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ADVERBIO

El adverbio es definido por Alarcos Llorach como “una clase de signos o sintagmas
autónomos nominales, caracterizados por funcionar como aditamentos y presentar
inmovilidad genérica y numérica” (1980:341). En otros términos, es una clase de palabra
invariable que posee como características más destacadas la ausencia de flexión en el
plano morfológico, y la capacidad de establecer una relación de modificación con grupos
sintácticos de distintas categorías.
Para poder describir esta clase de palabra de forma más completa, se desarrollan
los aspectos morfológico, semántico y sintáctico por separado.

ASPECTO MORFOLÓGICO
Dentro de este campo, los adverbios se dividen en dos grandes grupos según sean
simples, como bien, mal, cerca, lejos, siempre, sí, quizá(s), acaso, aquí, allí, entonces,
luego; o bien, sean compuestos, es decir, los formados por algún recurso morfológico, que
guardan una relación con otras clases de palabras.
En el caso de los adverbios compuestos, pueden formarse con un adjetivo femenino
y el sufijo -mente (lentamente), emparentarse con preposiciones (delante y adelante con
ante; detrás y atrás con tras; debajo con bajo, etc), comparativos sincréticos, es decir, los
que envuelven el cuantificador comparativo (mejor, peor), de afijos apreciativos aceptados
en la lengua coloquial (ahorita, aquicito, lueguito,etc.), los de prefijos intensivos (rebien,
requetebien) y los adverbios adjetivales (bajo, en volar bajo o fuerte, en golpear fuerte).
Como se señaló anteriormente, los adverbios son invariables en cuanto a género y
número.

ASPECTO SEMÁNTICO
En lo que respecta a su significado, se clasifican tradicionalmente en: adverbios de
cantidad (mucho, demasiado, cuanto), de lugar (allí, aquí, arriba, detrás, encima), de
tiempo (ayer, siempre, después, frecuentemente), de manera (bien, así, peor,
cuidadosamente), de afirmación (sí,claro, obviamente), de negación (no, nada, apenas,
nunca, jamás y tampoco) y de duda (quizá, a lo mejor, acaso, tal vez).
Entre los de manera o modo, muchos terminan en -mente, como cortésmente, y
pueden parafrasearse por «con + sustantivo» (con rapidez), o mediante el sustantivo
manera o modo seguido del adjetivo correspondiente (de manera rápida). Sin embargo,
otros expresan nociones diferentes: causa (curarse milagrosamente), medio o sistema de
actuación (comunicarse telefónicamente) o lugar (mundialmente conocido).
Siguiendo la propuesta de Alarcos Llorach (1980), los tipos de adverbios antes
nombrados, pueden dividirse en dos grupos: los que se agrupan bajo la idea de situación,
es decir, aquellos que se presentan como marcos en que se encuadra lo enunciado (los
de lugar y tiempo); y los que engloban lo que se designa como noción, o sea, los que
inciden sobre el valor del núcleo del predicado o sobre alguno de los elementos de la
oración (los adverbios de modo, cantidad, afirmación, negación y duda).
Si se opta por una clasificación más detallada, pueden identificarse subtipos de
adverbios dentro de las categorías antes mencionadas. De este modo, los locativos
presentan dos subclases: la una, los demostrativos (ahí, aquí, acá, allá) y la otra, los de
relación locativa donde se encuentran los de ubicación de naturaleza referencial (detrás,
debajo, dentro, fuera, encima) y los direccionales (adelante, atrás, abajo, afuera).
Otro tipo de adverbio que presenta subclases dentro de su grupo, son los
temporales. Desde una mirada semántica, se diferencian los referenciales de localización
temporal (dentro del grupo verbal al que modifican o en posición inicial de este La carta
llegó ayer a su oficina) y los de marco (en posición preoracional y separados por una
pausa Últimamente, el pobre ya no podía ni caminar); los de frecuencia (elevada:
asiduamente, diariamente, habitualmente; baja: apenas, raramente) y los de duración
(brevemente, siempre, instantáneamente). Mientras que desde un punto de vista
gramatical, los adverbios temporales pueden ser demostrativos (ahora, ayer, hoy,
mañana), relativos (cuando, cuandoquiera), interrogativos y exclamativos (cuándo) y
cuantificativos (siempre, a menudo, a veces).

