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EXORDIO

Busca hacer al auditorio benévolo, atento y dócil. Su función es señalizar que


el discurso comienza, atraer la atención del receptor, disipar animosidades,
granjear simpatías, fijar el interés del receptor y establecer el tema, tesis u
objetivo. Es necesario afectar modestia para capturar la simpatía del público y
explotar su tendencia a identificarse con quien está en apuros o es débil.

EXPOSICIÓN
O NARRACIÓN:

La narratio, desarrollo o exposición es la parte más extensa del discurso y


cuenta los hechos necesarios para demostrar la conclusión que se persigue. Si
el tema presenta subdivisiones, es preciso adoptar un orden conveniente
(partitio o divisio). En la partitio tenemos que despojar al asunto de los
elementos que no nos conviene mencionar y desarrollar y amplificar aquellos
que sí nos convienen. Los recursos estilísticos que se suelen usar en la partitio
son taxis, merismo, diéresis,diálisis, eutrepismo, prosapódosis, hipozeuxis ydis
tributio.

Esta sección enseña al público los puntos fuertes que vamos a defender. Se
persigue la brevedad (no aburrir al auditorio, no traspasar el umbral de
atención del público y evitar la desproporción entre discurso y tema), la
claridad (es imposible convencer al público si no se ha enterado de lo que se
trata, aunque literariamente la oscuridad y ambigüedad puede ser un mérito) y
la verosimilitud (ya dijo Aristóteles que es preferible lo falso verosímil a lo
verdadero inverosímil). No hay que hacer increíbles unos hechos ciertos y el
abogado que haga creíbles unos hechos falsos logrará que el jurado vote por
su cliente. En este punto la ética no tiene nada que ver con la retórica. En el
mundo literario, el principio de verosimilitud es importantísimo, ya en estética
realista o fantástica. En la exposición se incluye una serie de circunstancias:
quién (quis), qué (quid), cuándo (quando), cómo (quemadmodum), dónde
(ubi), por qué (cur), con qué medios (quibusauxiliis). Hay que interrumpir la
exposición con breves digresiones que impidan la monotonía aliviando la
tensión del auditorio y actuando sobre él de forma complementaria.
ARGUMENTACIÓN:

Es la parte donde se aducen las pruebas que confirman la propia posición


revelada en la tesis de la exposición (confirmatio o probatio) y se refutan las
de la tesis que sostiene la parte contraria (refutatio o reprehensio), dos partes
que Quintiliano considera independientes, de forma que para él el discurso
forense tendría cinco. La confirmación exige el empleo de argumentos lógicos y
de las figuras estilísticas del énfasis; los de la refutación serían por el contrario
metástasis, contrarium, contradicciones, el progymnasma de la refutación.
También es un lugar apropiado para el postulado o enunciado sin prueba,
siempre que no debilite nuestra credibilidad, para lo cual hay que recurrir al
postulado no veraz pero plausible (hipótesis), a fin de debilitar al adversario
desorientando su credibilidad; lo mejor en ese caso es sugerirlo y no
decirlo. Se recurre a una lógica retórica o dialéctica que no tiene gran cosa
que ver con la lógica científica, pues su cometido no es hallar la verdad sino
con-vencer. Se funda más en lo verosímil que en lo verdadero, de ahí su
vinculación con la demagogia. Para los discursos monográficos enfocados a la
persuasión, convienen las estructuras gradativas ascendentes. En el caso del
discurso periodístico, la tendencia a abandonar al principio del lector
recomienda el uso de la estructura opuesta: colocar lo más importante al
principio. La retórica clásica recomienda para los discursos argumentativos
monográficos el orden nestoriano, el 2,1,3: esto es, en primer lugar los
argumentos medianamente fuertes, en segundo lugar los más flacos y débiles
y en último lugar los más fuertes.

PERORACIÓN:

Es la parte destinada a inclinar la voluntad del oyente suscitando sus afectos,


recurriendo a móviles éticos o pragmáticos y provocando su compasión
(conquestio oconmiseratio) y su indignación (indignatio) para atraer la piedad
del público y lograr su participación emotiva, mediante recursos estilísticos
patéticos (accumulatio, anacefalaeosis, complexio, epanodos, epifonema,
simperasma, sinatroísmo); incluye lugares de casos de fortuna: enfermedad,
mala suerte, desgracias… Resume y sintetiza lo que fue desarrollado para
facilitar el recuerdo de los puntos fuertes y lanzar la apelación a los afectos; es
un buen lugar para lanzar un elemento nuevo, inesperado e interesante, el
argumento-puñetazo que refuerce todos los demás creando en el que escucha
una impresión final positiva y favorable.

