado divergentes. La selección
principio como especies distintivas, cada natural y la sexual son insuficientes para
una con su propia naturaleza (Gén. 1:11, hacer posibles tales cambios en las especies
21). Por lo tanto, no se puede descartar que y han sido, por consiguiente, significativa-
pudiese ocurrir dentro de las especies todo mente limitadas y modificadas por el
tipo de cambios, y tampoco se ha reducido mismo Darwin.23
la libertad de la ciencia para definir aún
más las fronteras de esas especies. Ni Además de esto, nunca se han obser-
siquiera es absolutamente necesario mirar a vado las transiciones de una especie a otra,
todas las especies enumeradas hoy por la ni en el pasado ni en el presente. Las mis-
botánica y la zoología como creaciones ori- mas especies de plantas y animales que
ginales. La noción de especie se halla lejos ahora conocemos también existían hace
de haber sido definida de manera aguda y miles de años y aparecieron de repente en
clara.20 Pero es igualmente cierto que la grandes cantidades. Las formas transito-
diversidad esencial y la disimilitud entre las rias, que acercarían a las especies ahora
criaturas hallan su raíz en la omnipotencia existentes, no han sido encontradas en nin-
creativa de Dios. Es Él quien hace la dife- guna parte. La paleontología no demuestra
rencia entre la luz y la oscuridad, el día y la
noche, el cielo y la tierra, la planta y el ani- 22. “No hay evidencia del todo a favor de
mal, el ángel y el ser humano.21 Y en el una filogenia monofilética” (E. Was-
Darwinismo esta diversidad y disimilaridad mann, Biología Moderna, 291).
23. La teoría de Darwin de que las especies
se originaron como resultado de peque-
19. En un ensayo (“Geist oder Instinkt,” ños cambios acumulativos a lo largo de
Neue Kirchliche Zeitschrift [1907]: 39) una serie interminable de años ha dado
Hoppe comenta correctamente: “El lugar, en la obra de Hugo de Vries, a la
Darwinismo ha dejado de producir una teoría de las mutaciones abruptas, Espe-
explicación de la teoría de la evolución; cies y Variedades; Su Origen por Muta-
en su lugar ha venido la espiritualización ción, ed. por Daniel Trembly MacDougal,
de la materia y, ¡voilà! la evolución ha 2ª ed., corregida y revisada. (Chicago:
sido rescatada.” Open Court). Pero con relación a esto la
20. Cf. E. Wasmann, Biología Moderna, pregunta de si los nuevos organismos
296-305, 427-29. resultantes son especies o variedades
21. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 47. sigue sin contestar.

113
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

una ascensión lenta, gradual y rectilínea de hechos, haría bien en abstenerse de hacer
entidades orgánicas de lo inferior a lo supe- juicios en esta materia. El materialismo y el
rior sino que muestra que todos los tipos de Darwinismo, [debemos notar], son tanto
especies existían unos junto a otros desde el histórica como lógicamente el resultado de
principio. Pero tales formas transitorias la filosofía, no de la ciencia experimental.
debiesen estar disponibles en grandes canti- El mismo Darwin, en cualquier caso,
dades porque los cambios morfológicos ocu- declara que muchas de las opiniones que
rrían muy lentamente a lo largo de miles de presentó eran altamente especulativas.25
años y eran, en cada ocasión, solo de un sig- Según Haeckel, Darwin no descubrió nin-
nificado pequeño. Es inconcebible que gún hecho nuevo; lo que hizo fue combinar
todas ellas fuesen accidentalmente destrui- y utilizar los hechos de una manera
das por catástrofes; aún más, debido a que única.26 El profundo parentesco entre
hasta el presente todos los organismos infe- humanos y animales siempre ha sido reco-
riores han seguido existiendo junto con los nocido, un hecho del que se hace alusión en
superiores a pesar de su imperfección e el concepto de “animal racional.”27 Pero en
incapacidad para la batalla por la supervi- tiempos anteriores este hecho no había sido
vencia. Añada a esto que especialmente aún combinado con la filosofía monista que
Augusto Weismann, pero también otros, dice que a partir de una potencia pura, la
han defendido con buenas bases la tesis de cual es nada, pueden desarrollarse, no
que las propiedades adquiridas no son obstante, todas las cosas como átomos, caos
transmitidas precisamente por herencia, de o células.
manera que sobre este tema y sobre la
herencia en general hay enormes diferen- En tercer lugar, en el Darwinismo el
cias de opinión.24 Las propiedades morfoló- origen de la humanidad es un problema sin
gicas son de lo más variable, algo solución. En realidad no existen las prue-
totalmente contrario a la teoría de Darwin. bas positivas de la ascendencia humana a
Si los cambios morfológicos se dieran a un partir de ancestros animales. La ontogenia
ritmo tan lento y en cada ocasión fuesen de de Haeckel ya no puede considerarse como
tan poco significado, no serían de ninguna prueba después de la refutación de Bischoff
manera una ventaja en la lucha por la vida. y otros.28 Los argumentos basados en una
Durante el tiempo de transición serían más variedad de huesos y cráneos humanos
un impedimento que una ayuda. Pues
mientras la respiración a través de bran- 25. C. Darwin, La Ascendencia del Hombre,
quias cambiaba a respiración por medio de 620.
26. E. Haeckel, Naturliche Schöpfungs-Ges-
pulmones el proceso era más un estorbo chichte (1874) 25 [9a ed. (Berlín: G. Rei-
que una ventaja en la batalla por la existen- mer) 1898].
cia. Por todas estas razones el científico 27. E. Wasmann, Instinkt und Intelligenz im
natural, cuya ciencia debe descansar sobre Thierreich, 8a ed. (Freiburg i.B.: Herder,
1905); W. M. Wundt, Vorlesungen über
die Menschen- und Thierseele, 2 vols. (Lei-
24. O. Hertwig, Problemas Biológicos de Hoy: pzig: L. Voss, 1863).
¿Preformación o Epigénesis? (New York: 28. También cf. O. Hertwig, “Das biogene-
Macmillan, 1900); H. H. Kuyper, Evolu- tische Grundgesetz nach dem heutigen
tie of Revelatie (Amsterdam: Höveker & Stande der Biologie,” Internationale
Wormser, 1903). Wochenschrift 1 (1907), n. 2.3.

114
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

encontrados en cavernas, más reciente- que se encuentran en los humanos (con-


mente en Indonesia, han sido abandonados ciencia, lenguaje, religión, moralidad, etc.)
a su vez en caso tras caso.29 Por un lado, el a partir de fenómenos que ocurren en los
estudio de especies antropoides de simios y, animales,33 y muchos otros le han seguido
por el otro, de una colección de huesos, crá- en este aspecto. Pero hasta ahora estos
neos, humanos anormales, microcefálicos, intentos tampoco han sido exitosos. Como
enanos, y así sucesivamente, finalizó en la la esencia de la energía y la materia, el
observación de que la diferencia entre ani- origen del movimiento, el origen de la vida
males y humanos es esencial y siempre ha y la teleología, así también la conciencia
existido.30 Por consiguiente, generalmente humana, el lenguaje, la libertad de la
se reconoce que ninguna especie de simio, voluntad, la religión y la moralidad todavía
tal y como existen hoy o han existido en el pertenecen a los enigmas del mundo que
pasado, pueden ser la reserva ancestral de esperan una solución. Las ideas, las cuales
la raza humana.31 Los más ardientes defen- son totalmente mentales, se relacionan con
sores del Darwinismo admiten que se debe el cerebro de una manera muy diferente a
asumir algún tipo de especie transitoria, la manera en que la bilis se relaciona con el
una especie de la cual no se ha encontrado, hígado y la orina con los riñones. En
hasta ahora, ni siquiera una huella. En una palabras de Max Müller el lenguaje es, y
conferencia de científicos naturales en sigue siendo, el Rubicón entre nosotros y el
1894, Virchov comentó: “Hasta ahora no se mundo animal. La explicación psicológica
ha encontrado ningún simio que pueda ser de la religión es insostenible. Y la
considerado el verdadero ancestro de los derivación de la moralidad a partir de
humanos, ni ningún semi-simio. Esta cues- instintos sociales humanos fracasa al no
tión ya no se encuentra al frente de la hacer justicia a la autoridad de la ley moral,
investigación.”32
32. En F. Hettinger, Apologie des Christen-
thums, 5 vols., 7a ed. (Freiburg i.B.: Her-
En cuarto lugar, el Darwinismo sobre der, 1895-98), III, 297 (Nota del Editor:
todo fracasa al no dar una explicación de la Selecciones de la Apologie de Hettinger
humanidad en términos de su dimensión fueron traducidas en una edición de un
psíquica. Darwin comenzó con el intento volumen por Henry Sebastion Bowden,
Religión Natural, 2ª ed. [Londres: Burns
de derivar todos los fenómenos mentales & Oates, 1892]); J. Reinke, Die Entwic-
klung der Naturwissenschaften insbeson-
29. Hubrecht, Gids, Junio 1896. Como Vir- dere der Biologie im neunzehnten
chov lo había hecho antes, así también el Jahrhundert (Kiel: Universitäts-
Dr. Bumuller de Augsburg, en el con- Buchhandlung [P. Toeche], 1900), 19,
greso de antropólogos celebrado en Sep- 20, por lo tanto escribió: “Debemos reco-
tiembre de 1899 en Lindau, afirmó que el nocer sin reservas que no hay una sola
Pithecanthropus erectus de Dubois era un prueba completamente inobjetable para
gibón (en Beweis des Glaubens [1900]: su (ascendencia animal del hombre) con-
80), cf. E. Wasmann, Biología Moderna, dición de correcta.” También cf. Branco,
465-80. en E. Wasmann, Biología Moderna, 407-
30. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 3ª ed. 79, y el mismo Wasmann, 456-83.
(Heidelberg: C. Winter, 1881), 721; cf. E. 33. Ch. Darwin, La Ascendencia del Hombre,
Wasmann en Biología Moderna. caps. 3-4, y La Expresión de las Emociones
31. E. Haeckel, Der Kampf um den Entwic- en el Hombre y en los Animales (Londres:
kelungsgedanken, 58. John Murray, 1872).

115
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

al carácter categórico del imperativo moral,


a los “imperativos” del bien, a la En años recientes hay una tendencia
conciencia, la responsabilidad, el sentido general a observar una mayor moderación
del pecado, el arrepentimiento, el al calcular la edad de la tierra y de la huma-
remordimiento y el castigo. De hecho, nidad. Darwin, claro está, demandaba un
aunque el Darwinismo como tal no es incalculable número de años para dar lugar
totalmente idéntico al materialismo, sin al origen de las especies a través de peque-
embargo tiende en esa dirección, encuentra ños cambios, pues si la evolución nunca
allí su apoyo más significativo, y también avanzó más rápido que ahora, el origen de
pavimenta así el camino para la subversión la vida y de cualquier tipo de organismo
de la religión y la moralidad y a la habrá requerido un tiempo extraordinaria-
destrucción de nuestra humanidad. No hay mente largo. Cuando los científicos comen-
ningún provecho en que la gente diga que zaron a hacer cálculos, de manera
es mejor ser un animal altamente consistente con esta teoría de la evolución,
desarrollado que un humano caído. La de cuánto tiempo hubiese necesitado el ojo
teoría de la ascendencia animal de los humano para desarrollarse a partir de una
humanos viola la imagen de Dios en el minúsculo grano de pigmento y cuánto
hombre y degrada al humano hasta hubiesen necesitado los cerebros de los
alcanzar la imagen del orangután y del mamíferos para desarrollarse a partir de un
chimpancé. Desde el punto de vista de la ganglio original, automáticamente llegaron
evolución no se puede sostener la a tiempos inmensamente largos, que debían
humanidad como la imagen de Dios. La ser multiplicados varias veces para la dura-
teoría de la evolución nos obliga a regresar ción de toda la vida en la tierra. Por tanto,
a la creación tal y como la Escritura nos la algunos de ellos, junto con el mismo
presenta. Darwin en la primera edición de El Origen
de las Especies, llegaron a una cifra de 300
La Edad de la Humanidad millones de años para la edad de la vida
sobre la tierra y la mayoría usaba cifras aún
En relación con la teoría del origen del más elevadas.35
hombre la doctrina de la evolución también
tiende a entrar en conflicto con la Escritura Pero los físicos y los geólogos gradual-
con respecto a la edad, la unidad y la mente comenzaron a expresar objeciones a
morada original de la raza humana. Una estas cifras. Ellos mismos comenzaron a
gran edad fue atribuida a la raza humana calcular, intentando de varias maneras y
por parte de muchos pueblos, incluyendo por medio de varios métodos estimar la
los Japoneses, Indonesios, Babilonios, Egip- edad de la tierra, el océano, la luna y el sol.
cios, Griegos y Romanos, quienes hablaron
de muchas edades del mundo y de miríadas
34. A. R. Wallace, por ejemplo, habla de
y cientos de miles de años. De tiempo en medio millón de años, según J. Orr, La
tiempo la antropología moderna a regre- Imagen de Dios en el Hombre, 166.
sado a estas cifras fabulosas pero no es más 35. H. De Vries, Especies y Variedades, 14;
consistente que la mitología pagana; abarca F. Wright, Wetenschappelijke Bijdragen,
176 [Confirmaciones Científicas]; J. Orr,
entre 10,000 y 500,000 años y aún más.34 La Imagen de Dios en el Hombre, 176.

116
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Y aunque difirieron entre ellos mismos en el uno junto al otro en regiones diferentes
millones de años, el tiempo que todavía asu- de la tierra. Pero aún si la especie humana
mían para tal edad era generalmente mucho existía en el período Terciario y el hombre
más corto que el requerido por los biólogos. fue un contemporáneo del mamut, lo que
Hablaban como máximo de 80 o 100 millo- sigue no es que esto establezca la edad de la
nes, y algunas veces se iban tan bajo como humanidad; uno puede muy bien igual-
10 ó 20 millones de años. Ahora, si la edad mente inferir a partir de esto que este
de la tierra no requiere más que una cifra período es mucho más reciente de lo que se
entre 10 a 100 millones de años – y, como creía inicialmente. Lo cierto es que al calcu-
es claro a partir de esta diferencia, el cál- lar las fechas de la Era del Hielo los científi-
culo es otra vez altamente incierto y sujeto cos han retornado a números más
a modificación en un momento36 – es auto- modestos. En años recientes hay incluso un
evidente que el origen de la vida y de la acuerdo considerable sobre este punto. La
humanidad es, una vez más, mucho menos mayoría de expertos, tales como G. F.
remota. Sobre esta cuestión, por consi- Wright, Salisbury, Winchell y otros, han
guiente, hay una amplia variedad de opinio- llegado a la conclusión de que la Era del
nes. Algunos científicos, tales como Hielo en América, y por tanto aproximada-
Bourgeois, Delaunay, de Mortillet, Quatre- mente también la de Europa, no se encuen-
fages, y otros, asumen que el hombre ya se tra más allá de ocho o diez mil años detrás
encontraba en el período Terciario. Otros, de nosotros.38 En relación con esto uno
por otro lado, tales como Virchov, Mor. debe siempre tener en mente que los
Wagner, Oskar Schmidt, Zittel, Cathaillac, cálculos basados en las viviendas
John Evans, Joseph Prestwich, Hughes, [sostenidas por pilotes] encontradas en
Branco, Wasmann, Dawson, Haynes, y así Suiza y en otras partes; en huesos y cráneos
sucesivamente, son de la opinión que la que se han encontrado en cuevas cerca de
humanidad no hizo su debut sino hasta el Liège, Amiens, Dusseldorf, y en muchas
período Cuaternario.37 La decisión es tam- otras partes; en las formaciones de los
bién difícil porque los límites entre los dos deltas del Nilo y del Mississippi; en la
períodos no pueden fijarse con claridad y formación de las cataratas del Niágara y
estos períodos bien pueden haber existido San Antonio cerca de Minneapolis; en la
duración de las Eras de Piedra, Bronce y del
36. J. Orr, La Imagen de Dios en el Hombre, 168. Hierro, y así sucesivamente – que todos
37. Ibid., 174, 306; J. Guibert, En el Princi- estos cálculos descansan sobre un
pio, trad. por G. S. Whitmarsh (Londres: fundamento hipotético y se hallan lejos de
Kegan Paul, Trench, Trubner, 1900),
264-97; Gutberlet, Der Kensch, 265ss.; E. ser absolutamente ciertos. A este respecto,
Wasmann, Biología Moderna, 477. Según incluso más que en el de la edad de la tierra,
Wasmann, no se han encontrado todavía
rastros algunos de humanos del terciario 38. J. Orr, La Imagen de Dios en el Hombre,
y las señales de actividad humana que se 306; F. Wright, Wetenschappelijke
piensa que han sido encontradas en el Bijdragen, 201-7 [Confirmaciones Cientí-
Período Terciario son extremadamente ficas]; Upham, “Die Zeitdauer der geolo-
dudosas. En contraste, quedan muchos gischen Epochen,” Gaea 30 (1894):
restos humanos diluviales, todos los cua- 621ss. cita a varios estudiosos que sitúan
les prueban que en ese tiempo el hombre la Era del Hielo aproximadamente siete ú
era ya un “Homo sapiens completo.” ocho mil años antes de Cristo.

117
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

es el caso que aunque los científicos pueden Cristo se halla bastante bien establecida,
mencionar números, no tienen el material algunas veces hasta en pequeños detalles;
para una historia que se desarrolle en un que los segundos mil años antes de Cristo
período tan largo. parece que se nos han dado solo unos pocos
De más valor para la determinación de puntos fijos de referencia; y que en los ter-
la edad de la raza humana son los datos cro- ceros mil años, esto es, antes del 2000 A.C.,
nológicos que nos son proporcionados por todo es incierto.40 De hecho, hay otras
la historia y los monumentos de diferentes razones también por las cuales la raza
pueblos. La historia de la India y de China humana no puede haber existido muchos
no proveen una base firme para una crono- miles de años antes de Cristo. Si hubiese
logía, surgiendo – como lo hacen – solo existido la población del mundo en el
unos pocos siglos antes de Cristo. Pero la tiempo de Cristo hubiese sido mucho más
situación es algo diferente con la historia de grande y hubiese estado distribuida más
Egipto y Babilonia. Indudablemente que ampliamente. Mil años antes de Cristo, des-
aquí tenemos una civilización antigua; ya pués de todo, la mayor parte del globo se
existía tan lejos como podamos retroceder hallaba aún inhabitada; esto se aplica a lo
en la historia. También la misma Escritura que ahora llamamos Asia del Norte, Europa
enseña claramente esto. Pero la cronología Central y Norte, África al sur del Sahara,
es, no obstante, todavía tan incierta que Australia, las islas del mar del Sur y Amé-
uno no puede basar mucho en ella. Esta rica. Incluso en el tiempo de Cristo – aparte
incertidumbre se ilustra por el hecho que de Asia – la humanidad vivía principal-
según Champollion el reinado del rey Egip- mente alrededor del Mar Mediterráneo. Si
cio Menes comenzó en 5867 A.C.; según la humanidad fuese tan antigua como se ha
Boeckh, en 5702; según Unger, en 5613; afirmado se hubiesen encontrado muchos
según Brugsch, en 4455; según Lauth, en más restos de ciudades y de humanos; y
4157; según Lepsius, en 3892; según Bun- ahora, como son las cosas, son muy escasos
sen, en 3623; de acuerdo a Edgard Meyer, y se limitan a una parte de la tierra. Por
en 3180; según Wilkinson, en 2320 – una consiguiente, las cifras más confiables no
difusión de más de 3500 años; y también
por el hecho que Bunsen dice que el
39. F. Hettinger, Apologie des Christen-
período histórico de Babilonia comienza en thums, III, 258ss.; A. Baumgartner, Ges-
el 3784, Von Gutschmid en 2447, Brandis chichte der Weltliteratur, I (Freiburg i.B.:
en 2458, Oppert en 3540, y así sucesiva- Herder, 1897), 89; H. H. Kuyper, Evolu-
mente.39 tie of Revelatie, 76, 90. Las excavaciones
más recientes en Egipto han conducido a
la tesis que allí una civilización prehistó-
Cada estudiante de historia antigua rica precedió al tiempo histórico. La por-
tiene su propia cronología. Es un laberinto tadora de esa civilización prehistórica
sin un hilo para guiar al investigador. Sola- fue una antigua raza indígena; cf. el artí-
culo: “Egypte vóór den tijd der Pirami-
mente en el caso del pueblo de Israel pode- den,” Wetensch. Bladen (Agosto 1907):
mos en realidad hablar de una historia y 274-93, (Septiembre 1907): 436-53; J.
una cronología. Fritz Hommel está, por lo Orr, La Imagen de Dios en el Hombre, 179,
tanto, en lo correcto al decir que la cronolo- 306.
40. F. Hommel, Geschichte des alten Morgen-
gía para los primeros mil años antes de landes (Leipzig: Göschen, 1895), 38.

118
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

van más allá de cinco o siete mil años antes rar que todos los seres humanos formaban
de Cristo.41 Si en relación con esto recorda- un solo cuerpo (sustma politikon) del cual
mos que los estudiosos están lejos de haber todos eran miembros, de allí que procla-
alcanzado un acuerdo con respecto a la cro- mara la justicia y el amor universal entre
nología de la Biblia,42 entonces, también en los hombres.44 Luego del Renacimiento la
este punto no hay un desacuerdo significa- idea de varios orígenes de la raza humana
tivo entre la Escritura y la ciencia. Pero nuevamente salió a la superficie. Esta idea
incluso si de acuerdo al cálculo habitual el sucedió algunas veces en forma de un
Diluvio ocurrió en el 2,348 A.C., hubo un verdadero poligenetismo, como en
período de 450 años para el llamado de Caesalpinus, Blount, y otros deístas; en
Abraham en el 1,900 A.C.; este período es parte como co-adamitismo, es decir, la
suficientemente largo para dar a lugar a que descendencia de diferentes razas a partir de
imperios bastante poderosos se desarrolla- ancestros diferentes, en Paracelso y otros;
ran a lo largo del Éufrates y del Nilo. En en parte (en Zanini y especialmente en
catorce generaciones de 33 años cada una, Isaac e la Peyrère) como preadamitismo,
esto es, en 462 años, Noé y sus tres hijos (y esto es, la descendencia de pueblos salvajes
seis hijos por matrimonio) pudieron tener
más de doce millones de descendientes.43 42. Se han hecho varios intentos por exten-
der la cronología de la Biblia y así armo-
nizarla con la de la ciencia natural y la de
La Unidad de la Raza Humana la historia. La cronología del texto
Hebreo del Antiguo Testamento es dife-
La unidad de la raza humana es una rente de la traducción Griega. Las genea-
certeza en la Sagrada Escritura (Gén. 1:26; logías de Génesis 5 y 10 quizás se saltan
generaciones y, aunque establecen la
6.3; 7:21; 10:32; Mat. 19:4; Hch. 17:29; línea familiar, no fijan la duración de las
Rom. 5:12s.; 1 Cor. 15:21ss., 45s.) pero casi generaciones. Así, por ejemplo, W. H.
nunca ha sido reconocida por las personas Green y F. Wright, Wetenschappelijke
que viven fuera del círculo de la revelación. Bijdragen, 37 [Confirmaciones Científi-
cas]; J. Urquhart, ¿Qué tan antiguo es el
Los Griegos se consideraban a sí mismos hombre? Algunos Capítulos mal entendi-
autóctonos y despreciaban orgullosamente dos en la Cronología de la Escritura (Lon-
a los “bárbaros.” Este contraste se encuen- dres: Nisbet, 1904), es de la misma
tra virtualmente en todas las naciones. En opinión y calcula el tiempo desde Adán
hasta Cristo en 8,167 años. También cf.
la India gradualmente llegó a existir incluso N. Howard, Neue Berechnungen über die
una aguda división entre cuatro castas de Chronologie des Alten Testaments und ihr
personas, y para cada una de ellas se asu- Verhältnis zu der Altertumskunde, pró-
mía un origen distinto. La Estoica fue la logo por V. E. Rupprecht (Bonn: 1904);
*Totheringham, La Cronología del Anti-
primera escuela de pensamiento en aseve- guo Testamento (Cambridge, 1906); A.
Bosse, Untersuchungen zum chronologis-
41. F. Pfaff, Schöpfungsgeschichte, 710-28; chen Schema des Alten Testament
M. Gander, Die Sündflut in ihrer Bedeu- (Cothen, 1906); Herders, art. “Bibl.
tung für die Erdgeschichte (Münster: Chronologie,” Kirchenlexicon; J. B. Hein-
Aschendorff, 1896), 78-90; P. Schanz, rich y K. Gutberlet, Dogmatische Theolo-
Das Alter des Menschengeschlechts nach gie, VI, 2a ed. (Mainz: Kircheim, 1881-
der Heiligen Schrift der Prophangeschichte 1900), 272; cf. las páginas anteriores
und der Vorgerschichte (Freiburg i.B.: 123, 131 (en la edición impresa de Baker
Herder, 1896). Books).

119
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

que tenían color oscuro a partir de un ron una ley positiva; cometieron pecados
ancestro anterior a Adán, mientras que en naturales pero no pecados contra la ley. Por
el caso de Adán este era solamente el un tiempo esta teoría ganó amplia acepta-
ancestro de los Judíos o también de la ción y también provocó oposición de todas
humanidad blanca. partes.45 Pero pronto cayó en el olvido.
En 1655 de la Peyrère publicó (sin Solo unos pocos autores, tales como Bayle,
indicar el nombre el autor, la imprenta o el Arnold y Swedenborg, pensaban que tenía
lugar) una pequeña obra titulada Praeada- algún mérito. Especialmente cuando en el
mitae y como subtítulo Sistema theologiae ex siglo dieciocho el conocimiento de los pue-
praeadamitarum hypothesi. En este folleto blos del mundo obtuvo una mayor difusión
se hace la afirmación (con una apelación a y la gente comenzó a darse cuenta de la
Gén. 4:14, 16, 17; 6:2-4) de que la gente ha gran diversidad en el color, cabello, com-
existido mucho antes de Adán. Estas perso- plexión, costumbres (etc.) entre ellos
nas descendieron de la primera pareja cuya muchos estudiosos se presentaron una vez
creación se reporta en Génesis 1. Sin más con la idea de diferentes ancestros:
embargo, en Génesis 2, encontramos la his- Sullivan (1795), Crüger (1784), Ballenstedt
toria de la creación de Adán y Eva, quienes (1818), Stanhope Smith (1790), Cordon-
son los ancestros de los Judíos. Estos dos nière (1814), Gobineau (1853-55), y otros.
quebrantaron la ley que se les dio en el Algunos pusieron esta idea al servicio de la
paraíso y cayeron en pecados aún más gran- defensa de la esclavitud, como fue el caso
des que los pueblos que descendieron del con Dobbs en Irlanda contra Wilberforce,
primer hombre, pues los últimos, como lo por Morton Nott, Glidon, Knox, Agassiz y
dice Pablo (Rom. 5:12-14), no pecaron a la otros. Otro tipo de poligénesis fue enseñado
manera del pecado de Adán. Ellos no viola- por Schelling.46 Él también asumía la exis-
tencia de muchas razas de personas antes
43. Para material adicional sobre la edad de
de Adán, pero estas se habían elevado y
la tierra, cf. O. Zöckler, Geschichte der desarrollado tanto de su inferior status ani-
Beziehungen zwischen Theologie und mal que finalmente le produjeron a él en
Naturwissenschaft (Gütersloh: C. Bertels-
mans, 1877-99), II, 755ss.; idem, Die 45. F. Spanheim, Opera, III, 1249ss.; F.
Lehre vom Urstand des Menschen (Güters- Turretin, Institutes of Elenctic Theology,
loh: C. Bertelsmann, 1879), 87ss.; O. trad. por George Musgrove Giger, ed. Por
Zöckler, art. “Mensch” en PRE3, XII, James T. Dennison, 3 vols. (Phillipsburg,
624; P. Schanz, Apologie des Christen- N.J.: Presbyterian & Reformed, 1992-),
tums, 3 vols. (Freiburg i.B.: Herder, V, qu. 8; J. Marckius, Historia Paradisi
1887-88), I, 333ss. [Una Apología Cris- (Amsterdam: Gerardus Borstius, 1705),
tiana, trad. por Michael F. Glancey, Víc- II, 2 §3ss.; B. de Moor, Comm. Theol., II,
tor J. Schobel, 4ª ed. rev. (Ratisbon: F. 1001-5; C. Vitringa, Doctr. Christ., II,
Pustet, 1891)]; F. Hettinger, Apologies 127; cf. J. I. Doedes, “Nieuwe Merkwaar-
des Christenthums, III, 281-310; F. G. digheden uit den Oude-boeken-schat,”
Vigouroux, Les Livres Saints, 4 vols. ed. por W. Moll y J. G. De Hoop Scheffer,
(París: A. Roger & F. Chernoviz, 1886- Studien en Bijdragen (Amsterdam: G. L.
90), III, 452ss.; B. Platz, Der Mensch Funke, 1880), IV, 238-42; O. Zöckler,
(Würzburg y Leipzig: Woerls Rusenbu- Geschichte der Beziehungen, I, 545ss., II,
cher-verlag, 1898), 385ss. 768ss.; idem, Die Lehre vom Urstand,
44. E. Séller, Philosophie der Greichen, IV, 231ss.
287ss. 46. F. W. Schelling, Werke, II, I, 500-515.

120
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

quien se manifestó primeramente la huma- ni siquiera estamos cerca de encontrar. Las


nidad y podía por tanto llevar el nombre de diferencias en color, cabello, cráneo, len-
el humano (“ha-adam”) con buena justifica- guaje, ideas, religión, hábitos, costumbres,
ción. Igualmente un cierto preadamitismo y así sucesivamente, son tan grandes y la
fue propagado por Oken, Carus, Baumgart- expansión de la única raza humana sobre el
ner, Perty y Bunsen.47 Después de 1860 se globo – por ejemplo, desde las Islas del Mar
le añadió a estas opiniones el Darwinismo, del Sur hasta América – tan enigmática que
el cual, debido a su teoría de la variabilidad la idea de los orígenes diferentes de pueblos
bien podía ser monogenético pero entre apenas nos sorprende. Por consiguiente, la
muchos de sus partidarios, sin embargo, se Escritura, en Génesis 11, traza el origen de
volvió poligenético. El desarrollo de animal los idiomas y de los pueblos a un acto sim-
a hombre ocurrió en varias ocasiones y ple de Dios por el cual intervino en el desa-
lugares y dio lugar a razas diferentes de rrollo de la humanidad.50 El origen de
acuerdo a Haeckel, Schaafhausen, Caspari, pueblos distintos tiene un profundo
Vogt, Büchner y otros.48 Sin embargo, significado ético-religioso y habla del
desde la posición del Darwinismo la cues- deterioro intelectual y espiritual. Mientras
tión concerniente al origen y edad de la más salvaje y ruda se vuelva la humanidad,
humanidad no puede contestarse; la transi- los idiomas, ideas, etc., tomarán diferentes
ción de animal a hombre ocurrió tan lenta- caminos. Mientras la gente viva más en
mente que en realidad no hubo un primer aislamiento, más se incrementarán las
hombre. Contra este poligenetismo, el diferencias en el idioma. La confusión de
monogenetismo fue nuevamente defendido los idiomas es el resultado de la confusión
por von Humboldt, Blumenbach, St. en las ideas, en la mente y en la vida.
Hilaire, von Baer, von Meyer, Wagner,
Quatrefages, Darwin, Peschel, Ranke; tam- Aún así, en toda esa división y que-
bien Virchov consideró la posibilidad.49 branto la unidad ha sido preservada. La
ciencia de la lingüística ha descubierto
Ahora, la existencia de varios pueblos parentesco y unidad de origen aún donde
y razas en la humanidad es, con mucha cer- en el pasado ni siquiera había la más
teza, un asunto importante cuya solución remota sospecha. Mientras que la existen-
cia de razas y pueblos es un hecho, la deter-
47. También cf. W. Bilderdijk, Opstellen minación de sus fronteras es sin embargo
van Godgeleerden en Zedekundigen Inhoud tan difícil que genera inmensas disputas.
(Ámsterdam: Immerzeel, 1883), II, 75; Kant asumía que había cuatro razas dife-
D. F. Strauss, Christliche Dogmatik, I,
680; G. A. Schwalbe, Studien zur Vorges-
chichte des Menschen (Stuttgart: Schwei- 50. F. W. Schelling, Werke, II, I, 94-118; H.
zerbart, 1906). Lüken, Die Traditionen des Menschenges-
48. Cf. L. Gumplovicz, Grundriss der Socio- chlechts (Munster: Aschendorff, 1869),
logie, 2ª ed. (Wien: Manzsche Buchhan- 278ss.; C. A. Auberlen, La Revelación
dlung, 1905), quien promueve Divina, I (Edinburgh: T. & T. Clark,
ardientemente el poligenetismo y basa su 1867); F. Kaulen, Die Sprachen-
sociología en él (138ss.). verwirrung zu Babel (Mainz: F. Kir-
49. Cf. el mismo C. Darwin, Ascendencia, chheim, 1861); Strodl, Die Entstehung
cap. 7, y además F. Hettinger, Apologie der Völker Schaffhausen (Schaffhausen,
des Christenthums, III, 224. 1868).

121
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

rentes, Blumenbach cinco, Buffon seis; Pes- contacto tienen, sin embargo, varios atribu-
chel siete, Agassiz ocho, Haeckel doce, tos y prácticas en común, tales como gestos,
Morton hasta veintidós.51 En y entre todas el sistema decimal, el pintarse la piel, tatua-
las razas hay también formas de transición jes, circuncisión, tabúes, etc. Además,
que parecen burlarse de todos los intentos numerosos fenómenos fisiológicos son los
de clasificación. Por consiguiente, Génesis mismos en todas las razas, tales como la
10 sostiene la unidad de la raza frente a postura erecta, la forma del cráneo, el peso
toda la diversidad y Johann von Müller dijo promedio del cerebro, la cantidad y longi-
con buena razón, “toda la historia debe tud de los dientes, la duración del emba-
comenzar con este capital.” razo, la cantidad promedio de pulsaciones
del corazón, la estructura interior del orga-
Ahora, contra esta unidad el nismo, la mano, el pie (etc.), la edad prome-
Darwinismo no puede realmente levantar dio, la temperatura corporal, los períodos
objeción alguna. La diferencia entre el mensuales, la susceptibilidad a las enferme-
hombre y el animal es en cualquier caso dades, y así sucesivamente. Finalmente, en
mucho más grande que la que existe entre los aspectos intelectuales, religiosos, mora-
los humanos. Si el hombre pudo evolucio- les, sociales y políticos los seres humanos
nar a partir de un animal, es difícil ver por- tienen una amplia variedad de cosas en
qué la idea de un origen común de la común: lenguaje, intelecto, razón, memo-
humanidad debiese como tal encontrar ria, conocimiento de Dios, conciencia, sen-
alguna objeción. El Darwinismo en reali- tido de pecado, arrepentimiento, sacrificio,
dad proporciona el medio conceptual para ayuno, oración, tradiciones sobre una
explicar la posibilidad de una amplia varie- época de oro, un diluvio, y así sucesiva-
dad de cambios en una especie dada como mente. La unidad de la raza humana, como
resultado de varias influencias climáticas y la Escritura la enseña, es confirmada pode-
de estilos de vida. Hasta ese punto rinde un rosamente por todo esto. Finalmente, no es
excelente servicio a la defensa de la verdad. un asunto de indiferencia, como algunas
Pues, por muy grande que pueda ser la dife- veces se ha afirmado, sino por el contrario
rencia entre las razas, con una mayor de la máxima importancia: es la presuposi-
investigación la unidad y parentesco de ción de la religión y la moralidad. La solida-
todos pueblos surge sin embargo con más ridad de la raza humana, el pecado original,
claridad.52 Es también evidente a partir del
hecho que padres de las más diversas razas 52. El significado de las razas es, a su vez,
pueden aparearse y producir hijos fértiles; exagerado, como lo es por Ammon,
Driesmann, H. St. Chamberlain,
que cualquier clase de humanos puede Dühring, Gumplovicz, Nietzsche, Marx,
habitar cualquier zona de la tierra y vivir y así sucesivamente, y subestimado por
allí y que pueblos que nunca han estado en Jentsch, Hertz, Colajanni, esp. Finot; cf.
Snijders, “Het ontstaan en de verbrei-
ding der menschenrassen,” Tijdsp. (Abril
51. O. Peschel, Abhandlungen zur Erd und 1897); S. R. Steinmetz, “De rassenkwes-
Völkerkunde, 5a ed. (Leipzig: Duncker & tie,” Gids 71 (Enero 1907): 104-39; H.
Humboldt, 1878), 316ss.; H. Schurtz, Kern. Rassen, Volken, Staten (Haarlem:
Katechismus der Völkerkunde (Leipzig: J. Bohn, 1904). “Oud en Nieuw over de
J. Weber, 1893); J. Guibert, En el Princi- menschenrassen,” Wetenschappelijke
pio, 212-53. Bladen (Junio 1904): 337-57.

122
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la expiación en Cristo, la universalidad del algunas veces es igualado con el Edén (Isa.
reino de Dios, la catolicidad de la iglesia, y 51:3; Eze. 28:13; 31:9). Dios, además,
el amor al prójimo se hallan todos cimenta- plantó el huerto en Edén “hacia el Este,”
dos en ello.53 “por el Este,” es decir, desde el punto de
vista del autor. Un río fluía del Edén para
La Morada Original de la Humanidad regar el huerto; y desde allí, esto es, desde el
huerto, a medida que regaba el huerto, se
Finalmente, está la diferencia con res- dividía en cuatro ramas cuyos nombres son
pecto a la morada original del hombre. Pisón, Gihón, Hidekel y Éufrates. Los últi-
Génesis relata que Dios, después de haber mos dos ríos son el Tigris y el Éufrates;
creado a Adán, plantó un huerto en Edén. pero acerca de los primeros dos siempre ha
Por lo tanto,vEçDen (placer, tierra de deleite) habido desacuerdos. Los padres de la igle-
no es idéntica con el paraíso sino una sia, como Josefo, generalmente asociaban el
región en la que el huerto (LXX paradeisos; Pisón con el Ganges y el Gihón con el Nilo.
según Spiegel de la palabra Persa pairi- Pero nunca emprendieron un estudio cui-
daza, recinto cercado) fue plantado. Este dadoso de la ubicación del paraíso. Para
paraíso es luego llamado el huerto de Edén ellos el paraíso sobre la tierra a menudo
(Gén. 2:15; 3:23), el huerto de Dios (Eze. corría de manera paralela al paraíso celes-
31:8,9), el huerto del Señor (Isa. 51:3), y tial y era interpretado alegóricamente.
Agustín dice que hubo tres opiniones con
53. Sobre la unidad de la raza humana, cf. respecto al paraíso.54 Algunos lo miraban
además: O. Zöckler, “Die einheitliche
Abstammung des Menschengeschle-
como un paraíso terrenal, otros como uno
chts,” Jahrbuch für die Theologie (1863): celestial, y aún otros combinaban los dos.
51-90; idem, Geschichte der Beziehungen, Aquellos que lo consideraban como un
II, 768ss.; idem, Die Lehre vom Urstand, paraíso terrenal creían que estaba situado
231ss.; idem, en PRE3, XII, 621; Rauch, en un nivel muy alto entre el cielo y la tie-
Die Einheit des Menschengeschlechts
(Augsburg, 1873); Th. Waitz, Ueber die rra, que incluso se extendía hasta la luna, o
Einheit des Menschengeschlechts und den que en un tiempo toda la tierra había sido
Naturzustand des Menschen (Leipzig: un paraíso, o que estaba situado al otro lado
Fleischer, 1859); H. Ulrici, Gott und der el océano. Según algunos exegetas el
Mensch, I, 2, 146ss.; H. Lotze, Microcos-
mus, trad. por Elizabeth Hamilton y E. E. paraíso fue completamente destruido des-
Constance Jones (New York: Scribner & pués de la caída, especialmente por el dilu-
Welford, 1866), 173-92; O. Peschel, vio; según otros, todavía existía pero se
Abhandlungen zur Erd und Völkerkunde, había vuelto inaccesible por las montañas y
14ss.; F. H. Reusch, Naturaleza y Biblia,
II, 181-245; P. Schanz, Apologie des los mares; e incluso otros pensaban que
Christenthums, I, 318-33 [Una Apología había sido incorporado al cielo. La primera
Cristiana]; F. G. Vigouroux, Les Livres persona que intentó precisar la ubicación
Saints, IV, 1-120; F. Delitzsch, Un Nuevo geográfica del paraíso fue Agustín Steuchus
Comentario del Génesis, trad. por Sophia
Taylor (Edinburgh: T. & T. Clark, 1899) de Gubbio, y de allí Eugubinus (d. 1550).
190; F. Hettinger, Apologie des Christen- En su obra Kosmopoiia, que fue publicada
thums, III, 223-80; J. H. A. Ebrard, Apo-
logética, trad. por William Stuart y John
Macpherson, 2ª ed., 3 vols. (Edinburgh: 54. Agustín, El Significado Literal del Géne-
T. & T. Clark, 1886-87), I, 262-302. sis, VIII, 1.

123
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

en Lyons en 1535, desarrolló la así llamada historia del paraíso como una saga que ha
hipótesis Pasitigris, según la cual los cuatro viajado gradualmente del este al oeste y en
ríos son los estuarios de un vasto río, el así la que el Pisón y el Gihón originalmente
llamado Tigris-Éufrates, y por lo tanto el denotaban al Indus y al Oxus (J. D. Michae-
paraíso está situado cerca de la actual ciu- lis, Knobel, Bunsen, Ewald, y otros). Otros
dad de Corna. Esta hipótesis fue afectuosa- la consideraban un mito en el que Hávila
mente aceptada por Católicos como representa la tierra dorada de la saga y el
Pererius, Jansen, Lapide, Petavius, Mer- Gihón es el Ganges o el Nilo (Paulus,
senna; por eruditos Reformados tales como Eichhorn, Gesenius, Tuch, Bertheau,
Calvino y Marck; y por varios Luteranos, y Schrader, y otros).56
fue adoptada, de forma modificada, por
Pressel.55 La mayor parte de antropólogos y lin-
güistas ya no toman en consideración
Además, por allí de mediados del siglo Génesis 2 y mencionan países muy diferen-
diecisiete surgió la así llamada hipótesis tes como la morada original de la humani-
Armenia, cuyo trabajo preliminar ya había dad. Pero están lejos de la unanimidad y le
sido establecido por Rupert de Deutz, Pelli- han conferido este honor prácticamente a
can y Fournier, y que había sido desarro- todos los países. Romanes, Klaproth, de
llada especialmente por Reland, profesor en Gobineau, y George Browne se refieren a
Utrecht (d. 1706). Su tesis es que el Pisón América; Spiller pensaba en Groenlandia,
es el Phasis, Gihón el Araxes, Hávila el Col- porque después del enfriamiento de la tie-
chis, Cush la tierra del Kossioi entre Media rra las regiones polares fueron las primeras
y Susiana, y por tanto buscó el paraíso en en ser habitables. Wagner consideraba a
un área más norteña, a saber, rumbo a Europa el continente donde el simio había
Armenia, aproximadamente entre Erzerum evolucionado primero en humano. Unger
y Tiflis. Encontró más aceptación que la especificaba Styria, L. Geiger Alemania,
hipótesis Pasitigris y era aún defendida en Cuno y Spiegel el sur de Rusia, Poesche la
nuestro propio tiempo por von Raumer, región entre el Dniepr y el Njemen. Benfey
Kurtz, Baumgarten, Keil, Lange, Delitzsch, y Whitney Europa central, Warren el Polo
Rougement, y otros. En contraste, Frie- Norte. Otros, tales como Darwin, Huxley,
drich Delitzsch en su obra, Wo lag das Peschel y otros favorecían al África porque
Paradies? (Leipzig, 1881), buscaba la ubica- consideraban al gorila y al chimpancé como
ción del paraíso en una dirección más al los parientes más cercanos del hombre. Y
sur: en el paisaje de Babilonia, que debido a Link, Häckel, Hellwald, Schmidt inventa-
su belleza era llamado “el jardín del Dios ron un cierto país llamado “Lemuria,”
Dunias” por Babilónicos y Asirios. Luego
entonces el río del Edén era el Éufrates en 56. Cf. también H. Zimmern, Biblische und
Babylonische Urgeschichte, 2 vols. (Lei-
su cuenta más alta; el Pisón y el Gihón eran pzig: J. C. Hinrichs, 1901) (N. del E.:
dos canales auxiliares. Sin embargo, otros Bavinck cita erróneamente esto como
estudiosos habían ido más allá y miraban la Bibl. und parad. Urgeschichte); H. Gunkel
y H. Zimmern, Schöpfung und Chaos, 2a
ed. (Göttingen: Vandenhoeck y Repre-
55. J. J. Herzog, art. “Paraíso,” en Schaff- cht, 1921), y su comentario sobre el
Herzog; “Paradies” en PRE1. Génesis.

124
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

donde primero los simios se habían vuelto Edén puede que haya diferentes opiniones,
humanos, y que estaba situado entre África de manera que se ubican a veces en el cen-
y Australia, pero al final del período Tercia- tro, o el este o el sur, de Asia; puede que ya
rio accidentalmente se había hundido en las no esté dentro de nuestras capacidades
profundidades del mar. En este aspecto determinar la geografía, pero la Escritura y
muchos eruditos asumen, no solo una la ciencia se unen en el testimonio de que
única morada original del hombre, sino que es en Asia donde debemos buscar la morada
creen que la evolución del animal al hom- original del hombre.58
bre ocurrió en varias partes de la tierra,
combinando así el Darwinismo con el poli-
genetismo (Haeckel, Vogt, Schaafhausen,
Caspari, Fr. Muller y otros).

Este espectacular desacuerdo entre los


antropólogos ilustra que hasta ahora la
ciencia natural no ha sido capaz de decir
alguna cosa con certeza sobre este punto. Se
pierde en conjeturas pero no sabe nada
sobre el origen y la morada de los primeros
humanos. Por lo tanto, no hay un solo
hecho que nos obligue a abandonar la esti-
pulación de la Sagrada Escritura con res-
pecto al Edén. La etnología, la lingüística, la
historia y la ciencia natural nos proveen
información que hace plausible la elección 57. O. Zöckler, Geschichte der Beziehungen,
I, 542ss.; O. Peschel, Abhandlungen zur
de Asia como la morada original del hom- Erd und Völkerkunde, 402ss.; F. G.
bre. Ni África, ni Europa, ni América, y Vigouroux, Les Livres Saints, IV, 98ss.;
mucho menos un país como “Lemuria,” *E. Schmidt, Die Aeltesten Spuren des
pueden igualar el derecho de Asia de recibir Menschen in N. Amerika, nos. 38 y 39
Deutsche SEIT-und Streitfragen; *Wetens-
esta distinción. Aquí encontramos los pue- chappelyke Bladen (1895).
blos más antiguos, la civilización más anti- 58. O. Peschel, Abhandlungen ur Erd und
gua, los lenguajes más antiguos; toda la Völkerkunde, 35-41; O. Zöckler, Geschi-
historia antigua nos señala a este conti- chte der Beziehungen, passim, esp. I,
128ss., 170ss., 395ss., 654ss., II, 779ss.;
nente. Desde este parte de la tierra Europa, idem, Die Lehre vom Urstand, 216ss.; F.
África, Australia, pero también América, H. Reusch, Naturaleza y Biblia, II, 181-
han sido pobladas. Claro, en este aspecto 245; *O. Zöckler, Biblische und Kirchen-
surgen muchas preguntas para las cuales historische. Studien (München: 1893), V,
1-38; F. Delitzsch, Un Nuevo Comentario
todavía no tenemos respuestas. Es especial- del Génesis, 114-46; volck, art. “Edén” en
mente incierto cómo y cuándo fue poblada PRE3, V, 158-62; W. Engelkemper, Die
América.57 Pero estas objeciones de nin- Pradiesesflüsse (Münster, 1901); B. Poer-
guna manera derrocan la enseñanza de la tner, Das biblische Paradies (Mainz: Kir-
Escritura que Asia es la cuna de la humani- chheim, 1901); *Fr. Coelestinus, Het
Aardsche Paradijs, Tilburg y así sucesi-
dad. Sobre la ubicación del paraíso y del vamente.

