Professional Documents
Culture Documents
ESPLENDOR
DE AL-ANDALUS
LA PO ESIA AN D ALU ZA EN ARABE CLÁSICO EN
EL SIG LO X I. SUS ASPECTOS G E N E R ALE S , SUS
P R IN C IP A L E S TEM AS Y SU V ALO R DOCUM ENTAL
I
Hiperión
lib ro s H ip e rió n
C o le c c ió n d ir ig id a p o r Jesús M u n á rriz
D is e ñ o g r á fic o : E q u ip o 109
I S B N : 84-7517-097-8
D e p ó s ito le ga l: M-16.200-1983
C o m p u e s to en L in o tip ia s M . M ín g u e z. C a ro lin a C o ro n a d o , 46
Im p r e s o en T é c n ic a s G rá fic a s , Las M atas, 5. M a d rid
E n c u a d e rn a d o en S a n fe r. H e rm a n o s G óm ez, 32. M a d rid
NOTA DE LA TRADUCTORA
M ercedes G a r c ía -A r e n a l
PROLOGO
a c o s a d o p o r e l g e n e ra l S lr A b ü B a k r, tu v o e l m is m o g e s to : e n tr e g ó a A lfo n s o la
c iu d a d d e S a n ta re m , p r o m e tié n d o le in c lu s o B a d a jo z (c f. A 'm a l, 215).
24 C f. L é v i-P ro v e n £ a l, al-M u’ ta d id , en E n c y c l. i s i , I I I , 831: « E l (a l-M u 'ta d id ) n o
h a b ía te n id o o tro s e n e m ig o s qu e lo s b e re b e re s , m u su lm a n es c o m o él, p e ro m ás
le jo s d e su id e a l d e e s p a ñ o l qu e sus v e c in o s c ris tia n o s d e l N o r te . E n o tro s lu gares
le h u b ie ra n d e n o m in a d o e l «b e r b e r ó c to n o ».
25 S o b re e s te suceso, cf. H M E 2, I I I , 68-69.
26 R im a á ri, m e t r o k a m il.
27 Al-H i$'árí, a l-M n s h ib , en A n a le cte s , I I , 620-621.
de mostrar la antipatía que reinaba entre andaluces y bereberes. Al-
Marrákusl cita las palabras de al-Mu'tamid dirigidas a al-Mu'tasim acerca
de Yüsuf ibn Tásufín: «¿Q uién es ese miserable, quiénes son esos solda
dos? Estas gentes estaban en su país ganándose duramente la vida; que
riendo hacer una buena obra, les llamamos para darles de comer, pero
cuando estén saciados les devolverem os a su lugar de procedencia» 28.
El mismo al-Mu'tasim, ¿no se había mostrado «andaluz» por el mero
hecho de acoger en su territorio al poeta al-Sumaysir perseguido por los
esbirros de 'Abd Alláh ibn Buluggln, príncipe de Granada, por haber sati
rizado a los b ereberes?29.
Un últim o hecho mostrará el antagonismo no sólo entre españoles de
la Península y bereberes de Marruecos, sino entre una fam ilia árabe
«andalusizada» de Zaragoza y una fam ilia de ascendencia bereber de T ole
do, que a ojos de la prim era no parecía suficientemente evolucionada. El
autor de al-Bayan relata que Mundir ibn Yahyá, príncipe de Zaragoza, se
había casado con la hija de 'Abd al-Rahmán ibn Dü-l-Nün, hermana, por
consiguiente, de al-Ma’mün de Toledo; el h ijo de este matrim onio, Yahyá
ibn al-Mundir, fue mal visto por sus parientes más allegados al acceder
al trono a causa de la citada ascendencia, decidiendo asesinarle por ello
sus prim os de la rama paterna M.
En fin, bajo los almorávides, y en el momento de su máximo poder en
España, los kátib's, adictos a los conquistadores de la Península tras la
caída de los M ulük al-taw aif, pero que se mantuvieron españoles a pesar
de los acontecimientos, no temieron estigmatizar a los soldados bereberes
en las cartas que dirigían a su señor el bereber Yüsuf ibn Tásufín: dulce
venganza del letrado andaluz, que despr-ecia desde el fondo de su corazón
a estos africanos groseros que mancillan el suelo de E spaña31.
EL POETA:
Su formación y condición social
Los temas poéticos proporcionados
por la vida de la corte
Capítulo primero
Si los andaluces tendían cada vez más a diferenciarse, por sus carac
terísticas étnicas, de los otros musulmanes, incluso de los del Magreb,
seguían siendo radicalmente orientales por el uso general que hacían de
la lengua árabe. En sus relaciones cotidianas e íntimas podían servirse
del árabe dialectal, del bereber o de la lengua romance, pero en sus rela
ciones oficiales y en la correspondencia administrativa no empleaban más
que el árabe clásico. Los hombres de Estado: reyes, gobernadores, gene
rales, etc., tenían a gala escribirlo de manera satisfactoria; los magistra
dos, los ministros y los secretarios debían conocerlo a fondo y em plearlo
con la máxima corrección. Tanto los seudocalifas de la fitna com o los
reyezuelos del período de Taifa-s, com o los almorávides después, se rodea
ron de estilistas capaces de redactar la correspondencia oficial con todo
el refinamiento que habían tenido a gala los Ibn al-'Amid y los Sáhib ibn
Abbad en Oriente. Es curioso observar que las rivalidades entre las
dinastías no se manifestaron solamente en el terreno político; trataban de
superar a sus vecinos y rivales en la posesión de secretarios con repu
tación de letrados altamente cualificados, que desesperaban a sus colegas
de otras cortes por el uso que hacían de palabras arcaicas. Al-Mu'tamid
trato de ganarse a Abu-l-Asbag Ibn Arqam, visir secretario de al-Mu'lasim,
príncipe de Almería, que su señor había enviado com o em bajador a Sevi
lla; pero el visir rechazó cortésmente la oferta, v a su regreso a Almería
relato, con admirable franqueza, la tentativa de que había sido objeto ’.
En un capítulo de las Analectas de al-Maqqar! se puede ver el desdén
2 C f. A n al., I I , 378-380.
3 Ib n Jaldün , a l-M u q a d d im a ( P r o lé g o m é n e s ), te x to Q u a tre m ére , I I I , 263; ed. de
B eiru t, p! 539; trad . d e Slan e, I I I , 289. P a r e c e ser qu e los a n d a lu ces p u s ie ro n en
p rá c tic a e l c o n s e jo q u e 'A b d a l-H a m íd ( t 132 = 750) d a b a a lo s s e c re ta rio s en una
c é le b r e e p ís to la : «B u s c a d c on a r d o r el c o n o c im ie n to d e to d o s los g é n e ro s lite r a
rio s (a d a b ) y tr a ta d d e h a ce ro s sa b ios en las c ie n c ia s r e lig io s a s e m p e za n d o p o r el
L ib r o d e D ios y p o r las p r e s c rip c io n e s d e la le y d ivin a . C u ltiv a d la len g u a árab e,
a fin d e p o d e r h a b la r c o n c o r r e c c ió n ; tr a b a ja d ta m b ié n en c o n s e g u ir una h e rm o s a
e s critu ra , pues el o r n a to d e b e e n g a la n a r v u e s tro s e s c rito s ; a p re n d e d d e m e m o r ia
Así, el «sistema de los españoles» es netamente diferente del de los
orientales y magrebíes. ¿No nos lleva esto lógicamente a atribuir una
concepción tan racional de la instrucción y la educación a la influencia
ejercida por la raza que se había constituido en España por la fusión de
los elementos étnicos en los que predominaba el ibero-romano? Cuando
en todo el mundo islámico las preocupaciones religiosas y morales ocupan
el prim er plano y hacen de las ciencias especulativas ('aqliyya) las siervas
y complementos de las ciencias tradicionales (naqliyya), en España, en el
siglo xi, sin dejar a un lado sistemáticamente las ramas del saber que
tienen por base el Corán y las tradiciones proféticas auténticas, se tiende
a conceder el prim er lugar a las ciencias secundarias llamadas especu
lativas; antes que en la religión se piensa en el hombre, y la educación
tiende a desarrollar armoniosamente todas las facultades humanas; ella
es consecuencia de la introspección que los muytahid-s o investigadores
personales han instaurado en los estudios religiosos y que lleva a dos
extremos en los que en realidad no faltan puntos de contacto: el m isti
cismo, por un lado, y el humanismo, por otro.
Y es, en efecto, un «hum anism o», incierto todavía en sus tendencias,
pero determinado en sus métodos, lo que el siglo x i inaugura en España,
y que constituye el acontecimiento más notable de la historia espiritual
del Occidente hispano-musulmán. ¿Resurgir del pensamiento antiguo que
sigue caminando, difuso, en el alma de los españoles, en la que la raza
árabe ha influido bien poco, o aparición espontánea, que expresa las
aspiraciones profundas de una raza? N o se sabe; tal vez haya que ver una
influencia marcada del espíritu judeo-cristiano y del pensamiento griego:
un filó so fo español, Ibn Masarra, del siglo x 4, nos invita a ello con razones
plausibles. En todo caso, este humanismo intelectual no parece un resul
tado del pensamiento musulmán, sobre todo en Occidente. Cuando los
psicólogos españoles de expresión árabe dicen que el andaluz tenía, ade
más de la «len gu a» árabe, el «cereb ro » del griego, no sabían hasta qué
punto acertaban, aunque hubiera sido más conveniente la expresión
«greco-rom ano»; se buscaría en vano en la literatura árabe de Oriente un
pensamiento tan humano com o el que ha expresado un gramático-poeta
de España, al-Zubavdl ( t 379 = 989), preceptor de al-Hakam II:
1 E d. p o r C o d e ra y R ib e r a , en B A H , t. IX -X , Z a ra g o za , 1894-1895.
Nos vamos a ocupar únicamente de esta parte del libro de Ibn Jayr,
porque es la única que nos puede inform ar sobre la form ación literaria
de los poetas de los reyes de Taifas.
Las diferentes obras se pueden clasificar en antologías y dlwánes sepa
rados, con o sin comentarios, clases de poetas, misceláneas literarias
(adab), monografías lexicográficas y rarezas filológicas (nawádir).
La lista de Ibn Jayr dista mucho de estar completa: no cita más que
un mínimum de las obras leídas y estudiadas en el siglo xi. Si no todos los
libros que formaban parte de la famosa biblioteca de al-Hakam 21 debie
ron circular en numerosos ejemplares, al menos cabe pensar que algunos
de ellos eran conocidos por los letrados más próxim os a la corte omeya,
y que a la caída de esta dinastía el patrim onio literario acumulado en
1. P re g u n ta d al p o e ta d e B e r ja si ha v e n id o del Ir a q y si p o s e e la
[c la s e ] n a tu ral de al-B uhturi.
2. N o s tra e p o e m a s qu e g rita n en sus m an o s d ic ie n d o : «¿ S e r e m o s
a trib u id a s a a lg u ie n qu e n o sabe r i m a r ? » 57.
511 C f. R. B la c h é re , Le p o e te a ra b e a l-M o ta n a b b i e l T O c c id e n t m u s u lm á n , en R e v u e
des E tu d e s Is la m iq u e s , añ o 1929, fa s c íc u lo I, 127-135; A b o u t-T a v v ib al M o ta n a b b i,
293-299.
w Anal., I I , 124; a l-S afad l, N a k t, 314; R. B la c h é re , A b o u t-T a y y ib a l-M o ta n a b b i, 296.
m A l-S a fa d í, N a k t, 314; R. B la c h é re , /. c., 295-296.
M C f. R. B la c h é re , /. c., 296.
A i-D a jir a , I I I , 134 v." 135 r."
M Anal., I I , 611; R. B la c h é re , I. c., 295.
M Es d e c ir, su eltan las len gu as: a l-lu h ü ta fta h al-laha.
*5 Anal., I I , 131, 157; G a rc ía G ó m e z, E lo g io , pp. 59-60. E l v e rs o de a l-M u ta n ab b í
se e n c u e n tra en el C o m m e n ta ir e d e al-'U k b a ri, I I , 233, v en la ed. a n otad a de
a l-B a rq ú q í, E l C a iro , 1348 = 1930, I I , 235, 1. 3.
w Ib n B assám . en la D a jira , t. IV , le d e d ic a una nota.
( t 419 = 1028)1,7 y Mihyár al-Daylaml ( t 428 = 1036)“ . Y no sería d ifícil
de demostrar todo lo que se debe a al-Buhturl, del que acabamos de
hablar, y a al-Sanawbarl ( t 334 = 945) w. ¿N o se le llamaba el Sanawbari
de España? 70. En cuanto a Mihyár al-Daylamí, ha sido im itado por algu
nos com o Ibn Jafáya; en al-Maqqarl se encuentra una pieza en ma de
Yahyá ibn Hudayl, visiblem ente inspirada en la mimiyya de M ih y á r71.
En lo que concierne a Abü-l-'Alá’ al-Ma’arrl ( t 363-499 = 973-1057), nos
sorprende un tanto ver que de sus obras sólo el Saqt al-zand y las Luzü-
miyyát se citan com o conocidas de los andaluces. Y, sin embargo, una de
sus Risala-s o epístolas titulada al-Sáhil wa-l-sdyih: «e l caballo y el m ulo»,
fue imitada por un hijo de 'Abd al-Gafür bajo el título de al-Sdyi'a (la
arrulladora) n, y parece inverosím il que otras no hayan llegado a manos
de los españoles, al menos en la segunda mitad del siglo xi.
El problem a de la influencia de la Risálat al-gufrdn en la Divina Com e
dia de Dante, que ha provocado, com o sabemos, desde hace una treintena
de años investigaciones apasionantes sobre el contacto de las literaturas
orientales con las obras europeas medievales de inspiración cristiana, se
plantea para la España musulmana bajo un aspecto distinto, y de su
solución dependerá tal vez una orientación nueva del problema Dante-
escatología musulmana. Es sorprendente, en efecto, constatar que la Es
paña musulmana haya conocido, desde el fin del siglo x y com o muy
tarde a comienzos del xi, por tanto antes de la Risalat-al-gufrdn, de al-
Ma'arrT, una obra que tiene por tema principal el viaje de un poeta al
Paraíso: la Risdlat al-tawabi' wa-l-zawabi' de Abü 'Am ir Ibn Suhayd73,
poeta y crítico que tendremos ocasión de citar a menudo. En esta epísto
la, Ibn Suhayd se propone no tanto la descripción del Paraíso com o la
crítica, desde un punto de vista estrictamente literario, y en tono humorís
tico, de los poetas árabes de la Yáhilivya y del Islam hasta al-Mutanabbí.
Algo más tarde, en la corte de al-Mu'tasim, príncipe de Alm ería, otro
Ibn Suhayd, cuya kunya es Abü Hafs, trata el mismo tema y desde el
mismo punto de vista en una Maqama 74 o «sesión literaria» que tiene
75 P a r e n te s c o e q u iv o c a d o p o r un e r r o r en la v o c a liz a c ió n d e l n o m b re , pues se
tr a ta en re a lid a d d e A b ü H a fs 'U m a r Ib n al-S ahld , s o b re e l cu al cf. F. de la G ra n ja :
« L o s fr a g m e n to s en p ro s a d e A b ü H a fs 'U m a r Ib n a l-S a h íd » en M a q a m a s y R isa la s
andaluzas, M a d rid , 1976, pp. 81-118. S o b re e l e r r o r d e P érés, c f. en p a r tic u la r p á g i
nas 82-84. ( N o t a d e la tr a d u c to r a .)
76 Ib n G a b ír o l c o m p o n e en 1045, en Z a ra g o za , su p r im e r lib r o d e filo s o fía m o r a l:
Is la h a l-a jla q , q u e c o n tie n e v e rs íc u lo s b íb lic o s , s e n ten cias d e l T a lm u d m e zcla d a s
c on m á x im a s d e l « d iv in o S ó c ra te s », d e P la tó n , d e A r is tó te le s , d e lo s filó s o fo s
árab es, etc. C f. G ra e tz, Le s J u ifs d ’E s p a g n e, p. 150.
77 V . L é v i- P r o v e n ia l, E s p . M u s u l. X e s iécle, 68, 101-102.
Las alusiones a la «sabiduría» griega y persa se encuentran frecuen
temente en los versos orientales y occidentales. Al-Mutanabbí pasaba
— y pasa todavía— por el más filó so fo de los poetas, y al-Hátimi ha
escrito un opúsculo en el que, al lado de cada verso sentencioso del poeta,
cita una frase de Aristóteles, ofreciendo analogías sorprendentes desde
el punto de vista del significado 7íi.
Ibn Yannaq (Iñ ig o ) escribía en un panegírico dedicado a al-Muzaffar
Ibn Yahwar:
78 A l-H á tim I (1 388 = 998), a l-R is a la t a l-h a tim iy y a , en a l-T u h fa t a l-ba hiyya, 144-159,
ed. de B eiru t, 1931; ed. R esch er, en Is lá m ico ., I I (1926), fase. 3, pp. 439 y ss.
7“ M e tr o ba slt, r im a ¡1. C f. Q a la 'id , p. 187, 1.3.
s" A i-H u lla , en A bba d., I I , 71-72.
81 Ib n a l-A b b á r d ic e qu e a l-R ad i a m a b a a p a s io n a d a m e n te la le c tu ra ( m u í a la 'a )
y el e s tu d io (d ira s a ), qu e h a b ía le íd o los lib ro s d e l c a d í A b ü B a k r a l-T a y y ib
[a l-B a q illá n !, qu e e ra as a r í], c o n o c ía a fo n d o la d o c tr in a de Abü M u h a m m a d Ib n
H a zm a l-Z áh irí, e ra v e rs a d o en el c o n o c im ie n to de los u siil, de las c ie n c ia s fís ica s
(t a b íiy y á t ) de las g e n e a lo g ía s á ra b e s y de las lengu as y lite ra tu ra s árab es. C f. al-
H u lla . en A bba d., I I , 75, y v e r in fra , pp. 436-37.
La España del siglo x i tuvo el privilegio de conocer este aspecto nuevo
del pensamiento musulmán. Sus letrados, al continuar inconscientemente
la tradición ibero-romana sobre la que se había injertado la cultura árabe-
musulmana, llegan, por medio de la libertad de la que disfrutaban, al
resurgimiento del pensamiento antiguo, dándole ese carácter especial
que se debe a la influencia judeo-cristiana; tendremos a continuación
repetidas ocasiones de mostrar sorprendentes manifestaciones de ello.
Capítulo I I I
O R IE N T E Y O CCID ENTE
13 H a m d a o H a m d ü n a v iv ió a tiñ es d e l s ig lo iv = x; tal v e z a lc a n zo el c o m ie n z o
d e l s ig lo XI. U n a n o ta s ob re e lla nos v ie n e d ad a p o r a l-M a q q a rí, en Anal.. I I , 629-631.
N o s o tr o s d a m os, in fra , pp. 163 y ss., su d e s c rip c ió n del v a lle de G uadix.
14 S o b re al-M u n ází. cf. W a fa vá t, E l C airo , I, 44; d e Slane, I, 126.
15 A n a le cte s , I I , 630-631.
16 A l-S an d ü b i, A d a b a l-Y a h iz, pp. 69-71.
17 Ib n H a w q a l, K . a l-m a sü lik w a -l-m a m & lik ( B G A , I I ) , pp. 73-74 (r e p r o d . en
Anal., I, 130, y trad., en H M E 2, I I , 125-126); L é v i-P ro v e n c a l, E sp. X L' siécle. p. 135.
Un g en e ra l c ris tia n o , Ib n M á m a , qu e d u ra n te la fitn a a p o y o a los b e re b e re s y al
c a lifa S u la y m á n c o n tra los e s la v o s y los O m eva s, d e cía de los c o rd o b e s e s qu e «n o
ten ía n r e lig ió n , ni v a lo r, ni in te lig e n c ia ». Cf. al-B ayan, I I I , 90, y su pra , p. 19, n. 19.
Ib n S a 'id r e fu tó a Ib n H a w q a l en una p ágin a qu e se e n cu en tra en los Anal., I,
130-131.
El retrato es evidentemente poco lisonjero. La esclava-cantante Qamar,
acostumbrada a la cortesía de Bagdad, encontró también mucha rudeza
en los círculos allegados al gobernador de Sevilla, Ibráhím ibn Hayyáy
Abü 'A ll al-Qálí, que viajó por la Berbería oriental antes de acudir a la
llamada de 'Abd al-Rahmán I I I ’9, com probaba con estupor que cuanto
más se alejaba de Oriente, peor hablaban el árabe los musulmanes, y se
preguntaba si al llegar a España no se vería obligado a valerse de un
intérprete para hacerse entender 20.
N o obstante, a través de los viajeros, el Oriente no era totalmente
ajeno al conocim iento de Occidente, si bien eran escasos los que podían
hablar de otro m odo que no fuera de oídas. Abü Nuwás, en su encuentro
en Bagdad con el poeta español 'Abbás ibn Násih, le d ijo que le com pla
cería oír los versos de Abü-l-Ayrab y los de Bakr al-Kinám, cuya repu
tación había llegado desde España al Iraq, y 'Abbás lo hizo de buen
g ra d o 21. Pero los poetas de Bagdad tenían, en general, mala opinión de
los poetas andaluces. Se cuenta que, habiendo abandonado España al-
Gazál para librarse del odio de Ziryáb, se dirigió a la capital ’ abbasi. Un
día se encontró con un grupo de letrados que manifestaban un gran des
precio por sus compatriotas. Se contuvo, pero cuando después se habló
de Abü Nuwás, cuya muerte era reciente, les dijo: «¿Quién entre vosotros
recuerda estos versos de Abü Nuwás?:
C u an d o v e o a los b e b e d o r e s (s a rb ), etc.
!i< A l-B a yán , I I , 132 = 211; Ib n al-A b b ár, T a k m ila , núm. 2114, y H M E 1, I I , 90.
19 C f. su p ra , p. 50.
20 A l-D a j¡ra , I, 1, 4, y en Abba d., I I I , 41. R e p r o d . en A n al., I I , 106-107.
21 A nal., I I , 151. 'A b b á s ib n N á s ih e ra d e o r ig e n ta q a fí y e je r c ía las fu n c io n e s de
c a d í en A lg e c ir a s a p r in c ip io s del s ig lo IX (c f. A n al., I, 220, 221, 633, 634; I I , 151).
A b ü -l-A yrab Y a 'w a n a ibn al-S im m a a l-K ilá b í e ra un p o e ta s a tír ic o c o n te m p o r á n e o
d e Y a r lr y d e a l-F a ra zd a q (c f. A n al., I I , 120). S o b re B a k r a l-K in á n l n o sa b em o s nada.
22 A n al., I, 633; Ib n D ihya, a l-M u trib , f.° 112b. D u gat, In tr o d . a tix A n al., I, L IV .
23 M e tr o k a m il, r im a iqa.
recitara de nuevo, v cuando asi se hizo: «¡O h Ibn 'Abd Rabbih! — d ijo — -
el Iraq vendrá a ti arrastrandose de rodillas» :4.
En suma, encontramos más desdén o indiferencia de Oriente por Occi
dente que admiración o estima. ¿Se percibía algo extraño, no árabe, en
esta poesía de hombres tan próxim os de los ’áyam, tan mezclados con los
cristianos? Cicerón, en Pro Archia, ¿no se sorprendía también de ver a
sus compatriotas tan severos con un griego y en tan buena disposición
hacia los poetas de Córdoba, a pesar de lo que sus versos tenían «de recar
gados y exoticos» (pingue quiddam sonantes atqne pere g rin a n )? 25.
Los orientales estaban imbuidos de la idea de que la luz sólo podía
venir de Oriente. Sin embargo, al-Mutanabbl había celebrado las virtudes
de personajes nacidos fuera del Oriente al decir:
— Y o d ig o : iA llá h A k b a r! [D io s es g ra n d e] en turno de sus m orad as
cu an d o los soles de esos lu g a res ap arecen , y sin e m b a r g o no está a llí el
L e v a n te 26.
Pero hay prejuicios difíciles de extirpar, sobre todo cuando son lite
rarios, y hay que reconocer que, en lo que concierne a Occidente, los
españoles han sido responsables, en gran parte, del desden con que se les
pudiera tratar.
Ibn Abí-l-Jisál, en una epístola a Ibn 'Abdün, dice:
«¿Q ue tengo yo en común con Fulano? ¿Es otra cosa que un hombre
de Occidente, aunque se cree de pura raza árabe? ¿No es Occidente, ante
los ojos de otros pueblos, otra cosa que una simple glosa colocada entre
lineas?» 27. ¿M odestia o sentimiento real de su poco valor? Su corresponsal
sabe bien que es por exceso de modestia por lo que Ibn Abl-l-Jisál habla asi.
Cuando al-Marrákus! dice de Ibn Hání que era tan admirado que se
le comparaba con al-Mutanabbl, pero erróneamente 2!i, obedecía más a un
prejuicio que a un juicio justificado. Al-Muzaffar ibn al-Aftas de Badajoz
negaba a todo español de su tiempo el talento para hacer buenos versos
y proclamaba en las reuniones literarias que presidía: «¡Aquel cuya poe
sía no sea com o la de al-Mutanabbl o la de al-Ma'arrl, que se calle, pues
no me satisface nada que le sea in fe r io r !» 29.
• • •
:4 H a b w a n : lite r a lm e n te , a rra s trá n d o s e s ob re el tra s e ro c o m o los b eb es (la im a
gen se e n c u e n tra s iete v e ce s en las T ra d ic io n e s d el P ro fe ta . C f. Jaldun. P r o le g o -
m én es, te x to , I I , 154; trad., I I , 176). S o b re esta an écd ota , cf. M a tm a h , p. 52 (r e p r o
d u c id o en A nal., I I , 382, y A. D a if, B aldga, p. 90, n. 2); Y á q ü t, Irs á d a l-a rib , I I , 71;
a l-T a ’á lib l, Y a tim a , I, 364. A l-M u ta n a b b l ten ía m en os a d m ira c ió n p o r al-R am ad i, uno
de cu vos v ersos d ir ig id o s a al-Q álí le im p u lso a h a ce r una b r o m a un ta n to esca
b ro sa . C f. A nal.. I I , 49.
2? C ice ró n , P r o A rc h ia , 26.
:ñ A l-M u ta n a b b i, D lw á n , ed. S a d er, 24; ed. a l-B arqu qí, I, 480 (m e t r o k a m il, r im a
q i), y en A n al., I I , 150.
21 H is t. A lm o h ., te x to . 121 ( E l C airo , 109); trad., 145.
-8 H is t. A lm o h ., te x to , 77 ( Et C a iro , 68); trad., 94-95.
2l) C f. Ib n al-Jatíb, A 'm a l, 212. V. stipra , p. 39, n. 13.
La cultura literaria, que, como hemos visto, comenzo en España por la
poesía oriental, se impone de una manera tan despótica al espíritu de los
andaluces, que cuando quieren caracterizar a un letrado u otro personaje
buscan de inmediato en su m emoria al oriental con quien parangonarle.
A al-Mu'tadid se le compara con el califa 'abbasT Abü Y a ’far al-Mansür 30;
a al-Mu'tamid, con al-Wátiq Billáh, por la finura de su inteligencia y la
amplitud de sus conocimientos literarios 3I. Marwán al-Talíq, descendiente
de 'Abd al-Rahmán al-Násir, es, entre los Omevas de España, lo que es
Ibn al-Mu'tazz entre los 'Abbasíes 32. Al-Ramádl dice que él sale por la
mañana montado en un caballo que tiene las cualidades descritas por los
poetas orientales siguientes: Zayd al-Javl, al-Ganawl, al-Marbi y al-Dillil
( Imrü'-I-Qays) ’\ lo que hace suponer que los lectores conocen los diwánes
de estos autores orientales. A proposito de Ibn Zaydün, al-Marrákusi
declara que '- sus versos amorosos hacían olvidar a Kutayyir-'Azza; aque
llos a los que otorga alabanzas eclipsan a Zuhayr ibn Abí Sulmá, y del que
quiere ostentar su orgullo, se cierne por encima de Im ru'l-Qays» 34. Ibn
Bassám, que ha dedicado tantos elogios a sus com patriotas en la Dajira,
se ve a su vez alabado por el autor de muwassah Abü Bakr Ibn 'Libada
al-Qassáz, con estas palabras:
Abü 'Abd Alláh al-Lüsi com paró a Ibn al-Saqqat con Habib (Abü Tam-
m ám ) y al-B uhturl30. Abü Bakr Ibn Quzmán se asemeja a al-Mutanabbí
porque «se preocupa ante todo de las ideas, mientras que Madgalís es
comparable con Abü Tammám, más preocupado por la busqueda de las
palabras (s i n a a ) » 31. Ibn Hazm, en su Risella sobre la superioridad de Es
paña, compara a Ibn Darráv al-Qastallí con Bassar ibn Burd, con Habíb
(Abü Tam m ám ) y con al-M utanabbí3R. Ibn Táhir (Abü 'Abd al-Rahmán)
1. Si O c c id e n te [A r d a l-M a g rib ] c o n o c e m i lu g a r d e n a c im ie n to y si
c o m p a ñ e ro s y a m ig o s m e ig n ora n ,
2. ¡q u é buena a c o g id a d a rá a m i lle g a d a el I r a q (a rd a l-'Irá q ]
y cu án ta a le g ría m a n ife s ta r á p o r m í Jurásán! 54.
Si bien Ibn Hazm, fino psicólogo que sabía leer en su propia alma,
reconocía que el Iraq le defraudaría tanto com o España, otros poetas
y hombres de letras seguían poniendo sus ojos en Oriente: «el alejam ien
to — com o decía Ibn Hazm— juega un papel im portante». Sin embargo,
aquellos que se habían ido allá habían vuelto desencantados: la envidia
y la maledicencia hacían estragos lo mismo en Bagdad que en Córdoba
u otras ciudades de España: al-Gazál lo había experimentado e Ibn
Avsün pasará por la misma experiencia a finales del siglo X I 59.
1. ¿Q u é se les p o d r ía re p ro c h a r, si m e h u b ie ra n r e c o m p e n s a d o salu
d á n d o m e an tes d e p a r tir, cu an d o saben m u y b ie n q u e s oy un a m a n te
v íc tim a de la m ás v iv a p asión ?
2. P a r tie ro n de n o c h e c u a n d o las b rilla n te s e s tre lla s se le v a n ta b a n
[p a ra a lu m b r a r le s ], au n qu e e llo s fu e ra n en la n o ch e m ás b rilla n te s qu e
las e s tre lla s p a ra lo s o tro s h o m b re s.
3. O c u lta ro n a sus c a b a lg a d u ra s la m e ta d e su v ia je , p e r o su s o n ris a
se la r e v e ló en las tin ieb la s.
1. H e s a b id o p o r el a r o m a d e la b ris a la d ir e c c ió n qu e han to m a d o ,
de d ó n d e h a b ía n p a r tid o los v ia je r o s en lite r a y en q u é lu g a r a c a m p a d o.
2. A m ig o s m íos, e n v ia d m e d e n u ev o a a l-H im á , p o r q u e n o q u ie r o
i r a o t r o lu g a r qu e a al-H im á.
3. P a s o la n o c h e en v e la con los d os F a rq a d en una s itu a c ió n aná-
«o C f. A n a l., I I , 277.
61 A nal., I I , 306.
62 H is t. A lm o h ., te x to p. 77 (E l C a iro , p. 68); trad., p. 94.
lo g a a la d e a q u el cu ya a lm o h a d a está hech a de t r a g a c a n t o 63 y c u v o
c o m p a ñ e r o d e le c h o es una a b ig a rr a d a serp ien te.
4. A m en u d o, h a cia una jo v e n c on o jo s d e hu rí, d e lá n gu id o s p á r
p ad os, p a re c id a a una r a m ita d e m ir to (ra v h a n l en su fle x ib ilid a d
y d e lica d e za ,
5. d i r ijo m is m ira d a s ; sus o jo s y la s ed u cció n qu e d e e lla em a n an
m e dan la c e rte z a d e qu e n o s a ld ré in d e m n e M.
63 E l tr a g a c a n to (q a tá d ) es un a rb u s to m u y espin oso.
64 R im a m ü , m e t r o ta w il. C f. A n a l., I I , 106.
65 S o b re lo s H a d ü ’iq de I b n F a ra y, cf. Ib n . B assá m , a l-D a jira , t. I I (O x fo r d ),
c o p ia d e P a rís, 44a; al-D abbi, B u gy a , p. 141; Ib n D ih ya, a l-M u trib , f.° 5b; A n a lecte s,
I, 397, 801; I I , 118, 123, 451, 629; íb n al-A b b ár, a l-H u lla , en N o tic e s , p. 35. S o b re el
K ita b al-zah ra , c f. L . M a s s ign o n , R e c u e il de te x te s in é d its , pp. 232-240; A. R. N y k l,
p r e fa c io a la e d ic ió n d e l K it a b al-zahra.
66 L a s A n a le c ta s señ alan d os a n to lo g ía s d e l s ig lo xx, una d e 'U b á d a ib n M á
a l-S a m á ’ y o t r a titu la d a K it a b a l-ta s b ih á t m in a s 'a r a h í al-A n da lu s, d e Abü-l-H asan
'A1I ib n M u h a m m a d (c f. A n al., I I , 118).
67 M s. en E l E s c o ria l, núm . 353. E s te ms. nos s e rv ir á de base p ara el e s tu d io
d e las flo r e s d e A n d a lu cía.
mentos de prosa sorprendentes y poemas de original belleza... Los orien
tales, a pesar del cuidado que han puesto en com poner versos, en escribir
su historia, favorecidos com o lo estaban por el largo período durante el
cual han hablado árabe, no llegan a dar en sus obras con las com paracio
nes ( tasbihat) relativas a las descripciones que realzan las composiciones
de mis com patriotas (ahí b a la d í)...»
A fines del siglo x i y comienzos del xn, otro autor se cree obligado
a reanudar el mismo proyecto para el siglo x i completo, pues si la causa
está decidida, no está totalmente ganada. Ibn Bassám, para triunfar, com
pone su D ajira fi mahásin ahí al-yazira (« E l tesoro que guarda las bellezas
de los habitantes de la Península»), que constituye, para la época de la
fitna y de los reyes de Taifas, el documento literario e histórico más valio
so. N o contento con dar noticia y citar versos de cada uno de los escrito
res estudiados, transcribe, a propósito de los acontecimientos históricos,
largos fragm entos de una obra perdida de Ibn Hayván, al-Matin w.
Si Ibn Bassám parece desconocer a Abü-1-Walld, como éste parece
ignorar a Ibn Faray, reproduce las ideas de su predecesor dándoles una
form a más brillante para adaptarse al gusto de la época y así herir a sus
contemporáneos con sus propias armas: «Nuestra prosa, si al-Badí' [al-
Ham adám ] la viera, olvidaría su nombre, y si Ibn H ilál la descubriese,
se som etería a su autoridad; nuestra poesía, si Kutayyir la escuchara, no
com pondría nunca más poemas eróticos ni panegíricos, y si Yarwal [al-
Hutay’a ] 70 la escudriñara atentamente, no aullaría ni ladraría una vez
más [contra sus contem poráneos]; pero los habitantes de nuestro país
se rehúsan [a reconocer la belleza] para seguir a los orientales y referirse
a sus historias machaconamente, com o el hadit torna siempre a Q atád a71;
de tal modo que si en esa tierra [le ja n a ] grazna un cuervo o en el fondo
de Siria y del Iraq zumba una mosca, caen prosternados al suelo com o
ante un ídolo... Tal conducta me encoleriza y mi amor propio se indigna;
por todo ello he creído mi deber reunir las hermosas composiciones de
mi época y proseguir la búsqueda de las obras maestras de mis com pa
triotas (ahí baladi) y de mis contemporáneos, impulsado por un celo
ansioso de que en esta tierra prodigiosa las lunas llenas no se reduzcan
a medias lunas y los mares no se vayan desecando, cuando los letrados
y sabios son tan numerosos... ¡Ah, quisiera saber quién sería tan osado
63
de Ibn Yáj al-Ummí de Badajoz, del que hablaremos más adelante, y el de
Ibn Labbál al-Ummí, que fue maestro de Ibn 'Abdün \
Junto a los poetas que no sabían leer ni escribir hay que citar a los
ciegos. Numerosos son los letrados de la España musulmana que llevan
el epíteto de ciego ( ama, kaflf, makfüf, darir). Al-Safadí, en su libro con
sagrado a los ciegos, N akt al-himyan \ habla de numerosos andaluces que
se distinguieron en literatura o en las ciencias musulmanas a pesar de
haber quedado privados de la vista al nacer o en el transcurso de su vida;
nos será suficiente citar, a guisa de ejem plo, en el siglo xi al filólogo Ibn
Sldah de Murcia y al ciego de Tudela (al-A'má al-Tutili).
Por lo que respecta a los artesanos cultos, debían de ser bastante
numerosos también; Ibn 'Ammár, de origen humilde, sabía el provecho
que se puede sacar del trato con las gentes del pueblo que luchan por su
pan cotidiano. Así, antes de estar vinculado a al-Mu'tamid, salía a la busca
de las producciones literarias de aquellos obreros (arbdb al-mihan) que no
desdeñaban, entre trabajo y trabajo, versificar sobre temas que Ies eran
fam iliares; sabía que entre ellos podía encontrar imágenes nuevas, com
paraciones exactas inspiradas por la realidad, vocablos sanos y sabrosos.
Fue él quien descubrió a Ibn Yám i', tintorero de oficio en Badajoz, y a
Yahyá, descuartizador (qassab) o carnicero (yazzar) en Zaragoza 5. En
Calatrava (Q al'at Rabáh) un cirujano-sangrador (hayyám), Abü Tammám
Gálib ibn Rabáh, se había hecho célebre por sus versos, de un realismo en
ocasiones repugnante, en los que hablaba a cada paso de úlceras cubiertas
de moscas o de entrañas devoradas por aves de p res a 6. «Ib n al-Labbána,
lo mismo que su hermano 'Abd al-'Azíz — nos inform a al-Marrákus!— , era
poeta; pero este últim o no lo era de profesión (siná'a) y no hacía de la
poesía su medio de vida ( maksab), porque era comerciante (m in al-tuyydr)
de o fic io » 7.
Pero la contribución de los campesinos a la vida literaria es, sin duda
alguna, la más importante; la vida del campo no es siempre un traba
jo extenuador; deja lugar al ensueño, y puede decirse que la poesía
más profundam ente personal es la que emana de los hombres y mujeres
que están más cerca de la tierra, de la naturaleza; la gracia o la rudeza
de los paisajes se refleja en sus versos, y son estos poetas, más tarde
1. H e m o s e n g a s ta d o en tu h o n o r v e rs o s de una b e lle z a s o rp re n d e n te
p o r q u e sab em o s qu e la p oesía, c e rc a de ti, tien e é x ito
Los andaluces han amado la poesía con tal fervor, que en ocasiones
llega a verdadera pasión.
«D os cosas me subyugan y me hacen perder el dom inio de mí mismo,
decía un anciano: contem plar un bello rostro y escuchar una poesía que
brota con naturalidad»28. Una anécdota nos muestra al cadí Abü 'Abd
Alláh Muhammad ibn 'Isa, de la fam ilia de Yahyá ibn Yahyá, saliendo de
su casa para asistir a los funerales de un correligionario; tiene tiempo
suficiente y piensa hacer una corta visita a un am igo que le viene al paso.
Entra y escucha con placer unos versos de una cantante que le im pre
sionan, y no puede evitar el escribirlos en el dorso de la mano, y con esta
nota extravagantemente escrita va a rendir el homenaje postumo al
muerto.
«Cuando el cadí, relata el testigo de esta historia, elevó las manos para
recitar el takbir de los funerales, vi los versos escritos [com o acabo de
in d ic a r]» 29.
¿Cuáles eran los versos que habían entusiasmado de tal modo al cadí
39. Os o fr e z c o e l ja r d ín ( ra w d á ) d e m i p e n s a m ien to , en el qu e la
v e g e ta c ió n se ha h ech o lu ju ria n te , n o p o r el r o c ío ni p o r la llu v ia , sino
p o r las lib e ra lid a d e s q u e salen d e v u e s tra m a n o d erech a.
40. H e c o lo c a d o v u e s tro re c u e r d o en las te rra z a s c o m o un árb o l,
y en to d a s las o c a s io n e s en qu e e l c o s e c h a d o r pasa, e n c u e n tra fru to s 31.
1. L as p a la b ra s in s p ira d a s p o r v u e s tra g ra n d e z a se d e sp la za n c o m o
la b ris a s o b re las flo r e s ;
2. lle g a n hasta los lím ite s e x tr e m o s d e la tie r ra , qu e es tan exten sa,
y a p o rta n en o fr e n d a las fre s c a s flo r e s a b ie rta s d e l ja r d ín de la p oesía.
3. E n el h o riz o n te (u f q ) están p e rfu m a d a s p o r lo qu e d icen d e vos
y m is p a la b ra s les e m o c io n a n y m i p e n s a m ie n to las hace s u b ir hasta el
firm a m e n to .
4. A c e p ta d g u s to s o d e m i p a rte este fr a g m e n to d e ja r d ín qu e os
lle v a e l sa lu d o d e m i a m is ta d y qu e e x h a la [el p e r fu m e ] de m i a g ra
d e c im ie n to 32.
Estos ejem plos son suficientes para mostrar uno de los conceptos que
los andaluces se han hecho de la poesía. Para sus almas de artista, la
poesía no se podía plasmar de manera más seductora que bajo la form a
de un jardín arom ático que seduce al mismo tiem po la vista y el olfato.
1. R e c ib e m i p o e s ía — d ic e Ib n R u h a ym a uno de sus a m ig o s — c o m o
si fu e ra una n o v ia ('a r ü s ) c o n tu rb a d a [p o r su b e lle z a ] y a r ra s tra n d o el
b o rd e de su m a n to [n u p c ia l] con una d ig n id a d llen a de g ra n d eza 34.
2. ¡Q ué h e rm o s a es — d ic e a su v e z A b ü M u h a m m a d Ib n al-STd
a l-B a ta ly a w s í— la v irg e n ('a d r a l qu e m e habéis e n v ia d o , c o m o una
n o v ia en e l a ta rd e c e r p e rfu m a d o ...
3. C o m o d o te ( s a d á q J le he o fr e c id o m i s in c e ro a fe c to y p o r m o ra d a
el rin c ó n m ás s e c r e to de m i c o ra zó n ... 3\
3. L o qu e m ás m e ha p e r ju d ic a d o es el to n o jo c o s o d e m is versos,
o m ás b ien esa s u tile za qu e hace c r e e r qu e y o su sten to p e n s a m ien to s
in sen sa tos c u a n d o m i c o n c ie n c ia es b ie n recta.
4. H e c o m e tid o en e l salón (q u b b a ) rea l e l m is m o c rim e n qu e o tro s,
p e r o es m i c u e llo (v id ) el qu e se ha v is to a d o r n a d o con el c o lla r del
g ra n c rim e n .
Y tras estos versos, que invocan el derecho del poeta a com poner deli
cados poemas incluso si no han de ser com prendidos del público, Ibn
Suhayd nos muestra, con un acento completamente moderno, cóm o el
poeta, bajo una aparente frivolidad, pone sincero lirism o en sus com po
siciones y cóm o se equivocan los que ven sólo un juego de la imaginación
en este conjunto de palabras medidas y de rimas irisadas:
5. N o h a y en m í m ás qu e p o e s ía s ó lid a m e n te in s ta la d a p o r esta
p a s ión [s in c e ra ] qu e c irc u la a tra v é s d e l m u n d o c o m o una p e rla única.
6. E x p r e s o lo qu e s ien to , b u sca n d o unas v e ce s la b e lle z a de las
id eas y o tra s a ñ a d ie n d o y o a la p ro p ia b e lleza .
7. S i h e te n id o p o r la r g o tie m p o rep u ta c ió n d e h o m b re lig e r o es
p o r q u e soy un d e s g r a c ia d o qu e n o es fe liz m ás q u e rim a n d o p alab ras.
8. ¿ A c a s o he s id o yo, e n tr e los e n a m o ra d o s , el p r im e r h o m b re sen
s a to c u y o e s p ír itu ha s id o a r ra s tra d o al a b is m o p o r o jo s [h e c h ic e ro s ]
y m e jilla s [q u e se reh ú s a n ]?
9. S i he te n id o p o r la r g o tie m p o fa m a d e h o m b re f r iv o lo es p o rq u e
[esos o jo s y esas m e jilla s ] e ra n cosas tan m a ra v illo s a s , q u e el m ás
e n d u re c id o c o r a z ó n n o p o d r ía c o n te m p la r la s con re s ig n a c ió n 42.
p rín c ip e s y los g ra n d e s m in is tro s , los M u 'ta m id o los Ib n Su hayd ; éstos en rea lid a d
v e rs ific a b a n tan s ó lo p a ra o b e d e c e r a sus d e m o n io s in te rio re s ; a c a b a m o s de v e r
el a lto c o n c e p to qu e d e la p o e s ía ten ía Ib n Su hayd. P a ra esta c a te g o r ía d e p oetas
n o se p o d r ía h a b la r de c o n c u rre n c ia v ita l, ni d e c a r re r a e n to rp e c id a ; la única
c r ític a q u e p o d r ía h a cérseles sería la de c o n c e d e r d e m a s ia d o lu g a r a la fr iv o lid a d
y a las chan zas — y se a d iv in a qu e era n las gen te s d e r e lig ió n las su s c ep tib le s de
h a c e rlo — y la ú n ica san ció n qu e se to m a b a c o n tra e llo s e ra la de r e to m a r la fa c tu ra
de sus v e rs o s ta n to d esd e el p u n to d e v is ta d e la fo r m a c o m o d el fo n d o e im p u g n a r
la cu a lid a d d e p o e ta n a to (m a t h ü '), c rític a s qu e só lo p od ía n e m a n a r d e o tro s
p oetas, fu e ra cu al fu e s e la c la s e soc ia l a la qu e p e rte n ec ie ra n .
47 H is t. des A lm o h a d e s , te x to , 80 (E l C a iro , p. 70); trad., p. 97. ib n 'A m m á r , v u e lto
m ás ta rd e a S ilv e s c o m o g o b e rn a d o r, d e v o lv ió al c o m e rc ia n te la b olsa lle n a de
d irh e m s . « ¡ S i m e la hu bieses lle n a d o de tr ig o , te la h u b ie ra d e v u e lto llen a de
m on e d a s de o r o ! » M is m a s refe re n c ia s . V. ta m b ién H M E 2, I I I , 83, 92.
con una amplia pelliza (farwa) y un burdo abrigo (gifara), vestimenta
que le hacía un tanto ridículo w.
Abü-1-Fadl Ibn Saraf de Berja, buscando fortuna en Almería, se pre
senta ante al-Mu'tasim con un traje rústico que contrastaba de manera
especial con el bello ropaje de los cortesanos; uno de ellos tuvo la im per
tinencia de preguntarle de qué desierto venía, pero la contestación m or
daz del poeta demuestra que la rapidez de respuesta no era p rivilegio
de la ciudad 4°.
También a Alm ería llegó en su deambular el poeta al-Nahl! vestido
con un traje raído y negro cuando todo el mundo estaba de fiesta y vesti
do de blanco 5".
Se necesitaba mucha voluntad y confianza en sí mismo para buscar
la gloria cuando se era de origen modesto: la perspectiva de llegar a ser
un poeta ilustre al mismo tiempo que un visir todopoderoso, incitaba sin
duda a los campesinos y a los artesanos de cierta cultura a tentar fo r
tuna. P or otro lado, sabían las dificultades que conllevaba esa profesión:
los versificadores eran tan numerosos — v los críticos tan perspicaces
v puntillosos— que se precisaba no sólo talento, sino también una gran
tenacidad y mucha capacidad de trabajo para abrirse camino.
Por eso es corriente encontrar en los poetas alusiones a las vigilias
que se veían obligados a dedicar al estudio de la poesía, ya que ocupaba
su jornada un trabajo, manual frecuentemente, que aseguraba su subsis
tencia. Sólo por la noche, si aún le quedaban fuerzas, podía el artesano
entregarse a sus estudios favoritos, a la lectura de los poetas y a la com
posición de sus versos.
En ocasiones el poeta perdía la esperanza:
51 R im a ü b ü , m e t r o ta w il. C f. A n a le c te s , I I , 196.
52 C f. A n a le c te s , I I , 196. V e n c id o , e l p a d re b ie n h u b ie ra p o d id o e x c la m a r : «S tu d ia
lu c e rn a m o le n tia o p tim e o le n t»: « lo s e s tu d io s qu e h u elen a a c e ite , h u elen b ie n ».
53 A n a l., I , 511; D u gat, In t r o d . a u x A n a le cte s , I, X L V I I I ; A s ín P a la c io s , A ben-
hazatn, I , 206-207.
Parece ser que estos desplazamientos por el territorio español han
sido una regla y una necesidad para los poetas del siglo x i; se les encuen
tra con un intervalo de unos pocos años, e incluso de meses, en ciudades
muy distantes unas de otras, tan pronto al norte com o al sur, al este
com o al oeste. Abü-l-Mutarrif Ibn al-Dabbág, p or ejem plo, vivió sucesi
vamente en Zaragoza, en Sevilla, en Badajoz y volvió p or últim o a Zara
goza 54; Ibn 'Ammár, del Algarbe y de Andalucía, se trasladó hasta Zarago
za en la marca su p erior5S.
Este peregrinar se explica sobre todo p or el deseo de conseguir dine
ro: un bienhechor podía cansarse de oír al mismo poeta cuando éste no
era capaz de renovar sus temas y sus expresiones; no era otra cosa que
la necesidad lo que les empujaba a desplazarse.
Las quejas se hacen más amargas bajo los Alm orávides. Nunca se
había lanzado un alegato tan violento contra la indiferencia de la socie
dad de fines del siglo x i p or las cosas del espíritu y por la poesía com o el
que lanza Ibn Baql. Hay que tener en cuenta, evidentemente, la exagera
ción del poeta, que, com o artista y un tanto farsante, da a sus pequeños
fracasos la dimensión de heridas mortales, y tiende a ver por todas partes
personas ignorantes o zafias porque no siempre ha sido adm irado y re
compensado generosamente por sus com posiciones poéticas; no obstante,
parece ser que la vida no era precisamente alegre para estos trovadores,
cuya única ocupación era cantar para vivir:
yy
que el príncipe lo había olvidado, sea porque tenía ocupaciones absor
bentes que le obligaban a posponer la recepción de los poetas.
Cuando el poeta no era demasiado orgulloso, se resignaba a esperar,
feliz tal vez, sobre todo tras un período de desplazamientos poco afortu
nados, de ser alojado sin la preocupación del mañana; el sáhib al-inzál
debía, sin duda, tener facultades para atender a la subsistencia de todos
estos huéspedes de paso.
Sabemos, por ejem plo, que Ibn Hamdís, llegado a Sevilla después de
abandonar Sicilia, no fue recibido por al-Mu'tamid hasta el momento en
que, desesperado, estaba dispuesto a partir a otras cortes más clemen
tes 65. ¿Negligehcia involuntaria o circunstancia deseada? N o podríamos
contestar. P or otro poeta, al-Mu'tamid m ostró un descuido más grave
aún: lo olvidó por com pleto; la víctima, Ibn al-Háyy al-Lüraqí, no pudo
contener sus amargas puyas cuando se alejaba de Sevilla:
— M e h e d ir ig id o a ti, oh 'A b b á d , c o m o e l h o m b re tu rb a d o c o r re
p r e s to h a cia e l b a rra n c o .
1. D e s g a rra s te , e l d ía d e la le ja n a s e p a ra c ió n , m i c o ra zó n , y p ro h i
b is te a m is o jo s g u s ta r d e las d e lic ia s d e l sueño...
« — ¡Tú eres Ibn Y á j!,d ijo entonces el p rín cipe.— Sí, respondió el poeta.
Siéntate: te otorgo la dignidad de "Jefe de los poetas” . Al-Mu'tadid, tras
recompensarle generosamente, no perm itió a nadie más ese día tomar la
palabra después de é l» 6S.
N o exageramos al decir que era una verdadera prueba la que pasaba
el candidato, pero en el jurado que se encargaba de apreciar su talento
no tenían siempre sus colegas voz en el capítulo, pues bastaba que al
señor de la casa le agradara para que la admisión fuera hecha sin más.
Hay que advertir que el príncipe que presidía estas reuniones literarias
poseía tanta cultura y gusto com o pudieran tener sus poetas oficiales;
su decisión, no influenciada por los celos que viciaban el enjuiciam iento
de los poetas oficiales, inquietos, com o se concibe fácilmente, por la
ascensión de un rival, podía, incluso cuando se pronunciaba sin apelación,
constituir el juicio más equitativo sobre el valor de un recién llegado.
67 Y a h em os tr a d u c id o e s te v e rs o , su p ra , p. 67.
68 Anal., I I , 595-598 (r e p r o d . en A bba d ., I I , 229-230); trad . T e d jin i, U n R o í P o e te ,
p ágin as 128-9; A lc o c e r M a rtín e z, L a c o r p o r a c ió n de lo s po eta s, pp. 175-178.
Hemos visto de que manera lo;-, poetas podían hacerse admitir olicial-
mente en el entorno de un principe o de un gobernador poderosos. Su
mayor timbre de gloria, según al-Saqundí, era el de poder decir: «E stoy
vinculado especialmente a tal príncipe» Era confesar con toda sinceri
dad el estado de dependencia en el cual vivían con respecto a los grandes
señores.
En efecto, están lejos ele ocupar los primeros puestos, y el protocolo
de las ceremonias oficiales les asigna, casi siempre, el último lugar y en
muchos casos el papel que desempeñan en los castillos o palacios es el
de criados. Al-Nahll, que tuvo la fortuna de agradar a al-Mu'tamid, tema
que permanecer noche y día a la puerta del recinto privado del príncipe
para acudir de inmediato a sus llam adas71. Ibn al-Haddad tuvo el valor
de declarar en una composición en verso sobre al-Mu'tasim, re\ de
Almería:
— Es un h o m b r o que cu an do le ha d a d o un g ra n o tic m osta za, te
pon e las cad enas del c a u tiv o c o n d e n a d o a m u e rte 7J.
1. ;Ah, si p u d ie ra s a b e r si v o lv e r é a los fa v o r e s qu e he c o n o c id o
c e rc a de vos, sin e s fu e rzo !
2. P o r D ios, qu e d esd e qu e m e he a le ja d o de vos, no he te n id o un
s o lo m o m e n to qu e no e s tu v ie ra u n id o a la pena.
3. C o n c e d e d m e , pues, la a u to r iz a c ió n d e c o r r e r hacia vos; no m e
da v e rg ü e n za d e c la ra r m i v iv a p asión p o r las riq u e za s c u a n d o el qu e
las o to r g a las a co m p a ñ a de a f e c t o ''2.
Con este ejem plo, que podría apoyarse en muchos más, puede parecer
que sólo los poetas que recibían una pensión permanecían fieles a su
señor; los que vivían de liberalidades intermitentes viajaban sin cesar
para probar fortuna.
Algunos poetas, si bien vivían de la generosidad de sus mecenas, no
siempre componían versos con un fin interesado. ¿Eran verdaderamente
sinceros? Cabe la duda. Abü Muhammad Ibn al-Sld al-Batalyawsí decía:
97 A n al., I I , 232.
9* A n al., I I , 217; B a d á ’i', 216-217; R e c h e rc h e s \ I, 261-262.
99 R im a a m u , m e t r o ja f if. C f. Q a la ’id , 264.
100 R im a ü rü , m e t r o k á m il. A l-H u lla , en C o r r e c tio n s , p. 114.
101 H is t. des A lm o h a d e s , te x to d e D o zy, p. 74 ( E l C a iro , p. 65); tra d . Fagn an,
p á g in a 90.
102 C f. A n al., I I , 653, 1. 8; L é v i-P ro v e n g a l, E s p . m u s u lrn . X e s ié cle , pp. 65-69.
(unción, que exigía de sus titulares no solo agudeza política, sino también
la aptitud de redactar los documentos fundamentales de la cancillería.
Los secretarios que han dejado la reputación de meros epistológrafos al
servicio de un príncipe son raros y se cita como escándalo el caso del
nieto de 'Isa ibn Sa'Td, Abü-l-Asbag, que «fu e elevado sir. motivos serios
a puestos de honor y llego a desempeñar el cargo de visir sin tener cultu
ra (aclab) ni olicio (sau'a); ¡fue uno de los hechos más singulares acaeci
dos en esta época de confusión! Inl.
El prim er ministro, que reemplazaba al príncipe cuando éste se ausen
taba, usaba, para distinguirse de los otros visires-secretarios, el titulo de
dCi-1-wiz.aratayn, pero según pone de relieve Ibn Sa’Td al-Magribi, «si este
prim er ministro tenía con frecuencia cierto mérito en el campo de las
letras, sucedía en ocasiones que no poseía otros conocimientos que los
relativos a los negocios relacionados directamente con la realeza»
El título de visir se llego a aplicar, como indica el mismo historiador,
incluso a iodos «los cortesanos que tomaban parte en las reuniones orga
nizadas poi el príncipe o que vivían en su entorno inm ediato» y cabe
asegurar que, dada la preferencia del príncipe por la literatura, esta
«c o rte » estaba compuesta en su mayoría de poetas.
Otro cargo que se podía asignar al poeta era el de kdlib al-ziuuun o se
cretario de la función impositiva; pero esta delicada función exigía un
tacto y una integridad por encima de toda sospecha "’7; no podía confiarse
sin riesgo a los letrados, que tenían fama de bohemios y vividores
Asi se comprende por qué el jefe de policía (sühib ai-surta), llamado
comúnmente en España «gobernador de la ciudad» o «de la noche», no se
elegía entre los poetas. Y a pesar de que los tiempos cambiaron, no parece
que se haya registrado en el siglo xi un caso análogo al del poeta Abü
Marwán Ibn Idrís al-Yazírl, que por haber im provisado en presencia de
al-Mansür versos llenos de ingenio .sobre Sá'id al-LugawT, que se había
caído al agua, fue «elevado al cargo de je fe de policía» l"'1.
C o m o Abü U m a r Ib n al-Qallás > Abü 'A b d Allah Ib n M ustim , cuyas no tic ias
en la D a j i r a no c on tie n e n más que las e p ís tola s (c f ms. de Got ha, ti" 114¿>-123íí I.
" u A l-Bayün, I I I , 34; trad. L é v i- P r o v e n c a l. en H M E 2, I I I , 211. Este v is ir «sin
c ultu ra ni o l i c i o » lúe m uei tu p o r al-Muzal lar, h i jo y s ucesor de al-Mansür. Abü
M u h a m m a d Ib n al- Y ib b ii (v a r . Ib n a l-Y u b a v r e Ibn a l - H u b a v r ) c ri t i c a r ía más tarde
a los s e cr e ta r io s de los a lm o r á v i d e s ;
1 ) C u a n d o he v is to que el c a r g o de s e c r e ta r io se c o n fia b a a ignoran te s que
r ev e s tían de la d ig n id a d c o m o de una cora/.a (la 'm a ),
2) H e d ic h o at o d o j o v e n s e c r e ta r io d e m ucha e loc u e n c ia y gra n saber:
3) ¡Si o t r o s q u e no seáis v o s o t r o s llegan a ser p o d e ro s o s p o r la tinta, haga
Dios que no c re zc an sus c á la m o s ! {Qald 'id , 156: rim a ¿imalí, m e t r o m u t a q ü r i b ) .
105 Ibn Sa'Id, en Anal., I, 134.
ln" Ibn Sa'id, en Anal., I, 133.
Ibn Sa'Td, en Anal., I, 134, I. 8-9.
El k a tib cil -:¡m íu n no p o d ía ser ni c ris tia n o ni judio. Cf. Ibn Sa'Td, en Anal.. I,
134, 1.7-8. Cl. in fn t. p. 272, n. 72.
« An lia d ah ti li- l- s n r l a » ( cf. I b n Lu yun, L a in h a l-S ilir. I." 63/>).
El azar podía, en ocasiones, hacer que un poeta cortesano fuese nom
brado gobernador de una ciudad; ése fue el caso de Abü-l-Hasan Ibn al-
Yasa’ , que por haber sabido — durante una campaña en el suroeste de la
Península— escuchar las confidencias de al-Mu'tamid sobre una de sus
concubinas, Umm 'Ubayda, y alabar con sumo tacto los versos amorosos
del príncipe sobre el asunto, recibió quinientos dinares de gratificación
v fue designado automáticamente gobernador de Lorca, donde se había
desarrollado la escena "{l.
Fuera de la corte los poetas se encargaban frecuentemente de las em
bajadas. El eslavo Zuhayr, señor de Almería, envió a Córdoba para un
asunto político a su visir Abü Y a 'fa r Ibn 'Abbás, acompañado de los secre-
tarios-poetas Ibn Burd, Abü Bakr al-Marwánl, Ibn al-Hannát y al-Tubnl m.
Algún tiempo después al-Mu'tasim, príncipe de la misma ciudad, confió
una misión del mismo tipo — con respecto a al-Mu tamid— a Abü-l-Asbag
Ibn Arqam, acompañado de Abü 'Ubayd al-Bakrl y de Abü Bakr Ibn Sahib
al-Ahbás " 2. Naturalmente, los unos v los otros anunciaron su llegada por
medio de versos y en verso fueron contestados por el príncipe. Al surgir
un incidente entre Ibn Dü-l-Nün v al-Mu'tamid, los príncipes de Valencia,
de Zaragoza y de Alm ería tratan de restablecer la concordia enviando a
Sevilla dos embajadores que, por sus nombres, son muwallad-s: Abü
'Utmán Ibn Santaflr (Santaver) v Abü 'Am ir Ibn Gundisalb (Gundisalvo),
y no debe sorprendernos que su m ejor aliado en ese lugar sea el general
Ibn Martín. También ellos tienen una petición que hacer, y la hacen
en verso
Estos poetas-embajadores son enviados no sólo junto a los «reyezue
los» musulmanes, sino también junto a los reves cristianos del norte de
España, lo que nos perm ite creer que todos ellos debían, m ejor o peor,
hablar la lengua romance. El kátib Abü U m a y y a Ibn Hisám, el cordobés
que durante la fitrni se había instalado en Tudela, fue enviado en comisión
ante el rey de Navarra Don Sancho ll4. Ibn 'Am m ár representó a al-Mu'ta-
mid ante Alfonso V I para solucionar algunos problemas fronterizos y tri
butarios "\
110 Q a la 'id , 9-10 (r e p r o d u c id o en A n a lecte s, I I , 623, v A bba d., I, 44-45; trad . 101-103).
C o n v ie n e a ñ a d ir qu e Ib n al-Y asa' e ra d ñ -l-w iza ra ta vn .
111 A l-D a jira , I, 1, 261.
112 Q a la ’id, p. 8 (r e p r o d . en A bba d., texto, pp. 42-43; trad., pp. 95-96).
111 A n a le cte s , I I , 276-277 S e lam en ta n en v e rs o de v e rs e p riv a d o s d e vin o .
114 A l-D a jira , I, 1, 154. Es él qu ien nos in fo r m a d e qu e e n c o n tr ó al p rín c ip e c ris
tia n o v e s tid o a lo m u su lm án , p e ro con la c a b e za d e sc u b ie rta .
115 A I-H n lla , en A bbad., I I , 89; J a rid a t al qa sr, en A bbad., I, 386.
Capitulo V
1 Cf. H. L a m m e n s , E tu d e s s u r M u 'ü w iy a ( e n M é la n g e s de la Fa c. O r ie n t. de
B e y ro u th , I I , 1907), 158; G a u d e f r o y - D e m o m b y n e s , L e m o n d e m u s u lm á n ju s q u 'a u x
C roisa d es , 253-254; C. D iehl y G. M ar gais , L e m o n d e o r ie n t a l de 395 á 1081, 344-345;
R. B la c h é re , A b o u t-T a y v ib a l-M o ta n a b b i, 6-12.
- A n al., I I , 247-249.
1 D i r e m o s unas p ala b ras m as ad e la n t e a p r o p o s i t o del p a p e l d e m e m o r i a l is t a
ju g a d o p o r el poeta.
que pequeños cenáculos que viven bajo el tem or del rey cristiano, a quien
pagan un tributo anual.
Y, sin embargo, los poetas han hecho de estas cortes un retrato muy
elogioso, tanto en sus panegíricos com o en sus cantos fúnebres; su papel
les obligaba a incensar siempre y a pesar de todo. A su respecto se ha
podido repetir la frase: «L a hipérbole es la llaga del elog io» Hay tal des
proporción entre los personajes y las alabanzas que les son dirigidas que
nos preguntamos en función de qué ilusión óptica se ha podido encontrar
relación entre unos y otras.
La poesía cortesana se convierte asi en un pasatiempo vacío de sen
tido. Los más grandes poetas se consagraban a ella con gran aplicación
y seriedad, y no por ello se exponían a la censura, pues no hacían mas
que plegarse a una moda. Qué pensar, por ejem plo, de Ibn Zaydün can
tando la victoria de los Yahwaríes sobre los Banü Dakwán y los Banü
Jidám, que constituían grupos insignificantes de los alrededores de
Córdoba:
1. ¡O h R e y , qu e tú s o lo has s id o c a p a z d e h a c e r a lo s tu y ib íe s tan
g lo r io s o s qu e lo s n iz á ríe s tie n e n ce lo s de los q a h tán íes,
2. sin ti, lo s m a 'a d d íe s n o h u b ie ra n c o n s e g u id o la a lta n o b leza, aun
q u e sea p o r e llo s p o r qu ie n es A b ü D a r r y G ifá r han lle g a d o a ser
ilu s tre s ! 12.
10 C a s e r ío d e l d is tr it o de T o c in a , a o r illa s d e l G u a d a lq u iv ir. C f. H M E 2, I I I ,
7, 1. 13-14.
11 E s te p o e ta es Ib n 'A m m á r . C f. al-H u lla , en A bba d., I I , 116: r im a ala, m e tr o
m u ta q a r ib , y la p a r á fra s is d e D o z y en H M E 2, I I I , 113: « I b n 'A m m á r o s ó r e p r o c h a r
a los 'A b b á d íe s e l n o ser, d esp u és d e to d o , m ás qu e os c u ro s c a m p e s in o s d el c a s e río
d e Y a w m ín , "a q u e lla c a p ita l d el u n iv e r s o ” , c o m o d e c ía con a m a r g a ir o n ía .» C f. ta m
b ié n H M E 2, I I I , 7.
12 R im a a r, m e t r o s a ri'. A 'm a l, p. 211; a l-H u lla , en R e c h e rc h e s •, 172.
13 L a s m ism a s re fe r e n c ia s p rec e d en te s .
14 C f. in fra , p. 109. L o s a lm o r á v id e s m is m o s serán c e le b ra d o s p o r lo s p o e ta s
c o m o si fu e ra n h im y a ríe s ; los a lm o h a d es , p o r e l c o n tra rio , se h a cen p a s a r p o r
Q ays-'A ylán , r a m a d e lo s m 'a d íe s o m u d a ríes.
15 A l-S a q u n d í, R is á la , en A n a le cte s , I I , 128, 1. 6 af.
Capítulo V I
EL PO ETA M E M O R IA LIS T A
Los poetas fueron algo más que meros panegiristas que se ingeniaban
en exaltar los méritos o las virtudes que no existían, la mayoría de las
veces, más que en su imaginación.
Los acontecimientos históricos en los que tomaron parte o que acon
tecieron ante sus ojos han encontrado eco en sus poemas. La poesía se
constituyó de este m odo en una preciosa auxiliar de la historia; si no
supo o no tuvo la pretensión de exponer todo o de explicar todo, aclara,
sin embargo, muchos acontecimientos que sin ella parecerían oscuros,
y en ocasiones nos revela reacciones de orden psicológico que las crónicas
dejan por com pleto en la sombra.
¿Se puede encontrar un cuadro más sorprendente de la despreocupa
ción de los últimos califas omeyas durante la fitna que en estos versos de
Ibn Abl 'Abda, que desempeñaba las funciones de visir con al-Mustazhir?:
97
4. m ien tra s qu e d o r m ita n le jo s de e llo s esos v e n tru d o s qu e com en
g lo to n a m e n te hasta la ta rd e d esp u és d e h a b er d o r m id o p ro fu n d a m e n te
hasta m ed io d ía .
5. ¿ C ó m o es p o s ib le qu e se haya p e rd id o la a u to rid a d , c u a n d o tu
e re s el a in in de D ios y d isp o n es de esa a u t o r id a d ? 2.
Pero las reacciones más violentas que manifiestan los poetas las susci
tan los bereberes y aquellos que, aun siendo andaluces, por satisfacer
ambiciones que el desconcierto político podía excusar en cierto modo,
hacían el juego al enemigo de los hispano-musulmanes.
Los poetas, en estas circunstancias, incluso si es obligado reconocer
que están a sueldo de los jefes políticos, se muestran como intérpretes
más o menos fieles de la opinión pública.
Uno de ellos ! lanzó estos dardos contra el califa Sulaymán al-Mus-
ta'ín, que se apoyaba en los bereberes:
Al-Murtadá, que sucedió a 'A l! ibn Hammüd com o calila de los anda
luces, compuso contra los bereberes este incendiario libelo:
• • •
10 B i-m a d h a b a l-n á k irln m in f ir a q a l-iba diyya a l-ja w a riy . S o b r e esas palab ras
y s o b r e e sta secta, cf. D ozv, S u p p l., I I , 722, col. b y las r e fe r e n c ia s citadas ;
a l-T iv ám , R ih la , te x t o árab e, ed. W. M a r ca is, 87; trad. Rou sseau, en J. A., 4.a serie,
t o m o 20 (1852), pp. 166-167.
11 A 'm a l, p. 272. Es p o s ib le ta m b ié n q u e los B anü D a m m a r d e M o r o n h a yan sido
jar iyíe s -ib ád íe s, pues era n o r ig i n a r i o s d e Gab es (c f. C h r o n iq u e a n o n y m e des M u lú k
a l-ta w á 'if, te x t o en al-B ayán, f í l , 295: trad. L é v i-P r o v e n ^ a l, en H M E 2, I I , 219).
12 Q a ld 'id , 89: m e t r o m u ta q á rib , r i m a ar. Alu s ió n al Q tir'a n , X X X I , 17, y r e m in i s
c e n c ia d e un v e r s o de al- M u ta la m m is , D iw ü n . ed. V o lle r s , L e ip zig , 1903, p. 20
( p i e z a I, v e r s o 7).
13 R i m a á tih á , m e t r o taw il. A l-D a jira , I, I I , 221-222.
14 H is t. des A lm o h a d e s , te x t o Dozy, p. 35 ( E l C air o, p. 33); trad. Fagnan , p. 43.
D o z v n o v e s í'ís m o en E s p a ñ a hasta finale s del s iglo IX y c o m ie n z o s del x (c f. H M E 2,
t o m o I I I , pp. 124-128).
|s M a tm a h , pp. 20-21. V. in fra , p. 113, n. 58.
Los versos que el poeta compuso en esta ocasión 16 demuestran que, en
contradicción con las afirmaciones de al-Marrákus!, los Hammüdíes pre
sionaron en las gentes que les rodeaban para hacerles cambiar de «h ábi
tos» y de las ideas que no eran estrictamente sl'íes. Pero, sin duda alguna,
no es necesario ver, en lo que concierne a las medidas coercitivas tomadas
en contra de Ibn Suhayd, más que el deseo de reform ar las costumbres,
tan sólo un episodio de la campaña espiritual que los teólogos denom i
naban al-amr bi-l-ma'rüf wa-l-nahy ’an al-munkar, y que incumbía, muy
especialmente, al imam por excelencia, al Príncipe de los Creyentes.
El verdadero instaurador de la doctrina sí'í en España fue, com o sabe
mos por los poetas y en contra de las afirmaciones de al-Marrákusí, 'A lí
ibn Hammüd, califa proclam ado por el partido bereber a la muerte de
al-Murtadá. Los panegiristas no han cesado — con un calor y una convic
ción que creemos tan sinceros o desinteresados com o los de sus rivales,
protagonistas de los Omeyas marwáníes— de demostrar la legitim idad de
los derechos al califato reivindicados p or los hammüdíes en su calidad
de 'alies.
Ibn Darráy al-Qastall!, que hemos citado com o poeta a sueldo de
Sulaymán al-Musta'ín, se tornó — desde el momento que le convino— en
abogado de al-Násir ('A lí ibn Ham m üd) y de los hammüdíes 17.
Hemos de reconocer más convicción a otro poeta, que tiene el m érito
de haber permanecido fiel toda su vida a los hammüdíes y a las ideas
sl'íes; nos referim os a Abü Bakr 'Ubáda ibn M á’ al-Sama’ 18. Era famoso
por su tasayyu , es decir, por su vinculación al sí'ísmo. Toda su obra está
consagrada a hacer el elogio de al-Násir 'A lí ibn Hammüd y de sus suce
sores: murió antes del fin de la fitna, lo que le evitó el asistir al fracaso
de las ideas que tan importantes habían sido para él. A 'A l! le dedicó
estos versos:
— Cuán g ra n d e es m i e s tu p e fa c c ió n al p en sa r en a q u el a q u ie n llo r o
de to d o c o ra zó n , y y o d ig o : «Q u e la m a n o d e re c h a d e l a sesin o se qu e d e
seca [en ju s to c a s tig o d el c rim e n qu e ha c o m e t i d o ] » 41.
Y estos otros:
Ibn al-Háyy, que se quejaba del modo con que al-Mu’ tamid le había
recibido en Sevilla — ya hemos aludido a ello en líneas anteriores— olvida
aquí su resentimiento. Como los otros poetas, sabe cuánto pierde con el
derrumbe de estas pequeñas dinastías. N o es el momento de rencores
personales.
109
Es sin duda una hora grave para los hombres de letras. Aquellos de
entre ellos — y son la mayoría— que se pliegan a las circunstancias lloran
a los príncipes caídos, pero dedican el final de sus poemas a alabar a los
almorávides. Es el caso de Ibn 'Abd al-'Samad. Los demás, a causa del dolor
que sienten, exhalan su tristeza sin pensar en el mañana. Hemos visto
con qué acento emocionado Ibn al-Labbána hablaba de la marcha de
al-Mu'tamid; incluso llegará a derramar lágrimas en su estancia en
Agmat, donde había ido a visitarlo, a pesar de la sospecha en que podía
caer al m anifestar tan abiertamente su fidelidad al príncipe destituido.
Pero no todos tienen el alma poética, porque no todos tienen una con
vicción profunda; la retórica no desaparece del todo en ellos, y al cele
brar las virtudes de sus mecenas, sobre todo la generosidad y el valor,
piensan ante todo en b rillar con un estilo rebuscado y en la acumulación
de recuerdos históricos.
Im presionados p or la grandeza de los acontecimientos, ya que no son
actores y víctimas al mismo tiempo, no dudan en com parar el reino e fí
mero de estos reyezuelos con los más grandes imperios. En algunos de
ellos, las comparaciones son breves; Ibn al-Labbána, a quien hemos cita
do ya, se lim ita a decir:
Estos son los únicos versos que se refieren a los Mulük al-Tawaif. Ibn
’Abdün se apresura en llegar a los Aftasíes, pero a los veintiocho versos
que les consagra no podemos referirnos aquí: no tienen nada de histó
rico y su grandilocuencia nos impide gustar en toda su plenitud las refle
xiones filosóficas de que están salpicados.
Las desgracias de la Península, hondamente sentidas por algunos espí
ritus de élite, no suscitaron ninguna poesía realmente épica.
Valencia será reconquistada en 495 = 1101-1102 '4, y así el siglo xi, que
había comenzado con los disturbios de Córdoba, indicios del desmem
bramiento del califato, terminara por una acción de guerra en la que el
Islam, momentáneamente reconstituido, mostrara su vitalidad frente a la
cristiandad.
Este juicio severo aplicado a los M ulük al-Tawaif por un hombre que,
por desconocido que fuera, fue con bastante probabilidad español expresa
de manera profunda el sentimiento de que las cosas de España no se
miden ya con el rasero de Oriente. B ajo los Omeyas la autoridad del cali
fa no es reconocida en todas partes: siempre hay zonas disidentes,
núcleos irreductibles. Las campañas militares se organizan no sólo contra
los cristianos del Norte, sino también contra los rebeldes esparcidos por
todo el territorio, ya sean mozárabes com o 'Umar ibn Hafsün o musul
manes de origen árabe com o los Banü Hayyáy de Sevilla o los Banü Tuylb
de Aragón. Sin embargo, en ningún momento se había visto surgir un
poeta que ridiculizara esos apelativos de Mu'ayyad, Mutansir o Násir
tomados por los califas de Córdoba, y que no tenían nada de omeya. Lo
que parecía natural en los siglos ix y x, no lo era ya en el xi. Y es que un
hecho de importancia capital había tenido lugar: la amalgama de diferen
• • •
Los poetas del siglo xi, por las referencias que nos aportan sobre los
acontecimientos históricos y por las reacciones que han manifestado con
ocasión de determinados hechos, prueban que no todos eran versificado
res cortesanos incapaces de expresar sentimientos reales. Si la mayor
parte de sus versos — al menos a nuestros ojos de occidentales— presenta
un interés literario muy discutible y en ocasiones casi nulo, no por ello
debemos condenar en bloque su obra entera. Podemos encontrar en sus
poemas de circunstancias, e incluso en sus panegíricos, elementos frag
mentarios pero interesantes acerca del medio en el que vivieron y de la
sociedad en la que se vieron insertos. Al agrupar y clasificar estas in for
maciones nos damos cuenta de que la poesía tiene un valor real com o
documento y que puede por ello proporcionar una ayuda preciosa tanto
al sociólogo como al historiador.
SEGUNDA PARTE
Universidad de S e v i l l a I
! Fac. F i l 0 Í 0 s ! « - B ¡ b l Í B l t r ?
no [d e su clim a] y [la pureza de su] aire; como el Yemen por su tempe
ratura moderada e igual; como la India por sus perfumes penetrantes;
com o el Ahwáz por la im portancia de sus rentas; como la China por sus
piedras preciosas; com o Aden por los productos útiles de su lit o r a l» 4.
La visión que los poetas tienen de España no difiere en absoluto de la
citada:
Y en otro lugar:
1. ¡A n u n cia a V a le n c ia — qu e e ra un p a ra ís o — qu e ha d e s c e n d id o
hasta el n iv e l d e l in fie r n o ! 10.
«V a le n c ia — d ic e A b ü ’í ’a 'fa r Ib n M a s 'a d a e l G ra n a d in o — es el p a r a í
so (fir d a w s ) d e e s te m u n d o p o r su b e lle z a .»
« H e d e s m o n ta d o — d ic e Ib n al-L a b b á n a — s o b re a lc a n fo r, p o lv o de
o r o y d e p erla s, qu e se d e n o m in a n v u lg a rm e n te g ra v a , a re n a fin a y tie
r r a » (Q a lü 'id , 249, 1.1).
« M e he e n r a iz a d o en una tie r r a — d ic e Ib n D a rrá y al-Q a s ta llí cu an d o
se d ir ig e a al-M u n d ir, r e y d e Z a ra g o z a en 428 = 1036-7— , cu ya g ra v a
ha s id o r e e m p la z a d a p o r el o r o y las p erla s, y m is o jo s han q u e d a d o
d e s lu m b r a d o s » (A 'm a l, 230).
Estos ejem plos bastan para mostrar hasta qué punto los poetas anda
luces han ponderado el valor de su tierra; no sería d ifícil encontrarles
m odelo tanto en la literatura hispano-magrebí com o en la o rie n ta ll4, pero
sinduda no podrían manifestar m ejor todo el valor que ellos concedían
a su país natal y toda la ternura que sentían por él.
Y es que, en definitiva, a pesar de todas las contrariedades que pudie
ran sufrir en la Península, amaban con pasión ardiente la tierra que les
había visto nacer; nadie m ejor que Ibn al-Haddád ha expresado este amor
exclusivo de la patria:
1. C uántas v e ce s E g ip to (M is r ) m e ha d ir ig id o la p a la b ra p a ra qu e
to m e su N ilo , y B a g d a d ha tr a ta d o d e in s p ir a rm e el d e se o d e ir a b e b e r
las aguas [d e su c o r r ie n te d u lces c o m o las d e] el E u fra te s.
1. C u an d o los rey e s q u ie re n p e rp e tu a r p a ra la p o s te r id a d el re c u e r
d o de sus m ás a lto s p e n s a m ien to s , lo hacen p o r m e d io d e l le n g u a je de
las [b e lla s ] c o n stru c c io n e s.
2. U n e d ific io , c u a n d o es d e g ra n d és p ro p o r c io n e s , in d ic a la m a je s
tad d e l ra n g o [d e l c o n s tru c to r] l9.
— L a s a ld eas d e A n d a lu c ía a p a re c e n en m e d io d e la v e rd u r a de los
v e rg e le s c o m o p e rla s [b la n c a s ] e n g a sta d a s en m e d io d e e s m e r a ld a s 2}.
La poesía, por la inform ación que nos procura sobre los palacios, los
lugares de recreo (munya) y los paseos de moda, nos perm ite hacer sobre
cada una de las ciudades de la España musulmana una m onografía cuya
extensión varía de acuerdo con la im portancia de estas ciudades en el
siglo X I.
Córdoba, capital al mismo tiempo de los gobernadores y de los cali
fas, merece, aunque en el siglo x i sea la segunda m etrópoli, después de
Sevilla, el prim er lugar p or lo mucho que ha inspirado a los poetas. Cuan
do Sevilla era todavía poco conocida en España, Córdoba ya había difun
dido los destellos de su fama hasta Alemania; la religiosa sajona Hros-
witha, en el siglo x, decía de ella: «Joya brillante del mundo, ciudad
nueva y magnífica, orgullosa de su fuerza, celebrada por sus delicias,
resplandeciente por la plena posesión de todos los bienes» 24.
