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alrededor del 10% de nuestro cerebro. Lo que esto realmente quiere decir es
que nuestra mente consciente requiere alrededor del 10% de los recursos
de nuestro cerebro. En otras palabras, pensar, desplazarse, hacer
elecciones, planificar, ver, escuchar,saborear, tocar y oler son todas
actividades conscientes y requieren el 10% del poder de procesamiento de
nuestro cerebro.
Si esto es cierto, ¿qué hace el otro 90% del cerebro? Si la mente consciente
requiere el 10% de nuestro cerebro,podemos referirnos al otro 90% como el
subconsciente.
Cada virus, bacteria u hongo que alguna vez haya invadido tu cuerpo, todas
tus heridas, todos tus pensamientos y sentimientos y la historia completa de
cada célula de tu cuerpo, todo ha sido archivado.
De hecho, esto ha sido así a lo largo de toda tu vida, sin que ni siquiera
estuvieras al tanto de ello. Si te permites apaciguar tu mente consciente y
sintonizas con tu cuerpo, aprenderás que tu subconsciente es bastante
capaz de comunicarse contigo.
Podemos preguntarnos
Nuestro trabajo:
Crear nuestro hombre estelar
Convertir nuestro hombre de plomo en un hombre de oro
Unico camino para lograrlo es a través del principio de
generación
Es completándonos, integrando nuestras polaridades.
Finalmente esperamos
1) Hacer conciencia de que este principio opera
2) Conocer como opera
3) Observar nuestra vida, nuestra realidad, observar
todo lo que has creado.
4) Comenzar a trabajar, hacer cambios y comenzar a
generar tu propia realidad.
YIN Y YAN CREATIVIDAD Y RESPONSABILIDAD.
Yin Yan
Femenina Masculina
Receptiva dinámica
Creativa agresiva
Pasiva activa
Es conveniente tener este símbolo a la vista para que nos
recuerde en todo momento el equilibrio que debemos
encontrar.
Lo masculino y lo femenino dependen uno del otro. Cuando ellos luchan entre sí, las
consecuencias son catastróficas. Pero los tiempos están cambiando. Desde los
siglos XIX y XX la energía femenina está recuperando su fuerza y elevándose sobre
el rol de víctima. Esta resurrección viene desde el interior profundo de la energía
femenina. Finalmente ella ha alcanzado el límite exterior de su abnegación. En este
punto, ella se ha mirado a sí misma a la cara y ha declarado: hasta aquí ha llegado.
Dicho sea de paso: esto es lo que siempre sucede en la dinámica entre la víctima y
el victimario. El cambio comienza cuando la víctima se rehúsa a seguir aceptándolo.
El victimario bien podría colgarse de su rol por un largo rato, porque él no tiene
ninguna razón para parar. La revolución comienza cuando la víctima se rehúsa a
seguir aceptando y finalmente recupera su poder. En todas las situaciones de
represión, por ejemplo una mujer en su familia o en la sociedad, el momento real
del cambio ocurre cuando la mujer –o la energía femenina dentro de una persona-
decide por ella misma: yo ya no voy a aceptar esto por más tiempo. Aquí es cuando
el cambio realmente comienza a ocurrir. Las medidas externas son inútiles hasta
que este momento se presenta por sí mismo.
CONCLUSIONES
El progreso espiritual también puede verse desde esta perspectiva: así se crea la
conciencia, a partir del choque entre la inercia y el poder de la voluntad, dirigida por una
mente despierta. Si no poseo voluntad, si mi consciencia está dormida no podré aspirar a
modificar mi vida en este plano material. Esta ley, nos muestra cómo los principios
masculino y femenino están siempre en acción en la Naturaleza. En cada uno de los
planos, la energía femenina busca su unión con lo masculino, absorbe de éste lo activo y
produce una fuerza nueva. Lo masculino es lo generador y lo femenino lo concebidor.
En síntesis, estos principios herméticos nos ofrecen la “llave” para abrir las puertas
internas, que nos conducirán al Templo Interior. Aquel en el que se halla la Verdad. “Los
Principios de la Verdad son siete: el que comprenda esto perfectamente, posee la clave
mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par.”: El Kybalión.