125
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La Naturaleza Humana
5

Ser humano es ser un portador de la imagen Protestante rechazó los elementos clave de este
de Dios, creado a su semejanza y original- entendimiento dualista, especialmente el
mente justo y santo. La persona completa es la carácter meritorio de la elevación de la natu-
imagen de toda la deidad. Ha habido un raleza. Los Reformadores juzgaron que la
extenso debate en la iglesia Cristiana acerca posición Católica Romana también debili-
de la imagen de Dios en la humanidad. Algu- taba la idea del pecado original. Pero había
nos la buscaron esencialmente en la racionali- diferencias también entre los Protestantes.
dad humana, otros en el dominio sobre la Los Luteranos tendían a identificar la ima-
creación, otros en la libertad de la voluntad o gen con los dones originales de justicia mien-
en las cualidades morales tales como el amor tras que los Reformados incorporaban a toda
y la justicia. El naturalismo racionalista la esencia humana en la imagen, aunque
Pelagiano y Sociniano identificaron la ima- hablan de un sentido restringido y de un sen-
gen con una libertad humana de selección tido amplio de la imagen. No obstante, es
moral, abriendo la puerta a una visión evolu- importante insistir que toda la persona es la
cionista que mira la esencia de la humanidad imagen de todo, esto es, todo el Trino Dios. El
en un interminable proceso de mejoramiento alma humana, todas las facultades humanas,
por voluntad propia. Esta visión se halla dia- las virtudes de conocimiento, justicia y santi-
metralmente opuesta a la Escritura, la cual dad, e incluso el cuerpo humano, reflejan a
no considera un primitivo estado animal Dios. La encarnación de nuestro Señor es
como una etapa inicial en la historia prueba definitiva de que los humanos, no los
humana. La ciencia tampoco provee evidencia ángeles, son creados a la imagen de Dios, y
para esta hipótesis y enfrenta numerosas obje- que el cuerpo humano es un componente esen-
ciones filosóficas y teológicas. En contra de la cial de esa imagen. Desde el principio se dis-
visión naturalista de la naturaleza humana puso la creación y la naturaleza humana fue
la tradición Católica Romana plantea una creada inmediatamente de manera que esta
naturaleza sobrenatural que mira a la infu- estaba así preparada, y adecuada para el más
sión en la gracia como el medio por el cual los alto grado de conformidad para con Dios y
seres humanos realizan y llegan a merecer su para la morada más íntima por parte de
verdadero fin sobrenatural, la visión de Dios. Dios.
La gracia eleva la naturaleza. La teología

126
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La esencia de la naturaleza humana es imaginem et similitudinem nostram, Gén.


el hecho de haber sido creado [y ser] la ima- 1:26, 27). En Génesis 5:1 y 9:6 se repite
gen de Dios. El mundo completo es una además que Dios creó al hombre en la
revelación de Dios, un espejo de sus atribu- semejanza de Dios (bidmût elôhîm) y en la
tos y perfecciones. Cada criatura, a su pro- imagen de Dios (b?úelem ?lôhîm). El Salmo
pia manera y grado, es la personificación de 8 canta del hombre como el amo de toda la
un pensamiento divino. Pero entre las cria- creación, y Eclesiastés 7:29 nos recuerda
turas solamente el hombre es la imagen de que Dios hizo al hombre erguido (yšr). En
Dios, la auto-revelación más alta y más rica cuanto al resto, el Antiguo Testamento dice
de Dios y por consiguiente la cabeza y poco del estado original de integridad
corona de toda la creación, la imagen de (status integratis). Más que cualquier otro
Dios y el epítome de la naturaleza, tanto un pueblo, Israel era un pueblo de esperanza;
mikrotheos (microdios) y un mikrokosmos se enfocaba en el futuro, no en el pasado.
(microcosmos). Incluso los paganos han Incluso el Nuevo Testamento dice
reconocido esta realidad y han llamado al relativamente poco acerca de la imagen de
hombre la imagen de Dios. Pitágoras, Pla- Dios en la que originalmente fue creada la
tón, Ovidio, Cicerón, Séneca y otros expo- humanidad. Hay una mención directa de
nen claramente que el hombre, o al menos ella solamente en 1 Corintios 11:7, donde el
el alma del hombre, fue creado a la imagen hombre es llamado “la imagen y gloria de
de Dios, que él es el pariente y descendiente Dios,” y en Santiago 3:9, donde se dice de
de Dios.1 los humanos que son “hechos a la
semejanza de Dios.” Lucas 3:38 también
No solamente eso, sino que virtual- llama a Adán “el hijo de Dios” y Pablo cita a
mente todos los pueblos tienen tradiciones un poeta pagano para decir que “linaje
de una era dorada. Entre los Chinos, el pue- suyos somos” (Hch. 17:28). Sin embargo,
blo de la India, los Iraníes, Egipcios, Babiló- de manera indirecta, también Efesios 4:24 y
nicos, Griegos, Romanos y otros, uno Colosenses 3:10 son aquí de gran
encuentra historias de un tiempo inicial importancia. En estos versículos leemos del
cuando los humanos vivían en inocencia y
felicidad absoluta y en comunión con los 2. J. G. Friderici, De Aurea Aetate Quam
Poëtae Finxerunt (Leipzig, 1736); H.
dioses. Estas historias eran celebradas en Lüken, Die Traditionen des Menschenges-
cantos por los poetas Hesíodo, Ovidio y Vir- chlechts (Freiburg i.B.: Herder, 1876); O.
gilio, y reconocidas por los filósofos en su Zöckler, Die Lehre vom Urstand des Mens-
realidad.2 Sin embargo, solo la Escritura chen (Gütersloh: C. Bertelsmann, 1879),
84ss.; J. H. Oswald, Religioese Urgeschi-
arroja una luz plena y verdadera sobre esta chte der Menschheit (Paderborn: Schö-
doctrina de la semejanza divina del hombre. ningh, 1887), 37ss.; E. L. Fischer,
La primera narrativa de la creación cuenta Heidenthum und Offenbarung (Mainz:
que, luego de una deliberación intencional, Kirchheim, 1878); O. Zöckler, Bibliche
und Kirchenhistorische. Studien (Mün-
Dios creó al hombre a su imagen y chen: C. H. Beck, 1893), V, 1ss.; O. Will-
semejanza (bçs?almçnû midmûtinû, kat mann, Geschichte des Idealismus (1894),
eichona çmeteran kai kath homoiôsin, ad I, 1-136 [(Braunschweig: F. Vieweg und
Sohn, 1907)]; C. P. Tiele, Inleiding tot de
Godsdienstwetenschap (Amsterdam: P. N.
1. T. Pfanner, Sist.. theol. gent., 189ss. van Kampen, 1897-99), II, 93ss., 197.

127
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

“nuevo hombre” del cual deben “vestirse” rígido, el de “semejanza” es más fluido y
los creyentes, y de este nuevo hombre se más “espiritual,” por así decirlo; en el pri-
dice que fue creado “según la semejanza de mero predomina la idea de un prototipo, en
Dios en justicia y santidad verdaderas,” y el último, la noción de un ideal.3 La seme-
que se va “renovando en el conocimiento janza es una calificación adicional, una
según la imagen de su creador.” Aquí se intensificación y un complemento de la
implica que el nuevo hombre, del cual se imagen. La “semejanza” como tal es más
visten los creyentes, fue creado por Dios, en débil y más amplia que “imagen”; un ani-
conformidad con Dios y su imagen, y que mal tiene algunas características en común
esta conformidad emerge específicamente con el hombre (semejenza) pero no es la
en la justicia y en la santidad las cuales son imagen del hombre. La “imagen” nos dice
el fruto de la verdad apropiada. Sin que Dios es el arquetipo, el hombre es el
embargo, esto se refiere a la creación ectotipo; “semejanza” añade la noción de
original puesto que las palabras que Pablo que la imagen se corresponde en todas las
emplea se derivan claramente del registro partes con el original.4 Así como hay poca
de la creación [del Génesis]; y en tanto que distinción entre estos dos conceptos, así
la anakainousthai (Col. 3:10) del creyente también hay pocas diferencias entre las pre-
describe con claridad esta creación como posiciones “en” (b) y “después” (k) usadas
una renovación. Por lo tanto, subyacente a en relación con esto. Estas dos también son
Efesios 4:24 y Colosenses 3:10 está la idea usadas alternadamente: en Génesis 5:1
de que el hombre fue creado originalmente tenemos b por demût e igualmente en el
a la imagen de Dios y que en la re-creación verso 3, y también k por śelem; el Nuevo
es renovado según ese modelo. Testamento tiene kata por eikôn (Col. 3:10)
pero también en el caso de homoiôsis (San-
Sin embargo, la Escritura no solamente tiago 3:9). De allí que no se pueda construir
relata el hecho de la creación del hombre a nada sobre esta base; todo lo que podemos
imagen de Dios sino que también explica su decir, junto con Delitzsch, es que en el caso
significado. Aunque las dos palabras “ima- de b uno piensa en el prototipo como en un
gen” y “semejanza” (ślm y dmwt, eikôn y molde para vaciar metal, en el caso de k
homoiôsis) ciertamente no son idénticas, como en un modelo puesto delante de noso-
tampoco se ha de hacer alguna distinción tros. Por lo tanto no hay razón, con Böhl, de
material entre ellas. Son usadas de manera derivar a partir de la preposición b la con-
intercambiada y se alternan sin ninguna
razón específica. Ambas ocurren en Géne-
3. F. Delitzsch, Un Nuevo Comentario del
sis 1:26 (cf. 5:3); en 1:27 y 9:6 (cf. Col. Génesis, trad. por Sophia Taylor (Edin-
3:10) solo se hace referencia a la imagen y burgh: T. & T. Clark, 1899), 98-100,
en Génesis 5:1, Santiago 3:9 solamente a la sobre Gén. 1:26; cf. también W. Riedel,
semejanza. La distinción entre ellas se Alttestamentliche Untersuchungen (Lei-
pzig: A. Deichert [George Böhe], 1902),
resume en esto: ślm significa “imagen,” 42-47.
tanto arquetipo (Urbild) como ectotipo 4. Agustín, De diversis quaestionibus oct-
(Abbild); dmwt significa “semejanza,” ginta tribus liber, qu. 74; T. Aquino,
tanto ejemplo (Vorbild) como copia (Nach- Summa Theol., I., qu. 93, art. 9; J. Ger-
hard, Loci Theol., VIII, § 18; A. Polanus,
bild). El concepto de “imagen” es más Syn. Theol., V, 10 enz.

128
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

clusión de que la imagen de Dios es una 3:2). El Hijo ya porta estos nombres ahora
atmósfera y el elemento en el que el hombre porque él es “Dios de Dios” y “luz de luz,”
fue creado.5 teniendo los mismos atributos del Padre. Él
es llamado así no por causa de alguna parte
Además de estas palabras, la Escritura de su ser sino porque su naturaleza se con-
ofrece la siguiente información en cuanto a forma de manera absoluta a la de Dios.
la imagen de Dios. Primero, está claro que Esto, a su vez, también se aplica al hombre.
las palabras “imagen” y “semejanza” no se Como el Hijo, así el hombre, como tal, es
refieren a ninguna cosa en Dios sino a algo total y completamente la imagen de Dios.
en el hombre, no al arquetipo increado, sino Está esta diferencia, por supuesto, que lo
al ectotipo creado. La idea no es que el hom- que el Hijo es en un sentido absoluto el
bre ha sido creado según algo en Dios lla- hombre solo lo es en un sentido relativo. El
mado “imagen” o “semejanza,” de manera primero es el único Hijo unigénito eterno;
que pudiese ser, por ejemplo, una referen- el segundo es el hijo creado de Dios. El pri-
cia al Hijo, sino que el hombre ha sido mero es la imagen de Dios desde dentro, el
creado según Dios de tal manera que él es segundo lo es desde fuera del ser divino.
su imagen y semejanza. Además, esta crea- Uno es la imagen de Dios en una manera
ción a la imagen de Dios no se halla en nin- divina, el otro lo es en forma de criatura.
guna manera restringida, ya sea por el lado Pero de esta manera, entonces, y dentro de
del arquetipo o por el lado del ectotipo. No sus límites, el hombre es la imagen y la
se dice que el hombre fue creado solamente semejanza de Dios. Finalmente, la Escri-
en términos de algunos atributos, o en tér- tura aquí y allá nos dice de qué maneras la
minos de solo una persona en el ser divino, imagen se revela y se manifiesta abierta-
ni que el hombre porta la imagen y la seme- mente. El pleno contenido de esa imagen de
janza de Dios solamente en parte, digamos, Dios no se encuentra desarrollada en nin-
solamente en el alma, o en el intelecto, o en gún lugar. Pero Génesis 1:26 indica clara-
la santidad. El caso es más bien que la tota- mente que la imagen de Dios se manifiesta
lidad de la persona humana es la imagen de a sí misma en el dominio del hombre sobre
toda la Deidad. Tercero, el significado de la todo el mundo creado (cf. Sal. 8; 1 Cor.
imagen de Dios nos es además explicada 11:7). La descripción del estado paradisíaco
por el Hijo, quien en un sentido totalmente en Génesis 1 y 2 demuestra que la imagen
único es llamado la Palabra (logos), el Hijo de Dios incluye la conformidad a la volun-
(huios), la imagen (eikôn), o el sello distin- tad de Dios (cf. Ecl. 7:29). Y la re-creación
tivo de Dios (charaktçr tou theou) (Juan 1:1, en conformidad a la imagen de Dios, o de
14; 2 Cor. 4:4; Col. 1:15; Heb. 1:3) y a quien Cristo, consiste principalmente en vestirse
debemos ser conformados (Rom. 1:29; 1 del nuevo hombre el cual, entre otras cosas,
Cor. 15:49; Fil. 3:21; Efe. 4:23ss.; 1 Juan consiste de justicia y santidad en la verdad.

5. E. Böhl, Dogmatik (Amsterdam: Sche- Definiendo la Imagen


ffer, 1887), 154ss.; cf. en oposición A.
Kuyper, De Vleeschwording des Woords Sobre el contenido de la imagen de
(Amsterdam: Wormser, 1887), viiiss.; Dios hubo inicialmente una amplia gama
*Daubanton, Theol. Stud. (1887), 429-
44.
de opiniones en la iglesia Cristiana. A veces

129
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

era localizada en el cuerpo humano, luego podían concebir la santidad como un don
en la racionalidad, o en la libertad de la divino otorgado a la humanidad desde el
voluntad, luego otra vez en el dominio principio, sino solo como un bien que él
sobre el mundo creado, o también en otras tendría que conseguir por sus propios
cualidades morales tales como el amor, la esfuerzos morales.9 Muchos teólogos, por
justicia y otras similares.6 Pero gradual- consiguiente, enseñaban que la humanidad
mente dos opiniones saltaron a primera fue creada en un estado no de santidad
plana ya sea una junto a la otra o como positiva sino de inocencia infantil.10
opuestas, ambas apelando a la distinción
entre imagen (ślm) y semejanza (dmwt). Naturalismo
Algunos, como Clemente de Alejandría,
Orígenes y otros, señalaron que Génesis Fue a tales pronunciamientos que Pela-
1:26 en realidad dice que Dios planeó crear gio apeló más tarde cuado identificó la esen-
al hombre según su imagen y semejanza cia y el estado original del hombre con la
pero que, según el verso 27, le creó sola- indiferencia moral, con nada más que una
mente a su imagen, es decir, como un ser libertad formal de la selección moral. La
racional, para que el hombre mismo adqui- imagen de Dios, enseñaba Pelagio, consiste
riera semejanza con Dios por el camino de solo de una posibilidad natural de perfec-
la obediencia y la recibiera al fin como su ción dada por Dios que no puede perderse y
recompensa de la mano de Dios.7 Otros, que es, por lo tanto, todavía una parte de
por otro lado, creían que junto con la ima- todo ser humano. Dios confiere la habilidad
gen, es decir, una naturaleza racional, el (posse) pero la voluntad (velle) es asunto
hombre también recibió inmediatamente la nuestro.11 Más tarde esta visión encontró
semejanza como un don y que, habiendo aceptación entre los Socinianos quienes
perdido ese don por el pecado, lo recupera- ubicaban la imagen de Dios únicamente en
ría a través de Cristo.8 La primera visión, el dominio humano sobre la naturaleza;12
que uno pudiera llamar la visión natura- entre los Anabaptistas quienes decían que
lista, encontró apoyo en la doctrina del libre el hombre, como una criatura finita terre-
albedrío. Por consiguiente, sus adeptos no nal, no era aún la imagen de Dios sino que
podía llegar a ese estado solamente por el
6. Cf. J. C. Suicerus, s.v. “εικων,” en Thesau-
renacimiento;13 entre los Disidentes,14 los
rus Ecclesiasticus (Amsterdam: J. H. Racionalistas y los Sobrenaturalistas,15 y
Wetsten, 1682); Petavius, Opera Omnia, numerosos teólogos modernos,16 todos los
“de sex dier. Opif.,” II, 2; W. Münscher,
Lehrbuch des Christlichen Dogmengeschi-
chte, ed. Por Daniel von Coelln, 3a ed. 9. A. Harnack, Historia del Dogma, 7 vols.,
(Cassel: J. C. Krieger, 1832-38), I, 339ss.; trad. por N. Buchanan, J. Miller, E. B.
K. R. Hagenbach, Lehrburch der Dogmen- Speirs, y W. McGilchrist, ed. por A. B.
geschichte (Leipzig: Hirzel, 1888), §56. Bruce (Londres: Williams & Norgate,
7. Clemente de Alejandría, Stromateis, II, 1896-99), II, 128-48.
22; Orígenes, Sobre los Primeros Princi- 10. Tertuliano, Tratado sobre el Alma, 38;
pios, III, 6. Teófilo, A Autolycus, II, 24, 27; Ireneo,
8. Ireneo, Contra las Herejías, V, 16, 2; Ata- Contra las Herejías, IV, 38.
nasio, Contra los Arrianos, II, 59; idem, 11. Agustín, Sobre la Gracia de Cristo, I, 3ss.
Contra los Paganos, 2; idem. Sobre la 12. O. Fock, Der Socinianismus (Kiel: C.
Encarnación, 3. Schröder, 1847), 484.

130
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

cuales miraban al estado de integridad adelante, no detrás de nosotros. Un simio


como un estado de inocencia infantil. Como evolucionado merece preferencia por
norma estos teólogos aún se adhieren a la encima de un hombre caído. El hombre,
realidad histórica de tal estado original. quien originalmente portaba la imagen de
Pero en su visión de la imagen de Dios en un orangután o de un chimpancé,
los primeros humanos materialmente con- gradualmente se impulsó hacia arriba,
cuerdan con aquellos que, separando la idea desde un estado de brutalidad cruda al de
del hecho, niegan la realidad de un estado una noble humanidad.
de integridad y localizan la imagen de Dios
únicamente en la personalidad libre del Apenas necesita decirse que la Sagrada
hombre, su naturaleza racional o moral, en Escritura se halla diametralmente opuesta a
una mezcla ético-religiosa, en la vocación esta teoría de evolución. Por consiguiente,
del hombre para entrar en comunión con las iglesias Cristianas rechazaron casi por
Dios.17 Entonces, esta visión les lleva, de unanimidad la visión Pelagiana naturalista
manera inconsciente, a aceptar la teoría de de la imagen de Dios y del estado original
la evolución, según la cual la esencia del del hombre. Aparte de los argumentos para
hombre se sitúa no en lo que era o es sino la hipótesis Darwiniana, los que ya refuta-
en lo que él, en un proceso interminable de mos anteriormente, no hay realmente prue-
desarrollo y por sus propios esfuerzos,
puede llegar a ser. El paraíso se encuentra 16. I. A.Dorner, Un Sistema de Doctrina
Cristiana, trad. por Alfred Cave y J. S.
13. Nota del Editor: Bavinck cita aquí a Banks, 4 vols., ed. rev. (Edinburgh: T. &
Menno Simons, Werken, 125, 126, 180. T. Clark, 1888), II, 77-84; J. P. Lange,
Probablemente se está refiriendo a la Christliche Dogmatik, 3 vols. (Heidel-
obra de Simons Una Doctrina Fundamen- berg: K. Winter, 1849-52), II, 298ss.; J.
tal de la Palabra de Dios de 1556 o a La Müller, Die christliche Lehre von der
Verdadera Fe Cristiana que Convierte, Sünde, 2 vols. (Breslau: J. Mar, 1844), II,
Cambia, y Hace al Corazón Humano Pia- 457ss. [La Doctrina Cristiana del Pecado,
doso, Sincero, Nuevo, Pacífico, Gozoso y trad. por Wm. Urwick, 5ª ed. (Edin-
Bendecido de 1556, los cuales tratan – burgh: T. & T. Clark, 1868)]; G. Beck,
ambos – con el “nuevo nacimiento.” Lehrw., I, 186ss.; Beck, Chr. Glauben., II,
Estos dos tratados pueden encontrarse 328; H. Martensen, Dogm., 139 [Dogmá-
en Las Obras Completas de Menno Simon tica Cristiana, trad. por William Urwick
(Elkhart: John F. Funk & Brother, 1871), (Edinburgh: T. & T. Clark, 1871); F. A.
I, 165-78, 103-63; cf. H. W. Erbkam, Ges- Kahnis, Die Luthersche Dogmatik (Lei-
chichte der Protestantischen Sekten (Ham- pzig: Dorffling & Francke, 1861-68)], I,
burg y Gotha: F. & A. Perthes, 1848), 432; O. Zöckler, Die Lehre vom Urstand,
461; J. Cloppenburg, Op. Theol., II, 144ss. 40ss., 333; Grétillat, Theol. Syst., III,
14. Conf. Remonstr., V, 5; S. Episcopius, 464ss.; P. Hofstede de Groot, De Gronin-
Apologia pro Confessiones; idem, Instit. ger Godgeleerdheid in Hunne Eigenaardig-
Theol., IV, 3, 7; P. Van Limborch, Theol. heid (Groningen: Scholtens, 1855), 89ss.;
Christ., II, 24, 5. J. I. Doedes, De Leer der Zaligheid Volgens
15. J. A. L. Wegscheider, Institutiones theolo- het Evangelie in de Schriften des Nieuwen
giae christianae dogmaticae (Halle: Verbonds Voorgesteld (Utrecht: Kemink,
Gebauer, 1819), §99; K. G. Bretschnei- 1876), §24; J. I. Doedes, De Nederlands-
der, Handbuch der Dogmatik (Leipzig: J. che Geloofsbelijdenis (Utrecht: Kemink &
A. Barth, 1838), §§115, 116; F. V. Rein- Zoon, 1880-81), 145; J. I. Doedes, De
hard, Grundriss der Dogmatik (Munich: Heidelbergsche Catechismus (Utrecht:
Seidel, 1802), §70. Kemink & Zoon, 1881), 69.

131
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

bas históricas directas para el estado animal animal. La apelación a los así llamados pue-
del hombre tal y como es descrito por los blos primitivos, quienes en ese sentido tam-
teóricos evolucionistas. Todos los huesos y poco carecen totalmente de cultura, es
cráneos que se han encontrado prueban, al infundada, pues no puede probarse que se
ser estudiados detalladamente, que derivan hallan más cerca que los pueblos civilizados
de seres totalmente iguales a nosotros. al estado original de la humanidad. Hay
Mientras más retrocedemos en la historia mayor razón para creer que, estando aisla-
encontramos una condición de altos niveles dos de la humanidad, gradualmente decaye-
relativos de civilización en la China, India, ron hacia un estado de barbarismo. Todos
Babilonia y Egipto. No se halla ninguna portan el carácter de los degenerados quie-
prueba de que los pueblos de esas áreas nes, como ramas separadas de un árbol, fue-
hayan evolucionado a partir de un estado ron arrancadas del tronco principal y, sin
recibir frescas vitalidades desde el exterior,
se marchitaron y desaparecieron.18
17. I. Kant, La Religión dentro de los Límites
de sólo la Razón, trad. por Theodore M.
Greene y Hoyt H. Hudson (New York: La cuestión con respecto al estado pri-
Harper & Brothers, 1934), 21-23; J. G. mitivo de los humanos, por consiguiente,
Fichte, La Vocación del Hombre, trad. por no es realmente histórica sino filosófica,
William Smith, 2ª ed. (Chicago: Open
Court, 1910); G. W. F. Hegel, Sämtliche puesto que ese estado – por definición –
Werke (Stuttgart: Fr. Frommann, 1959), precede a toda evidencia histórica. La res-
vol. 15, 199ss. (“Vorlesung über die Phi- puesta que se dé a esa cuestión está deter-
losophie der Religion, Erster Band,” minada por la idea que uno tenga de la
Werke, XI, 183ss.); F. schleiermacher, La
Fe Cristiana, ed. Por H. R. MacIntosh y J. naturaleza humana. Mientras más piensa
S. Steward (Edinburgh: T. & T. Clark,
1928); D. F. Strauss, Der alte und der neue 18. Th. Waitz, Ueber die Einheit des Mens-
Glaube (Leipzig: Hirzel, 1872), II, 72; A. chengeschlechts und den Naturzustand des
E. Biedermann, Christliche Dogmatik Menschen (Leipzig: Fleischer, 1859),
(Zurich: Füssli, 1869), II, 562; Lipsius, 334ss.; O. Peschel, Abhandlungen zur Erd
Dogm., §§420, 440; A. Ritschl, Die Chris- und Völkerkunde, 5a ed. (Leipzig: Dunc-
tliche Lehre von der Rechfertigung und ker & Humboldt, 1878), 135ss.; F. Ratzel,
Versöhnung, 4a ed. (Bonn: A. Marcus, Völkerkunde (Leipzig: Bibliographisches
1895-1903), III, 314; C. E. Nitzsch, Lehr- Institut), I, 4ss.; Steinmetz, De Studie der
buch der Evangelische Dogmatik, 3a ed. Völkenkunde (1907); W. Schneider, Die
preparada por Horst Stephan (Tübingen: Naturvölker (Paderborn: Schoningh,
J. C. B. Mohr, 1902), 306ss; J. Kaftan, 1885); C. Gutberlet, Der Mensch (Pader-
Dogmatik (Tübingen: J. C. B. Mohr, born: Schoningh, 1903), 475ss.; *Frober-
1901), §39; Th. Häring, Der Christliche ger, Die Schöpfungsgeschichte der
Glaube, 2a ed. (Calw: Verlag der Vereins- Menschheit in der “voraussetzungslosen”
buchhandlung, 1912), 248ss. (Trad. Völkerpsychologie (1903); O. Zöckler,
Inglés por John dickie y George Feries, Geschichte der Beziehungen zwischen
La Fe Cristiana: Un Sistema de Dogmá- Theologie und Naturwissenschaft (Güters-
tica, 2 vols. [Londres & New York: loh: C. Bertelsman, 1877-99), II, 744ss.;
Hodder & Stoughton, 1913]); J. Bovon, F. G. Vigouroux, Les Livres Saints, 4 vols.
Dogmatique chrétienne, 2 vols. (Lau- (París: A. Roger & F. Chernoviz, 1886-
sanne: Georges Bridel, 1895-96), I, 132, 90), IV, 171ss.; J. Guibert, En el Principio,
139; J. H. Scholten, De Leer der Hervor- trad. por G. S. Whitmarsh (Londres:
mde Kerk, 2 vols., 2a ed. (Leyden: P. Kegan Paul, Trench, Trubner, 1900),
Engels, 1850-51), I, 304ss., II, 67ss. 366-79.

132
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

uno sobre este ser, más imposible se hace el originaron por la creación, pero todo lo que
imaginar la historia humana iniciando con se construyó sobre ese fundamento de
un estado barbárico o animal. La vida, la potencialidad se desarrolló por el trabajo y
conciencia, el lenguaje, la religión, la dife- la volición propios del hombre. Ahora,
rencia entre la verdad y la falsedad, y así como notaremos en la siguiente sección,
sucesivamente, no pueden explicarse desde hay un elemento de verdad en este cuadro
la perspectiva de la evolución sino que pre- en tanto que los primeros humanos no
suponen un origen que les sea propio, una habían alcanzado aún el bien más alto y por
creación ex nihilo. Esto es evidente incluso tanto tenían aún que desarrollarse. Pero
en la teología de los modernistas. Ellos de aparte de este punto, y por muchas razones,
hecho niegan la creación del hombre a la esta opinión es totalmente inaceptable.
imagen de Dios, y por tanto, también nie-
gan el estado de integridad, pero la idea de En primer lugar, la Escritura clara-
creación repentinamente aparece una vez mente enseña que los humanos fueron,
más en el punto más crítico. O la conciencia tanto física como psíquicamente, creados
es algo específicamente humano; o al como adultos en “una edad de vigor.”20 El
menos la religión tiene su propio principio registro del Génesis de los primeros huma-
original en los humanos. O, si la evolución nos es muy simple pero su estado era el de
ha sido aceptada como principio interpreta- agentes totalmente crecidos, conscientes y
tivo también en este punto, se le pone fin de actuación libre. La creación a la imagen
en el caso de la dimensión ética y esta teolo- de Dios (Gén. 1:27; Ecl. 7:29; Efe. 4:24; Col.
gía insiste en su independencia; la vida 3:10), la bendición de la procreación y la
moral y la disposición moral es única (sui multiplicación (Gén. 1:28), la aprobación
generis) y tiene su propio origen (sui origi- divina (Gén. 1:31), el mandamiento proba-
nis).19 Pero esta posición intermedia entre torio (Gén. 2:17), el acto de nombrar los
la creación y la evolución es insostenible. animales (Gén. 2:29), la declaración con
Fue repetidamente sostenida por una respecto a Eva (Gén. 2:23, 24), la manera
variedad de escuelas Pelagianas de de la tentación (Gén. 3:1ss.), y la actitud de
pensamiento; de allí que buscaran una Adán y Eva después de la caída (Gén.
teoría intermedia. El primero humano no 3:7ss.), todas estas cosas atestiguan en ver-
fue un animal ni un ser humano dad que los primeros humanos fueron crea-
perfectamente santo sino un niño inocente. dos positivamente buenos, no moralmente
No era ni positivamente bueno, ni indiferentes. El único contra-argumento
positivamente malo, sino que se encontraba podría quizás basarse en el hecho que los
en algún punto entre ambos; era primeros humanos no conocían la ver-
moralmente indiferente, podía hacer ya sea güenza. Esto, por consiguiente, ha sido
una cosa o la otra. Como hecho real no era siempre traído a colación por la oposición
nada; potencialmente lo era todo, piadoso y como un argumento muy fuerte.21 Sin
malvado, santo e impuro, bueno y malo. La embargo, esto no es lógico porque antes de
disposición y la habilidad (posee) se

20. Agustín, El Significado Literal del Géne-


19. S. Hoekstra, Wijsgerige Godsdienstweten- sis, VI, 13, 14; P. Lombardo, Sent., II, dist.
schap, I, 1ss., 213ss. 17.

133
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la caída la vida sexual era muy bien definitivamente, el estado de cultura como
conocida para los primeros humanos (Gén. original en la raza humana.”23 Y también J.
1:27, 28; 2:23, 24), y porque la vergüenza se G. Fichte escribió: “Uno se pregunta – si en
deriva específicamente de la caída y no por verdad es necesario asumir un origen de
un despertamiento hacia la sexualidad. toda la raza humana - ¿quién produjo la pri-
mera pareja humana? Ellos tuvieron que
Segundo, esta opinión sufre de una ser producidos – un ser humano no pudo
falta de resolución y complica más el pro- haberlos educado. De allí que tuvieran que
blema que se halla frente a nosotros. Es ser producidos por otro ser racional, uno
irresoluta en tanto que, por un lado, favo- que no fuese un humano. Esto es natural-
rece la evolución, pero habiendo llegado a mente cierto solo hasta el momento cuando
cierto punto, una vez más paga tributo a la pudiesen educarse el uno al otro. Un espí-
creación. No quiere una parte de una crea- ritu los adoptó, a la manera muy bien des-
ción del hecho pero sí asume una creación crita en un venerable documento antiguo,
de potencialidad. Habla de una habilidad el cual, generalmente hablando, contiene la
(Fähigkeit) sin disposición (Fertigkeit); y más profunda y más sublime sabiduría y
considera la creación de un niño, tanto en postula resultados, a los cuales, al final,
un sentido físico como psíquico, como más toda filosofía ha de retornar.”24 Para
simple y más razonable que la de un adulto. esquivar un milagro, se deben asumir
Como tal esto es inherentemente absurdo, muchos milagros.
pues uno que cree en la creación más que
en la evolución de la potencialidad ya no Tercero, subyaciendo en esta opinión
puede más objetar en principio la doctrina se halla el error de que la santidad innata
de la justicia original y el estado de integri- no puede en verdad existir. Se nos dice que
dad. Pero, por encima de eso, hace el asunto la santidad es siempre el producto de la
aún más difícil de imaginar. La potenciali- lucha y del esfuerzo. Si Adán hubiese sido
dad no se desarrolla automáticamente en creado como un ser positivamente santo,
realidad. Max Müller declaró correcta- era necesariamente bueno y sin la libertad
mente: “Si intentáramos describir al primer de ser de otra manera.25 Como resultado,
hombre como un ser creado como un niño,
y como uno que fue gradualmente desarro- 23. F. W. Schelling, Ausgewählte Werke, vol.
llando sus capacidades físicas y psíquicas, 3 (Darmstadt: Wissenschafliche Buchge-
no podemos comprender cómo se las arre- sellschaft, 1968), 520-29 (“Vorlesungen
gló, ni siquiera por un día, sin auxilio über die Methode des Akademischen
Studiums,” [1803], Werke 1/5, 286-95);
sobrenatural.”22 En la misma línea se halla idem, vol. 3, 643-45 (“Philosophie und
el comentario de Schelling: “Considero, Religion,” [1804], Werke 1/6, 57-59).
24. J. G. Fichte, Grundlage des Naturrechts
nach Principien der Wissenschaftslehre
21. H. Ellis, Geschlechtstrieb und Schamge- (Jena: Gabler, 1796). Trad. al Inglés por
fühl (Leipzig: Wigand, 1900); W. Franc- A. E. Kroeger, La Ciencia de los Derechos
ken, Ethische Studiën (Haarlem, 1903), (New York: Harper & Row, 1970
110-28. [1889]).
22. M. Müller, Vorlesungen ubre die Wissens- 25. R. Rothe, Theologische Ethik, 5 vols., 2a
chaft der Sprache, 3a ed. (Leipzig: Mayer, ed. Rev. (Wittenberg: Zimmerman, 1867-
1866), 410. 71), §480ss.

134
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

estos teólogos tienen que idear un estado Finalmente, esta opinión le hace
entre el bien y el mal, la santidad y la impu- menos que justicia a la justicia de Dios,
reza, un estado indiferenciado que es ante- quien le ha permitido a su criatura ser ten-
rior a la dimensión moral sea en un sentido tada más allá de su poder para resistir. Tam-
bueno o malo y del cual los humanos tienen bién fracasa al no hacerle justicia a la
entonces que evolucionar por un acto de la seriedad de la tentación, la que entonces se
libre voluntad en una dirección o en otra. convierte en una hábil pieza de artimaña,
En ese caso al hombre se le priva de toda ni al carácter de la caída, que deja de ser un
sustancia intelectual y ética y la imagen de pecado terrible y se transforma en una des-
Dios es localizada en una personalidad gracia sin culpa, un destino casi inevitable.
puramente desnuda y meramente for- Elimina las fronteras que existen entre el
mal.26 Sin embargo, tal concepto de estado de integridad y el estado de corrup-
personalidad es una mera abstracción, a la ción, y permite al hombre mantener intacta
cual – en la realidad – nada se le la imagen de Dios, la cual existe en algo
corresponde. Ningún ser humano puede ser puramente formal, incluso después de la
concebido sin ciertas cualidades de caída. Concibe la relación entre lo formal
intelecto y voluntad. Un estado (personalidad, libre voluntad) y lo material
completamente indiferenciado de la (la vida religiosa y ética) tan amplia y dua-
voluntad, sin ninguna inclinación en una lista como Roma lo describe entre las cosas
dirección u otra, es simplemente una puramente naturales y el don sobreañadido,
imposibilidad. Igual como en la naturaleza con la única diferencia que en el caso de
sólo un buen árbol puede producir un buen Roma la santidad es el fruto de la gracia y
fruto, así también en la vida ética una en el caso de Pelagio y sus seguidores es un
buena naturaleza precede a las buenas producto del capricho.
obras. Para actuar uno debe primero ser
(Operari sequitur esse). Por consiguiente, la El Súper Naturalismo del Catolicismo
Escritura enseña que tanto en la creación Romano
como en la re-creación la santidad es un
don que procede de Dios. Uno que tenga Al lado de, y en contra, de esta visión
este don puede desarrollarlo más en palabra naturalista de la imagen de Dios se levantó
y en hecho; pero uno que no lo tiene no otra visión que podemos llamar súper natu-
puede nunca adquirirlo. ralismo. No surgió a partir de la distinción
entre “imagen” y “semejanza,” aunque
también fue más tarde asociada con esta
26. C. E. Nitzsch, System der Christlichen
distinción. Ni se basa en la interpretación
Lehre, 5a ed. (Bonn: Adolph Marcus,
1844) 211; J. Müller, Die Christliche de Génesis 1 y 2, en tanto que muchos teó-
Lehre von der Sünde, I, 154ss., 493ss. [La logos reconocen que esto no ocurre allí, al
Doctrina Cristiana del Pecado]; F. A. Kah- menos no literalmente. Se derivó de la idea
nis, Die Luthersche Dogm., I, 432; G.
– una que gradualmente fue surgiendo en la
Thomasius, Die Christliche Dogmensges-
chichte als Entwicklung-geschichte des Kir- iglesia Cristiana – del estado de gloria (sta-
chlichen Rehrbegriffs, 2 vols. (Erlangen: tus gloriae) al cual los creyentes son eleva-
A. Deichert, 1886-89), I, 110ss.; G. Beck, dos por Cristo y por su Espíritu (Juan 1:12;
Christliche Glaube, II, 333; J. I. Doedes,
Rom. 8:14-17; 1 Cor. 2:7s.; Efe. 1:15ss.; 2
De Leer der Zaligheid, 55ss.

135
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Ped. 1:2ss.; 1 Juan 3:1, 2, etc.).27 Gradual- dición celestial y la visión de Dios, la cual
mente, bajo la influencia Neo-platónica, es el destino final del hombre – y así fue
este estado de gloria fue visto como una para Adán – pueden ser merecidas ex con-
condición que trascendía en mucho el digno solamente por buenas obras que,
estado natural, no solo en un sentido ético como tales, estén en concordancia con ese
sino también en un sentido corporal. En las destino final. En otras palabras, como ese
disputas cristológicas después el siglo destino, ellas tienen un carácter sobrenatu-
cuarto esta idea se hizo tan prominente que ral y por tanto proceden de un principio
la deidad de Cristo y la del Espíritu fueron sobrenatural: la gracia infundida. La justi-
afirmadas particularmente con el argu- cia que Adán poseía como ser humano y
mento de que para los humanos ellos eran terrenal en virtud de la creación no era, por
los autores de su deificación. La esencia del supuesto, suficiente para ese fin. Así que,
estado de gloria llegó a ser más y más la para que Adán alcanzara su destino final él
visión de Dios según su esencia (per essen- también necesitaba que se le diese una gra-
tiam), conformidad a la deidad o deifica- cia sobrenatural, esto es, la gratia gratum
ción, una participación en la naturaleza faciens (“la gracia que hace que uno agrade
divina que no era solamente moral sino cor- o complazca a Dios”), la imagen de Dios.
poral, una “unión de fusión” con Dios.28 “Pero esta elevación de la criatura racional
Añadida a esta doctrina del “estado de glo- es un complemento sobrenatural; y por lo
ria” se hallaba la de la naturaleza meritoria tanto, ni la consagración ni la adopción, ni
de las buenas obras. La gracia infundida, ninguna elevación (assumptio) de este tipo
que era otorgada en el bautismo, era defini- ocurre por medio de alguna propiedad de la
tivamente necesaria, pero también capaci- naturaleza sino solo por medio de un don
taba a una persona a hacer tales buenas sobreañadido a la naturaleza. Esto consagra
obras para que pudiera, en condición de ex la naturaleza, para que pueda ser un tem-
condigno (por mérito pleno)29 ganarse la plo, asimilándola para Dios, para que pueda
bendición eterna, la visión de Dios per ser un hijo o una hija, aliándola con Dios o
essentiam. haciéndola una con Dios por medio de una
conformidad a la voluntad para que pueda
A partir de estas dos ideas, la visión ser una novia. Sin embargo, esto sucede por
mística del destino final del hombre y la la mediación de Dios a medida que la gracia
condición meritoria de las buenas obras, la convierte en algo que le agrade a Él.”30
nació la doctrina Católica del “don sobrea-
ñadido” (donum superadditum). El primero Esta doctrina halló aceptación general
en formularla fue Alexander Hales. La ben- entre los Escolásticos,31 fue incorporada en
el Catecismo Romano,32 fue posterior-
27. M. J. Scheeben, Handbuch der Katholis-
chen Dogmatik, 4 vols. (Freiburg i.B.:
Herder, 1933), II, 272-81. 30. Alexander de Hales, Summa Theol., II,
28. Vea H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- qu. 91, membr. 1, art. 3.
tiek, II, 154-58. 31. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 95; Bue-
29. Nota del Editor: Cf. Richard A. Muller, naventura, The Breviloquium, II, c. 11,
Diccionario de Términos Teológicos Lati- 12, V, c. 1; Comentarios de T. Aquino,
nos y Griegos (Grand Rapids: Baker, Buenaventura, Duns Scotus, e.a., en Sen-
1985), s.v. meritum, 190-92. tencias, II, dist. 29.

136
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mente defendido y sostenido contra los ellos el hombre primero fue creado con
Reformadores, Baius, Jansen y Quesnel,33 y “justicia original” (iustitia originalis), la
constituye uno de los núcleos característi- que le capacitó para ganarse la gracia que
cos y más importantes en la teología Cató- hace aceptable por un mérito de congruen-
lica Romana.34 Pero aunque en sustancia cia (gratia gratum faciens ex congruo); y
hubo consenso, en los puntos subordinados habiendo recibo esta última podía, por
hubo una variedad de diferencias. Algunos, medio de ella, ganar la bendición celestial
tales como Hales, Buenaventura, Alberto el ex condigno, algo que se merece o un mérito
Grande, Duns Scotus, Biel y otros, afirma- pleno. Pero Tomás se opuso a esta idea, por-
ban que el don sobrenatural de la gratia que en ese caso la gratia gratum faciens se
gratum faciens era distinto de la justicia ori- hallaba también fundamentada sobre méri-
ginal que el hombre poseía inmediatamente tos si no se hubiese perdido o adquirido
por naturaleza al momento de su creación, para todos sus descendientes un don perso-
y que fue otorgada más tarde en el tiempo, nal dado a Adán y no podría, entonces, ser
después de esta justicia original.35 Según otorgado sin mérito a los niños pequeños
en el bautismo. Por lo tanto, Tomás ense-
ñaba que en el momento de su creación
32. Catecismo Romano, I, 2, qu. 18, 3.
33. R. Bellarmine, De Gratie Primi Hominis
Adán había recibido la gratia gratum faciens
(Heidelberg: Rosa, 1612); H. Denzinger, junto con la justicia original.36 El Concilio
Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiri- de Trento evitó tomar partido en esta
dion Symbolorum), trad. por Roy J. Defe- disputa entre los Franciscanos y los
rrari, 30ª ed. (Londres y St. Louis:
Herder, 1955), n. 881ss.
Dominicos y solamente declaró (Sesión V,
34. Cf. Además de las obras antes mencio- 1) que Adán había “perdido la santidad y la
nadas, M. Becanus, Summa Theologiae justicia en las que había sido constituido.”
Scholasticae (Rothmagi: I. Behovrt, Aunque más tarde los teólogos
1651), I, tract. 5; A. Casini, Controv. De
statu purae naturae, impreso como un
generalmente siguieron a Tomás y dejaron
apéndice al libro II; Petavius, Opera que la justicia original coincidiera de hecho
Omnia, “de opif. Sex dierum” (Theol. y en el tiempo con la gratia gratum faciens, la
Dogm. Ed. [1868], IV, 587-653); Theolo- posición, de manera ideal y lógica, siguió
gia Wirceburgensi (Theologia Dogmatica:
Polemica, Scholastica et Moralis), VII,
siendo la misma.
145ss.; G. Perrone, Praelectiones Theologi-
cae, 9 vols. (Louvain: Vanlinthout & Van- La teología Católica Romana tiene una
dezande, 1838-43), III, 166-82; M. J. concepción dual de la humanidad: el hom-
Scheeben, Handbuch der Katholischer
Dogmatik, II, 239-514; M. J. Scheeben, bre, en un sentido puramente natural, sin la
Naturaleza y Gracia, trad. por Cyril gracia sobrenatural, es en verdad sin pecado
Vollert (St. Louis: B. Herder, 1954; C. pero posee solamente una religión y una
Schäzler, Natur und Uebernatur (Mainz: virtud natural y tiene su destino en la tie-
Kirchheim, 1865) [Nota del Editor: La
cita de Bavinck dice simplemente Natur
u. Gnade.]; H. Th. Simar, Lehrbuch der 35. Alexander de Hales, Summa Theol., II,
Dogmatik, 2 vols., 3a ed. (Freiburg i.B.: qu. 96 m. 1.; Buenaventura, Sent. II, dist.
Herder, 1879-80), 326ss.; C. Pesch, Prae- 29, art. 2, qu. 2 enz.
lectiones Dogmaticae, III: De Deo creante 36. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 100, art.
et elevante (Freiburg i.B.: Herder, 1916- 1; Sent., II, dist. 20, qu. 2, art. 3, dist. 29,
25), 76-111 enz. qu. 1, art. 1.

