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¿QUE ES EL SINDROME METABOLICO?

Se le llama así a un grupo de factores de riesgo que


aumentan las probabilidades de sufrir enfermedades del
corazón, diabetes, ataques cerebrales y otros problemas
de salud. Se puede diagnosticar cuando están presentes
tres de los siguientes cinco factores de riesgo:

• Glucosa en sangre elevada (azúcar)

• Niveles bajos de colesterol HDL (“bueno”) en la


sangre

• Niveles altos de triglicéridos en la sangre

• Circunferencia de la cintura grande o cuerpo en


“forma de manzana”

• Presión arterial alta

El síndrome metabólico es una afección seria de la salud.

¿Quiénes tienen síndrome metabólico?

En los últimos años, este síndrome se ha vuelvo mucho más común en los Estados Unidos. Se
estima que alrededor del 34 por ciento de las personas adultas en los Estados Unidos lo sufren. El
riesgo de tener el síndrome metabólico aumenta con la edad.

En los Estados Unidos, la prevalencia del síndrome metabólico es superior en hombres blancos no
hispanos que en hombres americanos mexicanos y negros no hispanos. Como contraste, el
síndrome metabólico es más frecuente en mujeres americanas mexicanas que en las negras no
hispanas o blancas no hispanas.

La prevalencia del síndrome metabólico también está aumentando en el mundo.

¿Cómo se diagnostica el síndrome metabólico?

El criterio para identificar este síndrome es la presencia de tres o más de estos factores de riesgo:

• Obesidad central. Se mide en la circunferencia de la cintura:

• Más de 40 pulgadas en los hombres.

• Más de 35 pulgadas en las mujeres.

• Niveles de triglicéridos en sangre en ayunas de 150 mg/dL o más o estar tomando


medicamentos para triglicéridos elevados.
• Bajos niveles de colesterol HDL o estar tomando medicamentos para el colesterol HDL
bajo:

• Hombres — menos de 40 mg/dL

• Mujeres — menos de 50 mg/dL

• Presión arterial elevada de 130/85 mm Hg o superior o estar tomando medicamentos


para la presión arterial alta.

• Glucosa en ayunas (azúcar en sangre) de 100 mg/dL o superior o estar tomando


medicamentos para la glucosa en sangre elevada

¿Cómo se trata el síndrome metabólico?

Las personas con el síndrome metabólico pueden


reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular y
diabetes tipo 2 controlando los factores de riesgo. La
mejor manera es que bajen de peso, sigan una dieta
saludable y aumenten la actividad física.

Estos son algunos pasos importantes para los


pacientes y los médicos en el tratamiento de esta
enfermedad:

• Controlar periódicamente el peso corporal


(especialmente la obesidad central).

• Controlar la glucosa en sangre, las


lipoproteínas y la presión arterial.

• Tratar los factores de riesgo individuales


(hiperlipidemia, presión arterial alta y glucosa
elevada en sangre) según las pautas establecidas.

• Elegir agentes antihipertensivos de forma cuidadosa ya que los diferentes medicamentos


tienen efectos diferentes sobre la sensibilidad a la insulina.

https://www.heart.org/idc/groups/heart-
public/@wcm/@hcm/documents/downloadable/ucm_486012.pdf

¿Qué causa el síndrome metabólico?

La resistencia a la insulina es la causa mayor del síndrome metabólico. La resistencia a la insulina


puede ser la condición más importante que combinada con otras afecciones, lleva al síndrome
metabólico.
Nuestros cuerpos producen una hormona llamada insulina. La insulina transporta el azúcar
llamado glucosa de la sangre a las células para producir energía. La resistencia a la insulina se
produce cuando la insulina no puede mover suficiente glucosa desde la sangre a las células. El
organismo continúa produciendo insulina porque las células necesitan más glucosa para hacer su
trabajo. Como resultado, la sangre tiene niveles más altos de ambos insulina y glucosa. A los
aumentos leves de azúcar sanguínea se les llama “intolerancia a la glucosa” o “prediabetes”. Si el
azúcar sanguíneo está lo suficientemente elevada o permanece alta por largo tiempo, se le llama
“Diabetes”. Para saber más acerca de la prediabetes y la diabetes, visite Diabetes.

