Professional Documents
Culture Documents
MODULO I
25 HORAS
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
2
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
2. UNIDAD DIDÁCTICA
3. BIBLIOGRAFÍA
5. TEST DE AUTOEVALUACIÓN
3
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
4
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
5
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
6
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
7
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
.
.
MASTER A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
PARA FUNCIONARIOS IBEROAMERICANOS.
MÓDULO I.
TEORÍA DEL ESTADO E INSTITUCIONES
SUMARIO:
1. El Estado: conceptos y elementos.
1.1. Los orígenes del Estado.
1.2. Concepto.
1.3. Los elementos del Estado.
1.3.1. El pueblo.
1.3.2. El territorio.
1.3.3. El poder.
8
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Es el florentino Nicolás Maquiavelo, que en las primeras líneas del capítulo I de su inmortal
obra “El Príncipe” utiliza el término Estado por primera vez en una acepción próxima a la
concepción que del mismo tenemos, relacionándola con el máximo poder existente: la
soberanía. “ Cuantos Estados y cuantas denominaciones ejercieron y ejercen todavía una
autoridad soberana sobre los hombres, fueron y son Principados o Repúblicas...”. En términos
generales se referirá Bodino en su obra “De la República”, al manifestar “República es un acto
de gobierno con poder soberano de varias familias y de lo que les es común”. Pensadores
posteriores desde Hobbes a Montesquieu se referirán al fenómeno estatal, aunque utilizando en
ocasiones diferentes vocablos, así, mientras en el mundo latino y continental europeo alcanzaron
gran éxito la palabras Estado y República, en el mundo anglosajón los términos Corona o
Commonwealth fueron y en cierta medida lo son todavía más empleados que el término Estado.
No obstante, en la actualidad, y al menos desde el siglo XVIII, el concepto Estado está
suficientemente acuñado y nos resulta válido para referirnos a una comunidad política y
socialmente organizada que habita un territorio determinado y está sujeta a un conjunto
de normas e instituciones.
a) Unificación y centralización del poder en la figura del Rey. El Monarca puede delegar algunas
funciones en determinados organismos y consejos, pero el ejercicio del mismo le
corresponde exclusivamente, de tal forma, que las funciones se ejercerán en su nombre.
c) Se crea un ejército dependiente del Rey y no de los poderes locales que o desaparecen o
quedan muy disminuidos.
Se crea un ordenamiento jurídico para todo el Estado, desapareciendo los ordenamientos locales.
1.2. CONCEPTO.
9
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
En el epígrafe anterior nos hemos referido a la conformación del primer Estado, que nace como
consecuencia de una formación histórico social, en la que una comunidad precisa de una
organización jurídico política para desarrollarse en un determinado territorio. En este sentido, y
en un intento de conceptualizar el fenómeno estatal, nos referiremos al mismo, cuando se
produce que “ una población determinada, habita permanentemente un territorio delimitado y está sujeta a un
conjunto de normas e instituciones concretas”.
Los tres elementos que hemos destacado en el Estado y sin los cuales no existe el mismo son: El
pueblo, el territorio y el poder.
Sin embargo, es necesario considerar que el Estado no es una mera suma aritmética de los tres
elementos anteriormente citados, sino que éstos alcanzan una interacción determinada
conexionados entre sí, constituyendo una unidad que no puede ser considerada separadamente y
es lo que da sentido precisamente al concepto Estado, se trata en suma de un ente nuevo. Así
pues como indica Heller, al analizar estos elementos del Estado, no hay que olvidar en ningún
caso que sólo adquieren plena actividad y realidad en su recíproca interrelación La afirmación
anterior no quiere decir que estos tres elementos no puedan existir separadamente conformando
situaciones determinadas, lo que se afirma es que esas situaciones no determinan la existencia
estatal.
Valga el ejemplo innegable de la existencia del pueblo o la nación judía durante dos milenios,
repartida entre diversas entidades territoriales y sujeta a diversos ordenamientos. Sin embargo,
sólo podemos hablar del Estado correspondiente a este pueblo cuando se radica definitivamente
en un territorio, con voluntad de permanencia y se dota de un determinado conjunto de normas
e instituciones, se somete a un poder determinado, conformando el Estado de Israel. Similares
argumentos podrían esgrimirse de los restantes elementos del Estado, así un territorio,
independientemente de su tamaño, si no cuenta con una población consciente de su pertenencia
al mismo, no constituye por sí mismo un Estado, pudiendo ser “ res nulius” o territorio de nadie
o posesión exterior de otro Estado. Respecto al poder, no cabe ejemplo alguno, pues el ejercicio
del gobierno implica necesariamente la existencia de los gobernados.
Es por ello, que no deben confundirse los elementos del Estado con el Estado, así si nos
referimos a los bolivianos, los venezolanos o a los franceses estamos hablando de un pueblo con
unas características determinadas diferentes de otros pueblos o naciones, pero no a los Estados
boliviano, venezolano o francés, que sólo existen desde principios del siglo XIX los primeros y
a comienzos del XVI el segundo, aunque el proceso de gestación de los mismos comenzara en
siglos anteriores.
Nos hemos referido anteriormente a los tres elementos que componen el Estado. Analizaremos
a continuación los mismos por separado:
1.3.1. El pueblo.
10
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Sobre este punto, cabe destacar, que en ocasiones se emplean indistintamente para referirse a las
personas que habitan un determinado territorio distintos vocablos que en nuestra opinión
responden a significados diferentes. Así se utilizan los términos, población, pueblo, nación
ciudadanía etc. A este respecto, es necesario realizar algunas matizaciones que nos clarifiquen el
panorama. En nuestra opinión la población debe ser entendida como el concepto más amplio
de los anteriormente expuestos, ya que abarcaría a la totalidad de los residentes en un Estado,
tengan conciencia de su pertenencia al mismo o no, sean originarios del territorio o respondan a
una estancia más o menos ocasional, sin deseo de prolongar la misma más allá de unos objetivos
previstos en el tiempo. Todos los miembros de este colectivo están sujetos a las normas e
instituciones del Estado, pero no todos gozan del mismo status jurídico, en cuanto que, por
ejemplo, no ostentan derechos de participación política y capacidad de decisión sobre los
asuntos del Estado, salvo en aquellas cuestiones que se deriven de convenios internacionales
establecidos por Estados soberanos.
El concepto pueblo, se nos torna entonces como de carácter más restrictivo, en cuanto que los
que pertenecen a él son no sólo sujetos de derechos y obligaciones civiles, sino también de
derechos políticos y de participación. En resumen se somete a normas e instituciones en cuanto
que estas son una expresión de su propia voluntad general. El termino ciudadanía, difícil de
separar del concepto anteriormente expuesto, a veces reservado sólo para aquellos miembros del
colectivo anterior, que cumplen unos determinados requisitos que les posibilitan para el ejercicio
pleno de todos los derechos y libertades, especialmente los de participación política. No
obstante, en la actual conformación del Estado de Derecho Democrático no ha lugar a distinción
alguna salvo las derivadas de la no pertenencia al cuerpo electoral por razones de edad.
Una vez establecido el concepto de lo que entendemos por nación o pueblo, como elemento
constitutivo y necesario del Estado, parece necesario analizar ahora cuál o cuáles son los
aspectos que conforman a la misma. ¿Es la Nación una consecuencia directa de la conformación
estatal? o por el contrario ¿ es el Estado simplemente la nación políticamente organizada?. Vaya
por delante nuestra coincidencia con Renan de que la nación es ante todo una formación
histórica. Por otra parte, parece necesario indicar que los procesos de formación nacional no han
sido iguales en todos los casos. En este sentido, podemos referirnos a tantos modelos como
supuestos se han producido.
11
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Así a modo de ejemplo, nos referiremos a tres casos clásicos en cuanto a la formación nacional
se refiere, y que ha tenido su base en tres elementos diferentes: indicados anteriormente.
España. Primer gran Estado Moderno formado en los finales del siglo XV. Cuando se produce
el acceso al trono de los Reyes Católicos en Castilla y Aragón se procede a la conformación del
Estado, buscándose al respecto elementos aglutinantes que coadyuven a este proceso, En este
sentido, España no contaba ni con un idioma único, ya que cada reino contaba al menos con una
lengua diferente, así como varios dialectos, y de hecho hasta principios del siglo XVIII con la
llegada del centralismo borbónico no se impuso el castellano como lengua oficial del Estado.
Tampoco podían establecerse razones de carácter étnico, pues no existía raza predominante
alguna, aunque sí un considerable mestizaje. Respecto a una cultura y creencias comunes,
tampoco era muy perceptible, en virtud fundamentalmente de la división entre la España
cristiana y la musulmana imperante durante ocho siglos. Aunque la religión no era tampoco única
en el territorio, sí era el elemento aglutinante de la mayoría de la población, en cuanto que los
que no la profesaban (católica) eran o una minoría, que presentaba aspectos marginales, caso de
la hebraica, o los habitantes de un reino vencido, caso de los granadinos (musulmana). Es pues,
en este contexto en el que el poder político se apoyará en la religión como elemento unificador,
de donde se deriva la importancia que la religión ha jugado posteriormente en la historia de
España.
Alemania. Proceso de unificación nacional mucho más reciente que en el caso anterior, que
vino precedido de una defensa de la raza germánica como aglutinante fundamental, a falta de
otros elementos más consistentes y en virtud de la existencia de varios Estados soberanos de
varios siglos de antigüedad. En este sentido, será Hegel, el que formulará con otros la teoría del
pangermanismo de marcado carácter de superioridad étnica, que alcanzará su punto culminante
con el nacional socialismo, doctrina racista por excelencia.
En Francia, país más homogéneo en el siglo XVI que España, o que Alemania, la unificación
estatal se produce como en casi todos los lugares de Europa a instancia del poder político, la
justificación en este caso es algo más compleja, conjugando varios elementos, aunque por
ejemplo el idioma francés jugó un papel fundamental, hasta el punto de que fue impuesto sobre
las restantes lenguas que se hablaban en el país de forma excluyente sobre cualquier otras
manifestación lingüística.
En virtud de lo indicado en párrafos anteriores, podemos concluir que por sí sólo ninguno de los
elementos indicados anteriormente, religión, raza, lengua, etc .sirve por sí sólo para explicar
como categoría universal los procesos de formación de las nacionalidades. El ejemplo es
evidente, si de la religión se tratase no existirían diversos países con la misma religión, y aún más
no se producirían Estados donde conviven varios credos. Si de la raza se trata, la razón es obvia,
científicamente es imposible sostener la existencia de razas no mezcladas, y donde pudiera existir
ésta, lo que sí se habría producido es el mestizaje cultural.
12
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
por Nación una comunidad aglutinada por un pasado histórico común mediante la síntesis de
diversos elementos importantes, pero no exclusivos (raza, lengua, costumbres, tradiciones,
religión creencias compartidas), que en unos casos surge en el seno del Estado y en otros que
intenta, lográndolo a veces constituirlo”.
1.3.2. El territorio.
Es la base física del Estado, no pudiendo ser concebido éste sin la existencia de aquél. Como se
indicaba en el apartado anterior, una de las características de la población del Estado es su
permanencia continuada en un territorio determinado. Por otra parte, es el espacio donde tienen
vigencia las normas e instituciones del Estado, estableciendo el límite geográfico de Derecho del
Estado. Es por tanto, un elemento constitutivo del Estado, si no existe el mismo, no existe el
Estado.
El territorio que es limitado mediante fronteras, que marcan el fin de la soberanía del Estado,
consta de las siguientes partes:
A) Espacio terrestre, que incluye el suelo, ríos y lagos interiores. La frontera en este caso puede
ser de carácter natural o artificial. Las primeras son aquellas consecuencia de accidentes
geográficos. y las segundas consecuencias de tratados internacionales suscritos entre Estados.
Si la frontera natural se debe a una cordillera, la línea de separación entre Estados se establece
tirando una línea imaginaria entre los puntos más alto de la cordillera. Si se trata de un río
navegable la línea divisoria se establece en el punto de más alta y fuerte corriente (talweg); en el
caso de los ríos no aptos para navegación, la frontera radica en la línea media del mismo; en
virtud de que los cursos de los mismos pueden cambiar, las fronteras lo hacen igualmente
ajustando los principios expuestos anteriormente. Cuando se trata de establecer una frontera en
un lago, la línea divisoria se lleva a cabo desde los puntos de confín ribereños.
Las fronteras artificiales, aunque han sido práctica habitual desde hace siglos, han alcanzado
gran auge en virtud de la emergencia de nuevos Estados en el continente africano, donde sobre
otros criterios naturales han primado fundamentalmente aspectos económicos. A este respecto,
cabe destacar que diversas naciones han sido repartidas entre varios Estados, lo que ha dado
lugar a frecuentes enfrentamientos armados de carácter tribal que han propiciado auténticos
genocidios de algunas etnias.
