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Los cometas son cuerpos celestes constituidos por hielo, polvo y rocas que orbitan

alrededor del Sol siguiendo diferentes trayectorias elípticas, parabólicas o hiperbólicas.


Los cometas, junto con los asteroides, planetas y satélites, forman parte del Sistema Solar.
La mayoría de estos cuerpos celestes describen órbitas elípticas de gran excentricidad, lo
que produce su acercamiento al Sol con un período considerable. A diferencia de los
asteroides, los cometas son cuerpos sólidos compuestos de materiales que se subliman en
las cercanías del Sol. A gran distancia (a partir de 5-10 UA) desarrollan una atmósfera que
envuelve al núcleo, llamada coma o cabellera. Esta coma está formada por gas y polvo. A
medida que el cometa se acerca al Sol, el viento solar azota la coma y se genera la cola
característica. La cola está formada por polvo y el gas de la coma ionizado.

Fue después del invento del telescopio cuando los astrónomos comenzaron a estudiar a
los cometas con más detalle, advirtiendo entonces que la mayoría de estos tienen
apariciones periódicas. Edmund Halley fue el primero en darse cuenta de esto y
pronosticó en 1705 la aparición del cometa Halley en 1758, para el cual calculó que tenía
un periodo de 76 años. Sin embargo, murió antes de comprobar su predicción. Debido a
su pequeño tamaño y órbita muy alargada, solo es posible ver los cometas cuando están
cerca del Sol y por un periodo corto de tiempo.

Los cometas son generalmente descubiertos visual o fotográficamente usando telescopios


de campo ancho u otros medios de magnificación óptica, tales como los binoculares. Sin
embargo, aun sin acceso a un equipo óptico, es posible descubrir un cometa rasante solar
en línea si se dispone de una computadora y conexión a Internet. En los años recientes, el
Observatorio Rasante Virtual de David (David J. Evans) (DVSO) le ha permitido a muchos
astrónomos aficionados de todo el mundo descubrir nuevos cometas en línea
(frecuentemente en tiempo real) usando las últimas imágenes del Telescopio Espacial
SOHO. Un caso reciente (28 de noviembre de 2013) de un cometa rasante del Sol que
resultó volatilizado al aproximarse al Sol ha sido ISON1 que procede probablemente de la
nube de Oort.
Asteroide

Composición de imágenes en la que se muestran a escala ocho asteroides visitados por


sondas espaciales.
Un asteroide es un cuerpo rocoso, carbonáceo o metálico más pequeño que un planeta y
mayor que un meteoroide que gira alrededor del Sol en una órbita interior a la de
Neptuno. La mayoría orbita entre Marte y Júpiter en la región del Sistema Solar conocida
como Cinturón de asteroides, otros se acumulan en los puntos de Lagrange de Júpiter y la
mayor parte del resto cruza las órbitas de los planetas.

La palabra asteroide procede del griego, ἀστεροειδής, y significa «de figura estelar», en
referencia al aspecto que presentan vistos con un telescopio. Fue acuñada por William
Herschel en 1802, aunque durante la mayor parte del siglo XIX los astrónomos los
denominaran planetas. Hasta el 24 de marzo de 2006 a los asteroides se les llamaba
también planetoides o planetas menores. Sin embargo, estos términos han caído en
desuso.1

Durante más de dos siglos, Ceres fue el primer asteroide descubierto. Tras la redefinición
de planeta de 2006, que reclasificó a este cuerpo como planeta enano, técnicamente es
Palas, encontrado en 1802, el primer asteroide descubierto. En estos dos siglos el número
de asteroides conocidos no ha dejado de crecer alcanzando valores de varios cientos de
miles. No obstante, si se sumara toda su masa, el equivalente solo daría para un 5 % de la
masa de la Luna.2

Los asteroides se clasifican en función de su ubicación, composición o agrupamiento. Para


la ubicación se toma como referencia la posición relativa de estos cuerpos respecto al Sol
y los planetas. Para la composición se usan los datos extraídos de los espectros de
absorción. Los agrupamientos se basan en los valores nominales similares del semieje
mayor, la excentricidad y la inclinación de la órbita. Debido a su diminuto tamaño y gran
distancia de la Tierra, casi todo lo que sabemos de ellos procede de medidas astrométricas
y radiométricas, curvas de luz y espectros de absorción. Gaspra, en 1991, fue el primer
asteroide visitado por una sonda espacial, mientras que dos años más tarde Ida fue el
primero en el que se confirmó la existencia de un satélite.
Meteorito
Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a que no se
desintegra por completo en la atmósfera. La luminosidad dejada al desintegrarse se
denomina meteoro.
El término meteoro proviene del griego meteoron, que significa «fenómeno en el cielo».
Se emplea para describir el destello luminoso que acompaña la caída de materia del
sistema solar sobre la atmósfera terrestre. Dicho destello se produce por la
incandescencia temporal que sufre el meteoroide a causa de la presión de choque (el aire
atmosférico se comprime al chocar con el cuerpo y, al aumentar la presión, aumenta la
temperatura, que se transfiere al meteoroide), no de la fricción.1 2 Esto ocurre
generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros sobre la superficie de la Tierra.

Este término se emplea también en la palabra meteoroide con la que nos referimos a la
propia partícula sin ninguna relación con el fenómeno que produce cuando entra en la
atmósfera de la Tierra. Un meteoroide es materia que gira alrededor del Sol o cualquier
objeto del espacio interplanetario que es demasiado pequeño para ser considerado como
un asteroide o un cometa. Las partículas que son más pequeñas todavía reciben el
nombre de micrometeoroides o granos de polvo estelar, lo que incluye cualquier materia
interestelar que pudiera entrar en el sistema solar. Un meteorito es un meteoroide que
alcanza la superficie de la Tierra sin que se haya vaporizado completamente.

Generalmente, un meteorito en la superficie de cualquier cuerpo celeste es un objeto que


ha venido desde otra parte del espacio. Los meteoritos también se han encontrado en la
Luna y Marte.

Los meteoritos cuya caída se produce delante de testigos o que se logran recuperar
instantes después de ser observados durante su tránsito en la atmósfera son llamados
'caídas'. El resto de los meteoritos se conocen como hallazgos. A la fecha (mediados de
2006), existen aproximadamente 1050 caídas atestiguadas que produjeron especímenes
en las diversas colecciones del mundo. En contraste, existen más de 31.000 hallazgos de
meteoritos bien documentados.3

Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados,4


generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica. En los casos donde
muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el nombre puede ser seguido por
un número o una letra (ejemplo: Allan Hills 84001 o Dimmitt (b)).

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