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El estilo de vida que se mantiene en la actualidad redunda en el tipo de alimentación,

pues las comidas sanas que eran facilitadas en el hogar, preparadas por la mamá o
el papá e incluso por manos propias, se está perdiendo significativamente, aunado a
la convivencia familiar que generaba el compartir cualquier comida del día en familia.
Debe suponerse, además que los alimentos pueden obtenerse de varias maneras,
por considerarse principalmente: alimentos preparados propiamente y la compra de
ellos, por lo que de cualquier manera se requieren recursos o ingresos económicos.

El hecho de facilitar un plan alimenticio accesible para las personas con ingresos
bajos, máxime en personas cercanas, como cada integrante de la familia, permitirá
garantizar la seguridad alimentaria, llevando un adecuado seguimiento y control.

La fuente más importante de información sobre el estado nutricional y alimentario de


la población es lo que en el medio se conoce como “encuestas de alimentación y
nutrición”, que son estudios periódicos en muestras de población que se escogen
como representativas de un municipio, región, estado o del país entero. Por lo
general, se investigan algunos datos socioeconómicos y de la alimentación familiar y
se toman indicadores del estado nutricional del grupo más frágil, el de los niños
preescolares. (Ávila C, Shamah L, & Chavez V, 1996)

La introducción de una economía monetarizada ha contribuido en gran medida a la


promoción del buen comer como signo externo de riqueza y símbolo de estatus
socioeconómico. Podría incluso decirse que es la marca de una clase social. El
comportamiento nutricional del hombre ha sido generalmente estudiado desde tres
puntos de vista; a saber, fisiológico, psicológico y sociocultural. Actualmente, se ha
aceptado por lo general que el hombre posee un substrato fisiológico y psíquico
común independiente de la sociedad o medio ambiente en el que se ha desarrollado.
Desde el punto de vista fisiológico, es posible determinar los limites mas allá de los
cuales una pauta dietética resultaría inadecuada para la supervivencia. Es
relativamente fácil determinar la tolerancia del organismo humano a la ingestión de
varias substancias. (Contreras, 1995)

Ante la mirada mental de cualquier hombre culto del siglo XX, no únicamente en la
inteligencia de los actuales hombres de ciencia, el alimento, además de ser «pan»,
«carne asada», «merluza frita», «queso» o «tarta de manzanas», por tanto, lo que
una persona tiene ante sus ojos cuando se acerca a la mesa o se sienta en el tajo
para comer, es también, y a veces primariamente, una mezcla en proporciones
diversas de hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, agua, sales minerales
diversas y algunas otras sustancias químicas. Si la molécula nutritiva es
descompuesta durante la digestión en otras más sencillas -tal es el caso de los
hidratos de carbono, las grasas y las proteínas-, la experimentación en animales, los
estudios dietéticos, los análisis químicos y la investigación termológica permiten
conocer, si no de manera exhaustiva, porque siempre habrá para el saber científico
problemas no resueltos, sí con precisión y finura extraordinarias, tanto el lugar y el
modo de esas transformaciones como sus consecuencias energéticas (producción
de calor) y sus consecuencias plásticas (incremento o decremento del peso). Por otra
parte, el empleo experimental de moléculas «marcadas» -aquellas en que
artificialmente ha sido introducido un átomo susceptible de registro radiográfico- hace
posible seguir con los ojos las diversas vicisitudes de su camino a través del
organismo viviente. Los tres máximos recursos del conocimiento científico, la visión
directa o indirecta de la realidad, el cálculo matemático y la imaginación interpretativa,
se combinan de manera tan precisa como fecunda para reducir a claros esquemas
racionales los complejos procesos químicos y calóricos de la digestión y la nutrición.
Y puesto todo este saber al servicio de la tan intensa sed de salud, fuerza física y
buena apariencia que opera en el alma del hombre actual, a nadie puede sorprender
que la alimentación sea hoy en tantos y tantos casos, además del acto tradicional de
«comer», el resultado de un cuidadoso cómputo previo de gramos, unidades
vitamínicas y calorías. (Laín Entralgo, 1979)

Así pues, en un entorno de problemática económica a nivel personal la tendencia


será incrementar la incorporación de los productos con mayor aporte energético a la
alimentación diaria para poder cubrir las necesidades energéticas vitales. Ello lleva a
reflexionar sobre el hecho de que en una sociedad con una alimentación sana (sin
desnutrición ni obesidad), se tiene conciencia de que la formación y la información
son importantes, pero que, a partir de un cierto nivel de ingresos, los recursos
económicos disponibles son los que gobiernan nuestra alimentación. Disponer de
energía al menor coste posible es la brújula de muestro sistema biológico. La
alimentación forma parte de un sistema socialmente complejo y como tal debe
afrontarse y no puede simplificarse solo a unas indicaciones sobre la salud. Según
palabras del Presidente de honor de Fundación Triptolemos, Federico Mayor
Zaragoza: Los Derechos Humanos son inherentes e indivisibles. Pero uno de ellos,
el derecho a la vida es el derecho supremo porque condiciona el ejercicio de todos
los demás. Por esta razón, el derecho a la alimentación es un derecho fundamental.
Es muy importante, asimismo, garantizar una dieta suficiente y de calidad para todos.
(Colomer, 2014)

Referencias
Ávila C, A., Shamah L, T., & Chavez V, A. (1996). Encuesta Nacional de Alimentación y nutrición en
el Medio Rural. México, D.F.: Resultados por entidad.

Colomer, Y. (08 de Sep de 2014). El enemigo de la alimentación equilibrada: la economía.


Recuperado el 15 de May de 2018, de nuevatribuna.es:
https://www.nuevatribuna.es/articulo/consumo/enemigo-alimentacion-equilibrada-
economia/20140908104056106915.html

Contreras, J. (1995). Alimentación y cultura: necesidades,gustos y costumbres. Barcelona: Edicions


Universitat Barcelona.

Laín Entralgo, P. (1979). Alfa y omega de la alimentación. Alicante: Medicamenta.

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