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Humanizar la medicina
La medicina por su parte, tiene como tarea principal servir al hombre, a su alud, y aunque el
contacto inmediato del médico es con lo corporal, ningún médico puede hacer caso omiso de la
libertad responsabilidad del individuo, de la persona del paciente en su totalidad, como tampoco
del conjunto de la comunidad humana y del ambiente social.
FILOSOFIA DE ARISTOTELES
Accidente se dice de lo que se encuentra en un ser y puede afirmarse con verdad, pero
que no es, sin embargo, ni necesario ni ordinario"... "El accidente se produce, existe, pero
no tiene la causa en sí mismo, y sólo existe en virtud de otra cosa.(Aristóteles, Metafísica,
libro V, 30).
El ser se entiende de muchas maneras, pero estos diferentes sentidos se refieren a una
sola cosa, a una misma naturaleza, no habiendo entre ellos sólo comunidad de nombre;
mas así como por sano se entiende todo aquello que se refiere a la salud, lo que la
conserva, lo que la produce, aquello de que es ella señal y aquello que la recibe; y así
como por medicinal puede entenderse todo lo que se relaciona con la medicina, y
significar ya aquello que posee el arte de la medicina, o bien lo que es propio de ella, o
finalmente lo que es obra suya, como acontece con la mayor parte de las cosas; en igual
forma el ser tiene muchas significaciones, pero todas se refieren a un principio
único.(Aristóteles, Metafísica, libro IV, 2)
Sustancia se dice de los cuerpos simples, tales como la tierra, el fuego, el agua y todas
las cosas análogas; y en general, de los cuerpos, así como de los animales, de los seres
divinos que tienen cuerpo y de las partes de estos cuerpos. A todas estas cosas se llama
sustancias, porque no son los atributos de un sujeto, sino que son ellas mismas sujetos
de otros seres.(Aristóteles, Metafísica, libro V, 8).
Objetivos
1. Oración
Señor, te pedimos por las familias del mundo, que reconozcan su nobilísima e ineludible misión de
educar en el amor, para formar hombres y mujeres que respeten la vida.
2. Lectura bíblica
“Entonces dijo Dios: Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra (…).
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó; varón y hembra los creó.
Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: "Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y
sométanla"" (Gn 1, 26-28).
Sexualidad humana
Dios nos creó a su imagen, hombre y mujer y, de ahí se deriva la sexualidad humana; dos formas
distintas de ser igualmente persona humana. La sexualidad de la persona humana “consiste en el
conjunto de características físicas, psicológicas y racionales que la constituyen como varón o
mujer”.
Educación de la sexualidad
La familia es la primera responsable de la formación afectiva de los hijos. Hay que educarlos en las
virtudes humanas relacionadas con el correcto ejercicio de la sexualidad: la prudencia, la
templanza, la justicia, la fortaleza, el respeto, la castidad, el pudor.
Fines de la sexualidad
Dios ha hecho participar al hombre y a la mujer de su poder creador de dar la vida, haciéndolos co-
creadores con Él. Dar la vida es hacer del hombre y la mujer "una sola carne", un solo ser y dar
origen a una nueva vida. Los esposos, a través de su sexualidad, se dan vida el uno al otro y, dan
vida a su matrimonio. Así se ayudan a recorrer el camino personal que lleva a cada uno a
realizarse en plenitud. Hay una comunión espiritual que se encarna en la relación íntima.
El amor es difusivo y por eso, los esposos tienden naturalmente a llamar a la vida a un nuevo ser
para hacerle partícipe de su amor y de la posibilidad de ser eternamente felices en el Cielo,
seguros de la fuerza de la Providencia de Dios.
4. Caso o hecho de vida
Una canción francesa dice: "Si partes para la guerra, reza una oración; si vas por la mar incierta,
reza dos oraciones; pero cuando celebres tu boda, reza lo más que puedas". Entre bromas, la
canción dice algo muy profundo: que los que se casan necesitan una especial asistencia divina y,
que la deben solicitar mediante la oración. Fundar un hogar supone aceptar la responsabilidad de
educar cristianamente unos hijos.
5. Reflexión y diálogo
¿El respeto total mutuo en la entrega física de los novios, constituye uno de los criterios
principales para saber si conviene comprometerse de por vida el uno a la otra?
