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Instituto Spiral
RESUMEN:
Se expone una clasificación categorial junto a un listado representativo de los factores
sintomáticos que mejor representan a cada tipo de dependencia sentimental para lo
que se recurre a un macroestudio de investigación clínica que se extendió desde 2001
a 2005 y cuyos resultados definitivos se presentan (parcialmente) por primera vez en
este encuentro
INTRODUCCIÓN:
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el egoísmo y la competitividad. El amor necesitaría una educación ética para que uno
estuviera dispuesto a subordinar los intereses propios a los de la persona amada.
Desde una perspectiva filosófico-hermenéutica, Andrés Ortiz-Osés (2003) dice que si
el alma es la implicación del ser, el amor es el ser de la implicación: aquello por lo que
la realidad es real y por lo que el ser es el “motor móvil” que mueve al mundo. El amor
realiza la apertura del alma al otro y su acogimiento, la relación ad extra, la
comunicación de lo incomunicado. Amo ergo consum, amo luego coexisto.
Las dependencias relacionales (D.R.) son poco conocidas, existiendo además cierta
confusión conceptual. Los autores americanos se refieren a ellos denominándolos
genéricamente codependencias o coadicciones en unos casos, e interdependencias
en otros. Los autores europeos discriminan más el término, reservando la acepción
codependencia para un tipo concreto de D.R. y la denominación dependencia afectiva
o emocional para el resto. A mayor abundamiento, términos perfectamente válidos y
descriptivos como “adicción al amor” parecen ser temidos por los profesionales,
utilizándolos mayormente autores de libros de autoayuda.
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nuestra sorpresa, los dependientes suelen ignorar el problema o tener una vaga o
errónea conciencia del mismo, atribuyéndolos a causas exógenas o centrándose en el
síntoma emergente (por ejemplo depresión secundaria a frustración amorosa). El
técnico, a su vez, puede desconocer (a raiz adictiva del trastorno y focaliza su atención
bien en la reacción del sujeto (depresión), bien en la frustración sentimental (estado
de) y no en el núcleo adictivo del sujeto (rasgo) que propiciará sucesivos conflictos o
evolucionará hacia —por ejemplo— un trastorno obsesivo. Nos referimos siempre al
caso de una dependencia sentimental filiada como tal.
MATERIAL Y MÉTODO:
Elaboramos un pre-test y dos tests ulteriores refinados con los síntomas más
significativos (mayores saturaciones de los ítems) después de una doble decantación:
clínica y experimental. El estudio definitivo se ejecutó con los siguientes instrumentos
psicométricos: (ver cuadro I):
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Cuadro I:
TIPO DE DEPENDENCIA SENTIMENTAL Y GRUPO DE COMPARACIÓN
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RESULTADOS :
– Las dependencias sentimentales tienen una raiz adaptativa (o si se prefiere
neurótica) que consistiría en la respuesta anormal de un sujeto básicamente
normal.
– Así, la adicción al amor es un rasgo, una actitud estable que conduce al sujeto a
establecer una propuesta tal de relación que le hace repetir con sucesivas parejas
comportamientos similares.
– Las dependencias atípicas no tienen una naturaleza vincular tan definida como las
anteriores. Pueden derivarse de la infancia (apego ansioso), o de un proceso
mórbido primario (sociotropia), incluso llegan a tener una naturaleza
desorganizada cuando sobreviene en personalidades inmaduras o propensas.
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CONCLUSIONES :
1. Las dependencias relacionales (DR) forman un grupo de trastornos, difíciles de
asimilar a las categorizaciones convencionales CIE y DSM pero con indudable carta
de naturaleza propia.
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Cuadro 2:
FACTORES DE DEPENDENCIA SENTIMENTAL (Sirvent y Moral, 2005)
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