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Cuestiones de Sociología, Economía y Política:

Parcial Monográfico

Texto: “Es más peligroso un pibe que piensa que un pibe que roba”

Integrantes:

-Benzi, Agustín

-De Bortoli, Luciano Nicolás

Referencia de Consignas:

-CONSIGNA N° 1 (Berger y Luckmann)

-CONSIGNA N° 2 (Paul Watzlawick)

-CONSIGNA N° 3 (Mills)

-CONSIGNA N° 4 (Durkheim)
CONSIGNA 1:

La historia de Camilo Blajaquis es un paradigma interesante para realizar

un estudio desde la perspectiva sociológica. “Camilo” por el comandante

Cienfuegos, involucrado en la Revolución Cubana; “Blajaquis” por el militante

peronista asesinado en la pizzería La Real, es el pseudónimo que utiliza Cesar

González. Como otros tantos casos, Cesar nace en una familia cuya situación

socio-económica moldeará su infancia y juventud, los valores que adquirió durante

su socialización primaria se encuentran íntimamente relacionados. La villa en

donde nació constituyó un mundo simbólico, una realidad objetiva impuesta que

internalizó; y “necesidades” impuestas que luego se transformaron en hábito y

rutina: un proceso de habituación. Crece en la villa Carlos Gardel en Morón junto a

las drogas y la delincuencia, que más tarde lo conducirían hacia reformatorios a la

edad de 16: baleado por la policía y en muletas, su futuro estaría comprometido a

5 años de cárcel.

Dentro de la cárcel, Cesar sufre un renacimiento, que Berger y Luckmann

denominarían “alternación”: un proceso de mutación de su realidad subjetiva. Esto

sucede cuando una figura afectiva, “otro significante”, desmantela su socialización

primaria, y la reemplaza con una nueva perspectiva que le lleva a replantearse su

vida en función de su pasado. Quien juega el papel de “otro significante” es

Patricio Montesano, a quien Cesar llama “amigo”, distinguiéndolo de las demás

figuras carcelarias que lo acompañaron durante su reclusión en el instituto.

Montesano daba talleres de magia de forma voluntaria a los reclusos, y les

hablaba de arte, poesía, cultura, del che, de los 70 y en particular, le acercaba


libros a Cesar, quien comenzó a reflexionar sobre ciertos mecanismos sociales

que hasta el momento ignoraba. Resalta que Patricio no era como los demás

talleristas, quienes tomaban un rol más distante y sobrador. “Él venía para

ayudar”. Dice Cesar.

El ingreso de estos elementos literarios influyó a Cesar para comenzar a

escribir poemas. Los primeros, intentó mostrárselos a la psicóloga. Es aquí donde

se pone en evidencia los mecanismos de la institución carcelaria: la psicóloga no

leyó sus poemas, y dijo que su futuro estaría destinado, en todo caso, a resarcir a

la sociedad mediante el trabajo, no perdiendo el tiempo en “pasatiempos”. La

institución carcelaria constituye un mundo simbólico que dispone de herramientas

terapéuticas para reincorporar a los individuos al sistema, pero en este caso no

pretende su reinserción ciudadana, sino más bien, su compromiso laboral. La

psicóloga es esta herramienta, legitimada por la institución, y por sus títulos

académicos, que incide con gran peso en la psiquis de los reclusos. Cesar lo

manifiesta claramente: “no es una figura menor el psicólogo dentro de la cárcel, es

el juez cotidiano de tu vida”. El mecanismo que se observa es el de la institución

carcelaria reprimiendo la alternación del individuo por medio de la terapia: la

psicóloga legitimada quien, con un trato “anónimo”, intenta retenerlo en su realidad

subjetiva. Cesar expresa: “Esa piña duele más que la de un guardia”, reflejando el

grado de legitimidad que le asigna a las diferentes figuras dentro de la cárcel.

Es aquí donde el papel de Montesano cobra valor: es Patricio quien le lee

los poemas a Cesar, es Patricio quien lo incentiva a seguir escribiendo, es Patricio

quien le acerca libros de poesía para que alimente y desarrolle su escritura. Es


quien pondrá en crisis su realidad subjetiva. Si bien es un tallerista más, Cesar lo

valora. Tiene una relación del tipo “cara a cara” con él, a diferencia de las

relaciones “anónimas” con los carcelarios o los psicólogos, convirtiéndolo en un

“otro significante” para Cesar.

