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Al final de un largo y maravilloso viaje por el río Guayabero a comienzos de los 80, me
topé en una trocha con un colono que llevaba en su mula un gran atado de pies de una
doctor!”. Fue como un cocotazo. Desde ese día comencé a ver matas de coca por todos
lados y en los puertos una actividad económica insólita. Llegué a Bogotá con la certeza de
que el país no se había pellizcado de lo que le venía pierna arriba. Lo comenté con
apareció como crónica en El Espectador. Desde ese día estoy ligado al periódico. He
escrito crónicas, reportajes, columnas y nunca me han suprimido ni una sola coma. Por el
país se ha quedado a vivir ahí. El Espectador, más que mi casa, ha sido la atalaya desde
batallas fue desnudar la llamada Ley de los Caballos, que implicaba severas sanciones –
por el triunfo militar de Núñez y Caro. En la Violencia –que no deja de amagar–, la altivez
castigada dejando en cenizas la imprenta y las oficinas del diario. Pocos años después,
Rojas Pinilla lo persiguió con lápiz rojo y tijeras: El Espectador se imprimió entonces
todopoderoso del Grupo Grancolombiano. La venganza fue feroz: suprimió la pauta. Días
que con coraje denunciaba día a día en su “Libreta de Apuntes” la invasión de la mafia en
la vida nacional. Y para rematar, las mismas fuerzas bombardearon el periódico y dejaron
sus instalaciones paradas en cuatro vigas sobre las que continuó defendiendo el
años. He tratado de mirar el país por un agujero que no le gusta al poder porque lo irrita,
libro que me mandó de regalo Carlos Castaño: “Estamos en esquinas opuestas, la historia
dirá quién tiene la razón, usted me ha hecho más daño que la guerrilla”. Y me fui seis
años sin dejar una sola hora de vivir aquí desde allá. No podía ser de otra manera: El
Ahora me voy a defender en otro campo lo que las fuerzas democráticas han logrado
verdad, sin querer queriendo. Siento la apasionada inseguridad del reto, como cuando
salto a una canoa en el río Duda con escasa banda, o cuando trepo en una mula briosa
congelada como dogma de verdad. Es la mirada en todas las direcciones, que es hoy el
desde El Espectador he hecho: mirar con el ojo silenciado de la gente. Es la hora de una
luz, así sea tenue, que permita vislumbrar el rostro de la tragedia que hemos vivido. ¡Que
Renuncio por un tiempo a lo que más quiero: escribir lo que le oigo decir a la gente en las
calles y en las veredas con su lenguaje, con su bella claridad. Lo haré en otro papel, pero
con la misma mano. La que chuzaba letra por letra en el computador los viernes desde la
madrugada un texto que se ha venido cocinando solo durante toda la semana. La misión
que nos ha sido dada es borrascosa. Reconocer la verdad será doloroso, pero ese
sufrimiento, hecho conciencia, será liberador y quizás a partir de allí podamos ser
Me voy de El Espectador con la nostalgia con que se deja un paisaje vivido, una mujer
Gracias, Fidel.
El Estado no es un sujeto con voluntad, pese a que enuncie principios, tenga planes,
y sus instituciones son los hombres y mujeres (pocas) que lo manejan; estos sí, sujetos
intereses de sus bolsillos sin fondo; a veces son altruistas y persiguen ser promovidos,
Pasado un año de firmados, el balance es simple: las Farc han cumplido; el Gobierno, no
—lo dice la ONU—, y el Congreso, tampoco. El aparato judicial enreda y enreda porque
que no sabe si sigue en Bélgica o está en Bogotá. Lo traba a conciencia el cachifo Lara
En el campo, donde las guerrillas han vivido, actuado y dejado las armas, la situación está
a los que les han cambiado el nombre varias veces— la gente está mamada de esperar.
