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TEMA 4: LA IGLESIA DE CRISTO

1. El ministerio de la Iglesia y el ministerio trinitario


La Iglesia fue fundada por las palabras y obras de Jesucristo en la plenitud de los tiempos,
realizada por su cruz redentora y su Resurrección. Esta Iglesia se manifiesta como
misterio de salvación por la efusión del Espíritu Santo, pero quedara consumada en la
gloria del cielo como asamblea de todos los redimidos de la tierra. Esta Iglesia es a la vez
Visible y espiritual, Sociedad jerárquica y Cuerpo místico de Cristo, es Una ,formada por
un doble elemento humano y divino.

2. Fundación de la Iglesia
2.1. El Padre
El Padre decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina, para ello dispuso
convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia; esta familia de Dios se constituye
y se realiza gradualmente a lo largo de las etapas de la historia humana.

2.2. Jesucristo
Comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, con ella instauró el Reino de los
cielos en la tierra. Este Reino se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y
en la presencia de Cristo. Eligió y constituyó el grupo de los Doce con Pedro a la cabeza,
son los cimientos de la Nueva Jerusalén. Donó a su comunidad una estructura y le da la
misión de evangelizar a todas las naciones. Pero la Iglesia ha nacido principalmente del
don total de Cristo por nuestra salvación, anticipado en la institución de la Eucaristía,
realizado en la cruz.

2.3. El Espíritu Santo


Fue enviado el día de Pentecostés para que santificara continuamente la Iglesia. Lleva a
la Iglesia a manifestarse públicamente ante la multitud. La constituye y la dirige con
diversos dones jerárquicos y carismáticos. Hace de la Iglesia el germen y el comienzo del
Reino de los cielos en la tierra.

3. Naturaleza: Sacramento Universal de salvación


El término Sacramento expresa mejor el signo visible de la realidad oculta de la salvación,
Cristo es Él mismo el misterio de la salvación que se manifiesta y actúa en los
sacramentos de la Iglesia. La Iglesia contiene y comunica la gracia invisible que ella
significa. Es en este sentido analógico que la Iglesia es llamada sacramento. La Iglesia es
en Cristo un sacramento e instrumento de la unión íntima con Dios, este es el primer fin
de la Iglesia. Es también unidad de todo el género humano. La Iglesia es instrumento de
redención universal, sacramento universal de salvación.

4. Imágenes de la Iglesia
4.1. Pueblo de Dios
Es una visión horizontal de la Iglesia. Todos los bautizados forman parte del Pueblo de
Dios. Dios quiso santificar y salvar a los hombres pero no aisladamente, sino hace de
ellos un pueblo, la Iglesia es ese Pueblo porque realiza la vocación universal a la cual
estaba llamado Israel. El Pueblo de Dios no pertenece en propiedad a ningún pueblo. Se
llega a ser miembro por la fe en Cristo y el Bautismo. Tiene por jefe a Jesucristo, su
identidad es la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el
Espíritu Santo. Su ley es el mandamiento del amor y su misión es ser sal en la tierra y luz
en el mundo.

4.2. Cuerpo místico de Cristo


La Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo indica esa unión indisoluble que hay entre la
Iglesia y Cristo; el cuerpo y la cabeza. Señala que es una unión vital, que depende de
Cristo, se está re-creando por la acción de Cristo, refundando. Muestra la estrecha relación
entre los sacramentos y esa comunión de gracia. “comiendo el mismo pan los muchos se
hacen uno”. Refleja claramente que hay miembros distintos de algo común, la unidad en
la diversidad. Se hace necesario el Espíritu Santo como alma de la Iglesia, principio de
unidad, su principio vital.

5. La naturaleza de la Iglesia en las imágenes bíblicas y en el símbolo de la fe


5.1. En las imágenes bíblica
Como en el Antiguo Testamento la revelación del Reino se propone muchas veces bajo
figuras, así ahora la íntima naturaleza de la Iglesia se nos manifiesta también bajo diversos
símbolos tomados de la vida pastoril, de la agricultura, de la construcción, de la familia y
de los esponsales que ya se vislumbran en los libros de los profetas. La Iglesia aparece
así como: redil, grey, labranza de Dios, edificación de Dios, Jerusalén de arriba, madre
nuestra, esposa.

