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FACULTAD DE DERECHO CASO #3

Y CIENCIAS POLÍTICAS f
f Informe previo de Conciliación

INFORME PREVIO DE CONCILIACIÓN

4. ¿Quiénes tienen interés en el conflicto?

Los conflictos por alimentos son aquellos que se desarrollan en virtud de las relaciones de familia,
estos en principio deben ser resueltos por los padres, quiénes son los llamados por ley para
propugnar la protección y garantía de los derechos del menor, así, el artículo 39 del Código de
Infancia y Adolescencia establece que
“La familia tendrá la obligación de promover la igualdad de derechos, el afecto, la solidaridad
y el respeto reciproco entre todos sus integrantes. Cualquier forma de violencia en la familia
se considera destructiva de su armonía y unidad y debe ser sancionada […]”.

En esa medida, los derechos de los menores resultan sensiblemente implicados cuando de alimentos
nos referimos, dado que dicha obligación debe comprenderse en relación con el interés superior
del menor, el cual para la corte constitucional
“[…] no constituye un ente abstracto, desprovisto de vínculos con la realidad concreta, sobre
el cual se puedan formular reglas generales de aplicación mecánica. Al contrario: el contenido
de dicho interés, que es de naturaleza real y relacional, sólo se puede establecer prestando la
debida consideración a las circunstancias individuales, únicas e irrepetibles de cada menor de
edad, que en tanto sujeto digno, debe ser atendido por la familia, la sociedad y el Estado con
todo el cuidado que requiere su situación personal”1.

Motivo por el cual, si bien son el señor Andrés Felipe y Ana Sofía son las personas que
aparentemente están abocadas en el conflicto, cabe destacar que el mismo no versa sobre sí, por el
contrario, el asunto a conciliar busca materializar el derecho fundamental de los menores de
“asistirlos y protegerlos, para garantizarles su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de
sus derechos”. Así como también se establece en el artículo 44 de la constitución que los derechos
de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás. En consecuencia, tienen interés en el
conflicto: la familia, la sociedad y el Estado.

1
Cómo se cita en sentencia T-502 de 2011, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.

1
Si bien en el caso concreto no ha habido aparente incumplimiento de las obligaciones alimentarias,
el interés del conflicto se mantiene al ras por cuanto la menor o mayor satisfacción del interés
superior del menor estará en vilo con esta tasación de la cuota alimentaria que se busca por la
conciliación; quedando entonces legitimados los padres para conciliar este asunto, sin que
posteriormente no pueda involucrarse la autoridad judicial2 y el ICBF en caso tal que este conflicto
no llegue a feliz término en esta conciliación y los derechos del menor sigan estando en peligro al
estar afectados parcial o totalmente por un posible incumplimiento en la cuota alimentaria.

5. ¿Cómo se percibe el estado de comunicación y relación de las partes?

El estado de comunicación parece deteriorado, puesto que desde el momento en que se terminó la
convivencia bajo unión marital de hecho, ha sido imposible para las partes establecer una
comunicación adecuada que les permita llegar a un acuerdo por el monto de la cuota alimentaria;
por el contrario, los hechos mencionados en la solicitud de conciliación hecha por el señor Andrés
Felipe dan a entender de manera provisional que este ante tal imposibilidad de diálogo decidió de
manera voluntaria proveer de los trescientos ochenta mil pesos ($380.000), los cuáles para la señora
Ana Sofía parecen insuficientes como cuota alimentaria. En consecuencia, de dicha imposibilidad
de diálogo y comunicación, podemos advertir de igual modo que existe una relación deteriorada
entre las partes ya que la misma se ha llevado a un espacio de hostigamiento y amenaza, la cual
dificulta en mayor medida el diálogo y permite advertir una percepción de desagrado y molestia
entre las partes, lo cual puede llegar a influir en el trámite de la conciliación, obligando al
conciliador a un papel mucho más proactivo por establecer reglas y técnicas que fomenten la
comunicación pacífica de las partes en la audiencia.

En síntesis, se percibe una baja comunicación de las partes y una muy posible relación de hostilidad
entre estas.

2
Matizando esta respecto al delito de inasistencia alimentaria que facultaría a la Fiscalía para investigar y perseguir
penalmente al padre o madre que incumpla con su obligación legal y constitucional de alimentos con el menor.

