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Hemoglobina, porfirinas y metabolismo del hierro . T. Haydée Zúñiga Cáceres
tetrámero hemoglobínico representa la estructura cuaternaria . El heme dentro de cada polipéptido queda con
acceso al exterior de la molécula solamente a través de una “ventana” o “hendidura” en el sitio donde se abren
las cadenas de aminoácidos. Esta “ventana” se abre o cierra en función de diversas variables físico-químicas y la
manera como éstas modifican la afinidad de la molécula por el O 2, ha dado una explicación a fenómenos
fisiológicos descritos desde hace muchos años.
La curva de disociación de la Hb es sigmoide, que contrasta con la hiperbólica de otras moléculas como
la mioglobina. Esta forma peculiar y su variación al aumentar progresivamente el pO2 sugiere que la fijación de la
1ra. molécula de oxígeno al 1er. grupo heme facilita la fijación de las moléculas subsiguientes verticalizando la
curva., Algo similar ocurre al incorporarse la 2ª. y 3ª. molécula y solamente cuando el porcentaje de Hb
oxigenada es bastante alto la curva tiende nuevamente a horizontalizarse. A este fenómeno se le denomina
interacción de heme a heme .
El conocimiento de la “anatomía” de la molécula de Hb permite identificar 2 estructuras: una forma “tensa”
( T ) de Hb no oxigenada, en la cual las hendiduras por donde asoman los grupos heme a la superficie de la
molécula están prácticamente cerradas, y la fijación del 1er. oxígeno es relativamente difícil; sin embargo, al
fijarse la 1ª. molécula de O2 al 1er. grupo heme, el átomo de Fe se desplaza ligeramente hacia el anillo
tetrapirrólico arrastrando la histidina proximal y abriendo como un resorte toda la estructura del polipéptido. Esto
conduce a que las hendiduras de los demás grupos heme se abran un poco más y que la fijación de las
moléculas subsiguientes de O2 se facilite progresivamente.
La curva sigmoide de disociación de la Hb representa la transición de la “forma tensa ” ( T ) de la Hb no
oxigenada hacia la forma “relajada” ( R ) de la oxiHb. La forma sigmoide hace q la cantidad de O 2 q entrega la Hb
a los tejidos, en función de gradiente normal de pO2 entre la sangre arterial, capilar y venosa, sea mucho > q la q
se obtendría con una curva hiperbólica. Esta curva sigmoide constituye x lo tanto la ventaja fundamental de la Hb
sobre los demás pigmentos respiratorios y explica su éxito a lo largo de la evolución biológica.
La estructura de la molécula de Hb le confiere características adicionales muy útiles para el organismo. En
efecto, cualquier factor que desplace la curva hacia a derecha disminuye la afinidad de la Hb por el O 2 y
hace que entregue una > cantidad de este gas a los tejidos dentro de determinados gradientes de pO2.
Por el contrario, una desviación de la curva hacia la izquierda, como ocurre con ciertas Hbs anormales,
aumenta la afinidad de la Hb por el O 2 y hace que la cantidad que se entrega a los tejidos sea <.
Tres factores fisiológicos desvían la curva de disociación de la Hb hacia la derecha y hacen por lo
tanto más eficiente la oxigenación tisular:
1. Efecto Böhr.- Un exceso de protones (H+) o sea una baja del pH rompe ciertos enlaces dentro de los
polipéptidos y disminuye la afinidad de la Hb por el O 2. En tejidos acidóticos (anoxia) este mecanismo mejora el
aporte de O2.
2. Efecto de la temperatura.- La elevación de la temperatura corporal como en la fiebre y el ejercicio
desvía también la curva hacia la derecha y permite un mayor aporte de O2 a tejidos hipermetabólicos.
3. Efecto de los fosfatos.- El GR es rico en fosfatos, especialmente en 2,3-difosfoglicerato (2,3-DPG). Se
calcula que hay una molécula de 2,3 DPG por cada molécula de Hb. Todos los fosfatos, pero con mucho mayor
eficiencia el 2,3 DPG se combina con la desoxiHb y, al reducir la afinidad de la Hb por el O 2, desvía la curva de
disociación hacia la derecha y hace más eficiente la entrega de O2. El 2,3-DPG es expulsado de la oxiHb.
