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SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA:

Santiago, dos de noviembre de dos mil quince.

VISTOS:

En estos autos Rol Nro. 12.493-2012 seguidos ante el Segundo Juzgado Civil de Santiago,
caratulados "Pellegrini García-Moreno Carlos Alfredo con Rodríguez Reyes Hernán", por sentencia
de veintinueve de noviembre de dos mil trece, escrita a fojas 211 y siguientes, se acogió la acción
de nulidad deducida y, en consecuencia, se declaró nulo absolutamente el contrato de
compraventa celebrado mediante escritura pública de 31 de marzo de 2008, entre Clara María
López Solar, representada por Gonzalo Izquierdo Menéndez y la Sociedad Agrícola Los Copihues y
La Isla S.A., como vendedores y Hernán Rodríguez Reyes, como comprador, por adolecer de objeto
ilícito, y se rechazó la demanda de indemnización de perjuicios deducida en forma conjunta.
Asimismo, se acogió la acción reivindicatoria impetrada, ordenándose cancelar la inscripción
conservatoria a que dio lugar el referido contrato, a nombre del demandado y revivir las
inscripciones de dominio a nombre de Clara María López Solar y de Sociedad Agrícola Los Copihues
y La Isla, con costas.

Apelada esta decisión por los demandados una Sala de la Corte de Apelaciones de esta ciudad,
por sentencia de diez de noviembre de dos mil catorce, escrita a fojas 301, con mayores
fundamentos confirmó la sentencia de primera instancia.

En contra de este pronunciamiento, los demandados deducen recurso de casación en el fondo.

Se trajeron los autos en relación.

CONSIDERANDO:

PRIMERO: Que los recurrentes denuncian en un primer capítulo de su nulidad la infracción de


las normas reguladoras de la prueba, citando al efecto los artículos 1699 y 1700 del Código Civil y
342 N° 1 y 2 del Código de Procedimiento Civil, al desconocer los sentenciadores la fuerza
probatoria que emana de los procesos traídos a la vista en los cuales se decretó un embargo y una
medida precautoria respecto de los bienes materia de autos, procesos en los cuales la
demandante fue parte, habiendo sido notificada de las actuaciones procesales respectivas.

Señalan que en los referidos juicios se dictó sentencia firme y ejecutoriada, con anterioridad a
la celebración del contrato cuya nulidad se demanda. Así, en los autos Rol N° 14.346-1989, del
Vigésimo Quinto Juzgado Civil de Santiago se declaró el abandono del procedimiento, por fallo de
27 de junio de 2002, el que fue confirmado por la Corte de Apelaciones de esta ciudad y en la
causa seguida ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de Santiago, Rol N° 1445-93, la sentencia de 4

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de octubre de 1996, que rechazó la demanda, la que quedó ejecutoriada, al haberse desistido la
demandante del recurso de apelación que había deducido, el 17 de enero de 2002.

Agregan que el alzamiento del embargo dispuesto en la primera de las citadas causas, se
decretó con fecha 25 de enero de 2008 y el de la medida precautoria en el otro proceso, el 7 de
noviembre de 2008.

Sostienen que tampoco consideran los jueces del fondo la secuencia de mandatos otorgados a
su parte para la venta del fundo Baquedano, los que no sólo dejan establecida la regularidad y
legitimidad de su actuar, sino que también, en virtud de la cuenta anticipada y finiquito otorgados
por la demandante, la privan de la legitimidad activa o interés para impetrar la nulidad declarada
por la sentencia. De este modo, se infringen las normas reguladoras de la prueba al no tener los
sentenciadores por acreditado el conocimiento por parte de la demandante de los actos
procesales, así como el término de las causas y el alzamiento de las limitaciones, -embargo y
medida precautoria- que afectaban los derechos de propiedad transferidos por la compraventa
cuya nulidad se declara, ni la rendición de cuenta anticipada, aceptación y finiquito, que las partes
suscribieron por escritura pública y con anticipación del contrato impugnado, con lo cual quedaría
de manifiesto la falta de interés de la actora en la acción de nulidad impetrada.

