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PRÓLOGO ...............................................................................................................................................................

1 Consideraciones generales y conceptuales .................................................... 9


Textos científicos ........................................................................................... 22

1.2. Texto 1, 24. Opción A, 25. Características principales, 25. Las siglas
y acrónimos, 26. Análisis sintáctico, 28. Valor de la alternancia de los
tiempos, 31. Opción B, 34. Colocación y significación de los adjetivos del
texto, 34. Análisis sintáctico, 37. Los helenismos y su importancia en el
vocabulario científico, 38. Valor del verbo copulativo en el texto,

40. 2.7. Texto 2, 41. Opción A, 42. Características principales de los


textos científicos, tal como aparecen en éste, 42. Pocos kilowatt, veinte
kilowatt. Comentario normativo, 43. Análisis sintáctico, 44. Tiempo y
modo verbal en el texto, 45. Opción B, 46. Verbos regulares y verbos
irregulares en el texto, 46. Presencia y ausencia del artículo en el texto,

49. Las palabras de origen inglés (anglicismos) y su importancia en los


textos científicos, 51. Análisis sintáctico, 53. 2.10. Texto 3, 54. Opción A,

55. Análisis sintáctico, 55. Sustantivos abstractos en el texto, 56. Valores


de un, una, 57. Los tiempos verbales en el texto, 59. Valores de que en el
texto, 59. La adjetivación en el texto, 60. Modalidad enunciativa y
modalidad interrogativa, 60. Funciones del lenguaje, 61. 2.11.

Texto 4, 64. Opción, A, 65. Análisis sintáctico, 65. Observaciones nor-


mativas, 66. Los helenismos, 67. Los adverbios, 67. Opción B, 69. Aná-
lisis sintáctico, 69. La adjetivación, 69. Formación de palabras, 70.
Caracterización, 71. 2.12. Texto 5, 71. Opción A, 72. Análisis sintáctico.

72. Función de los relativos en el texto, 73. Lenguaje científico y tiempo


verbal, 74. Sustantivos abstractos, 74. Opción B, 74. Análisis sintáctico,
74. Los adjetivos del texto, 75. Lenguaje apropiado y lenguaje figurado,
76. Caracterización, 76.
2 Textos informativos simples ...................................................................................
78
3.1. Texto 6, 79. Opción A, 80. Caracterización, 80. Adjetivación, 80.
Léxico económico directo y figurado, 81. La objetividad del informador,
82. Opción B, 83. Información y opinión, 83. Formas verbales y
perífrasis, 83. Análisis sintáctico, 83. Los usos de aunque, 86. 3.2. Texto
7, 87. Opción A, 88. Léxico culto y léxico popular, 88. Análisis sintáctico,
88. Pronombres personales, 89. Narración y comentario, tiempos
verbales, 90. Opción B, 90. Comentario normativo, 90. Análisis
sintáctico, 91. Retórica, 92. Información, comentario y literatura, 93.
3 Textos informativos con elementos icónicos ..........................................................
94
4.1. Texto 8, 95. Un texto sin representación gráfica extralingüística,

95. Opción A. 96. Connotación y denotación, 96. Funciones de los ad-


jetivos, 98. Verbos regulares e irregulares, 98. Análisis sintáctico ora-
cional, 99. Opción B, 100. Aspectos icónicos, 100. Estilo directo y estilo
indirecto, 101. Funciones de los adjetivos, 101. Análisis sintáctico, 102.

4.2. Texto 9, 103. Un texto con representación gráfica extralingüística,


103. Opción A, 104. Disposición ideológica e iconográfica 104 Funciones
del lenguaje, 105. Connotación y denotación, 106. Análisis sintáctico,
107. Opción B,V 107. Icono y símbolo, 107. Texto publicitario y noticia,
108. Publicidad y frases hechas, 108. Análisis sintáctico, 109. 4.3. Texto
10,VI110. Un texto de síntesis, 110. Opción A. ÍNDICE
111. GENERAL
Páginas
Capítulos
VI ÍNDICE GENERAL
Disposición ideológica y noticia, 111. Connotación y denotación, 112. .

La norma, 112. Los adjetivos, 113. Opción B, 114. Disposición ideológica y


gráfica, 114. Elementos conativos, 115. Análisis sintáctico, 116.

Los adjetivos, 117.


4 Un texto jurídico y administrativo ...........................................................................
119
4.2. Texto 11, 120. Opción A, 120. Caracterización, 120. Aspectos icóni-
cos, 121. Análisis sintáctico, 122. Funciones del lenguaje, 123. Opción B,

123. Formas verbales, 123. Sustantivos abstractos, 124. Adjetivos, 124.


Consideración normativa, 125.
5 Textos expositivos: entre la información, la narración y el comentario ..........
126
6.1. Texto 12, 126. Opción A, 127. Oraciones de relativo, 127. Personales
átonos de tercera persona, 128. Construcción. adjetiva y valor literario, 129.
Verbos regulares e irregulares, 130. Opción B, 130. Análisis sintáctico, 130.
La abstracción, 131. Función de los adjetivos, 131. Demostrativos e
indefinidos, 132. 6.2. Texto 13, 132. Opción A, 133. Proverbios y refranes,
133. Análisis sintáctico, 134. Objetividad y subjetividad: el modo, 135.
Semántica y colocación de los adjetivos, 135. . Opción B, 136. Análisis
sintáctico, 136. Morfemas verbales, 136. Los personales, 137. Clasificación
del texto, 137. 63. Texto 14, 138. Opción A, 139.

El texto informativo, 139. La sufijación, 139. Análisis sintáctico, 140. El


artículo el, 140. Opción B, 141. Análisis sintáctico, 141. Los adjetivos,

141. Función de los adjetivos, 142. Modalidad, objetividad y tiempo,

142. 6.4. Texto 15, 143. Opción A, 144. Los relativos, 144. La narración,
144. La aposición, J45. Los nombres propios, 145. Opción B, 146. Análisis
sintáctico, 146. Tiempos verbales, 147. Los artículos, 148. Funciones del
lenguaje, 148.
6 Textos literarios en prosa.........................................................................................
150
7.1. Texto 16, 151. Opción A, 151. Análisis sintáctico, 151. Colocación y
semántica de los adjetivos, 152. Modos verbales, 153. Los relativos,

153. Opción B, 154. Análisis sintáctico, 154. Morfología verbal, 155.

Los personales: función y adecuación a la norma, 155. Función de los


adjetivos, 156. 72. Texto 17, 156. Opción A, 157. El diálogo narrativo, 157.
Funciones del lenguaje, 158. Análisis sintáctico, 159. Morfología verbal,
160. Opción B, 160. Clasificación de las oraciones. 160. Pronombres de
primera persona: función, 160. Elementos literarios.

161. Las preposiciones, 162. 73. Texto 18, 162. Opción A. 163. Análisis
sintáctico, 163. Eufemismos y vulgarismos, 164. Los adverbios. 165.

El subjuntivo, 165. Opción B, 166. Funciones del lenguaje, 166. El


gerundio, 166. El diálogo narrativo, 167. Pronombres de primera persona,
168. 7.4. Texto 19, 168. Opción A, 169. Nivel léxico: eufemismos y
vulgarismos, 169. Los tiempos verbales, 169. Los personales, 171. Opción
B, 171. Rasgos del habla'coloquial, 171. Coordinación y yuxtaposición,
172. Pronombres de tercera persona, 173. 73. Texto 20, 173. Opción A,
174.
VI Rasgos lingüísticüs de la parte narrativa, 174. GENERAL
ÍNDICE Semántica y colocación
del adjetivo, 175. Pronombres interrogativos. 175. Morfología de los verbos
regulares, 176. Opción B, 176. Funciones conativa y expresiva, 176.
Formación de palabras, 177. Análisis sintáctico, 177. Semántica de los
sustantivos, 178. 7.6. Texto 21, 178. Opción A, 179. Análisis sintáctico,
179. Entonación y puntuación, 180.

Valor ¡cónico de la V y la M, 181. Sufijos, 181. Opción B, 182. Presencia y


ausencia del artículo, 182. El tiempo verbal, 183. Análisis sintáctico, 184.
La personificación, 185. '
7 Textos literarios en verso.........................................................................................
186
8.1. Texto 22, 187. Opción A, 188. Elementos fónicos. 188. Análisis sin-
táctico, 190. Adjetivos predicativos,'191. El verbo, 191. Opción B, 192.
Acentos, 192. Análisis sintáctico, 193. Colocación y significado de los
adjetivos, 194. Funciones del lenguaje 194. 8.2. Texto 23, 195. Opción A,
196. El nivel fónico, 196. La modalidad negativa, 197. Funciones del
lenguaje, 197. Análisis sintáctico, 198. Opción B, 198. Nivel léxico-
semántico, 198. Análisis sintáctico, 199. Adjetivos predicativos, 199.
Verbos irregulares, 200. 83. Texto 24, 200. Opción A, 201. Aspectos icó-
Páginas
Capítulos INDICE GENERAL Vil
nicos, 201. Los adjetivos, 202. Análisis sintáctico, 203. Verbos irregulares,
203. Opción B, 203. Análisis sintáctico, 203. Las preposiciones, 204.
Presencia y ausencia del verbo, 204. Funciones del lenguaje, 205. 8.4. Tex-
to, 25, 206. Opción A, 207. No le toques, 207. Análisis sintáctico. 207.
Reiteración léxica, 208. Presencia y ausencia del artículo, 209. Opción B,
209. Funciones del lenguaje, 209. que en el texto, 210. Los adjetivos, 210.
Presencia y ausencia del verbo, 210.
8 Textos coloquiales y exteriores a la norma, de España y América. 212
9.1. Texto 26, 218. Opción A, 218. Peculiaridades fonéticas y gráficas, 218.
El léxico, 219. Análisis sintáctico, 220. Verbos irregulares, 220. Opción B,
221. El ceceo, 221. Aspectos fonético-literarios. 223. Análisis sintáctico,
223. Los adjetivos, 224. 9.2. Texto 27, 224. Opción A, 225.

Las siglas, 225. Los diminutivos, 226. El .estilo directo, 226. Caracteri-
zación, 226. Opción B, 227. Función conativa, 227. Los adjetivos del texto,
227. Análisis sintáctico, 228. El léxico, 228., 9.3. Texto 2S. 229. Opción A,
230. El seseo y otros rasgos fónicos del español en América, 230. Estilo
directo y estilo indirecto, 232. Las perífrasis con gerundio, 233. Adverbios y
locuciones adverbiales, 234. Opción B, 234.

Las abreviaciones, 234. Análisis sintáctico, 235. Pasiva y pasiva refleja,


236. Los adjetivos, 237. 9.4. Texto 29, 237. Opción A, 238. El voseo,

238. Funciones del lenguaje, 240. Tipo de texto literario. 240. Análisis
sintáctico, 241. Opción B. 241. El texto y la norma hispánica, 241.

La sufijación, 242. Los adjetivos, 242. Análisis sintáctico, 243. 9.5. Texto
30, 243. Opción A, 245. Elementos del diálogo y caracterización de éste,
245. La fonética, del texto y la norma hispánica, 246. Los pronombres, 247.
Análisis sintáctico, 247. Opción B, 248. El voseo, 248. La extensión del
español, 248. Diálogo y vulgarismo, 249. Análisis sintáctico, 250. 9.6.
Texto 31, 250. Opción A, 251. Elementos del diálogo, 251.

La fonética en relación con la norma hispánica, 252. Los pronombres, 252.


Análisis sintáctico, 253. Opción B, 253. El voseo, 253. Diálogo y
vulgarismo, 254. La extensión del español, 254. Tipo de texto literario, los
actuantes, 255. 9.7. Texto 32. 256. Opción A, 256. Tipo de texto, 256. Los
pronombres, 257. Los tiempos verbales, 257. El texto y la norma hispánica.
258. Opción B. 259. El voseo. 259. Extensión del español, 259. Análisis
sintáctico, 259. Elementos propios del diálogo. 260
Nota final ................................................................................................................
261
Indice de autores y materias ................................ .................................................
263
En memoria de Román Ja-
kobson, desde el recuerdo de «La
Prima Angélica».
E escogí Yo a el de todos los
linages de Yrrael por sacerdote
para mi que subiese e se llegase al
mió altar, e me quemase y
engienso, e troxiese ante mi la
vestidura que dezides efoth.
(General Estoria, Reyes,
VIII.)

i
PRÓLOGO

0.1.1. Puede decirse que una de las características más destacables, si no la


más, de la escuela lingüística española es su preocupación por el texto. Ello ha
llevado a defender durante muchos años la necesidad de la enseñanza conjunta de
la lengua y la literatura, en las cátedras de grado medio y en los planes de estudios
de las Facultades de Letras y Escuelas Normales, a postular como necesario en la
formación del profesor el conocimiento del comentario filológico, aunque no
tuviera que explicar gramática histórica en sus clases de bachillerato, y a exigir a
los opositores de cátedras y agregaciones universitarias al menos un ejercicio
práctico sobre un texto literario, dentro de las materias lingüísticas. Al señalar
estos rasgos y hablar de la «escuela lingüística española» debe resultar evidente
que no se trata de la que algunos quieren reducir a la llamada «escuela de
Madrid», aunque tampoco quepa duda de que la obra de Ménéndez Pidal, de
Américo Castro, de Dámaso Alonso y de Rafael Lapesa está detrás de las
aplicaciones prácticas que sus discípulos continuamos defendiendo: en toda
España, desde Hierro a Menorca, se encuentran profesionales, procedentes de
todas las universidades de la patria, que hacen suyos postulados tan generales
como los enunciados arriba, aunque sus métodos y estudios sean diferentes y
varios.
0.1.2. Sin embargo, y paradójicamente, aunque esa idea aparezca en todos
los programas oficiales, en todos los planes de estudios, y en todas las
exposiciones públicas, la realidad nos muestra que nuestros alumnos sufren
mayoritariamente unas enseñanzas teóricas, desconectadas de la realidad del uso
del idioma, abstrusas y aburridas: ni tienen gusto por la lectura, ni saben
expresarse con variedad y corrección, ni distinguen los distintos niveles del
lenguaje, empleándolos con propiedad y adecuación a las distintas situaciones, ni
gustan de la escritura, sea en diarios, poemarios o meras cartas familiares. Para
colmo de desdichas, cunde una peregrina manía de enseñar lo que tan pomposa
como erróneamente se denomina «lingüística», que no pasa, por lo general, de
unas pretenciosas vestiduras pseudoestructurales o pseudogenerativas con las
que, en forma de una terminología tan rebuscada .como inútil, se oculta una
cósmica vaciedad conceptual: vamos por modas, olvidando que la inmensa
mayoría de los alumnos de primaria y media no serán nunca estudiosos o
investigadores del idioma como tal; pero que todos somos usuarios del mismo,
responsables de un patrimonio cultural que se extiende por todo el mundo y que
ha producido una de las obras más importantes desde que el hombre existe: la
literatura española.
0.1.3. Al no ser psicólogo, no puedo aclarar qué extraños mecanismos
colectivos, qué ocultos sentimientos de culpa, hacen que los lingüistas de un país
que nunca se ha distinguido por el elevado nivel de

i
2 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

sus estudios teóricos, ni en filosofía, ni en ciencias exactas o físicas, ni en


lingüística, a la hora de escribir libros para muchachos en edad escolar se
dediquen a rizar el rizo de la abstracción, a presentar y discutir definiciones de
conceptos sobre los que los investigadores no se ponen de acuerdo, abandonando
la lengua que está ahí, la del medio de comunicación que nos informa a diario, la
del lenguaje administrativo imprescindible a lo largo de una vida en una sociedad
moderna, en leyes, instancias, informes, y demás muestras lingüísticas del ajetreo
burocrático, de la ciencia y la técnica que serán el medio de trabajo de la mayoría
de esos alumnos, de la publicidad y propaganda que nos acosan, de la poesía que
nos levantará el ánimo y nos hará tolerable, o más soportable, o más bella, la
existencia, o de las lucubraciones y abstracciones con las que los científicos de
todas clases se adentran en el descubrimiento y explicación del misterio.
0. 1.4. Como uno, indudablemente, no es un legislador omnisciente, no
va a pretender desde aquí remediar la complicada barahúnda, inevitablemente
entretejida con los intereses económicos de autores y editores, sino que habrá de
limitarse a un blanco bien preciso y, al mismo tiempo, muy relevante para la suerte
de miles de muchachos.
0. 1.5. El Curso de Orientación Universitaria, evolución del Curso
Preuniversitario, síntesis, a su vez, del examen final de Bachillerato, el examen de
Estado, el ingreso en las Facultades y Escuelas de Grado Medio y los selectivos de
Ciencias, se plantea como un curso intermedio entre la Secundaria o Bachillerato
y la Universidad. Con ello se acaba de hundir el sistema tradicional español, que
daba un título universitario, el de Bachiller, como final de un primer ciclo que
muchos cursaban en los Colegios o Escuelas Menores, muy extendidos por el país,
antecedente de los Institutos. Hace pocos años todavía, era el Rector de la
Universidad quien firmaba los títulos de Bachiller Superior, como recuerdo de su
rancio carácter universitario, que explica también por qué se llaman
«catedráticos» los de Instituto. Con la Ley general de Educación, este sistema fue
sustituido por un calco imperfecto del modelo anglosajón que, en lo referente a
nuestro asunto, situaba entre la Universidad y el Instituto o colegio un Curso de
Orientación Universitaria, una especie de preparatorio o Júnior Year, que había de
culminar con un examen en la propia Universidad, la llamada «selectividad»: la
orientación se convertía, por tanto, en selección, y se sumaba un nuevo calvario al
penoso recorrido escolar de los españolitos. Con el numerus clausus implantado
de jacto en parte de la Universidad, la psicosis selectiva entró en fase aguda, bien
que con poca justificación, pues los porcentajes de suspenso en la «selectividad»
son tan bajos que se constituyen en el mejor índice de que el sistema ni sirve como
orientación ni sirve como selección.
0. 1.6. La Lengua Española, por fin, tiene en este curso un rango de
materia común y fundamental. La Ley, teóricamente perfecta, en este caso,
dispone que se trate de un Seminario, y que se dirija fundamentalmente al alumno
como usuario. Sin embargo, la misma ley fija un programa temático en el que se
incluyen unas nociones teóricas que obligan a deturpar el sistema de seminario
establecido, porque los alumnos sólo han estudiado Lengua en primero del nuevo
Bachillerato (Unificado y Polivalente, BUP) y, tras dos años sin volverla a
estudiar, no recuerdan nada de lo que sabían, que, por regla general, tampoco era
mucho. Los profesores piensan entonces que deben volver a las enseñanzas de una
PRÓLOGO 3
asignatura teórica de Lengua, para que los alumnos puedan hacer así los
comentarios que parecen propios del carácter de seminario que tiene la asignatura
en COU, y se torna al círculo vicioso: la mayor parte de los alumnos, que sabe que
no volverá a estudiar eso jamas, porque su vocación los llama por caminos ajenos
a la Lingüística, e incluso a las Letras, se colocan en la paciente actitud de los que
«sufren» la clase de Lengua, y terminan de perder las escasas motivaciones hacia
la lectura y la escritura que el irracional bachillerato previo —sin decir nada de la
escuela, ahora EGB— hubiera podido inculcarles, pese a todo.
0.1.7. Cinco cursos de coordinador de Lengua en la Universidad de
Valladolid y uno de la de Madrid, en la llamada Universidad Autónoma, así como
dios años previos de examinador, en Zaragoza, y otro de catedrático de Instituto,
en Madrid, junto a un proyecto de investigación pedagógica del Instituto de
Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, precisamente
sobre las dichas «pruebas de acceso», me han obligado a meditar sobre esta
situación, y a colaborar en la búsqueda de soluciones. A lo largo de estos últimos
ocho años he corregido miles de ejercicios y he puesto centenares de pruebas (a
una media de más de treinta por año); también he redactado un manual para este
Curso y colaborado u organizado reuniones, simposios, cursillos o simples
sesiones de comentario, para profesores, alumnos, o ambos conjuntamente. Me
parece llegado el momento de que esta experiencia pueda beneficiar a las personas
de buena voluntad que se acerquen a estas páginas.
0.1.8. Quisiera que el resultado de lo que anteriormente se ha dicho fuera un
libro de comunicación con los profesores y, simultáneamente, útil para los
alumnos. En él he recogido todas las pruebas que vo mismo preparé y puse para
los exámenes de selectividad del curso 1981-82 en la Universidad Autónoma de
Madrid, y en el Tribunal de Extranjeros, del que fui presidente ese año, incluyendo
las pruebas de reserva, que se preparan siempre para imprevistos. Esta base
constituye una aportación de material que, en sí misma, no es importante, pues
basta un poco de paciencia para recoger todas las pruebas aue realmente se han
puesto en las dos convocatorias, y sumarle a ello el comentario personal que cada
profesor haga. Si incluyo mi propio comentario tras las pruebas no es para dar
ninguna lección, ni para decir cómo se hace el comentario, ni mucho menos cómo
tendrían que hacerlo los alumnos, sino para señalar qué aspectos me han parecido
destacables a la hora de hacer las preguntas, y qué considero está dentra del
mínimo e.xigible, cuando así lo indico. Cualquier profesional sabe bien que no hay
«recetas» para el. comentario, y debe quedar bien explícito que, personalmente.
creo que todos los métodos son válidos, siempre que se usen con coherencia y
sentido común: es decir, sin mezclarlos y comprendiendo sus límites y fines.
Vcámoslo desde el punto de vista del profesor, desde el punto de vista del
examinador y desde el punto de vista del alumno.
0. 1.9.1. El profesor se encuentra, ya lo hemos dicho, con que sus
alumnos no han vuelto a estudiar Lengua desde primero, tres años atrás. Puede
que, en el mejor de los casos, de la mano de un profesor de Literatura, que,
especialmente en segundo, ha tenido que luchar con un programa vastísimo, hayan
hecho luego comentarios, predominantemente literarios; puede también ocurrir
que no hayan estudiado Literatura en tercero, donde es optativa, y llevan así un
año completo sin acercarse a la Lengua ni a la Literatura, es decir, un desastre.
4 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

0. 1.9.2. Como punto de partida, en este caso, se impone la advertencia,


bien sabida, por otra parte, de que no es lo mismo lo que el profesor debe saber que
lo que debe enseñar, y que es peligroso pretender, pongamos por caso, que la
predilección personal por la escuela de Londres, o Chomsky, o Fillmore, o
Tesniére (evito, obviamente, citar a los españoles) se convierta'en un curso de
Lingüística a la Londres, Chomsky, etc., sencillamente porque no es el sitio ni el
momento adecuados. Un tinte, una orientación, por supuesto; una especialización,
una insistencia, de ninguna manera. A diferencia de lo que ocurría hace sólo diez
años, existen hoy manuales suficientes para que el profesor sitúe sus gustos y
conocimientos en relación con la enseñanza universitaria y la aplicación de los
mismos en el ámbito de los programas y textos dirigidos al curso que enseña. En
las respuestas a las preguntas concretas de los exámenes que constituyen la mayor
parte de este libro haremos referencias también concretas a varios de ellos, en
aplicaciones precisas.
0. 1.9.3. Hay una tercera consideración en este apartado profesoral: no se
prepara a los chicos sólo para que adquieran unos conocimientos, sino también
para que superen un examen. En consecuencia, es responsabilidad del colectivo de
profesores asegurarse de una coordinación responsable y reiterada con la
Universidad, en cada distrito, y participar, como examinadores, en la ejecución de
las pruebas, siempre en las situaciones que la ley permite.
0. 1
.10.1. En los apartados dedicados al examinador diferenciaremos dos ^grandes
bloques: el coordinador como examinador, por un lado, y los profesores como
examinadores, por otro. *
0. 1.10.2. A lo largo del año, el coordinador ha de asegurarse de que los
profesores y alumnos han sido informados suficientemente, a su juicio, de lo que
se espera de ellos: éste parece ser el mínimo exigible, en su caso, y basta con una
reunión para cumplir este requisito. No pretendemos exponer en este libro nuestra
teoría sobre la coordinación del COU, de modo que pasamos inmediatamente al
problema que aquí nos afecta de lleno: cómo poner los exámenes y cómo dar
normas para su corrección.
0. 1.10.3. Cuando uno mismo corrige los exámenes que ha puesto, no
suele plantearse el problema de la objetividad y subjetividad en la corrección.
Cada cual sabe por qué ha puesto una pregunta determinada, la relación que tiene
con la explicación de clase o con las lecturas que los alumnos deben hacer por su
cuenta, y qué tipo de respuestas son indicativas de algo aprendido. Cuando el
examen que uno pone va a ser corregido por treinta personas diferentes, es
primordial buscar un criterio objetivo, es decir, objetivar al máximo la prueba. En
algunas asignaturas cabe la posibilidad de preparar un cuestionario amplio, e in-
cluso imprimir las respuestas acertadas junto a otras erróneas, para que el alumno
sólo marque la respuesta buena, penalizando incluso la contestación errónea, para
eliminar el factor de aleatoriedad en la respuesta. Con la orientación práctica que
estamos dando al Seminario de Lengua Española, es evidente que este método,
así, no sirve. Es fundamental partir de un texto. No'obstante, cuando el alumno
realiza un comentario libre sobre un texto, es imposible garantizar la objetividad
de la corrección. El comentario libre, aclaremos en seguida, es una excelente
práctica de clase, y hasta un buen método de prueba interna; pero se convierte en
PRÓLOGO 5
algo muy peligroso cuando lo corrige alguien ajeno, que puede no entender los
miles de sobreentendidos que se gestan cada año en el interior de un curso
medianamente armonizado. Por eso hemos preferido, de modo todavíá
experimental, dirigir parcialmente el comentario, con dos series alternativas de
preguntas, a partir del mismo texto. Preparar el examen es así algo bastante más
difícil, mientras que corregirlo es más objetivo.
0. 1.10.4. En consecuencia, y a ello se dedica el equipo de investigación
del ICE de nuestra Universidad, conviene deslindar cuidadosamente lo que
constituyen conocimientos teóricos mínimos, sujetos a preguntas de estimación
objetiva, con carácter de cuestionario, de las aplicaciones prácticas y de los
aspectos creativos que un seminario de Lengua debe despertar.
0. 1.10.5. El alumno es, indiscutiblemente, el beneficiario o la víctima de
un sistema de enseñanza, según sea éste bueno o malo. En nuestro caso, y de
acuerdo con el planteamiento que venimos haciendo, no cabe duda de que su
situación es, al menos, chocante: hereda los vicios de un sistema imperfecto y
parcial de enseñanza de la Lengua, está estudiando, de modo predominantemente
teórico, una asignatura que no forma parte de sus futuros estudios, la está
estudiando con un profesor y un texto de una orientación determinada —a veces
sin coordinación real de seminario en el propio centro—, se va a examinar de ella
en un lugar desconocido, le va a corregir el ejercicio un profesor que no tendrá con
él otra relación que la de corrector, y de la calificación que alcance pueden
depender sus esperanzas de futuro en medida mayor o menor, según la universidad
y la carrera que piense elegir. No es extraño que el alumno llegue a la prueba en
plena agonía, y que su rendimiento sea bajísimo: sin contar las notas de
conferencia y de comentario, el porcentaje de suspensos se multiplicaría por dos o
por tres fácilmente.
0. 1.10.6. Hay algunos puntos comunes a los tres grupos que acabamos
de repasar: el descuido en que se tiene la base de los conocimientos de Lengua,
especialmente la ortografía y la sintaxis elemental, y la falta de costumbre de
redactar y exponer con claridad, sin recurrir a tics, sobreentendidos y tolerancia de
un profesorado abrumado por las horas excesivas de clase y el nulo incentivo
económico: nuestra sociedad no estima la cultura, no paga a sus transmisores, no
les exige, porque no puede, a cambio de lo que les da, y, en consecuencia, el nivel
desciende progresivamente, ahora en razón geométrica de la masifica- ción. No
olvidemos un apartado importantísimo: con los precios actuales de los libros y la
situación económica general, es cada vez más difícil que los. profesores y los
alumnos dispongan de más libros que los de las bibliotecas escolares y públicas,
muchas de ellas mal dotadas, o abiertas durante muy poco tiempo, o con un
horario totalmente incompatible con el docente (suponiendo también que después
de veintiuna o treinta horas de clase, más guardias-, más reuniones, más ejercicios
y evaluaciones, queden ganas de ir de bibliotecas).
0.1.10.7. No tengo ningún interés en disimular lo que me parece que es el
panorama apocalíptico de nuestros estudios universitarios, por ceñirme al tema de
este libro. Y no quisiera tampoco que se interpretaran las referencias a la EGB y la
Media como un deseo de echar balones fuera y eludir la responsabilidad de la
Universidad. A ésta incumbo la preparación de unos licenciados que salen ahitos
de enseñanzas teóricas, muchas veces sin haber hecho un solo comentario de
6 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

texto, y que, por una reacción psicológica bien conocida, arrojan sobre sus
alumnos de Bachillerato ese sobrante de erudición teórica y de mal digerida
acumulación de datos, porque carecen del sentido de lo que es mínimo e im-
prescindible y lo que es complemento, porque no saben distinguir —insisto—
entre lo que deben saber y lo que deben enseñar. Sin embargo, esta situación no
debe llevar al abatimiento, porque es evidente que la sensibilidad hacia los
problemas básicos, como ortografía y sintaxis elemental, ha aumentado, y que se
pueden alcanzar, con poco costo, soluciones relativamente sencillas.
0.1.11. Con la intención de participar en la discusión y colaborar en una
didáctica de la Lengua mejor pensada, acepté, en la primavera de 1982, prestar mi
colaboración —especialmente modesta en este caso— al proyecto de
investigación del ICE, advirtiendo con toda claridad que mi límite de
convencimiento inicial me exigía defender un modelo de prueba en el que también
se midiese la capacidad creadora del alumno: cómo redacta, cómo expone y cómo
interpreta, con las tres posibilidades que todo hablante tiene ante un contenido:
asentir, disentir o matizar. Por ello preparé los ejercicios del curso 1981-82 dentro
de estas características, para que cada pregunta pudiera evaluarse
cuantitativamente igual que las restantes, de manera que, si una prueba tiene
cuatro preguntas, cada una «vale» para el examinador hasta 2.5 puntos, como
máximo, y si tiene tres, 3,33, también como máximo. También me comprometí
conmigo mismo a escribir un libro como el que ahora tengo entre manos,
esperando que pudiera ser parte de esa cura de humildad que tan necesaria es
cuando se juzga y califica a personas que, por. su edad y estudios, han de saber
menos que nosotros.
0.1.12.1. Para terminar esta introducción presentadora, queremos indicar,
rápida y esquemáticamente, los pasos seguidos en los capítulos próximos del
libro, como declaración de intenciones de la que, no lo dudamos, se nos pedirán
cuentas.
0.1.12.2. Parece obligado decir, en primer lugar, que los imperativos de
tiempo (tres cuartos de hora) de que dispone el alumno condicionan
prioritariamente el modelo de examen y las posibilidades de respuesta: es difícil
que un alumno escriba más de un folio por ambas caras, incluso hay tribunales y
universidades que no les permiten utilizar más
papel. Ya que nuestros exámenes parten de un texto, ello obliga a que ese texto no
sea demasiado largo, para no perderse en la lectura y la interpretación: es fácil que
el alumno tarde hasta un cuarto de hora en. leer el texto y las preguntas y
comprender la relación que las segundas tienen con el primero; le quedan, por
tanto, treinta o treinta y tantos minutos para escribir sus respuestas. (Es lo primero
que deberían tener en cuenta los correctores.) En consecuencia, es imprescindible
prescindir de todo lo que, en un comentario lingüístico que va dirigido y guiado
por una serie de preguntas, es anecdótico, como el nombre del autor. Por ello, no
identificaremos ninguno de los textos que siguen —muchos de ellos presentes en
cualquier antología, o extraídos de publicaciones de amplia difusión—, para evitar
que profesores y alumnos centren su atención en cuestiones marginales, como «se
trata de un texto de Unamuno, autor de la generación del 98, que se caracteriza por
plantearse la cuestión de España tras la decadencia del Imperio, y hallar la sangre
del espíritu español en Castilla y la lengua castellana». Observaciones de este tipo
PRÓLOGO 7
consumen minutos y no añaden nada al texto. Creo, además, no ser persona
sospechosa en estas lides, y espero que por ello se me permita decir que, al
analizar un texto, lo importante no es saber de quién es, sino qué tipo de texto es y,
en el plano histórico, a qué época corresponde, o por qué estilo o moda de
expresión o contenido se caracteriza. En fragmentos tan breves como han de ser,
necesariamente, los que aquí se utilizan, las dificultades de clasificación aumentan
hasta el punto de que muchas veces las preguntas son un modo de ayudar a los
alumnos a identificar el texto. Naturalmente, y por parecerme antipedagógico,
jamás he puesto preguntas de las llamadas «de pega», ni he tratado de engañar al
alumno: estos «jueguecitos» pueden estar bien en clase, pero no cuando los
alumnos se enfrentan a un solo examen, del que se hacen depender tantas cosas.
.
0.1.12.3. Los capítulos que siguen al de conceptos generales llevan una
introducción, en la que se abordan los aspectos comunes de este tipo de textos,
especialmente referidos, a los modelos que vienen después: se trata, por ello, de
la información general de los aspectos básicos. Como esta obra no es un manual,
ni ha de pretender sustituir a ninguno de ellos, hemos podido, en cada caso,
combinar la exposición teórica que nos ha parecido conveniente con las
remisiones oportunas a una bibliografía mínima, que no sólo incluye los
manuales, porque no va dirigida sólo al alumno, sino también obras de consulta
más amplias, si bien ¿n número reducido. La responsabilidad en esa selección de
referencias es algo asumido de entrada, no faltaría más.
0.1.12.4. Siguen al capítulo introductorio, decimos, ocho más, dedicados a
distintos tipos de textos, y una conclusión sintética. Hemos partido de los textos
que ofrecen menos dificultades de elaboración, especialmente semántica y
literaria, los científicos, para pasar a los informativos simples, los informativos
con elementos icónicos, el único caso —este año— de texto jurídico y
administrativo, los textos expositivos que se sitúan entre la información, la
narración y el comentario, como puente entre los primeros analizados y los
literarios, que vienen a continuación, subdivididos en textos literarios en prosa y
textos literarios en verso, para concluir con un largo capítulo dedicado a los que
hemos llamado textos coloquiales y exteriores a la norma, en España y en
América,
fundamentales porque nos permiten insistir en ese carácter de usuario que el
alumno tiene, y que ha de reflejarse, en estos cursos, en su formación dentro de
una sociedad que acepta, por necesidades de la comunicación, unos modelos, unos
estándares, una norma, en suma, con las complejidades que esa norma (o esas
normas) puedan tener, y con las exigencias convencionales que el usuario ha de
conllevar. Como es lógico, el orden adoptado podría haber sido el inverso, u otro
cualquiera diferente, es irrelevante, puesto que cada ejercicio es, no ya autónomo,
sino independiente de los restantes, como que cada alumno sólo realiza uno por
convocatoria. Quede claro, por tanto, que su agrupación y ordenación en lo que
sigue depende exclusivamente de nuestro arbitrio, y está dirigida a su mejor
explicación —para nosotros— en lo que luego se dice de ellos.
0.1.12.5. Movidos de la intención de no dejar nada en el tintero, y de llevar la
búsqueda hasta sus últimas consecuencias, hemos preferido dedicar un espacio
bien acotado de estas páginas a las respuestas concretas a las preguntas
individuales (aunque, eso sí, evitaremos repeticiones, que se podrían producir con
8 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

cierta frecuencia, y ser enojosas, por el carácter de «solucionario» que darían al


libro, y que nos parece secundario). Naturalmente, para no caer en los
inconvenientes del solucionario y no ser demasiado ad hoc, hemos incluido
comentarios más amplios, e incluso referencias concretas a los errores que se
cometen, o se pueden —y no se deben— cometer. Con ello, pretendemos ofrecer,
en lo que sigue, un planteamiento general, unas observaciones teóricas de detalle y
una aplicación práctica y, por ende, concreta, con una finalidad primordial,
contribuir a la discusión de la que habrá de nacer —si el proverbio no es falso— la
luz que guíe a la imprescindible mejora y reforma de los estudios y pruebas de
Lengua Española en las pruebas de acceso a la universidad, hasta lograr un
auténtico Curso de Orientación Universitaria.
0.1.12.6. A medida que la redacción avanzaba, he visto cómo el contenido del
libro se iba ampliando para incluir referencias más amplias, acotaciones
bibliográficas y otras ayudas varias. Por sugerencias de los primeros lectores y
críticos he atendido a lo que pudiera interesar en el ámbito universitario y en el de
las Escuelas de Formación del Profesorado de EGB, otrora Escuelas Normales.
Desde mis primeras publicaciones me he preocupado por el mundo del Magisterio
y la enseñanza elemental, donde, obviamente, está la base de una enseñanza
mejor; la generosidad de colegas, editores, parientes y amigos me ha permitido
estar al tanto de sus vaivenes, de modo que es difícil que no esté presente en mis
trabajos.
Capítulo 1
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES

1.1.1. Antes de comenzar el análisis concreto de los textos que sirvieron de


pruebas para el examen de acceso a la Universidad en la materia de Lengua
Española, nos ha parecido conveniente insertar un capítulo sobre cuestiones
previas, dedicado, en su mayor parte, a la ortografía, principal de ellas, pues
muchos de los ejercicios son eliminados por el criterio de las «faltas de
ortografía», o ven reducidas sus calificaciones de modo notable. Como se verá en
lo que sigue, aunque defendemos que la ortografía es un criterio de corrección
que hay que mantener, esto no significa que no se pueda reformar la ortografía
española, y que no haya precedentes de esa reforma, la cual, en nuestra opinión,
es urgente, aunque no deba ser exagerada.
1.1.2. El problema ortográfico, en buena parte, arranca del defecto de
suponer que la ortografía es algo hecho, eterno e inamovible: «tiene una
ortografía perfecta», se dice, y perfecto, etimológicamente, es lo definitivamente
hecho, lo completamente terminado. Una persona culta tiene una buena
ortografía, porque es un rasgo de una cultura completa; pero tener una buena
ortografía, sin más, no equivale a ser culto. Nuestro sistema ortográfico, en sí,
intrínsecamente, no es perfecto, es decir, no está terminado para siempre, ni
refleja sin ambigüedades los intríngulis fonológicos del idioma español *. Es, por
consenso de los his- 1 panohablantes, y necesidades de la cohesión universal del

1 La ortografía dispone de una bibliografía amplia y de variado enfoque, que podemos dividir
en tres apartados: I. Obras generales o teóricas; II. Obras históricas, y III. Obras aplicadas. En el
apartado general podemos incluir: R. H. Ste- ton, «The phoneme and the grapheme», Mél. de Ling,
et Phil. o f f . á J. van Ginne- ken, París, 1937, pp. 353-356; E. Pulgram, «Phoneme and
grapheme: a parallel», Word, 7, 1951, pp. 15-20 (trad. esp.: «Paralelo entre el fonema y el
grafema», en Comunicación y cultura, Buenos Aires, Nueva Visión, 4972, pp. 203-210); E.
Alarcos, «Representaciones gráficas del lenguaje», AO, XV, 1965, pp. 5-58; Lidia Contreras,
«Ortografía y grafémica», Esp. Actual, 23, 1972, pp. 1-7, y «Grafémica», Actas del Segundo
Seminario de Investigación y Enseñanza de la Lingüistica (Sociedad chilena de Lingüística),
Instituto de Filología de la Universidad Austral, Valdivia, 1972, pp. 119-122; S. Mariner,
«Diferenciación gráfica de lexemas», RSEL, 2, 1972, pp. 1-15; y Manuel Alvar, «Fonética,
Fonología y Ortografía», LEA, 1/2, 1979, pp. 211231. En el segundo apartado tendríamos, por
ejemplo, A. Rosenblat, «Las ideas ortográficas de Bello», prólogo al tomo V de las O.C. de A.
Bello, Caracas, 1951, pp. IX-CXXXVIII; Abraham Esteve Serrano, Estudios de teoría
ortográfica del español, Murcia, Universidad, 1982; F. Marcos Marín, Lingüística y lengua
española, Madrid, Cincel, 1975, pár. 11.3; El Comentario Lingüístico, Madrid, Cátedra, 1978, y
Reforma y modernización del español (Ensayo de Sociolingüistica Histórica), Madrid,
Cátedra, 1979, pár. 3.1 y 3.2; así como R. Sarmiento, «Aportación a la historia de la Ortografía de
la R.A.E.», Módulo 3, 3.a época, núm. 2, pp. 29-41.
Más propiamente del tercer tipo, puente con los dos anteriores, y recogedor de amplísima
bibliografía, es: J. Polo, Ortografía9 y ciencia del lenguaje, Madrid, Paraninfo, 1974. Al tercer
grupo pertenecen, inmediatamente, todos los tratados de Ortografía; la normativa vigente se recoge
10 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

español, normativo, aspecto fundamental para tratar en un seminario de lengua


española dirigido a los alumnos como usuarios.
1.1.3. La historia de nuestra lengua, como proceso de reforma y mo-
dernización 2 , es bastante más expresiva. Nuestra lengua ha sabido siempre
acomodarse a las necesidades derivadas de su carácter cultural y plurinacional, y
dotarse del instrumento ortográfico adecuado, que ha ido variando a lo largo de la
historia. Analizar el problema actual prescindiendo de la experiencia histórica
sería tan-erróneo como abandonar la ortografía a su suerte, y resignarnos al caos.
Téngase en cuenta, además, que esa acomodación de la lengua no se ha
producido como gra- tuitum de Deo munus, sino como resultado de la acción
reformadora y modemizadora de una serie de hombres, en varios procesos de lo
que ahora recibe el nombre técnico de planificación lingüística3. Una de las
facetas, o etapas, de la planificación es, precisamente, la estandarización de la
lengua escrita, o sea, su normalización convencional, mediante la elección entre
variantes y la fijación ortográfica, para eliminar el polimorfismo, tanto
morfológico como gráfico. La ortografía es una necesidad natural, primaria o
inmediata, dentro de esa convención que es toda lengua, con sus complejidades
sociohistóricas.
1.1.4. Nuestra exposición, por tanto, arranca de dos premisas generales y
una histórica: las generales son que la ortografía es necesaria y que es reformable,
la histórica es que la ortografía española ha sufrido ya, en varias ocasiones, ese
proceso de reforma, lo que significa que no le supone novedad alguna. Hay que
añadir, con todo, una precaución, la necesidad de respetar la norma hispánica,
que no coincide con la castellana, y de tener en cuenta, por tanto, que la
coexistencia de varios sistemas fonológicos, aunque no excesivamente
diferenciados, dentro del continuum de la lengua española, obliga a ciertas
convenciones, en aras de la unidad idiomàtica hispanohablante, uno de nuestros
bienes culturales (o sea, también económico) más importantes.

en la Ortografía de la Real Academia Española que incorpora las «Nuevas Normas», Madrid,
1969. Pertenecen a él, además, todos los estudios y publicaciones que discuten estas normas, o las
propuestas de reforma ortográfica, que son legión, así como los tratados de intención didáctica. Son
trabajos clásicos los de M. de Unamuno, en el t. IV de O.C., La raza y la lengua, Madrid,
Escelicer, 1968, Julio Casares, en Nuevo Concepto del diccionario de la lengua y otros
problemas de lexicografía y gramática (Q.C., voi. V), Madrid, Espasa Calpe, 1941, y A.
Rosenblat, «Fetichismo de la letra», en Nuestra lengua en ambos mundos, Barcelona-Madrid,
Salvat, 1971, pp. .41-81. Son modernos (y parecen efímeros) C. P. Otero, Letras I, Barcelona, Seix
Barrai, 1972, pp. 51-84, y, desde luego más profundo, aunque excesivo, como diremos, J. Mosterín,
La ortografía fonèmica del español, Madrid, Alianza Universidad, 1981. Para la didáctica
citaremos a Manuel Seco, Metodología de la Lengua y la Literatura Española en el
Bachillerato, publicaciones de la revista Enseñanza Media, Madrid, 1962; en las publicaciones
de la misma revista, por el Centro de Orientación Didáctica del Ministerio de Educación Nacional,
la Guía didáctica de la Lengua y Literatura Española en el Bachillerato, Madrid, 1957; Centro
de Documentación y Orientación Didáctica de Enseñanza Primaria, Lengua y enseñanza,
perspectivas, Madrid, 1957; J. Iglesias Marcelo, «Orientaciones para la enseñanza de la Ortogra-
fía», Vida Escolar, 139-140, 1972, pp. 67-72.
2 Cfr. F. Marcos Marín, Reforma, cit., esp. cap. III.
3
Decimos planificación, mejor que planeamiento, que también se encontrará en la
bibliografía, porque el sufijo del primer término tiene carácter activo, frente al resultativo-durativo
del segundo: cfr. pacificación, frente a apaciguamiento, y el proceso de planificación es
esencialmente activo. En 1980 entregamos a Ed. Alhambra de Madrid un original sobre
planificación lingüística, para un volumen coordinado por F. Abad y Antonio García Berrio,
Introducción a la lingüística, 1983, pp. 315-344.
La ortografía es, por
CONSIDERACIONES otra parte,
GENERALES sólo una de las facetas de la lengua
Y CONCEPTUALES 11 escrita,
como se puede deducir con facilidad de este párrafo del discurso pronunciado por
Salvador Fernández Ramírez al ingresar en la Real Academia Española4 5:
Las relaciones entre palabra y escritura plantean innumerables
problemas: políticos, estilísticos, ortográficos, etcétera. ¿La escritura,
por ejemplo, debe-ser etimológica o fonética? ¿No empobrecemos
nuestra representación visual haciendo la escritura demasiado escueta?
¿No habría que haber salvado, digo yo, en la nuestra, las formas
venerables de la lengua griega? ¿No es la lengua literaria una lengua de
gran cultura y no debemos rechazar las insinuaciones de los que
aconsejan hacer tabla rasa de lo etimológico? ¿Sería hoy la lengua
inglesa lo que es y lo que representa con un alfabeto nivelado y atenido
a un patrón vivo? ¿A cuál? ¿No es función de las lenguas universales
refrenar en lo que se pueda el avance diferenciador y hacer un patrón de
sí mismas? .
1.1.5. La ortografía, por tanto, no supone sólo una relación entre estructura
fónica y estructura gráfica (en ese caso, la ortografía fonèmica sería la única
posible), sino también entre universo cultural y estructura gráfica. La escritura no
sólo sirve de suplemento del habla, como decía Rousseau, sino de recordatorio
cultural. No deja de ser llamativo que personas que se declaran partidarias de
que, para recuperar una lengua patrimonial, que hace más de dos y hasta cuatro
siglos que no se habla en su familia, un niño vaya a la escuela elemental a
aprenderla, sean, en cambio, tan poco respetuosas con ese otro aspecto del
patrimonio cultural español, mucho más sencillo de aprender y conservar, que es
la ortografía. Lo coherente, parece, sería defender ambas cosas.
1.1.6. Postula Alarcos que los sistemas gráficos son de interés para
la lingüística sólo en cuanto están en relación con el sistema del lenguaje oral,
puesto que la manifestación normal y primaria del lenguaje es la fónica. Estas
condiciones —que son, por otra parte, demasiado ruso- nianas— convienen al
sistema español, en el cual la mayor parte de los signos gráficos corresponde a un
fonema del sistema: para ello hay que tener en cuenta, también, que de los dos
postulados por el autor en su Fonología Española —castellano y meridional—,
la ortografía trata de representar el primero.

_
1.1.7. No es éste el lugar de repetir la lista de fonemas del español y sus
conocidas equivalencias gráficass, por lo cual sólo nos referiremos a los casos
problemáticos. Indudablemente, la cuestión básica radica en que el usuario de la
lengua conozca la norma convencional de la comunidad: la castellana, y sabemos
todos que ahí es donde, en efecto, estriba la dificultad. El desprecio de la norma
no procede de una postura de superación de la misma, sino de la imposibilidad de

4 Lengua literaria v norma lingüística, Madrid, 1960. El párrafo/citado se encuentra en las


pp. 34-35. •
5 Cfr., por ejemplo, F. Marcos Marín, Curso de Gramática Española, Madrid,
Cincel-Kapelusz, 1980, pár. 62.1.
12 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

dominarla. Manuel Alvar, entre otros autores, ha señalado este punto, y Antonio
Machado, en verso magistral, retrató en dos líneas cómo el despreciar lo que se
ignora va junto al sentimiento de la inanidad del hoy frente al ayer. La
generalización de la norma castellana, hija de circunstancias históricas, es, en la
actualidad, una situación aceptada por el convencimiento de que garantiza la
unidad idiomàtica, y por ello es beneficiosa para la comunidad hispánica.
Quienes esgrimen documentos de academias hispanoamericanas en favor de
reformas drásticas, olvidan dos cosas, que esos documentos valen sólo como
fórmulas de discusión —y, por ello, salvo excepciones regladas, como la filipina,
han sido retirados por sus presentadores— y que la reforma es algo consustancial
con nuestro sistema ortográfico, y parte de la vida diaria de la Real Academia
Española, en sensata paridad con sus hermanas de América y Filipinas.

1.1.8. Vayamos a lo concreto, y por partes:


# # La representación de las vocales es fonemàtica, con una leve excepción que
afecta a la letra ú, «muda» tras q o g, cuando van seguidas de e, i, es decir, las
vocales palatales; si, en la segunda grafía, se quiere indicar su pronunciación
efectiva, se colocan los puntos de la diéresis sobre esa u: antigüedad,
ambigüedad, lingüísticat como antiguo, ambiguo, lengua, frente a hormiguero,
guisa.
En las consonantes, la más rechazada (y para su casi total supresión tenemos
el ejemplo italiano) es la «muda», la h. Es inútil la distinción entre b y v, mientras
está perfectamente hecha la distribución entre z y c, que no debiera ser conflictiva
(za, ce, ci, zo, zu), y que lo es por otra causa, por ser representación de un fonema
minoritario en el mundo hispánico, la z, uno de los que diferencian la norma
castellana de la meridional, precisamente; lo que se discutiría aquí no sería tanto
el interés de mantener las letras z y c, sino la distinción entre z y s (que también
implica a la x, en excepción, por ejemplo). Algo parecido, aunque menos grave,
por el menor rendimiento de la oposición, es decir, porque existen menos pares
de palabras diferenciadas por ese rasgo, es la distinción entre ll/y
(hallamos/hayamos). ■
Aunque ya sea habitual recurrir a ellos, no son éstos los ejemplos auténticos
de nuestras dificultades gráficas, sino por qué gemir o rugir, pero tejer o viaje,
por qué g +e, i = /, por qué c -f- a, o, u = k = qu 4- e, i, por qué unas veces x y otras
s, unas veces c y otras cc, unas veces / final de sílaba y otras -r, unas veces -d y
otras -z, unas veces -c y otras -g, es decir, las grafías intercambiables y los grupos
cultos. De poco valen las reglas: está legislado que los terminados en -aje se
escriben con ;; pues hasta el diccionario manual de la Academia ha tenido que
recoger garage, en las cartas de los restaurantes crece el potage, en las crónicas
de sucesos el chantage, y en las deportivas, el gol average. Está muy claro por
qué adición, emparentado con aditivo, tiené una -c-, mientras que adicción,
emparentado con adicto, tiene dos, -cc- (-c-, como -t-, -cc- como -cí-), sin
embargo, las faltas son generales. .Con la x la gravedad
viene de otra parte: los españoles —generalizamos excesivamente, advertimos—
tienden a la pronunciación -s, por ejemplo, en excepto, e incluso en examen,
mientras que en América es muy general -ks-. Cuando la grafía es -xc-, como en
excepción, si los americanos no pronunciaran -ks- dirían / esepsión / frente a
nuestro / escepción /, la diferencia es notoria y la x imprescindible. .....
La -s final de palabra,
CONSIDERACIONES aspirada
GENERALES en muchas zonas lingüísticas y13 perdida en
Y CONCEPTUALES

otras, como la -r y la -l, aunque con mayor rendimiento en la morfología, también


puede ser discutible: ¿Sería más general escribir loh ríoh? Una vez más hemos de
repetir lo dicho: hay una convención, un acuerdo en la norma castellana, y
aunque la frontera entre -s conservada y -h aspirada, hace años en La Mancha,
hace menos en Vallecas, y hoy ya en la calle de Raimundo Fernández Villaverde,
«se coma» cada año más metros cuadrados hacia el norte de España, el bien de
todos exige que se respete la -s en la escritura, todo lo demás sería anticipar
reformas que podrían acabar siendo inconvenientes.
Por fin, no olvidemos tampoco un punto sustancial: la mayor parte de las
«faltas de ortografía» no son errores sencillos, sino hipercorrec- ciones o
ultracorrecciones, o sea, «pasarse de listo» añadiendo —típico— una c al lado de
otra, donde no hacía ninguna falta.
1.1.9. Se comprendería mucho más fácilmente por qué, cíclicamente,
se alzan voces reformadoras, si el español hubiera abandonado la renovación de
su ortografía, y siguiéramos escribiendo caga, cibdat, quando, estaua/estava,
relox, priessa, bevir junto a vivir, y todas las formas que serían la réplica de lo
que es, por ejemplo, la ortografía francesa en relación con la historia de esa
lengua. No se puede acusar, por ejemplo, a la Academia de fuerza conservadora y
reaccionaria, ni decir que el sistema ortográfico se mantiene por inercia, por
tradición. Quien así hablara mostraría ignorar que la Academia, desde su primera
publicación, en 1726-39, del Diccionario llamado de Autoridades, ha reformado
la ortografía continuamente, al menos dos veces por siglo, y que estas reformas
son evidentes y profundas: no hay más que comparar un libro de 1700 y su
edición de 1805, pongamos, con la actual, una de las obras de Calderón editadas
en esos tres períodos, por ejemplo; el ejercicio podría llamarse «mirar antes de
opinar». _
1.1.10. Reiteramos lo dicho en varios lugares: el español —no sólo la
ortografía— ha pasado por tres grandes reformas, y está pasando, precisamente
ahora, por la cuarta. La primera reforma es muy práctica y muy dirigida, se va
gestando desde finales del siglo xi, y se plasma en la obra de Alfonso X el Sabio
(s. xm). Ahí tenemos ya una muestra de la primera ortografía de nuestra lengua:
de acuerdo con el sistema fonológico medieval6, efectivamente; pero también
respetuosa con el polimorfismo que caracteriza la morfología castellana hasta,
aproximadamente, el siglo xv, y, por supuesto, nada rígida: se diferencia
cuidadosamente degir «bajar» de dezir «decir»; pero se puede escribir estaua o
estaya (variantes gráficas, pronúnciese estava), eminas o emjnas, y hasta diol o
diole, cibdat o ciudad, bevir y vivir —incluso viver—, como apuntábamos antes.
La infofrnación que nos proporciona así es, indudablemente, muchísimo más rica
que la ofrecida por una simple transcripción fonológica, ya que la lengua escrita
no representa sólo la fonología.
1.1.11. La pérdida del sistema fonológico medieval y, en consecuencia,
la progresiva fijación del sistema clásico, supone una nueva reforma en el
siglo xv-xvi. Los eruditos se confunden al fijarse en que hay autores que, de

s Cfr. Reforma, cit., cap. III, pár. 1 y 3. Vid. et. Fernando González OIlé, «El establecimiento
del castellano como lengua oficial», Bol. R. A. E., LVIII, iy/s, pp. 229-280.
14 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

acuerdo con lo que dice la escuela, siguen diferenciando en la escritura lo


que ya no distinguen en la pronunciación, manteniendo separados los
dígrafos c ¡ z, -ss- / -s-, x / j = g + e, i; se trata sólo de un rasgo culto, casi
secundario, como seguir escribiendo hoy psicología y mnemo- técnico, y
junto a esos autores tenemos toda la muchedumbre de usuarios que ya no han
aprendido a mantener esas distinciones o que, como Santa Teresa, no quieren
sujetarse a ellas. ¿La reforma clásica es entonces el caos, el fin del corsé
ortográfico? Sólo aparentemente, y sólo en lo fonemàtico. Debemos fijarnos
en que ya se ha acabado lo de diol, viver, cibdat, y en que si persisten algunas
vacilaciones, como escuro, oscuro / obscuro, la última pareja va ganando
página a página.
1.1.12. Tercera reforma: en 1714, la recién nacida Real Academia
Española se ha comprometido a publicar un Diccionario, una Ortografía y
una Gramática. Cumplirá los tres compromisos dentro de ese siglo. No es
éste el lugar de detallar las reformas ortográficas concretas, estudiadas por
Ramón Sarmiento y Abraham Esteve Serrano y resumidas en nuestra
Reforma y modernización del español. La reforma ortográfica, en el XVIII,
sci realiza en tres grandes fechas, 1726, 1741 y 1763, acompañadas todavía
de reformas menores: es una constante académica, que seguirá en el xix y en
el xx. No hay que poner en duda la intención de la Academia, sino analizar
los problemas que la reforma ortográfica lleva consigo.
1.1.13. Cuando, en un trabajo de planificación lingüística, hemos de
dotar de ortografía a una lengua que jamás se ha escrito, la solución se
impone sola: una grafía fonèmica es lo adecuado, con un grafema para cada
fonema. Sin embargo, en el caso del español, no sólo tenemos
* textos desde hace más de diez siglos, sino que tenemos textos de la lengua de
donde salió, el latín, para otros quince siglos, y podemos conocer hasta el
grupo itálico, y el celto-itálico, y el indo-europeo. La historia pesa, e impone su
tributo: là vacilación entre etimología y fono- * logia, de la que
seleccionaremos dos ejemplos bastante claros; la h- latina, inicialmente
aspirada, era ya muda en la época imperial romana; en la Edad Media
castellana, la h- latina no se escribía (la h- que se escribe, a veces, en
alternancia con /- es la aspiración resultante de la /- inicial latina), se escribe
auer o aver, no haber (lat. habere), ovo, no hubo (lat. habuit), y se escribe hijo
junto a fijo porque en latín era filius. El segundo ejemplo se refiere a la marca
del copretérito de indicativo, que era -ba- en latín; en castellano medieval la
oclusiva latina representada por -b- evoluciona a fricativa, y se escribe u = v.
distinta fonológicamente de lo que se escribía b {oclusiva procedente de -p-
intervocálica): lat. sta- bam. cast. med. estava = estaua (fonológicamente
distinto de la- forma inexistente en castellano medieval estaba). A fines del xv
la h- procedente de f- latina también deja de aspirarse, definitivamente, y es
«muda», al mismo tiempo que se completa la pérdida de la distinción
representada por u = v / b. A veces se escribe harina, a veces, arina (lat.
farina), y
pasa lo mismo con la h- latina originaria, a veces aver, a veces haber, e
igualmente, a veces vtaua, a veces estaba.
1.1.14. En la época medieval eran pertinentes auer y estaua, en la época
clásica ya no hay criterio universal; en el xvm la Academia se encontró con
dos posibilidades: averGENERALES
CONSIDERACIONES y estavaY CONCEPTUALES
reflejarían una pronunciación que 15 ya no
existía, y una fonología de cinco siglos atrás; haber y estaba, en cambio,
reflejaban el sistema de la lengua madre, o sea, la etimología, y la Academia
se inclinó por este sistema. No en todos los casos: puso h- donde nunca había
existido, como en huevo (lat. ouus), hermano (lat. germanus), hielo (lat.
gélum), mezcló rigidez y tolerancia, para acabar, como sucede siempre, sin
darse gusto ni satisfacer a todos. Sin embargo, no cabe duda de que aceptó el
reto y recogió la necesidad social de mantener constante el impulso, no tanto
de reformar como de ir reformando la ortografía.
1.1.15. La historia de nuestra lengua nos enseña todavía algo más, que,
a nuestro saber y entender, no se ha dicho hasta ahora: aunque no faltan los
intentos de reformas extremas, en todas las épocas, patrocinadas incluso por
grandes gramáticos, como la de Gonzalo Correas, en 1630, y otras, en
germen, en Unamuno (por no citar intentos modernos como el de Jesús
Mosterín, tan reciente), esas reformas extremas nunca han triunfado; la
sociedad ha sabido hacer suyo todo cuanto la ortografía tiene, además de lo
fonético o fonemàtico, y ha desoído esas voces de sirena. Y las ha desoído,
como intentaremos probar en nuestro último apartado, justificadamente,
porque las reformas extremas, que tanta atención prestan a un aspecto del
problema, olvidan increíblemente todos los demás.
1.1.16. Ser partidario de la reforma ortográfica es como un marbete de
progresía: en consecuencia, si una institución o una persona apoya la
reforma, es progresista, y si, además, se dan otras circunstancias tan
«lingüísticas» como el pertenecer a un país de cierto grupo, o ser exiliado,
ello da derecho a entrar en la categoría de mito. Los mitos, por desgracia, no
son verdad, aunque puedan reflejarla, y se deshacen como el rayo de luna en
ej agua. Tienen en común, empero, el deberse a la imaginación de los demás,
no a pretensiones propias, y son, en consecuencia, inocentes y, como
inocentes, víctimas. Conviene, para salvarlos, analizarlos y rescatarlos. En lo
que concierne a la ortografía tienen dos nombres: Juan Ramón Jiménez y la
Academia Cubana de la Lengua. Indudablemente, son dos nombres muy
respetables, razón de más para que no se usen en falso.
1.1.17. J. R. J. no fue, de ninguna manera, un reformador de la lengua7 8,
al faltarle lo esencial: voluntad lingüística de serlo. Fue, desde luego, además
de su calidad de poeta, un gran modemizador del lenguaje. Basta leer el
opúsculo Mis ideas ortográficas8 para darse cuenta de que es una boutade de
artista, donde se dicen cosas como: «en él están escritas, como yo las escribo,
todas las palabras que yo escribo
como en él están escritas». En 1916, y, al parecer, nunca antes, Juan Ramón
simplificó su ortografía, con / en vez de g + e, i, reducción de algunos grupos
cultos y de se a c (no velar), así como supresión de la hache en la

7 Nos hemos ocupado de ello en el Congreso Internacional Conmemorativo del


Centenario, La Rábida, 1981. Nuestra comunicación, «Juan Ramón Jiménez ante la reforma
del español actual», se incluye en el t. II de las Actas, Huelva, 1983, pp. 403412.
8 Se publicó en la revista Universidad, de Puerto Rico, en 1953. Cfr. Isabel Paraíso de
Leal, Juan Ramón Jiménez. Vivencia y palabra, Madrid, Alhambra, 1976, pp. 7-8.
16 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

exclamación oh. Tampoco se mantuvo este sistema gráfico en todas las


ediciones de sus obras. Es indudable su sensibilidad al problema ortográfico;
pero también es indudable su respeto —irónicamente matizado— a la norma.
1.1.18. La interpretación que se refiere a la Academia Cubana es, si se
quiere, más esperpéntica. En 19609, con ocasión del tercero de los congresos
periódicos de las academias, la de Cuba presentó una propuesta de
simplificación de la ortografía. Recordemos que la república del Caribe se
enfrentaba entonces con su gran campaña de alfabetización, en plena
efervescencia revolucionaria, y antes de la llamada «crisis de los cohetes».
Por otro lado, esa preocupación no era nueva, como estamos repitiendo hasta
la saciedad, ni siquiera era nueva para las academias hermanas: en 1956, en
el II Congreso, celebrado en Madrid, las academias de las repúblicas de
Argentina, de El Salvador y de Uruguay habían presentado ponencias sobre
la reforma ortográfica. Es natural, los congresos de las academias son para
debatir problemas de gramática, ortografía y diccionario. Verlo de otra
manera, si no es malignidad, es ignorancia culpable. El II Congreso estuvo de
acuerdo, naturalmente, en la reforma, aunque las «Nuevas Normas» de 1959
fueran un resultado corto, experimental, y no definitivo. No se puede decir
que desde 1815 la Academia esté en sopor ortográfico, porque equivale a
desconocer la novena edición de la Gramática (1820), la duodécima del
Diccionario (1884) y las «Nuevas Normas», amén de algunas pequeñeces de
acentuación, o la reunificación de normas discrepantes, con Chile, por
ejemplo. Lo que no ha habido es una reforma comparable a la del xvm,
sencillamente porque no hace falta, como veremos en nuestro apartado final.
1.1.19. Quienes propugnan una reforma extrema de la ortografía, o
defienden la libertad ortográfica, parten de un error (del que, por cierto,
tampoco la Academia está totalmente libre): la creencia de que la ortografía
es reflejo de la fonología, es decir, la confusión de la ortografía con la
escritura alfabética. Los partidarios de la escritura fonémica debieran, en
pura lógica, serlo también de una completa representación prosodemática, y
postular el uso —y la invención— de signos que expresaran los matices más
importantes de las cualidades físicas del sonido, así como los distintos tipos
de melodías, silencios y ritmos.
1.1.20. Mas la ortografía no es sólo fonología; debe responder también
a las necesidades de la morfología y la lexicología, y ser coherente con ellas,
coherencia que va mucho más allá de los plurales y las segundas personas
verbales, extendiéndose a todo el sistema. La lengua escrita también
representa la semántica, más allá de la simple distinción de homófonos,
como a y ha, conservada incluso en italiano tras la reforma: es un medio
compensatorio, ya que la escritura está imposibilitada para reproducir todos
los matices y medios de que se vale la palabra hablada para reducir
ambigüedades.
1.1.21. Teniendo esto en cuenta, con la certeza de que las reformas
extremas están condenadas al fracaso, salvo circunstancias tan especiales y

9 III Congreso de Academias de la Lengua Española, Actas y Labores; Bogotá, 1961,


pp. 174, 265-275.
tan poco deseables como
CONSIDERACIONES el peligro
GENERALES de extinción que decidió al IV
Y CONCEPTUALES 17 Congreso
de Academias, en Buenos Aires t0, a permitir el uso temporal de una grafía
fonémica en Filipinas (in extremis), podemos ver con otros ojos nuestra
ortografía.
1.1.22. Es indudable que la b y la v no tienen más razón de distinción
que la escritura etimológica. La supresión de la v sería buena porque evitaría
esas ufes que prodigan los semicultos, sólo explicables naturalmente cuando
las pronuncia un valenciano. En cuanto a la k, es un problema falso, por su
escasísimo empleo, que siempre puede ser sustituido por qu o c. También es
falsa la dificultad de z, c resuelta con el za, ce, ci, zo, zu: eliminemos
excepciones escribiendo ceugma y céjel, aunque no podamos evitar la única
excepción, el nombre de la letra zeta. Respecto a j y g + e, i, hay que tener en
cuenta que el español, por razones ocultas para nosotros, y con la excepción
juanramoniana, tiene repulsión por la / y prefiere g ante e, i. La solución sería
muy sencilla y paralela a la de c y z: ja, ge, gi, jo, jtt —así como la de c y qu:
ca, que, qui, co, cu—, corresponde con la etimología, y deja clara también la
norma complementaria, ga, gue, gui, go, gu. LL / y deben conservarse, pues
es distinción de millones de hablantes, que, teóricamente, hasta podría
revitalizarse, o transfonologizarse, como sucede dialectalmente.
1.1.23. En cuanto a la h, hay que matizar: la que procede de h latina sólo
tendría que conservarse en ha y hay, para evitar un homógrafo repetido con la
preposición a, y por congruencia, respectivamente. Sin embargo, los
paradigmas léxicos exigen que se conserve la que procede de g o de f- inicial
latina.
Es incoherente
huevo-óvulo-ovario, con su oposición h / cero,
lo coherente sería
uevo-óyulo-ovario, los tres sin h (y lo mismo para
hielo-gélido-helado, .
donde la h indicaría que hay otras palabras de la familia léxica que llevan
consonante inicial, en este caso g).
Con este criterio, son coherentes
hambre - famélico
hijo - filial
con consonante inicial, y serían incoherentes
ambre - famélico
ijo - filial,
sin y con consonante inicial, respectivamente.
9 Actas y Labores, Buenos Aires, 1966, pp. 170-173, 566-567.

1.1.24. Respecto a c-s, tan difícil en zonas de seseo, es decir, en la


mayor parte del dominio lingüístico hispano, también los paradigmas léxicos,
al tener en cuenta los procedimientos de derivación, explican la distinción:

contención - contento
18 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

atención - atento

muestran alternancia c. f t, frente a


intensión - intenso - intensivo,

sólo con 5.

1.1.25. En los llamados grupos cultos, la reforma podría apoyar, a veces,


una grafía de sonora:

recebción - recibir - recibo


concebción - concebir - concebido

son más coherentes que los correctos actuales recepción y concepción. En lo


que se refiere a -cc-, la regla es sencilla, por la correspondencia con -ct- en
pares como

abstracción - abstracto
reducción - reducto.

1.1.26. La necesidad de mantenimiento de las consonantes finales de


palabra no sólo depende de la rentabilidad morfológica, muy grande en la -s,
grande en la -r y menor o inexistente en -/, -d, -z, -j: la distinción debe
enseñarse y mantenerse para dar razón de los paradigmas del tipo

sol - solana
ciudad - ciudadana
reloj - relojero.

1.1.27. La regularización de la ortografía sólo por razones fonológicas


llevaría a que se perdiera la relación paradigmática fundamental en
morfología y lexicología (además de ser fonológicamente incompleta si es
sólo fonémica y no prosodemática). Los hablantes empezarían a operar, ante
pares como reló - relojero, pensando que el radical es reló y el sufijo es -jero,
del mismo modo que en el -bus de autobús, microbús, etcétera, no piensa ya
nadie en la desinencia latina de dativo y ablativo plural de ómnibus
(literalmente «para todos»). Es verdad que hay tríos como ley - legal - legislar
(cuyo último par abona la grafía gi mejor que ji; pero que, en su primer
elemento, está diferenciado); no obstante, aquí cuenta un hecho definitivo: no
existe ninguna no'rma, *en el. mundo hispánico, que abone leg en vez de ley,
o leyal, leyislar; la evolución fonética se ha cumplido y nos encontramos con
una diferencia fonoló-
gica constitutiva de un cambio, distinto de las diferencias parciales, dialectales o
temporales. _
Es nuestra opinión, en suma, que la reforma y la enseñanza de la ortografía
han de vincularse, además de a la fonemàtica, a la morfología y la lexicografía:
explicando la relación de hacer con factitivo o fáctico y de éstos con facción se da
cuenta de la alternancia f/h, como de -ct-/-cc-, contrito da cuenta de contrición,
receso deCONSIDERACIONES
recesión y afecto de afección.
GENERALES Las peticiones de remedios19desaforados
Y CONCEPTUALES

más son hijas de la ignorancia que de la necesidad. Al analizar la ortografía


española hemos querido hacer ver cómo su complejidad, que es dificultad, es
también riqueza, y que no es solución en la lengua lo que depende sólo de uno de
los sistemas, olvidando los otros.
1.2.1. En dos ocasiones anteriores me he referido a la sintaxis elemental, de
la que pasamos a ocuparnos. Al corregir los ejercicios se observa inmediatamente
que casi todos los alumnos han sido sometidos a la penosa tortura de señalar
todas las relaciones gramaticales mediante diagramas arbóreos. Sólo una
ignorancia supina explica la interpretación de que eso es enseñar «gramática
generativa». Los diagramas arbóreos no son más que un método de
representación: el tipo de análisis se observa en las etiquetas o marbetes que se
colocan en cada nudo, y en las reglas que explican cómo se relacionan los
distintos elementos, es decir, sus funciones y valores. Llamar al primer sintagma
nominal que uno se encuentra SNi, al segundo SN2, al tercero SNi, al cuarto SN4,
y así sucesivamente (demostrando el mismo «exceso de imaginación» que los
romanos cuando llamaban a sus hijos Primas, Secundas, Tertias, Quar- tus...), no
pasaría de ser lo mismo que decir «los eventos consuetudinarios que acontecen
en la rúa», en vez de «lo que pasa en la calle», si no fuera porque de ahí a los
dislates de algunos «enterados» se pasa pronto. Con este criterio es
«sencillísimo» resolver uno de los problemas más complicados de la sintaxis
española, el del adverbio y los circunstanciales (los circunstantes en general),
diciendo, tranquilamente, que se trata de SN4; algo así como si un entrenador de
fútbol dijera que el defensa derecho es el jugador que lleva el número 2: basta con
poner los números de las camisetas según el orden alfabético de los jugadores
para que el número 2 ya no corresponda necesariamente al defensa derecho.
Naturalmente, hay un modelo de estructura gramatical, en el que se asigna un
orden a cada elemento de la estructura, en el que el adverbio y los circunstantes
ocupan el cuarto lugar, dentro de los destinados a construcciones con núcleo
nominal; pero sería necesario explicar detalladamente ese modelo para que el
análisis fuera coherente. Al no hacerlo así (ni falta que hace), se confunde la
estructura teórica con la real, y los alumnos no ven el papel de un adverbio en una
oración intransitiva (porque no hay tantos núcleos nominales, al faltar el objeto
directo, que ocupa la casilla SN2 de la teoría), o se lían en las de predicado
nominal, donde siguen sin «salirles las cuen.tas».
1.2.2. A cambio de este batiburrillo, los alumnos han olvidado lo que es el
sujeto y lo que es el predicado: basta con poner el sujeto tras el verbo, testigos,
cientos de ejercicios, para que lo confundan con el objeto directo. Si el verbo va
acompañado de un pronombre reflejo, no suelen saber cuál es su sujeto (porque
ya no les vale el erróneo, aunque generalizado, método de hacer preguntas al
verbo, y confunden sujeto y objeto directo). Parece mentira, pero la mayoría de
los alumnos ignora que para determinar el sujeto basta con ir poniendo los
sustantivos del texto en plural, si estaban en singular, o en singular, si estaban en
plural: cuando, al hacerlo así, es obligado cambiar el número del verbo en esa
frase, es que el sustantivo cuyo número hemos cambiado es el sujeto. Así, en me
gusta este libro / me gustan estos libros, los sujetos respectivos son libro y libros;
la determinación del objeto directo por la pronominalización y la pasiva, y la del
20 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

objeto indirecto por la pronominaliza- ción, tampoco se conocen. Así, tenemos


repercusiones en la norma: lo correcto en castellano es que, en construcciones
como había muchos alumnos, haber está usado como impersonal, y muchos
alumnos es el objeto directo: los había (los, pronombre acusativo plural, indica el
objetó directo, salvo en los complementos de distancia, medida, peso y precio,
como se sabe). Nótese que la forma habían muchos alumnos, que, desde el punto
de vista de la norma es incorrecta, se construye de modo muy distinto: haber ya
no es impersonal, su sujeto es muchos alumnos, que, al ser plural, exige el verbo
en plural. Lo que ha ocurrido es, desde el punto de vista de la construcción, que se
ha pasado de una estructura impersonal a otra personal. Desde el punto de vista
de la historia, lo que sucede es que esa construcción, propia de las hablas
catalanas y de su zona de influencia, se ha pasado al castellano de los hablantes
bilingües, primero, y unilingües, después, extendiéndose gracias a radio y
televisión, favorecida por la tendencia propia del castellano vulgar, que tiende a
evitar la impersonalidad. Se dice también que en las zonas donde los alumnos son
leístas, laístas, es decir, no distinguen etimológicamente los pronombres átonos,
es imposible que distingan el objeto directo del indirecto por el método de la
pronominalización: nada más falso; basta con pronominalizar ambos, el
indirecto, al ir junto al directo, se convierte en se. De dicho modo, le dije a Juan
que viniera se pronominaliza como se lo dije, donde se = le (= a Juan), objeto
indirecto, por tanto, y lo equivale a que viniera, objeto directo. Como tendremos
ocasión de ver en alguno de los textos que siguen, otra gran desconocida es la
diferencia entre el objeto directo (o implemento) y el complemento preposicional
(o suplemento): en pienso en la noticia, pienso en ella, en la noticia y en ella son
complementos preposicionales, mientras que en pensó su respuesta, la pensó, su
respuesta y la son objetos directos; la diferente pronominalización (en ella / la)
es un indicador seguro de estos valores.
1.2.3. La realidad va más lejos. Los ejercicios indican que muchos alumnos
no saben diferenciar un sustantivo ni un adjetivo, ni siquiera de un verbo: se les
pide que señalen los verbos irregulares de un texto y señalan los sustantivos
abstractos de fenómeno, es decir, los derivados de verbos, y, a veces, ni eso. En
estas condiciones parece claro que temos que dejarnos de árboles, no andamos
por las ramas, y enseñar a los muchachos los primeros pasos: no es normal
enseñar a andar a los niños en una pista olímpica, y no debe ser normal enseñar
los aspectos más discutibles y novedosos de la investigación lingüística actual
(sumamente importante) a alumnos que desconocen lo elemental.
1.2.4. Aunque es posible que, en las páginas dedicadas a los textos,
incluyamos alguna presentación variada, sin mayores pretensiones, queremos
indicar aquí que aplicaremos un sistema gramatical sencillo y con
hondas raíces en lo tradicional, expuesto por nosotros ampliamente en otro lugar
u
, y que arranca de una triple consideración, semántica, morfológica y funcional
(sintáctica), en torno a las partes de la oración, o desde ellas. Por ello
propondremos una caracterización experimental de las ocho partes, como se
refleja en el cuadro adjunto. Sobre éste advertimos que los signos (H ) no
indican términos, respectivamente, mar
cado y no marcado, sino positivo/negativo, en relación con el rótulo o etiqueta
que figura sobre cada columna. En la semántica, la condición de constante se
refiere a significación propia en cada caso, mientras que la de variable indica la
significación ocasional,
CONSIDERACIONES referencial
GENERALES o anafórica, y se separa 21también la
Y CONCEPTUALES

posibilidad de servir de nexo. En la sintaxis, los tres rangos quieren decir en la


junción y en el nexo (nexus), no en la oración, donde el tema es más complejo,
por la posible existencia de nexos dependientes, en los que pueden integrarse
otras de estas tradicionales «partes de la oración».

Forma temporal diferenciada


PARTES DE SINTAXI

Nexos ?

JO *Tl

persona >
±1.*, 2.* o
+ Constantes c/> —
Variables HJZ) o€ >£

+ Forma g. neutra O
LA S
ORACION (términos)

Primario 1
« -i
■o fe e .2 a
o
O *- o o
Sustantivo + — + - + -- + </)-H - -

Numero O r O
-
Adjetivo + - -l. + + -- - + +

± Género

Nexo
Pronombre - ± + + + ±- + + + ±

Artículo - - + + + -- + + - -
- -
Verbo + - - - + ++ - +

-4
Adverbio - ± - - - -- - + + ±

Preposición + ±

Conjunción + ±

No queremos formular ningún tipo de apriorismos, porque los análisis


sintácticos que constituyen una de las preguntas de cada serie, sobre cada uno de
los textos, nos darán materia suficiente para presentar distintas posibilidades y
discutir las varias opciones.

10 Nos referimos especialmente a nuestro Curso de gramática española, Madrid,

Cincel-Kapelusz, 1980. Este libro completa y modifica, con cambios sustanciales, un ensayo
previo. Aproximación a la gramática española, Madrid, Cincel, 1972, que debe consultarse en
las ediciones y reimpresiones que siguen a la tercera, de 1975, sustancialmente ampliada y
corregida.
TEXTOS CIENTÍFICOS Capítulo 2

2.1.1. Nos ocuparemos en primer lugar de estos textos porque poseen unas
características muy precisas, que se observan, además, inmediatamente *. Las
preguntas, en consecuencia, van orientadas en ese sentido, pudiéndose dividir en
tres partes: en primer lugar tenemos (ocupe o no ese lugar en la formulación) una
pregunta dedicada a análisis sintáctico de un fragmento del texto; se trata de una
pregunta que, de un modo u otro, aparece en todos los ejercicios y que, en el caso
de los textos científicos, puede ponerse en relación con la caracterización
general, que constituye la segunda parte del cuestionario, a la que también se
llega gracias a la pregunta o preguntas concretas que constituyen la tercera parte
del cuestionario. Así, en la opción A del texto 1, por ejemplo, el alumno arranca
de lo que sabe acerca de los textos científicos, es decir, de un conocimiento
teórico, para realizar inmediatamente la aplicación de esos rasgos al texto que
sirve de base a las preguntas. Puesto que, desde el punto de vista del léxico, la
palabra relevante, en la faceta semántica del texto, es la palabra láser, se coloca
inmediatamente después una pregunta sobre las siglas y los acrónimos en el
español actual, que no debe plantear dificultades en su aplicación o comprensión,
puesto que el propio texto dice que láser es un acrónimo. El análisis sintáctico de
las cuatro primeras líneas proporciona como resultado la sencillez de
construcción del texto, expositivo y didáctico, y todo ello se completa con la
pregunta final, ya preparada por el análisis sintáctico, la cual se orienta,
fundamentalmente, a la diferenciación entre una parte de exposición y definición,
con predominio de los tiempos de presente, y una parte de carácter histórico o
narrativo, que se remonta a los orígenes y desarrollo de la técnica del láser, para
dar al lector una perspectiva adecuada.
2.1.2. _ Se podría decir así que los textos científicos responden a un modelo
de sintaxis sencilla —o no especialmente compleja—, de semántica que tiende a
que cada significante se corresponda con un solo significado, en las palabras
específicas o fundamentales, es decir, una terminología monosémica, de léxico
con procedimientos específicos de formación terminológica, entre los que
destacan, frente a otros tpxtos, los helc- /
1 Cfr. Samuel Gili Gaya, «El lenguaje de la ciencia v de la técnica», en Presente y futuro de

la lengua española, II, Madrid, OFINES, 1964, pp. 269-276. En el III y el IV Congreso de
Academias se prestó especial atención al léxico técnico y científico, con ponencias interesantes de
Alfredo Bateman y Julio Palacios, respectivamente.

22
TEXTOS CIENTIFICOS 23

nismos y cultismos, los préstamos y las siglas o acrónimos, es decir, una


importancia notable de los procedimientos diversos de préstamo y creación. En
lo que concierne a la morfología y la sintaxis, se ofrece una adjetivación
predominantemente especificativa, y pospuesta, una presencia notable de
sustantivos y verbos, con los segundos en tiempos de presente en posiciones
especializadas, como las definiciones, llegando con frecuencia hasta la
intemporalidad o universalidad. Todo esto favorece las oraciones copulativas,
donde el verbo ser vincula inmediatamente un sujeto y un predicado (un término
y su definición o equivalencia), las relaciones sintácticas causales y
condicionales, así como el tipo de léxico especializado al que ya nos hemos
referido.
2.1.3. El lenguaje de la ciencia y la técnica se apoya en una función
lingüística subsidiaria, es decir, posible a partir de la función representativa, la
función metalingüística, sobre el lenguaje ordinario: usa la lengua para
explicarse (como se ve con claridad en la explicación de la palabra láser). Dado
que tiene un carácter reservado o limitado, pues no se dirige a toda la comunidad,
sino a la parte de ella que, al haber recibido una preparación específica puede
estar en condiciones de entenderlo, ha de adecuarse a esa exigencia. Para ello, y
partiendo de la base del lenguaje ordinario, el lenguaje científico responde a un
acuerdo entre sus usuarios, siendo, por ello, convencional. Puesto que tiene que
transmitir conocimientos de mañera precisa y rigurosa, ha de evitar la ambi-
güedad, y por ello indicábamos arriba que debe preferir —y hasta exigir— signos
monosémicos, es decir, con una correspondencia biunívoca entre significante y
significado. Esta razón explica la abundancia y necesidad de continuas
definiciones, que vayan precisando el contenido que corresponde a cada
expresión, y la aparición constante de signos que indican el empleo con función
metalingüística (vid. 2.10.8, infra) de la forma léxica que marcan, así las
«comillas dobles», las 'comillas simples’, la cursiva o bastardilla, la negrita, las
VERSALES y las VERSALITAS, entre los tipos de letra. Al ser las metas específicas
del discurso científico la precisión y la claridad, es requisito imprescindible la
coherencia terminológica: una vez que se ha empleado un término en un sentido,
o con un valor definido, es preciso mantenerlo. El grado extremo del lenguaje
unívoco, más que monosémico, es el lenguaje formalizado, del que las
matemáticas, en sus distintos modelos de lenguaje, nos ofrecen los tipos más
logrados. La base gramatical del lenguaje de la ciencia y de la técnica, por lo
demás, es la misma del lenguaje ordinario, de manera que el escritor científico
usa, por decirlo así, la misma «gramática» que el hablante ordinario, o que el que
escribe otro tipo de textos. Por esta razón, el autor de textos científicos y técnicos
debe tener, al redactar, los mismos ideales de adecuación y elegancia que
caracterizan a los otros tipos de discurso. Es falso, y nocivo, pensar que el
discurso científico no requiere una preocupación de estilo, de dominio de la
redacción: en la historia de la lengua española ha habido científicos muy
notables, en todas las épocas, como el doctor Laguna, don Diego de Torres
Villarroel, Jorge Juan, el padre Sarmiento, don Andrés Piquer, el doctor
Marañón o don Julio Rey Pastor, que se han caracterizado también por una clara
vocación de estilo, y que han llegado a utilizar una lengua modélica, a
24 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

convertirse en «autoridades» del idioma. La claridad no está reñida con la


elegancia. 10
2.1.4. Hay, también, en el discurso científico, unos requisitos de
construcción. El autor literario puede intercalar narración, descripción y diálogo;
cambiar de tercera a primera o segunda persona, empezar su texto ex abrupto o m
medias res, o sea, saltarse el orden lógico de los acontecimientos, volver atrás o
adelantarse, y nada de ello le está permitido al científico, aunque le quepan
algunas posibilidades estructurales, analítica, sintética o paralela, analizadas en
otro lugar2. Los elementos constituyentes del discurso científico se ordenan
dialécticamente en una tesis, una antítesis y una síntesis, que se pueden desplegar
como un planteamiento (tesis), una serie de limitaciones o restricciones al
mismo, que pueden incluir la consideración histórica de los intentos
pTecedentes, la postulación de esa tesis como un teorema, que precisa una
demostración, esta demostración, con respuesta a las posibles objeciones
(antítesis) y unas conclusiones, afirmativas o negativas. En un fragmento breve,
como los que ofrecemos, lo normal es que no quepa materialmente el proceso
completo.

