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2.9.1. Introducción
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La mantequilla por su parte, obtenida con el desnatado, constitu-
ye un elemento fundamental en la dieta de muchos países desarro-
llados, aunque también se utiliza para el almacenamiento de los
excedentes. Igual que ocurría con las leches transformadas, las
medidas de control de la producción desplegadas en la OCDE se
encuentran en la base de la progresiva caída que padece en los últi-
mos años, a las que se suman un consumo a la baja, y los problemas
que han padecido las industrias de la ex-URSS, a la sazón hasta
1989 el principal productor del múndo.
Por último resalta la importancia de la producción quesera mun-
dial, por lo demás el único lácteo que, con un alza sostenida de su
demanda, incrementa sin cesar su producción a nivel mundial y ape-
nas decae en la CE en los últimos años. Hay que resaltar en este
contexto que la Comunidad ostenta un claro liderazgo en quesos, no
ya sólo en volúmeneá (con el 40% de la producción global), sino
también en productos específicos (Camenbert, Emmental, Edam,
Gouda, Manchego, Parmigiano, Tilsit..., de por sí arraigadas) y mar-
cas comerciales.
Igual que con los quesos, hay que destacar que la CE-12 actual-
mente ostenta unos porcentajes de producción en casi todos los deri-
vados muy superior a los de leche fresca: del 36% de la de leche
desnatada en polvo, del 32% de la leche entera en polvo, y del 30%
en leche condensada (CUADRO 2.9.1). Solamente escapa de esta
regla la mántequilla, con un 23%.
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o con mezclas más o menos sustanciales de materias grasas de ori-
gen vegetal. De hecho hoy se asiste a un continuo desarrollo del
mercado denominado de las "materias grasas amarillas", vendidas a
precios más bajos que sus competidores lácteos. Esta tendencia
explica el imparable descenso del consumo de leche entera, de algu-
nos quesos de pasta dura y, muy especialmente, de mantequilla,
que, sin ir más lejos, en la CE en los últimos tiempos han disminui-
do a un ritmo del 2'S% anual, mientras se consolidaba la demanda
de productos de imitación y sustitutivos. No es extraño pues que el
precio de mercado de la mantequilla se haya situado en los últimos
tres años entre el 90 y el 94% del precio de intervención. Al uníso-
no, se observa que el consumo de algunos quesos y productos fres-
cos en general (yogurt, crema, bebidas a base de leche), se sostiene
o incluso aumenta (en la CÉ-12 entre un 1 y un 2% anual). El prác-
tico estancamiento de la demanda de materias grasas ]ácticas que se
vislumbra en la OCDE tiene su única excepción de nuevo en el
Japón donde, precisamente, por sus exageradamente bajos índices
de consumo, se aprecia una tendencia ascendente en la demanda.
Esta evolución del consumo, unida a una oferta en continuo
incremento, con un imparable aumento del contenido de materia
grasa en las entregas, explican por lo demás la aparición de fuertes
excedentes lácteos en los principales países productores de la
OCDE, la reducción del apoyo interno a la mantequilla, y la progre-
siva implantación de agresivas y costosas políticas comerciales por
parte de sus autoridades. Así, Canadá ha reducido en sucesivas deci-
siones su cuota de leche de transformación. Y los Estados Unidos
disminuyeron en dos ocasiones, en 1992 y en 1993, el precio de sos-
tenimiento de la mantequilla, modificando así considerablemente el
coeficiente de valorización de la leche.
En este contexto también se inscribirían las medidas aplicadas por
la Comunidad: la reducción de los precios de intervención de la man-
tequilla, la última con la reforma de la PAC de 1992, y la subvención
de determinados usos para el conjunto de los productos lecheros
(como, v.g., la alimentación de terneros, la producción de caseína, o la
utilización en pasteleria y helados) o el fomento de salidas no comer-
ciales (bajo la forma de donaciones a instituciones sin ánimo de lucro).