6. Textos de apoyo
“El cuerpo es una palabra, un lenguaje. ¡Qué maravilla y qué riesgo al mismo tiempo! ¡Muchachos
y muchachas, tened un gran respeto de vuestro cuerpo y del cuerpo de los demás! ¡Que vuestro
cuerpo esté al servicio de vuestro “yo” profundo! ¡Que vuestros gestos, vuestras miradas, sean
siempre el reflejo de vuestra alma!” (Discurso de Juan Pablo II a los jóvenes en París, 1980).
“Pero el matrimonio no ha sido instituido solamente para la procreación, sino que la propia
naturaleza del vínculo indisoluble entre las personas y el bien de la prole requieren que también el
amor mutuo de los esposos mismos se manifieste, progrese y vaya madurando ordenadamente”
(Discurso de Pablo VI a los Equipos de Nuestra Señora en Roma, 1970).
“
7. Síntesis conclusiva
Aunque los hijos y los padres estamos mucho mejor informados que antes, seguimos sin
contar con una verdadera educación en este tema y recibimos otras influencias, sobre todo
de los medios de comunicación que suelen ser deformadoras.
La entrega sexual entre los esposos, debe ser encuentro. Ahí es en donde los padres
tienen que transmitir su experiencia de amor. Educar en la sexualidad es educar para el
amor. El amor de los esposos es la base de toda educación sexual. Todos fuimos llamados
por este amor y este amor es la raíz de nuestra existencia. Los hijos deben asimilar con
naturalidad que los padres son esposos, que tienen una vida sexual.
8. Compromiso
9. Oración final
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, Padre, que eres Amor y Vida,
haz que en cada familia humana sobre la tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo,
"nacido de Mujer" y, del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero santuario de la vida
y del amor para las generaciones, porque siempre se renuevan.
Contexto sociológico
Desde la óptica sociológica puede definirse persona como un ser sociable que vive y se
desarrolla en sociedad, pero al mismo tiempo nunca deja de actuar con un carácter individual.
Es decir somos “yo” y “nosotros” al mismo tiempo. Por eso algunos pensadores
como Aristóteles definen al hombre como “animal sociable” y por tanto su naturaleza es ser
social.
Contexto fisiológico
Si nos atenemos a la fisiología, se puede identificar a la persona como un ser o individuo de la
especie humana; como un hombre o mujer dotado/a de un conjunto de características físicas
únicas que le permite diferenciarse de los demás.
Contexto psicológico
Desde el punto de vista psicológico, persona designa a un ser concreto, abarcando tanto sus
aspectos físicos como psíquicos para definir su carácter singular y único. Percibe e interpreta
el estado de ánimo, el carácter y la forma de actuar de las personas, además estudia las
cualidades y facultades que tiene la persona, como la razón, los sentimientos y los valores que
lo distingue de los demás seres.
Son varias las dificultades del estudio de la persona humana estimada insalvable para la
psicología. Recordemos solo las mayores: la persona no es ni un objeto ni una manifestación
susceptible de ser objetivada, sino manantial o estructura de actos; no es una realidad
fenoménica ni una suma de cualidades, sino unidad singular inabarcable; no es formación
hecha, definitiva, sino proceso concreto que termina solo con la muerte; por último, los actos
que origina y que constituyen su realidad no se prestan a la reflexión psicológica, pues se dan
de manera inmediata y concreta, sobre todo en la participación amorosa.
LA PERSONA HUMANA ES SEXUADA.
El racionalismo postergó el concepto de voluntad, que hasta Kant no vuelve a cobrar prestigio.
En la filosofía contemporánea se presenta como valor fundamental como un apetito
intelectual, o la capacidad de decisión propia a un ser dotado de inteligencia y capaz de
autodeterminarse a sí mismo desde las ideas. La voluntad es la potencia del ser humano, que
le mueve a hacer o no hacer una cosa. La función de la voluntad es un aspecto de la llamada
vida de tendencia, o sea, de la aptitud general para reaccionar ante los estímulos externos o
internos, pero se diferencia de las demás actividades propias de la vida de tendencia en que la
voluntad involucra la representación intelectual del objeto y es deliberada, si bien obra a base
de hábitos, instintos, etc.
