Professional Documents
Culture Documents
Ensayo / Literatura
E DITORIA L
C UARTOPROPIO
Obra realizada con el aporte de la Vicerrectoría de Investigación
de la Pontificia Universidad Católica de Chile
Impresión: DIMACOFI
índice
Poética plena 21
Las confluencias y las tradiciones afines 33
a-. El buen y el mal cantor: las poéticas originarias 33
b-. Crítica social: “yo no protesto por migo” 36
c-. Diálogos con el folklore 45
Arte de los límites: “el concierto pililo” 50
El público y los espacios públicos: la bohemia 56
Poética identitaria y amatoria 63
Aproximación a una poética de los límites desde
algunas limitaciones 65
Bibliografía 259
Poética plena
1
Testimonio recogido en Gracias a la vida. Violeta Parra, testimonio. Bernardo Su-
bercaseux, Patricia Stambuk y Jaime Londoño, comps. Santiago: Editora Grani-
zo-Ceneca, 1982, 87.
22 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
2
Según testimonio de Gastón Soublette en conversación personal sostenida con
él, el día 20 de marzo de 2013.
3
En el Hospital San Juan de Dios, donde estuvo hospitalizada, escribió varias cuar-
tetas circunstanciales: “Partieron para el pasillo/ con su banco delantal/ yo me he
quedado pensando/ en tan lindo palomar”. (Santiago, 21 de febrero de 1961). En
El libro mayor de Violeta Parra (3° edición), 114.
4
Asistí en el mes de enero de este año al matrimonio de mis amigos Fidel Amésti-
ca y Berta Luz Toro en Puente Alto, en el que durante toda la noche, muchos de
los invitados a la fiesta (más de veinte cantores) improvisaron décimas en ronda
para los novios con las más variadas melodías: cuecas, milongas, cumbias, punto
cubano y son; sin que se agotasen los “parabienes a los novios” durante más de
diez horas seguidas. La improvisación de Hugo González, Gabriel y Rodrigo To-
rres, Juan Pérez, Alejandro Ramírez, Américo Huerta, entre otros, estuvo siempre
acompañada de instrumentos musicales, comida y baile. Pero no solo el canto
a lo humano se mantiene plenamente vigente: todos los años, en el mes de di-
ciembre, también en la casa de Fidel, nos reunimos con cantores a lo divino para
conmemorar la navidad. Ahí, alrededor de un pesebre, se realiza el “canto por
nacimiento” y cada uno de los cantores, con su propio estilo y temática perso-
nal, ofrenda al niño Dios sus versos improvisados o memorizados. Lo que quiero
decir es que en Chile este canto está vigente, vivo e integrado a la vida cotidiana,
habiendo así una continuidad casi ininterrumpida entre lo que ocurría en los años
treinta y hoy.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 23
5
Décimas. Autobiografía en verso. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1988.
Para el desarrollo de nuestro libro utilizaremos esta edición. En adelante citare-
mos solo la página y nombraremos el libro como Décimas. Sin embargo el conjun-
to de los textos fue editado y publicado por primera vez en forma póstuma bajo el
nombre de Décimas. Autobiografía en versos chilenos, por la Universidad Católica de
Chile y Editorial Pomaire, en 1970. Es probable que la escritura de las mismas haya
tenido lugar en 1957. Desde ese momento Violeta intentó muchas veces publicar-
las, pero no obtuvo el apoyo necesario. En los años posteriores a su muerte, otras
tres ediciones tuvieron lugar en diversos países: en Cuba, por Casa de las Américas
(1971); en México, por Ediciones de la Cultura Popular (1974); y en España, por Edito-
rial Pomaire (1976).
24 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
6
La lista es extensa, pero de todas maneras hay que destacar aquí la labor paciente
y rigurosa de Marjorie Agosin, Inés Dolz-Blackburn, Juan Armando Epple, Bernar-
do Subercaseaux, Jaime Londoño, Patricio Manns, Leonidas Morales, Fernando
Alegría, Juan Andrés Piña, Susana Münnich, entre otros. Mi experiencia personal
tiene que ver con la realización de la tesis de Magíster Las décimas de Violeta Pa-
rra: autobiografía y uso de la tradición discursiva (2000); su incorporación como
contenido obligatorio al Curso de Literatura Chilena Contemporánea-Poesía de
la Universidad de Chile entre los años 2002 y 2012 y al curso de “Poesía Chilena
e Hispanoamericana” desde el año 2005 y hasta hoy en la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 27
realizados en vida. Se consideran en este total seis LP póstumos, los que fueron
grabados en vida por Violeta Parra y que se mantuvieron inéditos hasta su muerte.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 29
Lo que más nos extrañó es que una vez pasada la etapa de apren-
dizaje espartano, cambió totalmente: ‘Usen los ritmos como les
salgan, prueben instrumentos diversos, siéntense en el piano,
destruyan la métrica, libérense, griten en vez de cantar, soplen la
guitarra y tañan la corneta. La canción —nos decía— es un pájaro
sin plan de vuelo, que odia las matemáticas y ama los remolinos’
(Subercaseaux et al. 87).
(Décimas 84)
9
Cuicani es cantor en nahuatl. Con este título, se testimonia lo que para los nahuas
sobrevivientes era la labor del cantor en la sociedad tolteca-azteca prehispánica.
Estos testimonios indígenas sobre lo que era el cuicatl (canto) nahuatl se los de-
bemos hoy al trabajo etnográfico recogido por los discípulos de fray Bernardino
de Sahagún. Consultado en Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y can-
tares. Miguel León Portilla.
10
Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares. Miguel León Portilla.
36 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
En su divina comprensión
luces brotaban del cantor”
11
Víctor Jara entrevistado por Jorge Meléndez. “El artista como militante político.
Entrevista con Víctor Jara”, 79.
40 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
12
Expresión creada por Víctor Jara en esta entrevista. Para él, este poeta se caracteri-
zaría por tener conciencia revolucionaria tanto en el plano artístico como en el de la
vida cotidiana, y sus composiciones pasarían a formar parte del repertorio natural
de los sectores sociales populares, solo por su cualidad y su origen populares.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 41
13
La independencia de Chile se conmemora cada 18 de septiembre, pero a todo el
mes se le denomina el “mes de la patria” y los festejos tienen fuerte raigambre en el
país, extendiéndose a lo menos durante una semana en las distintas zonas de Chile.
42 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 36)
(Décimas 36)
Sin ir más allá, sin tener que mirar demasiado, la hablante puede
hablar por esos otros que son siempre espejos de ella misma.