TEXTO 1

2. 2 .
Una de las características principales de la radiación láser es su
intensidad. La palabra «láser» es un acrónimo formado con las
iniciales de la definición inglesa a que ese concepto remite:
amplificación de la luz por emisión estimulada de radiación. La
amplificación genera una cascada de fotones (cuantos de radiación
electromagnética en un haz estrecho). Desde los días de su invención,
en la década de los cincuenta, se pensó ya en el aprovechamiento de los
intensos haces de láser para aportar grandes cantidades de energía a los
materiales en procesos industriales. La idea se ha convertido en un
técnica desarrollada.

Opción A
1. Características principales de los textos científicos, tal como se reflejan en
éste.
2. Las siglas y acrónimos y su papel en el español actual.
3. Análisis sintáctico desde el principio hasta radiación (lín. 5).
4. Valor de la alternancia de los tiempos de presente y de pasado en
el texto. .

Opción B
1. Colocación y significación de los adjetivos del texto.

10 Comentarlos de Lengua Española


TEXTOS CIENTIFICOS 25

2. Análisis sintáctico a partir de desde (lín. 6) hasta el final. 11

11 Cfr. F. Marcos Marín, El comentario lingüístico, cit., cap. II.


3. Las palabras de origen griego (helenismos) y su importancia en el
TEXTOS CIENTÍFICOS 26

vocabulario científico.
4. Valor del verbo copulativo en el texto.

OPCIÓN A
I
Características principales

2.2.1. La primera característica de este texto, que lo configura como texto


científico, es que sus elementos léxicos fundamentales, configurados como
signos, es decir, como asociación de expresión y contenido, no son propiamente
signos lingüísticos, porque son unisémkxn, es decir, están empleados con un
valor que excluye toda ambigüedad. Las palabras radiación, láser, intensidad,
acrónimo, amplificación, emisión, estimulada y radiación, e incluso la frase
metafórica cascada de fotones, así como energía y proceso, no tienen el valor
amplio del lenguaje corriente, sino un uso específico, restringido, limitado
precisamente al lenguaje técnico y científico. Intensidad, por ejemplo, no es aquí
«grado de energía de un agente natural o mecánico, de una cualidad, de una
expresión, etc.», según la definición del diccionario académico, sino una
propiedad física, que corresponde a la mayor o menor amplitud de onda
producida por una vibración (y ahora habríamos de definir amplitud y onda, del
mismo modo, y así sucesivamente, hasta que todo el lenguaje fuera monosémico,
es decir, artificial, claramente diferenciado del lenguaje humano, natural,
polisémico).
2.2.1.1. Notamos también en el texto que, pese a lo señalado anteriormente
sobre los condicionamientos semánticos de su léxico, no tiende hacia la fórmula,
sino que introduce elementos propios del lenguaje ordinario, en un deseo claro
de aumentar la comprensión del lector. Se trata de un texto de divulgación
científica, no dirigido a especialistas, sino a un público que —sin ser el gran
público— basta con que sea culto, y no necesariamente especializado. Por esta
razón aparecen en el texto rasgos de los textos humanísticos, como veremos al
ocupamos de los tiempos verbales, en la cuarta pregunta (2.2.4).
2.2.1.2. También es indicativa de este tipo de textos la presencia de
definiciones, gracias a la fórmula de equivalencia, expresada lingüísticamente
mediante la construcción copulativa con ser: «una de las características... es su
intensidad», «la palabra... es un acrónimo...», o mediante la fórmula del discurso
directo en la representación gráfica, o sea los dos puntos, como «definición
inglesa...: amplificación...». Estos rasgos tienen una inmediata incidencia en la
sintaxjs, en la estructura de la frase, con párrafos cortos, límites oracionales
bastante precisos, incluso netamente cortados, escasa presencia de
modificadores, y carácter predominantemente especificativo de éstos cuando
aparecen, como se ve en los adjetivos inglesa, estimulada, desarrollada,
espécifi- cativos pospuestos; pero también en los antepuestos, como analizare-
mos al comentar la primera pregunta de la opción B. Algunos de estos adjetivos,
como estimulada y electromagnética pertenecen incluso a esta jerga
técnico-científica, es decir, tampoco son signos lingüísticos propiamente dichos.
2.2.1.3. Con mucha frecuencia, cuando estamos ante un texto de carácter
técnico —sobre todo— y científico, tenemos que referirnos a su adecuación o
TEXTOS CIENTIFICOS 27

inadecuación a la norma. Aquí convienen dos observaciones; la primera es


reiterarnos en lo ya dicho, a saber, que en la historia de la lengua española son
muchos los autores científicos que han unido su maestría en el manejo de su
medio de expresión con el dominio de los conocimientos de su especialidad; la
segunda es que, desgraciadamente, parace haber una opinión generalizada entre
los científicos de nuestro tiempo, según la cual la labor de los humanistas sería de
soporte de la expresión científica, que es lo único importante para el progreso
—según ellos—, lo cual querría decir que la labor de las humanidades se reduce
a enseñar a los científicos a dominar el medio de expresión, y a simplificar éste
para hacerlo cada vez más apto para la transmisión de conocimientos científicos
y técnicos: las humanidades se convertirían así en métodos o técnicas auxiliares
de la ciencia. Por otro lado, aunque sean muchos y muy notables los científicos
que dominan la expresión lingüística, no cabe duda de que en estos textos se
registran, en gran medida, contravenciones de la norma, y que, en un análisis de
características, puede ser importante señalarlo, cuando se presente. Nuestro texto
es, en este punto, bastante cuidado; podemos, empero, señalar tres
construcciones discutibles: la primera es el empleo del adjetivo inglesa en la
frase «definición inglesa»; puesto que lo que se quiere decir es que la palabra
láser está formada por las iniciales de las palabras que componen su definición
en inglés, debería usarse la frase prepositiva y decir «definición en inglés», lo
importante no es que la definición sea inglesa, sino que la frase esté en lengua
inglesa, en inglés. La segunda construcción es «aportar grandes cantidades de
energía a los materiales en procesos industriales», donde en procesos
industriales resulta ambiguo: no se sabe si modifica a materiales o al infinitivo
aportar (al cual modifica realmente), la ambigüedad se desharía, bien con una
coma antes de en procesos (he aquí la importancia de un uso adecuado de la
puntuación), bien llevando en procesos..., preferiblemente entre comas, hasta la
posición siguiente al infinitivo aportar: «aportar, en procesos industriales». La
tercera observación es más discutible, y se refiere al una de en una técnica
desarrollada, si no tiene el valor de delimitación y concreción, dentro de su
actualización imprecisa, el artículo una sobra; debe decirse «se ha convertido en
técnica desarrollada».

II
Las siglas y acrónimos

2.3.1. La palabra láser y el que se diga de la misma que es un acrónimo


permiten hacer una pregunta sobre siglas y acrónimos, en relación con la
intención global de este conjunto de cuatro preguntas llamado opción A: la
caracterización del lenguaje científico a través del texto12.

12 En lo que sigue recogemos y resumimos el apartado 3.6. del cap. III de Reforma y
modernización del español, cit. Cfr. tb., especialmente, Vidal Alba de Diego, «Marcas,
abreviaciones y siglas en el lenguaje publicitario», Prohemio, 4/3, 1973, pp. 349-378; Manuel
Casado Velarde, «Creación léxica mediante siglas», RSEL, 9/1, 1979, pp. 67-88; Jan Jurista,
«Algunos aspectos de las siglas y abreviaturas en el español moderno», Zbornik Filozofickey
Fakulty Univerzity Komenského (Bratislava), XXII, 1970, pp. 85-92; Rafael Lapesa (coord.),
Comunicación y lenguaje, Madrid, Karpos, 1977; Sebastián Mariner, «Diferenciación gráfica de
lexemas», RSEL, 2, 1972, pp. 1-15; Ambrosio Rabanales, «Las siglas: un problema de fonología
28 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

2.3.1.1. La sigla, según el Diccionario de la Real Academia, es la letra


inicial que se emplea como abreviatura de una palabra. Los ejemplos más
antiguos serían SPQR (Senatus populusque romanus, o sea, el senado y el pueblo
romano) e INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, Jesús Nazareno, rey de los
judíos). La sigla es, por tanto, la inicial y el conjunto de siglas que forman un
rótulo o denominación, como acabamos de ver. El acrónimo sería la palabra
formada con las iniciales de otras, como láser (light amplification by stimulated
emission of radiation). De este modo, la sigla conserva como característica su
peculiar forma gráfica, mientras que el acrónimo se convierte en una palabra más
de la lengua, escrita con minúsculas y más fácilmente adaptable a las
modificaciones morfológicas (número, p. ej.). No obstante, esta diferencia es
muy teórica, y se ve desmentida frecuentemente por la realidad, que hace difícil
el establecimiento de la distinción entre sigla y acrónimo. Hay siglas que, por su
uso frecuente, dejan de escribirse con todos sus elementos en mayúscula, y
pasan, como nombres propios, a escribir con mayúscula la inicial solamente:
Otan, Nato. A veces la variación es aleatoria: RENFE: Renfe. A ello hay que
añadir las abreviaciones silábicas, llamadas muchas veces siglas, por extensión
de la significación del término, como BANESTO (BANco ESpañol de Cré-
diTO), que pueden funcionar como los acrónimos y confundirse con ellos, como
hifi (high fidelity, alta fidelidad, en traducción que simplemente calca la
construcción inglesa). La forma hifi, con minúscula, sería equiparable a
acrónimos como láser y, admitiendo la definición amplia de acrónimo como
palabra formada con sílabas y letras de una serie de palabras, estaría en el mismo
grupo que lorán (long range
' «avigation) o radar (radio detecting and ranging).
2.3.1.2. No hay, pues, una perfecta diferenciación entre sigla, acrónimo y
abreviatura, aunque pueden establecerse ciertas diferencias básicas. Nos
interesa más señalar que el incremento del léxico mediante siglas puede afectar
de modo importante la morfología española. Tradicionalmente, la representación
del plural en siglas se hace duplicando la inicial, EEUU es Estados Unidos,
NBAAEE es Nueva Biblioteca de Autores Españoles, aunque esta práctica va
cayendo en desuso. A veces hay adaptaciones adecuadas de género y a veces no:
se dice la SAM —señala Mariner— y no los SAM, a pesar de tratarse de «los
Sindicatos Agrícolas Montañeses». Las abreviaciones propiamente dichas, es
decir, el resultado de acortar una palabra suprimiendo su terminación, han
ampliado notablemente el número de sustantivos femeninos terminados en -o:
moto, radio, joto, cuando no han dado lugar, en la lengua vulgar, a curiosas
evoluciones: así, de la moto, por un falso corte, unido al sentido idiomàtico que
hace ver como masculino las palabras terminadas en -o (que se analiza como
morfo masculino aunque, propiamente, no lo sea), se pasa a el amoto y de ahí a
un amoto, mi amoto nuevo.
2.3.1.3. El fenómeno no es nuevo. Los primitivos cristianos se reconocían
por el dibujo de un pez: la palabra griega para 'pez', ijzüs, contiene las iniciales de

española». Boletín de Filología de la Universidad de Chile (BFUCh), XV, 1963, pp. 327-342;
Manuel Seco, «El léxico de hoy», en la compilación citada de R. Lapesa, pp. 181-201; M. Sergio
Serrón, «Las siglas en el español del Uruguay», Letras (Instituto Pedagógico, Caracas), 28, 1972,
pp. 79-103.
TEXTOS CIENTIFICOS 29

la frase Iesús Jristós Zeú Uiós Sotér, que significa «Jesús Cristo de Dios Hijo
Salvador», el dibujo del pez era así un picto- grama que servía de clave de una
sigla mediante la cual se remitía a una profesión de fe común. Es nueva, sin
embargo, la difusión extraordinaria de este procedimiento, que ofrece la ventaja
de ser universal, pues muchas siglas son comunes en varios idiomas, en los
cuales los hablantes pueden no saber exactamente a qué palabras corresponden
en su lengua originaria. Así, muchos hispanohablantes (y también anglo-
hablantes) emplean las palabras láser o radar sin saber qué frase abrevian.
Dámaso Alonso ha llamado a nuestro siglo, con un juego de palabras, un «siglo
de siglas», y le ha dedicado un poema significativo. Señalemos, por último, que
no siempre se leen igual las siglas: las posibilidades van desde la lectura de
corrido, como en inri, hasta la alternancia con la lectura deletreada, como en RIP
(rip o erre i pe).

III
Análisis sintáctico
2.4.1. El tipo de análisis del texto que se puede hacer aquí se basa en una
sintaxis elemental y es, fundamentalmente, un análisis de superficie, o sea, de su
estructura patente. Nos conformamos con señalar las principales funciones de los
elementos que componen las oraciones cuyo análisis sintáctico se pide, al hilo de
lo cual podremos hacer algunas observaciones de carácter pedagógico, que
pueden incluir la advertencia sobre los principales errores posibles.
2.4.1.1. El fragmento cuyo análisis se pide está dividido en dos partes
claras, desiguales:
1. Una de las características principales de la radiación láser es su
intensidad.
2. La palabra «láser» es un acrónimo formado con las iniciales de la
definición inglesa a que ese concepto remite: amplificación de la
luz por emisión estimulada de radiación.
El número 1 corresponde a una oración copulativa, aseverativa afirmativa.
Consta de un sujeto (una de las características principales de la radiación
láser), una cópula expresada por el verbo ser en tercera persona del singular del
presente de indicativo, y un predicado nominal (su intensidad). Algunos alumnos
pensaron que el sujeto era características principales, lo cual es imposible, por ir
en plural, mientras que el
verbo, en formaTEXTOS
es, vaCIENTÍFICOS
en singular: el sujeto concierta en número30 con el
verbo. No cabe pensar en ese tipo de anacoluto, o ruptura de concordancia
formal que se llama la concordancia ad sensum o por el sentido, ya que existen
dos elementos en singular, una (determinado por la construcción que sigue al
nexo de «las características principales», determinada a su vez, con el mismo
nexo, por «la radiación láser») e inten-, sidad. Podemos decir que el núcleo del
sujeto es una (a quien caracterizamos así como partícula anafórica, sustituía, de
tipo pronominal) porque toda la frase que lo tiene como núcleo (y que consta,
como sabemos, de ese núcleo, de un adyacente modificador expresado por una
frase prepositiva introducida por de, modificado a su vez por otra frase
prepositiva introducida por de) es lo que se llama el tema, es decir, expresa lo que
se considera como ya sabido o, si se quiere, lo que no añade nada a lo que ya
sabíamos, mientras que intensidad es algo que no sabíamos previamente, es lo
que se añade a nuestro conocimiento anterior, es el rema. Por eso es posible que
algunos hayan pensado que características podría ser el sujeto; pero no lo es
porque no cumple una condición sintáctica, la de concordancia, es el núcleo del
tema, que no es lo mismo. Si expresáramos ordenadamente lo que sabemos,
tendríamos las características en primer lugar, según este orden:
ÍM radiación láser tiene varias características
primer tema primer rema, pasa a tema

en la oración lógicamente siguiente


Una característica, entre las principales, es la intensidad
segundo tema segundo rema
(Hemos simplificado el análisis, que requeriría una etapa previa y otra
intermedia, al menos.)
Característica, por tanto, sería el núcleo del sujeto latente o profundo, del
sujeto semántico (en un determinado concepto de «semántico»): al hacer ahora
un análisis de superficie, de lo patente, tenemos que señalar la función de sujeto
de una. Esto implica, naturalmente, que el núcleo del pre
determinante su. -
' í

Sujeto: Una de las características principales de la radiación láser


núcleo frase prepositiva frase prepositiva

(C.° Determinativo) (C.°


Determinativo)

2.4.1.2. El número 2, en cambio, es mucho más complejo, incluso


superficialmente:
La palabra «láser» es un acrónimo formado con las iniciales de la
definición inglesa.
Sería la oración principal (o la suboración principal, si entendemos el
conjunto como una sola oración, que abarca varias suboraciones). Es también
una oración copulativa, aseverativa afirmativa.
Sujeto: La palabra «láser», constituido por el determinante la (mor-
fológicamente un artículo), el núcleo palabra (morfológicamente un sustantivo)
TEXTOS CIENTIFICOS 31

y el modificador «láser», con función metalingüística como señalan las comillas.


Al ser «láser» otro sustantivo, la modificación que realiza sobre palabra recibe el
nombre de aposición. Como no hay pausa entre ambos, es una aposición
unimembre.
Cópula: es.
Predicado nominal: un acrónimo formado con las iniciales de la definición
inglesa (+ la proposición de relativo y la aposición que veremos luego).
El predicado nominal es muy complejo. Su núcleo es el sustantivo acrónimo,
que lleva como determinante el artículo un y como modificador a formado, un
participio cuyo valor de adjetivo queda resaltado porque el complemento que
lleva, a su vez, no lleva el nexo por que esperaríamos si conservara su carácter
verbal (pasivo que requiere un agente introducido por esta preposición), sino el
nexo con, propio de los complementos de adjetivo. La frase prepositiva «con las
iniciales» tiene su núcleo en el sustantivo iniciales y va modificada por otra frase
prepositiva, complemento determinativo del sustantivo núcleo, «la definición
inglesa», con núcleo en definición, acompañado de un determinante, el artículo
la, y un modificador, el adjetivo inglesa.
Estos modificadores, además, se prolongan en una construcción que
separamos de acuerdo con el criterio superficial de que consta de otro verbo en
forma personal: a que ese concepto remite. Se trata de una suboración
intransitiva, aseverativa afirmativa, cuyo sujeto es ese concepto (ese es un
determinante, deíctico, demostrativo, del núcleo, el sustantivo concepto), y cuya
frase verbal consta de un núcleo, expresado por el verbo remite, que rige,
mediante el nexo a, un complemento preposicional o suplemento (cfr. 2.Ó.2.4 y
2.Ó.4.3), el relativo que, con una doble función, la de suplemento (equivalente a
ella, anafórico de definición) y la de nexo, que une esta suboración a la
precedente, de la que forma parte, como adjetiva o de relativo (equivalente a la
cual).
Nos queda la expresión amplificación de la luz por emisión estimulada de
radiación, precedida, no lo olvidemos, de los dos puntos. En un análisis
superficial, insistimos, podríamos decir que forma parte del predicado nominal,
como una aposición de definición. Amplificación sería el núcleo de una frase
nominal que rige una frase prepositiva, de la luz, con núcleo en luz y otra, por
emisión estimulada, con núcleo en emisión (con estimulada como modificador),
el cual rige a su vez otra frase prepositiva, con núcleo en radiación. Un análisis
más profundo nos diría que en la base está una estructura que podríamos expresar
como «la definición es 'amplificación...'», donde toda expresión desempeñaría el
papel de predicado nominal. También cabe pensar en un verbo performativo
(como un verbo de decir) y suponer una etapa más profunda que la que tenemos,
que expresaríamos por algo así como: «la definición DICE (O REZA) amplificación...».
2.4.2. El análisis sintáctico esbozado anteriormente ofrece, por tanto, varias
posibilidades de profundizar, recomendables en clase, pero inconvenientes en el
ejercicio escrito según el modelo actual, con sus limitaciones de tiempo. Por eso
recomendamos la fórmula más superficial, con indicación somera del tipo de
relaciones entre los núcleos, y las funciones desempeñadas por los distintos
elementos, aclarando, eso sí. en caso de duda o vacilación, por qué se toma ese
camino, en vez de otro que se ve, y se señala, como posible.
32 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

2.4.3. Este esquema de relaciones sintácticas refuerza lo que habíamos


dicho en 2.2 sobre las características del lenguaje de estos textos, si bien nos
lleva a añadir una caracterización adverbial importante, que sólo aparentemente
se presentan estos textos como de estructura sencilla, pues bajo ésta puede
quedar recubierta una compleja estructura lógica, obviada muchas veces por los
procedimientos ortográficos que sirven para expresar la función metalingüística
o el estilo directo que corresponde a las definiciones: las comillas, el subrayado,
o los dos puntos introductorios. En este sentido, los análisis modernos de
estructuras textuales, además de distinguir varios niveles de estructuras, recurren
a conceptos, como los de tema y rema, que aquí hemos simplificado como «la
información conocida» y «la información aportada», respectivamente.

IV
Valor de la alternancia de los tiempos

2.5.1. Para determinar el valor de los tiempos de presente y de pasado en


este texto debemos partir de una consideración teórica previa. Consideraremos
que los tiempos verbales significan fechaciones en la línea del tiempo, es decir, a
diferencia de autores como Weinrich, defenderemos que tienen relación con lo
que llamamos tiempo. Expresan esa relación en torno a tres momentos
temporales absolutos, el pasado, el presente y el futuro. El pasado es el tiempo
que ya se ha cumplido, el presente el tiempo del ahora, y el futuro es el tiempo
que ha de venir. Gramaticalmente entendemos el presente como algo que no es
sólo puntual (un punto entre el pasado y el futuro), sino como un período situado
entre pasado y futuro, que puede tener toda la amplitud que queramos darle. Por
ello es posible incluso que sea atemporal, es decir, que valga para todos los
tiempos, o quede fuera del tiempo; esta razón lo convierte en el tiempo de las
afirmaciones permanentes (Dios es), las habituales (voy todos los días a la
biblioteca), o las definiciones científicas (el cuadrado de la hipotenusa es igual a
la suma de los cuadrados de los catetos) Por esta razón, el presente aparece en el
discurso científico y tiene un lugar claramente delimitado en él.
2.5.1.1. Empleamos los tiempos del pasado para comunicar la experiencia
anterior. Como el pasado es ya historia, porque ha ocurrido, se subdivide en más
tiempos gramaticales que el presente y el futuro. Así, junto al pretérito, que
expresa de modo absoluto el tiempo pasado, tenemos el copretérito (cantaba),
que expresa simultaneidad con el pretérito, o el antepretérito (hube cantado,
había cantado), que expresa acción anterior a la del pretérito. Los tiempos del
pasado, por la gran variedad de matices temporales que expresan, son los
indicados para contar; son los tiempos propios del discurso histórico.
Simultáneamente,
TEXTOS CIENTIFICOS 33

hemos de tener en cuenta que el pasado implica también anterioridad al presente


y que, a los tiempos de pasado hemos de añadir un tiempo relativo al presente, el
antepresente (he cantado). Este tiempo sirve de unión entre presente y pasado, y
se refiere a un desarrollo temporal que llega hasta el presente. Conviene advertir,
además, que es un tiempo mucho más usado en España (salvo en Galicia y
Asturias, con parte de León) que en América, por lo que su empleo puede servir
también para la caracterización geográfica de un texto. •
2.5.1.2. Harald Weinrich13, preocupado por las diferencias que delimitan el
uso de un sistema temporal tan rico como el español, ha agrupado los tiempos en
dos mundos: unos expresan el mundo comentado, y son tiempos del comentario;
otros expresan el mundo narrado, y son tiempos de la narración. He aquí el
esquema de los dos grupos temporales: •

(mundo comentado) (mundo narrado)


canta cantó cantaba hubo
cantado había cantado
ha cantado acababa de cantar
cantaría habría
acaba de cantar cantado iba a cantar
cantará habrá cantado
va a cantar

GRUPO TEMPORAL I GRUPO TEMPORAL II


La aparición en un texto de un tiempo de la columna I significa, por tanto, que
ese texto es un comentario, mientras que el uso de los tiempos de la columna II
corresponde a una narración. Dentro de una narración pueden incluirse párrafos
de comentario, y viceversa; pero el análisis conjunto de las formas verbales
empleadas en un texto es lo que nos indicará a qué grupo pertenece en conjunto.
También hay que tener en cuenta que, por razones estilísticas, es decir,
marginales al uso habitual de la lengua, aunque dentro de éste, puede emplear un
autor un tiempo de una de las columnas en vez de un tiempo de la otra: el ejemplo
típico es el llamado presente histórico, uso del presente para expresar el pasado,
en vez del pretérito; con él se pretende acercar la narración al lector u oyente: al
decir Colón sale del puerto de Palos —en lugar de salió—, intentamos presentar
ese momento como si se desarrollara ante nuestros ojos (se busca el mismo
efecto, en una película, cuando un personaje empieza a contar algo, y la imagen
pasa a mostrarnos esa acción que se nos narra, con imágenes).
2.5.2. En el verbo español se expresa formalmente de modo conjunto el
tiempo con el aspecto. El aspecto es una categoría gramatical que, para el
español, expresa si la situación verbal (es decir, lo que el verbo expresa) es una
acción acabada, o una acción en desarrollo, inacabada: la acción acabada se
expresa con la forma del aspecto perfectivo, la inacabada con el imperfectivo. La
forma perfectiva típica en

13 Estructtira y función de tos tiempos en el lenguaje, Madrid, Gredos, 1968 (1.a ed.
alemana, Í964).
español es el pretérito (canté); porque la acción propiamentes terminada,
TEXTOS CIENTIFICOS 34 en
una lengua como el español, que no tiene indicadores formales (morfos) de
aspecto, sólo se puede expresar vinculada al tiempo pasado.
2.5.2.1. Hay que tener en cuenta, al mismo tiempo, que junto al aspecto,
que es una categoría gramatical, existe una categoría semántica, el modo de
acción, que se refiere a la significación propia del verbo, la cual puede implicar
que la acción tenga que completarse para realizarse (como en abrir o cerrar), o
que se realice en su desarrollo (como andar, nadar), junto a otros matices
posibles, siempre en el terreno semántico (iteración, reiteración, hábito, y
demás).
2.5.3. La consideración conjunta de aspecto (gramatical, expresado junto
con la forma temporal) y modo de acción (semántico, expresado en la base del
verbo) explica por qué el antepresente (he cantado, mal llamado 'pretérito
perfecto' puesto que no es ni 'pretérito' ni 'perfecto') no tiene aspecto perfectivo.
Lo que ocurre es que cuando el verbo tiene un modo de acción perfectivo, la
significación conjunta de la forma verbal es perfectiva: en «he abierto la puerta»
lo que hace que la acción de abrir sea perfectiva, esté terminada, no es el uso de
haber -f participio, sino que abrir tiene un modo de acción perfectivo; se abre
algo cuando queda abierto tras realizar la acción verbal. En cambio, en he
andado muchos caminos nada hay, gramaticalmente, que señale que se ha ter-
minado de andar: para expresar esa acción como terminada tenemos que usar
anduve, que sí une al tiempo pasado el aspecto perfectivo.
2.5.4 Revisemos ahora las formas verbales que aparecen en el fragmento.
Como presentes tenemos es (dos veces), remite, genera; todos ellos
corresponden a definiciones o acciones intemporales, todos ellos podrían ir
acompañados de adverbios como siempre, o normalmente. El pasado se expresa
por pensó y ha convertido. Dominan los tiempos del comentario (los presentes
más ha convertido) frente a la única muestra de tiempo de la narración (pensó),
lo cual conviene con todas las características de texto científico que tiene este
fragmento.
2.5.4.1. Todavía hay una diferencia, la que separa pensó de ha convertido,
el aspecto. Pensó tiene aspecto perfectivo, indica que la acción de pensar quedó
terminada eri el pasado; en cambio, ha convertido no tiene aspecto perfectivo, la
acción de convertir no ha quedado terminada, sino que se prolonga hasta el
presente. Se trata de un matiz importante, porque la mayoría de los gramáticos
españoles (no así los hispanoamericanos) no señala adecuadamente este hecho.
2.5.4.2. La alternancia de los tiempos de presente y pasado se configura en
el texto de un modo muy preciso: el pasado está expresado por un pretérito
(perfectivo), pensó, que nos lleva a un punto temporal alejado (los días de su
invención); entre el pasado y el presente se sitúa ha convertido (neutro desde el
punto de vista aspectual, por la capacidad de combinar aspecto y modo de acción
diversos), que expresa una situación verbal iniciada en el pasado que llega hasta
el presente (y puede continuar hacia el futuro); los presentes añaden una
característica nueva, la de su carácter intemporal, es decir, la validez de la
predicación para cualquier momento temporal, siempre que se cumplan las
premisas que% se señalan. Este encadenamiento de las situaciones verbales para
concluir en una afirmación general es característico del discurso científico, y
confirma todas las indicaciones que venimos haciendo desde el principio de

i
TEXTOS CIENTIFICOS 35

nuestro análisis.
2 5.5. Damos aquí por concluida la explicación de la opción A. No
suponemos, naturalmente, que un alumno haya dicho en tres cuartos de hora lo
que nosotros llevamos ya expuesto en doce folios mecanografiados; pero ya
indicamos nuestra idea de no convertir este libro en un solucionario. Hágase, si
se desea, el ejercicio de copiar a mano los párrafos 2.2.1, la segunda mitad de
2.2.1.3, parte de 2.3.1.1, los esquemas de 2.4.1.1, 2.4.1.2 y 2.5.4.2 y se verá
que es posible hacerlo en ese tiempo. Eso no significa que consideremos que
esos puntos sean la concreta respuesta a las preguntas, porque no nos lo
queremos plantear así.

OPCIÓN B

2.6.1. La necesidad de agilizar el contenido del libro, y de no alcanzar un


número de páginas monstruoso, nos lleva a huir de la reiteración.
• Como, por otro lado, el índice de materias ha de permitir una búsqueda rápida
de las referencias cruzadas, señalaremos cuándo hemos optado por no repetir.
También, en este deseo de evitar la monotonía, queremos advertir que no
siempre desarrollaremos en primer lugar la opción A, porque, con frecuencia,
se han pensado las dos simultáneamente al construir el ejercicio, y no son raras
las ocasiones en que se ha pensado primero la B.

I
Colocación y significación de los adjetivos del texto
2.6.1.1. Llamamos adjetivo calificativo atributivo a aquel que se refiere a
un sustantivo, modificándolo directamente. La unidad que se forma recibe el
nombre de junción. En la junción el sustantivo es el término primario, y el
adjetivo, el secundario o adjunto. Funcionalmente, pues, el adjetivo es un
adyacente, modificador de un sustantivo, cuando se trata de un adjetivo
calificativo, como en libro interesante, familia numerosa, grandes elogios,
donde tenemos tres ejemplos de junción.
2.6.1.2. Los ejemplos anteriores muestran también que la frase integrada
por un sustantivo y un adjetivo admite, en español, un orden alternativo:
grandes obstáculos / obstáculos grandes. Algunas gramáticas dicen que el
adjetivo antepuesto es explicativo y pospuesto especificativo; pero esto no es
verdad. El adjetivo explicativo es el que insiste en una cualidad contenida en la
significación propia del sustantivo, o que presenta como propia del sustantivo,
tomando el conjunto de elementos que el sustantivo designa, mientras que el
adjetivo especificativo sirve para expresar que del conjunto designado por el
sustantivo se separa una parte, caracterizada por la cualidad qüe el adjetivo
expresa. Si yo digo
las tristes noticias me asustaron
puedo interpretar que todas las noticias eran tristes y que, por ello, el adjetivo
triste, explicativo, se limita a destacar una condición, un rasgo de significación
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(semántico), propio del sustantivo noticias: las noticias pueden ser tristes o
alegres, nuestro ejemplo toma el sustantivo noticias en conjunto, y afirma que
tristes es una cualidad que se atribuye a todo ese conjunto de noticias.
2.6.1.3. Si decimos
las palabras amables consuelan al triste
usamos amables para especificar que del conjunto de palabras sólo tomamos las
que tienen la cualidad de ser amables, y que no nos interesan las palabras que no
son amables. Si, en el caso del explicativo, podíamos suponer que «todas las
noticias eran tristes», en el caso del especificativo lo que suponemos es que «hay
algunas palabras que son amables y otras que no lo son, las que consuelan al
triste son sólo las amables». Con la explicación consideramos la totalidad del
referido del sustantivo, con la especificación separamos un subconjunto.
2.6.1.4. Hay un tipo de adjetivo explicativo que expresa una cualidad
constante y caracterizadora del sustantivo, su rasgo típico. Este adjetivo recibe el
nombre de epíteto. En los ejemplos
hierba verde, blanca nieve,
verde y blanca, respectivamente, expresan las cualidades propias y carac-
terísticas de la hierba y de la nieve, son epítetos de estos sustantivos.
2.6.1.5. Los calificativos, en síntesis, se refieren a una cualidad del
sustantivo: los especificativos son restrictivos, y los explicativos, glo-
balizadores e insistentes; los primeros diferencian subconjuntos dentro del
conjunto referido por el sustantivo, los segundos se refieren al conjunto como tal.
2.6.1.6. En lo que se refiere a la colocación del adjetivo y el sustantivo, en
el interior de la junción, estamos ante una situación compleja. Si bien es cierto
que los adjetivos explicativos prefieren la colocación antepuesta y los
especificativos la pospuesta, esta colocación no es obligatoria, como se ve en
nuestro anterior ejemplo hierba verde, donde verde es un explicativo, epíteto, y
va pospuesto. Para juzgar adecuadamente la colocación de adjetivo y sustantivo
y su valor, debemos tener en cuenta hasta cuatro factores:
a) La construcción latina originaria.
b) El significado de los adjetivos, su semántica.
c) El contexto gramatical.
d) Las preferencias estilísticas y literarias de la época.
.6.1.6. En lo que se refiere a la construcción latina originaria, la historia
de la lengua nos dice que el orden normal latino era adjetivo -f sustantivo (magna
iniuria, 'gran injusticia'), salvo si el sustantivo era monosílabo (como res en res
noua, 'cosa nueva'), o el adjetivo procedía de nombre propio, en cuyo caso se
imponía la posposición del adjetivo (como ocurre con el adjetivo Romanus en
Senatus Populusque
Romanus, el Senado y el pueblo romano’). Dejando aparte algunas fórmulas,
expresiones fijas, cuando se invertía este orden se realzaba el adjetivo, por
intensificación semántica y estilística. En el paso a las lenguas romances o
románicas, derivadas del latín, como castellano, catalán, gallego-portugués,
TEXTOS CIENTIFICOS 37

francés, italiano, etc., la situación se va invirtiendo,^ hasta llegar a la actual, en la


que ya hemos señalado cómo la preferencia es que el orden habitual, sin realce
del adjetivo, sea sustantivo + adjetivo (injuria grande), mientras que con realce
del adjetivo tenemos el orden adjetivo + sustantivo (gran injuria). El
conocimiento de estos aspectos es válido en la historia de los estilos literarios,
porque hay épocas, como el siglo xv, en las que se busca el modelo formal latino,
repitiendo el esquema de colocación.
.6.I.6. La semántica de los adjetivos, como punto de vista lingüístico, no
estilístico, determina diferencias importantes, hasta permitirnos constituir cuatro
grupos:
2.6.1.6.2.1. Los adjetivos valorativos son los que más se prestan a la
valoración emotiva, subjetiva; en ellos, consecuentemente, es más frecuente la
anteposición, aunque se posponen con mucha frecuencia (no obligatoriamente)
cuando son especificativos. P. ej.: un hombre bueno, mal negocio, muchacha
atractiva.
2.6.1.6.2.2. Los adjetivos descriptivos se prestan menos a la anteposición;
cuando son especificativos van pospuestos de modo muy mayo- ritario; pero
también sé posponen cuando son explicativos. Las diversas posibilidades de
invertir el orden son claras en ejemplos como a^ua fría, tonos graves, vestido
azul, blanca barba. Se trata de cualidades objetivas en sí, en las que poco puede
hacer la apreciación subjetiva. Sin embargo, como fijación de una cualidad,
tenemos aquí algunos epítetos, como hierba VERDE O BLANCA nieve, a los que ya nos
hemos referido.
2.6.1.6.2.3. Los adjetivos de relación o pertenencia rara vez van delante del
sustantivo. La diferencia entre sustantivo y adjetivo en este grupo puede llegar a
ser mínima: filósofo es sustantivo en un filósofo alemán y adjetivo en un alemán
filósofo; alemán, por su parte, es, respectivamente, adjetivo y sustantivo en los
mismos ejemplos. A veces, como sucede en ejemplos como sección
administrativa, diligencia municipal, el único orden posible es la posposición.
2.6.1.6.2.4. El cuarto grupo está integrado por los adjetivos cuasi-
determinativos, frecuentemente antepuestos, ya que su valor los aproxima a los
actualizadores o determinantes: la próxima temporada, las sucesivas páginas,
ejemplos en los que también es posible la posposición.
.6.1.6. El contexto influye también en la elección del orden de los
elementos dentro de la junción. Por ello, es difícil que se antepongan varios
adjetivos coordinados, aunque no falten ejemplos, rebuscados, como el estéril y
mal cultivado ingenio mío. También requieren posposición los grupos con
complementos intercalados que prolongan la marcha de la frase; un libro más
grueso que este.
.6.1.6. La sensibilidad al contexto está ligada a las preferencias
estilísticas, que constituyen el último aspecto por considerar. Determinadas
épocas, por motivos diversos, favorecen o reducen la anteposición. Así pues, el
latinizante siglo xv favorece el orden formal latino adjetivo + sustantivo, el cual
coincide con las preferencias de esta época por los sintagmas no progresivos, es
decir, por la andadura lenta de la frase,
en la que no avanza nuestro conocimiento del texto con cada38nuevo ele-
TEXTOS CIENTÍFICOS

mento, sino que todo va remansándose en un amplísimo círculo, que se cierra al


final. Otro motivo que favorece la anteposición es la búsqueda de los rasgos
semánticos esenciales, reflejo del arquetipo platónico, como sucede en el siglo
xvi. En todas las épocas, la poesía se presta más que la prosa a la anteposición del
adjetivo.
2.6.1.7. Interpretando, en sentido amplio, y por las razones que el análisis
sintáctico de la opción A nos marcó, que los participios pueden analizarse como
adjetivos en este texto, tendríamos las combinaciones siguientes:
características
principales acrónimo
formado definición
inglesa emisión
estimulada radiación
electromagnética haz
estrecho intensos haces
grandes cantidades ^
procesos industriales
técnica desarrollada
.6.1.7. De los diez ejemplos, sólo en dos hay anteposición del adjetivo.
En ambos casos, a pesar de la anteposición, se trata de adjetivos especificativos
(los haces que son intensos y las cantidades que son grandes), como en los ocho
restantes. El empleo de adjetivos especificativos y el predominio de la
posposición caracterizan el lenguaje científico. Prescindiendo del participio
formado (porque sólo por razones de contexto, sus complementos, estaría ya
justificada la posposición), tenemos los siguientes adjetivos: son valorativos los
dos antepuestos, intenso y grande; descriptivo sería estrecho; inglesa,
estimulada, electromagnética, industrial y desarrollada son adjetivos de
relación o pertenencia, mientras que principales es cuasideterminativo. En el
caso de interpretar que intenso está en el texto como expresión de una cualidad
objetiva, sería descriptivo. Recordemos que hemos señalado ya la limitación
fundamental de los textos científicos: que sus elementos léxicos no son signos
lingüísticos, sino que están aparte, por el carácter mono- sémico en que se basa
en ellos la relación entre expresión y contenido.

II
Análisis sintáctico
Desde los días de su invención, en la década de los cincuenta, se
pensó ya en el aprovechamiento de los intensos haces de láser para
aportar grandes cantidades de energía a los materiales en procesos
industriales.
2.6.2.1. Primera oración, aseverativa afirmativa, impersonal (con se como
expresión del morfema de impersonalidad) del tipo de pasiva refleja impersonal
(por el carácter de medialidad del se). Es intransitiva, aunque el verbo pensó
lleva un complemento preposicional o suplemento: pensó en ello (en el
TEXTOS CIENTIFICOS 39

aprovechamiento ...industriales). Incluye una proposición de infinitivo, de


carácter final, transitiva, con Objeto Directo en grandes cantidades de energía,
con Objeto Indirecto (a los materiales en procesos industriales), como confirma
la pronominaliza- ción: para aportarlas a los materiales (las O. D. =
cantidades); para aportarles grandes cantidades (les, O. I. = materiales); para
aportárselas (se, O. I. = les ante las) (las, 0. D.).
2.62.2. Esta oración está plagada de circunstanciales: desde los días, en la
década, en procesos. A propósito del último cabe la observación, que ya
apuntamos al ocupamos de la opción A, de que se trate de una construcción
normativamente discutible, o de que, en vez de ser un circunstancial
(aditamento) sea un complemento determinativo de materiales (\z. equivalencia
sería materiales de procesos industriales). Esta hipótesis no nos convence; pero
sería teóricamente posible, dentro de la situación marginal respecto a la norma en
la que se mueve ese final de la oración: aunque la preposición introductoria de
los complementos determinativos, su índice funcional, sea predominantemente
de, también aparecen otras preposiciones, como en té con limón, avión a
reacción, caballo con alas. Completa la reflexión sintáctica la referencia a los
abundantes determinativos: de su invención, de los cincuenta, de los ... haces, de
láser, de energía.
2 6.2.3. El tratamiento que hemos dado al infinitivo, como proposición
incluida en el bloque oracional, de carácter sustantivo, es, por supuesto, una
posibilidad de análisis, dentro de una línea tradicional y funcional, no es
exclusivo ni excluyente. ‘
La idea se ha convertido en una técnica desarrollada.
2.Ó.2.4. La oración anterior es la segunda. Es una oración simple,
aseverativa afirmativa. Su sujeto es la idea, mientras que el predicado, se ha
convertido en una técnica desarrollada, tiene alguna complicación mayor.
Convertirse es un verbo pronominal, en el que se desempeña el papel de un falso
objeto; cuando el verbo no es pronominal es transitivo (convierto algo —O.D.—
en otra cosa), cuando es pronominal es intransitivo. Puesto que el elemento
estructural que sigue a la preposición en es imprescindible, se trata de un
suplemento, o complemento preposicional ( = en ella). Es interesante hacer notar
que el verbo convertir (no reflexivo o pronominal) es uno de los pocos que
admite un implemento y un suplemento conjuntamente: le convirtió la estatua en
escayola. Es un verbo tetravalente, pues admite ’ sujeto, implemento,
complemento y suplemento.

III
Los helenismos y su importancia en el vocabulario científico
2.6.3. Ya hemos señalado cómo el léxico técnico y científico exige una
gran precisión en la relación entre expresión y contenido. Esta exigencia se
refleja fundamentalmente en el léxico, por la necesidad imperiosa que tienen los
escritores científicos de ir creando nuevas voces, o adaptando palabras
existentes. En esta tarea, existen los medios intrínsecos, como la derivación y
composición, de acuerdo con las pautas de la propia lengua, las innovaciones
40 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

extremas, como la invención de formas léxicas (como gas y kodak), o


procedimientos intermedios, entre la innovación y la tradición, como son los
préstamos, es decir, el uso en español de una palabra procedente de otro idioma.
A grandes rasgos, podemos dividir los préstamos en dos grupos, aquellos que
proceden de lenguas clásicas (griego y latín), y los de lenguas modernas (sobre
todo, galicismos, del francés, y anglicismos, del inglés; históricamente,
tendríamos que colocar aquí los arabismos, de tanta importancia entre los siglos
xi y xv). Aquí nos interesa un tipo de préstamo de lengua clásica: los helenismos
o palabras procedentes del griego 14, diferenciados de los préstamos del latín, o
cultismos, caracterizados, sobre todo, por su evolución fonética peculiar, distinta
de la general castellana.
2.6.3.1. Los helenismos se han introducido en español por muy diversas
vías: directamente del griego, por medio del latín, por medio del árabe, o por
medio de las lenguas modernas, francés e inglés especialmente. Unas veces
solos, como acrónimo, electromagnética; otras en combinación con una palabra
latina (televisión, del griego tele, 'lejos', y el latín visione), constituyen la base del
léxico -técnico tradicional y del léxico científico anterior a la revolución
científica y técnica del siglo xix. A partir de está fecha, se introducen, como
televisión, citado, sobre todo por medio del inglés y el francés.
2.6.3.2. Tras unos primeros helenismos, nombres de accidentes geográficos
y de asentamientos humanos, muchos de ellos perdidos, hay una gran cantidad de
ellos traídos por medio del latín. Destacan de éstos, en relación con el léxico de la
técnica y la ciencia, los de la botánica, muchos introducidos en la lengua común,
como cima y tallo, regaliz y espárrago. A un tipo de lengua especial
corresponden los helenismos eclesiásticos del cristianismo, desde iglesia o
parroquia, diócesis, abád, mártir, o bautizar. En medicina tenemos helenismos
tradicionales, desde el antiguo nombre del médico, físico, hasta el del estómago,
la ciática, el catarro, o la dieta. En muchos casos podemos hablar de auténticas
raíces prefijas y raíces sufijas, es decir, palabras griegas que se usan como
primer o segundo elemento, respectivamente, en numerosos compuestos,
muchos de ellos híbridos: tele- sería una raíz prefija en telémetro, telepatía,
telekinesia, o en los híbridos televisión y, por falso análisis, telediario,
teledeporte. El árabe, como decíamos antes, ha servido también para introducir
numerosos helenismos en la lengua de todos los días, como es el caso de arroz,
atún, acelga o zumo. Con esta transmisión se inicia un tipo que se irá
generalizando, el del préstamo por vía intermedia: del veneciano, el francés o el
provenzal.
2.63.3. La conquista de Bizancio por los turcos cierra las comunicaciones
directas con el griego. Sin embargo, la base helénica del léxico de las ciencias
seguirá con vitalidad, y serán los pueblos modernos quienes, a partir del
diccionario y no de la lengua hablada, irán creando la terminología común a la
ciencia y a la técnica occidental. En estas palabras es más perceptible la
característica básica de las palabras científicas, la correspondencia biunívoca de
significante y significado, que produce alteraciones en la semántica de los

, .5 * C f r . Manuel Fernández Galiano, «Helenismos», en Enciclopedia Lingüistica Hispánica,


Madrid, CSIC, II, 1967, pp. 51-77.
TEXTOS CIENTIFICOS 41

helenismos: son muchos los helenismos castellanos en los que el significado ha


variado respecto al étimo griego, es decir, la palabra castellana no significa lo
mismo que la griega de donde procede: acracia, ánodo, bacteria, barítono, cá-
todo, cibernética, cloro, energía', estoma, higiene, tónico, plástico, dinámico, 'o
técnico ¡a.
2.63.4. Tienen especial importancia los elementos estructurales del
griego que pasan a las lenguas occidentales, y, especialmente, al castellano.
Además de los que hemos llamado raíces prefijas y sufijas, están los prefijos y
sufijos auténticamente griegos, muy abundantes en estos textos: prefijos como
para- o meta-, los sufijos -ema, -ismo, -íasisf-iasis, -osis, -ótico o -ico. En los
verbos, sufijos como -izar vuelven a estar en boga, permitiendo, en conjunto, una
capacidad de formación de terminología realmente apabullante.

.
2.63.5. Precisamente por ello es importante el control del helenismo
científico: gracias a él se pueden formar derivados, compuestos, realizar cambios
de categoría gramatical, crear formas híbridas y lograr todo tipo de adaptaciones.
El resultado, sin una medida, es una jerga incomprensible, que no es griega salvo
en la forma, más o menos remota, y que se aleja del habla común, provocando
una sensación de rechazo hacia lo esotérico.

IV

Valor del verbo copulativo en el texto


2.6.4. Esta pregunta quedó parcialmente contestada, en las respuestas de A,
en lo que se refiere al valor temporal del presente, en oposición al pasado y al
futuro, a su valor aspectual, imperfectivo, a su uso intemporal en las
definiciones, y a los problemas acerca del sujeto y el predicado nominal, en el
análisis sintáctico.
2.6.4.1. Resumiendo todo ello, podríamos decir que el verbo copulativo
aparece con la forma es, que corresponde a la tercera persona del singular del
presente de indicativo de SER: tiempo presente, valor intemporal, aspecto
imperfectivo.
2.Ó.4.2. Desde un punto de vista sintáctico podemos considerar que la
función de los verbos atributivos (ser y estar) y la de los predicativos (los
restantes) es la misma, puesto que el español exige la presencia de una forma
verbal en cualquiera de las dos construcciones. Sin embargo, la estructura
sintáctica es diferente. La oración atributiva consta de un sujeto + verbo
copulativo + predicado nominal, es decir, EXIGE UN PREDICADO NOMINAL, expresado por
un adjetivo generalmente, o sea, lo que algúnos gramáticos llaman un sintagma
adjetivo o frase adjetiva, aunque también puede expresarse por un sustantivo. En
nuestro texto, su intensidad y un acrónimo, los dos predicados nominales que
aparecen, son
sustantivos. .
,.
2.6.43. Un verbo predicativo, en cambio, puede expresar un predicado unido
sólo a un argumento, su sujeto, como sucede con el verbo salir, o hasta cuatro
42 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

argumentos, su sujeto, su implemento (que corres


ponde al Objeto Directo), TEXTOS
su complemento
CIENTÍFICOS (Objeto Indirecto) y su suple-
43
mento (el Complemento preposicional):
Jesús les convirtió el agua en vino sujeto complemento verbo
implemento suplemento

2.Ó.4.4. Como expresión de una relación directa entre su sujeto y su


predicado nominal, el verbo copulativo puede expresar una igualdad o una
identidad (en este caso se utiliza el verbo ser) o un resultado o cualidad
transitoria, y en este caso recurrimos a estar, que es también el verbo de unión
entre su sujeto y una cualidad adquirida. Además, cuando el predicado nominal
es un sustantivo, como sucede en este texto, sólo puede utilizarse ser.
2.Ó.4.5. Así, pues, a los caracteres señalados en 2.6.4.I. tenemos que añadir
ahora que el núcleo del predicado nominal es sustantivo en los dos ejemplos del
texto, lo cual obliga a que el verbo copulativo sea ser. El verbo ser tiene un valor
esencial, y establece una equivalencia entre sujeto y predicado. Esta
característica es importante para su uso en los textos científicos, donde puede
tomar el valor de la expresión de igualdad ( = ). Por ello es adecuado para las
expresiones formulaicas, del tipo
láser es un acrónimo / láser = acrónimo,
siendo su presencia en el texto, y el modo en el que la construcción se emplea, un
rasgo más entre los que caracterizan el lenguaje de los textos científicos y
técnicos.

TEXTO 2

2.7.
¿Qué gama de potencia define a los láseres duros? Operan éstos en
el intervalo que va desde pocos kilowatt hasta varias decenas de ellos.
De momento, sólo los equipos experimentales y de laboratorio superan
los veinte kilowatt. En las industrias se emplean láseres duros en
procesos pesados: soldadura de oleoductos y de partes de automóviles y
tratamiento térmico de superficies de cigüeñales y paneles de cilindros
de grandes motores diesel. La aplicación endurece la superficie
incrementando así la resistencia al desgaste. La mayoría de los láseres
duros son de dióxido de carbono que operan en el modo continuo.

Opción A
1. Características principales de los textos científicos, tal como aparecen en
éste.
2. Pocos kilowatt, veinte kilowatt, comentario desde el punto de vista de la
norma: fonética y morfología (género y número).
3.. Análisis sintáctico desde La aplicación (lín. 8) hasta el final. 4.
Tiempo y modo verbal en el texto: presente y objetividad.
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Opción B
1. Verbos regulares y verbos irregulares en el texto: características mor-
fológicas.
2. Presencia y ausencia del artículo en el texto.
3. Las palabras de origen inglés (anglicismos) y su importancia en los textos
científicos.
4. Análisis sintáctico desde el principio hasta veinte kilowatt.
2.7.1. Los textos que comentamos a continuación giran en torno a las
mismas cuestiones básicas que el ya comentado. Se introducen, naturalmente,
preguntas nuevas, que van completando las imprescindibles referencias al
programa, además de los dos núcleos: el análisis sintáctico y la caracterización
del texto. No reiteraremos aquello de lo que ya nos hemos ocupado, aunque sí
iremos añadiendo notas teóricas cuando la pregunta nos sitúe ante una nueva
cuestión de este tipo.

OPCIÓN A

I
Características principales de los textos científicos, tal
como aparecen en éste

2.7.1.1. Recapitulemos las principales exigencias del discurso científico, ya


expuestas (pár. 2.1): ...
Terminología específica, con asociación entre significante y significado
(expresión y contenido) en correspondencia biunívoca, es decir, mo- nosemia en
las palabras claves: así, potencia, o las frases, láseres duros, modo continuo, no
significan todo lo que podrían significar en la lengua ordinaria, sino que tienen
un uso restringido, limitado. Además, abundan en el párrafo los términos propios
de un campo de aplicación técnica: cigüeñales, cilindros (véase cómo no se trata
de la figura geométrica de bases circulares, sino de una pieza de automóvil),
dióxido, carbono, hasta préstamos sin variación formal, como kilowatt, o la
propia palabra láser. #
Predominan en el texto los elementos nominales, sustantivos y adjetivos,
sobre los verbos. Los adjetivos son especificativos, y predomina la posposición
sobre la anteposición, con lo cual, el estilo tiene una notable apariencia de
frialdad y objetividad. (Puede notarse que la anteposición del adjetivo grandes,
en grandes motores diesel, no implica pérdida de su valor especificativo, pues se
refiere a los motores diesel que son grandes, no a todos ellos, el carácter de
compuesto que tiene motores diesel —obsérvese que diesel es invariable—
supone una restricción contextual que favorece la anteposición del adjetivo,
descriptivo en este caso.)
Los verbos, como veremos con detenimiento en la cuarta pregunta, que es
expansión de ésta, están en presente de indicativo, es decir, en modo y tiempo de
objetiva representación de la realidad. La andadura sintáctica es sencilla, cortada
TEXTOS CIENTIFICOS 45

por abundantes pausas, con claro predominio de la línea melódica enunciativa.


La pregunta que encabeza el texto es de carácter didáctico, es un artificio para
introducir la explicación que sigue. Este rasgo indica que al carácter científico
del texto se une un matiz de divulgación. No es un texto científico puro, sino de
divulgación científica, o de enseñanza de la ciencia.
El léxico, de acuerdo con lo señalado, ofrece cultismos, incluso en
compuestos, como oleoductos, acrónimos, como láser, helenismos, como
térmico, o dióxido, germanismos, como diesel —que debería ir acentuado si
siguiera la norma española—, o anglicismos, como kilowatt.

II
“Pocos kilowatt, veinte kilowatt’'. Comentario normativo

2.7.2. Ya hemos señalado que kilowatt es un anglicismo. En la tercera


pregunta de la opción B se nos pide que hablemos de los anglicismos, y
habremos de dejar la cuestión para entonces. Ya hemos tenido ocasión de
señalar, en cambio, cómo eñ el texto no se observa la norma en diesel, donde por
ser palabra llana o paroxítona que termina en / debiera escribirse un acento sobre
la primera e. Al analizar la última oración del texto veremos también cómo su
sintaxis se descuida en ocasiones hasta el borde del anacoluto, o sea, de la ruptura
de la concordancia.
2.7.2.1. La pregunta referida a la fonética, al tratarse de un texto escrito,
implica indefectiblemente a la grafía. El castellano, desde las reformas de la
Academia, en 1726, no admite dos consonantes dentales iguales juntas, y menos
en posición final de palabra: cuando vemos una grafía -tt, como aquí, sabemos
inmediatamente que esa palabra no puede ser castellana. Fonéticamente, la
pronunciación reforzada que esa grafía supone tampoco es posible en una lengua
como la nuestra, que debilita la consonante en posición implosiva, es decir, final
de sílaba o de palabra. La grafía w, por su parte, es poco frecuente en castellano,
y corresponde siempre a palabras extranjeras, préstamos, más o menos antiguos
(de Wenceslao a wolframio). La norma dice que se lee como grafía v (es decir,
como /b/) cuando procede del alemán, y como u cuando procede del inglés. Aquí,
en una lectura española —en Hispanoamérica podría variar este punto—, no se
respeta esa norma, pues el lector español leería kilovat (es decir, kilobát) y no
kilouát. Sin embargo, la voz es lingüísticamente inglesa. La grafía k, por último,
es también muy escasa en la escritura española.
21.22. Es interesante la puntualización morfológica, kilowatt es un
sustantivo, que aparece en dos ocasiones, en ambas como núcleo, acompañado
de sendos modificadores, ambos cuantitativos de pluralidad, indefinida y
concreta respectivamente. A pesar de ello, no se emplea ningún morfo, es decir,
ninguna expresión formal externa correspondiente
al morfema de número. La palabra aparece como un sustantivo invariable. La
norma castellana es también clara en ese sentido: Puesto que termina en
consonante —posición donde sólo tendría que aparecer una t— debería tener
la forma kilowates, con -es como morfo de plural. De seguir la norma inglesa
tendría que ser kilowatts, con el morfo -s para el mismo morfema. El hecho de
no respetar ninguna de las dos normas es frecuente en los préstamos y
46 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

significativo. Constituye una amenaza para la establilidad de los sistemas


morfológicos, pues rompe los paradigmas.
2.7.2.3. En lo que concierne al género, la concordancia nos indica que en
castellano es masculino, pues el adjetivo tiene la forma pocos, masculina. Los
préstamos terminados en consonante se asimilan con más facilidad al
masculino que al femenino, tal vez porque la conciencia del carácter femenino
de la -a está bastante viva en el hispanohablante medio, pese a las notables
listas de excepciones, formadas sobre todo por cultismos. La falta de
concordancia en la lengua de origen, salvo en singular con el pronombre
neutro it (más bien «inanimado», para nuestro objeto), constituye un peligro
más, por falta de una solución etimológica. Se introduce una fuente de
imprecisiones y alteraciones en castellano, con este término y otros parecidos,
que se convierten en peligros concretos para la lengua, contra los cuales la
norma debe imponerse, regularizando su uso y construcción.

III
Análisis sintáctico
La aplicación endurece la superficie, incrementando así la
resistencia al desgaste. La mayoría de los láseres duros son de dióxido
de carbono que operan en el modo continuo.
2.7.3. Esta sección del texto está dividida en dos oraciones complejas
que se separan por un punto. Todas las oraciones y proposiciones o
suboraciones que aparecen son enunciativas afirmativas.
2.7.3.1. Tenemos, en primer lugar, una oración transitiva, con sujeto, la
aplicación, verbo personal, endurece, e implemento, la superficie. La
transformación pasiva, «la superficie es endurecida por la aplicación», nos
permite comprobar, claramente, esta disposición elemental. La estructura
oracional se completa con una expresión circunstancial, un aditamento, con
matiz semántico modal y valor temporal de simultaneidad «al mismo tiempo y
del mismo modo que endurece incrementa la resistencia al desgaste». La
expresión de la simultaneidad de la situación verbal corresponde al gerundio,
forma verbal no personal, transitivo, cuyo objeto directo es la resistencia. La
frase la resistencia al desgaste nos permite, por su parte, que observemos un
tipo de determinación menos frecuente que el sintagma prepositivo
introducido por la preposición de; al desgaste es un complemento
determinativo de resistencia, y va regido por la preposición a, cuyo matiz de
finalidad es adecuado para la expresión de modificaciones nominales con este
matiz.
2.7.3.2. La cláusula final contiene una oración atributiva, la mayoría
TEXTOS CIENTIFICOS 47

de los láseres duros son de dióxido de carbono, que lleva una modificación
expresada por una proposición de relativo, con la que acaba el fragmento.
Veremos primero la atributiva.
2.7.3.3. El sujeto de son, verbo copulativo, es la mayoría, modificado, a
su vez, por el complemento determinativo expresado por la frase prepositiva de
los láseres duros, introducida por de. Como predicado nominal tenemos,
superficialmente, una frase prepositiva también introducida por de: de dióxido
de carbono. El anacoluto, o ruptura de la estructura sintáctica, es, en este caso,
tan visible, que se refleja en la anáfora del relativo que viene luego. La
construcción normal, en este caso, dado el relativo que luego aparece, tendría
que ser, «son láseres de dióxido de carbono que operan...». De este modo,
láseres sería el antecedente expreso de que, mientras que, en el texto, que tiene
que ir a buscar su antecedente hasta el sujeto láseres, que aparece antes.
2.7.3.4. Las construcciones del tipo, son de dióxido, forman parte de las
estructuras básicas del español. Si"las consideramos superficiales, en su
estructura patente, tenemos que determinar la posibilidad de que, desde la
equivalencia adjetivo = de + sustantivo, ocupen el lugar de un predicado
nominal, como complementos preposicionales de un verbo copulativo. Serían
la construcción que, en las oraciones atributivas, corresponde al suplemento de
las predicativas. Al considerarlas de modo más profundo, en cambio,
considerando su equivalencia semántica, vemos que son la expresión aparente
de un complemento determinativo referido a un predicado nominal que no se
expresa porque es idéntico al sujeto: mejor dicho, tiene el mismo referido que
el sujeto; en este chico es de Madrid, equivalente a este chico es madrileño, de
Madrid modifica a un chico no expresado, en algo similar a «este chico es un
chico de Madrid»; si digo yo soy de Madrid no puedo decir «yo soy un yo de
Madrid», sino que tengo que recurrir a rasgos semánticos más generales, como
«yo soy un hombre de Madrid», «yo soy una persona de Madrid», donde «hom-
bre» y «persona» tienen eí mismo referido que «yo».
2.7.3.5. La suboración de relativo, que operan en el modo continuo, es
intransitiva, su sujeto es que, cuyos problemas de anáfora hemos señalado en el
párrafo 2.7.3.3, el verbo es operan, mientras que en el modo continuo es una
frase prepositiva en función de aditamento, para expresar una circunstancia
modal, con un cierto matiz situacional, que explica el uso de la preposición en.

IV
Tiempo y modo verbal en el texto

2.7.4. Ya hemos dicho que el tiempo de todos los verbos del texto escritos
en forma personal es el presente, y el modo, el indicativo. Hemos señalado
también, y va dicho explícitamente en la formulación de la pregunta, que con
ello se logra una objetividad, es decir, una presentación objetiva del contenido
del texto.
2.7.4.I. Ya hemos hablado, en el comentario del texto 1, de cómo el
español distribuye el tiempo real en tres tiempos verbales absolutos, que
corresponden a las tres grandes áreas, del pasado, presente y futuro.
También queda dicho cómo el presente puede tener valores de intemporalidad, o
48 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

de situación verbal habitual. El uso del presente intemporal, propio del discurso
científico, aparece en nuestro texto, donde está claro que operan, define,
endurece, expresan situaciones verbales definitorias, que constituyen rasgos
permanentes de los procesos que desarrollan, en cualquier tiempo, o siempre,
mientras que superan o son se refieren a un presente limitado en el tiempo (el
primero lleva incluso la precisión temporal con el aditamento de momento, es
decir, «por ahora»).
2.7.4.2. El verbo español diferencia también, claramente, dos modos,
indicativo y subjuntivo. Los modos se utilizan de acuerdo con exigencias
funcionales y semánticas. De acuerdo con las funcionales, la aparición del modo
marcado, el subjuntivo, puede ser exigida por una construcción determinada, por
ejemplo, como dependiente de un verbo de volición («quiero, deseo, ordeno...
que venga», no «que viene»). Según la semántica, el modo es una noción, y
puede verse calificado por la actitud del hablante hacia lo que dice. La
subjetividad, la eventualidad o la «suspensión de la afirmación» caracterizan al
subjuntivo, sin olvidar que también exigen partículas que implican, por su parte,
el uso del subjuntivo, como ocurre con para que (utilizada para una finalidad,
algo visto como futuro, irreal por ello). El uso dej, subjuntivo supone un interés
mayor del hablante por la acción expresada, mientras que en el indicativo se
constata objetivamente la realidad o irrealidad de un acontecimiento, limitado a
su perspectiva temporal.
2.7.43. Una consideración resumidísima del modo nos situaría ante varios
aspectos que condicionan o pueden condicionar su uso: el primero es,
naturalmente, que la lengua posea una diferencia formal en el verbo, es decir,
morfológica, que permita expresar esos valores modales (como en español
canto/cante), que haya partículas o condicionamientos sintácticos
(sintagmáticos) que obliguen al empleo de un modo y no de otro (como para que,
con la cual es imposible canta y necesario cante). Otros factores, como la
alteración del orden de palabras, o la entonación, tienen una incidencia mayor o
menor, según las lenguas. Debe quedar claro, finalmente, que la llamada
«subordinación» no implica necesariamente el subjuntivo en español, puede
aparecer el indicativo en muchos casos, por ejemplo, en completivas del tipo veo
que viene, dice que lo hará, condicionales, si quería lo hacía, y un largo etcétera.
2.7.5. La opción A, que acabamos de exponer, nos ha permitido insistir en
la caracterización de los textos científicos que nos ocupa en este capítulo, al
mismo tiempo que nos ha ofrecido la ocasión de aplicar estos datos en un análisis
más limitado de un texto concreto.
OPCIÓ
NB
I
Verbos regulares y verbos irregulares en el texto
2.8.1. A lo largo de la evolución de la lengua, los verbos se han visto
sometidos a tendencias fonéticas, como el resto de los componentes del idioma.
Sin embargo, la amplitud del paradigma verbal, compuesto por gran número de
formas, ha impuesto muchas restricciones al cambio fonético, actuando como
regularizador analógico en la mayoría de los casos. Esto ha producido una
aparente regularidad, que es sincrónica, y que corresponde a la acción
regularizadora de la analogía, que es sincrónica,
TEXTOS CIENTÍFICOS no a lo que hubiera resultado de49

haber actuado el cambio fonético libremente. Así, escribí es el resultado de la


analogía del presente escribo y el infinitivo escribir, porque, de haber
evolucionado a partir del perfectum latino tendríamos escrise (de scripsi). La
regularización analógica no se ha producido en varios casos, en los que ha
actuado el cambio, y por ello nos encontramos en los llamados verbos
irregulares; esta irregularidad debe entenderse, pues, como irregularidad
sincrónica, en la mayoría de los casos, pues la evolución es diacrónicamente
regular. Los verbos pueden ser, aunque raramente, irregulares totales, con dife-
rencias entre sus temas de presente, pasado y futuro, como ser, ir, caber, o, más
frecuentemente, irregulares parciales, es decir, mostrar irregularidades en un
tema, o en varias formas, y no en todas. Como el criterio de irregularidad que
aplicamos en el análisis es sincrónico, puede que en un texto aparezca una forma
sincrónicamente regular de un verbo irregular (irregular en otras formas,
naturalmente), en este caso se debe caracterizar el verbo como irregular, aunque
la, forma del texto sea regular. Por ejemplo, gemimos es una forma regular del
verbo gemir, el cual, sin embargo, es irregular; en nuestra clasificación del verbo
diremos, en consecuencia, que es irregular, pese a tener formas regulares, basta
con la existencia de una irregularidad, en cualquier forma, para catalogar al
verbo como irregular.
2.8.1.1. También vale la pena insistir sobre el hecho de que la regularidad o
irregularidad de un verbo es una cuestión fonética, y no gráfica. El verbo escoger
es regular, a pesar de tener la forma escojo, porque ese cambio de g en / es una
necesidad gráfica, para respetar la pronunciación, ya que, de mantener la grafía,
tendríamos escogo, cuya lectura sería distinta: para mantener el fonema tenemos
que cambiar la grafía; el fonema /x/ se transcribe por g en escoger y por en
escojo, si escribimos escogo esa g no representa el fonema /x/, sino el fonema /g/,
que no es el de escoger. Tañer / tañó es regular porque aunque escribiéramos
tañió no variaría la pronunciación, que siempre sería tañó. En luzco, la
consonante intercalada es la c, con sonido k, pues la z es la grafía que
corresponde aquí a la grafía c de lucir (según la distribución complementaria za,
ce, ci, zo, zu).
2.8.1.2. Las irregularidades pueden agruparse por temas, haciendo caso
omiso de los tiempos compuestos, con la salvedad de que también el participio
(como puesto de poner, en vez de ponido, que no existe) puede ser irregular. Para
el estudio de la irregularidad podemos establecer tres temas: presente, pretérito y
futuro.
Al de presente pertenecen los presentes de indicativo y subjuntivo y el
imperativo. En teoría, pertenecería también el copretérito o pretérito imperfecto,
pero este tiempo es regular, salvo en los irregulares absolutos, como ir y ser.
Al de pretérito pertenecen el pretérito de indicativo, el de subjuntivo
(también llamado imperfecto), así como la forma en regresión del futuro
hipotético o futuro de subjuntivo.
50 Al de futuro pertenecen los futuros
COMENTARIOS de indicativo
DE LENGUA ESPAROLAy los pospretéritos

(condicional o potencial).
.8.1.2. Irregularidades del tema de presente.
1) Diptongación de la vocal radical acentuada:
apretar aprieto
morder muerdo

2) Adición de consonantes (infijo velar):


venir ven-g-o
lucir luz-c-o
3) Alternancia de consonantes:
hacer hago haces haga
que puede ir acompañada de inflexión de la vocal:
caber quepo cabes quepa
4) Cierre de la vocal palatal radical y diptongación de la velar:
gemir gimo
morir muero
.8.1.2. Irregularidades del tema de pretérito.
1) Cierre de la vocal radical, se trata del fenómeno 4 del presente, pero, en este
caso, sin diptongación de o en ue y con menor frecuencia del cierre de o en
u. La vocal radical es átona:
gemir gimió
morir murió
2) Pretéritos fuertes. Se llaman así los pretéritos cuyo acento va en la vocal del
radical, es decir, son rizotónicos. Los pretéritos con acento en el morfo,
arrizotónicos, son los pretéritos débiles o regulares (comí):
tener tuve
poner puse
Estos pretéritos, como se ve en los ejemplos, suelen tener alteraciones
consonánticas, generalmente del tipo -uve / -ube, -use, -upe.
.8.1.2. Irregularidades del tema de futuro.
1) Pérdida de vocal protónica interna (en el interior de palabra, la vocal anterior
al acento): .
caber cabrá cabría
TEXTOS CIENTIFICOS 51

2) Pérdida de vocal y consonante:


hacer haré
3) Pérdida de vocal y aumento de consonante:
tener tendré
2.8.1.3. Distribuiremos los verbos del texto en dos columnas, especificando
la irregularidad de los irregulares:
Regulares Irregulares

definir ir (total)
operar endurecer (infijo velar, presente)
superar ser (total)
emplear
incrementar

II
Presencia y ausencia del articulo en el texto

2.8.2. Para llegar al concepto de artículo tenemos que pasar por el de deíxis,
palabra griega con la que designamos, literalmente, una señal que sirve para
colocar en el espacio y en el tiempo una sustancia se*- mántica. Esto quiere decir
que los deícticos actualizan, son actualiza- dores.
2.8.2.1. La misión fundamental del artículo consiste en actualizar al
sustantivo. Los artículos son actualizadores vacíos, ya que no tienen, por su
parte, sustancia semántica. Corresponde al artículo el la actualización
identificadora, mientras que el artículo un es el actualizador vacío cuya
actualización no es identificadora. Supone esto que un sustantivo puede hallarse
en dos estados; en el virtual contiene toda su sustancia semántica sin que ésta se
limite por una aplicación concreta: perro es un sustantivo virtual, no actualizado;
a esa expresión se asocia un contenido que comprende a todos los perros y todos
los rasgos que hacen que un perro sea «perro». Sin embargo, para aplicar perro a
la realidad concreta de un ser de este conjunto de animales —o de varios seres
del mismo conjunto— tenemos que actualizar el sustantivo, presentarlo como un
sustantivo actual, colocándolo en un aquí y un ahora gracias al artículo, y decir el
perro, los perros, un perro, unos perros.
2.8.2.2. Cuando el sustantivo, en singular, no va acompañado de ningún
artículo, ni de ningún otro actualizador (cuantificador, posesivo, demostrativo o
indefinido), estamos seguros de que es un sustantivo virtual, conceptual,
categórico. Cuando va en plural, en cambio, aunque no lleve un actualizador
independiente, el sustantivo está siempre actualizado, por la actualización que
supone la consideración del número, la cuantificación que todo plural lleva
consigo, por el hecho de ser plural, es decir, por incorporar la precisión de «más
de uno». Los nombres propios, por otra parte, tampoco llevan artículo en
español.
52 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

aunque pueden aparecer con él en ciertos dialectos sociales, o en construcciones


con claro valor anafórico: la Toledo del Rey Sabio (= aquella Toledo). No
aparece el artículo ante títulos o encabezamientos, ni en enumeraciones,
distribuciones o antítesis, proverbios, lenguaje publicitario y telegráfico, o en
usos metalingüísticos, en los que el sustantivo no actualizado va tomado como
un signo que se refiere a sí mismo como signo lingüístico, es decir, usando la
lengua para hablar de la propia lengua.
2.8.23. Hemos citado hasta aquí circunstancias de orden semántico. Algunas
construcciones sintácticas favorecen la ausencia de artículo, como son la de
predicado clasificador, que categoriza (Luis es investigador), o la de
aposición-comentario: Las Indias, refugio y amparo de los desesperados de
España (Cervantes). También la designación de categoría explica la ausencia de
artículo ante objeto directo, en casos como tiene coche, necesita asistente, a los
que hay que añadir el objeto directo que designa realidades no numerables: echar
sal, tener miedo (donde hay también una unidad léxica = temer, como en dar
pena = = apenar). La falta de referencia a realidades individuales, distintamente
identificables, explica la falta de artículo ante término de preposición: en
invierno, a mano, de piel, de propina, de pie, en ristre. La resistencia es mayor si
es sujeto, aunque un calificativo puede reducirla: viene mal tiempo15.
2.8.2.4. En el texto, gama, potencia, laboratorio, soldadura, tratamiento y
dióxido son sustantivos que aparecen sin artículo en singular. La mayor parte de
ellos son término de preposición, una de las restricciones sintácticas señaladas
anteriormente. Semánticamente se trata, de términos abstractos, porque el
concreto laboratorio, en la expresión de laboratorio, se asimila a los abstractos,
los cuales son más proclives a su empleo como virtuales que los concretos. Los
sustantivos que aparecen en plural sin actualizador. láseres, procesos,
oleoductos, partes, automóviles, superficies, cigüeñales, paneles, cilindros y
motores, no llevan actualizador expreso exento, pero incorporan un
cuantificador, es decir, un actualizador de número, en el plural: todos ellos
podrían ir acompañados por las formas los o unos sin alterar notablemente el
texto, especialmente en el segundo caso. Los sustantivos con artículo,
actualizados con actualizador exento, tolerarían ir acompañados de adjetivos
como concreto, p. ej.: la aplicación (concreta) endurece la superficie (concreta),
o conocido (la mayoría conocida).
2.8.2.5. Así tenemos en el texto las diferentes posibilidades ampliamente
representadas: sustantivo virtual en singular, sin actualizador, en circunstancias
habituales de índole semántica o sintáctica, sustantivos actualizados, con
actualizador exento (artículo el, no aparece un), o incluido en la cuantificación
del número. La abundancia de sustantivos sin actualizador, o en plural sin
artículo, contribuye a dar al texto un carácter categorial, primero, y general,
después, muy adecuado para la formulación de afirmaciones de carácter
científico, muy frecuentemente esenciales y generales.

15 Resumimos del Curso de Gramática Española, cit., cap. 12. Cfr. R. Lapesa, «Dos estudios
sobre la actualización del sustantivo en español», Bol. de la Comisión Permanente de
Academias, 21, 1975, pp. 14-31. (Cfr. 2.10.1.1.)
III
TEXTOS CIENTÍFICOS 53

Las palabras de origen inglés (anglicismos) y su importancia en


los textos científicos

2.8.3. Al comentar el texto primero (2.6.3) tuvimos ocasión de hablar de los


helenismos y de resaltar cómo muchos de ellos (así como bastantes cultismos de
origen latino) no han entrado en castellano directamente desde las lenguas de
origen, sino por medio de otras lenguas: el árabe, en la Edad Media, y el francés
e inglés en las épocas moderna y contemporánea. En nuestros días es el inglés,
sin duda alguna, la lengua que nos proporciona mayor número de préstamos,
cuyo estudio ocupa ya buen número de páginas16.
2.8.3.1. A grandes rasgos, podemos dividir las palabras que se introducen
en el español a partir del inglés en tres tipos: palabras clásicas (del latín y el
griego, o híbridos, como el ya repetido televisión), palabras de otras lenguas
(generalmente exóticas, como las de Extremo Oriente, o algunas de los indios de
América del Norte: así tenemos pijama, del persa, o kimono, del japonés) y, por
último, las palabras propiamente inglesas, que penetran, a su vez, bien
directamente, como póster y bacon (¿bacón, beikon), bien por medio de otras
lenguas, especialmente del francés, caso de camping y, tal vez, de club y
esmoquin. Conviene por ello separar cuidadosamente las nociones de étimo
inmediato y étimo último. El étimo inmediato es la palabra de la qué se toma
inmediatamente el préstamo; el étimo último es la palabra de la cual,
en último lugar, al fin de la cadena evolutiva, por las diversas lenguas, procede la
palabra española (en nuestro caso). Por ejemplo, el castellano pijama (en
Hispanoamérica, frecuentemente piyama) procede del inglés pyjamas (étimo
inmediato) y éste, a su vez, del persa pae ‘pie’ + yamah ‘ropa’, paeyamah es el
étimo último, en consecuencia.
2.8.3.2. Los anglicismos presentan problemas' fonético-ortográficos,
morfológicos, sintácticos, semánticos y léxicos o lexicológicos. Introducen
sonidos que corresponden a fonemas de los que carece el español, grafías que no
son corrientes en nuestra lengua, como k y w), o que no se emplean en
determinadas posiciones (como la b de club o pub), o grupos combinados en
forma diferente, o con distinta distribución silábica, como -ng o s+cons. En
kilowatt tuvimos ocasión de referirnos a estos extremos (2.7.2). Las alteraciones
morfológicas pueden afectar también a los valores de las formas verbales: la
relación entre el presente I read, ‘leo’, y el perfecto I’ve read no es la misma en
inglés v en español, donde la segunda forma inglesa equivale a veces a he leído y
a veces a leí.
2.8.3.3. En lo que se refiere a la sintaxis, los puntos fundamentales
subrayados por Chris Pratt corresponden a dos tipos: las construcciones
españolas que ya existían, pero que aumentan su frecuencia porque en inglés son

16 Cfr. Chris Pratt, El anglicismo en el español peninsular contemporáneo, Madrid, Gredos,


1980. Este libro incluye una completa reseña crítica de la bibliografía más importante, así como
valiosas observaciones sobre el préstamo. Puede objetársele una actitud de principio en favor del
anglicismo, de acuerdo con la lengua materna del autor y la actitud histórica hacia el préstamo de
dicha lengua; por eso deben manejarse con cuidado sus comentarios sobre la normativa —pen-
samos, sobre todo, en los alumnos de iniciación en la universidad.
54 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

más usuales, y las innovaciones. Las estructuras sintácticas que se desarrollan a


partir de estructuras españolas tradicionales son, entre otras, la pasiva, el
posesivo, pasar con + persona, pagar por + 'servicio', o el aumento de la
anteposición del adjetivo. En otros casos, como en el aumento de ello, no es
siempre tan claro el anglicismo. A veces se trata de la revitalización de los usos
antiguos. De la larga lista de innovaciones dada por Pratt, recogemos algunas y
remitimos a su libro para las restantes:
Empleo de preposiciones desacostumbradas: difícil a hacer (debemos pensar
también en el galicismo creciente de a + infinitivo, y en que no faltan en español
los adjetivos cuyo complemento se introduce por a, desde la lengua antigua,
Jorge Manrique nos dice de su padre que era benigno a los sujetos, ni tampoco
los sustantivos, el mismo padre era a los bravos y dañosos un león.
Usos indebidos del artículo indeterminado: en los títulos, Una introducción
a...; en la aposición, La Bella Durmiente, un cuento tradicional, ejemplos en los
cuales deben suprimirse un y una (cfr. 2.8.2.3.).
A partir del aumento de las construcciones ;con gerundio, que deberían
considerarse en el apartado anterior, se pasa a usos nuevos, como estar siendo.
Aumento notabilísimo de la partícula no ante un sustantivo o, antepuesta, en
respuestas breves, donde lo tradicional es la posposición: tú no va cediendo
terreno al anglicismo no tú.
2.8.3.4. En el léxico y en la formación de palabras es indudable, e
impresionante, el influjo inglés: todos los campos reciben anglicismos, aunque
sean especialmente visibles los de la ciencia y la técnica. En este campo, por lo
que se refiere a nuestro texto, es llamativa la alteración semántica sufrida por
palabras cuyo étimo inmediato es inglés y el étimo último latino o griego, unida a
la tendencia del lenguaje técnico a la moriosemia: se llega al final a una jerga en
la que es imposible descubrir el valor de la palabra, a menos de conocer la
terminología de esa ciencia o técnica, pues ni sabiendo español, inglés, latín o
griego se puede saber el valor preciso de duro en la expresión láseres duros, por
poner un ejemplo del texto. En lo que concierne a la formación de palabras, los
verbos en -izar (más que -ificar), los adjetivos en -al, los sustantivos en -ismo e
-ista, y los esquemas del tipo transformar, transformación, transformacional,
transformatorio y transformativo, para la gama de verbo, sustantivo y adjetivo,
son típicas ampliaciones de esquemas causadas por el anglicismo que se une a las
necesidades de sustantivos abstractos que caracterizan la lengua científica, y que
llevan, incluso, a aumentar el paradigma verbal, punto de partida de la cadena,
con la continua creación de verbos nuevos: presionar, optimizar, explosionar
hasta el aburrimiento.
IV
Análisis sintáctico
¿Qué gama de potencia define a los láseres duros? Operan éstos en
el intervalo que va desde pocos kilowatt hasta varias docenas de ellos.
De momento, sólo los equipos experimentales y de laboratorio superan
los veinte kilowatt.
2.8.4. El texto se divide en tres partes: la primera de ellas está limitada por
las indicaciones gráficas de la interrogación (¿...?). La segunda llega hasta el
TEXTOS CIENTIFICOS 55

punto escrito detrás de ellos, y la tercera hasta el final. Presenta este texto, en
consecuencia, la novedad de incluir una oración interrogativa directa, la primera,
con la peculiaridad de que la respuesta en el texto es la oración de operan, en
lugar del sustantivo que exige la formulación de la pregunta, en la que el adjetivo
qué, interrogativo, acompaña a un sustantivo, gama. Este detalle nos permite
insistir en una característica semántica, o semantosintáctica, que la pregunta está
formulada como recurso estilístico, para lograr una alternancia en las curvas
melódicás del texto, haciendo así más ligera su lectura, es superflua, puesto que
toda la información que aporta se repite en la oración afirmativa enunciativa de
operan. El redactor podía haber dicho, simplemente, «los láseres duros operan en
el intervalo (= en la gama de potencia) que va desde pocos kilovatios hasta varias
decenas de ellos». El único ahorro del texto, tal cual lo tenemos, es el que per-
mite la anáfora de éstos (= /os láseres duros).
2.8.4.1. La primera oración es interrogativa, afirmativa, transitiva. El
núcleo del sujeto es el sustantivo gama, al que acompañan el interrogativo qué y
el determinativo potencia, en sintagma prepositivo introducido por de. La
construcción define a los láseres duros, aparentemente sencilla, con definir
como núcleo del sintagma predicativo, y láseres como núcleo de la frase nominal
que lo implementa (el Objeto Directo), ofrece la peculiaridad de la preposición a
ante un objeto directo que no tiene el rasgo semántico de persona (ni el de
individuación). Cuando en estas construcciones los verbos llevan preposición a
siempre, ante cualquier tipo de Objeto Directo, personal o no, están en el límite
entre las construcciones de implemento y las de suplemento, o complemento
preposicional, por la obligatoriedad de la preposición. Se consideran de Objeto
Directo porque el sustantivo que ocupa esta posición, o es su núcleo, pasa a ser
sujeto, en caso de pasiva, o se pronominaliza mediante forma de acusativo, y no
de preposición -f caso término: «los láseres duros son definidos por una gama de
potencia...», «... los define».
2.8.4.2. La segunda cláusula comprende la oración de operan y la de va. La
primera sería la «principal», en términos tradicionales, y la se- guna la
proposición adjetiva o de relativo. Las dos son activas, enunciativas, afirmativas
e intransitivas. El sujeto de operan es el demostrativo éstos y el de va el relativo
que, cuyo antecedente es el aditamento (circunstancial de lugar, en este caso)
intervalo. Las dos frases prepositivas que siguen a va, regidas por desde y hasta,
son también aditamentos (también circunstanciales de lugar). La última oración,
cuyo verbo es superan, es activa, enunciativa afirmativa y transitiva. El sujeto es
equipos, modificado por el adverbio de modo sólo, el adjetivo experimentales y
la frase prepositiva de laboratorio; veinte kilowatt es el objeto directo, o
implemento de superan; de momento es un aditamento, expresa una
circunstancia temporal.
2.9. El análisis de este segundo texto nos ha permitido insistir en la
caracterización de los textos científicos, obligándonos a precisar una buena
cantidad de cuestiones teóricas, de varios tipos. Reduciremos la amplitud del
comentario en los textos científicos que completan este capítulo, para que no
resulte desproporcionado, aunque debemos hacer la salvedad de que, al habernos
impuesto un orden lineal de redacción, es necesario destinar mucho del espacio
de los capítulos primeros a temas comunes a todos los textos.
56 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

TEXTO 3

2.10.
¿Podemos llegar a entender la célula cancerosa? Dado que nadie
sabe todavía cómo controla su crecimiento una célula normal, puede
parecer desvarío cualquier intento por descifrar las reglas anormales
que dirigen el crecimiento de una célula cancerosa. Pero la historia de
la biología reseña muchos casos en los que el estudio de las anomalías
ha arrojado luz sobre los procesos normales de la vida. Los recientes
descubrimientos en la investigación del cáncer han aportado otro
ejemplo clamoroso de lo que venimos diciendo. Por vez primera, los
estudiosos han podido vislumbrar un esbozo, más o menos difuso, de
los sucesos que inducen el crecimiento de un tumor.