13
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
hasta un máximo de doce millas . A continuación se establece el Mar Contiguo , que extiende el
concepto anterior en veinticuatro millas. De ahí hasta las doscientas millas se establece la zona
económica exclusiva .
1.3.3. El poder.
Al poder que nos referimos en este apartado es exclusivamente el Poder Político, al que sin
embargo, son aplicables las características indicadas en el párrafo anterior para todo tipo de
ejercicio del poder. Hemos mencionado anteriormente al Poder como elemento constitutivo del
Estado, y en concreto a la necesidad de su existencia en la formación de los primeros Estados
durante la emergencia de las Monarquías Autoritarias, así hemos observado como el Poder Real ,
que es la primera manifestación del poder estatal que se produce , contribuye decisivamente a
homogeneizar al otro elemento esencial del Estado que es la Nación mediante la potenciación de
los elementos más comunes de los componentes de una comunidad, sea la religión, lengua etc .o
imponiendo su soberanía sobre el otro elemento del Estado, el Territorio.
Si seguimos una línea histórica para el análisis del tema, pariendo desde las primeras
conformaciones estatales, percibimos que la primera manifestación del Poder Político en el
Estado se nos revela como un ejercicio del mismo de carácter personal, es el caso de la
anteriormente citada Monarquía Autoritaria y de la culminación ese tipo de régimen, la
Monarquía Absoluta. En estos casos el Poder se nos revela como inherente al Rey, que es el
Soberano, el máximo poder existente en el Estado, no estando sujeto ni condicionado a otros
poderes que puedan existir en la comunidad; salvo el denominado poder espiritual, que a su vez
es fuente legitimadora del ejercicio del poder temporal.
Sin embargo, la complejidad de los asuntos de Gobierno del Estado, obligan al Monarca a
delegar algunas funciones del mismo en consejos y organismos, que aunque ejercen su actividad
en nombre del Rey, acabarán teniendo plena autonomía en su funcionamiento, con lo que se
inicia la institucionalización del poder. El proceso culminará con el advenimiento del Estado
Constitucional, de tal forma, que se produce una separación entre el que ejerce el poder, que no
goza del atributo de soberanía, sino que simplemente asume las competencias propias del
ejercicio del mismo en nombre del Estado.
Llegado este punto parece necesario referirse a las razones que justifican el ejercicio del poder, ya
que toda Autoridad necesita la legitimación de sus actos y de su propio origen. La legitimación
del poder, que implica el grado de aceptación de su ejercicio por la comunidad ha sido diferente
en cada momento histórico y dependiente si se trata de un poder personal o institucionalizado.
Max Weber 1establece una tipología sobre la legitimación del poder en la que destacamos tres
modelos fundamentales:
1
Weber,Max “Economía y Sociedad”T.II.F.C.E.México.
14
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
C) Racional. Supone la existencia de una serie de normas y reglas que son aceptadas por la
comunidad., y en virtud de las cuales se ejerce el poder. Es por tanto una sociedad que tiene en
su base el Derecho, que canaliza la relación entre gobernantes y gobernados. Implica por tanto
un alto grado de institucionalización del poder. En la actualidad este tipo de legitimación no es
otro que la democracia, lo que supone la elección de quien ejerce el poder por parte de los
ciudadanos.
Nos resta por último referirnos a las características del Poder del Estado, que lo diferencia de
cualquier otro poder que pueda producirse en la sociedad., ello nos lleva indudablemente al
concepto de Soberanía, como carácter supremo del mismo. La soberanía implica que no puede
existir otro poder por encima de la misma, ni en competencia con ella, y que no se deriva de
ningún otro. Es por tanto el poder del Estado un poder único, excluyente en su ámbito, que se
nos presenta como una unidad de decisión política, y como indica Heller2 un poder
jurídicamente organizado. En este punto, y en virtud de la institucionalización del Estado, la
actuación del Poder estatal se manifiesta a través de poderes constituidos y órganos, que no
deben confundirse con el Poder del Estado, y de los que nos ocuparemos en capítulos
posteriores.. En este sentido, como indica el citado autor “ el núcleo de poder tiene poder en el
Estado pero no el poder del Estado”. La independencia se manifiesta igualmente en el exterior
del Estado, de tal forma, que no cabe subordinación o dependencia política de una potestad
exterior y si esto ocurre, simplemente sucede que el Estado no es Soberano.
2
Heller,H ob.ancit.
15
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
El asentamiento de población europea y la creación de instituciones fue un hecho a los pocos años
del descubrimiento, de tal forma, que las formas estatales empezaron a desarrollarse
tempranamente, aunque limitadas siempre por el ejercicio de la soberanía que correspondía a la
Corona Española. Empero, en los territorios españoles de América, que se transformaron en los
siglos XVI y XVII en auténtico Reinos, regidos por un Virrey, se desarrollaron auténticos Estados
Modernos, dentro del contexto de la Monarquía Autoritaria, introducida en España por los Reyes
Católicos, o de la Monarquía Absoluta durante el reinado de la Casa de Habsburgo.
En suma, lo que ocurre es que España trasplanta al continente americano su propia organización
social y política, que es fruto de las propias transformaciones habidas en la península a en el siglo
XV, justo en el momento que el Poder Real, ayudado por una incipiente burguesía, se ha impuesto
o se está imponiendo a los poderes localistas y autárquicos tanto de los señores feudales, como de
las ciudades Estado castellanas.
a) que previamente a la llegada de los europeos existiera una organización social y política de los
pueblos americanos, tal es el caso de las áreas mesoamericanas e incaica, donde ya encontramos
con anterioridad al siglo XV una compleja forma de organización política, jurídica, religiosa y
económica, en suma, una sociedad de carácter estamental y jerarquizada, con formas claramente
preestatales.
En este caso, a los españoles no les resulta difícil insertar las instituciones castellanas en las
americanas preexistentes, transformando éstas a la nueva realidad social, económica y política
existente.
b) Que en los lugares de establecimiento de los españoles, existiera una escasa población indígena,
y se descubrieran allí importantes fuentes de productos minerales que tuvieran una importante
demanda en el mercado europeo. En este caso se transplantan en su integridad las instituciones
16
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
castellanas. Por el contrario, en los lugares donde había una sociedad indígena menos
desarrollada o cuya riqueza fundamental estaba vinculada a la agricultura, tardó mucho más en
desarrollarse un proceso de conformación estatal, en parte debido a que tuvieron que superarse
grandes tensiones sociales, tal es el caso de parte de los territorios de los Virreinatos de Río de la
Plata o Nueva Granada, puesto que allí los españoles lejos de producir una aceleramiento de la
sociedad con respecto a la península, como ocurrió en los de Nueva España o Perú, donde se
quemaron etapas en el proceso de paso de la sociedad d renacentista a la sociedad barroca:
Monarquía Autoritaria –Monarquía Absoluta, se produce un retroceso Sociedad Renacentista-
Sociedad Feudal.
El proceso de conformación de los Reinos americanos se produjo bajo un triple tipo de influencias:
La influencia castellana es enorme y puede considerarse la primera fuente, pues no olvidemos que
la conquista de los territorios se hace en nombre del Rey de Castilla, a diferencia de otros Estados
europeos que conquistan también a título privado, por ello, las tierras de América Española forman
parte desde el principio de la Corona Castellana, entendida ésta como Dominio Público. En este
sentido, el Derecho que se lleva a América es el existente en Castilla, es decir, el propio de un
Estado que lucha por serlo y por acabar con las reminiscencias medievales; se trata pues de un
Derecho Real que se ha impuesto a una multitud de Derechos medievales y es Derecho Común.
De esta forma, desde el principio será de aplicación en los territorios americanos, el Ordenamiento
de Alcalá de Alfonso XI, así como los textos legislados por los Monarcas para la conformación de
los Estados peninsulares y las Leyes de Indias, que desde 1492 recogían y ampliaban las ordenanzas,
Cartas reales y Cédulas dadas por los Reyes de Castilla para el gobierno de las Indias, y en suma,
suponían el ordenamiento institucional y legal imperante en los Reinos de América.
17
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Sin embargo, los intentos más importantes de preservar en su forma más pura posible las
instituciones indígenas fracasaron o se diluyeron en el tiempo, así ocurrió con las llamadas
República de Indios, que deberían convivir con las Repúblicas de Españoles; el fracaso se debió
fundamentalmente a que la sociedad indígena no pudo soportar el choque brutal con una sociedad
estamental renacentista, procediendo muy pronto a la asimilación de sus valores y principios, de tal
forma, que aunque el resultado fuera un mestizaje cultural y racial, la cultura y organización social
imperantes fueron las europeas en sus aspectos básicos, por ser las que en ese momento estaban en
ascenso.
b) Consejo de Indias. Después del Rey, suponía la más altas jerarquía en el Estado
referente a las Indias. Tenía atribuciones legislativas, judiciales y administrativas, entre las
más importantes eran las de proponer los candidatos para los más altos cargos del
Estado, incluidos los Virreyes. Sus leyes y ordenanzas conformaron el cuerpo jurídico del
Derecho Indiano.
a) El Virrey. Era el representante directo del Rey, ostentando la suprema Majestad en el Reino
americano, siendo sus atribuciones, por tanto, la inherentes al soberano. Presidía la
Audiencia, proveía los altos cargos que no se hubiese reservado el Monarca, controlaba la
Administración y el Ejército, actuaba como garante de Justicia respecto a los indios, y
contaba con la responsabilidad de dictar Ordenanzas.
Su mandato no solía ser muy extenso en el tiempo, y una vez finalizado debía hacer una
Memoria en la que daba cuenta de su actuación como gobernante, que se pasaba al Consejo
de Indias que juzgaba su comportamiento.
c) Los Cabildos. Era la institución de raíz más popular en la América Española, de forma, que
era la única institución radicada en América en que los criollos e indígenas tenían plena
representación, hasta el punto que López Rosas lo considera como el antecedente del
gobierno propio que tuvo más trascendencia y gravitación en el periodo independiente. Sus
antecedentes son la organización local española que se trasplanta directamente al Nuevo
Continente, donde tuvo un desarrollo importantísimo debido a la inmensidad del territorio y
a lo diluido que se encontraba el poder central de los diferentes reinos. Cabe destacar la
importancia de los Cabildos Indígenas que supusieron la incorporación de los indios a la
gestión pública, no obstante, éstos últimos perdieron importancia con el tiempo debido a la
18
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
En suma, podemos decir que en la América Española a lo largo de trescientos años se fueron
conformando unas formas estatales con un ordenamiento jurídico muy desarrollado, en el que
destacaba un sistema de contrapeso entre las diversas instituciones, aunque como en el resto del
mundo occidental de la época destacaba la figura del Rey (el Virrey en su caso).
19
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Nace con los primeros textos constitucionales codificados y escritos. En su primera formulación
podemos destacar la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica de 1787 y la
Constitución francesa de 1791, así como la gaditana de 1812 en el caso español y los primeros
textos constitucionales hispanoamericanos correspondientes a la primera mitad del siglo XIX.
La creación del Estado de Derecho pone fin al denominado Antiguo Régimen y a la Sociedad
Estamental, y es consecuencia del desarrollo de la burguesía en el aspecto económico. La
conformación del Primer Estado Liberal o Estado de Derecho supuso el acceso de la burguesía
al poder político y el establecimiento de las bases para el desarrollo de la sociedad de clases.
b) División de Poderes, en el sentido de que los tres poderes tradicionales del Estado: Poder
Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder Judicial sean independientes entre sí y no sean
desempeñados por las mismas personas. Sin embargo, suele apreciarse una cierta tendencia al
predominio parlamentario, en cuanto que éste se considera depositario de la voluntad
nacional. No obstante, el desarrollo del Presidencialismo y del Rey como cabeza del
Ejecutivo matizarán la anterior afirmación.
20
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Significa un importante avance con respecto al primer modelo de Estado de Derecho, aunque no
representa en modo alguno un modelo diferente al Estado Liberal indicado en el epígrafe
anterior, ya que parte de sus mismos principios. Se trata fundamentalmente de un proceso
evolutivo del Estado que se adecua a las nuevas realidades de la sociedad que se gesta
fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La plasmación de ciertos
principios contenidos en los primeros textos constitucionales, tales como la igualdad entre los
hombres o la Soberanía Nacional habían quedado desvirtuados en su aplicación, ya que la
inclusión de criterios económicos, como se indicó en el punto anterior, habían imposibilitado la
plena participación política de la mayor parte de los ciudadanos del Estado. De esta forma, el
sufragio universal, en la práctica había sido sustituido por el sufragio censitario o el
capacitario, de manera que el censo electoral incluía a sólo un pequeño porcentaje de la
población.