Un síntoma de la efectividad de estos “cantos revoluciona-
rios”, anunciados en las Décimas… fueron las reiteradas censuras y
restricciones que debieron sufrir varias de sus canciones y discos
especialmente en la década de los 70. La canción “Qué dirá el
Santo Padre” grabada en París, por ejemplo, circuló durante mu-
chos años con una de sus estrofas amputada. Esa estrofa es preci-
samente aquella en que Violeta concretiza su mensaje acerca de
la necesidad de redención para los que están sufriendo represión
en el mundo, ejemplificándolo en un caso muy particular, el del
asesinato del dirigente español Julián Grimau, fusilado en 1962,
hecho que provocó, al igual que treinta años antes el de García
Lorca, una gran solidaridad internacional y reclamo por parte
de ésta de que se hiciese justicia. Hay algo en esta crítica social
de Violeta, que la relaciona también con el discurso redentor y
liberador del cristianismo primitivo o con algunos lineamientos
del Concilio Vaticano II. Recordemos que Violeta reside en Euro-
pa coincidentemente con la realización de dicho concilio pastoral
y ecuménico (1959-1965). De ahí que pueda interpelar al “Santo
Padre” tan enfáticamente, pues son sus “palomas” las que están
siendo degolladas en el mundo. Algo parecido ocurre con el clarín
redentor de San Pedro en “Según el favor del viento”, a quien se in-
voca para que se deje caer en Chile y “barra los ministerios”, y ter-
minar así con una larga historia de miseria del pescador chilote14.
14
Francisco Luque. "La historia tras el disco que Violeta Parra grabó hace 50 años en
Buenos Aires". Diario La Tercera, 17 de septiembre de 2012. 29.
44 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
15
Para una referencia amplia a la discusión sobre “poesía popular” y al canto a lo
poeta en Chile, en lo que dice relación con Violeta Parra, remito a la cuarta parte
de este libro.
46 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
16
Soublette, Gastón. En Conferencia ofrecida con ocasión de la presentación del
libro Para amar a quien yo quiero. Canciones femeninas de la tradición oral chilena
recogidas por Rodolfo Lenz. El lanzamiento del libro se realizó el día 20 de marzo
de 2013 en la Sala América de la Biblioteca Nacional.
48 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
Para Jesús Martín Barbero la cultura popular en el siglo XVIII vive una aventura
17
18
Entrevista oral contenida en CD Violeta Parra en el Aula Magna de Concepción.
Fundación Violeta Parra /Sello Oveja Negra, 2010.
52 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 38)
54 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
19
Es la capacidad de improvisar en un contrapunto, el registro es oral. Me indica
Fidel Améstica que “en el repentismo lo ideal es que la décima se escenifique en
menos de treinta segundos, con una excelente caída, con buena dicción y ama-
rradita de sentido… En esta acción no puede haber error. Por eso se requiere de
un entrenamiento exigido, pero no por ello menos poético”. El término “repentis-
mo” es de uso más bien centroamericano; en el cono sur es más usual la palabra
“improvisación”, de ahí que Violeta Parra exprese en los primeros versos de sus
Décimas los talentos que tendrá que tener el artista “pa’ cantar de un improviso”.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 55
más cuatro más pequeñas llamadas “diablitos” enclavijados en los ángulos que
forman el diapasón y la caja, completando así veinticinco cuerdas. Violeta fue una
de las pocas guitarroneras mujeres que ha habido en Chile. Aprendió a tocarlo de
don Isaías Angulo. Antes de ella se sabe de la madre de Lázaro Salgado, y hoy en
Chile hay al menos dos que han aprendido este instrumento: Miriam Arancibia y
María Cecilia Astorga, ambas payadoras. Gastón Soublette me indica que Violeta
tenía un buen grado de pericia en la ejecución de este instrumento.
56 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
21
Entrevista realizada por Madeleine Brumagne. “Violeta Parra, bordadora chile-
na” en Suiza en 1964. Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión. Fue editada
en el material que acompaña la publicación Violeta Parra. Obra visual. Fragmen-
tos de la misma entrevista aparecen trascritos en El libro mayor de Violeta Parra
(3° edición).
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 57
22
“Teníamos que cantar lo que el público quería. Pedía una canción mexicana y
había que cantar una canción mexicana, para tener conforme al público y tener
conforme al patrón. La gente no entendía el folklore, la Violeta tuvo que pasar
muchas rabias, muchas humillaciones…”, testimonia su hermana Hilda Parra en
Gracias a la vida. Violeta Parra, testimonio (Subercaseaux et. al. 33).
58 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
23
El programa radial tenía un formato semidocumental, con una historia de un he-
cho folklórico en cada audición. Violeta trataba de recrear en el estudio los ruidos
y sonidos del campo, llevando para ello instrumentos y también animalitos del
campo. El programa tuvo éxito masivo durante más de un año, hasta que la radio
se cerró por problemas internos.
CAPÍTULO I / Poética de Violeta Parra 59
aplausos en Conchalí,
y en la Quebrá’ del Ají
amores y vino tinto”
(Décimas 140)
(Décimas 180)
62 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
Recordemos que Violeta Parra realizó dos estadías extensas en Europa, perma-
25
neciendo durante la segunda casi cuatro años entre París y Ginebra. Las redes
que apoyaron a Violeta o las que ella creó, dan como resultado el que en Europa
66 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
3
La primera cuarteta está tomada de la tradición. Las siguientes son creaciones de
Violeta Parra, aunque coincide con algunas otras versiones en ciertos aspectos
narrativos y poéticos: la de Francisco de Quevedo y la recogida por Manuel Dan-
nemann en San Felipe.
CAPÍTULO II / Etapas en su obra y pulsiones fundamentales 83
4
Décimas. Autobiografía en versos chilenos es un texto escrito-compuesto por Vio-
leta Parra probablemente a partir de 1957, según Isabel Parra entre 1958 y 1959,
pero cuya edición final no fue realizada por la misma autora, sino por sus editores
y en forma póstuma. Según Nicanor, en otra versión de los hechos, para el año
1958 las Décimas ya estaban escritas, es más, las habría escrito Violeta en un mes
y de “una patá’” (ver entrevista de Leonidas Morales al poeta en Conversaciones
con Nicanor Parra), pero no obtuvieron financiamiento para su publicación. De
hecho, en 1959 Violeta las presenta ante un público experto, en la casa del Comité
Central del Partido Comunista, pero no hay unanimidad para apoyarla. El mis-
mo año envía los textos al concurso de la Municipalidad de Santiago y en “vano
esperó algún resultado” (ver Fernando Sáez, 115). Está presente su intención de
publicar en forma escrita este trabajo, pero también en formato oral. De hecho,
algunas de las décimas que componen el texto total fueron grabadas por Violeta
y su hijo Ángel en Santiago alrededor de 1966, teniendo así algunas de ellas una
doble vida: la escrita en el libro y la oral, discográfica y radiofónica. Probablemen-
te, entonces, Violeta no habría ordenado las décimas como hoy las conocemos,
aunque debió realizar una dispositio similar. Como ya se dijo, el conjunto de los
textos fue editado y publicado por primera vez en forma póstuma bajo el nombre
de Décimas. Autobiografía en versos chilenos, por la Universidad Católica de Chile
y Editorial Pomaire en 1970, y según la propuesta de Ángel Parra.
86 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
5
Odeon publicó en 1958: Violeta Parra. Canto y guitarra. El folklore de Chile, vol.
II; La cueca presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile, vol. III y La tonada
presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile, vol. IV.
6
Tema interpretado por Violeta Parra en Chillán y que fue grabado en la ocasión.
Según testimonio del propio poeta, esa grabación se perdió para siempre.