Opción A
1. Análisis sintáctico desde el principio hasta cancerosa (lín. 5).
2. Sustantivos abstractos en el texto.
3. Valores de un, una en el texto.
4. Los tiempos verbales del texto en relación con las características del
lenguaje científico.

Opción B
1. Valores de que en el texto.
2. La adjetivación en el texto, función y significado.
3. Modalidad enunciativa y modalidad interrogativa, explique su valor en el
texto.
4. Este texto es un texto científico enCIENTÍFICOS
TEXTOS el cual, sin embargo, se dan varias 57

funciones del lenguaje, ¿cuáles, dónde y por qué?

OPCIÓN A

I
2.10.0. 1. La caracterización del texto, en esta opción, arranca del
análisis sintáctico. Este reitera las constantes señaladas en los dos textos
comentados anteriormente, introduciendo, como es natural, nuevas preguntas.
En los textos científicos, la abstracción, el artículo, los tiempos del indicativo, el
verbo ser —o los verbos copulativos—, la modalidad del enunciado y la
adjetivación son las constantes sobre las cuales se construyeron las preguntas,
además del análisis sintáctico, o la pregunta sintáctica que nos parece
imprescindible en cualquier texto.

Análisis sintáctico

¿Podemos llegar a entender la célula cancerosa? Dado que nadie


sabe todavía cómo controla su crecimiento una célula normal, puede
parecer desvarío cualquier intento por descifrar las reglas anormales
que dirigen el crecimiento de una célula cancerosa.
2.10.1.Parece aconsejable, en esta ocasión, reordenar el texto de forma
progresiva, para apreciar la dimensión exacta de las relaciones oracionales, que
se escalonan en cinco oraciones y suboraciones:
¿Podemos llegar a entender la célula cancerosa?
b) Cualquier intento por descifrar las reglas anormales (c) puede
parecer desvarío
que dirigen el crecimiento de uña célula cancerosa
dado que nadie sabe todavía
cómo controla su crecimiento una célula normal
2.10.1.1. La oración a es una interrogativa directa, cuya modalidad
estudiaremos en 2.10.7, y su interés para las funciones del lenguaje en 2.10.8.
Aquí nos limitaremos a señalar que es una pregunta sin respuesta efectiva, ya que
se trata de una pregunta de «sí o no», adverbios que no aparecen en la respuesta.
El núcleo verbal está constituido por una perífrasis de poder + infinitivo, en la
que poder desempeña el papel de auxiliar. No hay -que descartar el influjo del
anglicismo sintáctico en esta construcción (ing. may). La preposición a introduce
un complemento preposicional, o suplemento (sustituible por a ello, no por le ni
por lo); el infinitivo entender es el núcleo de ese suplemento y va im-
plementado a su vez por la célula cancerosa (Objeto Directo, siistituible por la).
' 3. Comentarlos de
Lengua Española
2.10.1.2. La suboración b (la «principal» tradicional) es enunciativa
58 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

afirmativa, activa y semiatributiva. Lleva incrustada una suboración de relativo o


adjetiva, c, y rige la causal d, de la cual, a su vez, depende la completiva e. .
2.10.1.2. La Frase Nominal sujeto está integrada por los siguientes
elementos: .
Intento es el núcleo, precedido del actualizador cualquier, que es aquí un
cuantificador, y seguido de una frase preposicional compleja, como
complemento determinativo. La preposición introductoria es por, otro ejemplo
de la posibilidad de construir estos determinativos con preposiciones distintas,
no sólo con de. El núcleo de esta nueva frase es el infinitivo transitivo descifrar,
cuyo objeto directo es la Frase Nominal siguiente, constituida por el núcleo
reglas, el modificador adjetivo anormales y toda la suboración de relativo c.
2.10.1.2. La Frase Predicativa consta de la perífrasis puede parecer (con
poder como auxiliar, igual que en a, lo que refuerza la posibilidad de anglicismo
sintáctico coadyuvante). Al ser parecer un verbo semicopulativo, el sustantivo
desvarío es un complemento predicativo referido al sujeto a través de este índice
verbal; la pronominalización con lo es común al implemento y al predicado
nominal o complementos predicativos, parecer es un verbo intransitivo que no
admite pasiva.
2.10.1.3. La adjetiva c es mucho más sencilla. Que es el sujeto, cuyo
antecedente es reglas; dirigen es un verbo transitivo, implementado por
crecimiento, modificado por el complemento determinativo de una célula
cancerosa. Es enunciativa, afirmativa, transitiva. ^ ^
2.10.1.4. La suboración d es una casual, enunciativa, negativa, ac
tiva y transitiva. El nexo dado que es una gramaticalización de un participio + un
que fósil, que puede remontar a un relativo, es decir, de un participio absoluto
que regía una completiva (la cual puede remontarse a una adjetiva). En
castellano esta construcción gramaticalizada como perífrasis conjuntiva, que
introduce aquí una causal, equivale, pues, a porque. El sujeto es el pronombre
nadie, cuantificador universal negativo referido a personas, siempre término
primario, núcleo. Su peculiaridad sintáctica es que, pospuesto, exige la aparición
del adverbio de negación ante el verbo: «dado que no sabe nadie todavía». En
cuanto a todavía, es un aditamento, que expresa una' circunstancia temporal. El
implemento de de se. .
2.10.1.5. Por último, tenemos e, interrogativa indirecta, activa y transitiva,
con un matiz semántico modal. Sintácticamente es el implemento de d, es una
completiva de Objeto Directo. Su sujeto es una célula normal, con núcleo en el
sustantivo célula; controlar es un verbo transitivo, implementado por su
crecimiento (la pronominalización daría «cómo ella lo controla»).

II
Sustantivos abstractos en el texto
2.10.2. Los sustantivos abstractos se refieren a objetos que sólo tienen
independencia mental, o que se piensan sólo con independencia mental. Se
oponen a los concretos, y se dividen en dos grupos, divididos a su vez en otros
dos:
TEXTOS CIENTIFICOS 59

Abstractos

numerales indefinidos de fenómeno de cualidad

De los cuantitativos, son más concretos los numerales (par, docena, que no
se deben confundir con uno, dos) y menos concretos los indefinidos (montón,
puñado, que tampoco deben confundirse con los pronombres indefinidos). Los
abstractos de fenómeno proceden de verbos, y son fundamentales en el léxico
científico (abundancia, de abundar; crecimiento, de crecer). Los de cualidad
proceden de adjetivos (belleza, de bello; malicia, de malo).
2.10.2.1. En el texto se distribuyen de este modo:
Los de fenómeno, junto con el verbo de donde proceden17, son:
crecimiento, de crecer
desvarío, de desvariar
intento, de intentar
regla, de regular, reglar
historia, de historiar
caso, de caer
estudio, de estudiar
proceso, de proceder
vida, de vivir
descubrimiento, de descubrir
ejemplo, de eximir
investigación, de investigar
esbozo, de esbozar
suceso, de suceder.

Los de cualidad son mucho más escasos: anomalía, de anómalo, es claro; no lo


es tanto biología, porque biólogo ha pasado a sustantivo, y para el adjetivo
tenemos un derivado, biológico.

III
Valores de “un, una"

2.10.3. Ya hemos tenido ocasión de decir que un, como artículo, es un


actualizador vacío, sin sustancia semántica, y que realiza un tipo
dé actualización no identificadora. Uno, una pueden ser también pronombres
indefinidos, o nombres del número que designa la unidad. Como artículo, el
plural de un es cero, pues basta la mera cuantifica- ción del número plural para

17 Para expresar el verbo de donde proceden usamos el resultado castellano del verbo latino.
Así, caso no procede realmente del verbo caer, ni ejemplo de eximir, por poner los dos más
llamativos: las palabras latinas de las que proceden son las que, por su parte, proceden de los
verbos latinos que han originado los castellanos caer y eximir.
60 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

actualizar el sustantivo.
2.10.3.1. Rafael Lapesa (en el primero de los trabajos recogidos en el citado
en nota 6 , supra) ha puntualizado acertadamente las razones por las que un, una
debe ser considerado artículo, frente a las opiniones de Amado Alonso, primero,
y Emilio Alarcos, después. Puesto que varias gramáticas elementales han
procedido, sin más, a suprimir un de la serie de artículos, introduciendo un
desconcierto lamentable, nos parece obligado detenernos en ello. El argumento
basado en el silencio de los gramáticos antes de Port Royal no sólo es inoperante,
ni siquiera es cierto. Me comunica amistosamente el doctor Manuel Taboada, de
la Universidad de Santiago de Compostela, que Correas, no en el Arte Gran- de,
como hemos dicho todos, sino en el pequeño, habla de artículo indefinido, en los
términos y con el desarrollo que M. Taboada expondrá en publicación próxima.
Esto puede hacer innecesario el argumento de qm los gramáticos ingleses, poco
conocidos en España, distinguían ya su artículo a/an de su numeral one. Que el
sea átono y un tónico no significa gran cosa, pues es frecuente el testimonio
histórico de cambios de formas átonas a tónicas y viceversa, en lo que coincide la
geografía dialectal española, que muestra, por ejemplo, cómo los llamados
«pronombres átonos» son tónicos en muchos lugares. En su relación con otros
actualizadores, otro de los argumentos esgrimidos, coinciden el y un en su
incompatibilidad con los indefinidos algun(o), ningun(o) o, en la lengua
moderna, con el posesivo antepuesto. El y un son mutuamente incompatibles, lo
cual puede interpretarse por su estrecha afinidad (como la de un y algún, también
incompatibles) y no por contradicción, aunque el, la y un, una, como miembros
de una oposición bilateral, son contradictorios entre sí. Es importante considerar
que, mientras el indefinido uno puede ser núcleo de una frase nominal que imple-
mente a un verbo transitivo, el artículo no puede ocupar esa posición: no
podemos decir leyó el ni leyó un, en vez de leyó el libro / un libro, tampoco es
equivalente leyó uno, porque ese uno no corresponde al determinante de la frase
un libro, sino a un cuantitativo, numeral o indefinido. La función de un no es
cuantitativa, y tampoco consiste en indicar la especie de un sustantivo.
2.10.3.2. En el texto tenemos una célula normal, una célula cancerosa, un
esbozo y un tumor. En las cuatro ocasiones se trata de artículos, dos femeninos y
dos masculinos. No se trata de numerales, porque la actualización de los
sustantivos a los que acompañan no es cuantificadora (un, una no se oponen a
dos, tres, etc.) y no se trata de indefinidos, porque el actualizador carece aquí de
sustancia semántica. Al poner los ejemplos en plural, las formas
correspondientes carecen de artículo o llevan el artículo las: son imposibles, sin
cambio de sentido, indefinidos como cualesquiera o algunos, en vez de un, -a.
TEXTOS CIENTIFICOS 61

IV
Los tiempos verbales del texto

2.10.4. En los párrafos 2.2.1, 2.5.1 y 2.7.4 hemos tenido ocasión de


desarrollar algunos puntos teóricos referidos al empleo de los tiempos verbales
en los textos científicos. En este texto, se dividen en dos grupos, los presentes,
podemos, sabe, controla, puede, dirigen, reseña, venimos, inducen, y los
antepresentes, ha arrojado, han aportado, han podido. Todo el marco temporal
de referencia es el presente, que en controla, dirigen e inducen es el presente
científico atemporal, para afirmaciones independientes del tiempo, que se
cumplen en cualquier época. Todos los tiempos son, asimismo, tiempos del
comentario, de manera que la narración queda excluida del fragmento, en el
cual toda referencia al pasado debe hacerse por medio de un tiempo relativo al
presente, como es el antepresente. Nótese, por otro lado, que las formas como
ha arrojado y sus dos compañeras no implican aspecto perfectivo, sino sólo
referencia temporal a un tiempo que es anterior al presente: el estudio de las
anomalías sigue arrojando luz, los descubrimientos siguen aportando, y los
estudiosos siguen vislumbrando. Basta sustituir estas formas por arrojaron,
aportaron y siguieron para que cualquier usuario del sistema verbal estándar en
la Península vea la diferencia tajante que los separa, precisamente en la
consideración de la acción como terminada, en los últimos ejemplos, los de
pretérito. El texto se ajusta, en consecuencia, a los esquemas típicos de la
distribución de tiempos verbales en un texto científico, desde una perspectiva de
presente.

OPCIÓN B

I
Valores de “que” en el texto

2.10.5. La forma que, en español, puede recibir los siguientes valores:

— Relativo: que dirigen el crecimiento, sujeto. en los que el estudió... ha


arrojado luz, aditamento de lo que venimos diciendo, complemento
determinativo de ejemplo. que inducen, sujeto
62 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

£1 texto sólo ofrece ejemplos de que relativo, en tres funciones distintas.


Además, que forma parte de la locución conjuntiva, dado que, grama- ticalizado
en español actual, como señalamos en 2.10.1. Otros valores de que, sin
ejemplos en este texto, son:
conjunción copulativa: dale que dale
conjunción disyuntiva: quieras que no
conjunción adversativa: yo me le abrazaré, que no tú
— conjunción concesiva: el cartapacio suplico a vuestra merced que se
compre por un ojo que sea de la cara
— conjunción causal: no se lo dije, que no quería disgustarlo
— conjunción final: levántate que te vean
— conjunción consecutiva: salimos tan tarde que no llegamos a tiempo
conjunción comparativa: es más alto que tú
— 'que' narrativo: que de noche lo mataron...
'que' completivo: dile que venga
— 'que' exhortativo: variante del completivo, con elipsis del verbo que
implementa, que te vayas, que pase.

II
La adjetivación en el texto
2.10.6. En el párrafo 2.6.1 expusimos la clasificación y la teoría genera]
que concierne a esta pregunta. En este texto nos encontramos con los adjetivos
calificativos siguientes:
cancerosa, normal, anormal, recientes, clamoroso, difuso
Lo primero que llama la atención es su escasez, si bien es cierto que es más
escasez de tipos que de usos, ya que algunos, como normal y cancerosa, se
repiten en el texto. Todos ellos ocupan en la frase un lugar neutro, no relevado:
así, recientes, que es un cuasideterminativo, va antepuesto, y los demás,
pospuestos. Todos ellos son especificativos. Por su función son todos
atributivos, se refieren directamente al sustantivo que modifican, y por su
significado se dividen en
valorativo:
clamoroso,
descriptivo: difuso,
de relación: canceroso, normal, anormal,
cuasideterminativo: recientes.
Cabría entender, y sería aceptable, que difuso está usado con alteración de su
TEXTOS CIENTIFICOS 63

significado propio, como valorativo, al igual que clamoroso, que también


registra un uso con desviación semántica.

III
Modalidad enunciativa y modalidad Interrogativa
2.10.7. Una de las soluciones aceptables para el planteamiento de la
oración es considerar que toda oración simple está integrada por dos elementos
constituyentes, una proposición y una modalidad. Entende-
64 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

mos por proposición, en este caso, la estructura propiamente gramatical,


sintáctica, o semantosintáctica, mientras que la modalidad sería un componente
más amplio, que aseguraría la expresión lingüística de la actitud del hablante
hacia la proposición. Así tendríamos una modalidad objetiva, enunciativa, en la
que el hablante constata lo que se expresa en la proposición, afirmándolo o
negándolo (afirmativa o negativa), una interrogativa, en la que se pregunta sobre
la proposición (total), o sobre un elemento de la misma (parcial), una imperativa,
que pertenece a la función apelativa, más que representativa, a la que corresponde
el mandato, y otra optativa o desiderativa, a la que corresponde el deseo. Todas
ellas se manifiestan en la entonación, con las correspondientes curvas distintas.
También, de modo que varía según las distintas lenguas, hay distintos
procedimientos gramaticales para expresar la modalidad: partículas, como los
adverbios de frase en español (afirmación, negación, duda, deseo), los distintos
modos verbales de lenguas muy ricas en flexión, como el griego y el antiguo
indio, o los diferentes morfemas independientes, como en chino.
2.10.7.1. En el texto predomina la modalidad enunciativa, que es, en general
también, afirmativa, aunque en un caso, el de nadie sabe, la enunciativa es
negativa, como tuvimos ocasión de señalar en 2.10.1. En dos casos hay
modalidad interrogativa; en uno de ellos es directa y total, por lo que la hemos
llamado «pregunta de sí o no»: «¿Podemos líegar a entender la célula
cancerosa?», y en otro es indirecta y parcial, «cómo controla su crecimiento...».
En el segundo caso, a diferencia del primero, la pregunta no se responde con un
simple sí o un simple no, sino mediante la explicación del control del crecimiento
de una célula normal.
2.10.7.2. Como veremos al ocuparnos de la última pregunta, en 2.10.8, esta
distribución de la modalidad en el texto está ligada a la presencia de distintas
funciones del lenguaje. Todo el fragmento arranca de una pregunta, la
interrogación inicial, total, a la que, como va hemos avanzado, no se contesta
realmente: la respuesta que se deduce del texto es algo así como «ahora no, pero
mañana tal vez sí». Este uso de la modalidad interrogativa es claramente
didáctico y conviene especialmente a los textos científicos y técnicos expositivos
y de enseñanza o divulgación, matiza el tipo de texto; es un recurso dialéctico
para mantener la comunicación con el lector, interesándolo más directamente en
lo que se dice.

IV
Funciones del lenguaje

2.10.8. Al preguntarnos qué hacemos con el lenguaje o «para qué sirve» el


lenguaje estamos preguntándonos por las funciones del mismo. Esta pregunta es
fundamental, porque el lenguaje tendrá que tener ciertos rasgos, según las
funciones que le competan: si necesitamos un coche de carreras, no nos sirve un
utilitario de dos cilindros, del mismo modo que para el tránsito ciudadano, para el
que los dos cilindros bastan, nos sobra mucho con un fórmula uno. Ahora bien,
del mismo modo que lo que caracteriza a un automóvil, funcionalmente, es decir,
lo que le hace funcionar, es una serie de elementos mecánicos que componen su
estructura (motor, transmisión, ruedas), en el lenguaje también hay una serie de
TEXTOS CIENTIFICOS 65

elementos estructurales (fonemas, tonemas, morfemas, sintagmas, oraciones)


constitutivos, e internos. Mediante estos elementos el lenguaje funciona; como
estos elementos son internos, esta función es interna. El lenguaje sirve también
para referirse a un mundo externo, de manera que lo utilizamos para expresar ese
mundo exterior: cuando hay adecuación entre la expresión lingüística y el mundo
exterior hablamos de verdad, y cuando no la hay lo hacemos de falsedad; la
verdad y la falsedad, como'condiciones veritativas, positiva y negativa,
respectivamente, se refieren al mundo exterior, son condiciones externas, su
expresión es una función externa del lenguaje. En lo que sigue hablaremos de las
funciones internas del lenguaje, estructurales, lingüísticas, y no nos ocuparemos
de las funciones externas, que son funciones lógicas. Conviene advertir que
algunos autores, como García Calvo, al hablar de la función declarativa, la
llaman lógica; esta terminología es inadecuada, porque no es una función externa,
sino de categorización conceptual, que corresponde a la representativa que ahora
veremos, siendo, por ello, lingüística.
2.10.8.1. Desde este punto de vista, hay tres funciones primarias, que
arrancan de la construcción de un modelo, de un órganon, en el que el fenómeno
acústico concreto (desde el punto de vista del emisor y del receptor) se eleva a la
categoría de signo, en la que se combinan la forma de la expresión y la forma del
contenido, en función de tres tipos de relaciones: la que mantiene con objetos y
relaciones, en virtud de la cual es símbolo o representación, la que mantiene con
el receptor, en virtud de la cual es llamada o apelación, y la que mantiene con el
emisor, por la cual es síntoma, indicio o expresión. Los términos «expresión»,
«apelación» y «representación» sustituyen con ventaja a los que Karl Bühler
había empleado en 1918 al formular esta teoría. Las tres primeras funciones, en
consecuencia, serán la expresiva, o manifestación del emisor, la apelativa, o
repercusión en el receptor, y la representativa, o representación del objeto.
2.10.8.2. Para la primera función, la expresiva o de síntoma, no es preciso el
interlocutor. Se trata de la manifestación de algo interno del emisor: dolor,
sorpresa, alegría o simple presencia. Esta expresión de sensaciones primarias
puede realizarse por diversos procedimientos lingüísticos, como interjecciones,
tacos, frases exclamativas sin representación conceptual (aquí tendría interés
judicial el análisis de algunas supuestas blasfemias, que se dicen sin intención
ofensiva alguna), y ciertos procedimientos sintagmáticos, como el orden o
distribución de los componentes oracionales, la entonación, o la alteración de
elementos fónicos en el conjunto (erres excesivamente vibrantes, o guturales,
etc.)
2.10.8.3. Por la segunda función, la apelativa o conativa, se busca el
receptor, y no la simple expresión de sensaciones o sentimientos del emisor. El
vocativo y el imperativo son las expresiones gramaticales de esta segunda
función, en la frase nominal y en la verbal, respectivamente. Con ellos van las
fórmulas asimilables, como el subjuntivo hortativo, 'el infinitivo de mandato o
prohibición (entrar, no fumar), la negación del futuro o el propio futuro
afirmativo, con intención exhortativa, la perífrasis de infinitivo con la preposición
a (a callar), o la entonación.
2.10.8.4. Mientras queCIENTÍFICOS
TEXTOS la función apelativa busca un interlocutor,
66 pero no
exige una reacción lingüística al estímulo lingüístico (la respuesta a no fumar
puede ser sólo el hecho físico de la abstención, o de apagar un cigarrillo), la
tercera función, la representativa o simbólica exige la reacción lingüística del
interlocutor, por lo que supone que emisor y receptor comparten un código
común, en el que se categoriza el mundo objetivado de forma mutuamente
inteligible. Al permitir la comunicación objetiva, esta función provoca
sensaciones y reacciones lingüísticas: es lá de la conversación ordinaria, del
intercambio lingüístico habitual, la que permite distribuir el tiempo en presente,
pasado y futuro, o distinguir los modos, o los órganos, o un morfema de otro por
la diferencia de uno o varios fonemas: intervienen todos los procedimientos de la
lengua.
2.10.8.5. Si desarrollamos estas tres funciones, hacia el objeto referido,
hacia el receptor o hacia el emisor, tenemos tres funciones secundarias,
postuladas por Román Jakobson, desde la consideración de que en tomo al
mensaje se relacionan cuatro elementos: emisor, receptor, asunto y código.
Haciendo intervenir el asunto abrimos una puerta a las funciones externas, por lo
que se puede discutir la consideración lingüística de lo relacionado con él. En
cualquier caso, en un planteamiento pedagógico, resulta imprescindible incluir
las tres funciones secundarias, que^ se refieren al canal de transmisión de la
comunicación, al propió código o hasta el mensaje como tal, y son funciones
analíticas, que suponen la representativa.
2.10.8.6. La primera de ellas es la función fótica o de contacto, refe* rida al
canal de comunicación entre emisor y receptor. Con ella se verifica si la
comunicación se está desarrollando, si hay canal, se comprueba que la
comunicación no se ha roto. Corresponde a expresiones lingüisticas muy
variadas, que van desde los humm del teléfono, o los ejem con los que nos
hacemos notar a otras personas en el proceso comunicativo, a las preguntas
introducidas por motivos de transmisión, las conversaciones cuyo objeto es
simplemente mantener el canal abierto, o llamar la atención del receptor hacia ese
canal.
2.10.8.7. En la quinta función empleamos medios lingüísticos para hablar
del código. Es la función metalingüística (vid. 2.1.3 ), estrictamente analítica. La
empleamos para aclarar o pedir aclaración sobre el significado o la función de un
elemento del código: «no sé qué significa bazuqueo», «el sujeto es nosotros», «en
es una preposición», «bibliografía es un compuesto de origen griego».
2.10.8.8. Cuando enfocamos el mensaje como tal hacemos uso de lá función
poética, añadida por Jan Mukarovsky en 1936. En. ella lo fundamental es el
lenguaje en sí, como mensaje, con su centro en sí mismo, con la tendencia a la
motivación de la relación entre expresión y contenido en cada signo, para lo cual
se potencian.una serie de elementos que están ahí, pero que se desatienden en la
normal relación entre formas de todo signo lingüístico, se trata de elementos de
sustancia, que pasan a ocupar un lugar fundamental, como las repeticiones de
sonidos (aliteraciones), las semejanzas (ecos). Esta función, que culmina en la
obra literaria, en la que existe una finalidad de belleza y Una potenciación
máxima de estos recursos, con el desarrollo de las dos técnicas características, la
de combinación y la de selección, no está ausente del lenguaje ordinario, donde
apreciamos favorable o desfavorablemente la combinación de fonemas que
TEXTOS CIENTIFICOS 67

constituyen, por ejemplo, un nombre propio, o la selección de un nombre entre


otros, al nacer un niño, o poner nombre a un barco, un parque, o crear un eslogan
publicitario. •
2.10.8.9. El texto se inicia con una interrogación, dirigida al receptor, lo
que supone una función apelativa. Mas, como esta pregunta no arrastra una
respuesta efectiva, pues ya dijimos que se trata de una pregunta de sí o no,
adverbios que no aparecen como respuesta por ninguna parte, hemos de pensar,
atinadamente, que se trata de una pregunta cuya función principal es el
mantenimiento de la disposición del canal de comunicación, algo así como
preguntar al lector si todavía sigue ahí. La función predominante es la
representativa, pues el texto es, fundamentalmente, una exposición razonada
sobre un obieto, la célula cancerosa. Podríamos añadir, finalmente, que se puede
atisbar la función poética en la alternancia entre interrogativa directa al principio
e indirecta con cómo, y en la selección léxica, con intención de evitar, en lo
posible, el lenguaje abstruso de la ciencia: desvarío, clamoroso, podrían ser
muestras léxicas de esta intención.
2.10.8.10. La combinación de estos rasgos supone, claramente, la
confirmación del carácter científico del texto, dentro de la parcela de la
divulgación: los caracteres excesivamente rígidos v secos del lenguaje de la
ciencia se suavizan y difuminan con la aparición minoritaria de otros elementos,
tanto generales, en las diversas funciones del lenguaje, como particulares, en la
variada selección de constituyentes.

TEXTO 4

2.11.
Se supone con excesiva facilidad que las consecuencias fisiológicas
y sociales del uso de la cocaína son proporcionadas a su popularidad y a
su importancia económica. En realidad, las implicaciones médicas y
psicológicas del uso ocasional o prolongado de la cocaína sólo se han
empezado a determinar recientemente. En 1975, el Instituto Nacional
para el estudio del Abuso de la Droga dio comienzo a un proyecto de
investigación con miras a definir los efectos farmacológicos de la
cocaína en el ser humano. Desde entonces, numerosos investigadores
se han ocupado de los varios aspectos y campos científicos
relacionados con la cocaína, incluyendo una detallada descripción de
los efectos de la droga en el hombre.

Opción A
1. Análisis sintáctico desde el principio hasta económica (lín. 3).
2. Comentar, desde el punto de vista de la norma, desde el principio hasta
recientemente (lín. 6 ).
3. Las palabras de origen griego (helenismos) y su importancia en el
vocabulario científico, con relación al texto.
68 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

4. Los adverbios en el texto. Tipos y funciones.

Opción B
1. Análisis sintáctico desde En realidad (lín. 3) hasta recientemente Clin. 5).
2. La adjetivación en el texto: colocación y valor semántico.
3. La formación de palabras en el texto, procedimientos que se emplean.
4. Caracterización del texto como muestra del lenguaje científico encaminado a
la divulgación.

OPCIÓN A

I
Análisis sintáctico

Se supone con excesiva facilidad que las consecuencias fisiológicas


y sociales del uso de la cocaína son proporcionadas a su popularidad y a
su importancia económica.
2.11.1. La estructura de este párrafo es mucho más sencilla de lo que su
apariencia hace suponer; dos componentes oracionales, enunciativos y
afirmativos:
— Sujeto: la completiva introducida por que, la cual se prolonga hasta el
final, tiene la función de sujeto de supone.
— Predicado: el verbo supone va .. jompañado de un se que expresa el
rasgo de medialidad (es decir, participación del sujeto como actor y
paciente de la situación verbal) en la forma de una pasiva refleja
impersonal, en la que el agente de la suposición se difumina en la
expresión mediante ese se (cfr. 2.12.1). Con excesiva facilidad es un
aditamento que expresa una circunstancia modal.
2.11.1.1. Estas construcciones presentan el enrevesado problema didáctico
de la determinación del sujeto. En nuestro ejemplo, basta con suprimir la
estructura oracional de la completiva —eliminando el que y el verbo son— para
comprobar que es inmediata la necesidad de poner en plural el verbo suponer:
«las consecuencias fisiológicas... se suponen», lo cual indica el carácter de sujeto
que hemos asignado a la completiva.
2.11.1.2. La completiva, por su parte, tiene la siguiente estructura:
— Sujeto: las consecuencias, modificado por la coordinación fisiológicas
y sociales y el complemento determinativo del uso, rector, a su vez, de
otro sintagma preposicional del mismo tipo. de la cocaína.
— Verbo copulativo: son.
— Predicado nominal: proporcionadas, que rige, a su vez, dos com-
plementos determinativos, introducidos por la preposición a, como
TEXTOS CIENTIFICOS 69

complementos del adjetivo, y mutuamente coordinados, a su


popularidad y a su importancia económica. El carácter de adjetivo de
proporcionadas se comprueba al intercambiarlo con otro adjetivo
inequívoco, por ejemplo, con proporcionales, en esa frase.

II
Observaciones normativas

2.11.2. Como tuvimos ocasión de comentar en la caracterización general de


los textos científicos, en éstos es fácil que nos encontremos con ejemplos de prosa
de excelente calidad; pero también, como consecuencia de las malas
traducciones, podemos encontrarnos con ejemplos en los que se bordea
peligrosamente la frontera de la norma.
2.11.2.1. El fragmento seleccionado, aparentemente, no presenta grandes
faltas contra esta norma. Empezando por la puntuación, podrían ponerse comas
antes y después de «con excesiva facilidad». La sintaxis, en cambio, es un espejo
fiel del original, seguramente escrito en inglés (o pensado de acuerdo con los
moldes de la sintaxis inglesa. Aunque carece de anglicismos flagrantes, se
observa un uso desproporcionado de construcciones que también existen en
español, si bien no de modo tan abundante, o tan concentrado en unas pocas líneas
(cfr. 2.8.3, supra). En este sentido tendríamos que señalar el aumento de ser, a
costa de estar, como consecuencia de la traducción demasiado simple del verbo
copulativo inglés: en lugar de son proporcionadas podríamos decir están
proporcionadas, pues no se trata de algo esencial ni habitual, sino de una
suposición que, según se desprende del párrafo, no parece acertada. Es discutible,
por supuesto, esta precisión, que hacemos para llamar la atención sobre esas
alteraciones de nuestra sintaxis, aparentemente leves, tras las cuales puede
esconderse una importante evolución del uso. (Para los adjetivos, cfr. 2 .11 .6 .)
2.11.2.2. Mayor interés tiene el empleo de la pasiva refleja con se, en dos
ocasiones, para expresar impersonalidad en ambas: se supone y se han empezado
a determinar — han empezado a determinarse. Se trata también de
construcciones españolas; sin embargo, su concentración, junto con el carácter de
impersonalidad, más la complejidad que supone la perífrasis con el infinitivo, en
el segundo caso, nos hacen pensar más en la abundante pasiva inglesa. Es una
muestra más del crecimiento de construcciones autóctonas como consecuencia
del influjo exógeno. Por último, el adverbio sólo es expletivo en español, y
corresponde a una traducción literal del inglés just, muy probablemente. Lo
mismo parece poder decirse del aditamento en realidad, también posible
traducción de in fací o really. En cuanto al léxico, implicación es una traducción
evidente de implication, que, de verdad, significa «complicación»; como
consecuencia del uso inglés, el cultismo español implicación ha adquirido una
nueva acepción, ya muy frecuente.

III
70 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

Los helenismos

2.11.3. En un apartado anterior (2.6.3) presentamos los helenismos y


señalamos su importancia en este léxico científico, desde un punto de vista
teórico en general. Posteriormente (2.8.3), tuvimos ocasión de precisar cómo
muchos de ellos se han introducido en español por medio de otras lenguas
modernas, de manera que el helenismo sería el étimo remoto, último, mientras
que el étimo inmediato sería la palabra inglesa o francesa (o de otra lengua
moderna, claro está). Nos limitaremos aquí, para no repetir lo ya dicho, a la lista
de helenismos, con indicación de algunas de sus peculiaridades lexicológicas,
sobre las que volveremos en 2.11.7.
2.11.3.1. Fisiológicas, económicas, psicológicas y farmacológicas son los
cuatro helenismos del texto. Son cuatro adjetivos formados con el sufijo culto
-ico, agregado a un compuesto, en cada uno de los casos. El esquema léxico es, en
todos ellos, morfema léxico 4 - morfema léxico + morfema derivativo + morfemas
gramaticales, expresado todo por los morfos correspondientes, p. ej.: psico + lóg
+ ic 4- o 4 * s.
2.11.3.2. Podríamos añadir a ello el uso de un sufijo de este tipo en cocaína,
cuya base léxica, coca, no es griega, sino que procede del quechua peruano.

IV
Los adverbios

2.11.4. Esta categoría morfológica, a la que los griegos llamaban «adición al


verbo» y también «receptáculo universal», ha sido, tradicionalmente, el cajón de
sastre donde entraban todas las formas invariables que no eran ni preposiciones ni
conjunciones, es decir, simples nexos. Sin embargo, aunque categoría
«invariable», ciertos adverbios tienen algunas peculiaridades morfológicas que
impiden considerar esta invariabilidad del mismo modo que la de preposiciones y
conjunciones. Funcionalmente, se ha dicho que son modificadores de otros
modificadores (adjetivo y verbo), términos terciarios, en la teoría de los rangos
de Jespersen, lo cual tampoco es del todo exacto. En cuanto a la semántica, por
último, los hay de significación plena o de significación vacía, meramente
referencial y anafórica. .
2.11.4.1. Según Serge Karcevskij, es un determinante de marca cero; no
tiene ni rección ni concordancia. Para convertirse en adverbio, una palabra pierde
los valores formales propios de la categoría nominal a la que pertenecía antes, o
los de la categoría verbal, en el caso de lenguas que pueden formar adverbios a
partir de verbos. Aunque esta caracterización formal de Karcevskij sea negativa,
el adverbio es una palabra com- pleía: «En su estructura asocia dos tipos de
valores, el semántico y el formal (negativos), por lo que se distingue de las
palabras incompletas o partículas (preposiciones, conjunciones, partículas
propiamente dichas e interjecciones)». Funcionalmente, la condición de
modificador de modificadores, o de dependiente de otros dependientes, no es
admitida como definitoria por la crítica actual. Podemos decir que hoy se piensa
más que su función es una incidencia a una relación, más precisamente, a la
relación que existe entre el predicado y cualquiera de sus argumentos. Para
TEXTOS CIENTIFICOS 71

autores como Ángel López García, en su Semántica Dinámica, lo ca-


racterísticamente adverbial es la interferencia del adverbio en la relación entre
dos elementos oracionales, uno de los cuales es la expresión del predicado, es
decir, el verbo, el adverbio no se refiere al sujeto, al verbo o a los distintos
complementos, sino a las relaciones que existen entre ellos.
2.11.4.2. La categoría «adverbio» tiene una compleja relación con la que
Emilio Alarcos Llorach ha llamado aditamento. Para este autor, los adverbios son
signos mínimos, autónomos, con función de aditamento, lo cual implica, desde
luego, que sólo una parte de los adverbios tradicionales encaja en esta nueva
categoría adverbial, más restringida y precisa: «Clases de signos o sintagmas
autónomos nominales, caracterizados por funcionar como aditamento y presentar
inmovilidad genérica y numérica (frente a los otros nombres)». Esto quiere decir
que el adverbio es un nombre con función exclusiva y específica, inmovilizado en
género y número. La función de aditamento es desempeñada por «términos
marginales al predicado, al cual encuadran o matizan», que se caracterizan por
tres rasgos:
a) En caso de supresión no tiene que dejar restos pronominales en la oración, a
diferencia de lo que ocurre con los suplementos (2.Ó.2.4): en hablaban de tu
libro, de tu libro es un suplemento, que debe dejar un resto pronominal: de él,
mientras que en vinieron de Sevilla, de Sevilla es un aditamento suprimible, sin
que precise dejar como resto un pronombre: no se dice vinieron de ella, sino un
adverbio, vinieron de allí, opcional y no imprescindible.
b) Pueden aparecer varios en la misma oración, lo que no ocurre ni con el
complemento, ni con el suplemento o el implemento, sin necesidad de
coordinación: Esta mañana (1) vinieron de Sevilla (2) con la abuela (3).
c) Tienen una gran movilidad de orden en el interior de la oración: Vinieron
esta mañana con la abuela de Sevilla; de Sevilla vinieron...
2.11.4.3. En su relación con la sustancia semántica, podemos dividirlos en
dos grandes grupos:
a) Situacionales. Encuadran do enunciado, situándolo en las dos grandes
esferas de lugar y tiempo.
b) Nocionales. Estos pueden dividirse en dos subgrupos, según afecten al
núcleo del predicado, al de algún elemento (matices de modo o cantidad), o
se refieran a toda la oración, expresando conformidad de lo enunciado con la
realidad, con uno de estos tres valores posibles, afirmación, negación o
duda. Estos tres últimos tienen peculiaridades, en lo que se refiere a la
expresión de la modalidad, señalada en 2.10.7.
2.11.4.4. En el texto aparecen los adverbios sólo, recientemente y entonces.
El primero es nocional de modo, los otros dos son situaciona- les de tiempo.
Formalmente, sólo es uno de los llamados adverbios cortos, es decir, un adjetivo
fosilizado en forma masculina, distinguido gráficamente por el acento, en este
caso. Entonces nos muestra la compatibilidad del adverbio con la preposición
desde, que puede acompañar a los aditamentos. Recientemente es un situacional
de tiempo formado sobre las pautas de los modales (lo que explica la convivencia
en la norma hispánica con recién, adverbio corto evolucionado). Los tres tienen
72 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

función de aditamento, al igual que una serie de frases preposionales, como con
excesiva facilidadt o en realidad.

OPCIÓN B
I
Análisis sintáctico
En realidad, las implicaciones médicas y psicológicas del uso
ocasional o prolongado de la cocaína, sólo se han empezado a
determinar recientemente.
2.11.5. Se trata de una oración enunciativa afirmativa. Lo más interesante es
el núcleo del predicado, se han empezado a determinar; se trata de una perífrasis
incoativa (indicadora de comienzo de acción), formada por empezar a (el
auxiliar) + infinitivo. La peculiaridad es que el se da al infinitivo un valor
medio-pasivo, propio de la pasiva refleja (cfr. 2 .11 .1 ), junto con un carácter de
impersonalidad, pues no se nos dice expresamente cuál es el sujeto real, el agente,
de la situación verbal expresada por determinar. El sujeto funcional, es decir, el
sujeto paciente de la pasiva refleja, sí está expreso, y consta de una gran cantidad
de elementos en torno al núcleo implicaciones; las es el determinante, medicas y
psicológicas, en coordinación copulativa expresada por y, son sus modificadores
directos, uso es el núcleo del sintagma prepositivo, que actúa como complemento
determinativo del sujeto, y lleva, por su parte, dos adjetivos modificadores, en
coordinación disyuntiva expresada por o, ocasional o prolongado, así como un
nuevo complemento determinativo, de la cocaína. En realidad, sólo y
recientemente, tienen función de aditamento (cfr. 2.11.4.2).

II
La adjetivación
2.11.6. Esta pregunta se refiere a los adjetivos como modificadores en la
frase nominal, por lo que no nos extenderemos sobre su uso predicativo, como
predicado nominal (proporcionadas). La teoría pertinente ha sido expuesta en
2 .6 .1 ., por lo que pasaremos a la enumeración y clasificación de los calificativos
atributivos.
2.11.6.1. La adjetivación del texto es muy abundante: incluyendo el
participio relacionados tenemos dieciséis adjetivos, de los que sólo cuatro van
antepuestos, si bien todos, antepuestos y pospuestos, son especificativos. La
anteposición de numerosos y varios se explica por su carácter de cuantificadores,
cuasi-determinativos, si no queremos considerarlos determinativos sin más.
Excesiva y detallada son valorativos: en su anteposición podemos ver el influjo
adicional del anglicismo, que favorece la anteposición, reforzando esta tendencia
de los valorativos, muy frecuentemente antepuestos en los textos científicos (más
que en los otros textos). De los pospuestos, prolongado es descriptivo, y los
demás son de relación. La presencia de once adjetivos de relación, junto con las
coordinaciones entre adjetivos, contribuyen a la posposición del adjetivo en el
texto, aunque es muy significativo que los valorativos, especificativos, repetimos,
se antepongan.
TEXTOS CIENTIFICOS 73

III
Formación de palabras

2.11.7. El texto tiene una amplia muestra de los dos procedimientos más
usuales de formación de palabras, la derivación (unión de un morfema léxico y un
morfema derivativo, sufijo o prefijo, o varios) y la composición (unión de dos
morfemas léxicos). La composición aparece siempre con un sufijo, es decir, como
composición 4 - derivación, siempre refiriéndonos al texto, por ello hablaremos de
compuestos, en psicológico y similares. La conciencia de compuesto en estas
palabras, por otra parte, es muy relativa, porque no se trata de morfemas léxicos
que tengan una existencia independiente, hasta el punto de que autores como
Manuel Seco hablan de raíces prefijas y sufijas: morfemas como el de psico se-
rían un prefijo más, una raíz prefijo.
2.11.7.1. Se forman sustantivos por sufijación, sobre todo con -idad (tres:
fácil-idad, popul-ar-idad, real-idad) y con -ína (uno: coca-ína). Nótese que
popularidad es un sustantivo formado mediante -idad sobre un adjetivo, el cual, a
su vez, se ha formado con el sufijo -ar sobre un sustantivo. También se forman
sustantivos por prefijación y sufijación, aunque conviene tener en cuenta que la
mayoría de los hablantes debe de haber perdido la conciencia del prefijo en
alguno de estos ejemplos:
con-secue-ncia im-porta-ncia
im-pUca-ción-es m-vestiga-c/ou de-scrip-ción
m-vestiga-dor-es
#2.11.7.2. Se forman adjetivos por composición más sufijación con -ic- en cuatro
casos, fisio-lóg-ic-a-s, eco-nóm-ic-a, psico-lóg-ic-a-s y farmaco- lóg-ic-o-s. Por
derivación se forman con -al (tres: soci-al, ocasión-al y na- cion-a/J, con -ic
(méd-ic-a-s), con -an (hum-aw-o), con -os (numer-os-o-s) y con -ífic
(cient-í/r'o-o-s).
IV
Caracterización
2.11.8. Se nos pide la caracterización del texto como ejemplo o muestra del
discurso científico y, además, encaminado a la divulgación. Lo primero es algo
que hemos ido señalando en los distintos apartados del comentario: en 2 .11.2
señalamos las posibles desviaciones respecto de la norma, en relación con el
anglicismo (2 .8 .3 ) y su presencia más frecuente en un texto científico. En 2.11.3
nos ocupamos de los helenismos, refiriéndonos, igualmente, a su caracterización
como elemento de la jerga científica, remitiéndonos a 2.6.3 y, para la distinción
entre étimo inmediato y étimo remoto, al apartado de anglicismos. En 2.11.6
hemos tenido ocasión de ocuparnos de la adjetivación, para señalar cómo la
posposición y la especificación, así como el predominio absoluto de los adjetivos
de relación eran rasgos del lenguaje científico. A partir de los datos de la
formación de palabras, que acabamos de exponer en 2 .11 .7 , podemos apuntar
también una preferencia por procedimientos cultos de formación del léxico, como
el empleo de compuestos griegos de los que se derivan adjetivos con sufijos
cultos, o la abundancia de sufijos cultos para formar derivados, incluso la
74 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

presencia de derivados en -al, como uno de los casos de derivación para los cuales
señalamos posible refuerzo anglicista, en el apartado correspondiente.
2.11.8.1. La segunda parte, es decir, el carácter de divulgación, está
advertido en la pregunta como una ayuda suplementaria al alumno. Con cierta
frecuencia empleamos este medio de ayuda indirecta: precisamos en las
preguntas algún aspecto del texto, con objeto de que el alumno esté preparado
para ver algo más que los caracteres primarios. A propósito del texto anterior, en
2.10.4 y en 2.10.8 señalamos cómo algunos rasgos, como las preguntas fáticas o
las alternancias de tiempos verbales del comentario, hacia el pasado, están en la
línea de los escritos de divulgación. Lo mismo sucede cuando se introducen
elementos narrativos, como el pretérito dio, en nuestro texto. La riqueza de la
adjetivación, especialmente la valorativa y la descriptiva, en un texto científico,
también indica su carácter de divulgación, que contrasta con el rigor y la aridez
del razonamiento científico puro.

TEXTO 5

2.12.
Las serpientes de cascabel no fallan el golpe cuando se lanzan contra
sus, presas, ni siquiera de noche, en que la oscuridad las protege. El
calor, es decir, la radiación infrarroja emitida por la víctima de sangre
caliente, guía el ataque. La radiación es captada por un sistema
extraordinario de que disponen las serpientes de cascabel para «ver» en
una región del espectro electromagnético donde los animales generan su
propia energía radiante.
Los. «ojos» infrarrojos de la serpiente de cascabel son sus fo- setas
termosensibles, un par de cavidades profundas que se abren a los lados
de la cabeza, por debajo y delante de los ojos.

Opción A
1. Análisis sintáctico del segundo párrafo (desde «Los ojos»).
2. Función de los relativos en el texto.
3. Lenguaje científico y tiempo verbal, su reflejo en el texto.
4. Sustantivos abstractos en el texto.

Opción B
1. Análisis sintáctico desde La radiación (lín. 4) hasta radiante (lín. 7).
2. Los adjetivos del texto: colocación y valor semántico. ^
3. Lenguaje apropiado y lenguaje figurado: ¿por qué se ponen comillas en «ver»
y «ojos»? Relación con lengua y metalengua.
4. A la vista de los datos obtenidos, caracterización del texto como texto
científico.
TEXTOS CIENTIFICOS 75

OPCIÓN A

I
Análisis sintáctico

Los «ojos» infrarrojos de la serpiente de cascabel son sus fo- setas


termosensibles, un par de cavidades profundas que se abren a los lados
de la cabeza, por debajo y delante de los ojos.
2.12.1. Puesto que los elementos que aparecen en este texto se han reiterado
en los anteriores, ofrecemos un análisis muy esquemático:
Primera oración: enunciativa, afirmativa, atributiva.
— Sujeto: «los ojos infrarrojos de la serpiente de cascabel».
— Verbo copulativo: son. •
— Predicado nominal: «sus fosetas termosensibles».
El predicado nominal lleva una aposición, un par de cavidades profundas»,
desarrollada en la segunda oración, que ahora veremos. Una aposición es la
modificación de un sustantivo por otro, en este caso, jo- setas por par. Puesto que
hay pausa entre ambos, expresada por coma en la escritura, hablamos de
aposición bimembre.
Segunda oración: adjetiva, de relativo, enunciativa afirmativa.
— Sujeto: que.
Verbo: se abren.
— Aditamentos: 1), a los lados de la cabeza; 2 ), por debajo, y
3) , delante de los ojos.

Hemos señalado la forma pronominal completa, se abren, como expresión


verbal. En 2.11.1 tuvimos ocasión de señalar cómo el uso del se en la pasiva
refleja confería a la situación verbal un tinte de medialidad. Esta medialidad, en
la que el sujeto es agente y paciente de la situación verbal, simultáneamente,
caracteriza estos verbos pronominales de modo completo. Aquí puede hablarse
de un se medio, la expresión de un morfema de medialidad, que acompaña al
verbo para indicar esa doble situación de agente y paciente del sujeto, y para
diferenciar este uso (la puerta se abre) del uso transitivo, no pronominal (la niña
abre la puerta). La definición técnica de este se sería, por tanto, «morfo que
expresa el morfema de medialidad».
2.12.1.1. Los aditamentos 2 y 3, que van coordinados por la conjunción
copulativa y, son los adverbios delante y debajo, regidos por la preposición por,
que no se repite en el segundo miembro, tras la conjunción. Al ir modificados, a
su vez, por la frase prepositiva de los ojos, todo el grupo por debajo y delante de
se convierte en qna locución prepositiva, para que ojos pase a ser aditamento.
Este segundo análisis, que sólo deja dos aditamentos, a los lados y ojos,
respectivamente, aunque sea más sencillo, nos parece demasiado superficial.
2.12.1.2. Una última observación, con la que anticipamos un detalle que
corresponde a 12 .2 .8 , es la presencia del artículo un como introductor de la
aposición de par. Aunque no se trate de una aposición-comentario (cfr. 2.8.2.3),
76 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

ya sabemos que estas construcciones se ven favorecidas por el anglicismo


sintáctico (cfr. 2.8.3.3).

II
Fundón de los relativos en el texto

2.12.2. En el análisis precedente hemos tenido ocasión de señalar la


función de sujeto de que en «que se abren». Este relativo aparece en dos
ocasiones más, como núcleo de las dos frases prepositivas en que y de que, con
función de aditamento (cfr. 2.11.4.2) en el primer caso, y de suplemento, en el
segundo. Estos dos últimos ejemplos nos ofrecen una muestra curiosa de
fosilización notable del relativo, ya que esperaríamos, en ambos casos, la
presencia de la forma el: en la que, del que. Esto indica lo fácil que resulta el paso
al adverbio, el cual aparece dado con la forma de adverbio relativo donde, que
introduce la última oración del primer párrafo, equivalente en el texto de en el
que. También es originariamente relativo cuando, usado en el texto como nexo
conjuntivo, para introducir una temporal, ya sin antecedente. (Para sustituirlo ya
no podríamos decir, p. ej., en el que, sino «en el momento que», explicitando el
antecedente.) Los relativos tienen también la función de nexo, lo que permite
caracterizarlos, como ha hecho Ana M.a Barrenechea, como formas con una doble
función en el contexto.
III
TEXTOS CIENTÍFICOS 77

Lenguaje científico y tiempo verbal

2.12.3. Ya hemos tenido varias ocasiones de discutir las bases teóricas de


esta pregunta, y de ver varias de sus aplicaciones prácticas (cfr.
2.2.1, 2.5.1, 2.7.4, y 2.10.4). Todos los verbos del texto aparecen en presente de
indicativo, muchos son atemporales, fallan, guía, es captada, disponen, generan,
son, se abren, que se refieren a características genéricas, definitorias, del ofidio,
quien dejaría de pertenecer a esa especie si no las poseyera. De hecho, se está
hablando de la serpiente normal, no de casos excepcionales con anomalías
traumáticas, por ejemplo. En otros casos, protege, p. ej., se trata de situaciones
habituales y, por último, el es de es decir corresponde a una fórmula expresiva de
la función metalingüística (cfr. 2.10.8). Sabemos, también, que se trata de
tiempos del comentario (cfr. 2.5.1.2).

IV
Sustantivos abstractos

2.12.4. Al haber sido ya expuesto el planteamiento teórico (2.10.2), nos


limitaremos a la clasificación de los mismos: en par tenemos un ejemplo del
cuantitativo de número, oscuridad, calor, energía y cavidad son abstractos de
cualidad, mientras que los abstractos de fenómeno son radiación, región, ataque,
sistema y espectro. Podría suponerse razonablemente que espectro en el uso
científico (como signo científico, no como signo lingüístico), al tener un
significado concreto (y mensurable) fuera considerado como tal. Cavidad,
originariamente abstracto, está usado en el texto como concreto, al referirse a las
«fosas».

OPCIÓN B

Análisis sintáctico

La radiación es captada por un sistema extraordinario de que


disponen las serpientes de cascabel para «ver» en una región del
espectro electromagnético, donde los animales generan su propia
energía radiante.

2.12.5. Al responder a la segunda pregunta de la opción A (2.12.2) hemos


señalado la función respectiva de los relativos que y donde. Podemos considerar
todas las formas verbales acompañadas de modificadores, o que rigen algún tipo
de complemento, como predicados que llevan sus argumentos y, de este modo,
establecer cuatro estructuras de tipo oracional; la tercera tiene como predicado un
infinitivo, una forma no personal, de modo que, de acuerdo con criterios más
78 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

tradicionales, quien prefiera puede incluirla en la segunda y reducir las oraciones


del texto a tres; nosotros hablaremos de cuatro:
a) «La radiación es captada por un sistema extraordinario». Enunciativa,
afirmativa, pasiva. El sujeto es radiación (paciente), el verbo captar va en
forma pasiva (es captada), por un sistema es el agente de la pasiva. '
b) «de que disponen las serpientes de cascabel» es una relativa, adjetiva, cuyo
antecedente es sistema. Es enunciativa, afirmativa, activa y está usado en
ella el verbo disponer como intransitivo, rigiendo un suplemento, de que,
según su distribución semántica (disponer algo, transitivo, con implemento
/ disponer de algo, intransitivo, con suplemento). «Las serpientes de
cascabel» es el sujeto.
c) «para ver en una región del espectro electromagnético» puede interpretarse
como un aditamento (sentido de finalidad) de disponen, con el mismo sujeto
de éste, lo que permite su construcción en infinitivo. El resto es una frase
prepositiva, con núcleo en región, modificado por el complemento
determinativo con núcleo en espectro, todo ello con función de aditamento
(locativo).
d) «donde los animales generan su propia energía radiante» es un modificador
de región, se trata de una relativa adverbial, enunciativa afirmativa como las
anteriores, activa, transitiva; el sujeto es animales, y el implemento energía,
acompañado de los modificadores radiante y propia.

II
Los adjetivos del texto

2.12.6. También aquí remitimos a un párrafo anterior (2.6.1) para la teoría.


Radiación infrarroja, sangre caliente, sistema extraordinario, espectro
electromagnético, energía radiante, ojos infrarrojos, fosetas ter- mosensibles y
cavidades profundas nos ofrecen, pospuestos, los calificativos del texto, todos
atributivos y especificativos. Además de caliente y profundas podríamos
considerar infrarrojo como descriptivo, y tal vez termosensible, ya que el simple
sensible lo sería. El problema, una vez más, es que el signo científico no es el
lingüístico, por la correspondencia biunívoca que establece entre expresión y
contenido, que hace, por ejemplo, que el «sensible» de termosensible no sea el
«sensible» del lenguaje ordinario. Extraordinario, valorativo en la lengua común,
puede ser aquí simplemente descriptivo, y hasta cuasideterminativo, pues no
significa más que «fuera de lo ordinario», «propio» o «característico».
Electromagnético y radiante pueden considerarse adjetivos de relación. Propia,
modificador de energía, es cuasideterminativo.
III
Lenguaje apropiado y lenguaje figurado

2.12.7. Las reservas expuestas en el párrafo anterior nos permiten suponer


que el lector es consciente de que el comentario de estos textos se ha de basar,
necesariamente, en el doble carácter convencional que implican: por un lado la
convención lingüística, y por otro, además, la científica. Esto hace que su
desarrollo sea un permanenteTEXTOS juego de función representativa (lenguaje79
CIENTÍFICOS

apropiado) y función metalingüística, que recurre, incluso, a la retórica (lenguaje


figurado). Así, de modo figurado, se emplean los signos ver y ojos, cambiando la
relación entre expresión y contenido, alterando éste: los ojos dé los que se habla
son unas fosetas termosensibles, mientras que ver es percibir la radiación
infrarroja. Como ambas cosas se nos definen en el texto, empleando incluso un es
decir expresivamente metalingüístico, sólo podemos suponer que el autor recurre
al lenguaje figurado con objeto de acercar el contenido del texto al lector, de
modo que éste no tenga dificultades adicionales para comprenderlo. Esta
característica es típica de los textos de divulgación, entre los que habremos de
contar al nuestro. Él empleo de las comillas es una convención, para seíialar,
dentro de este tratamiento metalingüístico, que precisamente esos términos se
emplean figuradamente, no con su valor ordinario de discurso. Puede observarse
que las comillas sólo han aparecido en las dos palabras en las que la libertad del
autor ha sido mayor, en las que ha utilizado el recurso retórico de la metáfora, y
que hay otros casos, como el sensibles, que tuvimos ocasión de señalar, en los que
también es perceptible el uso peculiar, monosémico, de la terminología científica.

IV
Caracterización

2.12.8. Todo lo anteriormente expuesto, del mismo modo que en los textos
precedentes, nos permite no sólo caracterizar el texto como científico, sino como
texto científico de divulgación, y no excesivamente conocedor o respetuoso de la
norma lingüística hispánica, por sus numerosos anglicismos, ciertamente no
demasiado graves. El uso del tiempo presente, el modo indicativo, es decir, la
situación verbal del comentario, el valor atemporal o habitual de estas formas
gramaticales, la adjetivación pospuesta, especificativa, sin adjetivos valorativos,
la precisión con que se separan los usos figurados, la selección del léxico, en el
que abundan los compuestos, helenismos y términos técnicos, con especiali-
zación semántica, la sencillez de la construcción de los párrafos, y la construcción
progresiva del texto, en el que los elementos sucesivos van determinando y
aclarando a los anteriores, nos permiten clasificar este texto entre los típicos de
divulgación científica, de carácter biológico, si tenemos en cuenta el contenido.
Quizá lo más llamativo del mismo es cómo la función estética, con el recurso
retórico, complementa la meta- lingüística y viene en ayuda de la representativa,
predominante en un texto cuya finalidad principal es la transmisión de
conocimientos.
2.13.1. Llegamos así al final de los comentarios consagrados a los textos
científicos, más o menos específicos, pero todos unidos por su carácter
divulgador, el cual favorece su comprensión. Hemos tenido ocasión de observar
que en ellos lo más llamativo es el empleo de los tiempos verbales y la
adjetivación, así como un léxico peculiar, bien determinado. Ello no impide que
se puedan formular otras preguntas, algunas de las cuales quedan reflejadas en lo
que antecede. También es importante observar cómo, de modo muy secundario,
en general, los elementos extranjeros (barbarismos), sobre todo el anglicismo,
van penetrando en nuestra lengua moderna, apoyándose en posibilidades que les
80 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

ofrece la estructura del español, en buen número de ocasiones. Hemos apoyado


las consideraciones analíticas en unos puntos de teoría que se han ido
estableciendo de modo que no hubiesen de repetirse después, evitando la
reiteración inútil. Puede que esta actitud obligue al lector a un esfuerzo de
revisión de los puntos en donde se ha tratado o se va a tratar con mayor amplitud
un punto teórico, lo cual, dada la índole de esta obra, no es baldío.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES
Capítulo 3

3.0. 1. Dedicamos este capítulo a dos textos periodísticos, caracterizados


por su talante informativo, que hemos denominado simple porque no se
combina con ninguna clase de rasgos icónicos: no hay titulares, distintos
tamaños o «tipos» de letra, ni representación gráfica alguna. Lo que buscamos
al elegirlos para el examen es la distinción entre la información, la orientación
de la noticia, la expresión objetiva de la misma, y el empleo de elementos de
otro registro más elevado, el literario, con los peculiares efectos que puede
producir en textos como los que siguen, en los que también ha de recurrirse,
con frecuencia, a fórmulas y expresiones procedentes de la lengua hablada.
3.0. 2. La misión principal de un diario o periódico es informar; sin
embargo, los poderosos intereses que financian la prensa hacen que la noticia
se manipule de un modo u otro, a favor o en contra de lo que sea. Podemos
señalar tres maneras de informar: la información escueta, aparentemente más
objetiva, y que es simple enunciado de la noticia; la opinión, en la cual lo
fundamental no es la noticia en sí, sino precisamente el enfoque que se da al
tratamiento de la noticia; y la información propagandística, que utiliza la
noticia como pretexto para defender tesis previas. Como es natural, es difícil
encontrar textos puros, especialmente de la primera clase; junto a la
información se filtra la opinión, de manera que caben diversos grados. En el
texto 6 nos encontraremos con una información escueta, en la- que la opinión
del autor es muy subsidiaria, aunque clara, mientras que en el texto 7 el
componente de opinión está mucho más marcado, hasta el punto de influir en
el estilo de redacción.

81
82 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

TEXTO 6

3.1.
Las últimas cuentas realzadas
en el Atlético de Madrid
arrojan un déficit de 1.018
millones de pese* tas, aunque
los pagos apremian* ■ tes, de
carácter urgente antes del 30
de junio, son de 188 millones
de pesetas. Para salir a flote
ante esta situación, el club
rojiblanco cuenta como
puntos de apoyo con des-
contar ante entidades
bancarias las letras de los
traspasos de Marcos y Julio
Alberto al Barcelona, las
mensualidades de los socios,
y el adelanto de los abonos,
aunque la mitad de estos
últimos ya fueron avalados
en su momento para solicitar
el polémico crédito de treinta
millones que mantiene la
confusa situación en tomo a
Alfonso Cabeza.

Opción A

1. El texto informativo, sus características. Aplicación a la muestra anterior.



2. La adjetivación en el texto.
3. Léxico económico directo y figurado en el texto: significación y valor.
4. Objetividad de la información y postura del informador en este texto.

Opción B

1. Información y opinión en el texto que precede, su consideración desde el


punto de vista periodístico.
2. Formas verbales y perífrasis en el texto.
3. Análisis sintáctico desde Para salir a flote (lín. 7) hasta el final.
4. Comente los dos usos de aunque en relación con la información global que
el texto transmite.
OPCIÓN
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES A 83

I
Caracterización
3.1.1. El texto informativo se caracteriza por su objetividad. En
consecuencia, debe emplear una serie de recursos internos (en la estru- tura del
texto) para referirse a un objeto externo claramente delimitado: el contenido de
la noticia. En el plano nominal, por ejemplo, la adjetivación no será abundante
y predominarán en ella los adjetivos especificativos, generalmente pospuestos,
de tipo descriptivo, de relación o cuasideterminativos (cfr. 2 .6 .1 .); en el plano
verbal, al estar en segundo lugar las opiniones personales y los comentarios,
predominan los tiempos del indicativo (cfr. 2.7.4), si bien, por la necesidad
práctica de acercamiento al lector, puede ser que un tiempo de la narración sea
sustituido por un tiempo del comentario: el pretérito por el presente, por
ejemplo (cfr. 2.5.1.2). En el contenido, la noticia se basa en hechos concretos,
que se presentan del modo más objetivo y exacto posible.
3.1.1.1. El texto 6 es un fiel reflejo de lo que venimos diciendo. • En el
párrafo 3.1.2 estudiaremos la adjetivación, pero ya podemos adelantar que se
adecúa a los rasgos dichos anteriormente. Acerca del verbo, el modo es el
indicativo, y los tiempos son el presente y el pretérito, para referirse, en
general, a hechos pasados (son, cuenta y mantiene son los únicos presentes
empleados con esa referencia temporal; todos los demás podrían susituirse por
pretéritos sin que la significación del texto variara: lo único que se produciría
sería una sensación notable de alejamiento del lector). Aunque del léxico
hablaremos en 3.1.3, hay que señalar, de momento —como ya se indica en el
enunciado de la pregunta— que la pretensión de objetividad se apoya en el
manejo de las cifras, a las que siempre se asigna el mayor grado posible de
objetividad: «los números cantan», se dice. 'El texto está ordenado
progresivamente, de manera que se ofrece en primer lugar una información
cuan- tificable, para acabar con la aclaración de lo que esos datos suponen para
el club a quien corresponden.

II
Adjetivación
3.1.2. Los únicos adjetivos valorativos del texto aparecen al final:
polémico crédito y confusa situación, los dos van antepuestos y son
explicativos: no se trata de diferenciar un crédito polémico de otro que no lo es,
ni una situación confusa de otra que no lo és tanto, o que no lo es en absoluto.
Sin embargo, para llegar a este valor explicativo, los dos adjetivos han debido
pasar por una cierta adaptación semántica.
en especial el primero, puesto que los rasgos semánticos propios del adjetivo
«polémico» no parecen ser los más fáciles de combinar con el sustantivo
«crédito», como señalaremos con más detalle en el párrafo siguiente. Se trata
de un adjetivo de relación, polémico, y otro descriptivo, confuso, que están
empleados como valorativos, tras su mutación semántica.
84 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

3.1.2.1. Los restantes adjetivos son especificativos, y corresponden a los


siguientes tipos: últimas cuentas contiene un adjetivo cuasideter- minativo,
antepuesto, como es habitual en esta clase, especificativo; pagos apremiantes
lleva el adjetivo especificativo pospuesto, de tipo descriptivo, al igual que
urgente en la frase estereotipada carácter urgente. El adjetivo rojiblanco,
originariamente descriptivo, ha pasado, por alteración semántica, a ser de
relación (los «rojiblancos» son los «atléticos»), especificativo, pospuesto.
También es de relación, va pospuesto, y es especificativo, el de entidades
bancarias. Realizadas, especificativo, pospuesto, es un participio usado como
adjetivo.
3.1.2.2. Podemos señalar —advirtiendo que este detalle será importante
después— que la adjetivación permite dividir el texto en dos partes: la primera,
de mayor extensión, presenta un uso objetivo, no marcado, de la adjetivación,
mientras que la segunda, con los dos adjetivos antepuestos finales, indica cómo
la subjetividad del redactor se ha presentado en el texto, sobrepasando la
pretendida objetividad.

III
Léxico económico directo y figurado

3.1.3. El léxico económico es predominante en el texto; mas no todo él


tiene el mismo valor: hay una serie de elementos léxicos neutros, como son los
números (1.018 millones, 188 millones), o las denominaciones de las partidas
(letras para descontar ante entidades bancarias, mensualidades de su» socios y
abonos), así como el sustantivo déficit, o el participio avalados. En cuanto a las
expresiones, arrojar un déficit es metáfora lexicalizada, vacía de
connotaciones especiales; pero no sucede lo mismo con salir a flote, donde'ya
tenemos la connotación de 'algo o alguien que se está ahogando o hundiendo',
ni con puntos de apoyo, que evocan la palanca con la que se hará fuerza para
enderezar la situación (la confusa situación, precisamente). Al ocuparnos de
los adjetivos tuvimos ocasión de decir que polémico no parece ser un adjetivo
inmediatamente vinculable a un sustantivo como «crédito». En 3.1.8 veremos
cómo el empleo de aunque, por dos veces, altera el panorama económico,
suavizándolo.
3.1.3.1. Desde un punto de vista de la significación hay que decir que
arrojar un déficit o presentar un saldo negativo significa que se debe dinero;
descontar una letra es presentar al banco un documento (llamado letra de
cambio, en el cual una tercera persona se compromete a pagar una cierta
cantidad en un plazo de tiempo fijo) para que el banco adelante esa cantidad,
menos un descuento, es decir, un tanto por ciento que se queda el banco como
beneficio de esa operación; un aval bancario es un documento que se presenta
al banco para asegu
85 (o a otro prestamista) que COMENTARIOS
rar a éste’
alguien nosDE LENGUA ESPAÑOLA.
respalda en la solicitud del
crédito, es decir, asegura que lo devolveremos, con el compromiso formal de
hacerlo por nosotros, en su caso. El valor de todas estas afirmaciones es claro:
se nos presenta a un club de fútbol, el Atlético de Madrid, en una situación
económica desesperada, con enormes deudas, y con la necesidad de recurrir a
todos sus medios económicos, presentes y futuros, para intentar afrontarlas.

IV
La objetividad del informador
3.1.4. La deplorable situación económica que hemos intentado aclarar en
el párrafo anterior es presentada en el texto con apariencia objetiva. Sin
embargo, esta apariencia no corresponde a la realidad: el informador tiene una
postura comprometida, no está de acuerdo con ese estado de cosas, que califica
de confuso, ni con el origen de una parte de él, el crédito que califica de
polémico. Es más, presenta originariamente una cantidad exorbitante, 1.018
millones de pesetas, para reconocer a continuación que la deuda realmente
urgente no llega a ser el veinte por ciento de la misma, 188 millones. Hace, por
dos veces, afirmaciones amplias que se ve obligado a reducir y precisar en
ambos casos, con el empleo de aunque, que se verá en 3 .1 .8 , según hemos dicho.
3.1.4.1. Muy pocos elementos bastan para deshacer la pretensión de
información objetiva del texto, incluso con sus referencias numéricas, que
también están usadas parcialmente. El informador trata de contribuir al
escándalo, en una postura de oposición al personaje llamado Alfonso Cabeza,
nombre con el que, significativamente, cierra el párrafo: la presentación de los
hechos está manipulada para provocar una sensación de desacuerdo y protesta
en el lector. Naturalmente, el lingüista no tiene por qué entrar en las razones
éticas de esta actitud, que puede estar justificada; lo único que puede hacer es
señalar cómo una utilización particular de recursos lingüísticos concretos ha
infiuido en el mensaje, orientándolo, y advertir al lector contra esta
manipulación lingüística, que no puede percibir con facilidad el lector
ordinario. El informador no tiene una postura neutral, sino en desacuerdo con
la situación que constituye el cuerpo de la noticia. Digamos, por último, que no
se ha valido de medios tipográficos de ninguna clase para resaltar ningún
punto, y que la función lingüística representativa ha sido la central, con
pequeñas incursiones de la función poética.
86' COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

OPCIÓN B

I
Información y opinión .
3.1.5. Esta pregunta está contestada, fundamentalmente, en el punto 3.1.4.
Podría redactarse, en este caso, como inicial de esta segunda opción, a partir de
los datos de interpretación del léxico económico y su valor, ofrecidos en 3.1.3,
para llegar a la misma conclusión: un lenguaje aparentemente objetivo, con una
serie de datos que también lo parecen, puede esconder una participación
concreta del redactor de la noticia, quien dispone de medios lingüísticos
bastantes para llevar al lector inadvertido hasta sus propias ideas.

II
Formas verbales y perífrasis
3.1.6. El verbo en el texto se presenta como formas simples o como formas
perifrásticas, esto es, combinaciones de un verbo en forma personal con otro en
forma no personal (infinitivo, gerundio o participio). Las formas simples del
texto son:
— presentes de indicativo: arrojan, son, cuenta, mantiene.
— infinitivos: salir, descontar, solicitar.
— participios: realizadas.
Sólo hay una forma compuesta, o perifrástica, la pasiva fueron avalados, en
pretérito.
3.1.6.1. Esta pregunta tiene el propósito de hacer ver cómo el sistema
verbal del español es, formalmente, un sistema mixto, en el que coexisten formas
simples y formas compuestas, y cómo la pasiva es una forma compuesta de ser -f
participio, con la finalidad de que se haya tenido en cuenta este punto al abordar
el análisis sintáctico que sigue.

III
Análisis sintáctico
Para salir a flote ante esa situación, el club rojiblanco cuenta como
puntos de apoyo con descontar ante entidades bancarías las letras de los
traspasos de Marcos y Julio Alberto al Barcelona, las mensualidades de
los socios y el adelanto de los abonos, aunque la mitad de estos últimos
ya fueron avalados en su mo-
mentó paraINFORMATIVOS
TEXTOS solicitar SIMPLES
el polémico crédito de treinta millones
87 que
mantiene la confusa situación en torno a Alfonso Cabeza.
3.1.7. Tenemos dos suboraciones introducidas por para, con verbo en
infinitivo; la primera depend de cuenta y la segunda de fueron avalados. Cuenta
lleva como suplemento, introducido por la preposición con, otra suboración de
infinitivo, la de descontar, que llega hasta aunque. De la oración dependiente de
fueron avalados, con antecedente en crédito, tenemos la suboración de relativo,
especificativa, introducida por que, con verbo mantiene.

para salir a flote ante esta descontar ante entidades para solicitar el polémico
situación bancarias las letras de los crédito de treinta millones
traspasos de Marcos y
Julio Alberto al
Barcelona, las mensua-
lidades de los socios y el
adelanto de los abónos

que mantiene la confusa


situación en tomo a
Alfonso Cabeza
aunque

3.1.7.1. El esquema anterior es una formalización de las estructuras


superficiales, y no debe confundirse con un tratamiento de tipo transformacional.
Aclaración ociosa para los entendidos, pero no para todos los posibles. lectores.
Un análisis más profundo podría llevamos, por ejemplo, a separar de Oj todavía
otro élemento oracional, con el esquema
88' COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

3.1.7.2. Continuaremos nuestra descripción de los elementos que constituyen


estas oraciones, sin penetrar en mayores profundidades:
Oí tiene el club rojiblanco como sujeto, cuenta es el núcleo del predicado, y como
puntos de apoyo sería un circunstancial de modo1. 0 2 y 0 3 tienen el mismo sujeto de
Oí (por ello pueden expresarse con el verbo en infinitivo). 0 2 es intransitiva, lleva
dos circunstanciales. O3 es transitiva, va implementada por las letras, las
mensualidades
y el adelanto, núcleos nominales del Objeto Directo coordinado,
modificados, a su vez, por complementos determinativos introducidos por de.
La relación entre Oí y O4 se expresa por aunque, de la que hablaremos en
3.1.8.
O4 es una oración pasiva, con la mitad como sujeto paciente, modificado por el
complemento determinátivo de estos últimos. Nótese 18

18
En 3.1.72 y 32.6 nos encontramos con construcciones con como. La duda, en estos
casos, radica en la interpretación como aditamento (circunstancial de concepto o
rúbrica), o predicado nominal. Estas construcciones son abreviación de comparativas
introducidas por como y, en ese sentido, son aditamentos: el club rojiblanco cuenta como
puntos de apoyo con descontar las letras, etc., correspondería a un nivel más profundo en el
que la construcción dé como se podría desarrollar en algo parecido a «como se cuenta con
un punto de apoyo» o, incluso, con matiz final, «para punto de apoyo». Sin embargo, en
32.6 tenemos Alonso no es futbolista considerado como constructor, también analizable en
«como se considera a un constructor», comparativa que permite insistir en la
argumentación de aditamento, si bien atfuí podríamos sustituir también la construcción
por otra en la que desapareciera el como: «no es futbolista considerado constructor», en
cuyo caso estaríamos ante un complemento predicativo referido al sujeto Alonso a través
del participio-adjetivo considerado, lo cual nos obligaría a considerar el como pleonàstico,
y a señalar en la pregunta 32.1 que ese como pléonástico no está plenamente adecuado a la
norma, aunque su empleo sea cada vez más frecuente, como matiz que disminuye la
responsabilidad del que emite la afirmación.
que89el verbo va en plural por COMENTARIOS
' concordar con el sujeto
DE LENGUA por el sentido, ad
ESPAÑOLA

sensum: la mitad significa que son varios, o sea, plural.


Os tiene el núcleo verbal en infinitivo; su sujeto es el mismo de 04, solicitar es
transitivo, va implementado por el polémico crédito, modificado por el
complemento nominal o determinativo de treinta millones y antecedente
del relativo que, sujeto de 06.
Oé tiene, lo acabamos de decir, el relativo que como sujeto; mantiene es un
verbo transitivo, cuyo Objeto Directo es la confusa situación, modificado
por la frase preposicional introducida por en torno a, que hace de
complemento nominal y que, una vez más, no va introducida por de, sino
por toda una locución preposicional.
Todas las oraciones y suboraciones son aseverativas afirmativas.

IV
Los usos de “aunque”
3.1.8. La conjunción aunque se utiliza dos veces en el texto; en ambas va
tras comas y pertenece a oración con verbo en indicativo, son y fueron
avalados, respectivamente. Su sentido es restrictivo y limitativo, reduce el
alcance de lo afirmado en las oraciones anteriores, las de los verbos arrojan y
cuenta.
3.1.8.1. Es fácil darse cuenta de que muchos de nuestros alumnos no saben
interpretar las conjunciones, no identifican la relación que establecen; por eso
conviene adiestrarlos en la recta comprensión y en las dificultades de las
mismas. Aunque es una conjunción que puede introducir oraciones
adversativas y concesivas. El criterio de distinción es complejo, y no siempre
seguro. Si se trata de adversativas, la conjunción que marca a una de las
oraciones puede sustituirse por pero. En el caso de aunque la dificultad es
mayor, porque aunque introduce los dos tipos; podemos apoyamos entonces en
que las adversativas se construyen en indicativo y las concesivas en indicativo y
subjuntivo: si la oración de aunque va en subjuntivo, será necesariamente
concesiva. En nuestros ejemplos, desgraciadamente, va en indicativo; de modo
que no se puede aplicar esta norma. El criterio más seguro, aunque no
necesariamente cierto en todos los casos, es la pausa: las adversativas marcan la
pausa (coma en la escritura) entre las dos oraciones unidas por aunque, las
concesivas no la marcan; si un autor puntúa mal, hemos de corregir su
puntuación antes de determinar el carácter adversativo de un aunque.
Semánticamente, la concesiva señala una condición inoperante, que no impide
la realización de la acción verbal expresada por la oración a la que se une.
3.1.8.2. Todos estos rasgos nos llevan a definir como ádversativos los
usos de aunque en las dos muestras del texto: son dos oraciones de indicativo,
separadas por comas de la oración a la que se unen; equivale a pero en las dos
ocasiones, y no indica una condición inoperante, sino una restricción en el
contenido de la oración anterior.
90 TEXTO
COMENTARIOS 7 ESPAÑOLA
DE LENGUA

3.2.

El partido contra Suiza fue


un tanto extraño porque
Suntama- ría, con los cambios
que efectuó, le dió totalmente
la vuelta al estilo de juego.
Realmente anoche vimos dos
selecciones. A mí me parece
mejor la primera pero el
seleccionador quiso sacar a la
pasarela a casi todo el elenco.
Alonso no es elegante. A
veees parece que se
desgalicha pero en el centro
del campo es una especie de
aduana. Alonso no es fut-
bolista considerado como
constructor pero la mayoría
de los contraataques se
inician en una jugada suya en
la que ha hecho valer su
ftierza para apoderarse del
balón.

Opción A

1. Comentar la alternancia entre léxico culto (p. ej., elenco) y léxico popular (p.
ej., desgalicha) para caracterizar el texto.
2. Análisis sintáctico desde el principio hasta elenco (lín. 9).
3. Pronombres personales en el texto: construcciones y funciones.
4. Tiempos verbales de la narración y del comentario en el texto.

Opción B

1. Comentar el texto desde el punto de vista normativo, considerando también


los acentos y los signos de puntuación.
2. Análisis sintáctico del segundo párrafo (desde Alonso).
3. Metáforas y otros usos retórico-literarios en el texto.
4. Caracterización del texto entre la información, el comentario y la literatura.

4. Comentarios de Lengua Española


OPCIÓN
TEXTOS INFORMATIVOS A
SIMPLES 91

I
Léxico culto y léxico popular
3.2.1. Es indudable que el texto pertenece a una crónica futbolística: a un
partido España-Suiza, exactamente. En este tipo de noticias y comentarios
deportivos, de carácter popular, esperaríamos un léxico de este mismo tenor, y nos
encontramos con lo contrario. El texto está plagado de elementos léxicos cultos,
desde selección y seleccionador a estilo, elenco, elegante, constructor, a los que
habría que sumar, en una perspectiva histórica, extraño y efectuó. Desde el punto
de vista fonético y fonológico llama la atención la acumulación de grupos
consonánticos —llamados cultos, precisamente— como cc o ct, así como el
número elevado de vocales átonas que hay en cada palabra, de mayor longitud, por
lo general, que la media del idioma. Esta selección no se debe al azar: es
deliberada, y supone una intención estética, vinculada a la sexta función del
lenguaje, de la que nos ocuparemos en 3.2.7 y 3.2.8 (cfr. 2.10.8). En el apartado
del léxico popular tenemos un solo elemento independiente, la palabra desgalicha,
y varias locuciones o combinaciones de palabras. Si nos atenemos al Diccionario
Crítico Etimológico, de J. Coro- minas y J. A. Pascual, tenemos que suponer que
el verbo desgalicharse se ha formado a partir del adjetivo desgalichado
(procedente del cruce de desgalibado y desdichado, empleado generalmente en la
forma esgalichao). Las construcciones dar la vuelta —del léxico técnico de
sastrería y peletería, para aprovechar como nuevo el lado vuelto de un tejido o piel
viejos—, sacar a la pasarela —del léxico de los modistos y los concursos de
belleza, por hacer que alguien camine por una pasarela para ser visto más
detenidamente—, o ser una especie de, en las que tanto pasarela como especie
serían palabras pertenecientes, por su origen, al estrato culto del léxico, tienen un
valor coloquial o popular, son expresiones desgastadas por el uso, tópicas, que
forman parte de un sector peculiar del léxico, el deportivo; donde son
inmediatamente comprendidas por cualquier aficionado.

II
Análisis sintáctico
3.2.2. Por razones de espacio y claridad vamos a numerar las distintas
oraciones independientes, o complejos oracionales, reorganizándolos:
Oí El partido contra Suiza fue un tanto extraño O2 porque Santamaría le dio
totalmente la vuelta al estilo de juego con los cambios
3 que efectuó
4 Realmente anoche vimos dos selecciones Os A mí
me parece mejor la primera
Oé pero el seleccionador quiso

O7 sacar a la pasarela a casi todo el elenco.

3.2.2.1. Para mayor claridad hemos separado la suboración de infinitivo


como O7, en vez de dejarla COMENTARIOS
92 dentro de ODEÓ,LENGUA
por noESPAÑOLA
estar su núcleo
verbal en forma personal. Todas las oraciones son aseverativas afirmativas y
activas.
Oí es una oración atributiva: el sujeto, el partido, lleva un complemento
determinativo, contra Suiza, introducido por la preposición contra; fue es la
cópula y un tanto extraño el predicado nominal.
2 es causal transitiva. Santamaría es el sujeto, dio el núcleo verbal, la vuelta,
implemento, le... al estilo de juego, complemento, totalmente y con los
cambios son dos aditamentos (cfr. 2 .Ó.2.4 y 2 .11 .4 .2 ).
3 es adjetiva de relativo, especificativa y transitiva. Que es el implemento.
4 es transitiva. Vimos es el núcleo verbal, el sujeto nosotros es un plural
sociativo (es presumible que muchos de los lectores no vieran el partido),
dos selecciones es el implemento, realmente y anoche son aditamentos.
Os es atributiva, con núcleo verbal en parece, verbo que puede usarse como
atributivo. El sujeto es la primera, el predicado nominal se llama en estas
oraciones complemento predicativo, referido al sujeto, es mejor. A mí... me
es el complemento, objeto de interés en este caso.
6 es adversativa transitiva: el seleccionador es el sujeto, quiso el núcleo verbal y O7
el implemento.

7 es sustantiva, de infinitivo, su sujeto es el de 06. Es transitiva, a casi todo el


elenco es el implemento. A la pasarela es un aditamento.

III
Pronombres personales

3.2.3. Los pronombres que aparecen en el texto se encuentran en estas


construcciones: le dio la vuelta, a mí me parece son dos construcciones de objeto
indirecto duplicado: en el primer caso le duplica al estilo, y es pleonàstico, pues
bastaría con decir dio totalmente la vuelta al estilo; en el segundo, la lengua
moderna exige que cuando se usa la forma término de preposición a mi se emplee
obligatoriamente la forma átona me, la construcción es enfática19. La forma se
aparece, por su parte, en tres ejemplos del segundo párrafo, se desgalicha, se
inician y apoderarse (cfr. 2.11.1); en el segundo caso no puede hablarse ya de
pronombre personal, pues es una construcción plenamente gramaticali-

19 c r F
. f * - Marcos Marín, Estudios sobre et pronombre, Madrid, Gredos.
1978 especialmente el capítulo IV. '
zada de pasiva
93 refleja (equivale a sonCOMENTARIOS
iniciados).DEElLENGUA
se deESPAÑOLA
se desgalicha
. también
está gramaticalizado, como indicador de medialidad (c£r. 2.12.1), a partir de un se
intrínseco, formal. El de apoderarse también es formal, de interés, y está
gramaticalizado.