El segundo tercio del siglo XIX se caracterizará por las luchas de amplios sectores de la
población por conseguir el sufragio universal, derechos de asociación política y sindical, así como
unas mayores prestaciones sociales En este contexto, el peligro de revoluciones sociales y de un
cambio profundo en el sistema político, posibilitaron la ampliación del sufragio universal
masculino,3 y la conformación de una sociedad democrática en lo político.
3
El sufragio universal femenino , salvo contadas excepciones no se conseguirá hasta el segundo tercio o
la segunda mitad del siglo XX.
21
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Supone una evolución del Estado Liberal Democrático. De tal forma, que no significa una
anulación de los principios de éste, sino la incorporación al mismo de determinados principios
económicos, así como la inclusión de determinados derechos sociales y económicos que no se
encontraban en el anterior modelo constitucional. De esta forma, la utilización en la actualidad
de del concepto de Estado de Derecho Democrático y Social no implica la anulación del
significado de los dos primeros términos, sino por el contrario la perfección y
complementariedad de los mismos que se ven reforzados mediante la inclusión del Estado
Social.
Sin embargo, el Estado Social y Democrático de Derecho no debe considerarse como una mera
suma del Estado de Derecho, el Estado Liberal Democrático y la incorporación de unos
derechos económicos y sociales, sino que por el contrario la formulación de Estado Social y
Democrático de Derecho se nos presenta como una concepción nueva que responde a un nuevo
rol que debe asumir el Estado. Así por ejemplo, el concepto de Estado de Derecho aplicado en
la actualidad dista mucho del mero marco del siglo XIX que aseguraba la supremacía de la Ley,
estableciendo seguridad jurídica que junto al reconocimiento de una serie de derechos y
libertades marcaba los límites de la actuación de los ciudadanos y los poderes del Estado, así
como la inclusión del concepto social modifica profundamente el primer término, pues ello no
significa simplemente que a los derechos y libertades individuales del Estado Liberal se le
agreguen una serie de derechos sociales y económicos. Por el contrario, modifican la propia
actuación del Estado, que debe asumir un protagonismo desconocido anteriormente, dándole
un sentido dinámico que antes no tenía.
De esta forma, el Estado se obliga a conseguir para el ciudadano unos determinados ámbitos de
bienestar y seguridad, que aunque en muchos casos, como indica Torres del Moral se trate de
ideales, "son los ideales que una comunidad decide proponerse como los máximos objetivos de
su ordenamiento jurídico. En este sentido, expresan la moral social vigente en un ámbito cultural
y en un momento histórico determinados. Muestran, pues, un consenso en torno a esos
objetivos, sentidos por el constituyente como prioritarios y fundamentales”.
Otro tanto ocurre con la incorporación del concepto Estado Democrático, que unido a las
concepciones de Derecho Social no puede reducirse a la vieja lucha del siglo XIX por la
extensión del sufragio. En la nueva formulación del Estado, la Democracia debe ser entendida
como participación, pero no sólo en el ámbito de los procesos electorales, sino en un sentido
mucho más profundo de participación en las decisiones económicas y sociales, mediante la
elaboración y desarrollo de la denominada democracia económica.
22
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
e) El Estado se torna en intervencionista, de tal forma, que el Mercado deja de ser el único
regulador de las relaciones económicas y sociales.
23
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Si lo indicado en el párrafo anterior es válido para la administración y los asuntos del Estado en
general, con mayor motivo este proceso se produjo en el ámbito territorial. La amplitud del
territorio, enriquecido normalmente con nuevas adquisiciones y la dificultad de comunicaciones
ágiles, implicó necesariamente, aún sin que se cuestionara la unidad de poder que recaía en el
Monarca, una cierta descentralización del Estado, al menos en el ámbito municipal, que gozaban
de atribuciones para resolver sus propios asuntos.
En virtud delo anteriormente indicado, podemos afirmar que salvo en Estados de reducido
tamaño territorial, que por otra parte no existían en los inicios del Estado Moderno, todos los
Estados, aún los más marcadamente unitarios han estado sujetos a una cierta descentralización
aunque ésta sólo fuera de raíz municipal.
Establecido por tanto, que los Estados Unitarios, en su grado más puro es prácticamente
imposible que se puedan producir y que pueden conocer diferentes niveles de descentralización,
sea ésta de carácter, municipal, provincial, e incluso de ámbito territorial mayor, como es el
regional, podemos identificar a este tipo de Estados como a aquellos que están sujetos a un único
centro de impulsión política, con un Derecho y un poder únicos, aunque el ejercicio de este
poder, pueda ser delegado a órganos de ámbito territorial que lo ejercerán en nombre de una
única soberanía.
En sentido contrario, aquellas formas estatales que cuentan con diversos centros de impulsión
política y una pluralidad de Derechos podemos considerarlos como Estados compuestos.
24
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
a) Estado Unitario.
c) Estado Federal.
d) Confederación de Estados.
En el epígrafe anterior nos hemos referido al nacimiento del Estado haciendo coincidir éste con
las formas del Estado Unitario o Estado Simple, así como a los primeros procesos de
descentralización acaecidos en el mismo. Nos referiremos ahora a las características comunes a
los Estados Unitarios. En primer lugar, es necesario distinguir varias posibilidades que pueden
darse en este modelo. En este sentido, puede establecerse una tipología que va desde el Estado
Unitario altamente centralizado, hasta el que presenta un mayor grado de descentralización, que
sería el caso del Estado Regional, que es el modelo actualmente vigente en Italia y España4, que
casi puede ser considerado como un modelo de organización territorial diferente, y en muchos
casos más próximo al Estado Federal que al Estado Unitario.
Los aspectos que podemos resaltar para delimitar el grado de centralización y concentración de
poderes en un Estado son los siguientes:
4
En España cuyo modelo presenta algunas variantes respecto al caso italiano y puede considerarse que
cuenta con un mayor grado de descentralización se denomina Estado de las Comunidades Autónomas. La
primera conformación de este modelo de Estado se produce en el texto constitucional español de 1931,
denominándose Estado Integral.
25
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
El poder político, está centralizado cuando monopoliza su actividad en todos los campos,
materias y lugares del Estado, así, el centralismo estatal se equipara a una pirámide de cuya
cúspide parten las órdenes y directrices, y en cuya base están los organismos provinciales,
ayuntamientos etc.., del mismo modo, que los recursos económicos y humanos se remontan
desde la base hasta la cúspide. En este sentido la centralización se percibe en el poder legislativo,
que es único y del cuál parte toda la legislación aplicable en el Estado. En cuanto al poder
ejecutivo, existe un solo centro de poder del cual depende toda la Administración del Estado, y
los ejecutores de la misma en los ámbitos territoriales son meros representantes del poder del
Estado y miembros de esa administración única.
La centralización del poder, como se indicó anteriormente fue uno de los objetivos en la
conformación de los primeros Estados y alcanzó su máximo nivel en el Estado Absoluto, el
ejemplo más representativo sería el Estado Francés durante el reinado de Luis XIV, ”El Rey
Sol”, donde la centralización era más personal que institucional.. La centralización máxima del
poder se nos revela como una respuesta a la dispersión de poderes existentes en los primeros
momentos de la conformación del Estado, donde parecía necesario que la acción del Estado
alcanzara a todo el territorio del mismo. La centralización del Estado se manifiesta en sus grados
máximos como elemento unificador y suele reaparecer en momentos de debilidad estatal ,
coincidiendo con regímenes de carácter autoritario., aunque no debe confundirse bajo ningún
aspecto Estado Unitario con Estado Autoritario, a este respecto valga el ejemplo de Francia
como ejemplo de Estado Unitario y de Estado de Derecho Democrático. En la actualidad , y en
virtud de que a los únicos Estados que nos estamos refiriendo es a los que han configurado un
régimen político de carácter constitucional y de participación política, la centralización política
supone existencia de institucionalización del Estado y del ejercicio del poder que responde a
criterios de carácter democráticos. Es por ello que la centralización no se produce en sus grados
máximos.
La desconcentración puede producirse por ámbito territorial, cuyo ejemplo más simple sería las
delegaciones de las diferentes áreas de gobierno en los ámbitos regionales y provinciales,
produciéndose un cierto traspaso de competencias . No obstante, aunque la autonomía en el
funcionamiento puede ser muy amplia a favor de los órganos territoriales, ello no supone que
éstos tengan personalidad jurídica, ya que actúan sólo en nombre de la institución que les ha
delegado sus funciones.
26
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
delegación que han recibido pueden actuar por sí mismos y no simplemente como meras
delegaciones de los órganos centrales. El caso máximo de descentralización lo supone el Estado
Regional.
En epígrafes anteriores nos venimos refiriendo al Estado Regional como variante del Estado
Unitario, y como modalidad del mismo en el que se produce el mayor grado de descentralización
del ejercicio del poder, sin embargo, esta afirmación cierta en un marco teórico que tiene su base
en criterios jurídicos, se nos hace cuestionable en la práctica, en virtud del funcionamiento del
mismo. De esta forma, salvo la cuestión de la soberanía, que es única para la totalidad del
Estado y que radica en el pueblo del mismo y no en la suma de los diferentes pobladores
radicados en las regiones, así como en la existencia de una única Constitución para todo el
Estado, las atribuciones concedidas a las diferentes regiones para su autogobierno puede llegar a
ser de tal amplitud, en la práctica, que incluso se nos revele como superior a la que gozan
determinados Estados Federales. En este sentido, y en aras de una más completa delimitación de
las funciones del Estado, es por lo que se incluye el Estado Regional como modelo separado del
Estado Unitario, aunque no deje de ser una variante del mismo en su máximo nivel de
descentralización administrativa y política.
El estado Regional, que ha recibido diferentes nombres en la historia, así durante la Segunda
República Española se le conoce como Estado Integral, Estado Regional en la República
Italiana, Estado de las Comunidades Autónomas en la vigente Constitución de España, surge
mediante el texto constitucional español de 1931, que en su artículo 1º manifestaba que la
República española se constituía en Estado Integral, compatible con la autonomía de los
municipios y las regiones, y en su artículon11 indicaba que “ si una o varias provincias
limítrofes, con características históricas, culturales, y económicas comunes, acordaran organizarse
en región autónoma para formar un núcleo político administrativo, dentro del Estado español,
presentará un Estatuto…”.
27
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
poder, sin necesidad de unas condiciones previas diferenciadoras de unas y otras regiones del
Estado.
Sin embargo, lo que marca los límites del Estado Regional respecto a otras formas de Estado
Compuesto, como es el caso de los Estados Federales, son aspectos como el Poder Constituyente, la
Soberanía y la existencia de un solo texto constitucional en el Estado.
En el Estado Regional el titular del Poder Constituyente corresponde al pueblo o nación del
Estado concebido de forma integral y no al de las diferentes regiones. Así, la soberanía nacional
o popular no es la suma de la soberanía de las diferentes Regiones o comunidades Autónomas,
que no gozan de este atributo, sino que es única e indivisible. De esta forma, las instituciones a
través de las cuales se ejercita la representación de la soberanía son representativas del Estado.
Así el parlamento cuenta con parlamentarios que representan a la totalidad de la nación y no a las
regiones, aunque hayan sido electos en circunscripciones provinciales o regionales, ello es
independiente, de que el Parlamento sea bicameral y de que una Cámara represente a la
población y otra tenga su base en la representación territorial, ya que la cámara como tal
representa a la totalidad del Estado.
En el Estado existe una sola Constitución, consecuencia del Poder Constituyente del pueblo del
Estado, y no como sucede en los Estados Federales una Constitución de la Federación y otra por
cada uno de los Estados, que a este respecto cuentan con Poder Constituyente. Los diferentes
Estados Regionales o Comunidades Autónomas pueden contar con un Estatuto o Carta
Otorgada para su funcionamiento, pero la existencia del mismo se deriva del previo
consentimiento de la Constitución del Estado y de que haya sido aprobado por el Parlamento del
Estado. Ello es independiente, de que el Estatuto haya sido propuesto por la Región afectada y
aprobada por la población existente en ese ámbito territorial.
Lo indicado anteriormente no obsta para que el Estatuto en cuestión cuente con las más amplias
atribuciones, similar a las de un texto constitucional de un Estado federado, simplemente indica
que la existencia de Estado Regional no implica cesión de soberanía alguna ni la existencia de
poder constituyente en las regiones.
La configuración del Estado Regional, puede afectar a la totalidad del territorio del Estado o
simplemente a una serie de regiones con unas características específicas, caso último de Portugal,
que sólo lo configura en las regiones de Azores y Madeira. Por otra parte, el grado de
descentralización de las regiones del Estado no tiene que ser el mismo, caso de la República de
Italia, que diferencia entre regiones que se regirán por un estatuto Especial y otras por un
estatuto Ordinario. En el caso español actual, tampoco todas las comunidades Autónomas
cuentan con el mismo grado de autogobierno.