En un segundo capítulo se invoca la vulneración del artículo 1464 N° 3 en relación con el 1810,
ambos del Código Civil, argumentando que quedó demostrado con la prueba rendida que a la
fecha de celebración del contrato materia de autos, la causa en que se decretó el embargo de los
derechos transferidos se encontraba terminada por sentencia ejecutoriada y que además, se había
decretado el alzamiento del embargo, hechos que eran de conocimiento de la demandante por ser
parte de dicho juicio. Asimismo, el proceso en el que se dispuso la medida precautoria, a la época
de los actos y contratos de que se trata, también había concluido y el beneficiario de la misma era
el Sr. Gonzalo Izquierdo, es decir, el mandatario vendedor de los derechos cuya venta ha sido
declarada nula.

Expone que si bien en términos generales la medida de prohibición en cuestión subsiste


mientras se mantenga vigente su inscripción conservatoria, esto no se aplica cuando se trata de las
propias partes intervinientes o interesados en el juicio, puesto que si para ellos -como lo ha
determinado la doctrina- la prohibición rige desde que se notifica la resolución judicial que la
decreta, lo lógico es que también se considere levantada la medida o embargo desde que se les
notifica la resolución que ordena alzarlo.

Concluye, conforme a la jurisprudencia y doctrina que cita, que no existe ilicitud en el caso sub
lite, desde que el demandante fue parte en los juicios y el tercero adquirente no ha ejercitado
acción alguna, no obstante haber sido notificado de las actuaciones en los juicios que concluyeron
y declararon el alzamiento del embargo y prohibición.

En un acápite final se denuncia la conculcación del artículo 1683 del Código Civil, aduciendo

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que la demandante, carecería del interés que dicha norma requiere para el ejercicio y éxito de la
acción de nulidad, al haber otorgado amplio y completo finiquito respecto del mandato de venta
ejercitado por parte del Sr. Gonzalo Izquierdo Menéndez, pues con ello perdió todo interés
económico en la venta de los derechos de que se trata.

SEGUNDO: Que la sentencia impugnada ha dejado establecidos, como hechos de la causa, los
siguientes:

1°.- El 31 de marzo de 2008 se suscribió escritura pública de compraventa entre Gonzalo


Izquierdo Menéndez, actuando en representación de la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla
S.A. y de Clara María López Solar, en calidad de vendedores y Hernán Rodríguez Reyes, como
comprador, en virtud de la cual se vende el 75% de la propiedad denominada fundo Baquedano ex
Infiernillo, ubicada en la comuna de Yungay, Provincia de Ñuble, Región de Bío-Bío, en la suma de
$189.518.632.

2.- Por resolución de 23 de enero de 1990 del Vigésimo Quinto Juzgado Civil de Santiago,
dictada en juicio ejecutivo Rol 14.346-1989, caratulado "Banco de La Nación Argentina con
Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.", se decretó embargo sobre los derechos que
corresponden a la Sra. Clara María López Solar y a la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.
en el inmueble denominado Fundo Baquedano ex Infiernillo, practicándose las correspondientes
inscripciones. Este embargo fue alzado por resolución de 19 de mayo de 2008.

3.- En causa Rol 1.445-93 seguida ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de Santiago, caratulada
"Izquierdo con Banco de la Nación Argentina" se concedió la medida precautoria de prohibición de
celebrar actos y contratos sobre el 25% del Fundo Baquedano ex Infiernillo, que figuraba inscrito a
nombre de la Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.; medida que se inscribió a fojas 305 N°
237 año 1993 en el Registro de Prohibiciones, el 25 de junio de 1993.

4.- La referida prohibición de celebrar actos y contratos se alzó el 4 de diciembre de 2008, en


virtud de la solicitud presentada en la citada causa, por el apoderado de don Gonzalo Izquierdo, el
5 de noviembre de 2008.