IV

Narración y comentarlo, tiempos verbales

3.2.4. No repetiremos las bases teóricas de esta respuesta (cfr. 2.5.1.2); el


texto está claramente dividido en dos partes, con punto y aparte como frontera, y
esta división corresponde casi perfectamente a la distribución de tiempos de la
narración y del comentario. En el primer párrafo todos son tiempos de la
narración, y todos pretéritos, con la excepción de parece, tiempo presente y
comentador. En el segundo párrafo todos los tiempos pertenecen al comentario,
sin excepciones, son todos presentes, salvo ha hecho, único tiempo referido al
pasado, es un antepresente, también forma verbal del comentario. En esquema,
pues:

COMENTARIO
NARRACIÓN
presente pasado
fue
efectuó parece ha hecho
dió es (3)
vimos
se
quiso desgalich
a se inician

OPCIÓN B

I
Comentario normativo

3.2.5. Desde el punto de vista normativo el texto es un desastre:


inmediatamente llama la atención que, tras el punto y aparte, la primera palabra
del segundo párrafo, Alonso, se escribe en el borde izquierdo de la caja, en lugar
de dejar un espacio igual al que precede, al principio, a la palabra El Faltan comas;
en la línea 2, ante porque, en la línea 7, ante pero (sería mejor un punto y coma), y
lo mismo en las líneas 11 y 15, y no vendría mal ponerla en la línea antepenúltima,
ante en la que, para facilitar la respiración del lector, aunque en este caso no sea
imprescindible. En cuanto a acentos, la Ortografía académica, en su edición de
1969, pár. 37, d, señala explícitamente que dio, forma verbal, no lleva acento: el
texto lo trae, luego es antinormativo. Otro acento que sobra es el de se inician, que
debe ser se inician, ya que iniciar se acentúa como cambiar.
94 3.2.5.1. En el borde COMENTARIOS
mismo deDElaLENGUA
aceptabilidad
ESPAÑOLA están los usos de los
pronombres redundantes, especialmente el pleonàstico le de le dio la vuelta al
estilo. La norma es más tolerante con la redundancia de Objeto Indirecto qué con
la de Objeto Directo, y es construcción muy generalizada. La construcción
enfática a mí me, ante la imposibilidad de suprimir el me se convierte en más
aceptable.

II

Análisis sintáctico

3.2.6. Al igual que hicimos en 3.2.2, reorganizamos las distintas oraciones.


En este segundo párrafo, frente al primero, aparecen las aseve-
rativas negativas.

Oí Alonso no es elegante O2
A veces parece O] que se
desgalicha
O4 pero en el centro del campo es una especie de aduana Os Alonso no es
futbolista considerado como constructor Os pero la mayoría de los
contraataques se inician en una jugada suya
O7 en la que ha hecho
Os valer su fuerza
9 para apoderarse del balón

Oí es una oración atributiva: Alonso es el sujeto, es la cópula y elegante el


predicado nominal. Aseverativa negativa, con no.
2 tiene a veces como aditamento, O3 como sujeto y parece como verbo intransitivo.
3 es una reflexiva formal, con valor de medialidad, sujeto de 02, es una
completiva sustantiva introducida por que; el verbo —pronominal— es se
desgalicha.
4 es una adversativa introducida por pero, atributiva, con es como cópula y una
especie (con el C° determinativo de aduana) el predicado nominal. En el
centro (con el C° determinativo del campo) es un aditamento.
Os es otra atributiva, con Alonso como sujeto (lo era de O3 y O4, donde no estaba
explícito por estarlo en Oí), es como cópula, futbolista como predicado
nominal, modificado por el participio considerado, el cual, por su carácter
verbal lleva un aditamento (circunstancial de concepto o rúbrica)
introducido por como, susceptible de análisis como comparativa latente,
según vimos en la nota 1, de este capítulo. Aseverativa negativa, con no.
6 es otra adversativa, también introducida por pero. La mayoría es el sujeto
paciente (con el C° determinativo de los contraataques), se inician es el
verbo en pasiva refleja y en una jugada suya un aditamento.
7 es una adjetiva de relativo, el antecedente de la que es jugada. El relativo es
un aditamento. El verbo ha hecho lleva como implemento la construcción de
infinitivo Os.
Os es una construcción deTEXTOS INFORMATIVOS
infinitivo distinto del verbo de O7, de quien
SIMPLES
con sujeto 95

depende. El sujeto de O7, no expreso, es Alonso, el del infinitivo valer es su


fuerza. Se trata de una construcción causativa en la que hacer tiene un valor
de semiauxiliar modal, factitivo: provoca la realización de una acción.
O9 es una construcción de infinitivo con valor final, introducida por para. Su
sujeto es Alonso, y nótese que depende del grupo verbal ha hecho valer, lo
cual confirma la interpretación de hacer como semiauxiliar modal, con valor
causativo o factitivo, en esa oración. El verbo apoderarse rige suplemento,
del balón.

III
Retórica
3.2.7. Ya desde la primera pregunta (3.2.1) teníamos ocasión de señalar
cómo este texto, en el que esperaríamos una lengua coloquial, se sitúa dentro de
una retórica particular, en un código compartido por los aficionados al fútbol. Dar
la vuelta al estilo de juego, sacar a la pasarela, ser una especie de aduana, o
hacer valer —en el sentido de 'imponer'— son metáforas que proceden del
lenguaje de la sastrería o la costura, las dos primeras, el administrativo, la tercera,
o que arrancan de un eufemismo, la cuarta: 'imponer' es demasiado fuerte, y se usa
una forma más suave, con la seguridad de ser comprendido. También es
metafórico el uso de constructor (tomado de otro campo laboral) para el futbolista
encargado de organizar el juego de su equipo desde el centro del campo. En
apoderarse del balón tenemos lo contrario de hacer valer: allí, a partir de un
término jurídico (en la frase hacer valer su derecho), se suaviza el concepto
'imponer', aquí se usa apoderarse en lugar del simple jugar. Desgalicharse,
metáfora hiperbólica, es central, como veremos en 3.2.8.
3.2.7.1. Este último uso nos ilustra sobre lo que es predominante en estos
textos, junto a las metáforas, bastante ramplonas, que hemos visto: la hipérbole.
Comparar a los futbolistas con las modelos que pasan por la pasarela, decir que se
vieron dos selecciones, o que un jugador se apodera de un balón por el simple
hecho de jugarlo, es hiperbólico, y este recurso retórico es constitutivo del texto.
No faltan otros tropos, como la metonimia el centro del campo, para referirse a
toda la zona entre las líneas de medios, o la litotes (uso de la negación para
afirmar): no es élegantex no es constructor, sirven sólo pára resaltar que, en opi-
nión del periodista, es imprescindible, a lo cual también se alude con la perífrasis
metafórica de la aduana.
3.2.7.2. La alternancia entre tiempos de la narración, que dominan en el
primer párrafo, todo él aseverativo afirmativo, y los tiempos del comentario,
únicos del segundo, en el que hay dos aseverativas negativas, también forma parte
de los recursos sintácticos literarios.
IV

Información, comentarlo y literatura

3.2.8. El texto tendría que responder a los esquemas informativos, en


principio, puesto que se trata de una crónica. A ello obedece el uso del tiempo
narrativo en el primer párrafo.
96 Sin embargo,
COMENTARIOS el abundante
DE LENGUA ESPAÑOLA empleo de los recursos
retóricos, la utilización de un tiempo del comentario en el párrafo primero —el de
la narración— y de tiempos exclusivamente del comentario en el párrafo segundo,
nos indican que la subjetividad del comentarista se ha impuesto sobre la exigible
objetividad del cronista. Se ha querido adornar todo ello con unos ribetes cultos,
claramente perceptibles en el léxico (3.2.1), hasta llegar a la utilización y
acumulación de recursos claramente literarios.
3.2.8.1. La consideración de lo literario del texto nos lleva a dar un paso
más: el texto ha sufrido un proceso de conversión en una forma de épica,
caracterizada por la presencia de un héroe: Alonso. Este héroe, de acuerdo con los
mitos característicos del juego 20 , se desarrolla desde la paradoja; se nos dice
hiperbólicamente que parece que se desgalicha, que se deshace, cuando es quien
hace el juego del centro del campo, adornado con los atributos de fuerza, poder y
seguridad, destacado sobre los restantes jugadores por la reiteración de su nombre,
pasa a ocupar el papel de protagonista, nuevo rasgo literario, innecesario por
completo en un texto que fuera puramente informativo. No se nos dice algo obje-
tivo como: «se debe destacar á Alonso, quien, a pesar de su aspecto, es el jugador
imprescindiblé del centro del campo»; no, esto es lo que deduce el lector, y lo que
hace que directivos tan acaudalados como ignorantes fichen a un jugador que
rinde en un esquema de juego y no en otro. En este sentido, el texto llega a adquirir
ribetes de propaganda, de exaltación de un producto para promover su
adquisición, lo cual rebasa nuestros objetivos al plantear esta pregunta. Nos
interesa aquí, esencialmente, hacer ver cómo los textos no son de una sola faceta,
sino que se pueden ver en ellos rasgos de distintos tipos y estilos, aunque
pertenezcan a registros que, en principio, -debieran ser muy diferentes y estar muy
alejados.

20
Cfr. Vicente Verdú, El fútbol: mitos, ritos y símbolos, Madrid, Alianza, 1980.
Capítulo 4

TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS

4.0. 1. Al estudiar los signos, Charles Peirce define una clase de ellos, los
iconos, diciendo que son signos que «poseerían el carácter que los hace
significativos, incluso si su objeto no tuviera existencia real, como, por ejemplo,
una raya de lápiz que representa una línea geométrica»: en efecto, la línea
geométrica no existe, es una representación de un ente abstracto; pero el dibujo
que representa esa abstracción sí tiene existencia como signo: es un icono. El
icono, por tanto, tiene como principal característica la de que siempre significa
algo, existente o no; mientras que el símbolo necesita que exista un intérprete, el
icono no: si dibujo un animal inexistente, como el basilisco, o el unicornio, el di-
bujo es un icono, aunque el animal no exista, y aunque nadie que lo vea sea capaz
de decir qué representa; icónico, por tanto, no significa «natural».
4.0. 2. La comunicación puede realizarse exclusivamente con signos
icónicos; pero, normalmente, hay una asociáción entre el icono y el símbolo, signo
arbitrario en el que hay una relación arbitraria o convencional entre expresión y
contenido: los signos lingüísticos corresponden, por lo general, a la clase de los
símbolos.
4.0. 3. Lá iconicidad puede asociarse a los signos lingüísticos de muchos
modos: el más extremo es cuando un icono se convierte en símbolo, como sucede
con frecuencia en los aeropuertos y estaciones de ferrocarril, donde la silueta de
un hombre, o de una mujer, está asociada aJ significado «servicios de caballeros o
.de señoras», un avión con el morro hacia arriba indica la salida de pasajeros,
mientras que el morro hacia abajo indica la llegada, una silla de ruedas, los
servicios para disminuidos físicos, etc. Cuando, como en el texto 9, aparece una
oreja en un anuncio para sordos, hay una iconicidad directa; sin embarco, existen
otras mp- nifestaciones, mucho más habituales, que conviene conocer. Así, los
distintos tipos de letra, y sus tamaños, son elementos icónicos del texto: cuando
quiero llamar la atención sobre un término o concepto lo subrayo o lo
entrecomillo, y, al pasar a la imprenta, quien componga este libro sabrá que ha de
poner en cursiva todo cuanto yo haya subrayado en el original. En otras ocasiones,
recurriré a un gráfico, que puede ser o no figurativo, y esto será también un
empleo de elementos icónicos. Aclaremos este último punto: si incluyo un gráfico
del aparato fonador, por ejemplo, todos percibirán inmediatamente que sé trata de
un icono; pero no es necesario que el icono sea un dibujo, y mucho menos un di-
bujo figurativo; cuando construyo un gráfico con llaves y líneas que
97
98
unen los TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS
distintos elementos entre sí, también eso es icónico, porque expresa
directamente unas relaciones entre los elementos -y-jen cierto modo, algo queda
de ello, incluso en los signos de puntuación, iconos originales, para marcar
distintas pausas, que se han ido convirtiendo en símbolos, a los que se asigna
conveñcionalmente un valor determinado, que se traduce en una normativa que
regula su empleo.
4.0. 4. Los tres textos que vamos a analizar a
continuación nos muestran tres empleos
La izquierda logra que distintos del icono: en el primero de ellos, el
se prohíba un anuncio texto 8, no hay representación gráfica
extralingüística (no hay «imágenes»); en el
de los empresarios segundo, sí aparece esa representación, con
andaluces un dibujo anatómico; en el tercero se observa
una síntesis de los procedimientos, eliminan-
El Juzgado de Instrucción
número 1 de Sevilla decidió do lo figurativo, que se reduce a un mero
ayer prohibir que vuelva a adorno.
publicarse el anuncio de la
Confederación de Empresarios
de Andalucía (CEA) que había
sido impugnado por socialistas
y comunistas, por considerarlo TEXTO 8
gravemente injurioso y
provocativo, informa José
Aguilar. Al tiempo, se anuncia 4.1.
que el presidente de la patronal
andaluza, Manuel Martin Un texto sin representación gráfica
Almendros, deberá prestar extralingüistica
declaración ante la autoridad
judicial. Opción A
La publicidad objeto de esta 1. Connotación y denotación en el texto.
resolución judicial incluía, bajo la
expresión Se fingen moderados, 2. Funciones de los adjetivos en el párrafo
el dibujo de una manzana que que empieza El Juzgado de Instrucción...
sostenía un puño igual al que sim- 3. Verbos regulares e irregulares en el
. bóliza al partido socialista y de
la que sale un gusano que lleva
párrafo que empieza La publicidad objeto de:
inscritas en su cuerpo la hoz y el tipo de irregularidad.
martillo comunistas. Debajo del 4. En ese mismo párrafo señale cuántas
dibqjo figura la recomendación oraciones o proposiciones hay, diga de qué
Vota seriamente y que nadie le
equivoque. tipo son y por qué las clasifica así. (No se
detenga en todos y cada uno de sus
El titular del Juzgado nu-
triera 1 dc^Sevillaordcnó la
elementos, sino sólo en los que sirvan para
incautación del original , del clasificar.)
mencionado anuncio.
Páginas 18,19 y 20 Opción B
1. El texto se refiere, en el párrafo penúl-
timo, a un dibujo. Analícelo para establecer las diferencias entre icono y
símbolo.
9¡6
2. • Estilo directo y estilo indirecto en el texto.
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

3. Funciones de los adjetivos en el párrafo que empieza La publicidad objeto de...


4. Análisis sintáctico desde el Juzgado de Instrucción hasta José Aguilar.

OPCIÓN A

I
Connotación y denotación

4.1.1. Mediante los signos lingüísticos nos referimos a objetos de la realidad


extralingüística. Estos objetos son los referidos del signo. (Nos parece deseable que
se introduzca en español el término referido para designar aquello a lo que se refiere
el signo, en vez de referente, que es una mala traducción del inglés referent.) El
referido del signo lingüístico libro es cada objeto compuesto por una serie o
conjunto de hojas escritas, normalmente de la misma medida, que se mantienen
unidas por uno de sus laterales. Cuando usamos la palabra libro, como signo
lingüístico, con ese valor, decimos que estamos usando el significado denotativo de
libro. La denotación, en el caso más sencillo, según Hor- man, es «el significado
que señala el objeto al que se refiere la palabra». Lo denotado es el referido, es
decir, el objeto nombrado por una expresión.
4.1.1.1. La denotación es una relación entre una unidad lingüística (el lexema
'libro', p. ej.) y un objeto (cualquier elemento del conjunto de los libros). Gracias a
ella sabemos que cuando entramos en una librería y pedimos un libro no nos van a
dar una vaca, ni medio litro de leche.
4.1.1.2. Sin embargo, en nuestro uso del lenguaje, al emplear los distintos
elementos léxicos (lexemas) por medio de las expresiones y palabras, estamos
relacionando esos lexemas con los objetos extralingüísticos, desde luego, pero
también estamos añadiendo a esa relación que hemos llamado de denotación, una
.serie de asociaciones secundarias, aunque no menos importantes, a las que
llamamos connotaciones. La connotación es el significado secundario asociado a
una denotación, como matiz, valor suplementario o implicación secundaria. Si, al
ver un fajo de billetes de mil pesetas, o una baraja, decimos algo así como «ese libro
sí que me gusta», estamos aprovechándonos de la connotación de libro, y no de su
denotación (al fajo de billetes o a la baraja les falta la encuadernación, constitutivo
del 'libro'): nos valemos de que los billetes o las cartas parecen las páginas de un
libro para, mediante la metáfora, imponer la connotación, el significado secundario,
sobre el significado primario de la denotación. Ni que decir tiene que en el uso
habitual de la lengua estamos empleando constantemente las connotaciones sobre
las denotaciones: ya vimos que, en cambio, algunos tipos de textos, como los
científicos, se caracterizan precisamente por buscar el predominio o la exclusividad
de lo denotativo, de la denotación, en sentido amplio. Aclaremos, por último, que
estamos usando los términos con
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 97
notación y denotación con un valor bastante amplio, para evitar la necesidad de
precisar toda la terminología adyacente.
4.1.1.3. El texto está lleno de elementos connotativos. Si comenzamos por la
denotación, que es lo más objetivo y frío, diremos que el texto expresa que el
Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla prohíbe un anuncio de la CEA, tras la
impugnación de socialistas y comunistas, describe el anuncio y concluye con la
orden de incautación del original del mismo. A partir de ahí, toda la gama de
asociaciones que constituye la connotación, con sus matices, se desarrolla en el
texto.
4.1.1.4. Podemos analizar la connotación en dos partes: el texto y el dibujo.
Empecemos por el primero: socialistas y comunistas, en los titulares, se convierten
en la izquierda, donde predomina el matiz de oposición a los empresarios, que son
«la derecha». La decisión técnica de un Juzgado se convierte en que «la izquierda
logra». Todo ello se resalta en los titulares, con la sobrevaloración correspondiente,
en especial, porque los titulares pertenecen al tipo llamado titular objetivo, es decir,
el que presenta la noticia de forma aseverativa afirmativa. En la ordenación del
texto que viene a continuación, el elemento connotativo está presente en la manera
de redactar la noticia: primero se nos dice «El Juzgado...» y luego se acaba con el
«informa...» que, lógicamente, debiera haber ido al principio. No cabe duda de que
el redactor del texto periodístico simpatiza con la izquierda y no con los
empresarios de la CEA. Cabría preguntarse también si con esta sigla no se busca
una nueva connotación de derechas, al asociarla a la CEDA, el partido de Gil
Robles, antes de la guerra civil. El conjunto del texto connota, además, una tensión
preelectoral, en un ambiente de enfrentamiento.
4.1.1.5. En el dibujo (cfr. 4.1.5, infra), los elementos connotativos son todavía
más fuertes: el puño que sostiene la manzana es el mismo puño que sostiene la rosa
en el logotipo del PSOE; nótese que, aunque la imagen no sea idéntica, es decir, la
asociación denotativa sea distinta, la connotación identifica ambos, a pesar de las
evidentes diferencias entre una manzana y una rosa. El gusano que sale de la
manzana connota que la manzana está podrida: podrida por el comunismo, cuyo es
el emblema de la hoz y el martillo que lo indica sin ambages. Hacer del comunismo
un gusano tampoco es una connotación inocente. Todo el dibujo, con el
ofrecimiento de la manzana, tiene una connotación bíblica: la manzana que Eva
ofrece a Adán y que supone la expulsión del paraíso. El elemento connotativo
central es el engaño, precisamente uno de los rasgos semánticos del verbo se fingen,
que figura en la leyenda. Todo ello produce una sobrecarga fuertemente negativa
sobre la aparente moderación, denotativa, del vota seriamente y que nadie te
equivoque: los elementos connotativos analizados añadirían a esta leyenda algo así
como «si votas a los socialistas no es serio, porque están roídos por los comunistas y
te van a engañar, haciéndote que pierdas el paraíso en el que vives». Es posible que
en lo de seriamente haya una connotación más: el puño y la rosa no debe de parecer
un logotipo serio para ciertas personas, las mismas que creen, o dicen creer, que
votándolo se pierde el paraíso y que el término moderados sólo tiene una
denotación positiva. Por último —y no puedo evitar decir, por desgracia—, hay una
connotación más, en la propia elección del icono: sus inspiradores han elegido un
modelo muy sencillo y con varias pistas interpretativas, dejando al descubierto

97
.98las
limitaciones de su inspiración y el DE
COMENTARIOS bajo concepto
LENGUA en que tienen la capacidad
ESPAÑOLA

descifradora de los lectores; las alusiones son tan transparentes, que acaba
resultando aburrido descifrarlas todas. (Ni he podido, ni he querido, liberarme de
mis propias connotaciones.)

II
Funciones de los adjetivos
4.1.2. Prescindiendo de adjetivos originarios, como socialistas y co-
munistas, que son sustantivos en el texto, los abjetivos del mismo aparecen
usados como atributivos, referidos directamente al sustantivo, y como
predicativos, referidos a un sustantivo (o un pronombre) a través de un verbo.
Veámoslos:
— injurioso y provocativo son predicativos, referidos al objeto directo lo,
a través del verbo considerar. Se trata de lo que Alarcos y sus
discípulos llaman atributo del implemento. Equivale a «así lo
consideran».
— andaluza y judicial, en sus frases respectivas, son adjetivos de relación
o pertenencia, usados como atributivos, referidos directamente a
patronal y autoridad.
Se podría añadir, aunque no es imprescindible, que la función de socialistas
y comunistas es la de agente, como veremos en 4.1.8.

III
Verbos regulares e irregulares
4.1.3. En el párrafo 2.8.1 tuvimos ocasión de exponer la teoría que afecta a
este punto, de modo que pasamos al análisis inmediato:
4.1.3.1. Son verbos regulares fingir (la alternancia finjo/finges es puramente
gráfica, para mantener el sonido fricativo velar, «jota»), moderar, simbolizar,
figurar, votar y equivocar (la alternancia equivoco/equivoques es también
gráfica, para mantener el sonido oclusivo velar, k, de la qu-).
4.1.3.2. Son verbos irregulares los siguientes:
— incluir alterna la vocal y la consonante (i/y): incluyo/incluimos, es un
caso de epéntesis de consonante palatal antihiática (entre dos vocales
que no forman diptongo);
— sostener es irregular por epéntesis de consonante velar y diptongación:
sostengo/sostienes, y de dental, sostendré;
— salir es irregular por epéntesis de consonante velar: salgo/sales;
— inscribir es irregular por su participio fuerte (acento en el radical)
inscrito, no «inscribido».
(No señalamos todos los rasgos; nos basta con mostrar la irregularidad.)
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 99
IV
Análisis sintáctico oracional
4.1.4. Conviene advertir, para entender correctamente lo que sigue, que en
la oración «que sostenía un puño», totalmente ambigua, el contexto nos hace
saber que un puño es el sujeto y que, el implemento (objeto directo).
Oí La publicidad objeto de esta resolución judicial incluía el dibujo de
una manzana bajo la expresión
O2 Se fingen moderados
OÍ qqe sostenía un puño igual a
4 el que simboliza al partido socialista
5 y de la que sale un gusano
Oé que lleva inscritas en su cuerpo la hoz y el martillo comunistas
O7 Debajo del dibujo figura la recomendación
Og Vota seriamente
O9 y que nadie te equivoque
4.1.4.1. Todas las oraciones son aseverativas, las ocho primeras, afir-
mativas, y la última, negativa, con la peculiaridad de que, al anteponerse el
indefinido negativo nadie al verbo, no hace falta emplear el adverbio de
negación. Todas son activas, aunque la segunda tiene un se, que expresa
medialidad.
4.1.4.2. La primera es transitiva (el dibujo es el implemento), la segunda es
intransitiva, impersonal, con un se reflejo impersonal de valor medio y un
complemento predicativo, moderados (aditamento atributivo, en la terminología
de Alarcos y su grupo). La segunda es, también, una oración en estilo directo,
indicado por la cursiva, que, superficialmente, funciona como aposición de
expresión. La tercera es una adjetiva de relativo, introducida por el sujeto que,
referido a su antecedente manzana. La cuarta también es de relativo, con
antecedente en puño, al que se refiere anafóricamente el, núcleo modificado por
el adjetivo «que simboliza al partido socialista». Es también adjetiva de relativo,
coordinada con O3 —el mismo antecedente, manzana— la quinta, intransitiva
como- la cuarta. OÓ también es adjetiva de relativo, con antecedente en gusano,
transitiva, con la hoz y el martillo como implemento, al que se refiere el
complemento predicativo inscritas (atributo del implemento) a través del verbo
lleva. La séptima es intransitiva, mientras que la octava y la novena, que
reproducen el estilo directo, como la segunda, tienen una peculiaridad
interesante: superficialmente se trataría de una coordinación que sirve de
aposición a recomendación, sin embargo, la novena va introducida por un que
exhortativo, procedente de un que completivo dependiente de un verbo de 'decir'
(performativo), algo como «te digo que votes seriamente y que nadie te
equivoque», que ha roto la estructura coordinada paralela al cargarse de matiz
final: «para que nadie te equivoque». Volveremos a este problema en 4.1.6.
OPCIÓN B

I
100 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Aspectos ¡cónicos

4.1.5. A tenor de lo que dijimos en 4.0.1, distinguimos el icono del símbolo


en que el primero no necesita intérprete, y el segundo, sí. No vamos a volver al
análisis del dibujo, que realizamos en 4.1.1.5. Léase, pues, lo que allí decimos,
antes de proseguir. El dibujo del puño con la rosa es un símbolo del Partido
Socialista Obrero Español (PSOE), y es símbolo porque la simple unión de un
puño con una rosa no significa, por sí misma, «partido socialista». (En realidad,
el puño y la rosa es el logotipo del socialismo, no sólo del PSOE.) Hace falta que
alguien nos diga que ese logotipo corresponde a los socialistas, y no a la
asociación de floricultores, pongamos por caso. La base del dibujo es icónica,
como no puede ser menos: el puño cerrado simboliza la fuerza de la unión, y la
rosa es el contrapunto amable y esperanzador a la hosquedad del puño; como
icono es ambiguo, como símbolo es positivo, porque culmina en esperanza. El
gusano que sale de la manzana per-. tenece a otra clase de signos, es un indicio:
un indicio de que la manzana está podrida. Los indicios, como clase, son los
signos más difíciles de definir, hasta el punto de que lo más sencillo es decir que
lo que no es un icono ni un símbolo es un indicio. En relación con el intérprete,
que es el criterio que estamos usando, los indicios no requieren intérprete, son
independientes de que alguien los interprete o no, pero son dependientes de la
situación: un gusano en una manzana es indicio de que está podrida, mientras que
en un anzuelo es indicio de que se va a pescar. Por razones socioculturales, la
manzana es también símbolo de la fruta prohibida, que causa el castigo de Dios.
Las dos leyendas que acompañan al dibujo insisten en el carácter de símbolo que
sus autores quieren que predomine, un contra-símbolo, diríamos, la versión
podrida y negativa del logotipo socialista. La relación con el intérprete parece
clara: una persona que no estuviera enterada de que los gusanos son animales
repugnantes para los miembros de una cultura en la que se sabe que indican que
una manzana está podrida, y en la que la manzana simboliza el fruto prohibido,
no tendría por qué ver nada «injurioso y provocativo» en el anuncio; esa sería,
por ejemplo, la opinión de un marciano que no hubiera visto nunca manzanas, ni
gusanos, ni oído hablar de Adán y Eva. Queda, finalmente, otro logotipo: el
símbolo del partido comunista; la hoz y el martillo también requieren un intér-
prete que nos asocie esa expresión con el contenido «partido comunista», ya que,
en sí mismo, la unión de los dos instrumentos de trabajo no tiene por qué
significar, natural y exclusivamente, eso (podría significar, por ejemplo,
asociación de segadores y zapateros, pongamos por caso); es la asociación
convencional con el significado de «partido pomunista» lo que convierte a los
dos instrumentos cruzados en símbolo del mismo. (Récuerdese al gitano que
estaba dispuesto a afiliarse si se quitaba «la herramienta» de la bandera.)
II
Estilo directo y estilo indirecto
4.1.6. Al referirnos a algo que se ha dicho anteriormente, podemos repetirlo
utilizando, exactamente las mismas palabras, y entonces se trata de un estilo
directo, o podemos contarlo con nuestras propias palabras, en cuyo caso se trata
del indirecto. El estilo directo suele ir precedido de un verbo de 'decir', y de dos
puntos, y puede o suele ir en cursiva, o entrecomillado, o precedido de guión y
101
aparte; el indirectoTEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS
va precedido de que, y constituye, por tanto, una completiva
explícita. En un análisis profundo, naturalmente, se trata de dos completivas, de
dos sustantivas, pues lo mismo es: «Dijo: iremos mañana» que «dijo que iremos
(o iríamos) mañana». A partir de este ejemplo simple (directo en el primer caso,
indirecto en el segundo), se observa ya que el segundo requiere una mayor
elaboración, pues el hablante debe precisar si el tiempo verbal es posterior al
presente, lo que haría usar iremos, futuro, o si es posterior al pasado, lo que
llevaría a usar el pospretérito iríamos. Caben, además, fórmulas intermedias de
redacción: en el estilo indirecto puede suprimirse el que cuando el verbo de
'decir' se pospone, como ocurre en el texto, en el primer párrafo: primero se dice
lo que ha informado J. Aguilar y luego se nos dice que «informa José Aguilar».
El estilo directo, en cambio, se introduce directamente, en cursiva y sin los dos
puntos previos en Se fingen moderados y Vota seriamente y que nadie te
equivoque. Precisamente en este segundo ejemplo hemos podido señalar cómo se
introduce el que característico del estilo indirecto, pero con un matiz final,
exhortativo, que lo permite en el estilo directo (como cuando decimos «que te
vayas», «que estudies»).
4.1.6.1. Cabe también otra interpretación, aunque habría que señalar,
entonces, una mala puntuación: podría pensarse que el primer párrafo es una
reproducción, en estilo directo, de lo que informa José Aguilar, o sea, el
equivalente de «José Aguilar informa...». En ese caso, la puntuación correcta
obligaría a entrecomillar todo lo que José Aguilar informa (se supone que es cita
textual, reproducción exacta de sus palabras). El párrafo final, «ordenó la
incautación...», corresponde al desarrollo extremo y final del estilo indirecto, la
nominalización; la situación verbal se expresa mediante un sustantivo, un
abstracto de fenómeno. Los tres grados serían: a), «ordenó: incáutense...», estilo
directo; b), «ordenó que se incautaran», estilo indirecto, y c), plena no-
minalización, como en el texto, prueba concluyente de que la estructura más
profunda común a los tres tipos es un sustantivo. 21

21
Funciones de los adjetivos
4.1.7. También aquí debemos referirnos a puntos teóricos previamente
aclarados, en este caso en 4.1.2. Veamos, sin más dilación, los adjetivos del
párrafo:

sujeto (continuación)

5 (adjetiva, de relativo, antecedente en anuncio, pasiva) que


había sido impugnado por socialistas y comunistas
v. aux.
102 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
— judicial es un adjetivo de relación, con función atributiva, modificador
de resolución;
— moderados es un participio usado como adjetivo de relación, con
función de complemento predicativo referido a un sujeto que no se
explícita, en \una construcción impersonal refleja, con se, en la que
sólo se indica expresamente que se trata de un plural.
— igual es originariamente un adjetivo valorativo, aquí muy gra-
maticalizado, equivalente al comparativo como, con función de
atributivo, modificador de puño;
— socialista es un adjetivo de relación, también atributivo, modificador
de partido;
— comunistas, lo mismo, modificador de hoz y martillo, por lo que va en
plural.

IV

Análisis sintáctico

4.1.8. Aunque no se dice, se entiende que lo fundamental es, como en 4.1.4,


la distribución en oraciones, y la puntualización de los elementos más
significativos:
Oí Informa José Aguilar
V Sujeto .
se entiende que el resto del párrafo es una sustantiva, completiva de la primera,
compuesta por una pluralidad de suboraciones.
O2 El Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla decidió ayer C.° Determin.
aposición C.° Determ.
Sujeto V Adit.
•O3 prohibir (la separamos por claridad, es el implemento de decidió)
4 (implemento de prohibir, sustantiva, completiva, por tanto)
que vuelva a publicarse el anuncio de la Confederación de Empresarios nexo v.
auxi. C.° Determinativo C.° Det.
verbo, se pasivo r. . sujeto
de Andalucía (C E A)
C.° Det. aposición

sujeto verbo agente


TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 103
(de infinitivo, causal, transitiva) por considerarlo
gravemente injurioso y provocativo modificad.
nexo v O.D. C.° Predicativo del O.D.

O7 (pasiva refleja, con se)


Al tiempo se
anuncia
Aditamento v.
Os (sustantiva, completiva, sujeto de 07)
que el presidente de la patronal andaluza Manuel Martín Almendros nexo
C.° Determinativo aposición
sujeto

deberá prestar declaración ante la autoridad judicial


aux

modal
v. implemento aditamento

Todas las oraciones son aseverativas afirmativas.

TEXTO 9

42.
Un texto con representación gráfica extralinguística

£1 que quiera oír, que oiga.


Li majoiia da Ua paranaaa qua
fiftnftral Qptirsi ViaMa HA CUC
actudiari aa difiooltad auditiva, ooiuáfldoii
no afta biaa. aa aiiáiíóooo
Ronunciana la poiqua
ayuda DO quiaraa.
qua pnartam
praataxlaa loa Alliaaoa avmooaa
y aqual qua. «¡filando laa tnoifaclapaa da «u
snMioo OUtefot majar m adapta a aa caao
En ononUL OPTICA aaam
especiAliiado particular. ,
b«n)

No aa la notará:

todo quadaiA aa aaerato

«otra uatad y OBVKBAI. OPTICA.

Opción A
1. Disposición ideológica del texto en relación con la disposición ico-
nográfica.
2. Funciones del lenguaje en el texto.
3. Connotación y denotación en el texto.
104 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
4. Análisis sintáctico desde La mayoría de las personas hasta no quieren
(primera columna).

Opción B
1. Relación y diferencia entre iconos y símbolos a partir del texto.
2. Relación entre texto publicitario y noticia, a partir del texto.
3. Las frases hechas, su utilización en la publicidad.
4. Análisis sintáctico de: .
El que quiera oír, que oiga. General Óptica habla de sus audífonos.

OPCIÓN A

I
Disposición Ideológica e iconográfica
4.2.1. El texto está constituido por una composición simétrica en la que
se combinan los elementos icónicos y los lingüísticos. En esquema que calca
el de la noticia periodística:
A) ............................. Línea superior, de trazo más grueso ...........................
B) subtítulo con la* referencia propagandística
concreta
icono 1.a columna 2.a Logotip texto
(oreja) textual textual
columna o y , y.
línea de logotipo
C D E texto
F G

Para facilitar nuestra descripción hablaremos de las líneas A y B y de las


columnas C, D, E, F, G.
4.2.1.1. Sólo la columna C es puramente icònica: la representación de la
oreja nos indica inmediatamente que se trata de algo relacionado con la
audición. En las líneas A y B y en las columnas D y E sólo se utilizan
procedimientos de refuerzo icònico de rasgos gráficos: el tipo de letra mayor
corresponde a la línea A, que lleva también la carga ideológica mayor, y el
mayor esfuerzo imaginativo de todo el anuncio, como veremos en 4.2.3, 4.2.6
y 4.2.7. A partir de la línea A el texto va en disminución, hacia abajo y hacia la
derecha, como se comprueba en el logotipo de Philips que aparece en el
ángulo inferior derecho, donde se distingue a duras penas incluso en el
original del periódico. Las columnas D y E transmiten el contenido
informativo anunciado en la línea B (habla de), y utilizan los mismos
procedimientos de ampliación del tipo de letra en iniciales y nombre del
comercio, para llamar la atención. El establecimiento, General Optica, se
escribe en 'VERSAL en todas las columnas en que aparece (D, E, F). La
columna F insiste en el nombre del establecimiento, que aparece en logotipo,
subrayado por
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 105
una frase nueva alusiva a la audición, y la columna G proporciona la dirección
del establecimiento, así como la indicación de que la casa Philips participa de
alguna manera en el mismo, o está relacionada de algún modo con él.
4.2.1.2. Si reproducimos el esquema, teniendo en cuenta el análisis
precedente, el resultado será algo como:

............. advertencia general de que se trata de la audición ..................................


un establecimiento, General Optica, habla de sus aparatos

imagen de dos columnas sobre Lcgotipo y Información


insistencia la audición y G.O. frase de adicional
con motivo insistencia
directo:
una oreja

4.2.1.3. El texto se basa en la insistencia: las dos líneas y las cuatro primeras
columnas contienen referencias a oír, la audición, el oído. El establecimiento que
se anuncia lo hace en una línea y cuatro columnas (en G mediante su dirección).
Incluso aquí hay un principio de simetría: la columna C alude al oído y no a G.O.;
la columna G da la dirección de G.O*. y no alude al oído. Tanto el esquema
ideológico como el icónico son simples, el mensaje se percibe sin ninguna
dificultad.
4.2.1.4. Este análisis de lo inmediato del anuncio correspondería a la
primera lectura del mismo: la que realiza, por ejemplo, el lector del periódico que
no tiene problemas de audición y no lo necesita. Una segunda lectura
corresponde a quien tiene problemas auditivos. Esta persona leerá el anuncio y
encontrará, como veremos en 4.2.3, que la propuesta contiene tres elementos:
últimos avances de la tecnología, tratamiento individualizado y secreto. El
elemento de secreto o discreción es el predominante, por lo cual se impone, hasta
el punto de que toda esa información, que es lo importante del anuncio, queda en
la letra menor, que sólo leerán los interesados (y algún curioso).

II

Funciones del lenguaje

4.2.2. Ese doble plano que acabamos de ver está expresado lingüís-
ticamente gracias a las distintas funciones que el lenguaje tiene, y que expusimos
en 2.10.8. Predomina la relación entre el mensaje y el receptor, que corresponde
a la función apelativa y conativa: primero hay una ilamada general, «el que
quiera oír», que se concreta en una segunda persona, «usted». Existe,
especialmente desarrollada en la línea B y en las columnas D, E y G, una relación
entre el mensaje y el emisor, que corresponde a la función representativa, así
como una reiteración del canal de comunicación, o relación mensaje-contacto
que corresponde a la función fática, con una interesante expresión icónica, el
refuerzo de las mayúsculas iniciales de cada párrafo, que son la expresión gráfica
de algo así como un «oye, oye» reiterado. La función poética que corres- pónde a
la relación del mensaje con el propio mensaje está expresada, por un lado, en la
106 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
disposición del texto, que quiere ser simétrica, como expresión artística, y en el
uso de rimas como oír-vivir, o de refranes y proverbios adaptados a los fines
referenciales del texto.

III
Connotación y denotación

4.2.3. A partir de las bases teóricas que expusimos en 4.1.1., podemos


señalar que la denotación del mensaje es una información del tipo «si tiene
problemas auditivos acuda a este establecimiento que está en este sitio, y donde
tendrá a su disposición aparatos modernos y personal adecuado». No hace falta
pensar mucho para darse cuenta de que un anuncio que se limitara a eso, en la
misma letra que todo el resto del diario, no sería visto por casi nadie, y no
cumpliría su función esencial: atraer al público. Por ello tienen que funcionar los
mecanismos conno- tativos, tanto en el plano icònico como en el verbal.
4.2.3.1. En el plano icònico existe también connotación: el hecho de que se
vea una simple oreja desnuda tiene su importancia: los anuncios de las casas de
aparatos ópticos o acústicos se dividen en dos clases: los que muestran el
audífono o los que no lo muestran. En el caso de la gafa o las lentillas todos las
muestran o indican, en el caso de las lentillas, que lo importante es no verlas. Con
los audífonos no ocurre así, precisamente porque una parte de los afectados de
sordera cree que su enfermedad tiene connotaciones negativas; estas connota-
ciones también se daban para los usuarios de gafas (basta con pensar en los
epítetos «gafotas», «garitas», «cuatro ojos» y demás), y se luchó contra ellas
insistiendo precisamente en la estética de la gafa, y en sus posibilidades de
embellecer o personalizar un rostro. Por supuesto, en el caso de los audífonos
esto es más difícil; por ello, la técnica del anunciante es precisamente ofrecer la
oreja sin el molesto aparato, para perder esa connotación de defecto. En el mismo
plano icònico, la presencia del logotipo de Philips también forma parte de las
connotaciones de seriedad y respeto que caracterizan al anuncio, y que se
expresan, lingüísticamente, en el tratamiento de usted. Los presuntos usuarios del
audífono son, generalmente, personas de edad madura, lo que aconseja el
tratamiento de usted, como más corriente y neutro; en los anuncios de gafas, por
contra, abunda el tú.
4.2.3.2. Lingüísticamente, además de lo ya indicado en relación con lo
icònico, hay dos connotaciones importantes, la de la volición y la del secreto, y
otra menos clara, la de la seguridad que da el médico, no se trata de un mero
establecimiento comercial, sino de un centro científico, lo cual arrastra
connotaciones ’más positivas. La connotación volitiva es reiterada: el que
quiera, es porque no quiere, renuncian, con predominio de la negación, con lo
cual se insiste en el carácter negativo de la renuncia a un beneficio, para así lograr
que el lector, por sí mismo, deduzca el beneficio del aparato que se le vende. La
del secreto, por su parte, incide en esa connotación negativa de los defectos del
oído, en la defensa de la estética, gracias a un aparato que no se le notará.
IV
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 107
Análisis sintáctico

4.2.4. El fragmento que vamos a analizar es, en esta ocasión, brevísimo,


porque tiene peculiaridades dignas de comentario:
La mayoría de las personas que no oyen bien, es porque no quieren.
Formalmente, hay tres oraciones:
Oí la mayoría de las personas es
2 que no oyen bien
3 porque no quieren
Las tres son aseverativas y activas; la primera, afirmativa, y las dos restantes,
negativas. Los tres verbos están usados como intransitivos, aunque oír y querer
son transitivos.
4.2.4.1. Lo más llamativo es la primera oración, por el especial uso
predicativo de es. La forma es, sin predicado nominal, está usada como un
pro-verbo que sustituye a una forma verbal con su modificador de modalidad: la
oración significa «la mayoría de las personas (dentro de las que no. oyen bien) no
oyen bien...». Superficialmente, la concordancia gramatical del verbo es con el
sujeto la mayoría no va acompañada de coherencia semántica: de la mayoría no
se puede predicar simplemente que es. El verbo ser es un simple sustituto verbal,
para evitar la repetición del no oyen bien de la segunda oración. Esta O2 es una
adjetiva, de relativo, especificativa, que es el sujeto, y bien un aditamento,
semánticamente expresión de una circunstancia modal. La última oración es una
causal, cuyo sujeto es personas, C.° Determinativo de mayoría en la primera
oración, y antecedente del que de la segunda, impone su concordancia en plural
por el sentido, aunque también sería posible una concordancia en singular, con
referencia a mayoría.
4.2.4.2. Naturalmente, en una interpretación más completa, hay que
considerar que en el texto analizado hay un anacoluto. Rafael Lapesa me envía
amablemente esta puntualización: empieza con «La mayoría jde las personas que
no oyen bien» como sujeto; pero continúa como si hubiera dicho «Por lo que no
oye bien la mayoría de las personas a quienes eso ocurre ES porque no quieren».
Estamos de acuerdo en que el sujeto de ES tiene que ser una subordinación en que
haya referencia a causa.
OPCIÓN B

I
Icono y símbolo

4.2.5. Para la teoría general remitimos a 4.0.1. y 4.1.5. Sobre su aplicación


al texto se debe señalar que la diferencia radica en que el icono es independiente
de la existencia de un intérprete, mientras que el símbolo, por la relación
arbitraria que existe entre su expresión v su contenido, requiere intérprete. Es
inmediata la percepción de la fotografía de la oreja como un icono; técnicamente
podemos decir que la columna C es un icono. En la representación escrita
también hay un componente icónico: el distinto tamaño de las letras corresponde
a su relevancia mayor o menor; aquello sobre lo que se quiere llamar la atención
se escribe en tipo de letra mayor. Es simbólico, por supuesto, todo signo
108 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
lingüístico utilizado en el texto, ya que el signo lingüístico se define por la
asociación arbitraria de una expresión y un contenido. También son simbólicos
los logotipos de G. O. y de Philips, en los que hay que aclarar que el hecho de
llevar inscritas las leyendas «General Optica» y «Philips» no hace que dejen de
serlo, porque para esas leyendas hace falta un intérprete, que, en este caso, es
cualquier persona que sepa leer y escribir.
II

Texto publicitario y noticia


4.2.6. Dentro de los textos informativos se encuentran algunos textos que
transmiten conjuntamente información y publicidad o propaganda. Estos textos
ofrecen la actuación conjunta dé distintas funciones del lenguaje, como vimos en
4.2.2, y tienen un fuerte componente connotativo, que señalamos en 4.2.3. El
anuncio que comentamos tiene como componentes informativos la noticia de que
existen aparatos que permiten mejorar la audición, sin grave daño estético y
social, el nombre y la dirección del establecimiento que los vende, y el control
médico de los mismos. Ahí acaba la noticia, que coincide con lo que señalamos
sobre el significado denotativo. El componente publicitario, pese a ser superior
en extensión, se apoya sobre unos rasgos objetivos suficientes, expresados,
además, con bastante sobriedad, como vimos al relacionar la disposición
ideológica del texto con la iconográfica, en 4.2.1. La noticia se convierte en
publicidad tanto por la referencia a un establecimiento concreto como por la
insistencia con que se llama al lector: podríamos resumirlo diciendo que la
noticia mantiene al lector como tal lector, mientras que la publicidad lo que busca
es que el lector deje de serlo para convertirse en cliente. Para ello apela a la
segunda persona, usted, la introduce en el mundo de la confianza y la relación
directa, mediante el secreto, y le hace depender su mejora de su propio deseo, en
lo que previamente hemos considerado como su volición. Utiliza para ello
procedimientos de varios tipos, incluso retóricos, como la litotes, o afirmación
mediante la negación: «la mayoría de las personas que no oyen bien es porque no
quieren»; si usted quiere oír bien —deducimos^ le basta con querer hacerlo, para
lo cual —y ahí está la finalidad práctica de la publicidad— lo único que tiene que
hacer es acudir al establecimiento de la casa anunciante, que le ofrece esta serie
de garantías...
III
Publicidad y frases hechas

4.2.7. Para mejor conseguir su obietivo de captar al lector, transformándolo


en consumidor, la publicidad se vale de todo tipo de pro- cedimiéntos para
reforzar el «prestigio» de lo que ofrece. Una de estas fuentes de prestigio es la
tradición o la antigüedad. En el plano de los objetos, este prestigio se logra
mediante la expresión de esa antigüedad, sin más: tal banco es de confianza
porque tiene ciento veinticinco años; ese café es de fiar porque tiene setenta años;
nuestros abuelos se lavaban ya con tal jabón, o bebían tal agua embotellada, y así
sucesivamente. En el plano lingüístico, hay una fórmula que corresponde a la
antigüedad del objeto: el sabor añejo que proporcionan los proverbios y refranes,
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 109
extraídos de la cultura colectiva. Nuestro anuncio, que se apoya en el proverbio
querer es poder, aunque no lo enuncia como tal, usa la fórmula paralela «oír es
vivir», idéntica estructura, infinitivo -f cópula + infinitivo, y recurre a una
reminiscencia evangélica en los titulares del anuncio (línea A): «el que quiera
oír...». Esta selección está de acuerdo con el tono general del anuncio, dirigido a
personas mayores, capaces de reconocer inmediatamente tanto la pista del refrán
como la de la adaptación de la cita evangélica. Al mismo tiempo, como tuvimos
ocasión de señalar en 4.2.4, la situación se disloca, con ruptura de la cohesión
semántica, en el empleo de la fórmula con ser, en lugar de la reiteración del
verbo. La fórmula «la mayoría de las personas... es...» supone una aseveración
mucho más directa y exacta que la expresión coherente y completa de todos los
elementos que debieran integrar el texto. Además, hay una serie de esquemas
sintácticos de menor relieve que también contribuyen a ese carácter de
estereotipo propio del texto, como son los pares de sustantivo y adjetivo: últimos
avances, gabinete especializado, caso ,particular, o el eufemismo dificultad au-
ditiva.

IV
Análisis sintáctico
4.2.8. El texto para analizar es también muy breve, porque, al igual que el
analizado en 4.2.4, presenta algunas peculiaridades que invitan más al
comentario que al análisis. La primera parte,
El que quiera oir, que oiga
tiene en primer lugar una adjetiva de relativo, cuyo sujeto, el que, no tiene
antecedente expreso, aunque necesariamente ha de referirse a persona. Estas
construcciones pueden analizarse como una unidad, como sucede con él cual,
equivalente a quien, otro relativo que tampoco exige la presencia de un
antecedente (nos referimos a quien, por supuesto). Quien y el que, en estos
usos, suponen la presencia del cuantificador- universal, todo. El verbo querer,
en quiera oír está empleado como semiauxiliar, como verbo modal, del
infinitivo oír, como se comprueba al realizar la sustitución y la
pronominalización: no se mantiene el sentido si, considerando oír como
implemento, pronominalizamos en «el que lo quiera», debemos decir «el que
quiera hacerlo». Toda la proposición de relativo sirve de sujeto a que oiga, una
sustantiva, completiva, dependiente de un verbo de 'decir' que no está explícito
(un verbo per-
formativo, como «informo COMENTARIOS
no que», «digoDEque»),
LENGUA en construcción -que adquiere
ESPAÑOLA

un valor exhortativo, «exhorto a todo el que quiera oír a que oiga».


4.2.8.I. La segunda parte, General Optica habla de sus audífonos,
aseverativa afirmativa, como la precedente, tiene G. O. como sujeto; el verbo
hablar, usado como intransitivo, lleva un complemento preposicional o
suplemento (cfr. 2.Ó.2.4 y 2.7.3) de sus audífonos.

TEXTO 10

4.3.

Un texto de síntesis

Somos una Compañía Internacional


líder mundial en nuestra actividad \

Queremos abrir nuevos mercados muy


especiales, I y por ello estamos
buscando I

,I
\EsPectal
• Si Vd. tiene una acusada personalidad.
• SI entre sus principales cualidades están la tacilldad
para relacionarse y grandes dotes de persuasión.
• SI su presencia es agradable y posee un nivel cultural -
medio. .
• Si dispone de tiempo para dedicación completa, de
carnet de conducir y vehículo propio. '
• Si tiene deseos de superarse e interós por conseguir
un brillante porvenir profesional.
A VD. PODEMOS OFRECERLA
• Un puesto de trabajo de nivel directivo, especialmente
pensado para una mujer como Vd.
• Salarlo fijo de 900.000 pesetas brutas anuales.
• Afiliación a la Seguridad Social desde el primer día.
• Interesantes comisiones, incentivos, kilometraje y o
otros beneficios socialos, aparte. -
3 3
ai
Interesadas, escribir urgentemente al Apartado de Correos
53.325 de Madrid, indicando referencia y teléfono de 3
contacto.

Opción A

1. La disposición ideológica del texto en relación con la noticia periodística.


2. Connotación y denotación en el texto.
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 111
3. A Ud. podemos ofrecerla, Interesadas, escribir urgentemente: comentar
estas construciones desde el punto de vista de la norma.
4. Adjetivos, su función y clasificación semántica en las líneas 7-15.

Opción B

1. Aspectos gráficos del texto en relación con la disposición ideológica.


2. Elementos de la función conativa.
3. Análisis sintáctico desde Si tiene deseos (lín. 14) hasta una mujer como Vd.
(lín. 18).
4. Adjetivos, su función y clasificación semántica en las líneas 17-22.

OPCIÓN A

Disposición Ideológica y noticia

4.3.1. El texto tiene una parte de noticia, de información que se presenta


como objetiva, y una parte de oferta. La parte de noticia, que es la puramente
denotativa, como veremos en 4.3.2, informa de que se trata de una compañía
internacional, que abre nuevos mercados, busca una candidata a un puesto de
trabajo que exige carnet de conducir y vehículo propio, ofrece un salario concreto
y una serie de beneficios sociales y económicos. A esto hay que añadir que el
texto gira en torno a la palabra especial: se busca una mujer especial para abrir
mercados especiales, es decir, aunque no se exprese de este modo, para realizar
un trabajo especial; los rasgos, es decir, lo que define como especial a la mujer y
al trabajo, se explicitan en una serie de puntos, divididos en dos partes; la primera
dedicada a lo que se pide que sea la solicitante, y la segunda a lo que se ofrece.
Como lo que se destaca es que se busca una mujer muy especial, la parte
dedicada a analizar lo que se considera «mujer (especial» es más detallada que el
resto.
4.3.1.1. Relación, persuasión, agrado, cultura e independencia para los
desplazamientos son las características que configuran a esa mujer que debe abrir
mercados muy especiales, así como deseo de superación y ambición. Estos dos
últimos puntos , son también rasgos propios de la compañía, que también desea
superarse y expandirse. El texto, en suma, puede dividirse en tres partes:
presentación de la compañía, rasgos que deben caracterizar a la solicitante
elegida y oferta de trabajo. Se cierra con un apartado de pura información, en el
que se dan normas acerca del modo de ponerse en contacto. Todas estas partes
van marcadas gráficamente de modo preciso, como diremos en 4.3.5. La noticia,
es decir, la existencia del puesto de trabajo y sus características, está totalmente
alterada para presentarse en forma de oferta. Se quiere actuar sobre el lector para
que se convierta en solicitante. Esta actuación supone una variante sobre el
sistema normal de la publicidad, que intenta, como hemos dicho, convertir al
lector en consumidor: lo que se consumirá aquí no es un bien, sino un servicio.
112 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
II
Connotación y denotación

4.3.2. Hemos resumido, en el apartado anterior, lo que se puede considerar


denotativo en el texto. (Para las bases teóricas, cfr. 4.1.1.) Los elementos
connotativos priman marcadamente, pues todo gira en tomo a lo especial. Se
insiste así con expresiones como «una mujer como usted», una preocupación por
el femenino que lleva a contravenir la norma, como veremos inmediatamente, en
4.3.3. Al leer el anuncio nos damos cuenta de que no se busca una mujer
especialmente tímida, o casera, sino, al contrario, una mujer emprendedora,
«agresiva», moderna, habituada a las relaciones sociales, ambiciosa e
independiente. Aunque corresponde a la primera pregunta de la Opción B, no
podemos evitar decir aquí que el maquetador del anuncio, al prepararlo para la
imprenta, nos da una idea del tipo de mujer que imagina, con esas curvas que
adornan las iniciales de «una mujer muy especial», los rasgos de las propias
letras, y la insistencia en el «muy especiales». La impresión que da es lo que
ahora se llama «sofisticado» y antes se llamaba simplemente «cursi».
4.3.2.1. Se deslizan también en el texto otras connotaciones, como las que
corresponden a la ambición: puesto directivo, salario relativamente alto, teniendo
en cuenta que se ofrecen comisiones, incentivos y dietas. Los adjetivos, como
tendremos ocasión de estudiar en 4.3.4, corroboran todas estas impresiones; de
ellos siempre se desprende algún matiz de grandeza, brillantez o incremento.
Creo también poder decir que una persona relacionada con el medio interpreta
también con rapidez, por pura connotación, ya que no se dice nada de ello, que lo
fundamental del trabajo es vender, y muy probablemntee vender un producto
femenino, así como que no debe ser demasiado fácil vender ese. producto,
porque la píldora está demasiado dorada, como se dice corrientemente. lina
última connotación que se nos desprende es la de una rapidez que parece
excesiva, y da cierta superficialidad al texto: estamos buscando, dedicación
completa, escribir urgentemente. Hay también una connotación respetuosa, no
confianzuda, en el uso de usted como fórmula de tratamiento: se guardan las
distancias. El conjunto de datos, unido a su empleo desacertado de la lengua,
lleva también a la impresión de que se trata de un redactor pretencioso y
semicülto. 22 no coincide con el de la norma ordinaria; podríamos decir, desde
ésta, que también es incorrecta, y no estaría mal; pero no sería del todo exacto.
4.3.3.1. A Ud. podemos ofrecerla es descaradamente antinormativa en el
empleo de la como Objeto Indirecto (complemento). Lo correcto y admitido es
le, tanto para el masculino como para el femenino. Aquí ha sido el deseo de
insistir en que se trata de un trabajo para mujeres, exclusivamente, el que ha

22
La norma

4.3.3. Las dos construcciones que vamos a comentar están fuera de la


norma. La primera de ellas es incorrecta, desde este punto de vista; lo
segunda, más que incorrecta, es propia de otro tipo de código, que
provocado este uso incorrecto, y antietimológico, que llamamos laísmo. 113
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS
El
esquema correcto etimológico de los pronombres átonos en español es: le para
Objeto Indirecto, masculino o femenino, y, para Objeto Directo (implemento), lo
masculino y neutro, la femenino. La norma tolera también le, en singular, para
implemento personal, pero nada más.
4.3.3.2. También puede considerarse muy marginal, teóricamente, aunque
en la práctica esté muy extendido, el uso de la construcción redundante: a Ud.
...la, con reiteración o duplicación del complemento., Se trata de un uso
pleonàstico, puesto que con podemos ofrecerle se diría lo mismo. La duplicación
tiene un valor de insistencia, claramente.
4.3.3.3. La construcción Interesadas, escribir urgentemente está fuera de la
sintaxis habitual, y pertenece a lo que se llama lenguaje telegráfico, pues procede
del uso corriente en los telegramas, donde se suprimen palabras para que resulten
más baratos: se pagan por palabras, como sabemos. Los anuncios por palabras
también se pagan de ese modo, y de ahí ha venido una costumbre (es posible que
inicialmente fuera una corruptela) del lenguaje publicitario, que emplea el estilo
telegráfico, aunque no se pague por palabras, sino por espacio. Simplemente con
usar el subjuntivo hortativo, escriban, en vez del infinitivo escribir (que está en
contradicción con el tono que se pretende dar al anuncio), se habría mantenido el
anunciante dentro de la norma.

IV
Los adjetivos

4.3.4. De acuerdo con la teoría que ya hemos expuesto y aplicado


en varios lugares, podemos clasificarlos así:

— acusada personalidad: atributivo, pasa a ser valorativo por alteración


semántica, especificativo en anteposición forzada.
— principales cualidades: atributivo, originariamente cuasideterminati- vo
('primeras') pasa a valorativo ('mejores'), especificativo, fácil anteposición.
— grandes dotes: atributivo, valorativo, especificativo, fácilmente antepuesto,
máxime con sustantivo determinado por una frase prepositiva.
— agradable: predicativo, referido a presencia por el verbo ser, predicado
nominal. •
— nivel cultural medio: atributivos, especificativos, el ser dos favorece la
posposición. El primero es de relación, el segundo, descriptivo con posible
evolución semántica a valorativo.
114 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
— dedicación completa: atributivo, especificativo, es frase hecha, con
posposición obligatoria en ese sentido, en el que completa pasa a tener un
valor de adjetivo relacionante.
— vehículo propio: atributivo, especificativo, posposición normal en un
adjetivo de relación o pertenencia.
— brillante porvenir profesional: atributivos, especificativos. El primero, de
origen descriptivo, evoluciona semánticamente a valorativo, matiz
semántico con el que está usado aquí; el segundo, de relación, se emplea
pospuesto habitualmente: se trata de una frase estereotipada, con orden
generalmente invariable.
4.3.4.1. El análisis que precede nos permite señalar que en el texto hay una
serie de fórmulas en las que el orden de los elementos está establecido, y una
tendencia a la anteposición, totalmente innecesaria, que se puede sumar a los
otros rasgos que han ido caracterizando al autor del texto como una persona
semiculta, pretenciosa y superficial, que se dirige a un tipo de personas similares,
y que maneja muy burdamente los resortes lingüísticos del español.

OPCIÓN B

I
Disposición ideológica y gráfica
4.3.5. En 4.3.1. tuvimos ocasión de ver cómo el texto se dividía en dos
partes: la información objetiva del puesto de trabajo y la exigencia de las
candidatas, a las que podía añadirse, como apéndice, el apartado final, con la
información sobre la dirección a la que debían escribir para entrar en contacto. La
disposición gráfica es más compleja, aunque esta complejidad no contradice lo
fundamental del contenido del texto. En esquema sería
la. siguiente: '
— presentación
A — dos primeras líneas en negrita B — una — objetivos
— introducción a
línea en redonda C —una línea que culmina en — tema
negrita D — centro del anuncio, en negrita,
cursiva, tipo mayor, y con adornos E — cinco — cualidades de la
apartados precedidos de punto negro, en candidata
redonda, nueve líneas F — una línea en versal — oferta
— concreción de la oferta
negrita .
G — cuatro apartados precedidos de punto — apéndice con la in-
negro, en redonda, con la cifra 900.000 en formación comple-
negrita, seis líneas E — tres líneas en redondo, mentaria
precedidas de una palabra en negrita. i
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS 115
Todo ello puede concretarse en:
A, B, C : presentación (solicitud)
D : tema: una mujer especial E :
desarrollo del tema
F : concreción de la oferta
G : desarrollode la oferta
H : epílogo
4.3.5.1. El esquema es simétrico: 1), la empresa se presenta; 2), solicita una
mujer especial; 3), especifica en qué consiste ser «una mujer especial»; 4), oferta;
5), especifica esa oferta, y 6), concluye diciendo dónde se puede materializar el
contacto. A los puntos 2 y 4 corresponde la mayor insistencia gráfica:

UNA MUJER ESPECIAL A


VD. PODEMOS OFRECERLA
entre ambos, es decir, en lo que corresponde al punto 3 (apartado E, antes) se
sitúa lo que gráficamente es el centro del espacio e ideológicamente lo más
importante: si no se reúnen las condiciones especificadas en este apartado no se
puede solicitar la plaza. Los puntos 2 y 4, por tanto, llaman inmediatamente la
atención, pero en ello no se hace más; lo importante queda entre ambos, como
centro ideológico y centro gráfico, y se convierte en la definición del tema, es
decir, de la «mujer especial».
4.3.5.2. Tras ello, tenemos que considerar que los otros puntos relevantes
reciben el adecuado refrendo gráfico: la importancia de la empresa se resalta con
el empleo de la negrita; la cuantía del salario, 900.000 pesetas, del mismo modo,
así como el hecho de que se busca, y la llamada de atención a las interesadas, para
indicarles dónde escribir. Los distintos apartados de las condiciones y la oferta se
marcan con sendos puntos negros que preceden.
4.3.5.3. En suma, es evidente que el anuncio está perfectamente trabado, y
que todos sus elementos están explicitados. Ahora bien, el modo de explicitarlos
es redundante, puesto que bastaría con seis apartados ideológicos simples, en vez
de los ocho que numeramos de la A a la H, seis apartados que corresponderían a
las seis divisiones gráficas: es fácil establecer la correspondencia entre los
apartados ideológicos y los gráficos, como hemos hecho; pero esa
correspondencia no es perfecta: el maquetado es mejor que la redacción. 23
desarrollaremos aquellos aspectos en los cuales se busca asegurar que se
permanece en contacto con el receptor, es decir, que el canal está libre y la
comunicación se transmite sin solución de continuidad.

23
Elementos conatlvos

4.3.6. Mediante la función conativa del lenguaje usamos éste para


expresar la relación entre el mensaje y el receptor. En el apartado anterior
hemos tenido ocasión de señalar la distribución ideológica de nuestro texto,
de la que también nos habíamos ocupado en 4.3.1. Ahora
116 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
4.3.6.1. Los elementos fundamentales empleados para la función conativa
son los tres Vd., especialmente el segundo central, realzado por el tipo de letra y
por la colocación en uno de los dos lugares relevantes del texto, el interesadas
que precede el apéndice y, muy especialmente, los puntos que preceden a las
condiciones de la mujer especial (cinco) y a las de la oferta (cuatro). Estos
puntos tienen el valor de reiteraciones de y...y, simplemente para indicar que
luego viene otro, y vendrá otro, y así hasta el final. En este sentido, el texto es
también bastante reiterativo y monótono, pues los recursos básicos son
gráficos. Como recurso lingüístico, además del Ud. apelativo, está el uso
repetido de si tras cada punto, en las líneas 7 -15; nótese que hubiera sido
bastante fácil reproducir este esquema en la oferta; pero, como ocurre con la
disposición ideológica, la mayor carga del anuncio se encuentra entre los
puntos 2 y 4, en donde se ha puesto más cuidado; lo demás se considera
secundario y no se presenta del mismo modo que el sector central del anuncio.

III
Análisis sintáctico
Si tiene deseos de superarse e interés por conseguir un brillante
porvenir profesional, a Vd. podemos ofrecerla un puesto de nivel
directivo, especialmente pensado para una mujer como Vd.
4.3.7. Sintácticamente, lo más importante del párrafo es la construcción
condicional: la condición aparece en primer lugar, conxo pró- tasis, Oí, y lo
condicionado en segundo, O2, como apódosis:
Oí Si tiene deseos de ... e interés por ...
O2 a Ud. podemos ofrecerla un puesto de trabajo ... pensado . para...
Las dos oraciones son aseverativas afirmativas, activas y transitivas. La
relación entre las dos se presenta como real, aunque lo condicionado está
matizado por la presencia de un verbo modal, semiauxiliar, podemos. .
4.3.7.1. La primera oración no lleva explícito el sujeto Ud. El verbo tiene
va implementado por déseos e interés, cada uno de los cuales lleva un
complemento determinativo formado por una frase preposicional (introducida
por de o por) cuyo núcleo es un infinitivo: superarse y conseguir; el primero
lleva un se intrínseco, reflexivo formal, como objeto, mientras que el segundo
es transitivo y va implementado por porvenir, al que modifican los adjetivos
brillante y profesional.
4.3.7.2. La segunda oración tiene como sujeto un «nosotros» implícito en
la desinencia de podemos; como hemos adelantado, podemos es un verbo
modal, semiauxiliar, y ofrecer es el núcleo del grupo verbal. Ofrecer es
transitivo; pero su implemento (objeto directo) no es,
117
como parecería porTEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICÓNICOS
la forma del pronombre, a Ud. ... la, porque ese la debiera ser
le, de acuerdo con la norma, que impone dativo pronominal para el complemento
(objeto indirecto): a Vd. ... la es el complemento, pleonàstico, redundante, con
dos elementos. El implemento es puesto, modificado por un complemento
determinativo, introducido por de {de trabajo, a su vez con otro complemento
determinativo, de nivel directivo), y por un participio en función de adjunto, es
decir, usado como adjetivo, pensado. Por su condición de verbo, pensado va
acompañado de un aditamento adverbial, especialmente, y de otro, con valor de
circunstancial de finalidad, en la frase preposicional que introduce para. A su
vez, este para una mujer como Vd. contiene el elemento como Ud., al que
corresponde, en una estructura más profunda, «tal como usted es», es decir, una
comparativa de igualdad, cualitativa, no desarrollada en la estructura patente o
superficial. En el análisis de la estructura superficial tenemos que considerarlo un
aditamento.
4.3.7.3. Es posible que se pueda objetar que en unas ocasiones separamos
las suboraciones de infinitivo, y que aquí no lo hemos hecho, o que señalar la
posibilidad de un análisis más profundo y no llevarlo a sus últimas consecuencias
es quedarse a medio camino. Hemos elegido este criterio por razones en parte
metodológicas (la gramática es una abstracción, y cada gramático elige el grado
de abstracción que desea) y pedagógicas (este libro no va dirigido a lingüistas,
aunque sería un honor contarlos entre sus lectores; no queremos esquivar la
dificultad; pero también estamos convencidos de que hay soluciones intermedias
que no son necesariamente falsas).

IV
Los adjetivos
4.3.8. Por las razones aducidas en 4.3.4, procedemos a su examen:
— nivel directivo: atributivo, especificativo, de relación, normalmente
pospuesto.
— pensado: como participio y modificador de puesto lo hemos tenido
en 4.3.7.2. -
— salario fijo: atributivo, especificativo, de relación, pospuesto.
— pesetas brutas anuales: atributivos, especificativos, de relación (en el caso
de brutas tras su evolución semántica a la acepción admi-
nistrativo-económica), normalmente pospuestos, y más en el contexto, en el
que pesetas va precedido de número, y anuales especifica todo lo que
precede.
— seguridad social: atributivo, especificativo, de relación, pospuesto.
— primer día: numeral ordinal, determinante, antepuesto en forma apocopada.
— interesantes comisiones: atributivo, especificativo, usado como valo- rativo,
por evolución semántica («buenas»), antepuesto.
— otros beneficios sociales: otros es indefinido, categoría generalmente
diferenciada de los calificativos; sociales es especificativo, de relación, en
función atributiva, normalmente pospuesto, y más en este contexto, en el
que la presencia de otros impide su anteposición.
4.3.8.1. A diferencia de lo señalado en 117 4.3.4, aquí los adjetivos son
118 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
predominantemente de relación y van pospuestos. Es significativo, y simple, que
la única anteposición excepcional es la del valorativo, referido a las condiciones
económicas, una muestra más de los burdos recursos empleados por el redactor.
Comparado con la adjetivación de 4.3.4, este párrafo resulta mucho menos
subjetivado y realzado, y se amolda a las condiciones objetivas de lo que el texto
tiene de noticia, como señalábamos en 4.3.1.
Capítulo 5

UN TEXTO JURÍDICO Y ADMINISTRATIVO

5.1. Vamos a considerar el lenguaje administrativo como una variante del


lenguaje jurídico, puesto que sólo disponemos de un texto de este tipo, entre los
correspondientes al curso 1981-82. Podemos decir, en primer lugar, que, del
mismo modo que el lenguaje técnico y científico, el lenguaje del derecho y la
administración ha de ser preciso y exacto, y evitar la ambigüedad; pero, mientras
que la lengua de la técnica recurre a una formalización sumamente abstracta, a un
conjunto de fórmulas y a los números y expresiones inequívocas de funciones y
relaciones, el lenguaje jurídico y administrativo tiene que acudir a otros
procedimientos, que se concretan, fundamentalmente, en la afirmación de que el
lenguaje del derecho se caracteriza por una gran explicitud, por la mención
explícita de todos los supuestos, considerandos y referencias necesarias. Utiliza
también un gran número de expresiones fijas, y las llamadas «fórmulas
jurídicas», a veces de gran arcaísmo: en este sentido puede ocupar una posición
marginal respecto a la norma.
5.1.1. L. Calvo24, dentro de una interpretación amplia del término estilo,
señala como los rasgos más destacados del administrativo los siguientes:
solemnidad, corrección o urbanidad, objetividad, homogeneidad, claridad y
concisión, advirtiendo que, por exceso acumulativo, se manifiestan en muchas
ocasiones los vicios contrarios, es decir, que los autores de este tipo de textos
incurren en redundancias y énfasis, oscuridad, subjetividad y verbosidad.
Podemos añadir que, debido al carácter apresurado que toman muchas veces estos
textos, a la constante producción de los mismos por una burocracia infatigable, y
la escasa preparación lingüística de sus autores, las faltas, desviaciones y errores
se acumulan, constituyendo con frecuencia una muestra de una jerga técnica muy
alejada de la lengua común. Esto, como dijimos al hablar del lenguaje de la
ciencia, no tendría por qué ser así: en nuestros textos jurídicos y entre los
cultivadores del derecho en España se encuentran algunas de las mejores
muestras de nuestra prosa escrita de todos los tiempos, apoyadas precisamente en
lo que debiera ser su nota esencial: la claridad y la concisión.

24 Luciana
5. Comentarlos CalvoEspañola
de Lengua Ramos, Introducción al estudio
119 del lenguaje administrativo. Madrid,
Gredos, 1980.
120 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

TEXTO 11

5.2.

RESOLUCION de 26 de abril de ciembre de 1S81 («BOPV» de S de di- lucióif en el «Boletín Oficial del País' Vasco.,
ciembre), por le que se convocan loe para las reclamaciones a que hubiere lugar,
1982, de la Viceconsejería de Educación, debiéndose hacer constar en la instancia de
por la que se publica la adjudicación concursos generales de traslados para cubrir redamación los siguientes extremos:
provisional de destinos de los tonos vacantes existentes en centros estatales de
consorte y voluntario obtenidos en el educación preescolar y general básica, 1.— Apellidos, nombre y destino.
concurso general, restringido y de
preescolar, en el País Vasco, en el Cuerpo Bate Viceconsejeria ha dispuesto: 2. — Convocatoria o convocatorias
de Profesores de Educación General por laa que participa (Ministerio de
1. ADJUDICACION DE DESTINOS Educación y Ciencia, Generalidad de
Básica, convocado por orden de 4 de di-
A) Alcanzado* voluntariamente: Primero.— Cataluña y/o Departamento de Educa- dón
ciembre de 1981 («BOPV» S de di-
ciembre). Publicar la ediudicacióc provisional de del Gobierno Vosco).
destinos do los turnos consorte y voluntario
Urna. Sra.: obtenidos por los concursantes de entre los 3. — Concurso o concursos en que
incluidos en eus solicitudes. Se concede un
De conformidad con lo dispuesto en el plazo de quince dias naturales, a partir del si- toma pene. __
número 40 de U Orden de 4 de di guiente al ds la publicación ds esta reso-
4. — Turno o turnoa en que solicita.

6.— Territorio por que aolidta y

número da Registro da Personal.

Opción A
1. Caracterización del texto y división en apartados.
2. Aspectos icónicos del texto.
3. Análisis sintáctico desde lima. Sra. (col. 1) hasta ha dispuesto: (col. 2, lín.
7).
4. Funciones del lenguaje en el texto.

Opción B
1. Análisis de las formas verbales del apartado primero (cois. 2 y 3).
2. Substantivos abstractos en la primera columna.
3. Colocación y significación de los adjetivos en la primera columna.
4. Consideración normativa del texto.

OPCIÓN A 25

25
Caracterización
5.2.1. El texto está constituido por un título, un preámbulo, ambos
completos, y una parte del apartado I, concretamente, el subapartado A en su
artículo l.°, del que se explicitan cinco puntos.
5.2.1.1. El título comprende desde RESOLUCION hasta el punto y
aparte, es decir, todo lo que, en la primera columna, está compuesto en
negrita y en tipo mayor. En121
5. Comentarlos de Lengua Española
él se concretan el carácter o rango del texto (una
«resolución» es de rango inferior a una «orden ministerial», inferior
a un «decreto»; inferior,
UN TEXTO a suY ADMINISTRATIVO
JURIDICO vez, a una «ley»), la fecha, el organismo
122 de donde
emana y el contenido del mismo, resumido. En nuestro texto, como se refiere a
una disposición legal anterior, se nos dice el rango (orden) de ésta, su fecha y el
órgano en que se publicó (el Boletín Oficial del País Vasco, en este caso).
5.2.1.2. El preámbulo comprende desde «lima. Sra.», en la primera
columna, hasta ha dispuesto, en la segunda. A partir de ahí empieza la
«disposición», de la cual sólo tenemos una parte del apartado I, dividido, a su
vez, en varios subapartados (sólo tenemos parte de A), subdivididos en artículos.
Cada artículo (aquí sólo tenemos el primero) puede dividirse en varios puntos
(en este texto tenemos cinco puntos de ese artículo primero). Esta complejidad
permite que las posteriores referencias internas, muy abundantes en estos textos,
se hagan de modo muy preciso, a la unidad concreta que se quiera señalar.
5.2.1.3. El preámbulo consta de una dirección, que nos indica que se envía
a una directora general (a quien corresponde el tratamiento de Ilustrísima), un
cuerpo del mismo, donde se refiere a la ley que se desarrolla en esta disposición
de menor rango, y termina con la fórmula de la «disposición legal». El apartado
primero está dedicado a la «adjudicación de destinos», el subapartado A a los
«destinos alcanzados voluntariamente» y el artículo primero a los datos que se
deben indicar en las reclamaciones que se puedan hacer contra lo dispuesto en
esta resolución.
5.2.1.4. El texto se caracteriza, en suma, por una disposición muy trabada,
que se puede apreciar perfectamente, a pesar de su carácter fragmentario.
Contiene una gran cantidad de nombres propios, que pertenecen a organismos o
entidades administrativas, siglas (BOPV), fechas, y predominio de sustantivos,
infinitivos y fórmulas de se -f- tercera persona («se publica», «se concede»), así
como adjetivos especificativos pospuestos, entre los que abundan los de relación
(«consorte», en la segunda columna, «vasco», en todo el texto), y abundantes
complementos determinativos o circunstanciales de varias clases, lo cual está de
acuerdo con el carácter de precisión que impregna el escrito.

II
Aspectos icónícos

5.2.2. Corresponde a la división anterior una clara distribución ¡cónica: de


diversos modos se señala la distinción entre el título, en negrita y tipo mayor,
como ya hemos dicho, y. el preámbulo. El apartado I se separa del resto porque
está en negrita y en tipo VERSAL; el subapartado A está en negrita, pero no
versal, sino de caja baja, y cada uno de los artículos va separado y precedido de la
frase «artículo...». El texto se dispone en columnas iguales, en las que se busca
una alternancia entré los distintos tipos de letra y los distintos espacios que se
dejan, para que el lector perciba inmediatamente las divisiones: nótese, en este
sentido, cómo el apartado I está separado del resto, de modo muy perceptible por
mayor espaciado arriba y abajo. '
5.2.2.1. Con frecuencia creemos que los aspectos ¡cónicos de los textos
sólo aparecen cuando hay gráficos, dibujos y similares; nada más
falso: los buenos linotipistas y compositores de imprenta saben muy bien que los
textos impresos requieren una presentación
122 cuidadosa, con detalles como evitar
que coincida una fila de blancos
UN TEXTO perpendiculares
JURÍDICO dentro de una página, que123
Y ADMINISTRATIVO

parece partirla en dos, o que una línea acabe página con una letra, o una palabra,
especialmente si es muy corta. Los espacios que separan las columnas también
deben ser proporcionados, para que el texto tenga una mínima apariencia
estética, incluso dentro de un papel y un formato tan poco estético como el de un
boletín oficial.

III
Análisis sintáctico

lima. Sra.: De conformidad con lo dispuesto en el número 40 de la


Orden de 4 de diciembre de 1981 («BOPV» de 5 de diciembre), por la
que se convocan los concursos generales de traslados para cubrir
vacantes existentes en centros estatales de educación preescolar y
general básica. Esta Viceconsejería ha dispuesto.
5.2.3. Debemos separar del texto el lima. Sra., vocativo, del que
volveremos a cupamds en 5.2.4. Hecho esto, señalaremos que la mala
puntuación del escrito (aspecto normativo para considerar en 5.2.8) provoca una
separación artificial de los componentes de la primera oración (Oí), en un
fragmento en el que no hay más que dos. Se debe escribir correctamente, por
tanto: «Esta Viceconsejería (sujeto) ha dispuesto (núcleo del predicado, al que
siguen los aditamentos) de conformidad con lo dispuesto... diciembre)»; se trata
de una oración asevera- tiva afirmativa, activa y transitiva, cuyo implemento esta
formado por todos los apartados que siguen, dentro del documento.
5.2.3.I. La segunda oración es la adjetiva de relativo introducida por «por
la que», cuyo antecedente es orden. Es una oración de pasiva refleja, con se
como indicador de la pasiva, también aseverativa afirmativa, con concursos
como núcleo del sujeto. De ella depende, en función de aditamento, una
construcción de infinitivo, con matiz final, transitiva, cuyo implemento es
vacantes, modificado por existentes, que, por su condición de participio, lleva un
aditamento, en centros estatales, modificado, a su vez, por un complemento
determinativo compuesto por un núcleo, educación, con dos adjetivos
modificadores coordinados, el segundo especificado, además, por otro adjetivo,
básica.
5.23.2. El rasgo característico de la sintaxis de este fragmento menor es la
presencia de elementos mal distribuidos, con un vocativo y un núcleo del
predicado de una oración disooiado del resto de ésta por una pausa, adjetivos que
actúan como participios de presente, núcleos verbales, y una gran abundancia de
complementos determinativos, aditamentos y adjetivos especificativos, que
pueden ser especificados a su vez. Todo ello configura un párrafo tedioso y
sobrecargado.
rv
Funciones del lenguaje
5.2.4. Lo más destacable en el texto es la relación que se establece entre el
lenguaje y el objeto, es decir, la función representativa. A par* tir de esta función
124 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
básica, el texto está escrito para transmitir un contenido fundamental, objetivo,
tenemos otras varias. La función apelativa, que expresa la relación entre el
mensaje y el receptor, está expresada claramente por el vocativo lima. Sra. El
vocativo es una construcción específica para la función apelativa, en el plano
nominal, como el imperativo lo es en el verbal. Los distintos puntos, apartados y
subapartados están ligados a la función fótica: el autor se asegura de que el canal
de comunicación está abierto, y lo mantiene «limpio» mediante una minuciosa
distribución de las partes. También se usa el lenguaje para la relación del
mensaje con el código, propia de la función metalingüística: hay continuas
referencias internas, referencias a la ley que desarrolla, a su fecha y publicación,
es un autismo propio de los textos legislativos y sus disposiciones
administrativas. Ni siquiera falta, aunque parezca mentira, la función poética,
mediante la cual el mensaje se relaciona consigo mismo: el redactor es
consciente de que está redactando un texto legal, y que hay ciertos usos propios
de este tipo de textos, como el empleo del futuro hipotético de subjuntivo, entre
otros arcaísmos, y escribe, en la tercera columna, «hubiere lugar».

OPCIÓN B

I
Formas verbales

5.2.5. El catálogo de las mismas, con los más generosos criterios de


inclusión, contiene, para las columnas 2 y 3, las siguientes: se convoca, cubrir,
existentes, ha dispuesto, alcanzados, publicar, obtenidos, incluidos, se concede
(no contamos partir en a partir de), siguiente (col. 2) y hubiere, debiéndose,
hacer, constar (no contamos siguientes, sin valor ni función verbal en el texto),
participa, toma, solicita y, otra vez, solicita, diez formas no personales frente a
ocho personales (7:3 en la columna 2). El empleo de las no personales de modo
preferente sirve para insistir en el carácter de virtualidad y abstracción que
predomina en estos textos, que pretenden sentar principios generales, por lo que
recurren con enorme frecuencia a los infinitivos (4) igual que a las cons-
trucciones con se, donde se enmascara el sujeto (3, que se pueden unir al
impersonal hubiere). Sólo hay un gerundio, frente a dos participios de presente
con valor verbal: existentes y siguiente. La razón de esta distribución puede estar
en que el redactor sabe que los gerundios son «peligrosos» desde el punto de
vista de la norma, porque se puede con
125 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
travenir fácilmente en situaciones de posterioridad, pero isnora que tampoco
son aceptables, en este criterio normativo, que discutiremos en
5.2.8, las construcciones en las que los adjetivos en -nte, que proceden de
participios de presente, toman valor verbal y llevan complementos como si
fueran formas verbales.
5.2.5.1. Sólo una vez, en hubiere, para indicar la contingencia, aparece el
subjuntivo. Predomina el indicativo, por tanto, con seis ejemplos. El tiempo
presente es el que enmarca las formas personales, en las que sólo una vez se
utiliza el antepresente, ha dispuesto, para referirse a un pasado que se ve en su
proyección hacia el presente. En cambio, en las formas no personales, contamos
con tres participios de pasado con valor verbal, con lo cual se insiste en la
referencia al pasado, pero sin compromisos temporales —y mucho menos
aspectuales— concretos, sino como referencia de situación temporal. La
columna tercera aporta una gran cantidad de concreciones con presente de
indicativo; sin ella la ausencia de formas verbales personales sería mucho más
llamativa. También es característica la tercera persona del singular, en todas las
formas personales del texto.

II
Sustantivos abstractos

5.2.6. Si eliminamos destino v número, que están usados en sus acepciones


concretas de «lugar» y «cifra», nos auedan todavía ocho abstractos, a los que se
añadiría, como noveno. Viceconsejería, convertido en nombre propio. (Para la
teoría, cfr. 2.10.2.) La mavoría son abstractos de fenómeno, es decir, procedentes
de verbos: resolución, educación, adjudicación, turno, concurso v orden (como
lo serían destino y número, en sus acepciones propias). Proceden de adjetivos, y
son abstractos de cualidad, por tanto, conformidad, viceconsejería y preescolar.
No hay abstractos de cantidad.

III
Adjetivos

5.2.7. Los adjetivos (cfr. 2.6.1) se distribuyen, en la primera columna, del


siguiente modo:
— adjudicación provisional: atributivo, de relación, especificativo, pospuesto
normalmente. ...
— tumos consorte y voluntario: atributivos, el primero adjetivación lé
xica (es decir, completa), de relación, especificativos, pospuestos nor-
malmente. f
— concurso general, restringido: atributivos, especificativos, de relación,
normalmente pospuestos, como los anteriores.
— País Vasco: atributivo, especificativo, de relación, pospuesto normalmente.
— Educación General Básica: atributivos, especificativos, de relación,
pospuestos normalmente. 125
— Ilusivísima Señora: atributivo, especificativo, valorativo, antepuesto en 6
Capítulo
fórmula fija.
5.2.7.I. Se puede observar que los adjetivos que no son de relación,
especificativos, son muy raros en estos textos y que incluso cuando aparecen se
encuentran, con frecuencia, dentro de fórmulas en las que el orden ya está
rígidamente fijado, como sucede en el tratamiento lima. Sra., única excepción a
los adjetivos de relación, especificativos pospuestos, que caracterizan esta parte
del escrito.

