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Diario de un historiador colombiano en la República Bolivariana de Venezuela -2012-
Edición revisada 2018
— Capítulo 1 —
De Medellín hasta el balcón del pueblo en Caracas.
Cada una de las personas que he conocido son protagonistas, hacen parte de la
revolución. Mujeres, hombres del pueblo que hablan de “nuestra revolución”,
todos hacen parte de alguna organización de base política, que de alguna
manera tiene que ver con la lucha política. Mientras que en el mundo occidental
se da el ocaso de la ciudadanía, donde reina el individualismo y el desinterés
por el bien común, en Venezuela surge una nueva militancia ciudadana, el
debate político es el pan de cada día.
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de crear seguridad y estabilidad para los pueblos que los han elegido, hacen
todo lo contrario para crear un clima de insatisfacción y desazón. Por otra parte,
es generalizado que grandes sectores del pueblo, en masa, son bastante
“bárbaros”, esta población marginal que durante tantos años fue excluida, actúa
sin conciencia alguna cívica y por el contrario se mueven en el caos y en la
montonera. El ejemplo más visible el caos de la movilidad, las colas (filas) pocas
veces son respetadas, cuando llega la camioneta, la buseta, el mayor salvajismo
para buscar un puesto. Ni conductores, ni peatones respetan en la mayoría de
las veces las leyes de tránsito, cada que pueden se saltan las normas, sin
importarles si atropellan al otro. Es decir, una conclusión provisional que
quiero formular en este diario es que el principal obstáculo de esta revolución
en primer lugar, es la población marginal (valga decir que el gobierno de
Chávez ha sido el que más ha reducido en América Latina los índices de
pobreza extrema) pero falta, y aún falta demasiado mucha ética ciudadana, en
esos seres bruscos, que aunque buenos individualmente en masa son los más
toscos; y en segundo lugar, la población extremadamente rica, que mira con
desdén la construcción ciudadana, cada uno con su automóvil gigante,
atropellando literalmente al que se le atraviese a su ego que va al volante.
El ser humano venezolano es bello, sangres mezcladas, caras que reflejan almas
nobles, intrépidos, arrojados, desfachatados. Una mezcla sensacional entre
caribe y llanero. Sus formas de hablar son rítmicas, alegres, tienen gracia, desde
el vendedor ambulante hasta el político se les facilita la emoción al hablar.
Hablan duro, rápido y catantaito. Una vez, en una buseta el ayudante del
conductor me cobró 20 bolívares, como en esa misma ruta ocho días antes me
habían cobrado tan sólo 10 bolívares, inmediatamente le hice el reclamo, y su
respuesta fue tan serena, graciosa y espontánea, que en lugar de enfadarme, me
encantó. Con la más perpleja tranquilidad me respondió: - “¡Es que nosotros
somos piratas!”.
Las mujeres son muy activas, de todas las personas que he conocido, las más
apasionadas por el proceso político son la mujeres, son comprometidas,
guerreras, organizadoras, amorosas, creo que la base social más importante y
fiel a la revolución bolivariana son la mujeres.
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He estado muy atento de los bolivarianos, de los que participan del proceso
revolucionario, de sus pareceres. He hablado con funcionarios, intelectuales,
artistas, militares, obreros, gentes humildes. Todos tienen algo en común, su
sólida convicción de militar en la defensa y prolongación de su proceso
revolucionario. Sobre todo los intelectuales y artistas, como es obvio, son más
críticos con la revolución y señalan sin ambages lo que se está haciendo mal y lo
que se tiene que mejorar. La mayoría del pueblo ama su revolución, aman a
Chávez, adoran a Bolívar. No todos tienen claro lo qué es el socialismo, o las
cuestiones más profundas y acuciantes sobre lo que debería ser un socialismo
del siglo XXI, pero aun así, sin tener muy claro el concepto, todos se declaran ya
socialistas y defienden el socialismo como algo que vendrá y que ya ha iniciado,
y lo mejor, a lo que no quieren renunciar.
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poco porque este proceso es colosal y para conocer sus profundidades hace falta
caminar más.
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— Capítulo 2 —
De cómo estoy viviendo en Venezuela – Coyuntura política de esta
revolución.
Antes de entrar a Venezuela, cuando llegué a Cúcuta sentí una gran vergüenza
al constatar que una de nuestras puertas, la frontera, era tan fea. La terminal de
transportes allí es un infierno, el calor, los agiotistas, los embaucadores, los
paramilitares. No lo dudé, no quise permanecer un instante allí. Tomé un bus
que iba de Cúcuta a San Antonio, de allí, literalmente me embarcaron en otro
para San Cristóbal, y de ese, en otro bus gigante de dos pisos, me llevaron a
Caracas. Yo, el último romántico, pensé que ya no había fronteras, que como la
Patria es América no había paradas, ni requisas, ni preguntas, ni restricciones.
Pero… no. Resulta que me metí en mi primer problema, que oficialmente este
historiador vagamundo no ha salido de Colombia, ni ha entrado oficialmente a
Venezuela, a pesar de que llevo dos meses andando por Caracas. Pues bien, que
me tocará, devolverme a Cúcuta, no sé cuándo, a que me pongan un sello en un
pasaporte, que si no estoy ilegal en la patria de América.
Y para acabar de ajustar, soy colombiano… que acá en Venezuela, esta no es,
propiamente la mejor presentación. ¿Se acuerdan mis lectores que en el primer
capítulo de este diario, como cosas negativas que veía, hablaba de unas
montoneras? Pues resultó que muchos de estos desordenes era de colombianos;
pues que en lo que va de corrido en esta revolución, muchos desplazamientos
de “neogranadinos” se han dirigido a Venezuela, y entre ellos, mucho
paramilitarismo y gente de “mal vivir” como dicen acá. Colombianos excluidos
socialmente en nuestro país que han venido acá a “montar” barrios de
“invasión” y que han traído entre tantas necesidades de hambre, también la
violencia. Si por casualidad algún godo, reaccionario, santanderista, derechoso,
oligarca en Colombia, lee este diario, le quiero preguntar: si Colombia es un
“paraíso de seguridad y democracia” ¿por qué son los colombianos los que se
vienen para esta “infernal dictadura” y no los venezolanos los que se van para
allá? Una noche que no pude dormir y que estaba cerca de esos lugares de
invasión, descubrí que esos barrios efectivamente sí eran de colombianos, pues
que aunque las paredes eran de cartón, varios bafles (acá se les dice cornetas) de
los más modernos equipos de sonido, ondearon toda la noche, en el más alto
volumen los vallenatos de Diomedes Díaz y el Reggaeton que no podía faltar.