137
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

rra; el hombre dotado con el don sobreaña- con dones naturales y preternaturales. En
dido de la imagen de Dios tiene una religión términos del poder absoluto de Dios (poten-
y una virtud sobrenatural y un destino en el tia absoluta) tal humano era en verdad posi-
cielo. Pero con esta noción dual del hombre ble pero no en términos de su poder
la investigación no había terminado. Tan ordenado (potentia ordinata) (i.e., poder
pronto como uno intentaba imaginarse lo ejercido en y a través del poder natural). La
que implicaba la primera idea del hombre y visión beatífica en realidad pertenece pro-
lo que implicaba la segunda, uno se metía piamente al hombre por naturaleza “al
en problemas con los varios dones concedi- menos en lo que concierne a la inclinación
dos al primer ser humano. La inmortalidad y al apetito” (saltem quoad inclinationem et
y la impasibilidad no podían ser llamadas appetitum).37 Pero aún si se sostiene lo con-
estrictamente naturales, pues ellas no son cebible y la posibilidad de un ser humano
cualidades que pertenecen al cuerpo terre- en su estado puramente natural, siguen pre-
nal de Adán como tal y podían perderse. sentes todo tipo de diferencias en la doc-
Por otro lado, no podían tampoco ser conse- trina de la imagen de Dios. Algunas
cuencia de la gratia gratum faciens, pues teologías hacen una distinción entre la
entonces el hombre, en su estado pura- “imagen” y la “semejanza” de tal manera
mente natural sin el don sobreañadido que la primera abarca los dones naturales y
hubiese sido susceptible a la muerte y al la segunda los sobrenaturales. Otros, como
sufrimiento, y en ese caso la muerte no el Catecismo Romano, aplican ambos con-
hubiese sido la pena por el pecado. Lo ceptos a los dones sobrenaturales. Hales,
mismo es cierto de la lujuria excesiva (con- Buenaventura, Tomás y otros, al considerar
cupiscencia). Según Roma el conflicto entre la justicia original, pensaron en la justicia
la carne y el espíritu es natural. Por lo natural, pero el Catecismo Romano y los
tanto, la sujeción de la carne al espíritu es teólogos aún más posteriores se refieren
algo sobrenatural, no algo dado con la crea- especialmente a los dones sobreañadidos
ción como tal. Al mismo tiempo, no puede como justicia original. Algunas veces la
tampoco ser atribuida solo a la gratia gra- inmortalidad, la impasibilidad, la libre
tum faciens, pues en ese caso un ser voluntad y la restricción de la concupiscen-
humano sin pecado sin el don sobreañadido cia fueron derivadas de un don divino y
no sería posible. Por consiguiente, entre las otras veces de la “imagen” o de la “seme-
dos ideas descritas antes Roma tenía que janza,” y también a veces fueron atribuidas
insertar una tercera noción – la preternatu- a la justicia original.38 El Catecismo
ral.
37. G. Perrone, Prael. Theol., III, 167; J. H.
Por lo tanto, los seres humanos se con- Oswald, Religiöse Urgeschichte der Mens-
ciben como dotados con dones naturales, chheit (Paderborn: Ferdinand Schöningh,
preternaturales y sobrenaturales. Estos son 1885), 52ss. (N. del E.: cf. J. H. Oswald,
Die Schöpfungslehre im allgemeinen und
tres tipos de justicia, un tipo natural, uno in besonderer Beziehung auf den Menschen
preternatural y uno sobrenatural. No es [Paderborn: F. Schöningh, 1885]; C.
sorprendente que algunos teólogos, tales Pesch, Prael. Dogm., III, 109).
como Berti, Norisius, y otros, no pudieran 38. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 95, art.
1; Sent, II, dist. 19, qu. 1, art. 4; C. Pesch,
imaginar un ser humano dotado solamente Prael. Dogm., III, 89ss.

138
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Romano simplemente enumera todas estas Testamento del pacto de gracia, ha prepa-
cosas y no alcanza una visión consistente rado para aquellos que le aman (1 Cor. 2:9).
del conjunto completo: gracias a un don Pero Roma mira este destino humano final,
divino Adán no fue susceptible a la muerte que ha sido realizado por Cristo, como una
y al sufrimiento; su alma fue creada a la visión Neo-Platónica de Dios y como una
imagen y semejanza de Dios; además, su fusión mística del alma con Dios.40 Y eso
concupiscencia fue restringida y hecha no es lo que la Escritura enseña. Todos esos
sujeta a la razón; entonces, a todo esto, beneficios que Cristo ha adquirido para los
Dios añadió justicia original y dominio.39 suyos no son solo otorgados en el estado de
Entonces, en la cima de todo esto, aparece gloria sino que son, en principio,
el desacuerdo sobre la naturaleza de la concedidos ya aquí sobre la tierra (1 Cor.
gratia gratum faciens, su relación con el 2:9) y no incluyen, incluso según Roma, la
Espíritu de Dios, con el alma y sus visión de Dios per essentiam. Volverse un
facultades, con las virtudes teológicas, con hijo de Dios es el fruto de la fe (Juan 1:12;
las buenas obras, y así sucesivamente. Todo Rom. 8:14s.; Gál. 4:6; 1 Juan 3:1, 2). La
esto basta para mostrar que la doctrina vida eterna es nuestra porción ya aquí y
Católica Romana de la imagen de Dios es consiste en conocer a Dios en la faz de
inherentemente incompleta y en parte por Cristo (Juan 3:16, 36; 17:3). Cristo es y
esa razón deja de satisfacer la mente sigue siendo el camino al Padre, al
teológica. conocimiento y la visión de Dios (Mat.
11:27; Juan 1:18; 14:6; 1 Juan 3:2b). La
Crítica del Súper Naturalismo visión de Dios puede ser solamente
alcanzada en el camino de la vida Cristiana
Esta doctrina es inadecuada, en primer ética (Mat. 5:8; 1 Juan 3:6). Incluso la
lugar, porque se basa en una visión equivo- participación en la naturaleza divina no es
cada del destino final del hombre. El estado algo solo para el futuro sino una meta
de gracia y de gloria, en la que la iglesia de prevista para ahora por el otorgamiento de
Cristo es una participante tanto aquí como las promesas de Dios aquí en la tierra (2
en el más allá, es descrito de la manera más Ped. 1:4) y otra vez, mediada éticamente
espléndida en la Sagrada Escritura como el (Heb. 12:10).
estado de los hijos de Dios, como participa-
ción en la naturaleza divina, como la visión Segundo, la Escritura en ninguna parte
de Dios, como vida eternal, como dicha enseña que este estado de gloria, que se ha
celestial, y así sucesivamente. En este iniciado ya en el estado de gracia sobre la
asunto no hay desacuerdo entre Roma y tierra, sea “sobrenatural” y “sobreañadido”
nosotros: Lo que ojo no vio, ni oído oyó, ni en el sentido Católico Romano. Cierta-
concibió el corazón del hombre, eso es lo mente este estado de gracia y gloria sobre-
que Dios, en la dispensación del Nuevo pasa en mucho el alcance del pensamiento
y la imaginación humano (1 Cor. 2:9; 13:12;
39. Catecismo Romano, I, 2, qu. 18, 3. Para 1 Juan 3:2). Sin embargo, se debe recordar
la doctrina de la Iglesia Ortodoxa Griega,
cf. Georgius B Matulewicz, Doctrina Rus-
sorum de Statu Justitiae Originalis (Frei- 40. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
burg i.B.: Herder, 1904). tiek, II, 154.

139
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

que según 1 Corintios 2 es la sabiduría de es luego transferido al primer humano. Su


esta edad y el espíritu de este mundo y el destino final también era el estado de glo-
hombre no espiritual (vv. 6, 8, 12, 14) de ria, un estado que podía alcanzar solamente
quienes permanecen ocultos estos benefi- por medio del estado de gracia por el cual
cios divinos; y esta persona “no espiritual” podía ex condigno merecer la vida eterna.
(carnal) es aquel que es guiado solo por el Como en el estado de gloria, así también la
instinto animal, carente del espíritu de gracia en cuestión es sobrenatural por su
Dios, y por lo tanto, está entenebrecido en misma naturaleza, en un nivel por encima
su mente. Añada a esto que lo que Dios del hombre natural, y por lo tanto es un
otorga, y otorgará, a los creyentes seguirá don sobreañadido. Este razonamiento por
siendo para ellos un inmerecido don de la parte de Roma es correcto en tanto que
gracia, un don que por siempre y para siem- desde la imagen de Dios, en el caso del
pre les impulsará al asombro y a la adora- humano restaurado, se infiere la del primer
ción. Recuérdese además que Cristo no ser humano. De hecho, hay solamente una
solamente adquirió lo que Adán había per- imagen de Dios. Es también correcto, en
dido sino también lo que Adán, por vía de tanto que se asuma que el destino final de
la obediencia, hubiese ganado. Por lo tanto, Adán no era otro que aquel que el creyente
los beneficios salvíficos del pacto de gracia recibe ahora a través de Cristo: la vida
sobrepasan en mucho el alcance de nues- eterna. De hecho, no hay sino un ideal para
tros propios pensamientos; pero nada en la el hombre. Pero este razonamiento también
Escritura sugiere siquiera la noción que es incorrecto.
todo esto es un “súper aditivo” que origi-
nalmente no pertenecía a nuestra natura- Es incorrecto porque entre “gracia” y
leza humana. “gloria” se construye un puente meritorio y
luego se procede a aplicársele también a
Tercero, la conclusión a la que llega Adán. El valor meritorio de las buenas
Roma a partir de estos beneficios de la gra- obras solo puede ser tratado más tarde. Sin
cia en Cristo por el estado de Adán antes de embargo, en este punto se debe señalar, aún
la caída es incorrecta. Roma razona de la si la visión Católico Romana del destino
siguiente manera: Si el estado de gloria para final del hombre fuese correcta, que Roma
los seres humanos restaurados consiste en aún no tiene derecho de concebir la gracia
la conformidad con Dios, debió haber con- en un “adecuado” sentido sobrenatural. Es
sistido en ese estado también en el caso del también posible, después de todo, formular
primer humano. Y si ese estado de gloria es una relación forjada por Dios entre ciertas
ahora alcanzado por los creyentes solo por promesas de recompensa y ciertas obras, de
vía del estado de gracia, lo mismo debe ser tal manera que las recompensas no son, en
cierto de Adán antes de la caída. La relación un sentido estricto, dignas de mérito ex con-
entre el estado de gracia y el de gloria, digno por causa de esas obras. La promesa
según Roma, consiste en el hecho de que en de vida eterna hecha a Adán en caso de obe-
la justificación el hombre recibe gracia diencia era de tal naturaleza como la que
infundida, y en virtud de esta gracia realiza los teólogos Reformados enseñaron en su
buenas obras las cuales, ex condigno, le doctrina del pacto de obras.41 Había un
merecen la vida eterna. Todo este esquema mérito ex pacto (que surgía a partir de un

140
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

pacto), no ex condigno. Las buenas obras del para realizar obras meritorias fue un don de
hombre nunca merecen la gloria del cielo; gracia. Es tal y como los Pelagianos lo pusie-
nunca son del mismo peso y valor (condig- ron en tiempos antiguos: la capacitación
nidad). Sin embargo, Roma, al introducir la (posse) viene de Dios, la voluntad (velle),
idea del carácter meritorio de las buenas viene del hombre.42
obras tanto en el caso del creyente como en
el de Adán, deja de hacerle plena justicia a Cuarto, hemos indicado antes que la
la gracia. La gracia, en el pensamiento Cató- doctrina Católico Romana del don sobrea-
lico Romano, cambia totalmente su carác- ñadido ha llevado, y tenía que llevar, a un
ter. Permanece en contraste físico, no ético, triple entendimiento de la naturaleza
con la naturaleza. No presupone el pecado humana. Para Roma no hay solo una idea y
y la culpa, sino solamente una naturaleza una ley moral y un destino para la humani-
inferior. Por un lado, lo transforma todo en dad. Igual que en otros ámbitos relaciona-
gracia y así se asegura que ya no hay nin- dos con la criatura, así también en el
guna gracia en lo absoluto. Gracia, en el mundo humano, la jerarquía y los rangos
caso de Adán y del creyente, aunque es en también persisten. En lo abstracto cabe la
verdad gracia, es gracia sólo en el sentido en posibilidad que haya un humano con justi-
el que también la vida, el intelecto, la sabi- cia natural, otro con justicia preternatural,
duría, el poder, y así sucesivamente, son y un tercero con justicia sobrenatural. El
gracia. No hay razón aquí para llamar por el primero de estos tres humanos se halla ape-
nombre “gracia” solamente al don sobrea- nas por encima de un animal, sujeto a una
ñadido. El hecho que Adán fue creado y concupiscencia desmedida, al contraste
recibió un intelecto y una voluntad fue tam- natural entre la carne y el espíritu, lo
bién e igualmente gracia, aún cuando hay mismo que al sufrimiento físico y a la
diferencias cuantitativas entre los varios muerte temporal. Pero en su voluntad aún
dones de gracia. De esa manera, en realidad queda el poder de hacer el bien, el de no
todo lo que Dios inicialmente le concede al dejar que la concupiscencia desmedida lo
hombre en la creación o en la re-creación se conduzca hacia actos pecaminosos, y de
convierte en gracia. Pero eso es verdad solo esta manera vive una vida natural pero aún
en ese momento inicial. Para el momento sin pecado. El ser humano después de la
en que el hombre ha recibido esos dones caída virtualmente aún se corresponde con
iniciales, dice Roma, él mismo es impulsado esa imagen. Aunque el pecado original aún
por esa gracia para ir y laborar, y todo lo es frecuentemente interpretado no solo en
que recibe de aquí en adelante lo recibe un sentido negativo sino también en uno
como una recompensa por sus méritos. positivo, es sin embargo consistentemente
Aún la vida eterna deja de ser un don ver-
daderamente lleno de gracia por parte de
Dios sino una recompensa adecuada, digna 42. El valor de la declaración de Bensdorp
necesita ser juzgada en este contexto: “La
y proporcional a la labor realizada. Todavía doctrina Católica mantiene de manera
podría llamarse un don de gracia solo por- espléndida la gratuidad absoluta de la
que el poder que capacitó a los humanos gracia. No lo es solo con respecto a los
hechos, sino que por su misma naturaleza
es totalmente gratuita.” De Katholiek 115
41. Cf. el siguiente capítulo. (1898): 81.

141
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

percibido como debilitado hasta el grado en sobreañadido el cual da como resultado un


que el contraste físico entre la naturaleza y ser humano completo con justicia sobrena-
la gracia sustituye a la antítesis ética entre tural. Como es el caso a través del sistema
el pecado y la gracia. Según muchos pensa- Católico Romano, así también aquí en la
dores Católicos, consiste negativamente doctrina de la imagen de Dios encontramos
solo en una pérdida del don sobreañadido el contraste entre lo natural y lo sobrenatu-
que Dios, en su buena voluntad, le concedió ral, entre lo humano y lo divino, entre lo
al primer humano.43 Por lo tanto, el ser terrenal y lo celestial, y una hueste de gra-
humano, careciendo ahora de ese don, sigue daciones en cada una de estas categorías.
siendo una persona humana perfecta y En la vida ética y religiosa hay una amplia
completa en su tipo – y sin embargo, sería gama de rangos, clases y niveles de presti-
difícil para él, especialmente a lo largo del gio. No toda la gente se halla – o aspira – al
tiempo, permanecer así, y no obstante, si mismo nivel. Si Dios se halla en el centro,
así lo desea, puede permanecer sin pecado. sus criaturas se encuentran alrededor de Él
Esto explica el juicio afable de Roma con en círculos cada vez más amplios. El hom-
respecto a los niños que mueren sin ser bre natural es quien se halla más distante
bautizados y de los paganos que han hecho de Él; luego viene el hombre preternatural;
buen uso de la luz y de los poderes de la finalmente, el hombre sobrenatural. Y en la
naturaleza. No tienen culpa, y por lo tanto, última clase nuevamente hay toda clase de
no serán castigados; reciben una penalidad distinciones y grados. Hay clérigos y laicos,
de pérdida (poena damni), no de los monjes y gente ordinaria, preceptos y con-
sentidos (poena sensus). sejos, una moralidad inferior y una supe-
rior. En el nivel más alto se encuentra el
Sin embargo, Dios no creó al primer místico quien por la meditación, la auto-dis-
humano como tal hombre natural. Inmedia- ciplina estricta y la oración alcanza la con-
tamente le dio también una justicia preter- templación ya aquí en la tierra. Y por sobre
natural. De allí que Adán no estuviese los humanos se hallan los ángeles, a su vez
sujeto a la concupiscencia desmedida, al organizados en todo tipo de rangos. Todo
sufrimiento y a la muerte, incluso a la tiende a elevarse hacia Dios en una cada
muerte física, aparte del don sobreañadido vez más creciente proximidad hacia Él. La
real (i.e., gratia gratum faciens). Esta es una fusión del alma con Dios es la dicha más
segunda idea del hombre que es concebible alta. Así, en el Catolicismo, hay un lugar
y posible. Tal persona podía haber guardado para todos. Toma en cuenta la capacidad y
los mandamientos de Dios sin una resisten- aptitud de cada persona. Tiene variados
cia por parte de la carne (el don de integri- ideales para diferentes personas. No hace
dad) pero no obstante su justicia hubiese las mismas demandas morales y religiosas
seguido siendo natural y no haber merecido para todos. Pierson destacó correctamente
la visión de Dios per essentiam. Luego, esta este hecho; solo que consideró como princi-
segunda concepción del hombre es llevada pio y esencia lo que no es más que conse-
un paso más allá por la adición del don cuencia y apariencia.44 Fue en contra de
esta filosofía Neo-Platónica Areopagita que
la Reforma, tomando su posición en la
43. Cf., e.g., J. H. Oswald, Religiöse Urgeschi-
chte, 59, 137ss. Escritura, tomó acción. La Escritura no

142
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

conoce de tal contraste entre lo natural y lo caso, también la justicia natural que Roma
sobrenatural. Conoce solamente una idea enseña tendría que ser llamada sobrenatu-
de humanidad, una ley moral, un destino ral. La cuestión entre Roma y nosotros es
final, un sacerdocio que es la porción de una muy diferente.
todos los creyentes.
La justicia original puede perderse por-
Quinto, es claro por esto que la razón que es una propiedad incidental (un acci-
por la que Roma enseña una justicia preter- dente) de la naturaleza humana, no parte
natural y sobrenatural no es que, de otra de su sustancia. Pero entre los “accidentes”
manera, la condición imperfecta de la justi- que como tales pueden perderse una vez
cia original no pueda ser explicada. Es más Roma hace una distinción entre aque-
cierto que los teólogos Católicos Romanos llo que es naturalmente un “accidente” y
se mantienen presentando esta objeción aquello que es sobrenaturalmente un “acci-
contra la enseñanza de la Reforma: la justi- dente.”45 Sin embargo, en nuestra visión,
cia original pertenece o no a la esencia del toda justicia natural es un “accidente”
hombre; si lo primero es verdad, está sujeta natural; según Roma, la gratia gratum
a falta, o, si no obstante se pierde, entonces faciens es un “accidente” sobrenatural. ¿Por
el hombre de esa manera pierde una parte qué ocurre eso? No para hacer posible, o
de su esencia y deja e ser un ser humano para aclarar, la posibilidad del hecho de la
completo. Pero, sin importar cuánto se pérdida en sí, sino porque sin ella el hom-
repita esta objeción, no fue para escapar de bre sería una criatura defectuosa. Roma
esta objeción que Roma llegó a la doctrina enseña de manera expresa que, dado el
del don sobreañadido. La misma dificultad hecho que Dios quería hacer un ser que
todavía se adhiere a la visión Católica consistiera de alma y cuerpo, espíritu y
Romana puesto que Adán también tenía materia, él ya no daría forma a estos dos,
justicia natural y original. Esta justicia alma y cuerpo, en una armonía completa
natural, aunque es natural y fluye de los más de lo que podría hacer un círculo cua-
principios y poderes básicos del hombre drado. La carne y el espíritu, por su misma
natural sin el auxilio sobrenatural (aunque naturaleza, batallan la una contra el otro, y
no sin la ayuda universal de la preservación sin la gracia sobrenatural Dios no puede
divina), puede todavía sin embargo per- impedir el conflicto entre estos dos elemen-
derse y de hecho muchas personas la pier- tos. Bellarmine declara claramente que el
den. Aún así, hasta el pecador más hombre está compuesto de carne y espíritu
degenerado, uno que carezca de toda justi- y por lo tanto tiende en parte a un bien cor-
cia natural, es aún un ser humano. La posi- poral y en parte a un bien espiritual; y que
bilidad de perder y la pérdida real de la “por estas propensiones diversas o contra-
justicia original, por lo tanto, no puede ser- rias existe un cierto conflicto en el uno y el
vir en lo absoluto como un argumento en mismo ser humano.” Además enseñó que
contra de su carácter natural. Si tal fuera el “desde el principio de la creación la divina
providencia, para aplicar un remedio a esta
44. A. Pierson, Geschiedenis van het enfermedad o debilidad de la naturaleza
Roomsch-katholicisme tot op het Concilie
van Trente, 4 vols. (Haarlem: A. C. Kru-
seman, 1868-72), I, 24ss. 45. Bensdorp, De Katholiek, CX, 56.

143
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

humana que surge de su condición material, Así pues, según Roma, la gracia es un don
le añadió al hombre un cierto don notable, a sobrenatural como tal y no incidentalmente
saber, la justicia original, como para soste- (per accidens), no solo por causa del
ner, aunque por una especie de brida pecado.47 El pecado no ha cambiado en nin-
dorada, la parte inferior a la superior, y esa guna manera la naturaleza de la gracia.
parte superior es la que se sujeta fácilmente Quizás la gracia ha sido incrementada por
a Dios.”46 Aquí se afirma claramente que la el pecado; pero tanto antes como después de
carne, por su misma naturaleza, se opone al la caída era idénticamente la misma, a
espíritu. La materia es un poder que se saber, una elevación [del hombre] por
levanta contra Dios, uno que no es per se encima de la naturaleza. Ese es su carácter y
pecaminoso como en el Maniqueísmo, pero esencia. Por consiguiente, el Cristianismo
es, no obstante, de un orden inferior, se puede también aún ser una religión de
mueve totalmente en una dirección que le redención; pero principalmente no es una
es propia, y automáticamente tienta al reparación sino una elevación de la natura-
hombre a involucrarse en la batalla y el leza; sirve para elevar la naturaleza por
pecado. Ese poder es incluso de tal encima de sí misma, esto es, para divinizar
magnitud que la razón sola no puede, al la humanidad. En el caso de Adán la gratia
menos no con gran dificultad, controlar el gratum faciens sirvió para esa meta; ahora
movimiento del alma. Para al fin se necesita el Cristianismo sirve para esa meta. Así
una gracia sobrenatural especial. Como en pues, antes y ahora su gracia es la misma;
la filosofía de Plotino, aquí la materia es esto es, el elemento esencial en el Cristia-
una creación que se halla sumamente nismo no se necesitó para cuando la caída;
alejada de Dios, es hostil por naturaleza a era ya necesaria antes de la caída. Así como
todo lo que es espiritual, y por lo tanto ha la elevación de la naturaleza, el Cristia-
de ser restringida por la fuerza. nismo ya estaba presente para Adán antes
de la caída. La recepción de la gracia infun-
Finalmente, en sexto lugar, la doctrina dida se halla ahora vinculada – aparte de las
de Roma del don sobreañadido implica una preparaciones – específicamente a la creen-
visión muy peculiar del Cristianismo. En la cia en dos dogmas: la Trinidad y la encarna-
visión de Roma, la religión Cristiana en rea- ción.48 Ahora entonces: lo mismo era cierto
lidad también [nos] sirve para salvarnos del en el caso de Adán. Aún antes de la caída él
pecado; pero principalmente, y más impor- estaba familiarizado con ambos dogmas.49
tante, su propósito es restaurarle al hombre La encarnación, por esta lógica, era por
la gracia que le había sido concedida a Adán tanto necesaria antes de la caída y aparte
como un don sobreañadido pero que él per- del pecado. En otras palabras, para que el
dió. Esta gracia era tan necesaria para el
hombre antes de la caída como lo es para 47. R. Bellarmine, De Gratia Primi Hominis,
nosotros hoy y era tan sobrenatural enton- 5.
48. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
ces como lo es ahora después de la caída. tiek, I, 579.
49. Becanus, Theol. School., I, tr. 5, c. 2; H.
Th. Simar, Lehrbuch der Dogmatik, 3a
46. R. Bellarmine, De Gratia Primi Hominis, ed., 332; C. Pesch, Prael. Dogm., II, 89
5, cf. 7; Bensdorp, De Katholiek 115 enz.; T. Aquino, Summa Theol., II, 2, qu.
(1898): 256. 2, art. 7, qu. 5, art. 1.

144
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

hombre pudiera volverse como Dios, Dios llama “dones” al conocimiento y al temor
tenía que volverse hombre. Esta ley se de Dios en Adán, y la Fórmula de Concor-
hallaba en efecto tanto antes como después dia habla de las “propiedades concreadas en
de la caída. Ahora, únicamente como un el paraíso de la naturaleza.”52 Los dogmáti-
componente subordinado, la encarnación cos Luteranos ciertamente llamaron natural
trae expiación con ella. Pero para Roma el a la imagen de Dios en tanto que la natura-
punto de gravedad no yace en la satisfac- leza humana no podía ser pura sin esa ima-
ción por el pecado ni en el perdón del gen y fue inmediatamente concreado con
mismo, sino en la humanización de Dios y esa imagen. Pero negaron que la imagen de
en la divinización del hombre.50 Dios fuese natural en el sentido de que ésta
haya fluido automáticamente de la natura-
La Visión de la Reforma de la Imagen leza humana como tal y fuese por lo tanto
un componente esencial e incapaz de fallar
Los Reformadores rechazaron de en su naturaleza. Algunos, tales como Ger-
manera unánime esta enseñanza, especial- hard, Quenstedt y otros, también llamaron
mente porque conducía a un debilitamiento dones sobrenaturales específicamente al
de la [doctrina] del pecado original. Su opo- favor sobrenatural de Dios, a la morada
sición estuvo dirigida principalmente con- llena de gracia de la santa Trinidad y al
tra la tesis Escolástica: “Aunque se pierden deleite y al disfrute resultantes.53 Así tam-
las cualidades sobrenaturales, las naturales bién Calvino hace una distinción entre la
aún permanecen íntegras.” Y a partir de allí sustancia del alma y sus atributos, y, con
razonaban hasta la imagen de Dios. Si por Agustín, dice: “los atributos naturales fue-
el pecado, por la pérdida de la imagen de ron corrompidos en el hombre por el
Dios, el hombre se había vuelto totalmente pecado, pero los sobrenaturales fueron
corrupto, ésta también debió haber pertene- removidos”; incluso llama a los últimos
cido a su naturaleza. Así pues Lutero soste- “foráneos, no una parte intrínseca de la
nía “que la justicia no era un don que venía naturaleza.”54 Y muchos teólogos Reforma-
desde afuera, separado de la naturaleza del dos igualmente hicieron una distinción
hombre, sino que... era verdaderamente entre las cualidades naturales y los dones
parte de su naturaleza, de manera que era sobrenaturales.55 Muchos de ellos deriva-
parte de la naturaleza de Adán el amar a ban la inmortalidad de la gracia e Dios, no
Dios, el creerle a Dios, el conocer a Dios, de la naturaleza de Adán.56 Incluso la anti-
etc.”51 Pero incluso los Reformadores tuvie- gua distinción entre “imagen” y “seme-
ron que sostener una distinción entre lo janza” fue tomada por muchos y también
que quedó y lo que se perdió de la imagen
de Dios. Para ese fin usaron las palabras 52. J. T. Müller, Die Symbolischen Bücher der
“sustancia,” “esencia,” “atributos,” Evangelische-Lutherischen Kirche, 5a ed.
“dones,” incluso “dones sobrenaturales.” (Gütersloh: Bertelsmann, 1898), 80, 81,
580.
La Apología de la Confesión de Augsburgo 53. J. Gerhard, Loci Theol., VIII, c. 1-3; J.
Quenstedt, Theologia, II, 1-48; D. Hollaz,
50. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- Examen Theol., 461-88.
tiek, I, 324ss. 54. J. Calvino, Institución de la Religión Cris-
51. M. Lutero, Obras de Lutero, vol. 1, Confe- tiana, I, 15, 2; II, 2, 12.
rencias en el Génesis 1-3, 165. 55. J. Maccovius, Loci Comm., 105ss.

145
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

aplicada en ese sentido.57 Sin embargo, se hallaba fundamentada en otra idea. Su


pronto se hizo claro que incluso donde los carácter soteriológico subjetivo necesaria-
Protestantes retenían la expresión “dones mente conducía a una identificación exclu-
sobrenaturales,” querían dar a entender por siva de la imagen de Dios con las cualidades
ello algo más. La idea entre los Católicos morales que el primer hombre recibió y
Romanos es que uno puede muy bien con- cuya pérdida hizo del hombre, tanto en sen-
cebir un ser humano sin estos dones sobre- tido religioso como ético, un “bloque de
naturales. De hecho, como un ser moral y madera.” Ya Lutero frecuentemente ponía
racional, el hombre también tendría algún todo el énfasis sobre los dones, e igualaba
conocimiento de Dios, la ley moral y la jus- completamente la imagen de Dios con
ticia. Pero [según Roma] hay una diferencia ellos.59 Los escritos confesionales siguieron
esencial entre conocimiento, amor y justi- las mismas líneas,60 y así lo hicieron los
cia en un sentido natural y estas cualidades teólogos Heerbrand, Hunnius, Gerhard,
en un sentido sobrenatural, entre el hombre Quenstedt, Hollaz y otros.61 Los Luteranos
natural y el sobrenatural, entre un ser realmente no negaban que la esencia del
humano y un Cristiano, entre el mundo y la hombre también expresa algo divino, sino
iglesia, entre la naturaleza y la gracia. La que la imagen real de Dios consiste sola-
gracia no es solamente restaurativa, sino mente en “justicia original” con las cualida-
una elevación y una terminación de la des asociadas de “inmortalidad, incapaz de
naturaleza. Fue a esta posición a la que los recibir daño, dominio,” y una “condición
Reformadores se opusieron como un asunto de lo más dichosa.” Solamente el Hijo, des-
de principio fundamental. Y así tenía que pués de todo, es esencial y sustancialmente
suceder, y de hecho así le sucedió real- la imagen de Dios (Heb. 1:3); en el hombre
mente, a la doctrina de que la imagen de la imagen es una “perfección accidental,”
Dios esencialmente le pertenecía al hombre capaz de ser perdida y de hecho se perdió
por naturaleza, y que sin ella el hombre (Rom. 3:23) y es solamente renovada y res-
podía existir solamente en una “naturaleza taurada en el creyente (Rom. 8:29; 2 Cor.
impura,” como un pecador. 3:18; 5:17; Efe. 4:24; Col. 3:10).

Pero también los eruditos de la 58. M. Lutero en J. Köstlin, La Teología de


Lutero en su Desarrollo Histórico y Armo-
Reforma sostenían diferentes opiniones nía Interna, trad. por Charles E. Hay, 2
con respecto a la imagen de Dios. Durante vols. (Philadelphia: Lutheran Publica-
el primer período algunos Luteranos toda- tions Society, 1897), I, 144-55; Melanc-
vía igualaban la imagen de Dios con la esen- thon, Hemming, Selnecker en H. Heppe,
Dogmatik des deutschen Protestantismus
cia del hombre y con la sustancia del im sechzehnten Jahrhundert, 3 vols.
alma,58 pero la teología Luterana como tal (Gotha: F. A. Perthes, 1857), I, 338ss.
59. M. Lutero en J. Köstlin, La Teología de
Lutero, II, 339-61; Heppe, Dogmatik es
56. J. Zanchi, Op. Theol., III, 497; A. Pola- Deutschen Protestantismus, I, 345.
nus, Syn. Theol., V, 29; F. Junius, Op. 60. J. T. Müller, Die Symbolischen Bücher der
Theol. Select., I, 211; Bucanus, Theol., XI, Evangelische-Lutherischen Kirche, 80,
12; Maccovius, Loci, 409. 576.
57. J. Zanchi, Op. Theol., III, 486; Justino 61. E.g., J. Gerhard, Loci Theol., VIII, c. 1; J.
Mártir sobre Génesis 1:26; J. Alsted, Quenstedt, Theologia, II, 3-10, 17-23; D.
Theol., 281. Hollaz, Examen Theol., 464ss.

146
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Sin embargo, desde el principio los teó- consiguiente en dominio.66 Sin embargo,
logos Reformados incorporaron también la como norma los teólogos Reformados
esencia del hombre en la imagen de Dios. continuaron hablando de la imagen de Dios
Heppe está equivocado cuando afirma que en un sentido más amplio y en uno más
Calvino y Zanchius no enseñaban esto.62 restringido. En la Sagrada Escritura leyeron
Aunque Calvino no hace una distinción que el hombre, por un lado, es todavía
entre la sustancia del alma y sus dones, él llamado la imagen de Dios después de la
declara expresamente que la imagen de caída y debería ser respetado como tal
Dios consistía de “aquellas marcas de exce- (Gén. 5:1; 9:6; Hch. 17:28; 1 Cor. 11:7;
lencia con las que Dios había distinguido a Sant. 3:9); y que, por otro lado, había no
Adán por sobre todas las obras criaturas obstante perdido el contenido primario de
vivientes” y que por consiguiente también la imagen de Dios (i.e., conocimiento,
consiste de integridad.63 Todos los teólogos justicia y santidad) y solamente recupera
Reformados concordaban con esto;64 sola- estas cualidades en Cristo (Efe. 4:24; Col.
mente Cocceius,65 presentando una visión 3:10). Al observar esta distinción en la
alternativa, enseñaba que mientras el alma Escritura e incorporándola a su teología los
y sus propiedades eran presupuestas por la teólogos Reformados han mantenido el
imagen de Dios, ellas no eran su contenido vínculo entre la naturaleza física y la
sino solamente el lienzo, por así decir, sobre naturaleza ética del hombre y de ese modo
el cual Dios pintó su imagen. La imagen también en este punto (la relación entre la
misma, según Cocceius, consistía única- naturaleza y la gracia) se guardaron a sí
mente de los dones, como se enseña en 2 mismos de caer en varios errores. Pronto
Corintios 3:18, Efesios 4:24 y Colosenses surgió una distinción adicional que fue
3:10. Otros lo ponen de esta manera: la ima- especialmente elaborada en la doctrina del
gen de Dios consiste de manera antece- pacto de obras. Esta distinción respondía a
dente en la naturaleza espiritual del la pregunta de en qué tenía que convertirse
hombre, formalmente en santidad, y por Adán, no lo que era Adán. Es solamente en
estas tres áreas – la imagen de Dios en el
62. H. Heppe, Dogmática Reformada, ed. y sentido amplio, la imagen de Dios en el
rev. Por E. Bizer, trad. por G. T. Thomson sentido estrecho, y el desarrollo o destino
(Grand Rapids: Baker, 1978 [1950]), 232,
233. de la imagen de Dios – esto es, en la
63. J. Calvino, Institución de la Religión Cris- doctrina del pacto de obras – que puede
tiana, I, 15, 2; II, 12, 6; Comentario sobre tratarse en su plena extensión.
el Génesis 1:26; 9:6; Comentario sobre Roma y la Reforma
Santiago 3:9.
64. J. Zanchi, Op. Theol., III, 486, 477ss.; Z.
Ursinus, Catecismo de Heidelberg, p. 7; Entre la doctrina Católico Romana de
Justino Mártir, Loci, c. 46ss.; A. Polanus,
Syn. Theol., V, 34; Synopsis Purioris Theo-
logiae, XIII, 36; M. Leydekker, Fax Veri- 66. F. Turretin, Institutes of Elenctic Theo-
tatis, 395 enz. logy, V, qu. 10, §§6; L. Ryssen, Summa
65. J. Cocceius, Summa Theologiae ex Scrip- Theol., 178; H. Witsius, La Economía de
turis Repetita, XVII, §§12-24; cf. también los Pactos, 1. 2, 11; W. Brakel, El Servicio
J. H. Heidegger, Corpus Theologiae, VI, Razonable del Cristiano, trad. por Bartel
119; J. Braun, Doctrina Foederum, I, 2, Elshout, 4 vols. (Ligonier, Pa.: Soli Deo
15, 5ss. Gloria, 1992), I, 323-26.

147
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la imagen de Dios y la de la Reforma hay humano anormal, enfermo, espiritualmente


una profunda diferencia que se hace sentir muerto, un pecador. Entonces le falta algo
sobre todo el campo de la teología. Esta que pertenecía a su naturaleza, igual como
diferencia no está localizada en la expresión un ciego pierde su vista, un sordo el sentido
“justicia original.” Pues aunque los teólo- del oído, y un hombre enfermo su salud. En
gos Católicos Romanos usan este término la visión de Roma un ser humano puede
en una variedad de sentidos, más tarde perder la “justicia sobrenatural” y seguir
unos algunas veces describen la justicia siendo aún un humano bueno, auténtico,
sobrenatural por medio de él. La justicia del completo y sin pecado, con una justicia
primer ser humano puede ser llamada “ori- natural que, en su tipo, no tiene ningún
ginal” puesto que desde su origen se carac- defecto. Pero, según los teólogos Protestan-
terizaba por su correspondencia positiva a tes, un ser humano no puede ser así. No
la ley de Dios y dado que la justicia original hay un estado intermedio entre el hombre
puede ser distinguida como tal de la justicia como imagen de Dios y el hombre como
habitual o real. También, en el caso de pecador. O es un hijo de Dios, su vástago,
Adán, la justicia original era el principio y su imagen, o es un hijo de ira, muerto en
raíz de su justicia real. Después de Tomás delitos y pecados. Cuando ese ser humano
no hubo ni siquiera desacuerdo sobre la recibe nuevamente por fe aquella justicia
cuestión de si esta justicia original hubiese perfecta en Cristo, ese beneficio es en ver-
sido, para toda la humanidad, la fuente de dad un don sobrenatural pero es sobrenatu-
su justicia real si Adán hubiese permane- ral “como un accidente,”
cido, dado que Adán la recibió no como un “incidentalmente”; recupera aquello que
particular sino como una persona pública. pertenece a su ser, como el hombre ciego
La disputa concernía a la cuestión de si que nuevamente recibe su vista.
aquella justicia original era natural o, al
menos en parte, sobrenatural. Los teólogos Ahora, esta doctrina se halla funda-
Reformados afirmaban lo primero. Con ello mentada en la Sagrada Escritura, que en
no querían decir que esta justicia original ninguna parte habla de “dones sobrenatura-
hubiese surgido automáticamente de la les” en relación con la creación del hombre.
naturaleza humana entendida en el sentido Roma, por consiguiente, no apela a Génesis
de una unión de espíritu y materia, ni que 1:26-31, Eclesiastés 7:19 y así sucesiva-
no pudiese ser llamada un don – incluso de mente, sino a la representación que el
la gracia de Dios en un sentido amplio. Más Nuevo Testamento hace del estado de gra-
bien usaban este término para mantener la cia y del estado de gloria, una apelación que
convicción de que la imagen de Dios, esto de ninguna manera sirve como prueba. La
es, la justicia original, era inseparable de la Escritura en todas partes desarrolla su con-
idea del hombre como tal y que se refería al tenido con la noción de que la humanidad
estado normal, a la armonía y al bienestar es similar a Dios y que es además su prole.
de un ser humano; que sin ella un humano El servicio a Dios, el amor a Dios, el compa-
no puede ser auténtico, completo o normal. ñerismo con Dios no es un don sobreaña-
Cuando el hombre pierde esa imagen de dido sino original e integralmente humano.
Dios, no pierde una sustancia y ciertamente Dios afirma su derecho sobre el todo del
sigue siendo humano, pero se vuelve un ser hombre – mente, corazón, alma, cuerpo, y

148
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

todas sus energías – para su servicio y su totalidad de la justicia original.


amor. La ley moral es una para todos los
humanos en todos los tiempos, y el ideal Pero por esa razón, como se señaló
moral es el mismo para todas las gentes. No antes, todo el caso de Roma en contra de la
hay una justicia “inferior” o una “supe- enseñanza de que la imagen de Dios es
rior”, no hay doble moralidad, no hay un natural colapsa, pues la misma Roma reco-
doble conjunto de obligaciones. La justicia noce que la justicia natural es natural y
original es tan natural que, incluso según la todavía es sujeta de pérdida, y por lo tanto
mayoría de teólogos Católicos, hubiese sido ya no se encuentra en posición de presentar
heredada por los descendientes de Adán en esta objeción en contra de la enseñanza de
caso de su obediencia, y que incluso ahora los Protestantes. Su doctrina, por consi-
los paganos todavía hacen lo que la ley guiente, no surgió de la objeción de que la
requiere (Rom. 2:15). Por consiguiente, la naturalidad de la justicia original no pueda
objeción de que la posición Reformada se ser conciliada con su condición de sujeta de
encuentra en un antinomianismo dado que, pérdida, sino que debe su origen a razones
por un lado, llama “natural” a la justicia totalmente diferentes, a saber, a la visión
original y, por el otro, “defectuosa” y “acci- Neo-Platónica del ideal de la vida Cristiana.
dental,”67 se basa únicamente en una mala Es ese Neo-Platonismo el que la Reforma
interpretación.68 La justicia original es lla- rechazó basándose en la Escritura. En rela-
mada natural no porque consista de una ción con eso se cuidó de no caer en la
cierta sustancia o esencia, sino porque es trampa de cualquier forma de Mani-
un atributo o cualidad natural. Así como la queísmo. El hombre no perdió nada de su
buena salud pertenece a la naturaleza del sustancia como resultado del pecado. En
hombre, pero es todavía “sujeta de pér- ese sentido los humanos son plenamente
dida,” es decir, puede perderse, así es con la humanos incluso después de la caída. Pero
imagen de Dios. Roma y la Reforma con- cuando el hombre perdió su justicia origi-
cuerdan ambos en que la justicia original nal perdió la armonía y salud de su natura-
no es ni material ni una sustancia espiri- leza, y se volvió un pecador hasta la médula
tual, como enseñaban los Maniqueos, sino de su ser. Su naturaleza permaneció, en el
un “accidente,” una cualidad. Y la única sentido de sustancia o esencia, pero se per-
diferencia tiene que ver con la cuestión de dieron las cualidades morales que pertene-
si es naturalmente “accidental” o; al menos cían de manera natural a su naturaleza.70
en parte, sobrenaturalmente “accidental.”69
Roma solamente dice de la justicia natural Luterano o Reformado
que es naturalmente accidental mientras
que la Reforma hace esta afirmación para la Ahora, esta espléndida visión de la
imagen de Dios y de la justicia original ha
llegado a desarrollarse más claramente en la
67. Bensdorp en De Katholiek, CX, 43; cf.
también D. F. Strauss, Der Alte und der iglesia Reformada y en la teología Refor-
Neue Glaube (Leipzig: Hirzel, 1872), I, mada que en la Luterana. En la teología
708; Lipsius, Dogm., §434. Luterana la imagen de Dios se halla restrin-
68. Cf. F. A. Philippi, Kirchliche Glaubensle- gida a la justicia original y por lo tanto fue
hre (Gütersloh: Bertelsmann, 1902), III,
408. totalmente perdida cuando se perdió esta

149
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

última. En esta teología las líneas de demar- hacer mucho bien y en un sentido le hace
cación entre lo espiritual y lo mundano, independiente de la gracia de Dios en
entre lo celestial y lo terrenal, son tan pro- Cristo. La teología Reformada, por otro
fundamente marcadas que el resultado son lado, por su distinción de la imagen de Dios
dos hemisferios y la relación entre la natu- en un sentido más amplio y en un sentido
raleza y la gracia, entre la creación y la re- más restringido, ha mantenido más sólida-
creación, es totalmente negada.71La visión mente la relación entre sustancia y cuali-
sobrenaturalista se halla aquí aún en opera- dad, naturaleza y gracia, creación y re-
ción; la imagen de Dios se halla al lado de la creación. Se debe conceder que esta distin-
naturaleza, se halla separada de ella y está ción ha sido concebida a menudo dema-
por encima de ella. La pérdida de la imagen, siado mecánicamente y necesita ser
lo que deja al hombre totalmente sordo y
ciego a los asuntos espirituales, todavía le
71. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
capacita en los asuntos terrenales para tiek, I, 276.

69. Bensdorp, De Katholiek, CX, 56-60; Bensdorp posteriormente provee una defensa aún más elabo-
rada de la enseñanza Católico Romana con respecto a la justicia original en De Katholiek CXII
(Septiembre 1896), CXIV (Julio/Agosto y Octubre/Noviembre 1898), CXV (1899); 23-46, CXVI
(1900): 22-42. Sin embargo, Bensdorp no puede escapar de las objeciones en contra de esta visión
excepto haciendo toda clase de distinciones que no sirven para otro propósito más que para resca-
tar la noción de la dificultad. Por un lado, no solamente distingue sustancia y esencia de atributos
(accidens) y cualidades (qualitas) por el otro, sino que cuando se le señala que los atributos (acci-
dentia) que son esenciales a la naturaleza humana tales como la salud, la unidad de cuerpo y alma,
la mente, la justicia original (justitia originalis) son todavía sujetas de pérdida, él hace distinciones
adicionales entre cualidades esenciales (qualitates essentialis) que se hallan en la esencia (essentia)
(tales como la racionalidad) y los atributos esenciales (accidentia essentialia) que se hallan fuera
de la esencia (essentia) pero que aún fluyen necesariamente de ellos. También distingue las cuali-
dades (accidens) en contraposición a la esencia (substantia) de las cualidades (accidens) en contra-
posición a las propiedades (proprium); entre atributos de especie (accidens speciei) y atributos
individuales (accidens individui); entre justicia natural (justitia naturalis) como potentia, que
como un atributo de especie (accidens speciei) no es sujeto de pérdida y una justicia natural (justi-
tia naturalis) como acto (actus) que como atributo individual (accidens individui) fluye de una
libre voluntad contingente y que es, por lo tanto, sujeto de pérdida. Así pues, finalmente llega a la
conclusión que la justicia sobrenatural original (justitia supernaturalis [originalis]) era en verdad
un atributo de especie (accidens speciei) pero “no un atributo natural de especie (accidens speciei
naturale) (en otras palabras, no era un atributo esencial [accidens essentiale], ni un atributo de
especie [accidens speciei], por tanto, en un sentido estricto” (De Katholiek 115 [Octubre/Noviem-
bre 1898]: 251, cf. 261, nota). Luego procede a argumentar que la justicia original (justitia origina-
lis) era un atributo de especie (accidens speciei) y que la naturaleza humana, a pesar del hecho de
que fue perdida, permanece sin daño. Esto demuestra por lo tanto “que la justicia original [justitia
originalis] no era un atributo de especie (accidens speciei) en el sentido ordinario del término.” En
otras palabras, al final de toda esta argumentación, la tesis de la cual Bensdorp procedía fue sim-
plemente reiterada y la única prueba aportada fue tomada en préstamo de la enseñanza de Roma
con respecto al donum superadditum. Es esto lo que es a priori infalible y la razón por la cual se
debe hacer la distinción. Por lo tanto, las objeciones que se le presentaron siguen siendo tan fuertes
como antes: Así como la salud, la unidad del cuerpo y el alma, la razón, la justicia natural (no el
ser sustancial en el sentido maniqueo, pero aún justicia) pertenecen a la esencia de la humanidad
y son, no obstante, todavía perdibles, así también la justicia original es natural y esencialmente es
propia de los humanos. Cuando esta se pierde, uno no deja de ser humano pero se vuelve una per-
sona anormal y caída.