2
6. Análisis jurídico de los hechos.

El señor Andrés Felipe Giraldo García y la señora Ana Sofía Barrera Casas, convivieron en unión
marital de hecho por un lapso de dos (2) años. De dicha unión marital, nació el menor Simón
Giraldo Barrera, quien en la actualidad tiene tres (3) años. De esta situación, se desprende un
derecho consagrado en el artículo 42 de la constitución y el 411 del código civil que es el de
alimentos, el cual
“[…] es aquel que le asiste a una persona para reclamar de la persona obligada legalmente a
darlos, lo necesario para su subsistencia, cuando no está en capacidad de procurárselo por sus
propios medios. Así la obligación alimentaria está en cabeza de quien por ley; debe sacrificar
parte de su propiedad con el fin de garantizar la supervivencia y desarrollo del acreedor de
alimentos”3.

Es por esto que el derecho de alimentos se desprende del vínculo familiar y es una obligación se
fundamenta en el principio de solidaridad, que implica que el alimentario no tiene capacidad de
asegurarse su propia subsistencia, no obstante, dicha condición no es predicable cuando de un
menor se refiere; para estos el recibir alimentos es en sí mismo un derecho fundamental, para el
ICBF este derecho se encuentra íntimamente relacionado con “lo necesario para el desarrollo físico,
sicológico, espiritual, moral, cultural y social del niño o adolescente. El reconocimiento que se
hace a los menores del derecho a los alimentos tiene una finalidad protectora integral basada en el
interés superior del menor”.

Así, según el artículo 24 del código de infancia y adolescencia “los niños, las niñas y los
adolescentes tienen derecho a los alimentos y demás medios para su desarrollo físico, psicológico,
espiritual, moral, cultural y social, de acuerdo con la capacidad económica del alimentante”.

En ese orden de ideas, la convivencia del señor Andrés Felipe Giraldo García y la señora Ana Sofía
Barrera Casas terminó aproximadamente hace Un (1) año; momento desde el cual el menor de edad
Simón quedó bajo la custodia y el cuidado personal de la madre. Por tanto, en esta relación de
Familia el señor Andrés es quién adquiere la calidad de alimentante puesto que de la madre (Ana)
ya se presume el cumplimiento de su obligación legal de alimentos dado que esta es quién tiene

3
Sentencia C-919, M.P. Jaime Araujo Rentería.

3
bajo custodia y cuidado al menor.

Sin embargo, desde el momento de la ruptura de la unión marital de hecho, las partes no han podido
establecer una cuota alimentaria que los satisfaga a ambos y en especial el interés superior del
menor; por esta razón Andrés suministra mensualmente trescientos ochenta mil pesos ($380.000)
como cuota alimentaria, los cuáles para Ana resultan insuficientes, hostigándolo continuamente y
afectándolo en su ámbito laboral. En consecuencia, esta conciliación busca fijar una cuota
alimentaria en la cual se discutirá su valor entorno a los gastos del menor, esto es, “lo que es
indispensable para su sustento, habitación, vestido, asistencia médica, recreación, educación o
instrucción que garantice su desarrollo físico, psicológico, espiritual, moral, cultural y social, de
acuerdo con la capacidad económica del alimentante”. Dejando de manifiesto, que si bien el deber
de alimentos a menores es una obligación ineludible por cuanto afecta directamente los derechos
fundamentales del menor, las formas o mecanismos que ha empleado Ana para que Andrés le pague
lo que ella considera debe ser la verdadera cuota alimentaria, estas actuaciones son de plano
reprochables y por medio de esta conciliación se espera cesen dichos actos dado que la ley
reglamenta y regula las instancias legales, administrativas o extrajudiciales por las cuáles se puede
llegar a un feliz término en la fijación o revisión de la cuota alimentaria según sea el caso, así como
también perseguir la inasistencia alimentaria en principio con una amonestación administrativa so
pena de la persecución penal si no se restituyen los derechos del menor afectado.

BIBLIOGRAFÍA

Corte Constitucional. Sentencia T-502 de 2011. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.

Corte Constitucional. Sentencia C-919 de 2001. M.P. Jaime Araujo Rentería.

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