La tala de arboles
Compañeros, amigos y toda persona que ama y quiere cuidar su medio ambiente escuche
mis palabras, conozcan las consecuencias que deja la tala de árboles realizadas por
industrias madereras que gracias a estas obtienen la celulosa, y pueden elaborar materiales
como: papeles, cartones ,maderas y demás
Sepan que esto provoca la deforestación que es un proceso generalmente provocado por la
acción humana sobre la naturaleza. Descuido e ignorancia, falta de valor atribuido,
manejo poco exigente de la forestación y deficientes leyes medioambientales. Son factores
que llevan a que la deforestación ocurra en gran escala.

Pero entonces, ¿cuáles son las causas?

La deforestación, como todo proceso tiene sus causas fundamentales. Entre ellas pueden
citarse: el cambio del uso del agua para actividades ganaderas y agrícolas, los incendios y
enfermedades forestales o la tala incontrolada de árboles. Anualmente perdemos 13
millones de hectáreas de bosque nativo en todo el mundo, especialmente los bosques
tropicales ubicados en Asia, África y lastimosamente en América.
Si bien existen regulaciones a nivel nacional para evitar la depredación de este recurso,
muchas de las empresas no cumplen las normas, explotando los bosques con una
intensidad y velocidad que no permite la regeneración de estos bastiones ecológicos.

Entonces, compañeros y amigos ¿La Tala de Árboles Beneficia o Perjudica?

Los recursos humanos y materiales son insuficientes, ya que existen problemas de tenencia
de la tierra como la Tala de árboles ilegal. Esta tala ilegal puede afectar a distintos
ecosistemas, como bosques de pino, bosques de oyamel y bosques de pino con vegetación
secundaria.

La tala de árboles hoy en día va aumentando, gracias a que las personas hemos llegado a
permitir este tipo de desastres ecológicos sin saber el daño que nos estamos causando,
tanto a nosotros como al ecosistema y a la naturaleza, ya que pensamos que solo es un
simple árbol que está ocupando un espacio que solo estorba y está en el lugar donde podría
estar otra cosa, como una casa, algún negocio, una cochera, en si algo que sirva más que
nada para el beneficio humano.

Pero si todos tuviéramos conocimiento de que este recurso que nos brinda la naturaleza, es
uno de los más importantes ya que nos da lo más indispensable para los seres vivos como
el aire puro y el oxigeno que respiramos, así como algunos frutos; si supiéramos esto y más
creo que uno que otro que tala arboles cambiaria su opinión y en vez de seguir matando
arboles y quitarnos oxigeno lo pensaría dos veces; y plantaría y cuidaría a un árbol el cual
daría beneficios a las generaciones futuras.

Así con la ayuda de otros y el cambio de opinión de otros cuantos poco a poco
terminaríamos con la tala de árboles, suena muy fácil pero si todos pensamos un poquito
en las consecuencias y en los beneficios veríamos que nos convencería y que nos
beneficiaria, pero la decisión es nuestra solo pido que lo pensemos bien y llevemos a cabo
lo que en verdad queremos que pase; ya que si estamos no muy convencidos entonces
pensemos algo… que la tala de árboles también afecta al calentamiento global.

Compañeros, amigos y toda persona: ya supieron que la tala de árboles es muy beneficiosa
comercialmente, ya que tiene un valor considerable, pero por favor tengamos conciencia de
que puede generar un grave problema ecológico y además se tiene claro que las grandes
empresas contaminan constantemente al medio ambiente con todos los residuos y el humo
que dañan a nuestro organismo y a la naturaleza, es por eso que es necesario reciclar si se
es posible, de este modo nos estaremos ayudando a nosotros mismos y a la vez al medio
ambiente. Solo depende de nosotros cambiar y ayudar a la naturaleza.
¡Tomemos Conciencia!
Publicado por MariaIsmelda en 20:40
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Para ser un buen orador no bastan las dotes naturales, se requiere además el estudio de ciertas reglas que
encaucen y ayuden a desarrollar las facultades de persuadir.