150
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

desarrollada más orgánicamente. Sin tanto, todo el ser, y no algo en el hombre sino
embargo, la teología Reformada ha puesto el hombre mismo es la imagen de Dios. Ade-
de manifiesto de la manera más vívida el más, el pecado, que precipitó la pérdida de
hecho de la imagen de Dios en el sentido la imagen de Dios en el sentido restringido
restringido se halla más íntimamente vin- y que arruinó y estropeó la imagen de Dios
culada con aquella de un sentido más en el sentido más amplio, ha afectado pro-
amplio, y que los dos componentes juntos fundamente a la persona total, de manera
forman la plena imagen de Dios. Por lo que, por consiguiente, también la gracia de
Dios en Cristo restaura a la persona total, y
70. Cf. J. H. Scholten, De Leer der Hervor- tiene el mayor de los significados para toda
mde Kerk, I, 304-26; Cannegieter, “De
Godsdienst in den Mansch en de Mensch su vida y toda su labor, también en la fami-
in den Godsdienst,” Teylers Theologische lia, la sociedad, el estado, el arte, la ciencia
Tijdschrift (1904): 178-211, esp. 199s.; y así sucesivamente.
A. Bruining, “De Roomsche Leer van het
donum superadditum,” Teylers Theologis-
che Tijdschrift (1907): 564-97. El ultimo La Persona Total como la Imagen de Dios
mencionado arguye correctamente que el
hombre natural (homo naturalis), como Así pues, en nuestro tratamiento de la
es entendido por Roma, es en realidad un doctrina de la imagen de Dios debemos
ser religioso y que, por lo tanto, la reli-
gión (como religión natural) no es extrín-
subrayar, en concordancia con la Escritura
seca a la naturaleza humana o añadida a y la confesión Reformada, la idea de que un
ella como un donum superadditum. Pero ser humano no porta o tiene la imagen de
debilita el significado de la distinción que Dios, sino que él o ella es la imagen de Dios.
Roma hace entre la religión natural (reli-
gio naturalis) y la religión sobrenatural
Como ser humano el hombre es un hijo, la
(religio supernaturalis) cuando dice que semejanza o prole de Dios (Gén. 1:26; 9:6;
la imagen de una rienda “es únicamente Lucas 3:38; Hch. 17:28; 1 Cor. 11:7; San-
una imagen y nada más,” que el donum tiago 3:9).
superadditum en la visión Católica
Romana de hecho se funde con la natura-
leza pura (natura pura). A partir de esto Dos cosas se implican en esta doctrina.
Bruining también llega a la noción de La primera es que no es algo en Dios – una
que el punto de vista Católico Romano es virtud o perfección, u otra en exclusión de
más razonable que la visión Protestante
Antigua y que la Iglesia Católica Romana
otras, ni una Persona – digamos, el Hijo en
tiene ventaja de fortaleza sobre su oposi- exclusión del Padre y el Espíritu – sino que
ción. Uno podría llegar a esta conclusión Dios mismo, la Deidad total, es el arquetipo
solamente si uno mal interpretada sus- del hombre. Claro, frecuentemente se ha
tancialmente la enseñanza Romana con
respecto a la imagen de Dios en el hom-
enseñado que el hombre ha sido específica-
bre y su significado para el sistema mente hecho a la imagen del Hijo o la del
Romano y no mira nada en ella excepto Cristo encarnado,72 pero no hay nada en la
una forma peculiar, sobrenaturalista, de Escritura que apoye esta noción. La Escri-
la noción religiosa de que no es mi obra
sino una obra de Dios en mí la que me
tura nos dice repetidamente que el hombre
trae a mi meta más alta. La enseñanza fue hecho a la imagen de Dios, no que
Católico Romana fue mucho mejor inter- hemos sido modelados en Cristo, sino que
pretada por De Bussy, “Katholicisme en él fue hecho a nuestra semejanza (Rom.
Protestantisme,” Theol. Tijdschrift
(1888): 253-313.
8:3; Fil. 2:7, 8; Heb. 2:14) y que nosotros,

151
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

habiendo sido conformados a la imagen de relaciones. El hombre es la imagen de Dios


Cristo, estamos ahora una vez más volvién- debido a que y en tanto que él es verdadera-
donos como Dios (Rom. 8:29; 1 Cor. 15:49; mente humano, y él es verdadera y esen-
2 Cor. 3:18; Fil. 3:21; Efe. 4:24; Col. 3:10; 1 cialmente humano, porque, y hasta ese
Juan 3:2). Por lo tanto, es mucho mejor punto, él es la imagen de Dios. Natural-
para nosotros decir que el Ser Trino, Dios, mente, así como el cosmos es un organismo
es el arquetipo del hombre,73 mientras al y revela atributos de Dios más claramente
mismo tiempo se ejerce la mayor de las cau- en algunas que en otras, así también en el
telas en la exploración psicológica de los hombre, como un organismo, la imagen de
componentes trinitarios en el ser del hom- Dios se muestra más claramente en una
bre.74 parte que en otra, más en el alma que en el
cuerpo, más en las virtudes éticas que en
Por otro lado, se sigue de la doctrina de los poderes físicos. Sin embargo, ninguno
la creación humana a la imagen de Dios que de estos le quita en lo más mínimo a la ver-
esta imagen se extiende a la persona total. dad de que toda la persona es la imagen de
Nada en un ser humano está excluido de la Dios. La Escritura no podría, y no debería,
imagen de Dios. Aunque todas las criaturas hablar de Dios de una manera humana y
lucen vestigios de Dios, solo el ser humano transferirle todos los atributos humanos a
es la imagen de Dios. Y él es tal de manera Dios si Dios no hubiese primero hecho al
total, en alma y cuerpo, en todas sus facul- hombre totalmente a su imagen. Y es la
tades y poderes, en todas sus condiciones y tarea de la teología Cristiana el señalar esta
imagen de Dios en el ser del hombre en su
72. Clemente de Alejandría, Stromateis, V, totalidad.
14; Tertuliano, Sobre la Resurrección de la
Carne, c. 6; Osiander, según J. Calvino, Dios es, primero que todo, demostrable
Institución de la Religión Cristiana, I, 15, en el alma humana. Según Génesis 2:7 el
2; II, 12, 6; J. C. C. Hofmann, Der
Schriftbeweis, 3 vols. (Nördlingen: Beck, hombre fue formado del polvo de la tierra al
1857-60), I, 290; G. Thomasius, Christi recibir el aliento de vida (nišmat hayîm)
Person und Werk, 3a ed. (Erlangen: Theo- respirado en su nariz volviéndose así un
dor Bläsing, 1853-61), I, 126; *Beck, alma viviente (nepeð hayâm, psychç zôsa). El
Glaubenslehre, II, 329; L. F. Schoeberlein
en Herzog, 2a ed., 4, 7; H. Martensen, aliento e vida es el principio de vida; el
Dogmática Cristiana, trad. por William alma viviente es la esencia del hombre. Por
Urwick (Edinburg: T. & T. Clark, 1871), medio de esta combinación la Escritura le
§72, 136-37; F. Delitzsch, Un Sistema de confiere al hombre un lugar único e inde-
Psicología Bíblica, trad. por Robert E.
Wallis, 2a ed. (Edinburgh: T. & T. Clark, pendiente que le es propio y elude tanto al
1875), 86-87, etc. panteísmo como al materialismo. Los nom-
73. Agustín, La Trinidad, XII, 6; P. Lom- bres rûah? y nepeš (pneuma y psychç), que
bardo, Sent., II, dist. 16; T. Aquino, en la Escritura denotan el componente invi-
Summa Theol., I, qu. 13, art. 5.
74. J. Calvino, La Institución de la Religión sible del hombre, hacen esto muy claro. El
Cristiana, I, 15, 4; idem, Coment. sobre el tricotomismo, que está fundamentalmente
Génesis 1:26; J. Polyander, Sinopsis Purio- arraigado en el dualismo de Platón, y que
ris Theologiae, XIII, 7; J. Quenstedt, Teo- repetidamente halló aceptación en las
logía, II, 4; D. Hollaz, Examen Theol.,
466. escuelas gnósticas y teosóficas de pensa-

152
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

miento, mira aquí dos sustancias distin- Luc. 8:55; 23:46; Hch. 7:59). Algunas veces
tas.75 Pero esto es equivocado. Hebreos el espíritu es llamado inmortal, y otras
4:12 y I Tesalonicenses 5:23 no contiene veces lo es el alma (Ecl. 12:7; Mat. 10:28);
más una lista de todos los constituyentes los muertos son llamados “almas” (Apoc.
esenciales del hombre que, digamos, Lucas 6:9; 20:4) lo mismo que “espíritus” (Heb.
10:27, y por lo tanto no prueba nada. El 12:23; 1 Ped. 3:19). Aún así, aunque no son
alma y el espíritu en la Escritura ocurren esencialmente diferentes, no son de nin-
repetidamente en paralelismo y de manera guna manera idénticos. El hombre es “espí-
intercambiable. En un momento “cuerpo y ritu” porque él no surgió, como los
alma” constituyen la naturaleza del hom- animales, de la tierra, sino que recibió el
bre, en el siguiente es “cuerpo y espíritu” aliento de vida soplado sobre él por Dios
(Mat. 10:28; 1 Cor. 7:34; Sant. 2:26). A su (Gén. 2:7); porque recibió su principio de
vez, la actividad psíquica es atribuida al vida de parte de Dios (Ecl. 12:7); porque
espíritu y al alma (Sal. 139:14; Prov. 19:2 y tiene un espíritu que le es propio, distinto
17:27; Sal. 77:7; 1 Cor. 2:11; Núm. 21:4; y del Espíritu de Dios (Gén. 41:8; 45:27; Éxo.
Job 21:4; 1 Sam. 1:10 e Isaías 54:6; Lucas 35:21; Deut. 2:30; Jue. 15:19; Eze. 3:14; Zac.
1:46 y 47, etc.). El morir es llamado tanto la 12:1; Mat. 26:41; Mar. 2:8; Luc. 1:47; 23:46;
salida del alma (Gén. 35:18; 1 Reyes 17:21; Juan 11:33; Hch. 7:59; 17:16; Rom. 8:16; 1
Mat. 20:28; Hch. 15:26; 20:10) como la Cor. 2:11, 5:3-5; 1 Tes. 5:23; Heb. 4:12;
entrega del espíritu (Sal. 31:5; Mat. 27:50; 12:23, etc.); porque como tal es similar a los
ángeles, puede también pensar en las cosas
espirituales o celestiales, y si es necesario
75. El tricotomismo, en su primera fase,
pasó de la filosofía Platónica a ciertos existe también sin un cuerpo. Pero el hom-
autores Cristianos, pero más tarde, espe- bre es “alma,” porque desde el mismo prin-
cialmente debido a Appollinaris, cayó en cipio el componente espiritual en él (a
descrédito. No es sino hasta tiempos diferencia del de los ángeles) está adaptado
recientes que otra vez halló aceptación
en la obra de Olshausen, Beck, Delitzsch, y organizado para un cuerpo y está sujeto,
Auberlen y otros. Fue particularmente también por su vida intelectual y espiritual,
defendido en Inglaterra – en relación con a las facultades sensuales y externas; por-
la inmortalidad condicional – por J. B. que se puede elevar a las facultades más
Heard, La Naturaleza Tripartita del
Hombre, 2ª ed. (Edinburgh: T. & T. altas solo a partir de un sustrato de las que
Clark, 1866), pero refutado entre otros son inferiores; de allí que, por cuanto es un
por J. Laidlaw, La Doctrina Bíblica del ser sensual y material esté relacionado,
Hombre (Edinburgh: T. & T. Clark, como tal, con los animales. El hombre es un
1895), 66ss. y en el art. “Psicología” en J.
Hastings, Diccionario de la Biblia, IV, 166 animal racional, una caña pensante, un ser
[ed. por J. Hastings, ed. rev. por Frede- que existe entre los ángeles y los animales,
rick C. Grant y H. H. Rowley (New York: relacionado con ambos pero distinto de
Charles Scribner’s Sons, 1963)]; cf. tam- ambos. Él une y reconcilia dentro de sí
bién H. Bavinck, Beginselen der Psycholo-
gie (Kampen: Kok, 1923), §3; W. mismo tanto al cielo como a la tierra, las
Geesink, Van’s Heeren Ordinantiën, 3 cosas tanto visibles como invisibles. Y pre-
vols. (Ámsterdam: W. Kirchener, 1907- cisamente como tal él es la imagen y la
8), 310ss.; J. Köberle, Natur und Geist semejanza de Dios. Dios es con toda certeza
nach der Auffassung des Alten Testaments
(Munich: Beck, 1900). “espíritu,” y este aspecto también los ánge-

153
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

les están relacionados con él. Pero algunas tad que deben ser conducidas por la mente
veces también hay referencia a su alma, y a (vous) y que se expresan a sí mismas en
través de la Escritura todas los sentimientos acción.
y las actividades psíquicas particulares que
son esencialmente humanas les son tam- En todas estas capacidades y activida-
bién atribuidas a Dios. En Cristo, Dios asu- des psíquicas de los seres humanos pode-
mió la naturaleza de la humanidad, no la de mos también ver rasgos de la imagen de
los ángeles, y precisamente por esa razón el Dios. La misma diversidad y abundancia de
hombre, antes que los ángeles, es la imagen, estas fuerzas refleja a Dios. En la medida en
el hijo y la descendencia de Dios. La espiri- que una criatura dada se halla en un nivel
tualidad, invisibilidad, unidad, simplicidad inferior, se halla también menos intrincada-
e inmortalidad del alma humana son todas mente organizada y por lo tanto menos
características de la imagen de Dios. Esta relacionada y menos susceptible al bien
misma imagen se revela en el hecho que él más alto, el cual es Dios. En este sentido
tiene un espíritu (pneuma) que estaba incluso los ángeles son de un rango menor
desde el principio organizado en una alma que los humanos. Precisamente debido a
(psychç). que el hombre está tan rica y maravillosa-
mente dotado y organizado es que puede
Perteneciendo a la imagen de Dios, en ser conformado a Dios y disfrutar de Dios
segundo lugar, están las facultades huma- de la manera más plena – desde todos los
nas. Mientras que el espíritu es el principio lados, por así decir, en todas las virtudes y
y el alma el sujeto de la vida en el hombre, perfecciones de Dios. En el corazón, la
el corazón, según la Escritura, es el órgano mente y la voluntad (memoria, intellectus,
de la vida del hombre. Es, primero, el centro voluntas) Agustín incluso miraba una ana-
de la vida física pero luego también, en un logía del Ser Triuno de Dios. Así como el
sentido metafórico, el asiento y fuente de Padre da vida al Hijo, así en los seres huma-
toda la vida psíquica del hombre, de las nos es el corazón (memoria), la vida pro-
emociones y las pasiones, del deseo y la funda y oculta de la psiquis, la que da
voluntad, incluso el pensamiento y el cono- nacimiento y ser al intelecto y a la volun-
cimiento. Del corazón brota “la fuente de la tad, y coloca específicamente a la voluntad
vida” (Prov. 4:23). Esta vida, que se origina de segundo en orden con el intelecto. El
en el corazón, luego se divide en dos arro- racionalismo y el Pelagianismo separan al
yos. Por un lado, debemos distinguir la vida intelecto y a la voluntad del corazón e iden-
que abarca todas las impresiones, la con- tifican a estos dos como el ser total del hom-
ciencia, las percepciones, observaciones, bre. El misticismo, despreciando la
pensamientos, conocimiento y sabiduría. conciencia, la vida activa de la voluntad, se
Especialmente en sus formas más elevadas, retira hacia las profundidades de la mente.
el órgano central de esta vida es la mente La Iglesia Ortodoxa Griega y la teología
(vous). Esta vida más adelante se encarna a Ortodoxa Griega colocan a la cabeza y al
sí misma en palabras y en lenguaje. Por otro corazón, de manera inmediata, lado a lado.
lado, el corazón es el asiento de todas las Pero, gracias al liderazgo de Agustín, la teo-
emociones, pasiones, impulsos, inclinacio- logía Occidental ha evitado todos estos
nes, apegos, deseos y decisiones de la volun- errores. Esta ha descubierto que la doctrina

154
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

de Dios y la doctrina del hombre se hallan les o destinos. Si el hombre fue creado
relacionadas de la manera más íntima. Por bueno, debió haber sido creado con justicia
lo tanto, en la doctrina de la Trinidad se original. Por un lado, esto no es ser conce-
apegó a la unidad del ser, a la condición dis- bido con una inocencia infantil, pero tam-
tintiva de las tres Personas, al filioque, y en poco se debe exagerar, como si el estado
la psicología, por consiguiente, enseñaba original de integridad (status integratis) ya
que la vida profunda y oculta del alma llega fuera igual al estado de gloria (status glo-
a expresarse a través de las capacidades cog- riae). El conocimiento de Adán, aunque
nitivas y conativas y que entre estas dos la puro, era limitado y susceptible de creci-
última era dirigida y guiada por la pri- miento; caminaba por fe, no por vista; no
mera.76 solamente poseía conocimiento intuitivo
sino también conocimiento discursivo;
En tercer lugar, la imagen de Dios se conocía el futuro solo por revelación espe-
manifiesta en las virtudes de conocimiento, cial.77 Lo mismo era verdad de su justicia y
justicia y santidad con las cuales la humani- santidad; eran suyas desde el principio,
dad fue creada desde el principio. Para una pues de otra manera nunca hubiese podido
disposición bien ordenada tuvimos primero hacer ninguna buena obra. Los buenos fru-
que tratar con la naturaleza y las facultades tos presuponen un buen árbol; uno primero
del alma, pero este análisis tenía única- debe ser antes de poder hacer (operari sequi-
mente la intención de proporcionar ciertas tur esse). Pero esa justicia y esa santidad
distinciones lógicas. El hombre no fue increadas no obstante deben aún ser guar-
creado como un ser neutral con poderes y dadas, desarrolladas y convertidas en
potencialidades moralmente indiferentes, acción.
sino que fue hecho de inmediato maduro
tanto física como éticamente, con conoci- Esto no quiere decir que Adán, equi-
miento en la mente, justicia en la voluntad pado como estaba con los dones necesarios,
y santidad en el corazón. La bondad, para tenía ahora que salir a trabajar separado de
un ser humano, consiste en perfección Dios. La justicia original (justitia originalis)
moral, en completa armonía con la ley de era un don gratuito de Dios y también era
Dios, en una existencia santa y perfecta, mantenido, momento a momento en el
como el mismo Dios (Lev. 19:2; Deut. 6:5; hombre, por la providencia de Dios. Ni por
Mat. 5:48; 22:37; Efe. 5:1; 1 Ped. 1:15, 16). un segundo se concibe sin comunión con
Esa ley es una y la misma norma para todas Dios. Así como el Hijo era ya el mediador
las personas. La Escritura no conoce de dos de unión antes de la caída, así también el
clases de seres humanos, o de una doble ley Espíritu Santo era, incluso en ese entonces,
moral, ni de dos tipos de perfecciones mora- el artífice de todo conocimiento, justicia y
santidad en la humanidad. Algunos padres
de la iglesia argumentaban este punto con
76. Por interés del espacio, para una discu-
sión adicional sobre la psicología la ayuda de Génesis 2:7, diciendo que el
humana se refiere al lector a la obra de hombre fue primero formado por el Logos y
Bavinck, Beginselen der Psychologie, 2ª
ed. (Kampen: Kok, 1923) y a la literatura
aquí citada. Vea también W. Geesink, 77. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 94, art.
Van’s Heeren Ordinantiën, I, 310ss. 1-3.

155
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

que después de eso recibió el aliento de


vida, esto es, el Espíritu Santo, soplado en En cuarto lugar, también el cuerpo
él.78 Aunque esta exégesis era incorrecta, es humano pertenece íntegramente a la ima-
perfectamente cierto que el hombre en el gen de Dios. Una filosofía que no conoce o
estado de integridad poseía solamente las que rechaza la revelación divina cae en el
virtudes de conocimiento y justicia por y en empiricismo o en el racionalismo, en el
el Espíritu Santo. De acuerdo, entre la habi- materialismo o en el espiritualismo. Pero la
tación del Espíritu Santo en el hombre Escritura reconcilia los dos. El hombre
antes del pecado y en el estado de pecado tiene un “espíritu” (pneuma) pero ese “espí-
hay una gran diferencia. Ahora, esa habita- ritu” está físicamente organizado, y debe,
ción, después de todo, es “por sobre la natu- por virtud de su naturaleza, habitar un
raleza” (supra naturam) porque el Espíritu cuerpo. Pertenece a la esencia de la huma-
Santo tiene que venir a los humanos, por nidad el ser corporal y sensual. De allí que
así decir, desde el exterior y se halla diame- el cuerpo del hombre sea, primero (si no
tralmente opuesta a la naturaleza pecami- temporalmente, entonces lógicamente) for-
nosa. En el caso de Adán ese contraste mado del polvo de la tierra y luego el aliento
completo no existía; su naturaleza era santa de vida es soplado en él. Él es llamado
y no tenía, como en el caso de los creyentes, “Adán” por la tierra de la que fue formado.
que ser hecha santa; estaba desde el mismo Él es polvo y es llamado polvo (Gén. 2:7;
principio capacitada para la habitación Sal. 103:14; Job 10:9; 33:6; Isa. 2:22; 29:16;
interior del Espíritu Santo. Por lo tanto, en 45:9; 64:8, “de la tierra, un hombre de
el caso de Adán esta habitación era comple- polvo,” 1 Cor. 15:47). El cuerpo no es una
tamente natural. Ningún ser humano ver- prisión, sino una maravillosa pieza de arte
daderamente bueno y perfecto es jamás de la mano del Dios Todopoderoso, y tan
concebible aparte del compañerismo del constitutivo de la esencia de la humanidad
Espíritu Santo. No existe tal entidad como como el alma (Job 10:8-12; Sal. 8; 139:13-
el hombre natural, en el sentido Católico 17; Ecl. 12:2-7; Isa. 64:8). Es nuestra
Romano, entre el hombre pecaminoso des- morada terrenal (2 Cor. 5:1), nuestro
pués de la caída y el ser humano perfecto órgano o instrumento de servicio, nuestro
creado según la imagen de Dios. Un ser aparato (1 Cor. 12:18-26; 2 Cor. 4:7; 1 Tes.
humano, esto es, un ser humano en el sen- 4:4), y los “miembros” del cuerpo son las
tido pleno y verdadero, es y debe ser un armas con las cuales peleamos en la causa
reflejo de Dios, un hijo de Dios, la descen- de la injusticia o la injusticia (Rom. 6:13).
dencia propia de Dios, viviendo en comu- Es una parte tan integral y esencial de
nión con Él por el Espíritu Santo. Así pues, nuestra humanidad que, aunque rasgada
también antes de la caída, un ser humano violentamente del alma por el pecado, será
era la morada de toda la santa Trinidad, un reunido con ella en la resurrección de los
templo del Espíritu Santo de lo más esplén- muertos. La naturaleza de la unión del alma
dido. con el cuerpo, aunque incomprensible, es
más cercana de lo que las teorías del “oca-
78. Cf. J. Kleutgen, Die Theologie und Philo- sionalismo” o de la “armonía preestable-
sophie der Vorzeit, 2 vols. (Münster:
Theissing, 1868), II, 541ss.; G. Thoma- cida” (harmonia praestabilitia) o del
sius, Christi Person und Werk, I3, 155. llamado “sistema de influencia” (sistema

156
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

influxus) imaginan. No es ética sino física.


Es tan íntima que una naturaleza, una per- Así como Dios, aunque es espíritu
sona, un ser es el sujeto de ambos y de (pneuma), es no obstante el Creador de un
todas sus actividades. Es siempre la misma mundo material que puede ser calificado
alma la que atisba a través de los ojos, como su revelación y manifestación, con
piensa por medio del cerebro, toma con las esta revelación llegando a su clímax en la
manos y camina con los pies. Aunque no se encarnación, así también el espíritu del
halla siempre presente en cada parte del hombre está diseñado para el cuerpo como
cuerpo en su fuerza plena (secundum totali- su manifestación. La encarnación de Dios
tem virtutis), se halla sin embargo presente es prueba de que los seres humanos, y no
en todas las partes en su esencia total los ángeles, son creados a la imagen de Dios
(secundum totalitatem essentiae). Es una y y que el cuerpo humano es un componente
la misma vida la que fluye a través del esencial de esa imagen. Desde el principio
cuerpo pero que opera y se manifiesta en la creación fue dispuesta de esta manera y
cada órgano en una manera peculiar a ese la naturaleza humana fue inmediatamente
órgano. Ahora, este cuerpo, que está tan creada así de manera que estaba preparada
íntimamente vinculado con el alma, tam- y aprestada para el más alto grado de con-
bién pertenece a la imagen de Dios. De formidad con Dios y para la habitación más
acuerdo, este hecho no debe ser interpre- íntima de Dios. Dios no hubiese sido capaz
tado como queriendo decir que Dios mismo de volverse hombre si primero no hubiese
también tiene un cuerpo material, como hecho al hombre a su propia imagen. Y pre-
pensaban los Audianos; ni que Dios, al cisamente debido a que el cuerpo, siendo el
crear al hombre también asumió un cuerpo, órgano del alma, pertenece a la esencia del
como enseñaba Eugubinus; ni que Dios hombre y a la imagen de Dios, original-
creó al hombre a la imagen del Cristo aún mente también participaba de la inmortali-
por encarnarse, como creía Osiander. Dios, dad. Dios no es Dios de muertos, sino de
después de todo, es “espíritu” (pneuma, vivos (Mat. 22:32). La muerte es conse-
Juan 4:24) y no tiene cuerpo. El cuerpo cuencia del pecado (Gén. 2:7; 3:19; Rom.
humano es una parte de la imagen de Dios 5:12; 6:23; 1 Cor. 15:21, 56). En el caso de
en su organización como instrumento del Adán, sin embargo, esta inmortalidad no
alma, en su perfección formal, no en su sus- consistía de un estado de no ser capaz de
tancia material como carne (sarx).79 morir (non posse mori), en una vida eterna e
imperecedera, sino solo de la condición de
ser capaz de no morir (posse non mori), en
79. Agustín, El Significado Literal del Géne-
sis, VI, 12; Gregorio de Nyssa, Sobre la un no morir – en el futuro – en caso de obe-
Creación del Hombre, c. 8; T. Aquino, diencia. Este estado no era absoluto sino
Summa Theol., I, qu. 93, art. 6, Summa condicional; dependía de una precondición
Contra Gentiles, IV, 26; Petavius, Opera ética. Por lo tanto, no es correcto decir con
Omnia, “de sex dier. Opif.,” II, 4, 7ss.; J.
Gerhard, Loci Theol., VIII, 3; J. Calvino, los Pelagianos, los Socinianos, los Disiden-
Inst., I, 15, 3; A. Polanus, Syn. Theol., tes (etc.) que el hombre fue creado mortal y
328; J. Zanchi, Op. Theol., III, 677ss.; M. que la muerte es algo dado con el organismo
Becanus, Inst. Theol., VIII, 13; Synopsis material, y por lo tanto este es el estado
Purioris Theologiae, XIII, 13; P. Mastri-
cht, Theologia, III, 9, 30. normal y natural del hombre. Por otro lado,

157
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

hay sin embargo una diferencia esencial dimensión ética y la dimensión física, el
entre el no morir en el futuro de Adán en orden moral y el orden natural en el
tanto que permaneciera obediente, y el no mundo, el ser y la apariencia, el espíritu y
ser capaz de morir que iba a recibir como la la materia pueden no ser opuestos. Por lo
recompensa por su obediencia. Así como en tanto, congruente con una humanidad
el caso de Adán el conocimiento, la justicia caída se halla una tierra que se encuentra
y santidad se hallan aún carentes del don de bajo una maldición; por lo tanto, un lugar
la perseverancia (donum perseverantiae), así de tinieblas espera al perverso en el más
la inmortalidad no estaba aún totalmente allá; el justo un día caminará a la luz de la
integrada en la vida eterna no sujeta a falla. presencia de Dios; el hombre aún no caído
La naturaleza humana de Adán fue creada pero todavía terrenal hace su hogar en un
de tal manera que, en caso de violación al paraíso.
mandamiento de Dios, podía y tenía que
morir. Adán era todavía un hombre del De manera que el ser humano total es
polvo de la tierra; solamente Cristo es el la imagen y semejanza de Dios, en alma y
Señor del cielo; primero es lo natural, luego cuerpo, en todas las facultades, poderes y
lo espiritual (1 Cor. 15:45s.). Ahora, por dones humanos. Nada en la humanidad se
medio de este cuerpo el hombre estaba halla excluido de la imagen de Dios; se
unido a la tierra pero también podía ejercer extiende tanto como nuestra humanidad lo
dominio sobre la tierra. El dominio sobre la hace y de hecho constituye nuestra huma-
tierra, como la inmortalidad, es una parte nidad. El humano no es el ser divino pero
de la imagen de Dios. Cierto, los Socinianos es, sin embargo, una impresión finita – en
fueron demasiado lejos cuando ubicaron el forma de criatura – de lo divino. Todo lo
ser total del hombre y el contenido entero que se halla en Dios – su esencia espiritual,
de la imagen de Dios en el dominio. Sin sus virtudes y perfecciones, sus auto-distin-
embargo, Génesis 1:26, 28; 2:19, 20; 9:2, 3 y ciones inmanentes, su auto-comunicación y
Salmo 8:7-9 enseñan claramente que este auto-revelación en la creación – encuentra
dominio está íntimamente relacionado con su analogía y semejanza, finita y limitad,
la creación a la imagen de Dios y es dado por supuesto, en la humanidad. Hay una
con ella. No es un apéndice externo a la profunda verdad en la idea de la Cábala de
imagen; no se basa en una dispensación que Dios, quien es el Infinito en sí mismo,
complementaria especial; sino que, siendo se manifiesta en los diez sefiroths o atribu-
la imagen de Dios, el hombre es así al tos y que estos juntos forman el Adán Cad-
mismo tiempo elevado por sobre todas las mon.80 Entre las criaturas la naturaleza
otras criaturas y es designado señor y rey humana es la revelación suprema y más
sobre todas ellas. perfecta de Dios. Y es eso no solamente en
términos de su lado neumático sino igual-
Finalmente, también perteneciente a mente en términos de su lado somático; es
esta imagen es la habitación del hombre en eso precisamente como humano, esto es,
el paraíso (Gén. 2:8-15). La santidad y la como psiquis, como naturaleza. En la ense-
bendición van juntas; toda conciencia
humana puede ver el hecho de que hay una
80. A. Franck, The Kabbalah (New York:
conexión entre la virtud y la felicidad; la Arno, 1973), 148.

158
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ñanza de la Escritura Dios y el mundo, el espiritual, un espejo del universo, un vín-


espíritu y la materia, no son opuestos. No culo de conexión, un compendio, el epí-
hay nada despreciable o pecaminoso en la tome de toda la naturaleza, un
materia. El mundo visible es una revelación microcosmos, y precisamente por esa razón
tan hermosa y exuberante de Dios como lo también la imagen y la semejanza de Dios,
es el espiritual. Él exhibe sus virtudes tanto su hijo y heredero, un ser micro-divino
en el primero como en el último. Todas las (mikrotheos). Él es el profeta que explica a
criaturas son expresiones de los pensamien- Dios y proclama sus excelencias; él es el
tos divinos y todas ellas exhiben las huellas sacerdote que se consagra a Dios, se consa-
o vestigios de Dios. Pero todos estos vesti- gra a sí mismo junto con todo lo creado,
gios, distribuidos tanto en el mundo espiri- como una ofrenda santa; él es el rey que
tual como en el mundo material, son guía y gobierna todas las cosas en justicia y
recapitulados en el hombre y conectados rectitud. Y en todo esto señala hacia Aquel
tan orgánicamente y realzados de manera quien en un sentido aún más alto y rico es
tan superior que claramente constituyen la la revelación y la imagen de Dios, a aquel
imagen y semejanza de Dios. Todo el que es el unigénito del Padre, y el primogé-
mundo se eleva hacia arriba, se culmina y nito de todas las criaturas. Adán, el hijo de
se completa a sí mismo, y alcanza su uni- Dios, fue un tipo de Cristo.
dad, su meta y su corona en la humanidad.
Por lo tanto, con el propósito de ser la ima-
gen de Dios el hombre tenía que ser una
recapitulación del todo de la naturaleza.
Los Judíos solían decir que Dios había jun-
tado el polvo para el cuerpo humano de
todos los terrenos de la tierra.81 Aunque la
imagen es extraña, se expresa en ella un
pensamiento cierto y hermoso. Como espí-
ritu, el hombre es similar a los ángeles y se
remonta al mundo invisible; pero es al
mismo tiempo un ciudadano del mundo
visible y está conectado con todas las cria-
turas físicas. No hay un solo elemento en el
cuerpo humano que no ocurra también en
la naturaleza alrededor de él. Así, el hom-
bre forma una unidad del mundo material y

81. F. W. Weber, System der altsynagogalen


palastinischen Theologie (Leipzig: Dor-
ffling & Franke, 1880), 202ss.; cf. J. te
Winkel, “A Frisian Myth,” en Geschiede-
nis der Nederlandsche Letterkunde van
Middeleeuwen en Rederijkerstijd en De
Ontwikkelingsgang der Nederlandsche
Letterkunde, 7 vols., 2a ed. (Haarlem: F.
Bohn, 1922-27), I, 28.

159
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

El Destino Humano
6

El destino último de la humanidad, tanto nidad plena y completa se encuentra en la


individual como corporativamente, era la comunidad; la humanidad como un todo es la
meta de Adán pero era algo aún no dado en su imagen de Dios – en la creación y en la reden-
creación. Cristo, no Adán, es el primer hombre ción. Esto pone de relieve la noción de la repre-
pleno, verdadero y espiritual. Aún en el estado sentación federal: la de Adán sobre la
de integridad Adán era solamente el princi- creación, la de Cristo sobre la humanidad
pio; Cristo es el “fin” de la humanidad, aquel redimida. Este énfasis en la unidad orgánica
que nos da la posibilidad de vida eterna impe- de la raza humana también arroja luz sobre
recedera. El paralelo entre Cristo y Adán llevó sus orígenes y propagación. La teoría de la
a los teólogos a concebir el estado original de preexistencia de las almas humana se halla
integridad en términos de un pacto, un pacto arraigada en un dualismo pagano entre el
de obras. Esta doctrina está basada en la espíritu y la materia, destruye la unidad de
Escritura y es eminentemente valiosa. El la humanidad, y borra la distinción entre los
pacto pertenece a la esencia de la verdadera seres humanos y los ángeles. El debate entre el
religión, haciendo posible una relación entre creacionismo y el traducianismo es menos
el Creador y la criatura y subrayando la concreto. Aunque ambos enfrentan dificulta-
dependencia en Dios de los seres humanos des insolubles, los teólogos Reformados junto
racionales y morales. La doctrina Católico con los Ortodoxos y los Católicos Romanos,
Romana del donum superadditum, aunque abrazaron casi unánimemente el creacio-
busca honrar la convicción de que la vida nismo mientras que el traducianismo encon-
eterna es un don de gracia, de hecho reintro- tró aceptación principalmente entre los
duce el tema de las buenas obras meritorias. Luteranos. Solo el creacionismo sostiene sufi-
En contraste, las perspectivas Luteranas exal- cientemente la unicidad específica de la
tan el estado original de Adán como una pose- humanidad dado que rechaza tanto al pan-
sión que ya gozaba de la bendición más teísmo como al materialismo y respeta tanto
elevada posible y tiende de esa manera al la unidad orgánica de la raza humana y su
antinomianismo – Adán se encontraba ex lex, totalidad como, al mismo tiempo, el valor y
fuera de la ley. Pero, antes de la caída, nues- misterio de la personalidad individual de
tros primeros padres no gozaban aún del cada ser humano individual. El estado de
Sabbath celestial eterno; el estado de integri- integridad es una preparación para la gloria
dad no era aún el estado de gloria. La huma- eterna cuando Dios será el todo en todos.

160
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Aunque Adán fue creado a imagen de Adán y le sucede. Adán es la entidad menor
Dios, él no fue esa imagen inmediatamente e inferior; Cristo es el ser más grande y más
en el sentido pleno, ni era esa imagen solo alto. De allí que Adán señalara a Cristo; ya
por él mismo. La imagen de Dios solo se antes de la caída él era el tipo de Cristo. En
nos presentará en toda su esplendorosa la creación de Adán ya Cristo estaba a la
riqueza cuando el destino del hombre, tanto vista. Toda la creación, incluyendo la
para esta vida como para la por venir, esté creación del hombre, era infralapsariana.
allí incluido. En 1 Corintios 15:45-49 Pablo Lo natural vino primero, lo espiritual de
contrasta las dos cabezas pactales, Adán y segundo.
Cristo, el uno con el otro y las compara, no
tanto (como en Rom. 5:21-22 y 1 Cor. Lo que Pablo está presentando aquí
15:22) en términos de lo que hicieron sino con gran profundidad y anchura se funda-
más en términos de la naturaleza y persona menta en Génesis 1 y en el mismo capítulo
de cada uno. La comparación alcanza aquí 2. El hombre, aunque espíritu (pneuma) y
su más grande profundidad y penetra hasta llevando un aliento de vida dentro de sí, se
la raíz de la distinción entre ellos. Todo volvió un ser viviente (alma) como los ani-
Adán, tanto antes como después de la caída, males. Les fueron dados los frutos de la
es contrastado con Cristo en su integridad, hierba y de los árboles como alimento (Gén.
tanto antes como después de la resurrec- 1:29), un paraíso como su morada (Gén.
ción. En virtud de la creación el primer 2:8s.), una mujer como ayuda (Gén.
hombre fue hecho un “ser viviente” (psychç 2:18s.), un mandamiento como guía (Gén.
sôsa), “natural” (psychikos), “del polvo de 2:16, 17), una amenaza de castigo en caso
la tierra” (ek gçs choikos); pero por su resu- de transgresión (Gén. 2:17). Es evidente
rrección el segundo hombre se hizo “un por este escenario que el primer hombre, a
espíritu que da vida” (pneuma zôopoioun), pesar de ser ubicado en un lugar tan alto,
“espiritual” (pneumatikos), “del cielo” (ex no poseía todavía la más alta humanidad.
ouganou).1 Aunque Adán fue creado a Hay una gran diferencia entre lo natural y
imagen de Dios, puesto que era “de la lo neumático, entre el estado de integridad
tierra, terrenal,” dependía de la tierra. Él, y el estado de gloria. Después de la resu-
después de todo, necesitaba alimento y rrección tanto el estómago como el ali-
bebida, luz y aire, día y noche, por tanto no mento serán hechos a un lado (1 Cor. 6:13),
tenía aún un cuerpo espiritual glorificado pero ambos fueron realidades para Adán.
en un nivel que trascendiera todas sus En el cielo los hijos de Dios ya no se casa-
necesidades. Su cuerpo natural no se había rán, sino que serán como los ángeles (Mat.
vuelto aún en un instrumento del espíritu 22:30); Adán, sin embargo, necesitaba la
de manera plena. Como tal, Adán, en ayuda de una esposa.
comparación con Cristo, se hallaba en un
nivel más bajo. Adán fue el primero; Cristo El Pacto con Adán: Solamente el Comienzo
fue el segundo y último. Cristo presupone a
Adán, por consiguiente, se hallaba en
1. Cf. W. Lütgert, “Der Mensch aus dem el principio, no al final, de su “carrera.” Su
Himmel,” en Samuel Oettl, ed., Grei- condición era provisional y temporaria y no
fswalder Studien (Gütersloh: C. Bertels-
mann, 1895), 207-28.
podía permanecer como era. Tenía que

161
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

pasar hacia una gloria superior o al pecado dado a Adán era en el fondo un pacto por-
y la muerte. La pena por transgredir el man- que tenía la intención, como el pacto de
damiento era la muerte; la recompensa por Dios con Israel, de transmitirle a Adán vida
guardarlo, por el contrario, era la vida: vida eterna en la forma de obediencia [pactal].
eterna. Nuestra conciencia común ya testi- Esto es además reforzado por el paralelo
fica que en guardar los mandamientos de que Pablo traza en Romanos 5:12-21 entre
Dios hay gran recompensa y que la viola- Adán y Cristo. Como la obediencia de un
ción de estos mandamientos trae castigo, hombre, esto es, Cristo, y la gracia otorgada
pero la Sagrada Escritura también expresa a la humanidad en Él, trajo absolución, jus-
esta verdad una y otra vez. Ella resume ticia y vida, de la misma manera la transgre-
todas las bendiciones asociadas con el hacer sión y el delito de un hombre es la causa de
los mandamientos de Dios en la palabra la condenación, el pecado y la muerte para
“vida,” vida eterna. Tanto en el pacto de la humanidad como un todo. La relación
obras como en el de gracia la Escritura no entre nosotros y Adán es como la que hay
conoce sino un ideal para un ser humano, y entre nosotros y Cristo. De hecho permane-
ése es la vida eterna (Lev. 18:5; Eze. 20:11; cemos para con Adán en la misma relación.
Sal. 9:12; Mat. 19:17; Luc. 10:28; Gál. 3:12). Él es un tipo de Cristo, nuestra cabeza, de
Por tanto, Adán aún se encontraba en el quien la culpa y la muerte nos es imputada
comienzo. Como aún no tenía esta recom- por causa de su transgresión. Él es la causa
pensa de la vida eterna, sino que aún debía de la muerte de todos nosotros; todos mori-
adquirirla; podía aún errar, pecar, caer y mos en Adán (1 Cor. 15:22). Aquí también
morir. Su relación con Dios era tal que la relación de Adán para con Dios es una
podía gradualmente incrementar en compa- relación de pacto, descrito ahora no tanto
ñerismo con Dios pero también podía caer en la dirección de Dios como en la direc-
de ella. En la Escritura esta relación única ción de aquellos que están incluidos en ese
es quizás comparada con un pacto en un pacto bajo Adán como cabeza.
versículo. En Oseas 6:7 el Señor dice de
Israel y de Judá que, a pesar de toda la labor Esta idea ricamente valiosa de la Escri-
invertida en ellos, ellos, como Adán, trans- tura no siempre ha llegado a ocupar el lugar
gredieron el pacto (k?âdâm ?âb?rû berît, que se merece en la teología Cristiana. Una
LXX ôs anthrôpos Vulg., sicut Adam). La visión naturalista localizaba la imagen de
traducción “como un hombre” adolece de la Dios únicamente en la aptitud, el potencial
objeción de que en ese caso se dice de la manifiesto, la libertad de la voluntad, la
gente en general que transgredieron el personalidad formal e incluso contemplaba
pacto. Además, la traducción “como [el la muerte natural. La imagen o al menos la
pacto de] un hombre” requeriría en cual- semejanza de Dios consistía mucho más en
quier caso que la palabra k?âdâm fuese colo- lo que los seres humanos tenían que adqui-
cada después de la palabra berît, no después rir por sus propios esfuerzos que en lo que
del sujeto hçmâ. De manera que, a menos les fue dado inmediatamente en la creación.
que la palabra esté corrupta o se refiera a La visión supranaturalista, por el contrario,
un nombre de lugar [“en Adám”], aún per- se iba hacia el otro extremo, atribuyéndole
manece la traducción “como Adán.” Se un carácter totalmente sobrenatural al
implica, entonces, que el mandamiento estado de integridad. No solamente la justi-

162
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

cia original era considerada un don sobre- entre los hombres a una caída de almas pre-
natural; la inmortalidad era vista como un existentes; otros le atribuían al hombre
beneficio especial por parte del Creador, y a antes de la caída un cuerpo totalmente dife-
Adán le fue negada toda susceptibilidad al rente del nuestro.9 En relación con todo
sufrimiento y al dolor.2 Sin embargo, algu- esto el paraíso era a menudo interpretado
nos como Gregorio de Nyssa, Juan de en términos muy idealistas e incluso se
Damasco, Böhme, y otros, juzgaron que interpretaba alegóricamente: allí los anima-
antes de la caída el hombre no tenía necesi- les no morían; allí no existían animales sal-
dad de alimento, viendo que era inmortal.3 vajes o impuros; las rosas florecían pero no
En cualquier caso la excreción hubiese ocu- tenían espinas; el aire era mucho más lim-
rrido sin ninguna mancha de indecoro.4 De pio, el agua era más tersa y la luz más bri-
acuerdo a la mayoría de padres de la Iglesia, llante.10
Escolásticos, Católicos Romanos, Lutera-
nos, Disidentes y también ciertos teólogos Aún así todos reconocen que Adán no
Reformados como Zwinglio, Musculus, poseía aún la humanidad más alta, una ver-
Mártir, Zanchius, Junius, Piscator y así dad implícita en el mandamiento probato-
sucesivamente, el alimento humano consis- rio, ni la libertad de escoger entre la
tía solamente de plantas y no de carne. La posibilidad del pecado y de la muerte. Agus-
procreación ocurría sin ningún placer sen- tín especialmente hizo una clara distinción
sual y los niños no nacían incapaces de entre la habilidad de no pecar (posse non
hablar y llenos de necesidades, sino que peccare) y la de no morir (posse non mori),
muy rápidamente crecían hasta llegar a la que Adán poseía, y la inhabilidad de pecar
adultez.5 Muchos, yendo aún más lejos, (non posse peccare) y la inhabilidad de morir
creían que la procreación ocurría total- (non posse mori), dones que iban a ser con-
mente aparte del coito;6 que los humanos cedidos junto con la glorificación del pri-
fueron primero creados andrógenos, que la mer hombre en caso de obediencia y que
creación de la mujer, como tal, era prueba son ahora concedidos a los elegidos por gra-
de la caída.7 De allí que las mujeres no par- cia.11 La relación en la que Adán original-
ticiparan realmente de la imagen divina y
de la naturaleza humana.8 Orígenes incluso 7. Ya pensaban así los Judíos; cf. F. W.
derivaba la corporalidad y toda desigualdad Weber, System der altsynagogalen palasti-
nischen Theologie (Leipzig: Dörffling &
2. Agustín, La Ciudad de Dios, XIV, 26; T. Franke, 1880), 202ss., y luego también J.
Aquino, Summa Theol., I, qu. 97, art. 2. S. Erigena, La División de la Naturaleza,
3. Petavius, Opera Omnia, “de sex dier. II, 6, 10, 23, IV, 12, y muchos filósofos
opif.,” 7. como Böhme, Oetinger, Baader, Sche-
4. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 97, art. lling, J. P. Lange, Christliche Dogmatik, 3
3. vols. (Heidelberg: K. Winter, 1852), II,
5. Agustín, Sobre los Méritos y la Remisión 324ss.; F. Delitzsch, Un Sistema de Psico-
de Pecados, I, 37, 38; P. Lombardo, Sent., logía Bíblica (Edinburgh: T. & T. Clark,
II, dist. 20; T. Aquino, Summa Theol., I, 1899), 102ss.; J. C. K. Hofmann, Weis-
qu. 98, art. 1. sagung und Erfüllung im Alten und im
6. Agustín, Las Retractaciones, I, 10; Grego- Neuen Testamente, 2 vols. (Nördlingen:
rio de Nyssa, Sobre la Formación del C. H. Beck, 1841-44), I, 65ss.; idem, Der
Hombre, 16, 17; Juan de Damasco, Expo- Schriftbeweis, 2a ed., 3 vols. (Nördlingen:
sición de la Fe Ortodoxa, II, 30. Beck, 1857-60), I, 403ss., enz.