Lo prometido y firmado llega al ritmo de una orinada de borracho. Ya pasaron los abrazos,
las entrevistas, las fotografías y hasta las denuncias. Los cuadros de mando hacen lo que
pueden y mantienen su ideal de hacer política sin armas, pero cada vez la ven más gris y
no pocas veces negra, y en los últimos días hasta roja. El Paisa mostró el peligro del
desembarco aéreo y todos los fierros, prendió las alarmas. Mientras tanto, las que fueron
“unidades de las estructuras armadas” andan dando vueltas. A unos pocos les han
enseñado pastelería y a otros, a “elaborar compost”. Muchos han regresado a sus casas
para celebrar en familia con los $640.000 de la “bancarización”. Algunos añoran su vida
de monte y hasta miran de soslayo la disidencia. Cadete se fue porque los zapatos de
cuero le apretaban.
10.000 muchachos y muchachas que han manejado armas, que saben cómo se hacen
sientan por las tardes a discutir qué van a hacer, mientras los funcionarios de la
Consejería, con botas Brahma y camisas de logos oficiales, dan vueltas y sonríen. Bueno,
también llenan cuadros estadísticos, que Pardo lleva al Congreso para decir que no
están expuestos al deslumbre del consumo: chompas, tenis, bluyines, trago, tatuaje,
celular, internet, pero mañana verán que esas 640 lucas no dan un brinco ni en la tienda
consejero que puede estar pensando “esa gente”? Se lo dirán poco a poco. Todavía les
quedan principios y esperanzas porque los mandos no los han dejado como rueda suelta,
sus casas y se parcharán con otros desocupados en una esquina a ver qué trae el día,
¡Terroristas! ¡Tras ellos! Mientras el coro del Centro Democrático, Cambio Radical y el
Partido Conservador lo aplaude frenético y los cuerpos represivos salen de cacería. Todo
saldrá tan bien, que nadie podrá dudar de que se trataba de una estrategia deliberada y
una estudiante de Psicología de ojos picantes y labios siempre húmedos. Bonita ella.
Vivía en el norte y cogíamos bus juntos. Tenía varios hermanos, a uno de los cuales
llamaban con cariño Mindo. Pasé una navidad en casa de ellos y ahora me veo echándole
Restrepo. Quedaban como manchas de sangre en la cara del futuro presidente. Fue la
primera acción clandestina de Guillermo Sáenz, conocido años después con el nombre de
por un material que le encontraron se fue para la guerrilla, amnistiado por Betancur. Fue
uno de los cuadros urbanos que se integraron a las Farc junto con Raúl Reyesy Timoleón
Jiménez.
guerra. Ellos cumplieron un papel destacado en los Acuerdos de La Uribe con Belisario.
Secretariado, del cual ya él era miembro. Conocí entonces a Jacobo y a Marulanda, y por
Bogotá. Alfonso era el consentido de Jacobo, así como Timo lo era de Marulanda.
las Farc, lo encontré en Jardín de Peñas, al sur de La Macarena. Hacía curso, digamos,
cosa estuvo cerca, pero se atravesó el general Bedoya —que no creo que en paz
descanse— y Samper no tenía con qué botarlo como botó Betancur a Landazábal. Más
Paz de hacer un acuerdo con el grupo Bateman Cayón, disidente del M-19. Tampoco se
pudo por la misma razón. Alfonso era ya un convencido de un buen arreglo. Volví a verlo
conciliación. Un mes antes del bombardeo que ordenaron Gaviria y Pardo contra el
distancia entre el número de delegados a la Constituyente del 91 que pedían las Farc y
los que ofrecía el Gobierno. Nada se pudo. Gaviria quería el trofeo, pero en vez de un
frentes de guerra.
