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Revista de Ciencias Sociales


ISSN: 1390-1249
revistaiconos@flacso.org.ec
Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales
Ecuador

Thomas, Hernán
Los estudios sociales de la tecnología en América Latina
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 37, mayo, 2010, pp. 35-53
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quito, Ecuador

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=50918216003

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Los estudios sociales de la tecnología
en América Latina
Social Studies of Technology in Latin America
Hernán Thomas
Posdoctorado en Política Científica y Tecnología por la Universidad Estatal de Campiñas.
Profesor-investigador de la Universidad Nacional de Quilmes.

Correo electrónico: thomas@unq.edu.ar

Fecha de recepción: marzo 2010


Fecha de aceptación y versión final: marzo 2010

Resumen
En este artículo se describe la trayectoria de los estudios de ciencia y tecnología (CyT) en
América Latina. Dicha trayectoria ha sido dividida en dos etapas. Una que responde a la con-
formación de este campo de estudios entre los años sesenta y ochenta, durante la cual el enfo-
que político en torno a problemas de desarrollo relacionados con la ciencia y la tecnología fue
el más fructífero. Otras líneas de investigación estuvieron ligadas a los estudios históricos inter-
nalistas y, hacia finales de los ochenta, a estudios sociológicos y antropológicos de enfoque cons-
tructivista. La segunda etapa se extiende desde los años noventa hasta la actualidad y abarca en
su mayoría trabajos sobre la economía del cambio tecnológico y estudios sobre política y ges-
tión de la tecnología, en menor medida sobre sociología e historia de la tecnología. Además de
analizar los enfoques al interior de estas grandes áreas de trabajo en CyT, este artículo señala las
ausencias y vacios temáticos en este campo de investigación.

Palabras clave: estudios de ciencia, tecnología y sociedad, América Latina.

Abstract
In this article, the trajectory of science and technology (S&T) in Latin America is described.
This trajectory has been divided into two stages. One corresponds to the creation of this field
of study between the 1960s and the 1980s, during which the political focus on problems of
development related to science and technology was most fruitful. Other lines of research were
linked to internalist historical studies and, toward the end of the 1980s, to sociological and
anthropological studies with a constructivist focus. The second stage begins in the 1990s and
continues to the present. It covers, in large part, work on the economics of technological change
and studies on policies and the implementation of technology, and, to a lesser extent, the soci-
ology and history of technology. In addition to analyzing the focuses within these large areas of
work on S&T, this article points out the absences and thematic gaps in this field of research.

Key words: science, technology studies and society, Latin America.

Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 37, Quito, mayo 2010, pp. 35-53
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
dossier
Hernán Thomas

La tecnología como área de vacancia en con tecnologías singulares, sino gracias a siste-
los estudios de las ciencias sociales mas tecnológicos. Cientos de miles de millo-
nes de interjuegos se producen a cada instan-
as sociedades están tecnológicamente

L
te para reproducir nuestra existencia, para po-
configuradas, exactamente en el mismo nerla en riesgo y, a veces, para cambiarla. No
momento y nivel en que las tecnologías hay una relación sociedad-tecnología, como si
son socialmente construidas y puestas en uso. se tratara de dos cosas separadas. Nuestras so-
Todas las tecnologías son sociales. Todas las ciedades son tecnológicas así como nuestras
tecnologías son humanas (por más inhumanas tecnologías son sociales. Somos seres socio-téc-
que a veces parezcan). nicos.
No solo se trata de considerar a las tecnolo- Paradójicamente, las ciencias sociales se
gías como productos o procesos productivos. Re- han ocupado poco de la temática. Apenas al-
cientemente, hace menos de veinte años, he- gunas pequeñas y periféricas sub disciplinas de
mos percibido que las formas de organización la sociología, la antropología, la filosofía y, sor-
–social y productiva– son también tecnologí- prendentemente, de la economía se han foca-
as. Desde aquellas que asignan un orden a un lizado en el análisis de la dimensión tecnológi-
conjunto de operaciones de producción, de ca de la existencia humana. Las dimensiones
acciones bélicas o de sistemas de evacuación de política, económica y cultural de las ciencias
un estadio hasta aquéllas que adquieren for- sociales han ocupado la atención de sociólo-
matos normativos, como los sistemas legales o gos, antropólogos, politólogos, educadores y
las regulaciones de comercio. En este nivel or- economistas, prácticamente en ausencia de la
ganizacional, una legislación no se diferencia dimensión tecnológica. Esto a un punto tal
de otros artefactos tecnológicos. que la producción académica de las ciencias
Prácticamente al mismo tiempo, comenza- sociales ha construido alrededor de la cuestión
mos a percibir otra de las características bási- tecnológica un área de vacancia.
cas de las tecnologías que manejamos: su in- Tanto a nivel internacional como regional
terconexión, su interdependencia. Desde siste- y nacional, las producciones sobre la cuestión
mas de producción, distribución y abasteci- socio-técnica son relativamente escasas y frag-
miento hasta pozos de petróleo, guerras en mentarias; tampoco, ocupan un espacio rele-
Medio Oriente o fenómenos de cambio climá- vante en la formación curricular de científicos
tico. Las ramificaciones son múltiples: minas e intelectuales. ¿Ha tenido usted formación es-
de cobre, fibras ópticas, sistemas de control in- colar o universitaria en alguna materia titulada
formatizados, formación de recursos huma- Tecnología y Sociedad? ¿Sistemas sociales y sis-
nos, satélites, regulaciones de servicios eléctri- temas tecnológicos? ¿Tecnología y civilización?
cos, políticas de privatización, estrategias de ¿Tecnología y cultura? Seguramente no, si ha
desarrollo industrial, políticas de ajuste, em- cursado usted programas de formación en
presas, inversiones, ideologías. Así, la dimen- ciencias sociales. Pero probablemente tampo-
sión tecnológica atraviesa la existencia huma- co si tiene estudios universitarios en ingeniería
na. Lo curioso es que normalmente reflexiona- o ciencias exactas.
mos poco sobre la tecnología. Pasa desaperci- Estamos así frente a un problema: si las tec-
bida, naturalizada como la lluvia o las olas. nologías son construcciones sociales, interco-
Solo se hace visible cuando deja de funcionar nectadas en un altísimo grado de complejidad,
o cuando cambia rápidamente. constitutivas de las sociedades humanas, ¿no
No se trata de poder clasificar a priori esas sería pertinente prestar atención sobre los pro-
acciones en series homogéneas de artefactos cesos de cambio tecnológico y social? O, en
tecnológicos y actos sociales. Vivimos no solo otro plano, si uno de los principales problemas