IV
Consideración normativa
5.2.8. En 5.2.3, supra, tuvimos ocasión de señalar cómo la mala pun-
tuación separaba el verbo del resto de la oración. La mala puntuación es también
responsable, por ejemplo, de que en la columna primera se diga que el concurso
general es restringido y de preescolar. La preposición en, en la primera columna,
se reitera y sirve para múltiples tipos de relaciones, que se podían haber separado
con para, dentro, o nexos similares. Ya hemos adelantado que el empleo de los
participios de presente como verbos, que rigen sus propios complementos, se
encuentra en el texto y es contrario al uso aceptado como correcto, a la vez que
señalábamos su posible causa. Añadamos ahora que, en el punto 5, se dice
«territorio por que solicita», en lugar de territorio por donde, donde, por el que, o
para el que: obsérvese que, en este ejemplo, la falta de redacción hace
ininteligible el texto. El rasgo dominante del redactor es la ultracorrección propia
de los semicultos: para evitar caer en lo que considera un error cae en el error
contrario; así, en el deseo excesivo de precisión, al no saber que el plural es el
término marcado de la oposición de número, pero que, por definición, el plural
incluye al singular, reitera singulares y plurales en «convocatoria o
convocatorias... concurso o concursos... turno o tumos», donde hubiera bastado
el singular, como término no marcado de la oposición de número, o hubiera
podido emplearse el plural, en el supuesto de que la mayor parte de los afectados
participara o solicitara en varias instancias, y aplicándolo, por extensión, a los
que sólo lo hicieran en una. Este vicio, exceso de precisión, se extiende
marcadamente en el español actual y en esta jerga administrativa de escasos
recursos gramaticales. Los errores y la mala redacción caracterizan, pues, el
texto.

126
TEXTOS EXPOSITIVOS:
UN TEXTO ENTRE LA
JURÍDICO Y ADMINISTRATIVO 127

INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL
COMENTARIO

6.0. 1. Este capítulo está destinado a los textos humanísticos en sentido


amplio, hasta el punto de incluir también un texto literario, en el que se
presenta un comentario informativo, que nos servirá de puente hacia los
comentarios literarios que seguirán. Dos textos humanísticos de análisis, un
texto informativo de comentario y un texto literario con presentación de
comentario informativo constituyen, por tanto, el cuerpo del capítulo.
6.0. 2. No podemos evitar, por esto, el temor de que el lector crea
encontrarse ante un capítulo misceláneo, sin justificación interna. No es así: las
preguntas mostrarán cómo vamos atendiendo a aspectos diferenciados, en
bastantes ocasiones, de los que nos han ocupado hasta ahora. La colocación de
los adjetivos, por citar uno de los temas recurrentes, obedecerá ahora a razones
más estilísticas, y será tratada desde esa,ladera. La abstracción se contemplará
como fenómeno, para discutir más el tipo de formación que los ejemplos
concretos que la muestran, la modalidad y la variación de los nexos ocuparán
un espacio relativamente superior al que han tenido hasta ahora, e iremos
señalando los rasgos que permiten clasificar un texto concreto de este tipo
cuando respondamos a la pregunta específica sobre ello.
6.0. 3. En un curso regular, o en una lectura de textos múltiples, .
como la que se puede hacer de este libro, se puede advertir que entramos en
otro grado de dificultad. No se trata de que estos textos sean más difíciles, por
supuesto, sino de que el tipo de dificultad específica ha variado. Incluso
nuestra relación personal con ellos es sensiblemente distinta: sentimos un tipo
de enriquecimiento personal que se diferencia del que proporciona la
objetividad científica o la noticia. Hasta considerándolos en términos de
manipulación, en parangón con los publicitarios, son diferentes. '

TEXTO 12

6.1.
Un entendimiento claro, capaz y exacto, abarca el objeto entero;
le mira por todos sus lados, en todas sus relaciones con lo que le
rodea. La conversación y los escritos de estos hombres
privilegiados se distinguen por su claridad, precisión y exactitud.
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO 128 En
cada palabra encontráis una idea, y esta idea veis que corresponde a la
realidad de las cosas. Os ilustran, os convencen, os dejan plenamente
satisfechos; decís con entero asentimiento: «Sí, es verdad, tiene
razón.» Para seguirlos en sus discursos no necesitáis esforzaros; parece
que andáis por un camino llano, y que el que habla se ocupa de haceros
notar, con* oportunidad, los objetos que encontráis a vuestro paso.

Opción A
1. Oraciones de relativo, su función.
2. Personales átonos de tercera persona. Adecuación a la norma.
3. Valor literario de las construcciones del tipo Un entendimiento claro, capaz
y exacto.
4. Verbos regulares e irregulares desde La conversación hasta tiene razón (lín.
3-8).

Opción B
1. Análisis sintáctico desde La conversación (lín. 3) hasta las cosas (lín. 6).
2. La abstracción en el texto.
3. Los adjetivos, función.
4. Valor de los demostrativos e indefinidos en el texto.

OPCIÓN A

I
Oraciones de relativo

6.1.1. A lo largo de este libro estamos' empleando el término oración en


sentido amplio, indicando con el término suboraciones que se trata de una
estructura sintáctica predicativa, agrupada en torno a un verbo, núcleo del
predicado, e incluida en una unidad más amplia, la oración compleja. Por eso
hemos hablado de suboraciones de relativo, porque éstas no pueden construirse,
normalmente; como oraciones independientes, sino que deben integrarse, al
menos, en otra frase más amplia, en la cual desempeña una función el
antecedente del relativo, precisamente. También, por ese motivo, hemos llamado
proposiciones a las suboraciones de relativo. Hemos especificado, en otros
casos, que se trataba de adjetivas de relativo, para diferenciarlas de las otras
adjetivas posibles, las de participio, separadas por nosotros en varios lugares,
por razones didácticas, para explicar con más detalle el carácter verbal del
participio y su capacidad de presentarse, en la estructura superficial o patente,
como un predicado capaz de rodearse de sus propios argumentos.
6.1.1.1. En el texto aparecen tres relativos: lo que, el que y que. En
los dos primeros tenemos una estructura claramente diferenciada respecto del
tercero. Lo que, con función de sujeto de rodea, va precedido de una preposición
con, mediante la cual se expresa la 128 relación que une a toda la suboración de
relativo con elENTRE
sustantivo relaciones,
LA INFORMACIÓN, al cual modifica.
LA NARRACIÓN. 129
No hay, en este ejemplo,
Y EL COMENTARIO

un término concreto que sirva de antecedente al relativo, fuera del propio lo. Hay
que pensar, en consecuencia, que la estructura lo que debe analizarse en dos
partes, un antecedente lo, como núcleo o término primario (equivalente de
aquello) y un modificador que, como modificador o adjunto del núcleo lo, es
decir, lo funciona como un sustantivo y que como un adjetivo.
6.1.1.2. El origen de el que es el mismo, aunque el grado de cohesión es
mayor: puede analizarse como equivalente a aquel que, y en ese caso el sería el
núcleo que funcionaría como un sustantivo, y que el adyacente, adjunto, en
función propia del adjetivo, o puede analizarse también como equivalente dé
quien, como un compuesto ya fundido, escrito en palabras separadas, el + que,
por pura tradición gráfica-(como sucede con el cual, inseparable ya en sus dos
componentes gráficos, independientemente). Su función en la suboración de
habla es la de sujeto.
6.1.1.3. En cuanto a que, es implemento de encontráis, último verbo del
fragmento analizado, y su antecedente es objetos. Los tres relativos tienen una
doble función, por un lado la que desempeñan en sus oraciones respectivas,
donde pueden ser sujeto, implemento, etc., y por otro lado la de nexo, al unir dos
suboraciones entre sí. Respecto a la función que desempeñan las suboraciones a
las que pertenecen, ya hemos dicho que la primera, con lo que le rodea, es un
complemento determinativo referido a relación; el que habla es sujeto de se
ocupa, mientras que que encontráis a vuestro paso es un modificador,
especificativo, de objetos. Sólo la última suboración, en consecuencia, es
propiamente adjetiva, a menos que admitamos que lo y el en las dos primeras son
núcleos («sustantivos») y los dos que siguientes introducen una frase que fun-
ciona como un adjetivo especificativo: ése es el único modo de tratarlas como
adietivas.
6.1.1.4. Una advertencia final: el que de esta idea veis que corresponde no
es un relativo: se trata simplemente de que el sujeto de corresponde, esta idea, se
ha adelantado, y no aparece en su lugar propio, que sería «veis que esta idea
corresponde». Este que es completivo.

II
Personales átonos de tercera persona

6.1.2. En esta ocasión se trata de una pregunta muy concreta, cuyas bases
teóricas han sido afirmadas en 2.11.1, 2.12.1, 3.2.3 y 4.3.3.1. No nos ocuparemos
especialmente del se de se distinguen, puesto que ya no se trata de un tipo de
personal, el reflexivo, sino de la expresión (morfo) que corresponde a un
morfema gramatical medio-pasivo, con el que se indica la doble participación
del sujeto en la situación verbal, como agente v paciente parcial.
6.1.2.1. Le mira y le rodea son las dos frases que contienen ejemplos de
personales átonos de tercera persona. Se trata de dos ejemplos de le, en singular,
con función de implemento u objeto directo. En estas condiciones, el uso
correcto etimológico exigiría lo; la presencia de le constituye una muestra de
leísmo y, al tratarse de verbos que en latín regían acusativo como objeto directo,
es decir, de construcciones normales o generales, este leísmo es antietimológico,
130 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
tratándose, por ende, de un uso anómalo.
6.1.2.2. El leísmo es, por tanto, el uso de le con función de implemento.
Ahora bien, desde el punto de vista de la norma, existe una tolerancia: se permite
el uso de le como implemento cuando se refiere a persona masculina, en singular.
Tenemos que buscar, por tanto, el referido de estos dos casos de le. El referido es
el objeto: no se trata de una persona, luego el leísmo, además de antietimológico
y anómalo, será incorrecto, desde el punto de vista de la norma actual de la
Academia. Vamos a finalizar puntualizando que esto no ha sido siempre así, y
que históricamente la Academia ha tenido preferencia por el leísmo, la cual
explica su reiteración en los buenos escritores de los tres últimos siglos, que
siguen una tendencia propia de Castilla y León, distinta de la norma aragonesa y
andaluza, que es también la de América, favorable a la etimología. De acuerdo
con esta norma sureña se habría escrito en el texto lo mira y lo rodea.

III
Construcción adjetiva y valor literario
6.1.3. La finalidad de esta pregunta es hacer ver cómo, además de las
razones semánticas y de distinción entre especificación y explicación que se dan
generalmente como las fundamentales para la colocación del adjetivo (cfr.
2.6.1), hay también razones de orden contextual y razones literarias, que pueden
ser determinantes.
6.1.3.1. El texto nos ofrece la frase nominal «un entendimiento claro, capaz
y exacto», en la cual tres adjetivos coordinados por la copulativa y (omitida entre
el segundo y el tercero) se refieren al sustantivo entendimiento. Nótese que no se
refieren al conjunto semántico o de significación formado por el sustantivo y el
adjetivo anterior, o los dos adjetivos anteriores —en el caso de exacto—, sino
sólo al sustantivo: se trata de un entendimiento que es claro, v capaz, y exacto.
Salvo en épocas muy marcadas, como el siglo xv, o estilos muy concretos, como
el gongorismo, el español rechaza, por razones de estructura sintáctica, la an-
teposición de varios adjetivos coordinados que se refieren a un mismo
sustantivo: escribir algo como «un claro, capaz y exacto entendimiento», fuera
de esas épocas concretas, sólo puede interpretarse como una broma, o como una
falta de gusto, de sentido de la medida, y un error de construcción o de estética,
en todo caso. La preferencia — y esto es lo destacable— no es sólo resultado de
una imposición sintagmática: la frase puede construirse en español, no es
agramatical; sin embargo, recibe inmediatamente las connotaciones señaladas.
Esto significa que operan unos factores de orden diferente de lo puramente
lingüístico, que condicionan la escritura, y que aquí tenemos una muestra
concreta de ellos.
IV

Verbos regulares e irregulares

6.1.4. Los verbos que aparecen en el fragmento marcado y que clasi-


ficaremos según la teoría expuesta en 2.8.1, son los siguientes:
— distinguen: regular, la alternancia distingo-distingues es mero recurso
ortográfico paraLAmantener
ENTRE el LA
INFORMACIÓN, sonido g; Y EL COMENTARIO
NARRACIÓN. 131

— encontráis: irregular, diptongación, encontrar-encuentro;


— veis: irregular, pretérito: vi, participio: visto, gerundio: viendo, tiene
alternancia e/i, diptongación (tb. en viera,-se,-re) y part. fuerte;
— corresponde: regular; '
— ilustran: regular;
— convencen: regular, la alternancia convenzo-convences es sólo gráfica;
— dejan: regular;
— satisfechos: irregular, alternancia de consonante velár e interdental en el
presente: satisfago-ces, aquí ya fonética, no sólo gráfica, futuro
sincopado: satisfaré, participio fuerte: satisfecho, perfecto en í, satisfice,
fuerte;
— decís: irregular, cierre de la vocal radical: decir-dices, alternancia de velar
e interdental en el presente: digo-ces, tema de perfecto con fricativa velar:
dije, futuro sincopado: diré;
— tiene: irregular, infijo velar: tengo, diptongación: tienes, pretérito fuerte:
tuve, futuro sincopado con d epentética: tendré.

OPCIÓN B

I
Análisis sintáctico

La conversación y los escritos de estos hombres privilegiados se


distinguen por su claridad, precisión y exactitud. En cada palabra
encontráis una idea, y esta idea veis que corresponde a la realidad de
las cosas.
6.1.5. Los núcleos del predicado, se distinguen, encontráis, veis y
corresponde, todos verbos en forma personal, nos permiten señalar que en el
texto hay cuatro oraciones, en el sentido amplio del término.
Oí, desde La conversación hasta el punto primero. El sujeto tiene dos núcleos
coordinados por la copulativa y: conversación y escritos, y lleva un
complemento determinativo introducido por de, una frase
prepositiva cuyo núcleo es hombres. Se distinguen es una forma pasiva
refleja y, finalmente, desde por hasta exactitud tenemos el agente de la
pasiva, formado por tres núcleos en coordinación copulativa:
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y ÉL COMENTARIO 132
claridad, precisión y exactitud. Cabe la interpretación de que desde por
hasta el final no sea el auténtico agente (que sería entonces un «por nosotros», no
expreso), en cuyo caso sería un aditamento, expresión de una circunstancia
causal: «a causa de su claridad...». El uso de la pasiva refleja nos inclina a la
primera de las dos soluciones, aunque es imposible descartar la última con
argumentos sintácticos. O2, el predicado encontráis tiene un sujeto vosotros
implícito en la terminación verbal, un implemento, una idea, y un aditamento en
cada palabra.
O3 aparece superficialmente mezclada con elementos de O4, como ya ad-
vertimos en 6.1.1.4. Es una coordinada copulativa, con el mismo sujeto de
O2, veis como núcleo del predicado y O4 como implemento.
O4, «que esta idea corresponde a la realidad de las cosas» es una completiva de
objeto directo de O3. Su sujeto es esta idea; el núcleo del predicado,
corresponde lleva un complemento, a la realidad de las cosas,
pronominalizable por le. Nótese que corresponder, cuando sigue su
régimen etimológico, lleva un suplemento introducido por con.
6.1.5.1. Todas las oraciones son aseverativas afirmativas, la primera es
pasiva y las restantes activas y transitivas.

II
La abstracción

6.1.6. En el párrafo 2.10.2 señalamos los tipos de sustantivos abstractos.


Aquí vamos a añadir una observación formal: algunos sustantivos abstractos,
como idea, no tienen una marca formal de abstracción, mientras que otros, como
precisión, sí la tienen. La pregunta no se dirige sólo a la finalidad de listar los
sustantivos abstractos, sino que pretende también hacer notar cómo la
abstracción puede expresarse por otros procedimientos: por ejemplo, en la línea
cuatro tenemos los abstractos claridad, precisión y exactitud; se trata de tres
abstractos de cualidad, procedentes de adjetivos, y esos adjetivos, casi
exactamente, son los que aparecen como tales en la línea primera, cuando se dice
que el entendimiento del que se habla tiene las cualidades de claro, capaz y
exacto. Claro y exacto son los adjetivos que corresponden a los sustantivos abs-
tractos claridad y exactitud, mientras que entre capaz y precisión hay relación
semántica, no formal. Este procedimiento, digamos de paso, permite al autor
introducir una variable estilística.
6.1.6.1. Los sustantivos abstractos son muy abundantes. Entendimiento,
relaciones, conversación, escritos, idea, asentimiento, razón, son abstractos de
fenómeno; claridad, precisión, exactitud, realidad, verdad y oportunidad, son
abstractos de cualidad. . 26 timiento, y camino llano. El participio satisfechos,

26
Función de los adjetivos
6.1.7. Los adjetivos tienen función atributiva en un entendimiento claro,
capaz y exacto, objeto entero, hombres privilegiados, entero asen-
132
133
usado como ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
adjetivo, tiene función predicativa en «os dejan plenamente
satisfechos», donde se refiere al objeto directo (implemento) os, por medio del
verbo dejan, como complemento predicativo del objeto directo (atributo del
implemento).

IV
Demostrativos e indefinidos
6.1.8. Puesto que nosotros consideramos que un es artículo, aunque no
tendríamos inconveniente en admitir que el puede analizarse con los
demostrativos y un con los indefinidos, las dos clases a las que pertenecen por su
origen y por muchos restos funcionales, parece preferible, por abreviar y por
claridad, eliminar los usos de el y un. Caso límite es el de lo que y el que, donde
cabría pensar que lo y el son todavía más demostrativos que artículos; pero ya los
hemos tratado en 6.1.1, lo cual nos exime de reiterar aquí lo dicho.
6.1.8.1. Los demostrativos en «estos hombres privilegiados», «esta idea»,
son demostrativos de primera persona, deícticos, en referencia anafórica a algo
inmediatamente dicho, y con función de determinantes. Son actualizadores
llenos, que expresan una relación de distancia con la primera persona, sin
cuantificación. Su actualización es identificadora: en el texto se refieren a unos
hombres concretos, que identifican como los dotados de «entendimiento
claro...», y precisamente a esa «idea» que se encuentra «en cada palabra».
6.1.8.2. Los indefinidos pueden considerarse de modo amplio, con
inclusión de los cuantitativos, o de modo restringido, excluyéndolos. Se trata
sieinpré de actualizadores llenos, con sustancia semántica, sin relación con las
personas gramaticales, y que realizan una actualización no identificadora, a
diferencia de los demostrativos. Para no complicar al alumno con distinciones,
puede admitirse la consideración conjunta de cuantificadores y no
cuantificadores (cuantitativos e indefinidos, propiamente dichos).. En el texto
aparecen en «todos sus lados», «todas sus relaciones», expresión del
cuantificador universal, y «cada palabra», distributivo.

TEXTO 13

6.2.
Para terminar con la vulgar filosofía condensaaa en la reputada
máxima quien mucho abarca poco aprieta, en contraposición al no
menos acreditado el saber no ocupa lugar, séanos lícito hacer una
comparación vulgar. El entendimiento inquisitivo es como un arma de
combate. Si en ella se labra un solo filo, tendremos una espada tajante.
Si dos, el arma podrá cortar toda vi a, aunque menos eficientemente;
pero si le sacamos tres o cuatro, la agudeza de los filos irá
disminuyendo hasta convertirse en inofensivo cuadradillo. Una
bayoneta podría, en rigor, cortar todavía; mas para ello, precisa
formidable energía motriz; mientras que una daga bien afilada resulta
134 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
terrible aun en las manos de un niño.

Opción A
1. A partir de los dos ejemplos del texto, hablen de las características del
lenguaje proverbial, y de los refranes.
2. Análisis sintáctico desde una bayoneta hasta un niño.
3. Objetividad y subjetividad en el modo verbal.
4. Adjetivos hasta tajante (lín. 6): clasificación semántica y colocación. Opción B
1. Análisis sintáctico desde El entendimiento inquisitivo (lín. 4) hasta tajante
(lín. 6),
2. Morfemas verbales desde Si en ella (lín. 5) hasta cuadradillo.
3. Función de los pronombres personales del texto.
4. Clasificación del texto según su contenido y caracteres lingüísticos.

OPCIÓN A 27
Supresión de la cópula:
Año de nieves, año de bienes.
Virtualidad, expresión sin artículo:
Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija.
(Nótense el anacoluto —debiera ser a quien—, y el leísmo.)
Supresión de verbo:
La mujer y la sardina, su lugar en la cocina.
Expresión imperativa de la condición, para lograr efecto más directo: Dime
con quién andas y te diré quién eres. *
6.2.1.2. Se caracterizan, en lo que concierne a su estructura compositiva,

27

Proverbios y refranes

6.2.1. Un proverbio o refrán —términos que podemos tomar como


sinónimos— expresa, de forma condensada, una actitud vital, algo que
refleja el sentimiento colectivo-de la comunidad, aunque, como vemos en el
texto, abundan los refranes opuestos o contradictorios (siempre
concordables con un cierto esfuerzo de imaginación y deseo de acuerdo).
Los refranes son «cosa del pueblo», hechos del folclor, y, por ello, en el texto
se habla de «vulgar filosofía». Son generalizadores y, en general, como ha
señalado Emilio García Gómez, a pesar de que se diga que son «pequeños
evangelios», o tengan apodos similares, la actitud que predomina en ellos es
muy practicona y apegada a la tierra hasta la mezquindad, lo cual los
diferencia de cualquier tipo de espiritualidad, no sólo la evangélica. Este
rasgo es común en todas las lenguas.
6.2.1.1. Desde el punto de vista de su forma, su extrema condensación
y su pervivencia como fórmulas fijas, arcaizantes, los hace diferenciarse de
la norma, e incluso reflejar normas periclitadas. Su rasgo definitorio, de
acuerdo con lo dicho, es la concisión. Con mucha frecuencia prefieren la
expresión nominal a la verbal, puesto que predomina el concepto sobre la
acción; entre las estructuras más corrientes tenemos:
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO 135
por ser bimembres, generalmente, como el primero de los dos del texto, con una
relación lógica en la que el segundo miembro es consecuencia del primero.
Nuestro segundo ejemplo es una muestra típica de los enunciados apodícticos,
que no admiten refutación.

II
Análisis sintáctico
6.2.2. El texto está formado por tres oraciones separadas por punto y coma.
Las partículas más y mientras que expresan una relación adversativa, a la que la
segunda une un matiz temporal.

Oí, Una bayoneta es el sujeto, podría es un auxiliar modal de cortar, núcleo del
predicado; en rigor y todavía son aditamentos. La oración es enunciativa
afirmativa, con un matiz contingente de probabilidad, activa e intransitiva.
-
2, tiene el mismo sujeto de Oí, aquí no expreso. Precisa es el núcleo
del predicado, implementado por formidable energía motriz; para ello es un
aditamento (circunstancial de finalidad, no confundir con el objeto indirecto
o complemento). Es una oración coordinada adversativa con la anterior,
activa, transitiva, también aseverativa afirmativa. .
3, tiene como sujeto una daga, modificado por ajilada, bien tiene el valor de
indicador de grado superlativo, igual que muy. El verbo resulta está usado
como atributivo, terrible es un complemento predicativo referido al sujeto
por medio de resulta. Lo que sigue es un aditamento. La oración es también
coordinada adversativa (el valor de coincidencia temporal de mientras se ha
difuminado), intransitiva, activa, aseverativa afirmativa.
ENTRÉ LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
III v 136

Objetividad y subjetividad: el modo

6.2.3. Desde el punto de vista de las formas verbales, el texto presenta un


predominio del indicativo. Sólo una vez aparece el subjuntivo, en la forma
séanos. Este subjuntivo tiene valor de exhortación, la función predominante es la
apelativa, lo que lo sitúa en el plano del imperativo (cfr. 2.7.4, 2.10.8 y 4.2.2). En
el indicativo se distinguen claramente hasta tres actividades: las afirmaciones
intemporales de abarca, aprieta, no ocupa, propias de los proverbios y refranes,
o de es, propia de la afirmación que quiere hacer el autor. La segunda actitud es
la de la condi- cionalidad, vista como posibilidad que se va a cumplir en el
futuro, es decir, como realidad futura (se labra..., tendremos..., podrá;
sacamos..., iremos..., podrá). La tercera, con podría, expresa un matiz
potencial-eventual, que tiene poca relación, tanto con el indicativo del texto
anterior como con el subjuntivo de sea. Se señala aquí una contingencia proba-
ble, una afirmación con la que el autor no desea comprometerse definitivamente,
como ha hecho con los casos anteriores. El texto acaba con otro presente
intemporal, resulta.
6.2.3.1. La subjetividad del autor se ha marcado con el empleo del
subjuntivo séanos, donde se incluye en el afijo, dentro de un plural de modestia
auctoris, y también en el podría, preferido al también posible, estructuralmente,
puede, con el cual habría hecho una presentación objetiva del hecho enunciado.
Esta triple distinción, en la que no parece prudente profundizar aquí, nos pone en
guardia sobre la distinción de los modos en español, y nos señala la posibilidad
de admitir una triple distinción modal, en vez de la más sencilla y habitual de
indicativo y subjuntivo. 28

28

Semántica y colocación de loe adjetivos

6.2.4. En eí fragmento acotado, los adjetivos son los siguientes:


— vulgar filosofía condensada: el primero es un adjetivo de relación,
especificativo, su anteposición es forzada y lo lleva al cambio de su
semántica, pasando a ser valorativo (matiz peyorativo). El segundo es
un participio, que conserva su valor de núcleo verbal con argumentos
dependientes de él, y que también especifica, en este caso al conjunto
vulgar filosofía.
— reputada máxima, el adjetivo antepuesto es valorativo explicativo: no se
trata de distinguir una máxima de otra. Estos rasgos favorecen la
anteposición.
— lícito es un adjetivo de relación, predicativo, pospuesto al verbo.
— comparación vulgar: especificativo, pospuesto, aquí con pleno valor
semántico de adjetivo atributivo
136
valorativo.
— entendimiento
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO 137
inquisitivo: de relación, especificativo, normalmente
pospuesto.
— solo filo: soto tiene aquí un valor cuasideterminativo, que explica su
anteposición, aunque sea especificativo. Se opone a los numerales
posteriores.
— espada tajante: descriptivo, especificativo, normalmente pospuesto.

OPCIÓN B

I
Análisis sintáctico
El entendimiento inquisitivo es como un arma de combate.
Si en ella se labra un solo filo, tendremos una espada tajante.
6.2.5. El texto se separa en dos partes por el punto. La primera es una
oración atributiva y la segunda está constituida por el período condicional que
tiene si se labra como prótasis y tendremos como apó- dosis. Se trata de una
condición presentada como real. Las dos partes son aseverativas afirmativas.
6.2.5.1. Entendimiento es el núcleo de la frase nominal sujeto de es: va
acompañado del determinante el y el adjunto inquisitivo. La cópula de la oración
atributiva es no lleva un predicado nominal expreso, pues como un arma de
combate es un aditamento (valor comparativo y modal). Un análisis más
profundo nos permitiría postular un predicado nominal que expresaremos por
«algo», y una suboración introducida por como: «el entendimiento... es algo
como es un arma de combate». Algunos gramáticos defienden la interpretación
de la frase introducida por como en función de predicado nominal. Nótese,
contra esta interpretación, que no es pronominalizable por lo, sino por como ello
o como eso. (Véase 6.2.8 para la distinción entre la comparación y la metáfora,
en la que, sin como, arma sería predicado nominal.)
6.2.5.2. El período condicional tiene en la prótasis un núcleo del predicado,
se labra, que es una pasiva refleja impersonal, es decir, sin agente; un solo filo es
el sujeto paciente. El sujeto de la apódosis es «nosotros», implícito en la
desinencia verbal, es una oración transitiva, con una espada tajante como objeto
directo. La primera persona del plural tiene un cierto matiz impersonal, de
difusión del sujeto.

II
Morfemas verbales
6.2.6. Estudiaremos aquí los morfemas gramaticales, expresados por
medio de indicadores llamados morfos. Así, la r de tendremos o podrá es un
morfo que expresa el morfema de futuro, -mos es un morfo de primera persona
del plural. Los morfos se llaman también formantes.
6.2.6.1. En las líneas indicadas son los siguientes:
— se labra: se expresa el morfema de voz medio-pasiva; la -a final es la
138 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
vocal temática. El tiempo-aspecto y la tercera persona se expresan con un
indicador cero. Labr- representa el morfema léxico.
— tendremos: ten- expresa el morfema léxico; -re- el tiempo-aspecto de
futuro, y -mos la persona número. En cuanto a la d, cabe interpretar el
grupo -dre- como una variante de -re- (alomorfo), mejor que interpretar la
d como variante de la vocal temática, e, representada aquí por cero.
— podrá: pod- representa el morfema léxico; la vocal temática es cero; -ra-
representa el morfema de tiempo-aspecto futuro y cero a la per-
sona-número. La vocal temática también es cero.
— sacamos: sac- representa el morfema léxico, -a- la vocal temática, cero el
tiempo-aspecto de presente y -mos la primera persona del plural.
— irá: i- representa el morfema léxico, la vocal temática es cero, -rá
corresponde al tiempo-aspecto de futuro, cero a la persona-número.
— disminuyendo: disminu- representa el morfema léxico; yendo el gerundio.
La vocal temática es cero.
— convertirse: convert- representa el morfema léxico; -i- es la vocal
temática, -r- el infinitivo, y se la voz medio-pasiva.

III
Los personales
6.2.7. Nos, ella, le y ello son los personales del texto, pues ya hemos
aludido varias veces al carácter de indicador gramatical de se, plenamente
gramaticalizado, con otro valor, por tanto. Nos es propiamente un dativo o
complemento ético, al que llamaremos, para simplificar, complemento (objeto
indirecto) en la construcción sea lícito, donde lícito es el predicado nominal.
Ella es término de la preposición en, con función de aditamento en la
predicación cuyo núcleo es se labra. Le es complemento (objeto indirecto) de
sacamos y ello, término de la preposición para, aditamento de precisa
(circunstancial de finalidad, que no se debe confundir con el complemento u
objeto indirecto). (Cfr. 2.11.1,
2.12.1, 4.3.3 y 6.1.2.)

IV
Clasificación del texto
6.2.8. Al responder a las siete preguntas anteriores hemos visto cómo se
trata de un texto muy elaborado, desde el punto de vista gramatical, en el que
aparecen una variedad de recursos gramaticales, desde los diversos tiempos y
modos verbales, hasta la pluralidad • de enlaces sintácticos, el recurso a otros
códigos, como el de los refranes y frases proverbiales, la colocación literaria
del adjetivo, o el juego entre la objetividad y la subjetividad del autor. Todo
ello nos sitúa en el umbral mismo de la lengua literaria, aunque falta ese desvío
de la norma común que, para nosotros, es constitutivo de la literatura. La
presencia de abstractos, en el mismo centro del tema, que es «el entendimiento
inquisitivo», así como la limitación de ciertos recursos retóricos, por ejemplo
la comparación con como preferida a la metáfora, nos llevan a clasificarlo
Se trata de los refranes citados, dentro de un tipo de 139
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
como texto humanístico.
lenguaje especulativo, por medio del cual se expresa la meditación, reflexión,
consideración o examen de un tema u objeto, por lo cual es de tipo teórico.
Puesto que la idea fundamental aparece al principio del texto, el esquema del
mismo es analizante, la frase clave es, por tanto: quien mucho abarca, poco
aprieta. Es un tesis ramplona, que se sustenta en una redacción mediocre.

TEXTO 14

6.3.

En China Popular, las mujeres, sobre todo las mujeres jóvenes,


trabajan, y ni el matrimonio ni la maternidad representan, como
ocurre con frecuencia en Occidente, ceses prolongados o definitivos
en su actividad laboral. A trabajo igual, el salario es igual en ambos
sexos, pero los puestos superiores están ocupados mayoritariarpente
por hombres. La enseñanza es mixta. La propaganda remacha
diariamente el papel activo de la mujer en la construcción del
socialismo, es decir, anima de formas diversas a su incorporación en
todos los campos del trabajo, pone como ejemplos a las «muchachas
de hierro» soldadoras, picadoras, peones, de tal y tal distrito.

Opción A

1. El texto informativo, sus características, reflejadas en el texto anterior.


2. Léxico del texto: formación de palabras, sufijación.
3. Análisis sintáctico desde el principio hasta actividad laboral (lín. 4).
4. Valores del artículo el, la, en el texto.

Opción B

1. Análisis sintáctico desde A trabajo (lín. 4) hasta mixta (lín. 6V


2. Colocación y características semánticas de los adjetivos en el texto.
3. Función sintáctica de los adjetivos en el texto.
4. Modalidad enunciativa, objetividad y tiempo verbal en el texto.
OPCIÓN A

I
El texto informativo

6.3.1. Una primera diferenciación que cabe hacer en los textos in


formativos es la que separa los que pertenecen al mundo de la narración de los
que pertenecen al del comentario: los primeros usan los tiempos y perífrasis de la
expresión narrada del mundo; los segundos, en cambio, los de la comentada (cfr.
140 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
2.5.1.2. y 3.2.4). Nuestro texto pertenece al mundo del comentario, como
señalaremos más pormenoriza- damente en 6.3.8. Metodológicamente, conviene
advertir que no se debe al azar la disposición simétrica de las preguntas 6.3.1 y
6.3.8. Esta primera supone la apreciación inicial sobre el texto, a partir de la cual
se va a trabajar; la última, por el contrario, recoge la síntesis de todas las
observaciones hechas sobre el texto previamente, agrupadas en torno a la
enunciación de la objetividad en un tiempo o en unos tiempos verbales
conocidos. . . .
6.3.1.1. Los textos informativos son textos básicamente periodísti
cos: a partir de un tema central, previamente enunciado, se proporcionan al lector
los datos de que dispone el autor (esquema analizante) o, al contrario, se ofrece
una serie de datos, de los cuales se extrae una conclusión (esquema sintetizante).
El tema del párrafo es «la mujer trabajadora en China Popular», el esquema es
analizante y la redacción se presenta de forma objetiva, con aportación de datos
concretos: salario, enseñanza, maternidad, hasta el acceso o profesiones duras.
Aparece la subjetividad del autor (en este caso autora) en tres ocasiones: la
referencia a Occidente, que parece implicar que quien escribe es occidental, el
pero, y el es decir aclaratorio. Por lo demás, el contenido informativo es muy
superior al de las observaciones personales, y se ofrece muy condensado. ' 29
6.3.2.I. A veces se acumulan varios afijos para formar un derivado, como
ocurre en mater-n-idad, act-iv-idad, soci-al-ismo, sold-ad-oras, pic-ad-oras.
Evitamos análisis más complejos, como el de incorporación, que supone una
previa formación del verbo incorporar, por entender que, en este nivel, son
excesivos.
Ó.3.2.2. Puesto que hemos prescindido de los verbos (que se forman
añadiendo sufijos del tipo -ar, -er, -ir, -ear, -izar, -ecer y similares), señalaremos
a continuación que uno de los sufijos, -IOR, sirve para indicar que la forma en
cuestión es un adjetivo, en grado comparativo, es un indicador mprfológico del
adjetivo (más exacto sería decir que es un 'resto' de indicador morfológico, pero
innecesariamente complicado). De los restantes, los en -ar, -do, -tivo, -ivo o -al
forman adjetivos; los dos en -ador forman nombres que pueden ser,
indistintamente, sustantivos o adjetivos de relación, y los restantes forman
sustantivos, originariamente abstractos, aunque, en el caso de salario, por
ejemplo, puedan luego pasar a concretos.

29
La 8UfiJaclón

6.3.2. Este procedimiento de formación de palabras es muy empleado


en el fragmento elegido, en las formas populAR, materNIDAD, frecueNCIA,
proíongaDOS, definiTIVOS, actIVIDAD, labor AL, salARIO, superlORES,
enseñaNZA, propagaNDA, actIVO, construcCIÓN, sociALISMO,
incorporaCIÓN, soldADORAS, picADORAS. No incluimos las formas en
-mente, que pueden considerarse compuestos o . derivados, según el criterio
que se adopte, ni las formas verbales empleadas como tales verbos, para no
alargar la lista, que tiene un valor indicativo de la capacidad de
reconocimiento de sufijos que tiene el alumno.
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO 141
III
Análisis sintáctico
6.3.3. Las oraciones se articulan en torno a tres verbos en forma personal:
trabajan, representan y ocurren. Las tres son aseverativas, afirmativas la
primera y la última, negativa la de representan. Son activas, la primera
intransitiva, la segunda transitiva y la tercera intransitiva e impersonal.
Oí sujeto las mujeres,'modificado por la expresión parentètica especificativa,
entre comas. En China Popular es un aditamento.
O2 coordinada copulativa négativa con la anterior, sujeto coordinado: el
matrimonio y la maternidad; desde ceses hasta el punto es el implemento,
que incluye dos modificadores adjetivos (adjuntos) en coordinación
disyuntiva expresada por o y un complemento determinativo introducido
por en.
OÍ modal, con un matiz comparativo, aunque faltan los antecedentes tal (que
llevaría una comparativa) o así (que llevaría una comparativa modal). Con
frecuencia y en Occidente son aditamentos.

IV
El artículo Nel”
6.3.4. El artículo el es un actualizador vacío, es decir, sin sustancia
semántica. Esto quiere decir que sitúa al sustantivo al que acompaña en un lugar
y un tiempo, un aquí y un ahora, sin añadirle ninguna nota de cuantificación, o
relación con las personas gramaticales, ni otro matiz semántico cualquiera. Su
actualización es identificadora, lo que significa que se utiliza con un sustantivo
que previamente ha sido introducido por el actualizador presentador un, o por
otro determinante, en ciertos casos, o que el sustantivo se encuentra «en
situación consabida», es decir, que hay suficiente información contextual que
indica que el sustantivo actualizado está identificado, y el artículo puede
indicarlo así mediante su forma el, opuesta a un. Es importante esta considera-
ción, que supone que operamos con un sistema de dos artículos, el identificador
el y el no identificador, un.
6.3.4.1. En el texto se usa las en las mujeres a partir de una situación
consabida, no hace falta decir que China es un país y que en todos los países hay
mujeres. Tiene un valor de generalidad, a la que se añade la cuantificación
expresada por el plural: el artículo no es cuantificador, pero el plural sí lo es.
Véase la diferencia entre esa generalidad plural, que equivale a la cuantificación
'alguna' o 'muchas' y que podría equivaler a la universal 'todas', y la generalidad
de 'el matrimonio' o 'la maternidad', donde el artículo sirve para presentar una
situación como real, no virtual. En el salario tenemos, en singular, otra
generalización universal. Abunda y predomina el uso en situación consabida, sin
presentador previo, la enseñanza, la propaganda, la construcción, el socialismo,
que requiere, a veces, una expresión aclaratoria del uso metalin- güístico (cfr.
2.10.8 y 4.2.2), como las comillas en «muchachas de hierro».
142 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
OPCIÓN B

I
Análisis sintáctico
6.3.5. El texto está formado por tres oraciones, entendiendo el término en
sentido amplio, como venimos haciendo. La primera y la segunda están
coordinadas por la adversativa pero; la tercera es independiente. Las tres son
aseverativas afirmativas. La primera y la tercera son atributivas, mientras que la
segunda es un buen ejempio de pasiva con estar y agente, introducido por la
preposición por.
Oí el sujeto es salario, el predicado nominal igual, a trabajo igual y en ambos
sexos son aditamentos.
O2 los puestos superiores es el sujeto paciente, por hombres el agente y
mayoritariamente un aditamento.
O4 la enseñanza es el sujeto, y mixta el predicado nominal.

II
Los adjetivos
6.3.6. Este apartado se refiere a su semántica, mientras que el próximo lo
hace a su sintaxis. Los mantendremos separados por razones didácticas. *
Popular es un especificativo de relación, normalmente pospuesto. Jóvenes
tiene los mismos valores que el anterior.
Prolongado es especificativo descriptivo, normalmente pospuesto, al igual
que los de relación definitivo y laboral, o igual, mientras que superiores, que
podría ser valorativo o descriptivo, es aquí, como en el lenguaje administrativo
en general, al que se refiere, un ejemplo más de relación especificativo
pospuesto. Tampoco activo está tomado en su sentido valorativo figurado, sino
que es una muestra más de especificativo de relación, igual que diversas.
Soldadoras v picadoras pueden interpretarse como adjetivos de relación que
especifican a muchachas, aunque nosotros preferiríamos considerarlos
sustantivos en aposición.
6.3.6.I. Puede decirse que, de acuerdo con el carácter informativo y
objetivo del texto, predominan los adjetivos de relación, especificativos, aunque
destaca el hecho de que la adjetivación es numerosa.

III
Función de los adjetivos

6.3.7. La inmensa mayoría de los objetivos del texto (todos los recogidos en
el párrafo anterior) tienen función atributiva, es decir, se refieren directamente al
sustantivo. En dos ocasiones, además, los adjetivos tienen función predicativa, o
sea, se refieren al sustantivo a través de un índice verbal, que es, en ambas
ocasiones, la cópula es: se trata de es igual y es mixta.
ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO 143
6.3.7.1. La brevedad de la respuesta anterior impone una nota me-
todológica: esta presunta debe verse en relación en la anterior, y dentro del límite
fatal de los tres cuartos de hora de que dispone el alumno para su comentario.
Nosotros, naturalmente, no estamos limitados por el tiempo, ni nos limitamos a
presenta^ comentarios del tino de los leídos en los exámenes, porque ello no
justificaría este libro. Sin embargo, en ocasiones, la limitación de origen se debe
mantener, para no cometer el error de tomar el texto sólo como pretexto
(creemos que en la enseñanza de la lengua el texto acaba teniendo siempre algo
de pretexto).

IV

Modalidad, objetividad y tiempo

6.3.8. Ya anunciamos en 6.3.1 que esta pregunta estaba orientada a la


consideración global final dél texto, desde las respuestas previas. La modalidad
enunciativa es claramente percentible en el carácter ase- verativo de las
oraciones que lo componen. (Cfr. 2.10.7 v 2.11.4.3.) La obietividad está
claramente indicada por el uso exclusivo del modo indicativo, que no se ha
alterado ni siquiera por motivos sintácticos, como pudiera haber sido la
concordancia temporal de las subordinadas. En cuanto a los tiempos, repetimos
lo dicho en la opción A. sobre el uso exclusivo del tiempo del comentario por
excelencia, el presente de indicativo. Sólo una precisión: el uso de estar como
auxiliar de la pasiva (que podemos aceptar convencionalmente) supone, por el
carácter perceptivo de estar, que la acción es anterior al presente, aunque se
exprese en duración hasta él, rasgo que corresponde al antepresente; por eso
puede decirse que estar equivale a haber sido (no de modo exacto e
intercambiable, necesariamente). Seguimos en los tiempos del comentario, en
cualquier caso.
6.3.8.1. Ahora estamos en mejores condiciones que al principio para
señalar, con todo rigor, el carácter informativo, analizante y objetivo del texto, y
su pertenencia a un género amplio de periodismo que podríamos denominar el
«ensayo periodístico» o «ensayo informativo», caracterizado por el predominio
de la objetividad, expresada en el verbo por el indicativo y en el adjetivo por la
posposición y la pertenencia a la clase semántica de los de relación, y del
comentario, que el verbo expresa en los tiempos correspondientes.

TEXTO 15

6.4.
Para empezar diré que nada tiene que ver la atmósfera que voy a
presentar con Gigí, la célebre novela de Colette, escritora de ciudad,
campo, amores contrariados y gatitos de esos medio idiotizados que las
porteras suelen querer más que a los seres humanos. Voy a hablar de
Chez Gigí, un restaurante italiano cuyo estilo empieza a darle una
144 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
nueva fisonomía a cierta zona del barrio Latino, y que, sin ser mejor ni
peor que otros restaurantes de los alrededores, se llena, noche a noche,
rompiendo la maldición que parecía existir sobre el local que ocupa.

Opción A
1. Los relativos en el texto.
2. Características de la narración en el texto, su reflejo en las formas verbales y
pronominales.
3. La aposición y su valor en el texto.
4. Función en el texto de los nombres propios.

Opción B
1. Análisis sintáctico desde Voy a hablar (lín. 5) hasta el final.
2. Tiempos verbales en el texto.
3. Los artículos en el texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.
6.4.O.I. Este texto nos introduce en el lenguaje literario, en su faceta
narrativa. Empiezan a destacar los personajes, los «actuantes» (término que debe
desterrar al galicismo actantcs, que no tiene sentido en español, donde tenemos
el verbo actuar y no existe el verbo actar).
La información que nos transmite no está en función de algo externo al relato,
sino del relato mismo, que va configurando tanto su propio universo como su
propio código, con predominio de la función poética, y con claros rasgos de la
literatura.

OPCIÓN A

Los relativos

6.4.1. Las formas que aparecen son que y cuyo. (Cfr. 2.4.1.2, 2.12.2 y
6.1.1.) El primero aparece en: «que voy a presentar» como implemento de
presentar, con valor anafórico y antecedente en atmósfera; es implemento de
querer en «que las porteras suelen querer», también anafórico y con antecedente
en gatitos; es sujeto de se llena en «y que... se llena», anafórico, referido a
restaurante; también sujeto, ahora de parecía, en «que parecía existir», y, por
último, implemento de ocupa en «que ocupa»; en estos dos últimos usos tiene
como antecedentes respectivos a maldición y local. Se usa en cinco ocasiones,
como relativo completamente fosilizado, a pesar de que podía haber alternado
con el cual o el que. En una ocasión, en el ejemplo gatitos de esos medio idiotiza-
dos que..., acompaña como adjunto al núcleo esos, complemento determinativo
de gatitos, a la vez que es implemento de querer, como queda dicho.
6.4.1.1. En todos los casos, como todo relativo, además de su función en la
oración a la que pertenece tiene función de nexo; pero en este ejemplo se advierte
con toda claridad la posibilidad de que toda la oración de relativo, como
145
equivalente deENTRE
un LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
adjetivo, funcione como adjunto de un núcleo: habría que
analizar «de esos medio idiotizados que las porteras suelen querer más que a los
seres humanos» como una frase preposicional compuesta por un núcleo, esos,
modificado por medio idiotizados y todo ello modificado a su vez por la
proposición de relativo introducida por que. En todas las construcciones de este
texto, digamos por último, introduce proposiciones adjetivas especificativas.
6.4.1.2. En cuanto a cuyo, contrasta la pobreza del uso de que con la
presencia de este relativo, poco frecuente en la lengua hablada. Cuyo es un
relativo que sólo se emplea habitualmente como adjunto, como modificador de
un sustantivo en una fase nominal. Así aparece en el texto, donde modifica a
estilo. Como cualquier otro relativo, por supuesto, funciona como nexo entre dos
oraciones. 30 frasis, en los dos últimos ejemplos, concuerda también, por su
carácter más coloquial, con la narración en primera persona. Esta narración da
paso al comentario, con presencia de tiempos del comentario (cfr. 2.5.1.2) a lo
largo del texto. La narración en primera persona, en síntesis, permite una
transición en el uso de los tiempos, en la que favorece la ruptura de los esquemas
temporales para la narración y el comentario, de manera que estos tiempos se
introducen en la misma, con la consecuencia de que se logra un mayor
acercamiento al lector. Este carácter más coloquial incide también en las formas
pronominales, en las que encontramos un se indicador de impersonalidad (el
narrador huye de la atribución a un sujeto concreto) y un le complemento de dar,
en redundancia con a cierta zona. El efecto de contraste es notable: el autor
anuncia que será un narrador en primera persona, para, inmediatamente después,
introducir un comentario en tercera persona, con los tiempos del comentario y no
los de la narración. Las formas pronominales que aparecen son de tercera
persona, lo que crea efectos de acercamiento y alejamiento combinados.

III
La aposición
6.4.3. Llamamos aposición, en sentido amplio, a la modificación de un
substantivo por otro. En el texto los ejemplos son:
Gigí, la célebre novela
Colette, escritora de ciudad
Chez Gigí, un restaurante italiano.
6.4.3.1. En todos ellos hav pausa antes del substantivo en aposición, lo que
significa que la aposición es bimembre. Se trata de explicaciones que se adjunta
al núcleo nominal. En el texto, las tres aposiciones van determinadas por tres

30
La narración

6.4.2. Lo fundamental es que se trata de una narración en primera


persona. Diré, voy a presentar, voy a hablar son *las formas verbales que
reflejan esa narración en primera persona. La elección de la perí-
146 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
procedimientos distintos, la primera por el adjetivo célebre y la frase prepositiva
de Colette; la segunda sólo por la frase prepositiva, de ciudad, que se prolonga
en una serie de elementos coordinados: «campo, amores contrariados y gatitos...
humanos»; y la tercera, además del adjetivo italiano, va especificada por la
proposición adjetiva de cuyo. Esta especificación, en el caso de la tercera,
permite el uso del artículo un ante el substantivo modificador.

IV
Los nombres propios
6.4.4. Destaca en el texto una serie de nombres propios, de dos tipos: Gigí y
Colette son antropónimos, es decir, nombres de persona, mientras que Chez Gigí
y barrio Latino son dos topónimos, o nombres de lugar. En todos los casos se
trata de nombres no españoles, más precisamente, de nombres referidos al
francés y al italiano, con el rasgo común, por tanto, de latinos.
6.4.4.1. La pregunta no va dirigida a la función gramatical de estos
nombres, que en el texto aparecen como aditamento (con Gigí), complementos
determinativos (de Colette, del barrio Latino), o suplemento (hablar de Chez
Gigí). Se trata de saber la función que desempeñan en la narración, en el relato.
Se produce con ello una nueva ruptura, paralela a la que ya hemos comentado a
propósito de narración y comentario en 6.4.2, porque el topónimo Chez Gigí
sirve para designar al primer actuante del relato, al protagonista, lo cual
constituye una figura llamada prosopopeya, es decir, atribuir cualidades de seres
animados a los inanimados y abstractos, y nos introduce claramente en un mundo
de ficción que caracteriza la obra literaria. El resto del relato, naturalmente,
puede variar esta consideración, pero aquí operamos exclusiva y necesariamente
sólo con los datos que el fragmento nos proporciona.
Ó.4.4.2. El nombre propio supone una individuación, ligada a la
personificación; en consecuencia, su aplicación confiere un relieve a quien lo
lleva, permitiendo su ascenso hasta ocupar un puesto de protagonismo.

OPCIÓN B

I
Análisis sintáctico
Voy a hablar de Chez Gigí, un restaurante italiano cuyo estilo
empieza a darle una nueva fisonomía a cierta zona del barrio Latino, y
que, sin ser mejor ni peor que otros restaurantes de los alrededores, se
llena, noche a noche, rompiendo la maldición que parecía existir sobre
el local que ocupa.
6.4.5. El texto es excesivamente largo para permitir un análisis
pormenorizado en el tiempo disponible en el examen de acceso a la universidad.
En otros casos hemos advertido que conviene limitarse a expresar las relaciones
entre las oraciones; pero aquí, lamentablemente, no se ha hecho esta precisión.
147
Procederemos,ENTRE
por LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
ello, a una ordenación de las oraciones, para analizar luego
sus elementos.
Oí Voy a hablar de Chez Gigí, un restaurante italiano
O2 cuyo estilo empieza a darle una nueva fisonomía a cierta zona del
barrio Latino
Oj y que se llena noche a noche
4 rompiendo la maldición
5 que parecía existir sobre el local
Oé que ocupa .
O7 sin ser mejor ni peor
Os que otros restaurantes de los alrededores.
6.4.5.1. Hemos roto las normas tradicionales del análisis, con la con-
sideración separada del gerundio en O4, del infinitivo en O7 y de una suboración
sin verbo en Og. Consideraremos que esta última oración es una oración
implícita, en un tratamiento que no desea profundizar demasiado.
Ó.4.5.2. También tenemos que señalar que Oj es una falsa coordinada, pues
se trata de una adjetiva de relativo, lo que hace que el y precedente sea
meramente expletivo, sin función de unir elementos del mismo rango. O2, O3, O5
y 06 son oraciones de relativo, cuyo carácter hemos analizado en 2.4.1.2 y 6.4.1.
En 6.4.2 hemos señalado eí sujeto de primera persona para voy a hablar, y la
condición de futuro colonial de la perífrasis ir a + infinitivo. De las aposiciones
nos ocupamos en 6.4.3.
Ó.4.5.3. Vale la pena destacar aquí el carácter concesivo de O7, donde sin ser
es el equivalente de aunque no sea, relación concesiva (aunque) con subjuntivo
(sea), y valor negativo de la preposición sin que corresponda al no de la
correspondiente expresión verbal. En cuanto a la oración implícita, sin verbo,
Os, esta realización en superficie es muy común en las comparativas, cuando son
segundo miembro de una comparación cuyo verbo ya se ha expresado en la
anterior, especialmente si se trata de la cópula ser, como en este caso: la
expresión explícita sería «que son otros restaurantes...».
6.4.5.4. Además de esto, se puede señalar el uso de la pasiva refleja
impersonal en O3, se llena, y el valor de aditamento de Ü4, donde el gerundio
lleva un implemento, la maldición, sirviendo toda la construcción para expresar
una circunstancia temporal concomitante de la acción principal. A pesar de la
pobreza de la relación expresada por que, señalada en 6.4.1., las relaciones
sintácticas son muy complejas, las más complejas que hemos visto hasta ahora,
en los textos estudiados. Este rasgo también permite caracterizar la obra literaria,
aunque no le sea exclusivo.
6.4.5.5. Como rasgo de sintaxis coloquial o dialectal, marginal en relación
con la norma, tendríamos el pronombre redundante le, que duplica el
complemento a cierta zona, referido a la perífrasis incoativa empieza a dar.

II
148 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Tiempos verbales

6.4.6. Ya hemos dicho que, a pesar de presentarse el texto como una


narración, los tiempos verbales son los del comentario. Diré, voy a presentar y
voy a hablar expresan el futuro, todos los restantes son de presente, excepto
parecía, único tiempo del mundo narrado en todo el fragmento, y único que se
refiere al pasado. También es destacable que el aspecto verbal en todo el párrafo
sea imperfectivo, es decir, que las acciones se presenten como no terminadas.
6.4.6.I. De acuerdo con lo conocido, los prc_entes se presentan como
habituales, como en la perífrasis de hábito suelen querer, en perífrasis
incoativas, para indicar el comienzo de una situación verbal, empieza a dar, o,
sin perífrasis, para la acción continuada, reiterativa, en $e llena. La riqueza en la
expresión de los matices es, por ello, notable.
III
Los artículos

6.4.7. Podemos remitirnos a 2.8.2, 2.10.3, 6.1.1 y 6.3.4 para las consi-
deraciones teóricas con las que deberíamos iniciar este comentario. Una vez
recordadas, lo primero que hay que señalar es el valor de actualizador
presentador del artículo un, en un restaurante italiano. En un texto en el que
predominan la situación consabida y la generalidad (las porteras, el barrio
Latino, la maldición, el local), resulta mucho más llamativo que precisamente el
elemento que se va a convertir en eje del relato, según se nos anuncia
explícitamente, sea el único que necesite presentación y, en consecuencia, el
único destacado y diferenciado del resto. También es importante la ausencia del
artículo, dejando la actualización sólo al cuantificador de plural, en el caso de
amores y gatitos, y de la virtualidad del sustantivo, sin actualizar, en la locución
distributiva noche a noche.
6.4.7.1. Junto a estos rasgos generales, que corresponden al uso reiterado y
común de los artículos, destaca en el texto el empleo del actualizador
identificador con carácter enfático, para introducir el substantivo modificador de
otro en aposición: no es lo mismo decir célebre novela que la célebre novela,
como se dice en el texto; el artículo tiene aquí la función de poner de relieve la
singularidad del sustantivo. De los elementos tratados como nombres propios,
sólo el barrio Latino lleva artículo, por su carácter híbrido, donde el primer
elemento, el sustantivo, se trata como un apelativo, incluso en la grafía. 31 ros,

31
Funciones del lenguaje

6.4.8. En la disposición inicial del texto, con su empleo de la primera


persona, hay una función apelativa,- que se reitera en el uso de voy a tras el
punto medial, con lo cual tenemos un claro indicio de un interés por
comprobar que el canal comunicativo está abierto, es decir, una función
fática. Predomina en el texto la función representativa, pues se nos
transmite un contenido comunicativo, que además es complejo, y rico de
matices, como hemos podido precisar en los puntos precedentes.
149
que tuvimos ENTRE LA INFORMACIÓN, LA NARRACIÓN Y EL COMENTARIO
ocasión de comentar, con sus peculiaridades diferen- ciadoras.
Desde el punto de vista interno, no cabe duda de que toda la complejidad en el
empleo de los procedimientos lingüísticos, el cambio de perspectiva temporal
con el uso del comentario, las variadas perífrasis, el uso del aspecto imperfectivo
para referirse al presente y al pasado, y los distintos matices que presiden la
selección de los artículos, o la alternancia entre adjetivos y proposiciones
adjetivas, no son sino manifestaciones de una intención estética, de un interés
por el texto como tal, definidora de la función poética. Hay, en consecuencia, un
elevadísimo número de elementos que caracterizan este texto como literario, y
que nos permite pasar a los dos próximos capítulos, en los que estos rasgos serán
fundamentales.

6.4.8.1. Esta función representativa nuclear sirve de soporte a las dos


funciones secundarias que se desarrollan, la metalingüística y la poética. La
función metalingüística se manifiesta en el uso y análisis de los nombres
propios, incluso en la distinción formal de Gigí, en cursiva, y «Chez Gigí»,
en redonda, con la que se diferencian la novela y el restaurante. La función
poética se manifiesta de dos maneras: combinada con la metalingüística .es
central en el análisis literario —negativo— de Colette y su novela. Referida
exclusivamente al propio texto tiene dos perspectivas: la formal radica en la
elección de nombres propios extranje-
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA Capítulo 7

7.0. 1. En el último texto del capítulo anterior veíamos cómo la voluntad


estética del autor intervenía modificando las normales relaciones entre los
elementos lingüísticos de textos y el mensaje mismo. Empleaba para ello la
función poética del lenguaje, por medio de la cual configuraba su propio
estilo, lo que nos permite, de acuerdo con Miguel Ángel Garrido, en su
Introducción a la Teoría de la Literatura *, hablar de una funcióri estilística.
7.0. 2. En los textos que comentaremos ahora aparecen nuevos elementos
de la estructura del mensaje, como el diálogo y el monólogo personal, al
mismo tiempo que se multiplican los puntos de vista, repartidos entre el autor
o narrador y los personajes o actuantes. La propia construcción del entramado
sintáctico textual también ofrece peculiaridades importantes, como la
presencia mucho más frecuente del estilo directo, la deíxis mostrativa, en
presencia o ad oculos —mostrar o indicar algo que el interlocutor pueda
ver—, la alternancia de las tres personas, con los pronombres
correspondientes, el imperativo, la multiplicidad de la comunicación
lingüística, en suma.
7.0. 3. Además, la lengua literaria, aun siendo básicamente la lengua
común, permite a sus usuarios una serie de desvíos que la caracterizan y que
obligan a introducir variantes especiales en el análisis: pueden ser variantes
formales, como la utilización de la afirmación para afirmar (cfr. 4.2.6.), o la
ironía y la metáfora, con subsiguientes alteraciones del contenido, al alterarse
la relación dentro del signo, y variar los rasgos semánticos del significado del
mismo. Por ello podemos preguntar cuáles son los elementos literarios que
caracterizan un texto, por qué lo definimos como diálogo narrativo (véase, de
paso, cómo se orienta indirectamente al alumno, en la formulación de la
pregunta), o cómo determinados elementos del nivel léxico (p. ej.,
eufemismos y vulgarismos) dan un tono peculiar a un fragmento dado. Los
aspectos normativos y hasta los icónicos completan las posibilidades
informativas y didácticas de este tipo de textos. 32

32 Madrid, SGEL, 1975. Como introducción al comentario estilístico-literario, nos parece


muy recomendable el capítulo dedicado a «El uso literario del lenguaje», también de Miguel
Ángel Garrido, en el Curso de Lengua Española. Orientación Universitaria, de editorial
Alhambra, Madrid. Cfr. también M. Ariza, 150 J. Garrido y G. Torres Nebrera, Comentario
lingüístico y literario de textos españoles, Madrid, Alhambra, 1981.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 151

TEXTO 16

7.1.
Quien más se adelantó en esto fue el propio amo de la casa, el señor
don Alvaro Roldán, que era muy tentado de la risa. En varias ocasiones,
hallando a Juanita sola, la requiebro con más fervor que chiste y finura,
y Juanita, que veía en aquel caballero sujeto a propósito para descargar
su mal humor, le respondía siempre con feroz desabrimiento o con
sangrienta burla. Y como don Alvaro ni por ésas se desengañase y se
atreviese un día a dar a la muchacha una palmadita en la cara, ella le
dijo:
—Las manos quietas, señor don Alvaro.

Opción A
1. Análisis sintáctico desde Y como (lín. 6) hasta el final.
2. Colocación del adjetivo en el texto y significado.
3. Explique las diferencias de uso de los modos verbales en el texto.
4. Función de los relativos en el texto.

Opción B
1. Análisis sintáctico desde En varias ocasiones (lín. 2-3) hasta sangrienta
burla.
2. Verbos regulares e irregulares: morfemas de los regulares y tipo de
irregularidad de los irregulares.
3. Pronombres personales del texto: función y adecuación a la norma.
4. Función de los adjetivos en el texto.

OPCIÓN A

I
Análisis sintáctico
7.1.1. Lo primero que llama la atención en este texto es que la conjunción
copulativa y, palabra inicial del fragmento que analizamos, no pertenece a la
oración de como, sino a la del verbo dijo. Hecha esta advertencia, podemos
indicar cuáles son las oraciones que encontramos:
Oí Y ella le dijo
2 Las manos quietas, señor don Alvaro
3 Como don Alvaro ni por ésas se desengañase
O« y se atreviese un día a dar a la muchacha una palmadita en la cara.
6. Comentarlos, de Lengua Española
152 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
7.1.1.1. Tenemos una oración dominante, «principal», en la terminología
tradicional, que es Oí, coordinada copulativa con la anterior («y Juanita le
respondía»): ella es el sujeto y le el objeto indirecto de dijo. El implemento u
objeto directo de dijo es toda la oración O2, en estilo directo. Se trata de una
oración implícita, sin verbo expreso, con función primordial conativa: los
elementos presentes son el implemento las manos y su atributo quietas, a los que
sigue un vocativo cuyo núcleo es señorx modificado por la aposición unimembre
(sin pausa medial) especificativa don, núcleo, a su vez, modificado por Alvaro,
en otra aposición unimembre, también especificativa. Nótese la diferencia entre
la especificativa, con su efecto reforzado, «señor don Alvaro», y lo que habría
sido la explicativa «señor, don Alvaro».
7.1.1.2. O3 y 64 son, entre sí, coordinadas copulativas, de manera que es el
nexo como, antepuesto a la primera de ellas, el indicador de 'su condición
semántico-sintáctica común. Como introduce causales antepuestas, que no
pueden ir introducidos por que ni porque, en las que se expresa una causa patente
(cfr. 7.1.3). Las dos son aseverativas, negativa la primera y afirmativa la
segunda. El sujeto común, explícito en la primera, es don Alvaro. En Oj
podemos interpretar se desengañase como una pasiva refleja, cuyo agente sería
por ésas; sin embargo, dado el carácter de locución adverbial de por ésas y la
ambigüedad de la relación expresada por la preposición por —que introduce
tanto al agente como al instrumento o causa—, podemos interpretar el se formal
que acompaña a desengañase y atreviese como un se gramatical, indicador de
me- dialidad, con valor semántico de afecto, en el primer caso, y de voluntad, en
el segundo. O4 tiene un carácter más complejo, pues lleva como aditamento un
día y como suplemento toda una proposición de infinitivo, con dar como núcleo,
a la muchacha como objeto indirecto o complemento, una palmadita como
implemento u objeto directo, y en la cara como aditamento (aquí locativo).

II
Colocación y semántica de los adjetivos

7.1,2. Prescindiendo de propio, que está tomado como determinante


identificador, con pérdida de su condición de calificativo relacionante (es igual a
«mismo»), y aparece antepuesto por ese carácter determinativo, tenemos en el
texto una marcada tendencia a la anteposición literaria, explicativa, con
insistencia en uno de los rasgos semánticos propios del sustantivo, sin intención
diferenciadora o especificadora. Esto ocurre con mal humor, feroz
desabrimiento o sangrienta burla, todos ellos va- lorativos, por evolución
semántica en el caso de los dos últimos, vinculada a una figura retórica: la
hipérbole o exageración. Los dos participios usados como adjetivos, en
construcción predicativa, así como el adjetivo sola, según veremos en 7.1.8, van
tras el verbo copulativo o el término al que se refieren, en posición neutra, sin
destacar. Tanto las alteraciones semánticas como el orden en que aparecen (de
acuerdo con la teoría expuesta antes, cfr. 2.6.1 y 6.Í.3) son características de un
texto literario con un cierto gusto por la ampulosidad. Varias está usado como un
cuasideterminativo, si no determinativo pleno, normalmente antepuesto con
facilidad o exclusivamente.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSAIII 153

Modos verbales

7.1.3. En el texto se usa el indicativo junto al subjuntivo, además de las


formas no personales, infinitivo, gerundio y participio, que no pueden
considerarse propiamente modos, y de las que no nos ocuparemos aquí (aunque
del infinitivo dar lo hemos hecho en 7.1.1, del gerundio hallando lo haremos en
7.1.5 y del participio tentado en 7.1.8; del otro participio, quietas, nos hemos
ocupado en 7.1.1 y nos ocuparemos de nuevo en 7.1.8). El indicativo se emplea
en adelantó, fue, era, requiebro, veía, respondía y dijo, mientras que el
subjuntivo aparece en las dos coordinadas dependiente del nexo causal como, tal
cual hemos explicado en 7.1.1.2. La razón fundamental del empleo del
subjuntivo en el texto, en consecuencia, es de índole sintáctica o contextual:
hallarse en unas suboraciones causales antepuestas introducidas por como, lo
cual obliga al empleo del subjuntivo, aunque la situación descrita, como sucede
en este caso, sea real. Nótese que la conjunción como, por sí misma, no obliga al
empleo del subjuntivo, es la circunstancia doble semanto-sintáctica la que así lo
exige.
7.1.3.1. Además, es de interés añadir que el giro como + subjuntivo -se tiene
un marcado carácter literario y que, dentro de este tipo de escritos, está
dominado por connotaciones de carácter clasicista, pues intenta calcar un tipo de
contrucción temporal latino (el de cum con subjuntivo.)

IV

Los relativos

7.1.4. En el texto se encuentra una forma quien, inicial, sin función de


nexo; hay también dos que relativos, que era y que veía, donde, además de su
función dentro de su oración, tienen también la de nexo, uniendo esta oración
con la anterior, en la que se incluye. La forma quien tiene función de sujeto de se
adelantó, a su vez, toda la proposición de relativo es predicado nominal, unido
por fue al sujeto el propio amo, al cual se refiere quien, con referencia catafórica,
ya que amo no es antecedente, sino consecuente, por ir en frase posterior a
aquella en que aparece el relativo.
7.1.4.1. Las dos formas de que también se refieren a persona, como el quien
recientemente tratado, con referencia anafórica, pues tanto don Alvaro como
Juanita, sus referidos respectivos, aparecen antes en el texto. Ambos tienen la
función de sujeto en sus respectivas oraciones, proposiciones adjetivas ambas,
de tipo explicativo, que funcionan como adjuntos de los antecedentes, don
Alvaro y Juanita.
OPCIÓN B

I
154 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Análisis sintáctico
En varias ocasiones, hallando a Juanita sola la requiebro con más
fervor que chiste y finura, y Juanita, que veía en aquel caballero sujeto a
propósito para descargar su mal humor, le respondía siempre con feroz
desabrimiento o con sangrienta burla.

7.1.5. No vale la pena, en este fragmento, separar las construcciones de


gerundio o infinitivo, que pueden tratarse dentro de la oración más amplia a la
que pertenecen. La primera de ellas, hasta finura, tiene el mismo sujeto de las
anteriores, «el amo de la casa», que no se explícita; requiebro es el núcleo del
predicado, la el implemento, los otros elementos son aditamentos, de los que
destacaremos el que tiene como núcleo al gerundio hallando, el cual lleva como
implemento u objeto directo a Juanita, que, por su parte, lleva un atributo o
complemento predicativo, el adjetivo sola; el aditamento con más fervor que
chiste y finura es una construcción comparativa, de cantidad, con que como
introductor del término de comparación, chiste y finura.
7.1.5.1. La segunda parte del fragmento se une a la primera por medio de la
conjunción y, en coordinación copulativa. Juanita es el sujeto, y respondía el
núcleo del predicado de la oración que engloba a la de relativo, con verbo veía,
donde está incluido el infinitivo descargar:
Juanita le respondía siempre con feroz desabrimiento o con sangrienta 33 34
II
Morfología verbal
7.1.6. Conviene advertir que en este tipo de preguntas no se espera que los
alumnos contesten exhaustivamente (dentro de un ejercicio compensado, en el
que respondan a todas las preguntas), sino que contesten de modo que se vea que
saben hacer el análisis y ver las irregularidades. Las enumeraremos
esquemáticamente (0 es el signo de cero):

1 T3 4 5

burla.
T~"

34 Sujeto.
2. Complemento (objeto indirecto).
3. Núcleo del predicado.
4 y 5. Aditamentos, el segundo en coordinación disyuntiva, con nexo
o.
7.1.5.2. La relativa tiene que como sujeto, veía como núcleo del pre-
dicado, implementado por sujeto a propósito para... humor (la proposición de
infinitivo .es complemento determinativo de sujeto, su núcleo del predicado
es descargar, mientras que su mal humor es el implemento del infinitivo); en
aquel caballero sería un aditamento.
— adelant- morfema léxico; 0ENvocal
TEXTOS LITERARIOS 155
PROSA temática; -o- tiempo aspecto; 0 nú-
mero-persona.
— fue, irregular con irregularidad extrema o total, con alternancia de morfema
léxico: ser, soy, fui, sido, era.
— era, irregular, de ser, como el anterior.
— teñí- morfema léxico; -a- vocal temática; -do participio.
— hall- morfema léxico; -a- vocal temática; -ndo gerundio.
— requiebro debe entenderse como forma de un verbo regular requie- brar (en
vez de requebrar), de requiebro, y no como irregular con diptongación,
porque la diptongación se da en la tónica cuando es irregular; así, pues:
requiebr- morfema léxico; 0 vocal temática; -o- tiempo-aspecto, 0 número y
persona.
— veía, irregular, pretérito vi, viera, participio visto.
— descarg- morfema léxico; -a- vocal temática; -r infinitivo.
— respond- morfema léxico; -i- vocal temática (neutralización de E/I); -a-
tiempo-aspecto; 0 número y persona.
— desengañ- morfema léxico; -a- vocal temática; se tiempo-aspecto (y modo
subjuntivo); 0 persona y número.
— atrev- morfema léxico; -ie- vocal temática (neutralización de E/I), resto
como el anterior.
— dar, irregular, doy, di, diera, dado.
— dijo, irregular, decir, digo, dices, dijo, dicho.

III
Los personales: función y adecuación a la norma
7.1.7. Como sujeto aparece ella, en ella le dijo; la es forma de acusativo
pronominal, objeto directo de requiebro. El dativo le es complemento (objeto
indirecto) en sus dos ejemplos, le respondía y le dijo. Se configura así un
esquema:
Sujeto ella
Dativo le
Acusativo la

incompleto porque el texto no ofrece todas las posibilidades, pero coincidente


con la norma, a la que se adecúa.
IV
Función de los adjetivos

7.1.8. Hemos podido señalar en 7.1.2 qué adjetivos aparecen en el texto y


cuál es la relación entre su significado y su colocación. También hemos
adelantado algo respecto a su función, en ciertos casos al menos. Empecemos
por los predicativos: tentado, sola y quietas. Tentado es un participio con
función de predicado nominal, por referirse a don Alvaro a través de la cópula
era. Cabe la posibilidad, muy formal, de interpretar era tentado como una pasiva
y de la risa como agente de la misma; no sería errónea esta interpretación, que da
otro matiz al texto, pero sí muy forzada. Sola y quietas son complementos
156 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
predicativos referidos a los objetos directos a Juanita y las manos,
respectivamente (atributos del implemento).
7.1.8.1. Los restantes adjetivos tienen función atributiva, y se unen
directamente a los sustantivos a los que modifican: propio, varias, mal, feroz y
sangrienta.

TEXTO 17

7.2.
Me arrimé al quicio del portalón de esta casa, que hace mucha
sombra... empujé para adentro, y vi que se abría... ¡Oh, qué gusto!
¡Suerte como ella!... Los gitanos suelen dejarlo abierto, ¿sabe?...
Entréme despacito, como un soplo de viento, y me fui escabullendo,
pensando que si me veían los gitanos era perdida... Pero no me vieron
los condenados. Dormían como cestos, y el perro se había salido a la
calle. ¡Bendita sea la perra que fue la causante de que saliera!... Pues
señor, me fui colando por el patio como una babosa, y para entre mí
decía... «¿Pero dónde me meto yo ahora? ¿A quién le pido yo que me
esconda?» '

Opción A
1. El texto es un diálogo narrativo: qué elementos lo caracterizan.
2. Función expresiva, conativa y fática, en el texto. ^
3. Análisis sintáctico desde Entréme despacito (lín. 4) hasta era perdida (lín.
5). *
4. Perífrasis verbales y tiempos hasta condenados (lín. 6).

Opción B
1. Clasificación de las oraciones, según su modalidad (enunciativa...), desde el
principio hhsta ¿Sabe? (lín. 4).
2. Funciones de los pronombres de primera persona en el texto.
3. Elementos literarios en el texto.
4. Las preposiciones en el texto: su valor.

OPCIÓN A

El diálogo narrativo

7.2.1. Hemos definido el texto como un diálogo narrativo porque en él se


nos presenta una narración contada por un personaje a un interlocutor o un grupo
de interlocutores.TEXTOS
La existencia del
LITERARIOS ENdiálogo
PROSA supone que tenemos un yo 157y un tú. El
yo es, por tanto, el primer elemento configu- rador de un texto dialogado; pero
también puede serlo de una narración en primera persona. Para comprobar que
se trata efectivamente del diálogo que se indica debemos buscar el tú, o su
correspondiente plural, el vosotros y, en el caso de que no aparezcan, ver si hay
otros elementos textuales, como puede ser la presencia de la función conativa o
apelativa, o de la función fática, que nos indiquen que, efectivamente, el
hablante se dirige a un interlocutor y hay, por ello, diálogo.
7.2.1.1. No tenemos que suponer que el «pues señor» implique, ne-
cesariamente, que la protagonista se dirija a un señor; puede tratarse de una
exclamación, sin más. El valor de esta exclamación hemos de verlo en 7.2.2.
Ahora nos cabe señalar que sabemos que se trata de una protagonista porque nos
dice de sí misma «era perdida», en femenino. Hay un índice léxico indudable de
la presencia del interlocutor, el ¿Sabe? que viene tras las dos primeras
exclamaciones: se nos informa con él de dos cosas, de que se trata de un
interlocutor, cuyo sexo no se aclara, y de que es persona de respeto, a la que se
trata de usted. Podemos suponer esto, además, por la ignorancia que esta persona
ha de tener, a juicio de la protagonista, sobre la costumbre de los gitanos de dejar
abierta la puerta de la casa, costumbre que ella, en cambio, conoce muy bien,
pues nos dice «suelen».
7.2.1.2. Con lo anterior basta para demostrar que se trata de un diálogo.
Quédanos decir qué elementos lo configuran como narrativo. La respuesta está
en los tiempos del verbo que emplea la protagonista: se trata de tiempos del
mundo narrado, con los que se van entremezclando exclamaciones y
comentarios que entrecortan y retienen la narración; la estructura básica se
compone de tiempos de la narración, como veremos en 7.2.4, de modo que el
fragmento perdería todo su sentido si suprimiéramos esas frases, mientras que
los tiempos del comentario o las exclamaciones podrían suprimirse sin hacer
perder el hilo del relato. Hay que decir, por último, que las dos oraciones finales,
entrecomilladas, desde Pero hasta el final, reflejan un tipo especial de diálogo, el
monólogo interior, con el cual el protagonista exterioriza sus pensamientos, de
forma más viva y dramática que la registrada por el llamado narrador om-
niSciente, conocedor de todo aquello que sus personajes piensan, y repetidor de
lo mismo al lector.

II
Funciones del lenguaje

7.2.2. A pesar de que el texto está construido con la intención de transmitir


un contenido (función representativa) y de hacerlo de acuerdo con ciertos
cánones literarios (función poética), resaltan otras funciones más abiertamente
expresadas: la expresiva, la conativa y la fática. (Cfr. 2.10.8, 4.2.2 y 6.4.8.)
7.2.2.1. La función expresiva, de relación del mensaje con el emisor,
también llamada emotiva, aparece de modo muy marcado en las exclamaciones,
que no van dirigidas a ningún interlocutor, como ¡Oh, qué gusto! ¡Suerte como
ella! ¡Bendita sea la perra...! hasta las interrogaciones del monólogo interior,
«¿Pero dónde...?» hasta el final, en las cuales la protagonista no pide a ningún
158 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
receptor externo a sí misma que le dé una respuesta. Fuera de ellas, también se
manifiesta, menos marcadamente, en la elección de epítetos, como condenados,
o de expresiones: «dormían como cestos». También funciona, de algún modo,
expresivamente, la exclamación suave «pues señor», aunque no creemos que sea
ésa su función principal.
7.2.2.2. Puesto que la función conativa se ocupa del receptor y la fática del
contacto, nada tiene de extraño que ambas se combinen. La expresión más clara
de la función apelativa o conativa es la que nos permite saber quién es el
interlocutor, como veíamos antes, es decir, la de la interrogación «¿Sabe?». Al
mismo tiempo, es necesario indicar que quien habla no tiene mucho interés por
la respuesta de ese interlocutor, pues sigue su narración sin importarle si éste
sabe o no, con lo que la pregunta pasa al rango de interrogación retórica, cuya
respuesta no es necesaria, y en cuyo caso, también, lo más importante no sería la
relación con el interlocutor, sino el contacto en sí mismo, es decir, la función
fática. Esta función se expresa, gráficamente, por los puntos suspensivos que
interrumpen el fragmento, y que están ahí con la exclusiva misión de
informarnos de que la charla sigue, y la interrupción es sólo pasajera. (Podemos
adivinar con ellos que el personaje que habla es presa de gran excitación.) El
«pues señor» entra también en estas manifestaciones de la función fática: no
desvela quién sea el interlocutor, sólo sirve para tomar contacto de nuevo, tras la
pausa inmediatamente precedente.
7.22.3. También los elementos morfológicos pueden tener una función
peculiar, y expresar con claridad una de las funciones del lenguaje: el despacito
de «entrémé despacito» no es neutro, está usado con la intención de captar la
simpatía del interlocutor, en una función claramente conativa, sin que ello
impida, subsidiariamente, la manifestación de la emotividad del personaje: el
contexto, empero, nos indica que la protagonista debe justificar su presencia en
«esta casa», y que el diminutivo tiende a insistir en su situación desvalida. Un
valor similar podría tener la construcción redundante de objeto indirecto, «a
quien le», en la última interrogación.

III
Análisis sintáctico
7.2.3. La parte seleccionada para el análisis sintáctico es breve, lo que no le
impide tener bastante interés, por ello la descompondremos minuciosamente:
Oí Entróme despacito
2 como un soplo de viento
3 y me fui escabullendo
4 pensando
Os que era perdida
6 si me veían los gitanos.
7.2.3.1. Todas las oraciones del texto son aseverativas afirmativas. La
primera y la tercera tienen en común el uso del me: se trata de un reflexivo
formal, un falso objeto directo, puesto que no implementa al verbo, sino que
tiene un valor gramatical, que puede ser el incoativo (comienzo de acción), o el
de movimiento (incluso durativo),ENpero
TEXTOS LITERARIOS 159 a un uso
que, en todo caso, corresponde
PROSA

con verbos que significan vida exterior. Obsérvese la diferencia con el me de Os


que es el implemento de veían y se convierte en su sujeto en caso de pasivización
(«si yo era vista por ellos»).
7.2.3.2. Otro rasgo por resaltar es que del gerundio pensando, cuya función
es la de aditamento referido a las coordinadas Oí y O3, dependen Os y Oé, que
constituyen un período condicional, cuya condicionante es OÓ (prótasis) y cuya
condicionada (apódosis) es Os: ambas constituyen también el implemento
(objeto directo) del gerundio, por lo que su estructura común es la de una
completiva, introducida por que. Os nos ofrece un uso arcaizante de era perdida,
correspondiente al soy perdido, donde ser ocupa el lugar que ahora tendría estar.
La locución se ha mantenido, con su total ambigüedad entre
copulativa-atributiva, con perdida de predicado nominal, y pasiva, con ser en el
papel de auxiliar de perder. El sujeto de 06, digamos por último, es los gitanos.
7.2.3.3. En O2 tenemos un caso de oración implícita, en la qúe falta el
núcleo del predicado, borrado cuando coincide con el de la oración anterior, en
la estructura de la comparativa (con un matiz modal): «tan despacio como entra
un soplo de viento». En Oí falta el antecedente tan y en O2 no se repite el verbo
«entrar». Se trata de una comparativa de igualdad, cuantitativa. El diminutivo
despacito, aditamento en Oí, lleva consigo la idea del primer elemento de la
comparación.
IV
Morfología verbal

7.2.4. Este apartado se dedica a exponer las perífrasis verbales y los


tiempos, como refuerzo de la caracterización de diálogo y narración que dimos
en 7.2.1. Tenemos formas simples en pretérito en arrimé, empujé, vi, entré y
vieron, en copretérito en abría y veían, y en presente en hace y sabe. Hay varias
perífrasis; dos de pasado, me fui escabullendo combina el pretérito con el
gerundio, mientras que era perdida constituye un caso especial, al que nos
hemos referido ya en 72.3.2. Perífrasis de presente es suelen dejar.
7.2.4.1. El análisis rápido de las formas verbales arroja en total nueve, que
corresponden al mundo narrado, y tres, que lo hacen al mundo comentado, lo
cual confirma la afirmación inicial de este comentario, en el sentido de que el
texto es aparentemente un diálogo, dentro del cual se esconde una narración.

OPCIÓN B

I
Clasificación de las oraciones

7.2.5. La pregunta nos pide que el criterio de esta clasificación sea la


modalidad. Tenemos ejemplos de tres tipos de ella: la aseverativa afirmativa,
dentro del esquema enunciativo, la exclamativa y la interrogativa. Son
aseverativas: «Me arrimé al quicio del portalón de esta casa», «que hace mucha
160 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
sombra», «empujé para dentro», «y vi que se abría», así como «Los gitanos
suelen dejarlo abierto». Las dos exclamativas son oraciones implícitas, sin
núcleo del predicado, sin verbo, «¡Oh, qué gusto!» y «¡Suerte como ella!». La
interrogativa, por último, es «¿Sabe?». La ortografía, en este caso, constituye un
auxiliar suficiente para la clasificación, al tratarse, en todos los casos, de
exclamaciones e interrogaciones directas, reproducción textual de las palabras
de la protagonista. 35 forma tónica es mí, que se usa como término de preposición
en el sintagma nominal para entre mí, en el cual destaca la acumulación de dos
preposiciones, rasgo vulgar, contra la norma.
7.2.6.1. La forma más usada en el texto es la átona me, que puede ser
implemento (objeto directo), complemento (objeto indirecto) o bien un reflexivo
formal o gramatical, es decir, un falso objeto. Tenemos ejemplos de me como
reflexivo formal en me arrimé, eritréme, me fui, repetido, y me meto, en
construcción de vida exterior y de movimiento, en todos los casos. De me como
implemento tenemos me veían, me vieron y me esconda. No hay ejemplos de me
con función de complemento.