El séptimo y último principio revelado por Hermes Trismegisto fue el de Generación, que a
la postre dice: “La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y
femenino; la generación se manifiesta en todos los planos”. Es una gran verdad, porque
nada de lo que existe en el universo sería posible sin este principio. Dios es Padre y es
Madre, posee los dos polaridades y esas mismas polaridades se manifiestan en todo lo
que existe. Sin esa combinación no existiría el universo.
Ninguna creación física, mental o espiritual evade este principio porque es la energía
creadora que se manifiesta en esas dos polaridades: masculino y femenino. Dios como
creador es a la vez padre y madre, pese a que las distintas filosofías y religiones lo ubican
como un ser masculino; es uno y lo otro al mismo tiempo. Inclusive nosotros como
hombres o mujeres poseemos esos dos rasgos, pese a que físicamente tengamos un
cuerpo de hombre o de varón.
Físicamente, por ejemplo, sabemos que en los orificios nasales confluyen esas dos
energías positiva o negativa o masculina-femenina. Desde los órganos creativos suben
dos canales a través de la columna vertical; uno se denomina ida y otro pingala. El primero
confluye en el orificio izquierdo y es lunar o femenino, refrescante, pasivo; el otro, pingala
termina en el orificio derecho y es solar, cálido y proyectivo. Naturalmente, de acuerdo a la
ciencia yóguica, respiramos dos horas por un orificio y luego otras dos horas por el otro.
Esto influye en nuestro estado de ánimo, estado que se puede cambiar a voluntad. Si
deseo mantenerme despierto, activo con alta energía puedo inhalar sólo por el derecho,
por pingala y exhalar por el izquierdo. Por el contrario, si lo que deseo es calmarme,
refrescar o sosegar mi mente inhalo por el orificio izquierdo y exhalo por el derecho,
siempre bloqueando, en ambos casos un orificio, con el dedo pulgar si inhalo por el
izquierdo o el índice si inhalo por el derecho. Inclusive se puede eliminar dolor de cabeza o
insomnio sí uso la inhalación por ida. Esto sólo para dar un ejemplo de como este principio
de generación puede ser usado para modificar un estado de ánimo.
ABUNDANCIA
Abundancia
Al que tiene mucho se le dara y al que no tiene hasta lo que
tiene se le quitara.
Ha sido dicho que en la comprensión final de quienes ustedes son, la única verdad
que importa es: YO SOY. Y en este mantra místico, precisamente aquellos dos
aspectos se funden. En el YO está la energía masculina, en el SOY la energía
femenina. El YO es constrictor, diferenciador, da foco, da dirección, individualiza:
Yo, no el otro, Yo. Y luego el SOY. El SOY es oceánico, todo envolvente; refleja el
océano del Hogar, la energía femenina, la inagotable fuente que no comprende
límites, ni diferenciación. El aspecto fluido y de unión es el núcleo de la energía
femenina. En el YO SOY, lo masculino y lo femenino se juntan y felizmente unen
sus energías.
Lo masculino y lo femenino dependen uno del otro. Cuando ellos luchan entre sí, las
consecuencias son catastróficas. Pero los tiempos están cambiando. Desde los
siglos XIX y XX la energía femenina está recuperando su fuerza y elevándose sobre
el rol de víctima. Esta resurrección viene desde el interior profundo de la energía
femenina. Finalmente ella ha alcanzado el límite exterior de su abnegación. En este
punto, ella se ha mirado a sí misma a la cara y ha declarado: hasta aquí ha llegado.
Dicho sea de paso: esto es lo que siempre sucede en la dinámica entre la víctima y
el victimario. El cambio comienza cuando la víctima se rehúsa a seguir aceptándolo.
El victimario bien podría colgarse de su rol por un largo rato, porque él no tiene
ninguna razón para parar. La revolución comienza cuando la víctima se rehúsa a
seguir aceptando y finalmente recupera su poder. En todas las situaciones de
represión, por ejemplo una mujer en su familia o en la sociedad, el momento real
del cambio ocurre cuando la mujer –o la energía femenina dentro de una persona-
decide por ella misma: yo ya no voy a aceptar esto por más tiempo. Aquí es cuando
el cambio realmente comienza a ocurrir. Las medidas externas son inútiles hasta
que este momento se presenta por sí mismo.