Pero, al mismo tiempo, se ha convertido en una salida regular de
los excedentes lácteos de los países productores de la OCDE, y muy
especialmente de la CE y los Estados Unidos, su exportación masi-
va a los mercados mundiales bajo subvención, de resultas de la cual
los precios internacionales de la LEP,, la mantequilla y el "butte-
roil", se han llegado a deprimir hasta por debajo incluso de los pre-
cios mínimos fijados en el Acuerdo lechero del GATT ("Internatio-
nal Dairy Arrangement"- IDA).
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Este comportamiento de los grandes países productores de la
OCDE explica también, en buena medida, la progresiva introduc-
ción y consolidación de su modelo lácteo-alimentario en otras zonas
del planeta que han visto aumentar su consumo de derivados leche-
ros a un ritmo muy superior al que podían cubrir las producciones
locales. De esta guisa, hoy los mercados que presentan un mayor
potericial de crecimiento a corto plazo son los de Extremo Oriente
(Japón, Malasia, Thailandia, Filipinas, Indonesia, Singapur), el Cer-
cano Oriente y Norte de Africa (Arabia Saudita, hoy con unas com-
pras de valor superior a las del Japón, y mucho más lejos, Irán,
Egipto), y America del Sur (Venezuela, Brasil, Chile, y México). En
consonancia con este hecho, se estima que las importaciones de
estas áreas "solventes" pueden incrementarse en los próximos años
en una tercera parte (pasando de 9.300.000 t. de "equivalente de
leche" en 1990, a unas 12.400.000 t. en 1996) y cubrir una parte de
la oferta excedentaria de la OCDE.
Más lejano o incierto parece el desarrollo del consumo de lácte-
os en otras zonas del globo, como la Europa del Este, incluida la ex-
URSS, y el resto de países en vías de desarrollo (PVD) no integran-
tes del grupo anterior.
Por lo que respecta a estos últimos existen algunos que son auto-
suficientes e incluso mantienen una posición exportadora en los
mercados mundiales. Es el caso de Argentina, de Uruguay, de Kenia
o de Zimbabwe. A su vera hay países, como la India, que de ser tra-
dicionales beneficiarios de la ayuda alimentaria, y pese a mantener
una posición netamente importadora, merced a la fuerte expansión
de la industria local y los problemas de suministro interno han lle-
gado incluso a exportar puntualmente en los últimos años. Pero en
general los PVD son hoy por hoy importadores de productos lácte-
os, aunque en general a niveles muy débiles. Un eventual incremen-
to de su demanda a medio plazo se encuentra fuertemente condicio-
nada a que se dé un efectivo crecimiento de sus rentas y sus
ingresos en divisas. Esto puede verse facilitado por la mejora del
clima económico mundial que debería, en principio, derivarse de la
salida de la recesión a partir de 1994 y la progresiva aplicació ❑ de
los acuerdos de la Ronda Uruguay, como luego se comenta. De
cualquier mndo parece seguro que ]a ayuda alimentaria se converti-
rá en los próximos años en un disputado canal de salida para la pro-
ducción lechera de la OCDE.
En cuanto a los países del Este europeo, bajo el régimen de
"socialismo real" registraron .unos elevados índices de consumo de
lácteos merced a las fuertes subvenciones existentes hasta el punto
que la URSS, pese a su estimable producción, se convirtió en el pri-
mer importador del mundo de mantequilla. Ya se ha indicado que
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las medidas de reforma económica aplicadas en los últimos años
para la transición a una economía de mercado han desembocado en
una sensible reducción de la producción. Pero, en contrapartida,
también han disminuido las subvenciones al consumo y han caído
drásticamente los ingresos de la población, lo que se ha reflejado en
la demanda. De todos modos, el sacrificio de vacas lecheras y la
extensificación "de facto" de la ganadería ha alcanzado tales extre-
mos en Rusia que en 1994 se asistió a la compra masiva de mante-
quilla por su parte, hasta el punto de desequilibrar los mercados
mundiales. Todo hace pensar que Rusia mantendrá a medio plazo
una posición fuertemente importadora lo que actuará de revitaliza-
dor de los precios mundiales.
