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De nuestra consideración:
Bajo el título “Pretenden cobrar al Estado más de S/ 50 millones con arbitrajes irregulares
“se recoge lo que habría declarado Jorge Villareal, ex gerente de Transportes de la
Municipalidad del Callao y José Rivera, ex gerente municipal de dicha comuna, quienes
denunciaron a nuestra empresa de querer cobrar al Estado más de 50 millones de soles
por montos indemnizatorios amparados en laudos arbitrales fraudulentos”.
Así se permiten indicar que el contrato suscrito con la Municipalidad del Callao celebrado
en el año 2000 fue resuelto en el año 2007 por una serie de incumplimientos a dichos
compromisos; afirmando que para cometer estas irregularidades utilizamos a personas del
entorno de mi representada como árbitros y peritos arbitrales para asegurar un resultado
positivo para que el Estado “les (nos) pague montos indemnizatorios.” Esos es
manifiestamente falso pues nuestra empresa, primero, no cuenta con ningún “entorno” de
árbitros y segundo, el nombramiento de los mismos se ciñó estrictamente a las
disposiciones legales, reglamentarias y a los respectivos convenio arbitrales suscritos en
los contratos que, luego se determinó jurisdiccionalmente fueron manifiestamente
incumplidos por nuestras contrapartes (los procesos llegaron a instancia judicial y en el
caso específico del Callao fue visto por el Tribunal Constitucional).
Es pues también falso que nuestra empresa acudido “a una institución fantasma: la
Cámara de Comercio y Producción del Callao, que no tiene centro de arbitraje”, pues tal
alegación de parte de la Municipalidad fue absoluta y oportunamente desechada por los
mencionados entes jurisdiccionales que intervinieron para darle al respectivo laudo la
calidad de cosa juzgada. Decir lo contrario resulta, además de una falsedad, una
temeridad que va en contra de lo que oportunamente se resolvió en las vías respectivas.
En efecto, los tres árbitros que laudaron en el caso del arbitraje que se siguió contra la
Municipalidad del Callao, son profesionales de reconocido prestigio, miembros de las listas
de árbitros de diversas entidades administradoras entre las que se encuentra la Cámara
de Comercio del Callao; en tal sentido cuestionar su fallo (que numéricamente se basó en
un Informe Pericial de CENTRUM CATÓLICA) es también poner en duda lo resuelto por la
Segunda Sala Civil del Callao, que desestimó el pedido de anulación de Laudo interpuesto
por la Municipalidad Provincial del Callao, e incluso lo resuelto por el Tribunal
Constitucional que ha conocido en última instancia nacional la acción de amparo que
siguió la mencionada Municipalidad contra el Laudo, pronunciamientos que cuestionan
todos los hechos que el señor Villarreal de manera maliciosa y tendenciosa ha
denunciado.
Mi representada es una empresa que se desempeña desde hace más de 22 años en rubro
de “Transito y Seguridad Vial” y cuenta con un prestigio ganado a través de la correcta
ejecución de un sin número de contratos con las entidades del Estado que han requerido
nuestros servicios. Así, la mayoría de los contratos que hemos firmado han sido
correctamente ejecutados por las partes sin que en esos casos surgiera controversia
alguna.
Sin embargo, en muy contados casos –como en el de Callao- nos hemos visto obligados a
accionar en resguardo de nuestros derechos que se han visto conculcados por el actuar de
ciertas “autoridades” que han decidido incumplir sus términos y obligaciones, acciones
legales que siempre se han desarrollado en concordancia con la legislación vigente y con
las normas éticas que debe seguir un litigante.
Jorge Villarreal se permite cuestionar ahora por la vía de afirmaciones sin sustento en una
denuncia periodística, temas como el supuesto incumplimiento de las obligaciones de
invertir que tenía TEC por el contrato suscrito, cuando ya se ha determinado a nivel
jurisdiccional que tal incumplimiento nunca existió, y cuando, por el contrario, ha quedado
claro que la resolución contractual fue efectuada sin sustento alguno por la administración
que integraron Villarreal y Rivera.
Más bien los entretelones de dicha indebida resolución contractual sí están siendo materia
de una investigación en el Cuarto Despacho de la Fiscalía Supraprovincial Corporativa
Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios, pues sus actos guardaban un
sospechoso interés de entregar, a los pocos meses que cambió la gestión municipal, la
concesión a terceros cuya vinculación con los funcionarios se encuentra documentada.
Si su investigación hubiera sido un poco más prolija, hubieran podido saber que su
entrevistado, el señor Jorge Villareal Ruiz, además, ha sido condenado a 5 años de pena
privativa de la libertad efectiva junto con otros funcionarios de esa Municipalidad por
Peculado, justamente a raíz de su intervención en el manejo de las infracciones de tránsito
en la Provincia Constitucional del Callao, que le fueran arrebatadas a mi representada con
la indebida resolución del contrato.
Así pues, difundir dichos de un condenado por los Tribunales nacionales para poner en
duda la honorabilidad, dignidad y reputación de nuestra representada, de árbitros y peritos
intervinientes en procesos arbitrales que se desarrollaron limpiamente, afecta no solo
nuestra imagen sino la de todos aquellos que laboran en la empresa, afectando el buen
nombre que TEC se ha sabido ganar en el tiempo.
Por otro lado, los entrevistados a los que su diario les ha dado cabida para su “denuncia”,
se permiten cuestionar otros dos procesos “Cañete y Huaura” en los que no participaron y
en los que, al igual que en el caso del Callao, también se determinó el incumplimiento de
obligaciones contractuales y la indebida resolución de los respectivos contratos. Su
cuestionamiento se fundamenta en juicios personales; cuestionan la designación de los
mismos árbitros en más de un proceso. Ustedes deberían saber que existe un
procedimiento legal y reglamentario para la designación de Tribunales Arbitrales y para la
recusación de los árbitros, designación que en todos los casos fue confirmada como
regular por las instancias correspondientes, por lo que en ese extremo no puede haber
irregularidad alguna.