TERCERO: Que en el fallo impugnado los jueces del fondo señalan que la hipótesis de objeto
ilícito que establece el numeral tercero del artículo 1464 del Código Civil, referida a "las cosas
embargadas por decreto judicial, a menos que el juez lo autorice o el acreedor consienta en ello",
debe ser comprendida en un sentido amplio, entendiéndose por embargo no sólo la institución
propia del juicio ejecutivo, mediante la cual el juez ordena la entrega de bienes del deudor a un
depositario, sino cualquier prohibición de enajenar, secuestro, retención o medida precautoria en
general, lo que incluye en la situación prevista en la norma citada, tanto el embargo como la
medida precautoria que se han decretado respecto de los bienes materia de autos.

Asimismo, sostienen que ha de entenderse que el acto es nulo, cuando el embargo existe al

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momento de su celebración, aunque después éste se alce. Así entonces y, aplicando el artículo
1810 del Código Civil, aun cuando a la fecha de la inscripción de la compraventa de la cosa
embargada, se encontrara cancelada dicha medida de apremio, no por eso deja de ser nula la
venta, doctrina que aplica extensivamente el citado precepto a todos los casos del artículo 1464
del citado código.

Estiman que lo anterior es corroborado por lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 1801 del
Código Civil, que establece que la venta de bienes raíces no se reputa perfecta ante la ley,
mientras no se ha otorgado escritura pública; y en la especie, por haber quedado claramente
establecido que al momento de celebrarse el contrato de compraventa cuya nulidad se ha
solicitado -31 de marzo de 2008- existían plenamente vigentes el embargo y la medida de
prohibición de celebrar actos y contratos, decretados judicialmente por el Vigésimo Quinto
Juzgado Civil de Santiago en los autos Rol 14.346-90 y por el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de esta
ciudad en la causa Rol 1.445-93 respectivamente, que versaban sobre la cosa vendida, determinan
la existencia del objeto ilícito del contrato.

CUARTO: Que con relación al artículo 1464 N° 3 del Código Civil, se ha sostenido en doctrina
que hay objeto ilícito en la venta del inmueble embargado por decreto judicial hecha sin
autorización del juez o el consentimiento del acreedor, no obstante que lo que la ley prohíbe y
sanciona con nulidad absoluta es la enajenación, o sea, el acto por el cual se transfiere a otro, a
cualquier título, la propiedad u otros derechos reales sobre las cosas embargadas por decreto
judicial, entendiendo por tales los bienes retenidos o prohibidos de enajenar o gravar por orden
del juez competente. De este modo se ha entendido que el legislador, al emplear el término
"enajenación", no lo hace en sentido estricto de transferencia del dominio sino en un sentido
amplio, o sea como un acto por el cual se transfiere a otro la propiedad u otro derecho real sobre
una cosa a cualquier título (Repertorio de Legislación y Jurisprudencia. Editorial Jurídica, año 1969,
p.69).

QUINTO: Que partiendo de la doctrina transcrita en el apartado anterior, cabe examinar la


situación que se plantea respecto del inmueble objeto del contrato impugnado, a cuya época de
celebración, se encontraba afectado por dos limitaciones: un embargo y una medida precautoria
de celebrar actos y contratos. El primero fue decretado, como se ha señalado, en los autos
ejecutivos Rol N° 14.346-1989 del Vigésimo Quinto Juzgado Civil de Santiago caratulados "Banco
De La Nación Argentina con Sociedad Agrícola Los Copihues y La Isla S.A.", en el que se declaró el
abandono del procedimiento, por sentencia que quedó ejecutoriada al notificarse el decreto que
ordenó cumplirla, el 23 de agosto de 2006. El embargo decretado en dicho proceso y que afectó
los derechos de doña Clara María López Solar y la Sociedad Los Copihues y la Isla S.A., en el Fundo
Baquedano ex Infiernillo, fue dejado sin efecto por el tribunal, al resolver las peticiones
formuladas en tal sentido por los demandados, por resoluciones de 25 y 29 de enero de 2008 y
finalmente por la de 19 de mayo del mismo año, que acogió las solicitudes del banco ejecutante,
ordenando el alzamiento de tal medida y respecto de todo el bien.

