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representan?
Argumentan que por ahí es donde casi siempre un carro o una moto desaparecen y así
comienzan las tragedias. Esta premisa la conocen a fondo los conductores de camiones y
articulados.
Esto se origina por la posición de manejo que tienen estos profesionales del transporte y por
el diseño de las cabinas tradicionales de los camiones, que hace que los pilotos se enfrenten
a varios puntos ciegos que comprometen su visibilidad.
También conocidos como ángulos muertos, los puntos ciegos que existen en todo vehículo
son los que, desde el puesto del conductor, limitan su campo de visión al punto de
obstaculizar su amplitud visual y crear zonas de riesgo en las que se pueden provocar
accidentes de tránsito.
El problema se hace más serio en los vehículos pesados pues estos puntos ciegos son más
pronunciados. Por ejemplo, dentro de estas zonas no solamente se puede 'esconder' un
motociclista sino un automóvil pequeño.
Existen puntos ciegos en los laterales de cabina: en esta parte del vehículo, los conductores
tienen menos visibilidad en el lado derecho, debido a que la puerta y guardafango terminan
a una altura considerable.
Esto hace que los giros a la derecha se conviertan en un riesgo, porque estos dos elementos
impiden que se vea un peatón o incluso un automóvil. De ahí la necesidad de tener
precaución cuando se realizan estas maniobras.
Así mismo, las grandes zonas que existen a ambos lados de los camiones son altamente
riesgosas debido a los amplios espacios que requieren para girar. En esos momentos, es
imposible ver los automóviles que vienen directamente detrás de ellos o a su lado; incluso,
en la maniobra de cambiar de carril, estos puntos ciegos laterales son muy peligrosos por la
altura desde donde puede ver el conductor. Los puntos ciegos son creados por los paneles
traseros y laterales de la carrocería, lo cual se convierte en un punto ciego aún más grande.
Incluso, el capó también es un punto ciego importante. Por su tamaño, este tipo de
vehículos hace necesario que la altura a la cual se encuentra el conductor sea mayor. Así
mismo, la tapa que cubre el compartimento del motor es más grande y queda a mayor
altura, lo cual produce un punto ciego bastante amplio tanto hacia adelante como hacia los
lados del vehículo.
Si el vehículo tiene un capó largo, el conductor podría no ver los primeros 3 a 6 metros que
están frente a su paragolpes delantero, lo cual es suficiente espacio para que un automóvil
se ubique justo allí y no se vea.
Además, en caso de una frenada brusca del vehículo que se encuentra dentro del punto
ciego delantero, el conductor del vehículo pesado simplemente no podrá verlo y lo
arrollará.
Por supuesto, también se le considera punto ciego a la parte trasera del remolque o del
furgón, pues en maniobras de reversa el conductor no tiene ninguna posibilidad de advertir
un obstáculo.
Pero también, un automóvil pequeño tiene puntos ciegos en los que suele aparecer un
motociclista o un ciclista que pareciera salir de la nada. Esto se refleja en los accidentes que
se presentan en los cruces con este tipo de vehículos de dos ruedas.
Cómo reducirlos
Los siguientes consejos no solo aplican para los conductores de camiones, también aplican
para los particulares. Para ayudar a observar lo que ocurre detrás del vehículo existen los
espejos retrovisores. Sin embargo, no hay que confiarse únicamente de ellos, porque no
todo lo que reflejan corresponde a la realidad pues también tienen puntos ciegos.
En los espejos también existen puntos ciegos que se dan porque lo que se observa está
determinado tanto por el tamaño del espejo como por la distancia a que se encuentra el
conductor.
A menudo muchos conductores que desean cambiar de carril miran los espejos retrovisores
y se encuentran repentinamente con otro vehículo que hace cambio de luces o les pita como
forma de avisar que le están cerrando el paso.
Esto sucede por la visión limitada producto de los puntos ciegos y por exceso de confianza
de los conductores; este plural no es casual porque la responsabilidad es compartida entre
todos los conductores, es decir, así como el conductor que se cambia de carril debe procurar
por todos los medios advertir la presencia de otro vehículo, también es responsabilidad del
que viene en esa misma vía el considerar que de pronto no es visible para los demás y debe
buscar, por medio del pito o de las luces tener presencia en los espejos del otro.
Para reducir los puntos ciegos al cambiar de carril, se aconseja mirar dos veces el espejo
retrovisor antes de efectuar la maniobra; si no viene nadie, conviene esperar dos segundos,
volver a observar y realizar el adelantamiento.
Los conductores con más experiencia deben desarrollar la visión periférica, lo que significa
estar permanentemente mirando el espejo y dar un vistazo por encima de los hombros para
hacerse una más clara imagen espacial.
Otra manera de reducir estos puntos ciegos es por medio del uso
de espejos convexos que ofrecen una zona más amplia de visión aunque la imagen que
muestra no es real, ya que varían los tamaños de los objetos así como las distancias a las
que se encuentran.
También conocidos como ángulos muertos, los puntos ciegos que existen en los vehículos obstaculizan el
campo visual de los conductores y pueden provocar accidentes de tránsito.
Cuando se habla de seguridad automotriz se suele mencionar la protección que brinda a los pasajeros el
hecho de que los automóviles modernos cuenten, en su gran mayoría, con carrocería de deformación
programada. Sin embargo, la forma y la configuración de esta misma carrocería genera obstáculos que
impiden a los conductores tener un dominio total del campo visual que rodea al auto, lo que muchas veces
puede provocar accidentes de tránsito. Se trata de los puntos ciegos, los que producen un área del exterior
(ángulo muerto) del vehículo que es imposible de observar.
