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RESUMEN DE GRUPOS - FERNANDEZ

FERNÁNDEZ: “EL CAMPO GRUPAL”

INTRODUCCIÓN

Elucidación crítica

Elucidar es una labor inacabada, sujeta a revisiones y ajustes provisorios cuyo lugar central está ocupado
por la actividad de-constructiva.

Se hace necesario en primer lugar, una remisión histórica a los saberes y prácticas grupales, para de indagar
cómo se han constituido los saberes, sus discursos. Analizar las condiciones de producción de tales saberes;
no sólo lo que una teoría dice, sino las formas históricas de gestión de los conocimientos que enuncia; no la
descripción de sus prácticas, sino más bien el análisis de las demandas a las que tales prácticas dan
respuesta.

Se enfatiza una diferenciación: los grupos no son lo grupal. La preocupación de esta teoría es epistémica
(cómo se construyeron los conocimientos sobre lo grupal) y no óntica (qué son los grupos).

Las diferentes teorías sobre lo grupal son el resultado de una serie de factores articulados. Interesa
reflexionar sobre la relación existente entre un cuerpo teórico y el diseño técnico que organiza sus formas
de trabajo grupal, la demanda socio histórica a la que sus dispositivos son respuesta y, en muchos casos,
las urgencias de legitimación institucional que marcan sus indagaciones. Una teoría demarca sus áreas de
visibilidad e invisibilidad como resultado de la articulación de los factores mencionados.

El criterio propuesto no se sostiene en la apuro de legitimar lo que ya se sabe, sino en abrir interrogaciones
sobre lo enunciado y sus prácticas que permita, a su vez, pensar los problemas de otro modo. Se propone
un doble camino de de-construcción y re-construcción de teorías y prácticas.

La legitimación del campo grupal no pasaría por lograr constituir una Teoría de los Grupos, sino por
plantearse tal espacio como un campo de problemáticas para que sus contrapuntos locales y no globales
puedan operar como “caja de herramientas” y donde se pueda diluir el fantasma que atraviesa las
formaciones grupales; fantasma que confunde las acciones en grupo con las experiencias grupales que se
realizan orientadas por una concepción desde la cual se analizan y justifican.

Los tres momentos epistémicos

1. El primer momento epistémico se organiza a partir de pensar al grupo como un todo. El todo es más
que la suma de las partes. Otorga a los pequeños colectivos un plus irreductible a la suma de sus integrantes.

Entre 1930 y 1940 comenzó a pensarse en “artificios” grupales para abordar algunos conflictos que
acontecían en las relaciones sociales. Cobran visibilidad conflictos humanos en la producción
económica, en la salud, en la educación, en la familia, etc. Pareciera suponerse que tales conflictos no
pueden ser abordados mediante los recursos previamente existentes; entonces se exigen nuevas formas de
intervención y especialistas adecuados. Se inventa una nueva tecnología: el Dispositivo Grupal, y un nuevo
técnico: el coordinador de grupos. El plus grupal es fácil de poner en evidencia, pero se vuelve sumamente
difícil producir enunciados teóricos que den cuenta de él y del orden de legalidades que los sostienen.

2. El segundo momento epistémico se focaliza alrededor de la búsqueda de organizaciones grupales. El


psicoanálisis hace aquí aportes. En el interior del campo psicoanalítico, la polémica se centrará en dilucidar
si los grupos constituyen un campo de aplicación del saber y la técnica psicoanalítica, o si exigirán la
elaboración de instrumentos teóricos y técnicos específicos.

3. El tercer momento epistémico se perfila a partir de las dificultades que presentan las disciplinas de
objeto discreto para abordar ciertas realidades disciplinarias sin caer en algún reduccionismo.

El campo grupal, en la búsqueda de su legitimidad, se despliega hoy en la compleja labor de desmontar dos
ficciones siempre recurrentes: la ficción del individuo, que impide pensar cualquier plus grupal y la ficción
del grupo como intencionalidad, que permite imaginar que el plus grupal radicaría en que ese colectivo posee
intenciones, deseos o sentimientos.

Habrá que transitar la tensión entre las epistemologías de objeto discreto y la producción de redes
transdisciplinarias que permitan crear nuevos pasajes de lo visible en el campo grupal.

Individuo vs. Sociedad exige su elucidación crítica hacia una operación conceptual que pueda evitar una
resolución reduccionista y se permita sostener la tensión singular-colectivo.

CAPÍTULO 1 – “EL VOCABLO GRUPO Y SU CAMPO SEMÁNTICO”

La distribución circular en el trabajo con grupos implica una particular estructuración de los intercambios
entre los integrantes.

La producción del vocablo grupo es contemporánea a la formación de la subjetividad moderna y a la


constitución del grupo familiar restringido. Su nominación vuelve visible una forma de sociabilidad que con
la modernidad cobra la suficiente relevancia en las prácticas sociales, como para generar una palabra
específica. El vocablo grupo surge en el momento de constitución de la subjetividad moderna. Su etimología
refiere a un número restringido de personas asociadas por un algo en común. Se destacan dos líneas en tal
rastreo etimológico: la figuración nudo, que sugiere interrogación sobre qué es lo que hace nudo y lleva
implícitos necesarios enlaces y desenlaces entre sus integrantes, y la figuración círculo, que remite a las
formas de intercambio que se producen entre los miembros de tales grupos.

CAPÍTULO 2 – “LO SINGULAR Y LO COLECTIVO”

El problema de la relación de los individuos entre sí ha sido considerado desde diferentes puntos de vista.
Podrían esquematizarse las posiciones más opuestas diciendo que desde una de ellas se considera al
individuo, en tanto singularidad, como una realidad en sí mismo; sólo él percibe, piensa, ama u odia, se
siente responsable, toma decisiones, etc. Lo colectivo serían generalizaciones teóricas que no tendrían otra
consistencia que la realidad misma de ese individuo. En la tesis contraria, el individuo como tal,
independientemente de los demás sería una mera entidad lógica. El individuo sería producto de su ambiente,
sea él consciente o no de ello, sería un cruce de relaciones sociales. Tanto en una como en otra posición,
la relación individuo-sociedad está pensada desde un criterio antagónico según el cual singularidad y
colectividad conforman un par de contrarios; presentan, por lo tanto, intereses esencialmente opuestos y se
constituyen desde lógicas diferentes.

Se pueden puntuar dos formas de resolver tal tensión: el psicologismo y el sociologismo. El primero
conserva la tendencia a reducir los conceptos sociales a conceptos individuales y psicológicos; el segundo,
hacia la reducción de los conceptos individuales a una idea globalizada de la historia y de la sociedad. En la
actualidad se trata de superar las formas dicotómicas de abordaje de esta temática.

Espacios

La preocupación por pensar las relaciones y diferencias entre individuos y sociedades es una
característica de la Modernidad. Se señalan dos espacios donde estas consideraciones se han desplegado:
el espacio científico-académico y el ético-político.

- En el espacio científico-académico: Para la tesis individualista no existen los grupos; “grupos” será un
término colectivo, que hace referencia a una multiplicidad de procesos individuales. No existe en los grupos,
en las instituciones, ni en las sociedades, nada que no haya existido previamente en el individuo. Por otro
lado se desarrolló la noción de mentalidad de grupo. Los seres humanos viven y actúan en grupos, así
surgen fuerzas y fenómenos que siguen sus propias leyes y que no pueden ser descritos en términos de las
propiedades de los individuos que los componen. Esta noción afirma el efecto de las fuerzas sociales y de
las instituciones sobre los individuos.

- En el espacio ético-político: la cuestión es si deben priorizarse los intereses individuales o los intereses
colectivos.

La relación grupo-sociedad

El pensar la tensión entre lo singular y lo colectivo desde la antinomia individuo-sociedad opera como a
priori conceptual en las diferentes reflexiones sobre lo grupal. En el intento de desdibujar el sentido
antinómico de esta tensión, resulta pertinente repensar críticamente aquella noción por la cual los grupos
constituyen un campo de mediaciones entre individuos y sociedades.

La operación que parecieran haber seguido las diversas disciplinas humanísticas en sus momentos
fundacionales sería dividir ilusoriamente el campo de indagación en dos objetos de estudio bien
diferenciados: individuos y sociedades. Esto hizo necesario demarcar los campos de saberes y prácticas
mediadores.

Esta noción de los grupos como campos de mediaciones ha intentado resolver la tensión entre lo singular
y lo colectivo a través de la categoría de intermediación.

La categoría de intermediario
Grupos como espacios intermedios entre individuos y sociedades. Plantea este autor tres caracteres
generales asociados a la categoría de intermediario:

 Lo intermediario como función de lo articular, por el cual lo intermediario funciona en el campo de lo


discontinuo, en tanto resultado de una separación entre elementos que se trata de re articular. Lo
intermediario está pensado también como un proceso de reducción de antagonismo.
 Lo intermediario ligado a la presentación de un proceso de transformación y pasaje, asociada por
ende al pensamiento del movimiento.
 Función estructurante y responsabilidad respecto del pasaje de una estructura a la otra.

Muchas son las formas que los reduccionismos pueden presentar. Tanto las teorizaciones como el lugar de
la coordinación suelen oscilar entre dos ficciones: la figura del gran individuo o el espejismo de los grupos
como intencionalidad. Se vuelve necesario un cambio de paradigma; de un criterio antinómico de individuos
vs. sociedades, hacia una operación conceptual que pueda evitar una falsa solución reduccionista y se
permita sostener la tensión singular-colectivo. Singularidad y colectividad que sólo sosteniendo su tensión
harán posible pensar la dimensión subjetiva en el atravesamiento del deseo y la historia.

Problema epistémico

Se enuncia en este trabajo la necesidad de pensar lo grupal como un campo de problemáticas


atravesado por múltiples inscripciones: deseantes, institucionales, políticas, económicas, etc. Lo grupal en
un doble movimiento teórico: el trabajo sobre sus especificidades y su articulación con las múltiples
inscripciones que lo atraviesan.

Proyectos de este tipo sólo pueden desplegarse si se interroga críticamente la epistemología de las ciencias
positivas, en la cual aún se fundamentan las ciencias humanas. Tal epistemología supone un objeto discreto
autónomo, re producible, no contradictorio y unívoco. Implica una Lógica de Lo Uno donde la singularidad
del objeto no se vea afectada por eventuales aproximaciones disciplinarias.

Estas lógicas de objeto discreto han comenzado a producir un obstáculo epistemológico en la reflexión de
lo grupal. Han conformado algunas ilusiones teórico técnicas de difícil desarticulación; entre ellas pueden
mencionarse: la posibilidad de construir un objeto teórico “grupo”, la lectura de los acontecimientos grupales
plegados sobre sí mismos (grupos–isla), el psicoanálisis como disciplina unívoca de los movimientos
grupales, o la negación de la especificidad disciplinaria del campo grupal.

La aparición de propuestas transdisciplinarias da cuenta del surgimiento de otras formas de abordaje de


la cuestión. Con su propuesta de atravesamientos disciplinarios, esta tendencia se inscribe en un nuevo
intento de superación de los reduccionismo psicologistas o sociologistas.

Capítulo II: Lo singular y lo colectivo.

A. Antinomia individuo – sociedad.


 Dos posiciones opuestas: desde una de ellas se considera al individuo, en tanto singularidad, como
una realidad en sí mismo; sólo él percibe, piensa, ama u odia, se siente responsable, toma
decisiones, etc. El grupo, la sociedad, lo colectivo serían generalizaciones teóricas que no tendrían
otra consistencia que la realidad misma de ese individuo. La otra considera al individuo como tal,
independientemente de los demás, una mera entidad lógica. Únicamente el grupo, el colectivo, la
sociedad, son reales; solo a través de dicha realidad se presentifica la instancia individual. Según
esta concepción, el individuo sería producto de su ambiente, sería un cruce de relaciones sociales.
 Ambas posiciones se piensan desde un punto antagónico. Cada una busca resolver la compleja
tensión entre lo singular y lo colectivo, desde un paradigma disyuntivo.
 Se pueden puntuar dos formas típicas de “resolver” tal tensión: el psicologismo y el sociologismo. El
primero es más frecuente en el pensamiento liberal, conserva la tendencia a reducir los conceptos
sociales a conceptos individuales y psicológicos; el segundo, más frecuente en el pensamiento
socialista: se dirige hacia la reducción de los conceptos individuales a una idea globalizada de la
historia y de la sociedad.

B. Espacios.
 1. Espacio científico académico: Análisis del grupo o en grupo. Se ha señalado que los primeros
intentos para comprender, en el campo de la psicología, la problemática grupal, se organizaron en la
época; en reacción a esta forma de abordaje de corte “individualista” se ubicaron las tesis
sustentadas por Mc. Dougall, Durkheim, etc., que se refirieron al grupo enunciando una mentalidad
grupal.
 Asch señalaba que “los grupos parecen más poderosos y a la vez menos reales que los individuos
y, si bien parecen poseer propiedades que trascienden las individuales, sólo los individuos pueden
originarlos”.
 Para la tesis individualista, los individuos constituyen la única realidad y tiende a negar realidad a los
grupos, en tanto sostiene que los procesos psicológicos ocurren solo en los individuos, quienes son
los únicos actores reales. Para esta tesis “grupo” será un término colectivo, que hace referencia a
una multiplicidad de procesos individuales. Siguiendo esta reflexión, para comprender los fenómenos
sociales debemos rastrearlos hasta llegar a las propiedades de los individuos. No existe en los grupos
nada que no haya existido previamente en el individuo.
 En oposición se desarrolló la noción de mentalidad de grupo. A partir de la observación por la cual
cuando los seres humanos viven y actúan en grupo, surgen “fuerzas y fenómenos” que siguen sus
propias leyes y que no pueden ser descritos en términos de las propiedades de los individuos que
los componen. El individuo aislado constituye una abstracción; fuera del grupo no posee carácter
definido, si bien sus potencialidades son necesarias para el funcionamiento del grupo, no son causa
de acontecimientos en el mismo.
 Asch: “falacia antropomórfica de la tesis de la mentalidad de grupo”; si bien esta corriente parte de
una premisa correcta, por la cual se constata que la acción de un grupo produce efectos que superan
los efectos de los individuos aislados, a partir de ello deduce la existencia de una mente de grupo
que otorgará dirección e intencionalidad a los momentos grupales.
 Se hace necesario, someter a elucidación crítica – deconstruir- dos ficciones. Por un lado, la ficción
del individuo que impide pensar cualquier plus grupal; por el otro la ficción del grupo como
intencionalidad que permite imaginar que el plus grupal radicaría en que ese colectivo – como unidad
– posee intenciones, deseos o sentimientos.
 Esta antinomia clásica de las ideas sociales opera como verdadero a priori conceptual, como premisa
implícita desde donde no sólo se piensa la articulación de lo singular y lo colectivo, sino también se
“lee” el conjunto de los acontecimientos grupales.
 En las ciencias humanas, los a priori conceptuales forman parte del campo epistémico desde donde
se constituyen las condiciones de posibilidad de un saber, se delimitan sus áreas de visibilidad e
invisibilidad, sus principios de ordenamiento y sus formas de enunciabilidad.
 Estos a priori hacen posible la “resolución” de la tensión de los pares antitéticos por los que oscilan
estos campos del saber, los cuales desde su constitución se despliegan en tres pares de opuestos:
Individuo – Sociedad, Naturaleza – Cultura, Identidad – Diferencia.
 Canguilhem: ver al concepto individuo como una negación. El individuo es un ser en el límite del no
ser, dado que no puede ser fragmentado, sin perder sus caracteres propios. El individuo supone,
necesariamente en sí su relación con un ser más vasto, y apela a un fondo de continuidad que se
destaca.
 Es entonces con la noción de individuo que los saberes modernos organizaron sus reflexiones sobre
el hombre. Pero aún más, también la noción de individuo sustentará las prácticas y teorías del libre
mercado, las figuras de la gobernabilidad con el contrato, el consumo y la representatividad de las
democracias de la modernidad.
 2. Espacio ético – político: a priori conceptuales operan creando las condiciones para que los
colectivos humanos sólo puedan ser indagados desde las mismas categorías que se suponen
legítimas para pensar los “individuos”.
 Los pequeños grupos son significados como espacios virtuales de producción colectiva, y por lo tanto
portadores de un plus respecto de la producción individual.
 En los primeros pensadores sobre o grupal: K. Lewin, Moreno, Pichon Rivière, estuvo siempre
presente una fuerte preocupación por el cambio social. Pensaban a los grupos como instrumentos
válidos para la “realización” de las fuertes utopías sociales que los animaron.

C. La relación grupo – sociedad.


 Esta relación ha sido tradicionalmente encarada desde una perspectiva de relaciones de influencia,
donde las diferentes posiciones teórico – ideológicas varían según otorguen un mayor o menor grado
de influencia de lo social sobre los movimientos de un grupo; pero, en todas ellas, lo social se ubica
como algo exterior al grupo, sobre el cual recaerá, en mayor o menor medida su influencia. Una
variante de esta forma de pensar es plantearse la relación grupo – sociedad en términos de
interacción mutua.
 En el intento de desdibujar el sentido antinómico de la tensión entre lo singular y lo colectivo, es que
resulta pertinente repensar críticamente aquella noción por la cual los grupos constituyen un campo
de mediaciones entre individuos y sociedades.
 Esta noción de los grupos como campos mediacionales ha intentado resolver la tensión entre lo
singular y lo colectivo a través de la categoría de intermediación.
 Otra manera de resolver la tensión aludida, suele ser la negación de la especificidad de los
acontecimientos grupales; puede encontrarse en aquellas formas de abordaje donde el dispositivo
grupal es visualizado sólo como un espacio – escenario de despliegue de las singularidades, en sus
diversos juegos especulares, pero excluyendo toda posibilidad de especificidad en el agrupamiento
en sí mismo.
 Un ejemplo en sentido contrario puede ofrecerlo la noción de articulación entre horizontalidad y
verticalidad de Pichón Rivière, quien mantiene la tensión sin “resolver” entre ambas instancias.

