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INTRODUCCÓN

Uno de los puntos importantes en la legislación sucesoria y tema principal de la

presente investigación es la INSTITUCIÓN DE LA LEGÍTIMA, que cimienta sus

principios jurídicos en la protección de la economía familiar por medio de la equidad

en la distribución del patrimonio del causante y debido a su naturaleza que

sobrepasa el ámbito contractual, convierten sus disposiciones jurídicas en

preceptos legales de orden público. Si bien se reconoce la libertad de disposición

que tiene una persona en cuanto a su patrimonio, existen razones económicas,

morales y sociales que tienden a limitar esta libertad de modo a prevenir, muchas

veces, la ruina familiar a causa de la disposición arbitraria de su patrimonio hecha

por el causante. Como novedad en esta institución el Código Civil instituyó la

legítima del adoptante y del adoptado.

También se legisla detalladamente sobre la sucesión de los cónyuges,

estableciendo que el cónyuge supérstite heredará la mitad de los bienes en caso

que hayan fallecido sus suegros y concurriere con ascendientes que no sean los

referidos, la tercera parte si quedaren el padre y la madre del causante y la mitad

de la herencia en caso de que uno de ellos sobreviviere; todo esto, por supuesto,

en caso de que el causante no haya dejado ningún descendiente, caso contrario, el

cónyuge supérstite heredará en igualdad de condiciones que los mismos.

1
DERECHO CIVIL V (SUCESIONES ll)

CONCEPTO

Es una porción de la masa hereditaria que la ley protege en beneficio de los

herederos forzosos. Es la porción de la herencia de la cual no pueden ser privados

los herederos forzosos salvo justa causa de desheredación.

Según Jorge Maffía, “La legítima es un derecho de sucesión sobre determinada

porción del patrimonio del causante protegido por la ley”, y agrega que, el derecho a

la legítima es la afirmación del llamado a la herencia “en términos según los cuales

el derecho que abarca no puede ser afectado por desprendimiento resultante de

enajenaciones anteriores, ni por desprendimientos que puedan resultar de

disposiciones contenidas en el testimonio del causante” 1

1. PORCIÓN LEGÍTIMA DE LOS DESCENDIENTES, ASCENDIENTES, DEL

CONYUGE, DEL ADOPTANTE Y ADOPTADO (Art.2597).

1.1 PORCIÓN LEGÍTIMA

El Artículo 2598 del Código Civil expresa: “La legítima de los descendientes es

de cuatro quintas partes de la herencia”.

La de los ascendientes es de dos tercios

La del cónyuge, cuando no existan descendientes ni ascendientes, es la mitad.

La legítima del adoptante y del adoptado será la mitad de la herencia.

1
Maffia, J. "Manual de Derecho Sucesorio". Buenos Aires.p.446

2
1.2 LA LEGÍTIMA DE LOS DESCENDIENTES

Se entenderá como cuatro quintas partes al 80% de la masa hereditaria

correspondiente a la legítima de los descendientes, sin hacer distingos entre hijos

matrimoniales o extramatrimoniales (Art. 2591, reformado por la Ley 204/1993);

siendo este porcentaje, como ya lo hemos mencionado, invariable cualquiera sea el

número de descendientes que concurran. En concordancia con lo prescripto

legalmente para la legítima de los descendientes y la distribución de la referida

entre los mismos, tenemos el Art. 2583 del Código Civil.

Por consiguiente, el porcentaje disponible para las donaciones, legados u otras

liberalidades será del 20%, debiendo procederse a la acción de reducción por parte

del o los afectados, si el mismo supera la cifra mencionada.

1.3 LA LEGÍTIMA DE LOS ASCENDIENTES

Se entiende como dos tercios al 66% de la masa hereditaria correspondiente a

los ascendientes, no discriminando entre los ascendientes matrimoniales o

extramatrimoniales. Sin embargo, para que les sea atribuida la porción legítima en

una herencia, es necesario que el causante no haya dejado ningún descendiente;

heredándolo conjuntamente con el cónyuge supérstite, según lo dispuesto por el

Art. 2584 del Código Civil: “A falta de descendientes heredan los ascendientes, sin

perjuicio de los derechos del cónyuge”.