Platón considera que las elecciones concretas de los hombres son responsabilidad de cada
uno, es decir, dependen de la propia voluntad. Por su parte, Aristótelesdistingue entre actos
involuntarios (realizados por ignorancia o bajo una fuerza externa que nos mueve sin que lo
queramos) y voluntarios (escogidos con conocimiento de causa y sin constricción exterior).
Arthur Schopenhauer, en su obra más importante, El mundo como voluntad y representación,
entiende que la voluntad es la realidad última (la kantiana «cosa en sí») subyacente al mundo
de la percepción sensible (intuición empírica).
Jean-Jacques Rousseau utiliza el concepto de voluntad general en El Contrato Social. Hasta
entonces el bien común, interpretado por el gobernante, había sido la guía de actuación en
cualquier sistema político. Incluso en la monarquía absoluta, la voluntad del rey era la ley, sólo
sujeta al juicio de Dios. La voluntad general sigue siendo un concepto fundamental para
entender la toma de decisiones en democracia.
El filósofo Joaquín Trincado Mateo en el libro Conócete A Ti Mismo define a la voluntad
racional como causa única del universo y toda demostración de vida llamándose esa voluntad
racional, sencillamente, espíritu.
En el antiguo Oriente, se creía que la Voluntad era la parte superior del Hombre. Esta parte
practicada por el Hombre es lo que nos acerca más a Dios, por lo que alcanzar este grado de
espiritualidad no es sencillo. Implica que tenemos que iniciarnos en el camino de la sabiduría o
del autoconocimiento. Camino que es abrupto e intenso, muy difícil de transitar, ya que el
hombre que alcance a practicar y desarrollar su Voluntad , tiene que convertirse en un ser
digno para hacerse acreedor a tan alto atributo. Este es otro aspecto de la Voluntad, que al
aplicarla nos debe conducir hacia lo positivo, a la luminosidad, a lo que sea bueno para
nuestro espíritu.
LA CONCIENCIA MORAL.
la conciencia moral es esa voz interior que nos obliga a actuar de una
forma y también nos dice si son correctas o no nuestras acciones. Es la
capacidad de juzgar no solo nuestras acciones, sino también las de los
demás, como buenas o malas.
La conciencia juzga el hecho antes y después del acto moral. Los juicios previos
establecen los principios; por ejemplo, sabemos que hay que hacer el bien y evitar
el mal; es decir se juzga que, si un acto es bueno, debe ser realizado; si es malo,
debe ser evitado. Después del acto, la conciencia acepta el hecho si fue bueno,
pero si fue malo, lo rechaza; juzga también si el acto fue digno de recompensa o
de castigo. Si fue malo sabe que tiene la obligación de reparar los males
causados.
Acto de voluntad
LIBERTAD HUMANA.
EL ACTO HUMANO.
Definición
Dado que el hombre emplea sus actos humanos como medio para alcanzar el
último fin (la visión beatífica de Dios), se impone considerarlos por lo menudo.
El acto humano es la acción que procede de la voluntad deliberada del
hombre.
El acto humano se estudia en tres vertientes: la del acto natural (o humano en sí
mismo, también llamado psicológico o puramente filosófico), la del
acto moral (en relación con las costumbres humanas, es tanto filosófico como
teológico) y la del actosobrenatural y meritorio (estrictamente teológico).
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Clasificación del acto humano
En primer lugar conviene tener presente que no todos los actos llevados a cabo
por el hombre son actos humanos propiamente dichos. Así, los actos del hombre
pueden ser de cuatro tipos:
- el animal, que procede de las potencias vegetativas o sensitivas (digestión,
latido cardíaco, reflejos frente al dolor o al desequilibrio, etc) y compartimos con
los animales no racionales.
- el no deliberado, efectuado sin voluntariedad alguna, bien por estar privado el
sujeto de razón de forma intrínseca (niños sin juicio o deficientes mentales) o en
ese momento (pacientes en brote esquizofrénico, narcotizados, plenamente
distraídos, etc); son de suyo inimputables al sujeto, pero no en todos los casos.
- el violento, que se realiza por coerción de un agente externo contra la propia
voluntad.
- el humano propiamente dicho, que se realiza deliberadamente y empleando
plenamente su razón, y por virtud del cual es plenamente responsable.
El acto humano propiamente dicho ha de reunir varias características propias:
- Que sea racional, con pleno dominio y deliberación.
- Que sea libre, procedente de la libertad humana.