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La segunda limitación consistió en la medida precautoria de celebrar actos y contratos,
decretada en los autos Rol N° 1.445-1993, seguidos ante el Vigésimo Cuarto Juzgado Civil de esta
ciudad, caratulados "Izquierdo con Banco de la Nación Argentina", la que fue inscrita en el Registro
de Prohibiciones del Conservador de Bienes Raíces de Yungay, del año 1993 y alzada por
resolución de 4 de diciembre de 2008, a petición del solicitante de la misma, el Sr. Gonzalo
Izquierdo.

SEXTO: Que desde la perspectiva del artículo 1463 N° 3 del Código Civil, para que haya objeto
ilícito en la enajenación de las especies embargadas, el embargo o prohibición debe existir al
momento de la enajenación (así lo afirman los autores Avelino León Hurtado, en su obra "El
Objeto En Los Actos Jurídicos". Editorial Jurídica de Chile, año 1958, página 129 y Víctor Vial Del
Río, en la "Teoría General del Acto Jurídico". Editorial Jurídica de Chile. Quinta Edición, página
178).

La propia norma citada permite excepcionalmente la enajenación en este tipo de casos, cuando
hay autorización judicial o el acreedor consiente en ello. Lo primero tiene lugar cuando el juez que
dispuso el embargo o la prohibición, autoriza su enajenación. Lo segundo, cuando el acreedor en
cuyo beneficio se dispuso la medida consiente en el acto de enajenación. Esta situación se
relaciona con lo dispuesto por el artículo 12 del Código Civil, que permite al titular de un derecho
renunciarlo si está establecido en su propio beneficio y no está prohibida su renuncia, pues al
aceptar o dar su autorización en tal sentido, lo que hace es renunciar a los derechos que le
corresponden en su calidad de acreedor embargante o solicitante de una medida que cede en su
favor.

Así, resulta procedente que la o las personas en cuyo beneficio se dispuso el embargo o la
medida precautoria, puedan consentir o autorizar la enajenación en cuestión, en forma expresa o
tácita, ya que la ley no ha precisado cómo debe darse esta autorización, ni ha establecido
solemnidades especiales. Lo determinante es que el consentimiento debe darse de manera
inequívoca, como esta Corte ha señalado: "la declaración de voluntad de cualquiera clase que sea,
expresa o tácita, debe manifestarse claramente, con actos tales que, examinadas todas las
circunstancias, no dejen ningún motivo racional para dudar de ella, o por hechos de los cuales se
deduzca necesariamente...". (R. D. y J, Tomo XLIII, Sec. 1ª, pág 120).

SÉPTIMO: Que precisamente es esta la situación que se configura en el caso sub lite respecto
de la prohibición de celebrar actos y contratos que recaía sobre el bien materia del contrato cuya
nulidad se reclama, desde que conforme ha quedado establecido y ha sido reconocido por los
propios actores en su libelo, la medida fue solicitada por el Sr. Gonzalo Izquierdo Menéndez -
demandante en la causa anterior- cediendo en su beneficio, de modo que su intervención
posterior en la compraventa, constituye claramente una autorización en este sentido y una
renuncia a los efectos y derechos que le asistían, en un juicio que por lo demás, ya había
concluido, sin éxito para su parte.

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OCTAVO: Que respecto del embargo que afectó a la propiedad materia del contrato y que
constituye el fundamento de la acción de nulidad, cabe consignar que fue decretado en favor del
banco ejecutante en un proceso en que los actuales demandantes fueron partes, al haber sido
demandados en él y que dicha medida de apremio fue dejada sin efecto, por resoluciones de 25 y
29 de enero de 2008, con anterioridad a la celebración del contrato de compraventa que se
impugna.

Esta situación plantea la necesidad de determinar los efectos del alzamiento del embargo
sobre un bien inmueble, para lo cual debe distinguirse si se está entre las partes o frente a
terceros. Al respecto, don Avelino León Hurtado, señala: "... si el alzamiento se refiere a bienes
raíces, comprende el decreto que lo ordena, la notificación de éste y la cancelación de la
inscripción en el Conservador de Bienes Raíces. No cabe duda que entre las partes litigantes, el
alzamiento produce efectos desde que se les notifica la resolución respectiva, de la misma manera
que ha regido desde la notificación del decreto que lo ordena, sin necesidad de la inscripción, que
es un requisito de publicidad en favor de terceros." ("El Objeto En Los Actos Jurídicos". Editorial
Jurídica De Chile. Año 1958, página 134 y 135).