Un poeta anónimo la celebraba de este modo:
22 A l-S a q u n d í, a l-R isála, en Anal., I I , 143, 1.18 sg., y 144, 1.6 sq.; G a rc ía G óm ez,
E lo g io , p. 97.
23 R im a ü n i, m e tr o k á m il. A n al., I, 126.
24 C f. S c h a c k -V a lera , P o e s ía y a rte , 3.a ed., I, 57 (r e m it e a R o s w ith a e o p e ra ,
ed. S c h u zfle isc h , p. 120); R. M e n é n d e z P id a l, L a E s p a ñ a d e l C id , I, 89; E. L é v i-
P ro v e n g a l, E s p . m u s u l. X e s iécle, p. 235, e H is to ir e de l ’E s p a g n e m u s u lm a n e , 2.a ed.,
I I , 3, y n o ta 2; H M E 2, I I , 174; C h arles M a g n in , H r o s v ita , en R e v u e des D e u x M o n d e s ,
15 n ov. 1839; A. Z a k i, M u d u n a l-fa n n f i b ilá d al-A n da lu s, en a l-H ilá l, 43.° añ o, dic.,
1934, I, 132, n. 1.
25 R im a 'uhá, m e tr o b a sit A n al., I, 96. L a im p o rta n c ia c o n c e d id a a la c ie n c ia en
e ste d ís tic o nos hace p e n s a r qu e el p o e ta a n ó n im o es de la é p o c a de al-M an sü r ¡bn
A b í 'A m ir ; sin e m b a r g o , en o t r o p a s a je de A n a le c te s ( I I , 406) el p o e ta s e ría Abü
M u h a m m a d Ib n 'A tiy y a , d el s ig lo x i.
Pero, curiosamente, los poetas del siglo xi no han descrito ni el puente
ni la mezquita.
En sí mismo, el puente no parece ofrecer muchos motivos de inspi
ración, y si hubiera sido un lugar de paseo hubiera retenido su atención;
la mezquita, lugar de oración y de enseñanzas religiosas, se aparta siste
máticamente de su interés. Podemos preguntarnos, dejando de lado m o
mentáneamente Madlnat al-Zahrá’, qué describen de Córdoba los poetas
del siglo xi.
La capital de la España musulmana se reponía apenas de las rudas
sacudidas que había sufrido a principios del siglo xi, durante la fitna 26.
Las descripciones más emocionantes se las debemos a Ibn Hazm e Ibn
Suhayd. «H e sabido — dice Ibn Hazm, que había abandonado su palacio
situado en el barrio de Balát M u g ít21, al oeste de Córdoba— por alguien
que venía de allá y que había visto nuestras mansiones que no quedan
más que ruinas» 2i.
Encontramos los mismos sentimientos en Ibn Suhayd:
1. N o h a y e n tr e las ru in as n in gú n a m ig o qu e p u ed a in fo r m a r m e ;
¿ a q u ié n p o d r ía p re g u n ta r p a ra sa b e r qu é ha s id o d e C ó rd o b a ?
2. N o p re g u n té is sin o a la s e p a ra c ió n ; s ó lo e lla os d irá si v u e s tro s
a m ig o s se han id o a las m o n ta ñ a s o a la llan u ra.
3. E l tie m p o se ha m o s tr a d o tir a n o p a ra c on e llo s : se han d is p e r
s a d o en to d a s d ire c c io n e s , p e ro e l m a y o r n ú m e ro ha p e re c id o .
4. L o s fu n e s to s a c o n te c im ie n to s han a c tu a d o con r ig o r s o b re sus
m o ra d a s y s o b re e llo s m ism o s , c a m b ia n d o a las unas y a los o tro s.
5. D e ja , pues, a la fo r tu n a e n c e n d e r en los p a tio s [d e sus casas]
una luz qu e p e r m itir á , tal vez, ilu m in a rs e a los c o ra zo n es.
6. P o r una c iu d a d c o m o C ó rd o b a , son p o c o ab u n d a n tes las lá g r i
m as q u e v ie r te n lo s o jo s en c h o r r o in c o n te n ib le .
7. Q ue D ios p e rd o n e las fa lta s d e sus h a b ita n te s : se han id o a la
B e r b e ría o r ie n ta l, a M a r ru e c o s y a E g i p t o 29.
8. ¡E n to d a s d ire c c io n e s se han d is p e rs a d o los g ru p o s, in q u ie to s p o r
h a b e rla a b a n d o n a d o !
9. C u an d o y o la c o n o c í, to d o s sus h a b ita n te s estab an u n id os [en la
c o n c o rd ia ] y la v id a e ra b e lla ; ...
14. E l p a la c io , e l d e los O m ey a s , e s ta b a lle n o d e to d o lo d e se a b le
y e! c a lifa to e ra la c o s a m ás gran d e.
15. L a Z á h ir iy y a res p la n d e c ía c on los c o r te jo s rea les y a l-'A m iriv y a
e ra fre c u e n ta d a p o r una a flu e n c ia d e e s tre lla s .
al-bahw , a l-k á m il, a l-m u n if, d a r a l-ra w d a (c f. K it a b a l-'ib a r, IV , 144, rep ro d . en A nal.,
I, 380: L é v i-P r o v e n ia l, E s p . m u s u l. X c s ié cle , p. 224 y n. 2). A lg u n o s d e estos n o m b re s
d esig n a n ta m b ié n p a la c io s o p a b e llo n e s d e S e v illa (c f. in fra )-, p e ro las A n a lecta s
d e b ie r o n e q u iv o c a r s e al s itu a r en C ó r d o b a a l-Q a sr a l-M u k a rra m ( I , 103, 1.3)
(c f. in f r a )] a l-M u k a rra m o a l-m u k ra m d e sig n a b a ta m b ié n una sala d e l p a la c io de
a l-M a ’m ün en T o le d o (c f. in fra , p. 155, n. 151).
32 S o b re su d e stru c c ió n , cf. H M E 2, I I , 286; al-B ayán, I I I , 64 sq. S o b re el p a la c io
en sí, c f. L é v i- P r o v e n ia l, E s p . m u s u l. X e s ié cle , pp. 221-224; H M E 2, I, 406; I I , 281, 283,
382, 387-388; al-B ayán, I I , 294; trad . F agn an , I I , 460-461; I I I , 64-65.
33 C f. A l-B a y á n , I I I , 62. E ra el p a la c io d el há y ib a l-M u za ffa r, h ijo de al-M an sü r
ib n ab i 'A m ir.
34 S o b re la d e v a s ta c ió n de al-Z ah rá, cf. L é v i-P ro v e n ^ a l, E sp. m u s u l. X 1’ siécle,
p á g in a 288; E n c y c l. Is l., I I I , 95-96 sg.: M a d in a t a z -Z a lirá ' (a r t. d e L é v i- P r o v e n g a l).
35 Cf. H M E 2, í I I , 64 sg.; a l-D a jira , I I I (G o th a ), 38 r.° (r e p r o d . en A bbad., I, 256,
trad., p. 291) (a l-n u z ü l b i-z a h ra 'ih a a l-m u 'a tta la bi-a sfa lih á ).
36 'A b d a l-R a h m á n a l-N á s ir h a b ía in s ta la d o en el p a rq u e casas de fie ra s y p a ja
reras (c f. A n al., I, 380, según Ib n Jaldün, K . a l-'Ib a r, IV , 144).
37 N o s a b e m o s q u é e ra n los d os Q u r t (e l p a r de g ru esos p e n d ie n te s ). L a Q u b b a
y el K a w k a b e ra n dos g ra n d e s salas d e rec e p c ió n . L a S ath , c a lific a d a h a b itu a lm e n te
d e m u s r if (a l-s a th a l-m u s r if), e ra una gran g a le ría c u b ie rta (c f. L é v i-P ro v e n g a l, /. c.,
p á g in a 229; A n al., I, 303, 372), qu e no hay qu e c o n fu n d ir c on a l-sa rh a l-m u m a rra d
(c f. A 'm a l, 44-45; Anal., I, 377; M a tm a h , p. 45), que, a im ita c ió n d e l p a la c io d o n d e
S a lo m ó n r e c ib ió a la rein a de Saba, ten ía un e n ta rim a d o d e c ris ta l (c f. a l-Q u r’án,
X X V I I , 44, e in fra , p. 136).
38 R e m in is c e n c ia d e dos v e rs íc u lo s c o rá n ic o s : X X , 116-117.
16. A llí [s e v e ] en los esta n q u es una m asa d e agu a tan p ro fu n d a que
es azu l; en las o r illa s , e l r a m a je d e rr a m a su fr e s c o r ; es a llí d o n d e
c o n o c í e l d e stin o b a jo la fo r m a d e un ser n o b le y g e n e ro s o (s a m h ) 39.
Estos versos, com o la anécdota transmitida por los Qalaid, nos mues
tran los sentimientos que entristecían a los andaluces del siglo x i ante
el espectáculo de las ruinas que las guerras de la fitna habían sembrado
por doquier y que las continuas luchas intestinas continuaban esparcien
do 42; se reúnen en festejos, pero la melancolía se mezcla a la alegría, y es
este matiz especial el que confiere a sus descripciones de las ruinas un
tono desconocido hasta entonces: intentan divertirse en «una alegre fam i
liaridad», com o dice Abü-l-Hasan Ibn Siráy, pero dando libre curso a sus
«m editaciones». Los poetas orientales han descrito las ruinas de los cam
pamentos abandonados, pero com o pretexto para hablar de la bienamada
real o imaginaria, es decir, del pasado; el mismo al-Buhturl había sabido
expresar con acento conm ovedor el dolor que el palacio de al-Qátül había
sentido con la pérdida de al-Mutawakkil 4\ pero sólo se trataba todavía de
una evocación del pasado. Los poetas andaluces del siglo x i llegan más
lejos: no sólo resucitan el pasado, sino que también tratan de represen
tarse el porvenir, y para ellos el futuro está lleno de amenazas. Los reye
zuelos, m irándolo bien, actuaron com o mecenas que fueron desaparecien
do unos tras otros, y la incertidumbre del mañana — que hizo nacer la
llegada de los alm orávides— llena de angustia el corazón de los poetas:
«¡V u e lve !», clama al-Sumaysir en al-Zahrá', y en ese grito se percibe un
sincero pesar.
Desde luego, las ruinas nunca fueron tan numerosas com o en el
siglo x i : Ibn Jafáya las describe sin precisar el lugar, pero creemos que
se trata de Valencia o de su región:
— E l m u rm u llo d e las agu as qu e c o rre n p o r el can a l es c o m o un
s o llo z o [p o r ese m o n u m e n to d e s tru id o ] y el c a n to d e las aves es un
la m e n to fú n e b re 44.
Los poetas no podían expresar de otro modo el pesar que ellos sentían
no sólo por el siglo de los Omeyas, ya tan lejano, sino por el siglo xi, cuyo
encanto percibían m ejor tras haberlo perdido.
Creemos que esas ruinas no son ajenas al sentimiento de zuhd o de
renuncia del mundo que marcó la vida de algunos personajes del siglo xi,
y que se iría ampliando con el misticismo de reciente im portación 48.
Un palacio construido por los Omeyas se salvó del desastre en el
siglo x i; nos referim os al que llevaba el nombre de «D am asco» (Dimasq).
«Reproducía — dice al-Fath ibn Jáqán— su palacio de Oriente, y habían
llevado su perfección hasta extremos sin límites; incluso los patios esta
ban llenos de ornam entos»; pero no sabemos en qué lugar se encontraba,
pues los historiadores no lo dicen. Ibn 'Am m ár tuvo ocasión, en el mo
mento en que su vida errante dejó de serlo, de pasar una noche y una
mañana en su recinto, y su alegría fue tal que no pudo contener su
entusiasmo:
1. C u a lq u ie r p a la c io , d esp u és d e l d e «D a m a s c o », es re p r o b a b le , pues
en el «D a m a s c o » las fru ta s q u e se cosech a n son d e lic io s a s y el p e rfu m e
d e las flo r e s qu e se re s p ira , e x q u is ito .
2. E l lu g a r es e n c a n ta d o r, el agu a lím p id a , la tie r ra p e rfu m a d a y el
p a la c io e le v a d o (a s a m m ).
3. E n él h e p a sa d o la n och e, y la n o ch e y la a u ro ra han s id o p a ra
m í a lm iz c le n e g ro y á m b a r g ris 49.
50 C f. s u p ra , p. 132.
51 Q a lá ’id, p. 11 (r e p r o d . e n A n a l., I, 412, y en A bba d ., I, 46-107). S o b re la p u erta
d e lo s p e rfu m is ta s , c f. L é v i-P r o v e n g a l, E s p . m u s u l. X e s ié cle , p. 76, 205, 207.
52 H e m o s v is to y a q u e la p a la b ra H á ’ir (e n la fo r m a d e l p art. a c t iv o ) d e sig n a b a
un p a b e lló n d e la é p o c a o m e y a d e n tr o d e l r e c in to d e l p a la c io (c f. s u pra , p. 129, n. 31);
e s ta m is m a p a la b ra , c o n la m is m a o r t o g r a fía y c on e l m is m o s ig n ific a d o o e l de
k io s k o , se e n c u e n tra en Abü-1-Walíd a l-H im y a rl (h a c ia 440 = 1048), A l-B a d i' f i w asf
a l-ra b i', m s. d e E l E s c o ria l, nú m . 353, f.° 10a, y es u n p a b e lló n d e un p a rtic u la r, en
un ja r d ín , lo qu e d esign a . E sta s d os p a la b ra s , h á 'ir y h a yr, p a re c e n s e r sin ón im as,
s ie n d o la p r im e r a de ella s d e uso m ás a n tig u o (c f. in fra , pp. 247 y 249).
53 S o b re e s ta p u e rta , lla m a d a m ás fre c u e n te m e n te B á b a l-H u d á (P u e r t a d e la
b u en a d ir e c c ió n ) p a ra e v ita r la p a la b ra Y a h ü d . C f. L é v i-P r o v e n ia l, E s p . X 1' siécle,
p á g in a 207, n. 3, in fin e .
54 E s un v e r b o en v o z p a s iv a lo qu e e x p re s a m o s así, p e ro c o n una o r to g r a fía
d u d osa; e n c o n tra m o s , e n e fe c to , las le c c io n e s sigu ien te s : q u rb is a (Q a l., ed. d e M ar-
s e lla -P a rís ); q u rb is a (A n a l., I , 420, 1.3); q u rn is a (Q a l., ed. d e B u la q , p. 153, 1.9).
C f. ta m b ié n De G o e je , G lo s s a ire , en Ib n íu b a y r , R ih la , 44; a l-D a jira t al-saniyva, 55.
ver la tierra, y la brisa se cargaba de perfumes al soplar desde el jardín,
día y noche... 55.
Este parque era célebre no sólo por su pabellón y su jardín, sino tam
bién por dos tumbas que reunían los restos de dos amigos que habían
estado estrechamente unidos en su vida terrestre: A
Suhayd 56, que ya conocemos, y Abü Marwán al-Zayyáli57, propietario de
este lugar encantador. Al Fath ibn Jáqán había vivido allí momentos feli
ces, y al visir de Badajoz Abü Bakr Ibn al-Qabturnuh le gustaba recordar
de vuelta a Badajoz las reuniones placenteras organizadas con sus amigos
de Córdoba:
I
'JNIVEHSID.SC DE fEVU. A
fsc. FilPllij'í ':MÍCÍ 2CS
N a s t h 59; en el e x c e s o d e m i p asión , p a rec e tr a e r lo [an te m í] c o m o un
c o n s e jo sin cero.
6. S e d ir ía q u e c e rc a d e 'A yn -Sa h d a (m a n a n tia l-ra y o d e m ie l) no he
lib r a d o un c o m b a te de r e p r o c h e s c u y o fin fu e la v ic to r ia [p a ra m í ] .
7. E s to s c o m b a te s h a b ía n s id o p ro v o c a d o s p o r sosp ech as m a lé v o la s
e in fu n d a d a s ; b a s tó c o n q u e e l e m b a ja d o r d e la h u m ild a d (ju d ü ') se
a p r o x im a r a a n o s o tro s p a ra c o n fir m a r la paz.
8. ¡C u á n tos d ías he p a s a d o en la c o m p a ñ ía le m i a m a n te en
a l-A q iq \ C u an d o la c ita n o e ra p a ra a l-'Id [a l- K a b ir ], lo e ra p a ra la
P ascu a (F is h ) 60.
9. Y estas v e la d a s p la c e n te ra s en e l e m b a ls e d e M á lik (m u s a n n á t
M a lik ), d o n d e c a m b ia b a c on lo s a m ig o s m i c o p a o m e e n tr e g a b a a la
n a tación .
10. A n te el agu a en ca lm a , nos sed u cía e l c ris ta l ( q a w ñ rir) v e rd o s o
d e la s u p e rfic ie , tan te rsa q u e im a g in á b a m o s q u e se tra ta b a d e l p a tio
a d o q u in a d o d e c r is ta l [en e l qu e S a lo m ó n r e c ib ió a la rein a d e S a b a ] 61.
11. ¡C ita s d e p la c e r !, ¡lu g a res d e a m o re s ju v e n ile s !, ¡h e o b te n id o
la m a y o r p a r te d e m is d e s e o s !...
19. S e g u r a m e n te q u e las n o ch es qu e p asab a en las o r illa s d e l B etis
(B it a ) era n m ás c o r ta s qu e las de [G u a d i] A to (A t u h ) y qu e las de la
B a th a 'l 62.
— ¡D e te n te un m o m e n to an te a l-M u s h a fiv y a y la m é n ta te s o b re un
o j o sin p u p ila !
— ¡P re g ú n ta le a Y a 'fa r su p o d e r y su lib e ra lid a d en los tie m p o s
p asad os! 75.
Ibn Darráy al-Qastalli le profesó una pasión tan viva com o si se tratase
de una m ujer adorada:
81 C f. s u p ra , p. 125.
82 C f. su p ra , p. 125, n. 15.
83 C f. a l-D a jira , I I I (G o t h a ), 38 b (r e p r o d . en A bbad., I, 257; trad ., p. 292), H M E 1,
I I I , 65.
sido dada por el propio al-Mu'tamid en versos mezclados de reminiscen
cias astrológicas que compuso cuando estaba cautivo en Agmát:
Dicha enumeración podemos com pletarla con estos otros versos del
mismo autor:
6. Q u is ie ra s a b e r si p a s a ré to d a v ía una n o c h e [c o m o a n ta ñ o ] te n ie n
d o d e la n te y d etrá s d e m í un ja r d ín (ra w d a ) y un e s ta n q u e (g a d ir),
7. s o b re una tie r r a qu e hace c r e c e r los o liv o s , qu e tr a n s m ite la
n o b le z a [a sus p o s e e d o r e s ], d o n d e se a rru lla n las p a lo m a s y g o r je a n
los p á ja ro s ,
8. en a l-Z á h ir, qu e a llí se e n cu en tra , la d e las a lta s to rr e s reg a d a s
g e n e ro s a m e n te p o r la llu v ia , m ie n tra s qu e a l-T u ra y y á p a re c e qu e nos
lla m a y qu e le lla m a m o s .
9. A l-Z á h í y su S a 'd al-Su'üd nos m ira n com o d os c e lo s o s : ¡el
e n a m o r a d o a p a s io n a d o es m u y c e lo s o !
10. T ú le c o n sid e ra s [a ese c a s tillo ] c o m o d if íc il y no fá c il de
c o n se g u ir; a h o ra b ien , to d o lo q u e D ios q u ie r e es f á c i l 86.
84 J u ego d e p a la b ra s c on T u r a y y á (n o m b r e de un p a la c io ) y T u r a y y á (n o m b r e
d e la c o n s te la c ió n d e las P lé y a d e s ). « E l naw es e l o c a s o d e la e s tr e lla en e l o e s te
con e l a lb a (o c a s o a c r ó n ic o ), c o n c o rd a n te c on e l n a c im ie n to a la m is m a h o ra de
o t r a e s tr e lla q u e se le o p o n e (n a c im ie n to h e lía c o )» (M o ty lin s k i, L e s m a n s io n s lu n a i-
res, 4, n. 1). E l p e r ío d o qu e va e n tr e ese n a c im ie n to y e se o c a s o e je r c e una
in flu e n c ia s o b re lo s fe n ó m e n o s a tm o s fé r ic o s : llu v ia , v ie n to , fr ío , c a lo r , etc.
(c f. M o ty lin s k i, l. c., p. V I I I ) .
85 R im a ádi, m e tr o basit. Q a lá ’id, 24 (r e p r o d . en A n al., I I , 619, y en Abba d., I,
61; trad., 141-143).
86 R im a ir ü , m e t r o taw il. Q a la 'id , pp. 24-25 (r e p r o d . en A n a l, I I I , 620, y en
A b b a d ., I, 63; trad ., pp. 145-146); a l-D a jira , I I (O x fo r d ), 19 b (r e p r o d . en A bba d ., I,
318; trad., 364), H M E 1, I I I , 174 (tr a d . v e rs o s i-2). Ib n B a ssá m , d e sp u és d e estos
v e rs o s (/. c., 20a), h a ce e l c o m e n ta r io s igu ien te : «A l-T u ra y y á , S a 'd a l-su 'ü d y a l-Z a h i
d e sig n a n salas c on cú p u las (q ib á b ) y e d ific io s rea le s ( m a s á n i' s u ltá n iy y a ) d e los
q u e se h a b ía c u id a d o la d e c o ra c ió n en p a la c io s d e S e v illa .»
87 P o s ib le m e n te se e n c o n tra b a en e l lu g a r actu a l d e la T o r r e d e l -Oro. (S a b e m o s
qu e la T o r r e d e l O r o = B u r y al-dahab n o se c o n s tru y ó h a sta c o m ie n z o s d el
s ig lo v i l = x i i i p o r e l g o b e r n a d o r de S e v illa , A b ü -l-'A lá’. C f. R a w d a l-q irtá s , te x to
T o r n b e rg , 161; trad., B ea u m ie r, 345.)
palacio grande y podían entregarse con entera libertad a los placeres más
diversos; el mismo biógrafo, para darnos una idea de la altura de al-Zühi,
le compara con la ciudadela de Alepo, donde vivían los Hamdaníes, y al
palacio, un tanto misterioso, de Gumdán, célebre por la leyenda de Sayf
ibn DI Yazan. Que al-Záhi dominaba el Guadalquivir es algo que no pode
mos poner en duda; recordemos, en efecto, que fue desde lo alto de este
palacete de donde al-Mu'tamid precipitó en el río a la cantante bereber
que había tenido el atrevim iento de insolentarse alabando a los alm orá
vides en su presencia *8.
En al-Záhi había un salón llamado Sa'd al-suñd 89: «la felicidad de las
felicidades». Un día al-Mu'tamid im provisó este hemistiquio:
. . . y a m b o s están c o lm a d o s de b e lleza .
2. Y la qu e es la es p o s a le g ít im a de un p rín c ip e c o m o M u h a m m a d
(a l- M u 'ta m id ) se e n c u e n tra tan a lta m e n te in s ta la d a en la c e le b r id a d
q u e n o tie n e igu al.
3. Q ue m i n o b le p a d re, con estas dos m a ra v illa s , no cese d e o b te n e r
c u a n to d esea y qu e las m a y o re s d e s g ra c ia s a lc a n ce n a sus e n e m ig o s 90.
88 C f. su p ra , p. 21.
89 S e tr a ta una v e z m ás de una re m in is c e n c ia a s tr o ló g ic a . L a sa'd a l-su 'u d es la
24 m o r a d a lu n ar. L o s á ra b e s la c o n s id e ra b a n m u y fa v o r a b le (c f. M o ty lin s k i, Les
m a n s io tis lu n a ire s , 50, y passim\ T a llg re n , E s tre lla s , X X X , 6; X X X I , 8, § 65).
90 B a d á ’i', pp. 44-45 (r e p r o d . e n Anal., I I , 414); a l-H u lla , en A b b a d ., I I , 73. R im a
ahí, m e t r o k á m il.
91 C f. M e lc h o r M . A n tu ñ a, S e v illa y sus m o n u m e n to s á ra b es, cap . V I I I , pp. 61-83.
92 C f. Q a lá ’id, p. 5 (r e p r o d . en Abbad., I, 38-39; trad., 81-82).
que sugirió la idea al visir-secretario Abü Y a 'fa r Ibn Ahmad de escribir
una epístola en la que hacía hablar sucesivamente a uno y otro palacios;
pero de este escrito en prosa rimada no podemos obtener más que estos
pocos datos: al-Mukarram es de construcción más reciente y el jardín que
la rodea contiene gran cantidad de flores 9i.
Por lo que se refiere a al-Mubárak, es sin duda alguna el palacio que
se ha perpetuado hasta nuestros días, tras muchas m odificaciones y res
tauraciones, bajo el nombre de Alcázar. Es a este palacio, que existía posi
blemente desde tiempos de al-Mu'tadid, pero al que este príncipe prefería
al-Záhir: es a éste, decimos, al que consagró todos sus cuidados para
hacer de él una residencia espléndida. Pero los historiadores, tan elocuen
tes sobre los palacios omeyas de Córdoba, apenas nos dicen nada del
Alcázar de Sevilla; todo lo más que encontramos en los autores de los
siglos x ii y x m son cortos pasajes por los que sabemos que Ibn 'Ammár,
después de su traición, fue «en cerrad o» en una gurfa (habitación alta)
situada encima de la puerta de al-Qasr al-mubárak y que su cadáver fue
enterrado cerca de este castillo 94. Al-Marrákusi atestigua que este palacio
existía todavía en su tiempo 95, e Ibn al-Abbár nos dice que en 615 = 1218,
cuando él estudiaba en Sevilla, una zona de la ciudad se llamaba Hawmat
al-qasr al-mubárak
La poesía, felizm ente, no ha guardado el mismo mutismo.
Abü-1-Walíd Ibn Zaydün, cuando era visir de al-Mu'tamid, decía en
unos versos dirigidos a aquel príncipe:
El cuarto verso de este fragm ento nos muestra claramente que al-
Turayya era un salón de gala situado en el centro de al-Mubarak com o un
torreón, y al com parar al sexto verso de este mismo fragm ento con el
segundo de la poesía d°, al-Mu'tamid citada más arriba (pág. 141) com pren
demos que al-Turayya estaba rodeado de una serie de salones secundarios,
tantos com o estrellas tienen las Pléyades.
Leeremos a continuación, com o documento precioso, el poema en el
que Ibn Hamdls describe la sala principal con su cúpula:
1. ¡M o r a d a s o b e rb ia és ta en la q u e A lá d e c id ió qu e to d o p o d e r se
re n u e v e c o n tin u a m e n te sin p e re c e r ja m á s !
2. S a n ta casa, h a sta ta l p u n to q u e si M o is é s , in te r lo c u to r d e D ios,
h u b ie ra d a d o un p a s o en e lla , se h u b ie ra q u ita d o las san d alia s 98.
3. E s ta n o es o t r a q u e la res id e n c ia ( j i t t a ) d e l p rín c ip e , a n te la
cu al to d o e l q u e e s p e ra v ie n e a d e p o s ita r su e q u ip a je .
4. C u an d o sus p u e rta s se ab ren , se c r e e r ía qu e d ic en con a c e n to
a c o g e d o r a lo s q u e las fra n q u e a n : ¡b ien v e n id o !
5. L o s c o n s tru c to re s ( s u n ttá ') les tra s p a s a ro n las c u a lid a d e s d el
p rín c ip e , y e je c u ta r o n esta tra n s fe re n c ia m a ra v illo s a m e n te .
6. E n e fe c to , d e su p e ch o to m a r o n su a m p litu d ; d e l c o lo r d e su
tez, e l re s p la n d o r; d e su fa m a , las d iv e rs a s d e p e n d e n c ia s (ja r '), y d e su
g e n e ro s id a d , lo s c im ie n to s .
7. T o m a n d o p o r m o d e lo e l ra n g o q u e o c u p a e n tr e los reyes, han
p r o p o r c io n a d o la a ltu ra d e la s ala d e a u d ien cia s (n a d i) y, g ra c ia s a to d o
e llo , se h a e le v a d o p o r e n c im a d e la c o n s te la c ió n d e los D os-S im ák
(A r c t o s y la E s p ig a d e la V ir g e n ).
8. E s te p a la c io m e ha h e c h o o lv id a r p o r su e s p le n d o r el [fa m o s o ]
Iw á n d e C os ro e s, p o r q u e p ie n s o qu e p u d o s e r v ir le de m o d e lo , y a qu e
su m a g n ific e n c ia n o tie n e p a ra n g ón .
9. S e d ir ía qu e, a n te e l te m o r [d e una n e g lig e n c ia ], S a lo m ó n , h ijo
d e D avid , n o ha p e r m itid o a los g en ios el m e n o r d escan so en la c on s
tru c c ió n ...
10. V e m o s a l s o l p a r e c id o a una p a le ta (liq a ), de d o n d e las m an os
[d e lo s p in to re s ] sacan lo n e c e s a rio p a ra d a r a sus rep re s e n ta c io n e s
fig u ra d a s (ta s a w ir) fo r m a s [v a r ia d a s ],
11. E sta s fig u ra s p a re c e n d o ta d a s d e m o v im ie n to a p e sa r d e su
in m o v ilid a d ; [n u es tro s o jo s c re e n q u e se m u e ve n ] y, sin e m b a r g o , ni
los p ie s ni las m an os c a m b ia n re a lm e n te d e lu gar...
12. C u an d o nos h em os c e g a d o p o r lo s c o lo re s in fla m a d o s [d e esos
m a ra v illo s o s d ib u jo s ], e m p le a m o s c o m o c o lir io el [d u lc e ] r e s p la n d o r
d e l r o s tr o d e l p rín c ip e
Una joven que le había escuchado sacó la cabeza por una ventana,
e interpelando al remero manifestó su sorpresa de verle p referir Alm ería
a Sevilla ’02.
Abü 'A lí 'Umar ibn Abí Jálid escribía a Abü-l-Hasan Ibn al-Fadl:
I U n iv e rsid a d de
¡ Fsc Filolo-f' ;
La historia de la fundación de dicho palacio recuerda, por algunos
rasgos, los escrúpulos que 'Abd al-Rahmán al-Násir sufrió a causa del
engrandecimiento de la Gran M ezquita de Córdoba.
Cuando al-Mu'tasim hizo construir el palacio de al-Sumádihiyya
— nombre que proviene de un antepasado llamado Sumádih— , los obre
ros, a espaldas del principe, se adueñaron de un jardín que pertenecía a
unos huérfanos. Su tutor protestó contra tal medida arbitraria, pero sin
éxito. Decidió entonces dirigirse al príncipe en persona. Y un día que al-
Mu'tasim se encontraba en el parque vio flotar en el canal que le atrave
saba una caña cerrada por ambos extremos con cera. Mandó que se la
trajeran, y al levantar la cera encontró un billete en el cual el tutor le
hacía responsable ante Dios de la injusticia com etida por sus obreros.
El príncipe les hizo venir, los reprendió ásperamente y, aunque el terreno
en litigio era necesario a la simetría de los edificios, restituyo a los huér
fanos lo que era suyo. Cuando el palacio estuvo terminado, todo el mundo
se dio cuenta de que algo faltaba. Alguien hizo una observación al prin
cipe. «Tenéis razón, le d ijo éste, pero teniendo que escoger entre la repro
bación de los hombres de buen gusto y la del Eterno, mi elección no podía
ser dudosa. Os aseguro que lo que más me gusta de mi palacio es preci
samente el defecto que tiene» " 8.
N o tenemos ningún detalle sobre este palacio; sabemos que contenía
dos salones de gala o maylis: el maylis al-haffa y el maylis al-bahw "°.
Ambos tenían «n ob le aspecto» y estaban hechos de «m árm ol ro jizo »
(ja m r i) En el parque que le rodeaba, arrovuelos atravesaban serpen
teando lugares de reposo que debían parecerse al quiosco o pabellón del
parque de al-Zayyáli en Córdoba; al M utasim describió en una ocasion
uno de estos arrovuelos saltarines:
Al-NahlT, com o hemos visto, comparaba Alm ería con el Paraíso l25. Pero
algunas notas discordantes nos son transmitidas por otros poetas. Al-
Sumaysir no temía proclamar:
Y un anónimo decía:
Y en otro f ragmento:
En Guadix (Wádi As) había un valle que ha sido a menudo cantado por
los poetas, sobre todo por las poetisas l,:!. Este valle ha debido contribuir
ciertamente, por su aspecto lleno de verdor, a despertar el sentimiento
— G ra n a d a n o tien e ig u a l n i en E g ip to , n i en S iria , ni en Ir a q .
— E lla es la d e sp o sa d a qu e se nos m u e s tra [e l d ía d e su b o d a ], y esos
p aíses le ja n o s , en su to ta lid a d , c o n s titu y e n su d o te (s a d d q ) l3S.
133 Ib n F a d l A llá h a l-'U m arí, M a s a lik al-absdr, en al-Q alq asan d i, S u b h al-a'sü,
V , 221; trad . G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , 245; « L o s h a b ita n te s son c é le b r e s p o r su
ta le n to p o é tic o » , A n al., I, 94, 1. 18-19: «D io s ha c o n c e d id o , m u y e s p e c ia lm e n te , a los
h a b ita n te s d e G u a d ix (e l g u s to p o r ) la lite r a tu r a y e l a m o r a la p o e s ía .»
134 S o b re lo s o ríg e n e s d e G ran ad a, c f. L. E g u ila z y Y a n g u a s , O rig e n de las ciu d a
des G a rn a ta e I l l i b e r i y de la A lh a m b ra , en H o m e n a je a C o d e ra , pp. 333-338.
135 R im a d qü, m e tr o ba sit m u ja lla '. A n al., I, 94.
136 E n sus M é m o ir e s , e l Z ír í 'A b d A llá d ic e q u e es « e l ju d ío » , es d e c ir, Joseph
ib n N a g r á lla , q u ie n c o m e n z ó la c o n s tru c c ió n de la fo r ta le z a d e la A lh a m b r a (v . p á g i
na 68 d e la tra d . d e L é v i- P r o v e n ia l).
137 E s te n o m b r e se a lte r a fre c u e n te m e n te en H a w z M u ’a m m a l. S o b re este p aseo
c f. A nal., I, 310, 649; I I , 147, 345, 348; Ih ü ta , I, 25-26. S o b re e l m a w la M u ’am m a l,
c f. H M E 2, I I I , 142-143, 144; E n c y c l. Is l., I V , 301, a rt. Z irid e s , d e L é v i-P ro v e n ^ a l;
L é v i-P r o v e n g a l, L es « M é m o ir e s » du r o i Z ir id e A b d A lla h , en a l-A n da lu s, t. I I I
(1935), fase. 2, 258 (t ir a d a a p a rte, 26). C f. in fra , p. 192, n. 65.
138 S o b re e s ta c o lin a c o n v e r tid a en lu g a r d e p aseo, cf. Anal., I, 925, 943; I I , 147,
345, 544; Ih a ta , I, 24-26; Ib n B a ttü ta , V o y ages, IV , 373; Lu cen a, P la n o de G ra n a d a
á ra b e (a l e s te d e l p la n o ); G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , M a s d lik a l-a m s a r de a l-'O m a ri,
p á g in a 233, n. 2, y p. 234, n. 2.
res nos describen algunos jardines que no tienen nada que envidiar a los
de Córdoba o Sevilla. Al-Fath ibn Jáqán se demora complacientemente en
esa prosa que le es tan peculiar, y que no es otra cosa que verso libre, en
la descripción de una propiedad privada del cadí Abü-l-Hasan Ibn Adhá l39.
Ibn Sara, en un elogio al em ir alm orávide Abü Bakr Ibn Ibráhlm , nos
ofrece la primera descripción de la Vega:
1. H o g a ñ o la r e lig ió n d e l e r r o r ha a p a g a d o su fu e g o y la m o ra d a
d e la b u en a d ire c c ió n ha e n c o n tr a d o su p ro s p e rid a d .
2. L o s o jo s d e lo s h o m b re s se v u e lv e n h a cia G ran ad a, pues e lla es
el ja r d ín q u e d e s p lie g a sus flo r e s c o m o las d e un m a n to e s tria d o .
3. S e d ir ía q u e e l m es d e o c tu b re o n o v ie m b r e (t is r in ) es c o m o el
m es de a b r il ( naysán), pues r e v is te sus c o lin a s de rosas y ju n q u illo s .
4. T ra s las nu bes n o ctu rn as, cu yas lá g rim a s , p equ eñ as y gruesas,
p a rec e n p e rla s ,
5. c o m e te ré is lo c u ra s en esas c o r rie n te s d e agu a qu e rec u e rd a n al
p e ch o d e una h e rm o s a m u je r s o b re el cual, c on sus d ed o s, e lla h u b ie ra
a b ie r t o su b lu sa (s id á r),
6. o p o r ese ca n a l qu e p a re c e la e s p a d a en la m a n o d e un r e b e ld e
q u e h u b ie ra a fila d o la h o ja y la e s g r im ie r a ta ja n te ;
7. en m e d io d e lo s á rb o le s , b a la n ce á n d o s e c o m o un b e b e d o r qu e
h a ce c ir c u la r e l v in o c o lo r d e o ro ,
8. titu b e a n te c o m o los h o m b re s que, c u a n d o a lg u ie n les censu ra,
ab a n d o n a n su m an sa tra n q u ilid a d y su d ig n id a d l4°.
\ ta r ía le y e n d o p e ca d o s m o rta le s .
• • e
— C uántas n och es h e m o s p a s a d o en el e m b a ls e (s u d d ) en m e d io de
las c o r rie n te s sinu osas d el río, q u e se d e sliz a b a n c o m o las s e rp ie n te s
m o te a d a s (a r d q im ).
• • •
— S a lon es c on cu p u las (q ib ü b ) a lr e d e d o r de un p a la c io (d a s k a ra l en
to rn o d el cual los o liv a r e s d e s p lie g a n su c la r o v e r d o r l47.
1. T o le d o está p o r e n c im a d e to d o lo q u e d e e lla se ha d ic h o : es
una c iu d a d s o b re la qu e se c ie rn e un fre s c o r e s p la n d o r (n a d ra ) y b ie n e s
ta r (n a 'im ).
2. D ios la h a a d o r n a d o [c o m o a una d e sp o sa d a ] c iñ e n d o su ta lle
con un r ío p a r e c id o a la V ía L á c te a y [c o r o n a d o su c a b e za ] c on ram a s
q u e son c o m o e s tre lla s 15°.
Esto era recordarle su efím era condición y, más supersticioso que al-
Násir, llam ado a reducir la ostentación por el severo Mundir ibn Sa'id
al-B allü til55, tomó estas palabras com o un mal presagio. N o volvió a poner
los pies en el quiosco y murió, se dice, un año después.
Al-Ma’mün tenía, com o los príncipes de Córdoba y Sevilla, un castillo
de recreo en m edio de unos jardines al borde del Tajo, pero no se sabe
dónde estaba situado exactamente. Dozy creía que esta munya había sido
acondicionada «en la orilla derecha del T a jo (es decir, sobre la orilla en
que se asienta T oled o), entre los puentes de Alcántara y de San M artín » 15é,
mientras que Gayangos lo identifica con las Casas de la Reina (Palacios de
G a lia n a )157, es decir, río arriba y bastante lejos de la ciudad, en la orilla
izquierda del Tajo. Esta munya tenía un salón de recepciones que llevaba
el nombre, muy característico, de Maylis al-ná'üra (Salón de la noria).
La munya y el citado salón han sido descritos por el gram ático filólogo
Abü Muhammad Ibn al-Sid al-Batalyaws! en un poema que nos procura
al-Fath ibn Jáqán. El poeta había contado al autor de los Qalá'id la jo r
nada que había pasado con al-Ma’mün en esta villa de recreo, y el biógrafo,
con el estilo que le es tan peculiar, nos transmite algunas de las palabras
del poeta a manera de introducción a sus versos:
«Ib n al-Sid al-Batalyaws! me ha inform ado de que se encontró [un día]
con al-Mamün ibn Dü-l-Nün en el Maylis al-ná'üra de la munya... El salón
resplandecía com o si el sol estuviera en su cénit y la luna llena en su punto
más alto com o una corona. Las flores exhalaban su perfume, y sobre el
agua del río los invitados bebían la copa de la mañana o de la tarde. La
rueda hidráulica (dawláb) gemía com o una camella que ha perdido su cría
o com o la madre tras la muerte de su hijo a causa de la llama devastadora
del dolor. El cielo tenía color de ámbar por las nubes cargadas de lluvia,
y el parque (rawd) estaba salpicado con las gotas de rocío; los leones
[fu en tes] abrían -sus grandes bocas y arrojaban por ellas el agua. Fue
entonces cuando Ibn al-Síd al-Batalyaws! dijo:
1. ¡O h e s p e c tá c u lo que, c u a n d o y o c o n te m p lo su e s p le n d o r, m e
re c u e rd a la b e lle z a d e l p a r a ís o e te rn o !
2. ¡T ie r r a d e a lm iz c le , c ie lo d e á m b a r, nu bes d e nadd (á m b a r n e g r o )
y fin a llu v ia d e agu a d e rosas!
157
Diversas anécdotas de la vida de al-Muqtadir tienen por escenario el
Salón de Oro l65.
1. L e v á n ta te y s írv e m e d e b e b e r a h o ra qu e e l ja r d ín se ha v e s tid o
c on un b r o c a d o d e flo r e s t e jid o p o r la llu v ia ,
2. en ese sa lón qu e se p a r e c e al c ie lo y en el qu e a p a re c e la luna
llen a d e l r o s tr o d e q u ie n y o am o.
3. E l s o l lle v a su tú n ica te ñ id a d e r o jo u s fu r y la tie r r a m u e stra
p e rla s d e r o c ío s o b re sus ro p a je s lle n o s d e v e rd o r .
1. ¡Q ué in c o m o d id a d m e p ro d u c e V a le n c ia ! ¡N o p u ed o p e g a r un o jo !
2. Las p u lgas b ailan a c om p a ñ a d a s p o r el c a n to d e los m o s q u ito s 174.
E Ibn 'Ayyás:
1. V a le n c ia , a lé ja te de m i c o ra zó n para qu e e n c u e n tre el o lv id o ,
p o rq u e e res un ja r d ín cuyas llo r e s no m e causan n in gu na n ostalgia.
2. ¡C o m o p o d r ía a m a r un h o m b r e una m o ra d a qu e está d iv id id a
p o r la h o ja ta ja n te d e l h a m b re y d e la re b e lió n de los p o lite ís ta s ! 17S.
171 A b ü 'A b d A llá h Ib n ’A 'isa, b a jo los a lm o r á v id e s , irá a llí con a m ig o s p ara p asar
una v e la d a b a jo los á rb o le s d el p arqu e. Cf. M a t m a h , p. 85.
172 R im a adl, m e tr o wafir. Ib n D ih ya, a l - M u t r i b , f.u 83 r.u-v."
173 Ib n S a 'id , en Anal., I, 110; S n b h al-a'sa, V, 231.
174 R im a üdi, m e tr o m u n s a r ih . A n a l , I, 110; I I , 222. H e m o s v is to m as a r r ib a que
Ib n M a s 'a d a la h a b ría c o n s id e r a d o c o m o un p a ra ís o si no fu e ra p o r los m o s q u ito s .
175 R im a riki, m e tr o tawil. A n a l , I, 108, 110; Y á q u t, M u 'y a m , I, 731.
176 R im a bl. m e tr o wafir. Anal., I, 111. En el -.D ich o» de las V illa s , c o m p u e s to
p o r A b ü B a h r S a fw á n ibn Id r ís , en el s ig lo x n . T u d m ír re p ro c h a a V a le n c ia la
d ific u lta d de a v itu a lla rs e y el estad o, casi con stan te, de g u e rra y de re v u e lta s ( A n a l ,
I, 108, y Z á d a l-m it sa fir , p. 94).
Al-Sumaysir, por su lado, dice, impresionado por su lamentable estado
de falta de limpieza:
• • •
1. E s un p a ís a l q u e la p a lo m a le ha p re s ta d o su c o lla r y elpavo
re a l lo ha r e v e s tid o c on su tr a je de plum as.
2. S e d ir ía qu e lo s río s son d e v in o y qu e los p a tio s (s ñ h ü t) d e las
casas son las c o p a s 178.
La isla del Júcar (yazlrat Suqr o al-yazlra, cuya deform ación en español
da A lcira) vio nacer numerosos poetas que, influenciados por el verdor
lujuriante de la región y por la belleza inigualable de la isla, en medio de
la corriente del río, fueron todos pintores de la naturaleza. Nos bastará
con citar a Ibn Jafáya, a Ibn 'A ’isa y a Ibn al-Zaqqáq:
1. E n tr e S u q r y la c o n flu e n c ia d e los d os b ra zo s d e l r ío — d ic e Ib n
J a fá y a — , en e l lu g a r d o n d e n u es tro s d eseos nos h u b ieran h ech o a r r o ja r
e l b a s tó n [d e l p a s e o ),
2. d o n d e e l p in zó n (m u k k á ’) c a n ta b a s ob re las d os o rilla s , e x c ita n d o
n u e s tro e s p ír itu , lib e r a d o así d e sus tra b a s l8°,
1. ¡Q ué a g ra d a b le le es p o s a r su e q u ip a je en J á tiv a al jo v e n qu e
ha h e c h o la rg o s v ia je s !
2. Es una c iu d a d en la qu e to d o s los in sta n tes son a u ro ra s (ash& r)
y d o n d e e l v ie n to d el e ste a p o r ta en el b o r d e d e su m a n to un [d u lc e ]
fre s c o r.
3. L a b ris a tien e un a r o m a d e lic io s o y las ra m a s en los ja r d in e s
tie n e n el b a la n ce o d e la e m b ria g u e z.
4. T o d o s los r o s tr o s tien en una b e lle z a r e s p la n d e c ie n te y to d a s las
p a la b ra s qu e se o y e n tie n e n la s a b id u ría d e lo s p r o v e r b io s l83.
181 R im a áhá, m e tr o ja f if. Ib n 'A b d al-M u n 'im , a l-R a w d a l-m i’tá r, núm . 92
(s v . S u q r), pp. 103/126. S o b re el r ío d e A lc ir a , cf. in fra , pp. 215-216.
182 A l-Q a lq a s a n d i, S u b h , V , 231.
183 R im a lü , m e t r o m a d ld . Anal., I, 114.
184 C f. H . T e rra s s e , L 'a r t h is p a n o -m a u re s q u e des o r ig in e s au X I I I ‘ s ié cle , 201.
ción es la atm ósfera que tratan de crear los poetas a través de sus des
cripciones.
Es de señalar, en efecto, que su inspiración toma a menudo la form a
del pesar: el encanto de la patria se acrece con la distancia, y la ciudad
que les parecerá más conm ovedora y más digna de ser cantada no será
aquella que manifiesta una vida trepidante, sino la que ha perdido el
adorno de sus hermosos monumentos: Córdoba, capital del califato, cen
tro de la civilización musulmana, es tema poético en el siglo xi porque ha
sido despojada de sus prerrogativas reales y en gran parte arruinada.
De las propias ciudades no nos dicen apenas nada; buscaríamos en
vano un detalle preciso sobre una calle l85, un mercado o una puerta. Si les
llaman la atención los palacios es porque tienen el sentido de la belleza
monumental impregnada de grandeza y posiblemente también porque ala
bar el palacio es alabar a la vez a su dueño. Pero la mayor fuente de inspi
ración han sido las munyas y los alrededores de las ciudades, y muy
particularmente la presencia de un río en una campiña llena de verdor.
El poeta andaluz no sabría amar una ciudad sin campiña.
Y en estos otros:
1. Un v a lle c illo nos ha p re s e rv a d o d e l a r d o r d e la c a n ícu la ; ¡sea
r e g a d o p o r los c h a p a rro n e s r e d o b la d o s de una nu be qu e c u b ra to d o el
c ie lo !
1. C o n te m p la , p a ra r e c r e a r tus o jo s , un ja r d ín lu ju r ia n te s o b re el
c u al la b ris a n o cesa d e s o p la r y la llu v ia d e caer.
2. T e h a rá v e r e l a r te d e San'á* en los d ib u jo s qu e a d o rn a n sus
m a n to s [q u e se d iría n ] fa b ric a d o s en T u s ta r, p e ro qu e [a p e s a r d e la
e tim o lo g ía d e su n o m b r e ] n o se escon d en .
3. Sus c o lo re s son v a r ia d o s y e l a ro m a qu e él e x h a la es tan e x q u is ito
qu e h a ce q u e re c h a c e m o s el ’a b ir y qu e nos o lv id e m o s d e l á m b a r 4.
He aquí otros versos en los que los jardines se describen sin alusión
a la acción bienhechora de la lluvia.
Abü Muhammad 'Abd Alláh Ibn al-Simák dice:
13 R im a ürü, m e tro k a n iil. D h vü n , p. 74; a l-D a jira , I I I (G o th a ), í." 159 v.°; Anal.,
1 455.
14 R im a ¡la, m e tro katnil. D iw a n , pp. 105-106; a l-D a jira , 111 (G o th a ), f." 164 v."
Anal., I I , 136.
15 C f. su D iw ü n , p. 9, I 13. V. supra , p. 167, e in fra , p. 197.
variedades de manera estricta. Los otros poetas andaluces no han conce
bido de otro modo los jardines; no nos dan descripciones precisas; no
vemos platabandas, ni avenidas; sus versos nos hacen pensar en el Gene-
ralife, donde el huerto domina al jardín propiamente dicho. Lo que han
retenido, sobre todo, es el aspecto ondulado de los espacios cubiertos de
grandes árboles umbrosos, al pie de los cuales corren las acequias, la sen
sación de frescor que emana de estos jardines-oasis en que, a la música de
los pájaros, se mezcla el perfum e de las flores.
Junto a los jardines, las flores han sido uno de los temas preferidos de
los poetas andaluces: los nawriyyat o «poem as florales» son tan numero
sos com o los rawdiyyat; si en este terreno todavía Occidente no ha creado
una innovación, al menos ha marcado una preferencia más natural y más
sincera p or todo lo que constituía el ornato de los jardines. En el siglo ix
se encuentran ya en España poetas que han descrito las flores, com o Ibn
'Abd Rabbih, Sá’ id al-Bagdádí 16 y Abü Bakr Ibn al-Qütiyya, pero se da en
ellos más retórica que observación exacta y más afectación que sincera
admiración. En el siglo x i el gusto por la naturaleza se extiende a todas
las clases sociales; la descentralización del poder, al dar lugar a todas
esas cortes de príncipes o de gobernadores semiindependientes, impulsa a
todos los que poseen alguna fortuna a construir suntuosas moradas en
m edio de jardines en los que las flores crecen en gran cantidad; nunca
la España musulmana había tenido tantos munyas, parques, paseos; las
flores y los árboles se encuentran en todo lugar habitado; el ideal de cual
quier persona es poseer un poco de tierra en la que hacer crecer unas
flores. El Alm eriense expresa muy bien el gusto innato del andaluz por
la más modesta planta florida y verde cuando, de paso para Sevilla, añora
«la planta de albahaca (gars al-habaq) que tiene en su casa», porque para
él «es más deseable que el Paraíso» 17.
El andaluz ama las flores, pero la lista de las que describe en sus
versos no es muy nutrida; algunos de ellos insisten, con una frecuencia
sorprendente, en el m irto (as), la m argarita o camomila (uqhuwán), la
violeta (banafsay), el narciso (bahar), el lirio azul (ju rra m ), el m atiolo
( j l r i asfar), el alhelí ( j i r l nammam), la azucena (süsdn), el junquillo
(naryis asfar), el nenúfar (naylüfar), la rosa roja (ward) y el jazmín
(yasimin); ninguna otra se describe más que incidentalmente, com o la
flo r del granado silvestre o balaustia (yullanar), del granado fructífero
(nawr al-rumman), la amapola o anémona roja (saqaiq), el jazmín silves
22 C f. Ib n al-M u 'tazz, D iw a n , 304; M a y n u i'a m in a l-n azm w a -l-n atr, 47; al-S arísi,
S a rh m a q á m a t a l-H a r iri, I I , 548-549; H a m z a F a th A llá h , a l-M a w ü h ih a l-fa th iy y a , I,
240; al-G uzülí, M a tá lV al-wud.ur, 1, 107 (a tr ib u id o a un a n ó n im o ).
23 A l-S a risi, en su S a rh M a q á m á t a l-H a riri, I, 32-35, m u e stra con e je m p lo s qu e
el n a ry is de los o r ie n ta le s es el b a h ü r de los an dalu ces, y v ic e v e rs a .
( naryis asfar) se desprende muy claramente de los fragm entos en verso
agrupados p or Abü-1-Walíd al-Himyarí en su antología del Badl' fi wasf
al-rabi' en cada una de sus rúbricas.
Los andaluces, ante el narciso de los poetas, tratan de reflejar tres colo
res: verde para el tallo y las hojas, am arillo para la parte central de la flo r
propiam ente dicha y blanco para los pétalos. «L o s narcisos, dirá el poeta,
son ramas de esmeralda (zum urrud) que producen hojas de plata (fidda)
y para los que el oro acendrado (nudár mujallas) es flo r », imágenes que
se encuentran en otros poemas, con la sola sustitución de dahab (o ro )
por nudár.
«E l narciso es un jacinto (yáqñta) am arillo que lleva manos blancas
y finas o tal vez un jacinto am arillo que ha velado, por tem or de un celoso,
sus muñecas (ma'ásim) con trajes (m atárif) verdes y ha m ostrado plata
(fid d a )» o «vela, por exceso de pudor, sus muñecas con mangas (akmám)
verdes para sustraerlas a los ojos del celoso».
«S on cajas de ungüentos (madáhin) en oro (tib r) sostenidas por dedos
de plata (fidda) en brazos torneados en crisolita (zabaryad)». Se observa
un rebuscamiento m ayor en este poeta, para el que los pétalos son perlas
blancas (d urr), el corazón de la flo r jacintos (yawáqit) y el tallo de criso
lita (zabaryad). «Son, dirá otro poeta, lingotes de plata (nuqar fidda) en
los que se han colocado copas de oro puro (dahab ib riz)». Es un ser vivo:
«S e diría que la tierra es un velo a través del cual las jóvenes de senos
firm es ( kawá'ib) tienden con sus manos copas [blancas] llenas de vino
[d o r a d o ]»; «m anos de alcanfor (káfüra) [b lan co ] que llaman a la prim a
vera con una copa de oro (ka’s t i b r )»; «tizón de fuego en m edio del agua
congelada de sus vestiduras de un blanco muy puro (n a s a ) »; «perlas
[blancas] (d u rr) en m edio de las cuales se han dispuesto jacintos de un
am arillo puro (fáqi')»\ «esm eraldas de las que las ramas han hecho como
flores de perlas (durar), llevan un jacinto de am arillo puro; se diría oro
(tib r ) fundido sobre plata (luyayn)». Un poeta incluso dará con precisión
el número de los pétalos: «E s una rama de jacinto am arillo alrededor de
la cual se han engarzado seis perlas (d u ra r)». Posiblemente es la flo r de
ángel lo que reconocemos en ese narciso «parecido a un cuello de oro (yid
tib r) brillando en un collar de plata (tawq fidda)».
Junto a estas comparaciones con materiales preciosos u objetos artís
ticamente trabajados 24 encontramos paralelos con los ojos.
«E s una pupila (m u q la ) que se queja al rocío de su insom nio»; «un
o jo en los párpados en el que se insinúa el sueño; hundido en la órbita,
no conoce el reposo nocturno»; «o jo s que miran lánguidamente, cuyas
24 S e e n c u e n tra e s ta a lu s ió n en un p o e ta d e l s ig lo x : «S o n d in a re s (d e o r o ) s o b re
d irh e m s d e p la ta p u ra ; Y a 'fa r n o ha c u id a d o nu nca la im p r e s ió n (la b ') d e éstos,
n i la m a n o d e Q a s im la a c u ñ a c ió n (d a r b ) d e a q u é llo s » (c f. Abü-1-WaÍId a l-H im y a rí,
l. c., f.° 51 v.°; v e r s o d e Ib n al-Q ü tiyya. R im a im , m e t r o ja f if ).
pestañas (asfár) son perlas (durar) y las pupilas (anási) son jacintos ama
rillo s»; «Cuando se contempla el narciso, se dice: ojos de disoluto (jal?)
que se inclina ebrio y que se duerm e» (esta alusión a la actitud inclinada
del narciso no es frecuente); «Las pupilas del narciso son de una gracia
encantadora, com o una pupila (m uqla) en la que se insinúa el sueño».
Escasas, decíamos, son las alusiones a la postura inclinada de los nar
cisos; he aquí una que puede parecer de dudoso gusto: « E l narciso deja
colgar (yudalli) cráneos (yamayim) tiernos...; se diría un hombre que se
aparta de un interlocutor que le desagrada».
Frecuentes son, por el contrario, las comparaciones simbólicas del
am arillo y del blanco con los enamorados: el blanco es el amante insen
sible; el am arillo, el amante que se tortura de am or insatisfecho. «P o r su
color am arillo se diría que el narciso es un amante que viste, para la sepa
ración, el traje [b lan co ] del lu to» 2S. «E l amante y la amante se reúnen en
su color blanco y am arillo; lleno de compasión para los enamorados, se
apresura a florecer en medio de las flores».
El narciso es loado de este modo porque es una de las flores que apa
recen en el tiem po en que el invierno no ha cedido aún el lugar a la
primavera.
El penetrante perfum e de los narcisos se evoca a menudo comparán
dolo con el del alm izcle o el azafrán.
E l ju n qu illo [ naryis]
E l lir i o azul [ j u r r a i n ]
El j n rra m , que se traduce por süsán az.raq (azucena azul), parece ser
realmente el lirio azul, pero algunas descripciones, al hacer alusión a
estrías, no nos permiten ser rotundamente afirm ativos
«E s de azul antimonio ( k u h li )»; «su color imita a la turquesa (firüzay
o fayrüzáy), en el que se hubiera fundido oro (dahab) resplandeciente
( m u s r iq ) » : en este último rasgo se ha querido reconocer el pistilo y los
estambres. La siguiente descripción opone el lirio azul a la azucena blan
ca: «H a desechado con repugnancia el traje blanco, color de su hermano,
para vestirse con un manto azul (hulla z a r q a ) cuyo destello parece toma
do de la bóveda celeste; si el pavo real se lo pusiera, sería felicitado como
un rey por las otras aves»; «dulce ornamento, el lirio azul, por su colora
ción y su aspecto, aparece ante los ojos como el arco de Quzah (arco
ir is )».
E l alhelí « namman»
29 E l n o m b re d e m a n tü r, qu e d e sig n a ta m b ié n al a lh e lí a m a r illo , lo e m p le a n
r a ra m e n te los p o e ta s d e l s ig lo xi.
30 R im a a ’í, m e tr o ja fif. E ste d ís tic o se le a tr ib u y e a 'U b á d á ibn M a al-
S a m á según Abü-1-Walid a l-H im y a rí, en a l-B ad V , I." 55 r.° V. in f r a , p. 446 y n. 57.
del fin de la noche (galas); se asocia a la violeta por la epidermis; su
color es el suyo, se diría que se lo ha hurtado»; «sus labios (marásif) son
ro jo oscuro (lu's); se diría que el sol le ha besado».
Por el perfume, el alhelí nammám no se distingue del alhelí am arillo;
sin embargo, de día tiene un olor desagradable: «su aliento, de día, es
fétido (t a fil)»; «en todo el día ella no acercó la nariz de quien ama en
extremo los perfumes (s a m m á m )», defecto que no tiene el alhelí amarillo.
Exhala su perfum e por la noche, generosamente. «C om o para el letrado
(adib), la noche es para él día y el día es noche»; para caracterizarlo
m ejor, un poeta lo compara al alfaquí, tal y com o debía ser en el siglo xi,
y al hacerlo se revela cierta crítica social:
1. E l a lh e lí n a m m á m , a l r e c a ta r su p e rfu m e , es c o m o el ju r is c o n
s u lto q u e d esea a r d ie n te m e n te p r o lo n g a r una h ip o c r e s ía (r iy á ’)\
2. m a n ifie s ta su ren u n cia d e l m u n d o (z u h d ) d u ra n te e l d ía y se
tr a n s fo r m a en lib e r tin o (f a t ik ) en c o m p a ñ ía d e gen te s c o rte s e s y e s p ir i
tu a les (ii ir a f a ) 30.
Num erosísim os son los versos que describen la azucena blanca. Los
poetas han tratado de describir de esta flo r sobre todo el color y la form a
de la corola blanca y del pistilo am arillo; el tallo que soporta la flo r rara
mente interviene en las descripciones.
«S on ojos de oro puro ( ’iqyán) en párpados de perlas ( l u 'l u ) en una
rama de esmeralda verd e»; «D e oro (dahab) que crece sobre alcan for»; la
form a recortada de la corola lleva a com pararla con «el cuello de una
camisa (yayb) desgarrada en un día de adiós»; «copas de cristal (billawr)
que se hubieran abarrotado de oro ( t i b r ) » ; «copas de plata (luyayn) ador
nadas de incrustaciones (n iyá l)»; «copas de plata (fidda) en las que que
dan restos del dorado color (suhla) del vin o »; «copas de cristal ( billawr)
1. P re p á ra n o s , en el ja r d ín , la e x p e d ic ió n de un m u h ta s ib ’4; in v ita
V c o n v o c a a es ta e x p e d ic ió n a a q u e llo s qu e pu ed an ay u d arn os.
2. E s g r im e las lan zas to m a d a s a los d eseo s m ás a le g re s y d esen va in a
los sab les to m a d o s al ju g o m ás v ie jo d e las uvas.
3. L e v a n ta m a n g a n e le s h echos d e b o te lla s (n iy a m ) y usa c o m o p ie
d ra s re d o m a s ( ra w á tim ) 35 y c o p a s e s c o g id a s ( n u ja b ):
4. p ara fo r ta le z a s d e azu cen as, d e las cu ales las m an o s de la p r im a
v e ra han e d ific a d o la c o n stru c c ió n s o b re ram as.
5. Sus [c o r o la s re c o rta d a s en ] alm en a s (s u r u fá t) son d e p la ta y sus
d e fe n s o re s (lo s e s ta m b r e s ) (h u m á t), a lr e d e d o r d el e m ir (e l p is tilo ),
a rm a d o s c on sab les d e o r o (la s a n te ra s ),
6. están a te n to s a sus órd e n e s , pues s o b re s a le p o r e n c im a d el e d i
fic io y p a rec e te n d e r la m e jilla de un o b s e rv a d o r,
7. c o m o el s e ñ o r d e Lu n a 36 q u e h a b ía s u b id o [a lo a lto de su ciuda-
d e la ] cu an d o 'A b d a l-M a lik se a c e rc ó a él a la c a b e za d e un e jé r c it o
ru gien te.
8. [O h p rín c ip e ,] si a llá has to m a d o c o m o b o tín m u je re s c o m p a r a
b les a estatu a s (d u m á ), a q u í h a y h a b ita c io n e s d e a lm iz c le : haz tu b o tín
V saquea
9. los d on es m a g n ífic o s d e sa'bá n q u e ha m o s tr a d o su r o s tr o para
ti, a c a m b io de las rosas qu e rayab te h a b ía o fr e c id o c o m o p resen te.
10. A p o d é r a te p o r e n te r o de su b e lle z a y d el p e rfu m e d e su a lien to,
V c u a n d o se a c e rq u e el R a m a d á n , p ro s té rn a te y haz o fr e n d a s a D ios ’7.
34 E l m u h ta s ib n o es aq u í e l «fu n c io n a r io e n c a rg a d o de v e la r — en las g ra n d es
c iu d a d e s m u su lm a n as— p o r el fu n c io n a m ie n to , a tra v é s d e los sín d icos (a m in ), de
los usos c o r p o r a tiv o s e s ta b le c id o s y d e r e p r im ir los fra u d e s d e los arte s a n o s y los
d e lito s en m a te ria c o m e r c ia l» (c f. C o lín y Lévi-Proven <jal, U n m a n u e l h is p a n iq u e de
hisba. T r a it e d ’a l-S a q a ti. In tr o d ., pp. 1 ss.), s in o «e l g e n e ra l d e l e jé r c it o e in s p e c to r
d e to d o lo c o n c e rn ie n te a la g u e r r a » (c f. D ozv, S u p p ., I, sv.; Q u a tre m é re , M a m t..
I, 1. 114).
35 R a w á tim , pl. de ra w tu m a : se tra ta d el e sp a ñ ol a n tig u o ro to m a , h o y re d o m a :
«tr a s q u ito , b o te lla d e v id r io » , q u e D o zy y E n g e lm a n n n o han p o d id o id e n tific a r en
su G lo s s a ire des m o ts e s p a g n o ls e t p o rtu g a is d e riv é s d e l'a ra b e , 329-330, sv. re d o m a ;
D ozy, S u p p l., I I , 158, co l. b. S te ig e r lo a n o ta d os ve ce s b a jo la fo r m a ra d ü m a
(c f . C o n t r ib u c ió n a la fo n é tic a , pp. 163 y 354).
36 L im a : s o b re la id e n tific a c ió n d e esta lo c a lid a d , cf. E. L évi-Proven Q a l, H is t. de
l ’E s p a g n e m u s u lm a n e , 2.a ed., I I , 287, n. I.
37 R im a ab, m e tr o ká tn il. C f. a l-B ad V , f.° 65 v."
Los estanques de las moradas señoriales o de los lugares de recreo
debían estar adornados con nenúfares 3S. Lo que más llama en ellos la
atención de los poetas es, más que la hoja verde flotando sobre el agua, la
flo r blanca puntuada de negro en el centro y que, abierta de día, se
cierra al atardecer.
«S on botellas (madárib) de cristal ( mahá) » ; «se diría una copa (yátn)
de perla ( durr) en cuyo centro se hubiera fija d o artísticamente un engaste
(fass) de jade (sabay)»-, «una sortija de plata (fidda) cuyo engaste es de
jade ( sabay) » ; «una copa de plata cuyo fondo se ha tapizado de esmeral
das verdes»; «una caja (majzana) de cristal (mahá) en medio de la cual
hay brillantes esmeraldas; alrededor de estas esmeraldas [se ven ] seis
lenguas de plata que un artesano ha confeccionado con cuidado»; «sus
pétalos form an una Ka'ba de plata ( luyayn) en medio de la cual se encuen
tra la piedra negra».
A causa del negro que lleva en sí el nenúfar, éste representa m ejor que
el narciso o el junquillo un o jo embrujador.
El repliegue de los pétalos, en la noche, ha llam ado la atención de los
poetas. «E l nenúfar permite, de día, a sus visitantes m irar su rostro, pero
de noche lo veda, com o un mercader de esencias ( ’itr) que se estaría en su
tienda en tanto dura la luz del día, hasta la noche; pero que cuando llega
la noche, cierra y encadena su puerta»; «cuando la noche se ensom
brece o comienza apenas a ensombrecerse, el nenúfar es com o una aya
(rawwada) de tez fresca y piel delicada que estrechara a uno de sus niños
nubios (m in al-zany)»-, «com o un rey de Abisinia (al-uhbñs) en una tienda
blanca que, apercibiéndose de la oscuridad, cierra la puerta».
En este replegarse sobre sí mismo el nenúfar aprisiona a menudo abe
jas, que, impotentes para la evasión, mueren en su cárcel demasiado estre
cha; de ahí el sobrenom bre de «asesino de abejas» que se le ha dado.
El lino se cultivaba en España más com o planta textil que com o flo r
orn am en tal42. N o obstante, su flo r azul ha impresionado la imaginación
de algunos poetas:
«L a simiente del lino (bazr al-kittán) se logra en cualquier depresión
o elevación del terreno; se diría, cuando la flo r aparece, que son cajas
de ungüentos (madahin) en lapislázuli (lázaward)»; «las flores de lino
parecen ser manos (akuff) de turquesa (fayrüzdy) cuyas muñecas
(m a á s im ) estuvieran recatadas por un traje verde, o, más bien, jacintos
azules que se hubieran colocado sobre un tapiz de brocado verde (sun-
du s)»; «Bienvenida a las flores de lapislázuli; aparecen en el jardín de
lino que inclina el céfiro; si yo fuera ignorante las tomaría por un estan
que y [a l m eterme entre ellas] arremangaría mis vestiduras sobre mis
piernas com o lo hizo la reina de Saba».
Toledo era famosa por balaustas que llegaban a ser tan grandes como
granadas 44.
«S e parece a la rosa por su doble fila (ta d a u f) de pétalos, y su color
se aproxima al manto (hulla) teñido de cártamo ( ’u sfu r)»; «aparece enor
gulleciéndose en una casa (vull) de fuego ( ndr) » 45; «im ita las m ejillas de
las vírgenes saturadas de rojo y que hubieran sido rozadas por guiños
v miradas».
52 R im a ab, m e t r o m u ta q á rib . Abü-1-W alíd a l-H im y a rl, al B a d i', f.° 50 v.° 1. 1-2.
53 S o b re lo s d ife r e n te s te m a s o b je t o d e « d e b a t e s » en lite r a tu r a á ra b e, c f. D e r
Is la m , t. X I V , 1925, 397-401; M e z, D ie R ena is s a n ce , 249, n. 3; tra d . V ila , 320 (n . 3).
54 R im a di, m e t r o k á m il. C f. Ib n al-R ü m !, D iw a n , p ieza s e s c o g id a s p o r K á m il
K ílá n i, I I I , 389. Ib n a l-R ü m l c o m p u s o o tro s v e rs o s « c o n t r a » la rosa, e n tre o tro s
un d ís tic o r im a n d o en tih , q u e lo s a n to lo g is ta s n o osan r e p e tir p o r q u e e n c ie rr a una
c o m p a r a c ió n e s c a b ro s a (c f. Ib n A b í H a y a la , K it á b s u k k a rd á n a l-su ltá n , a l m a rg e n
d e a l-'A m ilí, A s r á r a l-balaga, a c o n tin u a c ió n d e l K it a b a l-m ijlá t, 19; Abü-1-
Q á s im a l-G arn á tí, R a f a l-h u y u b a l-m a s tü ra (c o m e n ta r io d e la M a q s iira d e Ib n
H á z im a l-Q a rtá y a n n l), E l C a iro , 1344, I, 155; a l-N u w a y rí, N ih á y a t a l-a rab, X I , 1. 2-3,
210 1 8
, . .
55 Abü-1-W alíd a l-H im y a ri, a l-B a d i', m s. d e E l E s c o ria l, ff.° 26b-29a; a l-D a jira , t. I I ,
m s. d e P a r ís (c o p ia d o d e l d e O x fo r d ), f.° 32b sq. (r e p r o d . en A. D a if, B a lá ga t a l-'A ra b
fi-l-A n d a lu s 153-156); a l-N u w a y ri, N ih á y a , X I , 196-200.
56 Abü-1-W alld, l. c., f.° 29a; Ib n B assá m , op . cit., f.° 33b (r e p r o d . en A. D a if, l. c.,
p á g in a 152, núm . 1).
cionado hacia 440 = 1048. Puede ser útil recordar aquí algunos de los
argumentos utilizados por los andaluces para refutar a Ibn al-Rüml: unos
son tomados de la observación directa o hacen alusión a costumbres anda
luzas; otros no son más que juegos de palabras, y no merece la pena que
distraigan nuestra atención:
«E l narciso de los poetas (b a h a r) es un ingrato que ha tomado el aspec
to de una anciana, mientras que la rosa es un ser que proclam a las alaban
zas [d e su bienhechor] y se muestra com o una virgen de abultado seno
bajo su camisa roja. El narciso no tiene ninguna utilidad práctica, mien
tras que la rosa, tanto fresca como seca, es solicitada siempre, y cuando
desaparece, permanece aún transformada en agua de rosas; la rosa anun
cia la vida; el narciso, la m uerte»; «mi nombre, dice el narciso, puede
leerse ( b i r r habib), "a fecto de am igo” »; «T e equivocas, dice la rosa; pue
de leerse: bayt jarib, "casa devastada” ; yo, a lo que mas me parezco es
a las m ejillas ruborizadas, mientras que tú te pareces a un o jo que siem
pre permanece estupefacto com o el de un animal furioso». «E s verdad,
dice el narciso reconociendo la superioridad de la rosa, mi nombre debe
ría leerse: barrahta bi, "m e has hecho sufrir cruelm ente” , o barh bayn,
"d o lo r de una separación” » 57.
Otros temas de «d eb ate» han sido tratados por los poetas andaluces:
el de la violeta, preferida al narciso y al junquillo; el alhelí a la violeta;
la violeta al alhelí; el narciso al junquillo; el alhelí am arillo al n a m m á m ;
el n a m m á m al alhelí am arillo 58; pero no dan lugar más que a observa
ciones generales del mismo género de las que hemos visto a propósito
de la rosa y del narciso, y que creemos por esta razón que no es necesario
examinar.
Ukivexsí ;
el hecho de comenzar un panegírico o una elegía fúnebre con el relato
de un paseo a través de campamentos abandonados y, com o consecuencia,
de considerar com o una ley, dictada por la naturaleza misma, entrar en
materia con una descripción de ios jardines adornados de flores tales
com o Andalucía o las otras provincias de España podían mostrarlos a sus
miradas. En esto también habían tenido predecesores en Oriente, como
al-Buhturi, y más próxim os a ellos, com o Mihyár al-Daylaml y al-Saríf al-
Radí; pero en ellos es algo más que una audacia o una moda: es una
necesidad im periosa de su concepción de la poesía.
Algunos ejem plos pueden ilustrar lo que desarrollamos aquí:
i Univehs,c
3 Fllvlj.
ciones de las flores se apropian, en cierto modo, de un género que los
orientales habían conocido, pero que no habían utilizado más que acceso
riamente. La flor, con todo lo que sugiere de colores y perfumes, consti
tuye verdaderamente el encanto de la literatura andaluza del siglo xi.
Los andaluces han amado no sólo los jardines y las flores que satis
facían su gusto por lo hermoso, sino también los huertos y los árboles,
en general, porque eran conscientes del valor de todo lo vegetal, y así lo
demuestra la reconvención del em ir H aríz ibn 'Ukása, gobernador de la
región de Calatrava, a Alfonso V I, que había venido a devastar su terri
torio destruyendo todas las construcciones y talando todos los árboles:
«N o es digno del carácter de un [p rín cip e] poderoso com eter estragos
y extender las ruinas, pues si de este modo establecéis vuestro poder
sobre el país, habéis deteriorado vuestro r e in o ...» 63.
Este respeto p or los árboles señala claramente la diferencia que separa
al hispano-musulmán del nómada árabe; marca un arraigam iento al suelo
que toma toda su significación si se piensa que en ese tiempo las tribus
hilálíes invadían el Africa del norte incendiando la mayor parte de los
bosques, algunos de ellos varias veces seculares.
Los andaluces no han expresado su am or por los árboles con el lujo
de detalles que hemos visto cuando se trataba de las flores, pero ya hici
mos la observación de que el jardín, la m ayor parte de las veces, está
también plantado de árboles frutales o de adorno, en particular en Ibn
Jafáya, el poeta «am ante de los jardin es» (al-yanndn). Ríos y valles son
evocados junto a macizos umbríos, y recordemos el encanto que tenían
a los ojos de los paseantes en barcas por el Guadalquivir los olmos
(ansám) que bordeaban sus o rilla s 64.
Fue en el siglo x i cuando M u’ammal, liberto bereber de Badls Ibn
Habbüs, hace plantar álamos ( hawr) en un paseo de Granada que conser
vó el nom bre de H aw r M u'ammal (alam eda de M u’a m m a l)6S. Al-Mu’ tamid,
prisionero en Agmát, evocaba sus palacios y residencias, uno de los cua
les estaba situado en un terreno en el que habían crecido olivos (munbitat
al-zaytün) 6é.
1. Un e jé r c it o (v a y s ) d e n e g ro s (Z a n y ) p o r qu ien el e n e m ig o ha sid o
s u b yu ga d o en e l m o m e n to d e l c o m b a te .
2. Si e lla s hacen fra c a s a r la a m a r ille z qu e te a q u e ja es p o rq u e
los n e g ro s I za ny) son los e n e m ig o s de los h o m b re s a m a r illo s (B a n ü
a l- A s fa r )7R.
A los versos precedentes, que comparan las granadas con los senos,
añadiremos este fragm ento sobre una granada abierta:
1. E l v is ir m e ha d a d o, en un ja r d ín , un lim ó n y, c on un g esto , c o m o
hace e l S e ñ o r, m e ha ro g a d o qu e b u sca ra una c o m p a ra c ió n ;
2. M e he q u e d a d o c a lla d o un m o m e n to y d esp u és he d ic h o : «S e
p a re c e a un c a s c a b el (y u ly u l) d e p la ta re c u b ie r to d e un a m a r illo d e o r o
( ’asyad) 83.
1. T ie n e e l c o lo r a m a r illo p u ro d e l o r o (m id á r ), el s a b o r d el v in o
('u q d r ), la te z d e l a m a n te y el a lie n to d e la b ie n a m a d a 84.
El resto de los poetas no han hecho más que desarrollar estas ideas M;
p or ello no los citaremos. Nos lim itarem os a traducir tres versos pedantes
y oscuros de Ibn Sára, que, al mismo tiem po que nos recuerdan los deba
tes sobre el narciso, nos inform an sobre los tashif o metátesis de las letras
que componen la palabra sáfaryal, y sabemos así las supersticiones que
corrían a causa de este fruto:
1. N o h a y n a d a en e l s a fa ry á l (m e m b r illo ) q u e p u ed a h a cern o s
a u g u ra r m a l [d e l p o r v e n i r ] : n o os rep le g u é is, a causa de él, s o b re
e l d o lo r.
2. H e d ir ig id o m is m ira d a s al ta s h if d e sus le tra s c on so n a n tes y he
e n c o n tr a d o esta so lu c ió n : ta b b u n ta fa rra y a l i (u n p e r ju ic io se ha d is i
p a d o p a ra m í).
3. Y o n o d ig o : s a fa r h a ll: un v ia je h a h e c h o in s ta la rs e a la d e sg ra c ia
o ha p e r m itid o qu e a c o n te zc a un su ceso g r a v e u .
81 C f. A n a l., I I , 409.
82 R im a ha, m e t r o m u ta q a rib . A n al., I I , 409.
83 R im a d i, m e t r o k á m il. Anal., I I , 292. L a c o m p a ra c ió n la r e c o g ió un p o c o m ás
ta r d e a l-K u ta n d i (e n la é p o c a d e Ib n M a rd a n ís ). C f. A n al., I I , 335, 1. 8.
84 R im a b i, m e t r o m u ta q a rib . A l-N u w a y r l, N ih á y a , X I , 170.
85 E n e l s ig lo X, al-M u sh a fí, e l h á y ib r iv a l d e a l-M a n s ü r, h a b ía c o m p u e s to y a un
la r g o fr a g m e n to d e n u eve v e rs o s e n lo s q u e se e n c o n tra b a n los m is m o s rasgos.
C f. M a tm a h , 5 (r e p r o d . en A n a l., I, 391); a l-H u lla , en N o tic e s , 144.
86 R im a li, m e t r o b a stí. Q a lá ’id, 270. S o b re las in te r p re ta c io n e s d e los d iv e rs o s
ta s h if d e s a fa rva l, cf. Z D M G , t. 61, p. 427, 753; t. 65, p. 53, 681 sq.; t. 68, p. 275,
298 s q „ 302.
El naranjo borde, de frutos amargos, piel rugosa y de un rojo vivo, ha
tenido mala reputación en la España del siglo xi: todas las desgracias
acaecidas a los reyezuelos de la Península, com o a al-Muqtadir Billáh de
Zaragoza, a al-Mu'tamid de Sevilla, a al-Qádir de Toledo y a particulares
de Granada y de los alrededores, se deberían, si creemos a al-Tignarl,
que nos lo transmite en su Z a h r a l - b u s t a n , al cultivo del naranjo amargo
( n a r a n y ) 8?. Bádxs ibn Habbüs vigilaba para que no se introdujeran plantas
de esta clase clandestinamente. Con una cierta aprensión, al-Tignarl se
decide a hablar de este árbol funesto; también se cree obligado a invocar
la ayuda de Dios para emprender la com posición de ese párrafo, y si lo
hace es porque en su tiem po — finales del siglo x i— , mientras los alm orá
vides ocupan la Península, la superstición vinculada al naranjo amargo
parece haberse atenuado bastante, y la m ejor prueba de ello es que los
poetas describen el árbol con sus flores y frutos com o una planta común.
Dos de entre ellos se han distinguido en este tema: Ibn Jafáya e Ibn Sára.
Ibn Jafáya dice:
1. A m en u d o un [n a ra n jo s ilv e s tr e c o m o una m u je r c o q u e ta ] se
p a v o n e a v a n id o s a m e n te en ta n to qu e la llu v ia le ha r e v e s tid o de jo y a s
ro ja s y d e m a n to s verd es.
2. L a s a liv a d e l n u b a rró n fu n d e p a ra él p la ta y c o n g e la en sus ram as
e n c o rv a d a s o r o b r illa n t e 88.
U N IV E R SID AD
Fsc. F ü o k g Í E
Las higueras se extendían por todas partes. Se estimaban, sobre todo,
los higos de Málaga, cuya belleza se hizo proverbial:
Otras frutas tales com o las uvas ( ’inab), el m elotocón (jaw j) y la mora
(tü t) son descritas también, pero los poetas se limitan a repetir lascom
paraciones puestas en circulación en el siglo x w.
Los dátiles, así com o las palmeras, no parecen haber sido descritos
Los versos de Muhammad ibn Saraf al-Qayrawánl, padre de Y a 'fa r ibn
Saraf (Abü-1-Fadl), sobre los dátiles (rutab y tam r) son anteriores, con
toda seguridad a la llegada del poeta a España, v sólo se aplican a los
frutos de Ifrlqiva
91 R im a nahá, m e tro s a ri'. Anal., I, 96; al-’U m a rl, M a s á lik , trad . d e G a u d e fro y-
D e m o m b y n e s , p. 241; trad . A. Z a k i (e n H o m e n a je a C o d e ra ), p. 470; Ib n B attü ta,
R ih la , ed. D e fr é m e r y et S a n g u in e tti, IV , 366. Ib n 'A b d a l-M u n 'im a l-H im v a rí, a l-R a w d
a l-m i'tá r , texto, p. 179; trad., pp. 215-216.