D. La categoría de intermediario.
 Esta caracterización de los grupos como mediadores, es decir, como espacios intermedios entre
“individuos” y “sociedades” lleva implícito cierto concepto operativo, a través del cual dados dos
conjuntos diferentes previamente demarcados habrá que, posteriormente, buscar sus relaciones, sus
puentes articuladores.
 René Kaës se pregunta: ¿Puede la categoría de intermediario ayudarnos a pensar la articulación
psicosocial? Plantea tres caracteres generales asociados a la categoría de intermediario:
 1. Lo intermediario como función de lo articular, por el cual lo intermediario funciona en el campo de
lo discontinuo, en tanto resultado de una separación entre elementos que se trata de re articular, por
medio de una suerte de “by pass” teórico. Desde esta perspectiva, lo intermediario está pensado
también como un proceso de reducción de antagonismos. Este proceso se refiere también a lo
discontinuo, pero a un tipo de discontinuidad basada en los conflictos que se dan en un campo de
fuerzas de oposición, se trata entonces de articular, bajo diferentes formas, a los elementos en
conflicto.
 2. Lo intermediario ligado a la presentación de un proceso de transformación y pasaje.
 3. Su función estructurante y en su responsabilidad respecto del pasaje de una estructura a otra.
 Además Kaës propone una distinción entre Intermediarios de Tipo 1, que operan en un campo
homogéneo, en el interior de una misma estructura o de una concatenación, e Intermediarios de Tipo
2, que articulan dos conjuntos heterogéneos, heterónomos, de niveles lógico diferentes.
 Se vuelve necesario un cambio de paradigma; de un criterio antinómico de individuos vs. Sociedades,
hacia una operación conceptual que pueda evitar una falsa resolución reduccionista y se permita
sostener la tensión singular – colectivo. Singularidad descarnada de soportes corporales indivisos.
Colectividad que en las resonancias singulares produce anudamientos – desanudamientos propios.

E. Problema Epistémico.
 Más que buscar los requisitos epistémicos para construir el objeto teórico grupo se presentan los
grupos como nudos teóricos.
 Nudos constituidos por múltiples hilos de unidades disciplinarias que se enlazan en el pensar lo
grupal. Esto implica un movimiento bascular por el cual se vuelve imprescindible sostener las
categorías de análisis específicas, particulares, de los recortes disciplinarios y mantener su
problematización permanente atravesándolas con las categorías de otras territorialidades
disciplinarias que enlazan los nudos teóricos grupales.
 Esta epistemología supone un objeto discreto autónomo, reproductible, no contradictorio y unívoco.
Implica una lógica de Lo Uno donde la singularidad del objeto no se vea afectada por eventuales
aproximaciones disciplinarias.
 Este movimiento que desdibuja los objetos teóricos discretos, unívocos, implica no sólo el
intercambio entre diferentes áreas de saber sino la crítica interna de variadas regiones de una
disciplina que, al transversalizarse con otros saberes, pone en interrogación muchas de sus certezas
teóricas.

CAPÍTULO 3 – “LA DEMANDA POR LOS GRUPOS”

La psicosociología, tiene uno de sus puntos de origen en la demanda proveniente de la práctica social
empresarial, con particular localización en los EEUU en los años 20. La introducción de este nuevo dominio
del conocimiento es anterior a la primera Guerra Mundial.

Las primeras intervenciones que luego darán lugar a la microsociología o estudio de los pequeños grupos,
fueron las de ELTON MAYO (1924) con sus trabajo cerca de Chicago, donde se “descubre” que los
trabajadores constituyen espontáneamente entre sí grupos informales, con vida y organización propias y
cuyo código implícito determina la actitud de los mismo hacia el trabajo. Su mejor rendimiento depende más
de la interrelación afectiva entre ellos que de las mejoras en sus condiciones de trabajo. Aparece por primera
vez el planteo de una moral de grupo que demostraba la relación positiva ente productividad y actitud del
grupo respecto a la empresa.

La dinámica de grupos

KURT LEWIN aportó principios de la teoría de la Gestalt al estudio de la personalidad y posteriormente al


estudio de los grupos. El todo es más que la suma de las partes. LEWIN explicará la acción individual a
partir de la estructura que se establece entre el sujeto y su ambiente en un momento determinado. Tal
estructura es un campo dinámico, es decir un sistema de fuerzas en equilibrio. Cuando el equilibrio se
quiebra, se crea tensión en el individuo y su comportamiento tiene por finalidad su restablecimiento.

El funcionamiento del grupo se explica por el sistema de interdependencia propio de dicho grupo en
determinado momento, sea este funcionamiento interno o referido a la acción sobre la realidad exterior. En
esto reside el sistema de fuerzas que lo impulsa, es decir, su dinámica.

La concepción lewiniana deja de lado la posición que coloca al individuo en primer plano. Si bien LEWIN
acentúa la interdependencia de los miembros, mantiene invisibles los presupuestos sobre los que se funda
tal interdependencia.

Criterios epistémicos de KURT LEWIN

El dinamismo del campo estructural fue pensado por LEWIN en términos espaciales, dejando de lado la
dimensión temporal y con ella la perspectiva histórica. Según él, el grupo es un conjunto de personas
reunidas por razones experimentales o de sus vida diaria, para realizar algo en común y que establecen
relaciones entre sí; conformarán de esa manera una totalidad que produce mayores efectos que los mismos
individuos aislados. Es decir que el grupo es irreductible a los individuos que lo componen.

Primer momento epistémico: el todo es más que la suma de las partes

A partir de la aplicación que LEWIN realiza de esta premisa de la teoría de la Gestalt a los grupos se crean
las condiciones para la producción de dispositivos técnicos y la organización de los primeros discursos
sobre la grupalidad.

Se hace necesario diferenciar la importancia que ha tenido la puntualización del grupo como un todo de
algunas de sus consecuencias teóricos-técnicas; muchas veces, al penar la relación partes-todo desde
criterios homogeneizantes, se subordinan las diferencias, las singularidades, a una totalidad global y
masificadora. Un todo pensado como un gran Único y no como las diversidades de lo Múltiple. DELEUZE Y
GUATTARI señalan que esta cuestión ha sido tradicionalmente mal planteada y acentúan el carácter que
posee lo múltiple, irreductible a la unidad. Piensan el todo como producido, como una parte al lado de las
partes que ni las unifica ni las totaliza sino que se aplica a ellas organizando relaciones transversales entre
elementos que mantienen toda su diferencia en sus propias dimensiones.

Análisis de la demanda

En el surgimiento de toda disciplina hay una urgencia histórica que la hace posible, y necesidades sociales
que orientan su desarrollo. Demanda social que pone en evidencia un vacío: la carencia técnico-social frente
a los problemas que las nuevas formas de producción generaban. Nace la Dinámica de Grupos. En
respuesta a esta demanda económico-política surge el “Dispositivo Grupal”. La urgencia es mantener y
mejorar el nivel de producción de la gran empresa, estimulando las relaciones informales entre los operarios;
reforzar los ideales democráticos, operar sobre el consumo, etc.

“Grupo Isla”: centrado en sí mismo, como un todo autorregulado y autónomo, plegado sobre sí mismo.

Los dispositivos grupales que se produjeron desde MAYO-LEWIN debieron mantener en la invisibilidad los
atravesamientos institucionales, políticos e ideológicos en los que quedaron inscriptos tanto sus discursos
de la grupalidad como sus intervenciones técnicas.

La indagación crítica propone repensar la urgencia histórica que hace posible la constitución de los saberes,
las necesidades sociales que los despliegan, los a priori conceptuales desde donde la teoría ordena sus
conocimientos y los dispositivos tecnológicos que inventa.

El nacimiento de lo grupal

Dispositivo de los Grupos se refiere pensar en artificios grupales para resolver algunos conflictos que se
generaban en las relaciones sociales. En el Dispositivo de los Grupos aparece un nuevo técnico
(coordinador) y se gestiona una nueva convicción: con los abordajes grupales se intentará dar respuesta a
múltiples problemas que el avance de la Modernidad despliega.
Los grupos no son lo grupal. La existencia de la conducta de grupo se hace evidentemente más fácil de
demostrar, y aún de observar, si el grupo se constituye como tal. Los grupos se vuelven visibles a partir del
montaje de dispositivos técnicos tales que permitan demostrar y observar las conductas de grupo.

La microsociología, al instituir dispositivos grupales, localizó uno de los nacimientos a lo grupal. Antes de
ella, los grupos estaban ahí, en una inmediatez tal, que no se veían.

Resumen del texto: “La demanda por los grupos”

Ana M. Fernández. El Campo grupal. Edit Nueva visión. (Cap 3. Pág. 61 a 81)

Este capítulo consta de 6 apartados:

1) La ilusión de los orígenes.

2) La dinámica de grupos.

3) Criterios epistémicos de Kurt Lewin.

4) Primer momento epistémico: el todo es más que la suma de las partes. 5) Análisis de la demanda.

6) El nacimiento de lo grupal.

1. La ilusión de los orígenes


La Psicosociología: nació del cruce de numerosas disciplinas: psicología social, psicoanálisis,
psicopedagogía, sociología de las organizaciones, etc.

El conjunto de conocimientos por los grupos humanos tiene uno de sus puntos de origen en la
imperiosa demanda proveniente de la práctica social empresarial, con particular localización en Estados
Unidos en los años 20.

Trabajos anteriores sobre este dominio de conocimiento fueron abordados por Tarde, Mc Dugall, Le
Bon y Moreno, entre otros.

Elton Mayo, en 1924, deja las bases para lo que se llamará la microsociología o estudio de los
pequeños grupos, a partir de un trabajo realizado en una empresa en Chicago, EEUU. Descubriendo que
los trabajadores constituyen espontáneamente entre sí grupos informales, con vida y organización propias
y cuyo código implícito determina la actitud de los mismos hacia el trabajo. (constituyen “redes informales”)
Observando que el mejor rendimiento dependía más de su interrelación afectiva que de las mejoras en
sus condiciones de trabajo.

Aparece por primera vez el planteo de una Moral de Grupo. Esta investigación de Mayo, fue el punto
de partida para los posteriores desarrollos en Relaciones Humanas y la Relación positiva entre Productividad
y actitud del grupo respecto de la empresa.

Son los intercambios afectivos los que generaban un “plus” que se evidenciaba en el rendimiento
en la empresa. Un “plus” que va más allá de la simple sumatoria de integrantes.

2. La dinámica de grupos
Kurt Lewin (psicólogo de la Escuela de Berlín, emigró en 1930 a Estados Unidos) aportó principios
de la Teoría de la Gestalt al estudio de la personalidad y posteriormente al estudio de los grupos.

La “teoría del campo” de Kurt Lewin hizo posible la consolidación de las “técnicas de laboratorio social” y
la “investigación-acción” (aplicados en variados campos de las ciencias sociales). Con importantes
reformulaciones en autores argentinos como Pichon Riviere y Bleger. También fue tomada por
psicoanalistas de la escuela kleiniana.

“El todo es más que la suma de las partes”  Lewin explicará la acción individual a partir de la
estructura que se establece entre el sujeto y su ambiente en un momento determinado.  Tal estructura es
un “campo dinámico”, un sistema de fuerzas en equilibrio, que cuando el equilibrio se quiebra se crea
tensión en el individuo, y buscará a través de su comportamiento el reestablecimiento del equilibrio.

En 1938 se utiliza por primera vez el método experimental para trabajar la noción de “campo
dinámico”. Con grupos de niños, a través de la construcción experimental de 3 climas sociales: autoritario,
democrático y laissez faire. La hipótesis original fue: “La frustración ocasiona la agresión”. (demostraron
que los grupos conducidos democráticamente tenían menor tensión interna, pues la agresividad se descarga
en ellos de manera gradual, concluyen que de esa manera el grupo democrático es más constructivo en sus
actividades)

Hipótesis central de Lewin: El grupo es un todo cuyas propiedades son diferentes a la suma de las
partes. El grupo y su ambiente constituyen un campo social dinámico, cuyos principales elementos son los
subgrupos, los miembros, los canales de comunicación, las barreras. Modificando un elemento se puede
modificar la estructura.

De esta manera, para Lewin, el grupo es una realidad irreductible a los individuos que la
componen, y está más allá de las similitudes y diferencias de objetivos ó temperamentos que pudieran
presentar sus miembros.

Así nació el estudio sobre la Dinámica de Grupos.

Comienzan los estudios en agrupamientos de la vida cotidiana: talleres, escuelas, barrios, etc. Con
la convicción de que el pequeño grupo permite vencer las resistencias al cambio y provoca la
evolución de estructuras del campo social (fábrica, consumidores, opinión pública, etc)

Descubre que tomar una decisión en grupo compromete más a la acción que una decisión individual.
Que es más fácil cambiar las ideas y las normas de un grupo pequeño que las de los individuos
aislados. (costumbres alimentarias, rendimiento en el trabajo, alcoholismo, etc)

Crítica de P. Sbandi: plantea que la concepción lewiniana de un grupo como un todo presupone el
abandono de la posición que coloca al individuo en primer plano. Dice que si bien Lewin acentúa la
interdependencia de sus miembros, no desarrolla los presupuestos sobre los que se funda tal
interdependencia. Considera que serán los aportes psicoanalíticos los que ahondarán esta cuestión a través
de: los procesos identificatorios, relaciones emocionales y procesos inconscientes.

3. Criterios epistémicos de Kurt Lewin


Lo importante es la contingencia, el contexto, y no el énfasis en leyes generales.

“lo que es ahora importante para la investigación de la dinámica, no es abstraer un hecho de su


situación, sino descubrir aquellas situaciones en las que los factores determinativos de la estructura dinámica
total se manifiestan con más claridad y pureza…” K. Lewin.
La ley, para K. Lewin, es ley estructural ya que establece una relación funcional entre los aspectos
de una situación; asimismo el acontecimiento depende de la totalidad de la situación. En el campo formado
por la unidad funcional de persona y ambiente, la situación es única, cambiante y caracterizada por
la totalidad de las interrelaciones que se dan en un momento determinado.

Sus aportes constituyen un intento de explicar las interacciones observables por un sistema de
leyes, que se intenta reconstruir por modelos matemáticos. Aunque heredó de los psicólogos de la
gestalt la noción de forma como un todo organizado, no “cayó” como ellos en el reduccionismo fisicalista
del equilibrio estático, pero mantuvo en común con su escuela, el olvido de la perspectiva histórica. (así
se inscribe una psicología de los “estados momentáneos”)

4. Primer momento epistémico: el todo es más que la suma de las partes


Con las conceptualizaciones de K. Lewin, desde los gestálticos, se destaca el concepto de
totalidad.

La relación todo-partes, es un problema cuya respuesta es siempre compleja. Aceptando que el


todo es más que la suma de las partes, ¿Cómo categorizar tal plus? ¿Qué relación se asigna al todo
con respecto a las partes?

El grupo imaginado como un todo más que la suma de las partes, constituye un primer momento
epistémico en la institucionalización de saberes y prácticas grupales.

Luego, para los estructuralistas, la relación todo-partes queda cruzada por la relación
acontecimiento-estructura, el movimiento grupal como efecto de la estructura subyacente.

Los post estructuralistas intentaron pensar otras formas de articulación entre acontecimientos y
estructura, de manera tal que el primero no sea mera consecuencia del segundo.

5. Análisis de la demanda
Desde E. Mayo y K. Lewin, se organiza una disciplina: la Dinámica de Grupos; desde su inicio
acoplará campo de análisis y campo de intervención; las primeras investigaciones sobre grupos surgen en
respuesta a una demanda económico-política, dando lugar al “Dispositivo grupal”.  Características del
dispositivo foucaultiano: “formación que en un momento histórico determinado, ha tenido como función
principal responder a una urgencia; el dispositivo tiene pues una función estratégica dominante”

La urgencia ha sido la de mantener y mejorar el nivel de producción de la gran empresa, estimulando


las relaciones informales entre los operarios; la futura disciplina de las Relaciones Humanas ha
construido aquí uno de sus pilares fundacionales. Y también para reforzar los ideales democráticos, operar
sobre el consumo, etc.

Contexto histórico: La época en que Elton Mayo realiza su investigación, es la época de la


organización científica del trabajo (Taylor), las insuficiencias del taylorismo estaban relacionadas con las
“disfunciones” ligadas al factor humano.

De la utilización del organigrama se pasa el interés al sociograma: que marcaba los dos aspectos
indisolubles del proceso del trabajo: las relaciones materiales del individuo con los objetos de la producción
y las relaciones sociales de los trabajadores entre sí. (este último se había descuidado)

Desde esta demanda social que ponía en evidencia un vacío, la carencia técnica-social frente a
los problemas que las nuevas formas de producción generaban, surge el encargo a Elton Mayo.
Los expertos en relaciones humanas se adelantaron a elaborar las “frustraciones” que la crisis de los
años treinta agravó.

K. Lewin, también respondió a un movimiento político-social, dando fundamento a los ideales


democráticos.