ASPECTO SINTÁCTICO
Si nos basamos en lo funcional, podemos advertir dos características de los
adverbios: uno, la función autónoma de aditamento, es decir, elementos relativamente
marginales de una oración “cuya presencia o ausencia no afecta a la estructura esencial
de aquella” (Alarcos Llorach, 1980: 309); y dos, la función de adyacente del adjetivo (Libro
muy divertido).
Además, de acuerdo a las relaciones que esta clase de palabras establece con los
otros elementos del sintagma, podemos agrupar los adverbios en argumentales,
atributivos y adjuntos. Los primeros están seleccionados por algún predicado como parte
esencial de su significación y solo excepcionalmente pueden suprimirse: Pon aquí la
chaqueta (locativo); Se portó estupendamente (de manera). Los adverbios atributivos, por
su parte, son los que desempeñan la función sintáctica de atributo (Estamos aquí;
¿Cuándo es la reunión?; Estás estupendamente), una de cuyas variedades es la de
complemento predicativo: Te veo mejor que hace un año.
El tercer grupo, los adjuntos, reúnen a la mayor parte de los adverbios y son
adjuntos, es decir, modificadores no seleccionados de verbos, adjetivos o adverbios, cuya
supresión no afecta a la buena formación de los grupos sintácticos que modifican: hablar
claramente, muy alto, nada lejos, psicológicamente endeble. Entre estos se distinguen
aquellos que son internos al predicado denominados nucleares o centrales (como en
estudiar concienzudamente un asunto), y los externos al predicado o periféricos (como en
Lamentablemente, no quedaban entradas). Asimismo, dentro de los periféricos cabe
distinguir los oracionales, que inciden sobre toda la oración (Francamente, no te
comprendo) y los conectores discursivos (Consecuentemente, no hay nada que hacer).
Adverbios oracionales (adjuntos periféricos)
Se denominan de esta manera porque pueden abarcar la oración en su conjunto, pero
también algún elemento modal que la contiene. Suelen dividirse en los tres grupos
siguientes:
1. Adverbios de la enunciación o del acto verbal: aportan contenidos que aluden a
alguno de los componentes del acto comunicativo (“Sinceramente, no me gusta tu
actitud”, el adverbio no incide sobre el núcleo verbal ni afecta a toda la oración sino que
modifica a un verbo tácito que indica la forma en que se está comunicando)
2. Adverbios temáticos, libres o de tópico: anticipan cierto contenido sobre el que va a
centrarse el mensaje (“Antiguamente, la sociedad era diferente”, el adverbio indica que el
juicio emitido refiere a una época del pasado)
3. Adverbios del enunciado: aportan nociones que se relacionan con la modalidad de
la oración (“Felizmente, el problema se solucionó” donde el adverbio refiere al modo en
que se solucionó el problema)
Conectores discursivos
Los adverbios pueden también, conformar los llamados conectores discursivos que se
caracterizan por su relativa independencia fónica y sintáctica respecto de la oración.
Suelen formar grupo entonativo propio, precedidos o seguidos de pausa. La mayor parte
de los adverbios y locuciones adverbiales que se usan como conectores discursivos
orientan la manera en que la oración o el fragmento oracional sobre el que inciden han de
ser interpretados en relación con el contexto precedente o con las inferencias que de él se
obtienen.
Existen muchas clasificaciones de los conectores discursivos adverbiales atendiendo a su
significado. La que se presenta a continuación recoge los grupos fundamentales:
1. Aditivos y de precisión o particularización: a decir verdad, además, análogamente,
aparte, asimismo, de hecho, encima, en el fondo, en realidad, es más, por añadidura, por
otro lado, por si fuera poco, sobre todo.
2. Adversativos y contraargumentativos: ahora bien, (antes) al contrario, antes bien,
después de todo, empero, en cambio, eso sí, no obstante, por el contrario, sin embargo,
todo lo contrario.
3. Concesivos: así y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todas {formas ~
maneras}, de todos modos, en cualquier caso.
4. Consecutivos e ilativos: así pues, consiguientemente, de {este ~ ese} modo, en
consecuencia, entonces, por consiguiente, por ende, por lo tanto, por tanto, pues.
5. Explicativos: a saber, es decir, esto es, o sea.
6. Reformuladores: dicho con otras palabras, dicho en otros términos, dicho de otra {forma
~ manera}, de otro modo, más claramente, más llanamente, hablando en plata.
7. Ejemplificativos: así, así por ejemplo, así tenemos, por ejemplo, verbigracia.
8. Rectificativos: más bien, mejor dicho, por mejor decir.
9. Recapitulativos: a fin de cuentas, al fin y al cabo, en conclusión, en definitiva, en fin, en
resumen, en resumidas cuentas, en síntesis, en suma, en una palabra, resumiendo, total.
10. De ordenación: a continuación, antes {de ~ que} nada, de {una ~ otra} parte, en
{primer ~ segundo…} lugar ~ término, finalmente, para empezar, para terminar,
primeramente.
11. De apoyo argumentativo: así las cosas, dicho esto, en vista de ello, pues bien.
12. De digresión: a propósito, a todo esto, dicho sea de paso, entre paréntesis, por
cierto.