Lo anterior lleva a concluir que habiendo sido los demandantes partes en el juicio en que se
decretó y luego alzó el embargo, el efecto de esta última resolución se produjo con su notificación
a las partes en el mismo proceso, momento a partir del cual para ellas dejó de tener la calidad de
bien incomerciable, por lo que dicho embargo no puede constituirse en fundamento del vicio
invocado.

NOVENO: Que, sin perjuicio de lo señalado en los motivos anteriores, el asunto propuesto en el
recurso también conlleva un cuestionamiento a la legitimidad de los demandantes para deducir la
acción de nulidad en los términos y bajo los fundamentos que han planteado las partes. Sobre el
particular, cabe consignar que la acción es un derecho subjetivo autónomo dirigido a obtener una
determinada resolución jurisdiccional, favorable a la petición de la persona que la ejerce.

En palabras del profesor Alejandro Romero Seguel, "la legitimación se vincula con la titularidad
de la situación controvertida en un juicio y es un presupuesto de fondo de procedencia de la
acción; es decir una exigencia cuya falta determina ineludiblemente que no se pueda conceder la
petición de tutela judicial solicitada en el proceso. Si no concurre la legitimación -activa y pasiva-
faltará un elemento básico para acceder a la tutela judicial. (Curso de Derecho Procesal Civil, Tomo
I, Editorial Jurídica de Chile, pág.93).

En este sentido, la atribución subjetiva de los derechos y obligaciones deducidos en juicio, es


una cuestión de fondo que afecta el ejercicio de la acción y que, por lo tanto, debe ser objeto de
análisis al momento de pronunciar la decisión. Constituye, entonces deber del tribunal determinar
si concurre o no la legitimación para impetrar la acción civil o pretensión ejercida en la demanda,
presupuesto procesal de fondo para poder obtener una sentencia favorable.

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DÉCIMO: Que en virtud de lo dispuesto en el artículo 1683 del Código Civil cuando la nulidad no
aparece de manifiesto en el acto o contrato ni es requerida su declaración por el ministerio
público en el sólo interés de la moral y de la ley, es necesario que quien la alega tenga interés en
ello. Ese interés debe ser legítimo y existir al tiempo de celebrarse el acto impugnado, esto es,
cuando se comete la violación de ley que se invoca como fundamento de la nulidad absoluta y que
vulnera el derecho del peticionario. Dicho interés debe derivar de la celebración del acto jurídico
mismo y no de sus posteriores consecuencias, teniendo su causa jurídica y necesaria en la
infracción que se reprocha. Precisando lo anterior se ha dicho: "debe entenderse que ese interés
sea de carácter jurídico, o sea, que la ilicitud del acto o contrato haya lesionado los derechos del
que solicita la nulidad y, por esta causa, tiene acción para reponer el mal o los perjuicios que le
hayan ocasionado con el acto o contrato ilícito". Gaceta de los Tribunales, 1918, pág.1045, citada
por Alessandri Besa, La nulidad y rescisión en el derecho chileno, Tomo I, Pág. 550 y ss.).

Sobre el tema, el autor Ramón Domínguez Águila manifiesta que la nulidad pedida por un
particular, sea o no parte del negocio, debe necesariamente revestir utilidad para el peticionario.
"En caso contrario, se preferirá mantener la validez del negocio... Para destruir la validez normal se
requerirá, si la alegación la hace un particular, que tenga para él interés, porque aunque la nulidad
absoluta tiende a proteger intereses superiores a los meramente individuales, no son los
particulares los llamados a cautelar tales intereses. A ellos se les confiere el derecho a pedir la
nulidad, porque siendo el negocio inválido, a ellos beneficia la nulidad. Para cautelar los intereses
por la sociedad está el ministerio público y el juez" (Teoría general del Negocio Jurídico, Edit.
Jurídica de Chile, 1977, pag.221).