28
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Surge con el primer texto constitucional codificado en los Estados Unidos de Norteamérica,
estando por tanto en las raíces del Estado Constitucional Moderno.
29
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Por principio y concepción básica de lo que es un Estado, cada entidad estatal ha de contar con
un Poder Constituyente, ya que en caso contrario no habría lugar a la existencia del Estado. De
esta forma, los Estados componentes de una entidad estatal superior han de contar con el mismo
que han utilizado para dotarse de un texto constitucional previo a la propia existencia de la
Federación. Sin embargo, una vez constituida la Federación, que a su vez ha sido formada en
virtud de la máxima expresión del Poder Constituyente, que es la Soberanía, éste se nos presenta
limitado por la Federación, en cuanto que la misma, como consecuencia de su propio proceso
constituyente se dota de una Constitución y de unos poderes y órganos estatales que tiene como
ámbito territorial la totalidad de la Federación., incluyendo por tanto a los Estados miembros.
De esta forma, el problema se plantea en el hecho de si los diferentes Estados siguen siendo
soberanos, con lo que la nueva entidad estatal no goza de este atributo, limitándose por tanto a
ser un mero tratado internacional suscrito por Estados soberanos, con lo que no se habría dado
un paso más adelante de la estructura confederal, o si por el contrario, en el uso de su soberanía
los diferentes Estados han depositado la misma en la nueva entidad estatal emergente, de tal
forma, que la primera mediante este acto se ha extinguido, o lo que es lo mismo han dejado de
ser Estados propiamente dichos para convertirse en entidades territoriales autonómicas,
altamente descentralizadas, pero dependientes de la Federación. A este respecto, se han
formulado diferentes teorías que tratan de conjugar la existencia de una soberanía de la
Federación y de los diferentes Estados, de tal forma, que se habla de un ámbito de soberanía
perteneciente a la Federación y otro diferente a los Estados miembros, produciéndose una
yuxtaposición y no una superposición de la soberanía.
Sin embargo, es necesario tener presente, que la realidad política no siempre es coincidente con
la jurídica, de tal forma, que en aras de resolución de la primera, observamos como el sistema
federal, sin renunciar expresamente al poder constituyente y ejercicio de la soberanía de los
Estados y de la entidad Federal, en la práctica establece unos mecanismos que hacen depender
cada una de la otra. Así, en los Estados Unidos de Norteamérica toda reforma de la
Constitución Federal implica necesariamente la aceptación de la misma por parte de los Estados
que la componen, de tal forma, que cualquier enmienda ha de ser aprobada por las tres cuartas
partes de los Estados de la Unión. En sentido inverso, la reforma de la Constitución de cada
uno de los Estados, cuenta también con un límite, en cuanto que no puede regular materias y
atribuciones que pertenecen a la entidad de la Federación.
La Constitución.
En las federaciones de Estados, se produce una duplicidad constitucional, en cuanto que, existe
un texto para la Federación, y otro por cada uno de los Estados miembros. El ámbito territorial
del texto de la Federación corresponde a la totalidad de los Estados, mientras que el de cada
Estado se circunscribe al mismo.
30
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
En cuanto a las materias que son reguladas por uno y otros textos, cabe destacar, que hay
materias que sólo lo son por el texto de la Federación, tales como la Defensa, Representación
exterior, escapando al ámbito de actuación de los Estados Federados. En términos generales,
puede decirse que los Estados pueden regular todo aquello que no ha reservado para sí la
Federación(véase por ejemplo arts.3 y 6 de la Constitución Suiza, enmienda 10 de la
Constitución de USA, ar.70 de la Ley Fundamental de Bonn o art. 124 de la Constitución
mexicana). En caso de conflicto entre la legislación Federal y la de los Estados, en principio
prevalece el derecho de la Federación sobre el de los Estados miembros, excepto en las materias
que han sido reservadas a los diferentes Estados. en ocasiones, es el máximo Órgano Judicial
Federal o el Tribunal Constitucional ( Alemania), quien en su caso debe resolver la cuestión,
salvo que se prevea otro mecanismo de solución en la Constitución de la Federación.
Se ha sostenido que el modelo federal acarreaba consigo una rígida división de poderes, sin
embargo, esta afirmación sólo es válida en lo que se refiere a los poderes ejecutivos y legislativos
en aquellos países cuya Jefatura del Estado es republicana y de carácter Presidencialista, lo que
reduce su existencia a los Estados Unidos de Norteamérica e Iberoamérica sin embargo ni
Canadá en el continente americano, ni Alemania y otros destacan por esta característica.
Los aspectos más diferenciadores respecto a la organización de poderes entre los Estados
Federales y los Estados Unitarios se refieren al Parlamento y a la Justicia Constitucional.
Respecto al Parlamento, los Estados Federales son de carácter bicameral. Correspondiendo una
Cámara a la representación de la población de la Federación, en virtud de criterios de que cada
escaño tenga en su base el mismo número de electores, y la otra Cámara represente a los
Estados, intentando que al margen de la extensión y población de cada uno de ellos, la
representación sea la misma.
Respecto a los conflictos que puedan surgir entre la Federación y los diferentes Estados, o entre
los Estados entre sí , es tarea que recae en un Tribunal Federal., así en Estados Unidos de
Norteamérica corresponde al Tribunal Supremo, mientras que en La República Federal Alemana
corresponde al Tribunal Constitucional Federal.
31
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
La Confederación es por tanto un acuerdo entre varios Estados que se lleva a cabo con un fin
concreto, como puede ser la defensa común ante determinadas amenazas de potencia exterior,
el establecimiento de ciertos acuerdos económicos, etc. que se unen ante un hecho concreto,
pero que no conforman una unidad superior.
Históricamente han existido otras formas de Unión de Estados, en las que diversas entidades
estatales han establecido algún tipo de nexo común, sin que este tipo de unión pueda definirse
dentro de los conceptos de Estado Unitario, Regional, Federación y ni siquiera Confederación
manejados anteriormente.
Incluimos en este forzosamente heterogéneo apartado los casos de las Uniones Personales, las
Uniones Reales, las de los Estados Libres Asociado y las Repúblicas Asociadas.
Se produce cuando dos o más Estados comparten a la misma persona como titular de la Jefatura
del Estado. Sin embargo, ello no supone legislación ni órganos de gobierno comunes, salvo los
referentes a la Jefatura del Estado, ni implica una especial relación de los Estados entre sí. No se
trata de fórmulas propias de un Imperio, e históricamente suele ubicarse en la Monarquía
Autoritaria y Absoluta. Finalizando, menos en algún caso en el siglo XVIII.
32
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Como ejemplos de este tipo de Unión podemos referirnos a los Habsburgo españoles desde
Felipe II hasta Felipe IV como soberanos de los diferentes reinos españoles y de Portugal,
Nápoles etc. este tipo de unión se mantiene sólo mientras cuentan con el mismo Jefe de Estado,
pero no necesariamente se perpetúa, ya que por ejemplo en un Estado puede existir Ley Sálica y
en otro no.
Es de carácter similar en su origen al supuesto anterior, pero se diferencia del mismo, en que los
Estados afectados comparten también alguna legislación o instituciones. Aunque su origen es
monárquico, valga el ejemplo de los Reinos de Castilla y Aragón desde finales del siglo XV, o el
Imperio Austro-Hungaro hasta principios del siglo XX. También puede tratarse de Repúblicas o
de Monarquías y de Repúblicas unidas con Regímenes Monárquicos. En periodos más recientes
podemos referirnos a la extinta República Árabe Unida (R.A.U.). En la actualidad como
ejemplo más próximo podemos referirnos a la Comunidad Británica de Naciones
(Commonwealth), y a la Unión Francesa que engloban en un determinado tipo de asociación a
las antiguas metrópolis y algunas de sus anteriores colonias, hoy Estados soberanos.
Es una situación intermedia entre el status colonial y una especial forma de confederación entre
Estados claramente desiguales y donde uno no goza de soberanía diferenciada del otro. El caso
más representativo es el de Puerto Rico, que tras la invasión del país por parte de los Estados
Unidos de Norteamérica en 1898 y pasar por una situación colonial hasta 1957, se estableció una
forma de unión entre la metrópoli y el territorio dependiente, denominada Estado Libre
Asociado.
Esta forma de asociación permite el desarrollo de la vida política interna en el país asociado,
según los principios de un Estado de Derecho Democrático, contando con instituciones de
autogobierno. Sin embargo, el Estado Asociado no cuenta con representación ante el exterior, ni
se encarga de la Defensa, acuña moneda etc, es decir no cuenta con las atribuciones propias de
un Estado Soberano. Por otra parte, no tiene capacidad para separarse de la antigua metrópoli,
en cuanto que ese hecho debe ser aprobado por los órganos de la misma.. No puede
considerarse tampoco un Estado Federado, en cuanto que no cuenta con texto constitucional
sino con Estatuto, que ha debido ser aprobado con anterioridad a su vigencia por la antigua
potencia colonial . por otra parte, no cuenta con representantes en el Parlamento
norteamericano, aunque cuenta con un residente en la cámara de representantes con derecho a
voz, pero sin voto. Sin embargo, los miembros de este estado cuentan con la nacionalidad de la
antigua metrópoli, y pueden establecer su residencia en cualquier Estado de la misma, gozando
de los mismos derechos que los ciudadanos originarios del mismo.
d) República Asociada.
33
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Puede considerarse una variante del Estado Libre Asociado, la diferencia fundamental estriba en
el hecho de que la República Asociada es soberana, y puede romper el vínculo que le une a la
Antigua Metrópoli, en virtud de que el mismo se establece entre Estados soberanos y en una
fórmula que se asemeja a la Confederación, aunque la relación sea mucho más intensa. Sus
relaciones deben considerarse dentro del Derecho Internacional y no del Constitucional. Como
casos de esta forma de asociación pueden citarse el caso de la República de las Islas Marshall, los
Estados Unidos Federados de la Micronesia, que establecieron en 1986 esta unión con los
Estados Unidos de Norteamérica.
34
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
En este punto nos referiremos a los poderes e instituciones más representativas del Estado,
analizando los tres poderes clásicos del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como a
otros dos órganos del Estado, que consideramos fundamentales en la actualidad para el buen
funcionamiento del mismo: la Jurisdicción Constitucional y la Procuraduría de los
Derechos Humanos.
En el presente punto, en virtud de que nos estamos refiriendo a modelos teóricos y no a un caso
concreto, nos centraremos en la manifestación del Poder Ejecutivo que es el Gobierno, concepto
que utilizamos, al margen de que se trate de un sistema Presidencialista puro, en cuyo caso no
existe un Gobierno propiamente dicho, aunque sí las funciones propias al ejercicio del Poder.
Por otra parte, cabe resaltar, que en la actualidad, prácticamente no existe un sistema
presidencialista que carezca de un Gobierno, aunque éste no tenga las características especificas
propias del régimen donde este concepto ha alcanzado el mayor nivel de desarrollo como ocurre
en la Repúblicas de predominio parlamentario o en las Monarquías Parlamentarias.
Por otra parte, se han obviado los aspectos referentes al concepto de gobernabilidad y otros
tipos de tipologías que se exponen en el módulo siguiente y que no parece pertinente exponer
aquí. Por tanto, nuestra exposición debe contemplarse como de carácter teórico que se refiere a
un Estado donde existe un Gobierno con un Presidente del mismo a la cabeza, independiente de
que esta figura sea coincidente con la de un Presidente de República o independiente de la
misma.
5.1.1. Introducción.
En principio, hay que señalar el carácter residual del Poder Ejecutivo. Históricamente el ámbito
competencial de los demás poderes, especialmente el Legislativo, fue nutriéndose de las
competencias que habían pertenecido al monarca, de tal forma que éste tan sólo conservaba
aquellas que no habían sido atribuidas expresamente a otros órganos, caso de las monarquías
limitadas, o únicamente las que taxativamente le atribuía la Norma Fundamental, supuesto de las
monarquías constitucionales. Pero, al propio tiempo, estas competencias residuales del monarca
pasaron a ser ejercidas por un órgano, el Gobierno, que se convertía en titular fáctico del Poder
Ejecutivo. Por ello, hoy día parece lógico afirmar que el monarca no forma parte del Poder
Ejecutivo. Junto a ello hay que tener en cuenta la presencia de la Administración Pública en el
sistema político, presencia que no debe implicar una total dependencia del Gobierno, ya que la
35
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Administración es un poder público con personalidad jurídica propia que también ejerce
funciones ejecutivas.
