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12/03/2018
23-CR-262
Cordova Solis Mary Cruz
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
¿Por qué los delitos quedan impunes en la CDMX? Policías narran qué pasa en los MP
El problema es grave: en promedio uno de cada dos mexicanos que ha tenido contacto con una
institución de seguridad pública ha dicho ser víctima o cómplice en un acto de corrupción policial de
acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental. De hecho, según la
misma encuesta, la policía es percibida como la institución más corrupta de todas.
A su vez dicha organización planteó un modelo de tres fases de implementación para revertir y
disminuir los niveles de corrupción en las instituciones de seguridad pública. Ayer cuatro
gobernadores del país (Hidalgo, Estado de México, Morelos y Veracruz) y el Jefe de Gobierno de la
Ciudad de México, firmaron un acuerdo para adoptar y aplicar ese modelo.
“La corrupción policial puede atacarse, si se empiezan a aplicar estrategias que en primer lugar
dejen de ver al problema como una cuestión individual, de “malos policías” y empiecen a generarse
mecanismos por los que se identifiquen los factores estructurales e institucionales que hacen que
los policías y los mandos sigan cometiendo perpetuando este tipo de conductas” dijo Marcela
Figueroa, investigadora de Causa en Común.
El estudio denominado “Diagnóstico del Régimen Disciplinario Policial en México” realizado por
Causa en Común analizó la normatividad que rige los sistemas disciplinarios de las corporaciones
de seguridad públicas de los 32 estados del país; además estudió en terreno la operación de las
Unidades de Asuntos Internos de policía en siete entidades.
Animal Político presenta las siete claves que resumen las deficiencias encontradas de acuerdo con
el referido diagnóstico
El sistema de leyes y reglamentos que rige la actuación de los policías en los estados presenta
múltiples deficiencias de acuerdo con Causa en Común.
Por ejemplo, hay estados donde ni siquiera existen estas normas que regulen los sistemas
disciplinarios, es decir, no hay un reglamento que explique cómo debe de aplicarse lo que las leyes
anticorrupción dicen. Tampoco existe claridad sobre que sanción corresponde a cada falta y el
motivo para ello.
A esto se suma que en casi todos los casos no existe un sistema que contemple la reparación del
daño cuando un policía es erróneamente acusado, e incluso no existe la posibilidad de impugnar
una sanción.
Los investigadores de Causa en Común corroboraron al visitar seis estados (Chihuahua, Morelos,
Nuevo León, Querétaro, Tabasco y Tamaulipas) que dos de ellos carecen por completo de un
protocolo para realizar detenciones y emplear el uso de la fuerza. Esta situación hace imposible al
policía conocer cómo actuar en cada situación y no incurrir en abusos.
Los investigadores detectaron que en las unidades de Chihuahua o Tlaxcala no hay investigación
de campo de las posibles irregularidades internas, sino solo un análisis de reportes documentales.
En la Unidad de Nuevo León no se atiende de forma debida a los ciudadanos mientras que en la de
Tamaulipas no se investiga de plano a ningún mando.
Incluso los expertos alertaron que en varios casos las indagatorias de Asuntos Internos solo se
hacen por orden expresa de los jefes superiores.
En ninguno de los casos analizados Causa en Común encontró que existan mecanismos
institucionales para revertir situaciones de corrupción. Los sistemas de sanciones contemplan
solamente castigos para los agentes en particular que incurran en una falta sin que siquiera existan
recomendaciones a nivel de una base o corporación para evitar malas prácticas.
Los investigadores de Causa en Común detectaron que en las secretarías de Seguridad Pública de
los estados se fomenta muy poco la denuncia ciudadana de los hechos de corrupción e incluso,
aunque esta existe, hay prácticas que no contribuyen a que se realice.
Causa en Común detectó que no existen a nivel institucional programas preventivos para prevenir
hechos graves de corrupción.
En el análisis a fondo realizado a los seis estados mencionados se detectó que solo uno de ellos
(Querétaro) cuentan con algo denominado “sistemas de alerta temprana” que si pueden contribuir a
detectar a tiempo situaciones que luego derivan en riesgo de corrupción lo que permite revertirlas
con anticipación.
Los investigadores encontraron que los policías se encuentran en un total estado de indefensión al
no existir elementos normativos que estructuren una posibilidad de una defensa adecuada en caso
de denuncias en su contra.
La cura en tres pasos
En los hechos se trata de una estrategia que requiere tres fases de implementación:
El objetivo de esta fase, de acuerdo con el Modelo, es fortalecer las Unidades de Asuntos Internos
responsables de indagar los actos de corrupción.
Para ello se sugiere crear una base de ética y normativa con (entre otras cosas) un adecuado
régimen disciplinario, un catálogo de faltas y sanciones, un código de ética actualizado, protocolos
de uso de la fuerza en todos los casos, entre otros.
También se instruye poner en marcha un sistema de quejas y denuncias seguro para los
ciudadanos y que funcione.
Lo que propone Causa en Común en esta fase es que se integre en cada estado un área de
Disciplina y un área Combate a la Corrupción, cada una con su equipo independiente, que se
encargue de investigar de forma diferenciada los hechos que sean meras faltas de conducta de
aquellos que puedan representar incluso un delito.
Además se sugiere que dichas áreas no solo indaguen la actuación de los policías sino también de
personal de civil que labora en las corporaciones de seguridad pública.
Causa en Común propone en esta fase la creación de comités que participen en el funcionamiento
de estas áreas y que cuenten con representantes de la sociedad civil separados de las
dependencias policiales.
Como tercera fase del modelo para prevenir y erradicar la corrupción Causa en Común propone el
diseño de un órgano externo y autónomo a la Policía que supervise periódicamente el
funcionamiento de las áreas de Disciplina y Combate a la Corrupción de las corporaciones y que
incluso tenga la facultad de ordenas investigaciones totalmente independientes cuando la gravedad
de un caso lo amerite.
De acuerdo con la organización este nuevo órgano deberá contar con su presupuesto propio para
funcionar adecuadamente y sus protocolos de operación.
Dicho órgano podrá su vez recibir quejas ciudadanas que remitirá a las áreas responsables de
investigarlas. Incluso tendrá la capacidad de remitir al Ministerio Público evidencias de la comisión
de un delito, de ser el caso.
http://www.milenio.com/elecciones-mexico-2018/mikel_arriola-reglamento-transito-vehiculo-corrupcion-
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