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sos, con signo positivo, que en 1985 habían registrado 940' 1 mil
toneladas. A su lado sufrió una drástica caída el comercio de leche
en polvo desnatada.
En cifras absolutas, Holanda y Alemania encabezan la lista de
exportación (o expedición, en términos intracomunitarios) de los
Estados miembros, aunque también aparecen entre los principales
compradores mundiales de leche, lo que corrobora el alto grado de
integración económica existente en el sector. Holanda en particular
se presenta como una gran importadora de leche y, a su vez, como
exportadora de productos elaborados a partir de ésta y, por consi-
guiente, es la máxima defensora de una política de liberalización a
ultranza de los mercados lecheros. Por detrás de estos dos países se
sitúan por sus ventas dentro de la CE-12, Dinamarca, Francia e
Irlanda.
A1 lado de las grandes corrientes comerciales que tienen como
centro activo a la Comunidad, existe también un flujo exportador
desde el resto de países productores de la OCDE hacia los PVD y,
de mucha menor entidad, hacia la CE-12. Destacan ahí Australia y,
muy especialmente, Nueva Zelanda (bajo el monopolio exportador
de su "New Zealand Dairy Board"), que, con un sector altamente
competitivo, han incrementado notablemente sus cantidades expor-
tadas durante los años 80, pese a las crecientes restricciones
impuestas por la Comunidad a las importaciones neozelandesas.
Por detrás de los dos productores australes se situaría, con canti-
dades significativas, Estados Unidos, en este caso gracias a su
"Dairy Export Incentive Programme" (DEIP), un ambicioso plan de
fomento de las exportaciones lecheras claramente orientado hacia la
reconquista dé los mercados perdidos a manos de la Comunidad, y
también merced a su tradicional programa de ayuda alimentaria, el
"Food for Peace", que a partir de 1993 incluyó explícitamente en su
seno los productos lácteos. Fruto de ello la cuota mundial norteame-
ricana en equivalente de leche ha pasado del 1'2% al 6'7% entre
1990 y 1993, situación que contrasta con la práctica congelación de
las cuotas del resto de grandes productores. Obviamente, el Acuerdo
del GATT puede tener un nada desdeñable impacto en esta evolu-
ción, desde el exclusivo prisma de la exportación, ya que desde la
perspectiva de la importación, pese a incrementarsc los contingentes
arancelarios norteamericanos de productos lácteos, quedan aún a
niveles muy bajos: v.g. 7.000 t. de mantequilla para el año 2000.
Solamente destacan, con ojos europeos, el contingente de chocolate,
de 26.700 t., y el de helados, con 5'9 millones de litros.
A la vista de la política comercial norteamericana hay que señalar
además la importancia que la ayuda alimentaria tiene en la salida de
las existencias acumuladas de excedentes para algunos países produc-
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tores. En determinados años ha llegado incluso a significar la mitad de
las cantidades exportadas. Como ya adelantamos es de prever que, con
el tratamiento que recibe por parte del Acuerdo Agrícola de la Ronda
de Uruguay, y la paralela reducción de las exportaciones subvenciona-
das, la ayuda alimentaria adquirirá nuevos brios en los años venideros.
En el extremo opuesto, dentro de los países tradicionalmente
importadores de productos lecheros, han destacado én el pasado dos
áreas: los países en vías de desarrollo y, más en concreto, los de la
OPEP; y, dentro del área de países bajo regímenes de "socialismo de
Estado", la URSS y algunos países de Europa Central. Sin embargo,
como ya se indicó en el anterior epígrafe dedicado a analizar el consu-
mo, existen factores externos a la propia evolución de la oferta y la
demanda lecheras que condicionan directamente el volumen de estos
flujos. En el caso de los países de la OPEP, con independencia de los
acontecimientos políticos (como la Guerra del Golfo), hay que mencio-
nar los precios del petroleo, hoy por hoy deprimidos, que explican el
declive de sus compras en los últimos años. Y en el caso de la ex-
URSS y los países de Europa Central tradicionalmente importadores,
hay que contar con la reducción del poder adquisitivo que ha sufrido su
población y el incremento registrado en los precios de los productos.