1.4 LEGÍTIMA DEL CONYUGE

La legítima del cónyuge supérstite será del 50% de la herencia, siempre y

cuando no existan descendientes o ascendientes, de lo cual hace referencia la

3
doctrina nacional en estos términos: “La legítima del cónyuge supérstite es la mitad

de los bienes del causante, que comprenden los propios y los gananciales; la

disposición no hace distingos” 2

Por virtud del Art. 2590 (reformado por la Ley 204/1993) el cónyuge supérstite

recibirá un beneficio de la cuarta parte del haber líquido hereditario cuando

concurra con ascendientes extramatrimoniales. El beneficio no existe cuando

concurra con ascendientes matrimoniales.

Su Legítima “es cuarto quintas partes de la herencia”. Los descendientes a que

se refiere la norma son los matrimoniales o extramatrimoniales, pero no a los

adoptivos, a quienes se les asigna una legítima menor. La legítima establecida por

la ley es inmutable, cualquiera sea el número de descendientes3.

Al respecto, el Art.. 2586 del Código Civil dispone sobre la sucesión de los

cónyuges: “El derecho hereditario del cónyuge supérstite sobre los bienes propios

del causante será:

a) igual al que corresponda a cada uno de los hijos del autor que concurran con

él;

b) la tercera parte de la herencia si concurren con él los padres del causante, y

la mitad, si sólo quedare uno de ellos.

c) la mitad, si fallecidos los dos suegros, concurriesen otros ascendientes; y

d) la totalidad, si no existieren descendientes ni ascendientes.

2
Martínez, E. W. (2013). “Derecho Sucesorio en la Legislación Paraguaya”. Asunción: LA LEY
S.A.E.pag. 392
3
Ibídem.p.391

4
1.5 LEGÍTIMA DEL ADOPTANTE Y DEL ADOPTADO

En este caso la porción legítima será la de la mitad de la herencia. La ley así,

distingue las legítimas de los hijos adoptivos y los hijos biológicos, a pesar de lo

dispuesto por el art. 2595 del Código Civil para los adoptados en cuanto al orden en

las sucesiones intestadas: “El adoptado, sea por adopción plena o simple, hereda al

adoptante como hijo matrimonial con derecho a representación”.

2. LEGÍTIMA QUE PREVALECE SI CINCURREN VARIOS HEREDEROS

FORZOSOS (Art.2599)

El Código Civil en su Art. 2599, refiere: “Para la determinación de las legítimas,

cuando concurren varios herederos forzosos, prevalecerá la legítima mayor”. En

este sentido, tenemos que debido a una imposibilidad matemática y también de

suficientes bienes para cubrir las porciones legítimas de los diversos órdenes

hereditarios, las legítimas no pueden superponerse, de modo que; cuando se

verifica la concurrencia de herederos pertenecientes a diferentes órdenes

hereditarios, se toma como base para el cálculo de la legítima, la que represente el

porcentaje mayor. De este modo, quienes estén estipulados con una porción

legítima menor, quedarán comprendidos dentro del porcentaje de la legítima mayor

tomada como referencia.

Al respecto se expresa la doctrina nacional en estos términos:

“Las legítimas no se superponen; cuando concurren herederos de distintos

órdenes, se toma como base la legítima mayor. Es decir, que el causante no podría

disponer sino de una quinta parte de la herencia si tuviera como sucesores

5
descendientes y con ellos concurriese el cónyuge supérstite, en cuyo caso las

cuatro quintas partes es la legítima mayor, dentro de la cual debe establecerse la

cuota legítima que corresponde a cada heredero”

Maffía, explica la situación plateada en los siguientes términos: “En primer

lugar, se debe tener en cuenta que los órdenes que excluyen a otros privan a éstos

de legítima. Así, concurriendo descendientes legítimos, los ascendientes carecen

de porción legítima. En segundo lugar, concurriendo distintos órdenes no

excluyentes, los que tengan asignada una legítima menor quedarán amparados por

la ley, conforme a la presencia del legitimario de mayor porción, dentro de la

fracción aritmética de este último” 4.

3. DERECHO DEL HEREDERO ANTE LAS DISPOSICIONES

TESTAMENTARIAS Y O DONACIONES QUE AFECTEN SU LEGÍTIMA Y

MOMENTO EN QUE PUEDE EJERCERLO (Art.2600)

Las disposiciones testamentarias y las donaciones entre vivos que menguaren

la legítima, se reducirán a la cuota disponible, a solicitud del heredero perjudicado,

una vez abierta la sucesión.

