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FISIOPATOLOGIA DEL DOLOR

El dolor es definido como “una experiencia sensorial y emocional desagradable


asociada a una lesión tisular real o potencial”. El dolor puede clasificarse como
AGUDO o CRONICO. La diferencia entre ambos no es únicamente una cuestión de
temporalidad: - El dolor AGUDO es la consecuencia inmediata de la activación de los
sistemas nociceptivos por una noxa. Tiene función
de protección biológica (alarma a nivel del tejido
lesionado). Los síntomas psicológicos son escasos y
limitados a una ansiedad leve. Es un dolor de
naturaleza nociceptiva y aparece por la estimulación
química, mecánica o térmica de nociceptores
específicos. - El dolor CRONICO, no posee una
función protectora, y más que un síntoma se
considera como una enfermedad. Es un dolor
persistente que puede autoperpetuarse por un tiempo
prolongado después de una lesión, e incluso, en ausencia de ella. Suele ser refractario a
los tratamientos y se asocia a importantes síntomas psicológicos.
En función de los mecanismos fisiopatológicos, el dolor puede diferenciarse en
NOCICEPTIVO o NEUROPATICO:
El dolor NOCICEPTIVO, también denominado dolor “normal” o “fisiológico”, se
produce como consecuencia de una lesión somática o visceral y en la mayoría de
individuos forma parte de la reacción normal frente a dicha lesión.[CITATION MAR \l
3082 ]

 El dolor NEUROPATICO es el resultado de una lesión y alteración de la transmisión


de la información nociceptiva a nivel del sistema nervioso central o periférico. Un
de sus características es la presencia de alodinia, que 2 es la aparición de dolor
frente a estímulos que habitualmente no son dolorosos. El dolor nociceptivo y el
dolor neuropático representan los dos extremos de una sucesión de eventos que se
integran a nivel del sistema nervioso. En condiciones fisiológicas existe un
equilibrio entre dolor y lesión. Ante estímulos dolorosos muy intensos, prolongados
o repetitivos, puede perderse este equilibrio, dando variaciones en la intensidad y
duración de las respuestas nociceptivas. Estos cambios suelen ser temporales; pero
si en algunos casos se hacen persistentes, alteran la integración de la información
dolorosa, perdiéndose toda relación equilibrada entre lesión y dolor.
La diferenciación entre dolor agudo y crónico se basa tanto en el factor tiempo, como en
los mecanismos fisiopatológicos que originan el dolor
El dolor agudo es la consecuencia inmediata de la activación de los sistemas
nociceptivos; se manifiesta generalmente después de una lesión tisular somática o
visceral, es autolimitado y desaparece habitualmente con la lesión que lo originó. Tiene
una función de protección biológica al actuar como una señal de “alarma” a nivel del
tejido lesionado. Los síntomas psicológicos asociados son escasos y habitualmente
limitados a una ansiedad leve. Se trata de un dolor de naturaleza nociceptiva y que
aparece por una estimulación química, mecánica o térmica de nociceptores específicos.
El dolor crónico, sin embargo, no posee una función protectora, y más que un síntoma
de una lesión, puede considerarse en sí mismo una enfermedad. Se ha definido como un
dolor que persiste al menos un mes después de la lesión causal, pudiendo perpetuarse
por un periodo de tiempo prolongado después de dicha lesión e incluso en ausencia
lesión periférica. El dolor crónico suele ser refractario a múltiples tratamientos y está
asociado a numerosos síntomas psicológicos: depresión, ansiedad, miedo, insomnio y
alteraciones del comportamiento, en especial de las relaciones sociales.
El dolor somático se origina por una lesión a nivel de la piel, los músculos, ligamentos,
articulaciones o huesos. Se caracteriza por ser un dolor bien localizado, circunscrito a la
zona dañada, y que no suele acompañarse de reacciones vegetativas (náuseas, vómitos,
diaforesis…).
El dolor visceral se origina por la lesión de órganos internos, aunque en condiciones
fisiológicas, no todas las vísceras manifiestan dolor en respuesta a estímulos nocivos. El
dolor visceral se caracteriza por ser difuso y extenderse a otros territorios alejados del
órgano lesionado. Con frecuencia se localiza en una superficie del organismo distante de
la víscera que lo origina (por ejemplo el dolor en la extremidad superior izquierda en la
angina de pecho), y en estos casos se denomina dolor referido. Se acompaña con
frecuencia de reacciones vegetativas.
El dolor neuropático, llamado también “anormal” o “patológico”, aparece en una
minoría de individuos y es el resultado de una lesión y alteración de la transmisión de la
información nociceptiva a nivel del Sistema Nervioso Periférico (SNP) o Central
(SNC). “El dolor nociceptivo y el dolor neuropático representan los dos extremos de
una amplia sucesión de eventos que se integran a nivel del sistema
nervioso.”[ CITATION Ant02 \l 3082 ]
Neurotransmisores y sistemas neuromoduladores
Los receptores excitatorios son claves en la generación de dolor y en su transmisión,
mientras que la analgesia puede ser producida tanto por activación de sistemas
inhibitorios como por el bloqueo de los sistemas excitatorios.