7
Cantos folklóricos chilenos. Con transcripciones musicales de Gastón Soublette,
relatos etnográficos de Violeta Parra, versos de cantores a lo poeta y fotografías
de Sergio Larraín y Sergio Bravo. Santiago: Editorial Nascimento: 1979. No he po-
dido conocer la versión de 1959 y a la cual Soublette se refiere con insistencia. Sí
existe, como ya lo he indicado, una cantidad mayor de documentación recopilada
para este libro y que nunca llegó a ser publicada.
CAPÍTULO II / Etapas en su obra y pulsiones fundamentales 89
8
Violeta Parra y sus canciones reencontradas en París. Dicap, 1971 y Violeta Parra.
Una chilena en París. Recordando a Chile. Odeon, 1965.
CAPÍTULO II / Etapas en su obra y pulsiones fundamentales 91
9
Expuso su arte plástico en la Galerie de Nouveaux Grands Magasins, en Suiza.
10
“Son telas bordadas con lanas coloridas sobre yute o arpillera o sobre telas comu-
nes de algodón” en Violeta Parra obra visual. Santiago: Fundación Violeta Parra/
Comporación Patrimonio Cultural de Chile, 2007. Violeta bautizó estos trabajos
con el nombre de “tapisseries”.
11
Según se consigna en Violeta Parra obra visual.
CAPÍTULO II / Etapas en su obra y pulsiones fundamentales 93
12
Crítica de M.M. Brumagne en Diario Tribune de Laussane, Suiza, 5 de febrero de
1965. Reproducida en Gracias a la vida. Violeta Parra, testimonio. 74-75. Parte de
la exposición del Louvre fue presentada en la Galerie de Nouveaux Grands Maga-
sins, en Suiza, el año 1965.
94 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
13
Manuel Rodríguez es uno de los próceres de la Independencia chilena. Su valen-
tía, inteligencia y capacidad militar quedaron plenamente demostradas durante
su resistencia al intento de la Corona española por reconquistar Chile. Es esa labor
lo que lo convirtió en un mito de la historia de Chile. En el periodo llamado de “la
Patria Nueva”, Rodríguez conspiró para deponer al Director Supremo Bernardo
O’Higgins, pero fue tomado prisionero y muerto por la espalda en la zona de Tiltil,
antes de ser sometido a un juicio justo. Fue asesinado por soldados chilenos a sus
treinta y tres años de edad.
CAPÍTULO II / Etapas en su obra y pulsiones fundamentales 95
la carpa era forrada por los lados con madera hasta la mitad y de
ahí hasta arriba empezaba la lona formando un cono de circo.
Tenía como unos cuarenta metros de diámetro y el escenario era
un tabladito con una silla para cantar y algunos instrumentos…
En todo el medio de la carpa, donde queda el palo mayor, estaba
el fogón y de ahí en círculo mirando al escenario, sillas y mesas así
en varias hileras, de modo que la gente quedaba como en un teatro
(Subercaseaux et al. 78-79).
14
Entrevista en Historias Invisibles I. Televisión Nacional del Uruguay.
106 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
mánicos como Piláticos”. Para ella, esos son los verdaderos peli-
gros de la sociedad: “Son peligrósicos más que los vérsicos,/ más
que las huélguicas y los desfílicos”. Recordemos cómo Víctor
Jara insistía para esta época, en cómo eran los propios medios de
comunicación de la derecha chilena los que habían montado la
idea de la canción “política” para excluirlos a ellos de la cultura y
deslegitimarlos ante posibles públicos masivos. Violeta desarrolla
a plenitud su espíritu crítico, al no entrar en la misma lógica de
exclusiones y politización extrema de aquellos que le preguntan.
Para ello invierte los valores confrontados y afirma con resolu-
ción: la paz de una sociedad no puede ser amenazada ni por los
movimientos sociales ni menos por canciones agitadoras, sino
únicamente por las contradicciones implicadas en el sistema ca-
pitalista.
En otro nivel de sentido está su “Rin del angelito”, basada
claramente en el ritual del velorio de angelito chileno, pero con
un sentido distinto. Biográficamente Violeta conoce muy bien el
ritual y los versos que se le ofrecen al niño muerto: por saludo,
por padecimiento, por sabiduría y por despedida. Lo fundamen-
tal de ese ritual, cuyo centro es el “Altar precioso”, es el hecho
de que los cantores consuelan con sus cantos a los padres y le
rinden homenaje al pequeño niño que ha muerto, quien cuidará
a su familia e intercederá por sus familiares ante Dios, pues ha
muerto antes de pecar. Este ritual que permite que los padres ob-
tengan cierta conformidad por el pequeño hijo que ha muerto,
está también cruzado por la propia experiencia de maternidad y
muerte, que le tocó vivir a Violeta con su hija Rosita Clara. Vio-
leta experimenta la maternidad con infinito amor y armonía du-
rante toda su vida, los hijos le cuelgan por todos lados mientras
hace sus labores domésticas y artísticas, sumándolos a todos sus
proyectos en un mismo proceso de procreación y creación. Pero
esta experiencia maternal está también fuertemente signada por
la muerte temprana: muere su hermano Polito (entonces Violeta
consuela a su mamá Clarisa), muere el niño Vicente y muere
108 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(160)
La última canción
1
En Conferencia ofrecida con ocasión de la presentación del libro Para amar a
quien yo quiero. Canciones femeninas de la tradición oral chilena recogidas por Ro-
dolfo Lenz. Salinas, Maximiliano y Micaela Navarrete. Santiago: Ediciones de la
Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, 2012.
2
Especialmente los estudios: Violeta Parra o la expresión inefable de Inés Dölz-
Blackburn y Marjorie Agosin y “Violeta Parra: del frío y del calor”, de Leonidas
Morales, incluido en Violeta Parra: la última canción (Santiago: Editorial Cuarto
Propio, 2003) y en Carta de amor y sujeto femenino en Chile. Siglo XIX y XX. (San-
tiago: Editorial Cuarto Propio, 2003. 57-72).
118 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
3
En CD Violeta Parra en Ginebra, 1965. Traducción de Nataly Solís.
122 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
4
Editada por primera vez en el single Las hermanas Parra (1954), junto a Isabel
Parra. El single mantiene el nombre, pese a que Violeta no lo graba con su herma-
na, debido a un contrato con el sello Odeon que la obligaba a ello. Fue publicada
también en el primer LP de Violeta, el de París de 1956 (Chants et danses du Chili,
vol. I). En la primera versión había cuatro estrofas, y solo en versiones muy pos-
teriores se incorporaron intercaladamente dos estrofas más. Quedaron así como
tercera y cuarta, las siguientes estrofas: “Creciendo irán poco a poco...” y “De la
flor de la amapola…”.
CAPÍTULO III / Poesía amorosa: enamoramientos, gratitudes y maledicencias 125
5
Como ya hemos indicado, esta canción tiene una versión de Francisco de Que-
vedo del siglo XVII y hay otra versión, de la zona de San Felipe, encontrada por
Manuel Dannemann. Una tercera versión es la que recogió Rodolfo Lenz a inicios
del siglo XX (ahora publicada en Para amar a quien yo quiero. Canciones femeni-
nas…181). Inés Dölz y Marjorie Agosin han realizado un estudio comparativo del
texto y han constatado magistralmente qué es lo aportado por Violeta Parra en
su nueva versión de 1953: dramatismo, juegos verbales, sugerencias, personifica-
ción de abstracciones, uso de técnicas teatrales, gran dinamismo a sus conteni-
dos y alusión a la naturaleza y a los marginados.