92 Ábü M u h a m m a d A b d al-W ahh áb al-M un sí c o m p le tó de este m o d o el d ís tic o
d e A b ü -l-H ay y áy a l-B a la w í:
« N o o lv id é is los h ig os d e H im s (S e v illa ) y al tie m p o qu e h a b lá is d e sus higos
h a c e d lo d e sus a c e itu n a s » (r im a nahá, m e tro sa ri'. Anal., I, 96, 1.4).
Ib n Z a fir , en sus B a d á ’i' a l-b a d á ’ih, p. 39 (r e p r o d . en Anal., I I , 411), n a rra que
d esp u és de una c a b a lg a d a p o r los a lr e d e d o r e s d e S e v illa , a l-M u 'ta m id c la v ó su
b astón en un h igo, qu e q u e d ó e n s a rta d o en su punta; el p o e ta Ib n Y á j, qu e se
e n c o n tra b a c erca , c o m p a ró e s te h ig o n e g ro a «u n c rá n e o de n e g ro (Z a n v i) re b e ld e ».
93 Ib n J afáya, D iw á n , p. 76 (r im a as, m e tro m u ta q á r ib ).
94 U n p o e ta an d a lu z d el s ig lo x, Is m á 'íl ib n B a d r, d e c ía d e las m o ra s qu e eran
« o jo s d e vacas s a lv a je s (h a d a q a l-m a h á ), qu e algu n as rec u e rd a n a ios ja c in to s
(y á q ü t) o al v in o ( r a h iq ) p o r su c o lo r r o jo y o tra s con sus g ra n os n e g ro s y r o jo s
recu erd a n al a za b a ch e y la c o r n a lin a » (c f. Ib n al-A b b ár, a l-H u lla , en N o lic e s , p. 140,
1. 3-5). M u h ya, la a m ig a d e W a llá d a , hace, a p r o p ó s ito de los m e lo c o to n e s o fr e c id o s
p o r u n o d e sus a d m ira d o re s , c o m p a ra c io n e s es ca b ro s a s (c f. Anal., I I , 634). Se
e n cu en tran d e s c rip c io n e s d e uvas en Ib n Z ayd ü n , D iw á n , p. 152, 260.
95 C f. n u es tro e s tu d io s o b re L e p a lm ie r en E s p a g n e m u s u lm a n a , en M é la n g e s
G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , pp. 225-239, y v. in fra , p. 204, n. 122.
96 L o s ru ta b (d á tile s fr e s c o s ) son c o m p a ra d o s con c o fr e c illo s (la w ü b it, pl. de
lá b ü tl d e c o rn a lin a C a q iq ) r e lle n o s d e o r o fu n d id o ; los huesos, en la tra n s p a re n c ia
Las legumbres, cuya descripción es bastante escasa en las diversas
literaturas, tienen también su lugar en la poesía andaluza. Los poetas han
descrito aquellas que han impresionado su imaginación: el haba, la alca
chofa, la berenjena v la col.
La vaina del haba sugiere a Abü 'Am ir Ibn Suhayd:
5. Es el n a q l '01 (p o s t r e ) d e l h o m b r e p o b re , e m b u s te r o e ig n o r a n te
V e l a lim e n to d e las gen tes q u e tie n e n la in te lig e n c ia m u y le jo s .
6. H e ju r a d o qu e n o se la o fr e c e r é p a ra c o m e r a m i in v ita d o y qu e
no la c o m e r é y o m is m o b e b ie n d o v in o fre s c o ,02.
1. Las b e re n je n a s se le v a n ta n en el e x tr e m o d e los p e c io lo s c o m o
c o ra zo n e s d e c o r d e r o s (n i'á y ) en las g a rra s d el á g u ila 105.
201
ción de los jardines de los palacios y de los munva-s, de los que ya hemos
hablado en un capítulo precedente. Por lo que se refiere a al-Tignarl, del
que hemos hablado ya al citar su Zahr al-bustan wa-nuzhat al-adhán, vivió
sobre todo en Granada bajo los Zíríes, después bajo los Alm orávides,
y tuvo ocasión de coincidir en Sevilla con el agrónomo Ibn Bassál " 2.
Abü Ubayd al-Bakrí " 3, conocido com o geógrafo, era célebre también
com o botánico; su Kitdb a'yan al-nabat wa-sayariyyat al-andalusiyya " 4,
hoy perdido, tenía tanta fama com o su Tratado de los caminos y de los
reinos (Masálik wa-Mamálik).
Este amor de los andaluces por la agricultura y la botánica se conser
vó por largo tiempo todavía después del siglo xt, perpetuándose del otro
lado del Estrecho, en Marruecos, hasta nuestros días.
Estos estudios, junto a las observaciones personales, permiten a los
poetas introducir en sus descripciones términos técnicos que no tienen,
sin embargo, nada de árido, sino que significan un afortunado enriqueci
miento de la lengua poética: tafattah = abrirse; jalf, plural ju lü f = reto
ño, brote, renuevo; ’üd = rama única; gusn = rama; qadib = tallo, rama;
kimama, plural k a m a im — cáliz; kumm, plural akmdm — brácteas, sépa
los; waraq, plural awrdq = pétalo, hoja; táqa = lóbulo; nuwwdra, plural
nawáwtr = estambre; qd'im — pistilo; wasi'a, plural wasai' = antera del
estambre; habba = baya; zahr = flo r amarilla; nawr = flo r blanca;
tanwir = floración.
Los poetas, cuando hablan de la estación en que aparecen las flores,
emplean los nombres de los meses solares y no lunares; pero debemos
señalar que es porque no toman sus nombres del calendario juliano, sino
del calenlario siriaco: Kanün para diciembre y enero; subdt para febre
ro; ádár para marzo; naysdn para abril. Se trata de una tradición siria
im portada por los Omeyas, y que se perpetuó a través de ellos en
Occidente,
Ibn al-Haddád, elogiando a al-Mu'tasim, dice:
Ibn 'Ammár, en m ayor medida que ningún otro poeta, tiene tendencia
a buscar sus metáforas en el cultivo del campo:
1. H e e x a m in a d o la r g a m e n te la luna de tu r o s tr o en la n och e de la
d e sg ra c ia y he o b te n id o ju n to a ti la ab u n d a n cia (ji s b ) en tie m p o s de
esca sez (y a d b )...
3. N o he d e ja d o d e v iv ir a la som b ra de tu g ra c ia r e c o rd a n d o los
d ías en qu e nos am áb am os.
4. L a v id a , en to n ces, b a jo tu s o m b ra p ro te c to r a , e ra g ra ta : n o cesa
ba de d e s p la z a rm e de un p asto p r ó s p e r o a un a b r e v a d e r o de agua
d u lce
1. M e d e c ía a m í m is m o , c o n fie s a Ib n R a w b a s : he a q u í los c o m p a
ñ eros (ijw a n ) a los qu e c u id a ré c o m o p lan tas (g a rs ) h a sta qu e p e rc ib a
sus fru to s y h o ja s ;
2. p e r o c u a n d o las flo r e s han e s ta d o a p u n to y lo s fru to s m a d u
ros, han re s u lta d o s e r tan s ó lo c o lq u ín tid a s a m a rg a s p a ra los qu e las
p ro b a b a n 12J.
La atracción ejercida por la tierra siempre fue muy viva entre los poe
tas andaluces, que en su m ayor parte eran de origen campesino. Y sucedía
en muchas ocasiones que, fatigados de la vida en la ciudad o agotados
por la dorada esclavitud que padecían en los palacios de los príncipes,
obtenían de sus señores" la autorización de volver a su tierra natal. Este
fue el caso de Ibn Muqáná al-Isbünl. Tras haber vivido en Sevilla en la
corte de los 'Abbádíes, después en Granada en la corte de los Zíríes, y ante
la futilidad de la vida cortesana, dejó el b rillo engañoso de los salones
reales y se volvió a su pueblo de al-Qabdáq 126, cerca de Cintra, para aca
bar sus días cultivando sus campos. « Y o lo vi, dice uno de sus com patrio
tas que contaba a Ibn Bassán su entrevista con el v iejo poeta, ya sordo,
con una podadera (mizbara) en la mano; me acerqué a él y, cogiéndom e
por una mano, me hizo sentar para contem plar un campo que estaban
labrando frente a nosotros. Le rogué que me recitara unos versos, e im
provisó en el acto:
Henos aquí bien lejos de Ibn Muqáná, adulador de los Hammüdíes, del
que ya hemos hablado antes. El poeta de origen campesino no podía
expresar m ejor con estos sencillos versos, en los que se refleja algo de la
socarronería campesina, su vinculación al suelo de la patria y su am or
por las cosas de la tierra. Es tradicional en todos los hispano-musulmanes,
ya sean de origen árabe o bereber o incluso mozárabes, que el suelo de
España les haya dado form a de una manera tan original y que hayan sido,
en general, campesinos antes de ser secretarios, visires o soldados 15°.
1. (E s ta m á q u in a ] c a p a z d e g e m ir, tie n e p á rp a d o s qu e no d is m i
nuyen la m asa g lau ca de agu a p u ra d e rra m a d a s ob re sus b ord es.
2. E lla h ace llo r a r , p e ro p a ra re s u c ita rla , g ra c ia s a las lá g rim a s de
sus p á rp a d o s , a p a re c e un ja rd ín ( r i v a d ) con tap ices d e flo re s .
3. L as hay r o jo os c u ro , d e res p la n d e c ie n te a m a r illo , c o m p le ta m e n te
b lan cas y grisáceas.
4. Se d ir ía qu e los c a n g ilo n e s ( j u r ü f a l-m á ') s ob re su d o r s o son
p erla s p a ra a d o rn o c o lo c a d a s s ob re una d ia d e m a qu e ciñ e la tren te
( q u rt)
• • •
Las aguas corrientes: arroyos, ríos y afluentes, por la vida que las
anima inspiran a los poetas andaluces comparaciones con reptiles gran
des o pequeños.
Con más rebuscamiento, Ibn Sára verá en las aguas ondulantes del río
la cintura de una bailarina apenas velada por su vestido transparente:
Ibn Hamdls hace sentir una sensación de dolor al rio que corre sobre
guijarros:
— Si q u ie re s [r e u n ir te c on la qu e te es q u e r id a ] p o r agu a (b a h r -ancho
r io ), e m b á r c a te a lo m o s de una [b a r q u illa ] ra p id a n a d a d o ra (s á b ih a ),
o si q u ie re s [ir p o r] tie rra , m o n ta a lo m o s de un [c o r c e l] r á p id o c o m o
un p á ja r o 31.
Dos poetas sobre todo han descrito el Guadalquivir en Sevilla, con sus
orillas orladas de olmos (ansüm): Abü-l-Qásim Ibn al-'Attar e Ibn
al-Labbána.
El prim ero dice, no sin pedantería:
32 E l p o e ta d e s c o m p o n e el n o m b re d el río en K a b ir = g ra n d e ( l o qu e es un
e p íte to de D io s ) y w á d i = río.
33 R im a a b i, m e tr o taw il. Q al., p. 285.
34 R im a á tü , m e tr o b a stí. Qal., p. 30, 1.2 sq. (r e p r o d . en A bba d ., I, 70; trad.,
p ágin as 163-64). S e e n c u e n tra una re m in is c e n c ia d e estos v e rs o s en un z é je l d e Ib n
Q u zm án ( C a n c io n e r o , p ie za X X V I I I , pp. 67-68, 379-380). L a d e s c r ip c ió n de una
p a r tid a d e p la c e r s o b re e l agua, en S e v illa , en la cu al to m a n p a r te c in c o p o e ta s
en z é je l, en Ib n Jaldün , P ro lé g o m é n e s , te x to Q u a tre m é re , I I I , 405-407; E l C airo ,
548; trad . de S la n e, 437-438.
35 E ste g u s to se ha c o n s e r v a d o e n tre los m a rr o q u íe s d e R a b a t y S a lé, qu e d es
c ie n d e n en su m a y o r p a r te d e a n d a lu ces (c f. L. B ru n o t, L a m e r dans les tra d itio n s
et les in d u s trie s in d ig é n e s á R a b a t e t S alé, 98-99). E s to s p aseos en b a rc a se d e n o
m in a b a n nazaha (c f. Ib n 'A b d ü n , T r a it é de h isba , n o ta p. 296; Ib n Q u zm án , C a n c io
n e ro , p ie z a X X V I I I , p. 67, 379; Ib n Jaldün, P ro lé g o tn é n e s , te x to Q u a tre m é re , I I I ,
405; E l C a iro , 548, 1. 4 af.; trad . d e Slan e. I I I , 437, y su p ra , p. 145, n. 100). S o b re un
s e n tid o d ife r e n te d e esta p a la b ra , cf. W . M a n ía is , L e d ia le c te a ra b e p a rlé á T le m e c e n ,
p a g in a 206, n. 3; D o zy, S u p p l., I I , 663.
36 E r a e l n o m b r e d a d o p o r los c a lifa s 'A b b á s íe s a l-M u 'ta s im ( t 227 = 842) y al-
M u ta w a k k il (+ 247 = 861) a su e m b a r c a c ió n d e r e c r e o s o b re e l T ig r is (c f . D ozy,
S u p p l., I, 610, y M e z, D ie R e n a is s a n ce , 457; trad ., V ila , 576). S o b re al-M an sü r y su
b a r c o a l-Z a w w , cf. Ib n al-Jatíb, A 'm á l al-a'lárn, p. 92.
213
U N IV ERSID AD DE S £ V ! ! . ( . *
fie. F llolojlj-tibliitetf
una palabra al Oriente: esta costumbre debía existir desde hacía mucho
tiempo en España, y es posible que se remontara incluso a la época rom a
na. Son innumerables las páginas en que los antólogos hacen revivir esce
nas, diurnas o nocturnas — más a menudo nocturnas— , cuyos protagonis
tas son generalmente príncipes acompañados de sus fam iliares, siempre
hombres de ingenio notable; en ocasiones son poetas los que bogan a la
ventura al anochecer, llevando por todo fanal — a veces se producían
colisiones— cirios encendidos, cuyos reflejos se irisaban en las ondulacio
nes del agua.
i Unm>,
6. L a b ris a ju g a b a to d a v ía con las ram a s c u a n d o y a el o r o d e l e re
p ú scu lo se h a b ía e x te n d id o s o b re la p la te a d a m asa d e l agu a 43.
Sin embargo, estos ríos españoles tan acogedores para los habitantes
de la ciudad podían tener terribles despertares.
Los poetas del siglo x i no nos describen solamente corrientes de agua
apacibles a propósito para las diversiones; encontramos en ocasiones alu
siones a ríos corriendo torrencialmente tras la crecida, devastando todo
lo que encuentran a su paso. Valencia sufrió una inundación en octubre
del 481 = 1088; el bury al-qantara fue arrasado44; Murcia también pade
ció daños considerables en la época de Abü 'Abd al-Rahmán Ibn Táhir 45.
Se puede creer que incluso el Júcar, en la estación de las lluvias, debía
inspirar serios temores a los ribereños, sobre todo en la región de Alcira.
Ibn Jafáya describe algunas de sus inundaciones:
— N o m e e m b a r c a r é en e l m a r, p o r q u e te m o los p e lig r o s en qu e
m e pone.
— S o y d e a r c illa y él d e agua, y la a r c illa [c o m o es b ie n s a b id o ], en
el agu a se d is u e lv e 2.
1. M e o rd e n a s e m b a r c a r p a ra a tr a v e s a r [el e s t r e c h o ]; ¡qu e el c ie lo
te c o lm e d e fa v o r e s !, ¡re s e rv a m ás b ie n esta p ru eb a a o t r o qu e no
sea yo!
2. ¡T ú n o e res N o é , cu ya a rc a ( s a fin a ) p u ed e s a lv a rm e [d e la fu ria
d e las o l a s ] , y v o n o s oy M o is é s p a ra c a m in a r s o b re el agu a! 4.
Los fragm entos que acabamos de traducir muestran que los poetas
que buscan imágenes para describir las embarcaciones toman lo más
im portante de su vocabulario del lenguaje técnico de la marina. La flota
(ustül) se com pone de navios cuya denominación más común es safina,
col. safin, plural sufun y safain, y fulk, y más poéticamente, banát al-má,
«hijas del agua», «sirenas»; no encontramos más que muy raramente las
palabras markab 26 y qit'a, plural qata’i 27; cuando estos navios son rápidos
y sirven para com peticiones, se les llama ydriya, plural yáw üri28 (naves)
rápidas o sabiha, plural sabihdt (naves), navegadoras; a la embarcación,
por lo común de pequeñas dimensiones, se le llama zawraq; las velas se
designan con la palabra sira, y los remos se denominan miqdaf. La rapi
dez hace que se compare al navio con un corredor de casta o con un
pájaro. El corredor de raza es agarr, es decir, marcado con la estrella
blanca frontal (gurra); pero la comparación más frecuente es la que evoca
pájaros conocidos por su gran envergadura y su potencia de vuelo o su
avidez alperseguir y alcanzar su presa: el cuervo (gurdb, plural agriba)
es elpájaro negro que no volvió al arca de Noé, pero es también la «c o r
beta», la «fra g a ta » o el «bergan tín », sin duda a causa de sus velas grisá
ceas que se confunden con la bruma y las olas; cuando las velas son com
pletamente blancas, no se compara al barco con la gaviota, sino con la
paloma (hamám); cuando son de color gris-claro, son las aves de presa,
que sirven para la caza, las que proveen el vocabulario poético: sawdak
o sawdak = gerifaltes; sáhln, plural sawáhin o sawühin = halcones blan
cos, y algunas veces warqa , plural wurq = palomas gris-ceniza. Por últi
mo, las galeazas se llamaban sawáni.
El arsenal de imágenes es aproximadamente el mismo en todos los
poetas: las velas son alas que palpitan y a veces corazones que laten; los
Pero sobre todo es la noche la que ejerce una gran fascinación sobre
los poetas árabes; hay por ella un gusto cuyo origen no podemos explicar
nos muy bien. Una antología de «noches árabes» abarcaría tanto a los
Raras veces se describe la noche sin la luna llena (badr) y raras veces
se deja de com parar la luna llena con la bienamada \ La luna llena repre
senta también para el poeta al príncipe generoso que brilla en una asam
blea nocturna.
Muy frecuentemente la luna llena es. para los poetas andaluces, inse
parable de la naturaleza que les rodea, y se ingenian para hacerla descen
der del cielo, sobre todo cuando, en una hermosa noche de verano, se
refleja en las aguas de un estanque.
Los poetas tratan de rivalizar con él. Así, Abü-l-Muglra Ibn Hazm dice:
1. C u an d o he v is to al c re c ie n te , m ien tra s se fu n d ía en el b la n c o
ro s tr o d e la a u rora , e n tr a r en c o n ju n c ió n con V en u s (a l-Z u h a ra ),
2. le he c o m p a ra d o — y m is o jo s p u ed en a te s tig u a rlo — con un c u r
va d o c a y a d o qu e ib a a g o lp e a r una p e lo ta l0.
N o todos los amantes son felices y sus noches, en espera de una cita,
se pasan en un insomnio inquieto y doloroso. ¡Qué largas son las noches
para estos amantes desgraciados! Pero el tema no pertenece en exclusiva
a los andaluces, por lo que no daremos más que un ejem plo:
1. ¡A m en u d o, d ic e Ib n Sara, he p a s a d o una n o ch e in te r m in a b le
p o r q u e el T ie m p o h a b ía p ro lo n g a d o su d u ra c ió n d á n d o le su p ro p ia v id a !
2. A lg u n a s p e rs o n a s se m a n tie n en d e la d u ra c ió n d e esta n o ch e qu e
n o ha d e ja d o p a s a r m ás q u e el m o m e n to d e l 'isa'.
3. L a s o m b ra d e las nu bes se ha e s p e s a d o d e tal m o d o qu e los o jo s
no p u ed en d is tin g u ir la tie r r a d el c ielo.
4. C u ando, en lon tan an za , el re lá m p a g o d e las tin ieb la s son reía,
im ita b a a un a b is in io (h a b a s i) qu e r e ía d e su lla n to.
5. C on el s a b le d e la v o lu n ta d he g o lp e a d o e l c u e llo de la o s c u ri
d ad y h e te ñ id o el m a n to de la a u ro ra con la sa n g re d e esta n o ch e
[in te r m in a b le ] 22.
19 D a m os estas e x p lic a c io n e s segú n D ozy, en A bba d., I, 88. V. in fra , p. 238, una
alu sió n a la a lq u im ia (a l-k im iy a ) en un fr a g m e n to d e Ib n Sara.
20 R im a ara, m e tr o ba slt. Á n a l., I I , 282.
21 R im a li, m e t r o b a sit. A n al., I I , 468. E n e l c a p ítu lo d e d ic a d o a la m u je r te n d re
m o s m ás o c a s io n e s d e h a b la r s o b re las «n o c h e s d e a m o r ».
22 R im a a ’ih i, m e tr o taw il. Q al., 270.
nificación del m ito se ha manifestado m ejor que en la descripción de este
fenómeno misterioso: el día que sucede a la noche, la claridad que per
sigue a las tinieblas. Los fragm entos son tan numerosas que haremos una
selección de ellos:
1. L a n o ch e ta rd a b a m u ch o lie m p o en c u m p lir su p ro m e s a de
a u ro ra , V las e s tre lla s se q u e ja b a n d e su la r g o in s o m n io ;
1. C u an d o h e v is to el O c c id e n te , d ic e Ib n a l-R a ffá ’, to d a v ía s u m e r
g id o e n las tin ieb la s , m ie n tra s q u e p o r O rie n te a p a re c ía n in d ic io s d e la
luz d e la m a ñ a n a (s a b á h ),
2. he te n id o la ilu s ió n d e q u e el O e s te e ra un m a r en el qu e m e
h u n d ía y qu e lo qu e a p a re c ía en O rie n te e ra una rib e ra 33.
E Ibn B illita :
Otros fragm entos nos permiten señalar que los nombres de los vientos
no se emplean al azar: la sabci designa la brisa del Este o del Nordeste.
Al-Mu'tamid de Sevilla cree percibir en la saba el aroma de los jardines
de Alm ería, donde se encuentra al-Mu'tasim Al-Mu'tadid de Sevilla escri
be a su padre político Muyáhid al-'Amirí, príncipe de Denia:
1. U n a b ris a d e s o p lo e m b a ls a m a d o , s o p la n d o al a ta rd e c e r, ha cu ra
d o a un e n fe rm o ,
2. A c o g id a [c o n p la c e r ], ha s o p la d o d e l E ste f q a b ü l): y es qu e
e m b a ls a m a b a in c lu s o la fra g a n c ia o lo ro s a .
3. ¿ S e tr a ta b a d e p a rtíc u la s d e a lm iz c le o e ra V a le n c ia la qu e e s p a r
c ía a lo le jo s su p e rfu m e d e lic io s o ? 41.
• • •
El arco iris, que los árabes llaman «arco del ángel de las nubes,
Quzáh», ha inspirado a algunos poetas. Abü-1-Fadl Ibn Hasdáv al-Islámí
ha compuesto este verso:
1. L a h e rm o s a d e g ra n d e s o jo s d e h u rí ha la b r a d o d os g ra n d es
p e n d ie n te s p a ra sus o r e ja s y las P lé y a d e s c o m o b ra z a le te (d u m lu y ).
2. H a p e d id o c o m o d on g e n e ro s o al c ie lo tú n icas (h u la l) y Q u zah la
ha r e v e s tid o c on la q u e é l h a b ía t e j i d o 49.
— T a l v e z has d a d o un b e so a Q u za h y m e im a g in o qu e, s o b re tus
la b io s p u rp ú re o s , él ha d e ja d o e s tría s d e c o lo re s 50.
Ibn Hazm hace una com paración con la cola del pavo real:
— E l a r c o d e l S e ñ o r ha a p a r e c id o en e l c ie lo v e s tid o d e to d a su erte
d e c o lo re s c o m o la c o la d e l p a v o rea l (tü u s ) 51.
Sobre el granizo existen pocos versos, pero los que hay son elegantes
e ingeniosos. Abü Bakr Ibn al-Mu'in dice:
1. S e d ir ía q u e el a ir e es un e s ta n q u e (g a d ir ) h e la d o e n el qu e los
r e lá m p a g o s fu n d e n g ra n izo s (b a ra d ).
2. S on sa rta s [d e c o lla r e s ] q u e se h u b ie ra n c o lg a d o e n el c ie lo y de
las qu e las m an o s d e l v ie n to h u b ie ra n d e sh e ch o lo s nu dos 52.
Muy raros son los versos que describen la nieve en España, a pesar
de que ciudades com o Zaragoza, Badajoz, Toledo, sufrían nevadas fre
cuentes durante el invierno y las altas montañas, com o Sierra Nevada,
estaban cubiertas de nieve incluso en verano.
Pero si la nieve no ha encontrado lugar en los poemas andaluces, abun
dantes son los versos que hablan del frío riguroso en la Península. Ibn
Sára marca bien la diferencia que existe a este respecto entre Arabia y Es
paña cuando dice:
1. D e ja d a I m r u ’l-Qays ib n H u y r p a s a r la jo r n a d a llo r a n d o s o b re
los v e s tig io s d e l c a m p a m e n to ,
2. y d e s v ia ro s de v u e s tro c a m in o p a ra p a ra ro s c e rc a d e un fu e g o
q u e es d e ja c in t o y d e o r o y h a cia el qu e se a p res u ra , lo c o d e a m o r, e l
q u e está tra n s id o d e f r ío e n las fre s c a s m añ an as (s a b a rá t) 54.
En Granada, Ibn Sára está tan impresionado por el rigor del invierno,
causado por la proxim idad de la Sierra Nevada (m onte Sulayr = mons
Solarius), que llega a decir:
rilurvESKiijAfí . 7 - - T - T f
%Jgg f f J-J
1. S e nos ha p e r m itid o d e s c u id a r la o ra c ió n en v u e s tro p aís y b e b e r
vin o , cosa p ro h ib id a ,
2. p a ra r e fu g ia r n o s en el fu e g o d el In fie r n o , qu e s e ria m ás c le
m e n te y m ás d u lc e q u e e l S u layr.
3. C u an d o s o p la e l v ie n to d e l N o r te en v u e s tra tie r ra , ¡q u é fe lic id a d
p a ra un p o b r e p e c a d o r e l p o d e r g o z a r de las h o gu era s [d e l i n f ie r n o ]!
4. Y o d iría , sin v a n a g lo r ia r m e d e m is p alab ras, lo qu e ha d ic h o
an tes qu e y o un p o e ta a n tig u o :
5. S i lle g a r a un d ía a e n tr a r en e l In fie r n o , ¡q u e sea en un d ía tan
r ig u r o s o c o m o éste, en e l qu e el In fie r n o será g ra to ! 57.
Esta otra:
Los textos precedentes son suficientes para mostrarnos que los anda
luces han conocido fríos rigurosos, por lo que no cabe considerar como
meros ejercicios de ingenio las comparaciones que hacen con metales
preciosos fundidos y con líquidos congelados, usadas ya en la poesía
oriental.
El tema tratado más frecuentemente es el de la bella copa de cristal
transparente que no es otra cosa que límpida agua congelada y vino rojo-
dorado que es oro líquido.
Al-Mu'tamid decía:
— E l e s c a n c ia d o r nos ha o fr e c id o , g ra c ia s a la a lq u im ia ( h i k m a ) , o ro
fu n d id o en agu a h e la d a 1’1.
— U na p a r te de esta g a rr a fa , a causa d el te m o r, se ha c o n g e la d o , y la
o tra p a rte, a causa de la c o n fu sió n , se ha lic u a d o h:.
1. E l v in o es m an za n a s q u e c o r re n en fu sión , y d e l m is m o m o d o las
m an za n as son v in o c o n g e la d o 67.
Ibn 'Ammár:
— A c e p ta estas m an za n as y o fr é c e s e la s a los c o m e n s a le s ; se tr a ta de
v in o q u e ha s id o s o rp re n d id o , en in v ie r n o , p o r la c o n g e la c ió n 68.
1 V e r e m o s in fr a qu e los o b je to s p re c io s o s r e c ib ía n algu n a s v e c e s la fo r m a d e un
c a m e llo . A l-M a n sü r h a cía tr a n s p o r ta r los b a g a je s y las p ro v is io n e s m ilita r e s a lo m o
d e c a b a llo s , m u los y c a m e llo s (c f. A 'm a l, 116, a n te p e n ú lt.). Ib n 'A m m á r , en una
s á tira c o n tra a l-M u 'ta m id , d e c ía qu e los a b a d íe s se h a b ía n d e d ic a d o a n ta ñ o a «fhacer
a r r o d illa r c a m e llo s ( a n á jü y im a l) en la a ld e a de Y a w m ín (c f. su pra , p. 96).
2 R im a ilí, m e t r o k a m il. M a tm a h , p. 70. C f. su pra , p. 55.
1. [E l p rín c ip e tan h e rm o s o c o m o ) la luna lle n a ha m o n ta d o un
c o r c e l r á p id o (s á b ih ) c u y o m ás le n to p aso h ace p a r a r al v ien to .
2. E s te c o r c e l ha r e v e s tid o la n o c h e c o m o una a m p lia c a m isa m ie n
tras las P lé y a d e s están rep re s e n ta d a s p o r las [s ie te ] m a rc a s d e la gru p a.
3. E l e s ta n q u e d e la a u ro ra le ha s e rv id o p a ra b a ñ a rs e y, al m o ja r
se, a p a r e c ie r o n sus m an ch as b la n ca s 3.
Y Abü 'Abd Alláh Ibn 'Abd al-Barr terminó con estos versos:
1. L os h o m b re s, p o r ig n o ra n cia , h on ran g ra n d e m e n te al m u n d o,
au n qu e éste sea d e s p re cia b le .
2. Se q u e re lla n los unos c on los o tro s p o r el c o m o p e rro s p o r una
p ieza de caza h e rid a i ' a q i r a ) ,3.
Este horror por el perro desaparecerá por com pleto bajo la influencia
de las ideas místicas de los sítfís; los servidores de los süfls son perros
diligentes y fieles l5, y las diez cualidades fundamentales del f aq i r son las
del perro
La jira fa no parece haberse aclimatado nunca en España; el clima, sin
duda, debía serle funesto, como al camello. Los cronistas se refieren en
* A l-B u ja rí, al-S a h ih , títu lo IV , cap. 33, trad . H o u d a s v W . M a rca is, t. I, 77.
>" A n a le cte s, I I , 11, 12; H M E - , t. I, 159, 164, 167.
11 Anale cte s, I I , 632.
12 Ib n al-A b b ár, a l- Hulla, en C o r r e c t i o n s , p. 11b; Qalá 'id , p. 102; R e c h e r c h e s 1,
525 y 527. R im a d'i, m e t r o tawil.
13 R im a I r ah, m e tro wafir. Q a lá ’id, p. 261. Un a n ó n im o d ic e: «C ie r r a la m an o
s o b re el p e r r o qu e has c o g id o , te será n e c e s a rio , pues la m a y o r p a rte d e los h o m
b res se han tr a n s fo r m a d o en p u e rc o s » (r im a irá, m e tr o basit. A n a le cte s, I I , 503, 1.2).
14 R im a if, m e tr o sari'. Ib n H a zm , T a w q , te x to , p. 49; trad . N y k l, p. 76; ed. Ber-
cher, pp. 134-135. Se tra ta e x a c ta m e n te d e l a d a g io g rie g o , tan tas ve ce s a le g a d o p o r
L u c ia n o (c f. E ra s m o , Adagia, X , 13), qu e se e n c u e n tra ya en a l-Y á h íz, a l-B ujalá',
ed. de E l C a iro , I I , 102, 1.3; trad . fra n c e s a de Ch. P e lla t, Le s A vare s, p. 233. Ib n
H a z m con sid e ra , no ob s ta n te , al p e rr o c o m o un a n im a l «p u ro ^ ( t a h i r ) [c f. el ms. de
C o n s ta n tin o p la a n a liza d o p o r Asín P a la c io s en Al-Andalu s, I I (1934), lase. 1, 15],
15 A l-K a ttá n í, S alw a t al-anfás I. 14-15.
^ A n a le cte s, I, 939. L a fra s e s o b re las d iez c u a lid a d es d el p e rr o se le a trib u y e
ta m b ién a al-H asan al-B asrl ( i 110 = 728).
ocasiones a jirafas ofrecidas com o presentes a príncipes andaluces por
gobernadores o sultanes de África; así, en el año 384 = 994, Zírl ibn
'Atiyya envía a Alm anzor presentes entre los que se encuentra una jirafa;
el pobre animal no llegó con vida y fue disecada com o se la entregaron
al poderoso hayib ,7.
En el siglo x i algunos poetas del Occidente musulmán com o Abü 'Al!
Ibn Raslq y Muhammad ibn Saraf al-Qayrawání han descrito jirafas, pero
al parecer las habían visto únicamente en Ifríq iy a 18. En lo que concierne
a Ibn Hamdís, cuyo Cancionero contiene un poema de diecisiete versos
sobre la jira fa 19, no sabemos si el animal que él describe ha sido visto
en España o en Á frica del norte, en Bujía, por ejem plo; en la duda deja
remos de lado los inform es que puede aportarnos al respecto.
N o encontramos nada original referente al «re y de los animales», que
es, igual para los andaluces que para los orientales, la encarnación de la
bravura y de la nobleza.
En lo que concierne al lobo, se lee en el Bayán de Ibn 'Id á rl un pasaje
curioso. Los bereberes llamados por al-Mansür devastan España: «qu e
daron victoriosos, dice, tras el célebre ataque que dejó la mayor parte
de España inculta y desierta, que la llenó de lobos y fieras, privándola por
algún tiempo de seguridad» 20. Se adivina que en los períodos de escasez,
los lobos osarían acercarse a los poblados y atacar los rebaños de corde
ros 21, y en ocasiones a las personas. Creemos que es la realidad lo que
nos describe Ibn Jafáya cuando nos habla del lobo, errante por la noche,
aullando siniestramente:
Abü Isháq al-Ilblrl nos demuestra que los lobos no faltaban en los
alrededores de Ilbíra, en el lugar denominado al-'Uqáb:
— N o es qu e en su v e c in d a d , d ic e, n o h a ya una m a n a d a d e lo b o s,
p e ro sé p o r e x p e rie n c ia q u e los lo b o s son m en os te m ib le s q u e los
a lf a q u íe s 24
3. L a t ie r r a d e A lc a b id e c h e ( Q a b d á q ) n o p ro d u c e, c u a n d o e l añ o es
b u en o, m ás d e v e in te c a rg a s d e cerea les.
4. Si da a lg o d e m ás, en to n c e s lo s ja b a líe s d e lo s d e s p o b la d o s
(tn a fá w iz ), en g ru p o s [c o m p a c to s ] se su ced en sin in t e r r u p c ió n 25.
Es muy raro que los andaluces empleen el térm ino «m o n o » para sati
rizar a un andaluz com o al-Mansür. Ibráhlm ibn Idrís al-Hasan! llegó
a decir de él:
El gusto de los andaluces por los pajaros es tan notable com o el que
sienten por las flores. 'Abd al-Rahmán al-Násir no creyó poder com pletar
m ejor el adorno de los jardines de Madlnat al-Zahrá’ que construyendo
un verdadero parque zoologico con casa de fieras y pajareras Nos
Ibn Zaydün evoca «e l canto del ruiseñor (bulbul) que hace arrullar
a la paloma torcaz (warasán)» 42.
Era una costumbre muy extendida por Andalucía enseñar a hablar
a un pájaro que lleva el mismo nombre que el estornino: zurzür, pero
que no debía ser otro que el chorlito.
Abü-l-Hasan Ibn al-Hayy lo describe de este modo:
1. S i n o es s o b re m í, ¿ s o b re q u ié n e n to n c e s e s p a rc e n las n u bes su
lla n to ? S i n o es p o r m í, ¿ p o r q u ié n e n to n c e s las p a lo m a s ( h a rria 'im )
a rru lla n tan la s tim e r a m e n te ? 48.
Podríamos m ultiplicar las citas 49, pero no nos aportarían nada más
de nuevo. Nos parece preferible referirnos al correo por m edio de palo
mas, cuya existencia queda atestiguada precisamente p or la poesía, pero
A uno de sus fam iliares, llamado Abü-l-Fath, le hace llegar este billete:
1. N o é la e s c o g ió [la p a lo m a ] y la id e a qu e é l tu v o n o se v io fru s
trad a, pues e lla v o lv ió tr a y é n d o le bu en as n o ticias.
• • •
1. L o s m o s q u ito s b e b ie r o n m i sa n g re c o m o v in o [g e n e ro s o ] y m e
ca n ta ro n to d a su e rte d e can cion es.
2. S e d ir ía qu e m is v e n a s les s e rv ía n d e cu erd as, m i c u e rp o de
v io la (r a b á b ) y q u e e llo s e ra n b a ila rin e s -c a n ta n te s f q iy á n )65.
62 A n a le c te s , I I , 284.
63 A n a le c te s , I I , 280; D ozy, R e c h e rc h e s ', 107; R e c h e rc h e s 3, I, 261; L é v i-P ro v e n g a l,
Le s M é tn o ir e s de 'A b d A lla h , tir a d a a p a rte, 27-28 (n . 60) y 209.
64 C f. su p ra , pp. 124, 159.
65 R im a an i, m e t r o m u ta q a rib . A n a lecte s, I I , 222; Ib n D ih ya, a l-M u trib , f.° 74a.
66 R im a da, m e t r o k á m il. A n a le cte s , I, 592. S o b re N e m r o d y la le y e n d a d el
m o s q u ito , c f. E n c y c l. Is l., t. I I I , p. 901 (a r t. de B. H e lle r ).
67 R im a ihá, m e t r o ba sit. Q a lá 'id , p. 101; Ib n al-A b b ár, a l-H u lla , en N o tic e s ,
p á g in a 193. E l v e r s o es de A b ü 'Is a Ib n Lab b ü n .
2. S e d iría , c u a n d o las flo r e s caen s o b re e llo s , qu e son lá m p a ra s
s o b re las qu e se a b a te n las m a rip o s a s **.
Las citas que preceden muestran que, con algunas excepciones, los
andaluces no han sido poetas cósmicos ni poetas pintores de animales.
La naturaleza, para ellos, es ante todo un cuadro en el que colocan prefe
rentemente objetos inanimados a los que intentan, es verdad, personifi
car. Tras los orientales, que parecen haber explorado por com pleto este
campo, no han aportado, sobre temas comunes, más que variaciones,
profundas, ingeniosas frecuentemente, lo que acusa más aún su carácter
convencional. En compensación, veremos cóm o han concentrado su aten
ción sobre ciertos aspectos del medio humano. Sus versos, si bien se
resienten siempre de la influencia oriental, encierran, sin embargo, notas
precisas que iluminan con una luz particular la vida y la psicología del
hispano-musulmán.
UM1VERS1DXD DE 2 * ' I t t A
Fac. F U o l c rl a - L l fc íl s tfS *
Capítulo prim ero
E L M ED IO É TN IC O
«N ad a es más difícil, decía Dozy a mediados del siglo xix, que el estu
dio de las costumbres y los hábitos de los musulmanes durante la Edad
Media; a menudo es el azar el único que nos da a conocer hechos intere
santes y curiosos, pues los autores árabes rara vez se han tomado la
molestia de consignar por escrito lo que, en su tiempo, era generalmente
conocido»
Es ésta una dificultad que no se da solamente en los musulmanes,
sino en todas las sociedades de la Edad M e d ia 2. ¿Quiere esto decir que
tenemos que renunciar a bosquejar un cuadro de la vida durante esa
época lejana? N o lo creemos así. Si de la España musulmana no posee
mos «n ovelas» que hagan revivir la sociedad en todos sus aspectos3, al
menos tenemos a nuestra disposición las obras históricas* y colecciones
de anécdotas literarias por las que pululan pequeños sucesos de la acti
vidad cotidiana de los hispano-musulmanes; en la evocación del carácter
y la vida de los andaluces en una época determinada hay que conceder
un lugar preferente a las obras llamadas de «im aginación », y en particular
a las obras poéticas.
La poesía, a pesar de lo que tiene de imaginativa y a pesar del pre
juicio de estilización que pesa sobre ella, a pesar de su tendencia a crear
una vida ideal al margen de la existencia cotidiana, no puede eludir la
realidad, a la que transform a sin duda, pero de la que no puede separarse
WIVEI
por com pleto; el estudio cuidadoso de los textos poéticos nos revela una
gran cantidad de hechos menudos o de observaciones directas y nos
perm ite entrever algunos aspectos de la vida de antaño.
En páginas precedentes, a propósito de los temas poéticos más común
mente tratados, hemos podido destacar las frecuentes alusiones a la acti
vidad social, moral e intelectual de los andaluces. Las que vamos a agru
par en los capítulos siguientes tienden a mostrar de un modo más directo
la vida del hombre en la sociedad; si incluso por medio de este procedi
miento la vida se nos aparece sólo fragmentariamente, al menos se mani
festará en sus aspectos más típicos. De este modo podremos apreciar
m ejor el carácter de todo un pueblo que, a pesar de los matices discor
dantes inherentes a cualquier sociedad, presenta rasgos comunes gene
rales que lo diferencian de otras sociedades medievales, tanto europeas
com o orientales.
La poesía nos procura, en prim er lugar, inform ación sobre los ele
mentos étnicos que componían la población española; los árabes y los
muvvallads, los esclavos eslavos, los bereberes y esclavos africanos, los
negros, los judíos y los mozárabes.
Los árabes, divididos hasta mediados del siglo x en dos clanes frecuen
temente en lucha: los mudanes y los yemeníes (m a'addíes y yemeníes
o qaysíes y kalbíes, o también 'adnáníes y qahtáníes), pierden el sentido
de su origen oriental basado en la noción de tribu o de clan. Renuncian
poco a poco a sus nisba-s 4 étnicas que están ligadas a una existencia
nómada o semiciudadana abandonada desde hace tiempo, adoptando, por
lo general, otras nisba-s que les recuerdan su lugar de nacimiento: ciudad,
pueblo, aldea, región. Parece ser que es aquí donde está el m otivo prin
cipal que m ejor nos muestra la evolución de los árabes en España des
de el nomadismo al sedentarismo. Un personaje, alfaquí, cadí, general
o visir; un poeta o un literato, antes de ser majzümi o qaysi, es qurtubi
fde Córdoba), isbill (d e S e v illa )5. El árabe echa raíces en el suelo, y al
hacerlo pierde las cualidades que Ibn Jaldün consideraba fundamentales
en la adquisición y la conservación de los imperios, y adquiere, por el
contrario, un sentimiento de la tierra que no está lejos de ser un senti
miento nacionalista, a poco que las luchas y los sufrimientos comunes
vengan a fortificarlo y conferirle una existencia real.
Este cambio profundo en la organización de los grupos árabes fue
15 P e n s a m o s s o b re to d o en P e rs ia , d o n d e m u ch os n o m b re s p e rs a s han p e rm a
n e c id o en la o n o m á s tic a : R u s ta m , S íb a w a ih , J a la w a ih , J u rd a d b ih , etc.
16 E n S e v illa , b a jo 'A b d a l-R a h m a n I I , lo s B an ü A n g e lin o y los B an ü S a b a ric o
e ra n m u y c o n o c id o s (c f. H M E 2, I I , 40, 1.17; L é v i-P ro v e n g a !, E s p . m u s u l. X e s ié cle , 19).
U n v ir tu o s o c o rd o b é s , lla m a d o Y a n n a y r (J a n n a ru s ó G e n e r ó G in e r ), a p a re c e en
836, en un p ro c e s o en e l qu e n o h a b la en á ra b e , sin o en ro m a n c e (c f. al-Jusanl,
Ju eces, ed. C o d e ra , 118; R M e n é n d e z P id a l, O ríg e n e s , 437-438).
17 S e r ía in te r e s a n te r e c o g e r to d o s lo s n o m b r e s es p a ñ o le s q u e fig u r a n en las
g e n e a lo g ía s d e p e rs o n a je s m u su lm a n es. S im o n e t nos d a una lis ta qu e c o m p re n d e
v e in tic in c o n o m b re s (c f. H is t. de lo s m o z á ra b e s, X L V I , n o ta 6). S e r ía fá c il a u m en
ta r la c o n s id e r a b le m e n te c on la le c tu ra d e las o b ra s r e la tiv a s a l O c c id e n te m u su l
m án, e s p e c ia lm e n te lo s to m o s q u e c o m p o n e n e l N a fh a l-tib d e a l-M a q q á ri y la
B ib lio t e c a a rá b ig o -h isp a n a . L a re s titu c ió n e x a c ta d e estas p a la b ra s , la d e algu nas
al m en os, s e ría m u y ard u a, pu es los a u to res ára b es, in c lu s o lo s p e rte n e c ie n te s al
O c c id e n te m u su lm á n , las han d e s fig u r a d o o tr a n s fo r m a d o p o r q u e n o las c o n o c ía n
o n o las c o m p re n d ía n . O tra d ific u lta d , n o m e n o r, s e ría e n c o n tr a r su e tim o lo g ía
e x a c ta : s a b e m o s qu e p a r a Ib n B a s k u w á l la e tim o lo g ía a n tig u a d e H ijo de P ascu al
p a re c e s e r s u s titu id a p o r la d e H i j o d e l V a s q u ito (c f. R a m ó n M e n é n d e z P id a l, O r íg e
nes d e l e sp a ñ ol, M a d rid , 2.a ed., 1929, I, p. 149). E n c u a n to a Ib n Q u zm án , sería
a r r ie s g a d o a fir m a r su o r ig e n ro m a n c e si se tie n e en cu en ta qu e an tigu o s árab es
lle v a b a n y a e l a p e llid o Q u zm á n (c f. Ta y a l-'a rüs, I X , 25); Ib n H iS á m ( t 218 = 833),
S ir a t a l-R a sü l. I I , 372 (e d . W ü s te n fe ld , I I , 578), h a b la d e un g u e r r e r o d e n o m in a d o
Q u zm án qu e lle g a al fin d e sus d ías a cau sa d e sus h erid as.
18 E n R a b a t y en T e tu á n se r e c o n o c e n aún las an tigu a s fa m ilia s an da lu zas
in m ig ra d a s p o r sus n o m b r e s esp a ñ oles, a lo s qu e se a v a d e n las p a rtíc u la s Ib n
o B en . C f. L. B ru n o t, T e x te s a ra b es de R a b a t, t. I, p. X ; p n c y c l. Is l., I I I , 1163, ss.,
R a b a t (a r t. de L é v i- P r o v e n g a l).
los árabes «andalucizados»; hemos de referirnos a los esclavos l9. Se
designa con esta palabra, saqlabl, «eslavo», a todos los esclavos hechos
prisioneros tanto por los catalanes com o por los musulmanes en las cos
tas europeas del M editerráneo o comprados en Francia, en Italia o en
Alemania. El califa omeya al-Hakam II se supone fue el prim ero en utili
zarlos 20; es muy posible que fuera después de un presente ofrecido por
los condes de Barcelona y de Tarragona; éstos, en efecto, le habían envia
do veinte eunucos eslavos para ser utilizados en los h arenes21; su uso a
partir de este momento se generalizó: en el ejército constituían excelen
tes soldados; en los gineceos, tras la mutilación, de la que se encargaban
habitualmente los judíos 22, eran servidores discretos 23 y adictos. De escla
vos pasaron a ser libertos (mawált) en las mismas condiciones que los
cristianos hechos prisioneros en el norte de España y en contra de los
mawáli-s cristianos que se fundieron en la sociedad hispano-musulmana
los eslavos siguieron viviendo con un espíritu de solidaridad que no se
desdijo nunca. Su número creció considerablemente y su papel junto a los
califas omeyas, prim ero sin relieve, tendió, cada vez más, a contrapesar
la autoridad de las grandes familias aristocráticas de origen árabe, cris
tiano o bereber en el entorno del príncipe de los creyentes. Poderosos
por el crédito del que gozaban cerca del califa y también por las riquezas
que supieron amasar, y que les perm itieron com prar la cooperación de
los hombres, intentaron a comienzos del siglo x i regentar la España mu
sulmana. Fueron ellos los que provocaron la revolución de palacio que
destronó a 'Abd al-Rahman Sanchol, hijo de al-Mansür, para proclamar
a al-Mahdí: ya hemos visto anteriorm ente cóm o el com plot desencadenó
la fitna o período de luchas que llevó a la desaparición definitiva de la
dinastía Omeya y a la form ación de los reinos efím eros que acabaron
barriendo los Almorávides.
Al com ienzo de la fitna, los eslavos, astutos e intrigantes, seguros del
apoyo del ejército donde muchos de ellos ocupaban los prim eros puestos,
intentaron, con una política llena de iniciativas, asegurar el triunfo de
sus ambiciones simulando hacer el juego tanto al partido español como
al partido bereber. Pero pronto se pusieron del lado de los primeros, a los
que sintieron unida su suerte. Sin embargo, al disminuir sus riquezas,
19 E n á ra b e: s a q á lib a , pl. d e s a q la b i o s iq la b i, q u e es un a d je t iv o d e re la c ió n
fo r m a d o p o r s a q la b o s iq la b y algu n a s v e ce s ta m b ié n p o r saqld b ( o s iq la b ). S o b re
su o rig e n , cf. L é v i-P r o v e n g a l, E s p . m u s u l. X e s ié cle , 28-31, e H is to ir e de l ’E s p a g n e
m u s id m a n e , 2.a e., I I , 122-130; E n c y c l. ¡s i., I V , 79-80, s. v.° s a q a lib a (a r t. d e L é v i-
P r o v e n ^ a l).
20 A n a le cte s , I, 220 (s e g ú n Ib n J ald ü n ).
21 A n a le cte s , I, 249, 1. 8-9.
22 V e rd u n p asab a p o r una «m a n u fa c tu r a d e e u n u co s » (D o z y , H M E 2, I I , 154).
C f. los d e ta lle s d e al-M u q a d d a s!, en B .G .A ., I I I , 2.a ed., p. 242, y tra d . P e lla t,
p ágin as 56-59.
23 A l-H a k a m I I los lla m a b a ju r s : «s ile n c io s o s ». C f. A n a lecte s, I, 220, 1.19 (segú n
Ib n J a ld ü n ); L é v i-P r o v e n g a l, Esp. m u s u l. X e s iécle, p. 130 y n o ta 2.
fueron perdiendo poco a poco los apoyos con los que contaban, y como
sus raíces en el país eran poco profundas, el partido verdaderamente
español les arrebató prim ero Córdoba, luego Alm ería, Tortosa y Valencia,
y en el momento en que las Taifas se establecen, a mediados del siglo xi,
los eslavos no conservan más que una provincia en la que su autoridad
permanece asegurada: la de Denia, de la que dependen las islas Baleares
y, durante cierto tiempo, Cerdeña. En lo sucesivo su política se torna «es
pañola», es decir, «nacional», pues toman parte en la lucha contra los
bereberes, con tendencia a aislarse cada vez más v a convertirse en insu
lares dedicándose al corso en las costas europeas.
Reducido su papel político de este modo, los eslavos no siguen ocu
pando, en las pequeñas cortes de la Península, sean españolas o bereberes,
los cargos que habían ocupado antes junto a los califas omeyas durante
el siglo x: encontramos algunos en el entorno del califa 'Alt ibn Hammüd,
y son tres de ellos los que asesinarán a este hammüdí en el b a ñ o 24.
Idrls II, en Málaga, los tenía también a su s e rv ic io 25. Cuando el último
Zlrí deGranada, 'Abd Alláh ibn Bádís, se rindió a los Alm orávides (en
1090), su cortejo estaba form ado en gran parte por eslavos 2<\
Los poetas nos aportan inform aciones poco numerosas sin duda, pero
valiosas, sobre los eslavos. Ibn Dárráy al-Qastallí nos da detalles caracte
rísticos sobre la costumbre que tenían los príncipes de Valencia, Mubárak
V Muzaffar, de llevar pendientes com o las mujeres:
Lo que com pleta nuestra inform ación sobre el afem inam iento de estos
dos eunucos está en el siguiente verso que pertenece al mismo poema:
2. H e aq u í la [v e rd a d e ra ] d ig n id a d p rin c ip e s c a : [en la c a r re r a r e a l ] ,
ni B a lq is (r e in a de S a b a ) en su c a r re r a ha p o d id o r e c o r r e r la m ism a
d is ta n c ia qu e tú, ni Z e n o b ia (a l-Z a b b á ’ ) ha p o d id o [p a ra a d e la n ta rte ]
a tr a v e s a r la nu be d e p o lv o [q u e le v a n ta b a s en e l h ip ó d r o m o ] 27.
Comparar a un príncipe con mujeres; ¡he ahí algo que parece único
en la literatura árabe! Justo es reconocer que las dos reinas de la anti
güedad mostraron tal virilidad en su conducta que nuestros dos eunucos
debieron sentirse halagados por la comparación.
• • •
24 A 'm a l, p. 151.
25 H M E 2, I I I , 36-38.
26 H M E 1, I I I , 144.
27 R im a a rik , m e tro taw il. A 'm a l, p. 256; Ih d ta , m s. d e E l E s c o ria l, f.° 186a.
Si el elemento árabe, com o hemos visto ya, no procuró más que una
aportación muy escasa en la población española, los bereberes, por el con
trario, conq^ieron desde la conquista hasta el siglo xi, e incluso después,
hasta comienzos del siglo xn , un m ovim iento de inm igración constante
y relativam ente denso. Los contingentes, form ados prim ero por Zanátas,
se reforzaron con Sinháyas, que acabaron por llegar a ser preponderantes.
Al com ienzo del siglo xi, durante la fitna, los bereberes, sin distinción
de confederaciones, son partidarios de 'Abd al-Rahmán Sanchol contra
al-Mahdí; después, el je fe de los Zanáta, Muhammad ibn Ya'lá, se pasa
con los suyos al partido de al-M ahdí28, lo que tuvo consecuencias desastro
sas para él, sobre todo tras la batalla de Qantis, en la que perdió a
muchos de sus partidarios. Tras la muerte de Sanchol a manos de al-
Mahdí, los bereberes, tanto Zanáta com o Sinháya, se agrupan en torno
del anticalifa Sulaymán para hacer frente al partido español; es en ese
m om ento cuando se les conceden territorios en el sur y sudeste de la
Península 29.
Los Sinháya, mandados entonces por Habbüs ibn Máksan, reciben
Ilbíra (G ranada) y su región; los Banü Dammar y los Azdáya, Sidonia
y M orón; los Banü Jazrün, Jerez (S a ris) y Arcos; después, a continuación
a los Banü Irniyyán, Sidonia y Arcos. Entre los Zanáta, los Banü Birzál
reciben Jaén y su región; p or lo que respecta a los Banü Ifran, se instalan
en Ronda.
Parece ser que al principio el acuerdo no fue perfecto entre Sinháya
y Zanáta, pues Záw í ibn Zírí, recelando de viejos rencores, decidió volver
se a Ifríq iy a 30, pero el grueso de los Sinháya no le siguió. En general,
durante todo el siglo x i los dos elementos bereberes permanecieron de
acuerdo: form aron parte del ejército del califa Sulaymán y lucharon con
tra el partido español con los califas hammüdíes.
El ejército de 'A lí ibn Hammüd se compone, dice el poeta sí'í Ibn
al-Hannát el Ciego, «d e escuadrones de Sinháya y de Zanáta» 31. El espí
ritu de cuerpo se despierta ante los ataques del partido español, y sobre
todo a partir del m om ento en que al-Mu'tadid de Sevilla cae en la am bi
ción de gobernar, si no toda la España musulmana, al menos toda la
Probablem ente estaba lejos de imaginar que, mucho antes que él,
Müsá ibn Nusayr, el conquistador de España, había form ulado respecto
a ellos el mismo juicio severo en una entrevista con el califa omeya
Sulaymán, hermano de al-Walíd: «S on de una falsedad inaudita, y no
respetan promesas ni com prom isos» 43.
INIVF
r*e. *•;; \
debían ser raras. Una esclava de Valencia, perteneciente a Abü-l-Mutarrif
Ibn Galbün, llevaba el nombre característico de Isráq al-Suwaydá’:
«Israq , la encantadora negrita», que se había hecho célebre por sus cono
cimientos de filología y sobre todo de prosodia 51. Pero los mulatos fruto
de estas uniones estaban mal vistos en la sociedad aristocrática. Una his
toria de un bastardo mulato acaecida en la fam ilia de los Dü-l-Nün de
Toledo arroja cierta luz sobre las ideas de los bereberes «andalucizados»
en lo que concierne a la genealogía. Al-Ma’mün tenía por hermano un
bastardo llam ado Arqam que su padre, al-Záfir, había tenido con una
esclava de baja condición ( ama mahina) cuando estaba borracho. Este
Arqam, mulato, era el único de agudo ingenio y letrado de la fam ilia de
los Dü-l-Nün. Tolerado por al-Ma’mün en Toledo, se vio obligado a exi
liarse al advenimiento de Yahyá al Qádir. Compuso con este tema versos
que merecen ser señalados aquí, pues muestran las reacciones de un hom
bre que se siente tan «bien nacido», aunque bastardo, que no im porta
qué príncipe cuya ascendencia bereber y cristiana era conocida de todos:
1. O h B an ü H ü d , os h a b é is e x tr a v ia d o le jo s d e la re c ta v ía y h a b éis
p e r d id o e l e s p ír itu d e e q u id a d (m u w a ffa q ), to d o s ...
3. Y o n o s oy n a d a m en os q u e el sol, s a lv o q u e las espesas tin ieb la s
[d e m i n e g ra te z] m e rec u b re n y m e im p id e n a lu m b ra r y b rilla r...
5. N o c o r té is lo s lazo s qu e m e u nen a vos. «V u e s tr a n a riz es v u e s tra
n a riz, in c lu s o si fu e ra m u tila d a » 53.
269
U n iversid a d bh S e v illa j
F»C. FUcIpgll? Sli:?ÍCt3tj I
se encuentran judíos en el entorno de al-M utaw akkil59; en Valencia puede
observarse lo m is m o 60.
En la corte de Husám al-Dawla Ibn Razln, príncipe de la Sahla, un
visir-secretario que podemos considerar com o judío por su nombre, aun
que los cronistas nada dicen sobre su raza, jugaba el mismo papel que
Ibn Hasday junto a los Banü Hüd; se trata de Abü Bakr Ibn S ad ráy61.
En Sevilla la comunidad judía era también muy importante. Allí .sur
gieron conflictos entre musulmanes y judíos. Ibn Hayyán relata que en el
año 462 = 1070 — precisa incluso el mes y el día: lunes 13 dü-l-hiyya— se
produjo gran efervescencia en Sevilla porque un judío había insultado
a la religión musulmana (s a b b a l - s a r i a ) \ un musulmán, indignado, le gol
peó en pleno mercado y trató de am otinar al populacho contra él; el
S ü h i b a l- m a d i n a , 'Abd Alláh ibn Sallám, detuvo a su en exceso irascible
correligionario, pero no se restableció la calma hasta que intervinieron
el h ijo de al-Mu'tadid, Siráy al-Dawla, e Ibn Zaydün 62.
La región predilecta de los judíos en el siglo xx, durante el período de
los M u l ü k a l - T a w a i f , fue sin duda el reino de Granada. Toda la política
de los Zlríes, de origen sinháyí, fue dominada por los dos ministros judíos
Samuel ibn N agrila y su h ijo J o sé63. Granada, en un principio, había sido
poblada sólo p or israelitas, lo que le había valido el nombre de «Ciudad
de los Judíos»; su número era tan grande en el siglo x i i que llegaron
a form ar la gran ciudad de Lucena M. Al-Idrísl, que recorrió España en
el siglo x i i , dice a propósito de esta ciudad que «lo s judíos habitan el
interior de la ciudad y no dejan entrar en ella a los musulmanes. Los
judíos son más ricos que en ningún otro país de los sometidos a la dom i
nación musulmana, y se mantienen en guardia frente a las empresas de
sus rivales» 6S.
Los judíos se encuentran mezclados en la vida cotidiana con todas las
clases de la sociedad. Se dedicaban al com ercio y practicaban los oficios
artesanos más diversos 66. Fueron también, com o veremos más adelante,
59 C f. A n a l., I I , 303; a l-H u lla , en R e c h e r c h e s ', 176; C o r r e c tio n s , 103.
60 C f. A n a l., I I , 428; a l-H u lla , en R e c h e r c h e s 1, 177, 1. 1-2; C o r r e c tio n s , 104.
61 A l-H iy á r i, a l-M u s h ib , en A n a le c te s , I I , 277.
62 A l-D a jir a , I , I , 354; C ou r, I b n Z a id o im , 131-132.
63 C f. L é v i-P r o v e n g a l, E s p . M u s u l. X ‘ s ié cle , p. 39; lo s Z ir id e s d ’E s p a gn e, en E . /.,
I V , 1300-1301, y las r e fe r e n c ia s cita d a s , p. 1301, col. b. E n M a rru e c o s , m u c h o m ás
tard e, en e l s ig lo x v , e l ju d ío H á rü n fu e n o m b r a d o v is ir p o r e l su ltán m e r in í 'A b d
a l-H a q q I I , q u ie n p r o v o c ó un m o tín y c o n s ig u ió la re s ta u ra ció n , e fím e r a , d e la
d in a s tía id r ís í en F e z (c f . L é v i- P r o v e n ia l, L e M u s n a d d ’I b n M a rz u q , en H e s p é ris , V
(1925), p. 60, n o ta 1; A . C ou r, L a d y n a s tie des B e n i W a tta s , C on sta n tin a, 1920, pp. 60,
63, 65; P ie r r e d e C en iv a l, L a lé g e n d e du j u i f I b n M e c h 'a l e t la fé te d u s u ltá n des
T o lb a a F es, e n H e s p é ris , V (1925), p p . 173-174.; D o u tté , M e rrá k e c h , pp. 198-9.
64 L é v i- P r o v e n ia l, l. c., 38, y n o ta s 2-3.
65 L é v i- P r o v e n ia l, E s p . m u s u l. X e s ié cle , 38, n o ta 3. A l-Id rís í, Des. de l'A f r iq u e
et de l ’E s p a g n e , te x to , 205; trad ., 252-253.
66 A l-D a jir a ( I I I , 135b-137a, 1.3) n a rra el in c id e n te qu e tu v o lu g a r e n tre A b ü
R a b í 'S u la y m á n ib n A h m a d al-Q u dá'I y e l ju d ío Y ü s u f a l-Is lá m í p o r q u e este ú ltim o
h a b ía reh u s a d o al p r im e r o un ú til d e c a rp in te ro .
músicos y cantores apreciados por la sociedad refinada de los grandes
centros urbanos.
Su conocimiento de las lenguas — la m ayor parte hablaban a la vez el
hebreo, el árabe dialectal y el romance— los hacía muy valiosos para las
relaciones diplomáticas entre la Europa cristiana y la España musul
mana 67. Por otra parte, los príncipes cristianos del norte de España los
tenían también a su servicio ejerciendo los mismos oficios 68.
Algunos de ellos habían llegado a tener un gran dom inio de la lengua
árabe escrita. Se encuentran en los cronistas árabes noticias, bastante esca
sas en general, sobre judíos y judías que se distinguieron por su conoci
miento del árabe; así, al-Maqqarl dedica en sus Analectas, sin orden cro
nológico, algunas líneas o páginas a poetisas de raza judía w; pero la lista
está lejos de ser completa, y es entre medias de otras noticias en la mis
ma obra o en obras manuscritas com o la Dajlra de Ibn Bassám donde
hay que ir a buscar las páginas dedicadas a las figuras más características
de estos escritores judíos en lengua árabe.
En Zaragoza, Abü-1-Fadl Ibn Hasdav es el compañero de fiesta de al-
M uqtadir, a quien consagra panegíricos que nos han llegado a través de los
Qalaid de Ibn Jáqán 7U. Permanece com o visir-secretario del sucesor de
al-Muqtadir, al-Mu'tamin, y cuando éste casa a su h ijo al-Musta'In con la
hija del visir de Valencia Abú Bakr Ibn 'Abd al-'AzIz, es Ibn Hasdav quien
se encarga de redactar las invitaciones para los personajes más desta
cados de E spaña71. Pero a pesar de su valor intelectual, no pudo ocupar
67 H a s d a v b. S a p rü t r e c ib ió las e m b a ja d a s de C o n s ta n tin o V I I I de B iz a n c io en
944; d e O tó n I d e G e rm a n ia , en 956; fu e a L e ó n en c a lid a d de e m b a ja d o r an te
O r d o ñ o I I I en 955; fu e e n v ia d o c o m o m é d ic o y d ip lo m á tic o ju n to a la a n cia n a rein a
T o ta d e N a v a rr a . C f. Lévi-P roven c;al, E s p . m u s u l. X e s iécle, p. 112.
E n la b a ta lla d e G u a d ia ro e l 400 = 1010 fu e m u e rto u n ju d ío , v is ir d e l re y
c ris tia n o (a l-B a y á n , I I I , 98). E l v is ir ju d ío d e A lfo n s o V I , Ib n S á lib al-Y ah ü d l, es
m u y c o n o c id o en las c ró n ic a s á ra b e s: fu e él el e n c a r g a d o d e p e rc ib ir, en S e v illa ,
el e x o rb ita n te tr ib u to im p u e s to p o r el rey c ris tia n o a a l-M u 'ta m id (c f. A 'm a l,
185-280; A n a le c te s , I, 287, 1. 6-7; I I , 598, 1. 2-3, 677, 1. 5-9 (e n esta ú ltim a r e fe r e n c ia
se p re te n d e qu e a l-M u 'ta m id p e r d ió el c o n tro l hasta e l p u n to de t ir a r un tin te ro
(m ih b a r a ) a la c a b e za d e l ju d ío , sie n d o e l g o lp e tan v io le n to , qu e s a lió p a r te d el
c e r e b r o ). S a b e m o s lo q u e s u c e d ió c on e s ta e m b a ja d a : el p r ín c ip e d e S e v illa , e x a s p e
ra d o sin d uda p o r el to n o a r ro g a n te de Ib n S á lib , que, en sum a, n o h a cía m ás qu e
tr a n s m itir las ó rd e n e s de A lfo n s o V I , e n to n ces e n s o b e r b e c id o p o r la to m a de
T o le d o , c o n d e n ó a m u e rte al e m b a ja d o r , y este d e s c o n s id e ra d o g e s to h iz o qu e se
p re c ip ita r a n los a c o n te c im ie n to s y a c e le ró la in te r v e n c ió n d e lo s a lm o rá v id e s .
E l s u ceso r d e A lfo n s o V I , al qu e lo s c ro n is ta s lla m a n • A lfo n s o , r e y c ris tia n o de
T o le d o » , tu v o d os v is ire s ju d ío s : el p r im e r o se lla m a b a Ib r á h lm ibn a l-F a jjá r
al-Y a h ü d í; b u en p o e ta en len gu a á ra b e , h iz o el e lo g io d e su p r in c ip e en v e rs o s que
los m e jo r e s p o e ta s a lm o r á v id e s n o h u b iera n d e sd e ñ a d o ; su s e ñ o r le e n v ió c o m o
e m b a ja d o r ( s a f ir ) a n te lo s a lm o r á v id e s (m u liik a l-M a g r ib ) (c f. A n a le cte s , I I , 354-355;
Ib n L u vü n , L a m h a l-sih r, ms. de R a b a t, f.° 6 4 «); el segu n d o, H u tia y n a l-Y a h ü d l,
e m p u jó a A lfo n s o en e l añ o 528 = 1134 a a r ra n c a r las p ila s de T o le d o p ara d e s c u b rir
su s e c r e to (c f. A n a le cte s , I, 126-127).
^ A n a le c te s I I 351-356
711 Ib n Jáqán, Q a la ’id, p. 184, 186. C f. supra , pp. 214-215.
71 C f. Ib n Jáqán, l. c., p. 67, 184-185; re p ro d . en A n al., I, 424.
nunca las funciones de sus iguales musulmanes, pues su calidad de
dim m i se lo im p ed ía 72. Esta sin duda es la causa p or la que se convirtió
al Islam, y no porque amaba a una joven musulmana, com o algunos cro
nistas árabes han insinuado 73; no obstante, a pesar de su conversión sus
colegas árabes gustaban de embrom arle. Uno de ellos, Abü-l-Mutarrif Ibn
al-Dabbág, le d ijo un día que le vio hojeando un libro: «¿Q ué es lo que
estás mirando? ¿Sin duda la Tawra?» A lo que Ibn Hasday contestó ha
ciendo alusión al antiguo oficio de Ibn al-Dabbág (H ijo del Curtidor):
«S í, ¡y su encuadernación está hecha de una piel que ha curtido ése que
nosotros con ocem os!» Al-Muqtadir, que asistía a la escena, se echó a reír
al ver el aspecto tan avergonzado que mostraba su visir árabe 74.
Ahora que era musulmán, la am bición de llegar a los más altos cargos
debió hacerle odioso a sus antiguos colegas, a los que mantenía apartados.
Esto le valió una carta severa del mismísimo Ibn al-Dabbág, que le acon
sejó atem perar su o rg u llo 75.
Ibn Hasday debió com prender el consejo de su amigo, pues sus rela
ciones, aunque interrumpidas por pullas en suma muy inocentes, conti
nuaron com o en tiempos pasados, desarrollándose en una atm ósfera de
franca cordialidad entre los príncipes, que les amaban a ambos.
Al lado de los judíos que se hicieron un nombre en la literatura poéti
ca hay que hacer lugar a los que, no habiendo versificado nunca en árabe,
provocaron, sin embargo, en su entorno la emulación de com poner versos,
sea por adularles, sea para criticarlos.
Es así com o un lindo judío inspiró este dístico a Ibn al-Zaqqáq, origi
nario de Alcira:
Pero fueron sobre todo los ministros judíos de los ZIríes de Granada
los que, p or la importancia que tuvieron en la dirección de los asuntos
del reino, suscitaron la reacción más viva en los medios letrados del sur
de la Península. Nos sorprende un tanto ver a un judío com o Samuel ibn
Nagrlla gozar de tan alto prestigio con un príncipe musulmán como
Habbüs. Hasdav ibn Saprüt, a pesar de su crédito con 'Abd al-Rahmán I I I
al-Násir, no llegó nunca a ese grado de poder oficialm ente confesado y re
conocido p or todos. El ejem plo de Abü-1-Fadl Ibn Hasday que acabamos
de citar muestra que el celo de los judíos, m ovidos por la ambición, esta
ba mal visto por los musulmanes. Sin duda, hay que destacar aquí que
los príncipes sinháya de Granada desconfiaban demasiado de los árabes
para adm itirlos en su s erv ic io 77.
Parece que es necesario buscar en otra parte la causa del crédito del
que los miembros de la fam ilia N agríla gozaron con los Zíríes. Los servi
cios prestados com o arrendadores de fondos a esta dinastía, que se deba
tía com o tantas otras de la misma época con dificultades financieras,
pueden justificar en parte su política judía 78, pero no la explican por com
pleto. Los poetas nos dejan entrever tal vez la verdadera razón. Ibn
'Ammár, alabando a al-Mu'tadid, enemigo jurado de los bereberes, dice
este verso característico:
31. T u e s p a d a ha a c tu a d o c on r ig o r c o n tra un p u e b lo (u m m a ) qu e
n o ha c r e íd o m ás q u e en los ju d ío s , si b ie n se d a e l n o m b r e d e b e r e b e r 79;
V este otro:
18. ¡Ju d íos q u e e ra n b e re b e re s ! ¡D e s en v a in a los sab les y en séñ ales
con las len gu as p e n d e n c ie ra s y e n c a rn iza d a s qu e fo r m a n esas h o ja s ! í0.
P'
De este modo sería mas explicable el poder que había llegado a alcan
zar Samuel ibn Nagrila. Por sus lazos de parentesco dominaba a la fam i
lia del principe reinante y por ello se podía considerar com o señor de los
bereberes del reino; por medio de una política hábil de mecenas generoso,
ganó a su causa a los poetas arabes, que no dudaron en lisonjearle como
al verdadero soberano de Granada.
Abü Ahmad 'Abd al-'AzIz ibn Jayra al-Qurtubí, mas conocido por el
nombre de al-Munfatil, convertido secretamente al judaismo, celebró sus
méritos y su generosidad, prim ero en una epístola en prosa rimada 81, des
pués en un poema cuyos versos más característicos helos aquí:
José estaba tan seguro de sí, que, según los cronistas árabes, hizo
envenenar al joven Buluggín, que Bádís había reconocido com o presunto
heredero, y gracias a sus connivencias consiguió disculparse ante los ojos
de su señor.
Algunos poetas lo inciensan, com o es el caso de Ibn al-Farrá', cuyo
verdadero nombre era al-Ajfas ibn Maymün:
1. N o d u d es en p re s e n ta rte a n te é l: te n d rá s é x ito en tus esperan zas.
¡C o n te m p la en su sa lón la b e lle z a d e l sol c u a n d o se e n c u e n tra en el
s ign o d e A r ie s !87.
2. ¡E l a m ig o n o e n c u e n tra en é l fa llo a lgu n o , y ca d a v e z q u e las
v ic is itu d e s d e la s u erte c a m b ia n , é l n o c a m b ia en a b s o lu to ! 88.
28. L o s ju d ío s c o m e n ab u n d a n te m e n te ,
29. van m a g n ífic a m e n te v e s tid o s m ie n tra s qu e v u e s tro s h a rap o s, ¡oh
m u s u lm a n e s !, están v ie jo s y ra íd o s ...
31. L o s c re y e n te s h a cen una m a la c o m id a d e un d irh a m p o r c a b e
za, p e r o e llo s c o m e n su n tu o s a m e n te en sus p a la c io s ...
38. Su je f e es tan r ic o c o m o v u e s tro rey ;
39. e s tra n g u la d le c o m o a un c a r n e ro b ien c e b a d o ;
40. ¡n o s a lv é is a sus p a rie n te s y a lia d o s, e llo s ta m b ié n han a m a s a d o
in m en sos te s o ro s !
Bádis no parece haberse afectado por esta adverten cia90. Pero los
bereberes sanháya reaccionaron violentamente. Tras unos días de calma
aparente, durante los cuales los versos del poeta debieron correr de boca
en boca comentados de diversos modos, pero siempre de m odo desfavo
rable para José y para los judíos, de los cuales se decía abiertamente
ahora que tenían la intención de crear un reino judío, se desencadenó
un «p o grom ».
Los bereberes se amotinaron ante las puertas del palacio de José;
pronto los amotinados penetran en dicho palacio, y José, que se había
escondido en una bodega bajo un sórdido disfraz, fue descubierto y muer
to. E llo fue la señal para el pillaje y la matanza en la ciudad: tres mil
personas, se dice, perecieron en ese día. Esta explosión del fanatismo
popular se produjo el 30 de diciembre de 1066 = 9 safar 45991; pero todo
89 R im a in, m e tr o m a ta q á rib . D iw a n , p ie za X X V (p p . 151-153). R e c h e rc h e s 3, texto,
I, A p p ., L X I I I - X V I I I ; trad.. 286-289; A 'm á l, 264-267; A n al., I I , 652-653; H M E \ I I I ,
71-72, v las r e fe r e n c ia s citad as.
90 Es c u rio s o d e s ta c a r q u e e l p rín c ip e z ír í 'A b d A lla h n o h a ce alu sió n en ningún
m o m e n to en sus « M é m o ir e s » al p o e m a de A b ü Is h á q a l-Ilb lrl.
91 C f. H M E 1, I I I , 70-73, y las r e fe r e n c ia s cita d a s ; E n c y c l. Is l., IV , 1300-1301:
Z ir id e s d 'E s p a g n e (a r t. d e L é v i-P r o v e n g a l).
acabo ahí. Los bereberes, en suma, solo estaban resentidos contra José,
y ios judíos continuaron viviendo, com o lo habían venido haciendo hasta
entonces en la provincia de Granada, sin buscar en lo sucesivo puestos
demasiado destacados.
— L le v a r é c o n m ig o , m a ñ a n a y ta rd e , lo s so p lo s e m b a ls a m a d o s del
e lo g io p re d ic a n d o (jü t ib a n ) ju n to a lo s o íd o s d e los ára b e s y de los
'a va m 105.
1. A m en u d o he o lfa t e a d o en e l c o n v e n to ( d a y r) de un m o n je ta b e r
n e ro (h a n ) el a r o m a d e l v in o de la ju v e n tu d m ie n tra s se m e z c la b a al
m ás p u ro ju g o ('a s ir ) qu e s e rv ía d ic h o m o n je ,
2. E n m e d io de los jó v e n e s qu e h a b ía n to m a d o la a le g ría p o r e m
b le m a (s i'á r ), a fe c ta n d o el p a r e c e r p equ eñ os, p o r h u m ild a d , d e la n te de
su j e f e (k a b ir ).
3. [P e r o e n la ig le s ia ] el s a c e rd o te (q a s s ), h a c ie n d o de n o s o tro s lo
qu e q u e ría to d o el tie m p o qu e p e rm a n e c im o s a llí, in v o c a b a [a su D ios]
c on b á c u lo [c a y a d o ] [d a n d o v u e lta s ] a lr e d e d o r de n o s o tro s [a c o m p a
ñ á n d ose] d e sus sa lm os (z a b ü r).
4. E l nos o fr e c ía c on e l v in o (r á h ) algu n a m u ch ach a p a re c id a al
c o r z o ( ji s f ) qu e r u b o r iz a la m ira d a de su gu ard iá n .
5. L o s e s p íritu s r e fin a d o s (z u ra fd ') m u rm u ra b a n de él, p e ro b ebían
su m e jo r v in o y c o m ía n d e su c e rd o ,l18.
Este fragm ento de poesía, de una franqueza brutal, puede que inten
cionadamente escandalosa, dice mucho más de lo que suponen los orien
talistas, que han hecho alusión a ella sin traducirla íntegramente. Las
revelaciones de Ibn 'Abdün, en un texto recientemente publicado, prueban
que Ibn Suhayd no cargaba exageradamente las tintas de su cuadro 109.
Los poetas nos ofrecen más escenas de amor de musulmanes con
jóvenes cristianas mozárabes que vienen a confirm ar, bajo un aspecto un
tanto particular, las estrechas relaciones que podían existir en las clases
inferiores o medianas de la sociedad. Tenemos que remontarnos a co
mienzos del siglo x i y citar el caso de un poeta que, por otro lado, ha
dado ejem plos del am or más tierno: Abü 'Umar Yüsuf ibn Hárün al-
Ramádí n".
Una vez más es Ibn Jáqán quien nos ha conservado este relato:
<A1-Ramádí se había prendado de un adolescente cristiano (fatd
nasrdnl): él encontraba el zunndr fácil de llevar y consideraba bueno el
1,17 S ig o la le c tu r a d e A n a le c te s , ( I , 345).
108 R im a r ih í, m e t r o k á m il. Ib n Jáqán, M a tm a h . 18-19 (r e p r o d . en A n a le cte s , I,
345). V . ta m b ié n S im o n e t, H is t. M o za ., 648-649, 821, y L é v i-P ro v e n g a l, E s p . m u su l.
X e s iécle, 35-36. Ib n Jáqá n n o h a h e c h o m ás qu e to m a r, m o d ific á n d o lo lig e ra m e n te ,
un p a s a je d e la R is á la t a l-ta w a b i' w a -l-zaw ábi' d e Ib n Su hayd , en a l-D a jira , I, I,
221-22, re p ro d . en A. D a if, B a lá g a t a l-A r a b fi-l-A n d a la s, 52-53; ed. B. al-B ustání,
p ágin as 142-3.
109 C f. un d o c u m e n to s o b re la v id a u rb a n a y las c o r p o r a c io n e s en S e v illa a
c o m ie n zo s d e l s ig lo xn: L e T r a it é d 'Ib n A b d u n , p u b lic a d o con una in tro d u c c ió n
y un g lo s a r io p o r E. L é v i-P r o v e n g a l, en J. A., a b ril-ju n io 1934, pág. 191, 239.
110 S o b re al-R a m á d í, cf. n u e s tro a r tíc u lo en E n c y c l. Is l., I I I , 1190-1191.
gustar con él la eternidad en el fuego [del in fiern o], quitarse su manto
[m usulm án] para ceñirse el cilicio (m usüh) [d el cristiano] y el perm i
tirse abrazar [la religión de su] Mesías. Asi, se fue una tarde al templo
cristiano ( b i a ) y se encontro por la mañana en su habitación; pero no
bebió su parte [d e vin o ] hasta el momento en que el cristiano le posó la
cruz encima. Al-RamádT d ijo entonces:
1. Y o he b esa d o a [m i a m a d o ] d e la n te de su s a c e rd o te (q is s is ) y he
b e b id o cop as d e v in o s a n tific a d o p o r él.
2. M i co ra zó n , cu an d o m e a c u e rd o de m i b ie n a m a d o , b ate, a causa
de m i g ra n a m o r, c o m o la c a m p a n a ( n á q ü s ) n :.
Pero el ejem plo mas seductor nos lo da Abü 'Abd Alláh Ibn al-Haddád,
uno de los poetas de la corte de Almería, originario de Guadix. En este
caso nos sentimos en presencia del amor mas sincero y puro, com o el que
más tarde cantarían ciertos trovadores, y, hecho no menos importante,
estos versos nos informan, con una precisión que vanamente habíamos
buscado en Ibn Suhavd, sobre el culto cristiano tal y com o se practicaba
entre los mozárabes de Guadix. Los versos que vamos a citar datan, en
efecto, de la adolescencia del poeta: su corazón se prenda de una joven
cristiana de Guadix; se llamaba, al parecer, Yamíla, pero el amante que
la inm ortalizó la llamó siempre Nuwayra " 4:
Fac Fii a ■
dores (zananir, plural de zunnar)\ todos habían huido de la alegría
y rechazado los placeres (ni'am).