Existen puntos ciegos provocados por los pilares A (del marco del parabrisas delantero) y también por los
pilares del parabrisas trasero. En la parte frontal del auto, los conductores tienen menos visibilidad en el lado
izquierdo del parabrisas, debido a que el pilar de ese costado les está más próximo. Sin embargo, y de
acuerdo a los expertos, los puntos ciegos son más peligrosos cuando se realizan virajes a la derecha. No son
pocas las veces en que un pilar derecho ha tapado a un peatón o incluso a un automóvil. De ahí la necesidad
de ser cautos cuando se realizan estas maniobras.
Por su parte, los puntos ciegos que presentan los pilares traseros se intentan evitar con los espejos
retrovisores.
Para ayudar a observar lo que ocurre detrás del automóvil existen los espejos retrovisores (exteriores e
interior).
Sin embargo, no hay que confiarse solamente en estos espejos, porque no todo lo que reflejan corresponde a
la realidad pues también tienen puntos ciegos.
De hecho, con frecuencia muchos automovilistas que desean cambiarse de pista, y miran los espejos
retrovisores, se encuentran repentinamente con otro vehículo, que les toca la bocina o prende luces como una
forma de avisar que le están cerrando el paso. Y las consecuencias de un encerrón al hacer cambio de carril
en carreteras de alta velocidad pueden ser mortales.
Pero, ¿por qué se dan estos puntos ciegos en los espejos retrovisores? Según el profesor de Física de la
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Boris Chornik, este fenómeno tiene
una explicación más geométrica que óptica. "A través del espejo uno sólo ve una parte de la realidad. Lo que
uno observa está determinado tanto por el tamaño del espejo retrovisor como por la distancia en que se
encuentra el conductor. Si uno representa el ojo del conductor como un punto y traza desde ese punto dos
líneas rectas que terminan en los extremos izquierdo y derecho del espejo retrovisor, establece el ángulo de
visión, que es parcial. Si uno quisiera tener un campo visual mayor tendría que sentarse más cerca del
espejo".
Agrega que una forma estructural de evitar los puntos ciegos en los espejos retrovisores sería agrandarlos, lo
que en la práctica sería imposible ya que afectaría al tránsito.
Consejos de viraje
Para impedir que los puntos ciegos de los espejos retrovisores nos jueguen una mala pasada cuando
cambiamos de pista, los expertos entregan algunas recomendaciones. "A quienes tienen menos experiencia
de manejo, sobre todo si circulan a altas velocidades, se les aconseja mirar dos veces el espejo retrovisor
antes de efectuar la maniobra de cambio de pista. Si no viene nadie, conviene esperar dos segundos, volver a
observar y recién ahí realizar el adelantamiento", explica el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de
Seguridad de Tránsito (Conaset), Freddy Ponce.
Los conductores más experimentados, agrega, deben ocupar la visión periférica, "lo que significa estar
permanentemente mirando el espejo y dar un vistazo por encima del hombro izquierdo o el hombro derecho.
En el fondo estar mirando todo lo que está sucediendo".
Otro consejo para minimizar considerablemente el riesgo es acomodar los espejos de tal modo que puedan
verse ligeramente los costados del propio auto, así, incluso será más fácil maniobrar en espacios cerrados.
Claro que tan importante como tener un buen campo visual es ser vistos por el resto y evitar conducir en los
puntos ciegos de otros conductores.
Los expertos recalcan que hay que tener cuidado sobre todo con los vehículos más largos, tales como las
micros y camiones, los cuales tienen mayor cantidad de puntos ciegos.
Objetos peligrosos
Los expertos aseguran que los puntos ciegos aumentan cuando se colocan objetos que tapan la visibilidad de
los conductores. No por nada el artículo 79 de la Ley del Tránsito señala que los vehículos motorizados deben
estar provistos de "vidrios de seguridad que permitan una perfecta visibilidad desde y hacia el interior del
vehículo.
Prohíbese la colocación en ellos de cualquier objeto que impida la plena visual". El mismo artículo señala que
todo automóvil debe contar con "espejo interior regulable, que permita al conductor una retrovisual amplia".
Si su coche aún no está adecuado con este nuevo sistema de espejos debe utilizar de
manera inteligente los retrovisores. Permanentemente hay que ajustar estos artefactos
para intentar burlar esas trampas de la visión que nos presentan puntos ciegos.
Controlar cual es el panorama que devuelven los espejos hace a una conducción
correcta y segura.
Entre los argentinos existe una mala costumbre al poner la marcha atrás, envés de
hacer uso de los espejos del vehículo se gira la cabeza hacia el baúl para observar el
trayecto del auto. Esta forma de manejar es considerada un vicio y extingue cualquier
posibilidad de aprobar el examen para conseguir o renovar el carnet de conducir.
Los conceptos vertidos en el texto no son de uso frecuente entre los automovilistas
argentinos ya que el nivel de educación vial en nuestro país es muy deficiente. Cuando
se habla de puntos ciegos en el manejo muchos parecen desconocer sobre la temática
lo cual debe hacer reflexionar a la sociedad en su conjunto para comenzar a
profundizar en campañas de estudio y concientización sobre la temática vial.