4. PROCEDIMIENTO PARA CALCULAR LA LEGÍTIMA (Art.2601)

4.1 FORMA DE FIJAR LA LEGÍTIMA

El Código Civil en su Art. 2601, señala: “Para fijar la legítima se atenderá al

valor actualizado al tiempo de practicarse el inventario judicial de los bienes del

4
Ibídem.p.393 y 394

6
autor, con deducción de las deudas y cargas, sin comprender entre ellas las

impuestas en el testamento. Al valor líquido de los bienes hereditarios se agregará

el de las donaciones del causante, cuyo valor se establecerá de acuerdo con lo

dispuesto en la primera parte de este artículo”.

Para una mejor comprensión, tomamos en consideración lo expresado por el

eminente jurista nacional Eladio Wilfrido Martínez en su obra “Derecho Sucesorio

en la Legislación Paraguaya”; quien primeramente aclara las diferencias existentes

entre la masa hereditaria y la masa legitimaria. Se entiende por masa hereditaria a

los bienes dejados por el causante al momento de su muerte; y, por masa

legitimaria a la que resulte de la deducción de las deudas y cargas, salvo las

dispuestas por el causante en el testamento, cuyos bienes fueron valorados al

tiempo de practicarse el inventario judicial en los términos establecidos por los

Artículos 758 al 762 del Código Procesal Civil y, una vez que quede establecido el

valor líquido de los bienes hereditarios, se incluirá el valor de las donaciones que

haya hecho el causante. En cuanto a los legados y donaciones, serán avaluados

conjuntamente con los bienes sucesorios. Al respecto, el referido autor expresa:

“Cabe indicar que en nuestra práctica judicial no se denuncian las donaciones

hechas por el causante al tiempo de practicarse el inventario de los bienes y la

avaluación respectiva; se la formaliza cuando aparecen evidencias de que los

bienes inventariados no cubren la legítima de los herederos; por tanto, para la

tasación de los bienes donados y denunciados se tomarán en cuenta el valor que

los mismos tenían al tiempo en que se efectuó la avaluación judicial de los bienes

inventariados” 5.
5
Ibídem.p.397 y 398

7
4.2 DEUDAS Y CARGAS DE LA SUCESIÓN

Por otra parte, es muy importante distinguir jurídicamente los vocablos deudas

y cargas. En este sentido, las deudas son todas las obligaciones contraídas por el

causante en vida, en cambio, las cargas son las obligaciones originadas con

posterioridad a su muerte, entre los que podemos mencionar, como un ejemplo, los

gastos funerarios.

Al respecto, ya hemos mencionado que de la masa hereditaria deben

descontarse las deudas contraídas por el causante de modo a establecer el

porcentaje de la legítima sobre el valor líquido de la herencia. Al efecto, las deudas

deben ser probadas fehacientemente, no siendo suficiente el reconocimiento de las

mismas por parte de los herederos, debido a que éstos podrían simular y recocer

deudas a favor de terceros de modo a alterar la porción legítima disponible

disminuyendo los legados o donaciones

5. ¿QUÉ DERECHOS PUEDEN EXCLUIRSE DE LA MASA HEREDITARIA,

PARA DETERMINAR SU VALOR? (Art.2602)

El Código Civil en su Art. 2602, regla: “Para determinar el valor de la masa

hereditaria no se computarán los derechos y obligaciones dudosos, ni los litigiosos

o los subordinados a una condición suspensiva. Los sujetos a condición resolutoria

se considerarán puros y simples”.

Al respecto, Eladio Wilfrido Martínez, enseña en su obra “Derecho Sucesorio en

la Legislación Paraguaya”: “La razón por la cual el Art. 2602 dispone que los

derechos y obligaciones subordinados a una condición suspensiva no se computan

8
para determinar el valor de la masa hereditaria radica, en que como dice Maffía, “en

cuanto a los créditos bajo condición suspensiva, ellos carecen de valor actual, y por

tanto, no se los puede tomar en consideración”. “Las deudas condicionadas

merecen recibir un tratamiento análogo al de los créditos de igual naturaleza”, por lo

que se deducirán las subordinadas a condición suspensiva, es decir, no se

computarán en la masa hereditaria”. “Los derechos y obligaciones sujetos a

condición resolutoria, en cambio, se computarán para la formación de la masa

hereditaria, pues, según la norma que nos ocupa, se les considera como puros y

simples, y por tanto, existentes”.