126 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
“Condenó a la Violeta
por diez años de infierno.
...
A los diez años cumplí’os
por fin se corta la güincha,
tres vueltas daba la cincha
al pobre esqueleto mío,
y p’a salvar el sentí’o
volví a tomar la guitarra;
128 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 148)
Versos que recogen una actitud más moderna sobre el vínculo del
matrimonio, ya en el siglo XIX, y que reflejan una sociedad que
discute el asunto sin llegar a acuerdos sociales de ningún tipo.
Bástenos decir que lo que se registra poéticamente en este verso,
las discusiones sobre el divorcio, tuvo vigencia durante más de
un siglo, pues recién en el año 2004 se promulgó en Chile la Ley
de Matrimonio Civil, que legislaba sobre el divorcio. Para ese
año, todos los países del mundo ya tenían una legislación sobre
el asunto.
6
En Colección Rodolfo Lenz, Biblioteca Nacional, Santiago de Chile. Por ser irregu-
lar y a veces ilegible la numeración de las hojas de versos en dicha Colección, cito
el número de la microficha en la que se encuentra el verso referido. He mantenido
la ortografía original. Volumen IV, microficha 17.
130 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
7
Según Lucy Oporto “La autora nunca grabó esta pieza en estudio y el ballet
nunca llegó a ser montado. Solo se conocen dos versiones largas de la misma,
para canto y guitarra, como vestigios del proyecto original, correspondientes a
grabaciones caseras. Una de ellas, realizada por el compositor Miguel Letelier, a
fines de la década de 1950. Y la otra, realizada por Héctor Miranda, director del
conjunto argentino-chileno Calchakis, en 1964, conocida como versión París. Esta
última fue editada en 1975, por el sello francés Le Chant du Monde. En 1980, fue
editada por el sello Alerce, siendo esta su primera presentación pública en Chile”.
En presentación del libro El Diablo en la música. La muerte del amor en El gavilán,
de Violeta Parra (Viña del Mar, 25 de noviembre de 2008). Habría que agregar que
posterior a esta referencia de Oporto, la Fundación Violeta Parra junto al sello
Oveja Negra, publicó el año 2010 el cd Violeta Parra en el Aula Magna de Concep-
ción, donde se difunde una tercera grabación, realizada en la Radio Bío Bío y en
el contexto de una entrevista concedida por Violeta a Mario Céspedes. En esta
versión solo canta la primera parte de la pieza y Violeta da detalles de cómo ha
sido la composición de la obra y cómo deberá ser su puesta en escena.
134 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
aunque siga sufriendo penas de amor, de ahí que los celos y/o el
engaño cubran con un tono de negatividad las canciones. Pero
lo distinto ahora es que hay un cuestionamiento al ethos fatalista
y de infortunio amoroso, y una crítica a pensar el amor siempre
en términos de su negatividad e imposibilidad: “¿Para qué serán,
para qué serán las mujeres/ amantes del hombre, y nos causan
dolor?”, dice en “Por la mañanita”, una tonada entrecortada que
toma distancia del amor como infortunio. Se repite esa tendencia
que observábamos en la tonada, de ofender y recriminar al cau-
sante del dolor en la mujer, pero aquí la “víctima” del desamor
aparece igualándose al hombre en su condición de “engañador” y
“falsario”. En esta canción la venganza y la amenaza de daño no
se vuelcan sobre la mujer, como en las tonadas anteriores: “Para
que otra dueña goce,/ es preciso que yo muera” (decía en “Si te
hayas arrepentido” en 1958), sino que aquí la destrucción recae
en el hombre que causa el dolor: “Si me pensái engañar/ yo habré
de engañarte a ti” o “Si eres palomo de bien,/ bienes tendrís que
sufrir” (“Qué te trae por aquí”, 1958).
Esta nueva mirada respecto de la relación amorosa, supone
cierta distancia respecto de la tradición de las canciones de amor
y también de las relaciones de género en los años sesenta. Aquí la
mujer declara que ya no se dejará engañar, que elegirá libremente
a quien ella ame, pero sin ataduras. Recordemos que en las tona-
das la mujer elige a quién amar, pero lo hace desde una situación
en la que ella está casada con otro a quien no ama, por lo tanto
el amor no podrá ser del todo libre ni verdadero, llenándose de
mentiras y engaños. Dice una antigua tonada: “Amiguito, decí-
dete,/ ven a tomarme,/ bésame la boca,/ apriétame los pechos;/
junta ajorca y arracada./ Mi marido está ocupado” (Rubiera 44-
45). Violeta tomará distancia de esa apariencia de libertad en el
amor, bajo el motivo de los amantes y propondrá en cambio una
nueva ética de amor libre. Comienza aquí una nueva mirada so-
bre las relaciones amorosas, con mayor énfasis en la fraternidad
y la transfiguración del ser por el milagro del amor. En Toda
CAPÍTULO III / Poesía amorosa: enamoramientos, gratitudes y maledicencias 139
Recordemos el sentido muy concreto que tiene “el alma” en la tradición, según lo
8
9
The dream of a common language es un libro de poesía de Adrienne Rich (1978).
10
Abuelos ceremoniantes del fuego del pueblo maya quiché (Guatemala).
146 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
11
Inés Dölz y Marjorie Agosin ven en esta canción una exageración de tal magnitud
e inverosimilitud, que lleva al absurdo y de las cuales se desconfiará. También in-
dican que al exagerar, la hablante se burla de sí misma en un acto de sublimación
de una emoción negativa. (Violeta Parra o la expresión inefable, 46).
148 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
De este amante “traicionero” existen versiones en sus cartas a Gilbert, que cons-
12
13
Agradezco al poeta Raúl Zurita, haberme ofrecido este importante antedeceden-
te.
14
Gira organizada por René Largos Farías en 1966, y en la que además viajaban
Patricio Manns, el dúo Rey Silva, Silvia Urbina y Rolando Alarcón. Messone des-
miente tajantemente que hubiesen sido pareja en esa época, pese a las diversas
versiones en contrario. El testimonio de Pedro Messone se recoge en una entre-
vista realizada por Lilian Olivares.
CAPÍTULO III / Poesía amorosa: enamoramientos, gratitudes y maledicencias 153
La recriminación lúdica
casi no tiene voz, aunque él sea el centro del discurso. Solo en dos
estrofas la hablante se refiere a sí misma: “Yo te di mi corazón:/
¡deguélvemelo enseguí’a!/ A tiempo me hey da’o cuenta/ que vos
no lo merecías”. Hay una entrega plena y sincera que el receptor
no merece y se le exige entonces la devolución de lo recibido.
Distinto es el otro momento centrado en el yo, donde este cons-
tata que el único amparo lo tendrá en su vínculo con lo celestial:
“Yo suspiro por un Peiro”. Pero todas las demás coplas realizan
una declaratoria sobre la condición frágil, pasiva, poco inteligen-
te, sin capacidad de comunicación, cambiante y engañadora del
tú. Lo interesante es que todas esas recriminaciones se expresan
a través de dichos y refranes populares, de gran sabiduría, exacti-
tud y claridad. Es el caso de las expresiones “¿A’ónde va el buey
que no are?/ ¡Responde con prontitud!” o “muchos van con ropa
blanca/ y Dios me libre por dentro”. La visión que tiene Violeta
de los hombres a quienes ha amado es la de seres pasivos y dé-
biles. Dice Violeta: “El hombre no tiene motor propio, hay que
rempujarlos” (Subercaseaux et al. 78).