A1 lado de estas zonas tradicionalmente importadoras, con inde-
pendencia de los factores coyunturales citados, gana día a día mayor
atractivo por el potencial de su demanda, Sudamérica (con Brasil a
la cabeza) y, sobre todo, el Extremo Oriente, donde se incluyen paí-
ses tan variopintos comc el Japón (M Ue en el G4TT se ha co!rpr0-
metido a importar 137.202 t. de productos lácteos en equivalente de
leche anuales entre 1996 y el 2000, y reducir sus aranceles para el
queso en un 15%o), Corea, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur,
Thailandia, o^Taiwan.
Con este telón de fondo hay, no obstante, que vigilar la creciente
tendencia a desarrollar zonas de libre comercio que, en la práctica,
pueden sustraer mercados enteros a la CE, como de hecho ya ha
ocurrido con México, a raíz del NAFTA. Particular atención habrá
de ponerse en la futura evolució!i del APEC ( foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico) que incluye 18 países, donde se mezclan
algunos de los principales productores mundiales de lácteos con casi
todos los mercados con mayor potencial de crecimiento (Australia,
Estados Unidos, Canadá, México, Japón, China, Hong-Kong, Tai-
wan, Corea del Sur, Indonesia, Brunei, Filipinás, Malasia, Singapur,
Thailandia, Papúa-Nueva Guinea, Nueva Zelanda, y Chile).
A este somero análisis de las corrientes comerciales mundiales
hay que añadir para terminar, a nuestros efectos, la paradójica situa-
ción de que siendo la Comunidad el principal centro productor y
exportador del mundo en lácteos, registrase algunas importaciones
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procedentes de países terceros. Así es, el estricto régimen de protec-
ción en frontera vigente hasta 1995 con la OCM de productos leche-
ros, vía exacciones reguladoras, coexistió con ciertos flujos de
entrada, que se justificaban por las necesidades de la industria (v.g.
en quesos para la transformación) o diversos regímenes preferencia-
les reconocidos a favor de los países del Este y Nueva Zelanda.
Ciertamente, estas importaciones, si se comparan con los índices
de producción y consumo internos fueron despreciables en leche en
polvo desnatada, y ligeras en quesos y mantequilla, pero anunciaban
uno de los futuros efectos del Acuerdo Agrícola del GATT. Particu-
larmente digno de comentario es el régimen de importación de man-
tequilla otorgado a Nueva Zelanda desde la adhesión y consolidado
con la Ronda Uruguay. En un contexto caracterizado por los dese-
quilibrios estructurales entre la oferta y la demanda se podría empe-
zar afirmando que por cada tonelada de mantequilla importada por la
CE se desplaza igual cantidad de producción comunitaria a la inter-
vención. Sin embargo, el Protocolo 18 del Tratado de adhesión del
Reino a la Comunidad previó un régimen preferencial (aunque
decreciente) para las importaciones de mantequilla y queso origina-
rios de Nueva Zelanda. Régimen que, modificado para el queso, fue
sucesivamente prorrogado para la mantequilla, pese a que desapare-
ciera su causa primera, el déficit en este producto del Reino Unido.
El consumo británico, gracias a las campañas a favor de la margarina
y otras materias grasas con menor aporte calórico, cayó casi la mitad
entre 1975 y 1986, mientras que la producción nacional se multipli-
caba por cinco hasta prácticamente alcanzar el autoabastecimiento.
En estas condiciones, el mantenimiento de las importaciones neoze-
landesas, pese a su constante reducción (79.000 t. en 1986; 51.000 t.
en 1993), constituye todo un contrasentido: mientras los excedentes
británicos han de ir a la intervención y desnaturalizarse a un elevado
coste, la mantequilla austral ha aumentado su cuota en el mercado de
las Islas, de menos del 25% a un tercio, obstaculizando de refilón la
importación de mantequilla continental. Una paradoja que, sin
embargo, posiblemente era el precio que debía de pagar la Comuni-
dad por su propio proteccionismo y que, como en su momento vere-
mos, se consolida con el Acuerdo agrícola de la Ronda Uruguay.