»Ib n Suhayd permaneció entre ellos bebiendo el vino com o si bebiera
[la fresca saliva] de un labio berm ejo; el licor exhalaba para él el aroma
más delicioso, com o palabras cogidas en el más suave de los besos "l7.
Después de abandonar la iglesia im proviso estos versos:
1. A m en u d o h e o lfa t e a d o en el c o n v e n to (d a y r ) d e un m o n je ta b e r
n e ro ( h a n ) e l a ro m a d e l v in o d e la ju v e n tu d m ien tra s se m e z c la b a al
m ás p u ro ju g o ( 'a s ir ) qu e s e rv ía d ic h o m o n je ,
2. E n m e d io d e los jó v e n e s qu e h a b ía n to m a d o la a le g r ía p o r e m
b le m a (s i'á r), a fe c ta n d o el p a r e c e r p equ eñ os, p o r h u m ild a d , d e la n te de
su j e f e (k a b ír ).
3. [P e r o en la ig le s ia ] el s a c e rd o te ( q a s s ), h a c ie n d o de n o s o tro s lo
qu e q u e r ía to d o el tie m p o qu e p e rm a n e c im o s a llí, in v o c a b a [a su D ios]
con b á c u lo [c a y a d o ] [d a n d o v u e lta s ] a lr e d e d o r de n o s o tro s [a c o m p a
ñá n d ose] d e sus s a lm o s (z a b ü r).
4. E l nos o fr e c ía con el v in o ( raliI algu n a m u ch ach a p a re c id a al
c o r z o ( j i s f ) qu e r u b o riza la m ira d a de su gu ard iá n .
5. L o s e s p íritu s r e fin a d o s (z u r a fá ') m u rm u ra b a n de él, p e ro b ebían
su m e jo r v in o y c o m ía n de su c e rd o ,08.
Este fragm ento de poesía, de una franqueza brutal, puede que inten
cionadamente escandalosa, dice mucho más de lo que suponen los orien
talistas, que han hecho alusión a ella sin traducirla íntegramente. Las
revelaciones de Ibn 'Abdün, en un texto recientemente publicado, prueban
que Ibn Suhayd no cargaba exageradamente las tintas de su cuadro 109.
Los poetas nos ofrecen más escenas de amor de musulmanes con
jóvenes cristianas mozárabes que vienen a confirm ar, bajo un aspecto un
tanto particular, las estrechas relaciones que podían existir en las clases
inferiores o medianas de la sociedad. Tenemos que remontarnos a co
mienzos del siglo x i y citar el caso de un poeta que, por otro lado, ha
dado ejem plos del am or más tierno: Abü 'Umar Yüsuf ibn Hárün al-
Ramádl n".
Una vez más es Ibn Jáqán quien nos ha conservado este relato:
«Al-Ram ádl se había prendado de un adolescente cristiano (fatd
nasrani): él encontraba el zunnar fácil de llevar y consideraba bueno el
1. Y o he b e sa d o a [m i a m a d o ] d e la n te de su s a c e rd o te ( q is s is ) y he
b e b id o cop as de v in o s a n tific a d o p o r él.
2. M i c o ra zó n , cu an d o m e a c u e rd o de m i b ie n a m a d o , b ate, a causa
de m i g ra n a m o r, c o m o la c a m p a n a ( n a q ü s ) 1IJ.
1. [M i b ie n a m a d o ] es un s o ñ o lie n to (w a s n a n ) cu ya m e jilla ( ’á r id )
no cesa de in c lin a r m i c o r a z ó n p o r el d e c liv e d el lü m [q u e d ib u ja n sus
p a t illa s ].
2. A l e n tr e g a rm e a la p asión , ¡oh t r is t e z a !, m e ha d e s p o ja d o de m i
m o d e ra c ió n ( ’if f a ) y d e m i su m isió n a A lá (is la m ).
3. Sus m ira d a s son flech a s; su c e ja , un arco, y la p u p ila d e sus
o jo s , un a r q u e r o 113.
Pero el ejem plo más seductor nos lo da Abü 'Abd Alláh Ibn al-Haddád,
uno de los poetas de la corte de Almería, originario de Guadix. En este
caso nos sentimos en presencia del amor más sincero y puro, com o el que
más tarde cantarían ciertos trovadores, y, hecho no menos importante,
estos versos nos informan, con una precisión que vanamente habíamos
buscado en Ibn Suhayd, sobre el culto cristiano tal y com o se practicaba
entre los mozárabes de Guadix. Los versos que vamos a citar datan, en
efecto, de la adolescencia del poeta: su corazón se prenda de una joven
cristiana de Guadix; se llamaba, al parecer, Yam íla, pero el amante que
la inm ortalizó la llam ó siempre Nuwayra " 4:
-..JV.J .. -
c ¡ ;> .
1. E n tr e las c ris tia n a s (m a s ih iy y á t) h a y [una jo v e n in a b o rd a b le
c o m o ] una s a m a rita n a " 5; es in v e r o s ím il p e n s a r q u e e lla se a p r o x im e
[a lgú n d ía ] al m u s u lm á n u n ita r io (h a n if) qu e soy yo.
2. E lla es una a d o r a d o r a d e la T r in id a d a la qu e A lá le ha d a d o una
b e lle z a ú n ica, p e r o es en d u a lid a d c o m o el a m o r y la tris te z a han to m a
d o p o s e s ió n d e m i co ra zó n .
3. B a jo e l v e lo n e g r o q u e c u b re su c a b e za (j i m á r ) h a y una b e lle z a
q u e reú n e [a r m o n io s a m e n te ] la luna lle n a [d e l r o s t r o ] , la n o c h e [d e la
c a b e lle r a ] y la s o m b ra e s p e s a (d a y n ) [d e l v e lo ].
4. E n e l n u d o d e su c in tu ró n (z u n tiá r) está an u d a d o m i a m o r ; p o r
d e b a jo h a y una c o lin a r e d o n d e a d a y p o r en c im a una ra m a fle x ib le .
5. E n e se v a lle c illo h a y una jo v e n g a c e la (ra s a ) q u e tie n e m i p e ch o
p o r a lb e rg u e y una tó r to la (q u m r i) qu e tie n e p o r n id o m i c o r a z ó n " 6.
• • •
127 R im a Isi, m e tro ba sit. T a w q, te x to 125; trad. N y k l, 191; ed. B e rc h e r, pp. 346-7.
128 Es d e d e s ta c a r el h e c h o c u rio s o de un p rín c ip e c ris tia n o , A lfo n s o , h ijo de
O rd o ñ o , qu e se lla m a b a Ib n a l-B a rb a riy y a : e l h ijo d e la B e re b e r. Fue en el
393 = 1003 con un c o n tin g e n te c ris tia n o ju n to a a l-M u za ffa r, h ijo d e al-M ansü r,
a M e d in a c e li. C f. al-B avá n , I I I , texto, p. 5; trad . de L é v i-P r o v e n g a l, en H M E 2, I I I ,
187, 1.6 af.
129 Para la s an gre ju d ía las cosas c a m b ia ro n c o m p le ta m e n te a lgu n o s siglo s m ás
ta rd e : el c a rd e n a l F ra n c is c o de M e n d o za y B o b a d illa , q u e rié n d o s e v e n g a r del
g o b ie r n o de F e lip e I I , qu e h abía o b lig a d o a su s o b r in o a p e d ir la p ru eb a d e la
pu reza d e san gre, d e m o s tr ó en su T iz ó n de la N o b le z a qu e n o e x is tía ninguna
fa m ilia d is tin g u id a e s p a ñ o la qu e n o tu v ie ra algú n r a s tro de s an gre m o r a o ju d ia
( E l T iz ó n de la N o b le z a espa ñ ola o m á cu la s y s a m b e n ito s de sus lin a je s , B a rc e
lona, 1880).
130 E l ca so m ás típ ic o es el de M u v á h id , r e y de D en ia y d e las B a le a re s . Su m a d re
e ra c ris tia n a , Y u d , qu e fu e h echa p ris io n e ra en C erd e ñ a con su h ijo ' A1T: a m b os
fu e ro n lle v a d o s a t e r r it o r io c ris tia n o . M u v á h id p u d o r e s c a ta r a su h ijo 'A1I m ed ia n te
un e le v a d o res c a te ; p e ro su m a d re p r e fir ió q u e d a rs e e n tre los c ris tia n o s . E s ta la rga
e s ta n c ia en p aís e x tr a n je r o h abía h ech o de 'A lí un c ris tia n o , y se c o m p re n d e m uy
bien qu e g u a rd a ra tod a su v id a una g ra n p r e d ile c c ió n p o r los qu e h a b ía n ed u cad o,
d u ra n te su in fa n c ia v a d o le s c e n c ia , su p e n s a m ien to v sus c o s tu m b re s (c f. A 'm a l,
252, 253, 254).
Pero conviene destacar que, a pesar de la aportación tan importante
de sangre española a las fam ilias musulmanas de España, los poetas o los
prosistas árabes no han dicho jamás que la raza resultante fuese
1ayamiyya, es decir, «extranjera, no árabe». Y es que el Islam tiene una
concepción particular del papel de la m ujer en la familia. Nos parece por
ello interesante exponer las ideas esenciales y mostrar las consecuencias
que pudo tener en España.
Los autores de literatura miscelánea (adab) se complacen en repetir
esta frase que ellos atribuyen a un califa omeya de Oriente, 'Abd al-Malik
ibn Marwán: «E l que quiera tom ar una concubina a causa de la sensua
lidad (ba a ), que la tom e bereber; el que desee una para tener una bella
y numerosa progenitura (nayába), que su elección recaiga en una per
sa; en fin, el que quiera una para servir ( jidma), que la tome griega
(rü m iyy a)» 131.
El punto de vista masculino y egoísta no hubiera podido expresarse
m ejor de com o lo hizo este príncipe, para quien la m ujer es ante todo una
bestia de carga o un objeto de placer B2, y éste debía de ser, sin duda, el
punto de vista de muchos otros musulmanes. Pero muchos personajes de
comienzos del Islam se interesaron por estas uniones mixtas a causa de
las consecuencias psicológicas que podían tener sobre la raza. Al lado del
polígam o que llena su harén para satisfacer su apetito sensual, está el
je fe de Estado, que, fino observador, ve en la unión entre dos seres entre
los que no existe ningún parentesco, próxim o o lejano, felices resultados
para m ejorar la raza desde el punto de vista intelectual. 'Umar ibn al-
Jattáb dijo:
«N o hay personas de inteligencia más sutil (akyas) que los hijos de
concubinas extranjeras, porque al orgullo ( ’izz) de los árabes añaden la
fina astucia (d a h a ) de los extranjeros ('ayam) l33.
Los pensadores musulmanes que han reflexionado sobre las condi
ciones del desarrollo de la raza no han dejado de poner de relieve el hecho
de que las mujeres de origen extranjero (banát al-'ayam) y las que no
tienen ningún parentesco con su m arido (gara ib) son las que tienen más
y más hermosos hijos.
Esta clase de observaciones tienen un gran interés, pues no son fre
131 Abu -l-F aray, K it a b a l-n isa ’, en a l-T iy á n l, T u h fa t a l-'a rüs, m s. d e A r g e l, f.° 49b;
A l-A b slh i, a l-M u s ta tra f, E l C a iro , 1330, t. I I , p. 206, trad . R at., I I , 608. C f. ta m b ié n
a l-S aqatl, M a n u e l h is p a n iq u e de hisba, 49, 50.
132 Su h ijo M a s la m a , qu e e ra h ijo d e una n e g ra (? ), e x p re s a b a la m is m a id e a con
el e s p ír itu d e l lib e r tin o c o r r o m p id o : « M e s o rp re n d e n tre s cosas, d ic e : el h o m b re
q u e tra s h a b e r lle v a d o lo s c a b e llo s c o rto s , los d e ja c re c e r; el h o m b r e qu e tras h a b e r
lle v a d o tr a je s c o r to s (p a r a tr a b a ja r m e jo r ) los h a a la r g a d o c o n s id e ra b le m e n te ; p o r
ú ltim o , e l h o m b r e qu e tras h a b e rs e v a lid o d e c on cu b in a s (s a ra rí), se v e a tr a íd o p o r
m u je re s lib re s y m a h irá t (q u e d e b e n r e c ib ir u n d o n n u p c ia l)» (a l-M u b a rra d , al-
K a m il, en a l-T iy á n l, T u h fa t a l-'a rüs, m s. d e A r g e l, f.° 49 v.°; ed. d e E l C a iro , p. 68).
133 A l-M u b a rra d , a l-K ñ m il, en a l-T iyán l, T u h fa t a l-'a rüs, m s. d e A rg e l, f.° 49 r.°
cuentes entre los musulmanes. La opinion generalizada admitida por el
Islam ortodoxo es la de que la participación de la m ujer en la génesis de
la raza es totalmente desdeñable. Un poeta anonimo ha expuesto clara
mente esta idea en el siguiente dístico:
1. N o re p ro c h é is a un h o m b r e el qu e ten ga p o r m a d re a una g rie g a ,
a una sudanesa o a una p ersa;
2. las m a d res n o son o tra cosa qu e el re c ip ie n te qu e r e c ib e en d e p o
s ito el sem en ; ¡es del p a d re de q u ien se p ro v ie n e s ie m p r e ! I34.
134 A l-A b síh l. a l-M u s ta tra f, I I , 206; trad . R a t, I I , 608. R im a á ’ü, m e tro ba sií.
135 A n a lecte s, I, 488, 1. 3-8.
I!” La h is to ria d e la S u 'ü b iy y a , qu e p r o c la m a la ig u a ld a d , si no la s u p e rio rid a d
de los e le m e n to s no a ra b e s en la s o c ie d a d m u su lm a n a, ha sid o r e c o rd a d a p o r
I. G o ld zih e r, de m a n e ra p ro fu n d a en lo qu e re s p e c ta al O rien te , en M u h a m m e -
d a n is ch e S íu d ie n , I, 147-216, y de m a n e ra m as s u p e rfic ia l en lo qu e se r e fie r e a la
E spaña m u su lm a n a, en Z D M G, t. L U I (1899), 601-620. C f. ta m b ié n K u r d ' A1T,
a l-Q a d im w a -l-h a d il, ol9 ; T a h a H u savn , Fi-l-a da b a l-ya htli, pp. 171-181: A h m a d A m ln ,
D iíh á a l-is lá m , I, 49-79, y É n c y c l. Is l., IV , 410 (a r t. de M a c d o n a ld ).
137 Cf. su K it& b a l-'Á ra b o a l-R a d d 'ala a l-su 'ü b iy y a , en R a sa ’i l a i-ba la ya, p. 275,
1. 21-23, y en Ib n 'A b d R a b b ih , a l-'lq d a l-fa rid , B u laq, 1293, I I , 88, 1.2 af. V. ta m b ié n
a l-Y á h iz, a l-B ayán w a -l-ta b y in , ed. al-S andübl, I I , 18 sg.
138 S egú n el a u to r de la D a jir a ( I I I , G oth a, 195 r.u, 1. 16 y p e n ú ltim o ), este sería
Abü Y a 'fa r ( I b n ) a l-Y a zzá r, y según el ms. 538 de E l E s c o ria l ( t.‘> 26 r.°, 1.16), Abü
'A b d A lla h Ib n al-H ad d ad .
139 T e x to en a l-D a jira , I I I (G o th a ), f f . u 195 r."-196 v.u; ms. d e El E s c o ria l, n ú m e
ro 538, ff." 26 r."-29~ r.'>; Z D M G, L I I I (1899), pp. 610-617.
289
puro y muy rico, que constituye el más hermoso homenaje a la lengua
árabe y a la civilización musulmana, que los príncipes no-árabes anterio
res al Islam han dominado la historia del Próxim o Oriente por sus haza
ñas enel campo político, social e intelectual,siendo lógica la deducción
de que la raza de los Rüm, los Banü al-Asfar 14°, «lo s hijos del A m arillo»,
es decir, de Esaú, com o le llaman los autores árabes, tienen una destacada
superioridad sobre la raza de piel bronceada (sawad), es decir, los árabes,
cuya antepasada materna, Agar, no era sino una esclava de baja condición.
La risála de Ibn Garsiya dio lugar a respuestas que han llegado hasta nos
otros 141; sus autores se esfuerzan, sobre todo, en com batir la acusación
de inferioridad racial resultante de la ascendencia materna; sobre este
punto ya había insistido Ibn Qutayba. El golpe asestado por Ibn Garsiya
fue grande, pues uno de sus refutado res comprueba con dolor que ese
muwallad, que debe todo a su cultura árabe, es com o el discípulo del que
el poeta Ma'n ibn Aws al-Muzaní decía:
— Y o le h e e n s e ñ a d o a d is p a ra r c on e l a rc o (r im a y a ), ca d a d ia; V cu an
d o su b ra z o ha s a b id o la n z a r lo en la b u ena d ire c c ió n , ha d is p a ra d o
s o b re m í l42.
LA V ID A ECONOM ICA
a l-M u 'ta m id :
— M íra lo s b r illa r en la o s c u rid a d c o m o e s tre lla s : ...
Ib n H a m d ls :
A l m o d o d e l le ó n qu e m ira fija m e n te en las tin ieb las.
a l-M u 'ta m id :
A b r e un o jo y c ie rr a e l o tro ...,
Ib n H a m d ls :
c o m o h a ce el h o m b r e cu yos p á rp a d o s están e n fe rm o s de o fta lm ía
(ra m a d ).
a l-M u 'ta m id :
LA V ID A P R IV A D A
1. E s te h o m b r e g en e ro so , cu an d o le d e s te ta ro n y le p u s ie ro n los
a m u le to s (t a m á 'im ), ig u a la b a v a a Ib n S lr ín p o r su s a b id u r ía 1.
1. N o s s e n tim o s fe lic e s , d ic e Ib n Z a yd ü n a un p e rs o n a je , d e qu e os
e n c o n tréis s a tis fe c h o d esp u és de la sa n g ría (fasd)-, re c ib id n u estra s f e li
c ita cion es.
[ f ie . ?:■
2. ¿ N o es a s o m b ro s o q u e la la n c e ta (m ib d a ') d el s a n g r a d o r (fá s id )
n o h a ya id o m ás a llá d e l lím ite p e r m itid o ?
3. ¿ y e l e n c a r g a d o d e s a n g ra r v u e s tra m a n o d e re c h a n o se h aya
e s p a n ta d o p o r e l f lu jo d e v u e s tra sa n g re h e n c h id o c o m o e l m a r?
4. ¿ y q u e lo s ra y o s q u e e m a n a b a n d e v u e s tro r o s tr o c o m o d e un sol
re s p la n d e c ie n te n o le h a ya n h e c h o fa lla r e l lu g a r e x a c to qu e b u scab a?
Unos versos que Ibn Suhayd dirigía antes de m orir a Ibn Hazm nos
autorizan a creer que, poco tiempo después de la inhumación, una cere
monia reunía a todos los amigos junto a la tumba del difunto para hacer
su elogio fúnebre ( ta b in ):
8. N o te o lv id e s , d ecía , d e h a ce r un e lo g io fú n e b re c u a n d o m e hayas
p e rd id o , ni d e r e c o r d a r e l tie m p o d e m i e x is te n c ia y los m é r ito s d e m i
c a r á c t e r 25.
— D esd e qu e e s ta m o s s e p a ra d o s e l u n o d e l o t r o p o r una la r g a d is ta n
cia, m i c o r a z ó n no p u ed e c u ra rs e d e l a m o r qu e sien te p o r v o s y m is
lá g rim a s n o se secan nunca;
— A l p e rd e ro s , m is d ías h a n c a m b ia d o p o r c o m p le to : se han to rn a d o
n e g ro s c u a n d o m is n och es, g ra c ia s a v o s , e ra n b la n c a s 21.
1. E l n a rc is o d e p o e ta se ha v e s tid o d e b la n c o [d e lu to ] p o r e n c im a
d e l c o lo r a m a r illo qu e o s te n ta en su r o s tr o : es el ra s g o qu e c a r a c te riz a
al e n tr is te c id o ( h a z ln ) q u e ha p e r d id o [a su b ie n a m a d a ] 31.
Para el siglo xi, los testimonios son más numerosos. «Ib n Burd hijo,
relata Ibn Bassám, vio a un paje (gulam) que se había vestido de blanco
según la costumbre de las gentes de nuestro país ( u fq ) de ponerse ropa
blanca cuando se está de luto. Dijo:
¡no hay d o lo r
tr a je s
1. Y o no sab ia p o r qu é razón e l b la n c o e ra el c o lo r a d o p ta d o p or
los in fo rtu n a d os,
2. hasta el d ía en qu e el T ie m p o m e ha v e s tid o c on el m a n to r a íd o
V b la n c o de m is canas p o r h a b e r p e r d id o la ju v e n tu d .
3. De este m o d o m e ha a p a r e c id o con c la r id a d la ju s ta o p in ió n de
los qu e e s tim a n qu e d e b e n v e s t ir b la n co s [tr a je s ] c u a n d o sus a m ig o s
p a rte n [p a ra s ie m p r e ] 37.
Pero nada nos perm ite afirm ar que esta costumbre haya sido obser
vada por el poeta en Zaragoza, y los versos que vamos a reproducir a con
tinuación prueban que el luto en negro estaba también muy extendido,
acaso más que el luto en blanco.
En Almería, los trajes de fiesta eran blancos y los de luto negros.
Abü-l-Hasan Ibn al-Há}ry, que era originario de Lorca y que vivió sobre
todo en Alm ería tras haber tratado de instalarse junto a al-Mu'tamid en
Sevilla, dice de un lindo mancebo llamado Abü Y a 'fa r que acababa de
morir:
1. P a s a m o s la v e la d a ju n to s c o m o si e l d u e lo (h id á d ) d e la n o ch e
nos e n v o lv ie r a en su m a n to , hasta el m o m e n to en qu e a p a r e c ió la a u ro ra
(s u b h ) en su t r a je b la n c o d e S a h ü l40.
1. ¡C u án tos d e s ie r to s h e a tr a v e s a d o [e n tr e B a d a jo z y S e v illa ], d e un
e x tr e m o a o tr o , m ie n tra s la n o ch e se p a v o n e a b a en sus v e s tid o s d e lu to
(h id á d)\ 42.
38 R im a aba, m e t r o w a fir. Q a lá 'id , 48; a l-D a jira , I, I I , 242; Ib n al-A b b ár, a l-H u lla ,
en N o tic e s , 174.
39 R im a ádi, m e t r o m u ta q á rib . Q a lá ’id, 144; An a l., I I , 493.
40 R im a ü li, m e t r o basit. Ib n B assá m , a l-D a jira , E l C a iro , I, I I , 260. Sahul es
una c iu d a d del Y em en .
41 R im a di, m e t r o ta w il. Q a lá 'id , 88.
42 R im a ádi, m e t r o k á m il. A n a l., I I , 596 (r e p r o d . en A bba d ., I I , 230).
1. L a s v e stid u ra s d e l re lá m p a g o , d ic e Ib n al-Lab b án a, han sid o
hechas jir o n e s ; las tin ie b la s se han v e s t id o d e lu to y las e s tre lla s de la
n o c h e c e le b r a n una c e re m o n ia fú n e b re (m a 't a m ) 43.
— M u e s tra un a s p e c to s e v e ro , p o r q u e ha p e r d id o la ju v e n tu d ; se d iría
q u e se ha v e s tid o el 'id a r en señ al d e d u e lo (h id ü d ) 4S.
En la misma Córdoba el luto, según Ibn Hazm, era negro; así lo expre
sa en un fragm ento en el que explica por qué prefiere las rubias a las
morenas:
5. C u an d o m i a m ig a d e ja c a e r s o b re e lla lo s m ec h o n e s [n e g ro s ] de
sus c a b e llo s , v e o la lu n a lle n a en un c ie lo n eg ro .
6. S e d ir ía q u e la a u r o r a [su r o s tr o ] h a p e r d id o u n a h e rm a n a (s a q iq )
y que, d e d o lo r, se ha v e s tid o de lu to ( h id ü d ) 47.
305
j universii :
ción a los 'Abbásíes, que enarbolaban estandartes negros 4Í, advertimos
que no hay nada que perm ita dar crédito a esta idea: ¿cómo Ziryáb,
llegado a España a la muerte de al-Hakam I y subida al trono de 'Abd
al-Rahmán II, es decir, en el año 207 = 822, hubiera podido poner de
moda los trajes blancos en verano si el blanco fuera ya el color destinado
al luto? Por lo que respecta al siglo x, la misma inverosim ilitud es eviden
te cuando cotejam os el detalle citado anteriorm ente en el año 961 =350 H.
a propósito de los fatá-s vestidos con túnicas (za h a ir) blancas «en señal
de duelo» y el uso consignado en el Calendario de Córdoba en dicho año
961 que recomienda reem plazar en el mes de octubre los trajes blancos
por otros vestidos de lana a causa del frío que se empieza a sentir en
esa época del año.
¿Hay que adm itir que el luto en blanco sólo lo llevaban determinadas
clases sociales de la sociedad andaluza mientras que otras se vestían de
negro? Parece poco menos que im posible el poder precisar qué clase de
ciudadanos lo hacían así, tal vez sólo se daba en el entorno de la fam ilia
del califa, y podría pensarse que desde entonces la costumbre hubiera casi
desaparecido a lo largo del siglo xi bajo los Reinos de Taifas 4V.
• • •
1. P u ed as tú v iv ir la r g o tie m p o in d e m n e de c u a lq u ie r a c o n te c im ie n
to g r a v e p a ra p o d e r g o z a r fa m ilia r m e n te d el m ih ra y á n , d el 'id y del
n a y r ü z 50.
48 L o s 'A b b á s íe s h a b ía n a d o p ta d o y a en el re in a d o d e lo s O m ey a s el c o lo r n e g ro
en señal d e d u e lo a causa d e la m u e rte d e los m á rtire s p e rte n e c ie n te s a la fa m ilia
d e l P ro fe ta . C f. D o zy, R e c h e rc h e s *, 150 (r e c t ific a c ió n a un p a s a je d e V é te m e n ts , 19).
E n E spaña, 'A b d a l-R ah m án I al-D á jil s e ría el p rim e ro , fo r tu ita m e n te , en a d o p ta r
el b la n co , a ta n d o un tu rb a n te a una la n za en una b a ta lla (c f. H M E 2, I, 219, y n. 5).
49 E s d e s e ñ a la r qu e en lo s p o e ta s la id e a d e lo n e g ro v ie n e d a d a fre c u e n te m e n te
p o r la p a la b ra s a b a y : aza b a ch e. S a b e m o s qu e esta m a te ria no fa lta b a en E spa ñ a;
los o b je to s en a za b a ch e d eb ía n d e ser m u y com u n es (c f. J. F erra n d is , M a rfile s
y a zaba ch es esp a ñ oles, 227-264); p o s ib le m e n te n o se lle v a b a n m ás qu e en los lutos
(c f. A b b a d ., I, 32, n. 107).
50 R im a im , m e tr o ja fif. Abü-1-Walld, a l-B a d i', f.° 51 b.
Ibn al-Qütiyya entiende por al-'id la tiesta de la ruptura del ayuno ('id
al-fitr). En esta ocasión los poetas felicitaban a sus protectores y mece
nas; pero era ésta una costumbre que se observaba en todos los países
islámicos, por lo que no nos parece necesario insistir en ella 51.
1. V e o e l m ih ra y a n qu e se r e g o c ija y a en esta m añ an a en la qu e la
n u be ha d e rr a m a d o ab u n d a n tes lá g rim a s ,
2. la tie r r a se ha v e s tid o su m a n to r a y a d o (a fw á f) y se ha e n v u e lto
en un r ic o t e jid o d e seda v e rd e ;
3. y la b ris a e n v ía sus tib io s e flu v io s p a ra h a c e r e x h a la r su p e rfu m e
d e a lm iz c le y á m b a r [a las f l o r e s ] .
4. E n ese día, las gen te s se h acen r e c íp r o c a m e n te (ta h á d á ) re g a lo s
(a ltá f, p lu ra l d e la ta f), y e l qu e tie n e p o c o ( m u q ill) re g a la in c lu s o al qu e
p o s e e m u c h o ( m u k t ir ) M.
— ¡Q ué d e d ías h e p a s a d o en c o m p a ñ ía de m i a m a n te en a l-'A q iq !
C u an d o la c ita n o e ra el d ía d e a l-'id , lo e ra e l d e P ascu a (f is h ) 6é.
Si hemos podido ver por las páginas precedentes que los hispano-mu-
sulmanes habían adquirido un cierto número de costumbres sociales por
su trato con los cristianos, hay otras prácticas de su vida cotidiana que
deben a un viejo fondo pagano en el que la superstición y la magia juegan
un papel importante, aunque su religión, esencialmente unitaria, haya
hecho todo lo posible para erradicarlas.
73 Cf. Ib n al-Jatíb, A 'm a l, 150; A n al., I, 315, 1.6; H M E 2. I I , 310; D ozy, S u p p l.. I I .
522. E l c a lifa H is á m I I I sabia, p o r estos lib ro s , qu e su d in a s tía d e b ía ser d e rr ib a d a
p o r un p e rs o n a je qu e v e n d ría de C eu ta v cu yo n o m b re c o m e n za b a p o r la le tra 'aiu.
74 A 'm a l, I. 148.
75 C f. L es « M é m o ir e s » de 'A b d A lla h , tira d a a p a rte , te x to , 92; trad., 129.
76 R im a dii, m e tr o k a m il. A l-D a jira , I I (O x fo r d ), 14a (r e p r o d . en A bbad., I, 306).
A l-M u 'ta m id , la v ís p e ra de la b a ta lla de al-Z a llá q a , to m ó el h o ro s c o p o d e l lu g a r en
qu e aca m p a b a con su e jé r c it o y al re s u lta r « f e l i z » v io en e llo una se gu rid a d en la
1 UNIVERSIDAD DE 5 E V I U A
-f. •"
j Fsc. Fílelo ■
Muchas anécdotas nos muestran que los reyezuelos de la Península
sacaban presagios de los menores sucesos de la vida. Al-Mu'tadid, enfer
mo, siente que va a m orir pronto porque su cantor siciliano le ha cantado
cinco versos sobre la melancolía de la vida, y los historiadores han hecho
observar que, por una coincidencia singular, el príncipe sólo vivió cinco
días más tras haber oído ese canto 77.
Los augurios desfavorables obtenidos de los cuervos no nos dicen nada
nuevo, pues son bien conocidos tanto en Oriente com o en O ccidente78.
Se observa, sin embargo, que lo mismo los cristianos que los musul
manes no emprendían una acción im portante sin consultar antes el vuelo
de las aves. H e aquí cóm o un poeta anónimo increpaba al Cid, que iba
a dirigir un ataque contra Valencia:
A causa de una lanza que servía de astil y que se quiebra durante una
expedición contra Toledo por los almorávides, en la que toma parte un
hijo de al-Mu'tasim, Tzz al-Dawla, se sacan presagios favorables y desfa
vorables 80. T zz al-Dawla ve en ello un signo de victoria cierta:
1. E l a s til d e la b a n d e ra , d ic e, n o se ha q u e b r a d o a cau sa d e un
a u g u rio fu n e s to (t ir a ) d e l qu e d e b á is te m e r las c on secu en cia s, in clu so
b u s c a n d o las m ás d iv e rs a s in te r p re ta c io n e s ;
2. p o r e l c o n tra rio , e s ta b a s e g u ro d e q u e b ra rs e en e l c u e llo (tia h r )
d e l e n e m ig o en e l m o m e n to d e l c o m b a te y se ha a p re s u ra d o [p o r a n tic i
p ación a q u e b r a rs e ] 81.
1. A m en u d o, d e un [d o n c e l] e s b e lto d e c u e rp o qu e se p a v o n e a o r g u
llo s o e n sus v e s tid u ra s c on la m is m a v iv a c id a d q u e las fin a s ram a s b a jo
[e l s o p lo d e l] d u lc e [ c é f i r o ] ,
2. h e v is to la m e jilla en e l e s p e jo d e m i p e n s a m ie n to y he im ita d o
[s o b r e m i b ie n a m a d o ] la a c c ió n d e sus o jo s s o b re m i co ra zó n .
3. N o h a y n a d a s o rp re n d e n te en qu e, al m ir a r le c on in s is te n c ia , su
m e jilla h a y a s id o h e rid a , p u es la m a g ia (s ih r ) actú a a la r g a d is ta n c ia 8S.
Y él protesta:
— E n S e v illa se d e s p re c ia a lo s h o m b r e s m ás n o b le s y se les im p u ta n
cosas v e rg o n zo s a s , m ie n tra s qu e lo s to n to s son h o n ra d o s c u a n d o m a n c i
lla n la d ig n id a d d e lo s h o m b re s re s p e ta b le s w.
Y también:
34. H e a d o r n a d o m is v e rs o s c o m o un t e jid o y e m e n ita , d o r a d o p o r
tu r e c u e rd o , y lo s h e e s p a rc id o en fra g m e n to s c o m o a lm iz c le qu e se
to rn a o lo r o s o p o r tu alab an za.
Al-Munfatil sintió una gran decepción el día en que uno de sus amigos,
habiendo preparado mirqás (salchichas), olvidó el invitarle, y eso que se
lo había prom etido:
Dice también:
1. M is o jo s n o han v is to ja m á s a a lg u ie n p a re c id o , q u e p r o d u je r a
m a y o r im p r e s ió n d e b e lle z a p o r su a s p e c to s o b re m i alm a.
2. C u a n d o se v is te e l w asy c u b ie rto d e d ib u jo s (m u s a w w a r) p r o v e
n ie n te d e lo s te la re s d e S a n 'á ’ y d e 'A b q a r,
3. de lo s te la re s d e Q u rq u b y d e T u s ta r, tú im a g in a s qu e la p r im a
v e ra d e r o s tr o a fa b le ha a b ie r t o s o b re él to d a s sus flo r e s l2°.
1. L a ra m a n o es o tr a cosa qu e lo qu e se v e n c e b a jo su b u rd y la
c o lin a d e a ren a (d i's ) n o es o tr a cosa qu e lo qu e esco n d e n sus m i ’za r l27.
131 R im a si, m e tr o k a m il. Ib n al-A b b ár, a l-H u lla , en R e c h e r c h e s ', 145 (tra d ., 118).
132 C f. a l-N u w a v ri, H is t. d ’E s p a g n e, en D ozv, V é te m e n ts , 307; a l-B avü n , I I I , 48;
H M E 2, I I , 283.
133 Ib n H a y y ü n, en A nal., I, 255, 1.5; D ozy, D ic t. d ét. des v é te m e n ts , 79-80. E se
b u rn u s , d e b ro c a d o d e o r o , te n ía (e n el c a p u c h ó n ) una b o r la (la w z a ) de o r o a d o r
nada de p e d r e r ía y ru b íes. S o b re la h is to ria d e l b u rn u s , cf. G. M a rga is , L e c o s tu m e
m u s u lm á n d ’A lg e r, p. 17-23.
134 A ' m a l , 104, 1. 4 af.
135 C f. s u p ra , p. 316, d o n d e h em os tra d u c id o los v e rs o s qu e Ib n ’ Aysun d irig ía
a al-F ath ibn Jáqán p o r h a b e r r e c ib id o d e él una g ifa ra (Q a la 'id , 290). Ib n
Q u zm án p id e a m en u d o a sus b ie n h e c h o re s gifü ra -s cu ya d e s c rip c ió n c o rre s p o n d e
p e rfe c ta m e n te a la d e a lb o r n o z o m a n to c on c ap u ch ó n (c f. C a n c io n e ro , p ie za s X X I V ,
L X X X V I I , C I I I ) ; el e d it o r d e su D iw ü n lo tra d u c e p o r cap a, lo qu e se c o n fir m a en
el V o c a b u lis ta , p. 150 y 279-280. C f. ta m b ié n al-W an sarls!, La P ie r r e de to u ch e ,
ed. E. A m a r, I, 385 y n o ta 2; G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , Les C en ts et une N u its , p á g i
na 320, n o ta 2: g h e ffü ra .
136 C f. Q a lü 'id , p. 269 (v e r s o d e Ib n S á ra en b a h ).
137 S o b re la in d u s tria d e la p ie l y d e la p e le te r ía , cf. L é v i-P ro v e n g a l, Esp. m u su l.
X '1 s iécle, p. 184, y las r e fe r e n c ia s cita d a s , n otas 2-4; Ib n ’ Abdün , T ra ité , ed. L é v i-
Proven<;al, texto, p. 48, y g lo s a r io , p. 285.
— En este d ía de p la c e r, d ic e Abü-l-Q ásim Ib n al-S aqqát, los senos de
las jó v e n e s se e rg u ía n p a ra d a rm e e s to c a d a s y y o s ó lo ten ía [p ie le s de]
fa n a k p o r to d a c o ta d e m a lla (s a n a w w a r) l3S.
Como estas pieles venían del Norte, parece ser que el animal desig
nado con la palabra fanak debería ser no el fenec (zo rro del Sahara), que
sólo vive en el África del norte, sino la comadreja. Los cristianos la cono
cían con el nombre de alfaneque l39. Al-Mansür las trajo consigo de su
expedición a Santiago de Compostela 14°. Al-Mu'tamid, al recibir a Ibn
Hamdls — tras haberle hecho esperar mucho tiempo— , le hizo sentar
sobre un asiento cubierto de pieles del zorro sahariano 141. Vestido de
farwa (p ieles) es com o Ibn 'Ammár, todavía desconocido, se presentó en
Murcia ante Ibn Táhir l42.
Los andaluces, no más que los otros pueblos de la tierra, han tenido
preferencia por un único color; pero han manifestado gustos que los
diferenciaban netamente de sus correligionarios de Oriente y les acerca
ban, por el contrario, a los pueblos cristianos del N orte de la Península.
La moda que había tratado de introducir Ziryáb ( t 243 = 857), y que
consistía en llevar trajes blancos en verano y de color en las otras esta
ciones del año, no parece haber arraigado profundamente en España 143.
Ya hemos señalado con anterioridad la razón de la resistencia de los
andaluces, al menos en ciertas clases sociales, al uso del color blanco.
También hemos señalado, al referirnos a las flores, la marcada preferen
cia de los poetas hispano-musulmanes por la rosa roja, mientras que en
Oriente sólo apreciaban el narciso am arillo. Por lo que se refiere al ves
tido, se observa la misma predilección. Mientras que en Oriente no se
concibe una hermosa m ujer más que vestida de amarillo, en el Occidente
musulmán sólo se la representa engalanada de rojo.
Ibn 'Ammár, en una loa a al-Mu'tadid, dice:
33. H as te ñ id o tu c o ta d e m a lla (d ir 'j con la san gre de los p rín c ip e s
b e re b e re s cu an do has s a b id o qu e la b e lle z a gusta v e s tirs e d e r o jo
( a lm ia r ) l44.
1. S ie m p re q u e m is o jo s c o n te m p la n un [s e r] v e s tid o de r o jo , m i
c o r a z ó n se d e s g a r ra y se p a r te su sp iran d o.
2. Y es qu e ese s e r ha id o v e r tie n d o la s a n g re d e lo s h o m b re s p ara
te ñ ir su tr a je (ta w b ), qu e ha to m a d o el c o lo r d e l ’u s fu r (c á r ta m o r o j o ) 14\
1. Se d ir ía qu e el a m a r illo (s u fr a ) d e sus tr a je s y e l p e r fu m e qu e de
él se d e sp re n d e , son los de un ju n q u illo (n a ry a sa ) c u a n d o lo o l e m o s 146.
Todas las materias a las que hemos pasado revista servían para la
fabricación de objetos de valor, de los que los poetas nos dan el nombre.
1. T e han o c u lta d o [b a jo un v e lo a m is o jo s ), p e ro no d e la r e p r e
sen tació n fic tic ia ( t a w a h h u m ) d e m i p e n s a m ie n to ( j á t i r ) y le han p ro h i
b id o [c u a lq u ie r p r o x im id a d ] s a lv o la d e la im a g e n (t a s a w w u r ) qu e fo r ja
m i e s p íritu 33.
1. L a p r im a v e r a es la o b ra [m as h e rm o s a ] ( a t a r ) d el tie m p o
(Ca m a n ) ] si e s tu v ie ra p ro v is ta de a lm a y de c u e rp o
2. y p u d ie ra r e p re s e n ta rs e ( m u s a w w a r ) b a jo fo r m a (s ü r a ) hu m ana,
se ría s e g u ra m e n te b a jo la de una a d o le s c e n te s o n rie n d o 34.
1. L a fe (U n a n ) no se ha re p re s e n ta d o b a jo to rjn a s en sib le en el
c o ra zo n del h o m b re hasta el d ía en qu e D ios te ha v is to r e p re s e n ta d o
de m a n e ra sen sib le en e lla 3t\
¡ ] iiv
E Ibn 'Am m ar a al-Mu'tadid:
1. H e ju ra d o p o r el n o m b r e d e l m é r ito hasta el d ía en qu e he p e rc i
b id o y v is to al m is m o m é r ito to m a n d o fo r m a s en sib le b a jo tu m a n to 37.
Süra acabará por significar «m u jer herm osa», com o en el verso de Ibn
al-Labbána en el que el poeta recuerda las reuniones placenteras a orillas
del Guadalquivir:
Las citas que preceden nos hacen com prender m ejor el pasaje en el
que Ibn Hazm declara que «los andaluces o hispano-musulmanes (ahí al-
Andalus) son com o chinos por el acabado (itqán) de sus industrias
1. E n la p u e rta d e M u r v ie d r o he v is to a un [h o m b r e ] de e lo c u e n tes
e x h o r ta c io n e s ; e s ta b a in a n im a d o , p e ro su s ile n c io e ra a le c c io n a d o r.
2. E s te país, d ecía , lo he c o n q u is ta d o con m is p ro p ia s m an o s; ¿aca
so tú, qu e an d a s p e rd id o , p o d r ía s es cu ch a r una le c c ió n ?
3. H e a q u í la p o s ic ió n q u e m e ha p e r m itid o p e rm a n e c e r en ta n to
q u e lo s s ig lo s p asa b a n y qu e e l e r r o r e ra a m a d o p o r los h o m b re s aun
q u e se les e x h o r ta b a [a s e r s a b io s ].
4. C on cu á n tos h e in s is tid o , p e r o ¿ d ó n d e es tá n a q u e llo s q u e se
h a ya n a p a r ta d o d e las d e s g ra c ia s d e las qu e y o les a d v e r tía o los
qu e h a ya n e s cu ch a d o m is e x h o r ta c io n e s ? 49.
1. E s u n o d e lo s v e s tig io s s o rp re n d e n te s d e los rü m (r o m a n o s ); su
fir m e z a ( t a b a t ) 50 n o s m u e stra la s a b id u ría d e su cien cia.
2. N o sé q u é id e a han q u e r id o r e a liz a r c on e lla , p e ro , sin duda, han
q u e r id o d e c irn o s qu e lo s p u e b los ( u m a m ) d e b e ría n s u c ed erse p o r m u ch o
tie m p o d esp u és d e e lla p a ra así e n señ arn o s a lla m a r la « íd o lo » .
3. D e l m is m o m o d o qu e la lim a (m ib r a d ) ú n ica (f a r d ) q u e n o ha
fa lla d o en n a d a e n la im ita c ió n d e su m o d e lo , sin o qu e ha r e m o z a d o
(b a r r a d ) lo s d ías y lo s p u e b lo s 51.
5. S e d ir ía q u e es un e x h o r ta d o r cu ya d u ra c ió n ha sid o ta n ta qu e
p o d r ía re la ta r n o s d e 'A d y d e Ira m .
1. E s una e s tatu a (d a m y a ) d e m á r m o l (m a r m a r ) v a n id o sa d e un
c u e llo cu ya te z so n ro sa d a (ta w a r r u d ) y b la n c a es d e una e x tr e m a b e lleza .
1. A m en u d o las a n to rc h a s lu m in o sa s se a s o c ia n al agu a qu e la
m á q u in a h id r á u lic a (d a w lá b ) tr a ta d e a g o ta r.
2. E lla s a p a re c e n a m is o jo s c o m o d os a s tro s en m e d io d e lo s cu ales
la lín e a d e la V ía L á c te a se h u b ie ra a la r g a d o p a ra u n ir a la una con
la o t r a M.
Vamos a cotejar con estos versos los del Ciego de Tudela dedicados
a un león-fuente de mármol:
59 C f. Ib n B aS k u w á l, en A n a le c te s , I, 303, 1. 5-6.
60 C f. A n a le cte s , I, 371 (e n Q a s r a l-n á 'ü ra ); I, 348 (e n e l m a y lis d e al-M an sü r ibn
A b l 'A m ir ); I, 425-426, e Ib n Z a fir , B a d á ’i', pp. 160-170 (e n la m u n y a d e a l-M a ’m ün
en T o le d o ). Ib n H a m d ís ha d e s c r ito los le on es -fu e n te d e B u jía (c f. A n a le cte s , I,
322-325; H . M assé, en M é la n g e s R . B a sset, I, 241-242; H u m b e r t, A n th o lo g ie arabe,
p á g in a s 102-107; L. B e rc h e r, L e P a la is d 'E l-M a n s o u r á B o u g ie , en R e v. T u n ., t. 29,
1922, pp. 50-56).
61 C f. A n a le cte s , I I , 612. E n e l tr a y e c to d e l g r a n a c u e d u c to d e C ó r d o b a ha sid o
e n c o n tr a d o un e le fa n te p e rte n e c ie n te a la é p o c a d e 'A b d a l-R ah m án a l-N á s ir (c f. R.
C a s te jó n , C ó rd o b a C a lifa l, en B o l. de la R . A ca d . de C ie n cia s, B e lla s L e tra s y N o b le s
A rte s de C ó rd o b a , añ o V I I I , nú m . 25, e n ero-d ic. 1929, p. 315, r e p r o d . fo t o g r á fic a ).
E n una a r q u e ta d e m a r fil d e l M u s e o V ic to r ia -A lb e r t d e L o n d re s , fe c h a d o en
359 = 970, se v e un e le fa n te s o p o r ta n d o un p ala n q u ín . C f. J. F erra n d is , M a rfile s ,
p á g in a s 72-73 y pl. X I I .
62 C f. A n a le c te s , I, 348, 1, 8.
63 R im a la, m e t r o w a fir. Ib n Z á fir , B a d á ’i', p. 212 (r e p r o d . en A n al., I I , 612).
64 R im a ü fü , m e t r o ba sit. Ib n Z á fir , B a d á ’i', p. 212 (r e p r o d . en A n a le c te s , I I , 612).
65 R im a ra h , m e t r o k a m il. A n a lecte s, I I , 275, 336; L e rc h u n d i y S im o n e t, C re s to
m a tía , p. 135, nú m . 157.
E n I lb lr a h a b ía un c a b a llo d e p ie d r a c u y o o r ig e n se p e rd ía en la n o ch e d e los
tie m p o s ; lo s niñ os, en sus ju e g o s , le r o m p ie r o n una p ata, a tr a y e n d o una c a la m id a d
s o b re la p r o v in c ia ; e s to s u c e d ió el a ñ o en e l qu e los b e re b e re s o c u p a ro n la c iu d ad
(c f . a l-R a w d a l-m i’tá r, nú m . 25, pp. 29/37).
U n á g u ila d e p ie d r a se e n c o n tra b a s o b re una p u e rta d e A lm e r ía (c f. A n al., I,
102, 1.4).
ÍÍN IV K R M ü a ü r.-
339
Muchos objetos menudos de materiales preciosos recibían form a de
animales: al-Mu'tamid ofrece a la princesa, hija de Muyáhid, principe de
Valencia, una gacela de oro, y a su hijo al-Rasíd una media luna del mis
mo metal, lo que le sugiere este verso:
— H e m o s e n v ia d o la g a c ela a la ga cela , y al sol res p la n d e c ie n te , la
m e d ia l u n a * .
1. H e sid o p re s a d el a s o m b ro p o r el e n c a n to de n u es tro h a m m a m ,
pues m e h e im a g in a d o q u e e l a lb a (fa la k ) h a cía su a p a ric ió n ;
2. el r o jo y e l b la n c o qu e esta b a n p o r e n c im a d e n o s o tro s nos
hacían c r e e r qu e e ra la m e jilla d e la a m a d a cu an d o tran sp ira.
3. M a r a v illa d o p o r la b e lle z a d e e ste baño, el tie m p o ha te ñ id o los
tra g a lu c e s <k u w a ) d el te c h o (s a q f) con los ru b o re s d el c re p ú s c u lo
(s a fa q ) 5.
1. N u e s tro h a m m a m , d ic e Ib n B a q í, es a b r a s a d o r c o m o la e s ta c ió n
d e la can ícu la , p e r o al m is m o tie m p o e n c ie rr a en e lla un f r ío v iv o (s ir r )
qu e no h a ce m al.
2. D os c o n tra rio s e n tr e los cu ales el c u e rp o h u m an o e x p e rim e n ta
una g ra n v o lu p tu o s id a d , c o m o la ra m a qu e g o za c o n ju n ta m e n te d el sol
y d e la llu v ia '’.
1. ¡C u án to fu lg o r y cu á n to e s p le n d o r tien e n u es tro h a m m a m ! Al
v e rlo , se d ir ía qu e es cosa d e m agia .
2. Es un r e fu g io qu e reú n e el agu a y el fu e go , c o m o el c o r a z ó n qu e
e n c ie rr a a le g r ía y tris te za .
1. N o he e n tr a d o en el b a ñ o el d ía en qu e m i a m ig a p a r tió p o r bus
c a r en e llo p la c e r; ya h a b ía o b te n id o la m á x im a s a tis fa c c ió n en los
beso s (b ü s ) qu e e lla m e h a b ía d ad o;
2. sin o p a ra qu e m is lá g rim a s p u ed an c o r r e r tra n q u ila m e n te y yo
p u ed a llo r a r sin qu e m i c o m p a ñ e r o [p o r a za r] lo sepa
• • •
\
— ¿ N o v is te is qu e el p eón (b a y d a q ) d e lo s in fie le s (k u f f ü r ) h abía
h e c h o d a m a (fa rz a n a ), m ie n tra s qu e n u e s tro r e y ( s a h ) e s ta b a en las
ú ltim a s ca silla s, en ja q u e m a te (s a h m a t) ? 4.
\ 1. E s ta m o s en m a n o s d e la fo r tu n a c o m o las p ieza s de un ta b le r o
d e a je d r e z (s itr a n y ) en e l qu e a m en u d o se v e al r e y (s á h ) d e r r o ta d o
p o r un [s im p le ] p e ó n (b a y d a q )5.
Además del kurray y del ajedrez, que no exigían más que una relativa
habilidad de las manos y mucha reflexión y cálculo, respectivamente, los
musulmanes practicaban otros juegos que constituían verdaderos depor
tes, com o el polo, la caza de montería y la caza con halcones.
Sobre el polo no encontramos más que algunas alusiones que no tie
nen nada de original, pues se encuentran ya en la poesía oriental, com o
en estos versos de Abü-l-Muglra Ibn Hazm, que describe la media luna
cuando parece ir al encuentro de Venus:
1. L a h e c o m p a ra d o , y m is o jo s p u e d en a te s tig u a rlo , a un b á c u lo
(s a w la y ü n ) c u rv a d o qu e ib a a g o lp e a r a una p e lo ta (k a r a ) 6.
3 R im a in , m e t r o ra m a l. A n a le c te s , I, 283, 1.2.
4 R im a á tü , m e t r o basit. A n a le cte s , I I , 673, 1.1.
5 R im a á tü , m e t r o basit. A l-M a rrá k u sl, H is t. des A lm o h ., te x to , 102 (E l C airo ,
92); trad . F agn an , 124. A un h o m b r e d e c a b e za p e q u e ñ a y c u e rp o g ru e s o le c o m p a ra
Abü-1-Fadl Ib n S a r a f c o n un p e ó n d e a je d r e z (b a y d a q ) (r im a ih i, m e tr o s a ri'. Anal.,
I I , 252). ‘
6 R im a rah, m e t r o m u n s a rih . M a tm a h , p. 22 (r e p r o d . en Anal., I, 409); al-S uyü tí,
R a s f a l-la 'á l /t w a s f a l-h ila l, en M a y m ü ’a adabiyya, p. 75.
7 S o b re e s ta p a la b ra , cf. D ozy, S u p p l., I, 676, col. a; E n c y c l. ¡s i., IV , 122-123
(a r t. de A. G ro h m a n ).
8 E n la p o e s ía á ra b e d e O rien te , y s o b re to d o en las d e s c rip c io n e s d e la ca za de
m o n te r ía (ta rd iy y a ), es d o n d e se h a ce m e n c ió n d e lo s p e rr o s d e caza. L o s d iw a n -s
d e A b ü N u w á s , d e Ib n al-M u 'tazz, d e A b ü T a m m á in y de al-M u ta n a b b l e n c ie rra n
e xte n so s c a p ítu lo s c o n s a g ra d o s a e ste gén ero .
Los versos de un cristiano mozárabe, Ibn al-Margari, al servicio de al-
Mu'tamid, se han hecho célebres - a este respecto; pero la descripción
más hermosa es la que se ha conservado en el diwan de Ibn Jafáya:
Se cazaban sobre todo aves, con o sin aves de presa. Dos piezas de
Ibn Zaydün escritas en charada, com o la que nos ha servido para los
pájaros de ornato, nos dan una lista que podemos considerar poco menos
que exhaustiva de las aves perseguidas p or los cazadores; encontramos:
la grulla (rahw o girniq), la urraca ( 'aq'aq), la avutarda (hubárá), el gallo
de los brezos o el faisán (dik), la perdiz (qaby o hayal), la codorniz (sum-
matia), la paloma (hamáma), el rabilargo o arrendajo azul (siqirráq), la
tórtola (q u m ri), y com o aves de presa: el buitre (nasr), el águila ('uqab),
el sacre (saqr), el halcón (haz, = bazl), el gerifalte (sdhin) ’6.
Las aves de caza por excelencia son los halcones. Se criaban en Espa
ña, y los de los alrededores de Lisboa ", de los montes de Levante y de las
islas Baleares eran especialmente estimados. El Calendario de Córdoba
del año 961 daba ya inform ación sobre la cría de los halcones ,8; se habla
sobre todo de los halcones originarios de «las islas vecinas a Valencia».
El cofrecillo de m arfil llam ado del príncipe al-Mugira, del año 357 = 968,
que se conserva en el Louvre, está adornado con varios medallones, uno
de los cuales representa a «dos hombres vestidos con túnicas de las que
han recogido el borde in ferior en el cinturón para hacer más libres sus
m ovimientos, que se dirigen a un nido para coger unas crías de halcón
a las que la madre p rotege» 19. El documento más curioso del siglo x i lo
constituye una carta que Abü 'Abd al-Rahmán Ibn Táhir, ex príncipe de
Murcia, escribió a al-Mansür ibn Ab! 'Am ir, nieto del gran al-Mansür,
príncipe de Valencia, haciéndole llegar unos halcones (saw daniqat)3".
El visir secretario Abü Bakr Ibn al-Qabturnuh pidió a al-Mansür Ibn
al-Aftas, príncipe de Badajoz, que le regalara un halcón ( b a z i ) :
1. ¡O h r e y !, cu y os a n te ce s o re s fu e ro n o r g u llo s o s h o m b re s d e una
raza in c o m p a ra b le ,
LA V ID A G U ERRERA
• • •
1. C u an d o a fr o n ta s te lo m ás d u ro d e l c o m b a te c u b ie r to c on tu c ota
d e m a lla (d á r i'a n ) y c u b ris te tu r o s tr o c on el ca p u c h ó n d e m a lla (m ig f a r )
2. c r e im o s q u e tu r o s tr o e ra el sol de p le n o d ía s o b re el qu e se
h a b ía d e te n id o una n u be d e á m b a r l7.
• • •
Despues de habernos inform ado sobre las armas, los poetas nos in for
man sobre la táctica militar.
357
IT. : |
' "¡i i ..3 ■ . . ■
Abü Bakr al-Sayrafi, poeta de comienzos del siglo x n , se perm ite reco
mendar a los almorávides, tras una derrota que los cristianos les habían
causado, la estrategia particular de los andaluces:
LA V ID A DE PLACER
3. P a s o m is v e la d a s en v o lu p tu o s id a d e s y p la ceres, y p o r la m añ an a
m e p aseo, o r g u llo s o , p o r los p a tio s d e la a u to rid a d p rin c ip e s c a .
4. Au n qu e beba m u cho, no o lv id o m i d e se o de g lo r ia ; en la p ro s ec u
ción de h o n o res a c tú o con astu cia l2.
1. A b r e v a a go lp e s re d o b la d o s tu c o ra zó n , pues m as de un e n fe r m o
se ha c u ra d o así, y a r r ó ja te en la v id a c o m o s o b re una p resa, pues su
d u ra c ió n es e fím e r a .
2. In c lu s o si tu v id a d u ra ra m il años c o m p le to s , n o s e ría e x a c to
d e c ir qu e es larga.
3. ¿ T e d e ja ría s lle v a r p o r la tris te za (asa) hasta la m u e rte (r a d a )
cu an d o el laúd ('Cid) y el v in o fre s c o ( s a m ü l ) están a q u í y te es p e ra n ?
4. Que la p re o c u p a c ió n ( h a m m ) no se ad u eñ e de ti a v iv a fu e rz a , en
tan to qu e la cop a es c o m o una e sp a d a c e n te lle a n te en tu m ano.
— ¡B eb e y goza [d e la v id a ] en un ja rd ín ; d iv ié r te te , pues la v id a
se va! 2\
1. ¡O h, a n fit r ió n m ío !, le v á n ta te p a ra [v e r te r ] la c o p a d e la m añan a
V en e l laú d im p r o v is a una can ción .
2. L a v id a s ó lo es a g ra d a b le p o r la m ú sica (s a m a '), la fla u ta (n a ’y)
y el c u b ile te (q a d a h )2*'.
Al lado de estos versos que cantan el presente hay que señalar los
fragmentos, también muy numerosos, en los que los poetas, volviendo al
pasado, evocan momentos de dulce y confiada intimidad:
El último verso de este fragm ento prueba, sin ningún genero de duda,
que las multas impuestas a los delincuentes se fueron transformando
poco a poco en un verdadero impuesto que constituía uno de los recur
sos más importantes del Estado. Ibn Hazm, como jurisconsulto íntegro,
era contrario a este impuesto o alcabala ( qabdla) que pagaban los musul
manes para tener el derecho de vender vino en ciertas regiones'".
Si la multa era legal, no lo era el impuesto, pues afectaba a los mu
sulmanes del mismo modo que los impuestos canonicos. Ibn Yahw ar tema
posiblemente algún m érito desde el punto de vista de la religión al supri
mir esta fuente de ingresos del bayt al-mál, pero parece ser que la medida
por él tomada no llego a cambiar la costumbre y que finalmente, como
los otros príncipes de la Península, tuvo que tolerar el vino y sus
sucedáneos.
Además de vino propiamente dicho, los musulmanes españoles bebían
también nabid 4\ En Oriente se preparaba sobre todo con dátiles; en la
España musulmana, como no se cultivan en igual abundancia las palme-
1. ¡A cu án tas ta b e rn e ra s (ra b b a t h a n a ) he d e s p e r ta d o c u a n d o y a el
c ie lo h a bía q u e b ra d o [y d is p e rs a d o ] las p erla s de su r o c ío ! 47.
Nos preguntamos si es por habito por lo que Ibn al-Yasa' quiere beber
o, com o diríamos, «para darse ánim os»; está com probado que el día de
la batalla de Zalaca los andaluces, con la excepción de al-Mu'tamid, fueron
soldados poco valerosos.
La poesía andaluza del siglo xi nos perm ite hacer la lista aproximada
de los utensilios usados en las reuniones de placer para beber el vino y el
nablcl. Las copas, cuando estaban llenas, se llamaban kas (plural, kit’ñs,
ak’us y akwds). Los cubiletes de metal, de plata corrientemente, se llam a
ban qadah. Las copas de cristal recibían nombres diversos: yám 5\ nujba
(plural, nujab) 57, garab 5S. Las que estaban cinceladas o coloreadas p rove
nían de Oriente, de M esopotamia seguramente; se llamaban kas 'iraql
su existencia se atestigua no solo en territorio musulmán, sino también en
países cristianos, en León en p a r t i c u l a r E l autor de al-Bayán cuenta
que Bádis ibn Habbüs, rey de Granada, quiso el año 444 = 1053 desem-
,5 R im a ib ü , m e tro taw il. Q a lá ’id, 169-170; a l-H u lla , en N o tic e s , 195-196. V. otros,
v e rs o s s o b re el te m a del v in o en el v ie rn es , en Anal., I I . 306, e Ib n Lu vü n , L a m h
a l-sih r, f.° 65t/.
56 N o m b r e de o r ig e n persa.
57 C f. supra , p. 182, v e rs o 3. D ozy im p u gn a el s e n tid o de « c o p a » a n u ja b e n c o n
tra d o en un v e rs o de M u s lim ibn a l-W alid (D iw á n , ed. G o e je , p ie za 28, v e rs o 16). Los
p o e ta s a n d a lu ces p r o p o r c io n a n fre c u e n te s te s tim o n io s (I b n a l-Y a zIrí: n u ja b al-
k u ’ñs (Abü-1-W alid, a l-B a d i', 50a, 1.8); Ib n D a rrá y al-Q a sta llí ( Abü-1-Walld, l. c., 50b,
1.3). Cum p. al-F Irü zá b á d í, al-Q á m ü s, sv. n a ja ba (n a jb = s a rb a t ’a;.im a)\ L is á n , I I,
249 (a l m a rg e n ). Ib n 'Id á r l, al-B ayán, te x to , I I , 301, trad . I I , 466-467; in ta ja b a h u
b i-k a ’s: p a s a r la c o p a p a ra b rin d a r (c f. D ozy, R e c h e rc h e s 1, 60-61).
5K Ib n 'A lí, en Abü-l-W alTd, a l-B a d i', 67a. C f. su pra . p. 181.
A l-D a jira , IV , f." 187, d. 1; ed. de E l C a iro , IV , I, 101.
111 C f. S á n ch ez A lb o r n o z , E s ta m p a s de la vid a en L e ó n hace m il años, 211: «V a s a
I r a k é s »; G ó m e z M o re n o , Ig le s ia s, 126-127, 341-342: «V a s o s , c o m o v o z g e n é ric a , ab arca
una p o r c io n de tip o s de v a s ija s , e s p e c ia lm e n te co p a s y c o p o s de p la ta y los p r e c io
sos y ó p tim o s de c ris ta l o v id r io b la n co , co c o , etc .., qu e a p e llid a b a n v ra k e s , eira k es,
e y r a c lis o e irik a le s . C íta se ta m b ié n algú n v a s o c on im á ge n es y d o r a d o (v a s o im m a-
g in a to et e x a u r a to ).»
barazarse de su rival Muhammad ibn Idrís ofreciéndole una copa 'iráqi
envenenada. El mensajero, un Kutáml, presentó la copa al califa ham-
müdí en estos términos: «H e aquí una copa que se ha traído (yuliba) para
al-Muzaffar Bádis. Dicho príncipe juzga que una copa sólo es digna de
un c a lifa ...» 1,1.
Los frascos y botellas tenían nombres especiales, com o lo atestigua
este verso de Ibn Darráy al-Q astalli62:
• • •
— [N o s o tr o s b e b e m o s ] c on jó v e n e s (f ity á n ) g e n e ro s o s y n o b les qu e se
in te rc a m b ia n c o m o re g a lo s los m irto s d e las a m a b le s b r o m a s 74.
Aquí, una vez más, nos arriesgamos a repetir versos que ya hemos
reproducido a propósito de la descripción de las noches. Abü Muhammad
Ibn al-STd al-Batalyawsí nos procura, sin embargo, un fragm ento en el
que muestra cierta originalidad prolongando la sesión báquica hasta la
aurora:
Para Abü Isháq Ibn Javra al-Sabbág, el despertar tras largas libaciones
nocturnas es como una resurrección que deja sabor de ceniza en la boca:
. . . . i '. . : i ■
Ibn al-Zaqqaq, com o poeta de la naturaleza, asocia las flores de los
jardines a las libaciones matinales:
1. H e aq u í qu e a c a b a d e a p a r e c é r s e m e la b la n c u ra e v id e n te d e la
a u ro ra ; s írv e m e , pues, [ ¡o h c o p e r o !], la b e r m e ja b e b id a an tes d e l ta k b ir
d e l a lm u é d a n o (a d tn ).
2. S ír v e m e la lig e r a m e n te a c id u la d a (m u z z a ), fre s c a y v ie ja p o r h a ber
p e rm a n e c id o d u ra n te m u ch os añ os en el á n fo ra w.
Estos versos nos recuerdan la reflexión que hizo 'Abd al-Rahmán San
chol el día que, al oír al almuédano gritar desde lo alto del alminar:
«¡Acudid a la oración !», él dijo: «S i gritara: ¡Acudid a la copa!, sería
mucho m e jo r» S4.
Y Abü Marwán 'Abd al-Malik ibn Gusn dirá también en tono debroma:
Los poetas enamorados dirán que sus naql-s son los besos que toman
de su amada:
— Su 'dá, d ic e Ib n al-K in á n i, e ra en to n c e s m i c o m e n s a l: c o m o v in o
ten ía la s a liv a d e m i b e lla , cu yas m e jilla s m e s e rv ía n d e ja rd ín , y los
besos e ra n m i n a q l89.
Pero esta idea la habían tenido ya antes de los andaluces los poetas
orientales, sobre todo Abü Nuwás; por tanto, nos parece inútil insistir.
Al-Mutawakkil, príncipe de Badajoz, sin embargo, aplicará la idea de naql
a las hazañas guerreras:
— ¿ C ó m o [p u ed es a c u s a rm e d e tal c o s a ], c u a n d o m i m a n o es una
le c c ió n [e je m p la r ] d e g e n e ro s id a d e x tr a o rd in a ria , la ro s a d e la p ied a d
m i p e r fu m e y la g u e rra c o n tra m is e n e m ig o s m i n a q l? 91.
1. S e d ir ía qu e el a g u a m a n il, en e l m o m e n to en qu e g o r g o te a con
in te n c ió n d e b e s a r la c o p a cu an d o é s ta tie n e su o r if ic io a b ie rto
2. es u n a v a c a s a lv a je ( w a h siyya ) qu e h a la g a c on la v o z al te r n e r illo
(y u ’d a r) a m a m a n tá n d o lo con p e rla s , m ien tra s , e n te rn e c id o , é l la m ira con
c irc u n s p e c c ió n M.
N o sólo los hombres «n obles», como dice Ibn Malik, aman la música,
sino el común de las gentes: los gobernadores, igual que los jefes m ilita
res, los artesanos y los poetas están apasionadamente prendados de ella.
Algunos no se limitan a gozar de la música, pues son músicos, y no sólo
ejecutantes, sino incluso teóricos. Abü Abd Alláh Ibn al-Haddád, poeta
1. C u an d o tú h ablas, le d ic e a Ib n Sa'dü n, un o r a d o r e lo c u e n te y e je r
c ita d o , la g e n te se c a lla y n a d ie e n c u e n tra s o la z en o ír c a n ta r y to c a r la
fla u ta ln .
Hemos visto anteriorm ente que Ibn Yannaq habla del «p rim er modo
gra ve» (al-taqil al-awwal) que Hind ejecutaba con tanto encanto. Este
modo, del que nada sabemos " 7, debió ser introducido en España, con
tantos otros por Ziryáb.
El «canto m edinés» (al-gina al-madani) gozaba del máximo favor entre
los andaluces:
. f.c
de esa fecha es en España — y algunas veces en Africa del N orte— donde
se form an las artistas femeninas. Al-Mu'tamid había recibido com o regalo
de Yüsuf ibn Tásufín una cantante bereber, que tuvo, com o ya vimos, un
fin trágico '29. El mismo príncipe, recordando los momentos gratos de su
juventud en Silves, dice:
129 C f. su p ra , p. 21.
130 R im a ri, m e tr o ta w il. Q a lá ’id, 5-6 (r e p r o d . en A bba d ., I, 39; trad., 84). V. ta m
b ién los v e rs o s en áni, m e tr o k á m il, en Q a lá ’id, 26 (e n Abba d., I, 65), y Anal., I I ,
574, c f. su p ra , pp. 153 y 364.
131 R im a áni, m e tr o k á m il. A l-D a jira , I I , O x fo rd , 19b (r e p r o d . en Abbad., I,
318, 363).
sando a menudo su trabajo para que nada se les escape. He aquí una de
las magníficas pruebas que atestiguan que soy el único de mi siglo y de
una madera sin igual. He agotado el tiempo experimentando y observan
do. Reconoced, pues — ¡que Dios os fortifiq u e!— , mi gran valor y conce
dedme el tributo de elogios que me merezco. N o tratéis de encontrar un
sabio com o yo o que tenga sólo una parte de mis méritos, aunque reco
rrierais los lugares [más lejanos] e interrogarais a todas las masas
humanas, fuerais al Iraq y franquearais estrecho tras e s tre c h o ...»132.
La cantante que él educó y que vendió a Hudayl ibn Razin, príncipe
de la Sahla, por una suma de tres mil dinares (sesenta mil francos o ro )
era una maravilla, según Ibn Bassám:
«N ad ie vio, en su época, m ujer con aspecto más gracioso, de m ovi
mientos más ágiles, de silueta tan fina, de voz más dulce, sabiendo cantar
m ejor, más destacada en el arte de escribir, en la caligrafía, de cultura
más refinada, de dicción más pura; no cometía ninguna falta dialectal en
lo que escribía o cantaba, tantos eran sus conocimientos de m orfología,
lexicografía y métrica; incluso sabía de medicina, historia natural y ana
tomía y otras ciencias en las que los sabios de la época se hubieran reve
lado inferiores. Sobresalía en el manejo de las armas (tiq a f) 133, en el
volteo con escudos de cuero, en los juegos malabares con sables, lanzas
y afilados puñales; en todo ello no tenía pareja, igual ni equivalente.
«Después el em ir Hudayl compró, para acompañar a esta maravilla,
gran número de muchachas reputadas por su talento en tayrid l34, que
hizo buscar por todos sitios. Su orquesta (sitara) era la más ilustre de las
que tenían los M ulük a l-T a w a if» l35.
Ibn Bassám, al final del texto que acabamos de traducir, nos indica
que las cantantes y músicas pertenecientes al mismo personaje se agru
paban en orquestas denominadas sitara, por el nombre del telón o cor
tina que, com o en Oriente, servía para esconderlas de las miradas de los
invitados l36.
Otro poeta, Ibn Nasr al-Isbll!, nos inform a sobre los trajes de las
músicas-cantantes:
1. M is d os a m ig o s , ¿ p o r qu é la b ris a v ie n e c o m o si, en el m o m e n to
en qu e sop la, se m e z c la ra c on [p e r fu m e ] j a l ü q l
2. ¿E s qu e la b ris a h a v e n id o d e l p aís d e m is a m ig o s , d e ta l su erte
q u e la c o n s id e r o c o m o e l h á lito p e r fu m a d o de la a m ig a qu e [m e in s p ira ]
una d u lce p a sión ?
3. Q ue D ios r ie g u e la tie r r a en la qu e h a b ita m i a m ig a d e l c u e llo de
cisn e, c u y o re c u e r d o e n c ie n d e un fu e g o en m i c ora zó n .
4. ¿E s qu e m i c o r a z ó n se ha p a r tid o en d os p e d a zo s , uno, q u e ha
q u e d a d o c o n e lla , e l o t r o c o n m ig o , p a ra in te r c e d e r (li-l-s iy a q ) [en su
fa v o r ] ? 144.
1. C u an d o la b ris a lo to ca [c o n la m a n o ], u n o se im a g in a qu e sus
ra m a s (g u s ü n ) son d a n za rin a s (ra w á q is , p lu r a l d e rá q is a ) qu e se b a la n
c ean (m u y y á d ) [e n t r a je s ] v e rd e s y te la s lis ta d a s d e l Y e m e n 155.
Un pasaje de los Prolegóm enos de Ibn Jaldün 156 nos enseña que las
danzarinas colgaban caballitos ( kurray) 157 de su traje, denominado q a b a ,
para representar a los jinetes que corrían al ataque, que se batían en
retirada y que volvían al combate. Estos qaba debían ser, a juzgar por
las descripciones de los poetas, unos vestidos a modo de túnica que
podían abrirse com pletamente de arriba abajo para perm itir aparecer
desnuda de repente «com o una flo r en capullo que se abriera», com o dice
al-Mu'tamid ,58.
6. [E s e d ía ] nos h ic is te e s cu ch a r a un m ú s ic o c a n to r ( lá h in ) lle n o de
sedu cción , e h ic is te c o m p a r e c e r an te n o s o tro s a un p r e s tid ig ita d o r ( lá 'ib )
lle n o de m agia .
7. E s te ú ltim o b a tía alas s o b re lo s c u e llo s de lo s fra s c o s (q a n á n i) IM,
V v im o s cosas qu e nos d e ja b a n e s tu p e fa c to s .
8. E l b a jo de su tú n ica (s ir b a l) e s c a m o te a b a los fra s c o s ; v e ía m o s
a éstos te n e rs e d e re c h o s, d esp u és tu m b a rs e b ru s c a m e n te [p a ra d es
ap arecer] ;
393
9. L o s qu e e ra n e x te r io r e s se in c lin a b a n p a ra e n tr a r en el in te r io r ,
y los q u e e ra n in te r io r e s se p le g a b a n p a ra c o n v e r tir s e en e x te r io r e s 165.
10. L e s u c e d ió o t r o p r e s tid ig ita d o r ; sus tru cos ( a l'á b ) era n tan su ti
les q u e le d e ja b a n a u n o p e r p le jo .
11. C on el c a lo r v io le n t o d e l v in o , lo s p e n s a m ien to s p ro v o c a d o s p o r
e sta m a g ia d e ja b a n el e s p ír itu d e sc o n c e rta d o .
12. S i la m ira d a p e rm a n e c ía en m e d io d e e s to s p ro d ig io s , la im a g i
n a ció n (w a h m ) n o c o n s e g u ía lib e ra r s e [c o n una e x p lic a c ió n c la r a ].
13. E s una h e rm o s u ra p a ra tu s ig lo qu e en él se p ro d u zc a n n o v e d a
d es tan au d aces...
14. T u a s tr o fe liz a tr a e estas cosas e x tr a o rd in a ria s (m u g r ib á t) y hace
p re s e n te s las qu e e s tá n o c u lta s lw.
1. ¡P o r m i p a d r e !, ¡q u é h e rm o s a e ra la ra m a d e sauce a lm iz c la d o
cu a n d o e n e l ja r d ín v e rd e a n te la lig e r a ju v e n tu d , en v e z d e la b ris a del
E ste, la d o b la b a !
2. H a s id o m i c o m e n s a l hasta las p rim e ra s lu ces d e l d ía y ha h e c h o
g o z a r m is o íd o s c o n m e lo d ía s (t a r a n n u m ) p a re c id a s a las d e las p a lo
m as gris-cen iza.
3. S e h u b ie ra d ic h o q u e sus m an gas ( a k m & m ), m ie n tra s danzab a,
a p re n d ía n a b a tir s o b re la p a lp ita c ió n d e m i co ra zó n .
4. P a s a b a r e u n ie n d o las cop as d e c r is ta l c o n e l b ra z o d e su tr a je
c o m o p asa la b ris a s o b re las b u rb u ja s d e l agu a ( h a báb a l-m á ’) ,67.
La vida interior
En todos los temas que hemos analizado, la m ujer y el am or ocupan
un lugar preponderante. En la descripción de la Naturaleza, sobre todo,
la m ujer aparece indisolublemente ligada a todo lo que da belleza a los
jardines y a las corrientes de agua; una flo r o una piedra preciosa lleva,
casi inevitablemente, a la com paración con una boca, una m ejilla, un ojo,
prendas de un ser querido. Incluso los colores, sobre todo el ro jo y el
amarillo, recuerdan a los amantes y sus amadas con una constancia que
puede parecer arbitraria: el am arillo simboliza al enamorado pálido que
se consume en la duda y el insomnio; el rojo, a la virgen coqueta que se
complace en torturar a su enamorado; el am arillo es la inquietud, y el
rojo es el pudor.
En esta sociedad a la que el Islam impuso ciertas form as exteriores,
sin modelarla profundamente, la mujer, a pesar de todas las coacciones
religiosas, juega un papel de prim er plano cuya manifestación más evi
dente es la obsesión que impone al espíritu del hombre.
Raros son los andaluces que consideran a la m ujer com o un ser malé
fico y que puedan decir con Ibn al-Haddád:
Estos retratos nos procuran algunos datos sobre el traje de las m uje
res; hemos sacado partido de ello para tratar de distinguir el burd del
m i ’z a r o i z a r : el prim ero cubría solamente el busto, y el segundo la mitad
in ferior del cuerpo 2". Verem os también cóm o para el andaluz la palabra
w is a h no tiene el significado de echarpe, sino de cinturón 21.
Siel ideal clásico sigue siendo la morena de cabellera lu ju rian te", el
siglo x i siente un gran entusiasmo por las rubias 23 y por los cabellos
1. B e s a r ía la p ú rp u ra d e l r o s tr o qu e es tá b a jo el v e lo ( li t á m ) y b esa
ría lo qu e es tá p o r e n c im a d e l c in tu ró n (w is á h ) hasta el c o l l a r 29.
1. H e p a s a d o e l tie m p o , d ic e Ib n a l-Z a q q á q , cu an d o m i a m a n te v in o
a v e rm e , en la m ás fe liz de las n oches, en te n e r c o g id o su h e r m o s o c u e r
p o g r a c io s o ( s u b a h ) hasta la m añ an a (sa bá h ).
2. Y o o p r im ía [a e s te s e r q u e r id o ] c o n tra m í c o m o el g u e r r e r o a p rie ta
su sab le, y su c a b e lle r a fo r m a b a un ta h a lí ( h a m ila ) s o b re m is h o m b ro s ;
3. H a s ta e l m o m e n to en qu e al h a c e r el to r p o r d e l su eñ o q u e se in c li
n ara, tu v e qu e s e p a ra rle un p o c o p o r q u e m e ten ía d e m a s ia d o e s tre c h a
m en te e n la za d o ;
4. y y o le a le ja b a d e m i p ech o, qu e le a m a b a a rd ie n te m e n te , p a ra
qu e n o d u r m ie r a s o b re un c o jín p a lp it a n t e 31.
1. A m en u d o en la n o ch e nos h e m o s p a sa d o d e m a n o en m an o el
v in o [b e r m e jo ] m ie n tra s qu e e n tr e n o s o tro s c o r r ía un e n tr e te n im ie n to
tan su ave c o m o la b ris a qu e s o p la s o b re las rosas.
2. L o re p e tía m o s sin c e sa r m ie n tra s qu e la c o p a e m b a ls a m a b a con
su a lie n to p e rfu m a d o ; p e ro m e jo r e s e ra n aún lo s ju e g o s qu e n o in te
rru m p ía m o s m ás qu e p a ra e m p e z a r lo s d e n u e v o 32.
3. M i n a q l33 e ra n las m a rg a r ita s d e su b o c a o la azu cen a d e su cu e
llo, el n a rc is o d e sus o jo s o la ro s a d e sus m e jilla s ;
4. hasta e l m o m e n to en qu e [la e m b r ia g u e z d e ] la c o p a y el sueño
se d e s liz a ro n en su c u e rp o y le h ic ie r o n in c lin a rs e s o b r e m i b ra zo .
5. Y o tr a ta b a d e o fr e c e r al c a lo r qu e d e v o ra b a m i c o r a z ó n la fre s c u
ra d e sus in cisivos.
6. V i qu e e lla se h a b ía d e s p o ja d o d e su m a n to (b u r d ) y y o a b ra za b a
a ese sab le q u e h a b ía s id o s a c a d o d e su vain a .
7. ¡Q u é su a v id a d al ta c to , q u é e s b e lte z d e ta lle, q u é v ib ra c ió n en los
co s ta d o s, q u é b r illo d e h o ja !
8. M im á n d o la , y o ju g u e te a b a c on la ra m a q u e c r e c ía en e l c a m p o
a re n o s o y b esa b a el r o s tr o d e l sol c u a n d o a p a re c e un d ía h e rm o s o .
9. S i e lla n o es el sol o si el s o l no es e lla , e n to n c e s e lla es su h e r
m ana, pues es c o m o si h u b iera n re c o rta n d o dos c o rre a s ( í i r á k ) de una
m ism a p i e l 34.
10. M is m an o s se p asea b a n p o r su cu e rp o , unas v e ce s h a cia la cin
tu ra y o tra s h a cia sus senos;
11. m ie n tra s qu e una d e sc e n d ía hasta e l p lie g u e d e l c o s ta d o , c o m o
en T ih á m a , la o tr a su bía h a cia los senos c o m o p ara ir a N a v d 35.
1. L a m u e stra (r e v e la d o r a ] de lo qu e h a y b a jo su tr a je es su ro s tro ,
pues el in t e r io r y el e x te r io r o fr e c e n g ra n p a r e c id o 42.
o bien:
— M i a lie n to es tan d é b il qu e d e s a p a re c e y d e ja de o ír s e y m i c u e rp o
es to d a v ía m en o s v is ib le y h ace m en os ru id o aún 4R,
1. E l r e s p e to qu e s ie n to p o r ti h a ce qu e te n g a m ie d o d e tu silu eta,
y, sin e m b a r g o , e lla es el o b je t o d e m is d e se o s c o m o e l h o m b r e qu e se
rec u p e ra d e la e m b r ia g u e z tie n e m ie d o d e una n u eva p r im e r a c o p a 52.
Ibn Suhayd piensa que los sufrimientos del am or son más terribles
que las ansias de la muerte:
— H e s id o d o lo ro s a m e n te g o lp e a d o p o r el a m o r, h a sta tal p u n to qu e
si m i fin e s tu v ie ra p r ó x im o n o e n c o n tr a ría n in gú n d o lo r en g u s ta r de la
m u e r t e 55.