Al salir de la cárcel, Cesar es Camilo, y Camilo es poeta. Publica libros y da

talleres literarios para rescatar a los chicos de su destino quasi-irreversible,

“infierno anunciado”, en palabras de Camilo. Weber catalogaría esta acción como

“racional en cuanto a valores”, dando cuenta de que estos valores antes no

existían, o no eran suficientemente fuertes como para “accionar”. Estos valores

son nuevos, y los obtuvo rompiendo los cimientos de su realidad objetiva impuesta

en su socialización primaria, y alternando su realidad subjetiva mediante la ayuda

de Montesano. Hoy, Camilo reconoce su identificación con el peronismo, realidad

subjetiva que se mantuvo desde su nacimiento, por la naturaleza de arraigo del

peronismo a las clases bajas. Aun así, mediante la lectura, incorporó a Marx y

nuevas ideologías revolucionarias con las que se identifica y construye su realidad

subjetiva que difícilmente le habría llegado de otra forma. En cuanto a las

socializaciones secundarias: terminó la secundaria y comenzó a estudiar en la

facultad: otra institución, otros mecanismos, otros roles, otras figuras legitimadas,

otro lenguaje: hace mención de su dualidad lingüística dependiente del ambiente

en el que se encuentre. Adoptó un vasto vocabulario mediante la literatura y la

facultad, que chocan con el restringido rango de palabras usadas en la villa.


CONSIGNA 2:

Paul Watzlawick incluye en su obra “¿Es real la Realidad?” el texto “Planolandia”.

En él se desarrolla una personificación de las abstracciones matemáticas.

Presenta figuras geométricas planas que son consientes de sus 2 dimensiones,

pero que ignoran absolutamente la existencia siquiera de una dimensión mayor. El

autor elije como protagonista al cuadrado:

El cuadrado tiene un sueño, en él, se encuentra discutiendo con líneas

pertenecientes a la 1era dimensión acerca de la existencia de la 2da, pero el

cuadrado no tiene éxito con las escépticas líneas. Fuera del sueño, su hijo, un

hexágono, le demuestra científicamente la posibilidad de una dimensión superior,

pero el cuadrado ejerce sobre su hijo la misma desconfianza que las líneas habían

ejercido sobre él. Es aquí donde se introduce la esfera, quien representa a la 3ra

dimensión, la cual el cuadrado reconoce como circulo. Ella es quien lo lleva en un

viaje por las 3 dimensiones. Tras la indescriptible aventura, el cuadrado intenta

convencer a sus pares de la existencia de la 3ra dimensión, pero una vez más, se

muestran indignados con tan inexplicable disparate, y finalmente, la inquisición

suprema de Planolandia lo encierra por demente.

Tras el resumen de “Planolandia”, se pueden hacer varias asociaciones con la

historia de Camilo Blajakis. “El cuadrado” de Watzlawick podría verse como una

versión análoga a Cesar Gonzales. Al comienzo, parte con una realidad objetiva

impuesta radicalmente diversa a la que adopta tras sufrir el proceso de

“alternación” descripto por Berger y Luckmann. El cuadrado ignora los


mecanismos que exceden a la 2da dimensión tanto como Cesar ignora los

mecanismos socio-culturales y político-económicos que condicionan su vida. Una

vez que alcanzan la “revelación”, buscan concientizar a sus pares. “me di cuenta

de todo lo que se le oculta a un joven que le toca nacer en un barrio de clase baja

[…] te excluyen cultural y simbólicamente […] el sistema te excluye”. Tras la

alternación, Cesar es Camilo, y Camilo busca dar a conocer estos mecanismos

mediante sus poemas, sus libros, sus talleres literarios, etc.

En esta analogía, el rol de “la esfera” se le adjudicaría a Patricio Montesano. Él y

la esfera son quienes les facilitan al cuadrado y a Cesar respectivamente el hacer

“click”; son quienes producen la “revelación”. Sin alguien que lo introdujera hacia la

3ra dimensión, el cuadrado jamás habría aceptado su existencia. Del mismo

modo, Cesar jamás habría siquiera comenzado a plantearse su vida críticamente

sin las herramientas que Montesano le facilitó. “Habría terminado en una celda si

no hubiese nacido en una villa” se preguntó Cesar. –“No”, respondería Camilo.

Finalmente, el rol de “la inquisición suprema” lo jugaría la institución carcelaria, en

particular, la psicóloga. Ella tanto como la inquisición son figuras legitimadas por la

institución a la que pertenecen, y su función es “terapéutica” es decir, mantienen a

los individuos dentro de sus respectivos universos simbólicos, reprimiendo

cualquier revolución de la concepción objetiva. El final de ambas historias difiere.

La inquisición suprema logra ahogar al cuadrado. Pero la institución carcelaria no

logra “esclavizar” laboralmente a Cesar. “llegué a flotar, pero había que remar

porque estaba en medio del mar y no había remos” Camilo logra hacer llegar su

mensaje.
CONSIGNA 3:

Si intentamos analizar el texto sobre Cesar González desde la perspectiva de

Mills, nos vamos a encontrar en una encrucijada. Esto es debido a los diferentes

abordajes que se pueden hacer al respecto.

En primera instancia, la entrevista de Silvina Friera presenta a Cesar como un

individuo que describe su vida conflictiva. En el texto se hace referencia a las

acciones y sucesos que lo rodean. Describe su infancia, su entrada a la cárcel, su

desarrollo dentro de la misma, su relación con los psicólogos, con los talleristas, el

surgimiento de sus preguntas, la búsqueda de respuestas, las frustraciones

internas, su replanteo de vida y, finalmente, el intento de cambio individual. Todos

estos elementos refieren a las acciones que giran en torno a la vida de Cesar, de

de nada más que un simple individuo, un monómero social.