La mayoría de los nociceptores son


quimioceptores: los mediadores
químicos son capaces de modificar la
actividad de las fibras aferentes. La
modulación periférica implica a
sustancias como: mediadores (la
bradiquinina, citocinas)
neurotransmisores (serotonina, noradrenalina), iones (K+)(H+), el ácido láctico,
péptidos (sustancia P, opioides), y sustancias como las prostaglandinas y leucotrienos
que amplifican o disminuyen la activación de los nociceptores.
Neuroplasticidad Por tanto el dolor no es un fenómeno pasivo de transferencia de una
información nociceptiva desde la periferia hasta el córtex, sino un proceso activo
generado parte en la periferia y parte en el SNC por múltiples cambios neuronales y de
su entorno.
QUE HACE EL FACTOR DE NECROSIS TUMORAL ( FIEBRE)

La fiebre periódica asociado al factor de necrosis tumoral es una enfermedad hereditaria


asociada a episodios de fiebre que duran como mínimo uno o 2 días, pero es muy
frecuente que las crisis sean prolongadas (más de una semana) y en ocasiones pueden
alcanzar hasta varias semanas. En más del 80 % de los casos, la fiebre se asocia a dolor
y sensación de tirantez en grupos musculares, con características migratorias. Es
frecuente el dolor abdominal, a veces de tipo cólico, y puede acompañarse de náuseas,
vómitos, diarrea o estreñimiento.[ CITATION Cen14 \l 3082 ]
Los datos clínicos que más pueden ayudar a diferenciar el síndrome periódico asociado
al TNF de otros síndromes de fiebre periódica son el carácter prolongado de los
episodios de fiebre, la conjuntivitis y las mialgias localizadas. Es posible, sin embargo,
que las manifestaciones clínicas de este síndrome en un paciente determinado sean muy

imprecisas o vagas.
Algunas personas presentan únicamente dolor muscular periódico o conjuntivitis
recurrente y otros sólo manifiestan fiebre de repetición.
La fiebre periódica asociado al factor de necrosis tumoral se transmite con carácter
autosó-mico dominante. TNFRSF1A es el único gen asociado a la enfermedad. Se han
identificado varias mutaciones sin sentido en el gen del receptor de tipo 1 del TNF-a.
Por lo que respecta al diagnóstico, la mayoría de los pacientes presentan cifras séricas
del receptor de tipo 1 del TNF inferiores a 1 ng/ml. Este valor, sin embargo, puede ser
normal durante un brote. Por este motivo, la clave del diagnóstico reside en el análisis
genético molecular. La secuenciación del ADN del gen detectará las mutaciones
conocidas e incluso las nuevas.
El síndrome periódico asociado al receptor del TNF tiene una penetrancia incompleta,
de modo que no todos los pacientes que presentan mutaciones tienen síntomas.
El estudio de variantes genéticas del gen asociado a la fiebre periódica asociado al
factor de necrosis tumoral se realiza de la siguiente forma:
1. Extracción de ADN de sangre periférica (tubos 10 ml EDTA).
2. Estudio mediante amplificación por PCR y Secuenciación directa de toda la región
codificante y zonas de unión intron-exon del gen TNFRSF1A.

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