Para agudizar las críticas que se le hacen a Alberto, se ex-
presan por contraste y con ironía modelos virtuosos de cómo
deberían ser los hombres: “Discreto, fino y sencillo/ son joyas
resplandecientes/ con las que el hombre que es hombre/ se luce
decentemente”; o consejos de cómo tratar a la amada: “Hay que
medir el silencio/ Hay que medir las palabras/ sin quedarse ni
pasarse/ medio a medio de la raya”. En medio de esta pelea hay
también una poética en la que la hablante se libera del discurso
amoroso dominante en Latinoamérica durante el siglo XX y en
el que, como ya señalamos, se centra el interés en el sufrimiento y
la imposibilidad amorosa. Los versos “me sobran los Valentinos/
los Gardeles y Negretes” es una proclamación de independencia
respecto de las maneras en que la canción romántica estaba en
ese momento escenificando el amor y convirtiendo a algunos ac-
tores y cantantes en símbolos sexuales de la industria cultural. La
distancia que se toma con este tipo de canciones, no es solo por
CAPÍTULO III / Poesía amorosa: enamoramientos, gratitudes y maledicencias 161
Podríamos decir que sus discursos son más bien elegías y alaban-
zas, pero no se hacen cargo del discurso que anteceden, lo que
debemos sin duda a los editores y no a los propios poetas. Signi-
ficativo resulta que el único poema postmortem sea el de Neruda y
que el tono elegíaco deslumbre por la belleza de los epítetos más
que por la particular visión sobre Violeta, cuyo arte el vate cono-
ció en su propia casa, cuando la autora dio algunos recitales. La
primera parte del poema es “luminoso” y dinámico, con muchos
recursos comparativos y antitéticos: “qué manera de caer hacia
arriba…”, “de cantar a lo humano y a lo divino/ voluntariosa,
hiciste tu silencio”. Pero hay una distancia infranqueable, Violeta
aparece referida y el estremecimiento del hablante no contagia al
lector. La segunda parte, más apelativa y emotiva rescata rasgos
esenciales de aquella que es nombrada como “Santa Violeta” y
que ha recogido “fuego” y “cantos” de la tierra, en su esencia
rural. Constata también aquí Neruda algo que está muy presente
en la poética parriana y es su creencia en que el “canto” ha sido su
destino inevitable y predeterminado, de orden divino:
(Décimas 10)
1
“Defensa de Violeta Parra” fue publicado por primera vez en 1958, por Editorial
de la Universidad de Buenos Aires, en una antología elaborada por Margarita
Aguirre, bajo el nombre La cueca larga. Contaba entonces con dieciséis estrofas
sáficas adónicas. Años más tarde, Nicanor publicó el mismo texto, aunque au-
mentó la cantidad de estrofas a treintaiuna, y lo incluyó en su Obra Gruesa (1969).
Obviamente en la segunda versión se agrega como motivo, la muerte de Violeta
Parra. En las Décimas…ha sido incluida esta última versión.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 171
2
En efecto, los dos primeros versos son casi idénticos a los del poema “Al Céfiro”
de Esteban Manuel de Villegas, incluido en Eróticas y amatorias (1617). Un estu-
dio imprescindible sobre el texto, que liga la antipoesía a la tradición grecolatina
y renancentista, es el realizado por Elvira Santana. Para ella, esos dos primeros
versos solo sirven para anunciar el recurso estrófico, métrico y fónico que será
utilizado en el poema: el de la sáfica adónica.
172 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
3
Incluido por primera vez en el disco Recordando a Chile. Canciones de Violeta Pa-
rra. Santiago de Chile, Odeon, 1965.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 173
4
Estas últimas expresiones se encuentran en la estrofa agregada en la versión
manuscrita de las Décimas, realizada por el investigador Gastón Soublette. Dicha
estrofa no se encuentra en ninguna de las versiones publicadas de las Décimas.
176 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
5
La afirmación la hace Bernardo Subercaseaux desde un punto de vista comparati-
vo (con otros países) y advirtiendo que en nuestro país se ha sobreimpuesto, al de-
finir las identidades, la política y la práctica social, al espesor étnico y demográfico.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 177
6
Aquí estamos entendiéndolo tal y cual lo aborda Benedict Anderson, para quien
es preferible tratarlo en la misma categoría que el “’parentesco’ o la ‘religión’, no
en la del ‘liberalismo’ o el ‘fascismo”. Así, desprendido de su connotación ideoló-
gica, el nacionalismo, la nacionalidad o “la calidad de nación”, son para el autor
“artefactos culturales de una clase particular” y han ido generando, gradual e his-
tóricamente, apegos y legitimidades emocionales muy profundas.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 179
7
Lo que llamo décima es el texto completo, de cuatro o cinco “décimas” que com-
ponen todo el poema y el que a veces tiene una cuarteta inicial, que es la que
luego se glosa. En Violeta hay una frecuente ausencia de la cuarteta inicial, lo que
la hace cultivar la “décima mocha”. Pero para los cantores populares, lo que yo
llamo “décima”, ellos le llaman “verso”, el que está formado por cuatro décimas
que glosan la cuarteta y una quinta décima que funciona como despedida.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 181
(Décimas 34-35)
(…)
Cuando aparece la dueña
sufre un terrible desmayo.
(Décimas 55-58)
8
En Chile, la “tomatina”,es el acto por el cual varios sujetos se emborrachan hasta
casi no poder responder luego por sus actos.
188 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 71)
(Décimas 53-54)
9
Lautaro Cánovas, Historia de la Ciudad de Lautaro. I. Municipalidad de Lautaro,
2001.
190 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 108)
(Décimas 68)
Artículos compilados por Jorge Larraín (1996). Por su parte, Larraín deroga la po-
10
(Décimas 77)
(Décimas 91)
11
Según Juan Uribe Echevarría, quien estudió la festividad en el Fundo Los Hornos
de Aculeo durante los meses de mayo, entre 1959 y 1961.
196 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
12
El concepto de patria, está muy ligado al de nación, pero no tiene estructura po-
lítica ni jurídica, y se refiere más bien a uniones parentales y por lo mismo vincu-
ladas a tradiciones compartidas. Más importante es el concepto de patriotismo,
a través del cual se crean lazos de identificación, pertenencia, pero sobre todo
de adscripción a proyectos y que tienen sus raíces en lazos protonacionales o en
la lengua. Según Hobsbawm, quien realiza la genealogía del término patria en
el contexto de su empleo en Europa, en el diccionario español de 1726 en su uso
más popular era “tierra” y significaba “el lugar, ciudad o país en que se ha nacido”;
hasta 1884 no se adscribió la palabra “tierra” a un Estado e incluso hasta 1925 “no
oímos la nota emotiva del patriotismo moderno que define la patria como nues-
tra propia nación, con la suma total de cosas materiales e inmateriales, pasado,
presente o futuro que gozan de la lealtad amorosa de los patriotas”. Anterior al
concepto de patria, se encuentra el concepto de país, que derivará luego y en
paralelo al concepto de nación y de paisaje.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 197
13
Labores que Violeta empezó a realizar a propósito de una hepatitis que la mantu-
vo en cama durante ocho meses el año 1958, pero que siguió realizando durante
el resto de su vida. Incluye arpilleras, óleos, esculturas en alambre y muy pocos
pasteles. Es posible que muchas arpilleras hayan quedado inconclusas, producto de
la carencia de lana o del excesivo tiempo que le tomaba hacerlas.