Pero bueno eso es lo de menos, lo de más y principal peligro para esta
revolución es el paramilitarismo de Uribe, ya han visto el veneno que ha
destilado éste último, ser abominable que en los últimas días, ha arremetido
contra de Venezuela cada vez que puede.
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Bueno, este historiador, sin pasaporte sellado, antes de conocer a nadie, se dio a
caminar Caracas. Lo primero que descubrí fue un gigante y hermoso parque
llamado el de los Próceres, varias cuadras de jardines y monumentos alusivos a
la gesta de la independencia. Me sentí maravillado, era de noche, la belleza del
lugar, a pesar de que eran las nueve de la noche, se veían familias, niños
jugando, parejas de novios, personas haciendo deporte, tranquilidad. Y no sólo
este bello lugar, luego descubrí, que esta revolución ha rescatado muchos
lugares públicos para el pueblo y sobre todo en el centro de Caracas. Lugares
que en la época del neoliberalismo de los noventa eran territorios oscuros de
miedo y desolación. Ahora en estos espacios se respira auténtica ciudadanía.
Cómo no podía seguir deambulando sólo, busque los contactos que había hecho
por internet. (Descarto hablar todavía de unas cartas de recomendación que
traje para presentarme a unos profesores de las universidades, por el momento
basta decir, que intuyo por lo que he visto, que la academia universitaria acá
está en manos de las burocracias del mercado y de la oposición. Aunque la
revolución creó la Universidad Bolivariana, creo que le ha faltado al pueblo
venezolano, recuperar las otras universidades que ahora están en manos de los
doctos, serviles de la burguesía.) Decía que busqué mis contactos que había
hecho por internet. —Ves mi amigo y hermano Raúl que Facebook sirve para
algo distinto a la farándula y a la vanidad de los yoes—. Ya con anterioridad,
mi bella amiga Andrea, revolucionaria y literata colombiana, más conocida en
el mundo social y virtual como Valeria, me había contactado con varias
personas revolucionarias en Caracas. Uno de esos contactos se convirtió en mi
“ángel de la guarda” en Caracas; es tanto mi ateísmo, que ella, me corrigió hace
poco, que le estaba diciendo era, ángel de la guardia. Hablo de Yakelin una
mujer poeta, militante apasionada de esta revolución, que al tiempo es la
exquisitez hecha persona, de la gastronomía y la genuina amistad. Ella se ha
vuelto la mejor anfitriona, igual que su bella madre la señora Luisa que con
mucho amor en algunas noches me han hospedado en su apartamento en el
centro de Caracas. Bueno del centro ya conocía algo de la mano de la bella y
revolucionaria Adriana Castaño, abogada colombiana que hace poco también
tomó la decisión de venirse a vivir acá del amor y del fervor bolivariano, y que
dicho sea de paso, y se lo ha agradezco eternamente, siempre ha estado atenta
de mi destino acá. Yakelin pues, a su vez presentó a mi otra ángel de la guarda,
Sanyira, filosofa, docente y directiva universitaria, pero ante todo, mujer
amorosa, corajuda y dadora de vida, militante y defensora de Chávez, que tuvo
el gesto solidario e increíble, de ofrecerme su casa para vivir gran parte de los
primeros días en que he estado acá. Espero que no haya sido yo tan mal
habitante de casa, allí cometí mi primeros desastres cocinando, si es que hacer
un arroz quemado y apresurado, a eso se le puede llamar cocinar.
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donde para sorpresa mía, dos músicos de esta tierra interpretaron para mí esta
canción de Alí primera: La guerra del Petróleo:
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entregan mis lentes, y todo esto sin pagar un solo bolívar. En toda Venezuela
igual está funcionando la salud de esta forma. ¿Se necesita otro argumento,
para demostrar que la revolución bolivariana es del pueblo y para el pueblo? Yo
creo que no. Basta mirar el desastroso capitalismo en el resto del mundo. Acá se
está viviendo otra realidad.
¿Qué está haciendo la derecha? Pues conspirar con la ayuda de los EE.UU. y la
oligarquía colombiana. Acá se teme, en verdad, que como la oposición,
electoralmente ya se sabe derrotada, comience a utilizar la violencia para
desestabilizar al país, pero el pueblo y el gobierno están alertas. Incluso se ha
llegado a ver indicios de que la misma derecha puede atentar contra la vida de
su propio candidato presidencial para crear confusión y achacarle esto al
chavismo. Y no es una idea descabellada, ya sabemos que las oligarquías
pueden hacer esto y mucho más. Esta minoría cegada por la ideología imperial
y burguesa está desesperada y como son tan irracionales y asesinos (no todos
por supuesto, hay gente de derecha que por más derechosa que sea no admite
la muerte, pero hay otros muchos que sí) de ellos se puede esperar cualquier
cosa. No es exageración de este historiador, en Venezuela, en esta coyuntura se
está jugando una contienda entre la vida y la muerte, y la vida hoy acá, es
socialista y roja y va triunfando.
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Me ha ido muy bien, sin embargo no todo ha sido tan fácil, el dinero que recogí
con mi conferencia hace rato se acabó. He sobrevivido por los auxilios de mi
hermano en España y unos amigos. Aunque mi conferencia ha gustado —hoy
vuelvo a presentarla en un canal de televisión local de Caracas— aún no he
encontrado trabajo, ya no puedo seguir viviendo en la casa que estaba, tengo
que volver a la frontera, a esa fea Cúcuta, a ponerle un sello a mi pasaporte y
volver a Caracas, a seguir con esta aventura. ¿Cómo lo haré? Al terminar estas
líneas, yo mismo no lo sé.