En la Argentina; la demanda de grupos se produce en las décadas del 60 y 70, en un cuerpo


social agitado, momento de auge de las luchas populares. Muchos de los profesionales del campo “psi” que
implementaron estas prácticas fueron críticos de los autoritarismos institucionales.

6. El nacimiento de lo grupal

Dispositivo de los grupos: concepto que se refiere a la aparición histórica (años 30, 40) de ciertos
criterios a partir de los cuales comenzó a pensarse en aritificios grupales para “resolver” algunos conflictos
que se generaban en las relaciones sociales.

Conflictos humanos en la producción económica, en la salud, en la educación, en la familia y las


instancias organizativas de la sociedad pasan a un primer plano, como instancias a resolver. Las tecnologías
existentes resultan ineficientes para abordar las problemáticas emergentes.

 Nueva tecnología: Dispositivo de los Grupos

 Nuevo técnico: Coordinador de Grupos

Dispositivos grupales: Hace referencia a las diversas modalidades de trabajo con grupos que
cobraron cierta presencia propia en función de las características teórico-técnicas elegidas. Por ejemplo:
dispositivos grupales psicoanalíticos, psicodramáticos, de grupo operativo, gestálticos, etc.

Los dispositivos grupales forman parte del Dispositivo de los Grupos.

Bion, “intuye” que si bien los seres humanos son impensables por fuera de grupos, los grupos se
vuelven visibles a partir del montaje de dispositivos técnicos tales que permitan demostrar y observar las
conductas de grupo.

2 Niveles de existencia de los grupos:

1) Fáctico: en tanto hechos sociales.

2) Del campo disciplinario: a partir de montarse los dispositivos grupales del Dispositivo de los
Grupos, los grupos paulatinamente se vuelven visibles, observables, comprobables, explicables,
experimentables, teorizables, es decir, enunciables.

En este sentido la MICROSOCIOLOGIA, al instituir dispositivos grupales localizó uno de los


nacimientos de lo grupal. Antes de ella, los grupos estaban ahí, en una inmediatez tal, que no se veían.

CAPÍTULO 4 – “HACIA UNA CLÍNICA GRUPAL”

Primeros dispositivos grupales terapéuticos

Las primeras formas de psicoterapia colectiva tienen un tronco común, caracterizado por su dinámica, que
consiste en la actuación por las emociones del grupo. Todavía no se plantea tratar de comprender su
naturaleza ni modificar la estructura que subyace a las mismas; en líneas generales, tienden a estimular lo
que popularmente se designa como “buenos sentimientos del grupo”. Estos primeros dispositivos
grupales terapéuticos que instrumentaron “las emociones del grupo” como resorte curativo, comprobaron
que el grupo ofrecía cierta eficacia terapéutica mayor que los tratamientos individuales.

Aplicaciones iniciales del psicoanálisis a los grupos

Esta corriente introdujo la interpretación en la situación colectiva, aplicando al grupo el “setting”


psicoanalítico; a través de estos recursos crea las condiciones para descentrar coordinación de liderazgo
y para superar el procedimiento sugestivo propio de las terapias “por” el grupo. Se presenta un problema ¿a
quién interpretar? En un primer momento esto se solucionó agrupando a personas con un mismo problema.
Otra solución fue concebir al grupo como una totalidad, considerando que la conducta de cada uno de sus
miembros siempre se ve influida por su participación en ese colectivo. Este enfoque considera que lo
individual debe ser siempre contemplado dentro del marco colectivo donde se manifiesta.

El todo no lo es todo

Con respecto a la relación todo-partes, planteos estructuralistas posteriores puntualizaron que no alcanza
con afirmar que el todo es más que la suma de las partes, si no puede enunciarse el sistema de relaciones
de las partes entre sí, de las partes con el todo y del todo y las partes. Este todo-grupo que en un primer
momento se constituyó en principio de demarcación comienza así a transformarse en “obstáculo
epistemológico” para pensar lo grupal. El grupo (que en realidad resultó ser un gran individuo) es siempre
posible de ser visualizado como un organismo vivo; analogías como: gran organismo, cuerpo que siente,
piensa, se angustia, se defiende, etc., operan en realidad como cuerpos representacionales destinados a
suplir vacíos teóricos. Estos vacíos se mantuvieron como “necesarios” en tanto se operó un pasaje del
campo psicoanalítico al campo grupal sin reformular ninguna área del primero.

Del líder al oráculo

La introducción de la escucha analítica, al desmarcar la coordinación de los liderazgos, dejó a ésta en


mejores condiciones para la elucidación del acontecer grupal; sin embargo, los psicoanalistas del grupo que
hicieron posible este significativo aporte, reciclaron otra forma de poder de la coordinación; en tanto el
coordinador, en el acto interpretante, develaba lo oculto del grupo, se instituía en un nuevo lugar de saber-
poder; él era quien sabía lo que al grupo le pasaba. Se acercaba así a la constitución de otra forma de
liderazgo; era él quien detentaba un supuesto saber del grupo organizando un lugar de coordinación-oráculo.

Capítulo 4: Hacia una clínica grupal.

F. Primeros dispositivos grupales terapéuticos.


 Pratt: el objetivo de esta terapia consistía en acelerar la recuperación física de los enfermos,
mediante una serie de medidas sugestivas destinadas a que éstos cumplieran de la mejor manera
posible su régimen dentro de un clima de cooperación o, mejor dicho, de emulación.
 Las clases o sesiones a las que concurrían más de 50 pacientes, constaban de una breve
conferencia del terapeuta que disertaba sobre la higiene o los problemas del tratamiento de la
tuberculosis; a continuación, los pacientes formulaban las preguntas o discutían el tema con el
médico
 Los enfermos más interesados en las actividades colectivas y los que mejor cumplían con el régimen,
pasaban a ocupar las primeras filas del aula, estableciéndose un escalafón jerárquico bien definido,
conocido y respetado por todos.
 El mérito de Pratt fue utilizar en forma sistemática y deliberada las emociones colectivas con una
finalidad terapéutica.
 Tenía dos pilares: 1. Activar en forma controlada la aparición de sentimientos de emulación y
solidaridad en el grupo y 2. asumir, él mismo, el papel de una figura paternal idealizada.
 El método incentivaba un fuerte enlace emocional del enfermo con el médico.
 Este método fue denominado genéricamente: terapias exhortativas parentales que actúan “por” el
grupo: se dice así, porque incitan y se valen de las emociones colectivas aunque no intenten
comprenderlas. Se busca la solidaridad del grupo con fines terapéuticos.
 A partir de esta primera corriente se produjo una diferenciación: las terapias que actúan “por” el
grupo, con una estructura fraternal. En este caso, el dinamismo es análogo: incitar y canalizar
emociones colectivas en grupos solidarios; el tipo de relación entre el grupo y el terapeuta es, sin
embargo, diametralmente opuesto al de la corriente ejemplificada por Pratt. En lugar de idealizar al
médico esta corriente estimula una fraternidad que busca el mayor sostén entre sus miembros,
disminuyendo al máximo el liderazgo centrado en el técnico.
 Por ejemplo, a esta última, Alcohólicos Anónimos (AA). Este tipo de terapias busca, a través de su
carácter “fraternista”, crear condiciones para que las personas que concurren a estas instituciones
encuentren en ellas – a través de sus grupos – un espacio de soporte solidario de restitución de la
dignidad personal, y/o de la identidad trastocada.
 En el caso de las terapias exhortativas parentales, los enlaces se producen a través de fuertes líderes
“carismáticos”. Dadas las características del dispositivo, se superponen necesariamente, por lo cual
se puede afirmar que uno de los principales recursos de su eficacia terapéutica está centrado en la
sugestión; efecto, ella misma, de los vínculos libidinales de cada integrante con el médico líder.
 En las terapias con estructura fraternal no deben subestimarse los aspectos sugestivos, pero aquí
tiene más importancia, la red entre “iguales”; en ellas el grupo y la institución en la que éste actúa,
disparan significaciones imaginarias donde predomina la configuración de un espacio microsocial
que opera como sostén yoico, soporte solidario, espacio restitutivo de la dignidad perdido y/o de la
identidad trastocada.
 Desde un nivel empírico se comprobó que el grupo ofrecía cierto resorte de eficacia terapéutica
mayor que los tratamientos individuales. Puede observarse que se encuentra aquí cierta noción de
efecto de grupo; factores emocionales movilizados posiblemente a través de transferencias
reforzadas hacia el terapeuta, entre los integrantes, hacia la institución.

G. Aplicaciones iniciales del psicoanálisis en grupos.


 Esta corriente introdujo la interpretación en la situación colectiva, aplicando al grupo el “setting”
psicoanalítico; a través de estos recursos crea las condiciones para descentrar coordinación de
liderazgo y para superar el procedimiento sugestivo propio de las terapias “por” el grupo.
 Al pasar del análisis individual al colectivo se presenta un problema ¿a quién interpretar? La solución
a este dilema:
 1. Tanto Slavson como Klapman buscaron la solución incluyendo como parte de su dispositivo un
artificio consistente en tratar de unificar al grupo de varias maneras de modo que la interpretación
dada en su seno valiera para todos. Así, por ejemplo, se intentaba “para obtener la unificación del
grupo”, integrar al mismo con pacientes de similares características en cuanto a grados de
enfermedad, sexo, edad, nivel socioeconómico, etc.; también se realizaba una estricta selección de
los integrantes, excluyendo aquellos que presentaran una enfermedad mental aguda que pudiera
afectar la marcha de las reuniones; asimismo, solían iniciar las reuniones proponiendo un tema ;
estos recursos, denominados homogeneización, selección y preparación del grupo, respectivamente,
trataban de lograr su unificación.
 Así, frente a este dilema de a quien interpretar, la solución encontrada en este primer momento fue
agrupar a personas con un mismo tipo de problemas: se presuponía que la interpretación realizada
a uno de sus integrantes debería ser válida para la mayoría de los mismos. Por esta razón, se ha
denominado a estas primeras formas de aplicación del Psicoanálisis a los grupos “terapia
interpretativa individual en grupo”.
 2. Otro tipo de respuesta técnica al problema de la interpretación fue la “técnica interpretativa de
grupo”. Este tipo de terapia toma al grupo como fenómeno central y punto de partida de toda
interpretación. Es decir, considera al grupo como una totalidad, considerando que la conducta de
cada uno de sus miembros siempre se ve in fluida por su participación en ese colectivo. Este tipo de
enfoque considera que lo individual debe ser siempre contemplado dentro del marco colectivo donde
se manifiesta.
 Es una psicoterapia “del” grupo y no del individuo “en” el grupo, o de los pacientes “por” el grupo.
 Se denomina a esta técnica “Psicoterapia de grupo” diferenciándola de aquellos que interpretaban al
individuo “en” el grupo y de los que actúan “por” el grupo, manejando las emociones colectivas sin
interpretarlas. Fundamentan su planteo alegando “la aplicación consecuente y total del psicoanálisis
al grupo con su técnica estrictamente transferencial”.
 Basándose en las sensaciones contratransferenciales interpretan, en el aquí y ahora del grupo la
fantasía inconsciente en sus múltiples manifestaciones.

H. El todo no lo es todo.
 Hay dos tendencias: Psicoanálisis en grupo y Psicoanálisis del grupo.
 Tomando a los psicoanalistas del grupo, esto es, que analizan al grupo, podría pensarse que ésta
sería la corriente que, superando el eventual “individualismo” de la anterior, en tanto toma al grupo
como un todo, ha rescatado a especificidad de lo grupal.
 Se toma al grupo como destinatario de toda interpretación, esto no es la garantía de que esa totalidad:
el grupo, haya logrado algún grado de especificidad o particularización.
 Aquí se traslada al conjunto del corpus psicoanalítico de esta corriente tal cual, pero en vez de
interpretar a las personas singulares, es el grupo el receptor global de las interpretaciones; la
fantasía inconsciente grupal, es aquella fantasía individual que ha operado como común
denominador de los integrantes.
 Es necesario considerar que los grupos construyen sus propias figuraciones imaginarias, es
importante diferenciales de supuestas fantasías grupales de igual categoría inconsciente que las
fantasías investigadas por el psicoanálisis.
 No alcanza con afirmar que el todo es más que la suma de las partes sino puede enunciarse el
sistema de relaciones entre sí, de las partes con el todo y del todo y las partes.
 Pontalis: ¿qué hacen cuando instituyen grupos? Analizan a una gran unidad indivisa, a la cual le
dirigen similares interpretaciones que a las personas que optan por un psicoanálisis de contrato dual.
 Punto significativo: ¿por qué habrán visto un “gran individuo”? ¿por qué habrán pensado la existencia
de una gran fantasía grupal?: el pensar a los grupos como grandes individuos se transforma en un
obstáculo epistemológico para pensarlos en sus propios sistemas de legalidades, sin embargo es
probable que frente a esta pregunta no puede formularse una única respuesta.
 El a priori individualista, que permitió pensar a los grupos con el mismo conjunto de legalidades que
el inconsciente, tiene dos movimientos de reducción; uno por el cual, el grupo es pensado como un
gran individuo; otro por el cual se confunde el “sujeto del inconsciente” con el “moi” y aún con el
“individuo”, reducción criticada enfáticamente por Lacan.
 Los representantes querían demostrar que lo que ellos hacían era realmente psicoanálisis, y para
esto la técnica debía variar lo menos posible de la original.
 De considerar al grupo como un todo habrá que trabajar una noción de totalidad que no homogeinice
partes, donde las singularidades puedan ser significadas en todos sus movimientos de diferencias e
identidades.
 El psicoanálisis del grupo operó persistentemente con el reduccionismo señalado; en ese sentido
constituye un fiel exponente de la mentalidad de grupo. Son varias las figuras de este reduccionismo.
Una de ellas es la tendencia a visualizar un grupo como una “persona” de la cual cada integrante
representa una función o estructura especializada; esto permite al coordinador “entender” lo que
acontece a través de una imagen integrada, unificadora. Otra figura es la adscripción de figuras al
grupo.
 En consecuencia, la interpretación hará referencia a ese sentimiento de grupo
 A partir de la premisa “la conducta de un elemento es función del todo”, se concluye con rapidez que
la conducta del individuo es la conducta del grupo. Su sostén es la convicción de que cualquier
conducta de un miembro representa o expresa la situación que atraviesa el grupo, es decir que el
“problema” de un integrante es representación a escala individual del “problema” grupal.

I. Del líder al oráculo.


 El coordinador se acercaba a la constitución de otra forma de liderazgo; si bien ya no lideraba las
discusiones o diálogos que se daban en el grupo, era él quien detentaba un supuesto saber del grupo
organizando un lugar de coordinación – oráculo.
 La unificación de liderazgo y coordinación propia de la microsociología es superada por el
psicoanálisis del grupo; este aporte psicoanalítico, al necesitar re-crear las condiciones técnicas de
la escucha psicoanalítica incorpora en su trabajo con grupos sus condiciones de posibilidad, es decir
neutralizar y abstinencia.
 El coordinador- oráculo devuelve los liderazgos al grupo, solo él sabe-comprende a través de las
manifestaciones visibles el sentido oculto del acontecer grupal. Es decir que si bien devuelve los
liderazgos al grupo, se instituye otra forma de liderazgo: él sabe que dice un grupo cuando sus
integrantes hablan.

CAPÍTULO 5 – “EL SEGUNDO MOMENTO EPISTÉMICO”

Cierta especificidad grupal (La noción de supuestos básicos)

BION enunció que el comportamiento de un grupo se efectúa en dos niveles, el de la tarea común y el de
las emociones comunes; el primer nivel es el racional y consciente.

Observaba que cuando se agrupa gente que individualmente puede comportarse de manera razonable
frente a un problema, basta con agruparlos para que se vuelvan difícilmente capaces de una conducta
racional colectiva. Llega así a la conclusión de que la cooperación consciente entre los miembros, necesaria
para el éxito de sus actividades, requiere de una circulación emocional y fantasmática inconsciente entre
ellos. Esta circulación emocional y fantasmática son producciones grupales que tienden a evitar las
frustraciones inherentes al aprendizaje por experiencia. Los denominó “supuesto básico de dependencia”,
“supuesto básico de ataque y fuga” y “supuesto básico de apareamiento”.

Supuesto básico de dependencia: el grupo está reunido para que alguien, de quien éste depende, provea la
satisfacción de todas sus necesidades y deseos. Implica la creencia colectiva de que alguien tendrá por
función proveer seguridad al grupo; es la creencia de una especie de deidad protectora.

Supuesto básico de ataque y fuga: convicción que tiene el grupo de que existe un enemigo y que es
necesario atacarlo o huir de él.

Supuesto básico de apareamiento: creencia colectiva e inconsciente por la cual un hecho futuro o un ser no
nacido resolverá sus problemas; constituyen una esperanza de tipo mesiánico.

En síntesis, la actividad de un grupo de trabajo se ve frecuentemente interferida por la aparición de factores


emocionales; esta aparición puede ser un forma de dependencia, de agresión o huida o por la formación de
un apareamiento mesiánico. Estos organizadores fantasmáticos regulan el accionar de los individuos en
el grupo. Para BION los tres supuestos emergen como formaciones secundarias de una escena primitiva
más antigua. Serán nudos fantasmáticos colectivos en el grupo en un momento dado.

El encargo a Bion y su producción teórica

La necesidad masiva de asistencia: de aquí en más será una de las razones habituales en los países de
significativo desarrollo de la cultura psi, para implementar dispositivos grupales con fines psicoterapéuticos.