- Que sea voluntario, realizado a sabiendas.
- Que sea moral, en cuanto se ajusta o no a las reglas de la moralidad.
- Que sea imputable, por cuanto el sujeto asume la responsabilidad del mismo.
Existen diversos parámetros por los que clasificamos a los actos humanos:
a) según el impulso de la facultad: puede ser elícito, es decir, propio de ella (por
ejemplo, el acto elícito del entendimiento es entender); o imperado, cuando la
facultad es impelida a actuar por orden de la voluntad (como permanecer atento
sin distraerse). Las facultades internas (como el propio entendimiento) pueden
resistirse al imperio de la voluntad.
b) según la clase de facultad: puede ser interno, cuando se realiza en nuestras
facultades internas (imaginación, entendimiento, etc) sin manifestación exterior; o
puede ser externo, con manifestación externa (independientemente de que sea
privada o pública). El acto externo añade un matiz moral que puede ser punible,
del que carece el acto interno.
c) según la necesidad de la Gracia: puede ser natural, si el acto no la precisa
(leer, hablar, pensar); o sobrenatural si la requiere (amar, arrepentirse, creer,
confiar).
d) según sus condiciones: puede ser válido, si reúne todas las necesarias según
la ley, o inválido, si carece de alguna.
e) según el modo en que se ajusta a la recta razón y las normas de la moral:
puede ser bueno, si lo hace (por ejemplo, defender al desvalido); indiferente, si no
se relaciona directamente con dichas condiciones (por ejemplo, pasear); malo, si
se aparta (por ejemplo, fornicar).
f) según esté autorizado por la ley natural o la ley positiva legítima: puede
serlícito, cuando está expresamente autorizado; permitido, si no está prohibido;
o ilícito, si explícitamente no está autorizado.
g) según el conocimiento del acto por el entendimiento: puede ser perfecto, si
el sujeto es plenamente dueño de sí mismo al realizarlo; o imperfecto, si el sujeto
obra con consentimiento alterado, aunque no completamente (en cuyo caso sería
un acto no deliberado).
LEY MORAL.
La ley moral es la regla extrínseca que deben cumplir los actos humanos para ser buenos,
es decir, para conducir hacia el fin último del hombre. La ley orienta al ser humano para
permitirle alcanzar su propio bien, esto es, su fin último. La ley moral debe coincidir con la
ley suprema del universo, la ley natural, que a su vez no es sino la ley eterna o divina.
Esto es, ley moral, ley natural y ley eterna son la misma cosa.
La ley eterna
Es el orden mismo del universo, impuesto por Dios al crearlo. Esta ley existe y es
absolutamente necesaria en cuanto (según los atributos divinos) Dios no puede crear y
conservar al mundo sino según un plan conforme a la razón. Nosotros no podemos
conocer la ley eterna tal como existe en la inteligencia divina. Sólo podemos conocerla
con la luz de nuestra razón, en la cual debe estar impresa esta ley, por ser
eminentemente racional.
La ley natural
El primer principio de la ley natural es "hay que hacer el bien y evitar el mal", pues rige
toda la vida moral. Este primer principio del orden práctico es tan evidente y absoluto
como los primeros principios del orden especulativo y real (como el principio de identidad
o el principio de no contradicción).
La ley natural comprende, junto con el primer principio, algunas aplicaciones muy
generales del mismo, llamados preceptos, que son:
d) Como ser social, debe obedecer a las autoridades legalmente constituidas, y las
leyes positivas.
La ley positiva
La ley natural se extiende a todos los actos humanos; pero sus preceptos son
demasiados generales para servir en casos concretos. Esta insuficiencia se hace sentir
especialmente en la sociedad, que requiere de numerosas y precisas prescripciones para
asegurar el bien común. De aquí la necesidad de las leyes positivas, que deben ser
dictadas conforme a razón por el legislador, y consistir en añadidos de la ley natural
tendiente a determinar sus aplicaciones particulares.
La ley positiva puede ser: a) divina: la que se da a conocer por la Revelación; b) humana:
la que rige la comunidad universal, nacional o local.
Para que la ley positiva promulgada sea racional debe: 1º Estar conforme con la ley
natural y no violarla en absoluto; 2º Estar ordenada al bien común, y no al de un individuo
o grupo. 3º No exceder los poderes del legislador y no ordenar más que cosas posibles.