Hasta hace poco elocuencia y oratoria eran sinónimos, pero está claro que es distinto el significado de
una y otra, porque elocuencia es la facultad natural que tienen algunas personas de persuadir deleitando por
medio de la palabra. En cambio, oratoria es el arte de persuadir por medio de la palabra. Es decir, la facultad
es una potencia física que hace al ser humano capaz de obrar, como lo es el pensar, oír, ver; la facultad es
algo innato en el hombre, nace con ella. Algunos nacen con ciertas aptitudes de las que carecen otros, como
por ejemplo tener una hermosa voz. Quien tiene una hermosa voz, no necesita mucho esfuerzo para
demostrar su “canto”; así también, quien es por naturaleza elocuente no necesita mucho esfuerzo para
demostrar su facultad de expresarse bien.
Arte es el método o conjunto de reglas que sirven para hacer una cosa. Para hacer bien un artefacto se
necesita ciertas normas o reglas. Ciertamente hay personas que sin haber estudiado las reglas de un arte
producen obras “bien hechas”, pues la misma naturaleza les ha enseñado a realizarlas; sin embargo, no es
suficiente, esa habilidad no basta para producir obras “artísticamente” perfectas. Si se desea realizar obras
mejor hechas hay que estudiar las reglas del arte.
Para ser un buen orador no bastan las dotes naturales, se requiere además el estudio de ciertas reglas
que encaucen y ayuden a desarrollar las facultades de persuadir. Para que el orador apegado a ciertas reglas
logre su objetivo y su obra esté bien hecha, es necesario que realice algunos ejercicios y perseverar en ellos.
Entre los diversos modos de comunicar se encuentra el discurso y entre los diferentes recursos que el
hombre tiene para transmitir sus ideas está la oratoria, que es el arte de hablar con elocuencia, de deleitar,
persuadir y conmover por medio de la palabra.
La oratoria es un arte antiguo del cual no se tiene certeza dónde nació, pero lo más probable es que
Grecia haya sido su cuna. Se infiere que hacia el siglo V a.C. surgió con la democracia griega, cuando los
ciudadanos acudían a los tribunales de justicia en la Atenas de Pericles. Ahí, en el foro se discutían los casos
de justicia y los graves problemas de la Polis y, asimismo, se formulaban las leyes y se escuchaban los
candentes discursos de Demóstenes.
Los más célebres oradores se prepararon para pronunciar discursos, llámense exposiciones,
disertaciones, conferencias u oraciones fúnebres. Siempre que lo hicieron buscaron convencer, persuadir,
instruir o deleitar; asimismo, llevaron un orden, un método, un camino para llegar con éxito a su objetivo. Por
eso es muy importante considerar las distintas partes que componen un discurso.
Un discurso está formado de cuatro partes principalmente: exordio, proposición, confirmación y epílogo.
• Exordio. Es la introducción, presentación del asunto o un anticipo de lo que se tratará el discurso.
• Proposición. Es la exposición del tema en forma pormenorizada, dividiendo el tema en cuantas partes sea
conveniente, con definiciones claras, explicaciones amplias, con subtemas.
• Confirmación. Es la parte del discurso en la cual se intenta el convencimiento, recurriendo a toda clase de
argumentos. La confirmación es una proposición y un desarrollo, desempeña dos papeles: convence a la
inteligencia y excita los sentimientos, pero se concreta a demostrar lo que se propuso en la primera parte de
discurso, que es la proposición.
• Epílogo. Es la parte final. No se puede terminar un discurso sin darle un final digno: es el cierre de la
peroración, es un resumen de todo lo dicho y por lo mismo, es la frase genial que encierra toda la idea. El
epílogo está lleno de imágenes vivas, de figuras retóricas, de frases bellas cuya finalidad es dejar buen sabor.

Un consumado comunicador apegándose a las normas de la oratoria necesariamente tomará en cuenta


las distintas partes. El más elemental método didáctico del proceso que sigue un buen comunicador, sugiere
que una vez que ha seleccionado un tema debe documentarse lo suficiente para exponerlo y buscar la forma
correcta para “entrar”. No debe perderse de vista que una buena “entrada” es determinante: quien empieza
bien termina bien.