163
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mente se encontraba para con Dios incluso teólogos a concebir también el estado de
fue descrita por Agustín como un pacto, un integridad como un pacto.
testamento, una alianza;12 y la traducción
de las palabras k?âdâm por “como Adán” Para distinguirlo del pacto de gracia
condujo a muchos a una opinión similar.13 este entonces fue llamado el pacto de la
Materialmente, por tanto, la doctrina de lo naturaleza o de obras (foedus naturae or ope-
que más tarde fue llamado “el pacto de rum). Fue llamado “pacto de la naturaleza,”
obras” también ocurre en los padres de la no porque se juzgara que fluía automática y
iglesia. Incluida en la situación de Adán, naturalmente de la naturaleza de Dios o de
como se interpretó por parte de los teólogos la naturaleza del hombre; sino por causa
Escolásticos, los Católicos Romanos y los del fundamento sobre el cual descansaba el
Luteranos, yacen todos los elementos que pacto, es decir, la ley moral le era conocida
fueron más tarde sumariados especialmente al hombre por la naturaleza y porque fue
por los teólogos Reformados en la doctrina hecha con el hombre en su estado original y
del pacto de obras.14 La relación en la que porque podía ser guardada por el hombre
los creyentes han llegado a ser colocados con los poderes que se le habían concedido
para con Dios por Cristo es repetidamente en la creación sin la asistencia de una gra-
descrita en la Escritura con el término cia sobrenatural. Más tarde, cuando el tér-
“pacto.” Zwinglio y Bucer ya echaban mino ocasionaba malos entendidos, fue
mano de estos pensamientos escriturales reemplazado preferiblemente por el de
para defender la unidad del Antiguo y del “pacto de obras”; y llevaba este nombre en
Nuevo Testamento en contra de los vista del hecho que en este pacto la vida
Anabaptistas. Ahora, siguiendo el ejemplo eterna podía ser obtenida únicamente por
de la Escritura, cuando la religión Cristiana el camino de las obras, es decir, por el
era descrita como un pacto, el paralelo de camino de guardar los mandamientos de
Cristo entre Adán y Cristo llevó a los Dios. Ahora, este pacto, en paralelo al pacto
de gracia, fue enseñado y desarrollado con
8. Cf. Agustín, La Trinidad, XII, 7; T. especial predilección por los teólogos Refor-
Aquino, Summa Theol., I, qu. 93, art. 4, mados.15 Las Confesiones Reformadas no
qu. 99, art. 2; Buenaventura, Sent., II,
dist. 16, art. 2, qu. 2, dist. 20, art. 1, qu.
la mencionan usando de muchas palabras.
6; J. Gerhard, Loci Theol., VIII, c. 6; J. Materialmente, sin embargo, se expresa en
Quenstedt, Theologia, II, 15; J. Janssen, los artículos 14 y 15 de la Confesión Belga,
Geschichte des deutschen Volkes seit dem donde leemos que la naturaleza total del
Ausgang des Mittelalters, 8 vols. (París:
Librairie Plon, 1887-1911), VI, S. 395-97.
hombre fue corrompida por la transgresión
9. Orígenes, Contra Celso, I, 32, 33; idem, de Adán del mandamiento de vida;16 en los
Sobre los Primeros Principios, II, 9; cf. K.
Liechtenhau, “Ophiten,” en PRE3, XIV, 11. Agustín, La Ciudad de Dios, XXII, 30;
404-13 y también Böhme, Ant. Bourig- idem, Admonición y Gracia; idem, Enchi-
non, Baader, et al. ridion, 104-7; idem, El Significado Literal
10. Lutero sobre Génesis 3; cf. D. F. Strauss, del Génesis, III, 2, VI, 25; idem, Contra
Die Christliche Glaubenslehre in ihrer ges- Juliano, V, 58; VI, 5 enz.
chichtlichen Entwicklung und im Kampf 12. Agustín, La Ciudad de Dios, XVI, 27.
mit der Moderne Wissenschaft, 2 vols. 13. J. Marck, Historia Paradisi (Ámster-
(Tübingen: C. F. Osiander, 1840-41), I, dam: Gerardus Borstius, 1705), II, 6, 7.
700ss. 14. Cf. P. Lombardo, Sent., II, dist. 19, 20.

164
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Días del Señor 3 y 4 del Catecismo de Hei- Reformada, de que fue demasiado detallada
delberg se dice que el hombre fue creado a y tratada demasiado escolásticamente. Aun-
la imagen de Dios, para que pudiera vivir que más tarde los teólogos aún defendían la
con Dios en felicidad eterna, pero total- doctrina, ya no sentían su significado ni su
mente es descrito como totalmente importancia teológica y religiosa. Puesto
corrupto por la caída de Adán; y en el capí- que había perdido su vitalidad era fácil
tulo III/IV de los Cánones de Dort se combatirla. Pero la doctrina del pacto de
declara que la corrupción de Adán se pro- obras está basada en la Escritura y es emi-
pagó a todos sus descendientes “por el justo nentemente valiosa. Entre las criaturas
juicio de Dios.” Formalmente, el pacto de racionales y morales toda la vida superior
obras está incorporado en los Artículos toma la forma de un pacto. Generalmente,
Irlandeses (1615), en la Confesión de West- un pacto es un acuerdo entre personas que
minster (1647), en la Fórmula Helvética de voluntariamente se obligan y se vinculan
Consenso (1675), y en los Artículos de Wal- las unas a las otras con el propósito de repe-
cheren (1693).17 Aunque la doctrina del ler un mal u obtener un bien. Tal acuerdo,
pacto de obras también encontró acepta- sea que se haga tácitamente o que se defina
ción en algunos teólogos Católicos Roma- con detalles explícitos, es la forma usual en
nos18 y Luteranos,19 se le opusieron términos en los cuales los humanos viven y
vigorosamente los Disidentes y los Raciona- trabajan juntos. El amor, la amistad, el
listas.20 Solo en tiempos modernos la doc- matrimonio, lo mismo que toda coopera-
trina del pacto de obras fue otra vez ción social en los negocios, la industria, la
entendida y explicada por una cantidad de ciencia, el arte, y así sucesivamente, se fun-
teólogos en su verdadero significado.21 damenta en última instancia en un pacto,
esto es, una fidelidad recíproca y una varie-
Uno puede ciertamente levantar la dad de obligaciones morales generalmente
objeción contra la doctrina del pacto, tal y
como ha sido desarrollada en la teología 17. Nota del Editor: Para una descripción de
la Fórmula Helvética de Consenso
15. Nota del Editor: Bavinck refiere aquí a la (1675), vea P. Schaff, Los Credos de la
literatura que se halla al principio de la Cristiandad, 6ª ed., 3 vols. (New York:
sección del capítulo en la edición Holan- Harper, 1919), I, 477-89. Los cinco Artí-
desa. Revise los siguientes autores en la culos de Walcheren (1693) fueron adop-
bibliografía: Boston, Brahe, Cloppenburg, tados por las Clases Holandesas
Coccejus, Comrie, De Moor, Gomarus, Reformadas de Walcheren en contra de
van den Honert, Junius, Marck, Mastri- las perspectivas liberales y racionalistas
cht, Olevianus, Polanus, Trelcatius, Trel- de Herman Alexander Roëll, Baltasar
catius Jr., Ursinus, Vitringa, Walker, Bekker, y Johannes Vlak. Se puede
Wollebius. encontrar una discusión de los artículos
16. En su versión original el art. 14 de la y las opiniones de los tres rechazados en
Confesión Belga dice que Dios formó al los respectivos ensayos de la Christelijke
hombre “según su propia imagen y seme- Encyclopedie, ed. por F. W. Grosheide y
janza, bueno, justo y santo, enteramente G. P. Van Itterzon (Kampen: Kok, 1961).
perfecto en todas las cosas (et tout parfait El texto completo de los Artículos de
en tutes choses).” Estas palabras fueron Walcheren se encuentra en Documenta
omitidas más tarde y reemplazadas por Reformatoria, ed. por J. N. Bakhuizen
“capaz, en todas las cosas, de asentir con van den Brink et al. (Kampen: Kok,
agrado a la voluntad de Dios.” 1960), I, 460-70.

165
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

reconocidas. Por tanto, no debería sorpren- hombre, una criatura; y con esa declaración
dernos que también la vida texturizada más se da por sentada una infinita distancia
alta y más alta de los seres humanos, a entre los dos. Ningún compañerismo, nin-
saber, la religión, conlleve este carácter. En guna religión entre los dos parece posible;
la Escritura el “pacto” es la forma fija en la solamente hay diferencia, distancia, una
que se describe y presenta la relación de separación interminable. Si Dios perma-
Dios con su pueblo. E incluso donde la nece elevado por encima de la humanidad
palabra no ocurre, no obstante vemos siem- en su exaltación y majestad soberana,
pre las dos partes como si estuvieran en diá- entonces no es posible ninguna religión, al
logo la una con la otra, tratando la una con menos ninguna religión en el sentido de
la otra, con Dios llamando a la gente a la compañerismo. Entonces la relación entre
conversión, recordándoles sus obligaciones, los dos es descrita de manera total con los
y obligándose a sí mismo para proveer todo términos “amo” y “siervo.” Entonces la
lo que es bueno. Más tarde, cuando discuta- imagen del alfarero y el barro es aún dema-
mos el pacto de gracia, nos enfocaremos en siado débil para describir esa relación por-
el concepto bíblico de berit. Aquí nos limita- que el barro tiene existencia – y por tanto
remos a recordarle al lector la idea general derechos – independientemente de y en
de pacto. Aún si el término “pacto” nunca contra del alfarero, pero los seres humanos
ocurriera en la Escritura para la relación no tienen nada y no son nada aparte de
religiosa entre Adán y Dios, ni siquiera en Dios. Por consiguiente, si verdaderamente
Oseas 6:7, todavía la vida religiosa del hom- ha de haber religión, ha de haber compañe-
bre antes de la caída posee el carácter de un rismo entre Dios y el hombre, si la relación
pacto. Los eruditos Reformados nunca fue- entre los dos ha de ser también (pero no
ron tan cerrados como para insistir en la exclusivamente) la de un amo para con su
palabra, si sólo el asunto mismo era cierto: siervo, la de un alfarero para con el barro,
uno puede dudar de la palabra, dando por lo mismo que la de un rey para con su pue-
sentado que el tema es seguro (de vocabulo blo, la de un padre para con su hijo, la de
dubitetur, re salva). Pero, oculta tras la opo- una madre para con su niño, la de un águila
sición a la palabra se hallaba la oposición al
tema mismo. Y nunca se debe claudicar en 20. S. Episcopius, Inst. Theol., II, c. 2; P. van
Limborch, Theol. Christ., III, c. 2; J.
esto en vista el hecho que el pacto es la Alting, sobre Hebreos 8:6 y Opera Omnia
esencia de la verdadera religión. Theologica (Ámsterdam: Borst, s.f.), V,
392; Venema, Korte Verdediging van zijn
¿Por qué debiese ser esto así? Primero eere en leere (Leeuwarden: van Desiel,
1735); N. Schiere, Doctrina testamento-
que todo, porque Dios es el Creador, el rum et foederum divinorum omnium (Leo-
vardiaw: M. Ingema, 1718); J. Vlak,
18. M. J. Scheeben, Handbuch der Katholis- Eeuwig Evangelia (1684) [Nota del Edi-
chen Dogmatik, 4 vols. (Freiburg i.B.: tor: Bavinck no da el título] quien es
Herder, 1933), II, 500; C. Pesch, Praelec- cuestionado por H. Brink, Toet-Steen der
tiones Dogmaticae (Freiburg i.B.: Herder, Waarheid en anderen (Ámsterdam,
1916-25), III, 136. 1685); Incluso J. J. Van Oosterzee, Dog-
19. J. F. Buddeus, Institutiones Theologiae mática Cristiana, trad. por J. Watson y
Moralis (Leipzig: T. Fritsch, 1715), 527 y M. Evans, 2 vols. (New York: Scribner,
otros, cf. C. Vitringa, Doctr. Christ., II, Armstrong, 1874), §75, la miraba como
242. una obra Judía de arte.

166
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

para con sus crías, la de una gallina para criatura no puede presentar o poseer dere-
con sus polluelos, y así sucesivamente; es cho alguno ante Dios. Eso es implícita-
decir, si no solo una relación sino todas las mente – por la naturaleza del caso –
relaciones y todos los tipos de relaciones de imposible. Una criatura como tal le debe su
dependencia, sumisión, obediencia, amis- existencia, todo lo que es y tiene, a Dios; no
tad, amor y así sucesivamente, hallan su puede hacer ningún reclamo ante Dios y no
modelo y alcanzan su plenitud entre los puede jactarse de nada; no tiene derechos y
humanos en la religión, entonces la religión no puede hacer demandas de ningún tipo.
debe tener el carácter de un pacto. Pues No hay tal cosa como mérito en la existen-
entonces Dios debe descender de su majes- cia de una criatura ante Dios, ni la puede
tuosa posición, condescender con su cria- haber puesto que la relación entre el Crea-
tura, impartirse, revelarse y darse a Sí dor y una criatura elimina, de manera radi-
mismo a los seres humanos; entonces Él, car y de una vez por todas, cualquier
que habita en la eternidad y que mora en noción de mérito. Esto es verdad después
un lugar alto y santo debe también morar de la caída pero no menos antes de la caída.
con aquellos que son humildes de espíritu Entonces también los seres humanos eran
(Isa. 57:15). Pero este conjunto de condicio- criaturas: sin prerrogativas, sin derechos,
nes no es otra cosa que la descripción de un sin mérito. Cuando hemos hecho todo para
pacto. Si la religión es llamada un pacto, es lo cual hemos sido instruidos somos todavía
descrita, de ese modo, como la religión ver- siervos indignos (douloi achreioi, Lucas
dadera y genuina. Esto es lo que ninguna 17:10). Sin embargo, la religión de la
religión jamás ha entendido; todos los pue- Sagrada Escritura es tal que en ella los seres
blos, ya sea de manera panteísta, rebajan a humanos pueden no obstante, por así decir,
Dios hacia aquello que pertenece al rango reivindicar ciertos derechos ante Dios. Pues
de la criatura, o de manera deísta le elevan tienen la libertad de venir ante él con ora-
interminablemente por encima de ella. En ción y con acción de gracias, de dirigirse a
ninguno de los casos uno llega al verdadero él como “Padre,” de refugiarse en él en
compañerismo, al pacto, a la religión todas las circunstancias de angustia y
genuina. Pero la Escritura insiste en ambas muerte, de desear todas las cosas buenas de
cosas: Dios es infinitamente grande y con- parte de él, incluso de esperar de él salva-
descendientemente bueno; él es Soberano ción y vida eterna. Todo esto es posible úni-
pero también Padre; él es Creador pero tam- camente porque Dios en su
bién Prototipo. En una palabra, él es el Dios condescendiente bondad otorga derechos a
del pacto. su criatura. Todo derecho asociado con la
criatura es un beneficio dado, un don de
Es claro, en segundo lugar, que una gracia, inmerecido y no obligatorio. Toda
recompensa por parte de Dios se origina en
21. A. Kuyper, De Heraut, 161ss.; Ch. la gracia; no es posible ningún mérito, sea
Hodge, Teología Sistemática, 3 vols. (New
York: Charles Scribner’s Sons, 1888), II, por condignidad (merecimiento) o por con-
117; G. Vos, “La Doctrina del Pacto en la gruencia.22 La religión verdadera, por
Teología Reformada,” en Historia Reden-
tora e Interpretación Bíblica, ed. por
Richard B. Gaffin Jr. (Phillipsburg: Pres- 22. Nota del Editor: Vea la nota 29 en el
byterian & Reformed, 1980), 234-70. capítulo anterior.

167
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

consiguiente, no puede ser otra cosa que un gión es una obligación pero también un pri-
pacto: tiene su origen en la vilegio. No es un trabajo con el cual le
condescendiente bondad de Dios y en su traemos provecho a Dios, o hacemos una
gracia. Tiene ese carácter antes, lo mismo contribución para él, y entonces obtenemos
que después, de la caída. Pues la religión, el derecho de recompensa. Es una gracia
como a ley moral y el destino del hombre, es para nosotros la que se nos permite para
una. El pacto de obras y el pacto de gracia que le sirvamos. Dios nunca está en deuda
no difieren en su meta final sino con nosotros, sino que nosotros estamos
únicamente en la manera que conduce a siempre en deuda con él por las buenas
ella. En ambos hay un mediador; entonces obras que hacemos (Confesión Belga, Art.
un mediador de unión, ahora un mediador 24). De su parte se encuentra siempre el
de reconciliación. En ambos hay una fe, don; por nuestra parte siempre hay gratitud
entonces fe en Dios, ahora fe en Dios por y solamente eso. Por esa razón la religión es
medio de Cristo y ambos hay una concebible únicamente en la forma de un
esperanza, un amor y así sucesivamente. La pacto y llega a su plena realización única-
religión es siempre la misma en esencia; mente en esa forma. Dios, por consiguiente,
difiere solamente en forma. hizo tal pacto con los primeros seres huma-
nos. Debemos hacer a un lado completa-
En tercer lugar los hombres y las muje- mente el desarrollo fragmentario de esta
res son seres racionales y morales. Esa es la doctrina. El asunto mismo es veraz. Des-
manera como Dios les creó y que, por lo pués de crear a los hombres y las mujeres a
tanto, es como Él los trata. Él sustenta lo su propia imagen, Dios les mostró su des-
que creó. Dios, por consiguiente, no coac- tino y la manera única en la cual podían
ciona a los seres humanos, pues la coerción alcanzarlo. Los seres humanos podían
es inconsistente con la naturaleza de las conocer la ley moral sin revelación especial
criaturas racionales. Él trata con ellos, no puesto que fue escrita en sus corazones.
como criaturas irracionales, como plantas o Pero el mandamiento probatorio es posi-
animales, como bloques de madera, sino tivo; no es algo dado por sentado en la natu-
que trata con ellos como seres racionales, raleza humana como tal pero podía ser dado
morales y auto-determinados. Él quiere que a conocer a los seres humanos únicamente
los seres humanos sean libres y que le sir- si Dios se los comunicaba. Ni era auto-evi-
van en amor, libre y voluntariamente (Sal. dente que guardar ese mandamiento produ-
100:3). La religión es libertad; es el amor el ciría vida eterna. En ese sentido el “pacto
que no permite ser coaccionado. Por esa de obras” no es un “pacto de la naturaleza.”
razón debe, por su misma naturaleza, tomar Inicialmente la iglesia no entendió aún cla-
la forma de un pacto en el cual Dios actúa, ramente esto23 pero gradualmente se hizo
no coercitivamente, sino con consejo, obvio – y se enseñó como tal – que Dios de
admonición, advertencia, invitación, peti- ninguna manera estaba obligado a otorgar
ción y en el que los humanos sirven a Dios, la bendición celestial y la vida eterna a
no bajo dureza ni violencia, sino volunta- aquellos que guardaban su ley y quienes de
riamente, por su propio libre consenti- esa forma no hacían ninguna otra cosa sino
miento, movido por el amor para
corresponder con amor. En el fondo la reli- 23. F. Gomarus, De Foedere.

168
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

lo que estaban obligados a hacer. No hay estado más elevado de bendición que aquel
ninguna conexión natural aquí entre obra y que prevalecía en el paraíso en la tierra,
recompensa.24 nunca podría, por la naturaleza del caso,
ser merecido, sino únicamente ser otorgado
La Visión Reformada y otras Visiones del por una libre dispensación de Dios. Y com-
Destino Humano binaban estas dos ideas en su teoría del
pacto de obras. Este pacto está arraigado en
Y ésa es la verdad que existe perma- una dispensación libre, especial y miseri-
nente e inseparablemente en la doctrina de cordiosa de Dios. Procede de él y él decreta
Roma del don añadido (donum superaddi- todas las partes del mismo: condición y
tum). La vida eterna es y sigue siendo un cumplimiento, conformidad y recompensa,
don inmerecido de la gracia de Dios. Pero transgresión y castigo. Es monolateral (uni-
debido a que Roma no conoce la doctrina lateral) en su origen y es añadido a la crea-
del pacto de obras, infiere de este don mise- ción en la imagen de Dios. Los primeros
ricordioso de la vida eterna que también la seres humanos, por su parte, siendo creados
imagen de Dios en el hombre tiene que ser a la imagen de Dios, descansaban en él y
un don sobrenatural y, en virtud del poder miraban en este pacto una revelación de un
sobrenatural concedido con la imagen de camino hacia una bendición más alta. Por
Dios, los humanos tienen una vez más el consiguiente, el pacto de obras hace justicia
mérito de la vida eterna ex condigno. Bajo la tanto a la soberanía de Dios – que implica
apariencia de honrar la gracia, Roma, por lo la dependencia de las criaturas y el carácter
tanto, introduce otra vez el carácter merito- no meritorio de todas sus obras – como a la
rio de las buenas obras. Pero los teólogos gracia y la generosidad de Dios que no obs-
Reformados sostuvieron, por un lado, que tante quiere darle a la criatura una bendi-
la imagen de Dios en el hombre era natural ción más alta que la terrenal. Sostiene tanto
y que el hombre, quien era esta imagen de la dependencia lo mismo que la libertad de
Dios, podía conocer, lo mismo que guardar, la humanidad. Combina a Schleiermacher
la ley moral sin poder sobrenatural; y, por [dependencia] y a Kant [libertad]. El man-
otro lado, afirmaban firmemente que un damiento probatorio se relaciona con la ley
moral como el pacto de obras se relaciona
24. J. Coccejus, Summa Doctrinae de Foedere con la creación del hombre a imagen de
et Testamento Dei (Frankfurt: J. M. A Dios. La ley moral se levanta o cae en su
Sande, 1704), II, 23ss.; F. Burmann, Syn. totalidad con el mandamiento probatorio, y
Theol., II, 8, 2, 4; J. marck, Hist. Parad., la imagen de Dios en la humanidad, y en su
479; J. Cloppenburg, Exerc. Theol., VI,
disp. 5; idem, De Foedere, I, 8ss.; H. Wit- totalidad, se levanta o cae con el pacto de
sius, La Economía de los Pactos entre Dios obras. El pacto de obras es el camino a la
y el Hombre (Londres, 1763), I, 4 §§10- bendición celestial para los seres humanos
23; M. Leydekker, Fax Veritatis (Lugdun que fueron creados a imagen de Dios y que
Batavorum: Daniel Gaesbeeck & Felicem
Lopez, 1677), 399ss.; A. Comrie y N. todavía no habían caído.
Holtius, Examen van het Ontwerp van El pacto de obras, por consiguiente,
Tolerantie, 10 vols. (Ámsterdam: Nico- incluye aún otro hermoso pensamiento. No
laas Byl, 1753), IX, 227ss.; X, 288ss., solamente desarrolla la idea verdadera y
318ss.; Brahe, Aanm. Over de vijf Walch.
art., 125ss. 261ss. plena de la religión; también da expresión

169
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

al hecho que la humanidad antes de la de vida. La clase más alta e vida es la


caída, aunque creada a imagen de Dios, no libertad material que consiste de no ser
poseía aún la bendición más alta posible. capaz de errar, pecar o morir. Consiste en
Sobre este punto hay una diferencia pri- ser elevado absolutamente por encima de
mordial con los teólogos Luteranos. En su todo temor y terror, sobre toda posibilidad
opinión la creación a la imagen de Dios era de caer. Esta vida superior es conferida
la realización de la idea más alta del hom- inmediatamente por gracia por medio de
bre. En Adán ese ideal fue plenamente Cristo a los creyentes. Ya no pueden pecar
alcanzado y no era posible un estado más más (1 Juan 3:9) y ya no pueden morir
alto. Adán no tenía que volverse alguna (Juan 3:16) puesto que por fe reciben
cosa; solamente tenía que seguir siendo lo inmediatamente vida eterna e
que era, a saber, un participante de la plena imperecedera. La de ellos es la
morada misericordiosa de la Santa Trini- perseverancia de los santos; ya no pueden
dad. Por consiguiente, no estaba sujeto a perderse. Por tanto, Cristo no [meramente]
una ley que le ordenara hacer alguna cosa restaura a los suyos al estado de Adán antes
positiva. La ley que se aplicara a él tenía de la caída. Él adquirió y confirió mucho
únicamente un impacto negativo, y no fue más, a saber, aquello que Adán hubiese
sino hasta que el pecado apareció que fue recibido si no hubiera caído. Él nos
traído bajo el dominio de la ley. Esa es la posiciona no en el principio sino al final de
razón por la cual en las obras de los teólo- la jornada que Adán tenía que completar. Él
gos Luteranos, como en las de los padres de llevó a cabo no solo la obediencia pasiva
la iglesia, el estado original del hombre era sino también la obediencia activa
frecuentemente representado de una requerida; no solamente nos libera de la
manera muy exagerada. También es la culpa y del castigo, sino que por gracia nos
razón por la cual el estado al que son eleva- otorga inmediatamente el derecho a la vida
dos los creyentes en Cristo es esencialmente eterna.
igualado con el de Adán antes de la caída.
En referencia al creyente para el Luterano Sin embargo, Adán todavía no tenía
todo se enfoca en la justificación. Una vez este alto estado de bendición; todavía no
que el creyente es justificado él o ella tiene tenía vida eterna. Recibió la posibilidad de
lo suficiente y está completamente satisfe- seguir en esa posición (posse stare) pero no
cho y bendecido. La salvación coincide
completamente con el perdón. No se siente 25. Lutero en J. Köstlin, La Teología de
necesidad de conectarla en retrospectiva Lutero y su Desarrollo Histórico y Armo-
nía Interna, trad. por Charles E. Hay
con la elección eterna y hacia adelante con (Philadelphia: Lutheran Publication
la totalidad de la vida Cristiana, las buenas Society, 1897), II, 361; M. Schneckenbur-
obras y la vida eterna. Tampoco se necesita ger y E. Güder, Vergleichende Darstellung
la predestinación ni la perseverancia. El des lutherischen und reformirten Lehrbe-
griffs, 2 vols. (Stuttgart: J. B. Metzler,
creyente Luterano disfruta la nueva vida en 1855), I, 90ss., 120ss.; II, 185ss.; A. F. C.
el presente y no siente necesidad de más.25 Vilmar, Handbuch der Evangelishen Dog-
Para el Reformado, que caminaba en los matik (Gütersloh: Bertelsmann, 1895), I,
pasos de Agustín, las cosas eran diferentes. 340; F. H. Frank, System der christlichen
Wahrheit (Erlangen: A. Deichert, 1878-
Según ellos Adán no poseía la clase más alta 80), I, 375.

170
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la voluntad (velle stare). Podía haberlo una sustancia no podía alterar la esencia o
tenido si lo hubiese querido (posse si vellet) sustancia de la creación. El ser humano,
pero no tenía la voluntad para querer aque- como pecador, es todavía un ser humano.
llo que él era capaz de tener (velle, quod pos- Del mismo modo todas las otras creaciones
set). Tenía la posibilidad de no errar, pecar (la tierra, el cielo, la naturaleza, las plantas,
o morir (posse non errare, peccare, mori), los animales), a pesar de la maldición el
pero no tenía aún la imposibilidad de errar, pecado y el dominio de la corrupción, esen-
pecar y morir (non posse errare, peccare cial y sustancialmente permanecieron igua-
mori). Todavía vivía en un estado de uno les. Como señalamos antes en el caso de la
que podía pecar y morir, y se hallaba toda- religión, así es también en el caso de todas
vía por tanto bajo el temor y el terror. El las otras cosas: el pecado no hizo a un lado
suyo no era aún el amor perfecto e invaria- la sustancia de las cosas, y por lo tanto la
ble que echa fuera todo temor. Por lo tanto, gracia no restaura tampoco esa sustancia.
los teólogos Reformados correctamente La materia (materia) de todas las cosas es y
señalaron que esta posibilidad, la de ser sigue siendo la misma. Sin embargo, la
inconstantemente bueno, este estado de ser forma (forma), dada en la creación, fue
aún capaz de pecar y morir no era parte o deformada por el pecado con el propósito de
componente de la imagen de Dios, sino su ser totalmente reformada otra vez en la
lindero, su limitación, su circunferencia.26 esfera de la gracia.27
Por tanto, la imagen de Dios tenía que ser
desarrollada a plenitud – venciendo y nuli- Esta visión seria, y de lo más saludable,
ficando así esta posibilidad de pecado y del estado paradisíaco sostenido por los
muerte – y relumbrar en gloria imperece- Reformados llega a expresarse en inconta-
dera. En virtud de esta visión del estado de bles puntos. Contra los Luteranos y los
integridad los teólogos Reformados, a dife- Disidentes defendían la tesis de que, aparte
rencia de otros, fueron capaces de observar del mandamiento probatorio, Adán se
una encomiable sobriedad en su explica- hallaba también totalmente unido a la ley
ción del estado paradisíaco. Adán no era moral. Él no se hallaba “sin-ley” (exlex, vin-
Cristo. Lo natural no era lo espiritual. El culado a ninguna ley), aún cuando la cum-
paraíso no era el cielo. Por más cuidadosos pliera sin ninguna coerción, por voluntad
que debamos ser para resistir al natura- propia y por amor. Adán conocía la ley
lismo que niega el poder del pecado y que moral por medio de la naturaleza. De allí
considera la muerte como natural, no que no tuviera que serle revelada, como el
menos de evitarse es el súper-naturalismo mandamiento probatorio, de una manera
que define la imagen de Dios como una especial. Es esencialmente la misma de los
añadidura sobrenatural a la naturaleza. El Diez Mandamientos pero difería en forma,
pecado, según los teólogos Reformados, pues la ley dada en el Sinaí presupone a un
estropeó y destruyó todo, pero porque no es catálogo de pecados y por tanto casi siem-
pre habla en sentido negativo (“No...”), y la
26. H. Heppe, Dogmática Reformadak ley moral antes de la caída era mucho más
(Grand Rapids: Baker, 1978 [1950]), positiva. Pero precisamente debido a que en
249-50; W. G. T. Shedd, Teología Dogmá-
tica (New York: Charles Scribner’s Sons,
1888-89), II, 104, 150. 27. G. Voetius, Select. Disp., I, 776.

171
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la vida de Adán anterior a la caída la ley Zanchius,30 inicialmente aún asumían que
moral era, por la naturaleza del caso, total- el comer de la fruta tenía un efecto sobre la
mente positiva, no aclaraba en la mente de vida física del hombre.31 Esta opinión,
Adán la posibilidad de pecar. De allí que, aunque es consistente con la doctrina
además de las prescripciones tenía que Católico Romana de los sacramentos, es, en
venir una proscripción y en adición a los parte por esa razón, inaceptable para la
mandamientos debía venir una ley positiva. tradición Reformada puesto que hace a la
Además de los mandamientos cuya natura- vida y a la muerte independientes de la
lidad y calidad de razonable le eran obvias a condición ética, esto es, del acto de
Adán, este mandamiento era, en un sen- obedecer o desobedecer el mandamiento de
tido, arbitrario e incidental. En el manda- Dios. Más bien asume que los seres
miento probatorio la totalidad de la ley humanos continuarían viviendo incluso
moral le llegaba a Adán en un solo impulso, después de la caída si solamente hubieran
confrontándole con el dilema: o Dios o el ex opere operato comido del árbol de la vida.
hombre, la autoridad de Dios o la perspica- Implica así que la vida eterna podía
cia propia, obediencia incondicional o efectuarse en la humanidad ya fuese de
investigación independiente, fe o escepti- golpe o gradualmente por comer de un
cismo. Era una prueba tremenda que abría fruto físico, y de esta manera niega la
el camino hacia la bendición eterna o hacia distinción entre lo natural y lo espiritual.
la ruina eterna. Contra los Coceianos los Por consiguiente, los teólogos Reformados
teólogos Reformados sostenían que tam- preferían ver el árbol de la vida como signo
bién el mandamiento del Sabbath pertene- y seña del pacto de obras que concedía vida
cía a aquella ley moral. Antes de la caída de una manera sacramental.
nuestros primeros padres aún no disfruta-
ban del eterno Sabbath celestial. Así como Del mismo modo los teólogos Reforma-
estaban sujetos a la alternancia de día y dos unánimemente rechazaron,32 como
noche así también estaban obligados a la algo contrario a la Escritura, todas las espe-
norma de seis de trabajo y uno de descanso. culaciones teosóficas concernientes a un
Un día de reposo y los días de labor eran ser andrógino, la ausencia del impulso
por lo tanto también distintos antes de la sexual y la generación mágica. La creación
caída. Entonces, también, la vida religiosa de la mujer no presupone una especie de
requería una forma y un servicio que le
eran propios junto con la vida de la cultura. 28. R. Bellarmine, De Gratia Primi Hominis
Los teólogos Reformados, con creciente (Heidelberg: Rosa, 1612), c. 14.
29. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 97, art.
unanimidad y decisión, rechazaron la 4; cf. también A. Kuyper, De Heraut, 941
noción mágica y teosófica de que los dos (5 Enero 1896): 1.
árboles en el jardín del Edén poseían el 30. J. Zanchi, Op. Theol., III, 501.
poder de matar o de dar vida por sí mismos, 31. J. Calvino, Institución, IV, 14, 12, 18;
idem, Comentario sobre el Génesis, trad.
ya sea como parte de su naturaleza (Tomás, por John King (Grand Rapids: Baker,
Suárez, Pererius), o de una manera sobre- 1979), 115-18, 182-84 sobre Gén. 2:9,
natural (Agustín, Buenaventura), sea por 3:22; J. Marck, Historia Paradisi, I, c. 17;
un único uso28 o por el uso repetido.29 Sin cf. literatura adicional en C. Vitringa,
Doctr. Christ., II, 220ss.
embargo, unos pocos, como Pareus, Rivet y 32. J. Marck, Historia Paradisi, 279ss.

172
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

caída en la vida de Adán, ni tampoco nue- seres humanos (Gén. 9:5-7) no se halla pre-
vas especies emergieron en el reino animal sente en el caso de animales, pues ellos no
o vegetal después de la entrada del pecado. fueron hechos a imagen de Dios. Incom-
Según Voetius, los animales salvajes y los prensible, finalmente, es el porqué de todas
que se arrastran habían sido ya creados al las veces que Dios le permitiría a la raza
sexto día y eran anteriores a la caída.33 Y, humana comer carne después de la caída y
finalmente, Calvino y la mayoría de teólo- despues del diluvio; uno esperaría lo contra-
gos Reformados eran de la opinión de que el rio, a saber, que los derechos y dominio del
comer carne le estaba permitido a los hombre estarían restringidos después de la
humanos incluso antes del diluvio y la caída. Uno esperaría que, para contrarrestar
caída.34 El hecho de que Génesis 1:29 no lo el desorden y la degradación, el uso de la
menciona expresamente no puede, como un carne sería abolido y que el vegetarianismo
argumento a partir del silencio, ser de utili- sería considerado mucho más acorde con el
dad aquí. En Génesis 1:30 solo el mundo de estado de la humanidad posterior a la caída
las plantas es dividido entre el hombre y el y posterior al diluvio que la práctica de
animal, nada se dice sobre el dominio del comer carne.35
hombre – y su derecho – sobre el mundo
animal. El mundo animal ya había sido En todos estos temas la teología Refor-
colocado bajo el dominio humano en Géne- mada fue capaz de hacer juicios sanos por-
sis 1:28, un acto que ciertamente incluye, que estaba profundamente empapada con la
especialmente con respecto a los peces del idea de que Adán no disfrutaba todavía del
mar, el derecho de matar y usar los anima- más alto nivel de bendición. Indudable-
les. Inmediatamente después de la caída mente que el pecado tiene significación cós-
Dios mismo hizo prendas de pieles de ani- mica. Como es evidente por el fenómeno de
males (3:21) y Abel hizo un sacrificio que la muerte, el pecado también impacta nues-
fue con seguridad seguido por una comida tra existencia física y ha puesto a toda la tie-
sacrificial. Es más, la práctica de comer rra bajo la maldición. Sin el pecado el
carne estaba ciertamente en uso antes del desarrollo de la humanidad y la historia de
diluvio y, si Dios no lo autorizó antes de la tierra hubiesen sido muy diferentes –
Génesis 9:3, hubiese sido ilegal y pecami- aunque aún inimaginables. Aún así, por
noso antes de ese tiempo. Génesis 9:1-5 no otro lado, el estado de integridad no puede
presenta un nuevo mandamiento, sino que ser igualado con el estado de gloria. No
renueva la bendición de la creación; un podemos sacar conclusiones de lo primero
nuevo rasgo es solamente la prohibición de por condiciones de lo postrero. Isaías 11:6 y
comer carne con su vida, es decir, su sangre. 65:25 no pueden aplicarse más al estado de
La base para la orden en contra de matar
35. O. Zöckler, Die Lehre vom Urstand des
33. G. Voetius, Select. Disp., V, 191. Menschen (Gütersloh: C. Bertelsmann,
34. J. Calvino, Comentario sobre el Génesis, 1870), 273ss.; *Köhler, Biblische Geschi-
98-100, 291-93, sobre Génesis 1:29, 9:3; chte, I, 33ss.; R. Kraetzschmar, Die Bun-
Heidegger, de libertate Christianorum a re desvorstellung im Alten Testament in ihrer
cibaria (1662); Voetius, Disp., IV, 387;V, geschichtlichen Entwickelung (Marburg:
194; Coccejus, S. Theol., XX, 17; J. N. G. Elwert, 1896), 193ss.; V. Zapletal,
Marck, Historia Paradisi, 341; B. De Der Schöpfungsbericht der Genesis
Moor, Comm. Theol., III, 35-38 enz. (Regensburg: G. J. Manz, 1911), 65.

173
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

la vida humana antes de la caída que Mar- Adán no fue creado solo. Como hombre, y
cos 12:25; Lucas 20:36; 1 Corintios 6:13 por sí mismo, estaba incompleto. Le faltaba
(etc.). Aunque la forma (forma) ha cam- algo que ninguna criatura inferior podía lle-
biado, la materia (materia) de la humani- nar (Gén. 2:20). Por consiguiente, como
dad, de las plantas, los animales, la hombre, por sí mismo, tampoco era todavía
naturaleza y la tierra, es la misma antes y la imagen plenamente desplegada de Dios.
después de la caída. Todos los componentes La creación de la humanidad a imagen de
esenciales que existen hoy también estaban Dios fue únicamente completada en el
presentes antes de la caída. Las distinciones sexto día cuando Dios creó tanto al hombre
y diferencias entre hombres y mujeres, como la mujer en unión el uno con el otro
padres e hijos, hermanos y hermanas, (cf. ’wtm, Gén. 1:27), a su imagen. Aún así
parientes y amigos; las numerosas institu- esta creación del hombre y la mujer en con-
ciones y relaciones en la vida de la sociedad junción a imagen de Dios no es el fin sino el
tales como matrimonio, familia, crianza de comienzo de la jornada de Dios con la
los hijos y así sucesivamente; la alternación humanidad. No es bueno que el bueno estu-
de día y noche, días laborales y el día de viese solo (Gén. 2:18); ni es bueno que el
reposo, trabajo y tiempo libre, meses y años; hombre y la mujer estén solos. Inmediata-
el dominio del hombre sobre la tierra por mente Dios pronunció sobre los dos ellos la
medio de la ciencia y el arte, y así sucesiva- bendición de multiplicación (Gén. 1:28).
mente – aunque todas estas cosas han sido No el hombre solo, ni el hombre y la mujer
indudablemente modificadas por el pecado juntos, sino que únicamente la totalidad de
y han cambiado en apariencia, sin embargo la humanidad es la imagen plenamente
tienen su principio activo y su fundamento desarrollada de Dios, su hijo, su descenden-
en la creación, en las ordenanzas de Dios, cia. La imagen de Dios es demasiado abun-
no en el pecado. El socialismo y el comu- dante y rica para ser plenamente realizada
nismo, también el socialismo y el comu- en un solo ser humano, por más ricamente
nismo de muchas sectas Cristianas, están dotado que pueda ser ese ser humano. Úni-
en lo correcto al combatir las terribles con- camente puede ser un tanto desplegada en
secuencias del pecado, especialmente tam- su profundidad y riquezas en una humani-
bién en la esfera de la sociedad. Pero estos dad que consiste de billones de miembros.
sistemas no se detienen allí; también entran Así como los indicios de Dios (vestigia dei)
en conflicto con la naturaleza de las cosas, están diseminados en muchas, muchas
las ordenanzas de la creación, y por lo tanto obras, tanto en el espacio como en el
adquieren consistentemente no un carácter tiempo, así también la imagen de Dios úni-
reformador sino un carácter revoluciona- camente puede ser manifestada en todas
rio. sus dimensiones y características distinti-
vas en una humanidad cuyos miembros
existen tanto de manera sucesiva como uno
El Destino Humano en Comunidad después de otro y de manera contemporá-
nea se hallan los unos junto a los otros.
Finalmente, la doctrina del pacto de Pero así como el cosmos es una unidad y
obras contiene una tercera idea, una idea recibe su cabeza y amo en el hombre; y así
con el más rico significado religioso y ético. como los indicios de Dios (vestigia dei) dise-

174
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

minados a través de todo el mundo son La Escritura enseña claramente todo


reunidos y levantados en la imagen de Dios esto cuando dice que la iglesia es la novia de
en la humanidad, así también a su vez esa Cristo, el templo del Espíritu Santo, la
humanidad ha de ser concebida como un morada de Dios, la nueva Jerusalén a la que
organismo que, precisamente como tal, es será traída la gloria de las naciones. Este es
finalmente la única imagen plenamente un cuadro, por cierto, del estado de gloria
desarrollada de Dios. No como un manojo que será ahora alcanzado atravesando lo
de almas en un trozo de tierra, no como una más espeso del pecado; pero la religión, la
amplia suma de individuos, sino como ley moral, y el destino final del hombre son
habiendo sido creados a partir de una san- esencialmente los mismos tanto en el pacto
gre, como un hogar o una familia, así la de obras como en el pacto de gracia. En
humanidad es la imagen y la semejanza de ambos la meta y fin es el reino de Dios, una
Dios. Perteneciente a esa humanidad es santa humanidad, en la que Dios es el todo
también su desarrollo, su historia, su domi- en todos.
nio siempre creciente sobre la tierra, su pro-
greso en la ciencia y el arte, su subyugación Solamente un punto en esta presenta-
de todas las criaturas. Todas estas cosas ción requiere un poco más de discusión. La
también constituyen el despliegue de la humanidad no puede ser concebida como
imagen y semejanza de Dios de conformi- un organismo completo a menos que esté
dad con la cual fue creado el hombre. Así unida y personificada en una cabeza. En el
como Dios no se reveló a Sí mismo solo una pacto de gracia Cristo tiene esa posición y
vez en la creación, sino que continúa y Él es la cabeza de la iglesia; en el pacto de
expande esa revelación de día en día y de obras esa posición es ocupada por Adán.
época en época, así también la imagen de Eva fue creada de Adán para que él pudiese
Dios no es una entidad estática sino que se ser el primer principio de toda la raza (prin-
extiende y se despliega en las formas de cipium totius speciei) y para que la unidad
espacio y tiempo. Es tanto un don (Gabe) de la raza humana estuviese arraigada en la
como un mandato (Aufgabe). Es un don unidad de su origen. La mujer, por consi-
inmerecido de gracia que le fue dado al pri- guiente, es una participante de la natura-
mer ser humano inmediatamente en la leza humana y de la imagen de Dios, y ella
creación, pero al mismo tiempo es el princi- representa esa naturaleza y esa imagen con-
pio y germen fundamental de un desarrollo forme a su propia naturaleza y en una
totalmente rico y glorioso. Solo la humani- manera que le es única; pero ella es una
dad en su totalidad – como un organismo participante tanto de la naturaleza humana
completo, sintetizada bajo una sola cabeza, como de la imagen, no en contraposición
esparcida por toda la tierra, como profeta sino junto a los demás y en solidaridad con
proclamando la verdad de Dios, como sacer- el hombre. Ella es “del hombre,” “para el
dote dedicándose a sí mismo a Dios, como hombre,” y “la gloria del hombre,” y no
gobernante controlando la tierra y toda la independiente del hombre pero también el
creación – solo ella es la plena imagen ter- hombre, aunque cabeza de su esposa y “la
minada, la semejanza de Dios más contun- imagen y gloria de Dios” debido a que él, en
dente y asombrosa. primer lugar, es el portador del dominio, se
halla no obstante incompleto sin la mujer,

175
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

pues ella es la madre de todos los vivientes ción. El mandamiento probatorio es prueba
(1 Cor. 11:7-12; Efe. 5:22ss.). Pablo nos de que él ocupaba un puesto totalmente
señala, por encima de todo, esta unidad de excepcional. Él era no solamente el ances-
la humanidad cuando compara a Adán con tro sino también la cabeza y representante
Cristo (Rom. 5:12-21; 1 Cor. 15:22, 45-49). de toda la raza humana y su conducta era
La raza humana no es solo físicamente de decisiva para todos. Así como la suerte de
una sangre (Hch. 17:26), pues eso no sería todo el cuerpo descansa en la cabeza, la cual
suficiente para afirmar humanidad. La piensa y juzga y decide por todos los órga-
misma cosa es cierta, después de todo, de nos; así como el bienestar de una familia
todas las especies animales creadas en el depende del esposo y padre; así como un
principio. Además, Cristo, el antitipo de gobernante soberano puede ser una bendi-
Adán, no es nuestro ancestro; nosotros no ción o una maldición para miles y millones
descendemos físicamente de él. Él mismo es de sus súbditos, así el destino de la humani-
un descendiente de Adán con respecto a la dad fue puesto en las manos de Adán. Su
carne. En este sentido Adán y Cristo no son transgresión se convirtió en la caída de
semejantes. Pero la similitud consiste en el todos sus descendientes pero su obediencia
hecho que en el sentido jurídico y ético la también hubiese significado la vida de
humanidad permanece en la misma rela- todos sus descendientes, como Cristo, su
ción para con Adán y para con Cristo. Así antitipo, lo demuestra. Si no hubiésemos
como Cristo es la causa de nuestra justicia y sido sujetos a condenación en Adán sin
de nuestra vida, así Adán es la causa de nuestro conocimiento, tampoco hubiése-
nuestro pecado y de nuestra muerte. Dios mos sido aceptados en la gracia en Cristo
considera y juzga a toda la raza humana en sin nuestra participación. El pacto de obras
una persona. y el pacto de gracia se levantan y caen jun-
tos. La misma ley se aplica a ambos. Sobre
Ahora, los teólogos Reformados han la base de una descendencia física común se
expresado esta idea en su doctrina del pacto ha edificado una unidad ética que causa la
de obras. Solo en este pacto la unidad ética humanidad – de conformidad con su natu-
– no la física – de la humanidad llega a raleza – para manifestarse como un orga-
lucirse por cuenta propia. Y esta unidad nismo y unir a sus miembros de la manera
ética es un requisito para que la humanidad más cercana posible, no solo por los víncu-
sea un organismo. Generalmente hablando, los de sangre sino también por la participa-
la ley de la arquitectónica requiere por ción común en la bendición y la maldición,
todas partes el sistema monárquico. Una el pecado y la justicia, la muerte y la vida.
obra de arte debe estar controlada por un
solo pensamiento; un sermón debe tener un A partir de este punto ventajoso cae
solo tema; una iglesia llega a estar completa luz sobre la cuestión de la propagación de la
con su campanario; el hombre es la cabeza raza humana. Las opiniones han estado
de la familia; en un reino el rey [o la reina] divididas en todos los tiempos sobre este
es el portador de la autoridad; como un tema. La teoría de la preexistencia de Pitá-
todo orgánico, una comunidad ética, la raza goras, Platón, Plotino, Filón y los Judíos de
humana no es concebible sin una cabeza. la posteridad hallaron poca aceptación
En el pacto de obras Adán tenía esa posi- entre los Cristianos,36 pero fue revivida en

176
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

una forma más o menos modificada en Creación y Traducianismo


tiempos modernos,37 y hoy, bajo la influen-
cia el Budismo y de la doctrina de la evolu- En contraste, el argumento entre el tra-
ción, aún tiene muchos fuertes ducianismo y el creacionismo permaneció
partidarios.38 Si no existe un Dios personal sin determinarse en la teología Cristiana.
y ningún Creador, si la evolución solo En el período antiguo el primero tuvo
puede desarrollar lo que ya es, y no puede muchos partidarios, tales como Tertuliano,
producir absolutamente nada nuevo, y si Rufinus, Makarios, Eunomius, Apolinario,
por alguna razón uno quiere no obstante Gregorio de Nyssa, y, según una declara-
sostener la inmortalidad del alma, es natu- ción posiblemente muy exagerada, por Jeró-
ral pensar que las almas que continúan nimo, incluso “por la mayoría de los
existiendo para siempre en el futuro tam- Occidentales.” Más tarde, sin embargo, con
bién existieron eternamente en el pasado. unas pocas excepciones, solo fue abrazado
Así como Haeckel, quien por falta de una por los Luteranos: por el mismo Lutero
explicación por medio de la teoría de la evo- (aunque fue inicialmente un creacio-
lución hizo eternas a la materia y a la ener- nista40), luego por Melanchthon, Gerhard,
gía, al movimiento y a la vida, a la Quenstedt (etc.).41 El creacionismo, que
conciencia y al sentimiento, así también de ocurre ya en Aristóteles, en la iglesia Cris-
la misma manera otros llegaron a la conclu- tiana recibió la aprobación temprana de
sión que las almas de los humanos no se
originaron en ningún momento del tiempo 37. G. E. Lessing, Erziehung des Menschen-
sino que han existido siempre en el cosmos. geschlechts und andere Schriften (Stutt-
gart: Reclam, 1997), §§91-95; I. Kant, La
Pero, debido a que la religión Cristiana Religión Dentro de los Límites de la Razón
surge de premisas muy diferentes y está Sola, trad. por T. M. Greene & H. H.
basada en la confesión de la existencia per- Hudson (New York: Harper and Bro-
sonal de Dios y en su actividad creativa, no thers, 1934), 145-51 [Nota del Editor:
Para una más amplia nota bibliográfica
tiene espacio para esta doctrina de la pre- sobre las opiniones de Kant de la preexis-
existencia eterna de las almas. Tampoco es tencia y la inmortalidad, vea R. Eisler,
nuestra alma, en alguna manera, conciente s.v. “Unsterblichkeit,” Kant-Lexikon
de tal preexistencia y, en lugar de ver el (Berlín: Mittler & Sohn, 1930), 555-57];
F. W. Schelling, Ausgewählte Werke (Dar-
cuerpo como una prisión y un lugar de cas- mstadt: Wissenschaftlichle Buchgesells-
tigo, se reduce ante el evento de la muerte. chaft, 1968) IV, 329ss. (Werke, I/7,
Además, la teoría de la preexistencia del 385ss., “Philosophische Untersuchungen
alma está arraigada en un dualismo pagano über das Wesen der menschlichen Frei-
heit und die damit zusammenhängen-
entre espíritu y materia, destruye la unidad den Gegenstände”); I. H. von Fichte,
de la raza humana y elimina la distinción Anthropologie (Leipzig: Brockhaus,
entre los seres humanos y los ángeles.39 1860), 494; J. Müller, La Doctrina Cris-
tiana del Pecado, 5ª ed., 2 vols., trad. por
Wm. Urwick (Edinburgh: T. & T. Clark,
1868), cap. 3, par. 3; C. Sécrétan, La Phi-
losophie de la Liberté, 2 vols. (París: G.
36. Orígenes, Sobre los Primeros Principios, I, Balliere, 1849), II, 204; cf. también F. E.
6, 2; 8, 3; II, 9, 2; idem, Contra Celso, I, Daubanton, Het Voortbestaan van het
32, 33; H. More, Mysterium pietatis Menschelijk Geslacht (Utrecht: Kemink,
(1660). 1902), 4-54.

