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HUYE, PELEA, SIGUE, AFÉRRATE

4 hábitos saludables de los verdaderos hijos de Dios.


1º Timoteo 6:11-16

Mas tú, oh hombre de Dios: Mas tú, a diferencia de los demás, estás marcado por
una vida definida en Dios.

Estamos definidos por Cristo. Es decir, tenemos a Cristo como el salvador de nuestras
vidas y por lo tanto pertenecemos a Dios. Pablo expresa la identidad de Timoteo como
alguien que se diferencia claramente de aquellos que no tienen a Jesucristo, como un
hombre de Dios, como una persona que tiene una pertenencia definida: Somos hijos
verdaderos de Dios adquiridos legalmente. Santiago 1:18 dice: El, de su voluntad, nos
hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

Esta unión con Cristo es una forma relevante de vivir que…


1. …produce en nosotros una clara separacioó n de aquellos que tienen una manera de
vivir de acuerdo a la esclavitud del mundo.
2. …encomienda, alienta e impulsa en nosotros una conducta, una forma de vida seguó n
Cristo.
3. …debemos avivar y fomentar, con esfuerzo y esmero.
4. …te acerca y conecta a toda persona para promover el bien de la salvacioó n.

Como primicias de sus criaturas, como hijos de Dios, tenemos 4 consejos prácticos
para obtener el triunfo en la vida cristiana.

Estas 4 acciones tenemos que ponerlas en marcha, son mecanismos que parten de
nuestra iniciativa, no son decisiones accidentales sino que son intencionales de acuerdo
a nuestra posicioó n en Cristo.

1.HUYE:
Huir es una accioó n y una decisioó n violenta. Es apartarse de una forma extravagante. Es
hacerlo con prisa y sin peó rdida de tiempo. Esta accioó n pone en evidencia de que no
somos lo suficientemente fuertes para permanecer en el mismo lugar donde hay un
entorno adecuado para la accioó n de Satanaó s. Dice 1ª Pedro 5:8: El diablo anda como león
rugiente buscando a quien devorar.
Esto no admite la posibilidad de coquetear con el mal, de caminar cerca o alrededor de
una trampa, sino que nos estimula a alejarnos bruscamente. “Huir” es una realidad que
se plasma como un haó bito necesario en nuestras vidas cuando nuestra identidad esta
establecida Cristo, es por esto que podemos “seguir” con confianza y certeza: la justicia,
la piedad, la FE, el amor, la paciencia y la mansedumbre.

Hay una diferencia marcada, definida y profunda entre quienes se posicionan en Cristo
con estas caracteríósticas que hay que “seguir” y los que hacen todo lo contrario. Es faó cil
distinguir a aquellos que se dejan influenciar por las masas, quienes navegan en la
corriente de este mundo, quienes consienten y aprueban los sentimientos egoíóstas de
este siglo, quienes no quieren perder sus estatus y posiciones en contextos contrarios a
lo que Jesuó s manda y ordena.
La Palabra de Dios dice ¡HUYE!
Huye de las condiciones apropiadas para pecar, de las malas conversaciones, del doble
sentido en cualquier entorno, sea en el colegio, el barrio, o las redes sociales ¡Huye y no
compartas las filosofíóas e ideologíóas que nada tienen que ver con la palabra de Dios, no le
des “like”, no le pongas “me gusta”, no lo “retwitees”, no lo mires, no consientas!
No importa quieó n te vea o quien no te vea, lo que importa es que tengas un corazoó n
íóntegro en Jesucristo. ¡¡¡HUYE!!!

2.SIGUE: Tienes que ser una persona separada del mal e impulsada hacia la justicia, la
piedad, la FE, el amor, la paciencia y la mansedumbre. Estas cosas tienen que arder en tu
interior, teneó s que avivarlas (2º Timoteo 1:6) ¡Tienes que agregar lenñ a de santidad al
fuego para que arda con fuerza!
Tienes que trabajar desde tu interior y veraó s que exteriormente tendraó s una evidencia
bien concreta que te seguiraó separando auó n maó s del pecado. Caminar en estas virtudes
nos separa radicalmente de las ensenñ anzas que se oponen a la verdad. Por lo tanto
SIGUE ese camino.

3.PELEA: 1º Timoteo 6:12


Ser un hombre de Dios nos ubica en la competencia, en una cruzada, en la batalla que
hemos decidido libremente y voluntariamente enfrentar: Nuestra profesioó n de FE. Por lo
tanto ¡PELEA la buena batalla! (ἀἀ γωνίίζου τοὸ ν κἀλοὸ ν ἀἀ γωῶνἀ τῆῶ ς πίίστεως).
La mejor imagen para retratar lo que expresa esta frase: PELEA la buena batalla, es la
del corredor que mientras corre tiene comprometida cada una de sus fibras, de sus
nervios, de sus muó sculos, su respiracioó n, su actividad cardíóaca, etceó tera.
El deportista tambieó n se ha comprometido por medio de su preparacioó n y abstenciones
previas, ha sido violento consigo mismo al huir de todo lo que perjudica a su organismo
porque de todo debe abstenerse (1º Corintios 9:25: todo aquel que lucha, de todo se
abstiene). Ha perseguido haó bitos saludables y se ha aferrado a todo aquellos que no va a
entorpecer su futuro desempenñ o, y que por lo tanto, van a realzar y elevar su
rendimiento en pos de su gran objetivo.
El deportista huye de todo lo que le entorpece para llegar a su objetivo; sigue, promueve
y prosigue (Filipenses 3:12) al blanco por medio de haó bitos que lo llevan a alcanzar la
corona de victoria; pelea comprometiendo en la competencia todo su ser, sus víósceras,
su locomocioó n, su motricidad, sus extremidades, muó sculos, aparato respiratorio, ceó lulas,
todo; y se aferra a la esperanza de aquello que quiere alcanzar.