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sociales y económicos de la región se vincula ciones existentes en los países centrales. El


claramente a un déficit de desarrollo organiza- contexto –concepto ciertamente problemáti-
cional y productivo, ¿no sería prudente focali- co– aparece como aquello a vencer gracias a las
zar nuestra atención en las múltiples formas de virtudes de los hombres de ciencia, ingenieros
generar, utilizar y seleccionar nuestra dotación y tecnólogos.
tecnológica local? La historia de la tecnología alcanzó un
Una breve revisión de las producciones lati- escaso desarrollo durante este periodo, con
noamericanas en el campo de los estudios so- una producción significativamente menor que
ciales de la tecnología, muchas veces combina- la historia de la ciencia. Es posible distinguir
dos con estudios de la ciencia, tal vez permita dos vertientes fundamentales: por una parte,
contextualizar de mejor manera esta proble- una serie de estudios de carácter internalista,
mática y dimensionar la trayectoria y el alcan- generalmente realizados por ingenieros y tec-
ce de diferentes subdisciplinas de las ciencias nólogos, donde se relatan algunos de los prin-
sociales en la región1. cipales emprendimientos tecno-productivos
locales. Fuera de los estudios de la historia de
la ciencia, este género prácticamente no ha
1960-1980: hacia la conformación del alcanzado mayor significación. Sí, en cambio,
campo de estudios sociales de la tecnología la narración de los desarrollos de grandes obras
públicas (desde el Canal de Panamá a la indus-
Durante los años sesenta y setenta, se fueron tria petrolera venezolana) y la generación de
formando en América Latina algunos grupos técnicas indígenas o las invenciones corres-
que, las más de las veces en forma aislada, se pondientes al periodo colonial. De modo que
consagraron a la discusión y el estudio de dife- han sido sumamente escasos los estudios sobre
rentes aspectos relacionados con la tecnología y invenciones locales, vinculadas a la reserva de
sus dimensiones sociales. La emergencia de es- propiedad intelectual, así como las historias de
tos grupos fue siguiendo en la región una par- empresas asociadas a determinados desarrollos
ticular especialización en áreas temáticas, en tecnológicos. Estudios que resultan comunes
donde prevalecieron, desde sus comienzos, tres en el ámbito norteamericano.
tipos de abordajes que responden, en conse-
cuencia, a tres tipos diferentes de “cultura” dis- La perspectiva política
ciplinaria: un abordaje histórico, un abordaje
político y un abordaje socio-antropológico. El segundo de los campos disciplinarios se es-
tructuró alrededor de los problemas políticos
El abordaje histórico relativos a la ciencia y a la tecnología. Los es-
tudios que se despliegan en esta temática, se
El primero de los espacios disciplinarios que se reconocen de un modo bastante cercano en
fue consolidando es el de la investigación en los antecedentes del Pensamiento Latino-
historia de la ciencia y la tecnología, dentro de americano en Ciencia, Tecnología y Sociedad
los parámetros más bien “clásicos” de las tradi- (PLACTS). Uno de sus principales logros fue
la crítica al modelo lineal de innovación, pro-
poniendo instrumentos analíticos como “pro-
1 Obviamente, dadas las restricciones de espacio, es ine- yecto nacional”, “demanda social por cien-
ludible cometer injusticias y omisiones, de las que nos cia y tecnología”, “política implícita y explíci-
disculpamos por adelantado. En particular, en relación
ta”, “estilos tecnológicos”, “paquetes tecnoló-
a trabajos inicialmente consignados como historia o
sociología de la ciencia que abordan en sus contenidos gicos”. Quienes conformaron esta corriente
aspectos tecnológicos. fueron, en general, ingenieros y científi-

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cos2, personajes con un alto grado de compro- res de la CEPAL3. Comentemos brevemente
miso para poner en marcha las transformacio- algunos de ellos con el explícito propósito de
nes que juzgaban indispensables, más que de refrescar la memoria4.
analistas con formación académica. De allí se En primer lugar, resulta interesante desta-
desprenden dos consecuencias: por un lado, la car el llamado Proyecto STPI (Science and
preeminencia de las dimensiones políticas en Technology Policy Instruments), financiado
el análisis de la situación latinoamericana. La por el International Development Research
segunda, la “necesidad de la acción” que dejó Center (IDRC) de Canadá, y coordinado por
de lado las preocupaciones ligadas al rigor pro- el especialista peruano Francisco Sagasti.
pio de una perspectiva “académica”. Abarcaba a grupos de varios países latinoame-
Si uno recorre los textos producidos duran- ricanos, junto con equipos de África y Asia, y
te los años sesenta y setenta, se observa que el su propósito era el de “reunir, analizar, evaluar
perfil que describimos se expresa, en términos y generar información que pueda ayudar a los
de la producción concreta, en una clara supre- planificadores, hacedores de política y toma-
macía de los aspectos de tipo normativo por dores de decisiones de los países subdesarrolla-
sobre los aspectos analíticos. Esto último se dos a orientar la ciencia y la tecnología hacia el
verifica más allá de las diferencias de tipo ideo- logro de los objetivos de desarrollo” (Sagasti y
lógico que organizaron a los diferentes prota- Aráoz, 1975). El marco teórico general del
gonistas de esa época: “[...] en tanto para algu- proyecto se basaba en la distinción hecha por
nos la política de CyT se constituía en una Amilcar Herrera, tal vez uno de los aportes
herramienta para la realización de las tareas más originales de este período, entre “política
revolucionarias y la consolidación del estado e instrumentos de ciencia y tecnología explíci-
socialista, para otros era un aspecto integrante tos e implícitos y “factores contextuales”. Su
de una estrategia nacional” (Dagnino, Thomas formulación operativa cobró la forma (fre-
y Davyt, 1996 : 20). cuente por esos años) de una matriz en la que
Durante esta etapa, cuando la mayor parte intervienen los tres conjuntos de variables, or-
de los países latinoamericanos pusieron en ganizados según el “lado de la demanda”, el
marcha organismos nacionales de política y “lado de la oferta” y el “área de vinculación”.
planificación de la CyT, empezaron a emerger En líneas generales, el proyecto STPI es una
una serie de estudios y discusiones acerca de buena muestra de la puesta en práctica del en-
las políticas de CyT. En general, este desarro- foque de sistemas, perspectiva que atravesó las
llo contó con el apoyo explícito de la UNES- ideas tanto de los analistas como de los funcio-
CO y de la OEA . Los objetivos centrales de narios durante, al menos las últimas tres déca-
las reflexiones giraban en torno a la búsqueda das. Este enfoque consistía, sumariamente, en
de un modo de movilizar la ciencia y la tecno- suponer que los diferentes elementos que
logía como palancas del desarrollo económico componen las actividades relacionadas con la
y social. Era la época de la planificación que, producción y el uso de conocimientos, confor-
inspirada remotamente en el modelo soviético, man –o debían conformar– un sistema de in-
había sido pasada por el tamiz de los modelos terrelaciones, cuya dinámica virtuosa debería
socialdemócratas europeos y desarrollada, en
América Latina, por los técnicos e investigado-
3 Sobre este tema véase los interesantes libros de Celso
Furtado (1988) y de Avalos y Antonorsi (1980).
2 Como Amilcar Herrera, Jorge Sábato y Oscar 4 La enumeración de las publicaciones de los autores de
Varsavsky, en Argentina; José Leite Lopes en Brasil; este abordaje escapa a la intención sintética de este tra-
Miguel Wionczek en México; Francisco Sagasti en bajo. Con riesgo de cometer injusticias, sólo se comen-
Perú; Máximo Halty-Carrère en Uruguay; Marcel tan algunas de las producciones que marcaron la refle-
Roche en Venezuela, entre otros. xión de la época.