5.2. En el símbolo de la fe: aparece como; 1. Sujeto de la fe: “Creo/creemos…”,


2. Contenido de la fe en Dios y en su acción salvífica: “…y en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica…”

6. Propiedad esencial de la Iglesia


6.1. Una
Es una y única porque Dios es Uno y Único en sí mismo. La unidad consiste en obtener
la plenitud de la realidad íntima utilizando la plenitud de los medios dispuestos por Dios
para procurarla. Esto se lleva a cabo en la comunión de la fe, de los sacramentos y de la
constitución eclesial.

6.2. Santa
Por su origen divino y por su pertenencia a lo divino. Los medios son santos y sus
miembros lo son por participación de Dios. La santidad es a un mismo tiempo don y tarea.

6.3. Católica
Tiene un doble significado, universalidad y autenticidad. Anuncia la totalidad de la fe
lleva en sí la plenitud de los medios de salvación. Se dirige a todos y abarca todos los
tiempos.

6.4. Apostólica
Está edificada sobre los cimientos de los Apóstoles, es indestructible, se mantiene en la
verdad. Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo, el depósito de la fe. Cristo
la gobierna por medio de Pedro y los apóstoles.
7. La Iglesia comunión: carismas y ministerios ordenados
7.1. Los Carismas
Es algo que concierne a todos los cristianos y a toda comunidad. No son un fenómeno
extraordinario, al contrario, tienen que ser una experiencia cotidiana en la Iglesia. Son la
vida misma de la iglesia. Tienen origen cristológico y pneumatológico, y su finalidad es
el servicio, no son nunca un fin en sí, están subordinados al amor y a la edificación de la
iglesia.

7.2. Los ministerios: El ministerio ayuda, posibilita, actualiza la apostolicidad de la Iglesia. El


ministerio existe con vistas a que todo el pueblo de Dios sea sacerdotal, y pueda actualizar y
realizar su sacerdocio común. No se puede entender rectamente al ministro si lo separamos de la
comunidad. El ministro ordenado representa a Cristo cabeza, y no es para sí mismo.

8. La iglesia universal y las iglesias locales


El Romano Pontífice, como sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo
visible de unidad, así de los Obispos como de la multitud de los fieles. Del mismo modo,
cada Obispo es el principio y fundamento visible de unidad en su propia Iglesia, formada
a imagen de la Iglesia universal; así todas las Iglesias particulares quedan integradas a la
una y única Iglesia católica. Cada uno de los Obispos ejercita su poder pastoral sobre la
porción del Pueblo de Dios que se le ha confiado, pero todos deben tener aquella solicitud
por la Iglesia universal que la institución y precepto de Cristo exigen.

9. El ministerio petrino del Obispo de Roma


El Romano Pontífice, por voluntad de Cristo, continúa el ministerio de Pedro, y por lo
mismo es Vicario de Cristo y fundamento visible de la unidad de la Iglesia, a la que sirve
con el carisma de la infalibilidad y de la suprema, plena e inmediata potestad de
jurisdicción.

10. La colegialidad episcopal


Los obispos, por la consagración episcopal, son constituidos sucesores de los apóstoles,
se configuran en grado sumo con Cristo, Maestro, Sacerdote y Pastor, y entran a formar
parte del cuerpo episcopal. Por su parte cada uno, es el principio y fundamento visible de
unidad en sus iglesias particulares.

11. La misión de la Iglesia


La Iglesia ha sido constituida como mediadora de la redención universal y necesaria para
la salvación. Es mediadora analógicamente a Cristo. Esta misión como mediadora deriva
de la misión trinitaria. Al ser constituida como continuadora de la misión de Cristo, es
necesaria para la salvación.

12. Lumen Gentium y el cambio en la historia de la eclesiología


Afirma que la Iglesia es sacramento universal y exige una cierta relación de toda persona
con la Iglesia católica institución. Así surge la tensión entre universalidad e
institucionalidad. Para la Iglesia Católica, ambas dimensiones son necesarias y
fundamentales. Y se fundamentan teológicamente en una idea: Dios fundó un solo pueblo,
una sola Iglesia. Y en esta historia, esa voluntad unificada de Dios no puede ser frenada.
Decimos entender que la Iglesia sigue siendo universal, a pesar de las muchas rupturas o
escisiones que ha tenido.