Si nos quedáramos con solo este razonamiento, estaríamos suponiendo una

“inquietud” en palabras de Mills, ya que el conflicto está centrado particularmente

en una persona, y esto no es requisito suficiente para que Mills lo califique de

“problema”. Un hombre desempleado no representa un problema para Mills, sino

una “inquietud”; sin embargo, un conjunto de personas sin empleo que comparten

determinado factor común, sí lo es. Esto nos dice que cuando Mills habla de

“problema”, se refiere a un hecho generalizado que compete a una considerable

cantidad de individuos, probablemente relacionado con la situación social que

atraviesan, o bien el contexto histórico en el que se sitúan.


Partiendo de ello, se puede iniciar un análisis paralelo del texto, esta vez,

abordando una perspectiva centrada en el contexto social. Si bien el final de la

historia de Camilo Blajaquis es una rareza en nuestra sociedad, su inicio no difiere

del de una gran parte de la población. Cesar Gonzales nace en una familia

humilde dentro de una villa, y detalle más importante aún, crece en ella. El haber

crecido en una villa de emergencia lo destinó a incorporar elementos de ella: La

Villa es un hecho social que se le fue impuesto externamente, Cesar lo internaliza

durante su socialización primaria con naturalidad; rápidamente adopta rutinas y

hábitos propios de la villa. Las palabras de Cesar lo demuestran con claridad:

“¿Porqué tuve que saber a los 7, 8 años que existe la cocaína, el porro y que vivo

en un barrio donde eso es frecuente y la cultura es esa?”, “¿Habría terminado en

una celda si no hubiese nacido en una villa?”. Yendo más lejos, Camilo manifiesta

“soy consecuencia de dos presidencias de Menem”; lo que nos lleva a relacionar

el conflicto social de las villas de emergencia con un contexto histórico-político.

Podemos afirmar entonces que el haber nacido en una villa es un factor

determinante que condujo a Cesar a terminar en la cárcel. Si, sumado a ello,

tomamos en cuenta que el 90% de los reclusos provienen de villas de emergencia,

Mills no vacilaría en denominarlo “problema”.


CONSIGNA 4:

Si bien el texto no indica la causa por la cual el entrevistado estuvo privado de la

libertad, desde el análisis de Durkheim, la pena se consideraría aplicada en virtud

de la violación de las reglas del derecho, reglas que se establecen de acuerdo a

modos de actuar, pensar y sentir que son externos a cada individuo y existen por

sobre sus consciencias individuales. “Vos cometiste un delito, tenés que resarcir a

la sociedad, y la única forma es que te rompas el lomo trabajando.”, afirmó la

psicóloga del instituto, reflejando un modo de pensar generalizado de la sociedad.

Es un hecho social que los individuos que no cumplen con las reglas sociales

deben recibir castigo por ello, y luego resarcir a la sociedad.

En términos de lo planteado en “Las reglas del método sociológico”, hay una

consciencia colectiva que no resulta de la sumatoria de las consciencias de cada

uno de los individuos que componen una sociedad -en éste caso el barrio donde

nació y creció- sino que es el resultado de las interacciones, creencias,

sentimientos en su conjunto. Las fuerzas sociales que dan forma a las

características sociales de cada individuo, se imponen sobre cada uno de ellos.

“¿Hubiese terminado en una celda si no hubiese nacido en una villa?”, se pregunta

César previo a afirmar que 9 de cada 10 de los que estaban encarcelados eran de

la villa. Los modos de actuar y pensar que lo llevaron a cometer el delito por el

cual cumple condena, son modos generalizados dentro de su ambiente social -

hasta en cierto punto, legitimados- y por ende, susceptibles de ser denominados

hechos sociales.
Cuenta el protagonista que, a partir del ejercicio de la lectura, comienza a ver más

allá de su propia realidad, por encima de aquella que lo formó como individuo

social. Pero no advierte la presencia de las fuerzas imperativas, sino hasta que

intenta resistirla y es consciente del poder de las mismas. “me di cuenta de todo lo

que se le oculta a un joven que le toca nacer en un barrio de clase baja”. Decía

Cesar cuando se refería a las estigmatizaciones y marginaciones sociales al

tiempo que expresaba el pensamiento generalizado: “el de la villa es un ignorante

y un posible delincuente” Al acuñar la frase “A mí no me gustaba esa vida y decidí

hacer otra cosa: leer, terminar el secundario, recibirme. Pero no recibí un abrazo

de la sociedad” da cuenta de la acción coercitiva que la conciencia colectiva ejerce

sobre el individuo, al pretender este modificar su realidad como actor social. “Una

vez que llegue a flotar, había que remar, porque estaba en medio del mar y no

había remos”. Finamente Cesar lo logró: superó la acción coercitiva, la imposición

social externa y, hoy, se involucra para rescatar a los chicos que tienen su pasado

en común.

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