El aumento de nivel del DPG en el GR es un mecanismo fundamental y de enorme importancia en la
adaptación a la hipoxia relativa de las alturas y a la hipoxia crónica de las enfermedades cardiacas y pulmonares.
“Hb = pulmón molecular”
La acción del 2,3 DPG puede ser explicada molecularmente así: la cavidad central de la Hb rodeada por las
cadenas y en la transición desde el estado oxi ( R ) hacia el estado desoxi ( T ) se agranda con el objeto de
acomodar una molécula de DPG por cada tetrámero de Hb. La fijación del DPG a la desoxiHb disminuye la
afinidad de la Hb por el O2, desvía la curva de disociación hacia la derecha, lo que facilita la liberación tisular de
oxígeno. El 2,3-DPG actúa como un modificador alostérico de la disociación de oxígeno y se fija firmemente a las
cadenas que rodean la cavidad central de la desoxiHb, lo que contribuye a la estabilización de ésta.
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Clínicamente, pacientes con metaHbinemia hereditaria padecen eritrocitosis y cianosis con color gris
pizarra de la piel desde el nacimiento. MetaHbinemia equivalente a un 10 a 20 % de la Hb total provoca la
aparición de cianosis sin manifestaciones patológicas; de 30 a 40 % puede provocar cefaleas y disnea
y de 70 % o más puede ser de consecuencias fatales.
Al avanzar la oxidación de Hb hacia metaHb, esta última es convertida en “hemicromos”, los cuales
posteriormente precipitan y dan origen a los cuerpos de Heinz, responsables de la lisis de los eritrocitos
afectados. Son compuestos férricos verdosos con espectro de absorción característico. La desnaturalización de
la metaHb y la formación de cuerpos de Heinz consisten en una unión anormal entre el ion férrico y la globina,
con alteración de la globina terciaria que conduce a la formación de hemicromo 1 reversible (en condiciones
anaerobias se convierte en desoxiHb cuando es tratado con agentes reductores). Una mayor distorsión produce
hemicromo 2 irreversible, y precipitación de la Hb como cuerpos de Heinz, como se observa en los trastornos
por inestabilidad de la Hb y talasemias.
Oxihemoglobina
Metahemoglobina
Hemicromo 1 (Reversible)
Hemicromo 2 (Irreversible)
Cuerpos de Heinz
Lisis
Hbs M.- Son variantes de Hb caracterizadas por sustituciones de aa en las cadenas o a nivel de la cavidad
de hemo o en su vecindad. Estas sustituciones y las alteraciones estructurales de la globina afectan las uniones
de la Hb y la afinidad para el O2 de las Hbs M. En todas las Hbs M, las sustituciones de aa estabilizan firmemente
los grupos hemo, mantienen el Fe al estado férrico, poseen solamente 2 sitios de fijación de O 2 por tetrámero de
Hb y resisten los sistemas reductores normales de los eritrocitos.
Sulfohemoglobina (S-Hb).- Compuesto estable resultante de la unión del sulfuro con la Hb. Efectos tóxicos de
ciertas drogas sobre la Hb conducen a la formación de metaHb y S-Hb. La sulfohemoglobinemia se produce en
algunas personas después de recibir sulfamidas, fenacetinas, acetanilida y trinitrotolueno. El complejo S-Hb es
estable e irreversible (a diferencia de la meta-Hb reversible) y sólo desaparece de la circulación cuando los
eritrocitos cumplen su ciclo vital. La sulfohemoglobinemia provoca anoxia y cianosis clínicamente
indiferenciable de la producida por la metahemoglobinemia.
PORFIRINAS
Moléculas biológicamente importantes que tienen porfirinas: Hemoglobina, Mioglobina, Citocromos, Clorofila.
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Son 4 pirroles (heterociclo de 5 eslabones aromáticos y nitrogenados unidos por metilenos). Dependiendo de si
el radical R es: Acetato (CH2-COO-), Propionato (CH2-CH2-COO-) o Vinilo (-CH=CH2) hay diferentes porfirinas.
