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Hernia discal L5 S1: síntomas,

tratamiento, ejercicios,
operación
La hernia de disco aparece cuando una parte del mismo presiona la raíz
nerviosa. Terapia, ejercicios, antiinflamatorios y, a veces, cirugía, son
necesarios.

Publicado por Joan Lozoya | Last updated Jul, 15 2013


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Las hernias discales representan el tipo de afectación que con mayor
frecuencia causa incapacidad en personas menores de 45 años. Se estima
que aproximadamente el 1% de la población padece una discapacidad
crónica debido a la hernia discal. El dolor se debe a la inflamación del
periostio de las vértebras, la duramadre, las articulaciones, el ligamento
vertebral longitudinal posterior, el anillo fibroso y los músculos lumbares.
Las manifestaciones clínicas más habituales son el lumbago y la ciática.
Cuando afecta el nervio lumbar se conoce como L5, mientras que el nervio
ciático se denomina S1.

Causas de la hernia discal


Para comprender el proceso de esta dolencia es necesario conocer, aunque
sea sintéticamente, la formación de la columna vertebral. Los huesos que la
componen van del cráneo a la pelvis y protegen los nervios que parten del
cerebro y bajan por la espalda formando la médula espinal. Las raíces
nerviosas salen de la columna entre las vertebras. Estas están separadas
por unos discos que contienen una sustancia suave y gelatinosa que aporta
amortiguación y espacio entre dichas vértebras. Cuando estos discos salen
de su lugar –se hernian– o se rompen, los nervios raquídeos se comprimen,
causando dolor, entumecimiento o debilidad. Esto suele ocurrir casi siempre
en la zona lumbar, en menor medida en los discos cervicales y muy
raramente en la espalda alta o media.

Estas afecciones reciben el nombre de radiculopatía. La hernia discal es


una de las causas de la radiculopatía.

Sintomas y consecuencias de la hernia discal


El dolor puede ser muy variable. Puede apreciarse como un ligero
hormigueo, entumecimiento o hasta un dolor agudo y pulsátil que, en
ocasiones, puede llegar a ser incapacitante.

El dolor ocurre con mayor frecuencia en un lado del cuerpo, bien sea una
pierna, la cadera o los glúteos Incluso en la parte posterior de la pantorrilla o
la planta del pie. En general se experimenta debilidad en la pierna.

El dolor con frecuencia empieza lentamente y puede empeorar en según


qué situaciones, como permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo,
por la noche, al estornudar, reír o toser o al doblarse hacia atrás.

Paralelamente se puede sentir un estado de debilidad en ciertos músculos,


una sensación que apenas se aprecia hasta someterse a un examen
médico.

Diagnóstico de la hernia discal


Con un examen físico y el tipo de dolor experimentado suele ser suficiente
para diagnosticar la presencia de una hernia discal. Un examen neurológico
será necesario para valorar los reflejos musculares, la sensibilidad y la
fuerza muscular. No es extraño que los exámenes de la columna vertebral
descubran una disminución en la curvatura de la columna en la zona
afectada.

Otros exámenes a realizar abarcan la radiografía de la columna vertebral,


con el objeto de descartar otras causas, una resonancia magnética o una
tomografía computarizada de la columna vertebral que mostrarán la
compresión del canal medular, unelectromiograma, que mostrará con
precisión las raíces nerviosas afectadas, unamielografía que determine el
tamaño y la ubicación de la hernia discal y una prueba de velocidad de
conducción nerviosa.

Hernia discal: antiinflamatorios, rehabilitación,


fisioterapia y cirugía
Como sucede en tantas afecciones, la prevención es una de las
principales recomendaciones para evitar que aparezca la hernia discal.
Por lo que respecta al tratamiento de la hernia discal, la principal
recomendación es un periodo de reposo acompañado
de analgésicos antiinflamatorios. Después se empieza con la
fisioterapia que, en la mayoría de los casos, es suficiente para que la
mayoría de personas se recuperen. Si los antiinflamatorios no resultan
efectivos, deberán utilizarse antiinflamatorios no esteroides. También
pueden ser necesarios los relajantes musculares y, más raramente, se
precisará administrar esteroides.

En algunos casos se requiere un tratamiento adicional que incluye


cirugía, que se emplea para los pocos pacientes para los que no hay
otra alternativa.

La cirugía -discectomía- se lleva a cabo con anestesia general. Sobre la


zona donde se encuentra la hernia de disco se hace una incisión de 4 o
5 cm., abriendo una ventana en un ligamento que une las vértebras y
extrayendo los fragmentos del disco que comprimen la raíz del nervio
ciático. Después se protege la raíz con pequeños instrumentos para
que no resulte dañada.

Las complicaciones pueden incluir dolor de espalda crónico, pérdida


de sensibilidad en los pies o las piernas, pérdida de la función de la
vejiga y de los intestinos o una lesión –muy poco común– permanente
de la médula espinal.

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