Capitulo V: Segundo momento epistémico.

A. Cierta especificidad grupal (La noción de supuestos básicos)


Bion realizo una experiencia con grupos como psiquiatra durante la segunda guerra mundial.

Estaba encargado de 4000 hombres donde era imposible hacer abordajes individuales.

Se le ocurrió ver que el “paciente” era una comunidad.

Su objetivo fue obligar a esta colectividad a tomar conciencia de sus dificultades para construir un grupo y
volverse capaz de organizarse a si misma.

Promulga un reglamento: los hombres se reunían en grupos que tenían como objeto una actividad
diferente, cada grupo era libre, en todo momento de abandonar su actividad.

Bion enuncio que el comportamiento de un grupo se efectúa a dos niveles:

-el de la tarea común

- las emociones comunes.

Sin embargo observa que basta con agruparlos para que se vuelvan difícilmente capaces de una conducta
racional colectiva.

Bion llega a la conclusión de que la cooperación conciente entre los miembros de un grupo, que es
necesaria para el éxito de las actividades, requiere una circulación emocional y fantasmática entre ellos,
de esto depende que la cooperación pueda ser paralizada o estimulada. Para el los integrantes se
combinan para actuar según unos estados afectivos que denomino: supuestos básicos; estos supuestos
son producciones grupales que tienden a evitar la frustración que implica el aprendizaje por experiencia,
en tanto este aprendizaje implica dolor, esfuerzo y contacto con la realidad.

Supuestos básicos:

1) Dependencia: el grupo esta reunido para que alguien de quien este depende provea la
satisfacción de todas sus necesidades y deseos, creencia colectiva de que ese alguien debe
proveer seguridad al grupo, ese alguien sabio y bondadoso a quien no se cuestiona.
Ej.: todo el grupo esta esperando que el jefe se lo resuelva.

2) Ataque y fuga: consiste en la convicción grupal, de que existe un enemigo y que es necesario
atacar (destruirlo) o huir de el.
3) Apareamiento: los integrantes producen una creencia colectiva e inconciente por la cual un
hecho futuro o no nacido resolverá sus problemas.
Los aportes de Bion se utilizaron para “ordenar” las oscuras situaciones emocionales que se dan muchas
veces en los grupos.

Los supuestos básicos refieren a un nivel emocional primitivo, y coexiste con otro nivel de funcionamiento
que es el grupo de trabajo, determinando un conflicto recurrente en el grupo.

La actividad de un grupo de trabajo se ve muchas veces interferida por la aparición de factores


emocionales. Asimismo el supuesto básico predominante es el que orienta las opiniones del grupo en un
momento dado y da cuenta de la cultura del grupo en esa situación.

Para Bion el grupo es un agregado de individuos y sostenía que cuando un individuo cree que el grupo
existe como algo diferente que la suma de los individuos, es un estado regresivo del individuo a una
fantasía de perdida de su particularidad individual.

Esta aseveración aparentemente contradictoria con las nociones de mentalidad grupal y cultura grupal que
planteaba Bion, fue tomada por Pontalis para formular que el grupo es una fantasía. Para este autor la
originalidad de Bion es la de aferrarse a los dos extremos de la cadena, ya que si en el campo sociológico
el grupo es una realidad especifica, cuando funcional como tal en la psiquis individual opera como
fantasía. Pontalis plantea que desde Bion pueden distinguirse grupos reales y grupos como fantasías.

Bion “descubre” que la cooperación consciente entre los miembros del grupo, necesaria para el éxito en
sus tareas, requiere de una circulación fantasmática inconciente entre ellos, hasta tal punto que la
cooperación puede ser regulada o paralizada por dicha circulación fantasmática inconciente.

Los supuestos básicos reguladores implícitos de los comportamientos grupales, para Bion aparecen como
formaciones secundarias de una escena primitiva más antigua, serán nudos fantasmáticos colectivos en
el grupo en un momento dado (Anzieu).

La teoría de los supuestos básicos sirvió consiguió producir un instrumento para entender lo que sucede al
grupo como grupo, estos supuestos son como esquemas subyacentes que organizan el comportamiento
de un grupo.

Pontalis plantea que si los supuestos básicos son efectos grupales, falta el análisis de la estructura que los
provoca o determina.

B. El segundo momento epistémico: los organizadores grupales.


La noción de los supuestos básicos marca un avance en los discursos sobre grupalidad, el planteo de
estos como organizadores implica una búsqueda de, un sistema de legalidades propio y específico del
campo grupal.

La noción de los supuestos básicos es un primer intento de tomar a los grupos como un campo de
descubrimiento.
Objeciones sobre su implementación técnica:

-suelen operar restrictivamente en la lectura de los acontecimientos grupales.

-suelen inducir en el coordinador un adentro grupal ilusorio, cerrando su lectura hacia el grupo plegado
sobre si mismo (grupo isla).

Para Bion los grupos necesitan, para su elucidación, la creación de instrumentos conceptúales específicos
de la grupalidad, abriendo el campo grupal como espacio de producción teórica y no como un mero campo
de aplicación del psicoanálisis.

C. El encargo a Bion y su producción teórica.


¿A que urgencia social respondió la implementación de dispositivos grupales con fines terapéuticos en las
fuerzas armadas Británicas?

La psiquiatría inglesa tenia que encontrar un sistema diferente al alemán que terminara con la
desmoralización de sus tropas, había que restituir personal y militarmente a los innumerables inadaptados,
delincuentes y neuróticos que afluyeron en 1940 en los hospitales Británicos. Por lo que se inventan los
dispositivos antes mencionados, en el intento de reactivar “identificaciones horizontales”, en contraposición
a las identificaciones verticales dirigidas al jefe.

En este dispositivo no hay castigo ni reemplazo del objeto deteriorado, robado o perdido.

Tres puntos importantes:

1) Esta intervención de los analistas ingleses fisuró una fuerte antinomia: psiquiatrita publica-
psicoanálisis privado.
2) Una de las vías de pasaje de la psiquiatría organicista a una psiquiatría social fue a partir de
herramientas del psicoanálisis.
3) Cuando un campo disciplinario se abre de intervenciones para las que no fue especialmente
construido debe acentuar aquellos recaudos que le permitan poner en visibilidad las demandas
sociales a las que debe responder.
CAPÍTULO 6 – “LOS ORGANIZADORES FANTASMÁTICOS”

Hacia la enunciabilidad de los organizadores fantasmáticos

Los autores de esta corriente ponen el acento en el grupo como objeto (en el sentido psicoanalítico del
término) y como proceso psíquico; el grupo como objeto de investiduras pulsionales, de representaciones
imaginarias y simbólicas, de proyecciones y de fantasías inconscientes.

Es interesante como consideran esta cuestión, puntualizando “el encuadre psicoanalítico debe favorecer la
emergencia, la elaboración y la interpretación de las formaciones y de los procesos psíquicos imbricados en
la situación de grupo”. De tal modo afirman que “la situación grupal se desarrolla a partir de las características
del dispositivo: la enunciación de a regla fundamental, cimiento de todo trabajo psicoanalítico, es el acto que
instituye el dispositivo, hablar de libre y abstinencia entre los integrantes del grupo y el analista de toda otra
relación que no sea la exigida por la escucha y la palabra psicoanalítica.”
Es importante advertir que para estos autores (en su punto de partida) el grupo es un contexto de
descubrimiento de las formaciones de lo inconsciente, y no, estrictamente, contexto de descubrimiento de
la grupalidad.

ANZIEU se propone analizar a la luz de la teoría psicoanalítica los principales procesos psíquicos
inconscientes que se desarrollan en los grupos humanos. En primer lugar la ilusión grupal, refiriendo aquel
sentimiento de euforia compartido por los integrantes por pertenecer al grupo. Pone su atención en la
amenaza de pérdida de la identidad personal producida por la situación de grupo; considera que ésta
constituye un desafío a la integridad y la autonomía relativa del yo: el yo de cada participante se encuentra
amenazado. Planteará así que el vínculo primario entre las personas es la circulación fantasmática: “sólo
existen fantasmas individuales, y es un abuso del lenguaje el hablar de fantasmas de grupo” Es esta
organización grupal interna del fantasma individual, lo que fundamenta la posibilidad del fenómeno de
resonancia fantasmática.

La resonancia fantasmática es el reagrupamiento de algunos participantes alrededor de uno de ellos, el


cual hace ver o da a entender a través de sus actos, su manera de ser o sus palabras, su fantasma individual
inconsciente. Luego de esta clasificación ANZIEU reconocerá que todo no se reduce a la psicología y que
sin duda existen organizadores económicos, sociológicos, históricos, etc.

Problemas de demarcación

Se refuta de esta manera la idea de una mente inconsciente grupal, y se afirma la hipótesis de fantasmas
individuales que entran en resonancia fantasmática. ¿En qué radica la posibilidad de resonancia
fantasmática? En la grupalidad del fantasma; esto es que, en tanto el fantasma es una escenificación que
se desarrolla entre varios personajes, es siempre una imagen colectiva y posee, por tanto, una
“estructuración grupal interna”; de allí su carácter organizador en los grupos. Es claro entonces, el fantasma
individual es grupal, que es diferente a decir que hay un fantasma de grupo.

Con respecto a los organizadores, ANZIEU reconoce que si bien existen otros organizadores, éstos no son
de su incumbencia. Se deja así en invisibilidad otros organizadores grupales no enunciables desde sus
conceptualizaciones psicoanalíticas; y esto no es un error ni un defecto porque la preocupación de esta
escuela es formular una teoría psicoanalítica de los grupos y no una teoría de lo grupal. Es decir que no se
propone centralmente investigar grupos, sino que implementa dispositivos colectivos para investigar
formaciones inconscientes.

Tercer momento epistémico: El agotamiento del objeto discreto

KÄES reconoce enfrentarse con la dificultad que significa trabajar desde un solo campo disciplinario y no
por ello dejar de tomar en consideración aquellos organizadores socio-culturales que ANZIEU había
anunciado como posiblemente existentes. Puntualiza que el grupo es una imagen cuyos referentes son a la
vez endopsíquicos y externos, es decir, correspondientes a la realidad material y social.
Tal articulación no podrá evitar los reduccionismos señalados en tanto no se abandone la epistemología de
las ciencias positivas, en la cual aun hoy se fundamentan las Ciencias Humanas. Sin duda, la lógica del
objeto discreto ha demostrado ocasionar problemas para comprender las trasferencias mutuas entre los
distintos niveles ya que desde ella no puede pensarse la articulación de las formaciones de lo singular y lo
colectivo.

Interesa resaltar el esbozo de apertura epistemológica que a partir de estas consideraciones podría iniciarse
al hacer visible una suerte de agotamiento de las lógicas de objeto discreto para pensar lo grupal. De ser
así, queda planteado un desafío en la indagación de los nudos teóricos grupales: reflexionar sobre la
pertinencia de enfoques epistemológicos transdisciplinarios.

Capítulo VII

EL NUDO GRUPAL

*Lo grupal como campo de problemáticas

- Cuando surge la necesidad de poner juego organizadores socio-culturales para articular los organizadores
fantasmáticos de los grupos se presenta una dificultad. Es que la cuestión de los organizadores grupales
se encuentra “anudada”.

- A partir del trabajo en psicodrama psicoanalítico se investigó y aplicó en la clínica y docencia la técnica de
multiplicación dramática, para realizar esbozos conceptuales sobre anudamientos-desanudamientos
grupales.

- Dicha técnica se montó como laboratorio a través de la multiplicación de escenas. Esto ha hecho visible
que tanto en cada una de las escenas de una multiplicación como en su secuencia operan
simultáneamente inscripciones muy diversas de referentes deseantes, grupales, institucionales y
sociopolíticos, lo mismo sucede en los momentos discursivos del trabajo (tanto en lo dicho como de no
dicho del discurso).

- Tales inscripciones se producen simultáneamente, no son homologables pero tienen en común que todas
escapan al registro conciente de los integrantes.

- Cada escena, como su secuencia es generadora de múltiples sentidos.

- No se puede leer dicho sentido exclusivamente desde la coordinación ya que los comentarios grupales
posteriores, en su dimensión de lo dicho y lo no dicho, hacen posible acceder a algunas de las líneas de
sentido operantes.

- O sea nunca se está en presencia de un solo sentido.

- Aparecen múltiples sentidos, y aún así “se sabe” que lo acontecido en una situación grupal es mucho
más que aquello de lo que se puede dar cuenta, siempre hay un plus que escapa a su inteligibilidad. Son
rarezas, sinsentidos que interrogan a las racionalidades construidas.
- Se tiende a pensar en el atravesamiento de diferentes organizadores para organizar el conjunto de
acontecimientos grupales, pero el pensar en una sola línea de organizadores se vuelve restrictivo para
pensar lo grupal.

- Se plantea la necesidad de abrir el pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que legitiman
epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.

- Los organizadores fantasmáticos son aquellos que hacen posible que el sujeto haga “nudo” pero hay otros
organizadores en juego, y aquí operan las variables institucionales que se transforman en organizadores
grupales.

- Para esto se necesita el abordaje transdisciplinario para la teorización de lo grupal, que supone:

a-Elucidación crítica sobre los cuerpos teóricos involucrados que desdibuje una intención legitimante de lo
que se sabe, para poder desplegar la interrogación para pensar de otro modo.

b-Abandono de cuerpos nocionales hegemónicos de disciplinas reinas y satelizadas.

c- Articular contactos locales y no globales.

d-Así los cuerpos teóricos funcionan como cajas de herramientas.

e-Desdisciplinar las disciplinas de objeto discreto.

- Hay que distinguir criterios transdisciplinarios de la “epistemología convergente” de Pichón Riviere, que
aspira que en tal convergencia todas las ciencias del hombre funcionen como una unidad operacional, y
aporten elementos para la construcción del campo grupal, es la “Teoría del Hombre Entero”. Esta noción
de hombre es característica de los paradigmas vigentes en los ‘60 y no cuestionan a las ciencias positivas
en la territorialización de sus saberes.

- En cambio los criterios transdiciplinarios no buscan unificar los saberes disciplinarios. Más que una
búsqueda de universales, indaga matrices generativas. Y esto hace posible elucidar tanto las
convergencias como las divergencias disciplinarias.

- Las implicancias del atravesamiento de diferentes áreas de saberes son:

1- Pone en crisis muchas de las zonas de máxima evidencia.

2- Exige la constitución de redes de epistemología crítica para evitar patch-works teóricos.

3- Vuelve necesaria otra forma de constitución de equipos de trabajo.


- Hay que pensar, entonces a los grupos como campos de problemáticas más que como campos
intermediarios entre lo individual y lo social, o como objetos teóricos, en este sentido es que se los enuncia
como “nudos teóricos”.

- Una eventual teoría de los grupos tendrá que efectuar un doble movimiento investigando en la
especificidad de lo que en un grupo acontece y trabajando al mismo tiempo el entramado de tal
especificidad en inscripciones más abarcativas.

- Con la noción de Atravesamiento:

a-En cada acontecimiento grupal operan todas las inscripciones transversalmente, no todas se vuelven
evidentes pero siempre están ahí, eficaces y productivas.

b-Se pueden desdibujar los grupos islas, y repensar lo singular y lo colectivo por fuera de la tradicional
“individuo-sociedad”.

c-Se puede incluir a los grupos en campos de análisis más abarcativos. Y esto desdibuja el grupo isla, ya
que remite al anclaje institucional de los grupos

d-Desmarca la antinomia individuo-sociedad en tanto implica significantes sociales operando no con efecto
de influencia sobre el individuo sino como fundantes del sujeto.

*La relación texto-contexto grupal

- Fernández se pregunta ¿Cómo puede ser pensada la articulación entre todo aquello que sucede en un
grupo y el acontecer social en que tales actividades se desarrollan, ya que tradicionalmente suele pensarse
como el adentro y el afuera grupal.? ¿Puede hablarse de cómo o cuando lo social “influye” sobre lo que
acontece en un grupo.

- Toma una frase de Pavlosky que dice “El grupo es hablado por el argumento del drama social” y
observa como la división texto y contexto se vuelve cada vez más difícil de delimitar.

- En este sentido el llamado contexto es texto del grupo, es decir no hay una realidad externa que produce
mayores o menores efectos de influencia sobre los acontecimiento grupales, sino que tal realidad es parte
del propio texto grupal, en sus diversas modalizaciones, es por ende fundante de cada grupo, más que
escenografía, o drama grupal.

- Delimita el sentido del término texto, al utilizarlo en el campo de lo grupal:

1-No se circunscribe a su sentido verbal-escrito. Se hace referencia a las formas propias que el grupo
construye, desmarcando el término texto de su connotación lingüística y rescatando su sentido
más amplio que refiere a su productividad.

2-El texto grupal tiene un poder generador de sentidos. Implica un juego infinito donde el sentido que
se le otorga no agota su productividad. Como el texto del sueño los textos del grupo son inagotables.
3-Es más que un sentido oculto, sustancial que la interpretación debe develar, el texto mismo es un
permanente generador de sentidos, así no sólo lo dicho y lo dicho, sino también los movimientos
corporales, espaciales, los silencios los pactos etc. van conformando un complejo entramado de las
configuraciones o formas de un grupo, que a su vez son generadores de otros múltiples sentidos.

4-Sentidos que operarán particularizadamente en y desde los diferentes integrantes “abrochando” en


forma singular en cada uno de ellos.

