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Autismo

Hallan nuevas alteraciones genéticas del autismo en una parte hasta


ahora poco explorada del genoma
Un macroestudio indaga en el mal llamado genoma basura para buscar mutaciones
Las alteraciones halladas están en el 11% de los pacientes, frente al 2% anterior
También se ha descubierto que se heredan principalmente por vía paterna
Un macroestudio genético realizado con más de 2.500 familias afectadas por el autismo ha
permitido determinar que la parte más desconocida del genoma humano, el mal llamado genoma
basura, está implicada en el origen y en la transmisión de este trastorno, así como que las
alteraciones que se producen en ella se heredan principalmente por vía paterna.

El estudio, publicado este jueves en la revista Science, ha sido liderado por Jonathan Sebat, del
Departamento de Psiquiatría de la Universidad de California San Diego, y cuenta con la participación,
entre otros, de Craig Venter -pionero de la secuenciación del genoma humano- y cuatro centros
españoles: la Universidad Pompeu Fabra, la Universidad de Barcelona, y los hospitales San Joan de
Déu, y el hospital Universitario Mútua de Terrassa, ambos de Barcelona.

El trabajo, resultado de una compleja colaboración internacional multidisciplinar, parte del análisis
del genoma completo de unas 3.000 personas de cerca de un millar de familias con al menos un
miembro afectado por el Trastorno del Espectro Autista (TEA), junto a sus padres y hermanos, y sus
resultados se han validado con unas 1.700 familias adicionales.

"El objetivo del trabajo es contribuir a completar el paisaje genético del autismo", porque este
trastorno, con un componente genético superior al 70 %, es de "gran complejidad", ha explicado Bru
Cormand, investigador de la Universidad de Barcelona, del Centro de Investigación Biomédica en
Red de Enfermedades Raras (CIBERER) y coautor del estudio.

Rebuscar en el genoma basura


Y es que, aunque en la última década se han identificado al menos un centenar de genes que causan
TEA, "ninguno de ellos explica más de un 1% de los casos", por lo que tiene que haber otras
alteraciones aún desconocidas del material genético que conduzcan a este trastorno.

Uno de los aspectos más relevantes del trabajo es precisamente cómo se ha hecho la investigación.
Hasta hace poco, las técnicas de secuenciación masiva no ofrecían un mapa detallado de todo el
genoma: solo permitían ver el exoma, esto es, la fracción del genoma que codifica para proteínas,
que son una mínima parte del mismo, apenas el 1 % del ADN.
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Documentos TV - El laberinto autista

Sin embargo, este trabajo se ha llevado a cabo con la técnica de Whole-Genome Sequencing (WGS),
que permite explorar el resto del genoma, la parte más desconocida, el mal llamado genoma
basura que "sabemos que está ahí, pero del que no conocemos bien su función", detalla Roser
Corominas, científica de la Pompeu Fabra y también coautora del estudio.

Hasta ahora, casi todas las investigaciones se han centrado en mutaciones puntuales del exoma pero
este trabajo ha analizado alteraciones producidas en otras regiones del genoma y en las que
cambios en regiones intergénicas (como algunas pequeñas duplicaciones o pérdidas de material
genético) tienen repercusiones en muchos otros segmentos del genoma, porque afectan a
elementos que regulan la expresión de los genes, detallan los investigadores.

Sesgo de transmisión en el sexo


De entrada, el estudio -realizado en una fase inicial con un millar de familias y otra posterior de
validación de los resultados- ha determinado que estas alteraciones o variantes estructurales que
afectan a segmentos largos del genoma están presentes en cerca del 11 % de los pacientes, cuando
hasta ahora se consideraban responsables de menos del 2 % de los casos. "Es un paso importante",
subraya Cormand.

Pero, además, el estudio ha detectado un importante sesgo de sexo en la transmisión de esas


alteraciones. "El sexo es importante en los TEA porque la proporción de afectados es de cuatro niños
por cada niña. Tiene que haber algo que lo explique" y, aunque "todavía no está claro, ahora hemos
visto que cuando las alteraciones afectan directamente a genes son transmitidas
predominantemente por la madre, mientras que cuando afectan a regiones que regulan la función
de los genes, vienen predominantemente del padre", asegura el investigador catalán.

El hallazgo ha sido toda una "sorpresa" porque hasta el momento se pensaba que las variantes que
se heredaban y conferían susceptibilidad al autismo procedían principalmente de la vía materna
pero "ahora hemos visto que no siempre es así y que la transmisión de estas variantes estructurales
en estas regiones reguladoras vienen del padre", agrega Corominas.

"El trabajo es relevante porque nos ha permitido analizar la parte más desconocida del genoma e
identificar variantes que hasta ahora no se habían visto y descubrir además que hay una parte del
riesgo genético de padecer TEA que se hereda y que viene predominantemente del padre, lo que
nos demuestra que la herencia del autismo es más compleja de lo que se pensaba", concluye
Corominas.

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