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(] 0'69 Kgs de media en 1990) que se verían aumentados tras la
adhesión de los países nórdicos y Austria (con 13'S5 Kgs).
Pero, precisamente, este elevado nivel de consumo, unido al
estancamiento de su población, la reducida elasticidad-renta de los
alimentos, y los cambios de dieta, orientados a un menor consumo
de grasas, hacen vaticinar que la demanda de lácteos no crecerá sig-
nificativamente a corto plazo en la CE. Sin embargo, esta constata-
ción no es óbice para que el consumo mantenga un notable dinamis-
mo en su composición, orientándose ha ^ ia una creciente elaboración
y estandarización de los productos, de la mano de las "euromarcas"
y uqa distribución fuertemente internacionalizada.
El motor de esta evolución será la consolidación de un consumi-
dor europeo-tipo, con unas características socio-económicas, cultu-
rales y demográficas cada día más uniformes, que exige nuevos pro-
ductos que respondan a sus exigencias de salud, comodidad,
presentación, etc. Por consiguiente, es de augurar para los próximos
años, siguiendo la tónica del pasado inmediato, una baja del consu-
mo de mantequilla y leche fresca con una mayor participación de las
leches estériles semidesnatada y descremada a costa de la pasteriza-
da, y, paralelamente, un incremento del •consumo de derivados de
mayor valor añadido (quesos, yogurts, nata, cuajadas, helados y
bebidas a base de leche).
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En resumidas cuentas, en los mercados lecheros europeos la
mayor competencia que cabe esperar para los próximos años se
máterializará en términos exclusivamente "intracomunitarios".
Solamente parece posible, como luego veremos, cierto incremento
de las importaciones de leche en polvo, de la mano de nuestras pro-
pias multinacionales localizadas en los aledaños del territorio comu-
nitario (Chequia, Hungría, Polonia), a raíz del débil régimen de pro-
tección en frontera resultante del GATT.
Este diagnóstico tiene su correlativo en cuanto a la futura posi-
ción comercial de la CE-12 en los mercados mundiales: es de prever
que la CE-12 mantendrá su tradicional orientación exportadora en el
comercio internacional, aunqúe es ineyitable que la reduzca a causa
del Acuerdo de la Ronda Uruguay y el recrudecimiento de la com-
petencia que ya se atisba en los mercados mundiales.
2.9.5. l. Introducción
Fuente: Elaboración propia a partir del Acuerdo agrícola del GATT y Massot, A. "Guía GATT. La Ronda Umguay y el sector
agroalimentario", DARP,1995.
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Cabe, no obstante, adelantar que estos compromisos van a verse
próximamente modificados con las últiinas adhesiones, en el
momento de redactar estas líneas aún sin concretar, una vez ya defi-
nidas las cuotas nacionales de los nuevos miembros (por 2.552.000 t.
para Finlandia; 2.752.000 t. para Austria; y 3.303.000 t. para Sue-
cia). Sea por el efecto de la renegociación, sea por su impacto
comercial directo, estas adhesiones pueden tener consecuencias sig-
nificativas, tanto a nivel interno (mercados comunitarios) como
externo (mercados mundiales). Así, en materia de acceso a los mer-
cados la ampliación comportará un incremento de los contingentes
mínimos de importación de la CE, paralelo a la desaparición de los
derechos aduaneros en los intercambios internos (hoy por hoy, some-
tidos a contingentes arancelarios merced a los acuerdos bilaterales
pactados en el marco del Espacio Económico Europeo). A su vez, en
materia de exportaciones habrá que revisar el balance exportador
subvencionado a países terceros, en términos cuantitativos y finan-
cieros. Fruto de ello ha de aumentar la capacidad exportadbra con
subvención hacia los mercados internacionales por integrarse las
cantidades reconocidas a los nuevos Estados miembros a las de la
CE-12. En el caso concreto de los productos lecheros al calcularse
estos volúmenes sobre la base de referencia 1986/88, cuando se
encontraban a un nivel muy superior al presente, puede materializar-
se en un margen de maniobra suplementario para la "nueva CE a
15". Y, finalmente, hay que esperar un incremento de Apoyo Interno
Global que, sin embargo, vendrá acompañado por un aumento del
potencial productivo de la CE en un sector ya de por sí excedentario,
lo que podría desembocar en un mayor reforzamiento de los meca-
nismos de control de la oferta dispuestos en la OCM de lácteos.