Hoy día esta clasificación debe ser profundamente matizada, ya que no sólo se debe atender a la
forma de organización del Ejecutivo, sobre cuya base todavía tiene cierta vigencia la distinción
entre Ejecutivo dualista y Ejecutivo monista, sino fundamentalmente a las relaciones que éste
mantiene con las otras unidades gubernamentales, especialmente con el Parlamento. En este
sentido, se puede hablar del Ejecutivo presidencial, que supone la consagración de una rígida
separación de poderes, ya que aquel no es políticamente responsable ante el Parlamento y
tampoco puede disolverlo. Normalmente suele reservarse la denominación de Ejecutivo para
designar esta modalidad. El Ejecutivo convencional responde a los esquemas de la confusión o
concentración de poderes, estando totalmente sujeto a las directrices del Parlamento, que lo
puede revocar en cualquier momento. Normalmente suele recibir el nombre de Comité.
Finalmente, el Ejecutivo parlamentario implica una colaboración de poderes, estableciéndose
medios de acción recíproca entre éste y el Parlamento. Es el que propiamente recibe la
denominación de Gobierno.
Y es que hoy ya no resulta un problema polémico el tratar de establecer las diferencias entre el
Estado y el Gobierno, aunque sí parece lógico, a efectos puramente sistemáticos, referirse a las
diversas acepciones del término. Con la expresión "Gobierno" tradicionalmente se ha aludido a
diversas realidades. Por un lado, se identificaba con el conjunto de instituciones que constituyen
la forma de organización de un Estado, es decir, se identificaba con la estructura que actualmente
denominamos Estado-aparato, contraponiéndose al término «Administración» que, aun
formando parte de dicha estructura, servía para designar a los órganos subordinados del Estado.
Por otro lado, con la expresión "Gobierno" se aludía a la relación que guardaban entre sí los
diversos poderes del Estado, tema este que en la actualidad es calificado con la expresión
«sistemas de Gobierno». Finalmente, la expresión "Gobierno" sirve-para referirse a esa parte de
las instituciones del Estado que desarrollan la función ejecutiva, es decir, el Jefe del Estado, los
Ministros y, en su caso, el Presidente. Con ello, se producía una identificación entre Gobierno y
Poder Ejecutivo. Sin embargo, esto debe ser matizado en el sentido anteriormente expuesto, de
tal forma que hoy día el Gobierno alude al órgano constitucional compuesto por los Ministros y
su Presidente, pudiendo, incluso, formar parte de él otros miembros.
36
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Todo ello pone de relieve la dificultad de precisar el concepto de Gobierno, calificado unas veces de
representante y otras de órgano del Estado. Y es que lo que no se puede olvidar es la naturaleza
"plurifuncional" (Agesta) del mismo, que implica una pluralidad de agentes en su estructura, el
ejercicio de una pluralidad de funciones y el equilibrio entre el principio de continuidad y el de
sustitución. Ahora bien, junto a ello no hay que olvidar la utilización de otras expresiones, como la
de Gabinete, Consejo de Ministros, que a veces parecen aludir a la misma realidad, pero que no se
identifican necesariamente entre sí. La expresión Gabinete, desde un punto de vista estricto, debe
reservarse para designar el modelo británico de Gobierno parlamentario, siendo difícilmente
aplicable al modelo continental europeo. Y, aunque hubo momentos históricos en que la expresión
"Consejo de Ministros", se identificó con el Gobierno, hoy, como veremos, hay que afirmar que se
trata de dos realidades diferentes.
Todas estas consideraciones serían insuficientes para nuestro estudio sobre el Gobierno si no
tuviéramos en cuenta, aunque fuese brevemente, un fenómeno común a todos los sistemas políticos,
que es el fortalecimiento del Ejecutivo. No se trata, ahora, de referirnos a toda su problemática, sino
únicamente de tener en cuenta una serie de premisas fundamentales.
a) La actitud del capitalismo ante el Ejecutivo ha pasado por diversas fases. Así, en un primer
momento el capitalismo liberal tendía al debilitamiento del Ejecutivo en base al principio de
economía liberal y a razones históricas de desconfianza hacía las formas absolutistas.
Posteriormente, y ante la crisis de los llamados "peligros revolucionarios", se opta por un
Ejecutivo fuerte, que puede incluso adoptar la forma de dictadura, ya que el Parlamento,
especialmente a raíz de la implantación del sufragio universal, ha dejado de ser monopolizado
por la burguesía. Pero cuando este hipotético peligro revolucionario pasa, cuando se logra una
mayor estabilidad social, vuelve la desconfianza hacia el Ejecutivo. Posteriormente, la propia
evolución del capitalismo parece conducir a la existencia de un Ejecutivo fuerte. En efecto, la
exigencia de una planificación de la actividad económica y la prestación de una serie de servicios
públicos tendentes a garantizar un mínimo existencial a los ciudadanos son razones que avalan
esta evolución. Sin embargo, el ciclo no puede darse por terminado pues hace tiempo han vuelto
a surgir determinados planteamientos en torno al llamado "Estado mínimo", que no son sino
una revitalización de un nuevo neoliberalismo, cuyos intentos de realización no parecen haber
dado los frutos deseados.
b) Las causas del fortalecimiento del Ejecutivo son de muy diversa índole, atendiendo a razones de
actividad política exterior e interior. Y es que la realización del Estado social y democrático de
Derecho conduce inexorablemente al intervencionismo estatal y al fortalecimiento del
Ejecutivo. Por ello, en los últimos cincuenta años se ha producido una institucionalización del
nuevo papel del Ejecutivo que ha tenido su traducción en los diversos textos constitucionales de
la posguerra.
c) Ahora bien, resultaría erróneo afirmar que el fortalecimiento del Ejecutivo es debido a la crisis del
Parlamento, incapaz de desarrollar las modernas funciones estatales. La institución parlamentaria,
al igual que las demás instituciones estatales, ha experimentado un proceso de evolución como
consecuencia de las transformaciones experimentadas en el Estado contemporáneo. Ello no
quiere decir que el Parlamento sea un mero órgano auxiliar del Estado. Hay que seguir
manteniendo el principio de la supremacía de los Parlamentos, ya que, si bien sus funciones
gubernamentales han disminuido, siguen conservando, como órganos representantes de la sobe-
ranía popular, una función de indirizzo político, que tiene dos manifestaciones fundamentales:
37
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
por un lado, el control de la actividad gubernamental, que no tiene por qué realizarse a través de
los mecanismos clásicos, y, por otro, su consideración como centro fundamental de negociación
política entre los diversos titulares del poder.
Y es que los sistemas democráticos se han convertido cada vez más en sistemas de negociación
entre órganos y centros de poder con competencias poco diferenciadas. Los órganos
constitucionales no ejercen ya sus típicas funciones, sino que deben ser considerados como
órganos de decantación, y a veces de ensamblaje y de control, de las decisiones que les han sido
impuestas por otros centros de poder. Pues bien, los Parlamentos son los centros adecuados de
esta negociación, ya que se encuentran situados en el centro del do ut des político, es decir, en el
centro de un proceso decisorio basado en negociaciones sucesivas. Y desde esta posición el
Parlamento tiene que formular sus principios de orientación y posterior control político de los
mismos, ya que, si bien puede afirmarse que han sido superados como órganos legislativos, no
puede decirse que lo hayan sido como Parlamentos. Es decir, la tradicional función legislativa de
los Parlamentos no puede ser considerada, aunque siga conservando un peso específico
importante, la razón de ser de los mismos, que ahora radica en su función orientadora de la
actividad gubernamental y su posterior control sobre el cumplimiento o no de dichas pautas
orientadoras.
e) Todo ello sin olvidar que el Gobierno no puede ser considerado como una simple emanación de
la mayoría parlamentaria, pues también responde, en su composición y funciones, al principio
democrático. Es decir, la legitimación democrática del Gobierno no deriva sólo de la mayoría
parlamentaria que lo sustenta, sino que se encardina directamente en la soberanía popular. Y es
desde esta perspectiva desde donde hay que analizar toda la problemática inherente al mismo. Y
ello porque el Gobierno debe ser considerado como un órgano constitucional, primario,
autónomo y complejo, difícil. de ser analizado siempre con criterios de interpretación jurídica
pero sometido, como el resto de los poderes públicos, a la Constitución y al ordenamiento
jurídico.
f) El hecho del fortalecimiento del Ejecutivo reviste o puede revestir diversas modalidades, que van
desde una relevante posición del Gobierno como órgano colegiado hasta nuevas fórmulas de
personalización del poder político, sin olvidar el importante papel de la Administración y de los
técnicos. Es, sin duda, esta última manifestación la que mayores problemas plantea en los
sistemas democráticos, ya que las otras, incluso la personalización del poder en la figura del
presidente del Gobierno, pueden ser objeto de controles democráticos.
38
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
funcionarios. Y en controlar democráticamente esta situación radica uno de los mayores problemas
de los actuales sistemas democráticos. Así pues, hay que partir del principio de la necesidad de los
técnicos en el funcionamiento del Estado moderno, pero ello no quiere decir que se adopte la forma
de gobierno tecnocrática, porque ésta, sí bien puede cumplir una función de gobierno adecuada, no
está sujeta al sistema de controles indispensable para que exista un sistema democrático. Por ello, se
trata de configurar nuevas fórmulas de control de las instancias representativas, fundamentalmente
del Parlamento, sobre los centros decisorios de poder que únicamente tienen una legitimidad de
ejercicio, en cuanto resultan indispensables para el funcionamiento del Estado moderno.
La regulación constitucional del Poder Ejecutivo debe situarse dentro de las coordenadas
anteriormente señaladas. Ello se manifiesta, fundamentalmente, en tres aspectos:
1) La relevante posición constitucional del Gobierno, que se convierte, como órgano constitucional,
en el centro del sistema político.
2) La preeminencia de la figura del Presidente del Gobierno (independientemente del nombre que
reciba) en el proceso de decisión política.
Únicamente a partir de la Primera Guerra Mundial los textos constitucionales han ido reconociendo
la existencia autónoma del Gobierno, lo cual ha coadyuvado a su consagración como auténtico
órgano constitucional del Estado. Ello hay que ponerlo en relación con el hecho de que es
precisamente a partir de este momento cuando empieza a hablarse del fortalecimiento del Ejecutivo.
En la configuración del Gobierno se pueden apreciar la existencia de diversos modelos. Por un lado,
el modelo británico de Gabinete y, por otro, el modelo continental de inspiración francesa. El
primero supone una evolución histórica particularizada del Gobierno, que comienza con su
separación del Consejo Privado del Monarca para adquirir ya plena autonomía en el siglo XVIII con
el Gabinete largo de Walpole y convertirse -aunque las normas constitucionales no hayan reflejado
esta evolución, pues el Gabinete británico tuvo una existencia de hecho hasta la Ministers of the Crown
Act de 1937, modificada luego varias veces- en el centro de decisión política del régimen británico,
donde se aprecia una perfecta diferenciación entre el Gabinete y el Gobierno o Ministerio. Es decir,
se ha producido una institucionalización política, y no jurídico-constitucional, del proceso del
fortalecimiento del Ejecutivo. Por su lado, el modelo francés, implica que el Gobierno constituye
una unidad, en la cual no es posible efectuar la anterior distinción, que en principio carecía de
sustantividad propia, bien porque fuese considerado como una prolongación de la voluntad del
Monarca, auténtico titular del Poder Ejecutivo, bien porque fuese un simple comité del Parlamento
en los períodos revolucionarios del Gobierno de Asamblea. A partir de la III República, una vez
superados los momentos revolucionarios, la posición constitucional del Gobierno será objeto de una
institucionalización jurídico-constitucional hasta llegar a la actual diarquía que significa la
Constitución de 1958, donde la figura del Presidente de la República supone un auténtico poder
político personalizado.
39
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
En España, el antecedente remoto de la aparición del Gobierno suele situarse en la época de Felipe
V, en el Real Decreto de 20 de noviembre de 1714, sin olvidarnos de la Suprema Junta de Estado
creada por Carlos III mediante el Real Decreto de 8 de julio de 1787. Así pues, la división efectuada
por Felipe V de la Secretaría Regia en dos "secretarios de Despacho" constituyen los primeros
ministerios que existen en España. Posteriormente los Monarcas van segregando de su Secretaría
particular diferentes Secretarios de Estado hasta que, más tarde, Fernando VII, a través del Real
Decreto de 19 de noviembre de 1823 configura un Consejo de Ministros con cinco Ministerios
(Estado, Justicia, Guerra, Hacienda y Marina), constitucionalizándose su existencia a partir del
Estatuto Real de 1834. Sin embargo, será la Constitución republicana de 1931 la que, como en otras
cuestiones, dé el paso definitivo separando al Gobierno de la Jefatura del Estado y abandonando la
clásica expresión "Del Rey y sus Ministros", que figuraba en la mayoría de los textos constitucionales
españoles.