-La intervención interpretante no constituye una unidad cerrada, no quiere encontrar el sentido, puntúa:
algún sentido, señala un sinsentido, resalta una paradoja. En ese movimiento no descubre sino que crea
las condiciones de posibilidad para que otros sentidos puedan ser enunciados.

(Ver ejemplo pag. 150-151)

- Al desdibujar el adentro-afuera, el arriba-abajo, los nudos grupales pueden ofrecerse como anudamientos-
desanudamientos de subjetividades, como complejos entramados de múltiples inscripciones.

- En el nudo todo está ahí, latiendo, todas las inscripciones están presentes en cada uno de los
acontecimientos grupales, variarán sus combinatorias en cada momento como también su nivel de
relevancia en tal momento.

- Pensar de este modo implica aceptar que en un grupo se están generando muchísimas más producciones
que aquellas que pueden leerse o enunciarse.

*La dimensión institucional de los grupos

-Fernández se pregunta: ¿La relación de texto y contexto es privativa de situaciones sociales límite o es una
constante del funcionamiento de los grupos?

-Podría pensarse que este entramado es constitutivo de lo grupal.

-Se debe reconocer que esta no es una manera habitual de pensar la relación de los grupos con su contexto,
más bien opera como un impensable de lo grupal.

-Tal vez sólo se hicieron visibles en las formas límites de lo social.

-Lo social siniestro comenzó a refutar el artificio de los grupos-islas, y también mostró la necesidad de
reflexionar sobre las formas permanentes de relación entre lo grupal y lo social. Una de ellas es la
dimensión institucional.

-Fernández toma la noción de Altamirano: La dimensión institucional tiende a normativizar el tipo de


enunciados que es pertinente en cada una de las necesidades sociales, autorizando algunos y excluyendo
otros. Y la noción de Catoriadis: Una institución es una red simbólica socialmente sancionada en la que
se articula junto a su componente funcional un componente imaginario. Desde estas nociones puede
pensar a los grupos desplegándose en lo imaginario institucional donde inscriben sus prácticas, lo
imaginario institucional puede promover o dificultar las actividades de grupo.

Por ejemplo: Un grupo de transferencia positiva con la institución en la que inscribe sus prácticas puede
operar movimientos grupales que favorezcan la productividad del mismo. En sentido contrario hay grupos
que alcanzan sus momentos de mayor despliegue desde utopías grupales fuertemente
contrainstitucionales. Sólo desde un proyecto severamente contrainstitucional pueden sostenerse
prácticas rodeadas de tanta adversidad.

De esta manera se considera restrictivo leer los procesos sólo desde los dinamismos propios de un grupo
o desde el producto de las resonancias fantasmáticas de las singularidades que componen tal colectivo.

-Por ejemplo cuando se le pide a un grupo que se agrupen en círculo pueden verse dos dimensiones
diferentes del referente institucional. En el grupalismo el propósito de la organización se sostiene en la
intención de favorecer determinado tipo de enlaces-desenlaces de las subjetividades que se supone ha
de propiciarse al estar todos a la vista de todos. Sin embargo para los participantes esto se inscribe en un
eventual propósito de vigilancia y control.

-La dimensión institucional trasciende los edificios. En tanto red simbólica que articula componentes
funcionales e imaginarios, su presencia en los grupos puede tener diferentes grados de visibilidad o
invisibilidad. Por ejemplo: grupos que no inscriben su práctica en instituciones públicas, la dimensión
institucional en el grupo no ofrece demasiada relevancia, sin embargo ésta se constituye a partir del
sistema de reglas que el coordinador instituye conformando un sistema simbólico.

-La membresía del coordinador a determinadas instituciones teórico-profesionales hace que éste sea
investido como “representante” de ellas en el grupo.

- Las instituciones forman parte de las redes del poder social. En circuitos macro o micro, la institución
constituye un factor de integración donde las relaciones de fuerza se articulan en formas: formas de
visibilidad como aparatos institucionales y formas de enunciabilidad, como sus reglas.

-En tanto figura intersticial, la institución será un lugar donde el ejercicio del poder es condición de posibilidad
de un saber y donde el ejercicio del saber se convierte en instrumento de poder.

-Es un lugar de encuentro entre estratos y estrategias, donde archivos de saber y diagramas de poder se
mezclan o interpretan sin confundirse.

-La inscripción institucional de los grupos constituye, al decir de Lapassade, su impensado, el negativo, lo
invisible, su inconsciente.

-Las producciones de un grupo nunca dependerán exclusivamente de la combinatoria de identificaciones


transferencias etc. entre sus integrantes. Tampoco será mero reflejo donde lo imaginario institucional
podrá desplegarse, En cada grupo la combinatoria de sus diferentes inscripciones producirá un nudo
propio, singular irreductible.

-Se piensa en un movimiento tal donde grupo e institución se significan y resignifican mutua y
permanentemente. Porque si bien no hay grupos sin institución, no podría haber institución si no está
habitada por grupos por momentos aliados o antagónicos, en conflicto o naciendo a redes solidarias.

-Un grupo se inscribe en un sistema institucional dado, de la misma manera que la institución sólo vive en
los grupos humanos que la constituyen.

CAPÍTULO 7:

Lo grupal como campo de problemáticas

El criterio de operar en una sola línea de organizadores se vuelve restrictivo para pensar lo grupal. Se plantea
la necesidad de abrir el pensamiento de lo grupal hacia lógicas pluralistas que legitiman
epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.

Un criterio transdisciplinario supone replantear varias cuestiones. En primer lugar, un trabajo de


elucidación crítica sobre los cuerpos teóricos involucrados, que desdibuje una intención legítimamente de lo
que ya se sabe para poder desplegar la interrogación de hasta dónde sería posible pensar de otro modo.
Implica asimismo el abandono de cuerpos nocionales hegemónicos de disciplinas “reinas” a cuyos
postulados se subordinan disciplinas satelizadas.

Apartado B: Un número numerable de personas

El carácter numerable del grupo introduce peculiaridades de los procesos identificatorios, en tanto los
cuerpos de los otros se hacen discernibles. Algo hace nudo. La distribución circular del dispositivo opera
efectos más allá de lo espacial. Todos están expuestos a la visión de los otros y pueden, a su vez, ver a
todos y cada otro; esta situación particular genera condiciones de “mirada”. Juegos de mirada que
desencadenarán resonancias fantasmáticas y harán posibles, o no, procesos identificatorios y
transferenciales. Tal peculiaridad identificatoria en red hace del pequeño grupo un nudo. Nudo que se
constituye en las alternancias de enlaces y desenlaces de subjetividades.

La resonancia fantasmática es condición estructural para que el sujeto haga nudo. Fantasma: escena donde
repite una posición insistente. Repetición recreada en el espacio grupal. ¿Qué acontece cuando un número
numerable de personas hace nudo? Se producen redes de procesos identificatorios y transferenciales
propios y únicos de ese grupo.

En síntesis, un grupo inventa las formas de sus significaciones imaginarias. Estas sostienen la tensión de
inventarse en su singularidad y en su atravesamiento socio-histórico-institucional. Es en este cruce donde
despliega sus acontecimientos, actos, relatos, intervenciones, etc.

Los mitos grupales suelen ser elaboraciones noveladas de su origen, del porqué de su existencia, pero
vividos por sus integrantes como su momento fundacional; junto con sus utopías harán posible la novela
grupal.
Las significaciones imaginarias grupales, por ejemplo las ilusiones, mitos y utopías de un grupo, operan
como cristalizaciones o puntos de condensación en la producción de múltiples sentidos, constituyendo el
camino obligado por donde los flujos productivos del grupo transitan la construcción de su historia.

La relación texto-contexto grupal

Se piensa que el llamado contexto es texto del grupo. Tal realidad es parte del propio texto grupal, en sus
diversas modalizaciones; es por ende fundante de cada grupo; más que escenografía, drama grupal. El texto
grupal tiene un poder generador de sentidos. Implica un juego infinito donde el sentido que en algún
momento de lectura se le otorga, no agota su productividad. El texto mismo es un permanente generador de
sentidos, que en virtud de sus atravesamientos se inscriben en múltiples significaciones.

Latencia grupal

Todo está ahí, latiendo. Es frecuente pensar lo latente como lo que está en las profundidades. La función de
intervención interpretante es llevar a la superficie las verdades que emergen de las profundidades. Se intenta
reflexionar esta cuestión desde otro lugar. Pensar lo latente como lo que late ahí todo el tiempo, insistiendo
en la escena grupal; una latencia en los pliegues de la superficie más que en las profundidades.

A partir de la figura del grupo como nudo, se pretende problematizar el adentro y el afuera, el arriba y el
abajo grupal; sus múltiples hilos se entrecruzan y lo que resalta no son ya los hilos fundantes sino el nudo
que han formado: ¿cómo delimitar ahora arriba-abajo y adentro-afuera? Todo ahí, latiendo-insistiendo en
los pliegues de la superficie del nudo grupal. El acontecimiento como producción de múltiples sentidos y
algunos sinsentidos: anundando y desanudando inscripciones deseantes, económicas, sociales,
institucionales.

El lugar del coordinador

El coordinador sólo podrá puntuar algún sentido, interrogar alguna rareza, indicar alguna insistencia, y ya no
será quien descubra la verdad de lo que en el grupo acontece. El coordinador, desde su implicancia, sólo
registra alguno de ellos. Por ende, función interpretante realizada desde un lugar de ignorancia. De tal modo,
otro requisito se agregará: la renuncia al saber de certeza.

La dimensión institucional de los grupos

La dimensión institucional no se agota en sus aspectos funcionales. Tiende a normativizar el tipo de


enunciados que es pertinente en cada una de ellas autorizando algunos y excluyendo otros. En ese sentido
una institución es una red simbólica socialmente sancionada en la que se articula a su componente funcional
un componente imaginario.

Ejemplo: Cuando en 1984 al retomar la democracia a la universidad se propuso como primera consigna de
clase que los alumnos formen un círculo y se presenten, esto generó efectos de confusión y pánico. Durante
la dictadura el anonimato era la forma de conservar la vida en las aulas. El peligro real había pasado, sin
embargo en lo imaginario institucional operaba manteniendo determinadas significaciones imaginarias que
impedían cualquier agrupamiento, identificación individual, etc.
Ahora bien, lo imaginario institucional puede promover o incentivar la producción grupal. Y en sentido
contrario hay grupos que alcanzan sus momentos de mayor despliegue productivo desde utopías grupales
fuertemente contra institucionales.

La inscripción institucional de los grupos constituye su impensado, lo invisible. Se piensa grupo se inscribe
en un sistema institucional dado, de la misma manera que la institución sólo vive en los grupos humanos
que la constituyen.

Algunos impensables

1) Niveles de funcionamiento: Se está haciendo referencia a los efectos implícitos que laten – insisten,
produciendo significaciones imaginarias donde se atraviesan diversas inscripciones (identificatorias,
transferenciales, transgresivas, ideológicas, juegos de poder, etc.)

2) La coordinación: Se toma en consideración otro descubrimiento que se opera en la actualidad


demarcando otro espacio para el lugar de la coordinación y la función interpretante. Forma de interpretación
que puntúa insistencias, interroga rarezas, resalta sinsentidos y paradojas. Lugar de coordinación que
renuncia a un saber de certezas, evita el cierre de sentidos.
Por otro lado en la figura del coordinador no sólo se transfieren imagos familiares, sino también
transferencias institucionales; así muchas veces éste es vivido como “el representante” de la institución. Este
criterio amplio de transferencia suele quedar en invisibilidad en la lectura de los acontecimientos grupales.
De tal forma, se crean las condiciones para descontextuar al grupo. Pero si el contexto es texto del grupal,
en realidad, de-textúan, es decir, vacían al grupo de la dimensión socio-institucional que late en él
permanentemente.

3) El contrato: Nunca está todo dicho en un contrato. Tiene dimensiones implícitas que operan sus efectos
en latencia. Se puede inferir que en el contrato grupal se instala también una cierta concepción de las cosas
que no son las mismas fuera de ese mundo, es decir se produce un sistema de significaciones que construye
y da sentido al contrato grupal.

FERNÁNDEZ: “LEGITIMAR LO GRUPAL”

El establecimiento de corporaciones privadas en lo público fue consolidando valoraciones, pactos,


delimitaciones de territorios entre instituciones profesionales, que al no interesarse por desplegar las
posibilidades asistenciales, preventivas y comunitarias que la realidad hospitalaria podía y debía desplegar,
fue relegando los espacios hospitalarios como lugares degradados de la atención privada.

¿Por qué la pregunta inicial es un pedido de legitimidad al campo grupal, y no un pedido de aprendizaje?
Para Ana Fernández estas demandas estarían dadas por el forzamiento o violencia simbólica que las
atraviesa, en tanto están inscriptas en las luchas por la hegemonía en el capo intelectual. Tanto las ideas
como las formas de trabajo se inscriben en los juegos de los poderes científico profesionales. Esta
situación de descalificación de saberes y prácticas no hegemónicas trae una serie de consecuencias.
Se vuelve invisible la exigencia de formación especializada para trabajar con grupos. Esta falta de
formación vuelve a quien se posiciona en el lugar de coordinador, inoperante para abordar en su
especificidad el dispositivo grupal montado. Tal inoperancia vuelve incontenible la nostalgia por los
tratamientos individuales. Formación especializada significa adentrarse en la complejidad de los
intercambios que se producen en colectivos humanos. En conclusión, la denegación de la propiedad de lo
grupal, la invisibilidad de necesidad de formación especializada y la inoperancia de los dispositivos crean un
círculo inacabable.

Otra invisibilidad que encontramos en este tipo de demanda es aquella que denegaría la necesidad de
interrogarse por las eventuales reformulaciones del contrato privado asistencial, cuando se transfiere la
actividad laboral al espacio público, o sea, al Estado.

El hecho de que el espacio público sea pensado como un lugar donde aplicar las formas privadas de trabajo,
tiene como consecuencia dos procesos: la degradación del contrato y el dispositivo privado y la denegación
de la especificidad del espacio público (con el despilfarro consecuente de sus potencialidades). Así
planteada la cuestión se produce una particular ecuación: espacio privado = positividad, espacio público =
negatividad.

El aporte de los profesionales psi a la reconstrucción de las instituciones hospitalarias del Estado pasa, entre
otras cosas, por hacer estallar el contrato privado en el espacio público. Estallar y no degradar el contrato
privado. El espacio público nos exige inventar sus propios dispositivos.

ALBIZURI DE GARCÍA: “CONTRIBUCIONES DEL PSICODRAMA A LA


PSICOTERAPIA”

El teatro de la espontaneidad y el teatro terapéutico son los antecesores del psicodrama como ciencia. En
el caso del psicodrama, si bien el público resuena con lo representado, es el protagonista el que logra una
catarsis pues representa su propio drama. Para que a través del drama representado se produzca un efecto
catártico, tiene que existir una verdadera espontaneidad y creatividad, dice MORENO, pues de lo contrario
será una mera repetición.

Los puntos básicos del psicodrama de MORENO son:

a) El concepto de la espontaneidad: El juego del niño es la mayor expresión de la espontaneidad creadora.


El psicodrama permite la recuperación de dicha espontaneidad, a través del juego dramático, del “como si”
simbólico.

b) La teoría de los roles: El rol es el conjunto de posiciones imaginarias asumidas por el individuo durante
su infancia, en la relación con los demás. Es el yo que emerge de los roles. Algunos roles quedarán inhibidos,
necesitando posteriormente ser rescatados (función del psicodrama).

c) La psicoterapia grupal: Es un método para tratar conscientemente las relaciones interpersonales y los
problemas psíquicos de los individuos de un grupo.
El método del psicodrama toma la representación dramática, la escena, como núcleo del abordaje. En la
escena el individuo puede representar sus conflictos pasados y presentes, y también volcar sus temores,
expectativas, proyectos y dudas sobre el futuro, explorando sus relaciones con el presente y pasado.

Se distinguen tres momentos en la acción dramática:

1) Caldeamiento: Donde se prepara el clima del grupo.

2) Escena dramática: Es la representación propiamente dicha. Los yo-auxiliares serán los encargados de
encarnar los personajes que el protagonista eligió.

3) El compartir: Lugar donde el grupo participa terapéuticamente. El grupo devuelve, comparte, sus
sentimientos y vivencias, todo lo que les fue sucediendo durante la escena, las resonancias que esta produjo.

Las diversas técnicas dramáticas utilizadas por MORENO fueron tomadas en relación a su teoría de la
evolución del niño. Algunas de ellas son la técnica del doble, del espejo e inversión de roles. A la primera
etapa de indiferenciación del yo con el tú, corresponde la técnica del doble. Mediante ésta, un yo auxiliar
desempeña el rol de protagonista. Para que el yo auxiliar pueda desempeñar adecuadamente el rol de doble
debe ser capaz de colocarse en ese lugar, sentir la situación del paciente como si fuera su doble real. En la
técnica del espejo, el protagonista sale de la escena y es público de la representación que un yo auxiliar
hace de él. Se busca con esto que el paciente se reconozca en dicha representación, así como en su infancia
reconoció su imagen en el espejo. Con la técnica de la inversión de roles o cambio de papeles, se investiga
en la escena el sentir de esos personajes del mundo del paciente.

MORENO distingue cinco elementos en la escena psicodramática:

1) Escenario: Es el espacio vital que brinda la posibilidad de nexos y conexiones entre lo imaginario, lo
simbólico y lo real.

2) Protagonista: Es quien protagoniza su propio drama. Se representa a sí mismo y sus personajes son parte
de él.