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- Como garantía frente a posibles caídas excesivas de los pre-
cios mundiales o a íncrementos extraordinarios de los volúmenes
importados, se préven dos "cláusulas de salvaguardia especiales",
que permiten aplicar (a todos los productos lácteos, con la excep-
ción de algunos quesos) "derechos adicionales" de forma automáti-
ca cuando los precios CIF de las importaciones en moneda nacional
sean inferiores a unos precios de referencia mundiales prefijados
sobre la base 86/88 ("cláusula-precio"), o cuarido las cantidades
entradas superen un determinado porcentaje de las importaciones
registradas en los últimos tres años sobre el consumo•interno ("cláu-
sula volumen"). '
- Se garantiza un "acceso mínimo" al mercado comunitario,
mediante el establecimiento de contingentes arancelarios a tipos
preferenciales, que comenzará siendo en 1995 de un 3% del consu-
mo interno y alcanzará finalmente, en el año 2000, un 5%.
- Se consolida el "acceso normal" (o "corriente"), es decir, los
contingentes preferenciales existentes en el período 86/88 a favor de
terceros países (Canadá, Nueva Zelanda o Australia):
- Y, finalmente, hay que señalar que, como contrapartida a la
consolidación de los contingentes de "acceso normal" de los años
86/88, aparecen otros contingentes, pactados por la Comunidad con
posterioridad a aquellas fechas ("contingentes post-86/88", a favor de
algunos países del Este) que podrán integrarse en el acceso mínimo.
(1) Cambio utilizado: 1 ECU (comercial) _] 58'S ptas (a efectos puramente estimativos)
Fuente: Massot, A. "Guía GATT. La Ronda Uruguay y el sector agroalimentario",
DARP, 1995
CUADRO 2.9.4
Quesos, de los
que: III 4.300 I04 IS'2 8^(I) 128'l
( I) Los contingentes preferenciales (a favor de los Países del Este) pueden entrar dentro deI "acceso mínimo"
Fuente: Massot, A. `Y',uía GATT. La Ronda Uruguay y el sector agroalimentario", DARP,1995
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En concreto, el "acceso normal" consolidado alcanza las 76.700
t. para la mantequilla (en exclusividad para Nueva Zelanda, con un
derecho aduanero de 869 ECUS/t.), y de 15.200 t. en quesos (ched-
dar y para la transformación, a favor de Australia, Nueva Zelanda y
Canada), sin que exista "acceso corriente" para la LDP.
Por su parte, el "acceso mínimo" para el 2000, como ya adelan-
tamos, está ^ ifrado en 10.000 t. de mantequilla, 104.000 t. de quesos
(15.000 t. de cheddar y 5.000 t. de mozzarella a derechos muy
bajos; y 25.000 t. de Emmental, 7.000 de gruyére, 25.000 para la
transformación, y 32.000 t. de otros tipos, a derechos algo más ele-
vados), y 69.000 t. de LDP.
A su vez existen regímene • preferenciales "post 86/88", a favor
de los países del Este, por 2.800 t. de mantequilla, 8.900 t. de que-
sos, y 7.500 t. de LDP. Por suerte todos estos contingentes pueden
contabilizarse dentro del acceso mínimo.