III

Elementos literarios

7.2.7. El primer elemento literario del texto es la presencia de una


protagonista, que actúa como narradora en primera persona, por el ardid de
incluir la narración en un diálogo. Con ello se consigue una triple distribución
del tiempo: el de la narración, es decir, cuando ocurrieron los hechos narrados, el
de la conversación en la que esos hechos se cuentan, y el del lector; se logra con
ello aproximar al lector al diálogo, alejando los hechos que se cuentan en la parte
narrativa. La pro- tagonsta encargada de todo ello es descrita indirectamente en
el texto, por su propio estilo, que la diferencia: se trata de una persona que
emplea un lenguaje con rasgos exteriores a la norma, ^omo la duplicación por un
pronombre, la acumulación de preposiciones; pero que, al mismo tiempo, tiene
remedos arcaizantes, a veces propios de su habla, como en era perdida y otras
veces achacables al autor de la obra literaria, como sucede en entréme, con
posposición del pronombre átono para evitar iniciar con él frase tras pausa.
7.2.7.1. Se nos describe además la situación como una peripecia dramática,
es decir, como en una representación de la vida: exclamaciones, interrogaciones,
incluidas la retórica y la del monólogo interior de la protagonista,
entrecortamiento (puntos suspensivos), oraciones implícitas, abundancia de
elementos sobreentendidos, como hemos ido señalando en las respuestas

35
Pronombres de primera persona: función

7.2.6. Ya tuvimos ocasión de comentar, en 7.2.3.1., algunas de estas


funciones. Empecemos ahora por la de sujeto, que corresponde a la forma
vo, dos veces expresa, sujeto de meto y pido, respectivamente, y las dos veces
pospuesta, por tratarse de una interrogación. La otra
anteriores, lo queTEXTOS
nos exime de hacerlo
LITERARIOS 161me marca
aquí. La reiteración de la forma
EN PROSA

una clarísima insistencia en la afectación de la protagonista, las funciones del


lenguaje señaladas en 7.2.2 son otra muestra de ello.
7.2.7.2. En el relato tenemos un primer actuante, la protagonista, y un
segundo, que suponemos por las indicaciones que nos da el texto sobre el
interlocutor. Los gitanos y el perro aparecen como meros circunstantes, pues no
intervienen én la acción. Se trata del conocido esquema del obstáculo salvado
para encontrar refugio en una situación desesperada. (Advirtamos que sólo se
juzga a partir del fragmento, sin preocuparnos ahora por el resto de la obra, de la
que suponemos que el texto para comentar es sólo una parte.)
7.2.7.3. Formalmente se debe señalar que la reiteración del me es una
manifestación de recursividad. La alternancia entre esquemas tonales
enunciativos, interrogativos y exclamativos, puesta de manifiesto en 7.2.5, es un
factor rítmico, que se debe combinar con las interrupciones que señalan los
puntos suspensivos.
7.2.7.4. En el apartado de figuras retóricas destacan la comparación y la
hipérbole. En la construcción es notable el hipérbaton, es decir, la alteración del
orden normal sintáctico. La comparación es más prosaica que la metáfora, y pide
menos esfuerzo imaginativo del lector; el texto la prodiga: como un soplo de
viento, como cestos, como una babosa. Se trata de comparaciones hiperbólicas,
desmesuradas en relación con la realidad de la acción que lleva a cabo la
protagonista. En las figuras de pensamiento, como alocuciones tenemos los
apostrofes exclamativos, y como preguntas la interrogación retórica y el
monólogo final, con predominio de las afectivas sobre las semánticas.
7.2.7.5. Desde el punto de vista de la dialéctica retórica, todo el texto no es
sino una conciliación y una preparación para captarse la benevolencia y obtener
la ayuda del interlocutor. Este es el sentido de la función conativa, del
diminutivo, de la presentación hiperbólica de la realidad, que llega al énfasis. Al
mismo tiempo se caracteriza a un personaje que incurre en solecismos,
arcaísmos, acumulaciones e hipér- batos, preferentemente del sujeto, incluso
fuera del esquema interrogativo, donde es más fácilmente explicable.

IV
Las preposiciones

7.2.8. Uno de los solecismos de la protagonista es su mal uso de las


preposiciones, en el caso de la duplicación para entre, ya señalada. El fragmento
no es especialmente rico en usos preposicionales: la mayor parte de ellas tienen
un valor de dirección predominante: al quicio, para (= hacia) adentro (otro
solecismo), a la calle, para entre mí, incluso cuando son imprescindibles, como
ante el complemento en a quién. El valor de lugar, ahora por donde, se da
también en por el patio, con lo cual se constituye en el característico. La
preposición de aparece en tres ocasiones: del portalón, de esta casa, en las
cuales expresa una relación de vinculación física, de pertenencia real o efectiva,
y de que saliera, donde expresa una relación lógica, objetiva, con la peculiaridad
sintáctica de que introduce toda una proposición completiva, que saliera, como
modificador de causante (equivalente, en un nivel más profundo, de ’que
162 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
causó').

TEXTO 18

7.3.
Y el sereno y otros hombres... que dónde me habría metido, que por
aquí, que por allá... y que me buscarían para llevarme
a la Galera y al patíbulo... Yo que oí esto ¡contro! me voy corriendo,
escurriendo, pegadita a la pared, buscando la sombra, hasta que me
entré por esta calle de las Amazonas sin que nadie me viera. Toda la
gente allí, y por aquí ni una rata. Yo iba preguntando a qué santo me
encomendaría, y buscaba un agujero donde meterme, aunque fueran los
de la alcantarilla. ¡Pero no cabía, por mucho que me estirara no cabía,
Señor...! ¡Y doliéndome el brazo, y soltando sangre de la herida!, ¡mal
ajo!

Opción A

1. Análisis sintáctico desde el principio hasta patíbulo (lín. 3).


2. Nivel léxico: eufemismos y vulgarismos.
3. Los adverbios en el texto.
4. Formas del subjuntivo en el texto: su valor.

Opción B

1. Funciones del lenguaje en el texto, desde Pero no cabía (lín. 9).


2. Funciones del gerundio en el texto.
3. El texto es un diálogo narrativo: qué elementos lo caracterizan.
4. Funciones de los pronombres de primera persona en el texto.

OPCIÓN A

I
Análisis sintáctico

7.3.1. La peculiaridad sintáctica del fragmento seleccionado es, sin duda,


el gran número de oraciones implícitas, es decir, que en su estruc- tra patente o
superficial no tienen un verbo que exprese el núcleo del predicado. Es cierto que
los puntos suspensivos son una clara indicación gráfica de que algo se ha
suprimido en la redacción, y no lo es menos que los lectores pueden fácilmente
suplir los elementos verbales que faltan.
7.3.1.1. El TEXTOS
párrafo empieza
LITERARIOS por la conjunción copulativa163Y, que lo
EN PROSA

coordina, aparentemente, con otro anterior. «El sereno y otros hombres» es el


sujeto de un verbo no expreso, que hemos de suponer de los llamados
performativos, como 'decir', 'gritar', 'exclamar' y similares, porque las
proposiciones siguientes van introducidas por * la partícula completiva que, y
funcionan como implementos de esta primera, es decir, son completivas de
objeto directo.
7.3.1.2. «Que dónde me habría metido» es Completiva, como hemos
dicho, e interrogativa indirecta 36 , como se marca, ortográficamente, con el
acento del interrogativo relativo dónde. El me es un reflexivo formal, falso
objeto, como veremos en 7.3.8.
7.3.1.3. «Que por aquí», «que por allá» son dos completivas también de
tipo implícito, aunque el verbo se ha borrado en esta ocasión por el de la primera
proposición completiva, es decir, «me habría metido»: n° se repite, por ser
perfectamente comprensible la estructura sin necesidad de hacerlo patente. Por
aquí y por allá tienen función de aditamento.
7.3.1.4. La última completiva, coordinada copulativa (y) con las anteriores,
tiene me como implemento e incluye una proposición de infinitivo, final, cuyo
núcleo es llevar, implementado por me, y con a la Galera, etc., como
aditamento. Se trata de dos construcciones transitivas, en suma.
7.3.1.5. Esta abundancia de construcciones implícitas trata de representar
el habla ordinaria, con sus pausas, sus incoherencias y sus rupturas de período, a
la vez que caracteriza la situación de un personaje como de nerviosismo e
inquietud.

II

Eufemismos y vulgarismos

7.3.2. En el nivel léxico se completa la caracterización del personaje a la


que aludíamos en el párrafo anterior. La protagonista (es una ■nujer porque dice
de sí misma «pegadita») tiene una expresión entrecomada y desgarrada. Pese a
ello, en el fragmento no se observan unos vulgarismos muy marcados:
sintácticamente habría que señalar la carencia de verbos, que vimos en el
anterior análisis, la reiteración de la cópula y, o de la conjunción completiva que,
y la vaguedad de los deícticos por aquí, por allá. En el nivel léxico es vulgar o
rústico (y arcaizante) el uso de entré en construcción pronominal; me entré, en
vez de «me metí» o «entré», y también la comparación estereotipada «como una
rata». •
7.3.2.1. Los eufemismos son palabras o expresiones que sustituyen a otras
que no se pueden decir o, sobre todo, escribir, porque sobre ellas existe una
prohibición tácita, un tabú social. Por regla general se trata de términos que no
significan nada, y que guardan un parecido fonético y rítmico con las palabras
nefandas que sustituyen. En el texto aparecen dos: contro y mal ajo. No debemos

36 Cfr. Ignacio Bosque, «Sobre la interrogativa indirecta», DICENDA. Cuadernos de


Filología Hispánica, Madrid, ed. Universidad Complutense, I, 1982, pp. 13-34.
164 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
suponer que el escritor quiera decir que la protagonista dijo esos eufemismos;
hay un acuerdo social por el que el escritor y el lector se entienden, como si
mediara un guiño de complicidad entre ambos. Cualquier hispanohablante en-
tiende sin dificultad qué dijo realmente la protagonista. Esta convención nos
informa también sobre el carácter literario del relato, pues en él es donde se
guardan estas convenciones, y nos dice también que se trata de un texto no
demasiado moderno, ya que la novela actual no respeta estos tabúes,
inofensivos, por otra parte.

III
Los adverbios

7.3.3. Debe entenderse que para la caracterización de los adverbios


remitimos a 2.11.4, donde nos ocupamos de ellos. Nos corresponde aquí hacer
una clasificación de los que aparecen, tras su identificación. Consideramos que
los adverbios se dividen en dos grandes grupos, conceptuales y pronominales.
De los conceptuales, tenemos por dos veces el adverbio no, que pertenece a la
clase de los que afectan directamente a la oración (como indicadores de
modalidad); conceptual de cantidad es mucho, mientras que el resto de los
adverbios del texto son pronominales.
7.33.1. Dentro de los pronominales, tenemos una buena representación de
varios subgrupos. Dónde, con acento, es interrogativo-exclama- tivo, mientras
que donde, sin acento, es relativo de lugar. Aquí, allí y allá son demostrativos de
lugar.

IV
El subjuntivo

7.3.4. En dos ocasiones anteriores, 2.7.4 y 6.2.3, nos hemos referido al


subjuntivo con algún detalle. Debe suponerse, una vez más,^ que nos remitimos
a esos puntos para no repetir la teoría introductoria y que, en consecuencia, sólo
nos ocuparemos ahora de las tres formas concretas que aparecen en el fragmento
que analizamos. Se trata de viera, fueran y estirara. En los tres casos nos las
habernos con pretéritos de subjuntivo en -ra.
7.3.4.1. En los dos primeros casos el uso del subjuntivo está determinado
sintácticamente, sin impone a la completiva que me viera el modo subjuntivo37.
Esta preposición puede sustituir al adverbio no y, en construcciones oracionales,
equivale a y no, siempre que se hable de la misma actividad; mientras que y no
iría seguida del pretérito vieron, la completiva negada por sin expresa el
incumplimiento de la situación verbal de ver en subjuntivo. En aunque fueran se
trata de una concesiva, en relación, dentro del período concesivo (expresión de
condición inoperante), con el copretérito buscaba. La concordancia temporal y

37 Cfr. Ignacio Bosque, «La preposición sin». Lingüística Hispánica (Kansai, Japón), 3,

1980, pp. 71-85.


el hecho de que TEXTOS
la construcción
LITERARIOSse
EN refiera
PROSA al pasado, siendo por ello165
inoperante
por definición, al no haberse cumplido ya, imponen el subjuntivo. Recuérdese
que las concesivas se diferencian netamente de las adversativas en que las
segundas no pueden llevar verbo en subjuntivo, mientras que las primeras sí.
j Por. rnuc^l° Quf me estirara, en cambio, hay una opción
del hablante, podía haber dicho, perfectamente, por mucho que me estiré no
cupe. Al emplear el subjuntivo se introduce un factor de subjetividad, que nos
aparta de la consideración de la acción como real o no, para situarnos en la
apreciación de la persona que la narra, convertida en eje del relato. La dimensión
virtual o esencial de 'estirar' se acrecienta desde la perspectiva del subjuntivo.

OPCIÓN B

I
Funciones del lenguaje

7.3.5. Hemos seleccionado una parte de este texto para hacer ver cómo las
funciones del lenguaje pueden facilitarnos también alguna infonnación
extratextual, que necesitaremos en 7.3.7. (Para las bases teóricas, cfr. 2.10.8,
4.2.2, 6.4.8 y 7.2.2.) Hemos seleccionado tres exclamaciones. La última, «¡mal
ajo!», tiene una función puramente expresiva o emotiva. Las otras tienen un
contenido y son, por ello, representativas o referenciales, carácter que no es en
ellas el fundamental, sin embargo. La primera exclamación, además de tener una
función representativa, de transmisión de un mensaje, tiene una función, más
destacada, de relación de ese mensaje con el emisor, lo cual corresponde a la
función expresiva o emotiva. La segunda, en cambio, «¡Y doliéndome...!», tiene,
en primer lugar, una función fática, expresada por los puntos suspensivos y el y,
lo cual nos indica que hay un contacto que se quiere mantener, y luego, sobre la
función emotiva, que indudablemente permanece, una función conativa: se
quiere relacionar el mensaje con el receptor, al que se apela; se busca la simpatía
del receptor, mediante la insistencia en los detalles, el dolor y la sangre, que
pueden mover su piedad. 38 tiempos presente, voy, y copretérito, iba. A esos

38
El gerundio
7.3.6. Esta forma nominal tiene en español una gran cantidad de
valores y algunas dificultades de construcción, desde el punto de vista de
la norma. Su función sintáctica es la de aditamento, y así aparece en el
texto. A partir de ella puede encontrarse dentro de construcciones fijas,
en perífrasis, del tipo estar + gerundio, o ir + gerundio. Esta segunda
construcción es la que predomina en todo el texto: voy corriendo,
escurriendo, buscando, iba preguntando, donde vemos, por un lado, cómo se
combina el valor imperfectivo del gerundio, expresión de acción en su
duración, con el carácter imperfectivo del auxiliar ir, en los
166 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
valores temporales hay que añadir que el gerundio suele expresar una
circunstancia concomitante y, por ello, tiene parcialmente un valor modal. Este
valor aparece más claro en los ejemplos doliéndome y soltando, que forman
parte de una oración implícita, en la que no está expreso el verbo, el cual puede
suplirse por cualquier verbo de estado, cuya función sería la de auxiliar de los
gerundios; al expresarse sólo éstos nos encontramos con una insistencia en el
carácter durativo de las situaciones verbales de doler y soltar «sangre», muy
adecuadas para la función predominante conativa que hemos señalado en el
párrafo anterior.

III

El diálogo narrativo

7.3.7. Al comentar el texto anterior, en 7.2.1, señalamos las características


que, en general, configuran un texto como diálogo y narración simultáneamente.
En este caso, para la determinación del diálogo nos falta la referencia directa al
interlocutor: no hay un tú, ni equivalentes. Los deícticos nos proporcionan, sin
embargo, suficiente información complementaria: el esta de «esta calle» o el
aquí de «por aquí ni una rata», en contraposición a los allí y allá referidos al
teatro de los acontecimientos, son índice bastante de que hay un interlocutor, al
que la protagonista le cuenta lo que pasa; no se trata de un simple monólogo
dialogado. Es evidente que el Señor de las exclamaciones finales no se dirige a
ese interlocutor, sino que es puramente exclamativo, y no nos ayuda en nuestra
pesquisa; ahora bien, ya hemos señalado cómo en la penúltima exclamación
predomina una función conativa, que trata de mover a compasión precisamente a
ese interlocutor que no se manifiesta.
7.3.7.I. La alternancia entre los tiempos del comentario, que corresponden
al diálogo, y los de la narración, no es tan clara como en el texto anterior, debido
a que, al haber gran número de oraciones implícitas, sin verbo, nos faltan
precisamente esas formas c'aracterizadoras. Sin embargo, junto a los tiempos
narrativos, como el pretérito y copretérito, o los pospretéritos como buscarían, y
antepospretéritos, como habría metido, que permite matizar perfectamente el
tiempo del mundo narrado, ante la escasez —que no ausencia, cfr. voy— de los
tiempos del mundo comentado (cfr. 2.5.1.2 y 3.2.4), tenemos la evidencia de
esas formas de gerundio —especialmente en la exclamación final— que su-
ponen una referencia indudable a una acción que se contempla hasta el presente,
o en el mismo presente, y que se sitúa en la órbita del comentario. La narración,
en suma, predomina, pero no como lejana y objetiva, sino como un hecho con
incidencia inmediata en el ánimo del interlocutor. Esa narración, por otra parte,
arranca de un narrador en primera persona, de un yo, elemento inicial del
diálogo, cuya expresión lingüística analizaremos en la pregunta siguiente.
IV

Pronombres de primera persona

7.3.8. Desde el hecho conocido de la narración en primera persona,


catalogaremos ahora las distintas funciones de los pronombres que se refieren a
la misma. La forma tónica
TEXTOS yo aparece
LITERARIOS 167
en su papel de sujeto en dos ocasiones,
EN PROSA de
modo explícito, yo ...me voy, yo iba. No aparece la forma tónica, término de
preposición, mí.
7.3.8.1. La forma átona me, que puede ser implemento, complemento o
reflexivo formal, falso objeto, aparece numerosas veces en el texto. En me
buscarían, llevarme, me viera, se trata de un implemento, un objeto directo. En
doliéndome el brazo tenemos un tipo especial de complemento (en este caso tal
vez no un equivalente exacto de un objeto indirecto): se trata del llamado dativo
simpatètico o posesivo, porque equivale a un posesivo, «mi brazo». En el resto
del párrafo tenemos reflexivos formales o gramaticales, es decir, falsos objetos.
Podemos, tal vez, admitir para me encomendaría un valor propiamente
reflexivo, aunque discutible. En el resto, se trata de construcciones
cuasi-reflejas, de las que me habría metido, me voy, me entré, meterme o me
estirara son reflexivos de vida exterior, de movimiento.

TEXTO 19

7.4.

Pues verá usted... le tiré con la navaja en semejante parte, y en


semejante otra, con perdón, y si no me desapartan, la mecho... La
mitad del pelo de ella me lo traje entre las uñas, y estos dos dedos se
los metí en un ojo... Total, que me la quitaron; y quisieron asujetarme;
pero yo, braceando como una leona, me zafé, tiré el cuchillo, y salí a la
calle, y de una carre- rita, antes que pudieran seguirme fui a parar a la
calle del peñón. Luego volví pasito a paso..., oí ruido de voces..., me
agazapé. La Roma y Virginia chillaban, y la tía Gerundia decía: «Ha
sido Andara, ha sido Andara...»

Opción A

1. Nivel léxico: eufemismos y vulgarismos.


2. Valor de los tiempos verbales en el texto: cómo lo caracterizan.
3. Funciones de los pronombres de primera y segunda persona, en el texto.
Opción B

1. Rasgos del habla coloquial en el texto.


2. Coordinación y yuxtaposición en el texto.
3. Funciones de los pronombres de tercera persona, en el texto.

OPCIÓN A

I
168 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Nivel léxico: eufemismos y vulgarismos

7.4.1. Los vulgarismos léxicos aparecen más claros en este texto que en el
anterior (cfr. 7.3.2), hasta el punto de que el propio autor nos indica mediante la
cursiva el carácter anormal de uno de ellos: desapartan. Podemos considerar dos
tipos de vulgarismos, los que se separan de la norma y los que corresponden a
expresiones vulgares, desde el punto de vista sociológico, es decir, a los niveles
de menor capacidad económica dentro de la sociedad, o a las clases y grupos
marginados. En el primer grupo tendríamos el desapartan citado, por ‘separan’ o
‘apartan’, y asujetarme por ‘sujetarme’, que tienen en común el refuerzo
mediante un prefijo de una de las formas posibles en la norma. El uso de tía para
persona de edad, independientemente del parentesco, también es vulgar, como lo
es, en otro plano, el del artículo ante ese mismo sustantivo, la tía, el de apodos,
como la Roma, y el de artículo ante ese apodo. En cuanto a las expresiones
vulgares, podemos considerar dentro de ellas la forma la mecho, pues el verbo
«mechar» no se usa normalmente como sinónimo de acuchillar a una persona.
Zafarse, por ‘soltarse’ o ‘escaparse’, amén de ser un arcaísmo y de estar bastante
extendido, no puede considerarse voz de uso general.
7.4.1.1. Los eufemismos en el texto son de tipo mostrativo, no léxico: en
semejante parte, y en semejante oira; se hace preciso recurrir a la acotación que
nos proporciona la fórmula «con perdón» para suponer que esas partes no son
nombrables entre personas de buenas maneras, al menos según la narradora, en
lo cual podemos ver una indicación del autor para hacemos notar que esas
expresiones eufemísticas irían acompañadas del gesto que señalaría la parte o
partes concretas.

II
Los tiempos verbales

7.4.2. Nos hemos referido numerosas veces a los tiempos verbales en los
comentarios que anteceden (especialmente en 2.2.1, 2.5.1, 2.7.4,
2.10.4, 2.12.3 y 3.2.4, y a su morfología en 6.2.6). Sabemos perfectamente que
en ellos podemos notar si la acción se presenta como terminada (as
169 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA .
pecto perfectivo» o no (aspecto imperfectivo)' y si se refieren al mundo
comentado o al mundo narrado, además de cómo sitúen la propia situación
verbal en el eje temporal.
7.4.2.1. El texto se compone de una narración básica, en la que aparecen
los pretéritos tiré, traje, metí, quitaron, quisieron, zafé, tiré, salí, fui, volví, oí,
agazapé, todos ellos indicadores de acción terminada en el pasado, y los
copretéritos chillaban y decían, pasados imperfectivos ambos. Estos son los
tiempos de la narración, dominantes en el texto, como se ve.
7.4.2.2. Junto a ellos aparecen los tiempos del comentario, por un lado el
futuro verá, ligado al interlocutor por el usted explícito, que nos asegura que se
trata de un diálogo; por otro lado tenemos los presentes desapartan y mecho, que
se emplean en una condicional que se presenta como real en el pasado, atraídos
al presente por la posibilidad que tiene este tiempo verbal de extender su empleo
a cualquier tiempo morfológico, presentado como imperfectivo —a pesar de que
la acción se desarrollara en el pasado y estuviera acabada en la realidad— para
completar la sensación de proximidad de los hechos. Es un comentario en el
interior de la línea narrativa. Por último, el antepresente ha sido, reiterado en una
frase en discurso directo (en boca de la tía Gerundia), reproduce un comentario
de ésta, referido a una acción pasada vista desde el presente y con repercusión en
éste. Debe notarse que la presentación de la acción como acabada depende del
valor semántico de ser, y no del tiempo verbal: el antepresente no tiene,
necesariamente, aspecto perfectivo, ya que le corresponde la modificación
secundaria de anterioridad y no la primaria de aspecto. En el esquema podemos
ver la división entre modificadores primarios y secundarios.
Modificadores primarios Modificadores secundarios
I
M Prosecución Anterioridad Duración
p ha hablado está hablando ha estado
£ No-pasado habla hablando
R
F hablará habrá hablado estará hablando
E habrá estado hablando
C había hablado estaba hablando
T Pasado hablaba I había estado hablando
V habría hablado estaría hablando
O hablaría habría estado hablando

PER (hubo hablado) estuvo hablando '


FEC Pasado habló (hubo estado hablando)
TI
VO

El texto incluye también una forma de subjuntivo condicionada sintácticamente,


en pasado, en concordancia temporal con el pretérito y los tiempos de la
narración: pudieran.
170 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
III
Los personales

7.4.3. Es sabido que los pronombres llamados de primera y segunda


persona son los auténticamente personales, pues con la llamada «tercera
persona» lo que hacemos es referirnos a un objeto, considerándolo como tal, es
decir, como término de referencia en el diálogo entre el yo y el tú. Por este
motivo, aunque la forma usted (con la que la protagonista se dirige a su
interlocutor) sea formalmente de tercera persona, con- cuerde con la tercera
persona de los verbos y se pronominalice en tercera persona (p. ej., «le repito a
usted»), aquí la consideraremos como único ejemplo de segunda persona, en
función de sujeto de verá, en tratamiento de respeto, pues corresponde al
interlocutor, es decir, al tú del esquema del diálogo.
7.4.3.I. Para la primera persona, tenemos una muestra explícita de la forma
yo, como sujeto, en yo... me zafé; carecemos de ejemplos de la forma tónica
término de preposición, mí, y disponemos de ejemplos de varios usos de me. Me
aparece en función de implemento u objeto directo en me desapartan,
asujetarme y seguirme. Como complemento u objeto indirecto lo encontramos
en me lo traje (donde es un tipo de dativo ético) y me la quitaron. En me zafé y
me agazapé tenemos sendos ejemplos de reflexivos formales o gramaticales,
falsos objetos, que corresponden a verbos pronominales de vida exterior, de
movimiento, el me en ambos está gramaticalizado, como expresión de la
participación del sujeto como agente y paciente, con valor de medialidad.

OPCIÓN B 39
el uso de los diminutivos, carrerita, pasito a paso, o la alternancia entre
coordinación y yuxtaposición, que veremos en el apartado próximo, también es
rasgo caracterizador del habla coloquial, igual que el uso del que narrativo en
que me la quitaron, propio de una narración en forma oral. Desde el punto de
vista léxico tendríamos que repetir aquí lo que hemos dicho a propósito de los
eufemismos y los distintos tipos de vulgarismos, como contrarios a la norma, o
como estereotipos sociolingüís- ticos, en 7.4.1. Debe tenerse en cuenta, como ha
señalado William Labov40, que hay una evaluación social que nos permite hacer

39
Rasgos del habla coloquial

7.4.4. Desde el punto de vista fonético-gráfico, los puntos suspensivos


se utilizan para indicarnos que la conversación se interrumpe, se producen
pausas, suspensiones del relato, rupturas de la curva tonal, en suma. Es un
intento mínimo, pero válido, de representar las variaciones tonales de la
lengua hablada. El uso de las formas yo y usted, comentadas en el párrafo
anterior, nos atestigua sin dudas que se trata de un diálogo entre una mujer
y otra persona a la que ésta trata con respeto. La expresión total, para
introducir un resumen de lo narrado, así como
40
Sociotinguistic Pattems, Oxford, Basil Blackwell, 1978 (1.* ed., Pensilvania, 1972),
una triple clasificación de TEXTOS
los elementos
LITERARIOS lingüísticos
EN PROSA que intervienen en el171
cambio, dentro de una lengua: «los indicadores son rasgos lingüísticos
incrustados en una matriz social, que muestran diferenciación social según la
edad o el grupo social; pero que no muestran ningún esquema de cambio de
estilo y parecen tener poca capacidad evaluadora». Los marcadores o marcas,
en cambio, están estratificados tanto social como estilísticamente: la pro-
nunciación de la -d- en los participios en -ado y en -ido (sobre todo en los
segundos, en los primeros no en todas las regiones) es un ejemplo suficiente de
esta clase. Los estereotipos son «formas socialmente marcadas, que la sociedad
etiqueta especialmente». El autor, al poner en cursiva formas como desapartan
nos está indicando un estereotipo.

II

Coordinación y yuxtaposición

7.4.5. Acabamos de referimos al hecho de que la alternancia entre la


coordinación y la yuxtaposición contribuye a la caracterización del habla
coloquial. La conjunción coordinante mayoritaria es y; el texto sólo ofrece un
caso de la adversativa pero (muy correctamente situado tras punto y coma),
frente a ocho ejemplos de y. Además, la conjunción copulativa se omite en series
coordinadas, como me zafé, (y) tiré el cuchillo y salí. Podemos considerar el y
reiterativo o de insistencia (fático) en v si no me desapartan, donde hubiera
bastado punto y coma, o punto, antes del si; el uso de y se adecúa a la intención
de dar viveza a la narración, reforzada con el uso del presente para el pasado, que
tuvimos ocasión de comentar en 7.4.2.
7.4.5.1. También hay reiteración de y en la segunda parte del texto, tras la
adversativa pero que lo divide: y salí, y de una carrerita; la función
predominante es también la fática, y la intención es la de dar carácter de
continuidad al relato. Sucede lo mismo en los dos Usos finales; al decir y la tía
Gerundia, en vez de usar el punto y coma, se quiere insistir en el carácter de
acción colectiva de los tres personajes.
7.4.5.2. Para la consideración de la yuxtaposición tenemos que prescindir
de la ausencia de conjunción tras los puntos suspensivos, pues esas pausas o
entrecortamientos sólo permitirían esperar conjunción en caso de insistencia o
con función fática predominante, en la primera parte. En la segunda, en cambio,
podemos suponer que los puntos antes de oí y me agazapé corresponden a
pausas más breves. Nos autoriza a ello tanto el cambio de ritmo tras la
condicional, o el usted, al principio del texto, como el total del tercer ejemplo,
así como el uso de las mayúsculas en esos dos casos. Las minúsculas de oí y me
parecen indicar, dentro de la pobreza de la lengua escrita para la expresión de
esos matices, que la pausa es menor y que sólo se ha suprimido el equivalente de
una conjunción. Podría decirse lo mismo tras usted, y en ese caso la respuesta es
que falta, en efecto, una conjunción que, aunque lo más exacto sería suponer
algo como «verá usted que le digo que...», con un verbo performativo. En todo

p. 314.
172 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
caso, la segunda parte nos permite interpretar esos puntos suspensivos y la
ausencia de conjunción, es decir, la construcción yuxtapuesta, como un intento
del autor por transmitir mayor puntualidad al relato: como si una cámara
enfocara, de pronto, tres puntos diferentes de la escena.

III
Pronombres de tercera persona

7.4.6. El uso de los pronombres de tercera persona en el texto se adecúa a la


norma y a la etimología. De la forma tónica ella tenemos un ejemplo, como
término de preposición, de ella, equivalente del posesivo, favorecido en la
lengua coloquial para evitar la ambigüedad de su (que puede ser «de él», «de
usted», etc.). La forma le aparece con la variante se, obligatoria ante una forma
de acusativo pronominal en se los metí (se = «a ella») con función de
complemento u objeto indirecto. Esta función tiene siempre, de acuerdo con la
etimología y la norma, la forma de dativo le: le tiré, mientras que las formas de
acusativo, lo y la, tienen función de implemento u objeto directo: la mecho, la
quitaron, lo traje, o el plural los, en los metí, con la misma función de
implemento.

TEXTO 20

7.5.

El año 1866 un buque negrero iba perseguido por un buque


crucero. Llegó a un islote, cerca de las playas cubanas, y arrojó ciento
ochenta negros. El buque negrero y el crucero dejaron la isla. ¿Sabéis
qué sucedió? Los pobres negros no podían poner los pies en la tierra
esponjosa, no podían ni siquiera extenderse para descansar; aquélla
era una verdadera cruz de espinas. Todos murieron de hambre.
¿Cuál sería el espanto, señores diputados; cuál sería el horror de su
agonía? No tenían qué comer, y para beber no tenían más que agua del
mar, no tan amarga como la cólera de los hombres.
Opción A
1. Rasgos lingüísticos que caracterizan la parte narrativa del texto.
2. Los adjetivos, su colocación y clasificación semántica.
3. Pronombres interrogativos, su función.
4. Verbos regulares del texto, distintos morfemas.

Opción B
1. Elementos lingüísticos de la función conativa y expresiva.
2. Formación de palabras: sufijos y otros afijos en el texto.
3. Análisis sintáctico desde No tenían qué comer hasta el final.
4. Clasificación semánticaTEXTOS
de los LITERARIOS
sustantivos,
EN desde 173
PROSA aquélla era una verdadera

cruz de espinas hasta el final.

OPCIÓN A

I
Rasgos lingüísticos de la parte narrativa

# 7.5.1. El texto está claramente dividido en dos partes, incluso gráficamente. En


la primera, que ocupa el primer párrafo, hay un inciso no narrativo, la
interrogación «¿Sabéis qué sucedió?». Se trata de una pregunta retórica, para la
que no se espera respuesta, y sirve sólo como pretexto del narrador para engarzar
su historia, y realzar el relato, aumentando la curiosidad del lector por el
desenlace, mediante el artificio de la pregunta que rompe el hilo.
.5.1.1. Desde un punto de vista lingüístico, la narración arranca de un
circunstancial temporal, sin preposición, «el año 1866». A partir de ahí
corresponde a los tiempos verbales la expresión de la temporalidad del relato, y
de su duración. Así, mientras que la perífrasis iba perseguido expresa que la
acción, pasada, no ha concluido, desde el punto de vista del relato, los pretéritos
ponen a continuación el contrapunto de su aspecto perfectivo, que en este caso
llega a ser puntual: se presentan una serie de hechos en la crudeza de lo que pasó
realmente: llegó, arrojó, dejaron, sucedió. Tras ello, los imperfectos o
copretéritos se encargan de expresar la duración de la escena en ese pasado,
gracias a su aspecto imperfectivo: no podían (reiterado), era, y remata con el
macabro perfectivo, murieron. .
7.5.1.1. Tras el punto y aparte, el segundo párrafo se inicia con una nueva
interrogación retórica, bimembre, a la que siguen, también en estructura
bimembre, dos nuevos copretéritos, idénticos, ambos negados: no tenían.
Concluye el texto con una expresión atemporal, sin expresión verbal alpina, en la
construcción implícita que veremos en 7.5.7. El deíctico aquélla contribuye
también al distanciamiento temporal de los hechos relatados, por lo que su
elección, frente,a las opciones esta y esa, no se debe al azar, sino al cálculo de la
expresión narrativa y los efectos de mostrar con distanciamiento, que se
combinan en este deíctico o mos- trativo indicador de la mayor distancia
respecto a quien habla.

II
Semántica y colocación del adjetivo

7.5.2. Si aplicamos la teoría ya expuesta sobre el adjetivo (cfr. 2.6.1 y


6.1.3) tendremos, para empezar, una preferencia por los adjetivos de relación,
atributivos, especificativos, pospuestos, como es normal: buque negrero, buque
crucero, playas cubanas. El adjetivo descriptivo negro está aquí usado, por
evolución semántica, de carácter metonímico, como sustantivo, en un proceso en
174 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
el que ha tenido que pasar por adjetivo de relación, previamente. Tras el nuevo
uso de negrero, como antes, tenemos pobres negros, con pobres como
valorativo explicativo, antepuesto normalmente. El adjetivo verdadera es
especificativo de la frase completa cruz de espinas; a pesar de ser especificativo,
distinguidor, se antepone por el carácter valorativo que tiene en el texto, y que
permite la insistencia, así como por razones contextúales, para quedar más
próximo al núcleo nominal, cruz. Por último, el adjetivo descriptivo amarga, en
grado comparativo, con el adverbio tan, y negado por el adverbio no, con valor
de prefijo separable, como veremos en 7.5.6, va normalmente pospuesto, por
razones sintácticas, contextúales (es difícil anteponer no tan -f adjetivo,
excesivamente enfático). La litote no tan equivale semánticamente a menos, el
valor de la construcción comparativa, en consecuencia, es de una comparación
de inferioridad, y la construcción atributiva tiene carácter explicativo. Así, pues,
aunque la forma sea de comparativa de igualdad (tan... como) su valor, por el no,
es de inferioridad (menos... que). (Cfr. 7.5.6.1.) 41

41
Pronombres interrogativos

7.5.3. Aunque se haya negado la condición de interrogativo de qué,


tónico, entendemos que no hay suficientes razones para justificar esa
propuesta, y lo seguiremos considerando como tal. En qué sucedió, donde
toda la proposición es implemento de sabéis, qué es el sujeto. En qué comer,
implemento de tenían, es, en cambio, el implemento u objeto directo del
infinitivo. Por lo que respecta a cuál, las dos veces que aparece en el
segundo párrafo tiene la función de predicado nominal. En los cuatro casos
se verifica la exactitud de la definición de los’interrogativos, desde el punto
de vista semántico, como pronombres que se preguntan por el contenido de
la función que desempeñan.
175 IV
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA ,

Morfología de los verbos regulares

7.5.4. Analizaremos ahora los morfos que expresan los distintos morfemas
de los verbos regulares, de acuerdo con lo expuesto en 6.2.6.
— llegó: lleg-, morfema léxico; 0 vocal temática, -ó- morfo del morfema de
tiempo pretérito, aspecto perfectivo; 0 número-persona.
— arrojó: arroj-, morfo que expresa el morfema léxico, el resto como el
anterior.
— dejaron: dej-, morfema léxico; -a- vocal temática; -ro- tiempo aspecto, con
los valores de los anteriores; -n número plural, tercera persona.
— sucedió: suced-, morfema léxico; -i- vocal temática (neutralización de E/I),
-ó- tiempo-aspecto, como en los anteriores; 0 número-persona.
— extender: extend-, morfema léxico; -e- vocal temática; -r infinitivo, ex-
presión virtual o esencial de la situación verbal.
— descansar: descans-, morfema léxico; -a- vocal temática; -r infinitivo.
— comer: com-, morfema léxico; -e- vocal temática; -r infinitivo.
— beber: beb-, morfema léxico, resto como en el anterior.
OPCIÓN B
I
Funciones conativa y expresiva

7.5.5. Las reiteraciones no podían, no podían ni siquiera corresponden a la


función expresiva o emotiva. Este procedimiento se intensifica en el segundo
párrafo, con nuevas reiteraciones en estructuras bimembres: cuál sería, cuál
sería; no tenían qué, no tenían más que. Cinco veces se repite el adverbio no, a
las que debemos añadir el uso de ni, copulativa negativa. Los tres últimos
acentos del párrafo final recaen sobre tres oes. En el léxico, la adjetivación
pobres, el cuantitativo todos, o la alternancia espanto/horror corresponden
también, como amarga y cólera, a la función emotiva, que, en la formación de
palabras, se expresa en el sufijo -ote.
7.5.5.1. La función apelativa o conativa está directamente presente en las
interrrogaciones, por retóricas que sean, con las cuales, como hemos dicho, se
intensifica la trágica emoción del relato, y .en la mención explícita de los
interlocutores, en el vocativo señores diputados, que es precisamente la
expresión paradigmática de esta función. En conjunto podemos decir que, dentro
del tono retórico del discurso parlamentario al que el frgmento corresponde, las
funciones conativa y expresiva son las dominantes, y a ellas están subordinados
los recursos lingüísticos.

II
Formación de palabras

7.5.6. Prescindiendo de los sufijos que tienen valor dentro de un paradigma


morfológico, como -ado, -ido de los participios, o -ar de los infinitivos, y
similares, nos fijaremos especialmente en los tipos de formación de palabras por
176 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
este procedimiento de la derivación por afijos. El sufijo -ero aparece aquí en
numerosos adjetivos: de relación, como negrero y crucero, o valorativos, como
verdadera. Otro sufijo que forma adjetivos es -oso, presente en esponjosa. El
apreciativo -ote tiene valor fundamentalmente diminutivo en el sustantivo islote,
sin que falte el matiz peyorativo, adecuado a la función emotiva, como hemos
señalado.
7.5.6.I. En cuanto a la prefijación, también tenemos algunas muestras: el
prefijo per- conserva su valor durativo intensificador en perseguido; ex-
conserva, por su parte, el valor de indicador de punto de origen en extenderse. A
veces hay prefijo etimológico; pero los hablantes ya no tienen conciencia de la
derivación, tal ocurre con sucedió o espanto, en los cuales hace falta consultar un
diccionario etimológico para saber que se encuentran los prefijos sub- y ex-,
respectivamente. Mayor es esta distancia en el caso de dejar, donde el cruce del
prefijo de- está todavía menos presente en la conciencia lingüística. De los
prefijos negativos, tenemos des- en descansar, aunque lo más llamativo, como
anticipamos en 7.5.2., es la prefijación con no, la cual llega incluso a alterar
valores morfológicos, como la comparación. Este no, que convierte el tan
amarga en un menos amarga, corresponde a una figura retórica, la lítote(s) (cfr.
4.2.6), con la cual expresamos un concepto mediante la negación de su contrario.
La negación, en este caso, afecta al grado del adjetivo, aunque, en términos de
significado, también podríamos expresar esa afección mediante el antónimo
léxico, que, en el caso de 'amargo', es 'dulce': en ese sentido, no tan amarga
como equivale a «más dulce que».

III
Análisis sintáctico

7.5.7. También hemos anticipado, en este caso, lo fundamental, es decir, el


tratamiento desde no tan amarga hasta el final, si bien podemos añadir alguna
observación, todavía. El párrafo está dominado por la modalidad aseverativa
negativa, cuya importancia en la ecuación sin- tacto-semántica ya ha quedado
señalada en el párrfo anterior. La voz es la activa.
7.5.7.1. Al hablar de los interrogativos diiimos ya que en «no tenían qué
comer», atié comer es el objeto directo de tenían, y qué, por su parte, el objeto
directo o implemento de comer. Sigue una copulativa introducida por y, que
incluye una proposición de infinitivo, de finalidad, con valor de aditamento. El
implemento de este segundo no tenían es todo lo que sigue, desde más que ha¿ta
el final. En este análisis, muy superficial, pero suficiente en niveles
introductorios, desde no tan amarga hasta el final tendríamos una adjetivación
explicativa, comparativa, con el término de comparación expreso, cólera, y
modificado por el complemento determinativo de los hombres.
7.5.7.2. Podemos apuntar también —sólo apuntar— un análisis más
profundo. En él tendríamos que ver en más que un valor adversativo
(equivalente a «sino»): en ese caso, no tenían llevaría un implemento implícito
de negación absoluta ('nada'), al tiempo que más que introduciría una
adversativa implícita, cuyo verbo no se expresa (sería el mismo ‘tenían’
precedente, pero ahora afirmativo). Por último (aunque caben análisis más
complejos, como la consideración de no ENtan
TEXTOS LITERARIOS amarga como una adjetiva177
PROSA

implícita, con verbo existencial —'ser'—, no expreso), consideraríamos como la


cólera de los hombres como una comparativa implícita, con la cópula existencial
‘ser’ también implícita, algo del tipo: «como es amarga la cólera de los
hombres».

IV
Semántica de los sustantivos

7.5.8. En el fragmento seleccionado, todos los sustantivos que aparecen


son nombres comunes, es decir, apelativos. De ellos son abstractos, de fenómeno
(cfr. 2.10.2, 6.1.6), hambre, espanto, horror, agonía y cólera. Los concretos
genéricos, que corresponden a sustantivos que se pueden contar, están usados
como individuales, y son cruz, señores, diputados, mar y hombres. Espinas,
aunque sea propiamente un sustantivo genérico (pues cabe la expresión
individual «una espina, dos espinas») está usado en el texto como nombre de
materia, es decir, expresión de una realidad que no se puede contar, aunque sí
medir. Propiamente de materia es el sustantivo agua.
7.5.8.1. Lo que más llama la atención es la abundancia de abstractos de
fenómeno. Si a ello sumamos el hecho de que los infinitivos, en cuanto
sustantivos verbales, que expresan la situación verbal en su virtualidad, es decir,
considerada en su esencia, son también de fenómeno, tendríamos que el número
de éstos se acrecienta, y explica la frialdad de la exposición de los datos terribles
que se manejan, y que contribuye a proporcionar esa sensación de espanto,
horror, y repulsa, que el orador busca.

TEXTO 21

7.6.
Ante el ocaso que enrojecía los balcones con tanta desesperación,
daban ganas de gritar: «¡Fuego!» «¡Fuego!»
En el rincón de un jardín, junto a la tapia, quedaba nieve de hacía
días. Las veletas parecían querer hablar por señas, y en vez de norte o
sur, parecían remover letras con otro sentido más grave, la V y la M,
sobre todo, como iniciales vagarosas de la Vida y la Muerte. Las vallas
de esos solares cansados de esperar que ya languidecen, parecían
borradas de tanto como se tambalean. «¡Darán razón!» «¡Darán
razón!», ponía en los carteles que se alzaban sobre ellas. Locura sí qué.

Opción A
1. Análisis sintáctico desde el principio hasta hacía días.
2. Comentar la entonación y la pronunción de ese mismo fragmento.
3. Valor icònico de la V y la M en el texto.
178 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
4. Sufijos del texto.

Opción B
1. Presencia y ausencia de artículo en el texto.
2. Caracterización del texto según los tiempos verbales.
3. Análisis sintáctico desde Las vallas (lín. 7) hasta el final.
4. Semántica: la personificación como recurso en el texto.

OPCIÓN A 42
detalle se precisará en 7.6.8. El implemento u objeto directo de enrojecía es
balcones.
7.6.1.2. Tras la proposición adjetiva de relativo volvemos a la oración a la
que pertenece ante el ocaso: el sujeto de daban, que está usado como verbo
intransitivo, con el valor semántico de ‘entrar’, es ganas, como se comprueba
con la alternancia de número (daba gana / daban ganas)43. Ganas lleva como
complemento determinativo toda una proposición de infinitivo, con núcleo en
gritar, transitivo, cuyo implemento u objeto directo está expresado en
construcción directa, tras los dos puntos, fuego, fuego.

42
Análisis sintáctico

7.6.1. Cuando el comentarista tiene ante sí un texto magnífico, como


éste, y lo primero que tiene que hacer con él es un análisis sintáctico parcial,
no se siente nada inclinado a proeeder a un despiece oracional, sino a tratar
de realizar un análisis en el que no se pierda la dimensión de conjunto de
todo el escrito: ese ir más allá de la realidad que impregna tocio el
fragmento quiere contagiarse a la propia consideración lingüística o, al
menos, a su presentación.
7.6.1.1. El texto comienza con la frase preposicional ante el ocaso,
semánticamente un circunstancial de lugar-tiempo, donde es inseparable la
nota temporal de la caída de la tarde de la nota locativa del lugar del
espectador; funcionalmente se trata de un aditamento de daban. La pre-
sentación funcional y semántica del ocaso es la de un elemento secundario,
un circunstante; sin embargo, el autor convertirá ese circunstante en
actuante inmediatamente después, al hacerlo sujeto de la proposición de
relativo, gracias a la referencia anafórica del relativo que, sujeto formal de
enrojecía. Esta conversión en actuante se prolonga en el aditamento con
tanta desesperación, circunstancial modal cuyos rasgos semánticos
convienen a una acción de sujeto animado: la importancia de este
43
Estas construcciones son complicadas. Algunos hablantes aceptan construcciones
como daba ganas de gritar, pronominalizable como las daba, en las que ganas es
implemento. Creemos cjue hay aquí una distinta selección de rasgos semánticos de
'dar*. En construcciones como daban ganas de gritar, daban tiene el valor de 'entraban',
mientras que en daba ganas de gritar, con verbo en singular y ganas como implemento,
tiene el valor ae 'producía' o 'provocaba'. La norma pide preposición en estas
construcciones; pero también se encuentran ejemplos de me da la gana gritar,
pronominalizable como me la da, donde gritar sería el sujeto y gana el implemento. (Cfr.
dar vergüenza en el Diccionario de dudas de la lengua española, de Manuel Seco, Madrid,
Aguilar.)
7.6.1.3. El párrafo siguiente
TEXTOSempieza con
LITERARIOS otro aditamento, en el rincón, al179
EN PROSA

que sigue el complemento determinativo de un jardín; viene a continuación un


inciso, también locativo, con función, asimismo, de aditamento. El núcleo del
predicado modificado por esos aditamentos es quedaba, intransitivo, cuyo
sujeto, nieve, lleva como complemento determinativo la construcción hacía
días. Esta construcción, formalmente, está compuesta por un verbo impersonal,
usado como intransitivo, y un aditamento, expresión de circunstancia temporal,
días44. En realidad, este hacía días está lexicalizado, y equivale a construcciones
como «varios días», «muchos días», y similares.

II

Entonación y puntuación

7.6.2. Lo más llamativo es el uso de los signos de admiración que


corresponden a las cuatro exclamaciones del texto. Desde el punto de vista tonal,
la exclamación supone un ascenso de la curva, seguido de un brusco y rápido
descenso. Con todo, no son las exclamaciones, en nuestra opinión, lo más
significativo de la puntuación, sino sólo uno de sus extremos: el texto se mueve
entre unas cotas mínimas de ritmos tonales, marcadas por los incisos, como junto
a la tapia, sobre todo, que van entre comas.
7.6.2.1. Si seguimos la entonación y la puntuación desde el principio, nos
llama la atención, en la primera Íínea, la ausencia de coma ante el relativo que.
La adjetiva se presenta así como especificativa, lo cual es innecesario, porque no
se distingue ese ocaso de otro. Tenemos que buscar la explicación, mejor, en que
una pausa tan pronto habría roto el ritmo del párrafo, que está perfectamente
trabado: un lento ascenso hasta la leve pausa de desesperación, marcada por la
coma, una pausa mayor indicada por los dos puntos, con un descenso también
mayor de la curva, y luego dos rápidos ascensos y descensos, como dos
estampidos, en las dos exclamaciones, a las que sigue larga pausa.
7.Ó.2.2. En la segunda parte, por un error de puntuación común, la coma se
escribe ante y en vez en lugar de y, en vez. Por lo demás, hay alternancia de
pausas breves, comas, y pausas largas, puntos. Las comas permiten la
intercalación de los incisos aludidos, cuyo nivel tonal es más bajo que el normal
del párrafo. Al final, en cambio, las dos exclamaciones no sirven de realce
sonoro de la terminación, sino que el texto se prolonga en lenta ascensión,
seguida de descenso ante la pausa de ellas, tras la cual asciende lentamente en
locura, para dispararse en sí qué, dos acentos seguidos, deliberadamente
expresivos. (Para qué, cfr. 7.6.7.)

III

44
Aquí no debemos dejarnos engañar por la pronominalización. Los complementos
de distancia, medida (en el lugar y el tiempo), peso y precio se pronomi- nalizan con las
formas pronominales de acusativo; pero no son implementos, sino aditamentos. Las
construcciones en las que el verbo se hace personal y el aditamento pasa a sujeto, del
tipo * hacían días, tan frecuentes en el castellano de catalanes y levantinos, en general,
son incorrectas: se debe decir, como en el texto, hacía días, impersonal.
180 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Valor ¡cónico de la “V” y la “M”
7.6.3. El planteamiento del enunciado excluye deliberadamente el valor
simbólico de v (vida) y m (muerte). En la consideración propiamente icònica lo
inicialmente llamativo es el carácter de letras mayúsculas (versales) de la V y la
M, tanto aisladas como en las iniciales de Vida y Muerte. Se trata, naturalmente,
de diferenciarlas de un modo físico.
7.6.3.1. Lo que tenemos que preguntamos a continuación es el porqué de
esta diferenciación en dos letras aisladas. Hay, por supuesto, un valor simbólico
claro; pero no nos compete aquí tratarlo. Lo que nos interesa, en cambio, es la
clave que el autor nos da sobre esas letras: nos habla de «veletas». Las veletas,
como sabemos, llevan las letras iniciales de norte, sur, este y oeste, o sea, de los
puntos cardinales: en el texto la V y la M sustituyen a las letras de las veletas
normales, para provocar en el lector la imagen de que está viendo veletas que
giran con la V y la M, como iniciales de la Vida y la Muerte, únicos puntos que
señalan.
7.6.3.2. Incluso él mismo —no sabemos hasta qué punto consciente-
mente— cae presa de la magia de estos iconos, en la elección del calificativo
vagarosas, cuya inicial es otra v. Los elementos icónicos son predominantes en
el texto: el rojo de los cristales del ocaso, el blanco de la nieve, las letras de las
veletas, los carteles de las vallas, con su mensaje de razón y locura. En el centro
de todo ello, la V y la M, mayúsculas, dan cuenta de la existencia.

IV
Sufijos
7.6.4. El sufijo -ecer del primer verbo, enrojecer, tiene valor incoativo,
indica comienzo de acción. El mismo sufijo se encuentra en parecer, donde ya
no hay conciencia de derivación, y en languidecer. El sufijo -ear del verbo
tambalear sirve para formar verbos frecuentativos o iterativos. Aquí se trata de
un iterativo, expresa una acción que se compone de momentos repetidos.
7.6.4.1. Los sustantivos aparecen con los sufijos -ción de nombres de
acción, abstractos, en desesperación, o -ar en solar. Locura es un abstracto de
cualidad, formado con el sufijo -ura. Los sufijos apreciativos ~eta, de veletas, y
-el, de carteles, no conservan su valor diminutivo originario, son simples
morfemas derivativos. El sufijo -al, de. adjetivo, aparece en inicial, adjetivo
usado como sustantivo. Del mismo tipo, forma- dor de adjetivos, es -oso, en su
forma femenina y plural en vagarosas.

OPCIÓN B

I
Presencia y ausencia del artículo

7.6.5. Consideramos como artículos, como ya dijimos (cfr. 2.10.3), las


formas el y un. Al hablar de su presencia o ausencia (cfr. 2.8.2), hemos de
suprimir, en primer lugar, los sustantivos
TEXTOS queENaparecen
LITERARIOS PROSA con otro determinante y181
que, en consecuencia, no pueden llevar artículo, por razones puramente
gramaticales, y quedarnos con los casos en los que la presencia o ausencia del
mismo responde a una intención del redactor. Así, eliminamos tanta
desesperación, otro sentido, esos solares.
7.6.5.1. Separamos a continuación los sustantivos que no llevan artículo,
pero van en plural: en este caso se trata de sustantivos actualizados por el
cuantificador de número que el plural lleva consigo, por el hecho de serlo. Se
trata de una actualización no identificadora; pero el sustantivo está actualizado:
así tenemos ganas, días, señas, letras, iniciales.
7.6.5.2. El artículo el, actualizador vacío, identificador, aparece en el ocaso
(presentado anteriormente, en texto que no está; o en situación consabida), los
balcones (lo mismo que el anterior, más la cuantificación plural), el rincón
(donde tiene una misión identificadora claramente predominante, «precisamente
allí», con valor deíctico), la tapia (situación consabida, es normal que los
jardines tengan tapia), las veletas (si no se han mencionado antes, hemos de
suponer de nuevo la situación consabida), la V y la M, la Vida y la Muerte
(singularidad, hasta el valor meta- lingüístico, «V», «M», «Vida», «Muerte»).
Las vallas y los carteles estarían de nuevo en situación consabida, algo propio de
los solares mencionados.
7.6.5.3. Al carecer de lo que precede a este texto, (ni siquiera sabemos si le
precede algo), podemos sospechar que varios de los sustantivos que llevan
artículo el han ¿parecido antes. Eso, sin embargo, no es necesario: el artista está
expresando una puesta de sol desde un punto fijo, que Jo enmarca todo: ante él se
ofrece la ciudad como en un cuadro con movimiento, él no hace más que tomar
los elementos del cuadro (de ahí el valor deíctico abundante en el texto,
expresado por artículos o pronombres) y transformarlos en su visión particular.
Desde el punto de vista de la actualización identificadora, sin embargo, presenta
como sustantivos identificados aquellos que lo son para él, porque los está
viendo desde su punto de observación.
7.6.5.4. La actualización no identificadora es clara en un jardín, donde se
nos señala que no nos era conocido, con un claro valor presentador. La ausencia
de artículo, en singular, corresponde a los sustantivos no actualizados, tomados,
por ello, en sentido virtual, conceptual, categórico. De este modo, fuego, nieve,
razón y locura tratan de expresar la esencia de esos conceptos, desprovista de
cualquier relación con el tiempo y el espacio, es decir, considerada en sí misma.
En el caso de norte o sur, en cambio, es preferible pensar que ese uso esencial es
metalingüístico, es decir, que esos términos están usados como palabras, no
como signos, y que deberían ir subrayados o entrecomillados: no se habla del
norte o del sur, sino de las palabras «norte» y «sur», cuyas iniciales llevan las
veletas; el referido es un objeto lingüístico, una palabra, no un objeto, real o
considerado real, extralingüístico.
7.6.5.5. El juego de presencia y ausencia de artículo, así como la variación
entre el y un permite establecer un triple plano: los conceptos esenciales que lo
informan todo, razón y locura, los colores que corresponden a esos extremos,
expresados por los objetos, fuego y nieve, constituyen* el plano ultimo,
conceptual. En medio tenemos los iconos, las representaciones concretas, que no
necesitan intérprete, que valen porque están ahí, es decir, la vida y la muerte, la
182 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
V y la M, son palabras.
• PÍano m^s inmediato tenemos los objetos que componen el cuadro visible, los que
están ahí, los balcones, un jardín, las vallas, los carteles, el mundo de lo
concreto, identificado o no. De él arranca el autor para llegar a lo conceptual, a
los sustantivos virtuales.

II
El tiempo verbal

7.6.6. El enunciado de las formas nos-proporciona la siguiente lista:


g lro ecia
f ¿ > daban, quedaba, hacía, parecían (repetido tres veces), ponía, alzaban,
copreteritos, son los mas empleados (siete tipos y diez usos). Hay, además, dos
presentes, languidecen y tambalean, y dos futuros darán (repetido). '
7.6.6.1. Lo primero que llama la atención es que predomina el tiempo
narrativo, pero el aspecto es imperfectivo, al no aparecer el pretérito. Este hecho
se combina con el carácter de acción que se inicia o se reitera en momentos
sucesivos de los presentes, y se abre a la incógnita del futuro en darán, tiempo
que consideramos fuera de la discusión del aspecto, al ser, por definición, el
tiempo que no ha llegado.
7.6.6.2. El mundo narrado predomina; pero es un mundo que se nos
presenta en su duración, por lo cual admite el paso al presente: haremos notar
que la construcción «parecían borradas de tanto como se tambalean» no es
aceptable en la lengua ordinaria, corresponde a una licencia de la lengua
literaria, y nos indica que el autor quiere precisamente ha-
7. Comentarios de Lengua Española cer ver eso: que el pasado se funde con el presente, y con
el futuro, que los tiempos se mezclan y el tiempo no existe.

III

Análisis sintáctico

Las vallas de esos solares cansados de esperar que ya languidecen,


parecían borradas de tanto como se tambalean. «¡Daran razón!»
«¡Darán razón!», ponía en los carteles que se alzaban sobre ellas.
Locura sí qué.
7.6.7. Hasta borradas llega la primera estructura oracional. El sujeto, las
vallas, se prolonga en su complemento determinativo, de esos solares, cuyo
núcleo lleva un adjunto, el adjetivo cansados, el cual, por su condición de
participio, rige un infinitivo, introducido por ae, con valor de complemento
determinativo del adjetivo (o aditamento del verbo que el participio expresa,
ambas posibilidades se dan), tras eUo, cansados lleva otro adjunto, en forma
proposicional esta vez, la adjetiva de relativo cuyo sujeto es que y el núcleo del
predicado languidecen, con el aditamento ya, de valor puntual, aunque es
imposible saber si el que lleva como antecedente a vallas. Las vallas es, por su
parte, sujeto de parecían, y borradas un complemento predicativo referido al
sujeto
por medió del verbo. TEXTOS LITERARIOS EN PROSA
# 183
7.6.7.I. A continuación, hasta el punto, de introduce una construcción
causal, cuyo primer elemento es una implícita, de tanto, sin verbo (el verbo
suprimido es el que se expresa en forma personal a continuación, 'tambalearse').
La implícita constituye el primer elemento de una comparativa cuantitativa,
cuyo segundo miembro es como se tambalea, donde se es un reflexivo formal.
En un nivel más profundo, por tanto, da oración sería «de tambalearse tanto
como se tambalean». _ _
7.6.72. Vienen luego las dos exclamativas idénticas, transitivas, con razón
como implemento u objeto directo. Ambas tienen una función metalingüística, y
por ello constituyen el sujeto de poma. (Es como si dijéramos que «en los
carteles estaba puesto el letrero darán razón »). En los carteles, aditamento de
ponía, lleva como adjunto una proposición adjetiva de relativo, con sujeto que,
se como reflexivo formal integrado en el verbo pronominal se alzaban, y sobre
ellas como adita-
7.6.7.3. La última oración es implícita y enfática. Nos parece pre-. ferible
una interpretación en la cual qué es relativo, no exclamativo, y no debe llevar
acento: lo lleva porque es la última palabra y el autor la ha enfatizado
arbitrariamente; ¿n ese caso sería algo como «lo que sí darán es locura», con
locura como sujeto y lo que sí darán (relativa, con lo que como implemento u
objeto directo) como predicado nominal. Caben naturalmente otras
interpretaciones, a partir del hecho indudable de que locura es el elemento
explícito, verosímilmente el sujeto, al menos psicológico. Si pensamos en locura
sí que darán, locura sería el implemento u objeto directo de darán,
naturalmente.
IV
La personificación

. 7.6.8. El recurso retórico fundamental del texto es la personificación, como


variante de la figura llamada prosopopeya, definida como la atribución de^
cualidades de seres animados a los inanimados o abstractos. Así, indicábamos ya
en 7.6.1 que el ocaso aparece como sujeto animado de enrojecer; la mismo
puede decirse de las veletas, que parecen «querer hablar» y «remover letras».
Los solares están cansados de esperar, y esos solares (o las vallas, si éste es el
antecedente del relativo que) «languidecen». «Alzarse los carteles», en cambio,
aunque tenga el mismo mecanismo, está introducido en la lengua común,
lexicalizado.
7.6.8.1. Predomina en el texto un deseo de ruptura con la realidad, el
tiempo se mezcla, lo esencial prevalece y la distinción entre lo inanimado y lo
animado se borra: la locura se impone sobre la razón, y todo el mundo aparece,
ante este observador, como un caos, en el que sólo conserva sentido lo que se
presenta como icònico, sin necesidad de intérprete, la V y la M, la Vida y la
Muerte, convertidos así en símbolos centrales, por encima de la realidad.
Capítulo 8

TEXTOS LITERARIOS EN VERSO

8.0. 1. Los cuatro textos que comentaremos en este capítulo tienen carácter
de textos cerrados, frente a la mayoría de los comentados anteriormente, que son
fragmentos de obras más amplias. Es cierto que hemos visto también textos
completos, sobre todo los informativos publicitarios; pero incluso éstos se
situaban en un contexto mas amplio, el del periódico o, mejor, el de la página de
periódico, que impone sus propias reglas gráficas. Con el poema no ocurre eso:
aunque sea verdad que se incluye en el universo de su autor, y que amplia su
sentido en la ^referencia a ese mundo mayor, permite también la consideración
aislada, y es hijo de un momento separado en la producción del poeta —por
mucho que éste haya podido retocarlo y corregirlo.
8.0. 2. «Comentar un texto —nos dice Jorge Urrutia — significa saber qué
se pretende con el comentario. Para mí, comentar un texto no es sino una
práctica de lectura y, por tanto, dejar claro el significado de los elementos
(signos) que conforman el texto, para poder extraer un sentido último.» Se
refiere con estas palabras al comentario literario, y a la consideración global,
con todos los elementos disponibles. Nuestra ambición es más limitada, porque
no debemos olvidar el punto de partida —un tipo de ejercicios concretos— m el
de llegada —la finalidad metodológica y didáctica de nuestro trabajo—. Con
todo, el comentario de textos literarios en verso, especialmente al tratarse de
poemas completos, nos permitirá acercarnos más que ningún otro a ese objetivo
máximo: la extracción del sentido último.
803 Si bien, como veremos, tampoco faltan en los textos poéticos los
componentes icónicos, lo más llamativo (lo característico, para el público en
general) es el elemento fonético, que tiene su propia ciencia, la Métrica. Aunque
no podremos atender a todas las posibilidades del análisis fónico, y nos
limitaremos a referencias que puedan localizarse en resúmenes dé lo
fundamental2, nos parece que la enseñanza de estas técnicas y el descubrimiento
de sus valores expresivos es imprescindible para la formación de los estudiantes,
y quizá mas en este uwel elemental —o no especializado— que en los niveles
superiores. Si Pasamos en el Curso de Orientación Universitaria (salida, que no
meta, o no 45 46

i J. Urrutia, Cela: La Familia de Pascual


184 Duarte, Madrid. SGEL, 1982. p. 134.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 185
única meta, de este libro), es evidente que la mayor parte de sus estudiantes no
volverá a ocuparse de estas cuestiones. Si en el caso de la lengua en general esto
es grave, no menos grave es pensar que, a partir de ese año, dependerán de sus
recuerdos cuando lean poesía y que el gusto que desarrollen en este momento de
su formación será fundamental para toda su vida.
8.0. 4. Se agudiza más en estos textos el alejamiento de las normas
gramaticales generales: los esquemas de la gramática ordinaria, y de la teoría, se
rompen frecuentemente, como nuestros análisis sintácticos pondrán en claro.
Por ello conviene decir —aunque el lector atento ya lo sabe— que la perspectiva
lingüística desde la que enfocamos estos fenómenos es la del desvío, o sea que
consideramos que las estructuras de la lengua literaria (mejor, de la lengua
literal47) pueden analizarse y explicarse a partir de las reglas de la gramática, en
el sentido más moderno del término. Esta postura nos parece adecuada
pedagógicamente y no queremos que nos comprometa más que en ese terreno.

TEXTO 22

8. 1 .
LA GIRALDA

Giralda en prisma puro de Sevilla, nivelada


del plomo y de la estrella, molde en engaste
azul, torre sin mella, palma de arquitectura
sin semilla.
Si su espejo la brisa enfrente brilla, no te
contemples —¡ay, Narcisa!— en ella; que
no se mude esa tu piel doncella, toda naranja
al sol que se te-humilla.
Al contraluz de luna limonera, tu arista es el
bisel, hoja barbera, que su más bella vertical
depura.
Resbala el tacto su caricia vana.
Yo mudéjar te quiero y no cristiana.

46
Un resumen mínimo, pero claro y suficiente, se encuentra en el apéndice III,
«Principales estructuras métricas», de María S. Salagr en F. Marcos -
rín Metodología del español como lengua segunda, Madrid, Alhambra, 1983 (publi-
cado en diciembre de 1982), pp. 130-143.
47
Cfr. Femando Lázaro Carreter, Estudios de Poética, Madrid, Taurus, 1976, esp.
pp. 9-75 y Estudios de Lingüística, Barcelona, Crítica, 1980, esp. cap. 6, 8 y 10. Las
importantes implicaciones de la discusión están patentes en Ignacio Bosque, «Más allá
de la lexicalización», en Boletín de la Real Academia Española, LXII 1982, pp. 103-158.
Vid. ahora Miguel Angel Garrido Gallardo, Estudios de Semiótica Literaria, Madrid,
C.S.I.C., 1982.
186 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Volumen nada más: base y altura.
Opción A
1. Elementos fónicos que caracterizan este tipo de texto literario.
2. Análisis sintáctico del segundo cuarteto.
3. Adjetivos predicativos en el texto.
4. Presencia y ausencia. del verbo, valores del tiempo verbal, en el texto.

Opción B
1. Valor estilístico de la distribución de acentos en el texto.
2. Análisis sintáctico de los dos tercetos.
3. Colocación y significado de los adjetivos atributivos del texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.

OPCIÓN A

I
Elementos fónicos
8.1.1. El timbre, la cantidad y la intensidad son los elementos o
propiedades físicas del sonido que mayor incidencia tienen en los textos en
verso. Nuestra primera consideración del texto que comentamos nos muestra
que consta de un título, destacado, en letra distinta, «La Giralda», y catorce
líneas que terminan en palabras en las que se repiten varias veces los mismos
sonidos a partir de la última vocal acentuada: -illa se repite en las líneas primera,
cuarta, quinta y octava; -ella, en la segunda, tercera, sexta y séptima; -era, en la
novena y décima; -ura, en la undécima y decimocuarta, y -ana, en la duodécima
y decimotercera, y líneas cortadas convencionalmente cada cierto número de
sílábas, o cada vez que se llega a una parte de la cadena fónica (como ésos -illa,
-ella, -era, etc., que acabamos de ver) reciben el nombre de verso. Esas
terminaciones iguales que se repiten cada cierto número de versos son un efecto
de timbre, llamado rima. Nuestro texto tiene catorce versos, de rima llamada
consonante, total o perfecta, porque se repiten, a intervalos regulares, todos los
'sonidos qué ocupan la posición final de verso, tras el último acento del mismo. •

8.1.1.1. Desde este punto de vista, lá distribución de la rima en esta
composición en verso es: -illa, -ella, -ella, -illa, -illa, -ella, -ella, -illa; -era,
-era; -ura, -ana, -ana, -uro. La disposición gráfica los distribuye en 4 + 4 + 3 +
3.
8.11.2. El componente de cantidad, en la métrica española, interviene en
la longitud mayor o menor de los versos. Todos los del texto tienen once sílabas,
son endecasílabos, una vez que hemos aplicado los principios de la métrica
española: por ejemplo, sinalefa, o fusión de dos vocales de sílaba final e inicial
de palabra en una sola sílaba, como en Giraldaen, plomo?, laestrella, y varias
más. Estos versos se llaman de arte mayor y se representan en el esquema con
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 187
una mayúscula. Si damos la misma mayúscula a los versos que tienen igual
terminación, el esquema que obtenemos es el siguiente, dividido en 4,4,3,3,
como indica la representación: ABBA ABBA CCD EED.
8.1.1.3. La composición tiene cinco rimas distintas; pero los dos primeros
grupos de cuatro versos se distribuyen las mismas rimas. Debemos saber ahora
que los versos se agrupan, generalmente (en especial cuando se construyen con
rimas), en estrofas, de acuerdo con ciertos esquemas. Cuando los versos de arte
mayor se agrupan con el esquema ABBA constituyen un cuarteto, mientras que
tres versos de arte mayor agrupados constituyen un terceto: el texto tiene dos
cuartetos y dos tercetos, la combinación de estas cuatro estrofas tiene un nombre
especial, se llama soneto; el texto es un soneto.
8.1.1.4. Sabemos ya que el texto es un soneto, una de las composiciones de
mayor prestigio dentro de la literatura española, y de mayor interés, pues
expresa en catorce versos un contenido completo, generalmente dividido en dos
partes: los cuartetos suelen ser el planteamiento, y los tercetos la conclusión,
solución o tesis obtenida a partir de los datos de los cuartetos.
8.1.1.5. En este apartado fónico, sin embargo, lo que nos interesa es la
construcción formal de la estrofa. En este sentido, hemos de notar que los
tercetos tienen en esta composición un esquema que no es el más empleado:
constan de dos versos de igual rima, CC, EE, seguidos de un verso impar que
rima con el otro impar del segundo terceto: D.D. Se trata de un pareado (dos
versos) y un verso que encadena el primer terceto al segundo. El esquema
supone una innovación sobre el más frecuente CDECDE, de tres rimas alternas,
o CDCDCD, de dos rimas alternas.
8.1.1.6. La rima es un elemento característico, y preciso, por ser un
elemento recurrente, es decir, que se repite con un esquema fijo. Mas hay
también elementos de timbre que desempeñan un papel importante: el sexto
acento del primer cuarteto recae en vocal velar, en los cuatro versos Las
consonantes laterales (l, ll) y vibrantes (r, rr), seguidas de la sibilante s¡ se
reiteran frecuentemente a lo largo del texto, en aliteraciones, caracterizando
netamente el predominio de timbres, como es evidente en a\ contraluz de 1 una
limonera, o si su espejo la brisa enfrente brilla (en el primer ejemplo se reitera
la sílaba lü).
®*1*1*7* ^ factor de intensidad es el aportado por los acentos. Ten-
dríamos que ocuparnos ahora de ellos; pero, como ése es el objetivo de la
primera pregunta de la opción B, remitimos a los lectores a 8.1.5.
8.1.1.8. Podemos decir —anticipando el contenido de ese párrafo
8.1.5. que, desde el punto de vista fónico, el texto se caracteriza por un factor
fundamental de recurrencia: los versos tienen la misma longitud, once sílabas
(cantidad), se reiteran los mismos segmentos fónicos en lugares determinados
por la rima, y se agrupan determinados sonidos en lugares precisos, con
aliteraciones (timbre), al mismo tiempo que los acentos recaen en lugares
también prefijados estructuralmente (intensidad). La preferencia por la
acentuación central grave (o, ú) en la sílaba sexta de los cuatro primeros versos
sería un factor de tono. En este sentido es llamativa la frecuencia de la
acentuación en las vocales a, central, i, u, extremas o cerradas. Si las rimas con é
188 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
no rompieran el esquema, el soneto daría la impresión de estar escrito con las
tres vocales del árabe clásico48.

II
Análisis sintáctico
8.1.2. El punto y coma divide el texto en dos partes, y nos impondrá
algunas limitaciones a la hora de la interpretación. La primera parte está
constituido por un período condicional, cuya apódosis es negativa:
Oí Si su espejo la brisa enfrente brilla tiene la brisa como sujeto; brilla es el
núcleo del predicado, y está usado como transitivo, causativo (= 'hace
brillar'); su espejo es el implemento u objeto directo, enfrente es un
aditamento.
2 no te contemples —¡ay, Narcisa!— en ella es una reflexiva propia; el te es
el implemento u objeto directo de contemples, que lleva un sujeto tú,
implícito en la terminación del verbo, idéntico. A ese sujeto se dirige el
vocativo, en forma de exclamación entre guiones, como inciso. En ella es
un aditamento.
8.1.2.1. Si a continuación viniera una coma, nos inclinaríamos a in-
terpretar^ el que siguiente como final, 'para que'. El punto y coma nos hace
pensar en ese que como introductor de una completiva dependiente de un verbo
de volición, implícito, algo así como «quiero que, deseo que, pido que...».
3 que no se mude esa tu piel doncella, toda naranja al sol. El sujeto es esa tu
piel doncella toda naranja, se mude es la forma verbal, con un se formal,
gramaticalizado, indicador de pasiva refleja. Al sol es un aditamento que se
prolonga en
4 que se te humilla, adjetiva de relativo, cuyo sujeto es que, el verbo se
humilla es un reflexivo formal y te el complemento: en esta ocasión se
observa que complemento no es siempre el equivalente exacto de objeto
indirecto, a menos que tomemos el segundo término en sentido muy
amplio; en este caso ese te corresponde a lo que en términos tradicionales
es un dativo ético, en una interpretación, e incluso a lo que sería un dativo
de dirección, si lo interpretamos como «se humilla ante ti», lo . cual es
perfectamente posible, pues no hay que olvidar que el sol, al ponerse, se
humilla ante la torre, enhiesta.
8.1.2.2. Vale la pena insistir en la vinculación del .verso, sobre todo el de
ocho o más sílabas, con la oración gramatical: en el texto tenemos cuatro versos
y cuatro estructuras oracionales; las dos primeras tienen los límites oracionales
coincidentes con los del verso, mientras que la tercera se prolonga en el cuarto
verso por una adjetivación, toda naranja, explicativa, tras coma.

48
Naturalmente, no pretendemos decir que el autor estuviera imitando la fonética
árabe, pues sólo la rima bastaría para destruir ese aserto. Es una coincidencia parcial,
que produce esa sonrisa —o escalofrío— de las bromas de la Naturaleza.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 189
III

Adjetivos predicativos

8.1.3. El soneto tiene dos adjetivos que se refieren a un sustantivo


(representado aquí por un pronombre) a través de un índice verbal, lo que los
caracteriza como predicativos (cfr. 2.6.1 y 6.1.3). Los dos son de relación y se
encuentran en el penúltimo verso: mudé jar y cristiana se refieren a la Giralda
por el pronombre anafórico te, implemento u objeto directo de quiero, a través
de esta forma verbal. Son, en consecuencia, complementos predicativos
referidos al objeto directo, o atributos del implemento.

IV
El verbo

8.1.4. La pregunta se refiere a dos aspectos: el tiempo verbal y la ausencia


del verbo en el texto. La consideración del primero es básica para el secundo,
luego empezaremos por ella.
8.1.4.1. Todos los verbos del texto están en tiempo presente, tiempo del
mundo comentado, por tanto. Este presente no es puntual, sino, en general,
continuo y. en algunos casos, habitual: la condicional si... brilla se interpreta sin
dificultades como «cuando brilla», «cada vez que brilla». Este uso confiere al
texto un carácter esencial, resaltado por el uso de la cópula ser, intensificado por
el procedimiento de eliminar la expresión verbal, haciendo que el texto sea, en
buena parte, una sucesión de oraciones implícitas, sin verbo.
8.1.4.2. El soneto empieza con un cuarteto en el que no hay ningún verbo,
y termina con un verso sin verbo. Esto, naturalmente, no es casual, sino
deliberado empeño del poeta. Los referidos en ambos casos son uno solo: la
torre. Coma nombre propio del objeto individual, aparece sin artículo en la
primera palabra del poema. Como sustantivo virtual, esencial, categórico, se
reduce al apelativo volumen, que inicia el último verso. Es lógico, el «prisma
puro» es «volumen nada más; base y altura». La supresión del verbo no ha
consistido sólo en hacer desaparecer una forma concreta: ha ido más lejos: la
forma verbal concreta se hace innecesaria. No necesitamos, no echamos de
menos ningún verbo en el primer cuarteto. AI final, nada añadiría un «eres» a la
condensada expresión del sustantivo solo.
8.1.4.3. Por Otro lado, cuando el verbo aparece, con mucha frecuencia
—con relativa frecuencia, al menos—, ha sufrido alguna transformación
importante: brilla se hace transitivo v causativo v equivale a «hace brillar»; «se
mude» se refiere al cambio de la piel quemada; depura toma un sujeto
inanimado, arista, cuando sus rasgos semánticos piden
un sujeto animado para el uso transitivo; resbala, como antes brilla, se hace
transitivo y causativo, para equivaler a «hace resbalar». Si a ello añadimos la
expresión de es y la presencia de la volición en quiero, junto a las
exhortaciones no te contemples, que no se mude, veremos que el poeta ha
contrapuesto dos valores nítidos: la presencia del verbo, explícito, está ligada
a la acción y la participación (causa, volición), mientras que la ausencia está
190 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
ligada a la esencia. lias formas verbales están ligadas a la realidad, a la
existencia; su ausencia se vincula con el ideal, con la depurada forma de la
torre, con el abstracto y la geometría.

OPCIÓN B

I
Acentos

8.1.5. Al ocuparnos de las propiedades físicas del sonido, en 8.1.1, re-


mitimos el tratamiento de la intensidad a este apartado. Por las peculiares
reglas métricas del español, que añade una sílaba métrica cuando el verso
termina en palabra aguda y la resta cuando acaba en palabra esdrújula, todos
los versos llevan el último acento en la penúltima sílaba métrica. Según esa
sílaba se configura el eje rítmico. En nuestro soneto, como todos los versos
son endecasílabos, todos llevan el último acento en la sílaba décima. Los
restantes acentos se distribuyen en el resto del verso, y caracterizan, en el de
once sílabas, diferentes tipos de endecasílabo.
8.1.5.1. Los esquemas acentuales de los versos del soneto son los
siguientes: 49

49 °: 2-4-6-10, todos los acentos en sílaba par. El acento en par y


en sexta lo caracteriza como eneasílabo heroico.
2. °: 3-6-10, la combinación 3-6 es propia del endecasílabo
meló
dico.
3. °: 1-4-6//7-10, la combinación 1-6 es propia del
endecasílabo
enfático; la acentuación en sílabas seguidas, 6-7, no es anti-
rrítmica por ir separada por la pausa central del verso.
4. °: 1-6-10, endecasílabo enfático puro.
5. °: 3-6-8-10, melódico.
6. °: 1-4-6-8-10, plantea un problema de interpretación: si
entende
mos que el ay ante la pausa lleva un acento fundamental, se
trata de un endecasílabo enfático; pero si los acentos fun-
damentales son los de 4-8, sería un endecasílabo sáfico. La
primera respuesta es más probable.
7. °: 4-8-10, endecasílabo sáfico.
8. °: 1-4-6-10, enfático.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 191
IO.0: 2-6//7-10, heroico, la pausa medial impide la consideración an-
tirrítmica del acento 6-7, como en 3.°.
11. °: 3-4-8-10, sáfico, debe debilitarse el acento en 3, para evitar la
ruptura de ritmo par.
12. °: 2-4-8-10, sáfico.
13. °: 1-3-6-9-10, predomina el carácter enfático sobre el melódico.
14. °: 2-4-6//7-10, heroico, la combinación 6//7 como en 10° y 3.°.
8.1.5.2. La combinación de endecasílabos es bastante homogénea: hay
cinco enfáticos, cuatro heroicos, tres sáficos y dos melódicos; pero dos de los
enfáticos tienen un esquema acentual mixto, con elementos melódicos, en un
caso, y sáficos en otro. Los acentos que cortan el ritmo están siempre
justificados por ir tras pausa, e introducen un elemento enfático como primer
acento del segundo estico (segunda parte) del verso. Hay un ligero predominio
de la acentuación enfática, acorde con el carácter de apostrofe del soneto en
conjunto.

II
Análisis sintáctico
8.1.6. Los los tercetos nos ofrecen mayor número de versos que de
oraciones, y una predilección marcada por los elementos nominales sobre los
verbales, que se trasluce incluso en una oración implícita, la última. .
Oí Al contraluz de luna limonera, tu arista es el bisel, hoja barbera, es una
oración atributiva, aseverativa afirmativa. Tu arista es el sujeto, es, la
cópula; el bisel, predicado nominal, lleva una aposición, bimembre,
explicativa, con pausa, hoja, modificada por el adjetivo barbera; al
contraluz es un aditamento, determinado por la frase prepositiva de luna
limonera.
Oí que su más bella vertical depura es una adjetiva de relativo, cuyo sujeto, que,
tiene como antecedente bisel, al que sirve de adjunto toda esta proposición.
El implemento de depura es su más bella vertical. '
3 Resbala el tacto su caricia vana tiene la pecularidad de que resbala está
usado como transitivo y causativo. El sujeto es el tacto y el implemento u
objeto directo su caricia vana.
4 Yo mudéjar te quiero y no cristiana tiene un análisis, más superficial, con
yo, sujeto; quiero, verbo transitivo, y te, implemento, modificado por los
complementos predicativos (atributos del implemento) coordinados
mudéjar y no cristiana. Un análisis más profundo nos hace ver en y na
cristiana una coordinada copulativa implícita, «y no (te quiero) cristiana»,
con supresión de los elementos representados entre paréntesis, que están
presentes en la primera parte.
Os Volumen nada más: base y altura, separada por punto de la anterior, no
parece que pueda interpretarse como un elemento dependiente de quiero,

9. °: 4-6-10, heroico.
192 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
un nuevo atributo del implemento: «(te quiero) volumen...», sino que, de
acuerdo con esa pausa mayor, habrá que buscar una interpretación
diferente. Proponemos una simple estructura atributiva, de acuerdo con
nuestra interpretación esencial de la ausencia de verbo, y especialmente de
cópula, en 8.1.4. Serían así dos implícitas, cuyos predicados nominales
están patentes: «(eres) volumen nada más: (eres) base y altura».

III
Colocación y significado de los adjetivos

8.1.7. Nos ocupamos ahora de los calificativos atributivos, unidos


directamente al sustantivo. Previamente precisaremos que el sustantivo doncella
en piel doncella es originariamente una aposición, y no lo consideraremos como
adjetivo, mientras que naranja, originariamente sustantivo, es aquí un adjetivo
de color, descriptivo. Es discutible si el nivelada inicial del segundo verso puede
considerarse de pleno valor adjetivo, por tratarse de un participio en contrucción
implícita, sin verbo. En todo caso sería un explicativo, descriptivo, normalmente
pospuesto. Tras estas precisiones, nos quedan los adjetivos:
prisma puro: valorativo, especificativo, normalmente pospuesto, engaste
azul: descriptivo, especificativo, normalmente pospuesto, piel doncella,
toda naranja: descriptiva, explicativa, frecuentemente pospuesto.
luna limonera: de relación, explicativo (no parece aceptable suponer que
quiera el autor diferenciar una luna de otra), habitualmente pospuesto.
hoja barbera: de relación, especificativo, normalmente pospuesto. bella
vertical: valorativo, especificativo, antepuesto por énfasis.'
(Vertical es aquí sustantivo, la vertical.) caricia vana: valorativo,
explicativo, la posposición, en posición de rima, se debe, sobre todo, a
razones de composición.

8.1.7.1. La adjetivación, en un texto poético, no es excesiva, y está


hábilmente combinada con la aposición y la sustantivación de adjetivos
(vertical) o la adjetivación de sustantivos (doncella, naranja) en diversos
grados. Predomina la posposición, lo cual refleja un deseo de huir del énfasis y
buscar la simplicidad; la excepción, bella vertical, coincide con el adjetivo que
expresa la cualidad ideal, definitiva, de la torre, la belleza de su verticalidad, otra
vez geometría. 50 oraciones implícitas a la adjetivación, a lo cual podemos
añadir la presencia directa del poeta, yo: tendríamos con ello el empleo

50
Funciones del lenguaje

8.1.8. Al terminar 8.1.5, decíamos que todo el soneto es ima apelación,


un apòstrofe a la torre. La función apelativa-conativa está en la raíz misma
del texto. A la vez, hemos señalado una búsqueda de lo esencial, que se
resuelve incluso en soluciones sintácticas, desde las
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 193
expresivo- emotivo del lenguaje. Estas dos funciones y la función poética predo-
minan sobre la referencial: son más fuertes las relaciones del mensaje con el
emisor (expresiva-emotiva), con el receptor (apelativa-conativa) y con el propio
mensaje (poética) que con el objeto (representativa) o el contexto (referencial).
8.1.8.1. La función poética tiene en el texto una expresión preferentemente
recursiva: reiteración de rimas, de número de sílabas por verso, de acentos, hasta
de tonos, y reiteración de construcciones sintácticas, implícitas, de términos
geométricos y arquitectónicos, de procedimientos de expresión de lo esencial.
La prosopopeya básica, la humanización de la torre, para convertirla luego en
pura geometría, obliga a romper el código habitual, a emplear el mensaje por el
mensaje. En este sentido aparecen elementos propios de la función
metalingüística: el mensaje altera el código, en relación directa y, así, brilla y
resbala se hacen causativos y transitivos, o verbos que requieren un sujeto
animado para su empleo transitivo lo toman inanimado.
8.1.8.2. Del empleo de todos los recursos analizados se desprende la
conclusión de que tal acumulación ha sido deliberada y conducente a un fin
estético. No es obstáculo que usos similares se den con objetivos de otro tipo,
incluso comerciales, como en la publicidad. Podemos aceptar, como parece
claro, que es mejor hablar de lenguaje literal que de lenguaje literario; pero, en
este caso, nadie niega la finalidad artística, el uso poético de la función poética:
no llegaríamos a decir que la forma es el mensaje; pero no olvidamos que la
forma es geometría, y éste es el punto y síntesis últimos del poema.