3) Director: Esta atento a toda información o dato que da el protagonista para incluirla en la escena guía y
ayuda a llegar a la escena con espontaneidad (a través del caldeamiento).

4) Yo-auxiliar: Dramatiza los roles que le indique el protagonista y que necesita para realizar la escena.

5) El público: Es el grupo terapéutico. Este resuena con lo que recibe desde la escena, aportando opiniones,
expresando efectos, asociando con su propia historia.

Psicodrama psicoanalítico

La teoría moreniana, si bien resulta poco sólida comparada contra la psicoanalítica, tiene aspectos que se
complementan con ésta. La escena dramática para nosotros es leída desde el psicoanálisis. La valorizamos
como una vía de abordaje a lo inconsciente.
WORONOWSKY: “PARA PENSAR A PICHÓN”

La técnica operativa del grupo tiene por finalidad que sus integrantes aprendan a pensar en una
coparticipación del objeto de conocimiento, entendiendo que pensamiento y conocimiento son producciones
sociales.

¿Por qué llama PICHÓN a estos grupos, operativos? Porque son grupos que definen su especificidad en
una relación con el obrar, con el hacer. Este abordaje de la tarea explícita requerirá de la elaboración de las
ansiedades que surjan en el grupo. Ahora bien, allí donde cada uno habla su propio idioma, las dos
construcciones (tareas) se tornan imposibles; el grupo no puede trabajar ni trabajarse, pierde el sostén de
lo que Pichón habrá de designar como los dos organizadores grupales. El grupo será realmente operativo
si y sólo si adviene a la elaboración de las ansiedades que configuran la situación básica de resistencia al
cambio, proceso de esclarecimiento de las condiciones de producción de dicha situación.

Interpretar entonces, no será revelar, sino problematizar. De modo tal que ambos polos de la disociación se
reconozcan en una mutua implicancia, y que el obstáculo excluido del discurso grupal, fantasma de la
repetición, sea obstáculo incluido, objeto de conocimiento. El coordinador será un co-pensador, alguien cuya
tarea será pensar con el grupo acerca de los obstáculos que operan en la relación de los integrantes entre
sí y con su tarea. Y en la medida en que estos obstáculos estén operando desde la latencia, la interpretación
se incluirá con una función reestructurarte que aporte al grupo un escenario en el cual puedan problematizar
estereotipos.

“Grupo operativo” es la apuesta a la construcción de sujetos cada vez más conscientes y más autónomos,
en el único marco posible: el despliegue, en la gestión colectiva, de las diferencias puestas en juego por la
tarea común. Es también el nombre de un programa terapéutico: es efecto, apunta a devolver a la gente la
capacidad de sostener el sufrimiento del otro y a convertir ese encuentro en un interrogante acerca de las
condiciones de su producción.

DELEUZE Y GUATTARI: “RIZOMA”

Introducción

Lo múltiple hay que hacerlo, pero no añadiendo constantemente una dimensión superior, sino, al contrario,
de la forma más simple, al nivel de las dimensiones de que se dispone, siempre n-1 (sólo así, sustrayéndolo,
lo Uno forma parte de lo múltiple). Sustraer lo único de la multiplicidad a constituir: escribir a n-1. Este tipo
de sistema podría denominarse rizoma. Un rizoma como tallo subterráneo se distingue radicalmente de las
raíces y de las raicillas. En sí mismo, el rizoma tiene formas muy diversas, desde su extensión superficial
ramifica, da en todos los sentidos hasta sus concreciones en bulbos y tubérculos. En un rizoma hay lo mejor
y lo peor.

Caracteres generales del rizoma:


1 y 2) Principios de conexión y de heterogeneidad: Cualquier punto del rizoma puede ser conectado con
cualquier otro. Eso no sucede en el árbol ni en la raíz, que siempre fijan un punto. En un rizoma cada rasgo
no remite necesariamente a un rasgo lingüístico: eslabones semióticos de cualquier naturaleza. Se conectan
en el con formas de codificación muy diversas, eslabones biológicos, políticos, económicos, etc., poniendo
en juego no sólo regímenes de signos distintos, sino también estatutos de estados de cosas.

3) Principio de multiplicidad: sólo cuando lo múltiple es tratado efectivamente como sustantivo, multiplicidad,
deja de tener relación con lo Uno como sujeto o como objeto. Las multiplicidades son rizomáticas. Una
multiplicidad no tiene ni sujeto ni objeto, sino únicamente determinaciones, tamaños, dimensiones que no
pueden aumentar sin que ella cambie de naturaleza. Un agenciamiento es ese aumento de dimensiones en
una multiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones. En un
rizoma no hay puntos (como ocurre un árbol o raíz) sólo hay líneas.

4) Principio de ruptura a-significante: Un rizoma puede ser roto en cualquier parte, pero siempre recomienza.
Todo rizoma comprende líneas de segmentariedad según las cuales está estratificado, organizado; pero
también comprende líneas de desterritorialización según las cuales se escapa sin cesar. Hay ruptura en el
rizoma cada vez que de las líneas de segmentarias surge bruscamente una línea de fuga, que también forma
parte del rizoma. Esas líneas remiten constantemente unas a otras. Por eso nunca debe suponerse un
dualismo o una dicotomía. Rizoma que actúa inmediatamente en lo heterogéneo y que salta de una línea ya
diferenciada a otra. Escribir, hacer rizoma, ampliar nuestro territorio por desterritorialización, extender la
línea de fuga hasta lograr que englobe todo el plan de consistencia en una máquina abstracta.

5 y 6) Principio de cartografía y de calcomanía: un rizoma es ajeno a toda idea de eje genético, como también
de estructura profunda. La lógica del árbol, de la estructura, es una lógica del calco y de la reproducción.
Muy distinto es el rizoma, mapa y no calco. El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones,
alterable, susceptible de recibir modificaciones. Contrariamente al calco, que siempre vuelve a lo mismo, un
mapa tiene múltiples entradas. El calco sólo reproduce los puntos muertos. Cuando un rizoma está
bloqueado, ya no hay nada que hacer, el deseo no pasa, pues el deseo siempre se produce y se mueve
rizomáticamente. Siempre que el deseo sigue un árbol se producen repercusiones internas que lo hacen
fracasar y lo conducen a la muerte; pero el rizoma actúa sobre el deseo por impulsos externos y productivos.

Resumamos los caracteres principales de un rizoma: el rizoma conecta cualquier punto con otro punto
cualquiera, cada uno de sus rasgos no remite necesariamente a rasgos de la misma naturaleza; el rizoma
pone en juego regímenes de signos muy distintos e incluso estados de no-signos. El rizoma no se deja
reducir ni a lo Uno ni a lo Múltiple. No está hecho de unidades, sino de dimensiones, o más bien de
direcciones cambiantes. No tiene ni principio ni fin, siempre tiene un medio por el que crece y desborda. Una
multiplicidad de este tipo no varía sus dimensiones sin cambiar su propia naturaleza y metamorfosearse.
Contrariamente a una estructura, el rizoma sólo está hecho de líneas: líneas de segmentaridad, de
estratificación, como dimensiones, pero también línea de fuga o de desterritorialización. Pero no hay que
confundir tales líneas con las filiaciones de tipo arborescente, que tan sólo son uniones localizables entre
puntos y posiciones. Contrariamente al árbol, el rizoma no es objeto de reproducción: ni reproducción externa
como el árbol-imagen, ni reproducción interna como la estructura-árbol. El rizoma procede por variación,
expansión, conquista. El rizoma está relacionado con un mapa que debe ser producido, construido, alterable,
con múltiples entradas y salidas. Lo que hay que volver a colocar sobre los mapas son los calcos.
Contrariamente a los sistemas centrados, el rizoma es un sistema acentrado, no jerárquico y no significante.
Lo que está en juego en el rizoma es una relación con la sexualidad, pero también con el animal, con el
vegetal, con el mundo, con la política, con el libro, con todo lo natural y lo artificial, muy distinta de la relación
arborescente.

Tanto para los enunciados como para los deseos, lo fundamental no es reducir el inconsciente. Lo
fundamental es producir inconsciente y con él, nuevos enunciados, otros deseos: el rizoma es precisamente
esa producción de inconsciente.

Un rizoma no empieza ni acaba, siempre está en el medio, entre las cosas. Entre las cosas no designa una
relación localizable que va de la una a la otra y recíprocamente, sino una dirección perpendicular, un
movimiento transversal que arrastra a la una ya la otra, arroyo sin principio ni fin que socava las dos orillas
y adquiere velocidad en el medio.

PAVLOVSKY y KESSELMAN: “LA MULTIPLICACIÓN DRAMÁTICA”

Introducción

La multiplicación dramática es la encarnación en escenas rizomaticas inventadas a partir de una escena


inicial. Es maquina de producción de subjetividad, dispositivo analizador y herramienta de movilización.
Podríamos decir que la multiplicación dramática es el develamiento de la multiplicidad grupal, la cual se verá
a través de la cantidad de versiones que un grupo da cuando multiplica.

DELEUZE dice que lo que interpreta el actor no es un personaje, sino un tema. Tal vez la mejor definición
de multiplicidad y devenir es “des-sujetizar”. Es por fuera de la representación, por fuera de la silueta del
personaje, intentando desbloquear sus intensidades. Potenciando al máximo sus devenires, sus estados.
En un grupo no hay ni parte ni todo porque el todo esta plegado en la parte y el todo no es nada más que el
despliegue infinito de las partes.

Cuando un protagonista en el psicodrama nos plantea un conflicto, lo que trae es su propia versión de su
historia. Lo que nosotros hacemos desde el grupo es construir otros espacios tiempo a través de la
multiplicidad de versiones de los integrantes del grupo. A esto definimos como MD. El grupo creando otros
espacio-tiempos desterritorializa la historia a partir de una o varias líneas de fuga que escapan del contorno
de la versión dramática inicial; incorporando otros sentidos, otras velocidades. Es allí donde se instala el
acontecimiento. Lo verdaderamente transformador de un grupo de psicodrama es la posibilidad de la
creación de pequeños acontecimientos que crean nuevos agenciamientos y nuevos espacios tiempos.

Lo que los integrantes del grupo hacen es agenciarse de una parte de la escena original y acoplarla a una
sensación-imagen a través de una forma dramática. La Multiplicación es caótica, imágenes que se ponen
en movimiento a través de la MD en el grupo como retorno de sentido en forma de escenas imágenes, no
es que esa multiplicación signifique algo.

La multiplicación dramática es texto de goce. Rompe el sentido común de la comprensión. Es la caída del
lenguaje. Las multiplicaciones más creativas no tratan de explicar nada, ni de interpretar nada. Solo hablan
de devenires, de desbloqueos de intensidades, de líneas de fuga, de nuevos territorios.

La MD realiza siempre una desterritorializacion, rompe con la intimidad de la escena original y se despliega
por otros territorios. Creando nuevas escenografías, nuevos devenires. Abre puertas, desbloquea
intensidades. La interpretación solo tiende a paralizar el proceso de creación. Muchas veces las MD pueden
funcionar como bloques de la infancia que se desbloquean. Estos despliegues producen muchas veces
reactivaciones de deseos y nuevas maquinas deseantes. No es cuestión de recordar la infancia sino de
permitir desplegar el bloque en toda su intensidad.

Capítulo I: “Sobre una escena personal”

Esquizodrama es un quehacer y un saber.

La multiplicación dramática es una nueva forma de pensar el dispositivo grupal, no es una técnica. Para que
exista multiplicación dramática se necesitan: la escena de un protagonista y las improvisaciones que cada
integrante del grupo realizará en forma de escena por el efecto de resonancia que en cada integrante
produce la escena inicial.

 Escena inicial (resumida): “tenía nueve años, recién mudados a Palermo había llegado a mi casa
llorando porque unos chicos me habían pegado y avergonzado al salir de la panadería. Me pegaron por dos
cuadras patadas en el traste. Lo que me hacia sufrir era la escena al llegar a mi casa cuando le contase a
papá lo que había ocurrido. Cuando le conté a papa hizo que le indicara el chico que me había pegado
primero, le señale a uno y me dijo que vaya a pelearlo ahora mismo, tuve una sensación física de debilidad
que me invadía el cuerpo. Le dije a mi padre que quería ir a casa no me animaba a enfrentarlo, recuerdo la
expresión de mi padre de frustración infinita, su hijo era un cobarde”.
 Escena dramática coordinada por la directora del psicodrama: Se eligen en el grupo dos roles; “los
chicos del barrio” y el de mi “mi padre”. Yo tomo mi papel a los diez años de edad. Se dramatiza la escena.
Yo no hice ningún intento de escapar, pero en la dramatización tenía ganas de escapar, me sentía golpeado
y avergonzado. La sensación del cuerpo era de debilidad.

Cuando una de las integrantes se siente conmovida por la escena, provoca en el proceso dramático una
retracción, esta escena no se expande sino que se repliega. Esto es la rostridad, aquello que captura toda
la energía circulante y no la expande.

Proceso:

- Hay un primer relato de una experiencia personal


- Dramatización del relato de la experiencia en el grupo. Insight dramático sobre la escena
- Al escribir sobre en insight dramático revivido y descubierto en la escena se abren nuevas
perspectivas en la escritura. Es decir este estado creativo grupal de las multiplicaciones dramáticas
sobre la escena.

Cuando se lleva al grupo la escena hay un texto escrito. Cuando la escena se dramatiza en el grupo y
cuando es atravesada por lo juegos grupales, el texto escrito se transforma en texto dramático.

Producción molecular: Procesos dentro de procesos, son procesos de subjetivación social determinados
múltiplemente, no hay uno, hay procesos de subjetivación múltiples.

DE BRASI supone que el agenciamiento esta tomado de la terminología marxista de la noción de


apropiación, solo que en el agenciamiento no hay producción sin deseo, ni deseo sin producción. Es la
noción de “apropiación deseante”. Los componentes del agenciamiento son heterogéneos y de diferentes
ordenes: sociales, químicos, imaginarios. El agenciamiento es una noción del esquizoanalisis, es una
apropiación de determinadas nociones que uno pone en su propia máquina para poder pensar una serie de
cosas. Es ordenado, no tiene nada que ver con la asociación libre.

La multiplicación dramática es apropiación deseante. Necesita de la subjetividad proyectiva del integrante,


ya que sin proyección no hay multiplicación. En la idea de agenciamiento ocurre lo mismo. Tiene que existir
un fenómeno de proyectivo. No hay posibilidad de entendimiento y pensamiento si no nos afectamos de
algún modo con aquello con lo que entramos en contacto.

El deseo es capturado en determinados órdenes representativos, para el psicoanálisis el deseo hay que
verlo a través de la noción de flujos. El deseo es puro flujo de intensidades, cuando este flujo se corta hay
bloques o cristalizaciones de intensidades. Entonces desbloquear es más importante que analizar. El
desbloqueo tendría que ver con el cambio de intensidades ya que el bloqueo seria intensidad capturada.

1º Multiplicación dramática

DELEUZE Y GUATTARI han sustituido la noción de máquina por la de inconsciente esquizoanalitico que
apunta a utilizar la noción de inconsciente distinta a la de FREUD. Las máquinas deseantes se engendran
unas a otras siempre con los principios de cultura comparativa. La maquina se define por sus flujos y cortes.
La máquina familiar es un agenciamiento permanente de cada generación masculina, agenciamiento que se
produce por apropiación deseante, a otras ramas de máquinas productivas. La máquina tomada como
proceso. Encierra la idea de continuidad, de líneas de desarrollo, rizoma.

La multiplicación dramática en un nivel son líneas de desarrollo, rizomas, historias que se entrecruzan y que
producen flujos y cortes. Una multiplicación de una escena original da origen a una multiplicación de otras
multiplicaciones. Son arborizaciones que no crecen de una raíz. No se puede pensar en términos de totalidad
centralizadora cuando se multiplica.
Habría que ver como cada grupo se agencia de acuerdo con lo que desea, de acuerdo a la especificidad de
su historia y al ICC social histórico que lo atraviesa. La noción de rizoma supera la transversalidad, porque
el grupo como maquina no termina solamente siendo atravesado por inscripciones económicas, políticas,
ideológicas, etc., sino generando cuestionamiento.

Las multiplicaciones no son siempre metáforas, remiten a otro tipo de significantes, imágenes que se ponen
en movimiento a través de la multiplicación dramática en el grupo como retornos de sentido en forma de
escenas de imágenes. No es que esa multiplicación signifique algo, retornan los múltiples sentidos en forma
de imágenes, trozos de escenas. La original no se puede reducir a interpretaciones edipicas. La forma de
jugar, elaborar, no esta determinada por la situación edipica. Los flujos creadores de la producción deseante
“desbordan” toda triangulación. No se dejan capturar tan fácilmente por lo edipico.

2º Multiplicación dramática

A veces parece que la interpretación grupal funciona como agujero negro al reducir la expansión de la
producción grupal a un sentido que ya esta cerrado. La interpretación grupal para DELEUZE Y GUATTARI
sería como un corte de flujo.

3º Multiplicación dramática

Se conoce más a la gente por su forma singular y especifica de reaccionar frente a los acontecimientos
diarios. La producción deseante es también objeto de la represión general. La represión implica una doble
operación original.

4º Multiplicación dramática

En la multiplicación las escenas se van sucediendo y se va creando en el grupo un estado creativo facilitador.
Todas las multiplicaciones dramáticas producidas por el grupo en base a la escena del protagonista tienen
siempre alguna relación con sus historias o proyectos futuros. La multiplicación dramática revela las
posibilidades inscriptas en las escenas iniciales del protagonista. Se produce siempre sobre un estado
creativo grupal.