El impacto efectivo de las importaciones preferenciales sobre las
entradas totales de lácteos puede ser muy diverso, en función de los
productos. Parece irrelevante para la mantequilla ya que sumados
los contingentes de acceso mínimo y corriente (86.700 t.) equivalen
a lo que puede asumir un mercado comunitario excedentario como
el comunitario, en concordancia con las importaciones totales regis-
tradas en el pasado (80.000 t. en el período 86/88), pese a que se
fueran reduciendo en los últimos años (con 68.000 t en 1991;
48.000 t. en 1992; y 55.000 t. en 1993), directamente imputables a
la reducción decretada sobre el contingente neozelandés. En la prác-
tica, lo que muy probablemente ocurrirá será una sustitución de las
ahora ya magras importaciones bajo régimen general (en el peFíodo
86/88 por 3.300 toneladas) por las preferenciales (siempre y cuando,
claro está, no se derrumben los precios mundiales).
En el caso de los quesos hay que tener en cuenta las necesidades
de la industria comunitaria que explican las casi 100.000 t. de
importaciones bajo régimen general que se contabilizan en los últi-
mos años. En la medida que los contingentes de acceso mínimo
cubren este mismo espacio puede ocurrir que, al igual que con la
mantequilla, en el futuro las importaciones preferenciales sustituyan
(parcialmente) a las de régimen general _y éstas disminuyan. F_n
suma, las importaciones del exterior no deberían superar en mucho
las 119.200 toneladas anuales (si los contingentes "post 86/88.", de
8.900 toneladas como máximo, se integraran completamente en el
"acceso mínimo) o las 128.100 t. (si, por el contrario, se sumaran al
contingente de 104.000 toneladas). Unas entradas en principio glo-
balmente asumibles, teniendo en cuenta que ya en el período
1986/88 la Comunidad importaba 111.000 t. (96.000 t. bajo régimen
general y el resto con contingente preferencial).
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Por el contrario, los efectos pueden ser m ^y negativos con la
LDP, que de unas importaciones totales de 2.000 t. en el período
86/88, convertidas en 5.000 en el año 1991, y en 3.000 toneladas en
1992, pasa a tener un contingente de acceso mínimo en el año 2000
de 61.500 t. con unos derechos (475 ECUS/t.) que permiten augurar
su total cubrimiento. Hay que resaltar que en algunos años, por razo-
nes coyunturales, como puede ser el propio descenso de las existen-
cias, las importaciones comunitarias han sido notablemente superio-
res a las 2-5.000 toneladas citadas: así, por ejemplo, en 1989
alcanzaron las 53.000 toneladas y en 1993 Ilegaron a• las 25.000. De
todos modos siempre se mantuvieron por debajo de los niveles de
acceso mínimo comprometidos en la Ronda Uruguay y tuvieron un
carácter excepcional. Y a esta cantidad aún hay que sumar las 7.500
toneladas reconocidas a favor de los países del Este ("post 86/88"), lo
que nos da un volumen mínimo de importaciones bajo régimen prefe-
rencial para el año 2000 de LEP en torno a las 69.000 toneladas.
Por otro lado, al impacto estricto de los contingentes preferen-
ciales sobre la LEP hay que añadir lo que indicamos en el anterior
epígrafe: unos Equivalentes arancelarios yue pueden ser manifiesta-
mente incapaces para proteger los precios internos si caen los pre-
cios mundiales, con una cláusula de salvaguardia-precio en la prác-
tica inoperante. En estas condiciones sería hipotéticamente posible
la entrada de LDP bajo el régimen aduanero general.
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mantequilla y la leche en polvo será el de 1986/90, y el de quesos y
otros productos lecheros el de 1991/92. Este cambio de los períodos
iniciales, conseguido en el último tramo de la Ronda negociadora,
equivale respecto a la propuesta de Blair House a un incremento
real de las cantidades a exportar con subvención durante los años
1995 al 2000 evaluado en 102.000 t. para los quesos y en 44.000 t.
para los demás productos lecheros.
Hay que resaltar que el Acuerdo, a los efectos de la reducción de
las exportaciones subvencionadas, distingue cinco grandes grupos de
productos (CUADRO ^2.9.5): mantequilla, leche en polvo desnatada,
quesos, otros productos lecheros, y productos agrarios transformados .