Las principales causas de la resistencia a la insulina y de otras afecciones que forman parte del
síndrome metabólico son genéticas, estilo de vida, alimentación, y peso. Todos estos interactúan
entre sí.

Genética: La genética es simplemente lo que hereda de sus padres al nacer, como el color de su
pelo u ojos, o que tan alto va a ser. Pero la genética puede desempeñar un papel importante en su
salud La genética contribuye al síndrome metabólico a través de la tendencia heredada de algunas
personas a desarrollar resistencia a la insulina, diabetes, obesidad, presión arterial alta, o niveles
de colesterol anormales. Estas condiciones ocurren más frecuentemente en algunas familias. Esto
significa que si sus padres u otros miembros cercanos de su familia tienen algunas de estas
afecciones puede tener un más alto riesgo de desarrollarlas. Esto no significa que desarrollará
algunas de estas condiciones solo que tiene más probabilidades de presentarlas. Debe observar los
síntomas de estas afecciones y tratar activamente de evitar que se produzcan.

Estilo de vida: El estilo de vida contribuye al desarrollo del síndrome metabólico porque las
personas que no hacen ejercicio están a un riesgo mayor de llegar a tener sobrepeso o ser obesos.
Las personas que no hacen ejercicio a menudo tienen el colesterol más elevado. El ejercicio puede
ayudar a evitar la resistencia a la insulina y la falta de ejercicio pareciera que contribuye a volverse
resistente a la insulina. En general la falta de ejercicio también está asociada con tener el
colesterol elevado y con la disminución del colesterol “bueno”. El ejercicio ayuda a mantener la
presión sanguínea normal y la falta de ejercicio juega un papel importante en el desarrollo de la
presión sanguínea elevada.

Alimentación: La alimentación alta en hidratos de carbono o azúcares pueden contribuir al


desarrollo de la resistencia a la insulina. Su selección de alimentos también puede afectar sus
niveles de colesterol. La alimentación es también un factor importante en la presión sanguínea
elevada.

Peso: Tener sobrepeso (especialmente al nivel de obesidad) pareciera ser un factor importante en
el desarrollo del síndrome metabólico. Se considera que la obesidad causa la resistencia a la
insulina como también que juega un papel importante en la presión sanguínea elevada, niveles de
colesterol anormales, y aumento en la coagulación sanguínea.

 Solamente cerca del 5% de las personas con peso normal desarrollarán alguna vez el
síndrome metabólico.

 El 22% de personas con sobrepeso son diagnosticadas con el síndrome metabólico.

 El 60% de las personas que son obesas con el tiempo sufrirán del síndrome metabólico.
Esto significa que más de una de cada dos personas obesas desarrollarán el síndrome metabólico,
y muchos de ellos desarrollarán diabetes, enfermedades del corazón, embolia cerebral, u otras
enfermedades potencialmente mortales.

Si considera las causas del síndrome metabólico notará que parecen conectadas. La alimentación y
la inactividad pueden llevar a una ganancia de peso. Las personas que tienen sobrepeso a menudo
encuentran más difícil hacer ejercicio y mantenerse activos, conduciendo a más ganancia de peso.
La inactividad, el aumento de peso, y una mala alimentación pueden llegar a ser un círculo vicioso
en el cual las cosas van de mal en peor y finalmente el síndrome metabólico se desarrolla.

