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FARMACODEPENDENCIA

La farmacodependencia se define como el estado psicológico y físico que causa la


acción recíproca entre el organismo y el fármaco. Ocurre cuando una persona
requiere uno o más fármacos para funcionar con normalidad.
Una persona puede tener algún tipo de condición médica, como la presión
sanguínea alta o dolor crónico, que requiere que tome algún tipo de medicación
para mantener su calidad de vida.
Esto puede ser considerado como “dependencia al fármaco”, pero lo más probable
es que no sea un problema. La utilización médica adecuada del fármaco,
independientemente de que cause farmacodependencia, no se puede considerar
un abuso de drogas.
La dependencia a los fármacos se convierte en un problema de salud, sin
embargo, cuando el individuo abusa de fármacos ilegales o con receta médica.
Características de la farmacodependencia
La farmacodependencia se caracteriza por cambios significativos en la conducta
de la persona y en el impulso irrefrenable de consumir la sustancia para
experimentar sus efectos y, en muchas ocasiones, evitar el malestar que produce
dejar de tomarla.
El abuso intermitente de algún fármaco puede evolucionar en una dependencia. Al
final, la persona no puede vivir una vida normal sin la sustancia. Estas personas
acaban utilizando dosis cada vez más grandes o tomando otro tipo de fármacos
para superar la tolerancia que se desarrolla con el uso regular.
La adicción vs la dependencia a los fármacos

La dependencia y la adicción a un fármaco son a veces conceptos


intercambiables. Muchos adictos dependen de los fármacos para que su
organismo funcione con normalidad.

Sin embargo, es posible ser dependiente de un fármaco o una medicación sin ser
adicto.

Esto es lo que ocurre cuando necesitamos una medicación para controlar una
condición médica crónica, como ocurre, por ejemplo, con los problemas de
tiroides. También es posible ser adicto a una sustancia sin que tu cuerpo sea
dependiente de la misma.

Características de la adicción y de la dependencia

La adicción a una sustancia conlleva la búsqueda y consumo de la misma a pesar


de las consecuencias negativas para uno mismo y para las personas de nuestro
alrededor que conlleva.

Las personas adictas son incapaces de parar de consumir la sustancia y suelen


dejar a un lado las obligaciones laborales o académicas y las relaciones sociales.

Normalmente, la adicción es un patrón de conducta impulsivo que busca un


estado de gratificación y/o una reducción de un estado de ánimo negativo, así
como aliviar los síntomas de la abstinencia.

La adicción conlleva un daño físico y mental: en el abuso de sustancias se


produce un patrón desadaptado de consumo que conlleva un deterioro
significativo en las obligaciones personales, o se consume en situaciones de
riesgo, se asocia a problemas legales, o el sujeto continúa consumiendo a pesar
de las consecuencias sociales que le ocasiona.

Las características de la dependencia a una sustancia suelen incluir algunas o


todas de las características de la adicción, más la tolerancia que se crea a medida
que el organismo se adapta físicamente a la sustancia, que conlleva al deseo y la
necesidad de dosis cada vez más grandes o más frecuentes.
La dependencia comprende un grupo de síntomas cognitivos, comportamentales y
fisiológicos que indican que la persona sigue consumiendo la sustancia, a pesar
de la aparición de problemas significativos relacionados con ella. Otra de las
características de la dependencia es el conjunto de síntomas físicos y psicológicos
que se producen cuando se intenta dejar de consumir la sustancia o reducir su
consumo.

Este conjunto de síntomas es conocido como el síndrome de abstinencia. Los


síntomas son distintos según el fármaco o la sustancia que se haya dejado de
consumir, y provocan malestar e interferencia en las áreas ocupacionales de quien
lo sufre.
Es necesario señalar que existe adicción a los fármacos tanto física como
psicológica, aunque se suelen dar ambos tipos a la vez. La adicción física tiene
lugar cuando las células del organismo no pueden funcionar sin una sustancia
específica. Una vez que se agota la sustancia en el cuerpo, los síntomas de la
abstinencia empiezan a aparecer.

