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INTRODUCCIÓN

I. INTRODUCCIÓN

1.1 Situación problemática

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El estiércol generado en los sistemas ganaderos puede provocar impactos
ambientales negativos si no existe un control en el almacenamiento, el transporte o
la aplicación, debido a la emisión de gases contaminantes hacia la atmósfera, y la
acumulación de micro y macronutrientes en el suelo y en los cuerpos hídricos
superficiales. En EE. UU. hay legislaciones específicas para el manejo y el depósito
de excretas animales que impacten cuerpos de agua, suelo y atmósfera, las cuales
son supervisadas y certificadas por la agencia de protección ambiental (EPA). En
Canadá las regulaciones para manejo y depósito de excretas animales no son menos
rigurosas. En Argentina, Chile, Colombia y México, la regulación y vigilancia
gubernamental sobre el uso y manejo de excretas animales es escasa y confusa, ya
que sólo se especifican ciertas normas sobre descargas de contaminantes al agua,
restando importancia a las emisiones a la atmósfera y suelo, y sin especificaciones
claras relacionadas con excretas de ganado. (Juan M. Pinos-Rodríguez, México,
2012)

Gran parte de las pequeñas granjas porcinas artesanales que existen


en Costa Rica se ubican a la orilla de los ríos y quebradas y descargan en
estos sus desechos y aguas residuales, con la consecuente
contaminación de las aguas y degradación de los suelos, además del
malestar que generan en los vecinos por el mal manejo, que produce
olores desagradables y propicia la existencia de vectores como moscas y
roedores, nocivos para la salud.

Es necesario involucrar en la gestión ambiental de microcuencas,


subcuencas y cuencas la participación de los usuarios y productores y

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de las instituciones relacionadas con la problemática, para que por medio
de un trabajo intersectorial y participativo con un enfoque sistémico, se
logre que paralelamente al aprovechamiento de los recursos de la cuenca
se dé un adecuado manejo de los mismos con el fin de preservarlos y
protegerlos.

A partir del diagnóstico y caracterización de las granjas porcinas de la


comunidad, que muestra serios problemas en el manejo de aguas
residuales y desechos, muchos de ellos generados a partir de prácticas
de alimentación inadecuadas que impactan el ambiente e inciden en el
proceso productivo, se establece un plan de gestión ambiental que incluye
un biodigestor para el tratamiento de las aguas residuales, la modificación
en las prácticas de limpieza y de manejo de desechos, la minimización del
recurso agua para el proceso productivo, la modificación en la
alimentación de los cerdos; acompañado de un proceso de capacitación
que propicie el cambio de actitudes, destrezas y el comportamiento.
(Marín, 2002)

En el estudio de Spangnoletta, se constata que la mayor parte de los


biodigestores instalados en Perú a finales del siglo pasado se
encuentran actualmente en desuso. Se han identificado como barreras
para la diseminación de la biodigestión entre las familias rurales:
tecnológicas (diseños adaptados a las condiciones climáticas),
económicas (inversión no recuperable en términos económicos),
sociales (capacitación y apropiación), logísticas (instalación y
seguimiento) y políticas (falta de apoyo a tecnologías de pequeña
producción).

Buena parte de la población de la zona andina peruana vive por


encima de los 3000 m.s.n.m en condiciones climáticas y ambientales
severas: escasez de agua, bajas temperaturas, intensa radiación solar

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y poca productividad de biomasa. La mayor parte de
energía se consume en el ámbito doméstico y se basa en
el uso de biomasa (leña y estiércol seco), que comporta
serios problemas de salud, especialmente en las mujeres,
y ambientales. La agricultura es parte de subsistencia y a
menudo el manejo de los suelos agrícolas no es
sostenible, ya que se ha acortado el tiempo entre
rotaciones. En zonas agrícolas periurbanas, a menudo
también existe un déficit de servicios y de acceso al agua.
En este contexto, la tecnología de los digestores
anaerobios puede jugar un papel clave hacia la creación
de sistemas agroecológicos que cierren el ciclo de la
materia, produciendo a su vez un fertilizante natural y
energía renovable. (Ferrer, 2010).

La contaminación que se puede observar en la granja


RICO CERDO F&G SAC, los altos precios del
combustible y la elevada tarifa nacional de energía
eléctrica son factores fundamentales para desarrollar una
planta de biogás que produzcan energía eléctrica, a partir
del uso de bosta de cerdo (21.23085m3 diarias,
643.919m3 mensuales) producida por 3521 cerdos de la
granja distribuidos de acuerdo a edad y sexo en un área
de 3.7 hectáreas.

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