Capítulo II: “Las multiplicaciones literarias”

La “cocina” de mis Multiplicaciones

El primer autor, TATO, escribe el capítulo 1. Mientras ésta primera parte está siendo impresa, KESSELMAN
escribe, multiplicando literariamente, el segundo capítulo.

Introducción de la escena de Tato


El quehacer y el saber, como lo enseñó PICHÓN RIVIERE son una teoría que se encarna en la práctica,
que a su vez la reformula. Estamos consagrando, como legítima una antigua y nueva forma de hacer teoría:
la producción teórica. Así como la producción dramática no es el texto escrito, ni el texto dramático de las
multiplicaciones asociativas, sino que es todo esto junto.

La inmoralidad de la multiplicación dramática (que consiste en la violación multiplicada del sujeto) está en
contra de los usos y costumbres de ciertas corrientes del Psicoanálisis ortodoxo que ponderan la abstinencia
del terapeuta “para cuidar bien a los pacientes”. Se busca la ruptura de los narcisismos individuales y
grupales estereotipados. Cuidar (curar quiere decir cuidar) es en nuestro caso, exponer al sujeto al desarrollo
del caos o confusiones de pasaje, desestructurantes de las represiones que han obturado sus potenciales
creativos y que lo llevan a creer siempre más en las figuras de autoridades que en sí mismo.

Nosotros necesitamos, en nuestro laboratorio partir de las subjetividades, de las proyecciones, que
enlazándose entre sí constituyen a matriz de nuestro trabajo. Para nosotros, esta psicología es “objetiva”
sólo porque pretende tener en cuenta las múltiples subjetividades proyectivas con que se manifiesta cada
integrante. No sólo no pretendemos reducir interpretativamente las proyecciones, sino favorecer las
condiciones escénicas que permiten multiplicarlas cada vez más.

¿Mirar o contemplar la escena de Tato? Sumatoria dramática vs. Multiplicación Dramática. Lo


personal y lo íntimo

TATO propuso una escena personal que podría haber sido mirada obscenamente si la hubiéramos indagado
psicoanalíticamente. Si así fuera se la transformaría de personal en íntima.
Preferimos trabajar con lo personal (lo íntimo socializado) de cada integrante en este tipo de experiencias.
Y que, detenernos a indagar demasiado sobre lo anecdótico, lo íntimo, lo resistencial para el desarrollo del
trabajo en taller. Lo íntimo no está proscrito en el taller; lo que se propone es cambiar la mirada sobre ello.
Fijarse en lo anecdótico personal es una resistencia a jugar con lo imaginario.

Es una sumatoria obscena seguir con más de lo mismo en lugar de multiplicar resonando desde las propias
subjetividades de los otros integrantes, que eso es lo que llamamos “Multiplicación Dramática”. Definimos
Multiplicidad como sumatoria, en esta no hay mezcla caótica de subjetividades, tal como proponemos en
la multiplicación. En la multiplicidad, hay sólo modificaciones cuantitativas y no cualitativas. Multiplicidad
implica cambiar algo para que no cambie todo. En la multiplicidad hay “respeto”, “cuidado obsesivo” por el
objeto de estudio.

La Multi(m)plicación Dramática: Multiplicación Etimológica, otra forma de Multiplicación.

La multiplicidad es un hecho. La multiplicación en cambio está siendo. Multiplicar es hacer. La multiplicación


es un acto que no es sino siendo. La multiplicación dramática se opone a la reducción interpretativa. Así
nació en nosotros el multiplicar dramáticamente como camino opuesto al reducir interpretativamente, del
que han abusado tantos psicólogos tradicionales.

Mitos y leyendas (laberintos): Sobre la escena de Tato y las multiplicaciones de los integrantes
Nuestro axioma es que lo íntimo no se devela indagando cada vez más “dentro del otro”, sino subjetiva y
proyectivamente resonando con el otro. Ésta es la base de la Multiplicación Dramática. Base que la
interpretación prematura encubre y que la Multiplicación descubre.

Lo ¿reprimido?, es decir, por lo menos lo que no aparece, lo oculto del productor de la escena, se revela
con el agregado de los otros. Esto es la transindividualidad donde lo íntimo del otro revela lo íntimo de
cada uno. Ésta es la concepción grupalista (lo grupal) de comportamiento humano y de nuestro concepto de
profundidad en Psicología Dinámica.

Los juegos y la Multiplicación Dramática: los ocultamientos, los olvidos y los tiempos

Relatarnos la escena, jugarla con otros, recordarla para ser leída por otros son los eslabones del proceso
de la Multiplicación Dramática. Una forma práxica de hacer teoría, que no es sólo práctica, sino praxis, una
teoría encarnada en la práctica que da lugar a una nueva teoría, y así dialécticamente. Creo que la
Multiplicación es a la pérdida de los recuerdos (relacionados con los sentimientos de los sucesos acaecidos)
lo que el juego del carretel (fort-da) es a la pérdida de la madre.

Multiplicación Dramática: Goce Estético en el Arte de Curar

La resistencia a multiplicar: Cuando la Multiplicación sobre lo personal de una escena traumática no


culmina a su tiempo dando lugar a la próxima Multiplicación, es que se está dando una nueva forma de
resistencia: la multiplicidad, que no es ya resistencia a dramatizar sino la resistencia a multiplicar. Parte de
la resistencia a multiplicar nace de una elección inadecuada de la escena. Los mismos fenómenos que
generan la transferencia son al mismo tiempo los que generan la resistencia, ya que como decía FREUD: la
transferencia es la resistencia y lo resistido al mismo tiempo. La rostridad siempre desencadena intensos
sentimientos transferenciales y por lo tanto también resistenciales sobretodo cuando se desarrolla desde el
rol de la conducción.

La acción creativa: El abismo sin sentido en la dramatización de Tato es el orificio angustiante, emergente
apto para resolver las resistencias al cambio y que constituye uno de los pilares del psicodrama operativo.
El abismo sugiere al grupo un camino de multiplicidad.

La diferencia entre Multiplicidad y Multiplicación nos lleva a la de distraerse y divertirse. Distraerse, tracción
hacia otro lado, es para no ver algo viendo mucho otra cosa; la distracción posterga, evita y retarda el
enfrentamiento con el conflicto. En ese sentido la multiplicidad distrae. No hay que distraerse del abismo.
Hay que aprender a divertirse jugando con él. La diversión intenta enfrentar y resolver el conflicto. La
auténtica Multiplicación divierte, ya que al ICC se llega también a través de la risa.

Los juegos a los que jugamos y los que nunca hemos jugado (“con eso no se juega”)
Toda persona tiene temas o escenas “con las que no puede jugar”. Se propone jugar con los bloqueos antes
que interpretar sus motivaciones. La tarea en el taller es divertirse jugando.

Todos llevamos un mito a través de una o más leyendas y estamos, cuando llegamos a la escena temida,
al borde de que a esa leyenda se le empiece a desvanecer el maquillaje. A partir de ese trozo que da origen
a la figura que denominamos: el mito escénico originario, en un camino de desandar el mito: que es la
desmitificación. Y desde esa desilusión que podrían nacer las verdaderas esperanzas de la cura.
Desmitificar es estudiar la leyenda para sospechar el mito, nos lleva a desilusionarnos del mito (para
conocerlo en realidad y no fantasmáticamente). El camino es el arte de curar.

En cuanto a las resistencias a multiplicar, algo sobre el proceso consonar-resonar: es muy frecuente
que cuando se pregunta que se sintió durante una escena, se responda con interpretaciones psicoanalíticas
de lo que pensaron que vieron. Las emociones más sencillas son salteadas. La interpretación prematura y
comprensiva cierra la interpretación en vez de abrirla.

Transferencia y Multiplicación Dramática: cantos (prometeicos, órficos y narcisísticos) acerca del


amor y la guerra.

Rizoma analógico: el conductor evoca su intimidad desde la intimidad propuesta por la escena inicial de un
integrante. Multiplicar sobre lo multiplicado.

En la leyenda al hablar sólo se dice siempre un trozo del mito. Por eso componer el mito escénico grupal,
es armonizar los trozos de las leyendas rizomáticas de cada Multiplicación. El camino de la desmitificación
marca tiempos. Eso es la leyenda, un pedacito público de lo oculto del mito. Por eso habría que ver en cada
escena qué oculta y qué revela.

Capítulo III: “Lo personal del psicoterapeuta de grupos”

A cualquier psicoterapeuta se le ocurren momentos embarazosos, por lo que temen que les vaya a pasar
en su vida profesional. Estos momentos pueden formar un repertorio de imágenes capaces de ser
representadas dramáticamente. Esas escenas a las que llamamos “escenas temidas” del psicoterapeuta
o coordinador podrían quedar, si no se trabajaran, como secretos o misterios. El trabajo sobre “escenas
temidas” del coordinador de grupo permite internarse en el tema de la exploración y resolución de la
contratransferencia en dinámica de grupos, colocando el foco de atención sobre la persona del coordinador,
sus miedos básicos y sus formas defensivas durante su actuación en el proceso grupal. La escena temida
es una vía regia para el estudio de la psicopatología vincular.

Cada escena propuesta por un individuo alcanza su máxima significación a través de las múltiples
subjetividades con que consuena y resuena en cada uno de los demás. Algún personaje, gesto de los
participantes, provocan en los otros una sensación de “haber sido tocado” que llamamos consonancia, a
través de la cual la persona puede construir otra escena grupal o realizar un gesto personal que “multiplica”
la escena inicial. A esto llamamos resonancia.
Así entendemos por MD como un trabajo secuencial que está compuesto por las escenas consonantes,
resonantes y resultantes. La inmovilidad de la escena inicial adquiere un carácter siniestro. Siniestro porque
nos posee sin que nos demos cuenta.

Capítulo IV: “La Multiplicación dramática, Cartografías y micropolíticas”

El texto propone un menú Antropofágico para el aspirante a cartógrafo (el antropófago se devora al otro ya
que nada de lo humano le es ajeno; la potencia vital creativa de la antropofagia se alimenta de la solidaridad
resonante). Para el aspirante a cartógrafo el espíritu de la formación es la Multiplicidad y esta multiplicidad
se encarna en escenas, y son las escenas las que componen el eje de la Multiplicación dramática.

Los cartógrafos se los ubica como los trabajadores de la Salud Mental: psiquiatras, psicólogos,
psicodramatistas, etc. El psicoanalista y psicodramatista son cartógrafos mas por su disposición de escucha
interrogante sin cesar que por la teoría y técnica con la que trabaja. Teorías y técnicas que cuanto más lo
han formado, más lo han deformado al alimentarlo con más de lo mismo. Lo gobierna un paradigma ético,
estético y político. Ético por el compromiso con la vida, está obligado a interrogarse qué es la calidad de
vida y qué es enfermedad. Estético porque dirige una clínica de creación de la existencia al nutrirse de un
acontecimiento social, deportivo, de música, pintura y artes en general. Es estético por la capacidad que
todos tenemos de hacer nuestro trabajo en la clínica un Goce Estético en el Arte de Curar. Y es político
(micropolítico) porque la clínica que propone es portadora de herramientas preciosas en la búsqueda de
intercesores que nos enseñanza a los terapeutas a acoger al extraño en los otros y en nosotros mismos,

Micropoliticas
El grupo no debe ser el lazo orgánico que une individuos jerarquizados, sino un constante generador de des-
individuación. De máquinas de deseo, maquina que une por puro régimen de conexión, no de vínculo ni de
relación. Ya no hay sujetos con historia personales, hay una des-sujetizacion al servicio de la maquina del
“entre”.

El futuro de los grupos tiene que ver con la micropolítica, con la resistencia, con la transformación del
terapeuta. La micropolitica es un descentramiento de lo que ya está indagado y estudiado, lo que podría
llamarse macropolitica: el Estado, el problema de la lucha entre partidos…

Lo grupal como fenómeno de resistencia micropolitica. Lo que fluye rizomáticamente. Crear nuevos
acontecimientos, nuevos devenires. Para agruparnos tenemos que “des-sujetizarnos”. Los espacios
micropoliticos grupales pueden funcionar como un territorio de resistencias a la anomia.

La multiplicación dramática nació por nuestro intento de buscar un camino alternativo a la típica actitud
reduccionista del psicoanalismo y psicodramatismo de la época, a comienzos de la década del 70 en la
Argentina. Nuestro compromiso fue alimentando el interés por los problemas que, como psicoanalistas y
psicodramatistas, se nos fueron presentando en el campo de los profesionales.

Sobre la naturaleza y el nivel del quehacer y el saber grupal

Lo que los integrantes del grupo hacen es agenciarse de una parte de la escena original y acoplarla a una
sensación imagen o idea a través de una forma dramática. Por eso hay historias. La Multiplicación Dramática
es líneas de desarrollo, rizomas. La multiplicación dramática es texto de goce. El coordinador tiene que
momentáneamente suspender su saber. Su subjetividad es lo que es capaz de dejar pasar a su través.

Agenciamientos kafkianos: la multiplicación realiza una desterritorializacion, que es en sí misma una


micropolitica. Rompe la intimidad de la escena original y se despliega por otros territorios, creando nuevas
escenografías. Series de series se multiplican, resonantes. La primera característica de estas series
proliferantes es que van a desbloquear una situación que en otra parte desembocaba en un callejón sin
salida.

Una escena seria un lugar vacío, porque desaparece la historia en la escena, ya no hay protagonista en el
sentido yoico individual. La multiplicación dramática es garantía de agenciamiento, va a ser maquina pero
nadie puede apropiársela. No hay unidad ni centro de unificación, no hay yo, no hay protagonista. Si es un
lugar vacío, tiene que jugar en regímenes de resistencia, resistencia ante todo a la unidad, al sentido.

Los ritornelos: denominamos ritornelo a todo conjunto de materias de expresión que traza un territorio, y
que se desarrolla en motivos territoriales. Se habla de ritornelo cuando el agenciamiento es sonoro. Le
garantiza a quien lo traza una andadura y lo orienta a cerrarlo o abrirlo a nuevos territorios.

La dramatización inicial del paciente en psicodrama la definíamos como Texto Escrito y a la producción
dramática global, la denominamos Texto Dramático. Todo el proceso dramático es la Producción
dramática. Lo grupal hoy solo puede ser entendido desde la compleja problemática de la multiplicidad, que
existe siempre desde el principio. Ni lo uno no lo múltiple, la Multiplicidad. Si la multiplicidad es el principio
teórico de nuestro trabajo, la multiplicación dramática es su encarnación en escenas.

¿Qué transforma? ¿Quién transforma?

Transforma es grupo, transforma velocidades, articulaciones y conexiones de los ritmos vinculares. La línea
de fuga se da en el “entre” de esos momentos y espacios. Transforman el texto y el contexto dramático en
su proceso antes que el significado final de las escenas. Transforma la música, el ritornelo de entusiasmos
del Goce Estético en el Arte de Curar

Estar Molecular: el conductor es cartógrafo. Para el coordinador el eje de su actividad está centrado en la
percepción de líneas que se van trazando a partir del dialogo y de los diferentes códigos corporales de los
participantes. Las palabras son trazos: proceso cartográfico. Son las redes que luego construirán la malla
de sentidos. De algunas de esas líneas, en el entrecruzamiento nodal de varias de ellas, emergerá una
posible escena: “la escena fractal” la cual no deberá ser arrancada, debe devenir escena a través del relato
o del ritmo corporal. Llegar entonces a poder establecer este tipo de contactos abiertos a la percepción de
líneas y bocetos es función del Estar Molecular del coordinador.
Las escenas son las líneas de fuga que permitirían pasar de un territorio a otro. La desterritorializacion está
en el registro de la micropercepción. Si el coordinador ofrece resistencia se rompe el boceto que solo puede
gestarse sin interrumpir cuestionado o presionando significaciones. La creatividad exige la tolerancia del sin
sentido.

Estar Molar: la escenografía del coordinador aparece como mas recortada de los actores del drama. Esta
más pendiente de los cortes. En el Estar Molar hay hipótesis y conceptos que el coordinador procesa en sus
intervenciones y demostraciones. Hay un porvenir teórico. Donde antes había líneas y bocetos, ahora hay
cuerpos que patentizan dramáticas representativas. Ambos “Estares” se entrecruzan permanentemente en
el quehacer del coordinador.

Psicodrama y Deluze: fenómeno “entre” en psicodrama

En las dramatizaciones incorporamos la noción de “entre”. Las voces que rodean la escena, los
movimientos, ritmos, afectan al grupo. El entre es aprender a circular en el grupo fuera del contorno
escenográfico de la escena. Lo que circula por los bordes. El entre no corresponde a ningún sujeto, sino a
fractales, pequeños ritornelos de intensidades bloqueadas. No hay sujetos, personas o caracteres que se
dejen desarrollar. La maquina “entre” no tiene características de los sujetos que la producen.

En la idea de agenciamiento se juega otra noción de sujeto, desaparece la noción de individuo, la del
miembro del grupo. Estamos diciendo que el cuerpo no expresa comportamientos, ni intercambio de roles o
interacciones. El cuerpo es régimen de afectaciones y conexiones. La idea de cuerpo como régimen de
afección es solidaria con la de agenciamiento y maquina y allí se rompe esa noción de sujeto. El grupo no
será más que un conjunto de individuos. Acá se juega la capacidad de afectar y ser afectado. El
agenciamiento maquina habla de un grupo descontrolado y por eso es productivo. Es descontrolado en el
sentido de que sus propias producciones no están previstas.