14
Ivonne Brunhammer. Museo de Artes Decorativas, Louvre. 8 de abril-11 de mayo
de 1964.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 199
15
Nombrado así en la Exposición de Violeta Parra en Santiago de Chile, Pueblito
Los Dominicos, en enero de 2004. El mismo cuadro es nombrado de diferente
manera en las Décimas. Autobiografía en versos del año 76: “Combate de Iquique”.
200 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
No es el mismo cuadro (óleo) al que se refieren las autoras antes señaladas, cuan-
do analizan “El combate naval de Iquique” indicando cómo Arturo Prat está atra-
pado entre olas (que semejan cabellos), en un lugar entre la vida y la muerte.
16
Supongo que la última Reforma Educacional Chilena habrá enmendado este
error, pero no manejo los antecedentes para afirmarlo con certeza.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 201
17
El fenómeno lo estudia magistralmente William Frederick Sater en “Arturo Prat,
símbolo de ideales nacionales ante la frustración chilena”.
18
Acerca de las maneras en que Parra se acercó a la lira popular hay dos versiones:
según Patricio Manns, Violeta habría escuchado la recitación que los propios poetas
hacían en los trenes, entre 1900 y 1940, años en los que Violeta viaja constantemen-
te en este medio de transporte. Nicanor Parra, en cambio, piensa que es imposible
que Violeta hubiese conocido de esta manera la tradición de la lira, pues para los
años en que ella es niña y joven, dicha tradición se había perdido. Según Nicanor,
es a través de él mismo que conoce esta poesía. La colección de Rodolfo Lenz y los
Romances populares y vulgares recopilados por Julio Vicuña Cifuentes los conoce, de
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 203
20
Colección Amunátegui, Tomo I, Microficha 3. Archivo Central Andrés Bello de la
Universidad Chile.
21
Colección Amunátegui, Tomo I, Microficha 4.
22
Colección Amunátegui, Tomo I, Microficha 4.
23
Colección Amunátegui, Tomo I, Microficha 23.
24
Colección de poesías populares, cancioneros. Biblioteca del Archivo Central Andrés
Bello de la Universidad de Chile. Libros de Bernardino Guajardo (1881). Tomo II.
25
La contradicción la encuentra Pamela Tala, en La tensión modernidad-tradición en
el discurso de la poesía popular de fines del siglo XIX: los versos de Rosa Araneda,
en que conviven en su interior dos conciencias, la popular y la patriótica, la pri-
mera reivindicativa, crítica y antioligárquica; la segunda, imitativa, oligárquica y
homogenizadora. Me parece sí a mí que no es posible separar lo “patriótico” de
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 205
lo popular tan tajantemente; sería más exacto tal vez diferenciar dos tipos de pa-
triotismo.
206 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
26
Formalmente el único vínculo que mantuvo Violeta con partidos tradicionales
chilenos fue el año 1946. Durante algunos meses militó en el Partido Comunista
de Chile, sobre todo por la influencia de su primer esposo, Luis Cereceda, quien sí
pertenecía al Partido Comunista.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 207
27
De hecho, según la Ley de Seguridad del Estado, a quienes “ultrajen públicamen-
te la bandera, el escudo, el nombre de la patria o el himno nacional serán sancio-
nados con presidio ‘en sus grados medio a máximo’” (Folch E 15).
28
El 1º de junio de 1812 –sigo a Folch– don José Miguel Carrera creó la primera es-
carapela nacional, “nuestro primer emblema patrio”, de colores blanco, azul y
amarillo.
208 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
29
Estoy pensando sobre todo en acciones de arte donde se interviene el espacio
público recurriendo a los emblemas nacionales. Muy frecuente es que se vincule
a desnudos. El gesto recurrido por la cultura de masas respecto de los emblemas
(gorros, camisetas, cintillos, etc) especialmente en su relación con los deportes,
se vincula también a la modernidad, solo que en otro sentido que el parriano.
30
La Independencia de Chile se conmemora cada dieciocho de septiembre, pero
a todo el mes se le denomina el “mes de la patria” y los festejos tienen fuerte
raigambre en el país, extendiéndose a lo menos durante toda una semana en las
distintas zonas de Chile.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 209
(Décimas, 155-156)
31
Guardando las distancias claro está, pues en Benjamin el literato se asocia di-
rectamente a sus labores relacionadas con la producción del folletón. En cambio
Violeta, en el mismo lugar y también para su subsistencia, tendrá otras relaciones
con aquello que está observando.
214 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
de la bandera chilena,
l’entono con mucha pena
nuestra Canción Nacional,
más tarde la de Yungay
y otras canciones gloriosas,
pero se chanta Mendoza
y diai quién lo va a sacar.
(...)
pero él me mete al embudo
y junto con el escudo
m’enrosca y me desenrosca”
(Décimas 178)
Los símbolos patrios, son tratados aquí como objetos con distinto
valor para la cantante que para “Mendoza”. Contradictoriamente
no es el representante de Chile en Francia el que mejor entien-
de los alcances de esos símbolos, sino la humillada cantante que
intenta demostrarle el verdadero sentido de ellos: “le enrostro el
color azul/ de la bandera chilena”. La escena muestra sin rodeos la
lamentable realidad de la institucionalidad cultural chilena, asocia-
da a la expresión: “el pago de Chile”. Esos símbolos, que Violeta
comparte con una “nación” se degradan en la confrontación perso-
nal que ella realiza con el “burócrata” que justamente está ahí para
representar a los chilenos en Francia. Los sentidos y significados,
supuestamente internalizados por ambos, serán esgrimidos en su
“sacralidad” por Violeta y degradados “irreverentemente” por el
embajador. Parra dejará un testimonio personal en estas décimas
del trato indigno que durante todo el siglo XX los Estados nacio-
nales le han dado a los artistas chilenos, lo que ha provocado el
exilio “voluntario” de muchos de ellos o en algunos casos la muerte
por abandono o hasta el suicidio. Pero esa “bandera”, degradada
por embajadores y burócratas, retomará su sentido como símbolo
de fraternidad entre chilenos, en la solidaridad que le ofrecen unos
chilenos “gentiles” en esa Francia del “desamparo”: “Teresa Pinto
216 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
“Maldigo a la solitaria
figura de la bandera,
maldigo cualquier emblema,
la Venus y la Araucaria,
el trino de la canaria,
el cosmos y sus planetas…”
(170)
(172)
(173)
(159)
32
Moulian describe el período de la Unidad Popular, consecuencia de lo anterior,
como la saturación de signos violentos confrontados y en pugna, toda una
batalla en el terreno de las palabras y las amenazas, más que un enfrentamiento
con armas “reales”. “El peso semántico de las palabras amenazantes, la carga
semántica de la palabra violencia impedían ver o, más bien, permitían impedir ver,
lo que había tras las palabras. Estaba el viento, el deseo, las puras ganas” (24).