“En conclusión, el Código ha establecido, sin margen de duda, que los

derechos y obligaciones sujetos a condición suspensiva no se computan para

determinar la masa hereditaria, pero sí los subordinados a una condición

resolutoria”6

6. RENUNCIANTE E INDIGNO, Y SUS DESCENDIENTES, PARA LA

DETERMINACIÓN DEL CÁLCULO (Art.2603)

Dispone el Art. 2603 del C.C.: “Para el cálculo de la legítima, no será tenido en

cuenta el renunciante, ni el indigno, a menos de existir descendientes de éstos, que

concurran por derecho de representación y por derecho propio”.

No serán considerados para la deducción de la legítima el renunciante ni el

indigno y cuando estos no tengan descendientes, la legítima se calculará como si

ellos no hubieren existido, debido que al renunciar irrevocablemente a su calidad de

6
Ibídem.p.399 y 400

9
heredero o al ser despojado del mismo dentro de los términos de la ley, no puede

concurrir a la herencia.

Dentro de la misma temática, la porción legítima no varía si existe más de un

heredero dentro del orden sucesorio; siendo el caso de la renuncia o indignidad de

uno de los descendientes, la cual no es relevante debido a la existencia de otros

descendientes que hacen que la porción legítima siga manteniéndose en un 4/5.

Ahora bien, en el caso de que el renunciante o indigno haya sido hijo único del

causante y siempre que el mismo no tuviera un descendiente, la porción legítima

queda alterada, y su determinación dependerá de la relación de parentesco de los

demás herederos forzosos, haciendo que disminuya indefectiblemente la porción

legítima.

Sin embargo, cuando el excluido de la herencia lo es en carácter de

renunciante y tiene descendientes, éstos pueden acudir en representación de su

progenitor a recoger lo que le corresponde en la herencia, según lo dispuesto en el

Art. 2462 del Código Civil: “Se juzgará que el renunciante nunca fue heredero. Los

bienes se transmitirán como si él no hubiere existido, salvo el derecho de

representación”. El derecho de representación también se encuentra vigente en el

caso de la muerte del descendiente del causante antes de él; en los términos del

Art. 2576, que dispone: “Los descendientes de un heredero muerto antes del

causante, entran en su lugar a recoger su parte en la herencia. Puede

representarse al renunciante”. Por consiguiente, en ambas situaciones, la legítima

establecida para los descendientes quedará intacta.

10
En el caso del excluido en carácter de indigno, sus descendientes tienen

vocación hereditaria por derecho propio, según el Art. 2493 del Código Civil, que

establece: “Los descendientes del indigno y del desheredado concurren a la

sucesión por derecho propio, sin necesidad de invocar el derecho de

representación, recibiendo en su conjunto la hijuela que hubiere correspondido a

aquél. No quedan excluidos por las faltas o delitos del ascendiente, pero éste no

puede reclamar en caso alguno el usufructo que la ley acuerda a los padres

respecto del patrimonio de sus hijos”.

Por consiguiente, el porcentaje establecido para la legítima disminuirá y

concurrirán los demás herederos si el descendiente declarado indigno o

renunciante no ha dejado descendencia alguna, caso contrario, la legítima seguirá

siendo la misma. “Un ejemplo arrojará mejor luz para comprender el alcance de la

disposición: Una persona a su fallecimiento, deja un hijo y ascendientes; el hijo

desplaza a los ascendientes y su legítima es de las 4/5 partes; la de los

ascendientes de 2/3 partes. Pero el hijo renuncia a la herencia o es declarado

indigno, por tanto, no concurre a la sucesión de su padre; en ese supuesto, los

padres de éste vienen a recoger la herencia, pero como su legítima es de 2/3

partes, no se tiene en cuenta la del hijo, que como queda dicho es de 4/5 partes, de

lo que resulta que aumenta la porción disponible del causante”7.

7. OPCIÓN DEL HEREDERO ANTE LA MANDA QUE CONSISTE EN UN

USUFRUTO, USO O HABITACIÓN O RENTA VITALICIA (Art.2604).