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dar lugar a los aportes sustantivos de la ciencia como Proyecto Bariloche). Un equipo multi-
y la tecnología para el desarrollo nacional5. disciplinario coordinado por Herrera, durante
Mencionamos más arriba el concepto, hoy los años 1974 a 1976, se propuso el desafío de
ampliamente conocido, de política “explícita” discutir el modelo prospectivo –de claro corte
e “implícita”, propuesto por Herrera. Vale la neo malthusiano– generado por el club de Ro-
pena comentarlo en algunas líneas, por dos ma, demostrando la viabilidad del desarrollo
razones: a) como vimos en el resumen del pro- extendido a escala planetaria, con la base tec-
yecto STPI, se trata de una idea que tuvo una noproductiva, de materias primas y alimenta-
amplia acogida en el marco latinoamericano, y rias disponibles a mediados de los setenta.
b) se trata de una verdadera innovación con- Jorge Sábato ha sido uno de los autores em-
ceptual para el abordaje del problema de CyT. blemáticos de esta producción inicial. Algu-
Según Herrera, nas de sus conceptualizaciones marcaron de tal
modo la reflexión sobre ciencia, tecnología y
[…] el error fundamental es suponer que sociedad (CTS) local, que su vigencia se pro-
los obstáculos que dificultan la incorpora- longa hasta la actualidad. Su idea más conoci-
ción efectiva de la ciencia y la tecnología a da –el triángulo Estado-Empresas-Institucio-
todas las formas del quehacer social son nes de I+D (investigación y desarrollo)– fue
principalmente pasivos y consisten, en últi- publicada en 1968, en un texto en coautoría
ma instancia, en la falta de una política
con Natalio Botana (Sábato y Botana, 1968).
científica orgánica y coherente. La verdad es
Las interacciones entre los tres vértices del
que: los países subdesarrollados tienen una
política científica, pero esta posee sus pro- triángulo –la figura más compleja que podría
pios objetivos, distintos de los que se quie- comprender un economista, según el agudo
ren imponer, y ofrece por lo tanto una resis- sentido del humor que lo caracterizaba– per-
tencia activa a cualquier intento de modifi- mitían generar una dinámica de desarrollo,
cación. donde el conocimiento científico y tecnológi-
[Así, concluye Herrera, que] la dificul- co se integraba virtuosamente con la iniciativa
tad de reconocerlo radica en que general- del estado y de las empresas productivas (pri-
mente no se sabe, o no se quiere distinguir vadas y públicas). La difusión de esta modeli-
entre política científica explícita y política zación se extendió por toda América Latina y
científica implícita. La primera es la políti- España, constituyendo un componente del
ca “oficial”, la que se expresa en leyes y “buen sentido” de gran parte de los actores del
reglamentos […]. La segunda, la política
campo de CTS de la región6.
implícita, aunque es la que realmente deter-
Pero su creatividad no quedó allí, nuevas
mina el papel de la ciencia en la sociedad, es
mucho más difícil de identificar, porque ca- ideas, basadas en una concepción antidepen-
rece de estructuración formal; en esencia, dentista, como las de regímenes de tecnología,
expresa la demanda científica y tecnológica autonomía tecnológica y fábricas de tecnolo-
del “proyecto nacional” vigente en cada país gía circularon por las páginas de Ciencia Nue-
(Herrera, 1995: 125). va7. Lejos de ser simplemente un académico

Uno de los principales desarrollos encarados


6 Diversos autores han criticado la propuesta de “triple
durante el periodo fue el denominado Modelo
hélice” por autoplantearse como una visión original,
Mundial Latinoamericano (también conocido ignorando este desarrollo conceptual generado en
América Latina 25 años antes que los primeros traba-
jos de Etzkowitz y Leysdersdorff (1996).
5 El propio Sagasti analizó críticamente, años más tarde, 7 Sábato (1971, 1972, 1973, 1975) y Sábato y
la perspectiva de sistemas, aunque su relectura se cen- Mackenzie (1982) son algunas de sus publicaciones
tró más en aspectos de forma que de fondo. más significativas.

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orientado a la publicación de artículos cientí- garantizar que no nos metamos todos juntos
ficos, Sábato tuvo tanto una militancia políti- en un callejón sin salida [...] (1969: 91).
ca sostenida en la Unión Cívica Radical como
un activo desempeño en la dirección de insti- Durante este periodo se iniciaron los primeros
tuciones estatales argentinas, en particular en trabajos encuadrados en la entonces novedosa
la Comisión Nacional de Energía Atómica economía del cambio tecnológico. Jorge Katz
(donde generó un espíritu institucional para el fue autor de los estudios pioneros sobre proce-
desarrollo de una base tecno-productiva nacio- sos idiosincrásicos de aprendizaje tecnológico
nal, que se encuentra vigente aún en nuestros “intraplanta” y su relación con los aumentos
días) y en Servicios Eléctricos del Gran Buenos de productividad, en la región. Katz y Ablin
Aires (SEGBA), por entonces la principal em- propusieron el concepto “actividad inventiva
presa productora de energía del país. de adaptación” para dar cuenta de la dimen-
Otro de los principales generadores de nue- sión creativa de algunas operaciones de lear-
vas conceptualizaciones fue Oscar Varsavsky, ning realizadas en la periferia: “[...] flujo acu-
una de las voces más radicalizadas de su gene- mulado de innovaciones menores surgidas de
ración en la crítica al “cientificismo” de la pro- un conjunto de actividades científico-técnicas
ducción local8. Sus concepciones de “estilos cuyo producto son tecnologías sustancialmen-
tecnológicos” y “proyectos nacionales” se apro- te modificadas respecto de las originales”
ximan, en perspectiva historiográfica, a algu- (1977: 91).
nas de las conceptualizaciones vigentes en la Polemizando con el sentido común por en-
sociología de la tecnología contemporánea tonces vigente, estos trabajos intentaron mos-
(Varsavsky, 1974a y 1974b). Algunos de los trar, a partir de estudios de base empírica, la
textos de Varsavsky siguen tendiendo una sor- relevancia de la actividad de creación de tecno-
prendente actualidad: logía en las empresas locales en los procesos de
desarrollo industrial. Esta producción dio ori-
Las instituciones científicas mantienen fuer- gen a lo que, durante el periodo siguiente sig-
tes vinculaciones internacionales directa- nificaría una nueva línea de convergencia
mente o a través de fundaciones financiado- transdisciplinaria en los estudios sociales de la
ras, sociedades por especialidad o reuniones tecnología. Esta línea incorporó, en la agenda
periódicas. El resultado es una burocrática
del campo, temáticas hasta entonces escasa-
comunicación vertical en cada rama de la
mente consideradas.
ciencia y la difusión casi inmediata por todo
el mundo de las novedades y normas selec-
Una particularidad, que ha sido adecuada-
cionadas por los centros de más prestigio, mente señalada en este espacio de preocupa-
pero no de los demás, que son la mayoría; ciones por Albornoz (1996)9, es el cierto di-
esto facilita la dependencia cultural. En tér- vorcio de la ciencia política como disciplina
mino de los viejos antropólogos, la universa-
lidad de la ciencia se debe mucho más a la
9 “En la literatura politológica latinoamericana de los
difusión organizada que a la convergencia, últimos años no se presta mucha atención a la ciencia
los científicos de todos los países ya están y la tecnología, ni siquiera desde la óptica de quienes
unidos en una internacional aristocrática, estudian las políticas públicas. La política científica y
que aparte de otros defectos es un peligro la política tecnológica no figuran en el currículum de
las principales facultades en las que se forman los poli-
para la evolución de la humanidad. Sólo una
tólogos argentinos. No hay lugar para las políticas pú-
gran diversidad de estilos científicos puede blicas en ciencia y tecnología dentro de las carreras de
ciencias políticas. No sería injusta ni excesiva, enton-
8 Su libro Ciencia, política y cientificismo, publicado por ces, la afirmación de que –hoy por hoy– no hay espa-
primera vez en 1969, fue objeto de numerosas reedi- cio para la ciencia, en materia de ciencia política, en
ciones. esta parte del planeta” (Albornoz, 1996: 38-43).