220 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(165)
33
El concepto es ambiguo, pues lo popular puede ser usado también, según
Genieveve Bolleme, como: a) Común denominador del gusto (cultura pop). b)
Apelación al pueblo. Esta definición incluirá el concepto de populismo, la noción
épica de pueblo (“nosotros, el pueblo”) o el consumidor a gran escala. c) Se refiere
también a aquella cultura que se “opone” a lo culto. Acerca de las contradicciones
del término reflexiona también Jean Franco, N. García Canclini y R. Williams,
entre otros. Sobre el uso específico del término en relación con la obra de Violeta
Parra, desarrollé un capítulo en mi tesis de Magíster (Miranda 2000).
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 227
34
José Luis Romero (1982) distingue entre una “ideología rural de los señores” y una
“ideología rural popular”, siendo la primera ambiciosa y caracterizada por el ansia
de dominio; y la segunda, marcada por la resignación, el resentimiento y una
postura anti-urbana, perviviendo en ella costumbres vernáculas y supersticiones.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 231
35
Casi toda la primera discografía de Parra se refiere a esta labor de recopilación y
función didáctica: sus primeros singles (ocho aproximadamente); sus LP Violeta
Parra. Cantos de Chile (1956); Violeta Parra acompañada de guitarra. El folklore de
Chile. Vol. I (1956); Violeta Parra acompañada de guitarra. El folklore de Chile. Vol. II
(1956); La cueca presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile. Vol. III (1957); La
tonada presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile. Vol. IV (1957); Toda Violeta
Parra. El folklore de Chile. Vol. VIII (1960). Parte de los siguientes LP: Violeta Parra
en Argentina (1961), Violeta Parra. Una chilena en París. Recordando a Chile (1965)
y gran parte también de la discografía póstuma, de la que Isabel Parra consigna
seis en El libro mayor de Violeta Parra, sin contar las reediciones.
232 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
doña Rosa Lorca, me pareció abrir este libro. Doña Rosa Lorca
es una fuente folklórica de sabiduría”36.
Su labor de investigación dista mucho de la idea “traducto-
ra” y “etnógrafa” del musicólogo, literato e incluso del antropó-
logo. De ahí el testimonio que ofrece de su primer acercamiento
sistemático a la fuente del canto a lo poeta, en calidad de inves-
tigadora (o folkloróloga). El antropólogo en general diferenciaría
entre el libro teórico, que le dará las claves teórico-metodológicas
para su investigación y la fuente oral, que siempre tendrá un sta-
tus más objetual y de dependencia epistemológica respecto de
los “libros”. Lo que no ocurre en Violeta. El objeto que ella va a
“salir a recoger” constituye a la vez el saber y las modalidades para
acceder a ese saber, pues esa fuente está constituida por personas
sabias. Por ello los cultores de esos cantos son equiparables tam-
bién a libros que se debe estudiar como fuentes de saber.
Violeta irrumpe de tres maneras en el campo de ese saber
para recuperar su memoria y la de otros: ilustrada, tradicional y
moderna. En los inicios, en una mano tiene el lápiz con la libreta
de apuntes y en la otra tiene la guitarra. Algunos años después
incorpora la grabadora, la que pudo adquirir recién cuando viaja
a Europa. Ella realiza el registro magnetofónico consciente de la
utilización productiva que se le puede dar a estos aparatos, los
que no se convierten en medios masivos por sí mismos, sino solo
a través de los usos sociales que se les da y por el clima de grandes
transformaciones políticas y culturales que suceden en el Chile de
los cincuenta, especialmente en la industria discográfica y radio-
fónica. El registro escrito tiene que ver con la posibilidad de pre-
servar la memoria más allá de la oralidad, en un momento en que
la tradición parece amenazada y en peligro, gesto muy parecido al
36
En La cueca presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile, vol. III (Odeon, 1959).
Reeditado en Violeta Parra. La cueca (Oveja Negra y Fundación Violeta Parra,
2010). Citado en El libro mayor de Violeta Parra, 10.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 233
37
Con ayuda de sus discípulos alcanzó a recopilar más de doscientas cincuenta
versiones de diversos romances en el campo chileno. Incluso en el año 1905 fue
auxiliado por Menéndez Pidal para su labor, la que publicó en 1912, bajo el título
Romances Populares y Vulgares. Recogidos de la tradición oral chilena. Santiago de
Chile: Mayo de 1912.
236 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
38
En 1953 graba en Odeon los temas “Qué pena siente el alma” (vals del folklore)
y “Casamiento de negros” (adaptación). Luego, en 1956, graba en París Violeta
Parra-Cantos de Chile. En el mismo año, en Santiago: Violeta Parra acompañada de
238 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
39
En La cueca presentada por Violeta Parra. El folklore de Chile, vol. III (Odeon, 1959).
Reeditado en Violeta Parra. La cueca (Oveja Negra y Fundación Violeta Parra,
2010).
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 241
40
Fueron cinco las composiciones para guitarra bautizadas por la misma Violeta
como anticuecas y compuestas entre 1955 y 1957. Algunas fueron grabadas
por Miguel Letelier, quien las valora como “ejercicios para guitarra”, donde
“sorprende el quiebre rítmico abrupto que se manifiesta en ciertos compases”
(2010). Al consultar a Fidel Améstica este año 2013, acerca de lo característico de
estas composiciones, me indica que “la anticueca no es una imagen inversa de
la cueca. Lo que conserva de su modelo es una base esencial: la cifra del 6/8, las
cuatro partes donde se despliega la música en el verso y la síncopa característica
de la cueca, aunque más cercana al pulso de la cueca campesina. Pero sobre
estos elementos básicos que demarcan la misma ‘cancha’ de la cueca, varía todo:
las pausas, la velocidad, la cadencia melódica, la duración temporal. Si la cifra
del compás es 6/8, este sustrato rítmico apenas es percibido por la riqueza de
notas que se suceden, aunque sigue estando ahí. Cada anticueca tiene cuatro
partes, pero pueden distinguirse dentro de cada una otras subpartes. Y si el pulso
cuequero todavía se puede panderear, los cambios de velocidades y acentos
incorporados en las frases musicales lo dificultan”. Agrega Améstica además, que
ellas están desprovistas del humor que sí tiene la antipoesía. Son interpretadas
con una gran carga de rabia y “voluntad feroz”, como si Violeta quisiese hacer
hablar a la cueca de una manera que no es capaz.