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— Capítulo 3 —
Los sueños siguen en Venezuela - El programa de la Patria.
Los dos primeros meses corrí con buena suerte porque ningún policía me pidió
el pasaporte, pero la suerte no fue completa, el día que salía de Caracas para la
frontera, en la terminal de transporte La bandera, minutos antes que el bus
saliera, subió un policía y pidió los documentos y me bajó del bus. No valió
explicarle la tontería de no haberle puesto antes los sellos al pasaporte, que
precisamente iba a corregir eso, no valió mostrarle lo certificados de las
conferencias que he dado en Venezuela durante este tiempo, pues nada… el
policía con el ceño fruncido expresó: “tuviste suerte hasta hoy”, que si no le
daba bolívares me detendría. Yo para evitar los problemas que eso me
conllevaría y que además perdería el pasaje hacia San Cristóbal le di mis
últimos 200 bolívares, lo que tenía para devolverme de Cúcuta. Lleno de ira me
devolví al bus y el policía cínico sonrió y me dijo: “adelante profesor vaya
ponga esos sellos que a usted acá en Venezuela le va ir muy bien”. Supe
después, que dado el número tan grande de colombianos que estaban
ingresando a este país, el gobierno de Chávez decidió hace poco facilitar los
trámites y simplemente poner un sello a los que entran para que puedan
circular como turistas libremente durante tres mes, que antes de esa política de
hermandad el negocio de los policías era sacarle plata a los colombianos. Lo
cual comprueba que si la policía en América Latina es corrupta es porque los
Estados se los permiten y se los facilita. Ya ese negocio a los policías
venezolanos se les acabó, salvo los 200 bolívares que se le aparecieron a este de
la nada simplemente por mis carajadas. Si no es por la solidaridad de mi familia
que me mandó otro dinero a Cúcuta para poder devolverme a Caracas me
hubiese tocado devolverme a Medellín a pie.
Esta vez Cúcuta no me pareció tan fea, más bien la fea es su terminal de
transportes, es más, me dio nostalgia por mi país, después de compartir algunas
pocas horas con los cucuteños, me di cuenta que lo que me hacía falta es mi
bella Medellín. Pero pronto me llamé al orden y recordé que la hora de volver a
Colombia no ha llegado, que mi aventura venezolana apenas está comenzando.
Uno de los lectores de este diario me dijo que le estaba dando muy duro a
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Ahora sí no más mis aventuras sino una observación sobre lo que actualmente
está pasando en Venezuela.
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El centro de Caracas era una fiesta, miles y miles de personas vestidas de rojo
escuchaban las líneas generales de este programa. Luego se empezaron a
distribuir ejemplares con el programa completo, un denso documento detallado
hasta la más mínima indicación para demostrar el camino que Venezuela
emprenderá para desarrollar estos grandes cinco objetivos históricos. Ahora
comenzaba un período de estudio y debate del programa en cada uno de los
miles escenarios de discusión política.
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a Venezuela y vea con sus propios ojos está fiesta política. Reitero no es que esto
sea un paraíso, falta mucho por mejorar, yo no soy una fanático enceguecido, yo
me he tomado el tiempo de escuchar personas muy lúcidas que me explican los
fallos y los asuntos por mejorar en esta revolución. Pero lo que Venezuela está
viviendo, es un proceso revolucionario popular de unas dimensiones que aun
en América Latina no se han enterado.
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http://segundacita.blogspot.com/2012/06/violencia-y-otras-cuestiones.html
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— Capítulo 4 —
La desconfianza que genera un colombiano bolivariano en Colombia y la
desconfianza que genera un colombiano bolivariano en Venezuela — Una
mujer — Tipos de Chavismos y tipos de escualidismos.
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Valga acláralo ya, mi postura frente a las FARC, es la misma que la de Fidel
Castro, las ideas que presentó en su libro La Paz en Colombia, yo suscribo y
afirmo cada una de sus palabras:
“Yo discrepaba con el jefe de las FARC por el ritmo que asignaba al proceso
revolucionario de Colombia, su idea de guerra excesivamente prolongada. Su
concepción de crear primero un ejército de más de 30 000 hombres, desde mi
punto de vista, no era correcta ni financiable para el propósito de derrotar a las
fuerzas adversarias de tierra en una guerra irregular. […] Es conocida mi
oposición a cargar con los prisioneros de guerra, a aplicar políticas que los
humillen o someterlos a las durísimas condiciones de la selva. De ese modo
nunca rendirían las armas, aunque el combate estuviera perdido. Tampoco
estaba de acuerdo con la captura y retención de civiles ajenos a la guerra. Debo
añadir que los prisioneros y rehenes les restan capacidad de maniobra a los
combatientes. Admiro, sin embargo, la firmeza revolucionaria que mostró
Marulanda y su disposición a luchar hasta la última gota de sangre. La idea de
rendirse nunca pasó por la mente de ninguno de los que desarrollamos la lucha
guerrillera en nuestra patria. Por eso declaré en una Reflexión que jamás un
luchador verdaderamente revolucionario debía deponer las armas. Así pensaba
hace más de 55 años. Así pienso hoy”2.
2
Fidel Castro Ruz, La paz en Colombia, Editorial Política, La Habana, 2008.
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un guerrillero que se está escondiendo, o peor aún, qué tal que sea un
paramilitar uribista que se infiltró en la revolución”, o bueno, un “colombiano
más de toda esa inmensa mayoría de colombianos que se han venido para acá a
invadir”. ¡Vaya situación!
Sin embargo yo sigo en pie, contento, convencido que acá en esta revolución
bolivariana encontraré un lugar, y que luego fortalecido volveré a seguir la
lucha política en Colombia. Sí, compatriotas colombianos godos: hoy Frank
Bedoya es más, más chavista que antes, cada día mí alma es más roja y
venezolana.