Dentro del Gobierno, excepto en los sistemas de presidencialismo puro, es necesario distinguir los
siguientes aspectos:
40
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
b) Los Ministros o Secretarios. Son nombrados y cesados por el Jefe del Estado (a propuesta
del Presidente de Gobierno, cuando esta figura se encuentra diferenciada de la de Presidente de
la República). Sus funciones más importantes son:
Refrendar los decretos, acuerdos, órdenes y providencias del Presidente de la República.
Coordinar y dirigir las actividades de su área de la Administración.
Acudir y responder a las interpelaciones y preguntas llevadas a cabo por el Parlamento.
Las que se deriven de su pertenencia al Consejo de Ministros o Gobierno.
Por otra parte, el Gobierno cuenta con Potestad Reglamentaria, consistente en la posibilidad de
aprobar los Reglamentos necesarios para la ejecución y desarrollo de las leyes, y con rango
inferior a éstas, y con las limitaciones correspondientes como la jerarquía normativa y la reserva
de ley en su caso
41
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
5.2.1. Introducción
El origen de los Parlamentos suele situarse, al menos en algunos países, como Inglaterra y los
antiguos Reinos españoles, en la Baja Edad Media. La razón de su aparición es fundamentalmente
económica. Los Monarcas se veían periódicamente necesitados de obtener una serie de subsidios
que eran suministrados por éstos, a la vez que recibían las correspondientes peticiones para la
marcha de los asuntos públicos. Así pues, el principio "there are not taxes without representation" se
convirtió en la razón de ser de estas Asambleas medievales. En un principio, éstas solamente se
componían de dos estamentos, el del clero y el de la nobleza. Más tarde, y debido al auge económico
adquirido por la incipiente burguesía comercial, ésta también fue llamada a formar parte de las
mismas, constituyendo un estamento separado. Recordemos, a este respecto, la célebre reunión del
Parlamento británico por Simón de Monfórt, en 1265. La composición de estas Asambleas no era
homogénea, siendo también su funcionamiento por separado, aunque muy pronto el estamento del
clero y el de la nobleza comenzaron a deliberar conjuntamente. Sin embargo, será el estamento
representante de la burguesía ciudadana el que adquiera un mayor relieve, produciéndose de esta
forma, especialmente en los países donde el feudalismo tuvo una fuerte implantación, una especie de
alianza entre éstos y el Monarca. Con ello, éste obtenía los recursos financieros necesarios, que los
otros estamentos sociales apenas le podían proporcionar, y la burguesía, como consecuencia de su
mayor -y posteriormente absoluta- contribución a las demandas económicas del Monarca, reclamara
mayores parcelas de poder que en esta primera época se canalizan a través del derecho de petición.
Durante la Edad Media, estas Asambleas experimentan un importante auge, que es paralelo y
consecuencia del desarrollo del estamento burgués. Sin embargo, a partir del Renacimiento se hace
preciso efectuar una distinción entre Inglaterra y el continente. En aquélla, la evolución histórica
continúa hasta que la Revolución de 1689 consagra de forma definitiva el papel del Parlamento
como centro del poder político. Todo ello, teniendo en cuenta el significado del Parlamento, que
desde un punto de vista legal es la reunión del Rey con sus Lores y sus Comunes, totalmente distinto
del continente. En éste, la llegada de las Monarquías absolutas, y la consiguiente formación del
Estado moderno, van a suponer la práctica desaparición de estas Asambleas, ya que el Monarca
dispondrá de los recursos propios suficientes para no requerir su ayuda. Posteriormente, el Estado
42
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
que surge tras la Revolución francesa conoce un renacimiento, aunque con postulados totalmente
distintos, de los Parlamentos. Es decir, mientras en el continente la ruptura entre unas Asambleas y
otras es manifiesta, en Inglaterra, que también existe, aparece mitigada por la continuidad de su
propia evolución histórica.
El hecho es que la Revolución francesa, teniendo en cuenta en gran parte el modelo británico ya
desarrollado por entonces, supone el inicio del Parlamento moderno. A ello contribuye también el
auge de determinadas doctrinas políticas, como la formulación de la división de poderes que realiza
Montesquieu, interpretando a su manera el modelo británico, que hace hincapié, más que en la
primacía del Parlamento, como sucede con Locke, en el equilibrio entre éste y el Ejecutivo. Pero a
partir de este momento hay que tener en cuenta los dos modelos fundamentales, el británico y el
continental, para explicar la evolución de los Parlamentos.
Si hasta 1914 el Parlamento es el órgano esencial del poder político, a partir de este momento,
cuando los postulados del Estado liberal de Derecho son puestos en entredicho, comienza a
hablarse de la crisis del Parlamento. Son muchas las causas que han intentado explicar esta crisis del
Parlamento en las democracias occidentales. A este respecto nos interesa subrayar lo siguiente.
1) Si bien durante el siglo XIX el Parlamento fue dominado por la burguesía, poco a
poco los efectos de la revolución industrial y la llegada del sufragio universal
conducen a la presencia de otras clases sociales en la institución parlamentaria. Con
43
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
a) Los Parlamentos continúan siendo, pese a la crisis del sistema representativo, los máximos
representantes de la voluntad popular. Es decir, aunque las elecciones se han convertido en
una auténtica ratificación popular de las candidaturas presentadas por los partidos políticos,
los Parlamentos son la institución democrática por excelencia, lo cual les convierte en el
centro del proceso decisorio político, ya que desempeñan una función legitimadora del
sistema.
44
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
d) Sin embargo, ello no quiere decir que los Parlamentos sean una simple institución simbólica,
desprovista de auténticas funciones decisorias. Lo que sucede es que han pasado de ser un
órgano activo de la gestión estatal, función que en parte continúan cumpliendo, a convertirse
fundamentalmente en un órgano defensor del sistema democrático en base a la legitimidad
que les otorga su naturaleza representativa. Y es que las crisis de los Parlamentos se han
producido precisamente cuando se ha intentado profundizar en el desarrollo del sistema
democrático, debido a las resistencias ofrecidas por determinados sectores sociales en el
mantenimiento de su poder político. Todo ello sin olvidar su presencia en la dirección
política del Estado que se materializa tanto en su participación en la composición de los
demás órganos constitucionales como en su función orientadora de la actividad
gubernamental.
45
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
5.2.2.1. Bicameralismo.
El Bicameralismo hace referencia a una estructura bipolar del Parlamento, es decir, cuando el
órgano legislativo de un determinado sistema político se apoya en la existencia de dos cámaras
separadas e independientes entre sí.
Junto a los Senados Aristocráticos aparecen, tras la Independencia de los Estados Unidos de
Norteamérica, los llamados modelos territoriales, de tal forma, que se establecen dos Cámaras, una el
Senado, de carácter electivo, que representa a los diferentes Estados o Entidades Territoriales, y otra
la Cámara de Representantes o Asamblea, que representa a la población. De esta forma, las dos
Cámaras pasaban a conformarse por principios democráticos.
Como dato curioso se puede hacer referencia a la existencia de Senados cuya composición es de
carácter corporativo, de tal forma, que en dicha Cámara se representan interese socio-económicos
del país. Es el caso actual de la República de Irlanda y de Estados que normalmente tenían un
carácter autoritario. No obstante, en este supuesto y en caso de no tratarse de regímenes autoritarios,
se trata de un bicameralismo desigual, de tal forma, que las atribuciones de las dos Cámaras no son
iguales, produciéndose un mayor incremento de atribuciones y funciones a la Cámara electa
mediante el sistema de Democracia Representativa, es decir, la Cámara Baja.
En la actualidad, en los Estados Democráticos, la existencia de una o dos Cámaras como Parlamento
de un Estado no implica la existencia de una Cámara electa por el pueblo y otra por sistemas de
designación, ya que ambas están sujetas a los principios de la Democracia Representativa. Por tanto,
que se cuente con una o dos Cámaras se deriva simplemente de una libre opción ejercida por el
Sistema Político y suele ser consecuencia de un intento de representación territorial del Estado, caso
de los Estados Federales o de los Estados Compuestos o descentralizados, o bien un deseo de
46
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
distribución del trabajo en el Parlamento, de tal forma, que una Cámara centra su actividad en unos
aspectos y la otra en el cumplimiento de funciones diferenciadas. No obstante, en la práctica, salvo
en el caso de los Estados Federales, la tendencia en la actualidad es a una pérdida de importancia de
las Cámaras Altas y a un incremento de las Cámaras Bajas, en virtud fundamentalmente, de que el
control político del Poder Ejecutivo está cada vez más reservado a éstas últimas.
5.2.2.2. Monocameralismo.
Por el contrario los partidarios de la existencia de dos Cámaras sostenían que el contar con una
segunda implicaba una mayor capacidad de reflexión, que alejaba las decisiones parlamentarias de
posibles precipitaciones consecuencia de actividades políticas coyunturales.
En epígrafe anterior nos hemos referido al principio de la soberanía nacional o popular como
máximo poder existente en el Estado y al desarrollo de la democracia representativa, que permite
que el Parlamento sea el órgano del Estado que canaliza fundamentalmente la representación de la
nación . En este contexto, la actuación del parlamentario, en cuanto portavoz de la voluntad popular
debe estar libre de presiones y responsabilidades que pudieran utilizar los otros poderes del Estado y
que afectaran a su actividad parlamentaria.
b) Inviolabilidad
c) Inmunidad.
Así podemos referirnos a modo de ejemplo y dentro de una de las fuentes de nuestro Derecho
histórico, el Derecho castellano, como los procuradores (antecedente de los diputados),
representantes de las ciudades castellanas que tenían representación en Cortes, cuando eran
convocados por el Rey para la celebración de las mismas gozaban de ciertas garantías, que
implicaban protección real en los caminos durante el periodo de tiempo que durase el largo viaje
47
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
hasta el punto de reunión, así como a la vuelta e incluso la imposibilidad de que sus propiedades en
la ciudad de origen pudieran ser enajenadas u objeto de apropiación por la Corona mientras el
representante del burgo o ciudad ejerciera sus funciones.5
Cabe destacar igualmente, que la garantía de libertad de actuación de los representantes en Cortes
era tal, que el Rey tenía prohibición de mantener gentes armadas en determinadas leguas a la
redonda de dónde se celebraran las Cortes.7
Anteriormente, nos hemos referido al origen de este concepto, no obstante, en la emergencia del
Estado Constitucional, fue uno de los aspectos más controvertidos, ya que un amplio sector de la
opinión se oponía a que la remuneración de los parlamentarios fuera algo más que un mero
complemento a la actividad profesional que cada uno de ellos debería tener. Avalaban dicha opinión
los siguientes aspectos:
1. El Parlamento sólo sesionaba en cortos periodos del año, en virtud de lo dispuesto en el texto
constitucional o previa convocatoria normalmente hecha por el ejecutivo. Por otra parte, las
funciones del Legislativo rara vez pasaban de la aprobación de presupuestos y de cierta iniciativa
legislativa, siendo la función de control político de carácter muy reducida.
2. El sistema electoral tenía su base en el sufragio censitario o capacitario, con lo que los que
podían optar al sufragio pasivo era un reducido sector social de la Nación, con un status
económico alto.
5
Cayetano Núñez Rivero “ Historia Constitucional de España” pp…Ed. Universitas. Madrid.1997.
6
C. Núñez Rivero.ob ant.cit pp.
7
C.Núñez Rivero “La inmunidad y la inviolabilidad en la Constitución de 1837, Revista de Derecho Político
nº 17.. pp. Madrid. 19..
48
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
El establecimiento del sufragio universal y la transformación de los partidos políticos desde partidos
de notables hasta partidos de masas, implicó el ingreso en la actividad política y dentro de ésta en la
parlamentaria de personas provenientes de sectores económicos y sociales más desfavorecidos, lo
que venía a significar, que para ejercer la actividad parlamentaria, debían dejar de ejercer su actividad
profesional y que carentes de rentas y otros medios de subsistencia, sin contar con una
remuneración suficiente por la actividad parlamentaria, difícilmente podían dedicarse a la misma,
quedando por tanto reservada la representación de la voluntad nacional a reducidos sectores de la
sociedad, lo que implicaba una profunda contradicción con la esencia de la democracia
representativa proclamada en la Constitución. Es por ello, que en el actual Derecho Parlamentario, a
diferencia de épocas pasadas, la remuneración de los representantes en el Legislativo no se
considera como prebenda alguna propia de la autonomía financiera de la Asamblea, y sí como un
derecho y garantía del funcionamiento institucional del Estado.
b) Inviolabilidad.
Protege a los diputados, eximiéndoles de responsabilidad alguna por las manifestaciones, votos y
actuación mantenida en el ejercicio de su actividad parlamentaria. De esta forma, la irresponsabilidad
de los diputados no se limita al tiempo en el que ejercen su función, sino que se extiende para todo
tiempo posterior, entendiendo que se refiere sólo a la que se deriva por su actuación como
diputados en el tiempo que lo fueron y no por actividades que mantengan posteriormente.