Definición de la OMS

En 1998, el grupo de trabajo sobre diabetes de la Organización Mundial de la Salud (OMS)


proporcionó una definición funcional del síndrome metabólico. La OMS elaboró una lista de
criterios de diagnóstico clínico que se modificó un año más tarde. En concreto, afirmaba que el
síndrome está definido por la presencia de diabetes tipo 2 o alteración de la tolerancia a la
glucosa, coincidiendo con al menos dos de los cuatro factores que se citan a continuación:
hipertensión, hiperlipidemia, obesidad, y rastros de proteína en la orina (microalbuminuria).

En el caso de las personas con tolerancia normal a la glucosa, es necesario que haya pruebas de
insensibilidad a la insulina para realizar el diagnóstico. Ésta se mide utilizando ya sea la pinza
euglucémica (en la cual se mantiene un nivel de glucosa en sangre constante mediante la
perfusión o la infusión de glucosa o insulina), registrando los niveles de insulina en ayunas, o
mediante el uso de la evaluación por modelo homeostático (HOMA, en sus siglas inglesas). La
definición de la OMS de obesidad se basa ya sea en el índice de masa corporal (IMC) o en la
proporción cintura-cadera.

Defectos

Pero el criterio de la OMS presentaba algunos puntos débiles. Por ejemplo, ahora sabemos que el
IMC no es una medida fiable de obesidad, por ejemplo, en personas ancianas, debido a los
cambios de altura que acompañan a la edad avanzada y a la diferencia en la proporción entre la
masa de tejidos adiposos y magros en comparación con la de los jóvenes adultos. También se ha
demostrado que, en personas con el mismo IMC, quienes tienen un perímetro de cintura mayor
corren un mayor riesgo de enfermedad cardiaca que quienes tienen la cintura más pequeña,
debido a que tienen una mayor cantidad de tejido adiposo abdominal. Este tejido adiposo es el
factor clave de riesgo del síndrome metabólico. Por lo tanto queda claro que la medición del
perímetro de la cintura y el IMC no predicen por igual el riesgo de trastornos metabólicos. El
perímetro de la cintura es el mejor de los dos.

Necesidades no cubiertas

Es importante destacar que la microalbuminuria aparece raramente en personas sin diabetes,


haciendo que este criterio sea relevante tan sólo en personas con la afección. Además, la técnica
de la pinza euglucémica, regla de oro para medir la insensibilidad a la insulina, no es aplicable en
estudios epidemiológicos a gran escala. Se ha utilizado la HOMA, la insulina en ayunas o los
análisis de tolerancia a la glucosa por vía intravenosa con muestras frecuentes; pero la diferencia
de métodos y valores umbral utilizados en los estudios realizados hasta la fecha nos ha llevado a
explicar hasta cierto grado las diferencias que se han encontrado en los índices de prevalencia de
insensibilidad a la insulina.

https://www.idf.org/sites/default/files/attachments/issue_43_es.pdf

http://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/sindrome-metabolico

CONCLUSIONES

A pesar del progreso de nuestro entendimiento del síndrome metabólico, su patofisiología sigue
sin estar clara. Esto se ve claramente en el desarrollo a lo largo de los años de los distintos
conceptos del síndrome, con varios intentos de comprender y desenmarañar las complejas
interacciones que se producen entre sus componentes. Pero podemos estar seguros de una cosa:
el aumento en todo el mundo del consumo de alimentos y bebidas con un alto contenido en
grasas y azúcares y el descenso de la actividad física seguirán provocando un aumento dramático
del número de personas de todos los grupos de edad con el síndrome metabólico. El aumento
concomitante de la diabetes y las enfermedades cardiovasculares representa una importante y
creciente amenaza para la salud en todo el planeta.5 Desde el punto de vista de la sanidad pública,
por lo tanto, debería realizarse un gran esfuerzo generalizado por reducir la prevalencia de
obesidad en la población general. Además, ya que las personas con el síndrome metabólico
pueden ser tratadas eficazmente tanto mediante intervenciones farmacológicas como no
farmacológicas, debería realizarse un esfuerzo por identificar a las personas de riesgo.

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