Un día Simón Bolívar cuando era joven salió derrotado de Caracas y se fue para
Cartagena y allá surgió en tierras extrañas, tierras extrañas que él después unió
en un nombre sagrado: Colombia. Después otros se encargarían de separar lo
que Bolívar unió. Y hoy día los colombianos somos extraños para los
venezolanos y los venezolanos nos son extraños a nosotros los colombianos.
¿Qué vengo siendo entonces yo? ¿Ya no lo he dicho? Yo soy un hombre cuya
mayor pasión en la vida es el amor a Simón Bolívar. Hace mucho tiempo decidí
que toda mi existencia la dedicaría, en los escenarios que me tocara fueran los
que fueran, a enseñar la vida y obra del Libertador. Mis amigos de la Escuela
Zaratustra son testigos que un día de plena embriaguez llamé a mi madre y le
rogué que cuando yo muriera se abstuvieran de velarme al lado de algún icono
cristiano, que ella sabe que soy ateo y que detesto el cristianismo, que por favor,
al lado de mi tumba pusieran una pintura inmensa de Simón Bolívar y no más.
De este tamaño es mi amor a Bolívar. Otro día en otra embriaguez que no era
plena sino descomunal en una hamaca sostuve un diálogo con Bolívar.
Recuerdan las últimas palabras de mi conferencia: ¿Se me ha comprendido? Para
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afirmar la vida yo elijo a Bolívar. Esto no lo dije por retórica, esa es mi verdad. Yo
discípulo de Bolívar y de Nietzsche, o me vuelvo un político de izquierda digno
hijo del Libertador o me vuelvo escritor, esas dos elecciones son mi única
ambición.
Entre tanto hace poco conocí a una mujer, y yo enamoradizo eterno, fije toda mi
atención en unos bellos ojos color miel, los ojos de una mujer de la estirpe
venezolana, altiva, decidida, sagaz, prudente, revolucionaria, chavista. La
conocí en una de mis conferencias, estaba en el auditorio, me formuló las dos
preguntas más inteligentes que me han hecho en este país. Desde ahí me
enamoré. Sé que yo soy muy proclive a enamorarme fácilmente. De hecho, ya
varias venezolanas han logrado, que olvide por ciertos momentos a Chávez y a
Bolívar. Pero sé que esta mujer es distinta, es especial. Se llama Yessica y entre
otras cosas ha sido una de las revolucionarias que muy solidariamente me han
ayudado en mi estadía acá. Pero yo además de agradecido, he estado encantado
con su alma y sus ojos. Un día me llevó a conocer los barrios de Caracas a
presentarme las personas más bellas de este proceso. Ese día, yo caballo
desbocado cuando se enamora, le declaré lo que estaba sintiendo, ella sonrió y
se silenció. Luego con más carácter me dijo que no, que ella me quería pero no
como yo estaba deseando. Yo entendí y volví a mi camino, a mi soledad.
Después, ella pensando en la realidad y yo en las nubes, con más carácter me
increpó, “deje de pensar que sólo sirve para historiador, que acá si es necesario,
le tocará salir a vender sopa en la calle”, no se quedó en la exhortación, me dijo
que empezáramos el negocio, yo me quedé pensando por varios segundos…
“¡¿De historiador a vendedor de sopa?! Nooo, no lo veo”. Ella vio mi rostro y
me miró con una cara de afecto y la más sutil reprobación. Ayer cuando volví a
presentar mi conferencia en la Corporación de Servicios del Gobierno del
Distrito Capital me volvió a acompañar y compartió conmigo más de sus ideas
e ideales, no sin antes advertirme que noooooo. Yo le prometí que le iba a
dedicar un capítulo completo de este diario, pero no quiero abusar de los
pacientes lectores que he conseguido. Sí Yessica me lleva a conocer el lugar
dónde Simón Bolívar leyó su Discurso de Angostura y yo la llevo a la Quinta de
San Pedro Alejandrino en Santa Marta le dedico otros capítulos más.
Chavista pasional:
Ama irracionalmente a Chávez, es tanto su amor por el Comandante que ya no
se preocupa por escuchar y entender el debate político. Basta la declarada y
eterna manifestación de amor. Algunos casos extremos pueden llegar a
convulsionar y a desmayarse cuando aparece el comandante, no paran de
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cantar y gritar. Todas sus prendas de vestir son rojas y lleva la imagen de
Chávez en los más diversos objetos personales. Ve las 24 horas del día
Venezolana de Televisión. No se pierde un discurso del Comandante.
Chavista laborioso:
En mi opinión este es el chavista más valioso, no para de trabajar para el
proceso, es líder comunitario, militante activo, planificador, organiza, se enoja
con los despreocupados. No se cansa. Sabe que la Revolución no sólo depende
del Comandante sino ante todo de lo que haga o deje de hacer él. Está orgulloso
de lo que el pueblo ha logrado y es capaz de hacerse matar por la revolución.
Chavista crítico:
Generalmente es de formación marxista, es el intelectual, todo lo pone en duda,
crítica, los más prudentes callan sobre lo que no saben y no dudan en juzgar y
señalar los fallos del proceso. Siente igual emoción por la presencia del
Comandante pero, lo escucha atentamente para entender el proceso. Hay unos
tan extremos tan críticos que pueden llegar a querer a Chávez pero no
comulgan con el chavismo.
Chavista acomodado:
Un día se despertó y se dio cuenta que la mayoría de sus vecinos eran chavistas.
No entiende el proceso, pero se acomoda. Algunos son bellamente ingenuos y
simplemente ríen, marchan y se ponen su franela roja. Algunos, muy en su
interior saben que nunca fueron de izquierda ni lo son, pero para estar en el
proceso hay que serlo. Puede admirar al Comandante pero no lo entiende.
Chavista burócrata:
Se caracteriza porque tiene un puesto en el gobierno, un funcionario de oficina,
viste de corbata, se porta como un burgués, pero se declara socialista, mira con
desdén al pueblo pero está convencido que “trabaja” para el pueblo.
Chavista popular.