De acuerdo a su funcionamiento dentro del sintagma oracional (aquellos que se


habían enunciado como internos al predicado o nucleares), los adverbios cumplen la
función de adjuntos o complementos circunstanciales. Son modificadores (casi siempre
optativos) que inciden sobre las diversas categorías léxicas y los grupos sintácticos que
forman sin que sean seleccionados o exigidos por ellos (esto en oposición a los
argumentos).
Uno de los rasgos sintácticos considerado prototípico de los adjuntos es que su omisión
no suele alterar la gramaticalidad de la oración (Caminamos juntos ayer/ Caminamos
juntos), sin embargo, los adjuntos que constituyen el foco de una oración no se suprimen,
como hoy en “Llegará hoy, pero también podría llegar mañana”.
Siguiendo un criterio semántico, los complementos circunstanciales compuestos por
adverbios o locuciones adverbiales pueden ser: de tiempo, de modo, de lugar, de
cantidad.
 complemento circunstancial de tiempo: expresan la temporalidad de la categoría
léxica o grupo sintagmático al que pertenece. Se subdividen en complementos de
localización (Me mudé a este barrio recientemente); de duración (Explicaremos
brevemente cómo funciona), y de frecuencia (Regaba sus plantas diariamente).
Responden a la pregunta ¿Cuándo?
 Complemento circunstancial de cantidad o grado: pueden aplicarse al tiempo (La
película no dura mucho), el espacio (Han ensanchado bastante la carretera), la
intensidad (No aprietes tanto) u otras nociones similares.
 Complemento circunstancial de lugar: pone en relación con el espacio una acción,
evento o proceso verbal (Pusimos allí todas nuestras esperanzas). Responde a la
pregunta ¿Dónde?/ ¿A dónde?
 Complemento circunstancial de modo: expresan el modo o manera en que se lleva
a cabo una acción, evento o proceso verbal (Colocamos rápidamente las cosas en
su sitio). Responden a la pregunta ¿Cómo? ¿De qué modo?

LOCUCIONES ADVERBIALES
Las locuciones adverbiales son expresiones fijas constituidas por varias palabras que
equivalen a un solo adverbio. El número de locuciones adverbiales del español es muy
superior al de locuciones que corresponden a las demás clases de palabras. Son casi
siempre grupos preposicionales lexicalizados. En consecuencia, no se definen en
términos categoriales, sino funcionales.
La estructura sintáctica de las locuciones adverbiales responde en muchas
ocasiones a la pauta «preposición + sustantivo en singular», como a caballo, a cambio, a
fondo, a gusto, a tiempo, bajo cuerda, contra reloj, de casualidad, de día, de golpe, de
prisa, de reojo, de sobra, de sopetón, de verdad, en consecuencia, en orden, en parte, en
resumen, en secreto, para colmo, por casualidad, por desgracia, por fin, sin cuidado, sin
duda.
En cambio, corresponden al esquema «a + sustantivo en plural» varias locuciones
adverbiales, como las que expresan la manera en que se deshace o se desmorona algo:
a cachos, a jirones, a pedazos, a trozos; o la forma en que se llevan a cabo ciertos
movimientos o determinadas acciones: a brincos, a gatas, a horcajadas, a hurtadillas, a
rastras, a saltos, a tientas, a trancas y barrancas, a trompicones.
Otra forma de composición de estas locuciones es la pauta «preposición + grupo
nominal», en la que el nombre puede estar modificado por determinantes, adjetivos o
complementos preposicionales, da lugar también a un gran número de locuciones. La
preposición va seguida del artículo determinado en a la carrera, a la carta, a la fuerza, a la
perfección, a la vez, a la vista, a las mil maravillas, al amanecer, al azar, al detalle, al final,
al momento, al principio; en el acto, en el fondo; por el contrario, por el mismo rasero, por
la libre, etc.
Son igualmente numerosas las locuciones que se ajustan a la pauta «preposición +
adjetivo o participio», como a diario, a menudo, a salvo, de antiguo, de inmediato, de
nuevo, en absoluto, en serio, por alto, por cierto, por completo, por supuesto, por último,
etc.

