Edema: Aumento de líquido en el espacio intersticial.

Puede ser un exudado (en casos de

inflamación, tiene proteínas y densidad de 1.020) o un trasudado (en casos de trastornos
hidrodinámicos, sin proteínas y con densidad de 1.012). Depende de su localización tiene distintos
nombres: hidrotórax, ascitis.

Hiperemia: proceso activo causado por una dilatación arteriolar que como consecuencia da un
aumento en el aflujo de los tejidos.

Congestión: proceso pasivo causado por un flujo de salida alterado en el tejido, puede ser por IC o
por una obstrucción. El tejido tiene un color azul-rojo (por la desoxihemoglobina) y generalmente
se acompaña de edema.

Hemorragia: extravasación de sangre debida a la rotura de los vasos.

Trombosis: desregulación en la hemostasia causada por los factores mencionados en la triada de

Virchow: lesión endotelial, flujo sanguíneo anormal e hipercoagulabilidad.

CID: aplicación súbita de trombos de fibrina diseminados en la microcirculación. Aumenta el

consumo plaquetario y de factores de coagulación así como los factores antitrombóticos lo que
produce una hemorragia.

Émbolo: masa sólida, líquida o gaseosa que es transportada por la sangre a sitios distantes desde su
punto de origen.

Infarto: área de necrosis isquémica causada por la oclusión del riego arterial o del drenaje venoso
de un tejido concreto.

Shock: hipoperfusión sistémica causada por una reducción del gasto cardíaco o del volumen
sanguíneo circulante efectivo. Puede causar hipoxia celular.

Ateroesclerosis: respuesta inflamatoria crónica de la pared arterial iniciada por la lesión del
endotelio, esta es mantenida por la interacción entre LDL modificadas, macrófagos, linfocitos T y
células normales de la pared arterial.

Ateroma: se inicia dentro de la íntima y está formada por un centro blando, amarillento y grumoso
que contiene residuos celulares, cél. espumosas, calcio y cristales de colesterol (CENTRO
NECROTICO); y esta cubierta por una envoltura fibrosa, blanca y firme que contiene m. liso,
macrófagos, cél. espumosas, linf., colágeno, elastina, proteglucanos, neovascularización
(ENVOLTURA FIBROSA).

Insuficiencia cardíaca: incapacidad del corazón de bombear sangre en una cantidad adecuada para
cubrir las necesidades metabólicas de los tejidos.

Inflamación: resultante del enfrentamiento de un agresor (noxa) con un receptor (terreno). Tiene
tres fases: agresión, reacción y curación.

Absceso: acumulación de pus en una cavidad neoformada.

Flemón: exudado purulento que diseca planos, puede ser por hialuronidasa. Ej: apendicitis

Empiema: Acumulación de pus en una cavidad formada previamente.

Úlcera: solución de continuidad que afecta, a la mucosa en el tubo digestivo, y a la membrana basal
en la piel.
Ulceración: no atraviesa la mucosa.

Granuloma: foco de inflamación crónica que consiste en la agregación microscópica de macrófagos

que se transforman en células epitelioides rodeadas por un collar de linfocitos y ocasionalmente
células plasmáticas. Los más antiguos se desarrollan dentro de un anillo de fibroblastos y tejido
conectivo.
Las células epitelioides se fusionan formando células gigantes. En el caso de ser un granuloma
inmunitario (como tuberculosis, lepra, sífilis y enfermedad por arañazo de gato) estas células se
denominan gigantes de tipo Langhans y tienen núcleos periféricos en forma de herradura; en
cambio, en caso de ser un granuloma de cuerpo extraño (como talco), los núcleos de las células
gigantes se disponen al azar.
En el caso de la tuberculosis el granuloma se denomina tubérculo y tiene una necrosis caseosa
central.

Neumonía: inflamación aguda del parénquima pulmonar.

Pielonefritis: inflamación del sistema pielocalicial y del intersticio, puede ser aguda (infección
bacteriana) o crónica (infección bacteriana+obstrucción del uréter+reflujo).

Hemocromatosis: acumulación extremada de hierro asociada con daño en hígado, corazón y

páncreas. Puede ser hereditaria o secundaria.

Hemosiderosis: sobrecarga sistémica de hierro el cual se deposita en gránulos de hemosiderina en

hígado, médula ósea, bazo y ganglios linfáticos. El pigmento no daña a las células parenquimatosas
ni deteriora la función del órgano, solo le da color.