Este si es verdad, “pueblo” “pueblo”, es el trabajador, bajo el neoliberalismo
padeció la explotación y ahora está dignificado por la Revolución. Sonríe, vive
pleno. Celebra la Revolución. Ama al Comandante porque éste se parece a él,
así como son los hombres y las mujeres del pueblo. Ahora sabe lo que es vivir
en dignidad.
Escuálido confundido.
Odia a Chávez pero no sabe porque, ve y cree todo lo que presenta Globovisión.
Generalmente es también un trabajador. Pero lo convencieron que el
“problema” de la existencia humana es la “inseguridad”. Aunque ha sido
beneficiado por las Misiones del gobierno desdeña de ellas. Hace poco, por
ejemplo, una mujer escuálida me dijo así: “Esas misiones no sirven, aunque yo
obtuve mi título superior en una de ellas”, yo le increpé: “¿Entonces porque no
sirven?” Y me respondió: “ah a mí me benefició, pero esas misiones no sirven”.
También suelen mercar en los mercales (mercados con precios justos y
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Escuálido cínico.
Generalmente es vocero de la oposición. Sabe que está mintiendo, y sin
escrúpulo alguno sostiene que lo que dice es verdad. Algunos han llegado a ser
líderes de la oposición. Son bastantes torpes discursivamente. Este tipo habla
del “prooooogreeeessssooooo” de la ”seeeeeeguridaaaaad” de los
“empleooooos biiiieeeen pagaaaaaadoooos”. Lo dice en voz alta, sabe que está
mintiendo y no le importa. “Empleooooo para todoooooos y bien
paaaagaaadoooos”, repite. “Liiiibertaaad”, “Laa deeeeemoooocraaaciiiaaa que
hemos perdido”. Cómo sabe que está mintiendo lo dice en un tono más fuerte y
con los ojos abiertos, se queda sin respiración. Luego calla, no sabe que su
mirada lo está delatando.
Escuálido veraz.
Se sabe de derecha, defiende a capa y espada el capitalismo, cree ciegamente en
el “liberalismo democrático”, odia a los comunistas. Ha perdido gradualmente
los privilegios monopolísticos que antes tenía. Sin embargo, puede ir a pasear a
EEUU y a España cada tanto a respirar la “libertad”. Odia a Chávez con la más
profunda convicción.
Escuálido criminal.
No aparece, no se ve, se sabe que existe pero no se ve. Siempre está tramando
algo. Es un tipo cobarde nunca da la cara. Ahora mismo cuando yo escribo esto,
este tipo de escuálido está planeando desestabilizar, así eso signifique que haya
muertos. No tiene escrúpulos. Lo manda Otro más poderoso que él pero no le
incomoda. El beneficio de su bolsillo está directamente relacionado con el
anhelo de los escuálidos: el “fracaso” de la Revolución. Es capaz de vender la
patria por tres monedas.
Yo sigo caminando.
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— Capítulo 5 —
“Maestra vida camara’a, te da, te quita, te quita y te da”— Lo bueno y lo malo
de esta revolución — Una aclaración sobre el “endiosamiento” a Simón
Bolívar.
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Toda esta antesala para decir, que además de la aventura, sigo empeñado en
conseguir un trabajo, porque yo acá no estoy becado por nadie para caminar,
observar y escribir. Que si quiero prolongar mi estadía acá y encontrar un lugar
en esta revolución, tengo que conseguir un sustento económico.
Afortunadamente, como he dicho al principio, el pueblo organizado y los
militares me han dado hospedaje y alimentación. Pueblo y ejército, la
combinación clave de esta Revolución.
Pero, ¿trabajo para este historiador? Creo que es un delirio más. Muchos
burócratas funcionarios de algunas oficinas del Gobierno, o algunos
funcionarios de algunas instituciones académicas me han prometido el cielo y la
tierra, pero después a la hora de la verdad, nada. Cuántas veces he escuchado
ya: “profesor bienvenido vamos hacer todo lo posible por ayudarlo,
conferencias, cursos, publicaciones, etc.” Al otro día, el resto de los días, el
mayor olvido sobre el historiador bolivariano, las promesas gaseosas de las
burocracias que se han acentuado en esta revolución.
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Con justa razón Chávez sigue insistiendo que esta revolución tiene que crear
Comunas y tiene que posibilitar la realización política del poder popular.
Enemigos de estos, los funcionarios de oficina, que tienen asegurado su sueldo
y puesto. Yo creo que a esta revolución le hace falta un Che Guevara. A Chávez
le toca hacer de Fidel y también del Che. Mientras que Chávez está
inventándose el futuro, algunos funcionarios sinvergüenzas burócratas
entorpecen la revolución.
Hace poco realicé un escrito sobre el rostro de Simón Bolívar, allí hice la
siguiente afirmación: “Para los que nos critican este amor colosal por Bolívar,
aprovecho para contestarles, que sí, que también es posible quererlo como se
quiere a un dios, ¿quién nos lo va a prohibir? En mi caso, yo declarado y
reconocido ateo radical, quiero a Bolívar como se quiere a un dios”. Las críticas
no se hicieron esperar. Yo tengo que decir que no estoy endiosando a Bolívar,
sólo dije, que por el acontecimiento que ocurrirá mañana de ver el rostro de
Bolívar, por la reconstrucción científica que se presentará mañana, me llené de
entusiasmo, y dije que yo quiero a Bolívar como se quiere a un dios. No que
había que volver a Bolívar un dios. Un ateo como yo, renuncia a las ilusiones
neuróticas de que un “ser superior” nos protege y gobierna nuestras vidas. Yo
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por más que quiera a Bolívar, nunca voy a cometer la estupidez, de “pedirle a
Bolívar que me dé buena suerte” “de encomendarme a su “espíritu” ni ninguna
de esas carajas teológicas conocidas.
“El soldado bisoño lo cree todo perdido, desde que es derrotado una vez;
porque la experiencia no le ha probado que el valor, la habilidad y la constancia
corrigen la mala fortuna”.