TEXTO 23

8.2.
Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes. Duermes.
No. No lo sabes. Yo en desvelo, y tú, inocente,
duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño, y por el mar las naves.
En cárceles de espacio, aéreas llaves te me
encierran, refluyen, roban. Hielo, cristal de aire
en mil hojas. No. No hay vuelo que alce hasta ti
las alas de mis aves.
Saber que duermes tú, cierta, segura —cauce
fiel de abandono, línea pura—, tan cerca de mis
brazos maniatados.
Qué pavorosa esclavitud de isleño;
/ yo, insomne, loco, en los acantilados,
^ las naves por el mar, tú por el sueño.
Opción A
1. El nivel fónico: recurrencias (reiteraciones, aliteraciones...).
2. La modalidad negativa: la negación, su valor en el texto.
3. Las funciones del lenguaje en el texto.
194 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
4. Análisis sintáctico del primer terceto: versos 9-11.

Opción B

1. El nivel léxico-semántico: recurrencias (repeticiones, sinónimos, etcétera,


su valor).
2. Análisis sintáctico de los versos 5-8, inclusive.
3. Adjetivos predicativos en el texto.
4. Verbos irregulares en el texto: tipo de irregularidad.

OPCIÓN A

I
El nivel fónico

8.2.1. La recurrencia o reiteración fónica, con repetición de sonidos


(aliteración), más marcada es, naturalmente, la rima, de la que ya tuvimos
ocasión de ocuparnos en 8.1.1. El texto se compone de catorce versos, sin título,
con cinco rimas, en las que se repiten los sonidos -abes (r= -aves, puesto que B =
V), -elo, -ura, -ados, -eño, con el esquema ABBA ABBA de dos cuartetos,
seguidos de un pareado CC y un serven- tesio DEDE. Sin embargo, estos
últimos seis versos no se agrupan en pareado 4- serventesio, como parece a
primera vista, sino que constituyen los dos tercetos del soneto, y se. ordenan
CCD EDE, con la rima D que los enlaza.
# 8.2.1.1. El texto está marcado por las reiteraciones fónicas: hay aliteración
de í en tú, tú, tú, tú, tú, te, ti, tú, tú, formas referidas a la segunda persona, con
predominio de la recurrencia tú. Otra sílaba recurrente es no, que aparece cinco
veces. Como consecuencia de las recurrencias léxicas que veremos en 8.2.5 se
producen también aliteraciones; así la^ de s en los dos primeros versos, como un
siseo que instara el silencio: desnudo sueño, no lo sabes. Duermes. No, No lo
sabes. Yo en desvelo, que se arrastra en sueño... sueño... sueño, o la de vibrante
múltiple en encierran, refluyen, roban; o la de /, en contacto con a, álce... las
alas; sólo de vocal, la ó, en el verso trece, yo, insomne, loco. Et efecto musical es
innegable: la recitación del soneto en voz alta es imprescindible para su
comprensión, en la que el papel de la fonética es esencial.
II
La modalidad negativa

8.2.2. Hemos señalado ya, en el nivel fonético, y volveremos a ello en el


léxico, cómo se ha destacado el empleo de la sílaba wo, que corresponde al
adverbio de negación. No es éste, sin embargo, el único procedimiento de
negación empleado en el soneto, aunque sea el más visible, o el que se ve
antes. Respecto al empleo de no, hay que apuntar que aparece en dos
ocasiones entre puntos, como única expresión de una oración implícita, de la
que sólo aparece el adverbio negativo. Al separarla los puntos del resto, hemos
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 195
de insistir en este carácter, frente al valor de insistencia o reiteración,
pleonàstico, que sería predominante en el caso de que la separación se hubiera
marcado por medio de comas. La construcción de toda una oración con la sola
expresión no supone una negación esencial, universal; se niega la existencia
del objeto, de modo apodíctico, es decir, sin admitir contradicción. El «no lo
sabes» o el «no hay vuelo» que vienen a continuación son simples
matizaciones de esa negación universal previamente enunciada.
8.2.2.1. Los prefijos negativos constituyen el segundo procedimiento de
negación: desnudo, desvelo, inocente, insomne, cada uno de ellos *se aplica
una vez al amante y una vez a la amada, los de la amada, desnudo e inocente,
no conservan valor negativo para él hablante; podemos decir que la plena
negación por prefijos afecta al amante. El juego conceptual es claro: «tú
duermes, yo en desvelo; tú duermes, yo insomne», en contraposición de
actitudes, de donde se obtiene una conclusión lógica, que no está explícita: «tú
dyermes, no lo sabes; yo, en desvelo, lo sé». El eje de la negación traspasa el
poema y le da sentido. 51

51
Funciones del lenguaje
8.2.3. Las funciones emotiva (yo) y conativa (tú) constituyen la base.
Las reiteraciones de los pronombres y la negación corresponden a la
función fática (cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2, 8.1.8), y la función poética es
predominante, por encima de la representativa, pues el mensaje es
fundamentalmente la expresión, la valoración de la sustancia amorfa,
habitualmente no conformada y conformada aquí en los dos planos, el de
la expresión y el del contenido, aunque la expresión sea lo más inmediato,
y el desencadenante de todos los efectos. .
8.2.3.1. La característica esencial de la función poética en el texto es
la recursividad. En 8.2.1 hemos analizado este aspecto en la sustancia y la
forma de la expresión, anunciando que en 8.2.5 lo haríamos en el
contenido. Aquí es fundamental adelantar algo, y señalar,
resumidamente, lo dicho antes. La recursividad no consiste sólo en la
reiteración fónica; éste no es sino uno de sus aspectos, como la
reiteración léxica, duermes, duermes, no, no, etc. Hay en el soneto todo un
entramado con-
196 COMENTARIOS DÉ LENGUA ESPAÑOLA
ceptual, expresado por medio de procedimientos léxicos, como el no,
exentos, o afijos, como des- o in-, o por alternancias de lexemas, desvelo,
insomne, que conduce a un constante moverse entre la amada inmóvil y el
amante insomne, mientras en el mar las naves ponen la nota de movimiento, y
de color. Por la función poética el lector aprende que sueño se equipara a 'mar'
y que la amada, en su sueño inmóvil, viaja, como las naves, mientras el poeta
permanece esclavo de la quietud, en el insomnio de la conciencia, diríamos,
utilizando la conclusión lógica obtenida en 8.2.2.I.

IV
Análisis sintáctico
8*2.4. Toda la estructura sintáctica arranca de una oración cuya expresión
patente es un infinitivo, saber, que lleva como objeto directo, o implemento,
en forma de completiva introducida por que, todo lo que viene detrás. Desde el
punto de vista sintáctico-semántico, está claro que el empleo del infinitivo
corresponde a la intención de esencialidad, pues ya sabemos que el significado
de esta forma no personal es el del verbo virtual, esencial, sin las limitaciones
de la actualización del «yo sé».
8.2.4.I. La completiva tiene su sujeto explícito, tú; duermes es el núcleo
del predicado, intransitivo; cierta y segura son dos complementos predicativos
referidos al sujeto, que se prolongan en las aposiciones cauce y línea, con sus
modificadores, para terminar con el aditamento introducido por la frase
prepositiva tan cerca de convertida en locución equivalente a una preposición.

OPCIÓN B 52
mos cielo, espacio, aéreas, aire, vuelo, alas, aves, que se pueden relacionar con
dos elementos interrelacionados, por su parte, hielo y cristal.

52
Nivel léxico-semántico
8.2.5. Este punto está enfocado como contrapartida del análisis fó-
nico llevado a cabo en 8.2.1, en busca de los elementos determinantes de
la función poética.
8.2.5.1. Tenemos en primer lugar las recurrencias léxicas
expresadas mediante la reiteración, es decir, con la simple repetición de
las palabras: No lo sabes. No. No lo sabes. No. No hay vuelo; duermes,
duermes, duermes, o sueño, sueño, sueño; son las más simples, y las menos
significativas.
8.2.5.2. Es más interesante, porque supone una mayor intervención
del poeta, y una elección de términos, la recurrencia basada en la repe-
tición de rasgos semánticos, en distintos lexemas o elementos léxicos, en
diferentes palabras, con inclusión de sinónimos o casi sinónimos. Ten-
dríamos así la relación entre desvelo, esclavitud, brazos maniatados,
insomne y loco, por una parte, e inocente, cierta, segura, cauce fiel, línea
pura, por otro. En otro sentido, el de lo transparente e inasible, teñe-
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 197
8.2.5.3. Por último, sin agotar todas las posibilidades, concluimos con la
más compleja, la reiteración de un esquema sintáctico, con inversión simétrica
de los elementos: es lo que constituye un quiasmo, por la forma de la letra griega
chi (qui), parecida a nuestra x; en esquema, A, B, B, A:
por tu sueño, por el mar (v. 4)
X
por el mar, por el sueño (v. 14)
con que terminan, respectivamente, el primer cuarteto y el soneto.

II
Análisis sintáctico
8.2.6. Alternan en estos cuatro versos una primera parte con predominio de
las situaciones verbales, una segunda con predominio de implícitas, sin verbo, y
una tercera de construcciones normales. La primera llega hasta roban, la
segunda hasta No., y la tercera hasta el final.
8.2.6.I. La primera oración llega hasta encierran: empieza por el adi-
tamento, con complemento determinativo en cárceles de espacio, el sujeto es
aéreas llaves, te el implemento u objeto directo, y me el complemento, que
corresponde, una vez más, mejor a un dativo ético que a un objeto indirecto.
Refluyen y roban tienen el mismo sujeto que encierran, y el mismo implemento,
son los núcleos del predicado de las dos oraciones siguientes, con las que acaba
la primera parte. .
8.2. Ó.2. La segunda parte, de oraciones implícitas, tiene una primera más
larga, de la que está patente el sustantivo hielo, seguido de la aposición cristal,
con su complemento determinativo de aire, y una frase prepositiva en mil hojas,
que podría ser un aditamento, y también otro complemento determinativo, del
grupo cristal de aire. En cuanto a no, ya lo hemos interpretado como
negación'de la predicación existencial en 8.2.2.
8.2. Ó.3. La última parte se inicia con la negativa impersonal transitiva, con
hay como núcleo del predicado, y vuelo como implemento u objeto directo,
modificado por una proposición adjetiva de relativo, introducida por que, sujeto
de álce, implementado por las alas, objeto directo, que lleva el complemento
determinativo de mis naves. Hasta ti es un aditamento.

III
Adjetivos predicativos
8.2.7. En el verso tercero, inocente (tú... duermes inocente), y en el verso
noveno, cierta y segura (duermes tú, cierta, segura), son complementos
predicativos referidos al sujeto a través del verbo, que es duermes en todos los
casos. En el verso decimotercero tenemos una construcción implícita, es decir,
sin verbo patente, yo, insomne, loco, en la cual podemos ver los adjetivos como
predicativos, en función de predicado nominal con una cópula implícita: «yo
(estoy) insomne, loco, en los acantilados», mejor que como adjetivos
atributivos, referidos directamente al yo, en la interpretación «yo, insomne, loco,
(estoy) en los acantilados».
198 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
IV
Verbos irregulares
8.2.8. De acuerdo con la teoría resumida en 2.8.1, podemos señalar los
siguientes rasgos: •
sabes: sé, sabes, sepa, supe, sabré, irregularidad total, en el presente
(inflexión de vocal, contracción, y consonante sorda en el subjuntivo), en
el pretérito, fuerte, y en el futuro, sincopado. duermes: dormir, duermo,
durmió, diptongación en el presente y cierre en el pretérito, que afecta a la
vocal radical. encierran: encerrar, encierro, diptongación en el presente.
refluyen: refluir, refluyen, refluyó, consonantización de la vocal temática
en el presente y el pretérito. hay: forma especial de haber (4- el antiguo
adverbio v 'allí'), verbo irregular total, haber, he haya, hubo, habrá,
contracción en el presente de indicativo, consonante palatal en el de
subjuntivo, pretérito fuerte, y futuro con síncopa.

TEXTO 24

8.3.
PERFECCIÓN
Queda curva4 b,s el firmamento,
Compacto azul, sobre el día.
Es el redondeamiento Del
esplendor: mediodía.
Todo es cúpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa A
un sol en cénit sujeta.
Y tanto se da el presente Que
el pie caminante siente La
integridad del planeta.
4bis Tomamos este texto de Guillén del Tesoro breve, editado por Guillermo Díaz-Plaja; en
las ediciones de Cántico se lee curvo. El comentario, en este caso, varía, pues queda sería
núcleo verbal y curvo un predicativo.

Opción A
1. Es costumbre que cada verso se inicie con una mayúscula —llamada, por
ello, versal—. Comente éste y otros aspectos icónicos del texto anterior.
2. Valor y colocación de los adjetivos del texto.
3. Análisis sintáctico de los versos 5, 6 y 7.
4. Morfología de los verbos del texto: irregularidades.

Opción B
1. Análisis sintáctico de los cuatro primeros versos.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 199
2. Las preposiciones del texto: su valor.
3. Presencia y ausencia del verbo en el texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.

OPCIÓN A

I
Aspectos ¡cónicos
8.3.1. A diferencia de los textos vistos en el capítulo cuarto, no es
mucho lo que se puede decir de este texto desde el punto de vista icònico, y se
refiere, mejor, a la disposición. Por ello, para aclarar el sentido de la pregunta,
hemos introducido la nota sobre la denominación de las letras VERSALES,
así llamadas por la costumbre de emplearlas al inicio de cada verso.
8.3.1.1. La misión principal de los elementos icónicos de este texto es la
de informarnos de que se trata de un poema, es decir, de una composición que
consta de varios versos. Para ello, en primer lugar, nos señala, de modo
claramente diferenciado del poema que lo sigue, un título, compuesto en tipo
diferente, es decir, con indicador perceptible, sin necesidad de intérprete, de
esa diferencia. En segundo lugar, cada una de las líneas que siguen, bajo el
título, se inicia por una letra versal, aunque la línea precedente no acabe en
punto ni en otro signo de puntuación que obligue a empezar con rrtayúscula.
El sentido de la indicación es claro: la inicial de verso tiene sus propias reglas,
independientes de la ortografía convencional. Ahora bien, esa es nuestra
interpretación, lo icònico acaba en el hecho de que se usa un tipo de letra
diferente, es decir, que se establece una diferencia entre la letra inicial de cada
línea y el resto. Nosotros sabemos que cada línea es un verso, pero eso no es
ya icònico, sino simbólico, responde a nuestra manera convencional de
representar los versos.
8.3.1.2. Por último, observamos que el texto no responde a la manera
normal de escribir, sino que las líneas se cortan y son más breves que las
líneas normales de un texto cualquiera, que las líneas que escribimos ahora, por
ejemplo. Ahí acaba lo icónico, en esa diferencia, expresada porque el texto del
poema empieza y acaba lejos de los bordes de la página, lejos del límite de la
caja, como se llama técnicamente al espacio que se destina a la impresión en un
libro. Se trata, con estas observaciones, de expresar de qué modo la escritura del
verso va por caminos distintos de los de la prosa, y tiene sus propios medios
diferenciales de representación, en los que se han producido, a veces, notables
diferencias históricas: el empleo de las mayúsculas para iniciar un verso era
fundamental cuando los textos poéticos se copiaban seguidos, como si se tratara
de prosa; entonces, el artilugio de usar la versal cada vez que empezaba un
nuevo verso, ayudaba al lector a darse cuenta del cambiq. Cuando se generalizó
la costumbre de escribir la poesía en versos separados en distintos renglones, se
mantuvo la costumbre de usar la versal en la posición inicial de verso.
Actualmente, hay poetas que siguen esta costumbre, como el autor del texto que
200 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
comentamos, y otros que no.

II
Los adjetivos

8.3.2. Llama inmediatamente la atención el hecho de que el texto tiene


pocos adjetivos. El primero de ellos, queda, adiunto de curva, con el valor de
«quieta», es un adjetivo descriptivo, explicativo, antepuesto porque toma valor
de epíteto, destaca como esencial del firmamento la quietud de la curva. Lo
mismo sucede en compacto azul, donde compacto, también descriptivo, y
atributivo, más que especificar a azul insiste en una cualidad que se considera
esencial. Nótese que, propiamente, no se podría rechazar la interpretación
especificativa, algo como «el firmamento es una curva que está queda y un azul
que es compacto», pero ello, entendemos, alteraría notablemente la intención
del poema, por lo cual preferimos interpretar los adjetivos como explicativos.
8.3.2.1. No sucede lo mismo en pie caminante, donde nos parece que
caminante tiene intención especificativa: «el pie que camina siente la integridad
del planeta, el que no camina no la siente». Se puede objetar, sin embargo, que
caminante, también en uso atributivo, es un adjetivo de relación, y debe ir
pospuesto: contextualmente es imposible el caminante pie, o sumamente
forzado. La solución para expresar el carácter explicativo del adjetivo existe, sin
embargo, y no la ha usado el poeta: con poner caminante entre comas se hubiera
indicado claramente que se tomaba como explicativo.
5.3.2.2. Nos quedan por considerar dos adjetivos; el primero de ellos es
central, que está usado como predicativo, referido al sujeto, la rosa, a través del
verbo reposa. Lo normal habría sido la posposición; al estar rosa en posición de
rima, la argumentación sobre el orden pierde fuerza; no obstante, creemos que la
posición de central, al principio del. verso y antes del sustantivo al que se
refiere, obedece a una intención de destacar ese término. En cuanto a sujeta,
también referido a rosa, preferimos la interpretación como atributivo; la
posposición es normal en un adjetivo de relación y la falta de coma nos obliga a
pensar en el carácter especificativo del adjetivo: no es imaginable que un poeta
que se muestra tan minucioso haya olvidado una coma, su ausencia debe ser
deliberada, o así tenemos que interpretarla.

III
Análisis sintáctico

8.3.3. Tenemos, en primer lugar, una oración independiente, cuyo sujeto


es todo, la cópula es y el predicado nominal cúpula, se trata de una atributiva. A
continuación tenemos una nueva oración, cuyo sujeto, la rosa, va modificado
por el adjunto sujeta, adjetivo que lleva un complemento introducido por a,
como sucede con cierta frecuencia en el caso de los adjetivos, a un sol, con el
complemento determinativo en cénit, como modificador de éste. El verbo es
reposa; el sujeto lleva un complemento predicativo, central, como hemos visto
en el párrafo anterior; en cuanto a sin querer, la puntuación, de nuevo, nos
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 201
impide considerarlo como aditamento, por lo que hemos de considerarlo como
complemento determinativo del adjetivo central. No se trata de que la rosa
repose sin querer, sino de que es central sin querer.

IV
Verbos irregulares

8.3.4. Según lo expuesto en 2.8.1, procedemos a enumerar los verbos y sus


irregularidades, por temas:

es: irregular total, con alternancia de base, ser / era / fui. da: irregular
total, en el presente doy, dé, y daba, en el pretérito di. siente: de sentir,
diptongación en el presente, siento, inflexión en el pretérito, sintió.

OPCIÓN B

I
Análisis sintáctico

8.3.5. El poema comienza por una oración implícita, sin verbo: los
elementos explícitos son el firmamento, sujeto, queda curva y compacto azul,
predicados nominales, sobre el día, aditamento. Esto quiere decir que no se ha
expresado un verbo copulativo, de cuya ausencia nos ocuparemos en 8.3.7.
8.3.5.1. A continuación tenemos una atributiva explícita, cuya cópula es
une el predicado nominal, el redondeamiento —modificado por el complemento
determinativo del esplendor—, con un sujeto que no se expresa en esa oración,
pero que suponemos que corresponde a un «ello», en referencia anafórica a todo
lo anterior. Del mismo modo, todo lo escrito hasta aquí, en el poema, es el sujeto
implícito del predicado nominal mediodía, único elemento explícito de la última
oración, otra implícita, en la que tampoco está expresada la cópula.
83.5.2. La estructura es, en consecuencia, simétrica: implícita, atributiva,
implícita; pero las tres con valor atributivo, pues los elementos que hemos de
suponer en las implícitas nos indican que falta la cópula.

II

Las preposiciones

8.3.6. Al precisar, en 8.3.3, los distintos tipos de complementos, hemos


tenido que referirnos al tipo de relación que las preposiciones establecen: sin y a,
en sin querer y a un sol, introducen los complementos de los adjetivos central y
sujeta. Sobre, en sobre el día, introduce un aditamento, mientras que de y en
introducen complementos determinativos, de sustantivos, en del esplendor y en
cénit, respectivamente.
83.6.1. En un planteamiento básico, como el que nos ocupa, hemos de
202 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
señalar tan sólo dos puntos: el primero es que las preposiciones no están
limitadas en sus usos, como pretende una pedagogía falseadora; el complemento
de los sustantivos no sólo se introduce con de, como hemos visto muy a menudo
en todos los tipos posibles de textos, en éste mismo tenemos de y en para esa
función. La preposición a tiene, además de sus muchos valores y de su empleo
característico como introductora del objeto directo personal individualizado, un
empleo preciso como introductora de complemento de adjetivos.
83.6.2. El segundo aspecto se refiere a los valores de contenido de las
preposiciones. Sin expresa una modalidad negativa, sobre y en aparecen en su
característico uso locativo, de circunstancia, mientras que de y a son
fundamentalmente relacionantes.

III
Presencia y ausencia del verbo

83.7. En los comentarios de textos poéticos hemos observado, con gran


frecuencia, en relación con los otros textos, la ausencia del verbo, y la del verbo
copulativo o atributivo, sobre todo.
83.7.1. Anteriormente, en 8.1.4, a propósito de un soneto, tuvimos
ocasión de señalar la diferencia entre la atribución con cópula implícita V la
atribución con cópula explícita. Ahora esta décima (el poema es una décima)
nos permite reiterar esa diferencia, cuyos aspectos teóricos no repetiremos.
83.7.2. En el análisis sintáctico de los primeros versos veíamos cómo
alternaba una construcción sin cópula, con cópula, sin cópula. En el resto del
poema están presentes los verbos, con una nueva atributiva, ahora con cópula
explícita, todo es cúpula. Los otros verbos, reposa, se da y siente tienen en
común el rasgo de que no expresan movimiento: el rasgo que domina en todo el
fragmento es el de la quietud, como expresa el adjetivo queda, al principio.
Podemos ir más lejos; el movimiento corresponde a un grupo nominal: pie
caminante. La quietud se intensifica con la quietud del tiempo: se da el presente,
donde se da equivale a ser o estar y el presente expresa con claridad esa
detención del tiempo.
83.7.3. Con ello podemos volver a la afirmación que ya hicimos en 8.1.4.
La expresión de la atribución mediante oraciones implícitas, sin cópula,
corresponde a la intención de esencialidad, que no se quiere ver matizada n;
siquiera por las simples formas como es o, allí, eres. Cuando la forma de ser está
patente, se expresa la existencia: todo es cúpula, «todo existe como cúpula», es
el redondeamiento, «todo existe como redondeamiento».

IV
Funciones del lenguaje

8.3.8. En relación con los anteriores, el texto presenta dos novedades, la


ausencia de la función conativa o apelativa, y la presencia de la función
metalingüística.
83.8.1. El punto de partida, naturalmente, es la expresión, mediante
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 203
la función emotiva o expresiva, del yo del poeta. En todo el texto hay una
relación constante del mensaje con el emisor. La función representativa o
referencial tienen importancia, porque el mensaje del texto es importante para el
emisor, para el poeta. Los aspectos formales, que existen, como veremos
inmediatamente, se subordinan a la unidad conceptual. El mensaje en sí mismo,
es decir, la relación del mensaje consigo mismo, realizada por la función
poética, es importante, y aquí adquiere sentido la primera pregunta, que nos
hacía ver cómo el poeta era cuidadoso con los aspectos icónicos de la
distribución, cómo respetaba la versal en cada verso, y cómo se situaba,
deliberadamente, en una tradición formal. A ello hay que añadir, naturalmente,
la adecuación a una forma estrófica, la décima, con su exigencia de rimas,
llevada al detalle de buscar esas rimas entre clases morfológicas distintas:
reposa, rosa; sujeta, planeta; presente, siente, con lo cual resalta el no haberlo
hecho así en los otros dos pares de rimas. '
83.8.2. En uno de esos pares, el de día, mediodía, está usada la función
metalingüística, al relacionar el mensaje con el código. De este modo, hay que
entender que la palabra «mediodía» es la que condensa, la que contiene, todos
los rasgos distintivos de lo que se ha dicho antes en el texto. Para mayor
abundamiento, el poeta emplea hasta los dos puntos de la equivalencia, como si
nos dijera: «habéis visto todo lo que he dicho del firmamento y del
redondeamiento (precisamente la otra pareja de rimas), pues todo eso se resume
en una sola palabra, todo eso no quiere decir más que mediodía». Hay más, en el
propio título, perfección, hay una función metalingüística clara, lo que se nos
dice es que ese título resume o contiene lo que se va a desarrollar en los diez
versos que siguen. Este deseo de expresión conceptual, este nuevo conceptismo,
si queremos llamarlo así, tan distinto de lo que hemos visto hasta ahora,
aprovecha al máximo las posibilidades de construcción, la ausencia de verbo y
la expresión nominal concentrada.

TEXTO 25
8.4.
EL POEMA
I
¡No le toques ya más, que así es la
rosa!

II
Arranco de raíz la mata, llena aún
del rocío de la aurora.
¡Oh, qué riego de tierra olorosa y
mojada,
qué lluvia —¡qué ceguera!— de luceros
en mi frente, en mis ojos!

y III
204 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
¡Canción mía,
canta, antes de cantar;
da a quien te mire, antes de leerte,
tu emoción y tu gracia;
emánate de ti, fresca y fragante!

Opción A

1. Juan Ramón, poeta andaluz, escribe no le toques: coméntelo desde el punto


de vista de la norma.
2. Análisis sintáctico de la tercera estrofa.
3. La recursividad en el texto: procedimientos de reiteración léxica.
4. Presencia y ausencia del artículo en el texto: su valor.

Opción B

1. Funciones del lenguaje en el texto.


2. Valores y funciones de que en el texto.
3. Función y tipo semántico de los adjetivos del texto.
4. Presencia y ausencia del verbo en el texto: su valor.
OPCIÓN A

I
“No le toques”

8.4.1. En un capítulo anterior, 6.1.2, tuvimos ocasión de referirnos al


fenómeno del leísmo, uso del pronombre átono de tercera persona le en
función de objeto directo, y dijimos también que hay una tolerancia de las
instituciones normativas (Academias) cuando se trata de un pronombre
referido a persona masculina, en singular, como consecuencia de la larga
tradición literaria leísta. La forma etimológica, desde el punto de vista
histórico, y correcta, desde el normativo, sería la toques, si se refiere a «la
rosa», y lo toques, si se refiere al «poema».
8.4.1.1. Hemos indicado aquí que el texto es de Juan Ramón (Jiménez),
poeta de Moguer, en la provincia de Huelva, porque esa precisión era
necesaria; el habla de Huelva, como la andaluza, en general, mantiene, para
los pronombres átonos, los usos etimológicos s: le para dativo, indistintamente
masculino o femenino, con función de complemento u objeto indirecto, lo
para acusativo masculino y neutro, la para acusativo femenino, ambos en
función de implemento u objeto directo.
8.4.1.2. El uso de le en el poema (si no se debe a un corrector de la
imprenta, que todo puede pasar) estaría en contra del sistema natural
juanramoniano, y de la norma actual, aunque no de la norma de su época,
mucho más favorable al leísmo. Habría que tener en cuenta también otro
factor, el de la posible ultracorrección o hipercorrección: el deseo de evitar la
forma la, asociada al laísmo (cf. 4.3.3.1), o uso de la como dativo, en vez del
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 205
correcto y etimológico le, aunque aquí lo correcto habría sido usar esa forma
ía, precisamente; pero bien, como acusativo.

II
Análisis sintáctico

8.4.2. Los verbos de toda la estrofa (salvo mire y las formas no


personales) están en imperativo, por lo que la modalidad exhortativa o
imperativa caracteriza a casi todas las oraciones. El texto, además, se inicia
con un vocativo, al que se refieren anafóricamente todos los sujetos de los
imperativos, tú, que están implícitos en la forma verbal.
8.4.2.1. Tras el vocativo canción mía, el verbo canta constituye el
primer núcleo del predicado, que se completa con el aditamento antes de
cantar. Sigue luego una estructura más compleja, que podemos descomponen
en
s Cfr. nuestros Estudios sobre el pronombre, Madrid, Gredos, 1978.

2 da tu emoción y gracia
3 a quien te mire, antes de leerte.

La segunda oración tiene da como núcleo del predicado, implementado por el


doble objeto directo coordinado, tu emoción y tu gracia. A quien te mire es una
proposición de relativo en función de complemento u objeto indirecto de da,
dentro de la cual quien es el sujeto, mire el núcleo del predicado y te el
implemento. Antes de leerte es un aditamento, que hemos incluido en O3, pero
que podríamos separar, con su núcleo verbal, leer, y su implemento te.
SÁ.2.2. Queremos hacer notar que la oración de quien no es adjunto de
ningún sustantivo, por lo cual sería erróneo llamarla adjetiva. A menudo se
identifican las oraciones o proposiciones de relativo y las adjetivas, y se dice
«adjetiva o de relativo»; debe tenerse en cuenta que esto sólo es verdad cuando
el relativo introduce una proposición que funciona, toda ella, como adjunto de
un sustantivo, mientras que, en ejemplos como el que ahora comentamos, se
trata, en todo caso, de una relativa sustantiva, pues toda ella funciona como
funcionaría un sustantivo, es decir, como término primario, con función de
núcleo, no de adjunto.
8.4.2.3. La oración final tiene como núcleo verbal emana; tenemos que
pensar en te como un objeto directo, pues la construcción reflexiva propia es
más enfática, en este caso, que una reflexiva formal, de movimiento, de las que
hemos visto tantas en comentarios anteriores. De este modo fresca y fragante
serían atributos del implemento, copiple- mentos predicativos referidos al
objeto directo, mientras que, si consideramos te como un reflexivo formal, del
tipo de los falsos objetos, los dos adjetivos serían predicativos referidos al sujeto
(tú, no expreso). De ti es aditamento. 53 estrofas finales. Este recurso, a falta de

53
206 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
otros, deliberadamente rechazados aquí, como la rima, confiere un ritmo
semántico a todo el texto.

IV
Presencia y ausencia del artículo

8.4.4. De acuerdo con las consideraciones teóricas expuestas en 2.8.2 y


7.6.5, señalaremos los distintos valores relacionados con las distintas
posibilidades de empleo de los artículos en el texto.
8.4.4.1. Digamos en primer lugar que, en lo que concierne a la ac-
tualización, la forma luceros está actualizada por la cuantificación plural, de
modo que en ella persiste la condición de actualización no iden- tificadora. En
otras ocasiones es la construcción la que impide la presencia del artículo: de raíz
es forma lexicalizada, a partir de la consideración virtual de raíz, naturalmente,
pero ya claramente distinta de las construcciones libres de la raíz o de una raíz.
Las exclamaciones qué riego, o qué lluvia, qué ceguera, exigen también que el
sustantivo no vaya actualizado por actualizador antepuesto, y el artículo sólo
admite esta posición, tanto para el como para un (uno de los rasgos comunes que
abonan la condición de artículo de ambas formas). Puesto que canción está
actualizado por el mía pospuesto, no queda más sustantivo sin actualizar que
tierra, cuyo valor virtual es inmediato.
8.4.4.2. Esto significa que en el texto predomina la actualización: la rosa,
la mata, la aurora, el rocío, incluso la identificadora relacionada con las
personas gramaticales, canción mía, tu emoción, tu gracia, mi frente, mis ojos.
Sólo cabe una interpretación; el poeta llega a la extensión a la generalidad a
partir de la individualidad concreta, expresada por los determinantes.

Reiteración léxica

8.4.3. Como es habitual en la poesía juanramoniana, especialmente a


medida que avanza su obra, la reiteración de términos formalmente
idénticos se reduce, mientras que se acentúa la de sinónimos o empa-
rentados semánticamente.
8.4.3.1. Las reiteraciones más formales se encuenran en la tercera
estrofa, en la que, de todos modos, el sujeto tú no está directamente
presente, si bien aparecen otras cuatro formas pronominales de segunda
personas, tú (dos veces), te y ti. Antes de se repite en la misma estrofa, en la
cual se encuentra también la reiteración de formas del mismo radical, un
tipo de poliptoton: canción, canta, cantar.
8.4.3.2. Más frecuente y abundante es la reiteración por. sinónimos o
formas léxicas con las que se comparte un rasgo semántico: rosa y mata,
rocío y lluvia con el adjetivo mojada, o los adjetivos olorosa, fresca, fragante,
que aluden tanto a la rosa como a la tierra tras la lluvia, o finalmente,
ceguera, luceros, ojos, mire, leer, que vincula las dos
TEXTOS LITERARIOS EN54VERSO 207
OPCIÓN B
manifestación y síntoma, aunque todo ello está distribuido de acuerdo con la
función poética. La conciencia de lo demasiado conceptual (el aspecto
metalingüístico aludido) incita a recargar los procedimientos expresivos, y los
aspectos marginales, como veremos a propósito de la adjetivación, en 8.4.7. Por
último, la numeración, incluido el y III final, tiene un claro valor fático.

II
“que” en el texto

8.4.6. Aparecen dos tipos diferenciados: el primero es el que de la primera


estrofa, conjunción, que introduce una causal, y que tiene, por tanto, el valor de
«porque». Los otros tres están en la segunda estrofa y son exclamativos. En
estos tres casos aparecen como adjuntos de un sustantivo, riego, lluvia, ceguera,
respectivamente, dentro de construcciones implícitas, sin verbo, que
analizaremos en 8.4.8. La diferencia gráfica es clara, pues el exclamativo lleva
acento. También hemos tenido ocasión de comentar, en 8.4.4, que la
combinación de exclamativo y sustantivo impide la presencia de artículo junto a
éste, con lo cual la exclamación tiene un sentido virtual, esencial, sobre un
contenido que se presenta como no actualizado.

III
Los adjetivos
8.4.7. En el poema aparecen cuatro adjetivos en dos grupos coordinados
por la conjunción copulativa y: olorosa y mojada, fresca y fragante. Los cuatro
son descriptivos. Los dos primeros tienen función atributiva, modifican
directamente al sustantivo tierra, y hemos de interpretarlos como
especificativos, en colocación pospuesta, como es habitual. Los dos últimos
tienen función predicativa, y se refieren al implemento te (o al sujeto tú, si no
admitimos la construcción refleja propia, como advertimos en 8.4.2) por medio
del verbo emana. Tampoco aquí la colocación está marcada especialmente, pues

54
Funciones del lenguaje

8.4.5. En la estructura general, y en el recurso a formas de expresión


como el vocativo y el imperativo, es manifiesta la importancia de la función
apelativa-conativa, de relación del emisor con el receptor (cfr. 2.10.8, 4.2.2,
6!4.8, 7.2.2 y 8.1.8); la segunda estrofa, dominada por el «yo», es más
claramente de carácter expresivo-emotivo. La función representativa es
importante, e incluye un aspecto metalingüístico: todo el texto es una
definición del poema, según el poeta. No se trata de una definición técnica,
sino poética, y por ello la función poética ha de estar presente, con su
expresión fundamental mediante el ritmo semántico, como hemos señalado
en 8.43.2. Formalmente, el predominio de las exclamaciones y los
imperativos señala inequívocamente su carácter de
208 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
aparecen colocados detrás del sustantivo al que se refieren. Otro adjetivo, llena,
también descriptivo, en función atributiva, referido a mata, es explicativo.

IV
Presencia y ausencia dei verbo
8.4.8. Todas las situaciones verbales corresponden a un verbo expreso,
incluso la afirmación existencial y esencial de la rosa, con la cópula es, excepto
la segunda parte, la exclamativa, de la estrofa II. La presencia del verbo es, en
consecuencia, definitiva, por lo que, a diferencia de lo que hemos señalado para
el texto anterior, y para el
texto 22, en el poeta TEXTOS
predomina la intención
LITERARIOS EN VERSO de partir de lo concreto y21Ì
especificado, del mismo modo que en los sustantivos, donde también
predominaba la actualización sobre lo virtual, según hemos dicho en 8.4.4.
8.4.8.1. Esta afirmación adquiere mayor fuerza cuando vemos que es
precisamente la segunda parte de la estrofa II el punto de confluencia de los
sustantivos sin actualizador, en la construcción exclamativa, y la oración sin
verbo, que hemos definido como grado sumo de virtualidad verbal. En este caso,
el verbo suplido sería una forma de existencia o percepción, algo como «hay» o
incluso «siento», como consecuencia de la situación verbal expresada por
arranco. La supresión del verbo obliga a concentrar toda la significación en la
expresión nominal, que es esencial por la falta de actualización, y está
potenciada por los exclamativos. Esta interacción, en el centro mismo del
poema, refuerza la conclusión de 8.4.4, en el sentido de que, a pesar de la
abundancia de actualizaciones, la intención final es la de llegar a la generalidad,
como corresponde a una definición, propósito global del poema.
Capítulo 9
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA,
DE ESPAÑA Y AMÉRICA

9.0. 1. En este capítulo recogemos una serie de textos españoles y


americanos en los cuales se trata de reproducir la conversación, y ése es el
sentido que tiene aquí el término «coloquial», o bien se registran, por escrito,
rasgos que se apartan del uso español que se considera normativo, o del uso
normal español, castellano.
9.0. 2. Como se ve en el párrafo anterior, nos ha sido fácil precisar el sentido
de «coloquial», aunque haya sido de modo amplio, mientras que no nos ha sido
posible hacer lo mismo en lo concerniente al término normal, en torno al cual
hemos hablado de dos cosas diferentes, al menos, lo que los hablantes no
consideran correcto o aceptable, y lo que no es propio del español de España,
entendido, básicamente, como uso general del castellano norteño (frente a los
usos llamados «dialectales», como el andaluz o el canario, extremeño o
murciano, clasificaciones, como sabemos, excesivamente simples desde el punto
de vista técnico).
9.0. 3. Como varias de las preguntas que se formulan sobre los textos
siguientes son comunes y una de ellas, precisamente, se refiere a la norma, nos
parece preferible exponer con algo de detalle unas consideraciones
introductorias, a las que remitiremos en cada pregunta concreta, evitando así
repeticiones enojosas.
9.0. 4. Hay que partir, como es habitual —así lo recoge L. F. Lara—, de
dos precisiones que matizan el Goncepto de norma: la primera de ellas, la
filosófica, es la que nos advierte de que la palabra «norma» se usa para designar
«lo que debe ser» y también para designar «lo que es»; la segunda, la lingüística,
según E. Coseriu, nos dice que la norma es la «realización colectiva del sistema»,
para precisar, en otro lugar55 56, que
La distinción entre sistema y norma puede asemejarse, hasta cierto

55 Como visión de conjunto, asequible, en una publicación de público amplio, y con


abundantes notas con bibliografía, cfr. Manuel Alvar López, «La norma lingüística», en Revista de
Bachillerato, cuaderno monográfico 9, suplemento del número 22, abril-junio, 1982, pp. 3542.
Para la consideración general de la norma hispánica sigue siendo básico el trabajo de J. M. Lope
Blanch, «El concepto de prestigio y la norma lingüística del español», en Anuario de Letras,
México, 10, 1972, pp. 2946. Como resumen teórico véase Luis Fernando Lara, El concepto de
norma en Lingüística, México, El Colegio de México, 1976. En la lingüística española ha ejercido
una influencia notable el libro de E. Coseriu, Sistema, norma y habla, recogido en Teoría del
Lenguaje y Lingüística General, Madrid, Gredos, 1962, páginas 11-113.
56 E. Coseriu, Sincronía, Diacroma e Historia, 212
Madrid, Gredos, 19732, p. 138, n. 32.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 213
punto, a la que en la lingüística americana se establece entre los pattern
[esquemas] 'productivos', como el del plural ing. en -s y los 'fijados' o
'limitados', como el de ox-oxen (...). Sólo que, para nosotros, la norma
no abarca solamente lo 'fosilizado', sino todo lo establecido y común de
las realizaciones lingüísticas tradicionales, en tanto que el sistema
abarca las 'posibilidades', las directrices y los límites funcionales de la
realización, es decir, la técnica misma del hacer lingüístico. En el caso
de ox-oxen [buey-bueyes] el hecho de norma no es la forma oxen como
tal (que, en cuanto posibilidad funcional, no es menos sistemática que
oxes), sino el hecho de que en este caso la realización tradicional es,
precisamente, oxen y no oxes.
9.0. 5. Cuando hablamos de normativo o adecuado a la norma, hablamos de
aceptación general y uso común (lo que es) y de obligatoriedad de empleo o
prohibición de uso (lo que debe ser), dentro de las posibilidades que ofrece el
sistema lingüístico. Se supone que, dentro de estas posibilidades, la comunidad
elige una, con intención de imponerla a todos los hablantes. Esta elección supone
dos partes: por un lado, tenemos la imposibilidad sistemática, lingüística, que
nos impide decir yo cabo o he escribido, y señala como única solución yo quepo
o yo he escrito, respectivamente. Por otro lado, tenemos la imposibilidad
convencional, regulada socialmente, que nos impide decir, como fórmula
aceptada, me se ha perdió, y nos obliga a decir se me ha perdido. En este segundo
caso intervienen dos tipos de factores, los geográficos, que declaran preferibles
las formas de ciertas regiones y rechazan las de otras, y los institucionales,
cuando la lengua dispone de organismos que sancionan el uso correcto o
incorrecto. Ambos factores pueden y suelen combinarse. Así, en el ejemplo me
se ha perdió, se rechaza en la lengua general, en la norma, esta construcción, que
es general en amplias zonas de España, y se prefiere se me ha perdido, que es
dominante en otras, en las cuales, sin embargo, hay hablantes que también dicen
me se ha perdido; en este segundo caso, son las instituciones, como la escuela,
primero, y la Real Academia Española, o la Comisión Permanente de
Academias, las que imponen la forma se ,me ha perdido, única que se considera
propia de todo el español, y obligatoria en la lengua escrita, salvo que se trate de
reflejar un habla local o social diferenciada.
9.0. 6. Podemos decir, por ello, que una primera norma depende siempre del
acuerdo tácito de los hablantes. Sin embargo, en las sociedades complejas, como
la nuestra, es imprescindible fijar ese criterio, para lo que se recurre a un segundo
criterio, que se considera más autorizado: el de autoridad, basado en los buenos
escritores y hablistas. Arranca del criterio del buen uso, que se apoya en
argumentos del tipo: «el uso de tal autor autoriza esa construcción. Este criterio
de autoridad es un criterio de tipo culto, de prestigio, en cuyo apoyo tenemos
obras como los llamados Diccionarios de Autoridades, que existen en castellano
desde el Tesoro de Sebastián de Covarrubias, de 1611, y que tienen su mejor
exponente en el primer diccionario de la Real Academia, el llamado
precisamente de Autoridades, publicado entre 1726 y 1739, en seis volúmenes, y
convertido luego, abreviado, en el diccionario académico actual, sometido
periódicamente a reformas y mejoras. También se sustenta el criterio de
autoridad en las gramáticas del uso, o los diccionarios de dudas, como el de
214 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Manuel Seco para el español. Su inconveniente principal puede estar en la
dependencia de ciertas modas, pues hay gran cantidad de escritores cuyo
prestigio es tan grande como efímero, mientras que otros sólo ven reconocida su
valía con el transcurrir del tiempo. También se objeta a este criterio su carácter
extralingüístico, lo cual carece de importancia, ya que este tipo de norma del
«deber ser» es extralingüístico igualmente.
9.0. 7. El criterio de autoridad puede completarse, como sucede en España y
en otros países, con la autoridad de una institución que asuma el papel de árbitro
en la aceptación y determinación del buen uso. En el caso de nuestra lengua se
encomienda este papel a las Academias de los distintos países hispanohablantes,
creadas a partir de la pauta de la Real Academia Española, fundada en 1713 y
cuyos estatutos fueran aprobados en 1714. La Academia, contra lo que muchos
creen, no es una institución encargada de enseñarnos qué hemos de decir en cada
caso, o de autorizar el empleo de las palabras de origen extranjero, ni siquiera de
inventarse otras nuevas, en caso de necesidad; su papel es tomar la
responsabilidad de sancionar, con la inclusión en su diccionario, o en su
gramática, tal o cual forma léxica o construcción que considere aceptada por la
comunidad de hablantes, y extendida al ámbito general. La ventaja indudable de
esta institución es que sus decisiones son fruto de un trabajo corporativo y
público, y proceden de los académicos, cuya autoridad está relacionada con su
prestigio personal, como escritores y científicos. Además, la labor de todas las
Academias de los países hispanohablantes se coordina gracias a su organismo
especial, la Comisión Permanente, que sirve de enlace entre todas las Aca-
demias. En el panorama cultural español, donde no sobran instituciones eficaces,
es natural respetar una institución tan laboriosa y productiva como la Academia,
cuyas comisiones y publicaciones, o el relieve nacional de sus actos públicos,
testimonian una vitalidad y una adecuación a los tiempos innegables, aunque, por
supuesto, vaya más despacio de lo que algunos quisieran.
9.0. 8. Parece bastante claro, después de lo dicho hasta aquí, que una
palabra, una expresión, o un texto completo, pueden estar fuera de la norma por
tres razones —combinables entre sí—, de carácter histórico, social, o geográfico.
Tenemos elementos anormales de tipo histórico en el caso de arcaísmos, que han
perdido su posición en el uso general, o en el de variedades completas, como
sucede en el judeoespañol, reflejo del español de fines del siglo xv, donde tienen
vigencia construcciones que ya no se usan en el español general, y donde se
combina con razones geográficas, es decir, de diferencias de usos lingüísticos en
distintas regiones. Esta distinción geográfica se asocia comúnmente con las
diferencias de dialecto, y se dice por ello que hay un dialecto andaluz en España,
o correntino en la Argentina, y así sucesivamente. Las diferencias por razones
geográficas son importantes, y de ese modo lo veremos en nuestros textos, pero
se combinan con el factor histórico, que ya hemos recogido, y con el social: los
hablantes utilizan niveles lingüísticos distintos según el estrato social —más
minucioso que
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 215
«clase»— al cual pertenecen, y distintos registros según el tema, los inter-
locutores y la situación comunicativa, en suma. Los rasgos de la lengua de los
jóvenes, de los delincuentes, o de ciertas profesiones, pertenecen a este aspecto
social.
9.0. 9. Para no alargar excesivamente este apartado, terminaremos con el
problema concreto que el español presenta: la existencia de una norma
castellana, por una parte, y de una norma hispánica, por otra, no necesariamente
coincidentes, y vinculadas a las especiales características de una lengua de
difusión mundial.
9.0. 9.1. Sabido es que la variante que ha triunfado en la lengua
literal ha sido el castellano norteño, es decir, el habla de Madrid (hasta hace
cincuenta años caracterizada demográficamente por el origen norteño
dominante en las gentes de la inmigración). Sin embargo, la lengua hablada en
todo el dominio tiene rasgos predominantes de la llamada norma de Sevilla, o
español atlántico, como el seseo, el empleo etimológico de los pronombres
átonos, o la tendencia, no general, a la aspiración de -s final de sílaba o palabra,
es decir, en posición implosiva. Otros fenómenos, como el yeísmo, vinculados a
la norma sureña tradicionalmente, son de tipo general. .
9.0. 9.2. En estas circunstancias, se ha tenido que imponer una inteligente
política de tolerancia, en los dos sentidos: la Academia —organismo
competente— ha reconocido que el sistema etimológico de los pronombres
átonos, por ejemplo, es el preferible, pero tolera el leísmo (cfr. 6.1.2), rasgo
norteño, por su predominio en la lengua escrita, sobre todo literaria. Igualmente,
recomienda la distinción s / z , pero acepta la confusión, seseo, en las regiones
que siguen la norma sureña, con la realización s (no con la realización z). La
realidad, es decir, «lo que es», impone esta norma hispánica, más amplia, sobre
el prestigio general y aplicación menor de la norma castellana, más restringida.
Hablar bien no es patrimonio de ninguna región o clase económica, sino de las
personas cultas de todo el dominio lingüístico español, que procuran atenerse a
esa norma hispánica unificadora, para evitar el grave peligro cultural de la
fragmentación del español en variedades diferenciadas e incomprensibles. La
ruptura de esa norma puede deberse a ignorancia, para lo cual está la escuela, o a
una intención deliberada, para expresar el rechazo de los modelos sociales o de
cualquier tipo; a la sociedad, en este último caso, corresponde la labor de
determinar hasta qué punto está decidida a mantener unos criterios, incorporar
los de quienes los rechazan, o alterar parcialmente sus leyes.
9.0. 10. Hemos repetido, en los párrafos anteriores, expresiones ligadas a la
expansión del español. Esta pregunta, con fórmulas como la de extensión de
nuestra lengua, y equivalentes, se repite en varios ejercicios; el conocimiento de
su respuesta es necesario para la adecuada situación de casi todos los textos que
incluimos en este capítulo.
9.0. 10.1. El español (con el nombre oficial de castellano) es la lengua
oficial de España, lo que supone la España peninsular, las Islas Baleres, Ceuta y
Melilla', cri el Norte de Africa, y las Islas Canarias. En este Estado se hablan
también otras lenguas, como el vascuence, el catalán, el gallego, y variedades
lingüísticas como el astur-leonés, el aragonés o el arañes, cada una de ellas con
sus peculiaridades y problemas constitutivos (el más importante es la discusión
sobre el carácter de
216 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
lengua valenciana de la variedad del catalán hablado en
8. Comentarios de Lengua Española
la región de Valencia). Este contacto lingüístico provoca problemas de
bilingüismo, y conflictos lingüísticos que se reflejan también en la lengua
escrita, con interinfluencias, préstamos y alteraciones, de distinta importancia.
9.0. 10.2. Fuera del ámbito español, una primera razón de expansión de
nuestra lengua se encuentra en la expulsión de las comunidades judías en 1492.
Estos judíos son los sefardíes —que quiere decir 'españoles' o 'hispánicos', pues
Sefarad es el nombre hebreo de España, en el sentido latino de Hispania— y
hablan una variedad arcaica llamada judeoespañol. Hasta la segunda guerra
mundial eran importantes en Turquía, Rumania y los Balcanes, así como en el
Norte de Africa, especialmente Marruecos. Tras la guerra emigraron muchos a
Israel, e incluso a los Estados Unidos, Canadá y América del Sur, perdiendo
parte de ellos su variedad lingüística o integrándola en el español general.
9.0. 10.3. Inmediatamente después, por orden cronológico, hemos de situar
la expansión del español hacia Occidente, por toda América, y luego hacia
Oriente, a Filipinas. En América el español es lengua oficial en México, en
América del Norte, y se ha extendido a los Estados Unidos, donde la ciudad de
Nueva York, con más de un millón de hispanohablantes, es una de las primeras
ciudades de nuestra lengua, y donde se ha constituido recientemente la
Academia Norteamericana de la Lengua Española. Dentro de los Estados
Unidos, los estados de Florida, en el Caribe, y los del Medio Oeste, en especial
Texas y Nuevo México (pronúnciense Tejas y Nuevo Méjico), hasta California,
tienen importantes minorías de hispanos, los llamados chícanos, que han
obligado a leyes de cooficialidad lingüística y de enseñanza del español en la es-
cuela.
9.0. 10.4. En el Caribe y Centroamérica están Cuba, Santo Domingo, Puerto
Rico, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá,
además de las islas menores del Caribe, donde el castellano alterna con otras
lenguas. Esta alternancia se da también en el gran estado del Sur, el Brasil, de
lengua oficial portuguesa, pero donde, por ser su variedad portuguesa anterior a
la evolución del portugués peninsular en el siglo xvm, es muy fácil la
intercomprensión con los caste- llanohablantes, hasta el punto de que la
televisión brasileña, por ejemplo, incluye en sus programas entrevistas y
reportajes con hispanoamericanos de lengua española, sin doblajes ni subtítulos,
por la facilidad con que el público los comprende. Al mismo tiempo es
importante destacar la penetración del portugués de Brasil en los países
limítrofes, como Paraguay, Bolivia o Perú, gracias a la colonización brasileña de
las zonas amazónicas y fronterizas en general.
9.0. 10.5. En América del Sur, toda la costa del Pacífico habla español:
Colombia, Ecuador, Perú, Chile, a las que hay que añadir Bolivia, sin costas,
como Paraguay, y la América Atlántica del Sur, Argentina, Uruguay,
Venezuela. Como consecuencia de la pertenencia a la República Argentina de
un sector de la Antártida, también esta zona desértica, helada, cae dentro del
dominio de la lengua española, teórico, en este caso.
9.0. 10.6. La situación de Filipinas es muchísimo más grave: como
consecuencia de la derrota de España en 1898, los Estados Unidos se
establecieron en los islas, donde poco a poco fueron desalojando el español, en
favor del inglés. Con la independencia definitiva, tras la se
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 217
gunda guerra mundial v el fin de la ocupación japonesa, la más
importante de las lenguas de las islas, el tagalo, se convirtió en lengua
oficial, con el nombre de filipino, mientras que el inglés seguía siendo la
lengua de la ciencia y ¡a relación con el mundo exterior. Én estas
condiciones, el español ha dejado restos en lenguas mixtas, y en un
núcleo de población reducido, que sigue fiel a la conciencia de
Hispanidad. No hay que olvidar que Filipinas desempeñó un papel
fundamental en los intentos espartóles de acercarse a China y Japón,
con fines religiosos y comerciales, desde el siglo xvi y que tuvo durante
siglos una especial relación con Hispanoamérica, especialment e con
México.
9.0. 10
.7. La nación hispanohablante más joven es la República de Guinea
Ecuatorial, único país hispanohablante fuera de España donde la norma, en
general, no es la sureña, sino la de Madrid (con algunas concesiones),
básicamente. Guinea Ecuatorial tiene una parte de su terri torio en el
Continente y otra en la isla de Bioko (antes Fernando Poo), cuya capital,
Malabo (antes Santa Isabel) es la capital administrativa, además de algunas
islas menores. Junto al español y las lenguas indígenas, se habla un criollo
portugués, y una lengua mixta de base inglesa, el pichin (pidgin-English). "
1 España peninsular, Baleares, Ceuta y Melilla. 2. España insular atlántica (Islas

c—:y ®
Difusión de la lengua española

Canarias). 3. México, América Central, Insular y América del Sur. 4. Islas Hlipinas,
5. Sefardíes. 6. República de Guinea Ecuatorial. 7. Nueva York, n -,ZOna J!ay?fa),
Callfornia
- Tejas, Nuevo Méjico, otros estados del Medio ueste-y Monda (estados de la
Unión con minorías hispanohablantes). 9. Antártida, Argentina.
218 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
TEXTO 26

9.1.
Seguía yo con seis años, y ceceaba como un tocino. Y en el Instituto
había veladas literario-musicales en las que el único que intervenía del
grado elemental era yo. Porque a las profesoras les caía en gracia mi
ceceo de campero andaluz. Y así me hacían aprender poesías. Y luego
en las veladas literario-musicales salía yo recitándolas en el escenario.
Con la que tenía más éxito era con la de ezta fabulilla zalga bien o mal
me ha ocurrido ahora por cazualidad. En cambio, los chiquillos
manchegos se cachondeaban de que, al hablar, yo dijera laz cozas zon
azi. Y yo hacía todo lo posible por pronunciar la ese, y decir que lasss
cosasss sson asssí. Pero trabucaba en un trabalenguas y no había forma.

Opción A
1. Comentar las peculiaridades fonéticas y gráficas del texto.
2. El nivel léxico: caracterización del texto.
3. Análisis sintáctico desde Y en el Instituto hasta campero andaluz
(lín. 1-4). ,. . - ., ,
4. Verbos irregulares en el texto: características de su irregularidad.

Opción B
1. El ceceo: su localización y su relación con la norma.
2. Aspectos fonético-literarios del texto (recurrencias o reiteraciones fónicas,
aliteraciones, etc.).
3. Análisis sintáctico desde En cambio (lín. 8) hasta asssí (lin. 11).
4. Colocación y valor de los adjetivos en el texto.

OPCIÓN A

Peculiaridades fonéticas y gráficas


9.1.1. Todas ellas afectan a la distinción entre la 5 y la z: cuando se escribe
ezta, zalga y cazualidad se quiere registrar el fenómeno fonético llamado ceceo.
Lo mismo ocurre en laz cozaz zon azi, frase construida adrede para acumular en
ella sibilantes, eses, que se pronuncian como interdentales y se escriben como
zetas, para reflejar la pronunciación ceceante. En cambio, en lasss cosasss sson
asssí la reiteración de la s en la grafía representa el esfuerzo de corrección del
hablante, alargando sus eses, para evitar el ceceo.
9.1.1.1. La pregunta teórica sobre el fenómeno fonético llamado ceceo se
desarrolla en 9.1.5, por lo que remitimos-a ese apartado, para completar lo que
llevamos dicho. El texto, en todo caso, nos ofrece algunos datos más. El primero
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 219
de ellos es el nombre concreto del fenómeno, ceceaba, y el segundo es la
consideración social del mismo, en dos aspectos. El primero de ellos se refleja
en la sinestesia cecear como un tocino: lo que un tocino tiene de ceceoso es
metalingíüstico, se refiere a su c, grafía que corresponde a la pronunciación
interdental. El segundo se expresa de dos modos diferentes: caer en gracia y
cachondearse. Caer en gracia implica una actitud de tolerancia, positiva,
mientras que cachondearse supone una actitud de burla, negativa. El contexto
nos hace saber que se trata de un niño de seis años, aparentemente de origen
andaluz (parece contraponerse campero andaluz a chiquillos manchegos), y ello
provoca la actitud de protección de las profesoras, actitud que no es compartida
por los compañeros, los chiquillos manchegos. El ceceo se presenta en el texto
como algo exterior a la norma, gracioso, y relacionado con una región
geográfica. Naturalmente, con la información que el texto facilita, cabría pensar
que lo de campero andaluz es una comparación, que el niño no es andaluz, sino
que cecea por su edad (rasgos externos de tipo social), y que se relaciona con
Andalucía por la vinculación común del ceceo y el andaluz, con lo que vuelve a
intervenir el elemento geográfico.

II
El léxico

9.1.2. La utilización de las formas léxicas, palabras y locuciones, nos


permite diferenciar dos niveles: el del narrador culto y el del narrador niño; el
narrador culto, a su vez, emplea una serie de términos neutros, sin connotaciones
especiales (cfr. 4.1.1) junto a otros rebuscados, marcados. El narrador niño
emplea resueltamente formas coloquiales, de registros inferiores. Se trata,
evidentemente, de un desdoblamiento, pues es el mismo narrador en todos los
casos; tenemos que ver el cambio de registro, en consecuencia, como un cambio
de perspectiva.
9.1.2.1. Desde la perspectiva neutra del narrador objetivo se introducen las
fórmulas generales del relato, especialmente la introducción, con la
comparación con- un tocino, y la conclusión, con el trabalenguas, que veremos
de nuevo en 9.1.6. Desde la perspectiva del narrador se insertan también otros
términos marcados, porque el escritor, entendemos, hace suya la perspectiva de
las profesoras: por eso distingue caer en gracia, que refleja esta actitud, de
cachondearse, que se refiere a la tercera perspectiva. En esta segunda encaja
perfectamente la frase, reiterada, veladas literario-musicales, que resulta una
perfecta cursilería, en
justa correspondencia con la actitud de sacar a escena a un recitador infantil
ceceoso. * . #
9.1.2.2. La última perspectiva es la del narrador infantil, matizada
perfectamente en el relato por diversos medios, que empiezan con la reiteración
de la copulativa y, rasgo de estilo típico de las narraciones contadas por niños: y
en el Instituto, y así, y luego, y yo, donde la conjunción es superflua. En el plano
léxico, además deí cachondeaban, ya dicho, tendríamos el uso de poesías por
'poemas', o la expresión salía yo, y la referencia anafórica la de seguida del
220 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
primer verso de la fábula.

III
Análisis sintáctico
9.1.3. Podemos separar en el texto hasta cuatro unidades distintas:
Oí Y en el Instituto había veladas literario-musicales, es una falsa copulativa,
pues la y inicial es superflua, como acabamos de decir, es una oración
aseverativa afirmativa, transitiva e impersonal; es decir, no tiene sujeto, y
expresa con veladas lit erario-musicales el objeto directo o implemento de
había: obsérvese que la pronominalización es con la forma de acusativo
que corresponde al implemento, las había, y que el verbo va en singular,
mientras que veladas va en plural, lo cual indica claramente que no se trata
del sujeto. Hay dos aditamentos, el primero es en el instituto y el segundo
toda la proposición de relativo siguiente. . «♦ *
2 se ordena del siguiente modo: en las que era yo el único del grado
elemental. Se trata de una atributiva, con sujeto yo, en las que como
aditamento, y él único, modificado por el complemento determinativo del
grado elemental como predicado nominal. Es una proposición de relativo.
El predicado nominal se expande en otra proposición de relativo, adjetiva,
en función de adjunto,
3 que intervenía, cuyo sujeto es que, también aseverativa afirmativa, in-
transitiva.
4 es una causal, que debiera estar separada por coma y no por punto de la
anterior. Hay que suponer que el punto refleja las pausas más amplias de la
narración infantil, o de la perspectiva infantil del relato. Mi ceceo, con el
complemento determinativo de campero andaluz, es el sujeto. Caer en
gracia, como unidad léxica, corresponde a una estructura de verbo 4-
suplemento (o complemento preposicional). A las profesoras es el
complemento u objeto indirecto, que va duplicado por un pronombre
redundante de dativo, les, pleonàstico.

IV
Verbos irregulares
9.1.4. Enumeramos las formas que corresponden a verbos irregulares,
según lo expuesto en 2.8.1.
Seguía: seguir (en sigo-sigues no hay irregularidad en la consonante,
sino grafía acorde con la pronunciación), la irregularidad está en el
cierre de la vocal radical en i, lo mismo que en el pretérito siguió.
había: haber, irregular total, presente con pérdida de consonante, he;
pretérito fuerte, hube, y futuro sincopado, habré, intervenía: intervenir,
adición de consonante en el presente, intervengo; diptongación,
intervienes; pretérito fuerte, intervine, y futuro sincopado, con adición
de consonante, intervendré, era: ser, irregular total, con cambio de tema,
soy, era, fui. caía: caer, adición de consonante y cierre de vocal en el
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 221
presente, caigo; consonantización en el pretérito, cayó; fusión vocálica
en el participio, caído, y en el copretérito, caía, hacían: hacer,
alternancia de consonante en el presente, con cambio de timbre, hago,
haces; pretérito y participio fuertes, hice, hecho; futuro sincopado, haré.
salía: salir, adición de consonante en el presente, salgo, y en el futuro
sincopado, saldré.
tenía: tener, adición de consonante en el presente, tengo; pretérito fuerte,
tuve; futuro sincopado, con d epentética, tendré, era: ser. salga: salir.
dijera: decir, alternancia de consonante en el presente, con cambio de
timbre, digo, dices; cierre de la vocal radical, también en el participio
dicho, que es fuerte, como el pretérito dije. Futuro sincopado, diré,
hacía: hacer, decir, son: ser. había: haber.
Nótese que, en trabucar, trabuqué no es irregular, sino sólo adaptación
gráfica, acomodada a la pronunciación de la oclusiva velar [k].

OPCIÓN B

I
El ceceo

9.1.5. Ya hemos expuesto, en 9.1.1., las grafías y las expresiones que nos
permiten señalar la existencia de ceceo en el texto, lo cual nos evita repetirlas
aquí, aunque serían, lógicamente, el inicio de la respuesta.
9.1.5.1. Desde el punto de vista descriptivo, el ceceo es up fenómeno que
consiste en articular un sonido interdental fricativo, o posdental fricativo (que es
lo más frecuente), en vez de una fricativa alveolar, s, o, más frecuentemente,
dorsodental. Es decir, en vez del timbre siseante propio de la /s/, grafía s,
percibimos el timbre ciceante propio de la /©/,
grafía z, c**'. Por eso se dice que los ceceosos convierten las eses en zetas, con
una inadecuada referencia a la grafía, en vez de a la pronunciación. ... .
9.1.5.2. El ceceo puede ser un fenómeno individual o colectivo: como
fenómeno individual obedece a defecto o inmadurez de la articulación, y es
frecuente en individuos aislados, o en niños que todavía no dominan sus
recursos fonológicos. Como fenómeno colectivo es un hecho dialectal, en
especial de ciertas zonas andaluzas, y socialmente marcado por la
inaceptabilidad, frente al otro tipo de pérdida de distinción entre s/z y
unificación, el seseo, o pronunciación como s. que goza incluso de la
autorización normativa, como rasgo de la norma hispánica (cfr. 9.0.10).
9.1.5.3. Hemos dicho antes que, más que en una articulación interdental, el
ceceo consiste en una articulación posdental, y que es más frecuente en los
individuos que pronuncian la s como dorsodental. Explicaremos ahora este
punto. La articulación castellana de la s es apico- alveolar, el ápice o punta de la
lengua se eleva a los alvéolos dentarios. Esta s no es la general en el mundo
hispánico, que prefiere una s coronal, con la corona de la lengua (parte de la
lengua entre el ápice y el predorso, es decir, la línea entre el estrechamiento de la
lengua en su acercamiento al ápice y el dorso o cuerpo muscular de la lengua) en
222 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
contacto con los incisivos, o la s predorsal, con el predorso de la lengua contra
los incisivos. Cuando la articulación es predorsal, puede ocurrir que la punta de
la lengua resbale hasta colocarse tras los incisivos, con lo que su timbre deja de
ser siseante y se hace ciceante, produciéndose el típico ceceo, con z posdental.
Esta situación, que se da esporádicamente en muchos seseos de s predorsal, es la
que corresponde a una modalidad dialectal o subdialectal andaluza; es un
meridionalismo.
9.1.5.4. En el ceceo se dan los tres rasgos que pueden caracterizar a un
hecho exterior a la norma: históricamente se remonta a la pérdida de distinción
fonolóeica por el reajuste del sistema de sibilantes en los siglos xv-xvi, que
diferencia la norma de Madrid, con su zeta, de la de Sevilla, que confunde s/z;
socialmente el fenómeno es propio del habla campesina, y se elimina en las
grandes ciudades, como Sevilla, que opta por el seseo, aunque la inmigración
moderna ha llevado a Sevilla a buen número de pobladores de los alrededores,
ceceosos. Geográficamente, el fenómeno se concentra especialmente, en las
zonas costeras andaluzas, hasta Almería, inclusive, desde Huelva, y afecta a
toda la provincia de Cádiz, a Sevilla, menos la capital y el Norte, casi todo
Huelva y Málaga, V el Oeste de Granada, con algunos islotes en el interior. Los
trabajos del Atlas Lingüístico de Andalucía muestran una distribución más
compleja de la aceptada tradicionalmente, que no tiene objeto reproducir aquí
con detalle. La articulación ceceosa es fluctuante, con timbre ciceante a veces
poco marcado, y apariciones esporádicas de s. Parece encontrarse en retroceso
ante el seseo, aunque es difícil precisarlo con exactitud.
II
Aspectos fonético-literarios
9.1.6. Indudablemente, tendremos que referirnos aquí, en primer lucrar, a
todas las observaciones sobre las peculiaridades fonéticas y gráficas que
señalamos en 9.1.1, con la alternancia entre la grafía ceceosa, para representar el
ceceo del niño protagonista, y la reiteración gráfica de las eses, para expresar su
autocorrccción. La aliteración del sonido ce, en ceceaba como un tocino,
onomatopéyica, por una parte, y sines- tcsica por otra (pues se utiliza la palabra
tocino en relación con el sentido de la audición, y no con el del gusto o el del
olfato, como sería más natural), corresponde también a este tipo de
procedimientos. La elección del diminutivo en iJlo para chiquillos es un rasgo
andaluz en la caracterización del protagonista infantil. Por último, la reiteración
del grupo tr- en trabucaba y trabalenguas está de acuerdo con la intención de
presentar una realización fonética difícil, al equipararla con el ceceo.
9.1.6.1. Parece claro que el texto se ha construido con una finalidad
humorística, a partir de unos efectos fonéticos determinados, aunque en él hay
más elementos, como las connotaciones sociales presentes en el escenario donde
se desarrolla la acción, y hasta en la elección del término empleado: veladas
litcrario-musicales. Se suma así un aspecto costumbrista a ese humorismo
básico.

III
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
Análisis sintáctico 223

9.1.7. El fragmento que vamos a analizar comienza por la forma en


cambio, gramaticalizada con el valor de una conjunción adversativa, «pero».
Los chiquillos manchegos es el 6ujcto de se cachondeaban, verbo pronominal
con urr se formal, falso objeto, que lleva como suplemento (complemento
preposicional) la proposición completiva de que yo dijera... El sujeto de esta
completiva es yo, el inciso al hablar, con verbo en infinitivo, es un aditamento
de dijera, con valor temporal, y laz cozaz zon azi es una oración atributiva que
sirve de implemento a dijera, porque está tomada como conjunto de formas
lingüísticas, es decir, gracias a la función metalingüística. En sí misma está
constituida por el sujeto laz cozaz, la cópula son y el adverbio azi con función de
término secundario, como predicado nominal, equivalente a un adietivo.
9.1.7.1. La segunda.parte del fragmento, a partir del punto, está constituida
por una oración básica, con sujeto yo, hacía como núcleo del predicado y todo lo
posible como implemento u objeto directo, oración que se prolonga en dos
construcciones de infinitivo coordinadas, con función de aditamento y valor
final. El primer infinitivo, pronunciar, lleva como implemento la ese, mientras
que el segundo, decir, lleva como implemento una proposición completiva,
introducida por que, lasss co- sasss sson asssí, que se analiza igual que laz cozaz
zon azi. Vale la pena observar que la oración' de laz cozaz está en estilo directo
en el texto, sin partícula introductoria, mientras que lasss cosasss está en estilo
indirecto, introducida por la partícula completiva que.
9.1.7.2. En la construcción hacía por pronunciar y decir tenemos la
posibilidad de otro análisis, que interpretara hacer en función de auxiliar de una
perífrasis hacer por + infinitivo, a partir de la consideración de por + infinitivo
como suplemento. Aunque es posible combinar un implemento y un
suplemento, es raro, por lo que preferimos nuestra interpretación anterior.

IV
Los adjetivos
9.1.8. Podemos decir, en primer lugar, que el adjetivo único aparece en la
frase el único, sin sustantivo. En estos casos caben dos interpretaciones. o vemos
en el un indicador de sustantivación (concepto morfo- simáctico), y
consideramos tínico como un sustantivo, que funciona como núcleo, o, por el
contrario (con una teoría que deslinda la Morfología de ia Sintaxis),
manteniendo para único el carácter morfológico de adjetivo, señalamos que el
grupo el único tiene función de término primario. Dentro del grupo nos cabe
entonces la posibilidad de considerar el como un núcleo, como si fuera un
pronombre, o conservara su posibilidad pronominal etimológica de aparecer
como núcleo. Lo mismo, con la forma lo, ocurre en lo posible.
9.1.8.1. Los adjetivos son escasos en el texto:
veladas
literario-musicales grado
elemental campero
andaluz chiquillos
224 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
manchegos
9.1.8.2. En los cuatro casos se trata de adjetivos atributivos, de relación,
especificativos y pospuestos, es decir, sin ningún tipo de relevancia, en posición
neutra. La adjetivación, por tanto, está empleada con objetividad completa.

TEXTO 27

9.2.
Y decía HK-4, de Bogotá: «Un besito para la nena Fiorita.»
Y Fiorita respondía: «Muchos besos y abrazos para don Oswaldo.» Y
decía EA-7 AD, de Sevilla: «¡Hola, Fiorita!, pequeña, ¿dónde has
estado metida tanto tiempo que no pude oír tu linda voz?»
Y don Hernando conectaba el emisor, sonriente, y acercaba el micrófono
a los labios de la niña, y la niña decía: «Estuve en Burgos, en el
colegio. Muchos besitos, don Augusto.» Y todos tenían una frase
cariñosa para Florita, y el viejo le decía a su hermana Flora: «¿Has
visto cosa más salada?» Y pensaba que el mundo era bueno y solidario
y sentía en la médula de los huesos una vivificante calidez.

Opción A
1. Las siglas: en el texto y en el léxico de nuestro tiempo.
2. Valor expresivo de los diminutivos, a partir de los ejemplos del texto.
3. El estilo directo, sus manifestaciones en el texto.
4. Caracterización del texto a partir de sus rasgos lingüísticos.

Opción B
1. Elementos de la función conativa, en el texto.
2. Adjetivos del texto: aspectos semánticos.
3. Análisis sintáctico desde Y decía EA-7 AD (lín. 3) hasta linda voz? Clin. 4).
3. La formación del léxico, desde Muchos besitos (lín. 7) hasta el final.

OPCIÓN A

I
Las siglas
9.2.1. En el texto aparece primero una sigla, HK-4; el contexto nos hace
saber que se trata de la matrícula de una emisora de radioaficionado. Lo más
llamativo es que se emplea esa sigla en vez de un nombre propio, con su
apellido, «de Bogotá», como si se tratara de una persona. Morfológicamente, la
sigla es del tipo llamado alfanumérico, pues combina las letras y 225
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
los números.
Semánticamente parece ser convencional, es decir, que las letras se han
asignado de acuerdo con una convención interna colombiana —real o supuesta
por el escritor— y el número es un datp de identificación complementario. El
procedimiento de formación de la segunda sigla, la de Sevilla, es más complejo,
porque se inicia con EA, rasgo identificador de las emisoras españolas, seguido
del número de orden y de una nueva identificación alfabética, AD. El propio
texto nos aclara la identidad de los usuarios de las emisoras, HK-4 es don
Oswaldo, y EA-7 AD, don Augusto.
9.2.11. Los aspectos teóricos de las siglas, y su papel en el léxico español
actual han sido expuestos, con indicaciones bibliográficas, en 2.3.1. ’
II
Los diminutivos

9.2.2. En el texto tenemos las formas de diminutivo besito, Florita,


besitos. En los tres casos el formante de diminutivo es -ito, forma general en el
español moderno, que se ha unido directamente a la base léxica en las tres
ocasiones. .Aunque el punto de partida es que Florita es una niña, de
relativamente poca edad —el texto nos informa de que habla perfectamente y va
al colegio, al parecer en una ciudad distinta de donde está ahora—, la noción de
tamaño no parece tener ninguna importancia. Lo predominante es la afectividad,
de modo que los diminutivos del texto son diminutivos afectivos: el contenido
nocional de la base léxica, del lexema, puramente informativo, se marca con un
signo de afecto, y con ello, a la vez, individualizamos esa base, con un rasgo
distintivo más; así, Florita tiene un rasgo diferenciador más que Flora, y besito
tiene un rasgo del que carece beso.
9.2.2.1. Los diminutivos pueden ser nocionales, que expresan la idea
básica de tamaño, en sentido amplio, ponderativos, generalmente de adjetivos,
que señalan un relieve especial en la cualidad que ponderan, o activos, con
predominio marcado de la función apelativa-conativa. En el texto nos
encontramos con el tercer tipo, el activo, en los tres casos.

III
El estilo directo

9.2.3. Como hemos tenido ocasión de ver a lo largo de los comentarios


anteriores, sobre todo en muchos de los análisis oracionales, se llama estilo
directo a la reproducción de lo que dice uno de los interlocutores, exactamente
con sus mismas palabras y en sus propios términos. En el texto, de acuerdo con
la forma convencional de representación, se emplean los dos puntos para
introducir este estilo, y se entrecomillan las frases del texto que corresponden a
la expresión en estilo directo: «Un besito... Florita», «Muchos besos...
Oswaldo», «Hola... voz», «Estuve.;. Augusto», «Has visto... salada».

IV
226 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Caracterización

9.2.4. Este texto no tiene ningún rasgo que no sea normativo, ni se refiere a
ninguna peculiaridad lingüística, fonética o no, ajena a la norma. En él
participan cuatro interlocutores; don Hernando y Florita, por una parte, hablan
con don Oswaldo y don Augusto. Como se trata de un diálogo por medio de la
radio, de una serie de comunicaciones entre radioaficionados, se reproducen en
estilo directo las cuatro frases de esta comunicación, más una quinta que
corresponde a lo que don Hernando dice a su hermana Flora. Por estas
circunstancias, a las que se añade el hecho de ser una niña uno de los actuantes,
es fácil caracterizar el fragmento como un texto coloquial. A este tipo
corresponde el uso del diminutivo activo, la ausencia de verbo en los dos
primeros ejemplos en estilo directo, el sustantivo afectivo nena, o la
construcción ¿Has visto cosa más salada?, en la que cosa tiene el valor de Lin
pronombre neutro, frecuente en el coloquio, pero ajeno a la lengua escrita,
donde se habría usado el pronombre específico, algo o nada.

OPCIÓN B

I
Función conativa

9.2.5. Mediante la función conativa empleamos el lenguaje, como


emisores, para establecer una relación entre el mensaje y el receptor '(cfr. 2.10.8,
4.2.2, 6.4.8, 7.2.2 y 8.1.8). En este texto es una función primordial, puesto que se
compone de fragmentos de conversaciones, en los cuales los interlocutores se
dirigen unos a otros. Las fórmulas del tipo hola, los vocativos, como don
Augusto, los saludos, un besito, muchos besos y abrazos, la selección de
términos afectivos, como nena, o, muy específicamente, el empleo del
diminutivo activo, que tuvimos ocasión de ver en 9.2.2, corresponden a esta
función, que se refleja también en el adjetivo pequeña, usado como vocativo
(cfr. infra).

II
Los adjetivos del texto

9.2.6. Enumeraremos los adjetivos del texto para analizar sus rasgos
semánticos, según lo expuesto en 2.6.1 y 6.1.3, varias veces aplicado a lo largo
de nuestros comentarios. Como de costumbre, consideraremos propiamente
adjetivos los calificativos, por lo cual no consideramos algunas formas
interesantes, como los cuantitativos, por ejemplo, muchos, o tanto. No hay
demasiados adjetivos en el texto, en el que predominan los que se emplean en
función predicativa sobre los atributivos.
9.2.6.1. La forma pequeña está utilizada como sustantivo, en vocativo, y es
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 227
originariamente un adjetivo descriptivo. Linda es un adjetivo valorativo, igual
que bueno. Salada, originariamente descriptivo, está en el texto como
valorativo, por alteración semántica. Este tipo de transformación afecta también
a solidario, originariamente un adjetivo de relación, usado aquí como
valorativo, también..Vemos, pues, que hay una tendencia a la alteración de los
rasgos semánticos de los adjetivos, convirtiéndolos en valorativos, o
acercándolos a este tipo. Igual sucede con los tres restantes, sonriente, cariñosa
y vivificante. Cariñosa, como adjetivo que expresa una cualidad de 'agrado',
puede considerarse propiamente valorativo. Con sonriente no es tan fácil llegar
a esta conclusión, aunque podría considerarse como valorativo que expresa una
actitud relacionada con el agrado. Más difícil todavía es el caso de vivificante,
que, a partir de una relación, llega a significar, como en el texto, una cualidad de
intensidad, valorativa, por tanto.

III

Análisis sintáctico

9.2.7. El texto seleccionado, introducido por una conjunción copulativa


meramente expresiva, con función fática predominante, tiene dos partes claras,
la primera es la narrativa y, la segunda, la que está reproducida en estilo directo.
"
9.2.7.1. El núcleo del predicado de la primera parte es decía, cuyo sujeto
es EA-7 AD, modificado por el complementó determinativo de Sevilla, que
aparece como un inciso entre comas, pero no tiene función de aditamento,
porque no está regido directamente por el verbo, sino por el sujeto. Todo lo que
viene después, hasta ror., en estilo directo, es. el implemento u objeto directo de
decía.
92.1.2. El estilo directo se inicia con la exclamación hola, una inter-
jección, y los vocativos Florita y pequeña, el segundo, originariamente un
adjetivo, como hemos dicho en el párrafo anterior. A continuación tenemos una
interrogativa con dos miembros: el primero va introducido por el interrogativo
dónde, en función de aditamento, como tanto tiempo, con los que se interroga
sobre las circunstancias de lugar y tiempo. Has estado metida es el núcleo del
predicado, que es preferible analizar como una perífrasis, con haber y estar
como auxiliares, y metida como participio que representa al núcleo verbal,
meter; el punto de partida de esta construcción es un uso atributivo, con metida
como predicado nominal, la construcción, creemos, se ha gramaticalizado en
uría perífrasis, y así preferimos analizarla. Tanto es el primer miembro de una
correlación que continúa en el que introductor de la última suboración,
consecutiva, cuyo sujeto «vo» va implícito en la forma verbal de primera
persona, pude. No es el adverbio de frase que expresa la modalidad negativa de
la oración. El núcleo del predicado está constituido por la perífrasis pude oír, en
la que el auxiliar es poder, y lleva como implemento u objeto directo la frase tu
linda voz.

IV
228 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
El léxico

9.2.8. El procedimiento empleado para la formación de elementos léxicos


en este fragmento es la derivación, combinada con alteraciones de los rasgos
semánticos. En besitos no hay derivación, porque no cambia el significado de la
base, no hay más que matización afectiva. Cuatro
de los elementos derivados son adjetivos: dos de ellos, salada y vivificante,
proceden de participios verbales, formados con los sufijos -ada (femenino) y
-ante, de participio de presente en el segundo caso, a partir de un verbo
derivado con el sufijo -ificar, desde el radical del verbo vivir: viv-ific-a-nte.
Cariñosa y solidario se han formado con dos sufijos de adjetivo, culto el
segundo, -osa, en la forma femenina, y -ario. Por último, el abstracto de
cualidad, calidez, es una formación específica del escritor, a partir del
participio que pasa a adjetivo, cálido, por medio del sufijo configurador de
sustantivos abstractos, -ez.

TEXTO 28

9.3.
El viejo se habituó a su voz y por las mañanas se despertaba
pensando en doña Jacobita y en la meliflua voz de doña Jacobita. Y un
día doña Jacobita le dijo que era viuda reciente y luego, sin más, dijo:
«Cambio» y don Hernando se encontró ante el «micro» sin saber qué
decir y, finalmente, dijo que la niebla se cernía sobre el Pisuerga y
había una deficiente propagación. Poco a poco se fue enterando de que
doña Jacobita era de León y había emigrado a Cuba al casarse con un
cubano hacía más de cuarenta años. Más adelante le preguntó desde
cuándo hacía . «eses» de las «ces»*y ella le dijo melodiosamente que
su pronunciación no era deliberada e ignoraba, por tanto, el momento
en que se produjo el cambio. .

Opción A
1. El seseo en el texto: otros rasgos fónicos del español en América.
2. El estilo directo y el estilo indirecto en el texto.
3. Las perífrasis con gerundio, explíquelas a partir de los ejemplos del texto.
4. La modificación adverbial: adverbios y locuciones adverbiales en el texto.

Opción B
1. El autor entrecomilla la palabra «micro». ¿Por qué? Explique el interés de
estos usos para el estudio del habla coloquial.
2. Análisis sintáctico desde Poco a poco (lín. 6) hasta cuarenta años (lín. 9).
3. Pasiva y pasiva refleja: explicación a partir de los ejemplos del texto.
4. Colocación y semántica de los adjetivos en las seis primeras líneas.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 229
OPCIÓN A

I
El seseo y otros rasgos fónicos del español en América

9.3.1. Nuestro punto de partida han de ser algunas expresiones del texto,
que reflejan la reacción de un español, castellano por más señas, ante fenómenos
del español americano. Meliflua voz y melodiosamente se refieren a la
entonación, y recogen la sensación ante la cadencia de las hablas del Caribe,
pues el texto nos dice que doña Jacobita ha emigrado a Cuba, y se ha adaptado a
ese modo de hablar. Hacer «eses» de las «ces» es una referencia directa, por
medio de la terminología gráfica, y no de la oral o auditiva, fonética, a la pérdida
de la distinción sfz, cuando se resuelve a favor de la pronunciación unificada
como s. Este fenómeno se llama seseo. La s se realiza como dental, dorsodental,
o como coronal, según describimos los tipos, a propósito del fenómeno
complementario, el ceceo, minoritario, en 9.1.5. Hay también un seseo con s
apical, en el País Vasco, parte de Galicia y zonas de lengua catalana. Mientras
que el seseo apical no es aceptado por la norma, el seseo dorsal o coronal, propio
del Sur de la Península Ibérica, Canarias y toda la América hispánica y Filipinas,
además del judeoespañol y, parcialmente, Guinea Ecuatorial, está dentro de la
norma hispánica.
9.3.1.1. Al considerar los rasgos fónicos en el español americano, tenemos
que partir de una observación preliminar: el español que se habla en América no
es homogéneo, y no sólo porque un mejicano no hable igual que un argentino, o
un boliviano que un cubano, sino porque en el interior de los distintos países se
observan diferencias dialectales importantes. Un mexicano del interior, del
altiplano, no habla igual que uno de las selvas centroamericanas del sur, un
colombiano de Bogotá tiene una fonética claramente diferenciada de Ja de otro
de la costa, sea atlántica o pacífica, también distintas. El argentino de Buenos
Aires pronuncia, en ciertos casos, de modo diferente a como lo hace el andino, o
el de la pampa. El hablante de la provincia argentina de Corrientes puede tener
más afinidad con un paraguayo que con un sureño, y lo mismo ocurre en el resto.
Por eso es preferible hablar del español en América, y no del español de
América, porque lo segundo produce una falsa impresión de unidad, y el español
en América no constituye una unidad: se podría decir que el iinico fenómeno
fonético común a toda América es el seseo, si no fuera porque esa perspectiva es
falsa; es cierto que el seseo es propio de toda América, pero también se da en
España, y ni siquiera supone que la s reciba el mismo trato en todas las zonas, en
unas se conserva y refuerza en articulación tensa, en otras se aspira, en otras se
refuerza en posición final. Además, estas afirmaciones se hacen, generalmente,
a partir de la falsa impresión de que el español de España es una unidad, y en
América se rompe esta unidad, lo cual no es cierto,
230 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

porque el español de España no es unitario. Las dos visiones, la de la unidad


dialectal, por decirlo así, de España, o la consideración unitaria de América,
están equivocadas57 58 59 60 61.