La última vez que lo vi fue en San Vicente del Caguán, durante las conversaciones con
de paz con Santos eran aún confidenciales, el obispo de Cali, monseñor Monsalve,
preguntó: “¿Por qué no trajeron vivo a Alfonso Cano, cuando se dieron todas las
Cuando estudiaba en París, pocos años después de mayo del 68, y nos pillaban
volver a hacerlo y asunto arreglado. Estoy hablando de una república donde no fue
Somos un país de fórmulas legales, hechas para enredar a todos y dar de comer a sus
autores.
El Gobierno ha presentado, para ser aprobado vía rápida, un proyecto de ley que define el
tamaño de las parcelas con cultivos ilícitos, que en el caso de la coca se limitaría a 3,8
rebajar las penas por cultivos de coca, marihuana o amapola siempre y cuando los
campesinos se acojan a los programas de sustitución (suponiendo que algún día Pardo
los deje andar). Hoy las penas varían entre seis y 12 años por chagra, sin importar su
tamaño; de ser aprobada la ley, quedarían entre uno y cuatro años excarcelables. Se trata
El fiscal Néstor Humberto Martínez, que de seguro estudió en Francia, ha puesto el grito
en el cielo y declaró que la Fiscalía –o sea él mismo– está aterrada con el proyecto de ley.
Una nueva zancadilla a la paz. Valdría la pena que el doctor Martínez se echara una
caminada por las zonas de colonización y dejara en su oficina los códigos por un rato.
Hagamos cuentas: según cultivadores de Tumaco, una hectárea de coca amarga –la
variedad promedio– produce al mes un kilo y medio de pasta básica, que a precios de hoy
millones. Al año unos 20 millones por hectárea; o sea, 76 millones por chagra de 3,8
que cada chagra es cultivada por una familia compuesta por cinco miembros que trabajan
todos tumbando monte, sembrando, cosechando y sacando base de coca, a cada uno
correspondería un salario anual de seis millones: 500.000 pesos mensuales. ¡Menos del
salario mínimo legal sin prestaciones! Más aún, en Tumaco, señor fiscal, hay 19.305
familias que cultivan coca en 15.933 hectáreas, o sea, el promedio de chagra familiar es
panorama? Una finca de 0,82 hectáreas produciría, limpios, al año, 6,3 millones de pesos,
que distribuidos entre cinco miembros, daría al año 1,2 millones de pesos para cada uno,
cultivador tendría que pagar hoy seis años de cárcel. Estamos hablando del eslabón más
débil de la cadena del narcotráfico, que comparado con lo que se robó el exfiscal contra la
corrupción con el cartel de la toga es del tamaño de una gota de agua en el río Bogotá.
Se suponía que la dejación de armas era el paso más difícil. Se entregaron las armas y
los guerrilleros están entrando a la institucionalidad, de donde, la verdad sea dicha, nunca
salieron porque esa manta jamás los cobijó. Ahora se enfrentan con realidades que no
conocían y creo ni sospechaban: la morronguería de los aparatos del Estado. El más
tangible –con varios muertos a su cuenta– ha sido la sustitución de cultivos ilícitos, que es
Desde fines del siglo XIX, el tema principal del enfrentamiento ha sido el acaparamiento
de los baldíos nacionales y hoy lo sigue siendo, pues la coca ha sido la trinchera
economía del narcotráfico y la prueba está en que han aceptado la erradicación voluntaria
Gobierno no ha movido un dedo para iniciarlos con fundamento. Sin lugar a duda, lo que
El reto es, por supuesto, enorme. ¿Con qué cultivos se piensa sustituir la coca, si se
asume, como lo aceptan los cultivadores, que no hay ninguno que pueda igualar la
rentabilidad que hoy perciben? Guayaba agria, gulupa, pitaya, o cualquier otro, se
planteando una red cooperativa que pudiera saltarse al intermediario, que es el personaje
donde quedan atrapadas las ganancias. Más aún, consideran con muy buen sentido que
los productos que sustituyan la coca deben tener un valor agregado, como lo están
molidos.