Por extensión la inviolabilidad debe entenderse no como una garantía que afecta sólo a la actividad
del diputado dentro de la Cámara, sino también fuera de ella en su actividad estrictamente política, y
derivada de su condición parlamentaria, incluida claro está la campaña electoral.
c) Inmunidad.
Protege a los diputados en materia penal. En su virtud, los parlamentarios no pueden ser detenidos
ni procesados durante el tiempo que dure su mandato. Se trata por tanto, de una garantía que tiene
un amplio carácter y que ha sido objeto de gran controversia en el Derecho Constitucional, en
cuanto que una estricta aplicación de la misma supondría otorgar al diputado un privilegio personal,
altamente diferenciado de los derechos de la ciudadanía, vulnerando los principios de igualdad y
justicia proclamados en el texto constitucional, que le afectaría a todas sus actividades, eximiéndole
de responsabilidad alguna por su actuación como ciudadano por actividades no específicamente
parlamentarias, sustrayendo de esta forma su conducta del área de actuación de los Tribunales, lo
que podría significar otorgarle de una carta de impunidad.
Parece pues necesario, establecer el sentido de esta garantía de los parlamentarios, así como los
límites de la misma.
49
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
El nacimiento por tanto de este concepto debe ubicarse en la lucha de los parlamentos por
salvaguardar su independencia y libertad de actuación, comenzando por la necesaria
independencia de que debían gozar sus miembros. No debe considerarse por tanto como un
privilegio individual del que goza un ciudadano que además es parlamentario, sino como una
garantía del buen funcionamiento del Legislativo, en cuanto a independencia y libertad se
refiere.
2.Los límites se derivan del principio que la ha conformado que no es otro que proteger la
actuación de libertad e independencia del parlamentario; por tanto, no puede significar en
modo alguno, “ una patente de corso” de la que goza un ciudadano amparado en su condición
parlamentaria. A este respecto, podemos indicar que la proclamación de la inmunidad en el
constitucionalismo actual no significa que el diputado esté exento en lo absoluto de la
responsabilidad penal que se derive de su actuación, sino que la misma tiene establecidos
unos cauces diferentes al resto de la ciudadanía.
Los Parlamentos gozan de autonomía en el desempeño de sus funciones. En este sentido, los
Parlamentos, gozan de Autonomía Reglamentaria, mediante la aprobación del Reglamento, aunque
dentro del marco que establece la Constitución, que recoge las normas que regulan su propia
50
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
b) La Presidencia.
Es normalmente elegido por los miembros de la Cámara. Sus funciones más importantes son:
Representa al Parlamento.
Fija el orden del día, de acuerdo con los organismos indicados de la Cámara.
c) La Mesa.
d) El Pleno.
El Pleno es la reunión de todos los miembros que forman parte de la Cámara. Las funciones del
Pleno coinciden con las funciones del Parlamento, tales como la aprobación o rechazo de las
iniciativas legislativas, control del Gobierno, debates etc..
e) Las Comisiones.
Las Comisiones Parlamentarias son órganos de carácter funcional, cuyas tareas están destinadas a
preparar las tareas del Pleno, así como a cumplir los mandatos del mismo. Las Comisiones pueden
ser permanentes y no permanentes, correspondiendo las primeras a las áreas del Gobierno:
Exteriores, Defensa, Sanidad, Educación etc.., y las segundas, entre las que cabe destacar la de
investigación ,son generalmente las formadas para el estudio de un tema concreto, disolviéndose una
vez que la acción se ha llevado a efecto.
f) Otros organismos.
51
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Podemos considerar como las funciones clásicas del Parlamento las siguientes:
a) Función Legislativa.
Es la función más característica del Parlamento, hasta el punto de que se les conoce como los
detentadores del Poder Legislativo, y consiste en la potestad de aprobación de normas jurídicas de
eficacia general. El Poder Legislativo consiste en votar las leyes que deberá observar el Gobierno en
su actuación. Sin embargo, esta atribución parlamentaria, especialmente en los regímenes de
predominio parlamentario, se ve en la actualidad, compartida con el Gobierno al que se le atribuye,
junto a la iniciativa legislativa, la capacidad de dictar disposiciones normativas con rango de ley, ya en
situaciones de urgencia o necesidad o en supuestos de delegación parlamentaria.
b) Función Presupuestaria.
La función presupuestaria consiste en la aprobación por parte del Parlamento de los presupuestos
del Estado, fijando los gastos anuales del Estado y decidir los medios para hacerlos efectivos,
especialmente, a través de los tributos. Es una de los más importantes medios de control respecto al
ejecutivo que detenta el Parlamento, pues al votar el presupuesto, el Parlamento fija unos límites
financieros a la actuación del Ejecutivo.
Una de las características esenciales para que exista una efectiva democracia política consiste en que
quienes ejercen el poder, no sólo sean elegidos por el pueblo, sino que se pueda establecer entre
ellos un control que haga posible la exigencia de responsabilidad.
Recibir los informes de las labores que debe rendir el Ejecutivo y proceder a su aprobación o
desaprobación.
52
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
De los tres poderes clásicos del Estado, acaso el que manifiesta una más temprana independencia
respecto a las otras funciones del poder político sea precisamente el órgano judicial. Así, desde la
emergencia de las primeras formas estatales en la sociedad renacentista, la función de los jueces se
nos presenta más diferenciada que las otras correspondientes al legislativo y ejecutivo. La razón es
obvia, tanto en la Monarquía Autoritaria como en la Monarquía Absoluta la función ejecutiva y la
legislativa corresponden y emanan de la autoridad real, que es quien detenta la soberanía. La
existencia de un Parlamento significaba simplemente que la Autoridad Real tenía unas ciertas
limitaciones en su actuación, especialmente en el ámbito financiero, y unos actos de obligado
cumplimento, tales como el juramento del príncipe heredero y la necesidad de consultar
determinadas decisiones de su actuación. Respecto a la existencia de instituciones y órganos a través
de las cuales se manifestaba el poder ejecutivo, tales como el Consejo del Reino, el Consejo de
Castilla o el Consejo de Indias en el ámbito hispanoamericano, no implicaban cuestionamiento
alguno del Poder Real, ya que los mismos eran creados en virtud de la voluntad real y el poder que
ejercían era delegado del Rey y ejercido en su nombre. Sin embargo, con respecto a la impartición de
Justicia, aunque el principio responde a lo anteriormente expuesto, ya que la Justicia se administra en
nombre del Rey y los jueces son nombrados por él, la realidad era algo diferente, pues la existencia
de normas, aunque emanadas de la Autoridad Real, implicaba la obligatoriedad de que la actuación
judicial se ajustara a las mismas; por otra parte, la necesidad de unos determinados niveles de
conocimiento y capacidad para el desempeño de la función judicial, en la práctica suponía que los
jueces gozaran de cierta inamovilidad y duración en el ejercicio del cargo.
La conformación del Estado de Derecho, desde su primera acepción de Estado Liberal puso de
manifiesto la aplicación del principio de división de poderes, lo que se plasmaría ya en los primeros
textos del Estado Constitucional. La función judicial y la Administración de Justicia se harán radicar
por tanto en órganos diferenciados de los restantes poderes del Estado. No obstante, aunque la
formulación de la función judicial separada de las otras funciones del Estado alcanza una notable
nitidez en los primeros textos, la proclamación del poder judicial no corre idéntica fortuna, en
relación, a la que se produce con respecto al Ejecutivo y Legislativo. Las razones para esta
concepción se derivan de que para el pensamiento ilustrado las funciones del juez debían limitarse a
la aplicación fiel de la ley, sin que cupiera discrecionalidad alguna del mismo en sus sentencias. Por
otra parte, debe destacarse igualmente, que en la caída del Antiguo Régimen en el continente
europeo, el protagonismo fundamental recayó en la institución parlamentaria, destacando la
desconfianza que éstos, especialmente los revolucionarios franceses tenían de los jueces, a los que
ligaban con el régimen anterior, hasta el punto de propugnar que los mismos fueran de elección
popular, así como el recuerdo del rol jugado por los jueces ingleses como soporte de la Corona en
las luchas entre Rey-Parlamento en aquel país.
53
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
No obstante lo anteriormente indicado, el desarrollo del Estado Liberal Democrático, así como la
no siempre efectiva separación de poderes entre el Ejecutivo y el Parlamento, en virtud de la
dependencia existente del primero respecto al segundo, salvo en los Estados donde la separación de
poderes era de carácter rígido8, en virtud del régimen presidencialista puro, puso de manifiesto la
importancia creciente de la función judicial, cuya independencia frente a posibles interferencias de
otros poderes del Estado, constituye como indicara Loewenstein, la piedra final en el edificio del
Estado democrático constitucional de Derecho. De esta forma, se produce una cierta
transformación en la función de los jueces, que desde una mera aplicación de la norma han llegado
a incorporar a su actuación la defensa de los valores superiores del Derecho y del propio orden
constitucional.
Establecida la necesaria independencia de la función judicial respecto a los restantes órganos del
Estado, ésta debe ser garantizada, de tal forma, que la actuación de Magistrados y Jueces sólo tenga
como meta la aplicación de la ley, alejada de todo tipo de injerencias, asegurando el recto proceder e
imparcialidad de los mismos. A este respecto, el juez debe gozar de determinadas seguridades, tales
como la inamovilidad del cargo, de tal forma, que no pueda ser destituido, trasladado o apartado de
su cargo, salvo por las causas establecidas por la ley. Igualmente, para reforzar la independencia e
imparcialidad de la actuación de los jueces, éstos están sujetos a diferentes incompatibilidades.
8
En la actualidad y casi de forma independiente al tipo de régimen político de carácter parlamentario,
presidencialista o semi presidencialista que tenga un Estado, podemos apuntar que la independencia de los
poderes ejecutivo y legislativo queda sumamente atenuada, en virtud de la creciente importancia de los
partidos políticos, que según un sector de la doctrina, constituye el verdadero núcleo de poder en el Estado.
54
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
I. INTRODUCCIÓN
Hoy en día son ya bastantes los sistemas políticos que están dotados de instituciones de Justicia
constitucional. Sin embargo, no todos ellos responden a los mismos esquemas y planteamientos
teóricos. Ni siquiera en todos existen estructuras propias de la justicia constitucional, ya que pueden
responder a principios no jurisdiccionales. En realidad, resulta difícil generalizar los distintos modelos,
ya que dentro de cada uno de ellos se pueden apreciar características propias que les hacen apartarse de
los grandes sistemas generales establecidos.
Sin embargo, este sistema es rechazado en un principio en Europa. En este continente, se van a seguir,
en un primer momento, dos vías distintas del control de constitucionalidad de las leyes: el sistema
francés, que tiene su origen en la formulación de Sieyés, y el sistema austriaco, debido en gran parte a
H. Kelsen y que constituirá la gran aportación europea a la justicia constitucional.
55
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Ciertamente, la evolución histórica que se ha producido desde la célebre sentencia "Marbury vs.
Madison" ha afectado sustancialmente a la justicia constitucional, que hoy día aparece configurada por
nuevos elementos y responde a un significado distinto, aunque algunas cuestiones sigan conservando su
vigencia.
1. El problema de su conceptuación
La justicia constitucional debe ser englobada dentro de la defensa constitucional entendiendo por tal el
conjunto de "instituciones y medidas mediante las cuales el Estado resguarda su existencia y
ordenamiento frente a los peligros que le amenazan desde dentro" (Faller). Por tanto, la justicia
constitucional no es más que uno de los mecanismos de defensa de la Constitución, que tiene por
objeto resolver los problemas planteados por la observancia de las normas constitucionales. Es "todo
procedimiento jurisdiccional que tiene como fin directo la observancia de la Constitución" (Cascajo).
Ahora bien, junto a la justicia constitucional existen otros mecanismos de defensa de la Constitución. Y
también, como parte integrante de la defensa o garantía de la Constitución, se encuentran otras
cuestiones, como la reforma constitucional. Y es que la jurisdicción constitucional supone la existencia
de unos requisitos previos y debe ser comprendida dentro de unas determinadas coordenadas, todo lo
cual nos conducirá al análisis de su significado en un sistema democrático.
