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Una propuesta para la enseñanza de la probabilidad en la universidad basada en la

investigación didáctica

¿Es correcta la forma de enseñanza para las ciencias matemáticas? Una de las premisas con las
que se comienza es que, por ejemplo, el profesorado tiene el importante papel de proponer a los
estudiantes problemas interesantes e involucrarlos en tareas matemáticas significativas. Esto debe
pensarse para la enseñanza de las matemáticas en general, ya que, tienden a ser una de las áreas
de aprendizaje donde existe mayor problemática para su comprensión.

Asimismo, el rol que juegan los estudiantes es de vital importancia, puesto que se pusieron a
prueba ambos grupos; uno con un modelo de enseñanza tradicional y otro en donde existía
también la enseñanza no presencial.

Se pretende desarrollar en los estudiantes modos de pensar aplicables en múltiples contextos para
analizar situaciones y tomar decisiones tanto personales como colectivas basadas en la ciencia; y,
para lograr dicho objetivo es necesario encontrar más evidencia que se encuentre orientada a un
método de aprendizaje más eficaz.

En el caso de la probabilidad y estadística una de las dificultades de su asimilación es que es


aparentemente de un carácter anti-intuitivo, es decir, que los resultados que ofrece al no
pertenecer al determinismo clásico y sobre el cual reside la costumbre, suele pensarse que la
probabilidad no es más que un pronóstico (una expectativa aleatoria) o en su defecto, una
heurística de representatividad. Esto por supuesto trae consigo un error amplio, puesto que el
campo de estudio se encuentra por encima de ser un simple “azar”, pese a que el mismo interviene
en todos los fenómenos estudiados, las resoluciones apuntan a ser las predicciones más exactas,
certeras y lógicas.

La función que cumplió el grupo de enseñanza tradicional fue la de recibir las clases y materiales
de una forma habitual. Una presentación por parte del profesor de los conceptos, propiedades y,
algunos ejemplos o ejercicios de aplicación. Dicho modelo ha sido el habitual durante un tiempo
considerable y, pese a ofrecer algunos resultados, también deja algunas zonas sin cubrir por
completo.

Por otro lado, al grupo experimental le fue correspondida la enseñanza a través de un modelo algo
diferente, en este caso toda la clase se dividió en equipos de 3 o 4 personas que trabajaban entre
sí para la resolución de algunas actividades propuestas por el profesor. Asimismo, se implementó
la enseñanza no presencial al tomar investigaciones, lecturas y programas adicionales que debían
realizarse fuera del aula.

Los resultados, sin embargo, no clarifican por completo si existe un método de enseñanza correcto
ya que cada grupo tuvo algunos rubros tanto a favor como en contra. Hoy en día tras muchas y
constantes quejas por parte de alumnado y profesorado hacia el modelo tradicional, se han
probado algunos otros métodos de enseñanza, como la no presencial o incluso las modalidades
abierta y a distancia; las cuales tampoco han ofrecido eficacia en su totalidad.

Puede decirse entonces, que tal vez no importa mucho la forma en que se imparte alguna materia
o ciencia –puesto que cada una presenta resultados y huecos- sino más bien la disposición de los
actores participantes a llevar a cabo su tarea. Esto por supuesto, solo podría comprobarse a través
de una investigación en la que se observe tanto el método como la actitud hacia la impartición y
recepción de conocimiento.

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