1. T u c u e rp o se ha fu n d id o s o b re el lech o, h a ce d e c ir Abü-l-Abbás
al-Liss a su a m a n te, d e tal m o d o q u e te e sco n d es a las m ira d a s de los
vis ita n tes .
2. ¿ C ó m o p o d r ía d o r m ir yo?, le c o n te sté, ¡cu a n d o d e trá s d e m í la
m u e rte está o b s e rv a n d o ! 56.
Pero los amantes verdaderamente enamorados son los que ven m ejor
los funestos efectos de la separación:
— ¡Si n o fu e ra p o r la es p e ra n za de v e r lle g a r p ro n to e l m o m e n to d el
e n cu en tro , d e s e a ría la m u e r t e !, d ic e al-RasTd, h ijo de a l-M u 'ta m id 61.
1. E s ta b a s e g u ro [d e la e fic a c ia ) d e m is filt r o s (u ja d , p lu ra l d e u jd a )
s o b re él y h e r e c ita d o las a zo ra s c o n ju ra d o ra s (s tiw a r a l-'a z .a im ) [p a ra
d e s tru ir sus e n c a n ta m ie n to s s o b re m í]
1. E n tr e tú y y o , si tú qu is ie ra s , h a b ría a lg o qu e n o se p e rd e ría , un
s e c r e to qu e, c u a n d o los s e c re to s d e [lo s o tr o s ] fu e ra n d iv u lg a d o s , q u e
d a r ía p o r s ie m p re o c u lto ...
2. S é a te s u fic ie n te [s a b e r] q u e si tú c a rg a ra s m i c o r a z ó n c o n lo qu e
e l c o r a z ó n d e los o tr o s h o m b re s n o p u ed e s o p o r ta r , e l m ío p o d ría .
3. S é a ltiv a , s o p o r ta r é ; c o n te m p o r iz a , te n d ré p a c ie n c ia ; sé o rg u llo s a ,
m e h a ré h u m ild e ; hu ye y m e a d e la n ta ré ; h a b la y te es cu ch a ré; o rd e n a ,
o b e d e c e r é 72.
— H e e s tip u la d o c o m o c o n d ic ió n [d e l m a tr im o n io ] q u e la s e rv ir é
c o m o un e s c la v o y he c o n d u c id o h a sta e lla m i a lm a c o m o d o te d e a m o r 73.
— L a he d a d o, d e c ía en o t r o p a sa je, m i rein o , m i e s p íritu , m i s an gre
V m i a lm a , y n o h a y n a d a m ás p re c io s o q u e e l a lm a 74.
e Ibn Baqí:
— S i ig n o ra s qu e soy tu d e v o to e s c la v o , d a m e la o r d e n q u e q u ie ra s
y la e je c u t a r é 7S.
— la b ie n a m a d a c o n s id e ra las q u e ja s c on las q u e e x p r e s o m i a m o r
c o m o o b s c e n id a d e s ( ra fa t) 76.
71 R im a ká, m e t r o jaf'tf. A l-H u lla , en N o tic e s , 42; al-B ayün, I I , te x to , 82; trad . 130;
A 'm á l, 18; A jb á r M a y m ü 'a , 134.
72 R im a i'i, m e t r o basit. D iw á n , 279; H is t. des A lm o h a d e s , te x to , 74 ( E l C a iro , 66);
trad., 91;Ib n J allik án , W afa yát, te x to , I, 43; trad . d e Slan e, I, 124;al-DabbT,
B u gy a , 174.
73 R im a rá, m e tr o ta w il. A l-D a jira , I, I, 4041; a l-H u lla , en N o tic e s , 165; H M E 2,
I I , 324-325.
74 R im a si, m e tr o taw il. A l-H u lla , en N o tic e s , 166.
75 R im a lü, m e tr o basit. Q a lá 'id , 281.
76 R im a tá, m e t r o m u n s a rih . Q a lá 'id , 188.
Si no puede tener la felicidad de contem plar a su amante, se conten
tará con QÍr el sonido de su voz:
1. ¡O h d e s e o m ío , d ic e A b ü B a k r Ib n R u h a ym , m i c o ra zó n , c e rc a
d e ti, e s tá e n p re n d a ; ¡g u á rd a lo , p u es p o d r ía p e rd e rs e !
2. T ra s h a b e r lo in fla m a d o , lo has a b a n d o n a d o ; e l a r d o r d e su a m o r
p o r ti es tan fu e rte qu e es c a p a z d e d is p e rs a rs e en rayos.
3. ¿ E s p o s ib le q u e una m u je r c o m o tú h aga p o c o ca so d e m i h u m il
d e su m isió n (d a rá 'a ) y qu e se p ie rd a un a m o r c o m o el m ío ?
4. P e r o en lu g a r d e o b te n e r tus fa v o re s , m e c o n fo r m o c on el d eseo
d e v e rte , y e n lu g a r d e e n ta b la r c o n v e r s a c ió n c o n tig o , c on o ír el s o n id o
d e tu v o z 77.
— se c o n te n ta , en lu g a r d e c o n un e n c u e n tro a m o ro s o , c on un s alu d o
(ta h iy y a ) e n v ia d o fu r tiv a m e n te , m ien tra s qu e la m ira d a o e l e x tr e m o del
d e d o te ñ id o d e a lh eñ a h a ce un s ig n o [a m is to s o ] 79.
— E s to y c e lo s o d e lo s qu e tie n e n la su e rte de e s ta r c e rc a d e ti y m is
o jo s e n celan en ti m is e squ elas a m o ro s a s 8:.
1. ¡Q ue n o sea y o un p á ja r o p a ra ir te a v e r v o la n d o ;
2. [p a ra s a b e r] p o r q u ién m e has r e e m p la z a d o o si n o has c a m b ia d o
en tu a m o r ! 84.
1. H e te n id o celos de m i e s q u e la de a m o r p o r q u e le ha sid o d a d o
v e r tu r o s tr o res p la n d e c ie n te .
2. ¡Ah, c ó m o he d e s e a d o qu e m i c u e rp o fu e ra la p ro p ia e squ ela;
e n to n ces h u b ie ra sid o m ira d o p o r tus o jo s h e c h ic e ro s ! 85.
1. Es un a n tílo p e qu e ha c a n ta d o m is v e rs o s al d e c la m a r lo s : ¡ah, si
p o r lo m en os h u b iera s id o las p a la b ra s qu e m i p o e s ía le h a b ía c o n fia d o
en d e p ó s ito !
2. ¡C ada v e z que e lla h u b ie ra r e p e tid o el can to, la h u b iera d a d o
besos sin qu e e lla lo s u p ie ra ! 86.
— U m m al-M a y d m e h a b ía d a d o algu n a e s p e ra n z a d ic ié n d o m e : te v e o
p r is io n e r o d e l d o lo r (w a v d ) y d e la a le g r ía (t a r a b ) d e l am or® 1.
— M i a lm a , in c lu s o si tú la to rtu ra s , te a d o ra , y la a le g r ía la le v a n ta
p ara ir a tu e n c u e n t r o 91.
— E l d o lo r d e m i c o ra zó n , d ic e R a fT al-D aw la , h ijo d e a l-M u 'tasim , se
a p a c ig u a c u a n d o m i a m ig a a p a re c e ; se d ir ía q u e s o b re m i c o ra zó n
a ctú a n lo s a m u le to s c o n tra e l m a l d e o j o 92.
Ibn Jafáya, que se nos ha mostrado a través de una de sus citas com o
un sensual para quien la vida no tiene valor más que en el gozo, se
redim e a nuestros ojos con estos versos:
Pero los versos más característicos a este respecto han sido compues
tos — ¿puede sorprendernos?— por una mujer, Umm al-Haná’ :
1. L a c a rta d e l a m a d o ha lle g a d o p a ra d e c ir m e qu e m e h a rá una
v is ita , y m is o jo s han v e r t id o a b u n d a n tes lá g rim a s .
2. L a a le g ría (s u r t ir ) m e h a in v a d id o d e ta l m o d o qu e, en e l exc e s o
d e m i c o n te n to (m a s a rra ), m e ha h e c h o llo ra r.
3. ¡Oh, o jo p a ra e l qu e las lá g rim a s se han h e c h o h a b itu a le s , ah ora
llo ra s d e a le g r ía (fa r a h ) c o m o [h a ce p o c o ] d e tr is te z a (ahzán)\
4. H a z q u e e s té e x p a n s iv a m e n te a le g r e (b is r ) el d ía en qu e vu elva
a v e r le y d e ja las lá g rim a s p a ra la n o c h e d e la s e p a r a c ió n 95.
93 E s d e c ir : «p a r e c ía e s ta r a p u n to de s a lir v o la n d o ». T a r á q i es e l pl. de ta rq u w a :
«c la v íc u la ».
94 R im a iyá, m e t r o taw il. D iw a n , 131-132; A n a lecte s, I I , 202; E c k e r, A ra b is c h e r...
M in n e s a n g , Í78.
95 R im a á ni, m e t r o k á m il. A n al., I I , 633.
96 C f. T a w q , te x to , 44, 48, 57, 62, 90, 94; trad . N v k l, 74, 88, 96, 138, 144; ed. B erc h e r,
p ágin as 120-1, 132-3, 156-7, 170-1, 248-9, 258-9.
97 D iw a n , 39, v e r s o 4; A n a l., I I , 189, d. 1.; tra d . p o r C ou r, 52, y E c k e r, l. c., 158.
98 L o qu e n o p e r m ite a p r im e r a v is ta c o n s id e ra rla s c o m o e q u iv a le n te s d e l m id o n s
d e los tro v a d o re s .
99 C f. s o b re e ste te m a las o b s e rv a c io n e s d e J. H u m b e r t, A n th o lo g ie a ra be, 204-
206; d e Slan e, O b s e r v a tio n s s u r le sens f ig u r é de c e rta in e s m o ts q u i se r e n c o n tr e n t
dans la p o é s ie a ra b e, 175, 178; N y k l, p re f. a la tra d . d e l T a w q , pp. C U , C X V I I ,
C X V I I I ; D u gat, H o d b a , en J. A., 5.a serie, t. V (1855), pp. 36Í-362.
100 L o qu e v ie n e a d e c ir qu e ío s v e rb o s , lo s a d je tiv o s y los p ro n o m b r e s están en
fe m e n in o , y a q u e van r e g id o s p o r un n o m b r e fe m e n in o s o b re e n te n d id o . Es una
a n tigu a tr a d ic ió n en lo s p o e ta s (c f. a l-N á b ig a a l-Y a 'd í, en a l-A gá n i, X V I I I , 5, 1.8;
al-'Á b b ás ib n al-A h n af, en a l-A gá n i, X V I I I , 17, 1.1; J. H e ll, en Is la m ic a , I I (1926), 276;
N y k l, K it a b a l-Z a h ra , 312, 1.7; p r e fa c io al C a n c io n e ro de A b e n G u z m á n , p á g i
nas X L V I I - X L V I I I .
SI
Li.
1. E se al qu e n o n o m b ro , d ic e e l M a r w á n ! P e d ra Seca, p o r te m o r
d e su r e p r o b a c ió n , au n qu e m i c o r a z ó n e s té lo c o d e a m o r p o r él,
2. tie n e u n n o m b re , p a r te d e l cu al está fo r m a d o p o r le tra s h á ' y b ñ ',
le tr a s q u e e s c o n d e ...IM.
33. N o te h e m o s n o m b r a d o p o r re s p e to (iy lü l) y p o r d e fe r e n c ia
(t a k r im a ); tu a lta s itu a c ió n nos e x im e d e e llo.
34. P u e s to qu e e re s ú n ico y n o tien es p a r e ja en n in gú n r a s g o (s ifa )
[q u e s e a ], nos b a s ta c on h a c e r tu r e tr a to (w a s f) p ara qu e sea c la r o
y e v id e n te [q u e es a ti a q u ien d e s ig n a m o s ] ,ü2.
1. H e g u a r d a d o p re c io s a m e n te e l n o m b r e de m i a m ig a , pues p o r
c o s tu m b re ( d a ’ba n ) n o lo p ro n u n c io y n o ceso, con m is e n ig m a s (a lg ü z ),
d e h a c e r lo m ás o s c u ro aún l03.
Los mismos príncipes se plegaban a esta ley del silencio, pero no eran
escrupulosos en violarla. Si al-Mu'tamid designaba algunas veces a su
esposa preferida con el nombre de Umm al-Rabf l0\ no dudaba en escribir
con todas sus letras su nombre: I'tim ád, ya fuera en acróstico I07, ya den
tro de un verso l0S. Sus favoritas nos las hace conocer él mismo, y eran
Sihr (m agia), Yaw hara (p erla ) y W idád (a fe c t o )109.
• • •
1. T u c o r a z ó n y el m ío, d e c ía A b ü H a fs Ib n B u rd , fo r m a n s ó lo uno,
sin d u d a a lgu n a : las m ira d a s e n tr e n o s o tro s así lo te s tific a n .
2. V a m o s a ir r it a r al g ra n c e lo s o (h a s iid ) con n u estra u n ión : el gran
c e lo s o p o r tales cosas se ir r it a " 7.
114 C f. T a w q , pp. 47-49; trad . N y k l, pp. 73-76; ed. B e rc h e r, pp. 128-135; trad . E c k e r,
p á g in a s 23-26. S e ha p e n s a d o en a c e rc a r e l ra q ib al g a rd a d o r d e los tr o v a d o r e s
(c f. N y k l, in tro d . a la tra d . d e l T a w q , p. C I I , y n o ta C X V I I ; A r c h iv u m R o m a n ic u m ,
X I X , núm . 2, a b ril-ju n io 1935, p. 7) y d e l la u z e n g ie r de lo s m is m o s p o e ta s (c f. E c k e r,
/. c., 28-29). V . G. C ohén , en L 'a r t du m o y e n age, p. 358, 368, 374; A. J e a n ro y , La
p o é s ie ly r iq u e des tro u b a d o u rs , I, 74.
115 R im a as, m e tr o m u ta q á rib . A l-S aqu n d I, R is á la , en Anal., I I , 133; trad . G a rcía
G ó m e z, 66; Ib n S a 'id , 'U n w ü n , 59; E c k e r, l. c., 181. U n a c u rio s a a n é c d o ta tra n s m i
tid a p o r Ib n H a zm nos m u e stra qu e en una casa los g u ard a s Casas) se van a d e te r
m in a d a h o ra d e la noche, y la se ñ o ra d e la casa q u ie r e a p r o v e c h a r su s o le d a d — su
m a rid o es tá au sen te a cau sa d e un asu n to u rg e n te — p a ra h a c e r c a e r en te n ta c ió n
a un h u ésp ed m u y jo v e n y d e g ra n b e lle z a (c f. T a w q , p. 135, 1.2; trad . N y k l, p. 206,
1.2); ed. B erc h e r, pp. 374-375.
116 R im a ü rü , m e tr o ta w il A l H u lla , en A bba d., I I , 57.
117 R im a á^ü, m e tr o k á m il. A n al., I I , 367. V . ta m b ié n Ib n H a zm , T a w q , p. 62,
d. 1.; T r a d N y k l, p. 96; ed. B e rc h e r, pp 170-1; di.; h ussád (p l. d e h á s id ), los e n v e jo s
d e los tro v a d o re s .
tante en la vida amorosa es el wási, detractor» o «calum niador», que
trata de separar a los amantes perjudicando al hombre ante la mujer.
\ las m e jilla s .
En el siglo xi, a pesar del relajam iento de las costumbres, o tal vez
a causa de la facilidad para lograr los placeres, el hispano-musulmán da
1. Si h e o b te n id o su p e rfu m e ( rayyá), n o h e c o d ic ia d o e l fa v o r de
s a b o r e a rlo (s o b r e e lla m is m a ], pues el ja r d ín d e l a m o r está c o m p u e s to
de flo r e s sin fru to s ,34.
— L a c a s tid a d es una d e m is d is p o s ic io n e s n a tu ra le s ( s iy a m ): ¡m e
rep u gn a n las b a je z a s y a m o a p a s io n a d a m en te la b e lle z a ! I36.
1. T e n g o m ie d o p o r ti d e qu e m is o jo s te h ie ra n y te m o qu e el c o n
ta c to d e m is m an o s n o te h aga d esv a n e ce r.
2. P a ra e v ita r lo , reh ú so e n c o n tr a rte y b u s c o m i u n ión c o n tig o cuan
d o d u erm o.
3. M i alm a, cu an d o d u e rm o , se e n c u e n tra a solas c o n tig o , es co n
d id a y o c u lta a los ó rg a n o s d e los sen tid os.
4. L a u n ión de las alm a s es m il ve ce s m ás h e rm o s a , p o r sus e fe c to s ,
qu e la d e los c u e rp o s 137.
1. A m en u d o m i a m a n te m e ha v is ita d o d u ra n te una n o ch e [n e g ra ]
c o m o su c a b e lle r a y ha p e rm a n e c id o c o n m ig o hasta el a lb a [d e s lu m
b ra n te ] c o m o su ro s tro .
2. L a he te n id o c o m o c o m e n s a l m ien tra s qu e el a m o r 'u d r i (al-hawci
a l-'u d r i) e ra n u es tro te r c e r [c o m p a ñ e r o ] y el v in o m a n te n ía asalto s con
m i e s p ír itu c o m o la p u p ila de sus o jo s .
3. M e he m o s tr a d o c a s to re s p e c to a e lla c o m o h a ce un h o m b re
n o b le en la p le n itu d d e su fu e rz a : la c a s tid a d l'a f ñ f ) es una v ir tu d (fa d l)
c u a n d o el qu e la g u a rd a está en p len a fu e rz a [fís ic a ] IW.
Y él no teme afirmar:
— T e n g o e le g a n c ia c o r p o r a l (y a m á l), b u ena e d u c a c ió n (a d a b ), h u m o r
d u lce ( j u l q m u w a ttá ) y ta le n to d e l b ie n d e c ir qu e, si tú q u is ie ra s , te
h a ría o ír m a g ia 144.
Es por m edio del ia r f y del adab a la vez .con lo que Ibn Zaydün trata
de retratarse:
1. N o nos ha p e r ju d ic a d o en nada qu e n o fu é ra m o s su ig u a l ( k u f )
en n o b le z a (s a ra f), pues en el a fe c to (m a w a d d a ) hay s u fic ie n te s razon es
d e ig u a ld a d r e c íp r o c a l47.
Ibn 'Am m ár irá más lejos para tratar de captar la esencia misma de la
grandeza del amor:
1. L o qu e c o n fie r e un a lto ra n g o (y a h ) al a m o r — c o m p ré n d a n lo
b ien— es su h u m ild a d v e rg o n z o s a , y sus d e lic ia s — p o d é is b u s c a r el
g u s to a g ra d a b le — están hechas d e sus to rm e n to s a rd ien tes.
2. ¡N o b u s q u é is un p o d e r l'iz z ) en e l a m o r (h u b b ), pues n o son sin o
lo s e s c la v o s d e la le y d e a m o r los qu e son h o m b re s lib re s ! I48.
146 C f. su p ra , p. 422.
147 R im a na, m e tr o b a sit (v e r s o 29 de la n ü n iy y a ): D iw ’an, 7; C ou r, Ib n Z a i-
d ou n , 72.
148 R im a a ru h ü , m e tr o k a m il. H is to ir e des A lm o h a d e s , texto, 78 (E l C a iro , 69-79),
trad . 95.
Las páginas precedentes no presentan más que los aspectos principales
del am or tal y com o lo concebían los hombres. Nos podemos preguntar
legítimamente si las mujeres no han expresado por sí mismas su pensa
miento sobre un sentimiento que, por su naturaleza, les afecta con mucha
más violencia y profundidad.
Destacaremos en prim er lugar que las poetisas andaluzas, numerosas
en los siglos ix al x m , han reflejado fielm ente las ideas sociales y reli
giosas de su época. Hasta fines del siglo x se ocupan de las ciencias filo
lógicas o religiosas: unas son jurisconsultas, otras ascetas, la m ayor parte
copistas del Q u r’an 149; las costumbres, en un siglo en el que el mismo
al-Mansür debía inclinarse ante los alfaquíes, no perm itían a la m ujer
seguir la vocación que ella juzgaba conform e a su naturaleza y expresar
con toda la espontaneidad deseable los sentimientos que experimentaba.
En el siglo xi, la m ujer tiende a ocupar un lugar de prim er plano en la
sociedad; el florecim iento de la poesía amorosa, que hace de ella un ser
adulto e idealizado, nos muestra que, si bien confinada todavía en el
gineceo, aunque gozando de una libertad relativa, la andaluza se siente
casi la igual del hombre y reivindica, com o él, el derecho a la vida.
Walláda, com o hemos visto, no tenía nada que envidiar a la libre condi
ción de sus enamorados com o Ibn Zaydün e Ibn 'Abdüs, y algunas veces
las palabras que les dirige testimonian una emancipación casi total frente
al sexo fuerte. Las relaciones que mantuvo con otra mujer, Muhya, sobre
las que no cabe duda, pues lo testifican algunos de sus versos IS0, demues
tran que se burlaba de las conveniencias. ¿Podía ser el am or para una
«m arim ach o» com o ella otra cosa que un hecho físico? Al com ienzo de
sus relaciones con Ibn Zaydün ella expresa, sin embargo, una pasión muy
viva; ¿entrevería la felicidad que sueña con disimular?;
1. E s p e ra , a la h o ra en qu e las s o m b ra s d e la n o ch e sean oscu ras,
m i v is ita , pues p a ra m í la n o ch e es e l m e jo r m e d io de g u a r d a r cl
secreto.
2. ¡M e has h e c h o s e n tir una cosa tal, qu e si la h u b ie ra s e n tid o el
sol, n o a p a r e c e r ía m ás; si lo h u b ie ra s e n tid o la luna, és ta n o se e le v a
ría; si la e s tre lla , n o v ia ja r ía n in gu n a n o c h e !151.
429
Muhya, la amiga de Walláda, demuestra la misma brutalidad en sus
relaciones con los hombres; había tenido buena maestra en W alláda l54.
Detrás de estas amazonas, que han dado poco de su corazón, hay un
grupo de mujeres en las que se encarnan verdaderamente la delicadeza
y el encanto andaluces.
Hemos citado en líneas anteriores los versos de Umm al-Haná’ en los
que la alegría y las lágrimas se entremezclan dando testim onio de una
extrema sensibilidad 155. La hija de al-Mu'tasim, la princesa Umm al-Kirám,
prendada de un hermoso adolescente de Denia, de nombre al-Sammár, «el
fabricante o vendedor de clavos» o «e l h errero», expresa en términos
sencillos pero conm ovedores su amor:
1. O h h o m b re s , a s o m b ra o s d e lo qu e ha h e c h o c o n m ig o la lla m a
d e l a m o r...
2. M i s o lo b ie n es a q u el a q u ie n a m o y, si m e d e ja ra , m i c o ra zó n
le s e g u iría p o r to d a s p a rte s l56.
Para conocer los móviles que impulsan a los hombres a actuar debe
mos recurrir, sobre tcdo en una época en la que la poesía parece ser la
expresión esencial del pensamiento de un pueblo, a los versos que los
poetas han compuesto bajo la influencia directa de los acontecimientos
y frente a personajes y actores que han tomado parte en ellos de manera
efectiva. Al lado de la poesía, las memorias, com o las del príncipe zírí
'Abd Alláh serán muy valiosas, pero desgraciadamente son muy raras en
la literatura árabe, y particularmente en la España del siglo X I. ¡Cuánta
luz proyectarían, incluso teniendo en cuenta su carácter autobiográfico
y, en consecuencia, parcial, en una época com o la que estudiamos, en la
que el hombre, por las mismas condiciones históricas, tendía a la realiza
ción más com pleta posible de su yo!
La poesía suple, en parte, esta falta de documentos en prosa. Es a
través de sus composiciones poéticas, en ocasiones tan reveladoras como
confesiones, com o podemos obtener algunos de los rasgos fundamentales
de la psicología de los príncipes andaluces del siglo xi.
U n iv e rs id a d de S e v illa
Fac. Filología.-Bibíistec*
tes: la generosidad (yüd), la valentía (saya a), el conocim iento com pleto
de las reglas de la equitación (furñsiyya), la belleza corporal (yamal), el
talento poéticofi/'rj, la elocuencia (jitaba), la fuerza física (sidda), el arte
de m anejar la lanza ( t a n ) y el sable (darb) y el talento de servirse bien
del arco (rim aya) \
Los Reyes de Taifas no reunieron jamas y por com pleto todas estas
cualidades, o tuvieron algunas que fueron distintas o que, secundarias en
Sa'id ibn Yüdi, se hicieron dominantes en ellos por su hipertrofia.
El cadí Abü-l-Qásim al-'Abbádx, abuelo de al-Mu'tamid, decía en verso:
1. L a g lo r ia n o está e m b o s c a d a m as qu e en m is c o s ta d o s y la g e n e
ro s id a d s ó lo p u ed e b r o ta r de m i d erech a.
2. El e jé r c it o d e la g ra n d e z a c irc u la e n tr e m is dos fla n c o s y el m a r
de la g e n e ro s id a d se h in ch a e n tre m is d os m a n o s 4.
Al-Mu'tadid nos indica en este ultimo verso que la ambición podía ser
también una cualidad en un príncipe. Es verdad que nadie en su época
podía sentirla con m ayor intensidad; ¿no esperaba agrupar toda la Pen
ínsula bajo su cetro? N i los placeres le hacían apartarse de sus proyectos:
' Ib n al-A b b ár, a l-H u lla , en N o tic e s , 84, 1.7-8; H M E 2, I I , 35; Ib n H a y y á n , al-
M u q ta b is . ed. del P. Á n tu ñ a, p. 30, penult.
4 R im a irñ , m e tr o taw il. C f. a l-H u lla , en Abbacl., I I , 47-48.
5 R im a ri, m e tr o taw il. C f. a l-H u lla , en A bbad.. I I , 49.
Veamos todavía algunos versos más, muy característicos:
1. P o r tu v id a , m e h ago, p o r m e d io d e l v in o , m u y e lo c u e n te y e je c u to
con fu e rz a ( f a " a l) lo qu e q u ie re n m is c om en sales.
2. H e r e p a r tid o m i tie m p o e n tre el tr a b a jo y el p la cer; a las d e c i
sion es (r a ’y ) c o n s a g ro el fin a l de las n och es (a s h a r); al re c re o , m is tai-
des (ClSCll).
3. P aso m is a ta rd e c e re s in m e rs o en la v o lu p tu o s id a d y los p laceres,
y p o r la m añan a m e p a s e o o r g u llo s o en los trib u n a le s d e la a u to rid a d
d el p rin c ip e ( r i ’asa).
4. B e b ie n d o la rg a m e n te , no o lv id o m i d eseo d e g lo r ia : en la p e rs e
cu ción de los h o n o re s ac tú o con a s tu c ia 7.
Y este otro:
10 C f. su p ra , p. 47, n. 81.
» C f. H M E 1, I I I , 132.
12 S o b re e s te g ra m á tic o , cf. Ib n la llik a n , W afa yüt. ed. d e Slan e, I, 675 sg.
12. H e o c u lta d o a tus o jo s m i r o s tr o b e n é v o lo cu an d o tú a m en u d o
lo e n c o n tra b a s sin v e lo .
13. ¿ N o rec u e rd a s e l m o m e n to , en L o r c a , en qu e tu c o r a z ó n estab a
tan lig e r o c o m o un p á ja r o ?
14. N o p o d ía e s ta rse en su s itio m ie n tra s qu e tu p a d re , c o m o un
león ( d irg a tn ) en e l fo n d o d e su c u b il, to m a b a m ed id a s d e p re c a u c ió n .
15. ¡C ó m o im ita b a s sus a c to s y c ó m o o b e d e c ía s c u a n d o él te dab a
una o rd e n !
16. E l v e ía c on m ás p e rs p ic a c ia las c on secu en cia s bu en as o m alas
de los a c o n te c im ie n to s .
1. M i p u e b lo ha d e s a p a re c id o , p e ro y o no; c on la ra m a u n o p u ed e
p a sa rse sin el tr o n c o cu an d o y a n o está.
2. ¡Q u é tr a b a jo os h u b ie ra c o s ta d o d e c ir e s ta p a la b ra d e h o m b re
g lo r io s o : «S u s a c to s están im p r e g n a d o s d e la m ás a lta d is t in c ió n !»
3. « E l v a s o n o p u ed e re z u m a r m ás q u e e l líq u id o q u e e n c ie r r a » 14;
¿ a c a s o las a v is p a s s e g re g a n [e l n é c ta r] q u e s e g re g a la b o c a d e las
a b e ja s ?
4. V o lv e r é m i r o s tr o d e l lu g a r en qu e os e n c o n tré is , au n qu e to d o s
los c a m in o s n o lle v a rá n sin o a vos,
5. p o r q u e e l lu g a r en q u e os e n c o n tréis , fa lto e s ta rá d e altu ra ,
y n o se p u e d e e s ta r s a tis fe c h o d e lo q u e en él se d ic e o d e lo qu e en
él se hace.
6. H e te n id o qu e r e p r e n d e ro s c on la e s p e ra n z a d e qu e os c o r r e g i
réis, p e ro , [y a lo v e i s l , en los n o b les , las re p rim e n d a s son suaves y c o r
teses 15.
Jayrán el Eslavo, que reinó en Alm ería antes que los Banü Sumádih,
hace una observación análoga en un cronista árabe, que emplea la palabra
qasd para expresar exactamente una conducta moderada, «económ ica»,
tan lejos de la prodigalidad com o de la cicatería ’7.
El término medio, com o vemos, es lo m ejor, y los gestos generosos
contentan al pedigüeño sin agotar el tesoro. ¿Sería el único hispano-
1. S a b e d qu e en el c o m b a te y en la g e n e ro s id a d s oy un h é ro e , s e m e
ja n te al m a r c u a n d o d o y , y cu an d o m e p r e c ip ito s o b re el e n e m ig o , al
d e s tin o 21.
En otro lugar:
1. D e rr ib a e l e d ific io d e la a v a r ic ia y re c h á za la ; e l qu e d e r r ib a la
a v a r ic ia c o n s tru y e su g lo ria .
2. N o hace m ás qu e v iv ir h a m b r ie n to y m u e rto e l qu e v iv e s ó lo en
sus b ien es n .
Y dice también:
1. ¿ E s qu e un h o m b re p u ed e en s e ñ a r y d ir ig ir la o r a c ió n en dos
m e z q u ita s s e n c illa s y en una m e z q u ita c a te d ra l?
2. C o n s e rv a una d e las d os fu n c io n e s y n o b u squ es n a d a m ás: al
q u e r e r d e m a s ia d o se p u e d e te m e r la in c a p a c id a d 24.
1. T u e s p a d a ha a c tu a d o c on r ig o r c o n tra un p u e b lo qu e n o ha
c r e íd o ja m á s m ás q u e en lo s ju d ío s , au n qu e se d é el n o m b re d e b e re b e r.
2. H a s d a d o p o r fr u to s a tu la n za las cab ezas d e sus v a lie n te s cu an
d o has v is to q u e e l ta llo q u e ría d a r fru to s .
3. H a s te n iñ o tu c o ta d e m a lla c o n la san gre d e sus rey e s cu an d o
has s a b id o q u e la b e lle z a se v is te d e r o jo 36.
— L a p o e s ía m ás fr ía , d e c ía A b ü T a m m á m a l-H a y y á m , p u ed e h a cer
m a l a lo s o tro s c o m o el v e n e n o qu e n o m a ta al ásp id (s ill) q u e lo lle v a ,
p e ro m a ta a la p e rs o n a q u e es m o r d id a 49.
1. S e d ir ía q u e e l a lh e lí n a m m á m , al g u a rd a r su p e rfu m e , es c o m o
e l ju r is c o n s u lto q u e d esea a r d ie n te m e n te p r o lo n g a r la h ip o c r e s ía ( r iy á '):
2. m a n ifie s ta la ren u n c ia al m u n d o (z u h d ) p o r el día, y p o r la n o ch e
se c o n v ie r te en lib e r tin o en c o m p a ñ ía de g en tes c o rte s e s y e s p iritu a le s
(z a r a fü ’) 57.
1. Y o c re ía , d ic e A b ü 'Is a Ib n 'Im r á n , q u e el h o m b r e q u e d e b ie r a
g o z a r d e a lta s d ig n id a d e s e ra e l q u e h a b ía a d q u ir id o c ie n c ia [r e lig io s a ],
2. p e r o h e a q u í qu e e l a lfa q u í qu e se e n c u e n tra sin fo r tu n a es c o m o
la tie n d a ( ji b á ') q u e n o tie n e p o s te ( ’im á d ).
3. L a n o b le z a d e l h o m b r e re s id e en su o r o (n a d a r)-, el p o b r e es el
h e rm a n o d e la in e rc ia , [p u es p ie r d e to d o s sus m e d io s ].
5. ¡L a c ie n c ia n o es [c o m p a r a b le ] m ás q u e a las p e rla s qu e se p u sie
ran a la v e n ta en un m e r c a d o en qu e n a da se v e n d e ! 5S.
1. S i tien es q u e e n v ia r a a lg u ie n c on m o tiv o de un n e g o c io y tú
deseas v iv a m e n te re a liz a r lo ,
2. d e ja d e la d o to d o m e n s a je ro qu e n o sea e l qu e lla m a n d irh a m 59.
El mismo lam ento en Ibn Sára, que comprueba que «la ignorancia
atrae a la riqueza com o el imán ( h i y á r a t a l - m a g n i t i s ) atrae al h ie r ro 01»,
así com o en Abü Bakr Ibn Ruhaym, que deplora una época que rebaja a
las gentes de altos ideales y eleva a los hombres de alma baja y condición
in fe rio r» 62.
Pero no toda la sociedad está corrom pida hasta ese punto; conocemos
la digna respuesta que dio Abü Muhammad Ibn Hüd al-Yudámi, gober-
1. T r a ta d lo m en os p o s ib le de e n c o n tr a r h o m b re s, s a lv o p a ra a d q u i
r ir c ie n c ia o m e jo r a r una s itu a c ió n M.
Como Abü Isháq al-Ilbíri, Abü Bakr Ibn ’Atiyya prefiere los lobos
a los hombres:
Sería fácil m ultiplicar los testimonios, pero nos lim itarem os a citar
algunos versos de al-Sumaysir, que nos parece ser el que m ejor ha refle
jado el pensamiento de sus contemporáneos:
1. N u n c a la fo r tu n a m e ha h e c h o c o n te m p la r a un a m ig o qu e, a g ra
d á n d o m e d e p rim e ra s , n o m e h a ya o fe n d id o al fin a l;
2. N u n c a he d ic h o : es d e é l d e q u ie n e s p e r o s o c o r r o c o n tra los g o l
pes d e l in fo rtu n io , sin qu e fu ese ese m is m o una d e s g ra c ia p a ra m í 75.
1. T o d o s a q u e llo s a q u ie n es a m as son a m ig o s s in c e ro s en ta n to qu e
n o tien es q u e g u a r d a rte [d e una d e s g ra c ia ) o fo r m u la s un d eseo ;
3. P e ro c u a n d o b u scas a yu d a o tien es n ec e s id a d d e un s o c o r r o
im p o rta n te , ¡n o e n cu en tra s m ás qu e p u erta s c e rra d a s ! 76.
— la v id a es un v in o qu e los e s c a n c ia d o re s h acen c ir c u la r p a ra c re a r
buen h u m or, p e ro q u e n o p ro v o c a m ás qu e o d io s ? 78.
1. C u an d o tu e n e m ig o , un d ía, se e le v e a un a lto r a n g o ( r u tb a ) y n o
p u ed as q u itá rs e lo ,
2. b esa su m an o, sin m o s tr a r o r g u llo , si no se la p u ed es m o r d e r 79?
1. M e h e d e c id id o a c o n te n ta r m e c on p o c o y a m a n te n e rm e a le ja d o
d e lo s p o d e ro s o s y n o v e o ni v is ir ni e m ir.
2. Y o era , p o r to n ta v a n id a d , e l c o m p a ñ e r o d e v ig ilia de m is v ersos,
y a h ora, en m is v e rs o s , lo s oy d e m i f i l o s o f í a 81.
Para Abü 'Isa Ibn Labbün, el ideal sería vivir «in angello cum lib e llo »:
1. S i q u e m á is el p a p el ( q ir tü s ), no q u e m á is el p e n s a m ie n to a él con-
tiad o, y m en o s aun e l qu e está en m i c e re b ro .
2. M i p e n s a m ie n to v ia ja p o r todas p a rte s p o r d o n d e m e lle v a n m is
m on tu ra s: se p a ra d o n d e y o m e p a ro y será e n te r ra d o c o n m ig o en
la tum ba.
1. H e d e s o b e d e c id o a m is p asion es c u a n d o e ra jo v e n , p e r o d esp u és
q u e el tie m p o m e h ir ió c on las canas y la v e je z ,
2. he o b e d e c id o a la p a sión , c o n tra ria m e n te a la c o s tu m b re . ¡Q u iso
D ios qu e c o m e n z a r a s ie n d o v ie jo p a ra to rn a rm e d esp u és en jo v e n ! ll3.
Otro, pese a su avanzada edad, se entrega aún al placer del vino, «pues,
dice, quiero encontrar la esperanza en la misma desesperación» " 4.
Si algunos siguen entregándose al placer es porque no creen en el más
allá y quieren «v iv ir el d ía» hasta el fin.
1. ¡Q ué h e r m o s a s e ría la v id a si el h o m b r e e s tu v ie ra s ie m p r e c o m o
la luna, qu e e s p e ra lle g a r a e s ta r lle n a tra s h a b e r e s ta d o in c o m p le ta !
2. ¡N o h a y m a n e ra de e te r n iz a r una a c c ió n m e m o r a b le (m a ’tu ra ),
p u esto q u e n o se p u ed e e te r n iz a r un c u e rp o ! ll7.
1. L a m u e rte d e l h o m b r e es un s e c r e to q u e n o se h a p o d id o d e s v e la r
y n in gú n c o n o c im in to ha p o d id o e s ta b le c e r lo qu e es en rea lid a d .
2. T o d o s e r d o ta d o d e c u e rp o y d e a lm a p e re c e y el fin se reú ne con
el c o m ie n zo .
3. E l to d o lle g a rá a una e s cis ió n p o r la qu e la c ria tu r a to rn a rá a su
o rig e n ...
5. T o m a , pues, lo qu e q u ie ra s [d e la v i d a ] : la p o b r e z a es una trab a;
v iv e c o m o q u ie ra s : ¡la m u e rte es el fin (g a y a ) lls.
lo que le valió ser tachado de herejía por un amigo de Ibn al-Síd al-
Batalyawsí, unos diez años más tarde, y provocó entre estos dos amigos
una discusión cuyo interés se ha subrayado recientemente 123.
Un poema de Abü Muhammad Ibn al-Sid al-Batalyaws! nos deja adi
vinar que, en su época, algunos filósofos negaban la unidad de Dios
(ta w h ld ); decía en un verso:
122 R im a id, m e tro sa ri'. A n al., I I , 515, 642; Ib n T h o ta il, H a yy ben Y addan, te x to
y trad . fra n c e sa p o r L e ó n G a u th ie r, 2.a ed., te x to , p. 12; trad . p, 10.
12:1 C f. A s ín P a la c io s , L a tesis de la n eces id a d de la re v e la c ió n en el Is la m y en la
e s co lá s tica , en A l-A n d a lits, I I I , lase. 2 (1935), 368-374, 380-389.
124 R im a id ü, m e tr o taw il. Q a lü 'id , 195-196 (e l p o e m a c o m p re n d e d ie c is ie te v e rs o s ).
125 R im a ili, m e tro k a m il. Q a la ’id. 100.
1211 Ib n M u 'a v n p a rec e ser un tra d ie io n is ta c o n te m p o rá n e o . C f. Anal., I, 176, 1.18;
I I 4, 1.17; 663, L 1, 9.
¡jwr'M: . *.r i
Faü. íüy'i. 3"' Ki
A lo que el historiador tradicionista Abu 'Abd Alia al-Humaydi
( f 488 = 1095) respondió 127:
Todos estos ataques, que hubiesen sido muy graves en otros tiem
pos 129, no eran más que objeto de discusión entre hombres de religión,
frecuentemente sin amenidad, nunca con odio o muerte.
Más anodinas debían parecer las salidas ingeniosas de los poetas que
decían que la religión del vino y la religión de la oración podían coexistir
perfectamente B0, y que el trago de la mañana no impedía en absoluto res
ponder a la llamada del alm uédano131. Pero ¿no era llevar tal vez el
diletantismo demasiado lejos decir, com o Ibn al-Yasa', la mañana misma
de la batalla de al-Zalláqa, que tuvo lugar un viernes:
1. H e a q u í e l a lm u é d a n o q u e an u n cia la h o ra d e la o ra c ió n :
2. (I b n 'A m m á r ): H a c ié n d o lo , e s p e ra qu e D ios le p e rd o n a rá sus
n u m e ro s o s p eca dos.
Pero Ibn Hazm quisiera que todo el mundo fuera humilde com o él:
1. Que el e n v id io s o (h á s id ) n o se a le g r e si m e o c u r r e algu n a d e s g ra
c ia (n a k b a ), pues e l tie m p o n o d e ja in d e m n e nin gu n a situ ació n .
2. E l h o m b r e d e m é r ito es c o m o el o r o : tan p ro n to se le e n cu en tra
b a jo tie r r a (m a tr a b a ) c o m o se le ve, en fo r m a d e c o ro n a , s o b re [la
c a b e za d e ] un r e y ,43.
1. M e he a c o rd a d o de e llo s c u a n d o el a le ja m ie n to m e s ep a ra b a :
im p o s ib le o lv id a r c u a n d o una lla m a a r d ie n te c on su m e m i co ra zó n .
2. T e n g o h ijo s , c o m o p a ja r illo s [a b a n d o n a d o s ] en un d e s ie r to ; los
p a d res q u e los p ro te g ía n han p a r tid o y las d e s g ra c ia s se han a b a tid o
s o b re ellos.
3. C u an d o s o p la e l v ie n to , le v a n ta n la ca b e za ; p e ro s ó lo las aves
d e p re s a v ie n e n ju n to a e llos.
4. ¿Q u ién v e n d rá en s o c o r r o d e esos p e q u e ñ u elo s tras la p é rd id a de
su p a d re ? ¡Q u e sea un a v e d e b u en a u g u rio si e l tie m p o q u ie r e d e ja r la
a p a re c e r! 147.
461
U n iv e r sid ad de ScVt Bf c ]
Fac. Fllolog¡i-CiMi3U63 J
1. H e r e c o r d a d o tu q u e r id a s ilu e ta — le d e c ía en un p o e m a — en
m e d io d e las esp a d a s, y nada e n to n c e s h u b ie ra p o d id o h a c e rm e c o n c e
b ir la id e a d e la fu g a l48.
1. H a z un lu g a r en tu c o r a z ó n p a ra e l a m ig o : el o j o d e la a g u ja es
s ie m p r e b a s ta n te e s p a c io s o p a ra c o n te n e r a d o s seres qu e se am an.
2. N o p e rm ita s el tr a to de un h o m b r e r e n c o r o s o : e l m u n d o e n te ro
lle g a r ía d ifíc ilm e n te a c o n te n e r a d os h o m b re s d e esa c lase 149.
1. S i e l m u n d o, c o m o un m a r, se in te r p u s ie ra e n tre n o s o tr o s — d e cía
Ib n H a z m a Ib n S u h a y d — un d ía d e te m p e s ta d , y si en el c ie lo los
p e rp e tu o s re lá m p a g o s e n c e n d ie ra n un in c e n d io ,
2. el a fe c t o q u e te te n g o m e fa c ilit a r ía el m e d io d e lle g a r h a sta ti,
y n in gú n c a m in o m e s e ría im p o s ib le p a ra ir a u n irm e c o n tig o 1S1.
1. O s e n v ío p o r d e la n te m i c o ra zó n : g u a rd a d lo p re c io s a m e n te hasta
qu e y o lle gu e,
1. ¿ E l tie m p o es d is tin to a c o m o lo c o n o c e m o s y lo c o m p re n d e m o s ?
Sus m a le s son d u ra d e ro s y los p la c e re s fu gaces.
2. C u an d o e n c o n tra m o s una h o ra de a le g ría , pasa en un a b r ir
v c e r r a r d e o jo s y n o d e ja tras e lla m ás q u e p esa d u m b re.
3. Y e s to s erá así h a sta el ju ic io fin a l, en el qu e las con secu en cias
d e n u es tros a c to s nos h a rán d e se a r n o h a b e r v iv id o nunca.
4. H e m o s a c u m u la d o p re o c u p a c io n e s , c o m e tid o p eca d o s, s u frid o d es
g ra c ia s , y la ra zó n d e n u estra s a le g ría s se nos escapa.
5. L lo r a m o s p o r lo q u e ha d e s a p a re c id o , e s ta m o s p re o c u p a d o s p o r
lo qu e o c u rre , nos a to rm e n ta m o s p o r lo qu e e s p e ra m o s y nu estra e x is
te n c ia no tien e nunca tra n q u ilid a d .
6. E l h e c h o cu y a re a liz a c ió n p a rec e qu e h a rá n u es tra fe lic id a d no
es, una v e z r e a liza d o , m ás q u e una p a la b ra d e s p r o v is ta d e s e n t id o 1" .
15,1 R im a ü 'i, m e tr o taw il. C f. Q a la ’id, 102; a l-D a jira , I I I (G o th a ), 27a; a l-H u lla ,
en C o r r e c tio n s , 116; R e c h e rc h e s >, 525-527.
159 L u q m á n es un p e rs o n a je le g e n d a rio d el p a g a n is m o á ra b e ; h a b ría te n id o una
v id a ig u a l a s ie te v e ce s la d e l b u itre . L u b a d es el n o m b re del ú ltim o b u itr e c ria d o
p o r L u q m á n C f. E n c y c l. Is l., I I I , 36-39, art. d e H e lle r.
160 R im a dii, m e t r o ba sit. A n al., I I , 652.
161 R im a na, m e t r o ta w il. M a tm a h , 56; al-D abbi, B ttgya, p. 404 (n ú m . 1204); Ibn
B a sk u w á l, a l-S ila , p. 409 (n ú m . 888); H is t. A lm o h ., texto, 33 ( E l C airo , 31); trad., 40.
ayuno y el 'id al-adhá o de los sacrificios. N o nos sorprenderá, pues, encon
trar en una poetisa llamada Nazhün, hija de al-Qalá'í, una evocación de
los gratos momentos pasados con amigas «la noche del d o m in g o »162
(lavlat al-ahad), lo que designa probablemente no la noche del sábado al
domingo, según la concepción semítica, sino la del dom ingo al lunes.
Que los poetas hagan alusiones a personajes de la Biblia no tiene
nada de sorprendente, pues el Q u r ’án contiene la historia, más o menos
detallada, de un gran número de profetas anteriores a Jesús; pero es de
destacar que es, sobre todo, para describir un dolor cuando la citan. Al-
Mu'tasim, al pensar en su hijo prisionero en Granada, exclama resignado:
— Si s ie n to un d o lo r s e m e ja n te al d e Jacob , p o r q u e he p e r d id o a m i
h ijo q u e rid o , c o m o é l h a b ía p e r d id o a José, te n d ré p a cien cia , pues la
p a c ie n c ia nos sien ta b ie n ’63.
1. S a b es b ien lo qu e es el vin o , p e ro si te c o n s id e ra s d e m a s ia d o
ig n o ra n te p a ra sa b e rlo , busca una e x p lic a c ió n de su s e c r e to en el
E v a n g e lio ,6é.
Parece que no podemos ver en este verso otra cosa que una alu
sión al m isterio de la transustanciación, según el Evangelio de San Juan
( VI , 51-58).
Jesús es el profeta que ha hecho milagros con sólo tocar a los enfer
mos Ibn Sara, al pedir socorro al cadí Abü Umayva, se expresa asi:
Pero Jesús aparece sobre todo como el profeta que encarna la bondad,
la indulgencia y, nos atrevemos a decirlo, la caridad, si bien esta palabra
no tiene la correspondiente exacta en árabe. Al-Mu'tamid, temiendo el
furor de su padre tras el fracaso ante Málaga, escribe:
1. S eñ or, m e la m e n to an te v o s d e un m al p o r el qu e m i c o r a z ó n se
en c u e n tra u lc e ra d o .
2. V u e s tr a c ó le r a ha a u m e n ta d o m i d o lo r; e n v ia d m e v u e s tro b e n e
p lá c ito ( r id a ) c o m o un M e s ía s 17°.
Todavía queda un aspecto del alma andaluza que nos parece tan esen
cial com o su grandeza en la adversidad, y es su capacidad de sufrimiento.
Porque permanece radicalmente creyente y ve en el dolor una purifica
ción y un ennoblecimiento, no llega nunca a la desesperación y al suicidio.
El suicidio no es cosa frecuente en el Islam 176; en España, en el
siglo xi, no podemos citar más que una tentativa en un caso desesperado:
'Abd al-Rahmán Sanchol, en el momento en que iban a atarlo para condu
cirlo ante al-Mahdí, sacó un puñal de su calzado para darse la muerte,
pero intervinieron a tiempo de evitarlo 177.
Algunos historiadores pretenden que al-Mu'tamid tuvo la misma idea
cuando los Alm orávides tomaron Sevilla y le obligaron a rendirse sin
condiciones, pero por su tem or de Dios (tuqa) renuncio a su proyecto ’78.
172 C f. s o b re este tem a, las Anal., I I , 501, 577, 619; Q a la ’id, 12, 25- 28 (e n A bba d.,
I, 48, 63-64, 68); A l-D a jira , I I , 19 r.»-v." (e n Abba d., I, 317); a l-H u lla , en A b b ad ., I I ,
68; H is t. A lm o h ., te x to , 109 (E l C a iro , 98-99); trad ., 131-132.
173 R im a li, m e t r o ta w il. A n al., I I , 250; R e c h e r c h e s ', 125. S e e n c u e n tra u n r e tr a to
en p ro s a d e e ste p rín c ip e p o r Ib n al-Lab b án a, en A n al., I I , 250, trad . p o r D ozy, en
R e c h e rc h e s >, 126-127; 3.a ed., I, 273-275.
174 C h a te a u b ria n d d ic e a q u í «c r is tia n o s ».
175 L e G é n ie d u c h ris tia n is m e , ed. G a rn ie r, t. I I , 194.1
176 C f. s o b re e ste te m a M u s ta fá 'í’a w á d , A l-m u n ta h irü n fi-l-y a h iliy y a w a -l-islá m ,
en a l-H ila l, t. 42 (f e b r e r o 1934, pp. 475-478); a l-N u w a y r íj N ih á y a t a l-a rab, I I , 182-184
(e l s u ic id io p o r a m o r ).
177 C f. H M E 2, I I , 289. C ita r e m o s ta m b ié n e l c a s o c u rio s o d e l m u rc ia n o Ib n
S a b 'in , qu e en e l s ig lo v i l = x m se s u ic id ó a b rié n d o s e las ven as (c f . Ib n S á k ir
a l-K u tu b í, F a w á t, I , 316, 1. 4-5; D u gat, ln t r o d . a u x A n al., I , p. L I ; M e h ren , C o rre s -
p o n d a n ce d u p h ilo s o p h e s o u fi I b n S a 'b in , 350;A m a r i, Q u e s tio n s p h ilo s o p h iq u e s ,
en J. A., 5.a serie, t. I (1853), pp. 256-257; M a s s ig n o n , R e c u e il de te x te s in é d its , 123;
G. S. C o lin , E l-M a q s s a d , tra d . a n otad a, p. 181.
178 A lo s qu e le in tim a b a n a ren d irs e , les re s p o n d ió : « ¡U n v e n e n o m e s e ría m ás
fá c il d e tr a g a r qu e ta l v e r g ü e n z a !» (r im a ü', m e t r o k á m il). C f. Q a la ’id, 22; A bbad.,
I, 303; A n al., I I , 622; H is t. A lm o h ., te x to , 100 ( E l C a iro , 89); trad ., 121; H M E 2,
I I I , 150.
La figura más característica de abnegación estoica, en la primera mitad
del siglo xi, nos la da Abü 'Am ir Ibn Suhayd, al que hemos tenido ocasión
de citar tantas veces. Hacia el fin de su vida — murió en 426 = 1035— una
hem iplejía le impedía moverse; no iba a ver a sus amigos más que en
camilla (mihaffa)', ¡cuánto dolor debió suponer para este hombre, que
había desplegado hasta entonces tanta actividad física! Pero el cerebro
y la lengua permanecieron intactos y, lo que valía más, su corazón con
servó toda su bondad natural. Sus amigos no le abandonaron; nuevo
Sócrates, los reunía junto a él para hablar de la actividad que el hombre
verdaderamente noble debe mantener ante el sufrimiento:
1. M e la m e n to en m i a lm a y llo r o s o b re m i c o ra zó n , y cu an d o m e
s ie n to a ta c a d o d e n u ev o p o r m i d o lo r c r ó n ic o (d a r r á ’), te n g o la id e a fija
d e m a ta rm e ;
2. p e ro a c e p to , en to d a s itu a c ió n , los d e c r e to s y las d e cis io n e s de
A llá h s o b re m í, pues e s to y p e rs u a d id o d e su e q u id ad .
3. P a s o m is d ías s e n ta d o en la casa en la qu e e l d e s tin o (q a d á ’) m e
r e tie n e p r is io n e r o a cau sa d e la e n fe rm e d a d d e una p ie rn a cu y o m al
ha d e b ilit a d o el p ie...
4. ¿Q u ién h a rá lle g a r [e s te m e n s a je ] a los h o m b re s (f ity ü n )? ¡V u es
tro h e r m a n o es v íc tim a d e un a ta q u e h o rr ib le , del qu e n o se ha v is to
nada ig u a l! Is".
1. C u an d o he v is to qu e la v id a h a bía v u e lto la c a b e za y he te n id o la
c e rte z a de qu e la m u erte, sin nin gu n a duda, m e ib a a a tra p a r,
2. he d e se a d o p o d e r h a b ita r, v e s tid o con un m a n to rú s tic o ('a bci'a ),
en la c im a d el p ic o m ás a lto de una m on ta ñ a d on d e sop la el v ie n to
[p u r o l d e las cu m b res,
181 V e r s o tr a d u c id o p o r c o n je tu ra s , ya qu e el te x to a p a re c e a lte r a d o ta n to en
A n a le c te s c o m o en a l-D a jira .
182 R im a iq i, m e t r o ta w il. M a tm a h , 21 (r e p r o d . en A n al., I I , 246); a l-D a jira , I, I,
282-3. Ib n Q u zm á n p a rec e r e c o r d a r los v e rs o s 8-12 d e esta p ie z a en su z é je l, nú m e
ro X C , e s tr o fa 6 (C a n c io n e ro , 215).
183 V . e ste e p it a fio en a l-Ih á ta ( E l C a ir o ), I I , 73; A n al., I, 259; I I , 128; H M E 2 I I,
264-265; a l-H u lla , en N o tic e s , 151; G a rc ía G ó m e z, E lo g io , 46.
184 Cf., p o r e je m p lo , A n a le cte s , I I , 664; Q a lá ’id, 269.
2. L o s a c o m p a ñ o a la tu m b a, a s is to a su in h u m a c ió n v, sin e m b a rg o ,
es c o m o si e s tu v ie ra le jo s d e e llos.
3. L o s c o n o z c o y ya n o los c o n o zc o : m e p a r e z c o a un h o m b r e al
qu e han d e s p e rta d o , p e ro qu e m ira c on o jo s to d a v ía d o r m id o s l85.
Pero más significativas son, en nuestra opinión, las poesías que evocan
las ansias de la muerte. Si la muerte es una liberación, no se obtiene
sin lucha 1S6.
6. L a v id a de los h o m b re s, d ic e Ib n Z ayd ü n , es un la r g o c a m in o
In a h y ) qu e lle v a a la m u e rte ; a va n za n c on p a s o r á p id o c o m o v ia je r o s ...
11. L a m u e rte es un m al in ju s to que, si no fu e ra q u e r id o p o r el
d estin o, d e s v ia r ía a los h o m b re s a causa d e su fin d ifíc il y d e la ásp era
ru ta 187.
Para Abü-1-Fadl Ibn Saraf, las ansias de la muerte son terribles, pero
no son nada al lado de la soledad en que le han dejado los amigos:
1. P o r tu v id a , y o n o he o b te n id o n a d a im p o rta n te de la v id a de
a q u í a b a jo .
2. E n el m o m e n to d e a b a n d o n a rla , m e e n c u e n tro d e s p o ja d o d e to d o
V e x a m in o c on p e s a r m is m a n o s vacías.
3. L lo r o en to n c e s y m e d o y cu en ta d e qu e m is lá g rim a s n o valen
p ara n a d a y e n ju g o m is o jo s .
4. N o m e a f lijo an te la id e a d e las an sias de la m u e rte (h a w l
a l-m a w t), no, p e ro llo r o p o r te n e r p o c o s a m ig o s qu e m e llo r e n l8'*.
La idea del ángel lleva a la del pájaro que da vueltas por el aire y des
pués a la del muerto que se cierne:
3. ¿ E s q u e el a lm a d e l h o m b r e es o tr a cosa, d ic e Ib n Jafáya, qu e
la p re s a (ta r id a ) s o b re la qu e p la n e a e l á g u ila d e la m u e rte ('u q á b
a l-h im á m )? m .
Para Ibn 'Abd al-Samad la muerte está ahí, invisible, sin que sepamos
qué form a puede tomar, pero él la apostrofa com o para pedirle cuentas
de sus rigores:
Un poeta andaluz no podía mostrar m ejor que con estos versos cómo
una imaginación fecunda era capaz de transform ar en una evocación
sobrecogedora un hecho de observación corriente en la vida del campo.
472
CONCLUSION
M ercedes G a r c ía -A r e n a l
Abbad.-. D ozy, S c r ip t o r u m a ra b u m lo c i de A b b a d id is , L e v d e n , 184f>-18t>3, 3 vols.
— V . 'Im á d ad-DIn al-Isfa h á n í.
'A b d a l-H a q q al-B ád isí, a l-M a qs a d ( l ie des saints du R if ), trad . a n o ta d a p o r G. S.
C o lin (A r c h iv e s m a ro ca in e s , vo l. X X V I ) , P arís, 1926.
'A b d A llá h a l-Z írí, M é m o ir e s : T e x to á ra b e y trad . fra n c e s a con in tro d . y g lo s a r io
p o r E. L é v i-P r o v e n g a l, en a l-A n d a lu s, vol. I I I , tase. 2 (1935), pp. 233-344; vol. IV ,
fa s c íc u lo 1 (1936), pp. 29-145.
'A b d al-W ah h áb (H . H .), L e d é v e lo p p e m e n t de la m u s iq u e a ra b e en O r ie n t, E s p a g n e
et T u n is ie , en R e v u e tu n is ie n n e , t. 25 (1918 ), pp. 106-117.
— V . Ib n F a d l A llá h al-'U m ari.
’A b d u h al-D im a sq í (M u h a m m a d M u ñ ir). V. 'A ra r ib n K u ltu m ; a l-T ib n zi.
A b d u l-W a h ab . V . 'Abel al-W ahháb.
A b el ( L . ). V. A b ü M ih y á n .
al-Absíhí, a l-M u s ta tr a f f i k u ll fa n n m u s ta ir a f, te x to árab e, E l C airo , 1330, 2 vols.;
trad . fra n c e s a G. R a t, P a rís-T o u lo n , 1902, 2 vols.
Abu-’-A lá ’ a l-M a 'a rrí. V . a l-M a'arri.
A b ü B a k r al-M á lik l. V . al-M álik l.
Abü D áw u d al-Isfa h á n í, K it ü b a l-Z a h ra (p r im e r a m ita d ), ed. A. R. N y k l y Ib r a h im
T ü q á n , C h icag o, 1932.
A b u -l-F aray al-Isb a h án í, K itc ib a l-A gü n i, B ü lá q , 20 vols.; ed. Sási, E l C a iro , 1322-1323,
21 vols.; ed. de D a r a l-k u tu b a l-m is riy y a , E l C a iro , 1345 = 1927 sq.
A b u -l-F id á’, a l-M u jta s a r f i a jb ü r al-ba'sar, E l C a iro , 1325, 4 vols.
— T a q w im a l-b u ld ü n . G é o g ra p h ie , te x to á ra b e R e in a u d y de S lan e, P a rís, 1840;
ira d . fra n c e s a R ein a u d y St-G u yard , 2 p a rte s en 3 vols., P arís, 1848-1883.
Abü H á m id al-A n d alu sí al-G arn átl, T u h fa t a l-a lb á b w a -n u jb a t al-a'vab. ed. G. F erra n d ,
en J. A., 1925, t. 207, pp. 1-304.
Abü Is h á q d e E lv ira . D iw a n , ed. E. G a rc ía G óm ez, M a d rid -G ra n a d a , 1944.
Abü M ijv á n a l-T a q a fi, D iw á n , ed. L. A b el, L e v d e n , 1887.
Abü N u w á s , D iw ü n . ed. I. A s á f, E l C airo , 1898; ed. M a h m ü d K á m il F a rid , El C airo ,
1351 = 1932.
Abü-l-Q ásim al-G arn á tí, R a f a l-h u y u b a l-m a s tü ra f i m a h ü sin a l-m a q s íira , C o m e n ta r io
de la M a q s ü ra de Ib n H á z im a l-Q artayan n i, E l C a iro , 1344, 2 vols.
A b ü R ah á b (H a s s á n ), al-G a za l ’in d a l-A ra b , E l C a iro , 1366 = 1947.
A b ü T a m m á m , D iw ü n , ed. de B eiru t. 1323 = 1905.
Abü-1-Walid a l-H im v a rl, A l-B a d V f i w ü sf al-rabV. Ms. de E l E s c o ria l, núm . 353;
A d le r (G . J .). T h e p o e t r v o f th e A ra b s o f S p a in , N u e v a Y o r k , 1867.
A h lw a r d t (W .), T h e D iv a n s o f th e S ix a n c ie n t A ra b io p o ets, L o n d re s , 1870 (a b r e v ia d o ,
A h lw a r d t, S ix D iv a n s ).
A la rc ó n . V . Ib n a l-A b b á r y M is ce lá n e a .
A lc o c e r M a r tín e z (R . P. D o m R .), La c o r p o r a c ió n de lo s p o eta s en la E sp a ñ a m u s u l
m a n a , M a d rid , 1940.
'A1T (Z á h id ). V . Ib n H á n i'.
A llo u c h e ( I . S .), R e se ñ a d e la 1.“ ed. d e La P o é s ie a n d a lou se, en H e s p é ris (R a b a t),
p r im e r tr im e s tr e 1939, pp. 105-108.
— V . a l-H u la l al-m aw siyya.
A lo n s o (A m a d o ), C o rre s p o n d e n c ia s a rá b ig o -es p a ñ o la s , en R. F. £., V I I I , 1946, p á g i
nas 30-43; 57-60.
A lo n s o (D á m a s o ), C a n c io n c illa s "De A m ig o " m o z á ra b e s (P r im a v e r a te m p ra n a de la
lír ic a e u r o p e a ), en R . F. E ., X X X I I I , 1949, pp. 297-349.
A lta m ir a y C re v e a , H is to r ia de E s p a ñ a y de la c iv iliz a c ió n espa ñ ola, 3/ ed., B a rc e
lon a, 1913, 4 vols.
A m a r i (M .), Q u e s tio n s p h ilo s o p h iq u e s adressées a u x sava n ts m u s u lm a n s p a r l ’E m p e -
r e u r F r é d é r ic I I , en J. A., 5.* serie, t. I (1853), 240-274.
— V . B ib lio th e c a a ra b o -s icu la ; C e n te n a rio .
A m b a r (M o h a m e d A b d E l H a m id ), L e p r o b lé m e de l'in flu e n c e a ra b e s u r les p r e m ie rs
tro u b a d o u rs , tesis in é d ita d e la U n iv e rs id a d d e P a rís, 1947.
L 'A m e de l ’Ir a n , p o r un g ru p o d e e s c rito re s , b a jo la d ire c c ió n de R e n é G rou sset,
L o u is M a s s ig n o n y H e n r i M assé, P a rís, 1951.
a l-'A m ilí (B a h á ’ ad -D ín ), A s rá r a l-ba lá ga (a c o n tin u a c ió n d el K ita b a l-M ijlá t, del
m is m o a u to r ), E l C a iro , 1317.
— a l-K a s k ü l, E l C a iro , 1329.
A m ln (A h m a d ), D u h ü a l-is lá m , E l C a iro , t. I, 1351 = 1933; t. I I , 1353 = 1935; t. I I I ,
1355 = 1936.
'A m r ibn K u ltü m , M u 'a lla q a , en a l-T ib ríz I, a l-Q a sá ’id a l'a sr, ed. M u h a m m a d M u ñ ir
'A b d u h a l-D im asql, E l C a iro , 1343.
A n a c ré o n tiq u e s , trad . M . M e u n ie r, P a rís, 1932.
A n a l, o A n a lecte s. V . a l-M a q q a rí, N a fh a l-tib , ed. d e L e vd en .
A n a s ta s e (e l P .), art. en a l-M u q ta b a s , I, 435.
A l-A n d a lu s . V . 'A b d A llá h el Z Ir í; A s ín P a la c io s ; Ib n H a z m ; L é v i- P r o v e n ia l; S tern .
al-'A n lsí a l-H a la b l al-L u b n án í (T u b iy á ), T a fs ir a l-a lfá z a l-d a jila fi-l-lu g a t a l-'a rabiyya,
2.J ed., rev. p o r Y ü s u f T ü m á al-B u stán í, E l C a iro , 1932.
A n u a les de l'I n s t it u t d 'E tu d e s O c c ita n e s (T o u lo u s e ). V . M o ré re .
A n u a les de l'I n s t it u t d 'E tu d e s O rie n ta le s . F a c u lté des L e ttr e s de l ’U n iv e rs ité d ’A lg e r.
V . B e l; B en h a m o u d a ; B la c h é re ; M a rg a is (G .).
A n u a les d u M u s é e G id m e t. B ib lio t h é q u e d ’études. V. G a u d e fro y -D e m o m b y n es .
A n o n y m e . V . U n a c r ó n ic a a n ó n im a ...
A n tu ñ a (M e lc h io r M .), L a c o r t e lite r a r ia de A lh á q u e m I I en C ó rd o b a , en R e lig ió n
y C u ltu ra , 1929.
— S e v illa y sus m o n u m e n to s árabes, E l E s c o ria l, 1930.
— V . Ib n H a y vá n .
A r c h iv e s m a ro ca in e s . V. 'A b d a l-H a q q al-B ásid l; a l-N á s Irl al-S aláw í.
A r c h iv u m r o m a n ic u m . V. N y k l.
'A r íb . V . D ozy, C o r r e c tio n s .
A r n o ld (T h . ) y G u illa u m e (A .), T h e L e g a cy o f Is la m , O x fo rd , 1931.
A rs Is la m ic a . V . C re s w e ll.
al-A'sá, D iw á n , ed. R. G e y e r ( G ib b . M e m o r ia l, N e w S erie s , vol. V I ) , L o n d re s , 1928.
— M u 'a lla q a ( W a d d ' H u r a ir a ta ), en a l-T ib rízI, al-Q asá’id a l-'a ír, y ed. G eyer, Z w e i
G e d ic h te v o n al-A'sá, V ie n a , 1905-1919.
A s á f (Is k a n d a r ). V . A b ü N u w á s.
A sín P a la c io s (M .), A b e n h á z a m de C ó rd o b a v su h is to ria de las ideas re lig io s a s ,
M a d rid , t. I I I , 1927-1928.
— A b e m n a s a rra v su escuela. O ríg e n e s de la f ilo s o fía h is p a n o -m u s u lm a n a , M a d rid ,
1914.
— U n c ó d ic e in e x p lo r a d o d el C o rd o b é s Ib n H a z m , en A l-A n d a lu s, I I , (1934), lase. I,
p ágin as 1-56.
— La tesis de la n ecesid a d de la re v e la c ió n en el Is la m v en la e s co lá s tica , en A l-
A n d a lu s, I I I . fase. 2 (1935), pp. 345-389.
— O b ra s escogid a s. M a d rid , 1946-1948, 2 vols.
'A tiv v a al-L u b n án i (R a s id ). V. al-B u h tu rí.
A y b á r M a y m ü 'a , publ., trad . y an. p o r E. L a fu e n te y A lc a n ta ra , M a d rid , 1867.
B a d á ’i Ib n Z a fir , B a d a ’V a l-b a d a ih , B ü láq, 1278.
B .A .F. ( B ib lio t h é q u e A ra b e -F ra n g a is e , A r g e l). V. al-M u qa d d asi.
B .A .H .: B ib lio th e c a a rá b ico -h is p a n a . V. al-D ab b í; Ib n a l-A b b ár: Ib n B a s k u w á l; Ib n
Jayr.
al-B ak rí, D e s c r ip tio n de l ’A f r iq u e s e p te n trio n a le , te x to á ra b e de S lan e, 2 : ed., A rg e l,
1911; trad. fra n c e sa d e Slane, rev. p o r Fagn an, 2:' ed., A r g e l, 1913.
B a lle s te r o s y B e r e tta (A .), H is to r ia de E s p a ñ a y su in flu e n c ia en la h is to ria u n iv e r
sal, B a rc e lo n a , 1918-1936. 8 to m o s en 0 vols.
B a llo t (M . J.). V . Salles.
B a m m a te ( H a id a r ) (G e o r g e s R iv o ir e ), V isa ges d e l’Is la m , L au san n e-P arís, 1946.
B a rb i (M .). V . D ante.
B a r b ie r d e M e y n a rd , D ic t io n n a ir e g é o g ra p h iq u e , h is to r iq u e et lit t é r a ir e de la P e rse
et des c o n tr é e s a d ja c e n te s (E x tr a c to s trad . de Y a q ü t, M u 'x a m a l-b td d ü n ), P arís,
1861 .
— V . al-M as'ü dí.
a l-B a rq ü q í ('A b d a l-R a h m á n ), H a d a r a t a l-’A ra b fi-l-A n d a lu s, E l C a iro , 1341 = 1923.
— V . H assán ib n T á b it; al-M u ta n ab b í.
B a rre s (M .), La m u s tilm a n e c o u ra g e u s e , en C a h iers , t. I V (1904-1906), pp. 224-267.
B a r th é le m y (A b b é ), V o y a g e du je u n e A n a ch a rs is en G re ce , P a rís, 1788.
al-B árü d í, M u jt á r á t, E l C airo , 1327-1329, 4 vols.
B .A .S. ( B ib lio t h e q u e a ra b o -s ic u la ). V . A m a ri.
B asset (R .), L a B o r d a h du C h e ik h E l B o u s ir i ( B ib lio t h e q u e o r ié n ta le e lz é v irie n n e ,
t. L X I X ) , P a rís, 1894.
— La lit té r a tu r e p o p u la ir e b e rb é re et a ra b e dans le M a g h re b et ch ez les M a u re s
d ’E s p a gn e, en M é la n g e s a fric a in s et o rie n ta u x , P a rís, 1915, pp 27-ó3.
— M é la n g e s a fric a in s et o rie n ta u x , P a rís, 1915.
— H e r c u le et M a h o m e t, en J o u rn a l des S a va n ts, 1903.
B a ta illo n (M a r c e l), R eseñ a de la 1.' ed. de L a p o é s ie a n d a lo u se , en B u lle tú i H is p a -
n iq u e , t. X L I (1939), pp. 187-191.
al-B atan ü n í (M u h a m m a d L a b ib ), R ih la t al-A n da lu s, E l C a iro , 1927.
al-B ayán. V . Ib n 'Id á r í.
B .E .A . ( B u lle tin des E lu d e s A ra bes, A r g e l). V. B ru n s c h v ig ; R en au d ; B en c h e n e b ( S .).
B ea u m ie r. V . Ib n A b í Z ar'.
B el (A .), In s c r ip tio n s a ra bes de Fes, en J. A., 1917-1919, tira d a a p a rte , P arís, 1919.
— Q u e lq u e s rite s p o u r o b te n ir la p lu ie en te m p s de sech eresse ch ez les M u s u lm a n s
m a g h rib in s , en R e c u e il de M é m o ir e s et de T e x te s p u b lié e s en l ’h o n n e u r du
X I V c C o n g re s des O rie n ta lis te s , A r g e l, 1905, pp. 49-98.
— L e s ú fis m e en O c c id e n t m u s u lm á n au X I I e t au X I I I C s ié c le de J. C., en A n u ales
de l ’I n s t it u t d ’é tu d es o r ie n ta le s ... d ’A lg e r, I, 1934-1935, pp. 145-161.
— La r e lig ió n m u s u lm a n e en B e rb é rie . E s q u is s e d ’h is to ir e et d e s o c io lo g ie re li-
gietise, t. I (ú n ic o a p a r e c id o ), P a rís, 1938.
— V . Ib n al-Abbár.
B .E .L .O .V .: B ib lio t h é q u e de l'E c o le des la n g u e s o rie n ta le s viva n tes . V . W . M argais.
B en C h en eb (M u h a m m a d ). V . a l-D a jira al-sa n iyya ; Ib n al-A bbár.
B en c h e n e b ( S .), S a b a n iya , en B .E .A ., núm . 21 (e n e ro -fe b . 1945), pp. 6-7.
B en h a m o u d a (A .), Le s n o tn s a ra b es des é to ile s ( essai d 'id e n tific a t io n ), en A n u a les de
V In s t it u t d ’E tu d e s O rie n ta le s ... d ’A lg e r, t. I X (1951), pp. 76-210.
B e r c h e r (L é o n ). V . G o ld z ih e r; Ib n H a m d ís ; Ib n H a zm .
B e rg u a (J o s é ), P s ic o lo g ía d e l p u e b lo esp a ñ ol, M a d rid , 1934.
B e r r (H . ). V . R éau ( L . ) y C oh én (G .).
B e r tr a n d (L o u is ), H is to ir e d ’E s p a g n e, P a rís, 1932.
B .G .A .: B ib lio t h e c a g e o g ra p h o ru m a ra b ic o ru m . V. Ib n H a w q a l; al-M u q a d d a sí; al-
Y a 'q ü b í.
B .I.A .O .: B u lle tin de l'I n s t it u t d 'a rc h é o lo g ie o rie n ta le du C a ire. V. Z a k í (A .).
B ib lio t h e c a a ra b ico -h is p a n a (a b r e v ia d o , B .A .H .). V . C o d e ra ; A l-D a b b í; Ib n al-A b b ár;
Ib n B a s k u w a l; Ib n Jayr.
B ib lio t h e c a a ra b o -s icu la (a b r e v ia d o , B .A .S .), p o r M ic h e le A m a r i; te x to s árab es,
L e ip z ig , 1837, 1 v o l.; tra d u c c ió n ita lia n a , T u rín -M ilá n , 1880-1881, 2 vols.
— V . A m a ri.
B ib lio t h e c a G e o g r a p h o r u m A r a b ic o r u m (a b r e v ia d o , B .G .A .). V . Ib n H a w q a l; Al-
M u q a d d a s í; A l-Y a 'q ü b i.
B ib lio t h é q u e A ra b e -F ra n g a is e (a b r e v ia d o , B .A .F .). V . A l-M u q a d d a si.
B ib lio t h é q u e de l'E c o le des H a iite s E tu d e s . V . S a r a f al-Dln R ám I.
B ib lio t h é q u e des g é o g ra p h e s arabes. V. Ib n F a d l A llá h al-'U m ari.
B ib lio t h é q u e o r ie n ta le e lz é v irie n n e . V . B a sset (R . ); S a u v a ire (H .).
B is h r F arés. V . F á ris (B is r ).
B la c h é re (R .), L e p o é te a ra b e a l-M u ta n a b b i e t l ’O c c id e n t m u s u lm á n , en R .E .I., 1929,
c a h ie r I, pp. 127-135.
— U n p io n n ie r de la c u lt u r e a ra b e o r ie n ta le en E s p a g n e au X ‘ siécle. S á 'id de
B a gd ad , en H e s p é ris , t. X , 1930, pp. 15-36.
— U n p o é te a ra b e du I V e s ié c le de l'h é g ir e ( X ,: s ié c le de J. C .): A b o u t-T a y y ib al-
M o ta n a b b i ( E s s a i d 'h is to ir e l it t é r a ir e ), P a rís, 1935. A b r e v ia d o ; B la c h é re , A b o u
t-T a y y ib a l-M o ta n a b b i.
— L a v ie e t l ’o e u v r e d u p o é te -e p is to lie r a n d a ló n I b n D a rrá v a l-Q a sta lli, en H e s p é ris ,
t. X V I (1923), pp. 99-121.
— V u e d ’e n s e m b le s u r la p o é tiq u e cla s s iq u e des A ra b es, en R .E .S ., 1938, I, 18 pp.
— Les p r in c ip a u x th é m e s de la p o é s ie é r o t iq u e au s ié c le des U m a yya d es de D am as,
en A rm a les de l ’I n s t it u t d 'E tu d e s O rie n ta le s ... d ’A lg e r, t. V, 1939-1941, pp. 82-128.
— H is t o ir e de la lit té r a tu r e a ra b e des o r ig in e s á la fin d u X V C s ié c le de J.-C., t. I,
P a rís, 1952.
— L a v ie e t l ’o e u v r e d 'A b o u t-T a y y ib a l-M u ta n a b b i, en A l-M u ta n a b b i. R e c u e il p u b lié
á l ’o c c a s io n d e son M illé n a ir e (M é m o ir e s d e l ’In s titu t F ra n ga is d e D a m a s ), B e i
rut, 1936, pp. 45-79.
— V . S á 'id al-A n d alu sI; al-Q u r’án.
B o ile a u , R é fle x io n s c r it iq u e s s u l q u e lq u e s passages du r h é te u r L o n g in ( O e u v re s
c o m p le te s de B o ile a u , ed. G a r n ie r ), P a rís, 1870-1873.
B o is s o n n a d e (P .), D u n o u v e a u s u r la ch a n s o n de R o la n d , P a rís, 1923.
B o le t ín d e la re a l A c a d e m ia de cie n cia s , b e lla s le tra s y n o b le s a rte s de C ó rd o b a .
V. C a s te jó n ; G a rc ía G ó m e z; G o n zá le z P a len cia.
B o le t ín de la re a l A c a d e m ia espa ñ ola . V. O liv e r Asín.
B ro c k e lm a n n (C a r i), G e s c h ic h te d e r a ra b is c h e n L it t e r a t u r , W e im a r-B e rlín , 1898-1902,
2 v o ls .; S u p le m e n to , L e id e n , 1937-1938-1942, 3 v ols .; G e s c h ic h te d e r a ra b isch e n
L it t e r a t u r , 2.‘ ed., L e id en , 1943-1949, 2 vols.
B ru n o t (L . ), L a m e r dans les tr a d itío n s et les in d u s trie s in d ig é n e s á R a b a t e t S a lé
( P .I .H .E .M .. t. V ), P a rís, 1921.
— T e x te s a ra b es de R a b a t, t. I ( P .I.H .E .M ., t. X X ), P a rís, 1931.
B ru n s c h v ig (R o b e r t ), D e u x ré c its de v oy a g e in é d its en A f r iq u e du N o r d au X V '
s ié c le : 'A b d a l-B a s it b. H a lil et A d o rn e (P u b lic a tio n s d e l ’In s titu t d ’E tu d es O r ie n
tales... d ’A lg e r, v o l. V I I ) , P a rís, 1936.
— L a B e r b é r ie o r ie n ta le sous les H a fs id e s des o rig in e s á la fin d u X V C s ié c le i P u b li
c a tio n s de l ’In s titu t d 'E tu d e s O rie n ta le s ... d ’A lg e r, v o l. V I I I ) , P a rís, 1940-1947,
2 vo ls .
— I b n B u r t ’u lo , en B .E .A ., núm . 22 (m a rz o -a b r il 1945), pp. 59-60.
a l-B u já rl, S a h lh . L es tr a d itio n s is la m iq u e s , trad . O. O udas v W. M a n ía is (P .E .L .O .V .,
4.a serie, t. I I I - I V ) , P a rís, 1903-1914, 4 vols.
al-B u h tu rl, D iw á n , ed. R a s ld 'A tiy y a al-Lu b n án l, B eiru t, 1911.
B u lle tin de l ’A ca d é tn ie ro y a le de B e lg iq u e . V . C oh én ( G .).
B u lle tin des E tu d e s A ra b es (a b r e v ia d o . B .E .A .). V. B ru n s c h v ig ; R enau d.
B id le tin H is p a n iq u e . V . B a ta illo n .
B u lle tin de l ’I n s t it u t d ’A r c h é o lo g ie O rie n ta le du C a ire (a b r e v ia d o , B . I . A . O . ).
V . Z a k i (A .).
a l-B u stán l (B u tr u s ). V . Ib n Su hayd
al-B u stán l (K a r a m ). V . Ib n Z ayd ü n .
al-B u stán l (Y ü s u f T ü m á ). V. al-'AnlsI.
B y z a n tio n . V . M a rc a is (G .).
C a h ie rs du S u d (L e s ). V . L e G é n ie d 'O c.
L e C a le n d r ie r de C o r d o u e de l'a n n é e 961, te x to á ra b e y a n tigu a trad . la tin a p u b lica d a
p o r R. D ozy, L e id en , 1873.
C a m p a n e r y F u e rte s (A .), B o s q u e jo h is tó r ic a de la d o m in a c ió n is la ifiita en las Islas
B a lea res, P a lm a , 1888.
C an ard (M a r iu s ). V . al-Sülí.
C a n d o lle (A lp h o n s e d e ), O r ig in e des p la n te s c u ltiv é e s , P a rís, 1883.
C a rra de V au x, Les P e n s e u rs de l ’Is la m , P a rís, 1921-1926, 5 vols.