Desmitificaciones y propuestas

La multiplicación dramática incorpora un criterio de profundidad que se extiende horizontalmente.


Multiplicidad desde el comienzo, para desplegar, para multiplicar en lugar de reducir.

La clínica antropofágica desmitifica los axiomas impuestos por terrorismo cientificista al imponer su
concepto de asepsia, por el cual una disciplina no puede contagiarse de ideas de la otra disciplina para
transformarse y producir nuevos conceptos. Por el contrario, la antropofagia se vale de la transdisciplina.

El cartógrafo en salud mental desmitifica en sus quehaceres y saberes los axiomas mas rígidos de la
Psicología dominante, que hacen de la palabra el vehículo privilegiado por excelencia, oponiendo el uso de
la palabra y actividad corporal incompatibles en el mismo escenario de la cura. En el Cartógrafo Operativo
en Salud mental se legitiman sus dos Estares (Molar y Molecular) como dos formas de conducción en el
entrenamiento de discípulos y en la cura de pacientes. Y se vale en la antropofagia, afirmándose en la
ausencia de racismo para aceptar intervenciones provenientes de diferentes corrientes con las que él
simpatiza.
FERNÁNDEZ: “LAS LÓGICAS COLECTIVAS”****************

Introducción

A lo largo de los años se ha sostenido una pregunta: ¿Cuál es la relación entre lo psíquico y lo social?
En el marco de esta pregunta, la noción de imaginario social de CASTORIADIS ha estado presente en
diversos ensayos. Cuando esta noción apareció en los 80’ resultó de gran importancia para los debates de
la época. Otorgaba herramientas para pensar sobre referentes de dogmatismos y verdades cristalizadas.
Abría la posibilidad de pensar las formas de ser de lo histórico social, sus posibilidades de transformación y
sus modalidades de construcción de subjetividad.

Anteriores aún a CASTORIADIS estuvieron los textos de FOUCAULT que creaban condiciones para
genealogizar diversas nociones psicoanalíticas y el dispositivo mismo. También se tomaron los aportes de
PICHÓN RIVIERE. Además, la implementación de recursos psicodramáticos han dejado fuertes marcas
para pensar los proceso colectivos como la cuestión de la producción de subjetividad.

Después de la dictadura, las actividades de las instituciones y las prácticas en ellas eran otras. Al mismo
tiempo se fueron inventando dispositivos pedagógicos que permitieron una relación diferente con el
aprendizaje. Se diseñaron así por ejemplo las jornadas de producciones grupales en los 80’.

Capítulo II: “Los imaginarios sociales y la producción de sentido”

Los imaginarios sociales

La noción de imaginario social es utilizada en diferentes contextos. La teorización de este campo fue
iniciada por CASTORIADIS. Esta noción alude al conjunto de significaciones por las cuales un colectivo se
instituye como tal, al mismo tiempo que construye los modos de sus relaciones sociales-materiales, instituye
también sus universos de sentidos. Lo imaginario es siempre simbólico y refiere a la capacidad de inventar
significaciones. Tendrá dos vertientes:

1. Histórica social (los imaginarios sociales instituyentes): distingue entre el efectivo (instituido) y el
radical (instituyente). Al primero pertenecen aquellos conjuntos de significaciones que consolidan lo
establecido, operan como organizadores de sentido de los actos humanos. Es lo que mantiene unida
a una sociedad. El radical es su potencialidad instituyente, de transformación. Sitúa la dimensión de
la producción de significaciones colectivas como una temática inseparable del problema del poder.

2. Psíquica (la imaginación radical): la psique

Se establece cierta sinonimia entre la noción de ideología y la de representaciones sociales. De éstas se


dice que serán una “expresión nueva y más apropiada para la ideología”.

La trama de significaciones orienta y dirige la vida de los individuos. Estas significaciones son imaginarias
porque están dadas por creación, es decir, no corresponden a elementos estrictamente reales, y son sociales
porque sólo existen siendo objeto de participación de un ente colectivo.
Las significaciones imaginarias operan en lo implícito y establecen el modo de ser de las cosas, los
valores, los individuos. Son aquello por medio de lo cual y a partir de lo cual los individuos son producidos
como individuos sociales, y en tal sentido pueden representar, accionar y pensar de manera compatible y
coherente aún en el conflicto.

¿Qué inventa una sociedad cuando se instituye como tal? Según CASTORIADIS, inventa significaciones.
Estas producciones de sentido, de sentido organizador, son condición de representabilidad. También
afirmará que aquello que mantiene unida a una sociedad e su institución.

Lo instituido y su auto alteración: las significaciones imaginarias centrales

CASTORIADIS distingue dos tipos de significaciones imaginarias sociales: pueden ser centrales,
(creadoras de ideas organizadoras), y segundas o derivadas. La emergencia de una significación central
reorganiza, resuelve una multitud de significaciones sociales ya disponibles. Acarrea efectos sobre la
totalidad de las significaciones sociales del sistema y no pueden darse sin las transformaciones de las
actividades y de los valores. Por ejemplo, la significación de Dios es central. Las significaciones centrales
son las que dan existencia en una sociedad determinada a la coparticipación de objetos, actos, individuos.
Instituyen un modo de ser de las cosas, condicionan y orientan el hacer y el representar sociales.

La institución de una sociedad es institución de significaciones imaginarias sociales, y la sociedad es


intrínsecamente historia-temporalidad. Una sociedad es siempre auto alteración perpetua. Los universos de
significaciones sociales no son homogéneos, operan también en latencia, constituyen individuos sociales,
cuya socialización tiende a uniformizar las manifestaciones de su imaginario radical, pero no puede
destruirlas. Además, a partir de los aportes de FOUCAULT sabemos que lo imaginario social es inseparable
del tema del poder.

En un imaginario grupal las figuras y formas que ese número de personas inventa da cuenta de sus razones
de ser como colectivo; aquí adquieren toda su potencia las improntas de los atravesamientos institucionales
y socio-históricos. En la producción de significaciones de un pequeño grupo se hallan presentes líneas de
significación propias de ese grupo, atravesadas por estas dimensiones. Generalmente operan en latencia.
Un grupo se instituye como tal cuando ha inventado sus significaciones imaginarias.

En este ámbito cobra interés la dimensión ilusional de los colectivos humanos. El término ilusión ha
sostenido dos líneas de significación: ficción o engaño de los sentidos, y sueño, esperanza. Ambas lineas
se despliegan en tensión.

Los sentidos encarnados: un real más real que lo real

CASTORIADIS afirma que lo social-histórico ha sido desconocido por el “pensamiento heredado” denomina
de tal forma la tradición platónico-aristotélica. Sin embargo no se propuso crear una teoría alternativa, sino
que se abocó a una elucidación.

El uso de la expresión “social-histórico” implica considerar la unidad de la doble multiplicidad de


dimensiones, en la simultaneidad (sincrónica) y en la sucesión (diacrónica). Lo social-histórico es lo colectivo
anónimo. De alguna manera están presentes los que ya no son, los que queda fuera, e incluso los que están
por nacer. Es por una lado una estructura dada y por otro, es lo que estructura, lo que instituye. Es la unión
y la tensión de la sociedad instituyente y la sociedad instituida, de la historia hecha y la historia que se hace.

Una sociedad no será jamás transparente porque los individuos nunca serán transparentes para sí mismos.
Será la dimensión ICC uno de los elementos que impedirá estructuralmente la transparencia.

Lo social tampoco puede ser pensado como una reciprocidad de relaciones intersubjetivas; considera que
lo social implica siempre algo más. Supone interioridad y exterioridad. Lo social es lo que somos todos, y lo
que no es nadie. No se trata de relaciones de influencia sino de relaciones de inherencia.

Con respecto al lenguaje también hará otra distinción significativa. Con respecto al problema del sentido,
se diferencia de las posturas estructuralistas cuando afirma que es imposible sostener que el sentido resulta
de la combinación de signos. Considera que la combinación de signos resulta del sentido, ya que el mundo
está hecho de gente que interpreta el discurso de los demás. Para que los signos exitas, primero es
necesario que las personas hayan hablado. Según él, una de las consecuencias más fuertes de pensar al
sentido como combinatoria de signos es que se elimina la cuestión histórica por excelencia: la génesis del
sentido. O sea, la producción de nuevos significados y significantes.

Se da cuenta de la operación repetida del simbolismo, es decir, el deslizamiento de sentido por el cual bajo
un significante sobreviene otro significado. Con el ejemplo de la esclavitud como zoon vocale, podemos dar
cuenta que no necesita su explicación por los conceptos o las representaciones, y actúa en la práctica como
sentido organizador de los comportamientos y relaciones sociales. Es por tanto “más real que lo real”.

Pensar en significaciones imaginarias que operen como sentido organizador es hablar de significaciones
que no están ahí para representar otra cosa, sino que son condición de representabilidad de todo lo que en
una sociedad puede darse. No existen a modo de representación, son de otra naturaleza.

No puede pensarse la historia según CASTORIADIS por fuera de la imaginación creadora, que él denominó
imaginación radical. Esta se manifiesta en el hacer histórico como en la construcción de sus universos de
significación.

Un antiguo contrincante: el pensamiento de lo Mismo

Dentro de las conceptualizaciones del fisicalismo y del logicismo no se puede encontrar lo idéntico de
una sociedad de las transformaciones históricas que posibilitaron la emergencia de lo nuevo.

Dentro del fisicalismo, podemos mencionar el funcionalismo, que supone necesidades humanas fijas y
explica la organización social como el conjunto de funciones que tienden a satisfacerlas. Hay un núcleo
inalterable de necesidades abstractas. Se reduce así la sociedad a la biología del hombre. Desde allí
presupone las necesidades humanas. En cuanto al fisicalismo en sí, se vuelve una especie de causalismo.
Se produce una afirmación de doble identidad: identidad en la repetición de las mismas causas que producen
los mismos efectos. Ambos perteneciendo a “lo Mismo”.
Por otra parte, el logicismo se encuentra muchas veces con el estructuralismo. Cree que el
estructuralismo dejará escapar lo esencial en la elucidación del campo histórico social, que justamente para
CASTORIADIS es el origen de las diferencias sociales y la emergencia de lo nuevo.

Para CASOTIRADIS el razonamiento de “lo Mismo” será una de las bases del pensamiento identitario, que
encierra al ser en la determinación. Tal reducción abrirá la posibilidad de la construcción de saberes
absolutos, la puerta de la dogmatización.

Capítulo V: “Imaginarios sociales: poderes, temporalidades y deseos”

Los disciplinamientos de los deseos

Los universos de significaciones imaginarias que instituyen una sociedad forman parte de las luchas por el
poder, en tanto que participan conservando o transformando el mundo.

Una sociedad es también un sistema de interpretación del mundo, de creación, y por ende puede percibir
como un peligro cualquier alteración a su sistema de interpretación. Estas situaciones suelen ser vividas
como ataques a su identidad. El principio de conservación de esa sociedad es conservación de sus
“atributos arbitrarios” o sea, sus significaciones imaginarias sociales. Entonces, las transformaciones de
sentido (lo instituyente) opera siempre con la resistencia de aquello consagrado (lo instituido) que hasta
tanto no sea trastocado, funciona como régimen de verdad.

Ubicar la naturaleza social del poder supone interrogar sobre las modalidades de sus dispositivos, no sólo
en la organización de la sociedad y en sus instituciones, sino también en la constitución de las subjetividades.
Lo cual supone indagar cómo opera la manipulación de deseos, temores, amenazas, etc.

Pensar en términos de poder permite articular cuestiones generales. ENRIQUE MARI cree que los
dispositivos de poder en tanto redes de relaciones que se establecen en modo homogéneo entre elementos
discursivos y extradiscursivos articulan 3 elementos básicos que hacen que el poder funcione: la fuerza o
violencia, el discurso del orden y los imaginarios sociales. Estas instancias están articuladas entre sí.
Con respecto a la fuerza o violencia, se frustraría si no existiesen en el dispositivo las otras instancias que
garantizan la continuidad del poder instituido. Estas otras instancias funcionan como condiciones de
reproducción del poder producido.

Ninguna sociedad puede funcionar por la sola aplicación de la fuerza y el derecho coercitivo. Este implica
coacción pero también justificación y legitimación en cuanto se expresa como teoría, ciencia o discurso del
orden. El dispositivo exige como condición de funcionamiento y reproducción del poder, que la fuerza y el
discurso del orden legítimamente estén insertos en montajes, prácticas extradiscursivas, y soportes
mitológicos que permiten que los miembros de la sociedad se adecuen sus deseos al poder.

En cada colectivo social prácticas y símbolos se constituyen, seleccionando los más eficaces en cada
circunstancia para que el poder circule y las instituciones de inscriban en el espíritu de los hombres. Los
dispositivos de poder exigen como condición de funcionamiento y reproducción del poder no sólo sistemas
de legitimación, enunciados, etc, sino también prácticas extradiscursivas. Estos universos de significaciones
posibilitan que el poder marche. Estas producciones interpelan a las emociones, las voluntades, los
sentimientos. Son las formas en que “el deseo de anuda al poder”.

Controlar el pasado es gobernar el futuro

Una de las funciones de los imaginarios sociales consiste en la organización y el dominio del tiempo colectivo
sobre el plano simbólico, y por ende, subjetivo. El pasado social no es un lugar al que se accede recordando,
sino que debe ser construido, y ésta es tarea colectiva. Desde esta perspectiva, los imaginarios sociales y
sus procesos de producción de los universos de significaciones sociales son un elemento central en la
organización y el dominio del tiempo colectivo. Hay una relación entre lo que se instituye como memoria y
lo que se ha denegado, lo cual llamamos “los olvidos colectivos”.

Los imaginarios sociales efectivos o instituidos forman parte de la construcción de identidad de una
colectividad, marcan territorio. Del mismo modo repiten y conservan recuerdos del pasado y proyectos
futuros. En tal sentido, son una de las fuerzas reguladoras de la vida colectiva.

La invención colectiva y anónima

Los imaginarios sociales tienen la propiedad no sólo de conservarse sino también de transformarse,
inventando nuevos universos de significación. Vale recordar la diferencia de CASTORIADIS entre imaginario
efectivo e imaginario radical. En este caso tomaremos la imaginación radical (la instituyente). El desorden
social se despliega cuando aparecen nuevos organizadores de sentido. Una revuelta social violenta
significaciones preexistentes y da lugar a nuevos imaginarios.

Los nuevos organizadores de sentido refieren a lo imaginario radical instituyente, que da cuenta de los
deseos que no se anudan al poder, que desordenan las prácticas, desdisciplinan los cuerpos. Estos
momentos dan cuenta de las”líneas de fuga” de deseos que resisten la captura de los dispositivos de
disciplinamiento social. Lo nuevo colectivo instituyente coexistirá en permanente y conflictiva tensión con lo
instituido a transformar.

Al instituir nuevas racionalidades políticas, económicas, etc., se crearán nuevos emblemas, símbolos. Esta
potencia tenderá a instituir una nueva institución. Los nuevos organizadores son antecedidos por un campo
de desorganización, donde el antiguo orden va perdiendo su capacidad integradora, se va desarmando en
tanto sistema. No necesariamente las invenciones de sentido tienen que ir de la mano de una revolución.
Hubo algunos movimientos pacíficos que han puesto en tela de juicio significaciones imaginarias centrales:
como el movimiento de las mujeres.

Deseos y esperanzas colectivos: psicoanálisis y política

MANONI abre el camino para reflexionar sobre dos textos de FREUD. Un camino lo hace a partir de los
aportes freudianos y otro desde LACAN. Desde el primero no hay creencia ICC, desde el segundo la creencia
supone el soporte del otro. Según MANONI con los aportes de ambos se puede dar cuenta tanto de un
fetiche privado como de una ciencia colectiva. Afirma que “la creencia de la existencia del falo materno es
el modelo de todas las transformaciones sucesivas de las creencias”. A partir de estas afirmaciones surgen
dos problemas. En primer lugar, es necesario considerar que descubrir que la diferencia de los sexos sea
insoportable, es ya imaginario. Que la diferencia tenga que ser pensada como igualdad deficitaria (pene
amputado) es una significación colectiva. De aquí surgen distintas construcciones como la interiorización de
la mujer. El segundo de los problemas se refiere a la cuestión del origen. Buscar el origen es develar lo
esencial. Al mismo tiempo, el origen esencial supone que en sus comienzos las cosas estaban en su
perfección. Esto coloca al origen en un lugar de verdad. Entonces, se transforma en esencial aquello que no
es otra cosa que producción histórica de las significaciones imaginarias que instituyen lo propio de hombres
y mujeres.

Sería más pertinente afirmar que el psicoanálisis permite entender las condiciones por las cuales el sujeto
de deseo puede construir creencias que desmientan la realidad. Para pensar la producción de esperanzas
colectivas se ha destacado el aporte del psicoanálisis que establece la capacidad de la dimensión deseante
de desmentir realidades insoportables produciendo creencias colectivas. Un modo de organización de la
potencialidad de invención imaginante de creencias ha sido la creación de utopías.

¿Qué es lo que insiste en las amalgamas utópicas, como en las religiosas? La capacidad de la dimensión
deseante de los colectivos de desmentir realidades insoportables, la tendencia a la producción colectiva y
anónima de encarnar esa capacidad en producciones míticas que fundamenten a las acciones, las
permanentes transformaciones históricas.

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