13. La nueva evangelización: santidad, ecumenismo, dialogo interreligioso


13.1. Llamamiento a la santidad
La Iglesia es indefectiblemente santa, ya que Cristo, el Hijo de Dios, a quien con el Padre
y el Espíritu llamamos “el solo Santo”, amó a la Iglesia como a su esposa, entregándose
a sí mismo por ella para santificarla, la unió a sí mismo como su propio cuerpo y la
enriqueció con el don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por eso, todos en la Iglesia,
ya pertenezcan a la jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad.

13.2. Ecumenismo
Es el deseo de restaurar la unidad entre todos los cristianos, puesto que única es la Iglesia
fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se
presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo. En este movimiento de unidad,
llamado ecuménico, participan los que invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo
como Señor y salvador.

13.3. Diálogo interreligioso


Es necesario que la Iglesia esté presente en estos grupos humanos (no cristianos) por
medio de sus hijos, que viven entre ellos o que a ellos son enviados. Porque todos los
fieles cristianos, dondequiera que vivan, están obligados a manifestar con el ejemplo de
su vida y el testimonio de la palabra el nombre nuevo de que se revistieron por el
bautismo, y la virtud del Espíritu Santo, por quien han sido fortalecidos con la
confirmación, de tal forma que, todos los demás, al contemplar sus buenas obras,
glorifiquen al Padre y perciban, cabalmente, el sentido auténtico de la vid y el vínculo
universal de la unión de los hombres.

14. María en el ministerio de la Iglesia


María es la primera creyente, es la primera incorporada a Cristo; es la primera que vivió
la gracia de la Nueva Alianza; y va a conservar ese primer puesto en la comunión de los
santos. María precede a la Iglesia, Ella está desde el principio en la vida de Jesús, su
nacimiento, su muerte, su glorificación. La relación de María con Jesús no se produce
dentro de una comunidad, es previa a la existencia de esa comunidad. La Iglesia está en
María, Ella hace que el pueblo de Israel, ya que María pertenece a él y lo representa, se
convierta en el Nuevo pueblo de Dios, el antiguo pueblo entra por ella en la Nueva
Alianza. María está en la Iglesia, si hasta Pentecostés María ha estado al lado de su hijo,
a partir de ahí está en la Iglesia y pasa a ser una más entre los miembros de la misma, sin
ningún tipo de liderazgo ni función.
4° Maria es la Iglesia: hay una identidad teologal entre ambas realidades. Tanto María
como la Iglesia son algo idéntico en la comunión con Cristo, ambas están llamadas a esa
consumación, a esa meta. María es superior a la Iglesia en cuanto a su santidad y a su
maternidad divina. Y por otro lado la Iglesia es superior a María en cuanto a su dimensión
apostólica, a su ministerio.

La Tipología Mariana de la Iglesia


La Iglesia no es una comunidad religiosa en un sentido genérico. En cuanto pueblo de la
alianza, es en cierto sentido, como una persona (cf. Gal 3,18: “Sois uno en Cristo”) que
escucha la Palabra de Dios y es enviada a proclamar el Evangelio. En la escucha de la
palabra consuma la Iglesia su relación con Dios como virgen y esposa, mientras que en
su predicación del evangelio y en su servicio salvífico universal aparece ante los fieles
como madre solícita. La Iglesia como virgen y como madre tiene su más perfecta
representación en la mujer que, en la fe, fue madre virginal de Dios. María, la madre de
Jesús, expresa como “hija de Dios Padre” (como criatura elegida por Dios; filiación
divina), como “madre del Hijo” y como “templo del Espíritu” el origen trinitario de la
Iglesia. Todo ello la convierte en miembro señaladísimo y absolutamente singular de a
Iglesia, saludada como el tipo y el más diáfano ejemplo de fe y de amor. La fe católica
instruida por el Espíritu Santo, la venera y le rinde culto, con amor filial como a su madre
amada (LG 53; cf. También 45, 47, 63, 65).
En María ha llegado ya la Iglesia a su plena consumación (su asunción al cielo).
Y como el origen de la consumación es la gracia, la Iglesia ve en la Virgen, preservada
del pecado original, el paradigma de su propia consumación escatológica en la nueva
venida de Cristo

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