C asiri, B ib lio t h e c a a ra b ico -h is p a n a E s c u ria le n s is , M a d rid , 17o0-l 770, 2 vols.
C a s te jo n (R .), C ó rd o b a ca lifa l, en B o le t ín de la re a l A ca d e m ia de cie n cia s , bella s
le tra s y n o b le s a rte s de C o rd o b a , V I I I (1929), núm . 25, pp. 255-339.
C a s trie s ( H . d e ), V . a l-T a m g rü tí.
C aussis de P e rc e v a l, N o t ic e s a n e c d o tiq u e s s u r les p rin c ip a u x m u s ic ie n s a ta b e s des
tr o is p r e m ie r s s iécles de l ’is la m is m e , en J. ,4., 1873 (7. serie, t. I I ) , pp. 397-592.
C a v a ig n a c ( E . ) V . G a u d e fro y -D e m o m b y n e s y P la to n o v .
C en iv a l (P ie r r e d e ), L a le g e n d e du j u i f Ib n M e c h 'a l et la fé te des T o lb a a Fés, en
H e s p é ris , V (1925), pp. 137-218.
C e n te n a r io d ella n a s cita de M ic h e le A m a ri, P a le rm o , 1910, 2 vols. A b r e v ia d o : C e n te
n a r io de A m a ri.
C h a n s o n de R o la n d , 7.a ed. p o r L é o n G a u tier, P a rís, 1880.
C h a tea u b ria n d , L e g é n ie du c h ris tia n is m e , ed. G a rn ie r, P a rís, 1859-1861, 12 vols.
C h e ik h o ( L . ), P o é te s arabes c h ré tie n s a va n t l'Is lá m , B eiru t, .1890, b fase.
— V . S a 'id al-An dalusí.
C lé m e n t-M u lle t, E s sai s u r la m in é ra lo g ie a ra be. en J. .4., b .‘ serie, t. X I ( 18t>8),
p ágin as 20-37.
C o d e ra . V. B .A .H .; al-D abbí; Ib n al-A b b ár, Ib n B a sk u w á l.
C oh én (G u s ta v e ), L e p r o b lé m e des o rig in e s a ra bes de la p o é s ie p r o v e n ía le m é d ié-
vale, en B u lle tin de l ’A ca d e m ie ro y a le de B e lg iq u e ( C lasse des L e tt r e s ), B ru selas,
1946, (5 .a serie, t. X X X I I ) , pp. 266-278.
— V . P ire n n e ( H . ), C oh én (G .) y F o e illo n (H . ); R é a u (L .).
C o le c c ió n L a b o r. V . F erra n d is ; G o n zá le z P a len cia.
C o le c c ió n de M a n u a le s H is p a n ia . V. R ib era .
C o lin (G . S.), U n d o c u m e n t n o u v e a it s u r Varabe d ia le c ta l d ’O c c id e n t au X I I 1 siecle
( ’irá d a l-la á l m in insád ad-daw ál. d 'Ib n H á tim a ), en H e s p é ris , X I I (1931), pp. 1-32.
— Q u e lq u e s p o e te s a ra bes d 'O c c id e n t au X I V e s ie c le (s e g ú n lo s M a s ü lik a l-a b gá r de
Ib n F ad ) A llá h a l-'U m a rí, m s. d e la B ib lio th é q u e N a tio n a le de P a ris, núm . 2327).
en H e s p é ris , t. X I I (1931). fase. I I , pp. 241-247.
— L a tin s ig il l a t u s ro m á n s ig l a t o n e l e sc a r l a t , en R o m a n ía , t. L V I , núm . 222, a b ril
1930, pp. 178-190; num . 223, ju lio 1930, p. 418.
— L a n o r ia m a r o c a in e e t les m a ch in e s h y d ra u liq u e s dans le m o n d e ara be, en H es-
p é ris , \. X I V , lase. I (1932), pp. 22-60.
— L ’o r ig in e des n o ria s á Fes, en H e s p é ris , t. X V I , fase. 1-2 (1933i, pp. 156-157.
— V . 'A b d a l-H a q q a l-B ád is!; a l-N á s ir!; al-S aqatí.
C o le c c ió n « H e s p é r is ». V . Di G ia c o m o .
C o lle c tio n de le x te s a ra bes p u b lié e p a r l'I n s t i t u í des H a n te s E tu d e s m a ro ca in e s .
V. Abu-1-Walíd a l-H im y a rí; Ib n al-Jatíb; a l-H n la l a l-m a w siyya ; M a f á jir a l-B a rb a r.
C o lle c tio n de le x te s in é d its re la tifs á la m y s íiq u e m u s u lm a n e . V. M assign on .
E l C o n d e L u c a n o r , d e d on Juan M a n u el, p r ó lo g o y n otas de F. J. C án ch ez C an tón
(B ib lio t e c a C a lle ja , 2 : s e rie ), M a d rid , 1920.
C o n tre ra s ( R . ), E lu d e d e s c r ip tiv e des m o n u m e n ís a ra bes de G re n a d e , S é v ille eí
C o rd o ite , c ’est-á -d ire V A lh a m b ra , l ’A lc á z a r et la G ra n d e M o s q u é e d 'O c c id e n t,
4." ed., M a d rid , 1889.
C o r r e c lio n s : D ozy, C o r r e d io n s s u r les te x te s du B a y á n o ’l-M o g r ib d 'Ib n -A d h ü r í (d e
M a r o c ), des fr a g m e n ts de la C h r o n iq u e d 'A r ib (d e C o r d o ite ) et du H o lla f o ’s-
S iy a ra d ’Ib n o -'l-A b b a r, L e id e n , 1883.
C o u r (A .), L a d y n a s tie m a ro c a in e des B e n i W a tla s, C on sta n tin a . 1920.
— D e l'o p in io n d ’I b n a l-Ja tib s u r les o u v ra g e s d 'Ib n Jaqán co n s id e re s c o m m e s o u rc e
h is lo r iq u e , en M é la n g e s R e n e B a sseí, P a ris, t. I I , 1925, pp. 17-32.
— Un p o e te a ra b e d 'A n d a lo u s ie : Ib n Z a id o u n , C on sta n tin a, 1920. A b r e v ia d o : Cour,
Ib n Z a id o u n .
C re s w e ll (K . A. C .), T h e L a w fu ln e s s o f P a in tin g iti E a r ly Is la m , en A rs Is la m ic a
(U n iv e r s ity o f M ic h ig a n ), vo l. X I - X I I (1946), pp, 159-166.
al-D abbl, B u g y a t a l-m u lta m is f i t a 'r ij riv a l a l-A n d a lu s ( B .A .H ., t. I I I ) , ed. C od era .
M a d rid , 1885.
a l-D a jira al-sa n iyya (L e [r e s o r m a g n ifiq u e ). C h r o n iq u e a n on y tn e des M é rin id e s ,
te x to á ra b e p u b lic a d o p o r M . B e n C h en eb (P u b lic a t io n s de la F a c u lté des L e ttr e s
d 'A lg e r, t. L V I I ) , A r g e l, 1339 = 1920-1921.
D a if (A .), B a la g a t a l-'A ra b fi-l-A n d a lu s , E l C a iro . 1342 = 1924.
D ante, V ita n u ova , ed. c r ític a p o r M ic h e le B a rb i, F lo re n c ia , 1932.
D e fr é m e r v . V . Ib n B attü ta .
D e rm e n g h e m (E m ile ), L es p lu s b e a u x te x te s a ra bes (tr a d u c id o s al fra n c é s ), P a rís
1951.
D ie h l (C h .) y M a r g a is ( G .), L e m o n d e o r ie n ta l de 395 á 1081 ( H is t o ir e ge n éra le , p u b li
c a d o b a jo la d ire c c ió n de G. G lo tz. H is to ir e d u M o y e n Age, t. I I I ) , P a rís, 1936.
D ie rx (G .), D ie a ra b is c h e K u lt u r in m iííe la líe r is c h e n S p a n ie n , H a m b u rg o . 1887.
Di G ia c o m o (L o u is ), U n e p o é te s s e g re n a d in e du te m p s des A lm o h a d e s : H a fsa b in í
a l-H ü jj, H e s p é ris , X (P a r ís , 1949).
ad -D im asqi, N u jb a l a l-d a h r f i 'aya ib a l-b a rr w a -l-ba hr, te x to a ra b e p o r A. F. M eh ren ,
San P e te rs b u r g o , 1866; trad . fra n c e s a p o r el m ism o , M a n u e l de la C o s m o g ra p h ie
du M o y e n A ge, C op en h a gu e, 1974. A b r e v ia d o , ad -D im asqí, C o s m o g ra p h ie .
D o u tte (E .), M e r r á k e c h , P a rís, 1905.
D o z y ( R .), C a ía lo g u s c o d ic u m o r ie n f a liu m b ib lio íh e c a e A ca d e m ia e L u g d w io -B a la v a e ,
L e id en , 1851-1877, 6 vols.
— C o r r e c iio n s . V . C o r r e c lio n s .
— D id io n n a ir e d é ta illé des n o m s de v é te m e n ts ch ez les A ra bes, A m s te rd a m , 1845.
A b re v ia d o , D ozy, V é te m e n ts .
— H is to ir e des M u s u lm a n s d ’E s p a g n e ju s q u 'á la c o n q u é te de l'A n d a lo u s ie p a r les
A lm o r á v id e s (711-1110), n o u v e lle é d itio n re v u e et m ise á jo u r p a r E. L é v i-P ro -
v e n g a l, L e id e n , 1932, 3 vo ls . A b r e v ia d o , H .M .E .2.
— L e t t r e á M . F le is c h e r c o n te n a n t des re m a rq u e s c r it iq u e s et e x p lic a tiv e s , s u r le
te x te d ’a l-M a k k a ri, L e id e n , 1871. A b r e v ia d o , D ozy, L e t t r e á F le is c h e r.
— R e c h e rc h e s s u r l ’h is to ir e e t la lit té r a tu r e de l'E s p a g n e p e n d a n t le M o y e n Age,
L e id en , 1.* ed., 1849; 2.a ed., 1860, 2 v ols .; 3.“ ed., 1881, 2 vo ls . A b r e v ia d o , R e c h e r
ch e s ', R e c h e r c h e s 2, R e c h e rc h e s 3.
— S c r ip t o r u m a ra b u m lo c i de A b b a d id is , L e id e n , 1846-1853, 3vo ls . A b r e v ia d o , A bba d.
— S u p p lé m e n t a u x d ic tio n n a ire s arabes, L e id en -P a rís , 2.“ed., 1927. A b r e v ia d o , D ozy,
S u p p l.
— V . A b b a d .) le C a le n d rie r de C o r d o u e ; Ib n al-A b b ár, a l-H u lla ; Ib n B a d rü n ; Ib n
’ld á r l; Ib n a l-ld r is l; al-M arrá k ü si.
D o z y ( R . ) y E n g e lm a n n (W . H .), G lo s s a ire des m o ts e sp a g n o ls et p o r íu g a is d é riv é s
de l'a ra b e , L e id e n , 1869.
D u gat (G .), H o d b a , un p o e te a ra b e du I* s ié c le de l ’h é g ire , en J. A., 5.a se rie , t. V
(1855), 360-385.
— I n t r o d u c t io n a u x A n a le c te s d ’a l-M a q q a rí, t. I, L e id e n , 1855.
— P o é s ie s arabes. E s sa i de tr a d u c tio n en v e rs fra n g a is de m a o u a ls et a u tre s p ié ce s
in é d ite s , en J. A., 4.a serie, t. 16 (1850), 329-344.
D u p in (H . ), L a c o u r to is ie au M o y e n A ge, P a rís, 1931.
D u reau d e la M a lle , C lim a to lo g ie c o m p a ré e d e l'I t a l ie et de l ’A n d a lo u s ie a n cie n n e s
e t m o d e rn e s , P a rís , 1849.
E c k e r (L . ), A ra b is c h e r, p r o v e n z a lis c h e r u n d d e u ts c h e r M in n e s a n g , B e rn a y L e ip z ig ,
1934.
E g u ila z y Y a n g u a s (L . ), O rig e n de las ciu d a d e s G a rn a ta e I l l i b e r r i y de la A lh a m b ra ,
en H o m e n a je a C od e ra , pp. 333-338.
— P o e s ía h is tó r ic a , lír ic a y d e s c rip tiv a de lo s A ra b e s a n d a lu ces, M a d rid , 1864.
E h r e n p re is (M .), L e pays e n tre O r ie n te et O c c id e n t, P a rís, 1930.
E lis s é e ff (N i k i t a ) , T h é m e s e t m o tifs des M i lle e t u n e N u its . E s s a i de c la s s ific a tio n ,
B e iru t, 1949.
E n c y c lo p é d ie de l ’Isl& m , L e id en -P a rís , 1908-1934, 1934-1938, 4 v o ls . y 1 supl.
E s tu d io s d e d ica d o s a R a m ó n M e n é n d e z P id a l. V . L é v i-P ro v e n g a l.
E van s (J o a n ). V . R o q u es (M .).
L ’E v o lu t io n de l ’H u m a n ité . V. B e r r (H . ); R éa u ( L . ) y C oh én (G .).
E x p lo r a t io n s c ie n tifiq u e de l'A lg é rie . V . Ib n A b í D Inár.
F agn an (E .), E x tr a it s in é d its re la tifs au M a g h re b (G é o g ra p h ie et H is to ir e ), A r g e l, 1924.
— L e s ig n e d is t in t if des J u ifs au M a g h re b , en R e v u e des E tu d e s ju iv e s , t. 28 (1894),
p ág in a s 294-298.
— V . a l-B a k ri; J a líl; Ib n al-A tlr; Ib n 'Id á r l; a l-Is tib s á r; a l-M a rrá k u sí; Ib n F a d l
A llá h a l-'U m ari.
a l-F a ra zd a q , D iw a n , ed. B ou ch er, P a rís, 1870-1875, 4 to m o s.
F a ré s (B is h r ). V . F á ris (B is r ).
F a rid (M a h m ü d K á m il). V. Abü N u w ás.
F á ris (B iS r ), L 'h o n n e u r ch e z les A ra b es a va n t l ’Is la m . E tu d e s de s o c io lo g ie , P arís,
1932.
— R e se ñ a d e la 1.a ed. d e la P o é s ie a n da lou se, en a l-M u q ta ta f ( E l C a ir o ), m a y o 1938,
p ágin as 596-7.
F a th A llá h (H a m z a ), a l-M a w á h ib a l-fa th iy va f i u lü m a l-lu g a t a l-'a ra b iv v a , E l C airo ,
1313-1326, 2 vols.
al-F ath ib n Jáqán. Q a lá 'id a l-'iq y á n , B ü lá q , 1283; M a rs e lla -P a rís , 1277 = 1860. P r e fe r i
m o s c ita r la ed. d e B ü láq, m ás c o m p le ta qu e la de M a rs e lla -P a rís . A b r e v ia d o ,
Q al. o Q a lá 'id .
— M a tm a h a l-a nfu s w a -m a sra h a l-ta 'anuas f i m u la h a h í al-A n da lu s, E s ta m b u l, 1302.
A b r e v ia d o , M a tm a h .
F a w w á z (Z a in a b ), a l-D u r r a l-m a n tu r f i ta b a q a t ra b b á t a l-ju d ü r, B ü láq, 1312.
a l-F a y yü m í, a l-M is b d h a l-m u n ir, E l C a iro , 6.a ed., 1925.
F e rn á n d e z y G o n zá le z (F .), L a in flu e n c ia de las len gu a s y lite ra tu ra s o rie n ta le s en
la n u e s tra , M a d rid , 1894.
— V . M e n é n d e z y P e la y o .
F e rra n d (G . ). V . A b ü H á m id ; Ib n F a d l A llá h al-'U m ari.
F e rra n d is (J .), M a r file s y a zabaches esp a ñ oles ( C o le c c ió n L a b o r, num s. 159-160),
B a rc e lo n a -B u e n o s A ire s, 1928.
a l-F írü zá b á d !, a l-Q a m ü s a l-m u h il, E l C a iro , 1330, 4 vols.
F o u illé e (A .), E s q u is s e p s y c h o lo g iq u e des p e u p le s e u ro p é e n s , P arís, 1903.
F re y ta g , A r a b u m p r o v e r b ia , B on n , 1838, 3 vols.
F u n ck -B ren ta n o (F .), L a R e n a is s a n ce . P a rís, 1935.
G a b r ie li (F r a n c e s c o ), S t o r ia e c iv ilt a m u s u lm a n a . N á p o le s , 1947.
— I b n H a m d is , M a za ra , 1948.
— A r a b i d i S ic ilia e A r a b i d i S pa gn a , en A l-A n d a lu s , v o l. X V (1950), tase. I, pp. 27-46.
— S tu d i d i S to r ia M u s u lm a n a . 1940-1950, en R iv is ta S to r ic a Ita lia n a , N á p o le s . 1950.
— S ic ilia e S p a g n a n e lla v ita e n e lla p o e s ía d i I b n H a m d is , en M is c e lla n e a G. G a l-
b ia ti, M ilá n , 1951.
— V . Ib n 'A b d ü n ; Ib n H a zm .
G a rc ía G ó m e z ( E . ), B a gd a d y lo s re in o s de T a ifa s , en R e v is ta de O c c id e n te , t. 127.
e n e r o 1934, pp. 1-22.
— E lo g io d e l Is la m e sp a ñ ol (tr a d . e s p a ñ o la d e l árab e. V. a l-S a q u n d l), P u b lic a c io n e s
de las escu ela s de e s tu d io s á ra b es de M a d r id y G ra n a d a , s e rie B, núm . 2), M a d rid -
G ran ad a, 1934.
— P o e m a s a rá b ig o -a n d a lu ces , M a d rid , 1930; 2.a ed., 1940; 3.a ed., 1943.
— P o e ta s m u s u lm a n e s co rd o b e s e s , en B o le t ín de la re a l A ca d e m ia de cie n cia s , b ella s
le tra s y n o b le s a rte s de C ó rd o b a , V I I I , núm . 25 (1929), pp. 145-176.
— U na o b r a im p o r t a n t e s o b re la p o e s ía a rá b igo -a n d a lu za , C. R. de L a P o é s ie anda-
lo u se , 1.* ed., en a l-A n d a lu s, vo l. I V (1939), tase. 2, pp. 283-316.
— Qasidas de A n d a lu cía , pu es ta s en v e rs o c a s te lla n o , M a d rid , 1940.
— C in c o p o e ta s m u s u lm a n e s . B io g ra fía s y e stu d io s , M a d rid , 1944.
— N u e v o s te s tim o n io s s o b re « e l o d io a S e v illa » de los p o e ta s m u s u lm a n e s , en al-
A n d a lu s , v o l. X I V (1946), fase. I, pp. 143-148.
— L a p o é s ie p o lit iq u e sous le C a lifa t de C o rd o u e , en R e v u e des E lu d e s Is la m iq u e s ,
P a rís, 1949, pp. 5-11.
— N u e v a s o b s e rv a c io n e s s o b re las «J a r v a s » ro m a n c e s en m uw assahas h ebrea s, en
a l-A n d a lu s, v o l. X V (1950), fase. I, pp.' 157-177.
— M á s s o b re las « la r v a s » ro m a n c e s en m uw assahas h ebrea s, en a l-A n da lu s, v o lu
m en X I V (1949), fase. 2, pp. 409-417.
— Q tie lq u e s a sp eets e s th é tiq u e s de la p o é s ie a ra be. en C o n fé re n c e s du L u n d í-U n i-
v e rs ité de B o rd e a u x , B u rd e o s , 1940, 12 pp.
— P o e s ía a rá b igo -a n d a lu za . B r e v e s ín te sis h is tó ric a , M a d rid , 1952.
— In t r o d u c c ió n a la tra d u c c ió n d e l L ib r o E l C o lla r de la P a lo m a , tra ta d o s o b re el
A m o r y lo s A m a n te s , de I b n H a z m de C ó rd o b a . M a d rid , 1952, pp. 1-62.
— V . U n a c r ó n ic a ; Ib n H a z m ; Ib n S a 'id ; E. L é v i-P r o v e n g a l y O liv e r Asín.
G a s p a r R e m ir o (M .), P r e s e n tim ie n t o y ju ic i o de lo s M o r o s e sp a ñ oles s o b re la ca íd a
in m in e n te de G ra n a d a y su r e in o en p o d e r de lo s C ris tia n o s , en R e v is ta d el ce n
t r o de e s tu d io s h is tó r ic o s de G ra n a d a v su R e in o , 1911, t. I, fase. 3, pp. 149-153.
— V . a l-N u w a y r!.
G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , U n e le tt r e de S a la d in au c a life a lm o h a d e , en M é la n g e s
R e n é B a sset, t. I I , P a rís , 1925, pp. 279-304.
— L e p é le rin a g e á la M e k k e . E tu d e d 'h is t o ir e re lig ie u s e f A n u a les du M u s é e GuitneX,
B ib lio t h e q u e d 'étu d e s, t. 33), P a rís, 1923.
— L a S y r ie á l ’é p o q u e des M a m lo u k s d ’a p ré s les a u te u rs arabes, P a rís, 1923.
— S u r le c h e v a l-ju p o n et a l-k u rra j, en M é la n g e s W illia m M a rg a is , P a rís, 1950, p á g i
nas 155-160.
— V . Ib n F a d l A llá h a l'U m a r l; Ib n Y u b a y r ; Ib n Q u ta yb a ; M é la n g e s W illia m
M a rg a is.
G a u d e fro y -D e m o m b y n e s y P la to n o v , L e m o n d e m u s u lm á n et b y z a n tin ju s q u 'a u x
C roisa d es (H is t o ir e du m o n d e , p u b lic a d o b a jo la d ire c c ió n d e E. C a v a ign a c ,
to m o V I F ) , P a ris 1931
G a u th ie r (L é o n ), L a r a c in e a ra b e «h a k a tn a » et ses d é riv é s , en H o m e n a je a C od e ra ,
Z a ra g o za , 1904, pp. 435-454.
— I n t r o d u c t io n á l'é tu d e de la p h ilo s o p h ie m u s u lm a n e . L ’e s p rit s é m itiq u e et l ’e s p rit
a ry en . L a p h is o lo p h ie g r e c q u e e t la re lig ió n de l'Is la m (C o lle c t io n de la R e v u e de
M o n d e M u s u lm á n ), P a rís, 1923.
— I b n R o c h d ( A v e r r o e s ) ¡C o lle c t io n «L e s G ra n d s P h ilo s o p h e s > ), P a ris, 1948.
— V . Ib n T u fa y l.
G a u tie r (E . F .), L ’is la m is a tio n de l ’A f r iq u e d u N o r d . L e s s ié c le s o b s c u rs du M a g h re b ,
P a rís, 2.a ed.; L e passe de l ’A f r iq u e d u N o r d . L es s ié c le s o b s cu rs , P a rís, 1937.
— M o e u r s et c o u tu m e s des M u s u lm a n s , P a ris, 1931.
G a u tie r (L é o n ). V . C h a n s on de R o la n d .
G a v a n g o s (P . d e ), T h e H is to r y o f th e M o h a m e d a n D y n a s tie s in S p a in , L o n d re s , 1840-
1843, 2 vols. (tr a d . de los p a s a je s h is tó ric o s de a l-M a q q a rí, N a fh a l-tib ).
— V . Ib n al-Q ü tiyva.
L e G é n ie d ’O c et l'H o m m e m é d ite rra n é e n . E tu d e s et P o é m e s , M a rs e lla , L es C ah iers
du Sud, 4.a ed., 1944.
G e y e r (R .). V . al-A'sá.
G h a li ( W a c y f B o u tr o s ). V. W a c v f B o u tro s G hali.
G ib b M e m o r ia l. N e w S erie s . V. al-A'sá; Y á q ü t.
G il (P ,). R ib e r a (J .), S á n ch ez <M . ), C o le c c ió n de te x to s a lja m ia d o s , Z a ra g o za , 1888.
G lo tz (G u s ta v e ). V . D ieh l e t M a rg a is (G .); P e tit-D u ta illis y G u in a rd ( P . ); P ire n n e
(H . ), C oh én (G .) y F o c illo n (H . ).
D e G o e je , G lo s s a ire de la R ih la de Ib n Y u b a ir, L e id e n , 1907.
— V . Ib n Y u b a y r ; Ib n Q u ta yb a ; a l-Id rís í; al-M u q a d d a si; M u s lim ibn a l-W alid ;
al-T ab arí.
G o ld z ih e r ( I . ) , M tih a m m e d a n is c h e S tu d ie n , H a lle , 1889-1890, 2 v o ls ”
— D ie S u 'ü b ijja u n te r den M u h a m m e d a n e rn in S p a n ie n , en Z . D . M . G . , v o l. L U I
(1899), pp. 610-618; F ra g m e n to s de la R is illa d e Ib n G arsiya.
— E tu d e s s u r la T r a d itio n Is la m iq u e , e x tr a c to s d e l to m o I I d e lo s M u h a m m e d a -
n is ch e S tu d ie n , tra d u c id o s p o r L é o n B erc h e r, P a rís, 1952.
G ó m e z M o r e n o (M .), Ig le s ia s m o zá ra b e s. A rte e sp a ñ ol de lo s s ig lo s I X al X I , M a d rid ,
1912, 2 vols.
G o n zá le z P a le n c ia (A .), E l a m o r p la tó n ic a en la c o r t e de lo s C a lifa s ( B o le tín de la
re a l A ca d e m ia de cie n cia s , b ella s le tra s y n o b le s a rte s de C ó rd o b a , 1929, pp. 1-25,
C o rd o u e , 1929.
— H is to r ia de la E sp a ñ a m u s u lm a n a (C o le c c ió n L a b o r, núm . t>9), B a rcelon a -B u en os
A ire s, 3.a ed., 1932.
— H is to r ia de la lite r a tu r a a rá b ig o -e s p a ñ o la ( C o le c c ió n L a b o r, num s. 1o4-165), B a r
celon a -B u en os A ire s, 2.a ed., 1945.
— E l Is la m y O c c id e n te , M a d rid , 1931.
— L o s M o z á ra b e s de T o le d o en los s ig lo s X I I y X I I I , M a d rid , 1926-1930, 4 vols.
— M o r o s y c ris tia n o s , M a d rid , 1945.
— V . Ib n a l-A b b ár; M is ce lá n e a .
G o n z a lv o (L . ), A v a n ce p a ra un e s tu d io de las p o e tis a s m u s u lm a n a s de E s p a ñ a , en
R e v is ta de A r c h iv o s , B ib lio te c a s y M u s eo s , M a d rid , 1905, núm s. 8, 9-10, 11-12. A b r e
v ia d o , P o e tis a s m u s u lm a n a s .
G r a e tz (H . ) , L e s J u ifs d ’E s p a g n e (945-1205), trad . G. Sten ne, P arís, 1872.
G ro u s s e t (R .), V . L 'á m e de l ’Ira n .
G u illa u m e (A .). V . A r n o ld ( T h . ).
G u in a rd (P .). V . P e tit-D u ta illis .
G u n zb u rg (D a v id d e ). V . Ib n Q uzm án .
G u y a rd (S t .). V . Abu-l-Fidá'.
H a r tm a n n (M .), D a s a ra b is c h e S tro p h e n g e d ic h t. I. D as M u w a ssa h , W e im a r, 1897.
H a s s á n ib n T á b it, D iw á n , ed. a l-B a rq ü q l, E l C a iro , 1347 = 1929.
a l-H á tim í, a l-R is á la t a l-h á tim iy y a , en a l-T u h fa t a l-ba hiyya, E s ta m b u l, 1302; ed. O.
R e sc h er, en Is la m ic a , I I (1926), fase. 3, pp. 439 y ss.; ed. F. E. al-B u stán í, B eiru t,
1931.
H a u te c o e u r (L .). V . W ie t.
A I-H á zim í, K it a b al-Faysal, e x tr a c to s en a l-M a q q a rl, A n a le cte s , y Y á q ü t, M u 'y a m
a l-b u ld a n .
H e ll (J .), a l-A b b á s ib n a l-A h n a f, en Is la m ic a , t. I I (1926), pp. 271-307.
H e s p é ris . V . B la c h é re ; C e n iv a l (P . d e ); C o lin (G . S .); D i G ia c o m o ; L é v i-P r o v e n g a l;
L u y a ; M a r g a is (G .); M a s s é; P érés.
a l-H iy á r i, a l-M u s h ib f i a jb a r a l-M a g rib , e x tr a c to s en A n a lectes.
a l-H ilá l. V . Z a k i (A .).
H is t o ir e G é n é ra le (p u b lic a d a b a jo la d ire c c ió n d e G. G lo tz ). V . D ieh l (S h .) y M ar-
? ais (G .); P e tit-D u ta illis y G u in a rd (P . ); P ire n n e (H . ), C oh én (G .) y F o c iílo n (H . )
H is t o r ie d u M o n d e (p u b lic a d a b a jo la d ire c c ió n d e E. C a v a ig n a c ). V . G a u d e fro y -
D e m o m b y n e s y P la to n o v .
H . M . E .2 V . D o zy , H is to ir e des M u s td m a n s d ’E sp a gn e.
H o m e n a je a D . F r a n c is c o C o d e ra , Z a ra g o za , 1904. A b r e v ia d o , H o m e n a je a C od era .
H o m e n a je a C o d e ra . V . E g u ila z y Y a n g u a s ; G a u th ie r (L . ); Z a k ! (A .).
H o m e n a je o fr e c id o a M e n é n d e z P id a l, M a d rid , 1925, 3 v o ls . V . T a llg re n .
H o o g w lie t (M .), S p e c im e n e lit t e r is o rie n ta lib u s , e x h ib e n s d iv e r s o r u m s c r ip t o r u m
lo c o s de re g ia A p h ta s id a ru m f a m ilia e t de Ib n A b d u n o p o e ta ..., L e id en , 1839.
H u a r t (C l.). V . g a r a f al-Dín R ám i.
a l-H u la l a l-m a w siy y a f i d ik r a l-a jb a r a l-m a rrá k u s iy y a , ed. d e T ú n ez, 1329; ed. A llou -
ch e (C o lle c t io n de te x te s a ra bes p u b lié p a r l ’I n s t it u t des H a u te s E tu d e s rn a ro-
ca in es, v o l. V I ) , R a b a t, 1936.
a l-H u lla . V . Ib n al-A b b ár, a l-H u lla t al-siyará'.
H u m b e r t (J .), A n th o lo g ie a ra be, P a rís, 1819.
H u s a in (T á h á ), F i-l-a d a b a l-y á h ili, E l C a iro , 1345-1927; 4.“ ed., 1947.
— H a d it a l-a rb i'á ', E l C a iro , 1937-1945, 3 vo ls .
a l-H u s rl (A b ü -l-H a s a n ), Y a la y la -l-S a b b \ , ed. M u h y ! al-Dín R id á , E l C a iro , 1343 = 1924.
a l-H u s rl (A b ü Is h á q ), Z a h r al-ádáb w a -ta m a r a l-a lbá b, ed. Z a k í M u b á ra k , E l C airo ,
1344 = 1925, 4 vo ls .
Ib n a l-A b b ár, a l-H u lla t a l-s iy a rá ’. E x tr a c to s :
en D ozy, N o tic e s , pp. 30-260;
en D ozy, A b b a d ., I I , 46-123;
en D ozy, R e c h e r c h e s ', p a s s im ] R e c h e rc h e s 3, passinr,
en D ozy, C o r r e c tio n s , pp. 81, 98-105; 112-113;
en M . J. M ü ile r, B e itra g e , pp. 161-360;
en A m a r i, B ib lio th e c a a ra b o -s icu la , p p . 327-332.
— l 't á b a l-k u tta b , m s. d e E l E s c o ria l, núm . 1731; m s. d e R a b a t, núm . 409; m s. de
L o n d re s (B r it is h M u s e u m ), nú m . 6641.
— a t-T a k m ila li-k itá b a l-S ila . P a r c ia lm e n te p u b lic a d a :
p o r C o d e ra , en B . A. //., to m o s V -V I, M a d rid , 1887-1890;
p o r A la r c ó n y G o n zá le z P a le n c ia , en M is ce lá n e a , M a d rid , 1915;
p o r B e l y B en C h en eb , A r g e l, 1920.
I q t id á b T u h fa t a l-q ü d im , te x to á ra b e p u b lic a d o p o r A lfr e d o B u stan i, en A l-M a c h riq ,
1947, ju lio -s e p tie m b r e , pp. 351-400; o c tu b re -d ic ie m b re , pp. 543-585.
Ib n 'A b d al B a rr, M u jt a s a r y á tn i' bayán a l-'ilm , E l C a iro , 1320.
Ib n 'A b d al-M u n 'im a l-H im y a r!, A r-R a w d a l-m i'tá r f i h a b a r a l-a k ta r: L a P é n in s u le
ib é r iq u e an M o y e n A ge, te x to á ra b e y tra d u c c ió n fra n c e s a a n o ta d a p o r E. L é v i-
P ro v e n g a l, L e id e n , 1938.
Ib n 'A b d R a b b ih al-A n d alu sí, a l-'Iq d a l-fa rid , B ü láq, 1293, 3 v o ls ., ed. c r ít ic a p o r
A. A m ln , A. az-Z In e I. a l-A b y á rl, E l C a iro , 1357-1369 = 1938-1950, 6 vo ls .
Ib n 'A b d ü n , T r a it é de H is b a : U n d o c u m e n t s u r la v ie u rb a in e e t les c o rp s de m é tie r
á S e v ille au d e b u t d u X I L s iécle, p u b lic a d o c on in tro d u c c ió n y g lo s a r io p o r
E. L é v i-P r o v e n g a l, en J. A., a b ril-ju n io 1934, pp. 177-299.
— trad . fra n c e s a c on in tro d u c c ió n y n o ta s p o r E. L é v i-P r o v e n g a l, b a jo e l títu lo :
S é v ille m u s u lm a n e au d e b u t du X I I e s ié c le : L e T r a it é d ’I b n 'A b d ü n (I s la m d ’H ie r
et d ’A u jo u r d ’hui, v o l. I I ) , P a rís, 1947.
— trad . ita lia n a a n o ta d a p o r F. G a b r ie li b a jo e l títu lo : I I t r a t t a t o c e n s o r io d i I b n
'A b d ü n s u l b u o n g o v e r n o d i S iv ig lia , en R e n d ic o n ti d e lla R . A ca d e m ia n a zio n a le
d e i L in c e i, C lasse d i S c ie n z e tn o ra li, s to r ic h e e f ilo lo g ic h e , s e rie 6.a, v o l. X I ,
fases. 11-12, n o v ie m b re -d ic ie m b r e 1935, pp. 878-935.
— V . Ib n B adrü n .
Ib n A b l ’A w n , K it á b a l-T a s b ih á t, ed. a n o ta d a p o r M . A b d u l M ú id K h a n ( G ib b M e m o -
ria l-N .S ., vo l. 17), L o n d re s , 1950.
Ib n A b l D Inár, K it á b a l-m u 'n is f i a jb á r I f r i q iy a w a -T ü n is, 2.‘ ed., T ú n e z, 1350;
trad . fra n c e s a p o r P e llis ie r y R é m u s a t ( E x p lo r a t io n s c ie n t if iq u e de l'A lg é rie ,
to m o V I ) , P a rís, 1845.
Ib n A b í H a y a la , K itá b s u k k a rd á n a l-S u ltá n , al m a rg e n d e a l-'A m ilí, A s rá r a l-
balága, a c o n tin u a c ió n d e al-A m ilí, K it á b a l-m ijlá t, E l C a iro , 1317.
Ib n A b l Z a r 1, R a w d a l-Q irtá s , te x to á ra b e y trad . la tin a p o r T o r n b e r g , U p sala, 1843-
1846, 2 v o ls .; tra d . fra n c e s a B e a u m ie r, P a rís, 1860. A b r e v ia d o , a l-Q irtá s .
Ib n 'A d h á r i ( p o r Ib n TdárT ). V . C o r r e c tio n s , d e D o zy ; I b n ’ld á r i.
Ib n al-'A ra b í, M u h á d a rá t a l-a b rá r w a -rn u sá m a rá t a l-a jy á r fi-l-a d a b iy y á l w a -l-n a w á d ir
w a -l-a jb á r, E l C a iro , 1324-1325, 2 vo ls .
Ib n al-A tír, A n n a les d u M a g h re b e t de l'E s p a g n e , tra d . F agn an , A r g e l, 1901.
— a l-K á m il f i- l-t a 'r ij: C h ro n ic o n , ed. p o r T o r n b e r g , L e id e n y U p sala, 1850-1874,
12 vols.
I b n B a d rü n , S a rh Q a sid a t I b n 'A b d ü n : C o m m e n ta r ie h is to r iq u e d u p o é m e d ’Ib n
'A b d o ü n , ed. p o r D ozy, L e id e n , 1846.
Ib n a l-B ay tár, Y a tn i' m u fra d á t al-a dw iya w a -l-a gd iya : T r a it é des S im p le s , tra d . p o r
L u c ie n L e c le r c , e n N o t ic e s et E x tr a its , ts. X X I Í I , X X V y X X V I , P a rís , 1877-1883.
Ib n B a á k u w á l, a l-S ila , ed. p o r C o d e ra (B . A. H ., t. I - I I ) , M a d rid , 1882-1883.
Ib n B assá m , a l-D a jir a f i m a h á sin a h í al-yazira-,
T . I: m s. d e la B ib lio th é q u e N a tio n a le de P a ris, núm . 3321;
— : m s. d e la B ib lio th é q u e du P r o te c to r a t d e R a b a t (s in in v e n t a r ia r );
— : m s. d e M . L év i-P ro v e n < ja l;
T. I I : m s. d e O x fo r d : E x tr a c to s en A b b a d , I, 189-379;
— : m s. de O x fo r d : c o p ia en la B ib lio té q u e N a tio n a le s d e P a ris, nú m . 322; m s. de
T ú n ez, M e z q u ita Zaytü n a.
T . I I I : m s. d e G oth a;
— : m s. d e F ez, M e z q u ita a l-Q a ra w iy y ln ;
E x tr a c to s d e los c u a tro to m o s en un m s. d e M . L é v i-P r o v e n g a l.
— Ed. d e E l C a iro , in c o m p le ta , b a jo la d ir e c c ió n d e A b d a l-H a m !d a l-'Ib á d í, 'A b d
al-W ah h áb 'A zza m , T a h a H u s a in y E. L é v i-P r o v e n g a l, v o l. I, t. 1,1358 = 1939; v o lu
m e n I, t. 2, 1361 = 1942; v o l. IV , t. 1, 1364 = 1945.
Ib n B a ttü ta , R ih la : V o y a ge s, te x to á ra b e y tra d . fra n c e s a p o r Ch. D e fr é m e r y y Dr. B.
R . S a n g u in e tti, P a rís, 1853-1859, 5 vols.
Ib n D ih y a, a l-M u t r ib f i a s 'á r a h í a l-M a g rib , m s. d e l B ritis h M u seu m , nú m . 1631.
Ib n F a d l A llá h a l'U m a rI, M a s á lik a l-a b s á r: t. I , l ’A f r iq u e , tn o in s l ’E g y p te , trad . a n o ta
d a p o r G a ü d e fro y -D e m o m b y n e s (B ib lio t h e q u e des G é o g ra p h e s arabes, p u b lic a d a
b a jo la d ir e c c ió n d e G. F e rra n d , t. I I ) , P a rís , 1927.
— M a s á lik a l-a b sá r: A n a liz a d a p o r A. Z a k í, en H o m e n a je a C o d e ra , pp. 465-473.
— E x t r a c t o : W a s f I f r i q iy a w a -l-A ndalus, p o r H . H . 'A b d a l-W a h h á b, T ú n ez, s. d.
— E x tr a c to s , tra d . p o r F agn an , en E x tr a it s in é d its re la tifs au M a g h re b , pp. 69-120.
— V . C o lin (G . S.).
Ib n G á lib , F a rh a t a l-A n fu s, e x tr a c to s en A n a lecte s.
I b n G a rs iya , a l-R is á la al-su 'ü b iv y a , e x tr a c to s p o r I. G o ld zih e r, en Z. D. M . G., v o lu
m e n L U I (1899), p p . 610-617.
I b n G u zm án . V . Ib n Q uzm án .
I b n H a m d ls , D iw a n : I I C a n z o n ie re , ed. p o r S c h ia p a re lli, R o m a , 1897.
— L e p a la is d ’a l-M a n s o u r á B o u g ie , p o e m a tr a d u c id o al fra n c é s p o r L. B e rc h e r, en
R e v u e T u n is ie n n e , t. 29 (1922), pp. 50-56.
Ib n H á n i’, D iw á n , ed. d e B e ir u t, 1326; ed. p o r Z á h id 'A lí, E l C a iro , 1934.
Ib n H a w q a l, K it á b al-rp.asálik w a -l-m a m á lik (B . G. A., t. I I ) , L e id e n , 1873; 2.* ed., p o r
J. H . K r a m e r s , L e id e n , 1938, 2 vo ls .
— D e s c r ip t io n d e l ’A f r iq u e , tra d u c c ió n fra n c e s a p o r de S la n e, en J. A., 3.a serie, t. 13
(1842), p p . 153-196; 209-258.
Ib n H a y y á n , a l M u k ta b is . T o m o I I I . C h r o n iq u e du ré g n e d u C a life u m a iy a d e 'A b d
A llá h á C o rd o u e , te x t o á ra b e , ed. p o r e l P. M e lc h o r M . A n tu ñ a, P a rís, 1937.
Ib n H á z im a l-Q artáyan n l. V . A b ü -l-Q ásim al-G arnátí.
Ib n H a z m , R is ü la , e n A n a le c te s , I I , p p . 109-121.
— Y a m h a r a t ansab a l-'A ra b , m s. d e P a rís, B ib lio th e q u e N a tio n a le , núm . 5829; m s. de
R a b a t, B ib lio th e q u e du P r o te c to r a t, núm . 365.
— Y a m h a r a t ansab a l'A ra b (C o le c c ió n : D a já ’ir al-'A rab , vo l. II), ed. c r ít ic a por
E. L é v i- P r o v e n ia l, E l C a iro , 1368 = 1948.
— T a w q a l-h a m á m a fi-l-u lfa w a -l-u llá f, te x to á ra b e p o r P é tr o f, L e id e n , 1914; o tr a ed.
D a m a s c o , 1349.
— tra d . in g le s a , p o r A. R . N y k l, T h e D o v e ’s N e c k -R in g a b o u t L o v e and L o v e rs , P a rís,
1931;
— tra d . ita lia n a , p o r F r. G a b r ie li I I C o lla re d ella C o lo m b a s u ll’A m o r e e g li A m a n ti,
B a rí ( I t a l i a ) , 1949;
— tra d . fra n c e sa , p o r L . B e r c h e r , L e C o llie r d u P ig e o n o u de l ’A m o u r e t des A ln a n ts
(B ib lio th é q u e A ra b e -F ra n g a is e , v o l. V I I I ) , A r g e l, 1949;
— tra d . esp a ñ ola , p o r E . G a r c ía G ó m e z, E l C o lla r de la P a lo m a , tra ta d o s o b re el
A m o r y lo s A m a n te s , M a d rid , 1952.
— V . A s ín P a la c io s .
Ib n H is á m al-B asri, S ir a t a l-R a sü l, E l C a iro , 1329, 3 v o ls .; ed. d e G ó ttin g e n , p o r
G. W ü s te n fe ld , 1858-1860, 2 vo ls .
Ib n H u d a y l al-A n d alu sí, H ily a t a l-fu rs á n w a -si'á r al-suy'án, te x to á ra b e lito g r a fia d o ,
P a rís , 1921; tra d . fra n c e s a a n o ta d a p o r L o u is M e r c ie r , L a p a ru re des ca v a lie rs et
l ’in s ig n e des p re u x , P a rís , 1924.
Ib n T d á r i, a l-B ay á n a l-m u g rib f i a jb á r a l-M a g rib , t. I - II , te x to á ra b e p o r D ozy,
L e id e n , 1848-1851, tra d . fra n c e s a p o r F agn an , A r g e l, 1901-1904; t. I I I , te x to á ra b e
p o r L é v i-P r o v e n g a l (T e x t e s a ra b es re la tifs á l ’H is to ir e de l'O c c id e n t m u s u lm á n ,
v o lu m e n I I ) , P a rís , 1930; tra d . fra n c e s a d e las 37 p rim e ra s p á g in a s c o n algu n os
c o rte s p o r L é v i-P ro v e n g a l, en H. Ai. £ . : , t. I I I , pp. 185-214. N u e v a e d ic ió n d el
te x to á ra b e p o r G. S. C o lin y E. L é v i-P r o v e n ? a l, L e id e n , 1948-1951, 2 vols.
— V . C o r r e c tio n s ... de D ozy.
Ib n J afáy a, D iw á n , E l C airo , 1286, t. I (ú n ic o a p a r e c id o ).
— S i'r , ed. v o c a liz a d a y a n o ta d a p o r K a r a m al-B ustán !, B eiru t, 1951 (lo s m ism o s
p o e m a s qu e la ed. de E l C a iro , 1286).
— D iw á n , te x to c o m p le to m s. p erson al.
Ib n Jaldün, K it a b a l-'Ib a r w a-diw an a l-m u b ta d a ’ w a -l-ja b a r f i a yyá m a l-'A ra b wa-l-
'A y a m w a -l-B a rb a r w a -m a n 'á sa ra h u m m in d a w i a l-su ltá n a l-a k b a r, B ü láq, 1284,
7 vo ls . A b r e v ia d o , Ib n Jaldün, K it a b a l-'Ib a r.
— H is to ir e des B e r b é r e s (e x tr a c to s d e K it a b a l-'Ib a r ), te x to á ra b e p o r d e Slane,
P a rís, 1847-1851, 2 vols.; trad . fra n c e s a p o r d e Slan e, P a rís, 1852-1856,4 vols.;
2.a ed. en cu rso d e p u b lic a c ió n , P a rís, 1925 sq. (3 vo ls . p a r u s ).
— a l-M u qa d d im a -. les P ro lé g o m é n e s , te x to á ra b e p o r Q u a tre m e re (e n N o t ic e s et
E x tr a its , vols. 16-17-18), P a rís, 1858-1868; ed. de B e ir u t 3.a ed., 1900; E l C a iro , s. f.;
trad . fra n c e s a p o r de S la n e (e n N o t ic e s et E x tr a its , vo ls . 19-20-21), P a rís, 1862-18o8.
— a l-T a 'r lf w a ’-l-R ih la g a r b an w a -sa rq an, ed. c r ític a p o r M u h a m m a d ibn T á w lt al-
T a n y í, E l C a iro , 1370 = 1951.
Ib n J allik án , W a fa y á t al-a'yán, te x to árab e, E l C a iro , 1310, 2 vols., trad . in g lesa p o r
de S la n e, P a rís-L o n d res , 1843-1971, 4 vols.
— o tra ed. E l C a iro , 1367 = 1948, 6 vols.
Ib n Jáqán. V . al-F ath ib n Jáqán.
Ib n al-Jatib (L is á n al-D ín ), A 'm á l a l-a 'la m fl-m a n b u y i'a q a b l a l-ih tila m m in m u lü k
a l-is lá m w a-m á y a y u rr tla lik m in suyün a l-k a lá m : m s. d e la B ib lio th é q u e N a tio -
n a le d 'A lg e r , núm . 1617.
— H is to ir e de l'E s p a g n e m u s u lm a n e , e x tr a íd a d e l K it á b A 'm á l a l-A 'lá m , te x to á ra b e
p u b lic a d o c on in tro d u c c ió n e ín d ices p o r E. L é v i-P r o v e n g a l ( C o lle c tio n de te x te s
a ra b es p u b lié e p a r l ’I n s t it u t des H a u te s E tu d e s m a ro c a in e s , v o l. I I I ) , R a b a t,
1934. A b r e v ia d o , A 'm a l.
— a l-Ih á ta f i a jb á r G a rn a ta , E l C airo . 1319, 2 vols.; m s. d e la B ib lio th é q u e N a tio -
n a le d e P a ris, núm . 3347.
— a l-L a m h a t a l-b a d riy y a fi-l-d a w la t a l-N a s riy y a , E l C a iro , 1347.
Ib n Játim a. V . C o lin (G . S.).
Ib n J a y r (A b ü B a k r ), F a h ra s a t m á ra w á h 'an s u y ü jih m in a l-da w á w ln a l-m u sa n n a fa
f i d u rü b a l-'ilm w a-anw á' a l-m a 'á rif: In d e x lib r o r u m de d iv e rs is s c ie n tia ru m
o r d in ib tis q u o s a m a g is tris d id ic it, ed. p o r J. R ib e r a T a r r a g o ( B . A. H ., t. I X - X ),
Z a ra g o za , 1894-1895. A b r e v ia d o , Ib n Jayr, In d e x .
Ib n K a rd a b ü s , a l-Ik tif á ' f i a jb á r a l-ju la fá ’, e x tr a c to s en A bba d ., I I , 11-27.
Ib n L u yü n , L a m h a l-s ih r m in R tih a l-si'r, m s. de R a b a t, B ib lio th é q u e du P r o te c to r a t,
n ú m e ro 1033.
Ib n M a n zü r, L is á n a l-'A ra b , B ü lá q , 1300-1308, 20 vols.
Ib n a l-M a w á 'In i, R a y h a n a l-a lba b w a -ra i'á n al-sabáb, e x tr a c to s en A bba d ., I I , 1-10.
Ib n al-M u 'tazz, D iw á n , B eiru t, 1331.
— F u s ü l a l-ta m á til f i ta b á s ir a l-s u rü r, E l C a iro , 1344 = 1925.
Ib n a l-Q ift!, T a ’r i j a l-h u k a m á , ed. p o r J. L ip p e r t, L e ip z ig , 1903.
Ib n Q u ta yb a, a l-S i'r w a -l-su 'a rá ', ed. p o r d e G o e je , L e id en , 1904.
— ’U y ü n a l-a jb á r, E l C a iro , 1334-1349 = 1925-1930, 4 vols.
— M u q a d d im a t K it á b a l-s i'r w a - l - s u 'a r á I n t r o d u c t i o n au L iv r e de la P o é s ie et des
P o e te s (C o le c c ió n a ra b e d e la A s s o c ia tio n G u illa u m e B u d é ), te x to á ra b e con in tr o
d u cción , tra d u c c ió n y c o m e n ta r io p o r G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , P a rís, 1947.
Ib n al-Q ü tiyya, H is to r ia de la c o n q u is ta de E spa ñ a , te x to e s ta b le c id o p o r G ayan gos,
tra d u c c ió n e s p a ñ o la p o r J. R ib e r a , M a d rid , 1926.
Ib n Q u zm án , D iw á n : C a n c io n e ro , te x to á ra b e p u b lic a d o en r e p r o d u c c ió n fo t o g r á fic a
p o r D. d e G u n zb u rg, fase. 1 (ú n ic o a p a r e c id o ), B e r lín , 1896; en tra n s c rip c ió n , p re
c e d id o d e un e s tu d io y s e g u id o d e trad . p a rc ia l, p o r A. R. N y k l (P u b lic a c io n e s de
las E s cu e la s de e s tu d io s á ra b es de M a d r id y G ra n a d a , s e rie A, núm . 1), M a d rid -
G ra n a d a , 1933.
Ib n R a s lq , a l-'U m d a , E l C a iro , 1325 = 1907, 2 to m o s en 1 vol.
I b n al-R ü m l, D iw ü n : E x tr a it s ch o is is , p o r K á m il K llá n l, E l C a iro , 1342 = 1924, 3to
m o s en 1 vo l.
— D iw ü n , ed. c r ít ic a p o r M u h a m m a d S a r if S a llm , E l C a iro , 1917-1922, 2 vols. (r im a s
ü d e h ü ').
Ib n a l-S aya rí, a l-H a m ü sa , ed. p o r F. K r e n k o w , H y d e r a b a d (D e k k a n ), 1345.
Ib n Sahl, D iw ü n a l-a h k ü m a l-k u b ra , m s. d e A r g e l, B ib lio th é q u e N a tio n a le , núm . 1332.
Ib n S a 'id a l-M a g rib i, 'U n w ü n a l m u r q is ü t w a -l-m u trib a t, B ü lá q , 1286; M o d e le s de
v e rs « a d a n s e r e t á r i r e » , te x to y trad . a n o ta d a p o r A. M a h d a d (B ib lio th é q u e
A ra b e -F ra n g a is e , v o l I V ) , A r g e l, 1949.
— R á y ü t a l-m u b a r r iz in w a-güyüt a l-m u m a y y iz in : E l L ib r o de las B a n d e ra s de lo s
C a m p e o n e s , ed. y tra d . p o r E. G a rc ía G ó m e z, M a d rid , 1942.
Ib n S á k ir al-K u tu b í, F a w ü t a l-W a fa ya t, B ü lá q , 1283, 2 vo ls .
Ib n S a n á ’ al-M u lk , D a r a t-T ir ü z : P o é t iq u e du M uw assah, ed. c r ít ic a p o r Ja w d a t
R ik a b i, D a m a sco, 1949.
Ib n al-S ihna, a l-D u r r a l-m u n ta h a b f i ta 'r ih H a la b : L e s p e rle s ch o is ie s . M a té r ia u x
p o u r s e r v ir á l'h is to ir e de la v ille d 'A le p , tra d . fra n c e s a p o r J. S a u v a g e t (M é m o i
res d e l ’In s titu t F ra n g a is d e D a m a s ), B e iru t, 1933.
Ib n S u h a y d (A b ü 'A m ir ) al-A n d alu s!, R is ü la t a l-ta w á b i' w a -l-zaw abi', ed. p o r B u tru s
al-B u stán !, B e ir u t, 1951.
Ib n T u fa y l, H a y y b e n Y a q d h ü n : R o m á n p h ilo s o p h iq u e , e d ic ió n c r ít ic a d e l te x to
á ra b e c o n tra d . fra n c e s a a n ota d a , 2.* ed., p o r L e ó n G a u th ie r (P u b lic a t io n s de 1’In s
t it u í d ’E tu d e s O r ie n ta le s ... d ’A lg e r, v o l. I I I ) , B e ir u t, 1936.
Ib n Y a 'ís , S a rh a l-M u fa s s a l, ed. p o r Jahn, L e ip z ig , 1882-1886.
Ib n Y u b a y r , V o y ages, tra d u c id o s y a n o ta d o s p o r M a u r ic e G a u d e fro y -D e m o m b y n e s
(d o c u m e n to s r e la tiv o s a la h is to ria d e las C ru zad as, p u b lic a d o s p o r la A c a d é m ie
d es In s c r ip tio n s e t B e lle s L e ttr e s , v o l. I V - V ), P a rís , 1949-1951, 2 vols.
Ib n ’í u b a y r , R ih la : T ra v e ls , ed. d e G o e je , L e id e n , 1907.
— V . Ib n t u b a y r .
Ib n Z a fir , B a d a ’i' a l-b a d ü ’ih, B ü lá q , 1278.
Ib n Z ayd ü n , D iw ü n , ed. p o r K á m il K ilá n í y 'A b d al-R ah m án J a lifa , E l C a iro , 1351 =
1932, ed. p o r K a r a m al-B u stán í, B e iru t, 1951.
Ib n Z á k ü r, S a rh Q a lü ’id a l-'iq y a n , m s. p erson al.
a l-Ib s!h í. V . af-Ábsíhl.
I d r is (H . R .), C o n t r ib u tio n á l ’h is to ir e de l ’Ifr ik iy a . T a b le a n de la v ie in te lle c tu e lle
et a d m in is tr a tiv e a K a iro u a n sou s les A g la b ite s e t les F a tim ite s (q u a t r e p r e m ie r s
s ié c le s d e l ’h é g ir e ), d ’a p ré s le Riyad. E n N u fü s d e A b ü B a k r E l M a lik i, en R . E . /.,
1935, c a h ie r I I , pp. 105-178; c a h ie r I I I , p p . 273-305; 1936, c a h ie r I, pp. 45-104.
a l-ld r ís l, D e s c r ip t io n de l ’A f r iq u e e t de l'E s p a g n e , te x to á ra b e y trad . fra n c e s a p o r
D o z y y d e G o e je , L e id e n , 1866.
a l- I k t if á ’ f i a jb á r a l-ju la fü ’. V . Ib n K a rd a b ü s .
'Im á d ad-D ín a l-Is fa h á n í, J a rid a t a l-q a s r w a -ya rid a t a h í a l-'a sr, m s. d e P a rís, B ib lio
th éq u e N a tio n a le , nú m s. 3330-3331; E x tr a c to s en A bba d., I, 383-423.
I m r u ’l-Q ays, D iw ü n , ed. p o r al-S and ü b l, E l C a iro , 1349 = 1930.
Is la m d ’H ie r e t d 'A u jo u r d ’h u i. V . B la c h é re ; L é v i-P r o v e n g a l; P e lla t.
L ’Is la m e t l ’O c c id e n t. C a h ie rs d u S u d , P a rís, 1947.
Is la m ic a . V . H e ll; a l-H á tim í.
a l-Is tib s ü r f i a y a 'ib a l-a m sü r, te x to á ra b e p o r K r e m e r , V ie n a , 1852; trad . fra n c e sa
p o r F agn an , C on sta n tin a , 1900.
J. A.: J o u r n a l A s ia tiq u e . V. A b ü H á m id al-A n d alu sí; A m a r i; B e l; C aussin d e P e r
c e v a l; C lém e n t-M u lle t; D u gat; Ib n 'A b d ü n ; L a m m e n s ; M e h ren ; M u n k ; Q u a tre
m é re ; d e S la n e; a l-T iyán l.
al-J afáyl, $ if a ' a l-g a lll fi-m d f i k a la m a l-'A ra b m in a l-d a jil, E l C a iro , 1325.
Jahn. V . Y a'Is.
J a lifa ('A b d al-R a h m á n ). V. Ib n Z ayd ü n .
J a lil (S a y y id I), M a ria g e et ré p u d ia tio n , trad . F agn an , A r g e l, 1909.
a l-J a w á rizm í. V . al J u w á ra zm í.
J e a n ro y (A .), L a p o é s ie ly r iq u e des T ro u b a d o u rs , T o u lo u s e -P a rís , 1934, 2 vols.
J o re t (C h .), L a ro s e dans V a n tiq u ité et au m o y e n age, P a rís, 1892.
— L e s p la n te s dans l ’a n tiq u ité e t le m o y e n áge, P a rís, 1897, 2 vo ls .
J o u rn a l des S a va n ts. V. B a s s e t (R . ); M a r g a is (G .).
al-Jusam , H is to r ia de lo s Ju eces d e C ó rd o b a , te x to á ra b e y trad . esp. p o r J. R ib e ra ,
M a d rid , 1914. A b r e v ia d o , al-Jusaní, Jueces.
A l-Juvvárazm l, M a fa tih a l-'u lü m , ed. G. V a n V lo te n , L e id e n , 1895; ed. d e E l C a iro ,
1342.
a l-K a tib a l-M is ri. V . L é v i-P ro v e n g a l.
a l-K a ttá n l (M u h a m m a d ib n Y a 'fa r ib n I d r ls ), S a lw a t al-a nfá s w a -m u h a d a ta t. al-akyas
b i-m a n u q b ir a m in a l-'u la m a w a -l-su la h d ’ bi-Fás, F ez, 1316, 3 vols.
K ílá n ! ( K á m il), N a z a rá t f i t a 'r i j al-adab a l-a nd a lu si, E l C a iro , 1342 = 1924.
— V . Ib n al-R ü m l; Ib n Z ayd ü n .
K ín á n y (A . K h .), T h e D e v e lo p m e n t o f G a za l in A r a b ic L it e r a t u r e ( P r e -Is la m ic and
E a r ly Is la m ic P e r io d s ), D am as, 1951.
K r a m e r s (J. H .). V . Ib n H a w q a l.
K r a tc h k o w s k y ( I . ) , R e se ñ a d e la 1.a ed. d e L a P o é s ie a n d a lou se, en L 'O r ie n ta lis tn e
s o v ié tiq u e , M o s c ú -L e n in g ra d o , t. I I I (1945), pp. 288-291.
K r e m e r (F . v o n ). V . a l-Is tib s á r.
K r e n k o w (F .). V . I b n al-S ayari.
K u r d 'A l! (M .), G a b ir a l-A n d a lu s w a -h ü d iru h á , E l C a iro , 1341 = 1923.
— G a rá ’ib a l-G a rb , E l C a iro , 2.a ed., 1341 = 1923.
— a l-Is lá m w a -l-h a d á ra t a l-'a ra b iy y a , E l C a iro , 1934-1936, 2 vols.
— a l-Q a d im w a -l-h a d it, E l C a iro , Í343 = 1925.
— R a s a ’il a l-bu la ga , E l C a iro , 1331 = 1913.
L a fu e n te y A lc á n ta r a (E .). V. A jb á r M a y m u a.
L a m m e n s (H .), L 'a t tit u d e de l'Is la m p r i m i t i f en fa c e des a rts fig u re s , en J. A., 11.a
serie, t. V I (1915), pp. 239-279.
— L e b e rce a u de l ’Is la m , t. I, R o m a , 1914.
— E tu d e s s u r le ré g n e d u c a life o m a iy a d e M u 'á w ia I, en M é la n g e s de la F a c u lté
O r ie n ta le de B e y r o u th , t. I I , 1907.
L a o u s t (E .), M o t s e t ch o se s b e rb é re s . N o te s de lin g u is tiq u e e t d 'e th n o g ra p h ie . D ia-
le c te s d u M a r o c , P a rís, 1920.
L e c le r c (L .). V . Ib n al-B aytár.
L e G e n til (P .), A p r o p o s de la « s tro p h e z é je le s q u e », en R e v u e des L a n g u e s R o m a n e s ,
to m o L X X , 1949, pp. 119-134.
L é o n l ’A fr ic a in , D e s c r ip tio n de l'A f r iq u e , tie r c e p a r tie du m o n d e , ed. p o r S c h e fe r,
P a rís, 1896-1898, 3 vols.
L e rc h u n d i (J .) y S im o n e t (J .), C re s to m a tía a rá b ig o -e s p a ñ o la , G ra n a d a , 1881.
L é v i-P r o v e n g a l (E .), A lp h o n s e V I e t la p ris e de T o lé d e (1085), en H e s p é ris , X I I
(1931), pp. 33-49; r e p r o d u c id o en Is la m d 'O c c id e n t, d e l m is m o a u tor, P a rís, 1948,
p á g in a s 109-135.
— L ’E s p a g n e m u s u lm a n e au X L' s iécle. In s t it u t io n s e t v ie s o cia le , P a rís, 1932.
— F r a g m e n ts d ’u n e c h r o n iq u e des M u lü k a t-T a w a ’if, te x to á ra b e en a l-B ayan, t. I I I ,
p á g in a s 289-316; trad . fra n c e s a en H . M . E ? , t. I I I , a p é n d ic e I I , 215-235.
497
— L e s H is to r ie n s des C h o rfa , P a rís, 1922.
— I n s c r ip tio n s a ra b es d ’E s p a g n e , con 44 p lan ch as en fo to tip ia , L e id en -P a rís , 1931.
2 vo ls .
— U n n o u v e a u te x te d ’h is to ir e m é r in id e : le M u s n a d d 'Ib n M a rz ü q , en H e s p é ris , V
(1925), pp. 1-82.
— S u r de n o u v e a u x m a n u s c rits de la D a jir a d 'Ib n B assám , en H e s p é ris , X V I (1933),
p á g in a s 158-161.
— U n te x te in é d it s u r ¡ 'h is to ir e de l ’E s p a g n e m u s u lm a n e dans la s e co n d e n io itié du
X I e siécle, les M é m o ir e s de 'A b d A llá h , d e r n ie r r o i zJride de G re n a d e , fra g m e n to s
p u b lic a d o s según el m s. d e la B ib lio te c a de a l-Q a ra w iy in , de F ez, c on una in tr o
d u cción y una tra d u c c ió n fra n cesa , en A l-A n d a lu s , M ad rid -G ra n a d a , v o l. I I I , fa s
c íc u lo 2 (1935), p p . 233-344; v o l. IV , fase. I I (1936), pp. 29-145.
— P o é s ie a ra b e d ’E s p a g n e et p o é s ie d ’E u r o p e m é d ié v a le , en Is la m d 'O c c id e n t, del
m is m o au tor, P a rís, 1948, pp. 281-304.
— T u r á l a l-A n d a lu s, en árab e, en a l-K a tib a l-M is rl, E l C airo , e n e ro 1947, pp. 611-623;
en fra n c é s, b a jo e l títu lo L e r o le s p ir it u e l de l ’E s p a g n e m u s u lm a n e , en Is la m et
O c c id e n t, d e l m is m o a u tor, P a rís, 1948, pp. 305-318.
— Is la m d ’O c c id e n t. E lu d e s d ’h is to ir e m é d ié v a le (I s la m d ’H e ir et d ’A u jo u r d ’hui,
v o lu m e n V I I ) , P a rís , 1948.
— G la n u re s cid ie n n e s . L e t t r e á D. R a m ó n M enéndez. P id a l, en E s tu d io s d ed ica d os
a M e n é n d e z P id a l, M a d rid , 1950, 11 pp.
— L e r o le de la M a rc h e s u p é rie u re dans l ’h is to ir e p o lit iq u e de l ’E s p a g n e ca lifie n n e ,
en P ir in e o s , Z a ra g o za , 1950, 18 pp.
— E n re lis a n t le « C o l l i e r de la C o lo m b e », en A l-A n d a lu s , M a d rid , v o l. X V (1950),
fa s c íc u lo 2, pp. 335-375.
— H is to ir e de l'E s p a g n e m u s u lm a n e . I. La c o n q u é te et l'E m ir a t h is p a n o -u m a iy a d e
(710-912). I I . L a C a lifa t u m a iy a d e de C o rd o u e (912-1031), 2/ ed., P aris-L e id e n , 2 v o
lú m en es. I I I . L e s ié c le du C a lifa t de C o rd o u e , P a rís, 1953.
— V . 'A b d A llá h e l Z ír í; Ib n 'A b d a l-M u n 'im a l-H im y a rí; Ib n 'A b d ü n ; Ib n B assá m ;
Ib n al-Jatíb; Ib n H a z m ; Ib n 'Id á r i; M a f a jir a l-B arbar\ al-S a q a ti; U na c ró n ic a
a n ó n im a .
L é v i-P ro v e n ^ a l ( E ) . G a rc ía G ó m e z (E . ) y O liv e r A sín { J .), N o v e d a d e s s o b re la B a ta lla
lla m a d a de A l-Z a llá q a (1086), en A l-A n d a lu s . v o l. X V (1950), fase. I, pp. 111-155.
L ip p e r t ( J .). V . Ib n a l-Q iftí.
L is á n : Ib n M a n zü r, L is á n a l-'A ra b , B u lá q , 1300-1308, 20 vols.
L on gu s, D a p h n is et C h lo é . ed. de B e lle s -L e ttre s , P arís, 1934.
L u y a (A .). V . al-S aqu n dl.
a l-M a 'a rrl (A b ü -l-'A lá ), R is á la t a l-g u frá n , E l C a iro , 1325 = 1907, ed. c r itic a p o r B in t
a l-S á ti’ ( D a já 'ir a l-'A ra b . v&l. I V ) , E l C a iro , 1950.
M a c h u e l (L .), L e s a u te u rs arabes, en L e c tu r e s litté ra ire s . Pa ges ch o is ie s des gra n d s
é c riv a in s , col. p u b lic a d a p o r A. C olin , P a rís, 1912.
M a h d a d (A .). V . Ib n S a 'id ; S a fw á n ib n Id rís .
M a f á jir a l-B a rb a r, «F r a g m e n ts h is to riq u e s sur les B e r b é re s au m o y e n a g e », ed. p o r
L é v i-P r o v e n g a l ( C o lle c tio n de te x te s a ra b es p u b lié e p a r l 'I n s t it u t des H a u te s
E tu d e s M a ro c a in e s , v o l. I ) , R a b a t, 1934.
M a y m ü 'a adabiyya, E s ta m b u l, 1302. V . al-Suyütí.
M a g n in (C h .), H r o s v ita , en R e v u e des D e u x -M o n d e s , 15 n o v ie m b r e 1839.
al-M a vd á n l, M a y m a ' a l-a m tá l, B ü lá q , 1284, 2 vols.
a l-M a v m a n l a l-R á y a q ü tl, a l-N u ta f m in s i'r I b n R a s lq wa z a m ilih I b n S a ra f, E l C ai
ro, 1343.
a l-M á lik í (A b ü B a k r ), K it á b R iv á d a l-N u fü s , ed. p o r H u s a v n M u ’nis, E l C a iro , 1951.
— V . Id r ís (H . R .).
M a lo de M o lin a , R o d r ig o el C a m p e a d o r, M a d rid , 1857.
M a n ibn A w s , D iw ü n , ed. p o r S c h w a rz, L e ip z ig . 1903; ed. p o r K a m á l M u s ta fá , El
C airo , 1927.
M a n u el (D . Juan). V . E l C on d e L u c a n o r.
a l-M aqd isi. V . al-M u qadd así,
a l-M a q q a rí, A z h ü r a l-riv a d f i a jb ü r a l-q ü d i Tvüd , T ú n ez, 1322, t. I (ú n ic o a p a r e c id o );
E l C a iro , 1358 = 1939, 3 vols.
— N a fh a l-tib m in gu sn a l-A n d a lu s a l-ra tib w a -d irk w a z irih a L is ü n a l-D in Ib n
a l-Ja tib , B ü láq, 1279 = 1862, 4 vols.; E l C a iro , 1302 = 1884, 4 vols.; L e id en , 1855-
1861; 2 vols. (p r im e r a m ita d ú n ic a m e n te ). A b r e v ia d o : ed. d e E l C a iro , N a fh
a l-tib ; ed. de L e id e n , A nal, o A n a lecte s. Ed. p o r M . M u h v l al-DTn 'A b d a l-H a m ’id,
E Í C a iro , 1367 = 1949, 10 vols.
— V . D u gat; G a y a n g os; M assé.
a l-M a q rízí. V . Q u a tre m ére .
M a rg a is ( G . !, Les A ra b es en B e r b e r ie du X I L au X I V e s ié cle , C on sta n tin a , P arís, 1913.
— L e c o s tu m e m u s u lm á n d ’A lg e r (1830-1930) ( C o lle c tio n du C e n te n a ire de l ’A lg é rie .
A r c h é o lo g ie et H i s t o i r e ), P a rís, 1930.
— E ch a n g e s a r tis tiq u e s e n tre l ’E g y p te et V Is la m o c c id e n ta l, en H e s p é ris , X I X ,
fa s c íc u lo s 1-2 (1934), pp. 95-106.
— Les fig u r e s d 'h o m m e s et de b étes dans les b o is s c u lp té s d 'é p o q u e f á t im it e c o n s e r
ves au M u s é e du C a ire, en M é la n g e s M a s p e ro , vo l. I I I ( M .I.F .A .O . du C a ire,
to m o L X V I I I ), pp. 241-257.
— M a n u e l d 'a r t m u s u lm á n . L ’a r c h ite c tu r e . T u n is ie , A lg é rie , M a r o c , E s p a gn e, S ic ile ,
P a ris, 1926-1927, 2 vols.
— N o t e s u r les rib á ts en B e rb é rie , en M é la n g e s R e n é B a sset, P a rís, 1925, t. I I ,
395-430.
— La q u e s tio n des im a g es dans l ’a rt m u s u lm á n , en B y z a n tio n , t. V I I I , fase. I (1932),
p ágin as 161-183.
— S u r u n b a s -re lie f m u s u lm á n d u M u s é e S te p h a n e G s e ll, en A n u a les de l ’I n s t it u t
d 'E tu d e s o r ie n ta le s ... d ’A lg e r, t. I (1934-1935), P a ris, 1935, pp. 162-175.
— L a B e r b é r ie M u s u lm a n e et l'O r ie n t au M o y e n A ge (L e s G ran d es C lis e s d e l ’His-
to ir e ), P a rís, 1946.
— L a p o é s ie a n d a lo u se au X b s iécle, C o m p te ren d u de la 1.“ ed. de La p o e s ie anda-
lou se, en J o u rn a l des S a v a n ts (P a r ís ), e n e r o -fe b r e ro 1939, pp. 14-30.
M a rg a is ( G . ). V . D ie h l (C h .).
M a rg a is (W .), L e d ia le c te a ra be p a rlé á T le m c e n ( P u b lic a tio n s de l ’E c o le des L e ttr e s
d ’A lg e r, t. X X V I ) , P a rís, 1902.
— O b s e rv a tio n s s u r le te.xle du « T a w q a l-h a m ü m a » ( « L e C o llie r de la C o l o m b e »)
d ’I b n H a z m , en M é m o r ia l H e n r i B a sset, t. I I , P a ris, 1928, pp. 59-98.
— T e x te s a ra b es de T a k ro ü n a (B .E .L .O .V ., t. V I I I ) , P a rís, 1925.
— V . a l-T iyám .
M a rg a is (W . y G .), L es m o n u m e n ts a ra bes de T le m c e n , P a ris, 1903.
M a r m o l C a rv a ja l, H is to r ia d e l re b e lió n y c a s tig o de lo s M o r is c o s d el R e y n o de
G ra n a d a , M a d rid , 1797, 2 vo ls .
a l-M a rrá k u si ('A b d a l-W á h id ), a l-M u 'y ib f i ta ljis ta ’r i j a l-M a g rib , te x to á ra b e p o r
D ozy, L e id e n , 2.a ed., 1881; ed. de E l C a iro , 1324 = 1906; trad . fra n c e s a p o r Fagn an,
H is to ir e des A lm o h a d e s , en R e v u e a fric a in e , 1891-1893, tir a d a a p a rte , A r g e l, 1893.
A b r e v ia d o , al-M a rrá k u sí, H is t. A lm o h .
M a r tin e n c h e (E .), P r o p o s d ’E s p a g n e, P a rís, 1905.
M a r tin o (P .), L ’O r ie n t dans la lit té r a tu r e fra n g a is e au X V l b et au X V I I I ‘ siécle,
P a ris, 1906.
M a s p e r o (J e a n ) y W ie t (G a s tó n ), M a té r ia u x p o u r s e r v ir a la g é o g ra p h ie de l ’E g y p te ,
en M é m o ir e s de l ’I n s t it u í F rtin g a is d ’A r c h é o lo g ie O rie n ta le , vo l. X X X V I , E l C airo,
1914-1919.
M a s s é (H . ), U n c h a p itr e des A n a le c te s d ’a l-M a q q a ri s u r la lit té r a tu r e d e s c rip tiv e
ch e z les A ra b es, en M é la n g e s R e n é B a sset, t. I, P a rís, 1923, p p . 235-258.
— L e s é p o p é e s persa n es. F ir d o u s i e t l'é p o p é e n a tio n a le , P a rís, 1935.
— I b n Z a id ü n , en H e s p é ri.s t. I (1921), pp. 183-193.
— A n th o lo g ie p e rs a n e ( X I e- X I X ‘ s ié c le ), P a rís, 1950.
— V . L 'á m e de l ’Ir a n .
M a s s ig n o n ( L . ), L es m é th o d e s de ré a lis a tio n a r tis tiq u e des p e u p le s de l'Is la m , un
S y ria , 1921, p p . 5-22.
— L a p a s s io n d 'a l-H o s a y n -ib n -M a n s o ü r a l-H a llá j m a r ty r m y s tiq u e de l'Is la m e x é c u té
á B a gd a d le 26 m a rs 922. E tu d e d ’h is to ir e re lig ie u s e , P a rís, 1922. A b r e v ia d o , M a s
sign on , a l-H a llá j.
— R e c u e il de te x te s in é d its c o n c e rn a n t V h is to ire de la m y s tiq u e en pays d 'Is la m ,
ré u n is , classés, a n n o té s et p u b lié s ( C o lle c tio n de te x te s in é d its r e la tifs á la
m y s tiq u e m u s u lm a n e , t. I ) , P a rís, 1929.
— R e c h e rc h e s s u r S h u s h ta ri, p o e te a n d a ló n e n te r r é á D a m ie tte , en M é la n g e s W il
lia m M a rg a is , P a rís, 1950, pp. 251-276.
— V . L ’á m e de V ira n .
a l-M as'ü d í, M u r ü y a l-d a h a b: les P r a ir ie s d ’o r , te x to á ra b e y trad . fra n c e s a por
B a r b ie r d e M e y n a rd y P a v e t d e C o u r te ille , P a rís, 1872-1877, 9 vols.
M a tm a h : V . al-F ath ib n Jáqán, M a tm a h a l-a n fu s...
M e h r e n (A . F .), C o rre s p o n d a n c e d u p h ilo s o p h e s o u fi I b n S a b 'in A b d o u l-H a q q a ve c
V e m p e r e u r F r é d é r ic I I de H o h e n s ta u fe n , en J. A., 7.-1 serie, t. I V (1879), p á g i
nas 341-454.
— V . ad-D im asqí.
M é la n g e s de la F a c u lté o r ie n ta le de B e y ro u th . V . L a m m e n s.
M é la n g e s G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , E l C a iro , 1935-1945.
M é la n g e s M a s p e ro . V . M a rg a is (G .); P é ré s .
M é la n g e s R e n é B aset. V . C ou r; G a u d e fro y -D e m o m b y n e s ; M a rg a is (G .); M assé.
M é m o ir e s de V In s titu t F ra n g a is d ’A r c h é o lo g ie O r ie ta le du C a ire (a b r e v , M .I.F .A .O .).
M a r g a is (G .); P érés.
M é m o r ia l H e n r i B a sset. V . M a r g a is (W .).
M e m o r ia s de la R e a l A c a d e m ia de la H is to r ia . V . S im o n e t.
M e n d o z a y B o b a d illa , E l tiz ó n de la N o b le z a esp a ñ ola y s a m b e n ito s de sus lin a je s ,
B a rc e lo n a , 1880.
M e n é n d e z y P e la y o (M .), D e las in flu e n c ia s s e m ític a s en la lite r a tu r a espa ñ ola , res e
ña d e un e s tu d io d e F. F e rn á n d e z y G o n zá le z (v . e ste n o m b r e ), en C o le c c ió n de
e s c r ito r e s ca s te lla n o s , t. 106, M a d rid , 1912.
M e n é n d e z P id a l (R .), L a E s p a ñ a d e l C id, M a d rid , 1929, 2 vols.
— O b ra s , t. I I : H is to r ia y e p op ey a , M a d rid , 1934.
— O ríg e n e s d e l e sp a ñ ol, 2.a ed., M a d rid , 1929.
— P o e s ía ju g la re s c a y ju g la re s , M a d rid , 1924.
— D e la v id a d e l C id, en R e v is ta de O c c id e n te , núm . 32 (f e b r e r o 1926).
— P o e s ía á ra b e y p o e s ía e u ro p e a (C o le c c ió n A u s tra l, núm . 140), M a d rid , 1941.
— C a n to s r o m á n ic o s a n d a lu s íes ( c o n tin u a d o re s de una lír ic a la tin a v u lg a r ), en B o le
tín de la R e a l A ca d e m ia E s p a ñ o la , t. X X X I , c u a d e rn o C X X X I I I , M a d rid , 1951.
— V . P r im e r a c r ó n ic a g e n e ra l de E spaña.
M e r c ie r (L o u is ). V . Ib n H u d a y l al-AndalusI.
M e u n ie r (M .). V . A n a c ré o n tiq u e s .
M e z (A .), D ie R e n a is s a n ce des Is lá m s , H e id e lb e r g , 1922; trad . e s p a ñ o la p o r S a lv a d o r
V ila , E l R e n a c im ie n to d e l Is la m ( P u b lic a c io n e s de las E s cu e la s de E s tu d io s á ra
bes de M a d r id y G ra n a d a , s e rie A , núm . 4), M a d rid -G ra n a d a , 1936; trad . á ra b e
p o r M u h a m m a d 'A b d a l-H á d í A b ú R íd a , E l C a iro , 1947-1948, 2 vols.
M . I . F . A . O . : M é m o ir e s de l'I n s t it u t F ra n g a is d ’A r c h é o lo g ie O r ie n tó le du C a ire.
V. M a rg a is (G .); P érés.
M ig e o n (G .), M a n u e l d ’a rt m u s u lm á n . A rts p la s tiq u e s et in d u s trié is , P a rís, 1927,
2 vols.
M ih y á r al-D aylam í, D iw a n , E l C a iro , 1344-1350 = 1925-1931, 4 vols.
M illa s V a llic r o s a (J o s é M .), La p o es ía sagrada h e b ra ic o -e s p a ñ o la , M a d rid , 1940;
2.“ ed., 1949.
— T re s p o líg r a fo s ju d a ic o s en la c o r te de lo s T u c h ib ie s de Z a ra g o z a , B a rc e lo n a ,
1948.
— L a tr a d u c c ió n ca s te lla n a d el «T r a ta d o de A g r ic u ltu r a » de I b n B assül, en A l-A n d a -
lus, v o l. X I I I (1948), fase. 2, pp. 347-430.
— L a tr a d u c c ió n ca s te lla n a d el « T ra ta d o de A g r ic u lt u r a » de I b n W a fid , en A l-
A n d a lu s , v o l. I I I (1943), fase. 2, pp. 281-332.
M is ce lá n e a de e s tu d io s y te x to s árabes, M a d rid , 1915. A b r e v ia d o , M is ce lá n e a . V . Ib n
al-A bbár.
M o n c h ic o u r t (C h .), M o e u r s in d igén es. L es ro g a tio n s p o tir la p lu ie (T h lo b en n ó ), en
R e v u e tu n is ie n n e , t. 22 (1915), 65-81.
M o r é r e (M .), L e s d on n ée s h is to r iq u e s de l ’in flu e n c e de la p o é s ie a n d a lo u se s u r la
ly r iq u e des T r o u b a d o u rs , en A n u a les de l'I n s t it u t d ’E tu d e s O c c ita n e s , núm . 7
(1 m a y o 1951), pp. 48-60.
M o ty lin s k i (A . d e C.). V . M u h a m m a d al-M u qri.