Uno podría pensar —y soñar— que si el Gobierno quisiera sacar adelante la sustitución,
diseñaría mecanismos para que los colonos produjeran alimentos con destino a hospitales
embargo, como ha quedado claro en los casos de los alimentos para niños y de comida
para los presos, las licitaciones son amañadas y arregladas por los políticos, como es el
María Cristina Palau, destituida porque habría recibido $600 millones como coima para
licitaciones se las ganan los protegidos de los políticos, que a su vez deben pagar a sus
protectores un tributo electoral para financiar las campañas. Tanto en cárceles como en
Bienestar Familiar se han hecho famosos los llamados zares de la contratación pública,
formidable obstáculo para hacer realidad la tan manoseada paz estable y duradera. Los
guerrilleros suponían que su enemigo real era la fuerza pública y la conocían muy bien,
pero no imaginaron que el otro enemigo era la corrupción de un Estado de derecho que
no puede ejercer a plenitud al que para bien o para mal se han acogido.
Michelsen, fue convocado por todas las centrales obreras y durante tres días hubo
violencia, sobre todo a partir de mediados de los años 1960. Los muertos de 1977 fueron
ciudades. De ahí para adelante la violencia rodó por un plano inclinado. Han pasado 40
El presidente Santos ha dicho que con la paz las movilizaciones y protestas ya no se van
a reprimir en la selva a punta de bala sino por las vías democráticas. Un gran propósito,
son la evidencia de que por un lado van los dichos y por otro, los hechos. No es el primer
involucrada después de la firma del Acuerdo de La Habana. Y la Policía tiene una historia
negra, desde el chulavitismo y la pajaramenta de los años 1950 hasta hoy. Y menos aún
con la brutalidad del Esmad, ese cuerpo de fieras creado por el Plan Colombia y
Es de mera lógica pensar que el Ejército debería ver reducidas sus funciones —y su
presupuesto— en la medida en que la paz eche raíces. Pero todo indica que la represión
pasa de una mano a las otras —el presupuesto también— y que ahora frentea el Esmad,
para el “control de multitudes”. Según el Cinep, entre 1999 y 2014 ha estado involucrado
reducida”, que se dice suelen recargar con balines. Los videos que circularon sobre la
enterraron otros casos: El del niño —17 años— Nicolás Neira, asesinado a golpes el
primero de mayo de 2005 en la Plaza de Bolívar; el del estudiante de la Universidad del
Valle Jonny Silva, asesinado el 22 de septiembre de 2005; el del estudiante Óscar Salas,
una ocupación pacífica de tierra en la hacienda “El Hapio”, Cauca. Según la Misión de
sexualmente con un bolillo por el recto” y lo botaron a una zanja. El pasado 9 de octubre
aturdimiento, granadas de gas y tiros de fusil contra una misión humanitaria de la que
hacía parte la ONU y que estaba en comunicación con la Policía. Hechos que en conjunto
102 policías por el caso de Tumaco. Una decisión valiente, sabiendo con quién tratan.
Pero ya se comienzan a oír voces —como la del general (r) Castro— que justifican el
hecho porque los policías estaban barbados y con uniformes rotos. En otras palabras,
para ciertos sectores de la institucionalidad, la Policía dispara contra la gente por falta de
plata.