Hay 8 grupos diferentes de Radicales y hay muchos isómeros posicionales. Se usan números romanos según
las disposiciones específicas de los radicales.
Contienen un núcleo de 4 anillos pirrol unidos en un compuesto macrocíclico por puentes metenilos (=CH-)
en una conformación en anillo. La red de enlaces simples y dobles alternados origina que las porfirinas absorban
la luz visible, este grupo da el color rojo a la Hb. Porfirinas también fluorescen un color rojo rosado bajo la luz
ultravioleta, propiedad que se usa para detectar y medir porfirinas en los fluidos corporales. La distribución de 4
átomos de N al centro del anillo, capacita a las porfirinas para quelar átomos metálicos, siendo fisiológicamente el
Fe el más importante.
Los porfirinógenos intermediarios difieren de las porfirinas en que los puentes de átomos de C están
completamente reducidos y los 4 átomos de N están protonados. No hay enlaces simples y dobles alternados, de
modo que estos compuestos son incoloros y no fluorescen.
Las diferencias en la estructura de las porfirinas depende del tipo y posición de las cadenas laterales
ubicadas en las esquinas de los anillos pirrólicos. En el hombre existen 3 porfirinas: Uroporfirina (URO): con 4
propionatos y 4 acetatos. Coproporfirina (COPRO): con 4 propionatos y 4 metilos.
URO y COPRO pueden adoptar 4 configuraciones, la más importante es el isómero III.
Protoporfirina (PROTO): con 2 propionatos, 2 vinilo, y 4 grupos metilo. PROTO puede adoptar 15 confi-
guraciones, pero sólo el isómero tipo IX es producido por el cuerpo humano.
La síntesis de porfirinas es controlada por cambios en la actividad de ALA sintasa , la primera enzima y
limitante de la velocidad. Exceso de heme inhibe la actividad de ALA sintasa, mientras un déficit de heme la
estimula. Por consiguiente, anormalidades en la producción o degradación del heme afectarán el número de
moléculas que entran a la vía. Dos enzimas: ALA dehidratasa y ferroquelatasa son inhibidas por el Pb, y
tiene implicaciones en la presencia de ciertos metabolitos en el envenamiento por Pb. En ausencia de
Uroporfirinógeno III cosintasa , que produce el isómero uroporfirinógeno III en la etapa de ciclización del anillo,
sólo se forma el isómero I, que no es un precursor del heme.
Si las enzimas implicadas en la síntesis del heme no funcionan apropiadamente originan las PORFIRIAS,
un grupo de desórdenes de la síntesis del heme determinados genéticamente. Las porfirinas y sus precursores
formados antes de la deficiencia enzimática se acumulan en los trejidos corporales y fluidos. La naturaleza tóxica
de estos compuestos produce los signos y síntomas característicos de cada porfiria. La excreción del exceso de
porfirina y sus precursores es la base para el diagnóstico de estos desórdenes.
La excreción de las porfirinas es función de solubilidad: URO con 8 carboxilos es el más soluble en agua y
se elimina por la orina; PROTO, con sólo 2 carboxilos se excreta sólo en heces. COPRO, con 4 grupos carboxilo,
se excreta x cualquier ruta. ALA y PBG suficientemente solubles en agua se eliminan en la orina.
Antes se clasificaba a las porfirinas como eritropoyéticas o hepáticas, según el lugar de sobreproducción de
las porfirinas y sus precursores. Ahora, se usa más la clasificación por signos y síntomas (neurológicas vs
cutáneas).