3
Frank David Bedoya Muñoz, Simón Bolívar: antelación del superhombre de Nietzsche. En:
https://sites.google.com/site/bolivarynietzsche/home/9-simon-bolivar-antelacin-del-superhombre-de-
nietezsche
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— Capítulo 6—
Un matiz acerca de la crítica a la burocracia— La desconfianza sigue a pesar
de… — ¿Qué justifica este diario? – Un Congreso sobre Martí y Bolívar en
Maracaibo.
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No nos hemos dado cuenta que en esta cultura occidental se le cobra bastante
caro a todo aquel que no quiera ser sedentario, a todos los nómadas se nos
declarará en adelante sospechosos.
Por otra parte, una vieja amiga me dijo hace poco que no le gustaba este Diario,
porque yo exhibía cosas personales que no le interesaban a nadie. De alguna
manera me hacía entender la insignificancia de mis aventuras y desventuras
fueran las que fueran. Yo no le quise contestar, pero si pensé que a esta mujer
fuera de no importarle mi fútil existencia, mucho menos le interesaba la
Revolución Bolivariana, porque dicho sea de paso, de los lectores que tenía,
muchos que se entretenían antes con mis quijotadas dejaron de hacerlo, porque
una cosa es ser un romántico de otro mundo, pero además “chavista… eso ya
eso es el colmo”. Bueno, ¿para qué carajos entonces este diario? Yo no sé, a lo
mejor no sirva para nada, a lo mejor sí es una ociosidad, es verdad que la única
importancia que tengo yo en la especie humana es que soy un ser muy
importante para mi mamá, y para hacer reír o impacientar a otros pocos seres
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Unos “que escriba el diario”, otros “que no escriba esa carajada”; solo me queda
expresar como cantara Silvio Rodríguez: “Unos dicen que aquí y otros dicen
que allá… y sólo quiero decir, solo quiero cantar y no importa la suerte que
pueda correr una canción… Unos dicen que aquí otros dicen que allá… y sólo
quiero decir, solo quiero cantar y no importa que luego me suspendan la
función… mi función”.
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Otra virtud de Chávez, no hay día que él no hable como historiador, como
profesor. Además que no deja de inventar el futuro, es también, el primer
historiador de los bolivarianos.
He ahí entendido por qué a una veintena de historiadores se nos haya atendido
como a príncipes en Maracaibo.
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— Capítulo 7—
De Caracas al Guárico —
¿Por qué se ama tanto a Chávez? ¿Por qué amamos tanto a Chávez?: una
mirada a la actual contienda electoral.
Algunos amigos, me han pedido que incluya en este diario, datos “objetivos”,
series estadísticas, números, citas de análisis académicos, documentos sobre la
situación “real” de la República Bolivariana de Venezuela, etc.; a estos amigos
tengo que contestarles y recordarles que yo hace mucho tiempo renuncié a ser
un docto, que yo salí del rincón de mis bibliotecas en Medellín a caminar, que
por fin, estoy entendiendo y aplicando, aquella máxima de Nietzsche y
Fernando González, que dicen: los mejores pensamientos son aquellos que
surgen cuando se está caminando.
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¿Por qué se ama tanto a Chávez? ¿Por qué amamos tanto a Chávez?
“Voy a citar algunas consideraciones sobre Venezuela, que algún día expresó
nuestro filósofo Fernando González.
[…] Tal vez, muchos hombres de izquierda, no estemos de acuerdo con muchos
procedimientos de Chávez, yo mismo no estado de acuerdo con varias cosas.
4
http://www.aporrea.org/tiburon/a85387.html
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Eso, entre otras cosas, fue lo que escribí hace cuatro años en Medellín, ahora
desde Caracas, salvo el calificativo que ya corregí, acá, viviendo en la República
Bolivariana, puedo decir, que todo lo anterior lo he confirmado y hoy lo quiero
y puedo reafirmar.
Por otro lado, está la campaña del odio, de las mentiras, la campaña de la
burguesía. Todos sabemos que las formas de las oligarquías en América latina
en el siglo XX, eran pura tiranía, plomo, bala y plomo. También sabemos, que
en el siglo XXI, estas mismas oligarquías, además de plomo, tienen para sus
propósitos, medios de comunicación poderosos e inmensas fortunas para crear
“clima de opinión”, y manipular a los pueblos como les da la gana, tecnologías
de comunicación para perfeccionar sus demagogias. Pues bien, el majunche, así
es como le dicen acá al candidato de la derecha, anda como loco, replicando los
discursos del uribismo-santismo, o sea, mafia y demagogia, autentica forma
oligarca colombiana. Un día, en mi trayecto rutinario, para ir a almorzar a la
Universidad Militar, coincidí con una marcha de la oposición como tres o cuatro
cuadras, inmediatamente me pasé para la otra acera, no fuera yo confundido
con esas lacras, pero observé, y lo que vi, fue dos cosas, un espíritu mafioso,
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Así que, con Mercedes Sosa y con unos tragos de Cocuy, me despido por el
momento.
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— Capítulo 8—
De la superficialidad de la Revolución hacia la profundidad de la Revolución.
— Del intelectual urbano aburguesado empobrecido al intelectual trabajador
agrícola en socialismo.
Cuando digo inmensa no estoy exagerando. Esta empresa socialista que creó el
chavismo, produce 11.000 hectáreas de maíz que se procesan en 40.000.000.000
de kilos de harina de maíz en 2 cultivos al año. Además cultivan 40 toneladas
de cachamas (pescado) cada tres meses. Producción que garantiza el trabajo
socialista en la región y que contribuye con la soberanía alimentaria del país.
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Cuando estas tierras sólo eran un latifundio ¿qué producían? NADA. ¿Falta
algún comentario para hacer una comparación? Creo que no, cada uno que
saque su conclusión.
En este orden de cosas, ya lo saben mis lectores, entre rabietas, anhelos, delirios,
decepciones y estrellones, salí de mi país a buscar mi destino como historiador
bolivariano. Lo saben, estuve viviendo en Caracas observando el asombroso
proceso político que se vive en esta revolución, tropecé con las mismas
talanqueras que imponen los burócratas y los doctos, compartí mi conferencia
en espacios académicos y culturales, viví gracias a la solidaridad de amigos, de
TV Caricuao, de una Universidad Militar Bolivariana; pero, en esencia, seguí
siendo ese intelectual vagamundo aventurero, singular, sin lugar, que caminaba
soñando encontrarse a Chávez en algún lugar.