Estaban cantados los siete muertos y 20 heridos del pasado 5 de octubre en Pueblo
Negro, Alto Mira y Frontera, municipio de Tumaco, que el Consejo Comunitario del Pueblo
Mataje denunciaron como resultado del enfrentamiento violento entre fuerzas del orden y
cultivadores de coca. Desde hace meses diferentes organizaciones sociales le han
ejerce contra los campesinos, colonos, negros e indígenas que protestan por el
incumplimiento por parte del Gobierno de los acuerdos de erradicación voluntaria surgidos
operaciones violentas de erradicación forzosa por parte del Ejército y del Esmad en El
Retorno (Guaviare), Puerto Rico (Meta), San José del Fragua (Caquetá), Piamonte
(Cauca) y Tibú (Norte de Santander). La Defensoría del Pueblo ha encendido alertas rojas
protestaron por el incumplimiento del Gobierno cuando fueron agredidos por el Ejército
Nacional. Resultado: heridos tres campesinos y muerto el guardia campesino José Alberto
Turijano. En San Isidro de Morales (Cauca) se presentó un hecho similar: cuatro heridos,
Programa Nacional de Sustitución Integral de cultivos de uso ilícito, las tropas del Ejército
una política de represión contra la protesta social por el incumplimiento de los acuerdos
choca contra los campesinos y en medio del alboroto y los gritos “se dispara y resultan
maltrataron al primero que gritó; se generalizó la protesta, alguien tiró una piedra. Las
fuerzas del orden atacaron... Entonces, “el Ejército y la Policía se permiten informar que la
no hay un militar herido ni de bala ni con esquirlas, y preguntan: ¿Dónde están los huecos
de los cilindros bomba? La investigación por los hechos se demorará años en establecer
Salta a la vista que la represión brutal se recrudece con los miedos del Gobierno
Democrático y la Fiscalía. Es evidente que los campesinos hoy están saliendo a defender
el Acuerdo de La Habana en lo que tiene que ver con cultivos ilícitos. En el futuro, podrán
Esos muertos son los primeros tiros para hacer trizas el Acuerdo de La Habana, como lo
busca el Centro Democrático; o para botar al hoyo a las Farc, como lo pretende Cambio
Radical.
En un reciente reportaje –muy mentado, por cierto–, el embajador de EE. UU. afirmó que
están sinceramente “interesados en ver el problema (del narcotráfico) desde las raíces…
de darle a esta gente ya involucrada en la economía cocalera una manera digna, lícita,
para ganarse la vida”. Un gran propósito, sin duda. Pero para EE. UU. la raíz es simple:
los campesinos están “cautivos de las organizaciones ilegales”. Cuando un problema tan
profundo como los cultivos de uso ilícito se identifica con el narcotráfico, se llega a esa
malhadada conclusión: los narcos son empresarios mafiosos del dinero sucio, que tienen
presos a los campesinos. La raíz es el mal, y el mal sólo se puede liquidar con la fuerza
cultivos, pero que su gobierno no se puede meter en eso porque en ese programa están
involucradas las Farc, consideradas una fuerza terrorista. Para sustituir los cultivos —
Rafael Pardo, a quien elogié cuando fue nombrado ministro de Defensa; critiqué siendo
de coca y amapola. Y hoy nada ha hecho por ir a la raíz del problema: el endeudamiento
de los colonos con los comerciantes, la falta de vías, la falta de precios de sustentación, la
falta de crédito, la falta de títulos de propiedad, la falta de protección del Estado sobre sus
tierras.
descertifique al país, pero poco se puede mostrar de la sustitución, que es la única acción
que puede llegar al origen del problema. Más aún, hasta se dice que la sustitución es la
base de la erradicación. Válido. Cierto. Justo. Pero de ahí a que se siembre una platanera
hasta han aparecido fotografías de Pardo arrancando una mata de coca —que parecería
que está haciendo un approach de golf— mientras Eduardo Díaz mira con cierto
escepticismo. Más aún, el Gobierno publica cifras del número de acuerdos de sustitución
programas exitosos donde hubo coca y ahora hay, por ejemplo, yuca, plátano, arroz,
maíz, vacas, conejos. Cualquier cosa. ¡Nada! ¡No es cierto que se esté sustituyendo! No
es lo mismo presentar listados larguísimos de familias comprometidas con erradicación
que mostrar familias beneficiadas efectivamente por uno de esos programas, que sólo
forzada.