177
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Clemente de Alejandría, Lactancio, Hilario, dientes estaban incluidos y que brotaron de


Pelagio, Casiano, Gennadius, Teodoreto, los lomos de sus padres (Gén 46:26; Heb.
atanasio, Gregorio de Nazianzu, Cirilo, Ale- 7:9, 10); a la palabra yd‘, conocer, el cual se
jandrino, Ambrosio y otros, de manera que dice que incluye un acto espiritual; a la
Jerónimo ya podía hablar de ella como una finalización de la creación al séptimo día
doctrina de la iglesia. Los teólogos escolásti- (Gén. 2:2); al hecho que también los anima-
cos Griegos y los Católicos Romanos, por les pueden reproducirse según su propio
consiguiente, han adoptado todos el crea- género (Gén. 1:28; 5:3; 9:4; Juan 3:6); y
cionismo,42 y solamente unos pocos, como especialmente a la transmisión hereditaria
Klee, muestran alguna simpatía por el tra- del pecado y toda clase de atributos psicoló-
ducianismo.43 También los teólogos Refor- gicos.48 El creacionismo, por otra parte,
mados, con pocas excepciones,44 optaron deriva su apoyo de la creación del alma de
por el creacionismo.45 Algunos, especial- Adán (Gén. 2:7); muchos textos tales como
mente como Agustín y Gregorio el Grande, Eclesiastés 12:7; Zacarías 12:1 y especial-
prefieren dejar la cuestión sin resolver,46 y mente Hebreos 12:9 (cf. Núm. 16:22), del
otros buscan una posición comprometida.47 cual incluso Franz Delitzsch dice: “Es difí-
cil que haya un texto de prueba más clásico
En realidad, en la fuerza de sus argu- para el creacionismo”;49 y sobre todo de la
mentos, el traducianismo y el creacionismo naturaleza simple, indivisible, inmortal y
son casi iguales. El traducianismo apela a la espiritual del alma.
creación de Eva de cuya alma no hay men-
ción especial y quien por tanto es llamada Y así como tanto el traducianismo
“desde” o “a partir del hombre” (ex andreos; como el creacionismo promueven impor-
1 Cor. 11:8; Gén. 2:23); al lenguaje de la tantes argumentos para sus respectivas
Sagrada Escritura que dice que los descen- posiciones, así ambos son incapaces de
resolver las dificultades presentes en este
38. Cf. esp. John McTaggart y Ellis McTa- campo. El traducianismo tampoco explica
ggart, Algunos Dogmas de la Religión el origen del alma ni la transmisión heredi-
(Londres: E. Arnold, 1906), 112ss.
39. F. E. Daubanon, Het Voortbestaan, 55-
78. 42. P. Lombardo, Sent., II, 17, 18; T. Aquino,
40. J. Köstlin, La Teología de Lutero, II; 348. Summa Theol., qu. 90 y 118; idem,
41. J. Gerhard, Loci Theol., VIII, c. 8; J. Summa Contra Gentiles, II, 86-89; R.
Quenstedt, Theologia, I, 519; D. Hollaz, Bellarmine, De Amiss. gr. et Statu Pecc.,
Examen Theol. 414; F. A. Philippi, Kir- IV, 2; M. J. Scheeben, Dogmatik, II,
chliche Glaubenslehre (Gütersloh: Bertels- 172ss.; J. Kleutgen, Philosophie der Vor-
mann, 1902), III, 103; A. F. C. Vilmar, zeit, 2ª ed. (Munster: Theissing, 1860),
Handbuch der Evangel. Dogm. (Güters- II, 583ss.; J. B. Heinrich y C. Gutberlet,
loh: Bertelsmann, 1895), I, 348; Frank, Dogmatische Theologie, 2a ed. (Mainz:
System der Christliche Wahrheit, I, 400; F. Kirchheim, 1881-1900), VI, 265-315.
Delitzsch, Un Sistema de Psicología 43. H. Klee, Katholische Dogmatik, 2a ed.
Bíblica, 106ss.; H. Cremer, “Seele,” en (Mainz: Kirchheim, 1861), II, 313ss.
PRE2, XIV, 27; A. Von Oettingen, Luthe- 44. G. Sohn, Opera Sacrae Theologiae (Her-
rische Dogmatik, 2 vols. (München: C. H. born: C. Corvin, 1593), II, 563; Justino
Beck, 1897), II, 370, 390ss.; W. Schmidt, Mártir, Loci, 81; W. G. T. Shedd, Teología
Christliche Dogmatik, 4 vols. (Bonn: E. Dogmática (New York: Charles Scrib-
Weber, 1895-98), II, 260. ner’s Sons, 1888-89), II, 22, 75; III, 250.

178
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

taria del pecado. En cuanto a la primera vida psíquica. Ahora, cuando los dos se
dificultad hay dos posibilidades: la primera tocan y se penetran el uno al otro tanto
es terminar con la teoría de que el alma del física como psíquicamente (metafísica-
niño existía ya en los padres y en sus ances- mente) en el cuerpo de la madre, tienen la
tros – de allí que esto sea un tipo de creen- capacidad no solo de producir un feto mate-
cia en la preexistencia – o que el alma rial sino también de producir en ese feto
estaba potencialmente presente en la una nueva alma humana recientemente
simiente del hombre o de la mujer, o de neumática.51 Este escenario, claro está, es
ambos (i.e., llegar a una visión materia- [parcialmente] correcto.
lista). La segunda es que los padres mismos
la producían de alguna manera (i.e., para [Es cierto que] en lo que respecta al
una visión creacionista) con el agente óvulo y al esperma, en tanto que sean parte
humano en el lugar de Dios. En cuanto a la del cuerpo viviente, están “animados”
segunda dificultad el traducianismo no [bezieled, lit. “dotados de alma,” ed.]. Pero la
puede ayudar a resolverlo porque el pecado cuestión crucial aquí es cuál es la natura-
no es material, no es una sustancia, sino leza de esa vida “animada.” Uno apenas
una cualidad moral, culpa moral y corrup- puede imaginarse que en cada uno de los
ción moral.50 Para obviar estas dificultades dos componentes, él óvulo y el esperma,
Daubanton representa al nuevo cuerpo ori- haya un alma “espiritual inmortal,” como el
ginándose como resultado de un contacto mismo Daubanton describe la esencia del
material entre los productos generadores, y alma, pues entonces las almas serían pre-
a la nueva alma espiritual originándose existentes, cada ser humano poseería
similarmente como resultado de un con- incontables almas, y cada vez que el
tacto espiritual (metafísico) entre las poten- esperma y los óvulos se descompongan se
cias psíquicas inherentes a los productos perdería un alma. Daubanton, por consi-
generadores. Tanto el ovario como el guiente, no habla de almas sino de poten-
esperma se hallan “dotados de alma” antes cias psíquicas inherentes al esperma y al
de este contacto y ambos son portadores de óvulo. Pero es difícil entender lo que signi-
fica esta expresión – “potencias psíquicas”;
las capacidades y los poderes pueden ser
45. J. Calvino, Comentario a los Hebreos,
trad. por John Owen (Grand Rapids: potenciales en tanto que no comiencen a
Baker, 1979), 163-65, sobre Hebreos actuar, pero una potencia psíquica es una
12:9; J. Zanchi, Op. Theol., III, 609; A. noción imposible. Un alma, como Dauban-
Polanus, Syn. Theol., V., 31; G. Voetius, ton mismo la define, o existe o no existe. Se
Select. Disp., I, 798; B. De Moor, Comm.
Theol., II, 1064, III, 289; J. Marck, Histo- presume que la idea es que el esperma y el
ria Paradisi, II, 4 §§7-9 enz.
46. Agustín repetidas veces hizo alusión al
asunto del origen del alma (El Significado 47. G. W. Leibniz y J. C. Gottsched, Theodi-
Literal del Génesis, I, 10; Las Retractacio- cee (Leipzig: Foerster, 1744), I, 91; R.
nes, II, 45) pero siempre terminó con la Rothe, Theologische Ethik, 5 vols., 2a ed.
declaración de que él no sabía. También rev. (Konigsberg: A. W. Unser, 1862-63),
León el Grande, Isidoro, Chemnitz, I, 327ss.; H. Martensen, Dogmática Cris-
Buddeus, Musculus, Piscator, Maresius, tiana, trad. por William Urwick (Edin-
Van Oosterzee, Böhl, et al., se abstuvie- burgh: T. & T. Clark, 1871), 164-70; F. E.
ron de tomar una posición. Daubanton, Het Voortbestaan, 195ss.

179
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

óvulo, ambos vivos y “animados,” poseen la es que el esperma y el óvulo poseen la capa-
capacidad de producir un feto que en sí cidad, al unirse, de producir un feto que,
mismo también está vivo y “animado.” Pero aunque animado y vivo, todavía no posee
entonces se repite la misma pregunta, a un alma espiritual inmortal pero que está
saber, ¿cuál es la naturaleza de la vida que organizado de tal forma que después de un
el feto posee en sus etapas iniciales? Si uno período de desarrollo puede alcanzar la
contesta que esa vida ya está presente gra- posesión de un alma espiritual inmortal,
cias al alma individual espiritual e inmortal entonces lo que uno ha hecho ha sido cam-
que habita el feto, uno enfrenta la pregunta biar el núcleo de la dificultad. Pues enton-
¿de dónde vino tal alma? No estaba pre- ces uno enfrenta inmediatamente las
sente ni en el esperma ni en el óvulo, ni preguntas adicionales de cuándo y cómo el
puede producirla la unión de los dos. Si uno feto se vuelve un ser humano, cuándo y
contesta que Dios le dio al esperma y al cómo la vida psíquica se convierte en vida
óvulo la capacidad, al unirse, de producir neumática. Y luego uno puede contestar
un alma que ninguno de los dos tenía antes solamente en una de dos maneras. La pri-
de la unión pero que aún es espiritual e mera es que esto ocurre gradualmente de
inmortal, entonces en realidad estamos tra- conformidad con las leyes de la evolución.
tando con otra forma de creacionismo. Pues En ese caso, sin embargo, la diferencia esen-
entonces tanto el esperma como el óvulo cial entre la vida psíquica y la neumática,
poseen el poder creativo real para impartirle entre el alma vital y el alma espiritual
existencia a un alma espiritual inmortal inmortal, entre el animal y el hombre, se
desde el interior de una vida que, aunque desvanece. La alternativa es que el feto
“animada,” carece de tal alma. Y si la res- mismo tiene la capacidad en un momento
puesta de uno a la pregunta antes planteada dado de remontar la vida psíquica hacia un
alma espiritual. Lo que tenemos entonces
es otra forma de creacionismo, con la modi-
48. Todos estos argumentos son presenta-
dos extensamente por Daubanton, 125ss. ficación de que ahora no es Dios sino un
Su principal objeción a creacionismo es humano (o mejor, un feto aún) quien se
que se encuentra estrechamente relacio- convierte en el creador. Cuando el traducia-
nada con la doctrina del pacto de obras, nismo sigue su propia lógica, o cae en el
que para él es una invención jurídica
ingeniosa (132, 141). Descarta muy fácil- materialismo o introduce nuevamente de
mente el creacionismo cuando escribe contrabando al creacionismo en su propia
que “el teólogo de nuestro tiempo que no tienda con otra etiqueta.
practica su disciplina en aislamiento de
sus disciplinas hermanas como si estu-
viera en un claustro... ha acabado con su Se debe añadir otra objeción. En el
teoría. Le deja un lugar de honor en los momento en que un alma espiritual inmor-
archivos de la historia del dogma” (150). tal habita en un organismo, allí existe un
Cf. Bierens de Haan, in loco, 187. ser humano, un individuo, una personali-
49. F. Delitzsch, Un Sistema de Psicología
Bíblica, 137-38. dad, aunque sea solo germinalmente.
50. Las objeciones al traducianismo y las Ahora, alguien dirá que ni el esperma como
bases para el creacionismo son desarro-
lladas extensamente por A. G. Honig,
Creationisme of Traducianisme? (Kam- 51. F. E. Daubanton, Het Voortbestaan, 194,
pen: J. H. Bos, 1906). 205 – 7, 211, 240.

180
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

tal, ni el óvulo como tal, ni el feto que se Aún en criaturas inanimadas el pro-
originó de la unión de los dos en los prime- ceso de combinar, unir o mezclar elementos
ros días de su vida, es un ser humano que produce ya algo nuevo y, por así decirlo,
tiene una existencia que le es propia y que eleva la creación a un nivel superior. Esto
va a existir siempre. Así que tiene que es incluso más poderosamente cierto en el
haber un momento en el que el feto se caso de seres animados y racionales. Nin-
vuelve un ser humano que tendrá su propia guna persona, y particularmente ninguna
existencia independiente y continua. persona como, digamos Goethe, puede ser
Cuándo pasa esto y cómo pasa esto es un explicada puramente por la genética a par-
misterio. La ciencia no tiene idea de cuándo tir de sus padres o ancestros. “Ni la estatura
o cómo ocurre esto, y la teología con su con- física del padre de Goethe, ni la disposición
jetura de los días cuarenta y sesenta está hacia la alegría de su madre, nos dan indica-
únicamente suponiendo. El creacionismo ción alguna para entender cómo es que se
no puede explicar este misterio mejor que produjo esta extraordinaria personalidad. Y
el traducianismo. Pero tiene la ventaja, así como el genio hace su aparición súbita-
sobre la última teoría, es que está preparada mente, así también pronto desaparecen sus
respetuosamente para dejar en paz este huellas.”53 De acuerdo, por años se ha
misterio y no someterlo a una explicación hecho un estudio intenso de las leyes de la
espuria. Esto último es el peligro al que el herencia, pero hasta ahora el resultado solo
traducianismo se expone. Pues – como se consiste en el conocimiento de que la
dijo antes – si no vuelve a caer en el crea- herencia es una cuestión compleja. Las teo-
cionismo bajo otro nombre, puede no obs- rías e hipótesis que se han planteado en
tante equipar al esperma y al óvulo años recientes han arrojado poca o ninguna
juntamente, o solo al feto, con un poder luz sobre la amplitud y manera de la trans-
creativo, y de esa manera cae en una teoría misión hereditaria.54 Nadie que tome en
evolucionista que implica que la vida ani- consideración la calidad única del alma
mal puede, gradualmente y por sí misma, humana y sus dones frecuentemente únicos
desarrollarse en vida humana. Pero aquí la y excepcionales será capaz, por tanto, de
teoría evolucionista, como en muchos otros evitar reconocer – además y en relación con
casos, es totalmente incapaz de explicar los la verdad del traducianismo – un impor-
fenómenos. Esto ya se aplica en un sentido tante componente creacionista en la forma-
químico. Una unión de átomos o sustancias ción del alma. Esta actividad creativa de
diferentes exhibe propiedades que son muy Dios que, aunque no la conocemos, induda-
diferentes de aquellos que son únicas a las blemente hace sentir su poder en otras
de cada uno de los componentes. Por esa varias áreas de la naturaleza y también de la
razón – para citar un ejemplo – Sir Oliver historia, verdaderamente concuerda, tan
Lodge declara: “no hay una justificación
necesaria para asumir que un fenómeno
52. O. J. Lodge, Vida y Materia, 4ª ed. (Lon-
exhibido por un agregado de partículas dres: Williams & Norgate, 1907), 49-50 y
debe ser poseída por los ingredientes de los cf. además cap. 5 y 10.
que está compuesto; al contrario, pueden 53. * Lexis, “Das Wesen der Kultur,” Die
aparecer propiedades totalmente nuevas Kultur der Gegenwart, I/1, 16.
54. W. H. Nieuwhuis, Twee Vragen des Tijds
simplemente por agregación.”52 (Kampen: Kok, 1907), 76ss.

181
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

íntimamente como es posible, con lo que se Aunque tanto el creacionismo como el


considera un hecho dado en la tradición: al traducianismo enfrentan dificultades inso-
crear, dijo ya Lombardo, Dios las influenció lubles, es sorprendente que los teólogos
y por influenciar las crea.55 Él primero no Ortodoxos Orientales, los Católicos Roma-
crea un alma aparte del cuerpo con el pro- nos y los Reformados casi unánimemente
pósito de introducirla luego en el cuerpo abrazaran la primera perspectiva, mientras
desde afuera sino que – en el tiempo apro- que la segunda encontró aceptación solo
piado56 y de una manera incomprensible entre los Luteranos. Esto no puede ser un
para nosotros57 - él eleva la vida psíquica accidente; debe haber una razón para ello.
existente al nivel de una vida humana espi- Esa razón se encuentra en una visión dife-
ritual superior.58 De conformidad con esto, rente de la naturaleza y el destino del hom-
por consiguiente, la transmisión hereditaria bre. Pues, en primer lugar, la teología
del pecado no puede ser explicada diciendo Luterana ubica la imagen de Dios única-
que el alma, aunque creada pura primero mente en una cantidad de cualidades mora-
por Dios, es contaminada por el cuerpo,59 les, en la justicia original. Como siempre,
pues en ese caso el pecado se materializaría. aquí también limita su enfoque a la vida
Más bien ha de entenderse en esta idea que ético-religiosa de la humanidad y no siente
el alma, aunque traída a la existencia como necesidad de relacionar esta vida con la
una entidad racional espiritual por un acto totalidad de la existencia cósmica y de verla
creativo de Dios, fue no obstante prefor- como un vínculo dentro de todo el consejo
mada en la vida psíquica del feto, esto es, en de Dios. Como resultado la naturaleza
la vida de los padres y los ancestros, reci- humana llega a un estado que le es propio
biendo de este modo su ser, no de arriba o no con respecto a los ángeles ni con res-
del exterior sino bajo las condiciones, y en pecto a los animales. Pues si los seres
medio, del nexo del pecado que oprime a la humanos poseen esta imagen de Dios
raza humana.60 somos virtualmente iguales a los ángeles.
La diferencia entre nosotros y ellos, en
55. P. Lombardo, Sent., II, dist. 17. comparación con lo que tenemos en común,
56. Cf. A. Polanus, Syn. Theol., V, 31; es insignificante. Los ángeles también por-
Bucanus, Inst. Theol., VIII, 26. tan la imagen de Dios. Y si los humanos
57. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 118, art.
2; idem, Summa Contra Gentiles, 59, 68. carecen de esta imagen caen al nivel de los
58. También Rabus escribe que el “princi- animales y se convierten en “bloques y pie-
pio de vida psíquica del organismo senso- dras.”61 Aquello que todavía nos distingue
rial – originalmente transmitido por de los animales tiene tan poco valor
generación” – solo puede ser elevado a la
vida humana superior e independiente
“por la suposición de un acto divino de 61. Nota del Editor: La frase de Bavinck aquí
creación,” en un artículo titulado: “Vom es tomada de los Cánones de Dordt, III/IV,
Wirken und Wohnen des göttlichen Geis- 16, que insiste en que “la regeneración
tes in der Menschenseele,” Neue Kirchli- no actúa en las personas como si fuesen
che Zeitschrift (Noviembre 1904): 828. bloques o piedras; ni deroga la voluntad y
59. P. Lombardo, Sent., II, dist. 31. sus propiedades ni coacciona una volun-
60. G. Voetius, Select. Disp., I, 1097; F. tad renuente por la fuerza, sino que espi-
Turretin, Institutes of Elenctic Theology, ritualmente revive, sana, reforma y – de
IX, 12; B. De Moor, Comm. Theol., III, una manera que es a la vez agradable y
289. poderosa – corrige.”

182
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

teológico y religioso que es casi el estado de integridad y en el de


insignificante. La distinción crucial, corrupción, en el estado de gracia y el de
después de todo, consistía en poseer la gloria – los seres humanos siempre son y
imagen de Dios, una imagen que la siempre siguen siendo esencialmente
humanidad perdió totalmente. De allí que distintos de los ángeles y de los animales.
las fronteras entre los seres humanos y los
ángeles y entre los seres humanos y los Si los seres humanos tienen la imagen
animales ya no sean trazadas aquí con de Dios entonces no se vuelven ángeles, y si
nitidez. La justicia original lo es todo; todo la pierden no se vuelven animales. Por
lo demás en la humanidad es subordinado y siempre y para siempre permanecen huma-
virtualmente no tiene ningún valor nos y en ese sentido son por siempre y para
teológico. Pero por esa razón es también un siempre la imagen de Dios. Esta es la reali-
asunto de indiferencia para la teología dad que es suficientemente preservada sola-
Luterana el cómo se originó la raza humana. mente en el creacionismo. Debido a que los
Más bien, es más correcto decir que lo que seres humanos existen como seres total-
los seres humanos tienen en común con los mente únicos, también se originan de una
ángeles, a saber, la imagen de Dios, la manera totalmente especial. Aunque rela-
“justicia original,” puede y debe llegar a la cionados con los ángeles y los animales son
existencia únicamente por un acto de no obstante esencialmente diferentes de
creación. Eso, en un sentido absoluto, es un ellos. Difiriendo de ellos en su naturaleza,
don. Pero todo lo demás que un ser humano por consiguiente difieren también en su ori-
posee es traspasado de una generación a la gen. La creación de Adán fue diferente de la
siguiente de la misma manera que en el de los animales y también fue diferente de
mundo animal. Pero los teólogos Católicos la de los ángeles. Solo el creacionismo sos-
Romanos y los Reformados, aún si algunas tiene suficientemente la singularidad espe-
veces todavía denominaban a los ángeles cífica de la humanidad puesto que hace a
como “imagen de Dios,” buscaron desde el un lado tanto al panteísmo como al materia-
principio la imagen de Dios en la lismo y respeta las fronteras que existen
naturaleza total y enteramente única de los entre la humanidad y los animales.
seres humanos. Ciertamente que consistía
de las virtudes del conocimiento, la justicia En segundo lugar, una consecuencia de
y la santidad pero estas cualidades, incluso la visión Luterana de la imagen de Dios es
en los seres humanos, conllevan sin que la unidad moral de la raza humana
embargo un carácter diferente del de los tiene que ocupar una posición inferior a la
ángeles, y esta no solamente consistía de descendencia física. Como resultado de la
aquellas virtudes sino que se extendía a caída los seres humanos perdieron toda
toda nuestra humanidad. De allí que unidad espiritual y moral cuando perdieron
también consistía del hecho que el espíritu la imagen entera de Dios. La religión natu-
humano (pneuma) estaba desde el principio ral y la moralidad natural, y similares, son
adaptado a la unión con un cuerpo humano casi de ninguna importancia. Solo la des-
(sôma) y que el cuerpo (sôma) estaba desde cendencia física los mantiene juntos y es al
el principio diseñado para el espíritu mismo tiempo la causa de su depravación
(pneuma). Antes y después de la caída, en moral. El pecado, que le ha robado a la

183
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

humanidad toda religión y moralidad y la como una explicación del pecado de Adán y
imagen entera de Dios, por esa misma como explicación de la justicia por la fe en
razón no puede ser traspasado a todos los Cristo. Se necesita otro tipo de unidad entre
seres humanos por medios éticos sino solo los seres humanos, uno que les provoque
por descendencia física. De acuerdo, no es actuar unidamente como un cuerpo moral,
una sustancia (aunque Lutero y otros, espe- conectados orgánicamente lo mismo que
cialmente Flacius, usaban un lenguaje muy éticamente unidos. Y eso es una unidad
fuerte en relación con esto). Es aún princi- federal. Ahora, se ha de construir una
palmente una mancha, una forma de des- unidad ética sobre la base de una unidad
composición, que afecta la totalidad de un física. Adán como nuestro ancestro no es
ser humano y sobre todo mata las faculta- suficiente: él debe ser también la cabeza
des humanas religiosas y éticas. En res- pactal de la raza humana, así como Cristo,
puesta y por contraste, la teología Católica aunque él no es nuestro ancestro común en
Romana y Reformada, cada una a su propia un sentido físico, es todavía capaz, como
manera, postularon que la unidad de la cabeza pactal, de otorgar justicia y
humanidad no era solo de una naturaleza bendición sobre su iglesia. Ahora, esta
física sino también de una naturaleza ética. unidad moral de la raza humana solo puede
La descendencia física, ciertamente, no es ser sostenida sobre la base del
suficiente; si lo fuera, también las especies creacionismo, pues tiene un carácter que le
animales constituirían una unidad. La afi- es propio, es distinto del de los animales lo
nidad en virtudes morales, por sí misma, es mismo que de los ángeles, y por lo tanto
también insuficiente; si fuese suficiente los también llega a existir a su propia manera,
ángeles entre ellos mismos y los ángeles tanto por descendencia física como por un
colectivamente con la humanidad también acto creativo de Dios, los dos ellos en
constituirían una unidad. Las especies ani- conjunción el uno con el otro.
males, aunque son físicamente de una san-
gre, no conforman un cuerpo moral (corpus Finalmente, en tercer lugar, en virtud
morale); y los ángeles, aunque forman una de su visión de la imagen de Dios, la teolo-
unidad, no están relacionados por sangre. gía Luterana no se complica mucho con res-
La singularidad humana, por lo tanto, pecto al destino humano. Adán tenía todo
requiere que la unidad de la humanidad sea lo que necesitaba; solamente tenía que per-
tanto física como ética. Y debido a que el manecer como estaba. La distinción entre la
pecado original no es físico por naturaleza "capacidad de no pecar" (posse non peccare)
sino solamente ético, solo puede estar arrai- y el "no ser capaz de pecar" (non posse pec-
gado en la unidad ética y federal de la raza care) tiene poco peso. La perseverancia no
humana. La descendencia física no es sufi- es un bien superior otorgado en Cristo a los
ciente para explicarlo y corre el peligro de suyos. Así pues, Adán no tenía que adquirir
materializarlo. El así llamado realismo, ninguna otra cosa superior para sus descen-
digamos de Shedd,62 es inadecuado tanto dientes. El traducianismo es suficiente para
ese propósito; no hay lugar para un pacto de
62. Nota del Editor: Vea W. T. Shedd, Teolo- obras o para el creacionismo.
gía Dogmática, 3 vols., 3ª ed. (New York:
Scribner, 1891-94), II, cap. 1, “Antropo-
logía.” Una vez más, la teología Católica

184
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Romana y la teología Reformada pensaban como el último Adán, nos confiere. Tanto el
diferente, argumentando – como lo hicieron pecado como la justicia presuponen una
– desde otra perspectiva. El destino el hom- relación federal entre la humanidad como
bre consiste de la bienaventuranza celestial, un todo con sus cabezas.
la vida eterna, la contemplación de Dios.
Pero únicamente puede alcanzar este des- Así, el creacionismo sostiene que cada
tino por el camino de la obediencia. No hay persona humana es un miembro orgánico
proporción entre esta obediencia y el des- de la humanidad como un todo, y al mismo
tino esperado. ¿Cómo entonces puede esa tiempo que, en ese todo, él o ella ocupan un
bienaventuranza celestial ser todavía otor- lugar independiente que les es propio. Con-
gada al ser humano como una recompensa serva la unidad de la raza humana en su
por sus obras? Roma dice: porque en la ima- integridad y al mismo tiempo la significa-
gen de Dios a él o a ella se le otorga una gra- ción independiente de cada individuo. Los
cia sobrenatural que le capacita para seres humanos no son especimenes, no son
merecer la vida eterna ex condigno. El teó- números de una clase, ni son individuos
logo Reformado dice: porque Dios ha esta- separados como los ángeles. Son partes de
blecido un pacto con la humanidad y desea un todo y también son individuos: piedras
dar vida eterna, no en proporción al valor vivas del templo de Dios. El creacionismo
de las obras, sino según con su propia dis- preserva la unidad orgánica – tanto física
pensación misericordiosa. Ambas partes, como moral – de la humanidad y al mismo
sin embargo, concuerdan en que el destino tiempo respeta el misterio de la personali-
del hombre se encuentra en la bienaventu- dad individual. Cada ser humano, mientras
ranza celestial y que esta bendición única- miembro del cuerpo de la humanidad como
mente puede ser alcanzada por la un todo, es al mismo tiempo una idea única
obediencia moral, y que a favor de toda la de Dios, ¡con un significado y un destino
raza humana Dios puso la decisión de este eternos! Cada ser humano es, él mismo o
asunto en las manos de Adán. Y por esa ella misma, una imagen de Dios, ¡sin
razón estas dos partes también arribaron al embargo esa imagen se halla solo total-
creacionismo. Para este fin se necesitaba mente desarrollada en la humanidad como
(1) que todos los seres humanos estuviesen un todo! Aunque en virtud de esa unidad la
incluidos bajo la cabeza pactal de Adán, y humanidad como un todo cayó en Adán, su
(2) que al mismo tiempo ellos mismos progenitor y su cabeza, esa caída no obs-
siguiesen siendo personas, individuos, tante no es una suerte, un proceso natural,
teniendo su propia independencia y respon- sino, por el contrario, se basa en una dis-
sabilidad. La descendencia física sola pensación libre y soberana de Dios. Y esta
hubiese resultado en una situación donde el dispensación, no obstante libre y soberana,
pecado que recibimos de Adán hubiese sido se halla sin embargo lejos de ser arbitraria y
una suerte determinista, un proceso de la más bien presupone la conexión física de la
naturaleza, una enfermedad que no tenía humanidad, produce y mantiene su unidad
nada que ver con nuestra voluntad y por ética, y es capaz de revelar y manifestar en
tanto no implicaba ninguna culpa por parte todo su esplendor no solamente la severi-
nuestra. Eso no es lo que es el pecado. Ni es dad de Dios sino también las riquezas de su
de esa naturaleza la justicia que Cristo, gracia. Pues cuando Adán cae Cristo está

185
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

listo para tomar su lugar. El pacto de gracia


puede reemplazar al pacto e obras porque
ambos están basados en las mismas orde-
nanzas. Si no hubiésemos sido condenados
en Adán, tampoco podríamos haber sido
absueltos en Cristo. Por tanto, aunque el
primer ser humano hubiese escogido, la
creación no podía fallar su destino. En
Génesis la cosmogonía inmediatamente
pasa a ser geogonía y la geogonía en antro-
pogonía. El mundo, la tierra y la humani-
dad son un todo orgánico. Se establecen,
caen y son levantados juntos. Los rastros de
Dios (vestigia Dei) en la creación y la ima-
gen de Dios en la humanidad pueden ser
destrozados y mutilados por el pecado del
primer Adán; pero son esplendorosamente
restauradas a su destino por el último Adán
y su gracia re-creadora. El estado de integri-
dad – sea a través de la caída o aparte de la
caída – es una preparación para el estado de
gloria en el cual Dios impartirá su gloria a
todas sus criaturas para ser “todo en
todos.”63

63. Nota del Editor: La referencia a 1 Cor.


15:28 no es provista por Bavinck.

186
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

La Providencia
7

La obra preservadora de Dios necesita ser la dogmática, es preferible limitar la discu-


diferenciada de la obra de creación aunque sión a la relación de Dios con su creación y sus
son inseparables. La preservación es una obra criaturas. La providencia incluye el cuidado
divina grande y grandiosa, no menos que de Dios a través de la causalidad secundaria
crear nuevas cosas de la nada. La creación del orden de ley creado tal y como Él lo sus-
produce la existencia; la preservación es per- tenta. Así pues un milagro no es una viola-
sistencia en la existencia. La providencia es ción de la ley natural puesto que Dios no está
conocida por toda la gente de alguna forma, menos involucrado en mantener el orden ordi-
aunque no como el cuidado misericordioso y nario del mundo natural creado. Es el elevado
cariñoso de un Padre Celestial. La providen- respeto que el Cristianismo tiene por el orden
cia no es meramente presciencia sino que natural de la creación lo que alentó a la cien-
involucra la voluntad activa de Dios gober- cia y lo que la hizo posible. La postura Cris-
nando todas las cosas e incluye la preserva- tiana hacia el orden de la creación nunca es
ción, la concurrencia y el gobierno. La noción un fatalismo; la astrología es superstición ver-
de concurrencia fue desarrollada para preve- gonzosa. La providencia de Dios no anula las
nir el panteísmo por un lado y el Deísmo por causas secundarias o la responsabilidad
el otro. En el primero la providencia coincide humana. El gobierno señala hacia la meta
con el curso de la naturaleza como ciega nece- final de la providencia: la perfección del
sidad; en el último la providencia es reempla- gobierno majestuoso del Rey. Aunque es
zada por la pura casualidad y Dios es correcto en ocasiones hablar de “permiso”
removido del mundo. De esta manera se hizo divino, esto no debe interpretarse de tal
un intento por exaltar la autonomía humana; manera que niegue la soberanía activa de
para que la humanidad tenga libertad Dios Dios sobre el pecado y el juicio. Aunque que-
debe estar ausente o quedar sin poder. La sobe- dan enigmas para el entendimiento humano
ranía de Dios es vista como una amenaza de la providencia esta doctrina le ofrece al cre-
para la humanidad. Aunque la doctrina de la yente consolación y esperanza. Dios es el
providencia de Dios cubre de manera lógica el Padre Todopoderoso: Él es capaz, y está
alcance total de todos los decretos de Dios, deseoso, de hacer que todas las cosas obren
extendiéndose a todos los tópicos cubiertos en para nuestro bien.

187
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Cuando Dios completó la obra que Rom. 11:36; Col. 1:15; Heb. 1:3; Apoc.
había hecho al séptimo día, Él descansó al 4:11). Aunque distinto de su ser no tiene
séptimo día de toda su obra (Gén. 2:2; Éxo. una existencia independiente; la indepen-
20:11; 31:17). De esta manera la Escritura dencia equivale a la no-existencia. Todo el
describe la transición de la obra de creación mundo con todo lo que es y ocurre en él
a la de preservación. Como la Escritura está sujeto al gobierno divino. El verano y
también aclara (Isa. 40:28), este descanso el invierno, el día y la noche, los años fruc-
no fue ocasionado por la fatiga, ni consistía tíferos y los no fructíferos, la luz y las tinie-
en que Dios estaba por allí haciendo nada. blas – todo es su obra y todo es formado por
El crear, para Dios, no es trabajo, y el pre- Él (Gén. 8:22; 9:14; Lev. 26:3s.; Deut.
servar no es descanso. El “descanso” de 11:12s.; Job 38; Salmo 8, 29, 65, 104, 107,
Dios únicamente indica que Él cesó de pro- 147; Jer. 3:3; 5:24; Mat. 5:45, etc.). La Escri-
ducir nuevas clases de cosas (Ecle. 1:9,10); tura no conoce de criaturas independientes;
que la obra de la creación, en el sentido eso sería una incongruencia. Dios cuida de
limitado y verdadero de producir cosas de la todas sus criaturas: por los animales (Gén.
nada (productio rerum ex nihilo), había ter- 1:30; 6:19; 7:2; 9:10; Job 38:41; Sal. 36:7;
minado; y que Él se deleitaba en su obra 104:27; 147:9; Joel 1:20; Mat. 6:26, etc.), y
completada con satisfacción divina (Gén. particularmente por los humanos. Él las ve
1:31; Éxo. 31:17; Sal. 104:31).1 La creación a todas (Job 34:21; Sal. 33:13, 14; Prov.
ahora pasa a ser preservación. 15:3); forma el corazón de todas ellas y
observa todos sus hechos (Sal. 33:15; Prov.
Las dos son tan fundamentalmente dis- 5:21); todas ellas son la obra de sus manos
tintas que pueden ser comparadas como (Job 34:19), el rico lo mismo que el pobre
labor y descanso. Al mismo tiempo están (Prov. 22:2). Él determina los límites de su
tan íntimamente relacionadas y unidas la habitación (Deut. 32:8; Hch. 17:26), inclina
una con la otra que la preservación misma los corazones de todos (Prov. 21:1), dirige
puede ser llamada “creación” (Sal. 104:30; los pasos de todos (Prov. 5:21; 16:9; 19:21;
148:5; Isa. 45:7; Amós 4:13). La preserva- Jer. 10:23, etc.), y trata, según su voluntad,
ción misma, después de todo, es también a las huestes de los cielos y a los habitantes
una obra divina, no menos grande y glo- de la tierra (Dan. 4:35). Ellos son en su
riosa que la creación. Dios no es un Dios mano como barro en las manos de un alfa-
ocioso (deus otiosus). Él siempre trabaja rero, y como una sierra en la mano de quien
(Juan 5:17) y el mundo no tiene existencia la usa (Isa. 29:16; 45:9; Jer. 18:5; Rom. 9:20,
por sí mismo. Desde el momento que llegó a 21).
ser ha existido solo en y a través y para
Dios (Neh. 9:6; Sal. 104:30; Hch. 17:28; El gobierno providencial de Dios se
extiende muy particularmente sobre su
1. Agustín, La Ciudad de Dios, XI, 8, XII, pueblo. Toda la historia de los patriarcas, de
17; idem, El Significado Literal del Géne-
sis, IV, 8ss.; P. Lombardo, Sent., II, dist. Israel, de la iglesia, y de cada creyente, es
15; T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 73; J. prueba de esto. Lo que otras personas expli-
Calvino, Comentario del Génesis, trad. por can como malo en su contra, Dios lo volvió
J. King (Grand Rapids: Baker, 1979), para su bien (Gén. 50:20); ninguna arma
103-5 (sobre Gén. 2:2); J. Zanchi, Op.
Theol., III, 537. forjada contra ellos prosperará (Isa. 54:17);

188
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

hasta los cabellos de su cabeza están todos él no se preocupa en absoluto por nosotros?
contados (Mat. 10:30); todas las cosas Por esa razón todas las religiones concuer-
obran para su bien (Rom. 8:28). Así todas dan con la declaración de Sófocles:3 “Toda-
las cosas creadas existen en el poder y bajo vía grande por encima de todo está Zeus,
el gobierno de Dios; ni la casualidad ni la quien supervisa todas las cosas con sobe-
suerte son conocidas para la Escritura rano poder.” También la filosofía ha reco-
(Éxo. 21:13; Prov. 16:33). Es Dios quien nocido y defendido frecuentemente esta
hace que todas las cosas operen según el providencia de Dios.4 Sin embargo, la doc-
consejo de su voluntad (Efe. 1:11) y hace trina de la providencia, en lo que toca a su
que todas las cosas estén al servicio de la expresión en la religión y en la filosofía
revelación de sus atributos, para el honor pagana, no era idéntica con esa doctrina en
de su nombre (Prov. 16:4; Rom. 11:36). La el Cristianismo. Entre los paganos la creen-
Escritura resume todo esto de manera her- cia en la providencia era más teoría que
mosa al hablar repetidamente de Dios como práctica, más un asunto de opinión filosó-
un rey que gobierna todas las cosas (Sal. fica que de dogma religioso. Probó ser
10:16; 24:7, 8; 29:10; 44:5; 47:7; 74:12; inadecuada en tiempo de aflicción y muerte
115:3; Isa. 33:22, etc.). Dios es Rey: el Rey y siempre oscilaba entre la casualidad y la
de reyes y Señor de señores; un Rey que en suerte. Puesto que en Platón, por ejemplo,
Cristo es un Padre para sus súbditos y un Dios no era el creador sino únicamente el
Padre que es al mismo tiempo un Rey sobre que dio forma al mundo, su poder encon-
sus hijos. Entre las criaturas, en el mundo traba su límite en la materia finita.5 Aun-
de los animales, los humanos y los ángeles, que Aristóteles repetidamente menciona su
todo lo que se encuentra en forma de cui- creencia en la divina providencia, no obs-
dado, amor, y protección de los unos por los tante, para él ella coincide totalmente con
otros es una sombra leve del orden provi-
dencial de Dios sobre todas las obras de sus
2. M. T. Cicerón, Sobre la Naturaleza de los
manos. Su poder absoluto y su perfecto Dioses, I, 2.
amor, por consiguiente, son el verdadero 3. Sófocles, Electra, 173 [trad. por D.
objeto de la fe en la providencia reflejada en Grene (Chicago: University of Chicago
la Sagrada Escritura. Press, 1957)].
4. E.g., Sócrates en Xenophon, Memorabi-
lia and Oeconomicus, I, 4; IV, 3; Platón,
Sumado a este testimonio de la Escri- Leg., X, 901; idem. Rep., X, 613 A.; Aris-
tura está el testimonio de todos los pueblos. tóteles, Eth. Nic., X, 9; De Stoa en M. T.
La doctrina de la divina providencia es un Cicerón, Sobre la Naturaleza de los Dioses,
II; L. A. Séneca, De Providentia; idem, De
“artículo mezclado,” conocido en parte por Beneficiis; M. T. Cicerón, Sobre la Natu-
todos los humanos a partir de la revelación raleza de los Dioses, I, 2; III, 26; Plutarco,
de Dios en la naturaleza. Es un artículo de De Fato.; Plotino, peri eiwmaruenhs
fe en todas las religiones – incluso en la más (Enneads, III, 1), y peri pronoias
(Enneads, III, 2, 3); Filón, peri pronoias,
corrupta. Alguien que la niegue desautoriza cf. E. Schürer, La Historia del Pueblo
la religión. Sin ella, ya no queda lugar Judío en la Era de Jesucristo (175 a.C. –
alguno para la oración y el sacrificio, la fe y 135 d.C.), vol. 3., rev. y ed. por Geza Ver-
la esperanza, la confianza y el amor. ¿Por mes, Fergus Miller, y Matthew Black
(Edinburg: T. & T. Clark, 1979 [1885]),
qué servir a Dios – pregunta Cicerón2 – si 531ss.

189
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

las obras de las causas naturales; la deidad 44:5ss.; 127:1, 2; 146:2ss. etc.). En la Escri-
como “pensamiento que en sí mismo tura la creencia en la providencia de Dios
piensa” (noesis noeseôs) existe en auto-con- no se basa de manera absoluta únicamente
templación solitaria fuera del mundo, en la revelación de Dios en la naturaleza,
carente tanto de voluntad como de acción; sino mucho más en su pacto y en sus pro-
una criatura no debe esperar ni ayuda ni mesas. Descansa no solamente en la justicia
amor de su parte.6 En la enseñanza de los de Dios sino, sobre todo, en su compasión y
Estoicos la presciencia (pronoia) era idén- en su gracia y presupone el conocimiento
tica con el destino (eimarmenem) y la natu- del pecado (mucho más profundamente que
raleza (phycis) y, según Epicuro, la en el caso del paganismo) pero también la
providencia era inconsistente con la bendi- experiencia del amor perdonador de Dios.
ción de los dioses.7 Mientras algunos, como No es una especulación cosmológica sino
Plutarco y Plotino, hacían su mejor una gloriosa confesión de fe. Por consi-
esfuerzo para alejarse tanto de la casualidad guiente, Ritschl estaba en lo correcto al
como de la suerte, de hecho la suerte relacionar una vez más la fe en la providen-
tomaba siempre una posición por detrás y cia con la fe en la redención. En el caso del
por encima de la deidad, mientras que la Cristiano la creencia en la providencia de
casualidad hacía su aparición en las criatu- Dios no es un principio de teología natural
ras inferiores y en los eventos menores a la cual se le añade posteriormente, y de
desde abajo. “Las cosas grandes que los dio- manera mecánica, la fe salvadora. En lugar
ses cuidan; son las cosas pequeñas que de eso, es la fe salvadora que por primera
ignoran” (magna Dii curant, parva negli- vez nos provoca a creer de todo corazón en
gunt).8 la providencia de Dios en el mundo, a ver
su significado, y a experimentar su poder
Sin embargo, la creencia Cristiana en consolador. Por lo tanto, la creencia en la
la providencia de Dios no es de ese tipo. Por providencia de Dios es un artículo de la fe
el contrario, es una fuente de consuelo y Cristiana. Para el ser humano “natural,” se
esperanza, de confianza y de valor, de pueden levantar tantas objeciones contra el
humildad y resignación (Sal. 23; 33:10ss.; gobierno cósmico de Dios que se puede
adherir únicamente a él con dificultad. Pero
5. E. Zeller, Bosquejos de la Historia de la el Cristiano ha sido testigo de la providen-
Filosofía Griega, 13ª ed., trad. por L. R. cia especial de Dios en acción en la cruz de
Palmer (New York: Humanities, 1969), Cristo y la ha experimentado en la gracia
139, 147-48. perdonadora y regeneradora de Dios que ha
6. Ibid., 180, 198.
7. Ibid., 217, 237. venido a su propio corazón. Y desde el ven-
8. M. T. Cicerón, Sobre la Naturaleza de los tajoso punto de esta experiencia nueva y
Dioses, II, 167; cf. T. Pfanner, Sist.. Theol. cierta en la propia vida de uno, el creyente
Gentilis Purioris (Basel: Joh. Hermann Cristiano ahora analiza la totalidad de la
Widerhold, 1679), c. 8; F. Creutzer, Philo-
sophorum Veterum Loci de Providentia existencia y todo el mundo y descubre en
Divina ac de Fato (Heidelberg, 1806); R. todas las cosas, no la casualidad o la suerte,
Schneider, Christliche Klänge aus den sino la mano paternal rectora de Dios. Aún
Griechischen und Römischen Klassikern así, aunque todo esto ha sido desplegado
(1865), 231ss. [Leipzig: Siegismund &
Volkening, 1877]. por Ritschl con completa fidelidad, la fe sal-

190
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

vadora no puede ser igualada con, o altera el hecho que la Escritura, hablando
disuelta en, la fe en la providencia. La reve- de la providencia de Dios, usa muy diferen-
lación especial es distinta de la revelación tes palabras. No comprime la actividad de
general y una fe salvadora en la persona de Dios, expresada por esta palabra, en un
Cristo es diferente de una creencia general concepto abstracto y no discute sus implica-
en el gobierno de Dios en el mundo. Es ciones teológicas. Pero describe la actividad
sobre todo por la fe en Cristo que los cre- misma de la manera más espléndida y vital
yentes son capacitados – a pesar de todos y nos la exhibe en la historia. La Escritura
los enigmas que les desconciertan – para en su totalidad es, en sí misma, el libro de la
aferrarse a la convicción de que el Dios que providencia de Dios. Así, al describir esta
gobierna el mundo es el mismo Padre com- providencia, se refiere a ella como creación
pasivo y amoroso quien les perdonó todos (Sal. 104:30; 148:5), dar vida (Job 33:4;
sus pecados en Cristo, les aceptó como hijos Neh. 9:6), renovar (Sal. 104:30), ver, obser-
suyos, y les heredará bendiciones eternas. var, permitir (Job 28:24; Sal. 33:15); salvar,
En ese caso la fe en la providencia de Dios proteger, preservar (Núm. 6:24; Sal. 36:7;
no es una ilusión, sino segura y cierta; des- 121:7); dirigir, enseñar, regir (Sal. 25:5, 9;
cansa sobre la revelación de Dios en Cristo 9:31, etc.), obrar (Juan 5:17), sostener
y conlleva la convicción de que la natura- (Heb. 1:3), cuidar (1 Ped. 5:7). La palabra
leza se halla subordinada y al servicio de la “providencia” se deriva de la filosofía.
gracia, y el mundo al reino de Dios. Así, a Según Laertius, Platón fue la primera per-
través de todas sus lágrimas y sufrimientos, sona en usar la palabra pronoia en este sen-
mira con gozo hacia adelante, hacia el tido.10 Los Apócrifos ya usan la palabra
futuro. Aunque no se resuelven los miste- (Sabiduría 14:3; 17:2; 3 Mac. 4:21; 5:30; 4
rios, la fe en la mano paternal de Dios siem- Mac. 9:24; 13:18; 17:22) junto con diatçrein
pre se levanta nuevamente desde las (Sabiduría 11:25), diakubernan (3 Mac.
profundidades e incluso nos capacita para 6:2), dioikein (Sabiduría 8:1, etc.). Los
jactarnos en las aflicciones.9 padres de la iglesia la retomaron y le dieron
legitimidad en la teología Cristiana.11
El Lenguaje de la Providencia
En el proceso, sin embargo, la palabra
Es notable, en relación con esto, que la pasó por un cambio significativo en su sig-
Escritura no use la palabra abstracta “provi- nificado. Originalmente “providencia” sig-
dencia.” Realmente se han hecho intentos nificaba el acto de prever (providentia) o
para darle a esta palabra un carácter escri- saber de antemano (pronoia) aquello que
tural apelando a génesis 22:8; 1 Samuel iba a ocurrir en el futuro. “La providencia
16:1; Ezequiel 20:6; Hebreos 11:40. La pala- es aquello por medio de lo cual se mira
bra también sucede unas pocas veces con algún evento futuro.”12 Concebida así, la
referencia a la previsión humana (Rom.
12:17; 13:14; 1 Tim. 5:8). Pero todo esto no 10. E. Zeller, Bosquejos de la Historia de la
Filosofía Griega, 148.
9. Cf. *Ulrich, “Heilsglaube und Vorse- 11. J. C. Suicerus, s.v. pronoia en Thesaurus
hungsglauben,” Neue Kirchliche Zeits- Ecclesiasticus, e Patribus Graecis Ordine
chrift (1901): 478-93; *Invierno, Neue Alphabetico (Ámsterdam: J. H. Wetsten,
Kirchliche Zeitschrift (1907): 609-31. 1682).