UNDÉCIMO: Que aplicando los razonamientos que preceden al caso concreto, aparece con
claridad que los demandantes carecen de legitimación activa ad causam para el ejercicio de la
acción de nulidad, al invocar o pretender valerse de impedimentos derivados de limitaciones que
afectaron al bien raíz pero que fueron dispuestas en resguardo de derechos de terceros. En primer
término, un embargo que se decretó en un juicio en el que tuvieron la calidad de sujetos pasivos y
en el cual la cautela no fue trabada a su favor sino de un tercero. En segundo lugar, una medida de
prohibición de celebrar actos y contratos, que fue decretada en favor de quien compareció al acto
cuya nulidad se pretende, consintiendo en la enajenación, como autoriza la ley.

En las condiciones anotadas, los demandantes no se encuentran facultados para ejercer la


acción deducida, al no estar amparados con el reconocimiento de un derecho subjetivo que
legitime su pretensión y no ver lesionado ningún derecho que les afecte, como consecuencia de
haber recaído la compraventa en un bien que estuvo antes sujeto a medidas cautelares que
resguardaban derechos de terceros.

DUODÉCIMO: Que conforme a lo razonado cabe concluir que los sentenciadores han incurrido
en una errada interpretación y aplicación del artículo 1464 N° 3 del Código Civil, tal como lo
denuncia el recurrente, al tener por configurado el vicio de objeto ilícito en el contrato de
compraventa de que se trata, ignorando las circunstancias y elementos referidos en los motivos

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precedentes.

DÉCIMO TERCERO: Que, los anteriores razonamientos son suficientes para acoger el recurso de
casación intentado sin que sea necesario analizar las restantes infracciones invocadas.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 767 y 768 del
Código de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casación en el fondo deducido en lo principal
de la presentación de fojas 307, en contra de la sentencia de diez de noviembre de dos mil
catorce, escrita a fojas 301 y siguientes, la que en consecuencia se invalida y se la reemplaza por la
que se dicta separadamente y a continuación, sin nueva vista.

Regístrese.

Redacción a cargo de la Ministra señora Rosa María Maggi D.

Rol N° 32.473-2014.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Patricio Valdés A.,
Guillermo Silva G., Sra. Rosa Maggi D., Sr. Juan Fuentes B. y Abogado Integrante Sr. Rafael Gómez
B.

SENTENCIA DE REEMPLAZO:

Santiago, dos de noviembre de dos mil quince.

En cumplimiento de lo resuelto en el fallo de casación que antecede y lo que dispone el artículo


785 del Código de Procedimiento Civil, se procede a dictar la sentencia que corresponde de
conformidad con la ley.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus motivos duodécimo, décimo tercero,
décimo séptimo a vigésimo segundo, los que se eliminan.

Y teniendo en su lugar y además presente:

PRIMERO: Que conforme a lo señalado en los fundamentos cuarto a undécimo del fallo de
nulidad que antecede, los que se tienen por reproducidos y como parte integrante de la presente
sentencia, se concluye que no se configura en el caso sub-lite la existencia del vicio de objeto ilícito
que se ha invocado como causal de nulidad absoluta del contrato impugnado.

SEGUNDO: Que la acción de nulidad impetrada se sustenta también en otros motivos que

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determinarían -a juicio de los demandantes- la nulidad del contrato de compraventa materia de
autos, como la causa ilícita y el dolo, además del incumplimiento de ciertos requisitos habilitantes
que corresponde analizar.

TERCERO: Que la causa ilícita que se invoca se hace consistir en que el mandato en cuya virtud
el demandado suscribió en representación de los actores el referido contrato de compraventa, se
encontraría viciado por no haberse cumplido con el motivo que se tuvo en vista a su
otorgamiento, esto es, pagar al acreedor bancario ya que, en definitiva, el supuesto mandatario
sólo pretendió apropiarse del inmueble de que se trata.

