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FAMILIAR *
Resulta importante señalar ya, desde un enfoque centrado en las técnicas de prevención, la
naturaleza instrumental y operativa
* Este trabajo abre un panel sobre prevención en el grupo familiar en el que intervienen los Dres. E. Pichon-Rivière,
J. Bleger, A. Bauleo y M. Matrajt. (Julio de 1970.)
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del grupo familiar como sostén de la organización social, unidad primaria de interacción, la que
se establece sobre la base de un interjuego de roles diferenciados.
El mencionado carácter estructural del grupo familiar nos permite abordarlo como unidad
de análisis, en el sentido de que podemos aproximarnos a él encarándolo como unidad
diagnóstica, pronóstica, terapéutica y de profilaxis.
Cuando en esta estructura, que actúa como vehículo de las pautas culturales, mediadora
entre el sujeto y la realidad a través de las relaciones vinculares, emerge la enfermedad como
una cualidad nueva en el proceso de interacción, entendemos esta conducta desviada como una
anomalía que afecta a la estructura total en su proceso de interrelación intrasistémica o
intersistémica.
La enfermedad es la cualidad emergente, cualidad nueva que nos remite, como signo, a una
situación implícita, subyacente, configurada por una particular modalidad de la interacción
grupal, la que en ese momento resulta alienizante. El enfermo es el portavoz por intermedio del
cual se manifiesta la situación patológica, que afecta a toda la estructura. Es decir, que el
portavoz (enfermo) es el vehículo por el que comienza a manifestarse el proceso implícito
causante de la enfermedad.
Podemos afirmar que todo proceso implícito llega a manifestarse por la aparición, dentro
del campo de observación, de una cualidad nueva en ese campo, a la que denominamos
emergente, y que nos refiere, como indagadores, a un acontecer implícito, o dicho de otra
manera, a un orden de hechos subyacentes, sometido a un permanente proceso de estructuración
y desestructuración.
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En un trabajo anterior, hemos dicho que la locura es la expresión de nuestra incapacidad para
soportar y elaborar un cierto monto de sufrimiento. Cuando emerge una neurosis o una psicosis
en el ámbito del grupo familiar, descubrimos que previamente un grado determinado de
inseguridad se ha instalado en el seno de ese grupo, impotentizándolo. Esto significa
dinámicamente que un miembro del grupo familiar asume un rol nuevo, se transforma en el
portavoz y depositario de la ansiedad del grupo. Se hace cargo de los aspectos patológicos de la
situación en un proceso interaccional de adjudicación y asunción de roles, que compromete tanto
al sujeto depositario como a los depositantes. El estereotipo se configura cuando la proyección
de aspectos patológicos surgidos en esa situación de inseguridad es masiva. El sujeto queda
paralizado, fracasa en su intento de elaborar una ansiedad tan intensa, y enferma (produciéndose
en ese momento un salto de lo cuantitativo a lo cualitativo). A partir de ese momento se
completa el ciclo de elaboración de un mecanismo de seguridad patológica, desencadenado por
un incremento de las tensiones, que consiste en la depositación masiva, con la posterior
segregación del depositario por la peligrosidad de los contenidos depositados.
Como líneas de abordaje seguiremos las propuestas en nuestro esquema del cono invertido,
en el que categorizamos en los vectores de pertenencia, cooperación, pertinencia, comunicación,
aprendizaje y telé las modalidades de interacción que se observan en todo grupo de tarea.
Grupo operativo y grupo familiar son susceptibles para nosotros de una misma definición:
conjunto de personas reunidas por constantes
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de tiempo y espacio y articuladas por su mutua representación interna que se proponen implícita
o explícitamente una tarea, la que constituye su finalidad. En este caso, en el grupo familiar, a
las constantes de tiempo y espacio agregaremos los vínculos de parentesco. La tarea del grupo
familiar es, como lo hemos dicho antes, la socialización del sujeto, proveyéndole de un marco y
basamento adecuados para lograr una adaptación activa a la realidad en la que se modifica él y
modifica al medio en un permanente interjuego dialéctico.
Este modelo puede configurar un esquema de referencia para el operador, ya sea que éste
trabaje en el campo de lo que se entiende generalmente como prevención primaria, secundaria o
terciaria.
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El grupo, por la pertenencia, por la cooperación y fundamentalmente por la pertinencia, en
la que juegan la comunicación, el aprendizaje y la telé, llega a una totalización en el sentido de
un hacerse en su marcha, en su tarea, en su trabajarse como grupo.
La dialéctica interna es la dialéctica del grupo interno cuya crónica -siempre siguiendo el
mencionado modelo- es la fantasía inconsciente. Por dicha dialéctica cada integrante alcanza
una totalización, una síntesis, que hace al grupo como grupo, que lo constituye. Dicho esto en
términos sartreanos, esta dialéctica interna y externa lo lleva a trascender la serialidad entendida
como dispersión.
La tarea, sentido del grupo, y la mutua representación interna hecha en relación con la tarea
constituyen al grupo como grupo. La tarea es la marcha del grupo hacia su objetivo, es un
hacerse y un hacer dialéctico hacia una finalidad, es una praxis y una trayectoria.
Una clarificación de las redes de comunicación grupal, con el abordaje de los misterios
familiares y el análisis de las ideologías, permitirá, junto con el ajuste entre imágenes internas y
realidad exterior, la dilucidación de los malentendidos, creándose el clima apropiado para la
tarea familiar.
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Bibliografía
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