7
Ibídem.p.400.401 y 402

11
Cuando la disposición testamentaria consistiere en un usufructo, o en un

derecho de uso o habitación, o renta vitalicia, los herederos forzosos tendrán opción

a ejecutar la disposición o entregar al beneficiario, en plena propiedad, la parte

disponible.

8. POSICIÓN DEL MISMO CUANDO EL LAGADO ES DE LA NUDA

PROPIEDAD O EN EL CASO QUE SE DEBEN REDUCIR LAS

DISPOSICIONES TESTAMENTARIAS O LAS DONACIONES POR LOS

FAVORECIDOS POR ELLAS (Art.2604)

Esta disposición no se aplica cuando la manda del testador es de la nuda

propiedad, ni a los casos en que haya que reducir las disposiciones testamentarias

o las donaciones, entre los favorecidos por ella.

9. CASO DE LA ENTREGA DE BIENES POR EL CAUSANTE AL

HEREDERO FORZOSO, CON CARGO DE RENTA VITALICIA O

RESERVA DE USUFRUCTO

Concluye el capítulo sobre la legítima en el Código Civil, con una norma

bastante criticada, puesto que pese a la prohibición de pactar o estipular sobre la

herencia futura, pareciera que la norma dispone sobre la misma. Así, el Art. 2605,

señala: “Si el causante ha entregado por contrato en plena propiedad algunos

bienes a uno de los herederos forzosos, cuando sea con cargo de una renta vitalicia

o con reserva al usufructo, el valor actualizado de los bienes será imputado sobre la

porción disponible del testador, y el excedente será traído a la masa de la sucesión.

Esta imputación y esta colación no podrán ser demandadas por los herederos

12
forzosos que hubiesen consentido en la enajenación, y en ningún caso, por los que

no tengan designada por la ley una porción legítima”.

Enseña Martínez “Conforme al precepto que nos ocupa, las enajenaciones por

contrato, a título oneroso, realizadas por una persona a quienes serían sus

herederos forzosos si les pre falleciese no se hallan sujetas a la colación, toda vez

que esas enajenaciones no “sean con cargo de renta vitalicia o con reserva de

usufructo”

“… En cambio, si por el contrato el causante, en vida, hubiera entregado bienes a

sus herederos forzosos, con cargo de una renta vitalicia o con reserva de usufructo,

se presume su gratuidad, aunque el acto estuviese revestido de onerosidad, en

cuyo caso, el valor actualizado de los bienes será imputado a la porción disponible

del extinto y el excedente será traído a la masa de la sucesión. Pero enajenaciones

con semejantes cargos difícilmente sean efectuadas.

La frase inicial del Art. 2605, tomada del Art. 3604 del Código de Vélez, merece

la misma observación que a éste se hiciera, en cuanto se refiere a la entrega de

bienes mediante contrato en plena propiedad, a uno de los herederos forzosos,

cuando sea con reserva de usufructo, por entrañar una evidente contradicción,

dado que no existe plena propiedad si sobre el bien pesa reserva de usufructo.

10. HEREDEROS QUE CONSINTIERON LA ENTREGA (Art.2605).

La segunda parte del Art. 2605 del Código Civil señala el concepto de

consentimiento de la enajenación, como causal de inhabilidad para reclamar la

legítima lesionada, expresando: “Esta imputación y esta colación no podrán ser

demandadas por los herederos forzosos que hubiesen consentido en la

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enajenación, y en ningún caso, por los que no tengan designada por la ley una

porción legítima”

Señala Martínez, sobre el consentimiento de la enajenación, diciendo: “Importa

señalar, como bien se ha observado, que las palabras del precepto no se refieren al

consentimiento prestado a la enajenación, porque dicha conformidad es innecesaria

para el acto en sí, frente al derecho que tiene todo propietario de transmitir sus

bienes a quien le plazca, mientras no existan incapacidades de derecho entre las

partes. Lo que se quiere mencionar es el consentimiento al carácter oneroso de la

enajenación. Si todos o algunos de los coherederos saben que el acto es sincero, o

sea, si les consta que la contraprestación pertinente ha ingresado o ingresará en el

patrimonio del enajenante, no hay perjuicio para ellos y, por tanto, es inadmisible

que se opongan a la operación, en el sentido que posteriormente impugnen el acto”.