Exordio

Este primer elemento es la parte que tiene como finalidad preparar a los oyentes. Se tratará de ganar la
benevolencia de ellos y excitar su interés, para cuyo efecto pondrá a la audiencia en antecedentes.
Siendo el exordio una introducción, el comunicador tendrá dos propósitos: hacer que los oyentes se
sientan cómodos y que el tema sea interesante para todos. Lo primero se logra empleando un lenguaje
agradable y de fácil comprensión. Lo segundo, revistiendo el tema quizá sencillo con el ropaje de la calidad. El
exordio se divide en:
Exordio sencillo. Es aquel que se expresa sin adornos, se emplea un lenguaje llano. Por ejemplo, para
introducir un tema como la amistad, en lugar de iniciar con: “El asunto que pretendo desarrollar es la
amistad…”, a fin de causar interés en el auditorio puede decirse: “Este tema tan común, que para algunos
parece poco interesante, lo abordaremos desde el punto de vista de su utilidad. Veremos que en nuestra vida
social una amistad sincera es un tesoro valiosísimo. Cómo valorar una amistad. Cómo ganar una amistad
verdadera. Cuánta satisfacción existe al encontrarla”.
Exordio festivo. Se caracteriza por destacar lo sublime del tema, lo profundo de las ideas. El tema se
hace brillante al adoptar un tono de majestad. Tiene lugar en los grandes acontecimientos en los que el orador
“se pule”, si es posible, exagerando su importancia. Se usa un lenguaje pulido, quizás poético, basándose en
alguna anécdota o en algún otro apoyo que impresione. Por ejemplo: “En el campo del arte no puede haber
rivalidad alguna. El único combate en el que todos deben enfrascarse en una lucha sin tregua es contra la
barbarie que intenta destruir el arte, pero, ¿cuál es ésa? Ya lo sabremos; sólo os pido vuestra benevolencia”.
Exordio insinuante. Este exordio es un tanto difícil porque presupone un auditorio adverso, es
problemático acomodarse a un auditorio con prejuicios. El orador demostrará su habilidad, la cual consistirá
en introducir un tema adverso de una manera suave, prudente e insensible. Ejemplo: “Me diréis que este
asunto no puede convencer vuestro criterio, lo sé, y estoy de acuerdo, pero qué os parece si en esta ocasión,
abusando de vuestra benevolencia, sin fijarnos en lo que pueda parecer obtuso, nos fijaremos en un aspecto
en que quizás no hemos puesto nuestra atención…”.
Exordio vehemente. Este exordio, también llamado exabrupto, tiene lugar cuando el orador, llevado por
su emoción da rienda suelta a sus sentimientos, explota en frases cortas, recias, ásperas, firmes,
sentenciosas. Ejemplo: “¡Hasta cuándo vas a abusar de nuestra paciencia! ¡Catalina!”. Así empezó Cicerón su
catalinaria. Se cuenta que cuando el Padre Lecordaire dijo: “¡El que para llegar a sus fines miserables usa
medios miserables, es un miserable!”, lo dijo con tanta vehemencia, que todos se pusieron de pie.
Proposición

Es la parte del discurso en la que el orador propone el tema. Con frases breves expone en síntesis todo lo que
contiene el discurso. En esta parte el orador expone el asunto, y como ya es costumbre, divide la exposición
en partes. La división y enumeración será sucinta para que se entienda mejor. Esto no significa que tenga que
desarrollar varias ideas, sino que son las partes en las cuales se ha dividido el estudio de una idea.
Para que el tema interese, nada mejor que hacer historia, ver el porqué del asunto: qué escritores o
intelectuales célebres han abordado el mismo tema; las elucubraciones científicas y especulaciones filosóficas
profundas desarrolladas; qué beneficio ha emanado de la misma idea. De esta manera el orador ya tiene una
guía. Si el tema es: “¿Es legítimo el Derecho Común como germen del Derecho Internacional?”, para su mejor
estudio, el orador deberá plantear el tema en tres partes: a) ¿Qué es Derecho Común?; b) ¿Qué es Derecho
Internacional?; c) ¿Cuál fue la tesis de Hugo Grocio acerca de este espinoso asunto? Después de haber
expuesto la idea, sus partes, su historia, su tesis, el orador se dispondrá a probar lo dicho.

Confirmación

En esta fase el orador se dispone a probar con argumentos, pues muchas veces no basta exponer un aserto,
ya que entre el auditorio no faltan escépticos que duden de todo lo expuesto. El orador tendrá que probar su
tesis y no queda otro recurso que el raciocinio, los argumentos de razón, así como la contraprueba con
argumentos de autoridad. Y como debe haber varias pruebas, no debe conformarse con una sola: al principio
habrá de seleccionar las más vigorosas y después las endebles, o viceversa.

Epílogo

Es la última parte del discurso, en la cual el orador pretende alcanzar el triunfo definitivo. Este resultado puede
adquirirse de dos maneras: por recapitulación y por moción de afectos.
Recapitulación. Es un resumen breve de pruebas en pro del aserto, imprimiendo fuerza y vehemencia en
los argumentos más sólidos y enfatizando aquella parte donde esté la fuerza de los argumentos.
Moción de afectos. Consiste en excitar con más intensidad los sentimientos de la concurrencia,
haciendo que se incline más por la aceptación de la tesis. El recurso de la moción de afectos es un recurso
psicológico que muchas veces produce mejores resultados que cien argumentos de razón. El orador recurre a
este método, porque ha podido notar las reacciones que ha adoptado el auditorio en el transcurso del
discurso.
Es natural que el orador no termine su discurso en forma repentina. Si los ánimos de los concurrentes se
han excitado, los calmará descendiendo poco a poco en tono y en conceptos, con frases de afecto para todos
los circundantes, agradeciendo sus finezas, su atención y el interés que han demostrado en el discurso.

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