(PAT's). En las cuatro primeras categorías la reducción se efectuará
tanto en volumen como en financiación. Por el contrario, para el
grupo de productos transformados, regulados en los Reglamentos
(CEE) 3034/80 y 3448/93, uno de los puntos fuertes de la exporta-
ción comunitaria que hoy se benefician de restituciones por la incor-
poración de productos-base (como la mantequilla, la leche en polvo,
el lactosuero, o la lactosa), sólo se aplicará la reducción financiera.
Por último hay que indicar que no se ven afectados por los com-
promisos contraidos en materia de exportación los productos lácteos
que no disfrutan de subvención (v.g. algunos quesos), ni la ayuda
alimentaria que, recordemos, ya hoy incluye la leche en polvo, la
mantequilla, el "butteroil", y el queso "feta".
• Mantequilla Mantequilla y SI SI
otras materias grasas
Leche en polvo Leche y crema de leche
desnatada concen[radas, en polvo,
granuladas o bajo otras
formas sólidas con un
contenido de materia SI SI
grasa inferior al 1'S%
con o sin azúcar u
otros edulcoran[es
Quesos Quesos y cuajadas SI SI
Otros Leche y crema de leche
productos no concentradas; otras
lecheros leches y cremas de
leche concentradas;
yogurts, kefirs...; SI SI
componentes naturales
de la leche; preparados
utilizados en la
alimentación animal con
productos lecheros
Productos Productcs transfor^r^ados
agrarios a partir de los
transformados productos de base y
(PAT's) derivados siguientes: NO SI
leche en polvo 0% y 26%
lactosuero, mantequilla
82%, y lactosa 98'S^
Fuente: Massot, A. "Guía GATT. La Ronda Uruguay y el sec[or agroalimentario", DARP, 1995
S ^^
CUADRO 2.9.7
EFECTOS DEL ACUERDO DE REDUCCION DE SUBVENCIONES A LA EXPORTA-
CION POR PRODUCTOS DEL SECTOR LECHERO
(Cifras en MECUS rnmerciales - Reducción de136% entre 86/90-2000)
Productae Nivel de base Restituciones Restituciones Restituciones % reducción
lecheros 86/90 reali^das 92/93 995 2000 s/92-93
Fuente: Massot, A. "Guía GATT. La Ronda Uruguay y el sector agroalimentario", DARP, 1995
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las cuotas nacionales reconocidas consagran la hegemonía producti-
va de la Europa septentrional, en algunos países con unas cantidades
muy superiores a su demanda interna (Irlanda, Países Bajos, Dina-
marca, Francia, o los 3 nuevos Estados Miembros), que contrasta
con la situación general de los Estados del Sur (Italia, Grecia y
España), con unos derechos de producción muy por debajo de su
propio consumo (CUADRO 2.9.8). En este contexto un caso a resal-
tar, por su excepcionalidad, es el portugués que desde el momento
de su adhesión consiguió una cuota significativamente superior a su
demanda, lo que le ha permitido en estos años incrementar de forma
continuada su cabaña mientras el resto de Estados Miembros la
reducían.
Con la excepción lusa, la definitiva distribución de la produc-
ción láctea en la Comunidad comporta notables efectos para los tres
países mediterráneos, y a diferentes planos: en primer término
fomenta tensiones en los precios al productor, la pugna entre las
industrias para garantizar su aprovisionamiento y, de resultas de
ello, un deterioro de su competitividad respecto a sus homólogos de
otros países; actúa como un incentivo para los productores que
acentúa el riesgo de sobrepasar las cuntas asignadas (lo que, de refi-
lón, explicaría también que tanto en España, como en Italia y Grecia
prácticamente no se aplicaran hasta 1994); y sitúa a las industrias en
una posición importadora, especialmente en el período de otoño-
invierno, muy dependiente de las fluctuaciones monetarias.
CUADRO 2.9.8
Estados por Cuotas lecheras (OOO l.) (1) Población Kgslfíabitante Consumo Kglh. Nivel de auto-
ord en de (000 H a b .) di spon ibl es equ i va l en te a b as t ec i m i en t o
autosufic. Entregas Venta directa Total (A) (B) (C) _(AB) leche (D) (E)= GD x 100