Síntomas de la farmacodependencia
 Confusión
 Continuar consumiendo drogas incluso cuando la salud, el trabajo o la
familia están siendo afectados
 Episodios de violencia
 Actitud hostil cuando se lo confronta acerca de la dependencia de las
drogas
 Falta de control sobre el consumo excesivo de drogas: ser incapaz de parar
o reducir la ingesta de alcohol
 Inventar excusas para consumir drogas
 Faltar al trabajo o al colegio o disminuir el rendimiento
 Necesidad de consumir la droga de manera diaria o regular para poder
funcionar
 Descuidar la alimentación
 No preocuparse por la apariencia física
 No volver a tomar parte en actividades debido a la drogadicción
 Comportamiento reservado para ocultar el consumo de drogas
 Consumir drogas incluso estando solo

La adicción psicológica o emocional, por su parte, es definida como una


compulsión o una necesidad percibida de consumo. Por ejemplo, una persona
adicta a la marihuana puede pensar que necesitan consumirla para dormirse
rápido y en paz. Sin embargo, es muy probable que, al final, se duerman sin tener
que utilizar la droga.

En casos muy graves de adicción psicológica, sin ayuda, una droga que en un
principio empezó consumiéndose de forma voluntaria y recreativa puede terminar
siendo el foco central de la vida del individuo.
Cómo el abuso de fármacos puede acabar en dependencia
Las personas dependientes de fármacos y drogas suelen comenzar a consumirlas
de forma social o controlada y acabar desarrollando la dependencia. En muchos
casos, el fármaco puede haber sido recetado por el médico para tratar una
enfermedad o condición médica. El uso normal y seguro puede, a veces, acabar
en abuso y dependencia.

Estas personas suelen tener historial familiar de adicción, lo cual quiere decir que
la personalidad adictiva puede tener un componente genético y que ver a lo largo
de la infancia cómo los miembros de la familia abusan de sustancias puede hacer
que se vean las drogas o los fármacos como algo normal o deseable.

Es frecuente que las personas que desarrollan dependencia también tengan


características depresivas o ansiosas.

Suelen acabar dependiendo de la sustancia para hacer frente a problemas


emocionales o de estrés. Es común que estas personas sean impulsivas, no
teman al riesgo y busquen sensaciones nuevas.

El abuso de sustancias es relativamente frecuente entre personas con trastornos


psicóticos como la esquizofrenia, así como entre personas con trastorno bipolar,
personalidad antisocial y trastorno de déficit de atención e hiperactividad. Además,
los síntomas del síndrome de abstinencia son peores si la persona padece de
algún trastorno mental.

Un factor influyente en el desarrollo de una dependencia es la disponibilidad de la


sustancia. Si la persona vive en un ambiente donde puede conseguir fácilmente el
fármaco y donde es normal utilizarlo, tiene más probabilidades de desarrollar
dependencia. El precio también es decisivo en el proceso de dependencia.

Por otra parte, si la persona recibe un apoyo social y emocional adecuado, es


menos probable que desarrolle una dependencia. Los recursos socioeconómicos
(tener un nivel económico adecuado y vivir en un ambiente social bueno) y
pertenecer a una familia estructurada también son factores que protegen.
Reconocer los síntomas de la dependencia
Puede ser bastante difícil reconocer los síntomas de la dependencia y de la
adicción. Las dos condiciones se caracterizan por una preocupación excesiva por
la sustancia, conducta misteriosa y sigilosa y la evitación de comportamientos,
actividades y relaciones que antes eran importantes para la persona.

Los adictos a fármacos y sustancias también suelen descuidar su apariencia física


y tener oscilaciones extremas de peso.

Muchas veces, se puede determinar si una adicción ha evolucionado en


dependencia observando la conducta de la persona cuando no ha tenido acceso a
la sustancia durante un período de tiempo significativo.

Los síntomas físicos de la retirada del consumo ocurren cuando el organismo


padece estrés sin la sustancia. Estos síntomas, como hemos explicado antes,
varían según el tipo de sustancia que se haya dejado de consumir. Sin embargo,
de forma general, suelen incluir los siguientes:

Ansiedad
Depresión
Debilidad muscular
Pesadillas
Dolores corporales
Sudoración excesiva
Náuseas
Vómitos
La ansiedad y la depresión pueden ser tanto la causa de la dependencia como la
consecuencia, convirtiendo el proceso en un círculo vicioso.

El tratamiento de la dependencia
Cuando la adicción se intensifica hasta llegar a una dependencia, el tratamiento se
vuelve más complicado. En última instancia, hay que dejar de consumir la
sustancia, pero hacerlo de forma abrupta puede causar efectos colaterales físicos
muy graves. Es posible que estas personas tengan que ser internadas en un
programa de desintoxicación residencial o asistir a uno de régimen ambulatorio.