En algún momento temí que esta aventura terminara mal, o peor aún, que no
terminara en nada, pero me aferré a mi pasión por la vida, a mi pasión por mis
ideales políticos y filosóficos y persistí. Y luego, surgió allí, una posibilidad
extraordinaria. — “Te vamos hacer una oferta, pero, sí estás dispuesto a ir al
Guárico” — ¿Guárico? ¿Dónde queda eso? — En todo el centro de Venezuela,
en los llanos centrales.
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— Capítulo 9—
¿Cómo vive un campesino venezolano en revolución?
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Yo, ya en este instante, no dije más, dejé de moler, anoté en mi libreta y pensé:
— ¡carajo!, y yo buscando la revolución en la ciudad.
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tierra para el cultivo, bajo un sol llanero inclemente. Yo, discípulo de Freud,
diría hoy, que antes del psicoanálisis como terapia para los neuróticos de la
ciudad, mejor les vendría primero una temporada de arduo trabajo en el campo.
En la tarde, después de un suculento almuerzo, me dedico a mis amantes
predilectas: las letras y la política.
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— Capítulo 10—
Una descripción del pueblo venezolano (con la ayuda de José Martí) en los
días previos a la reelección del Comandante Chávez.
En tan pocos días he logrado una magnífica relación con los productores, con
los campesinos y con los líderes de este gran complejo de producción agrícola
socialista. He presentado mi conferencia, la última sobre Bolívar; presenté
también, aquella donde develo la perfidia de Santander; en un programa
vacacional, narré una historia de Bolívar para niños; presenté otra conferencia a
los trabajadores, sobre el socialismo en el siglo XX; he participado además en
consejos comunales, en asambleas de productores, en las discusiones sobre el
programa de gobierno de Chávez; en las formaciones cívicas he hablado sobre
las cartas de Bolívar; me ha quedado tiempo para escribirle a la tierra, a las
mujeres del pasado, a los amigos; me enseñaron a bailar joropo, pero no
aprendí. Lo mejor de todo, es que he aprendido a cultivar el maíz, a cultivar
hortalizas; he pasado mis mañanas entre la tierra y el sol. Además, me han
incorporado en los cursos de formación técnica que se imparten acá para los
productores; esta semana, por ejemplo, asistí a un curso sobre ganadería y
pastos, dictado por un cubano experto en agricultura.
Si llego a conseguir en el futuro una tierrita para mí y unas vacas, escribiré otro
diario que se llame “de historiador a ganadero”, mentiras, esto último es en
broma. Mi plan sigue firme: aprender de revolución para volver fuerte a mi país.
Mi jefa política cubana me regaló un libro con una selección de los diarios y los
ensayos de José Martí; en esta obra encontré un diario que escribió él sobre el
viaje que realizó en estas tierras en el año 1881. Es increíble encontrar que
después de más de un siglo, la mayoría de sus descripciones siguen vigentes.
“Las gentes del país, gritones y felices”. Ya lo había mencionado antes, los
venezolanos son grandes, fuertes, hablan duro, parecen peleando, pero son
juguetones. Además son bastante sencillos. El presidente de esta empresa, por
ejemplo, duerme en las mismas habitaciones con los trabajadores, comparte en
los espacios de todos con la más auténtica espontaneidad; los dirigentes de esta
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revolución son el mismo pueblo. Vaya uno a ver si un gerente encopetado del
capitalismo se mezcla con la “plebe”, ¿nunca, verdad? Pues acá sí. No sólo se
mezcla, sino que el dirigente campesino venezolano, en nada se distancia o se
diferencia con su pueblo, como es el mismo Chávez pues. Decía Martí que son
gritones y felices, en verdad lo son, hablan duro, en voz alta, golpeadito, ponen
caras de bravos, luego la sonrisa más inocente y tierna. Mi jefe político por
ejemplo, mide como dos metros, es un gran cuadro político, uno cree que ese
hombre vive dando golpes, pero no, tiene el alma noble de un niño. Todos
siempre viven haciendo bromas. No hay un sólo segundo en que los
venezolanos no estén bromeando con el lenguaje, tienen miles de acepciones y
palabras con múltiples sentidos picarescos. Acá en los Llanos por ejemplo, no se
encuentra esa sumisión que se ve en el resto de los trabajadores del campo en
América Latina, hay jerarquías, pero no es raro que un trabajador le hable con
ahínco y coraje a cualquiera de sus jefes, más aún en esta época de revolución.
Cuando vino Martí a estas tierras vio unas tiranías oligárquicas, pero observó
que “esa tierra es como una madre adormecida que ha dado a luz durante el
sueño una cantidad enorme de hijos. Cuando el labrador la despierte, los hijos
saldrán del seno materno robustos y crecidos, y el mundo se asombrará de las
abundancias de los frutos”. Palabras proféticas de Martí. Acá, esos robustos ya
han crecido, están labrando la tierra y hoy en el siglo XXI están haciendo
revolución. Ahora, los gigantes de la Venezuela Bolivariana están mostrando
sus frutos al mundo. Ahora, todos en el mundo, están fijando sus miradas hacia
acá. ¡Ah venezolanos tan arrechos!, —así como dicen ellos, cuando quieren
nombrar la bravura—.
