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Del paso Fernando (1987), “Yo soy un hombre de letras”, Noticias del imperio,

Madrid: Mondadori España, pp. 263-260.

Yo soy un hombre de letras

Esta historia habla acerca de un hombre que prácticamente entrego su vida a las
letras, y por medio de ellas dio su oficio como el describe “al servicio de la
república”. Con esto no solo me refiero de forma militar, sino que además de tener
una afición a escribir poemas y novelas, y de varios intentos a ser periodista,
fungió como evangelista (“…en la capital aprendí a ser lo que llaman evangelista,
que son los que escribían las cartas de los que no saben escribir”), llegando a
escribir declaraciones, decretos y edictos (“yo nunca he pronunciado un
discurso... ni firmado un edicto o un decreto: pero los he escrito”).Su afición a las
letras fue gracias a su padre, quien guardaba letras en un cofre hechas de plata, y
le dijo; “con las letras se da vida a las causas y los hombres, con ellas se les da la
muerte”. Desde muy pequeño le enseñó y le fomentó el “…inmarcesible amor a las
letras.”, y lo educó de tal manera que a muy temprana edad y a lo largo de su
crecimiento, se ganaba letra por letra (“para ganarte las otras (sic) tendrás primero
que aprender que la letra con sangre entra”).

También trabajó pintando letreros a lo largo del país, contando anécdotas he


historias involucrando su oficio. Tantas fueron sus anécdotas que le pagaban con
especies, cigarros bloques de hielo, etc. Su oficio le hizo ser testigo de la guerra,
además de escribir un curioso letrero que decía;” se prohíben matar zopilotes,
pero se permite matar franceses”, llegó a robar tipografías y donarlas a los
pueblos, el cómo se describe; “desde niño siempre estuve en contra de estas
gentes”. En Veracruz se dispuso a llevar su cofre donde coleccionaba letras al
servicio del General Mariano Escobedo (“Fue ahí en el estado de Veracruz donde
volví a poner mi talento al servicio de la republica”), y en Guaymas Sonora al
servicio del General Patoni. Involucrado en la guerra era partidario de Juárez (“yo
me dije Juárez es el indio prieto que aquí nació, el otro es el austriaco rubio que
se vino a meter sin que nadie lo llamara, uno es el presidente, otro es el
usurpador”). Al final este hombre relata cómo mató a un hombre, a causa de la
guerra y el costo de perder sus letras debido a esto. (“No todos los días se puede
matar a alguien con el peso de las letras… literalmente”).

Andrés Hidalgo Rodríguez


Del paso Fernando (1987), “Yo soy un hombre de letras”, Noticias del imperio,
Madrid: Mondadori España, pp. 263-260.

Andrés Hidalgo Rodríguez

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