Es posible que a las personas dependientes de fármacos se les proporcionen


sustancias que imitan los efectos de éstos para reducir los síntomas de la retirada
del consumo durante el tratamiento.

Los programas de desintoxicación utilizan una combinación de terapia y cuidados


médicos para aliviar los síntomas de la abstinencia y, finalmente, eliminar la
adicción. Las sesiones de terapia continuas suelen ser requeridas durante un
período de tiempo extenso después de haber terminado un programa de
tratamiento.

Los casos extremos de intoxicación, abstinencia o sobredosis de sustancias


podrían requerir cuidados de emergencia antes de que la adicción y la
dependencia puedan ser tratadas.

Perspectivas a largo plazo de la dependencia a los fármacos


Si la dependencia no se trata, puede llegar a ser muy peligrosa. Estas personas
aumentan con el paso del tiempo el consumo de drogas, en cuanto a frecuencia y
cantidad por dosis, ya que el cuerpo se adapta a la cantidad a la que está
acostumbrado y genera una respuesta menor. Este aumento en el consumo puede
resultar en sobredosis e incluso en muerte.

El tratamiento puede revertir la dependencia si se comienza de forma temprana y


la persona está dispuesta y motivada para ser tratada. A veces, el tratamiento
tiene éxito la primera vez que se aplica, pero las recaídas son frecuentes entre
personas adictas y dependientes.

Una terapia continuada y los grupos de apoyo pueden ayudar a los adictos en
proceso de recuperación a mantenerse en el camino correcto y a reconocer los
síntomas de las recaídas para poder identificarlas y parar a tiempo.
Bases neurológicas
Desde la perspectiva médica, la mayoría de las sustancias que crean
dependencias producen alteraciones en las funciones cerebrales, las cuales
producen modificaciones en el estado anímico normal de la persona.

Estos cambios se producen por la acción de las sustancias en los procesos


neuroquímicos del cerebro; influyen en la acción de los neurotransmisores. Las
drogas y fármacos producen dependencia química en el cerebro, ya que interviene
sobre las áreas de recompensa y refuerzo.

El núcleo de accumbens es la estructura cerebral que explica las adicciones. La


función más reconocida de esta área cerebral es su rol en el “circuito de
recompensa”.

Cuando hacemos cualquier cosa que consideremos recompensante o reforzante


(comer, tener relaciones sexuales, consumir drogas), las neuronas
dopaminérgicas (junto a otros tipos de neuronas) en un área del cerebro llamada
el área tegmental ventral se activan. Estas neuronas proyectan al núcleo
accumbens, y cuando se activan resultan en un aumento de los niveles de
dopamina en el núcleo accumbens.

Este núcleo es un componente importante de una vía dopaminérgica mayor del


cerebro llamada la vía mesolímbica, que es estimulada durante las experiencias
recompensantes y de placer. Ya que las drogas, al ser consumidas, provocan
sensaciones placenteras y, por tanto, recompensantes en nuestro organismo,
parece claro que estas áreas y procesos están implicadas en el desarrollo de
adicciones y dependencias.

Esta asociación entre las experiencias que nos resultan recompensantes y los
niveles de dopamina en el núcleo accumbens provocó que, en un principio, los
neurocientíficos pensaran que el papel principal de este núcleo tuviera que ver con
mediar la recompensa. Por tanto, suele estar implicado en la adicción y en los
procesos que llevan a la adicción.
Sin embargo, desde que se descubrieron los primeros vínculos entre el
accumbens y las recompensas, se ha descubierto que los niveles de dopamina, el
neurotransmisor relacionado con el placer y la felicidad, en este núcleo aumentan
en respuesta tanto a estímulos recompensantes como a estímulos aversivos.

Este descubrimiento llevó a una reevaluación de las funciones del núcleo


accumbens y de las funciones de la dopamina como neurotransmisor.

Los neurocientíficos siguen intentando comprender el papel exacto del núcleo


accumbens en estos procesos. En este punto, sin embargo, parece seguro asumir
que este núcleo es un área cerebral influyente en los procesos de desarrollo de
adicciones y dependencias.

Conclusión
Los efectos de la dependencia a los fármacos son múltiples; causan problemas
tanto físicos como psicológicos, económicos y sociales. Un tratamiento eficaz
incluye un planteamiento multidisciplinario en el que factores relacionados con la
salud, la educación, el ambiente social, la comunidad y los componentes de la
familia deberían ser incorporados.

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