Pero, no es todo un paraíso, los conflictos se suceden por doquier, tienen una
gran fuerza telúrica, pero, como son tan arrojados, los venezolanos tendrán que
aprender a planear, a ordenar un poco el bello caos, para poder prolongar la
revolución en el tiempo y no consumirla como en un ciclón. Las palabras de
Martí son muy esclarecedoras al respecto: “En los hombres hay una necesidad
innata de lujo: es casi una condición física, impuesta por la abundancia de la
naturaleza que los rodea; —llevados, además, por el desarrollo febril de su
inteligencia, a las más altas esferas de la apetencia, la pobreza resulta para ellos
un dolor amargo e insoportable. No creen que la vida sea, como es, el arte difícil
de escalar una montaña, sino el arte brillante de volar. […] Hay que casarse,
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poner casa lujosa, vestir bien a los hijos, vivir al uso de las gentes ricas, gastar,
en resumen, mucho dinero […] Gozan gastando dinero y se honran
despreciándolo”. En estos días, por ejemplo, después de una asamblea de
productores, nos quedamos tomando cerveza en una fonda en la carretera,
cuando se iban acumulando las botellas de cerveza, me fijé y caí en cuenta que
todas las botellas las dejaban con un cuarto o casi la mitad del preciado líquido
y pedían una nueva, y así todos; yo no aguanté y les pregunté por qué eran tan
derrochadores, les hice ver la cantidad de cerveza que dejaban sobrante y les
conté que en mi tierra no dejábamos ni la última gota de la cerveza; entonces
uno de ellos, con la más encantadora soltura y franqueza me contestó: —
“¡Tranquilo «Colombia» que pa´ eso tenemos reales (dinero)!”.
Martí vio a estos venezolanos hace más de un siglo y los encontró fuertes y
prometedores; hoy, este aprendiz de escritor y de político que soy yo, he
constatado esta fuerza, y mejor aún, estoy siendo testigo privilegiado de la
promesa cumplida por este pueblo. Acá, se espera con increíbles ansias, la
llegada del próximo 7 de octubre de 2012, día en que este pueblo aguerrido,
reelegirá, con la fuerza que los caracteriza, al Comandante Presidente.
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— Capítulo 11—
¿Por qué es tan decisiva para la humanidad la victoria del Comandante
Chávez? — Se anuncia el fin de este diario y una nueva vida en Venezuela.
Más allá del desafío de construir un socialismo en el siglo XXI, propósito que se
refrendará el próximo domingo 7 de octubre, la Revolución Bolivariana de
Venezuela ya ha aportado y ha demostrado a todo el planeta, con hechos
concretos, que la restauración de las autoridades públicas, como dijo Hobsbawm,
no sólo es una política deseable sino que sí es posible. En este nuevo milenio
cuando el capitalismo ha generado más muerte, hambre, desolación y crisis por
doquier, acá, en la tierra de Bolívar, mi comandante Chávez y el pueblo
venezolano han demostrado que la humanidad sí puede ser distinta, distinta a
toda la basura del capital. ¡Acá, se está haciendo política para la vida! Los que no
se han dado cuenta de eso, es porque no quieren ver.
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Hoy escribo poco, porque ahora no hay tiempo para escribir, toda la energía
está concentrada en el 7 de octubre. Por lo pronto anuncio que el capítulo 12 de
este diario será el último. Y lo escribiré días después de la gran victoria de
nuestro comandante Chávez. Se acaba el diario, pero no mi aventura en
Venezuela, ahora comenzará una nueva etapa, me formaré en ganadería, con
maestros cubanos, con el tesón de los venezolanos, y no en una ganadería
extensiva de latifundios enemiga de los pueblos y favorecedora del capital, no;
aprenderé de la sabiduría cubana, una ganadería intensiva en pequeños lotes de
tierra, respetuosa de la vida y la naturaleza, dirigida a la consolidación del
socialismo y a la soberanía alimentaria de nuestros pueblos. En fin, ganadero
por las mañanas, historiador por las tardes; además ya me han aprobado
nuevos proyectos de formación histórica, política y filosófica que dirigiré yo.
Ahora es que me volveré fuerte, ya vendrá el tiempo que regrese a Colombia a
cumplir mis promesas.
Hoy con toda la alegría y altivez del mundo, a todos aquellos que pusieron en
duda mi vocación bolivariana, con una carcajada y el alma plena y serena, a
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todos esos los mando pal´ carajo. A los amigos y a las amigas que me han
acompañado y ayudado en esta apasionante aventura, les agradezco y les
amo… Hemos triunfado… En dos días, el próximo 7 de octubre de 2012, el
triunfo de mi comandante Chávez será colosal, su triunfo también es mío, es el
de todos, es el triunfo de la humanidad.
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— Capítulo final—
¿Y quién les pidió a los colombianos de derecha que opinaran? — ¿Qué
significa políticamente la reelección de mi comandante Chávez?
— Una despedida que no es despedida necesariamente.
Razón tiene Rodrigo Saldarriaga que escribió hace poco lo siguiente: “La
derecha colombiana y el coro de periodistas pagados a su servicio, está más
triste con el triunfo de Chávez que el mismo Capriles”.
El anterior capítulo de este diario, creo yo, fue el más leído, tanto en Venezuela
como en Colombia, pero los comentarios que me llegaron de Colombia, de los
aburguesados, pobres sin capital que creen tenerlo, arribistas que se creen ricos,
son en verdad lamentables. Yo hubiese preferido no recibir comentarios de
Colombia. Yo, en este alegre momento de mi vida, me quedo con mi familia, y
con mis pocos amigos y pocas amigas que tengo en Colombia de izquierda, que
se pueden contar con los dedos de la mano. Somos muy pocos, qué le vamos
hacer. La mayoría de los colombianos, están echados a perder, desde hace
mucho tiempo por RCN y Caracol, El tiempo, Semana y El Colombiano.
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“En una mañana de febrero, de este año 2012, súbitamente decidí salir de
Medellín para Venezuela. Hacía mucho tiempo venía contemplando esa idea,
pero no me decidía. Ese día fue distinto, antes de salir a dar mis clases de
historia en el Pequeño Teatro, le anuncié aquella intención a mi madre. Ella, en
ese instante no me creyó; era lógico, ni yo en ese momento acababa de
creérmelo; pero una fuerza interior se estaba apoderando de mí, la decisión ya
estaba tomada.
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Frank David Bedoya Muñoz, Andanzas y Escrituras,
https://sites.google.com/site/bolivarynietzsche/home/andanzasyescrituras
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Lo que ocurrió en estos meses ya lo he relatado acá. Ahora doy por terminado
este diario.
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