191
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

palabra no era absolutamente apropiada acto de Dios por el cual, momento a


para abarcar todo lo que la fe Cristiana con- momento, preserva y gobierna todas las
fesaba en la doctrina de la providencia de cosas. No es solamente “pre-visión”
Dios. Como conocimiento anticipado del (Fürsehung) sino también “pro-videncia”
futuro la providencia de Dios se ubicaría, (Vorsehung).
claro está, únicamente bajo el encabezado
de “el conocimiento de Dios” y sería tratada Sin embargo, estos diferentes significa-
ampliamente en el tema de los atributos de dos atribuidos a la palabra “providencia,”
Dios. Pero la fe Cristiana no entiende la fueron la razón por la cual el lugar y el con-
providencia de Dios como un mero pre- tenido de esta doctrina se mantuvieron
conocimiento (nuda praescientia); confiesa moviéndose en la dogmática Cristiana y
que todas las cosas no solamente son cono- fueron sujetos a todo tipo de cambios. Algu-
cidas por Dios de antemano, sino que tam- nas veces fue contada entre los atributos,
bién son determinadas y ordenadas de luego una vez más entre los decretos (opera
antemano. Por esa razón la providencia no Dei ad intra), luego a las obras presentes de
fue solamente, en una etapa temprana, atri- Dios (opera ad extra).14 Juan de Damasco la
buida al intelecto sino también a la volun- define como “la solicitud que Dios tiene por
tad de Dios y fue descrita por Juan de las cosas existentes,” y aunque la trata des-
Damasco como “aquella voluntad de Dios pués de la doctrina de la creación, lo hace
por la cual todas las cosas existentes reci- en relación cercana con la “presciencia” y
ben una guía adecuada hacia su fin.”13 la “predestinación.”15 Lombardo la discute
Entendida en ese sentido, la providencia de en el capítulo sobre la predestinación pero
Dios pertenecería a la doctrina de los antes de la creación.16 Tomás ofrece una
decretos de Dios y tiene que ser tratada allí. exposición muy clara. Primero, describe la
Pero una vez más la fe Cristiana confiesa doctrina en general como “el ejemplo del
más de lo que se indica por la palabra en ese orden de las cosas preordenadas hacia un
sentido. Pues los decretos de Dios son fin” y la considera como la primera parte de
llevados a cabo, y las criaturas que de ese la prudencia cuya tarea precisa es ordenar
modo llegan a existir no existen ni por un las otras cosas hacia un fin. Luego añade
momento por cuenta propia sino que son que “dos cosas pertenecen a la obra de la
sostenidos solamente, momento a providencia, a saber, el arquetipo del orden,
momento, por la poderosa mano de Dios. El que es llamado ‘providencia’ y ‘disposición’,
origen y existencia de todas las criaturas y la ejecución del orden, el cual es llamado
tiene su origen, no en el conocimiento ‘gobierno.’”17 A la par de estos y otros ejem-
previo, ni tampoco en el decreto, sino plos la doctrina de la providencia fue tra-
específicamente en un acto omnipotente de tada, ya sea en la teología Católica Romana
Dios. Así, de acuerdo a la Escritura y a la
confesión de la iglesia, la providencia es ese 14. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
tiek, II, 336.
15. Juan de Damasco, Exposición de la Fe
12. “Providentia est, per quam futurum ali- Ortodoxa, II, 29, 30.
quid videtur.” M. T. Cicerón, De Inven- 16. P. Lombardo, Sent., I, dist. 35.
tione, II, 53. 17. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 22, art.
13. Juan de Damasco, Exposición de la Fe 1; cf. Buenaventura, Sent., I, dist. 35 y
Ortodoxa, II, 29. Víctor Hugo, Sent., tr. 1, c. 12.

192
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

junto con la predestinación bajo la volun- propósito o fin propuesto (prótesis), y un


tad de Dios,18 o solamente como “preserva- plan (dioikçsis);24 y (2) un acto externo
ción” (conservatio) o “gobierno” (actus externus) que, como la ejecución de la
(gubernatio), siendo cada una de ellos ulte- orden (executio ordinis), fue descrita como
rior a la creación,19 o en su ámbito más preservación (conservatio), concurrencia
amplio y su sentido más extendido después (concursus) y gobierno (gubernatio). Sin
del locus de la creación.20 embargo, el acto interno de esta
providencia ha sido ya completamente
De manera similar, en la teología de la tratado antes en la doctrina de los atributos
Reforma la providencia fue algunas veces y los decretos de Dios. Por tanto, aquí –
vista como un “consejo” (consilium) según después de la doctrina de la creación – la
el cual Dios gobierna todas las cosas,21 y providencia puede ser discutida solamente
luego una vez más como una obra externa como un acto externo, un acto de Dios ad
de Dios.22 La diferencia, como señalaron extra. Aunque la providencia en este
correctamente Alsted y Baier,23 tenía que sentido nunca puede ser concebida en
ver más con el término que con la materia aislamiento del acto interno (el
en sí misma. Si Dios realmente sustenta y conocimiento previo, el propósito y el
gobierna el mundo, él debe tener conoci- plan), es distinta de él, así como la
miento previo de él (providentia), tener dis- ejecución de un plan es distinta de ese plan.
posición a ello, y ser capaz de cuidarlo
(prudentia), y también en realidad preser- Con ello la palabra “providencia” pasó
varlo y gobernarlo en el tiempo para que el por una importante modificación. Por
fin que tenía en mente pueda ser alcanzado. tanto, uno bien puede preguntar si la pala-
Tomada en este sentido amplio la providen- bra aún puede servir para describir el
cia abarca (1) un acto interno (actus inter- asunto mismo. En el pasado, cuando la pro-
nus) que puede, además, ser diferenciada videncia aún era tratada en la doctrina de
como “pre-conocimiento” (prognôsis), un los atributos o los decretos de Dios, retenía
su significado original; pero, desde que se
18. D. Petavius, Opera Omnia, “de deo,”
VIII, c. 1-5; M. Becanus, Summa Theolo- 20. J. Schwetz, Teología Dogmatic Catholica
giae Scholasticae (Rothmagi: I. Behovrt, (Vienna: Congregatio Mechitharistica,
1651), I, c. 13; Theologia Wirceburgensi n.d.), I, 405; P. C. A. Jansen, Prael.
(Theologia Dogmatica: Polemica, Scholas- Theol., II, 329; H. Th. Simar, Lehrbuch
tica et Moralis), 5 vols. (wirceburgensi: der Dogmatik, 2 vols. (Freiburg i.B.: Her-
1852-53), III, 175; G. Perrone, Praelectio- der, 1879-80), 252; M. J. Scheeben, Han-
nes Theologicae, 9 vols. (Louvain: Vanlin- dbuch der Katholischer Dogmatik, 4 vols.
thout & Vandezande, 1838-43), II, 233; (Freiburg i.B.: Herder, 1933), II, 12; F.
C. Pesch, Praelectiones Dogmaticae, II, Dieringer, Lehrbuch der Katholischen
158 [Freiburg i.B.: Herder, 1916-25)]; P. Dogmatik, 4a ed. (Mainz: Kirchheim,
Mannens, Theologiae Dogmaticae Institu- 1858), 266ss.
tiones (Roermand: Romen), II, 105ss. 21. Segunda Confesión Helvética, art. 6; Z.
19. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 103-5; Ursinus, Comentario del Catecismo de
idem, Summa Contra Gentiles, III, 65; Heidelberg, trad. por G. W. Willard
idem, Commentatores op Sent., II, dist. 37; (Grand Rapids: Eerdmans, 1954), qu. 27;
J. B. Heinrich y C. Gutberlet, Dogmatis- J. Zanchi, Op. Theol., II, 425; S. Maresius,
che Theologie, 10 vols., 2a ed. (Mainz: Kir- Syst. Theol., IV, §19; J. Alsted, Theol.,
chheim, 1881-1900), V, 279. 174.

193
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ha entendido más y más como preservación con el uso escritural. Especialmente cuando
y gobierno y fue discutida como subsi- la palabra “providencia” es usada abstracta-
guiente a la creación, ese significado origi- mente y puesta en el lugar de Dios, como
nal se ha perdido casi totalmente. La Plutarco ya había comenzado a hacerlo,28
providencia en este último sentido más siguiendo el ejemplo del racionalismo del
estrecho no es ya más una verdadera provi- siglo dieciocho, es que está abierta a la
dentia, no es el “modelo del orden de cosas objeción. Aún así la palabra, que obtuvo
preordenadas hacia un fin,” pues este la legitimidad en el lenguaje de la teología y la
precede y es asumida por él. Esta, por con- religión, puede ser mantenida, siempre que
siguiente, fue más tarde definida en la dog- el asunto descrito por ella sea entendido en
mática como preservación (conservatio) o el sentido escritural.
como gobierno (gubernatio) o como una
combinación de los dos.25 Los Competidores No-Cristianos

Más tarde, para rechazar al panteísmo La doctrina Cristiana de la providencia


y al deísmo, la concurrencia o la coopera- como un acto omnipotente de Dios por el
ción fue insertada entre los dos. Material- cual preserva y gobierna todas las cosas
mente, esta doctrina siempre ha sido debe distinguirse no solamente de la
tratada como parte de la doctrina de la pro- “suerte” y la “casualidad” paganas sino
videncia26 pero luego, también formal- también, por consiguiente, del panteísmo y
mente, adquirió un lugar propio entre la el Deísmo, que se mantienen brotando en
preservación y el gobierno.27 Esto muestra
que la palabra “providencia,” como un tér- 26. Agustín, La Trinidad, III, 4; idem, La
mino para la ejecución de la orden, no era Ciudad de Dios, V, 8-11; Teodoreto,
adecuado y fue más tarde definido como Obispo de Cyrrhus, Sobre la Divina Provi-
“preservación” y “gobierno.” Indudable- dencia, X; Boethius, La Consolación de la
Filosofía, IV y V; Juan de Damasco, Expo-
mente estos términos son más precisos, más sición de la Fe Ortodoxa, II, 29; T. Aquino,
gráficos, y también más en conformidad Summa Theol., I, qu. 48, 49, 104, art. 2,
qu. 105, art. 5, I, 2, qu. 19, art. 4; idem.
Catecismo Romano, I, c. 2, qu. 20; U.
22. J. Calvino, Institución de la Religión Cris- Zwinglio, Sobre la Providencia y Otros
tiana, I, 16, 3, 4; A. Polanus, Syn. Theol., Ensayos, trad. por S. M. Jackson, ed. por
VI, 1; F. Junius, Theses Theologiae en W. J. Hinks (Durham, N.C.: Labyrinth,
Opscula Theol. Select., XVII, 1, 2; Synopsis 1983), c. 3; Op., IV, 86; J. Calvino, Insti-
Purioris Theologiae, XI, 3; J. H. Heideg- tución de la Religión Cristiana, I, 16, 2;
ger, Corpus Theologiae, VII, 3 enz. idem, Tratados contra los Anabaptistas y
23. J. Alsted, Theol., 175; J. W. Baier, Comp. los Libertinos (C.R. 186), trad. y ed. por
Theol. (St. Louis, 1879), I, 5, 2. B. W. Farley (Grand Rapids: Baker,
24. J. Gerhard, Loci. Theol., VI, c. 2. 1982), 242-49; idem, “Providencia,” cap.
25. L. C. Lactantius, De Ira Dei (1543) (Dar- 10 (C.R. 347-66), Con Respecto a la Pre-
mstadt: Gentner, 1957), cp. 10; T. destinación Eterna de Dios, trad. por J. K.
Aquino, Summa Theol., I, qu. 103, 104; S. Reid (Londres: James Clarke, 1961); J.
Buenaventura, Breviloquium, pt. II, Con- Zanchi, Op. Theol., II, 449; Justino Már-
fesión Belga, art. 13; Catecismo de Heidel- tir, Loci C., 56, 59; J. Wollebius, Compen-
berg, Día del Señor 10; J. Zanchi, Op. dium Theologiae, c. 30; Synopsis Purioris
Theol., II, 425; Synopsis Purioris Theolo- Theologiae, XI, 13; J. Gerhard, Loci
giae, XI, 3. Theol., VI, c. 9 enz.

194
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

formas revividas a lo largo de los siglos de leza. Las leyes de la naturaleza son idénti-
Cristianismo. Después de todo, “no hay cas a los decretos de Dios, y el gobierno de
sino tres alternativas para la suma de la Dios no es otro que “el orden fijo e inmuta-
existencia: la casualidad, el destino o la Dei- ble de la naturaleza” o “la concatenación de
dad. Con la casualidad habría variedad sin las cosas naturales.”30 En esa visión no hay
uniformidad, con el destino uniformidad espacio para el milagro, la auto-actividad de
sin variedad, pero la variedad en la unifor- las causas secundarias, la personalidad, la
midad es la demostración del diseño origi- libertad, la oración, el pecado y la religión
nal y el sello de la mente creativa. En el como un todo. Mientras que el panteísmo
mundo, tal y como este existe, hay una puede presentarse a sí mismo en una forma
variedad infinita y una uniformidad asom- tan hermosa y seductora, en realidad lleva a
brosa.”29 sus adherentes de regreso hacia la adopción
de un destino pagano. En sus premisas no
El Problema del Panteísmo hay otra existencia que la existencia de la
naturaleza; no hay poder superior excepto
El Panteísmo no conoce distinción aquel que opera en el mundo según la ley de
entre el ser de Dios y el ser del mundo, y de hierro mezclada con barro; no hay otra vida
manera idealista, deja que el mundo sea mejor que aquella por la que están
consumido en Dios – y de manera materia- presentes los materiales en esta creación
lista – deja que Dios sea consumido en el visible. Por un tiempo las personas pueden
mundo. En esa posición no hay espacio hacerse ilusiones con la esperanza idealista
para el [acto de] creación y por lo tanto, no de que el mundo se perfeccionará a sí
hay espacio, en el sentido real, para la pre- mismo por una serie inmanente de
servación y el gobierno. La providencia desarrollos, pero pronto este optimismo se
entonces coincide con el curso de la natura- transforma en pesimismo, y este idealismo
se convierte en materialismo.
27. P. Van Mastricht, Theologia, III, 10,
10.29; F. Turretin, Institutes of Elenctic Era la tarea de la teología Cristiana, en
Theology, VI, qu. 4; A. Comrie y N. Hol- contra de este panteísmo, mantener la dis-
thuis, Examen van het Ontwerp van Tole- tinción entre la creación y la preservación,
rantie, VI, 270; IX, 210. W. Brakel, El
Culto Racional del Cristiano, XI, 6, trad. la auto-actividad de las causas secundarias,
por B. Elshout (Ligonier, Pa.: Soli Deo la libertad de la personalidad, el carácter del
Gloria, 1992); J. Marck, Godg., X, 9; J. pecado, la verdad de la religión. Hizo esto al
Quenstedt, Teología, I, 531; D. Hollaz,
Examen Theologicum Acroamaticum
(Rostock y Leipzig: Russworm, 1718), 30. B. Espinoza, Tractatus Theologico-Politi-
421; J. F. Buddeus, Institutiones Theolo- cus, trad. por S. Shirley (Leiden: Brill,
giae Moralis (Leipzig: Lipsiae, 1715), 1991), c. 3; cf. D. F. Strauss, Die christli-
409. che Glaubenslehre in ihrer geschichtlichen
28. Cf. H. Cremer, Léxico Bíblico-Teológico Entwicklung und im Kampfe mit der
del Griego del Nuevo Testamento, trad. por modernen Wissenschaft, 2 vols. (Tübin-
D. W. Simon y William Urwick (Edin- gen: Osiander, 1840-41), II, 384; F.
burgh: T. & T. Clark, 1872), s.v., pronoia. Schleiermacher, La Fe Cristiana, ed. H.
29. James Douglas en H. B. Smith, Sistema R. MacIntosh y J. S. Steward (Edinburgh:
de Teología Cristiana (New York: Arms- T. & T. Clark, 1928), §46; cf. cap 1,
trong, 1890), 107. antes.

195
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

rechazar el destino y esclareciendo con es un derivado de fari y que describe la


franqueza la confesión de la providencia de palabra eterna e incambiable por la cual
Dios en distinción a ese destino. La carac- Dios sustenta todas las cosas, entonces el
terística distintiva de la teoría del destino nombre puede ser justificado.33 Boethius se
no es que todo lo que existe y ocurre en el refería al destino como “una disposición
tiempo se halla cimentado y determinado inherente en las cosas cambiables por la
en el eterno consejo de Dios, sino que es la cual la Providencia conecta todas las cosas
idea de que toda la existencia, y lo que ocu- en su debido orden.”34 Y aún Maresius
rre, está determinado por un poder que creía que podía hallarle un sentido Cris-
coincide con el mundo y que, aparte de tiano a la palabra.35 Pero como regla gene-
cualquier conciencia y voluntad, deter- ral la gente era más cautelosa. La creencia
mina todas las cosas por medio de la necesi- en el destino, después de todo, provenía de
dad ciega. Según Cicerón, el destino de los la idea de que todas las cosas ocurren como
Estoicos era “un orden y una serie de cau- resultado de una fuerza ciega irresistible
sas con una causa produciendo una desde que no tenía ni conciencia ni voluntad, y
su mismo interior.”31 Se hizo una distin- aquellos eventos fueron llamados fatalia
ción más, aquella entre un destino matemá- que ocurren aparte de la voluntad de Dios y
tico o astral cuando se pensaba que los de los hombres por la pura necesidad de un
eventos en la tierra estaban determinados cierto orden.36 En este sentido, los teólogos
por las estrellas y un destino natural Cristianos se opusieron al “destino” de la
cuando parecían estar determinado por los forma más firme, tanto por Agustín y sus
nexos de la naturaleza. Es en esta última seguidores y no menos por aquellos que
forma en que la teoría del destino aparece defendían ardorosamente el libre albedrío.
en el presente en el panteísmo y en el mate- “Lejos de decir que todo ocurre por asunto
rialismo. Sin embargo, es notable que en del destino, decimos que nada ocurre por el
tiempos recientes también la creencia en el destino.”37 En la posición Cristiana, la
destino astral haya sido revigorizada y que única “necesidad de orden” es la sabia,
tenga sus partidarios entusiastas.32 Ahora, omnipotente y amorosa voluntad de Dios.
la teología Cristiana de ninguna manera se Esto no es negar, como aparecerá más tarde,
opone a la idea de que todas las cosas fue- que en el mundo de las criaturas hay un
ron conocidas y determinadas por Dios nexo de causas y consecuencias y que hay
desde la eternidad. En esa medida, incluso ordenanzas firmes. Sin embargo, el orden
reconocía un “destino” y algunos teólogos natural no se halla más allá y por encima,
creían que podía usar también la palabra en no fuera ni opuesta a, la voluntad de Dios,
un buen sentido. Si recordamos, dice Agus- sino que se halla fundado en la voluntad de
tín, que fatum (de donde proviene la pala- un Dios y Padre omnipotente y amoroso,
bra Inglesa fate, destino, suerte – N. del T.) gobernado por esa voluntad y al servicio de

31. M. T. Cicerón, De Divinatione, 1; cf. 33. Agustín, La Ciudad de Dios, V, 9.


Séneca, De Beneficiis, IV, 7; idem, Nat., 34. Boethius, La Consolación de la Filosofía,
II, qu. 36. Bk. IV, 6.
32. Cf. Wetenschappelijke Bladen, IV (1896): 35. S. Maresius, Sist. Theol., 149.
453; De Holl. Revue (25 de Septiembre, 36. Agustín, La Ciudad de Dios, V, 3.
1905). 37. Ibid.

196
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

esa voluntad. Ni se encuentra, como un El Pelagianismo, como Cicerón,41 le atri-


poder ciego y coercitivo, fuera de y en opo- buía virtud al poder y a la voluntad propia
sición a nuestra voluntad, pues “el hecho es de la gente, mientras que el Semi-Pelagia-
que nuestras decisiones caen dentro del nismo dividía el trabajo, atribuyéndole algo
orden de las causas que son conocidas con a Dios y algo al hombre. Más tarde, cuando
certeza por Dios y que está contenido en su este sistema penetró en la teología Católica,
presciencia.”38 se levantó una disensión no pequeña acerca
de la cooperación de Dios en la providencia.
El Problema del Deísmo Los Tomistas la concebían como una “pre-
determinación natural,” “una aplicación de
Al otro lado de este espectro se energía con el propósito de ponerla a fun-
encuentra el Deísmo, el cual separa a Dios cionar.”42 Los Molinistas, por otro lado, la
y al mundo. Esta posición es una en la que, entendían como una especie de “concurso
de manera total o en parte, separa a las cria- simultáneo, una cooperación meramente
turas, una vez que han sido creadas, de formal, por la cual Dios – con la concurren-
Dios y entonces, nuevamente en mayor o cia de las otras – ejercía influencia sobre el
menor parte, les permite existir y funcionar mismo acto y efecto.”43
según sus propios poderes, poderes recibi-
dos al momento de la creación. Así pues, el El Socinianismo oponía lo infinito a lo
Deísmo revive básicamente la teoría pagana infinito, de manera tan abstracta y dualista,
de la casualidad. Jerónimo declaró una vez que Dios no podía siquiera crear el mundo
– más o menos haciéndose eco de Aristóte- de la nada sino solo a partir de una sustan-
les, Epícuro, Cicerón, los Saduceos,39 y cia finita eternamente existente. De
otros cuyo slogan era que “los dioses cuidan acuerdo con esta visión también retiró una
de las cosas grandes pero ignoran las peque- enorme área del mundo de la providencia
ñas” – que el cuidado providencial de Dios de Dios, dejándola al juicio y al entendi-
no cubría a todos los insectos pequeños.40 miento independientes de la humanidad.
La voluntad humana es, por naturaleza, tan
38. Ibid. y comentario siguiente en Sent., I, libre que Dios no puede siquiera calcular de
dist. 35; T. Aquino, Summa Theol., I, qu. antemano lo que una persona va a hacer en
116; idem, Summa Contra Gentiles, III,
93; Petavius, de Deo, VIII, 4; J. Gerhard, un caso dado. Solo cuando se ha hecho una
Loci Theol., VI, 13; J. Calvino, Inst., I, 16,
8; T. Beza, Volumen Tractationum Theolo- 41. M. T. Cicerón, Sobre la Naturaleza de los
gicarum (Ginebra, 1573-76), I, 313ss.; J. Dioses, III, 36.
H. Alting, Theologia Elenctica Nova 42. T. Aquino, Summa Theol., I, 2, qu. 9, art.
(Amsterdam, 1654), 290; J. H. Heideg- 6 a 3, qu. 79, 109; idem, Summa Contra
ger, Corpus Theologiae, VII, 2; Turretin, Gentiles, III, 67-70, 162.
Institutes of Elenctic Theology, VI, 2; C. 43. Cf. Daalman, Summa S. Thomae, II, 286-
Vitringa, Doctr. Christ., II, 170, 177-81; 314; Theologia Wirceburgensi, I, c. 2; P.
K. G. Bretschneider, Systematische Ent- Dens, Theologia Moralis et Dogmatica, 8
wicklung aller in der Dogmatik (Leipzig: J. vols. (Dublín: Richard Coyne, 1832), I,
A. Barth, 1841), 472. 66ss.; M. Liberatore, Institutiones Philoso-
39. Sobre los Saduceos, vea E. Schürer, La phicae (Roma, 1861), III, c. 4a. 1, 2; M. J.
Historia del Pueblo Judío, II, 392ss. Scheeben, Handbuch der Katholischer
40. Vea H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- Dogmatik, II, 22ss.; P. C. A. Jansen,
tiek, II, 163. Prael., II, 334.

197
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

decisión Dios adapta su acción conforme a encontró aceptación por todas partes y
ella. Las causas libres, por consiguiente, penetró todos los países e iglesias
funcionan en independencia completa al Cristianas.
lado y por fuera de Dios. La relación entre
Dios y el mundo es como la que hay entre El período que comenzó a mediados
un ingeniero mecánico y una máquina. del siglo diecisiete se caracterizó por un
Después de construirla y hacerla funcionar poderoso esfuerzo por emancipar la natura-
la deja con sus propios dispositivos y sola- leza, el mundo, la humanidad, la ciencia, y
mente interviene si algo ha de repararse.44 así sucesivamente, de Dios y hacerlas auto-
De igual manera, los Disidentes juzgaban suficientes en relación con Él, el Cristia-
que en la creación las criaturas fueron dota- nismo, la iglesia y la teología. En este sen-
das con poderes que les permitían vivir de tido el latitudinarianismo, el Deísmo, el
manera independiente. La preservación, racionalismo y la Ilustración estaban todos
por tanto, era un acto negativo de Dios, de acuerdo.46 Esta es la mejor de todas las
implicando que él no deseaba destruir las palabras posibles; la humanidad, dotada de
esencias, poderes y facultades de las cosas intelecto y voluntad, es auto-suficiente; la
creadas sino dejarlas según su propio vigor ley natural, la fuerzas de la naturaleza, la
en la medida que fueran capaces de florecer religión natural y la moralidad natural jun-
y perdurar por el poder con el que habían tos conforman una reserva de energías con
sido dotadas por la creación – al menos esta las que Dios dotó al mundo en la creación y
opinión no era juzgada como incorrecta. En que son ahora completamente adecuadas
relación con esto, la concurrencia, definida para su existencia y desarrollo. La revela-
como “una cierta influencia natural en ción, la profecía, los milagros y la gracia son
todas las cosas que emana de la perfección totalmente superfluos. El Deísmo no
de la naturaleza divina,” fue rechazada. Fue negaba la existencia de Dios, la creación o
refutada la idea de la predestinación del la providencia. Por el contrario, le encan-
número de personas, de matrimonios, del taba referirse al “Ser Supremo” y disertar
fin de la vida, de los elegidos y los perdidos, extensamente sobre la providencia. Pero ya
se defendió el libre albedrío y toda “provi- no había ninguna vitalidad en esta creen-
dencia eficaz con respecto al pecado” fue cia. El Deísmo en principio negaba que
reemplazada por una “permisividad” o “no
obstruccionismo” negativo.45 Aunque el 46. Sobre el deísmo, cf. G. V. Lechler, Ges-
chichte des Englischen Deismus (Tübin-
Arminianismo fue condenado en
gen, 1814); idem, “Deismus,” PRE2; E.
Dordtrecht y expulsado del ámbito
Troeltsch, “Deismus,” PRE3, IV, 532-59;
Reformado, como tendencia intelectual B. Pünjer, Geschichte der christlichen Reli-
gionsphilosophie seit der Reformation
44. J. Volkel, De Vera Religione Libri Quin- (Bruselas: Impression Anastaltique Cul-
que (Racoviae: 1630), II, c. 7; J. Crell, De ture et Civilisation, 1880-83), I, 209ss.; J.
Deo et Ejus Attributis, c. 2-6; O. Fock, Der W. Hanne, Die Idee der Absoluten Person-
Socinianismus (Kiel: C. Schröder, 1847), lichkeit, 2a ed. (Hannover: C. Rumpler,
496ss. 1865), II, 76ss.; T. Pesch, Die Grossen
45. S. Episcopius, Inst. Theol., IV, sect. 4; Welträthsel, 2 vols., 2a ed. (Freiburg i.B.:
idem, Apol. Conf.; Conf. Remonstr., en S. Herder, 1892), II, 534ss.; J. I. Doedes,
Episcopius, Op. Theol.; P. van Limborch, Inleiding tot de Leer van God (Utrecht:
Theol. Christ., II, 25ss. Kemink, 1870), 80ss.

198
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Dios trabajara en la creación en alguna otra rrecta.49


manera más que en concordancia y a través
de las leyes y fuerzas de la naturaleza. Así Sobre esas premisas lo que sigue es
que era, de entrada, anti-sobrenaturalista. hacer naturalmente lo que los modernis-
La preservación era suficiente; era innece- tas50 “éticos” han hecho en nuestro país, a
saria alguna especie de cooperación o saber, yuxtaponer y contraponer el poder
influjo divino operativo junto con cada acto natural y la moral natural como si fueran
de la criatura.47 dos deidades a la manera Maniquea. En
esto se corre el riesgo de que el dominio de
En su forma adquirida en el siglo die- la última, como en la de los Nativos Ameri-
ciocho este deísmo realmente pertenece al canos, se vaya reduciendo cada vez más y
pasado. Pero en sustancia, tanto en teoría finalmente sea dominada completamente
como en práctica, todavía influye en por fuerzas ciegas irracionales.51 Esta
amplios círculos. Dado que, especialmente consecuencia es probablemente la objeción
en el siglo presente [el diecinueve], nuestro más seria contra el deísmo. Al separar a
conocimiento de la naturaleza se ha expan- Dios del mundo, lo infinito de lo finito, y
dido grandemente y ha sido reconocida la colocarlos de manera dualista uno al lado
estabilidad de sus leyes, muchas personas del otro, se convierte a los dos en poderes
se sienten inclinadas a separar la natura- en competencia que se hallan
leza en su carácter incambiable y despia- continuamente en desacuerdo mientras
dado del gobierno de Dios, dejarla rivalizan por conseguir la soberanía. El
descansar de manera independiente en sí mundo toma aquello que se le adjudica a
misma, y restringir la providencia de Dios Dios. Mientras más se expande la
al dominio de la religión y de la ética. Pero providencia de Dios, más pierde la criatura
aquí, claro está, la providencia tampoco su independencia y libertad, y, a la inversa,
puede ser tomada de manera absoluta y la criatura solamente puede mantener su
encuentra su límite en la libertad auto-actividad si hace retroceder a Dios y si
humana.48 No es de sorprenderse que con
tal visión la antigua doctrina de la “concu-
49. R. Rothe, Theologische Ethik, 5 vols. 2a
rrencia” no fuese entendida ya más y haya ed. rev. (Wittenberg: Zimmerman, 1867-
sido hecha a un lado como superflua e inco- 71), §54; J. Müller, La Doctrina Cristiana
del Pecado, I, 318 [trad. por W. Urwick,
47. F. V. Reinhard, Grundriss der Dogmatik 5ª ed. (Edinburgh: T. & T. Clark, 1868)];
(Munich: Seidel, 1802), §61; J. A. L. A. F. C. Vilmar, Handbuch der Evangelis-
Wegscheider, Institutiones Gheologiae chen Dogmatik (Gütersloh: Bertelsmann,
christianae dogmaticae (Halle: Gebauer, 1895), I, 255; R. L. Lipsius, Lehrbuch der
1819), §106. evangelisch-protestantischen Dogmatik
48. Cf. G. Kreibig, Die Räthsel der göttlichen (Braunschweig: C. A. Schwetschke,
Vorsehung (Berlin, 1886); W. Schmidt, 1893), §397ss.; W. Schmidt, Christliche
Die göttl. Vorsehung und das Selbstleben de Dogmatik, II, 210ss.; J. J. Van Oosterzee,
Welt (1887); W. Schmidt, Christliche Dogmática Cristiana, trad. por J. Watson
Dogmatik, 4 vols. (Bonne: E. Weber, y M. Evans, 2 vols. (New York: Scribner,
1895-98), I, 216ss.; W. Beyschlag, Zur Armstrong, 1874), §59, 5, 7; cf. también
Verständigung über den christlichen Vort- F. Philipi, Kirchliche Dogmatik, 3a ed., II,
sehungsglauben (Halle: Eugen Strien, 266, y J. Köstlin, “Concursus,” en PRE3,
1888). IV, 262-67.

199
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

le priva de su soberanía. Por lo tanto, la paz vencidos de la estabilidad del orden natural,
entre los dos es únicamente posible bajo la no hay espacio en él para la casualidad, y el
condición de que haya completa separación. Deísmo nuevamente cae en los brazos de la
antigua suerte mientras que la casualidad
El Deísmo es esencialmente irreligioso. se reserva principalmente para el ámbito de
Para el Deísta la salvación de la humanidad los intereses religiosos y éticos. Pero la doc-
consiste no en la comunión con Dios sino trina de la casualidad no es mejor que la de
en la separación de él. La mente del Deísta la suerte. La “suerte” podría, como
está a gusto solo en la indiferencia para con máximo, tener todavía un buen significado
Dios, es decir, si puede ser un ateo práctico. en la cosmovisión Cristiana; pero la casuali-
Y debido a que se da cuenta que nunca dad (casus) y la fortuna (fortuna) son anti-
puede liberarse de Dios, es una criatura Cristianas hasta la médula. Algo es “for-
temerosa, siempre con miedo de perder tuito” a los ojos de las personas únicamente
alguna parte de su dominio. Por esa razón cuando en ese momento son ignorantes de
en el Deísmo siempre hay categorías; las su causa. Pero nada es o puede ser objetiva-
fronteras entre la actividad de Dios y las del mente “fortuito.” Todas las cosas tienen
mundo siempre están siendo trazadas de una causa y esa causa es, en última instan-
manera diferente. Hay Pelagianos comple- cia, un componente en la voluntad todopo-
tos, medio Pelagianos y tres cuartos de Pela- derosa y toda sabia de Dios.53
gianos, y así sucesivamente, dependiendo
de si el mundo y la humanidad se hallan, de
manera completa o en mayor o menor
53. Cf. Agustín, qu. 83, qu. 24 (N. del E.:
grado, apartados del control de Dios. En Esta referencia es enigmática; Bavinck se
principio el Deísmo es siempre el mismo: puede estar refiriendo a la obra de Agus-
este desactiva a Dios, pero un Deísta irá por tín De diversis quaestionibus octoginta tri-
el camino un poco más lejos que otro. Un bus liber); idem, Contra los Académicos, I,
1; idem, La Divina Providencia y el Pro-
Deísta es una persona que en su corta vida blema del Mal, I, 2; idem, La Ciudad de
no ha encontrado el tiempo para volverse Dios, V, 3, T. Aquino, Summa Theol., I,
ateo.52 Ahora, el área que el Deísmo aparta qu. 22, art. 2, qu. 103, art. 5; Summa
del control de Dios cae entonces bajo la Contra Gentiles, III, 72; J. Gerhard, Loci
Theol., VI, 3; J. Calvino, Inst., I, 16, 2, 9;
influencia de otro poder, ya sea la suerte o D. Chamier, Panstratiae Catholicae
la casualidad. También en este sentido el (Ginebra: Rouer, 1626), II, 2, 4ss.; F.
Deísmo constantemente entra en conflicto Turretin, Institutes of Elenctic Theology,
consigo mismo. Especialmente hoy, ahora III, qu. 12; P. Mastricht, Teología, III, 10,
30; J. Müller, Sünde, II, 34ss.; C. H.
que todos están tan profundamente con- Weisse, Philosophische Dogmatik oder
Philosophie des Christentums, 3 vols. (Lei-
50. Nota del Editor: La referencia de pzig: Hirzel, 1855-62), I, 518; Kirchner,
Bavinck aquí es una escuela Holandesa Ueber den Zufall (Halle: Pfeffer, 1888); G.
intermedia de teología conocida como la Rümelin, Ueber den Zufall, Deutsche
“Ethischen.” Vea H. Bavinck, De Theolo- Rundschau (März, 1890), 353-64; R. Eis-
gie van Daniel Chantepie de la Saussaye ler, “Zufall,” en Wörterbuch der Philoso-
(Leiden: D. Donner, 1884). phischen Begriffe, 3 vols. (Berlin: E. S.
51. Vea H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- Mittler und Sohn, 1910); E. Dennert,
tiek, I, 510. Natuurwet, Toeval, Voorzienigheid
52. *Quack, Port Royal, 180. (Baarn, 1906).

200
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Un Intento de Definición estos tópicos ya han sido tratados antes en


el contexto de la doctrina de los atributos y
La providencia de Dios, distinguida así los decretos de Dios, y en parte serán plena-
del conocimiento y el decreto de Dios y sos- mente tratados en su propio lugar. La tarea
tenida en contra del panteísmo y el deísmo, de la teodicea no está confinada solo al
es – en las hermosas palabras del Catecismo locus de la providencia sino que descansa
de Heidelberg – “Es el poder de Dios, omni- sobre todo el campo de la dogmática. De allí
potente y presente en todo lugar, por el que, la doctrina de la providencia no
cual, como con su mano, sustenta y incluya el material que será considerado en
gobierna el cielo, la tierra, y todas las cria- la siguiente sección sino que se limita a una
turas de tal manera que... todas las cosas, no descripción de la relación – una que sigue
acontecen sin razón alguna, como por azar, siendo la misma en todas las obras varias –
sino por su consejo y por su voluntad pater- en la que Dios se halla para con sus criatu-
nal” (Día del Señor 10, P. 27). Incluso defi- ras. Esa relación se expresa por las palabras
nida de esta manera, la doctrina de la “preservación,” “concurrencia,” y
providencia tiene un enorme alcance. En “gobierno,” que con el tiempo fueron vistas
realidad abarca la completa implementa- como aspectos de la providencia. Cualquier
ción de todos los decretos que tienen rela- cosa que Dios haga, en la naturaleza y en la
ción con el mundo antes de haber sido gracia, es siempre Él quien preserva todas
llamado a la existencia en la creación. Si el las cosas, quien las enviste de poder por el
acto de creación es exceptuado de ella, es influjo de su energía, y quien las gobierna
tan plena como el libre conocimiento de por su sabiduría y omnipotencia. Por consi-
Dios (scientia libera), los decretos de Dios, guiente, la preservación, la concurrencia y
como todo lo que existe y ocurre en el el gobierno no son partes o segmentos en
tiempo. Se extiende a todo lo que se trata en las que se divide la obra de la providencia y
la dogmática después de la doctrina de la las cuales, siendo material y temporalmente
creación e incluye tanto las obras de la separadas, se suceden la una a la otra. Ni
naturaleza como de la gracia. Todas las difieren la una de la otra en el sentido que
obras ad extra de Dios, que son subsiguien- la preservación se relaciona solamente con
tes a la creación, son obras de su providen- la existencia de las criaturas, la concurren-
cia. Únicamente que, el locus de la cia solo con sus actividades, y el gobierno
providencia no discute estas obras en sí exclusivamente con la guianza hacia la
mismas sino que describe en general la meta final de estas criaturas. Pero están
naturaleza de la relación en la que Dios se siempre integralmente conectadas; se entre-
halla para con el mundo creado, el cual es cruzan todas las veces. Desde el mismo
siempre el mismo pese a las muchas obras principio la preservación es también
diferentes que Él, en su providencia, realiza gobierno, y el gobierno concurrencia, y la
en el mundo. Por esa razón tampoco es concurrencia preservación. La preservación
deseable para nosotros traer a colación en nos dice que nada existe, no solamente no
este locus una vasta gama de tópicos tales hay sustancia, sino que también no hay
como los milagros, la oración, el fin de la poder, ninguna actividad, ninguna idea, a
vida, la libertad de la voluntad, el pecado, la menos que exista totalmente a partir de, a
teodicea y así sucesivamente, pues en parte través de y para Dios. La concurrencia nos

201
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

hizo conocer la misma preservación como partir de, a través de y para Dios (Hch.
una actividad tal que, lejos de suspender la 17:28; Rom. 11:36; Col. 1:17). Dios nunca
existencia de las criaturas, sobre todo la está ocioso. Nunca permanece al margen,
afirma y la sostiene. Y el gobierno describe de manera pasiva, como mero espectador.
a las otras dos como guiando todas las cosas Él está siempre activo, con potencia divina,
de tal manera que la meta final determi- tanto en la naturaleza como en la gracia.
nada por Dios será alcanzada. Y siempre, Por lo tanto, la providencia es un acto posi-
desde el principio hasta el fin, la providen- tivo, no es un dar permiso para que haya
cia es un poder simple, todopoderoso y existencia sino el causar la existencia y
omnipresente. laborar momento a momento. Si consistiese
únicamente de una postura de no-destruc-
Concebida como tal poder y acto de ción no sería Dios quien sustentara las
Dios, la providencia se halla más íntima- cosas, sino que las cosas existirían en y por
mente relacionada con la actividad de Dios sí mismas, ya sea con el poder otorgado en
al crear el mundo, pese a ser esencialmente la creación. Y esta es una noción absurda.
distinta de esa actividad. El panteísmo y el Una criatura es por sí misma, por defini-
Deísmo, al dirigirse al problema que aquí ción, un ser completamente dependiente:
está presente, buscan resolverlo negando ya aquello que no existe de sí mismo no puede,
sea la creación [el panteísmo] o la providen- ni por un momento, existir tampoco por sí
cia [Deísmo]. Pero el teísmo sostiene mismo. Si Dios no hace nada, entonces
ambas e intenta esclarecer, tanto por razo- nada existe y nada pasa. “Pues el poder y
nes teóricas como prácticas, la unidad y la poderío del Creador, quien gobierna y
distinción entre las dos. Ser siempre un abarca todo, hace que toda criatura sub-
teísta en el pleno y verdadero sentido de la sista, y si este poder cesara alguna vez de
palabra, esto es, mirar el consejo, la mano y gobernar a las criaturas, sus esencias se des-
la obra de Dios en todas las cosas y de vanecerían y toda la naturaleza perece-
manera simultánea, realmente por esa ría.”54 Y así como la providencia es un
misma razón, desarrollar todas las energías poder y un acto, así es también un poder
y dones disponibles para el nivel más alto todopoderoso y omnipresente. Dios está
de actividad – esa es la gloria de la fe Cris- inmanentemente presente con su ser en
tiana y el secreto de la vida Cristiana. todas las criaturas. Su providencia se
extiende a todas las criaturas; todas las
La misma Escritura toma la delantera cosas existen en Él. La Escritura postula,
al asumir este enfoque. Por un lado, des- con la más absoluta certeza, que nada, no
cribe la actividad de la providencia como importa cuán insignificante sea, queda por
una actividad de creación (Sal. 104:30), de fuera de la providencia de Dios. No solo
vivificar (Neh. 9:6), de hablar (Sal. 33:9;
105:31, 34; 107:25; Job 37:6), o de enviar su 54. Agustín, El Significado Literal del Géne-
sis, IV, 12; idem, Confesiones, IV, 17; cf. T.
Palabra y su Espíritu (Sal. 104:30; 107:26), Aquino, Summa Theol., I, qu. 104, art. 1-
de mandar (Sal. 147:15; Lam. 3:37), de tra- 4; idem, Summa Contra Gentiles, III,
bajar (Juan 5:17), de sustentar (Heb. 1:3), 65ss.; J. Calvino, Institución de la Religión
de ejercer voluntad (Apoc. 4:11), de manera Cristiana, I, 16, 4; M. Leydekker, Fax
Veritatis (1677), VI-II, 2; J. Alsted,
que todas las cosas sin excepción existen a Theol., 304.