M u b á ra k (Z a k I), H tib b I b n Á b i R a b i'a w a -si'ru h , E l C a iro , 3.“ ed., 1919.
— a l-M u w ü za n a bayn a l-su 'a ra ', E l C a iro , 1344 = 1926.
— L a p r o s e a ra b e au I V e s ié cle de l ’h é g ire ( X ‘ s ié c le ), P a rís, 1931.
— a l-N a tr a l-fa n n i fi-l-q a rn a l-rá b i', E l C a iro , 1352 = 1934, 2 vols.
M u b á ra k (Z a k í). V . a l-H u srl (A b ú Is h á q ).
M u d a v v w a r (Y a m l l ) , H a d á ra t a l-is la m f i D a r a l-sa lá m , B e iru t, 1." ed., 1888; 2.“ ed.,
1905; 3.* ed., 1932.
M u h a m m a d a l-M u q ri, T a 'r if m a n á z il a l-q a m a r. L e s m a n s io n s lu n a ire s des A ra bes,
t e x t o á ra b e en v e rs o , trad . y a n o ta d a p o r A. d e C. M o ty lin s k i, A r g e l, 1899.
M ü lle r (M . J.), B e itr a g e z u r G e s c h ic h te d e r w e s tlic h e n A ra b e r, M u n ich , 1866-1878.
— V . Ib n al-A b b ár, a l-H u lla .
M u n ie r ( H . ) y W ie t (G .), L ’E g y p te b y z a n tin e et m u s u lm a n e ( P r é c is de l ’H is to ir e
d ’E g y p te , t. I I ) , E l C a iro , 1932.
M u ’nis (H u s a y n ). V . al-M álik í.
M u n k (S .), N o t ic e s u r A b o u ’-l-W á lid M e rw á n I b n D ja n a h e t s u r q u e lq u e s a u tre s
g r a m m a ir ie n s h é b re u x du X c et du X I C s iécle, en J. A., 4.“ serie, t. 16 (1850), p á g i
nas 201-247.
al-M u q a d d a sí, A h sa n a t-la q a s im f i m a 'r if a t a l-a q á lim ■ D e s c r ip t io itn p e r ii m o s le m ic i,
ed. p o r d e G o e je , en B . G. A., t. I I I , 2.a ed., L e id e n , 1906.
— D e s c r ip tio n de l'O c c id e n t m u s u lm á n au X ‘ s ié c le , te x to á ra b e y tra d . fra n c e s a
a n o ta d a p o r Ch. P e lla t (B ib lio th é q u e A ra b e -F ra n g a is e , vo l. I X ) , A r g e l, 1950.
A l-M u q ta b a s . V . An astase.
M u s lim ib n al-W alid , D iw a n , ed. p o r de G o e je , L e id e n , 1875.
M u s ta fá (K a m á l). V . M a 'n ib n A w s.
a l-M u ta la m m is , D iw a n , ed. p o r V o lle r s , L e ip z ig , 1903.
a l-M u 'ta m id , S i 'r ( a c o n tin u a ció n d e Ib n Z ayd ü n , D iw a n ), E l C a iro , 1351 = 1932.
— V . S m ith .
al-M u ta n a b b í, D iw a n , c on e l c o m e n ta r io d e al-U k b a rí, B ü lá q , 1287, 2 v ols .; ed. a n o ta
da p o r a l-B a rq ü q l, E l C a iro , 1348 = 1930; ed. S á d ir, B e ir u t, 1926.
— V . B la ch ére.
a l-N á s irí al-S aláw í, -a l-Istiqsa li-a jb á r d u w a l a l-M a g rib al-aqsá, E l C a iro , 1312, tra d u c
c ió n fra n c e sa :
T o m o I, p o r A. G ra u lle , en A rc h iv e s m a ro c a in e s , t. X X X (1923);
A. G ra u lle y G. S. C olin , en A rc h iv e s m a ro ca in e s , t. X X X I (1925);
T o m o I I , p o r I. H a m e t, en A rc h iv e s m a ro ca in e s , t. X X X I I (1927); t. X X X I I I
(1934);
T o m o I I I , p o r M u h a m m a d e n -N á c iri, en A rc h iv e s m a ro ca in e s , t. X X X I V ' (1936);
T o m o IV , p o r E . F u m e y , en A rc h iv e s m a ro ca in e s , t. I X - X (1906-1907).
a l-N a w á y í, H a lb a t a l-k u m a y l, E l C a iro , 1299.
N . B . A. E . : N u e v a B ib lio t e c a de A u to re s E s p a ñ o le s . V. P r im e r a c r ó n ic a g e n e ra l
d e Espa ña .
N ic h o ls o n (R .), A lite r a r y H is to r y o f th e A ra bs, L o n d re s , 1914.
N o ld e k e (T h .), D e le c tu s v e te r u m c a r m in u m a ra b ic o ru m , B e rlín , 1890.
N o t ic e s e t E x tr a its . V . Ib n a l-B a y tá r; Ib n Jaldün.
a l-N u w a y rl, N ih á y a t a l-a ra b f i f u m ín al-adab, ed. d e E l C a iro , 1923-1949 (15 v o ls .).
— H is to r ia de lo s M u s u lm a n e s de E s p a ñ a y A f r ic a (e x tr a c to d e la N ih á y a t a l-a ra b ),
te x to á ra b e y trad . e s p a ñ o la p o r G a s p a r R e m ir o ( R e v is ta d el C e n tro de E s tu d io s
H is tó r ic o s de G ra n a d a y su R e in o ), G ran ad a, 1917-1919, 2 vols.
N y k l (A . R .), A B o o k c o n ta in in g th e R is á la k n o w n as T h e D o v e 's N e c k -R in g a b o u t
L o v e a n d L o v e r s , tra d . in g le s a de T a w q a l-h a m á m a de Ib n H a z m c on una in tr o
d u cción , P a rís , 1931.
— L a p o e s ía a a m b o s la d os d e l P ir in e o h a cia el a ñ o 1100, en A l-A n d a lu s, v o l. I (1933),
fa s c íc u lo 2, pp. 355-408.
— H is p a n o -a ra b ic P o e t r y a n d its r e la tio n s w ith th e O íd P ro v e n g a l T ro u b a d o u rs ,
B a ltim o r e , 1946.
— M a jt á r á t m in a l-s i'r a l-a nd a lu si, B e iru t, 1949.
— V . A b ü D áü d; Ib n H a z m ; Ib n Q uzm án.
O liv e r A s ín (J .), O r ig e n á ra b e de re b a to , a rro b d a y sus h o m ó n im o s . C o n t r ib u c ió n al
e s tu d io de la h is to r ia m e d ie v a l de la tá c tic a m ilit a r y de su lé x ic o p e n in s u la r
( B o le t ín d e la R e a l A ca d e m ia E s p a ñ o la , X V , t. X I , pp. 347-395, 496-542), M a d rid
1928.
— V . L é v i-P r o v e n g a l y G a rc ía G óm ez.
O sm a y S c u ll (G . J.), C a tá lo g o de a zaba ch es c o m p o s te la n o s , p re c e d id o de a p u n te s
s o b r e lo s a m u le to s c o n tr a el o jo , las im á g e n e s d e l a p ó s to l-r o m e r o y la c o fra d ía
de lo s a za b a ch e ros de S a n tia g o , M a d rid , 1916.
P a v e t d e C o u rte ille . V . al-M as'ü d í.
P e llis ie r y R ém u sa t. V . Ib n A b í D ín ár.
P . E . L . O . V . : P u b lic a tio n s de l ’E c o le des la n gu es o rie n ta le s viva n tes . V . al-B u já rl.
P é ré s (H . ), L ’E s p a g n e v u e p a r les v o y a g e u rs m u s u lm a n s de 1610 á 1930 (P u b lic a t io n s
de l ’I n s t it u t d 'E tu d e s o rie n ta le s de la F a c u lté des L e ttr e s d ’A lg e r, t. V I ) , P arís,
1937.
— L e K it á b a l-im á m a w a ’s-siyása e t la ré c e p tio n des p o e te s p a r le k h a life o m ey y a d e
’U m a r ib n 'A b d a l-'A ziz d ’a p rés I b n Q u ta ib a , en R e v u e tu n is ie n n e , nú m s. 19-20
(1934), pp. 317-335.
— L e p a lm ie r en E s p a g n e m u s u lm a n e . N o te s d ’a p ré s les te x te s arabes, in M é la n g e s
G a u d e fro y -D e m o m b y n e s , E l C a iro , 1937, pp. 225-239.
— L a p o é s ie á F és sotis les A lm o rá v id e s e t les A lm o h a d e s , en H e s p é ris , t. X V I I I -
((9 9 3 )), pp. 9-40.
— L a p o é s ie a ra b e d ’A n d a lo u s ie e t ses r e la tio n s p o s s ib le s a v e c la p o é s ie des t r o u
b a d o u rs , en L ’Is la m e t l ’O c c id e n t. C a h ie rs d u S u d , M a rse lla -P a rís , 1947, pp. 107-130.
— V . Abü-1-W alld a l-H im y a rí.
P e r r o n (D r .), F e tn m e s a ra b es a va n t e t d ep u is l ’is la m is m e , P a rís y A r g e l, 1858.
P e tit-D u ta illis (C h .) y G u in a rd (P .), L ’e s s o r des E ta ts d ’O c c id e n t (F r a n c e , A n g le te rre ,
P é n in s u le I b é r iq u e ), en H is to ir e gé n éra le , d ir ig id a p o r G. G lo tz. H is to ir e du
M o y e n áge, t. IV , 2:' p a rte , P a rís, 1937.
P é tro f. V . Ib n H azm .
P. I. H . E . M . : P u b lic a tio n s de l'ln s t i t u t des H a u te s E tu d e s M a ro c a in e s . V . B ru n o t;
R e n a r d y C o lín ; S á 'id al-A n d alu sí; a l-S a q a tí; T e rra s s e .
P ire n e o s . V . L é v i-P ro ven gal.
P ire n n e (H . ), C oh én (G .), F o c illo n (H . ), L a c iv ilis a tio n o c c id e n ta le au M o y e n áge, du
X I C au m ilie u du X V e s ié cle , en H is to ir e ge n éra le , d ir ig id a p o r G. G lo tz, H is to ir e
du M o y e n áge, t. V I I I , P a rís, 1933.
P la to n o v . V . G a u d e fro y -D e m o m b y n es .
P lu s b ea u x te x te s a ra b es (L e s ), p re s e n ta d o s p o r E. D e rm e n g h e m , P a rís, 1951.
P on s B o ig u e s (F .), E n s a y o b io -b ib lio g r á fic o s o b re lo s h is to ria d o re s y g e ó g ra fo s
a rá g ib o -e s p a ñ o le s , M a d rid , 1898. A b r e v ia d o , P on s B o ig u e s, E n s a y o .
P r ie to y V iv e s (A .), L o s reyes de T a ifa s . E s tu d io h is tó r ic o -n u m is m á t ic o de lo s m u s u l
m a n es e sp a ñ oles en el s ig lo V de la h é g ira ( V I de J. C .), M a d rid , 1926.
P r im e r a c r ó n ic a g e n e ra l de E s p a ñ a , ed. p o r R . M e n é n d e z P id a l, en N . B. A. E ., t. V,
M a d rid , 1906.
P u b lic a c io n e s de las E s cu e la s de E s tu d io s A ra b e s de M a d r id y G ra n a d a , s e rie A;
s e rie B, V . Ib n Q u zm án ; M e z-V ila ; G a rc ía G ó m e z; al-S aqu n dí.
P u b lic a tio n s de l ’E c o le des L a n g u e s O rie n ta le s V iv a n te s (a b r e v ia d o , P. E . L. O . V .).
V . a l-B u já rl y H o u d a s y M a rg a is (W .).
P u b lic a tio n s de la F a c u lté des L e ttr e s d ’A lg e r. V . a l-D a jira al-saniyya; M a rg a is (W .).
P u b lic a tio n s de l ’ln s t it u t d ’E tu d e s o rie n ta le s de la F a c u lté des L e tt r e s d ’A lg e r.
V . B ru n s c h v ig ; L. G a u th ie r; P érés.
P u b lic a tio n s de l ’ln s t it u t F ra n g a is d ’A r c h é o lo g ie O rie n ta le s d u C a ire. V. a l-Y a 'q ü b l
y W ie t.
P u b lic a tio n s de l'ln s t i t u t des H a u te s E tu d e s M a ro c a in e s (a b r e v ia d o , P . I . H . E . M . ) .
V . B ru n o t; R e n a u d y C o lin (G . S .); S á 'id al-A n d alu sí; a l-S a q a tí; T e rra s s e .
Qal. o Q a la 'id : a l F a th ib n Jáqán, Q a lá 'id a l-'iq y á n , B ü lá q , 1283.
al-Q alq asan d i, S u b h al-a'sá f i s in a ’at al-insá, É l C a iro , 1331-1338 = 1913-1920. A b r e
v ia d o , al-Q alq asan d l, S u bh .
a l-Q azw In !, A ta r a l-b ilá d w a -a jb á r a l-'ib á d , te x to á ra b e p o r F. W ü s te n fe ld (K o s m o -
g ra p h ie , t. I ) , G o ttin g e n , 1848.
a l-Q irtá s . V . Ib n A b l Z a r'.
Q u a tre m é re , H is t o ir e des M o n g o ls de la P e rs e , P a rís, 1836.
— H is to ir e des S u lta n s M a m lo u k s é c r it e en a ra b e p a r... M a k r iz i, trad . en fra n cés,
P a rís, 1837-1845, 2 vo ls . en 4 p artes. A b r e v ia d o , Q u a tre m é re , M a m e lo u k s .
— M é m o ir e s u r le g o ü t des liv re s ch e z les O rie n ta u x , en J. A., 3.“ se rie , t. V I (1838),
p á g in a s 35-78, y en M é la n g e s d 'h is to ir e et de p h ilo lo g ie o rie n ta le , P a rís, s. f.
[1857], pp. 1-39.
— V . Ib n Jaldün.
A l-Q u r ’án, te x to á ra b e qu e c o n s titu y e la V u lg a te d el Q u r ’án, ed. de E l C a iro , 1342 =
1923 (2.” ed., 1353 = 1934); ed. d e F lü g e l, re v is a d a p o r G. M . R e d s lo b , L e ip z ig , 1922.
— T ra d u c c ió n fra n c e s a p o r R. B la c h é re , b a jo el títu lo L e C o ra n , tr a d u c tio n s e lo n un
essai de re cla s s e m e n t des S o u ra te s (I s la m d ’H ie r e t d ’A u jo r d ’hui, vo ls . I II - I V - V ).
P a rís, 1947-1951, 3 vols.
al-Q u rasí (A b ü Z a y d ), 'ía m h a r a t as’á r a l-'A ra b , B ü láq, 1038.
R . A . A . D . : R e v u e de l ’A c a d é m ie a ra b e de D am as.
R a y h á n a l-a lb á b w a -ra i'á n al-sabab. V . Ib n al-M awá'Tni.
R a t (G .). V . al-Absihí.
R au x (A .). V . a l-T u g rá ’i.
R é a u ( L . ) y C oh én (G .), L ’a rt d u m o y e n áge (A r t s P la s tiq u e s - A r t L it t é r a ir e ), en
L ’é v o lu tio n de l ’h u m a n ité , d ir ig id a p o r H. B err, núm . 40, P a rís, 1935.
R e c h e r c h e s ', R e c h e rc h e s 2, R e c h e rc h e s 3: D ozy, R e c h e rc h e s s u r l'h is to ir e et la litté r a -
503
tu r e de l'E s p a g n e p e n d a n t le M o y e n áge, L e id en , 1.* ed., 1849, t. I (ú n ic o a p a re
c id o ); 2.* ed., 1860, 2 v o ls .; 3.“ ed., 1881, 2 vols.
R e c u e il de m é m o ir e s e t de te x te s p u b lié s en l'h o n n e u r d u X V I e C o n g ré s des O rie n -
ta listes. V . B el.
R. E . R e v u e des E tu d e s Is la m iq u e s . V . B la c h é re ; Id ris .
R ein au d . V . A b ü -l-F id á ’.
R e lig ió n y C u ltu ra . V . A n tuña.
R e n á n (E .), A v e r r o e s et l ’a v e rró is m e , 3.“ ed., P a rís, 1925.
R en a u d (H . P. J.), S u r la d a te du N a irü z en E s p a g n e m u s u lm a n e , en B u lle tin des
E tu d e s A ra b e s , núm . 15 (n o v.-d ic. 1943), pp. 143-144.
R en a u d (D r. H . P. J.) y C o lin (G . S.), T u h fa t a l-a hbá b (P . I. H . E . M ., t. X X I V ) , P arís,
1934.
R e s c h e r (O .). V . a l-H á tim !.
R e v is ta d e A rc h iv o s . V . G o n za lv o .
R e v is ta d e l C e n t r o de E s tu d io s H is tó r ic o s de G ra n a d a y su R e in o . V . G a s p a r R e m i
ro ; a l-N u w a y r!.
R e v is ta de F ilo lo g ía E s p a ñ o la (a b r e v ia d o , R . F . E . ) . V . A lo n s o (A . ); A lo n s o (D .).
R e v is ta de O c c id e n te . V . G a rc ía G ó m e z; M e n é n d e z P id a l.
R e v u e de l'A c a d é m ie A ra b e de D a m a s (a b r e v ia d o , R . A . D . ) .
R e v u e des D e u x -M o n d e s . V . M a g n in .
R e v u e des E tu d e s Is la m iq u e s (a b r e v ia d o , R . E . I . ) . V. B la c h é re ; Id ris .
R e v u e des E tu d e s ju iv e s . V . Fagn an.
R e v u e des E tu d e s S é m itiq u e s . V. B la c h é re .
R e v u e tu n is ie n n e . V . 'A b d al-W ahh áb; B e rc h e r; M o n c h ic o u r t; P érés.
R . F . E . (R e v is ta de F ilo lo g ía E s p a ñ o la ). V . A lo n s o (A m a d o ); A lo n s o (D á m a s o ).
R ib e r a (J .), D is e r ta c io n e s y O p ú s cu lo s , M a d rid , 1928, 2 vols.
— H is to r ia de la m ú s ic a á ra b e m e d ie v a l y su in flu e n c ia en la espa ñ ola ( C o le c c ió n
de M a n u a le s H is p a n ia , v o l. I, s e rie G ), M a d rid , 1927.
— L a m ú s ica de las C a n tiga s, M a d rid , 1922, 2 vo ls .
— V . G il; al-Jusaní; Ib n J ayr; Ib n al-Q ü tiyya.
R id á (M u h y í al-D ín ). V . a l-H u s rí (A b ü -l-H a sa n ).
R if á 'í (A . F .), A s r a l-M a ’m ü n , É l C a iro , 1346 = 1927, 3 vols.
— V . Y á q ü t.
R ik a b i (J a w d a t ), L a p o é s ie p ro fa n e sous les A y y ü b id es et ses p r in c ip a u x re p ré s e n -
ta n ts, P a rís, 1949.
— V . Ib n S a n a ’ al-M ulk.
R o m a n ía . V . C o lin (G . S.).
R o q u e s (M a r io ), P r é fa c e á «L a c iv ilis a tio n en F ra n c e au M o y e n á g e », d e Joan E vans,
P arís, 1930, pp. 5-10.
R ou sseau (A lp h o n s e ), L e P a rn a sse o r ie n ta l o u D ic t io n n a ir e h is to r iq u e e t c r it iq u e
des m e ille u r s p o e te s a n cie n s e t m o d e rn e s de l'O r ie n t, A r g e l, 1841.
— V . al-T iyán l.
S á d ir. V . al-M u ta n ab b í.
a l-S afad l, N a k t a l-h im v á n f i n u k a l a l-'u m v ü n , ed. p o r A. Z ak I, E l C airo , 1329 = 1911.
— V . Z a k I (A .).
S a fw á n ib n Id r ls al-M u rsí, Z a d a l-m u s ñ fir w a -g u rra t m u h a yyá al-adab a l-sá fir, m s. de
E l E s c o ria l, nú m . 355; ed. p o r A. M a h d a d , B e iru t, 1938.
S á 'id al-A n dalu sí, T a b a q á t a l-u m a m , te x to á ra b e p o r L. C h eik h o, B e iru t, 1912; tra d u c
c ió n fra n c e s a p o r R. B la c h é re ( P . I . H . E . M . , t. X X V I I I ) , P a rís, 1935.
S a lle s (G .) y B a llo t (M . J.), L es c o lle c t io n s de l ’O r ie n t m u s u lm á n , P a rís, 1928.
a l-S a n a w b a rl, a l-R a w d iy y á t, ed. p o r M u h a m m a d T a b b á j, A le p o , 1351 = 1932.
S á n ch ez (M .). V . G il.
S á n ch ez A lb o r n o z (C .), E s ta m p a s de la v id a en L e ó n h a ce m il años, M a d rid , 1928.
— y V iñ a s (A .), L e c tu ra s de h is to ria de E s p a ñ a , M a d rid , 1929.
S á n c h e z C a n tó n (F . J.). V . E l C o n d e L u c a n o r.
al-S an d ü b l (H a s a n ), A d ab a l-Y a h ii, E l C a iro , 1350 = 1931.
— V . a l-Y á h iz; I m r u ’-l-Qays.
S a n g u in e tti. V . Ib n B attü tá.
al-S a q a tí, U n m a n u e l h is p a n iq u e de H is b a . T e x t o á ra b e p u b lic a d o c on una in tro d u c
ción , n o ta s lin g ü ís tic a s y un g lo s a rio , p o r G. S. C o lin y E. L é v i-P ro v e n ? a l
( P . l . H . E . M . , t. X X I ) , P a rís, 1931.
al-S aqu n dí, R is ü la f i fa d l a l-A n da lu s, te x to á ra b e en A n a le cte s , t. I I , pp. 126-150;
tra d . es p a ñ o la p o r E. G a rc ía G ó m e z, E lo g io d e l Is la m e sp a ñ ol, M ad rid -G ra n a d a ,
1934; tra d . fra n c e s a p o r A. L u y a , en H e s p é ris , t. 22 (1935), fase. 2, p p . 143-181.
S a r a f al-D ín R á m í, A n is al-'ussáq. T r a it é des te rm e s fig u r é s re la tifs á la d e s c rip tio n
de la b ea u té, trad . d e l p e rs a y a n o ta d o p o r Cl. H u a r t (B ib lio t h é q u e de l E c o le
des H a u te s E lu d e s , t. X X V ) , P a rís , 1875.
a l-S a rif al-G arn áti, R a f a l-h u y u b a l-m a s tü ra f i m a h a sin a l-M a q s ü ra , E l C a iro , 1344,
2 vols.
al-S arísi, S a rh m a q a m á t a l-H a riri, E l C a iro , 1314, 2 vo ls .
S a u v a g e t (J .). Ib n al-Sihna.
S a u v a ire (H . ), V o y a g e en E s p a g n e d ’un a m b a s s a d e u r m a ro c a in (1690-1691) ( B ib lio t h é
q u e o r ie n ta le e lz é v irie n n e , t. X X X I X ) , P a rís, 1884.
S c h a c k (F r . v o n ), P o e s ía y a rte de lo s A ra b e s en E s p a ñ a y S ic ilia , tra d . e s p a ñ o la p o r
J. V a le r a , 3.a ed., S e v illa , 1881, 3 v o ls . A b r e v ia d o , S c h a c k -V a lera , P o e s ía y a rte .
S c h e fe r. V . L é o n L ’A fr ic a in .
S c h ia p a re lli. V . Ib n H a m d ls ; V o c a b u lis ta in a ra b ico .
S c h w a rz. V . M a 'n ib n A w s.
S c h w a r z lo s e (F . W .), D ie W a ffe n d e r a lie n A r a b e r aus ih re n D ic h te r n d a rg e s te llt,
L e ip z ig , 1886.
S e y b o ld , H is p a n o -a ra b ica , en Z . D . M . G . , t. 63 (1909), pp. 350-364.
S im o n e t (F . J.), D e s c r ip c ió n d e l re in o de G ra n a d a b a jo la d o m in a c ió n de lo s N a se-
rita s sacada d e lo s a u to re s ára bes, y seg u id a d e l te x to in é d ito de M o h a m m e d Ib n
A lja tib , M a d rid , 1861.
— G lo s a r io de v o ce s ib é ric a s y la tin a s usadas e n tre lo s M o z á ra b e s p r e c e d id o de un
e s tu d io s o b re e l d ia le c to h is p a tio -m o z á ra b e , M a d rid , 1888.
— H is to r ia de lo s M o z á ra b e s de E s p a ñ a d e d u cid a de lo s m e jo r e s y m ás a u té n tic o s
te s tim o n io s de lo s e s c r ito r e s c ris tia n o s y á ra b es (M e m o r ia s de la R e a l A ca d e m ia
de la H is to r ia , t. X I I I ) , M a d rid , 1897-19Ó3.
— E l s ig lo de o r o de la lite r a tu r a a rá g ib o -e s p a ñ o la , G ran ad a, 1867.
a l-S irw á n l, H a d iq a t a l-a frá h , E l C a iro , 1298.
S la n e (d e ), O b s e rv a tio n s s u r le sens f ig u r é de c e rta in s m o ts q u i se r e n c o n tr e n t
s o u v e n t dans la p o é s ie a ra be, en J. A., 3 * se rie , t. V I I (1839), p p . 169-178.
— V . A b ü -l-F id á’ ; a l-B a k rl; Ib n Jaldün ; Ib n Ja llik á n .
S m ith (D u lc ie L a u r e n c e ), T h e P o e m s o f M u 't a m id K in g o f S e v ille re n d e re d in to
e n g lis h v erse, w ith an in t r o d u c tio n , L o n d re s , 1915.
S ten n e (G .). V . G raetz.
S te rn (M .), L e s v e rs fin a u x en e s p a g n o l dans les m u w a ssa h s h is p a n o -h e b ra 'iqu e s, en
A l-A n d a lu s , v o l. X I I I (1948), fase. 2, pp. 299-346.
— U n m uw asSah a ra b e a v e c te r m in a is o n e sp a g n o le , en A l-A n d a lu s , v o l. X I V (1949),
fa s c íc u lo I, pp. 214-218.
al-S ü lí (M u h a m m a d ib n Y a h y á ), A k h b á r a r-R á d i B illá h w a -l-M u tta q i B illá h ( H is to ir e
de la d y n a s tie 'a b b á sid e de 322 á 333/934 á 944), tra d . d e l á ra b e p o r M . C an ard
( P u b lic a tio n s de l ’I n s t it u t d ’E tu d e s O rie n ta le s ... d ’A lg e r, v o ls . X I - X I I ) , A r g e l,
1946-1950, 2 vols.
al-S u yü tí, B u g y a t a l-w u 'á l f i ta b a q a t a l-lu g a w iy y in w a -l-n tih a t, E l C a iro , 1326.
— R a s f a l-la 'á l f i w a sf a l-h ilá l, en M a y m ü 'a adabiyya, E s ta m b u l, 1302.
S y ria . V . M a ssign on .
a í-T a 'á lib l, T im a r a l-q u lü b fi-l-m u d á f w a -l-m a n sñ b, E l C a iro . 132o.
— Y a tim a t a l-d a h r f i s u 'a ra a h í a l-'a sr, D am asco, 1304. 4 vols.; E l C airo , 1352 = 1934.
4 vols.
a l-T a b a ri, A n u a les ( A jb á r a l-ru s id w a -l-m u lü k ), ed. p o r de G o e je , L e id en , 1879-190J,
15 vo ls .
T a b b á j (M u h . R á g ib ). V . al-S a n a w b a ri.
T á y a l-'a rü s : al-Z a b ld i, T á y a l-'a rü s m in y a w d h ir a l-Q á m ü s, E l C airo , 1306-1307,
10 vols.
T a h a H u sain . V . H u sa in (T a h a ).
T a llg r e n (O . J.), L o s n o m b re s á ra b es de las e s tre lla s y la tra n s c r ip c ió n a lfo n s in a , en
H o m e n a je o f r e c id o a M e n é n d e z P id a l, t. I I , M a d rid , pp. o33-718. A b r e v ia d o , T a ll
gren , E s tre lla s .
a l-T a m g rü tí, a l-N a fh a t a l-m is k iy y a fi-s -s ifá ra t a t-tu rk iy y a . R e la tio n d ’u n e am ba ssa de
m a r o c a in e en T u r q u ie , 1589-1591, trad . y a n o ta d o p o r H . d e C astries, P a rís, 1929.
T e d jin i (B .), A tra v e rs V A n d a lotis ie m u s u lm a n e . IJn R o i-P o e te o u E l- M o 't a m id ibn
A b b a d , P r in c e de S é v ille , C asab lan ca, 1939. A b r e v ia d o , T e d jin i, U n R o i-P o é te .
T e rr a s s e (H .), L ’a r t h is p a n o -m a u re s q u e des o rig in e s an X I I I C s ié c le ( P . I . H . E . M . ,
to m o X X V ) , P a ris, 1932.
— H is t o ir e d u M a r o c , des o rig in e s á l'é ta b lis s e m e n t du P r o t e c t o r a t fra n g a is, Casa-
b lan ca, 1949-1950, 2 vols.
T e x te s a ra b es re la tifs á l'h is to ir e de l ’O c c id e n t m u s u lm á n . V . Ib n 'Id á r l.
a l-T ib riz í, a l-Q a sa 'id a l-'asr. ed. M u h a m m a d M u ñ ir 'A b d u h al-D im asqí. E l C a iro , 1343.
— V . al-A'sá.
a l-T iy a n l (A b ü M u h a m m a d 'A b d A llá h ), R ih la , te x to á ra b e p o r W . M a rga is , T ú n ez,
1345 = 1927; tra d . fra n c e s a p o r A. R ou sseau , en J. A., 4. serie, t. X X (1852), p á g i
nas 57-208; 5.' se rie , t. I (1853), pp. 101-168. 354-425.
— T u h fa t a l-'a rü s w a -n u zh a t a l-n u fü s, E l C a iro , 1301; e x tra c to s en A bba d ., I I , 139-
155; m s. d e A r g e l, B ib lio th e q u e N ation a le,. núm . 1784.
a l-T ig n a ri, Z a h r a l-b u s tá n w a -n u zh a t al-adhán, m s. d e la S e c tio n s o c io lo g iq u e d e la
D ir e c tio n d es A ffa ir e s in d ig é n e s au M a ro c .
T o r n b e r g . V . Ib n A b l Z a r'; Ib n al-A tir.
a l-T u g rá ’í, L á m iy y a t a l-’ayam , te x to y trad . a n o ta d a p o r A. R au x, P arís, 1903.
a l-T u h fa t a l-b a hiy y a. V . a l-H á tim í.
T ü q á n (I b r á h ím ). V . A b ü D áw u d.
T u u lio (M . O. J.), I b n Q u z m á n , p o é te b ilin g ü e . H e ls in k i, 1941.
al-'U k b a ri. V . a l-M u ta n ab b i.
a l-'U m a rí. V . Ib n F a d l A llá h ; G a u d e fro y -D e m o m b y n e s .
U na c r ó n ic a a n ó n im a de 'A b d a l-R a h m á n I I I a l-N a s ir, te x to e s ta b le c id o y tra d u c id o
al e s p a ñ o l c o n in tro d u c c ió n , n o ta s e ín d ic e s p o r E. L é v i-P r o v e n g a l y E. G arcía
G ó m e z, M a d rid -G ra n a d a , 1950.
V a le r a (J .). V . S c h a c k (F . v o n ).
V e r n e t (J u a n ), E l v a lle d e l E b r o c o m o n e x o e n tre O r ie n te y O c c id e n te , en B o le tín de
la R e a l A c a d e m ia de B u en a s L e tra s de B a rc e lo n a , X X I I I , 2.". 1950, pp. 249-286.
V ila (S a lv a d o r ). V . M e z (A .).
V iñ a s (A .). V . S á n ch ez A lb o r n o z ( C . ).
V lo t e n (V a n ). V . al-'Sahiz; al-Ju w ára zm í.
V o c a b u lis ta in a ra b ic o . p u b lic a d o p o r G. S c h ia p a re lli, F lo re n c ia , 1871. A b r e v ia d o ,
V o c a b u lis ta .
V o lle r s . V . a l-M u ta la m m is .
W a c v f B o u tr o s G h a li, La tr a d it io n ch e v a le re s q u e des A ra b es, P a rís, 1919.
W e ije r s (H . E .), S p e c im e n c r it ic u m , e x h ib e n s lo c o s I b n K h a c a n is de I b n Z e id o u n o ...,
L e id e n , 1831. A b r e v ia d o , W e ije r s , S p e c im e n de I b n Z e id o u n o .
W ie t (G .). V . M a s p e r o (J .); M u n ie r; a l-Y a 'q ü b l.
W ie t (G .) y H a u te c o e u r (L . ), L e s tn o s q u é e s d u C a ire , P a rís, 1932, 2 v o ls .
W ü s te n fe ld (F .). V . Ib n H iS á m al-B a srl; a l-Q a zw ín í; Y á q ü t.
al-Y ah iz, a l-B ayán w a -l-ta byin , ed. al-S andübl, E l C a iro , 1345 = 1927, 3 vols.
— K ita b a l-B u ja lü ’, ed. V a n V lo te n , L e id e n , 1900.
— a l-B u ja lá , ed. c r ít ic a a n o ta d a p o r T a h a a l-H á y irl, E l C a iro , 1948.
— L e L iv r e des A ra re s , tra d . frarifcesa c on una in tro d u c c ió n y n o ta s p o r C h arles
P e lla t (I s la m d ’H ie r e t d ’A jo u rd -h u i, v o l. X ), P a rís, 1951.
— M a y m ü ' a l-ra sá ’il, E l C a iro , 1324; ed. V a n V lo te n , T r ia o p u s cu la , L e id en , 1903,
ed. al-S and ü b l, R a s á 'il, E l C a iro , 1352 = 1933.
a l-Y a 'q ü b í, K it a b a l-b u ld á n (B . G. A., t. V I I I ) , L e id e n , 2.“ ed., 1892.
— L e s Pays, tra d . fra n c e s a p o r G a s tó n W ie t ( P u b lic a tio n s de l ’I n s t it u t F ra n g a is
d 'A r c h é o lo g ie O r ie n ta le d u C a ire. T e x te s e t tra d u c tio n s d ’a u te u rs o rie n ta u x , t. I ) ,
E l C a iro , 1937.
Y á q ü t, Ir s á d a l-a rlb ilá m a 'r if a t a l-a d lb = T a b a q á t a l-u d a b á ’ o M u 'y a m al-udaba
(G ib b M e m o r ia l, O íd S e rie s , t. V I ) , ed. p o r D. S. M a r g o lio u th , L o n d re s , 1907-1926,
7 v ols .; 2.’ ed., p o r A h m a d F a rld R ifá 'í, E l C a iro , 1355-1357 = 1936-1938, 20 vo ls .
— M u 'y a m a l-b u ld á n , te x to á ra b e p o r W ü s te n fe ld , L e ip z ig , 1866-1873, 6 vo ls .
— V . B a r b ie r de M e y n a rd .
a l-Y a zzá l, N a tly a t a l-iy tih á d fi-l-m u h á d a n a w a-l-yihád, m s. de, la B ib lio th e q u e N a tio -
n a le d ’A lg e r, nú m . 1738; ed. A . B u stán l, L a ra c h e , 1941.
a l-Y u ry á n l (Abü-I-1A b b á s ), a l-M u n ta ja b m in k in á v á t a l-u d a b a ’ w a -isárá t a l-bu la gá ',
E l C a iro , 1326 = 1908.
al-Y u zü lí, M a t a li' a l-b u d ü r f i m a n á z il a l-s u rü r, B ü lá q , 1299, 2 vols.
al-Z a b íd l. V . T á y a l-A rü s .
Z á h id 'A l!. V . Ib n H á n i’.
Z a k í (A h m a d ), M u d u n a l-fa n n f i b ilá d al-A n da lu s, en a l-H ilá l, 43, d ic ie m b r e 1934
a m a y o 1935.
— N o t ic e s u r les c o u le u rs n a tio n a le s de l ’E g y p te m u s u lm a n e , en B. I. F. A. O. d u
C a ire, 1921, pp. 1-35.
— S a fa d i. D ic t io n n a ir e b io g r a p h iq u e des A v e u g le s illu s tre s de l ’O r ie n t. N o t ic e b ib lio -
g ra p h iq u e e t a n a ly tiq u e , E l C a iro , 1911.
— V . Ib n F a d l A llá h al-’ U m a r í; al-S afad í.
Z a k I M u b á ra k . V . M u b á ra k (Z a k í).
a l-Z a m a js a rl, a l-M u fa s s a l, ed. d e E l C a iro , 1323.
— V . Ib n Y a 'ís .
Z a y y á t (H a b íb ), M u 'y a m a l-m a rá k ib w a ’s-s u fu n fi-l-Is lá m (R é p e r t o ir e des n o m s de
vaissea u x e t d 'e m b a rc a tio n s en I s la m ), en A l-M a c h r iq , ju lio -d ic ie m b r e 1949, p á g i
nas 321-364.
— L u g a t al-hadára (L e s n é o lo g is m e s a ra bes au d e b u t de l ’Is la m ), en A l-M a c h riq ,
ju lio -d ic ie m b r e 1949, p p . 516-523; e n e ro -m a rz o 1951 pp. 7-9.
Z. D. M . G .: Z e it s c h r if t d e r d e u ts ch e n tn o rg e n la n d is c h e n G e s e lls ch a ft.
— V . G o ld z ih e r; Ib n G a rs iya ; S ey b o ld .
INDICES
I. IN D IC E G E N E R A L DE N O M B RE S PROPIOS
F
H
F a d l, 50, 385, n. 128.
F ad l, h ijo d e M u ta w a k k il, 111. H a b b ü s ib n M á k s a m , 264, 274.
F a jr al-D aw la , 291. H a b íb = A b ü T a m m á m , 42, 56, 62.
Fa hs a l-B á llü t, 265. H a b íb , p a d re d e Abü-1-Walid a l-H im ya -
F a h s a l-s u rá d iq (e n C ó r d o b a ), 138, n. 77. ' rí, 60.
a l-F a ra zd a q , 41, 53, n. 21, 83, 283, n. 114. H a b íb a , 413.
F a rga n a , 43. H a fs a , 269, n. 54, 372, n. 50.
F arh ü n = Ib n al-W ab la, 78-79. a l-H a k a m I al-R ab ad í, 86, n. 84, 306, 413,
a l-F á ris i (Q a s r ) (e n C ó r d o b a ), 135, 137. 439, n. 18.
F a rn e z ( I b n F irn á s ), 292. a l-H a k a m I I al-M u stan sir, 25, n. 40, 39,
al-F ath ib n Jáqán (A b ü N a s r ), 62, 100, 40, 41, 209, 259, n. 9, '262 y n. 23, 267,
131, 133, 134-135, 141-142, 147, 150, 152, 302, 310, 322, 329, n. 23, 357, n. 23, 369.
154, 156, 214, 220, 271, 282-283, 316, 322, H a m a , 121, n. 2.
n. 135, 367. a l-H a m á m i, 385.
F athü n, 40, n. 25. H a m d a , h ija d e Z iy á d al-M u ’a d d ib , 52
F ern a n d o I, 278, n. 92. ' y n. 13, 56, 163-164, 305, 430 y n. 158.
Fez, 121, n. 2, 210, 270, n. 63, 310. H a m d u n a , h ija d e Z iry á b , 50.
F ira n y , 19. H a m d ü n a , h ija de Z iy á d al-M u ’ad d ib .
F ra n c ia , 221, 262. V. H a m d a .
al-F u k a y k (A b ü -l-H asan a l-B a g d á d i), 50. H a m m a m a l-S a tta ra (e n S e v illa ), 335,
' 343.
a l-H a m m a r, 382, n. 101.
G H a m za , 111.
H a r iz ib n 'UkáSa, 192.
G abes, 100, n. 11. H á rü n (B a n ü ), 19.
a l-G a d lr (e n J á tiv a ), 161. H árü n , v is ir d e 'A b d a l-H a q q , 270, n. 63.
G alen o , 466. H á rü n al-R asíd , 412.
al-H asan al-B asrl, 243, n. lo. H u n a yd a , e s c la v a de Z irv á b , 50.
al-H asan ib n Y an n ü n , 318, n. 107. H u n a v n al-Y ah ü d l, 271, n. 68.
al-H asan ibn H á n i, alias A b ü N u w á s. H u sám a l-D aw la Ib n R azín . V. Ibn
H asan ib n Sahl, 299, n. 12. R azln .
a l-H asan ! (Ib r á h im ib n I d r ís ), 246. a l-H u srl (A b ü -l-H a sa n ), 218. 302. 411,
H a s d a y ib n S a p rü t, 246, n. 27. 269, 271. n. 63, 427, 448.
' n. 67, 273. al-H u ?ri (A b u Is h a q ), 37, 39, 159.
H a ssa n ib n M a lik ib n AbT 'A b d a . V. Ib n a l-H u ta v ’a, 61, 232, n. 31.
A b í 'A b d a .
H a ssá n a al- T a v m iy y a , 86, n. 84.
H á tim a l-T á ’T, 438. I
a l-H á tim l, 47 y n. 78.
H a w m a t a l-Q a sr a l-M u b d ra k (e n Sevi-
' lia ), 143. Ib n 'A b b a d (A b u -l-Q á sim ), 18. 24-25, 60,
H a w r M u 'a m m a l (e n G ra n a d a ), 151 v 65, 113.
' n. 137, 192 y n. 65. Ib n 'A b b á d (Abü-1-W alíd), 53.
H a w w á r a , 265. Ib n 'A b b á d a l-M u 'tad id . V. al-M u 'tad id .
H a w z M u 'a m m a l. V . H a w r M u ’a m m a l. Ib n 'A b b á d a l-M u 'ta m id . V . al-M u'ta-
a l-H a w za n l (A b ü H a fs ), 440. m id.
a l-H a y ib iy y a (e n C ó r d o b a ), 130. Ib n a l-A b b á r (A b ü 'A b d A llá h ), 15, 47,
a l-H á ’y r (e n C o r d o b a ), 129, n. 31, 134 78, 143, 321, 433.
y n. 52. Ib n a l-A b b ar (A b u Y a 'fa r al-Javvlán í),
H á ’y r á l-Z a y y á li (e n C ó r d o b a ), 134-135 190.
' y n. 56, 139, n. 78, 148. Ib n 'A b b a s (A b ü Y a 'fa r ), 91, 149, 246,
a l-H a v ta m (A b ü -l-M u ta w a k k il), 38, n. 8. n 31, 275, n. 85, 387, n. 136, 451, n. 90.
a l-H a vy á m . V . Abü T a m m á m al-H ay- Ib n "Abd a l-'A ziz (A b ü -l-A sb a g ), 324.
yám , Ib n 'A b d al-'A zíz (A b ü B a k r), s e ñ o r de
H a y v á y (B a n ü ), 114, 140. V a le n c ia , 76, 87. 158, 452.
a l-H a y v á y ib n Y ü s u f, 67, n. 25. Ib n 'A b d a l-'A ziz (A b u B a k r), v is ir de
a l-H á zim í, 259, n. 7. V a le n c ia , 271, 299, n. 12.
H e b e, 375. Ib n 'A b d al-'A ziz (p o e ta ), 88.
H e rm e s , 436. Ib n 'A b d a l-B a rr (A b ü 'A b d A llá h ), 8o,
a l-H im a , 59. 242, 246, n. 28, 407.
a l-H iy á rí, a u to r d el M u s h ib , 21, 5o, 75, Ib n 'A b d a l-B a rr (A b u 'A m r ), 440, 453,
n. 48, 78, 421. n. 100.
a l-H iy a r i (I b r a h ím ), 421. Ib n 'A b d a l-B a rr (A b u M u h a m m a d ),
H iS’üz, 49, 218, 384-385. 440.
a l-H im ü , 59. Ib n 'A b d al-G afu r, 45.
H i'm s = S e v illa , 110, 125, 147, n. 112, 198, Ib n 'A b d al-G a fü r ( Abü-l-Q ásim I, 232.
' n. 92. Ib n 'A b d R a b b ih , 54, 172, 453 y n. 97.
H im y a r , 106. Ib n 'A b d al-S am ad (A b ü B a h r Y u s u f),
H in d , 382. 77, 110, 301', 471.
a l-H ira . 111. Ib n 'A b d u n a l-Y a b u n (A b ü M u h a m m a d
H is á m I I al-M u ’a v v a d . h ijo d e al-H a 'A b d a l-M a y id ), 40, 54, o3, 73, 79, 111,
k a m I I , 13, 14, 15, 16, 18, 25, n. 40, 113, 204, 232, 233, 239, 332, 351, 388, 419-420.
249, n. 43, 280, 310. Ib n 'A b d u n (a u t o r del T ra ta d o de H is
H is a m I I I , h ijo d e S u la y m á n ib n al- b a ), 282 y n. 109.
N á s ir, 14, 15,' 311, n. 73. Ib n 'A b d ü s, 429.
H is á m e l e s te re r o , 113. Ib n 'A b d ü s (A b ü 'A m ir ), 303.
H is n M o n te -M a y o r , 325. Ib n A b í 'A b d a (H a s s a n ibn M á lik ), 97,
H is n a l-Z a h ir. V . a l-Z a h ir. 308, 4o 1.
H o r n a c h u e lo s , 326. Ib i A b i 'A la q a , 41.
H r o s w ith a , 127. Ib n A b í J á lid (A b ü 'A lí 'U m a r ), 145.
H ü d (B a n ü ), 96, 215, n. 40, 270. Ib n Abi-l-Jisál (A b ü 'A b d A lla h ), 54.
H u d a y l ib n R azín . V. Ib n R azln . Ib n A b í Q u rra (A b ü N ü r ), 18.
H u e lv a , 19, 367. Ib n A b í R a k b , 327, n. 12.
H u g o ( V ic t o r ), 227, n. 9. Ib n A b í U m a y y a (A b ü A v v ü b ), 145,
a l-H u h vá n í (A b ü -l-H a sa n ), 302. n. 99.
al-H u m a v d l, 10, 59, 60, 371, n. 45, 447, Ib n al-Abras, 40.
458 y n. 127. Ib n A d h á (S a 'id ), 89.
Ib n A d h á (A b ü -l-H asan ), 152. Ib n B u rd a l-A sg ar ó Ib n B u rd el J oven
Ib n al-Á ftas, 18, 265. (A b ü H a fs ), 13, n. 1, 91, 99, 188, 231,
Ib n A h m a d (A b ü Y a 'fa r ), 143. 235, 302, 411, 420.
Ib n A h m a d al-Q u d á'í ( A b ü -l-R a b í Su Ib n B u rtu lu h , 460.
la v m á n ), 229, n. í 5. 270, n. 66. Ib n al-D ab b ág (A b ü -l-M u ta rr if), 77, 272,
Ib n 'A ’isa, 76, 159, n. 171, loO, 315. 313, 371, n. 46, 415, 454.'
Ib n 'A ysü n , 58, 31o, 322, n. 135. Ib n D a b it (A b u -l-W a lid ), 66, 73.
Ib n a l-A 'la m a l-B a ta ly a w s í (A b u Is h a q Ib n D a k w á n (Abü-1-' A b b á s ), lo, 186,
Ib r á h lm ), 147, n. 112. n. 46, 300.
Ib n a l-A 'la m a l-S a n ta m a rí (Abü-1-Fadl), Ib n D a r rá v a l-Q asta lli (A b u 'U m a r ), 42,
168, 470. 55 v n. 38, 57, 58/101, 112, 124, 139, 147,
Ib n 'A h a l-N a m a ri, 38. 182, 187, 219, n. 13, 220, 263, 331, 355,
Ib n 'A lí ( Abü-l-H asan i, 178, 199, 373, 373, n. 57. 461, 471.
n. 58. Ib n D aw ü d al-Isfa h a n i, 60, 425, n. 137
Ib n al-'A m id , 31. y 138.
Ib n 'A m m á r (A b ü B a k r), 59, 62, t>4, o5, Ib n D ih ya, 62.
70, 75, n. 48, 77, 8o, 89, 91, 94, 100, 107, Ib n al-D ubb (A b ü M a r w á n ), 145, n. 99.
114, 123, 133, 134, 142, 143, 146, 147, Ib n al-D üdin (A b ü Y a 'fa r ), 290, n. 141.
153, 154 y n. 146, 190, 193, 195, 199, 203, Ib n Dü-l-Nüp (a l-M a ’m ü n ), 91.
212, 215; 234, 240, 241, n. 1, 249, 260, Ib n Dü-l-Nün (Y a h v á ), 18.
273, 286, 292, 293, n. 8, 304, 308, 316, Ib n a l-F ád il al-A n dalu si, 201.
318, 320, 323, 332, 345 v n. 21, 347. Ib n al-F ad l (A b ü -l-H a s a n ), 145.
n. 2, 367, 372, 377, 383, 393, 401, 404, Ib n al-F allás (A b ü 'A m r ), 154.
41o, 419, 421, 428, 442, 449, 453,458,462. Ib n F a ra v a l-Y a y v á n l (A b ü 'U m a r A h
Ib n a l-'A ra b í (M u h y í al-D m ), 133. m a d ), 60, 61, 195. n. 80, 302, 424 v
Ib n a l-'A ra b i (A b ü B a k r ), 32, 37, 89, 218, n. 133, 425.
n. 5, 289. Ib n F a ra y a l-Ilb in . V . al-S u m a ysir.
Ib n A r q a m (A b ü -l-A sb a g ), 31, 91, 281, Ib n a l-F a ra v (A b ü 'A m ir ), 3o9, n. 34.
353. Ib n al-F arrá', a lias a l-A jfa s ibn M ay-
Ib n al-'Assal. V . Ib n al-Gassál. m ün, 276.
Ib n 'A tiy y a (A b ü B a k r), 447. Ib n F a w r a k , 43o.
Ib n 'A tiv y a (A b ü M u h a m m a d ), 226. Ib n F irn á s (F a r n e z ) ('A b b á s ), 292.
Ib n a í-'Á ttá r (A b ü -l-Q á sim ), 207, 211, Ib n G a b íro l, 46, n. 76.
212, 218, 283, 345 y n. 26, 410, 422. Ib n G alb ü n (A b ü -l-M u ta rr if), 41, 268.
Ib n ’A y v á s a l-Y a b u rl, 159, 455. Ib n G álib , 26, 229, 259.'
Ib n A y y ü b (A b ü B a k r), 38. Ib n G a rs iv a (G a r c ía ) (A b ü 'A m ir ), 246,
Ib n A zra q , 87. n. 27, 289-290.
Ib n a l-A zra q (A b ü 'A b d A llá h ), 318. Ib n al-G assal ( ó Ib n a l-'A ssa l), 104, 455,
Ib n B a q l, 58, 77, 138, 146. 207, 330, 342, n. 112.
394, 405, 413. Ib n G ó m e z, lo.
Ib n a l-B a rb a riy y a ( A lfo n s o , h ijo de Or- Ib n G u n d isa lb (G u n d is a lv o ) (A b ü
d o ñ o ), 287, n. 128. 'A m ir ), 91.
Ib n a l-B a rrá q (A b ü -l-Q ásim ), 334. Ib n G usn (A b ü M a r w á n 'A b d a l-M a lik ),
Ib n B a s ír ('A b d al-R a h m á n ), 57. 378, 445.
Ib n B a s k u w á l, 129 v n. 31, 261, n. 17. Ib n a l-H a d d á d (A b ü 'A b d A llá h ), 68,
Ib n B assál, 201-202.' n. 27/100, 124, 149, 202, 211, 220, 283-
Ib n B assa m (a u t o r de la D a jir a ), 10, 286, 289. n. 138, 331, 381-382, 393, 399,
20, 43, 55, 61-62, o5, 71, 99, 204-205, 271, 410, 418, 449, 450.
274, 275, 302, 303, n. 36, 369, 382. 385. Ib n a l-H a d d á d (A b ü -l-H a s a n ), 451, n. 93.
387, 389, n. 146, 393-394. Ib n H a d w á r a h (A b ü -l-H u s a y n ), 108,
Ib n B a ttá l a l-M u ta la m m is (A b u Ay n. 43.
y ü b ), 169. Ib n H a fs a l-Y a z ír í (A b ü -l-H a s a n ), 169.
Ib n B a ttá l al-A n d alu sí (S u la v m á n ), 195. Ib n a l-H á y y a l-B a lfiq !, 165, n. 7.
Ib n al-B ayn a l-B a ta ly a w s í, 59, 403. Ib n af-H ávy a l-L ü ra q ! (A b ü -l-H a s a n ), 80,
Ib n al-B a vvá ', alias Ib n Z in b á ' (Abü-I- 86, 88, 96, 109, 220, 248, 304/345, n. 27,
H a s a n ), 231, 359, 360. 409, 44o, 449, 462.
Ib n B a y y a (A v e n p a c e ), a lias Ib n al- Ib n H a v v a v a l-Is b ílí (A b ü B a k r), 201,
S á ’ig, 68, n. 27, 382. 321.
Ib n B illita (A b ü -l-Q ásim a l-A s'ad ), 231, Ib n H a m d ls , 62, 80, 85, 144, 160, n. 178,
233, 235, 23o, 251, 314, 402, n. 12. 161, 187, n. 51, 208, n. 5, 212. 217 v n. 2,
244, 292-293, 323, 337, n. 60, 369, n. 35, 305, 343, n. 11, 349, 351, 358-359, 379,
383, n. 112, 392, n. 153, 422, 453, n. 99. 405, 416-417, 422, 425, 445, 448, n. 74,
Ib n H a m d u n . V . Y a 'fa r ibn 'A lí ibn 453, n. 99, 454, n. 109, 455, 471.
H am d ü n . Ib n Jald u n (e l h is to r ia d o r ), 24, 32, 219,
Ib n a l-H a m m á ra , 127. 258, 339, n. 73, 392.
Ib n H á m al-A n dalu s!, 51, 54, 59, 219, Ib n Jaldün (e l p o e ta ), 98, n. 3.
229, 302. Ib n Jáqán. V . al-F ath ib n Jáqán.
Ib n al-H a n n a t (a l- K a f íf a l-Q u rtu b l), 76, Ib n al-Jarráz a l-B a ta rn í (A b ü Y a ’fa r ),
91, 102 y n. 21, 133, 264, 286. ' 88, 187, 203.
Ib n H a r íq , 159. Ib n al-Jatíb (L is á n al-D m ), 20, 100, 121,
Ib n H á rü n (A b ü -l-H a sa n ), 211, 227. n. 2, 209.
Ib n al-H asan a l-Y a b a lí (M u h a m m a d ), Ib n J a y r (A b ü B a k r ), 37-42.
447. Ib n J a y ra a l-Q u rtu b í (A b ü A h m a d 'A b d
Ib n H a s d á v (A b ü -l-F a d l), 64, n. 5, 214- a l-'A zíz ). V . al-M u n fa til.
215; 236/269, 270, 271, 272, 293, 299, Ib n J ayra al-S ab b á g (A b ü Is h a q Ib rá -
n. 12, 371, n. 46, 454. h ím ), 235, 367, 377, 455.
Ib n H a ssá n al-G assan ! (A b ü -l-F a d l), 218. Ib n Jazrün, 18.
Ib n H a ssá n (A b ü -l-Q á s im ), 450. Ib n Jid ám , 55.
Ib n H a w q a l, 23, 52. Ib n K in á n a , 381, n. 96.
Ib n H a y y á n , 10, 15, 17, 20, 61, 96, 100, Ib n al-K in á n i, 257, n. 3, 379, 386-387, 388-
270,' 302, 387, n. 136, 439. 389, 391-392.
Ib n H a z m (A b ü -l-M u g íra ), 22, n. 31, 227, Ib n L a b b a l al-U m m i, 63.
412'. Ib n al-L a b b á n a (A b ü B a k r al-D án í), 64,
Ib n H a z m (A b ü M u h a m m a d ), 10, 22, 95, 107-108, 110, 123, n. 9, 124, 154,
■ 'T T 3 t7 7 fr; n. 43, 40, 47, n. 81, 57, 58, 65, n. 149, 160, 191, 212-213, 220, 221, 222,
76, 83-84, 101, n. 18, 113, 128, 236, 243, 232, 233-234, 242, 247, 291, 305, 315, 332,
247, 250-251, 253, 287, 301, 305, 314, 324, 345, n. 27, 348, 352, 355, 371, 408, 412,
327, 332, 348, 354, 370, 381, n. 96, 389, 418, 467, n. 173.
n. 146, 400 y n. 4, 404, 407, 415-416, 417, Ib n L a b b ü n (A b u 'Is á ), 70, 203, 228, 243,
420 y n. 115, 423, 425 y n. 138, 451-452, 252 y n. 67, 297, 368, 376, 451, 457,
456, 460, 464, 465 y n. 165, 468-469, 470, 463-464.
n. 186. Ib n M á ’ a l-S a m a ’, 101, n. 18.
Ib n H a z m (Abu-1-W alid), 359. Ib n M á ’ a l-S a m á ’. V . 'U b á d a ib n M á ’
Ib n H a z m ('A b d a l-W ah h áb ), 65. a l-S a m á ’.
Ib n H ilá l, 61. Ib n M á ’ a l-S a m á ’. V. al-M u n d ir ib n M á ’
Ib n H is á m (A h m a d ), 327. a l-S a m á ’.
Ib n H is á m a l-Q u rtu b í (A b ü U m a y y a ), Ib n M á d i, 86.
91. Ib n M á lik a l-T ig n a ri. V . al-T ig n a rí.
Ib n H is á m (A b ü -l-Q á sim ), 137, n. 70, Ib n M á lik (A b ü M u h a m m a d ), 381.
372, n. 49. Ib n M á lik . V. S a h l ib n M á lik .
Ib n m ? n , 125, 140, 249, n. 49. Ib n M á m a a l-N asrá n í, 19, n. 19, 52,
Ib n al-Hubayr. V . Ib n al-Yibblr. n. 17.
I b n H ü d (S u la y m á n ), 18, 64, n. 5. Ib n M a 'n (M a 'n ib n S u m á d ih ), 18.
Ib n H ü d , p rín c ip e de Z a ra g o za , 293. Ib n M a n n A llá h a l-Q a ra w i (Abü-l-Tav-
Ib n H ü d a l-Y u d á m l (A b ü M u h a m m a d ), y ib ), 246, n. 27, 290, n. 141.
268, 446. Ib n M a rd a n ís , 196, n. 83.
Ib n H u d a y l (A b ü B a k r), 45, 59-60, 235. Ib n a l-M a rg a rí, 349.
Ib n H u y r. V . I m r u ’l-Qays. Ib n M a rtín , 91, 278, n. 92, 347, 366.
Ib n ’ id á r í, 244. Ib n M a s 'a d a al-G arn á tí (A b ü Y a 'fa r ),
Ib n -Id r is a l-H asan l (I b r á h ím ), 246-247, 123, 159, n. 174.
445, n. 51. Ib n M a s 'a d a (A b ü -I-Q á sim ), 82, n. 70.
Ib n Id r is a l-Y a m á n l, 252. Ib n M a s 'a d a (A b ü Y a h y a ), 290, n. 141.
I b n Id r is a l-Y a z ír i al-JawlánT (A b ü M a r Ib n M a s a rra , 33.
w á n 'A b d a l-M a lik ), 90, 175, 226, n. 5. Ib n M a s la m a (A b ü 'A m ir ), 168, 306,
Ib n 'Im r a n (A b u 'Is a ), 446. 368, 422.
Ib n Ish á q , 290, n. 141. Ib n M a s la m a a l-S a tib í (A b u M u h a m
Ib n 'I y á d a l-Q u rtu b í (A b ü B a k r ), 313. m a d ), 382.
I b n J a fá y a (A b ü Is h a q ), 10, 44, 62, 76, Ib n M a y m ü n (a l-A jfa S ). V . Ib n a l-F a rrá ’.
112 y 11. 53, 122 y n'. 6, 132, 160, 164-165, Ib n M a y m ü n el A lm ir a n te C A lí ibn
167/192, 197, 215-216, 237, 244, 245, 251, 'Is á ). 333.
Ib n M ih rá n a l-S a ra q u stl (S u la v m á n ), Ib n RasTq, p rín c ip e de M u rc ia , 87.
389. Ib n R a s íq (A b ü -l-'A b b á s ), 456.
Ib n al-M ilh , 210, n. 18. Ib n R a s íq (a u t o r d e a l-'U m d a ), 42, 44,
Ib n a l-M ilh (A b ü B a k r), 292, 337, 413. 70, n. 37, 114, 244, 302, 355.
Ib n M is 'a l, 270, n. 63, 364, n. 3. Ib n R a z ln (H u d a y l), 387, 439, 442.
Ib n M u 'a y n , 457 y n. 126. Ib n R a z m (H u s a m a l-D aw la A b u M a r
Ib n a l- M ü a llim (Abü-1-W alid), 250. w á n ), 34, n. 8, 59, 85, n. 82, 113, 169,
Ib n M u fa r r iy (A b ü B a k r), 247, n. 3°. 194, 211, 247, 265, 270, 297, 349, 372,
Ib n M u flih , 126, n. 18. n. 51, 380, 3S3, 392, 439, 442.
Ib n al-M u g a llis, 343. Ib n R u h a y m ( A b u B a k r), 70, 233, 316,
Ib n al-M u glt i A h m a d ), 193, 375. 317, 330; 414, 446.
Ib n M u h riz, 385 y n. 120. Ib n R u m a h is, 219.
Ib n al-M u 'ín (A b ü B a k r), 23o, 308, n. 61. Ib n al-R ü m l, 42, 43, 56, 188 v n. 54, 321,
I b n al-M u n ásif, 40. n. 127, 345 y n. 28
Ib n M u q á n á al-Isbü n l, 65, 102-103, 204, Ib n R u sd (A v e r r o e s ), 391.
205, 245, 348, 375, 378, 411, 421. Ib n S a b 'ín , 467, n. 177.
I b n M u q s im , 39. Ib n S a b la q a l-H a d r a m í a l-Is b ílí, 42.
Ib n a l-M u rá b it (A b ü 'A m ir ), 203, 345, Ib n S a 'd al-Jayr, 195.
n. 27. Ib n S a 'd a (A b ü 'Im r á n M ü s á ), 41.
Ib n M u s á d if al-R u n dl (A b u 'A b d A llá h ), Ib n S a d rá y (A b ü B a k r ), 270.
400 Ib n S a 'd ü n (A b ü 'U m a r ), 112.
Ib n M u s lim (A b u 'A b d A lla h ), 90, n. 103. Ib n S a fa r al-M arín l, 122, n. 5.
Ib n al-M u 'tazz, 39 v n. 20, 42, 44, 55, 56, Ib n a l-S a ffá r (A b ü 'A b d A llá h ), 448.
65, 167, 175, 227,‘ 348, n. 8, 372, n. 48, Ib n S a h l al-H á \ ib a l-S iq illí, 400.
379, n. 87. Ib n S a b l a l-'ís r á ’IH, 146.
Ib n N a g r íla . V . Y u s u f ib n N a g r ila . Ib n S a 'id ('A b d a l-M a lik ), 75, n. 48.
Ib n N a g r íla . V . S a m u e l Ib n N a g r íla . Ib n S a 'id (A b ü Y a 'fa r ). V. A b ü Y a 'fa r
Ib n al-N ah h ás a l-N a h w !, 38. Ib n S a 'id .
Ib n N a s r a í-Is b llí, 388. Ib n S a 'id ( N ü r al-D ín ), 146, n. 109.
Ib n N iz á r , 392, n. 158. Ib n S a 'id a l-B allü tí. V. M u n d ir ibn
Ib n N ü h , 18. S a 'id a l-B allü tí.
Ib n N u s a v r ( A b u -l-Q asim ), 447. Ib n S a 'id a l-M a g rib í (a n te p a s a d o d e l
Ib n al-Q ab tu rn u h (A b ü B a k r), 135, 139, h is to r ia d o r ), 251, n. 60.
n .78, 302, 350-351, 373. Ib n S a 'id e l h is to ria d o r, 22, 40, 52, 56,
Ib n al-Q ab tu rn u h (A b u M u h a m m a d ). 84, n. 76, 90, 121, n. 2, 14o, 272, n. 72,
406. 355, 370, 443.
Ib n al-Q allas (A b ü 'A m r ), 303 Ib n al-S á’ig (a lia s Ib n B a y y a y Aven-
Ib n al-Q allás (A b ü 'lim a r ), 90, n. 103. p a c e ), 68, n. 27, 382.
Ib n a l-Q a ra w í a l-Is lá m í, 275, 465. Ib n S á lib al-Y a h ü d í, 271, n. 68.
Ib n al-Q asíra (A b ü B a k r ), 142. Ib n al-S áliya , 356, n. 18.
Ib n al-Q attán, 38, n. 4 y 6, 66, n. 14. Ib n S a llá m ('A b d A llá h ), 270.
I b n Q u ta vb a, 39, 41, 242, 290. Ib n S a llá m a l-H a ra w !, 41.
Ib n al-Q u tivy a (A b ü B a k r ), 42, 172, 306. Ib n al S a m m án , 463.
I b n Q u zm án (A b ü B a k r ), s e c r e ta r io de Ib n S a n ta fír (S a n t a v e r ) (A b ü 'U tm á n ),
a l-M u ta w a k k il Ib n al-Attas, 55, 355- 91.
356. Ib n a l-S a q q á t (A b ü -l-Q á s im ), 57, 225,
Ib n Q u zm án (A b u B a k r), a u to r d e z é je 323, 384, n. 119.
les. 10, 107, n. 40, 195, n. 80, 213, n. 35, Ib n S á ra a l-S a n fa rm i, 10, 43, 77, 89, 152,
261, n. 17, 300, n. 21, 308, n. 58, 318, 196', 197, 208, 211-212, 214, 226, 228,
n. 112, 322, n. 135, 345, n. 26, 346, n. 32, 230, 237-238-239, 240, 243, 293, 308, n. 61,
366, n. 15, 384, 394, n. 167, 400, n. 1, 313. 323, n. 138, 331, n. 33, 345, n. 27,
401, n. 9, 406, n. 37, 426, n. 139, 446, 357, 415, 426, 446, 450, 466.
n. 57, 453, n. 98. Ib n S a r a f (M u h a m m a d ), 96, 114, 198,
Ib n R a b á h a l-H a y v a m . V. A b ü Tam - 244.
m á n a l-H a y y a m . Ib n S a r a f (Abu-1-Fadl Y a 'fa r ), 43, 65,
Ib n al-R a b lb a l-T a m !m í al-Q airaw á n í, 75, 86, 124, n. 12, 150, 204, 218-219, n. 7,
22, n. 31. 231-232, 239-240, 325. n. 1, 348, n. 5, 402,
Ib n a l- R a ffá ’, 232. 408, 409, 423, n. 130, 425, 448, n. 74,
Ib n a l-R a m ím í, 390. 449, 459, 470.
Ib n R a w b a s , 204. Ib n a l-S arráy, 248, n. 41, 401.
Ib n S á tir a l-S ara qu stí, 303. Ib n Y a h y á a l-S a ltís í (A b ü B a k r M u
Ib n a l-S a yj a l-B a la w i a l-M á la q í. V . Abü- h a m m a d ), 456.
1-H ayyáy al-M á la q í. Ib n Y á j aí-S ab b á g al-U m m l, 66, 80-81,
Ib n al-S id a l-B a ta ly a w s í (A b ü M u h a m 198, n. 92, 304, 338.
m a d ), 38, n. 9, 41, 70, 87, 156-157, 203, Ib n a l-Y a m a m a l-'A b d a rí (A b ü ' A lí
231, 242, 320, 331, 352, 372, 376, 380, I d r is ), 88, 357.
382, 457. Ib n Y á m i’ , 64.
Ib n S id a ó Ib n Sld ah , 38, n. 4, 41, Ib n Y a n n a q ( I ñ ig o ), 47, 321, n. 127, 382,
44, 64. 384, 456.
Ib n S ih áb , 423. Ib n a l-Y asa' (A b ü -l-H a s a n ), 91, 322, 373,
Ib n al-S ik k ít, 41. 458, 462.
Ib n al-S im a k (A b ü M u h a m m a d 'A b d
Ib n a l-Y a zIri, 373, n. 57.
A llá h ), 168
Ib n a l-Y a zzá r (A b ü Y a 'fa r ), 289, n. 138.
Ib n S ir a y (A b ü -l-H a s a n ), 131, 132, 135,
225, 408 y n. 46. ' Ib n a l-Y ib b ir (A b ü M u h a m m a d ), 90,
Ib n S ir a y (A b u M a r w a n ), 86. n. 104, 194.
Ib n S írín , 297 y n. 1. Ib n Y u b a y r (e l v ia je r o ), 374, n. 61.
I b n S u fy á n (A b ü M u h a m m a d ), 207, 228, Ib n a l-Y u b a ir. V . Ib n a l-Y ib b ír.
408'. Ib n Z a y d ü n (A b ü -l-W a líd ), 55, 56, 62, 85,
Ib n S u h a y b (A b u -l-'A la '), 69. 94, 95, 130-131, 135-136, 137, 138, 143,
Ib n S u h ayd (A b ü 'A m ir ), 10, 43, 46, 65, 194, 204, 207, 234, 240, 248, 249, 269,
72, 100, 101 y n. 18, 102, n. 23, 113, 128- 270, 297, 299-300, 309, 316, 321, 336, 341,
129, 135, 137, 186, n. 46, 199, 226, 228, 350, 354, 370, 409, 411, 413, 414, 417,
246, n. 31, 275, n. 85, 281-282, 283, 299, 418, 421, 427, 428, 429, 453, n. 99, 470.
n. 18, 300, 301, 329, n. 23, 342, 371, 372, Ib n Z a m ra k , 244, n. 17.
375, 379, 402, 410, 412, 462, 468-469. Ib n aJ-Zanyarl, 73.
Ib n S u h ayd (A b ü H a fs 'U m a r ), 45, 88, — > I b n al Z a q q á q , 76, 159, 160, 227, 272,
372. 345, 378, 388, 392, 404.
Ib n Z a rq u n (A b ü 'A b d A llá h ), 71, 369.
Ib n S u h ayd (A h m a d ib n 'A b d al-M a-
Ib n a l-Z a y y á t a l-T á d ilI, 454, n. 107.
lik ), 46.
Ib n Z in b á '. V . Ib n al-B ayyá'.
Ib n S u ja ys , 333.
Ib n Z u h r (A b ü B a k r ), 38, n. 8.
Ib n S u m á d ih (M a 'n ), 18, 99. Ib n Z u h r (A b ü M a r w á n ) = A v e rr o e s ,
Ib n S u m á d ih (a l-M u 'ta s im ), 391.
391.
Ib n S u ra y y , 385 y n. 120. Ib r a h ím a l-M is n (A b ü M u h a m m a d ),
Ib n T á h ir (A b ü 'A b d a l-R a h m á n ), 55, 155, 240.
74, '75, n. 48, 186, n. 46, 216, 323, 350. Ib r a h ím ib n a l-F a jja r al-Y a h ü d í, 271,
Ib n T á h ir al-D ánl (A b ü 'A b d A llá h ), n. 68.
252'. Ib r á h ím ib n H a y y á y a l-L a jm í, 49,50,53.
Ib n T a lh a , 62, 458, n. 129. Ibráh Tm ib n id r is . V . Ib n Id r is al-Ha-
Ib n 'Ú b á d a al-Q assáz (A b ü B a k r ), 55. saní.
Ib n U jt G á n im , 43, 201. Id r is a l-'A lí B illá h , 102, n. 22.
Ib n ’ Ü k ása, 366. Id r ls ib n Y a h y á al-M u 'ta li, 18, 102, 263,
Ib n a l-W ab la, a lia s F arh u n , 78. 378
Ib n W á fid a l-L a jm í, 201. Id r is ib n a l-Y a m á n i (A b ü 'A lí), 88, 357.
Ib n W ah b ü n . V . 'A b d a l-Y a líl ibn a l-Id ris í, 212, 270, 328, n. 14.
W ahb ü n. a l-'Id w a , 21, 150.
Ib n Y á b ir al-D ab b áv (A b ü -l-H a s a n ), a l- Iflílí, 44.
319. Ifr a n (B a n u ), 19, 264.
Ib n a l-Y a d d (A b ü 'A m ir ), 230. Ifr iq iy a , 49, n. 1, 51, 99, 102, 198, 244.
Ib n a l-Y a d d (A b ü -l-H a s a n ), 275, 366, Ild u a ra , 329, n. 23.
n. 18, 465. Ilb ír a , 245, 259, n. 7, 264, 337, n. 65.
Ib n a l-Y a d d (A b ü -l-Q á s im ), 331, n. 33. a l-Ilb iri. V . A b ü Is h a q a l- ílb ír i y al-
Ib n Y a h h á f, 158, 460. S u m a y s ir.
I b n Y a h w a r ('A b d a l-M a lik ), 113. 'lin t , 50, 385, n. 128.
Ib n Y a h w a r (A b ü -l-H a z m ), 133. 'Im á d a l-D aw la A b u Y a 'fa r , 157, n. 162.
Ib n Y a h w a r (A b ü -l-W a líd ), 57, 94, 95, I m r u ’l-Qays, 42, 55, 79, 237, 241.
113, 279, 370, 391. In d ia , 122.
Ib n Y a h w a r (M u h a m m a d ), 18. I ñ ig o ( I b n Y a n n a g ), 47.
Ib n Y a h w a r (a l- M u z a ffa r ), 47, 86. Ir a m , 291, 334.
Ir a q , 43, 49, 50, 53, 54, 56, 57, 58, 61, 62, a l-K a w k a b (e n M a d ln a t a l-Z a h rá ’ ), 130,
78, 151, 371, n. 45, 387. n. 37.
a l- 'Ir á q í = A b ü H a n ífa , 371. K io s k o de a l-Z a y y a li (e n C ó r d o b a ). V.
Irn iy y á n (B a n ü ), 264, 265, n. 32. H a y r al-Za yyá li.
'Is á (J e s ú s ), 284. K u la y b , 111.
'Is á ib n S a ’id , 90. a l-K u m a y t, p o e ta d e B a d a jo z , 56.
Isa a c, 310. K u tá m a , 264, n. 31.
'Is á m , 106. a l-K u ta n d í, 196, n. 83.
al-Isbü ni. V . Ib n M u qán á. K u ta y y ir-'A zz a , 55, 61, n. 70, 408.
Is h á q ibn M u h a m m a d a l-B irzá ll, 18,
100.
a l-Is b a h a n i (A b ü -l-F a ra y ), 40, 382. L
Is m á 'Il, h ijo d e a l-M ú ta d id , 130, 440.
Is m á 'Il, s o b r in o de Abü-l-Q ásim Ib n L a b fd , 89.
'A b b á d , 65. La m a ya , 335, n. 52.
Is m á 'Il a l-Z a fir, 439. L a m tü n a , 24, 361.
Is m á 'íl ib n B a d r, 198, n. 94. L e ó n , 260, n. 14, 271, n. 67, 322, 373, 442.
Is m á 'Il ibn al-Q ásim , 41. L é rid a , 16, 18, 326.
Is p a h a n , 320. L e v a n te , 121, 198, 286, 350, 371.
Is r á q a l-S u w a y d á ’, a lia s al-'A rü d iv va , L e y re (m o n a s t e r io d e ), 339, n. 71, 380.
268. L is á n al-Dín Ib n al-Jatib, 20, 100, 121,
Itá lic a , 335 y n. 53, 343. n. 2, 209.
Ita lia , 221, 262. L is b o a , 194, 268, 326, 350, 447, 454.
I ’tim a d , alias a l-R u m a y k iy y a , 19, 142, al-Liss (A b u -l-A b b a s ), 410.
146, 208, 328, 401, 404, 418,'431. L o rc a , 91, 304, 312, 326, 338, n. 67, 436,
’ ly a d (e l c a d í), 139, n. 78. 437.
'I z z al-D aw la, 220, 236, 312, 467. L u b a d , 464 y n. 159.
L a ce n a , 270.
L u c ia n o , 46, 243, n. 14.
J L u n a , 182.
L u q m á n , 464 y n. 159.
Jaén, 259, n. 7.
J a la f ib n N a yá h , 278, n. 92.
Jald ü n (B a n ü ), 140. M
J a lll (S íd l), 381, n. 96.
al-Jalíl (ib n A h m a d ), 195, 436, 462. M a 'a rra t a l-N u 'm á n , 51.
Ja lw a , 400. al-M a’a r r í (A b ü -l-'A lá ’ ), 37, 39 v n. 13,
al-Jan sá’, 56, 466. 45, 46, 51, 52, 54, 56, 66, 164, n. 4, 228.
al-Jasib, 42-43. M a 'b a d , 169, 385 y n. 120.
Já tiv a , 161, 293, 334, 339, n. 72. M a d g a lls , 55.
al-Jattára, 345. M a d in a t S á lim , 237.
al-Jaw lání. V . Ib n Id ris . M a d in a t a l-Z a h rá ’, 126 y n. 20, 127, 128,
al-Jayf, 225. 130-133, 137, 247 y n. 39, 249, n. 43, 302,
Ja y rá n e l E s la v o , 16, n. 8, 57, 147, n. 116, 333, 339, n. 71.
220, 317, 438. M a d y a 'a t a l-d a w láb (e n C ó r d o b a ), 136.
Jazru n (B a n ü ), 19, 264, 265, n. 32. M a y lis a l-b a h w (e n A lm e r ía ), 147, n. 116,
Jerez, 264, 319. 148.
Jesús, 83, 284, 465, 466. M a y lis a l-da h a b (e n Z a r a g o z a ), 157.
J id ám (B a n ü ), 94. M a y lis a l-h á ffa (e n A lm e r ía ), 148.
J iy á r, 355, n. 9. a l-M a y lis a l-k á m il (e n C ó r d o b a ), 130,
J osé ib n N a g r lla , 246, n. 31, 270, 274-275. n. 31.
J o rd á n , 259, n. 7. M a y lis a i-n á 'ü ra (e n T o le d o ), 156, 210.
Jubayb, 111. a l-M a y lis a l-z á h ir (e n C ó r d o b a ), 130,
Jú ca r, 160, 215-216. n. 31.
el M a g re b , 32, 58, 59.
M a h b a s N a s ih (e n C ó r d o b a ), 135-136.
K a l-M a h d í (M u h a m m a d ib n H iá á m ibn
'A b d a l-Y a b b á r), 14-16, 24, 56, 205,
a l-K a 'b a , 183, 274, 436. n. 130, 262, 264, 279, 295, n. 16, 440,
a l-K a m il (e n C ó r d o b a ), 129, 130, n. 31. 466, 467.
M a h d iy y a , 385, 451, n. 93 M a s y id al-z.ayyáyin (e n C ó r d o b a ), 292,
M ák san , 443, n. 47. n. 6.
M á la g a , 18, 19, 66, 103, 124, n. 12, 198, al-M asíh, 281, 466.
259, n. 7. 325, 328, 338, 365, 369, 385, M a s ila , 229.
401, 466. M a s la m a , a lia s al-M an sü r Ib n al-A ftas,
M á lik (ib n A n a s ), 47, 423. 109.
M a lik ( e m b a ls e d e ) (e n C ó r d o b a ), 137, M a s la m a ib n 'A b d a l-M alík , 288, n. 132.
138, 207. M a s s ign o n ( L . ), 344, n. 13, 425, n. 137
M a llo r c a , 108, 160, 210, n. 17, 279, 418. y 138.
al-M a'm ü n Ib n Du-l-Nün, p rín c ip e de a l-M a 's u q (p a la c io d e C ó r d o b a ), 129,
T o le d o , 22, 51,'111, 155-157, 201, 210, n. 31.
239, 268, 298, 332, 337, n. 60, 338, 366, M a y y a , a m a n te d e D u-l-R um m a, 38, n. 8.
371, 385, 387, n. 136, 445. la M e ca , 129, 219, 371, n. 43, 440.
a l-M a ’m ün, c a lifa 'A b b á s í, 299, n. 12. M e d in a c e li, 237, 287, n. 128, 441.
a l-M a ’m ün, h ijo d e a l-M u 'ta m id , 300. M e d in a , 49, 50, 385 y n. 128, 394.
M a ’n ib n A w s al-M u za n í, 290. M e d ite rrá n e o , 219, 262, 329.
M a ’n ib n S u m á d ih , 18, 89. M e r to la , 19.
al-M an sü r (A b ü Y a f a r ), c a lifa 'A b b á s í, M e s o p o ta m ia , 373.
55, 441, n. 34. e l M esía s, 281, 466.
al-M an su r, tío m a te rn o d e a l-M u 'tasim , M ih y á r a l-D ay lam í, 45, 56, 167, 190.
89. M ik n á s a (t r ib u b e r e b e r ), 265.
al-M an sü r Ib n al-A fta s, p rín c ip e d e B a M ik n á s a , 265, n. 39.
d a jo z , 350. M e n o rc a , 279.
al-M an sü r B illá h , a p o d o d e 'A b d al- M is r, 124.
M a lik Ib n Y a h w a r , 113. M o is é s , 144, n. 98, 218, 274.
a l-M an sü r b i-F a d l A llá h , s e gu n d o a p o d o M o n te s de la M is e r ic o r d ia (Y ib á l al-
d e a í-M u 'ta d id , 113. r a h m a ) (e n C ó r d o b a ), 125-126.
al-M an sü r Ib n A b í 'A m ir , 9, 13, 14, 24, M o n te sq u ie u , 84, n. 77.
82, n.' 73, 86, n. 84, 90, 93, 111, 113, 127, M o r ó n , 18, 19, 100, n. 11, 264.
n. 25, 138, 175, 183, n. 38, 205, n. 130, M e z q u ita d e A lm e ría , 147, n. 116.
213, 219, n. 13, 226, n. 5, 244, 246, 259, M e z q u ita d e C ó rd o b a , 129, 148, 209.
265, 280, n. 101, 323, 329, n. 23, 337, M o lin o s de N á s ih , 136, n. 59.
n. 60, 341, 364, 412, 429, 445, n. 51, 450, a l-M u 'a y tí, 99.