PROPOSICIÓN SUBORDINADA ADVERBIAL


 PRIMER GRUPO
LOCATIVAS
Las proposiciones locativas se unen a la principal por el adverbio correlativo donde
que refiere a un antecedente que puede ser un sustantivo o adverbio de lugar, un
pronombre neutro, una oración entera o bien, no encontrarse expreso. Hay diferentes
versiones de dicho nexo, como por donde (denotando lugar de tránsito: Pasó por donde
estábamos), hacia donde (indicando la dirección del movimiento: Caminó hacia donde
estábamos), de donde y desde donde (expresan el lugar de procedencia: Vino desde un
lugar lejano), en donde (denota el lugar de estancia, permanencia o reposo: La casa
donde vivíamos se vendió), etc. La proposición locativa puede ser remplazada por
adverbios de lugar (aquí, allí, arriba, abajo, etc). por ejemplo, Entró donde ella vivía (Entró
allí).

TEMPORALES
Las subordinadas localizan un acontecimiento estableciendo una relación de
simultaneidad (por medio de los adverbios cuando, mientras, mientras que, mientras
tanto, en tanto que, cuanto, en cuanto, entre tanto que: Mientras pensaba una solución,
se mantuvo en silencio) o de sucesión (que puede ser inmediata expresada por en
cuanto, apenas, aun apenas, no bien, ya que, luego que, así como, tan pronto como:
Apenas me dijeron no lo podía creer; o bien, indicar sucesión más o menos mediata
indicada mediante primero que, antes que, después que, desde que, hasta que: Dígaselo
antes de que sea tarde) entre los puntos o intervalos en que ocurren.
Las conjunciones temporales más utilizadas son: cuando, cuanto, como y que. La
relación temporal en que se hallan la oración principal y la subordinada se expresa
fundamentalmente por el verbo en modo subjuntivo siempre que denoten acción futura
respecto de la principal. Sin embargo, puede ocurrir que los tiempos del verbo sean
insuficientes para expresar determinados matices de la relación entre las proposiciones
por lo que los nexos cumplen un rol fundamental.

MODALES O DE MANERA
Las encabeza el adverbio relativo como o la conjunción según. Corresponden a los
adverbios de modo y son correlativas y pueden ser conmutadas por el adverbio así, por
ejemplo, Cantó como si nadie la escuchara (Cantó así).
En el caso de utilizar el relativo “como”, su antecedente puede ser un adverbio de
modo o un sustantivo (Se portó notablemente, como convenía a su caballerosidad); el
antecedente puede ser suprimido tanto si es el adverbio “así” como si se trata de un
sustantivo. En este último caso, el adverbio “como” toma la proposición que aquel debería
llevar en caso de estar expreso y enlaza dos oraciones que pueden compartir o no su
verbo (Pocas cosas son como parecen, principalmente las políticas).
 SEGUNDO GRUPO
CAUSALES
Se trata de proposiciones que expresan la causa, razón o motivo de la oración
principal. Sus nexos conjuntivos son los vocablos y locuciones: que, pues, pues que,
porque, puesto que, supuesto que, de que, ya que, como que, por razón de que, visto
que. Es de notar que las preposiciones de y por tiene a menudo significado causativo.
(Decidí hablarte pues fuiste muy amable; Visto que llueve, no vamos a viajar).