CARACTERISTICAS BIOQUIMICAS Y CLINICAS DE LAS PORFIRIAS
NEUROLOGICAS CUTANEAS
P. interm. Porfiria Copro- Porfiria eri- Proto- Porf. Cutá-
aguda variegata porfiria trop. cong. porfiria nea tarda
Deficiencia PBG ProtoPBG CoproPBG UroPBG III Ferroque- UroPBG
enzimática. deaminasa oxidasa oxidasa cosintasa latasa decarboxilasa
Signos y síntomas:
Paño abdominal y
sín-tomas SI SI SI NO NO NO
neurológicos
Fotosensibilidad y
NO SI SI SI SI SI
lesiones cutáneas
Expresión metabólica Hígado Hígado Hígado Céls eritr. Céls erit. e hígado
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1. Fe hemínico es un componente de Hb y la mioglobina, por lo que está presente en las carnes vacunos,
aves, pescados y mariscos; y en gran cantidad en productos como sangre bovina, morcillas, etc. Es fácilmente
absorbible (entre 30 y 60% del total ingerido) y su biodisponibilidad no está influida por las características de la
dieta. En una dieta adecuada éste sólo representa una pequeña parte del Fe total ingerido (10-12%)
2. Fe no hemínico se encuentra en leguminosas, cereales, vegetales, y en casi todos los alimentos . La
absorción del Fe no hemínico es baja (en ocasiones menos de 3 %) y varía notablemente en cada comida por la
presencia de factores dietéticos que aumentan o inhiben su absorción. Puede elevarse hasta 4 veces más su
biodisponibilidad con un adecuado balance de estos factores.
Factores que favorecen la absorción del Fe:
El pH gástrico: El pH ácido favorece su absorción, porque gracias a la acción del HCl convierten el ión férrico
(Fe+3) en ión ferroso (Fe+2) soluble capaz de atravesar la membrana de la mucosa intestinal.
El ácido ascórbico: Facilita la reducción del ión férrico en ferroso y lo conserva así, además forma quelatos con
el (Fe+3) en pH ácido, que permanecen solubles en el medio alcalino del intestino delgado.
Proteínas: La presencia de aa aumenta su absorción, posiblemente porque también favorecen el paso de ión
férrico en ión ferroso que es más soluble. Las carnes facilitan la absorción de Fe no hemínico a partir de
alimentos como el maíz y los granos, que tienen inhibidores.
Carbohidratos: Las dietas que contienen fructuosa mejoran el balance del hierro .
Factores que disminuyen la absorción del Fe:
Ácido fítico: Los fitatos de la fibra del arroz, trigo y maíz, y la lignina de las paredes de las células vegetales,
constituyen potentes inhibidores de la absorción de Fe, debido a la formación de quelatos insolubles con el
hexafosfato de inositol .
Minerales: El exceso de Ca, Co, Cd, Mn, Zn, Pb (divalentes), compiten con los mecanismos de transporte del
Fe. El Ca disminuye la absorción de ambos tipos de Fe por interferir en la transferencia del metal a partir de la
célula mucosa, no así en su entrada a ésta.
Otros inhibidores: La ingesta crónica de alcalinos, fosfatos y taninos. La absorción disminuye
proporcionalmente con el volumen de té o café consumidos, en presencia de té la absorción disminuye hasta 60
%, en la de café se reduce hasta el 40 %. Carbonatos, oxalatos, bicarbonatos se unen al Fe formando complejos
relativamente insolubles, disminuyendo su absorción. La secreción pancreática poseería un elemento inhibidor
de la absorción del Fe. La aclorhidria en individuos gastrectomizados, por la baja solubilización y quelación del
Fe férrico de la comida.
1. TRANSPORTE DEL HIERRO
El Fe es transportado en sangre por la transferrina, β1 glucoproteína, de Pm 76.000, la cual posee 2 sitios de
unión para el Fe férrico. Es sintetizada en los hepatocitos y es esencial para una efectiva entrega del Fe a las
células eritropoyéticas. La apotransferrina es la proteína que no contiene Fe, transferrina monoférrica
cuando contiene un átomo de Fe y diférrica cuando contiene 2 átomos. Esta proteína toma el Fe liberado por los
macrófagos producto de la destrucción de los GR o el procedente de la mucosa intestinal, lo transporta y lo hace
disponible a todos los tejidos que lo requieren .