4.AFEÉ RRATE: Ser un hombre de Dios origina en nosotros la fuerza que nos une a la
eternidad con Cristo, nos encausa en el llamado de su anticipado conocimiento y
confirma nuestra declaracioó n de FE que hemos hecho puó blicamente. Por lo tanto
AFÉRRATE a la vida eterna. Si realmente amamos a Jesucristo y nos hemos aferrado a
la vida eterna, entonces siempre nos va a resultar sencillo comprometer toda nuestra
existencia a Cristo y realizar toda clase de haó bitos, rutinas y cuidados saludables.

Estos textos resumen estos haó bitos de victoria:

Filipenses 3:8:
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como peó rdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesuó s, mi Senñ or, por amor
del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a
Cristo.

2 Timoteo 4:8
Por lo demaó s, me estaó guardada la corona de justicia, la cual me
daraó el Senñ or, juez justo, en aquel díóa; y no soó lo a míó, sino tambieó n
a todos los que aman su venida.

Te encarezco delante de Dios y de Jesucristo

Pablo continua…
Con Dios como testigo (Quien da la vida, la crea y la preserva y por lo tanto somos
creacioó n suya) y ante el testimonio de Jesucristo (Quien promueve la vida y la verdad),
tenemos orden de guardar (Guardar) sus mandamientos y de permanecer en la
esperanza (Esperar) de la venida de Cristo (1º Timoteo 6:13-14).

Lo interesante en este fragmento es ver las dos caras del asunto, los dos ejemplos
opuestos que nos podemos cas imaginar víóvidamente por medio de haberlo visto en las
pelíóculas de Hollywood sobre el enfrentamiento cara a cara entre Jesuó s y Pilato.

Huye Sigue Pelea Aférrate


Jesús huyoó de todo lo malo, y es muy marcada en la Biblia su oposicioó n a la gloria
terrenal. No era influencia por las masas, no seguíóa la corriente de este mundo, soó lo
obedecíóa al padre.
En la narracioó n del evangelio de San Juan (Juan 18:28-19:16) podemos casi percibir a
Jesuó s deseando que Pilato abriese su corazoó n a la predicacioó n de su testimonio sabiendo
que no lo podíóa obligar a esa decisioó n personal.

Pilato perseguíóa la gloria terrenal y el reconocimiento. Le mortificaba que el pueblo


generara disturbios porque teníóa miedo que piensen que EÉ l no podíóa controlar “su
pueblo”. Era esclavo de su imagen y egoíósmo. Se dejaba influenciar por las masas, seguíóa
la corriente del mundo, buscaba la gloria terrenal, las posiciones y el estatus humano.
Podemos tambieó n en el evangelio de Juan casi oler a Pilato deseando ser como Cristo
pero sin estar dispuesto a pagar el precio.

DESAFÍO: Jesús Dios testimonio de FE y nosotros deseamos ser como Jesús. Nadie
nos puede obligar, pero: ¿Estamos dispuestos a pagar el precio?

GUARDAR: Porque la vida de Dios y el testimonio de Cristo estaó n en nosotros tenemos el


desafíóo de guardar las cosas encomendadas en su Palabra sin reproches (NVI) y sin
vacilar (NTV), mientras esperamos la manifestacioó n de la esperada venida del Senñ or. Por
lo tanto somos GUARDIANES de nuestra integridad.

ESPERAR: Porque la vida de Dios y el testimonio de Cristo estaó n en nosotros nuestra


espera tiene como recompensa y meta final a alguien esplendoroso.
Si es verdad que entendemos en quieó n hemos creíódo, entonces la aplicacioó n de estos
cuatro haó bitos saludables: HUYE, SIGUE, PELEA, AFEÉ RRATE, va a ser una praó ctica natural
sin grandes inconvenientes.

¿Sabemos en quién hemos creído?


Pablo teníóa la plena certeza de esto: “…yo seó a quien he creíódo…” (1 Timoteo 1:12). Es por
esto que en el final de este fragmento podemos leer los increíóbles tíótulos de un Dios
indescriptible en quieó n Pablo habíóa creíódo.
Si entendemos realmente en quien hemos creíódo, la praó ctica de haó bitos que nos llevan a
obtener la corona de victoria van a ser de faó cil aplicacioó n.

 El bienaventurado. El dichoso o supremamente bendecido.


 El solo… El uó nico (Quieó n coó mo EÉ l)
 El soberano. El que tiene el dominio total.
 El Rey de reyes.
 El Senñ or de senñ ores.
 El uó nico que tiene inmortalidad. El eterno que no muere.
 El que habita en la luz inaccesible.
 A quieó n ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.
 A quieó n debemos honra y el imperio sempiterno (Eterno).
 El ameó n (Apocalipsis 3:14). Firme, confiable, digno de confianza, el cierto o que
tiene la certeza.

EÉ l es nuestra esperanza de Gloria.

Filipenses 3:8:
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la
excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por
amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para
ganar a Cristo.

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