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respecto de los estudios sobre la ciencia y la Este pasaje resulta fundamental, porque expli-
tecnología orientados a las preocupaciones po- ca la división tajante que estableció Merton
líticas. Pese al clima de explícito compromiso entre el dominio de la sociología y de otras
político de gran parte de la producción CTS disciplinas. Todo lo que parece pertenecer al
del periodo, desde el campo de las ciencias po- campo “externo”, es decir, lo que refiere a los
líticas se registraron muy pocas contribucio- científicos y a las relaciones entre ellos, y a las
nes. Tal vez el caso más destacable lo constitu- instituciones en donde trabajan, queda dentro
ya el texto Política y organización estatal de las del alcance de la sociología. Por el contrario,
actividades científico-técnicas en la Argentina de los aspectos “internos” relacionados con las
Oscar Oszlak (1976). Es notable que este di- prácticas científicas, con la formulaciones de
vorcio constituya una de las constantes del proposiciones, con el contenido de los conoci-
campo de estudios sociales de la ciencia y la mientos, con las teorías y explicaciones sobre
tecnología, prolongándose hasta la actualidad. el mundo físico y natural, corresponden o
bien al campo de estudio de la epistemología,
La sociología y la antropología de la ciencia de la filosofía de la ciencia o de la historia “in-
y la tecnología ternalista” de las ciencias.
Hacia mediados de los años setenta, esta
Los estudios socio-antropológicos sobre la perspectiva fue seriamente puesta en cuestión,
ciencia y la tecnología se fueron articulando por la “nueva sociología del conocimiento”.
desde una matriz sensiblemente diferente a las En muchos sentidos, un común denominador
corrientes que reseñamos hasta aquí. En buena de la mayor parte de las corrientes que surgen
medida, el desarrollo de estos enfoques está en en esos años, ha sido la pretensión de “abrir la
relación con el giro que se produjo, en Europa caja negra” construida por los enfoques prece-
y Estados Unidos, a partir de la ruptura con la dentes. La segunda pretensión, paralela a la
sociología de la ciencia “tradicional” de inspi- anterior, fue la de ligar los aspectos cognitivos,
ración funcionalista normativa. Esta corriente presentes en el interior de la caja negra, con los
había operado, de hecho, una separación neta aspectos sociales que los condicionan, los en-
entre el objeto de la sociología y el de la epis- marcan y –como dirán algunos– incluso los
temología y la historia internalista de la cien- determinan.
cia. Según esta demarcación, la sociología de- La emergencia de un “movimiento” cons-
bía ocuparse de las dimensiones “exteriores” a tructivista tuvo dos consecuencias fundamen-
la producción de conocimientos. Como el tales en el estudio sociológico de la ciencia:
mismo Merton admite, en uno de sus artícu- por un lado, al desacralizar el conocimiento
los más conocidos: científico, permitió observar de un modo más
realista a los actores concretos que producen el
Aquí nos ocuparemos de la estructura cul- conocimiento. Asimismo permitió señalar
tural de la ciencia, esto es, un aspecto limi- tanto los “descubrimientos” como los errores y
tado de la ciencia como institución. Así, pasos en falso, e hizo posible centrar la aten-
consideraremos, no los métodos de la cien- ción en las dimensiones sociales, culturales,
cia, sino las normas con las que se los pro- políticas, económicas, en relación con los co-
tege. Sin duda, los cánones metodológicos
nocimientos generados. Por otro lado, la so-
son a menudo tanto expedientes teóricos
ciología constructivista impulsó un cambio
como obligaciones morales, pero sólo de las
segundas nos ocuparemos aquí. Este es un fundamental en el nivel de análisis de la cien-
ensayo sobre sociología, no una incursión cia, al concentrarse en lo que se llamó “la cien-
por la metodología” (Merton 1977: 357). cia mientras se hace”, que debía, forzosamen-
te, ser observada en el nivel micro, esto es,

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laboratorios y otros espacios concretos de pro- larmente relevante, por ejemplo, en los traba-
ducción de conocimientos. jos con abordajes relativos al estudio de las
En América Latina, la sociología funciona- “redes” de conocimiento tanto como en la in-
lista de la ciencia no tuvo prácticamente desa- fluyente perspectiva de la “triple hélice”. Sin
rrollo. El estudio del desarrollo científico y embargo, y en la medida en que se produjo
tecnológico era objeto, hasta los años ochenta, una importante institucionalización académi-
de abordajes de inspiración histórica o políti- ca del campo, las formaciones disciplinarias
ca. De modo que el giro que propuso el cons- originadas en las ciencias sociales (dejando de
tructivismo en la región no se asentó tanto lado a los investigadores “amateurs” formados
sobre las críticas a los modelos normativos, si- en las ingenierías o en las ciencias), van reafir-
no más bien sobre un terreno vacío. mando al mismo tiempo sus propias perspec-
De hecho, los escasos estudios sociológicos tivas disciplinarias, y por lo tanto sus propias
o socio-históricos emprendidos hasta los años teorías y sus propios métodos de investigación.
ochenta, se dirigieron a explicar el desarrollo
de comunidades científicas y, en menor medi- Sociología e historia de la tecnología
da, tecnológicas a nivel nacional o de algunas
disciplinas específicas. Como reseña Hebe La producción de trabajos en sociología e his-
Vessuri (1983: 93), es posible identificar en toria de la ciencia y la tecnología se desarrolló
este sentido algunos trabajos pioneros, desa- en los años ochenta y noventa, paralelamente
rrollados respectivamente por Edmundo a la difusión en la región de los nuevos con-
Fuenzalida (1971) en Chile, por Simon ceptos de sociología constructivista. La adop-
Schwartzman (1979) en Brasil y por Marcel ción de esta perspectiva dio lugar a una serie
Roche (1979) en Venezuela. relativamente extensa de proyectos y progra-
mas de investigación de base empírica. Frente
a la producción de carácter general –y a veces
1980-2010: expansión del campo en-sayístico– de la fase anterior, durante estas
de estudios sociales de la tecnología dos últimas décadas se han privilegiado abor-
dajes teórico-metodológicos basados en traba-
La agenda del campo se redireccionó fuerte- jos de campo: estudios de caso, diversas técni-
mente a lo largo de las tres últimas décadas: se cas de entrevistas, reconstrucción de redes de
diversificaron los abordajes teórico-metodoló- actores, análisis socio-institucional, estudios
gicos y se incorporaron nuevas temáticas. etnometodológicos.
Haciendo un recorte por disciplinas, dos áreas Cambió, al mismo tiempo, la forma de re-
fueron las más dinámicas y presentan la pro- cortar los objetos de análisis. De los grandes
ducción más significativa: la sociología de la temas de política de CyT a escala nacional, se
ciencia y la tecnología, y la economía del cam- pasó a la focalización de objetos discretos: gru-
bio tecnológico. pos y líneas de investigación, instituciones de
Dos movimientos complementarios –y I+D, artefactos y procesos de producción, pro-
aparentemente paradójicos– se produjeron cesos de producción de conocimientos. En
durante esos años: por un lado, la emergencia otros términos, donde anteriormente se prio-
y “recepción” (a veces crítica, a veces acrítica) rizaba el espacio macro, ahora se privilegian
de diferentes enfoques constructivistas los que los niveles de análisis micro y meso. Paralela-
fueron generando una difusión disciplinaria, mente, el carácter normativo de la producción
donde el “conocimiento” como objeto, atra- fue desplazándose hacia el estudio descriptivo
viesa los estudios de la ciencia como los que se y el análisis explicativo realizado a la luz de las
centran en la tecnología. Esto resulta particu- nuevas herramientas conceptuales.