Al respecto, cabe consignar que tal como se establece en el fallo que se revisa, la
comparecencia del Sr. Gonzalo Izquierdo Menéndez en la escritura de compraventa del Fundo
Baquedano ex Infiernalillo, lo fue en virtud de mandatos vigentes, cuya nulidad no ha sido
reclamada, no obstante que del tenor de las alegaciones formuladas por los demandantes, -
precisamente cuando a fojas 34 de su libelo señalan: "El mandato, al momento de firmar el
mandatario la escritura de compraventa, está viciado por causa ilícita"-surge con claridad que los
vicios o defectos esgrimidos se relacionan más bien, con la validez de los poderes otorgados y no
con la nulidad que se atribuye al contrato atacado, lo que conduce necesariamente a desestimar la
causal invocada.

CUARTO: Que la imputación de dolo basada en que el Sr. Izquierdo se habría coludido con el Sr.
Rodríguez y que habría actuado con la intención de quedarse con el mencionado fundo, además,
de no haber sido acreditada y, por ende, no poder establecerse la existencia de dicho vicio con el
mérito de los antecedentes probatorios allegados al juicio, no resulta pertinente en atención a la
naturaleza de la acción impetrada. En efecto, el dolo es un vicio propio de la institución de la
nulidad relativa y no del instituto jurídico de la nulidad absoluta, de conformidad a lo dispuesto
por el artículo 1682 del Código Civil.

QUINTO: Que la última causal de nulidad esgrimida por los actores, que dice relación con la
falta de cumplimiento de requisitos habilitantes que establece la Ley de Sociedades Anónimas,
para que la sociedad vendiera legítimamente la propiedad, al no haberse obtenido el acuerdo
previo de la junta extraordinaria de accionistas en tal sentido, al tratarse de un inmueble que
representa el 100% del total del activo de la sociedad, tampoco resulta procedente, desde que no
se acreditó en primer lugar el sustrato fáctico de la premisa que sirve de fundamento a la
pretensión de nulidad, respecto del activo social.

SEXTO: Que no configurándose ninguno de los motivos de nulidad en que se ha sustentado la


acción de nulidad absoluta impetrada, ésta deberá ser desestimada, circunstancia que determina
también el rechazo de la reivindicatoria que se ha deducido en contra del actual poseedor del
inmueble materia de autos.

Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en las normas legales citadas y lo prevenido

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en los artículos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca, en lo apelado, la
sentencia de diez de noviembre de dos mil catorce, escrita a fojas 301 y siguientes, en cuanto hizo
lugar, con costas, a la acción de nulidad absoluta y a la reivindicatoria deducidas en lo principal y
en el primer otrosí de la presentación de fojas 23, respectivamente y, en su lugar se declara que se
rechazan dichas pretensiones, sin condenarse al pago de las costas a las demandadas, por haber
tenido motivo plausible para litigar.

Redacción a cargo de la Ministra señora Rosa María Maggi D.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Rol N° 32.473-2014.-

Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres. Patricio Valdés A.,
Guillermo Silva G., Sra. Rosa Maggi D., Sr. Juan Fuentes B. y Abogado Integrante Sr. Rafael Gómez
B.

INSTRUCCIONES: En grupos de cinco alumnos deberán dar respuesta a los


siguientes puntos:

1.- Síntesis de los hechos 0.5 pto.


2.- Síntesis de las pretensiones de las partes. 1.0 pto
3.- ¿En qué consiste la causal de objeto ilícito? Justifique su respuesta 1.5 pto
4.- ¿Qué situaciones se comprenden en el artículo 1464 número 3 del Código
Civil? Justifique su respuesta 1 pto
5.- ¿Considera suficiente el decreto de alzamiento de embargo? Justifique su
respuesta 1 pto
6.- En relación al contrato de compraventa ¿Es válido? Justifique su respuesta 1
pto
7.- ¿Por qué fue rechazada la acción de nulidad? Justifique su respuesta 1 pto

Los alumnos deben enviar su trabajo en formato pdf a


mariafernanda.contardo@gmail.com a más tardar las 22 horas del día miércoles 4
octubre de 2016.
El trabajo deberá desarrollarse con el siguiente formato: letra arial tamaño 12,
espacio simple. Máximo 4 páginas, tamaño carta.
Cada trabajo debe llevar el nombre del profesor de la Cátedra y de los integrantes
del grupo, no siendo suficiente la mención en el correo con que se envía.

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