202
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

todas las cosas en general (Efe. 1:11; Col. bueyes. También, este dicho con respecto a
1:17; Heb. 1:3), sino incluso los cabellos de los bueyes está allí “por causa nuestra” (di
nuestra cabeza (Mat. 10:30), los gorriones nuas; vs. 10; cf. Rom. 4:23, 24; 15:4; 2 Tim.
(Mat. 10:29) las aves del cielo (Mat. 6:36), 3:16) para que podamos aprender de él que
los lirios del campo (Mat. 6:28), los pollue- el obrero del evangelio es digno de su sala-
los de los cuervos (Sal. 147:9), son objeto de rio. Así pues, la providencia como una acti-
su cuidado. En cualquier caso, ¿qué cosa es vidad de Dios es tan grande, todopoderosa y
para Él pequeña o grande, quien es el único omnipresente como la creación; es una
grande? En el contexto del cosmos aquello creación continua o una creación conti-
que es pequeño es tan importante en su nuada. Las dos son un solo acto y difieren
posición como aquello que es grande, tan solamente en estructura.56
indispensable como necesario, y a menudo
de un significado aún más grande y de con- Cuando los primeros teólogos usaban
secuencias más profundas.55 Aunque la este lenguaje, no era su intención, de nin-
providencia pueda ser diferenciada como guna manera, borrar la distinción que
“general” (Sal. 104; 148:1-3), “especial” existe entre la creación y la providencia,
(Sal. 139:15s.; Job 10:9-12; Mat. 12:12; Luc. como Hodge teme.57 La Escritura, por otro
12:7), y “aún más especial” (1 Tim 4:10), lado, presenta la providencia como un des-
como poder de Dios, no obstante, abarca a cansar de la obra de la creación (Gén. 2:2;
todas las criaturas individuales. Aunque Éxo. 20:11; 31:17), y más adelante como un
Habacuc (1:14) se queja de que Dios, por ver (Sal. 14:2; 33:13), y observar (Sal.
sus castigos, hace que las personas sean 33:15; 103:3), todo lo cual presupone la
como los peces del mar que son capturados existencia, auto-actividad y la libertad de la
en una red o como reptiles que no tienen criatura. Estas realidades dadas en la Escri-
quién los gobierne (i.e., protegerles de sus tura no pueden tampoco ser descuidadas.
enemigos), él no está diciendo por eso que La creación y la providencia no son idénti-
la providencia de Dios no se extienda a cas. Si la providencia significara un crear de
todas sus criaturas. En defensa del enfoque nuevo a cada momento, las criaturas tam-
limitado de la providencia de Dios la gente bién tendrían que ser producidas de la nada
apela con mayor apariencia de veracidad a a cada momento. En ese caso, la continui-
1 Corintios 9:9 (“¿Tiene Dios cuidado de dad, la interrelación y el “orden de las cau-
los bueyes?”). Pablo, no obstante, quien por sas” se perderían totalmente y no habría
todas partes toma la soberanía de Dios
como absoluta (Hch. 17:28; Rom. 11:36; 56. Agustín, El Significado Literal del Géne-
sis, IV, 15; idem, Confesiones, IV, 12;
Col. 1:17), de ninguna manera niega aquí idem, La Ciudad de Dios, XII, 17; T.
que el interés de Dios también incluya a los Aquino, I, qu. 104, art. 2; J. Quenstedt,
bueyes, sino que indica solamente que este Teología, I, 351; Z. Ursinus, Comentario
dicho está incluido en la ley de Dios por del Catecismo de Heidelberg, qu. 27; C.
Vitringa, Doctr. Christ., II, 183; H.
causa de la humanidad, no por causa de los Heppe, Dogmatik des deutschen Protestan-
tismus im sechzehnten Jahrhundert, 3
55. Cf. Calvino citado por Paul Henry, La vols. (Gotha: F. A. Perthes, 1857), 190.
Vida y Tiempos de Juan Calvino, trad. por 57. Charles Hodge, Teología Sistemática, 3
Henry Stebbing, 2 vols. (New York: vols. (New York: Charles Scribner’s
Robert Carter & Brothers, 1853), I, 358. Sons, 1888), I, 577ss.

203
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

desarrollo o historia. Entonces todos los crear, ni de crear a preservar. Él es invaria-


seres creados existirían solamente en apa- blemente el mismo.59 Por consiguiente, la
riencia y carecerían de toda independencia, creación y la preservación no son, objetiva
libertad y responsabilidad. Dios mismo y materialmente, distintas como actos de
sería la causa del pecado. Aunque muchos Dios en el ser de Dios sino solamente en la
teólogos llaman a la providencia una “crea- razón. Pero eso no es decir que la distinción
ción continua,” de ninguna manera quisie- es arbitraria y que solamente exista en
ron borrar la diferencia entre las dos. Todos nuestra mente. No: esa distinción se halla
consideraban la providencia más bien como definitivamente fundamentada en la
un acto simultaneo de hacer que la creación revelación de Dios y se deriva de ella por
persista en su existencia, como una forma nuestro pensamiento. Hay una diferencia
de preservación que presupone la creación. entre creación y preservación, pero esa
Agustín, por ejemplo, escribe que Dios des- diferencia no se encuentra en el ser de Dios
cansó en el séptimo día y ya no creó alguna como tal sino en la relación que Dios asume
especie nueva, y continúa describiendo la hacia sus criaturas. Lo que les ocurre a las
obra de providencia en distinción de la obra cosas como resultado de la creación es una
de creación de la siguiente manera: “Dios cosa; lo que ocurre con ellas como resultado
mueve la totalidad de su creación por un de la preservación es otra. La relación en la
poder oculto... Es así que Dios extiende las que las criaturas de Dios son colocadas con
generaciones que Él guardó en la creación respecto a Dios por estas dos acciones
cuando primero la fundó; y no serían envia- difiere en cada caso. Esta diferencia no
das a extender su curso si Aquel que hizo a puede indicarse diciendo que la creación es
las criaturas cesara de ejercer Su gobierno “de la nada” y que la preservación atañe a
previsor sobre ellas.”58 Por lo tanto, la lo que existe. Más bien la creación llama a
providencia algunas veces puede llamarse la existencia las cosas que no son, cosas que
una creación, pero se distingue siempre de no tienen otra existencia que la de las ideas
la creación primera y real por el hecho que y los decretos en el ser de Dios. Por la
es una “creación continua.” preservación, con el mismo poder, Dios
emplaza a aquellas cosas que han recibido
Así que las dos concuerdan en que es una existencia que es distinta de su ser y
el mismo poder omnipotente y omnipre- que son, no obstante, de manera única y
sente de Dios que está operando tanto en la exclusiva, de Dios, por medio de Dios y
creación como en la providencia. El último para Dios. La creación produce la
acto no es inferior al primero dado que el existencia, mientras que preservación es
poder, el divino poder, es requerido para persistir en la existencia. La dificultad para
ambos. También, la creación y la providen- la mente de sostener tanto la creación como
cia no son naturalmente distintas en Dios la preservación siempre surge del hecho de
mismo, y en Él, el Eterno, tampoco hay que por la creación las criaturas de Dios
variación o sombra debidas a algún cambio. han recibido su propia existencia única que
Él no pasó de un estado de no-crear al de es distinta del ser de Dios y que esa
existencia nunca puede, ni por un
58. Agustín, El Significado Literal del Géne-
sis, V, 20. 59. Cf. arriba, p. 48.

204
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

momento, ser vista como una existencia de


y por sí misma, independiente de Dios. Concurrencia: Las Causas Secundarias

Somos aquí confrontados por un mis- Con eso hemos indicado hasta ahora la
terio que sobrepasa en mucho nuestro manera en la cual Dios ejerce su gobierno
entendimiento, y estamos siempre inclina- providencial en el mundo y que, en tiempos
dos a hacer menos que justicia ya sea a una anteriores, fue expresado por la doctrina de
o a otra. Es esta inclinación la que subyace la concurrencia. Esta es tan ricamente
en el panteísmo y en el Deísmo. Estas dos diversificada como la diversidad con que
tendencias, ambas, proceden del mismo Dios distinguió a sus criaturas al momento
error y oponen a Dios y al mundo, el uno de la creación. La variedad exhibida en la
frente al otro, como dos entidades en com- manera de gobierno de Dios es exactamente
petencia. El primero sacrifica al mundo tan grande como aquella exhibida en su
ante Dios, la creación a la providencia, y creación.61 Por medio de la creación Dios
cree que la existencia de Dios puede única- llamó a la existencia un mundo que simul-
mente ser una existencia divinamente infi- táneamente merece ser llamado un “cos-
nita si niega la existencia del mundo, si lo mos” (cosmos) y una “edad” (aiôn) y que,
disuelve en mera apariencia y permite que tanto en el espacio como en el tiempo es “el
sea absorbido por la existencia divina. El espejo más brillante de la gloria divina.”62
último sacrifica a Dios ante el mundo, la Ahora, la providencia sirve para llevar al
providencia a la creación, y cree que las mundo desde su principio y conducirlo a su
criaturas llegan a una existencia que les es meta final; entra en vigor inmediatamente
propia en la medida en que se vuelven después de la creación y comienza a
menos dependientes de Dios y se distancian desarrollar todo lo que fue dado en aquella
a sí mismas de Dios. Sin embargo, el Cris- creación. La creación, a la inversa,
tiano confiesa que el mundo, y que toda apuntaba a la providencia; la creación le
criatura en él, han recibido su propia exis- confirió a las criaturas la clase de existencia
tencia, pero que aumenta en realidad, liber- que puede ser desarrollada en y por la
tad y autenticidad en la medida que son providencia. Pues el mundo no fue creado
más dependientes de Dios y existen, en un estado de pura potencia, como caos o
momento a momento, desde, a través de y como una nube nebulosa, sino como un
para Dios. Una criatura es más perfecta en cosmos ordenado y los seres humanos
el grado que Dios más la habite y la fueron colocados en él no como niños
impregne con su ser. En ese sentido la pre- pequeños indefensos sino como un hombre
servación es aún más grande que la crea- adulto y una mujer adulta. El desarrollo
ción, pues esta última solamente inició el solo podía proceder de tal mundo ya
principio de la existencia pero la última es preparado, y así es como la creación se lo
la auto-comunicación progresiva y siempre
creciente de Dios para con sus criaturas. La 60. S. Harris, Dios el Creador y Señor de Todo
providencia es “la expresión progresiva en (Edinburgh: Clark, 1897), I, 532.
el universo de su divina perfección, la reali- 61. J. Alsted, Theol., 315 (“Sicut creationis
zación progresiva en él del ideal arquetípico magna est varietas, ita et gubernatio-
nis”).
de la sabiduría y el amor perfectos.”60 62. Cf. la sección anterior 259 (GD, 399ss.).

205
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

presentó a la providencia. Además, ese de las semillas ocultas, y tomen los incre-
mundo era un todo armonioso en el que la mentos en tamaño apropiados para ellos, lo
unidad estaba aparejada con la más mismo que lo distintivo de sus formas como
maravillosa diversidad. Toda criatura si viniesen de estas causas originales.”64 El
recibió una naturaleza que le es propia y mundo, por consiguiente, está preñado con
con ella una existencia, una vida y una ley las causas de los seres. “Pues como las
que les son propias. Así como la ley moral madres están preñadas con vástagos no
fue increada en el corazón de Adán como la nacidos, así el mundo mismo está preñado
norma para su vida, así todas las criaturas con las causas de los seres no nacidos, que
llevaban en su propia naturaleza los no son creados en él excepto por aquella
principios y leyes para su propio desarrollo. esencia más alta, donde nada nace o muere,
comienza a ser o deja de ser.”65
Todas las cosas son creadas por la pala-
bra. Todas las cosas se basan en el pensa- El mundo es un árbol de cosas (arbor
miento. Toda la creación es un sistema rerum), produciendo ramas, flores y fru-
cimentado en las ordenanzas de Dios (Gen. tos.66 Dios preserva así las cosas y trabaja
1:26, 28; 8:22; Sal. 104:5, 9; 119:90; 91; Ecl. de tal manera en ellas que ellas mismas tra-
1:10; Job 38:10s.; Jer. 5:24; 31:25s.; 33:20, bajan con Él como causas secundarias. Esto
25). Dios confirió un orden sobre todas las no es decir que debamos detenernos allí. Al
criaturas, una ley que no violan (Sal. contrario, debemos siempre ascender a la
148:6).63 En todas sus partes está arraigada causa de todo ser y movimiento, y esa es
en el consejo de Dios, un diseño que surge únicamente la voluntad de Dios. “La ‘natu-
en las cosas grandes y pequeñas. Todo esto raleza’ de cualquier cosa creada particular
proviene del Señor de los ejércitos; él es es precisamente lo que el Creador supremo
maravilloso en consejo, y excelente en de esa cosa quiso que fuera.”67 Hasta ese
sabiduría (Isa. 28:23, 29). punto la providencia no es únicamente un
acto positivo sino también un acto inme-
Esta es la manera como la Escritura diato de Dios. Su voluntad, su poder y su
nos enseña a entender el mundo, y esta ser están inmediatamente presentes en toda
también es la manera como la teología Cris- criatura y en todo evento. Todas las cosas
tiana lo ha entendido. Agustín dijo que las existen y viven juntas en Él (Hch. 17:28;
“semillas ocultas” (semina oculta), los Col. 1:17; Heb. 1:3). Así como él creó el
“principios originales” (originales regulae), mundo por sí mismo, así también lo pre-
las “razones seminales” (seminariae ratio- serva y lo gobierna por sí mismo. Aunque
nes) fueron implantadas en la creación, las Dios trabaja a través de causas secundarias,
cuales, ocultas en el vientre secreto de la esto no ha de interpretarse, a la manera del
naturaleza, son los principios de todo desa-
rrollo. “Cualesquiera que sean las cosas, por
64. Agustín, La Trinidad, III, 7; idem, El
nacer, se vuelven visibles para que nuestros Significado Literal del Génesis, IV, 33.
ojos reciban los principios de su desarrollo 65. Agustín, La Trinidad, III, 9.
66. Agustín, El Significado Literal del Géne-
sis, VIII, 9.
63. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- 67. Agustín, La Ciudad de Dios, XXI, 8;
tiek, I, 307-8. idem, La Trinidad, III, 6-9.

206
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

Deísmo, como queriendo decir que ellas como las criaturas recibieron una natura-
brotan entre Dios y los efectos con sus con- leza propia en la creación y difieren entre
secuencias y que separan a estos de él. “La ellas, así también hay diferencia en las leyes
provisión inmediata de Dios sobre todo se en conformidad con las cuales funcionan y
extiende al arquetipo del orden.”68 en la relación en la cual se encuentran unas
con otras.
Por esa razón un milagro no es una
violación de la ley natural y no es una inter- Las leyes y las relaciones difieren en
vención en el orden natural. Desde el lado cada esfera: la física y la psicológica, la inte-
de Dios es un acto que no tiene a Dios como lectual y la ética, la familia y la sociedad, la
su causa, de manera más inmediata y ciencia y el arte, los reinos de la tierra y el
directa, que cualquier evento ordinario, y reino de los cielos. Es la providencia de
en el consejo de Dios y en el plan del Dios, la cual, entrelazándose con la crea-
mundo ocupa un lugar tan armonioso e ción, sostiene y produce el pleno desarrollo
igualmente bien ordenado como cualquier de todas estas naturalezas, fuerzas y orde-
fenómeno natural. En los milagros Dios nanzas distintas. En la providencia Dios
únicamente pone en vigor una fuerza espe- respeta y desarrolla – y no nulifica – las
cial que, como cualquier otra fuerza, opera cosas que él llamó a la existencia en la crea-
en concordancia con su propia naturaleza y ción. “No atañe a la divina providencia el
por lo tanto también tiene un resultado que corromper la naturaleza de las cosas sino
le es propio.69 preservarla.”70 Así pues, por tanto, él pre-
serva y gobierna a todas las criaturas según
Pero en la creación Dios incorporó sus su naturaleza, a los ángeles de una manera,
leyes en los seres, creando un orden por el a los humanos de otra, y a estos últimos de
cual las cosas mismas están interconecta- una manera que difiere de los animales y
das. Dios no está en dependencia de las las plantas. Pero, en la medida en que Dios
causas, pero las cosas sí dependen las unas en su providencia mantiene las cosas en su
de las otras. Esa interconexión es de relación mutua y hace que las criaturas se
muchos tipos. Aunque en general puede ser conviertan en instrumentos de la existencia
llamada “causal,” la palabra “causal” en y la vida de unas y de otras, esa providencia
este sentido de ninguna manera debe equi- puede ser llamada mediata. “Dios inmedia-
pararse con “mecánica,” como el materia- tamente provee para todas las cosas en lo
lismo quisiera que lo hiciéramos. Una que atañe al modelo del orden pero, en lo
conexión mecánica es únicamente un modo que atañe a la ejecución de la orden Él, con
en el que una cantidad de cosas en el seguridad, provee a través de otros
mundo se relacionan unas con otras. Así medios.”71 Así Él creó a todos los ángeles
simultáneamente pero deja que los
humanos procedan de una sangre; él
68. T. Aquino, Summa Theol., I qu. 22, art.
3, qu. 103, art. 6, qu. 103, art. 2; Summa preserva así a algunas criaturas
Contra Gentiles, III, 76ss.
69. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma- 70. T. Aquino, Summa Theol., II, 1, qu. 10,
tiek, I, 163; P. Mezger, Räthsel des christ- art. 4.
lichen Vorsehungsglaubens (Basel: 71. T. Aquino, Summa Theol., I, qu. 22, art.
Helbing & Lichterbahn, 1904), 20ss. 3.

207
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

individualmente y a otras como especies y mente en una forma de profanación que


familias. Entonces, en cada caso, él emplea perturba el misterio de la Deidad. Pero el
todo tipo de criaturas como medios en sus Cristianismo distinguía a Dios del mundo y,
manos para cumplir su consejo y alcanzar por su confesión de Dios como el Creador
su meta. de todas las cosas, separaba a Dios de los
nexos de la naturaleza y le elevaba muy por
La teología Cristiana no negaba estas encima de ella. Por lo tanto, el estudio de la
cosas. Por el contrario, siguiendo el ejemplo naturaleza ya no es una violación de la Dei-
de la Escritura, siempre ha sostenido enfáti- dad. Al mismo tiempo, y por este mismo
camente el orden natural y el nexo causal hecho, ha hecho libres a los seres humanos
de los fenómenos. No es cierto que el Cris- y les ha dado un status independiente con
tianismo con su sobrenaturalismo fuese respecto a la naturaleza, como se demuestra
hostil al orden natural e hiciera imposible la claramente por la espléndida visión de la
ciencia, como Draper, por ejemplo, y otros naturaleza que encontramos en los salmis-
han buscado demostrar con tal gusto.72 tas y los profetas, en Jesús y en los apósto-
Mucho más acorde con los hechos es el jui- les. Para el creyente la naturaleza ya no es
cio de Du Bois Reymond cuando escribió: un objeto de adoración y de pavor.74 Mien-
“La ciencia natural moderna, no importa tras que ante Dios se inclina con profunda
cuán paradójica pueda sonar, le debe su ori- humildad y es totalmente dependiente de
gen al Cristianismo.”73 En cualquier caso, Él, en relación a la tierra tiene el llamado de
el Cristianismo hizo posible la ciencia – ejercer dominio sobre ella y de sujetar todas
específicamente la ciencia natural – y pre- las cosas a sí mismo (Gén. 1:26). La depen-
paró el terreno para ella. Pues mientras más dencia en Dios es algo muy diferente a vivir
son deificados los fenómenos naturales – de manera conformada a la naturaleza y a
como en el politeísmo – y vistos como las adaptarse uno mismo a las circunstancias.
imágenes visibles y portadores de deidad, Muchos escritores argumentan de tal
más se hace imposible la investigación cien- manera que le atribuyen todas las cosas y
tífica puesto que se transforma automática- todos los eventos a la voluntad de Dios y
consideran que la resistencia no es permisi-
72. J. W. Draper, Historia del Conflicto entre
Religión y Ciencia (New York: D. Apple- 74. “Los Hebreos miraban al mundo y a la
ton, 1897). naturaleza con una autoconciencia sobe-
73. E. H. Du Bois Reymond, Culturgeschi- rana – sin temor al mundo – pero tam-
chte und Naturwissenschaft (Leipzig: Veit, bién con un sentido de la más alta
1878), 28; cf. también F. A. Lange, Ges- responsabilidad. Como representante de
chichte des Materialismus und Kritik sei- Dios la humanidad ejerce dominio sobre
ner Bedeutung in der Gegenwart (1882), el mundo pero solamente como tal. Los
129ss. [8a ed. Leipzig: Baedekker, 1908]; seres humanos no pueden seguir sus
H. Martensen-Larsen, Die Naturwissens- impulsos arbitrarios sino solamente la
chaft in inhrem Schuldverhältniss zum voluntad revelada de Dios. El paganismo,
Christenthum (Berlin, 1897); E. Dennert en contraste, oscila entre un abuso
en W. H. Nieuwhuis, Twee Vragen des impertinente del mundo y un temor
Tijds (Kampen: Kok, 1907), 9-52; idem, infantil ante sus poderes.” R. Smend,
De Verdiensten der Kath. Kerk ten opzichte Lehrbuch der alttestamentlichen Religions-
der Natuurwet, prólogo, F. Hendrichs geschichte (Freiburg i.B.: J. C. B. Mohr,
(Amsterdam, 1906). 1893), 453.

208
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

ble, o limitan la providencia de Dios, y colo- el milagro se halla tan lejos de ser una
can muchas cosas en las manos de los incursión en ese orden natural que este
humanos.75 orden más bien lo presupone y lo confirma.
En todos los tiempos la iglesia y la teología
Sin embargo, la Escritura nos advierte Cristiana han reconocido generosamente
tanto en contra del antinomianismo como tal orden de las cosas. Agustín apelaba repe-
de este Pelagianismo y corta de raíz, por un tidas veces al dicho de Sabiduría 11:20:
lado, toda falsa resignación fatalista, y por “Has dispuesto todas las cosas por medida,
el otro, toda auto-confianza presuntuosa. El número y peso.” Al menos en el período
inclinarse ante los poderes de la naturaleza inicial se opusieron enérgicamente a la
es algo muy diferente de una sumisión – terrible superstición que dominaba en los
como la de un niño – ante Dios, y ejercer siglos tercero y cuarto, y batallaron espe-
dominio sobre la tierra es un asunto de ser- cialmente contra la astrología.78 La contro-
vicio a Dios. El capitán en alta mar que se versia que surgía a menudo no era un
fue a su camarote a orar y a leer la Biblia conflicto entre el Cristianismo y la ciencia
durante una tormenta se sometió al poder natural; las alineaciones eran muy diferen-
de los elementos, pero no a Dios.76 Hay tes; generalmente era una batalla entre una
mucha más piedad real en el dicho de cosmovisión anterior y una posterior, con
Cromwell: “Confía en Dios y mantén seca Cristianos creyentes en ambos bandos.79
tu pólvora.” Además, es la confesión de
Dios como el Creador del cielo y de la tierra Esta visión fundamentalmente
la que inmediatamente trae con ella la correcta de la naturaleza que la teología
única verdad absoluta y nunca contradicto- Cristiana defendía se halla más claramente
ria consigo misma, la armonía y belleza del en evidencia en su doctrina de la “concu-
consejo de Dios, y por tanto, la unidad del rrencia” y de las “causas secundarias.” Esta
plan cósmico y el orden de toda la natura- doctrina no puede llegar a destacarse ni en
leza. “Si de una manera libre y maravillosa, el panteísmo ni en el Deísmo. En el primero
sobre la base del ámbito total de la natura- ya no hay causas de ningún tipo y en el
leza, uno le atribuye al único Dios una
manera también unificada de trabajar,
78. Agustín, La Ciudad de Dios, V, 1-8; T.
entonces la interrelación de las cosas en tér- Aquino, Summa Contra Gentiles, III,
minos de causa y efecto no solo se vuelve 84ss.; J. Calvino, “Una Advertencia Con-
concebible sino incluso una consecuencia tra la Astrología Judicial y otras Curiosi-
necesaria de lo supuesto.”77 La misma dades en Boga,” trad. por Mary Potter,
Calvin Theological Journal 18 (1983):
Escritura nos modela este reconocimiento 157-89 (Corpus Ref., 35, 509-44); F.
de tal orden natural, de un amplio rango de Turretin, Institutes of Elenctic Theology,
ordenanzas y leyes para las cosas creadas. Y VI, qu. 2; B. De Moor, Comm. Theol., II,
435; C. Vitringa, Doctr. Christ., II, 180
enz.; cf. también A. von Harnack, La
75. Así, e.g., W. Beyschlag, Vorstehungsglau- Expansión del Cristianismo en los Prime-
ben, 24ss. ros Tres Siglos, 2 vols., trad. por James
76. S. Harris, Dios el Creador y Señor de Moffatt (New York: G. P. Putnam’s Sons,
Todo, I, 545. 1904), I, 152-80.
77. F. A. Lange, Geschichte des Materialis- 79. Cf. antes las páginas 106-7 (Los Seis Días
mus, 130. de la Creación, capítulo tres).

209
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

segundo no hay causas secundarias. En el fenómenos es la de Dios mismo.81


panteísmo las causas secundarias, esto es,
las causas inmediatas de las cosas dentro En el Deísmo, a la inversa, las causas
del círculo de las cosas creadas, se identifi- secundarias son separadas de la causa pri-
can con la primera causa, el cual es Dios. maria y se les hace independientes. La
Entre las dos no hay distinción de sustancia causa primaria está totalmente restringida a
y efecto. Tanto material como formalmente la creación, la comunicación de la posibili-
Dios es el sujeto de todo lo que pasa, por dad (posse), y totalmente excluida en el caso
consiguiente también del pecado. En el del “desear” (velle) y el hacer (facere), como
mejor de los casos las así llamadas causas en el Pelagianismo original. O las dos cau-
secundarias no son sino oportunidades e sas se conciben como causas asociadas que
instrumentos pasivos para las obras de trabajan juntas, una al lado de la otra, como
Dios. Aunque esta teoría salió a la superfi- dos caballos alineados que halan un vagón,
cie solo de manera esporádica en los prime- aún cuando uno sea quizás más fuerte que
ros tiempos, en la filosofía más moderna de el otro, como en el Semi-Pelagianismo y el
Descartes llegó a tener dominancia y con- sinergismo. En esta visión la criatura se
dujo así al idealismo de Berkeley y de Male- convierte en el creador de sus propios
branche, y al panteísmo de Espinoza, Hegel, hechos. Sin embargo, la Escritura nos dice
Schleiermacher, Strauss y otros. Así Male- que Dios obra todas las cosas de manera
branche, por ejemplo, plantea que “hay que la criatura es solamente un instru-
solamente una causa verdadera porque úni- mento en su mano (Isa. 44:24; Sal. 29:3;
camente hay un Dios verdadero; que la 65:11; 147:16; Mat. 5:45; Hch. 17:25, etc.) y
naturaleza y poder de cada cosa no es sino que la providencia es distinta de la creación
la voluntad de Dios; que todas las causas y presupone la existencia y la auto-activi-
naturales no son causas verdaderas sino dad de las criaturas (Gén. 1:11, 20, 22, 24,
solamente causas ocasionales.” La causa 28, etc.). En conformidad con este testimo-
verdadera solamente puede ser Dios porque nio, la teología Cristiana enseña que las
solo él puede crear y no puede comunicarle causas secundarias están estrictamente
ese poder a una criatura. Si las criaturas subordinadas a Dios como la causa prima-
fuesen la verdadera causa de los movimien- ria y no obstante, en esa subordinación,
tos y los fenómenos, ellas mismas serían permanecen las causas verdaderas. Uno que
dioses. Pero “todas estas divinidades paga- otro teólogo, claro está, discrepaba de esta
nas insignificantes y todas estas causas par- posición, tal como el nominalista Biel en la
ticulares de los filósofos son meramente Edad Media y Zwinglio en la época de la
quimeras que la mente infame trata de esta- Reforma, quien creía que las fuerzas secun-
blecer para socavar la adoración del Dios darias eran erróneamente llamadas así y
verdadero.”80 Por consiguiente, hay única- prefería llamarlas instrumentos.82
mente fenómenos, representaciones, y la
única realidad, poder y sustancia tras estos Sin embargo, la enseñanza constante

80. N. Malebranche, La Búsqueda de la Ver- 81. Cf. J. Kleutgen, Philosophie der Vorzeit
dad. Aclaraciones de la Búsqueda de la vertheidigt, 2a ed. (Munster: Theissing,
Verdad (Columbus: Ohio State Univer- s.f.), II, 336-47; Hodge, Teología Sistemá-
sity Press, 1980), 448, 451. tica, I, 592.

210
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

de la iglesia Cristiana ha sido que las dos existe únicamente como resultado de la pri-
causas, aunque son totalmente dependien- mera. Tampoco las causas secundarias son
tes de la causa primaria, son al mismo simplemente instrumentos, órganos, autó-
tiempo también causas verdaderas y esen- matas inanimados, sino causas genuinas
ciales. Con su tremendo poder Dios hace con una naturaleza, vitalidad, espontanei-
posible toda causa secundaria y está pre- dad, manera de trabajar y leyes que les son
sente en ella con su ser en su comienzo, propias. “Satanás y los malhechores no son
progresión y final. Es él quien la establece y tan efectivamente los instrumentos de Dios
hace que se ponga en acción (praecursus) y de manera que no actúan también a su pro-
quien además la acompaña en su obrar y la pio favor. Pues no debemos suponer que
conduce a su efecto (concursus). Él está en Dios opera en un hombre injusto como si
operación [en nosotros] tanto para querer fuese una piedra o un trozo de madera, sino
como para hacer por su buena voluntad que le usa como una criatura pensante,
(Fil. 2:13). Pero esta actividad energizante según la cualidad de su naturaleza, la cual
de la causa primaria en las causas secunda- Él le ha dado. Así, cuando decimos que
rias es tan divinamente grande que precisa- Dios opera en los malhechores, eso no les
mente por esa actividad despierta esas impide que operen para su propio benefi-
causas secundarias hacia una actividad que cio.”84
les es propia. “La providencia de Dios no
cancela sino que establece la causalidad Con relación a Dios las causas secun-
secundaria.”83 La concurrencia es precisa- darias pueden compararse con instrumen-
mente la razón para la auto-actividad de las tos (Isa. 10:15; 13:5; Jer. 50:25; Hch. 9:15;
causas secundarias, y estas causas, susten- Rom. 9:20-23); con relación a sus efectos y
tadas desde el principio hasta el fin por el productos son causas en el verdadero sen-
poder de Dios, trabajan con una fuerza que tido. Y precisamente debido a que la causa
es para ellas apropiada y natural. Tan poco primaria y la secundaria no se encuentran
es lo que la actividad de Dios nulifica de la ni funcionan de manera dualista sobre sen-
actividad de la criatura que esta última es deros separados sino que la primaria opera
más vigorosa en el grado en que la primera a través de la secundaria, el efecto que pro-
se revela con más riqueza y plenitud. Por cede de las dos es uno y el producto es uno.
tanto, la causa primaria y la causa secunda- No hay división de trabajo entre Dios y su
ria permanecen como dos causas distintas. creación, sino que el mismo efecto es total-
La primera no destruye la segunda sino al mente el efecto de la causa primaria lo
contrario, le confiere realidad, y la segunda mismo que totalmente el efecto de la causa
próxima. El producto es también, en el
82. U. Zwinglio, Sobre la Providencia y Otros mismo sentido, totalmente el producto de la
Ensayos, IV, 95ss.; cf. el teólogo Ameri- causa primaria lo mismo que totalmente el
cano Emmons en A. H. Strong, Teología producto de la causa secundaria. Pero,
Sistemática (New York, 1890), 205 [Phi-
ladelphia: Griffith & Rowland, 1907-09]; debido a que la causa primaria y la causa
Ch. Hodge, Teología Sistemática, I, 594; secundaria no son idénticas y difieren esen-
H. B. Smith, Sistema de Teología Cris-
tiana, 103. 84. J. Calvino, Tratados contra los Anabap-
83. J. Wollebius en H. Heppe, Dogmática tistas y Libertinos, trad. por B. W. Farley
Reformada, 258. (Grand Rapids: Baker, 1982), 245.

211
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

cialmente, el efecto y el producto son en rea- nada que ver con otra cosa que no sea la
lidad totalmente el efecto y producto de las democracia y la anarquía. Bajo la influencia
dos causas, ciertamente, pero formalmente de esta visión están también aquellos quie-
son únicamente el efecto y producto de la nes en la teología encuentran la idea de
causa secundaria. La madera se quema y es Dios como rey demasiado reminiscente del
solo Dios quien hace que se queme, pero Antiguo Testamento, y anticuada, y quie-
formalmente el proceso de quemado no nes, en el mejor de los casos, todavía quie-
puede ser atribuido a Dios sino que debe ren hablar de Dios como Padre. Pero este
ser atribuido a la madera como sujeto. Las juicio es superficial y falso. En primer
personas humanas hablan, actúan y creen, lugar, el nombre “Padre” para Dios no está
y es solo Dios quien le suple a un pecador limitado al Nuevo Testamento sino que se
toda la vitalidad y fuerza que él o ella nece- usa también en el Antiguo Testamento e
sita para la comisión de un pecado. Sin incluso entre los Gentiles. Puede que el
embargo, el sujeto y autor del pecado no es Nuevo Testamento tenga un entendimiento
Dios sino el ser humano. De esta manera la más rico y profundo de ese nombre pero no
Escritura traza las líneas dentro de las cua- fue el primero en concederle este nombre a
les se ha de buscar la reconciliación de la Dios.85 A la inversa, el nombre “rey” no es
soberanía de Dios con la libertad humana. solamente usado repetidas veces para el ser
divino en el Antiguo sino también en el
La Providencia como Gobierno Nuevo Testamento (Mat. 6:10, 13, 33; 1
Tim. 1:17; 6:15; Apoc. 19:6, etc.). Y en
Implícitamente incluido en la provi- segundo lugar, el nombre “rey” no es
dencia, concebida como preservación y con- menos adecuado para Dios que el nombre
currencia, se halla el gobierno divino. Uno Padre. Toda patria (lit., “paternidad”) en
que preserva de tal manera las cosas que él los cielos y en la tierra deriva su nombre de
no solamente, por su voluntad y ser, sus- Él quien es el Padre de nuestro Señor
tenta los seres existentes sino incluso sus Jesucristo (Efe. 3:15). Todas las relaciones
poderes y efectos, es absolutamente sobe- que existen entre las criaturas, entre las
rano: un verdadero rey. Por lo tanto, el superiores y las inferiores, son analogías de
gobierno no es un elemento nuevo, añadido aquella relación original en la que Dios se
a la preservación y a la concurrencia. Más encuentra para con las obras de sus manos.
bien es, como tal, como cada una de estas Lo que un padre es para su familia, lo que
dos, la totalidad de la providencia de Dios, un educador es para los jóvenes, lo que un
solo que considerada ahora desde la pers- comandante es para el ejército, lo que un
pectiva de la meta final hacia la que Dios, rey es para su pueblo – todo eso y mucho
por su providencia, está guiando todo el más es lo que Dios es de una manera
mundo creado. Es un pensamiento bello y totalmente original para sus criaturas. No
evocador cuando la Escritura una y otra vez solamente uno sino todos sus atributos
llama a Dios “rey” y describe su providen- llegan a expresarse en el mundo y por lo
cia como un tipo de gobierno. Hay muchas tanto necesitan ser honrados por nuestra
personas en nuestro tiempo que rechaza
toda idea de soberanía en la familia, el
85. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
estado y la sociedad y no quieren tener tiek, II, 118.

212
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

parte. Ahora, la “realeza” para uno también Escritura y descrito con varios nombres.
es una institución divina gloriosa. No Por su dominio él sustenta el mundo y lo
solamente confiere sobre un pueblo una establece de manera que no será removido
unidad simbolizada en una persona sino (Sal. 93:1); él ordena a la luz y a la
que, como una realeza hereditaria, también oscuridad (Sal. 104:19, 20), manda la lluvia
asume el carácter de originalidad, o la retiene (Gén. 7:4; 8:2; Job 26:8;
eminencia, independencia y constancia. En 38:22s.), da la nieve, la escarcha y el hielo
todo esto hay una bella imagen – aunque (Sal. 147:16), reprende y calma el mar
débil – de la realeza de Dios. (Nah. 1:4; Sal. 65:8; 107:29), envía
maldiciones y destrucción (Deut. 28:15ss.).
Toda soberanía en la tierra es derivada, Todas las cosas cumplen su mandamiento
temporal y limitada, y en el caso de abuso, (Sal. 148:8). Con igual poder y majestad
es más una maldición que una bendición. soberana gobierna en el mundo de las
Pero Dios es rey en el sentido absoluto y criaturas racionales. Él gobierna entre los
verdadero. El gobierno del universo no es Gentiles y posee todas las naciones (Sal.
democrático, ni aristocrático, ni republi- 22:29; 82:8); considera las naciones como
cano, ni constitucional, sino monárquico. A menos que nada y vacuidad (Isa. 40:17),
Dios le pertenece el único y total poder trata con los habitantes de la tierra según su
legislativo, judicial y ejecutivo. Su sobera- voluntad (Dan. 4:35) y dirige los corazones
nía es original, eterna, ilimitada, abundante y los pensamientos de todos (Prov. 21:1).
en bendición. Él es el Rey de reyes y el
Señor de señores (1 Tim. 6:15; Apoc. 19:6). Y este gobierno de Dios sobre sus cria-
Su ámbito real es la totalidad del universo. turas racionales se extiende no solamente a
Suyos son los cielos y la tierra (Éxo. 19:5; las cosas buenas de las cuales Él es el Dador
Sal. 8:2; 103:19; 148:13). Él posee todas las tanto en naturaleza como en gracia (Sant.
naciones (Sal. 22:29; 47:9; 96:10; Jer. 10:7; 1:17); ni solamente a los beneficiarios de su
Mal. 1:14) y es supremo en toda la tierra favor, a quienes escoge, preserva, cuida y
(Sal. 47:3, 8; 83:19; 97:9). Él es rey para conduce a la eterna salvación, sino también
siempre (Sal. 29:10; 1 Tim. 1:17); ninguna a las malas y a aquellos que aman el mal y
oposición tiene oportunidad alguna contra lo hacen. De acuerdo, Dios odia el pecado
él (Sal. 93:3, 4). Su reino ciertamente ven- con todo su ser, como toda la Escritura tes-
drá (Mat. 6:10; 1 Cor. 15:24; Apoc. 12:10); tifica (Deut. 32:4; Sal. 5:5-7; Job 34:10; 1
su gloria será revelada y su nombre temido Juan 5, etc.), y por medio de la prohibición
desde el nacimiento del sol hasta su puesta del pecado en la ley y en la conciencia
(Isa. 40:5; 59:19); él será rey sobre toda la humana, lo mismo que en sus juicios, el
tierra (Zac. 14:9). También en este gobierno de Dios da testimonio innegable
gobierno Dios trata con cada cosa según su de esta aversión. Al mismo tiempo toda la
especie. “Dios gobierna sobre todas las Escritura también enseña que el pecado, de
cosas de manera conformada a sus natura- principio a fin, está sujeto al gobierno de
lezas.”86 Por consiguiente, ese imperio de Dios.87 En sus comienzos Dios actúa
Dios es representado variadamente en la
87. C. Clemen, Die Christliche Lehre von der
Sünde (Göttingen: Vandenhoeck und
86. J. Alsted, Theol., 301. Ruprecht, 1897), I, 123-51.

213
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

algunas veces para detenerlo (Gén. 20:6; cegó a ciertas personas (Éxo. 4:21; 7:3;
31:7), destruye el consejo de los malos (Sal. 9:12; 10:20, 27; 11:10; 14:4; Deut. 2:30; Jos.
33:10), da fuerza para resistir la tentación 11:20; Isa. 6:10; 63:17; Mat. 13:13; Mar.
(1 Cor. 10:13), y siempre frustra al pecado 4:12; Lucas 8:10; Juan 12:40; Hch. 28:26;
en el hecho que prohíbe e inhibe al pecador Rom. 9:18; 11:8); dirigió el corazón de un
por medio del temor y el temblor en su hombre de manera que fue odioso y desobe-
conciencia. diente (1 Sam. 2:25; 1 Rey. 12:25; 2 Crón.
25:20; Sal. 105:24; Eze. 14:9). Envió un mal
Pero esta prevención (impeditio) está espíritu o un espíritu mentiroso (Jue. 9:23;
lejos de ser la única forma en la que Dios 1 Sam. 16:14; 1 Rey. 22:23; 2 Crón. 18:22).
gobierna el pecado. Muchas veces él per- Por medio de Satanás incitó a david a con-
mite que ocurra y no lo detiene. Él entregó tar al pueblo (2 Sam. 24:1; 1 Crón. 21:1),
a los Israelitas a la dureza de sus corazones, provoca que Simei maldiga a David (2 Sam.
para que siguieran sus propios consejos 16:10), entrega a la gente a sus pecados,
(Sal. 81:12), dejó que las naciones camina- permite que llenen la plena medida de su
ran de sus propias maneras (Hch. 14:16; iniquidad (Gén. 15:16; Rom. 1:24), envía
17:30), entregó a la gente a sus propias un fuerte espíritu engañoso (2 Tes. 2:11),
pasiones (Rom. 1:24, 28). Y puede decirse establece a Cristo para caída y levanta-
igualmente que Dios permitió la caída de miento de muchos (Luc. 2:34; Juan 3:19;
Adán, el asesinato de Abel, la iniquidad de 9:39; 2 Cor. 2:16; 1 Ped. 2:8, etc.).88
la gente antes del diluvio (Gén. 6:3), la
venta de José (Gén. 37), la condena de No solo desde el principio sino tam-
Jesús, y así sucesivamente. Pero este per- bién en su continuación Dios mantiene el
miso (permissio) es tan poco negativo en su pecado bajo su control omnipotente. Él lo
naturaleza que incluso desde su mismo restringe o lo limita repetidamente, inhibe
principio el pecado está sujeto al poder y la su ímpetu y le pone un alto por su juicio
soberanía gobernante de Dios. Él crea y dis- (Gén. 7:11; Éxo. 15; Mat. 24:22; 2 Ped. 2:9),
pone las oportunidades y ocasiones para pero también lo dirige en aquellos casos en
pecar para probar a los humanos, ya sea que permite que continúe (Prov. 16:9;
para fortalecerles o confirmarles o para cas- 21:1), y, ya sea perdonándolo o castigán-
tigarles y endurecerles (Gén. 27; 2 Crón. dolo, en última instancia hace que sirva al
32:31; Job 1, Mat. 4:1; 6:13; 1 Cor. 10:13). cumplimiento de su consejo, la glorifica-
Aunque a primera vista un pecado dado no ción de su nombre (Gén. 45:7, 8; 50:20; Sal.
pareciera ser sino un acto arbitrario de los 51:6; Isa. 10:5-7; Job 1:20, 22; Prov. 16:4;
humanos, resulta más tarde que Dios tenía Hch. 3:13; Rom. 8:28; 11:36).
su mano en ello y que este ocurrió según su
consejo (Gén. 45:8; 2 Crón. 11:4; Lucas Como el pecado (un mal culpable), así
24:26; Hch. 2:23; 3:17, 18; 4:28). Material-
mente incluso algunas veces es – aunque no 88. Cf. H. Bavinck, Gereformeerde Dogma-
formal ni subjetivamente – atribuido a Dios tiek, II, 306ss., y la literature adicional
en sus inicios. Dios es el alfarero y los sobre la actividad de Dios con relación a
humanos son el barro (Jer. 18:5; Lam. 3:38; los hechos pecaminosos de los humanos
en C. Vitringa, Doctr. Christ., II, 196ss.,
Isa. 45:7, 9; 64:7; Amós 3:6). Endureció y 206ss.

214
EN EL PRINCIPIO — Bavinck

también el sufrimiento (un mal punitivo), todas las cosas están siendo conducidas por
están sujetos al dominio de Dios. Él es el la providencia de Dios es el establecimiento
creador de la luz y las tinieblas, del bien y de su reino, la revelación de sus atributos,
del mal (Amós 3:6; Isa. 45:7; Job 2:10). La la gloria de su nombre (Rom. 11:32-36; 1
muerte, que fue el castigo de Dios y provino Cor. 15:18; Apoc. 11:15; 12:13, etc.).
de su mandamiento (Gén. 2:17), y todos los
desastres y adversidades, todas las penas y La Escritura trata con la providencia
sufrimientos, todas las aflicciones y juicios, de Dios de esta forma consoladora. Queda
son impuestos sobre la humanidad por la una gran cantidad de enigmas, tanto en la
mano omnipotente de Dios (Gén 3:14ss.; vida de los individuos como en la historia
Deut. 28:15ss. etc.). Ya en los días de Israel del mundo y la humanidad. A partir de este
la gente observaba la disonancia que existe punto en adelante el interés único de la teo-
en esta vida entre el pecado y el castigo, la logía sistemática es con los misterios que la
santidad y la bendición (Sal. 73; Job; Ecl.). providencia de Dios ha puesto a nuestro
La fe batallaba con este terrible problema resguardo en el pecado, la libertad, la res-
pero también levantaba una vez más su ponsabilidad, el castigo, el sufrimiento, la
cabeza en victoria sobre él, no porque muerte, la gracia, la expiación, la reconcilia-
mirara su solución, sino porque seguía afe- ción, la oración y así sucesivamente, y por
rrándose al poder real y al amor paternal lo tanto no tiene que discutir aquí todos
del Señor. La prosperidad de los malos es estos tópicos.
una mera ilusión y en cualquier caso es
temporal, mientras que el justo, aún en su Pero Dios deja que la luz de su Palabra
más profundo sufrimiento, todavía disfruta brille sobre todos estos enigmas y misterios,
del amor y la gracia de Dios (Sal. 73; Job). no para resolverlos, sino “a fin de que por la
El sufrimiento de los fieles frecuentemente paciencia y la consolación de las Escrituras,
se halla arraigado no en su pecado personal tengamos esperanza” (Rom. 15:4). La doc-
sino en el pecado de la humanidad, y tiene trina de la providencia no es un sistema
su meta en la salvación de la humanidad y filosófico sino una confesión de fe, la confe-
la gloria de Dios. El sufrimiento sirve no sión de que, a pesar de las consecuencias, ni
solamente como retribución (Rom. 1:18, Satanás o algún ser humano, o cualquier
27; 2:5, 6; 2 Tes. 1:2) sino también como otra criatura, sino Dios y solo Él – por su
prueba y castigo (Deut. 8:6; Job 1:12; Sal. todopoderoso y omnipresente poder – pre-
118:8; Prov. 3:12; Jer. 10:24; 30:11; Heb. serva y gobierna todas las cosas. Tal confe-
12:6ss.; Apoc. 3:19); como reafirmación y sión puede salvarnos tanto de un
confirmación (Sal. 119:67, 71; Rom. 5:3-5; optimismo superficial que niega los enigma
Heb. 12:10; Sant. 1:2-4); como testimonio de la vida, como de un pesimismo imperti-
de la verdad (Sal. 14:23; Hch. 5:41; Fil. nente que se desespera por este mundo y
1:29; 2 Tim. 4:6); y para glorificar a Dios por el destino humano. Pues la providencia
(Juan 9:2). En Cristo se abrazan la justicia de Dios abarca todas las cosas, no sola-
y la misericordia; el sufrimiento es el
camino a la gloria; la cruz apunta hacia una 89. Más tarde revisamos nuevamente el pro-
corona, y la madera de la cruz se convierte blema del sufrimiento en la sección sobre
el castigo del pecado, Gereformeerde Dog-
en el árbol de vida.89 El fin hacia el cual matiek, III, 139-73.

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EN EL PRINCIPIO — Bavinck

mente el bien sino también el pecado y el


sufrimiento, las penas y la muerte. Pues si
estas realidades fuesen removidas de la
guianza de Dios, entonces ¿qué quedaría
para que él gobernara? La providencia de
Dios es manifiesta no solamente, ni prima-
riamente, en los eventos extraordinarios de
la vida y en los milagros sino igualmente en
el orden estable de la naturaleza y en los
acontecimientos ordinarios de la vida dia-
ria. ¿Cuán empobrecida sería la fe si mirara
la mano y el consejo de Dios desde lejos en
unos pocos eventos memorables pero no la
percibiera en la propia vida y caminar de
una persona? Ella conduce todas estas
cosas hacia su meta final, no en contra sino
en conformidad con su naturaleza, no
aparte de sino a través de los medios regula-
res; ¿pues qué poder habría en una fe que
recomendara una indiferencia estoica o un
consentimiento fatalista como piedad ver-
dadera? Pero así, como el todopoderoso y
omnipresente poder de Dios, nos hace agra-
decidos cuando las cosas van bien y pacien-
tes cuando las cosas van en contra nuestra,
nos induce a descansar con una sumisión
infantil en la guianza del Señor y al mismo
tiempo nos levanta de nuestra inercia a los
niveles más altos de actividad. Nos da, en
todas las circunstancias de la vida, buena
confianza en nuestro fiel Dios y Padre, de
que proveerá cualquier cosa que necesite-
mos para el cuerpo y el alma, y de que tor-
nará para nuestro bien cualquier
adversidad que nos envíe en este triste
mundo, puesto que Él es capaz de hacer
esto como Dios todopoderoso y desea hacer
esto como un Padre fiel.90

90. Nota del Editor: Días del Señor 9 y 10,


Catecismo de Heidelberg.

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