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Una excepción, tanto en la orientación mi- tores industriales en particular. Obviamente,


cro de los trabajos como en el enfoque cons- una parte sustantiva de estas producciones res-
tructivista, la constituye una frecuente preocu- ponde a abordajes enmarcados en la historia
pación por el estudio de algunos campos aca- económica y se orientó, principalmente, al
démicos específicos (comunicación, educa- análisis de algunas producciones tecnológicas
ción, química, etc.), usualmente emprendidos más recientes, vinculadas al desarrollo de los
por investigadores cuya formación inicial per- sectores informático o nuclear.
tenece al campo estudiado. Al mismo tiempo, Este viraje teórico-epistemológico llevó a la
la preocupación por el estudio de campos constitución de nuevos problemas de investi-
científicos viene de la mano de la fuerte in- gación. Si bien continuaron desarrollándose
fluencia que han tenido los trabajos de Pierre programas externalistas, centrados en el com-
Bourdieu en América Latina desde el comien- portamiento de la comunidad científica (mi-
zo de los años ochenta y no solo en los referi- graciones, brain drain, procesos de institucio-
dos al estudio social de la ciencia, ciertamente nalización de la actividad científica y tecnoló-
marginales en los trabajos de este autor. La gica, constitución de comunidades científicas
adopción de nuevos marcos teóricos relativis- nacionales), crecientemente las investigaciones
tas-constructivistas10 llevó a la proliferación de fueron incorporando al propio proceso de pro-
aplicaciones a casos locales de análisis en tér- ducción del conocimiento científico y tecno-
minos de actor red, redes tecno-económicas, lógico como objeto de estudio.
flexibilidad interpretativa y grupos sociales re- Algunas líneas de trabajo asumieron el desa-
levantes. fío del principio de simetría propuesto, a través
Al mismo tiempo, a partir de los ochenta de diferentes formulaciones radicales y mode-
alcanzaron una mayor difusión relativa los radas, por las teorías relativistas. Aunque es ne-
estudios históricos de la tecnología de raíz ex- cesario acotar que, en una significativa canti-
ternalista, mientras que iban perdiendo im- dad de casos, estudios auto-denominados rela-
portancia relativa los internalistas. Es posible tivistas-constructivistas no han superado, en la
registrar, en diferentes países de la región, líne- práctica, el alcance de los estudios externalistas,
as de investigación de historia social de la tec- focalizados en aspectos socio-institucionales.
nología. Probablemente, uno de los casos más Aunque incorporan el producto de conoci-
destacados en este sentido lo constituya la cre- miento (científico o tecnológico), lo hacen co-
ación del Centro Interunidades de História da mo una cuestión relativamente secundaria –o
Ciência e da Tecnología (CHC) de la Univer- como mero “resultado” de un proceso social li-
sidad de San Pablo, en Brasil. En México, Perú neal, aunque complejo– en el análisis y la cons-
y Colombia existe una significativa produc- trucción de explicaciones.
ción vinculada particularmente a estudios an- La adopción de las nuevas conceptualiza-
tropológicos y desarrollos de culturas preco- ciones constructivistas dio lugar a una serie de
lombinas, así como a desarrollos sociales y resignificaciones y desplazamientos temáticos.
tecno-productivos durante la fase colonial. Por una parte, llevó a la revisión de temáticas
También es posible registrar algunos desarro- abordadas previamente desde otras perspecti-
llos aislados en otros países de la región –Ar- vas. Se revisitaron así cuestiones sobre proce-
gentina y Venezuela, por ejemplo– vinculados sos de constitución de disciplinas, en el nivel
al desarrollos de la industria, y de algunos sec- local, interacciones intra y extra regionales de
la comunidad científica y tecnológica, la rela-
10 Véase los trabajos de David Bloor (1976), Harry
Collins (1985), Bruno Latour (1987), John Law
ción de los científicos y tecnólogos con el mer-
(1999), Michel Callon (1998), Trevor Pinch y Wiebe cado, las relaciones entre procesos de produc-
Bijker (1987), entre otros. ción de conocimientos y producción de bienes

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dossier
Hernán Thomas

y servicios, las relaciones entre políticas de de “redes de actores que permite detectar las
ciencia y tecnología y estrategias de los actores, estrategias técnicas y organizacionales de los
por ejemplo. actores y diferenciar entre distintos tipos de re-
Por otro lado, se plantearon algunos traba- des (de innovación, de difusión, de produc-
jos críticos, orientados a cuestionar la insufi- ción o redes profesionales)” (2001: 22).
ciencia de los nuevos conceptos constructivis- Charum y Parrado (1995) trabajaron sobre
tas como mecanismos explicativos de las diná- la utilidad de los conocimientos científicos y
micas locales. Estos trabajos discutían, en par- tecnológicos entendidos como el resultado de
ticular, la limitación de las conceptualizacio- procesos de construcción social. Según estos
nes de “actor-red” y “redes tecno-económicas” investigadores, “el estudio de la relación y de
como herramientas analíticas adecuada para sus características, entre la producción de re-
abarcar fenómenos vinculados a situaciones sultados y su uso social ha determinado un gi-
regionales insoslayables en América Latina: si- ro hacia la necesaria caracterización de los
tuación periférica, transnacionalización y glo- ‘usuarios’”. Por otro lado, estos investigadores
balización de la producción, debilidad política produjeron una innovación conceptual im-
estructural de los aparatos de estado, situación portante, que ataca al corazón del modelo li-
de las unidades de I+D. Sin embargo, a dife- neal: “La investigación porta en germen el ca-
rencia de la fase anterior, estos cuestionamien- rácter útil de lo que se espera conseguir al final
tos no alcanzaron a constituir un eje de deba- del proceso: desde su emergencia, el grupo que
te en el campo de CTS local. investiga constituye un potencial de posibili-
Finalmente, la difusión de las teorías cons- dades, que espera sean reconocidos por aque-
tructivistas llevó a la generación de desarrollos llos a quienes interesa su actualización” (Cha-
conceptuales complementarios, a la gestación rum y Parrado, 1995).
de nuevas conceptualizaciones mediante pro- Kreimer y Thomas (2003) han intentado
cedimientos de triangulación teórica, a la pro- formular un abordaje “integrado” del proble-
puesta de abordajes teórico-metodológicos al- ma de la utilidad de los conocimientos cientí-
ternativos y, en contados casos, a la genuina ficos y tecnológicos, en la medida en que con-
producción de nuevos conceptos. Si bien no es sideran que los enfoques precedentes han tra-
una tarea simple la de hacer un “mapa” de la tado el tema de un modo fragmentado y par-
producción conceptual de los estudios socio- cial. Estos autores proponen
históricos de la ciencia y la tecnología en la re-
gión, sí es posible mencionar algunos ejem-
[…] comprender los procesos de produc-
plos, a título de ilustración.
ción y de construcción social de la utilidad
En este sentido podemos señalar cómo, por de los conocimientos, entendidos como las
ejemplo, desde perspectivas diferentes, Ro- dos caras de una misma moneda: la utilidad
salba Casas (2001) en México, Jorge Charum del conocimiento no es una instancia que se
(1995) en Colombia, al igual que Pablo Krei- encuentra al final de una cadena de prácti-
mer y Hernán Thomas (2003), y Leonardo cas sociales diferenciadas, sino que se en-
Vaccarezza y Juan Pablo Zabala (2002) en Ar- cuentra presente, como una dimensión sig-
gentina o Hebe Vessuri (1983) en Venezuela, nificativa, tanto en el diseño de un proyec-
fueron abordando la crítica sociológica al to de investigación por parte de un grupo
modelo lineal de producción y uso de conoci- de investigadores, como en los procesos de
mientos. Rosalba Casas (2001) propone redis- re-significación de los conocimientos en los
cutir el concepto de redes, incorporando ele- que participan otros actores sociales rele-
vantes (Kreimer y Thomas, 2003).
mentos formulados por la sociología de la tec-
nología. Así, elabora una propuesta de estudio

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Los estudios sociales de la tecnología en América Latina