57 Para la consideración general véase el magistral resumen de Rafael Lapcsa en


la nueva edición de su Historia de la Lengua Española, Madrid, Credos, 19819, cap.
XVII. La tabulación de los distintos tipos, de acuerdo con las descripciones pre
existentes, se encuentra en Melvyn C. Resnick, Phonological Variants and dialect
identification in Latin American Spanish, La Haya-París, Mouton, 1975.
93.1.2.231 El yeísmo, fenómeno muy conocidoDEenLENGUA
COMENTARIOS España, donde también es
ESPAÑOLA.

progresivo, está extendido en América, con variedad de resultados, que se


muestran en el mapa, donde hay que señalar, por ejemplo, que el Paraguay,
considerado zona que sigue distinguiendo 11/y (la confusión de ambos es el
yeísmo), tiene brotes yeístas, de tipo argentino, por influjo de esta república, a
través de locutores, artistas y profesionales.
93.1.3. Entre los fenómenos fonéticos que afectan a las consonantes
tenemos la aspiración de -s final de sílaba, implosiva, la asibilación de la
vibrante múltiple (en vez de rr tenemos un sonido sibilante, fricativo), la
pronunciación suave de la j (como h aspirada), la pronunciación de b como
fricativa en el grupo Ib, la pérdida de la -n final, nasalizando la vocal anterior, o
su realización como n velar, la confusión de //^ implosivas, la>pérdida de -d-, en
-ado, la aparición de un sonido v, distintas pronunciaciones de la ch, con cambio
de articulación o paso a fricativa, la / bilabial, no labiodental, la fricación del
grupo tr, pronunciado casi como una ch, todos los cuales se dan en diversos
grados en diversas regiones, o se adscriben a ciertos estratos sociales dentro de
unas zonas.
93.1.4. Las alteraciones afectan también a las vocales: en la altipla
nicie mexicana, por ejemplo, en la ciudad de México, hay tendencia a no
pronunciar las vocales átonas, especialmente ante s. Otras veces se pronuncian
sin vibración de las cuerdas vocales, como vocales sordas, especialmente en
posición final. En las zonas andinas de Ecuador, Perú y Bolivia, se confunden
con frecuencia e/i, o fu, porque los hablantes de quechua y aimara sólo tienen, en
estas lenguas, tres vocales. En la acentuación, se observa en los Andes, desde el
Ecuador a la Argentina, la acentuación llana o paroxítona, árroz, pajaro, propia
del quechua. Todos estos fenómenos, por supuesto, no son sólo geográficos,
sino también sociales: en los hablantes cultos disminuyen o desaparecen, y son
más frecuentes en los analfabetos, hablantes de lenguas indígenas y núcleos más
pobres de la sociedad. *

II
Estilo directo y estilo indirecto
9.3.2. El estilo directo (cfr. 9.2.3) se utiliza en el texto en una sola ocasión,
en la frase «Cambio». Se expresa entre comillas y precedido de dos puntos tras
el verbo decir, como mandan los cánones. El resto del fragmento elegido se
divide en una parte narrativa, y una parte en la que se narra el diálogo por medio
del estilo indirecto. En esta ocasión se introduce la versión del narrador de lo que
se dijo por medio de la partícula que, y se adecúan los tiempos verbales a las
formas de la narración. Así, dijo que era viuda reciente corresponde, en estilo
directo, a dijo: «soy viuda reciente»; dijo que la niebla se cernía sobre el
Pisuerga y había una deficiente propagación es dijo: «la niebla se 'cierne... y
hay...», en estilo directo. En el final del texto, le dijo melodiosamente, etcétera,
ofrece un pronombre su que debe pasar a mi, en el estilo directo, dijo: «mi
pronunciación no es...». En realidad, estas versiones no son exactas, porque no
hace falta una correspondencia, término a término, en la relación entre estilo
directo e indirecto, puesto que el indirecto reproduce el contenido de lo dicho
232 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
por un hablante, pero interpretado por el narrador. En este sentido, no hace falta
creer que doña Jacobita dijera textualmente «mi pronunciación no es deliberada,
e ignoro, etc.», lo cual, por muy melodiosa que fuera su voz, resulta
inimaginable y astra- cancsco, sino que ése es el resumen del narrador, que
corresponde a lo que la buena señora dijo realmente. Por último, en le preguntó
desde cuándo..., tenemos una fórmula introductoria más ligera, aliviada del que
introductorio tras el verbo preguntar. En estas construcciones, menos formales,
la proximidad con el discurso directo es mayor, lo que sirve para agilizar la
narración, acercando la conversación al lector, sin necesidad de repetirle el
diálogo en estilo directo.

III
Las perífrasis con gerundio

9.3.3. En el texto tenemos dos construcciones con gerundio, se despertaba


pensando y se fue enterando. En el primer caso, el gerundio tiene función de
aditamento de despertar, y expresa, semánticamente, una circunstancia
concomitante, que se produce al mismo tiempo que la acción principal: «se
despertaba y ya estaba pensando». En se fue enterando, en cambio, tenemos ya
una gramaticalización de la construcción; el gerundio es la parte de la
construcción que expresa el núcleo verbal, mientras que se fue expresa el
auxiliar. Irse es una construcción pronominal, con un se formal o gramatical,
que expresa una acción que empieza, tiene valor incoativo. La locución
adverbial poco a poco refuerza esta interpretación. A esa situación verbal,
incipiente, expresada por irse, el gerundio añade su rasgo peculiar, el valor
durativo, de modo que el conjunto significa que a partir de un momento se va
desarrollando el conocimiento de don Hernando sobre las circunstancias de
doña Jacobita. El gerundio expresa la duración.
9.3.3.1. Una vez caracterizado el gerundio como durativo, es fácil señalar
que las perífrasis de gerundio, es decir, la combinación del gerundio con un
yerbo auxiliar, tienen valor de duración explícita. La perífrasis puede incluso
presentarse como una modificación secundaria del verbo: las modificaciones
primarias se presentan como conjuntos de sufijación (cant-a-fea-s^, añadidos al
tema, lexema o base léxica, mientras que las secundarias son combinaciones de
formas libres, o añadidas al infinitivo (caso de cantar-é). La perífrasis de estar
más gerundio es la gramaticalización de esa modificación secundaria de
duración explícita. Además, el gerundio aparece en combinaciones perifrásticas
para-aspectuales, con valor de modificador terciario, con asunción» del carácter
de núcleo del grupo verbal así formado, mientras que el verbo en forma personal
pasa a ser auxiliar. De este tipo es el irse enterando del texfo. Con gerundio se
construyen estas perífrasis si el verbo auxiliar es de los llamados de movimiento:
ir, venir, seguir, andar, continuar. Semánticamente, estas perífrasis arrancan de
la idea de duración explícita que, al ser matizada por el auxiliar, se presenta
como duración explícita relativa.
IV
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
Adverbios y locuciones adverbiales 233

9.3.4. En el texto tenemos las siguientes formas: luego, más, finalmente,


poco a poco, adelante, cuándo, melodiosamente, no, por tanto. Las formas poco
a poco y por tanto son locuciones adverbiales, en las que se integran sendas
preposiciones, a y por, respectivamente. La primera combina dos cuantitativos
idénticos, y pasa a tener valor modal, en la segunda, a partir del cuantitativo
tanto se llega a un valor modal- consecutivo. Según la teoría que expusimos en
2.11.4, y la clasificación que allí hicimos, ambas son conceptuales.
9.3.4.1. Los restantes adverbios se pueden clasificar, formalmente, en:
Primitivos: es compuesto adelante, y son simples luego, más, cuándo y
no.
Derivados de adjetivos: los dos terminados en -mente.
9.3.4.2. Aplicando ahora la distinción entre conceptuales y pronominales,
tendríamos que no es un conceptual de duda que afecta directamente a la
oración, es un indicador de modalidad. Luego y finalmente, son conceptuales
que afectan indirectamente a la oración, e indican tiempo —el segundo con un
marcado matiz modal, propio de los en -mente—. Adelante, es también un
conceptual de afectación indirecta, de lugar, mientras que melodiosamente lo es
de modo, y más de cantidad. Cuándo, por último, es un pronominal
interrogativo, de tiempo.

OPCIÓN B

I
Las abreviaciones

9.3.5. El autor entrecomilla la plabra «micro», dándonos a entender así que


se trata de una forma abreviada de la palabra micrófono. Las abreviaciones,
como las siglas, que no son sino un tipo especial de ellas (cfr. 2.3.1.),
caracterizan la lengua coloquial, porque favorecen la comunicación rápida y
condensada: basta con decir micro para que el interlocutor comprenda que se
trata de un micrófono. #
9.3.5.1. El auge de estas formas (piénsese en radio, moto, tele, cine, auto,
micro, bus, me'tro y tantas otras) puede tener una incidencia notable en algunos
aspectos morfológicos del español. El más llamativo de ellos es el género: en
español, las palabras femeninas terminadas en -o son muy pocas,
tradicionalmente, y muchas de ellas de empleo muy lhm_ tado (la nao, la seo, la
parasemo, la testudo, la libido). Al aparecer formas de uso muy corriente, como
la moto, la foto, la radio, el hablante se encuentra con unos términos
disgregadores, que rompen esa vinculación inmediata de los terminados en -o
con el masculino, más evidente que la de los terminados en -a con el femenino,
puesto que hay muchos masculinos terminados en -a.
93.5.2. Ante ello, el hablante tiene dos opciones: aceptar las terminaciones
femeninas en -o, que es la tendencia culta, o cambiar el género de la palabra.
234 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Así, casi todo el dominio lingüístico del español dice el radio, para el aparato (la
radio puede ser la emisora, pero se prefiere la estación, frente al uso español que
prefiere la radio (aunque el compuesto es un radiocaset, más frecuentemente
que una). Otra solución se apoya en un falso corte del artículo; así la moto o la
foto se hacen masculinos, en la lengua vulgar, como el amoto o el afoto, de
acuerdo con la tendencia popular que se registra a lo largo de toda la historia del
español, y que trata de adecuar el género a la terminación.

II
Análisis sintáctico

9.3.6. La primera oración tiene como núcleo verbal la perífrasis se fue


enterando, y comienza por el aditamento poco a poco. El verbo enterarse lleva
suplemento, complemento preposicional introducido por de. Este suplemento,
en el texto, son las dos completivas que vienen a continuación, introducidas por
que, y coordinadas copulativas por medio de la conjunción y.
93.6.1. La primera de estas completivas tiene como expresión del núcleo
del predicado la frase preposicional de León, unida al sujeto doña Jacobita por
la cópula era. Aunque de León equivale semánticamente a leonesa y algunos
autores defienden su carácter de predicado nominal, en una oración atributiva,
esta condición no es tan clara; de León sólo explícita una parte del predicado
nominal, el núcleo del mismo está implícito en los rasgos semánticos de doña
Jacobita: «doña Jacobita era (una mujer) de León». Otra posibilidad es
considerar era como núcleo del predicado, con lo cual la oración no sería
atributiva, sino predicativa, y de León un aditamento; semánticamente se trataría
de algo como «doña J. procedía de León», «nació en León», y funcionalmente
de una construcción como no es aquí.
93.6.2. La segunda parte es de más fácil interpretación, pero de mayor
complejidad de construcción. El sujeto, que ya no está explícito, sigue siendo
doña Jacobita, el núcleo de predicado es había emigrado; a Cuba es un
aditamento, que expresa dirección, y no debe confundirse con un objeto directo
o indirecto. Al casarse con un cubano hacía más de cuarenta años es otro
aditamento (ahora circunstancia de tiempo) que se divide en dos partes: el
núcleo del predicado de la primera es casarse, que rige el aditamento con un
cubano, por una parte, y toda la segunda parte, también como aditamento. Esta
segunda parte consta de un núcleo predicativo impersonal, hacía y su
aditamento, más de cuarenta años.
III
Pasiva y pasiva refleja

9.3.7. Hemos de empezar confesando —y tomando nota para futuros


ejercicios— que esta pregunta estaría mejor formulada y quedaría más clara si
rezara: «explicación a partir de los ejemplos de se 4- verbo en forma personal y
ser + participio que se encuentran en el texto». Su objetivo es obligar a realizar
el análisis de estas formas, para determinar si se encuentra alguna de pasiva. Lo
esencial de la pasiva es que el sujeto formal, el que impone al verbo sus marcas
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 235
de concordancia, no es el agente. El agente puede, a su vez, estar o no expreso,
incluso ser indefinido o general, pero debe ser distinto del sujeto formal o
paciente.
9.3.7.1. Al aplicar este criterio a los tipos de se y ser del texto, tenemos:
se habituó, pronominal, no pasivo. se
despertaba, como el anterior. se
encontró, mismo caso. se cernía, igual,
pronominal, no pasivo.
se fue enterando, perífrasis con verbo auxiliar ir, que es intransivo, por lo
que nunca puede ser pasivo. casarse, también pronominal, no pasivo.
era deliberada, no es pasivo, porque deliberada está tomado como
adjetivo, y puede aparecer como tal en contextos claros, como una
comparación, del tipo «no era más deliberada que espontánea». .
se produjo, es el único caso que podría interpretarse como pasiva refleja,
por el carácter inanimado del sujeto paciente, el cambio. Si sé piensa
que lo mismo valdría para la niebla se cernía hay que objetar que en
este caso la niebla está considerada, literariamente, como un ser
animado, pues cernerse exige ese sujeto.

9.3.7.2. Estos ejemplos demuestran que, salvo en los raros casos en los que
la construcción con se lleva un agente, sobre todo explícito, es mucho más
adecuado interpretarla como una expresión de la media- lidad, y no como una
voz pasiva. El valor medio consiste en que el sujeto participa dé la realización de
la acción al mismo tiempo que es objeto de ella, es decir, tiene una participación
doble, de actor y receptor. Cuando decimos que el viejo se habituó, no^ hay
ningún agente externo que habitúe al viejo a nada, el viejo es el único actuante
como protagonista; pero, al mismo tiempo, esa situación verbal des habituarse
afecta al mismo personaje, al viejo, que queda habituado. El efecto es doble,
activo y resultativo.
IV
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA. Y AMERICA 236

Los adjetivos

9.3.8. El adjetivo de relación viejo, igual que cubano, como todos los de
esta clase, puede pasar fácilmente a sustantivo, y así está en el texto. En lo que
concierne al resto, aplicando la teoría conocida (cfr. 2.6.1 y 6.1.3), tenemos:

meliflua voz: descriptivo, explicativo, la anteposición produce un efecto


de relieve muy marcado.
viuda reciente: cuasideterminativo, pero usado aquí con transformación
de rasgos semánticos, como de relación, especificativo, normalmente
pospuesto.
deficiente propagación: valorativo, especificativo, antepuesto para
aumentar el énfasis.
deliberada: está en función predicativa, como predicado nominal, a
diferencia de los atributivos anteriores. Su colocación, tras la cópula,
es la habitual. Procede de un participio.

9.3.8.1. El texto no contiene muchos adjetivos (son más importantes los


adverbios, cfr. 9.3.4). No obstante, en la adjetivación se observa una tendencia a
la anteposición, incluso en un especificativo, que es deliberadamente enfática,
en busca de una caracterización de los personajes, en el caso de meliflua, o de
imitación de la retórica artificiosa de los boletines meteorológicos y otros textos
administrativos, en el caso de deficiente. El fragmento es demasiado corto y no
permite exagerar las conclusiones, pero los escasos datos son suficientemente
claros, y precisos.

TEXTO 29

9.4.

DOLORES ( a ROBUSTIANA): Mirá,


hijita mía. Si hay agua caliente, cebame un
mate de hojas de naranjo. ¡Ay, Dios mío!
ROBUSTIANA: Bueno (antes de hacer mutis). ¡Rudecinda! ¿Querés vos un
matecito de toronjil? ¡Es bueno pa la ausencia!
RUDECINDA: ¡Tomalo vos, Bacaray! (A PRUDENCIA.) ¡Ladiá el cuero!... (Toma
otra plancha, la refriega sobre una chancleta ensebada.)
¡Coloradas las planchas! ¡Uff! ¡Qué temeridad!... (Pausa. PRUDENCIA
plancha tarareando. RUDECINDA trabaja por enfriar la plancha, y
misia DOLORES suspira quejumbrosa.)
Opción A

1. El voseo. Su caracterización en el texto.


2. Funciones del lenguaje en el texto.
3. Tipo de texto literario: sus características formales, valor de las acotaciones.
237
4. AnálisisTEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
sintáctico de la última acotación.

Opción B

1. El concepto de norma hispánica: caracterización del texto en relación con


este concepto. •
2. Léxico: sufijos del texto, su valor.
3. Clases y funciones de los adjetivos en el texto.
4. Análisis sintáctico de las dos primeras líneas.

OPCIÓN A

I
El voseo

9.4.1. Aunque no se trata de un fenómeno general, el voseo es la diferencia


más llamativa entre los sistemas verbales y pronominales de la norma general y
los de las zonas del Río de la Plata y Cono Sur, así como el Noroeste de América
del Sur y Centroamérica hasta el sur de México, a veces como forma exclusiva,
a veces como forma de alternancia con el tuteo, según puede verse en el mapa
adjunto. Desde el punto de vista histórico es un arcaísmo, que se remonta al uso
de la forma vos para segunda persona del singular, en el español general, hasta
finales del siglo xvi, aproximadamente. Socialmente su consideración varía
según las zonas: es general en Argentina y Uruguay y dominante en el Paraguay,
aunque aquí no exclusivo, mientras que en Chile depende de factores mixtos
geográficos y escolares y en Centroamérica es rasgo social,
predorpinantemente.
9.4.1.1. Las formas que corresponden a este fenómeno son las siguientes:
en los pronombres, vos es sujeto y término de preposición, vos decís, viene con
vos, mientras que te es forma común de dativo y acusativo, para las funciones de
implemento y complemento, y en las construcciones pronominales como falso
objeto, marchóte, andáte, vos te quedás, te lo di fio a vos, te miró.
238 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

9.4.1.2. En el verbo hay cuatro tipos, con las siguientes desinencias en las tres
conjugaciones:

Tipo A: -áis -éis -ís


Tipo B: -áis -ís -ís
Tipo C: -ás -és -ís
Tipo D: -as -es -is (desinencias átonas)
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 239
240 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
Es característico el imperativo, sin -d, con acento en la última vocal de la
forma verbal: sentáte, parafe («ponte de pie»), andáte («vete»), en la primera
de estas formas, al no haber acento en la primera sílaba, tampoco hay
diptongo.
9.4.1.3. En el texto aparecen formas de imperativo como mirá, cébame,
fomálo, ladicí ('ladea'), y de presente, querés vos. Esta forma nos indica que
estamos en la zona del Río de la Plata, que es del tipo C.

II
Funciones del lenguaje

9.4.2. El texto se establece como un diálogo, de modo que en él se


emplea el lenguaje en función apelativa-conativa, al dirigirse un interlocutor a
otro; esto no impide que a veces uno de los personajes emplee expresiones o
exclamaciones que suponen simplemente la relación entre el mensaje y el
emisor que caracteriza a la función expresiva o emotiva, como veremos en
9.4.8.2, y en toda la segunda parte del parlamento de Rudecinda, desde
coloradas a temeridad. Expresiones como mirá, que enlazan el texto con lo
anterior, tienen una clara función fática. (Cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2, 8.1.8,
9.2.5.)
9.4.2.1. Los personajes, en su comunicación, transmiten un contenido;
hay una relación mensaje-objeto o mensaje-contexto propia de la función
representativa o referencia!. Esta función está mucho más marcada en las
acotaciones, entre paréntesis, del autor, en las cuales se nos proporciona una
información objetiva sobre la posición y actitud de los personajes. El autor se
vale también de la función metalingüística, en la relación del mensaje con el
código, pues emplea una serie de formas que son ajenas a la norma, como
medio y con objeto de caracterizar lingüísticamente a sus personajes. Como
parte de una obra teatral debe haber una relación del mensaje con el propio
mensaje, característica de la función poética, que la brevedad del fragmento
no permite apreciar debidamente, aunque, en su expresión retórica, es evi-
dente en la disposición, en la construcción, con unos personajes que hablan
por sí mismos y un autor que acota y describe la situación, como veremos en
el punto siguiente.

III
Tipo de texto literario

9.4.3. Disponemos de los siguientes elementos para caracterizar la obra:


está en prosa, se indican al margen los nombres de los personajes que van a
hablar, se colocan entre paréntesis unas observaciones sobre lo que está
ocurriendo, como acotaciones del autor. Los personajes hablan unos con otros
en un diálogo, aunque hay también exclamaciones y reflexiones personales,
en voz alta. Todos estos rasgos externos coinciden con las características
formales de la literatura dramática, de modo que hemos de suponer que el
texto pertenece a una obra de teatro, al parecer destinada a la representación,
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 241
por el carácter concreto de las acotaciones.
9.4.3.1. Las acotaciones de las obras de teatro pueden ser, a veces, partes
narrativas que complementan la acción, y que suponen una intervención del
autor como personaje paralelo, como ocurre en La Celestina, o en fel teatro de
Valle-Inclán, aunque lo más general es que sean indicaciones concretas para la
representación. En el texto tienen ese valor, son acotaciones escénicas: el
director o montador de la obra, en el escenario, tiene esa ayuda del autor, que le
hace ver cómo imagina la representación de esa misma obra: hay indicaciones
secuenciales, antes de hacer mutis, de acción, toma otra plancha, plancha,
trabaja por enfriar, o rítmicas, pausa. Todas ellas están hechas como comen-
tarios, por lo que aparecen los tiempos del mundo comentado, especialmente el
presente.

IV
Análisis sintáctico

9.4.4. Esta última acotación se inicia con la oración implícita a la que


corresponde la expresión pausa, probable implemento de un tipo «(hay una)
pausa». Tenemos a continuación una aseverativa afirmativa, intransitiva, con
sujeto Prudencia, verbo plancha y aditamento tarareando, a la que siguen dos
coordinadas copulativas, también ascvera- tivas afirmativas. El sujeto de la
primera es Rudecinda, el núcleo del predicado es la perífrasis trabaja por
enfriar, el objeto directo o implemento es la plancha. En la última oración,
misia Dolores es el sujeto; suspira es el núcleo del predicado y quejumbrosa un
complemento predicativo referido al sujeto.

OPCIÓN B

I
El texto y la norma hispánica

9.4.5. Este apartado supone unas nociones teóricas que hemos desarrollado
previamente: la de norma y norma hispánica, en 9.0.1; la de extensión del
español en el mundo, en 9.0.10; la de fonética del español americano, en 9.3.1,
con referencias a 9.1.5, y la de voseo, en 9.4.1.
9.4.5.1. También hemos tenido ocasión de referirnos, a propósito de la
función metalingüística, en 9.4.2, al uso que hace el autor de peculiaridades que
son externas a la norma, incluso a la norma hispánica. La grafía, por supuesto, al
ser la normativa, no refleja el seseo, que ha de ser general en los hablantes.
Refleja, en cambio, la tendencia a deshacer el hiato, formando diptongos, propia
de todo el español vulgar, no sólo en América, sino también en España, más
llamativa para los españoles, en el texto, porque se combina con el voseo, en la
forma ladiá, por ladea, que corresponde a la forma normativa ladead. (Ladiá el
cuero es «echa el cuerpo a un lado».)
242 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
9.4.5.2. El voseo, ya comentado, es el gran rasgo morfológico, ajeno a la
norma hispánica, que caracteriza el texto. Remitimos a 9.4.1 para las distintas
formas, y señalamos aquí el carácter importante que tiene este fenómeno, y el
riesgo que supone para la unidad del español, por el rango general que tiene en
algunas zonas. Aunque no se^ pueda considerar propio de la norma hispánica,
no hay duda que en Argentina, Uruguay, e incluso en el Paraguay, tiene carácter
de norma local, convertido en indicador geográfico, sin ningún tipo de
consideración social negativa.
9.4.5.3. Por ello no sólo hemos de decir que el texto se sitúa dentro de la
norma hispánica, más amplia que la castellana, sino que va más lejos, y apunta a
una norma local, regional, en la que también se incluyen vulgarismos, como la
ruptura del hiato, que ya se utilizan como estereotipos, para indicar el estrato
social bajo de los personajes que intervienen.

II
La sufijación

9.4.6. Diferenciaremos en el texto los sufijos meramente apreciativos, que


no suponen cambio semántico de la base léxica o lexema, y los sufijos realmente
derivativos. Tenemos ejemplos de los primeros en hijita, matecito, ambos
diminutivos: el primero se forma sobre la base léxica, directamente; el segundo
con el infijo -c- sobre un sustantivo, mate, terminado en -e. Ambos son
diminutivos activos (cfr. 9.2.2).
9.4.6.1. La derivación propiamente dicha aparece en toronjil, ausencia,
chancleta, ensebada, coloradas, temeridad, tararear, y quejumbrosa, en lo que
concierne a los sufijos. Chancleta es, en principio, un apreciativo, básicamente
diminutivo, de chancla, aunque ha perdido el carácter diminutivo para
constituirse en un derivado (como pañuelo de paño). Ensebada y coloradas son
dos participios, de ensebar y colorar, respectivamente, el segundo de los cuales
tiene ya pleno valor de adjetivo, con cambio semántico, pues no designa
cualquier color, sino el rojo. Los sufijos -il, -encía e -idad forman sustantivos; el
sufijo -oso/-a forma adjetivos.

III
Los adjetivos
9.4.7. Los ejemplos de adjetivos del texto, de acuerdo con los criterios ya
conocidos (cfr. 2.6.1, 6.1.3) se distribuyen del siguiente modo:
9.4.7.1. Son atributivos los adjetivos caliente, descriptivo, especificativo,
normalmente pospuesto, ensebada, con los mismos rasgos que el anterior.
9.47.2, De los predicativos, el único que no lleva expreso el índice verbal
es coloradas, descriptivo, predicado nominal de la oración implícita, coloradas
las planchas. Bueno, en el primer párrafo de Robustiana, aparece dos veces, la
primera como adverbio, la segunda como adjetivo predicativo, predicado
nominal referido a «el mate», explícito en oración anterior, por medio de la
cópula es. Quejumbrosa es otro descriptivo, complemento predicativo del
sujeto, como vimos en 9.4.4.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 243
IV

Análisis sintáctico

9.4.8. La primera línea del texto empieza con la indicación del personaje
que habla, Dolores, y la acotación de que lo hace a Robustiana. El conjunto
constituye una implícita, con un verbo de 'decir' no expreso, del que depende, en
función de implemento, todo lo que dice Dolores. Así, Dolores sería el sujeto y
a Robustiana el complemento u objeto indirecto. La oración siguiente tiene
mircí como núcleo del predicado; «tú» sería el sujeto implícito en los rasgos
morfológicos de ese imperativo, e hijita mía sería una aposición bimembre (cfr.
6.4.3) a ese tú.
9.4.8.1. A continuación viene un período condicional. La condición
aparece en primer lugar, como prótasis, introducida por si, en una impersonal,
cuyo núcleo verbal es hay, con agua caliente como implemento u objeto directo.
La condición se presenta como real, con la prótasis con verbo en indicativo y la
apódosis o condicionado con verbo en imperativo: cebú es el núcleo, me un
complemento u objeto indirecto, el objeto directo o implemento, un mate, va
modificado por el complemento determinativo de hojas, modificado igualmente
por de naranjo.
9.4.8.2. Por último, en Ay, Dios mío tenemos una interjección, es decir, en
este caso, una exclamativa implícita, sin verbo, iniciada por una interjección
formal, a la que sigue el vocativo Dios mío. El texto tiene así tres componentes
distintos: la acotación inicial, escénica, de forma implícita; la oración de mirá,
puramente apelativa y fática; la interjección final, emotiva, y, en el centro, un
período condicional, que es el encargado de la expresión de la función
representativa (cfr. 9.4.2).

TEXTO 30

9.5.

Parece medio maniático; aurita, cuando iba dentrando me topé con


él y ni las güeñas tardes me quiso dar... Otro ya les hubiera intimao el
desalojo, como se dice. ¡Qué persona tan cumplida y de güenos
sentimientos! ¡Oh, no te pongas colorada, Prudencia! No lo hago por
alabártelo... Ché, decime, ¿tenés noticias de Aniceto? Dicen que está
poblando en el Sarandí pa casarse con vos. ¿Se jugará esa carrera?
¡Hum!... Lo dudo, dijo un pardo y se quedó serio... ¡Ah! ¡Eso sí! Como
honrado y trabajador no tiene reparo; pero qué querés, se me hace que
no harían güeña yunta.

Opción A
1. Elementos propios del diálogo que aparecen en el texto y caracterización
del mismo.
2. Comentar la fonética del'texto desde el punto de vista de la norma, en
244 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
relación con el concepto de norma hispánica.
3. Clase y función de los pronombres en el texto.
4. Análisis sintáctico desde el principio hasta se dice (lín. 3).

Opción B
1. El voseo, su caracterización en el texto.
2. La extensión del español en el mundo: comentario desde las características
del texto anterior.
3. Diálogo y vulgarismo en el texto: su caracterización.
4. Análisis sintáctico desde ¡Ah! ¡Eso sí! (penúltima línea) hasta el
final.
9.5.0. 1. Los tres textos que se analizan a continuación, con los que termina
este capítulo, constan de dos series de cuatro preguntas, como casi todos los
anteriores, con la salvedad de que estas preguntas son casi siempre las mismas.
Sólo varían, como es natural, los elementos de los textos y, por supuesto, las
frases que se deben analizar sintácticamente. Esta puntualización, quizás
innecesaria para el lector en general, es conveniente para los alumnos y
profesores del Curso de Orientación Universitaria, así como para las personas
que se interesan por la didáctica, la evaluación y los distintos tipos de pruebas;
por ello queremos hacer algunas consideraciones.
9.5.0. 2. La tarea de preparar treinta y dos textos, con dos series de cuatro
preguntas en cada uno de ellos, todos y todas de una dificultad aproximada, y
que permitan una corrección bastante objetiva, es, de suyo, difícil. Una de las
soluciones posibles es encargar a distintas personas la preparación de las
pruebas, con el inconveniente de que resultaría muy difícil, en ese caso, asegurar
un equilibrio entre todas ellas. Otra solución, más equilibrada, es repetir las
mismas preguntas en los textos de! mismo tipo, como se ha hecho parcialmente
en los numerados como 30, 31 y 32. Mas entonces se llega a otro peligro mayor:
el carácter de preguntas estereotipadas que toman algunas de las cuestiones
generales y la proliferación de soluciónanos; peligro del que.hemos hecho todo
lo posible por huir cuando redactábamos este libro, ya desde su organización y
planteamiento, abriéndolo’ a los alumnos de las Escuelas Normales y de las
Facultades, así como a las personas que, por cualquier razón, deseen ver algunos
modos de comentar, además de a los alumnos preuniversitarios.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 245
9.5.O.3. A la hora de redactar los comentarios de estos textos, la ventaja y el
inconveniente de los mismos (haz y envés de la misma hoja, como de
costumbre) son patentes: referencias a cuestiones generales previas, reiteración
(evitada aquí con el sistema de referencias cruzadas), preguntas demasiado
generales, por un lado, y plantilla correctora idéntica, con mayores garantías de
objetividad, por otro. La solución no es sencilla; pero no parece pasar por la
reiteración de estos modelos. Es cierto que hay muchas preguntas repetidas en
los textos analizados hasta ahora; sin embargo, se trata de aplicaciones prácticas,
que requieren un análisis directo en cada caso, como sucede con los adjetivos, o
los pronombres átonos, y no de teorías generales, como la norma hispánica o el
voseo, o la extensión del español en el mundo.

OPCIÓN A

Elementos del diálogo y caracterización de éste

9.5.1. Los pronombres y verbos que aparecen con formas de segunda


persona, y que analizaremos más despacio en 9.5.5, como no te pongas, decime,
tenés, no harían (se entiende ustedes) muestran con toda claridad que el texto es
parte de un diálogo, en el que un personaje habla a Prudencia de otros tres: uno
de ellos «parece medio maniático», el otro es una persona «cumplida y de
buenos sentimientos», según el personaje que habla, mientras que el tercero,
Aniceto, es el novio o enamorado de Prudencia. Podemos deducir que Prudencia
y Aniceto son jóvenes, y que habla una mujer, que interviene en el casamiento o
en los proyectos de casamiento de Prudencia, en favor de esa persona «cumplida
y de buenos sentimientos», pues le dice: «No lo hago por alabártelo.» También
se ve que la persona «de buenos sentimientos» está en posición prepotente, pues
podría haber pedido a Prudencia y su familia que desalojasen, es decir, que
abandonaran algo, presumiblemente una casa y unas tierras. El que «parece
medio maniático» será, en consecuencia, un familiar de Prudencia,
verosímilmente más viejo.
9.5.1.1. En el texto se combinan formas diversas del diálogo, como la
exposición directa, aseverativa, o la interrogación, muestra típica de la función
apelativa. Hasta las exclamaciones son más apelativas que emotivas, se hacen en
función de la interlocutora, de Prudencia, no del personaje que habla. La forma
che, cuyos orígenes son muy discutibles y que, en ciertas zonas, está muy
probablemente emparentada con el pronombre guaraní de segunda persona, es
típicamente apelativa o ccna- tiva. También abundan los elementos expresivos
de la función fáíica, como hum, ah, o el mismo qué querés, cuyo valor
interrogativo es nulo.
9.5.1.2. Este fragmento de diálogo permite también una caracterización
del personaje que habla, según veremos en el próximo apartado y en 9.5.7, sobre
todo. Se trata de un personaje que utiliza en su discurso una variedad lingüística
con abundantes rasgos exteriores a la norma, dialectalmente perteneciente a una
246 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
variedad campesina del habla de la zona sur de América, y de un medio rural.

II
La fonética dei texto y la norma hispánica

9.5.2. Lo primero que debemos decir es que, al emplear una grafía muy
próxima a la normativa, se enmascara una de las características fundamentales
del texto, el seseo (cfr. 9.3.1), rasgo general en una zona que usa vos como
pronombre de segunda persona con las formas decime y querés. Debe
entenderse, por tarito, que todo lo que está escrito con c y z se lee como si lo
estuviera con s. Esto sitúa el texto fuera de la norma castellana, de modo que el
término de referencia ha de ser más amplio, la norma hispánica (cfr. 9.0.1).
9.5.2.1. Si analizamos las formas concretas que el texto nos muestra,
veremos también que el texto tompoco cabe en la norma hispánica, sino que su
ámbito se restringe. No cumple aquí hablar del voseo (ya lo haremos en 9.5.5),
sino de la fonética:

aurita por ahorita supone la reducción del hiato ao (escrito ahó) a


diptongo, lo cual es un vulgarismo general. dentrar por entrar, con una d-
protética, también es vulgarismo general. . . . . .
güeñas y giienos con velarización de la labial inicial, b, ante el diptongo
ue es también un vulgarismo general. intimao por intimado, pérdida de -d-
del participio, es ’vulgarismo general. ^
decime por decidme tiene dos aspectos; fonéticamente es la pérdida de -d
final del imperativo, vulgarismo muy extendido; morfológicamente
corresponde al voseo, que restringe más la forma, que no se refiere a
una segunda persona del plural, sino del singular.
pa por para es otro vulgarismo general.
Las formas tenés y querés son más importantes por su morfología, al ser
formas de voseo; ahora bien, fonéticamente también se diferencian,
tanto de los singulares tienes y quieres, como de los plurales tenéis y
queréis.

9.5.22. En resumen, si prescindimos de los rasgos fonéticos unidos a la


característica morfológica del voseo, la fonética del texto corresponde a un
español vulgar; si añadimos el rasgo del seseo, esa limitación es mayor. AI
combinar todo con el tipo de voseo que muestra el texto, queda claro que se trata
de una representación de una manera vulcar de hablar el español en la República
Argentina. La representación es muy general, y sólo permite una caracterización
también muy general e imprecisa.
III
Los pronombres

9.5.3. Los pronombres aparecen en el texto en las siguientes ocasiones:


me topé: pronombre de primera persona, personal, es un reflexivo formal,
o falso objeto, de tipo ético.
me quiso
TEXTOS dar: personal
COLOQUIALES de primera
Y EXTERIORES persona,
A LA NORMA, en función
DE ESPAÑA de objeto indirecto
Y AMERICA ' 247

o complemento de dar.
les hubiera intimao el desalojo: personal de tercera persona, objeto
indirecto o complemento de intimar.
se dice: se indicador de pasiva refleja, impersonal.
te pongas colorada: personal de segunda persona. Reflexivo formal, falso
objeto directo, de acción involuntaria. Forma átona de voseo.
lo hago: acusativo de tercera persona, implemento u objeto directo.
alabártelo: te es personal de segunda persona, de voseo, objeto indirecto
o complemento de alabar. Lo es acusativo de tercera persona, objeto
directo o implemento del mismo infinitivo.
decime; personal de primera persona, objeto indirecto o complemento de
decí.
casarse: personal de tercera persona, reflexivo formal, falso objeto.
se jugará: se, indicador de pasiva refleja.
lo dudo: personal de tercera persona, acusativo, objeto directo o
implemento de dudo.
se quedó: personal de tercera persona, reflexivo formal, falso objeto
directo, de acción interior.
se me hace: se es indicador de pasiva refleja, y me, objeto indirecto o
complemento de hacerse. Al lexicalizarse el grupo, y con el valor de
'parecer', la combinación se + me se convierte en indicador de
medialidad en la primera persona.
9.5.3.1. Los ejemplos anteriores corresponden a los pronombres átonos.
Las formas tónicas aparecen como término de preposición; la de tercera
persona, con él, en función de aditamento de topé; la de segunda, de voseo, con
vos, de aditamento de casarse.
9.5.3.2. Otro es un indefinido, en función de núcleo, o término primario,
sujeto de hubiera intimao.

IV
Análisis sintáctico
9.5.4. Podemos señalar en este fragmento las siguientes oraciones y
suboraciones:
9. Comentarlos de Lengua Española
Oí Parece medio maniático:
248 aseverativa
COMENTARIOS afirmativa,
DE LENGUA ESPAÑOLA .atributiva, con parece,

verbo semiatributivo, como cópula, y medio maniático como complemento


predicativo referido al sujeto (él) implícito en la forma verbal.
O: aurita me topé con él: aurita y con él son aditamentos; topé es el núcleo del
predicado. El sujeto, 'yo', está implícito en la forma verbal y en el reflexivo
formal me (cfr. 9.5.3). Es una aseverativa afirmativa, formal refleja.
3 cuando iba dentrando: otra aseverativa afirmativa, temporal, funciona como
aditamento de O2.
4 y ni las güeñas tardes me quiso dar: coordinada copulativa, negativa, con
O2. El sujeto es el de Oí, 'el'; el núcleo del predicado está formado por la
perífrasis quiso dar, con querer como auxiliar. Las güeñas tardes es el
implemento u objeto directo, y me el complemento u objeto indirecto.
5 Otro ya les hubiera intimao el desalojo: aseverativa afirmativa, completiva
de un verbo de pensamiento implícito (creo que) otro... El sujeto es otro, el
núcleo del predicado la forma compuesta hubiera intimao, implementado
por el desalojo, objeto directo, les es objeto indirecto o complemento.
Os como se dice: aseverativa afirmativa, pasiva refleja impersonal, funciona
como aditamento de Os, con valor modal. Nótese claramente la función
metalingüística, para referirse a la fórmula jurídica del desahucio.

OPCIÓN B

I
El voseo
9.5.5. En el párrafo 9.4.1 y en el mapa correspondiente hemos señalado los
tipos y extensión del voseo americano. El del texto, con sus formas querés,
tenés, corresponde al tipo C o rioplatense. Hay suficientes formas pronominales
y verbales para reconstruir sus rasgos principales: te para la forma átona, no te
pongas; vos para la forma tónica, casarse con vos, en los pronombres. En el
verbo, tenemos presente de indicativo, querés, imperativo, decime y subjuntivo
no te pongas.

II
La extensión del español
9.5.6. El texto nos ofrece tres claros datos, dos explícitos y uno de- ducible
de los anteriores. Explícitos son el vulgarismo y el voseo, del cual se deduce que
se trata de un texto seseante, pues no hay voseo fuera de las zonas de seseo. Por
lo que concierne a los rasgos vulgares, todos ellos son generales en el dominio
lingüístico del español, como tuvimos ocasión de puntualizar en 9.5.2. El voseo
es de tipo C, como acabamos de ver en 9.5.5, y el seseo es general en los modos
y zonas que señalamos en 9.3.1 y 9.1.5.
9.5.6.1. Desde el punto de vista didáctico, como ya señalamos en
9.5.0, debemos recordar que ésta es una pregunta de tipo general, en su primera
249
parte, yTEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
remitir a 9.0.10 y el mapa adjunto para completar su respuesta. No cabe
duda de que ia explotación más racional de los datos del texto, en clase, por
ejemplo, sería la insistencia en el carácter común de buena parte de los
vulgarismos en todo el territorio español, para mostrar cómo su diversidad es
bastante reducida.

III
Diálogo y vulgarismo
9.5.7. La primera parte de este apartado, con los rasgos caracteri- zadores,
se encuentra en 9.5.1, lo que nos exime de repetirlos aquí. Recordemos, en
síntesis, que se trata de parte del «discurso» de una persona mayor,
presumiblemente una mujer, a otra más joven, Prudencia. El personaje que
habla queda caracterizado por una serie de rasgos vulgares. En lo que concierne
a la fonética, los hemos recogido y comentado en 9.5.2, para concluir que se
trataba de rasgos del español general, en el nivel o registros vulgares, y que no
aportaban nada especial, fuera de lo vinculado fonéticamente a la morfología del
voseo. En consecuencia, podemos dedicar este apartado a otros aspectos.
9.5.7.1. En la morfología, además del voseo, debe resaltarse que la
segunda persona del plural, en tratamiento unificado, sin distinción de
familiaridad y cortesía, como en singular, es (ustedes) harían. Este rasgo es
propio del llamado español atlántico, es decir, Canarias y América, aunque
también se registra, con cierta variación de subsistemas (ustedes os sentáis), o
sin ninguna, en Andalucía Occidental.
9.57.2. En el léxico nos encontramos con formas interesantes, es-
pecialmente en la fraseología. Empezando por lo más simple, tenemos ese ché,
típico rioplatense (distinto, con seguridad, del ché valenciano, en España) que,
en la zona del Paraná hay que relacionar con el guaraní, lengua india, que la
República del Paraguay considera hoy como una de sus dos lenguas nacionales,
junto con el español. El adjetivo cumplida, en el sentido de 'completa' es un
arcaísmo, al igual que poblando 'viviendo y labrando en un lugar, para
ocuparlo’, o topé por 'encontré'.
9.57.3. En las frases encontramos una mezcla de elementos interesantes.
Primero aparece esa vulgarización del término jurídico «intimar al desalojo», en
la cual el desalojo se ha convertido en objeto directo. Luego nos encontramos
con tres expresiones mucho más locales y características. La primera
corresponde a una zona caballar, se jugará esa carrera, donde jugar ocupa el
lugar de correr, por la mayor importancia que tiene el juego de las apuestas
sobre lo puramente deportivo. La segunda, lo dudo, dijo un pardo y se quedó
serio, requiere mayor explicación: un pardo es un mestizo, prototipo de la
sandez o la tontería.
El refrán dijo un pardo y se quedó serio sirve para suavizar, como dicho
gracioso, la fuerza del lo dudo anterior. Finalmente, no harían güeña yunta es
una metáfora de la vida campesina, en el sentido de ‘no hacer buena pareja'.
9.5.7.4. Estas notas confirman lo que hemos repetido en diversos párrafos
anteriores, sobre el carácter vulgar del párrafo, su ubicación como muestra del
habla de una zona argentina, el medio rural, y el carácter rústico del personaje en
250 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
cuya boca se pone.

IV
Análisis sintáctico

9.5.8. El fragmento seleccionado empieza por una oración implícita,


expresada por la interjección ¡ah!, seguida de otra exclamativa implícita, ¡eso
sí!, que constituye un refuerzo afirmativo del que sólo está patente el sujeto eso.
A continuación hay una aseverativa negativa, con sujeto (él) implícito en la
terminación verbal del núcleo del predicado tiene, cuyo implemento u objeto
directo es reparo. Como honrado y trabajador es un aditamento, de tipo modal.
La conjunción adversativa pero coordina lo anterior con se me hace (cfr. 9.5.3)
que preferimos interpretar como pasiva refleja, cuyo sujeto es lo que sigue,
desde que hasta el final, y me su complemento u objeto indirecto, con valor se-
mántico de carácter ético. Que no harían güeña yunta es una completiva, sujeto
de se hace, como hemos dicho, aseverativa negativa, con sujeto (ellos) implícito
en la terminación del núcleo del predicado, harían, y güeña yunta como
implemento u objeto directo.
9.5.8.1. Atrás se nos ha quedado el inciso qué querés (mal puntuado, pues
debiera ir entre comas); se trata de una exclamativa, con querés como núcleo del
predicado y qué como implemento u objeto directo.

TEXTO 31

9.6.
MARTINIANA (desde adentro izquierda): ¡Ave María Purísima! (Con otro
tono.) ¡Sin pecado concebida! ¡Apiate no más, Martiniana, y pasá
adelante! (Apareciendo.) ¡Jesús, qué recibimiento! ¡Ni que juera
el rey de Francia!... ¡Ay, cómo vienen todos!... (Saludando.)
¡Reverencias! _ ¡Quédense sentaos no más! ¡Los perdono! #
RUDECINDA: ¡Ay, comadre! ¡Cómo le va! ¡La conocí en la voz! MARTINIANA:
Dejuramente; porque ni me había visto... Creí mes- mamente que el
rancho se hubiera vuelto tapera...
Opción A
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA , 251
1. Elementos propios del diálogo que aparecen en el texto.
2. Comentar la fonética del texto desde el punto de vista de la norma, en
relación con el concepto de norma hispánica.
3. Clase y función de los pronombres en el texto.
4. Análisis sintáctico de las dos últimas líneas.

Opción B

1. El voseo, su caracterización en el texto.


2. Diálogo y vulgarismo en el texto, su caracterización.
3. La extensión del español en el mundo. Comentario desde las características
del texto anterior.
4. Tipo de texto literario. Los actuantes. Características de estos textos.

OPCIÓN A

I
Elementos del diálogo

9.6.1. En esta ocasión, a diferencia de lo que ocurría en el texto 30, está


claramente marcado que se trata de un diálogo entre dos mujeres, Martiniana y
Rudecinda, cuyos nombres nos llevan a un medio rural, reforzado este dato por
la referencia concreta al rancho. El autor nos indica en las anotaciones los
cambios de tono y la presencia del personaje de Martiniana en el escenario, en el
que, lógicamente, ya estaba Rudecinda.
9.6.1.1. Respecto al contenido, se trata de fórmulas de saludo, en su casi
totalidad, de manera que las funciones apelativa y conativa (cfr. 2.10.8 y 9.2.5)
dominan claramente. Las exclamaciones, por tanto, no son manifestaciones
emotivas, sino que se dirigen al receptor. Debe tenerse en cuenta que todo el
parlamento de Martiniana está lleno de ironía, y no cabe duda de que este
personaje tiene aquí un papel gracioso: ella misma se contesta a su propio
saludo, diciendo el Sin pecado concebida con que se responde al Ave María, y
ella misma, también, se invita a apearse, con un apiate. Las frases como qué
recibimiento o quédense sentaos se refieren a que nadie se levanta ni sale a
recibirla.
9.6.1.2. Entre los personajes existe familiaridad, puesto que se tratan de
comadre, pero no excesiva, pues se tratan de usted, como se ve en el diálogo en
singular entre Rudecinda y Martiniana. En plural la única forma posible es
ustedes. El voseo (cfr. 9.6.5) sólo lo emplea Martiniana para dirigirse a sí
misma.
9.6.I.3.. El diálogo, en consecuencia, se ve desde dos ángulos: en su
primera intervención, que es la aparición en escena del personaje, como se ve en
las acotaciones, Martiniana parece hablar consigo misma (se saluda y se
252 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
responde, se invita a apearse), pero todo eso va dirigido a llamar la atención de
las personas de la casa sobre su presencia. Luego viene ya el diálogo real, entre
Martiniana y los personajes del escenario, de los que sólo sabemos, por el texto,
que hay al menos uno, Rudecinda.
9.6.1.4. Vamos a tener ocasión de señalar el carácter rústico de los
personajes en 9.6.2 y 9.6.6, y otras características literarias en 9.6.8; aquí, en
cambio, diremos solamente que las interrogaciones aparecen en el texto con
puntuación exclamativa, lo que parece responder a la intención del autor de
marcar un exceso de fuerza y vivacidad en el diálogo.

II

La fonética en relación con la norma hispánica

9.6.2. Al aparecer una forma de voseo en el texto, junto con otras


características que ahora veremos, no cabe duda de que se trata de un texto de
una zona del español donde no hay distinción entre s y z, que la grafía no recoge,
pues se atiene, en este aspecto, a la ortografía normativa. El texto debe leerse
con seseo (cfr. 9.3.1) y comentarse teniendo en cuenta esta característica.
9.6.2.1. En los rasgos fónicos podemos distinguir los vulgarismos
generales, como la reducción del hiato ea al diptongo iá, en apiate (donde se
mezcla o combina con el fenómeno morfológico del voseo, que no es del caso),
la pérdida de -d final en el imperativo (también combinado con el voseo), la
pérdida de -d- en el participio sentaos, o la vacilación del timbre de la vocal
inicial en mesmamente por mismamente.
9.6.2.2. Rasgo más específico es la aspiración de la /- inicial en juera por
fuera. Este rasgo es general entre los campesinos argentinos y frecuente en la
clase popular, aunque se da también en otros muchos lugares. Nos basta con la
referencia a la Argentina por el voseo, y por la expresión tapera para designar
un rancho abandonado, ruinoso.
9.6.2.3. El seseo supone ya una situación fuera de la norma castellana,
aunque dentro de la norma hispánica (cfr. 9.0.1). Los vulgarismos y
regionalismos apuntados nos permiten sacarlo también de esta norma y
limitarlo, geográficamente, a la zona del Río de la Plata, y socialmente, a la clase
campesina.

III
Los pronombres

9.6.3. Los que aparecen en el texto son personales, de los siguientes tipos:
*
Apiate: reflexivo de segunda persona, es un falso objeto directo de apear,
gramaticalizado como indicador de medialidad (cfr. 2.12.1,
3.2.3, 9.3.7).
Quédense: reflexivo formal de tercera persona, falso objeto, usado en
tratamiento plural de segunda persona.
Los perdono: acusativo plural de tercera persona, objeto directo o
implemento de perdono, referido también a la segunda, por el 253
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA

tratamiento.
le va: dativo de tercera persona, referido también a la segunda, en
tratamiento de respeto (usted), complemento u objeto indirecto de
va, matiz semántico ético.
La conocí: acusativo de tercera persona, también en tratamiento de
respeto, implemento u objeto directo de conocí.
me había visto: primera persona, implemento u objeto directo de ver.
se hubiera vuelto: reflexivo formal, en verbo pronominal de devenir,
falso objeto, indicador de medialidad.

9.6.3.1. A ellos hay que añadir el cuantitativo todos, que expresa


cuantificación universal, y está empleado en función nuclear, como sujeto de
vienen.

IV
Análisis sintáctico
9.6.4. Las dos líneas seleccionadas se abren, en una consideración muy
formal, con una implícita, cuyo sujeto es Martiniana, el personaje que habla, el
verbo sería «dice», «replica» o similar, y todo lo que viene . luego, en estilo
directo (cfr. 9.2.3), sería una completiva en función de implemento de ese verbo
implícito de decir.
9.6.4.1. El parlamento de Martiniana se inicia con otra implícita, de la
que sólo está explícito el aditamento dejuramente (formado sobre de juro),
como refuezo afirmativo, «efectivamente me conoció en la voz». La causal
que introduce porque, aseverativa negativa, se coordina con esa implícita que
precede; el núcleo del predicado es había visto, con el implemento u objeto
directo me. Creí mesmamente tiene como núcleo creí, mesmamente es un
aditamento; el objeto directo o implemento de creí es la completiva que
introduce que, hasta el final, cuyos elementos son los siguientes: hubiera
vuelto es el núcleo del predicado, en el cual debe englobarse el se formal,
indicador medial gramaticali- zado. Así, este complejo toma carácter
atributivo, y une el sujeto el rancho al complemento predicativo tapera.

OPCIÓN B

I
El voseo
9.6.5. Hemos de repetir aquí lo dicho en el texto anterior, remitiendo,
para la introducción teórica de este apartado, a 9.4.1 y 9.5.5. Hemos
tenido ocasión de comentar que los personajes se hablan de usted y que
Martiniana sólo usa el vos hablando consigo misma.
9.6.5.1. Este hecho produce un solo uso pronominal, y dos verbales,
ambos en imperativo. La forma de pronombre que aparece es el pronombre
254 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
átono, te. Los imperativos son aplate y pasa, cuyas peculiaridades fonéticas
quedaron comentadas en 9.6.2.

II
Diálogo y vulgarismo

9.6.6. Al igual que en el texto 30, y como ya señalamos en 9.5.0, la


reiteración de la pregunta que-guía el comentariao obliga a una remisión a los
párrafos pertinentes, para evitar repeticiones enojosas. En
9.6.1. y 9.6.2 hemos recogido los elementos caracterizadores del diálogo y los
elementos fonéticos implicados. En 9.6.5 acabamos de hacer referencia al
voseo.
9.6.6.I. Aquí nos corresonde un análisis de los elementos que quedan, con
objeto de perfilar la caracterización. Los saludos iniciales de Martiniana, con el
Ave María, nos llevan a un ambiente religioso formal, arcaizante, y popular o
rústico. Del contexto se desprende, por antífrasis, es decir, por lo contrario de lo
que se dice, que Rudecinda ni se levanta ni hace ninguna reverencia, lo que
indica en sus palabras que se burla de una situación social distinta, superior, de
la que hace una parodia. La referencia al rancho, la forma tapera, en un sentido
típico riopla- tense (Argentina y Uruguay), el apearse del caballo, todo eso es
propio de un ambiente rural argentino, como la expresión dejuramente, o los
otros rasgos fonéticos (juera) y morfológicos (voseo). El autor trata de
representar un cuadro de costumbres, la llegada a un rancho de una persona que
recibe un trato entre confianzudo y respetuoso, ni propiamente de respeto, ni
familiar del todo.

III
La extensión del español

9.6.7. Como ocurría en 9.5.6, el texto nos ofrece tres datos concretos
precisos, dos explícitos, el voseo y el vulgarismo, y otro implícito, el seseo, que
contribuyen a una situación general. Además, en este caso, tenemos el rasgo de
la aspiración, en juera, que limita mucho más su extensión, especialmente en el
aspecto social del uso, que se restringe a las clases populares y al uso
descuidado, el adverbio de juramente y la voz tapera. Ello nos lleva, en
conjunto, al español de Argentina, en el ámbito rural. *
9.6.7.1. La advertencia de 9.5.6.1 es válida aquí, en la remisión a
9.0. 10 para los aspectos teóricos, así como el mapa. En lo que concierne a la
explotación en clase, parece posible añadir ahora algunas peculiaridades de la
zona, que se puede delimitar más claramente y, en niveles más especializados, la
utilización del libro de Resnick, Phonological Va- riants, ya citado, para recoger
los usos en los distintos lugares de América.

IV
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA
Tipo de texto literario, los actuantes 255

9.6.8. Se trata de una obra dramática, de ambiente rural, lo que nos


lleva a un teatro costumbrista. El autor marca los personajes que intervienen,
indicando sus nombres antes de lo que dicen, y señala con sus acotaciones,
entre paréntesis, lo que cada uno de ellos hace o ha de hacer, como auxilio
para la representación. Todo ello es convencional y tradicional en este tipo
de obras.
9.6.8.1. Más interés, pese a que la mayor parte de los rasgos son
generales, ofrece la representacsión de peculiaridades del habla de los
personajes, con la presencia del voseo en escena, o las alteraciones foné- ' ticas a
las que nos hemos referido en varios lugares, especialmente en 9.6.2. Al usar la
ortografía convencional, estos rasgos quedan difu- minados y alguno, como el
seseo, desaparece. Sin embargo, es interesante la intención de representar el
habla real.
9.Ó.8.2. Pasemos ahora a los actuantes, tipos o clases de personajes. En
las obras literarias nos encontramos una y otra vez con que se repiten los
mismos esquemas y los personajes realizan las mismas funciones: un galán
ama a una dama que le corresponde, pero se interpone otro; al primer galán
le ayuda un amigo, al segundo el hermano o el padre de la dama. Una
segunda dama, enamorada de uno de los galanes complica la situación. Este
esquema, que se repite en innumerables comedias del Siglo de Oro, y que da
origen a varias obras de primera fila, es, como se ve, sumamente simple. En
Teoría Literaria se han fijado los modelos de actuación, o estereotipos de
participantes, en seis divisiones o grupos. Nótese que .el actuante no es lo
mismo que el actor: este último es un personaje concreto, identificado
(Romeo, Don Quijote, Fortunata), mientras que el actuante es la clase, el
tipo.
9.6.8.3. El primer actuante es el sujeto de la acción o proceso, el héroe.
Los restantes son el objeto de la acción o proceso, la fuente o el remitente (el
narrador, en la obra literaria, aquí, en una obra dramática, el dramaturgo,
como autor de las acotaciones que ponen cada situación en escena), el
destinatario es el receptor del mensaje y los dos últimos tipos son el
ayudante, que colabora en la acción del héroe, y el opositor, el traidor o
antihéroe, que se opone a la realización de la acción que lleva a cabo el
sujeto. _
9.Ó.8.4. El fragmento dramático elegido es demasiado pequeño, y no nos
permite señalar el papel que los dos personajes desempeñan en el conjunto
de la obra. Parece relativamente claro que Martiniana, por el tinte jocoso de
su actuación, no se presta a ser héroe ni antihéroe. Decir lo mismo de
Rudecinda, a partir de su nombre y del. escaso parlamento que tenemos,
sería demasiado atrevimiento, seguramente motivado por el conocimiento
de la obra completa, Barranca Abajo, de Florencio Sánchez. Como
aplicación pedagógica podemos sugerir la
256 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
lectura de la obra completa y la determinación de la función de cada uno de
los personajes.
9.Ó.8.5. Como representación del diálogo dramático, el texto es con-
vencional y típico, con indicación de los personajes, acotaciones concisas
referidas exclusivamente a la representación, y búsqueda de la ca-
racterización de los tipos por sí mismos, por su actuación en escena, que
incluye el lenguaje.

TEXTO 32

9.7.
ROBUSTIANA: ¡Ché, Prudencia! ¿Querés seguir pisando esta ma-
zamorra? Me canso mucho. Yo haría otra cosa cualquiera.
PRUDENCIA: Písala vos con toda tu alma. Tengo que acabar esta pollera.
ROBUSTIANA: ¡Que sos mala! Llamala a mama entonces o a Ru-
decinda.
PRUDENCIA (volviéndose, a voces): ¡Mama!... ¡Rudecinda! Vengan a
servir a la señorita de la casa, y tráiganle un trono para que esté a
gusto.
Opción A
1. Tipo de texto literario. Los actuantes. Características de estos textos.
2. Clase y función de los pronombres en el texto.
3. Valor de los tiempos verbales, en relación con los llamados tiempos del
comentario y con las funciones del lenguaje.
4. Comentar brevemente el texto en relación con el concepto de norma
hispánica.
Opción B
1. El voseo, su caracterización en él texto.
2. La extensión del español en el mundo, comentario desde las carac-
terísticas del texto anterior.
3. Análisis sintáctico de las dos últimas líneas.
4. Elementos propios del diálogo que aparecen en el texto.

OPCIÓN A

I
Tipo de texto
9.7.1. Antes de caracterizar el texto señalaremos, como hemos ad-
vertido previamente, en 9.5.0, que la pregunta de tipo general sobre los
actuantes queda incluida en 9.6.8, por lo cual no reiteramos aquí lo que allí se
dice.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 257
9.7.1.1. La caracterización del texto a partir de sus aspectos formales es
sencilla. En el mismo hay tres partes: en la primera situamos los nombres de los
personajes, que figuran al margen, Robustiana y Prudencia, cuyos parlamentos
se incluyen en estilo directo (cfr. 9.2.3) a continuación. Esas mismos
parlamentos en estilo directo constituyen la segunda parte, el diálogo. El tercer
lugar lo ocupan unas observaciones descriptivas, entre paréntesis, llamadas
acotaciones. Esta distribución de personajes, diálogo y acotaciones es
característica de una obra dramática, representación en el escenario de acciones
humanas.
9.7.1.2. La acción que se desarrolla en escena es de tipo costumbrista,
situada en un ambiente rural rioplatense. Así lo indican los términos mazamorra
(plato típico argentino que se hace con maíz blanco partido y hervido; se
entiende que Robustiana está pisando el maíz), pollera, «falda», americanismo
general del Sur, el voseo, querés, y el uso de ustedes para el plural como forma
única, sin distinción de tratamientos.

II
Los pronombres
9.7.2. Separaremos en primer lugar los actualizadores, en función de
adyacentes a un sustantivo, como los demostrativos esta, repetida, o los
indefinidos otra y cualquiera, el posesivo tu o el cuantitativo, de cuan-
tificación universal, toda.
9.7.2.1. Los personales son de varios tipos:
me canso: primera persona, átono, reflexivo formal, falso objeto.
Yo haría: primera persona, tónico, sujeto, expreso por énfasis, para hacer
resaltar la contraposición entre Robustiana (yo) y Prudencia (vos).
Pisa la: tercera persona, acusativo, implemento u objeto directo de pisá.
vos: segunda persona, familiar, sujeto de pisá, enfático. Indicador del
tratamiento llamado voseo (cfr. 9.7.5, infra).
llama/a: acusativo de tercera persona, femenino, como en písala. Objeto
directo o implemento de llamá, es intensificador, redundante, con a
mama, al que se refiere catafóricamente.
Volviéndose: reflexivo formal de tercera persona, falso objeto.
tráiganle: dativo de tercera persona, complemento u objeto indirecto de
traigan.

III
Los tiempos verbales
9.7.3. Todos los tiempos del texto pertenecen a la expresión del mundo
comentado (cfr. 2.5.1.2 y 3.2.4). Tenemos presentes, como querés - o sos (de
ser, forma de voseo, cfr. 9.7.5), imperativos, como písala, subjuntivos
exhortativos en presente, como vengan, traigan, y un pospretérito, haría, con el
valor de «preferiría hacer».
9.7.3.1. La presencia de numerosos imperativos y subjuntivos hor- tativos
indica con claridad que la COMENTARIOS
258 DE LENGUA
función apelativa ESPAÑOLA está
o conativa • muy marcadamente
presente en el texto, lo que se corrobora con llamadas como ché o vocativos
como Prudencia, mamá o Rudecinda. El gerundio volviéndose contribuye a la
presentación de la acción que se desarrolla delante del espectador en el tiempo
de éste (cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2,
8.1.8, 9.2.5 y 9.4.2 para las funciones, y 2.2.1, 2.5.1, 2.7.4, 2.10.4, 2.12.3 y
7.4.2.2 para el tiempo).
9.7.3.2. Lo que todo ello quiere decir es que el predominio de la acción
sobre el contenido conceptual es absoluto. Apenas hay transmisión de
contenidos conceptuales, con lo que la función representativa se reduce al
mínimo. ’

IV
El texto y la norma hispánica

9.7.4. No hay elementos fonéticos peculiares, destacados en el texto. Los


rasgos americanos y, específicamente, argentinos, nos permiten, sin embargo,
señalar en él un fenómeno que no es aparente, el seseo. El autor es respetuoso
con la ortografía convencional y escribe c y z distintas de s, pero los restantes
datos lingüísticos del texto nos indican que los personajes, sin ningún género de
duda, sesean (efr. 9.3.1).
9.7.4.1. El seseo, exterior a la norma castellana, nos obligaría a recurrir al
concepto de norma hispánica (cfr. 9.0,1), mas los otros rasgos del texto, que lo
caracterizan como argentino o, al menos, del llamado Cono Sur, nos obligan a
reducir su ámbito más, y a presentarlo como muestra de un habla regional, con
elementos peculiares que no corresponden a la norma hispánica.
9.7.4.2. Todavía tendríamos dentro de esta norma el uso del plural único
«ustedes», con pérdida de distinción entre tratamiento familiar y de cortesía. El
voseo, sin embargo, como caracterizaremos en 9.7.5, queda fuera de esta norma,
y limitado a lo regional. Este hecho tiene su importancia, porque supone la
deliberada intención de utilizar en la lengua literaria, en esta obra teatral, unos
usos lingüísticos que son restringidos, y se apartan visiblemente de la lengua
general. Es cierto que el voseo es un arcaísmo, pero un arcaísmo abandonado
por las amplias zonas hispanohablantes que quedan fuera de su área, o reducido
a indicador de clase social, sin prestigio, en otras regiones.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAÑA Y AMERICA 259

OPCIÓN B

I
El voseo
9.7.5. No necesitamos repetir aquí los conceptos teóricos básicos,
presentados en 9.4.1 y aplicados en 9.5.5 y 9.6.5. El texto es muy ilustrativo en
los usos de estas formas.
9.7.5.1. En el plano verbal, las formas querés y sos nos bastan para situar
este tipo en la zona C, rioplatense. La forma sos, más llamativa, es el equivalente
de sois, diacrónicamente, usada en el tratamiento familiar por eres. Los
imperativos pisá y llamá, con pérdida de la -d final, corresponden a esta
característica.
9.7.5.2. En las formas pronominales, no tenemos sino la forma vos, como
sujeto enfático de pisá.

II
Extensión del español
9.7.6. Tras la obligada referencia a 9.0.10, al mapa correspondiente, y al
mapa del voseo que corresponde a 9.4.1, donde se tratan las cues- tiens teóricas
pertinentes, no nos queda más que, de acuerdo con lo advertido en los dos textos
anteriores, apuntar algunas posibilidades de explotación, que podrían ser, en
este caso, la cohesión lingüística de la zona rioplatense, la progresiva reducción
de áreas a partir del seseo, ustedes para segunda persona del plural, voseo, con
reducción a la zona C y, en el léxico, del empleo más amplio de pollera, hasta
Bolivia y Chile, hasta el uso más restringido de mazamorra. La finalidad de este
ejercicio es hacer ver cómo los elementos comunes son mucho más importantes
y fundamentales que los diversificadores, y cómo el español tiene unos
elementos de fuerte cohesión, que debemos defender y conservar.

III
Análisis sintáctico
9.7.7. En el fragmento seleccionado tenemos, en primer lugar, el nombre
de Prudencia, sujeto de una implícita, con verbo de. decir, a la que servirían de
aditamento el gerundio volviéndose y la frase prepositiva a voces y de
implemento todo el discurso directo que sigue al punto y guión.
9.7.7.1. La parte del diálogo empieza con dos vocativos, mama y
Rudecinda, a los que siguen dos exhortaciones con verbo en presente
260 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
de subjuntivo y una final. Todas las suboraciones del párrafo son afirmativas.
La primera de ellas tiene como núcleo del predicado vengan, que rige un
aditamento cuyo núcleo, a su vez, es el infinitivo servir, en construcción final,
implementado por a la señorita, objeto directo, modificado por el
complemento determinativo de la casa.
9.7.7.2. La conjunción copulativa y une vengan y traigan y sus subora-
ciones respectivas. Traigan rige como complemento u objeto indirecto a le y
como objeto directo o implemento un trono. La oración final, introducida por
para que funciona como aditamento de traigan; su núcleo es está, en función
predicativa; a gusto es un aditamento.

IV

Elementos propios del diálogo

9.7.8. Hemos tenido que referirnos, en distintos puntos, especialmente en


9.7.3, a los elementos del diálogo que aparecen en el texto. El primero de ellos,
el más llamativo, es, sin duda, la indicación del propio autor, al destacar ante
cada parlamento el nombre del personaje que habla. Viene a continuación el
uso de los pronombres y formas verbales de segunda persona (cfr. 9.7.2 y
9.7.5), seguidos de ios vocativos, como Prudencia, Mama, Rudecinda,
utilizados para llamar a personajes de escena y de fuera de ella, los
imperativos, propiamente dichos, y las formas exhortativas en subjuntivo,
únicas posibles en plural, en una zona lingüística en la que la forma vosotros
ha desaparecido de la lengua hablada, en la cual sólo se emplea ustedes.
9.7.8.1. Aparece además la exclamación apelativa típica del Río de la
Plata, el ché, o la partícula que en que sos mala, con valor ponderativo,
introduciendo una completiva sin verbo explícito que la rija. Como tuvimos
ocasión de. señalar en 9.7.3, la función apelativa o conativa es la básica del
texto, de manera que los elementos característicos del diálogo, hasta las
fórmulas sintácticas nimias, como la redundancia pronominal de Uamala a
mama, están bien presentes.
NOTA FINAL

Al llegar al término de este trabajo quedan todavía muchas cosas que


debieran estar en las páginas precedentes y que faltan. Parte de esta falta será
deliberada y consciente; parte, como en toda obra humana, obedecerá a las
limitaciones y errores propios. Se presenta como un libro útil, o sea, con
pretensión de ser útil; pero dejando bien claro, a lo largo de todo él, que se trata
de una aplicación, desde un punto de vista concreto, y no de un solucionario.
Cuando, por una u otra razón, a lo largo de la vida, se han realizado
centenares, tal vez millares, de comentarios, es evidente que no existe un
método, que sólo hay aproximaciones diversas, más o menos completas,
generales, globalizadoras o profundas. En este libro se sigue una línea de
concepción de la gramática firmemente anclada en la mejor tradición española
(en el amplio sentido lingüístico que abarca a todo nuestro dominio lingüístico
común), reelaborada dentro de una concepción funcional que tiende a mantener,
en lo posible, las diferencias entre Morfología y Sintaxis. No se olvida, en
ningún momento, la aportación imprescindible de la gramática generativa,
aunque no se hacen intentos específicos de experimentación en este campo,
porque no se considera adecuado en un libro como éste, escrito pensando en
personas que no se van a dedicar a la lingüística y que necesitarán conocer bien
los mecanismos y las posibilidades de la lengua española.
Qui autem auscultare nolet, exsurgat foras,
Vt sit ubi sedeat illc qui auscultare uult.
Madrid, día de los Santos Inocentes, 1982

261
INDICE DE AUTORES Y MATERIAS 62

Los números remiten a los párrafos en los que se expone teoría sobre el
concepto en cuestión.
abreviación, 9.3.5. abreviatura, 2.3.1.1; 2.3.1.2. abstracción, vid. sustantivo
abstracto, acotación, 9.4.3. acrónimo, 2.3.1.1; 2.3.1.2. actualización, vid.
artículo, actualizador vacío, 6.3.4. actuante, 6.4.4; 9.Ó.8.2. aditamento, 2.6.22;
2.11.4.2.
adjetivo, 2.6.1; 6.1.3; calificativo, 2.6.1.1; 2.6.1.5; cuasideterminativo,
2.6.1.6.2.4; descriptivo, 2.6.1.6.2.2; epíteto, 2.6.1.4; 2.6.1.6; especificativo,
2.6.1.2-2.6.1.6; explicativo, 2.6.1.2-2.6.1.6 passim; de relación o
pertenencia, 2.6.1.6.2.3; va- lorativo, 2.6.1.6.2.1.
adverbio, 2.11.4; situacional, nocional, 2.11.4.3; locución adverbial, 9.3.4.
ALARCOS, E., 1.1.6; cap. 1, n. 1; 2.10.3.1; 2.11.4.2; 4.1.2.
ALBA DE DIEGO, V., cap. 2, n. 3.

ALFONSO X EL SABIO, 1.1.10.

ALVAR LÓPEZ, M., 1.1.7; cap. 1, n. 1; cap. 9, n. 1. anacoluto, 2.4.1.1; 2.7.2.

anglicismos, 2.7.2; 2.8.3; contra la norma, 2.11.2. antepresente, 2.10.4.


apcdíctico (enunciado), 6.2.1.2. apódosis, 1.22.2.
aposición, bimembre, 6.4.3; unimembre, 2.4.1.2.
ARIZA, M., cap. 7, n. 1.
articulo, presencia y ausencia, 2.8.2; 7.6.5; un, una, 2.10.3; 6.1.8; el que, 6.1.1;
6.1.8; el, 6.3.4. .
aspecto verbal, 2.5.2; 2.5.3; 2.5.4.1. atribución con cópula explícita, 8.1.4;
8.3.7. atribución con cópula implícita, 8.1.4; 8.3.7. aunque, 3.1.8; adversativo,
concesivo, 3.1.8.1. autoridad (criterio), 9.0,6; 9.0.7.
BARRENEO H EA, A. M?, 2.12.2.
BATEMAN, A., cap. 2, n. 1.
BOSQUE, I., cap. 7, n. 2, n. 3; cap. 8, n. 3.

BÜHLER, K., 2.10.8.1.

62 Elaborado por Celia Villar Rodríguez.


263

10. Comentarlos de Lengua Española


CALVO RAMOS, L., 5.1.1.; cap. 5, n. 1. cantidad, 8.1.1.
264
CASADO VELARDE, M., COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA
cap. 2, n. 3.
CASARES, J., cap. 1, n. 1. ceceo, 9.1.5.

comentario (tiempos del comentario), 2.5.1.2; 2.10.4; 6.3.1; 6.4.2.


complemento, 2.Ó.4.3; 2.11.4.2. connotación, 4.1.1.2; 4.23.
CONTRERAS, L., cap. 1, n. 1.

CORO MINAS, J., 3.2.1.

CORREAS, G., 1.1.15; 2.10.3.1.


COSERIU, E., 9.0.4; cap. 9, n. 1, n. 2.
COVARRUBIAS, S., 9.0.6. cultismo, 2.6.3.

deíxis, vid. artículo.


deixis mostrativa ad octdos, 7.0.2.
demostrativos, 6.1.8.1.
denotación, 4.1.1.1; 4.2.3; significado denotativo, 4.1.1. desvio,
6.2.8; 8.0.4. diálogo (elementos), 9.5.1; 9.7.8. diálogo narrativo,
7.2.1; 7.3.7.
DÍAZ PLAJA, G., cap. 8, n. 4 bis. diminutivo, 9.2.2.

endecasílabo, enfático, heroico, melódico, sáfico, 8.1.5.1. ensayo


informativo, 63.8.1. español atlántico, 9.5.7.I. estereotipo, 7.4.4.
ESTEVE SERRANO, A., cap. 1, n. 1; 1.1.12. estilo directo, 4.1.6; 9.2.3.
estilo indirecto, 4.1.6; 9.3.2.
estrofa, cuarteto, terceto (soneto), 8.1.13; 8.1.1.4; serventesio, 8.2.1; décima,
83.8.1. •
étimo último, 2.83.1. étimo inmediato, 2.83.1. eufemismo, 7.3.2;
7.4.1. expansión del español, 9.0.10.
FERNÁNDEZ GALIANO, M., cap. 2, n. 5.

FERNÁNDEZ RAMÍREZ, S., 1.1.4.


figuras, antífrasis, 9.6.6.1; hipérbole, 3.2.7.1; litotes, 4.2.6; 7.5.6.1; metáfora,
3.2.7; metonimia, 3.2.7.1; perífrasis metafórica, 3.2.7.1; personificación, 7.6.8;
poliptoton, 8.43.1; prosopopeya, 6.4.4.1; quiasmo, 8.2.53. fonética del español
en América, 93.1; 9.6.2. forma verbal, perifrástica, 3.1.6; simple, 3.1.6.
formación de palabras, derivación, composición, 2.11.7. función atributiva del
adjetivo, 6.3.7. función predicativa del adjetivo, 6.3.7.
funciones del lenguaje, 2.10.8; 4.2.2; 6.4.8; 7.2.2; 8.1.8; 9.2.5; 9.4.2.
GARCÍA CALVO, A., 2.10.8.
GARCÍA GÓMEZ, E., 6.2.1.

GARRIDO, J., cap. 7, n. 1.

GARRIDO GALLARDO, M. A'., 7.0.1; cap. 8, n. 3. gerundio, 7.3.6; 9.3.3.


GILÍ GAYA, S., cap. 2, n. 1.
GONZÁLEZ OLLÉ, F., cap. 1, n. 6.

GUILLÉN, J., cap. 8, n. 4 bis. .


habla coloquial, 7.4.4. ÍNDICE DE AUTORES Y MATERIAS 265

helenismos, 2.6.3; eclesiásticos, tradicionales, 2.Ó.3.2. HCÍRMAN, H., 4.1.1.

IGLESIAS MARCELO, J., cap. 1, n. 3.

implemento, 2.6.2A; 2.6.4.3; atributo del implemento, 4.1.2. indefinidos, 6.1.8.2.


indicador, 7.4.4.
información, escueta, 3.0.2; propagandística, 3.0.2. intensidad, 8.1.1.
irregularidad fonética, vid. verbos irregulares, irregularidad gráfica, vid.
verbos irregulares.

JAKOBSON, R., 2.10.8.5.

JESPERSEN, O., 2.11.4.

JIMÉNEZ, J. R., 1.1.16.

JORGE JUAN, 2.1.3.

JORGE MANRIQUE, 2.8.3.3. junción, vid. adjetivo calificativo.


JURISTA, J., cap. 2, n. 3.

KARCEVSKIJ, S., 2.11.4.1.


LABOV, W., 7.4.4.

LAGUNA, Dr., 2.1.3. laísmo, 4.3.3.1.


LAPESA, R., 2.10.3.1; 4.2.4.2; cap. 2, n. 3, n. 6; cap. 9, n. 3. LARA, L. F., 9.0.4; cap. 9,
n. 1.
LÁZARO CARRETER, F., cap. 8, n. 3. leísmo, 6.1.2; 8.4.1.

lenguaje, administrativo, 5.1; jurídico, 5.1.


LOPE BLANCH, J. M., cap. 9, n. 1.

LÓPEZ GARCÍA, A., 2.11.4.1.

MACHADO, A., 1.1.7.


MARAÑÓN, Dr., 2.1.3. marcador o marca, 7.4.4.
MARCOS MARÍN, F., cáp. 1, n. 1, n. 2, n. 5; cap. 2, n. 2; cap. 3, n. 2; cap. 8, n. 2, n.5. MARINER, S., cap.
1, n. 1; 2.3.1.2; cap. 2, n. 3. medialidad, vid. se medio.

modalidad, 2.10.7; enunciativa, interrogativa, imperativa, optativa o desiderativa,


2.11.4.3; 6.3.8.
modo verbal, 2.5.2.1; 2.5.3; 2.7.4; 2.7.4.2; 2.7.4.3; 6.2.3. monólogo interior, 7.2.1. morfema
verbal, 6.2.6.
MOSTERÍN, J., cap. 1, n. 1; 1.1.15.
MUKAROVSKY, J., 2.10.8.8.

narración (tiempos de la narración), 2.5.1.2; 3.2.4; 6.3.1; en primera persona, 6.4.2.


narrador omnisciente, 7.2.1. nombres propios, 6.4.4.
norma, 9.0.2; 9.0.6 passim; 9.0.8: norma castellana, norma hispánica, 9.0.9;
9.5.2.
266
opinión, 3.0.2. COMENTARIOS DE LENGUA ESPAÑOLA

oración implícita, 7.3.1.


ortografía, 1.1.1; 1.1.27 passim.
OTERO, C. P., cap. 1, n. 1.

PALACIOS, J., cap. 2, n. 1.

PARAÍSO DE LEAL, I., cap. 1, n. 8.


partes de la oración, 1.2.4.
PASCUAL, J. A., 3.2.1.
pasiva refleja, vid. se pasiva refleja.
PEIRCE, Ch., 4.0.1.

performativo, vid. verbo performativo.


PIQUER, A., 2.1.3. ■
■planificación lingüística, 1.1.3; 1.1.13; cap. 1, n. 3.
POLO, J., cap. 1, n. 1.

PRATT, C.,2.8.33; cap. 2, n. 7.


preposición, 8.3.6.
presente intemporal (atemporal), vid. tiempo verbal.
préstamos, 2.6.3; préstamo de vía intermedia, vid. helenismos.
pronombre, relativo, 2.4.1.2; 2.12.2; 6.1.1; redundancia pronominal, 3.2.3;
4.3.3.2;
personal,
7.4.3.
proposición,
2.10.7. prótasis,
7.2.3.2.
proverbio, 6.2.1.
PÜLGRAM, E., cap. 1, n. 1.

que, completivo, conjunción adversativa, conjunción causal, conjunción com-


parativa, concesiva, consecutiva, copulativa, disyuntiva, en locución
conjuntiva, exhortativo, conjunción final, 2.10.5; relativo, 2.4.1.2; 2.10.5; 2.12.2.
RABANALES, A., cap. 2, n. 3.
referido, 4.1.1.
refrán, 6.2.1. ,
relativo, qnáfora, catáfora, 7.1.4; el que, 6.1.1; oración, 6.1.1.; 8.4.4.2; vid. pro-
nombre.
rema, 2.4.1.1; 2.4.3.
RESNICK, M. C., 9.6.7.1; cap. 9, n. 3.
REY PASTOR, J., 2.1.3.
rima, 8.1.1.
ROSEÑBLAT, A., cap. 1, n. 1. .

ROUSSEAU, J. J., 1.1.5.


SALAZAR RAMÍREZ, M? S., cap. 8,ÍNDICE
m 2. DE AUTORES Y MATERIAS 267

SÁNCHEZ, F., 9.6.S.4.

SARMIENTO (Padre), 2.1.3.


SARMIENTO, R., cap. 1, n. 1; 1.1.12. se
medio, 2.12.1; 9.3.7.
se pasiva refleja, 2.6.2.1; 2.11.1; 2.12.1; 9.3.7.
SECO, M., cap. 1, n. 1; 2.11.7; cap. 2, n. 3; cap. 7, n. 5; 9.0.6. ser de +
sustantivo, 2.7.3.
SERGIO SERRÓN, M., cap. 2, n. 3. seseo,
9.3.1. siglas, 2.3.1.

signo, icono, 4.0.1; 4.0.3 passim; símbolo, 4.0.1; 4.0.2; indicio, 4.1.5.
sinalefa, 8.1.1.2.
sintaxis (generalidades), 1.2.1; 1.2.4.
STETON, R. H., cap. 1, n. 1. INDICE DE AUTORES Y MATERIAS 2Ó7

suplemento, 2.4.1.2; 2.6.2.1; 2.6.2.4; 2.Ó.4.3; 2.11.4.2.

sustantivo, abstracto, 2.10.2; 6.1.6; actual, 2.8.2.1; 2.8.2.2; concreto, cuantitativo, de cualidad,
de fenómeno, no cuantitativo, numeral, 2.10.2; virtual, 2.8.2.I.

TABOADA, M., 2.10.3.1. tema, 2.4.1.1; 2.4.3.

terminología monosémica, 2.1.2; 2.1.3; 2.2.1; 2.7.1.1.

texto científico, 2.1.1; características principales, 2.2; construcción, 2.1.4; lenguaje, 2.1.3; 2.4.3;
sintaxis, 2.1.2. texto coloquial, 9.0.1.
texto humanístico, 6.0.1; características, 6.2.8.
texto informativo, características principales, 3.1.1; comentario, 6.3.1; con elementos
icónicos, 4; léxico, 3.1.3; objetividad, 3.1.4; 3.2.8; simple, 3.0.1; titular objetivo, 4.1.1.4. .
texto literario, 7.0; elementos literarios, 7.2.7. texto poético, 8.0.
texto publicitario, 4.2; 4.2.6; lenguaje telegráfico, 4.3.3.3. tiempo verbal, 2.2.1; 2.5.1; 2.7.4;
2.7.4.1; 2.10.4; 2.12.3; 7.4.2.2. timbre, 8.1.1.

TORRES NEBRERA, G., cap. 7, n. 1.

TORRES VILLARROEL, D. DE, 2.1.3.

ultracorrección, 5.2.8; 8.4.1.2.


UNAMUNO, M. DE, cap. 1, n. 1; 1.1.15.

URRUTIA, J., 8.0.2; cap. 8, n. 1.

verbo, copulativo, vid. tiempo verbal y 2.6.4; irregular, 2.8.1; performativo, 2.4.1.2;
pronominal, vid. se pasiva refleja; regular, 2.8.1; tetravalente, 2.Ó.2.4 (gramática de
valencias); volición, 2.1 A2.
VERDÜ, V., cap. 3, n. 3. versal, 8.3.1. verso, 8.1.1.

voseo, 9.4.1; 9.4.5.2; 9.5.5; 9.6.5; 9.7.4.2. vulgarismos, 7.3.2; 7.4.1.

WEINRICH, H., 2.5.1; 2.5.I.2.

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