451, 469. M u ’a m m a l, 151, 192.
A l-M an su r, n ie to d e l G ran al-M ansü r, M u 'á w iy a , 110.
p rín c ip e de V a le n c ia , 158, 350. al-M u ’a y ya d . V. H is á m a l-M u ’ayya d.
M a n s ü r al-Y ah ü d i, 385, n. 124. M u b á ra k e l e s c la v o , 112, 263.
M a n ia r a t a l-F u n t (e n S e v illa ), 146. a l-M u b á ra k (A lc á z a r d e S e v illa ), 129,
a l-M a q q a rí, 27, 31, 40, 42, 44, 50, 78, 80, n. 31, 141-143, 144, 161.
103, 125, 150, 217, 220, 259, 271, 292, a l-M u b a rra d , 41.
310, 317, 318, 325, 333, 374. M u b a ssa r (N á s ir a l-D a w la ), g o b e rn a d o r
a l-M arb í, 241. d e M a llo r c a , '108, 160, 191, 221, 233-234,
M a r c a s u p e r io r , 157, 164, 269, 281. 308.
M a r y a l-fid d a (e n S e v illa ), 146, 401. a l-M u fa d d a l al-D abbi, 38.
a l-M a ry a l-ja s ib (e n C ó r d o b a ), 138, n. 77. a l-M u gira , 350.
M a r y a l-ja zz (e n C ó r d o b a ), 138, n. 77, M u h a lh il, 111.
251. M u h a m m a d , c a lifa o m e y a d e E sp a
a l-M a ry a l-n a d ir (e n C ó r d o b a ), 138, n. 77. ña, 42.
M a ry á n , 249, n. 43. M u h a m m a d ibn 'A b d A llá h al-B irzá lí,
M a r ía la C op ta, 251. 99-100.
M a r ía la V ir g e n , 466.
M u h a m m a d ib n 'A b d al-R ah m án , 292,
M a r r u e c o s , 21, 58, 78, 128, 139, n. 78,
335, n. 52.
150, 210, 309, 395.
M u h a m m a d ibn A h m a d ibn Y a 'fa r al-
a l-M a rrá k u sI ('A b d a l-W a h id ), 22, 23, 55,
59, 64, 89, 100, 101, 121,' n. 2, 143, 299, M u s h a fí, 138, 450.
n. 17, 367. M u h a m m a d ib n a l-H a m á m í, 385.
M a r tín ( I b n ) , 91, 278, n. 92, 347, 366. M u h a m m a d ib n al-H asan a l-Y a b a li, 447.
M a r w a n (B a n ü ), 400. M u h a m m a d ib n H is á m ib n 'A b d al-
M a rv a m , h ija d e A b ü Y a 'q ü b al-An sárí, Y a b b á r, 383, n. 111, 393.
466. M u h a m m a d ib n Id r is , 374.
M u h a m m a d ib n M a r tin , 91, 278, n. 92, n. 12, 186, n. 46, 216, 259, n. 8, 311, 323,
347, 366. 326, 350, 401.
M u h a m m a d ib n S a 'id a l-Z a y y a li, 56. a l-M u rtad á, 16, 99, 101.
M u h a m m a d ib n S u m ád ih , alias al- M u r v ie d r o , 203, 228, 334.
M ú ta s im , 114. M ü sá ib n N u s a y r, 266.
M u h a m m a d ib n í a h w a r , 18. M u s a n n a t M a lik (e n C ó r d o b a ), 136, 138,
M u h ya, a m ig a d e W a llá d a , 198, n. 94, 207.
429. a l-M u s h a fl (A b ü 'U tm á n Y a 'fa r ibn
M u h ya, h ija d e 'A b d al-R azzáq, 163-164, 'U tm á n ), 133, n. 49, "138, 196, n. 85, 219,
430, n. 154. n. "13, 329, n. 23, 357, n. 23.
M u h y l al-D ln Ib n al-'A ra b í, 133. a l-M u s h a fl (A b u B a k r M u h a m m a d , n ie
a l- M ú iz z ib n B ád is, 51. to d e l p re c e d e n te ), 138, 450.
M ú iz z al-D aw la , 114. a l-M u s h a fiy y a (e n C ó r d o b a ), 138.
M ú iz z a l-D aw la (M u n d ir ib n Y a h y á , de M u s lim ib n al-W alId , 373, n. 57.
Z a r a g o z a ), 158, n. 165. a l-M u s rif. V . al-Satlj.
a l-M u k a r r a m (p a la c io de C ó r d o b a ), 130, a l-M u sta'In S u la ym á n , c a lifa o m e y a , 15,
n. 31. 16, 19, n. 19, 52, n. 17, 67, n. 25, 98, 99,
a l-M u k a r r a m (p a la c io d e S e v illa ), 130, 101, 264, 355, 389, 422, 428, 441.
n. 31, 142-143. a l-M u sta’In, p rín c ip e d e Z a ra g o za , 203,
a l-M u k a rra m (p a la c io d e T o le d o ), 130, 214, 215, 269, 299, n. 12, 329.
n. 31, 155, n. 151. a l-M u s ta k fl, 310, n. 72, 401, 428.
a l-M u k r a m (p a la c io d e T o le d o ), 130, al-M u sta zh ir, 16, 65, 97, 404, 413, 427.
n. 31, 155, n. 151. M u t'a , d is c íp u lo de Z iry á b , 50.
al-M u la ttim u n , 20, 21. M u ta b b iq a l-S iq illI, 369.
M u m a q s a r , 205, n. 130, 354, n. 7. a l-M u 'tad d , c a lifa o m e y a , 16, 18.
a l-M u tn a rra d (e n M a d in a t a l-Z a h rá ), a l-M ú ta d d , h ijo d e a l-M ú ta m id , 436.
130, n. 37. a l-M ú ta d id , p rín c ip e d e S e v illa , 20, 25
al-M un azI, 52, 164, n. 4. y n. 39, 38, n. 4 y 6, 55, 62, 65, 66, 80-
M u n d ir (B a n ü ), 95. 81, 86, 88, 94, 100, 113, 114, 125, 130,
a l-M u n d ir ib n M á ’ a l-S a m á ’, 95. 140, 143, 153, 190, 194, 203, 233, 248,
a l-M u n d ir ibn S a 'id a l-B allü tl, 41, 126, 270, 273, 278, n. 92, 280, 298, 299, 312,
156, 309, n. 69, 423. 316, 332, 338,341, 354, 365, 377, 385,
M u n d ir ib n Y a h y á , p rín c ip e d e Z a r a g o 388, 390, 420,431, 434, 435, 438, 439-
za, 22, 51, 124, 158, n. 165, 264, n. 29, 440, 443, 449, 451, n. 92, 456.
355, n. 9.
a l-M u ta la m m is , 100, n. 12.
a l-M u n fa til (A b u A h m a d 'A b d al-'A ziz
a l-M u ta la m m is , A b ü A v v ü b Ib n B a ttá l,
ib n J a y ra al-Q u rtu b í), 274, 304, 318-319.
169.
a l-M u n if (e n C ó r d o b a ), 130, n. 31.
a l-M u n tasir, 111. a l-M ú ta lí Id r is ib n Y a h y á , 102.
M u n y a t I b n 'A b d a l-'A ziz (e n V a le n c ia ), a l-M ú ta m id , p rín c ip e d e S e v illa , 19, 20,
158. 21, 22, 31, 44, 47, 50, 51, 55, 62, 64, 66,
M u n y a t a l-M a ’m u n (e n T o le d o ), 155-157, 69, 73, 74, n. 46, 80, 82, 85, 88, 89,
337, n. 60. 91, 105-110, 114, 131, 140-145, n. 99,
al-M u n yat a t-M u s h a fiy y a (e n C ó r d o b a ), 146, 147, 153, 185, 192, 194, 197, 198,
138. n. 92, 203, 208, 210, 212, 213, 218, 220,
M u n y a t N a s r (e n C ó r d o b a ), 137. 228, 229, 230, 233, 239, 246, 249, 250,
M u n y a t a l-N & 'ü ra (e n C ó r d o b a ), 137, 259, n. 9, 266, 271, n. 68, 278, n. 92, 281,
n. 71. 291, 292-293, n. 8, 300, 301, 304, 308,
M u n y a t a l-R u sa fa (e n C ó r d o b a ), 137, 309, 312, n. 78, 315, 320, 321, 328, 337,
n. '70. 338, 345, 347-351, 354, 356, 357, 364, n. 3,
M u n y a t a l-S u r u r (e n C ó r d o b a ), 137 y 364-367, 373, 375, 382, 383, 386, 391,
n. 73. 392, 393, 401, 403, 404, 406, 407, 414,
M u n y a t a l-'U y ü n (e n A lb a r r a c ín ), 372, 415, 418-421, 431, 434-436, 442, 449, 454,
n. 51. 458, 461-463, 466, 471.
M u n y a t a l-Z u b a v r (e n C ó r d o b a ), 138, a l-M u ’ta m in , p rín c ip e d e Z a ra g o z a , 67,
193. n. 26, 111, 215, 269, 271, 299, n. 12, 345.
M u q a til e l E s la v o , 18. a l-M u ta n a b b l (A b u -l-T a y y ib ), 39 y n. 13,
a l-M u q ta d ir Ib n H ü d , 50, 111, 157, 197, 42, 44, 45, 47, 54, 55 y" n. 38, 56, 59, 62,
215, 269, 271-272, 303, 329. 66, 317, n. 105, 348, n. 8, 360, n. 33, 382,
M u r c ia , 19, 34, n. 9, 41, 44, 56, 74, 87, 124, n. 108, 412, n. 70.
al-M u ta n a b b ! (A b u T á lib 'A b d al-Y ab- N ic o lá s , 46.
b á r ), 110. N ie b la , 19, 335, n. 52.
a l-M u ta rr if ib n 'A b d a l-R ah m án al-Aw - e l N ilo , 124.
sat, 364. N is s ím a l-Is r á ’ilí, 415.
a l-M u 'ta s im , c a lifa ’ab b á sí, 213, n. 36. N o é , 218, 222, 249, 310.
a l-M u 'ta s im , p r ín c ip e d e A lm e ría , 22, a l-N u 'm á n , 111, 418.
31, 45,' 66, 75, 86, 88, 100, 101, n. 18. N u w a y ra , a lias Y a m íla , 283-285, 283,
114, 123, 147-149, 202, 203, 211, 220, 231, n. 114, 418.
236, 250, 275, 281, 298, 312, 317, 345,
353, 354, 391, 393, 430, 437, 449,465,467.
a l-M u ta w a k k il, c a lifa 'a b b a s í, 132, 213, O
n. 36.
a l-M u ta w a k k il, p rín c ip e d e B a d a jo z , 20,
n. 23, 79, 96, 105, 111, 123, n. 9, 154, 239, O rd o ñ o I I I , 271, n. 67.
241, 242, 270, 345, 379, 385, 447. O rd o ñ o IV , 322.
a l-M u y a d d a d (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31. O rih u e la , 279.
M u y á h id a l-'A m irí (Abü-l-'S’a y s ), 18, 51, O r io v o , 281, n. 106. .
85, 221, 233, 279, 287, n. 130, 289, 299, O ro n te s , 210.
338, 431, 456. O tó n I d e G e rm a n ia , 271, n. 67.
M u z a ffa r e l e s c la v o , 112, 263.
a l-M u z a ffa r 'A b d al-M a lik , h ijo d e al-
M a n sü r, 13, 16, 56, 65, 90, n.' 104, 113, P
182, 205, n. 130, 287, n. 128, 310, n. 72,
339, n. 71, 354, n. 7, 367, 375, 380, n. 94.
a l-M u z a ffa r B á d is, 374.
P a la c io s de G a lia n a (e n T o le d o ), 156.
a l-M u z a ffa r Ib n a l-A fta s, 39, n. 13, 54, P a m p lo n a , 182, n. 36, 383, n. 111.
66, 96, 205 y n. 128, 278, n. 92, 367, 390.
P a rq u e d e a l - Z a y y á li. V . H a y r al-
a l-M u z a ffa r Ib n Y a h w a r , 47, 86. Za y y a ll.
M u za y n (B a n ü ), 19.
P a r w íz , 111.
P a te rn a , 88, 104.
P a b e lló n de a l-Za yya li. V. H a y r al-
N
Z a y y a li.
P e c h in a , 147, 183, 325, 333, n. 44.
P e d r a S eca ó P ie d r a S e c a ('A b d A llá h
a l-N á b ig a al-D u b yám , 232, n. 31, 360,
ib n 'A b d a l-'A ziz ), 404, n. 26, 418, 439,
n. 33.
n. 18.
a l-N á b ig a a l-Y a 'd í, 417, n. 100.
P e rs ia , 23, 47, 168, n. 4, 259, n. 7, 261,
N a y d (e n A r a b ia ), 405.
n. 15.
N a y d (e n G ra n a d a ), 151 y n. 138.
P la tó n , 46 y n. 76.
N a g r íla . V . José ib n N a g r íla y S a m u el
P ra d e ra de P la ta (e n S e v illa ), 146.
ib n N a g r íla .
P re s a d e l r ío (e n S ilv e s ), 153-154.
a l-N a h lí (A b ü-1-W alíd), 75, 82, 123, 149,
el P r o fe t a M a h o m a (M u h a m m a d ), 15,
154,' n. 149, 241-242, 304, 388, 407.
83, 86, 102.
N a y s a b ü r, 319.
P to lo m e o , 26, 229.
N a rb o n a , 335, n. 52.
P to lo m e o s (D in a s tía d e lo s ), 111.
N a riy a , 124, n. 12.
P irin e o s , 164.
N a s ih (M o lin o s o p re s a d e ), 136, n. 59,
137.
al-N á sir. V . 'A b d al-R ah m án I I I al
N á s ir. Q
a l-N á s ir ’A li ib n H a m m ü d , 67, 101.
N á s ir al-D a w la M u b assar. V. M u b assar.
a l-Ñ á 'ü ra (e n C ó r d o b a ), 137, 209. a l-Q a bd a q (A lc a b id e c h e ), 65, 204, 245.
a l-N á 'ü ra (e n T o le d o ), 156. a l-Q a b tá l (e n S e v illa ), 146.
N a v a rra , 50, 91, 339, 380, 442. al-Q ab tu rn u h (B a n ü ), 154.
a l-N a w a 'ir (e n C ó r d o b a ), 137, n. 71, 138, al-Q ádir, p rín c ip e d e T o le d o , 197, 229,
n. 77, 209. 268, 310, n. 72.
N a w a r , 283, n. 114. al-Q á’im B illá h , 51.
N azh ü n , h ija de al-Q u lá'i, 465. al-Q alá 'í, 465.
N e m r o d , 252. Q alam , 50, 385, n. 128.
a l-Q ala n d ar (A b ü -l-A sb av 'A b d al-'A zIz R a b a t, 213, n. 35, 261, n. 18.
a l-B a ta ly a w s í), 372. R a b í', 293.
Q a l'a t R a b á h (C a la tr a v a ), 64. al-R ad l, h ijo d e a l-M u 'ta m id , 19, 47 y
al-Q álI. V . A b ü 'A lí al-QálI. n. 81, 68, n. 27, 250, 300, 436-437, 466.
al-Q alq asan d í, 443 y n. 48. R atT al-D aw la , h ijo d e a l-M u 'ta sim , 66,
Q a m a r, 50, 51, 53, 385, n. 128, 426, n. 139. n. 17, 345, 376, 416, 421, 437.
Q an b ü t al-M ulh l, 385. R a h b a t 'A z ira (e n C ó r d o b a ), 17.
al-Qa.nia.ra (e n C ó r d o b a ), 333, n. 44. R a 'm a , 418.
Q a n ta ra t a l-'ü d (e n G r a n a d a ) = Q an ta al-R a m á d l (A b ü 'U m a r Y ü s u f ib n H á
ra t al-h aw r, 192, n. 65. rü n ), 10, 54, n. 24, 55 y n. 38, 78-79, 82,
Q a n tis, 19, n. 19, 24, 279, 295, n. 16, 385. n. 73, 223, 241, 282-283, 400 y n. 3, 410,
Q asI (B a n u ), 42 421, 458, n. 130.
Q ásim , 176, n. 24. R a m im a , 258, n. 5.
Q á s im al-’ U q b á n l (Abü-1-Fadl), 424, R a n d o , 278, n. 92.
n. 132. a l-R a q lq a l-Q a y ra w á n l, 369, n. 33.
Q asim ib n 'A b b ü d al-R ivah l, 137, n. 70, a l-R á q ü tl al-M u rsI (M u h a m m a d ib n A h
71, 209, n. 12. m a d ib n B a k r ), 34, n. 9.
al-Q asim Ib n H a m m ü d , 16, 17, 100, 264, al-R asId, h ijo d e a l-M u 'ta m id , 20, 47,
n. 29. 142, 250, 338, 366, n. 17, 382, 387, n. 136,
a l-Q a sr (e n C ó r d o b a ), 129. 411.
a l-Q a sr (e n A lm e r ía ), 147. R á s id ib n S u la y m a n (A b u -l-H a s a n ), 457.
Q a s r A b i D á n is (A lc a c e r d o S a l), 219 a l-R a siq (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31.
y n. 9. a l-R a w d a l-s a riq (e n C ó r d o b a ), 138,
Q a s r a l-b u stá n (e n C ó r d o b a ), 134. n. 77.
Q a s r a l-h á 'ir (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31. R a w d a l-u q h u w a n (e n C ó r d o b a ), 136.
al-Q a sr a l-m u b ü ra k (e n S e v illa ), 142-143. a l-R a w d a (e n C ó r d o b a ), 130, n. 31.
a l-Q a sr a l-m u k a rra m (e n C ó r d o b a ), 130, R a im u n d o d e B a rc e lo n a , 19, n. 19.
n. 31. R a yyuh, 183, 259, n. 7, 335, n. 52.
a l-Q a sr a l-m u k a rra m (e n S e v illa ), 130, a l-R a z l (A h m a d ib n M u h a m m a d ), 333.
n. 31, 142-143. R a z ín (B a n ü ), 265.
a l-Q a sr a l-m u k a rra m (e n T o le d o ), 130, R ic o te , 34, n. 9.
n. 31, 155, n. 151. R o ld á n , 361.
Q a s r N á s ih (e n C ó r d o b a ), 136. R o m a , 418.
Q a s r a l-n á 'ü ra (e n C ó r d o b a ), 137, 209, R o m a n o (E m p e r a d o r d e B iz a n c io ), 46.
337, n. 60. R o n d a , 18, 19, 152.
Q a s r a l-s u ru r (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31. R o n sa rd , 85, n. 81.
Qas a l-s u rü r (e n Z a ra g o z a ), 157-158. R o s te m , 361.
Q a s r a l-Z á h ir. V . a l-Z á h ir. R o s e lló n , 286.
Q a tá d a ib n D i 1a m a , 61. R u d e sin d o , 246, n. 28, 329, n. 23.
a l-Q á tü l (e n M e s o p o ta m ia ), 132. a l-R u m a y k iy y a , a lia s I't im á d , 19, 142,
al-Q a yra w á n, 51. 146, 208, 328, 401, 404, 418, 431.
Q a y s -A y lá n , 96, n. 14. a l-R u sá fa (d e C ó r d o b a ), 136-137, 195,
al-Q azzáz. V . Ib n 'U b á d a (A b ü B a k r). n. 80.
Q in n a s rin , 259, n. 7. a l-R u sa fa (d e V a le n c ia ), 158.
a l-Q u b b a (e n M a d in a t a l-Z a h rá '), 130 a l-R u s á fl (A b ü 'A b d A llá h ), 56, 158,
y n. 37. n. 167, 294.
Q u lu m r iy a (C o im b r a ), 278, n. 92. R u stam , 111.
al-Q urasI (A b ü Z a y d ), 38, n. 2.
Q u r q u b , 320 y n. 120.
al-Q u rtán i (e n M a d in a t a l-Z a h rá ’ ), 130 S
y n. 37.
Q u s a y r 'A m ra , 344. S a b á ', 111, 130, n. 37, 136, 185, 263.
Q uss ib n S á 'id a , 335 v n. 52. S a b a ric o (B a n ü ), 261, n. 16.
Q uzah, 178, 236. S a g ra ja s o S a c ra lia s , 106.
S a 'd a l-s u 'ü d (e n S e v illa ), 142.
R Sadad, 43.
S addád, 110.
R a b a d f u r n B i r r i l (e n C ó r d o b a ), 293, a l-S a fa d l, 62, 64.
n. 8. a l-S a fi'I, 62.
R a b a d a l-ra q q á q in (e n C ó r d o b a ), 293. S a fr, 195.
S a g u n to , 334. a l-S a y ra ñ (A b ü B a k r ), 357, n. 23, 358
al-S áh ib ib n 'A b b á d , 31, 56. y n. 25.
S a h l ib n H á rü n , 440, n. 25. S e g re , 326.
S a h l ib n M á lik , 211. S e g u ra , 18.
al-Sa h la , 59, 85, n. 82, 113, 247, 265, 270, S em , 343.
387, 442. S e tif, 264 y n. 31.
S á 'id al-A n d alu sí, 456. S e v illa , 16, 18, 21, 31, 34, 38, n. 4, 49, 50,
S á 'id a l-L u g a w i al-B a g d á d i, 41, 42, 49, 60, 62, 66, 71, 77, 80, 88, 91, 107, 114,
' 90, 172, 175. 125, 126, n. 18, 133, 139-147, 163, 185,
S a 'id ib n A d h a , 89. 197, 198, 202, 204, 212, 218, 219, 220,
$ a 'id ib n al-H asan , 441. 233, 259, n. 7-8, 270, 285, 292, 293 y n. 8,
S a 'id ib n R u fa y l, 18. 304, 311, 327, 333, 335, 366, 391, 393,
S a 'id ib n Y ü d i, 281, n. 106, 433-434. 401, 404, 431, 467.
S an M a r t ín (p u e n te en T o le d o ), 156. S i'b B a w w á n , 123, n. 8, 163.
S a n tia g o de C o m p o s te la , 323, 329, n. 23. S íb a w a y h , 40, 194, 436.
S alé, 213, n. 35. S ic ilia , ‘80, 85, 217, 220.
S álih , 310. S id o n ia , 259, n. 7, 264.
S a lm a , 79. S ie r r a M o re n a , 139.
S a lo m ó n , 51, 98, 130, n. 37, 136. S ie r r a N ev a d a , 152, n. 140, 164, 237-238.
S a ló n d e O r o (e n Z a r a g o z a ), 158. S iy ilm á s a , 40, n. 25.
S a lte s ( S a ltis ), 19, 367. S ih r, 418.
a l-S a m a w ’al, 113. S ih r, 315 y n. 96.
al-S a m m á r, 430. S ik k a t a l-h a ttá b in (e n S e v illa ), 407.
S a m u e l ib n N a g r íla , 66, n. 17, 270, S ilv e s , 19, 63, 65, 74 y n. 47, 75, y n. 48,
273-276. 142, 153-154, 215, 364, 386, 406407.
S a n 'á ', 154, 168 y n. 4, 320 y n. 120. S im á y a al-S in h ayi, 67, 369.
al-S a n a w b a ri, 39, 45, 167, 189. S in h áya, 98, 103, n. 26, 113, 128, n. 29,
S a n a w b a r i al-G arb, a lia s Ib n J afáya, 56. ' 264-265, 312, 355.
S a n c h o (D o n ), r e y d e N a v a r r a , 91. a l-S iq illi, 385.
S a n c h o G a rc ía , 19, n. 19, 279. S ir á y al-D aw la , 114, 270.
S a n ch o , h ijo d e G a rc ía , h ijo d e F ern a n a l-S irw á n i, 384, n. 114.
do, 388. S isen a n d o, 278, n. 92.
S a n ch o l. V . 'A b d a l-R ah m án S a n ch ol. S ó c ra tes , 468.
San M illá n d e la C o g o lía , 281, n. 106. S o la riu s (M o n s ), 237.
S an n a b a w s, 153-154 y n. 146, 215. S o n te b ria , 265.
S a n ta b a w s (S a n tip o n c e ), 145, 401. Susa, 320 y n. 119, 385, n. 122.
S a n ta -B iry a , 265. Su 'ba, 246, n. 28.
S a n ta M a r ía de A lb a r ra c ín , 265. Su 'dá, 379.
S a n ta m a ría d e l A lg a rb e , 19, 44, 227. a l-S u d d (e n C ó r d o b a ), 138 y n. 77.
S a n ta P o la , 298, n. 3. S uyd , 123, n. 8.
S a n ta re m , 21, n. 23, 78, 239, 320. $ u h a yb ib n M a n í, 371.
S a n ta v e r ( I b n S a n ta fír ), 91. S u h ayd (B a n ü ), 46.
S a n tip o n c e . V . S a n ta b a w s. S u la ym á n , c a lifa o m e y a d e O rien te , 266.
al-S aqu n d l, 22, n. 31, 82, 96, 127, 391. S u la y m á n al-M u sta'in , 15, 17, 19, n. 19,
a l-S a ra f. V . A lja r a fe . 52, n. 17, 67, n. 25, 98, 99 y n. 6, 101,
a l-S a rá y ib (e n S ilv e s ), 153. 264, 355, 389, 422, 428, 441, n. 34.
a l-S a rh a l-m u m a r r a d (e n M a d in a t al- S u la ym á n ib n B a ttá l al-An dalusí. V.
Z a h r á ’ ), 130, n. 37. Ib n B a ttá l.
a l-S a rif a l-R a d í al-M ü saw i, 44, 56, 167, S u la y m á n ib n H ü d , 18.
190. S u la ym á n ib n M ih rá n al-S ara qu stí, 389.
S a r q a l-'u q a b (e n C ó r d o b a ), 137. S u la y r (S ie r r a N e v a d a ), 152, n. 140, 164,
a l-S a th a l-m u s r if (e n M a d in a t a l-Z ah rá), 238.
130, n. 37. a l-S u lta n iy y a (e n S e v illa ), 146.
S á tib a . V . Já tiva . S u m á d ih (B a n ü ), 19, 366, 438.
a l-S a tlfi, 264, n. 31. a l-S u m á d ih iy y a (e n A lm e r ía ), 148.
S a w q l (A h m a d ), 146, n. 109. al-S u m a ys ir (A h m a d ib n F a ra y al-Ilb i-
S a w w á y y á t, 391. r i), 22, 89, 108, 132, 149, 160, 252, 445,
S a y f, 345. 447, 459.
S a y f al-D aw la , 113. S u q r, 160, 161, n. 181, 305.
S a y f ib n D i Y a z a n , 142. a l-S u ru r. V . Q a s r a l-su ru r.
al-Süs (en M a r ru e c o s ), 385. n. 122, 443. 'U b a v d A lla h ibn Q ásim , 260, n. 14.
al-Süs (e n P e rs ia ), 43, n. 54. Ü beda, 326, 391.
a l-Sü s al-adná, 43. a l-U b u lla ( N a h r ), 123, n. 8.
al-Süsí, 385, n. 122. 'U d ra (B a n u ), 426.
S iria , 57, 61, 121, 137, 151, 210. a l-'U d d ri (A h m a d ibn 'U m a r), 122, n. 4,
335", n. 52.'
’U Ia vya , h ija d e Z irv a b , 50.
T 'U m a r a l-M u ta w a k k il. V . al-M u ta w ak -
kil.
a l-T d y (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31. 'U m a r ib n A b í R a b í'a , 62, 232, n. 31.
a l-T a g a b a l-S a h d i i en C ó rd o b a ), 136. 'U m a r ib n H a fs ü n , 114, 281, n. 106.
T u llir ( B an ü ), 19. 'U m a r ib n al-Jattáb, 288.
el T a jo . 155, 156, 326. U m a y y a ib n T s á , 42.
T ü k u ru n n a , 18. U m m a l-'A lá ’, 430.
J a 'la b , 40. U m m al-Fath , 40, n. 25.
a l-T a liq (M a r w á n ), 55, 65. U m m al-H an á, 417, 430.
T riliq a (I t á lic a ), 335 y n. 53. U m m a l-K irá m , 430.
a l-T á lis i, 99. U m m al-M ayd , 416.
T a m ím ib n B u lu ggln , 328. U m m a l-R a b i1, alias I't im á d , 146, 418.
T á n g e r, 43, 144, n. 98, 264, n. 29, 461. U m m ’U b a y d a , 91, 403.
T a ra b , 4)9. a l-'U q á b (c e r c a de C ó r d o b a ), 135.
al-T a ra sü n í (A b ü Is h á q ), 103. a l-'U q á b (c e r c a d e G ra n a d a ), 245, 445.
T a rra g o n a , 262, 333. U r w a t-'A fr á ’, 408.
T á s ifín , 338, n. 68. 'U r w a t ib n Jizám , 55.
T a sm , 111. 'U tm á n , c a lifa le g ítim o , 327.
T a y fü r (B a n ü ), 19. 'U za y r, 310.
T e re n c io , 34.
T e tu á n , 2 e l, n. 18.
a l-T ivá n i, 185. V
al-T ig n a rl, 193, 197, 202. 407.
el T ig r is , 149. V a le n cia , 18, 41, 87, 88, 91, 103, 112, 123,
T ih ü m a , 405. 132, 158-160, 216, 219, 234, 252, 263, 270,
T in n is , 320. n. 123. 312, 338, 350, 363, 452, 460.
T o le d o , 18, 22, 34, 51, 96, 104, 139, 155, V e ga (d e G ra n a d a ), 152.
186, 197, 201. 210, 229, 237, 260, n. 14, V e rd tm , 262, n. 22.
265, 268. 271, n. 68, 312, 338, 360, 366. V illo n , 410.
371, 456.
T o r r e d e l O r o (e n S e v illa ), 141, n. 87.
T o r to s a , 18, 263. W
T o ta , rein a de N a v a r r a , 271, n. 67.
T o ta lic a , 326. W á d i a l-a q iq (e n C ó r d o b a ), 163.
T r e m e c é n , 307, n. 57. W á d i a l-'a n ís (e n S e v illa ), 146.
T r ia n a (e n S e v illa ), 146. W á d l As. V. G u ad ix.
T u b b a ', 111, 358 y n. 24. W á d i a l-d a y r (e n C ó r d o b a ), 138, n. 77.
al-T u b ni, 91. W a d i a l-ta lh (e n S e v illa ), 146, 163.
T u d e la , 64, 91. W á d i a l-za ytü n (e n Z a r a g o z a ), 163, n. 1.
T u d m ir , 159, n. 176, 311. W á d ih el es la v o , 137, 280, 441.
T ú n ez , 395. a l-W a h id (e n S e v illa ), 141.
a l-T u ra v y á (e n S e v illa ), 141 y n. 84, W a lid ib n Jayzu rán , 260, n. 14.
143-144. W a llá d a . 43, n. 51, 130, 137, 198, n. 94.
al-T u rtü sí, 272, n. 72, 319, 411, 414, 446. 269, 301. 401, 409. 411, 424 y n. 132, 428,
T u s ta r, le8 y n. 4, 320 y n. 120. 429-430.
a l-T u tílí (a l-A 'm á ). V . al-A 'm á al-T u tílí. W á lü ta , 210, n. 17.
T u y íb (B a n ü ), 19, 96, 114. al-W a q q a sí, 112, n. 53.
a l-W a q q a s í ( A b ü -l-H u s a y n ), 251, n. eO.
a l-W a q q a s í (Abü-1-W alíd H is á m ), 218,
U 456.
a l-W a 's á ’ (e n C ó r d o b a ), 136.
'U b á d a ib n M á ' a l-S a m á ’ (A b ü B a k r), a l-W á tiq b i-F a d l A llá h , 114.
60, n. 66, 101-102, 179, n. 30, 237, 331. a l-W á tiq B illa , c a lifa 'A b b á s i, 55.
a l-W a tw a t, a u to r de los M a n á h iy al- Y a z d a y ir d , 111.
fik a r, 24. Y a z id I I , h ijo d e 'A b d a l-M alik , 385,
W id a d , 418. n. 120.
Y e m e n , 122, 168, n. 4.
Y ü s u f a l-Is lá m í, 270, n. 66.
Y Y ü s u f ib n T á s u fín , 21, 22, 105, 106, 112,
139, n. 80, 220, 259, n. 9, 267, 321-322.
Y a b a l M ü sá , 144, n. 98. 329, 363, 364, 386.
a l-Y a b a lí, 447.
Y a d ís , 111.
Y a 'fa r , 111, 176, n. 24. Z
Y a 'fa r ib n 'A lí ib n H a m d ü n , 229.
Y a 'f a r al-M u sh a fí. V . al-M u sh a fí.
a l-Y a 'fa riy y a (e n C ó r d o b a ), 136, a l-Z á fír ib n Dü-l-Nün, 242.
a l-Y a .'fa riv\ a (e n Z a r a g o z a ), 157 158, 161. al-Z á fir, h ijo d e a l-M u 'ta d id , 304.
al-Y á h iz, 27, 52, 422, n. 121, 425, n. 138. a l-Z á fir Is m á 'íl, p rín c ip e d e T o le d o ,
Y a h w a r (B a n ü ), 19, 316. 320, 439.
Y á lln ü s , 466. a l-Z a fir b i F a d l A llá h , s o b r e n o m b re de
Y a m íl-B u ta y n a , 408. 'A b d a l-M a lik ibn Y a h w a r, 113.
Y a m lla , a lia s N u w a y ra , 283-286, 418, a l-Z á h i (e n S e v illa ), 141-142.
n. 104. a l-Z a h ir (e n C ó r d o b a ), 129, n. 31.
Y a r ir , 53, n. 21. a l-Z á h ir (e n S e v illa ), 21, 140, 141, 143.
Y a r w a l (a l- H u ta y ’a ), 61. a l-Z á h ira , 130, 137 y n. 73, 183, n. 38.
Y a w h a ra , 418. a l-Z a h iriy y a = a l-Z á h ira , 128.
a l-Y a w s a q a l-N a s r i (e n C ó r d o b a ), 136. a l-Z a h rá ’, 333.
a l-Y a y y á n í. V . Ib n F a ra y a l-Y ay yán í. Z a y d al-Jayl, 55, 241.
al-Yaz.ira (A lc ir a ), 160. a l-Z a lla q a ( o Z a la c a ), 20, 106, 110, 250,
Y a z ir a t S u q r , 160, 305. 267, 311, n. 76, 338, n. 68, 356, 361, 373,
a l-Y a zírí. V . Ib n Id rls . 458, 461.
a l-Y a zzá r al-S a ra q u s tl (A b ü B a k r), 298. Z an áta, 21, 98, 103, n. 26, 128, n. 29, 264,
Y ib á l á l-w a rd (e n C ó r d o b a ), 183. 265, 355.
a l - t i s r (e n C ó r d o b a ), 136. Z annun, 265.
Y ü d , 287, n. 130. Z a ra g o z a , 18, 22, 34, 46, n. 76, 51, 64, 68,
Y u ry á n , 320. n. 27, 77, 91, 124, 157-158, 197, 237, 264,
a l-Y u ry á n í (A b ü -l-F u tü h ), 38, n. 4. n. 29, 268, 269, 271, 293, 299, n. 12, 303,
331, 345, 372, 382, n. 101.
Z a rb u t al-M u lh i, 385.
Y Z á w í ib n Z ir l ib n M an á d , 16, 264, 273.
Z a w rá a l-'Irá k , 153.
Y a h y á (B a n ü ), 19. a l-Z a y y á lí (A b ü M a r w á n ó Abu-1-W alid),
Y a h y á al-H u d u yy, 40, n. 25. 134-135.
Y a h y á al-Q ád ir, p rín c ip e d e T o le d o , 18, Z í n ib n 'A tiy y a , 244.
22, 268, 298, 371. Z irv á b , 50,' 53, 210, 306, 318, 323, 382,
Y a h y á a l-S ara qu stl, 64 y n. 5, 293, 371. 384, 385 y n. 124, 128, 394.
Y a h y á ib n H u d a y l. V . Ib n H u d a y l. Z iy á d a l-M u ’a d d ib , 52, 56.
Y a h y á ib n Y a h y á , 68. a l-Z u b a y d í (A b ü B a k r), 33, 249, n. 43,
a l-Y a m á n í. V . Ib n Id r ls a l-Y a m á n l. 292, n. 4, 448, n. 69.
Y a n n a y r , 261, n. 16. a l-Z u b a y r ib n 'U m a r a l-M u la ttim , 138.
Y a tr ib , 310 y n. 70. Z u h a y r e l e s la v o , 91, 148, 343.
Y a w m in , 96, 241, n. 1. Z u h a y r ib n A b í S u lm á, 45, n. 73, 55.
II. IN D IC E DE LOS POETAS CITADOS
G
fa "á l, 435.
fa d ja d a , 355. g a d ir, pl. g u d rá n , 141, 207, 208, 209, 211
fa d l, 426. y n. 21, 356 y n. 15.
ga d lra , pl. g a d á 'ir, 173. h a b ira , 352.
galas, 180. h abw an, 54, n. 24.
g á lib a (y e d r a o p e rv in c a ), 173, 187. h a d á ’iq , 368.
gá liy a , pl. ga w á li, 186, 187, 315. h a d a q a l-m a h á, 198, n. 94.
ga tn ám a, pl. at, 285. hadd, 369, n. 37.
g a m á m i, 235 y n. 45. h a d ra , 272. n. 75.
ga ra b , 181, 373 y n. 58. haclit, 61, 219, 243, 275 y n. 83, 344, 457.
g a ra ’ib , 288. h a fla t ta ’bin , 301, n. 25.
g a ra n iq , pl. de g ir n iq . V. g irn iq . h á ’ik, 294.
ga ra r, 221. h a k a m a al-haw a b i-'a d lin , 421.
ga ru n a , 369. h a k a m a b a y n a ... w a -ba yna ..., 421.
garasa, 203. h a k k a m a h u f i m u h y a ti h u sn u h u , 421.
gars, 145, 203. h a la q, 208, 335, n. 52, 356, 358.
ga rs a l-h ab a q, 145, 172. h a lla n , 308, n. 58.
g a rs a t h a b aq, 145, n. 101. halw á, 307, n. 55.
ga w g á ' al-asw áq, 24. haly, 181.
gaya, 456. H a m , 343.
gayba, 457. h a m a tn , 175, 222.
ga y d á ’, pl. gid, 181. iia m á m a , 350.
gayt, 235. h a m a 'im , 249.
ga y ü r, 420. ha m i, pl. h u m á t, 182.
gazal, 294. h a m ila , 405.
gazala (g a c e la ), 403. h a m m a , 58, n. 56, 147, 336, 341.
gazála (s o l), 356, n. 18. h a m m a m , 335, 341-344.
gaz.l, 294. h a m q a ’, 25, n. 40.
gid, pl. de gaydá', 181. han, 282.
g ifá ra , pl. d e g a fa ’ir, 75, 316, 321, 322 hána, 371, 372, n. 50.
y n. 135, 323, n. 144. lianas, pl. ahnas, 247.
g ilá la , pl. g a lá ’il, 181, 184, 186, 229, 321. h a n if, 211, 284, 471.
g ilm á n , pl. de gulam -. v. gu lá m . h a n iq , 315.
g ilí, 443. hanzál, 411.
gina , 110. h a q á ’iq , 469.
g in á ’, 382, 384, 387, n. 136, 395. h a q á ’iq a l-m a 'lü m , 71.
a l-g in á ’ a l-a nd a lu si, 395. íia q q (b i-h a q q T s á ), 284.
a l-g in á ' a l-m a d a n i, 384. h a ra m , 425.
g irb á l. 381, n. 96. h a rb a , 357. n. 23.
g ir n iq , pl. g a ra n iq , 248, 349, 350. h a rrá t, 153, n. 142, 205, n. 130.
g ir r , 297. h a rs iíf, 199.
gisa', 327. hasad, 83.
g u lá m iy y a , 236, 402 y n. 12. hasád, 203.
a l-G ttm a vsa , 229. ha sa m , 16.
g u rá b , 248, 304. h a sib, 82, n. 70.
g u ra b , pl. a g rib a , 222. has id, pl. hussád, 315, 419, 420 v n. 117,
g u ra fá t, 131. 460.
g u rá n iq , 469. h a siid, 125, 420.
gu rfa , 142, 143. h astia', 190.
g u rra , 222. hassád, 472.
g u rü s á t, 213. h a tta b , 407.
gusn, pí. agsán y gu sü n, 203, 392. h a w á fir, 310.
gu sn m u t m ir , 269. háw i, pl. h iw a, 344.
h aw r, 151, 192.
h aya’ (llu v ia ), 235.
H h a v á ’ (d e c e n c ia ), 461.
hayaf, 184, 208, 356, 357.
hayal, 350.
lia b a b , 208. h a y a r a l-biya d i, 326.
h abáb, 168, 170, 211, 213, 380, 394. h a y a r a l-d i'b , 298, n. 3.
h a b aq, 172, 173, n. 18. h a y a r a l- lu 'lii, 326.
h a b b a l-m u lü k , 196. h a y a r a l-m a rq a s ita a l-da h a biyya , 326.
h abba, 202. h a y a r al-sádina, 292. 326.
í Un ív e k s i ..
I Fsc. F!!:.¡ r-.
h a y a r a l-y a hü d i, 326. al-haw a a l-’u d ri, 426.
hay y, 150. h á ’ün, 181, 317.
h a y y ám , 64, 300, n. 19. haw yal, 219, n. 7.
h á y ib , 14, 103, 130, n. 33, 190, 244, 299, h in d u w á n i, 355, 358.
n. 12. h ir r , 294.
h a y ib al-sam s, 238. h u d b, pl. ahdáb, 126, n. 18.
há yiba , 13. h u yüd , 455.
h a vr, 134, 135, y n. 55.
h a 'y r, 129, n. 31, 134, n. 52, 247, n. 39,
' 249, n. 43. I
hay y (b a r r io ), 406.
hayya, p l. á t, 105, 247.
h ib a l, 187. ib r iz (d a h a b ), 176, 179, 327.
h ib a ra t, 406. ib r iq , 378, 380.
hid ád , 304. 'id , pl. a'yád, 306, 307, 367, n. 22.
h ik m a , 443. 'id a l-fitr , 227, 307.
h im á m , 471. id jir , 135.
h irb á ', 247. fd h i, p l. adáhi, 251.
h isba, 344', 370. i'd a r, 298, 371, 385, 387, n. 136, 440.
h isn, 150. i'd a r d u -l-N ü n i, 298.
h iyá b, 387, n. 136. ’id á r, 305, 344, 345.
iiiy á b a , 294. ’idan, pl. d e 'üd, 364.
h iy á ra t a l-m a g n itls , 446. al-'id w a , 21.
h iyá zi, 384 y n. 119. 'iffa , 283.
h izb , 328. 'if r it , 228.
h u b á b , 213. iftin a n , 427.
h u b á b á (p l. d e h u b w a ), 160, n. 180. ih á ', 336.
h u b á rá , 350. ih á la , 85.
h u b b , 421, 428. ih k á m , 25, 333.
h u d r, 242. ih tis á m , 89.
h u k a m á , pl. d e h a k im , 47, 179. ijtiy á r , 412.
h u k m , 422. ijw á n , 204.
h u k m al-haw á, 422. 'illa , 466.
h u k m a l-h u b b , 421. ilt if á t , 336.
hu id, 173,' 179, 327, 427. 'ily , pl. a 'lá v y 'u lü y , 275, 280, 353, 390.
h u la l m a w siyya , 338. ’ilya, 388, 389.
h u li (p l. d e h u ly a ), 299, n. 17, 327. 'im ü d , 446.
h u lla , p l. h u la l, 126, n. 18, 178, 186, 235, im a m , 85.
n. 43, 321. 'im á m a , pl. ’a m á 'im , 21, 300, n. 21.
hu lya , pl. h u ía y h u li, 299, n. 17, 327. im á n , 331.
h u m r , pl. d e h a m rá ', 184, 185, 338, n. 68. ’im m a , 321.
h u q q y h u q q a , p l. h iq á q , 181, 186, 195, ’in, 285.
n. 80, 317, n. 105, 327, n. 10. i n a , 292.
h u r r , 413. ’in a b, 198.
h u tü f, 359. in á t (a jü a l-), 344, n. 19.
h u y ü l, pl. d e h iy l, 242. a l-In y il, 275.
h u y u ra t, 406 y n. 36. insán, 447.
huyya, pl. h uvay, 422. inzál, 78, 79.
huztt, 177, 302. ’iqd , pl. ’u q ü d , 125, 327.
'iqyárt, 180, 274.
'irá q i, 329, 373, n. 60, 374.
H 'ir á q i (k a ’s), 373.
'ir á q i (zu y á y ), 374, n. 61.
'irá q iy y a ( a k w á b ), 374, n. 61.
hadaván, 82, n. 73. irisá , 178, n. 28.
h á d l 70. ’irris a , 440.
h a d il, 249. irtik á d , 471.
h á m a , 355. irta z a q , 73, n. 43.
a l-H a q 'a , 231. 'isá', 230.
hawá, 421, 422. isbáh, 231.
isb a h á n i, 320. ja w j, 198.
is b ili, 258. ja y á l, 393, n. 160.
is la m , 283. ja y a li, 393.
is lá m i, 260. jazz, 406.
is rá f, 438. jib ñ ’, 209, 392, n. 158, 446.
is r á 'ili, 260. jid m a , 288.
is tib a h , 377. jid r , 70.
istih sa d , 452. iifá f, 310.
is tila h a l-k u ttá b , 126, n. 18. jim á r , pl. ju m u r , 185, 263, 284, 286, 321
is tirs a l, 272, n. 75. y n. 130.
is tis q á ’, 309 y n. 67. jin z ir , pl. ja n á z ir, 20, n. 21, 205, 245,
i'tir á s , 184. 246 y n. 28.
itm id , 314, 448. j i r i a sfar, 172, 179.
itq á n , 25, 332. j i r i n a m m á m , 172, 179-180.
'itr , 183. jis á l, 310.
iw azz, 251. ji'sb, 203, 367.
iyáza, 35. jis f, 282.
iyyás, 193. jis y á n , pl. d e ja s t, 25, n. 40.
iy lá i, 418. jitá b a , 434.
iv r a ’ m u r a tta b , 86, n. 84. jit ta , 144.
izár, 184, 251, 321 y n. 127, 403. jizá n a , 310.
•izz, 288. jiid a , 357, n. 23.
'izza, 461. ju d d á m , p l. d e já d im . 25, n. 40, 450.
ju d r, 173, 175, 368.
j u d r a l-h a m á m , 175.
J ju d ü ', 136.
ju íd i, 235, n. 45.
ju lq m u w a ttá , 427.
já b iy a , 383, n. 111. ju m ü l, 460.
ja d a b a (v e r b o ), 314. ju r r a m , 172, 178.
já d im , p l. ju d d á m , 25, n. 40, 450. ju rs , 262, n. 23.
ja fa r , 240. ju z á m a , 173, 235.
ja l, pl. jilá n , 186, 314, 345.
ja la jil, 229.
ja lf, pl. ju lü f, 173, 202. K
ja li', 177.
ja liy , 213, 221.
ja liq a , 179. ka'anna, 229.
ja lü q , 314, 389. k a ’ba, 183, 436
ja m il, 467. a l-K a 'b a , 21A.
ja m ila , 168. k a ba r, 381, n. 96.
ja m is , 354. k a b ir ( j e f e ) , 282.
ja m m á r , 372, n. 50. k a b ir (c o p a g ra n d e ), 374.
ja m m á r a , 371, 372, n. 48. kadüb, 71.
ja m m a s , 301. ka fa l, 241.
ja m r , 364, 365, 371. a fif, 64.
ja t n r a l-dayr, 372, n. 49. k a fir, pl. k u ffá r, 280, 348.
ja m r i, 148, 285. k á fü ra , 176.
ja m r iy y á t, 369. k a ff, pl. a k u ff, 185, 229.
ja r á ’id, 330. k a ff (d a s ta b á n al-), 351.
ja s i, pl. jis y á n , 25, n. 40. ká gid , 452.
ja s r, 405. k a 'ib , 181.
jassa, 181. k á 'ib , pl. ka w á 'ib, 176.
al-jássa, 25, n. 40. k a lá m G a rn á ta , 395.
já ta m , pl. ja w á tim , 327. k a m i, 211.
já t il, 181. kanísa, pl. üt y ka n á ’is, 284, 285.
ja t ir , 331. kánün, pl. k a w á n in (h o r n o ), 238 y n. 58.
ja 'ft, 310. k á n ü n (m e s ), 149, 186, 202.
ja ttiy y a , 355. kanz al-adab, 137, n. 70, 372, n. 49.
ja w d , 240. k a rim a , pl. k a rá ’im , 400.
k a rm a , 300, n. 21. litá m , pl. litá m á t, 236, 285 y n. 119, 321
k a ’s, pl. k u ’tis, a k 'u s y akw ás, 174, 176, 'y n. 130, 404.
178, 373. lita t (p l. d e lit a ), 69.
ka's ’ir a q i, 373. liw á ', 353.
k á tib , 22, 89. liw á t, 344.
k á tib a l-ra sá ’il, 84, n. 76. lu 'b a , pl. lu 'a b , 187, 331.
k á tib a l-z im á m , 90 y n. 108, 272, n. 72. luyayn, 176, 181, 183, 184, 186.
kaw kab, pl. k a w á k ib , 232. luyya, 175.
k a zb ar, 318, n. 113. luhá, 44, n. 64.
k ib r it , 175. lu h ü f, 208, 238.
k ihana, 310. lu !lu ', 174, 180, 326.
k illa , 231. lu 's , 180.
k im a m a , pl. k a m a 'im , 202.
a l-k im iy á ', 230, n. 19, 238.
k ittá n , 185. M
küb, pl. akw áb, 374, n. 61.
k u f , 428.
k u fr, 280, 457. m á ', 230.
k u h l, 314. m a 'á s im , 176, 185.
ku'hli, 178. m a 'á tif, pl. d e m i'ta f, 315, 419.
k u m tn , pl. a k m a m , 176, 202, 394 y n. 167. m a d á ’, 443.
k ü r, 292. a l-m a d a n i (a l-g in á '), 384.
k u ra , 348. m a d á r, 209.
k u rra y , 347 y n. 1, 348, 392. m a d á ’in m in a l-'a yin , 307.
k u rsi, 327. m a d ih , 94, n. 4.
k u ru n b l, 179. m á d iyya , 356, n. 15.
k u ttá b , 63. m a d ra b a , pl. m a d á rib , 183, 374.
k u tu b , pl. d e k itá b , 422. m a faza , pl. m a fá w iz , 205, 244, 245.
kuw á, 342. m a frü k , 315.
m a gá n i, 364.
m a g rib al-sam s, 43.
L m a g n itis , 446.
m a h á (c r is t a l), 174, 183.
m a h á (v a c a s s a lv a je s ), 196, 198, n. 94,
la ’á li, 181, 187, 326. 402, n. 16.
la'as, 175. m a h ira t, 288, n. 132.
la b b a , pl. la b b á t, 213. m á h ir, 327.
lá d y lá d i, 319-320. m a h r, pl. m u h ü r, 89.
lahá, 44, n. 64, 471. m a h ra y á n , 308, n. 62.
lá h in , 393. m a já r iq , 348.
la h n , pl. a lh á n, 248, 285, 384. m a já z in (p l. d e m a jz a n a ). V . esta pa
lahw , 422. lab ra.
lá 'ib , 393. m a jz a n a , pl. m a já z in , 183, 199, n. 96,
la já lij, 317. 317, n. 105.
la ’m a, 90, n. 104, 359. m a jz u m i, 258.
la m a , 70, 314. m a jm a s a , 468.
lá s iq , 181. m a k á rim , 436.
la ta f, pl. a ltá f, 308. m a k á rim a l-a jlá q , 426-427 y n. 141.
lá tu n , 335, n. 52. m a k á tib , 452.
law 'a, 181. m a k fü f, 64.
law n, 242. m a ksab, 64.
law z, 185. m a l, 86.
lawza, 322, n. 133. m a lá h im (k u tu b al-), 311.
la y á li, 111. m a l'a k , 466.
la y m ü y la y m ü n a , 196. M a lih a l-A n da lu s, 53.
la yta, 415. m a lik , pl. m u liik , 23, 89, 113.
lá za w a rd, 185, 325. m a lik , 457.
lim m a , pl. lim a m ,, 170, 173. m a lik a l-fu s ü l, 190.
llq a , 144. m a lik al-lahw , 422.
liss, pl. lusüs, 179. m a lik al-sibá, 422.
m a llá h , 146. m id a d , 314.
m a m lü k , 357, n. 23, 413. m id w a ’, pl. m a d á w i, 342.
m a n á fi', 179. m ig fa r, 330 y n. 28, 356 y n. 17.
m a n a ra , 145. m ih a ffa , 468.
m a n k ib , pl. m a n á k ib , 181. m ih a k k , 226, n. 6.
m a n tü r , 179, n. 29. a l-m ih a n a l-sü riyya , 25, 333.
m a q á n i', pl. de m iq n a ', 184. m ih b a ra , 271, n. 68, 327.
m a q á m a , 372. m ih n a , pl. tn ih a n , 25, 64.
m a q r ü r , 237, n. 54. m ih rá b , 210.
m a rá d , 57. m ih ra y á n , 184, 221, 306, 308, 352.
m a rá k ib , pl. de m a rk a b . V . es ta p a m ih w a k , 294.
lab ra. m ilá h (w u y ü h ), 364.
m a rá s if, pl. de m irs a f, 180. m i'la q , pl. m a 'á liq , 469.
m a rd a q ü s, 173, n. 18: m inassa, 126, n. 18.
m a rid , 457. m in s á t, 285.
m a rk a b (m o n tu r a ), 86. m in y a l, A l2.
m a rk a b , pl. m a rá k ib (b a r c o ), 106, 222 m iq d á f, 222.
y n. 26. m iq n a ', 321.
m a rm a r, 134. m i'ra d , 181, 321.
m a rq a s itá , 326. m irk a s , 319, n. 114.
a l-m a rd á , 334. m irq á s , 318, 319.
m a rw á n i, 258, n. 5. M i r r i j , 229.
m a ry a n , 195, n. 80. m irs a f, pl. tnaráSif. V . e s ta p a la b ra .
m a sá'i, 441. m ir t , 214, 321.
m a s á 'il, 422. m isá s (la m isá sa ), 284, n. 115.
m a s á n i' su ltá n iy y a , 141, n. 86. m is b á h , pl. m a s á b ih , 252.
m a s a rra , 416, 417. m is h , pl. m u s ü h , 283.
m a s b ü k , 292. m ish a d , 226 y n. 6.
m a sih iy y a , 284. mis'k, 179, 184, 315.
m a s lü b , 319. m is k á t al-dahab, 76.
m a sna ', 143, pl. m a sá n i', 141, n. 86, 339, m is ri, 393-394.
n. 73. m is w á k , 314.
m a syid, 372, n. 50. m itq á l, 338.
m a sy üra , 208. m itr a f, pl. m a tá rif, 184, 321.
a l-m a ta l a l-sá’ir, 83. m iy a n n , 356.
a l-m a tá lit w a-l-azyár, 383, n. 109. m iy m a r, pl. m a y á m ir, 316.
m a ’ta m , 301, 303, 305. m i'z a f, 384, n. 114.
a l-m a íá n i (v e r s íc u lo s de la F á tih a ), 383, m i'z a r, 321, 403.
n. 109. m iz b a ra , 204.
a l-m a ta n i w a -l-m a tá lit, 382, 383, n. 109. m iz h a r, 357, 381, n. 96, 383.
m a tá r if, pl. d e m itr a f, 176. m iz m á r, 383, 384, n. 114.
m a tb ü ', 74, n. 46. m u lu d ( = m a w lid ), 307, n. 57.
m a 'tif, 191. m u 'a d d a d , 168.
m á til, 330. m u 'a d d ir, 344 y n. 18.
m a tla t, pl. m a tá lit, 382. m u 'a lla q ü t, 38 y n. 2.
m a tn á , pl. m a ta n i, 382, 383, n. 109. m u d á 'a fa , 358.
m a tra b a , 460 y n. 143. m u d a h h a b , 292.
m aw adda, 428. m u d a rra y , 179.
m a w á ’id, 319. m u d a ri, 14.
m a w á s im , pl. d e m a w s im , 367 y n. 22. m u d h ik , 393.
m a w lá , pl. m a w á li, 151, 261, 262. m u d h u n y m u d h u n a , pl. m a d ñ h in , 174,
m aw láya, 417. 176, 181, 184, 185, 317.
m aw siyya, 338, 388. m u d va , 416.
m a w t, 410, 471. m u fá d a , 207, 211, 356.
m a w tá , 411. m u fa d d a d , 292.
m a y á n iq , 374. m u g a n n i, 387, n. 136.
m a y á z ir, 321, n. 130. m u g a n n in (n a w b a t a l-), 387, n. 136.
a l-M a y a rra , 228. m u g a n n iy a , 21.
m ib d a ', 300. m u g a n n iy á t, 389.
m ib ra d , 334. m u g rib á t, 394.
m u h a n n a d , 355. m u ta s a w w if, 454.
m u h a y y a l, 241. m u ta y y a b , 187 y n. 51.
in u h im m á t, 25. m u t m ir , 269.
m u h ta d d , 305. m u ttila , 332.
m u h ta s ib , 182 y n. 34. m ü w a ffa q , 268.
m tih ü r, pl. de m a h r, 89. m u w a lla d (m o d e r n o ), 42.
m u h y a , 421, 427. m u w a lla d , 18, 91, 260, 261, 278, 281,
m u ja d d a ra , 307. n. 106, 289, 290.
m u ja n n a t, 344. m itw a q q a h a , 357.
m u ja tta m , 315. m uw assah, 10, 55, 136, 382 y n. 102, 395.
m u jd a r r , 177. m uw assaha, 89.
m u k a b b a l, 351. m u w a ttá , 427.
m u k a ffir d t, 453, n. 97. m u y a b b a n a t, 319.
m u k k á ’, 160, 248. m u y addad (t e la ), 169.
m u k t ir , 308. m u y a h id , 454.
m u q a lla d , 171. m u y id d , 286.
m u lá ’a, 170. m u y ta h id , 33.
m u la ttim , 20, 21. m u yya d , 392.
m u lh i, 385. m u zza, 378.
m u lü k , pl. d e m a lik , 23. m u z a 'fa ra , 307.
a l-m u lü k a l-'a ra b iy y a , 96. m u zn , 173, 235.
m u lü k a l-M a g rib , 271, n. 68.
m u m a h h is a t, 453 y n. 97.
m u m a tta la , 332. N
m u n a y y im , 311.
m u n b ita t a l-zay tü n , 192.
m u ñ ía 'ü t, 107, 222, n. 28. na b', 205.
m u n s if, 459. na bl, 355.
m u n y a , 125, 127, 145, n. 99, 154, 162, 172 n a bid , 146, n. 111, 370 y n. 42, 373.
21Ó, 393. nadd, 316.
m u q a lla d , 171. nadd, 156, 316.
m u q ill, 308. na dd m u ta lla t, 316 y n. 98.
m u q la , 176. nádi, 144.
m u r á b it, 454. n a d ir, 452.
m u ra ttá b , 86, n. 84. nadra, 155.
m u r ta z iq bi-d iw ü n , 86, n. 84. n a fa q, 359.
m u sab , 300. a l-n afd ra a l-ta b i'iy y a , 17.
m u sad d asa t, 181. nafha, 316.
m u s a h h a m , 168. nafiya, pl. n a w á fiy, 317.
m u s a lla (e s te r a ), 79. na fis, 179.
m u s a lla (lu g a r ), 309. náh, yariüh, 301.
m u s a n n á t, 136, 138. n a hr, 376.
m u sa w w a r, 320, 331, 334. n a hr, pl. n u h u r, 312, 403.
m u sa w w a ra , 307. n a 'im , 155, 213, 354.
m u s lim , 471. nakba, 460.
m u s lim a n i, pl. m a s á lim a , 260-261. nakha, 314.
m u s m a la , 184, 321. n d k ir, 100.
m u s m a t, pl. m a s a m it, 235 y n. 45. n a k k á r, 100.
m u s rik , 280. n a m d 'im , 383.
m u s riq , 178. n a m m á m ( j i r i ) , 172, 179-180.
a l-M u s ta ri, 229, 269. naqas, 333, n. 44.
m u s ta fti, 423, n. 127. n a ql, pl. a n q á l, 200, 379 y n. 86, 405.
m u s ta 'r ib , 280. n a q l (o p u e s to a ’a q l), 422.
m u s a ffá , 327. n a qliyya , 33.
m u tq a n a (ta s á w ir), 332, n. 40. n a qt, 314 y n. 88.
m u ta b a ttil, 454. náqüs, pl. na w á qis, 283, 287.
m u ta h h a r, 298. nár, 186.
m u tá la 'a , 47, n. 81. nárany, 197.
m u ta lla t (n a d d ), 316 y n. 98. n a rd , 318.
m u ta lla t, 318. naryasa, 324.
n a ry is a sfar, 172, 176, 177-178. n u q ra , pl. n u q a r, 174, 176, 292, 384.
n a ry is m u s fa r r , 175. n ü r, 173, 314.
n a ry is qá d ü si, 173, 175, 178. nu w w a r, pl. n a w a w ir, 179, 202.
na's, 300. nuyüd , pl. d e nayd, 186.
nasaq, 316. n u y ü m , 310.
nasárá, 280, 281, n. 106.
n á sik, pl. nussák, 284, 454.
n a sim , 233, 317. Q
nasr, 248, 350.
nasr, 179, 233.
n a srá n i, 282. qá ', 178.
nasü, 176. qa b a ', pl. a q b á ’ y a q b iv a , 181, 321, 347,
rvá'üra, pl. n a w á 'ir, 157. 392 y n. 158.
n a w ’, 141 y n. 84. q a b a 'il, 259, n. 9.
n a w á d ir, pl. de n a d ira , 38, 40. qá bis, 197.
n a w b a t a l-m u g a n n in , 387, n. 136. qa b ü l, 234.
naw r, 202, 203, 235. qaby, 350.
n a w r a l-b á q illá ’, 173. q a d á ’, 468.
n a w r a l-gá lib a , 187-188. qad ah, 368, 373.
n a w r a l-k ittá n , 173, 185. qa d a r, 160.
n a w r al-law z, 173, 185-186. qadas, 178.
n a w r a l-ru m m á n , 173, 186. q á d i (c a d í), 258.
n a w r a l-y iry ir, 173. q a d i a l-'a y a m , 281, n. 106.
na w riy y a , pl. át, 172, 188, 191. q á d i al-nasárá, 281, n. 106.
n a w rü z, 306, 307 y n. 52. q a d ib , 202.
n a ’y, 368. qá d itn a , pl. q a w á d im , 251.
na'ya, pl. á t y n i'áy, 200, 285. qá d ü s y qá d ü si, 178.
nayába, 288. qafá, 125.
nayd, pl. n u yüd , 186. q á 'id , 186.
n á y ir, 331. q á 'itn , 181, 202.
n a y lü fa r, 172. qa l'a , 150.
n a y m , 377 y n. 81. q a lb , 205, n. 130.
n a y m rayrn, 349. qa llás, 293, n. 8.
n a y rü z . V . n a w rü z. q a m a r, 242.
naysán, 149, 152, 202. q a m is , 181, 321.
na y y ira , p. át, 331. qa m s á l, 146, n. 111.
nazáha, 145, 213, n. 35. q a n á n i, 393, n. 164.
n a zif, 187. qa n is, 352.
n i'á y , pl. d e na'va, 200. qá qan n a s, 251, n. 60.
n ifá r, 229. q a r', 205,' 287.
n i'm a , pl. n i'a m , 282. q a ra n fu l, 173, n. 18.
n iqs, pl. anqás, 305. q a rá rit, 329.
nisal, 349. qa rá siyá , 196.
n isba, 258 y n. 4. q a rid , 67.
n itá q , 228. q a rn , 355, n. 9.
n itá r, 181. qasáw a, 443.
niyád, 404. qa sib, 168.
niyáha, 310. qasida, 85, 86, 89, 274.
n iy á l, 180. qa sr, 129 y n. 31.
n iy a m , 182, 374 y n. 63. qass, 282, 285.
n u 'a m á , 235. qassáb, 64.
n u d á r, 174, 176, 196, 199, n. 96, 292, 352, qa ta d , 60, n. 63, 304.
357, 446. q a tá ’i', pl. d e q it'a , 108, 222.
n u d a r m u ja lla s , 176. q a ti', 239, 374.
nuhá, 412. q a w á rib , 145.
nuhás, 179. q a w á rlr, 136.
n u já l, 460. qaw s, 355.
n u jb a , pl. n u ja b , 178, 182, 188, 373 y n. 57, qaw s b u n d u q , 355.
374. qaw s Q u zá h (a r c o ir is ), 178, 236.
n u q l. V . n a q l, 379, n. 86. q a w w á m á t, 389.
qayna, pl. a t y qiy a n , 252, 385, 388. rá qisa , pl. ra w a qis, 383, n. 112, 391, 392.
qaysl, 258. ra q q , 452.
q ib a b , 131, 141, n. 86, 154, 190, 455. ra q q á q , 293.
V. qubba. rasa, 284.
q id d , 349. ra sá 'il, 317.
q in d il, 76. ra sm , 339, n. 73.
q in tá r , 326, n. 6. ra tb a (a n q á l), 379, n. 87.
q irá n , 229. raw d, n. d e u n id a d : raw da, pl. riyad,
q ir d , pl. q ira d a , 246, n. 31, 247. 69', 131, 134, 141, 156, 167,'185, 195/210.
q irtá s , 222, 451. raw d iyya, pl. at, 167, 172, 188.
qisá ba , 293. ra w tu m a , p l. ra w a tim , 182, 374 y n. 64.
qisas, 457. raw w ada, 183.
q is s a t al-sabt, 272, n. 75. ra'y, 435.
qissis, 283. ra ’ya, 354.
q it'a , p l. q a tá 'i', 108, 222. ra va b, 182.
q u b b a , 141, 155. V . qib a b . rd ’yüt, 305, 338, n. 68, 354.
q u lb , 327. ra y m , 349.
q ü m is , 19, n. 19. rayhan, pl. ra y a h in , 60, 173, 191, 233, 315.
q u m r i, 248, 284, 350. ray 'y, 203.
q u rá d a t a l-n u d á r, 292. rayyü, 425.
q u rb á n , 355. ra y y a la t a l-'a bid , 267, n. 45.
q u rb is a o q u rb is a (v e r b o ), 134, n. 54. rá z iq i, 199, n. 96.
q u rn is a (v e r b o ), 134, n. 54. ri'd s, 355.
q u rs , 215, n. 42. ri'ása, 435.
q u r s al-gazála, 356, n. 18. rib d t, 454.
q u r t, 175, 231, 251, 263, 327. rid d, 466.
Q u r tu b i, 258. rid á ’, 226, 321, n. 127, 392, n. 158.
q u rü n , 310. rim a y a , 290, 434.
q u s t, 318. risá la , 289.
Q u zá h, 178, 236. riy á ’, 180, 446.
R iy á d , 400. V . raw d.
riyá d iyya , 47, 67, n. 26.
R ru b ', 326 y n. 6, 329.
ru b á (p l. d e ru b w a ), 168, 170, 213.
a l-rtih a l-a m in , 102, n. 24.
ra b á b , 252, 381. ru já m , 341.
ra b b a t hana, 371. ru k ü ', 216, 453, n. 98.
rá b iv a , 170. rü m , 319, 334.
r a d 'l 179. ru m h , pl. ritn á h , 356.
rada, 359, 365, 410, 450. rü m iy y a , 285, 288, 386.
radad, 235. ru m m á n , 172, 186.
ra fa t, 413. ru m m á n a , 193.
rá h , 228, 282, 374, n. 63. ru ta b , 198 y n. 96.
raha, 469. ru tb a , 449.
rahay, 410.
rá h ib , p l. ru h b á n , 284, 286.
ra h iq , 198, n. 94, 368. S
rahw , 350.
r á ’i a l-y im á l, 20, n. 21.
r a l al-janaz.ir, 20, n. 21, 246. sabay, 173, 183, 297, 306, n. 49.
r á ’id , 186. sa b á n i al-sarb, 374, n. 69.
ra 'is, 343. s a ba rá t, 237.
ra jta y , 187 y n. 48, 319. sabb al-sa ri'a , 270.
ra jta y i, 319. sábiha , pl. át, 212, 222.
ra m a d , 292. s abika, pl. sabá ’ik, 181, 238, 292.
ra m a d á n (R a m a d á n ), 227, 458, n. 129. s a b t, 272, n. 75.
r a m im i, 258, n. 5, 390. sadá, 294.
rá m isa , 174. s afa r, 195, n. 80.
rana, y a rn ü , 177. safa rya l, 196.
ra q ib , pl. ru q a b á ', 222, 315, 419-420. safa t, 105, 400.
sáfin , 357, n. 23. süd, 305.
safina, pl. s u fu n y sa fá ’in, 218 v n. 7, sudan a l-b a ra b ir, 267, n. 44.
222 . sudd, 138, 153.
s a fir, 271, n. 68. suyud, 453, n. 98.
s a fri, 195 y n. 80. a l-Su h á , 460.
saha, pl. at, 160, 275, n. 85. S u h a y l, 229.
sahábi, 187 y n. 49. sukk, 315.
sahar, pl. ashár, 230, 378. s u ltá n (s u ltá n ), 113.
sahara, pl. de sá h ir, 307. s u ltá n (e s c u d o ), 357, n. 23.
sakina, 240. s u ltá n al-haw á, 422.
sa lá h if, 208. sulü, 422.
sálifa , pl. s a w a lif (c u e llo ), 170, 181. s u m m á n á , 350.
salsal, 368. s u m m á r, pl. d e s á m ir, 179.
s a lü q i, 348. s u n b u l, 318.
S a m (S e m ), 343. a l-S u n b u la , 311.
sam a', 134, 366, 383, n. 111. sundus, 150, 173, 177, 178, 185.
sa m a ' a l-za m r, 366. s u q m , 410.
sa m a rá t, 406. süra, pl. suw ar, 233, 412.
s a m r á ’, 392. s u rü r, 416.
sanaw w ar, 323. süsán y süsan, 172, 180-182.
sáq, 249, n. 43. süsán a zra q , 178.
sa q f, 342. süsi, 181, 320, y n. 119, 385, n. 122.
saqt, 374. s u w a r a l-'a za ’im , 412.
sa q la b o s iq la b , 262, n. 19. V . en la s.
s a q t, 251.
sa rá r, 349. S
sa ra rí, 288, n. 132.
sará w il, 321.
sard, 211. sabah, pl. asbah, 332.
sarha, 170. Sa'bán, 182.
s a rir, pl. a s irra , 219, n. 8, 436. sadá, 173.
sata, yastü, 472. sádina, 292, 326.
sawád, 290, 314. sadw, 381.
saw álif, pl. de sálifa , 170, 181. safa q, 232, 342.
saw dá', 463, n. 155. sayá'a, 434.
saw saniyya, 328. sáh, 348.
sawwá, tusaw w i, 388. sahid, 457.
sayl, 231, n. 26. sáhin, pl. saw áh in y saw áhin, 222, 350,
a l-S a y y id a t a l-k u b rá , 146, 249, n. 43. 351.
sayyidi, 417. sahrn, 469.
sib á l, 322. sa h m a t, 348.
s ifr, 465, n. 164. sajs, 330, 331, n. 33, 334.
s ih r, 313, 412. sakl, 209.
s ih r h a la l, 412. sa’m a , 345.
s ih r al-n uh á , 412. satnl, 20.
sik k a , 407. s a m m á m a , 317.
s ik k in , 338. sa m ü l, 179, 365.
s ilk , 126, n. 18. sanf, pl. Suttüf, 186, 327.
a l-S im a k a n i, 144. sakl, 209.
sitian, 355. saqá f, 387, n. 133.
s in n a w r, 246, n. 27. s a q a 'iq , 172, 185.
s iq la tü n , 320, 329 y n. 25. s a q iq ( f l o r ) , 185.
s iq t : v. s a q t, 251. s a q iq (h e r m a n o ), 305.
siw á r, 209, 292, 327. sa q iqa , 251.
sira y , pl. su ru y , 328. sar', 422.
s irb á l, 393. saraf, 428.
sita ra , 387, 390. sárá t, 339, n. 73.
s itá ra t a l-g in á ’, 387, n. 136. s a rb (p l. d e s a r ib ), 53, 364.
s itr, pl. astár, 388. sarya b, pl. sa rá yib, 153 y n. 144.
siyá q, 389. ■a ri'a , 270.
s a rib (b o z o ), 402, n. 12. sd’ig, p l. suw w ag, 291.
sattd ra , 335. salaf, 199.
saw áni, 220 y n. 16, 222. salah, 104.
saw ar, 168. sálib, pl. s u lb a n , 284.
¡a w d á n iq d t, 350 y n. 20. s á m it, 248.
saw daq y saw daq, 221, 222, 352. san'a, 90, 434.
sayb, 452. s a n a 'i', pl. d e s ani'a. V. sani'a.
saytan, pl. sa\átin, 98, 355, 424, 457. san a m , 334.
si'a, 457. san i', 298.
s i'á r, 181, 282, 304, 321. sani'a, p l. san a 'i', 25, n. 40.
s i'á r a l-huzn, 302. san ifa , 353.
s ib l, 231, n. 26. s a q la b i o s iq la b i, pl. s a q á lib a , 262 y n. 19
sidda, 434. s a q r, 350.
s ifn in , 248. saw layan, 348.
sih, 150. s aw m a 'a, pl. s a w á m i', 285.
sih á b , 355. saw w ara (v e r b o ), 331.
s iq á f, 387, n. 133. siba, 234, 422.
s iq ir r á q , 350. sid ü r, 152, 321.
s i'r, 434. s id q , 358.
s irá ', 222. sifa , 418.
a l-S i'rá , 229. s ifa t, 241.
sirá k , 405. s ill, 444.
s itra n y , 348. sina'a, pl. san a ’i, 25, n. 40, 55, 64, 333.
s iy a m , 425. s in f, 22, n. 31, 25, n. 39, 82, n. 73.
siydt, 406. s irr, 342.
siz, 384. subah, 404.
s u b á t, 202. subh , 231, 236, 377.
a l-S u y á ', 229. sudg, 375.
suhb, 330. sud ra, 321.
suh la , 180. s ü f b a h ri, 308, 320.
s u ra fá t, 131. s ü fi, 243.
s u rs ü r, 248. s u fra , 324.
S urta, 90, n. 109. sun n a ', 144.
s u 'i, 173. sur, 291.
s ti'ü b , 259, n. 9. süra, pl. suw ar, 319, 330, 332.
s u 'ü b iy y a , 246, n. 27, 289, 440. süra hasatia, 332, n. 40.
s u w a r ’ayiba, 338.
s u w a r h d ’ila , 338, n. 68.
S s u w a r a l-h a m m a m , 336 y n. 58, 343.
N o t a de la t r a d u c t o r a ....................................................................................
P r ó lo g o ..............................................................................................................
IN T R O D U C C IO N
I. L a s c o n d ic io n e s p o l í t i c a s .......................................................................
L a f itn a o d is tu rb io s p o lític o s a c o m ie n zo s d e l s ig lo XI, 13.— E l p a r tid o
an d a lu z y el p a r tid o b e re b e r, 14.— A n ta g o n is m o d e estos d os p a rtid o s , 16.
L o s je fe s d el p a rtiU ti n a cio n a l, 18.— L a p o lític a d e lo s 'A b b á d íe s , 18.— La
a c titu d d e afeMu’ ta m iB re s p e c to a lo s c ris tia n o s y a lo s a lm o r á v id e s , 21.
Su o d io h a c í a l o s b e re b e re s , 21.— Ig u a l a c titu d en a l-M u 'ta s im , 22.—
D e s p re c io d e l an d a lu z h a cia e l b e re b e r, 23.
P R IM E R A P A R T E
C a p ítu lo IV . L a p o e s ía y e l p o e ta c o r t e s a n o ........................................
I. C la se s o c ia l d e lo s p o eta s, 63.— L o s ile tr a d o s y lo s c ie g o s , 63.— Los
arte s a n o s, 65.— L o s ca m p e s in o s , 65.— G u sto p o r la p o e s ía en las clases
alta s, 65.— A l-M u 'ta d id , 65.— A l-M u 'ta m id y sus h ijo s , 66.— A l-M u 'ta s im
y sus h ijo s , 66.— L a p o e s ía en B a d a jo z , 66.— E n G ra n a d a , 67.
I I . C a r a c te r ís tic a s d e l g u s to p o r la p oesía , 68.— C ó m o se rep re se n ta b a n
los a n d a lu ces la p o e s ía , 68.— L a «m u s a », 70.
I I I . A cu s a c io n e s lanzadas c o n tr a la p o e s ía jy el p o e ta , 70.— Las c rític a s
d e Ib n B assá m , 71.— D e fe n s a d e la p o e s ía p o r Ib n S u h ayd , 72.— L a p o e
sía, «m o d u s v iv e n d i», 74.
IV . E l « c u r r i c u l u m » d e l p o e ta , 74.— E l J r a je rú s tic o , 74.— La h u m ild a d ,
76.— L a s n o ch es en c la r o y el ca n d il, fó > - D is c u s ió n d e Abu-1-Walíd al-
B á y i y d e Ib n H a z m a este p ro p ó s ito , 76.— L a s p e re g rin a c io n e s d el p o e
ta, 77.— R e c e p c ió n d e lo s p o e ta s en la c o rte , 77.— E l a lo ja m ie n to y el
s á h ib a l-in zá l, 79.— L a p ru eb a d e l d ía d e re c e p c ió n d e l p o e ta , 80.— El
c a s o d e Ib n Y á j, 80.
V . C o n d ic ió n s o c ia l y s u e rte d e l p o e ta , 82.— Su c o n d ic ió n s e rv il, 82.—
L a d e n ig ra c ió n d e l p o e ta , 82.— L a c r ít ic a d e lo s c e lo s o s ; una p á g in a de
Ib n H a z m a e s te p ro p ó s ito , 83.— L a c r ít ic a d e los p rín c ip e s , 85.
V I . E l p o e ta o fic ia l, 85.— L a s p en sion es, 86.— L a s g ra tific a c io n e s , 86.—
L o s p o e ta s d e p a s o y la b ú s q u e d a d e reg a lo s, 86.— D e s in te rés d e a lgu n o s
p oe ta s , 87.— L o s p o e ta s e n riq u e c id o s , 88.— P o e ta s r e c o m p e n s a d o s «a
p o s t e r io r i», 88.— H u m o r v in d ic a tiv o , 88.— E lo g io d e la g e n e ro s id a d , 89.—
C a rg o s a tr ib u id o s a los p oe ta s : el v is ir-s e c re ta rio , 89.— E l ka tib-a l-
z im a m , 90.— E l sü h ib a l-S u rta , 90.— El g o b e rn a d o r, 91.— E l e m b a ja d o r, 91.
SEGUNDA PARTE
TERCERA PARTE
CUARTA PAR TE
La vida in terior
Capítulo primero. La mujer v el amor ..........................................
Im p o r ta n c ia d e la m u je r en la p oesía an dalu za, 399.
I. La lib e r ta d de la m u je r , 400.— E l c a so d e W a llá d a , 401.— V ira g o s
y am azon as, 402.— E l c u lto a la m u je r, 402.
I I . R e tr a to fís ic o de la b ien am ad a , 402.— E scen as d e a m o r, 404.— El
re a lis m o d e Ib n J afáya, 405.— E l o a risty s, 406.— L a au rora, 406.— E l des
nudo, 406.— L a re la c ió n e n tre el « e x t e r io r » y e l «in t e r io r » , 407.
III. E l p re c io s is m o , 407.
IV . E l a m o r -d o lo r, 408.— L a in q u ie tu d , 409.— E i a m o r y la m u erte, 4)0.
E l d o lo r d e la s e p a ra c ió n , 411.— L a fa ta lid a d d el a m o r, 411.— M a g ia y 'il-
tro, 412.— L a e s c la v itu d d el a m o r, 412.— L a su m isió n , 413.— Las q u e ja s
de a m o r son o b s c e n id a d e s, 413.— La b ú squ ed a d el a m b ie n te d e la b'en -
am ad a, 414.— « ¡Q u e n o sea y o . . . ! » , 415.
V . La a le g ría d e l a m o r, 416.— L a d a m a d e los p en sa m ien tos, 416.— El
m a s cu lin o p a ra lo fe m e n in o , 417.— E l n o m b re de la a m a d a d e b e ser
e s c o n d id o , 418.— E x c e p c io n e s a esta reg la , 418.
V I . L o s p e rs o n a je s q u e ro d e a n a lo s a m a n tes, 419.— E l ra q ib u o b s e r
v a d o r, 419.— Su id e n tid a d c on el m a rid o , 420.— E l g u ard iá n , 420.— El
c e lo s o , 420.— E l w a s i o d e tra c to r , 421.— E l c en sor, 421.
V I I . D e b a te s s o b re el a m o r, 421.— L a p e rs o n ific a c ió n d el a m o r, 422.—
L o s «c a s u s a m o r is », 422.
V I I I . La ca s tid a d en e l a m o r, 424.— E l a m o r p la tó n ic o , 426.— L a c o r te
sía, 426.— E l e n n o b le c im ie n to p o r el a m o r, 428.
I X . L a s m u je r e s y e l a m o r, 429.— L a s m u je re s r e fle ja n las c o s tu m b re s
d e su é p o c a , 429.— E l ca so d e W a llá d a y d e M u h y a , 429.— U m m al-H an á'y
A b b a d iy v a , a l-R u m a ik iv v a y B u tayn a, 431.— C on clu sió n , 432.
INDICES:
I. Indice general de nombres p r o p i o s ........................................ 509
II. Indice de los poetas c i t a d o s ................................................... 529
III. Indice de las obras mencionadas enelt e x t o ........................... 535
IV. Indice de las palabras árabes tran sc ritas ............................. 537
V. Indice general.............................................................................. 555