En el citosol, la ceruloplasmina oxida el Fe ferroso a férrico para que sea captado por la apotransferrina
que se transforma en transferrina. Su determinación analítica constituye un elemento importante para el
conocimiento del estado funcional de Fe. El Fe plasmático total es de 100 a 150 µg/100ml.
Del total de Fe transportado por la transferrina: entre 70 y 90 % es captado por las células eritropoyéticas y el
resto por los tejidos para la síntesis de citocromos, mioglobina, peroxidasas y otras enzimas y proteínas que lo
requieren como cofactor. Normalmente sólo el 30-35% de la transferrina se halla saturada con Fe. En el caso de
que toda la transferrina esté saturada, el Fe que se absorbe no es fijado y se deposita en el hígado. Solamente el
Fe de los depósitos o el Fe circulante ligado a la transferrina y no el de las enzimas y cofactores es utilizado en la
eritropoyesis.
Normalmente el SRE es el principal suministrador del Fe a la transferrrina. Se ha determinado la presencia de 30
receptores específicos para transferrina en la membrana celular. Una vez unido al receptor, el complejo receptor
transferrina-Fe es internalizado por un proceso de endocitosis y el Fe se disocia en los endosomas y el receptor
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y la apotransferrina retornan a la membrana celular, donde la transferrina es liberada al plasma para iniciar un
nuevo ciclo de transporte.
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REQUERIMIENTOS
Al nacer, el niño sustituye el suministro seguro de Fe de la placenta por otro más variable y con frecuencia
insuficiente, proveniente de los alimentos.
Durante el 1er año de la vida el niño crece rápidamente, como resultado de lo cual al cumplir el año, debe haber
triplicado su peso y duplicado su Fe corporal. En este período se estima que las necesidades de Fe son de
0,7 a 1,0 mg/kg/día (15 mg/d).
Durante la infancia, las necesidades de Fe para el crecimiento son menores, alrededor de 10 mg/día, pero
continúan siendo elevadas en términos de ingesta relativa, si se comparan con las del adulto, por lo que no
desaparece el riesgo de desarrollar una deficiencia de Fe. En este período es importante evitar los malos hábitos
dietéticos que limitan la ingesta de Fe o alteran su biodisponibilidad.
En la adolescencia se produce nuevamente un incremento de las demandas de Fe, como consecuencia del
crecimiento acelerado. Durante el desarrollo puberal un adolescente aumenta unos 10 kg de peso, que debe
acompañarse de un incremento de unos 300 mg de su Fe corporal para lograr mantener constante su Hb, que en
este período aumenta a razón de 50-100 g/L/año. En consecuencia, un adolescente varón requiere alrededor de
350 mg de Fe por año durante el pico de crecimiento de la pubertad.
Las necesidades de Fe en las mujeres son más altas, pues aunque su velocidad de crecimiento es menor, se
adicionan las pérdidas menstruales. Un sangramiento menstrual promedio de unos 30 mL de sangre implica la
pérdida de unos 75 mg de Fe. En consecuencia, una adolescente en pleno pico de crecimiento requiere
alrededor de 455 mg de Fe por año.
En las mujeres en edad fértil los requerimientos son similares a los de la adolescente, debido a las pérdidas
menstruales. Aumentan por el uso de dispositivos intrauterinos, con pérdidas imperceptibles, unido a una dieta
inadecuada; los embarazos y la lactancia pueden agravar la situación.
HIERRO Y HEMATOPOYESIS
La producción de GR está regulada por la falta de oxígeno transportado a los tejidos, por la exposición a una
altitud elevada donde existe poco oxígeno en el aire, por algunas enfermedades de la circulación como la
insuficiencia cardiaca o enfermedades pulmonares que producen hipoxia tisular.
La eritropoyetina, principal factor estimulante de la producción de GR, es una glucoproteína que se forma
normalmente en los riñones y una pequeña parte en el hígado. Estimula la producción de proeritroblastos y
también hace que el desarrollo de los GR se de mas rápido.
Las anemias ferropénicas incluye un número de anemias crónicas que se caracterizan por GR pequeños y
pálidos. El factor causal es la depleción de los depósitos de Fe y la consecuente disminución de los niveles de Hb
por debajo de lo que se considera normal para el ser humano.
