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Entonces bautizamos a los que se convierten a Cristo por obediencia a Cristo. Debemos
entender que ninguna obra nos salva, sino el hecho de que nosotros nos sujetemos a la
voluntad de Dios el Padre, para hacer su voluntad es lo que nos salva realmente (1ª Juan
2:17). Para el inconverso, la voluntad de Dios es que crea en Su Hijo (Juan 6:40), y para Jesús
era salvar a los que creen en Él.
Juan 6:40 Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en
él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
El bautismo no es una obra que nos salve porque no existen buenas obras que nos salven (Tito
3:5; Efesios 2:8-9), sino que es un anuncio que demuestra sinceridad de nuestra parte.
Romanos 10:9 que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón
que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia,
pero con la boca se confiesa para salvación.
Debemos entender que es de gran importancia y una prioridad obedecer a Cristo con el
paso del bautismo lo más pronto posible, pero siempre recordando que no somos salvos
por obras (Tito 3:5; Efesios 2:8-9), y entonces, aunque no nos hayamos bautizado,
todavía somos salvos. De todos modos es muy importante confesar públicamente a Cristo
como Dios manda (por medio del bautismo).
QUIÉN: El mandamiento es para todos los que creen en la salvación, los cuales deben ser
bautizados. Así como las multitudes se fueron buscando a Juan el Bautista (Lucas 3:7),
debemos entender que debe existir un deseo individual (y personal) de ser bautizado
para obedecer la voluntad de Dios. El bautismo de infantes no se encuentra en la Biblia,
pero el bautismo de cualquier niño que ha aceptado a Jesús como su Salvador es correcto
y bíblico (Marcos 10:14).
El único modo es por inmersión, la cual corresponde a este simbolismo del entierro total. Juan
escogió un río para bautizar (Juan 10:40) y frecuentaba lugares donde "había allí muchas
aguas" (Juan 3:23). En Hechos 8:38, 39 Felipe bautizó al etíope descendiendo al agua y
subiendo del agua. El sentido más común de estas palabras es que su bautismo fue por el
método de inmersión en agua. Siempre encontramos en cualquier versículo que utilice la
palabra "bautizar" o "bautismo", que el objeto o persona es metido en el agua y nunca lo
contrario como tendría que ser si se rociara o derramara líquido sobre él.
Los que quieren extender el bautismo a los infantes (doctrina que la Biblia jamás enseña),
siempre tienen que cambiar el modo de bautizar a rociar o derramar para que éste sea
aceptable para sus bebés.
Pero contrasta esto con los ejemplos de personas bautizadas en el nombre del Señor - Hechos
22:16; 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 1ª Corintios 1:13,16. Aunque son las tres personas de la
Trinidad quienes efectuaron la salvación, la persona clave en la salvación es solamente Jesús.
Sin confesar a Jesús no hay salvación (Mateo 10:32-33).