242 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
por tanto una relación directa con el canto en rueda, donde más
que importar el baile, el verdadero arte sería “la música, la poesía
y la forma de su canto” (González Marabolí 144). La excesiva
exposición de la cueca a los usos nacionalistas del siglo XIX y de
inicios del XX, al ser llevada a los salones, además de la censura
de la que fue víctima desde 1930, provocó que lo que proliferara
como cueca no fuese más que la versión de la hacienda patronal:
la del “huaso”. La academia de baile de Juan Valero (1895-1956)
en un intento por internacionalizar la cueca, realizó una sostenida
campaña de promoción del baile como aristocrático (daba status)
y a la moda (se estaba al día)41. Exagerado, pero real, resulta un
aviso promocionando un curso de “Cueca chilena” en una revista
de los años cuarenta y en que se caracteriza como “la más fina
y aristocrática de las danzas de América”, por su “música de es-
pecial característica orquestal (guitarra, arpa, acordeón, piano)”,
apareciendo el tañido y el canto como meros “acompañamien-
tos” de todo lo anterior. Al lado de la leyenda antes comentada
aparece un dibujo de una pareja bailando cueca en perfecto traje
de etiqueta negro y con el slogan: “Haga patria: valorice y perfec-
cione lo de su tierra”. Ya no “huasos” ni “rotos” escenificando la
cueca, sino su versión “blanqueada”, como un intento de hacer
desaparecer su origen popular y su enorme heterogeneidad. Otro
gesto fue el homogenizador y hegemónico de la industria disco-
gráfica (González E 12)42 y radiofónica. Recordemos cómo en la
carátula de su LP La cueca presentada por Violeta Parra (Odeon,
41
La campaña publicitaria, muy propagandista y nacionalista, tiene lugar entre
1920 y 1950. El fenómeno es descrito y documentado con mucha claridad por
Juan Pablo González (2000).
42
Asociada a los proyectos nacionalistas que ya hemos venido caracterizando.
Técnicamente los cultores más puristas niegan que se haya grabado alguna vez
una cueca, pues su duración era incompatible con el disco de 78 revoluciones por
minuto, por su excesiva brevedad (1:30 minuto) o por la muy extensa duración en
su formato performativo (3 pies de cueca duran 5 minutos).
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 243
“fatal entre los fatales/ voy siguiendo esas andanzas” y para com-
plementar su labor de recopiladora y artista que está teniendo
para esos años sus primeros “reconocimientos”, nacionales e in-
ternacionales. Ahí, estampará no solo sus datos biográficos, con
anécdotas y antecedentes, sino también su postura ética frente a
los problemas sociales y sus reflexiones acerca del lugar y rol del
artista.
Dependiendo del lugar o del momento en que se realice su
arte, los sujetos ahí configurados adquirirán fisonomías diversas
y también la voz autobiográfica adquirirá tonos, modalidades y
registros variados. Pero en esta configuración personal lo fun-
damental será su condición de artista y de artista ligada a una
tradición sin la cual no puede vivir. Cuando está lejos de Chile, le
dice a su hermano Nicanor que necesita “el dieciocho” y la “cue-
ca”, y es el momento en que más intensamente actúa e incluso
mantiene su propia fonda. Estando en París en 1963, le escribe
a Nicanor: “Como guitarra quisiera que me levanten mi casa/ y
que una mano muy grande se asome por mi ventana/ igual como
nace el sol, en Chile cada mañana/ y al reventarse la aurora con
cuecas me despertara…./ Si yo regreso en septiembre es que me
falta el dieciocho” (I. Parra 104).
En esta preferencia por lo colectivo el lugar privilegiado es
el de la familia “extendida”. De ahí la sobreabundancia de los
espacios familiares y sociales que Violeta tan finamente retrató en
todas las artes que cultivó y el lugar central que le asignó al espa-
cio familiar, sobre todo a sus padres, hermanos e hijos. Cuando
le escribe a Gilbert Favre desde Francia, una y otra vez se refiere a
su persona como un aglomerado de parentela: “La familia Parra
se va a Chile pronto”. Ese espacio se asocia a la productividad,
al carnaval, al aprendizaje significativo de la infancia, al espacio
del habitar feliz. Ya no como Violeta, sino como “Los Parra”. La
percepción fue correcta, pues es el clan Parra el que ha funciona-
do como un importante referente para la cultura chilena, desde
Violeta y Nicanor y en adelante.
CAPÍTULO IV / Violeta y Chile: lo divino y lo humano de la identidad nacional 249
(Décimas 54)
(Décimas 59-60)
(Décimas 70)
43
Entrevista realizada en Ginebra en 1965. Contenida en Violeta Parra en vivo en
Ginebra. Fundación Violeta Parra y Sello Oveja Negra, 2010.(Traducción realizada
por Nataly Solís).
254 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
(Décimas 62)
Bibliografía
De Violeta Parra
Alcalde, Alfonso, ed. Toda Violeta Parra. Buenos Aires: Ediciones de la Flor,
1974.
Engelbert, Manfred, ed. Lieder aus Chile: Zweisprachige Anthologie. Frankfurt:
Klaus Dieter Vervuert, 1979.
Martínez Reverte, Javier, ed. Violeta del pueblo. Madrid: Visor, 1983.
Parra, Violeta. El Cancionero. Violeta Parra Vol. 2 “A lo humano y lo divino”. Nº7,
Santiago, Septiembre, 1987.
–––. Cancionero Violeta Parra. Santiago: Antiyal, 1990.
–––. Cancionero: Virtud de los Elementos. Santiago: Fundación Violeta Parra,
1993.
–––. Volver a los 17. Santiago de Chile: Edit. Los Andes, 1996.
Piña, Juan Andrés. 21 son los dolores. Santiago de Chile: Editorial Aconcagua,
1977.
260 La poesía de Violeta Parra / Paula Miranda Herrera
Münnich, Susana. “El dolor y la risa en las décimas de Violeta Parra.” Anales de
Literatura Chilena. 5.5 (2005): 111-133.
–––. ”El sentimiento de abandono en los textos de Violeta Parra y Gabriela
Mistral” Atenea: Revista De Ciencia, Arte Y Literatura de la Universidad de
Concepción 475. (1997): 125-136. MLA International Bibliography. Web. 30
July 2012.
Neves, Eugenia. “La obra de Violeta Parra: una osadía personal y una odisea
cultural”. Revista Electrónica Cyber Humanitatis. Facultad de Filosofía y
Humanidades de la Universidad de Chile 3 (1997).
Otta, Francisco. “V.P.: Retrospectiva de sus pinturas”. Revista del Domingo 7
nov. 1982: 8-9.
Rodríguez, Osvaldo. Cantores que reflexionan. Notas para una historia personal
de la nueva canción chilena. Madrid: Ediciones de Literatura Americana
Reunida, 1983.
Salas, Ricardo."El sentido religioso en la poesía popular de Violeta Parra". Lo
sagrado y lo humano: para una hermenéutica de los símbolos religiosos.
Estudios de filosofía de la religión. Santiago de Chile: San Pablo, 1996.
Santana Dubreuil, Elvira. “Entre la tradición y la antipoesía: ‘Defensa de Viole-
ta Parra’”. Atenea. 494 (2006): 23-46.
Soublette, Gastón. Testimonio sobre Violeta Parra. El libro mayor de Violeta
Parra. Un relato biográfico y testimonial. Isabel Parra. Santiago: Cuarto
Propio, 2009. 77-82.
Spencer, Christian. “Folklore e idiomaticidad: Violeta Parra y su doble perte-
nencia a la industria cultural”. Actas del III Congreso Latinoamericano de
la Asociación Internacional para el Estudio de la Música Popular. Bogotá:
IASPM, 2000. Web.
VV.AA. “Análisis de un genio popular hacen artistas y escritores: Violeta Pa-
rra”. Revista de Educación. 13 (1968): 67-76.