Desde estos planteamientos hay que tener en cuenta el doble significado que encierra la justicia
constitucional. Desde un punto de vista objetivo se refiere a las funciones jurisdiccionales realizadas
para la garantía y defensa de la Constitución. Desde un punto de vista subjetivo analiza los diversos
órganos que ejercen dichas funciones., El contenido de la justicia constitucional ha experimentado
también el proceso histórico de su propia evolución. En un principio, el control de la constitucionalidad
de las leyes pareció ser su único y primordial objeto. Posteriormente, la tutela de los derechos y
libertades fundamentales vino a desplazar a aquél. A ello hay que añadir, aunque en un menor nivel, la
regulación de los conflictos entre los órganos constitucionales del Estado y la llamada justicia política,
que suponía el enjuiciamiento de ciertas magistraturas del Estado. Todo ello sin olvidar la importancia
adquirida, en los Estados políticamente descentralizados, por la regulación de los conflictos entre el
Estado central y las entidades políticamente descentralizadas. Naturalmente, este diverso contenido no
se produce en todos los sistemas, sino que viene dado por múltiples circunstancias de cada sistema
político, que contiene así un sistema propio de justicia constitucional.
56
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
1) La configuración del Parlamento como órgano de justicia constitucional. Este sistema, que
encuentra sus raíces en la más pura tradición jacobina, tuvo su implantación en los sistemas
marxistas, y en la actualidad es ejercido, con carácter preventivo, en algunos países occidentales.
Con ello, u n mismo órgano -el Parlamento- se convierte en juez y en parte de sus propias
decisiones.
b) Atribución a órganos judiciales. Este sistema, sin duda el más extendido, es el que propiamente puede
ser calificado de justicia constitucional. En él se pueden apreciar dos manifestaciones importantes:
1)El sistema austriaco, que se caracteriza por la atribución a un Tribunal ad hoc de las
competencias de justicia constitucional. Es el sistema de justicia constitucional concentrado. En
principio, el sistema austriaco sólo admite la vía directa en el control de constitucionalidad de las
leyes, aunque a partir de la reforma de 1929 se introduce también la vía indirecta. Otra
característica fundamental es que las sentencias del Tribunal producen, en caso afirmativo, la
nulidad de la disposición impugnada. Este sistema va a ser el que influirá de modo más decisivo
en los modelos alemán e italiano, que son los antecedentes más cercanos a nuestro actual
Tribunal Constitucional.
2)El sistema norteamericano del judicial review, que es un sistema de justicia constitucional difuso,
ya que todos los tribunales son competentes en este sentido, aunque se sienten vinculados por
el principio stare decisis. Al propio tiempo, únicamente se admite la vía indirecta en el control de
constitucionalidad de las leyes, no produciéndose tampoco la nulidad de la disposición afectada,
sino únicamente su inaplicabilidad al caso concreto enjuiciado.
En la actualidad casi ninguno de los sistemas de justicia constitucional responde totalmente a uno u otro
de los modelos mencionados. En realidad, cada país tiene sus propias peculiaridades, que afectan tanto a
las funciones como a los procedimientos a seguir, produciéndose una especie de simbiosis entre el
sistema austriaco y el norteamericano, aunque con preponderancia de los elementos de aquél. Sin
embargo, la filosofía política subyacente a ambos sistemas es muy diferente. Mientras el sistema norte-
americano tiene, al menos en sus orígenes, como finalidad fundamental la consagración del principio
federal, el sistema europeo tiene como finalidad la garantía de la libertad. Pensemos que en 1803 todavía
existe en Norteamérica la esclavitud y que en 1920, en Europa, las célebres disputas entre Kelsen y
Schmitt, para quien la existencia de una jurisdicción constitucional politiza la justicia en vez de
judicializar la política, se convierten en auténticas confrontaciones entre Democracia y Dictadura.
No obstante todo lo anterior, hoy estamos asistiendo, a una relativización conceptual entre el sistema
difuso y el sistema concentrado. Incluso es posible observar ciertas tendencias doctrinales que abogan
por una potenciación de las características del primero en contra de las propias del sistema concentrado.
57
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
A partir de la Segunda Guerra Mundial se produce, como consecuencia de la derrota de los regímenes
dictatoriales, un renacimiento de la justicia constitucional que tiene su principal plasmación en la Corte
Constitucional italiana y en el Tribunal Federal de Karlsruhe. Este renacimiento va a implicar un
aumento considerable de las funciones de los Tribunales Constitucionales. Todo ello sin olvidar el
ámbito supraestatal que está adquiriendo la justicia constitucional. Pero antes de entrar en el análisis de
su problemática actual, parece necesario efectuar una serie de consideraciones:
a) En primer lugar, la justicia constitucional surge como reacción ante la crisis del concepto clásico
de Constitución, tratando de configurar una tendencia racionalizadora del poder, especialmente
en Europa después de las experiencias fascistas, e intentando que la Constitución deje de ser
una simple declaración de principios y se convierta en Derecho directamente aplicable.
c) Al propio tiempo, la justicia constitucional debe ser considerada como una manifestación del
Estado de Derecho, en cuanto supone la consagración del principio de legalidad constitucional
la tutela de los derechos y libertades y la configuración moderna del principio de la división de
poderes, tanto en su aspecto horizontal como vertical.
Desde estos planteamientos, la problemática actual de la justicia constitucional afecta a las siguientes
cuestiones:
58
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
1) El contenido propio de la justicia constitucional, que afecta tanto a las funciones a ella
atribuidas como al procedimiento (especialmente por lo que al problema de la
legitimación se refiere) y a los efectos de sus sentencias.
Todo ello puede suponer una alteración de los esquemas tradicionales del Estado de Derecho. Así, el
principio de legalidad experimenta una modificación radical. Los derechos y libertades adquieren una
nueva dimensión. Los esquemas clásicos de la división de poderes cambian profundamente. Todo ello
dentro de una continua transformación de las estructuras del Estado, en el proceso de consecución de
un Estado democrático de Derecho, al cual debe dirigirse nuestro sistema de justicia constitucional.
No obstante todo lo anterior, hay que tener en cuenta que la problemática subyacente a la justicia
constitucional no ha encontrado aún una solución definitiva. Y es que las predicadas en otras épocas,
como las propuestas por Kelsen para que los órganos de justicia constitucional no se convirtieran,
sustituyendo a los Parlamentos, en auténticos "legisladores negativos", resultan difícilmente aplicables.
Las características propias del constitucionalismo de nuestros días, con la frecuente presencia de
declaraciones programáticas y teniendo en cuenta la función transformadora que están llamados a
desempeñar los modernos textos constitucionales, parecen poner a la justicia constitucional moderna
ante el siguiente dilema: o se considera que los Tribunales Constitucionales tienen absoluta
independencia a la hora de interpretar la Constitución, lo que supone una vuelta a la tesis de su
consideración como legisladores negativos, o, por el contrario, vienen obligados a establecer un
compromiso con los demás poderes del Estado, perdiendo así su consideración de órganos
independientes y guardianes de la Constitución.
Y es que los Tribunales Constitucionales son, como los demás poderes públicos, poderes constituidos,
no pudiendo nunca arrogarse la representación del poder constituyente ni suplantar el núcleo
competencial de los demás órganos constitucionales. Es decir, en el ejercicio de su función de indirizzo
político, nunca pueden constituirse en legisladores positivos. 0 dicho en otras palabras, si bien el llamado
activismo judicial de los Tribunales Constitucionales a veces puede representar un elemento
transformador de la sociedad, éste será ilegítimo cuando trata de suplantar o sustituir a los otros órganos
constitucionales.
Quizás esta disyuntiva pueda plantearse sin tanto dramatismo. Pero lo cierto es que la interpretación de
los Tribunales Constitucionales, acertada o errónea, vincula a todos los ciudadanos y a todos los
poderes públicos. Y quizás la única forma de control sobre los mismos, prescindiendo ahora de la
problemática de su composición y renovación, así como de la supresión de los mecanismos y
procedimientos que parecen acentuar aún más el dilema planteado, sea la crítica doctrinal seria' a sus
59
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
sentencias. De este modo, y aun siendo conscientes de sus limitaciones, la opinión pública podrá
ejercer, en algún modo, un control difuso sobre los órganos de la justicia constitucional.
Por ello, y en análogo sentido a lo dicho sobre el Poder Judicial, los Tribunales Constitucionales, a
través de la fundamentación motivada por sus decisiones, deben explicar y convencer a esa opinión
pública del contenido de las mismas.
La institución del Procurador de los Derechos Humanos, Defensor del Pueblo, Diputado del
Común etc, según el nombre que reciba en cada texto constitucional, es una figura de reciente
incorporación al Derecho Constitucional, teniendo su origen en época contemporánea, en la
creación del Ombusman, en los países escandinavos, y de modo especial en Suecia, desde donde se
extenderá a partir de la Segunda Guerra Mundial al constitucionalismo mundial..
d) Es de carácter inviolable.
Por otra parte, es destacable el papel jugado por la Procuraduría de los Derechos Humanos en los
procesos de reforma de las Administraciones Públicas en América Latina, contribuyendo al
esclarecimiento de actos y resoluciones de las mismas que no tenían en cuenta los derechos
fundamentales de amplios sectores de la ciudadanía. Asimismo, han contribuido de forma eficaz en
la zona indicada anteriormente, en la difusión de la cultura de derechos humanos para los sectores
más deprimidos económica, social y culturalmente.
60
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
BIBLIOGRAFÍA
1. BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA
Alvarez Conde, E.- Curso de Derecho Constitucional español, Tecnos, Madrid, 1993.
Alvarez Conde, E.- Curso de Derecho Constitucional, Vol.II, Tecnos, madrid, 1997.
Díaz Nieva, J.- en VV.AA.- Manual de Derecho Constitucional (I), UEM-CEES-Cólex, Madrid,
1997.
Núñez Rivero, C.- Teoría del Estado y Sistemas políticos, UNED, Madrid, 1993.
Núñez Rivero, C; Goig Martínez, J.M y Díaz Nieva, J.- El Estado y la Constitución, UNED,
Madrid, 1997
2. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Aguilera de Prat, C.R. y Martínez, R.- Sistemas de Gobierno, partidos y territorio, Tecnos, Madrid,
2000.
Bar Cedón, A.- El Presidente del Gobierno en España, Cíivitas, Madrid, 1983.
Blondel, J.- Introducción al estudio comparativo de los gobiernos, Revista de Occidente, Madrid, 1972.
Daranas Peláez, M (comp).- Las Constituciones europeas, Ed. Nacional. Madrid, 1979.
De Esteban, J, y González-Trevijano, P.- Curso de Derecho Constitucional español, Vols .II y III,
SPFDUC, Madrid, 1994, 1995
61
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
De Otto, I.- "La posición constitucional del Gobierno" en DA, nº 188, 1980
Ferrando Badía (Coord).- Los regímenes políticos actuales Tecnos, Madrid, 1987.
Garrorena Morales, A.- El Parlamento y sus transformaciones actuales, Tecnos, Madrid, 1990.
Huntington, S.P. y Watanuki, J.- La crisi della democrazia. Rapoporto sulla gobernabilitá della
democrazia, Franco Angelli, Milán, 1977.
López Guerra, L.- "Funciones del Gobierno" en VV.AA.- Derecho Constitucional, Vol.II, Tirant
lo Blanch, Valencia, 1992.
62
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Martínez Sospedra, M.- Las instituciones del Gobierno constitucional.Sistemas de gobierno y órganos
constitucionales, San Pablo CEU, Valencia, 1988.
Mellado Prado, P.- La responsabilidad política del Gobierno en el ordenamiento español, Congreso de
los Diputados, Madrid, 1988.
O'Connor, J.- The crisis of the State, Sanint Martin's Press, Nueva York, 1973.
Peters, B.G.- "Governability" en La Enciclopedia de las Instituciones Políticas, Nueva York, 1987.
Revenga Sánchez, M.- La formación del Gobierno en la Constitución española de 1978, CEC, Madrid,
1988.
Alzaga Villaamil (dir).- Comentarios a la Constitución española de 1978, Vol.VIII, Edersa, Cortes
Generales, Madrid, 1998.
Sánchez Férriz, R.-"El régimen político suizo" en Ferrando Badía (coord): Regímenes políticos
actuales, Tecnos, Madrid, 1985.
Sánchez González, S y Mellado Prado, P.- Sistemas Políticos actuales, CERA, Madrid, 1995 y
2000.
63
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
Sánchez, S; Mellado, P y Goig, J.M.- La democracia constitucional española, CERA, Madrid, 1997.
Schmitter, P.C.- en VV.AA.- La organización de los grupos de interés en Europa Occidental, Ministerio
de Trabajo y asuntos Sociales, Madrid, 1988.
Virgala Foruria, E.- "La nueva fórmula de gobierno israelí: creación y puesta en práctica" en
Cuadernos constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol, nº 20-21, Valencia, 1997.
64
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
www.congreso.es
www.senado.es
www.cec.es
www.georgetown.edu
65
MAESTRIA A DISTANCIA DE GERENCIA PÚBLICA
CUESTIONARIO DE AUTOEVALUACIÓN
4. ¿ En qué radica la importancia del Poder Judicial como elemento vertebrador del
Estado?
66