Por otro lado, el interés de Vaccarezza y Zabala Desde una mirada diferente, tanto en térmi-
(2002) se ha dirigido a “generar una mirada de nos disciplinarios, ya que proviene de la histo-
la investigación científica académica al nivel ria de la ciencia, como desde el punto de vista
microsocial del investigador en sus tareas”. Pa- analítico, Marcos Cueto (1989) ha trabajado
ra ello, centraron “el análisis del comporta- con profundidad el problema, definido en tér-
miento de los investigadores académicos en el minos de lo que denomina “excelencia cientí-
concepto de estrategia […] en un sentido más fica en la periferia”.
próximo al enfoque de Bourdieu”. Conse- Derivado del análisis de los procesos socia-
cuentemente, estos autores consideran que “la les de construcción de la utilidad, Kreimer y
cuestión de la utilidad social se plantea como Thomas llamaron la atención sobre un fenó-
una atribución de sentido por parte del inves- meno característico de la dinámica local de
tigador o una utilidad subjetiva, significando producción de conocimientos científicos y
esto no la generación de un beneficio para el tecnológicos: una porción considerable del co-
actor, sino la expectativa subjetiva de éste res- nocimiento en los países periféricos que, a
pecto a la utilidad del objeto para de otros pesar de declararse como “aplicada”, en reali-
agentes” (Vaccarezza y Zabala, 2002). dad no tiene ninguna aplicación efectiva. For-
El análisis de las condiciones propias de un mularon así el concepto de Conocimiento
contexto periférico constituyó otro tema sus- Aplicable No Aplicado (CANA), referido a la
tantivo en la producción intelectual desde la producción de conocimientos científicos y
sociología de la ciencia. Sin dudas, una de las tecnológicos considerados aplicables que no
primeras en conceptuar el problema ha sido dan lugar a innovaciones de proceso de pro-
Hebe Vessuri (1983), quien editó un libro cu- ducción o de producto, ni contribuyen a la so-
yo título es, precisamente, la Ciencia periférica. lución de problemas sociales o ambientales.
Allí, Vessuri señala la influencia del contexto Según los autores,
sociocultural sobre la ciencia, a partir de tres
niveles de análisis, cuya aplicación conforma lo [...] aunque esta situación sea detectable
que podríamos denominar “la condición peri- tanto en los contextos centrales como peri-
férica”: el nivel de los conceptos, el nivel de los féricos, en los países en desarrollo ello plan-
temas de investigación y el nivel de las institu- tea un problema de importancia estratégica:
ciones. El marco de análisis propuesto por frente a la necesidad de poner en práctica un
Vessuri ha sido muy fructífero, tanto por su desarrollo tecno-productivo capaz de inte-
contenido como, sobre todo, porque tematizó grar a aquellos países en mercados globaliza-
dos o de ofrecer respuestas socio-técnica-
en el campo de CTS el problema de los deter-
mente adecuadas para resolver graves pro-
minantes presentes, y la dinámica en la pro-
blemas sociales, la producción local de co-
ducción y uso de conocimientos en contextos nocimientos no ha estado, hasta nuestros
periféricos. Como señala la propia autora, días, en condiciones de contribuir de un
modo crucial a este esfuerzo colectivo
[…] la promesa de los frutos que la socie-
(Kreimer y Thomas, 2003)
dad puede esperar de estos estudios […]
estará en el esclarecimiento de las formas
históricas y contemporáneas de la razón Más recientemente, se han profundizado algu-
humana […] y en la comprensión de su nos de estos análisis, intentando abrir la caja
relación con los hechos y estructuras de la negra de las relaciones centro-periferia, o
práctica científica contemporánea y sus ahondando en la exploración conceptual y
aplicaciones sociales, evaluando críticamen- empírica de producciones tecnológica alterna-
te la influencia de las formas aplicadas de la tivas, encuadradas en el concepto de “tecnolo-
racionalidad científica (Vessuri, 1983). gías sociales”.

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Economía del cambio tecnológico producción de trabajos estructuralistas y desa-


rrollistas. Por otra parte, la preocupación de
La difusión de teorías económicas orientadas a estas teorías por aspectos tales como el entor-
explicar el cambio social y productivo en tér- no institucional de las firmas, los fenómenos
minos de innovación tecnológica motivó la de co-evolución entre instituciones y tecnolo-
aparición en la región de economistas “evolu- gías, la incidencia de factores sociales, lingüís-
cionistas” y “regulacionistas”. Sus marcos de ticos y culturales sobre las dinámicas locales de
referencia para el tratamiento de la relación innovación, abrió espacio para el interés de
entre contexto económico social y cambio tec- investigadores provenientes de otras matrices
nológico, por una parte, los colocaron en dis- disciplinares (historia, sociología, antropolo-
puta con los que respondían al paradigma gía, ingeniería, entre otras). Finalmente, este
neoclásico y, por otra, los acercaron a grupos potencial de convergencia dio lugar a algunos
locales orientados a los estudios sociales de la intercambios, a la participación de encuentros
ciencia y la tecnología. La eclosión de la preo- plurales en algunos casos y a proyectos de in-
cupación por la problemática ambiental dio vestigación de naturaleza multidisciplinar.
pie al abordaje de la problemática científica y La innovación tecnológica fue, tal vez, el
tecnológica en términos ecológicos, en parti- principal tema desarrollado en el campo; este
cular, con interrogantes acerca de la sustenta- tema ha dado lugar a una ingente cantidad de
bilidad del desarrollo y el riesgo ambiental. En publicaciones, generadas desde las más diver-
tanto, la sociología del trabajo, influenciada sas perspectivas y ha cubierto desde estudios
por la escuela francesa de la regulación, con- de caso y sectoriales hasta relevamiento y siste-
fluyó hacia algunas líneas vinculadas a estu- matización de normativas, desplegando los
dios sociales de la ciencia y la tecnología. más diversos abordajes metodológicos. Obvia-
La difusión de la economía del cambio tec- mente, una proporción significativa de los tra-
nológico dio lugar a una diversidad de impac- bajos respondió a la matriz disciplinaria de la
tos en la dinámica del campo de CyT. La com- economía del cambio tecnológico, pero dada
binación de los procesos de institucionaliza- la atracción generada por la temática, tanto el
ción vía una práctica académica de la actividad discurso normativo como el análisis de base
de los investigadores de CTS, así como de la empírica de las actividades científicas y tecno-
difusión de abordajes teórico-metodológicos lógicas se impregnaron de la preocupación por
generados en las matrices disciplinares de la la innovación local.
sociología de la ciencia y la tecnología, a lo que Se produjo una diversidad de trabajos
se suma la economía de la innovación, han orientados al análisis de la relación entre uni-
comenzado a generar puentes transdisciplina- dades de investigación y desarrollo y unidades
rios a nivel regional, reflejados en algunos re- productivas de bienes y servicios. Estos traba-
cortes temáticos que dan cuenta de la conver- jos se encuadraron bajo distintas denomina-
gencia. En virtud de este movimiento, resulta ciones: Universidad-Empresa y Universidad-
pertinente analizar el proceso de difusión y Sector Productivo fueron las más comunes. La
adopción de conceptualizaciones de la econo- problemática ha sido abordada desde diferen-
mía del cambio tecnológico en el campo CTS tes perspectivas: política (Judith Sutz, Rodrigo
latinoamericano. Arocena, Renato Dagnino, Hernán Thomas),
Así, por una parte, se generó una cantidad sociológica (Hebe Vessuri, Rosalba Casas, Pa-
significativa de producciones enmarcadas en blo Kreimer, Jorge Charum), de gestión insti-
abordajes neo-schumpeterianos y evolucionis- tucional, entre las principales.
tas. La difusión de estos conceptos comple- Como una derivación de los desarrollos
mentó o, aún, sustituyó en algunos casos, la constructivistas, se generaron en la región nue-