“Que viva México, que viva mi patria, que vivan los hombres de gran valor; que viva
México está metido en mi alma desde niño. Antes de saber que era un país, supe de
México como si fuera parte de la vereda donde nací. Y fue porque Graciela y Dora, las
empleadas del servicio que antes se llamaban muchachas, cantaban rancheras. O quizá
las tarareaban –tono más íntimo–. Las llevo vivas a todas. Las oigo en mis recuerdos en
vine a la feria de las flores… No hay cerro que se me empine ni cuate que se me atore”
cantada por Jorge Negrete, adoración de ellas. Su pieza –olía a agua de alhucema–
estaba llena de recortes de revista con imágenes de charros. Juan Charrasqueado era tan
mentado como Gaitán. “Por la lejana montaña va cabalgando un jinete”, cantado por
Pedro Infante o por Miguel Aceves Mejía, que rivalizaban por falsetes de 20 segundos.
Teniendo yo caballo y montañas, pues se me fueron colando sin saber esas letras y esos
sones. Por Adelita, la mujer que el sargento idolatraba; La Cucaracha, que no podía
caminar sin marihuana, fue entrando la Revolución Mexicana y con ella Pancho Villa
montado en Siete Leguas, el caballo que más estimaba, con quien Antonio Aguilar –gran
quien mataron mientras le echaba vivas a Villa, y a Lucio Vázquez, a quien le dieron tres
puñaladas entre la espalda y el corazón. Y por ese camino caminé con Heraclio Bernal,
Fui creciendo con cantantes y canciones hasta toparme con Amparo Ochoa, la muy
dolida, en el Barzón. Capando colegio me vi todas las películas de Cantinflas; todas las de
María Félix, la Doña, y a Pedro Armendariz en El indio. Ahí estaban los pasos que me
hicieron dar Mariano Azuela con Los de abajo, Carlos Fuentes con La región más
viento y polvo. Rulfo me resuella al oído cuando escribo. Me araña y hace sangrar mis
letras en Comala con Pedro Páramo, y me pela las manos con la piedra cruda de Lubina.
“Por cualquier lado que me mire” está Rulfo. Lo confieso. “Yo no lo sé de cierto, pero
siento” que Sabines con sus muertos a las espaldas también se entró en mi corazón para
quedarse y enseñarme “cómo vivir al día” como en Los amorosos. Más tarde me gocé y
¿Cómo, entonces, no amar a México? ¿Cómo no amarlo si he vivido tanto tiempo en sus
perdida batalla de Celaya donde fracasaron Villa y Ángeles? ¿Cómo no sentir que hoy se
abre de par en par la tierra de Morelos, gobernada por Juárez y peleada por Zapata?
¿Cómo no sentir en cuerpo y alma los dolores y las penas del pueblo mexicano, tan
grandes todas como es todo en México? ¿Cómo no odiar esa gigantesca placa
subterránea que con una precisión monstruosa golpea un 19 de septiembre para volver a
viejos caserones de Coyoacán, donde oí reír tantas veces a Antonia y cantar en sus
parques a la gente que pasea? ¿Cómo no sentir miedo al pensar que las paredes donde
viven los frescos de Orozco, Rivera y Siqueiros se habrían podido derrumbar? ¿O que se
deshiciera la Casa de los Azulejos con todo y los orificios de las balas que dejaron los
revolucionarios del 17? ¿Cómo no estar presente en el dolor y el miedo sueltos por las
colonias Condesa, Del Valle, Roma, Centro y Xochimilco? Parecería como si todo México
Aunque la niña Frida Sofía nunca haya existido, el mundo la lloró, tal como lloró a Omayra
Sánchez atrapada por otros hierros retorcidos en Armero. Quizá Frida, como Omayra,
serena y con los ojos húmedos, llamó a la mamá y soñó, ahogándose, salir triunfante de
aquel infierno.
Somos hermanos de México, hermanos dentro de la misma piel amenazada: “En el alto
de la montaña –termina el corrido– el león yankee rugiendo está, al ver que el águila