El nombrado autor critica la segunda parte del Art. 3604 del Código argentino,

en todo pertinente al 2605 del nuestro, que la acoge, en el sentido que debió

suprimirse su in-fine, que dice: “y en ningún caso por lo que no tengan designada

por la ley una porción legítima”, “descargando al precepto del ocioso período con

que finaliza”, dado que sólo los herederos forzosos tienen legítima.

Para concluir el examen del Art. 2605 debemos señalar, que su segundo

apartado admite, como excepción a la regla general en el derecho sucesorio, un

verdadero pacto sobre herencia futura, “al disponer que la imputación y la colación

no podrán ser demandadas por los herederos forzosos que consientan la

enajenación” 8

8
Maffia, J. "Manual de Derecho Sucesorio". Buenos Aires.p.519

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11. ACCIÓN DE REDUCCIÓN CONTRA LOS BENEFICIOS Y CONTRA LOS

TERCEROS ADQUIRIENTES GRATUITOS DE LOS BIENES DONADOS

(Art.2606)

Al respecto, nuestro Código Civil refiere: Art. 2606. Cuando haya que completar

la legítima de los herederos forzosos, la acción de reducción podrá ser promovida

contra los beneficiarios, a fin de que integren el valor que están obligados a restituir,

según las reglas precedentes. Esta acción podrá ser intentada en la misma medida

contra el poseedor del inmueble donado, si lo hubo a título gratuito del donatario.

En este caso, el demandado podrá librarse haciendo abandono del inmueble.

Es la acción que protege la legítima contra las liberalidades (legados y

donaciones) del causante que sobre pasan la porción disponible, de modo a reducir

el excedente hasta alcanzar el porcentaje de la legítima estipulada legalmente. Para

su procedencia, es necesario el accionar de los herederos y beneficia únicamente a

quienes la interponen, sin tener un efecto extensivo; por lo tanto, las liberalidades

serán válidas mientras la acción de reducción no sea planteada por parte del o los

herederos afectados, siendo en este sentido una acción de carácter personal[2] y

no opera de puro derecho.

En nuestra legislación, la acción de reducción es personal. El Código ha

adoptado en su Art. 2606, con poco cambio, en la nota a dicha exposición, expresa:

“Se trata siempre de una acción personal de reintegro. Los bienes mismos escapan

a la restitución. Entre garantizar al heredero su legítima, y asegurar al adquirente

tercero la estabilidad de los bienes que posee la ley no puede vacilar: es dueño de

ellos el que los adquirió en virtud de las constancias del Registro. Pero si los hubo a

15
título gratuito, está sometido a la acción personal del heredero, hasta la

concurrencia del valor del bien. Puede abandonarle y eximirse de toda obligación”

12. USO POR EL TESTADOR DE LA PORCIÓN DISPONIBLE (Art.2607).

Deducida la masa hereditaria, se establece la porción legítima en atención a los

herederos forzosos que acuden a la sucesión. La porción legítima consecuente será

la parte de la herencia de la cual el causante podrá disponer sin restricciones;

pudiendo beneficiar con ella a terceros, o inclusive mejorando con ella a los

herederos forzosos.

Con referencia a este punto, el Código Civil, en su Art. 2607 dispone: “Sólo de

la porción disponible podrá el testador hacer los legados que estime convenientes,

o mejorar con ella a sus herederos forzosos”.

CONCLUSIÓN

El Código Civil Paraguayo ha legislado el derecho sucesorio de una forma

coherente con los anteriores libros. Así, el derecho sucesorio paraguayo responde a

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lineamientos de protección a la economía familiar y opera como herramienta para

preservarla más allá del fallecimiento de sus integrantes. De este modo,

comprendido el derecho sucesorio, la institución de la legítima pretende lograr la

preservación del patrimonio familiar, incluso contra la voluntad del causante, y la

división equitativa de esos bienes entre los herederos forzosos, con prescindencia

de los impuestos o derechos del Estado.

Sólo puede ser este el fundamento de esta institución para que podamos

afirmar que no se contradice con el Estado Social de Derecho. De hecho, sólo

existe una excepción legislada al régimen descrito: la enajenación onerosa con el

consentimiento de los herederos forzosos (que es un verdadero caso de

estipulación sobre la herencia futura).

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