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vas conceptualizaciones orientadas a explotar Estudios sobre política y gestión de la tecnología


el potencial de convergencia entre la sociología
de la tecnología y la economía del cambio tec- Los trabajos encuadrados en la perspectiva po-
nológico. Hernán Thomas propuso los concep- lítica se orientaron fundamentalmente por la
tos de “resignificación de tecnologías”, “di- preocupación acerca del desarrollo social y
námica y trayectoria socio-técnica” y “estilo so- económico de los países de la región, el papel
cio-técnico” como herramientas analíticas ade- de la comunidad académica en las estrategias
cuadas para captar la complejidad de procesos de desarrollo y el impacto potencial del desa-
localizados de generación y uso de conocimien- rrollo local de conocimientos científicos y tec-
tos y artefactos tecnológicos, desde una pers- nológicos en las economías nacionales. Al mis-
pectiva simétrica (Thomas 1995, 2002; Tho- mo tiempo, generaron una visión crítica de las
mas y otros, 2004). Renato Dagnino y Thomas políticas vigentes y, en particular, de las pro-
generaron el concepto de “adecuación socio- puestas restringidas a la percepción del cono-
técnica” (Dagnino y Thomas, 2001; Dagnino cimiento como mercancía. Dado el carácter
2003) no sólo como una herramienta descrip- normativo de la preocupación, los trabajos se
tiva de procesos de creación y utilización de centraron en el análisis de algunas situaciones
tecnología, sino también como un abordaje consideradas paradigmáticas (produciendo
operativo orientado al mejoramiento de las po- algunos análisis sectoriales, estudios de caso o
líticas de ciencia, tecnología e innovación lati- análisis de experiencias específicas) y, funda-
noamericanas. mentalmente, en el relevamiento y revisión
Dos nuevas conceptualizaciones “nueva crítica de la normativa vigente y los posiciona-
producción de conocimiento” (Gibbons y mientos de los actores políticos (estado, em-
otros, 1994) y “triple hélice” (Etzkowitz y Ley- presarios, líderes de la comunidad científica,
dersdorff, 1996) tuvieron influencia significa- tecno-burócratas).
tiva en la producción local del campo a partir La producción vinculada con la reflexión
de mediados de los años noventa. Es posible política crítica disminuyó relativamente a
encontrar la incidencia de ambos abordajes favor de trabajos instrumentales de política
tanto en artículos –que adoptan sus propues- institucional. Financiados por organismos in-
tas conceptuales como el eje de sus marcos ternacionales, estos trabajos se orientaron al
teórico– como en ensayos de política de cien- relevamiento de instituciones de I+D, de pla-
cia y tecnología –que se alinean mecánicamen- nificaciones de políticas públicas de CyT a
te a estas propuestas normativas–. La circula- escala regional (latinoamericana o de algunas
ción de estas conceptualizaciones también ha de las sub-regiones: ALADI, MERCOSUR) y
dado lugar a trabajos orientados a problemati- a análisis de naturaleza prospectiva.
zar algunas de sus afirmaciones básicas, y, en Si bien esta producción responde a aborda-
particular, su capacidad explicativa y su ade- jes metodológicos diversos, suele contener me-
cuación como herramientas analíticas para la canismos de consulta a expertos y actores loca-
interpretación de procesos locales. La realiza- les relevantes. En general, estas producciones
ción de la Tercera Conferencia Internacional fueron concebidas como insumos orientados a
de Triple Hélice, en Río de Janeiro, a inicios la optimización del proceso de toma de deci-
del año 2000, que contó con la participación siones y al mejoramiento de las políticas públi-
de numerosos investigadores locales, impulsó cas de ciencia, tecnología e innovación. Aun-
la difusión de esta perspectiva en la región y que resulta difícil establecer una ponderación,
promovió la realización de numerosos estudios la influencia de estos insumos sobre las políti-
de caso encuadrados en sus demarcaciones cas locales parece haber sido escasa.
conceptuales.

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Pero también se produjeron análisis y estu- des12. Los trabajos generados desde esta pers-
dios críticos focalizados en las políticas públi- pectiva responden, centralmente, a dos mode-
cas de ciencia y tecnología. Una parte signifi- los: por una parte, una extensa literatura de
cativa de esta producción suele ser planteada carácter normativo, destinada a promover y dar
por sus autores como continuación de las pro- sustento discursivo a las propuestas de re-con-
ducciones de los sesentas y setentas. Centrados versión institucional, en base a la emulación de
en la preocupación por el desarrollo económi- casos exitosos en países desarrollados; por otra,
co y social, el eje de estos trabajos es la reorien- una profusa producción de relatos de imple-
tación y adecuación de la normativa de cien- mentaciones de la normativa de carácter mera-
cia, tecnología e innovación hacia la conver- mente descriptivo (objetivos, instrumentación,
gencia con la resolución de necesidades socia- valorización de la experiencia). En la década de
les y demandas tecno-productivas. Normal- los noventa se extendió la realización de estu-
mente, estos textos adoptaron un estilo ensa- dios institucionales –a nivel meso y micro– des-
yístico, apoyado por fuentes secundarias y ba- tinados a la evaluación de las iniciativas políti-
ses de datos estadísticos (Renato Dagnino, Ju- cas vigentes y de las actividades desarrolladas en
dith Sutz, Rodrigo Arocena, Mario Albornoz, las instituciones públicas de CyT. Muchos de
Enrique Oteiza). estos trabajos se originaron en demandas de
La producción de “indicadores de ciencia y diagnósticos institucionales, como insumos
tecnología” es otra temática central en la pro- para la realización de planificaciones estratégi-
ducción reciente del campo. Desde mediados cas o de procesos de reingeniería institucional.
de la década del noventa se ha desplegado un Gran parte de la producción vinculada a los
esfuerzo a escala regional para la producción y encuentros de la Asociación Latino-Iberoame-
compatibilización de indicadores de ciencia y ricana de Gestión Tecnológica (ALTEC) respon-
tecnología11. Los esfuerzos de la Red de Indi- de a este recorte temático.
cadores de Ciencia y Tecnología Iberoame- Es de notar, en esta producción, la apari-
ricana/Interamericana (RICYT) se orientan a ción de una problemática asimetría metodoló-
integrar a los países de la región en la genera- gica: la selección a priori de casos considerados
ción, coordinación, compatibilización y unifi- “exitosos”. Dicha asimetría generada origina-
cación de criterios para la producción de indi- riamente en la producción europea y estadou-
cadores de ciencia, tecnología e innovación. nidense fue “heredada” por los estudios de ca-
Los logros más significativos han sido la elabo- so locales. Tanto el análisis crítico de las expe-
ración de un Manual Latinoamericano de riencias locales como el seguimiento de las ini-
Indicadores de Innovación Tecnológica y la pu- ciativas en el tiempo o, aún, el estudio de los
blicación periódica de indicadores de ciencia y
tecnología iberoamericanos e interamericanos.
Los estudios de gestión fueron motorizados Iniciada en 1987 por la conferencia de Rectores
por una serie de iniciativas, orientadas a la di- Europeos (CRE) y algunas universidades de América
Latina, se convirtió posteriormente en un programa de
fusión y aplicación de diferentes propuestas de cooperación multilateral. El objetivo principal de
reconfiguración institucional de las universida- Columbus fue promover el desarrollo institucional de
las universidades a través del perfeccionamiento de los
procesos y estructuras de gestión. El programa se con-
11 Este tipo de estudios han sido financiados por la centró en dos temas: calidad de la enseñanza y rela-
Organización de Estados Americanos (OEA), el ciones entre la universidad y la industria. Dentro de
Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología esta última temática se plantearon tres líneas de traba-
(CYTED) y la UNESCO. jo: gestión de la innovación y transferencia de tec-
12 La red Columbus (Collaboration in University nología, asesoramiento y evaluación de incubadoras de
Management: a bridge between universities and schol- empresas y aspectos legales de la transferencia de tec-
ars) constituye el caso más claro en este sentido. nología.