FINALES
Se trata de proposiciones que expresan el fin o la intención con que se produce la
acción del verbo principal. La oración principal puede construirse delante o detrás de la
subordinada final que se encuentra introducida por las locuciones: a que, para que, a fin
de que (Era preciso que fueras a fin de que estuvieras enterado de la situación).
En el caso en que el sujeto sea el mismo para ambas proposiciones, el verbo de la
oración subordinada va en infinitivo, se omite el que subordinante y la relación final se
expresa solo por medio de las preposiciones a o para o la locución a fin de que (No lo uso
para no tener que quitarmelo delante de nadie). Asimismo, cuando el sujeto es diferente,
el subordinado va necesariamente en subjuntivo porque el fin de una acción implica un
sentimiento de deseo o indeseo, por lo tanto, de irrealidad modal (Algo importante había
ocurrido, para que sus colores pudieran salir a la luz).

CONDICIONALES
Estas construcciones hacen depender el cumplimiento de lo enunciado en la oración
principal de la realidad de la subordinada (Si tuviese dinero, me compraría esta casa). El
período condicional, llamado también hipotético, consta de dos oraciones, la denominada
hipótesis o prótasis que expresa la condición y es la subordinada, y la conocida como
apódosis que enuncia el resultado o consecuencia y es la oración principal. Estas se
encuentran relacionadas entre sí mediante la conjunción si.
La prótasis puede enunciarse en modo indicativo o subjuntivo variando la expresión
del período hipotético. En el primero de los casos, la prótasis puede utilizar cualquier
tiempo del indicativo menos el pretérito anterior, los dos futuros y los dos condicionales y
la apódosis permite el imperativo, cualquier tiempo del indicativo menos el pretérito
anterior y cualquier tiempo del subjuntivo menos los futuros.
En cuanto al modo subjuntivo, la prótasis no puede ir más que con el imperfecto si
denota acción presente o futura, o con el pluscuamperfecto si denota acción pasada.
a- Presente y futuro: Protásis en imperfecto de subjuntivo, apódosis en forma -ra del
imperfecto subjuntivo y el condicional simple (Si yo te dijera todo lo que sé, te asustarías
de mi historia).
b- Pretérito: prótasis en pluscuamperfecto del modo subjuntivo y apódosis en forma
-ra del pluscuamperfecto subjuntivo (Si me hubiera rendido, me hubiese arrepentido
siempre) y condicional perfecto o simple (Si hubiera seguido con las clases, habría
cantado mejor).

Además de la conjunción si, el período hipotético se vale de otros vocablos y


locuciones para conformarse, entre ellos podemos nombrar: cuando y como (Te
acompaño a tu casa como me des tu mano), formas no personales del verbo solas o
unidas a otros vocablos, las locuciones siempre que, ya que, en caso que (Mañana iré a
visitarte siempre que no me hagas esperar) y locuciones formadas por la preposición con
y el relativo que, a veces unidos a los adverbios tal y solo, con tal que, con que (Yo te
llevo con tal que me perdones) .

CONCESIVAS
En este tipo de construcción, la proposición subordinada expresa una objeción o
dificultad para el cumplimiento de los que se dice en la oración principal, pero este
obstáculo no impide su realización. Se trata de oraciones que tienen rasgos similares a
las condicionales por presentar una objeción aunque esta resulta inoperante, del mismo
modo, tiene un parentesco con las coordinadas adversativas puesto que oponen dos
juicios contrarios.
En cuanto a los verbos, las subordinadas concesivas pueden presentarse en modo
indicativo, caso en el que se afirma la existencia efectiva de un obstáculo para el
cumplimiento de lo enunciado en la principal pero ésta se rechaza por ineficaz (Aunque
llueve, saldré), o bien, en modo subjuntivo si es que la dificultad es solo una posibilidad
(Aunque llueva, saldré).
Los nexos y locuciones concesivas son numerosas, entre ellas podemos nombrar:
aunque, asi bien, aun cuando, ya que, a pesar de que, bien que, mal que, siquiera (Yo te
conozco, y por más que me digas , estás muy nervioso); también existen fórmulas
sintácticas de significación concesiva como diga lo que diga, sea como sea, sea cual
fuere (Vamos a ir, digan lo que digan, los vecinos)

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