Para que se de la maduración final de los GR se requiere esencialmente dos vitaminas: la B 12 y ácido fólico,
también ácido cítrico, aminoácidos y azúcares entre otros.
ANEMIA es la incapacidad de la sangre de suministrar suficiente oxígeno a los tejidos para que realicen sus
funciones metabólicas. Desde el punto de vista analítico se asocia a la falta de hemoglobina, de hematíes o de
ambos en la circulación sanguínea.
Estadios de la Anemia Ferropénica: La deficiencia de Fe ocurre en 3 estadios:
1er. Estadio (prelatente) : Consiste en una reserva deficiente de Fe causada por: disminución de la ingesta,
disminución de la absorción intestinal, incremento de las pérdidas o aumento de los requerimientos, aunque
hay suficiente cantidad de Fe en el cuerpo para cubrir las necesidades de la médula eritroide. En esta etapa
disminuye la ferritina sérica (FS) a valores inferiores a 12 g/dL en alrededor del 40 % de los individuos.
2do. Estadio (latente): "Eritropoyesis deficiente en Fe" se caracteriza por cambios bioquímicos que reflejan la
falta de Fe suficiente para la formación normal de los GR. Se encuentran concentraciones de FeS, saturación
de transferrina (ST) y FS inferiores , así como CTFH y PEL superiores a lo que se considera normal; no
obstante, para la FS se observa que aproximadamente el 5 % de la población con deficiencia de Fe de transporte
suele mantener valores dentro del intervalo de normalidad. La Hb y el Hto no sufren afectaciones.
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Fe y TRANSPORTE DE ELECTRONES
El Fe forma parte de metaloenzimas. Lo podemos hallar formando parte esencial de las enzimas del ciclo de
Krebs, en la respiración celular y como transportador de electrones en los citocromos.
La cadena respiratoria está formada por una serie de transportadores de electrones capaces de experimentar
cambios reversibles en su estado redox. Los transportadores de electrones pueden ser moléculas orgánicas
relativamente simples, como la ubiquinona; nucleótidos como el NADH; o estructuras proteicas, como las
flavoproteínas, las Fe-sulfoproteínas o los citocromos.
Los citocromos son enzimas (hemoproteínas) que intervienen en el transporte de electrones y se encuentran en
las mitocondrias y en otras organelas.
El Fe transporta los e- y forma parte del grupo hemo. El Fe puede ser Fe 2+ o Fe3+. Los citocromos pueden
transportar los e- de 1 en 1. Presentan color porque absorben luz visible, color distinto si la forma es la reducida o
la oxidada. Varios tipos de citocromos: a, a3, b, c, c1, d y o. Los d y o son específicos de determinar cadenas
respiratorias. El hemo del citocromo b es igual al de la Hb, la diferencia funcional está en la cadena polipeptídica.
El grupo hemo está unido covalentemente a la proteína (citocromo c, a residuos de C4) o no (restantes). Excepto
el c todas las demás son proteínas internas de membrana.
TOXICIDAD
Pese a ser un elemento esencial para la vida, el exceso de Fe puede ser tóxico por su capacidad para catalizar
las reacciones que forman radicales libres (RL). Las alteraciones del metabolismo del Fe, particularmente como
consecuencia de una absorción o ingesta aumentada, llevan fácilmente a la sobrecarga de Fe, puesto que no
existen mecanismos excretorios específicos.
El aumento de Fe facilita la susceptibilidad a las infecciones, disfunción hepática, tumores del intestino grueso,
enfermedad vascular coronaria y miocardiopatías. La lipoperoxidación y subsecuente lesión en las membranas
celulares parecería ser el común denominador. Por lo tanto, los niveles de Fe deben ser cuidadosamente
controlados para evitar los efectos deletéreos del exceso de Fe.
Los niveles altos de Fe aumentarían el riesgo de cáncer mediante el daño al ADN a través de la producción de
RL. Existe una correlación entre los niveles de ferritina plasmática y el riesgo aumentado de cáncer,
particularmente a nivel del colon.
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