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Los estudios sociales de la tecnología en América Latina

fracasos ocupan un lugar periférico en la pro- cientemente se pueden mencionar algunos


ducción local. estudios promovidos por la OEI, que incluyen
tanto trabajos de tipo cuantitativo como cier-
tas discusiones conceptuales. La segunda, los
Debates y silencios trabajos sobre prospectiva prácticamente se
restringieron, durante esta fase, a la tentativa
Respecto de la participación diferenciada se- de continuación, ampliación y profundización
gún los enfoques disciplinarios predominan- del Proyecto Bariloche, liderada por Amílcar
tes, resulta sumamente difícil dimensionar el Herrera (Herrera y otros, 1994).
espacio relativo ocupado por los estudios so- ¿Cuáles son los ejes de debate? Curiosa-
cio-históricos de la ciencia y la tecnología en el mente, en una dinámica de convergencias y
conjunto de la producción latinoamericana espacios transdisciplinarios, de multiplicación
del campo CTS. Sin embargo, no parece im- de abordajes, resulta dificultoso registrar nú-
prudente afirmar que es, comparativamente, cleos de debate que hayan caracterizado esta
menos significativo que el de otras disciplinas. etapa. Aún más curioso si se tiene en cuenta
Encontramos, aquí, una paradoja: mientras que la fase anterior se caracterizó por un inten-
que, numéricamente, los espacios hegemóni- so intercambio de ideas y discusión, tanto res-
cos son ocupados por trabajos encuadrados en pecto de la política oficial como entre las dife-
gestión de la ciencia, de la tecnología y de la rentes posiciones críticas.
innovación y economía del cambio tecnológi- Dos ejes de debate se destacan particular-
co, las producciones de sociología e historia de mente por su ausencia. El primero se relaciona
la ciencia y la tecnología –stricto sensu– pare- con el desarrollo de trabajos internalistas y
cen participar con menos de la quinta parte constructivistas. Probablemente la diversidad
del total13. Sin embargo, en la conformación de espacios, tanto de socialización y participa-
pública de agendas de investigación y, muy ción académica como de publicación, posibili-
particularmente, en el espacio de las reuniones tó la coexistencia pero no así el diálogo con
ESOCITE (Estudios Sociales de la Ciencia y este tipo de trabajos. La segunda ausencia es
la Tecnología) que ha congregado a un nú- aún más notable. Salvo en los casos anotados
mero importante de investigadores, las pers- previamente, es evidente en la región la dis-
pectivas aportadas por la sociología de la cien- continuidad de la reflexión caracterizada como
cia y la tecnología, tanto como la perspectiva “pensamiento latinoamericano crítico”, equiva-
histórica que la acompaña, han tenido una lente a lo que fue, en su momento, el
influencia determinante. PLACTS. Solo algunas conceptualizaciones se
¿Cuáles han sido las temáticas ausentes o mantienen vigentes, más en el plano metafóri-
de menor importancia relativa? Dos áreas te- co que en el categorial: el “triángulo” de Sá-
máticas parecen escasamente desarrolladas. La bato (1968), la distinción entre “política implí-
primera de ellas la conforman estudios sobre cita y explícita” de Herrera (1995 [1971]), la
comunicación pública de la tecnología, los crítica al “cientificismo” de Varsavsky (1969).
cuales son aún escasos en la región. Muy re- Los nuevos abordajes se difundieron en la
región prácticamente sin beneficio de inventa-
rio. Lejos de un debate orientado a la evalua-
13 Sólo a efectos de dimensionar la visibilidad de la pro- ción de capacidades explicativas, de potencial
ducción, es posible mencionar un estudio en el que se de convergencia o mutua exclusión, la produc-
cuantificaron las ponencias a los tres principales even- ción de los sesenta y setenta simplemente per-
tos internacionales que convocaron a investigadores
latinoamericanos en la temática CTS en el año 1996 dió vigencia, ocupando un espacio secundario
(Dagnino, Thomas y Gomes, en la memoria de los antecedentes del campo

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de los estudios sociales de la ciencia y la tecno- sentido antes que sujetándose a su enunciado.
logía en la región. En el plano normativo, esto tal vez permita
evitar caer en la ilusión de que por usar los
mismos significantes se puede reconstruir la
Conclusiones (mientras las cosas realidad a la medida del concepto utilizado
siguen ocurriendo…) (como, por ejemplo, ha ocurrido en las tenta-
tivas locales de emulación de modelos institu-
Pese a este panorama múltiple y diverso, no cionales: “incubadoras de empresas de base
parece haberse gestado aún una dinámica de tecnológica”, “parques tecnológicos” y “distri-
desarrollo teórico conceptual correspondiente tos industriales”).
al aumento de escala de la producción. Claro El desafío es aún mayor si se incorpora la
que esto no ocurre solo en el campo de los es- dimensión política. Con todo lo valioso que
tudios locales de la tecnología, sino que se ex- han sido para la comprensión de la dinámica
tiende al conjunto de la producción científica socio-técnica latinoamericana, los estudios
(y, en particular, de ciencias sociales) latino- microeconómicos y microsociológicos resul-
americana. tan insuficientes como insumos para la elabo-
No se trata simplemente –es obvio– de un ración de políticas de innovación. En el esta-
problema de “originalidad”. Tanto los aborda- dio en que se encuentra la elaboración local de
jes teórico-metodológicos como las propuestas políticas, los resultados de este tipo de investi-
normativas requieren un alto grado de adecua- gaciones no alcanzan a abarcar la complejidad
ción a la dinámica social, científica, tecnológi- del problema que se enfrenta en la actual si-
ca, productiva, económica y cultural de la re- tuación (globalización, integración regional,
gión. Esta adecuación debería conducir, irre- desregulación y re-regulación, cambio climáti-
misiblemente, a la gestación de nuevas concep- co, etc.). Si bien pueden aportar criterios acer-
tualizaciones, de nuevas producciones científi- ca de “lo que no hay que hacer”, resultan ina-
cas y de nuevas propuestas estratégicas. decuados como insumos para proponer, prio-
La revisión de la trayectoria del campo de rizar y definir medidas de política concretas.
estudios sociales de la tecnología latinoameri- La última lección de la primera generación
canos permite plantear nuevos desafíos para el latinoamericana de estudios sociales de la cien-
desarrollo local de la sociología e historia de la cia y la tecnología: reflexión crítica + genera-
ciencia y la tecnología y de la economía del ción de conceptos localmente adecuados +
cambio tecnológico. Si la trayectoria aquí pre- intervención en procesos de policy making,
sentada es aceptada –al menos parcialmente– parece hoy tan vigente como en los sesentas.
parece necesario realizar una profunda renova- De la renovación teórico-conceptual y norma-
ción del aparato conceptual explicativo-nor- tiva puede depender –al menos parcialmente–
mativo utilizado, lo que implica, entre otras la posibilidad de realización de un escenario de
cosas, la posibilidad de enriquecerlo con apor- democratización política y desarrollo econó-
tes genuinos. mico y social en la región.
Desde la perspectiva de la necesidad de una
adecuación de los conceptos teóricos a la diná-
mica socio-técnica local, la ortodoxia teórica
no implica seguridad analítica ni garantía epis-
temológica alguna. Lejos de ello, supone el
riesgo de generar fenómenos de inadecuación.
Parece conveniente vigilar los procesos de re-
significación de los conceptos, recuperando su

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Los estudios sociales de la tecnología en América Latina

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